El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
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El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
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--- Escondido en las profundidades del pantano, yace un laboratorio abandonado desde tiempos de guerras. Un edificio construido tras la llegada de la gente del otro lado del portal, y abandonado a su propia suerte tras lo que todos pensaron fue un desafortunado accidente. Pero no todos pensaron lo mismo. Los rumores surgieron, y estos se volvieron leyenda. Un lugar al que ni siquiera los seres más monstruosos se atreven a adentrar. ¿Fueron las sangrientas batallas las causantes del "maleficio" de aquella tierra muerta, o fue el maleficio el que causó un mar carmesí...? ---
Era entrada la tarde, pero en el espeso pantano siempre parecía ser que reinase la oscuridad, sin tan solo la leve luz de las estrellas para alumbrar el camino. El grandioso edificio se erguía en un pequeño claro oculto entre la niebla, soportando los fríos latigazos del viento, los cuales llevaban consigo un dulce olor a muerte. Los árboles se tambaleaban y la poca tierra que estaba fuera del alcance del agua pantanosa se levantaba formando remolinos en el aire. Como de costumbre, un silencio sepulcral reinaba en las afueras de la fortaleza sin retorno. Pero nadie sabía que aquel silencio sería manchado por unos invitados inesperados...
En la parte trasera de la mansión, hacia el norte, un agujero del tamaño de una persona se abría en la verja electrificada; un agujero sumido entre las sombras y la niebla. Tal vez fuese el destino, o tal vez una casualidad, pero ese mismo agujero fue el que permitió a dos personas entrar en los terrenos de la mansión, y a tan solo un par de pasos más adelante, sería una pequeña puerta trasera, con una ventana de cristal roto, la que serviría de entrada hacia el interior para los desafortunados viajeros.
___________________________________________________________________________
- El primero será un post de introducción y en el segundo empezará el desarrollo de la historia. En total, serán 4 posts, 2 por persona, en el orden en el que están los nombres en el título.
- Consejo del master: Valorad los ratos en compañía, pues nadie asegura que perduren.
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Última edición por Master4 el Jue Abr 03 2014, 02:43, editado 1 vez
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Se había cumplido apenas un día desde que su quebrado camino se sorprendió con la presencia de ese hombre que ahora caminaba a su lado. Y aunque su conversación aumentó considerablemente en comparación con las parcas palabras que solía decir en su primera convivencia con seres parlantes, aún era escueta la información que conocían el uno del otro.
Quizás esa falta de conocimiento personal era una de las claves para los consorcios efectivos, porque también facilitaba el alejamiento cuando resultaba necesario. Ella buscaba a “los suyos” fin común en tantos desprovistos de lazos en la tierra, y Alberic sin descifrarlo le ofreció acompañarle a la tierra fija de lobos, a ciegas, pero que al parecer se unía a un propósito de el mismo.
El infortunio que vivieron dentro de las ruinas buscando evitar una persecución bajo la tormenta declaró su cooperación, y aunque ahora que el día estaba por terminar sus interiores se sentían aliviados por haber abandonado aquella realidad, poco imaginaban que estaban caminando recto y sin obstáculos hacia una mucho peor.
[…]
-Alberic…- había pronunciado un instante después de detener su paso en seco, para contemplar con todos sus sentidos lo que comenzaba a aparecer a lo lejos como una imagen que se descubría de a poco, desenrollándose en una extensión extraña y que causaba un ruido terrible en sus imágenes mentales. Jamás vio cosa parecida en el pasado.
Segundos después de su muda contemplación el olor en su nariz terminó por ser apremiante, y sus nervios por fin le comunicaron que estaba sobre suelo endeble, lodoso…
Retrocedió un par de pasos, y volteo a mirar confusa a su compañero. Algo había sucedido, algo que la hacia sentir ridícula y estúpida. Miro hacia atrás, y hacia mucho que el engañoso sendero desaparecía y el pantano comenzaba su reinado. ¿Cómo era posible que un olor tan denunciante hubiera pasado desapercibido a su olfato presumiblemente agudo? No era posible que ambos hubieran sido presa de una treta proveniente de energías desconocidas y malintencionadas…de ser esa la realidad, era momento de replantear la manera en que estaba tratando de ignorar inconcientemente ciertos aspectos de su instinto, por el temor a repetir hechos del pasado.
-Me avergüenza, pero… no fui consciente de nuestra entrada a este lugar- lo único que le mortificaba hasta ahora era su falta de consciencia, que no podía atribuirle a estar demasiado reflexiva. La sorpresa y curiosidad por aquella construcción que se dejaba ver aun a lo lejos yacía en su falta de comprensión por la arquitectura de los hombres, las tumbas de los vivos decía su padre, y nunca antes había estado mejor aplicada que ahora. Esa construcción rectangular y rígida no le comunicaba ni un atisbo de calidez, no era siquiera parecida a lo que había visto en tierras de hombres, vampiros o lo que fuere. Le parecía por completo inhabitable.
-Aquello que se asoma entre la bruma, ¿qué es Alberic?- la nuca le repiqueteaba con un hormigueo extraño, y en contra de sus planes la noche los sorprendería dentro del pantano por tal descuido. Por otro lado, a favor de la opción de un refugio, aquello parecía ser la única opción que poseian.
Quizás esa falta de conocimiento personal era una de las claves para los consorcios efectivos, porque también facilitaba el alejamiento cuando resultaba necesario. Ella buscaba a “los suyos” fin común en tantos desprovistos de lazos en la tierra, y Alberic sin descifrarlo le ofreció acompañarle a la tierra fija de lobos, a ciegas, pero que al parecer se unía a un propósito de el mismo.
El infortunio que vivieron dentro de las ruinas buscando evitar una persecución bajo la tormenta declaró su cooperación, y aunque ahora que el día estaba por terminar sus interiores se sentían aliviados por haber abandonado aquella realidad, poco imaginaban que estaban caminando recto y sin obstáculos hacia una mucho peor.
[…]
-Alberic…- había pronunciado un instante después de detener su paso en seco, para contemplar con todos sus sentidos lo que comenzaba a aparecer a lo lejos como una imagen que se descubría de a poco, desenrollándose en una extensión extraña y que causaba un ruido terrible en sus imágenes mentales. Jamás vio cosa parecida en el pasado.
Segundos después de su muda contemplación el olor en su nariz terminó por ser apremiante, y sus nervios por fin le comunicaron que estaba sobre suelo endeble, lodoso…
Retrocedió un par de pasos, y volteo a mirar confusa a su compañero. Algo había sucedido, algo que la hacia sentir ridícula y estúpida. Miro hacia atrás, y hacia mucho que el engañoso sendero desaparecía y el pantano comenzaba su reinado. ¿Cómo era posible que un olor tan denunciante hubiera pasado desapercibido a su olfato presumiblemente agudo? No era posible que ambos hubieran sido presa de una treta proveniente de energías desconocidas y malintencionadas…de ser esa la realidad, era momento de replantear la manera en que estaba tratando de ignorar inconcientemente ciertos aspectos de su instinto, por el temor a repetir hechos del pasado.
-Me avergüenza, pero… no fui consciente de nuestra entrada a este lugar- lo único que le mortificaba hasta ahora era su falta de consciencia, que no podía atribuirle a estar demasiado reflexiva. La sorpresa y curiosidad por aquella construcción que se dejaba ver aun a lo lejos yacía en su falta de comprensión por la arquitectura de los hombres, las tumbas de los vivos decía su padre, y nunca antes había estado mejor aplicada que ahora. Esa construcción rectangular y rígida no le comunicaba ni un atisbo de calidez, no era siquiera parecida a lo que había visto en tierras de hombres, vampiros o lo que fuere. Le parecía por completo inhabitable.
-Aquello que se asoma entre la bruma, ¿qué es Alberic?- la nuca le repiqueteaba con un hormigueo extraño, y en contra de sus planes la noche los sorprendería dentro del pantano por tal descuido. Por otro lado, a favor de la opción de un refugio, aquello parecía ser la única opción que poseian.
Aredhel
Experto
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
- Hace dos noches cenaba con los cazadores de los bosques de Lunargenta… - Un solitario pensamiento cruzo la mente de Alberic. Era casi increíble lo mucho que podía cambiar una situación de un día a otro. De intentar pasar una noche debajo de las estrellas de forma ingenua, inconsciente de los peligros que podían acechar a los alrededores, a ser rescatado por una completa extraña, aquella mujer misteriosa que lo hizo pensar antes de revelarse a sí misma, que era un monstro entre las sombras listo para devorarlo.
Aquella extraña la cual ahora difícilmente podría llamarla de esa manera mostro ser una bienvenida compañera de viaje ya que Alberic no estaría vivo quizá de no ser por su intervención. Aredhel es su nombre.
A pesar del poco tiempo transcurrido desde que ambos cruzaron caminos, bien se podría considerar que una especie de camaradería surgió entre ellos nacida de las experiencias que recién habían experimentado después de los eventos al poco tiempo de encontrarse y los ocurridos en aquellas sombrías ruinas. Ahora, ambos continuando el camino vienen a caer al pantano misterioso y contemplan lo que esa por afrontarles.
Un buen tiempo habían estado caminando desde que encontraron aquel sendero cuando la vegetación comenzó a diferir de la que habían visto en los pasados días.– Nos acercamos al pantano - Alberic pensó. La cantidad de insectos parecía incrementar con cada paso que se daba y el terreno se tornaba lodoso e inestable en algunos lugares, charcos empezaban a aparecer y el aroma a la putrefacción de la vegetación sumergida en agua se hacía presente, el día pasaba rápido y la noche pronto llegaría.
Alberic guardo silencio todo el camino pues había notado que Aredhel se encontraba “perdida” dicho de cierta forma, parecía estar literalmente encantada con la naturaleza de aquel lugar, o quizá estaba recordando aquellas cosas dignas de ser recordadas, Alberic solo podía suponer y decidió no interrumpirla en sus remembranzas.
Al cabo de casi una hora, el silencio que fielmente habían seguido ambos fue quebrantado por Aredhel, que llamo a Alberic por su nombre, seguido de una extensa pausa y luego una pregunta. Alberic se detuvo al ver que Aredhel se encontraba contemplando el lugar en el que se encontraban.
- Hace casi una hora que entramos a este lugar pantanoso y apestoso, lleno de insectos que parece que no han comido en 10 años, la vi muy contemplativa durante el camino y no quise molestarla. –
Aquel lugar en el cual decidieron detenerse hacia ver no muy lejos un claro en el pantano y una densa niebla cubría mucho de lo que allí había, pero claro estaba que algo se encontraba detrás de aquella.
Alberic perdió la concentración en todo lo demás e intento discernir entre la niebla y la distancia lo que se encontraba allí, cuando fue despistado por una pregunta de Aredhel. A lo que contesto:
- No lo sé, pero hemos de averiguarlo pues el camino sigue por allí. Parece alguna construcción humana juzgando su arquitectura… si hay personas allí quizá nos ofrezcan su hospitalidad y obtendremos un poco de comida y descanso. –
La ingenuidad de Alberic dada su naturaleza lo hizo pensar que no había nada que temer de aquel lugar y no tuvo problemas en considerar entrar allí.
Aquella extraña la cual ahora difícilmente podría llamarla de esa manera mostro ser una bienvenida compañera de viaje ya que Alberic no estaría vivo quizá de no ser por su intervención. Aredhel es su nombre.
A pesar del poco tiempo transcurrido desde que ambos cruzaron caminos, bien se podría considerar que una especie de camaradería surgió entre ellos nacida de las experiencias que recién habían experimentado después de los eventos al poco tiempo de encontrarse y los ocurridos en aquellas sombrías ruinas. Ahora, ambos continuando el camino vienen a caer al pantano misterioso y contemplan lo que esa por afrontarles.
Un buen tiempo habían estado caminando desde que encontraron aquel sendero cuando la vegetación comenzó a diferir de la que habían visto en los pasados días.– Nos acercamos al pantano - Alberic pensó. La cantidad de insectos parecía incrementar con cada paso que se daba y el terreno se tornaba lodoso e inestable en algunos lugares, charcos empezaban a aparecer y el aroma a la putrefacción de la vegetación sumergida en agua se hacía presente, el día pasaba rápido y la noche pronto llegaría.
Alberic guardo silencio todo el camino pues había notado que Aredhel se encontraba “perdida” dicho de cierta forma, parecía estar literalmente encantada con la naturaleza de aquel lugar, o quizá estaba recordando aquellas cosas dignas de ser recordadas, Alberic solo podía suponer y decidió no interrumpirla en sus remembranzas.
Al cabo de casi una hora, el silencio que fielmente habían seguido ambos fue quebrantado por Aredhel, que llamo a Alberic por su nombre, seguido de una extensa pausa y luego una pregunta. Alberic se detuvo al ver que Aredhel se encontraba contemplando el lugar en el que se encontraban.
- Hace casi una hora que entramos a este lugar pantanoso y apestoso, lleno de insectos que parece que no han comido en 10 años, la vi muy contemplativa durante el camino y no quise molestarla. –
Aquel lugar en el cual decidieron detenerse hacia ver no muy lejos un claro en el pantano y una densa niebla cubría mucho de lo que allí había, pero claro estaba que algo se encontraba detrás de aquella.
Alberic perdió la concentración en todo lo demás e intento discernir entre la niebla y la distancia lo que se encontraba allí, cuando fue despistado por una pregunta de Aredhel. A lo que contesto:
- No lo sé, pero hemos de averiguarlo pues el camino sigue por allí. Parece alguna construcción humana juzgando su arquitectura… si hay personas allí quizá nos ofrezcan su hospitalidad y obtendremos un poco de comida y descanso. –
La ingenuidad de Alberic dada su naturaleza lo hizo pensar que no había nada que temer de aquel lugar y no tuvo problemas en considerar entrar allí.
Alberic Baudier
Aprendiz
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
La proyección que Alberic contemplaba sobre recibir hospitalidad en aquel áspero lugar sonaba muy bien, pero Aredhel sabía con toda certeza que aquello no era posible. Además de la pestilencia que ahora les rodeaba, la podredumbre que se alzaba por encima y se escondía debajo de la tierra húmeda, no existia ningún aroma que prometiera esperanza alguna de encontrar cálidas condiciones de salvaguardia, pero no dijo nada. Estaba segura que cuatro paredes y un techo eran mejor que nada para su acompañante.
-Vamos entonces…- su voz volvía a poseer cierta sequedad que inspiraba lejanía, estaba demasiado envuelta en sus defensivas perspicacias, que sentía iban a serle necesarias. Tentó el mango de su espada, y seguidamente afirmo el amarre de su morral de cuero a la espalda emprendiendo camino ágil pero desconfiado hacia aquel lugar que a cada paso se descubría en una descarada y engañosa invitación. De pronto la viscosidad del suelo y los insectos de toda clase se volvieron un enemigo lánguido pero constante, tan fastidiosos como una plaga inacabable. Los moscos y demás extraños parásitos le revoloteaban alrededor y le besaban la piel, luchaban por aventurarse dentro de su boca, orejas y cabello en una asquerosa danza que casi le rompía la paciencia.
