Kaze ni nare(solitario)[Terminado]
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Kaze ni nare(solitario)[Terminado]
Nunca dejaba de asombrarse, ya fuera para bien o para mal, su nuevo poder para desplazarse a cualquier lugar en un pestañeo, su corazón palpitaba con fuerza, la primera parte de su plan había funcionado, el sonido de la batalla y la lluvia fue reemplazado por el eco de múltiples gritos que disfrutaban del espectáculo, y así pasaban de haber estado en una isla, a encontrarse en el pasillo de una de las gradas superiores de la arena clandestina que había en las catacumbas de Lunargenta, lugar que habia visitado hace mucho tiempo atrás con una compañía igual de desagradable que la que tenia ahora, una vez el portal se cerro, Zelas rápidamente alcanzo la llave mágica mientras salía despedida de la espada, sus sentidos estaban funcionando en modo supervivencia, estaba agotado pero aun había trabajo por hacer.
-Aaaay algo me dio en el hombro, moriré desangrado!!! \(;´□`)/- se quejaría Vaal mientras trataba de llegar a la daga sin éxito.
-Te ayudare... Déjame guardar esto- señalo mientras guardaba su espada compuesta de espadas en su orbe mágico.
V, Amelie y Wolfgang observaron a Zelas con suma atención mientras este ahora desarmado iba y removía con cuidado del cuchillo del hombro de Vaal, y el rubio observo la daga con cuidado, creía saber a quien le pertenecía y agradecía no haber sido el el objetivo de aquel ultimo ataque.
-Esto ni siquiera tiene sangre- señalo mientras sujetaba la daga sin mucha firmeza.
-Jaja si, deje de sangrar hace varios años ya (╥_╥) por suerte Zelitas esta ahora con nosotros y al fin tendré alguien que me cuide, ya que los demás no entienden como tratar a alguien de la tercera edad- respondería el brujo mientras aquella cara siniestra y repugnante seguía haciendo gestos para nada acordes con el.
-La Dark Order como tal ya ha perdido su propósito.. Gracias a nuestro nuevo integrante, así que enfoquémonos a lo que hemos venido de acuerdo, hay algo en esta arena que necesito para empezar de nuevo, cuento con ustedes para...-
-Cuidado!-
Zelas había aprovechado la cercanía para tratar de degollar a Wolfgang, sin embargo, Amelie y V se encargaron de evitar el súbito ataque del no-elfo, V patearía a Zelas mientras que Amelie le azotaría con su brazo desnudo, mandándolo hacia el borde de la grada.
-Eres un idiota Zelas, ¿No has aprendido nada?, ¿Qué te ha hecho pensar que acá si tendrías una oportunidad?- inquiriría Vitserk mientras desenvainaba una de sus espadas.
-Ustedes son quienes no han entendido, con haber logrado sacarlos a ustedes de la isla y conseguir que mis amigos sobrevivieran ya gane, que mas da si muero, ¿sabes cuantas veces he vuelto de la muerte?- diría el rubio sonriendo de forma desafiante, en especial al ver como Wolfgang no quitaba la mano de su cuello del cual brotaba la sangre.
-MALDITA ESCORIA!- Amelie se estaba por lanzar sobre Zelas cuando el brazo libre de Wolfgang le detuvo, este negó con la cabeza y observo a Vitserk, solo basto una mirada para entender que debía hacerse cargo de este asunto.
-Zelas, no seas malito y yo que pensaba que tu fase de rebeldía ya había acabado... Bueno, espero que al menos des un buen espectáculo- basto con un movimiento de su báculo para que una fuerte onda de éter enviara a Zelas violentamente hacia la arena.
Zelas cayo de forma estrepitosa sobre 2 guerreros que buscaban la gloria en aquella arena clandestina -Yo y mi maldita suerte a la hora de hacer enojar a la gente... Ay- se diría a si mismo el no elfo mientras se ponía de pie con dificultad, aun tenia la daga en su mano, sabiendo que tenia que devolverla a su dueña, guardo la daga en el orbe donde albergaba sus espadas y antes de poder sacar alguna espada, dos espadas y un hacha rodeaban su cabeza desde diferentes direcciones.
-¿Quien eres y por que te atreves a interrumpir la santidad de esta arena?, piensa con cuidado tu respuesta, lo que digas determinara si tu cabeza seguirá pegada a tus hombros- diría uno de los 3 guerreros veteranos que guardaban el honor de las batallas que se libraban en ese lugar.
-Me llamo Zelas Hazelmere, antes que digan cualquier cosa lo se, antes era un elfo, ahora ni se lo que soy, una larga historia, pero eso no es lo importante, me quieren usar de carnada para robar algo que tienen-
Los tres guerreros veteranos se observaron entre si, entonces otro individuo se dejo caer en la arena, un elfo de cabellos rubios que se sacaba los restos de su armadura destruidos gracias a una batalla anterior. -¿Y el es uno de ellos?- preguntaría el guerrero del hacha.
