[Quest] Entre sedas y algodones
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[Quest] Entre sedas y algodones
Las adoquinadas y bulliciosas calles de Lunargenta estaban en pleno apogeo; la situación en el mercado era casi caótica. Cientos de vendedores, comerciantes y fabricantes se aglomeraban buscando su sitio para complacer a miles de clientes provenientes de todos los lugares de Aerandir. El sol de media tarde caía sobre los puestos de mercancías, pero vuestra intención no era la de pasar un agradable día de compras. Necesitábais buscar a un fabricante de telas llamado Arthur Morgause, pues a vuestros oídos había llegado que buscaba valientes que le cumplieran cierto trabajillo por el que ofrecía una jugosa recompensa.
En el interior de una húmeda y siniestra callejuela secundaria existe un pequeño establecimiento en apariencia casi en ruinas, devastado, pero que aún conserva su enorme letrero en madera en el que se graban las siguientes palabras: "Telas Morgause". Dentro del local sin embargo parecía haber más vida, aunque no demasiada. Algunas telas de diversos colores adornaban las estanterías, así como tapices, alfombras, cortinas y varias túnicas. Pero ningún cliente. Un hombre de pelo negro y mostacho igual de oscuro estaba sentado tras el mostrador con una cara en expresión turbada, frotándose sus sudorosas manos y rezando a sus dioses para que alguien acudiera en su ayuda.
Instrucciones
- El orden de posteo se determinará según el orden de llegada (esto puede variar en algunas ocasiones, ya os avisaré)
¡Espero que os guste!
En el interior de una húmeda y siniestra callejuela secundaria existe un pequeño establecimiento en apariencia casi en ruinas, devastado, pero que aún conserva su enorme letrero en madera en el que se graban las siguientes palabras: "Telas Morgause". Dentro del local sin embargo parecía haber más vida, aunque no demasiada. Algunas telas de diversos colores adornaban las estanterías, así como tapices, alfombras, cortinas y varias túnicas. Pero ningún cliente. Un hombre de pelo negro y mostacho igual de oscuro estaba sentado tras el mostrador con una cara en expresión turbada, frotándose sus sudorosas manos y rezando a sus dioses para que alguien acudiera en su ayuda.
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Ger
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
- Bien... hagamos esto – algo tenía que funcionar, ya era el quinto intento y las ideas se me acababan - Iré a comprarle unas flores a ese niño – dije mientras señalaba a un jovencito de no más de ocho años parado en el otro extremo de la calle. La gente pasaba conversando y pasaban de él a causa de su andrajoso aspecto. Llevaba rosas de varios colores en su mano derecha que extendía a cada uno que pasaba mientras con la otra les acercaba su pequeña gorra de lana. Los tres elfos se miraron entre sí y aprovechando ese momento de duda me acerqué al primero de ellos a mi alcance. - Será rápido y es un niño... no quiero asustarlo con tantas armas. - Yo llevaba las mías como era obvio pero las de ellos resaltaban. Dos de ellos asintieron y el tercero bufó disconforme. Me dí vuelta sonriente y me dirigí al niño que apoyaba ahora su espalda en la pared de la esquina. Me acerqué a él con una sonrisa y me devolvió el gesto. Le pregunté cómo estaba y limpie suavemente de su mejilla una mancha de la misma tierra que tenía bajo sus irregulares y diminutas uñas. Saqué cincuenta aeros y los puse en su gorra. Sus ojos se iluminaron de repente y abrió la boca sorprendido mientras titubeante me extendía las rosas. Miré disimuladamente a mi izquierda a la poblada calle llena de personas – Bien.. ahora lleva tres rosas a cada uno de esos señores a mi espalda.. No los mires.. - sonreí – A los elfos. Cuando yo te diga te diriges a ellos y les dices que son de mi parte. Bien... - le dí un beso en la frente – Aaaahora. -
El niño salió disparado en dirección de mis agobiantes guardias y yo corrí hacia la izquierda, aprovechando un grupo de personas que en ese instante doblaba la esquina. La calle estaba tan poblada que podría ocultarme fácilmente, además, estaba segura de conocer las calles de Lunargenta que ellos. Me coloqué mi capucha pues mi largo y rojo cabello me delataría por lejos y deslizándome entre las personas me metí en una calle mucho más vacía que se abría delante. Corrí un poco y casi choqué con un adolescente que salía de una tienda casi vacía. - Perdone..- se disculpó aunque la culpa había sido mía, me miró y luego hacia dentro del local mientras yo me giraba veloz para ver si me seguían - ¿Vino por el trabajo? - preguntó y antes de que respondiera continuó – Yo también pero me necesitan y no tengo el tiempo – retorció una gorra que llevaba en las manos y miró hacia mi espalda. - Pero vaya.. le vendrá muy bien – Yo casi ni caía en lo que estaba pasando, pero la otra esquina estaba lejos y la única ruta de escape que vi fue el local a mi lado.
- Si.. lo haré – dije un poco por compromiso aunque para ser sincera, me resultaba interesante y no me vendría mal estar ocupada para ocultarme de mi escolta. - Gracias – dije a la par que ingresaba en el local. Un hombre en el otro extremo me miró desde lejos y noté algo de nerviosismo y esperanza en sus ojos al verme entrar. Primero le dediqué una mirada algo sorprendida pero la realidad era que no podía salir ahora a la calle, por lo que sonreí y bajando mi capucha me acerqué a él caminando despacio– Hola.. vengo por el trabajo -
El niño salió disparado en dirección de mis agobiantes guardias y yo corrí hacia la izquierda, aprovechando un grupo de personas que en ese instante doblaba la esquina. La calle estaba tan poblada que podría ocultarme fácilmente, además, estaba segura de conocer las calles de Lunargenta que ellos. Me coloqué mi capucha pues mi largo y rojo cabello me delataría por lejos y deslizándome entre las personas me metí en una calle mucho más vacía que se abría delante. Corrí un poco y casi choqué con un adolescente que salía de una tienda casi vacía. - Perdone..- se disculpó aunque la culpa había sido mía, me miró y luego hacia dentro del local mientras yo me giraba veloz para ver si me seguían - ¿Vino por el trabajo? - preguntó y antes de que respondiera continuó – Yo también pero me necesitan y no tengo el tiempo – retorció una gorra que llevaba en las manos y miró hacia mi espalda. - Pero vaya.. le vendrá muy bien – Yo casi ni caía en lo que estaba pasando, pero la otra esquina estaba lejos y la única ruta de escape que vi fue el local a mi lado.
- Si.. lo haré – dije un poco por compromiso aunque para ser sincera, me resultaba interesante y no me vendría mal estar ocupada para ocultarme de mi escolta. - Gracias – dije a la par que ingresaba en el local. Un hombre en el otro extremo me miró desde lejos y noté algo de nerviosismo y esperanza en sus ojos al verme entrar. Primero le dediqué una mirada algo sorprendida pero la realidad era que no podía salir ahora a la calle, por lo que sonreí y bajando mi capucha me acerqué a él caminando despacio– Hola.. vengo por el trabajo -
Lys
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Habían pasado varios días desde que había partido camino de la ciudad. Iba a lomos de Boros, mi fiel compañero desde hacía años. La gente caminaba sin fijarse en nada, absorta en sus problemas y dirigiendo su marcha única y exclusivamente hacia sus objetivos personales. Algunos se chocaban entre ellos, otros incluso acababan peleándose, y todo simplemente por interponerse de forma involuntaria en el camino del otro. La sociedad humana me repugnaba, especialmente en aquella ciudad que hacía ya tiempo que había quedado despojada de cualquier honor que los hombres pudiesen haber albergado en algún momento. El único motivo por el cual había decidido embarcarme en la aventura de entrar en esa ciudad era que había escuchado en una posada de las afueras que un tal Morgause buscaba a alguien que le ayudase con un trabajo un tanto peculiar, y para ser sinceros, necesitaba dinero y algo de acción. Llevaba tres meses de insufrible búsqueda de respuestas sin ningún tipo de fruto, y vi en ese trabajo la oportunidad de hacer mis propios descubirmientos sobre la sociedad mercantil humana, y de paso, ganarme algunos aeros.
Mis padres (mis verdaderos padres, no los que me abandonaron), habían mencionado en su momento que mi familia (la biológica) había tenido negocios con las familias más ricas de Lunargenta, justo después de acabar la guerra. Conocedor de esa información, mi mejor movimiento ahora estaba claro. Además, había escuchado cosas atroces acerca de ese Lettuce que me ponían enfermo, y solo por el placer de tener la oportunidad de poner en su sitio a un individuo como ese merecía la pena.
El caso es que, caminando por el mercado, y sin ninguna pista de dónde encontrar al tal Arthur, encontré una tienda llamada "Telas Morgause". Me pareció demasiada coincidencia pero, venga ya, ¿cuántos Morgause me iba a encontrar por allí? Ya de por si el apellido era raro, como para pensar en la posibilidad de que fuese otro. El edificio donde estaba la tienda era modesto. Dos columnas soportaban el peso de un piso superior, y columnas hacia adentro, había una zona con sombra pobremente pavimentada. Decidí dejar a Boros allí y atar sus riendas a uno de los gruesos postes. Era un buen caballo, y pobre del que se atreviese a tocarlo.
Llamé a la puerta antes de entrar con dos suaves toques, y nada más hacerlo observé a aquella mujer, que parecía había llegado antes que yo. Algo me resultaba familiar en ella pero no encontraba el qué, simplemente permanecí mirándola unos segundos, intentando recordar de qué me sonaba, pero sin éxito.
-¿Usted viene también por el trabajo...?- Pronunció el hombre, al que desvié la mirada.
Mis padres (mis verdaderos padres, no los que me abandonaron), habían mencionado en su momento que mi familia (la biológica) había tenido negocios con las familias más ricas de Lunargenta, justo después de acabar la guerra. Conocedor de esa información, mi mejor movimiento ahora estaba claro. Además, había escuchado cosas atroces acerca de ese Lettuce que me ponían enfermo, y solo por el placer de tener la oportunidad de poner en su sitio a un individuo como ese merecía la pena.
El caso es que, caminando por el mercado, y sin ninguna pista de dónde encontrar al tal Arthur, encontré una tienda llamada "Telas Morgause". Me pareció demasiada coincidencia pero, venga ya, ¿cuántos Morgause me iba a encontrar por allí? Ya de por si el apellido era raro, como para pensar en la posibilidad de que fuese otro. El edificio donde estaba la tienda era modesto. Dos columnas soportaban el peso de un piso superior, y columnas hacia adentro, había una zona con sombra pobremente pavimentada. Decidí dejar a Boros allí y atar sus riendas a uno de los gruesos postes. Era un buen caballo, y pobre del que se atreviese a tocarlo.
Llamé a la puerta antes de entrar con dos suaves toques, y nada más hacerlo observé a aquella mujer, que parecía había llegado antes que yo. Algo me resultaba familiar en ella pero no encontraba el qué, simplemente permanecí mirándola unos segundos, intentando recordar de qué me sonaba, pero sin éxito.
-¿Usted viene también por el trabajo...?- Pronunció el hombre, al que desvié la mirada.
Thomas Brethil
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
-¿Un trabajo?- Pensó dubitativo mientras caminaba por el mercado. El bullicio general de la ciudad se mantenía imperante taladrando los tímpanos con propuestas y ofertas jugosas de mercancías de toda calidad. No pasaba ni un segundo en el que algún comerciante no le ofreciese algún collar, comida, armas, y un largo etcétera que sin entrar a pormenores quedaría aun muy largo de explicar. Pues sí, me vendría bien un trabajo. ¿De qué trata? Preguntó al hombre que tenía enfrente, un mercader más de los cientos que había por esa zona
Dicen que el dueño de ese negocio busca a personas para una trabajo pequeño... Mencionó el viejo barbudo y chaparro mientras se rascaba la barbilla como si tuviera pulgas. Señaló a lo lejos un callejón de mala muerte con el dedo de su vieja mano y prosiguió- Es en dirección de ese callejón, el local que se llama "Telas Morgause" Terminó por explicarle y continuó con sus faenas, agachándose a sacar de un cajón más mercancías y diferentes objetos.
Muchas gracias. Dijo despidiéndose del mercader y poniendo pies en el camino que cruzaba, caminó por poco rato hasta chocar de bruces con un hombre, al que tiró al suelo por equivocación - Perdón, estaba distraído Dijo en voz baja agachándose para ayudarle a levantarse, siendo recibido por un empujón del mismo que lo hizo caer sentado, el hombre se paró y se fue sin decir palabra, con cara de pocos amigos- Esta gente cada vez con más mal genio Pensó levantándose sin inmutarse mucho por la reacción del otro. Caminó por un momento más, entró al callejón mientras terminaba de limpiarse del pequeño revolcón que le habían dado, sacudiéndose el pantalón y acomodando el sombrero y parche a su sitio. Cuando llegó al lugar se encontró con un caballo afuera y la puerta entre abierta; llamó con cuidado y entró luego, encontrándose de frente con una mujer y dos hombres, uno tras el mostrador.
Sí, hola... Quisiera saber si aun busca personas para el trabajo. Buenas tardes a todos vosotros.
Dicen que el dueño de ese negocio busca a personas para una trabajo pequeño... Mencionó el viejo barbudo y chaparro mientras se rascaba la barbilla como si tuviera pulgas. Señaló a lo lejos un callejón de mala muerte con el dedo de su vieja mano y prosiguió- Es en dirección de ese callejón, el local que se llama "Telas Morgause" Terminó por explicarle y continuó con sus faenas, agachándose a sacar de un cajón más mercancías y diferentes objetos.
Muchas gracias. Dijo despidiéndose del mercader y poniendo pies en el camino que cruzaba, caminó por poco rato hasta chocar de bruces con un hombre, al que tiró al suelo por equivocación - Perdón, estaba distraído Dijo en voz baja agachándose para ayudarle a levantarse, siendo recibido por un empujón del mismo que lo hizo caer sentado, el hombre se paró y se fue sin decir palabra, con cara de pocos amigos- Esta gente cada vez con más mal genio Pensó levantándose sin inmutarse mucho por la reacción del otro. Caminó por un momento más, entró al callejón mientras terminaba de limpiarse del pequeño revolcón que le habían dado, sacudiéndose el pantalón y acomodando el sombrero y parche a su sitio. Cuando llegó al lugar se encontró con un caballo afuera y la puerta entre abierta; llamó con cuidado y entró luego, encontrándose de frente con una mujer y dos hombres, uno tras el mostrador.
Sí, hola... Quisiera saber si aun busca personas para el trabajo. Buenas tardes a todos vosotros.
Silas Bloodystab
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
- ARTHUR MORGAUSE:
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El hombre pareció recobrar toda su energía cuando observó que tres personas entraban en su establecimiento preguntando por el favor que durante semanas había estado solicitando por las calles, sin suerte. Se levantó casi de un salto, rodeó el mostrador y avanzó a pasos largos para saludar con efusividad a los voluntarios, tomándoles de las manos para estrechárselas y sacudírselas con excesivo ímpetu. Primero a la mujer elfa, luego al hombre del parche y finalmente al caballero de media melena. Sus ojos demostraban una agonía esperanzadora.
- ¡Gracias! ¡Gracias! -exclamó con acento curioso, pues pronunciaba la letra "r" con bastante énfasis- Por favor, pasad, pasad. Poneos cómodos. Estáis en vuestra casa. ¿Queréis té? -habló con rapidez a la vez que señalaba unas butacas acolchadas de estampados estrafalarios en una de las esquinas del establecimiento, que si bien estaban ahí de exposición, podrían usarlas para sentarse y hablar.
