El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
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El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
El crepúsculo iluminó el mundo por última vez, el cielo se tornó tinieblas y anunció la libertad de Erzsébeth otra noche más. Los días se pasaban como años, pero cada vez encontraba una forma nueva de salir adelante y seguir con vida. Se levantó de la cama después de haber intentado conciliar el sueño de forma fallida, como de costumbre. Recordó que aquella noche su ama daba una fiesta para todos sus espías, siervos y socios como recompensa por haber triunfado en la última misión que habían realizado, recibiendo unos beneficios muy altos. Erzsébeth era la guinda, era la pieza más buena del pastel, esa que tenía más chocolate que el resto, así que no podía ir de cualquier manera. Abrió el armario color caoba y escudriñó la escena. Tenía cientos de vestidos, de tacones, de complementos, pero parecía que nunca se saciaba de coleccionarlos. Decidió que lo mejor que podía hacer era ponerse un vestido rojo sangre, como la mayoría que poseía. Tenía dos aberturas en los laterales que le daban libertad de movimientos y era un vestido ajustado, con ciertos detalles negros y dorados y con un pequeño escote. Dejaba ver sus dagas en los muslos, sujetas por unos cinturones negros a juego con sus tacones de aguja, depositó un collar con un colmillo en su cuello y se roció en perfume. El perfume se lo había regalado su ama, igual que todo lo que tenía y llevaba puesto.
Su habitación estaba en la tercera planta de la mansión, de modo que al salir del cuarto tuvo que descender unas titánicas escaleras de caracol hechas con madera de ébano. No le agradaban las fiestas, pero debía admitir que el ambiente aquella noche tenía algo especial. La música que sonaba de fondo apenas le molestaba, como si hubiesen contratado una banda fantasma. Todas las demás espías con las que trabajaba tenían clara envidia de Erzsébeth, la miraban con recelo a medida que bajaba las incontables escaleras, y agarraban a sus parejas llevándoselas a otro lugar con esperanza de que no se dieran cuenta de la presencia del cazador. Pero eso era imposible, a Erzsébeth siempre la veía todo el mundo, por muy desapercibida que quisiera pasar. Una compañera, Kathy, iba vestida como una auténtica ramera pretendiendo eclipsar al cazador, se le acercó y se metió con su vestido en un tono elevado. —Siento que aun teniendo pene me queden mejor que a ti, cielo —contestó, haciendo que la otra se fuera despavorida. Cassandra estaba en medio del gran salón con todos sus invitados, tomando copas de alcohol caro y riéndose a carcajadas. El vampiro decidió que la saludaría más tarde, y se sentó en uno de los sofás con una copa en la mano, mientras bebía y disfrutaba de su merecido descanso. Las horas pasaron y Cassandra se sentó a su lado, acariciando su mejilla.
—Vamos a dar una vuelta, noctívaga. Vamos fuera —dijo, y cuando se levantó él la siguió como un perro faldero. Cassandra llevaba un vestido negro sencillo y hermoso, como ella. Su ama tenía los cabellos del color del carbón, y los ojos grises más claros que había visto en su vida, aunque tenían un color violáceo en el centro. Era simplemente bella. Sabía que le había convertido en un asesino despiadado y que era como una secuestradora a gran escala, pero no le importaba; él siempre había sido un monstruo, Cassandra simplemente le supo enseñar por qué existían los monstruos. Cuando abandonaron la casa, un aire frío recorrió la espalda de Erzsébeth. Y de pronto perdió el conocimiento, siendo la figura tenebrosa de su captora lo último que viera antes de despertarse frente a un lago hermoso y vasto. Se levantó a duras penas, con vértigo y algo de dolor de estómago. No sabía dónde estaba, pero sentía que algo no iba bien del todo. Buscó a Cassandra a su alrededor, y cuando la encontró estaba observando al lago, el reflejo de la luna llena en el cielo era una imagen que valía la pena mirar toda la eternidad. Igual que a su ama.
—Siento haberte traído así, cachorro. Pero necesitaba intimidad, eres en la única que puedo confiar. Algo se cuece en Lunargenta, y necesito que sepas que es. Mis fuentes me informan de múltiples conspiraciones sobrenaturales, de asuntos turbios entre clanes... de todo. Y no sé qué ocurre exactamente. Es decir, siempre hay rumores pero, ¿tantos y del mismo lugar? Tienes que descubrir qué hay. Incluso si no existe nada extraño, descúbrelo. Encuéntralo, y traéme un buen regalo cuando nos veamos de nuevo. Sé que hay algo y tú sabes que yo no cometo errores.—Erzsébeth no entendía nada... ¿era un trabajo a largo plazo? ¿Pretendía abandonarlo a su suerte en un lugar que no conocía? Nunca había estado un día fuera de la mansión de Cassandra, no desde hacía más de 60 años. Tragó saliva. —Haré lo que me pidas. Solo... ¿por dónde empiezo, Cass? ¿Qué quieres de mí?
La sonrisa que se dibujó en el bello rostro de Cassandra le cortó la respiración. Le dedicó una mirada vacía y susurró un "nos veremos cuando encuentres algo que ofrecerme", y como si fuera una sombra desapareció en la oscuridad. Erzsébeth se incorporó del todo y comenzó a correr por los alrededores del lago, desesperado por encontrar a su ama. ¿Y si era la última vez que la veía? No podía acabar así. Tenía que encontrarla. Sus ojos se posaron en una figura que se veía en la distancia, pero tenía el acertado presentimiento de que no era ella. Las piernas no le respondieron y no pudo parar de correr, quizá fruto de la desesperación del momento, y chocó contra el cuerpo perdiendo el equilibrio y cayendo. En el suelo, miró hacia su nueva compañía, corroborando el mal presentimiento. Tú no eres Cassandra, pensó, mientras comprobaba que tenía las dos dagas encima.
- Vestido Erzsébeth:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Su habitación estaba en la tercera planta de la mansión, de modo que al salir del cuarto tuvo que descender unas titánicas escaleras de caracol hechas con madera de ébano. No le agradaban las fiestas, pero debía admitir que el ambiente aquella noche tenía algo especial. La música que sonaba de fondo apenas le molestaba, como si hubiesen contratado una banda fantasma. Todas las demás espías con las que trabajaba tenían clara envidia de Erzsébeth, la miraban con recelo a medida que bajaba las incontables escaleras, y agarraban a sus parejas llevándoselas a otro lugar con esperanza de que no se dieran cuenta de la presencia del cazador. Pero eso era imposible, a Erzsébeth siempre la veía todo el mundo, por muy desapercibida que quisiera pasar. Una compañera, Kathy, iba vestida como una auténtica ramera pretendiendo eclipsar al cazador, se le acercó y se metió con su vestido en un tono elevado. —Siento que aun teniendo pene me queden mejor que a ti, cielo —contestó, haciendo que la otra se fuera despavorida. Cassandra estaba en medio del gran salón con todos sus invitados, tomando copas de alcohol caro y riéndose a carcajadas. El vampiro decidió que la saludaría más tarde, y se sentó en uno de los sofás con una copa en la mano, mientras bebía y disfrutaba de su merecido descanso. Las horas pasaron y Cassandra se sentó a su lado, acariciando su mejilla.
—Vamos a dar una vuelta, noctívaga. Vamos fuera —dijo, y cuando se levantó él la siguió como un perro faldero. Cassandra llevaba un vestido negro sencillo y hermoso, como ella. Su ama tenía los cabellos del color del carbón, y los ojos grises más claros que había visto en su vida, aunque tenían un color violáceo en el centro. Era simplemente bella. Sabía que le había convertido en un asesino despiadado y que era como una secuestradora a gran escala, pero no le importaba; él siempre había sido un monstruo, Cassandra simplemente le supo enseñar por qué existían los monstruos. Cuando abandonaron la casa, un aire frío recorrió la espalda de Erzsébeth. Y de pronto perdió el conocimiento, siendo la figura tenebrosa de su captora lo último que viera antes de despertarse frente a un lago hermoso y vasto. Se levantó a duras penas, con vértigo y algo de dolor de estómago. No sabía dónde estaba, pero sentía que algo no iba bien del todo. Buscó a Cassandra a su alrededor, y cuando la encontró estaba observando al lago, el reflejo de la luna llena en el cielo era una imagen que valía la pena mirar toda la eternidad. Igual que a su ama.
- Vestido Cassandra:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
—Siento haberte traído así, cachorro. Pero necesitaba intimidad, eres en la única que puedo confiar. Algo se cuece en Lunargenta, y necesito que sepas que es. Mis fuentes me informan de múltiples conspiraciones sobrenaturales, de asuntos turbios entre clanes... de todo. Y no sé qué ocurre exactamente. Es decir, siempre hay rumores pero, ¿tantos y del mismo lugar? Tienes que descubrir qué hay. Incluso si no existe nada extraño, descúbrelo. Encuéntralo, y traéme un buen regalo cuando nos veamos de nuevo. Sé que hay algo y tú sabes que yo no cometo errores.—Erzsébeth no entendía nada... ¿era un trabajo a largo plazo? ¿Pretendía abandonarlo a su suerte en un lugar que no conocía? Nunca había estado un día fuera de la mansión de Cassandra, no desde hacía más de 60 años. Tragó saliva. —Haré lo que me pidas. Solo... ¿por dónde empiezo, Cass? ¿Qué quieres de mí?