Movió sus manos con violencia impactando a varios atacantes, y aceleró el paso esperando que Alberic lo igualara, entre más rápido anduvieran, menos tiempo le darían a la tierra de tragárselos. De repente sus pies pisaban en falso y se le hundía una considerable parte del cuerpo, pero nunca lo suficiente para prohibirle continuar. Se esforzaba por marcar un camino seguro que pudiera seguir su compañero.
Antes la niebla hizo parecer lejano el lugar meta de su carrera, pero ahora… sus botas llenas de peste y lodo la habían llevado más rápido de lo que pensó al nacimiento de tan extraña construcción. Un charco la hizo caer sobre una rodilla y al alzar la cara entre jadeos se encontró con una malla tejida de metal delgado, como un telar de puntos amplios, quebrada a unos metros con la extensión suficiente para que alguien pasara entre ella. Demasiada amabilidad pensaba Aredhel, para un lugar que expedía tal bochorno.
Se puso de pie sin dejar de recorrer con su mirada toda la altura del edificio, el hormigueo en su nuca se habia intensificado, el lobo en su interior gruñía con recelo… trataba de comunicarle a gritos que era mil veces mejor lidear con insectos y quimeras mortales, que entrar ahí. Pero quien estaba ahí parada era la mujer, que intentaba equilibrar su desconfianza con las necesidades de dos seres humanos.
-Hay una entrada - en su contemplación, aun con tan intensa penumbra, sus ojos de depredador apreciaron como un pequeño reptil se desvanecía al tocar una parte de la reja, le habían dicho que algo similar a eso se llamaba brujería, pero… del otro lado del mundo le llamaban ciencia. Así que prefirió optar por la abertura.
Volteo hacia atrás, para asegurarse de que su compañero no hubiera encontrado ningún problema –El lugar esta vacio- se quito el gorro de la prenda que Alberic le había ofrecido para cubrirse de la lluvia. –pero aun tengo algunas provisiones, podemos comer y descansar un rato… no muy largo Alberic, no me siento bien aquí.- antes de terminar su final frase, ya estaba introduciéndose a través del agujero, con la intención de no darle tiempo a su compañero de actuar con cortesía y ofrecerle seguir adelante por consideración a su malestar, él había actuado siempre inclinado a ayudarla, así que era tiempo de sacrificar sus sensaciones para darle un momento de descanso, aunque su organismo estuviera acostumbrado a largas jornadas, sabía que de seguir tarde o temprano la atraparía la fatiga.
Un par de pasos más y se encontró con una puerta de madera resquebrajada, entintada de los más extraños colores que imitaban piel podrida, y casi apestaba igual. Antes de poner una mano encima de la puerta, miro hacia adentro… un vértigo se le vino a la garganta, pero desapareció al instante… y de pronto el aroma desagradable se hizo tenue y lo que vio dentro no pintaba tan mal… estaba oscuro, viejo, húmedo… pero un poco exento de las molestias en el exterior. Deshaciéndose de cualquier temor o inseguridad, la determinación volvió a ella y sin intentar mover la manivela de la puerta prefirió darle un empujón con su antebrazo, y tras un crujido se mostro ante ellos el interior del laboratorio.
-El viento… es diferente, se me facilita respirar, pero extrañamente no me hace sentir mejor-
-Vamos entonces…- su voz volvía a poseer cierta sequedad que inspiraba lejanía, estaba demasiado envuelta en sus defensivas perspicacias, que sentía iban a serle necesarias. Tentó el mango de su espada, y seguidamente afirmo el amarre de su morral de cuero a la espalda emprendiendo camino ágil pero desconfiado hacia aquel lugar que a cada paso se descubría en una descarada y engañosa invitación. De pronto la viscosidad del suelo y los insectos de toda clase se volvieron un enemigo lánguido pero constante, tan fastidiosos como una plaga inacabable. Los moscos y demás extraños parásitos le revoloteaban alrededor y le besaban la piel, luchaban por aventurarse dentro de su boca, orejas y cabello en una asquerosa danza que casi le rompía la paciencia.
Movió sus manos con violencia impactando a varios atacantes, y aceleró el paso esperando que Alberic lo igualara, entre más rápido anduvieran, menos tiempo le darían a la tierra de tragárselos. De repente sus pies pisaban en falso y se le hundía una considerable parte del cuerpo, pero nunca lo suficiente para prohibirle continuar. Se esforzaba por marcar un camino seguro que pudiera seguir su compañero.
Antes la niebla hizo parecer lejano el lugar meta de su carrera, pero ahora… sus botas llenas de peste y lodo la habían llevado más rápido de lo que pensó al nacimiento de tan extraña construcción. Un charco la hizo caer sobre una rodilla y al alzar la cara entre jadeos se encontró con una malla tejida de metal delgado, como un telar de puntos amplios, quebrada a unos metros con la extensión suficiente para que alguien pasara entre ella. Demasiada amabilidad pensaba Aredhel, para un lugar que expedía tal bochorno.
Se puso de pie sin dejar de recorrer con su mirada toda la altura del edificio, el hormigueo en su nuca se habia intensificado, el lobo en su interior gruñía con recelo… trataba de comunicarle a gritos que era mil veces mejor lidear con insectos y quimeras mortales, que entrar ahí. Pero quien estaba ahí parada era la mujer, que intentaba equilibrar su desconfianza con las necesidades de dos seres humanos.
-Hay una entrada - en su contemplación, aun con tan intensa penumbra, sus ojos de depredador apreciaron como un pequeño reptil se desvanecía al tocar una parte de la reja, le habían dicho que algo similar a eso se llamaba brujería, pero… del otro lado del mundo le llamaban ciencia. Así que prefirió optar por la abertura.
Volteo hacia atrás, para asegurarse de que su compañero no hubiera encontrado ningún problema –El lugar esta vacio- se quito el gorro de la prenda que Alberic le había ofrecido para cubrirse de la lluvia. –pero aun tengo algunas provisiones, podemos comer y descansar un rato… no muy largo Alberic, no me siento bien aquí.- antes de terminar su final frase, ya estaba introduciéndose a través del agujero, con la intención de no darle tiempo a su compañero de actuar con cortesía y ofrecerle seguir adelante por consideración a su malestar, él había actuado siempre inclinado a ayudarla, así que era tiempo de sacrificar sus sensaciones para darle un momento de descanso, aunque su organismo estuviera acostumbrado a largas jornadas, sabía que de seguir tarde o temprano la atraparía la fatiga.
Un par de pasos más y se encontró con una puerta de madera resquebrajada, entintada de los más extraños colores que imitaban piel podrida, y casi apestaba igual. Antes de poner una mano encima de la puerta, miro hacia adentro… un vértigo se le vino a la garganta, pero desapareció al instante… y de pronto el aroma desagradable se hizo tenue y lo que vio dentro no pintaba tan mal… estaba oscuro, viejo, húmedo… pero un poco exento de las molestias en el exterior. Deshaciéndose de cualquier temor o inseguridad, la determinación volvió a ella y sin intentar mover la manivela de la puerta prefirió darle un empujón con su antebrazo, y tras un crujido se mostro ante ellos el interior del laboratorio.
-El viento… es diferente, se me facilita respirar, pero extrañamente no me hace sentir mejor-
Aredhel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
En cuanto Aredhel asintió a continuar y explorar aquel lugar, Alberic emprendió la marcha a su lado, atravesando como mejor podía el engañoso terreno tratando de mantener el paso agigantado de Aredhel. Era ella la que navegaba y se hacía de un camino seguro que no los fuese a llevar a un charco que pronto se los tragaría. Siguiendo el liderazgo de Aredhel, Alberic se sentía seguro y confiado.
- Esta niebla no parece ser natural - Dijo en un tono exasperado. Culpa de los mosquitos.
No podía evitar percibir el aura de nerviosismo e inquietud que emanaba su acompañante, una tensión que se sentía en el aire la cual el ambiente del pantano solo empeoraba, Alberic comenzaba a dudar de su determinación para entrar al edificio aquel, y no sabía cómo retractarse ahora, los insectos no lo dejaban pensar claramente y el esfuerzo y concentración que le dedicaba a seguir el paso sin caer o resbalarse no le dio tiempo para pensar o decir algo que los hiciera regresar y buscar otro camino pues cuando finalmente reunió el valor y la sensatez para decir algo ya era demasiado tarde.
Al atravesar el velo creado por la niebla fácilmente se podía divisar con más claridad el edificio misterioso que buscaban el cual se encontraba perfilado por una malla de metal con una curiosa propiedad, pues en ciertas partes y en intervalos constantes esta parecía producir una chispa azul, algo que le pareció fascinante a Alberic.
Aredhel menciono algo y lo trajo de vuelta a la actual situación, - Una entrada. La veo. - retornando su atención a la curiosa malla dijo en voz baja:
- ¿Electricidad? - El había sido instruido en las artes de la ciencia y recordaba bien aquellos fenómenos que por su naturaleza maravillosa e increíble le resultaban impactantes.
- No podemos saber con certeza que el lugar esta vacío hasta que entremos y verifiquemos por propia cuenta, descansamos al saber que podemos hacerlo de forma segura. Tampoco yo me siento muy bien aquí, quizá deberíamos... -
No alcanzo a terminar lo que quería decir pues ya era demasiado tarde, Aredhel se había introducido por el agujero que fungía como entrada. Alberic no hizo más que seguirle hasta la entrada principal, una puerta grande de madera vieja con daño estructural causado por la humedad y el olvido. Listo se encontraba a lado de Aredhel para confrontar lo que fuese que estuviera detrás. Cuando por fin la abrió, no había ningún monstruo ni criatura, ni fantasma o sombra esperándoles, el olor de pantano se desvaneció casi por completo y el viento pintaba diferente, sentimiento que al parecer Aredhel también sintió por las palabras que menciono.
- Ya estamos aquí, no queda más que entrar y ver que o quien nos ofrece recepción... –
Una noción que le causaba temor en sus entrañas.
- Esta niebla no parece ser natural - Dijo en un tono exasperado. Culpa de los mosquitos.
No podía evitar percibir el aura de nerviosismo e inquietud que emanaba su acompañante, una tensión que se sentía en el aire la cual el ambiente del pantano solo empeoraba, Alberic comenzaba a dudar de su determinación para entrar al edificio aquel, y no sabía cómo retractarse ahora, los insectos no lo dejaban pensar claramente y el esfuerzo y concentración que le dedicaba a seguir el paso sin caer o resbalarse no le dio tiempo para pensar o decir algo que los hiciera regresar y buscar otro camino pues cuando finalmente reunió el valor y la sensatez para decir algo ya era demasiado tarde.
Al atravesar el velo creado por la niebla fácilmente se podía divisar con más claridad el edificio misterioso que buscaban el cual se encontraba perfilado por una malla de metal con una curiosa propiedad, pues en ciertas partes y en intervalos constantes esta parecía producir una chispa azul, algo que le pareció fascinante a Alberic.
Aredhel menciono algo y lo trajo de vuelta a la actual situación, - Una entrada. La veo. - retornando su atención a la curiosa malla dijo en voz baja:
- ¿Electricidad? - El había sido instruido en las artes de la ciencia y recordaba bien aquellos fenómenos que por su naturaleza maravillosa e increíble le resultaban impactantes.
- No podemos saber con certeza que el lugar esta vacío hasta que entremos y verifiquemos por propia cuenta, descansamos al saber que podemos hacerlo de forma segura. Tampoco yo me siento muy bien aquí, quizá deberíamos... -
No alcanzo a terminar lo que quería decir pues ya era demasiado tarde, Aredhel se había introducido por el agujero que fungía como entrada. Alberic no hizo más que seguirle hasta la entrada principal, una puerta grande de madera vieja con daño estructural causado por la humedad y el olvido. Listo se encontraba a lado de Aredhel para confrontar lo que fuese que estuviera detrás. Cuando por fin la abrió, no había ningún monstruo ni criatura, ni fantasma o sombra esperándoles, el olor de pantano se desvaneció casi por completo y el viento pintaba diferente, sentimiento que al parecer Aredhel también sintió por las palabras que menciono.
- Ya estamos aquí, no queda más que entrar y ver que o quien nos ofrece recepción... –
Una noción que le causaba temor en sus entrañas.
Alberic Baudier
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Tanto la puerta como la madera del suelo chirriaron tras el paso de los invitados a la mansión. Un estrecho y oscuro pasillo, frío y vacío, se mostró ante ellos y, afortunadamente, pareciese ser que al doblar la esquina de este una luz parpadeante esperase su llegada.
Cuando llegasen, se verían alumbrados por una luz amarillenta, pero no sería lo que ellos esperarían ver, pues no se trataba de una vela, ni de una antorcha, ni de nada parecido a lo que hayan visto nunca, a no ser que visitasen los rincones más sagrados del reino de los hombres de metal. Era, a la vista de un inexperto, un tubo alargado incrustado en le techo, rodeado de metales, y que iluminaba vagamente el resto del pasillo por el cual se extendía.
A lo largo de este, a cada lado, habían puertas cerradas con llave, polvorientas y descoloridas, pero la tercera del lado derecho no era así: Estaba abierta. Si querían podían o no entrar, y en ella encontrarían una oscuridad completa, encerrada en un espacio reducido, o podían seguir por el pasillo si dicha negrura les asustase, pero sin saberlo, cualquiera de las opciones les llevarían a un destino, cada uno peor que el anterior.
Opciones:
A --> Entrar en la habitación.
B --> Seguir por el pasillo.
Consejo del master: Podéis elegir la misma opción o separaros. Podéis hacer una corta e indefinida descripción de lo que pase a continuación, pero los detalles importantes para la quest serán aportados por el master. Siendo opciones de las cuales no se sabe la continuación, para no estropear la sorpresa de cada cual, se aceptan posts algo más cortos de lo habitual. Como notaréis, al principio la quest constará sobretodo de posts de descripción y elección de opciones, pero también habrán tareas y rompecabezas más adelante. Suerte.
Cuando llegasen, se verían alumbrados por una luz amarillenta, pero no sería lo que ellos esperarían ver, pues no se trataba de una vela, ni de una antorcha, ni de nada parecido a lo que hayan visto nunca, a no ser que visitasen los rincones más sagrados del reino de los hombres de metal. Era, a la vista de un inexperto, un tubo alargado incrustado en le techo, rodeado de metales, y que iluminaba vagamente el resto del pasillo por el cual se extendía.
