Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
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Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
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Habían pasado dos semanas desde lo ocurrido en la feroz batalla que se había librado entre los licántropos y la resistencia. Y no lo voy a negar, aquel confrontamiento me había dejado más herido de lo que había contemplado. Luego de que me separé del grupo liderado por Ben y los demás, caí en el suelo desplomado, prácticamente inmóvil. De no ser porque Ryra iba conmigo, lo más probable es que no hubiese salido vivo. En mi pecho y en mi pierna derecha tenía mordeduras de los lobos que me habían atacado.
Creo que el mismo peligro de la batalla que se avecinaba me habían impulsado a dejar a Meraxes, ya que habría sido bastante mal que la arrastrara a ella a una batalla que no le pertenecía. Y sobre todo que aún estaba la promesa de ayudar a Zelas con los miembros de la Dark Order, por lo que hubiese sido muy trágico que ambos hubiésemos salido heridos, o algo peor. Por lo que tal vez ese instinto me hizo alejarme de ella y Meleis.
Durante todo ese tiempo Ryra se había encargado de cuidarme, utilizando todos sus objetos y habilidades que tuviese a la mano. Así mismo ella se encargaba de cazar nuestros alimentos y conseguir el agua. Había hecho una especie de campamento natural, el cual se encargaba de cubrirme a mi con ramas y plantas mientras yo descansaba la mayor parte del tiempo recargado en el tronco de un árbol. Según mi acompañante era lo mejor, ya que debía de evitar moverme lo menos posible para que mis heridas cerraran satisfactoriamente. Y así lo hacían conforme los días pasaban. Al mismo tiempo, me enteraba por ella que el tránsito en los caminos reales aún no regresaba a la normalidad, pero que el resto de aldeas estaba comenzando a ser repobladas poco a poco por los sobrevivientes de la cruel masacre de los lobos.
Era medio día, el clima era parcialmente nublado, así que no había intenciones de que fuese a llover, y yo me encontraba en el campamento. Ryra había salido a buscar la comida, por lo que recargado en el tronco del árbol me fui quedando poco a poco dormido. Durante esos días dormía demasiado. Quizá porque la primera semana había sido algo dura, con dolores constantes por mis heridas y por los procesos de sanación de la bruja. Por lo que me cerré mis ojos y me quedé profundamente dormido.
Mientras eso ocurría. La bruja había preparado una rústica trampa con una cuerda, la cual al ser pisada, esta elevaría a la presa en el aire y la dejaría colgando. Mientras tanto, Ryra estaba recolectando algunas bayas, así como algunas hojas para seguir sanando las heridas del lobo. - El perro ha estado mejorando considerablemente rápido. Tal vez hoy pueda sacarlo de aquí para llevarlo a alguna ciudad para que pueda descansar como es debido... Espero que Gaegel tenga dinero, porque yo me quedé sin ningún Aero. - Rió levemente mientras guardaba las cosas en el bolso del lobo, el cual aprovechaba para usar mientras el reposaba. La bruja hubiese deseado sacar a Gaegel de allí antes, pero para su desgracia casi no transitaban carruajes por los caminos reales, y los que circulaban por allí no estaban dispuestos a detenerse para ayudar a unos desconocidos por temor a ser emboscados. - Un poco de ayuda no me vendría mal. - Pensaba mientras recorría el lugar, cercano al camino real.
Creo que el mismo peligro de la batalla que se avecinaba me habían impulsado a dejar a Meraxes, ya que habría sido bastante mal que la arrastrara a ella a una batalla que no le pertenecía. Y sobre todo que aún estaba la promesa de ayudar a Zelas con los miembros de la Dark Order, por lo que hubiese sido muy trágico que ambos hubiésemos salido heridos, o algo peor. Por lo que tal vez ese instinto me hizo alejarme de ella y Meleis.
Durante todo ese tiempo Ryra se había encargado de cuidarme, utilizando todos sus objetos y habilidades que tuviese a la mano. Así mismo ella se encargaba de cazar nuestros alimentos y conseguir el agua. Había hecho una especie de campamento natural, el cual se encargaba de cubrirme a mi con ramas y plantas mientras yo descansaba la mayor parte del tiempo recargado en el tronco de un árbol. Según mi acompañante era lo mejor, ya que debía de evitar moverme lo menos posible para que mis heridas cerraran satisfactoriamente. Y así lo hacían conforme los días pasaban. Al mismo tiempo, me enteraba por ella que el tránsito en los caminos reales aún no regresaba a la normalidad, pero que el resto de aldeas estaba comenzando a ser repobladas poco a poco por los sobrevivientes de la cruel masacre de los lobos.
Era medio día, el clima era parcialmente nublado, así que no había intenciones de que fuese a llover, y yo me encontraba en el campamento. Ryra había salido a buscar la comida, por lo que recargado en el tronco del árbol me fui quedando poco a poco dormido. Durante esos días dormía demasiado. Quizá porque la primera semana había sido algo dura, con dolores constantes por mis heridas y por los procesos de sanación de la bruja. Por lo que me cerré mis ojos y me quedé profundamente dormido.
Mientras eso ocurría. La bruja había preparado una rústica trampa con una cuerda, la cual al ser pisada, esta elevaría a la presa en el aire y la dejaría colgando. Mientras tanto, Ryra estaba recolectando algunas bayas, así como algunas hojas para seguir sanando las heridas del lobo. - El perro ha estado mejorando considerablemente rápido. Tal vez hoy pueda sacarlo de aquí para llevarlo a alguna ciudad para que pueda descansar como es debido... Espero que Gaegel tenga dinero, porque yo me quedé sin ningún Aero. - Rió levemente mientras guardaba las cosas en el bolso del lobo, el cual aprovechaba para usar mientras el reposaba. La bruja hubiese deseado sacar a Gaegel de allí antes, pero para su desgracia casi no transitaban carruajes por los caminos reales, y los que circulaban por allí no estaban dispuestos a detenerse para ayudar a unos desconocidos por temor a ser emboscados. - Un poco de ayuda no me vendría mal. - Pensaba mientras recorría el lugar, cercano al camino real.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Ya hacía un tiempo que los caminos de Gaegel y míos tomaron rumbos separados. Se sentía extraño me había habituado por completo a su compañía, solo la promesa de vernos a nueva cuenta en las ciudades del este para la primavera era lo que podía considerarse un hecho.
Por el momento viajaba con Meleis, hacíamos paradas en las aldeas para vender mercancías y el me ayudaba con pedidos a larga distancia con su forma alada, debía admitir que el tiempo de calidad fraternal había estrechado un poco la relación aunque evitábamos tocar asuntos familiares. Como fuese nuestro recorrido nos llevaba más y más al este y de ahí solo restaba ir de bajada hacia Roikat.
Un atajo conocido era atravesar el bosque, además, ahora que regresábamos a la zona era mejor estar precavidos, los no tan amigos de Zelas podían estar al acecho.
- ¿Tienes lo que te di antes de salir de la aldea? - Pregunté a mi hermano una vez llegamos a al umbral del bosque. Pronto nos internaríamos y era mejor no haber olvidado nada, aún estábamos a tiempo de regresar si algo se nos había olvidado.
- Sí, está en mi abrigo. - Respondió de inmediato, llevaba una bolsa de tela con él y dentro estaba el querido Bomull que para este punto había crecido bastante en largo y ancho, la verdad estaba bastante gordo y pesado. Meleis amaba cargarlo y dado que yo necesitaba libertad de movimiento en caso de que bandidos o algo peor saliera de por ahí era lo más prudente.
- Nos tomará algunos días cruzar el bosque, pero será lo mejor. Si podemos cazar algo nos durarán más las provisiones. Tomemos la ruta cerca del río hasta el atardecer y luego nos internamos, no queremos una emboscada. - Expliqué en la medida que tomaba la delantera.
Al cabo de varias horas habíamos avanzado un buen trecho, en cierto modo se aprovechó bien la mañana. A poco más de medio día, tras un suspiro cansado, cerca de una de las orillas de río nos sentamos sobre unas rocas cercanas. Al cabo de un rato, saqué de mi bolso la cantimplora y tras beber un poco de agua se la lancé a Meleis. - No veo peces por aquí. Iré a ver si encuentro bayas o algo que se me mueva. Llénala, si no vuelvo en media hora ya sabes que hacer. - Le ordené a lo él asintió.
- Sí, sí ya sé, Volverme dragón, tomar a Bomull y buscarte... - Repitió agregando lo último con cierto aire de broma. Negué sonriente en la medida que me alejaba hacia el interior de arboleda.
Me había alejado poco menos de un kilómetro cuando mientras trataba de dar con ardillas, hongos o bayas, la suave vibración de mi pecho se hizo notar. Era la medalla, cosa que significaba que alguno de los chicos estaba cerca. Pensé por un momento que podría tratarse de Baltazar pues hacía poco lo vi en una de las aldeas cercanas y le dije hacia donde iría pero ¿sería tan tonto para irse solo ? - ¿Gaegel? - Pensé en voz alta. Pensé en seguir recto pero si encontraba a uno de ellos, lo mas prudente era regresar por Meleis y retomar la ruta hasta dar con quien se tratara de ellos.
Sin más, eso fue lo que hice y volví corriendo al lugar donde dejé a mi hermano.
Por el momento viajaba con Meleis, hacíamos paradas en las aldeas para vender mercancías y el me ayudaba con pedidos a larga distancia con su forma alada, debía admitir que el tiempo de calidad fraternal había estrechado un poco la relación aunque evitábamos tocar asuntos familiares. Como fuese nuestro recorrido nos llevaba más y más al este y de ahí solo restaba ir de bajada hacia Roikat.
Un atajo conocido era atravesar el bosque, además, ahora que regresábamos a la zona era mejor estar precavidos, los no tan amigos de Zelas podían estar al acecho.
- ¿Tienes lo que te di antes de salir de la aldea? - Pregunté a mi hermano una vez llegamos a al umbral del bosque. Pronto nos internaríamos y era mejor no haber olvidado nada, aún estábamos a tiempo de regresar si algo se nos había olvidado.
- Sí, está en mi abrigo. - Respondió de inmediato, llevaba una bolsa de tela con él y dentro estaba el querido Bomull que para este punto había crecido bastante en largo y ancho, la verdad estaba bastante gordo y pesado. Meleis amaba cargarlo y dado que yo necesitaba libertad de movimiento en caso de que bandidos o algo peor saliera de por ahí era lo más prudente.
- Nos tomará algunos días cruzar el bosque, pero será lo mejor. Si podemos cazar algo nos durarán más las provisiones. Tomemos la ruta cerca del río hasta el atardecer y luego nos internamos, no queremos una emboscada. - Expliqué en la medida que tomaba la delantera.
Al cabo de varias horas habíamos avanzado un buen trecho, en cierto modo se aprovechó bien la mañana. A poco más de medio día, tras un suspiro cansado, cerca de una de las orillas de río nos sentamos sobre unas rocas cercanas. Al cabo de un rato, saqué de mi bolso la cantimplora y tras beber un poco de agua se la lancé a Meleis. - No veo peces por aquí. Iré a ver si encuentro bayas o algo que se me mueva. Llénala, si no vuelvo en media hora ya sabes que hacer. - Le ordené a lo él asintió.
- Sí, sí ya sé, Volverme dragón, tomar a Bomull y buscarte... - Repitió agregando lo último con cierto aire de broma. Negué sonriente en la medida que me alejaba hacia el interior de arboleda.
Me había alejado poco menos de un kilómetro cuando mientras trataba de dar con ardillas, hongos o bayas, la suave vibración de mi pecho se hizo notar. Era la medalla, cosa que significaba que alguno de los chicos estaba cerca. Pensé por un momento que podría tratarse de Baltazar pues hacía poco lo vi en una de las aldeas cercanas y le dije hacia donde iría pero ¿sería tan tonto para irse solo ? - ¿Gaegel? - Pensé en voz alta. Pensé en seguir recto pero si encontraba a uno de ellos, lo mas prudente era regresar por Meleis y retomar la ruta hasta dar con quien se tratara de ellos.
Sin más, eso fue lo que hice y volví corriendo al lugar donde dejé a mi hermano.
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Outfit Meleis
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Moneda Maliciosa de Elian [Dentro de bolsa de viajero]
-Huevo sorpresa.
- Inventario Meleis:
- Poción de Salud Diluida.
- Medicina multipropósito.
- Armadura de Fieras Normal [Con Encantamiento Pudor]
- Brocheta de yak
- Bomull. [Gomejo]
Meraxes
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
La bruja estuvo un buen rato en el camino real esperando. Durante ese trayecto solo pasó un carruaje, y como era de esperarse, por la situación de la región se negaron a ayudarla siguiendo de largo a pesar de sus intentos por llamar su atención. - Carajo... Tal vez debí robarles y usar su carruaje. - Dijo en voz baja mientras se encogía de hombros para luego ir de regreso a revisar su trampa improvisada. Al llegar allí encontró un pequeño jabalí colgando de la cuerda. - Excelente... Al menos la comida será abundante. - Dijo esbozando una sonrisa y utilizando su ballesta terminó asesinando al animal para allí desangrarlo por completo.
Hecho eso optó por ir por algo de agua al río. Después de todo se le estaba acabando el agua y no deseaba quedarse sin ese valioso recurso. Llevaba el bolso y las pertenencias de Gaegel, ya que en ellas cabían muchas más cosas que en sus escaso equipaje. Ella siempre suele ir con pocas pertenencias. Entre menos cosas haya que cargar, más rápida podía ser y evadir cualquier ataque de alguien mal intencionado.
Caminó un rato hasta llegar al río y llenó las cantimploras de agua, así como también aprovechó para despellejar el jabalí utilizando la espada corta del licántropo. Una vez que le retiró la piel, lavó al animal, así como su piel. Tal vez podría vender esa pieza luego cuando llegaran a la civilización. - Ese perro tendrá que retribuir con creces lo que he hecho por el. - Decía con pesadez mientras comenzaba a caminar de regreso. Aunque en su andar a una figura masculina en el río. Ella llevaba una pobre y desgastada túnica de color café para ocultar su rostro.
Miraba con atención a aquel hombre, ya que juraba haber visto esa cabellera antes. Caminó despacio hasta que logró detallarlo y darse cuenta que era aquel muchacho con el que se había encontrado en el festival. Eso hizo que esbozara una amplia sonrisa. - Meleis... Por Váli, que suerte encontrarte aquí. - Dicho eso aceleró el paso para acortar la distancia entre ellos dos. Parecía que los dioses al menos estaba comenzando a ser más clementes con ella. Los deseos de poder llevar a Gaegel a una ciudad donde pudiesen tratar sus heridas se estaban volviendo más palpables.
