[Evento de Pascua] Brujo Filch y su bola de cristal

Decidí visitar a un viejo amigo en las Islas Illidenses quien me podía ayudar con unas vendas para mi pie, ya sé que es un poco lejos pero siempre encontraba la manera de tomar un nuevo rumbo para viajar, sobre todo porque el largo viaje me había traído un sin número de situaciones divertidas, primero ¿Quién iba a imaginar que me encontraría un saco de aeros junto a la tumba de un viejo amor fallecido? Pero eso solo era el inicio, luego llegué a aquel bosque y me encontré con la niña que también fue una situación inesperada que me produjo buenos recuerdos y sonrisas durante todo el viaje… ¿y que fue del viejo dragón? Lo vi disfrutar de mi historia como niño pequeño y también me regaló cosas para el viaje así que hasta el momento mis decisiones en el viaje habían obrado bien, salvo por este dolor horrible y punzante en mi izquierdo que me hacía cojear como un estúpido.

Ya me encontraba en aquel lugar, así que entré sin decir hola, era Filch, el brujo loco de siempre, me agradaba tener conversaciones con él porque siempre salía con alguna sorpresa, le dije que había pasado por su hogar para pedirle algunas vendas que pudiera obsequiarme pero me cambió el tema como siempre lo hacía… ¿Me estaba pidiendo que le hiciera reír con una historia loca?

Me nombró algunas cosas: un dedo señalándote, un gorro de bufón, un burbujero y un sonajero.

¿Uh? A veces no entendía las raras peticiones de Filch, era mi amigo pero eso no quitaba el hecho de que le hacía falta algún tornillo, no tenía ganas de hacer el ridículo, de hecho no lo haría, pero si sabía de alguien que sí.

No podía entenderlo, ¿es que Drake era estúpido? No podía creer que me hiciera salir a mí para hacer el trabajo sucio de hacer reír a este estúpido hombre… ¿Desde cuándo Dennis Black le hace caso a su alter ego Drake Alexander?

Bueno, no quise pensar mucho así que me decidí a hacer lo que tenía que hacer:

-Verás Filch, voy a ser padre… sí padre… nooo, nunca tuve relaciones sexuales con mi novia… de hecho soy un vampiro y  ni siquiera puedo tener hijos, pero ella tuvo la valentía de encajarme dos… – Tomé una máscara con unos cuernos y continué – Pero mi hijo es encantador, el otro día hice sonar uno de estos – Moví el sonajero – Y se ponía a bailar mucho –Hice unos movimientos estúpidos… lo suficiente como para hacer reír a cualquier hijo de su madre… El príncipe me las pagará por esto luego…

- El pequeño también suele hacer burbujitas con su saliva –Soplé el burbujero para que salieran montones de burbujas disparadas por el aire, para luego tomar un saquito que suena cuando lo presionas – Pero la mayoría de las burbujas salen de su trasero –Hice sonar el saquito para que se escuchara un fuerte pedo en la habitación… Dios… que estupidez –Niño malo le decía, pero el jovencito solo reaccionaba con su dedo señalándome, pero no precisamente cualquier dedo, sino éste. – Apunté a Filch con el dedo del medio, rogué porque Ishira jamás se enterase de lo estúpido que parezco haciendo este cuento para niños – Pero cada vez que regaño al niño mi esposa me castiga – Me puse el gorro de bufón y seguí bailando con las palmas abiertas – y termino lavando los platos mientras ellos juegan en el jardín, ellos saben que no puedo hacer eso, porque si salgo al jardín me quemo… que soy un puto vampiro.

Mi intervención había terminado, traje de vuelta al príncipe y me fui a mi cueva, ya sabía que en un futuro cercano me lo cobraría, solo era importante esperar y saber cuándo era la mejor oportunidad para ello.
Había vuelto a ser Drake y vi la cara de Filch esperando su aprobación, esperaba que hubiera salido como esperaba… luego de todo recordé que venía a por vendas, me preguntaba si me las daría luego de toda la estupidez hecha. Finalmente me marché de su casa, ahora sí creía que estaba listo para volver a casa, pero a lo mejor sería buena idea pasar por Lunargenta y comprar algo con aquellas monedas raras que había ganado en el camino.

Me encontré llegando por pies de Shion-chan a tierras desconocidas. Con una rata en la boca a medio cubrir de sangre, le arranqué la cabeza y me la terminé de comer aún con pelo antes de entrar a una ciudad. Me limpié la cara del color pegajoso rojo con el bordecillo negro de la manga de la gabardina.
Procuré quitarme todo lo que se viera desagradable, entonces me alegré de no haber cargado la molesta ballesta de Tsuna, y procuré esconder mi espada entre vendas como siempre, pero esta vez incluyendo la empuñadura.
El mundo de los brujos era curioso, encontré interesantes las comidas en especial mientras me adentraba cada vez más en su ciudad, que nunca había pisado antes. ¿Por qué había llegado? Sin lugar a dudas había llegado con pies de Shi-chan a tierras desconocidas, pero la verdadera razón era que quería un puñado de bayas de Neien directa de las Islas Illidenses, al encontrarme decepcionada en mi forma hambrienta de probar nuevos bocados como Kassiel, comer en la ciudad bruja parecía tentador.
—Al viejo quieren que lo hagan reír.
—¿Eh? ¿De nuevo? ¿Y con lo de siempre?
—Eh, si claro.
Terminé de comerme un poco de aria de puesto de mala muerte mientras oía algunos cuchicheos interesantes, mordisquee con mis colmillos el trozo antes de echar una sonrisa y seguir los rumores hasta donde indicaba lo que decían.
—Donde siempre.

