Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
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Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Morcar se presentó ante su General. Al parecer aquel día había requerido de su presencia y de la de su robot.
-Veo que no ha tardado en llegar-dijo el General-Aprecio eso entre mis soldados. Bien, se preguntará por qué lo he traído hoy aquí, y como sé que no es usted muy hablador le explicaré lo que quiero que haga. Verá, un grupo de seis arqueólogos se ha introducido en las catacumbas de la ciudad en busca de la tumba de un antiguo Rey que supuestamente mató a toda su familia y después se suicidó sacándose los ojos sin razón aparente, el famoso "Rey Loco". El grupo no volvió, sólo lo hizo uno de ellos, salió repleto de sangre y gritando que "El Rey sigue vivo". Como comprenderá, esto ha suscitado el terror de toda la ciudad, y me gustaría que reuniese a un grupo formado por usted, su robot y otros tres inegrantes... "héroes" que estén dispuestos a entrar allí, averiguar lo ocurrido, rescatar a los arqueólogos que encuentren y salir de allí cagando leches ¿Me ha entendido?
Morcar afirmó con la cabeza y luego se marchó con su robot, nuevamente lo mandaban a trabajar en grupo, y él detestaba hacerlo, pero debía obedecer órdenes.
-Doc-dijo Morcar mirando a su compañero bio-cibernético-, quiero que analices a todos los posibles candidatos para entrar en las catacumbas y los hagas venir aquí.
-¿Me está pidiendo que busque a los posibles cazafantasmas de nuestro grupo, señor?
-Eso mismo.
-En seguida señor.
Doc pegó una fuerte propulsión y salió de allí corriendo a gran velocidad.
Off rol: Para entrar debéis de contar que recibís la visita de Doc, este os cuenta que os han elegido para el grupo de cazafantasmas, os recomendará ir al cuartel para más información y finalmente se irá (todo esto lo contáis vosotros).
-Veo que no ha tardado en llegar-dijo el General-Aprecio eso entre mis soldados. Bien, se preguntará por qué lo he traído hoy aquí, y como sé que no es usted muy hablador le explicaré lo que quiero que haga. Verá, un grupo de seis arqueólogos se ha introducido en las catacumbas de la ciudad en busca de la tumba de un antiguo Rey que supuestamente mató a toda su familia y después se suicidó sacándose los ojos sin razón aparente, el famoso "Rey Loco". El grupo no volvió, sólo lo hizo uno de ellos, salió repleto de sangre y gritando que "El Rey sigue vivo". Como comprenderá, esto ha suscitado el terror de toda la ciudad, y me gustaría que reuniese a un grupo formado por usted, su robot y otros tres inegrantes... "héroes" que estén dispuestos a entrar allí, averiguar lo ocurrido, rescatar a los arqueólogos que encuentren y salir de allí cagando leches ¿Me ha entendido?
Morcar afirmó con la cabeza y luego se marchó con su robot, nuevamente lo mandaban a trabajar en grupo, y él detestaba hacerlo, pero debía obedecer órdenes.
-Doc-dijo Morcar mirando a su compañero bio-cibernético-, quiero que analices a todos los posibles candidatos para entrar en las catacumbas y los hagas venir aquí.
-¿Me está pidiendo que busque a los posibles cazafantasmas de nuestro grupo, señor?
-Eso mismo.
-En seguida señor.
Doc pegó una fuerte propulsión y salió de allí corriendo a gran velocidad.
Off rol: Para entrar debéis de contar que recibís la visita de Doc, este os cuenta que os han elegido para el grupo de cazafantasmas, os recomendará ir al cuartel para más información y finalmente se irá (todo esto lo contáis vosotros).
Última edición por Morcar el Lun Ago 03 2015, 11:48, editado 3 veces
Morcar
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Hacía un día agradable, el sol brillaba con fuerza, el viento soplaba por las calles de la ciudad y no daba la impresión de haber demasiados problemas, excepto los murmullos y cotilleos típicos, aunque estos daban la impresión de ser más nerviosos de lo normal.
Ese día Alanna no tenía que patrullar, había decidido que ese día sería solo una chica que paseaba por el mercado, metida en un vestido cómodo y discreto había salido a ver el ambiente y ya regresaba a su hogar. En la puerta, un biocibernético llamaba con fuerza. Alanna se acercó con rapidez, le había visto dar vueltas por el patio de la guardia junto a un joven rubio más de una vez.
Cuando habló con él, sin recibir demasiados detalles, fue instada a seguirlo a ver al general con rapidez. Con un mohín, comenzó a andar, no le hacía mucha ilusión ver al general, este, al contrario que el capitán, que vivía para su trabajo, y del teniente, que era un marido amantísimo, el general no perdía oportunidad de coquetear o lanzar un piropo a cualquier chica que se le pusiera delante, reclutas incluidas.
No tardaron en llegar al cuartel y, tras cruzar varios pasillos, a la puerta del despacho del general. Alanna llamó a la puerta y esperó a que le dieran permiso. El hombre, de unos treinta y pocos, la recibió con una sonrisa.
- Alanna, guapa, siéntate, ¿un café?- con un gesto de agradecimiento, la chica negó con la cabeza.- Vaya, da gusto verte con vestido, el uniforme te sienta bien pero... no es lo mismo, una chica con vestido siempre multiplica su belleza.- divagó el hombre.- Bueno te preguntarás porque te he hecho venir. ¿Has oído hablar de "El Rey loco?- La chica asintió, "¿Qué pasa, me va a contar un cuento?"- bien pues el caso es que 6 arqueólogos estaban buscándolo en las catacumbas, entraron hace varios días, pero no han vuelto, excepto uno, que salió gritando "El Rey sigue vivo" ha causado el pánico, para calmar a la gente vamos a mandaros a unos cuantos para que los saquéis y salgáis por patas, si ven que todos están bien y lo que gritaba el otro no eran más que imaginaciones de un pobre loco, el río volverá a su cauce.- explicó el hombre, centrándose por fin en su trabajo.- Ahora, mueve ese precioso culo y ve a prepararte.- sonrió el hombre desde su mesa, recibiendo una mirada molesta por parte de la chica, que, al instante recibió una disculpa.- perdón, es costumbre.
Con un suspiro la chica salió del despacho, su fama había hecho que algunos superiores la tratasen con mayor confianza, pero eso era pasarse... Cerró la puerta a sus espaldas, así que no tenía ni voz ni voto... era momento de prepararse, con un suspiro se dirigió a su casa con una pregunta en la cabeza ¿Quienes serían esta vez sus compañeros?
Ese día Alanna no tenía que patrullar, había decidido que ese día sería solo una chica que paseaba por el mercado, metida en un vestido cómodo y discreto había salido a ver el ambiente y ya regresaba a su hogar. En la puerta, un biocibernético llamaba con fuerza. Alanna se acercó con rapidez, le había visto dar vueltas por el patio de la guardia junto a un joven rubio más de una vez.
Cuando habló con él, sin recibir demasiados detalles, fue instada a seguirlo a ver al general con rapidez. Con un mohín, comenzó a andar, no le hacía mucha ilusión ver al general, este, al contrario que el capitán, que vivía para su trabajo, y del teniente, que era un marido amantísimo, el general no perdía oportunidad de coquetear o lanzar un piropo a cualquier chica que se le pusiera delante, reclutas incluidas.
No tardaron en llegar al cuartel y, tras cruzar varios pasillos, a la puerta del despacho del general. Alanna llamó a la puerta y esperó a que le dieran permiso. El hombre, de unos treinta y pocos, la recibió con una sonrisa.
- Alanna, guapa, siéntate, ¿un café?- con un gesto de agradecimiento, la chica negó con la cabeza.- Vaya, da gusto verte con vestido, el uniforme te sienta bien pero... no es lo mismo, una chica con vestido siempre multiplica su belleza.- divagó el hombre.- Bueno te preguntarás porque te he hecho venir. ¿Has oído hablar de "El Rey loco?- La chica asintió, "¿Qué pasa, me va a contar un cuento?"- bien pues el caso es que 6 arqueólogos estaban buscándolo en las catacumbas, entraron hace varios días, pero no han vuelto, excepto uno, que salió gritando "El Rey sigue vivo" ha causado el pánico, para calmar a la gente vamos a mandaros a unos cuantos para que los saquéis y salgáis por patas, si ven que todos están bien y lo que gritaba el otro no eran más que imaginaciones de un pobre loco, el río volverá a su cauce.- explicó el hombre, centrándose por fin en su trabajo.- Ahora, mueve ese precioso culo y ve a prepararte.- sonrió el hombre desde su mesa, recibiendo una mirada molesta por parte de la chica, que, al instante recibió una disculpa.- perdón, es costumbre.
Con un suspiro la chica salió del despacho, su fama había hecho que algunos superiores la tratasen con mayor confianza, pero eso era pasarse... Cerró la puerta a sus espaldas, así que no tenía ni voz ni voto... era momento de prepararse, con un suspiro se dirigió a su casa con una pregunta en la cabeza ¿Quienes serían esta vez sus compañeros?
Alanna Delteria
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Jhon era un humano joven y apuesto de piel morena y pelo negro, largo y suave. Sus manos eran delicadas, demostrando que aunque ya había alcanzado la edad que los de su especie consideraban que uno de los suyos era adulto no había necesitado realizar ninguna dura tarea para sobrevivir por el momento, todo lo contrario, tenía los dedos finos y alargados que tan apreciados eran entre los músicos. Su risa era melódica y su voz agradable, con unos ojos de un color verde intenso llenos de vida.
El chico no paraba de contarle a su nueva amiga sobre lo duro que había sido que le admitieran en el colegio de bardos y se jactaba de sus muchos dones hablando sin parar. Su acompañante, una niña unos años más joven que él, lejos de parecer molesta por aquella interminable palabrería le animaba a contarle más cosas y parecía más que de acuerdo en las palabras con las que el chico se auto alagaba, incluso sonreía como una tonta encaprichada del apuesto aprendiz de trovador.
-Pero basta de hablar de mi, ¿cómo es que no os había visto nunca por la ciudad mi joven dama?.-
Shalltear fingió un pequeño rubor por hablar de temas personales para asegurarse de que lo que contase a continuación pareciese la verdad y no la típica mentira más que ensayada y practicada durante décadas por la vampiresa, siempre funcionaba.
-Mi padre tiene una casa a las afueras, tiende a considerar la ciudad como un lugar peligroso para su única hija, rara vez puedo venir.-
-Entiendo, de hecho me extrañó ver a alguien como vos sola ahora que ha oscurecido. Deberíamos apresurarnos en encontrar a vuestra doncella, debe de estar muy preocupada-
Por supuesto no existía tal doncella, se trataba de una invención mas de la chica para que quién fuera que cayese en sus redes creyese lo que ella quisiese que creyera. Una niña sola abandonada en la calle y sin nada que comer, nada con que abrigarse ni un lugar donde dormir... Una pequeña dama que se había perdido y acabado en una parte de la ciudad donde era mejor no poner un pie...En aquella ocasión había optado por la historia de la pequeña aventurera que se las había apañado para zafarse de su doncella para saciar su curiosidad sobre Lunargenta.
-Si, la posada estaba cerca de aquí, lamento no haberme quedado con el nombre.-
-No pasa nada, es un agradable paseo-
Lo que aquel joven no sabía es que la chica le había ido conduciendo a través de las calles hasta un lugar donde nadie les molestara y donde ni siquiera tendría que molestarse en ocultar el cuerpo de su presa una vez se hubiese saciado con su sangre. Así acababan los paseos con la pequeña chiquilla rubia, para cuando sus compañeros o compañeras empezaban a notar algo raro, si es que llegaban a hacerlo, ya era demasiado tarde para ellos. Pero en aquella ocasión ocurrió algo extraño.
Un hombre, o más bien uno de aquellos bios por los que la pequeña no sentía ningún aprecio interrumpió su agradable paseo y su conversación, con su extraña armadura resultaba inconfundible. Shally sabía que aquellas cosas velaban por los humanos y sin duda no verían con buenos ojos a una vampira, pero por suerte no parecían saber distinguir con facilidad entre las diferentes especies de aspecto humano, no debía temerlos, solo ser especialmente precavida.
-Lamento interrumpir pero busco a Jhon Walker para ofrecerle un trabajo que repercutirá de manera positiva en la ciudad. Si le interesa le ruego se presente en el cuartel de la guardia para más detalles-
-¿Un trabajo? Sin duda mi reputación comienza a ser conocida- Dijo henchido de orgullo y mirando a Shalltear que rápidamente fingió estar también gratamente sorprendida. El bio asintió con la cabeza y se marchó, dejando a Jhon hablando solo y en voz alta sobre si mismo y la fama que lograría, incluso empezó a componerse a si mismo una canción sobre una supuesta hazaña a realizar...Y eso que ni siquiera sabía de qué iba el trabajo.
-Buscarte por las calles de noche...Me pregunto qué clase de trabajo será...Lamentablemente temo que el paseo a acabado-
-¿Qué? oh no, tranquila pequeña, te acompañaré hasta la posada y luego iré al cuartel. No te preocupes-
-No me preocupo, el paseo ha terminado para ti-
Dijo la pequeña con una amplia y maliciosa sonrisa mientras se lanzaba sobre el cuello del sorprendido humano que nada pudo hacer por defenderse. Pronto los colmillos de la niña estuvieron fuertemente clavados en su víctima y su presa quedó paralizada pero viva y consciente mientras se alimentaban de él. Aquella boca que no cesaba de hablar ahora apenas si podía moverse y gesticular una entrecortada petición de ayuda, un ruego a los dioses de los hombres por su vida. Aquello deleitó en grado sumo a la vampira que, si bien no podía hablar, pensó en que aquellos dioses jamás habían movido un dedo por nadie.
Cuando estuvo saciada y mientras se relamía de gusto delante del aún vivo humano a la chica se le ocurrió una extraña idea. La noche era joven y aquel trabajo seguía picando su curiosidad...¿Y sí se acercaba ella al cuartel de la guardia? Al fin y al cabo estaba bastante segura de que podría hacer cualquier cosa para la que quisieran a aquel humano mejor que él.