Hecho eso optó por ir por algo de agua al río. Después de todo se le estaba acabando el agua y no deseaba quedarse sin ese valioso recurso. Llevaba el bolso y las pertenencias de Gaegel, ya que en ellas cabían muchas más cosas que en sus escaso equipaje. Ella siempre suele ir con pocas pertenencias. Entre menos cosas haya que cargar, más rápida podía ser y evadir cualquier ataque de alguien mal intencionado.
Caminó un rato hasta llegar al río y llenó las cantimploras de agua, así como también aprovechó para despellejar el jabalí utilizando la espada corta del licántropo. Una vez que le retiró la piel, lavó al animal, así como su piel. Tal vez podría vender esa pieza luego cuando llegaran a la civilización. - Ese perro tendrá que retribuir con creces lo que he hecho por el. - Decía con pesadez mientras comenzaba a caminar de regreso. Aunque en su andar a una figura masculina en el río. Ella llevaba una pobre y desgastada túnica de color café para ocultar su rostro.
Miraba con atención a aquel hombre, ya que juraba haber visto esa cabellera antes. Caminó despacio hasta que logró detallarlo y darse cuenta que era aquel muchacho con el que se había encontrado en el festival. Eso hizo que esbozara una amplia sonrisa. - Meleis... Por Váli, que suerte encontrarte aquí. - Dicho eso aceleró el paso para acortar la distancia entre ellos dos. Parecía que los dioses al menos estaba comenzando a ser más clementes con ella. Los deseos de poder llevar a Gaegel a una ciudad donde pudiesen tratar sus heridas se estaban volviendo más palpables.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Invierno
Bosques del Este
Bosques del Este
Meleis
El joven dragón tras quedarse en la espera de su hermana, se dirigió hacia la orilla para rellenar la cantimplora. Se sentó allí mismo mientras aguardaba la venida de Meraxes.
Contemplaba la corriente y los pequeños renacuajos que se podían observar cerca de las rocas que brindaban una protección natural así como el sonido del agua correr. Lo que sea que estuviera pensando se vio interrumpido por la voz de la joven que parecía conocerlo.
Se levantó sobresaltado al principio, relajándose luego al notar que era aquella mujer que había conocido en el festival hacía ya un tiempo. - Señorita Ryra, que coincidencia y alegría verla. - Expresó con una amplia con sonrisa. - ¿Qué la trae por este bosque? Es peligroso viajar sola. - Agregó un poco más preocupado al notar que no veía a alguien más.
- Espero a mi hermana, si gusta puede unirsen... - El crujir de las ramas y las hojas se hizo notar en la medida que una agitada Meraxes salía de allí, al ver a la chica tomó su arma.
Meraxes
Corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron, cuidando de no chocar con alguna rama o tropezar con alguna raíz, debía avisarle a Meleis para volver sobre nuestros pasos y encontrar de nuevo la señal que me permitiese establecer el enlace y saber quién de los chicos era.
Para mi no tan grata sorpresa al llegar allí pude darme cuenta que Meleis no estaba solo. Lo primero que hice fue tomar mi arma y extenderla con su estremecedor sonido al chocar contra el suelo. - Aléjate de él... ¿qué quieres? - Dije amenazante en la medida que acortaba la distancia. Sabía que estos parajes eran peligrosos y mi hermano no era el guerrero más hábil al menos como humano.
Meleis consciente de que no dudaría en atacar, se interpuso entre la chica y yo llamando a la calma. - ¡Hermana espera! - Dijo mientras con sus manos expresaba lo mismo .
- Su nombre es Ryra, la conocí en la feria de los hombres bestia. Nos hemos encontrado de casualidad... - Escuché con atención y relajé solo un poco los músculos y finalmente dirigir mi atención a la chica y preguntar de forma tajante. - ¿Qué te trae a este bosque?
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Outfit Meleis
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Meraxes
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Una vez que la bruja acortó la distancia miró al muchacho con una sonrisa cálida. No lo sabía explicar, pero Meleis le caía muy bien. Aunque no había que confundirse, no era un interés romántico, sino más bien uno que se puede sentir con un familiar de menor edad. Un deseo de protección nada común para ser sinceros. Pero bueno. Al escuchar el comentario del joven dragón sonrió. - Eres todo un caballerito... Pero no estoy precisamente sola. - Le dijo Ryra para luego escuchar que estaba esperando a su hermana, aunque su comentario fue interrumpido abruptamente.
De un momento a otro el sonido del cuero siendo azotado en el suelo hizo que la bruja girara su vista en señal de alerta, instintivamente llevando su diestra hacia donde estaba su ballesta. Aunque cuando logró ver de quien se trataba, dejó su arma en su sitio y volvió a relajar su postura. La reacción de ella era muy natural, después de todo no conocía de nada a la bruja, por lo que ese sentimiento protector era algo que hubiese esperado.
El acto de Meleis hizo que la mujer de cabellera negra esbozara una media sonrisa, el joven era todo un caballero, a pesar de todo era alguien confiable. Durante ese momento Ryra optó por mantenerse callada, después de todo el joven estaba intercediendo por ella ante su hermana, ya le tocaría a ella hablar en su momento, por lo que miraba por momentos a Meleis y por otros a la mujer rubia.
Y cuando la mujer del látigo se dirigió de nueva cuenta a la bruja ella colocó sus manos en su cintura. - Pues... Estaba apoyando a unos humanos en una movilización contra unos perros salvajes. Y ahora lo único que he estado haciendo es buscar a alguien que me ayude a sacar a un amigo de aquí, pero quienes transitan estos parajes están muy asustados para ayudar a una desconocida. Por fortuna divina el destino hizo que me topara con ustedes. - Dicho eso caminó hacia donde se encontraba la mujer dragón, posando su mano en el hombro de Meleis y dedicándole una media sonrisa como agradecimiento por el valeroso acto de hace unos momentos. Al quedar frente a ella alzó la vista, puesto que había algunos centímetros de diferencia entre ellas, aún a pesar de los tacones que usaba. - Ese amigo que menciono. También es amigo de ustedes. - Dicho eso comenzó a caminar de nueva cuenta, aunque deteniéndose un momento. - Si desean ayudarme con el "perro pulgoso", entonces les conviene seguirme. - Dijo mirando a la mujer dragón por el rabillo del su ojo para luego volver a caminar en dirección donde estaba el campamento improvisado donde estaba Gaegel.
De un momento a otro el sonido del cuero siendo azotado en el suelo hizo que la bruja girara su vista en señal de alerta, instintivamente llevando su diestra hacia donde estaba su ballesta. Aunque cuando logró ver de quien se trataba, dejó su arma en su sitio y volvió a relajar su postura. La reacción de ella era muy natural, después de todo no conocía de nada a la bruja, por lo que ese sentimiento protector era algo que hubiese esperado.
El acto de Meleis hizo que la mujer de cabellera negra esbozara una media sonrisa, el joven era todo un caballero, a pesar de todo era alguien confiable. Durante ese momento Ryra optó por mantenerse callada, después de todo el joven estaba intercediendo por ella ante su hermana, ya le tocaría a ella hablar en su momento, por lo que miraba por momentos a Meleis y por otros a la mujer rubia.
Y cuando la mujer del látigo se dirigió de nueva cuenta a la bruja ella colocó sus manos en su cintura. - Pues... Estaba apoyando a unos humanos en una movilización contra unos perros salvajes. Y ahora lo único que he estado haciendo es buscar a alguien que me ayude a sacar a un amigo de aquí, pero quienes transitan estos parajes están muy asustados para ayudar a una desconocida. Por fortuna divina el destino hizo que me topara con ustedes. - Dicho eso caminó hacia donde se encontraba la mujer dragón, posando su mano en el hombro de Meleis y dedicándole una media sonrisa como agradecimiento por el valeroso acto de hace unos momentos. Al quedar frente a ella alzó la vista, puesto que había algunos centímetros de diferencia entre ellas, aún a pesar de los tacones que usaba. - Ese amigo que menciono. También es amigo de ustedes. - Dicho eso comenzó a caminar de nueva cuenta, aunque deteniéndose un momento. - Si desean ayudarme con el "perro pulgoso", entonces les conviene seguirme. - Dijo mirando a la mujer dragón por el rabillo del su ojo para luego volver a caminar en dirección donde estaba el campamento improvisado donde estaba Gaegel.
Gaegel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Invierno
Bosques del Este
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Meleis había mediado entre la mujer y yo. Ella, no tardó en responder a mi pregunta, si bien seguía alerta ante cualquier posible acción hostil de su parte, escuché lo que tenía que decir. El hecho de Meleis la hubiera conocido en aquel lugar no era razón para considerarla amigable.
Mi expresión severa cambió de inmediato a una de asombro ante la mención de aquel amigo en común, que por su forma de decirle no podía ser otro que Gaegel. Eso me llevaba a pensar que la vibración de la medalla debía ser él.
La alarma de la preocupación se reflejaba en mi expresión, pensar que algo le pudo haber sucedido me ponía de nervios. La verdad no esperaba reaccionar de ese modo, pero con el tiempo comenzaba a darme cuenta que tenía sentimientos encontrados.
- Te sigo. - Traté de ocultar la preocupación de mi voz y comencé a caminar justo detrás de ella seguido de Meleis que había respirado de alivio al ver que aquello al menos no acabaría en una lucha en el río.
- Si el señor Gaegel se encuentra herido creo que puedo ayudar. Hace tiempo compré algunas cosas al ver que mi hermana y él son bastante propensos a meterse en líos. - Le explicó Meleis a Ryra. Por otro lado en mi cabeza no de dejaba de pensar - e insultar a Gaegel - por haberse ido a buscar problemas sin nosotros. Él sabía perfectamente que podría acompañarlo sin problemas, ese idiota me iba a escuchar cuando llegara, me importaba un comino que tan herido estuviera.
- ¿Hace cuanto que está así? - Pregunté al cabo de caminar ya varios metros. Quería saber un poco más. - ¿Con qué clase de perros salvajes trataron? ¿Están muertos? - Necesitaba detalles y saber si para este punto al menos ya era seguro.
Mi expresión severa cambió de inmediato a una de asombro ante la mención de aquel amigo en común, que por su forma de decirle no podía ser otro que Gaegel. Eso me llevaba a pensar que la vibración de la medalla debía ser él.
La alarma de la preocupación se reflejaba en mi expresión, pensar que algo le pudo haber sucedido me ponía de nervios. La verdad no esperaba reaccionar de ese modo, pero con el tiempo comenzaba a darme cuenta que tenía sentimientos encontrados.
- Te sigo. - Traté de ocultar la preocupación de mi voz y comencé a caminar justo detrás de ella seguido de Meleis que había respirado de alivio al ver que aquello al menos no acabaría en una lucha en el río.
- Si el señor Gaegel se encuentra herido creo que puedo ayudar. Hace tiempo compré algunas cosas al ver que mi hermana y él son bastante propensos a meterse en líos. - Le explicó Meleis a Ryra. Por otro lado en mi cabeza no de dejaba de pensar - e insultar a Gaegel - por haberse ido a buscar problemas sin nosotros. Él sabía perfectamente que podría acompañarlo sin problemas, ese idiota me iba a escuchar cuando llegara, me importaba un comino que tan herido estuviera.
- ¿Hace cuanto que está así? - Pregunté al cabo de caminar ya varios metros. Quería saber un poco más. - ¿Con qué clase de perros salvajes trataron? ¿Están muertos? - Necesitaba detalles y saber si para este punto al menos ya era seguro.
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Una vez que la bruja dijo eso último, la mujer dragón pareció acceder. Una vez que caminaba no pudo evitar sonreír de medio lado. Al menos por ese lado Ryra podía sentir que sus hombros se destensaban, ahora no estaba sola en el asunto de cuidar a Gaegel. Mientras caminaban Meleis hizo un comentario sobre tener algo que le ayudara a sanar, por lo que giró su cabeza y sonrió. - Eso será de mucha ayuda. Aquí solo pude recurrir a algunas plantas para mitigarle un poco el dolor y activar un poco a su cuerpo para que sanara por su propia cuenta. Pero esos métodos toman su tiempo.
Luego de eso, la siguiente en hablar fue la mujer de rubia cabellera. - Tiene dos semanas así... Su estado más crítico ya lo superó, pero aún se encuentra demasiado débil como para salir del bosque por su propio pie. - Dijo la bruja para así responder a su primera pregunta. - Los lobos que lo dejaron en ese estado ya están muertos. Todos eran pertenecientes a un mismo clan. - Decía la mujer de cabellera negra mientras seguía andando.
Esos lobos causaron muchos estragos en Puentealto, Brezonegro, El Llano, Clarobosque, y otras aldeas de esa zona. Gaegel y yo nos unimos a la resistencia de los humanos casi al mismo tiempo, y tras idear una estrategia de combate los detuvimos en Aguasclaras. De los cuatro lobos alphas de ese clan, Gaegel se encargó de asesinar a dos de ellos... Fue uno de esos alphas quien lo dejó con las heridas más significativas. Por desgracia el perro pulgoso pensó que podría llegar más lejos, y luego de que el grupo de la resistencia se disolvió fue cuando perdió el conocimiento. - Narraba Ryra a grandes rasgos los hechos ocurridos en la batalla contra los lobos mientras andaban por el bosque.
Siguieron caminando un rato hasta que por fin llegaron por fin al sitio donde se encontraba el licántropo. A simple vista parecía que no había nada allí más que arbustos, aunque lo único que destacaba es que en ese sitio estaba un cuervo posado en una rama baja de uno de los árboles, pero luego de que la bruja removiera algunos de los arbustos que estaban logró verse al fin al maltrecho Gaegel, quien estaba aún durmiendo recargado en el árbol. Al lado de el se encontraba su enorme espada. El licántropo se encontraba sin ropas superiores, ya que podía verse las mordidas caninas recorriendo su torso, así como en algunas zonas estaban cubiertas con hierbas para acelerar su recuperación. En el suelo se encontraba su armadura y su ropa superior, la cual, a pesar de los intentos de la bruja, tenían partes de su ropa con sangre que no pudo limpiar al cien porciento. Así mismo en el suelo se encontraba su pieza metálica, la cual vibraba. Al ver aquello la bruja miró con curiosidad aquel objeto. - Vaya... Eso no había pasado antes, qué interesante. - Sin poder evitarlo se hincó en el suelo para ver aquel artefacto vibrando. Ah, claro... Allí está el perro pulgoso. - Dijo la mujer con una leve risa en su voz.
Luego de eso, la siguiente en hablar fue la mujer de rubia cabellera. - Tiene dos semanas así... Su estado más crítico ya lo superó, pero aún se encuentra demasiado débil como para salir del bosque por su propio pie. - Dijo la bruja para así responder a su primera pregunta. - Los lobos que lo dejaron en ese estado ya están muertos. Todos eran pertenecientes a un mismo clan. - Decía la mujer de cabellera negra mientras seguía andando.
