El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
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El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Una vez que los intrusos en la mansión consiguiesen perder de vista las danzantes llamas llegaron al pasillo. Si miraban por las ventanas enrejadas el suelo se les prestaba mucho más cerca de lo que pudieron esperar, pues, después de todo, estaban en el piso bajo. Si querían, podían ir a comprobar la salida principal o, hasta la salida trasera. Al parecer hasta las escaleras se les podía ofrecer como una opción interesante.
//Objetivo: Elegid y describid; Puerta delantera, Puer. trasera, escaleras. Suerte. (Se acerca el FIN)
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Última edición por Master4 el Vie 13 Jun - 21:03, editado 1 vez
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Los gritos del exterior quebraron toda la atención que prestaba a las palabras de Nafen y el pequeño aterrado, volviendo a hacer que los vellos de la piel se le erizaran en un nuevo nerviosismo. La cosa pintaba muy mal, el mago estaba herido y Tim parecía tener energías solo para temblar. Aredhel apretó los puños, si de cualquier manera habría de morir ahí dentro mientras un demente le rebanaba los órganos, más valía esforzarse hasta el último aliento para salir y salvar a los inocentes que pudiera. ¿Desde cuándo se había vuelto tan sensible por vidas que no eran la suya? No lo sabía, y no tenía ganas de respondérselo… pero seguramente tenía que ver con volver a recordar lo que era ser humano.
No dijo nada, sólo dirigió una mirada llena impaciencia a Nafen y se acuclillo frente al chico. -Si tenias la esperanza de que surgiera un momento para escapar, es este, tienes que confiar en mi… - se viró, dándole la espalda al niño ahí sobre sus rodillas pegadas al suelo, y con una de sus manos deslizó su largo cabello hacia el frente de su pecho para que no estorbara. –Trepa en mi espalda, sostente tan fuerte como una sanguijuela porque vamos a sacarte de aquí.- aquella era la manera de llevarlo que significaba menor esfuerzo, y le dejaba libre una mano para cualquier cosa.
El niño tuvo un torrente de dudas y miedos cayéndole encima, pero sus manos delgadas y temblorosas rodearon el cuello de Aredhel lentamente, ella se puso de pie impulsándolo para que se amarrara a ella con sus piernas, y con una mano le sostuvo un muslo, la criatura estaba tan delgada que casi parecía mas ligero que su ultimo costal de viaje. Tentó su espada, y la daga que le descansaba bajo el brazo para luego apresurarse a salir. Observó aquel caótico espectáculo mientras las fosas nasales se le llenaban del asqueroso olor de la carne quemada, ningún líder y ninguna fe es suficiente para contener la estupidez de los hombres, locos y cuerdos, daba igual. No se detuvo un instante a observar, no lo ameritaba y cada segundo era un porcentaje mayor de conservar la vida. Corrió a la puerta coronada de vitrales sin preocuparse por mantener el silencio, ningún sonido podría ser mayor que los chillidos de los pacientes enajenados.
Una vez en el pasillo, la loba observo a ambos lados… ¿puerta trasera o principal? Maldita sea… murmuró tan quedo como un pensamiento, pero con toda la impotencia que amenazaba con devolver a la bestia a aquel sitio. La puerta trasera la conocía, y sabía que era infranqueable, no recordaba ningún mecanismo que la rodeara, pero la frontal podía ser una opción, aun tenían posibilidades con los objetos encontrados en la cocina. Corrió tanto como podía hacia ahí, acompañada por la luz de los tubos mágicos que pendían del techo, encontrándose con dos planchas de metal vestidas de delgada madera, la puerta principal. No había peligro del cual huir, pero por experiencia sabia que en cualquier segundo podían sorprenderlos. Entonces colocó a Tim en el suelo, recargado a la pared… se le quedo mirando con ojos descorazonados, no quería que le dejaran ahí, pero Aredhel necesitaba dos manos para intentar hacer cualquier cosa. La adrenalina la hizo olvidar que Nafen no podia apresurar demasiado su paso.. pero esperaba que llegara pronto.
Un mecanismo rectangular yacia al lado de la puerta, ahí palpitaba una luz… no tenía idea de lo que pudiera ser. Un tirón de angustia le atrajo los ojos nuevamente al pasillo, las escaleras… debia asegurar la salida y volver, la libertad que pudiera gozar tras esa puerta no volvería a ser satisfactoria a sabiendas de que perdió a un amigo ahí dentro, así como perdió a su hermano… y a su manada.
No dijo nada, sólo dirigió una mirada llena impaciencia a Nafen y se acuclillo frente al chico. -Si tenias la esperanza de que surgiera un momento para escapar, es este, tienes que confiar en mi… - se viró, dándole la espalda al niño ahí sobre sus rodillas pegadas al suelo, y con una de sus manos deslizó su largo cabello hacia el frente de su pecho para que no estorbara. –Trepa en mi espalda, sostente tan fuerte como una sanguijuela porque vamos a sacarte de aquí.- aquella era la manera de llevarlo que significaba menor esfuerzo, y le dejaba libre una mano para cualquier cosa.
El niño tuvo un torrente de dudas y miedos cayéndole encima, pero sus manos delgadas y temblorosas rodearon el cuello de Aredhel lentamente, ella se puso de pie impulsándolo para que se amarrara a ella con sus piernas, y con una mano le sostuvo un muslo, la criatura estaba tan delgada que casi parecía mas ligero que su ultimo costal de viaje. Tentó su espada, y la daga que le descansaba bajo el brazo para luego apresurarse a salir. Observó aquel caótico espectáculo mientras las fosas nasales se le llenaban del asqueroso olor de la carne quemada, ningún líder y ninguna fe es suficiente para contener la estupidez de los hombres, locos y cuerdos, daba igual. No se detuvo un instante a observar, no lo ameritaba y cada segundo era un porcentaje mayor de conservar la vida. Corrió a la puerta coronada de vitrales sin preocuparse por mantener el silencio, ningún sonido podría ser mayor que los chillidos de los pacientes enajenados.
Una vez en el pasillo, la loba observo a ambos lados… ¿puerta trasera o principal? Maldita sea… murmuró tan quedo como un pensamiento, pero con toda la impotencia que amenazaba con devolver a la bestia a aquel sitio. La puerta trasera la conocía, y sabía que era infranqueable, no recordaba ningún mecanismo que la rodeara, pero la frontal podía ser una opción, aun tenían posibilidades con los objetos encontrados en la cocina. Corrió tanto como podía hacia ahí, acompañada por la luz de los tubos mágicos que pendían del techo, encontrándose con dos planchas de metal vestidas de delgada madera, la puerta principal. No había peligro del cual huir, pero por experiencia sabia que en cualquier segundo podían sorprenderlos. Entonces colocó a Tim en el suelo, recargado a la pared… se le quedo mirando con ojos descorazonados, no quería que le dejaran ahí, pero Aredhel necesitaba dos manos para intentar hacer cualquier cosa. La adrenalina la hizo olvidar que Nafen no podia apresurar demasiado su paso.. pero esperaba que llegara pronto.
Un mecanismo rectangular yacia al lado de la puerta, ahí palpitaba una luz… no tenía idea de lo que pudiera ser. Un tirón de angustia le atrajo los ojos nuevamente al pasillo, las escaleras… debia asegurar la salida y volver, la libertad que pudiera gozar tras esa puerta no volvería a ser satisfactoria a sabiendas de que perdió a un amigo ahí dentro, así como perdió a su hermano… y a su manada.
Aredhel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Durante fríos momentos pareció que todo llegaba a su fin. El grito de la turba que se amontonaba fuera de la puerta anunciaba que venían por nosotros o por el chico, siendo ambos casos uno peor que otro. El repentino shock me mantuvo cautivo de la parálisis momentánea. No sabía qué hacer. Mi magia no servía, aún estaba muy débil para poder combatir, parecía que no saldría de allí. Pero Aredhel reaccionó, salvándome y a Tim.
Me alivió ver a Aredhel y Tim alejarse; se ponían a salvo. Yo intentaba hacer lo mismo, pero la herida en mi pierna no me lo permitía, o al menos no me permitía hacerlo con rapidez. Mientras la mujer y el niño se perdían de vista, yo observaba de reojo al sacerdote incinerándose a voluntad propia en una cruz de madera mientras otros locos lo vitoreaban y alentaban. Iba al paso más veloz que me resultaba posible, procurando no llevar el peso de mi cuerpo a mi pierna herida.
Finalmente pude salir de la capilla para adentrarme en los pasillos, en los que seguía de lejos a Aredhel, que transportaba a Tim. Luego de unos minutos arribamos a la entrada principal, y fue entonces cuando pensé que quizás ese era el final de esta sombría aventura. - Aredhel... - Dije a la mujer. - Gracias. Te devolveré todo lo que has hecho. -
Me acerqué al mecanismo que guardaba la puerta y busqué una abertura por la cual insertar las llaves encontradas en la cocina.
Me alivió ver a Aredhel y Tim alejarse; se ponían a salvo. Yo intentaba hacer lo mismo, pero la herida en mi pierna no me lo permitía, o al menos no me permitía hacerlo con rapidez. Mientras la mujer y el niño se perdían de vista, yo observaba de reojo al sacerdote incinerándose a voluntad propia en una cruz de madera mientras otros locos lo vitoreaban y alentaban. Iba al paso más veloz que me resultaba posible, procurando no llevar el peso de mi cuerpo a mi pierna herida.
Finalmente pude salir de la capilla para adentrarme en los pasillos, en los que seguía de lejos a Aredhel, que transportaba a Tim. Luego de unos minutos arribamos a la entrada principal, y fue entonces cuando pensé que quizás ese era el final de esta sombría aventura. - Aredhel... - Dije a la mujer. - Gracias. Te devolveré todo lo que has hecho. -
Me acerqué al mecanismo que guardaba la puerta y busqué una abertura por la cual insertar las llaves encontradas en la cocina.
Nafen
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Al lado de la entrada principal, la cual nuestros dos protagonistas y su pequeño acompañante eligieron, había un mecanismo eléctrico con una extraña luz parpadeante. Una vez que el mago tratase de buscar cualquier orificio para poder abrir la puerta se llevaría una no muy grata sorpresa, pues no había por donde meter una sola llave. Pero las cosas no fueron tan mal como esperaban, pues en cuanto la licántropa acercase la tarjeta que antes había recogido el color de la luz cambiaría a verde y desde la puerta se oyó un fuerte "clac". Ahora parecía que podían salir.