-Creo que iré a echar un vistazo a ese cuartel de los humanos...Buenas noches, Jhon- Dijo antes de romperle el cuello sin ningún tipo de compasión ni remordimiento. Miró hacia el cielo estrellado y encontrando el norte en las estrellas se dirigió hacia el puesto de la guardia. Una vez allí y ante las burlas de los guardias de la entrada que no querían dejarla pasar e incluso la tomaron por una ladronzuela, a pesar de que su ropa costaba lo que ellos ganaban en varios meses, pensó que sería mejor dejarlo. A veces tener un cuerpo de niña era un impedimento, pero las ventajas superaban con creces a las desventajas. Intentó que la dejaran pasar mencionando el nombre de su última presa como última carta.
-Me envía Jhon Walker, el no ha podido venir-
El chico no paraba de contarle a su nueva amiga sobre lo duro que había sido que le admitieran en el colegio de bardos y se jactaba de sus muchos dones hablando sin parar. Su acompañante, una niña unos años más joven que él, lejos de parecer molesta por aquella interminable palabrería le animaba a contarle más cosas y parecía más que de acuerdo en las palabras con las que el chico se auto alagaba, incluso sonreía como una tonta encaprichada del apuesto aprendiz de trovador.
-Pero basta de hablar de mi, ¿cómo es que no os había visto nunca por la ciudad mi joven dama?.-
Shalltear fingió un pequeño rubor por hablar de temas personales para asegurarse de que lo que contase a continuación pareciese la verdad y no la típica mentira más que ensayada y practicada durante décadas por la vampiresa, siempre funcionaba.
-Mi padre tiene una casa a las afueras, tiende a considerar la ciudad como un lugar peligroso para su única hija, rara vez puedo venir.-
-Entiendo, de hecho me extrañó ver a alguien como vos sola ahora que ha oscurecido. Deberíamos apresurarnos en encontrar a vuestra doncella, debe de estar muy preocupada-
Por supuesto no existía tal doncella, se trataba de una invención mas de la chica para que quién fuera que cayese en sus redes creyese lo que ella quisiese que creyera. Una niña sola abandonada en la calle y sin nada que comer, nada con que abrigarse ni un lugar donde dormir... Una pequeña dama que se había perdido y acabado en una parte de la ciudad donde era mejor no poner un pie...En aquella ocasión había optado por la historia de la pequeña aventurera que se las había apañado para zafarse de su doncella para saciar su curiosidad sobre Lunargenta.
-Si, la posada estaba cerca de aquí, lamento no haberme quedado con el nombre.-
-No pasa nada, es un agradable paseo-
Lo que aquel joven no sabía es que la chica le había ido conduciendo a través de las calles hasta un lugar donde nadie les molestara y donde ni siquiera tendría que molestarse en ocultar el cuerpo de su presa una vez se hubiese saciado con su sangre. Así acababan los paseos con la pequeña chiquilla rubia, para cuando sus compañeros o compañeras empezaban a notar algo raro, si es que llegaban a hacerlo, ya era demasiado tarde para ellos. Pero en aquella ocasión ocurrió algo extraño.
Un hombre, o más bien uno de aquellos bios por los que la pequeña no sentía ningún aprecio interrumpió su agradable paseo y su conversación, con su extraña armadura resultaba inconfundible. Shally sabía que aquellas cosas velaban por los humanos y sin duda no verían con buenos ojos a una vampira, pero por suerte no parecían saber distinguir con facilidad entre las diferentes especies de aspecto humano, no debía temerlos, solo ser especialmente precavida.
-Lamento interrumpir pero busco a Jhon Walker para ofrecerle un trabajo que repercutirá de manera positiva en la ciudad. Si le interesa le ruego se presente en el cuartel de la guardia para más detalles-
-¿Un trabajo? Sin duda mi reputación comienza a ser conocida- Dijo henchido de orgullo y mirando a Shalltear que rápidamente fingió estar también gratamente sorprendida. El bio asintió con la cabeza y se marchó, dejando a Jhon hablando solo y en voz alta sobre si mismo y la fama que lograría, incluso empezó a componerse a si mismo una canción sobre una supuesta hazaña a realizar...Y eso que ni siquiera sabía de qué iba el trabajo.
-Buscarte por las calles de noche...Me pregunto qué clase de trabajo será...Lamentablemente temo que el paseo a acabado-
-¿Qué? oh no, tranquila pequeña, te acompañaré hasta la posada y luego iré al cuartel. No te preocupes-
-No me preocupo, el paseo ha terminado para ti-
Dijo la pequeña con una amplia y maliciosa sonrisa mientras se lanzaba sobre el cuello del sorprendido humano que nada pudo hacer por defenderse. Pronto los colmillos de la niña estuvieron fuertemente clavados en su víctima y su presa quedó paralizada pero viva y consciente mientras se alimentaban de él. Aquella boca que no cesaba de hablar ahora apenas si podía moverse y gesticular una entrecortada petición de ayuda, un ruego a los dioses de los hombres por su vida. Aquello deleitó en grado sumo a la vampira que, si bien no podía hablar, pensó en que aquellos dioses jamás habían movido un dedo por nadie.
Cuando estuvo saciada y mientras se relamía de gusto delante del aún vivo humano a la chica se le ocurrió una extraña idea. La noche era joven y aquel trabajo seguía picando su curiosidad...¿Y sí se acercaba ella al cuartel de la guardia? Al fin y al cabo estaba bastante segura de que podría hacer cualquier cosa para la que quisieran a aquel humano mejor que él.
-Creo que iré a echar un vistazo a ese cuartel de los humanos...Buenas noches, Jhon- Dijo antes de romperle el cuello sin ningún tipo de compasión ni remordimiento. Miró hacia el cielo estrellado y encontrando el norte en las estrellas se dirigió hacia el puesto de la guardia. Una vez allí y ante las burlas de los guardias de la entrada que no querían dejarla pasar e incluso la tomaron por una ladronzuela, a pesar de que su ropa costaba lo que ellos ganaban en varios meses, pensó que sería mejor dejarlo. A veces tener un cuerpo de niña era un impedimento, pero las ventajas superaban con creces a las desventajas. Intentó que la dejaran pasar mencionando el nombre de su última presa como última carta.
-Me envía Jhon Walker, el no ha podido venir-
Shalltear
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Leo llevaba ya unos días en Lunargenta y comenzaba a aburrirse, los comerciantes eran divertidos, pero tenia que salir de la ciudad, no aguantaba mucho tiempo quieto por lo general y esta no era la excepción, en la tarde luego de comer preguntaría uno por uno a las personas del mercado por algún tipo de chisme al cual poder seguirle la pista, o alguna misión para el, cual quier cosa que lo hiciera moverse de la segura monotonía que brindaba la ciudad y así poder salir a una aventura en condiciones.
Luego de la comida el felino siguiendo el plan salio de la posada a conversar con la gente, muchos le ignoraban por el hecho de ser hombre gato, otros pocos lo echaban de sus puestos por la misma razón, aburrido del racismo de las otras especies decidió irse de la ciudad y probar suerte en otra parte, pero antes de todo debía ir a la posada en la que se estaba quedando para coger todas sus cosas (que no eran muchas) y poder irse definitivamente.
Todo estaba en orden, sus trapos de aventura (ropa), sus provisiones para poder durar un poco mas afuera (comida), sus armas (sus cuchillos y su hacha), ya ordenadas se dispuso a pagar la comida y largarse, pero antes, se bebería algo en la taberna, tanto pensar y aburrirse le había dado sed, entro en la primera que vio y aunque por fuera tenia buen aspecto por dentro no era mas que un antro, oscuro, lleno de humo y con gentes que al perecer no eran del todo honradas, sintió muchos ojos en su peluda nuca pero los ignoró, siguió derecho hasta la barra, un tablón de madera sucia y llena de muescas, que al igual que todo el lugar no inspiraba mucha confianza, pero decidió no darle mucha importancia, miro al tosco tabernero y le pidió una cerveza negra, gusto que adquirió con su vieja amiga amaranth, tardando un poco y al parece molesto el hombre tras la barra le dio un tarro a mal traer pero con el liquido helado y espumoso.
Luego de un par de tragos al brebaje entró alguien, hubieron miradas otra vez, pero en esta ocasión los susurros parecían mas, y haciendo honor al viejo refrán la curiosidad le ganó al gato. Leon con su vaso aun en la mano se dio media vuelta y miró al recién llegado, era un bio, y al perece buscaba algo o a alguien puesto que miraba para todos lados como tratando de divisar algo que a simple vista no se encontraba, en una de esas miradas rápidas se topó con la del gato, este ultimo un poco incomodo con el escudriño del sujeto se levantó de su sitio y fue a encararlo, encontrando por respuesta un gesto de "quédate en tu asiento, yo para allá". Leo ya sentado otra vez en su taburete se preguntaba que queria ese sujeto con el, tal vez le debia dinero, o tal vez le enviaban a golpearle por rencillas pasadas, nada mas alejado de la realidad.
Cuando el bio llegó a su lado se presentó y sin muchas formalidades le comentó el por qué de su visita. Le ofrecía una misión, la cual consistía en buscar junto a un pequeño grupo de personas a unos arqueólogos que habían desaparecido dentro de la tumba del rey loco. Leo sin dudarlo ni un minuto aceptó lo propuesto Doc, y le siguió hasta donde estarían los demás participantes en la misión y donde probablemente recibiría mas detalles (y hasta tal vez una paga).
Vamos doc, te sigo, que yo no tengo idea donde vamos dijo leo claramente excitado por la idea de una nueva aventura ah, y por favor demonos prisa, ya no aguanto mas este sitio comentó el felino remarcando las palabras "yo no aguanto mas este sitio"
Luego de la comida el felino siguiendo el plan salio de la posada a conversar con la gente, muchos le ignoraban por el hecho de ser hombre gato, otros pocos lo echaban de sus puestos por la misma razón, aburrido del racismo de las otras especies decidió irse de la ciudad y probar suerte en otra parte, pero antes de todo debía ir a la posada en la que se estaba quedando para coger todas sus cosas (que no eran muchas) y poder irse definitivamente.
Todo estaba en orden, sus trapos de aventura (ropa), sus provisiones para poder durar un poco mas afuera (comida), sus armas (sus cuchillos y su hacha), ya ordenadas se dispuso a pagar la comida y largarse, pero antes, se bebería algo en la taberna, tanto pensar y aburrirse le había dado sed, entro en la primera que vio y aunque por fuera tenia buen aspecto por dentro no era mas que un antro, oscuro, lleno de humo y con gentes que al perecer no eran del todo honradas, sintió muchos ojos en su peluda nuca pero los ignoró, siguió derecho hasta la barra, un tablón de madera sucia y llena de muescas, que al igual que todo el lugar no inspiraba mucha confianza, pero decidió no darle mucha importancia, miro al tosco tabernero y le pidió una cerveza negra, gusto que adquirió con su vieja amiga amaranth, tardando un poco y al parece molesto el hombre tras la barra le dio un tarro a mal traer pero con el liquido helado y espumoso.
Luego de un par de tragos al brebaje entró alguien, hubieron miradas otra vez, pero en esta ocasión los susurros parecían mas, y haciendo honor al viejo refrán la curiosidad le ganó al gato. Leon con su vaso aun en la mano se dio media vuelta y miró al recién llegado, era un bio, y al perece buscaba algo o a alguien puesto que miraba para todos lados como tratando de divisar algo que a simple vista no se encontraba, en una de esas miradas rápidas se topó con la del gato, este ultimo un poco incomodo con el escudriño del sujeto se levantó de su sitio y fue a encararlo, encontrando por respuesta un gesto de "quédate en tu asiento, yo para allá". Leo ya sentado otra vez en su taburete se preguntaba que queria ese sujeto con el, tal vez le debia dinero, o tal vez le enviaban a golpearle por rencillas pasadas, nada mas alejado de la realidad.
Cuando el bio llegó a su lado se presentó y sin muchas formalidades le comentó el por qué de su visita. Le ofrecía una misión, la cual consistía en buscar junto a un pequeño grupo de personas a unos arqueólogos que habían desaparecido dentro de la tumba del rey loco. Leo sin dudarlo ni un minuto aceptó lo propuesto Doc, y le siguió hasta donde estarían los demás participantes en la misión y donde probablemente recibiría mas detalles (y hasta tal vez una paga).
Vamos doc, te sigo, que yo no tengo idea donde vamos dijo leo claramente excitado por la idea de una nueva aventura ah, y por favor demonos prisa, ya no aguanto mas este sitio comentó el felino remarcando las palabras "yo no aguanto mas este sitio"
Leon Alexander
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Morcar se dirigió de nuevo a la entrada, esperó y esperó al general que tardó un rato en llegar.
-Buenas Morcar, te traigo a Shalltear, al parecer le envía uno de tus candidatos que no ha podido venir.
Morcar miró a un lado, luego al otro. Después miró al General, y éste le hizo una seña con los ojos hacia detrás. Morcar miró tras de él, se trataba de una niña en plena pre-adolescencia. Morcar volvió su mirada al General.
-¿Te ha dicho cuando vendrá mi candidato?
-No me entiendes, al parecer el candidato la ha enviado a ella.
Morcar la volvió a observar y miró nuevamente al General.
-¿Y para qué la quiero? ¿Para que me haga los recados?
Doc apareció en ese momento por otro lado de la entrada.
-Muy buenas amo, le traigo a Leon, es un estupendo guerrero al que le he explicado todo sobre la misión...
Doc vio en ese instante a la joven.
-Oh, la acompañante del joven John ¿Dónde está él?
-No va a poder venir, la envía a ella.
Doc cambió su postura, luego hizo el ademán de rascarse la cabeza y finalmente encontró la frase que buscaba.
-¿No es muy pequeña?
-Eso mismo dije yo
Alanna apareció en ese mismo momento.
-Al fin llegaste, Alanna, quiero presentarte a tu equipo.
Doc se la quedó mirando un rato.
-Definitivamente no creo que un equipo compuesto por una niña, dos guardias, un Leon guerrero y un bio pueda llegar muy lejos.
-Bueno, no pierdan más el tiempo ¡Y márchense!
Morcar emitió uno de sus característicos rugidos, luego silbó y su caballo apareció tirando de una carroza, todos se subieron (excepto Doc, que casi rompe la carreta con su peso) y fueron hacia las catacumbas.
Cuando se alejaron, el General se quedó mirando la carreta.