Independientemente de que los voluntarios prefiriesen quedarse de pie o no, Morgause se dejó caer en una de las butacas con aparentes signos de cansancio y desconsolación. Miró detenidamente a cada uno de los tres, se rascó la barba y entonces empezó a hablar.
- Pierre Lettuce, ese malnacido se ha llevado a mi única hija... ¡Oh, mi pequeña y adorable Thania, qué infiernos estarás soportando ahí dentro! -sollozó, sacó un pañuelo del interior de su túnica y se sobó fuertemente la nariz, para luego continuar- Desde que murió mi mujer, este negocio no ha vuelto a ser el mismo. Ella hacía las mejores telas, y teníamos encargos de todos los rincones del mundo, pero ahora... ahora no nos compra nadie, y apenas tengo dinero para seguir pagando la tasa de impuestos -su rostro se entristeció- Lettuce ha sido nuestro cliente durante muchos años, y creyéndole amigo le pedí un préstamo. No pude devolvérselo a tiempo, lo intenté, pero... -volvió a sollozar, estaba al borde de las lágrimas- Sus guardias vinieron a mi tienda y se llevaron a mi hija como pago... y hasta que no regresase todos los aeros que le debía, no me la devolverían -parpadeó repetidas veces para enjuagarse las lágrimas, y entonces su rostro cambió a una expresión más dura y rencorosa- Estuve meses mendigando, trabajando sin apenas dormir e incluso robando para reunir el dinero... y cuando por fin conseguí pagar mi deuda, ese desgraciado se niega a devolverme a mi hija alegando que debo cubrir el pago con intereses.
Acabada la explicación, relajó la espalda y clavó sus oscuros ojos en todos y cada uno de los allí presentes. Tenía una mirada triste, pues sabía que las esperanzas de rescatar a su hija recaían en la decisión que éstos pudieran tomar.
- No os culparé si decidís rechazar el trabajo, no sois los primeros que me dan la espalda. Después de todo, Lettuce es un hombre muy poderoso... -asintió con tranquilidad, como si ya lo tuviese más que asumido- El problema es que sus guardias custodian su residencia día y noche, y nos os dejarán pasar a menos que tengáis algo... interesante que ofrecer -miró directamente a Lys, pero no añadió nada más y regresó su vista al grupo- Su debilidad son las mujeres hermosas y llamativas, se diría que las colecciona para su disfrute personal. Y sólo sus guardias tienen acceso al interior de la residencia, cualquier hombre ajeno a su pequeña milicia tiene vetada la entrada -explicó- No sé cómo lo haréis, pero procurad no armar ningún escándalo. Si se desata una pelea, la vida de mi hija puede correr peligro.
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Instrucciones y pistas
- Id a la residencia de Lettuce para familiarizaros con el lugar. Investigad posibles formas de entrar, aunque no tendréis éxito pues los guardias os llamarán la atención. Si hacéis algo demasiado arriesgado o temerario puede que den la alarma. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- Si queréis, podéis hablar con los guardias e intentar sacarles información. Se mostrarán atentos y serviciales con Lys, y rudos y bordes con Silas y Thomas. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- La única información que conseguiréis sacar es que Pierre Lettuce parece haber convocado una especie de cásting para elegir chicas nuevas, el cual se producirá en una hora.
- Postead tantas veces sea necesario, no hay límite de turnos (pero siempre respetando el orden de posteo), ya sea para que vuestros personajes hablen entre ellos, intercambien información o ideen soluciones.
- Yo volveré a intervenir cuando decidáis regresar a la tienda de Morgause y le expliquéis vuestro plan, ya que os facilitará varios objetos que os ayudarán en la misión. También puedo postear antes, todo depende de lo que hagáis en los alrededores de la residencia, o si decido daros algún "susto" con algún guardia. Sorpresa, sorpresa.
- Recordad que podéis comunicaros con vuestros compañeros por mensaje privado, para facilitar la organización.
Ger
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
La puerta sea abrió y me giré rápidamente algo sorprendida por creer que en la misma se encontraría alguno de los tres guardias, había notado que Edriel se había negado y seguramente habría desconfiado desde le principio de mis intenciones y era lo suficientemente listo como para hallarme fácilmente. Sin embargo y para mi tranquilidad, tranquilidad que no duraría mucho en realidad, se trataba de un humano, lo cual en realidad dudaría más adelante cuando mi olfato percibiera otros aromas. El hombre ingresó e hizo saber sus intenciones de tomar el trabajo, no estaba segura de si era un único puesto o cómo se había elevado formalmente el pedido, por lo que para mis adentros me alegré en cierto modo de mi suerte de no necesitar verdadero empleo, porque otro hombre no tardó en llegar manifestando tener las mismas intenciones de nosotros dos.
Saludé a ambos con una mirada tranquila, una sonrisa amable curvó mis labios cuando con un elegante gesto de la cabeza me dirigía a ellos. La actitud del dueño del local fue bastante contrastante con la mía, pues se acercó y nos saludó efusivamente a los presentes. Ofreció que nos sentáramos pero me negué echando una rápida mirada afuera del local, de igual forma, rechacé el té. Comenzó a contar la historia y desventura para con su prestamista, y lamentablemente no me sorprendió demasiado que finalizara de ese modo. La emoción de él terminaba por afectarme, tomé asiento a su lado y apoyé mi mano sobre la suya a modo de consuelo unos segundos. Y tal como esperaba, la historia no finalizó de buen modo a pesar de sus sacrificios y allí estaba claramente la causa del trabajo que ofrecía.
- Haré lo posible por ayudarlo .- respondí cuando indirectamente dio la opción de aceptar o no su llamado. De repente me sonrojé al notar la intención de la mirada de reojo que me lanzó. “Hyur me mata” pensé. No sólo había escapado de mis guardias sino que estaba metiéndome en una situación algo... atípica para mí.- ¿Llamativas? -repetí. Otra sutilidad. Yo era cualquier cosa menos llamativa o al menos el tipo de llamativa que él estaba sugiriendo. Mis hombros cayeron derrotados y suspiré- Bien..- fue todo lo que respondí para aceptar lo propuesto. Al menos iba vestida apropiadamente, pues si hubiese llegado a Lunargenta sola, tendría mi cazadora de cuero que era por lejos mucho más útil y cómoda que un vestido.- Si ustedes están dispuestos.. - dije mirando a los otros dos cerca mío mientras me ponía de pie de nuevo, dando a entender que yo ya había decidido. Tomé mi cabello y lo escondí bajo mi capucha. Si tenía que volver a salir no podía salir caminando como si nada y contaba con la ventaja de que los elfos no esperarían nunca encontrarme en esa zona y mucho menos acompañada.
Saludé a ambos con una mirada tranquila, una sonrisa amable curvó mis labios cuando con un elegante gesto de la cabeza me dirigía a ellos. La actitud del dueño del local fue bastante contrastante con la mía, pues se acercó y nos saludó efusivamente a los presentes. Ofreció que nos sentáramos pero me negué echando una rápida mirada afuera del local, de igual forma, rechacé el té. Comenzó a contar la historia y desventura para con su prestamista, y lamentablemente no me sorprendió demasiado que finalizara de ese modo. La emoción de él terminaba por afectarme, tomé asiento a su lado y apoyé mi mano sobre la suya a modo de consuelo unos segundos. Y tal como esperaba, la historia no finalizó de buen modo a pesar de sus sacrificios y allí estaba claramente la causa del trabajo que ofrecía.
- Haré lo posible por ayudarlo .- respondí cuando indirectamente dio la opción de aceptar o no su llamado. De repente me sonrojé al notar la intención de la mirada de reojo que me lanzó. “Hyur me mata” pensé. No sólo había escapado de mis guardias sino que estaba metiéndome en una situación algo... atípica para mí.- ¿Llamativas? -repetí. Otra sutilidad. Yo era cualquier cosa menos llamativa o al menos el tipo de llamativa que él estaba sugiriendo. Mis hombros cayeron derrotados y suspiré- Bien..- fue todo lo que respondí para aceptar lo propuesto. Al menos iba vestida apropiadamente, pues si hubiese llegado a Lunargenta sola, tendría mi cazadora de cuero que era por lejos mucho más útil y cómoda que un vestido.- Si ustedes están dispuestos.. - dije mirando a los otros dos cerca mío mientras me ponía de pie de nuevo, dando a entender que yo ya había decidido. Tomé mi cabello y lo escondí bajo mi capucha. Si tenía que volver a salir no podía salir caminando como si nada y contaba con la ventaja de que los elfos no esperarían nunca encontrarme en esa zona y mucho menos acompañada.
Lys
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Dado que no era el único allí, decidí mantenerme relativamente al margen, esperando ver las reacciones tanto del dependiente como de la mujer. Mi sorpresa fue a mayores cuando apareció por la puerta de entrada otro caballero más, con un sombrero algo atípico, un parche, y unas pintas de contrabandista que no podía con ellas, o esa era la impresión que me daba.
Como ya había planeado, me crucé de brazos observando a los otros dos, cuando el señor Morgause se levantó y empezó a saludarnos de aquella forma tan efusiva y cercana, como si fuésemos familiares que no veía desde hacía tiempo. Yo intenté mostrarme todo lo cortés que pude, asintiendo con la cabeza y sonriendo ante sus gestos. Rechacé tanto el asiento como el té, intentando mantener cierta distancia con los que estaban allí, mientras el hombre empezó a contarnos lo sucedido. La historia, como supuse nada más empezar, no acababa precisamente bien, y en cierto modo me entristeció ver a alguien tan desesperado por encontrar ayuda. Era su hija, al fin y al cabo. Yo en su lugar habría hecho lo mismo.
Bien. La cosa estaba así: Un tipo poderoso al que es difícil acceder y que encima está protegido por guardias. Bueno, la cosa no podía ponerse mucho más complicada en ese sentido. Estaba claro que un tipo tan deleznable como Lettuce no la iba a soltar así como así, y estaba seguro de que la tendría retenida en algún sitio donde no pudiese ser encontrada con facilidad. Esa clase de calaña siempre obraba de la misma forma, y como siempre, todos tenían el mismo punto débil: la carne, y por lo que Morgause nos comentó al finalizar, estaba en lo cierto.
-Supongo que lo primero sería dar una vuelta por los alrededores, seguro que alguien sabe qué tipo de "hobbies" tiene nuestro amigo Lettuce.- Dije, dejando clara mi postura con respecto a si iba o no a ayudar al señor Arthur.
Como buen hombre rico, tendría una residencia, y era muy probable que tuviese capturada a Thania en ella, y a pesar de que los guardias no nos dejarían indagar por allí demasiado, seguro que podíamos echar un ojo por fuera.
Miré a la mujer durante unos segundos esperando su reacción, y seguidamente miré al hombre del parche, esperando algún tipo de presentación y/o idea. De todas formas tampoco sabía si el tipo aquel se iba a echar atrás después de haber oído cuál era el trabajo, habría que ver qué decía antes de nada.
Como ya había planeado, me crucé de brazos observando a los otros dos, cuando el señor Morgause se levantó y empezó a saludarnos de aquella forma tan efusiva y cercana, como si fuésemos familiares que no veía desde hacía tiempo. Yo intenté mostrarme todo lo cortés que pude, asintiendo con la cabeza y sonriendo ante sus gestos. Rechacé tanto el asiento como el té, intentando mantener cierta distancia con los que estaban allí, mientras el hombre empezó a contarnos lo sucedido. La historia, como supuse nada más empezar, no acababa precisamente bien, y en cierto modo me entristeció ver a alguien tan desesperado por encontrar ayuda. Era su hija, al fin y al cabo. Yo en su lugar habría hecho lo mismo.
Bien. La cosa estaba así: Un tipo poderoso al que es difícil acceder y que encima está protegido por guardias. Bueno, la cosa no podía ponerse mucho más complicada en ese sentido. Estaba claro que un tipo tan deleznable como Lettuce no la iba a soltar así como así, y estaba seguro de que la tendría retenida en algún sitio donde no pudiese ser encontrada con facilidad. Esa clase de calaña siempre obraba de la misma forma, y como siempre, todos tenían el mismo punto débil: la carne, y por lo que Morgause nos comentó al finalizar, estaba en lo cierto.
-Supongo que lo primero sería dar una vuelta por los alrededores, seguro que alguien sabe qué tipo de "hobbies" tiene nuestro amigo Lettuce.- Dije, dejando clara mi postura con respecto a si iba o no a ayudar al señor Arthur.
Como buen hombre rico, tendría una residencia, y era muy probable que tuviese capturada a Thania en ella, y a pesar de que los guardias no nos dejarían indagar por allí demasiado, seguro que podíamos echar un ojo por fuera.
Miré a la mujer durante unos segundos esperando su reacción, y seguidamente miré al hombre del parche, esperando algún tipo de presentación y/o idea. De todas formas tampoco sabía si el tipo aquel se iba a echar atrás después de haber oído cuál era el trabajo, habría que ver qué decía antes de nada.
Thomas Brethil
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Rechazó sentarse y rechazar el té con una respuesta simple. Se cruzó de brazos y espero a que el hombre iniciase su historia, durante la cual fue cambiando la expresión de su rostro, olvidando reprimir un gesto de furia y luego otro de lástima para el mercader, que había tenido que sufrir tales agravios sin ninguna ley. Cuando el mercader terminó su historia, estaba apretando y rechinando los dientes de furia, mientras apretaba los puños para reprimir todas las emociones que le avocaban esa historia tan trágica.
De mí tenéis toda la ayuda que requiráis, podéis contar conmigo para lo que penséis vosotros dos - Dijo mirando con seriedad a la mujer y al otro que se encontraban a su par - No dejaré que tal vejación quede impune. Dijo por último refiriéndose ante todos, para dar una media vuelta sobre sus talones y prepararse a salir.
Os esperaré a fuera, cuando lleguéis a un acuerdo me habláis. - Dijo por último saliendo por la puerta y recostándose sobre una pared a espera de los demás.
De mí tenéis toda la ayuda que requiráis, podéis contar conmigo para lo que penséis vosotros dos - Dijo mirando con seriedad a la mujer y al otro que se encontraban a su par - No dejaré que tal vejación quede impune. Dijo por último refiriéndose ante todos, para dar una media vuelta sobre sus talones y prepararse a salir.
Os esperaré a fuera, cuando lleguéis a un acuerdo me habláis. - Dijo por último saliendo por la puerta y recostándose sobre una pared a espera de los demás.
Silas Bloodystab
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
- Mucho gusto, soy Lys – saludé a ambos haciendo un elegante gesto con la cabeza apenas traspasamos la puerta de entrada hacia el exterior. Me giré hacia ellos para mirarlos de frente. - Los sigo caballeros, a decir verdad no sé quien es el tal Lettuce – La realidad es que conocía muy bien la ciudad pero sus habitantes eran otra cosa, además no tuve nunca contacto con prestamistas ni me manejé nunca en ese ambiente. Pero todos ellos, quizás más acostumbrados a socializar aquí, seguramente lo conocían o sabían al menos donde vivía, por lo que me dispuse a seguirlos para estudiar un poco el ambiente. En ese momento, quizás por vernos en la entrada, el hombre salió para hablar con nosotros nuevamente. Levantó una mano y señalo la salida opuesta por la que había ingresado yo misma hacía unos momentos.
- Por allí.. A dos calles doblarán a la derecha y luego de que terminen los negocios comenzarán a aparecer las residencias de los adinerados de la ciudad. Reconocerán su casa, es una enorme mansión de piedra justo al lado de una pintoresca casa color amarillo de algún excéntrico de la zona...- sonrió apenas- Todos dicen que Lettuce pretende demoler esa casa pues le quita prestigio y presencia a la propia - Puso lo ojos en blanco por el recuerdo y continuó - Además podrán ver a los guardias rodeando la propiedad. Les recomiendo lleguen antes de que caiga la noche – agregó y saludando con un gesto de la cabeza ingresó al local nuevamente.
