Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
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Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Las palabras de Alanna sobre la existencia de unas catacumbas, y que aquel edificio debería de conservar aún un acceso para llegar hasta ellas en los niveles inferiores, produjo en Níniel un doble efecto. El primero fue positivo, si las palabras de la guardia eran ciertas y las reformas en el edificio no habían afectado a los sótanos podrían salir de allí sin tener que salir una plaza abierta y repleta de enemigos que no se alegrarían mucho de verlas. El segundo efecto sin embargo fue negativo pues, aunque los elfos no construían catacumbas, pues los muertos entre los suyos eran devueltos a la tierra, conocía el significado del término y había oído hablar de aquella "ciudad bajo la ciudad", por supuesto en ninguna de las menciones de dicho lugar se decía nada bueno. Delincuentes, maleantes, asuntos turbios...Y eso sin mencionar el propósito con el que fueron construidas en su momento...Amontonar montones de cadáveres humanos en roca en vez de en la tierra. Para un elfo, y para una sacerdotisa más, aquello era poco menos que un despropósito y un insulto, un castigo para los difuntos según sus creencias. No era de extrañar que dichos enterramientos fuesen el punto de inicio de muchas historias sobre fantasmas y cosas peores, si no dejaban a los difuntos reunirse con la madre de todo y continuar con el ciclo vital.
-He leído sobre ese sitio y solo con que la mitad de las cosas que se dicen sean ciertas quizá estemos saltando de la olla para caer en las brasas. Pero confió en tí, si dices que es nuestra salida es que lo es.-
Dama Jessica sin duda también preferiría un camino mas glamuroso pero en aquellos momentos aceptaría cualquier plan que las otras dos pudieran pensar, no estaba en condiciones de preocuparse por un poco de mugre y unos cuerpos momificados con todo lo que estaba pasando.
-Lo que sea para salir de esta pesadilla, démonos prisa antes de que vengan mas de esos hombres-
Sin embargo el grupo de jóvenes no podía avanzar tan rápido como les hubiese gustado, un par de enmascarados estaban en mitad del camino que debían tomar y de nuevo Alanna debía ocuparse de ellos antes las escasas o nulas habilidades de lucha de sus compañeras. Les pidió que esperasen y eso hicieron pues no querían ser un estorbo.
Níniel aprovechó aquellos instantes para tratar de animar a la noble y alejarla del miedo, y mentiría si dijera que a ella no le venía bien también auto convencerse de que todo iba a salir bien.
-Conoce el camino, estaremos a salvo enseguida y cuando la guardia sepa lo que está pasando se ocupará de estos maleantes. Seguro que vuestro padre se ocupará personalmente de que reciban severo castigo por sus actos. ¿Cómo se atreven a estropearnos la velada?- La humana no pudo evitar que una leve sonrisa apareciera en sus labios ante aquellas palabras y asintió.
-Si, recibirán su merecido-
Poco después podían continuar su camino ya sin obstáculos. Níniel intercambió de nuevo una mirada con Alanna para mostrarle su apoyó por las acciones a las que se veía obligada pero sin querer volver a repetir en voz alta que era algo necesario.
Acabaron delante de una puerta que por su aspecto no era utilizada a menudo y desde luego no por la gente que aquella noche había acudido a los palcos a disfrutar de una obra de teatro rodeados de lujos. Cuando Alanna comenzó a abrir la puerta esta emitió un molesto chirrido de protesta y Níniel se temió que alguien hubiese podido oírlo auqnue la verdad es que el sonido no fue tan fuerte como había parecido por la tensión de la situación.
Pasaron dentro y al cerrar la puerta quedaron totalmente a oscuras y en un lugar por el que no era fácil moverse. A pesar de que la elfa trababa de ser cuidadosa y se movía despacio, palpando el aire por si a su alrededor había un obstáculo que no veía, estuvo a punto en una ocasión de golpearse contra algo que tras tocarlo con las manos parecía una especie de mesita de madera.
-¿Qué buscamos?- Preguntó en susurros, pues por lo que se oía, alguien, seguramente Alanna, estaba tratando de encontrar algo. Níniel podía iluminar el lugar con su magia, incluso al imponer las manos la luz que emanaba de las mismas serviría para al menos ver lo que las rodeaba. -Puedo iluminar un poco el...- Un ruido metálico impidió que continuara la frase, luego silencio, y luego el ruido de algo que caía contra el suelo. Sin decir nada más Níniel iluminó el lugar con su magia y para su sorpresa pudo ver que allí solo estaban ella, Jessica y una trampilla de metal abierta en una esquina del suelo. La voz de Alanna llegó desde allí abajo y se acercaron a ver.
-Podías haber avisado de que ibas a hacer eso...Está bien, Jessica primero. ¿Preparada?-
La noble fue la primera en sentarse al borde y una vez en esa posición saltar hacia abajo. La altura no era la gran cosa por lo que no habría muchos problemas. Cuando fue su turno, la elfa colocó un trozo de tela doblado en el lugar donde encajaría la trampilla cuando se cerrara, dejó de iluminar, entrecerró la trampilla y saltó hacia abajo dejando que esta terminara de cerrarse sola. La tela amortiguó el sonido que de lo contrario quizá hubiese alertado a alguien por el golpe.
Era una suerte que allí abajo hubiera algo mas de luz, porque lo cierto es que si tuviera que mantener una luz constantemente durante mucho tiempo acabaría agotándose.
El lugar, a pesar de estar en penumbra, no era tan horripilante como la peliblanca había podido creer. Estaban en un túnel de piedra en penumbra bastante alto y ancho, de tres metros por tres, y aunque el olor no era nada agradable, al menos en aquel lugar no había rastro de cuerpos en descomposición aunque tampoco es que estuvieran solas allí abajo.
Cuando una rata del tamaño del brazo de la elfa pasó correteando cerca de ellas como si tal cosa, Dama Jessica pegó un bote que hubiese resultado hasta cómico si no fuera por que fue acompañado de un grito.
-!Una rata!-
Níniel tapó su boca rápidamente para que no dijera nada más y aguardó en silencio mientras mantenía la mano en la boca de la noble, concentrándose en escuchar si había algún tipo de respuesta a aquel grito.
En un primer momento solo el silencio llegó en respuesta pero entonces desde el final del tunel que tenían delante comenzó a verse el titilar de la luz de una antorcha que ganaba intensidad con el pasar de los segundos.
-Creo que nos han oido- Dijo la elfa susurrando y apartando la mano de la boca de la humana ya que ya no era necesario mantenérsela tapada, de hecho había dejado de ser necesario unos segundos antes.
Efectivamente, al poco no solo la luz de una antorcha era señal de que alguien se acercaba, comenzaron a oírse dos voces masculinas. Se acercaban.
-Te digo que he escuchado algo- Decía una voz
-Habrás escuchado una rata, aquí abajo hay algunas grandes como perros- Respondió una voz diferente.
-¿Cómo perros?. Maldita sea menudos bichos-
-Estamos en altaciudad, a los ricos les gustan las cosas grandes, Mansiones grandes, carruajes grandes, sombreros grandes, hasta las ratas aquí son enormes-
-Jaja, es una pena que el jefe no nos deje divertirnos con las nobles, les enseñaría otra cosa grande-
-He leído sobre ese sitio y solo con que la mitad de las cosas que se dicen sean ciertas quizá estemos saltando de la olla para caer en las brasas. Pero confió en tí, si dices que es nuestra salida es que lo es.-
Dama Jessica sin duda también preferiría un camino mas glamuroso pero en aquellos momentos aceptaría cualquier plan que las otras dos pudieran pensar, no estaba en condiciones de preocuparse por un poco de mugre y unos cuerpos momificados con todo lo que estaba pasando.
-Lo que sea para salir de esta pesadilla, démonos prisa antes de que vengan mas de esos hombres-
Sin embargo el grupo de jóvenes no podía avanzar tan rápido como les hubiese gustado, un par de enmascarados estaban en mitad del camino que debían tomar y de nuevo Alanna debía ocuparse de ellos antes las escasas o nulas habilidades de lucha de sus compañeras. Les pidió que esperasen y eso hicieron pues no querían ser un estorbo.
Níniel aprovechó aquellos instantes para tratar de animar a la noble y alejarla del miedo, y mentiría si dijera que a ella no le venía bien también auto convencerse de que todo iba a salir bien.
-Conoce el camino, estaremos a salvo enseguida y cuando la guardia sepa lo que está pasando se ocupará de estos maleantes. Seguro que vuestro padre se ocupará personalmente de que reciban severo castigo por sus actos. ¿Cómo se atreven a estropearnos la velada?- La humana no pudo evitar que una leve sonrisa apareciera en sus labios ante aquellas palabras y asintió.
-Si, recibirán su merecido-
Poco después podían continuar su camino ya sin obstáculos. Níniel intercambió de nuevo una mirada con Alanna para mostrarle su apoyó por las acciones a las que se veía obligada pero sin querer volver a repetir en voz alta que era algo necesario.
Acabaron delante de una puerta que por su aspecto no era utilizada a menudo y desde luego no por la gente que aquella noche había acudido a los palcos a disfrutar de una obra de teatro rodeados de lujos. Cuando Alanna comenzó a abrir la puerta esta emitió un molesto chirrido de protesta y Níniel se temió que alguien hubiese podido oírlo auqnue la verdad es que el sonido no fue tan fuerte como había parecido por la tensión de la situación.
Pasaron dentro y al cerrar la puerta quedaron totalmente a oscuras y en un lugar por el que no era fácil moverse. A pesar de que la elfa trababa de ser cuidadosa y se movía despacio, palpando el aire por si a su alrededor había un obstáculo que no veía, estuvo a punto en una ocasión de golpearse contra algo que tras tocarlo con las manos parecía una especie de mesita de madera.
-¿Qué buscamos?- Preguntó en susurros, pues por lo que se oía, alguien, seguramente Alanna, estaba tratando de encontrar algo. Níniel podía iluminar el lugar con su magia, incluso al imponer las manos la luz que emanaba de las mismas serviría para al menos ver lo que las rodeaba. -Puedo iluminar un poco el...- Un ruido metálico impidió que continuara la frase, luego silencio, y luego el ruido de algo que caía contra el suelo. Sin decir nada más Níniel iluminó el lugar con su magia y para su sorpresa pudo ver que allí solo estaban ella, Jessica y una trampilla de metal abierta en una esquina del suelo. La voz de Alanna llegó desde allí abajo y se acercaron a ver.
-Podías haber avisado de que ibas a hacer eso...Está bien, Jessica primero. ¿Preparada?-
La noble fue la primera en sentarse al borde y una vez en esa posición saltar hacia abajo. La altura no era la gran cosa por lo que no habría muchos problemas. Cuando fue su turno, la elfa colocó un trozo de tela doblado en el lugar donde encajaría la trampilla cuando se cerrara, dejó de iluminar, entrecerró la trampilla y saltó hacia abajo dejando que esta terminara de cerrarse sola. La tela amortiguó el sonido que de lo contrario quizá hubiese alertado a alguien por el golpe.
Era una suerte que allí abajo hubiera algo mas de luz, porque lo cierto es que si tuviera que mantener una luz constantemente durante mucho tiempo acabaría agotándose.
El lugar, a pesar de estar en penumbra, no era tan horripilante como la peliblanca había podido creer. Estaban en un túnel de piedra en penumbra bastante alto y ancho, de tres metros por tres, y aunque el olor no era nada agradable, al menos en aquel lugar no había rastro de cuerpos en descomposición aunque tampoco es que estuvieran solas allí abajo.
Cuando una rata del tamaño del brazo de la elfa pasó correteando cerca de ellas como si tal cosa, Dama Jessica pegó un bote que hubiese resultado hasta cómico si no fuera por que fue acompañado de un grito.
-!Una rata!-
Níniel tapó su boca rápidamente para que no dijera nada más y aguardó en silencio mientras mantenía la mano en la boca de la noble, concentrándose en escuchar si había algún tipo de respuesta a aquel grito.
En un primer momento solo el silencio llegó en respuesta pero entonces desde el final del tunel que tenían delante comenzó a verse el titilar de la luz de una antorcha que ganaba intensidad con el pasar de los segundos.
-Creo que nos han oido- Dijo la elfa susurrando y apartando la mano de la boca de la humana ya que ya no era necesario mantenérsela tapada, de hecho había dejado de ser necesario unos segundos antes.
Efectivamente, al poco no solo la luz de una antorcha era señal de que alguien se acercaba, comenzaron a oírse dos voces masculinas. Se acercaban.
-Te digo que he escuchado algo- Decía una voz
-Habrás escuchado una rata, aquí abajo hay algunas grandes como perros- Respondió una voz diferente.
-¿Cómo perros?. Maldita sea menudos bichos-
-Estamos en altaciudad, a los ricos les gustan las cosas grandes, Mansiones grandes, carruajes grandes, sombreros grandes, hasta las ratas aquí son enormes-
-Jaja, es una pena que el jefe no nos deje divertirnos con las nobles, les enseñaría otra cosa grande-
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Níniel Thenidiel
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
La primera en bajar fue la dama que parecía haber despertado un poco de su ensoñación y se mantenía mediantemente atenta. la siguiente fue Niniel, que inteligentemente, bloqueó el sonido del cierre con un trozo de tela. Definitivamente, no podía decir que no estuvieran sacando provecho del vestido roto.
Iba a empezar a andar cuando Jessica dió un salto y un grito al ver a una enorme rata pasar junto a ellas. El pulso de la gata se detuvo por un instante. Tenía ganas de ponerle una mordaza, si había alguien por allí habría descubierto su posición. Agradeció infinoitamente que la elfa le tapase la boca a la joven mientras intenraban escuchar si su posición había sido descubierta.