-Como si no me hubiese dado cuenta que la niña era un vampiro.
***
El olor era pestilente, de la entrada ya venía el extraño hedor a cloaca y a muerto, seguramente se tratase de un gato o algo peor, un putrefacto humano. Sí, definitivamente el ambiente muerto era el favorito de Morcar.
-Bueno, pues todos adentro, tenemos un misterio que resolver.
-Buenas Morcar, te traigo a Shalltear, al parecer le envía uno de tus candidatos que no ha podido venir.
Morcar miró a un lado, luego al otro. Después miró al General, y éste le hizo una seña con los ojos hacia detrás. Morcar miró tras de él, se trataba de una niña en plena pre-adolescencia. Morcar volvió su mirada al General.
-¿Te ha dicho cuando vendrá mi candidato?
-No me entiendes, al parecer el candidato la ha enviado a ella.
Morcar la volvió a observar y miró nuevamente al General.
-¿Y para qué la quiero? ¿Para que me haga los recados?
Doc apareció en ese momento por otro lado de la entrada.
-Muy buenas amo, le traigo a Leon, es un estupendo guerrero al que le he explicado todo sobre la misión...
Doc vio en ese instante a la joven.
-Oh, la acompañante del joven John ¿Dónde está él?
-No va a poder venir, la envía a ella.
Doc cambió su postura, luego hizo el ademán de rascarse la cabeza y finalmente encontró la frase que buscaba.
-¿No es muy pequeña?
-Eso mismo dije yo
Alanna apareció en ese mismo momento.
-Al fin llegaste, Alanna, quiero presentarte a tu equipo.
Doc se la quedó mirando un rato.
-Definitivamente no creo que un equipo compuesto por una niña, dos guardias, un Leon guerrero y un bio pueda llegar muy lejos.
-Bueno, no pierdan más el tiempo ¡Y márchense!
Morcar emitió uno de sus característicos rugidos, luego silbó y su caballo apareció tirando de una carroza, todos se subieron (excepto Doc, que casi rompe la carreta con su peso) y fueron hacia las catacumbas.
Cuando se alejaron, el General se quedó mirando la carreta.
-Como si no me hubiese dado cuenta que la niña era un vampiro.
***
El olor era pestilente, de la entrada ya venía el extraño hedor a cloaca y a muerto, seguramente se tratase de un gato o algo peor, un putrefacto humano. Sí, definitivamente el ambiente muerto era el favorito de Morcar.
-Bueno, pues todos adentro, tenemos un misterio que resolver.
Morcar
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Se dirigió con calma a su taquilla, allí tenía bastantes cosas como para cambiarse y moverse por los subsuelos de la ciudad, se apresuró a cambiarse el vestido por su ropa negra elástica, ajustada para facilitar el movimiento, y se recogió el pelo para salir de allí sin prisa. Ella había llegado de las primeras, debía tener tiempo.
Tomó sus dagas las enganchó en sus piernas y, tras coger una pequeña botella de veneno paralizante, que había hecho días atrás, cuando aun era una niña, y la metió dentro de su pequeña riñonera de cuero, junto a una cuerda, agua y un pañuelo de seda, usarlo como garrote vil se había vuelto una de sus técnicas favoritas, hasta el punto de llevar encima siempre uno de esos pañuelos.
Salió de allí, y comprobó que, al final, llegaba la última. Dio un suspiro con cara seria y se situó entre el otro guarda y el general, mientras recibía una bienvenida y observaba a quienes los acompañarían, Doc, Morcar, una niña y un hombre bestia, suspiró, bueno, no era la primera vez que un niño le demostraba ser más valioso que un adulto.
Miró al cielo nocturno con un suspiro, noche, y fantasmas, ya había tenido alguna experiencia con ellos, no fue agradable, a veces, sin ser consciente, sentía latir la herida del hombro, a pesar de que ni siquiera quedaba marca y de que ya llevaba largo tiempo curada.
No habló mientras robot y humano conversaban, no tenía nada que decir, haría su trabajo, y volvería a casa para el amanecer, no le gustaba implicarse con magia, y seres incorpóreos, siempre tenían algún truco, era molesto. revisó sus muñequeras, que sus zapatos estuvieran bien asegurados, y, al instante, el general le hizo apresurar el paso.
Morcar gruñó y dio un silbido haciendo aparecer un caballo tirando de un carromato al que subieron con rapidez, el bio, por su pero, debía seguirlos a pie. Atravesando las calles empedradas de Lunargenta en susurros, Alanna concretó en susurros las explicaciones que había dado el general en su despacho, asegurándose de que todos los presentes tenían todos los datos, si iban a colaborar, no podía dejar que nadie fuera a ciegas, hasta que, finalmente, llegaron al lugar.
Era una zona polvorienta, se notaba que habían alzado la calzada en busca de retazos de antiguos panteones, algunas zonas se encontraban rodeadas de cuerdas, debían ser importantes para los arqueólogos, pero, para ellos, lo primordial era una avertura en el centro de la zona de polvo.
Al acercarse, no pudieron más que oler el aroma pútrido de algunas zonas de las catacumbas, la única que se libraba, era la del mercado negro, y porque el aroma a opio camuflaba todo el resto. Sin embargo, allí estaba claro que había sucedido algo, y de forma reciente, al fin y al cabo, los huesos, no huelen tras años de descomposición, lo que huele es la sangre y la carne, justo como allí en ese momento.
El otro guarda dio instrucciones para entrar y Alanna, tras respirar hondo e intercambiar una mirada con el, se sumergió por la puerta de la alcantarilla dejándose caer. No era especialmente alto, la caída era sencilla, cualquiera de los presentes podía bajar sin demasiada dificultad, excepto el bio, que, si no iba con cuidado, causaría un estruendo y los dejaría sin el elemento sorpresa, aunque, si realmente había fantasmas, no habían tenido eso en ningún momento.
Cada ciertos tramos, había una antorcha que iluminaba un camino, era probable que las hubieran colocado los estudiosos para guiarse hasta lo que habían localizado, y, si se forzaba la vista, uno podía ver que el túnel iba inclinándose para hacer bajar a los intrusos a pisos inferiores. La Gata solo esperaba que todo acabase pronto, y sin heridos.
Tomó sus dagas las enganchó en sus piernas y, tras coger una pequeña botella de veneno paralizante, que había hecho días atrás, cuando aun era una niña, y la metió dentro de su pequeña riñonera de cuero, junto a una cuerda, agua y un pañuelo de seda, usarlo como garrote vil se había vuelto una de sus técnicas favoritas, hasta el punto de llevar encima siempre uno de esos pañuelos.
Salió de allí, y comprobó que, al final, llegaba la última. Dio un suspiro con cara seria y se situó entre el otro guarda y el general, mientras recibía una bienvenida y observaba a quienes los acompañarían, Doc, Morcar, una niña y un hombre bestia, suspiró, bueno, no era la primera vez que un niño le demostraba ser más valioso que un adulto.
Miró al cielo nocturno con un suspiro, noche, y fantasmas, ya había tenido alguna experiencia con ellos, no fue agradable, a veces, sin ser consciente, sentía latir la herida del hombro, a pesar de que ni siquiera quedaba marca y de que ya llevaba largo tiempo curada.
No habló mientras robot y humano conversaban, no tenía nada que decir, haría su trabajo, y volvería a casa para el amanecer, no le gustaba implicarse con magia, y seres incorpóreos, siempre tenían algún truco, era molesto. revisó sus muñequeras, que sus zapatos estuvieran bien asegurados, y, al instante, el general le hizo apresurar el paso.
Morcar gruñó y dio un silbido haciendo aparecer un caballo tirando de un carromato al que subieron con rapidez, el bio, por su pero, debía seguirlos a pie. Atravesando las calles empedradas de Lunargenta en susurros, Alanna concretó en susurros las explicaciones que había dado el general en su despacho, asegurándose de que todos los presentes tenían todos los datos, si iban a colaborar, no podía dejar que nadie fuera a ciegas, hasta que, finalmente, llegaron al lugar.
Era una zona polvorienta, se notaba que habían alzado la calzada en busca de retazos de antiguos panteones, algunas zonas se encontraban rodeadas de cuerdas, debían ser importantes para los arqueólogos, pero, para ellos, lo primordial era una avertura en el centro de la zona de polvo.
Al acercarse, no pudieron más que oler el aroma pútrido de algunas zonas de las catacumbas, la única que se libraba, era la del mercado negro, y porque el aroma a opio camuflaba todo el resto. Sin embargo, allí estaba claro que había sucedido algo, y de forma reciente, al fin y al cabo, los huesos, no huelen tras años de descomposición, lo que huele es la sangre y la carne, justo como allí en ese momento.
El otro guarda dio instrucciones para entrar y Alanna, tras respirar hondo e intercambiar una mirada con el, se sumergió por la puerta de la alcantarilla dejándose caer. No era especialmente alto, la caída era sencilla, cualquiera de los presentes podía bajar sin demasiada dificultad, excepto el bio, que, si no iba con cuidado, causaría un estruendo y los dejaría sin el elemento sorpresa, aunque, si realmente había fantasmas, no habían tenido eso en ningún momento.
Cada ciertos tramos, había una antorcha que iluminaba un camino, era probable que las hubieran colocado los estudiosos para guiarse hasta lo que habían localizado, y, si se forzaba la vista, uno podía ver que el túnel iba inclinándose para hacer bajar a los intrusos a pisos inferiores. La Gata solo esperaba que todo acabase pronto, y sin heridos.
Alanna Delteria
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Por raro que pareciera, al final el nombre de su última comida si que tenía algún peso o al menos sonaba de algo a los guardias de la puerta que, aunque seguían sin dejarla pasar, al menos se dignaron a enviar a alguien a preguntar si esperaban al tal Jhon o a alguien que fuese en su nombre. Quizá aquel bocazas egocéntrico no fuese un completo inútil después de todo. Como fuese, tras pasar unos minutos, aquel guardia que había ido a pedir instrucciones sobre cómo actuar con respecto a la pequeña regresó y las chanzas acabaron cuando en la puerta se corrió la voz de que el jefazo del lugar quería verla. Shalltear se permitió una leve sonrisa de satisfacción que tintó con una amenaza al pasar al lado de los que la habían llamado ladrona.
-Tranquilos, no le diré al general lo inútiles que son los guardias de la puerta que confunden a una señorita con una ladrona...Bueno, quizá un poco-
Por supuesto era mentira, no iba a molestarse por hacerle una faena a aquellos insectos de vida corta que a duras penas llegaban a aperitivo, pero siempre resultaba satisfactorio ver cómo los humanos de a pie empezaban a preocuparse por nimiedades como el lograr dar de comer a sus familias. En cualquier caso se había quedado con sus caras y quizá más tarde les siguiera hasta sus casas, aquello era incluso mejor que atormentarles con dudas sobre su futuro, directamente arrebatárselo.
El general, o así lo llamaban los guardias cuadrándose a su paso, se presentó en la plaza de instrucción del cuartel y la miró de manera analítica, debió de pensar que daba la talla porque no le puso pegas para ocupar el puesto del ausente Walker y pidió que esperara allí al resto del equipo sin explicar en qué consistía el trabajo. Precisamente satisfacer su curiosidad era lo que la había llevado hasta allí y no una férrea voluntad de querer ayudar en nada que no fuera librarles de sus miserias por lo que Shally intentó que el hombre le dijera algo al respecto. No obstante antes de poder preguntar comenzaron a llegar los que parecían los demás miembros del grupo, un par de humanos y un gato grande.
Sin ninguna explicación extra acabaron en una carreta, no sin antes tener que soportar como el guardia humano emitía un "rugido" que le hizo pensar a la pequeña que debía de estar mal de la cabeza por no hablar de lo ridículo que resultó, era como ver a una oveja intentar rugir...La comida no ruge. Al menos la otra humana parecía un poco mas avispada y explicó lo que se suponía que iban a hacer, una suerte porque la vampira estaba a punto de bajarse del carro ya que no satisfacían su curiosidad. La historia que la guardia contó sin embargo la instó a quedarse, resultaba realmente interesante todo eso de reyes muertos y fantasmas.
-Suena divertido.-
Llegaron al lugar de la excavación y tras "aclimatarse" al pestazo el señor rugiditos les instó a entrar por el acceso que parecía que el mencionado equipo había abierto en busca de nuevos caminos que condujeran a las catacumbas. Parte de aquel sistema de tumbas subterráneo servía también o estaba vinculado al sistema de cloacas de la ciudad por lo que el lugar no resultaba muy agradable para alguien con un olfato tan desarrollado como el de Shalltear pero no tardaría en acostumbrarse, mientras dependería de sus otros sentidos.
-Bonito sitio...La mugre de un palmo en las paredes le da un toque muy rústico...- Comentó en voz baja la pequeña vampiresa con ironía. -A todo esto...¿Cómo se supone que debo llamaros?-
-Tranquilos, no le diré al general lo inútiles que son los guardias de la puerta que confunden a una señorita con una ladrona...Bueno, quizá un poco-
Por supuesto era mentira, no iba a molestarse por hacerle una faena a aquellos insectos de vida corta que a duras penas llegaban a aperitivo, pero siempre resultaba satisfactorio ver cómo los humanos de a pie empezaban a preocuparse por nimiedades como el lograr dar de comer a sus familias. En cualquier caso se había quedado con sus caras y quizá más tarde les siguiera hasta sus casas, aquello era incluso mejor que atormentarles con dudas sobre su futuro, directamente arrebatárselo.
El general, o así lo llamaban los guardias cuadrándose a su paso, se presentó en la plaza de instrucción del cuartel y la miró de manera analítica, debió de pensar que daba la talla porque no le puso pegas para ocupar el puesto del ausente Walker y pidió que esperara allí al resto del equipo sin explicar en qué consistía el trabajo. Precisamente satisfacer su curiosidad era lo que la había llevado hasta allí y no una férrea voluntad de querer ayudar en nada que no fuera librarles de sus miserias por lo que Shally intentó que el hombre le dijera algo al respecto. No obstante antes de poder preguntar comenzaron a llegar los que parecían los demás miembros del grupo, un par de humanos y un gato grande.
