[Evento] Los susurradores de Sandorai

Spoiler:

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-Para participar en este evento deberás tener como mínimo diez post son rol.
-Deberás justificar tu llegada al lugar además de describir la ambientación.
- Pueden participar cuantas personas quieran, en el momento que deseen y en el orden que deseen.
-No importa la raza.
- Para conocer el resultado de sus acciones deberán esperar a que yo postee, por lo que, si les va bien deberán de escribir al menos dos posts en este hilo.
-Pueden poner la cantidad de complicaciones que deseen, es necesario al menos dos.
- Al final de su primer post, lanzarán la voluntad de los dioses para conocer su suerte en el transcurso de la trama

Creo que todavía no he puesto fotico de Punch ¿A que es majete?:

Había vuelto a casa. Después de un año dando vueltas por el mundo, por fin volvía a mi hogar. Aunque era consciente de que no me iba a quedar mucho tiempo. Ahora que había descubierto todo lo que había fuera, quería descubrir más y más cosas y conocer a mucha más gente. Pero volver de vez en cuando a casa siempre estaba bien. Además, no había visto a mis hermanos desde su nacimiento, quería ver como estaban y si crecían bien.

Al llegar a mi aldea casi me arrancan un brazo mis amigos al grito de "¡Has vuelto, has vuelto!" y "¡Tienes que ir!" -Acabo de llegar a casa, ¿se puede saber a dónde se supone que he de ir? ¿Y es menester que vaya a donde quiera que sea ya mismo o puedo saludar a mis padres antes? -Entre la algarabía de voces llegué a entender que se iba a celebrar un gran evento de cetrería y que todos los cazadores de la aldea estarían ahí. Me dijeron también que pensaban que era un milagro que hubiese llegado a tiempo. Y prácticamente me arrastraron al bosque a participar. Por suerte todas las personas con las que necesitaba hablar estaban ya allí: Mis padres, mis hermanitos y las ancianas habían ido a disfrutar del espectáculo.

Cuando me acerqué a su lado, me saludaron como si me hubieran visto ayer mismo y me dijeron: -Ya hablaremos cuando acabe el concurso, ve a inscribirte. -Vi que las ancianas asentían con la cabeza dando su consentimiento, parecían demasiado ocupadas en no perderse detalle de lo que estaba sucediendo como para que les importase lo que tenía que contarles. Me encogí de hombros y me dirigí al puesto de inscripción, total, tampoco era mucho lo que había que hacer.

La primera parte del asunto no fue muy complicada. Fueron unas pruebas de órdenes simples como ven, vuela y quieto. Para ver si tenías lo básico para participar. Una vez pasadas, empezaron las pruebas de verdad.

Para la primera prueba nos dieron unos aros de madera pintados de vivos colores y nos dijeron: A ver que podéis hacer con eso. Me quedé mirando los aros como si ellos fueran a decirme qué podía hacer, como obviamente no me hablaron, empecé por algo simple. -¡Punch, Atrapa! -Dije lanzando el aro al aire. el halcón se lanzó en picado y apenas había alcanzado la altura máxima cuando ya lo tenía entre su garras. Oí algún aplauso, pero estaba demasiado cerca de la zona en la que estaban sentados mis amigos. Así que probé con algo más difícil. -¡Punch, Vamos a mostrar de lo que eres capaz! -Empecé a lanzar los aros en distintas direcciones y a distintas velocidades. Punch no dejo caer ni uno solo. Pero aún podíamos hacer más. Muchas veces me habían preguntado por qué un halcón peregrino y no un ave más grande, la respuesta era obvia, su tamaño y velocidad.
-¡Punch, Aquí! -El ave me trajo los discos que habían quedado dispersos donde él los había dejado. Le lancé un ratón muerto como recompensa. Y me preparé para el siguiente truco. Era un ejercicio de coordinación y yo tenía que ser rápida. La idea era lanzar los discos uno detrás de otro, formando un "túnel" que apenas estaría unos segundos en el aire, para que Punch lo atravesase volando. -¡Punch, vuela! -Empecé a lanzar los discos, con tan mala suerte, que al lanzar el último, una piedra que hubiese jurado que hacía un instante no estaba ahí, se materializó debajo de mis pies, para hacerme tropezar.