Esos lobos causaron muchos estragos en Puentealto, Brezonegro, El Llano, Clarobosque, y otras aldeas de esa zona. Gaegel y yo nos unimos a la resistencia de los humanos casi al mismo tiempo, y tras idear una estrategia de combate los detuvimos en Aguasclaras. De los cuatro lobos alphas de ese clan, Gaegel se encargó de asesinar a dos de ellos... Fue uno de esos alphas quien lo dejó con las heridas más significativas. Por desgracia el perro pulgoso pensó que podría llegar más lejos, y luego de que el grupo de la resistencia se disolvió fue cuando perdió el conocimiento. - Narraba Ryra a grandes rasgos los hechos ocurridos en la batalla contra los lobos mientras andaban por el bosque.
Siguieron caminando un rato hasta que por fin llegaron por fin al sitio donde se encontraba el licántropo. A simple vista parecía que no había nada allí más que arbustos, aunque lo único que destacaba es que en ese sitio estaba un cuervo posado en una rama baja de uno de los árboles, pero luego de que la bruja removiera algunos de los arbustos que estaban logró verse al fin al maltrecho Gaegel, quien estaba aún durmiendo recargado en el árbol. Al lado de el se encontraba su enorme espada. El licántropo se encontraba sin ropas superiores, ya que podía verse las mordidas caninas recorriendo su torso, así como en algunas zonas estaban cubiertas con hierbas para acelerar su recuperación. En el suelo se encontraba su armadura y su ropa superior, la cual, a pesar de los intentos de la bruja, tenían partes de su ropa con sangre que no pudo limpiar al cien porciento. Así mismo en el suelo se encontraba su pieza metálica, la cual vibraba. Al ver aquello la bruja miró con curiosidad aquel objeto. - Vaya... Eso no había pasado antes, qué interesante. - Sin poder evitarlo se hincó en el suelo para ver aquel artefacto vibrando. Ah, claro... Allí está el perro pulgoso. - Dijo la mujer con una leve risa en su voz.
Gaegel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Invierno
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Durante el trayecto tanto Meleis como yo escuchamos el relato de la joven. Todo indicaba que la amenaza había sido neutralizada pero las secuelas de la batalla cobraron caro. - Tch... - Era sonido que hacía una y otra vez al caer en cuenta que ese tonto no me tuvo la suficiente confianza para apoyarlo en batalla. ¿No se suponía que eramos un equipo? ¿No se suponía que...?
Eso ganaba por involucrarme más de lo que debía, ahora estaba preocupaba, enojada y hasta cierto punto me sentía traicionada. Apenas termináramos de ayudarlo atender sus heridas lo mejor era tomar distancia y reunirnos solo cuando Zelas nos convocara de nuevo.
- Gracias a los dioses están bien, no debió haber sido un atarea sencilla. - Agregó Meleis, pues en contraste con él yo estaba en silencio, tensa y con los puños apretados sin dejar de seguirla.
Conforme comenzamos a entrar en el área fui sintiendo la ligera vibración de que una de las medallas estaba cerca, ya no cabía a menor duda que se trataba de Gaegel. Así continuamos hasta detenernos en frente de su campamento camuflado y una vez pasamos los arbustos, ver el estado de Gaegel no me sentó nada bien.
- Dame la pócima. - Extendí la mano para que Meleis al verme no tardó en hacerlo. Si bien no estaba a punto de derramar lágrimas mis ojos estaban llorosos. Era la frustración y toda esa ola de emociones que hacía un rato me invadían.
- No la toques. Puedes activar su efecto. - Ordené a la joven al ver que la medalla había captado su atención. - Vibra cuando está cerca de sus gemelas. - No dije más y me acerqué hacia donde estaba Gaegel. Me senté sobre mis rodillas a fin de despertarlo.
- Gaegel... Soy yo, Merax. Despierta. - Trataba de no sonar tan preocupada, cosa que era todo un reto en este momento pues sonaba un tanto quebrada.
- Vigilaré el área. - Dijo Meleis en un intento tal vez por brindarme algo de privacidad.
Eso ganaba por involucrarme más de lo que debía, ahora estaba preocupaba, enojada y hasta cierto punto me sentía traicionada. Apenas termináramos de ayudarlo atender sus heridas lo mejor era tomar distancia y reunirnos solo cuando Zelas nos convocara de nuevo.
- Gracias a los dioses están bien, no debió haber sido un atarea sencilla. - Agregó Meleis, pues en contraste con él yo estaba en silencio, tensa y con los puños apretados sin dejar de seguirla.
Conforme comenzamos a entrar en el área fui sintiendo la ligera vibración de que una de las medallas estaba cerca, ya no cabía a menor duda que se trataba de Gaegel. Así continuamos hasta detenernos en frente de su campamento camuflado y una vez pasamos los arbustos, ver el estado de Gaegel no me sentó nada bien.
- Dame la pócima. - Extendí la mano para que Meleis al verme no tardó en hacerlo. Si bien no estaba a punto de derramar lágrimas mis ojos estaban llorosos. Era la frustración y toda esa ola de emociones que hacía un rato me invadían.
- No la toques. Puedes activar su efecto. - Ordené a la joven al ver que la medalla había captado su atención. - Vibra cuando está cerca de sus gemelas. - No dije más y me acerqué hacia donde estaba Gaegel. Me senté sobre mis rodillas a fin de despertarlo.
- Gaegel... Soy yo, Merax. Despierta. - Trataba de no sonar tan preocupada, cosa que era todo un reto en este momento pues sonaba un tanto quebrada.
- Vigilaré el área. - Dijo Meleis en un intento tal vez por brindarme algo de privacidad.
- Off:
- Outfit
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Outfit Meleis
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Moneda Maliciosa de Elian [Dentro de bolsa de viajero]
-Huevo sorpresa.
- Inventario Meleis:
- Poción de Salud Diluida.
- Medicina multipropósito.
- Armadura de Fieras Normal [Con Encantamiento Pudor]
- Brocheta de yak
- Bomull. [Gomejo]
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Alain corría al borde de la desesperación con la mirada recorriendo los alrededores del bosque, más preocupado por el castigo que recibiría que por haber perdido la mercancía. El muchacho, castigado por la vida y por quienes se ocupaban de mantenerlo en lo básico para que rindiera en su trabajo, todavía sostenía entre sus manos el látigo con el que azuzaba a los animales, apretando con fuerza la empuñadura reforzada de cuero, rabioso consigo mismo y deseoso de pagarlo con la criatura cuando diese con ella. Había perdido su rastro hacía rato, pero no podía andar lejos. Debía, sin embargo, recuperar el ejemplar fugado antes de que Ronan y Kiper volvieran.
Detuvo sus pasos en seco cuando le pareció escuchar voces lejanas al otro lado del sendero. Afinó la vista, pero no alcanzó a ver a nadie con claridad, únicamente alcanzó a distinguir vagas figuras entre la maleza. Frunció el ceño y blasfemó para sus adentros. Se suponía que no debía de haber nadie por la zona. Decidió entonces colgar el látigo de los amarres en su cinturas y echar mano del hacha que cargaba a la espalda, aunque todavía se tomó un momento para vacilar, considerando que lanzarse a las malas sin saber de quienes se trataban podía salir desastrosamente mal. No podía dejarse llevar por su frustración. Aunque no soltó el arma, se acercó un poco más, sin esconderse pero tampoco delatando su presencia en un inicio. Sólo cuando alcanzó a diferenciar a la mujer de melena dorada reclinada sobre el hombre en el suelo, se apareció entre la maleza. ¿Estaba herido? Mostró un gesto de desagrado en el rostro, ¿habría sido la bestia?
—¡Diantres! Viajeros, ¿os han atacado? No se ve a nadie por estos caminos últimamente.— mantuvo la distancia, aunque prestó un poco más de atención al estado del hombre —¿Puede moverse? No... No os conviene quedaros por la zona...— llevó la mirada una vez más alrededor al tiempo que los advertía.
De repente, no muy lejos, un golpe sordo a madera hueca rebotó entre los troncos de los árboles hasta llegar su rumor hasta ellos. Alrededor, las hierbas bajas cercanas comenzaron a revolverse, como si las pequeñas alimañas huyeran del lugar. Un gutural bramido se dejó escuchar en las cercanías.
—Puede que ya sea tarde. Corred o preparaos.
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Os topáis con Alain y esta [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] enfadada, muy enfadada.
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
La bruja detuvo sus curiosas manos cuando escuchó la advertencia de la mujer rubia con respecto a ese artefacto tan curioso. - Comprendo. - Dicho eso la mujer de cabellera oscura apaciguó sus manos. No pudo evitar mirar de reojo como se le acercaba al perro rabioso de Gaegel. Fue en ese momento cuando Ryra escuchó el comentario de Meleis, el cual le parecía una buena idea. - Voy detrás de ti. - Dicho eso la mujer se levantó y tras sacudir sus ropas fue detrás del joven dragón.
-------------------
Mientras todo eso corría yo me mantenía durmiendo completamente. Entre sueños comencé a escuchar una voz sumamente familiar. La cual de manera inevitable captó algo de mi atención. Y cuando esta se dirigió directamente hacia mi, tardé un poco en abrir los ojos. Poco a poco mis parpados fueron levantándose, aunque con pesadez, no lo iba a negar. Estaba cansado, y se notaba en las ojeras que tenía. Aunque al ver esos cabellos rubios, torpemente sonreí. - Ah... Debo estar alucinando otra vez. (1)
Cuando intenté levantar mis brazos con la intención de rodear la cintura de la mujer, pude sentir la pesadez de mis músculos. Esto en definitiva no podía ser uno de mis delirios pasados. De serlo, no me encontraría en este estado tan deplorable. Por lo que negué ligeramente, apenas y como pude. - No es una alucinación. ¿Verdad? - Dije arqueando la ceja derecha. Debía de admitir que tenía la esperanza de que Mera no me viese en un estado tan lamentable.
Aunque lo que no detuve fue a mi mano derecha, la cual subió un poco más, hasta llegar a una de las mejillas de la rubia y con algo de torpeza debido a la falta de fuerza en mis brazos. Acaricié como pude la mejilla de Meraxes. Era un sentimiento extraño. Una parte de mi no deseaba que ella me hubiese visto así como me encontraba. Pero por otro lado, sentía una calidez en mi corazón. Me sentía tranquilo de volver a encontrarme con ella. Aunque no entendía la razón del por qué.
----------------
Al mismo tiempo. La bruja caminaba tan solo a unos pasos de Meleis. Su diestra estaba colocada cerca de su ballesta, por cualquier cosa podría atacar sin tanta dificultad. - Ustedes sin duda llegaron como caídos del cielo. Comenzaba a cuestionarme sin lograríamos salir de este bosque. - Dijo la bruja con una media sonrisa.
Aunque esa sonrisa se borró al poco tiempo, ya que comenzó a escuchar el andar de otra persona, lo cual hizo que se girara y sin ningún miramiento lanzó una de sus saetas, la cual erró. - Maldición. - Blasfemó la bruja. Sabía que de tener un arma de mayor calidad hubiese acertado, pero tampoco podía juzgar a Gaegel. Con sus pocas fuerzas había logrado fabricar esta ballesta. - ¡Alto allí! Ese tiro fue solo una advertencia. - Fanfarroneo la mujer mientras volvía a apuntar su ballesta hacia ese sujeto que había aparecido de la nada.
--------------------------
En mi andar de pronto escuché un grito de parte de Ryra, el cual me puso en alerta. Observé a quien había aparecido y escuché las palabras que tenía que decir. - Vaya... Parece que las almas caritativas se reúnen todas juntas. - Vociferó la bruja sin dejar de apuntar su arma hacia esa persona. Aunque de un momento a otro el cuervo que de la nada parecía haber decidido en seguirme comenzó a dar fuertes graznidos. Lo cual me hizo verlo por un momento. - ¿Y a este qué le pasa?
Y a lo lejos comenzó a escucharse el estruendo de una poderosa bestia. - ¿Para qué preguntaba? - Me respondí a mi mismo con otra pregunta. Tomé mi gran espada. Aunque el peso de esta hizo que el arma cayera al suelo mientras la seguía sujetando. - ... Carajo. - Maldije mientras miraba mi espada con rabia mientras la levantaba con dificultad. Mi mano temblaba dejando en evidencia que en esos momentos mi arma principal era prácticamente un peso muerto para mi... Yo era un peso muerto para los demás, por lo que por inercia apreté mis dientes, como buscando apaciguar mi rabia interna.
OFF:
1.- Referencia al Sueño de Yule pt. 2
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Mientras todo eso corría yo me mantenía durmiendo completamente. Entre sueños comencé a escuchar una voz sumamente familiar. La cual de manera inevitable captó algo de mi atención. Y cuando esta se dirigió directamente hacia mi, tardé un poco en abrir los ojos. Poco a poco mis parpados fueron levantándose, aunque con pesadez, no lo iba a negar. Estaba cansado, y se notaba en las ojeras que tenía. Aunque al ver esos cabellos rubios, torpemente sonreí. - Ah... Debo estar alucinando otra vez. (1)
Cuando intenté levantar mis brazos con la intención de rodear la cintura de la mujer, pude sentir la pesadez de mis músculos. Esto en definitiva no podía ser uno de mis delirios pasados. De serlo, no me encontraría en este estado tan deplorable. Por lo que negué ligeramente, apenas y como pude. - No es una alucinación. ¿Verdad? - Dije arqueando la ceja derecha. Debía de admitir que tenía la esperanza de que Mera no me viese en un estado tan lamentable.
Aunque lo que no detuve fue a mi mano derecha, la cual subió un poco más, hasta llegar a una de las mejillas de la rubia y con algo de torpeza debido a la falta de fuerza en mis brazos. Acaricié como pude la mejilla de Meraxes. Era un sentimiento extraño. Una parte de mi no deseaba que ella me hubiese visto así como me encontraba. Pero por otro lado, sentía una calidez en mi corazón. Me sentía tranquilo de volver a encontrarme con ella. Aunque no entendía la razón del por qué.
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Al mismo tiempo. La bruja caminaba tan solo a unos pasos de Meleis. Su diestra estaba colocada cerca de su ballesta, por cualquier cosa podría atacar sin tanta dificultad. - Ustedes sin duda llegaron como caídos del cielo. Comenzaba a cuestionarme sin lograríamos salir de este bosque. - Dijo la bruja con una media sonrisa.
Aunque esa sonrisa se borró al poco tiempo, ya que comenzó a escuchar el andar de otra persona, lo cual hizo que se girara y sin ningún miramiento lanzó una de sus saetas, la cual erró. - Maldición. - Blasfemó la bruja. Sabía que de tener un arma de mayor calidad hubiese acertado, pero tampoco podía juzgar a Gaegel. Con sus pocas fuerzas había logrado fabricar esta ballesta. - ¡Alto allí! Ese tiro fue solo una advertencia. - Fanfarroneo la mujer mientras volvía a apuntar su ballesta hacia ese sujeto que había aparecido de la nada.