La sonrisa que se dibujó en el bello rostro de Cassandra le cortó la respiración. Le dedicó una mirada vacía y susurró un "nos veremos cuando encuentres algo que ofrecerme", y como si fuera una sombra desapareció en la oscuridad. Erzsébeth se incorporó del todo y comenzó a correr por los alrededores del lago, desesperado por encontrar a su ama. ¿Y si era la última vez que la veía? No podía acabar así. Tenía que encontrarla. Sus ojos se posaron en una figura que se veía en la distancia, pero tenía el acertado presentimiento de que no era ella. Las piernas no le respondieron y no pudo parar de correr, quizá fruto de la desesperación del momento, y chocó contra el cuerpo perdiendo el equilibrio y cayendo. En el suelo, miró hacia su nueva compañía, corroborando el mal presentimiento. Tú no eres Cassandra, pensó, mientras comprobaba que tenía las dos dagas encima.
Última edición por Bathory el Lun Mayo 25 2015, 10:50, editado 1 vez
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Me encontraba completamente empapado, la noche lluviosa me había hecho correr durante un buen tramo del camino, al menos hasta que me di cuenta que ya no tenía sentido evitar la lluvia, para entonces ya andaba goteando por todos lados, habría podido esperar un mejor tiempo para intentar salir de los bosques del oeste, pero debía darme prisa y alejarme lo más que pudiera, los inconmensurables recuerdos que saturaban mi mente a ratos, me acosarían incansablemente mientras siguiera en ese lugar, no quería pasar por Sacrestic, así que intenté rodearla por completo y fui a parar al lago de la luna.
Era noche de luna llena, sin lugar a dudas era día de uno de los más hermosos espectáculos naturales que se podían encontrar en todo el territorio de Aerandir, la luna se dibujaba acostada a lo largo de todo el lago, lo cual siempre me dejaba bastante impresionado, jamás me habría cansado de observar ese mágico evento natural, y aunque cargaba bastante prisa, mi cuerpo se resistía a alejarse del lago, tal vez la luna, tal vez la noche, tal vez la paz, pero algo me ataba a ese lugar, una extraña fuerza de gravedad, un vicio para el deleite de los sentidos, un bálsamo para el alma ante los horrores del mundo.
Estaba completamente extasiado ante el paisaje cuando escuché unos pasos acercarse tan de prisa que apenas me dio tiempo de reaccionar, aunque lo había percibido a tiempo, mi cuerpo se negaba a salir de su trance, era la extraña influencia de aquel lago, finalmente conseguí girar mi cuerpo para ver qué se acercaba con tal premura, apenas alcancé a ver su cabello rubio y su vestido rojo antes que se estrellara contra mí, tras impactarme cayó al piso mientras yo salí fuertemente empujado hacia atrás, afortunadamente conseguí quedar de pie logrando equilibrarme con las pocas fuerzas que recuperaban mis piernas, ya en el piso logré detallarla mejor, era una mujer, bastante asustada por cierto, a tan altas horas de la noche y tan lejos de la ciudad no podía ser una chica normal, o sabía defenderse o quería que la mataran.
Apenas logró reaccionar, empezó a registrar bajo su vestido y por su actitud parecía que buscaba algo con qué defenderse, así que por mi parte, tomé distancia y me puse en guardia preparándome para lo que pudiera pasar, aunque sin dar evidencias de querer atacar - ¿Quién eres y qué quieres? - Pregunté intentando asegurarme de que no ocurriera un accidente y terminara metido en un combate innecesario, por ahora, lo mejor era evitar cualquier enfrentamiento en tierras de vampiros...
Era noche de luna llena, sin lugar a dudas era día de uno de los más hermosos espectáculos naturales que se podían encontrar en todo el territorio de Aerandir, la luna se dibujaba acostada a lo largo de todo el lago, lo cual siempre me dejaba bastante impresionado, jamás me habría cansado de observar ese mágico evento natural, y aunque cargaba bastante prisa, mi cuerpo se resistía a alejarse del lago, tal vez la luna, tal vez la noche, tal vez la paz, pero algo me ataba a ese lugar, una extraña fuerza de gravedad, un vicio para el deleite de los sentidos, un bálsamo para el alma ante los horrores del mundo.
Estaba completamente extasiado ante el paisaje cuando escuché unos pasos acercarse tan de prisa que apenas me dio tiempo de reaccionar, aunque lo había percibido a tiempo, mi cuerpo se negaba a salir de su trance, era la extraña influencia de aquel lago, finalmente conseguí girar mi cuerpo para ver qué se acercaba con tal premura, apenas alcancé a ver su cabello rubio y su vestido rojo antes que se estrellara contra mí, tras impactarme cayó al piso mientras yo salí fuertemente empujado hacia atrás, afortunadamente conseguí quedar de pie logrando equilibrarme con las pocas fuerzas que recuperaban mis piernas, ya en el piso logré detallarla mejor, era una mujer, bastante asustada por cierto, a tan altas horas de la noche y tan lejos de la ciudad no podía ser una chica normal, o sabía defenderse o quería que la mataran.
Apenas logró reaccionar, empezó a registrar bajo su vestido y por su actitud parecía que buscaba algo con qué defenderse, así que por mi parte, tomé distancia y me puse en guardia preparándome para lo que pudiera pasar, aunque sin dar evidencias de querer atacar - ¿Quién eres y qué quieres? - Pregunté intentando asegurarme de que no ocurriera un accidente y terminara metido en un combate innecesario, por ahora, lo mejor era evitar cualquier enfrentamiento en tierras de vampiros...
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
¿Quién eres y qué quieres?
Lo peor que podías hacer era preguntarle a Erzsébeth Bathory quién era. Hurgar en lo que ella era, en qué representaba, en sus asuntos, era algo que la ponía de los nervios, realmente era alguien a quien no le gustaba dar explicaciones: por eso, en gran parte, adoraba ser un espía; él era quien controlaba los interrogatorios y no quien los sufría. Decidió tomar aire y calmarse, ya que estaba solo en un lugar que desconocía y prefería no meterse en problemas innecesariamente. Escudriñó al hombre que estaba justo en frente de él, y por un momento pensó que había visto a Cassandra. Tenían el pelo igual de negro y de la misma altura, lo único que variaba era que su nuevo acompañante tenía los ojos negros como el ébano, y no grises como su ama. Se relajó levemente al mirarle y apartó las manos de sus dagas. No es que nunca hubiese visto un hombre, para nada, pero este en concreto parecía tener cierto encanto. No sabía si era la lluvia que lo empapaba mientras la luz de la luna le bañaba en una luz plateada, o simplemente que se sentía tan desconsolado que cualquiera le habría parecido terriblemente encantador. Era momento de levantarse y recuperar el poco orgullo femenino que le quedaba al cazador.
—Voy a levantarme, ¿ves? No tengo nada con qué hacerte daño, así que no me lo vayas a hacer tú a mí —dijo a la vez que se levantaba con las manos alzadas a cierta altura, para que el chico pudiera ver que no tenía intenciones de pelear con él. Aprovechó para cubrir sus manos con unos guantes rojizos a juego con el vestido, se negaba a mancharse la piel de barro si no era estrictamente necesario y quizá terminaría cayendo nuevamente al suelo debido a que los tacones y la lluvia no eran buenos aliados. Se sacudió el vestido y se arregló un poco el pelo, no le gustaba dar imagen de descuidado, eso no era propio de una mujer. —Soy una persona perdida en un mundo de tinieblas —musitó con voz melosa y en tono algo bajo. Esa era la respuesta que solía dar en lugar de "soy un vampiro asesino que te arrancará la yugular en cuanto te despistes". Tampoco quería contestar con su nombre, siempre que lo decía le venía el tick en el ojo y era muy molesto. Tras tantos años y todavía no me creo del todo que soy una mujer, pensó. Una amiga me trajo hasta aquí, lugar que no sé ubicar realmente, pero ha desaparecido, me he asustado y he corrido a buscarla... ¿La has visto? Aunque... lo que me he encontrado es sin duda mucho más interesante —la forma en la que le hablaba era la misma que usaba cuando quería sacar información a un hombre, esa manera de hablar que tanto les gustaba. No es que pretendiese nada extraño, pero era costumbre en él, así que continuó.
—Y tú, ¿quién eres y qué haces tan solito a estas horas, con la que está cayendo y sin un abrigo decente? —apuntó intentando ser agradable, observó que llevaba una especie de camiseta abierta, y el frío recorrió su cuerpo. El vestido tampoco era el mejor abrigo del mundo.
Lo peor que podías hacer era preguntarle a Erzsébeth Bathory quién era. Hurgar en lo que ella era, en qué representaba, en sus asuntos, era algo que la ponía de los nervios, realmente era alguien a quien no le gustaba dar explicaciones: por eso, en gran parte, adoraba ser un espía; él era quien controlaba los interrogatorios y no quien los sufría. Decidió tomar aire y calmarse, ya que estaba solo en un lugar que desconocía y prefería no meterse en problemas innecesariamente. Escudriñó al hombre que estaba justo en frente de él, y por un momento pensó que había visto a Cassandra. Tenían el pelo igual de negro y de la misma altura, lo único que variaba era que su nuevo acompañante tenía los ojos negros como el ébano, y no grises como su ama. Se relajó levemente al mirarle y apartó las manos de sus dagas. No es que nunca hubiese visto un hombre, para nada, pero este en concreto parecía tener cierto encanto. No sabía si era la lluvia que lo empapaba mientras la luz de la luna le bañaba en una luz plateada, o simplemente que se sentía tan desconsolado que cualquiera le habría parecido terriblemente encantador. Era momento de levantarse y recuperar el poco orgullo femenino que le quedaba al cazador.
