Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
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Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Esta era mi primera semana en Lunargenta y ya tenia prácticamente todas las paredes de mi casa con mis pinturas, creo que deberia ser un poco menos obsesiva. En fin, me levante con la emoción de una chiquilla en días festivos; abrí las cortinas inmediatamente para dejar entrar el sol y me puse a hacer mi rutina diaria: Asearme, vestirme, y preparar mi desayuno.
Cuando baje por las escaleras hacia la sala, mi mesa estaba impregnada de pilas de libros, así que no me quedo otra que desayunar entre ellos. -Creo que debería ser un poco mas ordenada.
Al terminar mi jugo de naranja y mi tazón de avena me dirigí hacia las calles de la ciudad para conocer más la ciudad, la gente se amontonaba para comprar y caminar, era una muchedumbre sofocante en mi opinión. Mientras pasaba entre la multitud muchas manos se enredaban entre mi cabello. -¡HAY! CUIDADO! ¡espera.. mi cabello! decía mientras me intentaba zafar de sus manos.
Pasaron varios minutos hasta que la multitud se dispersaba o creo que los deje atrás, hasta llegar a una cantidad decente de personas. Me detuve a contemplar el enorme castillo que estaba rodeado por un muro, me dio pena. -Pobre rey, ser prisionero de su propio reino Pensé con el ceño fruncido.
Luego de unos minutos por distracción, sentí algo punzante en la espalda, y una respiración cerca de mi oído... -Un movimiento brusco y te la inserto en la espalda sin pensar, pelirroja. Susurró en tono desafiante e hizo una pausa. -¡Dame todo el dinero que traigas contigo!
Me quede paralizada y el corazón se me empezó a acelerar. En toda mi vida me habían robado.... y para mi mala suerte este hombre estaba demasiado cerca para poder atacarlo con mi arco. Luego de unos minutos en schock me dispuse a reaccionar: -No tengo dinero, solo vine a caminar. confesé.
El hombre refunfuño y comenzó a deslizar su mano por mi torso -Cerdo asqueroso pensé inmediatamente antes de echarme a correr. El fue tras de mi a todo vapor. Yo solo corrí y corrí hasta que logró alcanzarme y estamparme contra una pared de un rincón -¿¡PERDISTE ALGO!? Preguntó furioso. Luego de eso comenzó a arrinconarme en la oscuridad poniendo su mano en mi boca mientras yo intentaba gritar pedidos de ayuda. Empezó a besarme el cuello, tenia su saliva por toda esa zona, me dio tanto asco que lo empuje con brusquedad y lancé una leve llamarada de advertencia al suelo. ¡AL PRÓXIMO MOVIMIENTO NO DUDARE EN INCENDIARTE LA CABEZA! exclame furiosa.
Pero fue en vano porque el solo sonrió con superioridad
¿Asi que brujita eh? lastima que no te servirá de mucho Dijo el hombre. Posterior a eso me tomo el cabello y me tiro al suelo. Se puso sobre mi y comenzó a abofetearme el rostro. ¿¡Que harás ahora pequeña bruja!?
Cuando baje por las escaleras hacia la sala, mi mesa estaba impregnada de pilas de libros, así que no me quedo otra que desayunar entre ellos. -Creo que debería ser un poco mas ordenada.
Al terminar mi jugo de naranja y mi tazón de avena me dirigí hacia las calles de la ciudad para conocer más la ciudad, la gente se amontonaba para comprar y caminar, era una muchedumbre sofocante en mi opinión. Mientras pasaba entre la multitud muchas manos se enredaban entre mi cabello. -¡HAY! CUIDADO! ¡espera.. mi cabello! decía mientras me intentaba zafar de sus manos.
Pasaron varios minutos hasta que la multitud se dispersaba o creo que los deje atrás, hasta llegar a una cantidad decente de personas. Me detuve a contemplar el enorme castillo que estaba rodeado por un muro, me dio pena. -Pobre rey, ser prisionero de su propio reino Pensé con el ceño fruncido.
Luego de unos minutos por distracción, sentí algo punzante en la espalda, y una respiración cerca de mi oído... -Un movimiento brusco y te la inserto en la espalda sin pensar, pelirroja. Susurró en tono desafiante e hizo una pausa. -¡Dame todo el dinero que traigas contigo!
Me quede paralizada y el corazón se me empezó a acelerar. En toda mi vida me habían robado.... y para mi mala suerte este hombre estaba demasiado cerca para poder atacarlo con mi arco. Luego de unos minutos en schock me dispuse a reaccionar: -No tengo dinero, solo vine a caminar. confesé.
El hombre refunfuño y comenzó a deslizar su mano por mi torso -Cerdo asqueroso pensé inmediatamente antes de echarme a correr. El fue tras de mi a todo vapor. Yo solo corrí y corrí hasta que logró alcanzarme y estamparme contra una pared de un rincón -¿¡PERDISTE ALGO!? Preguntó furioso. Luego de eso comenzó a arrinconarme en la oscuridad poniendo su mano en mi boca mientras yo intentaba gritar pedidos de ayuda. Empezó a besarme el cuello, tenia su saliva por toda esa zona, me dio tanto asco que lo empuje con brusquedad y lancé una leve llamarada de advertencia al suelo. ¡AL PRÓXIMO MOVIMIENTO NO DUDARE EN INCENDIARTE LA CABEZA! exclame furiosa.
Pero fue en vano porque el solo sonrió con superioridad
¿Asi que brujita eh? lastima que no te servirá de mucho Dijo el hombre. Posterior a eso me tomo el cabello y me tiro al suelo. Se puso sobre mi y comenzó a abofetearme el rostro. ¿¡Que harás ahora pequeña bruja!?
Última edición por Davinna Ravenwood el Sáb Mayo 30 2015, 05:16, editado 1 vez
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Que felicidad pensó el brujo. Que agradable era volver a estar en Lunargenta. Lo había pasado muy bien en El Nido, sin contar las nuevas amistades que había hecho allí. Eran un grupo extravagante sin duda y juntos podrían hacer grandes cosas por el bien de Aerandir.
Todo había ido genial los últimos meses en el norte pero echaba de menos su hogar. Cierto que su verdadero hogar eran las islas sureñas aunque hacía mucho que se había mudado a la capital humana. Tenía una vida a medias entre las islas y la capital y, ahora, también con el norte debido a los cuervos de plata.
Vinc andaba por el centro de la capital sin un rumbo fijo. Solo quería disfrutar de un paseo y ver si había algo interesante que hacer. Una obra de teatro ambulante, algo interesante que comprar, un restaurante nuevo,… vamos, cualquier cosa para matar el tiempo.
Lanzó una moneda a un violinista callejero que tenía gran nivel cuando sintió un golpetazo en la espalda. El brujo se giró a tiempo de ver al causante del golpe. Era un animalito de dios que ni tuvo la suficiente educación para disculparse. Eso no le agradaba aunque no fue el motivo para seguirlo. Si lo hizo fue porque perseguía a una joven pelirroja y su instinto le decía que no era por nada agradable.
Les perdió de vista cuando giraron en una esquina y cuando estuvo lo suficientemente cerca los pudo oír increpándose el uno al otro. Mi instinto no me ha fallado pensó el brujo desenvainando la espada con sigilo. Se asomó en la esquina y pudo observar como el hombre tenía a la joven debajo suya con intenciones claramente sexuales. Se acercó lo más sigiloso posible y antes de que el asaltante se diera cuenta tenía su espada en el gaznate y su mano izquierda sobre el hombro. Conjuró una llama en su mano que hizo al animal gritar de dolor. Aprovechando su situación obligó a incorporarse al tipo y le hizo alejarse un poco de la joven.
- ¿Algún problema con los brujos amigo? - preguntó sarcástico recalcando la palabra amigo. No obtuvo más respuesta que los quejidos de dolor de su hombro. - Lo imaginaba-, dijo dándole un empujón. - Desaparece de mi vista y si fueras inteligente desaparecerías de la ciudad. No te conviene volver a encontrarte conmigo o disfrutaré de un buen asado ¡entendiste! - lo espoleó.
El hombre salió corriendo mientras se agarraba el hombro herido y gritaba las típicas bracunerías como: “esto no quedarás así”. Tonterías pensó el brujo sin darle importancia y envainando la espada.
- ¿Estáis bien señorita? - preguntó amable, cediéndole la mano para ayudarla a incorporarse.
Todo había ido genial los últimos meses en el norte pero echaba de menos su hogar. Cierto que su verdadero hogar eran las islas sureñas aunque hacía mucho que se había mudado a la capital humana. Tenía una vida a medias entre las islas y la capital y, ahora, también con el norte debido a los cuervos de plata.
Vinc andaba por el centro de la capital sin un rumbo fijo. Solo quería disfrutar de un paseo y ver si había algo interesante que hacer. Una obra de teatro ambulante, algo interesante que comprar, un restaurante nuevo,… vamos, cualquier cosa para matar el tiempo.
Lanzó una moneda a un violinista callejero que tenía gran nivel cuando sintió un golpetazo en la espalda. El brujo se giró a tiempo de ver al causante del golpe. Era un animalito de dios que ni tuvo la suficiente educación para disculparse. Eso no le agradaba aunque no fue el motivo para seguirlo. Si lo hizo fue porque perseguía a una joven pelirroja y su instinto le decía que no era por nada agradable.
Les perdió de vista cuando giraron en una esquina y cuando estuvo lo suficientemente cerca los pudo oír increpándose el uno al otro. Mi instinto no me ha fallado pensó el brujo desenvainando la espada con sigilo. Se asomó en la esquina y pudo observar como el hombre tenía a la joven debajo suya con intenciones claramente sexuales. Se acercó lo más sigiloso posible y antes de que el asaltante se diera cuenta tenía su espada en el gaznate y su mano izquierda sobre el hombro. Conjuró una llama en su mano que hizo al animal gritar de dolor. Aprovechando su situación obligó a incorporarse al tipo y le hizo alejarse un poco de la joven.
- ¿Algún problema con los brujos amigo? - preguntó sarcástico recalcando la palabra amigo. No obtuvo más respuesta que los quejidos de dolor de su hombro. - Lo imaginaba-, dijo dándole un empujón. - Desaparece de mi vista y si fueras inteligente desaparecerías de la ciudad. No te conviene volver a encontrarte conmigo o disfrutaré de un buen asado ¡entendiste! - lo espoleó.
El hombre salió corriendo mientras se agarraba el hombro herido y gritaba las típicas bracunerías como: “esto no quedarás así”. Tonterías pensó el brujo sin darle importancia y envainando la espada.
- ¿Estáis bien señorita? - preguntó amable, cediéndole la mano para ayudarla a incorporarse.
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
De la nada, un hombre de cabello rubio detuvo al cerdo en un abrir y cerrar de ojos. -Un brujo. dije mientras este conjuro una llama. -Un brujo de fuego.
Me quede unos minutos en el suelo como idiota mientras el me ofrecía su mano, hasta que reaccione para tomársela. Lo mire a los ojos unos minutos, eran color amarillo, miel, oro. Como el mismo amanecer clavado en su mirar.
Desvié la mirada apenada por lo que había sucedido y solté una leve sonrisa.
-Lo tenia todo bajo control
Me quite el polvo de mi vestido y me acomode el cabello, bueno, si es que se podía acomodar, al menos hacia el intento.
Volví a mirar a al joven, quizá era un poco mayor que yo. -Soy... soy Davinna... Davinna Ravenwood Dije tartamudeando de la pena y nervios -Menuda torpe.
-Gracias por salvarme Hice una pausa. -Dios Davinna, has estado buscando un maestro por meses, reacciona estúpida.
-Se que no es de mi incumbencia, pero vives por aquí? es que... Eche mi cabeza hacia atrás y me rasque la melena. -Vengo de la academia Tensai, soy una Tensai de fuego, pero necesito un maestro... Estaba roja de los nervios y ansiedad, Honestamente quería golpear mi cabeza contra una pared en ese instante. -¡SOLO SI TU QUIERES CLARO! Aclare para no espantarlo
-Hay Davinna, te pasas de ridícula. Pareces una chiquilla de quince años comportándote así, ¡MADURA!, seguro el chico piensa que eres una maleducada y confianzuda. Tierra tragame viva.