A lo largo de este, a cada lado, habían puertas cerradas con llave, polvorientas y descoloridas, pero la tercera del lado derecho no era así: Estaba abierta. Si querían podían o no entrar, y en ella encontrarían una oscuridad completa, encerrada en un espacio reducido, o podían seguir por el pasillo si dicha negrura les asustase, pero sin saberlo, cualquiera de las opciones les llevarían a un destino, cada uno peor que el anterior.
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Opciones:
A --> Entrar en la habitación.
B --> Seguir por el pasillo.
Consejo del master: Podéis elegir la misma opción o separaros. Podéis hacer una corta e indefinida descripción de lo que pase a continuación, pero los detalles importantes para la quest serán aportados por el master. Siendo opciones de las cuales no se sabe la continuación, para no estropear la sorpresa de cada cual, se aceptan posts algo más cortos de lo habitual. Como notaréis, al principio la quest constará sobretodo de posts de descripción y elección de opciones, pero también habrán tareas y rompecabezas más adelante. Suerte.
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Su compañero tenía razón, aunque ella no percibía ningún aroma que inspirara vida, no podían saber si aquel lugar estaba lleno de cosas que no tuvieran que ver con ella.
Tras escuchar las palabras de Alberic, la determinación que la había motivado abrir la puerta de par en par se sintió respaldada, a pesar de su acostumbrada soledad de antaño, ahora podía apreciar con mayor objetividad el por qué en ocasiones la compañía es tan solicitada, sobre todo en momentos como aquel cuando el destino pinta como un verdugo misterioso.
Fue entonces que caminó firmemente hacia adentro del edificio, a la penumbra. Hasta el corazón latía con prudente ritmo mientras avanzaba despacio. El pasillo hacia el cual direccionaba la puerta mostraba a su final una luz parpadeante que le hizo fruncir el ceño, pensando que sería el colmo que además de sus instintos también viniera a reducírsele el sentido del olfato, y no pudiera distinguir el olor de algún ser que también ahí se resguardaba.
Aumento la velocidad de sus pasos muy ligeramente, y ¿Qué vino a encontrarse? Otro producto de brujería, de conocimientos desconocidos o lo fuere. Su deseo de encontrar un descanso breve, y su incomodidad se vieron opacados por una gran curiosidad… sus pasos la llevaron hasta colocarse debajo de aquel artefacto luminoso para mirarlo fijamente, -¿Qué es lo que hace que produzca luz?- le extrañaba que no irradiara calor.
Su mirada se pasearon a lo largo del pasillo, y sus pies continuaron la exploración apoyando a sus ojos hambrientos, también olfateaba. -Todo aroma es insípido Alberic, la peste se quedo afuera pero… nos sigue la incomodidad- se detuvo frente a otra puerta abierta que mostraba negrura completa, y miro largamente, nada había que encontrar ahí, el aire se estancaba y dictaba un espació pequeño, no hacía falta valentía para entrar ahí… sino, otra clase de impulso. La curiosidad le motivaba a seguir la luz, y la necesidad a encontrar un buen sitio para estar. Así que siguió adelante por el pasillo, si su compañero, cuya mente estaba regida por otra clase de conocimientos y curiosidades intelectuales, se veía inspirado a entrar a aquel cuarto le seguiría.
-Tus libros… ¿Has aprendido algo en ellos que puedas enseñarme sobre esto?- refiriéndose a los tubos brillantes.
Tras escuchar las palabras de Alberic, la determinación que la había motivado abrir la puerta de par en par se sintió respaldada, a pesar de su acostumbrada soledad de antaño, ahora podía apreciar con mayor objetividad el por qué en ocasiones la compañía es tan solicitada, sobre todo en momentos como aquel cuando el destino pinta como un verdugo misterioso.
Fue entonces que caminó firmemente hacia adentro del edificio, a la penumbra. Hasta el corazón latía con prudente ritmo mientras avanzaba despacio. El pasillo hacia el cual direccionaba la puerta mostraba a su final una luz parpadeante que le hizo fruncir el ceño, pensando que sería el colmo que además de sus instintos también viniera a reducírsele el sentido del olfato, y no pudiera distinguir el olor de algún ser que también ahí se resguardaba.
Aumento la velocidad de sus pasos muy ligeramente, y ¿Qué vino a encontrarse? Otro producto de brujería, de conocimientos desconocidos o lo fuere. Su deseo de encontrar un descanso breve, y su incomodidad se vieron opacados por una gran curiosidad… sus pasos la llevaron hasta colocarse debajo de aquel artefacto luminoso para mirarlo fijamente, -¿Qué es lo que hace que produzca luz?- le extrañaba que no irradiara calor.
Su mirada se pasearon a lo largo del pasillo, y sus pies continuaron la exploración apoyando a sus ojos hambrientos, también olfateaba. -Todo aroma es insípido Alberic, la peste se quedo afuera pero… nos sigue la incomodidad- se detuvo frente a otra puerta abierta que mostraba negrura completa, y miro largamente, nada había que encontrar ahí, el aire se estancaba y dictaba un espació pequeño, no hacía falta valentía para entrar ahí… sino, otra clase de impulso. La curiosidad le motivaba a seguir la luz, y la necesidad a encontrar un buen sitio para estar. Así que siguió adelante por el pasillo, si su compañero, cuya mente estaba regida por otra clase de conocimientos y curiosidades intelectuales, se veía inspirado a entrar a aquel cuarto le seguiría.
-Tus libros… ¿Has aprendido algo en ellos que puedas enseñarme sobre esto?- refiriéndose a los tubos brillantes.
Aredhel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Al abrir la puerta, un pasillo largo y oscuro les daba bienvenida, una luz al final de este es lo que más sobresaltaba en aquel lugar, parecía no haber nadie inmediatamente cerca pues no había ruido a excepción del viento que asaltaba las paredes afuera y un extraño sonido zumbante. No parecía tan mal después de todo, el miedo lo abandono gradualmente aunque seguía sin bajar la guardia pues su compañera aún se veía intranquila.
Adentrándose más, recorría el pasillo a lado de Aredhel buscando la manera de posicionarse unos pasos delante de ella en caso de que hubiese algo que los atacara de frente. Ella acelero su paso y Alberic lo emparejo y al llegar al final del pasillo dio casi por impulso un salto al frente de tal forma quedado efectivamente en la vanguardia de Aredhel.
Allí, al final del pasillo pudieron observar la razón de aquella luz que divisaron al momento de abrir la puerta principal, un artefacto de extraña apariencia que emanaba luz. Alberic, asombrado, se tomó unos en silencio para observar plenamente aquello que se encontraba en el techo y rápidamente comenzó a recordar las cosas que había leído o visto en sus viajes. El rostro de su compañera se componía de incredulidad, asombro y miedo en menor parte tanto que la hizo preguntar acerca de su funcionamiento.
Alberic permaneció en silencio completamente cautivado por lo que veía, que no escucho con claridad lo que su compañera dijo. Seguido de esa breve sorpresa, continuaron su camino, mientras Aredhel hacía mención del aroma de aquel lugar, Él lo notaba también allí no olía a pantano, pero una extraña sensación se sentía sobre los hombros y el pecho, algo no marcharía bien.
Aredhel se notaba curiosa y reflexiva ante aquello que estaban observando y viviendo, una puerta abierta que casi a gritos decía que no entraran se encontraba en el pasillo, mas puertas había a lo largo pero esa era la que se encontraba abierta y daba a un cuarto oscuro que no se podía discernir bien ni su tamaño ni lo que había dentro.
- No me gusta ese cuarto, es mejor continuar… - Alberic recordó que la luz es más amable que la oscuridad ante la percepción común y en eso baso su decisión, aunque podría estar equivocado…
Mas delante su companera volvió a preguntar acerca de aquellos artefactos que emanaban luz, a lo que alberic contesto:
- Electricidad le llaman algunos, es una fuerza oculta en la naturaleza que puede ser producida mediante ciertos artefactos, sigue los mismos principios que la magia. – Esto lo sabía en teoría, pues en práctica no recordaba haberlos visto antes.
Adentrándose más, recorría el pasillo a lado de Aredhel buscando la manera de posicionarse unos pasos delante de ella en caso de que hubiese algo que los atacara de frente. Ella acelero su paso y Alberic lo emparejo y al llegar al final del pasillo dio casi por impulso un salto al frente de tal forma quedado efectivamente en la vanguardia de Aredhel.
Allí, al final del pasillo pudieron observar la razón de aquella luz que divisaron al momento de abrir la puerta principal, un artefacto de extraña apariencia que emanaba luz. Alberic, asombrado, se tomó unos en silencio para observar plenamente aquello que se encontraba en el techo y rápidamente comenzó a recordar las cosas que había leído o visto en sus viajes. El rostro de su compañera se componía de incredulidad, asombro y miedo en menor parte tanto que la hizo preguntar acerca de su funcionamiento.
Alberic permaneció en silencio completamente cautivado por lo que veía, que no escucho con claridad lo que su compañera dijo. Seguido de esa breve sorpresa, continuaron su camino, mientras Aredhel hacía mención del aroma de aquel lugar, Él lo notaba también allí no olía a pantano, pero una extraña sensación se sentía sobre los hombros y el pecho, algo no marcharía bien.
Aredhel se notaba curiosa y reflexiva ante aquello que estaban observando y viviendo, una puerta abierta que casi a gritos decía que no entraran se encontraba en el pasillo, mas puertas había a lo largo pero esa era la que se encontraba abierta y daba a un cuarto oscuro que no se podía discernir bien ni su tamaño ni lo que había dentro.
- No me gusta ese cuarto, es mejor continuar… - Alberic recordó que la luz es más amable que la oscuridad ante la percepción común y en eso baso su decisión, aunque podría estar equivocado…
Mas delante su companera volvió a preguntar acerca de aquellos artefactos que emanaban luz, a lo que alberic contesto:
- Electricidad le llaman algunos, es una fuerza oculta en la naturaleza que puede ser producida mediante ciertos artefactos, sigue los mismos principios que la magia. – Esto lo sabía en teoría, pues en práctica no recordaba haberlos visto antes.
Alberic Baudier
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Los aventureros decidieron ignorar lo que las sombras de la habitación abierta podrían o no albergar, y continuaron por el iluminado pasillo, decorado con más y más puertas cerradas.
Finalmente, el pasillo terminaba. Al final de este, encontraron un par de escalones que llevaban hacia abajo, a un túnel de piedra, algo más ancho y redondeado, pero la entrada estaba sellada. En su camino se interponía una verja de metal oxidado pero resistente. Ni siquiera la fuerza de un no humano podría derribarla, y el candado parecía ser imposible de romper o forzar.
No les quedó más opción que regresar escaleras arriba y, junto a la llegada de un olor a sangre pestilente, pudieron ver a alguien, una figura humana escasa de ropa y cabello, doblar la esquina a toda prisa, en dirección a la puerta por la que habían entrado, la que conducía al exterior. Cuando se acercasen a ella, si es que lo hacían, notarían que estaba cerrada con llave ahora, y ni siquiera mediante el diminuto rectángulo de cristal podrían abrirla. La silueta, perteneciente a lo que ellos pensarían que fue una persona, había desaparecido.
No sabían la razón, pero todo indicaba que las puertas y paredes de aquel edificio eran capaces de retener, ya fuese a los extraños fuera o a los presos en el interior. No les sería nada fácil salir de ahí, por no decir imposible.
Opciones:
A --> Entrar en la habitación abierta.
B --> Revisar las puertas cerradas.
C --> Ninguna de las anteriores.
Finalmente, el pasillo terminaba. Al final de este, encontraron un par de escalones que llevaban hacia abajo, a un túnel de piedra, algo más ancho y redondeado, pero la entrada estaba sellada. En su camino se interponía una verja de metal oxidado pero resistente. Ni siquiera la fuerza de un no humano podría derribarla, y el candado parecía ser imposible de romper o forzar.
- orientativo:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
No sabían la razón, pero todo indicaba que las puertas y paredes de aquel edificio eran capaces de retener, ya fuese a los extraños fuera o a los presos en el interior. No les sería nada fácil salir de ahí, por no decir imposible.
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Opciones:
A --> Entrar en la habitación abierta.
B --> Revisar las puertas cerradas.
C --> Ninguna de las anteriores.
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Fuerza oculta en la naturaleza, las palabras con las que Alberic le describió aquel fenómeno permanecieron tintineando en su cabeza mientras continuaba el tenue y único camino que se le mostraba. Ella sabía de fuerzas ocultas en la naturaleza, de esas que absorben los sistemas de los hombres y los convierten en polvo, en intenciones insignificantes sobre la voluntad de la energía suprema del mundo, y la sentía con más claridad cuando su cuerpo era el de la enorme bestia negra de ojos marrón y blanco. Pero de esos artefactos nada, claramente no eran obra de dicha naturaleza, era el acto de un ser humano que pretendía confinar tal energía.
-Artefactos hechos por los hombres… entonces, es como si encerraran esa fuerza natural en esos pequeños tubos?- Su mirada era tranquila, y su rostro no transmitía emoción alguna, solo sus ojos se enmarcaban por unas cejas confundidas al realizar aquella pregunta. Claramente, no solo por no comprender un procedimiento tecnológico, si no porque no le parecía para nada correcto.
Al final del pasillo la luz iba reinando menos, pero aun existía al fondo de unos escalones que descendían… y siguió el camino en compañia de Alberic, que desde su entrada a esa construcción había cuidado mantener la cercanía, con esa cortesía que lo caracterizo desde que se encontraron en las ruinas, no podía por menos Aredhel tener sus sentidos alertas por el bien de los dos.
La verja que se mostro ante ellos tenía una apariencia recia y lúgubre, como si hubiera estado ahí desde antes que el edificio existiera. Yacía cerrada por un candado de grueso metal que les comunicaba con desconsideración que dieran media vuelta y volvieran por donde vinieron, pues aquel túnel no era para ellos.
-Nuestros métodos resultarán insuficientes para entrar aquí, de cualquier manera… - miro entre los barrotes, con sus ojos mas afilados, tratando de enfocar cualquier cosa a través del túnel, pero solo veía una invitación imposible.-creo que mi curiosidad nos trajo muy lejos… - volteo a mirar a Alberic, hurgando en sus ojos el temor o la intrigante inseguridad que ella también sentía, y la encontró. –Tampoco tu tienes buena espina de este lugar… comamos lo poco que nos queda cerca de la entrada, y vámonos- Le dijo con voz tranquila, pues después de abrazar la idea de marcharse todo parecía mejor, así que dio la vuelta y comenzaron a caminar escaleras arriba.
Un asqueroso olor a sangre le envenenó los pulmones, en ocasiones como aquella podía hasta maldecir su potencial apreciación a los aromas, era insoportable y parecía un olor que no pudo llegar de repente, si no que estaba ahí y hasta ahora les saludaba. Alberic caminaba siempre a la delantera y a través de su silueta pudo observar una figura humana de lo más extraña, cuya piel no cubierta se mostraba en un color blanco podrido, o al menos eso fue lo que en ese ligero instante le pareció ver. Hizo un gesto a Alberic, instándolo a apresurarse hacia la figura, pues de cualquier manera estaba en dirección a donde debían volver. Pero al final de su camino no encontraron nada, más que la niebla del olor desagradable y la puerta antes abierta de par en par, trancada hasta el tope.
