Giro del Destino [Libre]

Aradar estaba durmiendo en el bosque y al raso, no era un sueño profundo, realmente nunca lo habia tenido desde aquel dia en que perdio a su familia, sus sueño era ligero y sabia que aunque siempre habia riesgo de ser atacado con la guardia baja el preferia dormir asi que buscar cobijo en algun sitio ya que pensaba que era mejor que si algo rondaba ahi afuera le atacara a el que pareceria una presa facil que se fuera atacar a algun poblado o casa cerca del bosque. No habian pasado mas de algunos dias de la muerte de su mentor y adoptado su nombre, armas y su mision. Era una noche fria y algo despejada nada fuera de lo normal, claro si dejaba de lado la niebla que por momentos nublaba completamente la vista, tenia el cuerpo algo entumecido por el frio que se colaba por armadura, que por cierto era vieja, sus mejores dias habrian pasado incluso antes de que el la tuviera entre sus manos, agrietada, sucia y a punto de ser chatarra. lo mismo su espada que aunque estaba en condiciones de partir en dos a una persona estaba teniendo sus problemas como que la empuñadura se estaba sintiendo floja y podria quedarse sin la hoja al asestar un golpe, su escudo que tenia un tamaño considerable estaba deteriorado por el tiempo, aunque su parte metalica cumplia su funcion el revestimiento de madera en donde el colocaba el brazo estaba pudriendose y se habia roto en varios lados, necesitaba algun herrero pues no queria perder lo unico que le quedaba de su mentor.


En su mente habia siempre la misma pesadilla en la que se veia de niño siendo oculto por su madre y viendo la muerte de su familia noche tras noche y terminaba despertandose, pero a diferencia de cuando era un niño, tal pesadilla lo hacia enojarse por ser debil en ese momento, nunca mas pensaba pero esta vez el sueño era diferente el sueño era de tierras que jamas habia conocido habia mucho sufrimiento, los pueblos eran arrasados por criaturas esqueleticas, nunca habia visto algo parecido, pero el era como un fantasma, no podia intervenir de ningun modo, la ira corrio de nuevo por su ser y vio a su maestro, este le dijo que tenia que detener esta amenaza antes de que llegara a ese punto, cuando intento preguntar a donde debia dirigirse su maestros desaparecio apenas diciendo que siguiera su instinto, que la maldad siempre deja rastros.

Asi desperto en la madrugada, su ira habia sido controlada por su diciplina, tenia una mision que cumplir, si bien no sabia a que exactamente se enfrentaria o si aquel sueño no era mas que eso decidio emprender la marcha, tomo sus armas y escudo, miro al bosque y pronunciando el nombre de su maestro se encamino.

Llevaba un par de días recorriendo los bosques. Furia siempre estaba ávida por entrar en lugares que cualquiera creería que eran peligrosos o extraños, ella simplemente parecía olfatear el peligro y querer burlarse de él. En otros tiempos, me hubiera hecho mucha gracia, pero estos bosques nunca tenían suficiente alimento ni sol. La mayoría del tiempo estaban en la penumbra y por ello eran el hogar de los vampiros. La sangre me hervía cuando pensaba en que podrían estar observándonos, pero cuando Furia se ponía tozuda era casi imposible. Mejor seguirle la corriente para salir antes.

Era de madrugada, podía sentir en el aire que el sol saldría pronto a calentar las gélidas tierras y eso me arregló un poco el humor, pero en realidad secretamente estaba esperando que algo se cruzase en nuestro camino para armar camorra, morder y patear. Esa yegua estaba sacando drenando lo poco bueno de mi en esos días y tarde o temprano tendría que enseñarle quién mandaba. Por su lado Chy, un poco más curtido, se contentaba con mantenerse acurrucado entre mi ropa a la altura del pecho. Hubiera preferido estar en mi forma lupina, pero montar bajo esa forma era extremadamente difícil, más, si teníamos que huir por nuestras vidas en ese terreno.

Una pequeña brisa trajo un aroma inesperado. Levanté la nariz y detuve el paso. Era olor a óxido, metal… “¿Metal en el bosque?” me pregunté. Mi olfato, aunque disminuido por estar bajo esa forma tan.. carente, aún era mejor que el de muchos sabuesos y jamás me había mentido. Sonreí ante un recuerdo que parecía comenzar a borrarse en sus contornos por lo usado que estaba. Era una de las pequeñas maldades que a una le alegran el día… y el futuro en momentos oscuros.

Caminé con sigilo con Furia siguiéndome varios pasos más atrás. Los rayos del sol comenzaban a traspasar el alto follaje con cierta holgazanería. Escuché con atención, unos pasos pesados y diligentes se alejaban de nuestra posición. Liberé al halcón, quién parecía estar un poco tenso entre el calor del ambiente y el mio propio y procuré acercarme a escondidas al primer ser que me cruzaba que caminaba erguido en semanas… aunque mi yegua parecía no entender el concepto de silencio, por lo que después de romper varias ramas y dar un pequeño relincho, decidí tomarla de las riendas y aparecer frente al extraño desconocido.

Buenas mañanas dije saliendo de entre los arbustos con la yegua pisándome los talones algo curiosa y Chy en mi brazo derecho, al que mantenía flexionado hacia mi y recto para mayor comodidad del ave. Ahora que lo veía bien, parecía ser un humano caballero. Levanté la nariz y olfatee disimuladamente el aire que le circundaba, era un acto bastante reflejo al que estaba acostumbrada.