Al principio la nada de la noche les saludó dandoles calma, pero, segundos más tarde, la luz blanca de una antorcha apareció por el final del pasillo, seguida por unas voces de hombres que bromeaban socarronas. Oh, por dios, cuando acabaría todo eso. Empujó a las chicas para que se escondiesen y las silencio con un gesto en sus propios labios mientras ella se quedaba fuera, buscando algo con lo que poder terminar con ellos sin matarlos. Observando el suelo intento localizar algo que pudiera usar, tal vez si pudieradejarlos encerrados en una de las tumbas... pero no había nada. Vió las rejas de una de las tumbas y buscó con rapidez el mecanismo, no tardó en encontrarlo, pero estaba roto.
Cortó su vestido como había hecho antes Niniel y mientras andaba para engancharlo en los barrotes y mantenerlos en alto durante un ratito, localizó varios trastos que le podrían ser útiles. Dejando sus zapatos para no hacer ruido enganchó un trozo de tela y lo pasó por los barrotes de una de las tumbas mientras, escondiendose en otra, tomaba los objetos de metal y hacía una manivela improvisada anudando alli el trozo de vestido, sostuvo los barrotes en alto enrrollando la tela.
- Niniel, cuando les de una patada, sueltas la palanca.- susurró señalandole el mecanismo.
Los tipos se acercaron y la chica, arrancando una de las joyas que decoraban el vestido, la tiró dentro del hueco haciendo ruido y logrando que los hombre se asomaran a ver. La guardia salió y le empujo haciendolos entrar en el hueco.
Cuando eso se cerrase, continuarían avanzando.
off: habilidad en trampas y venenos, trampa montada para bajar los barrotes en el momento oportuno marcada en rojo.
Iba a empezar a andar cuando Jessica dió un salto y un grito al ver a una enorme rata pasar junto a ellas. El pulso de la gata se detuvo por un instante. Tenía ganas de ponerle una mordaza, si había alguien por allí habría descubierto su posición. Agradeció infinoitamente que la elfa le tapase la boca a la joven mientras intenraban escuchar si su posición había sido descubierta.
Al principio la nada de la noche les saludó dandoles calma, pero, segundos más tarde, la luz blanca de una antorcha apareció por el final del pasillo, seguida por unas voces de hombres que bromeaban socarronas. Oh, por dios, cuando acabaría todo eso. Empujó a las chicas para que se escondiesen y las silencio con un gesto en sus propios labios mientras ella se quedaba fuera, buscando algo con lo que poder terminar con ellos sin matarlos. Observando el suelo intento localizar algo que pudiera usar, tal vez si pudieradejarlos encerrados en una de las tumbas... pero no había nada. Vió las rejas de una de las tumbas y buscó con rapidez el mecanismo, no tardó en encontrarlo, pero estaba roto.
Cortó su vestido como había hecho antes Niniel y mientras andaba para engancharlo en los barrotes y mantenerlos en alto durante un ratito, localizó varios trastos que le podrían ser útiles. Dejando sus zapatos para no hacer ruido enganchó un trozo de tela y lo pasó por los barrotes de una de las tumbas mientras, escondiendose en otra, tomaba los objetos de metal y hacía una manivela improvisada anudando alli el trozo de vestido, sostuvo los barrotes en alto enrrollando la tela.
- Niniel, cuando les de una patada, sueltas la palanca.- susurró señalandole el mecanismo.
Los tipos se acercaron y la chica, arrancando una de las joyas que decoraban el vestido, la tiró dentro del hueco haciendo ruido y logrando que los hombre se asomaran a ver. La guardia salió y le empujo haciendolos entrar en el hueco.
Cuando eso se cerrase, continuarían avanzando.
off: habilidad en trampas y venenos, trampa montada para bajar los barrotes en el momento oportuno marcada en rojo.
Alanna Delteria
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Dado que volver arriba no era una opción, ya que no tenían escaleras, sus opciones se limitaban a tratar de esconderse o combatir contra ellos. Viendo luchar a Alanna la verdad es que parecía bastante probable que, si las voces que escuchaban provenían de dos hombres como parecía, pudiesen conseguir derrotarles, aunque las probabilidades de hacerlo sin que diesen la alarma y acabaran en un combate que no podían ganar eran mínimas por la disposición del túnel.
-Quizá si nos escondemos en estos...- Le costó decir lo siguiente porque la idea era ocultarse en unos espacios que fueron, eran o serían tumbas, espacios para los difuntos. -...Nichos, quizá pasen de largo sin vernos, o podríamos pillarles por sorpresa- Sugirió la elfa sin estar muy convencida de que salir de aquella fuese a resultar tan sencillo. Lo cierto es que difícilmente podrían esconderse lo suficientemente bien como para evitar ser encontradas por alguien con un poco de sesera y que estuviera por la labor.
Aquella idea pareció gustar a Alanna que sin mediar palabra las empujó hacia los nichos para que se escondieran, aunque ella misma no se escondió. Níniel acabó en un hueco pequeño y estrecho, con una capa de polvo y suciedad tan gruesa que casi ni sentía el frío tacto de la piedra en sus piernas desnudas. Jessica acabó en otro lugar igual justo en el nicho debajo del que servía de escondite a la peliblanca, si a la elfa estar allí no le gustaba un pelo, seguro que a la noble aún menos.
-Ponte lo mas pegada a la pared que puedas Jessica, así será mas difícil que nos vean- Susurro a traves de la balda de piedra que las separaba. Escucho el ruido de un cuerpo moviéndose por lo que supo que debía de estar haciéndola caso aunque no dijera nada. Al final, allí metida, no sabía el plan de Alanna, ¿Iban a esconderse o a atacar por sorpresa?. No lo supo hasta que, pasados unos instantes, la escuchó susurrar su nombre y se asomó desde su escondite.
Parecía haber preparado alguna clase de trampa y también que contaba con ella para activarla llegado el momento. La elfa miró con curiosidad lo que veía del invento para tratar de hacerse una idea de qué iba a pasar cuando le diera a la palanca y tras caer en la cuenta asintió con la cabeza antes de volver a esconderse.
Pasaron un par de minutos hasta que las voces que habían escuchado llegaron hasta su altura. Níniel contuvo la respiración y pudo oír como los pasos sonaban cada vez mas altos hasta casi poder asegurar que de alargar el brazo podría tocar a aquel par de hombres. Continuaban charlando animádamente sobre sus experiencias con el género contrario, con comentarios soeces incluidos, y miraban un poco por encima a su alrededor conforme avanzaban. Ambos llevaban aquellas máscaras, como los de arriba, dejando claro para quien los viera que trabajaban juntos.
-En Lunargenta hay un lugar por donde por unas pocas monedas las chicas hacen de todo, chicas jóvenes y guapas, creo que algunas son esclavas.-
-¿Esclavas?. ¿Cómo lo sabes?. No creo que puedas llegar a un sitio así y preguntar eso como si tal cosa.-
-Pues claro que no, cuando voy quiero divertirme no acabar con un cuchillo en el cuello...Pero se intuye, pocas monedas por chicas tan serviciales, ya me entiendes.-
-Si...Bueno ¿Ves? Aquí no hay nada, volvamos, los demás ya deben de estar acabando el trabajo-
Aquel par se giró para volver sobre sus pasos y al hacerlo, casi como una broma del destino, uno de ellos vio por casualidad parte del largo vestido azul del vestido de Jessica en el nicho. La noble ni se habría dado cuenta de que su larga falda no había quedado bien puesta al esconderse. El hombre, extrañado, se retiró un instante la máscara para ver bien y acercarse para comprobar qué era aquella fina tela azul que tan fuera de lugar parecía allí abajo, cuando un ruido sonó detrás de ellos y acaparó la atención de ambos, que, se giraron de nuevo y avanzaron para ver que había sido lo que lo había producido, olvidándose por el momento de la tela azul.
-Eso no ha sido ninguna rata-
-Vamos-
-Quizá si nos escondemos en estos...- Le costó decir lo siguiente porque la idea era ocultarse en unos espacios que fueron, eran o serían tumbas, espacios para los difuntos. -...Nichos, quizá pasen de largo sin vernos, o podríamos pillarles por sorpresa- Sugirió la elfa sin estar muy convencida de que salir de aquella fuese a resultar tan sencillo. Lo cierto es que difícilmente podrían esconderse lo suficientemente bien como para evitar ser encontradas por alguien con un poco de sesera y que estuviera por la labor.
Aquella idea pareció gustar a Alanna que sin mediar palabra las empujó hacia los nichos para que se escondieran, aunque ella misma no se escondió. Níniel acabó en un hueco pequeño y estrecho, con una capa de polvo y suciedad tan gruesa que casi ni sentía el frío tacto de la piedra en sus piernas desnudas. Jessica acabó en otro lugar igual justo en el nicho debajo del que servía de escondite a la peliblanca, si a la elfa estar allí no le gustaba un pelo, seguro que a la noble aún menos.
-Ponte lo mas pegada a la pared que puedas Jessica, así será mas difícil que nos vean- Susurro a traves de la balda de piedra que las separaba. Escucho el ruido de un cuerpo moviéndose por lo que supo que debía de estar haciéndola caso aunque no dijera nada. Al final, allí metida, no sabía el plan de Alanna, ¿Iban a esconderse o a atacar por sorpresa?. No lo supo hasta que, pasados unos instantes, la escuchó susurrar su nombre y se asomó desde su escondite.
Parecía haber preparado alguna clase de trampa y también que contaba con ella para activarla llegado el momento. La elfa miró con curiosidad lo que veía del invento para tratar de hacerse una idea de qué iba a pasar cuando le diera a la palanca y tras caer en la cuenta asintió con la cabeza antes de volver a esconderse.
Pasaron un par de minutos hasta que las voces que habían escuchado llegaron hasta su altura. Níniel contuvo la respiración y pudo oír como los pasos sonaban cada vez mas altos hasta casi poder asegurar que de alargar el brazo podría tocar a aquel par de hombres. Continuaban charlando animádamente sobre sus experiencias con el género contrario, con comentarios soeces incluidos, y miraban un poco por encima a su alrededor conforme avanzaban. Ambos llevaban aquellas máscaras, como los de arriba, dejando claro para quien los viera que trabajaban juntos.
-En Lunargenta hay un lugar por donde por unas pocas monedas las chicas hacen de todo, chicas jóvenes y guapas, creo que algunas son esclavas.-
-¿Esclavas?. ¿Cómo lo sabes?. No creo que puedas llegar a un sitio así y preguntar eso como si tal cosa.-
-Pues claro que no, cuando voy quiero divertirme no acabar con un cuchillo en el cuello...Pero se intuye, pocas monedas por chicas tan serviciales, ya me entiendes.-
-Si...Bueno ¿Ves? Aquí no hay nada, volvamos, los demás ya deben de estar acabando el trabajo-
Aquel par se giró para volver sobre sus pasos y al hacerlo, casi como una broma del destino, uno de ellos vio por casualidad parte del largo vestido azul del vestido de Jessica en el nicho. La noble ni se habría dado cuenta de que su larga falda no había quedado bien puesta al esconderse. El hombre, extrañado, se retiró un instante la máscara para ver bien y acercarse para comprobar qué era aquella fina tela azul que tan fuera de lugar parecía allí abajo, cuando un ruido sonó detrás de ellos y acaparó la atención de ambos, que, se giraron de nuevo y avanzaron para ver que había sido lo que lo había producido, olvidándose por el momento de la tela azul.
-Eso no ha sido ninguna rata-
-Vamos-
Níniel Thenidiel
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Vieron su vestido, el vestido de Dama Jessica, afortunadamente, el sonido del brillante que tiró Alanna los distrajo, atrayendolos hacia la trampa.
Por el amor de... cómo de inutil podía llegar a serse, la chica solo tenía que esconderse, solo esconderse y mantenerse callada, es que acaso no sabía hacer ni eso. Alanna se sentía estresada, salir de allí sola habría sido lo más sencillo del mundo, solo habría necesitado salir al tejado y, volver a casa con total calma, otra cosa sería sacar de allí a Niniel, que no saía luchar, pero era una persona que se esforzaba, lo intentaba y tenía una enorme sabiduría e inteligencia, pero esa chica, esa chica era un autentico dolor de cabeza.
En cuanto los tipos se hubieron acercado al sonido del nichosobre el que estaba la tela y se asomaron dentro Alanna corrió hasta ellos y les empujó dentro a la llamada, suave para que no la escuchasen, de "Niniel" Segundos después estaban encerrados. Encerrados pero no desarmados. uno de ellos, girandose y alargandose cuan largo era para sacar el brazo, sostuvo una daga y le hizo un corte a Alanna en la pierna. La chica, sintiendo el pinchazo dio una patada al brazo del tipo y se apartó, dolorida, mirando mal a los tipos. Al final nunca podía acabar sana y salva, siempre que iba con alguien terminaba herida.
Apoyandose en la pared sintio que la herida le escocía, ¿Cómo podía ser? las heridas no quemaban así porque si. Ella lo sabía bien, se había herido muchas veces. Apretando los dientes, contuvo un quejido y se revisó la pierna. No parecía nada profundo, acabaría cerrandose sola sin demasiada complicación. Sonrió para que no se preocupasen y les aseguró que no le sucedía nada.
Los encarcelados, de momento, se mantenían en un medio silencio, riendose de la joven y su herida, parecían muy tranquilos y eso no pudo molestar más a la guardia que, muy despacio, tomó la daga que había quitado al hombre y la miró bien. Un olor le llego a la nariz desde esta, y no era solo el aroma oxidado de la sangre, era algo más. Tal vez no era nada importante. Alzó la vista hacia las carcajadas de los hombres y apuntó con la daga que tenía en la mano para, tras pauntar, lanzarla a traves de los barrotes atravesando el espacio entre los dos tipos, logrando que se clavase en la pared cerca, muy cerca de la cara de uno de ellos.
