[Cerrado] El Ritual del Sol [Interpretativo - Libre]

Alanna debería haberse marchado de la ciudad hacía días, pero las preocupaciones seguían rondando por su cabeza, los niños del orfanato estaban ya sanos y salvos, lejos de ese edificio maldito que ya se encontraba en ruinas. Pero algo no iba bien. Nuevas noticias habían llegado desde el cuartel, niños de la ciudad se desvanecían sin más de un día a otro y, aunque estaban investigando, no habían llegado a ninguna conclusión excepto que, posiblemente, estuviera todo relacionado con el suceso del orfanato.

Preocupada y entristecida, cabizbaja, no se dió cuenta de que había llegado al orfanato. Cuando alzó la vista y observó las ruinas cenicientas de lo que antes había sido una enorme edificación el corazón se le encongió en un puño. Odiaba que sucedieran esas cosas, todos sus esfuerzos, tirados por la borda, los niños, aun en peligro y, para colmo, la memoria de los ya perdidos, manchada con la vergüenza de su inutilidad. Se sostuvo de las rejas metáicas de la puerta, una de las pocas cosas que se había mantenido en pie junto a los gruesos muros de piedra, y se manchó las manos del negro carbón que cubría el metal mientras intentaba controlarse.

Se suponía que su participación en el caso había finalizado, no tenía, y probablemente tampoco debía seguir metiendo las narices... Pero era algo que le tocaba demasiado de cerca... no podía dejar las cosas a medias, ella había empezado esa misión y era ella quien debía terminarla. Alzó la cabeza con decisión y corrió hasta le cuartel para exigir su participación. Cuando expuso sus razones, no le pusieron problemas e incluso le dijeron lo poco que sabían, los culpables eran vampiros y y ciertas averiguaciones los habían llevado hasta las catacumbas.

Tomó una antorcha y la encendió, para, estando ya lista, con dagas y espada encima, comenzar su descenso en solitario a los infiernos de Lunargenta. A esos vampiros se les había acabado el juego, las piezas comenzaban a moverse y ella no pensaba ser un simple peón en la partida.

Senketsu no era precisamente "nueva" en la ciudad, ya había pasado mas de medio año desde que llego de su hogar hasta esta ciudad tan concurrida, llena de humanos que no la miraban precisamente bien, hasta que un día descubrió las catacumbas, un lugar sin ley, la guardia no solía pasar mucho por esos lares, dando paso a la venta ilegal, las peleas clandestinas y la posibilidad de contratar sicarios.

Senketsu, se encontraba extrañamente cómoda en ese ambiente, parecía que las mujeres-bestia tenían cierta reputación, pues no mucha gente osaba encararla, y estos últimos, solían acabar mal, aunque mas de uno había conseguido golpearla, e incluso ganarla en mas de una ocasión.

Había echo un par de trabajos como sicaria, trabajos sin importancia, pegar a este, sonsacarle información al de allá e incluso solo acompañar a un par de vendedores del mercado negro para intimidar o proteger, aunque esta vez era especial, una mujer, con ojos vidriosos llenos de lagrimas, me entregaba todo lo que tenia, solo por encontrar a su hijo, y me explico mas o menos la situación, muchos niños estaban desapareciendo de la ciudad, y la guardia no hacia nada al respecto -Típico de la guardia, lavarse las manos a la primera de turno- dijo Senkestu con un tono indiferente y sin cambiar la expresión -¿Y que quiere que yo haga? soy una sicaria, no una detective, busque los servicios de otro, señora- dijo mientras se alejaba de la señora -Por favor, se que no es mucho lo que le ofrezco, pero quiero recuperar a mi hijo, y me han dicho que usted es una de las mejores de su trabajo- Estúpida humanucha, ¿Acaso no entiende que un NO es un NO?

Tras pensar eso, miro hacia la señora, estaba completamente harapienta, mirando fijamente a Senketsu mientras los ojos le estallaban en lagrimas -Por favor, se lo suplico, creo que fueron unos vampiros los que le rap...- la señora fue cortada por la tajante pregunta de Senketsu -¿Vampiros ha dicho...? hmmmm... interesante... señora, no le garantizo nada, intentare recuperar a su hijo, pero por ahora guárdese su dinero, considérelo un regalo- tras decir esto, Senketsu se encamino a las catacumbas, esperando encontrar alguna pista de estos supuestos vampiros rapta niños.

El camino por el primero de los infiernos, el principio de las catacumbas, no fue fácil. La joven, sabiendo su imposibilidad para actuar frente a las actividades que por allí se formaban, avanzó silenciosa con su ropa negra, que la ocultaba entre las sombras de esa ciudad sumergida, de pecado y vilezas.