Sentía que cada minuto se hacia eterno, y que mi pulso era golpeado por un martillo. Era la sensación más extraña que he sentido.
Me quede unos minutos en el suelo como idiota mientras el me ofrecía su mano, hasta que reaccione para tomársela. Lo mire a los ojos unos minutos, eran color amarillo, miel, oro. Como el mismo amanecer clavado en su mirar.
Desvié la mirada apenada por lo que había sucedido y solté una leve sonrisa.
-Lo tenia todo bajo control
Me quite el polvo de mi vestido y me acomode el cabello, bueno, si es que se podía acomodar, al menos hacia el intento.
Volví a mirar a al joven, quizá era un poco mayor que yo. -Soy... soy Davinna... Davinna Ravenwood Dije tartamudeando de la pena y nervios -Menuda torpe.
-Gracias por salvarme Hice una pausa. -Dios Davinna, has estado buscando un maestro por meses, reacciona estúpida.
-Se que no es de mi incumbencia, pero vives por aquí? es que... Eche mi cabeza hacia atrás y me rasque la melena. -Vengo de la academia Tensai, soy una Tensai de fuego, pero necesito un maestro... Estaba roja de los nervios y ansiedad, Honestamente quería golpear mi cabeza contra una pared en ese instante. -¡SOLO SI TU QUIERES CLARO! Aclare para no espantarlo
-Hay Davinna, te pasas de ridícula. Pareces una chiquilla de quince años comportándote así, ¡MADURA!, seguro el chico piensa que eres una maleducada y confianzuda. Tierra tragame viva.
Sentía que cada minuto se hacia eterno, y que mi pulso era golpeado por un martillo. Era la sensación más extraña que he sentido.
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
El brujo la ayudó a levantarla y esta le dedicó una sonrisa muy bonita en cuanto estuvo en pie.
- Sin duda joven-, le sonrió. - Lo tenías todo bajo control, pero pensé que si intervenía todo acabaría antes y mejor para todos ¿no? Bueno, menos para el tipo ese claro-, dijo antes de reír.
Ahora que la tenía cerca podía observarla mejor. Era bastante joven, con el pelo rizado de un rojo intenso, y en sus ojos se podía ver un mar verdeazulado. Era algo más baja que él y bastante delgada.
- Encantada de conocerla señorita Davinna. Yo soy Vincent Calhoun-, comentó cortésmente observando el nerviosismo de la chica. - No se ponga nerviosa. Tranquila. Ya pasó todo-, intentó calmarla. - Si quieres para que te sientas mejor puedo acompañarte hasta donde te dirigías. Escolta personal momentánea, pero no te acostumbres ¿eh? - bromeó.
Vinc tenía pensado acompañarla sin más aunque ella le dijo algo que no esperaba oír. Maestro ¿yo? pensó. Nunca le habían pedido nada parecido, aunque ya no era un jovencito como antes y esto tendría que pasar tarde o temprano. Era normal que un brujo adulto como él tuviera un aprendiz, o incluso varios. Con sus viajes y viviendo fuera de las islas ni siquiera se había planteado ser maestro de magia.
- Vaya, de la academia Tensai eh. Mis felicitaciones. Yo estudié en la de Alquimia-, dijo algo abstraído por los recuerdos de su adolescencia. - Si estabas en la academia no entiendo que busques maestro. Seguro que allí había profesores muy competentes en la materia. Has ido un poco lejos a buscarte un maestro ¿no? - dijo antes de sonreír. - No sé si me veo capacitado para ser un profesor. Lo mío es destruir cosas-, rió - pero si crees que puedo ser tu maestro podemos intentarlo.
- Sin duda joven-, le sonrió. - Lo tenías todo bajo control, pero pensé que si intervenía todo acabaría antes y mejor para todos ¿no? Bueno, menos para el tipo ese claro-, dijo antes de reír.
Ahora que la tenía cerca podía observarla mejor. Era bastante joven, con el pelo rizado de un rojo intenso, y en sus ojos se podía ver un mar verdeazulado. Era algo más baja que él y bastante delgada.
- Encantada de conocerla señorita Davinna. Yo soy Vincent Calhoun-, comentó cortésmente observando el nerviosismo de la chica. - No se ponga nerviosa. Tranquila. Ya pasó todo-, intentó calmarla. - Si quieres para que te sientas mejor puedo acompañarte hasta donde te dirigías. Escolta personal momentánea, pero no te acostumbres ¿eh? - bromeó.
Vinc tenía pensado acompañarla sin más aunque ella le dijo algo que no esperaba oír. Maestro ¿yo? pensó. Nunca le habían pedido nada parecido, aunque ya no era un jovencito como antes y esto tendría que pasar tarde o temprano. Era normal que un brujo adulto como él tuviera un aprendiz, o incluso varios. Con sus viajes y viviendo fuera de las islas ni siquiera se había planteado ser maestro de magia.
- Vaya, de la academia Tensai eh. Mis felicitaciones. Yo estudié en la de Alquimia-, dijo algo abstraído por los recuerdos de su adolescencia. - Si estabas en la academia no entiendo que busques maestro. Seguro que allí había profesores muy competentes en la materia. Has ido un poco lejos a buscarte un maestro ¿no? - dijo antes de sonreír. - No sé si me veo capacitado para ser un profesor. Lo mío es destruir cosas-, rió - pero si crees que puedo ser tu maestro podemos intentarlo.
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Me eché a reír ante su primer comentario. -Estúpída. Cuando me calme un poco, entrelace el brazo de Vincent con el mio para guiarlo. -Bien Vincent, demos un pequeño paseo mientras te explico Me puse firme y comencé a avanzar por la ciudad junto con él.
Suspiré hondo y proseguí a continuar la conversación. -Como te explico mi delicada situación.... -Dije con una sonrisa. -He estudiado por la academia por dos años. No he estado por mas tiempo ahí por que mi personalidad no se adaptó a la de sus regios maestros, no me arrepiento de conocerlos... pero digamos que soy una ''dama'' inusual y complicada, mi madre me lo decía todo el tiempo. Tengo un alma camaleónica, no tengo orientación moral que me guíe hacia el norte, ni una personalidad fija, Solo una indecisión interior tan inmensa y vacilante como el océano y una obsesión por la libertad tan grande que me aterrorizaba hasta el punto de no poder hablar sobre ello. No puedo estar encerrada en un mismo lugar mucho tiempo, una vez que salí de casa jamás me pude detener... Lo mire de reojo.
-Hay quien dice que nuestro destino está ligado a la tierra, que es tan parte de nosotros como nosotros de ella. Otros dicen que nuestro signo esta tejido como una tela, y que el destino de otro se entrelaza como el de otros Muchos.
Es lo que todos buscamos, o lo que contra todos luchamos. Hay quienes nunca lo encuentran, o es fatalmente atraído hacia él.
Crecí escuchando tantas leyendas e historias de aventuras, que me auto empuje hacia una nómada situación que me deslumbraba y me apasionaba por cada experiencia. Si incluso tu, Vincent, pudieras cambiar el destino lo harías? porqué algo te trajo hasta aquí, llámalo destino, osadía, orientación moral o consciencia, pero lo hiciste.
Cuando nos dimos cuenta ya estábamos en la puerta de mi casa, simplemente la abrí y lo tome del brazo para que entrara. Estaba lleno de libros y dibujos por todos lados, una catástrofe, parecía una especie de biblioteca post-terremoto. Sonreí con vergüenza y me rasqué la cabeza.
Ignora el desorden. En fin... no puedo obligarte a ser mi maestro, pero si te prometo una una aventura que te llevará al borde de una situación contradictoria a tu misma conciencia.
Me quede unos minutos en silencio y por alguna estúpida razón cerebral mía, decidí mostrarle mi libro más preciado Quizá con esto lo convenso... o quizá me termine robando y perdiendo esta reliquia.
Ignore las voces de mi cabeza y tome de la estantería un pesado y polvoriento libro, El cual limpie de una gran soplonada de aire.
Lo mire a los ojos de manera desafiante para esperar su respuesta. Suelo ser muy manipuladora y a veces insoportable, hasta el punto de parecer malcriada. No me detengo hasta obtener lo que quiero. Nadie se atreve a ser mi maestro por mi comportamiento, mi madre siempre decía que era igual a mi padre cuando era joven. Honestamente no me lo imagino ya que mi padre se ha comportado de manera regia y seria desde que tengo 6 años. Yo nunca podía hacer lo que me apatece, Siempre tengo su gruesa voz en mi cabeza quejandose; ''Una dama tiene deberes, responsabilidades y compromisos, tu vida entera esta plánificada'' ''Davinna... Debes dar el ejemplo'' Mi padre controlaba todos y cada uno de los días de mi vida... ''Davinna vocaliza, si no te entienden bien en toda la sala tu esfuerzo sera en vano'' ''Una dama debe conocer todos y cada uno de los lugares y ubicaciones del reino... ¡¡Y NO HACE GARABATOS!!'' ''Una dama no se ríe así. No come como un pavo. Es madrugadora. Es compasiva. P A C I E N T E. ¡¡cuidadosa!! ... Aseada... y sobre todo; UNA DAMA PERSIGUE SIEMPRE... bueno, la perfección''
Creo que debería escribir un libro acerca de todos y cada uno de las normas de mi padre de como debía comportarme, creo que así habría una ola masiva de suicidios de mujeres.
Suspiré hondo y proseguí a continuar la conversación. -Como te explico mi delicada situación.... -Dije con una sonrisa. -He estudiado por la academia por dos años. No he estado por mas tiempo ahí por que mi personalidad no se adaptó a la de sus regios maestros, no me arrepiento de conocerlos... pero digamos que soy una ''dama'' inusual y complicada, mi madre me lo decía todo el tiempo. Tengo un alma camaleónica, no tengo orientación moral que me guíe hacia el norte, ni una personalidad fija, Solo una indecisión interior tan inmensa y vacilante como el océano y una obsesión por la libertad tan grande que me aterrorizaba hasta el punto de no poder hablar sobre ello. No puedo estar encerrada en un mismo lugar mucho tiempo, una vez que salí de casa jamás me pude detener... Lo mire de reojo.
-Hay quien dice que nuestro destino está ligado a la tierra, que es tan parte de nosotros como nosotros de ella. Otros dicen que nuestro signo esta tejido como una tela, y que el destino de otro se entrelaza como el de otros Muchos.
Es lo que todos buscamos, o lo que contra todos luchamos. Hay quienes nunca lo encuentran, o es fatalmente atraído hacia él.
Crecí escuchando tantas leyendas e historias de aventuras, que me auto empuje hacia una nómada situación que me deslumbraba y me apasionaba por cada experiencia. Si incluso tu, Vincent, pudieras cambiar el destino lo harías? porqué algo te trajo hasta aquí, llámalo destino, osadía, orientación moral o consciencia, pero lo hiciste.
Cuando nos dimos cuenta ya estábamos en la puerta de mi casa, simplemente la abrí y lo tome del brazo para que entrara. Estaba lleno de libros y dibujos por todos lados, una catástrofe, parecía una especie de biblioteca post-terremoto. Sonreí con vergüenza y me rasqué la cabeza.
Ignora el desorden. En fin... no puedo obligarte a ser mi maestro, pero si te prometo una una aventura que te llevará al borde de una situación contradictoria a tu misma conciencia.
Me quede unos minutos en silencio y por alguna estúpida razón cerebral mía, decidí mostrarle mi libro más preciado Quizá con esto lo convenso... o quizá me termine robando y perdiendo esta reliquia.
Ignore las voces de mi cabeza y tome de la estantería un pesado y polvoriento libro, El cual limpie de una gran soplonada de aire.