-Si, pero ese es mío, ya les salve de un campeón corrupto en su tiempo, ahora deben lidiar con los remanentes de la Dark Order que vienen en busca de algo que tienen- Señalaría Zelas quien ya no tenia las armas cerca de su cuello.
El mencionar el nombre de la organización hizo que los guerreros veteranos se pusieran en alerta, el hecho que quisieran aquello que ocultaban les señalaba que debían actuar rápido -Solo el Zelas Hazelmere que conocemos podría fastidiar a tanta gente peligrosa, pareciera que estuviste en medio de una guerra, ¿Cuántos y quienes?- preguntaría el guerrero de la katana.
-3, todos de 2 dígitos, el líder tiene una herida en su cuello que evitara que use su magia de voz, pero no se cuanto durara, hay un brujo el cual ha gastado una cantidad ridícula de mana esta noche y aun ha tenido la fuerza suficiente para mandarme volando hasta acá, y una mujer ridículamente fuerte-
-¿Qué tan fuerte?-
-Del tipo que asesina a un dragón con un solo golpe de su mano desnuda-
-Me pido a esa-
-¿Estarás bien? el se ve en mejor estado que tu, tu te ves como la mierda-
-El tiene una deuda de sangre conmigo, me encargare de entretener al publico mientras lidian con su problema, del cual deberían encargarse rápido-
-Ahora si hablas como un campeón, no te preocupes, te daremos tiempo para prepararte.-
Los guerreros veteranos se pondrían adelante de Zelas mientras observaban como su contrincante terminaba de arreglarse y procederían a dar unas palabras hacia la audiencia.
-Nuestra arena siempre estará disponible para nuestros campeones, en esta ocasión Zelas Hazelmere, antiguo campeón de esta arena, la ha solicitado para saldar una deuda de sangre con nada mas que un guerrero de la famosa Dark Order.-
-Quien apela a la ley contra su prójimo es un tonto o un cobarde. Quien no puede cuidarse a sí mismo sin esa ley es ambos. Porque el herido dirá a su agresor ¡Si vivo, te mataré! Si muero, eres perdonado. Tal es la regla del honor-
Al escuchar aquellas palabras el publico sediento de una buena batalla gritaría con entusiasmo al escuchar como aquel nuevo evento comenzaba a gestarse, Zelas acercaría su mano al orbe, necesitaba algo ligero y algo que le diera una mínima de ventaja contra un oponente tan rápido como lo era Vitserk, cuando vio la empuñadura con el gatillo asomarse suspiro, sentía dolor y tristeza, sin embargo, ahora no era el momento, debía ocupar esos sentimientos y usarlos como catalizador para la batalla que tenia frente a el, saco la espada y después de guardar el orbe en uno de los bolsillos de su arnés, procedió a quitarse el mismo, ya que necesitaba estar lo mas libre posible.
-¿Estas listo?- preguntaría el guerrero del hacha
-Si, ¿Puedes dejar esto donde pueda encontrarlo?- diría el no-elfo entregándole el arnés con casi todas sus cosas.
-Búscalo detrás de nuestros asientos en el palco donde solemos ver todas las peleas, haremos la finta de observar todo y desapareceremos- diría mientras recibía el arnés.
-¿No se están tomando esto con mucha tranquilidad?- preguntaría Zelas un poco extrañado.
-No es la primera vez que ocurre niño, además, tu debes enfocarte en el enemigo que tienes enfrente, olvida todo lo demás- diría el guerrero veterano al momento de esbozar una sonrisa.
Los tres guerreros veteranos finalmente salieron de la arena, dejando solos a Zelas quien cubierto de sangre y heridas se plantaba para enfrentar a Vitserk, quien ahora lucia como alguien completamente diferente, en comparación con el individuo al cual Zelas había enfrentado antes, ahora sin armadura, pero mas armado que antes.
Ambos avanzaron hacia el otro al mismo tiempo, sin embargo, Vitserk obtuvo la ventaja y al momento de intercambiar golpes, Zelas fue obligado a ponerse a la defensiva, fue cuestión de segundos para que el Hazelmere de la Dark Order lograra asestar una fuerte patada en el costado de Zelas, mandándole a dar unos cuantos botes en el piso antes de lograr recuperar su posición, Vitserk por su parte no le daría tiempo para recuperarse, obligando al no-elfo a utilizar su mejor recurso, sin dudarlo presiono del gatillo de la espada, generando un domo traslucido, e incluso así, Vitserk se movía rápido puesto que trato de alejarse, sorprendiendo a Zelas, quien al momento de querer darle una estocada, noto como V la esquivaba apenas, cuando quiso seguir la estocada con un corte lateral, el elfo utilizo su espada para bloquear el golpe y salir del rango del domo estático, el no-elfo en cambio, decidió quedarse dentro del domo, necesitaba ese tiempo para recuperar el aire y de paso pensar como lidiar con su problemático tío.