—Voy a levantarme, ¿ves? No tengo nada con qué hacerte daño, así que no me lo vayas a hacer tú a mí —dijo a la vez que se levantaba con las manos alzadas a cierta altura, para que el chico pudiera ver que no tenía intenciones de pelear con él. Aprovechó para cubrir sus manos con unos guantes rojizos a juego con el vestido, se negaba a mancharse la piel de barro si no era estrictamente necesario y quizá terminaría cayendo nuevamente al suelo debido a que los tacones y la lluvia no eran buenos aliados. Se sacudió el vestido y se arregló un poco el pelo, no le gustaba dar imagen de descuidado, eso no era propio de una mujer. —Soy una persona perdida en un mundo de tinieblas —musitó con voz melosa y en tono algo bajo. Esa era la respuesta que solía dar en lugar de "soy un vampiro asesino que te arrancará la yugular en cuanto te despistes". Tampoco quería contestar con su nombre, siempre que lo decía le venía el tick en el ojo y era muy molesto. Tras tantos años y todavía no me creo del todo que soy una mujer, pensó. Una amiga me trajo hasta aquí, lugar que no sé ubicar realmente, pero ha desaparecido, me he asustado y he corrido a buscarla... ¿La has visto? Aunque... lo que me he encontrado es sin duda mucho más interesante —la forma en la que le hablaba era la misma que usaba cuando quería sacar información a un hombre, esa manera de hablar que tanto les gustaba. No es que pretendiese nada extraño, pero era costumbre en él, así que continuó.
—Y tú, ¿quién eres y qué haces tan solito a estas horas, con la que está cayendo y sin un abrigo decente? —apuntó intentando ser agradable, observó que llevaba una especie de camiseta abierta, y el frío recorrió su cuerpo. El vestido tampoco era el mejor abrigo del mundo.
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Tras impactarse contra mi cuerpo y caer al piso, la chica intentó recuperarse para comenzar a ponerse de pie nuevamente, aunque su atuendo le ocasionaba grandes dificultades para tal empresa - Voy a levantarme, ¿ves? No tengo nada con qué hacerte daño, así que no me lo vayas a hacer tú a mí - Me dijo mientras se levantaba con las manos ligeramente levantadas, levanté una ceja extrañado por tanta precaución en evitar alarmarme, tal vez resultara ser una trampa, una emboscada, ésta no era una mujer normal, para andar por un lugar tan solitario, tenía que saber defenderse muy bien - Soy una persona perdida en un mundo de tinieblas - Respondió finalmente aunque era una de esas respuestas que no responden, aunque yo no trataría de indagar más en el asunto, por ahora, mientras no intentara matarme, estaría todo bien, aunque finalmente se decidió a dar un poco más de información - Una amiga me trajo hasta aquí, lugar que no sé ubicar realmente, pero ha desaparecido, me he asustado y he corrido a buscarla... ¿La has visto? Aunque... lo que me he encontrado es sin duda mucho más interesante - Me quedé pensativo hasta que finalmente respondí de forma calmada - No he visto a nadie cerca, o tal vez estaba demasiado concentrado en el paisaje de la luna dibujada sobre el lago, tan solo te he visto a ti, tal vez soy demasiado despistado - Terminé la frase con una leve sonrisa mientras llevaba mi mano izquierda a la cabeza, tal vez para parecer menos hostil, o tal vez porque realmente era demasiado despistado.
No sabía si mi respuesta sería suficiente para convencerla de que yo no tenía intenciones hostiles, pero no quería insistir o haría demasiado evidentes mis mentiras - Y tú, ¿quién eres y qué haces tan solito a estas horas, con la que está cayendo y sin un abrigo decente? - Me preguntó finalmente, lo hacía en un tono seductor, pero sabía que tras esa fachada, había la intención de obtener información, sin embargo, le seguiría el juego a ver qué podría suceder - Yo, solo extravié mi camino - Giré mi cabeza a la derecha y tras unos segundos, a la izquierda - Realmente no tengo idea de cómo llegué acá - Adopté finalmente un tono más serio para terminar diciendo - Pero sé que debo salir pronto, y tú también. Si nos quedamos, la lluvia y el frío serán el menos de nuestros problemas, si puedes caminar rápido, puedes venir conmigo - Dijo mientras le señalaba el que consideraba que era el mejor camino para salir de ese lugar...
No sabía si mi respuesta sería suficiente para convencerla de que yo no tenía intenciones hostiles, pero no quería insistir o haría demasiado evidentes mis mentiras - Y tú, ¿quién eres y qué haces tan solito a estas horas, con la que está cayendo y sin un abrigo decente? - Me preguntó finalmente, lo hacía en un tono seductor, pero sabía que tras esa fachada, había la intención de obtener información, sin embargo, le seguiría el juego a ver qué podría suceder - Yo, solo extravié mi camino - Giré mi cabeza a la derecha y tras unos segundos, a la izquierda - Realmente no tengo idea de cómo llegué acá - Adopté finalmente un tono más serio para terminar diciendo - Pero sé que debo salir pronto, y tú también. Si nos quedamos, la lluvia y el frío serán el menos de nuestros problemas, si puedes caminar rápido, puedes venir conmigo - Dijo mientras le señalaba el que consideraba que era el mejor camino para salir de ese lugar...
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Ante la total negativa del chico suspiró con vehemencia, si no era capaz de ver a alguien corriendo a toda prisa solo podía ser por dos motivos: el primero, realmente le distraía el paisaje (hermoso, sin duda) o el segundo, que Cassandra se había escabullido de una forma menos ortodoxa. Esa mujer tenía mil y un formas de sorprender al vampiro, y cada vez que le dejaba tirado sin dar explicaciones lo hacía de manera diferente. Quien dijo que el caos no era elegante, no conocía a su ama. Adoptó una expresión de indiferencia ante la propuesta del chico, ¿qué podría pasar allí para que quisiera irse de repente? Hacía un par de segundos no parecía haberse estado moviendo, era como si la luna le hubiese absorbido por completo y hubiese decidido que el mejor plan para una noche como aquella era observarla. Sabía que mentía en algo, no tenía muy claro en qué, pero no le parecía un extranjero en aquel lugar. Decidió que lo mejor era continuar con su juego de mentiras sutiles, así que avanzó hasta quedar lo suficientemente cerca como para que oyera sus susurros.
—Bueno, chico extraviado, —musitó, haciendo hincapié en la palabra extraviado— si no crees que este sea el lugar ideal para nuestra repentina reunión, llévame a donde desees. De todas formas... mi amiga es mayorcita para encontrarse sola, no me necesita —terminó la frase con una sonrisa amplia que apenas se percibía con la oscuridad. Ella no me necesita, para nada, el que la necesita soy yo, pensó Erzsébeth, aunque no lo dijo en voz alta. La lluvia seguía cayendo al ritmo que el frío helaba las piernas del cazador, se estaba arrepintiendo de no tener otro vestido más largo y eso no era usual en él. Empezó a moverse en la dirección que había señalado su acompañante misterioso, a la vez que echaba la vista atrás y le hacía un gesto con la cabeza para que le acompañara en el camino.
—No dejarías a una dama sola e indefensa, ¿verdad? —rió ella, a sabiendas de que el muchacho sabía a la perfección que de indefensa no tenía nada ya que había visto cómo buscaba y encontraba sus dagas. Lo de dama se lo creería hasta el final de los tiempos... Erzsébeth no tenía fecha de caducidad.
—Bueno, chico extraviado, —musitó, haciendo hincapié en la palabra extraviado— si no crees que este sea el lugar ideal para nuestra repentina reunión, llévame a donde desees. De todas formas... mi amiga es mayorcita para encontrarse sola, no me necesita —terminó la frase con una sonrisa amplia que apenas se percibía con la oscuridad. Ella no me necesita, para nada, el que la necesita soy yo, pensó Erzsébeth, aunque no lo dijo en voz alta. La lluvia seguía cayendo al ritmo que el frío helaba las piernas del cazador, se estaba arrepintiendo de no tener otro vestido más largo y eso no era usual en él. Empezó a moverse en la dirección que había señalado su acompañante misterioso, a la vez que echaba la vista atrás y le hacía un gesto con la cabeza para que le acompañara en el camino.
—No dejarías a una dama sola e indefensa, ¿verdad? —rió ella, a sabiendas de que el muchacho sabía a la perfección que de indefensa no tenía nada ya que había visto cómo buscaba y encontraba sus dagas. Lo de dama se lo creería hasta el final de los tiempos... Erzsébeth no tenía fecha de caducidad.
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
La luna me seguía distrayendo con sutil delicadeza y casi obligaba a mi rostro a voltear a verla, sin embargo, debía mantener los ojos enfocados en esta chica que no parecía ser nada indefensa - Bueno, chico extraviado - Dijo la mujer en un tono bastante seductor - si no crees que este sea el lugar ideal para nuestra repentina reunión, llévame a donde desees. De todas formas... mi amiga es mayorcita para encontrarse sola, no me necesita - Noté que había un ligero toque de tristeza en su expresión, sin embargo decidí pasarlo por alto, por ahora, nuestros secretos serían demasiado confidenciales como para intentar exponernos con ellos, la sonrisa de aquella desconocida me ponía bastante nervioso, no sabía si era real o si me trataría de matar en cualquier descuido, sin embargo, decidí confiar en ella, al menos no parecía estar en mi contra y eso por ahora ya era bastante bueno, la chica parecía sufrir mucho a causa de frío, sin embargo se seguía moviendo con bastante elegancia, lo cual me resultaba ligeramente gracioso, aunque un tanto perturbador.