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Lo mire a los ojos de manera desafiante para esperar su respuesta. Suelo ser muy manipuladora y a veces insoportable, hasta el punto de parecer malcriada. No me detengo hasta obtener lo que quiero. Nadie se atreve a ser mi maestro por mi comportamiento, mi madre siempre decía que era igual a mi padre cuando era joven. Honestamente no me lo imagino ya que mi padre se ha comportado de manera regia y seria desde que tengo 6 años. Yo nunca podía hacer lo que me apatece, Siempre tengo su gruesa voz en mi cabeza quejandose; ''Una dama tiene deberes, responsabilidades y compromisos, tu vida entera esta plánificada'' ''Davinna... Debes dar el ejemplo'' Mi padre controlaba todos y cada uno de los días de mi vida... ''Davinna vocaliza, si no te entienden bien en toda la sala tu esfuerzo sera en vano'' ''Una dama debe conocer todos y cada uno de los lugares y ubicaciones del reino... ¡¡Y NO HACE GARABATOS!!'' ''Una dama no se ríe así. No come como un pavo. Es madrugadora. Es compasiva. P A C I E N T E. ¡¡cuidadosa!! ... Aseada... y sobre todo; UNA DAMA PERSIGUE SIEMPRE... bueno, la perfección''
Creo que debería escribir un libro acerca de todos y cada uno de las normas de mi padre de como debía comportarme, creo que así habría una ola masiva de suicidios de mujeres.
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
La joven entrelazó su brazo con el suyo guiándolo para guiarlo por las calles de la ciudad. Mientras avanzaban le comentó sus motivos para buscar un profesor fuera de la academia. En resumen esto se debía a su personalidad inquieta. En eso no se diferenciaban mucho ambos brujos aunque los motivos para la marcha de Vinc de las islas eran totalmente distintos.
- Entonces buscas un maestro fuera de las islas porque no soportas el excesivo orden de la academia-, comentó tocándose el colgante con forma de lobo de su cuello. - No todos pueden soportar esa forma de vida. Yo a duras penas lo hacía-, dijo antes de reír.
Hablar de ello le trajo recuerdos de cuando estudiaba en las islas. Aunque no tuvo malas notas, y era un chico en cierto modo aplicado, también era algo rebelde y le gustaba hacer las cosas a su manera. Solía tener discusiones con sus profesores de vez en cuando que por suerte nunca fueron a mayores. Así que entendía los motivos de la chica para salir de allí. La magia estaba en todas partes de todos modos. Estudiar en una de las academias solo era una de las formas para acceder a sus conocimientos.
La bruja se detuvo ante una casa, que tenía pinta de ser su casa al verla dispuesta a abrir la cerradura. Eso o era, además de bruja, una artista de las ganzúas y estaban a punto de allanar una casa ajena. Cosa improbable.
- Orientación moral supongo. Vi un tipo persiguiendo a una chica y me dio mala espina-, comentó mientras la joven lo tomaba del brazo. - Vaya, eres tensai de fuego o de aire. Parece que un huracán ha barrido tu casa-, bromeó. - ¿Una aventura de que tipo?
Para el brujo había dos tipos de aventuras. Las interesantes y divertidas con algún susto que otro si se complicaban y las que te mataban. Por respuesta a su pregunta se encontró con un libro entre las manos. Por palabras de ella era un libro importante sobre magia de fuego. Se notaba que lo tenía en alta estima y, por tanto, supo que la chica estaba muy interesada en que fuera su maestro si había decidido enseñárselo.
Abrió el libro y pasó las hojas con sumo cuidado. Había de todo un poco. Hechizos sencillos, otros más elaborados y otros que ni siquiera conocía.
- Pero yo no soy un tensai de fuego-, dijo mientras leía el libro. - Cierto que controlo el elemento de fuego y podría enseñarte. Aunque un Tensai de dicho elemento podría enseñarte mucho mejor. Tu potencial para dominar el fuego es superior al mío-, hizo una pausa a la vez que miraba un conjuro interesante en el libro. - Ahora no claro. Ahora yo soy más fuerte manejando el fuego que vos, pero con el tiempo desarrollareis un poder sobre el fuego que yo nunca podría alcanzar-, dijo mientras le devolvía el libro. - Puedo enseñaros al principio y luego guiaros, o cuando ya no podáis aprender de mí volar libre o buscar otro maestro que sea Tensai. También podéis hacer esto desde el inicio-, se cruzó de brazos - ¿Qué deseas? joven pelirroja. Vos decidís.
- Entonces buscas un maestro fuera de las islas porque no soportas el excesivo orden de la academia-, comentó tocándose el colgante con forma de lobo de su cuello. - No todos pueden soportar esa forma de vida. Yo a duras penas lo hacía-, dijo antes de reír.
Hablar de ello le trajo recuerdos de cuando estudiaba en las islas. Aunque no tuvo malas notas, y era un chico en cierto modo aplicado, también era algo rebelde y le gustaba hacer las cosas a su manera. Solía tener discusiones con sus profesores de vez en cuando que por suerte nunca fueron a mayores. Así que entendía los motivos de la chica para salir de allí. La magia estaba en todas partes de todos modos. Estudiar en una de las academias solo era una de las formas para acceder a sus conocimientos.
La bruja se detuvo ante una casa, que tenía pinta de ser su casa al verla dispuesta a abrir la cerradura. Eso o era, además de bruja, una artista de las ganzúas y estaban a punto de allanar una casa ajena. Cosa improbable.
- Orientación moral supongo. Vi un tipo persiguiendo a una chica y me dio mala espina-, comentó mientras la joven lo tomaba del brazo. - Vaya, eres tensai de fuego o de aire. Parece que un huracán ha barrido tu casa-, bromeó. - ¿Una aventura de que tipo?
Para el brujo había dos tipos de aventuras. Las interesantes y divertidas con algún susto que otro si se complicaban y las que te mataban. Por respuesta a su pregunta se encontró con un libro entre las manos. Por palabras de ella era un libro importante sobre magia de fuego. Se notaba que lo tenía en alta estima y, por tanto, supo que la chica estaba muy interesada en que fuera su maestro si había decidido enseñárselo.
Abrió el libro y pasó las hojas con sumo cuidado. Había de todo un poco. Hechizos sencillos, otros más elaborados y otros que ni siquiera conocía.
- Pero yo no soy un tensai de fuego-, dijo mientras leía el libro. - Cierto que controlo el elemento de fuego y podría enseñarte. Aunque un Tensai de dicho elemento podría enseñarte mucho mejor. Tu potencial para dominar el fuego es superior al mío-, hizo una pausa a la vez que miraba un conjuro interesante en el libro. - Ahora no claro. Ahora yo soy más fuerte manejando el fuego que vos, pero con el tiempo desarrollareis un poder sobre el fuego que yo nunca podría alcanzar-, dijo mientras le devolvía el libro. - Puedo enseñaros al principio y luego guiaros, o cuando ya no podáis aprender de mí volar libre o buscar otro maestro que sea Tensai. También podéis hacer esto desde el inicio-, se cruzó de brazos - ¿Qué deseas? joven pelirroja. Vos decidís.
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Le sonreí con una sonrisa un poco juguetona e infantil antes sus respuestas. -Orientación moral? entonces siempre salvas damiselas en peligro señor Vincent? Pregunté con una sonrisa y arqueando las cejas.
Comencé a caminar a su alrededor lentamente, buscando respuestas en mi mente. -¿Que tipo de aventura? Dije tomando un libro de poesía de la estantería.
-La aventura de vivir Vincent.... Vivir cada día es una aventura porque uno nunca sabe lo que le traerá.
-Esto es una locura... o una genialidad. Es sorprendente lo a menudo que coinciden esos dos conceptos.
Vincent comenzó a explicarme algo que ya he escuchado tantas veces como mi nombre. -Ya lo sé, ya entendí el concepto Pensé algo cansada.
Puse los ojos en blanco y di un gran suspiro, para luego volver a sonreír mientras tomaba el pesado libro que este me entregaba
-¿Sabes porqué quiero que seas mi maestro Vincent? porque creo que no me dirás que soy un caso perdido. Ninguna causa está perdida mientras haya un insensato luchando por ella. Asi que si, te elijo a ti, tu me elijes ami? debo recordarle que soy insoportable, contradictoria Comencé a acercarme un paso a el por cada palabra. - ... terca, un poco torpe, y a veces me comporto como cualquier raza pero menos como una dama, bueno, según mi padre. ¿Puede soportar eso Mr. Calhoun? Estoy jodidamente loca, pero soy libre
Terminamos quedando frente a frente, lo mire a los ojos que no podía dejar de apartar la vista, eran demasiado magnéticos, eléctricos, profundos. Pero para mi mala suerte Vincent no tenia la pinta de ser la clase de hombre que se aventuran en mi nómada y desequilibrada vida, le doy... 2 semanas como máximo de aguante.
No soy honesta. Y de una mujer que no es honesta sólo se puede esperar que no sea honesto. Honestamente, es con los honestos con los que hay que tener cuidado, porque nunca se puede prever cuándo harán algo extraordinariamente absurdo. Yo soy absurda, siempre lo fui, pero no la clase de absurda que hace saltar su corazón al primer idiota que pasa, soy absurda por confiar en los extraños, por creer en ellos, en su amabilidad, por creer en mi camino, en mi vida, y por creer en la persona que quiero llegar a ser.
Comencé a caminar a su alrededor lentamente, buscando respuestas en mi mente. -¿Que tipo de aventura? Dije tomando un libro de poesía de la estantería.
-La aventura de vivir Vincent.... Vivir cada día es una aventura porque uno nunca sabe lo que le traerá.
-Esto es una locura... o una genialidad. Es sorprendente lo a menudo que coinciden esos dos conceptos.
Vincent comenzó a explicarme algo que ya he escuchado tantas veces como mi nombre. -Ya lo sé, ya entendí el concepto Pensé algo cansada.
Puse los ojos en blanco y di un gran suspiro, para luego volver a sonreír mientras tomaba el pesado libro que este me entregaba
-¿Sabes porqué quiero que seas mi maestro Vincent? porque creo que no me dirás que soy un caso perdido. Ninguna causa está perdida mientras haya un insensato luchando por ella. Asi que si, te elijo a ti, tu me elijes ami? debo recordarle que soy insoportable, contradictoria Comencé a acercarme un paso a el por cada palabra. - ... terca, un poco torpe, y a veces me comporto como cualquier raza pero menos como una dama, bueno, según mi padre. ¿Puede soportar eso Mr. Calhoun? Estoy jodidamente loca, pero soy libre
Terminamos quedando frente a frente, lo mire a los ojos que no podía dejar de apartar la vista, eran demasiado magnéticos, eléctricos, profundos. Pero para mi mala suerte Vincent no tenia la pinta de ser la clase de hombre que se aventuran en mi nómada y desequilibrada vida, le doy... 2 semanas como máximo de aguante.
No soy honesta. Y de una mujer que no es honesta sólo se puede esperar que no sea honesto. Honestamente, es con los honestos con los que hay que tener cuidado, porque nunca se puede prever cuándo harán algo extraordinariamente absurdo. Yo soy absurda, siempre lo fui, pero no la clase de absurda que hace saltar su corazón al primer idiota que pasa, soy absurda por confiar en los extraños, por creer en ellos, en su amabilidad, por creer en mi camino, en mi vida, y por creer en la persona que quiero llegar a ser.
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
La joven se acercó hacia el brujo paso a paso mientras le hablaba. Era una chica que sabía conseguir lo que quería sin duda. De todos modos Vinc no era el típico chico que se dejara engatusar aunque le había parecido una idea interesante lo de ser profesor. Habría que intentarlo para saber si se le daría bien.
- Tienes una visión de ti un tanto negativa. ¿Por qué no te consideras una dama? Si es por tu padre debes vivir la vida a tu manera-, dijo manteniendo su mirada verde-azulada. - Estar loco no está tan mal. Mírame a mí-, comentó antes de reí.