Es raro encontrar a un caballero por estos lares dije acercándome con cierta prudencia. Si marcha a una guerra, le podría acompañar le insinué sacando pecho y señalándome con un poco de orgullo. Realmente estaba con ganas de repartir algunos moquetes por la vida. Puse mi cabeza de lado y esperé su respuesta.

Habia caminado hacia un tiempo, su oido no era mejor que el de un humano comun pero en esa madrugada parecia haber un silencio extraño, aun perdido en buscar el significado a su sueño estaba alerta, y podia escuchar a lo lejos un caballo o al menos eso parecia, solo sabia que estaba cerca pero no podia precisar de donde venia ni tampoco si eran varios o solo uno, Para el era una situacion familiar ya que en muchas ocasiones habia tenido que enfrentar a criaturas para defender a los viajeros, pero tambien recordaba que esta vez estaba solo, recordaba que incluso aunque su maestro estuviera a un lado de el, cruzar palabras era lo ultimo que pasaba por su cabeza. El clima no le importaba mucho aunque de vez en cuando su aliento era visible en forma de vapor. Para el el sigilo nunca habia estado dentro de sus metas, la armadura, sus armas y el escudo hacian ruido con cada paso asi que una entrada por sorpresa no estaba en sus planes.

Seguia su camino, aunque podia percibir algunos ruidos que le aseguraron que eran de un caballo aun no podia distinguir de donde provenian, la niebla no ayudaba mucho pero confiaba en sus habilidades defensivas y que su mision tenia que cumplirse de un modo u otro, antes de percibir los ruidos se habia planteado caminar hasta encontrar un pueblo para poder reparar sus armas e incluso poder ayudar si podia, se habia acostumbrado a la rutina de que muy a menudo los habitantes de un pueblo en problemas podian reparar su armadura y objetos si lograba defenderlos del mal, esperaba que esta vez fuera igual.

No se sentia cansado a pesar de que apenas durmio, ya estaba acostumbrado y aunque no era el caso en estos momentos llego a verse con ojeras en dias en que las batallas dejaban apenas algo de tiempo para descansar, siguio su camino hasta que una joven de apariencia humana se aparecio con un caballo y se detuvo, era hasta cierto punto algo irreal encontrarse con una joven que parecia fragil saludar y presentarse asi como asi, sin tener al menos algo de desconfianza ante un desconocido pero lo mas extraño es que queria acompañarle a una guerra, si bien sabia que su cruzada era una guerra aquella chica lo tomaba muy a la ligera, quien era capaz de hablar de peleas y guerras como si solo se fuera uno de paseo, habia notado el gesto de intentar percibir el olor que tenia Aradar, una costumbre que habia visto en Ferales o cambiaformas como les decia su maestro, se hizo a la idea de que tal vez la figura de la chica no era la real o al menos la unica que tenia, lo que le daba algo de sentido a sus afirmaciones.

Claro el rostro de Aradar era como una mascara y una permanente cara de enojo que se mostraba, esto no era a proposito pero asi era el, por un momento penso en seguir su camino sin prestar atencion a la chica pero necesitaba orientarse y tampoco queria parecer descortes, a los ferales tenia cierta simpatia ya que eran rivales de los vampiros.

Miro a la joven con una mirada seria -Si voy a una guerra, una guerra personal pero tu no pareces tener la diciplina para ir a una, porque buscas pelea o acaso crees que pelear es divertido?-

“Alguien se levantó de malas” pensé con un tono cancionero. El rostro serio del joven no parecía haber tenido mejores momentos que ese mismo. Le miré con atención haciéndome un poco para adelante, pero sin avanzar. Fruncí el ceño para intentar parecérmele, pero no iba por ahí la cosa. Me enderecé y puse la nariz sobre el halcón para luego instarlo a volar. Me tomé unos segundos para pensar en mi respuesta sin jugarle ninguna chanza, aunque la situación me parecía por demás divertida. Vaya que los humanos se tomaban las cosas a pecho…

No podía creer que el caballero en verdad iba a una guerra, pensaba en algún indicio de alguna por la región, pero no recordaba nada… hasta que dijo que era una “guerra personal”. Enarqué una ceja. Probablemente estaba tan chiflado como yo y decidí que por eso, podría observarle por algún tiempo. ¿Nos hemos visto antes? le pregunté escrutándole y tratando de ver a través de su golpeada armadura. Esta vez olfatee con más interés al joven para tratar de recordar su esencia, pero era totalmente desconocida para mí.

“mmm” fue lo único que pude pensar. Seguro que tenía buena vista o perfecta intuición. Interesante dejé escapar en un susurro al tiempo que me estiraba un poco y le miraba con ojos grandes. Parecía que yo no le provocaba nada. Ni odio, ni temor, ni lujuria… ni nada. Le sonreí abiertamente y me carcajee de tal modo que el sonido hizo eco en los árboles.

Si le digo la verdad a un caballero probablemente me deteste. Pero verá, me pone usted en un gran aprieto, ya que a los de su tipo tampoco les gustan las verdades a medias o disfrazadas… o como a mi me gusta llamarles: “mentiras”. Di un par de pasos en semicírculo a su alrededor, pero no acercándome demasiado. Tenía una complexión fuerte, mirada seria y por algunos momentos… ¿desafiante? . Fornido, pero su atuendo estaba algo desgastado y no parecía encajarle a la perfección. “¿Alguna herencia quizás?”.

Pelear… saboree las palabras dentro de mi boca antes de decirlas es delicioso me detuve frente a frente con él En estos días es difícil justificarse para poder atacar a alguien. No se puede hacer así porque sí dije un poco frustrada y cruzándome de brazos. Me sentía como una niña pequeña dándole explicaciones a un mayor.

