[QUEST] La comodidad de la oscuridad
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[QUEST] La comodidad de la oscuridad
Un grito hizo que los pájaros saliesen volando de entre las ramas del bosque, creando una nube de animales que se apresuraban a encontrar un buen lugar donde reposar.
-Otra vez no… Otra vez no…- no dejaba de susurrar una voz femenina. De nuevo un grito, o más bien un chillido. – ¡Demonios!
Ya a la luz de la mañana, Trissa se había percatado de que faltaban dos ovejas más, y que no había ni rastro del pequeño Asski. Aquello era ya tremendamente insoportable. Hacia unas semanas que cada noche, uno o dos animales desaparecían. La joven pelirroja, hija de una granjera con una considerable granja, se enfadaba muchísimo por aquello, su madre alegaba que se trataría de un zorro, pero Trissa sabía que no era así.
-Oh vamos mama, ¿en serio?- dijo sin importarle alzar la voz. Estaba sola- En serio sigues pensando que un simple zorro se llevaría nuestro Asski…- gruño dejando atrás unas piedras que acababa de saltar. Era una de las pocas granjas del oeste que tenía un ejemplar de Asski, un macho. Pensaban llevarlo a las reservas que se habían creado en la llanura…- Pero ahora ya no podemos, ¡gracias señor zorro!- la joven pelirroja era una humana, amante de los animales, y con dote para ellos, ya que no solían asustarse ni atacarla. Su madre era humana, y estaba emparejada con un hombre bestia, por lo que vivían en aquella zona, y la pelirroja frecuentaba el bosque de Midgar y el mismo de Sandorai, en busca de animales desamparados.
Mentiría, y lo hacía cuando le preguntaba su madre, si le preguntaban acerca de que hacia ella al respecto en aquel tema. De cara a sus padres, no hacía nada más que salir y gritar como una loca. Pero Trissa no lo dejaba en manos del destino. Se había apresurado en hacer un pequeño viaje a la ciudad de los vampiros, no muy lejos de su casa en el bosque, y había contratado a un vampiro… o eso parecía, para que buscare sus queridos animales. Pero nada. La única información que había recogido de aquel cobarde era que el rastro llevaba hasta una cueva, en el bosque de Sandorai, rozando el territorio de los vampiros. Pero por las noches, en aquella cueva, no había nada. El contratado había pensado en pasar allí la noche y esperar a que amaneciese, pero en la cuerva, tanto en paredes como en techo, había surcos por los que se colaban la luz, así que para no quemarse, dejó el trabajo. Antes de dejarlo, el vampiro le dijo a Trissa que allí olía a sangre, y había visto algunos huesos… tenían que estar ahí.
Quería ir ella misma, pero su madre, después de tardar tanto en ir a por existencias a la cuidad –mentira- le prohibió salir tantos días seguidos, ya que si como ella decía no se trataba de un zorrillo, estaba en peligro ella sola.
-Maldición, maldición…. ¡Maldición! – fue entonces cuando Trissa, por mirar al cielo, chocó contra un árbol. Fue un golpe fuere y seco. Quedaría marca. Una ardilla bajó apresurada por el tranco, mirando con cautela a la joven que estaba tirada en el suelo, con la mano en la frente. El animalillo se acerco a ello, poniéndose encima. Trissa no pudo evitar sonreri.
El animal salió corriendo, alguien se había acercado.
-Otra vez no… Otra vez no…- no dejaba de susurrar una voz femenina. De nuevo un grito, o más bien un chillido. – ¡Demonios!
Ya a la luz de la mañana, Trissa se había percatado de que faltaban dos ovejas más, y que no había ni rastro del pequeño Asski. Aquello era ya tremendamente insoportable. Hacia unas semanas que cada noche, uno o dos animales desaparecían. La joven pelirroja, hija de una granjera con una considerable granja, se enfadaba muchísimo por aquello, su madre alegaba que se trataría de un zorro, pero Trissa sabía que no era así.
-Oh vamos mama, ¿en serio?- dijo sin importarle alzar la voz. Estaba sola- En serio sigues pensando que un simple zorro se llevaría nuestro Asski…- gruño dejando atrás unas piedras que acababa de saltar. Era una de las pocas granjas del oeste que tenía un ejemplar de Asski, un macho. Pensaban llevarlo a las reservas que se habían creado en la llanura…- Pero ahora ya no podemos, ¡gracias señor zorro!- la joven pelirroja era una humana, amante de los animales, y con dote para ellos, ya que no solían asustarse ni atacarla. Su madre era humana, y estaba emparejada con un hombre bestia, por lo que vivían en aquella zona, y la pelirroja frecuentaba el bosque de Midgar y el mismo de Sandorai, en busca de animales desamparados.
Mentiría, y lo hacía cuando le preguntaba su madre, si le preguntaban acerca de que hacia ella al respecto en aquel tema. De cara a sus padres, no hacía nada más que salir y gritar como una loca. Pero Trissa no lo dejaba en manos del destino. Se había apresurado en hacer un pequeño viaje a la ciudad de los vampiros, no muy lejos de su casa en el bosque, y había contratado a un vampiro… o eso parecía, para que buscare sus queridos animales. Pero nada. La única información que había recogido de aquel cobarde era que el rastro llevaba hasta una cueva, en el bosque de Sandorai, rozando el territorio de los vampiros. Pero por las noches, en aquella cueva, no había nada. El contratado había pensado en pasar allí la noche y esperar a que amaneciese, pero en la cuerva, tanto en paredes como en techo, había surcos por los que se colaban la luz, así que para no quemarse, dejó el trabajo. Antes de dejarlo, el vampiro le dijo a Trissa que allí olía a sangre, y había visto algunos huesos… tenían que estar ahí.
Quería ir ella misma, pero su madre, después de tardar tanto en ir a por existencias a la cuidad –mentira- le prohibió salir tantos días seguidos, ya que si como ella decía no se trataba de un zorrillo, estaba en peligro ella sola.
-Maldición, maldición…. ¡Maldición! – fue entonces cuando Trissa, por mirar al cielo, chocó contra un árbol. Fue un golpe fuere y seco. Quedaría marca. Una ardilla bajó apresurada por el tranco, mirando con cautela a la joven que estaba tirada en el suelo, con la mano en la frente. El animalillo se acerco a ello, poniéndose encima. Trissa no pudo evitar sonreri.
El animal salió corriendo, alguien se había acercado.
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- trissa:
•Todo el que entre debe explicar cómo llega a la zona, y claramente, como se encuentra con Trissa.
En esta quets, solo pueden participar personas con las habilidades pasivas:
Conocimiento antiguo-Bestias/Trampas y venenos/ Arcanos
•En caso de que se una más de un participante, los turnos serán tal que así:
Máster, pj1, máster, pj2.
Después de que todos hubiesen posteado una vez, los turnos se normalizarían:
Máster, pj1, pj2.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Geralt se encontraba en el bosque de Sandorai. Aunque "se encontraba" parecía hacer referencia a que había ido a pasear, y, ciertamente, estaba cerca de Lunargenta, pero no tan cerca. Se encontraba allí por una cadena de trabajos que lo alejaron cada vez más de la ciudad. "Un lobo se ha comido mi oveja Dolly", "En lo alto de esa montaña llena de bandidos crece noseque planta" "Llévale esta carta al estúpido de mi vecino". En resumen, por una serie de trabajos aceptablemente pagados en techo, comida y unas pocas monedas, se encontraba en territorio elfico. Eso no era necesariamente un problema, ya había estado antes, sabia volver a "casa" y había conocido a algún que otro elfo, mientras no incendiara el bosque, chuleara de sus poderes mágicos o llamara orejas puntiagudas a alguien, estaría bien.
Ademas, tenia un as en la manga, dos en realidad, y no en la manga sino siguiéndole el paso. Ningún elfo haría daño de manera gratuita al dueño de dos preciosos lobeznos. Un par de lobeznos que lo estaban llevando por el bosque, buscando vete tu a saber que, algún hueso seguramente.
O al menos eso pensó hasta que vio la cabellera de una mujer caminando en la misma dirección que ellos, a lo lejos, gritando algo que no sonaba muy agradable, al menos hasta que se estampo de morros contra un árbol. La chica estaba lejos, así que al principio no entendió que había pasado, pero cuando vio que la chica empezaba a caer lo entendió.
El brujo no pudo evitarlo. Al mismo tiempo que la mujer caía de culo, el se doblo sobre su mismo retorciéndose de la risa, mientras Loki y Freya trotaban hacia la mujer, seguramente para perseguir a esa ardilla.
Lo... siento...¿estas... bien? dijo, interrumpiendo cada palabra con carcajadas cada vez más flojas. Luego se dio cuenta de que seguramente estaba demasiado lejos para oírle decir las palabras, por lo que se levanto y fue hacia ella, intentando compensar las risotadas a su costa por un poco de preocupación fingida.
Ademas, tenia un as en la manga, dos en realidad, y no en la manga sino siguiéndole el paso. Ningún elfo haría daño de manera gratuita al dueño de dos preciosos lobeznos. Un par de lobeznos que lo estaban llevando por el bosque, buscando vete tu a saber que, algún hueso seguramente.
O al menos eso pensó hasta que vio la cabellera de una mujer caminando en la misma dirección que ellos, a lo lejos, gritando algo que no sonaba muy agradable, al menos hasta que se estampo de morros contra un árbol. La chica estaba lejos, así que al principio no entendió que había pasado, pero cuando vio que la chica empezaba a caer lo entendió.
El brujo no pudo evitarlo. Al mismo tiempo que la mujer caía de culo, el se doblo sobre su mismo retorciéndose de la risa, mientras Loki y Freya trotaban hacia la mujer, seguramente para perseguir a esa ardilla.
Lo... siento...¿estas... bien? dijo, interrumpiendo cada palabra con carcajadas cada vez más flojas. Luego se dio cuenta de que seguramente estaba demasiado lejos para oírle decir las palabras, por lo que se levanto y fue hacia ella, intentando compensar las risotadas a su costa por un poco de preocupación fingida.
- Off:
- Me acabo de dar cuenta de que aun no he hecho ficha de pnjs de los lobos, pero en fin, son cachorros, Loki es el negro, Freya es la blanca
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Ruido, ella también lo había escuchado. Aun tumbada en el suelo, Trissa volvió la cabeza para ver que un hombre de pelo blanco se acercaba a ella, al parecer riéndose más que si fuese de aguamiel hasta las cejas, al parecer por el trompazo que se había propinado.
Dos lobos, uno blanco y otro negro corrían hacia ella, pero no tenía miedo, no era la primera vez que trataba con ese tipo de animales, sabía cómo comportarse y…
-¡Oh pero si son dos bebes!- dijo entusiasmada viendo como correteaban hacia ella. Por suerte la ardilla había trepado a un árbol…suerte, pensó la pelirroja antes de sentarse en el suelo y ver al peliblanco que aun se acercaba más. Parecía alto y fuerte, guapo… o más bien atractivo, con cierto punto de peligro, lo que solía llamar la atención de muchas mujeres… en ese momento lo odio.
Sus mejillas se sonrojaron por saber perfectamente que había visto como chocaba, para después caer al suelo. No le gustaba quedar como una de esas chicas tontas de la cuidad. Odiaba al peliblanco, a más intensidad con cada paso que daba.
La vestimenta de la joven de piel clara era una mezcla entre ropas de elfos y hombres bestia. Así como su peinado, con trenzas estilo norteñas, pero la mitad de la melena suelta, como algunas elfas. Se trataba de una humana muy hermosa, de apariencia débil por las dulces y suaves facciones, pero portaba una daga a la cintura para defenderse. En las orejas portaba una especie de joya que tenía forma de oreja de elfo, adornada con piedras pequeñas de diferentes colores. Su “padre”, un hombre rinoceronte, que parecía muy fuerte y duro, era la persona más tierna que conocía, al menos con su madre, y además, un manitas. Le encantaba hacer ese tipo de joyas, y a Trissa le encantaba lucirlas.
