Nuevo inicio [Interpretativo][LIbre]

La oscuridad fue desapareciendo poco a poco mientras abría los ojos. Los parpados me pesaban, el cuerpo no me respondía y tenía un horrible dolor de cabeza. Estaba recostado sobre el suelo frio y húmedo de tierra con algunas hojas caídas de árboles que rodeaban mi cuerpo. Sentía el frio de la noche y la luna apenas estaba iluminando el bosque. No recordaba muy bien donde me encontraba, porque ya hace más de algún tiempo que llevaba mi vida entre el licor y las malas noches luchando con extraños que intentaban aprovecharse de mí. Apenas y podía recordar que tenía mis dos espadas envainadas en las cinturas y solo llegaba a usar mis puños para defenderme. No podía hacer más que usar las manos desnudas para defenderme, ya que cuando comenzaba a beber olvidada incluso la forma de pararme. Estaba hecho un desastre y prefería que los hombres lobo desagarran mis entrañas y me hicieran desaparecer de este mundo. Con algo de dificultad me puse de pie y moví mi boca en señal de la deshidratación que me generaba el beber tanto licor. La barba negra y grande que no había quitado en meses me colgaba de la cara. Mis ropas maltratadas y sucias me hacían ver a mi parecer siempre como un mendigo que había olvidado su lugar en este mundo. Mis espadas pesaban, mi cuerpo había perdido fuerza en los últimos meses por la ausencia de ejercicio y mis manos ya no sabían muy bien cómo reaccionar para moverse rápidamente para empuñar mis espadas.

"Me doy asco, ¿Cómo terminé así?" –me pregunté a mi mismo mientras aun tambaleándome por los rezagos de beber tanto vino la noche anterior.

Empecé a caminar cualquier dirección con la poca fuerza que aún tenía en las piernas hasta que llegué a un lago desconocido o que tal vez que no recordaba. Me deje caer de rodillas e introduje mi cabeza bruscamente en el agua para beber y refrescarme.

Llevaba ya unos días intentando atravesar el bosque, en una semana tenía otra actuación, en las fiestas de Beltrexus. Fire volaba no muy alejada de la chica inspeccionando la zona, buscando un lugar para pasar la noche. A la joven, lo cierto, es que le daba bastante igual donde dormir, ella lo que de verdad quería era quitarse todo el polvo de encima, no le gustaba sentirse sucia, y el polvo de la tierra era de las cosas que menos le gustaban, siempre ensuciaba sus vestidos y se le pegaba al pelo. Cuando Fire comenzó a descender Keira puso los ojos en blanco y se apresuró a seguirla, ese pájaro, siempre con sus prisas.

Traspasó unos arbustos y pudo ver un enorme lago en el que se reflejaba con fuerza la luz de la luna. Pues aquí mismo, pensó dejando caer sus cosas con un suspiro. Mientras Fire mojaba sus alas en el agua, Keira, mirando al ave con envidia, encendió una hoguera y comió un par de frutas que había recogido por el camino. en cuanto acabó, comprobó que no hubiera nadie y, sin pensarlo dos veces, se metió en el agua a nadar un rato y quitarse el polvo y la tierra de encima. El agua era fresca y relajante, nadar, siempre y cuando no fuera en agua salada, la relajaba.

Cuando salió del agua, su águila le tendió una toalla, la chica se secó con rapidez para vestirse, y se sentó cerca de la hoguera, con el pelo mojado bañándole la espalda, que, por suerte, la ropa que se había puesto dejaba descubierta, a arreglar su pandereta con aguja e hilo mientras el pájaro dormitaba a su lado aprovechando el calor de la piel de la chica y haciéndole cosquillas a esta sin pretenderlo.

Ryu, buscando alguna pista del dragon que le habia arrebatado la vida de su madre, se fue al bosque. Mientras buscaba algo comestible que llevarse a la boca pues no habia comido nada desde hacia dias.