Había quienes vendían armas ilegales, otros partes de bios hechos pedazos que habían robado de la ciudad de esos androides, también había plantas, venenos y medicinas para quienes no se podían permitir un médico. Ella lo sabía, no todo en las catacumbas era malo, muchas veces, gente honrada sin soporte económico recurría al mercado negro para conseguir cosas de necesidad. Lo malo no era siempre lo que se vendía, si no como lo hacían, los tratos sucios, las mentiras, los trapicheos, turcos y triquiñuelas para engañar a los demás, eran amistades peligrosas, que se encontraban reunidas en un solo lugar, las catacumbas.

Agobiada por el gentío, las llamadas que atendería gustosa para desmantelar la parada del vendedor y el aroma a podredumbre, se alejó por una bifurcación. En ella, a lo lejos, un hombre oculto bajo su capa cargaba con un bulto al hombro, un bulto bastante grande que pataleaba. Alanna frunció el ceño, el bulto bien podría ser un niño. Volvió al mercado, a esconderse entre la gente y fingió observar unas joyas, claramente robadas, mientras esperaba la salida del hombre cubierto.

- ¿Qué le parece señorita?- preguntó el hombre de la parada en la que estaba- son joyas de gran calidad, y están a un precio muy razonable.
- Lo siento, pero son falsas, esto no son diamantes ni de lejos, no intente timarme.- Sonrió antes de alejarse tras su presa, quien acababa de salir con su bulto particularmente inmóvil.

Preocupada por la posibilidad de un infante golpeado, avanzó con sigilo y disimulo entre los cruces del lugar, hasta llegar frente a una taberna, roñosa, que parecía ser una parada para recuperarse antes de descender el siguiente nivel del averno. Ese tipo entró por una puerta pequeña, pero ella no podía hacer lo mismo, o la sospecha de que lo perseguía asaltaría la mente del hombre. Esperó fuera un par de minutos, escuchando tras la puerta. Era una autentica suerte que el lugar pareciese baldío, ya que, sin el sonido de las tabernas de Lunargenta, con gritos y cánticos, sino ese silencio que parecía irrompible, era más fácil escuchar. Pasado un tiempo lógico, entró a la taberna sin quitarse la capucha y avanzó hacia la barra pidiendo una cerveza que no iba a probar. No quería correr el riesgo de que alguien la reconociera ni de levantar sospechas.

Senketsu llego a la zona mas concurrida de las catacumbas, cada dos pasos le saltaba un mercader ofreciéndole algo, primero espadas, oxidadas y viejas, luego unos venenos, que por el olor parecían ajo machacado, ropa, -¿Por que cree que necesito ropa? bha, estúpidos humanos- refunfuñaba Senktesu mientras se alejaba intentando esquivar otros mercaderes vendiendo mas cosas, aunque a lo lejos escucho una conversación un tanto extraña, mas que conversación un monologo, o... puede que no... la persona que presuntamente estaba hablando sola salio de su escondrijo, portando un bulto que no paraba de dar patadas a su captor, tenia el mismo tamaño que solían tener los niños humanos.

Senketsu empezó a seguirlo, con el barullo no creía que se dieran cuenta de su presencia, pero por lo que parecía, no era su única perseguidora, un poco mas adelante de ella, iba con unos ropajes negros, Seguramente para ocultarse mejor pensó Senketsu, y vio como disimuladamente y yendo por las sombras, también lo seguía Puede que sea solo una coincidencia pero... se callo, y vio como el hombre entraba en una "taberna".

Tras un rato esperando, vio que no salia, a la vez que su otro perseguidor entraba en la taberna, y ella, no iba a ser menos, y entro, el antro era un poco... extraño, cada poco rato entraba algún que otro "rico pijo" como los llamaba Senketsu, subía al piso de arriba, y volvía a bajar con el pelo revuelto y un bulto en los pantalones Asqueroso... pensó Senketsu para luego decir -Tabernero... ponga me un vaso de absenta, y póngale el contenido de esta botella, por favor- el tabernero la miro con una mirada extraña, se veía desde lejos el tono rojo oscuro que tenia la botella, espeso y con olor a sangre, -Sin preguntas, gracias- tas decir esto la miro como fijándose en algo aunque lo hizo encantado, parecía que estuviese acostumbrado a ese tipo de peticiones, algo muy probable, pues en las catacumbas todo era posible.

-¿Tu eres... Senketsu? si no fuera por tu afición a beber sangre que se ha echo famosa por aquí no te habria reconocido jaja ¡Esta ronda es gratis en honor a Senketsu!- Senketsu se quedo completamente extrañada, a la mierda su tapadera, ya todos los presentes sabían su nombre, aunque mirándolo por el lado positivo, el absenta era cara, y esta ronda le había salido gratis, -No vuelva a decir mi nombre, gracias-

A mi lado se organizó un enorme barullo con la entrada de alguien a mis espaldas, Senketsu, la llamaron, era la blanca, la asesina a sueldo, Alanna había oido hablar de ella, al igual que ella, seguro, había oido hablar de "La Gata" El tabernero, celebrando la llegada de la asesina, decidió invitar a la ronda. Bueno, al menos, no pagaría por algo que no pensaba beber.

