¿Acaso no es una preciosura? [Chimar + Libre][CERRADO]

Demian Lun Mayo 11 2015, 04:24

Había salido temprano, cuando mis compañeros aún ni siquiera se levantaban. No es que fuera siempre un madrugador, pero en ocasiones sólo pasaba, me despertaba, me sentaba en la cama y no podía volver a sentir sueño, así que simplemente me levantaba a hacer algo. No había tardado en llegar a la taberna, pero por lo temprano no parecía haber actividad. Tampoco habían personas suficientes como para intentar un robo por las calles, pues resultaría extraño para cualquiera que, con todo el espacio que había para caminar, decidiera apegarme tanto a ellos. Simplemente vagué y decidí que iba a volver a La Ratonera. Con algo de suerte encontraría a mis compañeros ya despiertos. Pero entonces algo captó mi atención.

Una mujer de paso lento y expresión triste caminaba hasta la puerta de la posada, pero lo más peculiar de su acción es que no intentó entrar, sino que con un pequeño martillo clavaba un mensaje en papel en la pared. Esperé con paciencia a que terminara y me acerqué.

****************

-Arriba, chicos -dije con entusiasmo al llegar a la Ratonera.

Al parecer los chicos aún no se habían levantado y eso me hizo sonreír aún más. El sol ya se levantaba y su calor comenzaba a llenar el lugar, aunque no era fácil que traspasara las paredes de piedra. Ratita me miró con cierto desprecio por despertarle, pero el muchacho no solía llevar la contra y no dijo nada. Sólo miró con curiosidad el papel que portaba en mis manos.

-Miren chicos -dije sosteniendo la nota en alto- una anciana ha pegado esto en la puerta de la posada… pero eso no es lo tan importante, lo importante es lo que dice.

Me paré en la escalera para obtener un poco de altura, así dando algo de solemnidad a mis palabras mientras anunciaba el contenido del papel como si se tratase de algún anuncio de un heraldo real. No sabía bien por qué me sentía tan entusiasmado con el asunto.

-Por favor, ayuda. Llamo a valientes aventureros a rescatar a mi pobre Barbas. Es un perro muy fino y valioso. Se lo han robado unos bandidos en las afueras de la ciudad, junto a su jaula y otras pertenencias cuando llegaba en mi carruaje, pero sólo quiero de vuelta a mi Barbas. La guardia no me ha querido ayudar, pero ofrezco una jugosa suma de dinero al que lo rescate de esos patanes. Acá un dibujo de mi Barbas:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

La cara de Ratita daba a entender que cuando escuchó bandidos perdió todo interés en poner su cuello en riesgo por un perro. El chico no tenía el espíritu de aventura y riesgo que me caracterizaba, no sabía lo grato que era completar una misión difícil.

-Vamos, chicos -insistí- con ese dinero podríamos comer una semana… y me aseguré de no dejar ninguna copia -puse unas copias extras del papel frente a mí- nadie más que nosotros sabe de esta misión… todo sea por ayudar a una pobre anciana.

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Invitado Lun Mayo 11 2015, 05:34

Las cosas marchaban bien últimamente, suficiente comida y un techo fuerte alegraban el espíritu de los chicos, Chimar había encontrado trabajo realizando algunas restructuraciones entre las cuales destacaban una letrina y varias lámparas de aceite, esto sin contar las actividades “extracurriculares” claro, sus salidas se hacían más remuneradas con el pasar de los días, en pocas palabras la vida en este instante era perfecta.

Al menos hasta que Demian lo despertó temprano, el joven inventor le miro con cara de somnolencia mientras trataba de volver al mundo de los vivos, era un poco más temprano que su hora de parada habitual por lo que se notaba el esfuerzo, ya con todos reunidos el brujo inicio su argumento, la cara de ratita era de lejos la mas cómica, parecía un sonámbulo, como un pregonero vendiendo panfletos el mago expuso la idea.

…..Interesante.

El chico de las ilusiones estaba bastante entusiasmado con dicho tema y contagio a su compañero contemporáneo, dinero rápido y moralmente aceptable, no es su línea de trabajo habitual pero de vez en cuando deben poner variedad al plato, Chimar tomo una de las numerosas copias y le echo cierto vistazo al dibujo del perro, los nobles nunca se cansan de gastar dinero pero debe admitir que el animal es bastante bonito.

Bueno parece que tenemos entretenimiento para todo el día jeje.

Se acerca a ratita y le coloca la mano en el hombro como señal de ánimo, el pequeño ladronzuelo prefiere las acciones más citadinas pero a veces hay que mirar afuera de las murallas, antes de realizar cualquier cosa Chimar explora la lacena y saca unas tres manzanas, comienza a repartirlas entre todos y le pega un mordisco a la suya, nada como desayunar bien para animar más un día prometedor.

Y bien Demian ¿qué tienes en mente?

Recostado de una pared espera algún tipo de plan, es casi seguro que el hechicero optara por usar cualquier aproximación furtiva, quizás entrar, tomar el paquete y salir sin que nadie note nada, deben tener en cuenta que esos tipos son bandidos no sus enemigos usuales “la guardia”, si les descubren no se conformaran con una simple golpiza, esta salida es más complicada que las habituales.

Chimar medita sobre la actitud samaritana del joven mago, no es propio de él mostrar tales expresiones, lo catalogaría de sarcasmo pero eso sería incluso más raro en Demian, tal vez fue un momento infantil, es posible que solo este jugando y de ser así logro su objetivo de confundir, el pequeño inventor cambia de tema mental enfocándose en su próximo proyecto, un taller con todas las de la ley dentro del refugio.

Demian Lun Mayo 11 2015, 05:53

Pronto la decisión ya estaba tomada y nos arriesgaríamos por una misión de verdad. Robar bolsillos podía ser divertido y todo el asunto de la base esperanzador, pero al final yo había sido entrenado para realizar misiones peligrosas como un agente de la daga negra y debía pulir mis técnicas de vez en cuando. Un grupo de bandidos era la situación perfecta para ello. Comí con gusto la manzana, que sería una energía inicial para lo que prometía ser un largo día.

-Bueno, primero tenemos que explorar de qué se trata el famoso campamento bandido.

Revisé el papel y había allí un mapa de la ubicación aproximada del robo del animal, pero obviamente un campamento bandido no estaría marcado en un mapa con letreros y todo para llegar. Necesitábamos ir al lugar de los hechos y seguir las pistas hasta los delincuentes que habían osado robar al animal. No dejaba de ser llamativo el gasto de dinero en una mascota, más aún si yo mismo iba a arriesgar mi vida por un peludo animal, pero lo que importaba era completar una misión.

-Reunamos lo que necesitamos y partimos -dije.

Tomé mis dagas y las acomodé en mi cinturón, perfectamente ajustadas y con su funda limpia, para un desenvaine rápido y eficaz. Acomodé también mis otros objetos, cuchillos ocultos, veneno, las cosas que no solía necesitar al simplemente asaltar bolsillos.

-Prometo no matar si no es necesario, sólo defensa… si podemos entrar y salir sin ser vistos, cuánto mejor -dije a Chimar, sabiendo que no le causaría mucha gracia que preparara mi equipo.

En efecto, mi plan era, inicialmente, infiltrarnos en silencio y rescatar al animal sin llamar la atención, pero algo me decía que el perro no sería tan discreto como podríamos desear y que no sería tan fácil sacarle de allí.

-Arty, cuida de La Ratonera en nuestra ausencia, ya sabes cómo activar las trampas contra invasores… y te agradecería mucho una buena comida al llegar.

El pequeño y servicial robot asintió aceptando sus instrucciones. Era extraño, pero en cierta manera me pareció que mostraba cierta preocupación por nosotros, del posible peligro que podíamos enfrentar.