La chica estaba decidida a que fuera su maestro. El brujo ya le había expuesto los pros y los contras de que él fuera su profesor, así que ya solo le quedaba aceptar la oferta o no. Era tentador el ofrecimiento de un puesto de maestro. Es más, si algún día daba el paso lo prefería de este modo que siéndolo en una de las academias. Prefería ser el tutor de pocos alumnos o solo uno en este caso. Podría centrarse en ellos y conseguir mejores resultados. Lo único que le hacía dudar del ofrecimiento era saber si estaba preparado para ello. Y realmente nunca lo sabría si no lo hacía alguna vez.
- Bien. Seré tu maestro pero tienes que entender que nunca he tenido una alumna. No sé si aprenderás mucho de mí-, dijo mientras andaba por la habitación. Allá donde mirara había algún pergamino, libro o documento. El salón parecía una biblioteca privada. - Espero hacerlo bien y que pronto avances en tus progresos. Aunque no se me ocurre por dónde empezar-, comentó mientras se rascaba la cabeza pensativo
Era su primera alumna y el brujo estaba un poco perdido. Quizás la joven quisiera comprar algún libro o producto alquímico en particular. Con la alquimia no le podría ayudar aunque su hermana sí. Ella podría explicarle un poco para ir informando a su alumna. Si se decidía por las runas no habría ningún problema pues él estaba especializado en ellas. Quizás le interesara algún conjuro que quisiera aprender.
- ¿Te interesa algo en particular? - preguntó acercándose de nuevo a ella.
- Tienes una visión de ti un tanto negativa. ¿Por qué no te consideras una dama? Si es por tu padre debes vivir la vida a tu manera-, dijo manteniendo su mirada verde-azulada. - Estar loco no está tan mal. Mírame a mí-, comentó antes de reí.
La chica estaba decidida a que fuera su maestro. El brujo ya le había expuesto los pros y los contras de que él fuera su profesor, así que ya solo le quedaba aceptar la oferta o no. Era tentador el ofrecimiento de un puesto de maestro. Es más, si algún día daba el paso lo prefería de este modo que siéndolo en una de las academias. Prefería ser el tutor de pocos alumnos o solo uno en este caso. Podría centrarse en ellos y conseguir mejores resultados. Lo único que le hacía dudar del ofrecimiento era saber si estaba preparado para ello. Y realmente nunca lo sabría si no lo hacía alguna vez.
- Bien. Seré tu maestro pero tienes que entender que nunca he tenido una alumna. No sé si aprenderás mucho de mí-, dijo mientras andaba por la habitación. Allá donde mirara había algún pergamino, libro o documento. El salón parecía una biblioteca privada. - Espero hacerlo bien y que pronto avances en tus progresos. Aunque no se me ocurre por dónde empezar-, comentó mientras se rascaba la cabeza pensativo
Era su primera alumna y el brujo estaba un poco perdido. Quizás la joven quisiera comprar algún libro o producto alquímico en particular. Con la alquimia no le podría ayudar aunque su hermana sí. Ella podría explicarle un poco para ir informando a su alumna. Si se decidía por las runas no habría ningún problema pues él estaba especializado en ellas. Quizás le interesara algún conjuro que quisiera aprender.
- ¿Te interesa algo en particular? - preguntó acercándose de nuevo a ella.
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Sonreí mirando al suelo y luego le devolví la mirada. -Tienes toda la razón, las mejores personas lo estan. Puse una mirada de ensuasmo al escuchar su aceptación, tenia unas ganas incontrolables de dar saltos como niña en días festivos, pero me contuve. -Mil portazos en la cara la vida me dio, y de pronto contigo choqué. Siempre había buscando un lugar donde ser feliz, y que todo sea una fiesta de aventuras épicas y desafíos, gracias Vincent.
Lo mire dudosa unos minutos por su última pregunta, inmediatamente comencé a revisar libros, tanto como los del Solarium Libri o otros comunes buscando cosas interesantes. -Vaya, tenemos para rato, pero todo depende de la voluntad de los dioses, mi inteligencia, y mi voluntad de aprender. Lo mire de reojo y le sonreí. - Haber... esta ''Bombarda'' sirva para la Invocación de una explosión de calibre menor, osea Sirve para hacer explotar cosas medianamente pequeñas como una puerta.... ¡¡Seria genial hacer eso!! exclame con entusiasmo -Te lo imaginas? Seguí revisando vagamente los libros hasta encontrar algo que me llamé la atención, y vaya que si. -Bombarda Máxima, hace lo mismo que el último pero en gran cantidad, eso es más difícil, creo que tendría que practicarlo cuando sea menos novata. Hey, este es interesante, se llama ''Confringo'', crea explosiones únicamente a objetos, no a humanos, seria genial para dar un buen susto eh.... vaya, esto si es impresionante, pero soy muy novata para esto, mira, ven a ver. Se llama ''Fuego Maldito'' es un fuego que no se puede apagar con agua respire profundo del entusiasmo. Esto es impresionante. Cerré los libros.
-Estoy muerta de hambre, son como las 2 de la tarde y no he almorzado, porque mejor no nos vamos a comer a algún lugar? Le sonreí dulcemente -Digo... para conocernos mejor, aun no me has dicho nada de ti, y yo ya te confié bastante, me debes una. Anda, yo invito. Dije con confianza. -Si es que a tu novia no le molesta, claro. Comencé a trenzarme y destrenzarme el cabello de la ansiedad y los nervios. ¿Conoces algún lugar? yo prácticamente estoy siempre en casa o en el bosque. Le sonreí con un poco de timidez.
Había tantos hechizos más por mostrarle, y no solo de fuego, pero necesito tener a alguien que me ayude a controlarlo o se me podría ir de las manos,y honestamente, no tengo muchas ganas de que me encierren en prisión los guardias reales de Lunargenta por algún ''daño colateral'' que pudiese hacer.
Si mi padre viera que hay un hombre en mi casa vendría a todo vapor a cortarle la cabeza, me daba risa de solo pensarlo.
Lo mire dudosa unos minutos por su última pregunta, inmediatamente comencé a revisar libros, tanto como los del Solarium Libri o otros comunes buscando cosas interesantes. -Vaya, tenemos para rato, pero todo depende de la voluntad de los dioses, mi inteligencia, y mi voluntad de aprender. Lo mire de reojo y le sonreí. - Haber... esta ''Bombarda'' sirva para la Invocación de una explosión de calibre menor, osea Sirve para hacer explotar cosas medianamente pequeñas como una puerta.... ¡¡Seria genial hacer eso!! exclame con entusiasmo -Te lo imaginas? Seguí revisando vagamente los libros hasta encontrar algo que me llamé la atención, y vaya que si. -Bombarda Máxima, hace lo mismo que el último pero en gran cantidad, eso es más difícil, creo que tendría que practicarlo cuando sea menos novata. Hey, este es interesante, se llama ''Confringo'', crea explosiones únicamente a objetos, no a humanos, seria genial para dar un buen susto eh.... vaya, esto si es impresionante, pero soy muy novata para esto, mira, ven a ver. Se llama ''Fuego Maldito'' es un fuego que no se puede apagar con agua respire profundo del entusiasmo. Esto es impresionante. Cerré los libros.
-Estoy muerta de hambre, son como las 2 de la tarde y no he almorzado, porque mejor no nos vamos a comer a algún lugar? Le sonreí dulcemente -Digo... para conocernos mejor, aun no me has dicho nada de ti, y yo ya te confié bastante, me debes una. Anda, yo invito. Dije con confianza. -Si es que a tu novia no le molesta, claro. Comencé a trenzarme y destrenzarme el cabello de la ansiedad y los nervios. ¿Conoces algún lugar? yo prácticamente estoy siempre en casa o en el bosque. Le sonreí con un poco de timidez.
Había tantos hechizos más por mostrarle, y no solo de fuego, pero necesito tener a alguien que me ayude a controlarlo o se me podría ir de las manos,y honestamente, no tengo muchas ganas de que me encierren en prisión los guardias reales de Lunargenta por algún ''daño colateral'' que pudiese hacer.
Si mi padre viera que hay un hombre en mi casa vendría a todo vapor a cortarle la cabeza, me daba risa de solo pensarlo.
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
La chica se ilusionó en extremo en cuanto el brujo le dijo que sería su maestro. Empezó a comentar sin parar diversos conjuros uno tras otro. Vinc no sabía que decir. Todos eran buenos para comenzar pero no se terminaba por decidir por ninguno. Sacaba un libro y después de comentar un hechizo, sacaba otro y hacía lo propio.
- Vaya. Todos son geniales. No sé cual elegir. Qué te parece Bombarda y luego ya practicamos algo más serio-, comentó cuando dejó de sacar libros. - No conozco tu nivel y será más seguro empezar con algo sencillo.
El brujo estaba explicándole cuando ella comentó lo de ir a comer. Su estómago rugió un poco como contestación a la joven antes de poder decir nada. Vaya se me ha pasado la hora de comer con todo esto pensó el brujo.
- Sí, podemos ir a comer fuera. No hace falta que invite. Conozco una buena posada cerca de donde vivo. Por la zona portuaria-, dijo mientras se acercaba a la salida. - Que le parece. Un buen chuletón asado creo que sería ideal ¿no le parece? - comentó saliendo por la puerta y esperando que lo siguiera.
El brujo se apoyó en la pared de la casa pensativo. Esperaba estar obrando correctamente dándole una oportunidad a la chica. Era lo mejor o eso creía. Era una bruja y tarde o temprano manejaría su poder. Si nadie la instruía podría provocar un desastre y acabaría pagando las consecuencias por un accidente. La arrestarían o lincharían, y le darían igual si fue accidental o deliberado. Simplemente lo harían por miedo.
- Vamos joven Davinna. La comida nos espera. Siguiente parada “El pez volador”-, dijo alegre avanzando hacia la zona del puerto. - Ponte a mi lado y cuéntame más de ti. Si vamos a ser socios es bueno que nos conozcamos mejor.
- Vaya. Todos son geniales. No sé cual elegir. Qué te parece Bombarda y luego ya practicamos algo más serio-, comentó cuando dejó de sacar libros. - No conozco tu nivel y será más seguro empezar con algo sencillo.
El brujo estaba explicándole cuando ella comentó lo de ir a comer. Su estómago rugió un poco como contestación a la joven antes de poder decir nada. Vaya se me ha pasado la hora de comer con todo esto pensó el brujo.
- Sí, podemos ir a comer fuera. No hace falta que invite. Conozco una buena posada cerca de donde vivo. Por la zona portuaria-, dijo mientras se acercaba a la salida. - Que le parece. Un buen chuletón asado creo que sería ideal ¿no le parece? - comentó saliendo por la puerta y esperando que lo siguiera.
El brujo se apoyó en la pared de la casa pensativo. Esperaba estar obrando correctamente dándole una oportunidad a la chica. Era lo mejor o eso creía. Era una bruja y tarde o temprano manejaría su poder. Si nadie la instruía podría provocar un desastre y acabaría pagando las consecuencias por un accidente. La arrestarían o lincharían, y le darían igual si fue accidental o deliberado. Simplemente lo harían por miedo.
- Vamos joven Davinna. La comida nos espera. Siguiente parada “El pez volador”-, dijo alegre avanzando hacia la zona del puerto. - Ponte a mi lado y cuéntame más de ti. Si vamos a ser socios es bueno que nos conozcamos mejor.
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Solté una leve sonrisa coqueta al escuchar a Vincent querer ir a almorzar. -No te ilusiones romántica sin causa. ¿te quieres privar de tu libertad acaso? Mire mi apariencia estaba mas sucia que un pirata, que vergüenza. Levante mi mirada hacia Vincent e hice una seña para que me esperara unos minutos. Sin más preámbulo subí por las escaleras nerviosa hacia mi habitación. Simplemente se podía ver una cama grande de madera tallada, un espejo, y un armario.... bueno, ademas de mis múltiples libros y pinturas almacenados en un escritorio.
