[evento] El Compromiso

Beckham se ha roto un brazo mientras defendía el honor de una hermosa doncella. El joven ha estado enamorado de ella desde hace años y era su momento para demostrar su valía, más el carpintero debía entregar un juego de mesas y sillas antes de que cayera la noche pero debido a este contratiempo no ha podido acabar y tampoco ser de mucha ayuda para la desconsolada joven. Beckham se ha quedado sin el pan y sin la torta, con su joven rostro colorado de tanto aguantar las lágrimas podrás encontrarle en una humilde carpintería sentado en el suelo intentando en armar una silla.

-He sido un tonto, Victoria jamás ha de querer a un carpintero tan humilde como yo…- se decía en voz baja, sobándose el brazo que tenía colgado.

Si deseas ayudar al carpintero deberás armar el lujoso mobiliario que falta en menos de dos horas, describiéndolo. Pero cuidado, porque llegará el hombre que había querido sobrepasarse con Victoria acompañado de un testigo para retar a duelo a Beckham. Puede que la dama en cuestión esté observando lo ocurrido. ¿Tú qué harás?

Ulmer una vez más.

Eltrant inspiró profundamente sintiendo como el olor característico de aquel lugar inundaba sus pulmones, Mohr’akdu, a su lado parecía haber comprendido que estaba en su lugar de nacimiento por lo que parecía más nervioso que de costumbre.

-“Si, adelante, puedes ir a trotar por ahí si quieres” – Dijo Eltant bajándose del corcel -"Pero no esperes que yo vaya contigo a perderme por ahí, aun recuerdo el dolor en las piernas del primer dia" - Dicho esto el caballo empezó a cabalgar en dirección a la espesura –“¡Vuelve antes del anochecer!” – Gritó Eltrant desde la distancia a su caballo –“No… no lo va a hacer” – dijo después en un susurró.

Solía hacer eso, dejar a Mohr que cabalgase de aquí para allá, era un caballo inteligente, lo suficiente como para saber regresar con su amo y lo suficientemente rápido como para no dejarse atrapar por desconocidos,  y desde que le dejaba hacer aquellas sesiones de ejercicio por su cuenta notaba al animal de mejor humor, no sabía describirlo, pero estaba lejos de ser aquel corcel que apenas obedecía a su jinete, últimamente se dejaba llevar sin muchos problemas.

Una vez hubo perdido de vista a su montura comenzó a explorar la ciudad, la última vez no pudo hacerlo con detenimiento, principalmente porque pasó la mitad del tiempo en la enfermería, y la otra mitad compitiendo por Mohr. Lo cierto es que lejos de las lujosas casas de piedra de Lunargenta, aquel lugar tenía un encanto particular, le recordaba al pueblecito que había cerca de la granja en la que se había criado.

-"He sido un tonto, Victoria jamás ha de querer a un carpintero tan humilde como yo…"- Oyó decir a un muchacho mientras caminaba sin rumbo fijo por la ciudad, el tipo trataba de montar algo sentado en el suelo y se agarraba uno de sus brazos aparentemente dolorido. Eltrant arqueó una ceja y con las manos en los bolsillos de la capa observó la escena durante unos segundos y cuando pareció que el carpintero estaba a punto de romper a llorar se acercó a él.

-“¿Necesitas ayuda?” – Le preguntó el mercenario agachándose junto a él, este pareció sorprendido por el ofrecimiento del hombre pues, ya fuese por timidez o nerviosismo no pudo sino balbucear un galimatías incompresible. –“¿Problemas con el brazo?” – Le preguntó sonriendo señalando la extremidad que el hombre se agarraba. –“No te preocupes, indícame como montar esto y yo lo voy haciendo”- No pretendía que le pagase por hacerlo, en si, tampoco pensaba que tuviese el dinero para hacerlo, pero el joven parecía tan afectado por no poder completar los muebles que no pudo sino acercarse a ayudar.