-Vamos, que no hay desafío que Los Gorriones no podamos resolver.

Ya listos para emprender el viaje salí de La Ratonera y pronto me siguió Ratita. Por supuesto, el pequeño no llevaba armas y muy probablemente no podría pedirle que se acercara mucho al campamento, pero más valían 6 ojos que 4. Caminaríamos el trecho necesario para salir de la ciudad.

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Invitado Lun Mayo 11 2015, 06:57

Debían llegar al lugar del robo para encontrar la base bandida, es de esperar que su ubicación sea secreta para toda persona ajena al grupo, Chimar termino la manzana con rapidez mientras se equipaba sus cosas, encajo la ballesta mecánica en el brazo derecho y luego se equipo con el porta objetos lleno de herramientas, por suerte viaja ligero de momento así que en un par de minutos estuvo listo.

Observo a Demian llenarse de “herramientas”, le clavo una mirada de interrogación que fue respondida con cierta afirmación, el comentario de su compañero le tranquilizo, ya comienza a entender cómo va esto, nada de matar mientras se pueda, son ladrones no asesinos y es mejor alejarse de las muertes pues atraen demasiada atención indeseada junto con mala reputación, en breve todo el grupo ya se encontraba listo para la acción.

Se dispusieron a salir pero no sin antes dejar algunas instrucciones a su nuevo compañero mecánico, era un curioso artilugio y Chimar le ha tomado cariño por su eficiencia, saber que tendrán una comida caliente al llegar aviva el buen humor colectivo, luego de despedirse con un gesto del mini Bio el pequeño científico siguió a sus compañeros afuera de la ratonera, Arty se encargara de mantener todo en orden durante su ausencia.

Velo como un paseo de campo ratita.

Dijo para sacarle una sonrisa al pequeño, no se veía muy animado, dirigieron sus pasos a la puerta norte, la ciudad ya estaba en total actividad y resulta tentador meter las manos en algunas bolsas sueltas, se controlan, a la final no pueden arriesgar una misión mas importante, en poco tiempo llegaron a la salida, el paso estaba libre por lo que atravesaron dicho portal, su seguidor más joven parecía un poco nervioso, es posible que nunca se haya aventurado fuera de las murallas.

¿Primera vez no? Afuera huele mejor créeme.

Varias caravanas mercantes pagaban la aduana para ingresar, traían mercancías de lugares distantes, la dinámica no se detiene, todos tienen su lugar en el mundo, Chimar echa un ojo a los productos en las carretas mientras medita, se le ocurre cierta idea por lo que se acerca a su compañero Brujo, habla en voz baja para evitar la intervención de oídos indiscretos, ratita se une también.

Mercaderes y bandidos no se llevan sabes ¿vez por donde voy?

Demian Lun Mayo 11 2015, 07:20

Habíamos finalmente cruzado la puerta de la ciudad y dejado las murallas a nuestras espaldas. El sol ya había comenzado a escalar en el horizonte, pero aún faltaba mucho para el mediodía y teníamos tiempo de sobra, aunque no sabíamos realmente cuánto más podía tomar todo aquella. Para empezar no teníamos claro por dónde empezar nuestro recorrido. Ciertamente hacer una operación rastrillo a todo el bosque, incluso si partíamos del lugar del robo, podía tardar días, sino semanas, lo que no estaba en nuestros planes. Entonces Chimar hizo un comentario que nos dio un buen punto de partida.

-Bien, hermano, es hora de que nos muestres tus encantos -dije a un confundido Ratita- ¿ves esos mercaderes?, dirás que tu padre fue asaltado por bandidos y que le gustaría saber dónde tienen el campamento para obtener su venganza.

El pequeño no parecía muy contento con la idea de andar haciendo preguntas, más bien era de los que buscaba el bajo perfil, pero comprendió que era su manera de aportar a las andanzas del grupo, donde los mayores nos solíamos llevar la mayor parte del crédito, así que finalmente accedió. Nos dejó por unos minutos mientras iba de grupo en grupo de mercaderes a contar su pequeña historia. Al principio no le resultó muy bien, pero al parecer fue mejorándola en base a la experiencia y pronto volvió con una sonrisa de satisfacción.

-Allí -dijo apuntando un cerro distante- en esas colinas tienen su campamento… los mercaderes evitan pasar por ese lugar.

Asentí y le di la mano en señal de agradecimiento. El lugar parecía un tanto distante y seguramente tardaríamos un tanto en alcanzarlo, pero el sol aún no pegaba muy fuerte y entre los árboles la sombra nos mantendría frescos.

-Bien, tenemos claro nuestro destino -dije a mis compañeros- era obvio que no sería justo afuera de los muros, así que tendremos que caminar un buen trecho, pero eso nos dará tiempo para preparar algunas estrategias.

Comenzamos así la caminata hacia el lugar indicado, como meros viajeros cualquiera, por una de las sendas que daba a la ciudad, aunque aprovechando la sombra de los árboles. Cuando llegamos a un arroyo aproveché de tomar abundante agua.

-Aprovechen de refrescarse -dije tras hundir la cabeza en el torrente- no sabemos cuánto más tendremos que caminar y este día será largo.

Aproveché de mojarme y beber de manera abundante y esperé a que mis compañeros estuvieran listos. En cierta manera parecíamos una excursión de niños.

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Invitado Lun Mayo 11 2015, 22:33

Ratita fue el seleccionado para la “misión” se acerco a los mercaderes y aunque no tuvo buen impulso logro corregir su historia, al final volvió sonriente con información de lo más interesante, Chimar siguió su dedo hasta las colinas, será una buena caminata sin duda pero ya tienen punto de inicio, poco a poco el área se minimiza, entre menos distancia haya que explorar más rápido estarán de vuelta en la ratonera con los bolsillos llenos.

Y comienza el paseo.

Como si se tratara de una expedición escolar iniciaron la caminata, solo faltaba cierto maestro canoso para cumplir la analogía a cabalidad, el joven inventor vago cerca de un año por los límites de la ciudad así que que conoce algo de naturaleza, en el camino se aprenden muchas cosas interesantes y las vistas son fantásticas, por la descripción Chimar estima que deberán caminar un par de horas.

El calor estaba en apogeo pero las sombras de los arboles protegían del sol, su esfuerzo físico provoca sudor lo que aumenta la sensación térmica, a veces el cuerpo no tiene las mejores ideas, llegaron hasta un riachuelo y por iniciativa de Demian pasaron a refrescarse con sus aguas, el pequeño científico bebió un poco de liquido mientras se empapaba el rostro y las manos, su parte infantil le incitaba a nadar pero tienen un objetivo prioritario.

Debemos tomarnos un día libre alguna vez, ya saben solo pasar el rato jeje.

Un concepto que ni el mismo comprendía a profundidad, siempre se mantiene con las manos ocupadas en algo pero a veces dan ganas de relajarse, una vez bajaron su temperatura siguieron avanzando, para ese entonces todos estaban entusiasmados con la experiencia incluso su pequeño seguidor, como dicen de vez en cuando los adultos “pon a un niño a hacer algo y se divertirá al final”.

La naturaleza era algo digno de admirar, los olores, los sonidos y muchos otros factores creaban un ambiente surreal, para cualquier citadino es la aproximación más cercana a un encuentro paranormal, Chimar recuerda la primera vez que salió de Lunargenta, estuvo con la boca abierta una semana, aunque la biología no sea su ciencia predilecta es imposible no deleitarse con ella.

Demian Mar Mayo 12 2015, 03:48

-Algún día te demostraré cómo nada alguien criado en las Islas -dije con orgullo.