Ella intranquila se quedo tumbada en la hierba mirando hacia el cielo en un claro del bosque cuando oyó el graznar de un cuervo.-¡COMIDA!-penso en ese instante, y como quien no quiere la cosa se transformo en dragon.

Empezo a buscar a su presa, y alzo el vuelo, y alli lo vio un gran cuervo con algo extraño en el pico aunque le daba igual que fuese eso que llevase, sin mas se tiro en picado hacia su presa y la engullo de un solo bocado.

Justo enfrente suyo vio a alguien era... como decirlo, raro, aunque paso un poco de el y se destransformo
-Hola, me llamo Ryu encantada de conocerte- Luego sonrio y le entrego el sombrero

El agua mojaba mi largo cabello, el cual no habia cortado en meses y mi barba mojada dejaba caer grandes cantidades del suave liquido que humedecia todo mi rostro. La sensación de cansancio fue disminuyendo con el paso de los minutos mientras yo observaba mi reflejo en la quietud de la noche.  Me puse de pie ya renobado de animos y de fuerzas deseando que fuese la utima vez que un trago de alcohol irritaria mi garganta y llegaria a mi estomago para alterar mi mente al combinarse con mis sangre. Me senté frente al lago un momento observando que la iluminada zona donde me encontraba era bastante alegre a mi tenue impresión.

Unas lagrimas cayeron de sus mejillas recordando los inicios de su vida, las primeras luces que dio su existencia y como habia perdido a su familia. La cicatrices algunas batallas peligrosas le dolian y una en especial, la de su corazón. Hacia mucho tiempo que Risk habia perdido el sentido, la motivación y la cordura por perder a una mujer. En su estado actual poco quedaba del gran espadachin que comenzó su vida luchando contra ladrones y protegiendo a mercaderes que solicitaban su asistencia. Ahora más parecia un mendigo que un hombre que podia darle pelea a algun niño que apenas sabia caminar.

Algo llamó su atención en el momento en que se colocaba de pie. Un olor peculiar llegó hasta su nariz y su mente lo reconocio al instante, cenizas y humo.  Alguien estaba acampando cerca de allí y a lo mejor podia averiguar de quien se trataba. Con paso lento pero cuidadoso avanzó entre los arboles que estaba cerca al margen de la laguna y sin hacer mucho ruido llegó hasta una parte del borde de la laguna donde encontró una fogota encendida. Una chica bastante hermosa estaba sentada cerca a la fogata acompañada por aguila esplendorosa. Sin pensarlo dos veces y con algo de hambre en el estomago decidi saludar a la extraña en busca de alguna ayuda.

Apariencia:

-Buenos noches – dije mientras daba unos pasos hacia adelante con las manos levantadas para que no creyera que intentaba hacerle daño – disculpa que interrumpa tu calida fogata y tu dichoso descanso, busco algo de ayuda, llevó dias sin probar un bocado de pan o algo de carne, si no fuera mucha molestia,¿ tendrias algo que ofrecerme?

Un extraño tipo barbudo, con el pelo largo y aspecto roñoso se acercó a Keira, que había terminado de arreglar su pandereta, la chica, extrañada, frunció el ceño echándose hacia atrás y escuchó el pedido del tipo, miró a Fire, que parecía algo extrañada por el... ¿cómo llamarlo? ¿Peludo? se acercó para comprobar al tipo. En cuanto Fire hubo regresado a su lado, Keira vio al ave relajada y, por eso, accedió a la petición:

- No te preocupes, tampoco estaba ocupada. Si quieres siente cerca del fuego.- Contestó mientras rebuscaba algo de comida por su bolsa. Sacó unas cuantas piezas de fruta y las puso sobre un trapo en la hierva- Come lo que quieras, nosotras podemos recoger más.- Zanjó la conversación con el aire serio que acostumbraba a rodearla.- Soy Keira, ¿y tu?