Vitserk observaba el domo con curiosidad, sus ojos lograban percibir con detalle el alcance de lo que su sobrino acababa de invocar, aprovecho el pequeño tiempo que se estaban dando para analizar lo que había ocurrido, en el momento que su cuerpo fue cubierto por la magia del domo sintió algo extraño, para confirmarlo saco una extraña vara, la cual al momento de sacudirla se convirtió en un arco, aquello explicaba el motivo del carcaj amarrado a su cintura, tomo unas cuantas flechas y las disparo en rápida sucesión, como era de esperarse Zelas las esquivo con el mínimo esfuerzo, y aquello hizo que Vitserk se planteara otra pregunta, ¿El domo hacía a Zelas mas rápido o solo volvía lentas las cosas de su interior?, el elfo no lograría responder aquella pregunta.
Zelas por su parte trataba de procesar los movimientos de V, sabia como funcionaba ese domo, entonces ¿Por qué a pesar de tener la ventaja no logro herirle?, sabia que sus movimientos eran demasiado rápidos para ser predecibles, entonces ¿Cómo logro esquivarle y bloquearle?, Zelas no lograría responder esas preguntas, puesto que unas flechas entrarían en el domo y le obligarían a moverse un poco para esquivarlas, el domo comenzaba a resquebrajarse y aquello volvería a convertirse una batalla encarnizada.
Vitserk tomaría un puñado de flechas y se prepararía para dispararlas todas a la vez, sin embargo, en esta ocasión preparaba algo especial, puesto que las estaba recubriendo con su éter, Zelas por su parte tomaba una postura de pelea cuando percibió algo extraño, algunos asistentes del publico comenzaban a entrar en la arena y a correr en su dirección, cuando vio como ignoraron a V por completo, comprendió de quien se trataba, claramente alguien había recuperado su voz, ahora era todo o nada, concentro todo el éter restante en su cuerpo para aquella ultima arremetida.
Un sonido similar al de un cristal rompiéndose se escucho al momento que el domo desaparecía, Vitserk soltó las flechas que parecieron tomar diferentes direcciones por un momento, antes de volver a enfocarse todas en Zelas quien espero hasta el ultimo momento para dejar salir una breve y diminuta explosión de éter desde sus pies lo cual le daría el impulso suficiente para pasar entre las flechas recibiendo el mínimo daño posible, V viendo como los regalos de Wolfgang rodeaban a Zelas, tiro su arco y sujeto su espada con firmeza, ocuparía aquello para observar mejor al rubio y ver que mas tenia bajo la manga.
Zelas expandiría su éter en un radio muy pequeño, generando una zona de muerte segura, cada vez que alguien entraba a su radio, Zelas lo abatía sin detener su avance, convirtiendo aquello en una danza mortal que el publico disfruto o al menos así lo hacían notar con sus gritos de emoción, el no-elfo avanzo destajando a diestra y siniestra a quien se le acercara hasta finalmente encontrarse con la hoja de V, entonces su éter exploto de golpe expandiendo el radio del domo por completo, V trato de alejarse, pero a diferencia de la vez anterior, ahora el domo se movía con Zelas, quien estaba sacando la mejor parte en aquel intercambio de golpes, entonces ambos lo entendieron, años de entrenamiento sumados a incontables batallas habían afilado sus sentidos hasta ese punto, ambos fueron por una estocada, la cual Zelas en el ultimo momento desvió su espada, el ángulo no le alcanzaba para asegurar un golpe mortal, por lo que giro su cuerpo en el momento preciso para evitar que la espada de Vitserk se enterrara de lleno en su cara, si bien recibió un feo corte desde su nariz y gran parte de su rostro, aquello no impidió que el impulso generado por aquel movimiento se desperdiciara, como resultado al terminar de girar y dar aquel brutal corte horizontal, la cabeza de Vitserk Hazelmere rodo al tiempo que su cuerpo caía sin vida sobre la arena al igual que los demás que enemigos que habían perecido aquella noche.
Zelas finalmente se había detenido, su respiración agitada daba cuenta del esfuerzo sobrehumano que acababa de realizar, su éter el cual había explotado de golpe ahora se extinguía y pasaría un tiempo antes de que el no-elfo lograra recuperarse por completo, a pesar del ruido que inundaba la arena, Zelas solo podía escuchar su respiración y sus latidos, su corazón parecía que iba a estallar en cualquier momento sus músculos estaban ardiendo, su mirada yacía perdida lo que fuera que estuviese frente a el, no lo estaba viendo.
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Si alguien de la Dark Order aparecía ahora, Zelas estaba acabado, no tenia fuerzas para moverse, apenas y sujetaba su espada, ¿Seria acaso que volvería a morir?, no estaba seguro, pero a diferencia de veces anteriores, ahora si le importaba, tenia cosas que hacer, en esa vida en particular, sin embargo, no tenia fuerzas ni para hablar o pedir ayuda.
-Bebe esto... Rayos, traga si es que puedes, acercare la botella a tu boca- el guerrero cubierto de armadura, aparecería frente a el, y con algo de dificultad le daría de beber una poción al rubio la cual calmaría un poco sus heridas, sintió como la herida de su rostro comenzaba a cerrarse, a la vez que sus músculos contraídos se comenzaban a relajar, lo que le hizo caer sobre una de sus rodillas, y ahora utilizaba su espada para no caer por completo, entonces vio solo a 2 de los 3 guerreros veteranos.