Finalmente se puso en marcha y tras voltear a mirarme me dijo de forma un poco pícara - No dejarías a una dama sola e indefensa, ¿verdad? - Pocas veces en la vida había escuchado frases que me resultaran tan evidentemente falsas - (¿Indefensa?) - Pensé sin llegar a decir nada hasta que finalmente decidí alcanzarla - No, claro que no - Dije en un tono un poco más informal, me parecía increíblemente ventajoso viajar junto a una mujer tan guapa, si algo pasaba, podría dejarla atrás como distracción y salir del problema yo solo, a menos que pudiera correr mucho y alcanzarme, pero en ese caso diría que la dejé porque sabía que iba a estar bien, siempre conseguía tener una respuesta para todo y esta vez no sería una excepción.
Finalmente decidí dar un voto de confianza - Me llaman Bio - Dije sin verla a la cara, necesitaba mantener la vista al frente, aunque estaba muy atento al sonido de sus pisadas para medir su distancia a través del sonido de sus pasos, de pronto, una figura emergió de entre las sombras, parecía caminar hacia nosotros y la espada que traía arrastrando con su mano derecha delataba intenciones hostiles, la espada era enorme al igual que su cuerpo, eran más de dos metros de altura, no sabía si venía por mí o por la rubia, en cualquiera de los casos me tocaría pelear igualmente, detuve mis pasos y estiré mi mano derecha hasta el abdomen de la rubia para intentar detener su avance para después señalarle con la mirada al gigante que se acercaba, no tenía idea de lo que era o lo que quería, pero todo indicaba que venía directo hacia nosotros...
Finalmente se puso en marcha y tras voltear a mirarme me dijo de forma un poco pícara - No dejarías a una dama sola e indefensa, ¿verdad? - Pocas veces en la vida había escuchado frases que me resultaran tan evidentemente falsas - (¿Indefensa?) - Pensé sin llegar a decir nada hasta que finalmente decidí alcanzarla - No, claro que no - Dije en un tono un poco más informal, me parecía increíblemente ventajoso viajar junto a una mujer tan guapa, si algo pasaba, podría dejarla atrás como distracción y salir del problema yo solo, a menos que pudiera correr mucho y alcanzarme, pero en ese caso diría que la dejé porque sabía que iba a estar bien, siempre conseguía tener una respuesta para todo y esta vez no sería una excepción.
Finalmente decidí dar un voto de confianza - Me llaman Bio - Dije sin verla a la cara, necesitaba mantener la vista al frente, aunque estaba muy atento al sonido de sus pisadas para medir su distancia a través del sonido de sus pasos, de pronto, una figura emergió de entre las sombras, parecía caminar hacia nosotros y la espada que traía arrastrando con su mano derecha delataba intenciones hostiles, la espada era enorme al igual que su cuerpo, eran más de dos metros de altura, no sabía si venía por mí o por la rubia, en cualquiera de los casos me tocaría pelear igualmente, detuve mis pasos y estiré mi mano derecha hasta el abdomen de la rubia para intentar detener su avance para después señalarle con la mirada al gigante que se acercaba, no tenía idea de lo que era o lo que quería, pero todo indicaba que venía directo hacia nosotros...
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Erzsébeth estaba acostumbrado a la compañía de sus compañeras espías, pero en su mayoría eran mujeres. Su ama también era una mujer, en fin, podría decirse que caminar al lado de un hombre era lo más extraño que había hecho desde hacía bastante tiempo. Normalmente ir de su lado significaba matarlos después, ya que era por cuestiones de trabajo y no por placer o por el mero hecho de tener curiosidad con respecto a una persona. Bien podría haberse dado media vuelta y seguir corriendo hacia lo desconocido, pero prefirió mantenerse junto a este misterioso joven de cabellos negruzcos. Me llaman Bio, dijo el muchacho. Erzsébeth elevó una ceja. Eso de presentarse con el pseudónimo era algo poco inusual... él lo hacía para ocultar sus mentiras, ¿por qué lo haría su acompañante? No le importó en demasía, ya que ahora tendría algo por lo que llamarle, no por un “eh, tú, sensual desconocido”.
Cuando iba a contestarle con su apodo para devolverle el gesto de buena fe, notó que su mano se posaba sobre su recto abdominal. El cazador dio un respingo al segundo de percibir el tacto de Bio, no estaba acostumbrado al contacto físico de otros hacia sí sin previo aviso, así que la situación se volvió un poco tensa. No es como si fuera a matarle por haberle rozado, pero tenía sus motivos para preferir que un desconocido no tentara a la suerte. Con Erzsébeth nunca se sabía en qué momento perderías la cabeza: tanto literal como metafóricamente. Decidió pararse en seco, calmarse y mirar hacia adelante, para descubrir entrecerrando sus ojos una nueva y extraña figura en la no tan lejanía. Erzsébeth no quería enfrentamientos en aquellos momentos, psicológicamente estaba descolocado ante la desaparición de Cassandra y prefería centrarse en recuperar la compostura.
— Me llaman noctívaga,— dijo él, agarrando con suavidad la mano de Bio que había ido a parar a su abdomen, ya que él le había tocado, ahora el vampiro tenía derecho a devolverle las caricias — y no me siento bien como para meterme con ese grandullón — musitó con voz manchada entre cansancio y tristeza. El arte de esconderse era algo más que dominado para el cazador, así que optó por esconderse tras unos grandes árboles y aprovechar la oscuridad que les ofrecía la noche para ocultarse hasta que el titán desapareciera. Y su espada, por supuesto. Jaló con algo de fuerza para hacer saber a Bio sus intenciones, y sin soltarle la mano caminó deprisa hacia el manto de la noche.
— Lo bueno de ser una hija de la noche, — susurró para no llamar la atención del gigante, mientras seguía arrastrando a su compañero, con una sonrisa rota— es que esta siempre te ofrece una solución a cualquier problema, como una buena madre.
Cuando iba a contestarle con su apodo para devolverle el gesto de buena fe, notó que su mano se posaba sobre su recto abdominal. El cazador dio un respingo al segundo de percibir el tacto de Bio, no estaba acostumbrado al contacto físico de otros hacia sí sin previo aviso, así que la situación se volvió un poco tensa. No es como si fuera a matarle por haberle rozado, pero tenía sus motivos para preferir que un desconocido no tentara a la suerte. Con Erzsébeth nunca se sabía en qué momento perderías la cabeza: tanto literal como metafóricamente. Decidió pararse en seco, calmarse y mirar hacia adelante, para descubrir entrecerrando sus ojos una nueva y extraña figura en la no tan lejanía. Erzsébeth no quería enfrentamientos en aquellos momentos, psicológicamente estaba descolocado ante la desaparición de Cassandra y prefería centrarse en recuperar la compostura.
— Me llaman noctívaga,— dijo él, agarrando con suavidad la mano de Bio que había ido a parar a su abdomen, ya que él le había tocado, ahora el vampiro tenía derecho a devolverle las caricias — y no me siento bien como para meterme con ese grandullón — musitó con voz manchada entre cansancio y tristeza. El arte de esconderse era algo más que dominado para el cazador, así que optó por esconderse tras unos grandes árboles y aprovechar la oscuridad que les ofrecía la noche para ocultarse hasta que el titán desapareciera. Y su espada, por supuesto. Jaló con algo de fuerza para hacer saber a Bio sus intenciones, y sin soltarle la mano caminó deprisa hacia el manto de la noche.
— Lo bueno de ser una hija de la noche, — susurró para no llamar la atención del gigante, mientras seguía arrastrando a su compañero, con una sonrisa rota— es que esta siempre te ofrece una solución a cualquier problema, como una buena madre.
Bathory
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Trás un lúgubre silencio y entre cruces de miradas me respondió al fin la chica - Me llaman noctívaga - El apodo me pareció bastante extraño, pero alguien a quien llaman Bio no tiene derecho a criticar apodos - Y no me siento bien como para meterme con ese grandulón - Me dijo finalmente con algo de melancolía en sus palabras y tras halarme del brazo me llevó a escondernos entre las sombras cercanas al lago - Lo bueno de ser una hija de la noche, es que esta siempre te ofrece una solución a cualquier problema, como una buena madre - Terminó diciendo con un poco de picardía en sus palabras; evadir el combate directo no era una mala idea, de hecho, era bastante conveniente para el momento, hasta ahora no me había ido bien peleando contra sujetos más grandes que yo, así que esta vez de seguro, en esta ocasión sería lo mismo...
Nos resguardamos en silencio entre las sombras aguardando a que cesara el peligro, pero el grandulón de la espada decidió instalarse justo frente a donde estábamos, por lo que debíamos evitar cualquier ruido, por si fuera poco aparecieron otros dos sujetos, discutían acerca de encontrar a alguien, que no debía escapar bajo ningún pretexto, pero era poco lo que lograba escuchar de su conversación entre susurros - Espero que a quien buscas, se encuentre bien - Le dije a la rubia en voz baja - Esos sujetos se ven peligrosos - Me mantuve al acecho sin perderlos de vista hasta que comenzaron a alejarse del lugar, el gradulón de la espada volteó varias veces hacia donde nos escondíamos, pero por suerte no logró vernos, el manto de la noche nos había escondido bien, si bien sabía que yo era perseguido y estaba escapando de algo, esos no se parecían en nada a mis perseguidores, entonces, ¿qué buscaban? ¿o a quién? Observé fijamente a la chica - Estoy seguro que guardas más secretos de los que vas a decirme, me parece justo, pero si vas a hacer que me maten, creo que merezco saber lo que sucede acá - Tras decirlo esperé atentamente su respuesta, aunque sus expresiones anteriores delataban que no sabía exactamente lo que estaba sucediendo...