Atenta a los sucesos, notó que la puerta hacia el exterior se abría nuevamente, dando paso a un encapuchado sin nada encima que se cercaba a una portezuela y, tras dar una serie concreta de golpes, lograba entrar, tres veces más dos veces, una contraseña sencilla. Debía lograr entrar, necesitaba una distracción...

En eso estaba pensando cuando una jarra estayó en la espalda de la asesina que se encontraba a su lado, "Pero qué..." se giró a ver quien había sido el estupido que había provocado a tan cruel asesina y abrió los ojos al ver que ese idiota había sido ni más, ni menos, que Bio. ¿Qué demosnios hacía en ese lugar? no tardó mucho en iniciarse un barullo. Definitivamente eso era una distracción perfecta, no tardaron en formarse dos grupos, en circulo, que rodeaban a los dos batallantes. Debía sacar de allí a ese tonto, ¿es que no odía dejar de meterse en lios? En la tierra de los lobos, y ahora esto, debía ser o un suicida o un idiota con mala suerte. Se levantó junto a los demás y se acercó a la puerta del segundo infierno, luego sacaría al vampiro del problema.

Llegando a la puerta sin que nadie la viese, demasiado confundidos todos con el barullo, marcó la contraseña de forma suave. La puerta se abrió para ella dejandola entrar en una sala oscura ocupada por dos hombres armados que la miraban extrañados. Bajo la capa, Alanna desenvainó su espada y atravesó con ella al que le había abierto la puerta, dejandolo en el suelo, herido, no de forma mortal pero no podría hacer nada, el golpe que su cabeza dio en el suelo hizo el resto, dejandolo en estado de inconsciencia. El otro no tardó en reaccionar, atacó a la joven que dejó caer la capa al suelo cuando se movió para esquivar al tipo y dandole con la empuñadura de la espada, lo dejó en el mismo estado que a su compañero. Comrpobó que no había nadie más en el lugar y tirando una piedra al publico, inició una pelea entre todos los que se hayaban en la taberna. Con los gritos pudo pronunciar el nombre del vampiro:

- Bio- dijo para que el la viera, haciendole una señal de que se acercase, tenía que hacerle un par de preguntas...

Su plan de seguir sigilosamente al encapuchado se habían ido al traste, ahora todo el bar conocía su nombre y su identidad -Es "La Blanca", no me gustaría cruzarmela, de eso estoy seguro- -Si, dicen que acaba con la gente con sus propias manos, hay que tener mucha sangre fría para eso- -Dicen que no tiene remordimientos- muchos rumores sobre ella ahora bailaban por el aire, algunos ciertos, otros simples suposiciones, nadie lo sabia con seguridad.

Otro hombre encapuchado entro en escena, cruzo la taberna, dio un par de golpes en una puerta, y le dejaron entrar Parece que es allí donde se reúnen los encapuchados, interesante, tendré que buscar una forma de entrar sin que me detecten sus pensamientos fueron interrumpidos, pues un hombre alto y moreno le acababa de escupir en la cabeza y en la espalda, Senketsu dio un salto de su asiento como acto reflejo, colocándose un poco mas alejada de el hombre -Esto... ¿Tu tienes ganas de morir?- parecía no haber oído eso ultimo, pues momentos después el moreno se chocaba contra ella, moviendo la un par de metros hacia atrás -Definitivamente, deseas morir-

Después de decir esto ultimo, una guerra campal había empezado, algunos la apoyaban, para ganarse su respeto suponía Senketsu, y otros estaban en su contra, asesinar a "La Blanca" seguro que daba buena fama por el mundillo, uno de sus contrincantes la atacaba de frente con una espada corta, Senketsu la cogía con una mano mientras degollaba a su enemigo con la otra, volvió a mirar y el moreno había desaparecido -Sera desgraciado- dijo mientras se daba cuenta de que la puerta por la cual había entrado el hombre estaba abierta de par en par.