Afuera del edificio la niebla seguía devorándolo todo a su paso y la fuerte y fría lluvia caía sin piedad alguna. Casi no podían ver a lo lejos la valla electrificada, pero sí se distinguían algunos rastros de ella. Ello significaba que, aunque estuviesen libres al fin, aún no habían escapado de aquel edificio que no parecía querer darles una despedida. Quién sabe qué clase de monstruos o criaturas despiadadas podían encontrarse escondidos entre los tétricos arbustos del jardín. Pero no. Este no fue el caso. Para todo aquel que decidiese alejarse de la enorme puerta de entrada se encontraría con un panorama completamente diferente al imaginado. Tranquilidad. Y no solo la tranquilidad del ambiente, pues la lluvia engullía todo rastro de sonido, sino tranquilidad interna. Esa clase de sentimiento que uno tiene al saber que está a salvo. Al saber que todo ha terminado. Y cuanto más se alejase uno, mayor sería dicha emoción. Desde luego, este edificio causaba el peor de los males, y alejarse de él sería cuanto menos un alivio.
//OBJETIVO: ¡Habéis terminado la quest! ¡Felicidades! Pero... ¡Así es! Esta será vuestra última decisión en este lugar. Nada ni nadie os impide iros, a la vez que nadie ni nada os impide volver al edificio, ¡claro que la segunda opción podría tener sus consecuencias! Decidid y al final del post, para enfatizar, poned en letras rojas "fin" para los que decidan que ese es su último post. ¡Suerte!
Afuera del edificio la niebla seguía devorándolo todo a su paso y la fuerte y fría lluvia caía sin piedad alguna. Casi no podían ver a lo lejos la valla electrificada, pero sí se distinguían algunos rastros de ella. Ello significaba que, aunque estuviesen libres al fin, aún no habían escapado de aquel edificio que no parecía querer darles una despedida. Quién sabe qué clase de monstruos o criaturas despiadadas podían encontrarse escondidos entre los tétricos arbustos del jardín. Pero no. Este no fue el caso. Para todo aquel que decidiese alejarse de la enorme puerta de entrada se encontraría con un panorama completamente diferente al imaginado. Tranquilidad. Y no solo la tranquilidad del ambiente, pues la lluvia engullía todo rastro de sonido, sino tranquilidad interna. Esa clase de sentimiento que uno tiene al saber que está a salvo. Al saber que todo ha terminado. Y cuanto más se alejase uno, mayor sería dicha emoción. Desde luego, este edificio causaba el peor de los males, y alejarse de él sería cuanto menos un alivio.
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//OBJETIVO: ¡Habéis terminado la quest! ¡Felicidades! Pero... ¡Así es! Esta será vuestra última decisión en este lugar. Nada ni nadie os impide iros, a la vez que nadie ni nada os impide volver al edificio, ¡claro que la segunda opción podría tener sus consecuencias! Decidid y al final del post, para enfatizar, poned en letras rojas "fin" para los que decidan que ese es su último post. ¡Suerte!
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Escuchó al hombre llegar y pronunciar palabras que pretendían un agradecimiento, pero ¿devolver?, para ella era difícil comprender aquello, el mundo tiene un curso y los seres su forma de vida el cual llevan a cabo a voluntad, dominados por esta o aquella fuerza, influenciados por el temor o la virtud, y en la vida que ella conocía, nadie le debía nada a nadie.
Observó con atención tensa los movimientos del mago herido, deteniéndose en la pierna donde la ropa y el improvisado vendaje contenía sangre seca, y sangre nueva… no dejaba de drenar liquido rojo, y es que con tanto movimiento no se le había permitido en absoluto. Nada, las llaves no encontraban un lugar para ser útiles, Tim comenzó a llorar y la luz parpadeante volvió a llamar su atención. Por impulso de su lógica, una de sus manos fue a parar en su vientre, ahí donde colgaba una bolsa de cuero, y dentro de ella aquel extraño objeto que antes encontrara. Su mente los relacionó por aquella forma de brillar a un ritmo constante, se apresuró a sacar esa tarjeta luminosa y sosteniéndola en sus manos la observó por algunos segundos, luego miró el mecanismo de la puerta. El ritmo era el mismo. Aguzó su mirar mientras en sus labios entreabiertos rozaba el aire nervioso de su respiración, tenía que servir de algo, era la única oportunidad que poseían.
Se acercó al muro donde descansaba la luz que la llamaba, su sentido común no servía para esas endemoniadas cosas, pero que más daba, no le importaba hacer el ridículo con tal de agotar las posibilidades, así que paso por todos los lugares por los que podía la tarjeta, y de repente, la luz cambió a verde en un sonido agudo, y la puerta tembló a causa de algo en su interior que se moviera. Casi fue una sonrisa lo que la loba albergo en su rostro, pero no hubo tiempo de sentirse satisfecha consigo misma, inmediatamente llevó sus manos a las manivelas luego de volver a guardar la tarjeta, y abrió las puertas con toda la energía que creía perdida en el camino.
El viento le pegó en la cara, y así fuera la brisa que arrastrara toda la podredumbre del pantano, sintió un placer indescriptible –Rápido… sal, ahora llevo a Tim- pronuncio apenas pudo, y corrió a encontrarse con el rostro del infante… cuyas lagrimas se le habían secado en una felicidad entera. El mismo le extendió sus brazos a Aredhel sin necesidad de ninguna instrucción, estaba lleno de esperanza y volvía a parecer un niño común. Lo cargó exactamente igual que la ocasión pasada, y salió, al fin estaban fuera.
Se emparejó al paso de Nafen, y luego de pasar la reja electrificada identificó rápidamente un espacio con un trozo de tierra firme, y un árbol de corteza mohosa… sentó ahí a Tim. El amanecer estaba por sorprenderlos, al igual que la volvió a sorprender aquel dilema. Era obvio que la herida de Nafen necesitaba atención, y Tim, agua y alimento que ahí no encontrarían. Miro con pesadez la puerta abierta de par en par de aquella infernal construcción, y luego al hombre. –Ten…- extendió un pellejo de cuero donde quedaban algunos tragos de agua, lo llevaba bajo aquel abrigo que le regalara a Tim y antes fuera de Alberic, razón por la cual todos los infortunios no lograron hacerlo perdidizo. Lo guardaba para cuando su garganta no resistiera más, pero tras las gotas de lluvia bebidas en la azotea aquello aun tardaría en llegar, y el niño lo necesitaba más que ella, aquel pantano no les haría fácil encontrar agua para beber. –Tengo que regresar, sé que estas herido y él no puede andar con facilidad… pero por lo menos están afuera…- señaló con un movimiento de su rostro el lugar del que habían salido –Voy a mostrarles la salida- un velo de pesadumbre cubrió su rostro, pero no menguo la voluntad de su decisión.
-El río no queda lejos, pueden esperarme aquí… o marchar a encontrar su salvación si lo consideran mejor- dio media vuelta, y con las botas llenas de barro emprendió su marcha. Si tenía éxito y volvía en compañía, sería mucho más fácil ayudarlos a ambos. Se detuvo para mirar hacia atrás furtivamente. –Nada que se haga por voluntad ha de devolverse, no me debes nada.- Pronunció como tardía contestación a aquellas palabras de Nafen, y apresuró el paso a un trote, luego a una carrera hasta que estuvo dentro de aquellas malditas paredes otra vez. Meditó la manera en que habían transcurrido las cosas y que lugares eran posibles para encontrar a los que aún sufrían el encierro, debía evitar la capilla, y andarse con más cuidado por los pasillos… oculta. Con pasos silenciosos se encontró subiendo las escaleras, sentía temor, pero los cimientos de su valor se renovaron al respirar aire exterior, y tener la certeza de una salida al volver.
Si esa decisión suya fue por demás estúpida, pronto lo sabría.
Observó con atención tensa los movimientos del mago herido, deteniéndose en la pierna donde la ropa y el improvisado vendaje contenía sangre seca, y sangre nueva… no dejaba de drenar liquido rojo, y es que con tanto movimiento no se le había permitido en absoluto. Nada, las llaves no encontraban un lugar para ser útiles, Tim comenzó a llorar y la luz parpadeante volvió a llamar su atención. Por impulso de su lógica, una de sus manos fue a parar en su vientre, ahí donde colgaba una bolsa de cuero, y dentro de ella aquel extraño objeto que antes encontrara. Su mente los relacionó por aquella forma de brillar a un ritmo constante, se apresuró a sacar esa tarjeta luminosa y sosteniéndola en sus manos la observó por algunos segundos, luego miró el mecanismo de la puerta. El ritmo era el mismo. Aguzó su mirar mientras en sus labios entreabiertos rozaba el aire nervioso de su respiración, tenía que servir de algo, era la única oportunidad que poseían.
Se acercó al muro donde descansaba la luz que la llamaba, su sentido común no servía para esas endemoniadas cosas, pero que más daba, no le importaba hacer el ridículo con tal de agotar las posibilidades, así que paso por todos los lugares por los que podía la tarjeta, y de repente, la luz cambió a verde en un sonido agudo, y la puerta tembló a causa de algo en su interior que se moviera. Casi fue una sonrisa lo que la loba albergo en su rostro, pero no hubo tiempo de sentirse satisfecha consigo misma, inmediatamente llevó sus manos a las manivelas luego de volver a guardar la tarjeta, y abrió las puertas con toda la energía que creía perdida en el camino.
El viento le pegó en la cara, y así fuera la brisa que arrastrara toda la podredumbre del pantano, sintió un placer indescriptible –Rápido… sal, ahora llevo a Tim- pronuncio apenas pudo, y corrió a encontrarse con el rostro del infante… cuyas lagrimas se le habían secado en una felicidad entera. El mismo le extendió sus brazos a Aredhel sin necesidad de ninguna instrucción, estaba lleno de esperanza y volvía a parecer un niño común. Lo cargó exactamente igual que la ocasión pasada, y salió, al fin estaban fuera.
Se emparejó al paso de Nafen, y luego de pasar la reja electrificada identificó rápidamente un espacio con un trozo de tierra firme, y un árbol de corteza mohosa… sentó ahí a Tim. El amanecer estaba por sorprenderlos, al igual que la volvió a sorprender aquel dilema. Era obvio que la herida de Nafen necesitaba atención, y Tim, agua y alimento que ahí no encontrarían. Miro con pesadez la puerta abierta de par en par de aquella infernal construcción, y luego al hombre. –Ten…- extendió un pellejo de cuero donde quedaban algunos tragos de agua, lo llevaba bajo aquel abrigo que le regalara a Tim y antes fuera de Alberic, razón por la cual todos los infortunios no lograron hacerlo perdidizo. Lo guardaba para cuando su garganta no resistiera más, pero tras las gotas de lluvia bebidas en la azotea aquello aun tardaría en llegar, y el niño lo necesitaba más que ella, aquel pantano no les haría fácil encontrar agua para beber. –Tengo que regresar, sé que estas herido y él no puede andar con facilidad… pero por lo menos están afuera…- señaló con un movimiento de su rostro el lugar del que habían salido –Voy a mostrarles la salida- un velo de pesadumbre cubrió su rostro, pero no menguo la voluntad de su decisión.