-Yo.. Lo siento- dijo en voz muy baja.
-No lo hagas, tuvo una muerte gloriosa, digna de un guerrero de su calibre- respondería el otro guerrero veterano.
-No lograron llevarse lo que vinieron a buscar, logramos obligarlos a irse-
-Seguimos tu ejemplo y ni bien vimos al que tenia el cuello ensangrentado le herimos la garganta de nuevo-
-Eso fastidio mucho a la mujer, por suerte Thorkell logro mantenerla a raya, incluso logro herirle... El idiota dio su vida para lograr quebrarle el brazo- se lamento el guerrero.
-Con que se llamaba Thorkell... no lo olvidare- diría Zelas mientras trataba de ponerse en pie.
-Pues si te vas a poner así también apréndete los de nosotros, que no morimos y hicimos que se retiraran, yo soy Takezo y el es Siegfried- diría Takezo mientras ayudaba a Zelas a ponerse de pie.
-Vamos a buscar tus cosas y a que terminen de tratarte para que descanses un poco, nos contaras todo lo ocurrido por la mañana- diría Siegfried.
Así los 3 guerreros se ayudarían entre si para salir de la arena en medio de los gritos de la multitud, que ignoraba el peligro que les había asechado aquella noche.
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Ya en su habitación y en un estado de adormecimiento emocional, Zelas se encontraba sentado en su cama, seguía sujetando su espada mientras pensaba en los acontecimientos de los últimos días y de aquella noche, entonces escucho en su cabeza las siguientes palabras "ya esta bien, ya puedes soltarla"
Al momento que finalmente soltaba su espada, lagrimas comenzaban a caer por su rostro, todo el dolor, la angustia, la rabia, la decepción, todos los sentimientos que había reprimido en aquella batalla comenzaban a salir a borbotones, mientras trataba de comprender todo lo que había perdido aquella noche a manos de la Dark Order, amigos, familia, compañeros en armas, a si mismo, todo en un cumulo emociones que solo podía dejar salir de una forma.
Cuando las lagrimas finalmente dejaron de salir, se durmió de forma instantánea, al despertar, volvió a sentarse en la cama, se inclino para tomar su espada, al momento de sostenerla sintió como sus músculos aun estaban resentidos, sujeto la empuñadura con firmeza y se puso de pie, agito su espada, cortando el aire frente a el, repitió el proceso 100 veces mas, y luego siguió haciéndolo hasta que se sintió satisfecho, se lavo las heridas y el cuerpo, limpio la sangre de su rostro y termino de equiparse para salir al encuentro de Siegfried y Takezo, entonces les conto todo, desde su primer encuentro con la Dark Order, pasando por los múltiples encuentros, sus múltiples derrotas, sin dejar ningún detalle por omitir, recordó a todos los que vio morir y los nombro, uno por uno, les conto sobre como murió en múltiples ocasiones y como había terminado en aquel cuerpo, relato la noche de pesadilla que habían tenido y como se entero de la muerte de gran parte de su familia directa, como vio la cabeza cercenada de su padre y al ver como quienes le acompañaban estaban en camino a sus muertes, decidió traicionar la confianza de sus amigos y sus camaradas para evitar que murieran en vano, como utilizo la avaricia y la sensación de invulnerabilidad que los altos números creían tener para apostar todo en esa ultima batalla, donde al menos por primera vez logro matar a alguien de la Dark Order que si merecía la muerte y que irónicamente, también era parte de su familia. Los guerreros veteranos restantes escucharon con atención el relato de Zelas, sabían que aquello era verdad, las noticias y los rumores suelen viajar rápido en Aerandir, y con el relato del rubio, aquella extraña cadena de sucesos comenzaban a tener sentido.
Luego de discutir sobre cosas, le ofrecieron al rubio quedarse allí por un tiempo, sin embargo, Zelas se negó, -Tengo muchas cosas que hacer, debo informarle a mi familia que la deuda de sangre ha sido cobrada, tengo que devolver armas que me prestaron de forma involuntaria y debo enfrentar a mis amigos... Pero si quieren ayudarme pueden pagarles a quienes me ayudaron anoche en la isla- señalo el no-elfo, volviendo por un breve momento a ser aquel individuo oportunista del cual no se sabia si hablaba enserio o no, en efecto, aquel era uno de los campeones de esa arena, y Takezo y Siegfried de nueva cuenta habían sido advertidos de un peligro que podría haberles causado mas daño del esperado.
-Nos encargaremos de tu deuda, considéralo la paga por el espectáculo que diste anoche- diría Siegfried, tratando de sacarle un peso de encima a quien ya tenia un montón de problemas.
-Y la próxima vez que traigas problemas, trata de matarlos antes que nos toque lidiar tu trabajo- señalaría Takezo, dándole un zape para que saliera de ese pozo en el que se estaba hundiendo.