Senketsu empezó a andar en esa dirección, mientras era atacada por otros 5 hombres, el primero de ellos la ataco por el lado derecho, Senketsu le dejo pasar, recibiendo el impacto de su porra en el hombro derecho mientras le atravesaba el estomago de un puñetazo, el segundo de ellos parecía un poco mas estupido que el anterior, y le lanzo un hacha desde un poco mas lejos, Senketsu la agarro en el aire, y se la devolvió, clavando a su enemigo por el pecho en la pared, el tercero le atacaba por la espalda, siendo derribado por la cola de la gata mientras esta la remataba en el suelo clavandole la espada en la cabeza, el ultimo parecía el único mas o menos inteligente, con una armadura que le cubría todo el cuerpo excepto la cara, la ataco con un mandoble largo, aunque sus movimientos eran muy lentos por lo que Senketsu pudo fácilmente esquivar su ataque y clavarle las garras metálicas en los ojos, derribando a su enemigo en el acto.

Tras esa matanza indiscriminada, Senkestu se agacho un momento para recoger sangre e introducirla en su botella, la guerra campal seguía en la taberna, aunque no creía que nadie mas fuese a atacarla, por lo que siguió su camino yendo hacia la puerta, y atravesando su umbral.

La chica, desde la puerta notó que Bio la veía finalmente y se acercaba a ella, pero en su camino, troezaba con La Blanca y como si fueran amigos de toda la vida la hacía venir hacia nosotros. Tendría que detenerla, pero, al fin y al cabo, en ese momento no la perseguía a ella, así que no actuaría más que para la misión pertinente.

Bio entró al instante e inició una verborrea en la que la criticaba por estar allí metida en un lugar tan peligroso, Alanna se sentía como una niña regañada por su padre o por un hermano mayor, le costaba creer que la regañarían a esas alturas, ni siquiera sus padres adoptivos habían llegado a regañarla nunca, siempre había sido demasiado adulta y había tenido las ideas demasiado claras como para que una regañina la afectase. Pero no podía dejarse influenciar por esa situación que le resultaba tan graciosa, si era peligroso más razón para que no hubiera civiles:

- ¿Qué qué hago yo aquí? ¿Qué haces tu aquí?  No me voy a ir por muy peligroso que sea, es mi trabajo y no voy a dejar que sigan hiriendo a los niños, no voy a huir por ninguna salida, voy a acabar con esto de una vez por todas, el único que saldrá de aquí eres tu. Bio, eres un civil, ¿qué demonios pensabas?

No tuvo tiempo para seguir regañandolo, un mecanismo se activó iluminando el suelo del lugar con tres colores. Era una trampa, no era la primera vez que veía ese tipo de tretas, eran códigos de colores, pero debía descifrarlo, no podían moverse de donde estaban. Hizo una señal para que la asesina y el vampiro se quedasen quietos y rebuscó por la ropa de tipo noqueado que estaba a sus pies, si eran tan idiotas como parecían deberían llevar algo para recordar como desactivar esas cosas, no era la primera vez que se encontraba con sicarios idiotas.

Solo tenía un papel manchado, de poco le servía, tenía las primeras pautas, pero se quedaría en medio del cuarto, no obstante, si le servía para descubrir la secuencia, porque esas cosas siempre, tienen secuencia. Tenía los tres primeros pasos. Observó el papel unos minutos mientras tras la puerta seguían escuchandose golpes. Tres, dos, recordó que había llamado el primer tipo para entrar, tres dos, Soltó el papel que de poco le servía y respiro hondo.

Dió tres pasos hacia delante, despacio, y no sucedió nada, lo siguiente era pisar dos a la vez, para, tras eso saltar tres cuadros más allá, respirando hondo se preparó para colocar las manos en el suelo, quedó haciendo el pino sin que nada se activase y, tras eso, bajó como si fuese una voltereta logrando pisar primero una baldosa tres más lejos y, después otra, ya casi estaba al otro lado del cuarto, donde con los colores de las luces, se veía un cuadro situado de forma extraña, un paso más otra voltereta y ya estaba.

Las luces se apagaron dejando el cuarto como había estado antes, la trampa estaba desactivada y ya podían moverse con libertad con el cuarto.

El moreno, cobarde como... algo muy cobarde, le dijo a la gata de cabellos blancos que le siguiera, aunque también le dijo que podría matare después -Entonces por mi perfecto, Nya- dijo con una sonrisa mientras atravesaba la puerta en la que se encontraban él y otra chica -Me presentaría, pero con todo el griterío creo que ya sabéis mi nombre, y... mi objetivo es un niño, estoy siguiendo el rastro del encapuchado que portaba un bulto, estoy segura de que ese es el niño al que tengo que rescatar, para eso me han contratado y por eso estoy aquí, Nya

Tras decir esto, la puerta por la que habían entrado los 3 compañeros, se cerraba sola, dejándolos con solo un camino posible que elegir, aunque no seria tan fácil, el suelo y las paredes estaban divididos en tres colores, la encapuchada hizo unos ligeros y gráciles movimientos cruzando la sala de un extremo a otro, y tras esto, los distintos colores desaparecieron, era una trampa, y ella la había desactivado.