- Ahora pongo yo las normas, ¿entendido?- Preguntó acercandose un poco a la celda mientras los dos cerdos la miraban sorprendidos y con ojos de odio, que poco le importaban a la chica- guardareis silencio o morireis, contestareis todas nuestras preguntas o morireis, no intentareis atacarnos o morireis y cuando nos larguemos mantendreis que nos habeis visto en secreto o morireis, porque yo misma me encargaré de perseguiros hasta el mismisimo infierno si es necesario, puedo ser muy buena o muy mala, no habeis empezado con buen pie, así que a ver si podeis hacerme cambiar de opinión.- Dijo la chica en un susurro amenazador mirando con dureza, tras lo de la daga esperaba que sus amenazas surtieran efecto.
Alanna empezaba a sentirse nerviosa, nunca había sido lo suyo amenazar, ni tampoco los interrogatorios, le resultaba demasiado dificil ir de dura y de mala sabiendo que dificilmente cumpliría sus amenazas, si no hacía las cosas en el momento,no las haría, porque demasiados pensamientos le asaltarían la mente.
- No me importa lo que tengais planeado, pero decidme ipso facto cómo habis entrado y por donde vais a salir y, si me mentís, ¿adivinais que os pasará?- preguntó amenazante mientras tomaba una antorcha de las que se les habían caido al suelo a los hombres y dejaba que la llama iluminase su rostro y una de sus dagas, en su mano- ese tiro ha sido solo de advertencia, no me hagais ser más certera.- sonrió con malicia la joven viendo el miedo en la cara de los tipos, ya estaba.
Por el amor de... cómo de inutil podía llegar a serse, la chica solo tenía que esconderse, solo esconderse y mantenerse callada, es que acaso no sabía hacer ni eso. Alanna se sentía estresada, salir de allí sola habría sido lo más sencillo del mundo, solo habría necesitado salir al tejado y, volver a casa con total calma, otra cosa sería sacar de allí a Niniel, que no saía luchar, pero era una persona que se esforzaba, lo intentaba y tenía una enorme sabiduría e inteligencia, pero esa chica, esa chica era un autentico dolor de cabeza.
En cuanto los tipos se hubieron acercado al sonido del nichosobre el que estaba la tela y se asomaron dentro Alanna corrió hasta ellos y les empujó dentro a la llamada, suave para que no la escuchasen, de "Niniel" Segundos después estaban encerrados. Encerrados pero no desarmados. uno de ellos, girandose y alargandose cuan largo era para sacar el brazo, sostuvo una daga y le hizo un corte a Alanna en la pierna. La chica, sintiendo el pinchazo dio una patada al brazo del tipo y se apartó, dolorida, mirando mal a los tipos. Al final nunca podía acabar sana y salva, siempre que iba con alguien terminaba herida.
Apoyandose en la pared sintio que la herida le escocía, ¿Cómo podía ser? las heridas no quemaban así porque si. Ella lo sabía bien, se había herido muchas veces. Apretando los dientes, contuvo un quejido y se revisó la pierna. No parecía nada profundo, acabaría cerrandose sola sin demasiada complicación. Sonrió para que no se preocupasen y les aseguró que no le sucedía nada.
Los encarcelados, de momento, se mantenían en un medio silencio, riendose de la joven y su herida, parecían muy tranquilos y eso no pudo molestar más a la guardia que, muy despacio, tomó la daga que había quitado al hombre y la miró bien. Un olor le llego a la nariz desde esta, y no era solo el aroma oxidado de la sangre, era algo más. Tal vez no era nada importante. Alzó la vista hacia las carcajadas de los hombres y apuntó con la daga que tenía en la mano para, tras pauntar, lanzarla a traves de los barrotes atravesando el espacio entre los dos tipos, logrando que se clavase en la pared cerca, muy cerca de la cara de uno de ellos.
- Ahora pongo yo las normas, ¿entendido?- Preguntó acercandose un poco a la celda mientras los dos cerdos la miraban sorprendidos y con ojos de odio, que poco le importaban a la chica- guardareis silencio o morireis, contestareis todas nuestras preguntas o morireis, no intentareis atacarnos o morireis y cuando nos larguemos mantendreis que nos habeis visto en secreto o morireis, porque yo misma me encargaré de perseguiros hasta el mismisimo infierno si es necesario, puedo ser muy buena o muy mala, no habeis empezado con buen pie, así que a ver si podeis hacerme cambiar de opinión.- Dijo la chica en un susurro amenazador mirando con dureza, tras lo de la daga esperaba que sus amenazas surtieran efecto.
Alanna empezaba a sentirse nerviosa, nunca había sido lo suyo amenazar, ni tampoco los interrogatorios, le resultaba demasiado dificil ir de dura y de mala sabiendo que dificilmente cumpliría sus amenazas, si no hacía las cosas en el momento,no las haría, porque demasiados pensamientos le asaltarían la mente.
- No me importa lo que tengais planeado, pero decidme ipso facto cómo habis entrado y por donde vais a salir y, si me mentís, ¿adivinais que os pasará?- preguntó amenazante mientras tomaba una antorcha de las que se les habían caido al suelo a los hombres y dejaba que la llama iluminase su rostro y una de sus dagas, en su mano- ese tiro ha sido solo de advertencia, no me hagais ser más certera.- sonrió con malicia la joven viendo el miedo en la cara de los tipos, ya estaba.
Alanna Delteria
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Cuando recibió la señal, Níniel salió de su escondite y activo el mecanismo que Alanna le había indicando antes, consiguiendo un resultado tan positivo como satisfactorio. Las rejas cayeron rápidas y pesadas y ambos enmascarados, aunque uno de ellos llevaba la máscara en la mano y no en la cara, estaban atrapados y ya nada podían hacer contra ellas salvo gritar pidiendo ayuda. No obstante, antes de que Alanna pudiera retroceder y alejarse de los barrotes, uno de ellos se las apañó para hacerle un pequeño corte en la pierna a la altura del muslo, perdiendo la daga en el proceso por la rápida respuesta de La Gata.
La peliblanca se acercó a la humana con la intención de comprobar aquella herida pero la joven la detuvo quitándole importancia al corte por lo que Níniel se detuvo y centró su atención en aquel par que acababan de hacer prisioneros y que parecía que pensaban que aquellas captoras no merecían ser tomadas en cuenta ya que en sus rostros no se dibujó preocupación ni miedo. incluso se reían llenando de preocupación a la elfa por su buen humor ¿De qué se reían?. Jessica, ya fuera también de su escondite, no se atrevía a acercarse tanto como sus dos damas de compañía y se mantenía unos pasos por detrás de ellas, guardando silencio aunque con el miedo pintado en el rostro. Cada risotada de los prisioneros parecía dañar un poco más la ya poca determinación de la joven, Níniel miró a Alanna y está comprendió su expresión, había que hacerse con el control de la situación inmediatamente, no solo por los ruidos, también por la chica noble.
-Vamos, sacadnos de aquí y nos divertiremos juntos un rato...Luego podréis marcharos, para mi la elfa y para mi amigo la del vestido azul que tanto miedo nos tiene. Seguro que nunca la han...-
Una daga voló peligrosamente cerca de ambos sujetos a través de los barrotes y fue a clavarse en la pared consiguiendo que se hiciera un silencio sepulcral. Parecía que Alanna acababa de conseguir toda la atención de aquel par y que ya no consideraban que su situación fuera tan buena. Escucharon en silencio aunque de manera rencorosa las palabras de la joven y cuando acabaron se miraron entre ellos, aquello delataba la inseguridad que sentían en esos momentos. Incluso la peliblanca, aunque se mantuvo al lado de Alanna y trató de mantener un rostro serio e impasible para no mostrar debilidad y reforzar la posición de su amiga, estaba impactada por la dureza de aquellas palabras. Definitivamente no era la clase de mujer a la que habías que enfadar.
-Solo somos unos mandados preciosa. Ellos dicen: Vigilad bajo la plaza, nosotros vigilamos. Ellos dicen: No tocaréis a ninguna mujer salvo para obtener sus joyas...Pues obedecemos, y a cambio nos dan unas pocas monedas...Claro que con vosotras...Me la jugaría.-
Su compañero asintió con la cabeza a cada una de las palabras, incluso a las últimas, y miró a Níniel como si no fuera mas que un trozo de carne lo cual le dio escalofríos, pero mantuvo la compostura y le amenazó con la daga de forma creible. No podían saber si a ella se le daba mejor o peor que a Alanna lanzando, así que quizás aumentara así el temor que sentían los hombres.
-No sabemos todo el plan, pero escapar, lo harán por aquí abajo, por eso vigilamos este nido de ratas-
De nuevo mas asentimientos del otro.
-Somos muchos, no podréis escapar. Pero quizá podamos ayudaros a cambio de...-
Níniel tuvo una idea ante aquellas palabras y se puso un dedo en los labios para pedirle al hombre que se callara de una forma muy femenina.
-Ayudarnos, suena bien- Hizo una pausa que no hizo si no acrecentar la atención con la que los dos hombres la miraban. -Pero no podemos llevaros a los dos, sería peligroso para nosotras...Pero uno de vosotros si podría...Acompañarnos.-
Aquellas palabras con su siempre tono melodioso casi hacían parecer que la elfa estaba dispuesta a todo por conseguir salir de allí, incluso a aceptar sus soeces ofrecimientos, pero nada estaba mas lejos de la verdad, ni en un millón de años dejaría que alguien así la tocara, antes la muerte. -Uno nos ayudara...Y el otro morirá aquí y ahora...Decididlo, ya- Dijo, y levantó la daga imitando la posición de lanzamiento de Alanna.
Tras un instante de duda y tras mirarse el uno al otro ambos comenzaron a pelear entre ellos sin ningún tipo de contención. la elfa recogió del suelo la segunda antorcha y solo unos segundos después ya tenían un vencedor y un vencido inconsciente en el suelo tras haber sido golpeado varias veces en la cara. El vencedor se acercó de nuevo a los barrotes y miraba a la elfa satisfecho de si mismo a pesar de tener un ojo hinchado y un labio partido como precio por su victoria. Níniel se acercó a él sonriente y entonces, de manera inesperada le golpeó en la cabeza con la antorcha dejándolo también en el suelo sin sentido.
-Humanos...- Se limito a comentar para sus compañeras, que fácil había resultado engañar al par de tontos. Ya no iban a sacarles mas información y no podían ni aceptar la ayuda de ninguno de ellos, ni dejarlos allí solos, así que aquella solución era la mejor, tampoco tenían por qué matarlos, la justicia se ocuparía de ellos.
-Busquemos el camino a la calle y avisemos a la guardia antes de que se despierten, ¿Conoces el camino Alanna?. No me gustaría perderme aquí abajo en un momento así-
La peliblanca se acercó a la humana con la intención de comprobar aquella herida pero la joven la detuvo quitándole importancia al corte por lo que Níniel se detuvo y centró su atención en aquel par que acababan de hacer prisioneros y que parecía que pensaban que aquellas captoras no merecían ser tomadas en cuenta ya que en sus rostros no se dibujó preocupación ni miedo. incluso se reían llenando de preocupación a la elfa por su buen humor ¿De qué se reían?. Jessica, ya fuera también de su escondite, no se atrevía a acercarse tanto como sus dos damas de compañía y se mantenía unos pasos por detrás de ellas, guardando silencio aunque con el miedo pintado en el rostro. Cada risotada de los prisioneros parecía dañar un poco más la ya poca determinación de la joven, Níniel miró a Alanna y está comprendió su expresión, había que hacerse con el control de la situación inmediatamente, no solo por los ruidos, también por la chica noble.
-Vamos, sacadnos de aquí y nos divertiremos juntos un rato...Luego podréis marcharos, para mi la elfa y para mi amigo la del vestido azul que tanto miedo nos tiene. Seguro que nunca la han...-
Una daga voló peligrosamente cerca de ambos sujetos a través de los barrotes y fue a clavarse en la pared consiguiendo que se hiciera un silencio sepulcral. Parecía que Alanna acababa de conseguir toda la atención de aquel par y que ya no consideraban que su situación fuera tan buena. Escucharon en silencio aunque de manera rencorosa las palabras de la joven y cuando acabaron se miraron entre ellos, aquello delataba la inseguridad que sentían en esos momentos. Incluso la peliblanca, aunque se mantuvo al lado de Alanna y trató de mantener un rostro serio e impasible para no mostrar debilidad y reforzar la posición de su amiga, estaba impactada por la dureza de aquellas palabras. Definitivamente no era la clase de mujer a la que habías que enfadar.
-Solo somos unos mandados preciosa. Ellos dicen: Vigilad bajo la plaza, nosotros vigilamos. Ellos dicen: No tocaréis a ninguna mujer salvo para obtener sus joyas...Pues obedecemos, y a cambio nos dan unas pocas monedas...Claro que con vosotras...Me la jugaría.-
Su compañero asintió con la cabeza a cada una de las palabras, incluso a las últimas, y miró a Níniel como si no fuera mas que un trozo de carne lo cual le dio escalofríos, pero mantuvo la compostura y le amenazó con la daga de forma creible. No podían saber si a ella se le daba mejor o peor que a Alanna lanzando, así que quizás aumentara así el temor que sentían los hombres.
-No sabemos todo el plan, pero escapar, lo harán por aquí abajo, por eso vigilamos este nido de ratas-
De nuevo mas asentimientos del otro.
-Somos muchos, no podréis escapar. Pero quizá podamos ayudaros a cambio de...-
Níniel tuvo una idea ante aquellas palabras y se puso un dedo en los labios para pedirle al hombre que se callara de una forma muy femenina.