Nos resguardamos en silencio entre las sombras aguardando a que cesara el peligro, pero el grandulón de la espada decidió instalarse justo frente a donde estábamos, por lo que debíamos evitar cualquier ruido, por si fuera poco aparecieron otros dos sujetos, discutían acerca de encontrar a alguien, que no debía escapar bajo ningún pretexto, pero era poco lo que lograba escuchar de su conversación entre susurros - Espero que a quien buscas, se encuentre bien - Le dije a la rubia en voz baja - Esos sujetos se ven peligrosos - Me mantuve al acecho sin perderlos de vista hasta que comenzaron a alejarse del lugar, el gradulón de la espada volteó varias veces hacia donde nos escondíamos, pero por suerte no logró vernos, el manto de la noche nos había escondido bien, si bien sabía que yo era perseguido y estaba escapando de algo, esos no se parecían en nada a mis perseguidores, entonces, ¿qué buscaban? ¿o a quién? Observé fijamente a la chica - Estoy seguro que guardas más secretos de los que vas a decirme, me parece justo, pero si vas a hacer que me maten, creo que merezco saber lo que sucede acá - Tras decirlo esperé atentamente su respuesta, aunque sus expresiones anteriores delataban que no sabía exactamente lo que estaba sucediendo...
Bio
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Bio no había ofrecido resistencia ante la presa del vampiro y habían podido esconderse tras los árboles sin ninguna dificultad, además que si algo se le daba bien a Erzsébeth era esconderse. Cuando eres tan débil en el combate cuerpo a cuerpo, desarrollas otras habilidades mucho, mucho más útiles que saber pelear con espadas gigantes o a puñetazos. El cazador mantuvo la cabeza gacha y asomó los ojos en busca del titán, que allí se había parado, como buscando a alguien. No podía parar de pensar en Cassandra y en su vestido negro, en sus ojos grandes y en sus perfectas manías de abandonarle a su suerte. Del bosque aparecieron otros dos hombres, no tan gigantes como el que ya se encontraba allí, y la conversación era inteligible desde la distancia en la que se encontraban. Sus sentidos estaban agudizados, pero no tanto para entender las palabras de tres monos a altas horas de la noche.
Espero que a quien buscas, se encuentre bien. Esos sujetos se ven peligrosos. Erzsébeth le dedicó una mirada algo fría al pelinegro a la vez que veía cómo todos los sujetos se iban para continuar su periplo. Cassandra era una vampiresa muy guerrera, no solo sería capaz de tumbar a esos tres de un suspiro sino que además se daría un baño bajo la luz de la luna mientras se tomara una copa de vino. Si crees que esto es peligroso, pensó, es porque no trabajas en mi compañía. Realmente no le habría importado enfrentarse al grandullón en otro momento, pero no en aquel lugar ni en aquel instante, no sin saber dónde estaba su ama. Cuando se hubieron marchado, Bio escudriñó al vampiro con la mirada y se le veía un poco tenso.
Estoy seguro que guardas más secretos de los que vas a decirme, me parece justo, pero si vas a hacer que me maten, creo que merezco saber lo que sucede acá, le había espetado, como si realmente creyera que él tenia conciencia de lo que estaba ocurriendo. Meneó la cabeza de un lado a otro en gesto de negación y se irguió. En aquellos momentos necesitaba buscarse amigos, no enemigos, así que con su voz más melosa interpretó el papel de damisela en apuros que tanto le encantaba representar.
—Los secretos de una mujer pueden aterrar al más valeroso de los hombres —musitó, con esperanzas de que no volviese a sacar el tema, si seguía indagando la cosa podría terminar fatal. ¿Crees que si mi amiga corriese peligro, estaría aquí de cháchara contigo? ¡Ni hablar! No sé quiénes son, ni siquiera sé dónde estamos, ¿cómo voy a tener algo que ver con esto? Realmente estaba tan confuso como Bio. Si quisiera matarte ya lo habría hecho —le confesó, y en parte era verdad. Sus dagas estaban siempre dispuestas a beber sangre, al igual que su dueño. Pero tenía el presentimiento de que en un futuro no muy lejano necesitaría de la ayuda del desconocido. La lluvia seguía cayendo y ambos se miraron, la desconfianza era algo normal cuando te encuentras a alguien a solas en medio de un lago sin motivo aparente a horas intempestivas. Erzsébeth desvió su mirada hacia el lago y atisbó una nueva figura, pero esta era conocida, familiar... era Cassandra. El corazón del vampiro iba a desbordarse del pecho, estaba extasiado por verla otra vez y tan deprisa, las desapariciones de su dueña se caracterizaban por ser duraderas.
Erzsébeth salió levemente de la penumbra, lo justo para que la luz lunar iluminara su blanquecina tez y Cassandra pudiera verla. Se giró sonriente hacia Bio. —Ella es a quien estaba buscando —le dijo, no podía ocultar la alegría en su voz. Su dueña se acercaba dando trompicones y agarrándose el largo vestido para no tropezarse aún más. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, dejó de prestar atención a su compañero y se le puso el vello de punta. Cassandra estaba cubierta en sangre, sobretodo alrededor de la boca y en los hombros, señal de que había asaltado a alguien... o quizá a más de una persona, por la cantidad ingente de sangre que recorría su cuerpo. ¿No tendrá nada que ver con el grandullón? pensó. Su ama le dio un efímero abrazo y le dejó una mancha de sangre en la mejilla.
—Siento mis formas, cachorro. Pero es que tenía asuntos pendientes que resolver —afirmó, mientras se limpiaba con los guantes las manchas de sangre. Se percató de la presencia de Bio y posó los ojos sobre él por un momento. Erzsébeth no sabía qué explicación darle, ¿cómo iba a decirle que era un vampiro? Quizá si le decía que su amiga estaba un poco mal de la cabeza podrían correr un tupido velo y olvidar el tema, pero eso no fue lo que ocurrió con exactitud. —Oh, no te preocupes por él, noctívaga; creo que si fuese un humano normal y corriente ya habría salido corriendo ante el espectáculo. Por cierto, guapo, cuidado con ella, que si le pasa algo vendré a por ti —le espetó a Bio. Y sobre los tíos del lago, ya no molestarán más por aquí. Ahora, con respecto a nuestra conversación... cuídate y recuerda lo que te he dicho. Te dejo en buena compañía, por lo que veo, nos veremos pronto —y al acabar la frase dio media vuelta sin dar pie ni oportunidad a una contestación, otra vez la había perdido. Lo que fácil viene, fácil se va, pensó sin poder evitarlo, y la tristeza volvió a recorrer su rostro. Se giró, con la mancha de sangre en el cachete e hizo un gesto con los hombros, como diciendo "qué le vamos a hacer". Las palabras de Cassandra resonaban en su cabeza, "si fuera un humano normal y corriente...", así que estaba impaciente por ver lo que haría Bio a continuación. Si era un vampiro como él, no habría podido encontrar a nadie mejor con quien pasar aquella noche.
—Con que yo soy la que tiene secretos, ¿y tú no?—rió él intentando alejar la pena, quitándose la mancha de sangre de la cara y sacudiéndose la tierra del vestido.
Espero que a quien buscas, se encuentre bien. Esos sujetos se ven peligrosos. Erzsébeth le dedicó una mirada algo fría al pelinegro a la vez que veía cómo todos los sujetos se iban para continuar su periplo. Cassandra era una vampiresa muy guerrera, no solo sería capaz de tumbar a esos tres de un suspiro sino que además se daría un baño bajo la luz de la luna mientras se tomara una copa de vino. Si crees que esto es peligroso, pensó, es porque no trabajas en mi compañía. Realmente no le habría importado enfrentarse al grandullón en otro momento, pero no en aquel lugar ni en aquel instante, no sin saber dónde estaba su ama. Cuando se hubieron marchado, Bio escudriñó al vampiro con la mirada y se le veía un poco tenso.
Estoy seguro que guardas más secretos de los que vas a decirme, me parece justo, pero si vas a hacer que me maten, creo que merezco saber lo que sucede acá, le había espetado, como si realmente creyera que él tenia conciencia de lo que estaba ocurriendo. Meneó la cabeza de un lado a otro en gesto de negación y se irguió. En aquellos momentos necesitaba buscarse amigos, no enemigos, así que con su voz más melosa interpretó el papel de damisela en apuros que tanto le encantaba representar.
—Los secretos de una mujer pueden aterrar al más valeroso de los hombres —musitó, con esperanzas de que no volviese a sacar el tema, si seguía indagando la cosa podría terminar fatal. ¿Crees que si mi amiga corriese peligro, estaría aquí de cháchara contigo? ¡Ni hablar! No sé quiénes son, ni siquiera sé dónde estamos, ¿cómo voy a tener algo que ver con esto? Realmente estaba tan confuso como Bio. Si quisiera matarte ya lo habría hecho —le confesó, y en parte era verdad. Sus dagas estaban siempre dispuestas a beber sangre, al igual que su dueño. Pero tenía el presentimiento de que en un futuro no muy lejano necesitaría de la ayuda del desconocido. La lluvia seguía cayendo y ambos se miraron, la desconfianza era algo normal cuando te encuentras a alguien a solas en medio de un lago sin motivo aparente a horas intempestivas. Erzsébeth desvió su mirada hacia el lago y atisbó una nueva figura, pero esta era conocida, familiar... era Cassandra. El corazón del vampiro iba a desbordarse del pecho, estaba extasiado por verla otra vez y tan deprisa, las desapariciones de su dueña se caracterizaban por ser duraderas.