Entiendo que si es una batalla personal puede que un noble caballero no quiera compañía… dije  tomando las cosas con cierta seriedad por primera vez. pero… puede que llegue a resultarle útil tenerme de su parte. Instintivamente levanté mi brazo para que el halcón se posara, lo deposité en mi hombro y monté a Furia quién había recuperado sus bríos y se movía impaciente a la espera de una respuesta.

Desde la primera vez que le llamo caballero penso que se habia equivocado de persona, al menos aun tenia recuerdos de su niñez en donde vio caballeros de reluciente armadura y generalmente al mando o servicio de las grandes casas como el le llamaba a los castillos, lugares que ni por asomo habia entrado, Aradar sabia que el no era un caballero y no solo por el lamentable estado de su equipo de batalla, cualquiera diria que lo habia tomado de la basura o que en verdad habia regresado de una batalla contra cientos de enemigos, y aunque era parcialmente cierto. Desde la muerte de su maestro habia luchado contra criaturas, algunos vampiros, casi sin descanso como si en la pelea pudiera olvidar su dolor de perder de nuevo a lo que el consideraba su familia. Dado que nunca le habia preocupado que pensaran de el no tenia intenciones de disculparse o intentar explicar el olor que un humano enfundado en una armadura podria generar si no ha pasado por el jabon por algunos dias, tres en realidad. Aunque ciertamente su pensamiento se perdio unos momentos en aquellas reflexiones la actitud de la chica lo hizo regresar al presente, la observo detalladamente, incluso se dio un golpe mental por haber dejado de notar al halcon, tal vez por que en principio le parecia algo inofensivo pero recordando a su maestro que le indico que no hay rival pequeño decidio prestar mas atencion.

Aquella joven era extraña, estaba seguro que no era humana, ninguna chica humana saldria con este tipo de clima y a estas horas, pero sobre todo sola, que era la clave, podria ser una bruja o un feral, de antemano la calificaba como feral, sabia ademas que para tener esa confianza tendria que tener un as bajo la manga, asi que mientras jugueteba enfrente de el no le quito la mirada ni un segundo, aunque la primera revisada sobre la chica fue de pies a cabeza no buscaba sus medidas sino alguna arma visible o algun bulto que pareciera un arma oculta. Cuando empezo rodearlo apreto el escudo para poder defenserse y mirandola como una curiosidad. Sobre sus palabras no confiaba mucho en ella, no porque no dijera la verdad sino por ese detalle de querer encontrar pelea, aunque su carcajada anterior no hizo que cambiara la cara de Aradar, se podria decir que la ignoro, pero mentalmente se encendio un fuego de alerta, tal vez esta chica estaba loca o tenia tantas ganas de provarse que se aventaria a un pozo de cabeza con tal de probar lo que valia, en cierto modo era similar a el pero Aradar habia aprendido a controlar esos instintos.

La ultima frase habia resultado la mas interesante, sobre todo porque en verdad podria necesitar a un guia fuera de esas tierras, cuando parecio que diria nada mas hablo, su voz aunque fuerte no reflejaba el mismo sentimiento de su cara era hasta cierto punto mas jovial que hacia un momento -Me serviria la ayuda de alguien, tu halcon seria un buen explorador desde el aire, pero en tu caso hay dos cosas que deberia saber antes de que te diga si acepto, la primera es que eres? ninguna humana comun andaria sin preocupaciones por aqui y por ultimo que ganarias tu?

Realmente me sentí observada por el humano, pero de vez en cuando me gustaba acaparar la atención, asique le escuché con toda la paciencia que fui capaz de recabar en tan poco tiempo. Furia no dejaba de dar vueltas en el pequeño claro y de golpear con sus manos el suelo. Suspiré y me puse seria con la yegua para que se estuviera más quieta.

Mi halcón… me molestó un poco que trajera a colación a Chy. Yo jamás le utilizaba para esos fines superfluos de la tan llamada “exploración” ¿qué no era más sencillo rastrear y atacar por sorpresa que estar tras las bambalinas planeando artilugios y cosas así?. Le envié una mirada de pocos amigos al caballero. Contestaré a tus preguntas y tú contestarás a las mías si deseas nuestra ayuda le dije haciendo recular a mi montura.

Nos llaman hombres lobos, cambiaformas… o lo más común por estos lares: “licántropos” le dije haciendo una reverencia con mi cabeza y sonriéndole Piensas bien las cosas, me gusta hice una pausa y proseguí. No es divertido perder el tiempo con monigotes estúpidos que se dejan matar. Soy Wood por cierto le guiñé un ojo y me dispuse a continuar con la amplia respuesta.

Yo ganaría… algo para hacer. El tedio es malo ¿qué nadie te lo había dicho caballero? por supuesto que no le diría que estaba batallando con la yegua que me cargaba o que por lo general le dejaba hacer lo que quisiera. En esos momentos estábamos perdiendo el tiempo antes de regresar probablemente a los boques de Verisar. Ahora es mi turno. ¿A dónde os dirigís y contra quién es la guerra? pregunté buscando sus ojos.

La cara de la chica cambiaba como el mar, podia sonreir un momento y al otro mirarlo con enojo, tal vez asi era su naturaleza de la joven, hasta cierto punto no le importaba pero le hacia dudar que tan competente seria en una batalla contra algun peligro, y si todo aquel discurso de parecer fuerte solo era una fachada para salir de aventuras, tambien parecia tener problemas con su montura, estaba inquieta pero a diferencia de otras veces parecia mas que era porque aun no estaba bien domada que por sentir peligro cercano. Tal vez era el reflejo de la personalidad de su dueña. solo que esta no tenia intenciones de ocultarla.