-Ayudarnos, suena bien- Hizo una pausa que no hizo si no acrecentar la atención con la que los dos hombres la miraban. -Pero no podemos llevaros a los dos, sería peligroso para nosotras...Pero uno de vosotros si podría...Acompañarnos.-
Aquellas palabras con su siempre tono melodioso casi hacían parecer que la elfa estaba dispuesta a todo por conseguir salir de allí, incluso a aceptar sus soeces ofrecimientos, pero nada estaba mas lejos de la verdad, ni en un millón de años dejaría que alguien así la tocara, antes la muerte. -Uno nos ayudara...Y el otro morirá aquí y ahora...Decididlo, ya- Dijo, y levantó la daga imitando la posición de lanzamiento de Alanna.
Tras un instante de duda y tras mirarse el uno al otro ambos comenzaron a pelear entre ellos sin ningún tipo de contención. la elfa recogió del suelo la segunda antorcha y solo unos segundos después ya tenían un vencedor y un vencido inconsciente en el suelo tras haber sido golpeado varias veces en la cara. El vencedor se acercó de nuevo a los barrotes y miraba a la elfa satisfecho de si mismo a pesar de tener un ojo hinchado y un labio partido como precio por su victoria. Níniel se acercó a él sonriente y entonces, de manera inesperada le golpeó en la cabeza con la antorcha dejándolo también en el suelo sin sentido.
-Humanos...- Se limito a comentar para sus compañeras, que fácil había resultado engañar al par de tontos. Ya no iban a sacarles mas información y no podían ni aceptar la ayuda de ninguno de ellos, ni dejarlos allí solos, así que aquella solución era la mejor, tampoco tenían por qué matarlos, la justicia se ocuparía de ellos.
-Busquemos el camino a la calle y avisemos a la guardia antes de que se despierten, ¿Conoces el camino Alanna?. No me gustaría perderme aquí abajo en un momento así-
Níniel Thenidiel
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Los encarcelados respondieron de forma pacifica a la pregunta de la joven de vestido azul roto, con insunuaciones hacia Niniel y Dama Jessica. El hielo en los ojos de Alanna se profundizó logrando acallar las voces, iba a sacar su propia daga para arrearles con la empuñadura cuando Niniel habló.
¿Llevarnos a unos? ¿Qué pretendía?, ¿se había vuelto loca? ¿Tal vez quería que las ayudaran y luego que Alanna se encargara de detenerlo? No era mala idea pero... No se fiaba, la recompensa suele funcionar, pero si la elfa debía mantener esa pose de provocación durante todo el camino... Seria complicado. Cuando la elfa terminó sus palabras los hombres se liaron a puñetazos haciendo que una Alanna, sorprendida, retrocediera aguantando una risa. A ese paso quedarían los dos desmayados, "oh, es eso" entendió Alanna, dejando la situación en manos de la joven de piel de porcelana. Se cruzó de brazos con una sonrisa y observó como actuaba su amiga, porque, al fin y al cabo, eso era en lo que había acabado convirtiendose la mujer para ella, una amiga, alguien en quien poder confiar en misiones difiiles y que de forma inteligente salía de las situaciones más complicadas.
Cuando se hubo decidido el ganador, el hombre, con un ojo amoratado y el labio partido, miró esperanzado a la elfa, que, sin mediar palabra, le arreó con una de las antorchas caidas en la cabeza. La Gata se tapó la boca con una mano, soltando un bufido para retener una carcajada mientras la elfa murmuraba "humanos", sin duda era de armas tomar.
Finalmente era el momento de salir, y, si no se equivocaba, la salida no estaba muy lejana. Comenzó a correr sin mediar palabra, indicandoles que la siguieran con un mero gesto de la mano. No recordaba donde estaba la salida exactamente, pero sbaia que había visto los planos de algunos pasajes de las catacumbas sobre la mesa de despacho del capitán y, si no recordaba mal, fuer de la plaza, cerca de la casa de la joven Jessica, había una salida.
Mientras corría, la pierna le dió un pinchazo, justo en la azona del muslo, donde le habían hecho el corte y se mordió el labio evitando un gemido. ¿Qué era eso? SIguió avanzando, ignorando el dolor, que, despacio, comenzaba a extenderse. Giraron dos esquinas, dirigiendose primero a la izquierda y luego a la derecha, debían haber cogido una ruta de escape diferente a la que tenían planeada los asaltantes, no se encontraron a nadie por el camino. Y, finalmente, tras volver a la izquierda, a la derecha, y a la izquierda una vez más, localizaron la salida.
Respirando con dificultad alzó la vista para ver la tapa gracias a la luz de la antorcha, ya estaban fuera. La joven se enconrtaba más cansada de lo que debería, había corrido mucho, y gastado energías contra los enemigos, pero no debaría estar tan cansada. Sacudiendo la cabeza dió un salto para bajar la escalera, que estaba eganchada arriba, y marcando silencio poniendo un dedo en sus labios, subió abriendo la tapa muy poco, no había nadie, volvió abajar para dejar que ellas fuerna las primeras en subir a lugar seguro.
- Adelante, está despejado, yo espero a que esteis arriba para asegurarme de que no nos siguen.- Sonrió dando paso primero a Niniel, y luego a la Miss, por si a caso, se fiaba más de que la elfa fuera la primera en salir, la joven casadera podría volver a meterlas en un lío.
¿Llevarnos a unos? ¿Qué pretendía?, ¿se había vuelto loca? ¿Tal vez quería que las ayudaran y luego que Alanna se encargara de detenerlo? No era mala idea pero... No se fiaba, la recompensa suele funcionar, pero si la elfa debía mantener esa pose de provocación durante todo el camino... Seria complicado. Cuando la elfa terminó sus palabras los hombres se liaron a puñetazos haciendo que una Alanna, sorprendida, retrocediera aguantando una risa. A ese paso quedarían los dos desmayados, "oh, es eso" entendió Alanna, dejando la situación en manos de la joven de piel de porcelana. Se cruzó de brazos con una sonrisa y observó como actuaba su amiga, porque, al fin y al cabo, eso era en lo que había acabado convirtiendose la mujer para ella, una amiga, alguien en quien poder confiar en misiones difiiles y que de forma inteligente salía de las situaciones más complicadas.
Cuando se hubo decidido el ganador, el hombre, con un ojo amoratado y el labio partido, miró esperanzado a la elfa, que, sin mediar palabra, le arreó con una de las antorchas caidas en la cabeza. La Gata se tapó la boca con una mano, soltando un bufido para retener una carcajada mientras la elfa murmuraba "humanos", sin duda era de armas tomar.
Finalmente era el momento de salir, y, si no se equivocaba, la salida no estaba muy lejana. Comenzó a correr sin mediar palabra, indicandoles que la siguieran con un mero gesto de la mano. No recordaba donde estaba la salida exactamente, pero sbaia que había visto los planos de algunos pasajes de las catacumbas sobre la mesa de despacho del capitán y, si no recordaba mal, fuer de la plaza, cerca de la casa de la joven Jessica, había una salida.
Mientras corría, la pierna le dió un pinchazo, justo en la azona del muslo, donde le habían hecho el corte y se mordió el labio evitando un gemido. ¿Qué era eso? SIguió avanzando, ignorando el dolor, que, despacio, comenzaba a extenderse. Giraron dos esquinas, dirigiendose primero a la izquierda y luego a la derecha, debían haber cogido una ruta de escape diferente a la que tenían planeada los asaltantes, no se encontraron a nadie por el camino. Y, finalmente, tras volver a la izquierda, a la derecha, y a la izquierda una vez más, localizaron la salida.
Respirando con dificultad alzó la vista para ver la tapa gracias a la luz de la antorcha, ya estaban fuera. La joven se enconrtaba más cansada de lo que debería, había corrido mucho, y gastado energías contra los enemigos, pero no debaría estar tan cansada. Sacudiendo la cabeza dió un salto para bajar la escalera, que estaba eganchada arriba, y marcando silencio poniendo un dedo en sus labios, subió abriendo la tapa muy poco, no había nadie, volvió abajar para dejar que ellas fuerna las primeras en subir a lugar seguro.
- Adelante, está despejado, yo espero a que esteis arriba para asegurarme de que no nos siguen.- Sonrió dando paso primero a Niniel, y luego a la Miss, por si a caso, se fiaba más de que la elfa fuera la primera en salir, la joven casadera podría volver a meterlas en un lío.
Alanna Delteria
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Níniel comenzó a seguir a la humana en su carrera y por un momento pensó sinceramente que había merecido la pena cortar la falda de su vestido, a pesar de la utilidad que le habían dado a la tela, pues podría seguir el ritmo de Alanna, que no era precisamente lenta. Pero enseguida quedó patente que ni ella ni La Gata podrían imponer un ritmo rápido ya que no podían dejar a Dama Jessica atrás. La joven noble no solo continuaba con su poco práctico vestido azul de una pieza, si no que además no parecía muy acostumbrada a correr. Tras un par de secciones de túneles a un ritmo inadmisible para la gravedad de la situación y tras verla resoplar por el esfuerzo, Niniel pidió que se detuvieran un momento. Volvió a sacar su daga, tendió su antorcha a la noble y rasgo las faldas de la dama hasta convertir su vestido en una versión del suyo propio en otro color. Así podría correr más rápido y se cansaría menos, también dejó la tela en uno de los túneles contrarios a la dirección que debían tomar, para que sirviera de falsa pista en el caso de que alguien las siguiera.
Jessica se puso roja como un tomate por el hecho de mostrar sus propias piernas hasta las rodillas, incluso allí abajo y ante otras mujeres, pero pareció entender que era necesario, además seguro que su padre le compraría diez vestidos más si se lo pedía. Ahora las tres iban a juego con los vestidos rasgados. Quién sabe, quizá era el comienzo de una nueva moda entre la clase alta de la ciudad.
A partir de ese momento pudieron ir al menos un poco más rápido.
Aquellos túneles parecían un laberinto diseñado para desorientar a los incautos y tras varios giros y nuevos tramos de pasillo que parecían idénticos al anterior a la luz de las antorchas, la elfa estaba segura que ya ni siquiera sabría volver por donde había venido. Esperaba que Alanna no tuviera esas dudas porque si no temía que se pasarían toda la noche dando vueltas hasta encontrar una salida...O que "otra salida" las encontrase a ellas.
Por suerte el sentido de la orientación y los conocimientos de Alanna sobre los subterraneos eran perfectos y acabaron por encontrar la que sería su salida. Se trataba de un tramo de túnel largo con unas escaleras que llevaban hasta una tapa metálica por la cual se colaba algo de luz de luna. ¿A donde saldrían? ¿Cuanto espacio habían recorrido por lo túneles?. Desde luego el túnel seguía, oscuro como boca de lobo, hacia otros inciertos destinos, quizá hasta algunas de las siniestras cosas que se mencionaban en las historias.
Tras la comprobación de Alanna, Níniel subió por las escaleras con la antorcha en la mano y asomó la cabeza para comprobar que todo seguía despejado. Aquel lugar le resultaba familiar pero lo cierto es que no era ninguna experta en arquitectura humana, quizá solo fuese parecido a otra zona que hubiese visto antes. Estaba en medio de una calle ancha y empedrada, lo cual sugería que no habían salido de la zona rica de la ciudad, también había antorchas a intervalos regulares pero no se veía ni un alma por la calle y todo estaba en total silencio.
La siguiente en subir fue Dama Jessica a la que Níniel ayudó a subir. En cuanto estuvo arriba la joven si que reconoció el lugar y en voz baja, pues parecía que esa lección ya la había aprendido, le comentó a la elfa que no estaban muy lejos de su casa y que deberían apresurarse e ir hasta allí.
Desde luego sería lo mas fácil pero también debían de apresurarse y avisar a la guardia, todavía podían detener a aquellos ladrones. Cuando Alanna llegó, al último tramo de escaleras la peliblanca le tendió la mano para ayudarla también a subir.
-Tenemos que llevar a Jessica a su casa pero necesitamos también avisar a los guardias. ¿Nos separamos?-
Esta vez fue la noble la que les dio la solución gracias a su conocimiento de la zona.
-No hace falta, la guardia suele patrullar por aquí, seguro que nos topamos con ellos de camino hasta mi casa, para eso les pagamos. Además mi padre tiene muchos guardias también, les darán su merecido a esos delincuentes. Vamos-
Parecía que verse tan cerca de su hogar, de estar a salvo le había dado nuevos ánimos y energías y la idea no sonaba nada mal.
El trío de jóvenes comenzó a moverse y efectivamente, cuando apenas habían andado cien pasos un par de guardias les dieron el alto.-Alto a la guardia de Lunargenta- Habían visto la luz de sus antorchas ya desde lejos y se habían acercado a investigar por lo tarde que era y porque la mayor parte de los vecinos de aquella zona estaban disfrutando de una obra de teatro en la plaza por lo que no debería de haber demasiado movimiento por la calle. Níniel dejó que Alanna se entendiera con ellos, sin duda estarían mas dispuestos a creer a una de las suyas, aún con aquellas pintas, que a una elfa con un aspecto no mucho mejor.
Los guardias las miraron de arriba abajo cuando estuvieron a su altura y las jóvenes no pasarían por alto que sus miradas se detenían allí donde los vestidos dejaban de cubrir sus pieles. Debía de gustarles lo que veían.
-Son horas intempestivas para caminar solas por la calle señoritas y su vestimenta no parece muy acordes con la fría brisa que sopla.-Parecía querer decir algo que a Níniel no le gustó un pelo con aquello por el tono con el que lo dijo.- ¿Puedo saber qué hacen?-
La peliblanca tuvo que detener a Dama Jessica y taparle de nuevo la boca para evitar que respondiera con altanería a aquella impertinencia.