Desde atrás, sonó un fuere ruido que hizo que la chica se girase y, mordiéndose el labio, tomó sus cosas y se levantó a mirar al tiempo que calentaba su mano, dispuesta a atacar si era necesario. Fire, sobre su brazo, saltaba nerviosa pero en silencio. La chica, cogiendo su vestido para que no se enredara en la maleza, atravesó con cuidado los arboles y arbustos que separaban el lago de un pequeño claro y, allí escondida, vio a un dragón convertirse en una chica que le entregaba el sombrero a... un pulpo, un pulpo con patas....  ¿Es que a caso la situación podía volverse más descabellada?

Mirando a su águila decidió salir de entre la maleza, no sabía si el... ¿Vagabundo? aun no había decidido un adjetivo para él, la habría seguido, pero pensaba que era mejor dejarse ver antes de que, confundiéndola con un animal le dieran caza. Cuando hubo saltado el último arbusto que la alejaba de la luz soltó su vestido y se quitó las hojas que se habían enganchado en él, cruzó los brazos, mientras Fire se subía a su hombro y con aire distraído pregunto:

- ¿Se puede saber cuando va a dejar de aparecer gente rara? ¿quienes sois? ¿y por qué tú tienes tentáculos en la cara?- preguntó señalando con la barbilla al calamar.

De detrás de la chica apareció una humana y lo que parecía un... ¿Águila?, la misteriosa chica, de pelo castaño y ojos azul claro, se dirijo hacia ellos preguntándoles que quienes eran y por qué, el que Ryu ya intuía que era un hombre-bestia, tenia tentáculos en la cara.

La chica le parecía atractiva, aunque no sabia porque se veía atraída por ella, aunque no le dio mucha mas importancia a este echo -Hola, soy Ryu, encantada de conocerte y perdón por molestarte, tenia hambre y he cazado algo, espero no haberte molestado- después de presentarse miro detrás de la chica y vio una columna de humo pasando un par de arboles del bosque -¿La hoguera es tuya?, me vendría bien un poco de fuego estoy congelada y tengo hambre- Después de decir esto y sin darle tiempo a contestar Ryu echo a andar en dirección a la columna de humo.

Cuando llego vio junto a ella a una especie de... no sabia como describirlo así que simplemente le preguntó -Hola... Me llamo Ryu encantada de conocerte y perdón si te e asustado, pero tengo curiosidad, me parece haberte visto en algún otro lugar... ¿Quien eres?-

Esperando recibir una respuesta, Ryu se sentó a un lado de la hoguera junto a el, y se tumbo en la hierba a observar las estrellas -Bonita noche- murmuro con la voz baja -Espero que nada la cambie-

Cogí alguna fruta que me había ofrecido Keira y sin dudarlo le di varias mordidas antes de terminar con el alimento natural que a mi parecer fue un gran manjar de los dioses. Estaba sentado junto al fuego que iluminaba la tenue oscuridad de la noche cuando apareció alguien detrás de mí y se sentó junto al fuego. Era otra mujer y esta vez mi impresión fue bastante grande. En mi mente estaba preguntándome de donde estaba saliendo tantas personas extrañas pero para no ser descortés me acomode un poco aun estando junto a la fogata para observar mejor lo que pasaba. Luego apareció otra figura extraña. Esta vez era en verdad peculiar con el rostro lleno de tentáculos y sombrero que parecía ser la insignia de su llamativa figura. Escuché como agradecía a la chica que estaba en frente quien ya había pronunciado su nombre.

-Soy Risk Meinz mucho gusto – dije con amabilidad

Por un momento creí escuchar algún gruñido cercano pero lo único que vi fue a un ciervo del otro lado de la laguna huyendo del lugar al ver nuestra fogata. Keira se acercó hacia donde estábamos y se sentó junto a nosotros. Ahora estábamos los cuatro alrededor de la fogata. Éramos un grupo variado agrupados solo por una situación extraña, la noche frente al lago.