No quería hacerlo esperar así que abrí mi armario y lo revolví como si estuviera buscando un tesoro. Hasta que finalmente lo encontré, era un vestido celeste como el cielo, dorado al final de la falda, y con un grueso listón del mismo color dorado atado a la cintura
Cuando ya estaba limpia, intente cepillar mi cabello, fue en vano ya que mi peine se termino rompiendo. Fruncí el ceño y largue una soplanada de aire de la furia. Así que sin mas preámbulo para no hacerme mala espina tome un listón verde y amarré la parte del cabello que caía sobre mi rostro para ponerlo hacía atrás.
Me quite mi sucio vestido y me puse el otro, me volteé a mirar hacia el espejo, quedándome varios minutos observándolo. -Es lo que hay... Me dije a mi misma.
Bajé por las escaleras y miré a Vincent esperando en ella impaciente. Mierda, mi próximo error es él, Sin duda es la criatura más hermosa que Dios había creado. Dije mordiéndome el labio.
Lo abrace por el brazo con una distancia razonable y caminamos por un rato. Tu me guías Vincent... Dije con una sonrisa sutil. -Tantas cosas te puedo mostrar, lo prohibido y mucho más. Quieres jugar, y yo también no es así? ja, Si supieras, por un fin de semana yo podría dominarte. Con solo pensarlo me daba risa, larga lista de ''ex amores'' dicen que demente estoy, porque amo a los jugadores, y por guardar un espacio en blanco en esa lista solo para ti. La gente se frustra por no poder conquistarme jamás, muchos lo intentaron y fue en vano.Quiero saber cuando todo acabe para ver si valió la pena. La pena... hmmm, Jajajaj, como las bodas, es como una puerta para ver quien se desenamora primero.
Vincent tenia esa mirada especial, y yo tengo ese cabello rojo celestial, Sus ojos son salvajes, no los puede controlar, sumando mi inocencia que es una chica normal.... seria una catástrofe. El viento movía mi cabello que brillaba con reflejo del sol de una manera sobrenatural, Era una típica mañana en Lunargenta, no podía ser más cálido, no podía ser más soleado -aunque solo te deberías marchar, no tienes ideas a donde te podría llevar.
El silencio me estaba carcomiendo viva, quería llenarle de preguntas a Vincent pero prefería llegar a la posada para escucharlo, así que mejor empiezo con preguntas simples. -¿Vives por aquí? con tu familia? como es? Puse mi mano sutilmente en mis labios para callarme. -Disculpa, suelo ser una persona bastante charlatana, siempre voy a donde no me llaman.
No quería hacerlo esperar así que abrí mi armario y lo revolví como si estuviera buscando un tesoro. Hasta que finalmente lo encontré, era un vestido celeste como el cielo, dorado al final de la falda, y con un grueso listón del mismo color dorado atado a la cintura
- Vestido:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Cuando ya estaba limpia, intente cepillar mi cabello, fue en vano ya que mi peine se termino rompiendo. Fruncí el ceño y largue una soplanada de aire de la furia. Así que sin mas preámbulo para no hacerme mala espina tome un listón verde y amarré la parte del cabello que caía sobre mi rostro para ponerlo hacía atrás.
Me quite mi sucio vestido y me puse el otro, me volteé a mirar hacia el espejo, quedándome varios minutos observándolo. -Es lo que hay... Me dije a mi misma.
Bajé por las escaleras y miré a Vincent esperando en ella impaciente. Mierda, mi próximo error es él, Sin duda es la criatura más hermosa que Dios había creado. Dije mordiéndome el labio.
Lo abrace por el brazo con una distancia razonable y caminamos por un rato. Tu me guías Vincent... Dije con una sonrisa sutil. -Tantas cosas te puedo mostrar, lo prohibido y mucho más. Quieres jugar, y yo también no es así? ja, Si supieras, por un fin de semana yo podría dominarte. Con solo pensarlo me daba risa, larga lista de ''ex amores'' dicen que demente estoy, porque amo a los jugadores, y por guardar un espacio en blanco en esa lista solo para ti. La gente se frustra por no poder conquistarme jamás, muchos lo intentaron y fue en vano.Quiero saber cuando todo acabe para ver si valió la pena. La pena... hmmm, Jajajaj, como las bodas, es como una puerta para ver quien se desenamora primero.
Vincent tenia esa mirada especial, y yo tengo ese cabello rojo celestial, Sus ojos son salvajes, no los puede controlar, sumando mi inocencia que es una chica normal.... seria una catástrofe. El viento movía mi cabello que brillaba con reflejo del sol de una manera sobrenatural, Era una típica mañana en Lunargenta, no podía ser más cálido, no podía ser más soleado -aunque solo te deberías marchar, no tienes ideas a donde te podría llevar.
El silencio me estaba carcomiendo viva, quería llenarle de preguntas a Vincent pero prefería llegar a la posada para escucharlo, así que mejor empiezo con preguntas simples. -¿Vives por aquí? con tu familia? como es? Puse mi mano sutilmente en mis labios para callarme. -Disculpa, suelo ser una persona bastante charlatana, siempre voy a donde no me llaman.
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
El brujo inició el paseo hasta la posada junto a su alumna. Al principio no entendía como tardaba tanto pero cuando se fijó en que se había cambiado de vestimenta comprendió el motivo. Ahora llevaba un vestido celeste y dorado, y se había cepillado el pelo.
Mientras caminaban Vinc tenía la sensación de que la chica lo miraba de forma un tanto extraña. Ya había visto miradas así en mujeres en el pasado, pero no entendía como ella lo miraba así en tan corto plazo de tiempo. Y menos cuando lo quería para instructor. Serían imaginaciones suyas pensó.
- Vivo solo aunque mi familia vive aquí también. Y son bastante agradables-, dijo algo abstraído.
Desde que su madre había vuelto del norte estaba mucho más animada. Ahora con su viaje al Nido no había tenido tiempo de ver a su madre. Esperaba que siguiera en esa línea, y que ahora estuviera mucho mejor que cuando partió. Pensaba ir a verla antes de que surgiera todo esto, así que luego iría.
- ¿Y qué me dices de ti? No me has contado nada de ti salvo lo de la academia. ¿Tienes familia? - preguntó mientras avanzaban por las calles abarrotadas de gente.
Era normal a esas horas que hubiera mucha gente. La gente salía a hacer la compra o directamente a visitar restaurantes. Eso sin contar la cantidad de visitantes que solía tener la ciudad. Por suerte ya podía ver el letrero del establecimiento unos metros más adelante.
- Mira es allí-, dijo señalando el cartel. - Una amiga mía es camarera allí y se come muy bien. Fue el primer sitio en el que me hospedé cuando vine por primera vez a la ciudad, para ser exactos. Desde entonces suelo visitarlo cuando estoy por la ciudad. Suelo viajar mucho en busca de aventuras y por eso me ven poco el pelo-, comentó antes de reír.
El brujo abrió la puerta y le dio paso a la joven para que entrara.
- Hey, fíjate. Aún me quedan modales-, dijo sonriente y esperando que le gustara el sitio.
Mientras caminaban Vinc tenía la sensación de que la chica lo miraba de forma un tanto extraña. Ya había visto miradas así en mujeres en el pasado, pero no entendía como ella lo miraba así en tan corto plazo de tiempo. Y menos cuando lo quería para instructor. Serían imaginaciones suyas pensó.
- Vivo solo aunque mi familia vive aquí también. Y son bastante agradables-, dijo algo abstraído.
Desde que su madre había vuelto del norte estaba mucho más animada. Ahora con su viaje al Nido no había tenido tiempo de ver a su madre. Esperaba que siguiera en esa línea, y que ahora estuviera mucho mejor que cuando partió. Pensaba ir a verla antes de que surgiera todo esto, así que luego iría.
- ¿Y qué me dices de ti? No me has contado nada de ti salvo lo de la academia. ¿Tienes familia? - preguntó mientras avanzaban por las calles abarrotadas de gente.
Era normal a esas horas que hubiera mucha gente. La gente salía a hacer la compra o directamente a visitar restaurantes. Eso sin contar la cantidad de visitantes que solía tener la ciudad. Por suerte ya podía ver el letrero del establecimiento unos metros más adelante.
- Mira es allí-, dijo señalando el cartel. - Una amiga mía es camarera allí y se come muy bien. Fue el primer sitio en el que me hospedé cuando vine por primera vez a la ciudad, para ser exactos. Desde entonces suelo visitarlo cuando estoy por la ciudad. Suelo viajar mucho en busca de aventuras y por eso me ven poco el pelo-, comentó antes de reír.
El brujo abrió la puerta y le dio paso a la joven para que entrara.
- Hey, fíjate. Aún me quedan modales-, dijo sonriente y esperando que le gustara el sitio.
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Cuando Vincent comenzó a avanzar por el lugar plagado de personas me sentía asfixiada -Como me molestan, en estas circunstancias preferiría estar en el bosque cabalgando hasta el amanecer, sin personas, sin ruidos molestos, excepto el sonido de las ramas rompiéndose por mi caballo, mis flechas chocando contra los troncos, y los pájaros volando por el escándalo. Fruncí el ceño mientras trataba de esquivarlos, no quería iniciar una pelea para darle una mala impresión a mi Maestro, así que me contuve.
Ignore por un rato las preguntas que me hacía Vincent porque quería esperar a llegar al lugar para iniciar la conversación. Sin mas preámbulo llegamos a la posada varios minutos mas tarde, al entrar se podía ver un lugar bastante iluminado, con varias mesas, un ventanal, una barra con bastante licor.... se me ilumino el rostro al ver eso. Un par de puertas laterales y postes de madera tallados delicadamente, más atrás se podía distanciar una escalera que llevaba a las habitaciones.
Tome bruscamente de la mano a Vincent y lo arrastré hacia una mesa cerca de la ventana para poder ver el sol. Al instante llego una anciana y nos miro con una sutil sonrisa. -¿Que desean? Nos preguntó.
Me quede pensativa unos minutos hasta que me decidí a hablar. -¿Que tal un bacalao para los dos? Pregunte sonriendo a Vincent -¿Un nombre mas gracioso para un pescado? ''bacalao'', pobre, lo han castigado con ese nombre. -Y una botella de ron claro. Dije de manera desafiante y dulce a la vez.
Sin mas que hacer, la anciana se fue a dar la orden de la comida. Volteé otra vez mi mirada a Vincent, dispuesta a responder todas sus preguntas. Me di unos minutos para pensar como explicárselo todo, di un suspiro y proseguí.
-Verás Vincent... mi padre es dueño de una gran cantidad de Herrerias llamadas ''Herrerias Ravenwood'', son destinadas a todos y cada uno de los reinos, se llama Ethan. Mi madre se llamaba Victoria pero murió cuando cumplí 6 años, la asesinaron... desde aquel día mi padre se volvió sobre protector y paranoico Di una gran soplanada de aire para darme valor. -Después de esa tragedia, mi padre rodeo con un muro la mansión, Algunas personas nacen con más suerte que otras, y así fue en mi caso, aunque de niña estaba convencida de lo contrario… ¿qué niña no sueña en vivir como una princesa? Pero algunas mansiones no son como los imaginas, Hasta una mansión puede llegar a ser una prisión. Se me cayó una lagrima.
-Papá nunca me explico por qué alguien siempre tenía que probar mi comida, o porque no podía ir a estudiar con otros niños, o incluso leer libros populares… Cuando mi madre murió, mi padre y su consejero hicieron unas reglas, él dijo que eran para protegerme y las llamo ‘’El sistema E.R’’; Yo no podía dormir en una habitación sin un guardia, o incluso no podía bajar las escaleras sin un acompañante que me tomara de la mano. Entendí la razón de todo esto cuando tenía 11 años, me dijeron que si mataron a mi madre por alguna razón, yo podía morir también, que otras personas me deseaban el mal según él.
Y así empecé a soñar en el día en que mi vida cambiaría, y yo podría ser libre, Recé cada noche para poder encontrar mi destino… lejos de los muros. Me seque la lagrima con la mano e hice una pausa.