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En mi andar de pronto escuché un grito de parte de Ryra, el cual me puso en alerta. Observé a quien había aparecido y escuché las palabras que tenía que decir. - Vaya... Parece que las almas caritativas se reúnen todas juntas. - Vociferó la bruja sin dejar de apuntar su arma hacia esa persona. Aunque de un momento a otro el cuervo que de la nada parecía haber decidido en seguirme comenzó a dar fuertes graznidos. Lo cual me hizo verlo por un momento. - ¿Y a este qué le pasa?
Y a lo lejos comenzó a escucharse el estruendo de una poderosa bestia. - ¿Para qué preguntaba? - Me respondí a mi mismo con otra pregunta. Tomé mi gran espada. Aunque el peso de esta hizo que el arma cayera al suelo mientras la seguía sujetando. - ... Carajo. - Maldije mientras miraba mi espada con rabia mientras la levantaba con dificultad. Mi mano temblaba dejando en evidencia que en esos momentos mi arma principal era prácticamente un peso muerto para mi... Yo era un peso muerto para los demás, por lo que por inercia apreté mis dientes, como buscando apaciguar mi rabia interna.
OFF:
1.- Referencia al Sueño de Yule pt. 2
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
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Estábamos, por el momento, solos. Meleis y Ryra habían tenido la amabilidad de darnos unos momentos.
En principio, pensé que Gaegel no se despertaría. Se notaba a leguas lo magullado que estaba y eso sólo acrecentaba mi preocupación.De pronto pude notar cómo abría sus ojos, mi rostro comenzaba a relajarse esbozando una muy leve sonrisa de alivio. Su voz llegó hasta mí, el enojo que había sentido minutos atrás parecía haberse ido.
El que hiciera mención de alucinaciones me hizo resoplar algo parecido a una risa, eso dejaba nuevamente en claro que los sueños, algunos más vividos que otros, eran algo frecuente en ambos. Ante su pregunta, que quizás era para él, negué levemente. Mis orbes violetas, a punto de llorar al ver cómo sus fuerzas flaqueaban, lo miraban fijamente. Tenía un maldito nudo en la garganta, lo menos que deseaba era que me viera así, y de pronto allí estaba una torpe caricia que sólo causó que mis lagrimas inevitablemente cayeran mientras cerraba mis ojos. - Idiota... Pudiste decirme, decirme a lo que venías. Idiota - Le reclamaba con una una dulzura que no me era posible explicar, pero al menos me alegraba verlo despierto.
Quería gritarle, quería golpearle, quería besarle y abrazarle. Claro que nada de eso ocurrió pues las interrupciones no deseadas tomaron protagonismo. Lo primero sería las voces de Ryra y Meleis hacia alguien, no tardó en manifestarse la llegada de saltos por parte de Bomull quien se posaba justo a mi lado, teníamos compañía.
Aquello nos puso en alerta rompiendo totalmente la atmósfera, luego un cuervo, no me había dado cuenta de este hasta que comenzó a graznar al punto de que aturdía, pero aquello o fue peor que el estruendo venido del propio averno, eso no era un rugido común, o al menos no uno conocido por mí. Dejé de prestarle solo por escasos segundos atención antes de volver al notar el cómo su espada caía, su brazo temblaba.
- Abre la boca. - Ordené sin más, por ahora él era mi prioridad y estaba segura que tanto Meleis como la chica podrían encargarse de la situación unos momentos. Con la boca quité la tapa de la botella, incliné esta misma hacia él encargándome de sostenerla pues temía que con su condición no pudiera agarrarla y derramara el contenido. - Te hará bien, solo deja que haga efecto. Bébelo todo. - La sensación de alerta crecía.
En principio, pensé que Gaegel no se despertaría. Se notaba a leguas lo magullado que estaba y eso sólo acrecentaba mi preocupación.De pronto pude notar cómo abría sus ojos, mi rostro comenzaba a relajarse esbozando una muy leve sonrisa de alivio. Su voz llegó hasta mí, el enojo que había sentido minutos atrás parecía haberse ido.
El que hiciera mención de alucinaciones me hizo resoplar algo parecido a una risa, eso dejaba nuevamente en claro que los sueños, algunos más vividos que otros, eran algo frecuente en ambos. Ante su pregunta, que quizás era para él, negué levemente. Mis orbes violetas, a punto de llorar al ver cómo sus fuerzas flaqueaban, lo miraban fijamente. Tenía un maldito nudo en la garganta, lo menos que deseaba era que me viera así, y de pronto allí estaba una torpe caricia que sólo causó que mis lagrimas inevitablemente cayeran mientras cerraba mis ojos. - Idiota... Pudiste decirme, decirme a lo que venías. Idiota - Le reclamaba con una una dulzura que no me era posible explicar, pero al menos me alegraba verlo despierto.
Quería gritarle, quería golpearle, quería besarle y abrazarle. Claro que nada de eso ocurrió pues las interrupciones no deseadas tomaron protagonismo. Lo primero sería las voces de Ryra y Meleis hacia alguien, no tardó en manifestarse la llegada de saltos por parte de Bomull quien se posaba justo a mi lado, teníamos compañía.
Aquello nos puso en alerta rompiendo totalmente la atmósfera, luego un cuervo, no me había dado cuenta de este hasta que comenzó a graznar al punto de que aturdía, pero aquello o fue peor que el estruendo venido del propio averno, eso no era un rugido común, o al menos no uno conocido por mí. Dejé de prestarle solo por escasos segundos atención antes de volver al notar el cómo su espada caía, su brazo temblaba.
- Abre la boca. - Ordené sin más, por ahora él era mi prioridad y estaba segura que tanto Meleis como la chica podrían encargarse de la situación unos momentos. Con la boca quité la tapa de la botella, incliné esta misma hacia él encargándome de sostenerla pues temía que con su condición no pudiera agarrarla y derramara el contenido. - Te hará bien, solo deja que haga efecto. Bébelo todo. - La sensación de alerta crecía.
Meleis
Al salir fuera de los arbustos suspiró pesadamente. No esperaba encontrarse al señor Gaegel en ese estado y sospechaba que esto sería un golpe bastante fuerte para su hermana. El tiempo viajando juntos, atribuido al modo de cómo se relacionaban esos dos lo hacía llegar a diversas y acertadas conclusiones que por respeto a su intimidad se reservaba.
Ryra rompió el silencio, la miró con una cálida y amable sonrisa antes de contestarle. - Lo mismo digo, es un regalo de los dioses saber que los pudimos hallar. Gracias a usted en todo caso por cuidar al Señor Gaegel, estoy seguro que mi hermana le agradece a su modo. - Agregó con cierta vergüenza.
La charla lamentablemente no llegó a mas intercambios de palabras, las cosas se pusieron tensas ante la llegada de un individuo sospechoso al que Ryra no tardó en advertir con un disparo. El joven dragón también se alertó, de inmediato abrió la bolsa donde un gomejo peludo y gordo estaba algo nervioso. - Salta y corre con mamá. - Le dijo al peludo que entendió perfectamente aquella simple orden saltando de la bolsa hacia donde Meraxes se encontraba. (1)
Sacó otra cosa de su bolsillo que no tardó en darle a Ryra. - Por favor guarde esto. Lo podrán necesitar o quizás yo si ve que la situación empeora. Vigile al extraño.- (2) Su tono aunque amable era firme. Miró de reojo a ese sujeto que llegaba, desconocía pues para este punto era difícil saber si se trataba de una especie de aliado o el causante del rugido que se escuchaba más cerca que nunca.
Sus ojos cambiaron, tomando aquella forma afilada y reptiliana. Su cuerpo comenzaba a tornarse escamoso y azul en la medida que todas sus prendas desaparecían por arte de magia dando paso a un dragón imponente y azulado (3 - 4). El rugido en respuesta hacia lo que fuera que se avecinara se hizo notar, era momento de ver con qué se enfrentaban pues no podían huir, Gaegel no estaba en condiciones. Luchar era la opción más prudente.
Ryra rompió el silencio, la miró con una cálida y amable sonrisa antes de contestarle. - Lo mismo digo, es un regalo de los dioses saber que los pudimos hallar. Gracias a usted en todo caso por cuidar al Señor Gaegel, estoy seguro que mi hermana le agradece a su modo. - Agregó con cierta vergüenza.
La charla lamentablemente no llegó a mas intercambios de palabras, las cosas se pusieron tensas ante la llegada de un individuo sospechoso al que Ryra no tardó en advertir con un disparo. El joven dragón también se alertó, de inmediato abrió la bolsa donde un gomejo peludo y gordo estaba algo nervioso. - Salta y corre con mamá. - Le dijo al peludo que entendió perfectamente aquella simple orden saltando de la bolsa hacia donde Meraxes se encontraba. (1)
Sacó otra cosa de su bolsillo que no tardó en darle a Ryra. - Por favor guarde esto. Lo podrán necesitar o quizás yo si ve que la situación empeora. Vigile al extraño.- (2) Su tono aunque amable era firme. Miró de reojo a ese sujeto que llegaba, desconocía pues para este punto era difícil saber si se trataba de una especie de aliado o el causante del rugido que se escuchaba más cerca que nunca.
Sus ojos cambiaron, tomando aquella forma afilada y reptiliana. Su cuerpo comenzaba a tornarse escamoso y azul en la medida que todas sus prendas desaparecían por arte de magia dando paso a un dragón imponente y azulado (3 - 4). El rugido en respuesta hacia lo que fuera que se avecinara se hizo notar, era momento de ver con qué se enfrentaban pues no podían huir, Gaegel no estaba en condiciones. Luchar era la opción más prudente.
- Off:
- 1: Escucho y obedezco [Habilidad Meleis]: [2 usos] Puedo hacer que algún animal dócil efectúe tareas simples. [1/2]
2: Para efectos solo de este tema doy Brocheta de Yak a Ryra, en caso de ser usada la descontaré de mi inventario.
3: Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad. [Meleis 1/2]- Dragón:
4: Durito y fuertecito [Meleis] [Pasiva] Mi armadura natural de escamas se encuentra mejor potenciada para resistir ataques físicos y proporcionar con más potencia embestidas o coletazos en mi forma bestial,Outfit
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Moneda Maliciosa de Elian [Dentro de bolsa de viajero]
-Huevo sorpresa. [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
-Poción de Salud Diluida.
- Medicina multipropósito.
- Armadura de Fieras Normal [Con Encantamiento Pudor]
- Brocheta de yak [Ryra]
- Bomull. [Gomejo] - Al lado de Meraxes
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Alain fue incapaz de mantener la compostura al presenciar la transformación del joven dragón, para él aquellas criaturas resultaban ser casi míticas, fantasías y rumores que los habitantes de las montañas habían hecho llegar a todos los confines del continente sobre gentes que ocultaban dragones en su interior. Pero ahí estaba, frente a sus ojos. Por un instante se temió lo peor, más cuando el graphorn no se detuvo en la embestida que había iniciado tras saltar al camino y dejarse ver por fin. Maldijo para sí, el dragón lo aplastaría sin necesidad de hacer el mínimo esfuerzo, o peor, lo abrasaría. La mercancía perdida y abrasada. De repente dejó de importarle el dragón, Ronan y Kiper lo matarían igualmente.
—¡Eh, forasteros! ¡No tengáis valor de matarlo!— advirtió antes de que nadie pudiese hacer ningún movimiento contra la criatura, al tiempo que se colgaba el látigo de la cintura y echaba mano de la ballesta que cargaba a la espalda —Lo necesito vivo.— remarcó, desviando entonces la mirada del grupo para centrarla en el animal.
La bestia se acercaba a gran velocidad, pero antes de terminar de acortar la distancia, fintó comenzando a dar un rodeo a los cinco que lo enfrentaban, emitiendo por sus fosas nasales un ensordecedor pitido agudo. Alain cerró los ojos fuertemente, como si aquello pudiera hacer que los oídos también se cerrasen, aunque acostumbrado a tratar con aquellas criaturas, llevó rápidamente su mano libre al bolsillo del que sacó dos pequeñas esferas de algodón con las que taponó sus tímpanos. Volviendo a mirar alrededor, trató de acertar varios disparos a la criatura, errando en todos sus intentos. Era verdaderamente veloz. ¡Por eso utilizaban trampas para capturarlas! Y por eso era el más cabeza hueca por haber permitido que aquella se escapase. El graphorn, sin dejar de correr, erizó las púas que recubrían su cuerpo en señal de amenaza, aun sin parecer decidirse por atacar o contra quién hacerlo primero. No dio tiempo a mucho más antes de que nuevos bramidos se hicieran escuchar desde la profundidad del bosque, acercándose igualmente deprisa hacia ellos.
—¡No puedo creer mi fortuna y mi desdicha!— se enfureció Alain entonces, cuando dos criaturas más aparecieron a su encuentro, alertados por los avisos sonoros de su hermano cornudo —¿Es aquí dónde os escondéis? ¡Pues despediros!— voceó hacia los animales.
—¡Eh, forasteros! ¡No tengáis valor de matarlo!— advirtió antes de que nadie pudiese hacer ningún movimiento contra la criatura, al tiempo que se colgaba el látigo de la cintura y echaba mano de la ballesta que cargaba a la espalda —Lo necesito vivo.— remarcó, desviando entonces la mirada del grupo para centrarla en el animal.
La bestia se acercaba a gran velocidad, pero antes de terminar de acortar la distancia, fintó comenzando a dar un rodeo a los cinco que lo enfrentaban, emitiendo por sus fosas nasales un ensordecedor pitido agudo. Alain cerró los ojos fuertemente, como si aquello pudiera hacer que los oídos también se cerrasen, aunque acostumbrado a tratar con aquellas criaturas, llevó rápidamente su mano libre al bolsillo del que sacó dos pequeñas esferas de algodón con las que taponó sus tímpanos. Volviendo a mirar alrededor, trató de acertar varios disparos a la criatura, errando en todos sus intentos. Era verdaderamente veloz. ¡Por eso utilizaban trampas para capturarlas! Y por eso era el más cabeza hueca por haber permitido que aquella se escapase. El graphorn, sin dejar de correr, erizó las púas que recubrían su cuerpo en señal de amenaza, aun sin parecer decidirse por atacar o contra quién hacerlo primero. No dio tiempo a mucho más antes de que nuevos bramidos se hicieran escuchar desde la profundidad del bosque, acercándose igualmente deprisa hacia ellos.