-La puerta Alberic…- dijo, e hizo un intento por abrirla con toda la fuerza de su cuerpo de mujer sin que esta se moviera milimétricamente, el vidrio roto no servía para nada, pues estaba cerrada con un mecanismo a toda prueba. Las sienes le punzaron y en una reacción dominada por su antigua y fiera impulsividad pateo la puerta (primera vez que su temple se veía roto), y tras un nuevo fracaso dio una vuelta lenta mirando a su alrededor, las puertas no resultaban ser la única salida, pero solo hasta ahora veía con claridad que estaba en una prisión, una caja aun mas hermética que aquellas ruinas húmedas.
Su mirada finalmente se posicionó en Alberic, en esas condiciones… muchas de sus esperanzas a resolver dudas yacían en el, cuya conciencia y decisiones mayormente se conformaban por el saber, pero sabía también que era tarea de los dos salir de ahí. El hambre se le había olvidado.
-Tenemos que encontrar otra salida… y aunque pasemos la noche despiertos, abandonar este pantano- y claro que la noche venidera, dormir no sería posible.
-Podemos hurgar barrotes rotos en las ventanas, paredes perforadas… otra vez una corriente de aire- comentó, recordando la forma en que salieron de las ruinas. –Te seguiré Alberic, estar entre cuatro paredes… hace inútiles muchas de mis habilidades…- Dijo mientras optaba por dar unos pasos con actitud inquisidora, enfoco la puerta abierta, y penso que varias otras podrían ser abiertas también… - Las puertas son el único camino que veo… -
-Artefactos hechos por los hombres… entonces, es como si encerraran esa fuerza natural en esos pequeños tubos?- Su mirada era tranquila, y su rostro no transmitía emoción alguna, solo sus ojos se enmarcaban por unas cejas confundidas al realizar aquella pregunta. Claramente, no solo por no comprender un procedimiento tecnológico, si no porque no le parecía para nada correcto.
Al final del pasillo la luz iba reinando menos, pero aun existía al fondo de unos escalones que descendían… y siguió el camino en compañia de Alberic, que desde su entrada a esa construcción había cuidado mantener la cercanía, con esa cortesía que lo caracterizo desde que se encontraron en las ruinas, no podía por menos Aredhel tener sus sentidos alertas por el bien de los dos.
La verja que se mostro ante ellos tenía una apariencia recia y lúgubre, como si hubiera estado ahí desde antes que el edificio existiera. Yacía cerrada por un candado de grueso metal que les comunicaba con desconsideración que dieran media vuelta y volvieran por donde vinieron, pues aquel túnel no era para ellos.
-Nuestros métodos resultarán insuficientes para entrar aquí, de cualquier manera… - miro entre los barrotes, con sus ojos mas afilados, tratando de enfocar cualquier cosa a través del túnel, pero solo veía una invitación imposible.-creo que mi curiosidad nos trajo muy lejos… - volteo a mirar a Alberic, hurgando en sus ojos el temor o la intrigante inseguridad que ella también sentía, y la encontró. –Tampoco tu tienes buena espina de este lugar… comamos lo poco que nos queda cerca de la entrada, y vámonos- Le dijo con voz tranquila, pues después de abrazar la idea de marcharse todo parecía mejor, así que dio la vuelta y comenzaron a caminar escaleras arriba.
Un asqueroso olor a sangre le envenenó los pulmones, en ocasiones como aquella podía hasta maldecir su potencial apreciación a los aromas, era insoportable y parecía un olor que no pudo llegar de repente, si no que estaba ahí y hasta ahora les saludaba. Alberic caminaba siempre a la delantera y a través de su silueta pudo observar una figura humana de lo más extraña, cuya piel no cubierta se mostraba en un color blanco podrido, o al menos eso fue lo que en ese ligero instante le pareció ver. Hizo un gesto a Alberic, instándolo a apresurarse hacia la figura, pues de cualquier manera estaba en dirección a donde debían volver. Pero al final de su camino no encontraron nada, más que la niebla del olor desagradable y la puerta antes abierta de par en par, trancada hasta el tope.
-La puerta Alberic…- dijo, e hizo un intento por abrirla con toda la fuerza de su cuerpo de mujer sin que esta se moviera milimétricamente, el vidrio roto no servía para nada, pues estaba cerrada con un mecanismo a toda prueba. Las sienes le punzaron y en una reacción dominada por su antigua y fiera impulsividad pateo la puerta (primera vez que su temple se veía roto), y tras un nuevo fracaso dio una vuelta lenta mirando a su alrededor, las puertas no resultaban ser la única salida, pero solo hasta ahora veía con claridad que estaba en una prisión, una caja aun mas hermética que aquellas ruinas húmedas.
Su mirada finalmente se posicionó en Alberic, en esas condiciones… muchas de sus esperanzas a resolver dudas yacían en el, cuya conciencia y decisiones mayormente se conformaban por el saber, pero sabía también que era tarea de los dos salir de ahí. El hambre se le había olvidado.
-Tenemos que encontrar otra salida… y aunque pasemos la noche despiertos, abandonar este pantano- y claro que la noche venidera, dormir no sería posible.
-Podemos hurgar barrotes rotos en las ventanas, paredes perforadas… otra vez una corriente de aire- comentó, recordando la forma en que salieron de las ruinas. –Te seguiré Alberic, estar entre cuatro paredes… hace inútiles muchas de mis habilidades…- Dijo mientras optaba por dar unos pasos con actitud inquisidora, enfoco la puerta abierta, y penso que varias otras podrían ser abiertas también… - Las puertas son el único camino que veo… -
Aredhel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
- Así mismo, es parecido a las rocas luminosas que encontramos en las ruinas, ¿las recuerda? Solo que este es un proceso artificial, no natural vaya… No como aquellas rocas. Pienso que el ingenio de los humanos u otras razas no podrá igualar aquel de la Naturaleza. – Tranquilamente contesto a la pregunta de Aredhel, mientras exploraba junto a ella aquel pasillo que terminaba en unas escaleras que daban a un subterráneo resguardado por una reja maciza y cerrada sin posibilidad aparente de abrirse.
Alberic escuchaba atentamente a su compañera y asintió cuando ella menciono que poco podían hacer allí. – No solo su curiosidad, la mía también. – respondió, la verdad fue que Alberic no tenía buena espina desde que entraron al pantano, algo que adjudico a todo lo negativo que se suele contar de tales lugares, aunque la idea de comer le agradaba sentía que no era el lugar para hacerlo, la idea de Aredhel de regresar a la entrada era prometedora, y pronto accedió a realizarla.
Justo cuando comenzaban a regresarse un extraño olor pútrido y metálico en esencia se hizo presente Alberic no podía discernir de que se trataba, desconcertado por no saber de qué se trataba le pregunto a Aredhel. – ¿Que es ese olor?...– Frase la cual no pudo terminar pues una ocurrencia al final del pasillo le robo su atención, una persona, o lo que parecía una persona desnuda se pudo observar por un breve momento solo en el instante que daba vuelta y se perdía de la vista, aquella persona no se veía nada agradable pues parecía que de allí se originaba el olor pútrido, y si de ser así entonces significaba que podría ser un muerto reanimado. Demasiadas cosas pasaron por la mente de Alberic al sentir el miedo recorriéndole cada extremidad, en ese estado no podía moverse con facilidad y su atención divagaba. Las palabras de Aredhel las escuchaban lejanas pero las entendía, ella quería que se acercara a tal criatura y Alberic dudaba en hacerlo pero al final termino junto con ella en la esquina del pasillo solo para no encontrar nada, solo la presencia de aquel rancio aroma.
De vuelta en el pasillo con las puertas, Aredhel intentaba abrir una de ella para lo cual solicito la ayuda de Alberic este notando un poco de desesperación por parte de su compañera algo que hasta ahora no había presenciado, sin éxito intento abrir la puerta y vio que no estaban cerradas con métodos tradicionales y por tanto no podrían abrirlas tales. – Ahora sí en que nos hemos metido… - Dijo solemne.
Aredhel lo miraba fijamente y pronuncio sus deseos de salir de ese lugar, a lo que reflexivo Alberic respondió. – Intentemos las demás puertas, saldremos de aquí, mantenga su espada o su otra forma lista… - al terminar la breve conversación, y probar algunas de las demás puertas, la única opción viable era la de la puerta anteriormente abierta en donde reinaba la oscuridad. Alberic saco de su saco una piedra de extraña apariencia y la golpeo contra la pared y esta cobro vida en la forma de una tenue luminosidad que irradiaba del centro de ella, volteo a ver a Aredhel y dijo – Aquí vamos… -
Alberic escuchaba atentamente a su compañera y asintió cuando ella menciono que poco podían hacer allí. – No solo su curiosidad, la mía también. – respondió, la verdad fue que Alberic no tenía buena espina desde que entraron al pantano, algo que adjudico a todo lo negativo que se suele contar de tales lugares, aunque la idea de comer le agradaba sentía que no era el lugar para hacerlo, la idea de Aredhel de regresar a la entrada era prometedora, y pronto accedió a realizarla.
Justo cuando comenzaban a regresarse un extraño olor pútrido y metálico en esencia se hizo presente Alberic no podía discernir de que se trataba, desconcertado por no saber de qué se trataba le pregunto a Aredhel. – ¿Que es ese olor?...– Frase la cual no pudo terminar pues una ocurrencia al final del pasillo le robo su atención, una persona, o lo que parecía una persona desnuda se pudo observar por un breve momento solo en el instante que daba vuelta y se perdía de la vista, aquella persona no se veía nada agradable pues parecía que de allí se originaba el olor pútrido, y si de ser así entonces significaba que podría ser un muerto reanimado. Demasiadas cosas pasaron por la mente de Alberic al sentir el miedo recorriéndole cada extremidad, en ese estado no podía moverse con facilidad y su atención divagaba. Las palabras de Aredhel las escuchaban lejanas pero las entendía, ella quería que se acercara a tal criatura y Alberic dudaba en hacerlo pero al final termino junto con ella en la esquina del pasillo solo para no encontrar nada, solo la presencia de aquel rancio aroma.
De vuelta en el pasillo con las puertas, Aredhel intentaba abrir una de ella para lo cual solicito la ayuda de Alberic este notando un poco de desesperación por parte de su compañera algo que hasta ahora no había presenciado, sin éxito intento abrir la puerta y vio que no estaban cerradas con métodos tradicionales y por tanto no podrían abrirlas tales. – Ahora sí en que nos hemos metido… - Dijo solemne.
Aredhel lo miraba fijamente y pronuncio sus deseos de salir de ese lugar, a lo que reflexivo Alberic respondió. – Intentemos las demás puertas, saldremos de aquí, mantenga su espada o su otra forma lista… - al terminar la breve conversación, y probar algunas de las demás puertas, la única opción viable era la de la puerta anteriormente abierta en donde reinaba la oscuridad. Alberic saco de su saco una piedra de extraña apariencia y la golpeo contra la pared y esta cobro vida en la forma de una tenue luminosidad que irradiaba del centro de ella, volteo a ver a Aredhel y dijo – Aquí vamos… -
Alberic Baudier
Aprendiz
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Aviso: Alberic mencionó dos de las opciones dadas: - A) Entrar en la habitación abierta - y - B) Revisar las puertas cerradas -. Teniendo en cuenta que sois relativamente nuevos y no estáis aún acostumbrados al funcionamiento de las quests dejare esto como una nota informativa, es decir, no tendrá consecuencias, pero andaos con ojo. Aceptaré por ello la última opción elegida.
Los invitados empezaron a abrir las puertas aparentemente cerradas, pero no llegaron a acercarse a las del fondo cuando decidieron entrar a la que, a simple vista, era la única puerta abierta.
El joven humano, Alberic, había echo bien en emprender su viaje bien equipado, sobretodo por la piedra luminosa que cumpliría con su función en la oscura habitación, pero no tenía la seguridad de que esta no se apagase en cualquier momento.
Una vez en la pequeña habitación, pudieron encontrarse, bajo la leve luz del mineral, con un escritorio vacío y una librería llena de libros corroídos por el tiempo y la humedad, imposibles de ser leídos. El único lugar en el cual podría llegar a ser interesante echar un vistazo era en el cajón de la mesa de trabajo, en el cual encontrarían dos cámaras de video, o lo que para ellos serían dos objetos desconocidos de metal ligero. Una vez que jugueteasen y se las ingeniasen para comprobar su función, descubrirían que si prendían un botón el objeto se iluminaba, pero no lo suficiente como para alumbrar el camino. Otro botón, con suerte para ellos, convertía la imagen que en el objeto se reflejaba en una de color verdosa, en la cual se reflejarían cosas que no podrían verse a simple vista en la oscuridad. Los humanos de antaño llamaban a esta función: visión nocturna.
Cuando ya nada más les quedaba por registrar, pues nada más iba a encontrar, podían volver a dirigirse hacia las puertas que antes no habían registrado, pues una de ellas, tras el paso del extraño, estaría abierta. Tras esta, pasando por un estrecho y oscuro pasillo, decorado con más puertas cerradas, se encontrarían con una bifurcación, sin seña alguna de a dónde dirigía cada camino.
A --> Ir a la derecha.
B --> Ir a la izquierda.
Consejo del master: Una vez más no tenéis por qué elegir la misma opción. Además, aconsejo que decidáis de forma extraoficial, off rol, detalles como qué camino seguir o quién se encargará de hacer funcionar las cámaras, o en otras palabras, cual de los dos sería más apto para ello. Este tendrá que describir su descubrimiento de forma ingeniosa. Suerte.
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Los invitados empezaron a abrir las puertas aparentemente cerradas, pero no llegaron a acercarse a las del fondo cuando decidieron entrar a la que, a simple vista, era la única puerta abierta.
El joven humano, Alberic, había echo bien en emprender su viaje bien equipado, sobretodo por la piedra luminosa que cumpliría con su función en la oscura habitación, pero no tenía la seguridad de que esta no se apagase en cualquier momento.
Una vez en la pequeña habitación, pudieron encontrarse, bajo la leve luz del mineral, con un escritorio vacío y una librería llena de libros corroídos por el tiempo y la humedad, imposibles de ser leídos. El único lugar en el cual podría llegar a ser interesante echar un vistazo era en el cajón de la mesa de trabajo, en el cual encontrarían dos cámaras de video, o lo que para ellos serían dos objetos desconocidos de metal ligero. Una vez que jugueteasen y se las ingeniasen para comprobar su función, descubrirían que si prendían un botón el objeto se iluminaba, pero no lo suficiente como para alumbrar el camino. Otro botón, con suerte para ellos, convertía la imagen que en el objeto se reflejaba en una de color verdosa, en la cual se reflejarían cosas que no podrían verse a simple vista en la oscuridad. Los humanos de antaño llamaban a esta función: visión nocturna.