-El río no queda lejos, pueden esperarme aquí… o marchar a encontrar su salvación si lo consideran mejor- dio media vuelta, y con las botas llenas de barro emprendió su marcha. Si tenía éxito y volvía en compañía, sería mucho más fácil ayudarlos a ambos. Se detuvo para mirar hacia atrás furtivamente. –Nada que se haga por voluntad ha de devolverse, no me debes nada.- Pronunció como tardía contestación a aquellas palabras de Nafen, y apresuró el paso a un trote, luego a una carrera hasta que estuvo dentro de aquellas malditas paredes otra vez. Meditó la manera en que habían transcurrido las cosas y que lugares eran posibles para encontrar a los que aún sufrían el encierro, debía evitar la capilla, y andarse con más cuidado por los pasillos… oculta. Con pasos silenciosos se encontró subiendo las escaleras, sentía temor, pero los cimientos de su valor se renovaron al respirar aire exterior, y tener la certeza de una salida al volver.
Si esa decisión suya fue por demás estúpida, pronto lo sabría.
Aredhel
Experto
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Busqué una cerradura por la cual hacer ingresar todas las llaves que tenía en mi posesión, mas el artefacto que mantenía la puerta cerrada no presentaba ninguna clase de abertura. Aredhel se acercó y tomó una especie de carta que había adquirido en el pequeño incidente en la cocina, y tras varios intentos logró que la puerta cediera, abriéndose en un agudo pitido. Mis cejas se arquearon, y finalmente la libertad se presentaba ante nosotros. La lluvia aún continuaba haciendo acto de presencia, pero no era una presencia inquietante, sino tranquilizadora. La mujer me ordenó que saliera, y acaté su pedido sin dudar.
Apenas posé un pie en el jardín exterior el viento junto a las gotas de lluvia comenzaron a arrastrarse por mi cuerpo. Era una sensación purificadora, como si todo lo malo, lo sucedido en el laboratorio desapareciera con esa caricia celeste. Atravesé la valla metálica seguido por los otros dos, para luego sentir una satisfacción inmensa al pisar el lodoso suelo del pantano. Los nervios y la constante tensión me abandonaban de a poco, mientras iba perdiendo la necesidad permanente de estar alerta, sin embargo aparentemente Aredhel no pretendía correr esa misma suerte. Dejó a Tim apoyado sobre un árbol y le ofreció agua fresca en lo que parecía ser una especie de cantimplora.
- Tengo que regresar, sé que estas herido y él no puede andar con facilidad… pero por lo menos están afuera… Voy a mostrarles la salida - Me dijo ella. La miré extrañado, ¿en serio quería volver? - El río no queda lejos, pueden esperarme aquí… o marchar a encontrar su salvación si lo consideran mejor. Nada que se haga por voluntad ha de devolverse, no me debes nada. - La miré con cierta tristeza, pues era posible que esa fuera la última vez que la viese. Era caritativa y modesta, no merecía un destino tan cruel... pero yo no era nadie para decirle qué hacer. Aún cuando ella decía que no debía devolverle el favor, eventualmente lo haría. Debía hacerlo.
Decidí esperarla, era lo menos que podía hacer. Aunque temía por mi vida, y la de Tim. No teníamos alimento y el agua fresca era escasa. Eso sin contar las bestias que podían esconderse en las profundidades del pantano, por lo que sí, iba a esperarla, pero no por demasiado tiempo.
Apenas posé un pie en el jardín exterior el viento junto a las gotas de lluvia comenzaron a arrastrarse por mi cuerpo. Era una sensación purificadora, como si todo lo malo, lo sucedido en el laboratorio desapareciera con esa caricia celeste. Atravesé la valla metálica seguido por los otros dos, para luego sentir una satisfacción inmensa al pisar el lodoso suelo del pantano. Los nervios y la constante tensión me abandonaban de a poco, mientras iba perdiendo la necesidad permanente de estar alerta, sin embargo aparentemente Aredhel no pretendía correr esa misma suerte. Dejó a Tim apoyado sobre un árbol y le ofreció agua fresca en lo que parecía ser una especie de cantimplora.
- Tengo que regresar, sé que estas herido y él no puede andar con facilidad… pero por lo menos están afuera… Voy a mostrarles la salida - Me dijo ella. La miré extrañado, ¿en serio quería volver? - El río no queda lejos, pueden esperarme aquí… o marchar a encontrar su salvación si lo consideran mejor. Nada que se haga por voluntad ha de devolverse, no me debes nada. - La miré con cierta tristeza, pues era posible que esa fuera la última vez que la viese. Era caritativa y modesta, no merecía un destino tan cruel... pero yo no era nadie para decirle qué hacer. Aún cuando ella decía que no debía devolverle el favor, eventualmente lo haría. Debía hacerlo.
Decidí esperarla, era lo menos que podía hacer. Aunque temía por mi vida, y la de Tim. No teníamos alimento y el agua fresca era escasa. Eso sin contar las bestias que podían esconderse en las profundidades del pantano, por lo que sí, iba a esperarla, pero no por demasiado tiempo.
[Off: mi PJ va a esperar a Aredhel por un tiempo indefinido, pero muy corto. Unos 2 posts más como máximo aproximadamente.]
Nafen
Honorable
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Aredhel, al empezar a subir las escaleras, pudo escuchar un grito enfurecido en la distancia. Provenía de las profundidades del primer piso y si lo que quería era encontrar a su compañero perdido, ese era el camino que debía tomar.
En cuanto la licántropa empezase a acercarse, olores antes camuflados por la peste empezarían a aparecer. Se trataba de los dos humanos, la licántropa, uno de los pacientes y un nuevo enemigo para ella, del cual sin embargo ya había escuchado antes. Al llegar al fin al pasillo lleno de puertas, alumbrado por la típica luz parpadeante en el techo, vería al grupo al cual había estado buscando, pero este justo se había visto sorprendido por el científico loco. El mismo que había hecho de la vida de Nafen un infierno.
El "doctor" zarandeó su afilada arma y en su camino se encontró precisamente Alberic. Fue tan repentino que no pudo apartarse, y su mano derecha se encontró en la trayectoria del filo, saliendo a volar por los aires delante de la atenta mirada de sus compañeros. El número 71 cayó de culo en el polvoriento suelo, pensando realmente que ese era su fin. Ahora solo quedaban 3 guerreros: un cojo adolorido y dos licántropas, una con el ojo malherido y la otra con la fe de una salida a la vuelta de la esquina.
- Arehdel, Keyan y Woodpeker: Llegó el momento de la pelea. Este enemigo no es tan fuerte y mortífero como el anterior, pero sí más inteligente y peligroso. Keyan, ten en cuenta que tu MOBILIDAD es reducida. Lo mismo va para Woodpeker, la cual tendrá la VISTA reducida.
Cada uno tendrá un ataque efectivo y uno de mayor alcance del cual yo dictaré si fue certero o no. Tenéis permitido usar al científico. Suerte.
(Aredhel, si deseas más detalles de las aventuras de tus compañeros te aconsejo que leas las últimas respuestas de la siguiente entrada: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo])
- Alberic: Te tocó el gordo en el sorteo. Te han cortado la mano diestra. La mayor parte de tu post la pasarás en agonía, pero aún así serás capaz de razonar después de recuperarte del susto. Está en tu elección recuperar o no la mano. Puede que haya una solución, o puede que no. Lo sabrás más adelante. Suerte.
- Nafen: Terminaste la quest. Al estar en el exterior, un ruido sorprendió a Tim y salió corriendo en dirección contraria. No volverás a encontrarte con tu compañera, al menos no aquí. Ya no respondas más en esta entrada. Has de abrir un rol libre, en el cual si así lo decidís, Aredhel podrá entrar al terminar la quest, al igual que cualquier otro. Ten en cuenta que estás en un peligroso pantano, la lluvia sigue cayendo y tu pierna corre el riesgo de quedarse inservible. Además, tu y el niño habéis pasado un largo tiempo en el laboratorio y vuestro estado de salud no es el adecuado para una larga caminata. Habrás de confiar en que alguien con la intención de ayudarte a ti y al niño se una al rol. Estaré al tanto, pero es posible que no intervenga si no es necesario. Por supuesto, este rol ha de iniciar en el pantano.
Recompensa: 30 puntos + los puntos de reputación que hayas recibido + Tim
Es tu elección si decides llevar a Tim a su casa, adoptarlo como a hijo propio o abandonarlo a su suerte. Recuerda que aún no es consciente de la muerte de su hermana y es el único que puede dirigirte a su hogar. Es posible que los padres se alegren de verlo y te recompensen por traerlo de vuelta. Suerte.
En cuanto la licántropa empezase a acercarse, olores antes camuflados por la peste empezarían a aparecer. Se trataba de los dos humanos, la licántropa, uno de los pacientes y un nuevo enemigo para ella, del cual sin embargo ya había escuchado antes. Al llegar al fin al pasillo lleno de puertas, alumbrado por la típica luz parpadeante en el techo, vería al grupo al cual había estado buscando, pero este justo se había visto sorprendido por el científico loco. El mismo que había hecho de la vida de Nafen un infierno.
El "doctor" zarandeó su afilada arma y en su camino se encontró precisamente Alberic. Fue tan repentino que no pudo apartarse, y su mano derecha se encontró en la trayectoria del filo, saliendo a volar por los aires delante de la atenta mirada de sus compañeros. El número 71 cayó de culo en el polvoriento suelo, pensando realmente que ese era su fin. Ahora solo quedaban 3 guerreros: un cojo adolorido y dos licántropas, una con el ojo malherido y la otra con la fe de una salida a la vuelta de la esquina.
- Científico:
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- Arehdel, Keyan y Woodpeker: Llegó el momento de la pelea. Este enemigo no es tan fuerte y mortífero como el anterior, pero sí más inteligente y peligroso. Keyan, ten en cuenta que tu MOBILIDAD es reducida. Lo mismo va para Woodpeker, la cual tendrá la VISTA reducida.