Jessica se puso roja como un tomate por el hecho de mostrar sus propias piernas hasta las rodillas, incluso allí abajo y ante otras mujeres, pero pareció entender que era necesario, además seguro que su padre le compraría diez vestidos más si se lo pedía. Ahora las tres iban a juego con los vestidos rasgados. Quién sabe, quizá era el comienzo de una nueva moda entre la clase alta de la ciudad.
A partir de ese momento pudieron ir al menos un poco más rápido.
Aquellos túneles parecían un laberinto diseñado para desorientar a los incautos y tras varios giros y nuevos tramos de pasillo que parecían idénticos al anterior a la luz de las antorchas, la elfa estaba segura que ya ni siquiera sabría volver por donde había venido. Esperaba que Alanna no tuviera esas dudas porque si no temía que se pasarían toda la noche dando vueltas hasta encontrar una salida...O que "otra salida" las encontrase a ellas.
Por suerte el sentido de la orientación y los conocimientos de Alanna sobre los subterraneos eran perfectos y acabaron por encontrar la que sería su salida. Se trataba de un tramo de túnel largo con unas escaleras que llevaban hasta una tapa metálica por la cual se colaba algo de luz de luna. ¿A donde saldrían? ¿Cuanto espacio habían recorrido por lo túneles?. Desde luego el túnel seguía, oscuro como boca de lobo, hacia otros inciertos destinos, quizá hasta algunas de las siniestras cosas que se mencionaban en las historias.
Tras la comprobación de Alanna, Níniel subió por las escaleras con la antorcha en la mano y asomó la cabeza para comprobar que todo seguía despejado. Aquel lugar le resultaba familiar pero lo cierto es que no era ninguna experta en arquitectura humana, quizá solo fuese parecido a otra zona que hubiese visto antes. Estaba en medio de una calle ancha y empedrada, lo cual sugería que no habían salido de la zona rica de la ciudad, también había antorchas a intervalos regulares pero no se veía ni un alma por la calle y todo estaba en total silencio.
La siguiente en subir fue Dama Jessica a la que Níniel ayudó a subir. En cuanto estuvo arriba la joven si que reconoció el lugar y en voz baja, pues parecía que esa lección ya la había aprendido, le comentó a la elfa que no estaban muy lejos de su casa y que deberían apresurarse e ir hasta allí.
Desde luego sería lo mas fácil pero también debían de apresurarse y avisar a la guardia, todavía podían detener a aquellos ladrones. Cuando Alanna llegó, al último tramo de escaleras la peliblanca le tendió la mano para ayudarla también a subir.
-Tenemos que llevar a Jessica a su casa pero necesitamos también avisar a los guardias. ¿Nos separamos?-
Esta vez fue la noble la que les dio la solución gracias a su conocimiento de la zona.
-No hace falta, la guardia suele patrullar por aquí, seguro que nos topamos con ellos de camino hasta mi casa, para eso les pagamos. Además mi padre tiene muchos guardias también, les darán su merecido a esos delincuentes. Vamos-
Parecía que verse tan cerca de su hogar, de estar a salvo le había dado nuevos ánimos y energías y la idea no sonaba nada mal.
El trío de jóvenes comenzó a moverse y efectivamente, cuando apenas habían andado cien pasos un par de guardias les dieron el alto.-Alto a la guardia de Lunargenta- Habían visto la luz de sus antorchas ya desde lejos y se habían acercado a investigar por lo tarde que era y porque la mayor parte de los vecinos de aquella zona estaban disfrutando de una obra de teatro en la plaza por lo que no debería de haber demasiado movimiento por la calle. Níniel dejó que Alanna se entendiera con ellos, sin duda estarían mas dispuestos a creer a una de las suyas, aún con aquellas pintas, que a una elfa con un aspecto no mucho mejor.
Los guardias las miraron de arriba abajo cuando estuvieron a su altura y las jóvenes no pasarían por alto que sus miradas se detenían allí donde los vestidos dejaban de cubrir sus pieles. Debía de gustarles lo que veían.
-Son horas intempestivas para caminar solas por la calle señoritas y su vestimenta no parece muy acordes con la fría brisa que sopla.-Parecía querer decir algo que a Níniel no le gustó un pelo con aquello por el tono con el que lo dijo.- ¿Puedo saber qué hacen?-
La peliblanca tuvo que detener a Dama Jessica y taparle de nuevo la boca para evitar que respondiera con altanería a aquella impertinencia.
Níniel Thenidiel
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Estand arriba, se les planteaba un nuevo problema, que hacer, advertir a los guardias o dejar a la Dama en su casa, separarse no le parecía buena idea a la guardia, puesto que bien podría haber vigilantes por la zona. La chica pensaba que todos los guardias debían estar ya por el teatro, cuidando de los nobles y pensando en una manera segura de sacarlos de allí pero claro, las casas tamién eran importantes y, como Miss dijo, la guardia solía patrullar las calles, no solo esas, también las zonas más pobres de la ciudad, aunque ella no lo había hecho más que dos veces, pues su cometido en la guardia era, sobretodo, el de infiltración.
Dos guardias, advertidos por la luz de las antorchas, se acercaron a las jovenes preguntandose que pintaban en ese lugar tres jovenes, a esa hora intempestuosa y de esa guisa. Los vigilantes se quedaron mirando más tiempo del educado las piernas y los hombros de las jovenes para luego preguntarles algo de, sinceramente, muy mal gusto.
Alanna frunció el ceño molesta, arriesgaba su vida siempre que se acercaba a la maldita ciudad y dos guardias rasos ni siquiera la reconocían, ojala se pareciera más a la imagen que la gente tenía de "La Gata", porque lo que era a ella, nadie parecía reconocerla como tal. Dio un suspiro para tratar con ellos mientras la pierna volvía a darle un pequeño pinchazo y controlaba un pequeño mareo APartó parte de su mini falda rota por un lado y sacó de al lado de la funda para las dagas, que acababa de guardar, su insignia que la identificaba como guardia real, mostrandosela a los do hombres:
- Mi nombre es Alanna Delteria, miembro de la guardia del rey, hija adoptiva del teniente y mano derecha del capitán, más conocida como "La Gata".- Esto llamó la atención de los hombres que tras ver la placa y comprobar la seguridad con la que ella hablaba se pusieron firmes y perdieron parte de su chulería- Ellas son la Dama Niniel, sacerdotisa del bosque de los elfos y Dama Jessica Spencer, hija del Señor Spencer. Ahora vuestras identificaciones.
Nerviosos por la firmeza de la joven, en la cual se notaba, con claridad, que era de rngo superior, se apresuraron a hacer un saludo militar para dar su presentación:
- Somos James y Erick, guardias rasos que defienden la ciudad, disculpen nuestra mala educación y...
- No es momento para disculpas, ya lo hareis luego, ahora necesito que hagais algo- cortó la joven de ojos marrones tras saber los nombres de ambos- El teatro ha sido asaltado, una banda de ladrones, muy bien organizada. Han tomado el lugar, tenían un polvo que dormía a la gente, todos han quedado dormidos, debeis ir a advertir al capitán y que mandén todos los guardias disponibles, no podemos perder más tiempo o huirán, tienen planeado escapar por las catacumbas, al igual que hemos hecho nosotras.- tras la explicación esperó que los otros salieran corriendo, pero no lo hicieron, ¿Es que eran idiotas?- ¡¿A qué estais esperando?! ¡Id!- ordenó haciendo que de un salto, los hombres salieran corriendo en dirección al palacio.- Ahora vamos a dejarla en casa Miss- dijo mientras empezaba a andar.
Estaba cansada y sentía que le empezaba a subir la temperatura, pero no era a penas nada. No debía preocuparse. Además, ya casi había terminado todo. Cuando dejasen a la dama iría a ayudar a sus compañeros y, después podría irse a casa. Llegaron al hogar de la joven mientras un gran numero de guardias armados comenzaban a correr o a cabalgar en dirección a la plaza y llamaron a la puerta.
Dos guardias, advertidos por la luz de las antorchas, se acercaron a las jovenes preguntandose que pintaban en ese lugar tres jovenes, a esa hora intempestuosa y de esa guisa. Los vigilantes se quedaron mirando más tiempo del educado las piernas y los hombros de las jovenes para luego preguntarles algo de, sinceramente, muy mal gusto.
Alanna frunció el ceño molesta, arriesgaba su vida siempre que se acercaba a la maldita ciudad y dos guardias rasos ni siquiera la reconocían, ojala se pareciera más a la imagen que la gente tenía de "La Gata", porque lo que era a ella, nadie parecía reconocerla como tal. Dio un suspiro para tratar con ellos mientras la pierna volvía a darle un pequeño pinchazo y controlaba un pequeño mareo APartó parte de su mini falda rota por un lado y sacó de al lado de la funda para las dagas, que acababa de guardar, su insignia que la identificaba como guardia real, mostrandosela a los do hombres:
- Mi nombre es Alanna Delteria, miembro de la guardia del rey, hija adoptiva del teniente y mano derecha del capitán, más conocida como "La Gata".- Esto llamó la atención de los hombres que tras ver la placa y comprobar la seguridad con la que ella hablaba se pusieron firmes y perdieron parte de su chulería- Ellas son la Dama Niniel, sacerdotisa del bosque de los elfos y Dama Jessica Spencer, hija del Señor Spencer. Ahora vuestras identificaciones.
Nerviosos por la firmeza de la joven, en la cual se notaba, con claridad, que era de rngo superior, se apresuraron a hacer un saludo militar para dar su presentación:
- Somos James y Erick, guardias rasos que defienden la ciudad, disculpen nuestra mala educación y...
- No es momento para disculpas, ya lo hareis luego, ahora necesito que hagais algo- cortó la joven de ojos marrones tras saber los nombres de ambos- El teatro ha sido asaltado, una banda de ladrones, muy bien organizada. Han tomado el lugar, tenían un polvo que dormía a la gente, todos han quedado dormidos, debeis ir a advertir al capitán y que mandén todos los guardias disponibles, no podemos perder más tiempo o huirán, tienen planeado escapar por las catacumbas, al igual que hemos hecho nosotras.- tras la explicación esperó que los otros salieran corriendo, pero no lo hicieron, ¿Es que eran idiotas?- ¡¿A qué estais esperando?! ¡Id!- ordenó haciendo que de un salto, los hombres salieran corriendo en dirección al palacio.- Ahora vamos a dejarla en casa Miss- dijo mientras empezaba a andar.
Estaba cansada y sentía que le empezaba a subir la temperatura, pero no era a penas nada. No debía preocuparse. Además, ya casi había terminado todo. Cuando dejasen a la dama iría a ayudar a sus compañeros y, después podría irse a casa. Llegaron al hogar de la joven mientras un gran numero de guardias armados comenzaban a correr o a cabalgar en dirección a la plaza y llamaron a la puerta.
Alanna Delteria
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Nadie las esperaba tan temprano en la gran mansión Spencer, la función debía de durar varias horas y la joven Jessica y sus acompañantes se presentaban mucho antes de la hora prevista. Además lo hacían andando y no en el carruaje de la familia y las tres presentaban un estado no demasiado noble, por no decir deplorable. Estaban sucias, no olían precisamente a rosas, llevaban los vestidos destrozados y en el caso de Alanna, tan cubierto de sangre que los guardias se pensaron que estaba herida de gravedad.
El portón de metal se abrió y salieron media docena de hombres a atenderlas mientras otro hombre corría a la casa a avisar de aquello al señor y a mas miembros del servicio. Las preguntas sobre qué había pasado se agolpaban mientras los hombres comprobaban que la sangre que teñía el vestido de Alanna no era suya y que tanto Dama Jessica como la elfa se encontraban bien también. Querían hacerlas entrar, y Jessica así lo hizo, pero Níniel, aunque deseaba con todas sus fuerzas un baño caliente y la hospitalidad que los Spencer les brindarían tras haber salvado a su hija, sabía que Alanna no iba a aceptar quedarse allí mientras no supiera que la situación en el teatro se había resuelto también. Níniel no tenía ningún deber para con la guardia, ni para con Lunargenta, pero si Alanna pensaba volver a la plaza la acompañaría, el baño podía esperar y, aunque no podría ayudar a detener los enmascarados, quizá necesitaran a una sanadora para atender heridos o incluso a los propios espectadores.
En aquel momento, un Lord Spencer con el miedo en el rostro y ataviado con un pijama y una bata de andar por casa, se acercó a las puertas corriendo y gritando el nombre de su hija. Parecía que el aviso del servicio no había hecho si no confundirlo y ponerlo histérico. Tan pronto como llegó hasta su hija la abrazó con ímpetu y hasta que no comprobó él mismo que su pequeña estaba sana y salva no se dio por satisfecho ni prestó atención a las Damas de compañía de su hija que presentaban el mismo o peor aspecto que Jessica.
-¿Por todos los dioses qué ha pasado? ¿Por qué me devolvéis a mi hija en este estado?- Casi parecía que les echara la culpa a las dos jóvenes de lo que había pasado, sin duda fruto de la falta de información y de un exceso de celo a la hora de proteger a su niñita, pero por suerte Jessica no quiso permitir que algo así pasara y habló en favor de sus damas.
-No las culpes padre, si no de que esté sana y salva, La Gata nos ha salvado y Níniel también ha ayudado y cuidado de mi. Ahora yo debo ayudarlas a ellas, envía a la plaza a todos los guardias de la casa-
El hombre, desconocedor de toda la historia no entendía a que se debía ese arrebato de su hija y la miraba extrañado.
-Pero...¿Qué? ¿A la plaza?...-
-Bandidos, padre, ladrones. Ya se lo explicaré...-
El hombre aún estaba confuso y con los nervios aún en el cuerpo, se notaba, pero decidió confiar en las palabras de su hija y con un par de gestos y frases ordenó a una docena de guardias bien pertrechados, pues el Lord podía permitirse un equipo que la guardia de la ciudad no podía, que fuesen a la plaza. Lord Vyron a continuación se disculpó con las jóvenes por su tono de voz y las invitó a pasar a la casa, pero Níniel siguió a Alanna.