Ignorando la estupidez que acababa de decir el pulpo, se volvió para regresar a su hoguera, pero al llegar comprobó que tanto el tipo ese como la otra chica, se habían acoplado. Poniendo los ojos en blanco, molesta, dejó sus cosas y volvió a sentarse a coser su pandereta, ¿es que nadie les había dicho que debían ser invitados a ese tipo de cosas? Adiós a su calma. Fire, a su lado, tampoco parecía contenta con tanta gente, se sentía estresada, como su ama.

Ignorando a todo el mundo,concentrada en reforzar las sonajas, escuchó movimiento entre los arbustos. No, más gente no, como apareciera alguien más le quemaba el culo. Pero, cuando esa enorme y peluda bestia salió de entre los arboles, habría preferido que fuera un tipo raro como los que se habían reunido allí con ella. Un enorme licántropo, de pelo oscuro, asomaba por su lado izquierdo, se veían sus afilados colmillos babeantes, y sus ojos, amarillos y brillantes.

La chica se puso de rodillas mientras Fire alzaba el vuelo, comenzó a calentar sus manos, lista para hacer arder a esa cosa cuando otros dos bichos, iguales al primero, salieron rodeandolos, la única parte libre de cosas sedientas de sangre, en ese momento, era el lago, y tampoco estaba muy segura de ello. Retrocedió intentando unirse a los otros, aunque no sabía que harían, esperaba que no se lanzasen a lo loco, los licántropos no eran cosa de risa, si te acercabas mucho sin un plan, podías acabar entre sus fauces:

- Casi que te prefiero a ti, calamar...- murmuró, visto lo visto, casi mejor un bicho de agua salada que esos monstruos de delante.

Ryu estaba sentada, mirando el fuego fijamente, vio como la chica morena, con cara de pocos amigos, se sentaba con ellos,-Jiji, parece que al final podre quedarme-penso Ryu,-Por cierto... tu... ¿tu no eres Keira?- aunque no obtuvo una respuesta inmediata,estaba muy segura de que era ella, incluso tenia a su aguila,justo cuando la chica iba ha realizar su presentación, se puso de pie y nos señalo a una manada de licantropos, en concreto 3 licanos.

Ryu, nada mas ver a los tres licantropos, enfureció y saco su látigo-Anda, Jijiji, juguetitos nuevos-dijo mientras miraba fijamente a los ojos del licantropo del medio, -Espero que duréis mas que los otros- justo después de decir esto rió dulce e inocentemente mientras chasqueaba el látigo contra el suelo, entonces se quito el vestido de seda negro, y revelo un traje completamente negro como el azabache, que se ajustaba mejor a su figura-Creo que con esto podre combatir mejor-

Despues de esto, golpeo usando el látigo, una porción de suelo cercana al licantropo-Baila perrito,baila-en el mismo momento que dijo esto se rió a carcajadas, el licantropo estaba cada vez mas furioso.