Cada uno tendrá un ataque efectivo y uno de mayor alcance del cual yo dictaré si fue certero o no. Tenéis permitido usar al científico. Suerte.
(Aredhel, si deseas más detalles de las aventuras de tus compañeros te aconsejo que leas las últimas respuestas de la siguiente entrada: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo])
- Alberic: Te tocó el gordo en el sorteo. Te han cortado la mano diestra. La mayor parte de tu post la pasarás en agonía, pero aún así serás capaz de razonar después de recuperarte del susto. Está en tu elección recuperar o no la mano. Puede que haya una solución, o puede que no. Lo sabrás más adelante. Suerte.
- Nafen: Terminaste la quest. Al estar en el exterior, un ruido sorprendió a Tim y salió corriendo en dirección contraria. No volverás a encontrarte con tu compañera, al menos no aquí. Ya no respondas más en esta entrada. Has de abrir un rol libre, en el cual si así lo decidís, Aredhel podrá entrar al terminar la quest, al igual que cualquier otro. Ten en cuenta que estás en un peligroso pantano, la lluvia sigue cayendo y tu pierna corre el riesgo de quedarse inservible. Además, tu y el niño habéis pasado un largo tiempo en el laboratorio y vuestro estado de salud no es el adecuado para una larga caminata. Habrás de confiar en que alguien con la intención de ayudarte a ti y al niño se una al rol. Estaré al tanto, pero es posible que no intervenga si no es necesario. Por supuesto, este rol ha de iniciar en el pantano.
Recompensa: 30 puntos + los puntos de reputación que hayas recibido + Tim
Es tu elección si decides llevar a Tim a su casa, adoptarlo como a hijo propio o abandonarlo a su suerte. Recuerda que aún no es consciente de la muerte de su hermana y es el único que puede dirigirte a su hogar. Es posible que los padres se alegren de verlo y te recompensen por traerlo de vuelta. Suerte.
Posiblemente este sea el penúltimo post. Suerte a todos los participantes.
Orden de posteo: Alberic - Aredhel - Keyan - Woodpeker
Orden de posteo: Alberic - Aredhel - Keyan - Woodpeker
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
71 guió al grupo por pasadizos angostos hasta llegar a unas escaleras las cuales los llevaron un piso abajo, allí un pasillo largo similar a los anteriores con puertas a los lados como en los demás pisos donde la iluminación era aquella proporcionada momentáneamente por los tubos suspendidos del techo, 71 hablaba de una habitación donde habia medicina y demás, y los instaba a no separarse de él.
Alberic se encontraba más al frente del grupo muy cercano a 71, distraído por infinidad de pensamientos al intentar discernir los verdaderos motivos del nuevo guia. Pensó en Aredhel y si ya había logrado escapar de ese maldito lugar, pensó en sus muchos viajes, y como todo culminó para ir a parar a donde se encontraba ahora, desearía que Aredhel estuviese allí aun...
Un fuerte golpe interrumpe su mente al ver que de una de las puertas a su derecha salió un ser maníaco que apestaba a muerte y entrañas, gritando desesperadamente y blandiendo un unas grandes tenazas y un cuchillo de carnicero. Todo pasó demasiado rápido para que Alberic pudiese percibir bien lo que estaba pasando cuando sintió de pronto primero un ardor y luego un tremendo dolor en la mano derecha, la calidez de la sangre recorriendo el antebrazo al levantarlo hacia sí para ver lo que había ocurrido… no lo podía creer, la visión se le volteaba y cerraba y daba vueltas, no comprendía qué había pasado, había perdido su mano… Alberic cayó de rodillas y por instinto sujeto donde antes estaba su mano con fuerza intentando detener los chorros de sangre que salían sin cesar, una gran conmoción estaba ocurriendo justo enfrente de él pero en ese momento solo podía escuchar un tenue zumbido y el silencio de su mente dejó de sentir dolor, y comenzó a perder la consciencia, esto lo obligó a sentarse recargado contra la pared del pasillo, completamente derrotado, la sangre seguía saliendo y su visión se esfumaba lentamente.
En ese silencio solo observaba con cuidado lo que acontecía a su alrededor, aquel ser que le robó su mano era verdaderamente asqueroso y repugnante lleno de maldad y malicia, Wood y Keyan esquivaban los tajazos desquiciados de esa criatura, 71 yacía en el suelo gritando unas palabras que no lograba comprender, - Alberic, viviras - Escucho Alberic en su mente. El volteo y vio una silueta conocida corriendo hacia el. - Aredhel... -Se dijo así mismo - Aredhel!!! - Grito a los siete vientos, olvidando por un instante su grave herida. La presencia de Aredhel le trajo una fuerza renovada para concentrarse mejor en lo que estaba ocurriendo en aquel instante, Alberic comenzó a procesar todo lo que veía de manera muy rápida, pudo ver su mano tirada entre pedazos de madera y piedra que una vez fueron una puerta, y vio que ahora Aredhel, Wood y Keyan se preparaban para ponerle fin a esa criatura, todos viéndose fieros y enfurecidos, listos para pelear. A El, no le quedaba más que permanecer puesto e intentar no ser un estorbo, por lo cual con la fuerza recién encontrada se levantó y se dirigió hacia donde su mano y por mero instinto la levantó y la conservo, y allí se volvió al suelo pues había perdido mucha sangre y no podía mantenerse de pie. Solo quedaba esperar y rezar por la victoria de sus compañeros.
Alberic se encontraba más al frente del grupo muy cercano a 71, distraído por infinidad de pensamientos al intentar discernir los verdaderos motivos del nuevo guia. Pensó en Aredhel y si ya había logrado escapar de ese maldito lugar, pensó en sus muchos viajes, y como todo culminó para ir a parar a donde se encontraba ahora, desearía que Aredhel estuviese allí aun...
Un fuerte golpe interrumpe su mente al ver que de una de las puertas a su derecha salió un ser maníaco que apestaba a muerte y entrañas, gritando desesperadamente y blandiendo un unas grandes tenazas y un cuchillo de carnicero. Todo pasó demasiado rápido para que Alberic pudiese percibir bien lo que estaba pasando cuando sintió de pronto primero un ardor y luego un tremendo dolor en la mano derecha, la calidez de la sangre recorriendo el antebrazo al levantarlo hacia sí para ver lo que había ocurrido… no lo podía creer, la visión se le volteaba y cerraba y daba vueltas, no comprendía qué había pasado, había perdido su mano… Alberic cayó de rodillas y por instinto sujeto donde antes estaba su mano con fuerza intentando detener los chorros de sangre que salían sin cesar, una gran conmoción estaba ocurriendo justo enfrente de él pero en ese momento solo podía escuchar un tenue zumbido y el silencio de su mente dejó de sentir dolor, y comenzó a perder la consciencia, esto lo obligó a sentarse recargado contra la pared del pasillo, completamente derrotado, la sangre seguía saliendo y su visión se esfumaba lentamente.
En ese silencio solo observaba con cuidado lo que acontecía a su alrededor, aquel ser que le robó su mano era verdaderamente asqueroso y repugnante lleno de maldad y malicia, Wood y Keyan esquivaban los tajazos desquiciados de esa criatura, 71 yacía en el suelo gritando unas palabras que no lograba comprender, - Alberic, viviras - Escucho Alberic en su mente. El volteo y vio una silueta conocida corriendo hacia el. - Aredhel... -Se dijo así mismo - Aredhel!!! - Grito a los siete vientos, olvidando por un instante su grave herida. La presencia de Aredhel le trajo una fuerza renovada para concentrarse mejor en lo que estaba ocurriendo en aquel instante, Alberic comenzó a procesar todo lo que veía de manera muy rápida, pudo ver su mano tirada entre pedazos de madera y piedra que una vez fueron una puerta, y vio que ahora Aredhel, Wood y Keyan se preparaban para ponerle fin a esa criatura, todos viéndose fieros y enfurecidos, listos para pelear. A El, no le quedaba más que permanecer puesto e intentar no ser un estorbo, por lo cual con la fuerza recién encontrada se levantó y se dirigió hacia donde su mano y por mero instinto la levantó y la conservo, y allí se volvió al suelo pues había perdido mucha sangre y no podía mantenerse de pie. Solo quedaba esperar y rezar por la victoria de sus compañeros.
Alberic Baudier
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
El silencio que sus pasos guardaban al subir las escaleras fue quebrado por un grito que le llevó la sangre a los pies. Comenzó a sentir en las sienes las palpitaciones aceleradas de su corazón, y aun cuando el lugar del que provenía aquel sonido podría contener su fin, corrió olvidando por completo sus precauciones.
Su olfato perspicaz le comunicó a medida de su avance la presencia de seres llenos de sangre viva y caliente. Alberic… se sentía familiarizada con aquellas paredes para su pesar, y la luz parpadeante impedía a su visión apreciar movimientos de forma leal. Pero dentro de esa confusa contemplación se mostró ante ella aquel grupo de heridos errantes y el aire se le volcó como un pequeño tornado en el pecho evitando que lograra exhalar cualquier grito de alerta que evitara el asalto de aquel maldito científico.
Estuvo lo suficientemente cerca para reconocer a los sobrevivientes, pero demasiado lejos para bloquear los ataques del desquiciado hombre, que enajenado blandía sus filos cortando el aire en una sinfonía de silbidos agudos. Echó a correr, y llena de desesperación observó como el único blanco que había alcazado la mano del agresor, fue precisamente su compañero, a quien buscara con la esperanza de evitarle un cruel destino. Tensó su quijada, y en vez del alivio que esperaba sentir al encontrar a su amigo, los nervios se le llenaron de pesar y rozaron en una locura que recordaba haber sentido en otros tiempos, pero cuando la voz de Alberic grito su nombre, la conciencia viajo de vuelta . Desenvainó su espada, cerrando el puño sobre ella con tal fuerza que las venas le saltaron sobre la piel. Los demás miembros del grupo se notaban agotados, o heridos… no reparó en ellos ni esperó apoyo alguno, prefería zanjar de una maldita vez y como fuere el fin de aquel engendro. Esquivó uno… dos, tres tajos lanzados por el científico, sin alguna otra técnica que su instinto liberado de la jaula. Dio un tajo con la espada, pero el infeliz era rápido en ese baile que llevaba, recibiendo únicamente un corte profundo en el lado izquierdo del pecho, herida por la cual comenzó a drenar sangre oscura y coagulada. El efecto de ese ataque provocó que soltara las enormes tijeras y rechinara los dientes con rabia –Perra… maldita perra, tu lo liberaste!- retrocedió recibiendo un roce en el hombro con aquel cuchillo, el cual le provoco una hemorragia discreta, y mirando furtivamente en dirección a Alberic se sintió ahogada de impotencia, el buen joven que dispuesto estuvo a acompañarla en parte de su viaje, había perdido su mano y ahora sangraba en abundancia… hubiera dado todo por convertirse en lobo, por cerrar su mandíbula alrededor del cráneo de aquel verdugo y hacerlo reventar. Un espasmo alteró su cuerpo No… no… sabía perfectamente, que de convertirse en lobo la muerte del científico era segura e inmediata, pero también lo sería la de todos los demás. Sacudió la cabeza y trago una bocanada de aire, el cuchillo de carnicero que quedaba en la mano del contrincante tenía un menor alcance, la herida en el pecho reducía la movilidad de uno de sus brazos, y su complexión era obviamente famélica. Vamos, una tajada más… el científico se distrajo con los otros dos presentes que aun heridos pudieron agredirlo, detalle que fue aprovechado por Aredhel para abrirle la piel, y casi rebabar su columna en dos.