Sin ninguna explicación extra acabaron en una carreta, no sin antes tener que soportar como el guardia humano emitía un "rugido" que le hizo pensar a la pequeña que debía de estar mal de la cabeza por no hablar de lo ridículo que resultó, era como ver a una oveja intentar rugir...La comida no ruge. Al menos la otra humana parecía un poco mas avispada y explicó lo que se suponía que iban a hacer, una suerte porque la vampira estaba a punto de bajarse del carro ya que no satisfacían su curiosidad. La historia que la guardia contó sin embargo la instó a quedarse, resultaba realmente interesante todo eso de reyes muertos y fantasmas.
-Suena divertido.-
Llegaron al lugar de la excavación y tras "aclimatarse" al pestazo el señor rugiditos les instó a entrar por el acceso que parecía que el mencionado equipo había abierto en busca de nuevos caminos que condujeran a las catacumbas. Parte de aquel sistema de tumbas subterráneo servía también o estaba vinculado al sistema de cloacas de la ciudad por lo que el lugar no resultaba muy agradable para alguien con un olfato tan desarrollado como el de Shalltear pero no tardaría en acostumbrarse, mientras dependería de sus otros sentidos.
-Bonito sitio...La mugre de un palmo en las paredes le da un toque muy rústico...- Comentó en voz baja la pequeña vampiresa con ironía. -A todo esto...¿Cómo se supone que debo llamaros?-
Shalltear
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Leo había llegado al lugar de encuentro junto al bio llamado doc, pero los demás ya estaban ahí reunidos, tal vez ya habían dado las instrucciones y todo lo relacionado con la misión por que Leon no se enteró de absolutamente nada, solo vio a una joven humana, a una niña pequeña y a un joven humano, un grupo bastante raro y pintoresco por decir lo menos, el chico tenía la cara de alguien que aspira a grandes cosas, la mujer era de bellas facciones y miraba al cielo distraída, la niña tenía algo familiar que Leo no supo reconocer pero al no ser importante no le dio mucha atención.
La luz ya se iba, la noche les brindaba su mando de obscuridad, lo que para Leo no era una desventaja, gracias a sus rasgos felinos él podía ver perfectamente en los ambientes mas sombríos, miró a todos y cada uno y memorizo sus rostros, para asi cuando preguntara sus nombres los pudiera “pegar” a sus caras, no podía comunicarse mediante señas ni apodos con ellos.
Luego de un rato el felino vio que comenzaban a moverse cosas, asumió que se marcharían asi que como ya era costumbre guardó sus cosas en la mochila, se sacó la camisa, se ató las dagas, el hacha, se puso los anillos “nudilleros”, muy despacio se acercó a un guardia y le dijo:
Chico, cuídame esto, que planeo regresar vivo JAJAJAJA… no, ya, en serio, si se pierde algo saca las garras te las veras con ellas, son un poco difíciles de controlar, ¿si me entiendes?
Antes de cualquier respuesta del sujeto se escuchó un rugido y un silbido, al parecer salieron de la garganta del humano rubio, Leo tubo que contener la risa ante esa demostración de “ferocidad”, sin mirar al guardia con el que había hablado dejó las cosas a sus pies y subió al carro que había llegado, al parecer los llevaría hasta destino.
Una vez dentro del carro la señorita les explicó un poco más sobre la misión, era un tanto descabellado ir a buscar fantasmas a una tumba, pero era mejor que estar masticando pan duro en la taberna de la ciudad. Mientras más cerca estaban de llegar al destino más fuerte era el olor a putrefacción, un olor penetrante que ya de por sí era malo para la fina nariz de Leo era un martirio.
El joven rubio les había dado la “orden” de entrar, a lo que Leo luego de arrugar la nariz y mostrar los dientes en señal de desagrado, obedeció, el lugar estaba iluminado por la tenue luz de las antorchas del equipo de investigadores que buscaban y se notaba que había sido lugar era antiguo, las paredes estaban llenas de polvo y telas de arañas, algo muy típico en un lugar como ese.
Las orejas de Leo se movían de un lado a otro, en ese lugar el eco era bastante y él podía escuchar muchas cosas que de seguro los demás no, tal vez el bio sí, pero los humanos no, sus oídos eran inferiores a los del Gato, sus peludas orejas se orientaron hacia la pequeña que comentaba sobre y el aspecto del lugar y además hizo una pregunta muy acertada, los nombres, algo que a Leo se le había olvidado y al parecer a los demás también. Dando cariñosas palmaditas en la cabeza de la niña* dijo en voz no muy alta:
Mis nuevos compañeros, déjenme presentarme, haciendo una felina reverencia mi nombre es Leon Alexander, de los sureños bosques de Midgar, pueden decirme Leo para acortar un poco jejeje mirando a cada uno detenidamente pero sin ser amenazante ¿con quienes tengo el placer de compartir esta aventura?
* si te molesta Shal avísame y lo edito enseguida :3
La luz ya se iba, la noche les brindaba su mando de obscuridad, lo que para Leo no era una desventaja, gracias a sus rasgos felinos él podía ver perfectamente en los ambientes mas sombríos, miró a todos y cada uno y memorizo sus rostros, para asi cuando preguntara sus nombres los pudiera “pegar” a sus caras, no podía comunicarse mediante señas ni apodos con ellos.
Luego de un rato el felino vio que comenzaban a moverse cosas, asumió que se marcharían asi que como ya era costumbre guardó sus cosas en la mochila, se sacó la camisa, se ató las dagas, el hacha, se puso los anillos “nudilleros”, muy despacio se acercó a un guardia y le dijo:
Chico, cuídame esto, que planeo regresar vivo JAJAJAJA… no, ya, en serio, si se pierde algo saca las garras te las veras con ellas, son un poco difíciles de controlar, ¿si me entiendes?
Antes de cualquier respuesta del sujeto se escuchó un rugido y un silbido, al parecer salieron de la garganta del humano rubio, Leo tubo que contener la risa ante esa demostración de “ferocidad”, sin mirar al guardia con el que había hablado dejó las cosas a sus pies y subió al carro que había llegado, al parecer los llevaría hasta destino.
Una vez dentro del carro la señorita les explicó un poco más sobre la misión, era un tanto descabellado ir a buscar fantasmas a una tumba, pero era mejor que estar masticando pan duro en la taberna de la ciudad. Mientras más cerca estaban de llegar al destino más fuerte era el olor a putrefacción, un olor penetrante que ya de por sí era malo para la fina nariz de Leo era un martirio.
El joven rubio les había dado la “orden” de entrar, a lo que Leo luego de arrugar la nariz y mostrar los dientes en señal de desagrado, obedeció, el lugar estaba iluminado por la tenue luz de las antorchas del equipo de investigadores que buscaban y se notaba que había sido lugar era antiguo, las paredes estaban llenas de polvo y telas de arañas, algo muy típico en un lugar como ese.
Las orejas de Leo se movían de un lado a otro, en ese lugar el eco era bastante y él podía escuchar muchas cosas que de seguro los demás no, tal vez el bio sí, pero los humanos no, sus oídos eran inferiores a los del Gato, sus peludas orejas se orientaron hacia la pequeña que comentaba sobre y el aspecto del lugar y además hizo una pregunta muy acertada, los nombres, algo que a Leo se le había olvidado y al parecer a los demás también. Dando cariñosas palmaditas en la cabeza de la niña* dijo en voz no muy alta:
Mis nuevos compañeros, déjenme presentarme, haciendo una felina reverencia mi nombre es Leon Alexander, de los sureños bosques de Midgar, pueden decirme Leo para acortar un poco jejeje mirando a cada uno detenidamente pero sin ser amenazante ¿con quienes tengo el placer de compartir esta aventura?
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Morcar caminaba por los viejos caminos de la catacumba. Como él bien sabía, había una variedad grande de zonas en aquél lugar, y que la más visitada era una decadente y putrefacta que era usada para el mercado negro, pero el lugar por donde estaban andando era conocido por ser la parte más amplia de las catacumbas. La zona de las tumbas.
Mientras caminaban,las antorchas iluminaban el camino por el que iban. Doc hacía un ruido bastante pesado mientras andaba, que retumbaba por toda la oscura travesía. Según andaban, el camino se hacía más y más estrecho, hasta el punto de que Morcar y Doc se vieron obligados a agacharse para continuar (dado que los dos eran realmente altos). Llegaron a un punto en el que había un agujero en el suelo y el camino seguía adelante. Sin embargo, en el hoyo había cuerdas, como si hubiesen bajado por allí.
-Creo que es por aquí-dijo Doc.
Morcar miró a Doc, luego al hoyo, y se agarró a una cuerda para bajar. Lo hizo algo rápido, era muy hondo, y antes de llegar al suelo, se tuvo que apartar a un lado para pisar suelo, pues había algo esponjoso justo en el suelo. Cuando al fin se soltó, se echó a un lado para dejar bajar al resto.
Lo esponjoso que había en el suelo era el cadáver de un hombre de tez negra, estaba recostado sobre su propio charco de sangre y por las hemorragias había muerto por la caída, además, su cuerda estaba rota. Morcar echó un ojo a la sala, tan solo había un camino a seguir, y se trataba de una estancia llena de tumbas que conducía a un largo pasillo lleno de esqueletos.
Cuando Doc bajó, encendió las linternas frontales de su casco, pues en aquella zona no había antorchas. Curioseando, Morcar se fijó en que en la sala había un barco de juguete. Mientras el resto bajaba, Morcar recordaba de que de chico él había tenido un barco de juguete igual. Que tenía... Tenía una nota de su padre que ponía "For you", y aquel barco también la tenía.
-Esto es muy raro.
Morcar tiró el barco al suelo y avanzó por el pasillo, en silencio se encontró de que la siguiente sala era igual, era pasillo tras pasillo, sala tras sala. Espero al resto.
-Este sitio es extraño.
Morcar oyó pasos provenientes del pasillo al cuál se tenían que dirigir ahora, así que sacó su espada y su escudo.
-¡Alto a la guardia! ¡¿Quién va?!
No obtuvo respuesta. Mientras esperaba revisó nuevamente a su grupo. Una niña, que parecía no temer a nada de allí, realmente no le veía mucha utilidad, tal vez tuviese algo oculto en lo que no se hubiese fijado.
Doc, que tenía una fuerza subrenatural, típica de un luchador cuerpo a cuerpo nato.
Leon, que llevaba un hacha y por su física y su forma de ser tenía pinta de ser Berserker, y de los brutos.
Alanna, con una silueta más ceñida y suave, Morcar tuvo que negar con la cabeza para concentrarse de nuevo. La figura de Alanna le había desviado a pensamientos animales que consideraba muertos. Evidentemente se trataba de una espía.
Por último él, un tanque con un físico y una armadura monstruosas. Sí, tal vez había infravalorado a su grupo demasiado.
De la boca del pasillo surgió un joven de tez morena, pelo oscuro y largo y unos ojos oscuros... Muy oscuros, tenía una apariencia sombría, pues los brazos los tenía encogidos, miraba al suelo y andaba algo lento.
-¡¿Quién es usted?! ¡Deténgase ahora mismo!
Jhon no se detuvo, solo andó más lento.
-Espere señor-dijo Doc, que se acercó al joven-, definitivamente conozco a este joven, señor, le presento a Jhon Walker, el candidato que había pensado para usted, y que nos envió a Shal.
El joven tenía pinta de estar drogado, no había respondido, tan solo miraba al suelo. Miró a Shal y la señaló.
-¡Tú! ¡Me mataste!
Después emitió un chillido típico que hizo que a Morcar le pitaran los oídos. Mientras todos estaban aturdidos por el chillido, Jhon se había adelantado a atacar a Shal con una espada que llevaba en su cintura. Doc se acercó a Morcar, el bio era el más afectado, sus micrófonos se habían bloqueado y no escuchaba nada.
-Señor, Jhon tenía ojos verdes... No negros.
Morcar miró al joven. Definitivamente todo aquello era muy extraño.
Mientras caminaban,las antorchas iluminaban el camino por el que iban. Doc hacía un ruido bastante pesado mientras andaba, que retumbaba por toda la oscura travesía. Según andaban, el camino se hacía más y más estrecho, hasta el punto de que Morcar y Doc se vieron obligados a agacharse para continuar (dado que los dos eran realmente altos). Llegaron a un punto en el que había un agujero en el suelo y el camino seguía adelante. Sin embargo, en el hoyo había cuerdas, como si hubiesen bajado por allí.
-Creo que es por aquí-dijo Doc.
Morcar miró a Doc, luego al hoyo, y se agarró a una cuerda para bajar. Lo hizo algo rápido, era muy hondo, y antes de llegar al suelo, se tuvo que apartar a un lado para pisar suelo, pues había algo esponjoso justo en el suelo. Cuando al fin se soltó, se echó a un lado para dejar bajar al resto.
Lo esponjoso que había en el suelo era el cadáver de un hombre de tez negra, estaba recostado sobre su propio charco de sangre y por las hemorragias había muerto por la caída, además, su cuerda estaba rota. Morcar echó un ojo a la sala, tan solo había un camino a seguir, y se trataba de una estancia llena de tumbas que conducía a un largo pasillo lleno de esqueletos.
Cuando Doc bajó, encendió las linternas frontales de su casco, pues en aquella zona no había antorchas. Curioseando, Morcar se fijó en que en la sala había un barco de juguete. Mientras el resto bajaba, Morcar recordaba de que de chico él había tenido un barco de juguete igual. Que tenía... Tenía una nota de su padre que ponía "For you", y aquel barco también la tenía.
-Esto es muy raro.
Morcar tiró el barco al suelo y avanzó por el pasillo, en silencio se encontró de que la siguiente sala era igual, era pasillo tras pasillo, sala tras sala. Espero al resto.
-Este sitio es extraño.
Morcar oyó pasos provenientes del pasillo al cuál se tenían que dirigir ahora, así que sacó su espada y su escudo.
-¡Alto a la guardia! ¡¿Quién va?!
No obtuvo respuesta. Mientras esperaba revisó nuevamente a su grupo. Una niña, que parecía no temer a nada de allí, realmente no le veía mucha utilidad, tal vez tuviese algo oculto en lo que no se hubiese fijado.
Doc, que tenía una fuerza subrenatural, típica de un luchador cuerpo a cuerpo nato.
Leon, que llevaba un hacha y por su física y su forma de ser tenía pinta de ser Berserker, y de los brutos.