Dicho esto Eltrant agarró un par de piezas y miró al joven –“¿Cómo te llamas por cierto?” – Preguntó mientras trataba de hacer encajar las dos piezas que acababa de levantar–“Be..Beckham y esas dos no van ahí, van en esa otra” – Dijo el muchacho, Eltrant obedeció la orden que le dio el carpintero y tomó otras dos piezas– “¿Y qué te ha pasado en el brazo Beckham?” – El hombre negó fuertemente con la cabeza y no dijo nada solamente señaló la pieza en la que debía introducir la que estaba agarrando Eltrant con la mano –“…Entiendo” – Dijo el mercenario obedeciendo la orden.

No se le daba bien la carpintería, es más, en la granja su padre le tenía prohibido expresamente acercarse a cualquier tipo de herramienta que tuviese que ver con este tema, puesto que era un experto en destrozar muebles y romper las piezas que los componían, pero si Beckham se encargaba de guiarle, tendría aquello montado en pocas horas.

No quiso insistirle más al muchacho, fuesen cuales fuesen sus problemas si no quería hablar de ellos no tenía por qué obligarle a hacerlo, le echaría un cable a acabar con los muebles y se marcharía a la posada, probablemente Morh ya estaría en el establo.

-“¡Beckham!" – Oyó a su espalda –“¿Qué es esto? ¿Ahora contratas a vagabundos?”- Eltrant se giró y miró a quien había dicho eso.  Traje lujoso, porte agresivo y un vasallo que le sigue a todas partes, a ojos de Eltrant, un noble genérico cualquiera. El mercenario se levantó y tendió la mano al noble. –“Exacto, soy el nuevo, Eltrant Tale a su servicio” – Dijo sonriendo, dejando a un lado aquel porte arrogante Eltrant supuso que los muebles que estaba terminando de montar el carpintero serian para aquel tipo. El noble simplemente apartó la mano del mercenario con la suya propia. –“No mandes a tus lacayos a que me den la bienvenida Beckham, sabes porque estoy aquí”

Eltrant suspiró y obvió lo que acababa de pasar. –“Vamos a acabar los muebles...” –Le dijo a Beckham mientras volvía a sentarse en el suelo. El noble, lejos de querer marcharse levantó al carpintero del suelo agarrándolo de la camisa –“Un duelo…” – Dijo mirando a los ojos del carpintero –“Por Victoria, no te merece, lo sabes, YO SOY QUIEN DEBE TENERLA, no estaba haciendo nada malo, simplemente tomaba lo que es mío por derecho” – Eltrant miró al carpintero encajando mentalmente las piezas en aquel extraño rompecabezas, lo que sea que hubiese pasado había sido a causa de esa mujer y si algo sabia Eltrant, es que no había nada peor que un noble encaprichado por una mujer.

Dicho esto empujó al suelo al muchacho quien se quejó un momento y volvió a agarrarse el brazo. –“Victoria… no es una posesión que puedas tener” – Contestó Beckham desde el suelo cabizbajo. –“Victoria, es mía ¡MIA!” – gritó mientras desenvainaba la espada.

Eltrant dejó la pieza de madera que tenía en sus manos a un lado y suspirando se levantó para desenvainar su propia arma, la cual contrastaba mucho con la espada color plata del noble -“¡Te reto a un duelo!” – Grtó el mercenario apuntando con su propia espada al noble –“Curiosamente me acabo de enamorar de euh… ¿Victoria?” – Preguntó el nombre a Beckham quien simplemente se encogió de hombros sin saber muy bien lo que pasaba a su alrededor.

El noble dejo escapar un gruñido y se posicionó frente al mercenario –“¡Muy bien!” – Dijo casi gritando de nuevo –“Alexander,  toma nota de lo que va a suceder” – le dijo al tipo que le acompañaba –“Eso Alexander, toma nota” – Dijo Eltrant sonriendo y pasándose su pesada espada de una mano a la otra.