En la plaza, los enmascarados acababan de descubrir que su plan acababa de irse al traste. Los primeros guardias en llegar se habían organizado con los guardias que protegían las calles aledañas a la plaza y les habían contado lo que pasaba. No se habían enterado de nada, pues hasta ese momento continuaban pensando que la función continuaba gracias al inteligente engaño de acomodadores y camareros que, de cara a fuera de la plaza, habían mantenido una apariencia de total normalidad como parte de su plan. También había guardias comenzando a controlar los subterráneos, equipados con mapas de los mismos se distribuían para evitar que nadie pudiera escapar por allí tampoco.
Sobre el escenario, aquel hombre de potente voz de tenor sonreía bajo su dorada máscara a pesar de que el miedo se extendía entre sus subordinados. En su cabeza pensaba que nada que fuese demasiado fácil merecía la pena y también trataba de adivinar qué es lo que había fallado. A sus compañeros de dorada máscara les dijo una única cosa.
-Iniciad el plan de contingencia-
El portón de metal se abrió y salieron media docena de hombres a atenderlas mientras otro hombre corría a la casa a avisar de aquello al señor y a mas miembros del servicio. Las preguntas sobre qué había pasado se agolpaban mientras los hombres comprobaban que la sangre que teñía el vestido de Alanna no era suya y que tanto Dama Jessica como la elfa se encontraban bien también. Querían hacerlas entrar, y Jessica así lo hizo, pero Níniel, aunque deseaba con todas sus fuerzas un baño caliente y la hospitalidad que los Spencer les brindarían tras haber salvado a su hija, sabía que Alanna no iba a aceptar quedarse allí mientras no supiera que la situación en el teatro se había resuelto también. Níniel no tenía ningún deber para con la guardia, ni para con Lunargenta, pero si Alanna pensaba volver a la plaza la acompañaría, el baño podía esperar y, aunque no podría ayudar a detener los enmascarados, quizá necesitaran a una sanadora para atender heridos o incluso a los propios espectadores.
En aquel momento, un Lord Spencer con el miedo en el rostro y ataviado con un pijama y una bata de andar por casa, se acercó a las puertas corriendo y gritando el nombre de su hija. Parecía que el aviso del servicio no había hecho si no confundirlo y ponerlo histérico. Tan pronto como llegó hasta su hija la abrazó con ímpetu y hasta que no comprobó él mismo que su pequeña estaba sana y salva no se dio por satisfecho ni prestó atención a las Damas de compañía de su hija que presentaban el mismo o peor aspecto que Jessica.
-¿Por todos los dioses qué ha pasado? ¿Por qué me devolvéis a mi hija en este estado?- Casi parecía que les echara la culpa a las dos jóvenes de lo que había pasado, sin duda fruto de la falta de información y de un exceso de celo a la hora de proteger a su niñita, pero por suerte Jessica no quiso permitir que algo así pasara y habló en favor de sus damas.
-No las culpes padre, si no de que esté sana y salva, La Gata nos ha salvado y Níniel también ha ayudado y cuidado de mi. Ahora yo debo ayudarlas a ellas, envía a la plaza a todos los guardias de la casa-
El hombre, desconocedor de toda la historia no entendía a que se debía ese arrebato de su hija y la miraba extrañado.
-Pero...¿Qué? ¿A la plaza?...-
-Bandidos, padre, ladrones. Ya se lo explicaré...-
El hombre aún estaba confuso y con los nervios aún en el cuerpo, se notaba, pero decidió confiar en las palabras de su hija y con un par de gestos y frases ordenó a una docena de guardias bien pertrechados, pues el Lord podía permitirse un equipo que la guardia de la ciudad no podía, que fuesen a la plaza. Lord Vyron a continuación se disculpó con las jóvenes por su tono de voz y las invitó a pasar a la casa, pero Níniel siguió a Alanna.
En la plaza, los enmascarados acababan de descubrir que su plan acababa de irse al traste. Los primeros guardias en llegar se habían organizado con los guardias que protegían las calles aledañas a la plaza y les habían contado lo que pasaba. No se habían enterado de nada, pues hasta ese momento continuaban pensando que la función continuaba gracias al inteligente engaño de acomodadores y camareros que, de cara a fuera de la plaza, habían mantenido una apariencia de total normalidad como parte de su plan. También había guardias comenzando a controlar los subterráneos, equipados con mapas de los mismos se distribuían para evitar que nadie pudiera escapar por allí tampoco.
Sobre el escenario, aquel hombre de potente voz de tenor sonreía bajo su dorada máscara a pesar de que el miedo se extendía entre sus subordinados. En su cabeza pensaba que nada que fuese demasiado fácil merecía la pena y también trataba de adivinar qué es lo que había fallado. A sus compañeros de dorada máscara les dijo una única cosa.
-Iniciad el plan de contingencia-
Níniel Thenidiel
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Con su llegada a la enorme mansión un gran número de lacallos salieron a atenderlas. Quedó claro que no se esperaban su llegada tan temprano, y menos con esa guisa, revisaron a las jovenes, preocupados por su aspecto, sobretodo del de la guarda, que llevaba el vestido y la piel empapados de carmesí. Cuando hubieron comprobado que las chicas estaban sanas y salvas y que la sangre que manchaba a Alanna no era propia, retrocedieron alejandose de la Gata, atemorizados al saber que una joven de aspecto tan inocente y delicado era capaz de provocar tal carnicería.
La guarda intentó aguantar el semblante, mientras la tristeza la invadía por dentro, siempre igual, o la ninguneaban o la temían, jamás llegaba a un termino medio. Sir Spencer llegó entonces, alterado y miró con cara de odio a la joven de piel de marmol y a la de ojos marrones mientras abrazaba a su hija y las censuraba por llevar a su niña con ese aspecto. Eso era lo que le faltaba a la guarda, se jugaba el cuello por el capricho de ese tipo, que consentía a su hija y, para colmo, la amonestaban sin saber nada, arriesgaba su vida por sacar a la niña del peligro, mataba a gente con tal de mantenerla a salvo y aun así se llevaban ese sermón. Estaba a pocos segundos de comenzar a gritar a ese... ese... ese idiota egoista cuando su propia hija lo cortó, reprendiendolo y pidiendole que mandase hacia la plaza a sus mejores hombres.
Mientras estos se preparaban el hombre se disculpó con las jovenes invitandolas a pasar. Alanna aceptó la disculpa olvidando la ofensa y rechazó de inmediato la oferta, debía volver a la plaza:
- Lo siento, he de cumplir con mi deber, no puedo dejar a tanta gente indefensa.
Corrió hacia los guardias que ya estaban preparados para salir hacia la plaza, y subió a la montura de uno de ellos haciendo que este se echase hacia atrás y se viera obligado a sostenerse de ella, que le arrebató las riendas para llegar más rápido. El corcel corría raudo por las calles mientras el viento apartaba el pelo del rostro de la chica que seguía sintiendose algo mareada mientras la pierna aumentaba los pinchazos.
Llegron a las afueras de la plaza, donde numerosos grupos armados de la guardía se encontraban reunidos, entre ellos estaban el teniente y el capitan, que al verla llegar se apresuraron a ella, preocupados mientras ella saltaba para bajar del caballo.
- Alanna- llamó preocupado su padrastro acercandose a mirar como estaba, la cogió de las mejillas y se calmó al verla sana, lógico, "su pequeña", como a él le gustaba llamarla en secreto con su esposa, era la mejor, sabía cuidarse sola, aunque a él y a su mujer les gustaría poder malcriarla algo más de lo que la chica se lo permitía.
- Estoy bien, estoy bien. Pero la gente allí dentro no estoy tan segura. -Explicó el espectaculo que habían vivido, contando la situación y las posiciones que parecía tenían los centinelas y finalmente dijo- Necesitamos controlar la zona, ventanas, puertas, portezuelas salidas y entradas, todo.- cuando sintió que los hombres accedían y el teniente se dirigía a dar ordenes y en busca de los mejores soldados la chica llamo a la elfa, que la había ido con ella hasta la plaza-Niniel, tu sabes medicina ¿no?, me curaste a mi en el bosque, ¿podrías hacer algo con la gente dormida?
La guarda intentó aguantar el semblante, mientras la tristeza la invadía por dentro, siempre igual, o la ninguneaban o la temían, jamás llegaba a un termino medio. Sir Spencer llegó entonces, alterado y miró con cara de odio a la joven de piel de marmol y a la de ojos marrones mientras abrazaba a su hija y las censuraba por llevar a su niña con ese aspecto. Eso era lo que le faltaba a la guarda, se jugaba el cuello por el capricho de ese tipo, que consentía a su hija y, para colmo, la amonestaban sin saber nada, arriesgaba su vida por sacar a la niña del peligro, mataba a gente con tal de mantenerla a salvo y aun así se llevaban ese sermón. Estaba a pocos segundos de comenzar a gritar a ese... ese... ese idiota egoista cuando su propia hija lo cortó, reprendiendolo y pidiendole que mandase hacia la plaza a sus mejores hombres.
Mientras estos se preparaban el hombre se disculpó con las jovenes invitandolas a pasar. Alanna aceptó la disculpa olvidando la ofensa y rechazó de inmediato la oferta, debía volver a la plaza:
- Lo siento, he de cumplir con mi deber, no puedo dejar a tanta gente indefensa.
Corrió hacia los guardias que ya estaban preparados para salir hacia la plaza, y subió a la montura de uno de ellos haciendo que este se echase hacia atrás y se viera obligado a sostenerse de ella, que le arrebató las riendas para llegar más rápido. El corcel corría raudo por las calles mientras el viento apartaba el pelo del rostro de la chica que seguía sintiendose algo mareada mientras la pierna aumentaba los pinchazos.
Llegron a las afueras de la plaza, donde numerosos grupos armados de la guardía se encontraban reunidos, entre ellos estaban el teniente y el capitan, que al verla llegar se apresuraron a ella, preocupados mientras ella saltaba para bajar del caballo.
- Alanna- llamó preocupado su padrastro acercandose a mirar como estaba, la cogió de las mejillas y se calmó al verla sana, lógico, "su pequeña", como a él le gustaba llamarla en secreto con su esposa, era la mejor, sabía cuidarse sola, aunque a él y a su mujer les gustaría poder malcriarla algo más de lo que la chica se lo permitía.
- Estoy bien, estoy bien. Pero la gente allí dentro no estoy tan segura. -Explicó el espectaculo que habían vivido, contando la situación y las posiciones que parecía tenían los centinelas y finalmente dijo- Necesitamos controlar la zona, ventanas, puertas, portezuelas salidas y entradas, todo.- cuando sintió que los hombres accedían y el teniente se dirigía a dar ordenes y en busca de los mejores soldados la chica llamo a la elfa, que la había ido con ella hasta la plaza-Niniel, tu sabes medicina ¿no?, me curaste a mi en el bosque, ¿podrías hacer algo con la gente dormida?
Alanna Delteria
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Níniel vio como Alanna se hacía con las riendas de la montura de uno de los guardias del lord que iban ya para la plaza, casi obligando a este, bueno obligándolo totalmente, a ocupar asiento tras la joven y a sujetarse de su cintura si no quería caerse, cosa que tampoco es que fuese la peor situación del mundo precisamente, podría tener que buscarse otra montura o ir a pie en el improbable caso de que no le gustara su nueva posición en el caballo pero no fue el caso. La peliblanca por su parte, mucho menos lanzada que su amiga, se limitó a pedir permiso a otro de los guardias con la mirada y este se acercó hasta ella y le tendió la mano para ayudarla a subir, también delante de él pero sin soltar las riendas. Era como en los cuentos, claro que en los cuentos no decían lo incómodo que resultaba cabalgar junto a alguien con armadura completa detrás, por mucho que brillara su armadura a la luz de las antorchas y por muy apuesto que resultara el guardia a pesar de ser humano.
La cabalgada de aquel grupo junto con la movilización de mas miembros de la guardia sin duda estaría causando que varias personas en las casas se preguntasen a qué se debía tanto estrépito de pasos y pisadas de caballos sobre la piedra pero si así era, nadie salió de sus casas ni preguntó nada, como mucho algunos guardias de otras casas nobles se asomaron con curiosidad aunque sin intención de abandonar su puesto. Eran perros entrenados, no se moverían sin las órdenes de su amo.
Pronto llegaron hasta las afueras de la plaza, a una de las calles que convergían en ella. El lugar ya estaba lleno de guardias que con mas o menos información sobre lo que estaba pasando formaban grupos mas o menos numerosos para impedir que nadie entrara o saliera del lugar sin autorización. A su grupo ne les pusieron pegas aunque si que causaron que se extendieran ciertos comentarios sobre la hija del capitán, su aspecto y su extraña compañía de guardias privados.
Desmontaron y por alguna razón aquellos hombres que llegaron con ellas, en vez de alejarse y buscar algo con lo que ayudar, se quedaron junto a ellas mientras Alanna hablaba con el hombre que parecía al mando y Níniel se mantenía cerca pero unos pasos por detrás de ella. Al menos hasta que la nombraron.
-Debería tomar una muestra del polvo y hacer algunas investigaciones para estar segura...Pero si. Viendo el efecto que tuvo creo saber como despertar a la gente. Necesitaré ingredientes y equipo de alquimia, al menos algo básico-
Uno de los guardias del lord que se mantenían cerca como si fuesen una guardia de honor dio un paso al frente y carraspeó para llamar la atención.