-Lo tenia todo, dinero, amor, familia, pero yo solo queria libertad. ¿los hombres son idiotas no? porque al parecer hablamos en otro idioma, digo esto porque cuando tenia 16 años mi padre me arreglo un matrimonio con el hijo de su mano derecha. Yo en la celebración de la boda perdí la cordura y disparé con mi arco y flecha a cada uno de los floreros del salón, y por ultimo lance una veloz flecha al retrato sobre Jacob; mi prometido, y yo. Mi furia y concentración fueron tan fuertes y fugaces que cuando lance la flecha... esta ardió en llamas, logrando así que el retrato se quemara también. Le regale a Vincent una sutil sonrisa. -Al final el arreglo no funciono por mi comportamiento en la celebración, y así termine desarrollando un duro carácter, cosa que antes no tenia porque no quería decepcionar a mi padre... el controlaba todos y cada uno de los días de mi vida, hasta que me cansé claro, No dependo de nadie y nadie depende de mí: soy dueño de mi vida. Pero no tengo la conciencia tranquila, y créeme que si no tienes eso no tienes nada... Siempre me pregunté que hubiese pasado si no me hubiera comportado de esa forma, quizá así no hubiese deshonrado a Ethan.
-Luego de una u otra forma convencí a mi padre para dejarme estudiar en la Academia Tensai, y bueno, ya conoces el resto de la historia.
No se cuantos minutos estuve hablando como loro, pero cuando me di cuenta la comida ya había llegado, la anciana nos guiñó un ojo y se retiró. Le dí un buen sorbo al vaso con ron... me moría de sed. Pero sin embargo, le tocaba a Vincent soltar la lengua, yo ya hable bastante.
-¿Y tu vincent? ¿cuál es tu historia? Pregunté mientras cortaba el pescado sin apartar la mirada de él.
Ignore por un rato las preguntas que me hacía Vincent porque quería esperar a llegar al lugar para iniciar la conversación. Sin mas preámbulo llegamos a la posada varios minutos mas tarde, al entrar se podía ver un lugar bastante iluminado, con varias mesas, un ventanal, una barra con bastante licor.... se me ilumino el rostro al ver eso. Un par de puertas laterales y postes de madera tallados delicadamente, más atrás se podía distanciar una escalera que llevaba a las habitaciones.
Tome bruscamente de la mano a Vincent y lo arrastré hacia una mesa cerca de la ventana para poder ver el sol. Al instante llego una anciana y nos miro con una sutil sonrisa. -¿Que desean? Nos preguntó.
Me quede pensativa unos minutos hasta que me decidí a hablar. -¿Que tal un bacalao para los dos? Pregunte sonriendo a Vincent -¿Un nombre mas gracioso para un pescado? ''bacalao'', pobre, lo han castigado con ese nombre. -Y una botella de ron claro. Dije de manera desafiante y dulce a la vez.
Sin mas que hacer, la anciana se fue a dar la orden de la comida. Volteé otra vez mi mirada a Vincent, dispuesta a responder todas sus preguntas. Me di unos minutos para pensar como explicárselo todo, di un suspiro y proseguí.
-Verás Vincent... mi padre es dueño de una gran cantidad de Herrerias llamadas ''Herrerias Ravenwood'', son destinadas a todos y cada uno de los reinos, se llama Ethan. Mi madre se llamaba Victoria pero murió cuando cumplí 6 años, la asesinaron... desde aquel día mi padre se volvió sobre protector y paranoico Di una gran soplanada de aire para darme valor. -Después de esa tragedia, mi padre rodeo con un muro la mansión, Algunas personas nacen con más suerte que otras, y así fue en mi caso, aunque de niña estaba convencida de lo contrario… ¿qué niña no sueña en vivir como una princesa? Pero algunas mansiones no son como los imaginas, Hasta una mansión puede llegar a ser una prisión. Se me cayó una lagrima.
-Papá nunca me explico por qué alguien siempre tenía que probar mi comida, o porque no podía ir a estudiar con otros niños, o incluso leer libros populares… Cuando mi madre murió, mi padre y su consejero hicieron unas reglas, él dijo que eran para protegerme y las llamo ‘’El sistema E.R’’; Yo no podía dormir en una habitación sin un guardia, o incluso no podía bajar las escaleras sin un acompañante que me tomara de la mano. Entendí la razón de todo esto cuando tenía 11 años, me dijeron que si mataron a mi madre por alguna razón, yo podía morir también, que otras personas me deseaban el mal según él.
Y así empecé a soñar en el día en que mi vida cambiaría, y yo podría ser libre, Recé cada noche para poder encontrar mi destino… lejos de los muros. Me seque la lagrima con la mano e hice una pausa.
-Lo tenia todo, dinero, amor, familia, pero yo solo queria libertad. ¿los hombres son idiotas no? porque al parecer hablamos en otro idioma, digo esto porque cuando tenia 16 años mi padre me arreglo un matrimonio con el hijo de su mano derecha. Yo en la celebración de la boda perdí la cordura y disparé con mi arco y flecha a cada uno de los floreros del salón, y por ultimo lance una veloz flecha al retrato sobre Jacob; mi prometido, y yo. Mi furia y concentración fueron tan fuertes y fugaces que cuando lance la flecha... esta ardió en llamas, logrando así que el retrato se quemara también. Le regale a Vincent una sutil sonrisa. -Al final el arreglo no funciono por mi comportamiento en la celebración, y así termine desarrollando un duro carácter, cosa que antes no tenia porque no quería decepcionar a mi padre... el controlaba todos y cada uno de los días de mi vida, hasta que me cansé claro, No dependo de nadie y nadie depende de mí: soy dueño de mi vida. Pero no tengo la conciencia tranquila, y créeme que si no tienes eso no tienes nada... Siempre me pregunté que hubiese pasado si no me hubiera comportado de esa forma, quizá así no hubiese deshonrado a Ethan.
-Luego de una u otra forma convencí a mi padre para dejarme estudiar en la Academia Tensai, y bueno, ya conoces el resto de la historia.
No se cuantos minutos estuve hablando como loro, pero cuando me di cuenta la comida ya había llegado, la anciana nos guiñó un ojo y se retiró. Le dí un buen sorbo al vaso con ron... me moría de sed. Pero sin embargo, le tocaba a Vincent soltar la lengua, yo ya hable bastante.
-¿Y tu vincent? ¿cuál es tu historia? Pregunté mientras cortaba el pescado sin apartar la mirada de él.
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
En cuanto el brujo entró a la posada el olor de la comida recién hecha le inundó las fosas nasales, haciéndole imaginar platos suculentos que poder degustar. Su alumna lo guió hasta una mesa cercana a una ventana, y cuando la anciana Mary se acercó pidió dos platos de pescado y ron. Vinc solo asintió dando el visto bueno a la mesera y se centró en lo que Davinna le decía.
Le contó su historia pasada. Como se había criado con su padre después de la muerte de su madre. Su sobreprotección, protocolo y matrimonio concertado. En resumen, la historia de una joven que se crió en una jaula de oro, pero una jaula de todos modos. Entendía a su padre. Ver como una persona querida moría a manos de algún desalmando, hizo que intentara proteger su bien más preciado de un modo exagerado.
- Tu padre quiso lo mejor para ti. Solo se equivocó siendo tan protector. Espero que puedas perdonarle-, comentó mientras la mesera colocaba los platos y bebidas en la mesa. - Muchas gracias Mary-, dijo sonriente dirigiéndose a ella. - Y bueno al final recapacitó para meterte en la academia al menos. Una bruja no puede estar sin aprender su don. Puede ser peligroso para los que la rodean, e incluso para ella misma-, se dirigió a su alumna esta vez.
Vinc dio cuenta de su plato antes de contestar a la joven. Si bien, prefería la carne antes que el pescado, disfrutada de este igualmente y lo estaba saboreando con deleite. Me pregunto dónde estará Caroline pensó mientras masticaba su comida. Hacía tiempo que no se pasaba por allí y no veía a su amiga por ningún lado. No estaba por la ciudad desde meses atrás. Esperaba poder verla para saber cómo estaba.
- ¿Mi historia? Mi historia es simple. Me crié en las afueras de Beltrexus que era donde mis padres tenían su residencia. Ellos eran profesores de las academias de la capital. Mi padre impartía clases en la de Alquimia y mi madre en la Tensai. Así transcurrió mi infancia con mis primeros años en la Academia de Alquimia y como mozo de cuadras en mi tiempo libre. Luego mis padres partieron a una expedición al Norte de la que jamás regresaron. Al principio tuvimos noticias por carta pero luego ya nada. Ese tiempo nos criamos mi hermana y yo en casa de una amiga de la familia. Hasta que mi hermana cumplió los 18 años, edad con la que decidimos ir tras la pista de nuestros padres-.
El brujo tomó un trago de su licor antes de proseguir la historia. Era curioso como pasaba el tiempo. Lo lejano que parecía todo aquello cuando tampoco hacía tanto que había vuelto del norte.
- Fue duro. Lo primero fue comprar unos caballos para el viaje y el pasaje de barco hacia Lunargenta. Luego allí estuvimos trabajando mucho tiempo para reunir todo lo necesario para el viaje. Un año o casi un año, ya no recuerdo con exactitud cuánto tiempo estuvimos en la capital. Al menos fue una ciudad que nos acogió bien y que por ello es mi residencia actual. Cuando estuvo todo dispuesto partimos y al cabo de unos tres años desde que saliéramos de las islas llegamos al fin donde se perdió la pista de nuestros padres. Allí encontramos a nuestra madre en estado de shock y ella nos contó que la expedición fue atacada por algún tipo de monstruo gigante. Nuestro padre logró sobrevivir pero acabó envenenado por una toxina y murió. Mi madre se quedó junto a él con más ganas de morir que de vivir. Por suerte la encontramos y pudimos convencerla de que volviera con nosotros-.
Se tomó lo que le quedaba de su plato y echó una ojeada por si veía a Carol. Luego tomó otro trago antes de continuar con su historia.
- Ahora mi madre está mucho mejor y vive por aquí. Yo también me establecí en Lunargenta y me llegó una carta con el tiempo para unirme a los Cuervos de Plata. Y he vuelto al sur hace poco después de reunirme con su líder en su base-. Vinc se recostó en su silla un poco. - Que te ha parecido. No es mala historia ¿no? Ahora supongo que me dedicaré a tus enseñanzas y lo que me ordenen los cuervos.
El brujo pensó que hacer ahora y decidió preguntarle a la chica más cosas. Era mejor que se conocieran un poco más.
- Supongo que te establecerás aquí. Me gustaría que informaras a tu padre sobre ello. Te quiere y estará preocupado por ti-, dijo antes de guiñarle un ojo. - Por cierto, que uso quieres darle a la magia. Si tu deseo es quemar campesinos no creo que pueda ser tu maestro-, comentó antes de reír. - Cuéntame tus deseos para el fuego pequeña. ¿Quieres ayudar al mundo con tu don?
Le contó su historia pasada. Como se había criado con su padre después de la muerte de su madre. Su sobreprotección, protocolo y matrimonio concertado. En resumen, la historia de una joven que se crió en una jaula de oro, pero una jaula de todos modos. Entendía a su padre. Ver como una persona querida moría a manos de algún desalmando, hizo que intentara proteger su bien más preciado de un modo exagerado.
- Tu padre quiso lo mejor para ti. Solo se equivocó siendo tan protector. Espero que puedas perdonarle-, comentó mientras la mesera colocaba los platos y bebidas en la mesa. - Muchas gracias Mary-, dijo sonriente dirigiéndose a ella. - Y bueno al final recapacitó para meterte en la academia al menos. Una bruja no puede estar sin aprender su don. Puede ser peligroso para los que la rodean, e incluso para ella misma-, se dirigió a su alumna esta vez.