La verdad es que se me daba bien el nado, era mi principal pasatiempo en los ratos libres de mi entrenamiento y un río no sería desafío si acostumbraba a hacerlo en el mar, pero probablemente ese riachuelo ni siquiera valía la pena como para intentar nadar y teníamos asuntos más urgentes que atender. Asentí ante la perspectiva de tomar un día de descanso y relajo… un día de estos…

Ratita dio a entender con claridad que no sabía nadar, al parecer el muchacho ni siquiera había dejado los muros de la ciudad en su corta vida, por lo que todo esto era una aventura para él. En efecto, no era un mero día de picnic, debíamos seguir. Continuamos la marcha por al menos una hora más, agradeciendo cada sombra de árbol, cada brisa fresca y cada flujo de agua, por pequeño que fuera, pero al final estábamos al pie de la colina señalada.

-Y bien -dije haciendo visera con mi mano- ¿dónde está el campamento de los bandidos?.

La verdad es que no había esperado que fuera pan comido, peor resultaba que no era una tarea para nada sencilla encontrar un campamento de bandidos, aunque fuera con las indicaciones de lugar claras. Además estaba el hecho de que no podíamos llamar demasiado la atención, era preferible que nosotros los viéramos primero a ellos, no al revés. Fue entonces que, como un golpe de suerte, se oía la voz lejana de una mujer.

-Cuidado -indiqué al par, escondiéndome detrás de un árbol. Ratita me imitó.

-Ya sabes, lo mismo de siempre -dijo ella. Era difícil distinguir con claridad las palabras y lo que contestaba el interlocutor no era más que un vago murmullo, pero se podían distinguir trazas de la conversación- es la cuarta vez esta semana… se lleva la mayor parte y no nos toca nada… juro … cabeza rodará.

Al parecer incluso entre los bandidos podía haber problemas, aunque esperar a que terminaran peleando a tajo limpio bien podía tardar meses, así que no era un plan confiable. Los seguí con la vista hasta perderse detrás de unas rocas filosas. Al parecer detrás de ese lugar escondían su campamento.

-Acerquémonos a observar mejor -les dije.

Comencé a moverme lenta y sigilosamente, asegurándome de mirar hacia todos lados a cada paso para no encontrarme con un par de ojos curiosos y afortunados.

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Invitado Mar Mayo 12 2015, 04:52

Resulto una sorpresa enterarse que Demian nadaba, después de pensarlo mejor es obvio que alguien nacido en las islas sepa hacerlo pero nunca lo había mencionado, Chimar aprendió a nadar muy joven pero seguramente anda oxidado, su padre le obligo a instruirse después de que un chico se ahogara en los muelles, fue bastante conocido ese incidente pues el joven era noble de buena cuna.

Tengo varios inventos en papel que vuelven innecesario hacerlo pero ya veremos si tienes talento…

Lo dijo a modo de broma claro pero con cierto toque retador ¿qué es la vida sin un poco de competencia? En un futuro medirán sus habilidades, claro que Chimar intentara sacar ventaja de su ingenio con algún artilugio debajo de la ropa, al parecer ratita no sabía nadar cosa que resulto deducible, es posible que nunca lo necesite así que es aceptable, siguieron la marcha dejando el arroyo atrás ahora con una mejor temperatura.

Llegaron a la colina sin mayores contratiempos y resalto lo inhóspito del lugar, al parecer los bandidos no ponen letreros invitando a pasar, tendrían que escarbar un poco para conseguir la base, el joven inventor dio unos vistazos puntuales pero no resaltaba nada, era prácticamente un campo salvaje, se toco la frente mientras meditaba, al final saco cierta moneda y la arrojo un par de veces sobre su mano diestra.

Cara Este, sello Oe….

No termino la frase pues tuvo que ocultarse por iniciativa de Demian, lo bueno es que no tiro la moneda, se escuchaba un murmullo pero era difícil de entender, dos personas argumentaban desde la distancia, por las escazas partes descifrables dieron a conocer su afiliación, los chicos tenían la ventaja así que pudieron observar el avance, instantes después consiguieron la ubicación del escondrijo, ahora comenzaba lo bueno.

Vamos….

Susurro al equipo, avanzaron a paso discreto cuidando de no revelar su posición, miraban a los lados para evitar que les saltara cualquier vigía pero al parecer los criminales no se preocupan demasiado por su seguridad, rara vez la guardia se encarga de limpiar las bases bandidas así que dichos grupos tienden a confiarse, era algo molesto buscar sigilo en el campo, cada ramita, cada hoja muerta suena cuando la tocas, no es como en las zonas civilizadas, aquí debes tener más cuidado y mantener a raya la ansiedad.

Demian Miér Mayo 13 2015, 06:12

Ratita dio a entender que no iba a ir a meterse hasta la base misma de los bandidos, así que, como era de costumbre, se quedaría en la retaguardia para cubrirnos. Era más pequeño y con escaso entrenamiento, bueno en lo suyo, pero lo suyo no era el peligro. Avanzamos así Chimar y yo hacia la base en cuestión.

Teníamos de momento poca protección de parte del ambiente, así que necesitábamos de una manera de cubrirnos o evitar que la atención pudiera estar depositada sobre nosotros. Concentré así mi magia, juntando mis energías en un punto en la distancia. Apareció allí la figura de un jugoso y gordo venado pequeño. Como si fuera un regalo de los dioses para ellos, el venado corría muy cerca de su campamento con gracia. No era de todos los días que se podía comer carne tierna asada y no faltó el que dio aviso al resto para que le dieran caza.

Saltaron un par de flechas, se dieron algunos gritos y finalmente el venado desapareció detrás de un árbol. Cuando fueron a ver no entendieron muy bien dónde se había metido el pequeño animal, pero ya no se le veía por ninguna parte.

Por supuesto, el venado había desaparecido y eso nos había dado tiempo para mejorar nuestra posición y evitar el tramo más expuesto. Me escondí detrás de unas cajas donde al parecer almacenaban la mercancía comestible. De buena gana hubiera sacado una de esas jugosas manzanas, pero no había tiempo para comer y correr el riesgo de llamar la atención.

-No veo el jodido perro por ningún lado -le dije a mi compañero en un susurro.

En efecto, el animal no parecía estar a la vista y las cosas se complicaban. Una cosa era sacar un pequeño animal de un campamento y luego esconderse, otra muy distinta era cuando dicho animal no se encontraba a simple vista y era necesario revolver buscando. Estuve a punto de dar por finalizada prematuramente la misión, pero entonces un ruido me llamó la atención. Era un ladrido, y uno agudo para mayor precisión, lo que sólo podía indicar que un perro pequeño se encontraba por allí. Mis esperanzas renacieron.

Puse atención y traté de orientarme respecto al origen de los sonidos y todo parecía indicar que provenían de un pabellón central. Eso no era del todo bueno, ese pabellón seguramente era la residencia del líder, dado el tamaño y su ubicación preferencial. Suspiré y miré a mi compañero para que pudiéramos pensar algún plan.

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Invitado Jue Mayo 14 2015, 04:21

Parecía difícil burlar la defensa entrando tan directo por lo que Demian agrego otro punto de interés, empleando su magia fabrico un señuelo ilusorio, para ser más específicos creo cierto ciervo sobrealimentado, la respuesta no se hizo esperar y media base intento atinarle con flechas, como obviamente fallaron la criatura emprendió su retirada fingida hasta desparecer “literalmente” detrás de un árbol.

Bien pasaran media hora buscándolo.

Ratita se quedo de refuerzo externo como es usual por lo que ambos chicos mayores ingresaron a la base aprovechando el área opuesta al espectáculo incorpóreo, sin defensa no fue difícil infiltrarse, una vez adentro Chimar detallo el campamento, era una de esas bases improvisadas que se pueden desmontar en medio día, mantenía amplia gama de objetos dispersos posiblemente robados o mercancía de contrabando, los pequeños se ocultaron detrás de los alimentos.

Rayos esto es muy…. Tentador.

