Misión del antídoto para Adeluz, la hija del Consejero-Ciudad- [QUEST]

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La hija del consejero fue envenenada durante una fiesta la noche anterior, cuando su padre observó que no despertaba cuando la llamó a desayunar. Inmediatamente llamó al alquimista, un viejo amigo suyo de tantos años.

El veneno podría matarle pronto si no se haya la cura, y para ello, el médico alquimista necesita la sangre de  un elfo que habita en los bosques de Sandorai. Éste sujeto no la daría si no fuera por un buen motivo, es amante de la naturaleza y odia la corrupción. Detesta los ricos y toda medicina del hombre, por lo que no resultará fácil convencerlo.

Evander, el padre de Adeluz dejó a cargo al alquimista Roth para la medicina por lo que el hombre se dirigió preocupado a la plaza de la ciudad a buscar quienes pudieran ayudarle. Tenía varios libros en sus manos, y su rostro denotaba preocupación. La muchacha a la que quería ayudar era su gran amada, pero no quería irse de su lado. En el pueblo se había oído sobre el envenenamiento y sabía que alguno que otro fuera a preguntarle por la salud de ella. En eso aprovecharía a pedir la ayuda que necesitaba.

Hace poco tiempo, Mireya escucho charlas a la ciudadanos sobre un envenenamiento. También escucho un alquimista la estaba curando y la dirección donde vivía y que la niña era una noble y mas datos. Tantos datos sobre un rumor solo podían ser dos cosas para la joven bio. 1 era un trampa o 2 estaban pidiendo ayuda. En esta ocasión la idea de la trampa no le parecía lógico y la ida de que un curandero le deba un favor le gustaba. Seria una buena forma para empezar a aprender medicina.

Vestida con  un vestido azul y su capa de vieja pero sin la capucha puesta, se dirigió a la casa del alquimista. Pero antes de acercarse se dio cuenta de que tal ves ella no sea bienvenida en una condición así o que sea tomada por algo muy extraño para confiar. Tenia que pensar en una estrategia. Podía esperar a que la situación fuese desesperada.. pero era muy riesgoso.. podía... actuar como una sivernetico normal... eso era ella era la Hija de un político. Podía escusar que venia de parte de la base (de cual de verdad tenia poco y nada que ver) si le pedían que use algún recurso de la base, podía tomarlo.. y si le pedían demasiado simplemente podía desaparecer. La base no le debería molestar... o eso esperaba ella.

Finalmente se hacerco, dejando notar su mano metálica y los tentáculos que tiene por cabello y diría - Me presento soy C-17. La Base esta preocupada por la salud de la joven Adeluz y me manda a ayudar en lo que pueda -
cabe decir que A-16 mintió sobre su numero, la verdad no quería que la base la busque por esta travesura.

Como me había aconsejado Will fresa, antes de salir de la ciudad debía conseguir unos que otros elementos necesarios para mi conservante, y por eso me dirigí hacia la tienda de alquimia, la cual encontré cerrada en pleno día... Apreté los ojos, mirando fijamente la puerta tratando de abrirla con la mente, pero no funcionó. Entonces suspiré y solté una carcajada. - Después de todo no soy una maga. - Dije para mí misma en voz alta.

Miré a mi alrededor y busqué el olor del viejo hombre que trabajaba en la tienda, o almenos al que yo había visto la última vez. La nariz me llevó entonces a un señor regordete y me acerqué a él sin vergüenza alguna.

- Buenas. Digamos que un pajarito me dijo que sabe dónde está el alquimista. Así que, ¿dónde está? - Dije con mi típica sonrisa traviesa.

(Siento que el post sea tan corto, pero primero; no quería que se me adelantaran, y segundo; no tenía mucha información que aportar. Pero esto cambiará en el transcurso de la quest. Gracias.)

