Lunargenta, historia y urbanismo.

Lunargenta fue fundada por Aemir, hijo de Harald, nieto de Erik el rojo. Comenzó siendo un simple poblado donde vivían cuatro tribus, los Carsten, los Baslod, los Vulwulf y los Roiland. Las cuatro tribus convivían en paz en Luërgnet, el nombre inicial de la que conocemos ahora como Lunargenta. Pero pronto iniciaron las disputas por el poder, el consejo tribal se rompió ante la coacción de las razas de Aerandir que hostigaban continuamente el poblado. Las cuatro tribus se separaron formando cada una ciudad. Baslodia de los Baslod, Roilkat de los Roiland y Vulwulfar de los Vulwulf, fueron los Carsten quienes se quedaron con Luërgnet, que poco a poco derivó a Lunargenta para facilitar el nombre a los residentes.

Tras varias disputas por el territorio se hizo una división de la península de Verisar y se firmó La paz de las cuatro ciudades, que consistía en un pacto de no agresión a ninguna de las cuatro ciudades. Poco avpoco las ciudades fueron evolucionando, cada una en un ámbito diferente, Lunargenta en el comercio marítimo con los dragones, Baslodia en el cultivo de grano, Roikat en la elaboración de productos de lujo y Vulwulfar en la metalurgia armamentística. Debido a los constantes intercambios comerciales entre las cuatro ciudades, se firmó El concordato de Roikat, firmado en esa misma ciudad con el fin de librar de cualquier diezmo los intercambios comerciales entre las cuatro ciudades.

Actualmente, podemos decir que la península de Verisar se rige por un sistema feudal, en el que los cuatro señores feudales se reparten las tierras, que son trabajadas a su vez por sus aldeanos a cambio de una parte de sus cultivos. El rey de Lunargenta, pese a su rango de rey, es lo que llamamos un primus inter pares, primero entre iguales.


Tras la muerte del rey Alathos a mano de su sobrino, Frendel, y al morir sin descendencia, fue Siegfried, su general de más alto cargo, quien heredó la corona. El reinado de Siegfried intentó llevar a cabo mejoras en las condiciones de vida de sus ciudadanos, estableciendo lazos comerciales con la nueva capital de los lobos, Ulmer, y reforzando los lazos con las islas. No obstante, las circunstancias de la peste llevaron a que su corte obligase al rey a abandonar su adorada ciudad. Aprovechando la coyuntura, los vampiros, resentidos por la política hostigadora hacia ellos por las reiteradas masacres hacia la que consideraban una raza inferior, tomaron la ciudad llevándola al caos.

La guerra se desató en Lunargenta, apoyados por el resto de ciudades verisianas y por sus alianzas interraciales con brujos, licántropos y los dragones del rey Rigobert, alcanzaron la gloria expulsando a los vampiros y llevando la contienda hasta las propias puertas de Sacrestic Ville. Tomaron la capital de los reinos del oeste con el fin de apaciguar las aguas.
 

En cuanto al urbanismo, nos encontramos con una ciudad de un urbanismo radial en abanico, una ciudad amurallada cuyo eje central es una gran calle en torno a la cual se articula toda la ciudad, en esta podemos encontrar todos los días el mercado, una actividad comercial muy importante en la economía de la ciudad. En el segundo anillo de murallas encontramos el puerto, protegido a su vez por murallas aprovechando el saliente de tierra de la península. El puerto de Lunargenta es el más importante de todo Aerandir, por allí pasan todos los barcos comerciantes y pesqueros. La capital de Verisar tiene cuatro puertas.

• El portón de la gloria: Al oeste de la ciudad se encuentra la puerta principal, llamada el portón de la gloria porque desemboca en la calle principal, por donde desfilan las tropas después de las victorias, paseándose por toda la ciudad. Se trata de una doble puerta que cruza los muros de la ciudad.
  
• Los ojos del ratón: Se trata de dos puertas al Norte, llamadas así por ser puertas de igual tamaño y edificación, pequeños arcos en los que a penas cabe un caballo, abiertas en las murallas tiempo después de que estas se levantasen. Se encuentra en el barrio de los ratones. 
  
• La puerta de los vendavales: La puerta sur de la ciudad, que trae los cálidos vientos del migjorn.
  