¿Por qué tiene que hablar y reírse así? ¿Acaso el nunca se ha caído? Era una persona que congeniaba muy bien con los animales, pero no tan bien con las personas.
-¿Y tu quien eres?- preguntó con curiosidad, y también una pizca de enfado…sin quererlo. Los lobos llegaron a ella, y se lanzaron sobre la joven, esta aceptó los cariñitos de las crías con agrado, riendo y correspondiendo.
Cuando eso terminó, los dos pequeños se acercaron a su dueño, y esta se levanto de una vez del suelo. Cruzando los brazos, esperando respuesta.
Dos lobos, uno blanco y otro negro corrían hacia ella, pero no tenía miedo, no era la primera vez que trataba con ese tipo de animales, sabía cómo comportarse y…
-¡Oh pero si son dos bebes!- dijo entusiasmada viendo como correteaban hacia ella. Por suerte la ardilla había trepado a un árbol…suerte, pensó la pelirroja antes de sentarse en el suelo y ver al peliblanco que aun se acercaba más. Parecía alto y fuerte, guapo… o más bien atractivo, con cierto punto de peligro, lo que solía llamar la atención de muchas mujeres… en ese momento lo odio.
Sus mejillas se sonrojaron por saber perfectamente que había visto como chocaba, para después caer al suelo. No le gustaba quedar como una de esas chicas tontas de la cuidad. Odiaba al peliblanco, a más intensidad con cada paso que daba.
La vestimenta de la joven de piel clara era una mezcla entre ropas de elfos y hombres bestia. Así como su peinado, con trenzas estilo norteñas, pero la mitad de la melena suelta, como algunas elfas. Se trataba de una humana muy hermosa, de apariencia débil por las dulces y suaves facciones, pero portaba una daga a la cintura para defenderse. En las orejas portaba una especie de joya que tenía forma de oreja de elfo, adornada con piedras pequeñas de diferentes colores. Su “padre”, un hombre rinoceronte, que parecía muy fuerte y duro, era la persona más tierna que conocía, al menos con su madre, y además, un manitas. Le encantaba hacer ese tipo de joyas, y a Trissa le encantaba lucirlas.
¿Por qué tiene que hablar y reírse así? ¿Acaso el nunca se ha caído? Era una persona que congeniaba muy bien con los animales, pero no tan bien con las personas.
-¿Y tu quien eres?- preguntó con curiosidad, y también una pizca de enfado…sin quererlo. Los lobos llegaron a ella, y se lanzaron sobre la joven, esta aceptó los cariñitos de las crías con agrado, riendo y correspondiendo.
Cuando eso terminó, los dos pequeños se acercaron a su dueño, y esta se levanto de una vez del suelo. Cruzando los brazos, esperando respuesta.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Por suerte, sus lobos no causaron una masacre ardillil, no solo porque era asqueroso, sino porque quedaba muy mal ante otras personas, en su lugar, pareció que esa chica les gustaba. Para ser terribles guardianes, los condenados tenían buen gusto. Y... no parecía herida de verdad, lo que redujo la culpa que sentía por haberse reído en su cara. Cuando el peliblanco estuvo a una distancia aceptable, hinco la rodilla para encontrarse a la misma altura que la joven y la miro jugando con sus lobos.
No es que el brujo se quedara embobado, simplemente estaba mirándole las orejas, para comprobar que efectivamente, era humana, a pesar de esas ropas tan exóticas. No parecían ropas especialmente caras, simplemente diferentes, de la zona seguramente, pero eso de su oreja si que parecía especial Pareces estar bien, menos mal... claro, haciéndose el buen chico, como no había oído las risotadas...
Me llamo Geralt, vengo de… recordó donde estaba, recordó quien vivía en ese bosque, puede que esa chica fuera humana, pero no quería que un elfo lo empalara a un árbol, había oído que dolía horrores. Lunargenta, soy... eso de improvisar era un asco mercenario técnicamente, cierto, cobraba por hacer cosas, usualmente para cargarse algo o alguien.
Cuando sus dos compañeros peludos volvieron a su lado, se limito a rascarles detrás de las orejas a cada uno y sentarse en la misma postura que la chica Se llaman Loki le dio una palmadita al negro y Freya repitió el proceso con la blanca En fin, ¿Como te llamas?
No es que el brujo se quedara embobado, simplemente estaba mirándole las orejas, para comprobar que efectivamente, era humana, a pesar de esas ropas tan exóticas. No parecían ropas especialmente caras, simplemente diferentes, de la zona seguramente, pero eso de su oreja si que parecía especial Pareces estar bien, menos mal... claro, haciéndose el buen chico, como no había oído las risotadas...
Me llamo Geralt, vengo de… recordó donde estaba, recordó quien vivía en ese bosque, puede que esa chica fuera humana, pero no quería que un elfo lo empalara a un árbol, había oído que dolía horrores. Lunargenta, soy... eso de improvisar era un asco mercenario técnicamente, cierto, cobraba por hacer cosas, usualmente para cargarse algo o alguien.
Cuando sus dos compañeros peludos volvieron a su lado, se limito a rascarles detrás de las orejas a cada uno y sentarse en la misma postura que la chica Se llaman Loki le dio una palmadita al negro y Freya repitió el proceso con la blanca En fin, ¿Como te llamas?
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Trissa miró de reojo aun jugando con los lobos, ya menos mal… sino menudo para ayudarme. Si, le seguía odiando. Estaba a su altura, desde donde, disimuladamente, podía examinar mejor su rostro. Algunas cicatrices le caracterizaban, las cicatrices eran…
Mirándole a los ojos, escuchaba al del pelo blanco, y no se creía nada. Muchas pausas, se lo está pensando, me está mintiendo. ¿Qué piensas que soy tonta? Pero trataba muy bien a la pareja de animales… eso le gustaba… tonto.
-Hola Freya… si, si tu también Loki…- dijo inclinándose un poco hacia delante para acariciarles de nuevo. Después, se quedo callada, con los ojos entrecerrados, intentando examinarle. Espera… ¿ha dicho mercenario?
-¿Has dicho mercenario? ¿Qué tipo de mercenario?- aquel no se trataba de un vampiro, pero parecía un hombre experimentado en aventuras. Podía ver sus armas, o al menos una, por lo que sabría defenderse, quizás alguien hombre…podía ayudarle con su problema. –Me llamo Trissa, encantada.- dijo sonriendo, pero sin dejar ver sus blancos dientes.
Estaban bajo una gran espesura de arboles, pero la pelirroja sabía perfectamente cuantas horas de sol quedaban. Un aire algo más fresco se colaba entre las hojas, haciendo que el cabello de la joven se moviese a su antojo… el del brujo también.
Mirándole a los ojos, escuchaba al del pelo blanco, y no se creía nada. Muchas pausas, se lo está pensando, me está mintiendo. ¿Qué piensas que soy tonta? Pero trataba muy bien a la pareja de animales… eso le gustaba… tonto.
-Hola Freya… si, si tu también Loki…- dijo inclinándose un poco hacia delante para acariciarles de nuevo. Después, se quedo callada, con los ojos entrecerrados, intentando examinarle. Espera… ¿ha dicho mercenario?
-¿Has dicho mercenario? ¿Qué tipo de mercenario?- aquel no se trataba de un vampiro, pero parecía un hombre experimentado en aventuras. Podía ver sus armas, o al menos una, por lo que sabría defenderse, quizás alguien hombre…podía ayudarle con su problema. –Me llamo Trissa, encantada.- dijo sonriendo, pero sin dejar ver sus blancos dientes.
Estaban bajo una gran espesura de arboles, pero la pelirroja sabía perfectamente cuantas horas de sol quedaban. Un aire algo más fresco se colaba entre las hojas, haciendo que el cabello de la joven se moviese a su antojo… el del brujo también.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Cazo bestias dijo el brujo sin dudarlo, puesto que era cierto, por algo se leía esos libros mohosos y llenos de polvo casi abandonados en las bibliotecas de Lunargenta, no era culpa suya que la mayoría de muertos en su camino fuera idiotas y no bestias. Pero, obviamente, no se le escapo el súbito interés de la muchacha. La pregunta habitual era "¿Has matado a alguien?" o, "¿Eres muy fuerte?", suponer que había más de un tipo de mercenario implicaba que la chica tenia algo concreto en mente. ¿Como había dicho? ¿Trissa?
Un placer Trissa ahora tocaba tantear ¿A que se debe ese interés? ¿Planeas lanzarte a la aventura? Es un trabajo peligroso... no, obviamente no era eso, no parecía muy aguerrida, y tampoco parecía herida, demasiado joven para ser una madre en busca de un hijo perdido y demasiado alegre para haber sido asaltada por bandidos...
Le picaba la curiosidad, pero no presionaría, contratar un mercenario solía implicar un desenlace violento, muchas veces contra otras personas, no era algo que se pidiera alegremente al primer tipo que pasaba, por lo que cambio de tema.
Esos pendientes... ¿Los hace algún artesano local? un tema tan bueno como cualquier otro, menos el tiempo, comentar el buen tiempo habría resaltado lo obvio, dejándolo como un idiota, así que se limito a disfrutar de la brisa mientras esperaba una respuesta. Ya que parecía que se estarían un rato, se desabrocho la capa, revelando su negra armadura de cuero que tantas molestias le causaba. Esa maldita armadura nueva retenía el calor como una esponja, solo esperaba que hiciera lo mismo con sus tripas si recibía una puñalada.
Un placer Trissa ahora tocaba tantear ¿A que se debe ese interés? ¿Planeas lanzarte a la aventura? Es un trabajo peligroso... no, obviamente no era eso, no parecía muy aguerrida, y tampoco parecía herida, demasiado joven para ser una madre en busca de un hijo perdido y demasiado alegre para haber sido asaltada por bandidos...
Le picaba la curiosidad, pero no presionaría, contratar un mercenario solía implicar un desenlace violento, muchas veces contra otras personas, no era algo que se pidiera alegremente al primer tipo que pasaba, por lo que cambio de tema.
Esos pendientes... ¿Los hace algún artesano local? un tema tan bueno como cualquier otro, menos el tiempo, comentar el buen tiempo habría resaltado lo obvio, dejándolo como un idiota, así que se limito a disfrutar de la brisa mientras esperaba una respuesta. Ya que parecía que se estarían un rato, se desabrocho la capa, revelando su negra armadura de cuero que tantas molestias le causaba. Esa maldita armadura nueva retenía el calor como una esponja, solo esperaba que hiciera lo mismo con sus tripas si recibía una puñalada.
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Mata bestias… eso es perfecto, este…hombre de pelo blanco podría solucionar mis problemas…
Alzó una ceja, escuchando sus preguntas. ¿Acaso quería que formaran compaña? No, no querido peliblanco, no. Era un mercenario que eliminaba bestias a sueldo, con experiencia, era idóneo para el trabajo.
Su cabeza ya estaba maquinando los precios, el trabajo en sí mismo, el trayecto… quizás podía acompañarle, todo. Su cabeza estaba en otro lugar, pensando en todo para que no terminase igual de mal que la última vez… hasta que la voz del hombre le sacó de sus pensamientos.
Se llevó las manos a la joya que adornaba su oreja, mirándole a los ojos, n parecía el tipo de hombre que se fijaba en ese tipo de cosas.
Se quitó la capa, intentó no mirar, pero la armadura de cuero le llamaba mucho la atención.
-Sí, las hace mi…padre- no le importaba quien era, no tenia porque darle explicaciones. Padre, lo hacía su padre, eso no era lo importante.-Le gusta mucho hacer este tipo de cosas, se le dan muy bien…- dijo mirando a la pareja de lobos. Las sonrisas aparecían por su rostro cada vez que veía aquellos animales, eran tan bonitos…
Esperó un par de segundos, disfrutando del aire que les acompañaba en el bosque. –Geralt, quiero contratarte como mercenario, ¿qué me dices?