-¿Por casualidad no seras "La Gata"? Nya? tus movimientos son muy parecidos a los suyos, mejor dicho, mis compañeros describen los movimientos de "La Gata" muy parecidos a los tuyos- le dijo Senketsu a la chica, pues ella misma no tenia precisamente "buena fama" entre los guardias de Lunargenta, y estar junto a una, que tenia tan buena fama como guarda, seguro que no era bueno para su salud.

-Ehmmmm... que tal si os presentáis y eso, vosotros ya sabéis mi nombre, algo malo para mi, ahora debería conocer yo los vuestros, "Gata", tu no hace falta que te presentes, pero tu en cambio...- Senketsu dijo esto ultimo mientras agarraba al moreno de la camisa, momentos después Senketsu se dio cuenta de que de su hombro ahora fluía sangre Parece que no era una porra con lo que me dio, malditos bastardos inútiles pensó para si misma sin darle mucha importancia -Me has dicho que te podre matar después, ¿Cierto? terminemos lo que hemos venido a hacer y ya luego acabare con tu existencia, Nya- dijo mientras se limpiaba el alcohol de la espalda y la sangre que ahora recorría todo su brazo.

Finalizada la desconexión de la trampa Bio y La Blanca se acercaron a La Gata y dieron paso las presentaciones, al parecer Senketsu, la asesina, había oido hablar de ella, Bio parecía haberla enfurecido astante más puesto que parecía que tenía ganas de matarlo. Decidieron trabajar juntos, no es que a Alanna le hiciera mucha gracia colaborar con una asesina, ni siquiera sabía si estaba bien visto por la guardia, pero tenían un mismo objetivo, y cuantos más mejor.

Bio abrió la puerta que se había puesto a su frente y un enorme vampiro, de casi dos metros, se les presentó en frente pidiendoles unas autorizaciones. La guardia alzó las cejas contemplando a ese tipo enorme, era fuerte, sin duda, pero daba la impresión de ser lento. Alanna observó el suelo, que parecía bastante flojo, tal vez... con algo de suerte, pudieran tirarlo, al fin y al cabo las catacumbas tenían muchos niveles más además de ese en el que ellos se encontraban:

- Igual no quereis colaborar, pero me vendría bien, tengo un plan- susurró dejando caer su espada al suelo para poder ser más rápida- Que de martillazos al suelo.- susurró antes de avanzar hasta donde se encontraba el tipo.- No tengo permisos, lo siento- provocó con una sonrisa.

Sin mediar palabra, el vampiro grande dió un martillazo en el lugar donde se suponía estaba Alanna, que espero al último segundo para pasar bajo las piernas del tipo y llamarlo desde atrás, él se giró más rápido de lo que la chica pensaba, pero cntinuaa siendo más veloz volvió a repetir la jugada de antes, per en lugar de girarse, el tipo solo giró medio cuerpo Alanna tuvo que saltar para esquiva el martillazo, cayendo de pie sobre el arma. Cuando el mosntruo se giró le lanzó una mirada de odio a la chica "Momento de retirarse" pensó dando una voltereta hacia a trás. Dos golpes más cayeron sobre ella, que los esquivo con la misma pirueta que había usado para bajar del martillo. El suelo temblaba faltaba poco para que cediera.

Al otro lado, la otra gata, se acercaba para, al parecer, colaborar con el plan, tras unos cuantos golpes de martillo más, el suelo cedió al rededor del gigante que se fué al vacío junto a las tablas rotas, mientras Alanna se acercaba a recuperar su espada y su cinto.

Senketsu holló con atención el plan de "La Gata", pero en ese momento no pudo colaborar, pues tenia a Ryuko metido en la riñonera, y no quería que este saliera mal parado -Tu, Bio no se que, sujetamelo...nya. Y que no le pase nada, o pagaras las consecuencias...- le dijo Senketsu a Bio mientras le entregaba al gato que se encontraba dormido dentro de la riñonera.

Tras esto, salio en ayuda de su compañera, -Tu, el gigantón, nya, déjala en paz- grito provocandole, con éxito, pues el gigante le pego un martillazo, Senketsu lo esquivo sin problemas, aunque el gigante reacciono rápido asestándole un segundo martillazo, el cual esquivo de milagro y consiguió subirse encima del martillo -Vaya vaya... seras inútil, ni un gigantón como tu puede contra mi, nya- tras esa provocacion, corrio por el mango del martillo subiendo por el brazo del grandullón, y asestándole un puñetazo, el cual no le izo absolutamente nada Por lo menos habré conseguido cabrearle mas, algo es algo.