-Tienen mi agradecimiento, por el apoyo y el consejo de guerreros veteranos como ustedes-
Los tres guerreros asintieron, se pusieron de pie, y realizaron una reverencia de respeto, tanto por los presentes como por quienes ya no estaban, Zelas entonces saco la llave de su bolsillo, la observo por un momento y luego negó con la cabeza, ya no tomaría el camino fácil, se despidió de sus benefactores y emprendió el rumbo hacia el pantano misterioso, debía informar de lo sucedido al Clan Hazelmere.
-Aaaay algo me dio en el hombro, moriré desangrado!!! \(;´□`)/- se quejaría Vaal mientras trataba de llegar a la daga sin éxito.
-Te ayudare... Déjame guardar esto- señalo mientras guardaba su espada compuesta de espadas en su orbe mágico.
V, Amelie y Wolfgang observaron a Zelas con suma atención mientras este ahora desarmado iba y removía con cuidado del cuchillo del hombro de Vaal, y el rubio observo la daga con cuidado, creía saber a quien le pertenecía y agradecía no haber sido el el objetivo de aquel ultimo ataque.
-Esto ni siquiera tiene sangre- señalo mientras sujetaba la daga sin mucha firmeza.
-Jaja si, deje de sangrar hace varios años ya (╥_╥) por suerte Zelitas esta ahora con nosotros y al fin tendré alguien que me cuide, ya que los demás no entienden como tratar a alguien de la tercera edad- respondería el brujo mientras aquella cara siniestra y repugnante seguía haciendo gestos para nada acordes con el.
-La Dark Order como tal ya ha perdido su propósito.. Gracias a nuestro nuevo integrante, así que enfoquémonos a lo que hemos venido de acuerdo, hay algo en esta arena que necesito para empezar de nuevo, cuento con ustedes para...-
-Cuidado!-
Zelas había aprovechado la cercanía para tratar de degollar a Wolfgang, sin embargo, Amelie y V se encargaron de evitar el súbito ataque del no-elfo, V patearía a Zelas mientras que Amelie le azotaría con su brazo desnudo, mandándolo hacia el borde de la grada.
-Eres un idiota Zelas, ¿No has aprendido nada?, ¿Qué te ha hecho pensar que acá si tendrías una oportunidad?- inquiriría Vitserk mientras desenvainaba una de sus espadas.
-Ustedes son quienes no han entendido, con haber logrado sacarlos a ustedes de la isla y conseguir que mis amigos sobrevivieran ya gane, que mas da si muero, ¿sabes cuantas veces he vuelto de la muerte?- diría el rubio sonriendo de forma desafiante, en especial al ver como Wolfgang no quitaba la mano de su cuello del cual brotaba la sangre.
-MALDITA ESCORIA!- Amelie se estaba por lanzar sobre Zelas cuando el brazo libre de Wolfgang le detuvo, este negó con la cabeza y observo a Vitserk, solo basto una mirada para entender que debía hacerse cargo de este asunto.
-Zelas, no seas malito y yo que pensaba que tu fase de rebeldía ya había acabado... Bueno, espero que al menos des un buen espectáculo- basto con un movimiento de su báculo para que una fuerte onda de éter enviara a Zelas violentamente hacia la arena.
Zelas cayo de forma estrepitosa sobre 2 guerreros que buscaban la gloria en aquella arena clandestina -Yo y mi maldita suerte a la hora de hacer enojar a la gente... Ay- se diría a si mismo el no elfo mientras se ponía de pie con dificultad, aun tenia la daga en su mano, sabiendo que tenia que devolverla a su dueña, guardo la daga en el orbe donde albergaba sus espadas y antes de poder sacar alguna espada, dos espadas y un hacha rodeaban su cabeza desde diferentes direcciones.
-¿Quien eres y por que te atreves a interrumpir la santidad de esta arena?, piensa con cuidado tu respuesta, lo que digas determinara si tu cabeza seguirá pegada a tus hombros- diría uno de los 3 guerreros veteranos que guardaban el honor de las batallas que se libraban en ese lugar.
-Me llamo Zelas Hazelmere, antes que digan cualquier cosa lo se, antes era un elfo, ahora ni se lo que soy, una larga historia, pero eso no es lo importante, me quieren usar de carnada para robar algo que tienen-
Los tres guerreros veteranos se observaron entre si, entonces otro individuo se dejo caer en la arena, un elfo de cabellos rubios que se sacaba los restos de su armadura destruidos gracias a una batalla anterior. -¿Y el es uno de ellos?- preguntaría el guerrero del hacha.
-Si, pero ese es mío, ya les salve de un campeón corrupto en su tiempo, ahora deben lidiar con los remanentes de la Dark Order que vienen en busca de algo que tienen- Señalaría Zelas quien ya no tenia las armas cerca de su cuello.
- Guerreros Veteranos:
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El mencionar el nombre de la organización hizo que los guerreros veteranos se pusieran en alerta, el hecho que quisieran aquello que ocultaban les señalaba que debían actuar rápido -Solo el Zelas Hazelmere que conocemos podría fastidiar a tanta gente peligrosa, pareciera que estuviste en medio de una guerra, ¿Cuántos y quienes?- preguntaría el guerrero de la katana.