Vinc dio cuenta de su plato antes de contestar a la joven. Si bien, prefería la carne antes que el pescado, disfrutada de este igualmente y lo estaba saboreando con deleite. Me pregunto dónde estará Caroline pensó mientras masticaba su comida. Hacía tiempo que no se pasaba por allí y no veía a su amiga por ningún lado. No estaba por la ciudad desde meses atrás. Esperaba poder verla para saber cómo estaba.
- ¿Mi historia? Mi historia es simple. Me crié en las afueras de Beltrexus que era donde mis padres tenían su residencia. Ellos eran profesores de las academias de la capital. Mi padre impartía clases en la de Alquimia y mi madre en la Tensai. Así transcurrió mi infancia con mis primeros años en la Academia de Alquimia y como mozo de cuadras en mi tiempo libre. Luego mis padres partieron a una expedición al Norte de la que jamás regresaron. Al principio tuvimos noticias por carta pero luego ya nada. Ese tiempo nos criamos mi hermana y yo en casa de una amiga de la familia. Hasta que mi hermana cumplió los 18 años, edad con la que decidimos ir tras la pista de nuestros padres-.
El brujo tomó un trago de su licor antes de proseguir la historia. Era curioso como pasaba el tiempo. Lo lejano que parecía todo aquello cuando tampoco hacía tanto que había vuelto del norte.
- Fue duro. Lo primero fue comprar unos caballos para el viaje y el pasaje de barco hacia Lunargenta. Luego allí estuvimos trabajando mucho tiempo para reunir todo lo necesario para el viaje. Un año o casi un año, ya no recuerdo con exactitud cuánto tiempo estuvimos en la capital. Al menos fue una ciudad que nos acogió bien y que por ello es mi residencia actual. Cuando estuvo todo dispuesto partimos y al cabo de unos tres años desde que saliéramos de las islas llegamos al fin donde se perdió la pista de nuestros padres. Allí encontramos a nuestra madre en estado de shock y ella nos contó que la expedición fue atacada por algún tipo de monstruo gigante. Nuestro padre logró sobrevivir pero acabó envenenado por una toxina y murió. Mi madre se quedó junto a él con más ganas de morir que de vivir. Por suerte la encontramos y pudimos convencerla de que volviera con nosotros-.
Se tomó lo que le quedaba de su plato y echó una ojeada por si veía a Carol. Luego tomó otro trago antes de continuar con su historia.
- Ahora mi madre está mucho mejor y vive por aquí. Yo también me establecí en Lunargenta y me llegó una carta con el tiempo para unirme a los Cuervos de Plata. Y he vuelto al sur hace poco después de reunirme con su líder en su base-. Vinc se recostó en su silla un poco. - Que te ha parecido. No es mala historia ¿no? Ahora supongo que me dedicaré a tus enseñanzas y lo que me ordenen los cuervos.
El brujo pensó que hacer ahora y decidió preguntarle a la chica más cosas. Era mejor que se conocieran un poco más.
- Supongo que te establecerás aquí. Me gustaría que informaras a tu padre sobre ello. Te quiere y estará preocupado por ti-, dijo antes de guiñarle un ojo. - Por cierto, que uso quieres darle a la magia. Si tu deseo es quemar campesinos no creo que pueda ser tu maestro-, comentó antes de reír. - Cuéntame tus deseos para el fuego pequeña. ¿Quieres ayudar al mundo con tu don?
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Escuché atentamente todas y cada una de los anégdotas de Vincent mientras comía mi comida, tuvo una vida dura pero tenia algo que yo siempre quise a esa edad; libertad. Estaba apunto de contarle mi vida con las Black Lotus, pero no podía. No por que no quiera, si no porque realmente no puedo, eso quedo sellado en el pasado con fuego.
Al escuchar lo de su madre se me congeló el corazón, pobre mujer. -Y no la juzgo, a veces una persona prefiere vivir soñando que vivir con una partida, ella aceptó poco a poco la soledad, y esta enseña que el tiempo te pertenece y que el silencio es sabio, créeme, lo he vivido, y todas las noches me sentía un poco rota, un poco triste, y un poco muerta. ¿Pero sabes que aprendí de todo eso? que la vida es un juego y tu eres el que decide si eres una pieza o un jugador. Sonreí al decir esto ultimo. Estaba a punto de tomar su mano para consolarlo pero amagué. -Sería genial conocerla un día, si accedes claro, no tengo porqué hacerlo.
Volví a tomar un poco de ron y le devolví la mirada. -No es una mala historia Maestro, pero joder, que pasó con las mujeres? las aventuras? el romance? las cabalgadas por el bosque hasta el amanecer? las peleas? Dime por favor que no eres serio, porque si no mejor yo me convierto en tu maestra, aprovecha que aun eres joven para sufrir y hacer cosas absurdas. Solté una sonrisa encantadora.
Al escuchar lo de mi padre no pude evitar poner los ojos en blanco. -No te preocupes, me envío cartas constantemente con él. Hice una pausa. -¿Qué uso voy a darle a mi magia? vaya pregunta, en realidad no tengo un objeto básico, no tengo orientación moral, ya te lo dije. Dije para luego guiñarle un ojo también. -¿Quemar campesinos? Pregunte en tono sarcástico para luego inclinar mi cabeza hacía atrás y reírme sutilmente. -¿Porqué todos creen que las tensai de fuego son unas sádicas sin corazón sedientas de sangre infernal? Dije sin quitar la sonrisa de mi rostro. -Por ahora solo quiero controlar mis poderes, y desarrollar bien mi habilidad arcana, soy una persona bastante justiciera, protegería a cualquiera que ame, quiero ser el final de cada sufrimiento, la vida que cuida la vida, la luz que el mundo ilumina, la fuerza de este mundo nuevo. El ángel guardián de un alma sin luz, sin paz, sin amor.
Se podía sentir la honestidad en cada una de mis palabras, el brillo en mi mirada al pronunciarlas. -A lo largo de mi vida me han dicho que soy destrucción, por ser una tensai de fuego... pero se equivocan, yo me considero luz, iluminación, destello. Cuando ellos fueron agua, yo crecí en llamas, deje todo atrás... sellado con fuego.
Afirmé esto último seriamente porque era mi más pura verdad, yo elegí ser un jugador, todos debemos elegir dos caminos a lo largo de nuestra vida y es ese; la vida sin miedo o miedo a vivir.
Este miedo se afila sus garras en uno mismo, así ataca al más débil; se vuelve feroz. Cada vez que me caía me levantaba, ya sea por ausencias que duelen, o agujeros sin fin en mi corazón, y cuando nada me quedaba... elegí el amor.
Mire alrededor de la posada observando a la gente, muchos de ellos eran unos gordos barbudos en busca de pasar la noche con otra mujer que no fuera su esposa, otros simplemente apostaban en juegos de cartas, y otros estaban almorzando con sus familias. Devolví mi mirada hacia Vincent para seguir interrogándolo. -Davinna, tu peor efecto es que.... ¡JAMAS CIERRAS LA BOCA! Resonó mi consciencia en mi cabeza. Y era verdad, pero estuve callada por tantos años, mi padre no me dejaba hablar si no me preguntaban algo, y me premiaban si me mantenía callada y hacia absolutamente todo lo que me pedían.
-¿Cómo comenzará mi entrenamiento Vincent? Pregunté ansiosa.
Luego de unos minutos un ebrio de la sala se acerco a nuestra mesa tomando nuestro ron y volteó mi mirada hacia mi. -¿Como estas muñeca? Dijo tambaleándose sobre su propio eje. Inmediatamente fruncí el ceño y me levanté de mi asiento con gran osadía. -No soy tu muñeca. Exclame solamente audible a personas cerca de nosotros. No quería crear un escándalo el primer día, ni menos perder la cordura. -Porqué mejor no vuelves a tu asiento y así evitar que te haga cenizas? Aclaré en tono desafiante, y sin pensar puse mi dedo en su enorme y gordo pecho, haciendo una leve llamarada para calentarlo a altas temperaturas, provocando así un punto rojo en este como advertencia. -¡Aghhh! Dijo el hombre silenciosamente para que nadie este escuchara mientras se tocaba el punto del dolor.
El hombre me dirigió palabras entre dientes imposibles de distinguir antes mis oídos por su borrachera y el dolor que estaba reprimiendo, luego de eso volvió a su lugar furioso.
Yo volví a tomar mi lugar y le sonreí con algo de vergüenza Vincent. -Ahora lo espante. Bruta. -Perdon por eso. Dije apenada.
Al escuchar lo de su madre se me congeló el corazón, pobre mujer. -Y no la juzgo, a veces una persona prefiere vivir soñando que vivir con una partida, ella aceptó poco a poco la soledad, y esta enseña que el tiempo te pertenece y que el silencio es sabio, créeme, lo he vivido, y todas las noches me sentía un poco rota, un poco triste, y un poco muerta. ¿Pero sabes que aprendí de todo eso? que la vida es un juego y tu eres el que decide si eres una pieza o un jugador. Sonreí al decir esto ultimo. Estaba a punto de tomar su mano para consolarlo pero amagué. -Sería genial conocerla un día, si accedes claro, no tengo porqué hacerlo.
Volví a tomar un poco de ron y le devolví la mirada. -No es una mala historia Maestro, pero joder, que pasó con las mujeres? las aventuras? el romance? las cabalgadas por el bosque hasta el amanecer? las peleas? Dime por favor que no eres serio, porque si no mejor yo me convierto en tu maestra, aprovecha que aun eres joven para sufrir y hacer cosas absurdas. Solté una sonrisa encantadora.
Al escuchar lo de mi padre no pude evitar poner los ojos en blanco. -No te preocupes, me envío cartas constantemente con él. Hice una pausa. -¿Qué uso voy a darle a mi magia? vaya pregunta, en realidad no tengo un objeto básico, no tengo orientación moral, ya te lo dije. Dije para luego guiñarle un ojo también. -¿Quemar campesinos? Pregunte en tono sarcástico para luego inclinar mi cabeza hacía atrás y reírme sutilmente. -¿Porqué todos creen que las tensai de fuego son unas sádicas sin corazón sedientas de sangre infernal? Dije sin quitar la sonrisa de mi rostro. -Por ahora solo quiero controlar mis poderes, y desarrollar bien mi habilidad arcana, soy una persona bastante justiciera, protegería a cualquiera que ame, quiero ser el final de cada sufrimiento, la vida que cuida la vida, la luz que el mundo ilumina, la fuerza de este mundo nuevo. El ángel guardián de un alma sin luz, sin paz, sin amor.
Se podía sentir la honestidad en cada una de mis palabras, el brillo en mi mirada al pronunciarlas. -A lo largo de mi vida me han dicho que soy destrucción, por ser una tensai de fuego... pero se equivocan, yo me considero luz, iluminación, destello. Cuando ellos fueron agua, yo crecí en llamas, deje todo atrás... sellado con fuego.
Afirmé esto último seriamente porque era mi más pura verdad, yo elegí ser un jugador, todos debemos elegir dos caminos a lo largo de nuestra vida y es ese; la vida sin miedo o miedo a vivir.
Este miedo se afila sus garras en uno mismo, así ataca al más débil; se vuelve feroz. Cada vez que me caía me levantaba, ya sea por ausencias que duelen, o agujeros sin fin en mi corazón, y cuando nada me quedaba... elegí el amor.
Mire alrededor de la posada observando a la gente, muchos de ellos eran unos gordos barbudos en busca de pasar la noche con otra mujer que no fuera su esposa, otros simplemente apostaban en juegos de cartas, y otros estaban almorzando con sus familias. Devolví mi mirada hacia Vincent para seguir interrogándolo. -Davinna, tu peor efecto es que.... ¡JAMAS CIERRAS LA BOCA! Resonó mi consciencia en mi cabeza. Y era verdad, pero estuve callada por tantos años, mi padre no me dejaba hablar si no me preguntaban algo, y me premiaban si me mantenía callada y hacia absolutamente todo lo que me pedían.
-¿Cómo comenzará mi entrenamiento Vincent? Pregunté ansiosa.