Empezaron a andar y, mientras, Trissa le contaba al brujo de pelo blanco lo que había sucedido en la cueva. La desaparición de los animales, los rastros sin nada aparente al final… la sangre y los huesos… todo. Llegaron a una casa de madera que se perdía en los bosques, junto a esta, un par más.
-¿Qué me dices?
Alzó una ceja, escuchando sus preguntas. ¿Acaso quería que formaran compaña? No, no querido peliblanco, no. Era un mercenario que eliminaba bestias a sueldo, con experiencia, era idóneo para el trabajo.
Su cabeza ya estaba maquinando los precios, el trabajo en sí mismo, el trayecto… quizás podía acompañarle, todo. Su cabeza estaba en otro lugar, pensando en todo para que no terminase igual de mal que la última vez… hasta que la voz del hombre le sacó de sus pensamientos.
Se llevó las manos a la joya que adornaba su oreja, mirándole a los ojos, n parecía el tipo de hombre que se fijaba en ese tipo de cosas.
Se quitó la capa, intentó no mirar, pero la armadura de cuero le llamaba mucho la atención.
-Sí, las hace mi…padre- no le importaba quien era, no tenia porque darle explicaciones. Padre, lo hacía su padre, eso no era lo importante.-Le gusta mucho hacer este tipo de cosas, se le dan muy bien…- dijo mirando a la pareja de lobos. Las sonrisas aparecían por su rostro cada vez que veía aquellos animales, eran tan bonitos…
Esperó un par de segundos, disfrutando del aire que les acompañaba en el bosque. –Geralt, quiero contratarte como mercenario, ¿qué me dices?
Empezaron a andar y, mientras, Trissa le contaba al brujo de pelo blanco lo que había sucedido en la cueva. La desaparición de los animales, los rastros sin nada aparente al final… la sangre y los huesos… todo. Llegaron a una casa de madera que se perdía en los bosques, junto a esta, un par más.
-¿Qué me dices?
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¿Aceptas el trabajo, brujo?
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Geralt se mantuvo en silencio durante el paseo, asimilando la información que el daba la chica, una información que a lo mejor le salvaría la vida. Uno o dos animales por noche, una guarida con huesos, sangre y que por la noche estaba vacía…. Era una información algo vaga, eso incluía desde prácticamente cualquier depredador nocturno no excesivamente grande (puesto que dudaba seriamente que un dragón se conformara con un par de ovejas al día) hasta algún trol especialmente achispado.
Como experto en bestias, bueno, más bien como aficionado en bestias, enfrentarse a ”algo” nocturno y carnívoro sin saber nada más era horriblemente peligroso. Si hubiera sabido algo más, seguramente podría haber conseguido que un alquimista le hiciera un cebo para atraer al bichejo a un lugar favorable, o un veneno, para matarlo con solo la perdida de una miserable oveja.
Pero claro, ¿Dónde estaba la diversión en eso? Ya había aceptado el contrato en su mente, pero aun no había dicho nada, demasiado ensimismado por la ilusión que le hacia comprobar en persona si las descripciones de los libros eran acertadas, pero aun quedaba un pequeño detalle
Esa cueva… ¿Cómo de grande es?¿Tiene un pasillo antes de ampliarse? Geralt no era especialmente ágil, por lo que enfrentarse a su futura presa en un lugar muy grande, donde pudiera moverse con libertad, puede que incluso volar, era malo, pero por otro lado, un lugar demasiado pequeño lo arrinconaría. Lo ideal seria un túnel medio, lo suficientemente amplio como para evitar algún golpe pero demasiado estrecho como para que pudiera rodearlo, allí seria donde sus llamaradas verían todo su esplendor.
Cuando se encontraron delante de cuna cabaña de madera, que supuso que seria la casa de Trissa, por fin respondió a la pregunta anterior En fin, acepto. Aunque puede que necesite más de un intento aunque solo fuera para identificar a la bestia o… bueno, no morir. ¿Donde esta exactamente esa guarida?
Como experto en bestias, bueno, más bien como aficionado en bestias, enfrentarse a ”algo” nocturno y carnívoro sin saber nada más era horriblemente peligroso. Si hubiera sabido algo más, seguramente podría haber conseguido que un alquimista le hiciera un cebo para atraer al bichejo a un lugar favorable, o un veneno, para matarlo con solo la perdida de una miserable oveja.
Pero claro, ¿Dónde estaba la diversión en eso? Ya había aceptado el contrato en su mente, pero aun no había dicho nada, demasiado ensimismado por la ilusión que le hacia comprobar en persona si las descripciones de los libros eran acertadas, pero aun quedaba un pequeño detalle
Esa cueva… ¿Cómo de grande es?¿Tiene un pasillo antes de ampliarse? Geralt no era especialmente ágil, por lo que enfrentarse a su futura presa en un lugar muy grande, donde pudiera moverse con libertad, puede que incluso volar, era malo, pero por otro lado, un lugar demasiado pequeño lo arrinconaría. Lo ideal seria un túnel medio, lo suficientemente amplio como para evitar algún golpe pero demasiado estrecho como para que pudiera rodearlo, allí seria donde sus llamaradas verían todo su esplendor.
Cuando se encontraron delante de cuna cabaña de madera, que supuso que seria la casa de Trissa, por fin respondió a la pregunta anterior En fin, acepto. Aunque puede que necesite más de un intento aunque solo fuera para identificar a la bestia o… bueno, no morir. ¿Donde esta exactamente esa guarida?
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Mmmh…- Trissa se rasco el nuca- la verdad es que a simple vista no parece una cueva muy grande. El vampiro me dijo que después de unos metros, la cueva se hace notablemente mayor que lo que demuestra la entrada, incluso que hay diferentes espacios dentro… siento no poder ser de más ayuda, pero yo misma no he entrado en la cueva…-
Se lo quedó mirando, esperando la aceptación o la negativa a su pregunta. Estaba en ascuas, ya se imaginaba a aquel peliblanco solucionando sus problemas, aunque también lo veía irse… la espera la estaba matando.
Aceptó.
Trissa se lanzó sobre él dándole un fuerte y afectivo abrazo.
Un gran hombre bestia, alto y fuerte, con cara de pocos amigos, empezaba a acercarse a la pareja, se aproximaba a paso ligero desde la puerta de la casa. Miraba al brujo con los ojos entrecerrados.
-¡Oh papá!- dijo Trissa más contenta que unas pascuas.-Geralt nos ayudara con lo de las animales, ¿no es genial?- dijo mientras soltaba brujo y le plantaba un beso al hombre bestia en la cara, antes de entrada en la casa.- Voy preparando la cena… ¡Oh se queda a cenar!- estaba muy emocionada.
El padre no perdía el contacto visual con aquel “brujo”. No decía nada, parecía que aquello no le acababa de gustar. Después de unos minutos igual. El hombre entró en la casa.
-Trissa, ten, esto es para ti…- dijo antes de dejaron colgante en una mesa, para sentarse después en una butaca.
Una preciosa humana que aparentaba tener pocos años más que Trissa se plantó frente al peliblanco.
-Encantada, soy la madre de Trissa…- dijo examinándole, sonriendo con picardía.
Se lo quedó mirando, esperando la aceptación o la negativa a su pregunta. Estaba en ascuas, ya se imaginaba a aquel peliblanco solucionando sus problemas, aunque también lo veía irse… la espera la estaba matando.
Aceptó.
Trissa se lanzó sobre él dándole un fuerte y afectivo abrazo.
Un gran hombre bestia, alto y fuerte, con cara de pocos amigos, empezaba a acercarse a la pareja, se aproximaba a paso ligero desde la puerta de la casa. Miraba al brujo con los ojos entrecerrados.
-¡Oh papá!- dijo Trissa más contenta que unas pascuas.-Geralt nos ayudara con lo de las animales, ¿no es genial?- dijo mientras soltaba brujo y le plantaba un beso al hombre bestia en la cara, antes de entrada en la casa.- Voy preparando la cena… ¡Oh se queda a cenar!- estaba muy emocionada.
El padre no perdía el contacto visual con aquel “brujo”. No decía nada, parecía que aquello no le acababa de gustar. Después de unos minutos igual. El hombre entró en la casa.
-Trissa, ten, esto es para ti…- dijo antes de dejaron colgante en una mesa, para sentarse después en una butaca.
Una preciosa humana que aparentaba tener pocos años más que Trissa se plantó frente al peliblanco.
-Encantada, soy la madre de Trissa…- dijo examinándole, sonriendo con picardía.
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•Puedes terminar de pasar una agradable velada con la familia y ponerte al trabajo esa misma noche, o puedes esperar a la mañana.
De todos modos explica algo de la cena y después, claro, lo que decides. Puedes metarolear con el padre y la madre, pero intentando mantener los caracteres: el padre serio y frio, al menos contigo, y la madre muy abierta y dulce, aunque picarona.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Seguramente, ese vampiro era el único que había estado en esa cueva, y el tipo se había esfumado en el aire, aunque, sinceramente, aunque supiera donde estaba no se habría molestado en ir. Improvisaría sobre la marcha, siempre le salia bien.
El abrazo fue algo inesperado, parecía que ese bichejo los estaba molestando de verdad. No te preocupes, ya me encargo Aunque, viendo al hombre bestia que se acercaba, realmente dudaba que le necesitaran para algo, aunque claro, no se quejaría, puesto que iba a cobrar. El brujo le sostuvo la mirada al hombre rinoceronte. Puede que conocerlo cuando su hija le estaba achuchando no causara una muy buena primera impresión, pero estaba allí para solucionar un problema, no para hacer amigos. Debido a ese duelo de miradas, tardo en darse cuenta de que le habían invitado a cenar, y solo etro en la casa cuando se quedo solo fuera.
Un placer dijo a la mujer educadamente.
La cena transcurrió con relativa normalidad, el brujo ayudo a poner la mesa y cada uno recibió un poco de estofado, menos sus lobos, a los que Geralt les dio unos trozos de carne curada de sus provisiones. El peliblanco comía con avidez, no solo porque la comida estaba buena, sino porque pretendía llegar a esa cueva antes de que se hiciera demasiado oscuro. Atrapar al monstruo dormido o incluso hambriento y por lo tanto agotado sonaba mucho mejor que luchar contra algo en pleno uso de sus fuerzas. Pero sus planes se truncaron ligeramente cuando se volvió el tema de conversación.
Veo que llevas una espada, pero no pareces muy fuerte... Dijo el hombre bestia, quería saber si enviaba a algún muerto de hambre a una muerte segura.
Cariño...
No suelo luchar con espada interrumpió Geralt no suelo necesitarla
¿Usas los puños? Ese bufido sonó casi burlón, menuda sorpresa iba a llevarse, por gruñon.
Bueno... técnicamente uso mi cuerpo chasqueo los dedos y apareció una pequeña llamita durante unos segundos.
Oh... pero no eres un elfo, entonces...
Un brujo, si, aunque hace mucho que no estoy en las islas Por aquel entonces, ya había acabado. Trissa, ¿donde esta ea cueva? Una noche en una cama caliente sonaba tentador, pero su orgullo le impedía quedarse durmiendo mientras esa gente, la gente que le pagaba, perdía otro animal. Siempre podía montar guardia, pero si lo heria, perseguir una bestia por medio bosque seria agotador, era mejor invadir la guarida, si estaba allí, perfecto, sino, podría buscar pistas sobre que tipo de bestia era, puede que incluso montar un cebo.
Loki, Freya, os quedáis aquí de inmediato oyó gemidos de protesta, sobretodo del negro Aquí insistió señalando el suelo con voz firme. No esperaría a un monstruo con un par de cachorros, era demasiado peligroso.