Se quedó de pie, mirando sin mirar el cadáver… mientras luchaba por desaparecer los espasmos cada vez más débiles, abrazando una respiración ahora lenta, pero dificultosa. De repente recordó todo, y supo que al virar su espalda se encontraría con los delirios de un hombre que conocía, un hombre que merecía menos que nadie la perdida de una de sus mejores herramientas para vivir. Y así se encontró con los ojos alterados de Alberic, que con la espalda adherida a la pared contenía la hemorragia de su herida… la expresión de Aredhel se vistió de un inmenso padecer, claramente notable en sus facciones que comúnmente permanecían frías y lejanas.
Se acercó, e inclinándose frente a él dejó su espada en el suelo para colocar su mano sobre la herida de la cual manaba sangre tibia, ahora lentamente pero sin menguar. –Llegue tarde- frunció el entrecejo con severo reproche hacia sí misma, más trato de espabilarse. -Vámonos- miró de reojo al otro humano, y a la hembra licana –Conozco la salida… hay que moverse rápido- Enredó el brazo sano de Alberic en su cuello y lo ayudó a ponerse de pie.
Sólo un ligero tramo, y serían libres.
Su olfato perspicaz le comunicó a medida de su avance la presencia de seres llenos de sangre viva y caliente. Alberic… se sentía familiarizada con aquellas paredes para su pesar, y la luz parpadeante impedía a su visión apreciar movimientos de forma leal. Pero dentro de esa confusa contemplación se mostró ante ella aquel grupo de heridos errantes y el aire se le volcó como un pequeño tornado en el pecho evitando que lograra exhalar cualquier grito de alerta que evitara el asalto de aquel maldito científico.
Estuvo lo suficientemente cerca para reconocer a los sobrevivientes, pero demasiado lejos para bloquear los ataques del desquiciado hombre, que enajenado blandía sus filos cortando el aire en una sinfonía de silbidos agudos. Echó a correr, y llena de desesperación observó como el único blanco que había alcazado la mano del agresor, fue precisamente su compañero, a quien buscara con la esperanza de evitarle un cruel destino. Tensó su quijada, y en vez del alivio que esperaba sentir al encontrar a su amigo, los nervios se le llenaron de pesar y rozaron en una locura que recordaba haber sentido en otros tiempos, pero cuando la voz de Alberic grito su nombre, la conciencia viajo de vuelta . Desenvainó su espada, cerrando el puño sobre ella con tal fuerza que las venas le saltaron sobre la piel. Los demás miembros del grupo se notaban agotados, o heridos… no reparó en ellos ni esperó apoyo alguno, prefería zanjar de una maldita vez y como fuere el fin de aquel engendro. Esquivó uno… dos, tres tajos lanzados por el científico, sin alguna otra técnica que su instinto liberado de la jaula. Dio un tajo con la espada, pero el infeliz era rápido en ese baile que llevaba, recibiendo únicamente un corte profundo en el lado izquierdo del pecho, herida por la cual comenzó a drenar sangre oscura y coagulada. El efecto de ese ataque provocó que soltara las enormes tijeras y rechinara los dientes con rabia –Perra… maldita perra, tu lo liberaste!- retrocedió recibiendo un roce en el hombro con aquel cuchillo, el cual le provoco una hemorragia discreta, y mirando furtivamente en dirección a Alberic se sintió ahogada de impotencia, el buen joven que dispuesto estuvo a acompañarla en parte de su viaje, había perdido su mano y ahora sangraba en abundancia… hubiera dado todo por convertirse en lobo, por cerrar su mandíbula alrededor del cráneo de aquel verdugo y hacerlo reventar. Un espasmo alteró su cuerpo No… no… sabía perfectamente, que de convertirse en lobo la muerte del científico era segura e inmediata, pero también lo sería la de todos los demás. Sacudió la cabeza y trago una bocanada de aire, el cuchillo de carnicero que quedaba en la mano del contrincante tenía un menor alcance, la herida en el pecho reducía la movilidad de uno de sus brazos, y su complexión era obviamente famélica. Vamos, una tajada más… el científico se distrajo con los otros dos presentes que aun heridos pudieron agredirlo, detalle que fue aprovechado por Aredhel para abrirle la piel, y casi rebabar su columna en dos.
Se quedó de pie, mirando sin mirar el cadáver… mientras luchaba por desaparecer los espasmos cada vez más débiles, abrazando una respiración ahora lenta, pero dificultosa. De repente recordó todo, y supo que al virar su espalda se encontraría con los delirios de un hombre que conocía, un hombre que merecía menos que nadie la perdida de una de sus mejores herramientas para vivir. Y así se encontró con los ojos alterados de Alberic, que con la espalda adherida a la pared contenía la hemorragia de su herida… la expresión de Aredhel se vistió de un inmenso padecer, claramente notable en sus facciones que comúnmente permanecían frías y lejanas.
Se acercó, e inclinándose frente a él dejó su espada en el suelo para colocar su mano sobre la herida de la cual manaba sangre tibia, ahora lentamente pero sin menguar. –Llegue tarde- frunció el entrecejo con severo reproche hacia sí misma, más trato de espabilarse. -Vámonos- miró de reojo al otro humano, y a la hembra licana –Conozco la salida… hay que moverse rápido- Enredó el brazo sano de Alberic en su cuello y lo ayudó a ponerse de pie.
Sólo un ligero tramo, y serían libres.
Última edición por Aredhel el Dom 29 Jun - 8:47, editado 3 veces
Aredhel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Todos nos ponemos a caminar detrás de numero 71 que nos guía por un pasillo algo malo para mi herida de mi pierna pero esto no me impide seguir adelante y lo que hago es auto obligarme a seguir hacia delante lo mas rápido posible. Claramente por mucho que me esfuerzo no consigo ir a una velocidad demasiado rápida y parece ser que numero 71 se da cuenta porque dice que sino me curo la pierna sería mejor dejarme atrás porque les relentizo la marcha. A ver si por mi fuera me quedaría atrás pero sé perfectamente que Wood no me lo permitiría y que seguramente Alberic tampoco por lo que poniendo mi mejor cara le digo a 71:
-Tranquilo os puedo seguir perfectamente.
Llegamos a unas escaleras que bajan hacia abajo y claramente nosotros las bajamos. Por suerte bajando las escaleras soy mas rápido que andando porque bajo los escalones a la pata coja y así me muevo mas rápido. Cuando llegamos al pasillo de abajo me fijo que no es mucho mejor que el de arriba y esto me hace soltar un suspiro de frustración. Empezamos a recorrer el pasillo guiados aun por numero 71 que es seguido por Alberic mientras Wood y yo estamos algo mas atrás. "-Vamos Keyan muévete mas rápido".-pienso mientras me esfuerzo por caminar mas rápido de lo que ya lo hago. De repente de una puerta sale una criatura humanoide que en su mano derecha lleva unas tenazas y en la izquierda un machete. Voy a gritar para que tengan cuidado cuando la criatura utilizando las tenazas le amputa la mano a Alberic. La criatura grita de forma airada pero entonces me fijo que una mujer aparece a lo lejos detrás de la criatura. Oigo a Alberic gritar el nombre de la chica, "Aredhel", su amiga a aparecido de repente. Aredhel sale corriendo hacia la criatura que la recibe lanzando golpes a diestro y siniestro pero ninguno consigue acertar en la chica. Aredhel lanza un ataque contra la criatura que a pesar de su velocidad lo recibe de lleno y esto hace que las tenazas le caigan al suelo. Al ver el impetu de Aredhel yo aferro mas fuerte mi espada y me coloco en posición de pelea, una posición que en mi estado no es muy cómoda. Lanzo dos ataques diagonales contra la criatura pero a causa de apoyar con fuerza la pierna mala estos ataques pierden fuerza y velocidad por lo que la criatura los esquiva como si nada. Tras lanzar los ataques caigo al suelo a causa de que mi pierna no soporta ya tanto esfuerzo. Una vez en el suelo no puedo ver lo que sucede con la criatura solo sé que al cabo de un pequeño rato escucho un fuerte golpe. Me siento en el suelo y entonces veo: a la criatura tirada en el suelo posiblemente muerta y a Aredhel acercándose a Alberic. Oigo como Aredhel le dice algo a Alberic y luego nos dice a nosotros que sabe donde esta la salida y que la sigamos.
-Bien te seguiremos.-Digo mientras me levanto ayudándome de mi espada para hacerlo.
Miro a Alberic el cual no parece estar muy bien y luego nos miro a todos incluyendome a mi. Cuando me miro la herida de la pierna compruebo que el trozo de la túnica que la tapa se ha vuelto mas rojo lo que significa que he perdido algo de sangre en el trascurso de la pelea y el camino. "-Esperemos que la salida este cerca."
Keyan Farlander
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Finalmente todos habíamos ido tras el fantásticamente misterioso 71. Alberic y él iban por delante mientras Keyan y yo nos ayudábamos mutuamente para poder avanzar tanto en las escaleras como en los interminables pasillos. Estaba ya hartándome de la situación cuando un estridente sonido acompañado de astillas y una mano voladora me quitaron de mi ensimismamiento.
¿Pero qué demonios? pregunté enderezándome y salir de esa posición extraña en la que me había replegado por la sorpresa. El humano cayó de rodillas al suelo en una escena absolutamente sangrienta y de sufrimiento. Su sangre hacía que se me hiciera la boca agua y por un momento olvidé a Keyan. Cuando me di cuenta, estaba en cuatro patas, en mi forma de bestia al costado del 71 que aún parecía fuera de contexto y aturdido en el suelo.