-3, todos de 2 dígitos, el líder tiene una herida en su cuello que evitara que use su magia de voz, pero no se cuanto durara, hay un brujo el cual ha gastado una cantidad ridícula de mana esta noche y aun ha tenido la fuerza suficiente para mandarme volando hasta acá, y una mujer ridículamente fuerte-
-¿Qué tan fuerte?-
-Del tipo que asesina a un dragón con un solo golpe de su mano desnuda-
-Me pido a esa-
-¿Estarás bien? el se ve en mejor estado que tu, tu te ves como la mierda-
-El tiene una deuda de sangre conmigo, me encargare de entretener al publico mientras lidian con su problema, del cual deberían encargarse rápido-
-Ahora si hablas como un campeón, no te preocupes, te daremos tiempo para prepararte.-
Los guerreros veteranos se pondrían adelante de Zelas mientras observaban como su contrincante terminaba de arreglarse y procederían a dar unas palabras hacia la audiencia.
-Nuestra arena siempre estará disponible para nuestros campeones, en esta ocasión Zelas Hazelmere, antiguo campeón de esta arena, la ha solicitado para saldar una deuda de sangre con nada mas que un guerrero de la famosa Dark Order.-
-Quien apela a la ley contra su prójimo es un tonto o un cobarde. Quien no puede cuidarse a sí mismo sin esa ley es ambos. Porque el herido dirá a su agresor ¡Si vivo, te mataré! Si muero, eres perdonado. Tal es la regla del honor-
Al escuchar aquellas palabras el publico sediento de una buena batalla gritaría con entusiasmo al escuchar como aquel nuevo evento comenzaba a gestarse, Zelas acercaría su mano al orbe, necesitaba algo ligero y algo que le diera una mínima de ventaja contra un oponente tan rápido como lo era Vitserk, cuando vio la empuñadura con el gatillo asomarse suspiro, sentía dolor y tristeza, sin embargo, ahora no era el momento, debía ocupar esos sentimientos y usarlos como catalizador para la batalla que tenia frente a el, saco la espada y después de guardar el orbe en uno de los bolsillos de su arnés, procedió a quitarse el mismo, ya que necesitaba estar lo mas libre posible.
-¿Estas listo?- preguntaría el guerrero del hacha
-Si, ¿Puedes dejar esto donde pueda encontrarlo?- diría el no-elfo entregándole el arnés con casi todas sus cosas.
-Búscalo detrás de nuestros asientos en el palco donde solemos ver todas las peleas, haremos la finta de observar todo y desapareceremos- diría mientras recibía el arnés.
-¿No se están tomando esto con mucha tranquilidad?- preguntaría Zelas un poco extrañado.
-No es la primera vez que ocurre niño, además, tu debes enfocarte en el enemigo que tienes enfrente, olvida todo lo demás- diría el guerrero veterano al momento de esbozar una sonrisa.
Los tres guerreros veteranos finalmente salieron de la arena, dejando solos a Zelas quien cubierto de sangre y heridas se plantaba para enfrentar a Vitserk, quien ahora lucia como alguien completamente diferente, en comparación con el individuo al cual Zelas había enfrentado antes, ahora sin armadura, pero mas armado que antes.
- Zelas vs Vitserk:
Ambos avanzaron hacia el otro al mismo tiempo, sin embargo, Vitserk obtuvo la ventaja y al momento de intercambiar golpes, Zelas fue obligado a ponerse a la defensiva, fue cuestión de segundos para que el Hazelmere de la Dark Order lograra asestar una fuerte patada en el costado de Zelas, mandándole a dar unos cuantos botes en el piso antes de lograr recuperar su posición, Vitserk por su parte no le daría tiempo para recuperarse, obligando al no-elfo a utilizar su mejor recurso, sin dudarlo presiono del gatillo de la espada, generando un domo traslucido, e incluso así, Vitserk se movía rápido puesto que trato de alejarse, sorprendiendo a Zelas, quien al momento de querer darle una estocada, noto como V la esquivaba apenas, cuando quiso seguir la estocada con un corte lateral, el elfo utilizo su espada para bloquear el golpe y salir del rango del domo estático, el no-elfo en cambio, decidió quedarse dentro del domo, necesitaba ese tiempo para recuperar el aire y de paso pensar como lidiar con su problemático tío.
Vitserk observaba el domo con curiosidad, sus ojos lograban percibir con detalle el alcance de lo que su sobrino acababa de invocar, aprovecho el pequeño tiempo que se estaban dando para analizar lo que había ocurrido, en el momento que su cuerpo fue cubierto por la magia del domo sintió algo extraño, para confirmarlo saco una extraña vara, la cual al momento de sacudirla se convirtió en un arco, aquello explicaba el motivo del carcaj amarrado a su cintura, tomo unas cuantas flechas y las disparo en rápida sucesión, como era de esperarse Zelas las esquivo con el mínimo esfuerzo, y aquello hizo que Vitserk se planteara otra pregunta, ¿El domo hacía a Zelas mas rápido o solo volvía lentas las cosas de su interior?, el elfo no lograría responder aquella pregunta.