El gigante asesto un ultimo martillazo contra la chica, la cual lo esquivo, haciendo el el grandullón abriera un boquete en el suelo, por el cual se callo el solo -Tu, ya puedes soltar a mi gato- le dijo Senketsu a Bio, y momentos después, Ryuko salio caminando hacia Senketsu, restregando su cabecita contra las piernas de su ama mientras esta decía -Uno menos, ¿Seguimos?,Nya?-

Cuando el coloso calló al segundo nivel, una nueva puerta apareció al otro lado del cuarto. El suelo, tembloroso e inquieto, estaba por ceder, debían salir rápido del cuarto. Fue Bio el que se atrevió a abrir la puerta para llegar al centro del averno, e instó, llamando holgazanas a las chicas, a que traspasaran la puerta.

Alanna no perdió el tiempo, entró a la sala mientras se ataba el cinto con la espada, Al elevar la vista vió la sangre, todo estaba lleno de carmesí y con ese horrible olor a oxido, un altar, que en algún momento fue de mármol blanco, se encontraba rodeado por personas encapuchadas, ¿personas? no, vampiros, cinco en concreto. Que sostenían a un niño desnudo y sedado. Alanna frunció el ceño, otra vez no, no iba a dejar que volvieran a herir a otro chiquillo, había salvado a los del orfanato, era hora de conseguir que todos los infantes estuvieran a salvo.

Tres de ellos se giraron abandonando su posición para quitarse las capuchas y esperar el ataque de los recién llegados:

- Algo me dice que ya no estamos en casa chicos.- susurró La Gata tomando la empuñadura de su espada.

Queria ver los movimientos de los contrincantes antes de atacar, pero sabia que no tenían demasiado tiempo, los vampiros parecían mas fuertes que el giganton anterior.

Tres, uno para cada uno, la guardia corrió hacia el del centro que esquivo su primera estocada con bastante facilidad y sacó una daga del interior de su chaqueta. El tipo se lanzó hacia delante con intención de hacer una corte a la chica que se echó hacia atrás y lo golpeó con la espada en el hombro, bien, ya llevaba ventaja.

Un nuevo ataque la hirió en el estomago, no era profundo, un simple roce, que le.permitió clavar su espada en el corazón pétreo de su enemigo. Uno menos, quedaban cuatro.

Bio abrió la puerta, llamándolas holgazanas, y entrando como si el hubiera hecho todo el trabajo -Si no fuera por nosotras, posiblemente estarías muerto, nya, así que no te hagas el chulito, o tu cabeza rodara antes de lo debido- dijo Senketsu tajante mientras le seguía atravesando la puerta, al otro lado encontraron una... extraña escena, el niño, tal y como lo había descrito la madre, desnudo, siendo agarrado por dos hombres encima de un altar, dicho altar rodeando de sangre, y un olor a metal que a Senketsu le encantaba Que... delicioso olor... que hermosa escena pensó para si, pues no quería que ninguno de sus dos compañeros la trataran de loca.

En aquella sala se encontraban 5 hombres, 6 contando el que estaba al final de la sala, intentándose ocultar de sus 3 perseguidores, mientras que otros 2 sujetaban al niño y los otros 3, se quitaban sus prendas rituales y avanzaban amenazantes hacia el "Trió Maravilla" -Dadme al niño y prometo, nya, no haceros da...- "La Gata" la interrumpió, pues se lanzo en dirección del primero de ellos, acabando con su vida de un par de espadazos -Aaanda, si parece que a la guarda le gusta matar... Tsk Tsk Tsk... chica mala, mira, se hace así-

Tras decir esto, avanzo rápido hacia el segundo vampiro, y le pego un zarpazo, aunque haciendo leves incisiones en el abdomen, el vampiro contraataco, pegandole otro puñetazo en la herida que tenia en el hombro derecho Estos son mas inteligentes que el bruto de antes... pensó Senketsu, mientras el vampiro arremetía contra ella, Senketsu lo esquivo deslizándose de rodillas entre las piernas del vampiro, y cuando su brazo se encontraba en la parte de la entrepierna, salto con todas sus fuerzas, pegando un puñetazo hacia arriba, el cual movió al vampiro mas o menos medio metro hacia arriba, para que Senketsu lo rematase de un gancho derecho, en el cual le partió el cuello, matando así a su contrincante.

-¿Ves? Nya?- dijo mientras corría hacia uno de los que lo sujetaban, -Nya-wa nyeh nyaaa- grito, parecía que se había vuelto loca, pero de lo que no se habían percatado, era de que Ryuko salto hacia uno de los captores del niño, arañandole todo el brazo derecho, para luego volver a ocultarse entre las sombras.

Senketsu y Bio acabaron con los dos enemigos que quedaban plantándonos frente, y, La Blanca, además, logró arrebatar al niño de las garras de los vampiros gracias a la ayuda de su gato, que se lanzó a la cara de uno siendo una gran distracción para que Senketsu pudiera saltar y dejar el libro a salvo en una esquina.