El alquimista salió a abrir la puerta de la casa, y observó a la bio cibernética y después llegó una joven rubia preguntando por su paradero. Comentó con voz queda.
-Soy el alquimista, no estoy disponible para atender a nadie en estos momentos a menos que me ayuden con unas hierbas del bosque de Sandorai. ¿Podéis decirme vuestros nombres en caso de que me ayuden? Os daré una buena recompensa y lo que estén buscando. -

El hombre sin esperar respuesta, demostrando cierta desesperación por su amada, dijo.
-Soy Roth, necesito unas flores de Mirris bañadas en escancia de rosas mosquetas negras, sólo las sabe preparar el elfo que habita en el árbol madre de Sandorai. ¿Me ayudaréis?-pidió casi suplicando el hombre.

Se lo veía muy demacrado, triste, y algo débil, como si no hubiera comido por varios días. Su amada Adeluz era muy importante para él. Cuando las muchachas que estaban ante él aceptaran, les daría permiso a irse al bosque.

parece que el plan estaba de mas, pues el anciano ya había llegado al momento desesperado, donde no piensan lo que hacen. Se veía como si el enfermo fuera el mismo. Sin revuelo y sin pedir explicaciones, Ciertamente Mireya no esperaba esto, de cierta forma se sentía frustrada por el echo de sobre dimensionar tanto su problema. Bueno no tiene sentido llorar sobre la leche derramada. Llevo una mano a su pecho y se dispuso a responder.. otra ves - soy b.. - pero antes que puede terminar de responder el anciano dijo que necesitaba y donde tenían que ira  a buscarlo

-  eee... si claro voy para aya enseguida -.. un momento no era anciano, Era el efecto de la desesperación esa apariencia? de repente la BIo entendía por que los otros mecanico veían tan extraños a los seres vivos. Se levanto y se dispuso a marchar al bosque, pero se detuvo por el simple echo de que el alquimista hablo en plural, por lo que se supone que alguien mas iría a realizar dicho encargo.

El olfato me había llevado a una casucha, en la cual me recibió el tipo al que había visto un tiempo atrás en la tienda. Frente a mí había otra figura, de la cual no pude sentir ningún aroma vivo... Era la primera vez que me pasaba, pero no era eso un... ¿Cómo era...? Ciber-algo... De todas formas me quedé en la puerta, detrás de lo que fuese él o ella, pues por la capucha no podía verla bien, y escuché al histérico hombre que no paraba de escupirnos súplicas e información, todo entremezclado.

Cuando al fin hubo terminado de hablar, y la... el... lo que fuese, hubiese aceptado, yo coloqué mi brazo encima del hombro del ser. - Claro. Siempre que reciba lo que esté buscando, puede ser divertido. - Dije sonriendo a pesar de la aparente desgracia que presentaba la situación. - Eona. - Dije hacia los dos, y miré de cerca el rostro de... eso, mientras sonreía entretenida.

No solo conseguiría lo que necesitaba, sino que también conocería este ser tan extraño. ¡Era como matar a dos pájaros de un tiro! - ¿Y bien? Flores de Morris... Rosas mosquetas negras... ¿Y el nombre del elfo? - Sonreí sarcástica.

-Su nombres es Kalem, espero que os deis prisa, no hay mucho tiempo... os lo suplico-rogó el joven, y dejó que ambas marcharan rumbo a Sandorai.

Las muchachas recibieron, de una criada que salió cuando el muchacho entró a la casa, un bolso cada una, llena de provisiones y un brazalete de oro. El viaje sería muy largo, pero tendrían buena recompensa.


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una mano la agarro para atrás, respondiendo a quien mas le hablaba. Era una mujer que decía llamarse Eona- dime MIreya - le respondió sin mas. Luego toma las cosa que les dio el criado - ¿vamos? - y partió rumbo al bosque.

Recogí la bolsa que me ofrecieron y saludé una vez más a la... el... bueno... la cosa llamada Mireya. Ya me encargaría de conocer más cómo funcionaba en realidad. Y así fue como iniciamos el viaje...

las dos chicas volvieron a la ciudad con el antídoto y se encaminaron a la casa del alquimista. (perdón por el meta rol pero de seguro que harías eso).