Cuando ya nada más les quedaba por registrar, pues nada más iba a encontrar, podían volver a dirigirse hacia las puertas que antes no habían registrado, pues una de ellas, tras el paso del extraño, estaría abierta. Tras esta, pasando por un estrecho y oscuro pasillo, decorado con más puertas cerradas, se encontrarían con una bifurcación, sin seña alguna de a dónde dirigía cada camino.
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A --> Ir a la derecha.
B --> Ir a la izquierda.
Consejo del master: Una vez más no tenéis por qué elegir la misma opción. Además, aconsejo que decidáis de forma extraoficial, off rol, detalles como qué camino seguir o quién se encargará de hacer funcionar las cámaras, o en otras palabras, cual de los dos sería más apto para ello. Este tendrá que describir su descubrimiento de forma ingeniosa. Suerte.
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Mantenga su espada o su otra forma lista…
La mirada de Aredhel se nubló ligeramente, sus ojos negros parecieron perderse en su propio fondo oscuro. ¿Su otra forma? No, aquella no era una posibilidad de salvación, no para Alberic. El destino que podía sufrir en compañía de la enorme bestia que la mujer escondía tras su figura esbelta y estilizada era más atroz que cualquiera, o eso parecía hasta ahora, mientras ese par de desgraciados continuaran ignorando las terribles consecuencias de su pequeña curiosidad.
Aredhel prefería por ahora la espada, desenfundó sin más y se colocó al lado de Alberic con aplomo, al momento en que su rostro era iluminado por aquella piedra que irradiaba luz, con una amabilidad distinta, una luz que le brindaba calma. Era como si ese trozo de roca estuviera en la mano de su joven acompañante por propia voluntad, no como aquellos tubos parpadeantes de los pasillos. Sus labios se mantuvieron sellados, y caminó.
Las botas de ambos provocaban ruidos largos aun cuando caminaran con sigilo, el silencio era tal que hasta el movimiento de sus prendas llenas de barro producía sonidos perfectamente claros. Ahí, ante la luz de la piedra se mostraban muebles extraños que cumplían funciones desconocidas para ella. Con espada en mano se acerco al mueble más grande del cuarto que yacía en su centro, una mesa de trabajo con cavidades corredizas. Frunció el entrecejo… y con su mano libre golpeó uno de ellos que se encontraba ligeramente abierto, lo cual produjo un sonido que delataba diversos objetos dentro de él, objetos inertes, nada vivo.
Apostaba que Alberic había sido atraído por los libros, mientras ella abrió el cajón y se quedo mirando el par de objetos extraños que se descubrieron dentro. Con la tenue luz que llegaba a ella desde la posición de Alberic le eran aún más confusas aquellas figuras. No estaba dispuesta a soltar su espada, ya no… levantó uno de los objetos y lo miró detenidamente, este poseía muchos componentes cuya posición era alterada con cada movimiento de sus dedos sobre ellos cuando de pronto la presión asertiva de una parte especifica, y por pura suerte, hizo encender una luz en el objeto. Aquello era demasiado para Aredhel, su mente no era estúpida pero si sencilla… no comprendía y no le importaba comprender las complejidades de las civilizaciones y por ende desdeñaba de cierta manera lo que tuviera que ver con ello.
-Alberic…- Llamo el nombre de su compañero, el cual era más hábil en cuestiones de los hombres. Viró hacia él dándole la cara y ofreciendo aquel objeto que ahora también iluminaba muy ligeramente el cuarto, y hacia sonidos como si tuviera vida, una vida mecánica y vacía. –No sé que es… no quiero pasar por alto algo que pueda ayudarnos y que por mi ignorancia no comprenda-
Admiró la manera en que Alberic maniobraba aquel artefacto, si bien su desconocimiento era tan amplio como el de ella, buscaba la manera de hacer reaccionar el funcionamiento y crear un procedimiento a partir de la lógica. Y de pronto, en aquel objeto se mostro una especie de portal, una copia de la realidad en donde estaban en color verde que se fusionaba con la luz de la piedra, no le agradaba.
Como fuere, tenían que seguir el camino… su compañero seguramente conservaría aquel objeto ya fuere por mera curiosidad, o porque en su rozamiento existiera la posibilidad de hacerlo útil. Aredhel lo instó con un gesto a salir de aquel cuarto, y después de un ligero avance apareció una puerta abierta, que antes del paso de aquel ser repugnante se encontrara cerrada. Siguieron el camino al cual les invitaban, la espada permanecía atenta y firme, destellando ligeramente parecia comunicarse en el idioma de la luz con aquellos objetos que Alberic llevaba en mano. El camino se bifurcaba, pero ninguna dirección parecía prometer gracia alguna… así que por pura inercia siguió a la izquierda. -Tengo la sensación de que cada paso aqui dentro, nos pierde sin remedio- sus palabras se fueron desvaneciendo en la extención de un eco tenue y languido. Sentía su interior oprimido por unas manos terribles, y que su avance las hacia presionar más exprimiendo miedo e inestabilidad. Su respiración le rozaba los labios con suma lentitud, a la expectativa de otra negativa sorpresa. Su contemplación era un hilo tenso que al menor toque produciría una vibración terrible. La luz venía de una y otra manera del cuerpo de Alberic, el cual cuidaba no abandonar, y no por que la oscuridad se tradujera en terror, Aredhel estaba acostumbrada a desarrollarse dentro de ella y pocas bestias eran tan hábiles como el lobo que fue, pero aquí... la embargaban emociones que en el bosque jamás conoció. Ese equipo había resultado quizás sin prevenirlo un buen equilibrio de razón e instinto… ambos comprendían, aún sin haberlo dicho, que si en aquel lugar existía una salida era sólo juntos que habrían de encontrarla.
-La luz se hace tenue… pronto volverá a gobernarnos la oscuridad.-
La mirada de Aredhel se nubló ligeramente, sus ojos negros parecieron perderse en su propio fondo oscuro. ¿Su otra forma? No, aquella no era una posibilidad de salvación, no para Alberic. El destino que podía sufrir en compañía de la enorme bestia que la mujer escondía tras su figura esbelta y estilizada era más atroz que cualquiera, o eso parecía hasta ahora, mientras ese par de desgraciados continuaran ignorando las terribles consecuencias de su pequeña curiosidad.
Aredhel prefería por ahora la espada, desenfundó sin más y se colocó al lado de Alberic con aplomo, al momento en que su rostro era iluminado por aquella piedra que irradiaba luz, con una amabilidad distinta, una luz que le brindaba calma. Era como si ese trozo de roca estuviera en la mano de su joven acompañante por propia voluntad, no como aquellos tubos parpadeantes de los pasillos. Sus labios se mantuvieron sellados, y caminó.
Las botas de ambos provocaban ruidos largos aun cuando caminaran con sigilo, el silencio era tal que hasta el movimiento de sus prendas llenas de barro producía sonidos perfectamente claros. Ahí, ante la luz de la piedra se mostraban muebles extraños que cumplían funciones desconocidas para ella. Con espada en mano se acerco al mueble más grande del cuarto que yacía en su centro, una mesa de trabajo con cavidades corredizas. Frunció el entrecejo… y con su mano libre golpeó uno de ellos que se encontraba ligeramente abierto, lo cual produjo un sonido que delataba diversos objetos dentro de él, objetos inertes, nada vivo.
Apostaba que Alberic había sido atraído por los libros, mientras ella abrió el cajón y se quedo mirando el par de objetos extraños que se descubrieron dentro. Con la tenue luz que llegaba a ella desde la posición de Alberic le eran aún más confusas aquellas figuras. No estaba dispuesta a soltar su espada, ya no… levantó uno de los objetos y lo miró detenidamente, este poseía muchos componentes cuya posición era alterada con cada movimiento de sus dedos sobre ellos cuando de pronto la presión asertiva de una parte especifica, y por pura suerte, hizo encender una luz en el objeto. Aquello era demasiado para Aredhel, su mente no era estúpida pero si sencilla… no comprendía y no le importaba comprender las complejidades de las civilizaciones y por ende desdeñaba de cierta manera lo que tuviera que ver con ello.
-Alberic…- Llamo el nombre de su compañero, el cual era más hábil en cuestiones de los hombres. Viró hacia él dándole la cara y ofreciendo aquel objeto que ahora también iluminaba muy ligeramente el cuarto, y hacia sonidos como si tuviera vida, una vida mecánica y vacía. –No sé que es… no quiero pasar por alto algo que pueda ayudarnos y que por mi ignorancia no comprenda-
[…]
Admiró la manera en que Alberic maniobraba aquel artefacto, si bien su desconocimiento era tan amplio como el de ella, buscaba la manera de hacer reaccionar el funcionamiento y crear un procedimiento a partir de la lógica. Y de pronto, en aquel objeto se mostro una especie de portal, una copia de la realidad en donde estaban en color verde que se fusionaba con la luz de la piedra, no le agradaba.
Como fuere, tenían que seguir el camino… su compañero seguramente conservaría aquel objeto ya fuere por mera curiosidad, o porque en su rozamiento existiera la posibilidad de hacerlo útil. Aredhel lo instó con un gesto a salir de aquel cuarto, y después de un ligero avance apareció una puerta abierta, que antes del paso de aquel ser repugnante se encontrara cerrada. Siguieron el camino al cual les invitaban, la espada permanecía atenta y firme, destellando ligeramente parecia comunicarse en el idioma de la luz con aquellos objetos que Alberic llevaba en mano. El camino se bifurcaba, pero ninguna dirección parecía prometer gracia alguna… así que por pura inercia siguió a la izquierda. -Tengo la sensación de que cada paso aqui dentro, nos pierde sin remedio- sus palabras se fueron desvaneciendo en la extención de un eco tenue y languido. Sentía su interior oprimido por unas manos terribles, y que su avance las hacia presionar más exprimiendo miedo e inestabilidad. Su respiración le rozaba los labios con suma lentitud, a la expectativa de otra negativa sorpresa. Su contemplación era un hilo tenso que al menor toque produciría una vibración terrible. La luz venía de una y otra manera del cuerpo de Alberic, el cual cuidaba no abandonar, y no por que la oscuridad se tradujera en terror, Aredhel estaba acostumbrada a desarrollarse dentro de ella y pocas bestias eran tan hábiles como el lobo que fue, pero aquí... la embargaban emociones que en el bosque jamás conoció. Ese equipo había resultado quizás sin prevenirlo un buen equilibrio de razón e instinto… ambos comprendían, aún sin haberlo dicho, que si en aquel lugar existía una salida era sólo juntos que habrían de encontrarla.
-La luz se hace tenue… pronto volverá a gobernarnos la oscuridad.-
Aredhel
Experto
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Solo obscuridad y algunos muebles viejos se podían discernir con poca iluminación en aquella habitación. Al entrar, Alberic sintió un rio de adrenalina recorriéndole el cuerpo, listo para cualquier cosa a pesar de haber entrado en aquella de forma sigilosa el miedo y la excitación estaban ahí. Pero, al cabo de un momento su agitación se vio opacada al ver que no había ningún peligro. Usando la iluminación de la piedra ambos comenzaron a investigar aquel cuarto y veían si contenía algo que pudiesen utilizar, como una llave o comida o lo que fuere. En aquella oscura habitación había un librero y fue lo que primeramente atrajo como la abeja a la miel a Alberic que mientras husmeaba los libros Aredhel investigaba una mesa colocada en el centro de la habitacion cuando fue que escucho que lo llamaba por su nombre.
Alberic volteo hacia ella y vio su rostro iluminado por algún objeto no discernible en sus manos, Aredhel extendió su brazo con aquel objeto en ofrecimiento, y Él lo tomo con cuidado. El objeto era claramente no natural, algo pequeño y asimétrico, parecía no pertenecer a ese mundo. Algunos minutos se quedó observando que función podría servir, veía que traía varios botones de un material extraño y procedió a oprimirlos uno por uno y ver la reacción que ocasionaban. Uno de ellos apagaba la luz blanca que salía de la parte frontal, uno abría un compartimiento en la parte superior, uno rojo hacia un sonido como un “ping” y uno que hacía que el pequeño portal que Aredhel describía el cual reflejaba o mejor dicho, proyectaba la realidad exterior y la hacía que cupiese en aquel cuadro pequeño se viese con más claridad en un tono verdoso, también tenía lo que parecía la boquilla de un telescopio como los que usan los hombres que estudian las estrellas. Alberic no pudo llegar a una conclusión definitiva a lo que aquel objeto era, pero había descubierto que al menos la luz y el efecto para ver en la oscuridad les vendría bien si tenían que continuar a oscuras.
Antes de continuar, reflexivo Alberic conversa con Aredhel acerca de la naturaleza de aquel objeto pues ella podía vérsele asombrada y curiosa pensando en la naturaleza de tal objeto anti natural.
- He caminado mucho este mundo a pesar de mi corta edad, pero tengo que admitir que nunca había presenciado algo así, algo tan anti-natural y feo. Creo que ha perdido todo sentido lo que he estudiado y experimentado y visto en Aerandir, esto parece no ser de aquí. De ser algún artefacto creado por algún mago pienso que debería verse más arcaico en su forma, pero este parece hecho específicamente así, mi mejor suposición es que pertenece a los hombres máquina, pues ellos si suelen usar componentes mecánicos semejantes, pero aun lo dudo. – Con desentusiasmo, continúo explorando el objeto, oprimió el botón rojo que hacía “ping” porque le había agradado el sonido y sin saber que efecto tenía exactamente continúo:
- Al menos los efectos que tiene sobre la oscuridad nos ayudaran a despejar las sombras – Se acerco a la mesa, al cajon donde Aredhel encontro el objeto e ilumino con la piedra y vio que habia uno mas, el cual procedio a tomarlo y salvaguardarlo en su talega. Después de eso, continuaron.
Al salir de la habitación siguieron el pasillo donde se encontraban las puertas que antes se vieron negligentes a investigar y notaron que una de ellas estaba semi-abierta pero pasaron de largo, luego de unos pasos más llegaron a una bifurcación y continuaron a la izquierda sin pensarlo, una tensión negativa se sintió en el ambiente y Alberic lo noto en el rostro y el comportamiento de su compañera, luego expreso abiertamente su mala sensación. Pero Alberic permaneció en silencio.
La luz se hace tenue… pronto volverá a gobernarnos la oscuridad, Ella tenía razón, la piedra pronto se agotaría y se veria obligado a usar el artefacto que recién habían encontrado. La idea no le agradaba.