La tarde llegaba a su fin cuando nos adentramos por las calles de la ciudad siguiendo las indicaciones del hombre. Nos alejábamos de a poco de la zona de comercio y ya no había tanta gente en los alrededores, lo cual me dejaba un poco más expuesta en este momento, pues hasta que la noche no llegara del todo, debía ocultar mi rostro. El hecho de no ir sola me servía y mucho, ya que ellos no se lo esperaban pero eso no fue suficiente como para evitar que mirara a cada lado constantemente.- ¿Ustedes son de por aquí? - pregunté a ellos mientras caminábamos. Era obvio que era elfa y que por ende era sureña, pero necesitaba saber algo de aquellos con quienes estaba asumiendo cierto riesgo al asumir el trabajo. A dos calles de allí y un poco más adelante, se asomó el pequeño niño que había usado para escaparme, iba despreocupado, silbando por lo bajo sin prestar atención alguna a nadie a su alrededor. Desaceleré el paso para quedar medianamente oculta por uno de ellos mientras observaba desconfiada si detrás de él, por el mismo lugar aparecía alguno de los guardias. Pero nadie apareció y cuando nos acercamos caminando, del otro lado del callejón no se veía más que alguna que otra persona al caminar a paso acelerado.
Las edificaciones comenzaron a cambiar y poco más adelante una casa de tonalidades amarillentas no dio la pauta de cuál era la casa del famoso Lettuce. Detuve el paso para no entrar en su campo de visión cuando una carreta que pasó a nuestro lado, se detuvo frente a la casa. Un hombre bajó y el pudimos ver el primer guardia que salió a su encuentro. No llegaba a escuchar lo que decían pero al corpulento hombre se lo notaba en actitud de negociante o algo parecido. Pronto saludó y subió rápidamente a su carreta para seguir su camino. Los miré a ambos hombres – ¿Vamos? - pregunté. No era sencillo ocultarnos allí ya que no había tanta gente ni tanta edificación como para ocultarnos de algún modo, además al caminar unos pasos, podríamos notar que había más guardias de los que al menos yo pensaba que habría. Uno de ellos nos miró y cuando comenzó a acercarse sonreí de repente.
- Hola - saludé en élfico. No fue casualidad claro está, sabía el efecto que tenía nuestro idioma en los humanos - Perdón.. hola – hablé con la misma sonrisa en los labios. Era bastante joven y algunos rizos castaños escapaban del ridículo traje que llevaba. El joven sonrió al verme pero otro se acercó por detrás de este.
- Buenas …- comenzó a decir el primero pero el otro lo interrumpió.
- ¿Buscaban algo? - miró de malos modos a los que me acompañaban y para peor, cuando fue mi turno, me miró de arriba a abajo y de lado a lado sin disimulo alguno. Dentro mío, levanté una ceja por fuera, llevaba la misma sonrisa encantadora con que llegué. - ¿Vienes por el casting? - preguntó directamente sin dejar de mirarme.
“Ehh....” - Claro - ¿Qué más podía responder? No sabía cuando era y esperaba que me diera al menos algo de tiempo para arreglarme, inventar un discurso o algo. Dije que sí pero no tenía idea de lo que me estaba hablando.
- Por allí.. A dos calles doblarán a la derecha y luego de que terminen los negocios comenzarán a aparecer las residencias de los adinerados de la ciudad. Reconocerán su casa, es una enorme mansión de piedra justo al lado de una pintoresca casa color amarillo de algún excéntrico de la zona...- sonrió apenas- Todos dicen que Lettuce pretende demoler esa casa pues le quita prestigio y presencia a la propia - Puso lo ojos en blanco por el recuerdo y continuó - Además podrán ver a los guardias rodeando la propiedad. Les recomiendo lleguen antes de que caiga la noche – agregó y saludando con un gesto de la cabeza ingresó al local nuevamente.
La tarde llegaba a su fin cuando nos adentramos por las calles de la ciudad siguiendo las indicaciones del hombre. Nos alejábamos de a poco de la zona de comercio y ya no había tanta gente en los alrededores, lo cual me dejaba un poco más expuesta en este momento, pues hasta que la noche no llegara del todo, debía ocultar mi rostro. El hecho de no ir sola me servía y mucho, ya que ellos no se lo esperaban pero eso no fue suficiente como para evitar que mirara a cada lado constantemente.- ¿Ustedes son de por aquí? - pregunté a ellos mientras caminábamos. Era obvio que era elfa y que por ende era sureña, pero necesitaba saber algo de aquellos con quienes estaba asumiendo cierto riesgo al asumir el trabajo. A dos calles de allí y un poco más adelante, se asomó el pequeño niño que había usado para escaparme, iba despreocupado, silbando por lo bajo sin prestar atención alguna a nadie a su alrededor. Desaceleré el paso para quedar medianamente oculta por uno de ellos mientras observaba desconfiada si detrás de él, por el mismo lugar aparecía alguno de los guardias. Pero nadie apareció y cuando nos acercamos caminando, del otro lado del callejón no se veía más que alguna que otra persona al caminar a paso acelerado.
Las edificaciones comenzaron a cambiar y poco más adelante una casa de tonalidades amarillentas no dio la pauta de cuál era la casa del famoso Lettuce. Detuve el paso para no entrar en su campo de visión cuando una carreta que pasó a nuestro lado, se detuvo frente a la casa. Un hombre bajó y el pudimos ver el primer guardia que salió a su encuentro. No llegaba a escuchar lo que decían pero al corpulento hombre se lo notaba en actitud de negociante o algo parecido. Pronto saludó y subió rápidamente a su carreta para seguir su camino. Los miré a ambos hombres – ¿Vamos? - pregunté. No era sencillo ocultarnos allí ya que no había tanta gente ni tanta edificación como para ocultarnos de algún modo, además al caminar unos pasos, podríamos notar que había más guardias de los que al menos yo pensaba que habría. Uno de ellos nos miró y cuando comenzó a acercarse sonreí de repente.
- Hola - saludé en élfico. No fue casualidad claro está, sabía el efecto que tenía nuestro idioma en los humanos - Perdón.. hola – hablé con la misma sonrisa en los labios. Era bastante joven y algunos rizos castaños escapaban del ridículo traje que llevaba. El joven sonrió al verme pero otro se acercó por detrás de este.
- Buenas …- comenzó a decir el primero pero el otro lo interrumpió.
- ¿Buscaban algo? - miró de malos modos a los que me acompañaban y para peor, cuando fue mi turno, me miró de arriba a abajo y de lado a lado sin disimulo alguno. Dentro mío, levanté una ceja por fuera, llevaba la misma sonrisa encantadora con que llegué. - ¿Vienes por el casting? - preguntó directamente sin dejar de mirarme.
“Ehh....” - Claro - ¿Qué más podía responder? No sabía cuando era y esperaba que me diera al menos algo de tiempo para arreglarme, inventar un discurso o algo. Dije que sí pero no tenía idea de lo que me estaba hablando.
Lys
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
-Yo soy Thomas.- Dije mientras salíamos hacia fuera.-Yo tampoco vengo muy a menudo a la ciudad, realmente no conozco a ese tal Lettuce más que por oídas.- Así como me preparaba y me acercaba a Boros para desatarlo, Morgause salió de nuevo para darnos indicaciones sobre dónde estaba la residencia de Lettuce, así como algunas recomendaciones más.
Caminamos por la ciudad, yo llevando por las riendas al caballo, camino del lugar donde nos había dicho Arthur, oscurecía y la noche se cernía sobre nosotros. Todo se había desarrollado en silencio, hasta que Lys preguntó. -No, realmente no, y suelo evitar las cercanías de Lunargenta, no me gusta este sitio.- Respondí, sin demasiado interés por otra parte.
Seguíamos caminando entre las estructuras hasta que llegamos a la gran villa de Lettuce. Era una gran casa de piedra, de estilo un tanto sobrio, rodeada de jardines bien cuidados, que se emplazaban entre los pequeños caminos que llevaban hasta el edificio principal una vez cruzadas las altas verjas de hierro que nos separaba de su propiedad. Tendría muchas dependencias, así como seguramente algún tipo de desván o zona inferior donde guardar vinos o cosas que no le interesaría enseñar al público. A simple vista parecía tener dos plantas, pero podría tener más si tras las dependencias que se observaban desde nuestra posición había más edificios o algún ala adyacente. Unos guardias se nos acercaron y, como era obvio, mostraron más interés por las curvas de Lys que por nosotros dos.
Ya desde el principio no me hizo demasiada gracia los derroteros por los que parecía estar yendo pero cuando Lys aceptó tan fácilmente, la agarre por el brazo, intentando no hacerle daño, y me acerqué a su oreja para murmurarle algo.
-Antes de aceptar todo tan rápido igual deberíamos hacernos una idea de lo que puede pasar, hablar con la gente de los alrededores o con las que vayan a asistir. Dudo que a nosotros nos dejen entrar y no quiero subestimarte pero a ver qué haces tú sola contra tanto guardia si las cosas se ponen difíciles.- Quizá dramatizaba y no era para tanto, sino unas simples preguntas y un "ya contactaremos contigo", pero no me olía nada bien, dada la reputación recién adquirida por el señor Lettuce, de la finalidad de ese casting.
Caminamos por la ciudad, yo llevando por las riendas al caballo, camino del lugar donde nos había dicho Arthur, oscurecía y la noche se cernía sobre nosotros. Todo se había desarrollado en silencio, hasta que Lys preguntó. -No, realmente no, y suelo evitar las cercanías de Lunargenta, no me gusta este sitio.- Respondí, sin demasiado interés por otra parte.
Seguíamos caminando entre las estructuras hasta que llegamos a la gran villa de Lettuce. Era una gran casa de piedra, de estilo un tanto sobrio, rodeada de jardines bien cuidados, que se emplazaban entre los pequeños caminos que llevaban hasta el edificio principal una vez cruzadas las altas verjas de hierro que nos separaba de su propiedad. Tendría muchas dependencias, así como seguramente algún tipo de desván o zona inferior donde guardar vinos o cosas que no le interesaría enseñar al público. A simple vista parecía tener dos plantas, pero podría tener más si tras las dependencias que se observaban desde nuestra posición había más edificios o algún ala adyacente. Unos guardias se nos acercaron y, como era obvio, mostraron más interés por las curvas de Lys que por nosotros dos.
Ya desde el principio no me hizo demasiada gracia los derroteros por los que parecía estar yendo pero cuando Lys aceptó tan fácilmente, la agarre por el brazo, intentando no hacerle daño, y me acerqué a su oreja para murmurarle algo.
-Antes de aceptar todo tan rápido igual deberíamos hacernos una idea de lo que puede pasar, hablar con la gente de los alrededores o con las que vayan a asistir. Dudo que a nosotros nos dejen entrar y no quiero subestimarte pero a ver qué haces tú sola contra tanto guardia si las cosas se ponen difíciles.- Quizá dramatizaba y no era para tanto, sino unas simples preguntas y un "ya contactaremos contigo", pero no me olía nada bien, dada la reputación recién adquirida por el señor Lettuce, de la finalidad de ese casting.
Thomas Brethil
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
El guardia con el que había hablado Lys alzó una ceja y la examinó con detenimiento. No parecía demasiado convencido de que la indumentaria que llevaba la elfa fuese a convencer a su amo.
- Bueno, como sea. Colócate junto a las demás y espera a que os llamemos -indicó el guardia, señalando con el brazo una parte del jardín donde parecían reunirse una docena de señoritas impúdicas y escasamente vestidas. Al parecer, poco les importaba vender su cuerpo a Lettuce si eso significaba ganarse una vida de lujos y comodidades. El guardia entonces se acercó al oído de la elfa y le susurró- ¿Quieres mi consejo, preciosa? Más carne y menos cara bonita -tras eso cacheteó fuertemente el trasero de Lys y se alejó del grupo para regresar a su puesto, no sin antes dedicarle una divertida y obscena sonrisa a la mujer- Y vosotros dos, aquí no se os ha perdido nada. Largo de la propiedad -les advirtió a ambos hombres con un rostro más serio, antes de desaparecer definitivamente.
No muy lejos de donde se encontraban, dos guardias charlaban alegremente entre ellos. Estaban reunidos en lo que parecía ser un lugar de descanso en los jardines, con varias jarras de cerveza y comentando anécdotas. Al parecer nadie les había asignado tareas de vigilancia, así que simplemente estaban pasando el rato. Si prestáis atención puede que consigáis escuchar la conversación.
- ¿Has visto los culitos nuevos que hay este año? -comentó uno entre risas- Espero que el amo nos permita "consolar" a las perdedoras.
- No todas son nuevas, hay caras repetidas -indicó el otro señalando al grupo de mujeres, para luego beber un trago de su cerveza.- ¿Ves a aquella, la rubia? Fue elegida hace cinco años, pero el amo se cansó de ella y la botó. No sé qué hace presentándose otra vez.
- Yo creo que echa de menos dormir en un colchón de plumas -se burló, y su compañero rió ante su comentario.
En ese instante, un tercer guardia se acercó a ellos.
- Eh, tíos, en una hora empezamos a entrar a las chicas -les advirtió, y desapareció con la misma.
Los dos guardias asintieron al aviso de su compañero, pero no hicieron ningún esfuerzo por moverse. Aún quedaba tiempo para el casting, así que se desperezaron y se sirvieron otra jarra de cerveza; al parecer habían bebido bastante, lo que significaba que sus vejigas pronto estarían llenas y necesitarían salir a orinar.
Aclaraciones
- Os he dado pistas sobre cosas que podéis (o no) usar en vuestro favor, a ver si sois capaces de sacarle partido ^^
- Pese a mi intervención, el orden de posteo permanece inalterable (es decir que Silas es el siguiente en postear)
- Bueno, como sea. Colócate junto a las demás y espera a que os llamemos -indicó el guardia, señalando con el brazo una parte del jardín donde parecían reunirse una docena de señoritas impúdicas y escasamente vestidas. Al parecer, poco les importaba vender su cuerpo a Lettuce si eso significaba ganarse una vida de lujos y comodidades. El guardia entonces se acercó al oído de la elfa y le susurró- ¿Quieres mi consejo, preciosa? Más carne y menos cara bonita -tras eso cacheteó fuertemente el trasero de Lys y se alejó del grupo para regresar a su puesto, no sin antes dedicarle una divertida y obscena sonrisa a la mujer- Y vosotros dos, aquí no se os ha perdido nada. Largo de la propiedad -les advirtió a ambos hombres con un rostro más serio, antes de desaparecer definitivamente.
No muy lejos de donde se encontraban, dos guardias charlaban alegremente entre ellos. Estaban reunidos en lo que parecía ser un lugar de descanso en los jardines, con varias jarras de cerveza y comentando anécdotas. Al parecer nadie les había asignado tareas de vigilancia, así que simplemente estaban pasando el rato. Si prestáis atención puede que consigáis escuchar la conversación.
- ¿Has visto los culitos nuevos que hay este año? -comentó uno entre risas- Espero que el amo nos permita "consolar" a las perdedoras.
- No todas son nuevas, hay caras repetidas -indicó el otro señalando al grupo de mujeres, para luego beber un trago de su cerveza.- ¿Ves a aquella, la rubia? Fue elegida hace cinco años, pero el amo se cansó de ella y la botó. No sé qué hace presentándose otra vez.
- Yo creo que echa de menos dormir en un colchón de plumas -se burló, y su compañero rió ante su comentario.
En ese instante, un tercer guardia se acercó a ellos.
- Eh, tíos, en una hora empezamos a entrar a las chicas -les advirtió, y desapareció con la misma.