Una figura de cuero y huesos atacaba de diestra y siniestra con grandes tenazas de acero. No podía entender cómo con esa contextura era capaz de mantener semejantes armas. Su piel vieja, estaba pegada a los pocos músculos que sobresaltaban en sus brazos y piernas. De su cráneo colgaban unos mechones grises que ondeaban en el aire con la fuerza a la que se movía.
El olor pútrido enmarcaba la escena. La sangre, no sólo de Alberic, sino de alguna otra víctima bañaba todo aquello que no estaba cubierto por ropa, que a propósito, consistía su atavío en un delantal curtido por el tiempo y el trabajo. Su boca estaba cubierta por una tela y los ojos se escondían tras el marco redondo de los lentes fondo de botella. Múltiples cicatrices gritaban que tuviera cuidado con él, así como sus gruñidos ferales.
El nombre “Aredhel” llenó el aire que frío nos abrazaba bajo aquellas luces intermitentes. Se hacía difícil por lo tanto, poder vislumbrar correctamente aquellos ágiles golpes que nos seguían donde quiera. Como invocada por el llamado, una figura femenina entró en acción. Su esencia la delataba y sus exquisitos instintos también: se trataba de una mujer lobo, un ser fiero que no dejaba de avanzar y logró desprender a la cosa esa de su arma principal, aunque aún le quedaba un cuchillo. ¡Era el momento, debía ir a ayudarle!
Corrí torpemente hacia el bulto moviente, aunque mi visión era una porquería, la marca de la sangre guió mi olfato para poder morderle el otro hombro con toda la fuerza que fui capaz de reunir. Aunque mi objetivo hubiese sido el cuello o la cabeza, en ese momento no me encontraba con toda mi energía y mi cuerpo no respondía como debía. La carne de la bestia era magra y de un sabor asqueroso. El fluido que emanaba de su cuerpo era poco menos que ácido, como el vómito de una rata. Después de romper todo lo que pude con mis caninos, me vi forzada a soltarle retrocediendo varios pasos para alcanzar mis hachas.
Para cuando me giré a atacar, me topé con la escena menos planeada. La tal Aredhel se había encargado de la bestia por sí misma y se reunía con su compañero. Miré al 71 y a Keyan, asintiendo a sus palabras. Al pasar por el costado del cuerpo, no dudé en patearlo con saña un par de veces. Después de un bufido, fui por la mano de Alberic, la que puse frente a él con el mayor respeto que pude y al final, le ofrecí mi hombro de bestia a mi compañero humano. “Adelante” pensé, mirando al frente.
¿Pero qué demonios? pregunté enderezándome y salir de esa posición extraña en la que me había replegado por la sorpresa. El humano cayó de rodillas al suelo en una escena absolutamente sangrienta y de sufrimiento. Su sangre hacía que se me hiciera la boca agua y por un momento olvidé a Keyan. Cuando me di cuenta, estaba en cuatro patas, en mi forma de bestia al costado del 71 que aún parecía fuera de contexto y aturdido en el suelo.
Una figura de cuero y huesos atacaba de diestra y siniestra con grandes tenazas de acero. No podía entender cómo con esa contextura era capaz de mantener semejantes armas. Su piel vieja, estaba pegada a los pocos músculos que sobresaltaban en sus brazos y piernas. De su cráneo colgaban unos mechones grises que ondeaban en el aire con la fuerza a la que se movía.
El olor pútrido enmarcaba la escena. La sangre, no sólo de Alberic, sino de alguna otra víctima bañaba todo aquello que no estaba cubierto por ropa, que a propósito, consistía su atavío en un delantal curtido por el tiempo y el trabajo. Su boca estaba cubierta por una tela y los ojos se escondían tras el marco redondo de los lentes fondo de botella. Múltiples cicatrices gritaban que tuviera cuidado con él, así como sus gruñidos ferales.
El nombre “Aredhel” llenó el aire que frío nos abrazaba bajo aquellas luces intermitentes. Se hacía difícil por lo tanto, poder vislumbrar correctamente aquellos ágiles golpes que nos seguían donde quiera. Como invocada por el llamado, una figura femenina entró en acción. Su esencia la delataba y sus exquisitos instintos también: se trataba de una mujer lobo, un ser fiero que no dejaba de avanzar y logró desprender a la cosa esa de su arma principal, aunque aún le quedaba un cuchillo. ¡Era el momento, debía ir a ayudarle!
Corrí torpemente hacia el bulto moviente, aunque mi visión era una porquería, la marca de la sangre guió mi olfato para poder morderle el otro hombro con toda la fuerza que fui capaz de reunir. Aunque mi objetivo hubiese sido el cuello o la cabeza, en ese momento no me encontraba con toda mi energía y mi cuerpo no respondía como debía. La carne de la bestia era magra y de un sabor asqueroso. El fluido que emanaba de su cuerpo era poco menos que ácido, como el vómito de una rata. Después de romper todo lo que pude con mis caninos, me vi forzada a soltarle retrocediendo varios pasos para alcanzar mis hachas.
Para cuando me giré a atacar, me topé con la escena menos planeada. La tal Aredhel se había encargado de la bestia por sí misma y se reunía con su compañero. Miré al 71 y a Keyan, asintiendo a sus palabras. Al pasar por el costado del cuerpo, no dudé en patearlo con saña un par de veces. Después de un bufido, fui por la mano de Alberic, la que puse frente a él con el mayor respeto que pude y al final, le ofrecí mi hombro de bestia a mi compañero humano. “Adelante” pensé, mirando al frente.
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
El silencio inundó el pasillo, solo los quejidos de dolor resonaban entre las paredes. El número 71 se levantó con cuidado e inseguro se acercó al cadáver del científico, tendido en el suelo. Incrédulo le dio un ligero toquecito con la puerta del pie. Nada. Volvió a toquetearlo y cuando vio que no parecía estar con ánimos de levantarse se echó a reír frenéticamente.
- ¡Lo habéis matado…! –
Se levantó en busca de sus compañeros y se encontró con que estos ya estaban de camino hacia la libertad. Los aventureros habían empezado a bajar las escaleras a paso de caracol y este no dudó un solo segundo en alcanzarlos. Los siguió, mirando a los lados con nervios. Parecía estar esperando que cualquier otra cosa pasase. Como si no creyese que podría ser tan fácil. No se equivocaba.
Una vez que todos habían llegado al piso bajo, de las escaleras que llevaban al sótano apareció la enorme masa de carne, apisonando todo a su paso. Corrió dirigiéndose al que más cerca tenía, Alberic, pero poco antes de llegar otra fuerza extraña apareció. Una sombra oscura llegó y desapareció igual de rápido, levitando desde dentro de un conducto de aire. Algo que no pudieron ver pero sí sentir agarró al monstruo del pie y lo levantó en el aire, empezando a golpearlo contra la pared, haciendo aparecer la sangre a chorros, hasta que finalmente lo empujó contra la reja del conducto metálico y quedó echo papillas.
El número 71 se quedó atónito, observando la escena aterrado. – Es él… Mo-moriremos… - A punto estuvo de derrumbarse en el suelo pero de alguna forma u otra logró proseguir junto a sus compañeros.
La puerta principal seguía abierta.
Off2: Como habréis notado no he estado disponible un par de días, y lo cierto es que seguirá siendo así. Avisé a algunos de vosotros, pero no a todos, así que lo lamento por los que les tomó por sorpresa.
//Objetivo: ¡¡¡Un último post cada uno!!! Suerte.//
- ¡Lo habéis matado…! –
Se levantó en busca de sus compañeros y se encontró con que estos ya estaban de camino hacia la libertad. Los aventureros habían empezado a bajar las escaleras a paso de caracol y este no dudó un solo segundo en alcanzarlos. Los siguió, mirando a los lados con nervios. Parecía estar esperando que cualquier otra cosa pasase. Como si no creyese que podría ser tan fácil. No se equivocaba.
Una vez que todos habían llegado al piso bajo, de las escaleras que llevaban al sótano apareció la enorme masa de carne, apisonando todo a su paso. Corrió dirigiéndose al que más cerca tenía, Alberic, pero poco antes de llegar otra fuerza extraña apareció. Una sombra oscura llegó y desapareció igual de rápido, levitando desde dentro de un conducto de aire. Algo que no pudieron ver pero sí sentir agarró al monstruo del pie y lo levantó en el aire, empezando a golpearlo contra la pared, haciendo aparecer la sangre a chorros, hasta que finalmente lo empujó contra la reja del conducto metálico y quedó echo papillas.
El número 71 se quedó atónito, observando la escena aterrado. – Es él… Mo-moriremos… - A punto estuvo de derrumbarse en el suelo pero de alguna forma u otra logró proseguir junto a sus compañeros.
La puerta principal seguía abierta.
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Off: Aredhel, tu post de combate ha sido impresionante, pero te has excedido un poco en tus acciones. Lo dejaré pasar pues no debes de estar acostumbrada, pero ándate con ojo con ello. Has de hacer caso a las indicaciones y pensar en que debes de dar espacio a tus compañeros para actuar. El matar o no a un personaje de tal categoría es decisión del master. Off2: Como habréis notado no he estado disponible un par de días, y lo cierto es que seguirá siendo así. Avisé a algunos de vosotros, pero no a todos, así que lo lamento por los que les tomó por sorpresa.
//Objetivo: ¡¡¡Un último post cada uno!!! Suerte.//
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Creo haber dado tiempo más que suficiente. Alberic, se salta tu turno.
Orden: Aredhel - Keyan - Woodpeker - Alberic.
Aredhel, tienes 24 h para contestar. Si hay cualquier impedimento, por favor, envíame un MP.
Orden: Aredhel - Keyan - Woodpeker - Alberic.
Aredhel, tienes 24 h para contestar. Si hay cualquier impedimento, por favor, envíame un MP.
Othel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Off:Dado que: Aredhel mandó privados porque no podría postear ahora y Keyan ha anunciado su retirada por unos días en el subforo de despedidas, he aqui mi contribución a la quest
Todos estábamos cansados, nos dirigíamos cabizbajos hacia la puerta. El olor al agua que afuera había caído delataba su proximidad. Me preguntaba si aún llovería y si mis animales estarían bien, si algo les hubiera pasado en mi ausencia me lo reprocharía durante el resto de mi maldita existencia. El tipo desconocido y misterioso nos alcanzó entre feliz y desconfiado, venía en un trote de niño pero con la naturaleza de un perro asustado. De tener cola, seguro la llevaba entre las patas.