- Usaremos la luz de este artefacto cuando esa suceda, aunque no me agrade la idea – levanto el objeto con su mano izquierda y siguieron…
Alberic volteo hacia ella y vio su rostro iluminado por algún objeto no discernible en sus manos, Aredhel extendió su brazo con aquel objeto en ofrecimiento, y Él lo tomo con cuidado. El objeto era claramente no natural, algo pequeño y asimétrico, parecía no pertenecer a ese mundo. Algunos minutos se quedó observando que función podría servir, veía que traía varios botones de un material extraño y procedió a oprimirlos uno por uno y ver la reacción que ocasionaban. Uno de ellos apagaba la luz blanca que salía de la parte frontal, uno abría un compartimiento en la parte superior, uno rojo hacia un sonido como un “ping” y uno que hacía que el pequeño portal que Aredhel describía el cual reflejaba o mejor dicho, proyectaba la realidad exterior y la hacía que cupiese en aquel cuadro pequeño se viese con más claridad en un tono verdoso, también tenía lo que parecía la boquilla de un telescopio como los que usan los hombres que estudian las estrellas. Alberic no pudo llegar a una conclusión definitiva a lo que aquel objeto era, pero había descubierto que al menos la luz y el efecto para ver en la oscuridad les vendría bien si tenían que continuar a oscuras.
Antes de continuar, reflexivo Alberic conversa con Aredhel acerca de la naturaleza de aquel objeto pues ella podía vérsele asombrada y curiosa pensando en la naturaleza de tal objeto anti natural.
- He caminado mucho este mundo a pesar de mi corta edad, pero tengo que admitir que nunca había presenciado algo así, algo tan anti-natural y feo. Creo que ha perdido todo sentido lo que he estudiado y experimentado y visto en Aerandir, esto parece no ser de aquí. De ser algún artefacto creado por algún mago pienso que debería verse más arcaico en su forma, pero este parece hecho específicamente así, mi mejor suposición es que pertenece a los hombres máquina, pues ellos si suelen usar componentes mecánicos semejantes, pero aun lo dudo. – Con desentusiasmo, continúo explorando el objeto, oprimió el botón rojo que hacía “ping” porque le había agradado el sonido y sin saber que efecto tenía exactamente continúo:
- Al menos los efectos que tiene sobre la oscuridad nos ayudaran a despejar las sombras – Se acerco a la mesa, al cajon donde Aredhel encontro el objeto e ilumino con la piedra y vio que habia uno mas, el cual procedio a tomarlo y salvaguardarlo en su talega. Después de eso, continuaron.
Al salir de la habitación siguieron el pasillo donde se encontraban las puertas que antes se vieron negligentes a investigar y notaron que una de ellas estaba semi-abierta pero pasaron de largo, luego de unos pasos más llegaron a una bifurcación y continuaron a la izquierda sin pensarlo, una tensión negativa se sintió en el ambiente y Alberic lo noto en el rostro y el comportamiento de su compañera, luego expreso abiertamente su mala sensación. Pero Alberic permaneció en silencio.
La luz se hace tenue… pronto volverá a gobernarnos la oscuridad, Ella tenía razón, la piedra pronto se agotaría y se veria obligado a usar el artefacto que recién habían encontrado. La idea no le agradaba.
- Usaremos la luz de este artefacto cuando esa suceda, aunque no me agrade la idea – levanto el objeto con su mano izquierda y siguieron…
Alberic Baudier
Aprendiz
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Siguiendo el oscuro camino de la izquierda, tras un par de largos minutos de gélido silencio, llegaron a lo que parecía ser una sala un poco más amplia, con lo que identificaron de inmediato como unas escaleras. Ante ellos, a su lado derecho, encontraron unos escalones que llevaban abajo, pero a estos impedía el paso una reja de metal con una puerta cerrada con llave, imposible de penetrar. Después, una especie de caja del terror, de la cual pudieron ojear su interior si tuvieron el valor de hacerlo, pero aún apretando los botones que ahí se encontraban, nada sucedía. Y finalmente, unas escaleras que se dirigían hacia arriba, con la misma puerta de reja de metal, pero abierta esta vez.
Había más puertas cerradas a la izquierda, pero como las veces anteriores, no perecía ser que su anfitrión quisiese que entrasen en el interior. El único camino que les quedaba era dirigirse escaleras arriba, pero antes de emprender la escalinata, la piedra dejó de emitir su tranquilizadora luz, y lo único que pudieron hacer fue optar por la gélida luz de los aparatos eléctricos que Alberic llevaba, siempre que no quisiesen ser tragados por la oscuridad.
Subieron por las escaleras, las cuales llevaron al primer piso, en el cual, a su pesar, una valla igual a la inferior les impedía continuar, así que tuvieron que seguir subiendo, hasta llegar al segundo piso. Esta vez, la puerta les dio la bienvenida con el "clac" del metal al abrirse ante ellos y, después de encontrarse con una sala parecida a la del piso bajo, no encontraron más camino que el que se dirigía por un pasillo lleno de celdas con barrotes de metal a cada lado. La mayoría parecían cerradas, vacías y abandonadas, con poco más que una cama destrozada en su interior, pero no todos lo estuvieron. Un insoportable olor flotaba en el aire, olor a sangre seca y podrida, y guiándose únicamente por la imagen de las cámaras, no notaron que una mano salió disparada hacia ellos por el espacio de entre dos barrotes hasta que ya no les había pegado un susto de muerte.
El hombre, completamente desfigurado, parecía no tener consciencia alguna. Se mantenía en el mismo lugar, en la misma posición, balanceándose de un lado a otro sin reaccionar a ningúna palabra o contacto de ningún tipo. Parecía ser que el hombre no tenía salvación y, en realidad, ni siquiera parecía ser ese su deseo.
Siguiendo por el pasillo encontraron a varios "seres" parecidos al primero. La mayoría encerrados, otros no, pero todos en el mismo estado, sin reaccionar a la diferencia que presentaban los viajeros al encontrarse frente a ellos. Además, todos tenían grabados en alguna parte de su cuerpo un número al rojo vivo, uno que tal vez los identificasen. Al parecer, no solo la capacidad de pensar les había sido arrebatada, sino que los nombre también.
Siguiendo por el pasillo encontraron otra puerta cerrada, la cual no parecía indicar que hubiese otra salida que aquella, desafotunadamente inservible. Lo único que les quedaba era un puñado de celdas abiertas.
Opcieones:
A --> Revisar una celda abierta y aparentemente vacía.
B --> Revisar una celda abierta, en la cual un "paciente" parece estar paseando de un lado a otro, una vez más, sin reacción alguna ante los desconocidos.
C --> Revisar una celda vacía con dos camas en su interior.
D --> Revisar una celda a la cual lleva un rastro de sangre dibujado en el suelo.
Consejo del master: Una vez más, no tenéis por qué elegir la misma opción. Suerte.
- imagen orientativa:
- Como verán, faltan las vallas junto a sus respectivas puertas en las entradas de las escaleras, pero a parte de este detalle, y que todo está a oscuras, el escenario es como el de la imagen, incluyendo tabién las manchas de sangre.
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Subieron por las escaleras, las cuales llevaron al primer piso, en el cual, a su pesar, una valla igual a la inferior les impedía continuar, así que tuvieron que seguir subiendo, hasta llegar al segundo piso. Esta vez, la puerta les dio la bienvenida con el "clac" del metal al abrirse ante ellos y, después de encontrarse con una sala parecida a la del piso bajo, no encontraron más camino que el que se dirigía por un pasillo lleno de celdas con barrotes de metal a cada lado. La mayoría parecían cerradas, vacías y abandonadas, con poco más que una cama destrozada en su interior, pero no todos lo estuvieron. Un insoportable olor flotaba en el aire, olor a sangre seca y podrida, y guiándose únicamente por la imagen de las cámaras, no notaron que una mano salió disparada hacia ellos por el espacio de entre dos barrotes hasta que ya no les había pegado un susto de muerte.
- imagen orientativa:
- Como verán, en la imagen no se trata de una celda, pero la acción y el "personajes" son el mismo.
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Siguiendo por el pasillo encontraron a varios "seres" parecidos al primero. La mayoría encerrados, otros no, pero todos en el mismo estado, sin reaccionar a la diferencia que presentaban los viajeros al encontrarse frente a ellos. Además, todos tenían grabados en alguna parte de su cuerpo un número al rojo vivo, uno que tal vez los identificasen. Al parecer, no solo la capacidad de pensar les había sido arrebatada, sino que los nombre también.
Siguiendo por el pasillo encontraron otra puerta cerrada, la cual no parecía indicar que hubiese otra salida que aquella, desafotunadamente inservible. Lo único que les quedaba era un puñado de celdas abiertas.
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Opcieones:
A --> Revisar una celda abierta y aparentemente vacía.
B --> Revisar una celda abierta, en la cual un "paciente" parece estar paseando de un lado a otro, una vez más, sin reacción alguna ante los desconocidos.
C --> Revisar una celda vacía con dos camas en su interior.
D --> Revisar una celda a la cual lleva un rastro de sangre dibujado en el suelo.
Consejo del master: Una vez más, no tenéis por qué elegir la misma opción. Suerte.
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Sus pasos no menguaron a pesar de toda la masa de sensaciones y malos presentimientos, hasta que luego de un lapso de tiempo que parecía interminable se encontraron dentro de una sala, que ligeramente iluminada por las habilidades de Alberic mostraba ante ellos unas escaleras. Se aproximo sin abandonar el ritmo calmo de sus pies, para encontrarse más de cerca con esa reja que le cerraba el paso. Miró hacia abajo con mas desdén que curiosidad, en un lugar como aquel descender no era la mejor opción si se deseaba salir.
A pesar de que prefería la compañía en esta lúgubre situación por momentos cada uno de los seres se entretenía saciando sus propios impulsos y dudas. A ella le extrañaba la sangre seca en las paredes, y sentía el olor desagradable viciarle la nariz. Algo detestable había sucedido, o estaba sucediendo en ese lugar maldito. Volvió a aproximarse lo suficiente a Alberic y ambos descubrieron un camino libre hacia arriba, a través de unas escaleras cuya reja yacía deslizada y sin candado. Estaban bailando al son que alguien tocaba para ellos, andando los únicos caminos abiertos que alguien, o algo les había dejado. Aredhel lo sentía, mas no de un modo tan concreto para intentar detenerse, pues al fin y al cabo ¿qué opciones tenían?...
La luz de la afable piedra se esfumó, y Aredhel volvió a la vigilia tensa, levantando la espada amenazante que había permanecido en posición de descanso, retrocedió empujando a Alberic con su hombro. La oscuridad era completa, de esas penumbras que hacen sentir a la gente engullida por el hocico de algún demonio. –No me pierdas Alberic… - dijo, y siguió el camino a oscuras. Alberic poseía aquel extraño artefacto, y sus habilidades se manifestarían seguramente para acabar con la persistente oscuridad.
-Más trabas…- murmuró, y sosteniendo las rejas que impedían el paso al primer piso apretó con impotencia, tratando de moverlas a un lado y otro… nada, primero le sangrarían las manos antes de que esas puertas de metal le permitieran el paso. Ya encamiados… qué más daba seguir subiendo, quizás arriba encontraran un modo de treparse en la pared exterior y bajar.
Se encontraron al continuar, con una puerta, cuyo sonido al ser abierta por Alberic le había producido una satisfacción que alentaba alguna posibilidad de huir, y siguió a su compañero, observando la silueta de su espalda delineada por la luz verdosa del portal que los alumbraba. Celdas a sus costados se mostraban, alineadas y aparentemente vacías. El largo camino recto no permitía adivinar si al fondo se encontraba la continuación de su esperanza, así que no quedaba más remedio que continuar hacia allí. De pronto, mientras ella le cuidaba la espalda a su compañero humano que fungía de guía, una mano podrida les sorprendió de pronto. Fue tan de súbito que la sangre se le subió a la cabeza al momento que se lanzaba en el lado contrario de donde esta salía, y en lugar de un grito de terror su inestabilidad se manifestó en la hoja de su espada, que se levanto tan pronto pudo atisbar claramente de que se trataba, cayendo en un destello sobre esa mano. Si el olor que ahí reinaba era ya bastante nauseabundo, la mano que cayó en el suelo chorreante de sangre viscosa y marrón potenció tal esencia.
Aredhel frunció las cejas ligeramente, y entreabrió sus labios con algo de contrariedad, no tenía tiempo de arrepentirse… nada de lo que podría haber en tal lugar era bueno, y la mirada que encontró en esos ojos nublados y aterradores parecía no estar enterada de ninguna clase de dolor, pues luego el ser continuo con su existencia inconciente, balanceando a un ritmo enfermo la única mano que le quedaba. ¿Había sido ese un error?
-No pude evitarlo- miro hacia el suelo confundida – pero en este lugar todo es maligno, esa mano a pesar de su inconsciencia deseaba hacer daño- lo sabía, a pesar de lo imprudente que pudo ser su impulso. Sin dejar de mirar los ojos de Alberic… avanzo hasta que el ángulo de visión la obligo a mirar al frente.
Al continuar su avance, se encontró con más de esos seres. Algunos a pesar de estar en libertad mantenían su actitud ausente, Aredhel no quería provocarles reacciones violentas si es que eran capaces de ser lo suficientemente cuidadosos para pasar inadvertidos, así que enfundo su espada lentamente y espero a que los pasos de Alberic se emparejaran con su posición. Una vez cerca de él, señalo con su mano el fondo del pasillo, para continuar hasta ahí. Y solo avanzaron para encontrarse con otra maldita traba. La cabeza de Aredhel se movió cual lobo enjaulado que busca el punto débil de su cautiverio, encajando sus ojos en cada lugar visible del aquella sala encontró solo celdas abiertas. Habría que buscar en ellas un conducto. –Eh!!- grito inesperadamente tras poner una mano en la empuñadura de su espada, para corroborar si los seres eran sensibles al sonido, pero nada. Lo que dio pie a la propuesta siguiente. –Podemos dividirnos, y agilizar la revisión de las celdas- alejo su mano de la espada – Con el otro artefacto que te queda puedo iluminar mi camino, quien encuentre algo puede llamar al otro. – Extendió su mano para recibir la cámara restante, había observado la manera en que Alberic la hizo funcionar.
-Ten cuidado- Dijo mientras se alejaba, decidió revisar la celda abierta más próxima (opción B) dentro de la cual descubrió a otro ser, que se paseaba con deprimente apariencia dentro del cuarto. Su oído permanecía más que atento a cualquier sonido de fuera, no era demasiada distancia la que separaba las celdas, si Alberic encontraba algún problema podría correr hacia él incluso sin luz, ya que dentro de aquel lugar de muerte, su propia naturaleza viva lo delataba. Avanzo, sosteniendo al principio con algo de torpeza la cámara de video, hasta que encontró en su ergonomía la figura de su mano. Entonces comenzó a revisar cada espacio ahí dentro, evadiendo el paso del ser.