Los dos guardias asintieron al aviso de su compañero, pero no hicieron ningún esfuerzo por moverse. Aún quedaba tiempo para el casting, así que se desperezaron y se sirvieron otra jarra de cerveza; al parecer habían bebido bastante, lo que significaba que sus vejigas pronto estarían llenas y necesitarían salir a orinar.
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- Os he dado pistas sobre cosas que podéis (o no) usar en vuestro favor, a ver si sois capaces de sacarle partido ^^
- Pese a mi intervención, el orden de posteo permanece inalterable (es decir que Silas es el siguiente en postear)
Ger
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Mientras habláis entre vosotros en los límites de la residencia, aparece una cuadrilla de guardas vestidos con el uniforme oficial de Lunargenta. Al parecer buscaban algo, o mejor dicho, a alguien. Tres de ellos se acercan a vuestro grupo con paso firme y decidido, más concretamente a Silas. Tras un gesto del que parecía ser el capitán, varios hombres le apresan y le reducen prácticamente sin mediar palabra. Uno de los guardas le sujeta por el brazo derecho mientras el otro lo hace por el izquierdo, y con gestos bruscos lo apartan de sus compañeros.
- Por fin te atrapamos, maldita sabandija tuerta -dijo el hombre de más rango- ¿Te gusta estar a la sombra? Porque vas a pasar bastante tiempo entre rejas.
Y así, sin más, se lo llevaron ante la atenta mirada de todos los presentes, que no tardaron en regresar tranquilamente a sus labores. Al parecer se dirigían a las mazmorras. ¿Había hecho algo Silas? ¿O era simplemente un malentendido? Nadie podía saberlo, el caso es que ahora tenía problemas mucho mayores a los que enfrentarse que a un simple coleccionista de mujeres.
Offrol: Silas, se te concedió más del tiempo estipulado en las normas porque me dijiste que harías un esfuerzo por continuar la misión. No sólo no lo has hecho, sino que tampoco te has molestado en avisarme o en avisar a tus compañeros. Por lo tanto, quedas definitivamente fuera de la quest y se te aplicará la siguiente penalización:
- No podrás volver a apuntarte a ninguna otra quest hasta pasado un mes a partir de hoy.
- Tu personaje ha sido llevado a la prisión de Lunargenta. Si quieres seguir roleando con él, deberás de abrir un post en las catacumbas y rolear cómo eres encarcelado por los guardias. Debes pedirle a algún usuario o usuarios que te ayuden a escapar, y el tema debe contener más de 20 respuestas en total para poder darlo por válido. De lo contrario, tu personaje permanecerá encarcelado hasta nueva orden y no podrás abrir nuevos temas de roleo (aunque puedes continuar los que ya tengas abiertos).
Lys y Thomas, en breve tendréis otro compañero que os ayude.
- Por fin te atrapamos, maldita sabandija tuerta -dijo el hombre de más rango- ¿Te gusta estar a la sombra? Porque vas a pasar bastante tiempo entre rejas.
Y así, sin más, se lo llevaron ante la atenta mirada de todos los presentes, que no tardaron en regresar tranquilamente a sus labores. Al parecer se dirigían a las mazmorras. ¿Había hecho algo Silas? ¿O era simplemente un malentendido? Nadie podía saberlo, el caso es que ahora tenía problemas mucho mayores a los que enfrentarse que a un simple coleccionista de mujeres.
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Offrol: Silas, se te concedió más del tiempo estipulado en las normas porque me dijiste que harías un esfuerzo por continuar la misión. No sólo no lo has hecho, sino que tampoco te has molestado en avisarme o en avisar a tus compañeros. Por lo tanto, quedas definitivamente fuera de la quest y se te aplicará la siguiente penalización:
- No podrás volver a apuntarte a ninguna otra quest hasta pasado un mes a partir de hoy.
- Tu personaje ha sido llevado a la prisión de Lunargenta. Si quieres seguir roleando con él, deberás de abrir un post en las catacumbas y rolear cómo eres encarcelado por los guardias. Debes pedirle a algún usuario o usuarios que te ayuden a escapar, y el tema debe contener más de 20 respuestas en total para poder darlo por válido. De lo contrario, tu personaje permanecerá encarcelado hasta nueva orden y no podrás abrir nuevos temas de roleo (aunque puedes continuar los que ya tengas abiertos).
Lys y Thomas, en breve tendréis otro compañero que os ayude.
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
-Otro por el trabajo... Ha sido el día de suerte para aquel hombre... Los otros que vinieron a por el trabajo, ya se fueron pero puedes alcanzarlos, no te preocupes, están en la residencia Lettuce.-...
Fueron las últimas palabras que escuchó Sakun para luego caminar hacia donde le habían indicado, el joven por el momento necesitaba mucho los trabajos dado que llevaba tiempo sin meterse en problemas ni mucho menos entrenar sus puños junto con la espada dado que había tenido problemas mientras estaba en Lunagerta como ser enfermero, ayudar personas y entre otras cosas que no son de importancia.
La brisa acariciaba la piel del muchacho que caminaba demasiado tranquilo y calmado mientras masticaba un poco de carne que había conseguido en el mercado hace unos cuantos minutos, antes de ir a pedir el trabajo. -Espero que el dragón de fuego me depare grandes aventuras...-Decía con demasiada seriedad para luego levantar su rostro y mirar el cielo, buscando a dios literalmente.
Pasaban los minutos y el chico seguía en camino hacia allí, esa residencia donde le habían indicado, hasta que de repente apareció y vio el hogar donde vivía ese malvado hombre. Sin mas preámbulo comenzó a caminar hacia la entrada aunque miraba a los lados por seguridad y vio que habían otros jovenes hablando con un guardia pero uno de ellos había sido atrapado. -*¿Será que ellos también los mandaron aquí?*.-Se preguntó muy pensativo mientras ponía sus pies descalzos en la residencia y cuando ya estaba a punto de entrar, fue empujado por un guardia.
-Tu, ¡No puedes entrar allí!.-El soldado ese de repente le agarró de la camisa y lo llevó lejos de la puerta mientras que otros aparecían para ayudarle. -¡Hey!, suéltenme...-El joven movía sus músculos tratando de quitarse a ellos de encima y le metió una patada en la pierna a uno de esos hombres.
-Serás canalla...-Con bastante decisión le metió un golpe a nuestro héroe haciendo que todo empeorara.
-¡Ah!, pues vamos a jugar...-El joven se colocó en guardia para pelear contra ellos pero terminó siendo levantado de la camisa por un hombre bastante grandullón que lo lanzó lejos.
Sakun cayó al suelo y terminó resignándose para luego levantarse, mirando ese castillo desde lejos porque ahora ya no le permitían acercarse.
-Vaya, ¡qué rudos conmigo!...-Era oficial, El joven dragón le iba demasiado mal al ser sigiloso, por lo que le tocaría quedarse esperando.
Fueron las últimas palabras que escuchó Sakun para luego caminar hacia donde le habían indicado, el joven por el momento necesitaba mucho los trabajos dado que llevaba tiempo sin meterse en problemas ni mucho menos entrenar sus puños junto con la espada dado que había tenido problemas mientras estaba en Lunagerta como ser enfermero, ayudar personas y entre otras cosas que no son de importancia.
La brisa acariciaba la piel del muchacho que caminaba demasiado tranquilo y calmado mientras masticaba un poco de carne que había conseguido en el mercado hace unos cuantos minutos, antes de ir a pedir el trabajo. -Espero que el dragón de fuego me depare grandes aventuras...-Decía con demasiada seriedad para luego levantar su rostro y mirar el cielo, buscando a dios literalmente.
Pasaban los minutos y el chico seguía en camino hacia allí, esa residencia donde le habían indicado, hasta que de repente apareció y vio el hogar donde vivía ese malvado hombre. Sin mas preámbulo comenzó a caminar hacia la entrada aunque miraba a los lados por seguridad y vio que habían otros jovenes hablando con un guardia pero uno de ellos había sido atrapado. -*¿Será que ellos también los mandaron aquí?*.-Se preguntó muy pensativo mientras ponía sus pies descalzos en la residencia y cuando ya estaba a punto de entrar, fue empujado por un guardia.
-Tu, ¡No puedes entrar allí!.-El soldado ese de repente le agarró de la camisa y lo llevó lejos de la puerta mientras que otros aparecían para ayudarle. -¡Hey!, suéltenme...-El joven movía sus músculos tratando de quitarse a ellos de encima y le metió una patada en la pierna a uno de esos hombres.
-Serás canalla...-Con bastante decisión le metió un golpe a nuestro héroe haciendo que todo empeorara.
-¡Ah!, pues vamos a jugar...-El joven se colocó en guardia para pelear contra ellos pero terminó siendo levantado de la camisa por un hombre bastante grandullón que lo lanzó lejos.
Sakun cayó al suelo y terminó resignándose para luego levantarse, mirando ese castillo desde lejos porque ahora ya no le permitían acercarse.
-Vaya, ¡qué rudos conmigo!...-Era oficial, El joven dragón le iba demasiado mal al ser sigiloso, por lo que le tocaría quedarse esperando.
Sakun
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Aquel que se presentó como Thomas me tomó del brazo para en susurros prevenirme de mi pronta aceptación a lo que los guardias proponían. No iba a negar que tenía razón, pero tenía la oportunidad de ingresar al predio y la tomé sin detenerme a mirar el tipo de chicas que estaban haciendo fila para entrar. Como si esa imagen no hubiese bastado para quedarme con la boca semiabierta mientras por dentro me arrepentía, el guardia no tuvo mejor idea que palmearme el trasero. Abri aún más los ojos y callé la protesta, después de todo había ido yo solita a meterme en todo eso.
Miré a Thomas y asentí. El comentario del guardia sobre mi vestimenta me había dejado pensando. La realidad era que si quería de alguna forma camuflarme en medio de las mujeres que allí esperaban un vestido “elegante” como el que llevaba no me ayudaría mucho que digamos. Miré al hombre a mi lado y abrí la boca para decir algo pero la cerré al instante, apoyé mi mano en su brazo pidiendo sin decirlo que me aguardara un momento. Me dirigí con paso decidido a la última joven de la lista.
- Ey... la chica esa de allá – señalé hacia delante a cualquiera sin definir a nadie realmente – Dice que puedes irte porque el casting no empezará hasta dentro de tres horas y que ella tiene algo que tú no.. -me encogí levemente de hombros e hice un gesto de no entender lo que sucedía levantando levemente las cejas al abrir un poco más los ojos .
-¿Ah? - respondió y me miró con gesto despectivo pero centro su vista en alguna de las chicas de pie en la zona en que acababa de señalar. “No es '¿Ah?' es ¿Qué? O ¿Cómo? ...” corregía mentalmente.
– No sé... realmente no tengo idea.. sólo me pidió que te dijera eso... - agregué. La chica parecía estar mascando algo que a decir verdad no tenía idea qué era.
- Pues la rubia no sabe nada.. todas sabemos que empieza en una hora, además …-
- Bien gracias - dije a la par que me daba la vuelta sin prestarle ya atención a lo que decía y regresaba hacia Thomas mientras a mi derecha alguien parecía desencadenar una especie de pleito. Podríamos aprovechar la distracción para salir un momento. Busqué con la mirada al otro hombre pero no lo pude verlo por ningún lado hasta que a lo lejos pude notar que varios guardias se lo llevaban de allí. Me pregunté si era un criminal o lo buscaban por algo, no tenía idea y mi charla con la chica hizo que me perdiera lo sucedido Volví a mirar al que quedaba y continué - Falta una hora.. creo que deberíamos volver al negocio... al menos yo – dirigí una mirada veloz por mi atuendo – Creo que puedo entrar, pero necesito algo... - puse los ojos en blanco - .. algo menos elegante.. ¿Qué te parece? -
Miré a Thomas y asentí. El comentario del guardia sobre mi vestimenta me había dejado pensando. La realidad era que si quería de alguna forma camuflarme en medio de las mujeres que allí esperaban un vestido “elegante” como el que llevaba no me ayudaría mucho que digamos. Miré al hombre a mi lado y abrí la boca para decir algo pero la cerré al instante, apoyé mi mano en su brazo pidiendo sin decirlo que me aguardara un momento. Me dirigí con paso decidido a la última joven de la lista.
- Ey... la chica esa de allá – señalé hacia delante a cualquiera sin definir a nadie realmente – Dice que puedes irte porque el casting no empezará hasta dentro de tres horas y que ella tiene algo que tú no.. -me encogí levemente de hombros e hice un gesto de no entender lo que sucedía levantando levemente las cejas al abrir un poco más los ojos .
-¿Ah? - respondió y me miró con gesto despectivo pero centro su vista en alguna de las chicas de pie en la zona en que acababa de señalar. “No es '¿Ah?' es ¿Qué? O ¿Cómo? ...” corregía mentalmente.
– No sé... realmente no tengo idea.. sólo me pidió que te dijera eso... - agregué. La chica parecía estar mascando algo que a decir verdad no tenía idea qué era.
- Pues la rubia no sabe nada.. todas sabemos que empieza en una hora, además …-
- Bien gracias - dije a la par que me daba la vuelta sin prestarle ya atención a lo que decía y regresaba hacia Thomas mientras a mi derecha alguien parecía desencadenar una especie de pleito. Podríamos aprovechar la distracción para salir un momento. Busqué con la mirada al otro hombre pero no lo pude verlo por ningún lado hasta que a lo lejos pude notar que varios guardias se lo llevaban de allí. Me pregunté si era un criminal o lo buscaban por algo, no tenía idea y mi charla con la chica hizo que me perdiera lo sucedido Volví a mirar al que quedaba y continué - Falta una hora.. creo que deberíamos volver al negocio... al menos yo – dirigí una mirada veloz por mi atuendo – Creo que puedo entrar, pero necesito algo... - puse los ojos en blanco - .. algo menos elegante.. ¿Qué te parece? -
- Spoiler:
- Plantee el regreso por lo que M7 puso antes:
Si deciden ir pueden rolear que Lys los acompaña (si quieren) hasta el local y demás para ganar tiempo xDMaster7 escribió:Yo volveré a intervenir cuando decidáis regresar a la tienda de Morgause y le expliquéis vuestro plan, ya que os facilitará varios objetos que os ayudarán en la misión
Lys
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Observé frunciendo el ceño como Lys se marchaba hacia la fila de mujeres, intentando pensar en qué podría hacer yo por mi cuenta, pero mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando un grupo de guardias intervinieron para llevarse al tipo que nos acompañaba. -Ya decía yo que tenía pinta de contrabandista de poca monta...- Dije, antes de desviar la mirada hacia el guardia, que se plantaba firmemente delante mía. También miré al crío que se empezó a pelear con los guardias, ese al que acabaron echando, y no le di mayor importancia.
Lys volvió hacia mi después de haber estado hablando con una de aquellas desesperadas y escuché lo que me dijo con atención. -Desde luego que con tu ropa no vas a mezclarte con facilidad entre tanta... carne.- Dije, sin saber cómo llamar a aquellas muestras de impudismo y lujuria que las mujeres que iban al supuesto casting llevaban encima. -Supongo que sí, quizá Morgause tenga algo para que no destaques tanto.- Añadí, mientras desviaba la mirada hacia los guardias. -Yo me quedaré por aquí para ver cómo se desarrolla todo este circo.-
La idea de Lys era buena, al fin y al cabo con la ropa que llevaba le costaría mucho hacer algo rodeada de lo que se iba a rodear. Quizá con algo más adecuado para la situación tuviese la oportunidad de descubrir algo. Por mi parte lo veía todo demasiado confuso. Ese Lettuce tenía que tener montado por ahí algo más que un simple divertimento, ¿para que tanto casting y, como dijeron los guardias, cambio de mujeres? Ya me olía que ese tipo era un malnacido y un lascivo, pero había algo en todo aquello que me escamaba (y nunca mejor dicho, supongo). Esperaba no tener que meterme en ningún tipo de conflicto pero después de ver y oír lo que estaba viendo y oyendo, valga la redundancia, me había decidido a sacar a la hija de Morgause de ese sitio a cualquier precio. Me repateaban en gran medida esa gente y a menudo fueron las causas por las cuales había decidido no acercarme a Lunargenta, ya que al fin y al cabo si no te encuentras a Lettuce te encuentras a otro igual o peor. "Es la desgracia en la que cayó la gloria del pueblo de los humanos", decía mi padre.