Dijo al ver cierto salchichón que prácticamente le rozaba la cara, con una fuerza de voluntad sobrehumana se centro en el objetivo, no tiene tiempo para embutidos, a pesar de que buena cantidad del grupo criminal salió en búsqueda del “venado” queda algo de defensa en la propia base, deben andarse con cuidado, Demian busca con los sentidos cualquier indicio, chimar le imita pero es obvio que el brujo posee mayor pericia, el tiempo es oro.

Tal vez se lo comieron… a veces pasa.

A los clanes de bandidos se les conoce por ser “incivilizados”, en una mala racha se comen todo lo que tenga pulso exceptuando los seres inteligentes, la mayoría de las veces, un ladrido elimina esa posibilidad, el perro sigue vivo y además muy cerca, enfocan el origen en una de las estructuras más destacadas, es obvio que se trata del recinto destinado a la única figura jerárquica en una organización criminal, el líder, Chimar mira a su compañero con ironía mientras murmura.

¿Nunca es fácil verdad?

Se queda pensativo, deben realizar esta operación rápidamente pues pronto la base volverá a su actividad normal, tal vez abrir un agujero en la lona para entrar, podría funcionar pero también hay posibilidades de que alerten a los inquilinos rasgando una parte visible, el inventor recuerda algo que podría serles útil, se dirige a su compañero con rostro de complicidad mientras apunta con la mirada el edificio.

¿Aun tienes aquel ojo?

Demian Vie Mayo 15 2015, 02:59

Pronto estuvimos fuera de la tienda del líder y la situación se tornaba más peligrosa. No tardarían en llegar los otros bandidos, pero el perro estaba al otro lado de esa lona y no podíamos dejar pasar la oportunidad, no luego de tanto que habíamos caminado para llegar allí. Chimar me recordó el ojo mecánico.

-Tienes razón, hermano -le dije en susurros- pero creo que tengo una idea mejor… esto es sólo lona, así que….

Concentré mi magia y le di la forma de un trozo de lona muy similar al material del que estaba hecho el pabellón. A continuación saqué una daga y rajé el material con cuidado, poniendo la ilusión justo en el lugar del corte. Corriendo ligeramente la ilusión se tenía vista hacia el interior, pero quedaba cubierto el daño. Hice esto no sólo para ver, sino también para tener una entrada que no se notara. Observamos.

Al interior se veía una improvisada cama donde un tipo musculoso y de casi 2 metros de estatura dormía con su ropa puesta y todo. A su lado había un enorme botellón. No se notaba bien qué contenía, pero no se requería ser muy listo para sospechar que alguna forma de licor, en especial por la posición en que dormía el sujeto, claramente había caído dormido mientras bebía. Un vaso vertido en el suelo confirmaba aún más la sospecha. Frente a él había una armadura de placas desarmada, seguro su propia defensa que se había quitado al estar seguro dentro de su pabellón. Una gruesa espada descansaba a un par de metros de él, en el suelo. La espada era casi de mi porte y parecía pesada. Por toda la habitación había armas guardadas como tesoros. Al parecer el sujeto tenía alguna manía por coleccionar armas. La mayoría eran grandes, pesadas, dignas de guerreros enormes. Había también escudos con distintos blasones, armaduras rotas y un par de monturas de caballo. Pero lo más extraño de todo era el perro que se encontraba amarrado a una de las patas de la cama.

El animal miró en nuestra dirección y no parecía muy alegre con nuestra presencia. Gruñó y emitió unos ladridos agudos que difícilmente causarían mucho miedo en una persona… excepto cuando lo último que querías era que notaran tu presencia. No tenía mucho sentido hacerme invisible, el pequeño perro fácilmente estaría alertado por mi olor y tenía que acercarme demasiado de cualquier manera.

Lo bueno es que no había nadie más al interior y el sujeto parecía profundamente dormido, pero me preocupaba que tanto ladrido terminara por despertarle o alertar al resto.

-Nunca he sido bueno con los animales… tienen algo contra mí, es como si pensaran que les voy a hacer daño o algo, ¿sabrás hacerlo callar o algo?.

Si lo pensaba, tenían sus motivos para ello.

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Invitado Vie Mayo 15 2015, 04:33

Demian tiene un mejor plan, sin duda aquel brujo ha logrado dominar bien la magia ilusoria obteniendo muchos usos prácticos, resulta útil tenerle de acompañante, Chimar observa la pequeña treta con la lona, de no ser testigo directo sería incapaz de darse cuenta por medios convencionales, ambos chicos usando su discreción miran la zona interna mientras meditan el próximo paso.

Alguien no conoce el significado de modestia…

Murmuro al ver aquel tributo a la vanidad, el lugar esta atestado de objetos bélicos, es una corazonada pero el pequeño puede apostar a que muchos son trofeos de batalla, la propia decoración resulta un poco intimidante, si se diera la alerta mientras están adentro quedarían atrapados en una arena de luchadores, traga saliva cuando centra la vista en el dueño del pabellón.

Es prácticamente un mastodonte, si logra agarrar a alguno de los pequeños podría partirle como a una rama, parece estar totalmente ebrio o eso reflejan las evidencias y el jodido olor a cerveza negra que emana de su cuerpo, Chimar conoce esa bebida con bastante precisión luego de cierto incidente aislado que jamás mencionara, volviendo al punto el tipo esta noqueado por el alcohol pero es mejor no tentar a la suerte.

Allí está el perro…

Una respuesta automática innecesaria pues ya Demian se había enterado, el pequeño animal parece sentir aversión por el grupo de chicos, especialmente en contra del brujo si eso tiene algún sentido, lo cierto es que sus ladridos incontrolables alteran la fachada, es solo cuestión de tiempo antes de que alguien se acerque a revisar si sigue generando ruido, Chimar medita con velocidad y no puede evitar recordar una analogía popular ¿Qué tienen en común los bebes y los animales?

Ya regreso…

Volvió sobre sus pasos hasta los contenedores de comida, tomo la pieza de salchichón y le dio cierto mordisco, luego de aquella manifestación infantil retorno al punto de inicio, una vez mostrado el alimento la criatura paso de su estado hostil a rogar por algún pedazo, el inventor sonrió mientras le arrojaba la suficiente cantidad para mantenerle ocupado, miro con cierta arrogancia a Demian listo para el siguiente paso.

No molestara mientras tenga comida, debemos soltarlo para salir de aquí.

Demian Vie Mayo 15 2015, 22:28

Quizás ser amable con los perros podía ser más útil que amenazarles con una daga. Chimar había solucionado el asunto de los ladridos, por lo que al fin podíamos respirar con algo de alivio. Aún no estábamos a salvo y quedaba mucho para salir airosos, pero la cosa no pintaba mal. Dejé que mi compañero se encargara de hacerse un nuevo amigo mientras yo vigilaba al durmiente y voluminoso ser, apuntando una daga justo a su cuello.

Lo único que me impedía rebanar su cuello, cortándole la posibilidad de gritar, era la insistencia de Chimar de no matar gente, la que me había dejado en claro en más de una ocasión. La solución más efectiva era darle una muerte rápida, pero tenía que contenerme. El vientre del sujeto subía y bajaba en un ritmo estable, casi invitando a perforarlo. Miré hacia otro lado.

Con mis dagas ayudé a forzar la jaula, que no era especialmente resistente, a pesar de que el perro me miró con desconfianza y me gruñó en un par de ocasiones. Decidí que haría una especie de tregua con él, yo no le amenazaría y a cambio esperaría de él que no me ladrara ni me mordiera. Sonaba justo, pero no estaba seguro de si el animal entendería. Finalmente opté por dejar que Chimar se hiciera cargo de cuidarlo, lo tenía comprado con aquel aromático fiambre.