—¡No puedo creer mi fortuna y mi desdicha!— se enfureció Alain entonces, cuando dos criaturas más aparecieron a su encuentro, alertados por los avisos sonoros de su hermano cornudo —¿Es aquí dónde os escondéis? ¡Pues despediros!— voceó hacia los animales.
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En vista de que Meleis ha venido a jugar fuerte, he considerado oportuno equilibrar la balanza sumando dos animalitos más. ¡Criaturitas adorables! Si, ya sé que que Gaegel anda medio tullido, pero seguís sumando dos dragones, una bruja y un Alain que bueno, de momento sólo quiere dar caza a los graphorns. Vivos. ¡AH! Se me ocurre que para ver la suerte que os depara en este enfrentamiento, tiréis runa con la respuesta. ¡Por favor y gracias!
Sigel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Entendía el reclamo por parte de Mera. De verdad que lo entendía, y de yo estar en su posición lo más probable es que hubiese dicho lo mismo. Suspiré profundamente mientras que con torpeza secaba las manos de la mujer. - Porque... No lo sé. Solo actué por instinto. Además. - Dije volviendo a suspirar. - .. Si algo nos hubiese pasado a los dos. ¿Quién iba a ayudar a Zelas? - Fue mi respuesta ante las palabras de ella. Una justificación poco convincente, pero que era verdad.
Con la aparición de aquel hombre misterioso, y aquel sonido tan espeluznante. Meleis le dio algo a Ryra. - Está bien. - Dijo la bruja mientras miraba aquello por un momento antes de guardarlo. Fue en ese momento cuando el muchacho se convirtió en un imponente dragón. Ryra se sorprendió. La vez anterior lo había visto de más lejos, pero el tenerlo así de cerca le resultaba imponente a la pelinegra. Así mismo Meraxes me dio de beber algo que estaba en una botella. Afirmé levemente a las palabras de ella las cuales me decían que eso me haría bien.
Tras las palabras del extraño la bruja arqueo la ceja. - ¿Vivo? Creo que estás pidiendo demasiado. - Dijo mientras apuntaba a la criatura con su ballesta. Aunque con la presencia del dragón, la bestia se detuvo. Comenzando a hacer más ruidos siniestros. Había sido un ruido muy intenso, por lo que tanto la bruja, como yo cerramos los ojos debido a la agudeza del ruido.
Lo que pasó a continuación me hizo abrir los ojos de par en par. Así como así aparecieron dos más de esas criaturas. Aquello hizo que la bruja resoplara con molestia. - Tienes que estar bromeando. - Dijo con molestia mientras que la punta de la flecha que estaba en su ballesta comenzó a prenderse en llamas (1). - ¡Hey! Vengan por aquí! - Dijo la bruja para después arrojar la saeta encendida a una de las criaturas.
Acto seguido comenzó a correr lo más rápido que pudo. Todo con la intención de que esas bestias no le prestaran atención a donde estaba Gaegel. Ante aquello apreté los dientes con molestia. Sabía por qué hacía eso, y me irritaba ser un peso muerto para el grupo en esos momentos.
Mientras Ryra corría, se giraba y le lanzaba flechas encendidas a los graphorns. La bruja tenía que encontrar un sitio donde esas cosas no pudiesen atacarla y ella poder atacarlas con su ballesta. Podía subir a un árbol. Pero decirlo era mucho más sencillo que hacerlo, ya que al subir ella estaba completamente vulnerable a la embestida de esas criaturas. Mientras eso pasaba yo me encontraba frustrado. Incluso golpee el suelo un par de veces. Sabía que conmigo al 100% salir de esto sería más sencillo. Pero, maldición. Esos perros salvajes habían sido unos oponentes formidables.
OFF:
1.- Habilidad Nivel 1.- Flechas Ígneas: [Pasiva] [Requiere Arco o Ballesta] Es capaz de lanzar flechas en llamas, sin reducir su velocidad al lanzarlas.
OFF 2: Olvidé tirar la runa xD
Con la aparición de aquel hombre misterioso, y aquel sonido tan espeluznante. Meleis le dio algo a Ryra. - Está bien. - Dijo la bruja mientras miraba aquello por un momento antes de guardarlo. Fue en ese momento cuando el muchacho se convirtió en un imponente dragón. Ryra se sorprendió. La vez anterior lo había visto de más lejos, pero el tenerlo así de cerca le resultaba imponente a la pelinegra. Así mismo Meraxes me dio de beber algo que estaba en una botella. Afirmé levemente a las palabras de ella las cuales me decían que eso me haría bien.
Tras las palabras del extraño la bruja arqueo la ceja. - ¿Vivo? Creo que estás pidiendo demasiado. - Dijo mientras apuntaba a la criatura con su ballesta. Aunque con la presencia del dragón, la bestia se detuvo. Comenzando a hacer más ruidos siniestros. Había sido un ruido muy intenso, por lo que tanto la bruja, como yo cerramos los ojos debido a la agudeza del ruido.
Lo que pasó a continuación me hizo abrir los ojos de par en par. Así como así aparecieron dos más de esas criaturas. Aquello hizo que la bruja resoplara con molestia. - Tienes que estar bromeando. - Dijo con molestia mientras que la punta de la flecha que estaba en su ballesta comenzó a prenderse en llamas (1). - ¡Hey! Vengan por aquí! - Dijo la bruja para después arrojar la saeta encendida a una de las criaturas.
Acto seguido comenzó a correr lo más rápido que pudo. Todo con la intención de que esas bestias no le prestaran atención a donde estaba Gaegel. Ante aquello apreté los dientes con molestia. Sabía por qué hacía eso, y me irritaba ser un peso muerto para el grupo en esos momentos.
Mientras Ryra corría, se giraba y le lanzaba flechas encendidas a los graphorns. La bruja tenía que encontrar un sitio donde esas cosas no pudiesen atacarla y ella poder atacarlas con su ballesta. Podía subir a un árbol. Pero decirlo era mucho más sencillo que hacerlo, ya que al subir ella estaba completamente vulnerable a la embestida de esas criaturas. Mientras eso pasaba yo me encontraba frustrado. Incluso golpee el suelo un par de veces. Sabía que conmigo al 100% salir de esto sería más sencillo. Pero, maldición. Esos perros salvajes habían sido unos oponentes formidables.
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Gaegel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
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Meleis
La situación en un principio pareció estar bajo control. La peligrosa bestia había sido intimidada por él, o al menos eso creía. Ignoro por completo las peticiones del sujeto, si bien no era partidario de matar por matar, el sentido de supervivencia le decía que luchar contra aquel animal sin procurar no hacerle daño era imprudente.
El sonido espectral alertó por completo sus sentidos. Gruñó en respuesta pues como conocedor de animales sabía de lo que se trataba, aliados. No podía esperar más, y si algo era prioridad era darles tiempo a los otros de huir, y esperaba, al menos, tratar de reducir el número de amenazas.
Corrió con la potencia barbara que su transformación le ofrecían al momento que Ryra dio el primer golpe para batirse con garras y mordidas contra los otros dos. Embestidas, golpes con la cola, y sus punzantes colmillos serían sus armas, esperando resistir lo mayor posible gracias a su coraza natural. (1)
El sonido espectral alertó por completo sus sentidos. Gruñó en respuesta pues como conocedor de animales sabía de lo que se trataba, aliados. No podía esperar más, y si algo era prioridad era darles tiempo a los otros de huir, y esperaba, al menos, tratar de reducir el número de amenazas.
Corrió con la potencia barbara que su transformación le ofrecían al momento que Ryra dio el primer golpe para batirse con garras y mordidas contra los otros dos. Embestidas, golpes con la cola, y sus punzantes colmillos serían sus armas, esperando resistir lo mayor posible gracias a su coraza natural. (1)
Meraxes
La presión allá dentro no hacía más que aumentar. Por un lado por lo mucho que tenía que decir y por otro porque un peligro inminente estaba sobre nosotros.
Los ruidos de parte y parte no dejaban de estremecerme. Gaegel no podía luchar en aquellas condiciones y la cosa indicaba que no estaba tan bien allá afuera. - Quédate aquí mientras hace efecto. Ayudaré a los demás. - Ordené a Gaegel en la medida que salía del escondite con látigo en la siniestra y un huevo en la diestra - había conseguido un par de estos en a feria - esperaba que me fueran útiles en estos momentos de necesidad.
La cosa afuera no era muy prometedora, y la verdad no sabía si quiera a cual de ellos atacar. Hice lo que tenía que hacer y era darle a Meleis un uno contra uno. Un silbido, al menos a uno de ellos tenía que llamarle la atención, si la cosa funcionaba y cualquiera de esos o todos llegaban a acercarse sería capaz de lanzar aquella bomba letal.
Los ruidos de parte y parte no dejaban de estremecerme. Gaegel no podía luchar en aquellas condiciones y la cosa indicaba que no estaba tan bien allá afuera. - Quédate aquí mientras hace efecto. Ayudaré a los demás. - Ordené a Gaegel en la medida que salía del escondite con látigo en la siniestra y un huevo en la diestra - había conseguido un par de estos en a feria - esperaba que me fueran útiles en estos momentos de necesidad.
La cosa afuera no era muy prometedora, y la verdad no sabía si quiera a cual de ellos atacar. Hice lo que tenía que hacer y era darle a Meleis un uno contra uno. Un silbido, al menos a uno de ellos tenía que llamarle la atención, si la cosa funcionaba y cualquiera de esos o todos llegaban a acercarse sería capaz de lanzar aquella bomba letal.
- Off:
- - Procedo a lanzar las runas, como no sé que nos depara el destino aún no lanzo mi huevo (?)Actualmente Activo
Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad. [Meleis 1/2]- Dragón:
1 Durito y fuertecito [Meleis] [Pasiva] Mi armadura natural de escamas se encuentra mejor potenciada para resistir ataques físicos y proporcionar con más potencia embestidas o coletazos en mi forma bestial.Outfit
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Moneda Maliciosa de Elian [Dentro de bolsa de viajero]
-Huevo sorpresa. [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
-Poción de Salud Diluida.
- Medicina multipropósito.
- Armadura de Fieras Normal [Con Encantamiento Pudor]
- Brocheta de yak [Ryra]
- Bomull. [Gomejo] - Al lado de Meraxes
Meraxes
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
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Tyr
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
En pocos minutos la lucha se volvió caotica. Las flechas en llamas habían alcanzado a dos de las criaturas, que al revolverse en incesantes intentos por apagar su pelaje habían prendido las hierbas que los rodeaban. Vaya si aquello los enfureció. Mientras tanto, el tercero se obcecaba en embestir contra el dragón una y otra vez, pese a los golpes que recibía cuando él se defendía.
Ante la gran amenaza que ahora suponía el grupo, el que se veía como el macho dominante emitió de nuevo su silbido que los otros dos más jóvenes comprendieron cómo una indicación de reagruparse. Entonces el líder bufó, dirigiendo su mirada hacia el árbol al que la bruja se había encaramado, y comenzó a correr rodeando al dragón hasta dejarlo entre él y la hechicera, entorpeciendo el ángulo de tiro. Los otros dos lo siguieron. Entonces el líder emitió un nuevo bramido agudo antes de arremeter de nuevo contra una de las patas del dragón, esta vez dejando ver el aguijón de la cola levantado y apuntando hacia él. Otro lo siguió, dirigiéndose a otra extremidad. El tercero, sin embargo, quedó rezagado y cauteloso, pareciendo estudiar la pelea antes de lanzarse. Alain, que aguardaba espectante, intentando trazar un plan para capturarlos con el lazo encadenado que ya sostenía dispuesto a lanzar, abrió los ojos como si estuviera presenciando un milagro.
—Joder. ¡Joder! Una hembra, ¡eh! ¡Es una hembra! Mía. ¡Es mía!— comenzó a gritar, entusiasmado y todavía sin dar crédito, señalando al animal —¡Eh, forasteros! ¿Queréis ganaros una buena recompensa? ¡Me aseguraré de ello si me la dejáis! ¡Entretened a los otros! Y olvidad lo que dije. ¡Matadlos si es necesario! Que no se me acerquen.— y dejó escapar una carcajada, verdaderamente convencido de que llevar ante los lobos un ejemplar como aquel sería motivo suficiente para una buena subida de salario.
El cazador se abalanzó sobre la criatura con aspavientos para llamar su atención y apartarla de la trifulca, tratando de ponerse a distancia de tiro de la bruja por si alguno de los machos se volvía para proteger a su hembra, pudiera ser alcanzado por las flechas antes de llegar. No tardó en ocurrir que el más joven desviara la atención del dragón y pareciera disponerse a retroceder hasta ella. Sin embargo, el silbido que llegó a sus oídos lo confundió, haciéndolo detenerse en seco. Mirando un momento hacia su alrededor, el animal se fijó finalmente en la mujer, entendiendo que ella era quien trataba de imitar su lenguaje. El graphorn resopló y fijó su mirada en ella, con una mezcla de interés y recelo, aunque volvió su mirada una vez más hacia la hembra. Pareció despreocupado cuando alcanzó que no estaba teniendo problema en su defensa contra el furtivo, decidiendo finalmente avanzar hacia la mujer. Aunque sin bajar su aguijón.
___________________
Bien, dos runas medias. La situación es la siguiente:
» Ryra ha alcanzado con las flechas a los dos graphorn más jóvenes, macho y hembra. Su pelaje se ha quemado en parte de su cuerpo, pero han logrado apagarlo (aunque eso ha provocado que la hierba empiece a prenderse fuego). Ahora Meleis te dificulta el ángulo de tiro, pero los animales no se fijan en ti.
» Meleis queda en un 1vs1 contra el macho dominante.
» Meraxes queda 1vs1 contra el macho joven.
» Alain está en 1vs1 contra la hembra. Y va perdiendo.
» Gaegel está fuera de peligro.
Sois libres de resolverlo en un turno o en varios, sólo indicármelo en el off para intervenir o esperar más respuestas. No es necesario volver a lanzar runas.
Sigel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Pude escuchar atentamente la orden que Mera me había dicho. Pero aunque quisiera quejarme, por ahora no podía hacer nada. Apenas podía sentir movilidad fluida en mis manos, pero no tenía la capacidad de levantarme, por lo que para mi mala fortuna debía de aguardar un poco. Pude notar cómo salía del escondite que había improvisado Ryra para mi. - Tch... No tengo de otra. - Dije con pesadez mientras trataba de ver de un lado a otro. Pero la hierba me impedía ver bien lo que estaba sucediendo "afuera".
Respiraba profundamente mientras que me forzaba a mi mismo a mover mis piernas. Tenía la idea de que si me movía, eso que me había dado Meraxes funcionaría de una manera más rápida. ¿Quién sabe? Tal vez ese era un placebo para mi, porque conforme lo intentaba, podía sentir mayor fluidez en el movimiento de mis piernas. - Eso. Muévanse piernas idiotas. - Al decir aquello suspiré profundamente. - Bueno, ustedes no son idiotas, el idiota soy yo al haber peleado de una manera tan descuidada. - Tenía que levantarme a toda costa. Porque de no hacerlo en ese momento me volvería completamente loco.