Entre tanto, mientras Lys iba a la tienda de Arthur, trataría de investigar por mi cuenta, por los alrededores de la villa. Quizá alguien sabía algo, al fin y al cabo los rumores siempre tienen su parte de verdad, y eso podría ayudarme a conocer mejor a nuestro nuevo amigo y a plantearme cómo podríamos sacar de allí a la hija de Morgause sin acabar muertos o presos.
Lys volvió hacia mi después de haber estado hablando con una de aquellas desesperadas y escuché lo que me dijo con atención. -Desde luego que con tu ropa no vas a mezclarte con facilidad entre tanta... carne.- Dije, sin saber cómo llamar a aquellas muestras de impudismo y lujuria que las mujeres que iban al supuesto casting llevaban encima. -Supongo que sí, quizá Morgause tenga algo para que no destaques tanto.- Añadí, mientras desviaba la mirada hacia los guardias. -Yo me quedaré por aquí para ver cómo se desarrolla todo este circo.-
La idea de Lys era buena, al fin y al cabo con la ropa que llevaba le costaría mucho hacer algo rodeada de lo que se iba a rodear. Quizá con algo más adecuado para la situación tuviese la oportunidad de descubrir algo. Por mi parte lo veía todo demasiado confuso. Ese Lettuce tenía que tener montado por ahí algo más que un simple divertimento, ¿para que tanto casting y, como dijeron los guardias, cambio de mujeres? Ya me olía que ese tipo era un malnacido y un lascivo, pero había algo en todo aquello que me escamaba (y nunca mejor dicho, supongo). Esperaba no tener que meterme en ningún tipo de conflicto pero después de ver y oír lo que estaba viendo y oyendo, valga la redundancia, me había decidido a sacar a la hija de Morgause de ese sitio a cualquier precio. Me repateaban en gran medida esa gente y a menudo fueron las causas por las cuales había decidido no acercarme a Lunargenta, ya que al fin y al cabo si no te encuentras a Lettuce te encuentras a otro igual o peor. "Es la desgracia en la que cayó la gloria del pueblo de los humanos", decía mi padre.
Entre tanto, mientras Lys iba a la tienda de Arthur, trataría de investigar por mi cuenta, por los alrededores de la villa. Quizá alguien sabía algo, al fin y al cabo los rumores siempre tienen su parte de verdad, y eso podría ayudarme a conocer mejor a nuestro nuevo amigo y a plantearme cómo podríamos sacar de allí a la hija de Morgause sin acabar muertos o presos.
Thomas Brethil
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Sakun siguió expectante, viendo como dos que tramaban algo dado que estaban que miraban el castillo. ¿Acaso ellos también eran participantes de la misión?... Bueno, eso por el momento no importaba, así que el joven se levantó con rapidez, sacudiendo su camisa que de alguna forma se había llenado de arena y papeles.
Ese lugar estaba habitado por centenares de mujeres hermosas que hacían fila para entrar a ese palacio y también eran toqueteadas por eso guarros guardias que habían allí, todo se veía bastante confuso en ese sentido. -Vaya... Todas estas chicas esperando a entrar a un tonto palacio...-Decía con una furia incomparable, queriendo entrar a ese "hogar" y llenar a golpes a ese tipo que llevaba eso.
El dragón caminó de nuevo hacia la entrada, siendo bastante intenso dado que los mismos guardias volvieron para cerrarle el paso. -¿Cuándo entenderás que este lugar no es espacio para estúpidos como tu?... Mejor vete a traer a tu hermana para que haga fila entre todas estas...-Habló con gracia, haciendo que nuestro héroe le zampe un golpe bien fuerte en el rostro para luego volver a pelear contra ellos, causando euforia por segunda vez...
-Cállate...-El joven le metió una patada en la entrepierna a un guardia mientras que al otro le dio una bofetada. Esos soldados se encabronaron y sacaron sus armas para atacar a Sakun, haciendo que él sonría maliciosamente para luego salir a correr dirigido a la Tienda de Arthur. Los armados le trataban de alcanzar pero al final, no pudieron atraparle gracias a la rapidez del joven.
-*Me surgió una idea, podría entretener a los guardias mientras que otros entran sigilosamente al castillo... Igualmente iré a consultarlo con el tipo ese.*-Dijo Sakun corriendo con rapidez hacia la Tienda de Arthur.
Ese lugar estaba habitado por centenares de mujeres hermosas que hacían fila para entrar a ese palacio y también eran toqueteadas por eso guarros guardias que habían allí, todo se veía bastante confuso en ese sentido. -Vaya... Todas estas chicas esperando a entrar a un tonto palacio...-Decía con una furia incomparable, queriendo entrar a ese "hogar" y llenar a golpes a ese tipo que llevaba eso.
El dragón caminó de nuevo hacia la entrada, siendo bastante intenso dado que los mismos guardias volvieron para cerrarle el paso. -¿Cuándo entenderás que este lugar no es espacio para estúpidos como tu?... Mejor vete a traer a tu hermana para que haga fila entre todas estas...-Habló con gracia, haciendo que nuestro héroe le zampe un golpe bien fuerte en el rostro para luego volver a pelear contra ellos, causando euforia por segunda vez...
-Cállate...-El joven le metió una patada en la entrepierna a un guardia mientras que al otro le dio una bofetada. Esos soldados se encabronaron y sacaron sus armas para atacar a Sakun, haciendo que él sonría maliciosamente para luego salir a correr dirigido a la Tienda de Arthur. Los armados le trataban de alcanzar pero al final, no pudieron atraparle gracias a la rapidez del joven.
-*Me surgió una idea, podría entretener a los guardias mientras que otros entran sigilosamente al castillo... Igualmente iré a consultarlo con el tipo ese.*-Dijo Sakun corriendo con rapidez hacia la Tienda de Arthur.
Sakun
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Asentí a la repuesta de Thomas pues era lo mismo que estaba pensando. Me gustara o no, si quería entrar debía camuflarme y eso en este caso, en vez de vestirse apropiadamente era desvestirse inapropiadamente... pero había cerrado un trato y tal nimiedad no debería detenerme. - Muy bien - respondí a su propuesta de permanecer en los alrededores para observar el ambiente. Me giré y miré la fila de mujeres... eran doce y tenía una hora de ventaja.. Aún si llegaba un poco tarde tendría tiempo suficiente hasta que llegara mi turno. Fruncí el ceño mientras mentalmente formulaba la pregunta del millon ¿Qué demonios diría o haría una vez dentro? Me giré hacia Thomas... "Un problema a la vez..." pensé - Debo irme.. no es lejos pero no quiero llegar tarde tampoco - Lo saludé con un gesto de la cabeza y una media sonrisa nerviosa y me di la vuelta para salir de allí.
Pocos metros había avanzado que el guardia que no encontró saludo más amigable que palmearme el trasero, se acercó con una sonrisa tan simpática como el gesto - ¿Te vas bonita? - me miró de arriba a abajo con una cara que me dieron ganas de clavar una daga en medio de sus ojos - Que pena.. quería ver más elfa... - me guiñó un ojo. Me obligué a sonreir.
- Y la verá caballero - respondí cargando de evidente sarcasmo la última palabra. Tomé la falda de mi vestido y la solté - Pero como decía necesito algo más apropiado...Pero quiero ganar - le guiñé un ojo - por lo que en minutos me tendrá de nuevo. - Lo esquivé algo exageradamente con una gran sonrisa, ya que no quería ningún otro "saludo" y me dirigí a la entrada. Otro de los guardias se interpuso pero mirando sobre mi hombro notó el gesto de asentimiento del otro y me permitió salir sin problemas. Caminaba por el costado de la empedrada calle mientras veía como el otro hombre que acababa de llegar iniciaba otra pelea. Quizás trabajara allí o intentara ingresar por la fuerza, no lo sabía, pero no quería estar en su lugar luego de la advertencia del tal Morgause.
Siete minutos más tarde ingresaba al local nuevamente. Sabiendo la ubicación llegar ya era sencillo, estando inclusive a la defensiva de si alguno de mis propia escolta me veía por calle. Pero llegué sin problemas y al hacerlo el hombre me miró con ojos como platos. - ¿Qué pasó? ¿Qué han visto? - preguntó ansioso mientras miraba hacia la puerta esperando quizás que aparecieran los otros. Bajé mi capucha y comencé a explicarle lo sucedido, desde que llegamos, el casting, el tiempo que tenía hasta que comenzara y el problema de mi atuendo. Le expliqué que alguien se había llevado a uno de mis compañeros y que lo perdimos de vista mientras que Thomas permanecía allí investigando un poco.
- Necesito tu ayuda - cerré luego de finalizar de contar todo aquello que sabía.
_______________________
Off: Thomas, me dijo Master 7 que luego de mi turno posteará él para que lo esperes.
Pocos metros había avanzado que el guardia que no encontró saludo más amigable que palmearme el trasero, se acercó con una sonrisa tan simpática como el gesto - ¿Te vas bonita? - me miró de arriba a abajo con una cara que me dieron ganas de clavar una daga en medio de sus ojos - Que pena.. quería ver más elfa... - me guiñó un ojo. Me obligué a sonreir.
- Y la verá caballero - respondí cargando de evidente sarcasmo la última palabra. Tomé la falda de mi vestido y la solté - Pero como decía necesito algo más apropiado...Pero quiero ganar - le guiñé un ojo - por lo que en minutos me tendrá de nuevo. - Lo esquivé algo exageradamente con una gran sonrisa, ya que no quería ningún otro "saludo" y me dirigí a la entrada. Otro de los guardias se interpuso pero mirando sobre mi hombro notó el gesto de asentimiento del otro y me permitió salir sin problemas. Caminaba por el costado de la empedrada calle mientras veía como el otro hombre que acababa de llegar iniciaba otra pelea. Quizás trabajara allí o intentara ingresar por la fuerza, no lo sabía, pero no quería estar en su lugar luego de la advertencia del tal Morgause.
Siete minutos más tarde ingresaba al local nuevamente. Sabiendo la ubicación llegar ya era sencillo, estando inclusive a la defensiva de si alguno de mis propia escolta me veía por calle. Pero llegué sin problemas y al hacerlo el hombre me miró con ojos como platos. - ¿Qué pasó? ¿Qué han visto? - preguntó ansioso mientras miraba hacia la puerta esperando quizás que aparecieran los otros. Bajé mi capucha y comencé a explicarle lo sucedido, desde que llegamos, el casting, el tiempo que tenía hasta que comenzara y el problema de mi atuendo. Le expliqué que alguien se había llevado a uno de mis compañeros y que lo perdimos de vista mientras que Thomas permanecía allí investigando un poco.
- Necesito tu ayuda - cerré luego de finalizar de contar todo aquello que sabía.
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Off: Thomas, me dijo Master 7 que luego de mi turno posteará él para que lo esperes.
Lys
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
- thomas:
- Los guardias no paraban de mirar de reojo a Thomas, quien había decidido quedarse en los jardines de la residencia para investigar un poco. Desconfiaban de la presencia del hombre la cual no tenía ningún propósito claro para ellos, pero no parecía suponer ningún problema para la seguridad, así que a menos que causase algún alboroto, le dejarían tranquilo. Es entonces cuando el apuesto dragón llama la atención de un trío de mujeres, pues su presencia claramente no pasaba desapercibida para nadie. Éstas decidieron acercarse a él y le abordaron por ambos costados, otra le abrazó por detrás colgándose de su cuello.
- Spoiler:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Hola cielo, ¿te has perdido? -susurró la rubia con tono seductor. Era la candidata veterana que habían señalado los guardias momentos antes, por lo que puede que tuviese alguna relevancia a la hora de sacar información sobre Lettuce.
- ¿Tú también quieres presentarte al casting? Pierre no tiene gustos sobre lo masculino, pero... quién sabe. A lo mejor le gusta -bromeó la morena mientras le agarraba del brazo y se mordía el labio inferior al notar sus músculos bajo él.
- No le hagas caso, sólo estamos aburridas de esperar a que nos llamen. Queremos algo de diversión -se quejó la pelirroja mientras continuaba agarrada de su cuello- Además, no se ven demasiados hombres por aquí a excepción de los guardias y algún que otro cliente. ¿Es que tienes algún negocio pendiente con el señor?
- Vamos, no seas petarda. ¿A quién le importa lo que haya venido a hacer aquí? -contestó la morena con desdén, y enseguida regresó su sonrisa a Thomas- Pero tiene razón. No te dejarán pasar a menos que seas un guardia, o traigas negocios bajo el brazo.
- O tengas un par de buenos melones -rió la rubia.
Aquel comentario desató un coro de risas entre las mujeres, pero entonces parecieron llegar a una conclusión. Las tres se miraron como si intuyeran la misma idea, y de inmediato se colocaron frente a Thomas para observarle minuciosamente. Empezaron a cuchichear entre ellas. Por lo visto su aburrimiento era tal que empezaron a tramar algo muy sospechoso.
- Bssbbss... podemos dejar que Katrina se ocupe de él... bsbbbs... maquillaje... bsssbbs... barba... bssbssbss...
Finalmente regresaron su atención al dragón y le miraron con ojos inocentes.
- Ejem... si buscas entrar, podemos ayudarte -informó la morena con una sonrisa muy siniestra en el rostro.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Información Thomas
- Las mujeres te han dado una pista importante: "sólo los guardias, los clientes de Lettuce y las mujeres pueden acceder a la residencia". Tenlo en cuenta a la hora de buscar una manera fácil de entrar.
- Tienes dos opciones:
>>>> 1) Acompañarlas y someterte a su voluntad
>>>> 2) Rechazar la invitación para buscar otras opciones. Si eliges esta última, en mi próximo post propondré otra situación a la que Sakun también podrá unirse. Claro que puede ser mejor o peor, tú decides.
- En cualquier caso, elijas lo que elijas, eres libre de preguntarles cualquier cosa. Yo responderé por ellas en mi próximo post.
- Ya que has decidido no regresar a la tienda de Arthur, no te beneficiarás de los objetos que podría haberte entregado. Eso no quita para que tus compañeros decidan compartir los suyos contigo.
- Lys y Sakun:
- Los guardias se enervaron con el busca-pleitos que sólo corrió alejándose de la pelea para seguir a la elfa, y con rostros serios regresaron a sus puestos con la clara intención de seguir vigilando por si aparecía de nuevo. Esta vez estarían preparados, y la habilidad combativa del dragón no sería suficiente para evitar que le castigaran por su imprudencia. Puede que incluso le devolviesen los golpes que él mismo les había propinado momentos antes, pero por duplicado, además de llevarle al calabozo personal de Lettuce para interrogarle.
Transcurridos unos instantes, ambos llegaron a la tienda de Morgause siendo la elfa la primera en informar sobre la situación. Antes de eso, Arthur se quedó mirando extrañado a la nueva incorporación preguntándose dónde estaba el hombre del sombrero y el parche. Cuando todo fue aclarado, pareció comprender la situación y asintió en silencio varias veces, mientras se rascaba la barba y paseaba de un lado a otro con gesto pensativo.