Nos desplazamos de vuelta al agujero y me asomé. Había ahora un par de bandidos cerca, apoyados en un árbol, conversando de temas que no alcanzaba a escuchar. Por lo visto no eran muchos en ese momento en el campamento, lo que podía atribuirse a que quizás el resto andaba en los caminos haciendo lo que ellos hacían. Ser un bandido no debía ser sólo cuidar un campamento, también había que obtener los tesoros.

Saqué mi daga, por precaución, mientras con el perro intercambiamos una mirada que interpreté de acuerdo con la tregua. Formé entonces una ilusión más, similar a la lona de la carpa, escondiéndome detrás de ella e invitando a Chimar y el animal a sumarse. Hubiera sido más fácil hacerme invisible, pero así podía ayudar al grupo competo.

-vamos Chimar.... Y peludo... Salgamos lo más rápido que podamos.

Avancé unos metros, hasta perderme tras la carpa y entonces mi mirada se cruzó con la del perro. Fue un instante, pero juraría que el desgraciado animal sonrió de manera maliciosa, como si supiera que nos metería en problemas y que disfrutara con ello. Acto seguido se oyó un estridente ladrido y luego unas voces en murmullos que daban a entender que al menos 2 bandidos se habían dado cuenta de que algo andaba mal.

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Invitado Sáb Mayo 16 2015, 05:17

El truco del embutido funciono, aquel perro paso a ser totalmente manso, quedaba bastante salchichón para el trayecto así que en teoría no tendrían problemas, Demian se encargo de liberar a la “bestia”, es obvio que ambos seres no se llevan bien pero mientras eviten matarse entre ellos “literalmente” todo será soportable, ahora que recuerda el brujo no tiene mucho toque con los animales, bueno tampoco es un experto con las personas, al final es un individuo único que resulta ser buen amigo.

Bien salgamos de aquí.

Murmuro con discreción mientras cargaba al perro en brazos, Demian tiene esa mirada que pone cuando quiere matar a alguien, aunque asesinar bandidos no sea tan malo a los ojos del propio Chimar este no desea un equipo buscando venganza en contra de su pequeño grupo, además es mejor no darle rienda suelta al joven brujo, la idea es que se amolde a la vida discreta y que comience a sentir cierto aprecio por la vida, matar debe evitarse a toda costa en realidad.

Valiéndose de otra ilusión el trió comenzó la salida, Chimar estaba detallando la vieja ruta cuando de repente y sin previo aviso el jodido perro ladró, abrió los ojos de par en par al notar como un dúo de bandidos se ponían en alerta, aunque el personal de la base sigue siendo escaso habían perdido su discreción, continúan camuflados por la magia pero solo basta que algún criminal se les atraviese.

El pequeño medita que hacer sin embargo solo puede pensar en estrangular al perro, al menos su rapidez mental le sirve para idear una contramedida, toma la piedra más cercana y espera el momento oportuno, cuando los bandidos estaban a punto de contacto la arroja lo más lejos que puede, dicho proyectil choca en unos barriles de cerveza al fondo, el impacto seco resuena atrayendo a los buscadores, acaba de comprarles unos diez segundos.

Larguémonos de aquí...

Expresa con clara adrenalina, la ruta de escape está despejada pero no tienen mucho tiempo, cuando descubran la piedra ese par dará la alerta por intruso, son limitados de mente pero no retardados, Chimar sigue a su compañero mientras le cierra el hocico al perro con la correa, una vez salgan deben localizar a ratita y correr como si se cayera el cielo.

Ya casi…

Demian Dom Mayo 17 2015, 04:26

Mis sentidos se pusieron alerta y preparé mis dagas para el combate. El encuentro era inminente, podía oírles acercarse y mis sentidos de batalla se encendían. Planeé mi estrategia, me haría invisible, iría por uno y, a lo que lo pillara por sorpresa, trataría de cubrirme con una ilusión para ir por el segundo, pero entonces oí el ruido de unos barriles de cerveza. No lo oí sólo yo, sino que también los bandidos. Chimar nos había comprado unos segundos y procedía a silenciar al perro con una correa. Asentí a sus instrucciones, comprendiendo lo que pretendía.

Era el momento de la huída y así lo hice, comenzando a avanzar lo más rápido que pudiera sin meter mayor ruido, pero era inevitable que en nuestra huída llamáramos algo la atención. Pronto los bandidos nos vieron y comenzaron a perseguirnos. Un par de flechas volaron en nuestra dirección y comprendí que inevitablemente no íbamos a poder sólo huir. La treta de Chimar nos había hecho ganar una buena distancia, pero eran potencialmente muchos perseguidores y conocían bien el área. Decidí que era momento de ir más en serio con mi magia.

Me detuve un momento, agachándome detrás de una roca para evitar las flechas, mientras concentraba mi magia. Mis ojos brillaron con el flujo del Mana y sentí como si mi cuerpo hiciera un esfuerzo grande. Nunca había intentado formar una ilusión tan grande y compleja, pero debía intentarlo. Desde detrás de unos árboles emergió el producto de mi concentración, una réplica del líder de los bandidos a tamaño real, con todo el detalle que podía recordar de su persona, incluso su arma que ahora cargaba sobre un hombro. Mis cabellos se comenzaron a mover como si estuvieran bajo el agua.

-¿Qué creen que están haciendo?, vuelvan acá montón de holgazanes, es una orden -vociferó el enorme sujeto- vuelvan o le cortaré la cabeza al que no obedezca.

Los bandidos se miraron confundidos. En realidad yo no conocía la voz real del líder, por lo que sólo podía usar una que me parecía que tenía sentido, pero aún así veían a su jefe parado allí, ordenando detenerse. No sabían bien qué hacer.

En ese momento yo comenzaba a huir nuevamente, esperando que la ilusión causara la suficiente distracción para que ganáramos una buena distancia. Me encontraba cansado, había forzado mi magia para obtener ese resultado, pero eso había cobrado mucha de mi energía. De todas maneras no me detuve, seguí corriendo a todo lo que daba.

A mis espaldas oí que el verdadero líder se había asomado de su pabellón y vociferaba insultos.

Invitado Dom Mayo 17 2015, 17:32

Avanzaron tan rápido como su discreción les permitió, la distracción funcionaba pero fue inevitable llamar otra vez la atención de aquel par, al verse descubiertos ambos chicos emprendieron la huida rápida, comenzaron a dispararles flechas y aunque tienen buena distancia deben pensar en otra cosa para evitar terminar atravesados, Chimar se debate entre responder con virotes o huir cuando Demian sale al rescate.

Su amigo brujo crea una réplica exacta del jefe criminal, el pequeño inventor esta asombrado pero su expresión es superada por los propios bandidos, la copia incluso habla, tales hostiles no saben que hacer mientras los chicos ponen mas distancia corriendo, al final el caudillo real sale de su letargo maldiciendo a sus subordinados, sin duda encontrarse de frente con un impostor será como mínimo hilarante.

¡¡Corre hasta que caigas de agotamiento!!

Grito a su compañero, por alguna razón dicho mago tiene una apariencia de cansancio extrema, es posible que el uso desmedido de técnicas mágicas le este cobrando factura, un leve silbido camuflado indico que ratita se retiraba discretamente, probablemente los alcance más adelante para no revelarse en campo abierto, bien pensado dados los talentos marciales del chiquillo, es solo cuestión de tiempo antes de que los bandidos monten una excursión por lo que deben bajar el perfil y volver a la ciudad lo más rápido posible.

La treta con el clon debe estar dándole quebraderos de cabeza al ebrio líder pero solo basta con lanzarle un cuchillo para darse cuenta que es un incorpóreo, no estará nada contento de que hayan robado su nuevo “trofeo”, mucho menos en su propio pabellón personal, ya los chicos se han perdido de vista, el camuflaje de la base obstruye la visión a los ocupantes, para lograr resultados dichos delincuentes deben iniciar una búsqueda.