Observé a Keyan. Cada vez se recargaba más sobre mí, su rostro estaba bastante drenado y su temperatura corporal estaba baja. Me preguntaba con asommbro sobre la naturaleza humana. Alberic había sido amputado, pero resistía como toda una fiera. Al parecer, en contra de todos los pronósticos, la más débil del grupo era yo. Suspiré ante la idea, pensando en que tendría mucho trabajo que hacer en el futuro…
Me encontraba demasiado distraída como para percatarme de la presencia de la gran masa de carne, aquella que habíamos visto en el primer momento en que nos inmiscuimos en la mansión y la misma que nos atacó dos veces, hiriendo a Keyan. No pude más que gruñir por lo bajo para alertar a mis compañeros, aunque como de costumbre en esas últimas horas, yo estaba siendo la última en reaccionar. Un delgado hilo de baba bajó por entre mis dientes mientras buscaba una forma de matarle en mi cabeza.
Las horas en el pantano, las escaramuzas y peleas ya habían estado pasando factura a mi maltrecho cuerpo. Me dolían los músculos y las transformaciones me habían dejado agotada. Lo único que estaba en mis manos era morder algo y no soltarlo hasta morir. Si perecía al menos lo haría con la dignidad de un lobo. Todo estaba decidido. Todo. Hasta que llegó una ráfaga negra, una especie de espectro, en realidad era como un viento frío y violento que arrolló como un mastodonte a la figura que probablemente no supo qué le golpeó
Ni que yo lo supiera tampoco, pero ¿para qué preguntármelo? “moriremos” volvió a decir ese cachorro asustado y negativo. Quería echarle una buena puteada y darle unos cuantos zapes pero para entonces ya había corrido por mi vida. La valentía y energía que solía desbordarme ya habían llegado a su límite y ahora estaba echando mano a las reservas. Sólo me interesaba correr por mi vida y la del maltrecho Keyan. Si ese imbécil seguía clocqueando como una gallina clueca acerca de la muerte, con gusto aceptaría su sacrificio para darnos algo más de tiempo en la huida.
Por fortuna o desgracia pareció despabilar a tiempo como para seguirnos. La sangre de la gran masa de carne saltaba de su cuerpo como si fuese una cascada. ¿Es que tenía sangre infinita? Y la otra cosa estaba bastante centrada en deshacerse de ella. Con ese volumen tendría un buen rato si quería trocearlo como parecía ser su intención. Una vez que atravesara el umbral de la puerta, me juraría no volver a relacionarme en este tipo de cosas y no seguir a Bravía a donde quisiese.
Todos estábamos cansados, nos dirigíamos cabizbajos hacia la puerta. El olor al agua que afuera había caído delataba su proximidad. Me preguntaba si aún llovería y si mis animales estarían bien, si algo les hubiera pasado en mi ausencia me lo reprocharía durante el resto de mi maldita existencia. El tipo desconocido y misterioso nos alcanzó entre feliz y desconfiado, venía en un trote de niño pero con la naturaleza de un perro asustado. De tener cola, seguro la llevaba entre las patas.
Observé a Keyan. Cada vez se recargaba más sobre mí, su rostro estaba bastante drenado y su temperatura corporal estaba baja. Me preguntaba con asommbro sobre la naturaleza humana. Alberic había sido amputado, pero resistía como toda una fiera. Al parecer, en contra de todos los pronósticos, la más débil del grupo era yo. Suspiré ante la idea, pensando en que tendría mucho trabajo que hacer en el futuro…
Me encontraba demasiado distraída como para percatarme de la presencia de la gran masa de carne, aquella que habíamos visto en el primer momento en que nos inmiscuimos en la mansión y la misma que nos atacó dos veces, hiriendo a Keyan. No pude más que gruñir por lo bajo para alertar a mis compañeros, aunque como de costumbre en esas últimas horas, yo estaba siendo la última en reaccionar. Un delgado hilo de baba bajó por entre mis dientes mientras buscaba una forma de matarle en mi cabeza.
Las horas en el pantano, las escaramuzas y peleas ya habían estado pasando factura a mi maltrecho cuerpo. Me dolían los músculos y las transformaciones me habían dejado agotada. Lo único que estaba en mis manos era morder algo y no soltarlo hasta morir. Si perecía al menos lo haría con la dignidad de un lobo. Todo estaba decidido. Todo. Hasta que llegó una ráfaga negra, una especie de espectro, en realidad era como un viento frío y violento que arrolló como un mastodonte a la figura que probablemente no supo qué le golpeó
Ni que yo lo supiera tampoco, pero ¿para qué preguntármelo? “moriremos” volvió a decir ese cachorro asustado y negativo. Quería echarle una buena puteada y darle unos cuantos zapes pero para entonces ya había corrido por mi vida. La valentía y energía que solía desbordarme ya habían llegado a su límite y ahora estaba echando mano a las reservas. Sólo me interesaba correr por mi vida y la del maltrecho Keyan. Si ese imbécil seguía clocqueando como una gallina clueca acerca de la muerte, con gusto aceptaría su sacrificio para darnos algo más de tiempo en la huida.
Por fortuna o desgracia pareció despabilar a tiempo como para seguirnos. La sangre de la gran masa de carne saltaba de su cuerpo como si fuese una cascada. ¿Es que tenía sangre infinita? Y la otra cosa estaba bastante centrada en deshacerse de ella. Con ese volumen tendría un buen rato si quería trocearlo como parecía ser su intención. Una vez que atravesara el umbral de la puerta, me juraría no volver a relacionarme en este tipo de cosas y no seguir a Bravía a donde quisiese.
Woodpecker
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Comenzaba a sentir con claridad los estragos de la infortunada travesía, los músculos adoloridos habían sido olvidados por su mente cuando la adrenalina se le inyectara en cada vena, pero ahora, con el peso de Alberic a su costado, la vibración de su cuerpo a cada pisada le punzaba, sobre todo en la espalda donde recibió el impacto que le absorbiera la conciencia.
Por fin los peldaños terminaron, nadie tenía animo ni atención para pronunciar palabra alguna… el cansancio y la desesperación se les leía en el rostro. Al final del corredor la puerta se mostraba abierta, enmarcando la salvación que la loba no tuvo tiempo de saborear, mostrando la lluvia que continuaba su lánguida e incesante canción. Canción que fue interrumpida por unos pasos que retumbaron, antecediendo la aparición de la enorme masa asquerosa cuyo rostro ya todos conocían, cubriendo aquella bella visión de libertad. Ellos iban a la cabeza, la loba y el humano herido… y vio como los ojos llenos de furia se estacionaban sobre Alberic, hiriéndolo incluso antes de tocarlo. Su brazo se aferro al torso del joven que aún conservaba su maltrecho sombrero sobre su cabeza, cabizbajo, pero con los ojos tan despiertos y hambrientos de vida que no permitiría que sus posibilidades colapsaran en ese punto, en el que un insignificante esfuerzo podría marcar la diferencia.
Aredhel desenfundó su espada, y no dejó de caminar lentamente hacia aquella mole amenazante, un cuadro quizás ridículo, dos figuras lentas y heridas, apunto de deshacerse sobre el suelo… contra una bestia de enormes dimensiones corriendo hacia ellos como un animal rabioso. Quizás el miedo que la loba creía ya no poseer se había convertido en locura, dotándola de esa osadía sin esperanzas. Pero que más quedaba… que más…
La temperatura bajó súbitamente, y la piel se le erizó como a un cachorro asustado ante el gruñido silencioso de un depredador alfa.
– Es él… Mo-moriremos… -
Escuchó aquel susurro pusilánime y lo espanto de su cabeza como a una mosca fastidiosa. Observó absorta como una sombra espantaba a la bestia y finalmente la tomaba para desmembrarla con paciencia contra las paredes y las rendijas, salpicando sangre por todos lados y en todas direcciones. Que todo se fuera al diablo, no iba a permanecer inmóvil tratando de comprender que sucedía, si aquella era una energía bondadosa o un ente simplemente ansioso de violencia.
-Vamos Alberic… sólo unos pasos más-sólo unos pasos más, o la muerte.
Susurro con su voz trémula, e instó al pobre de su amigo humano a exceder sus fuerzas, a acelerar el paso, en aquella supervivencia todos se habían sumergido en el egoísmo, cada quien se salvaba a sí mismo y al más próximo que tuviese en sus afectos. Por suerte la puerta seguía abierta aun con la ráfaga de viento que la sombra trajera, temía que hubiera vuelto a cerrarse y perder tiempo en abrirla con esa tarjeta luminosa que conservaba.
No soltó su espada, y su mano izquierda se aferro más al cuerpo de Alberic, como si temiera que el aire se lo arrancara… y por fin, cruzaron el umbral.
Por fin los peldaños terminaron, nadie tenía animo ni atención para pronunciar palabra alguna… el cansancio y la desesperación se les leía en el rostro. Al final del corredor la puerta se mostraba abierta, enmarcando la salvación que la loba no tuvo tiempo de saborear, mostrando la lluvia que continuaba su lánguida e incesante canción. Canción que fue interrumpida por unos pasos que retumbaron, antecediendo la aparición de la enorme masa asquerosa cuyo rostro ya todos conocían, cubriendo aquella bella visión de libertad. Ellos iban a la cabeza, la loba y el humano herido… y vio como los ojos llenos de furia se estacionaban sobre Alberic, hiriéndolo incluso antes de tocarlo. Su brazo se aferro al torso del joven que aún conservaba su maltrecho sombrero sobre su cabeza, cabizbajo, pero con los ojos tan despiertos y hambrientos de vida que no permitiría que sus posibilidades colapsaran en ese punto, en el que un insignificante esfuerzo podría marcar la diferencia.
Aredhel desenfundó su espada, y no dejó de caminar lentamente hacia aquella mole amenazante, un cuadro quizás ridículo, dos figuras lentas y heridas, apunto de deshacerse sobre el suelo… contra una bestia de enormes dimensiones corriendo hacia ellos como un animal rabioso. Quizás el miedo que la loba creía ya no poseer se había convertido en locura, dotándola de esa osadía sin esperanzas. Pero que más quedaba… que más…
La temperatura bajó súbitamente, y la piel se le erizó como a un cachorro asustado ante el gruñido silencioso de un depredador alfa.