- ¿Planeas infiltrarte como una candidata más? Es una buena idea, pero si Lettuce te rechaza no habrá servido de mucho... -se planteó con dudas- Qué demonios, al menos vamos a intentarlo. Te buscaré mis mejores telas, aguarda un segundo. ¡Sí, sí, te convertiré en la mujer más apetecible de Lunargenta!
Arthur se perdió por la trastienda y se escucharon varios ruidos. Al cabo de algunos minutos apareció con un surtido de vestidos, todos de delicadeza discutible y propios de una mujer con poca dignidad. Arthur podría hacer incluso algunas modificaciones de sastrería para ajustar el tamaño a las medidas de la elfa.- vestidos:
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En lo que la elfa se decidía por el atuendo que iba a llevar, Arthur hizo otro viaje a la trastienda. Ésta vez regresó con varios objetos entre los brazos, y empezó a colocarlos uno a uno sobre el mostrador para enseñárselos a ambos.
- He tenido estos objetos en mi despensa durante mucho tiempo, muchos de ellos los conseguí de manos de alquimistas y brujos del mercado, otros simplemente... bueno, no entremos en detalles, puede que os sirvan de algo -explicó, y acto seguido empezó a nombrar las propiedades de cada uno de ellos.- objetos:
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PERFUME SOMNÍFERO (2 usos)
- Propiedades: Cualquier persona rociada con este perfume caerá dormida al instante.
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FRASCO CON SUERO DE LA VERDAD (1 uso)
- Propiedades: La persona que lo ingiera caerá en un trance profundo y será incapaz de mentir, respondiendo a un total de tres preguntas con la más absoluta verdad. Puede mezclarse con otras bebidas comunes.
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LLAVE MAESTRA (usos indefinidos)
- Propiedades: Abre todas las puertas de la residencia de Lettuce, excepto los calabozos.
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COPIA DE LA LLAVE DE LOS CALABOZOS (usos indefinidos)
- Propiedades: Abre las puertas de las celdas y los calabozos de la residencia.
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PACK DE BOMBAS DE HUMO (3 usos)
- Propiedades: Usadas para el camuflaje y huidas rápidas en situaciones de grave peligro. Sólo hombres.
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HOJA OCULTA (usos indefinidos)
- Propiedades: Para asesinar silenciosamente. Sólo hombres, siempre y cuando lleven atuendos de manga larga.
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DAGA (usos indefinidos)
- Propiedades: Por si las cosas se ponen feas. Sólo Lys, puede ocultarla bajo la falda (disponible únicamente para el vestido nº3)
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COLLAR RESISTENTE (usos indefinidos)
- Propiedades: Collar hecho de un material tan resistente que puede ser usado como cuerda para estrangular y asfixiar al oponente. Sólo Lys.
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Información Lys
- Elige uno de los cuatro vestidos que se te presentan.
- Puedes coger un máximo de dos objetos de los que te ofrece Arthur (podéis repetir objetos, excepto las llaves). Éstos objetos sólo podrán ser usados en la misión, y los perderéis una vez acabe.
Información Sakun
- Has entrado en conflicto con los guardias, por lo que éstos se han quedado con tu cara y te será imposible regresar, entrar o tan siquiera acercarte a la residencia sin que éstos den la alarma y se lancen a apresarte. De hacerlo, te llevarán a las celdas de Lettuce y te encerrarán.
- Por lo tanto, si quieres entrar sin causar problemas, necesitarás obligatoriamente un disfraz.
- Tienes tres opciones:
>>>> 1) Pedirle ayuda a Arthur (o a Lys) para que te disfracen de mujer.
>>>> 2) Esperar a la decisión de Thomas y ver si te puedes aprovechar de ella.
>>>> 3) Permitir que los guardias te apresen y te lleven a las celdas, con repercusiones algo más peligrosas.
- Puedes coger un máximo de dos objetos de los que te ofrece Arthur (podéis repetir objetos, excepto las llaves). Éstos objetos sólo podrán ser usados en la misión, y los perderéis una vez acabe.
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OFFROL: Indicad claramente en vuestro siguiente post las decisiones que habéis tomado. Yo volveré a postear una vez concluido este turno (Thomas - Sakun - Lys). Cualquier duda o pregunta, me enviáis mp ^^
Ger
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Cuando Lys dio la esquina de la calle y la perdí de vista volví mi mirada hacia la lujosa mansión. Todo era muy complicado, tenía el plan para entrar pero no para salir y eso no me daba buena espina. Estaba intentando pensar, centrarme en la situación, cuando aquellas jóvenes semi-vestidas me rodearon y empezaron a hablar conmigo. Mi cara se llenó de sorpresa y de incredulidad ante aquellas tres bellas mujeres que no paraban de cuchichear y sobarme el cuerpo como si fuese algún tipo de poste de entrenamiento para las audiciones con Lettuce. No conseguía entender muy bien lo que tramaban mientras estaban cuchicheando entre ellas pero la propuesta de ayudarme a entrar parecía verdaderamente prometedora. Además, para ser sinceros, era difícil negarse con tanto magreo, pero preferí mantener firme mi postura.
¿Qué pasaba con aquellas mujeres? De repente se me habían acercado y me habían propuesto un plan para entrar en la mansión, pero no sabía si confiar en ellas. Unas caras bonitas no iban a hacerme perder el control, si es que era eso lo que buscaban, aunque de todas formas no perdía nada por acompañarlas y que me contasen su supuesto plan para entrar. En esos momentos, realmente, me interesaba más poder mirar por Lys y ser capaz de reaccionar si las cosas salían mal que limitarme a estar fuera esperando a que saliese.
Miré fijamente a las tres mujeres y me las llevé a un callejón donde poder hablar tranquilamente. -Muy bien, decidme que tramáis, señoritas.- Pregunté, deseoso de conocer el genial plan de aquellas bellezas para hacerme entrar en el castillo.
Por lo visto, el genial plan de aquellas tres mujeres era llevarme a un lugar donde se preparaban para ir al casting de Lettuce y maquillarme y vestirme como si fuese una mujer. El plan era interesante, sobre todo porque podría acompañar a Lys, pero eso de que me afeiten y me depilen lo llevo muy mal, así que preferí rechazarlo. Además, no tengo cuerpo de mujer, así que como que no iba a colar demasiado, aunque en cierto modo me dio pena no acompañarlas, uno siempre tiene curiosidad por echar un vistazo a estas cosas. Hice un ademán con la mano para despedirme de ellas, que volvían a la fila; una de ellas me guiñó un ojo con un gesto que no sabría como describir, pero que me incomodó. En el buen sentido, claro.
La idea de hacerme pasar por un cliente deseoso de hacer negocios con Lettuce era prometedora, pero tenía que buscar la manera de parecerlo. Con mis ropajes y mis pintas más que un mercader parecía un cazarecompensas, pero quizá podía jugar en mi favor la ignorancia de los guardias con respecto al mundo que hay más allá de la ciudad.
Pensaba en Lys en esos momentos, preguntándome con qué pintas aparecería por allí ,pero francamente no quería imaginármela así y mucho menos plantearme el quedarme mirándola si apareciese. Estaba seguro de que para ella la idea de tener que ir como esas mujeres no tenía que ser de buen agrado, y mucho menos tener que aguantar las faltas de respeto de los guardias, a los que en más de una ocasión estuve a punto de partir la cara, pero debía retener mis impulsos si quería conseguir algo. No conseguiríamos nada si acabábamos como el crío de la entrada, que no parecía desde luego tener demasiado cerebro.
Me dirijí hacia la entrada de nuevo, buscando de forma inconsciente con la mirada a aquellas tres señoritas de antes entre la larga fila. Tenía que pensar en un argumento para mi supuesto nuevo rol.
¿Qué pasaba con aquellas mujeres? De repente se me habían acercado y me habían propuesto un plan para entrar en la mansión, pero no sabía si confiar en ellas. Unas caras bonitas no iban a hacerme perder el control, si es que era eso lo que buscaban, aunque de todas formas no perdía nada por acompañarlas y que me contasen su supuesto plan para entrar. En esos momentos, realmente, me interesaba más poder mirar por Lys y ser capaz de reaccionar si las cosas salían mal que limitarme a estar fuera esperando a que saliese.
Miré fijamente a las tres mujeres y me las llevé a un callejón donde poder hablar tranquilamente. -Muy bien, decidme que tramáis, señoritas.- Pregunté, deseoso de conocer el genial plan de aquellas bellezas para hacerme entrar en el castillo.
Por lo visto, el genial plan de aquellas tres mujeres era llevarme a un lugar donde se preparaban para ir al casting de Lettuce y maquillarme y vestirme como si fuese una mujer. El plan era interesante, sobre todo porque podría acompañar a Lys, pero eso de que me afeiten y me depilen lo llevo muy mal, así que preferí rechazarlo. Además, no tengo cuerpo de mujer, así que como que no iba a colar demasiado, aunque en cierto modo me dio pena no acompañarlas, uno siempre tiene curiosidad por echar un vistazo a estas cosas. Hice un ademán con la mano para despedirme de ellas, que volvían a la fila; una de ellas me guiñó un ojo con un gesto que no sabría como describir, pero que me incomodó. En el buen sentido, claro.
La idea de hacerme pasar por un cliente deseoso de hacer negocios con Lettuce era prometedora, pero tenía que buscar la manera de parecerlo. Con mis ropajes y mis pintas más que un mercader parecía un cazarecompensas, pero quizá podía jugar en mi favor la ignorancia de los guardias con respecto al mundo que hay más allá de la ciudad.
Pensaba en Lys en esos momentos, preguntándome con qué pintas aparecería por allí ,pero francamente no quería imaginármela así y mucho menos plantearme el quedarme mirándola si apareciese. Estaba seguro de que para ella la idea de tener que ir como esas mujeres no tenía que ser de buen agrado, y mucho menos tener que aguantar las faltas de respeto de los guardias, a los que en más de una ocasión estuve a punto de partir la cara, pero debía retener mis impulsos si quería conseguir algo. No conseguiríamos nada si acabábamos como el crío de la entrada, que no parecía desde luego tener demasiado cerebro.
Me dirijí hacia la entrada de nuevo, buscando de forma inconsciente con la mirada a aquellas tres señoritas de antes entre la larga fila. Tenía que pensar en un argumento para mi supuesto nuevo rol.
Thomas Brethil
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Por fin el joven había llegado a aquella tienda, agitado y con sudor repartido en su rostro. Al haber vuelto de nuevo, se encontró con la otra chica a los que saludó con una sonrisa, contando a Arthur también. -Hola, mi nombre es Sakun Fairsteur, un placer conocerte. ¿Cómo estás Arthur?.-Al decir eso, se cruzó de brazos para escuchar a la elfa, explicando lo que sucedió durante todo el momento.
Todo parecía entenderse de repente y el muchacho supo por qué eran tan rudos contra él. -*Oh... La razón porque me insultaron es porque soy un hombre...*-Pensó, acariciando su barbilla mientras miraba a un lugar altamente incierto, tratando de crear un plan pero ya era imposible, porque por la idiotez de Sakun, hizo que le persiguieran los guardias y ellos no descansaran hasta atrapar al pobre chico.
De repente apareció el tendero con varios atuendos para la mujer que estaba allí. Aquellos vestidos eran muy hermosos aunque hacían que ella se vea semi desnuda. En ese momento, Sakun se ruborizó y miró a otro lado, pensando en su próximo movimiento para poder entrar de una vez por todas, en ese castillo.
Arthur volvió a perderse de nuevo, quizá a la trastienda donde se escuchaban ruidos de vidrios... Cuando volvió, trajo varios objetos para que llevasen hacia el castillo. Se notaba que ese hombre quería a su hija de vuelta. El musculoso seguía debatiendo en su mente algo, hasta que de repente surgió una idea no tan buena...
-Eh... Como sabrán, me están persiguiendo los soldados que cuidan el castillo... Así que no será fácil para mi entrar allí... Por lo que pensé...-De repente se llenó de gotas de sudor mientras se sonrojaba exageradamente, tanto así que parecía un tomate.
-Disfrazarme de...-Tragó saliva en aquel instante, haciendo que haya un completo silencio y sacuda su cabeza para verlos con seriedad.
-Una Mujer... Necesito su ayuda, creo que es lo mas conveniente para que todo salga bien... Además...-El grandullón fue hacia su nuca para tomar la cinta que le contenía su mechones restantes y quitársela con suma delicadeza, dejando caer su cabello morocho. Su mentón también estaba depilado, así que no sería difícil para el, hacer de una joven.
-Solo sería arreglarme un poco y estaría listo. ¡Ah!, y otra cosa, llevaré este Frasco y la arma, así que necesito un disfraz de manga larga.-Dijo con una seriedad incomparable, como si supiera que va a hacer...
Off: Por si no quedó claro, he tomado la decisión de ser "mujer" y he tomado los dos objetos que son:
-Frasco con suero de la verdad (1 uso)
-Hoja Oculta
Todo parecía entenderse de repente y el muchacho supo por qué eran tan rudos contra él. -*Oh... La razón porque me insultaron es porque soy un hombre...*-Pensó, acariciando su barbilla mientras miraba a un lugar altamente incierto, tratando de crear un plan pero ya era imposible, porque por la idiotez de Sakun, hizo que le persiguieran los guardias y ellos no descansaran hasta atrapar al pobre chico.
De repente apareció el tendero con varios atuendos para la mujer que estaba allí. Aquellos vestidos eran muy hermosos aunque hacían que ella se vea semi desnuda. En ese momento, Sakun se ruborizó y miró a otro lado, pensando en su próximo movimiento para poder entrar de una vez por todas, en ese castillo.
Arthur volvió a perderse de nuevo, quizá a la trastienda donde se escuchaban ruidos de vidrios... Cuando volvió, trajo varios objetos para que llevasen hacia el castillo. Se notaba que ese hombre quería a su hija de vuelta. El musculoso seguía debatiendo en su mente algo, hasta que de repente surgió una idea no tan buena...
-Eh... Como sabrán, me están persiguiendo los soldados que cuidan el castillo... Así que no será fácil para mi entrar allí... Por lo que pensé...-De repente se llenó de gotas de sudor mientras se sonrojaba exageradamente, tanto así que parecía un tomate.
-Disfrazarme de...-Tragó saliva en aquel instante, haciendo que haya un completo silencio y sacuda su cabeza para verlos con seriedad.
-Una Mujer... Necesito su ayuda, creo que es lo mas conveniente para que todo salga bien... Además...-El grandullón fue hacia su nuca para tomar la cinta que le contenía su mechones restantes y quitársela con suma delicadeza, dejando caer su cabello morocho. Su mentón también estaba depilado, así que no sería difícil para el, hacer de una joven.
-Solo sería arreglarme un poco y estaría listo. ¡Ah!, y otra cosa, llevaré este Frasco y la arma, así que necesito un disfraz de manga larga.-Dijo con una seriedad incomparable, como si supiera que va a hacer...
Off: Por si no quedó claro, he tomado la decisión de ser "mujer" y he tomado los dos objetos que son:
-Frasco con suero de la verdad (1 uso)
-Hoja Oculta
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Al parecer, a Morgause la idea de infiltrarme como candidata le había gustado mucho más que a mi y como no sugirió nada más, supuse que ahí morían todas mis opciones. Un joven entró a la tienda y se presentó hacia mí como Sakun - Lys... un placer - respondí educadamente mientras lo observaba procurando no resultar indiscreta al mismo tiempo. Se dirigió hacia el dueño del local con confianza y este le saludo de igual manera. Guardé silencio un momento, dudando si continuar o no y al notar mi titubeo, Morgause agregó que el recién llegado resultaba ser otro contratado para el trabajo, asegurándome que podía hablar tranquilamente y así lo hice.