Alanna, con una silueta más ceñida y suave, Morcar tuvo que negar con la cabeza para concentrarse de nuevo. La figura de Alanna le había desviado a pensamientos animales que consideraba muertos. Evidentemente se trataba de una espía.
Por último él, un tanque con un físico y una armadura monstruosas. Sí, tal vez había infravalorado a su grupo demasiado.
De la boca del pasillo surgió un joven de tez morena, pelo oscuro y largo y unos ojos oscuros... Muy oscuros, tenía una apariencia sombría, pues los brazos los tenía encogidos, miraba al suelo y andaba algo lento.
-¡¿Quién es usted?! ¡Deténgase ahora mismo!
Jhon no se detuvo, solo andó más lento.
-Espere señor-dijo Doc, que se acercó al joven-, definitivamente conozco a este joven, señor, le presento a Jhon Walker, el candidato que había pensado para usted, y que nos envió a Shal.
El joven tenía pinta de estar drogado, no había respondido, tan solo miraba al suelo. Miró a Shal y la señaló.
-¡Tú! ¡Me mataste!
Después emitió un chillido típico que hizo que a Morcar le pitaran los oídos. Mientras todos estaban aturdidos por el chillido, Jhon se había adelantado a atacar a Shal con una espada que llevaba en su cintura. Doc se acercó a Morcar, el bio era el más afectado, sus micrófonos se habían bloqueado y no escuchaba nada.
-Señor, Jhon tenía ojos verdes... No negros.
Morcar miró al joven. Definitivamente todo aquello era muy extraño.
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Una vez todos hubieron bajado, la niña decidió que era momento de presentaciones, Alanna no estaba muy de acuerdo, no debían hacer ruido, pero teniendo en cuenta que llevaban con ellos a un tipo con armadura y a un bio que pesaba un quintal, tampoco sería problemática una presentación en susurros.
Escuchó los nombres de los presentes que no conocía, Morcar había sido compañero de entrenamiento alguna que otra vez, se habían separado antes de poder conocer algo más que los nombres, pero al menos eso lo sabía. Leo y Shalltear, se llamaban, la guarda sonrió ante el gesto cariñoso del hombre bestia a la pequeña, y pasó a presentarse mientras sus otros dos compañeros de trabajo iniciaban el camino:
- Yo soy Alanna, y ellos Morcar y Doc, si tenéis algún problema, o no entendéis el funcionamiento de algo, no dudéis en preguntar, yo estoy acostumbrada a las catacumbas.- confesó- aunque sería mejor mantener el silencio y apresurarnos, al fin y al cabo, esto es solo una misión de rescate, cuanto antes encontremos a quienes buscamos y salgamos, mejor.- Les sonrió- ahora vamos, o nos dejaran atrás, y el bio es quien conoce a donde vamos, no por nada le llaman Doc.- finalizó, sin perder el gesto, dando un guiño, antes de comenzar a avanzar por el amplio túnel.
Alanna, acostumbrada al sigilo, se encogía molesta a cada paso del par que tenía frente a ella, no solo eran altos, si no que, para colmo, llevaban armaduras pesadas, nada recomendables para la misión que les esperaba. A medida que avanzaban el camino se estrechaba y empequeñecía, dificultando el movimiento de quienes encabezaban la marcha, y, en cambio, haciendo que Alanna se sintiera más en su elemento.
Finalmente, llegaron a una zona redonda, seguía hacia delante, pero un enorme agujero en el suelo llamaba la atención, los primero en bajar fueron los más pesados, mala idea, pues la cuerda podría no resistir, pero ya no quedaba más remedio, había iniciado el descenso. Ya que a sus espaldas no parecía haber nadie, Alanna fue la siguiente, y bajo esperó a la llegada de la niña y el hombre bestia., mientras observaba el cuerpo inerte del suelo, un hombre de tez oscura tendido en el suelo, con ojos abiertos, rodeado por su propia sangre, debía llevar allí un par de días, era esa la razón del olor que subía hacia la plaza polvorienta.
Una vez todos bajo, observó el lugar aprovechando la luz proveniente de las linternas del bio. El lugar, oscuro, repleto de tumbas en las paredes, algunas abiertas, otras rotas, la mayoría cerradas, Morcar pareció ver algo en el suelo, pero Alanna no prestó demasiada atención, ella no podía ver nada, en cambio, esperó mirando las tumbas, hasta que el bio siguió la marcha.
En otra sala, similar a la anterior, Alanna escuchó un sonido, una risa, que la hizo girarse, allí, frente a ella, una niña diminuta, rubia, de ojos marrones, correteaba riendo.
- Elise...-murmuró mientras se le encharcaban los ojos.
Sin embargo, la imagen desapareció al chocar contra una pared, haciendo que Alanna soltase el aire que había estado reteniendo desde que vio la aparición, suspiró cerrando los ojos, y, tras un instante, los volvió a abrir, calmándose, debía estar imaginando cosas.
De repente, se escuchó un sonido, Alanna quiso acercarse en silencio, el factor sorpresa, como decía muchas veces, era importantísimo para la victoria, sin embargo, Morcar parecía opinar diferente, y dio un alto sin pararse a pensar. Nadie respondió, lógico, le acababan de advertir, no solo de su posición, si no, para colmo de quienes eran, eso definitivamente hizo que se olvidase de la imagen de su pequeña hermana correteando.
La chica se cruzó de brazos, ya de los nervios, no podía trabajar con tanto escándalo. Se suponía que el chico sabía de su especialidad, habían entrenado juntos, sabían de los planes del otro a pesar de haberse perdido la pista, al igual que ella sabía que solía estar en los frentes.
Con un suspiro se soltó el pelo, la coleta se le había deshecho con el descenso, y volvió a recogérselo de igual manera, pasando los dedos entre los abundantes mechones de pelo ondulado, apretó la lazada y se apartó dos mechones de pelo que se le habían escapado mientras y, finalmente, llegó el responsable del ruido.
Una figura juvenil, de un hombre, de ojos negros y tez mortecina, que señaló a la niña como una asesina, se lanzó contra la pequeña. Tanto Morcar como Doc parecieron reconocerlo, pero indicaron una diferencia, los ojos. Sin embargo a Alanna eso le importaba poco, dagas alzadas, se interpuso entre el arma de la cosa y la pequeña, quejándose interiormente, ella solo tenía las dagas, su compañero o el bio, con sus armaduras, habrían sido mejor defensa para la pequeña.
Como pudo, se deshizo de la figura, y respiró hondo, investigando a su rival, observándolo, recogiendo información de su aspecto. La Gata, entrenada para diferenciar según que cosas, notó que algo no era del todo normal, esa cosa... no era como los de Terpoli, ella misma había tratado ya con no muertos, y no eran así, debía ser otra cosa. Sabiendo que probablemente, el hombre bestia, por la amabilidad que había mostrado en la presentación, cuidaría de la niña, tomó una difícil decisión, y se separó de la cosa, dirigiéndose a buscar el autentico origen de la aparición.
Tras los zombies había habido nigromantes, quien le decía que tras esa cosa no hubiera también un mago, tal vez no un nigromante, pues no tenía el mismo aspecto que los ya conocía, pero si de otro tipo, incluso podía tratarse de un titiritero, que llevase el cuerpo con cuerdas y jugase a engañar, no negaba que sabía que un niño podía matar, había visto a Demian y a Chimar en plena acción, pero no podía creer nada sin pruebas, y menos si la información provenía de un enemigo.
*************************************
Escuchó los nombres de los presentes que no conocía, Morcar había sido compañero de entrenamiento alguna que otra vez, se habían separado antes de poder conocer algo más que los nombres, pero al menos eso lo sabía. Leo y Shalltear, se llamaban, la guarda sonrió ante el gesto cariñoso del hombre bestia a la pequeña, y pasó a presentarse mientras sus otros dos compañeros de trabajo iniciaban el camino:
- Yo soy Alanna, y ellos Morcar y Doc, si tenéis algún problema, o no entendéis el funcionamiento de algo, no dudéis en preguntar, yo estoy acostumbrada a las catacumbas.- confesó- aunque sería mejor mantener el silencio y apresurarnos, al fin y al cabo, esto es solo una misión de rescate, cuanto antes encontremos a quienes buscamos y salgamos, mejor.- Les sonrió- ahora vamos, o nos dejaran atrás, y el bio es quien conoce a donde vamos, no por nada le llaman Doc.- finalizó, sin perder el gesto, dando un guiño, antes de comenzar a avanzar por el amplio túnel.
Alanna, acostumbrada al sigilo, se encogía molesta a cada paso del par que tenía frente a ella, no solo eran altos, si no que, para colmo, llevaban armaduras pesadas, nada recomendables para la misión que les esperaba. A medida que avanzaban el camino se estrechaba y empequeñecía, dificultando el movimiento de quienes encabezaban la marcha, y, en cambio, haciendo que Alanna se sintiera más en su elemento.
Finalmente, llegaron a una zona redonda, seguía hacia delante, pero un enorme agujero en el suelo llamaba la atención, los primero en bajar fueron los más pesados, mala idea, pues la cuerda podría no resistir, pero ya no quedaba más remedio, había iniciado el descenso. Ya que a sus espaldas no parecía haber nadie, Alanna fue la siguiente, y bajo esperó a la llegada de la niña y el hombre bestia., mientras observaba el cuerpo inerte del suelo, un hombre de tez oscura tendido en el suelo, con ojos abiertos, rodeado por su propia sangre, debía llevar allí un par de días, era esa la razón del olor que subía hacia la plaza polvorienta.
Una vez todos bajo, observó el lugar aprovechando la luz proveniente de las linternas del bio. El lugar, oscuro, repleto de tumbas en las paredes, algunas abiertas, otras rotas, la mayoría cerradas, Morcar pareció ver algo en el suelo, pero Alanna no prestó demasiada atención, ella no podía ver nada, en cambio, esperó mirando las tumbas, hasta que el bio siguió la marcha.
En otra sala, similar a la anterior, Alanna escuchó un sonido, una risa, que la hizo girarse, allí, frente a ella, una niña diminuta, rubia, de ojos marrones, correteaba riendo.
- Elise...-murmuró mientras se le encharcaban los ojos.
Sin embargo, la imagen desapareció al chocar contra una pared, haciendo que Alanna soltase el aire que había estado reteniendo desde que vio la aparición, suspiró cerrando los ojos, y, tras un instante, los volvió a abrir, calmándose, debía estar imaginando cosas.
De repente, se escuchó un sonido, Alanna quiso acercarse en silencio, el factor sorpresa, como decía muchas veces, era importantísimo para la victoria, sin embargo, Morcar parecía opinar diferente, y dio un alto sin pararse a pensar. Nadie respondió, lógico, le acababan de advertir, no solo de su posición, si no, para colmo de quienes eran, eso definitivamente hizo que se olvidase de la imagen de su pequeña hermana correteando.
La chica se cruzó de brazos, ya de los nervios, no podía trabajar con tanto escándalo. Se suponía que el chico sabía de su especialidad, habían entrenado juntos, sabían de los planes del otro a pesar de haberse perdido la pista, al igual que ella sabía que solía estar en los frentes.
Con un suspiro se soltó el pelo, la coleta se le había deshecho con el descenso, y volvió a recogérselo de igual manera, pasando los dedos entre los abundantes mechones de pelo ondulado, apretó la lazada y se apartó dos mechones de pelo que se le habían escapado mientras y, finalmente, llegó el responsable del ruido.
Una figura juvenil, de un hombre, de ojos negros y tez mortecina, que señaló a la niña como una asesina, se lanzó contra la pequeña. Tanto Morcar como Doc parecieron reconocerlo, pero indicaron una diferencia, los ojos. Sin embargo a Alanna eso le importaba poco, dagas alzadas, se interpuso entre el arma de la cosa y la pequeña, quejándose interiormente, ella solo tenía las dagas, su compañero o el bio, con sus armaduras, habrían sido mejor defensa para la pequeña.
Como pudo, se deshizo de la figura, y respiró hondo, investigando a su rival, observándolo, recogiendo información de su aspecto. La Gata, entrenada para diferenciar según que cosas, notó que algo no era del todo normal, esa cosa... no era como los de Terpoli, ella misma había tratado ya con no muertos, y no eran así, debía ser otra cosa. Sabiendo que probablemente, el hombre bestia, por la amabilidad que había mostrado en la presentación, cuidaría de la niña, tomó una difícil decisión, y se separó de la cosa, dirigiéndose a buscar el autentico origen de la aparición.
Tras los zombies había habido nigromantes, quien le decía que tras esa cosa no hubiera también un mago, tal vez no un nigromante, pues no tenía el mismo aspecto que los ya conocía, pero si de otro tipo, incluso podía tratarse de un titiritero, que llevase el cuerpo con cuerdas y jugase a engañar, no negaba que sabía que un niño podía matar, había visto a Demian y a Chimar en plena acción, pero no podía creer nada sin pruebas, y menos si la información provenía de un enemigo.
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Esta imagen me la ha pasado Morcar por MP, es un mapa sencillo de las galerías donde nos encontramos actualmente.
Alanna Delteria
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Shalltear escuchó el comienzo de las presentaciones evitando un gesto que expresara lo estúpidos que les parecían aquellos tipos que se lanzaban a realizar misiones sin ni siquiera saber por qué nombre interpelarse. Si no llega a decirlo ella ¿qué hubiera pasado si alguien les hubiera atacado y necesitaran ayuda o coordinación?. La niña se los imaginaba diciendo "Eh tú ayúdame" o "Humana" o "Gato enorme" lo cual hubiera tenido su gracia. El peludo, que se presentó como Leon, pareció considerar la ocurrencia de la pequeña como la gran cosa porque comenzó a hacerle carantoñas en la cabeza que sinceramente Shall pensaba que podía ahorrarse, sin embargo sonrió impostando sentirse satisfecha ante aquella muestra de aprecio y le puso ojitos de niña buena al hombre-bestia. Nunca se sabe cuando se puede necesitar alguien dispuesto a luchar por protegerte creyéndote indefensa, menos en un lugar como aquel.