Mientras me encontraba batallando contra mi propio cuerpo. La bruja miraba de un lado a otro. Sus ataques habían quemado los pelajes de aquellas criaturas. - Tomen eso. Se lo merecen. - Dijo con malicia para luego ver el combate entre Meleis y el que parecía la bestia líder. Pero no había caso. El combate entre ellos se estaba dando desde una posición en la que no podría darle a la bestia. - Carajo. - Bufó la bruja, visiblemente irritada por no poder apoyar a Meleis desde su posición actual.
Luego de eso miró de reojo cómo una de las criaturas que había quemado centraba su atención en Meraxes. En ese momento el extraño sujeto comenzó a gritar que una de esas criaturas era una hembra. Aquello le hizo arquear su ceja derecha. Pero cuando dijo que podían eliminar a las otras dos bestias ella sonrió con malicia. - Por los dioses. Eso es música para mis oídos.
Pudo notar cómo ese tipo comenzó a intentar capturar a la hembra, cosa que a simple vista parecía que no le estaba saliendo nada bien. - Te voy a ayudar un poco. - Dicho eso comenzó a lanzar flechas en llamas (1) cerca de la criatura. Los disparos no eran con intención de atacarla, sino más bien frenarla, así como limitar su campo de movimiento para que le resultara más sencillo capturarla.
Parecía que lo que me había dado Mera estaba comenzando a funcionar, era eso o mis sugestiones. El punto esa que ahora podía flexionar mis piernas y movía mis manos. Por lo que tomé mi enorme espada, la cual usé como bastón para comenzar a levantarme. No lo iba a negar. Aquello en un inicio me costó trabajo. - Eso... Qué bien se siente estar de pie. - Dije en voz baja mientras me movía con lentitud. Incluso dejé de usar la espada como bastón, aunque aún me pesaba el hecho de cargarla, por lo que la arrastré hasta dejarla reposar en uno de los árboles.
No lo iba a negar. No estaba ni cerca de estar al cien porciento de mis capacidades, pero podía sentirlo. En ese estado no era una carga del todo. Miré de un lado y me encontré a Ryra, quien ayudaba a ese extraño sujeto que se encargaba de capturar a los graphorns. Por otro lado estaba Meraxes, quien estaba enfrentando a una de esas criaturas, y luego mi vista se posó en la batalla entre Meleis, y quien evidentemente era el líder del grupo. - Eres imponente Meleis. Pero este combate necesita de otro alpha para que se empareje un poco. - Sonreí levemente mientras me encargaba de poner mi armadura ligera. En ese momento no me encontraba en condiciones para combatir con una espada en la mano, y era evidente que batallar así como estaba era una pésima idea. Por lo que la respuesta era más que obvia.
Mis manos comenzaban a llenarse de aquel pelaje de color blanco como la nieve. Dejando a un lado mi forma humana para darle paso a mi forma animal (2). Una vez que la transformación concluyó, comencé a andar despacio para luego emitir un gruñido, que iba dirigido hacia el líder de los graphorns. Gruñido que dio paso a un potente aullido mientras me colocaba en un lugar alto. Buscando dar una postura amenazadora para el líder de los graphorns, así como también a la bestia con la que Meraxes combatía. Estaba claro que no tenía todas mis fuerzas, por lo que, lo único que podría hacer es moverme lo menos posible. Solo buscando utilizar mi agilidad canina en los ataques de esas criaturas.
OFF:
1.- Ryra: Habilidad Nivel 1.- Flechas Ígneas: [Pasiva] [Requiere Arco o Ballesta] Es capaz de lanzar flechas en llamas, sin reducir su velocidad al lanzarlas.
2.- Gaegel: Forma de Lobo: [2 usos] Puedo convertirme en un peligroso y feroz lobo huargo. Puedo volver a forma humana a voluntad. [1/2]
Respiraba profundamente mientras que me forzaba a mi mismo a mover mis piernas. Tenía la idea de que si me movía, eso que me había dado Meraxes funcionaría de una manera más rápida. ¿Quién sabe? Tal vez ese era un placebo para mi, porque conforme lo intentaba, podía sentir mayor fluidez en el movimiento de mis piernas. - Eso. Muévanse piernas idiotas. - Al decir aquello suspiré profundamente. - Bueno, ustedes no son idiotas, el idiota soy yo al haber peleado de una manera tan descuidada. - Tenía que levantarme a toda costa. Porque de no hacerlo en ese momento me volvería completamente loco.
Ryra
Mientras me encontraba batallando contra mi propio cuerpo. La bruja miraba de un lado a otro. Sus ataques habían quemado los pelajes de aquellas criaturas. - Tomen eso. Se lo merecen. - Dijo con malicia para luego ver el combate entre Meleis y el que parecía la bestia líder. Pero no había caso. El combate entre ellos se estaba dando desde una posición en la que no podría darle a la bestia. - Carajo. - Bufó la bruja, visiblemente irritada por no poder apoyar a Meleis desde su posición actual.
Luego de eso miró de reojo cómo una de las criaturas que había quemado centraba su atención en Meraxes. En ese momento el extraño sujeto comenzó a gritar que una de esas criaturas era una hembra. Aquello le hizo arquear su ceja derecha. Pero cuando dijo que podían eliminar a las otras dos bestias ella sonrió con malicia. - Por los dioses. Eso es música para mis oídos.
Pudo notar cómo ese tipo comenzó a intentar capturar a la hembra, cosa que a simple vista parecía que no le estaba saliendo nada bien. - Te voy a ayudar un poco. - Dicho eso comenzó a lanzar flechas en llamas (1) cerca de la criatura. Los disparos no eran con intención de atacarla, sino más bien frenarla, así como limitar su campo de movimiento para que le resultara más sencillo capturarla.
De vuelta con el lobo querendón
Parecía que lo que me había dado Mera estaba comenzando a funcionar, era eso o mis sugestiones. El punto esa que ahora podía flexionar mis piernas y movía mis manos. Por lo que tomé mi enorme espada, la cual usé como bastón para comenzar a levantarme. No lo iba a negar. Aquello en un inicio me costó trabajo. - Eso... Qué bien se siente estar de pie. - Dije en voz baja mientras me movía con lentitud. Incluso dejé de usar la espada como bastón, aunque aún me pesaba el hecho de cargarla, por lo que la arrastré hasta dejarla reposar en uno de los árboles.
No lo iba a negar. No estaba ni cerca de estar al cien porciento de mis capacidades, pero podía sentirlo. En ese estado no era una carga del todo. Miré de un lado y me encontré a Ryra, quien ayudaba a ese extraño sujeto que se encargaba de capturar a los graphorns. Por otro lado estaba Meraxes, quien estaba enfrentando a una de esas criaturas, y luego mi vista se posó en la batalla entre Meleis, y quien evidentemente era el líder del grupo. - Eres imponente Meleis. Pero este combate necesita de otro alpha para que se empareje un poco. - Sonreí levemente mientras me encargaba de poner mi armadura ligera. En ese momento no me encontraba en condiciones para combatir con una espada en la mano, y era evidente que batallar así como estaba era una pésima idea. Por lo que la respuesta era más que obvia.
Mis manos comenzaban a llenarse de aquel pelaje de color blanco como la nieve. Dejando a un lado mi forma humana para darle paso a mi forma animal (2). Una vez que la transformación concluyó, comencé a andar despacio para luego emitir un gruñido, que iba dirigido hacia el líder de los graphorns. Gruñido que dio paso a un potente aullido mientras me colocaba en un lugar alto. Buscando dar una postura amenazadora para el líder de los graphorns, así como también a la bestia con la que Meraxes combatía. Estaba claro que no tenía todas mis fuerzas, por lo que, lo único que podría hacer es moverme lo menos posible. Solo buscando utilizar mi agilidad canina en los ataques de esas criaturas.
OFF:
1.- Ryra: Habilidad Nivel 1.- Flechas Ígneas: [Pasiva] [Requiere Arco o Ballesta] Es capaz de lanzar flechas en llamas, sin reducir su velocidad al lanzarlas.
2.- Gaegel: Forma de Lobo: [2 usos] Puedo convertirme en un peligroso y feroz lobo huargo. Puedo volver a forma humana a voluntad. [1/2]
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Invierno
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Tenía que admitir que llamar la atención de esas cosas, a pesar de la clara desventaja que tenía, no era una de mis mejores ideas, pero bueno, lo importante era que ahora Meleis solo debía lidiar con uno de ellos, los demás tomaron su propio rumbo y yo era uno de esos. Además la idea de que ahora todo estaba en llamas no alentaba mucho las cosas.
- Eso es, pequeño monstruito, ven aquí... - Volví a silbar para apaciguar mis nervios. Un ladeo de cabeza de su parte me extrañó. ¿Qué podría ser? ¿Por qué actuaba así? *
No podía retroceder, pero mis pies tampoco se estaban quietos al ver aquel aguijón que podría poner a cualquiera con la piel de gallina...pero, no había tiempo para eso. Fue en ese momento cuando una gran bola de pelos blanca entró en el juego.
- ¿Es en serio? ¿Y ahora que se supone que haga con esto? - Alcé la diestra con el huevo que se suponía salvaría el pellejo, o nos daría tiempo para huir. Esa cosa olía a diablo, y para cosas - como las que tenía en frente - con buen olfato seguro sería el propio infierno. No podía lanzarlo ahora que Gaegel se había vuelto un lobito esponjoso. Aunque su llegada sin duda podría resultar beneficiosa ¿o no? Como fuera no tenía caso, lo mejor era meterlo al bolsillo.
El tiempo tampoco estaba a mi favor dado a que el encantamiento tenía cierto límite. Había que pensar rápido.
Mientras este dilema entre el fuego, el silbido y la cola punzante sucedían. Meleis y el bicho más grande parecían tener su propio duelo de machos. Ambos, alerta y a la expectativa de lo que el contrario pudiera hacer, parecían dos felinos estudiando al enemigo. El dragón mostraba sus feroces dientes y el otro movía aquella cola. Sin embargo, la llegada de un nuevo macho no fue desaprovechada por el joven dragón, pues con la llegada de otro macho a la pelea el alfa seguramente se distraería. Exhaló de su boca un chorro concentrado 1 a fin de golpear al graphorn de forma contundente y no tardó en abalanzarse con garras y dientes tomándolo del inicio de la cola, su objetivo, arrancársela desde la raíz. Tal vez Gaegel, ahora como lobo pudiera ayudarle.
Volviendo a mí, la llegada del lobo blanco distrajo al joven, creo que era la edad del déficit de atención, aunque no lo culpaba. Volví a silbar * - y aunque tenía una corazonada- esta vez era para llamar la atención de Gaegel, pero nuevamente el joven parecía reaccionar a esto, no obstante al nuevo individuo - Gaegel lobo - lo veía como una mayor amenaza por lo que sus pasos - y su cola - iban a él, cosa que no permitiría.
-Ah no, monstruito, tu eres mío. - Esta vez manejé mi arma no con intención de azote si no de enrollar la cuerda a su cuello y comenzar a jalar, haciendo una buena ancla con mis piernas. Esperaba que fuera lo bastante resistente y en la medida de lo posible dejarlo sin aire - si es que no me arrastraba- porque vaya que estaba fuerte. - ¡Gaegel, ayuda a Meleis! - Ordené con esfuerzo y algunas tosidas por el humo. - ¡Los demás silben! ¡No entiendo por qué pero sólo háganlo! - Gritaba entre esfuerzos mientras la cosa negra con cuernos se retorcía para zafarse.
- Eso es, pequeño monstruito, ven aquí... - Volví a silbar para apaciguar mis nervios. Un ladeo de cabeza de su parte me extrañó. ¿Qué podría ser? ¿Por qué actuaba así? *
No podía retroceder, pero mis pies tampoco se estaban quietos al ver aquel aguijón que podría poner a cualquiera con la piel de gallina...pero, no había tiempo para eso. Fue en ese momento cuando una gran bola de pelos blanca entró en el juego.
- ¿Es en serio? ¿Y ahora que se supone que haga con esto? - Alcé la diestra con el huevo que se suponía salvaría el pellejo, o nos daría tiempo para huir. Esa cosa olía a diablo, y para cosas - como las que tenía en frente - con buen olfato seguro sería el propio infierno. No podía lanzarlo ahora que Gaegel se había vuelto un lobito esponjoso. Aunque su llegada sin duda podría resultar beneficiosa ¿o no? Como fuera no tenía caso, lo mejor era meterlo al bolsillo.
El tiempo tampoco estaba a mi favor dado a que el encantamiento tenía cierto límite. Había que pensar rápido.
Mientras este dilema entre el fuego, el silbido y la cola punzante sucedían. Meleis y el bicho más grande parecían tener su propio duelo de machos. Ambos, alerta y a la expectativa de lo que el contrario pudiera hacer, parecían dos felinos estudiando al enemigo. El dragón mostraba sus feroces dientes y el otro movía aquella cola. Sin embargo, la llegada de un nuevo macho no fue desaprovechada por el joven dragón, pues con la llegada de otro macho a la pelea el alfa seguramente se distraería. Exhaló de su boca un chorro concentrado 1 a fin de golpear al graphorn de forma contundente y no tardó en abalanzarse con garras y dientes tomándolo del inicio de la cola, su objetivo, arrancársela desde la raíz. Tal vez Gaegel, ahora como lobo pudiera ayudarle.
Volviendo a mí, la llegada del lobo blanco distrajo al joven, creo que era la edad del déficit de atención, aunque no lo culpaba. Volví a silbar * - y aunque tenía una corazonada- esta vez era para llamar la atención de Gaegel, pero nuevamente el joven parecía reaccionar a esto, no obstante al nuevo individuo - Gaegel lobo - lo veía como una mayor amenaza por lo que sus pasos - y su cola - iban a él, cosa que no permitiría.
-Ah no, monstruito, tu eres mío. - Esta vez manejé mi arma no con intención de azote si no de enrollar la cuerda a su cuello y comenzar a jalar, haciendo una buena ancla con mis piernas. Esperaba que fuera lo bastante resistente y en la medida de lo posible dejarlo sin aire - si es que no me arrastraba- porque vaya que estaba fuerte. - ¡Gaegel, ayuda a Meleis! - Ordené con esfuerzo y algunas tosidas por el humo. - ¡Los demás silben! ¡No entiendo por qué pero sólo háganlo! - Gritaba entre esfuerzos mientras la cosa negra con cuernos se retorcía para zafarse.
- Off:
- - Creo que nos tomará otra ronda para que Gaegel haga su jugada.