El corpulento hombre desapareció de mi vista cuando hube terminado, mientras balbuceaba sobre arreglarme, vestirme y adornarme para la ocasión. .- Me alegro que seamos tres nuevamente - fue todo lo que dije hacia Sakun con una sonrisa amable en los labios y al instante el dueño regresa con lo que en un momento creí que eran vestidos y luego comprobé parecían más retazos de telas por lo poco que cubrían. Cuando levanté el primero de ellos, miré al dueño a través de este y lo volví a colocar en su lugar "Definitivamente descartado que usaré esta cosa...". El segundo era sencillamente horrible por lo que tan rápido como lo tomé, lo dejé en su sitio. Al tercero no logré comprenderlo, parecían dos telas unidas por un punto y no lograba entender cómo iba, o no al menos al verlo de ese modo. Tomé el cuarto e igual, lo estiré, lo miré, intenté acomodarlo sobre la mesa y cuando comprendí cómo era realmente lo dejé en su sitio, por lo que, de mal a peor, volví a tomar el tercero y lo acomodé en la misma mesa. Una vez "Armado", me decidí por el tercero.
- Llevaré este - respondí y al levantar la vista noté que el hombre había desaparecido y a los pocos segundos regresaba con muchos objetos de los cuales podíamos elegir a hasta dos de los mismos. Mi mano se movió instintivamente hacia la daga y cuando la tuve en mis manos la observe mientras reflexionaba. "Puedo usar cualquier cosa de mi ambiente para atacar" Miré fugazmente mis manos que sostenían la cuchilla "Puedo convocar magia en mis propias manos... " Miré el resto de los objetos mientras lentamente devolvía la daga a su lugar "Puedo crear una con mi propia energía" Era cierto, ya había aprendido a canalizar mi magia y ya podía dar forma a la misma. Tomé esta vez la llave maestra de la casa y dudando por unos segundos, me decidí por el collar. No sabía muy bien porque lo había elegido, pues no se veía muy útil que digamos, pero no podía descartar la posibilidad de tener que ahorcar a alguien. - Esto llevaré - finalicé mientras colocaba el collar y la llave maestra delante de él.
Sakun se disponía a entrar a pesar de ser perseguido por los guardias, por lo que no vio otra posibilidad que cambiar de género para que lo acepte. Se transformaría en mujer. Sonreí apenas.. No iba a ser nada sencillo pues no tenía un cuerpo muy femenino que digamos pensaba mientras lo marcada de su musculatura o su propio mentón lo delatarían facilmente - ¿Quizás algún velo para cubrir su rostro? - pregunté mirando a Morgause - Y otra cosa necesitaré una especie de gancho o sujetador para mi cabello - moví la cabeza y mi cabellera se meció ante el movimiento- Quisiera sujetarlo.-
El corpulento hombre desapareció de mi vista cuando hube terminado, mientras balbuceaba sobre arreglarme, vestirme y adornarme para la ocasión. .- Me alegro que seamos tres nuevamente - fue todo lo que dije hacia Sakun con una sonrisa amable en los labios y al instante el dueño regresa con lo que en un momento creí que eran vestidos y luego comprobé parecían más retazos de telas por lo poco que cubrían. Cuando levanté el primero de ellos, miré al dueño a través de este y lo volví a colocar en su lugar "Definitivamente descartado que usaré esta cosa...". El segundo era sencillamente horrible por lo que tan rápido como lo tomé, lo dejé en su sitio. Al tercero no logré comprenderlo, parecían dos telas unidas por un punto y no lograba entender cómo iba, o no al menos al verlo de ese modo. Tomé el cuarto e igual, lo estiré, lo miré, intenté acomodarlo sobre la mesa y cuando comprendí cómo era realmente lo dejé en su sitio, por lo que, de mal a peor, volví a tomar el tercero y lo acomodé en la misma mesa. Una vez "Armado", me decidí por el tercero.
- Llevaré este - respondí y al levantar la vista noté que el hombre había desaparecido y a los pocos segundos regresaba con muchos objetos de los cuales podíamos elegir a hasta dos de los mismos. Mi mano se movió instintivamente hacia la daga y cuando la tuve en mis manos la observe mientras reflexionaba. "Puedo usar cualquier cosa de mi ambiente para atacar" Miré fugazmente mis manos que sostenían la cuchilla "Puedo convocar magia en mis propias manos... " Miré el resto de los objetos mientras lentamente devolvía la daga a su lugar "Puedo crear una con mi propia energía" Era cierto, ya había aprendido a canalizar mi magia y ya podía dar forma a la misma. Tomé esta vez la llave maestra de la casa y dudando por unos segundos, me decidí por el collar. No sabía muy bien porque lo había elegido, pues no se veía muy útil que digamos, pero no podía descartar la posibilidad de tener que ahorcar a alguien. - Esto llevaré - finalicé mientras colocaba el collar y la llave maestra delante de él.
Sakun se disponía a entrar a pesar de ser perseguido por los guardias, por lo que no vio otra posibilidad que cambiar de género para que lo acepte. Se transformaría en mujer. Sonreí apenas.. No iba a ser nada sencillo pues no tenía un cuerpo muy femenino que digamos pensaba mientras lo marcada de su musculatura o su propio mentón lo delatarían facilmente - ¿Quizás algún velo para cubrir su rostro? - pregunté mirando a Morgause - Y otra cosa necesitaré una especie de gancho o sujetador para mi cabello - moví la cabeza y mi cabellera se meció ante el movimiento- Quisiera sujetarlo.-
Lys
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
- Lys y Sakun:
- Arthur Morgause se quedó más pensativo que nunca cuando el muchacho de pelo oscuro informó sobre su plan de arreglarse como una mujer. Le examinó de arriba a abajo y volteó a su alrededor varias veces, indeciso, preguntándose si era buena idea confiar en su habilidad para pasar desapercibido ante los guardias. Finalmente pareció decidirse, hizo un gesto con la mano y regresó de nuevo a la trastienda. Regresó segundos después con un vestido oscuro con detalles dorados, y de manga larga como había pedido.
- vestido sakun:
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- Necesitarás más que un vestido para pasar por mujer, muchacho. Tu musculatura no es que pase desapercibida -arrugó el entrecejo- Aunque mi suegra era una mujer de espalda ancha, bastante grande si quieres mi opinión, y aun así era pretendida por su belleza. Creo que... hmm... -tomó varias cosas de la tienda y se las entregó al chico. Entre ellas habían una peluca larga y oscura, varios pares de calcetines que podría usar para crearse unos pechos falsos, y un velo semi-transparente para ocultar parte de su rostro. A la elfa le entregó el accesorio que pedía para el cabello, y también algunos cosméticos naturales por si deseaba darse unos retoques- Los probadores están allá. Y por favor, no os preocupéis de pagarme nada.
El hombre regresó detrás del mostrador y se sentó con un suspiro, al parecer estaba algo nervioso.
- No conozco demasiado bien las instalaciones de Lettuce, mi hija puede estar en cualquier habitación -se lamentó- Lo único que sé es que también hay guardias y mayordomos patrullando el interior de la vivienda. Puede que ellos sepan dónde tiene encerrada a mi hija, pero dudo que os lo digan tan fácilmente...[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Información
- Rolead cómo os cambiáis de ropa y todas las preparaciones previas que necesitéis. Cuando estéis listos, regresad a la casa de Lettuce y reuníos con Thomas.
- Al llegar dará comienzo el casting. Los guardias os harán un pequeño cacheo antes de entrar para comprobar que no lleváis nada sospechoso, dad la excusa que queráis para que no os detecten los objetos que os ha dado Morgause.
- Si Thomas os ayuda a pasar el cacheo, no crecerán sospechas sobre vosotros. De lo contrario, y aunque os dejen pasar, los guardias desconfiarán un poco y puede que afecte levemente a acciones futuras.
- thomas:
- Las mujeres arrugaron el rostro contrariadas cuando el dragón decidió no seguirles el juego, y aunque insistieron un par de veces con arrumacos y súplicas cariñosas, al final tuvieron que marcharse. Posiblemente le hubiesen tratado como un indefenso maniquí objeto de perversas aspiraciones, pues no todos los días tenían la divertida oportunidad de travestir a un hombre. Puede que incluso, con un poco de tacto disimulado, hubiese conseguido sacarle a la rubia información importante sobre Lettuce y su forma de administrar la residencia. Sin embargo, cuando quiso darse cuenta, las mujeres habían regresado a parlotear con otras candidatas y parecían haber perdido el interés en seguir cortejando al joven dragón.
Apenas pocos minutos después, las puertas de la residencia se abrieron y apareció un guardia que levantó el brazo para indicar que el casting daba comienzo. Las muchachas se movilizaron ansiosas y el barullo de voces se intensificó, por lo que varios de los hombres empezaron a poner orden y a colocarlas en dos filas para empezar con el cacheo individual, asegurándose así de que ninguna portaba armas u objetos peligrosos. Los guardias que anteriormente habían compartido una cerveza también se levantaron y dieron por finiquitado su momento de descanso.
- Parece que nos toca -el hombre dio un último trago a su jarra y se levantó.
- Pues yo necesito ir a mear, ve adelantándote -indicó el otro.
Los dos hombres se separaron, y mientras el primero dirigía sus pasos hacia la zona de los cacheos, el otro buscaba un lugar apartado en el que vaciar su enorme vejiga. Retrocedió hasta los jardines traseros y se ocultó tras un muro, se plantó de cara a unos arbustos y empezó con la faena al tiempo que silbaba de manera distraída.
De mientras, el resto de los guardias parecían concentrados en manosear a las candidatas al tiempo que revisaban sus pertenencias. Aquellas que obtenían el visto bueno eran conducidas al interior de la residencia, donde más guardias las esperarían en el recibidor para organizarlas y disponerlas ordenadamente para que Pierre Lettuce las evaluara llegado el momento.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Información
- En mi post anterior te ofrecí la posibilidad de hacerles preguntas a las mujeres, y dado que una de ellas era una candidata veterana, podrías haber obtenido valiosa información que os podría haber ayudado a la hora de localizar ciertas habitaciones dentro de la residencia. La mayoría de las pistas que os doy están camufladas en los post, por lo que tenéis que ser intuitivos para poder aprovecharlas al máximo ^^
- Tienes dos opciones:
>>>> 1) Atacar al guardia mientras está distraído orinando, robar su uniforme y hacerte pasar por él. Los demás creerán que eres un recluta nuevo, podrás ayudar a tus compañeros a pasar el cacheo y tendrás más facilidades a la hora de moverte libremente dentro de la residencia.
....,............- Si tu fuerza y destreza suman un total de 16 puntos o más, dejarás al guardia inconsciente sin mayor problema.
.................- Si tu fuerza y destreza suman un total de 11-15 puntos, le dejarás inconsciente con esfuerzo, pues forcejeará durante un instante y te causará una pequeña herida (sufrirás una pequeña penalización para combates futuros en esta misión, aunque puede curarse mediante magia élfica).
.................- Si tu fuerza y destreza suman un total de 6-10 puntos, le dejarás inconsciente con mucho esfuerzo, pues te atacará provocándote un corte considerable (sufrirás una penalización para combates futuros en esta misión y no puede curarse mediante magia élfica).
.................- Si tu fuerza y destreza suman un total de 5 puntos o menos, el guardia dará la alarma antes de quedar inconsciente.
>>>> 2) Hacerte pasar por un cliente que espera negociar algún trato con Lettuce. Tendrás acceso restringido a ciertas zonas de la residencia, no obstante podrás entrar en los aposentos privados de Pierre y hablar personalmente con él, ya sea para engañarle o cualquier otra estrategia de distracción.
....,............- Si tu inteligencia y sabiduría suman un total de 16 puntos o más, Lettuce creerá todo lo que le digas y te contará bastantes secretos de su negocio, y también sobre su nueva chica (la hija de Morgause)
.................- Si tu inteligencia y sabiduría suman un total de 11-15 puntos, Lettuce hablará contigo de forma más recatada, aunque serás capaz de sonsacarle algunas cosas sobre la hija de Morgause sin que te descubra.
.................- Si tu inteligencia y sabiduría suman un total de 6-10 puntos, Lettuce sospechará y podrás sacarle algunas respuestas sobre Thania, aunque al final acabará dándose cuenta de tu farsa y te enviará a los calabozos.
....,............- Si tu inteligencia y sabiduría suman un total de 5 puntos o menos, no podrás sacar ninguna información, pues descubrirá que no eres ningún negociante y te mandará a los calabozos de manera inmediata.
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Indicaciones
- Rolead tantas veces sea necesario, no hay límite de turnos.
- Yo volveré a intervenir cuando los tres hayáis entrado en la residencia (que el último en postear me avise con un offrol para saber que ya habéis concluido con el posteo)
- Cualquier duda o pregunta, ya saben, MP.
Ger
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Esbocé lo que trato de ser una sonrisa cuando las mujeres se marcharon. Bueno, habría sido una experiencia digna de recordar, pero no me vestirían de mujer, no. Me recoloqué el morral y observé con atención como los soldados y las chicas comenzaban a movilizarse. Estuve observando con detenimiento como las cacheaban, y pensar que Lys tuviese que aguantar eso hizo que me entrase una arcada. Era cierto que ellas también pasaban por ello pero si estaban ahí era porque querían. Aquella forma que tenían los guardias de cachear era lo más parecido a un acto deleznable, aunque, ¿quién no lo haría en una situación así? los humanos eran todos iguales, seguro que hasta el hombre más honorable en ese momento habría hecho eso.
Salí del callejón y fui acercándome, desde la distancia, hacia donde aquel guardia se habita ido a orinar. Había visto una oportunidad perfecta para poder ayudar a Lys a pasar por aquel control, al fin y al cabo por lo que había notado muchos de esos guardias se conocían, pero otros no, ¿quien me negaría el hacerme pasar por un recluta o algo así? Aunque tendría que inventarme alguna excusa cuando empezasen a sospechar por la falta de su amigo. El caso es que me acerqué hasta el guardia que orinaba. Tarareaba una canción que, por desgracia, yo conocía. Escuchaba la orina salpicar sobre la arena tras los arbustos y me sentí asqueado por un instante. Me acerqué con cuidado, y pensé en como hacerlo sin que diese la alarma. Había cosas por allí, pero nada que me fuese útil, así que me acerqué y le agarré por el cuello con el brazo, intentando que perdiese el conocimiento a causa de la falta de aire. ((sumatorio de fuerza y constitución = 15 puntos)) El guardia se resistió y me dio un codazo en el costado, lo que hizo que retrocediese un par de pasos y estuviese distraído cuando saco la espada y trato de alcanzarme. Pude esquivar el embate con astucia al echarme hacia un lado, pero no lo había visto venir y no había sido suficiente. La espada me alcanzo en el hombro, aunque con poca fuerza. Volví a acercarme aprovechando la anterior carga de la espada y le asesté un puñetazo que hizo que se tambalease, justo antes de agarrarle la cabeza con ambas manos y hacérsela chocar contra mi rodilla. El guardia cayo al suelo, pero aquel bastardo había conseguido herirme. Esperaba que Lys pudiese hacer algo o tendría que buscarme la vida.
Agarré el cuerpo por debajo de los brazos y lo arrastré hasta un tonel en la calzada. Lo abrí y lo metí dentro, después de quitarle la armadura y la ropa. Una vez dentro cerré la tapa y coloqué un par de utensilios por encima para que le costase abrirlo, aunque para cuando recuperase la consciencia esperaba que ya hubiésemos terminado con el trabajo. De no ser así tendría que ingeniármelas dentro para dar esquinazo a la guardia. Me quité la ropa y la dejé tras los arbustos antes de empezar a ponerme aquella pesada armadura.