El abrazo fue algo inesperado, parecía que ese bichejo los estaba molestando de verdad. No te preocupes, ya me encargo Aunque, viendo al hombre bestia que se acercaba, realmente dudaba que le necesitaran para algo, aunque claro, no se quejaría, puesto que iba a cobrar. El brujo le sostuvo la mirada al hombre rinoceronte. Puede que conocerlo cuando su hija le estaba achuchando no causara una muy buena primera impresión, pero estaba allí para solucionar un problema, no para hacer amigos. Debido a ese duelo de miradas, tardo en darse cuenta de que le habían invitado a cenar, y solo etro en la casa cuando se quedo solo fuera.
Un placer dijo a la mujer educadamente.
La cena transcurrió con relativa normalidad, el brujo ayudo a poner la mesa y cada uno recibió un poco de estofado, menos sus lobos, a los que Geralt les dio unos trozos de carne curada de sus provisiones. El peliblanco comía con avidez, no solo porque la comida estaba buena, sino porque pretendía llegar a esa cueva antes de que se hiciera demasiado oscuro. Atrapar al monstruo dormido o incluso hambriento y por lo tanto agotado sonaba mucho mejor que luchar contra algo en pleno uso de sus fuerzas. Pero sus planes se truncaron ligeramente cuando se volvió el tema de conversación.
Veo que llevas una espada, pero no pareces muy fuerte... Dijo el hombre bestia, quería saber si enviaba a algún muerto de hambre a una muerte segura.
Cariño...
No suelo luchar con espada interrumpió Geralt no suelo necesitarla
¿Usas los puños? Ese bufido sonó casi burlón, menuda sorpresa iba a llevarse, por gruñon.
Bueno... técnicamente uso mi cuerpo chasqueo los dedos y apareció una pequeña llamita durante unos segundos.
Oh... pero no eres un elfo, entonces...
Un brujo, si, aunque hace mucho que no estoy en las islas Por aquel entonces, ya había acabado. Trissa, ¿donde esta ea cueva? Una noche en una cama caliente sonaba tentador, pero su orgullo le impedía quedarse durmiendo mientras esa gente, la gente que le pagaba, perdía otro animal. Siempre podía montar guardia, pero si lo heria, perseguir una bestia por medio bosque seria agotador, era mejor invadir la guarida, si estaba allí, perfecto, sino, podría buscar pistas sobre que tipo de bestia era, puede que incluso montar un cebo.
Loki, Freya, os quedáis aquí de inmediato oyó gemidos de protesta, sobretodo del negro Aquí insistió señalando el suelo con voz firme. No esperaría a un monstruo con un par de cachorros, era demasiado peligroso.
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Una cena… interesante.
El “padre” de Trissa no dejaba de mirar de manera calificativa al “brujo”. Solo había hecho aparecer una simple llamita, eso no era del todo magia… no parecía fuerte ni… macho, estaría a la espera de los resultados, y por su hija, esperando que favorables.
La madre de Trissa, en cambio, tremía muchas esperanzas con ese hombre de pelo blanco, un hombre alto y apuesto, dotado con magia. Seguramente una buena persona, ya que parecía tratar bien a esos dos cachorros.
Trissa parecía no estar ahí, apenas miraba a nadie, no quería mirar al peliblanco, no quería mirar a su padre, el que parecía estar mostrando su hombría por la diferencia física con el brujo, y no quería mirar a su madre, la que, comprensiva como siempre, estaba siendo muy amable con el nuevo.
La cena terminó de manera… interesante. Al parecer el brujo no era un holgazán ya que aun no había terminado de masticar el último trozo de carne del estofado que ya estaba a punto de ir al tajo. Les ordenó a ambas crías que se quedasen en la casa, a salvo de aquella criatura que torturaba las noches en aquella zona. Estas no parecían muy conformes con la idea de separarse de su dueño, pero tras una simple palabras y unas miradas, los animales se acomodaron en unos cojines que Trissa les había preparado en el suelo.
El brujo saldría por la puerta, la pelirroja iría tras él.
-Eh…- dijo tras él, llamando su atención para que se detuviese. Apenas había hablado en toda la cena. Carraspeó.- Ten cuidado, ¿vale?- se apartó una guedeja, colocándola tras la oreja. –Si terminas pronto tienes una cama dentro esperándote…- susurro antes de hacer un amago de sonrisa, para entrar en la casa nuevamente.
La luna empezaba a asomarse por el horizonte, imperceptible desde la arboleda en la que se encontraban en aquel momento, donde se encontraban las escasas casitas. El brujo debería andar un tanto hasta llegar a la nombrada cueva, donde se había visto la sangre y las pistas de la posible bestia. Parecía que con la luna, el aire iba a envolver la noche, haciendo bailar a los arboles a su antojo, moviendo sus ramas como si fuesen simples ramas.
El “padre” de Trissa no dejaba de mirar de manera calificativa al “brujo”. Solo había hecho aparecer una simple llamita, eso no era del todo magia… no parecía fuerte ni… macho, estaría a la espera de los resultados, y por su hija, esperando que favorables.
La madre de Trissa, en cambio, tremía muchas esperanzas con ese hombre de pelo blanco, un hombre alto y apuesto, dotado con magia. Seguramente una buena persona, ya que parecía tratar bien a esos dos cachorros.
Trissa parecía no estar ahí, apenas miraba a nadie, no quería mirar al peliblanco, no quería mirar a su padre, el que parecía estar mostrando su hombría por la diferencia física con el brujo, y no quería mirar a su madre, la que, comprensiva como siempre, estaba siendo muy amable con el nuevo.
La cena terminó de manera… interesante. Al parecer el brujo no era un holgazán ya que aun no había terminado de masticar el último trozo de carne del estofado que ya estaba a punto de ir al tajo. Les ordenó a ambas crías que se quedasen en la casa, a salvo de aquella criatura que torturaba las noches en aquella zona. Estas no parecían muy conformes con la idea de separarse de su dueño, pero tras una simple palabras y unas miradas, los animales se acomodaron en unos cojines que Trissa les había preparado en el suelo.
El brujo saldría por la puerta, la pelirroja iría tras él.
-Eh…- dijo tras él, llamando su atención para que se detuviese. Apenas había hablado en toda la cena. Carraspeó.- Ten cuidado, ¿vale?- se apartó una guedeja, colocándola tras la oreja. –Si terminas pronto tienes una cama dentro esperándote…- susurro antes de hacer un amago de sonrisa, para entrar en la casa nuevamente.
La luna empezaba a asomarse por el horizonte, imperceptible desde la arboleda en la que se encontraban en aquel momento, donde se encontraban las escasas casitas. El brujo debería andar un tanto hasta llegar a la nombrada cueva, donde se había visto la sangre y las pistas de la posible bestia. Parecía que con la luna, el aire iba a envolver la noche, haciendo bailar a los arboles a su antojo, moviendo sus ramas como si fuesen simples ramas.
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Geralt, disculpa el retraso, los dioses han sentenciado que mi conexión a internet sea pésima, haciendo que hayan días en que sea nula. Procurare seguirte lo más cerca y rápido posible, aunque quizás me ausente por el mismo motivo algunas veces.
•Ahora al tema, en tu siguiente post debes explicar todo el trayecto hasta la cueva, y si quieres puedes poner, incluso, que entras, yo me encargare de describir después todo lo demás.
Y para que no te aburras por el camino… ¿Qué tal un pequeño contratiempo? Tu lo elijes, pero no puede ser ni un monstruo/bestia ni personas.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Ya no tenia nada que hacer allí, se pondría con el trabajo, por lo que el brujo se dirigió al exterior, sin lobos. Se sentía solo sin ellos, desprotegido, aunque poco podían hacer para protegerlo un par de cachorrillos... La chica, su contratista, interrumpió sus pensamientos al salir con el.
No te preocupes, me encargare de todo y volveré a por esa cama se limito a decir con una sonrisa. Eso esperaba, seria muy triste morir en ese rincón perdido del mundo. Bueno, técnicamente no tan perdido, pero era territorio elfico, se negaba a morir allí, tristemente, en un lugar en el que vivían perdedores... Si ellos podían vivir con ese o esos bichejos, el también.
La luna ya debía haber salido, por algún lado, nunca se le había dado bien eso de orientarse de noche, pero sabría llegar a la cueva sin problemas, no podía ser muy complicado, o al menos eso pensaba.
No le asalto ninguna manada de lobos, ni unos salteadores de caminos, ni siquiera fue molestado por una manada de ardillas rabiosas como aquella fatídica vez, se encontraba caminando tranquilamente, por el sendero que pasaba por el pequeño desnivel que le habían indicado, algo muy simple, seguir el maldito camino hasta ver la cueva en la parte baja y descender lentamente por el camino que llevaba a ella, chupado.
Puede que fuera la tensión de la batalla inminente, el conocimiento de que lo que fuera que hubiera allí debía ser una bestia homicida o que simplemente estaba oscuro de la ostia, pero cuando un conejo salio de un arbusto, el brujo no pudo evitar dar un bote, un bote hacia el vacío.
El brujo cayo unos cinco metros antes de conseguir agarrarse a un borde, que parecía ser parte del camino inferior, el que conducía a la cueva, aunque eso, ahora, colgando de un desnivel de por lo menos 20 metros (o eso le parecía, no quería mirar) , poco importaba. Usando ambas manos para no sufrir una horrible muerte, se balanceo a lado y lado hasta que consiguió poner un pie en tierra firme y luego otro.
Estúpidos roedores, un día me mataran... no si él los mataba primero. Una vez hubo recuperado el aliento de esa traumática experiencia, el peliblanco por fin se planto ante la cueva, la cueva con esa feroz bestia. Como después de todos esos problemas la bestia resultara ser un adorable gatito incendiaba el bosque y a todos en el.
No te preocupes, me encargare de todo y volveré a por esa cama se limito a decir con una sonrisa. Eso esperaba, seria muy triste morir en ese rincón perdido del mundo. Bueno, técnicamente no tan perdido, pero era territorio elfico, se negaba a morir allí, tristemente, en un lugar en el que vivían perdedores... Si ellos podían vivir con ese o esos bichejos, el también.
La luna ya debía haber salido, por algún lado, nunca se le había dado bien eso de orientarse de noche, pero sabría llegar a la cueva sin problemas, no podía ser muy complicado, o al menos eso pensaba.
No le asalto ninguna manada de lobos, ni unos salteadores de caminos, ni siquiera fue molestado por una manada de ardillas rabiosas como aquella fatídica vez, se encontraba caminando tranquilamente, por el sendero que pasaba por el pequeño desnivel que le habían indicado, algo muy simple, seguir el maldito camino hasta ver la cueva en la parte baja y descender lentamente por el camino que llevaba a ella, chupado.
Puede que fuera la tensión de la batalla inminente, el conocimiento de que lo que fuera que hubiera allí debía ser una bestia homicida o que simplemente estaba oscuro de la ostia, pero cuando un conejo salio de un arbusto, el brujo no pudo evitar dar un bote, un bote hacia el vacío.
El brujo cayo unos cinco metros antes de conseguir agarrarse a un borde, que parecía ser parte del camino inferior, el que conducía a la cueva, aunque eso, ahora, colgando de un desnivel de por lo menos 20 metros (o eso le parecía, no quería mirar) , poco importaba. Usando ambas manos para no sufrir una horrible muerte, se balanceo a lado y lado hasta que consiguió poner un pie en tierra firme y luego otro.
Estúpidos roedores, un día me mataran... no si él los mataba primero. Una vez hubo recuperado el aliento de esa traumática experiencia, el peliblanco por fin se planto ante la cueva, la cueva con esa feroz bestia. Como después de todos esos problemas la bestia resultara ser un adorable gatito incendiaba el bosque y a todos en el.
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Al final iba a resultar que no se trabita de un gatito, no al menos no uno muy común.