Caí cuan larga era. Punch que ya estaba volviendo después de atravesar el último disco del túnel improvisado, bajó hasta el suelo y empezó a darme picotazos, como preguntando si me encontraba bien. Oí una carcajada generalizada en el público. Al menos, si la cetrería fallaba, podríamos encontrar trabajo de payasos. Al ver que me miraba una rodilla ensangrentada, el halcón salió volando, cogió con el pico unas hierbas cercanas y me las dejó en el regazo. Me había visto usarlas varias veces para curarme cortes y pequeñas heridas y era tan listo que había aprendido a reconocerlas. Le di otro trozo de carne como agradecimiento y tras improvisarme un vendaje, me puse en pie para enfrentar la segunda prueba.

Se me acercó una mujer y me explicó que lo que venía a continuación era la prueba de reconocimiento. Me separaron de Punch y me llevaron a una tienda, donde me dejaron a solas durante unos minutos. Luego volvieron a llamarme y me dijeron que saliera. Trece halcones peregrinos descansaban en sus perchas, encapuchados para que no pudieran verme. Sabría Imbar de dónde habían sacado tantos. La mujer se me acercó de nuevo y me dijo -¿Sabrías cual es el tuyo? Puedes acercarte a ellos, pero no puedes hablarles. -Estuve a punto de decir que no era ninguno de esos, pues el color de las alas de mi pájaro no coincidía con el de ninguno de los allí presentes, pero supuse que había gato encerrado, así que me acerqué a investigar. Lo reconocí por su forma de chascar el pico cuando algo le molestaba. ¡Le habían cambiado el color del plumaje! ¡Yo también estaría molesta. -¿Qué truco es este? ¡Espero que sea reversible! -Dije acercándome a Punch y comprobando que no habían usado ningún tinte tóxico para volverlo marrón. Punch no era solo mi mascota, también era mi amigo, si le hacían algún daño irreversible lo pagarían caro. Pero no, debían haber usado algún tipo de encantamiento, porque las plumas parecían, salvo por el cambio de color, estar igual que siempre.

Tras comprobar que estaba en perfectas condiciones, me encaminé a afrontar la tercera y última prueba, todavía algo mosqueada por el susto que me habían dado. Pero cada vez más tranquila al ver que era un efecto temporal y que iba recuperando su tono grisáceo de siempre. La tercera prueba fue la más complicada y al mismo tiempo la más simple, cazar una paloma. Al fin y al cabo para eso estaban entrenados los cetreros. El mayor problema sería darle la señal a Punch, el podía cazar palomas sin ningún problema, pero tenía que hacerlo a mi señal y yo tenía miedo de no ser lo bastante rápida o serlo demasiado. Levanté un brazo cuando trajeron la jaula con la pobre paloma, abrieron la portezuela. Esperé un segundo, dos... Y cuando vi salir la cabeza del animal por la portezuela, bajé el brazo. El pobre animal no tuvo ninguna posibilidad, cuando Punch se le echó encima a ciento ochenta millas por segundo.

Una vez cobrada su presa, me miró, como preguntándome si era para él o tenía que compartirla. Miré al jurado y como vi que no pedían que la llevase, le di permiso a Punch para comérsela, se la había ganado después de todo el trabajo que había hecho ese día.


Off: Habéis hecho este evento para mí. ¿Verdad? Siento el muro de texto.

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Neriah ganas:
*5 puntos de experiencia
* 200 aeros.
En el paquete encontrarás:

guante de cetrero:

Caperuza:

Asentí ante las palabras del juez. –Claro, gracias por los premios. –Abrí la caja y vi un guante de cetrero precioso. ¡Era genial! Mi protección del hombro estaba bien, pero cada vez que se me posaba en el brazo, acababa con pequeños cortes de las uñas de Punch.  La capucha le vendría bien para cuando quisiera dormir durante el día. En teoría la capucha se la ponían para que se estuvieran tranquilos.