Creo… creo que vamos bien…

Dijo con claro cansancio, la carrera ha costado su energía, el perro por otra parte goza de una carreta personal que le lleva a todas partes, dicho animal se limita a mirar el camino sin inmutarse, irónico si tenemos en cuenta que su ladrido desencadeno toda la persecución, ser el objetivo a veces da condiciones privilegiadas, ya a buena distancia de todo el alboroto Chimar se detiene unos instantes para recuperar aliento, ignora si les siguen pero es mejor no montar un día de campo.

¿Ves algo?

Demian Dom Mayo 17 2015, 19:33

Las cosas estaban resultando y poco a poco nos estábamos volviendo unos maestros de la infiltración y el robo. En un pensamiento fugaz me pregunté si no podríamos usar esas destrezas en misiones algo más significativas, quizás por recompensas más jugosas… pero no era tiempo de ello, ahora estábamos en aprietos y debíamos correr.

-Te sigo, hermano -le dije a Chimar.

Lamentablemente no me era tan fácil mantener el esfuerzo. Nunca mi resistencia había sido muy destacada, pero si a correr le sumaba un uso intensivo de la magia forzaba mis límites. Sentía que el oxígeno que inspiraba no era suficiente, necesitaba llenar más mis pulmones, que luchaban por hincharse más que de costumbre. Pronto una puntada en el bazo me hizo disminuir mi velocidad. Usualmente podía ser muy veloz para correr, en piques cortos había conocido a pocos capaces de alcanzarme, pero cuando se trataba de esfuerzo sostenido rápidamente decaía. Finalmente Chimar se detuvo y yo hice lo propio. Él me preguntó si veía algo, pero no le contesté.

Estaba apoyado contra un árbol, con mi pecho subiendo y bajando apresuradamente, mi cara roja y el sudor corriendo como si me acabara de meter al río. Respiraba con la boca abierta y en mi rostro claramente suplicaba por un momento de descanso.

-Los brujos… no… somos… atletas… ¿sabes? -le dije cuando ya lograba regular un poco mi respiración- si quieres… sigues… y luego… te alcanzo.

Sonreí y me concentré en mi magia, no necesitaba correr hasta la base si podía ocultarme con mi magia. Con todo lo ancho del bosque era muy improbable que los enemigos justo se encontraran a menos de 5 metros míos al buscar. Me envolvió mi manto ilusorio, sumiéndome en la invisibilidad… excepto que el hechizo se deshizo apenas pasados unos segundos.

-Creo que el truquito… del líder… me ha dejado exhausto -comenté.

Era cierto, me las había jugado por un hechizo más avanzado de lo que había probado hasta ese entonces. Quizás con más práctica no me consumiría por completo, pero al ser la primera vez y tan desesperado había hecho un derroche de energía tremendo.

-Aún puedo… recuperar mis energías… antes que lleguen… si quieres puedes seguir -le dije con algo de confianza.

Poco a poco sentía que el aliento iba volviendo y que lograba concentrarme mejor, pero me tomaría unos minutos volver a usar mi magia.

Invitado Lun Mayo 18 2015, 00:05

Lograron alejarse aunque Demian llego mas muerto que vivo, Chimar le destino una mirada para ver su estado, parece que acabara de recorrer medio bosque, el esfuerzo físico había sido demasiado para el pequeño brujo quien además andaba sin reservas de magia, merecía un descanso y tenían cierta ventaja mientras aquellos inútiles se organizaban del todo, recostado de un árbol expreso.

No te dejare atrás hermano, estamos juntos en esto.

Dijo con más determinación luego de observar como fallaba la capa de invisibilidad de su amigo, por ahora es mejor no dejarle solo aunque sea demasiado orgulloso para reconocerlo, el chico inventor comienza a detallar su entorno de una forma más minuciosa, de momento no se escucha ningún ruido diferente a los naturales pero apenas comience a sonar un avance deben emprender la retirada, de preferencia discretamente.

Cierto olvidaba que los brujos son unos flojos.

Dijo con una seriedad impropia para luego entrar en cierta risa discreta, solo esta bromeando, claro que los dotes físicos de aquellos semejantes siempre han sido motivo de burla, si les quitaran su magia los magos se extinguirían en una semana, es curioso pero su amigo no tiene cara de hechicero, solo parece otro niño delgaducho de cualquier ciudad humana, en teoría cuando se vuelven más grandes se notan las diferencias raciales.

Ya Demian empezó a tener color normal y eso era de agradecer, Chimar se preocupo bastante cuando el rojo tomate no se disipo rápido, con los ojos en la distancia el chico no distingue ningún perseguidor pero no es de extrañar, aquel bosque es muy grande y encontrar un par de enanos en fuga es casi imposible, claro que no se confía, debe estar alerta todo el rato.

Habían pasado unos diez minutos cuando se pudo distinguir pasos a la distancia, Ya su hermano está recuperado así que le indico que iniciaran una marcha diferente, los perseguidores aun se encuentran bastante lejos por lo que pueden moverse con rapidez sin levantar sospecha, mientras mantengan las cabezas agachadas no les verán y seguirán de largo, por supuesto es mejor hacerlo más despacio por el bien del brujo, con cara de reto expresa.

¿Así quieres ganarme nadando? ¡Vamos queda otra ronda!

Demian Lun Mayo 18 2015, 00:40

Poco a poco sentí que la frescura volvía a mi cuerpo, recuperaba el aliento y volvían mis fuerzas. Chimar había mostrado coraje al decidir quedarse conmigo, pues él no tenía una manera fácil de escapar si la situación se volvía problemática.

-Que sólo somos menuditos y leemos mucho -protestó con algo de risa.

La verdad es que si lo pensaba mi cuerpo no era ninguna máquina de batalla, incluso para mi edad. Aún cuando había entrenado mucho y podía considerarme muy ágil, en fuerza seguro Chimar me ganaba, claro que no lo admitiría de manera abierta jamás.

Cuando ya me sentía casi completamente recuperado se escucharon unos ruidos y no fue necesario hablar para caer en cuenta que debíamos ponernos en movimiento. Chimar hizo un comentario sobre nadar y eso hizo que, de pronto, considerara otra ruta de escape.

-No estamos lejos del mar, ¿no? -le comenté.

En efecto, Lunargenta se encontraba en una península y el tenía el mar casi en todas las direcciones. La brisa salada y fría daba a entender que la playa no debía estar muy lejos, así que en vez de dirigirnos directo hacia la ciudad guié a mi compañero para que avanzáramos hacia la zona costera. Pronto llegamos a aquellos lugares de borde irregular donde la tierra terminaba más frecuentemente en forma de acantilado que de playa para entrar al agua, con rocas filosas por todos lados. Llegar allí podía parecer, en cierta manera, una locura, pero yo sabía que en esos acantilados y bordes irregulares el recorrido por tierra también es difícil.

Dimos finalmente con una pequeña bahía irregular, rodeada de altos acantilados. Era el lugar ideal, dar un rodeo por tierra para llegar a la otra punta era un camino de al menos 2 horas, dado que había que trepar un acantilado, rodear unas cascadas y pasar por una densa zona boscosa. Estábamos casi atrapados, seguir ese camino seguro nos pondría en aprietos si nos alcanzaban, pero tenía otra idea.

-Cruzar a nado sólo tomará unos 10 minutos -le dije seriamente- se que suena una locura, pero el agua no es tan violenta aquí, por efecto de la bahía protegida... si llegamos al otro lado estaremos a salvo, si ellos quieren llegar allí por tierra tardarán un montón y no creo que quieran seguirnos a nado.

Miré al perro con su bozal, que no parecía muy contento.