Ella habia mencionado la raza a la que pertenecia, una licantropa, bueno en principio pero tampoco era para dar saltos de alegria, ciertamente aun no tenia claro si en verdad todo lo que habia mencionado era en tono de broma o realmente asi pensaba, me preguntaba como seria su forma lobuna, hasta ahora solo habia visto lobos de tamaño considerable cuando de licantropos se trataba, muchos de ellos habian sido grandes desafios en su entrenamiento pero esta chica no se veia nada diferente de una chica de pueblo que no entrenaba mas alla de la rutina.

La habia escuchado con atencion en busca de algo que delatara segundas intenciones pero no logro ver nada, y aunque el no lo habia pedido ella se habia presentado, Wood, un nombre raro pero como ella era rara hacian juego, no queria ser niñera de nadie, pero de igual forma se sentia atraido por la idea de un aprendiz, aunque tambien sabia que no era tiempo ni tenia la experiencia para intentarlo con ella.

Al final lo que ganaria seria el simple hecho de hacer algo, pero ella habia respondido con sinceridad o al menos eso habia aparentado, le tocaba a el pero tal vez su respuesta no le gustaria pero debia responder con sinceridad- Wood, mi batalla es contra la oscuridad de este mundo, es una batalla larga y que seguramente me llevara toda mi vida, sea corta o larga, no puedo prometerte combates tras cada arbol de este bosque, ni siquiera podria asegurar combates en el trascurso del viaje a la ciudad mas cercana y respondiendo la otra pregunta mi destino es el norte, mi instinto me dice que algo muy terrible se esta gestando ahi y si nadie hace nada pronto la muerte se convertira en una marea que intentara anegar todo cuando queremos, de ti depende acompañarme, si no quieres seguirme solo te pediria indicarme la direccion de la ciudad mas cercana para arreglar en lo posible mi armadura- En parte no esperaba que lo entendiera o que despues de las primeras frases siguiera poniendo atencion pero debia decirle que podria pasar

El humano estaba ahí, tieso. Me desesperaba un poco el hecho de que se mantuviera firme en esa posición. ¿Sería que se sentía mal dentro de esa armadura? Me eché nuevamente un poco para adelante para tratar de encontrar algún vestigio de un dolor de barriga o algo así. Esas personas generalmente vivían bajo el yugo del dolor. El análisis no reveló nada. Solo a mí moviéndome a su paso de aquí para allá, esperando a quién no quedó de venir.

Él tomó la palabra. Fue el discurso más largo que le había escuchado desde nuestro corto encuentro y presentí que por el resto de cualquier empresa que lleváramos juntos. Realmente me costó trabajo concentrarme en sus palabras. Verdaderamente había olvidado que esos caballeros tenían el discurso ese del bien contra el mal. Corrí en círculos mentalmente levantando los brazos al aire. “¿En serio?” me pregunté mientras le escuchaba. Podía poner mis manos al fuego que este con Keyan harían una dupla inigualable. Suspiré y traté de hacer de cuentas que de él se trataba para verle menos como una cosa de hierro oxidado y más como a una especie de colega.

Cuando terminó su monólogo, me tomé unos segundos para recapitular. “Bien, pocas batallas, ciudad cercana, Norte”. Aparentemente, era mi turno de hablar. Todo lo que quiero y con lo que me conformo se defiende solo, caballero dije con un tono mortecino. Por unos instantes pensé en Philip y su clan. Quizás ellos y seres como ellos si necesitaran ayuda… pero eran guerreros a fin de cuentas. Todo lo que no se puede defender es tiempo perdido, es la ley de la vida le dije frunciendo el ceño severamente y tensando los labios. “El mundo sería un poco mejor con menos salvados como yo…” pensé con cierta tensión.

Pero qué más da… tú quieres algo. Yo quiero algo. No me importan tus motivos y no me meteré en ellos como espero que no te metas en mis quehaceres. Hago lo que quiero cuando quiero. Si eso está bien contigo, sígueme. He de guiarte a Sacrestic Ville y luego partiremos caminos. le dije volteando a Furia y buscando salir al camino por el que hacía rato transitaba.

Elevé un poco la voz Si seguimos en dirección contraria al Sol deberíamos estar como a una legua de distancia. Espero que camines rápido porque pienso estar lejos de esa ciudad para el anochecer.

Ante la vision que habia tenido, ese sueño tan realista en la que todo era barrido por una fuerza sobrenatural me dio a entender que ese mal tenia que ser detenido antes de que creciera o de lo contrario nada podria, cerre los ojos, vi a al chica de nuevo, al aprecer creia que podria contra cualquier cosa ella sola, era una seguridad muy extraña como la que tiene un niño de que nada malo podria pasarle, era como el antes de perder a lo mas querido. Sabia que no habia mencionado mi nombre y tal vez era mejor que me conociera como caballero - Esta bien Wood es hora de partir, no camino lento y no te preocupes por el cansancio he aprendido a ingnorarlo - Sabia que esa frase era mitad mentira, sabia aguantar mas que alguien comun pero jamas podria ignoralo todos tenian sus limites.


Meditaba con lo que dijo Wood, tal vez no se diria pero si en algun punto ella representaba el mal era mas que normal que le tocara luchar o eliminar a la joven, por su actitud sabia que era mejor no seguir hablando de lo que era su mision o contarle algo de su pasado, tal vez era dificil encontrar a alguien como Aradar su maestro. En cierto modo sabia que el no encajaba en este mundo tan lleno de oscuridad, pocos son los que tienen la capacidad de seguir un camino recto ante la oscuridad, habia muchas cosas que queria expresar sobre la justicia pero seria saliva gastada.