Erzsébeth salió levemente de la penumbra, lo justo para que la luz lunar iluminara su blanquecina tez y Cassandra pudiera verla. Se giró sonriente hacia Bio. —Ella es a quien estaba buscando —le dijo, no podía ocultar la alegría en su voz. Su dueña se acercaba dando trompicones y agarrándose el largo vestido para no tropezarse aún más. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, dejó de prestar atención a su compañero y se le puso el vello de punta. Cassandra estaba cubierta en sangre, sobretodo alrededor de la boca y en los hombros, señal de que había asaltado a alguien... o quizá a más de una persona, por la cantidad ingente de sangre que recorría su cuerpo. ¿No tendrá nada que ver con el grandullón? pensó. Su ama le dio un efímero abrazo y le dejó una mancha de sangre en la mejilla.
—Siento mis formas, cachorro. Pero es que tenía asuntos pendientes que resolver —afirmó, mientras se limpiaba con los guantes las manchas de sangre. Se percató de la presencia de Bio y posó los ojos sobre él por un momento. Erzsébeth no sabía qué explicación darle, ¿cómo iba a decirle que era un vampiro? Quizá si le decía que su amiga estaba un poco mal de la cabeza podrían correr un tupido velo y olvidar el tema, pero eso no fue lo que ocurrió con exactitud. —Oh, no te preocupes por él, noctívaga; creo que si fuese un humano normal y corriente ya habría salido corriendo ante el espectáculo. Por cierto, guapo, cuidado con ella, que si le pasa algo vendré a por ti —le espetó a Bio. Y sobre los tíos del lago, ya no molestarán más por aquí. Ahora, con respecto a nuestra conversación... cuídate y recuerda lo que te he dicho. Te dejo en buena compañía, por lo que veo, nos veremos pronto —y al acabar la frase dio media vuelta sin dar pie ni oportunidad a una contestación, otra vez la había perdido. Lo que fácil viene, fácil se va, pensó sin poder evitarlo, y la tristeza volvió a recorrer su rostro. Se giró, con la mancha de sangre en el cachete e hizo un gesto con los hombros, como diciendo "qué le vamos a hacer". Las palabras de Cassandra resonaban en su cabeza, "si fuera un humano normal y corriente...", así que estaba impaciente por ver lo que haría Bio a continuación. Si era un vampiro como él, no habría podido encontrar a nadie mejor con quien pasar aquella noche.
—Con que yo soy la que tiene secretos, ¿y tú no?—rió él intentando alejar la pena, quitándose la mancha de sangre de la cara y sacudiéndose la tierra del vestido.
Bathory
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
La mujer finalmente accedió a responderme, aunque su respuesta no fue ni remotamente cercana a lo que yo deseaba saber - Los secretos de una mujer pueden aterrar al más valeroso de los hombres - Me dijo con voz melosa intentando desviar el tema, cosa que probablemente resultaría conmigo, no me agradaba obtener respuestas por la fuerza, prefería otros métodos más sutiles e incluso placenteros, sin embargo, no era tampoco una emergencia saber acerca de ella, por ahora mi prioridad era salir ilesos de ese lugar - ¿Crees que si mi amiga corriese peligro, estaría aquí de cháchara contigo? ¡Ni hablar! No sé quiénes son, ni siquiera sé dónde estamos, ¿cómo voy a tener algo que ver con esto? - tras una leve pausa dejó escapar una última y contundente frase - Si quisiera matarte ya lo habría hecho - No pude evitar reírme, tal vez eso podría costarme la vida, pero no pude evitar pensar en aquella delicada mujer asesinando a alguien, llevé las manos a mi cabeza para peinar mi cabello hacia atrás, la lluvia que se deslizaba sobre el cabello me lo dejaba adherido a la cara y resultaba bastante molesto, la chica volteó la vista hacia un lado y al notarlo, seguí el rumbo de su mirada hasta ver a lo lejos a otra mujer que se acercaba.
La figura femenina se acercó hasta que la tenue luz de la luna dio por fin figura a su delicado rostro - Ella es a quien estaba buscando - Dijo la rubia expresando cierta emoción, aunque yo no lograba entender aún, di un par de pasos hacia atrás para mantenerme alerta y preparado para cualquier cosa, y no era para menos, la mujer que se acercaba venía cubierta de sangre, parecía recién salida de un festín de sangre, se abrazaron las mujeres frente a mis ojos en una enternecedora escena de figuras femeninas ornamentadas con abundante sangre.
La nueva mujer, tras decir que había tenido asuntos que resolver, me recorrió completamente con la mirada, al parecer, había entendido la angustiada expresión de la rubia y acabó por derribar mi fachada de inocencia al revelar que yo no era un humano normal, realmente me incomodaba mucho andarme presentando como vampiro, así que trataba de pasar como humano cuanto me fuera posible. Tras descubrirme, se dio media vuelta y se alejó sin esperar más respuestas.
Tras un incómodo silencio finalmente la rubia decidió hablarme - Con que soy yo la que tiene secretos ¿y tú no? - Sonreía mientras intentaba asearse del desastre en que se había convertido, aunque no servía de mucho, la fuerte lluvia salpicaba y ensuciaba su vestido al tiempo que ella trataba de limpiarlo - Tengo más secretos de los que se pueden contar en una noche - Dije antes de dejar salir una leve sonrisa, por ahora, el peligro se había disipado, al menos por un rato, di unos pasos para acercarme al lago y me dejé caer sentado con la vista hacia la luna, finalmente acá estaba, justo como cuando todo empezó…
La figura femenina se acercó hasta que la tenue luz de la luna dio por fin figura a su delicado rostro - Ella es a quien estaba buscando - Dijo la rubia expresando cierta emoción, aunque yo no lograba entender aún, di un par de pasos hacia atrás para mantenerme alerta y preparado para cualquier cosa, y no era para menos, la mujer que se acercaba venía cubierta de sangre, parecía recién salida de un festín de sangre, se abrazaron las mujeres frente a mis ojos en una enternecedora escena de figuras femeninas ornamentadas con abundante sangre.
La nueva mujer, tras decir que había tenido asuntos que resolver, me recorrió completamente con la mirada, al parecer, había entendido la angustiada expresión de la rubia y acabó por derribar mi fachada de inocencia al revelar que yo no era un humano normal, realmente me incomodaba mucho andarme presentando como vampiro, así que trataba de pasar como humano cuanto me fuera posible. Tras descubrirme, se dio media vuelta y se alejó sin esperar más respuestas.
Tras un incómodo silencio finalmente la rubia decidió hablarme - Con que soy yo la que tiene secretos ¿y tú no? - Sonreía mientras intentaba asearse del desastre en que se había convertido, aunque no servía de mucho, la fuerte lluvia salpicaba y ensuciaba su vestido al tiempo que ella trataba de limpiarlo - Tengo más secretos de los que se pueden contar en una noche - Dije antes de dejar salir una leve sonrisa, por ahora, el peligro se había disipado, al menos por un rato, di unos pasos para acercarme al lago y me dejé caer sentado con la vista hacia la luna, finalmente acá estaba, justo como cuando todo empezó…
Bio
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
La melancolía aquella noche estaba a la orden del día, no sabía por qué, pero de Bio desprendía un aura apagada y algo lúgubre. El supuesto vampiro avanzó hacia la orilla del lago y se sentó, se abandonó ante la belleza de la luna y le dio la espalda a Erzsébeth. La imagen era bonita, no cabía duda, un hombre atractivo y perdido junto a lo que más adoraba el cazador en todo el mundo, la flamante luna que se alzaba ante ellos. Decidió que no era correcto irse sin más, por mucho que él se hubiese alejado, así que se adelantó hasta donde se encontraba, pero él no se sentó. Se paró ante la escena y se introdujo sin hacer ruido en ella, llevó una mano al hombro de Bio y le dibujó círculos con la punta de los dedos.
—El tiempo no es un problema para nosotros, Bio —dijo, bajando sus ojos para encontrar la cara del pelinegro, que parecía tan absorto mirando el paraje como para no estarle escuchando. Tenemos todas las noches que queramos para descubrirnos... si realmente queremos ser descubiertos —musitó. Era la verdad, había muchas cosas que escondían aquellos ojos verdes, y seguramente su compañero ocultaba tantas o más que él... pero que quisieran contárselas era un tema a parte. Si por algo se caracterizaba Erzsébeth, era por su carácter temperamental cuando hacían preguntas sobre él. El pasado es la herida abierta que nos define, pensó, el dolor es lo que nos hace actuar convenientemente para evitar sufrirlo de nuevo. Optó por sentarse y acurrucarse al lado de Bio, de forma que el frío no fuese el mayor de los problemas en aquel lugar. Hacía unos instantes Bio parecía desesperado por irse de allí, mas esa sensación de fuga urgente se había disipado con la ida de Cassandra. No tenía nada mejor que hacer a aquellas horas de la noche, y no quería irse sin saber algo más. Estaba acostumbrado a vivir junto a vampiresas, pero los vampiros escaseaban: Erzsébeth era el único entre todos los espías de su ama, y estar con otro se le hacía raro.
—Me gustaría preguntarte algo... si quieres, puedes no contestarme, sería lo comprensible. ¿Cómo acabaste siendo vampiro? Si es que lo eres y no me han engañado como a una tonta —rió él, abrazándose las rodillas y dirigiéndole toda su atención.