"Esto está ganado" pensó Alanna al ver que únicamente quedaban dos enemigos, no obstante pronto desapareció sus seguridad al ver que uno de los encapuchados elevaba la mano con calma y, tomando el rostro de su compañero, le reventaba el cráneo al grito de "Estoy rodeado de inútiles" Sorprendida, la guardia dio un par de pasos hacia atrás, ¿Quién era ese vampiro? entonces escuchó la voz de Bio susurrar a su lado que se marchara y que se llevara al niño con ella.

Despertando del escueto momento de pánico que acababa de sufrir, negó con la cabeza:

- Tu me ayudaste, yo te ayudo, es lo que hacen los amigos, ¿no?- Sonrió poniéndose en guardia.

No obstante a penas tuvo tiempo de reaccionar cuando una daga voló hacia el niño y se clavo cerca de la cara de este y, después Bio iniciaba su movimiento como señuelo. Alanna miró a Senketsu, no le gustaba trabajar del lado de una asesina, pero algo le decía que se iban a entender sin palabras, con un rápido asentimiento de cabeza empezó a correr, espada en mano hacia uno de los lados del vampiro que atacaba a su misma raza y le dio una estocada, medianamente certera, que, en lugar de ir al corazón, se clavó en un brazo.

Furioso, el tipo lanzó a La Gata hacia atrás con tal fuerza que logró estamparla contra la pared, haciendo que se golpeara el estomago con el pomo de su propia espada. El vampiro se movió raudo a por ella, era su nueva victima. Con rapidez apuntó con su daga al cuello de la joven, acercándose el junto al cuchillo. Alanna a penas pudo esquivarlo, al hacerlo dejó al descubierto su cuello. pero se había preparado, con las piernas dobladas, dio en el estomago de su atacante logrando que se alejase antes de hincarle el diente. Pudo levantarse y volver a ponerse en guardia, ahora el vampiro estaba rodeado. Ese tipo era un demonio, pero, al parecer, el infierno tenía problemas.

Senketsu vio como Bio daba un rugido, mostrando sus colmillos, y atacaba al ultimo de la avanzadilla, partiendole la cabeza en dos [color=#00FF00]¿Un vampiro? Vaya, si que tiene auto-control, con toda la sangre de esta sala cualquiera habría perdido el control... interesante[/colo] pensó mientras miraba hacia Bio, al que ahora veía mas como a un compañero y menos como a un inútil al cual había que asesinar.

-Mhe, un puñado de vampiros, que pena que hayan tenido que morir, seguro que me habrían caído bien, realmente una pena- dijo mientras notaba a Ryuko entre las piernas -Lo has hecho muy bien Ryuko, ahora mamá mata a estos dos pringados y nos vamos de este sitio ¿Vale?- dijo mientras sujetaba al gato en el aire, para luego acariciarlo mientras le susurraba algo inaudible al oído.

Senketsu vio una extraña escena, uno de los hombres que se habían quedado atrás, cogía de la cabeza a su compañero, y la giraba y retorcía, matándolo en el acto, al grito de -Estoy rodeado de inútiles- -Eso si es matar con estilo, que pena que seas mi objetivo, vampirito- aunque a Senketsu no le dio tiempo a actuar, pues Bio le provoco para que le atacase, parecía que tenia un plan, aunque poco después vio como el plan de Bio fallaba, y se llevaba unas cuantas dagas de regalo -Vampiro, que no te maten... no es que me preocupe, es que te tengo que matar yo después- dijo mientras se sonrojaba, aunque tampoco tuvo mucho tiempo para hablar, pues "La Gata" aprovechaba para atacarle también hiriéndole de un brazo, y empujándolo, momento que aprovecho Senketsu.

Tras el empujón de la guarda hacia atrás, el vampiro callo al suelo, dándole tiempo a Senketsu de actuar, la cual corrió hacia el para intentar golpearle, pero no le dio tiempo, el vampiro se puso en pie a una velocidad insana, haciendo que el ataque de Senketsu fallara, y el vampiro aprovecho para golpearla con el codo en la espalda, algo que seguramente dolería, aunque "La Blanca" no mostraba signos de dolor ninguno, y aprovecho que el vampiro había bajado la guardia para arrearle un puñetazo en el estomago, el cual lo movió un par de metros hacia atrás, y prefirió darle prioridad a acabar con la vida de alguno de sus compañeros.