-¿Crees que puedes armar un pequeño bote antes que lleguen los bandidos?, allí podemos dejar algunas cosas y meter al perro, basta con que aguante hasta el otro lado... yo puedo amarrarlo a mi cintura para jalarlo... no te preocupes, soy buen nadador.

Invitado Lun Mayo 18 2015, 01:47

Ya con el mago recuperado reanudaron la marcha siguiendo un camino diferente, Demian lidera el avance mientras Chimar cuida la retaguardia, al poco tiempo se comenzó a escuchar el romper de las olas por lo que no fue una sorpresa cuando salieron a la costa, el pequeño inventor miro extrañado a su amigo pero dicho individuo parece tener un plan, no replico mientras le siguió de cerca consciente de que el ruido marino enmascaraba su avance.

Decídete Demian…. Día de rio o día de playa.

Una broma sin duda pues además de la persecución dicho terreno es malísimo, el brujo puso su mirada seria a la vez que explicaba el plan, Chimar no pudo ocultar la sorpresa, solo estaba jugando cuando dijo lo de nadar pero al parecer aquel dicho “nunca bromees con un mago” tiene buena base, el camino por tierra es una pesadilla así que en este punto solo tienen una opción viable.

Parece que no queda alternativa.

Dijo recolectando algunos maderos que seguro fueron desechos por las rocas de adelante, tomo unos cuatro en total de tamaño pequeño, no demasiado pesados buscando evitar sobrecargar a Demian, utilizo su navaja para quitar la corteza de otra pieza con la intensión de emplearle como cuerda, aseguro todo aplicando un cuerpo estructurado y varios clavos, es una suerte que tenga los materiales siempre consigo, en un par de minutos la pequeña balsa estuvo construida.

Su carruaje espera.

Acto seguido amarro la correa del perro en el centro, corto el excedente y lo ato a la parte delantera dejando suficiente espacio para que su amigo pudiera jalar la embarcación, se quito las partes pesadas de encima incluyendo los zapatos junto con la polvorera y luego de asegurarlos en la parte superior del artificio se arrojo al agua, cierto gesto de desapruebo le recorrió el rostro, no es una tina caliente llena de jabón.

Esta jodidamente frio…

Ayudo a meter la pequeña creación en el agua pese a la mala cara del perro, una vez estuvieron listos para partir los bandidos salieron del bosque, no hubo que decir nada pues ambos jóvenes iniciaron el nado, cuando dejaron atrás la orilla hostil se podía escuchar al grupo de hombres maldiciendo mientras arrojaban flechas y piedras, por suerte el desplazamiento del agua les hacia fallar todos sus tiros, siempre resulta placentero que esos inútiles no sepan nadar.

¡¡Quien llegue de último paga la comida del grupo!!

Demian Lun Mayo 18 2015, 02:38

Me paseé nervioso de lado a lado mientras Chimar hacía su trabajo. A decir verdad lo hizo jodidamente rápido, pero para la situación parecían horas de espera, hasta que finalmente tuvimos un decente "carruaje", como le llamó, para el perro. Miré al animal metido en el pequeño y bote y me pregunté nuevamente cómo era posible que nos diésemos todas esas molestias por un simple perro. Daba igual, lo importante era la paga.

Me quité las botas y no pude evitar poner una cara que mezclaba una sonrisa con cierta vergüenza, no estoy muy seguro por qué, pero eso es lo que sentí cuando me comencé a quitar no sólo un par de dagas afiladas, sino 2 cuchillos arrojadizos, un bisturí y un frasco de veneno, todo lo cual fue a dar al bote.

-Tengo que estar preparado, no me mires así -me excusé al notar la mirada de Chimar, quien yo sabía que no aprobaba mi antiguo entrenamiento.

Finalmente me quité la camisa y cubrí con ella mis implementos, formando una suerte de cama con ella para el animal, que de lo contrario terminaría lleno de cortes con tanto objeto afilado.

-Como te mees encima de la camisa yo mismo te capo, ¿entendiste? -le dije al perro con evidente tono de amenaza. El animal contestó con un gruñido. Era claro que nunca seríamos amigos.

De pronto me sentí algo pequeño, indefenso. Desprovisto de mis armas y mostrando mi falta de musculatura, sumado a mi poca capacidad física mostrada minutos antes, me hacía darme cuenta de lo vulnerable que podía ser y eso no me gustaba, así que me metí de inmediato al agua. Estaba fría, sí, pero allí me sentí por un momento en mi hogar. Criado en las Islas Illidenses, la cual estaba poblada casi exclusivamente en las playas, solía matar mi tiempo nadando. El salado gusto del mar me era conocido y sus aguas no eran misterio para mí.

Amarré el bote firmemente a mi cintura, aprovechando de asegurar con ello que el agua no decidiera hacerme una mala jugada con mis pantalones, y me sumergí para soltar un poco el cuerpo. Pronto fue evidente que el agua era mi segundo elemento y que nadar parecía que se me daba mejor que correr. El peso del bote era casi irrelevante en el agua, al menos en un comienzo, pero el nado no sería un simple paseo, eran varios minutos de nado intenso si queríamos escapar de los bandidos.

Los gritos de los bandidos nos dieron a entender que necesitábamos apresurarnos y comencé con un nado rápido. Dejé con facilidad atrás a mi compañero, al menos mientras mis energías eran frescas. Un par de flechas cayeron cerca, pero pronto gané distancia suficiente para estar a salvo del tiro de los arqueros.

No todo sería tarea fácil. En un día normal probablemente podría haberle sacado una vuelta a Chimar, o al menos eso creí, pero aunque mis energías habían vuelto, no estaban completas. El peso del bote, aunque me parecía irrelevante al comienzo, comenzó a cobrar su tara y la sensación de agotamiento volvió de modo intenso. Tuve que reconocer que me costó más de la cuenta, incluso tuve que descansar flotando unos minutos, lo que permitió que Chimar me diera alcance. Finalmente terminamos animándonos juntos y llegamos a la par a la orilla.

Nada más salir del agua me apoyé contra un árbol, cansado. Dejando que Chimar se hiciera cargo de sacar al asustado perro del bote.

-Dime que el jodido pulgoso no se ha meado en mi camisa, por favor -le dije riendo.

Invitado Lun Mayo 18 2015, 04:38

Y avanzaron, en el agua no fue problema dejar atrás a los bandidos quienes luego de cierto tiempo desistieron de arrojar cosas, ahora solo quedan ambos pequeños compitiendo entre sí, Demian no bromeaba con sus habilidades de nado y salió disparado como una flecha pero a media distancia el agotamiento afloro, Chimar aprovecho de igualarle durante su flanqueo, obviamente no es una carrera justa pues el brujo lleva carga pero no lo dirá en voz alta.

“vamos ya casi”

Piensa con lucidez mientras sigue el ritmo, al final llegaron iguales a la orilla por lo que se descarta la apuesta, ambos están agotados y el científico tuvo que sacar la barcaza del agua solo, su único pasajero le mira con rabia dispuesto a morderle si tuviera oportunidad, que mal agradecimiento después de tantos problemas, el chico se recuesta en la arena mientras respira agitadamente, no tarda mucho en volver a la normalidad.

Ratita pagara la comida jeje.

Lo habían logrado y con estilo además, el joven inventor estuvo un par de minutos tirado en la playa dejándose hipnotizar por el ruido de las olas, es la primera vez en mucho tiempo que se relaja tan bien, curioso luego de todo el asunto del rescate, casi está tentado a pasar una hora más pero tienen trabajo, con desdén sale de su estado tranquilo y se levanta, busca en la balsa sus cosas mientras revisa la inquietud del brujo.

Tranquilo hermano no vieron tu prenda como letrina.