De momento estaba algo intranquilo porque era la primera vez que conversaba con alguien que no compartia sus ideales, en cierto modo era un choque de ideas para el pero habia aprendido a no demostrar nada por fuera, no tenia intenciones de conocer la vida privada de la joven pero una charla en el camino podria hacer mas corto el camino y debido a que no conocia el camino le parecia mejor tener al menos por ese momento a su compañera para que no se retirara pronto.

Empezo a seguir a la chica, su armadura hacia ruidos metalicos con cada paso, era un ruido que pasaba desapercibido para el pero para alguien que no lo conociera era como una campana anunciandolo, su tamaño ayudaria a seguirle el paso a un caballo, sus piernas largas podria hacerlo y caminar hasta ese lugar, hasta cierto punto Wood le recordaba a el en sus primeras misiones ya como cazador, impaciente, con ganas de pelear y venganza.

Eso está por verse susurré al aire cuando escuché las palabras. Llevábamos poco menos de una hora caminando. El terreno era escarpado en algunos lugares y en otros había bajadas. Pese a que nos movíamos en el camino, algunas veces fue necesario que me apeara de la montura debido a la estrechez de pasadas entre los árboles o lo empinado de una subida. El avance era tedioso y cansino, marchábamos en silencio… todo hubiera sido genial, si no fuera por los chirridos del metal de la armadura de mi compañía. Ya tenía los oídos finos de tanto escucharle.

Tan sumida en mi propio mundo iba, que no percibí la presencia de un gran oso pardo en las cercanías hasta que Chy nos alertó desde el aire. Furia pareció tensarse y sin pensarlo, me tiré al suelo hachas en mano. El animal estaba a un par de metros frente a nosotros, parado sobre sus patas traseras obstruyendo el paso. Espero que no seas un naturalista, porque esta cosa parece estar despertando de su hibernación… le dije al humano, quitando mis ojos momentáneamente del gran objetivo para buscar al caballero.

De pronto, una súbita brisa tajo consigo el olor a sangre. Y no solo eso, sino la esencia pérfida de esos seres fríos que caminaban en su no vida: un vampiro. Genial dije quitándome la ropa con violencia y echándola dentro de los morrales de la montura de Furia. Anda un vampiro en las cercanías, no podré hablar, pero entenderé las últimas palabras las apuré para que salieran de mi boca. El oso, había bajado a sus cuatro patas y se acercaba de galope hacia nosotros.

“Oso”:

Me aparté de la yegua, dejándola atrás junto con el caballero. Sentí como mi cuerpo elevaba su temperatura hasta casi quemarme, mis huesos se reubicaban y en cuestión de segundos me encontraba corriendo alternando dos y cuatro patas hasta colisionar con el gran oso. Éramos dos bestias luchando por la supremacía, para demostrar quién tenía más poder, más garra. Los ruidos del bosque ya no se reducían al eco de la armadura del caballero, sino a alaridos, rugidos y gruñidos que brotaban de nosotros, las fieras.

De vez en cuando, en momentos de cierta sensatez, podía escuchar a Furia o a Chy relinchar, golpear sus patas en el suelo o chillar. El oso iba a por mi cuerpo, queriendo usar sus brazos y zarpas; mientras yo, intentaba llegar a su cuello con mi mordida, esquivando con ayuda de mis manos y garras sus ataques. Era un cuerpo a cuerpo bastante parejo y me sentía muy bien de poder liberar la tensión acumulada en varios días. Era un rival difícil y poderoso, pero la adrenalina que sentía hacía que viera sus movimientos desarrollarse lentamente dándome una sensación de placer y gloria.

De pronto, se hizo un silencio repentino y una nueva tensión en el aire se hizo presente. Una risa chillona rompió la momentánea quietud y el olor a sangre se hizo tan fuerte que fue hasta espeluznante. Tanto el oso como yo perdimos momentáneamente nuestra concentración en la batalla para levantar nuestros hocicos ante tanta diversidad de aromas en uno solo. No se trataba de un ser cualquiera. Era un asesino.

Aullé y embestí contra la bestia a mano limpia.
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Off: la mujer vampiro:

Spoiler:

Caminar en silencio era igual a como ir con su maestro, en cierto modo agradecia que la chica no quisiera hacer mas platica que la necesaria, aunque en verdad me gustaria saber mas de ella, queria comprender porque habia seres que podian vagar sin ninguna preocupacion en esta tierra sin pensar ams alla del futuro cercano. Miraba mi armadura mellada, estaba muy dañada y el sonido metalico era mas por las piezas metalicas que estaban a punto de caerse y rozaban las demas que en momentos pensaba en quitarla de mi cuerpo e ir sin ella, pero contando que abajo de ella apenas habia ropa que me cubriria decidi que era mejor conservarla, sabia que mi acompañanante podria estar harta del sonido metalico porque ya habia tratado con otros de su raza, algunos de ellos me habian reclamado antes de media hora, pero siempre los ignoraba. Ella habia soportado completamente, el camino era dificil, se habia aligerado un poco mi carga en algunos puntos cuando mi armadura llego a chocar con algunos de los obtaculos naturales y simplemente se habia caido, seguramente mi compañera ni siquiera se habia dado cuenta y para fines practicos tampoco es que mi armadura cambiara demasiado, la ultima pieza que habia perdido era una hombrera oxidada que habia caido al chocar con una roca.