La noche traía consigue un aroma extraño, una suave brisa corrió por todo mi cuerpo levantando mi cabello y separando los pelos de mi barba. El aroma era peculiar, sabía que antes lo había olido pero no recordaba que era o cuando había sido eso. El hombre calamar lanzó su sobrero al agua y justo en el momento en que mostraba su espada y hacia un gesto de querer deshacerse de ella, los gruñidos extraños se oyeron tras los arbustos cercanos y unos tres licántropos aparecieron frente al grupo. No había visto a esas bestias en mucho tiempo y lo único que hice fue quedarme quieto sin mover un solo dedo hasta que el reaccionar de mis compañeros me hizo pensar en tiempos pasados. Ryu se rasgó las ropas y apareció una prenda extraña que se ajustaba bastante bien a su físico mientras que Keira parecía ponerse en una posición de pelea y sus ojos comenzaban a tener un brillo extraño. De pronto uno de los lobos atacó al hombre calamar y este se defendió hábilmente, reaccionando de una manera bastante bien pensando y clavo su espada por la mandíbula de la bestia. El gran lobo que estaba en medio aulló al aire y mostró los dientes con una mirada de locura. Corrió hacia mí grabando en el suelo húmedo por la cercanía al lago las pisadas pesadas con las que avanzaba. Su cuerpo peludo e inmenso se acercaba a mí con potencia y pude sentir como su mano me tomaba de la ropa y me hacía impactar contra un árbol casi quebrándolo con la fuerza de la embestida. El tronco crujió y parecía que se iba venir abajo, yo por mi parte vomite un gran chorro de sangre el cual cayó en el pecho del gran lobo quien me tenía prisionero del pecho con su gran garra. Acercó su cabeza justo enfrente de mi cara y rugió con todo poder mostrándome sus dientes y su gran garganta. Su fétido aliento a carne putrefacta, que de seguro aún quedaban rezagos en sus dientes de su última comida hizo que entre cerrara los ojos y me prepara para morir.

“Cuando menos te des cuenta ni siquiera tendrá la necesidad de pensar para que tu cuerpo actué, te volverás una máquina, un asesino natural, un verdugo del mismísimo infierno y solo quedaran en tú pocos rezagos de la humanidad tan estúpida con la que fuiste concebido”

La palabras de mi cruel maestro resonaron en mi mente en ese momento y de pronto todo los sonidos del mundo se apagaron en un instante, el dolor desapareció y el viento parecía que no avanzaba. La noche quieta, sin un solo ruido, ni siquiera el crujir de los pequeños grillos o el quejido de las crías de los pájaros que estaban en los árboles se podía escuchar. La cabeza del licántropo se vino a abajo lentamente y comenzó a sentir una extraña sensación en mis manos. El cuerpo del licántropo cayó con las rodillas al suelo y la sangre broto a mares de su cuello sin cabeza. Su cuerpo se desplomó hacia la derecha con gran rapidez y yo solo podía ver como la sangrienta escena se desarrollaba justo en frente de mí. Los parpadeos de mis ojos y mi cabeza mirando a la derecha e izquierda buscaban una explicación que me diera entender que estaba pasando. Todo volvió a normalidad, pude escuchar el rugido del otro licántropo más allá y sentir el olor a sangre. Miré mis manos y en ellas pude ver empuñada mis dos katanas con lo cual todas mis dudas se disiparon y concluí que era yo quien había decapitado a la bestia.

El calamar y el hombre peludo acabaron sin demasiado problema con los licántropos, el primero, ensartó su espada en la mandíbula de uno, el segundo, con una fuerza y velocidad admirables, y unos ojos vacíos, cortó la cabeza al otro. Keira, por su parte, espero a que se lanzara contra ella el tercero, era quien más cerca estaba, y el estado de frenesí del bicho no le permitiría ver más que su presa.

Cuando esa cosa se acercó, con pasos pesados pero rápidos, la joven bruja avanzó con rapidez calentando sus manos, de ellas aparecieron dos pequeñas llamas que revoloteaban alrededor de la joven. Sus pasos silenciosos y rápidos llegaron al licántropo antes que este a ella, lo que le dio una considerable ventaja, pues el monstruo no se esperaba esa rapidez, ni, mucho menos, el movimiento que la joven hizo a continuación.

Su carrera hacía intuir que daría un golpe directo, pero no, cuando estuvo cerca de la cosa peluda, sin pensarlo dos veces, saltó todo lo alto que pudo y paso por encima de la cosa, y, al caer, tocó con las llamas la espalda del bicho. Cuando llegó al suelo, con una suavidad propia únicamente de quien había entrenado ese tipo de cosas durante años, chasqueó los dedos. Las llamas de la espalda del licántropo crecieron hasta incendiar todo el pelo. Una media sonrisa cruzó por la cara de la joven, no era buena idea meterse con ella, y mucho menos, cuando estaba tan molesta por la aparición de tanta gente rara que perturbaba su calma. Vio durante unos segundos como esa cosa se retorcía en el suelo, le iban a quedar unas quemaduras preciosas.... Pero no, eso era demasiado cruel, no podía dejar que esa cosa sufriera tanto.