-Yo soy Shally, mucho gusto-
Respondió con una educación cuando llegó su turno, antes de que la humana se introdujera a si misma y a los enlatados. Mucho peso cargaban para moverse por un lugar así aquel par pero tenía sus ventajas, cualquier posible atacante los oiría primero a ellos y al tintineo de sus corazas y si eso ocurría y la cosa era grave la pequeña tendría tiempo de sobra para salir de allí mientras sus "compañeros menos ágiles" se sacrificaban por el bien común, osea el suyo. Por contra Alanna, así dijo llamarse, parecía mucho más avispada y no la típica guardia del lugar.
Siguieron avanzando por los túneles, los más altos con ciertas dificultades problema que Shalltear no tenía, hasta llegar a un lugar donde dos caminos podían ser tomados, recto o hacia abajo, siendo la respuesta más que evidente pues el rastro de aquellos arqueólogos podría seguirse con los ojos cerrados. La pequeña pensó en que quizá era eso lo que les había pasado, que alguien había seguido el camino de miguitas de pan hasta dar con ellos y matarles para robar sus cosas, ella lo hubiera hecho, nadie encontraría sus cuerpos allí abajo en mucho tiempo.
Descendieron por cuerdas y al llegar al suelo la niña arrugó la nariz ante el olor de un muerto que había allí tirado y al que casi pisa sin querer. Poco le importaba pisar el cuerpo de nadie pero sus zapatos eran caros y una cosa es el polvo y otra trozos de carne putrefacta, aquello los estropearía. Fingió algo de miedo y repulsión y se apartó de allí deprisa.
Continuaron y la pequeña pudo notar como por alguna razón los ojos de la humana se humedecían a la vez que pronunciaba un nombre femenino y miraba en una dirección donde no parecía haber nadie , ni nada más allá de nichos. Quizá ver tantos lugares de enterramiento le había hecho recordar a la chica algún familiar fallecido, daba igual siempre que se limpiara las lágrimas de la cara e hiciese su trabajo y ese parecía ser el caso. Poco después el tal Morcar daba el alto y pregonaba que era de la guardia en voz alta, por poco se le escapa una infantil risotada ante aquello. "A la porra el efecto sorpresa" pensó.
Entonces apareció la última persona que Shalltear espera encontrarse allí abajo por motivos más que evidentes para ella. Enseguida reconoció la piel morena y los rasgos agraciados de Jhon Walker en aquella figura que avanzaba de forma extraña hacia ellos. La primera sensación que la vampira sintió fue sorpresa, luego esta fue dando paso rápidamente a la cautela para dar paso por último a pensamientos lógicos. Jhon no podía estar allí, estaba muerto, desangrado y con la cabeza girada ciento ochenta grados respecto al resto de su cuerpo, aquello no podía ser real...Por no hablar de la desfachatez que tenía de acusarla de su asesinato...¿Acaso era un fantasma de verdad?.
-¿Jhon?¿No se suponía que no ibas a poder venir? ¿Cómo has llegado hasta aquí tan rápido?-
Preguntó inocéntemente desentendiéndose totálmente de aquella acusación de asesina. Por supuesto sus palabras decían una cosa pero su cabeza pensaba en otra, algo habitual en ella. Aquel tipo desenvainó entonces una espada y se lanzó a por la pequeña dispuesto a matarla, algo que Shalltear no iba a permitir. Tenía dos opciones, mostrase como la vampira que era o buscar protección como la niña que fingía ser. Se decantó por la segunda y se escondió tras el gran hombre-bestia fingiendo estar asustada y a agarrándose temblorosa a su ropa, sin embargo Alanna reaccionó y bloqueó el ataque. Un fantasma extraño aquel que desenvainaba una espada y resultaba ser corpóreo.
Tras aquel primer bloqueo Alanna se puso en movimiento y casi parecía tener la intención de huir, aquello resultó inesperado para la niña pero a pesar de ello continuaba sintiéndose segura tras Leon y con los otros cerca. Si aquella cosa podía ser bloqueada significaba que podía ser golpeada.
-¿Qué le pasa a Jhon?- Preguntó gimoteando y derramando una lagrimilla.
-Yo soy Shally, mucho gusto-
Respondió con una educación cuando llegó su turno, antes de que la humana se introdujera a si misma y a los enlatados. Mucho peso cargaban para moverse por un lugar así aquel par pero tenía sus ventajas, cualquier posible atacante los oiría primero a ellos y al tintineo de sus corazas y si eso ocurría y la cosa era grave la pequeña tendría tiempo de sobra para salir de allí mientras sus "compañeros menos ágiles" se sacrificaban por el bien común, osea el suyo. Por contra Alanna, así dijo llamarse, parecía mucho más avispada y no la típica guardia del lugar.
Siguieron avanzando por los túneles, los más altos con ciertas dificultades problema que Shalltear no tenía, hasta llegar a un lugar donde dos caminos podían ser tomados, recto o hacia abajo, siendo la respuesta más que evidente pues el rastro de aquellos arqueólogos podría seguirse con los ojos cerrados. La pequeña pensó en que quizá era eso lo que les había pasado, que alguien había seguido el camino de miguitas de pan hasta dar con ellos y matarles para robar sus cosas, ella lo hubiera hecho, nadie encontraría sus cuerpos allí abajo en mucho tiempo.
Descendieron por cuerdas y al llegar al suelo la niña arrugó la nariz ante el olor de un muerto que había allí tirado y al que casi pisa sin querer. Poco le importaba pisar el cuerpo de nadie pero sus zapatos eran caros y una cosa es el polvo y otra trozos de carne putrefacta, aquello los estropearía. Fingió algo de miedo y repulsión y se apartó de allí deprisa.
Continuaron y la pequeña pudo notar como por alguna razón los ojos de la humana se humedecían a la vez que pronunciaba un nombre femenino y miraba en una dirección donde no parecía haber nadie , ni nada más allá de nichos. Quizá ver tantos lugares de enterramiento le había hecho recordar a la chica algún familiar fallecido, daba igual siempre que se limpiara las lágrimas de la cara e hiciese su trabajo y ese parecía ser el caso. Poco después el tal Morcar daba el alto y pregonaba que era de la guardia en voz alta, por poco se le escapa una infantil risotada ante aquello. "A la porra el efecto sorpresa" pensó.
Entonces apareció la última persona que Shalltear espera encontrarse allí abajo por motivos más que evidentes para ella. Enseguida reconoció la piel morena y los rasgos agraciados de Jhon Walker en aquella figura que avanzaba de forma extraña hacia ellos. La primera sensación que la vampira sintió fue sorpresa, luego esta fue dando paso rápidamente a la cautela para dar paso por último a pensamientos lógicos. Jhon no podía estar allí, estaba muerto, desangrado y con la cabeza girada ciento ochenta grados respecto al resto de su cuerpo, aquello no podía ser real...Por no hablar de la desfachatez que tenía de acusarla de su asesinato...¿Acaso era un fantasma de verdad?.
-¿Jhon?¿No se suponía que no ibas a poder venir? ¿Cómo has llegado hasta aquí tan rápido?-
Preguntó inocéntemente desentendiéndose totálmente de aquella acusación de asesina. Por supuesto sus palabras decían una cosa pero su cabeza pensaba en otra, algo habitual en ella. Aquel tipo desenvainó entonces una espada y se lanzó a por la pequeña dispuesto a matarla, algo que Shalltear no iba a permitir. Tenía dos opciones, mostrase como la vampira que era o buscar protección como la niña que fingía ser. Se decantó por la segunda y se escondió tras el gran hombre-bestia fingiendo estar asustada y a agarrándose temblorosa a su ropa, sin embargo Alanna reaccionó y bloqueó el ataque. Un fantasma extraño aquel que desenvainaba una espada y resultaba ser corpóreo.
Tras aquel primer bloqueo Alanna se puso en movimiento y casi parecía tener la intención de huir, aquello resultó inesperado para la niña pero a pesar de ello continuaba sintiéndose segura tras Leon y con los otros cerca. Si aquella cosa podía ser bloqueada significaba que podía ser golpeada.
-¿Qué le pasa a Jhon?- Preguntó gimoteando y derramando una lagrimilla.
Shalltear
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Morcar se llamaba el muchacho que pareció ignorarlo, la hermosa y escultural humana se llamaba Alanna, y la pequeña (que aún no lograba entender que hacia ahí con ellos) se llamaba shally, de verdad que formaban un grupo extraño, los dos más robustos hacían un ruido extraordinario al avanzar por las entre las tumbas, el lado menos conocido de las catacumbas, lo más probable es que si había alguien los iba a escuchar fuerte y claro bastante tiempo antes de que llegaran, lo cual era contraproducente, ¿Por qué simplemente no se paraban en la entrada de las tumbas y gritaban? sería mejor y no se arriesgarían tanto como lo hacían ahí.
Caminaron bastante al interior del lúgubre lugar, en todas partes había marcas y señas de que había pasado gente por ese lugar, al parecer iban por el camino correcto, el molesto olor de la putrefacción de hacia mas fuerte a cada paso dado, Leo dudaba en encontrar alguien vivo en las proximidades, y además descartaba el hedor de los muertos, esos cadáveres no tenían carne en los hueso hace mucho tiempo, en todo caso, luego de avanzar un poco más y bajar por una cuerda se toparon con la fuente del mal olor, era un hombre muerto que yacía en el piso pudriéndose, era una escena un tanto grotesca ya que al parecer el infortunado había caído desde arriba destrozándose el cráneo contra el helado piso.
Avanzaron, y de no ser por las linternas que portaba el bio ni siquiera Leo hubiese podido ver, estaba obscuro como la boca de un lobo, y además olía parecido, el muchacho morcar se dedicó a curiosear un poco por lugar hasta que encontró algo en el pisó, luego examinarlo un rato lo dejó donde estaba y continuo el viaje, Leo no avanzo mucho cuando la voz de Alanna lo distrajo, había pronunciado un nombre y seguía algo con la mirada, tal vez en lugar si había magia o por lo menos místico encerrado, porque él no había visto nada fuera de lo común.
Mientras más avanzaban más pensaba leo “este chico cree que anda solo por la vida, solo falta que se ponga a gritar por ahí a ver si algún muerto se levanta a responder”; el sarcástico pensamiento del felino se vio interrumpido por un abrupto, un sonido en la obscuridad, algo había pateado una piedra o algo similar, tal vez se trataba de una rata o un murciélago que vivía por ahí, lo mejor y más prudente seria acercarse silenciosamente e iluminar la zona, pero el pensamiento que el gato había tenido con anterioridad se veía cumplido, el muchacho morcar grito a la fuente del sonido, dio a conocer la posición del grupo y alerto a cualquier cosa que morara ahí de su presencia.
La mujer aparentemente nerviosa libero su cabello dejándolo libre unos segundos para luego volverlo a tomar, un lindo cabello castaño que distrajo por unos momentos a Leo, la observo y por primer vez se dio cuenta de la real belleza de la chica, solo lo sacó de su embelesamiento otro grito del chico “¡¿Quién es usted?! ¡Deténgase ahora mismo!” una figura se asomaba por una puerta que tenían al frente, al parecer era un persona, pequeña de estatura y además caminaba raro, como se le pesara algo, el felino escucho al bio decir que era uno de los que habían pedido para la expedición y en que en su lugar había enviado a la niña, algo sumamente raro, ¿Qué hacía ahí si iba a enviar a la niña?.
Sin tiempo para reaccionar el joven Jhon, al cual Morcar y Doc habían identificado gritó y acusó a la pequeña de asesinato, y además de eso profirió un chillido que había aturdido a leo unos segundo, para cuando se recuperó vio como la cosa (por que un humano no era) se abalanzaba sobre la niña, leo, sin poder actuar vio como la joven Alanna se había puesto entre el atacante y Shall, y justo después de parar el ataque la pequeña corrió y se escondió detrás de Leo mientras la humana corría en otra dirección.
El felino descolgó si hacha de la espalda y erizó el cabello del lomo, miro hacia atrás y le dijo a Shall:
Pequeña, quédate detrás mio y no te pasara nada.
Acto seguido siseo y esperó el siguiente ataque del “no-muerto”, sus golpes eran lentos y fáciles de esquivar, era como si nunca en su vida hubiera tomado una espada, y ahora quisiera matarlo, luego de un par de golpes más Leo arremetió contra Jhon, con gran fuerza lo golpeó con el mango de su hacha, no buscaba matarlo, solo dejarlo fuera de combate por un rato, y al parecer lo había logrado, en el suelo yacía el agresor, al parecer inconsciente.
Luego de verificar que el chico no se levantara miro atrás y habló a Shall:
-¿Estas bien pequeñaja? Para tratar de calmarla Leo dejó de lado la ferocidad de la batalla y usó su tono de voz mas suave, no quería espantarla mas de lo que ya estaba, luego de asegurarse de que estaba bien fue con Morcar y con el Bio, arrastrando su hacha y nuevamente erizando el pelo del lomo vociferó:
-ME EXPLICARAS QUE COÑO PASA AQUÍ EN ESTE MISMO INSTANTE NIÑO, NADIE MENCIONÓ NADA PARECIDO A ESTO NI POR ASOMO, MIRA A LA NIÑA, ESTÁ ATERRADA Y TU TE QUEDASTE AHÍ PARADOTE MIENTRAS NOS ATACABAN.
Leo hablaba con furia en la voz, pero estaba sereno, muchas veces la confrontación verbal lograba sonsacar información de las personas, y además sumándole el aspecto fiero que tenía Leo algo debía lograr con el muchacho, no cualquiera lograba permanecer impasible mientras el felino gritaba.
Caminaron bastante al interior del lúgubre lugar, en todas partes había marcas y señas de que había pasado gente por ese lugar, al parecer iban por el camino correcto, el molesto olor de la putrefacción de hacia mas fuerte a cada paso dado, Leo dudaba en encontrar alguien vivo en las proximidades, y además descartaba el hedor de los muertos, esos cadáveres no tenían carne en los hueso hace mucho tiempo, en todo caso, luego de avanzar un poco más y bajar por una cuerda se toparon con la fuente del mal olor, era un hombre muerto que yacía en el piso pudriéndose, era una escena un tanto grotesca ya que al parecer el infortunado había caído desde arriba destrozándose el cráneo contra el helado piso.