De pronto el ave que habia visto volar hacia rato y del cual me habia olvidado hasta ese momento anuncio la llegada de un peligro latente, no tarde mucho antes de ver un oso, sacando armas, unas hachas realmente no habia prestado demasiada atencion a ella despues de que montara y no vi ni siquiera de donde las habia tomado, mi espada la habia sacado y mi maltrecho escudo lo removi de mi espalda para ponerme en defensa.

Sin embargo la risa que escuche despues me confirmo que el oso no era el unico peligro, la confirmacion de mi compañera fue para empezar a buscar al segundo objetivo con los oidos mientras miraba a mi compañera, con curiosidad para ver como peleaba. Aunque lo que mas me sorprendio fue que se quitara la ropa y que la guardara en su caballo, sonrei, el ver a una chica joven sin nada encima siempre es algo bueno pero lo que me dio risa fue el hecho de quitarse al ropa, esperaba que alguien con su actitud rompiera sus ropas nada mas ver el objetivo. De sus ultimas palabras no eran tan necesarias pero era un detalle de compañeros de batalla, apenas y asenti con la cabeza.

De cierto modo pude ver la pelea entre ella y el oso, por un momento pregunte para que habia sacado las hachas al ver que a veces se posaba en sus cuatro patas y pense que habia soltado las hachas en esos momentos, y lo considere un desperdicio de tiempo sacar armas que no serian utilizadas, por otra parte tal vez las habia dejado ahi en un lugar estrategico para usarlas, ya que ella usaba una tranformacion especial, no era un lobo completo, era una mezcla de humano y lobo, capaz de blandir armas.

No me aparte de sus animales de compañia, ya que ella se veia confiada y fluida al pelear, tal vez sentiria algo de rencor si yo me entrometia en una batalla de bestias, pero el vampiro no habia dado al cara hasta que otra risa salio de su boca, habia visto una sombra entre los arboles, el olor de los vampiros era especial y sabia muy bien como era, la vi en un arbol, algo alejada, pude notar que ella estaba observandonos.

Estaba llena de sangre, algo o alguien habia sido su victima, sus ojos estaban saltones, como si fuera una adicta a la sangre estaba mas cerca de mi que de las dos bestias, la vi saltar para alcanzar el caballo de la chica, habia elegido su presa pero yo tenia en mente algo diferente, a diferencia de que lo la mayoria piensa mi pesado equipo apenas hace mella en mi velocidad, al menos en ciertos momentos podia realizar rapidos movimientos aunque estos debian ser calculados para no cansarme rapidamente, en este caso use el escudo para rechazar la abominacion que estaba enfrente de mi, un golpe de escudo de mi parte y de lleno era como golpear una pared que se mueve hacia el objetivo, la vi salir despedida, tal vez por exceso de confianza, ahi fue cuando pude apreciarla con mas detalle, era una chica, de aspecto joven, ropas manchadas en sangre, ropa sucia, en cierto modo no le veria distincion entre el oso y esta cosa, no vi armas y adema sno parecia tan rapida como otros de su especie y cargue contra ella.

Llegar su cuello, era casi tan difícil para mí como para él el clavarme sus zarpas. Me hubiera gustado continuar con una pelea de fuerza bruta, pero las cosas parecían no ir muy bien por allí atrás. En determinado momento, un sonido seco rebotó éntrelos árboles para volver a mí amplificado. Le mordí un brazo al animal con el que estaba luchando y le arranqué un gruñido de dolor. Vaya que su piel era grasosa y ancha, casi tanto como de mal gusto. “Nota mental: no comer oso”. Esa acción, además del movimiento extraño tras de mí probablemente disuadieron al animal para que retrocediera y terminara huyendo.

Sonreí agazapada en el piso mientras le veía perderse entre la maleza. Me golpee el pecho y aullé de placer entre resuellos. Agitaba mi cola y movía la cabeza hacia los lados con la lengua colgando. Estaba feliz.

…Momentáneamente feliz.

Escuché el combate que se estaba desarrollando entre el caballero y la mujer vampiro. Salté hacia adelante y rápidamente tomé las hachas del suelo con intención de ayudarle, pero me detuve en seco con segundos pensamientos. El caballero había dicho que era una guerra personal… y él mismo no se había entrometido en mi escaramuza. Apoyé mi cola en el suelo, con las piernas flexionadas, pronta para atacar si era necesario. Mi vista clavada en el desarrollo del combate.

Las afiladas garras de la mujer que aparentaba ser joven, daban y erraban sobre el escudo y los pedazos de la armadura del noble caballero. Él mantenía su estanza y parecía bailar con la desconocida. Era la pelea más cautivante que habría presenciado hasta ese día. Tenía ganas de involucrarme y despedazar, la sangre me hervía sentada allí, pero sabía que debía contenerme. Gruñía y ladraba de forma intermitente, siguiendo el combate pensando “Ahora… ¡Oh…!, dale, dale, dale. ¡Esquiva!” pero sabía que mis pensamientos no iban más allá de mi misma.

La pelea estaba bastante reñida. O el humano estaba en muy buena forma, o la vampiro era un pequeño fiasco de asesina. O quizás era la combinación de ambas cosas moderadamente. En cierto momento, sentí que nuestra enemiga buscó venir para mi lado, ya sea para atacar o para huir; pero no estaba dispuesta a permitírselo, al menos no aún. Por lo que le lancé una de mis hachas, la cual esquivó con cierta agilidad. Fue una advertencia. Ella y yo miramos por algunos segundos el arma clavada en el tronco de un árbol próximo. Le enseñé los dientes y gruñí irguiéndome lentamente.