-Hay una tienda que vende pociones en esta calle. Con el permiso de la guardia puedo ir con algunos hombres y coger cuanto haga falta, o llevar a la elfa hasta allí-
-Os acompañaré, será mucho más rápido y sencillo- Respondió Níniel cuando tuvo el permiso. Le echó una mirada a Alanna antes de alejarse que venía a significar que tuviera cuidado y acompañó a dos de aquellos hombres y a dos guardias de la ciudad a aquella tienda.
No estaba lejos y el cartel sobre la puerta no dejaba lugar a dudas de que era el lugar que buscaban. Llamaron a la puerta con brusquedad, quizá el dueño estuviera dentro trabajando o tuviera su vivienda en la segunda planta como era habitual en algunos negocios pero no hubo respuesta. Entonces los soldados comenzaron a golpear la puerta de madera de entrada con los hombros y tras unas cargas la puerta cedió y quedo abierta de par en par, rota.
Los golpes habían hecho que un par de vecinos se asomaran pero los guardias de la ciudad los hicieron entrar de nuevo en casa diciendo aquello de "Asunto de la guardia".
Ya dentro, y sintiéndose culpable por entrar en la casa de otra persona, y compañero o compañera alquimista además, Níniel comenzó a buscar lo que necesitaba. Primero los ingredientes y luego los materiales mientras los hombres la miraban ir de un lado a otro sin saber si podían ayudar en algo o no.
-Ahhh, si. Que uno vuelva a la plaza y les diga que lo tendré listo en unos minutos, tengo lo que necesito. Y diles que necesitaré bastante agua, barriles con agua-
Mientras el hombre corría a comunicar aquella información la elfa comenzó a realizar el trabajo cuyo resultado esperaba que pudiera despertar a los durmientes. Primero colocó colmillos de serpiente en el mortero. Tras convertirlos en polvo fino añadió acónito y volvió a pulverizar añadiendo sales de presencia a la mezcla, colocando después el resultado en un calcinador. Repitió el proceso hasta ocupar todos los calcinadores del lugar ya que necesitaría bastante cantidad si quería despertar a tanta gente. Era difícil decir si sería bastante aunque la naturaleza de las sales de presencia aseguraba una rápida difusión.
Mientras la elfa trabajaba y la guardia de la ciudad terminaba de controlar todas las posibles entradas y salidas de la plaza, dentro de ella los delincuentes tampoco habían permanecido ociosos. Aquel tipo de la máscara dorada no pensaba dejarse atrapar sin jugar antes su as bajo la manga. Tan pronto como dijo aquello del plan de contingencia y aquellas palabras se difundieron entre los enmascarados, estos comenzaron a actuar. Empezaron a quitarse las máscaras y a colocarlas sobre los rostros de algunos de los asistentes, a dejar las armas también al lado de los nuevos enmascarados y a mezclarse entre los espectadores. En cuanto al líder y los demás sujetos con máscaras doradas, se quitaron sus armaduras de cuero, clavaron sus espadas en el centro del escenario y colocaron tanto sus petos como sus máscaras sobre las armas allí clavadas. Casi como si fuera una última burla de los criminales. El lugar quedó en silencio y sin actividad alguna. nadie se resistiría ya al asalto de la guardia de la ciudad.
Off: Subrayado el uso de la pasiva Alquimia en la preparación de un remedie para despertar a los espectadores.
La cabalgada de aquel grupo junto con la movilización de mas miembros de la guardia sin duda estaría causando que varias personas en las casas se preguntasen a qué se debía tanto estrépito de pasos y pisadas de caballos sobre la piedra pero si así era, nadie salió de sus casas ni preguntó nada, como mucho algunos guardias de otras casas nobles se asomaron con curiosidad aunque sin intención de abandonar su puesto. Eran perros entrenados, no se moverían sin las órdenes de su amo.
Pronto llegaron hasta las afueras de la plaza, a una de las calles que convergían en ella. El lugar ya estaba lleno de guardias que con mas o menos información sobre lo que estaba pasando formaban grupos mas o menos numerosos para impedir que nadie entrara o saliera del lugar sin autorización. A su grupo ne les pusieron pegas aunque si que causaron que se extendieran ciertos comentarios sobre la hija del capitán, su aspecto y su extraña compañía de guardias privados.
Desmontaron y por alguna razón aquellos hombres que llegaron con ellas, en vez de alejarse y buscar algo con lo que ayudar, se quedaron junto a ellas mientras Alanna hablaba con el hombre que parecía al mando y Níniel se mantenía cerca pero unos pasos por detrás de ella. Al menos hasta que la nombraron.
-Debería tomar una muestra del polvo y hacer algunas investigaciones para estar segura...Pero si. Viendo el efecto que tuvo creo saber como despertar a la gente. Necesitaré ingredientes y equipo de alquimia, al menos algo básico-
Uno de los guardias del lord que se mantenían cerca como si fuesen una guardia de honor dio un paso al frente y carraspeó para llamar la atención.
-Hay una tienda que vende pociones en esta calle. Con el permiso de la guardia puedo ir con algunos hombres y coger cuanto haga falta, o llevar a la elfa hasta allí-
-Os acompañaré, será mucho más rápido y sencillo- Respondió Níniel cuando tuvo el permiso. Le echó una mirada a Alanna antes de alejarse que venía a significar que tuviera cuidado y acompañó a dos de aquellos hombres y a dos guardias de la ciudad a aquella tienda.
No estaba lejos y el cartel sobre la puerta no dejaba lugar a dudas de que era el lugar que buscaban. Llamaron a la puerta con brusquedad, quizá el dueño estuviera dentro trabajando o tuviera su vivienda en la segunda planta como era habitual en algunos negocios pero no hubo respuesta. Entonces los soldados comenzaron a golpear la puerta de madera de entrada con los hombros y tras unas cargas la puerta cedió y quedo abierta de par en par, rota.
Los golpes habían hecho que un par de vecinos se asomaran pero los guardias de la ciudad los hicieron entrar de nuevo en casa diciendo aquello de "Asunto de la guardia".
Ya dentro, y sintiéndose culpable por entrar en la casa de otra persona, y compañero o compañera alquimista además, Níniel comenzó a buscar lo que necesitaba. Primero los ingredientes y luego los materiales mientras los hombres la miraban ir de un lado a otro sin saber si podían ayudar en algo o no.
-Ahhh, si. Que uno vuelva a la plaza y les diga que lo tendré listo en unos minutos, tengo lo que necesito. Y diles que necesitaré bastante agua, barriles con agua-
Mientras el hombre corría a comunicar aquella información la elfa comenzó a realizar el trabajo cuyo resultado esperaba que pudiera despertar a los durmientes. Primero colocó colmillos de serpiente en el mortero. Tras convertirlos en polvo fino añadió acónito y volvió a pulverizar añadiendo sales de presencia a la mezcla, colocando después el resultado en un calcinador. Repitió el proceso hasta ocupar todos los calcinadores del lugar ya que necesitaría bastante cantidad si quería despertar a tanta gente. Era difícil decir si sería bastante aunque la naturaleza de las sales de presencia aseguraba una rápida difusión.
Mientras la elfa trabajaba y la guardia de la ciudad terminaba de controlar todas las posibles entradas y salidas de la plaza, dentro de ella los delincuentes tampoco habían permanecido ociosos. Aquel tipo de la máscara dorada no pensaba dejarse atrapar sin jugar antes su as bajo la manga. Tan pronto como dijo aquello del plan de contingencia y aquellas palabras se difundieron entre los enmascarados, estos comenzaron a actuar. Empezaron a quitarse las máscaras y a colocarlas sobre los rostros de algunos de los asistentes, a dejar las armas también al lado de los nuevos enmascarados y a mezclarse entre los espectadores. En cuanto al líder y los demás sujetos con máscaras doradas, se quitaron sus armaduras de cuero, clavaron sus espadas en el centro del escenario y colocaron tanto sus petos como sus máscaras sobre las armas allí clavadas. Casi como si fuera una última burla de los criminales. El lugar quedó en silencio y sin actividad alguna. nadie se resistiría ya al asalto de la guardia de la ciudad.
Off: Subrayado el uso de la pasiva Alquimia en la preparación de un remedie para despertar a los espectadores.
Níniel Thenidiel
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Ya con el lugar rodeado, con Niniel desaparecida en busca de lo necesario para hacer el antídoto del polvo del sueño, Alanna, con los mejores hombres reunidos, capitán y teniente incluidos, comenzó a analizar los planos que, segundos antes de su llegada, miraban los dos lideres.
Los planos detallaban, sin errata alguna, las entradas las salidas el lugar donde estaban las vigas maestras que soportaban la estructura. Pero, por supuesto, con todo el jaleo que tenían allí fuera, los asaltantes debían haberse dado cuenta de que algo sucedía y debían haber iniciado alguna maniobra. Tenían que entrar, tenían que entrar con total sigilo y ver la situación, había demasiadas vidas en juego. Con el teniente y el capitán respaldando su decisión comenzó a comunicar sus ordenes a los soldados en susurros para que desde dentro no escucharan su plan. Solo aquellos que entrarían con ella sabrían lo que iba a suceder:
- Bien, entraremos escalando, no ataquéis a menos que os ataquen, los culpables llevan mascaras.- Dicho esto, organizó los grupos.- entraremos por la estructura a los palcos, había algunos vigilantes por el pasillo. Un grupo de 10 irá por las catacumbas, y el resto, conmigo, nos colaremos por las graderías subiendo por las vigas y cuando esté todo controlado abriremos la puerta para que Niniel pueda actuar sobre los dormidos.
Con la señal de aprobación de sus superiores iniciaron el contraataque. Los grupos se dividieron contando 5 minutos para su entrada. Los que iban con Alanna iniciaron su escalada. No era fácil subir por allí, y menos aun con su vestimenta, pero no podía dejar que fuesen allí solos, era ella quien había empezado esa misión y debía acabarla. En su subida la pierna volvió a pincharle, esta vez, con más fuerza que las anteriores, y un enorme mareo la hizo resvalar y, de poco, caer desde una enorme altura. Suerte que iba acompañada y pudo recuperarse en cuanto volvió a sostenerse de la madera para, poco a poco, teminar su escalada. Llegó a la cima, cansada, y comenzó a bajar, observando la multitud con una daga en la mano y miró a sus compañeros y entraron al lugar.
Había gento con mascra, pero sus ropas no eran las mismas, además ¿tambien estaban dormidos? ¿cómo? las mascaras habían tenido que evitar el polvo, ¿qué habían hecho? Era todo demasiado extraño, Alanna alzó la mano para que sus compañeros se detuviesen y observó el lugar en silencio y se acercó a uno de los que llevaban mascara para observarlo con detenimiento. Alzó la careta y comprobó que tenía la cara cubierta de polvo. Habían puesto las mascaras a otros para confundir a los guardias... Se alzó y en un susurro en directo a la oreja habló con uno de sus compañeros:
- Mirad las caras,apresad a los que no tengan polvo en el rostro, pasad esto igual que te lo estoy diciendo a ti, si descubren esto tal vez planeen algo nuevo.
El rumor corrio con rapidez y tras las comprobaciones, no tardaron demasiado en tenerlos a todos atados y desarmados. Aunque algunos opusieron resistencia, acabaron apresados, fue una autentica fortuna, porque la Gata no se encontraba con demasiada fuerza aunque conseguía disimularlo con relativa facilidad. Fue entonces cuando ordenó abrir las puertas para sacar a los presos y dejar pasar a la elfa. Por fin se había acabado todo y podía regresar a casa.
Los planos detallaban, sin errata alguna, las entradas las salidas el lugar donde estaban las vigas maestras que soportaban la estructura. Pero, por supuesto, con todo el jaleo que tenían allí fuera, los asaltantes debían haberse dado cuenta de que algo sucedía y debían haber iniciado alguna maniobra. Tenían que entrar, tenían que entrar con total sigilo y ver la situación, había demasiadas vidas en juego. Con el teniente y el capitán respaldando su decisión comenzó a comunicar sus ordenes a los soldados en susurros para que desde dentro no escucharan su plan. Solo aquellos que entrarían con ella sabrían lo que iba a suceder:
- Bien, entraremos escalando, no ataquéis a menos que os ataquen, los culpables llevan mascaras.- Dicho esto, organizó los grupos.- entraremos por la estructura a los palcos, había algunos vigilantes por el pasillo. Un grupo de 10 irá por las catacumbas, y el resto, conmigo, nos colaremos por las graderías subiendo por las vigas y cuando esté todo controlado abriremos la puerta para que Niniel pueda actuar sobre los dormidos.
Con la señal de aprobación de sus superiores iniciaron el contraataque. Los grupos se dividieron contando 5 minutos para su entrada. Los que iban con Alanna iniciaron su escalada. No era fácil subir por allí, y menos aun con su vestimenta, pero no podía dejar que fuesen allí solos, era ella quien había empezado esa misión y debía acabarla. En su subida la pierna volvió a pincharle, esta vez, con más fuerza que las anteriores, y un enorme mareo la hizo resvalar y, de poco, caer desde una enorme altura. Suerte que iba acompañada y pudo recuperarse en cuanto volvió a sostenerse de la madera para, poco a poco, teminar su escalada. Llegó a la cima, cansada, y comenzó a bajar, observando la multitud con una daga en la mano y miró a sus compañeros y entraron al lugar.
Había gento con mascra, pero sus ropas no eran las mismas, además ¿tambien estaban dormidos? ¿cómo? las mascaras habían tenido que evitar el polvo, ¿qué habían hecho? Era todo demasiado extraño, Alanna alzó la mano para que sus compañeros se detuviesen y observó el lugar en silencio y se acercó a uno de los que llevaban mascara para observarlo con detenimiento. Alzó la careta y comprobó que tenía la cara cubierta de polvo. Habían puesto las mascaras a otros para confundir a los guardias... Se alzó y en un susurro en directo a la oreja habló con uno de sus compañeros:
- Mirad las caras,apresad a los que no tengan polvo en el rostro, pasad esto igual que te lo estoy diciendo a ti, si descubren esto tal vez planeen algo nuevo.