El animal se levantó furioso aun intentando apagarse y fue a correr hacia el lago, fue entonces cuando Keira, con ligereza, sacó sus dagas y corrió a la espalda del animal, las clavo una, dos veces para que penetrasen bien, y se colgó de ellas, no pesaba demasiado, pero la piel de la cosa se había vuelto débil con el fuego y no le fue difícil cortarle la espalda de arriba, a abajo.

Sacando sus estiletes del licántropo contempló como se desplomaba ante ella, dándole la espalda a la chica. Dio un suspiro, usar magia para atacar cansaba bastante. Fire, que se había retirado para dejar pelear a la chica, bajó entonces y se puso sobre el brazo de esta, rascando su cabeza contra el cuello de la chica. El pájaro sabía que la joven no disfrutaba de esas cosas, ni aun con sus expresiones discordantes, y que, cuando algo así sucedía, debía ir a animar a la chica.

Ya estaba, se habían desecho del peligro, pero los que habían combatido se encontraban cubiertos de sangre y olían a oído y sal. Keira se miró las manos y contempló sus dagas, molesta, por el amor de... y acababa de bañarse.... agh.

- Al menos, ya está- pronunció intentando que la sangre no le rozase ninguna parte más del cuerpo o el vestido- que asco por favor- pronunció alejando sus brazos de si misma.

Después de dar un par de latigazos al licantropo del medio, el hombre-calamar atravesó la mandíbula de uno de ellos -Impresionante- dijo Ryu con sinceridad, cuando el licantropo del medio, corrió hacia el vagabundo y lo lanzo contra un árbol, haciéndole expulsar un chorro de sangre por la boca, entonces cerro los ojos, parecía que actuara por instinto y decapito al licantropo que lo tenia preso, en ese momento, segundos después de que su cadáver cayera al suelo, el ultimo de los licantropos rugió con fuerza, entonces Keira corrió hacia el, le prendió fuego y cuando este se intento apagar, ella corto su espalda clavando le los estiletes y colgándose de ellos, el ultimo de los licantropos se desplomo en el suelo y murió

-Al menos, ya está, que asco por favor- dijo Keira con asco, parecía que no estaba acostumbrada a la sangre, y seguramente así fuera, Ryu se coloco de nuevo su vestido de seda y pregunto, -Ahora...¿Que hacemos?- por lo que parecía, había vuelto a la normalidad, con su voz dulce y cariñosa de siempre, enrollo su látigo y se lo volvió a colgar de la cintura, se acerco al lago y cogió el sombrero del Capitan Werner -Lo has echo muy bien Púlpito, no te pongas triste- dijo mientras le entregaba el sombrero al hombre-calamar y dándole unas palmaditas en la espalda, luego se acerco al cadáver de uno de los licantropos y se agacho -No habéis durado ni la mitad que los otros, no me ha dado tiempo a divertirme- dijo mientras pinchaba el cadáver con el dedo indice, se acerco de nuevo al lago y mirando la superficie exclamo -Yo lo único que quería era descansar junto a la hoguera, y al final hemos tenido que combatir contra 3 perritos malos-