—El tiempo no es un problema para nosotros, Bio —dijo, bajando sus ojos para encontrar la cara del pelinegro, que parecía tan absorto mirando el paraje como para no estarle escuchando. Tenemos todas las noches que queramos para descubrirnos... si realmente queremos ser descubiertos —musitó. Era la verdad, había muchas cosas que escondían aquellos ojos verdes, y seguramente su compañero ocultaba tantas o más que él... pero que quisieran contárselas era un tema a parte. Si por algo se caracterizaba Erzsébeth, era por su carácter temperamental cuando hacían preguntas sobre él. El pasado es la herida abierta que nos define, pensó, el dolor es lo que nos hace actuar convenientemente para evitar sufrirlo de nuevo. Optó por sentarse y acurrucarse al lado de Bio, de forma que el frío no fuese el mayor de los problemas en aquel lugar. Hacía unos instantes Bio parecía desesperado por irse de allí, mas esa sensación de fuga urgente se había disipado con la ida de Cassandra. No tenía nada mejor que hacer a aquellas horas de la noche, y no quería irse sin saber algo más. Estaba acostumbrado a vivir junto a vampiresas, pero los vampiros escaseaban: Erzsébeth era el único entre todos los espías de su ama, y estar con otro se le hacía raro.
—Me gustaría preguntarte algo... si quieres, puedes no contestarme, sería lo comprensible. ¿Cómo acabaste siendo vampiro? Si es que lo eres y no me han engañado como a una tonta —rió él, abrazándose las rodillas y dirigiéndole toda su atención.
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
La silenciosa noche estaba sutilmente adornada por muy pocas pero brillantes estrellas, el ambiente era cada vez más frío, tal vez por los vientos helados del norte que lograba sobrevivir hasta acá, al menos por las noches, o tal vez porque intentaba ser peligrosamente adictiva.
Sabía que no debía estar ahí, pero la escena de la luna en el lago realmente merecía ser contemplada, por lo que le regalé unos instantes más, la vampira se acercó y al parecer había tomado un poco más de confianza - El tiempo no es un problema para nosotros, Bio - La escuché decir, aunque mi mirada se mantenía fija en el paisaje, de alguna forma, yo también me sentía más en confianza, sabía que no me cortaría la cabeza al primer descuido - Tenemos todas las noches que queramos para descubrirnos... si realmente queremos ser descubiertos - Pero... ¿Yo quería ser descubierto? Me agradaba demasiado tener secretos ¿Por qué iba a compartirlos todos con una desconocida? - Algunos secretos están mejor si se quedan escondidos - Le dije mientras giraba mi rostro en su dirección.
Sin embargo, ante mi evasiva, me hizo otra pregunta, bastante ingenua por cierto, demostraba un deseo de explorar, como si desconociera algunas cosas de este mundo - ¿Cómo acabaste siendo vampiro? Si es que lo eres y no me han engañado como a una tonta - Tras lo cual me miró fijamente con tal insistencia que no pude negarme - Pues verás - Hice una pequeña pausa para tomar aire antes de continuar - Fui engañado, por alguien que solo quería utilizarme, luego conseguí escapar de su control, pero ahora tengo demasiadas preguntas en mi cabeza, así que debo evitar que me encuentren hasta tener las respuestas que necesito - Me dejé caer de espaldas hasta acostarme en el piso mirando al cielo, esto al menos me serviría de descanso antes de continuar en mi escape constante.
Sabía que no debía estar ahí, pero la escena de la luna en el lago realmente merecía ser contemplada, por lo que le regalé unos instantes más, la vampira se acercó y al parecer había tomado un poco más de confianza - El tiempo no es un problema para nosotros, Bio - La escuché decir, aunque mi mirada se mantenía fija en el paisaje, de alguna forma, yo también me sentía más en confianza, sabía que no me cortaría la cabeza al primer descuido - Tenemos todas las noches que queramos para descubrirnos... si realmente queremos ser descubiertos - Pero... ¿Yo quería ser descubierto? Me agradaba demasiado tener secretos ¿Por qué iba a compartirlos todos con una desconocida? - Algunos secretos están mejor si se quedan escondidos - Le dije mientras giraba mi rostro en su dirección.
Sin embargo, ante mi evasiva, me hizo otra pregunta, bastante ingenua por cierto, demostraba un deseo de explorar, como si desconociera algunas cosas de este mundo - ¿Cómo acabaste siendo vampiro? Si es que lo eres y no me han engañado como a una tonta - Tras lo cual me miró fijamente con tal insistencia que no pude negarme - Pues verás - Hice una pequeña pausa para tomar aire antes de continuar - Fui engañado, por alguien que solo quería utilizarme, luego conseguí escapar de su control, pero ahora tengo demasiadas preguntas en mi cabeza, así que debo evitar que me encuentren hasta tener las respuestas que necesito - Me dejé caer de espaldas hasta acostarme en el piso mirando al cielo, esto al menos me serviría de descanso antes de continuar en mi escape constante.
Bio
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Cuando le devolvió la mirada, a la distancia a la que se encontraban, Erzsébeth fue capaz de ver algo de lo que no se había percatado, además de tener los ojos oscuros los tenía arrebatadoramente tristes, como si hubiesen visto cosas que era mejor no repetir, al fin y al cabo los ojos eran capaces de mostrar lo que los labios no dejaban escapar. Algunos secretos están mejor si se quedan escondidos, le había respondido Bio, y era cierto. El cazador noctívago escondía secretos que, si salían a la luz, no solo le llamarían monstruo por ser un vampiro. Sabía que había un secreto que jamás le diría a nadie, y muchos otros que tardaría siglos en ser capaz de plantearse si hacerlo.
Fui engañado, por alguien que solo quería utilizarme, luego conseguí escapar de su control, pero ahora tengo demasiadas preguntas en mi cabeza, así que debo evitar que me encuentren hasta tener las respuestas que necesito, finalizó Bio, dándole al vampiro una respuesta más que suficiente para hacerse una idea de su vida. Traición y dolor, era la esencia de la vida, lo que nos hacía cambiar nuestra forma de ser a golpes, duros golpes de los que en ocasiones no éramos capaces de recomponernos. Su compañero, ahora confirmado vampiro, se acostó y se quedó mirando al cielo. Erzsébeth no quería interponerse entre las estrellas y Bio, así que decidió dejarle acostado mientras él observaba el reflejo lunar en las aguas del lago. Aunque no le preguntara, creía que lo correcto era contarle su breve historia en respuesta a la suya. Eran dos versiones completamente distintas.
—Siento tu triste historia, Bio. Si en tu búsqueda de respuestas necesitas alguien que las sonsaque, bien me prestaré a ello si lo requieres —dijo ofreciéndose con toda la lástima que pudo ofrecer en el tono de su voz, aunque no era demasiada era toda la que podía demostrar el cazador. La mía por suerte, mi transformación quiero decir, no es tan mala. De hecho gracias a que me mordieron estoy viva —musitó con una sonrisa amplia en la cara, intentando imaginar cómo le había mordido Cassandra, aunque en el momento en que ocurrió estaba inconsciente y jamás lo sabría, solo lo intentaría discernir entre las sombras. La mujer que viste antes es mi salvadora, Bio. Me salvó de mí misma, y es lo único realmente bueno que han hecho por mí en toda mi vida. Hablaba con un cariño y una dulzura acerca de Cassandra que se veía impropio de un asesino a sangre fría, pero eso le daba exactamente igual, la quería y no era algo fácil de ocultar. Se perdió en la luna y en los recuerdos de su dueña, esperando un soplo de aire fresco que le devolviese el sonido de su voz.
Fui engañado, por alguien que solo quería utilizarme, luego conseguí escapar de su control, pero ahora tengo demasiadas preguntas en mi cabeza, así que debo evitar que me encuentren hasta tener las respuestas que necesito, finalizó Bio, dándole al vampiro una respuesta más que suficiente para hacerse una idea de su vida. Traición y dolor, era la esencia de la vida, lo que nos hacía cambiar nuestra forma de ser a golpes, duros golpes de los que en ocasiones no éramos capaces de recomponernos. Su compañero, ahora confirmado vampiro, se acostó y se quedó mirando al cielo. Erzsébeth no quería interponerse entre las estrellas y Bio, así que decidió dejarle acostado mientras él observaba el reflejo lunar en las aguas del lago. Aunque no le preguntara, creía que lo correcto era contarle su breve historia en respuesta a la suya. Eran dos versiones completamente distintas.
—Siento tu triste historia, Bio. Si en tu búsqueda de respuestas necesitas alguien que las sonsaque, bien me prestaré a ello si lo requieres —dijo ofreciéndose con toda la lástima que pudo ofrecer en el tono de su voz, aunque no era demasiada era toda la que podía demostrar el cazador. La mía por suerte, mi transformación quiero decir, no es tan mala. De hecho gracias a que me mordieron estoy viva —musitó con una sonrisa amplia en la cara, intentando imaginar cómo le había mordido Cassandra, aunque en el momento en que ocurrió estaba inconsciente y jamás lo sabría, solo lo intentaría discernir entre las sombras. La mujer que viste antes es mi salvadora, Bio. Me salvó de mí misma, y es lo único realmente bueno que han hecho por mí en toda mi vida. Hablaba con un cariño y una dulzura acerca de Cassandra que se veía impropio de un asesino a sangre fría, pero eso le daba exactamente igual, la quería y no era algo fácil de ocultar. Se perdió en la luna y en los recuerdos de su dueña, esperando un soplo de aire fresco que le devolviese el sonido de su voz.