La boca de la cueva parecía algo angosta, no muy grande, pero lo suficiente como para que el brujo no tuviese que agacharse ni hacer grandes esfuerzos para entrar. Una especie de pasillo rocoso conducía como único camino al interior de la cueva. Apenas entraba la luz de la luna por la entrada, todo el camino estaba oscuro, parecía que a los pies del peliblanco no había más que rocas y arena, ni platas, ni bichos, nada. Al menos nada vivo.
Si el brujo tuviese luz o quizás una visión nocturna como la de algunos animales, si hubiese estado pendiente de los detalles, el brujo podría llegar a ver un pequeño rastro: pelos de color morado en el suelo, posiblemente del último animal que había desaparecido en la granja de la pelirroja.
No era un pasillo muy largo. Al final de este había una especia de caverna, espaciosa, con una columna de roca oscura y puntiaguda en el medio, una columna ancha, a modo de separación. En el teche agujeros de apariencia naturales, dejaba entrar la luz, ahora de la noche, seguramente por la mañana, la del sol. La luz que entraba del mismo techo se disponía a modo de cortina, quizás era el impedimento que el vampiro había encontrado para seguir con el trabajo. A parte de aquella cortina de luz, salpicado sin un orden aparente, pequeños rayos de claridad también llegaban a colarse por el resto de la cueva, haciendo que se juzgase su estabilidad.
Con la luz de la luna, aquella zona era más fácil de ser examinada: roca, piedras… rocas, mas piedras. Poco era lo mayor que decoraba aquel lugar aunque… algo crujió en los pies del brujo.
Huesos.
Olor de sangre…
Lo que parecía el resultado de un accidente natural, como puede ser la coloración de la roca de la zona, una roca rojiza según las profundidades de las cuevas, resultó ser sangre que bañaba todo el interior, sangre seca.
Sangre y huesos eran el mayor adorno que aquello podía pedir, las rocas ahora no eran nada.
Los cachorros estaban más que cansados después de jugar con la joven, que les había brindado su cariño a ambas crías. Ahora, ignorando las amenazas, los dos pequeños lobos estaban durmiendo en la cama con el hombre unicornio y la humana, a pierna suelta, o mejor dicho, a pata suelta.
La pelirroja estaba en el bosque, viendo como las últimas llamas del fuego peleaban por no morir en la escasa madera que quedaba aun en pie. Parecía hipnotizada. Aquella noche no parecía haber un solo ruido que saliese de lo normal, así que no tardó mucho en irse también en la cama.
La boca de la cueva parecía algo angosta, no muy grande, pero lo suficiente como para que el brujo no tuviese que agacharse ni hacer grandes esfuerzos para entrar. Una especie de pasillo rocoso conducía como único camino al interior de la cueva. Apenas entraba la luz de la luna por la entrada, todo el camino estaba oscuro, parecía que a los pies del peliblanco no había más que rocas y arena, ni platas, ni bichos, nada. Al menos nada vivo.
Si el brujo tuviese luz o quizás una visión nocturna como la de algunos animales, si hubiese estado pendiente de los detalles, el brujo podría llegar a ver un pequeño rastro: pelos de color morado en el suelo, posiblemente del último animal que había desaparecido en la granja de la pelirroja.
No era un pasillo muy largo. Al final de este había una especia de caverna, espaciosa, con una columna de roca oscura y puntiaguda en el medio, una columna ancha, a modo de separación. En el teche agujeros de apariencia naturales, dejaba entrar la luz, ahora de la noche, seguramente por la mañana, la del sol. La luz que entraba del mismo techo se disponía a modo de cortina, quizás era el impedimento que el vampiro había encontrado para seguir con el trabajo. A parte de aquella cortina de luz, salpicado sin un orden aparente, pequeños rayos de claridad también llegaban a colarse por el resto de la cueva, haciendo que se juzgase su estabilidad.
Con la luz de la luna, aquella zona era más fácil de ser examinada: roca, piedras… rocas, mas piedras. Poco era lo mayor que decoraba aquel lugar aunque… algo crujió en los pies del brujo.
Huesos.
Olor de sangre…
Lo que parecía el resultado de un accidente natural, como puede ser la coloración de la roca de la zona, una roca rojiza según las profundidades de las cuevas, resultó ser sangre que bañaba todo el interior, sangre seca.
Sangre y huesos eran el mayor adorno que aquello podía pedir, las rocas ahora no eran nada.
Los cachorros estaban más que cansados después de jugar con la joven, que les había brindado su cariño a ambas crías. Ahora, ignorando las amenazas, los dos pequeños lobos estaban durmiendo en la cama con el hombre unicornio y la humana, a pierna suelta, o mejor dicho, a pata suelta.
La pelirroja estaba en el bosque, viendo como las últimas llamas del fuego peleaban por no morir en la escasa madera que quedaba aun en pie. Parecía hipnotizada. Aquella noche no parecía haber un solo ruido que saliese de lo normal, así que no tardó mucho en irse también en la cama.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Un pasillo de roca se abría ante el, lo suficientemente ancho como para que no tuviese que agacharse y ser sorprendido por el bichejo en una postura incomoda. Pero eso no hacia el largo, oscuro y tétrico pasillo más invitador . El brujo se quedo allí unos segundos, con la luz de la luna bañándole la espalda, hasta que finalmente se animo a entrar, al fin y al cabo, le pagaban. O eso creía, se le había olvidado preguntar la suma exacta... En fin...
Geralt encendía su mano de vez en cuando, iluminando el pasillo lo justo para no pegarse contra una pared, pero sin pasarse, quería.. no, necesitaba conservar energía para lo que fuera que le esperara, por lo que solo mantuvo su luz durante unos segundos para examinar esos pelos del suelo, el morado era un color poco habitual. El peliblanco no tardo en volver a ser bañado por la luna, por lo que cuando más se adentraba, menos necesario se volvía.
No tardo en llegar al final a la caverna donde debía abatir a la bestia, bestia que no estaba... No estaba seguro de como sentirse respecto a eso. Ademas, no estaba mal, con una iluminación decente y todo ese oxido dee hierro dandole un color rojo como si fuera pintura. Entonces piso el hueso, no le hizo falta mirar, sabia que era ese sonido, y no le costo mucho saber que eso no era oxido. Vale, no era un gatito, y ese no-gatito no estaba en casa... ¿Y ahora que?
No tenia ni idea de trampas, y no era arquitecto, pero cualquier intento de inscribir algo potente en la roca de la cueva seguramente la haría colapsar... Solo quedaba ser buen chico y esperar, pero no esperaría sin prepararse. Volviendo a encender su mano, el peliblanco busco cuidadosamente los restos de lo que parecía una masacre habitual. Debería ser capaz de deducir.. algo a partir de los restos, el tamaño de las garras, de los colmillos, prepararse para lo que fuera a venir... Con un poco de suerte, el bicho volaría y no tendría espacio en esa cueva.
Es hora de ganarse la paga
Geralt encendía su mano de vez en cuando, iluminando el pasillo lo justo para no pegarse contra una pared, pero sin pasarse, quería.. no, necesitaba conservar energía para lo que fuera que le esperara, por lo que solo mantuvo su luz durante unos segundos para examinar esos pelos del suelo, el morado era un color poco habitual. El peliblanco no tardo en volver a ser bañado por la luna, por lo que cuando más se adentraba, menos necesario se volvía.
No tardo en llegar al final a la caverna donde debía abatir a la bestia, bestia que no estaba... No estaba seguro de como sentirse respecto a eso. Ademas, no estaba mal, con una iluminación decente y todo ese oxido dee hierro dandole un color rojo como si fuera pintura. Entonces piso el hueso, no le hizo falta mirar, sabia que era ese sonido, y no le costo mucho saber que eso no era oxido. Vale, no era un gatito, y ese no-gatito no estaba en casa... ¿Y ahora que?
No tenia ni idea de trampas, y no era arquitecto, pero cualquier intento de inscribir algo potente en la roca de la cueva seguramente la haría colapsar... Solo quedaba ser buen chico y esperar, pero no esperaría sin prepararse. Volviendo a encender su mano, el peliblanco busco cuidadosamente los restos de lo que parecía una masacre habitual. Debería ser capaz de deducir.. algo a partir de los restos, el tamaño de las garras, de los colmillos, prepararse para lo que fuera a venir... Con un poco de suerte, el bicho volaría y no tendría espacio en esa cueva.
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Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Parecía una noche tranquila. El viento mecía las ramas de los altos arboles, creando una música que solo era perceptible dentro del mismo bosque, la luna dibujaba formas irregulares en el suelo del claro, en la espesura pequeñas motas de luz, el agua corría de manera tranquila por la gran rio, chocando contra rocas, silbando a cada metro.
Trissa dormía en el altillo, en una especie de hamaca hecha a manos. Se había quedado dormida mirando por una pequeña ventana que daba al exterior, todo parecía tranquilo. Todo parecía más tranquilo que otras noches.
La madre y el hombre rinoceronte estaban durmiendo en su habitación, con los dos lobos a los pies de la cama.
La oreja de uno de los lobeznos se movió, rápido, como si de un espasmo se tratase. El otro levantó la cabeza, algo no iba bien. Ambos saltaron de la cama y, aullando, se acercaron a la puerta. Trissa, despierta por los avisos de los animales, no tardó mucho en encontrarse con ellos. Tuvo que hacer gran esfuerzo en salir solo de la casa, ya que las dos crías parecían tener ganas de salir, pero podía ser peligroso, el peliblanco se molestaría si les dejaba acompañarla.
La noche ya no era la misma, se había levantado aire, y bastante fuerte. La pelirroja podía escuchar el llanto de los cachorros desconformes en el interior de la casa. Su cabello y ropa se movía de manera violenta. Con una mano se apartó las guedejas de la cara que dificultaban la visión. Parecía tarde, pero el brujo no había llegado…
-Espero que este bien…- susurró la humana acercándose al corral, donde, como muchas de las otras noches, había sangre. En el suelo había huellas que prácticamente destrozaban la hierba a su paso. La verja del corral estaba abierta y el camino de sangre conducía hacia el bosque.
La noche pasaba, y el brujo no encontraba compañía en el interior de la cueva. Silencio, frio, luz de luna que se movía a cada hora que pasa, haciéndose cada vez más tenue.
Era un buen momento para decidir: ¿Volver a la casa y seguir al día siguiente, o aguardar en la cueva?
Trissa dormía en el altillo, en una especie de hamaca hecha a manos. Se había quedado dormida mirando por una pequeña ventana que daba al exterior, todo parecía tranquilo. Todo parecía más tranquilo que otras noches.
La madre y el hombre rinoceronte estaban durmiendo en su habitación, con los dos lobos a los pies de la cama.
La oreja de uno de los lobeznos se movió, rápido, como si de un espasmo se tratase. El otro levantó la cabeza, algo no iba bien. Ambos saltaron de la cama y, aullando, se acercaron a la puerta. Trissa, despierta por los avisos de los animales, no tardó mucho en encontrarse con ellos. Tuvo que hacer gran esfuerzo en salir solo de la casa, ya que las dos crías parecían tener ganas de salir, pero podía ser peligroso, el peliblanco se molestaría si les dejaba acompañarla.
La noche ya no era la misma, se había levantado aire, y bastante fuerte. La pelirroja podía escuchar el llanto de los cachorros desconformes en el interior de la casa. Su cabello y ropa se movía de manera violenta. Con una mano se apartó las guedejas de la cara que dificultaban la visión. Parecía tarde, pero el brujo no había llegado…
-Espero que este bien…- susurró la humana acercándose al corral, donde, como muchas de las otras noches, había sangre. En el suelo había huellas que prácticamente destrozaban la hierba a su paso. La verja del corral estaba abierta y el camino de sangre conducía hacia el bosque.
La noche pasaba, y el brujo no encontraba compañía en el interior de la cueva. Silencio, frio, luz de luna que se movía a cada hora que pasa, haciéndose cada vez más tenue.
Era un buen momento para decidir: ¿Volver a la casa y seguir al día siguiente, o aguardar en la cueva?