Habia estado esquivando ataques para medir sus capacidades, en efecto la vampira tenia las caracteristicas normales para la pelea de su raza, pero estava hueca, era mas un animal que un ser pensante, habia defendido mi cuerpo con el escudo y pude notar realmente el mal estado en el ahora estaba, algunos golpes habian logrado abollar el revestimiento de metal, con la espada habia logrado hacer algunos cortes pero ya me estaba aburriendo al ver que no daria alguna sorpresa en el combate, tampoco podria hacerla hablar sobre algo que supiera, no la habia oido hablar ni siquiera para maldecir o pensar en voz alta, es mas ni siquiera habia visto ni la ligera impresion de intentar susurrar algo.

Habia resultado tan sencillo defender y atacar que pude ver como mi compañera habia terminado su combate, el oso habia huido, lo lamentaba por el, ya que el olor a sangre podria atraer otras cosas, pero tampoco se veia muy lastimado, es mas se veia simplemente asustado, segui con el combate un poco mas, esperando el momento de usar de nuevo mi fuerza y destreza para acabar con el combate de una vez.

Pero al parecer al igual que el oso el vampiro prefirio salir del lugar, tal vez por saberse en desventaja, elegir una nueva victima en mi compañera o habia sido llamada por algo o alguien, esto ultimo me intrigaba, mi compañera que habia estado ahi viendo como peleaba, me habia devuelto la cortesia de no intervenir, cualdo la vi huir pensaba en lanzar la espada hacia ella pero wood se adelanto pero en cierto modo me habia dado la oportunidad que buscaba.

Mi maestro me habia enseñado el golpe de escudo, era simple usar toda tu fuerza y agilidad para poder moverse a una velocidad considerable y y con el escudo caer de golpe sobre el rival, era peligroso por que al poner el escudo a modo de ariete hacia que no pudieras ver el objetivo pero con algo distraccion casi cualquier cosa podria quedar triturada entre una pared y mi escudo, en este caso el objetivo era la vampira contra un arbol de gran tronco, tal vez seco pero enorme, la vampira apenas se habia girado tal vez por el tintineo de la armadura antes de ser arrollada y compactada contra un arbol, pude oir algunos crujidos al chocar con el arbol, tenia que mejorar mi ataque para asegurar la muerte del objetivo pero de momento seguro que habia sido suficiente. Retire mi escudo y cuerpo para ver lo resultados del ataque

Salí del trance en el que había entrado con la vampiresa cuando ésta fue súbitamente arrollada por el mastodonte de mi compañero. En un momento estaba ahí, mostrándome los dientes y al siguiente se encontraba estampada contra un árbol. Parecía una figura de arte abstracto y ostentoso. Caminé hacia el caballero lentamente, dejando que con cada paso que avanzaba hacia él, mi cuerpo despojara la fiereza, la arrogancia y el enojo.

Para cuando el hombre quitó su escudo para ver el estado en el que había quedado su enemiga, yo me encontraba tras él, en mi forma de mujer. La vergüenza era algo exógeno a mi, por lo que me conformé por lamer un poco algunas heridas superficiales y mirar el estado de esa piel. Me encogí de hombros, la había tenido peor en otras ocasiones. Estaba muy curiosa por ver el dramático espectáculo. Casi podía disfrutar de lo que estaba a punto de ver, pero mi mente idílica no era capaz de imaginar el espectáculo que se desarrollaría frente a nosotros.

Lindo trabajo dije para luego dar lugar a un chiflido Se ve que no necesitas de mucha ayuda aseguré mientras observaba tras él desde una pequeña abertura entre su cuerpo y su brazo, caminé luego, rodeándolo para tener una mejor visión. Espero que no te importe…pero si lo dejamos así aseveré levantando el hacha que me quedaba con gesto cansino y me acercaba a la presa inconsciente.

La mujer vampiro había quedado en muy mal estado contra el árbol, su cuerpo yacía inerte en el suelo, pero aún respiraba. Tenía algunos huesos rotos y su sangre se mezclaba con los humores de sus víctimas pasadas, haciendo que el aire se llenara de hedores asquerosos y extraños. Acto seguido clavé mi arma en el tronco del árbol, atravesando el cuello de aquella fiera con un sonido sordo tras un movimiento rápido puede que nos hubiera seguido enfurecida.

Rehuí la vista al caballero, sabía por experiencia que ellos eran “legales” y que no solían terminar a sus contrincantes en situaciones como esa, pero yo no me regía por sus leyes. A mí sólo me importaba no tener preocupaciones. Tuve que poner un pie al costado de la cabeza, contra el árbol para poder despegar el hacha de su lugar. Nuevas oleadas de líquidos se removieron y la cabeza rodó hasta chocar contra mi otro pie. El arma cedió y casi caí de bruces por la fuerza liberada.

Me enderecé y relamí nuevamente la sangre de mis heridas, las del oso y algunas gotas que me habían saltado al decapitar a nuestra enemiga. Caminé lentamente hacia un tronco cercano, donde aún reposaba la otra hacha, pero ésta salió tan pronto como la toqué. Parecía haber estado esperando mi presencia para separarse de aquella dura madera. ¿Qué harás con esa armadura? pregunté mirando buscando por primera vez el rostro del humano. Le rodee en un círculo algo abierto para mantener distancias. Si te la quitas, podrías cabalgar conmigo hasta el poblado. Me urge partir le dije esbozándole por primera vez una sonrisa verdadera.

El caballero gozaba ahora de cierta parte de mi confianza. Mientras esperaba su respuesta, llamé a Furia y comencé a buscar la ropa para volver a vestirme.