Sin aviso alguno el noble se lanzó contra el mercenario quien evitó fácilmente el ataque de su contrincante interponiendo su espada de por medio. Hecho esto Eltrant tomó la iniciativa y atacó, su oponente, lejos de ser el bocazas malcriado que parecía evito grácilmente la vetusta espada del mercenario y rasgó su capa de este sin mucho esfuerzo para después tener que evitar rapidamente de nuevo el trozo de metal oxidado que usaba Eltrant como arma.

Lo cierto es que combatir a aquel tipo era una tarea mucho más sencilla que hacerlo contra un vampiro o una bruja en mitad de un carnaval por lo que, lejos de amedrentarse por la aparente habilidad de su oponente Eltrant siguió acometiendo, alguno de los dos se iba a cansar antes, y no iba a ser él.

Tras evitar por poco unas estocadas que de haber impactado habrían sido mortales Eltrant hizo un amago de atacar de frente para frenar en seco y dirigir una de sus piernas hacia la ingle de su contrincante, aquella patada pareció surtir efecto, porque desequilibró al tipo dándole al mercenario el tiempo suficiente como para poder crear una abertura por la cual atacar.

El noble sin embargo pareció notar esto y en una fracción de segundo dirigió su espada hacia ahí, era lógico, aquel tipo estaba recibiendo el entrenamiento digno de alguien de su categoría. Para Eltrant sin embargo, era demasiado tarde, ya no había marcha atrás, no podía sino continuar con aquel ataque, frunciendo el ceño dirigió el envés de su espada hacia la empuñadura del arma de su oponente.

Un grito de dolor le indicó que había acertado y el sonido metálico de la pesada espada de su oponente al caer al suelo le dijo que había ganado el duelo. Jadeando Eltrant apuntó con su arma al cuello del noble quien frunció el ceño.- “Esto no va a quedar así Beckham, lo sabes” – Dicho esto se giró y se marchó con Alexander.

Eltrant, dolorido, se llevó  la mano al vientre de donde manaba un poco de sangre, la herida no era profunda, pero le había ido por poco, tenía que empezar a admitir que vencer a unos pocos oponentes no le hacían ser inmortal.

Una vez se hubo asegurado de que la herida no era nada por lo que preocuparse se giró hacia el carpintero y sentándose junto a él agarró otro par de piezas. –“No sé si aún quedará tiempo para acabar esto, lo siento” –Se disculpó el mercenario mientras trataba de encajar inútilmente las dos piezas.

Probablemente no terminarían los muebles antes de que anocheciese, pero no tenía prisa, podía quedarse un día más a ayudar al muchacho.

Al finalizar aquél teatro con la rabieta del psicópata orgulloso, la doncella Victoria corrió a los brazos del incrédulo Beckham. - Oh Beckham, siempre lo sospeché, pero ahora he podido comprobarlo. ¡Te amo! ¡Y que se enteren todos!- gritó la joven a los cuatro vientos mientras abrazaba fuertemente al pobre incrédulo que había quedado mudo y de varios colores. El carpintero miró a Tale con los ojos grandes e iluminados, negó con la cabeza se aclaró la garganta, deshaciéndose de la joven con respeto pero rapidez a la vez.

-Mi señora yo…- pero la joven no dejó que dijera nada. Selló sus labios poniendo su dedo índice sobre ellos y luego miró a Eltrant. -Gracias mi señor ¡muchas gracias! Ha salvado usted a mi único y gran amor. A partir de ahora yo me haré cargo-. Le estrechó su mano para que la besara y luego le entregó un pequeño cofre que cargaba consigo para finalmente tomar del brazo bueno a su futuro marido.

Recompensas

- 200 aeros
- Una botella que si la tocas te transportará [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

botella:

- Un pergamino sobre conocimientos de historia. (+1 punto que deberás registrar en el apartado correspondiente)
- 1 plancha de madera de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Que podrás vender o cambiar en el apartado abierto o forjarlo con un carpintero con rango maestro o hacha de oro.