El vampiro lanzo una daga en dirección a "La Gata" aunque Senketsu lo intercepto, bloqueando la daga con una de sus manos, -Ya me lo agradecerás luego- tras decir esto, miro hacia Bio, moviendo la cola en dirección al vampiro, intentando indicarle que aprovechara ahora para atacar, y entonces, cogió a "La Gata" por la espalda, colocándole una daga al cuello -Ja, Tu, el vampiro del medio, ¿Te ayudo? no te cobrare mucho, sera un placer asesinar a una guarda de Lunargenta- grito a los cuatro vientos, y acto seguido susurro a "La Gata" -Tranquila, mientras este distraído con esta tontería, Bio lo rematara, no te voy a hacer daño, todavía... dijo mientras seguía mirando fijamente al vampiro.

La gata atacó al vampiro y cuando Alanna hubo logrado alejarlo de si misma la muy loca, en lugar de atacarle amenazó a la guardia. ¿Pero que se le pasaba a esa loca por la cabeza? Las estaba haciendo un blanco fácil, ese vampiro no era tonto y, como Alanna pensaba no picó en la treta.

Por fortuna Bio intervino antes de que el ataque que preparaba el enemigo se hiciera patente, hiriendolo en una pierna y dando la oportunidad a Alanna, que estaba ya libre de Senketsu, atacase al recién herido que había perdido su velocidad de forma notable. Esquivó una daga que lanzó el tipo desde el suelo, sosteniendose la pierna y clavó su espada en el brazo más diestro del tipo, le dejaría a La Blanca su especialidad.

Bio estaba malherido, La Gata extrajo la espada del brazo del tipo, sin miramientos y se dirigió a su amigo, que acababa de reventar la cabeza del último que quedaba en pie contra la pared. Apartó la mirada por un momento, era una escena demasiado gore para ver, pero sacudió su cabeza y se situó junto al vampiro.

- Ey, ¿estás bien? Va, que si sobreviviste a una manada de lobos locos, conmigo corriendo como una niña asustada, esto lo aguantas.- Se giró para buscar a la asesina- ¡Blanca! - la llamó por su apoyo- He oido que sabes curar heridas tan bien como abrirlas, si no quieres que te quiten a tu presa, ¿podrías echarme una mano por aquí?- se giró a mirar a Bio- voy a ver al niño, tu vas a estar bien, ¿de acuerdo?- le sonrió levantandose.

Cuando llegó junto al niño se acercó a él y le tomó el pulso, solo estaba sedado, además de forma bastante torpe, porque el pequeño empezaba a removerse, no tardaría demasiado en despertar.

Todo ocurrió muy rápido, la treta que había planeado Senketsu no funciono, pero la tentación de acabar con la guardia casi puede con ella Ahora no, ya la matare despues se dijo a si misma mientras la soltaba, y en ese instante, la guardia esquivo un dagazo de el vampiro, y luego le clavo una espada en su brazo diestro, y luego se alejo tan tranquila hacia Bio, parecía que le estuviese dando la oportunidad de matarlo a Senketsu, algo que no desaprovecharía.

La gata se acerco rápidamente al vampiro, el cual intento esquivar el primero de sus golpes, con exito -Elige, ¿cara o cruz?- aunque sin respuesta, ella lanzo la moneda, con una idea en mente, Cara, sufrimiento, Cruz, indoloro... salio cara -Hora de divertirnos vampirito...- tras decir esto, Senketsu cogió su espada, una espada que casi nunca usaba en combate, pero, que solía usar para torturar, o cortar cualquier nimiedad.

Primero, clavo la espada en la rodilla buena, girándola cuando ya estaba clavada para romper el hueso, y el vampiro exalto un chillido de dolor, y Senketsu, lamiendo la sangre que estaba manchada en la espada, le dijo -Hmmmm... deliciosa... tras lo cual, empezó a pegar espadazos contra el brazo derecho del vampiro, el cual se desprendió, y a continuación prosiguió con el otro brazo, el cual arranco de cuajo de un bocado, derrochando fuerza bruta -Este es el único placer en la vida que todavía puedo experimentar...- le dijo antes de matarlo en un ultimo acto de violencia, pues le pego un puñetazo en la zona central del pecho, arrancándole el corazón de cuajo -Buenas noches... vampirito... dijo antes de que este ultimo muriera.

Tras esto, oyó a "La Gata" llamarla para que ayudase a Bio -¿Desde cuando das tu las ordenes?...- le dijo en tono de burla, pero aun así se acerco al moreno, revisando sus heridas -Ningún corte a llegado a ser lo suficientemente profundo como para ser mortal, sobrevivirás, por ahora tápate la hemorragia con esto, aparte, bebe esto-la mujer-gato le tendió una botella con sangre y un par de trozos de la ropa del vampiro que ahora yacía muerto en el suelo -No has perdido mucha sangre, con esto recuperaras la que hallas perdido, también tiene un poco de absenta la botella, espero que no te importe- dijo "La Blanca" giñandole un ojo.