Bathory
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
Permanecí acostado unos instantes mientras escuchaba la voz de la vampira - Siento tu triste historia, Bio. Si en tu búsqueda de respuestas necesitas alguien que las sonsaque, bien me prestaré a ello si lo requieres - No sabía exactamente qué decir a ello, ni siquiera sabía cómo había terminado hablando calmadamente con una total desconocida, la situación era bastante extraña, dirigí una mirada a la chica antes de volver a enfocarme en el estrellado cielo de aquella noche fría - La mía por suerte, mi transformación quiero decir, no es tan mala. De hecho gracias a que me mordieron estoy viva - Continuó hablando, al parecer ella también se sentía en confianza, de alguna manera y por alguna extraña razón, se había generado cierta confianza que incluso comenzaba a ponerme nervioso - La mujer que viste antes es mi salvadora, Bio. Me salvó de mí misma, y es lo único realmente bueno que han hecho por mí en toda mi vida - Dijo finalmente antes que me sentara nuevamente de manera brusca en el piso - A veces te salvan para poder usarte - Dije con cierto aire de nostalgia.
Me levanté despacio hasta ponerme de pie y ofrecí la mano a la vampira para ayudarle a levantarse - No es bueno quedarnos aquí, se supone que ando huyendo, acá me encontrarían fácilmente, además amanecerá pronto, sin embargo, conocerte es de las mejores cosas que me han pasado últimamente - Di un vistazo hacia los lados en busca de algún peligro cercano, aunque no pude encontrar amenazas, no estaba de más ser un poco precavido.
Tras mirarla fijamente le dije - ¿Esperarás a que tu dueña venga a buscarte o intentarás probar un poco del sabor de la libertad? - Esperé su respuesta al tiempo que le ofrecía una pícara sonrisa, aunque me agradaba su compañía, el tiempo se me había escapado muy de prisa, debía continuar mi camino y encontrar un refugio antes del amanecer
Me levanté despacio hasta ponerme de pie y ofrecí la mano a la vampira para ayudarle a levantarse - No es bueno quedarnos aquí, se supone que ando huyendo, acá me encontrarían fácilmente, además amanecerá pronto, sin embargo, conocerte es de las mejores cosas que me han pasado últimamente - Di un vistazo hacia los lados en busca de algún peligro cercano, aunque no pude encontrar amenazas, no estaba de más ser un poco precavido.
Tras mirarla fijamente le dije - ¿Esperarás a que tu dueña venga a buscarte o intentarás probar un poco del sabor de la libertad? - Esperé su respuesta al tiempo que le ofrecía una pícara sonrisa, aunque me agradaba su compañía, el tiempo se me había escapado muy de prisa, debía continuar mi camino y encontrar un refugio antes del amanecer
Bio
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
El silencio, el frío, la lluvia y la luna eran la esencia de aquel lugar, era una de esas noches en que las conversaciones fluían al ritmo de las ondas del lago, aquellos momentos entre tensión y calma que todos ansiamos alguna vez. Lo que Erzsébeth estaba sintiendo en aquel momento casi íntimo con su compañero vampiro no era seguridad, pero sí algo parecido, algo que podría llamarse complicidad en cierto sentido. Notó que Bio se removía en su espalda y miró hacia atrás. Lo vio sentado, observándola durante un breve instante hasta que dijo que a veces te salvan para poder usarte. No era una idea equivocada, para nada, siempre habrá alguien que querrá usarte y siempre habrá alguien que querrá ser usado, igual que hay personas que no quieren morir pero les gusta arriesgarse. El cazador se quedó meditabundo, pensando si coger su mano o no, y su compañero continuó hablando antes de tomar una decisión. No es bueno quedarnos aquí, se supone que ando huyendo, acá me encontrarían fácilmente, además amanecerá pronto, sin embargo, conocerte es de las mejores cosas que me han pasado últimamente.
El rubio se ruborizó ante su declaración, aunque no tenía muy claro el motivo. Por suerte el manto de la noche ocultó su rubor y pudo recomponerse entre los silencios de Bio, agarró su mano y tiró con fuerza para poder levantarse, incorporándose. Sus ojos se encontraron nuevamente, no obstante el pelinegro se veía nervioso, como buscando una salida ante la situación. El vampiro hablaba de libertad, como si alguien en el mundo supiese lo que eso significa. Incluso el cielo es la jaula del pájaro, pensó, pero no lo dijo, no quería desaprovechar la oportunidad de conocer al melancólico muchacho siendo tan cortante.
—La desgracia de este mundo es que todos usamos y somos usados, —dijo Erzsébeth, apretando la mano de Bio con firmeza y acercándose levemente a su rostro, dejando una distancia que podría medirse con una fina hoja de papel— mas decidimos quién nos usa... y a quién usamos —finalizó devolviéndole la sonrisa más abierta que podía ofrecerle. Recordó la frase de que era una de las mejores cosas que le había pasado últimamente y se volvió a ruborizar, pero no intentó ocultarlo; la timidez era propia de una verdadera dama. Mi única dueña es esa, Bio —musitó, haciendo un gesto señalando a la luna. Es la que me permite vivir y la que me da los mejores consejos. Pero... no me importaría tener otro dueño esta noche, si eres tú quien pretende guiar mis pasos —dijo entre leves risillas, soltando la mano de Bio y empezando a caminar hacia una dirección que salía del lago, a ritmo lento para que se le pudiese unir sin problemas.
—¿A dónde vas a llevarme? —preguntó, parándose a unos pasos, dándose cuenta de lo estúpido que era al caminar sin saber a dónde iban a ir realmente.
El rubio se ruborizó ante su declaración, aunque no tenía muy claro el motivo. Por suerte el manto de la noche ocultó su rubor y pudo recomponerse entre los silencios de Bio, agarró su mano y tiró con fuerza para poder levantarse, incorporándose. Sus ojos se encontraron nuevamente, no obstante el pelinegro se veía nervioso, como buscando una salida ante la situación. El vampiro hablaba de libertad, como si alguien en el mundo supiese lo que eso significa. Incluso el cielo es la jaula del pájaro, pensó, pero no lo dijo, no quería desaprovechar la oportunidad de conocer al melancólico muchacho siendo tan cortante.
—La desgracia de este mundo es que todos usamos y somos usados, —dijo Erzsébeth, apretando la mano de Bio con firmeza y acercándose levemente a su rostro, dejando una distancia que podría medirse con una fina hoja de papel— mas decidimos quién nos usa... y a quién usamos —finalizó devolviéndole la sonrisa más abierta que podía ofrecerle. Recordó la frase de que era una de las mejores cosas que le había pasado últimamente y se volvió a ruborizar, pero no intentó ocultarlo; la timidez era propia de una verdadera dama. Mi única dueña es esa, Bio —musitó, haciendo un gesto señalando a la luna. Es la que me permite vivir y la que me da los mejores consejos. Pero... no me importaría tener otro dueño esta noche, si eres tú quien pretende guiar mis pasos —dijo entre leves risillas, soltando la mano de Bio y empezando a caminar hacia una dirección que salía del lago, a ritmo lento para que se le pudiese unir sin problemas.
—¿A dónde vas a llevarme? —preguntó, parándose a unos pasos, dándose cuenta de lo estúpido que era al caminar sin saber a dónde iban a ir realmente.
Bathory
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Re: El despertar del caos [Interpretativo] [1/1] [CERRADO]
La lluvia intermitente no se decidía a caer o dejar de hacerlo, aunque de igual modo estábamos completamente empapados, escurriendo agua por todos lados, tras dudarlo unos instantes, la rubia por fin aceptó mi mano para ayudarla a levantarse para luego dejar salir una interesante frase - La desgracia de este mundo es que todos usamos y somos usados, más decidimos quién nos usa... y a quién usamos - Frase que tenía mucho sentido, pero a Bio le costaba pensar en cosas con sentido ante la cercanía de la rubia,no acostumbraba estar tan cerca de nadie, aunque ella le generaba una extraña confianza, tampoco se podía confiar del todo, tal vez era demasiado pronto para eso, o tal vez no sabía confiar en nadie, de cualquier modo, dío un pequeño paso hacia atrás mientras buscaba la manera correcta de reaccionar - Mi única dueña es esa, Bio - me dijo mientras señalaba a la luna - Es la que me permite vivir y la que me da los mejores consejos. Pero... no me importaría tener otro dueño esta noche, si eres tú quien pretende guiar mis pasos - La declaración me había dejado un poco desorbitado, y ni siquiera sabía el significado de esa palabra, pero ahí estaba, sin saber cómo reaccionar ante eso.
La corta distancia que los separaba se hizo más larga finalizando el momento de tensión que se había generado - Yo me dirijo hacia el Pico Más Alto, en busca de un aliado, puedes acompañarme, pero te advierto que podría ser peligroso, de hecho, andar conmigo siempre será peligroso - Le dije mientras la observaba con los brazos cruzados y una leve sonrisa pues estaba caminando hacia el lado contrario - Hacia el otro lado señorita - Dije en tono gracioso mientras le señalaba el camino en otra dirección - Aunque por ahora lo mejor sería encontrar refugio, la noche se extingue y el sol no será amable con nosotros - Miré al cielo para comprobar que efectivamente la noche no podía alargarse más, era necesario encontrar un refugio pronto.
La corta distancia que los separaba se hizo más larga finalizando el momento de tensión que se había generado - Yo me dirijo hacia el Pico Más Alto, en busca de un aliado, puedes acompañarme, pero te advierto que podría ser peligroso, de hecho, andar conmigo siempre será peligroso - Le dije mientras la observaba con los brazos cruzados y una leve sonrisa pues estaba caminando hacia el lado contrario - Hacia el otro lado señorita - Dije en tono gracioso mientras le señalaba el camino en otra dirección - Aunque por ahora lo mejor sería encontrar refugio, la noche se extingue y el sol no será amable con nosotros - Miré al cielo para comprobar que efectivamente la noche no podía alargarse más, era necesario encontrar un refugio pronto.
Bio
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