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•Si decides quedarte en la cueva, tu pj sufrirá los estragos del sueño, quedándose dormido: debes explicar un breve sueño/pesadilla.
•Si vuelves a la casa puedes metarolear un poco con Trissa, sin olvidar su personalidad, y con los cachorros. Puedes hablar o ir a dormir, comer o bañarte… eso lo dejo a tu elección.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
No venia, había llegado demasiado tarde, ya había salido y la bestia no venia. No esperaba un recibimiento con galletitas, pero por lo menos podría haberse dignado a volver o algo... En fin, eso le dejaba pocas opciones. Podía quedarse y dormir un rato, en esa acogedora cueva que seguramente le daría pesadillas o podía volver y disfrutar de una cómoda cama.
No su voz resonó en las húmedas paredes de la cueva, seca, firme. No volvería allí con las manos vacías, con un "Lo siento, soy tan inútil como ese vampiro". No podía hacerle eso a la chiquilla, la pobre Trissa. ¿Porque siempre se metía en esos follones por mujeres? En fin, daba igual.
El brujo hizo cuando pudo para no ser sorprendido, aunque en realidad poco podía hacer, por lo que se limito a acumular huesos en la entrada, para que los crujidos le despertaran y busco un rincón apartado, para no ser tan sorprendido. Comprobó que llevaba todas sus armas en un lugar accesible y se sentó con la espalda apoyada en la pared y la espada a mano.
Con los huesos como falsa esperanza para no ser devorado por algún bicho horrible, Geralt pudo tener un sueño ligero, apenas lo suficientemente profundo como para soñar.
En un principio, no se dio cuenta de que era un sueño, como solía pasar en los sueños. Se encontraba en esa misma cueva, con un intenso olor a sangre, pero no estaba solo. Unos ojos amarillos lo seguían en la oscuridad, para cuando conjuro una llama para ver mejor, pudo ver un dragón negro, un dragón en cuyas fauces se encontraba Trissa, inmóvil. El brujo lo dio todo contra el dragón, llamas, flechas, incluso rompió unas cuantas estalactitas y se las arrojo con telequinesis, pero el resultado siempre se repetía, su enemigo se disolvía en una nube de vapor negro y volvía a formarse como si nada. Era exasperarte, humillante, ridículo, pero con un poco de suerte, despertaría pronto.
No su voz resonó en las húmedas paredes de la cueva, seca, firme. No volvería allí con las manos vacías, con un "Lo siento, soy tan inútil como ese vampiro". No podía hacerle eso a la chiquilla, la pobre Trissa. ¿Porque siempre se metía en esos follones por mujeres? En fin, daba igual.
El brujo hizo cuando pudo para no ser sorprendido, aunque en realidad poco podía hacer, por lo que se limito a acumular huesos en la entrada, para que los crujidos le despertaran y busco un rincón apartado, para no ser tan sorprendido. Comprobó que llevaba todas sus armas en un lugar accesible y se sentó con la espalda apoyada en la pared y la espada a mano.
Con los huesos como falsa esperanza para no ser devorado por algún bicho horrible, Geralt pudo tener un sueño ligero, apenas lo suficientemente profundo como para soñar.
En un principio, no se dio cuenta de que era un sueño, como solía pasar en los sueños. Se encontraba en esa misma cueva, con un intenso olor a sangre, pero no estaba solo. Unos ojos amarillos lo seguían en la oscuridad, para cuando conjuro una llama para ver mejor, pudo ver un dragón negro, un dragón en cuyas fauces se encontraba Trissa, inmóvil. El brujo lo dio todo contra el dragón, llamas, flechas, incluso rompió unas cuantas estalactitas y se las arrojo con telequinesis, pero el resultado siempre se repetía, su enemigo se disolvía en una nube de vapor negro y volvía a formarse como si nada. Era exasperarte, humillante, ridículo, pero con un poco de suerte, despertaría pronto.
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
La luna, poco a poco, se había cayendo hacia un lado, dejando pasar la noche como si nada, sin importar que hubiese un brujo esperando la llegada de su posible muerte, sin importarle que un conejo estuviese siendo atacado en su propia madriguera por un zorro. La noche pasaba sin mirar a nadie.
A Trissa le costaba conciliar el sueño de nuevo, la bestia había vuelto a atacar, y el peliblanco no aparecía. Espero que no le haya pasado nada… sería horrible. Pensaba la humana con un sentimiento de culpabilidad enorme mientras no dejaba de dar vueltas en la hamaca. Los cachorros tampoco parecían muy tranquilos, su amigo tardaba mucho, por lo que estaban con las orejas puestas a todo momento, escuchando cada susurro del viento a la espera de que volviese el brujo.
Unos pies que se podrían parecer a los humanos se movían lentamente por la hierba humada de la noche, clavando unas uñas largas y ennegrecidas. En su blanca piel resaltaban las venas y capilares rojos e inflados. La sangre caía de sus garras y salientes dientes, dejando un pequeña camino ahí por donde andaba. Sus grandes y oscuros ojos, prácticamente desprovistos del sentido de la vista, estaban muy abiertos, encharcados de sangre y un extraño liquido amarillento poco natural. Sus grandes y puntiagudas orejas estaban alzadas, captando cada sonido, guiándole hacia su casa… tenia compañía.
A Trissa le costaba conciliar el sueño de nuevo, la bestia había vuelto a atacar, y el peliblanco no aparecía. Espero que no le haya pasado nada… sería horrible. Pensaba la humana con un sentimiento de culpabilidad enorme mientras no dejaba de dar vueltas en la hamaca. Los cachorros tampoco parecían muy tranquilos, su amigo tardaba mucho, por lo que estaban con las orejas puestas a todo momento, escuchando cada susurro del viento a la espera de que volviese el brujo.
Unos pies que se podrían parecer a los humanos se movían lentamente por la hierba humada de la noche, clavando unas uñas largas y ennegrecidas. En su blanca piel resaltaban las venas y capilares rojos e inflados. La sangre caía de sus garras y salientes dientes, dejando un pequeña camino ahí por donde andaba. Sus grandes y oscuros ojos, prácticamente desprovistos del sentido de la vista, estaban muy abiertos, encharcados de sangre y un extraño liquido amarillento poco natural. Sus grandes y puntiagudas orejas estaban alzadas, captando cada sonido, guiándole hacia su casa… tenia compañía.
___________________________________________
•Bueno, Geralt, te has topado con un hombre bestia, mitad humano mitad murciélago. Por lo que se sabe es el último en su especie.
Se trata de una criatura totalmente depredadora, que con el paso del tiempo ha dejado de hacer miramientos en su dieta. No le hace daño el sol, pero si le molesta. Es prácticamente ciego, pero te puede localizar, y no dudara en atacarte en cuanto lo haga.
Ataca principalmente con la boca y los brazos, tiene alas, pero las tiene pegadas en la espalda y están cerradas.
•Quiero que hagas una tirada de voluntad a los dioses, según resultado, el enfrentamiento será de una manera u otra.
•debes acabar matando a la bestia, pero como ya he dicho, según la decisión de los dioses, tu saldrás mejor o peor parado.
Suerte, brujo.
- hombre bestia:
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Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Un crujido despertó al brujo, que permaneció con los ojos cerrados. Su cerebro aun adormilado se desperezo a la velocidad del rayo gracias a la adrenalina. ¿Donde estaba? Suelo frió, húmedo... la cueva, los huesos de la entrada, la bestia...
Solo entonces se permito abrir los ojos, levantándose de manera lo más sigilosa posible. Allí estaba, una figura humanoide, pero no era un trasgo o un troll, considerando el tamaño, podría haber sido un humano, pero esa pose...
El brujo conjuro una llama, para ver mejor a su adversario. No tenia sentido intentar un ataque sorpresa, no era tan bueno como para que no lo viese hasta que fuera demasiado tarde. Que feo eres... La bestia se giro completamente hacia el, enfocándolo. Pero tenia fuego en la mano, debería haberlo visto antes... curioso. ¿Que eres? Desenfundo su espada con un chirrido metálico y empezó a avanzar hacia la derecha, siendo imitado por su rival, lo que hacia que formaran un circulo perfecto.
Orejas enormes, eso indicaba buen oído, garras y dientes puntiagudos, carnívoro, sin duda y ese extraño cuerno en la nariz... Nunca había visto nada igual. El brujo acelero su movimiento circular súbitamente, sorprendiendo a su rival que retrocedió de un salto, desplegando temporalmente ¿alas membranosas? Eso era un murciélago, un enorme murciélago superdesarrollado. Su curiosidad científica paso a asco, esas cosas estaban llenas de enfermedades como la peste, la rabia o la sífilis, y no pensaba dejar que le pegara ninguna de esas, era como una maldita ardilla voladora, pura rabia e instinto asesino, pero en feo.
Solo entonces se permito abrir los ojos, levantándose de manera lo más sigilosa posible. Allí estaba, una figura humanoide, pero no era un trasgo o un troll, considerando el tamaño, podría haber sido un humano, pero esa pose...
El brujo conjuro una llama, para ver mejor a su adversario. No tenia sentido intentar un ataque sorpresa, no era tan bueno como para que no lo viese hasta que fuera demasiado tarde. Que feo eres... La bestia se giro completamente hacia el, enfocándolo. Pero tenia fuego en la mano, debería haberlo visto antes... curioso. ¿Que eres? Desenfundo su espada con un chirrido metálico y empezó a avanzar hacia la derecha, siendo imitado por su rival, lo que hacia que formaran un circulo perfecto.
Orejas enormes, eso indicaba buen oído, garras y dientes puntiagudos, carnívoro, sin duda y ese extraño cuerno en la nariz... Nunca había visto nada igual. El brujo acelero su movimiento circular súbitamente, sorprendiendo a su rival que retrocedió de un salto, desplegando temporalmente ¿alas membranosas? Eso era un murciélago, un enorme murciélago superdesarrollado. Su curiosidad científica paso a asco, esas cosas estaban llenas de enfermedades como la peste, la rabia o la sífilis, y no pensaba dejar que le pegara ninguna de esas, era como una maldita ardilla voladora, pura rabia e instinto asesino, pero en feo.
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
El miembro 'Geralt' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
- Spoiler:
- Mala suerte, se lleva algún sopapo pero debería ser capaz de volver por su propio pie (Espero)
Le pagaba por matarlo, independientemente de que fuera exactamente, así que el brujo se puso a ello. Empezó con calma, rebuscando una flecha en su armadura y arrojandosela con telequinesis. El silbante proyectil cruzo la distancia que los separaba, solo para fallar tristemente cuando ese ser se agacho. Buenos reflejos, mal asunto. Su rival se abalanzo hacia el, pero cuando Geralt interpuso su espada, desvió su carrera, apartándose a un lado para luego alzar el vuelo y arañarle ligeramente el hombro izquierdo. Lo que fuera que transmitían esas cosas, ya lo tenia, genial.
Mientras la criatura aterrizaba, el peliblanco opto por la opción clásica, calcinarlo, por lo que extendió su mano, se concentro y desato un torrente de fuego que envolvió a esa cosa. Eso funcionaba genial con la mayoría de cosas, de echo, nunca le había fallado, solía hacer que el afectado saliera por patas, solo para caer muerto poco después, pero esa vez no funciono así. El murciélago salto hacia atrás y aleteo un poco, extinguiendo gran parte de su fuego, volviendo esa cosa tan fea aun más fea, ahora que tenia marcas de quemaduras por todo el cuerpo. Por lo que sabia, una persona moriría de una infección con esas heridas, ¿Pero un murciélago? No podía arriesgarse, por no hablar de la dudosa posibilidad de escapar de allí ahora que estaba herido y rabioso. Ambos adversarios se miraron, esperando, tiempo que aprovecho para examinar su herida, solo un rasguño, apenas sangraba, bien, iba ganando, pero ya le faltaba el aire, no podía aguantar mucho más. Necesitaba algo ingenioso, algo que el bichejo no pudiera evitar con sus reflejos...