Caminé hacia el lago para lavar la hoja de mis katanas y mientras caminaba pensaba en lo que acababa de suceder. No podía creer que había acabado con licántropo sin más ni más pero la pregunta que aún estaba en mi mente era el hecho de había reaccionado de una manera casi sin pensarlo. Hundí en el agua las hojas de mi katanas y luego las saque lentamente, rasgue un pequeño trozo de la parte inferior de mi gabardina y pasé la pequeña tela lentamente por el frio metal. Enfunde nuevamente mis katanas y dejándolas a un lado me alejé un poco de la fogata para no dejarme ver por un momento. Aun así podía oír el sonido de las voces de los que ahora me acompañaban. Saque un pequeño cuchillo que siempre llevaba en un bolso de cuero en la espalda y lo moje. Poco a poco fui cortando mi cabello y mi larga barba para dejar de lado de una vez la vida tan deprimente que llevaba hasta esos días. Volví a mirarme en el reflejo del lago y pude reconocer mi rostro a pesar de estar adelgazado. Moje nuevamente el pequeño cuchillo y lo pasé por el borde de mi cara para terminar de cortar los restos de barba que tenía.

“Aún falta algo” – pensé mientras me quitaba la gabardina y la enrollaba. Igual hacía con la camisa que llevaba encima y me quitaba las botas.

Al cabo de un momento estaba completamente desnudo, caminé hacia el lago y me introduje lentamente, sintiendo la frialdad en todo mi cuerpo. Nade por un momento como purificando mi mente y aliviando los dolores de mi cuerpo. Salí a respirar y flote lentamente en el agua disfrutando del momento de tranquilidad en aquella extraña noche.

Ya se había terminado la pelea y cada uno volvía a lo suyo, Keira, infinitamente molesta ignoró a todos los que la rodeaban y acercándose al lago igual que el que tenía pinta de vagabundo, se lazó al agua con vestido y todo. Poco le importaba que se le pegase a la piel solo quería quitarse de encima la mugre, la sangre y, sobretodo el olor a lobo.

Se lanzó de cabeza y tras bucear un poco salió a la superficie alzando la cabeza con fuerza para que su pelo no se le quedase pegado a la cara. Lanzó un ligero suspiro cuando la melena le tocó la espalda con fuerza y abrió los ojos mirando la luna. Era llena, momento idóneo para los licántropos, esperaba que la noche no se alargase mucho. En ese momento solo quería poder descansar en paz, practicar su baile y seguir su viaje de buena mañana. Quería recuperar su soledad.

La joven bailarina se escurrió el pelo y salió del agua a paso lento para, finalmente volver a acercarse a la hoguera para secarse al calor del fuego. Podría usar su propia llama, pero con esa gente alrededor la tomarían por una chimenea o una cuerda de tender, así que antes se helaba que dejar que unos pesados la hicieran secar su ropa. Entre el calor del fuego y el que desprendía ella misma su ropa no tardó en secarse. Era su momento de practicar, había gente allí, intrusos molestos, pero su rutina era su rutina, y esos entrometidos no iban a cambiarlo.

Levantándose junto a la hoguera comenzó a hacer sonar la pandereta ignorando a todo el mundo e inició sus pasos. Le daba todo igual, solo quería bailar e ir a su propio ritmo.

-Vaya... todos te ignoran pulpito, jaja, venga no te desanimes, ven a jugar a un juego de verdad- Ryu tras decir esto salto al lago -Venga, venga, venid a jugar todos- tras decir esto empezo a lanzar agua a todos a los que tenia cerca, riendose y nadando, primero a Keira -Venga, que en el agua también se puede bailarle dijo a esta, despues al Capitan Werner y por ultimo al vagabundo...

-Anda... si ya no pareces un vagabundo... hmmmm... asi estas mejor- le dijo Ryu a Risk con una sonrisa y una mirada dulce y tierna mientras nadaba a su alrededor, hacia el tonto o simplemente lanzaba agua hacia los demas -Entrad, el agua esta perfecta a esta hora, que no muerde, jajajaja- tras decir esto lanzo mucha agua hacia el Capitan y Keira, apagando asi la hoguera en la que se había estado calentando no hace mucho -Huy, vaya... que pena, ahora no tendreis mas remedio queentrar- tras decir esto saco la lengua con dulzura y siguio lanzando agua hacia los que estaban fuera

Tras decir esto empezo a hacer tonterias dentro del agua, el agua estaba tranquila antes de que ella entrase, ahora se encontraba mas revolucionada, el agua aun asi, estaba fria, aunque no con un frio que helara los huesos, o con un frio incomodo, aunque bueno, ella estaba acostumbrada a las bajas temperaturas de Dundarak.