Zelas por su parte trataba de procesar los movimientos de V, sabia como funcionaba ese domo, entonces ¿Por qué a pesar de tener la ventaja no logro herirle?, sabia que sus movimientos eran demasiado rápidos para ser predecibles, entonces ¿Cómo logro esquivarle y bloquearle?, Zelas no lograría responder esas preguntas, puesto que unas flechas entrarían en el domo y le obligarían a moverse un poco para esquivarlas, el domo comenzaba a resquebrajarse y aquello volvería a convertirse una batalla encarnizada.
Vitserk tomaría un puñado de flechas y se prepararía para dispararlas todas a la vez, sin embargo, en esta ocasión preparaba algo especial, puesto que las estaba recubriendo con su éter, Zelas por su parte tomaba una postura de pelea cuando percibió algo extraño, algunos asistentes del publico comenzaban a entrar en la arena y a correr en su dirección, cuando vio como ignoraron a V por completo, comprendió de quien se trataba, claramente alguien había recuperado su voz, ahora era todo o nada, concentro todo el éter restante en su cuerpo para aquella ultima arremetida.
Un sonido similar al de un cristal rompiéndose se escucho al momento que el domo desaparecía, Vitserk soltó las flechas que parecieron tomar diferentes direcciones por un momento, antes de volver a enfocarse todas en Zelas quien espero hasta el ultimo momento para dejar salir una breve y diminuta explosión de éter desde sus pies lo cual le daría el impulso suficiente para pasar entre las flechas recibiendo el mínimo daño posible, V viendo como los regalos de Wolfgang rodeaban a Zelas, tiro su arco y sujeto su espada con firmeza, ocuparía aquello para observar mejor al rubio y ver que mas tenia bajo la manga.
Zelas expandiría su éter en un radio muy pequeño, generando una zona de muerte segura, cada vez que alguien entraba a su radio, Zelas lo abatía sin detener su avance, convirtiendo aquello en una danza mortal que el publico disfruto o al menos así lo hacían notar con sus gritos de emoción, el no-elfo avanzo destajando a diestra y siniestra a quien se le acercara hasta finalmente encontrarse con la hoja de V, entonces su éter exploto de golpe expandiendo el radio del domo por completo, V trato de alejarse, pero a diferencia de la vez anterior, ahora el domo se movía con Zelas, quien estaba sacando la mejor parte en aquel intercambio de golpes, entonces ambos lo entendieron, años de entrenamiento sumados a incontables batallas habían afilado sus sentidos hasta ese punto, ambos fueron por una estocada, la cual Zelas en el ultimo momento desvió su espada, el ángulo no le alcanzaba para asegurar un golpe mortal, por lo que giro su cuerpo en el momento preciso para evitar que la espada de Vitserk se enterrara de lleno en su cara, si bien recibió un feo corte desde su nariz y gran parte de su rostro, aquello no impidió que el impulso generado por aquel movimiento se desperdiciara, como resultado al terminar de girar y dar aquel brutal corte horizontal, la cabeza de Vitserk Hazelmere rodo al tiempo que su cuerpo caía sin vida sobre la arena al igual que los demás que enemigos que habían perecido aquella noche.
Zelas finalmente se había detenido, su respiración agitada daba cuenta del esfuerzo sobrehumano que acababa de realizar, su éter el cual había explotado de golpe ahora se extinguía y pasaría un tiempo antes de que el no-elfo lograra recuperarse por completo, a pesar del ruido que inundaba la arena, Zelas solo podía escuchar su respiración y sus latidos, su corazón parecía que iba a estallar en cualquier momento sus músculos estaban ardiendo, su mirada yacía perdida lo que fuera que estuviese frente a el, no lo estaba viendo.
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Si alguien de la Dark Order aparecía ahora, Zelas estaba acabado, no tenia fuerzas para moverse, apenas y sujetaba su espada, ¿Seria acaso que volvería a morir?, no estaba seguro, pero a diferencia de veces anteriores, ahora si le importaba, tenia cosas que hacer, en esa vida en particular, sin embargo, no tenia fuerzas ni para hablar o pedir ayuda.
-Bebe esto... Rayos, traga si es que puedes, acercare la botella a tu boca- el guerrero cubierto de armadura, aparecería frente a el, y con algo de dificultad le daría de beber una poción al rubio la cual calmaría un poco sus heridas, sintió como la herida de su rostro comenzaba a cerrarse, a la vez que sus músculos contraídos se comenzaban a relajar, lo que le hizo caer sobre una de sus rodillas, y ahora utilizaba su espada para no caer por completo, entonces vio solo a 2 de los 3 guerreros veteranos.
-Yo.. Lo siento- dijo en voz muy baja.
-No lo hagas, tuvo una muerte gloriosa, digna de un guerrero de su calibre- respondería el otro guerrero veterano.