Avanzaron, y de no ser por las linternas que portaba el bio ni siquiera Leo hubiese podido ver, estaba obscuro como la boca de un lobo, y además olía parecido, el muchacho morcar se dedicó a curiosear un poco por lugar hasta que encontró algo en el pisó, luego examinarlo un rato lo dejó donde estaba y continuo el viaje, Leo no avanzo mucho cuando la voz de Alanna lo distrajo, había pronunciado un nombre y seguía algo con la mirada, tal vez en lugar si había magia o por lo menos místico encerrado, porque él no había visto nada fuera de lo común.
Mientras más avanzaban más pensaba leo “este chico cree que anda solo por la vida, solo falta que se ponga a gritar por ahí a ver si algún muerto se levanta a responder”; el sarcástico pensamiento del felino se vio interrumpido por un abrupto, un sonido en la obscuridad, algo había pateado una piedra o algo similar, tal vez se trataba de una rata o un murciélago que vivía por ahí, lo mejor y más prudente seria acercarse silenciosamente e iluminar la zona, pero el pensamiento que el gato había tenido con anterioridad se veía cumplido, el muchacho morcar grito a la fuente del sonido, dio a conocer la posición del grupo y alerto a cualquier cosa que morara ahí de su presencia.
La mujer aparentemente nerviosa libero su cabello dejándolo libre unos segundos para luego volverlo a tomar, un lindo cabello castaño que distrajo por unos momentos a Leo, la observo y por primer vez se dio cuenta de la real belleza de la chica, solo lo sacó de su embelesamiento otro grito del chico “¡¿Quién es usted?! ¡Deténgase ahora mismo!” una figura se asomaba por una puerta que tenían al frente, al parecer era un persona, pequeña de estatura y además caminaba raro, como se le pesara algo, el felino escucho al bio decir que era uno de los que habían pedido para la expedición y en que en su lugar había enviado a la niña, algo sumamente raro, ¿Qué hacía ahí si iba a enviar a la niña?.
Sin tiempo para reaccionar el joven Jhon, al cual Morcar y Doc habían identificado gritó y acusó a la pequeña de asesinato, y además de eso profirió un chillido que había aturdido a leo unos segundo, para cuando se recuperó vio como la cosa (por que un humano no era) se abalanzaba sobre la niña, leo, sin poder actuar vio como la joven Alanna se había puesto entre el atacante y Shall, y justo después de parar el ataque la pequeña corrió y se escondió detrás de Leo mientras la humana corría en otra dirección.
El felino descolgó si hacha de la espalda y erizó el cabello del lomo, miro hacia atrás y le dijo a Shall:
Pequeña, quédate detrás mio y no te pasara nada.
Acto seguido siseo y esperó el siguiente ataque del “no-muerto”, sus golpes eran lentos y fáciles de esquivar, era como si nunca en su vida hubiera tomado una espada, y ahora quisiera matarlo, luego de un par de golpes más Leo arremetió contra Jhon, con gran fuerza lo golpeó con el mango de su hacha, no buscaba matarlo, solo dejarlo fuera de combate por un rato, y al parecer lo había logrado, en el suelo yacía el agresor, al parecer inconsciente.
Luego de verificar que el chico no se levantara miro atrás y habló a Shall:
-¿Estas bien pequeñaja? Para tratar de calmarla Leo dejó de lado la ferocidad de la batalla y usó su tono de voz mas suave, no quería espantarla mas de lo que ya estaba, luego de asegurarse de que estaba bien fue con Morcar y con el Bio, arrastrando su hacha y nuevamente erizando el pelo del lomo vociferó:
-ME EXPLICARAS QUE COÑO PASA AQUÍ EN ESTE MISMO INSTANTE NIÑO, NADIE MENCIONÓ NADA PARECIDO A ESTO NI POR ASOMO, MIRA A LA NIÑA, ESTÁ ATERRADA Y TU TE QUEDASTE AHÍ PARADOTE MIENTRAS NOS ATACABAN.
Leo hablaba con furia en la voz, pero estaba sereno, muchas veces la confrontación verbal lograba sonsacar información de las personas, y además sumándole el aspecto fiero que tenía Leo algo debía lograr con el muchacho, no cualquiera lograba permanecer impasible mientras el felino gritaba.
Leon Alexander
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Morcar se giró hacia Doc tras el golpe de Leon.
-Átalo, tenemos preguntas que hacerle a esta... cosa.
-Sí, mi señor.
Doc fue a por Jhon, mientras Morcar se veía sorprendido por los gritos de Leon. Al instante, Morcar se dirigió a él y le pusol punta de su espada cerca del cuello.
-Escúchame animalito, esta misión es de la guardia ¡Así que estás a mis órdenes! Me debes de respetar como a un superior, e intentar cuestionar mis acciones puede significar que te rebane el cuello nada más salir de aquí.
-Señor...
Morcar se giró ante la llamada de Doc, Jhon volvía a estar de pie e ignoraba los intentos de Doc por atarle. Había vuelto a su posición enfermiza.
-¿Por qué has atacado a esta chica Jhon?
Jhon no contestó.
-¿Jhon...?
-¿Buscáis a los arqueólogos cierto?
La pregunta dejó en blanco a Morcar ¿Qué estaba pasando allí?
-Sí...
-Ahí detrás visteis a uno.
Jhon señaló al pasillo de donde venían, donde estaba el cadáver de aquel hombre.
-¿Sabes donde está el resto?
-Sí...-dijo sonriendo de una manera maníatica-seguidme y os los enseñaré.
Jhon se dio la vuelta y ando de nuevo de forma lenta hasta desaparecer en la oscuridad del siguiente pasillo, aunque sus pasos aún se oían cerca.
-Bueno, algo tenemos que hacer.
-Señor, me temo que debo recalcar los altos índices de que esto sea una trampa.
-Lo sé, Doc.
Morcar puso su escudo al frente y su espada en guardia en el costado, y avanzó hacia la oscuridad. Doc pareció dudar, pero siendo su amo, avanzó sin preguntar más detrás de Morcar.
Mientras avanzaban, los pasos de Jhon se escuchaban más cerca, hasta el punto de que ya lo seguían pie a pie. Doc los iluminaba con su linterna, así que podían verlo. Este pasillo era más largo, y al finalizar giraba a la izquierda. Siempre a su alrededor habían esqueletos dentro de hoyos que le servían de tumbas.
Al girar a la izquierda, se encontraron con un pozo, era como una parte del pasillo que se hacía un tanto más ancha pero volvía a empequeñecerse, al fondo se veía que el pasillo volvía a girar a la izquierda. Sin embargo, en el suelo, ante el pozo, había un hombre de ojos color avellana, un cabello rubio corto y con una armadura que dejaban ver su más que alto rango en la guardia. Sin embargo, estaba pálido y tenía muchas marcas de puñaladas. Morcar se quedó helado.
-¿Papá?
-Mi verdadero señor, Morcar padre.
Doc pareció alegrarse al ver a su antiguo y original dueño,sin embargo éste no respondía. Al contrario, los ojos se le pusieron negros y de su espalda surgieron cuerdas que se movieron por el suelo hasta agarrar el tobillo de Morcar y atárselo con fuerza.
-¡Debiste morir en aquel pozo, Morcar-dijo el padre-es tu pago por dejarme morir ¿Por qué? ¿Por qué me dejaste morir Morcar? ¿Acaso no me querías? ¡¿Disfrutaste viéndome morir?! ¡Tal vez por eso no hiciste nada mientras me apuñalaban, te quedaste en el pozo y no te ahogaste! ¡Pero ahora vas a morir ahogado como debiste!
Morcar calló al suelo arrastrado por las cuerdas y soltó el escudo, con la espada hacía lo posible por cortar las cuerdas, pero al instante aparecían más. Doc agarró a Morcar de las manos y tiró de él como pudo, pero más cuerdas aparecieron y tiraron de él, hasta arrastrarlo al fondo del pozo.
-¡Nooo!
Hubo un fuerte destello, y el pozo desapareció. Junto con los dos Morcar. Jhon se adelantó y continuó el camino hacia el siguiente pasillo.
-Debemos seguir adelante...
-¿Dónde están mis amos?
-No hay tiempo para eso... Adelante...
Doc dudó, pero siguió adelante, estaba dispuesto a matar a ese tal Jhon si se veía obligado.
Off rol: La cosa es que cada uno veáis cosas de vuestro pasado como si fuesen reales (y es que todos la ven), pero tendréis que arreglároslas para escapar de ello (como quien escapa de su pasado)
-Átalo, tenemos preguntas que hacerle a esta... cosa.
-Sí, mi señor.
Doc fue a por Jhon, mientras Morcar se veía sorprendido por los gritos de Leon. Al instante, Morcar se dirigió a él y le pusol punta de su espada cerca del cuello.
-Escúchame animalito, esta misión es de la guardia ¡Así que estás a mis órdenes! Me debes de respetar como a un superior, e intentar cuestionar mis acciones puede significar que te rebane el cuello nada más salir de aquí.
-Señor...
Morcar se giró ante la llamada de Doc, Jhon volvía a estar de pie e ignoraba los intentos de Doc por atarle. Había vuelto a su posición enfermiza.
-¿Por qué has atacado a esta chica Jhon?
Jhon no contestó.
-¿Jhon...?
-¿Buscáis a los arqueólogos cierto?
La pregunta dejó en blanco a Morcar ¿Qué estaba pasando allí?
-Sí...
-Ahí detrás visteis a uno.
Jhon señaló al pasillo de donde venían, donde estaba el cadáver de aquel hombre.
-¿Sabes donde está el resto?
-Sí...-dijo sonriendo de una manera maníatica-seguidme y os los enseñaré.
Jhon se dio la vuelta y ando de nuevo de forma lenta hasta desaparecer en la oscuridad del siguiente pasillo, aunque sus pasos aún se oían cerca.
-Bueno, algo tenemos que hacer.
-Señor, me temo que debo recalcar los altos índices de que esto sea una trampa.
-Lo sé, Doc.
Morcar puso su escudo al frente y su espada en guardia en el costado, y avanzó hacia la oscuridad. Doc pareció dudar, pero siendo su amo, avanzó sin preguntar más detrás de Morcar.
Mientras avanzaban, los pasos de Jhon se escuchaban más cerca, hasta el punto de que ya lo seguían pie a pie. Doc los iluminaba con su linterna, así que podían verlo. Este pasillo era más largo, y al finalizar giraba a la izquierda. Siempre a su alrededor habían esqueletos dentro de hoyos que le servían de tumbas.
Al girar a la izquierda, se encontraron con un pozo, era como una parte del pasillo que se hacía un tanto más ancha pero volvía a empequeñecerse, al fondo se veía que el pasillo volvía a girar a la izquierda. Sin embargo, en el suelo, ante el pozo, había un hombre de ojos color avellana, un cabello rubio corto y con una armadura que dejaban ver su más que alto rango en la guardia. Sin embargo, estaba pálido y tenía muchas marcas de puñaladas. Morcar se quedó helado.
-¿Papá?
-Mi verdadero señor, Morcar padre.
Doc pareció alegrarse al ver a su antiguo y original dueño,sin embargo éste no respondía. Al contrario, los ojos se le pusieron negros y de su espalda surgieron cuerdas que se movieron por el suelo hasta agarrar el tobillo de Morcar y atárselo con fuerza.
-¡Debiste morir en aquel pozo, Morcar-dijo el padre-es tu pago por dejarme morir ¿Por qué? ¿Por qué me dejaste morir Morcar? ¿Acaso no me querías? ¡¿Disfrutaste viéndome morir?! ¡Tal vez por eso no hiciste nada mientras me apuñalaban, te quedaste en el pozo y no te ahogaste! ¡Pero ahora vas a morir ahogado como debiste!
Morcar calló al suelo arrastrado por las cuerdas y soltó el escudo, con la espada hacía lo posible por cortar las cuerdas, pero al instante aparecían más. Doc agarró a Morcar de las manos y tiró de él como pudo, pero más cuerdas aparecieron y tiraron de él, hasta arrastrarlo al fondo del pozo.
-¡Nooo!
Hubo un fuerte destello, y el pozo desapareció. Junto con los dos Morcar. Jhon se adelantó y continuó el camino hacia el siguiente pasillo.
-Debemos seguir adelante...
-¿Dónde están mis amos?
-No hay tiempo para eso... Adelante...
Doc dudó, pero siguió adelante, estaba dispuesto a matar a ese tal Jhon si se veía obligado.
Off rol: La cosa es que cada uno veáis cosas de vuestro pasado como si fuesen reales (y es que todos la ven), pero tendréis que arreglároslas para escapar de ello (como quien escapa de su pasado)
Morcar
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
La joven había avanzado solo unos cuantos pasos cuando escuchó gritos a sus espaldas y volvió por donde había venido para, al llegar al lugar, comprobar que el hombre bestia y Morcar se encontraban discutiendo, la chica, cada vez más estresada por sus compañeros, que daban la impresión de no tomarse en serio la misión, se acercó y los separó de golpe.
- Ya basta, lo último que necesitamos son peleas.- dijo en un susurró molesto "Por dios, la más lista aquí parece la niña" pensó molesta.- Morcar, contrólate, nos están ayudando.- pidió al chico antes de que la voz del biocibernetico interrumpiera.
¿Jhon les guiaría hasta donde se encontraban el resto de arqueólogos? Alanna frunció el ceño, quien sería tan idiota de seguirlo, estaba más que claro, como dijo Doc, que era una trampa, sin embargo, Morcar que parecía haber tomado el papel de líder por cuenta propia, decidió seguirlo. "¿Estamos tontos o que nos pasa?" pensó Alanna al ver como el soldado avanzaba junto a su bio siguiendo al muerto.
Al chico se le debía haber cruzado algún cable, y, con lo lanzado que era, le faltaba quedarse solo, acabaría muerto y escondido en una de esas tumbas como no fuera con él, a pesar de que Alanna pensaba que sería mejor opción volver a subir por las cuerdas y ver si había alguna otra entrada para coger in fraganti a quien fuera que estuviera jugando con ellos.
Con un suspiro, mantuvo sus dagas preparadas y miró a los otros dos y girarse al hombre bestia:
- Lo siento, de verdad, la guardia, y yo la primera, te agradece la ayuda, a ti y a ti también, pequeña, os pido paciencia, Morcar es alguien... curioso, pero de verdad que no es mal tipo. Sigamosle antes de que se meta en otro lío, quien sabe de lo que es capaz- suspiró agobiada antes de iniciar el camino.