Lo más pesado era, sin duda, la cota de malla, aunque tendría que acabar acostumbrándome a ella. El atuendo me quedaba ceñido, viendo que aquel amigo mío era de la misma constitución que yo, algo que agradecí. Guardé la espada en la vaina que tenía en el cinto y me puse el casco. Rápidamente me dirigí andando hasta el puesto donde estaban cacheando a las mujeres. Me acerqué a uno de los guardias y me cuadré firme, pensando en qué decir. -Esto... soy el recluta... Jonás Winsburuth, me dijo mi superior que sustituiría al hombre que estaba aquí. Me lo encontré por la calle y dijo que aprovecharía para ir a la taberna, o algo así.- Dije, inetntando parecer lo más creíble posible. -¿Qué hago? Me dijo algo de unos cacheos.- Pregunté, sin abandonar mi posición firme.
Salí del callejón y fui acercándome, desde la distancia, hacia donde aquel guardia se habita ido a orinar. Había visto una oportunidad perfecta para poder ayudar a Lys a pasar por aquel control, al fin y al cabo por lo que había notado muchos de esos guardias se conocían, pero otros no, ¿quien me negaría el hacerme pasar por un recluta o algo así? Aunque tendría que inventarme alguna excusa cuando empezasen a sospechar por la falta de su amigo. El caso es que me acerqué hasta el guardia que orinaba. Tarareaba una canción que, por desgracia, yo conocía. Escuchaba la orina salpicar sobre la arena tras los arbustos y me sentí asqueado por un instante. Me acerqué con cuidado, y pensé en como hacerlo sin que diese la alarma. Había cosas por allí, pero nada que me fuese útil, así que me acerqué y le agarré por el cuello con el brazo, intentando que perdiese el conocimiento a causa de la falta de aire. ((sumatorio de fuerza y constitución = 15 puntos)) El guardia se resistió y me dio un codazo en el costado, lo que hizo que retrocediese un par de pasos y estuviese distraído cuando saco la espada y trato de alcanzarme. Pude esquivar el embate con astucia al echarme hacia un lado, pero no lo había visto venir y no había sido suficiente. La espada me alcanzo en el hombro, aunque con poca fuerza. Volví a acercarme aprovechando la anterior carga de la espada y le asesté un puñetazo que hizo que se tambalease, justo antes de agarrarle la cabeza con ambas manos y hacérsela chocar contra mi rodilla. El guardia cayo al suelo, pero aquel bastardo había conseguido herirme. Esperaba que Lys pudiese hacer algo o tendría que buscarme la vida.
Agarré el cuerpo por debajo de los brazos y lo arrastré hasta un tonel en la calzada. Lo abrí y lo metí dentro, después de quitarle la armadura y la ropa. Una vez dentro cerré la tapa y coloqué un par de utensilios por encima para que le costase abrirlo, aunque para cuando recuperase la consciencia esperaba que ya hubiésemos terminado con el trabajo. De no ser así tendría que ingeniármelas dentro para dar esquinazo a la guardia. Me quité la ropa y la dejé tras los arbustos antes de empezar a ponerme aquella pesada armadura.
Lo más pesado era, sin duda, la cota de malla, aunque tendría que acabar acostumbrándome a ella. El atuendo me quedaba ceñido, viendo que aquel amigo mío era de la misma constitución que yo, algo que agradecí. Guardé la espada en la vaina que tenía en el cinto y me puse el casco. Rápidamente me dirigí andando hasta el puesto donde estaban cacheando a las mujeres. Me acerqué a uno de los guardias y me cuadré firme, pensando en qué decir. -Esto... soy el recluta... Jonás Winsburuth, me dijo mi superior que sustituiría al hombre que estaba aquí. Me lo encontré por la calle y dijo que aprovecharía para ir a la taberna, o algo así.- Dije, inetntando parecer lo más creíble posible. -¿Qué hago? Me dijo algo de unos cacheos.- Pregunté, sin abandonar mi posición firme.
Última edición por Thomas Brethil el Lun Jul 28 2014, 13:47, editado 1 vez
Thomas Brethil
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
Fue algo penoso, aunque también bastante gracioso porque un musculoso llevando ropa de chica, se veía un cómico pero además de ello, debía ser como una, eso le iba a causar muchos problemas porque además de que su voz es grave, hacerla aguda solo traería dilemas. Al tomar la prenda, fue rápidamente al vestidor y comenzó a examinarla… Le daban ganas de destruirla pero no, si lo hacía, ¿con qué luego podría vestirse?
Después de estirar, tocar y descubrir el nombre de la tela, se decidió de una buena vez a desnudarse, dando a notar su cuerpo sudado y marcado gracias al ejercicio que hace día a día. En ese instante, procedió a colocarse la prenda pero fue lo más difícil que ha hecho en su vida. El joven ha matado personas importante, ha escapado de persecuciones, ha aguantado días sin comer, ha peleado contra bestias e incluso ha recibido palizas pero nada fue tan agotador como colocarse aquella vestimenta.
Apenas se notaba que la blusa se expandía a cada momento que el dragón se la colocaba con esfuerzo, tratando de que no se rasgue pero gracias a la tela que se estiraba, podía seguir colocándosela aunque tenía problemas para seguir bajando esa prenda, en pocas palabras, era un dolor de cabeza. Aunque suene sorprendente, los brazos se le marcaban aún más con eso pero gracias al cuerpo fornido, podía disimular que llevaba la hoja oculta en la manga. Al terminar de colocarse ello, se hizo un chequeo de cuerpo y se sintió lo más horrible del mundo entero… Su cabeza apenas bajó y con mucho esfuerzo, salió a mostrarse a Arthur, haciendo que el traiga una peluca y algunas medias para que se coloque como senos. Con la ayuda de él, comenzó a acomodarse los trapos en el pecho, haciendo que queden casi creíbles.
Al finalizar, se acomodó la peluca y volvió a chequearse para notar que se veía como lo que más quería su madre… Una hija... Con una risa bastante nerviosa y acariciándose el rostro, se colocó la vela casi transparente que le habían traído para cubrir su rostro y en donde llevaba los senos postizos por así decirlo, metió el frasco con suero de la verdad. Era obvio, parecía una chica pero ejercitada y con unas tetas desfiguradas aunque enorme.
Esperó a que se alistara Lys para salir con ella y respaldarla contra esos guardias… Era verdad, Sakun no quería que ningún guardia tocara a la elfa ni mucho menos a él mismo… - No te preocupes, no dejaré que te toqueteen esos cochinos guardias. Me comportaré como si fuera tu amiga… Hmmm… Amiga… Qué homosexual suena eso.-Dijo con una sonrisa sarcástica…
Después de estirar, tocar y descubrir el nombre de la tela, se decidió de una buena vez a desnudarse, dando a notar su cuerpo sudado y marcado gracias al ejercicio que hace día a día. En ese instante, procedió a colocarse la prenda pero fue lo más difícil que ha hecho en su vida. El joven ha matado personas importante, ha escapado de persecuciones, ha aguantado días sin comer, ha peleado contra bestias e incluso ha recibido palizas pero nada fue tan agotador como colocarse aquella vestimenta.
Apenas se notaba que la blusa se expandía a cada momento que el dragón se la colocaba con esfuerzo, tratando de que no se rasgue pero gracias a la tela que se estiraba, podía seguir colocándosela aunque tenía problemas para seguir bajando esa prenda, en pocas palabras, era un dolor de cabeza. Aunque suene sorprendente, los brazos se le marcaban aún más con eso pero gracias al cuerpo fornido, podía disimular que llevaba la hoja oculta en la manga. Al terminar de colocarse ello, se hizo un chequeo de cuerpo y se sintió lo más horrible del mundo entero… Su cabeza apenas bajó y con mucho esfuerzo, salió a mostrarse a Arthur, haciendo que el traiga una peluca y algunas medias para que se coloque como senos. Con la ayuda de él, comenzó a acomodarse los trapos en el pecho, haciendo que queden casi creíbles.
Al finalizar, se acomodó la peluca y volvió a chequearse para notar que se veía como lo que más quería su madre… Una hija... Con una risa bastante nerviosa y acariciándose el rostro, se colocó la vela casi transparente que le habían traído para cubrir su rostro y en donde llevaba los senos postizos por así decirlo, metió el frasco con suero de la verdad. Era obvio, parecía una chica pero ejercitada y con unas tetas desfiguradas aunque enorme.
Esperó a que se alistara Lys para salir con ella y respaldarla contra esos guardias… Era verdad, Sakun no quería que ningún guardia tocara a la elfa ni mucho menos a él mismo… - No te preocupes, no dejaré que te toqueteen esos cochinos guardias. Me comportaré como si fuera tu amiga… Hmmm… Amiga… Qué homosexual suena eso.-Dijo con una sonrisa sarcástica…
Sakun
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Re: [Quest] Entre sedas y algodones
"¿Pagarle?" pensé mientras me dirigía hacia los vestidores cargando mi vestido que a decir verdad no pesaba nada porque se trataba de apenas unas pocas telas. "Después de todo vamos por su hija.." Puse los ojos en blanco mientras entraba en el angosto lugar y comenzaba a despojarme de mis actuales prendas. El largo y modesto vestido color marfil que llevaba cayó delicadamente al suelo, levanté delante mío aquel que ahora llevaría y lancé un suspiro de resignación ante ello. No estaba ni segura de cómo debía comenzar a colocarlo, ladee mi cabeza a un costado para que mi largo cabello no se interpusiera. Cuando logré entender cómo iba lo dejé caer despacio y lo acomodé tranquila. Me miré en un gran espejo que había allí y por más que intenté esconderme un poco, no tenía mucha tela en que escudarme tampoco. Suspiré. Debía resignarme de una vez por todas y hacerme a la idea, no podía inhibirme tanto algo tan insulso como la vestimenta, fuera la que fuera. Mientras escuchaba a Sakun forcejear con su vestido, recogí mi cabello para dejar mi cuello al descubierto, era siempre mucho más elegante y sugerente el cuello desnudo de una mujer que oculto tras su desplegada cabellera. Tomé la llave maestra que si bien era bastante grande podía esconder en el peinado que intentaba llevar a cabo. Giré mi cabello en ella y luego sujeté todo con el gancho que el dueño del local me había proporcionado.
Cuando salí ya estaba casi lista. Me coloqué el collar y solté algunos mechones que ricé apenas con mis dedos. Mi cabello era bastante dócil por lo que logré pronto el efecto que buscaba. Busqué entre el maquillaje que Morgause nos había proporcionado, remarqué mis ojos con negro y esfumé algo de blanco nacarado junto a un suave tono aguamarina por mis párpados, un poco de rosa suave a mis labios y estaba lista. No me gustaba ni necesitaba mucho maquillaje tampoco, el color verde esmeralda de mis ojos y los estilizados rasgos de mi raza me daban un toque particular que me era suficiente, además de todos los pocos trapos que llevaba encima. Dejaba el maquillaje sobre la mesa cuando noté que el joven ya había salido vestido de mujer, algo gruesa pero mujer de todas formas. Volví a tomar el maquillaje y me centré en sus ojos y el poco de sus mejillas que sobresalían del velo que llevaba. - Muy bien “amiga” - le guiñe un ojo. - Esto quizás te duela un poco – saqué una pequeña pinza que acompañaba el set y depilé algo sus cejas para curvarlas un poco. Tomé varios colores para resaltar sus ojos para que a lo mejor lograran al principio captar las miradas del resto, luego un poco de rubor y listo. - Debemos irnos pronto... y no te preocupes por mí, mantente en tu papel – le sonreí dulcemente. -Espera – acomodé sus falsos senos que tenía uno mucho más arriba que el otro y continué – Ahora sí. Debemos sobre todo asegurarnos de entrar a la residencia. -
Tardamos un par de minutos más en llegar al lugar a causa de la incomodidad de nuestra vestimenta. No me preocupé tanto por que mi guardia me viera pues jamás me reconocería ni de lejos así vestida. Al llegar noté sin necesidad de atravesar al puerta que la fila ya había comenzado a avanzar, esquivé los posibles manoseos de confianza de los guardias de la entrada con la excusa de estar llegando tarde a la entrevista, mientras de la mano como si mi amiga de la infancia se tratara, llevaba a Sakun. Uno de los guardias se adelantó ante su presencia. - Es mi amiga – aclaré con un tono alegre de voz y una enorme sonrisa en los labios – Logré convencerla de venir – le guiñé un ojo. - Pero será en vano si llegamos tarde – Nos miró en detalle pero nos dejó entrar. Al llegar a la fila ya era nuestro turno de ingresar. - Llegamos justo – dije un poco a Sakun y otro poco al guardia que se disponía a controlar que no lleváramos nada raro encima. Levanté las manos para demostrar que mi ropa no dejaba mucho espacio para esconder nada cuando noté que uno de ellos era el mismo Thomas disfrazado. Algo dentro mío sonrió. Teníamos a uno de los nuestros de guardia, teníamos que aprovechar eso.
Cuando salí ya estaba casi lista. Me coloqué el collar y solté algunos mechones que ricé apenas con mis dedos. Mi cabello era bastante dócil por lo que logré pronto el efecto que buscaba. Busqué entre el maquillaje que Morgause nos había proporcionado, remarqué mis ojos con negro y esfumé algo de blanco nacarado junto a un suave tono aguamarina por mis párpados, un poco de rosa suave a mis labios y estaba lista. No me gustaba ni necesitaba mucho maquillaje tampoco, el color verde esmeralda de mis ojos y los estilizados rasgos de mi raza me daban un toque particular que me era suficiente, además de todos los pocos trapos que llevaba encima. Dejaba el maquillaje sobre la mesa cuando noté que el joven ya había salido vestido de mujer, algo gruesa pero mujer de todas formas. Volví a tomar el maquillaje y me centré en sus ojos y el poco de sus mejillas que sobresalían del velo que llevaba. - Muy bien “amiga” - le guiñe un ojo. - Esto quizás te duela un poco – saqué una pequeña pinza que acompañaba el set y depilé algo sus cejas para curvarlas un poco. Tomé varios colores para resaltar sus ojos para que a lo mejor lograran al principio captar las miradas del resto, luego un poco de rubor y listo. - Debemos irnos pronto... y no te preocupes por mí, mantente en tu papel – le sonreí dulcemente. -Espera – acomodé sus falsos senos que tenía uno mucho más arriba que el otro y continué – Ahora sí. Debemos sobre todo asegurarnos de entrar a la residencia. -
Tardamos un par de minutos más en llegar al lugar a causa de la incomodidad de nuestra vestimenta. No me preocupé tanto por que mi guardia me viera pues jamás me reconocería ni de lejos así vestida. Al llegar noté sin necesidad de atravesar al puerta que la fila ya había comenzado a avanzar, esquivé los posibles manoseos de confianza de los guardias de la entrada con la excusa de estar llegando tarde a la entrevista, mientras de la mano como si mi amiga de la infancia se tratara, llevaba a Sakun. Uno de los guardias se adelantó ante su presencia. - Es mi amiga – aclaré con un tono alegre de voz y una enorme sonrisa en los labios – Logré convencerla de venir – le guiñé un ojo. - Pero será en vano si llegamos tarde – Nos miró en detalle pero nos dejó entrar. Al llegar a la fila ya era nuestro turno de ingresar. - Llegamos justo – dije un poco a Sakun y otro poco al guardia que se disponía a controlar que no lleváramos nada raro encima. Levanté las manos para demostrar que mi ropa no dejaba mucho espacio para esconder nada cuando noté que uno de ellos era el mismo Thomas disfrazado. Algo dentro mío sonrió. Teníamos a uno de los nuestros de guardia, teníamos que aprovechar eso.
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