Estaría bien ganar el torneo, aunque no esperaba hacerlo, pero estaría bien. Miré a Punch que estaba terminándose la paloma y le dije. –¿Qué te parece? ¿Te apetece trabajar un poco más? ¿O prefieres descansar? –Estiré el brazo para que viniera a posarse en el nuevo guante. Punch agitó las alas y luego salió volando hasta posarse en mi hombro. Eso significaba que aún le quedaba cuerda para otra ronda. –Bien, vamos allá.  

Miré a lo alto de los nidos,  realmente no había forma de que yo llegase ahí arriba, pero para eso estaba Punch ¿no? Cuando los árbitros dieron la salida salí corriendo a por el primero de los cebos, que estaba atado en una cuerda, y por lo tanto no podía cogerlo Punch, que hubiese sido más rápido. Adelanté a mi oponente sin problemas y, con la ayuda de mi daga, corté las cuerdas antes de que siquiera pudiera llegar hasta mí. Le lancé el cebo a Punch que salió disparado como una flecha hacia su nido, pero no habíamos contado con el ave del otro chico, que estaba volando en círculos por encima de Punch y cuando vio que se cogía el cebo, se lanzó en picado clavándole sus las garras. Punch lanzo un graznido de dolor y dejó caer el cebo. El ave soltó a Punch, que con un ala herida cayó incapaz de volar.  El chico me dedicó una sonrisa de superioridad al ver cómo su águila recogía el cebo y lo subía hasta su nido.

Yo salí corriendo hacia Punch sin prestarles atención y logré cogerlo por muy poco antes de que se diese contra el suelo. Tenía una herida bastante fea en el ala, pero a pesar de usar mis poderes,  tardé unos preciosos segundos en curársela. Me giré dispuesta a retirarnos de la competición, no iba a arriesgar la salud de Punch por un juego, pero él, en cuanto notó que su ala estaba de nuevo bien, salió disparado hacia el otro concursante que acababa de desatar el segundo cebo y no se esperaba semejante ataque por sorpresa.  

Sonreí, en ocasiones Punch tenía incluso más orgullo que yo. Y aunque yo no quisiese que sufriera daño, él no iba a dejar que un águila grande y abusona lo dejase en mal lugar.  El águila se volvió a lanzar en picado, pero esta vez Punch ya se esperaba la maniobra y la esquivó con gracia. Si bien en fuerza no podía competir, en velocidad la ganaba de sobra.

Mientras Punch iba hacia el nido perseguido por el águila El otro cetrero y yo corrimos a por el tercer y último cebo. Fue una carrera ajustada y aunque yo llegué primero a desatar la pieza, para cuando lo hube logrado, ya lo tenía encima. Oí los vítores de mi familia y amigos a lo lejos, lo que significaba que Punch había llegado al nido con el primer cebo, por lo que sin pensármelo dos veces tiré el cebo al aire sin apenas mirar y sin tiempo para apuntar a dónde lo lanzaba, antes de que el otro oponente se me echase encima.

Las dos aves se lanzaron en picado a por la carne. Punch era más velo, pero al estar en el nido, el águila estaba más cerca de su presa. A pesar de ir ganando terreno, no estaba segura de cuál de los dos llegaría antes. –¡Ánimo Punch Tu puedes! –Grité hacia mi amigo alado. Confiaba en él ciegamente y estaba convencida de que no se dejaría ganar tan fácilmente sólo porque el oponente fuera más grande y fuerte. Ese nunca había sido nuestro estilo. Nosotros éramos más rápidos y, sobre todo, mucho más listos.

Off: imagino que la victoria o derrota la deciden los dados, como la última vez, por eso he tirado, si no, dímelo y edito.

El miembro 'Neriah' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses

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