Habia terminado, afile mi mirada al notar una respiracion al otro lado del escudo, estaba algo enojado al no poder terminar el trabajo de un solo golpe y ahora deberia rematar el trabajo, retire el escudo y aunque la voz de mi compañera me informo que ya no era una bestia, sus pasos pasaron de largos y pesados a ligeros y graciles, por un momento pense en que recogeria su ropa antes de acercarse pero al retirar el escudo y como terminaba el trabajo me di cuenta que seguia sin nada encima, sin ninguna muestra de pena por estar asi, de pronto recorde que de igual forma habia eliminado su ropa sin ninguna verguenza, no era la primera vez que veia a una mujer de esa manera y no me importaba realmente, su cuerpo estaba manchado con sangre y en algunos momentos me recordaba a la cosa que habia eliminado. De algun modo me sentia como una atraccion de feria hacia ella, tenia la tendencia a rodearme como una niña que juega, aunque no me molestaban sus comentarios no queria contestarlos.

Me pregunte un momento si ella habia eliminado el objetivo por alguna cuestion de orgullo o porque pensaba que la dejaria asi por lastima, algo que no sucederia, pero de todas formas el ser no respiraba mas y eso era lo que importaba, despues de que ella se retiro a buscar su otra arma la vi de arriba abajo, de momento comprendia su confianza a pelear pero sus motivos aun eran invalidos para mi, dirigi una ultima mirada a lo que quedaba de la vampira, su cuerpo roto, pero no tanto como yo queria, incluso vi el arbol para ver que tanto habia dañado, pero no era suficiente.

Me habia perdido un momento intentando recordar como fue el impulso, la forma de usar el escudo, tratando de ver como mejorar el ataque, de hacerlo mas rapido y mas fuerte, pero de nuevo su forma de comunicarse era extraña de nuevo volvio a rodearme, su cuerpo era delgado, no como la bestia que acababa de ver, le mire respondiendo su mirada, pero su pregunta me saco un poco de todo loq ue pensaba, quitarme la armadura, podria hacerlo, realmente la armadura estaba en tal mal estado que no me defenderia de nada si algo me impactara, no era la de mi maestro, podria comprar otra en su momento, pero era mas el sentimiento de que seria ablandarse un poco, pero empece a pensar en los beneficios. Asi que tal vez podria ir sin ella un momento, antes de que pudiera responder me dedico una sonrisa, algo bueno en compañeros, y al ver que pronto se vestiria intente una broma - Al menos podrias dejar que disfrute el espectaculo un poco mas antes de que vistas- Dije mientras la parte superior de la armadura caia al piso, asi como las partes de los brazos, mi cuerpo tenia musculos producto de una vida de entrenamiento, pero estaba algo sucio, mire la herida de mi pecho antes de volver a mirar a la chica - Pero el escudo y espada se quedan-

Me sentí muy observada por el caballero durante todo el rato. Sólo se dignó a devolverme uno de los comentarios cuando me había puesto la remera y la ropa interior. Enarqué una ceja y sonreí mientras caminaba hacia él a medio vestir. ¿Qué espada? le pregunté pasando mis dedos por el frío metal de su arma, observándole de arriba abajo, era un humano bien constituido y… probablemente bien dotado.

Lamí la sangre que mi dedo índice había recabado en su corto trayecto frente a él, mirando indiscretamente su cuerpo semi desnudo. Nunca tientes a una hija de la luna le susurré, enarcando una ceja y echándome a reír me giré para terminar de vestirme. Ese hombre era inescrutable; tratar de leerle era como intentar buscar una olla de aeros al final del arcoíris, nada más que mil veces más difícil, sin contar la diferencia entre lo tangible –y macizo- de uno y lo imaginario de lo otro.

Terminé de vestirme con cierta parsimonia y de un salto monté sobre Furia, la acerqué a él y le tendí una mano con una gran sonrisa en el rostro. Había logrado lo que quería y probablemente Philip, estaría orgulloso de mi acción para con el desconocido caballero. No me has dicho tu nombre le dije y esperé sus propias acciones.
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Off: perdón, pero asumí que aún blandías tu espada… no se, imaginé el momento así. Si te parece mal, lo edito.

off: dejao asi, quedo muy bien

On:

Tentar a una hija de la luna, bueno realmente habia dicho eso en broma pero en cierto modo no era un paladin o un hombre santo, era un cazador y aunque tenia firme mi conviccion con mi tarea mi maestro me habia enseñado a disfrutar cuando se podia de la vida, decia que si alguien solo se concentra en una mision terminaria loco y despues de ver a al chica estaba seguro que podriamos tener un momento a solas y probablemente no necesitariamos una cama para hacerlo, pero ambos estabamos cortos de tiempo, mi espada estaba un poco manchada de sangre pero ene se tono sugerente podria pensar en algo mas que solo hablar pero como pensaba ninguno tenia el tiempo.

Ella era salvaje y fuerte, podria ser que no le gustara la idea de una pareja estable y eso en su naturaleza estaria a juego, estaba seguro que aunque dentro de poco nuestros caminos se tuvieran que separar en algun punto se volverian a encontrar, esperaba que en condiciones mas relajantes, aunque en mi interior sabia que el mejor encuentro seria en medio de una batalla ya sea como aliados o enemigos.

Le di una ultima mirada a mi armadura y para cuando voltee tenia una mano extendida hacia mi y la estreche, la tuve que soltar para aocmodar mi cuerpo con la espada y el escudo, pero una vez que me habia acomodado le comente a su oido- Mi nombre es Aradar y tal vez cuando nos volvamos a encontrar no solo sera una frase la que dire para tentar a esta hija de la luna- Por suerte al estar a la espalda de ella esperaba que no pudiera ver la pequeña sonrisa que se dibujo en mi rostro.