Geralt se agacho ligeramente, poniendo su espada por encima de la cabeza, en una guardia alta y entonces avanzo hacia el animal, un tajo simple, ascendente, que esquivo con ridícula facilidad, pero aun más ridículo fue la manera como la espada se le escapo de las manos, quedando clavada en el techo. Ese ser no dudo un solo instante y lo derribo, lanzandolo al suelo. El derribo fue seguido de un mordisco en el hombro, que evito por los pelos metiendole el puño en la boca. No tardo en darse cuenta de que no había sido su idea más brillante cuando la bestia cerro las fauces, generando una herida justo por debajo de la muñeca que sangraba demasiado, por no hablar de la posiblidad de que esa cosa le arrancara la mano.
Pero la espada estaba en el techo por algo, algo concreto. Y, con esa cosa encima de el, masticandole, poco podría hacer para evitar el golpe. Rodeo al murciélago con sus piernas y uso la telequiensis. Seria una pena si... No se movía ¿Que pasaba? ¿Le faltaba concentración por culpa del dolor? ¿No era lo suficientemente bueno con la telequinesis? Solo tenia que desencajarla, maldita sea.
Plan B, piensa un plan B, rápido... Había otra opción... El peliblanco cerro los ojos, como si aceptara su destino, nada más lejos de la verdad. Geralt rebusco en su mente, una mente ahora oscura por el dolor, el sueño y el pánico, se concentro en encontrar una llama, una llama que representaba su poder mágico, como le habían enseñado en la escuela.
Y allí estaba, pequeña, roja como la sangre, pero demasiado pequeña. Crece... no ocurrió nada, se concentro más fuerte, pero con la falta de sangre y la mezcla de emociones, poco podía hacer, necesitaba algo más fuerte, una emoción que unificara sus pensamientos, que acallara al resto. El miedo no servia, era demasiado arrogante como para que el miedo pudiera servir. No, había otra opción mucho mejor. Kasan susurro una vocecilla en su cabeza, un apellido que despertaba recuerdos, recuerdos de su pasado, una historia casi olvidada que despertaba tristeza, nostalgia y cariño, pero sobretodo, por encima de cualquier otra, rabia, pura y cruda rabia homicida.
KASAN KASAN KASAN sus gritos resonaron por toda la cueva, como podría haberlo hecho una risa histérica, pero su llama, su pequeña e insignificante llama ahora ardía como un incendio forestal, como una fuerza primordial de la naturaleza. Y también lo harían sus enemigos. Extendiendo los dedos de su mano izquierda, los que aun tenían sensibilidad después del mordisco y el tiempo en la boca de esa cosa y lanzo su conjuro. Un torrente de llamas inundo las entrañas de la bestia, estaría muerta en segundos, pero eso no bastaba, el brujo siguió y siguió hasta que el murciélago empezó a hincharse, hasta que las llamas se abrieron paso a través de la carne y salieron al exterior, haciendo explotar al pobre animal y esparciendo de sangre la cueva, solo su cabeza, lo único que no había estado en contacto directo con el torrente seguía aceptablemente intacta, lo suficientemente reconocible como para poder cobrar. Había fallecido por causas naturales, porque lo normal después de explotar desde dentro era morirse. Entonces, con un elegante giro, su espada se desprendió del techo y cayo entre sus piernas.
Solo tenia que agarrar la cabeza y volver, pero estaba tan mareado, tan cansado... Haciendo un esfuerzo sobrehumano, el brujo se quito la capa y se vendo la muñeca, eso con suerte pararía la hemorragia. Ahora solo tenia que avanzar lentamente, sin dormirse pero sin cansarse para no desmayarse... Oh, tenia que recoger esa flecha, y la funda de su espada. Y puede que quisiera quitarse toda esa sangre de encima, A Trissa le daría un ataque cuando lo viera así... Daba igual, estaba demasiado cansado.
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
La pareja dormía en la cama, abrazados, más bien él abrazado a ella. Las piernas de la mujer estaban por encima de las del hombre bestia, en una señal de posesión muy tierna.
Los lobos dormían boca arriba, al parecer habían perdido ante el cansancio.
Trissa estaba boca arriba, aun despierta, no había podido conciliar el sueño en toda la noche. No dejaba de darle vueltas a la cueva, al brujo, a todos los acontecimientos que corrían en torno a ello. No podía dejar de pensar que apenas quedaba una hora para que el sol acariciase el horizonte, y el peliblanco no había vuelto. Todo aquello era su culpa.
Sus pies tocaron el suelo en cuanto escuchó pasos fuera de casa. Corrió hacia la puerta, para abrirla con energía y encontrarse a un brujo lleno de sangre, con la cabeza de una bestia que jamás hubiese imaginado ver. Se llevó las manos a la boca, sin saber que le producía más impresión.
-Ti-tira eso, o entiérralo, no hace falta que lo traigas para que vea que has cu-cumplido con lo que te pedí…- parecía que las palabras se le atragantaban, no podía dejar de mirar a ese hombre lleno de carmesí. Tenía heridas en el hombro, la mano… y posiblemente más que no alcanzara a ver. –Vamos… deja eso y pasa dentro, debes bañarte… hueles… un poco mal- dijo con una leve y fugaz sonrisa.
Le preparó al huésped una tina de agua caliente, toallas limpias y una especie de pomada en un frasco con unas letras que el brujo no alcanzaría a conocer.
Trissa esperaba en el baño con los brazos cruzados, mirando al suelo.
-Vamos, pasa…- susurró ya algo más calmada cuando el brujo entrase en el baño. –Déjame que te ayude, ¿vale?- dijo acercándose al el pelo blanco, pasando por delante de él para rodearle y ponerse a sus espaldas. La pelirroja lo miraba de arriba abajo, su piel y su cabello, su armadura y…la mugre. Alzó las manos y las puso sobre los hombros del brujo, intentando memorizar aquel momento y a su acompañante. Aquello era algo que no había hecho nunca, pero quería hacerlo.
Empezó a desabrocharle la armadura, poco a poco, sin prisas, el sol estaba saliendo, pero para ellos eso no importaba ahora. Dejaba las partes de las ropas del hombre a un lado, en el suelo, luego las limpiaría, no se sabía si estaba la armadura más sucia o el que la portaba. No decía nada, solo se limitaba a despojar al hombre de las ataduras de las ropas, una a una, sin importarle la que l siguiese.
Aun estando detrás de él, Trissa pudo observar el cuerpo de Geralt. Solo cuando lo tuvo completamente desnudo, la pelirroja avanzó para ponerse delante de él, cogerle la mano con cuidado, la que no estaba herida, y conducirle al agua caliente. Esperó unos segundos a que el hombre se acomodase, mientras acercó la pomada y las toallas.
Limpió sus heridas y se las curó con mucho cuidado y empeño. No podía evitar acaricia su piel, aunque no le miraba a los ojos cuando lo hacía.
Había pasado un buen rato, los primeros rayos de sol entraban por una pequeña ventana. Trissa se levantó.
-Aquí tienes las toallas para cuando quieras salir del agua…- susurro, esta vez sí, mirándole a los ojos, unos ojos verdes como la hierba por la mañana.
Los lobos dormían boca arriba, al parecer habían perdido ante el cansancio.
Trissa estaba boca arriba, aun despierta, no había podido conciliar el sueño en toda la noche. No dejaba de darle vueltas a la cueva, al brujo, a todos los acontecimientos que corrían en torno a ello. No podía dejar de pensar que apenas quedaba una hora para que el sol acariciase el horizonte, y el peliblanco no había vuelto. Todo aquello era su culpa.
Sus pies tocaron el suelo en cuanto escuchó pasos fuera de casa. Corrió hacia la puerta, para abrirla con energía y encontrarse a un brujo lleno de sangre, con la cabeza de una bestia que jamás hubiese imaginado ver. Se llevó las manos a la boca, sin saber que le producía más impresión.
-Ti-tira eso, o entiérralo, no hace falta que lo traigas para que vea que has cu-cumplido con lo que te pedí…- parecía que las palabras se le atragantaban, no podía dejar de mirar a ese hombre lleno de carmesí. Tenía heridas en el hombro, la mano… y posiblemente más que no alcanzara a ver. –Vamos… deja eso y pasa dentro, debes bañarte… hueles… un poco mal- dijo con una leve y fugaz sonrisa.
Le preparó al huésped una tina de agua caliente, toallas limpias y una especie de pomada en un frasco con unas letras que el brujo no alcanzaría a conocer.
Trissa esperaba en el baño con los brazos cruzados, mirando al suelo.
-Vamos, pasa…- susurró ya algo más calmada cuando el brujo entrase en el baño. –Déjame que te ayude, ¿vale?- dijo acercándose al el pelo blanco, pasando por delante de él para rodearle y ponerse a sus espaldas. La pelirroja lo miraba de arriba abajo, su piel y su cabello, su armadura y…la mugre. Alzó las manos y las puso sobre los hombros del brujo, intentando memorizar aquel momento y a su acompañante. Aquello era algo que no había hecho nunca, pero quería hacerlo.
Empezó a desabrocharle la armadura, poco a poco, sin prisas, el sol estaba saliendo, pero para ellos eso no importaba ahora. Dejaba las partes de las ropas del hombre a un lado, en el suelo, luego las limpiaría, no se sabía si estaba la armadura más sucia o el que la portaba. No decía nada, solo se limitaba a despojar al hombre de las ataduras de las ropas, una a una, sin importarle la que l siguiese.
Aun estando detrás de él, Trissa pudo observar el cuerpo de Geralt. Solo cuando lo tuvo completamente desnudo, la pelirroja avanzó para ponerse delante de él, cogerle la mano con cuidado, la que no estaba herida, y conducirle al agua caliente. Esperó unos segundos a que el hombre se acomodase, mientras acercó la pomada y las toallas.
Limpió sus heridas y se las curó con mucho cuidado y empeño. No podía evitar acaricia su piel, aunque no le miraba a los ojos cuando lo hacía.
Había pasado un buen rato, los primeros rayos de sol entraban por una pequeña ventana. Trissa se levantó.
-Aquí tienes las toallas para cuando quieras salir del agua…- susurro, esta vez sí, mirándole a los ojos, unos ojos verdes como la hierba por la mañana.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
De alguna manera, el bruo consiguió volver. El hueso habia parado el mordisco, aunque no estaba seguro de que eso fuera bueno, y la enorme cantidad de sangre que empapaba su capa impedía que saliera más sangre a través del vendaje improvisado. De esa manera, con un aspecto lamentable, cubierto de sangre como una golosina para vampiros y con la armadura y ropa acartonada por culpa de la sangre seca, fue recibido por Trissa, a la que no le gusto su regalo.
Habría traído flores, pero no creo que pueda agacharme Bromeo mientras dejaba la cabeza en el suelo, para luego chamuscarla un poco, no podía dejar que sus lobos mordisquearan esa cosa asquerosa, a saber que podían coger. Se entretuvo unos segundos contemplando las llamas, tan débiles, tan frías... Necesitaba dormir.
Geralt se dejo llevar sin protestar, tampoco tenia fuerzas para hacerlo, ademas, con tanta sangre, no dudaba de que debía ser verdad, por lo que fue buen niño y se dejo quitar la ropa. En otra situación habría sido divertido, pero ahora, después de ese maldito murciélago, no lo era tanto.
Mientras la pelirroja le aplicaba algún mejunje en la mano, la mente del brujo divagaba, desde preguntarse como diablos se sacaban las manchas de sangre de la ropa hasta cuestiones más trascendentales sobre que hacer a continuación. Debería volver a Lunargenta tarde o temprano, pero la idea de que ese bichejo le hubiera pasado algo y le entraran fiebres a medio camino era muy peligroso, podía defenderse sin usar una mano o pierna, pero conjurar con fiebre sonaba arriesgado. Se despertó de súbito, cuando su cabeza entro en el agua, sin siquiera darse cuenta de que se había dormido. Ya era de día y el agua estaba algo fría, pero no podía haber pasado mucho tiempo. Se levanto como pudo y se seco con la toalla más cercana. ¿Donde estaba su ropa?