Empezaba a estresarse con tanto idiota rodeandola, era un agobio y, que narices, estaban invadiendo el refugio que ella misma había improvisado para la noche, no lograba concentrarse en su baile ni en nada. Dejó la pandereta a un lado, molesta, y se sentó en el suelo haciendo volar su vestido a su alrededor. Es que esa gente tan rara no tenía otro sitio al que ir o nada más que hacer, ¿qué debían estar ahí molestandola?

Fire bajó a su lado y comenzó a acariciar su brazo con la cabeza para después, ponerse sobre su hombro y dormirse con calma, encima su única amiga a dejaba allí sola, rodeada de gente rara, un tio desnudo, un pulpo y una loca con látigo, Keira rodó los ojos, quería salir de allí, con urgencia. Se levantó de allí sin que Fire se moviera un solo centímetro, tomó sus cosas e ignorando a todos, sin decir una sola palabra, se alejó hacia el interior del bosque, no pensaba participar en esa estupidez de encuentro, ya había tenido bastante por una noche.

Perdiendose entre la maleza encontró un pequeño claro, podría pasara allí un par de noches, las suficientes como para practicar con tranquilidad su magia y su danza, sin que unos pesados le tocasen las narices, montó un nuevo campamento y se tumbó a descansar, Fire, ya despierta, haría guardia.

El "Pulpito" se había lanzado al agua a jugar con Ryu -No se vale! Tu tienes ventaja- dijo refunfuñando mientras empezaba a lanzarle agua, aunque el Capitán tenia ventaja, pues cada vez que la chica le lanzaba agua, el se ocultaba bajo el agua [color=#FF00FF]-Pues si tu usas tus habilidades... yo usare las mías-[/colo] tras decir esto, Ryu se desvistió completamente, dejando su ropa en una rama para que se secase, y se transformo.

Entro al agua, y usando sus alas, empezó a lanzar aguas en grandes cantidades, removiendo todo el lago y generando una corriente muy molesta, algo que ha ella no parecía importarle -Jaja, ahora veras!- dijo antes de bucear para encontrar al Capitán, aunque no lo encontró, así que desistió en su intento y salio a la orilla.

-Vaya vaya... Me han abandonado todos... soy estúpida... la gente siempre me hace lo mismo... ni un adiós... ni nada... estúpidos...- su cabreo iba en aumento, cuando enfrente suya se paro un cuervo -¿Un cuervo?... inútil- Ryu le dio con la garra, matando al cuervo, el cual se desintegro en una nube de polvo, que volvió a colocarse en el mismo lugar -¿Que diablos?¿Que eres?- -No soy mas que tu consciencia, pequeña dragona, hazme caso, vete de aquí, algo malo esta por ocurrir--Y yo voy y me lo creo... bha, pensaba irme de todas formas, ¡No mires!- tras decir esto, se transformo, y volvió a vestir con su ropa, la cual se encontraba ya seca.

-Ahora enserio, ¿que sois, o quien?--Ya te lo he dicho, tu consciencia, estoy y no estoy, soy una misera voz de tu mente, la cual te aconseja que te vayas- Ryu se giro en dirección de donde provenía la voz, viendo simplemente un cuervo, entonces imagino que este explotaba, revelando su verdadero el, y ocurrió, el cuervo exploto, revelando otro cuervo -¿Lo decíais enserio?-

Ryu no le dio mas importancia, pensó que el cuervo desaparecía y hecho a andar, al fondo del bosque, donde nadie la engañara, donde nadie le hiciera falsas ilusiones, donde no pudiese herir a nadie cuando estallara en cólera.