Llegaron a enfrente de la casa y entro sin tocar la puerta. Estaba segura que traía algo mas importante que lo que sea que este adentro. Fue a buscar al alquimista le dejo el frasco y lo dejo con la frase - cuando termines el tratamiento hablamos - De seguro el alquimista seguia en eso, se veía muy preocupado la ultima ves. Luego de eso volvió al principio de la casa y busco un lugar para centrase y esperar. A que el "medico" termine con lo sullo. la vida era mas importante y inmediata que sus recompensas. Luego se dirigió a su compañera de biaje - tienes algún plan después de esto? -

Al final resultó que con juntar al par de idiotas bastó para que el elfo nos diese lo que queríamos, así que lo dejé en manos de la chica de metal.

Nuestro viaje de vuelta fue bastante más tranquilo de lo que me habría gustado. Hablamos pocas veces, y siempre de cosas sin importancia, pero aún así me divertí burlándome amistosamente de vez en cuando de Mireya.

Al llegar, la biocibernética fue directamente hacia el alquimista, para entregarle el frasquito. No quiso la recompensa al momento, lo cual no me importó realmente, aunque poco me importaba la vida de una humana, la verdad. Me senté a su lado, dejándome caer en la silla. - Bueno, cuando reciba lo que busco, seguiré con mi colección. - dije quitándole importancia. - ¿Y tu qué, tentaculitos? - me dirigí a ella con una sonrisa burlona.

El alquimsta esperaba ansioso en la puerta cuando las mujeres llegaron. Las hizo pasar al cuarto de la muchacha enferma, quien yacía pálida, delgada y afiebrada en la cama. Sin decir nada, el médico tomó la escencia, quitó el corcho y acercó el borde del frasquito a loslabios de la chica. Alzó un poco la medicina para que cayeran unas cantas gotas.

Hubo un silencio muerto, donde ella no pareció reaccionar, pero terminó abriendo los ojos. Elamado de ella, acarició su cabello, y rostro de manera suave.

Por la puerta de la habitación, apareció el padre, el consejero del Rey, sonriendo satisfecho. Era alto, vestía con clase, y llevaba una pipa en su mano. Estaba muy delgado, como si tambíen la situación de Adeluz le hubiera afectado.
-¿Ella son las dos que han traido el antídoto?-preguntó pero no dejó responder. Sólo trajo dos cajitas de maderas talladas para cada una y se las entregó en sus manos.

Mas tarde,antes de que las jóvenes se fueran, la muchacha apareció con un vestido azul, se la veía bastante recuperada. Traía en sus manos dos cadenitas de oro que en el mercado podrían valer 20 aeros.
-Muchachas, quería agradeceros por haberme salvado... mi familia tiene muchos enemigos, espero que no les haya costado conseguir el antídoto..-dijo con voz suave y les sonrió al entregarles la cadenita. Luego regresó a la puerta de su casa, y el alquimsita, su amado, la abrazó por detrás, apoyando su mentón en el hombro de ella. Les sonrió a ambas mujeres y las vió marcharse.

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¡FELICIDADES! ¡MISIÓN CUMPLIDA!

Recompensa: 25 de experiencia.
Objeto especial: Cadenitas de oro (20 aeros)+una pócima mediana para cada una para dormir por 12hs y amanecer totalmente libre de preocupaciones,con la mente fresca y la solución en mente.+200 Aeros para cada una.


Nota: Por cierto Mireya, esta vez pasa, pero el desarrollo de escenarios lo maneja el master. Podrías haber llegado a la puerta de casa, porque es ilógico que esté abierta y entres como si nada. Saludos.

Mireya tomo lo que el hombre le dio sin comentar nada.. sabia que esa clase de gente no le gusta dar rodeos y se dispuso a salir del lugar con un leve - gracias espero que su hija se mejore -

Una ves fuera la niña las alcanzo para darle una cadena - no fue nada - ¿como se curo tan rápido?¿que tiene ese elfo? con esas idea en la mente dejo el lugar.

Mireya deja el post...