Habría traído flores, pero no creo que pueda agacharme Bromeo mientras dejaba la cabeza en el suelo, para luego chamuscarla un poco, no podía dejar que sus lobos mordisquearan esa cosa asquerosa, a saber que podían coger. Se entretuvo unos segundos contemplando las llamas, tan débiles, tan frías... Necesitaba dormir.
Geralt se dejo llevar sin protestar, tampoco tenia fuerzas para hacerlo, ademas, con tanta sangre, no dudaba de que debía ser verdad, por lo que fue buen niño y se dejo quitar la ropa. En otra situación habría sido divertido, pero ahora, después de ese maldito murciélago, no lo era tanto.
Mientras la pelirroja le aplicaba algún mejunje en la mano, la mente del brujo divagaba, desde preguntarse como diablos se sacaban las manchas de sangre de la ropa hasta cuestiones más trascendentales sobre que hacer a continuación. Debería volver a Lunargenta tarde o temprano, pero la idea de que ese bichejo le hubiera pasado algo y le entraran fiebres a medio camino era muy peligroso, podía defenderse sin usar una mano o pierna, pero conjurar con fiebre sonaba arriesgado. Se despertó de súbito, cuando su cabeza entro en el agua, sin siquiera darse cuenta de que se había dormido. Ya era de día y el agua estaba algo fría, pero no podía haber pasado mucho tiempo. Se levanto como pudo y se seco con la toalla más cercana. ¿Donde estaba su ropa?
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
Trissa entró en el baño con la ropa en la mano. Al ver que el brujo aun estaba desnudo se sonrojo un poco, aunque era algo normal, ya que ella misma se había llevado sus ropas para lavarlas.
-Buenos días…- susurro antes de carraspear- Te he traído algo de ropa, la tuya se está secando- le tendió unas ropas que le vendrían un poco grandes, pero al menos tapaban lo que debían tapar. –Nos ha costado horrores quitar todas esas manchas de sangre… ¿estás mejor?- preguntó mirando el frasco de pomada que había dejando en la mesa. Se acercó y tras cogerlo, tomó nuevamente la mano del brujo para ponerle un poco más. Se tomó su tiempo en hacer bien su trabajo. –Deberías ponerte unas dos veces al día, por la mañana y por la noche… ¿te lo hizo esa cosa?- estaba algo preocupada, había estado hablando con su padrastro, y aquello podía estar infectado.
-Cuando te vistas…- le hizo un rápido vistazo, intentando que no se notara, aunque fue algo notable-… ven al comedor, mi padre te está esperando, es para la herida, por si… bueno… por si aquello portaba enfermedades… o maldiciones, ya sabes…- dio esta salió por la puerta, dejando entrar a los lobos que estaban haciendo guardia en la perta del baño.
El hombre rinoceronte estaba en el comedor con otro hombre, un hombre pantera, su pelaje era totalmente negro, y sus ojos azules como el cielo. Estaba preparando algo en una pequeña mesa de alquimia.
-Buenos días…- susurro antes de carraspear- Te he traído algo de ropa, la tuya se está secando- le tendió unas ropas que le vendrían un poco grandes, pero al menos tapaban lo que debían tapar. –Nos ha costado horrores quitar todas esas manchas de sangre… ¿estás mejor?- preguntó mirando el frasco de pomada que había dejando en la mesa. Se acercó y tras cogerlo, tomó nuevamente la mano del brujo para ponerle un poco más. Se tomó su tiempo en hacer bien su trabajo. –Deberías ponerte unas dos veces al día, por la mañana y por la noche… ¿te lo hizo esa cosa?- estaba algo preocupada, había estado hablando con su padrastro, y aquello podía estar infectado.
-Cuando te vistas…- le hizo un rápido vistazo, intentando que no se notara, aunque fue algo notable-… ven al comedor, mi padre te está esperando, es para la herida, por si… bueno… por si aquello portaba enfermedades… o maldiciones, ya sabes…- dio esta salió por la puerta, dejando entrar a los lobos que estaban haciendo guardia en la perta del baño.
El hombre rinoceronte estaba en el comedor con otro hombre, un hombre pantera, su pelaje era totalmente negro, y sus ojos azules como el cielo. Estaba preparando algo en una pequeña mesa de alquimia.
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•El hombre bestia te está preparando una poción que elimina maldiciones y otra que borra totalmente cualquier enfermedad, solo puedes escoger una de ellas.
•Puedes explicar cómo pasas el resto del día, Trissa aun no te deja irte hasta que este segura de que estés bien.
Wyn
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
- Spoiler:
- Siento la espera, me dio fallo al enviar y no me di cuenta
Trissa no tardo en venir con ropas, que al parecer no eran suyas, aunque después de la cantidad de...substancias con las que se había manchado en esa cueva, no podía quejarse. Una vez la pelirroja le volvió a aplicar los primeros auxilios en la herida de su brazo, el brujo empezó a vestirse.
No te preocupes, he tenido peores ¿Era cierto? No que el recordara. Casi no se dio cuenta de que Trissa seguía hablando. Tenia que darle algo que morder mientras lo hacia estallar, parecía una mejor opción que mi cuello todo un profesional... Por suerte se lo tomo a broma.
La chica salio y entraron los lobos, que rápidamente se lanzaron contra él, olisqueandolo de arriba abajo y frotandose contra sus piernas. Obviamente, le había echado de menos. Cuando Loki y Freya se calmaron, Geralt acabo de vestirse y bajo. Una poción para curar enfermedades o maldiciones... ¿A la vez? No, debían ser dos diferentes. No tardo en comprobarlo cuando vio a esa pantera bípeda mezclando...cosas en lo que parecían dos cazuelas, efectivamente, dos pociones.
¿Eso es para mi?
Una cura enfermedades, otra disipa maldiciones, escoge bien le respondió la pantera. Así que solo una... Era más probable que ese murciélago le hubiera transmitido alguna enfermedad, por lo que la opción lógica era una poción para combatirlas, pero se sentía bien, habría esperado tener fiebre a las pocas horas, y eso aun no había pasado, por lo que podía no estar enfermo. Eso le dejaba la otra poción, algo que disipara maldiciones era una rareza y, dado que aun no se había convertido en lagarto o murciélago, era algo único que podía salvarle la vida en el futuro. Salvo que necesitara una de inmediato, se quedaría con la anti-maldición, sin duda.
Solo por si acaso, se quedo unas horas, jugando con sus lobos y ayudando a la muchacha con los animales de granja. No quería aventurarse por los caminos sin estar recuperado, por si le entraba un ataque de fiebre o peor. Para cuando se dio cuenta, ya era media tarde y seguía sano como un roble, por lo que recogió su equipo, inspeccionándolo minuciosasamente y se dispuso a despedirse de la familia
Geralt
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Re: [QUEST] La comodidad de la oscuridad
El padre y la madre se despidieron de él primeros, la humana le dio un pequeño saco con un copo de comida para el viaje, el hombre bestia le apretó la mano con algo que parecía una sonrisa. Después salieron de la casa.
Trissa estaba sentada en el suelo, dándoles besos y caricias a par de cachorros. Al ver que sus padres se habían ido, se levantó, andando un par de pasos hasta quedar delante del brujo. Se tomó su tiempo para pensarse lo que quería decir… aunque parecía que no conseguía escoger esas palabras, era difícil.
- Se dice que las plantas y árboles poseen vida. Se dice que cuando esta madera es utilizada para hacer ciertos objetos, la vida y magia de los arboles reside en ellas, haciéndoles ser objetos realmente únicos. . Historias del norte cuentan que con la misma madera de un mismo árbol se crearon dos piezas únicas, dos osos, uno blanco y otro negro. Cada uno se caracteriza por diferentes focos de energía o magia. Muchas son las historias en las que se cuentan las diferentes magias de estos gemelos, pero todos coinciden en que cuando ambos están juntos, pueden hacer que su dueño formule un deseo, sea cual sea, y este será cumplido sin dificultad alguna. Sabes, siempre he pensado que estas palabras son ciertas. Siempre he pensado que realmente exista ese tipo de magia, ¿tú también lo crees?- preguntó la pelirroja cogiendo con cuidado la mano del brujo, mirándole a los ojos- Desde que te conozco, creer que la magia es solo un cuento…es algo difícil- dijo sonriendo, apretando un poco su mano- Quiero que te quedes con esto…- sobre la mano que tenia cogida, la humana dejó un oso pequeño, de madera, negro.
-Cuídalo, y espero que algún día puedas venir a verme y contarme si realmente existe ese tipo de magia…- tuvo que ponerse de puntillas para poder darle un beso al peliblanco. No fue un beso excesivamente largo, pero si lleno de ternura. – Ten cuidado en tus viajes…- susurro antes de darse la vuelta e irse, no quería ver como el del pelo blanco se iba entre los árboles.
El hombre pantera, negro como la oscuridad, le estaba esperando fuera.
-Has escogido bien, viajero- susurro con una voz rasgada misteriosa- Aunque recuerda que su efecto y contenido solo es útil en una sola ocasión. Suerte.- andaba rápido y ágil cuando trepó a un árbol y se perdió entre la vegetación.
Trissa estaba sentada en el suelo, dándoles besos y caricias a par de cachorros. Al ver que sus padres se habían ido, se levantó, andando un par de pasos hasta quedar delante del brujo. Se tomó su tiempo para pensarse lo que quería decir… aunque parecía que no conseguía escoger esas palabras, era difícil.
- Se dice que las plantas y árboles poseen vida. Se dice que cuando esta madera es utilizada para hacer ciertos objetos, la vida y magia de los arboles reside en ellas, haciéndoles ser objetos realmente únicos. . Historias del norte cuentan que con la misma madera de un mismo árbol se crearon dos piezas únicas, dos osos, uno blanco y otro negro. Cada uno se caracteriza por diferentes focos de energía o magia. Muchas son las historias en las que se cuentan las diferentes magias de estos gemelos, pero todos coinciden en que cuando ambos están juntos, pueden hacer que su dueño formule un deseo, sea cual sea, y este será cumplido sin dificultad alguna. Sabes, siempre he pensado que estas palabras son ciertas. Siempre he pensado que realmente exista ese tipo de magia, ¿tú también lo crees?- preguntó la pelirroja cogiendo con cuidado la mano del brujo, mirándole a los ojos- Desde que te conozco, creer que la magia es solo un cuento…es algo difícil- dijo sonriendo, apretando un poco su mano- Quiero que te quedes con esto…- sobre la mano que tenia cogida, la humana dejó un oso pequeño, de madera, negro.
-Cuídalo, y espero que algún día puedas venir a verme y contarme si realmente existe ese tipo de magia…- tuvo que ponerse de puntillas para poder darle un beso al peliblanco. No fue un beso excesivamente largo, pero si lleno de ternura. – Ten cuidado en tus viajes…- susurro antes de darse la vuelta e irse, no quería ver como el del pelo blanco se iba entre los árboles.
El hombre pantera, negro como la oscuridad, le estaba esperando fuera.
-Has escogido bien, viajero- susurro con una voz rasgada misteriosa- Aunque recuerda que su efecto y contenido solo es útil en una sola ocasión. Suerte.- andaba rápido y ágil cuando trepó a un árbol y se perdió entre la vegetación.
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•Tu último post, Geralt, si te queda algo por hacer, decir o explicar es el momento.
•Has obtenido un tótem de madera: oso negro.
La magia puede ser extraída por separado de cada objeto, haciendo que no sean más que simples figuras de animales. Perdiendo la fusión de la magia al reencontrarse
- totem oso:
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•Has obtenido una poción de curación de maldiciones. Usos 0/1
- pocion:
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