- Guardo el huevo por seguridad.
- * "el silbido que llegó a sus oídos lo confundió, haciéndolo detenerse en seco. Mirando un momento hacia su alrededor, el animal se fijó finalmente en la mujer, entendiendo que ella era quien trataba de imitar su lenguaje."
- Aprovecho la entrada de Gaegel y la posible confusión que esto puede causar para ambos machos a fin de atacar con Meraxes y Meleiz respectivamente.Actualmente Activo
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1 Durito y fuertecito [Meleis] [Pasiva] Mi armadura natural de escamas se encuentra mejor potenciada para resistir ataques físicos y proporcionar con más potencia embestidas o coletazos en mi forma bestial.
- Aliento elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.Outfit
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Una vez que salí al exterior y hacer acto de presencia, los dos machos evidentemente me prestaron atención. Justamente lo que yo quería. Eso ayudaría tanto a Meraxes, como a Meleis para frenarlos. Aunque la mujer no parecía del todo complacida. Ya que ella tenía en sus manos unos huevos que, para ser sincero no había prestado atención al horroroso aroma que tenían. Inevitablemente estornudé un par de veces debido a la sensibilidad de mi olfato. Lo cual llevó a la mujer dragón a guardar los susodichos huevos para que no pudiese olfatearlos.
Acto seguido, Mera me dio la indicación de ayudar a Meleis a controlar al macho alpha. Por lo que asentí con la cabeza y volví mi atención al líder de los graphorns. Mis pisadas eran lentas. Era evidente que lo que deseaba era que esa bestia me prestara atención. Por desgracia aún no estaba listo para tener un combate físico con esa bestia, por lo que mi deber era servir como distracción para que Meleis pudiese atacarlo con mayor libertad.
Y así fue. Cuando el graphorn me vio, el dragón realizó su movimiento y atacó hacia su cola, la cual tenía su aguijón, y de un movimiento que requería de una gran potencia comenzó a intentar arrancársela. Fue en un acto de instinto en el que mi cola que estaba erguida bajó un poco. Al estar en mi modo de lobo huargo, digamos que empatizaba más con ese tipo de partes corporales.
En ese momento escuché la voz de Mera, la cual me indicaba que ayudara a Meleis. Por lo que volví a alzar mi cola y gruñí un poco, como si buscara la manera de decirle "Sí, ya voy". Luego de eso comencé a correr directo hacia aquella bestia. Mi objetivo era el de morder las patas del graphorn para así desestabilizar al líder de la manada y no pudiese oponer resistencia ante el ataque de Melis.
Me acerqué por lo bajo y comencé a mordisquear la pata delantera derecha. La cual comencé a magullar con mis colmillos, los cuales comenzaron a llenarse de sangre de la bestia, y consigo el pelaje blanco que se encontraba en mi hocico. La bestia no se quedaría de "patas cruzadas" dejándome atacar sus patas, por lo que intentó atacarme con su cornamenta. Al tener la ventaja de la visión en mi posición logré anticipar sus movimientos y retrocedí un poco.
Si bien se encontraba siendo atacada por dos grandes bestias, era evidente que ese graphorn no caería sin dar una buena batalla. Por lo que comencé a correr en zig zag con la intención de que la bestia no supiera por dónde le atacaría. Y esta vez me encargué de mordisquear la pata trasera de su mismo lado derecho. Aquel movimiento hizo que la bestia perdiera el equilibrio.
Pero si de algo estaba seguro era que esta bestia aún así no se daría por vencida. Por lo que luego de mordisquear con fuerza esa pata, volví a soltarlo y corrí de nueva cuenta, rodeando al graphorn para morder con contundencia su pata delantera izquierda. Sabía que desde esa posición estaba aún a merced de su cornamenta, por lo que las mordidas debían de ser más intensas. Durante ese momento la sangre comenzaba a chorrerar de las patas de la bestia, impregnando por completo el hocico del lobo, dándole un aspecto mucho más intimidante. Al final se dirigió para morder la pata trasera del lado izquierdo.
Mientras todo eso pasaba. La bruja alcanzó a escuchar el comentario de Meraxes con respecto a silbar. - ¿Silbar? - Dijo la bruja mientras miraba hacia la hembra. - De acuerdo. - Tras esas palabras, Ryra comenzó a silbar. Lo cual captó la atención de la hembra, lo cual ayudó a la mujer de cabellera negra a terminar de encerrarla para que el tipo que estaba decidido en capturarla con vida realizara su jugada.
Una vez que terminé de mordisquear su pata, supe que solo había un objetivo más. Lo mejor era darle muerte por el cuello. Pero al ver el pelaje que cubría aquella zona, sabía de antemano que mi mordida, por más intensa que fuera, no lograría alcanzarlo, por lo que lo mejor era darle el campo abierto a Meleis para que le diera fin. Así que di un salto para "detener" con mis patas la cornamenta del graphorn y que con la inercia del salto, el hocico de la bestia se clavara al suelo. Esto le dejaría el campo libre al joven dragón para alcanzar el cuello del alpha.
OFF:
- Aún vigente el primer uso de la forma de lobo de Gaegel.
Acto seguido, Mera me dio la indicación de ayudar a Meleis a controlar al macho alpha. Por lo que asentí con la cabeza y volví mi atención al líder de los graphorns. Mis pisadas eran lentas. Era evidente que lo que deseaba era que esa bestia me prestara atención. Por desgracia aún no estaba listo para tener un combate físico con esa bestia, por lo que mi deber era servir como distracción para que Meleis pudiese atacarlo con mayor libertad.
Y así fue. Cuando el graphorn me vio, el dragón realizó su movimiento y atacó hacia su cola, la cual tenía su aguijón, y de un movimiento que requería de una gran potencia comenzó a intentar arrancársela. Fue en un acto de instinto en el que mi cola que estaba erguida bajó un poco. Al estar en mi modo de lobo huargo, digamos que empatizaba más con ese tipo de partes corporales.
En ese momento escuché la voz de Mera, la cual me indicaba que ayudara a Meleis. Por lo que volví a alzar mi cola y gruñí un poco, como si buscara la manera de decirle "Sí, ya voy". Luego de eso comencé a correr directo hacia aquella bestia. Mi objetivo era el de morder las patas del graphorn para así desestabilizar al líder de la manada y no pudiese oponer resistencia ante el ataque de Melis.
Me acerqué por lo bajo y comencé a mordisquear la pata delantera derecha. La cual comencé a magullar con mis colmillos, los cuales comenzaron a llenarse de sangre de la bestia, y consigo el pelaje blanco que se encontraba en mi hocico. La bestia no se quedaría de "patas cruzadas" dejándome atacar sus patas, por lo que intentó atacarme con su cornamenta. Al tener la ventaja de la visión en mi posición logré anticipar sus movimientos y retrocedí un poco.
Si bien se encontraba siendo atacada por dos grandes bestias, era evidente que ese graphorn no caería sin dar una buena batalla. Por lo que comencé a correr en zig zag con la intención de que la bestia no supiera por dónde le atacaría. Y esta vez me encargué de mordisquear la pata trasera de su mismo lado derecho. Aquel movimiento hizo que la bestia perdiera el equilibrio.
Pero si de algo estaba seguro era que esta bestia aún así no se daría por vencida. Por lo que luego de mordisquear con fuerza esa pata, volví a soltarlo y corrí de nueva cuenta, rodeando al graphorn para morder con contundencia su pata delantera izquierda. Sabía que desde esa posición estaba aún a merced de su cornamenta, por lo que las mordidas debían de ser más intensas. Durante ese momento la sangre comenzaba a chorrerar de las patas de la bestia, impregnando por completo el hocico del lobo, dándole un aspecto mucho más intimidante. Al final se dirigió para morder la pata trasera del lado izquierdo.
Mientras todo eso pasaba. La bruja alcanzó a escuchar el comentario de Meraxes con respecto a silbar. - ¿Silbar? - Dijo la bruja mientras miraba hacia la hembra. - De acuerdo. - Tras esas palabras, Ryra comenzó a silbar. Lo cual captó la atención de la hembra, lo cual ayudó a la mujer de cabellera negra a terminar de encerrarla para que el tipo que estaba decidido en capturarla con vida realizara su jugada.
Una vez que terminé de mordisquear su pata, supe que solo había un objetivo más. Lo mejor era darle muerte por el cuello. Pero al ver el pelaje que cubría aquella zona, sabía de antemano que mi mordida, por más intensa que fuera, no lograría alcanzarlo, por lo que lo mejor era darle el campo abierto a Meleis para que le diera fin. Así que di un salto para "detener" con mis patas la cornamenta del graphorn y que con la inercia del salto, el hocico de la bestia se clavara al suelo. Esto le dejaría el campo libre al joven dragón para alcanzar el cuello del alpha.
OFF:
- Aún vigente el primer uso de la forma de lobo de Gaegel.
Gaegel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Invierno
Bosques del Este
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Los eventos se desarrollaron practicamente al mismo tiempo, con la intervención de Gaegel y su ataque directo al alfa que combatía contra Meleis, este último aprovechó la oportunidad de morder con fuerza aquella peligrosa cola y apretar y jalar con el objetivo de quitársela, con algo de suerte y siendo el macho más grande inhabilitado tal vez los otros dos animales huirían de ahí ante el peligro inminente, solo los Dioses trazarían el destino.
Por otro lado tras la sugerencia del silbar, cosa que parecía afectarle a eso perros venenosos, Ryra me imitó y logró lidiar con el predicamento del tercer mosntruito. Solo algo no dejaba de revolotearme en la cabeza, una cosa era luchar por nuestra supervivencia y otra era querer atraparlos. No sabía quien era ese sujeto pero tampoco apoyaba del todo esa idea, al fin y al cabo pese a las posibles bajas, los otros dos merecían su libertad.
Mi agarre se mantenía firme esperando que así se le fuera el aire. - ¡Ryra el fuego! ¡¿Y quién carajos es ese sujeto?! ¿Un traficante de animales? - Hablaba con esfuerzo por lo que estuviese o no inhabilitado aquel macho, afloje la cuerda, el asunto del fuego estaba comenzando a complicarse. No tenía agua a mi alcance con Meleis ocupado, así que tocaba pensar un poco más y comenzar a echar tierra, creo que prefería morir devorada por bestias antes que abrasada por las llamas.
Por otro lado tras la sugerencia del silbar, cosa que parecía afectarle a eso perros venenosos, Ryra me imitó y logró lidiar con el predicamento del tercer mosntruito. Solo algo no dejaba de revolotearme en la cabeza, una cosa era luchar por nuestra supervivencia y otra era querer atraparlos. No sabía quien era ese sujeto pero tampoco apoyaba del todo esa idea, al fin y al cabo pese a las posibles bajas, los otros dos merecían su libertad.
Mi agarre se mantenía firme esperando que así se le fuera el aire. - ¡Ryra el fuego! ¡¿Y quién carajos es ese sujeto?! ¿Un traficante de animales? - Hablaba con esfuerzo por lo que estuviese o no inhabilitado aquel macho, afloje la cuerda, el asunto del fuego estaba comenzando a complicarse. No tenía agua a mi alcance con Meleis ocupado, así que tocaba pensar un poco más y comenzar a echar tierra, creo que prefería morir devorada por bestias antes que abrasada por las llamas.
- Off:
- - Termino de realizar las acciones planteadas en mi post previo.Actualmente Activo
Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad. [Meleis 1/2]- Dragón:
1 Durito y fuertecito [Meleis] [Pasiva] Mi armadura natural de escamas se encuentra mejor potenciada para resistir ataques físicos y proporcionar con más potencia embestidas o coletazos en mi forma bestial.
- Aliento elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.Outfit
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Outfit Meleis
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.- Moneda Maliciosa de Elian [Dentro de bolsa de viajero][Usada en otro tema.]
-Huevo sorpresa. [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
-Poción de Salud Diluida.
- Medicina multipropósito.
- Armadura de Fieras Normal [Con Encantamiento Pudor]
- Brocheta de yak [Ryra]
- Bomull. [Gomejo] - Al lado de Meraxes
Meraxes
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
El fuego y los rugidos de las bestias hicieron que la escena se volviera caótica en escasos minutos, tardando poco en percibirse el cambio de intenciones en los animales, que abandonaron el intento de caza al verse convertidos en potenciales presas.
Alain se mostraba entusiasmado, alentado al ver que las flechas de la bruja habían logrado cercar a la hembra hasta acorralarla, únicamente tenía que terminar de echarle el lazo. Bueno, únicamente. Debería cerciorarse de que una captura como aquella no volviera a zafarse, sostener el amarre que la enredaba el cuerpo con la firmeza suficiente para no dejarla escapar hasta que tuviera lista la red boleadora con la que terminar de atrapar todo su cuerpo y no permitir más movimientos. Se encontraba plenamente dedicado a aquella tarea, concentrando todas su fuerzas en la criatura, cuando rugidos distintos a los escuchados hasta el momento irrumpieron en la lucha, sobresaltando al joven furtivo. Sus pupilas se dilataron, en una proyección entre temor y gozo, al ver la figura del lobo blanco.
Después todo fue muy rápido. Los ataques coordinados del dragón y el huargo lograron derribar al líder de los graphorns, que cayó a plomo, malherido, no dejando más opción a los otros dos que la de salir huyendo o resignarse a su final. Únicamente el macho más joven, menos afectado por los estragos del combate, pudo alejarse lo bastante antes de que los silbidos del grupo, alentados por la mujer de melena rubia, comenzaran a resonar y rebotar entre los árboles que los rodeaban. La hembra se revolvió entre la red que cubría parte de su cuerpo, demasiado pequeña para cubrir totalmente su envergadura, visiblemente molesta por los zumbidos agudos, y desorientada, incapaz de avanzar dos pasos derechos. El muchacho, que para entonces había asumido que ya era suya, volvió su atención hacia el licántropo.
—¿Serás…? El lobo blanco... Tienes que ser. Hay que estar muy falto de sesera para no estar lejos de estos bosques.— el chico soltó una carcajada socarrona —¿O acaso es que no lo sabes? Tu inmaculado pelaje tiene precio, amigo.— señaló con el mentón —Si es que, en efecto, eres aquel que se dice, encaró a los de su condición por defender las aldeas contra La Manada. ¿Estos son tus amigos? De ellos no se habla, que sepa yo. ¡Lo sabría si un dragón hubiese defendido Aguasclaras!— dedicó una mirada ascendente a Meleis, para después pasearla alrededor, observando a los demás —Ah, descuida, no pienso enfrentarme a ninguno por una mísera recompensa y una palmada en la espalda de los jefes. Ya trabajo suficiente para esos perros…— masculló al final.
Fatigada, la presa terminó por dejarse caer al suelo. Alain se acercó a ella, despreocupado, limpiándose el sudor del rostro con las mangas de la casaca, disponiéndose a atar sus extremidades.