Dijo con cierta mueca cómica, es una suerte pues en caso contrario la integridad física del perro hubiera corrido peligro, mientras examina da un vistazo involuntario a las cosas de su amigo, son muchos artículos destinados a matar lo que tiene allí, baja la mirada, no le gusta quitar vidas y espera poder infundirle esa lección, al final movió la cabeza de lado a lado para despejar el pensamiento, luego comienza a equiparse sus objetos.

¿Oye Demian cuántos años tienes? Estoy seguro que nunca hemos hablado de eso.

Es verdad, Chimar está consciente de que el mismo tiene once años y le coloca una edad contemporánea a su amigo pero a ciencia cierta desconoce el número exacto, además los magos tienden a durar más por lo que en teoría podría tener varias décadas, claro que desconoce los parámetros del envejecimiento brujo, aquella especie mantiene un aura de secretismo con todas sus cosas, mostrando rostro inocente espera respuesta, lo cierto es que pueden hablar por el camino ya que les queda cierto trayecto.

Demian Lun Mayo 18 2015, 05:00

Al parecer Chimar también terminó cansado luego del nado, pero habíamos asegurado nuestra supervivencia. Los bandidos miraban impotentes a lo lejos, pero no se lanzarían a nadar por un simple perro. Al final no habíamos robado nada realmente de valor de su campamento para justificar tanto ajetreo, sólo habíamos herido su orgullo. Incluso si lo intentaban ya teníamos la ventaja, gozaríamos de varios minutos antes de que llegaran a la orilla. Por lo visto intentarían rodear la playa para alcanzarnos, pero si mis cálculos no fallaban eso nos daba mucho tiempo. Pudimos descansar a nuestras anchas varios minutos.

-Al menos eres listo -le dije al perro levantando mi puño cuando escuché que no había mancillado mis cosas. Me contestó con un gruñido leve.

Noté la mirada de Chimar a mis cosas, pero no dije nada. En realidad comenzaba a sentirme culpable cada vez que miraba con reproche mis cosas de asesino. Era lo que sabía, lo que me habían enseñado y lo que me había asegurado la supervivencia en tantas ocasiones, no podía simplemente abandonarlo.

-12... tengo 12 años -contesté- ¿y tú?.

La verdad es que si me comparaba con un humano probablemente pensarían que era incluso más joven, mi voz seguía siendo clara y era de baja estatura.

Aún con pereza, aunque esta vez más cansancio físico que mental, estiré mi mano y el pequeño bote se arrastró por arte de magia, literalmente, hasta llegar a mi lado. Me puse mis botas, escondiendo los cuchillos arrojadizos en los compartimentos destinados a ello, las apreté, me escondí nuevamente el bisturí y el frasco de veneno y me puse mi camisa. Sólo entonces me puse finalmente de pie.

-Bueno, como sea no podemos estar aquí para siempre, los bandidos tardarán, pero llegarán... no pretendo esperarlos con té y galletas.

Nos pondríamos en movimiento pronto. No necesitamos ir muy apurados, ya sería casi imposible que nos encontraran, pero de todas maneras la primera hora de caminata fue bajo cierta presión. Ya transcurrido este tiempo nos relajamos un poco y avanzamos más lento. Serían al menos otro par de horas antes de llegar a la ciudad, pero eventualmente lo logramos. En la puerta nos esperaba Ratita con ojos inocentones. No había ayudado mucho, pero era un compañero, así que no le dije nada.

Entramos a la ciudad con rostro cansado, mientras el sol comenzaba a acercarse al horizonte y adquiría un tono rojizo.

-Bien, ahora a cobrar esa recompensa y entregar este pulgoso.

Invitado Lun Mayo 18 2015, 05:52

Demian parlamenta con el perro, se llevan como “perros y gatos” si eso tiene algún sentido pero lejos de la habitual rencilla tal situación no llega a mayores, Chimar mira a su compañero con sorpresa, tiene doce años, eso significa que es mayor que él, le da cierta vergüenza admitir el hecho de ser más pequeño pero al final fue su error por escoger ese tema, por lo menos le sigue ganando a ratita en dicho aspecto.

Tengo… once, si lo se me ganaste en esta...

Dice con carácter jovial, el grupo de bandidos decide tomar el camino largo para llegar hasta ellos pero pasaran horas atravesando el terrero difícil, por iniciativa del mago se retiran discretamente luego de que cargan con todas sus cosas “incluyendo al animal”, mientras se marcha el inventor pega un último vistazo a la orilla prometiéndose volver en mejores condiciones, unas vacaciones nunca caen mal.

Se alejan de la costa y atraviesan el bosque sin mayores contratiempos, aunque al principio cuidan sus pasos luego de la primera hora avanzan con tranquilidad, la caminata se hace larga pero toman un tiempo similar al experimentado la primera vez, con el sol desapareciendo en el horizonte hacen una llegada triunfal a Lunargenta, allí les espera el pequeño ratita quien sin duda lo tuvo más fácil, Chimar sonríe a la vez que le alborota el cabello, se alegra de que este bien.

No se ustedes hermanos pero quiero salir de este perro y comer algo decente….

Cierto gruñido estomacal confirma su nivel de hambre, ingresan por las puertas dejando atrás todo peligro, su misión ha sido satisfactoria, el perro desprovisto del bozal desde hace horas olfatea olores conocidos y ladra amistosamente a varios caminantes mientras avanza en brazos del pequeño inventor, Chimar por su parte no sabe si tiene más hambre o cansancio, tal vez una mezcla equitativa de las dos.

Bien Demian guíanos.

Al parecer su amigo brujo conoce los detalles del dueño a quien podrán pedir la recompensa por el rescate, después de todo fue su idea, avanzan por las calles siguiendo el liderato de Demian, Chimar esta que cae dormido de agotamiento, fue un día agitado, el anochecer no le sienta nada bien y bosteza cada medio metro, solo espera finalizar todo para comer algo en la ratonera y desplomarse sobre su cama.

Demian Lun Mayo 18 2015, 06:06

El cansancio era evidente en todos nosotros, aunque quizás algo menos en Ratita. Había sido un día largo y esforzado para rescatar a esa cosa llena de pelos, pero al fin estábamos de vuelta en la ciudad.

-Claro, sólo tengo que revisar la nota y....

Al sacar la nota del bolsillo resultaba evidente que el agua del mar la había destruido por completo. La tinta usada se había desparramado con facilidad y no quedaba rastro de lo que podía haber contenido.

-Oh... creo que... tengo malas noticias.

Con vergüenza les mostré la nota a mis compañeros y por un momento creí que Ratita me estrangularía por los ojos con que me miró, pero al final no hizo nada. Suspiré un momento lleno de frustración, no había arriesgado mi vida por rescatar un jodido perro para terminar sin un peso en el bolsillo. Di una patada a una piedra y luego me detuve.

-Claro... sólo hay un lugar donde podría haber alguien con el dinero para pagar una recompensa por un perro.

Dirigí a mis compañeros al distrito donde estaban las casas ricas que habíamos visitado anteriormente, cuando habíamos ido a ver al "amigo" de Chimar. Tuvimos que recurrir al viejo truco de hacer parecer como que yo era sirviente de Chimar, nuevamente, cosa que no era del todo agradable, pero con un poco de ayuda de mis ilusiones, que desde esa fecha habían mejorado considerablemente, pudimos atravesar sin problemas.

Una vez allí no sería tarea fácil, habían muchas casas y el perro no nos indicaría el camino así nada más. Si había sido capturado en el camino hacia Lunargenta era evidente que tampoco conocía el camino a su hogar, ya que provenía de otro lado, así que sólo podíamos confiar en que, o bien alguien lo reconociera, o bien el mismo perro reconociera el olor de su dueño. Como fuera me senté un instante en el suelo.

-Nos sigue jodiendo la vida esta bola de pulgas... sí, grúñeme, ládrame lo que quieres, sigues siendo una bola de pulgas.

Suspiré profundamente mirando el cielo.

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