A pesar de que prefería la compañía en esta lúgubre situación por momentos cada uno de los seres se entretenía saciando sus propios impulsos y dudas. A ella le extrañaba la sangre seca en las paredes, y sentía el olor desagradable viciarle la nariz. Algo detestable había sucedido, o estaba sucediendo en ese lugar maldito. Volvió a aproximarse lo suficiente a Alberic y ambos descubrieron un camino libre hacia arriba, a través de unas escaleras cuya reja yacía deslizada y sin candado. Estaban bailando al son que alguien tocaba para ellos, andando los únicos caminos abiertos que alguien, o algo les había dejado. Aredhel lo sentía, mas no de un modo tan concreto para intentar detenerse, pues al fin y al cabo ¿qué opciones tenían?...
La luz de la afable piedra se esfumó, y Aredhel volvió a la vigilia tensa, levantando la espada amenazante que había permanecido en posición de descanso, retrocedió empujando a Alberic con su hombro. La oscuridad era completa, de esas penumbras que hacen sentir a la gente engullida por el hocico de algún demonio. –No me pierdas Alberic… - dijo, y siguió el camino a oscuras. Alberic poseía aquel extraño artefacto, y sus habilidades se manifestarían seguramente para acabar con la persistente oscuridad.
[…]
-Más trabas…- murmuró, y sosteniendo las rejas que impedían el paso al primer piso apretó con impotencia, tratando de moverlas a un lado y otro… nada, primero le sangrarían las manos antes de que esas puertas de metal le permitieran el paso. Ya encamiados… qué más daba seguir subiendo, quizás arriba encontraran un modo de treparse en la pared exterior y bajar.
Se encontraron al continuar, con una puerta, cuyo sonido al ser abierta por Alberic le había producido una satisfacción que alentaba alguna posibilidad de huir, y siguió a su compañero, observando la silueta de su espalda delineada por la luz verdosa del portal que los alumbraba. Celdas a sus costados se mostraban, alineadas y aparentemente vacías. El largo camino recto no permitía adivinar si al fondo se encontraba la continuación de su esperanza, así que no quedaba más remedio que continuar hacia allí. De pronto, mientras ella le cuidaba la espalda a su compañero humano que fungía de guía, una mano podrida les sorprendió de pronto. Fue tan de súbito que la sangre se le subió a la cabeza al momento que se lanzaba en el lado contrario de donde esta salía, y en lugar de un grito de terror su inestabilidad se manifestó en la hoja de su espada, que se levanto tan pronto pudo atisbar claramente de que se trataba, cayendo en un destello sobre esa mano. Si el olor que ahí reinaba era ya bastante nauseabundo, la mano que cayó en el suelo chorreante de sangre viscosa y marrón potenció tal esencia.
Aredhel frunció las cejas ligeramente, y entreabrió sus labios con algo de contrariedad, no tenía tiempo de arrepentirse… nada de lo que podría haber en tal lugar era bueno, y la mirada que encontró en esos ojos nublados y aterradores parecía no estar enterada de ninguna clase de dolor, pues luego el ser continuo con su existencia inconciente, balanceando a un ritmo enfermo la única mano que le quedaba. ¿Había sido ese un error?
-No pude evitarlo- miro hacia el suelo confundida – pero en este lugar todo es maligno, esa mano a pesar de su inconsciencia deseaba hacer daño- lo sabía, a pesar de lo imprudente que pudo ser su impulso. Sin dejar de mirar los ojos de Alberic… avanzo hasta que el ángulo de visión la obligo a mirar al frente.
[…]
Al continuar su avance, se encontró con más de esos seres. Algunos a pesar de estar en libertad mantenían su actitud ausente, Aredhel no quería provocarles reacciones violentas si es que eran capaces de ser lo suficientemente cuidadosos para pasar inadvertidos, así que enfundo su espada lentamente y espero a que los pasos de Alberic se emparejaran con su posición. Una vez cerca de él, señalo con su mano el fondo del pasillo, para continuar hasta ahí. Y solo avanzaron para encontrarse con otra maldita traba. La cabeza de Aredhel se movió cual lobo enjaulado que busca el punto débil de su cautiverio, encajando sus ojos en cada lugar visible del aquella sala encontró solo celdas abiertas. Habría que buscar en ellas un conducto. –Eh!!- grito inesperadamente tras poner una mano en la empuñadura de su espada, para corroborar si los seres eran sensibles al sonido, pero nada. Lo que dio pie a la propuesta siguiente. –Podemos dividirnos, y agilizar la revisión de las celdas- alejo su mano de la espada – Con el otro artefacto que te queda puedo iluminar mi camino, quien encuentre algo puede llamar al otro. – Extendió su mano para recibir la cámara restante, había observado la manera en que Alberic la hizo funcionar.
-Ten cuidado- Dijo mientras se alejaba, decidió revisar la celda abierta más próxima (opción B) dentro de la cual descubrió a otro ser, que se paseaba con deprimente apariencia dentro del cuarto. Su oído permanecía más que atento a cualquier sonido de fuera, no era demasiada distancia la que separaba las celdas, si Alberic encontraba algún problema podría correr hacia él incluso sin luz, ya que dentro de aquel lugar de muerte, su propia naturaleza viva lo delataba. Avanzo, sosteniendo al principio con algo de torpeza la cámara de video, hasta que encontró en su ergonomía la figura de su mano. Entonces comenzó a revisar cada espacio ahí dentro, evadiendo el paso del ser.
Aredhel
Experto
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Parecía que aquel lugar era infinito pues no se veia la salida en un futuro próximo, la tensión y mala energía que allí rondaba no disminuía, el camino eventualmente los llevo a una sala que con ayuda de la piedra luminosa podían distinguir un par de escaleras, unas subían y las otras bajan, una puerta más obstruía el paso si se deseaba seguir derecho.
La fúnebre atmosfera como la que se presenta cuando alguien ha muerto recientemente marcaba esa sala, mucha gente ha de haber muerto de formas espantosas, y sus aromas y putrefacción aún permanecían, no era nada agradable. Algo que la nariz de Alberic tendría que acostumbrar. Ambos optaron por seguir hacia arriba, sus decisiones tomadas por ser las únicas disponibles, el anfitrión claramente los estaba haciendo avanzar justo como el quería. La noción de libertad se hacía cada vez más distante.
Su compañera avanzaba con espada en mano pues las cosas se habían puesto más serias con tantos horrores vistos hasta el momento y parecía no ser el fin de ellos pues la magia de luz que el mineral les brindaba se había agotado, y las sombras reinaban de nuevo, Alberic escucho dulces palabras de su compañera que le daban fuerza y voluntad y disipaban su miedo. Alberic saco aquella caja que habían encontrado antes y oprimió uno de los botones para que eta iluminase el camino y continuaron.
- Mas puertas - dijo con desdén Alberic, pues habían llegado otra puerta que parecía estar cerrada, ambos intentaron abrirla sin éxito siguieron subiendo hasta que encontraron una vez más una puerta pero a diferencia de las otras esta estaba abierta siendo que Alberic inmediatamente la abrió. En la habitación que aquella puerta daba entrada se encontraban unas celdas alineadas y vacías. Al avanzar más hacia dentro a lo largo del pasillo con celdas a cada costado de pronto una conmoción sucede justo detrás de Alberic. Un brazo de apariencia insalubre yace en el suelo, un corte limpio de espada, Alberic voltea a ver a su compañera y observa su rostro alterado pero sin perder aquella seriedad característica de ella y con ambas manos en su espada como si acabase de dar un tajo con ella, todo paso en un instante y Alberic reacciono demasiado tarde. Miro los ojos de su compañera mientras ella pronunciaba unas palabras. - Que rápida es su espada, yo no hubiese podido reaccionar de tal forma. Gracias Aredhel… - Sin más que decir, siguieron adelante. Alberic reconsidero lo que había sucedido pensando en que su fuerte siempre había sido el dialogo para disuadir a sus enemigos o no hacerse de enemigos para empezar, pero esto era diferente, aquellas criaturas parecían no tener consciencia propia
y no entenderían palabras por lo cual decidió sacar su espada. Ahora traía un artefacto luminoso en su izquierda y su "Paciencia" en la derecha. Así se sentiría mas al nivel de Aredhel, aunque solo pretendiera pues igual de importante era sentirse fuerte que ser fuerte y más ahora en tal lugar.
Mas delante había mas de esas criaturas humanoides las cuales parecían no prestarle atención a los intrusos por lo que pudieron continuar sigilosamente con relativa facilidad aprovechando Alberic para observar más detenidamente a los seres descubriendo los símbolos que portaban, parecían números.
- ¿Artificiales? - Pensó. Al fondo del pasillo se encontraron con algo que le causo gracia desesperada al joven Alberic, - oh mire, otra puerta cerrada - Al detenerse y analizar sus opciones ambos decidieron separarse para aumentar la probabilidad de encontrar una salida.
- Entonces a las celdas iré, tenga la otra caja para que use su efecto de iluminación, si algo encuentro le grito fuerte - decidido e intentando ocultar el miedo que le comenzaba a subir de pies a cabeza dejándolo paralizado por unos instantes, veía como Aredhel se iba mientras le decía unas buenas palabras. - Usted también - Lo único que pudo decir, se dio la media vuelta y emprendió. (Opción A)
Al llegar a la celda que eligió explorar, a simple vista no se podía ver nada fuera de lo ordinario, pero al ver a través de la pantalla verde de la cámara, ahora algo podía verse en el rincón…
La fúnebre atmosfera como la que se presenta cuando alguien ha muerto recientemente marcaba esa sala, mucha gente ha de haber muerto de formas espantosas, y sus aromas y putrefacción aún permanecían, no era nada agradable. Algo que la nariz de Alberic tendría que acostumbrar. Ambos optaron por seguir hacia arriba, sus decisiones tomadas por ser las únicas disponibles, el anfitrión claramente los estaba haciendo avanzar justo como el quería. La noción de libertad se hacía cada vez más distante.
Su compañera avanzaba con espada en mano pues las cosas se habían puesto más serias con tantos horrores vistos hasta el momento y parecía no ser el fin de ellos pues la magia de luz que el mineral les brindaba se había agotado, y las sombras reinaban de nuevo, Alberic escucho dulces palabras de su compañera que le daban fuerza y voluntad y disipaban su miedo. Alberic saco aquella caja que habían encontrado antes y oprimió uno de los botones para que eta iluminase el camino y continuaron.
- Mas puertas - dijo con desdén Alberic, pues habían llegado otra puerta que parecía estar cerrada, ambos intentaron abrirla sin éxito siguieron subiendo hasta que encontraron una vez más una puerta pero a diferencia de las otras esta estaba abierta siendo que Alberic inmediatamente la abrió. En la habitación que aquella puerta daba entrada se encontraban unas celdas alineadas y vacías. Al avanzar más hacia dentro a lo largo del pasillo con celdas a cada costado de pronto una conmoción sucede justo detrás de Alberic. Un brazo de apariencia insalubre yace en el suelo, un corte limpio de espada, Alberic voltea a ver a su compañera y observa su rostro alterado pero sin perder aquella seriedad característica de ella y con ambas manos en su espada como si acabase de dar un tajo con ella, todo paso en un instante y Alberic reacciono demasiado tarde. Miro los ojos de su compañera mientras ella pronunciaba unas palabras. - Que rápida es su espada, yo no hubiese podido reaccionar de tal forma. Gracias Aredhel… - Sin más que decir, siguieron adelante. Alberic reconsidero lo que había sucedido pensando en que su fuerte siempre había sido el dialogo para disuadir a sus enemigos o no hacerse de enemigos para empezar, pero esto era diferente, aquellas criaturas parecían no tener consciencia propia
y no entenderían palabras por lo cual decidió sacar su espada. Ahora traía un artefacto luminoso en su izquierda y su "Paciencia" en la derecha. Así se sentiría mas al nivel de Aredhel, aunque solo pretendiera pues igual de importante era sentirse fuerte que ser fuerte y más ahora en tal lugar.
Mas delante había mas de esas criaturas humanoides las cuales parecían no prestarle atención a los intrusos por lo que pudieron continuar sigilosamente con relativa facilidad aprovechando Alberic para observar más detenidamente a los seres descubriendo los símbolos que portaban, parecían números.
- ¿Artificiales? - Pensó. Al fondo del pasillo se encontraron con algo que le causo gracia desesperada al joven Alberic, - oh mire, otra puerta cerrada - Al detenerse y analizar sus opciones ambos decidieron separarse para aumentar la probabilidad de encontrar una salida.
- Entonces a las celdas iré, tenga la otra caja para que use su efecto de iluminación, si algo encuentro le grito fuerte - decidido e intentando ocultar el miedo que le comenzaba a subir de pies a cabeza dejándolo paralizado por unos instantes, veía como Aredhel se iba mientras le decía unas buenas palabras. - Usted también - Lo único que pudo decir, se dio la media vuelta y emprendió. (Opción A)
Al llegar a la celda que eligió explorar, a simple vista no se podía ver nada fuera de lo ordinario, pero al ver a través de la pantalla verde de la cámara, ahora algo podía verse en el rincón…
Alberic Baudier
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
(Aredhel -->)
La joven pudo esforzarse cuanto quisiese en su búsqueda por la pequeña y mugrienta celda, pero nada iba a encontrar, menos por una cosa inesperada: el repentino interés de su propietario. El ser, el cual parecía tener cosido el brazo completo al resto de su cuerpo, además de poseer el rostro medio desfigurado, centró su mirada en ella, e inconscientemente empezó a acercarse a paso tembloroso. - Hhhh... - pronunció, como si tratase de hacer funcionar algo que hacía tiempo que había olvidado: su voz. Evidentemente, la mujer pudo notarlo a tiempo, y aunque no parecía tener intenciones de atacar, uno nunca sabía, y siempre era mejor prevenir, aunque aquello estaba a su elección. El "hombre", si así podía ser llamado aún, se acercó más a ella dejando ver el número 58 grabado en su pecho al rojo vivo. - Q... Quien... - Pareciese que tratase de aprender a hablar de nuevo, y tras un par de intentos lo consiguió. - ¿Quién eres...? Qu... ¿Qué ha... haces aquí? -
Nada estaba en claro, pero este individuo parecía mantener algo de su ser original. Tal vez era la ocasión perfecta para un interrogatorio.
//Objetivo: Busca un modo de hacerlo hablar, teniendo en cuenta que no puede darte información de importancia(***), pero, ese mismo será tu objetivo, y si lo logras, revelaré mediante su voz algo que podría seros de utilidad. Suerte!//
(***) -> Aclaro, que puedes hacerlo decir lo que desees, pero sin revelar información de importancia para la quest o sobre su trama, pues yo lo haré si el interrogatorio tiene éxito, así que suerte.