– Es él… Mo-moriremos… -
Escuchó aquel susurro pusilánime y lo espanto de su cabeza como a una mosca fastidiosa. Observó absorta como una sombra espantaba a la bestia y finalmente la tomaba para desmembrarla con paciencia contra las paredes y las rendijas, salpicando sangre por todos lados y en todas direcciones. Que todo se fuera al diablo, no iba a permanecer inmóvil tratando de comprender que sucedía, si aquella era una energía bondadosa o un ente simplemente ansioso de violencia.
-Vamos Alberic… sólo unos pasos más-sólo unos pasos más, o la muerte.
Susurro con su voz trémula, e instó al pobre de su amigo humano a exceder sus fuerzas, a acelerar el paso, en aquella supervivencia todos se habían sumergido en el egoísmo, cada quien se salvaba a sí mismo y al más próximo que tuviese en sus afectos. Por suerte la puerta seguía abierta aun con la ráfaga de viento que la sombra trajera, temía que hubiera vuelto a cerrarse y perder tiempo en abrirla con esa tarjeta luminosa que conservaba.
No soltó su espada, y su mano izquierda se aferro más al cuerpo de Alberic, como si temiera que el aire se lo arrancara… y por fin, cruzaron el umbral.
Aredhel
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Cada vez se sentía más pesado su cuerpo y su visión se oscurecía, su respirar se le dificultaba, y su escuchar perdía agudeza convirtiendo todo ruido y voces en ecos distantes, todo pasaba rápido alrededor pero lento para él, parecía un sueño. Su consciencia se mantenía sin embargo, sabía que Aredhel seguía a su lado, usando todas sus fuerzas para no separarse otra vez, ayudándolo, instándolo a correr al su mismo paso. La salida estaba cerca, el fin a aquel endemoniado lugar se avecinaba, parecía que la librarían. Corriendo por el último corredor rumbo a la puerta que aún estaba abierta, solo unos metros más cuando lo impensable sucedió…
Alberic en su estado ya sentía frio a causa de la perdida de tanta sangre, pero repentinamente la temperatura se hizo sentir tan helada como la muerte, la mole les bloqueaba el camino…
Sin perder el valor y determinación para seguir, Aredhel saco su espada aun teniendo bien sujetado a Alberic y este uso sus últimos alientos para no ser tan pesada carga, dispuesto a pelear y morir si así debía ser cuando la bestia arremetió contra ellos pero en un momento aquella amenaza se detuvo y comenzó a sangrar incesablemente, Alberic no pudo ver que es lo que le había pasado o quien la había vencido y francamente no le importo, solo se concentró en seguir a lado de Aredhel y correr fuera de ese lugar. Cosa que ambos hicieron sin esperar a ver qué pasaba después.
“Vamos Alberic… sólo unos pasos más” eso si lo escucho claramente, y le brindo la fuerza necesaria para seguir adelante corriendo y olvidando que había perdido una mano y que casi muere hasta que por fin alcanzaron aquella bendita y maldita puerta por la que entraron y ahora, salían…
Alberic en su estado ya sentía frio a causa de la perdida de tanta sangre, pero repentinamente la temperatura se hizo sentir tan helada como la muerte, la mole les bloqueaba el camino…
Sin perder el valor y determinación para seguir, Aredhel saco su espada aun teniendo bien sujetado a Alberic y este uso sus últimos alientos para no ser tan pesada carga, dispuesto a pelear y morir si así debía ser cuando la bestia arremetió contra ellos pero en un momento aquella amenaza se detuvo y comenzó a sangrar incesablemente, Alberic no pudo ver que es lo que le había pasado o quien la había vencido y francamente no le importo, solo se concentró en seguir a lado de Aredhel y correr fuera de ese lugar. Cosa que ambos hicieron sin esperar a ver qué pasaba después.
“Vamos Alberic… sólo unos pasos más” eso si lo escucho claramente, y le brindo la fuerza necesaria para seguir adelante corriendo y olvidando que había perdido una mano y que casi muere hasta que por fin alcanzaron aquella bendita y maldita puerta por la que entraron y ahora, salían…
Alberic Baudier
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Mis fuerzas me habandonan, mi pierna herida casi no me responde y lo único que puedo hacer es poyarme con mayor fuerza en Wood. "Estamos todos demasiado agotados y heridos como para hacer frente a cualquier amenaza que se nos presente... solo espero que la salida este cerca" pienso mientras bajamos la escalera con numero 71 detrás nuestra. Las escaleras se me hacen interminable pero cuando llego a bajo doy gracias de que los escalones se hayan acabado porque bajarlos me estaba resultando mortal. Al llegar abajo y caminar un poco la mole aparece ante nuestros ojos y lo único que yo hago en respuestas es desapoyarme de Wood y empuñar mi espada con las dos manos. Sé que estoy cansado, sé que estoy herido pero si tengo que luchar por vivir yo y mis compañeros lo are sin pensarlo.
Lo siguiente que sucede no lo espero y no me lo creo, una masa negra parecida a los espectros de los cuentos enviste a la mole y se pone a despedazarla. Mis ojos se quedan clavados en el espectro destrozando a la mole y mi espada aun delante mia levantada por unas manos que tiemblan al ver la escena que tengo delante. No reacciono enseguida a la huida de mis compañeros ya que estoy algo paralizado por lo que estoy virendo pero cuando reacciono hago acopio de fuerzas e intento correr para alcanzarlos. Por fin todos cruzan la puerta y yo cuando lo hago suerto un suspiro de alivio y me dejo caer sobre mis rodillas completamente exausto, dolorido y algo asustado.
-Se acabo. Por fin se acabo.
Lo siguiente que sucede no lo espero y no me lo creo, una masa negra parecida a los espectros de los cuentos enviste a la mole y se pone a despedazarla. Mis ojos se quedan clavados en el espectro destrozando a la mole y mi espada aun delante mia levantada por unas manos que tiemblan al ver la escena que tengo delante. No reacciono enseguida a la huida de mis compañeros ya que estoy algo paralizado por lo que estoy virendo pero cuando reacciono hago acopio de fuerzas e intento correr para alcanzarlos. Por fin todos cruzan la puerta y yo cuando lo hago suerto un suspiro de alivio y me dejo caer sobre mis rodillas completamente exausto, dolorido y algo asustado.
-Se acabo. Por fin se acabo.
Keyan Farlander
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Re: El laboratorio abandonado - La sombra del fin [QUEST]
Una ráfaga misteriosa cerró la puerta una vez que todos los que debían salir, salieron. Todo lo que debía quedar atrapado en aquel infierno así lo hizo y todo pareció haber terminado al fin. El número 71 caminó perdido por unos segundos, empapándose bajo la lluvia en un trance escalofriante. Instantes después se giró hacia sus salvadores y las lágrimas de un hombre agradecido empezaron a mezclarse con el caer de la lluvia. Poco le importó el honor o la verguenza, lo único que tenía frente a sí era la salida que tanto tiempo había anhelado. La libertad.
- Estamos... Estamos fuera... - consiguió pronunciar al fin.
Los aventureros tardaron un tiempo en poder alejarse lo suficiente de aquellos muros infernales hasta poder respirar con tranquilidad, pero finalmente lo consiguieron. Salieron con vida.
Cuando llegó el momento apropiado, como si la memoria perdida del paciente número 71 hubiese vuelto aunque solo fuese en minoría, este ayudó a sus salvadores a sanar, al menos parcialmente, las heridas que adornaban sus cuerpos. Realizó las primeras ayudas necesarias y aconsejó un tratamiento mucho más rebuscado cuanto antes, sobre todo para aquellos con grandes heridas. Después de ello, poco tuvieron de qué hablar. A cada uno de ellos les dio un pequeño saquito como agradecimiento y se perdió en el pantano, no sin antes despedirse de la única forma que pudo hacerlo.
- Aún no ha acabado... Ese maldito lugar... Ese maldito edificio seguirá ahí hasta no ser destruido por completo... Los secuestros, torturas y asesinatos seguirán sucediendo entre sus paredes... Los monstruos de su interior seguirán impunes hasta no ser purificados... Yo... Yo trataré de hacer algo. Trataré de terminar con todo... Trataré... - se marchó pensativo.
Sus historias en aquellas tierras habían acabado, pero la historia de aquella tierra no había echo más que empezar.
Woodpeker - Aredhel - Alberic - Keyan:
30 puntos + los ganados por reputación + bolsita de cuero
Nafen:
30 puntos + los ganados por reputación + Tim
En los próximos días se os sumarán los puntos asignados. No olvidéis agregar la bolsita a vuestro inventario de objetos master: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- Estamos... Estamos fuera... - consiguió pronunciar al fin.
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Los aventureros tardaron un tiempo en poder alejarse lo suficiente de aquellos muros infernales hasta poder respirar con tranquilidad, pero finalmente lo consiguieron. Salieron con vida.
Cuando llegó el momento apropiado, como si la memoria perdida del paciente número 71 hubiese vuelto aunque solo fuese en minoría, este ayudó a sus salvadores a sanar, al menos parcialmente, las heridas que adornaban sus cuerpos. Realizó las primeras ayudas necesarias y aconsejó un tratamiento mucho más rebuscado cuanto antes, sobre todo para aquellos con grandes heridas. Después de ello, poco tuvieron de qué hablar. A cada uno de ellos les dio un pequeño saquito como agradecimiento y se perdió en el pantano, no sin antes despedirse de la única forma que pudo hacerlo.
- Aún no ha acabado... Ese maldito lugar... Ese maldito edificio seguirá ahí hasta no ser destruido por completo... Los secuestros, torturas y asesinatos seguirán sucediendo entre sus paredes... Los monstruos de su interior seguirán impunes hasta no ser purificados... Yo... Yo trataré de hacer algo. Trataré de terminar con todo... Trataré... - se marchó pensativo.
Sus historias en aquellas tierras habían acabado, pero la historia de aquella tierra no había echo más que empezar.
Fin
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¡QUEST FINALIZADA SATISFACTORIAMENE!
Ha sido una quest larga y pesada, pero os felicito por haberla terminado con éxito. También he de pedir disculas por el comportamiento poco profesional que os he mostrado. Por razones personales no fui capaz de proseguir en un periodo de tiempo tan exagerado, lo lamento. Espero que aún después de esto continuéis con ansias de seguir roleando. Esta ha sido, por el momento, mi última quest. Recompensas:
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- Bolsita::
- En su interior hay 3 setas, producto de las podridas tierras del laboratorio. Cada una tiene un efecto; parálisis, risa y alucinaciones. Es imposible distinguirlas, así pues, será la suerte, una vez más, la que decida el efecto de cada una. (Para ello contactar al master4 en su uso.)[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Nafen:
30 puntos + los ganados por reputación + Tim
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