Caracterizado por sus largos muelles de piedra y madera que abarcan todo tipo y tamaño de embarcaciones, el puerto de Lunargenta es uno de los puertos más importantes de Aerandir, por lo que el barrio del puerto está repleto de posadas, cerca de los astilleros donde reparan los barcos y redes de pesca. Este barrio es famoso por las casas de apuestas, los bancos y prestamistas y por las peleas clandestinas.


Al llegar, se puede observar cómo el castillo y el barrio de las cortes vigilan desde la montaña. El puerto también cuenta con dos torres de vigilancia a ambos lados de su apertura, que se utilizan a su vez como faros. Algunas embarcaciones más grandes deciden fondear no muy lejos del puerto y desplazarse en botes hasta la ciudad.

Las ratoneras es el barrio más pobre de la capital, dentro del casco antiguo, las casas son viejas y algunas incluso están a medio derruir. En su día las calles adoquinadas fueron desmanteladas para reparar los edificios y ahora las calles son de tierra, a menudo mojada, puesto que no cuenta con el sistema de alcantarillado que posee el resto de la ciudad.


Debido a la marginalidad del barrio, que ha sido rodeado por otros barrios más modernos y reformados, se expandió en un burgo fuera de la ciudad, donde se encuentran las casas más humildes, chabolas de adobe, madera, o incluso telas. Se abrieron dos orificios en las murallas para pasar a esta nueva anexión del barrio, orificios que pronto fueron arreglados y convertidos en puertas para no comprometer la seguridad de las murallas.


Reciben el nombre de Los ojos del Ratón, ya que se trata de dos puertas pequeñas y poco concurridas.

Famoso por las amplias plazas y patios llenos de plantas y flores, se trata de uno de los nuevos barrios de Lunargenta, con sus edificios de adobe, piedra y madera, las fachadas de las casas están decoradas con abundantes flores. Se trata de un lugar mágico con bastantes hospedajes de calidad. Ejemplo de ello, encontramos la famosa posada Estrella.

El barrio más céntrico de Lunargenta, se trata del más antiguo pero mejor conservado. Las edificaciones de una o dos plantas son talleres artesanos en su mayoría, siendo las plantas bajas galerías comerciales donde encontrar prácticamente de todo. Si estás buscando casi cualquier cosa, el barrio de los mercaderes es tu sitio.


Cuenta con la enorme plaza del mercado, rodeada de tiendas y puestos, y en su centro se encuentra el coliseo, lugar de recreo en la urbe, frente al gran templo de todos los dioses. La plaza está adornada con diferentes estatuas de héroes de todas las épocas e inscripciones cuyas letras están erosionadas por el paso del tiempo.

Sobre la colina Nidafjöll se encuentra el castillo de Lunargenta, último bastión donde guarecerse en caso de ataque. Las grandes atalayas de la guardia custodian la vivienda del rey en uno de sus anexos.

Y en su ladera, dispuesto en largas cuestas se encuentra el barrio de las cortes, ya que es donde residen los consejeros del rey, así como toda la corte y guardias. No se trata de un barrio de nobles, pues es un barrio reservado para la gente que sirve y trabaja en el castillo.

Otro de los nuevos barrios de Lunargenta, uno de los que más sufrió durante la guerra contra los vampiros, pero tras la reconstrucción se ha llegado incluso a ampliar dentro de las murallas. Recibe su nombre por la luminosidad de sus edificaciones, de piedras revestidas con cal, dando ese blanco característico a las fachadas.

Se trata del barrio residencial más lujoso de la capital verisiana por la calidad de sus estructuras. Cuenta con una torre donde se aloja parte de la guardia para patrullar las calles de este barrio.

En contraposición a su vecino, el Barrio de Noche es un barrio humilde, de casas de madera oscura, por lo que recibe el nombre de la otra cara del día, la noche. Calles estrechas pero bien iluminadas y edificios de dos y tres plantas que parecen crujir por las noches. Ambos barrios están divididos por la calle principal, la avenida de los Héroes.

Bajo la ciudad se erigieron antaño una red de túneles que a menudo conectan con el sistema de cloacas que cuenta la ciudad, esta red de túneles se realizó en un primer momento como camino de huida subterráneo, pero con el paso de los tiempos se han utilizado como lugares de contrabando y utilizadas por cultos prohibidos. Existen diferentes entradas secretas, pero la única conocida es la que se encuentra en el Templo de todos los dioses, la llamada entrada de los huesos, ya que se entra a través de los mausoleos subterráneos.