_________________________________________________________________________
(Alberic -->)
Al entrar en la sencilla celda, tuvo que acercarse a cada esquina para ver si realmente no había nada ahí, pues esa parecía ser la realidad. Nada de nada. En cuanto estuviese listo para salir y continuar con la búsqueda, un sonido lo sorprendería justo en la reja de la entrada: una especie de respiración entrecortada. La curiosidad sería tal, que algo le haría buscar su origen, y llevado por su oído, miraría, si así lo decidía, debajo de la cama, donde se encontraría a "esa cosa".
Acurrucado debajo de la apestosa estructura de metal, encontraría a uno de esos "pacientes", de los cuales algunos campaban anchos a sus aires, pero este estaba escondido, con el número 14 imprimido en su frente a base de quemaduras. Si decidía mirar bajo la cama, pues nada ni nadie lo obligaba, los ojos de ambos se encontrarían y, en un ataque de pánico, el ser con forma humana saltaría hacia su cuello, con la clara intención de partírselo en dos.
- Spoiler:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
//Opciones: Puedes o no mirar debajo de la cama, y dependiendo de tu decisión puedes desencadenar una situación u otra, las cuales, evidentemente, no puedo revelar ahora. Además, os aconsejo que discutáis off rol detalles sobre vuestras respuestas. Así, si le pides ayuda a tu compañera, ella pueda ponerlo de antemano, ya que va primera en el orden establecido, y etc. Así mismo, ya sea antes o después de tu encuentro con el ser bajo la cama, si decides que eso suceda, puedes ir a ayudar a tu compañera en el interrogatorio, pero esto es algo que deberéis discutir off rol.//
//Un detalle más para Alberic --> He notado que no te llegan mis mensajes, lo cual puede significar que tengas llena la bandeja de entrada. Si no es ese el problema y tienes dudas de cómo resolverlo, te aconsejo pedirle consejo a Nana, la cual seguro te ayudará mejor que yo en este asunto. Suerte.//
Última edición por Master4 el Lun Abr 28 2014, 02:01, editado 3 veces
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Ya que comprendo que cuesta retomar una quest, y mas después de tantos días, lo dejaré solo como un aviso, pero Aredhel, te pasaste del límite sin aviso previo. Alberic, postearás tu como el primero en su lugar. Tienes, desde ahora, 48 horas como máximo para contestar. Borraré este mensaje una vez que eso pase. Suerte a ambos.
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
Fue difícil separarse de Aredhel aunque fuesen solo un par de metros pues aquel lugar no era nada amigable y se encontraba al parecer lleno de peligros desconocidos, mientras Alberic caminaba rumbo a la celda posaba su mano derecha en el pomo de su espada pues no sabía que obstáculos se le opondrían. La celda era un tanto apretada sin mucho que investigar, un mal olor se presenciaba pero en aquel lugar ya no era raro. No pasaron ni cinco minutos cuando Alberic una vez más se veía dispuesto a largarse de allí lo más pronto posible cuando justo antes de salir escucho un ruido...
- oh, no... - Pensó mientras volteaba rápidamente, su ritmo cardiaco se aceleró y la adrenalina agudizo sus sentidos y pronto averiguo que el ruido provenía de la cama, o debajo de ella. Por inercia casi comenzó a dirigirse a la cama y se hinco de tal manera que le fuese fácil ver que es lo que había allí. Algo habitaba debajo de la cama, uno de aquellos pacientes sin expresión, Alberic observo con cuidado de abajo hacia arriba, el numero 14 vio en el torso, y parecía estar respirando con dificultad, hasta que sus ojos y los de la criatura se cruzaron y en un instante aquella se lanzó de una forma antinatural sobre él.
- Aaaahhhhgg... - Grito Alberic esperando que su grito alcanzara a su compañera y esta viniese a ayudar pero en aquel instante no había tiempo de saber si lo habían escuchado o no, pues Aredhel podría haber estado metida en un lio por su cuenta. Alberic forcejeo con la criatura como mejor pudo al ver que aquella intentaba morderlo, golpearlo, rasguñarlo, y asfixiarlo todo al mismo tiempo parecía Alberic no era una persona físicamente fuerte y el forcejeo lo estaba perdiendo... La criatura le lanzo una mordida hacia el cuello pero Alberic en desesperación saco de su bolsillo un cilindro de metal con símbolos (catalejo) el cual lo introdujo en la boca de la criatura dándole la ventaja y el tiempo suficiente para que aquella no lo mordiera, en seguida le puso un buen golpe en el pecho con la cámara, se puso de pie y corrió a la salida, cerrando la reja apresuradamente. Alberic se fue de allí corriendo esperando encontrar a Aredhel.
- oh, no... - Pensó mientras volteaba rápidamente, su ritmo cardiaco se aceleró y la adrenalina agudizo sus sentidos y pronto averiguo que el ruido provenía de la cama, o debajo de ella. Por inercia casi comenzó a dirigirse a la cama y se hinco de tal manera que le fuese fácil ver que es lo que había allí. Algo habitaba debajo de la cama, uno de aquellos pacientes sin expresión, Alberic observo con cuidado de abajo hacia arriba, el numero 14 vio en el torso, y parecía estar respirando con dificultad, hasta que sus ojos y los de la criatura se cruzaron y en un instante aquella se lanzó de una forma antinatural sobre él.
- Aaaahhhhgg... - Grito Alberic esperando que su grito alcanzara a su compañera y esta viniese a ayudar pero en aquel instante no había tiempo de saber si lo habían escuchado o no, pues Aredhel podría haber estado metida en un lio por su cuenta. Alberic forcejeo con la criatura como mejor pudo al ver que aquella intentaba morderlo, golpearlo, rasguñarlo, y asfixiarlo todo al mismo tiempo parecía Alberic no era una persona físicamente fuerte y el forcejeo lo estaba perdiendo... La criatura le lanzo una mordida hacia el cuello pero Alberic en desesperación saco de su bolsillo un cilindro de metal con símbolos (catalejo) el cual lo introdujo en la boca de la criatura dándole la ventaja y el tiempo suficiente para que aquella no lo mordiera, en seguida le puso un buen golpe en el pecho con la cámara, se puso de pie y corrió a la salida, cerrando la reja apresuradamente. Alberic se fue de allí corriendo esperando encontrar a Aredhel.
Alberic Baudier
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
La cámara no daba una luz útil, pero descubrió que a través de ella se mostraban claramente en verde matiz cada objeto, y cada detalle dentro de aquella habitación. Fue así que su vista atenta permanecía en el pequeño rectángulo luminoso, variando la dirección de sus manos para estudiar cada rincón. No deseaba alterar aquella presencia, no quería interrumpir su existencia ausente y fantasmal.
De pronto un susurro le provoco un hormigueo largo en la nuca, dirigió el artefacto hacia el ser terrible, el cual la miraba fijamente mientras avanzaba a paso torpe y débil hacia ella… Aredhel no pudo hacer más que mirarlo también, sin mover su atención retrocedió un par de pasos casi al ritmo del que parecía tras mucho esfuerzo comenzar una conversación con ella. Mientras más se acercaba la luz débil de la cámara pudo hacer visible un par de signos que llevaba sobre el pecho, delineados con carne quemada y sangre vieja. No parecía expresar dolor en su rostro, pero mientras Aredhel mantenía la mirada alta en aquel par de ojos no sabia si sentir terror o una tremenda compasión. Temía que de huir alterada o apremiante, aquel ser se tornara agresivo y veloz como aquel cuya mano había cercenado. Asi que aguzó su oído a las palabras que luego vinieron a formarse en los labios de aquel, sin que el corazón dejara de estar tenso como un puño cerrado.
¿Quién eres...? Qu... ¿Qué ha... haces aquí? Tragó saliva tras escuchar y pronto descubrió que su mano izquierda yacía ansiosa sobre su espada. Frunció la entre ceja y paladeó palabras que no salían. El miedo había pasado a segundo plano, la alerta le seguía pero la emoción principal era la intriga. Para que más poseían los seres el lenguaje si no para comunicarse, como lobo, como bestia lo había olvidado… pero este era un buen momento para llevarlo a cabo, tratar de conseguir una fuente de escueta información en lugar de un cuerpo inerte.
Respiró hondo, irguió su rostro y miro al ser directamente, no a través de la cámara. –Un lobo… - dio unos pasos alrededor del ser, para estar más próxima a la salida en caso de que todo saliera mal. –Busco una salida…- respondió fríamente. Tras terminar, el rostro inexpresivo del ser no cambió… sus ojos seguían siendo un atroz par de terrores hundidos en el tiempo, pero un sonido gutural le broto del pecho… una risa gruesa y débil, apenas discernible aun dentro de aquel silencio.
-N…no hay salida. Dh… dh… - la mirada del ser dejo de enfocarla, como si se LE hubieran ido los ojos hacia dentro, hacia una liga sorpresiva a los recuerdos. –De aquí nada sale… -
No estaba ahí tratando de hablar con aquel ser para que le dijera algo que ya había sospechado, no iba a conformarse con palabras simples, pero no podría esperar una respuesta directa a sus imperantes necesidades de aquel resto de hombre. –Tu estas muerto… y aun muerto tienes miedo, ese miedo es tu puerta cerrada- Dio otro par de pasos, sabía que lo que le habían hecho a ese pobre infeliz lo había privado de toda voluntad, valor, u osadía. –Pero yo tengo esa puerta abierta… yo quiero vivir como a ti te lo han negado-
– Ya estas muerta... mh... moriste al entrar.- al paso de los segundos, el ser parecía lidear mejor con las palabras – pero...-
Escuchó un grito, un quejido ahogado en voz de Alberic, viró su rostro, atenta a lo que sucedía afuera y decidir con ello si salía de ahí para encontrarlo. Pero lo que vino después fueron los pasos en una carrera hacia ella. Volvió a atender a su interlocutor. –¿Dónde esta esa salida que nunca decidiste usar? ¿Quién te ha drenado el espiritu del cuerpo y lo encadeno a este lugar?- se acercó un paso a él, y lo miro, intensa y demandante… olvidando que podía correr peligro en la proximidad.
De pronto un susurro le provoco un hormigueo largo en la nuca, dirigió el artefacto hacia el ser terrible, el cual la miraba fijamente mientras avanzaba a paso torpe y débil hacia ella… Aredhel no pudo hacer más que mirarlo también, sin mover su atención retrocedió un par de pasos casi al ritmo del que parecía tras mucho esfuerzo comenzar una conversación con ella. Mientras más se acercaba la luz débil de la cámara pudo hacer visible un par de signos que llevaba sobre el pecho, delineados con carne quemada y sangre vieja. No parecía expresar dolor en su rostro, pero mientras Aredhel mantenía la mirada alta en aquel par de ojos no sabia si sentir terror o una tremenda compasión. Temía que de huir alterada o apremiante, aquel ser se tornara agresivo y veloz como aquel cuya mano había cercenado. Asi que aguzó su oído a las palabras que luego vinieron a formarse en los labios de aquel, sin que el corazón dejara de estar tenso como un puño cerrado.
¿Quién eres...? Qu... ¿Qué ha... haces aquí? Tragó saliva tras escuchar y pronto descubrió que su mano izquierda yacía ansiosa sobre su espada. Frunció la entre ceja y paladeó palabras que no salían. El miedo había pasado a segundo plano, la alerta le seguía pero la emoción principal era la intriga. Para que más poseían los seres el lenguaje si no para comunicarse, como lobo, como bestia lo había olvidado… pero este era un buen momento para llevarlo a cabo, tratar de conseguir una fuente de escueta información en lugar de un cuerpo inerte.
Respiró hondo, irguió su rostro y miro al ser directamente, no a través de la cámara. –Un lobo… - dio unos pasos alrededor del ser, para estar más próxima a la salida en caso de que todo saliera mal. –Busco una salida…- respondió fríamente. Tras terminar, el rostro inexpresivo del ser no cambió… sus ojos seguían siendo un atroz par de terrores hundidos en el tiempo, pero un sonido gutural le broto del pecho… una risa gruesa y débil, apenas discernible aun dentro de aquel silencio.
-N…no hay salida. Dh… dh… - la mirada del ser dejo de enfocarla, como si se LE hubieran ido los ojos hacia dentro, hacia una liga sorpresiva a los recuerdos. –De aquí nada sale… -
No estaba ahí tratando de hablar con aquel ser para que le dijera algo que ya había sospechado, no iba a conformarse con palabras simples, pero no podría esperar una respuesta directa a sus imperantes necesidades de aquel resto de hombre. –Tu estas muerto… y aun muerto tienes miedo, ese miedo es tu puerta cerrada- Dio otro par de pasos, sabía que lo que le habían hecho a ese pobre infeliz lo había privado de toda voluntad, valor, u osadía. –Pero yo tengo esa puerta abierta… yo quiero vivir como a ti te lo han negado-
– Ya estas muerta... mh... moriste al entrar.- al paso de los segundos, el ser parecía lidear mejor con las palabras – pero...-
Escuchó un grito, un quejido ahogado en voz de Alberic, viró su rostro, atenta a lo que sucedía afuera y decidir con ello si salía de ahí para encontrarlo. Pero lo que vino después fueron los pasos en una carrera hacia ella. Volvió a atender a su interlocutor. –¿Dónde esta esa salida que nunca decidiste usar? ¿Quién te ha drenado el espiritu del cuerpo y lo encadeno a este lugar?- se acercó un paso a él, y lo miro, intensa y demandante… olvidando que podía correr peligro en la proximidad.
Aredhel
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Re: El laboratorio abandonado - El grito de las sombras [QUEST] [Aredhel + Alberic Baudier]
- ¿Quién...? - una extraña carcajada luchó por salir desde sus resecos pulmones. - Él... Fu... Fue él... -
Ahora ambos invasores en la mansión volvían a estar juntos, lo cual les resultaría una buena noticia, pero las palabras del ser humanoide no traerían nada bueno. - Niño... Un niño se... Coló en la mansión... - Trató de decir algo más, como por ejemplo el modo de salir de aquel infierno, pero no pudo. Su pierna falló bajo su peso, y su huesudo cuerpo cayó como un peso muerto resonando contra el suelo. Se hizo el silencio.
Pasos. Gritos. A lo lejos se pudieron distinguir respiraciones agitadas acercándose, por las escaleras. ¿Qué podría ser aquello? No tenían otra opción que ir a descubrirlo.
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Ahora ambos invasores en la mansión volvían a estar juntos, lo cual les resultaría una buena noticia, pero las palabras del ser humanoide no traerían nada bueno. - Niño... Un niño se... Coló en la mansión... - Trató de decir algo más, como por ejemplo el modo de salir de aquel infierno, pero no pudo. Su pierna falló bajo su peso, y su huesudo cuerpo cayó como un peso muerto resonando contra el suelo. Se hizo el silencio.
Pasos. Gritos. A lo lejos se pudieron distinguir respiraciones agitadas acercándose, por las escaleras. ¿Qué podría ser aquello? No tenían otra opción que ir a descubrirlo.
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Othel
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