Era algo tarde, pero cuando estaba al frente de la susodicha casa del anciano ya pasaba la puesta de Sol. Lo de no ser tímida era parte de mi personalidad como Kassiel, así que sin pensármelo dos veces abrí la puerta de su casa estruendosamente, o quizás de forma alegre. No era buena con esas cosas debido a Shion era quien se encargaba de las situaciones sociales, y no yo.
-Ehehe, hola-me rasqué la cabeza al darme cuenta de que había sido un poco grosero y repentino, pero preocuparme de aquellas cosas me harían un poco estúpida a aquellas alturas.
El anciano se me quedó viendo antes de responder:
-¡Que agradable sorpresa! ¡Siéntate, siéntate!-de pronto fui tomada de las manos y jalada a su mesa con una bola de cristal, como la de las leyendas de los libros de demonios que hablaban sobre brujos muy a menudo.
Concéntrate y no me digas lo que ves, pero debes contarme una historia con esas cosas... algo que haga reír a este viejo. Inventa algo sobre ti con esas cosas... !sería mejor ¿no?Sé original, tienes un amplio espacio para moverte. Verás... estoy un poco sordo por mi edad, ¡pero mis ojos están muy bien! ¡Puedes representar algo!-dijo.
Me dejé contagiar por el entusiasmo.
¡Déjemelo a mí! Si me pongo seria puedo hacer cualquier cosa!, de hecho le contaré una muy buena historia de mi pasado, sobre mis hermanos y yo
Miré como señalaba un sonajero de cascabeles, un gorro y un burbujero. Sonreí ante el espíritu animado del viejo.
Tome el gorro de bufón entre mis manos.
—Ha sí, lo recuerdo como si fuera ayer; verá, mi hermana estaba de cumpleaños, en casa, aunque eran muy estrictos, la ama de llaves solía ser un poco más indulgente que nuestros padres y tíos, y mi hermano en especial un poco serio, él solía, o quizás aún suele, estar siempre con mi hermana, la pequeña Saber; ambos, Saber y James son súper serios, da miedo de verdad, seguro se aburriría de estar con ellos con sus cosas aburridas y súper serias, el caso es que el ama de llaves preparó un pastel—hice ademán de formar en el aire un pastel y un pavo, que era lo normal para representar una fiesta, luego medio dibuje con mis dedos un poco de fuego para que se entendiera la idea.
Me puse el gorro de bufón.
—Madam, he horneado un pastel.
Me quite el gorro de nuevo.
—Bueno, inserta aquí un dialogo aburrido de parte de Saber-chan.
Me puse el gorro de bufón de nuevo, para que se notara que era otra persona hablando en el monólogo.
—Sus hermanos han preparado algo—sonreí dramatizando al ama de llaves.
Me quité el gorro —Quizás suena algo cruel, pero fue gracioso ver su cara seria intentando ocultar la ilusión, y luego su alegría—negué con un dedo índice—¡No era cruel! Saber-chan también rió.

—Más que un pastel, el ama de llaves dijo que quería ver a Saber-chan sonriendo, así que en el pastel le escondió un pequeño cofre, y dijo que de mi parte, sí mía, no de mi hermanito Shion, le pusiera algo más... jeje... ¿A que no adivina que le puse?—alcé las cejas interrogante como para intentar agregarle picos al asunto, con el sonajero detrás de mi espalda—no aún no lo diré, quiero que intente disfrutarlo tanto como yo en aquel entonces, porque mi hermana Saber era tan seria, y mi hermano James es tan serio que hacerlos sorprender y sonreír es gracioso y agradable—expliqué con una sonrisa, cerrando los ojos felizmente, recordando tiempos agradables, que quizás para Shion, no lo eran.
—Cuando servimos el pastel, Saber-chan tenía una cara muy linda, sopló las velas y—hice sonar el sonajero muy fuertemente para intentar imitar de cierta forma una explosión—¡Explotó! Todo el lustre cayó encima de su cabello, y el pequeño ajedrez hexagonal quedó en el centro intacto, debo decir que su cara sorprendida era muy linda, pero luego se rió, y esa fue la primera y última vez que vi a mi hermana sonriendo alegremente—sonreí mirando el recuerdo lejano mientras movía el sonajero lentamente, para que su sonido fuera bajando hasta detenerse.
—Si soy sincera, creo que a ella le hubieran gustado más sorpresas torpes como esas, *chin chin*—moví el sonajero por última vez.
Miré al anciano, esperé que nuestra historia del pasado, cuando aún Shion era unido a su hermana lograra ser entendida por el viejo como algo alegre y cálido, y no como una broma cruel.
Dejé el sonajero y el sombrero en su lugar respectivo y sonreí de nuevo cálidamente, para luego retirarme con una leve reverencia amigable, para no volver gélido el entorno.
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PD: Las cursivas femeninas no es que mi PJ sea mujer, es que su personalidad actual es la de una mujer, mi PNJ Kassiel.