El rumor corrio con rapidez y tras las comprobaciones, no tardaron demasiado en tenerlos a todos atados y desarmados. Aunque algunos opusieron resistencia, acabaron apresados, fue una autentica fortuna, porque la Gata no se encontraba con demasiada fuerza aunque conseguía disimularlo con relativa facilidad. Fue entonces cuando ordenó abrir las puertas para sacar a los presos y dejar pasar a la elfa. Por fin se había acabado todo y podía regresar a casa.
Alanna Delteria
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
La rapidez de mente de Alanna supuso para los criminales el fracaso de su plan e incluso de sus opciones de resistirse en caso de ser descubiertos por la guardia. Parte de su camuflaje consistía en no quedarse con las armas por lo que incluso los mas espabilados entre ellos, aquellos que se dieron cuenta de que su estratagema no había funcionado, apenas pudieron ofrecer unos leves forcejeos a la hora de ser detenidos por unos hombres que les superaban en número y en equipo.
¿Qué habría pasado si la humana no se hubiera percatado del engaño? Un buen número de personas de la élite de Lunargenta detenidas y los criminales sueltos...Hubiese sido un escándalo que habría llegado hasta al rey incluso. De hecho quizá a pesar de la gran actuación algún noble encontrara algún motivo para quejarse. Y es que los nobles suelen tener dos cosas que pueden meter en líos a mucha gente, poder y tiempo libre.
En aquellos momentos Níniel regresaba a la plaza seguida por aquellos hombres que la habían acompañado y que llevaban en ese momento, con cuidado y en brazos, varios frágiles frascos con la mezcla destinada a despertar al público una vez el lugar fuese seguro. Tan pronto como llegó le dijeron que tal y como pidió habían reunido y llevado hasta allí tantos barriles de agua como habían encontrado en tan poco tiempo. Por supuesto la elfa sabía que no lo hacían por que ella lo hubiese pedido si no porque seguramente el capitán de la guardia o la propia Alanna habían decidido confiar en la peliblanca.
-Cuando la plaza esté controlada, hay que colocar los barriles por todo el lugar, asegurándose que queden bien distribuidos. Cuando lo estén y se de la señal, tenéis que verter el contenido de cada frasco que he preparado en uno de los barriles. Nada más- Les comentó a los guardias encargados.
Así lo hicieron, y mientras la elfa acudía a ver qué tal estaba su amiga y se ponía al corriente de lo que había ocurrido allí dentro. Los barriles fueron distribuidos entre las gradas. Se llevó también allí a la gente de los palcos y pronto todo estuvo listo.
-El olor va a ser fuerte, quizá queráis taparos la cara.- Advirtió la elfa en voz alta desde el escenario. -Verted ahora los viales-
Tan pronto como la sustancia de los frascos entró en contacto con el agua, comenzó a salir de los barriles un humo blanquecino que poco a poco comenzó a extenderse y a cubrir el lugar. Tal y como había advertido la peliblanca, el olor no era agradable pero salvo que alguien fuera de estómago flojo, no debería causar mas que una sensación poco agradable entre los despiertos.
En cuanto los durmientes comenzaron a respirarlo empezaron a despertarse poco a poco y cada uno reaccionando a un tiempo y de una manera distinta, aunque todos tenían un denominador común, se despertaban desorientados, confusos y muchos, asustados. La guardia tenía una larga noche de explicaciones e interrogatorios por delante.
-Lo he estado pensando mucho- Comenzó a decirle la elfa a Alanna -Y creo que no me gusta el teatro-Terminó con una sonrisa ahora que por fin todo había acabado.
¿Qué habría pasado si la humana no se hubiera percatado del engaño? Un buen número de personas de la élite de Lunargenta detenidas y los criminales sueltos...Hubiese sido un escándalo que habría llegado hasta al rey incluso. De hecho quizá a pesar de la gran actuación algún noble encontrara algún motivo para quejarse. Y es que los nobles suelen tener dos cosas que pueden meter en líos a mucha gente, poder y tiempo libre.
En aquellos momentos Níniel regresaba a la plaza seguida por aquellos hombres que la habían acompañado y que llevaban en ese momento, con cuidado y en brazos, varios frágiles frascos con la mezcla destinada a despertar al público una vez el lugar fuese seguro. Tan pronto como llegó le dijeron que tal y como pidió habían reunido y llevado hasta allí tantos barriles de agua como habían encontrado en tan poco tiempo. Por supuesto la elfa sabía que no lo hacían por que ella lo hubiese pedido si no porque seguramente el capitán de la guardia o la propia Alanna habían decidido confiar en la peliblanca.
-Cuando la plaza esté controlada, hay que colocar los barriles por todo el lugar, asegurándose que queden bien distribuidos. Cuando lo estén y se de la señal, tenéis que verter el contenido de cada frasco que he preparado en uno de los barriles. Nada más- Les comentó a los guardias encargados.
Así lo hicieron, y mientras la elfa acudía a ver qué tal estaba su amiga y se ponía al corriente de lo que había ocurrido allí dentro. Los barriles fueron distribuidos entre las gradas. Se llevó también allí a la gente de los palcos y pronto todo estuvo listo.
-El olor va a ser fuerte, quizá queráis taparos la cara.- Advirtió la elfa en voz alta desde el escenario. -Verted ahora los viales-
Tan pronto como la sustancia de los frascos entró en contacto con el agua, comenzó a salir de los barriles un humo blanquecino que poco a poco comenzó a extenderse y a cubrir el lugar. Tal y como había advertido la peliblanca, el olor no era agradable pero salvo que alguien fuera de estómago flojo, no debería causar mas que una sensación poco agradable entre los despiertos.
En cuanto los durmientes comenzaron a respirarlo empezaron a despertarse poco a poco y cada uno reaccionando a un tiempo y de una manera distinta, aunque todos tenían un denominador común, se despertaban desorientados, confusos y muchos, asustados. La guardia tenía una larga noche de explicaciones e interrogatorios por delante.
-Lo he estado pensando mucho- Comenzó a decirle la elfa a Alanna -Y creo que no me gusta el teatro-Terminó con una sonrisa ahora que por fin todo había acabado.
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
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Re: Ladies Night (Continuación) [Trabajo](Alanna)
Comentarios:
Alanna:
Cito: “Bajó en silencio, tras atarse la tela a una de sus muñecas, dejando los zapatos en la viga y enganchó a uno de los dos vigilantes y tiró de él haciéndolo caer al suelo mientras se asfixiaba al tiempo que, clavaba en la espalda del otro una de sus dagas.”
“Con un salto, la chica se colgó del techo y volvió a subir a por sus zapatos y, sin pensarlo dos veces, saltó hacia el otro lado. con su peso y le gravedad, el ladrón no tardó en quedar ahorcado.”
““Dos menos", pensó la muchacha con pena”
Todo eso fue más que OP. A ver si entiendo ¿bajaba Alanna de la viga, enganchó la gargana de uno y lo tiró al suelo ahorcándolo mientras el otro no se daba cuenta de nada? Y lo peor es que mientras uno forcejeaba con la tela –y el brazo de tu personaje- fuiste capaz de herir al otro en el lugar exacto del pulmón –por el que tienes que pasar o entre costillas o debajo de ellas- con la precisión de un cirujano.
Si te preguntas si eso puede seguir pasando, la respuesta es un rotundo no. Mucho menos cuando tu personaje es nivel 1.
Segunda parte de los comentarios; si bien eso de andar matando se devolvió un poco con lo de la daga envenenada, te recuerdo que debes de tener cuidado con matar personajes, porque tiene consecuencias y muchas más en un hilo de carácter oficial. Esa herida dejará marca y deberás atenderla en un hilo aparte si es que aún no lo has hecho. Esta vez pasa lo de asesinar los dos guardias, pero cuidado. En un interpretativo no sería tan malo con la debida justificación, pero no solo fue un poco demasiado, sino que te exacerbaste.
…
“…a la celda mientras los dos cerdos la miraban sorprendidos y con ojos de odio, que poco le importaban a la chica” Vs- “Ambos llevaban aquellas máscaras, como los de arriba, dejando claro para quien los viera que trabajaban juntos”
Si bien noté algunas incongruencias esa fue la más obvia y desconcertante. Cabe resaltar que Niniel fue la que habló de la situación antes por lo que debiste haberte apegado a ello.
Niniel:
“Níniel podía iluminar el lugar con su magia, incluso al imponer las manos la luz que emanaba de las mismas serviría para al menos ver lo que las rodeaba […]-Puedo iluminar un poco el...- Un ruido metálico impidió que continuara la frase, luego silencio, y luego el ruido de algo que caía contra el suelo. Sin decir nada más Níniel iluminó el lugar con su magia y para su sorpresa pudo ver que allí solo estaban ella, Jessica y una trampilla de metal abierta en una esquina del suelo”.
Los elfos no usan magia. Se puede considerar que la magia de la luz del dragón de ese nombre está implícita en esa raza por el carácter de sus poderes, es decir la sanación, y hasta que no se diga lo contrario en alguna parte los elfos no usan magia.
Ambas:
Fue un trabajo muy bien hecho, una trama profunda e interesante con un giro inesperado a un trabajo tan simple. Lo disfruté.
Destacable: “guardareis silencio o morireis, contestareis todas nuestras preguntas o morireis, no intentareis atacarnos o morireis y cuando nos larguemos mantendreis que nos habeis visto en secreto o moriréis…”
Eso literalmente me hizo llorar de risa. Me recordó a la reina roja.
Recompensas:
+ 10 puntos base de experiencia + 8 por buen desarrollo= 18 puntos totals
+ 3 puntos en habilidad pasiva en trampas y venenos para Alanna
+ 3 puntos en habilidad pasiva en alquimia para Niniel
+250 aeros
+ 200 aeros de bonus por ser las primeras en hacer este trabajo, la trama y los resultados.
Alanna:
Cito: “Bajó en silencio, tras atarse la tela a una de sus muñecas, dejando los zapatos en la viga y enganchó a uno de los dos vigilantes y tiró de él haciéndolo caer al suelo mientras se asfixiaba al tiempo que, clavaba en la espalda del otro una de sus dagas.”
“Con un salto, la chica se colgó del techo y volvió a subir a por sus zapatos y, sin pensarlo dos veces, saltó hacia el otro lado. con su peso y le gravedad, el ladrón no tardó en quedar ahorcado.”
““Dos menos", pensó la muchacha con pena”
Todo eso fue más que OP. A ver si entiendo ¿bajaba Alanna de la viga, enganchó la gargana de uno y lo tiró al suelo ahorcándolo mientras el otro no se daba cuenta de nada? Y lo peor es que mientras uno forcejeaba con la tela –y el brazo de tu personaje- fuiste capaz de herir al otro en el lugar exacto del pulmón –por el que tienes que pasar o entre costillas o debajo de ellas- con la precisión de un cirujano.
Si te preguntas si eso puede seguir pasando, la respuesta es un rotundo no. Mucho menos cuando tu personaje es nivel 1.
Segunda parte de los comentarios; si bien eso de andar matando se devolvió un poco con lo de la daga envenenada, te recuerdo que debes de tener cuidado con matar personajes, porque tiene consecuencias y muchas más en un hilo de carácter oficial. Esa herida dejará marca y deberás atenderla en un hilo aparte si es que aún no lo has hecho. Esta vez pasa lo de asesinar los dos guardias, pero cuidado. En un interpretativo no sería tan malo con la debida justificación, pero no solo fue un poco demasiado, sino que te exacerbaste.
…
“…a la celda mientras los dos cerdos la miraban sorprendidos y con ojos de odio, que poco le importaban a la chica” Vs- “Ambos llevaban aquellas máscaras, como los de arriba, dejando claro para quien los viera que trabajaban juntos”
Si bien noté algunas incongruencias esa fue la más obvia y desconcertante. Cabe resaltar que Niniel fue la que habló de la situación antes por lo que debiste haberte apegado a ello.
Niniel:
“Níniel podía iluminar el lugar con su magia, incluso al imponer las manos la luz que emanaba de las mismas serviría para al menos ver lo que las rodeaba […]-Puedo iluminar un poco el...- Un ruido metálico impidió que continuara la frase, luego silencio, y luego el ruido de algo que caía contra el suelo. Sin decir nada más Níniel iluminó el lugar con su magia y para su sorpresa pudo ver que allí solo estaban ella, Jessica y una trampilla de metal abierta en una esquina del suelo”.
Los elfos no usan magia. Se puede considerar que la magia de la luz del dragón de ese nombre está implícita en esa raza por el carácter de sus poderes, es decir la sanación, y hasta que no se diga lo contrario en alguna parte los elfos no usan magia.
Ambas:
Fue un trabajo muy bien hecho, una trama profunda e interesante con un giro inesperado a un trabajo tan simple. Lo disfruté.
Destacable: “guardareis silencio o morireis, contestareis todas nuestras preguntas o morireis, no intentareis atacarnos o morireis y cuando nos larguemos mantendreis que nos habeis visto en secreto o moriréis…”
Eso literalmente me hizo llorar de risa. Me recordó a la reina roja.
Recompensas:
+ 10 puntos base de experiencia + 8 por buen desarrollo= 18 puntos totals
+ 3 puntos en habilidad pasiva en trampas y venenos para Alanna
+ 3 puntos en habilidad pasiva en alquimia para Niniel
+250 aeros
+ 200 aeros de bonus por ser las primeras en hacer este trabajo, la trama y los resultados.
Nota: deberán solicitar los puntos en los respectivos apartados.
Thorn
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