-No lograron llevarse lo que vinieron a buscar, logramos obligarlos a irse-
-Seguimos tu ejemplo y ni bien vimos al que tenia el cuello ensangrentado le herimos la garganta de nuevo-
-Eso fastidio mucho a la mujer, por suerte Thorkell logro mantenerla a raya, incluso logro herirle... El idiota dio su vida para lograr quebrarle el brazo- se lamento el guerrero.
-Con que se llamaba Thorkell... no lo olvidare- diría Zelas mientras trataba de ponerse en pie.
-Pues si te vas a poner así también apréndete los de nosotros, que no morimos y hicimos que se retiraran, yo soy Takezo y el es Siegfried- diría Takezo mientras ayudaba a Zelas a ponerse de pie.
-Vamos a buscar tus cosas y a que terminen de tratarte para que descanses un poco, nos contaras todo lo ocurrido por la mañana- diría Siegfried.
Así los 3 guerreros se ayudarían entre si para salir de la arena en medio de los gritos de la multitud, que ignoraba el peligro que les había asechado aquella noche.
___________________________________________________________
Ya en su habitación y en un estado de adormecimiento emocional, Zelas se encontraba sentado en su cama, seguía sujetando su espada mientras pensaba en los acontecimientos de los últimos días y de aquella noche, entonces escucho en su cabeza las siguientes palabras "ya esta bien, ya puedes soltarla"
- -:
Al momento que finalmente soltaba su espada, lagrimas comenzaban a caer por su rostro, todo el dolor, la angustia, la rabia, la decepción, todos los sentimientos que había reprimido en aquella batalla comenzaban a salir a borbotones, mientras trataba de comprender todo lo que había perdido aquella noche a manos de la Dark Order, amigos, familia, compañeros en armas, a si mismo, todo en un cumulo emociones que solo podía dejar salir de una forma.
Cuando las lagrimas finalmente dejaron de salir, se durmió de forma instantánea, al despertar, volvió a sentarse en la cama, se inclino para tomar su espada, al momento de sostenerla sintió como sus músculos aun estaban resentidos, sujeto la empuñadura con firmeza y se puso de pie, agito su espada, cortando el aire frente a el, repitió el proceso 100 veces mas, y luego siguió haciéndolo hasta que se sintió satisfecho, se lavo las heridas y el cuerpo, limpio la sangre de su rostro y termino de equiparse para salir al encuentro de Siegfried y Takezo, entonces les conto todo, desde su primer encuentro con la Dark Order, pasando por los múltiples encuentros, sus múltiples derrotas, sin dejar ningún detalle por omitir, recordó a todos los que vio morir y los nombro, uno por uno, les conto sobre como murió en múltiples ocasiones y como había terminado en aquel cuerpo, relato la noche de pesadilla que habían tenido y como se entero de la muerte de gran parte de su familia directa, como vio la cabeza cercenada de su padre y al ver como quienes le acompañaban estaban en camino a sus muertes, decidió traicionar la confianza de sus amigos y sus camaradas para evitar que murieran en vano, como utilizo la avaricia y la sensación de invulnerabilidad que los altos números creían tener para apostar todo en esa ultima batalla, donde al menos por primera vez logro matar a alguien de la Dark Order que si merecía la muerte y que irónicamente, también era parte de su familia. Los guerreros veteranos restantes escucharon con atención el relato de Zelas, sabían que aquello era verdad, las noticias y los rumores suelen viajar rápido en Aerandir, y con el relato del rubio, aquella extraña cadena de sucesos comenzaban a tener sentido.
Luego de discutir sobre cosas, le ofrecieron al rubio quedarse allí por un tiempo, sin embargo, Zelas se negó, -Tengo muchas cosas que hacer, debo informarle a mi familia que la deuda de sangre ha sido cobrada, tengo que devolver armas que me prestaron de forma involuntaria y debo enfrentar a mis amigos... Pero si quieren ayudarme pueden pagarles a quienes me ayudaron anoche en la isla- señalo el no-elfo, volviendo por un breve momento a ser aquel individuo oportunista del cual no se sabia si hablaba enserio o no, en efecto, aquel era uno de los campeones de esa arena, y Takezo y Siegfried de nueva cuenta habían sido advertidos de un peligro que podría haberles causado mas daño del esperado.
-Nos encargaremos de tu deuda, considéralo la paga por el espectáculo que diste anoche- diría Siegfried, tratando de sacarle un peso de encima a quien ya tenia un montón de problemas.
-Y la próxima vez que traigas problemas, trata de matarlos antes que nos toque lidiar tu trabajo- señalaría Takezo, dándole un zape para que saliera de ese pozo en el que se estaba hundiendo.
-Tienen mi agradecimiento, por el apoyo y el consejo de guerreros veteranos como ustedes-
Los tres guerreros asintieron, se pusieron de pie, y realizaron una reverencia de respeto, tanto por los presentes como por quienes ya no estaban, Zelas entonces saco la llave de su bolsillo, la observo por un momento y luego negó con la cabeza, ya no tomaría el camino fácil, se despidió de sus benefactores y emprendió el rumbo hacia el pantano misterioso, debía informar de lo sucedido al Clan Hazelmere.
Zelas Hazelmere
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