—¿Por qué no me echáis una mano a cargar con estos dos? Antes de que todos terminemos asados aquí. Mi campamento no está lejos. Podéis reponeros, comer algo y os recompensaré por vuestra parte en la cacería. ¿Cómo lo veis?
______________________
Sois libres de decidir qué hacer a partir de aquí, continuar junto a Alain o seguir vuestro camino. Quién sabe qué puede ocurrir en cualquiera de los casos.
Sigel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Tras mis movimientos para dejar al alpha inmóvil, fue Meleis quien terminó hiriendo a la bestia. Por fortuna de los dioses así fue. No sabía cuanto tiempo podría resistir evadiendo los ataques del graphorn. Sin poder evitarlo me senté un momento mientras jadeaba con la intención de recuperar el aliento. Aquellos movimientos ágiles de hace un momento no hubiesen implicado ningún problema. Incluso, meditando un poco la situación, de estar en mejores condiciones, ahora podía estar seguro que este graphorn no hubiese implicado demasiado desafío para mi.
Pero bueno. No había tiempo para lamentaciones. Se pudo notar que el vencer al líder del grupo había surtido el efecto buscado, ya que las otras bestias comprendieron que nuestro grupo tenía la capacidad de acabar con ellos. Fue en ese momento cuando, justo cuando la bruja se disponía a responder a la petición de Meraxes cuando notó una reacción de parte de aquel extraño sujeto al verme a mi en mi forma de lobo huargo cuando ella comenzó a portarse con recelo.
Sin pensarlo dos veces, la pelinegra bajó del árbol donde estaba previamente y miró a aquel sujeto. - No sé con qué clase de mercenarios piensas que estás tratando. - Dijo mientras Ryra tomó mis pertenencias y comenzó a acercase hacia mi. - Tú fuiste quien trajo el peligro de estas bestias hacia nosotros. Y bueno, solo nos defendimos por pura lógica. - La bruja clavó su mirada en el joven que me había descrito a mi como alguien buscado. - Lo que le pase a esas bestias a mí no me importa en absoluto. Tengo asuntos más urgentes que atender.
Dicho eso la bruja comenzó a acariciar mi pelaje en la zona de mi cuello con su mano izquierda para luego apegar su rostro un momento a mi pelaje. - Lo que Meleis y Meraxes decidan será cosa suya. - La bruja giró su vista hacia mí. - ¿Puedes caminar por tu cuenta? - Asentí levemente, por lo que ella sonrió levemente. - Menos mal. Andando. - Dicho eso la bruja comenzó a caminar.
Pero fue en ese momento cuando miré por un momento a Meleis y luego a Mera. Sabía del apego del hermano de Meraxes a los animales, y si ellos deseaban hacer algo en particular, no los dejaría solos cuando ellos me habían ayudado a recuperar parcialmente mis fuerzas. Ryra se detuvo al notar que no caminaba. - ¿Y ahora qué? - Gruñí un poco para luego volver mi vista a los hermanos draconianos. La bruja me miró un momento y luego posó su vista en Meleis y en Mera y suspiró pesadamente. - Tch... Como tú quieras, perro... ¿Y bien? ¿Qué tienen pensado? - Les preguntó la bruja a mis compañeros, con la finalidad de saber qué pasaría a continuación.
Pero bueno. No había tiempo para lamentaciones. Se pudo notar que el vencer al líder del grupo había surtido el efecto buscado, ya que las otras bestias comprendieron que nuestro grupo tenía la capacidad de acabar con ellos. Fue en ese momento cuando, justo cuando la bruja se disponía a responder a la petición de Meraxes cuando notó una reacción de parte de aquel extraño sujeto al verme a mi en mi forma de lobo huargo cuando ella comenzó a portarse con recelo.
Sin pensarlo dos veces, la pelinegra bajó del árbol donde estaba previamente y miró a aquel sujeto. - No sé con qué clase de mercenarios piensas que estás tratando. - Dijo mientras Ryra tomó mis pertenencias y comenzó a acercase hacia mi. - Tú fuiste quien trajo el peligro de estas bestias hacia nosotros. Y bueno, solo nos defendimos por pura lógica. - La bruja clavó su mirada en el joven que me había descrito a mi como alguien buscado. - Lo que le pase a esas bestias a mí no me importa en absoluto. Tengo asuntos más urgentes que atender.
Dicho eso la bruja comenzó a acariciar mi pelaje en la zona de mi cuello con su mano izquierda para luego apegar su rostro un momento a mi pelaje. - Lo que Meleis y Meraxes decidan será cosa suya. - La bruja giró su vista hacia mí. - ¿Puedes caminar por tu cuenta? - Asentí levemente, por lo que ella sonrió levemente. - Menos mal. Andando. - Dicho eso la bruja comenzó a caminar.
Pero fue en ese momento cuando miré por un momento a Meleis y luego a Mera. Sabía del apego del hermano de Meraxes a los animales, y si ellos deseaban hacer algo en particular, no los dejaría solos cuando ellos me habían ayudado a recuperar parcialmente mis fuerzas. Ryra se detuvo al notar que no caminaba. - ¿Y ahora qué? - Gruñí un poco para luego volver mi vista a los hermanos draconianos. La bruja me miró un momento y luego posó su vista en Meleis y en Mera y suspiró pesadamente. - Tch... Como tú quieras, perro... ¿Y bien? ¿Qué tienen pensado? - Les preguntó la bruja a mis compañeros, con la finalidad de saber qué pasaría a continuación.
Gaegel
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
Invierno
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A pesar de todo el caos logramos, todo parecía indicar que hasta cierto punto tuvimos control de la situación. El grandote había caído y uno de los cuadrúpedos logró escapar. Por un momento me alivié, eso nos daría tiempo de escapar de allí y que básicamente cada quien hiciera lo suyo, lo que francamente no me esperaba de todo esto era la red que el otro sujeto había lanzado al animal.
Esto sin duda tenía que ser una broma de mal gusto. Sabía que esto no sería del agrado de mi hermano, una cosa era luchar por la supervivencia y otra traficar con una vida. Meleis estaba agotado, pero las palabras de aquel sujeto no pasaron desapercibidas, mostró sus dientes en señal de disgusto, había entendido el mensaje.
- No saldrás de aquí con esa bestia. ¿Ves a ese dragón? No está de acuerdo. Así que mejor vete si no quieres salir lastimado. - Azoté el látigo contra en piso - El próximo irá a tus piernas. - Internamente me cuestionaba un poco sobre si esto era prudente o no, pero por otro lado no podía negarme al altruismo, a veces inocente de mi hermano.
- ¡Meleis abrenos una brecha para salir antes de que las llamas nos chamusquen! ¿Ryra, apunta a la cabeza si intenta hacer algo! ¡Gaegel ayúdame con la red! - Fueron las tres frases en la medida quelas cosas se desarrollaban.
Entre la conmoción Meleis disparó su aliento acuático a la zona menos afectada y cercana para salir*. Esperaba que la chica estuviera alerta y que Gaegel también la resistencia suficiente para arrastrar la red de ahí. Esperaba no tener que lidiar con un asesinato a ese loco que solo nos trajo problemas, ya bastante tenía que cargar en mi conciencia hoy por la muerte de el otro animal que yacía moribundo.
Estaba alerta, cualquier movimiento en falso por parte del sujeto y lo azotaría de tal modo que todo el maldito cuerpo le quedaría hecho piedra.
Esto sin duda tenía que ser una broma de mal gusto. Sabía que esto no sería del agrado de mi hermano, una cosa era luchar por la supervivencia y otra traficar con una vida. Meleis estaba agotado, pero las palabras de aquel sujeto no pasaron desapercibidas, mostró sus dientes en señal de disgusto, había entendido el mensaje.
- No saldrás de aquí con esa bestia. ¿Ves a ese dragón? No está de acuerdo. Así que mejor vete si no quieres salir lastimado. - Azoté el látigo contra en piso - El próximo irá a tus piernas. - Internamente me cuestionaba un poco sobre si esto era prudente o no, pero por otro lado no podía negarme al altruismo, a veces inocente de mi hermano.
- ¡Meleis abrenos una brecha para salir antes de que las llamas nos chamusquen! ¿Ryra, apunta a la cabeza si intenta hacer algo! ¡Gaegel ayúdame con la red! - Fueron las tres frases en la medida quelas cosas se desarrollaban.
Entre la conmoción Meleis disparó su aliento acuático a la zona menos afectada y cercana para salir*. Esperaba que la chica estuviera alerta y que Gaegel también la resistencia suficiente para arrastrar la red de ahí. Esperaba no tener que lidiar con un asesinato a ese loco que solo nos trajo problemas, ya bastante tenía que cargar en mi conciencia hoy por la muerte de el otro animal que yacía moribundo.
Estaba alerta, cualquier movimiento en falso por parte del sujeto y lo azotaría de tal modo que todo el maldito cuerpo le quedaría hecho piedra.
- Off:
- - Pos que se armen los chingadazos parte dos xD
- * Meleis:Aliento elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.Actualmente Activo
Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad. [Meleis 1/2]- Dragón:
1 Durito y fuertecito [Meleis] [Pasiva] Mi armadura natural de escamas se encuentra mejor potenciada para resistir ataques físicos y proporcionar con más potencia embestidas o coletazos en mi forma bestial.
- Aliento elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.Outfit
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Meraxes
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Re: Las secuelas de Aguasclaras [Mastereado con Meraxes]
—De modo que un dragón.
—Así es, alpha.
—Se la comió un dragón.
—Ah…há… Si, alpha…
—A mi hembra de graphorn se la comió un dragón.
Markus Adalwolf cerró los ojos, acompañando la caída de párpados con un profundo suspiro, envuelto en un aura de ambivalencia entre la paciencia y el hastío. Se tomó un momento en silencio para masajear sus sienes con la mano antes de proseguir, mientras Alain concentraba todas sus energías en controlar su vejiga. Los nervios siempre le apretaban donde menos convenía.
—Y supongo que tus magulladuras, quemaduras y cardenales se deben al desenfrenado pero ineficaz intento de evitarlo, ¿no es cierto?
—En… efecto, alpha.
—¡Ahg! Aparta de mi vista, estás hecho un desastre.
El joven furtivo fue despachado con un golpe seco en el pescuezo, sin fuerza pero con firmeza, que transmitió a la perfección, por una parte, la frustración por la pérdida de la mejor pieza posible en aquellos parajes y, por otra, la resignación de comprobar, una vez más, que aquel intento de cánido se había quedado muy lejos de convertirse siquiera en cachorro.
—Hay… Hay algo más, alpha.— el chico titubeó antes de continuar, a la espera de que el jefe le instara a hacerlo, alzando una ceja tras clavar la mirada nuevamente en él. —Me he… Me he topado con el lobo blanco.
Blanco se quedó Markus, ¿qué no?
Clavando las toscas y embarradas botas en el firme, Adalwolf se puso en pie y avanzó dos pasos hacia el chico, enfrentándolo, aunque manteniendo una aparente calma y sin necesidad de alzar la voz.
—Como este sea otro de tus absurdos intentos por llevarte una palmada en el pecho, será la última Alain.
—Es cierto, Markus. No podía ser otro. Estaba herido. Pero lo acompañaban…
—Dónde.— le interrumpió sin más miramientos, iniciando una marcha que oscilaba entre pasos a izquierda y derecha, en círculos, mientras se aderezaba la barba.
—No muy lejos, al sur, hará una hora. Pero…
—Suficiente. Mandaré rastreadores de avanzadilla, voy a prepararme. Tú haz… Yo que sé, haz lo que quieras. ¡Pero no pierdas más animales!
⧗ ⧗ ⧗
Cuatro rastreadores se dispersaron por los alrededores de la zona indicada por el furtivo, inequívocamente reconocible por los destrozos, indicativos de una lucha, y las secuelas de un incendio sofocado. Markus llegó poco después, acompañado de dos de sus mejores hombres. Y rezagado, Alain se los unió a la carrera.
—Alpha, tenéis que escucharme. Lo del dragón…— jadeó un par de veces, en un intento de hacer entrar aire en sus pulmones —Lo del dragón no era mentira. Acompaña al lobo, junto… Junto a dos mujeres.
Adalwolf se cruzó de brazos, pensativo, y miró a su alrededor. No cabía duda que aquel escenario no lo habían dejado cuatro campesinos armados con un cuchillo de untar mantequilla. Entonces inspiró profundamente, esta vez con determinación, para impregnarse de los matices que el aire acunaba en el ambiente.
—Has dicho que estaba herido.— puntualizó, alzando el brazo y señalando la dirección de la que había captado un ligero aroma a perro mojado en sangre —Ese chucho traidor me servirá de abrigo para el invierno. ¡Vamos perros! Encontradlo.
_______________________
Bueno, primeramente. Una Diosa nunca pide disculpas así que... Mis disculpas. ¿Por desaparecer y abandonarnos? Ah, eso. Si. Entendería que las plegarias en mi nombre descendieran a partir de ahora. Dicho esto, volvamos a vuestra historia.
Alain será torpe y un pésimo cazador furtivo, por no hablar de su latente gen de lican que no termina de florecer. Quizá para la próxima primavera... En fin. Hasta él es capaz de prever el resultado en un uno contra dragón, lobo, bruja y dominatrix. Le faltó tiempo para correr.
El mismo que no esperó Markus Waldorf para iniciar la búsqueda del traidor lobo blanco, apodado Lobo Renegado, al que considera un símbolo de la escoria que ha contaminado las mentes de sus consanguíneos, hasta el punto de luchar contra los suyos a favor de los humanos. Que, en realidad, lo ocurrido en la batalla de Aguasclaras podría ser irrelevante, pues considera calaña a cualquier lican que se opusiera en algo a La Manada, pero parece que este caso se lo toma algo más... personal. Tal vez siga molesto porque su adorado Gran Lobo Gris le ordenó regresar para tomar las riendas, cuando las noticias de la estrepitosa derrota de los cuatro alphas que allí dejaron cruzaron las fronteras y los alcanzaron.
En este punto, dada la espera a la que os habéis visto sometidos y porque entendería que no quisierais alargarlo más, os dejo elegir el destino final de vuestra cuadrilla.
- La opción A) rápido y seguro. Markus se queda con las ganas y se pierde el rastro. En este caso podéis dedicar los turnos que queráis hasta cerrar el post, sin esperar más intervenciones mías hasta el cierre, que explique cómo queda la situación del lobo alpha.
- La opción B) métele acción. Markus os encuentra y lo que surja. En este caso, le dedicáis un turno cada uno al encuentro con sus machotes y os dejo un una última intervención con el desenlace. Después, podréis continuar vosotros solos si lo veis necesario o cerrar.
Sigel
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