Luego de unos minutos un ebrio de la sala se acerco a nuestra mesa tomando nuestro ron y volteó mi mirada hacia mi. -¿Como estas muñeca? Dijo tambaleándose sobre su propio eje. Inmediatamente fruncí el ceño y me levanté de mi asiento con gran osadía. -No soy tu muñeca. Exclame solamente audible a personas cerca de nosotros. No quería crear un escándalo el primer día, ni menos perder la cordura. -Porqué mejor no vuelves a tu asiento y así evitar que te haga cenizas? Aclaré en tono desafiante, y sin pensar puse mi dedo en su enorme y gordo pecho, haciendo una leve llamarada para calentarlo a altas temperaturas, provocando así un punto rojo en este como advertencia. -¡Aghhh! Dijo el hombre silenciosamente para que nadie este escuchara mientras se tocaba el punto del dolor.
El hombre me dirigió palabras entre dientes imposibles de distinguir antes mis oídos por su borrachera y el dolor que estaba reprimiendo, luego de eso volvió a su lugar furioso.
Yo volví a tomar mi lugar y le sonreí con algo de vergüenza Vincent. -Ahora lo espante. Bruta. -Perdon por eso. Dije apenada.
Davinna Ravenwood
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
El brujo escuchó callado la respuesta de la joven. No le gustó demasiado que pusiera los ojos en blanco cuando le habló de su padre, aunque al menos seguía manteniendo el trato con él. Ella había pasado malos momentos por culpa de su padre. No terminaba de entender que los errores de su padre eran debidos a su amor por ella. El padre de Vinc no llegó a actuar mal como el de Dav, pero sí que le regañaba como todo padre. Ahora que no estaba recordaba hasta esos momentos con nostalgia.
- ¿Pero joder? - comentó antes de reír. - No esperaba oírte de hablar de ese modo. Las aventuras en la vida real son un tanto distintas que en los libros jovencita. Piensa que la vida de uno está en juego como para arriesgarla sin motivo. Y cuando estás en la aventura el objetivo de la misión es lo único que importa. En mi caso encontrar rastro de mis padres-, hizo una pausa mientras tomaba otro trago de su bebida. - No obstante, sí que hubo peleas. Romances… no, aunque de sus romances y mujeres un caballero nunca habla ¿no crees? - dijo guiñándole un ojo. - Y claro que puedes conocer a mi madre, y también a mi hermana. No veo nada malo en ello. Además son brujas como nosotros y puedes aprender de ellas tanto como de mí.
Pidió la cuenta a un camarero que pasaba por allí y siguió escuchando las respuestas de la bruja. Le agradaba bastante su idea sobre el fuego y su entusiasmo en decir las cosas. Se notaba que sentía lo que decía y siempre admiraba que una persona supiera expresar sus sentimientos. Sobre todo cuando eran tan nobles como los de ella.
- Para no tener orientación moral crees en la luz. Y en cómo proteger a todos con ella además. Me parece una orientación moral en sí misma-, comentó antes de tomarse el resto de su bebida.
Luego observó cómo se desenvolvió con un tipo que intentaba ligar con ella de malas maneras. El brujo se había preparado por si acaso para pelear aunque manteniendo un estado que parecía tranquilo. No hizo falta. Dav se libró de él haciéndole una quemada en el pecho.
- No te disculpes. Has hecho bien. Esa quemadura no le durarás más que unas semanas. Usa la fuerza bruta solo cuando sea necesario y haz estos truquitos con abusadores como él-. Recibió al camarero y le pagó por todo. El brujo luego se levantó de la mesa e hizo un gesto a la joven para que lo acompañara hasta afuera. - Como comenzará tu entrenamiento. Buena pregunta. Creo que lo mejor es que empecemos practicando algún hechizo muy básico e ir subiendo cuando vayas adquiriendo soltura-, dijo a la vez que le sonreía. - Ahora iré a ver a mi madre. Qué tal si nos vemos luego en tu casa para comenzar los estudios. O si quieres empezamos mañana. Lo dejo a tu elección-. Empezó a caminar en dirección a la casa de su madre y luego se giró de nuevo hacia la chica. - Quizás en unos meses te lleve de viaje conmigo si quieres. Quién sabe, a lo mejor tienes que usar tus nuevos conocimientos adquiridos si algún estúpido nos asalta-, dijo guiñándole el ojo y partiendo definitivamente.
Vinc partió con la sensación de que había hecho una nueva sociedad con una pequeña pelirroja. En su opinión, conseguir que Dav manejara la magia para sus deseos de protección era un buen logro. El paso de los meses diría hasta que punto resultaría un buen trato. Y si sería un buen maestro.
- ¿Pero joder? - comentó antes de reír. - No esperaba oírte de hablar de ese modo. Las aventuras en la vida real son un tanto distintas que en los libros jovencita. Piensa que la vida de uno está en juego como para arriesgarla sin motivo. Y cuando estás en la aventura el objetivo de la misión es lo único que importa. En mi caso encontrar rastro de mis padres-, hizo una pausa mientras tomaba otro trago de su bebida. - No obstante, sí que hubo peleas. Romances… no, aunque de sus romances y mujeres un caballero nunca habla ¿no crees? - dijo guiñándole un ojo. - Y claro que puedes conocer a mi madre, y también a mi hermana. No veo nada malo en ello. Además son brujas como nosotros y puedes aprender de ellas tanto como de mí.
Pidió la cuenta a un camarero que pasaba por allí y siguió escuchando las respuestas de la bruja. Le agradaba bastante su idea sobre el fuego y su entusiasmo en decir las cosas. Se notaba que sentía lo que decía y siempre admiraba que una persona supiera expresar sus sentimientos. Sobre todo cuando eran tan nobles como los de ella.
- Para no tener orientación moral crees en la luz. Y en cómo proteger a todos con ella además. Me parece una orientación moral en sí misma-, comentó antes de tomarse el resto de su bebida.
Luego observó cómo se desenvolvió con un tipo que intentaba ligar con ella de malas maneras. El brujo se había preparado por si acaso para pelear aunque manteniendo un estado que parecía tranquilo. No hizo falta. Dav se libró de él haciéndole una quemada en el pecho.
- No te disculpes. Has hecho bien. Esa quemadura no le durarás más que unas semanas. Usa la fuerza bruta solo cuando sea necesario y haz estos truquitos con abusadores como él-. Recibió al camarero y le pagó por todo. El brujo luego se levantó de la mesa e hizo un gesto a la joven para que lo acompañara hasta afuera. - Como comenzará tu entrenamiento. Buena pregunta. Creo que lo mejor es que empecemos practicando algún hechizo muy básico e ir subiendo cuando vayas adquiriendo soltura-, dijo a la vez que le sonreía. - Ahora iré a ver a mi madre. Qué tal si nos vemos luego en tu casa para comenzar los estudios. O si quieres empezamos mañana. Lo dejo a tu elección-. Empezó a caminar en dirección a la casa de su madre y luego se giró de nuevo hacia la chica. - Quizás en unos meses te lleve de viaje conmigo si quieres. Quién sabe, a lo mejor tienes que usar tus nuevos conocimientos adquiridos si algún estúpido nos asalta-, dijo guiñándole el ojo y partiendo definitivamente.
Vinc partió con la sensación de que había hecho una nueva sociedad con una pequeña pelirroja. En su opinión, conseguir que Dav manejara la magia para sus deseos de protección era un buen logro. El paso de los meses diría hasta que punto resultaría un buen trato. Y si sería un buen maestro.
Vincent Calhoun
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Re: Gran Alerta Roja [Interpretativo/Libre] [Día] [1/1] [cerrado]
Al parecer tenia una maestro bastante restringido y serio, pero le gustaba reír, seria gracioso verlo ebrio, si , definitivamente lo seria, mi sonrisa fue inevitable al escuchar que podía conocer a su familia de brujos, seria como una clase privada solo para mi, genial, Ojala no sean tan obstinados como lo es su maestro. Vincent pidió la cuenta y minutos más tarde se la trajeron, él pago y eso me molesto un poco porque yo fui quien quiso almorzar con el, era mi deber pagar.
Cuando Vincent me hizo un gesto para seguirlo lo tome del brazo como de costumbre. -¿Sistema E.R, Davinna? mierda. Escuche cuidadosamente el principio de mi entrenamiento puesto que a partir de ahora todo lo que él diga seria la ley... me quede mirándolo con el ceño fruncido sin saber que responder hasta que reaccione. -Eeeeeh.... mañana, definitivamente mañana, sabes como llegar a casa así que... búscame. Podemos cabalgar a donde quieras con mi caballo Maximous. Sonreí al mencionarlo.
Pero en un abrir y cerrar de ojos Vincent estaba a gran distancia, pero logre escuchar que me llevaría a un viaje, mis ojos brillaron como el sol al oírlo. -¡Aventura! Pensé saltando como niña en mi lugar, para luego reaccionar de mi ridículo comportamiento y quedarme en mi lugar firme saludando a Vincent a lo lejos.
Gire a 180° sobre mi eje y comencé a silbar una melódica canción rumbo a casa con mucho entusiasmo. El día definitivamente me sonreía como siempre a pesar de todo, no podía ir mal. -Que sepa el mundo que en marcha estoy con mucho querer y vivir, con cielos azules andando voy a lugares que siempre soñaba con ir. Cuando llegué a casa fui a ver como estaba Maximous, en definitiva, hambriento como siempre y furioso por ello. -Ja... estas de morritos campeón? Le di una cantidad exagerada de avena como acostumbro y me apoye contra él mientras se alimentaba. -Las aventuras al parecer vuelven a comenzar, espero que no hayas perdido esa velocidad rasante. Dije entre risas mientras comenzaba a cepillarle. El relinchaba en modo de protesta por mi acusación respecto a su velocidad, puesto que era un caballo realmente rápido, el mejor.
Decidí dejarlo comer tranquilo y fui hacia mi habitación exhausta, ni siquiera tenia fuerza para cambiarme de ropa, simplemente me tire en la cama como oso pardo y caí en un profundo sueño.
Cuando Vincent me hizo un gesto para seguirlo lo tome del brazo como de costumbre. -¿Sistema E.R, Davinna? mierda. Escuche cuidadosamente el principio de mi entrenamiento puesto que a partir de ahora todo lo que él diga seria la ley... me quede mirándolo con el ceño fruncido sin saber que responder hasta que reaccione. -Eeeeeh.... mañana, definitivamente mañana, sabes como llegar a casa así que... búscame. Podemos cabalgar a donde quieras con mi caballo Maximous. Sonreí al mencionarlo.
Pero en un abrir y cerrar de ojos Vincent estaba a gran distancia, pero logre escuchar que me llevaría a un viaje, mis ojos brillaron como el sol al oírlo. -¡Aventura! Pensé saltando como niña en mi lugar, para luego reaccionar de mi ridículo comportamiento y quedarme en mi lugar firme saludando a Vincent a lo lejos.
Gire a 180° sobre mi eje y comencé a silbar una melódica canción rumbo a casa con mucho entusiasmo. El día definitivamente me sonreía como siempre a pesar de todo, no podía ir mal. -Que sepa el mundo que en marcha estoy con mucho querer y vivir, con cielos azules andando voy a lugares que siempre soñaba con ir. Cuando llegué a casa fui a ver como estaba Maximous, en definitiva, hambriento como siempre y furioso por ello. -Ja... estas de morritos campeón? Le di una cantidad exagerada de avena como acostumbro y me apoye contra él mientras se alimentaba. -Las aventuras al parecer vuelven a comenzar, espero que no hayas perdido esa velocidad rasante. Dije entre risas mientras comenzaba a cepillarle. El relinchaba en modo de protesta por mi acusación respecto a su velocidad, puesto que era un caballo realmente rápido, el mejor.
Decidí dejarlo comer tranquilo y fui hacia mi habitación exhausta, ni siquiera tenia fuerza para cambiarme de ropa, simplemente me tire en la cama como oso pardo y caí en un profundo sueño.
Davinna Ravenwood
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