Pronto lo alcanzo, gracias a la tenue luz del biocibernetico. Varios giros hacia la izquierda que servían más que nada para marear, después, llegaron a la sala, donde los recibió un tremendo destello de luz, debía haber sucedido algo, pero las disculpas de la chica los habían mantenido a la zaga durante unos minutos, minutos en los que se habían perdido la acción.
Alanna se cegó por unos segundos pero finalmente recuperó la visión, y con un suspiro, siguió adelante, luego preguntaría por el suceso, ya que su compañero parecía afectado. El camino, que seguía adelante, se volvió a ensanchar en una galería llena de lo que parecían estalactitas de piedra. "Es cosa mía o hace frío?" se preguntó mientras el lugar comenzaba a cubrirse de capas gruesas de hielo y nieve.
Volvían a jugar con ellos, los labios de Alanna se pusieron de un leve tono morado, y una tumba apareció frente a ella, el mismo paisaje que contempló semanas atrás, nieve, frío, viento y una tumba... una tumba con un nombre escrito.
La chica, como había hecho en su momento, se agachó frente a esta y con su mano quitó la nieve, y, una vez más, leyó ese nombre que cada vez que pensaba o leía, se calvaba en su cabeza y en su corazón como una estaca helada. Miro el nombre en silencio, esta vez, sin llegar a derramar lágrimas, no iba a llorar frente a desconocidos, no iba a llorar en una misión...
Cerró los ojos apartando la cara de lo que tenía al frente, y, tras tomar aire, volvió a abrirlos y a girar de nuevo para observar la lápida "tranquila Elise, vengaré tu muerte..." pensó en silencio antes de, con suavidad, llevarse la mano helado a los labios, y dar un beso que llevó con sus dedos hasta la inscripción.
Con este único gesto, la nieve, la tumba, todo desapareció a su alrededor, y se volvió a mostrar esa galería con piedras colgantes a la que había llegado, podían seguir el camino.
- Ya basta, lo último que necesitamos son peleas.- dijo en un susurró molesto "Por dios, la más lista aquí parece la niña" pensó molesta.- Morcar, contrólate, nos están ayudando.- pidió al chico antes de que la voz del biocibernetico interrumpiera.
¿Jhon les guiaría hasta donde se encontraban el resto de arqueólogos? Alanna frunció el ceño, quien sería tan idiota de seguirlo, estaba más que claro, como dijo Doc, que era una trampa, sin embargo, Morcar que parecía haber tomado el papel de líder por cuenta propia, decidió seguirlo. "¿Estamos tontos o que nos pasa?" pensó Alanna al ver como el soldado avanzaba junto a su bio siguiendo al muerto.
Al chico se le debía haber cruzado algún cable, y, con lo lanzado que era, le faltaba quedarse solo, acabaría muerto y escondido en una de esas tumbas como no fuera con él, a pesar de que Alanna pensaba que sería mejor opción volver a subir por las cuerdas y ver si había alguna otra entrada para coger in fraganti a quien fuera que estuviera jugando con ellos.
Con un suspiro, mantuvo sus dagas preparadas y miró a los otros dos y girarse al hombre bestia:
- Lo siento, de verdad, la guardia, y yo la primera, te agradece la ayuda, a ti y a ti también, pequeña, os pido paciencia, Morcar es alguien... curioso, pero de verdad que no es mal tipo. Sigamosle antes de que se meta en otro lío, quien sabe de lo que es capaz- suspiró agobiada antes de iniciar el camino.
Pronto lo alcanzo, gracias a la tenue luz del biocibernetico. Varios giros hacia la izquierda que servían más que nada para marear, después, llegaron a la sala, donde los recibió un tremendo destello de luz, debía haber sucedido algo, pero las disculpas de la chica los habían mantenido a la zaga durante unos minutos, minutos en los que se habían perdido la acción.
Alanna se cegó por unos segundos pero finalmente recuperó la visión, y con un suspiro, siguió adelante, luego preguntaría por el suceso, ya que su compañero parecía afectado. El camino, que seguía adelante, se volvió a ensanchar en una galería llena de lo que parecían estalactitas de piedra. "Es cosa mía o hace frío?" se preguntó mientras el lugar comenzaba a cubrirse de capas gruesas de hielo y nieve.
Volvían a jugar con ellos, los labios de Alanna se pusieron de un leve tono morado, y una tumba apareció frente a ella, el mismo paisaje que contempló semanas atrás, nieve, frío, viento y una tumba... una tumba con un nombre escrito.
La chica, como había hecho en su momento, se agachó frente a esta y con su mano quitó la nieve, y, una vez más, leyó ese nombre que cada vez que pensaba o leía, se calvaba en su cabeza y en su corazón como una estaca helada. Miro el nombre en silencio, esta vez, sin llegar a derramar lágrimas, no iba a llorar frente a desconocidos, no iba a llorar en una misión...
Cerró los ojos apartando la cara de lo que tenía al frente, y, tras tomar aire, volvió a abrirlos y a girar de nuevo para observar la lápida "tranquila Elise, vengaré tu muerte..." pensó en silencio antes de, con suavidad, llevarse la mano helado a los labios, y dar un beso que llevó con sus dedos hasta la inscripción.
Con este único gesto, la nieve, la tumba, todo desapareció a su alrededor, y se volvió a mostrar esa galería con piedras colgantes a la que había llegado, podían seguir el camino.
Alanna Delteria
Aerandiano de honor
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Tal y como aparentaba el hombre - bestia era capaz de defenderse sobradamente y apenas le costó unos movimientos fáciles someter al falso Jhon y derribarlo con un golpe del mango de su hacha sin dejar de adoptar una posición y aptitud protectoras con Shalltear. Tras él la niña aprovechó para no perder detalle del enfrentamiento y analizar al enemigo, su aspecto, sus movimientos incluso estuvo atenta por si decía algo más sobre su muerte y así poder ir pensando una mentira con la que cubrirse las espaldas, aunque esto último no hizo falta pues no dijo nada más sobre aquel asunto. Tras su victoria Leon se preocupó por su estado y la pequeña asintió con la cabeza y con gesto de agradecimiento que se encontraba bien.
Con un tono firme Leon exigió respuestas al humano de la armadura pesada sobre lo ocurrido y su inactividad, y tenía razón para pedirlas pues fuese lo que fuese aquello no era Jhon y no se comportaba como un humano normal y el tal Morcar y su siervo bien podían haber hecho algo en vez de quedarse ahí mirando ya que para empezar fue él el que comenzó a vocear. Lo que ocurrió fue algo extraño pues aquel tipo en vez de disculparse o explicar lo que fuera amenazó de muerte al hombre - bestia. Aquello era bastante curioso ya que ese guardia amenazó de muerte a un ciudadano voluntario en ayudar a la guardia en aquel asunto. Por un momento Shally pensó que aquel chiquillo podía ir olvidándose de su cabeza, desde luego si tenía que apostar por alguien si aquellos dos luchaban lo haría por Leon y no por aquel humano que parecía enrabietado y desconocedor de su lugar. Por todos los demonios quizá otro guardia tendría que hacerle caso no ciudadanos libres.
Lo siguiente fue más raro aún, aquel falso Jhon, olvidándose de sus acusaciones de asesinato y de sus intentos de matarla se levantó del suelo como si tal cosa y se ofreció a guiarles hasta el resto de los arqueólogos. No hacía falta que el bio dijera que era una trampa, era tan evidente que era una trampa que hasta podía no serlo. Incluso Shalltear que vivía de sus habilidades para mostrar lo que no sentía y enmascarar lo que en verdad pasaba por su cabeza no pudo evitar enarcar una ceja. Y encima Morcar iba a seguirlo por que "algo había que hacer"...¿Qué tal usar la cabeza para algo más que para colocar el yelmo? Shalltear tendía trampas no iba hacia ellas, todo su ser la instaba a pensar en otra cosa pero si los demás avanzaban ella debía ir con ellos...O quizá no. La guardia se giró hacia ella y e Leon con una disculpa.
-Morcar es malo, un guardia que amenaza a quienes le ayudan, ¿Sabe vuestro jefe que hace esas cosas?. El tipo de la luz dice que es una trampa...Deberíamos volver.-
Alanna, tras disculparse por la actitud de Morcar tenía la intención de avanzar tras el humano, parecía alguien capaz, la seguiría, un tiempo más al menos a pesar de sus pensamientos.
Siguió a la humana de cerca y pronto desde más adelante les llegaron unas voces distorsionadas y un fogonazo de luz que les instó a ir más rápido. Shally seguía aparentando cierto nerviosismo como sería lógico en una chiquilla y cuando alcanzaron al Bio este estaba solo y no había rastro del humano por ningún lado, solo el tal Doc y el falso Jhon que se alejaba sin querer esperar a que sus guiados resolvieran sus tribulaciones. Ya que Alanna no parecía preocupada por la desaparición de su compañero, no iba a ser ella la que preguntara ya que aquel tipo le importaba, hablando claramente, una mierda.
Continuaron camino con un guardia menos y al poco apareció algo que de todas todas no podía estar allí, hielo y nieve. Entre la nieve un montón de piedra casi enterrada por la misma que parecía una especie de tumba. Fuese lo que fuese era evidente que no era real aunque Alanna pareció muy afectada por aquella...¿Ilusión? ¿Magia?. Fuese lo que fuese desapareció de repente cuando Alanna la tocó con los dedos en un intimo beso.
-Esto es cosa de brujería...Deberíamos volver.-
Mientras decía eso en el camino por el que debían seguir caminando si querían seguir al falso Jhon apareció una figura que la pequeña conocía muy bien. Era un hombre de unos veinte años, muy apuesto con el pelo largo y negro y una sonrisa arrebatadora torcida en un gesto de eterna picardia. La figura se separó de la pared donde se apoyaba despreocupádamente y le tendió la mano a modo de invitación. Si no acabara de ver lo de la nieve y la tumba habría caído en aquella trampa pero ya estaba sobre aviso, se limitó a ignorar a la figura, era imposible que él estuviera allí.
Con un tono firme Leon exigió respuestas al humano de la armadura pesada sobre lo ocurrido y su inactividad, y tenía razón para pedirlas pues fuese lo que fuese aquello no era Jhon y no se comportaba como un humano normal y el tal Morcar y su siervo bien podían haber hecho algo en vez de quedarse ahí mirando ya que para empezar fue él el que comenzó a vocear. Lo que ocurrió fue algo extraño pues aquel tipo en vez de disculparse o explicar lo que fuera amenazó de muerte al hombre - bestia. Aquello era bastante curioso ya que ese guardia amenazó de muerte a un ciudadano voluntario en ayudar a la guardia en aquel asunto. Por un momento Shally pensó que aquel chiquillo podía ir olvidándose de su cabeza, desde luego si tenía que apostar por alguien si aquellos dos luchaban lo haría por Leon y no por aquel humano que parecía enrabietado y desconocedor de su lugar. Por todos los demonios quizá otro guardia tendría que hacerle caso no ciudadanos libres.
Lo siguiente fue más raro aún, aquel falso Jhon, olvidándose de sus acusaciones de asesinato y de sus intentos de matarla se levantó del suelo como si tal cosa y se ofreció a guiarles hasta el resto de los arqueólogos. No hacía falta que el bio dijera que era una trampa, era tan evidente que era una trampa que hasta podía no serlo. Incluso Shalltear que vivía de sus habilidades para mostrar lo que no sentía y enmascarar lo que en verdad pasaba por su cabeza no pudo evitar enarcar una ceja. Y encima Morcar iba a seguirlo por que "algo había que hacer"...¿Qué tal usar la cabeza para algo más que para colocar el yelmo? Shalltear tendía trampas no iba hacia ellas, todo su ser la instaba a pensar en otra cosa pero si los demás avanzaban ella debía ir con ellos...O quizá no. La guardia se giró hacia ella y e Leon con una disculpa.
-Morcar es malo, un guardia que amenaza a quienes le ayudan, ¿Sabe vuestro jefe que hace esas cosas?. El tipo de la luz dice que es una trampa...Deberíamos volver.-
Alanna, tras disculparse por la actitud de Morcar tenía la intención de avanzar tras el humano, parecía alguien capaz, la seguiría, un tiempo más al menos a pesar de sus pensamientos.
Siguió a la humana de cerca y pronto desde más adelante les llegaron unas voces distorsionadas y un fogonazo de luz que les instó a ir más rápido. Shally seguía aparentando cierto nerviosismo como sería lógico en una chiquilla y cuando alcanzaron al Bio este estaba solo y no había rastro del humano por ningún lado, solo el tal Doc y el falso Jhon que se alejaba sin querer esperar a que sus guiados resolvieran sus tribulaciones. Ya que Alanna no parecía preocupada por la desaparición de su compañero, no iba a ser ella la que preguntara ya que aquel tipo le importaba, hablando claramente, una mierda.
Continuaron camino con un guardia menos y al poco apareció algo que de todas todas no podía estar allí, hielo y nieve. Entre la nieve un montón de piedra casi enterrada por la misma que parecía una especie de tumba. Fuese lo que fuese era evidente que no era real aunque Alanna pareció muy afectada por aquella...¿Ilusión? ¿Magia?. Fuese lo que fuese desapareció de repente cuando Alanna la tocó con los dedos en un intimo beso.
-Esto es cosa de brujería...Deberíamos volver.-
Mientras decía eso en el camino por el que debían seguir caminando si querían seguir al falso Jhon apareció una figura que la pequeña conocía muy bien. Era un hombre de unos veinte años, muy apuesto con el pelo largo y negro y una sonrisa arrebatadora torcida en un gesto de eterna picardia. La figura se separó de la pared donde se apoyaba despreocupádamente y le tendió la mano a modo de invitación. Si no acabara de ver lo de la nieve y la tumba habría caído en aquella trampa pero ya estaba sobre aviso, se limitó a ignorar a la figura, era imposible que él estuviera allí.
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Jhon, el curioso guía, los condujo a una espaciosa sala, aparentemente vacía salvo por un cadáver a la izquierda. Jhon se dirigió directo hacia el, seguido del bio, hacia un sonido de cadenas moviéndose, arrastrándose. Pareció que todo se calmo durante un momento, hasta que algo rompió una de las paredes y estampo a Doc contra la otra punta de la sala. Esos seres eran conocidos por su resistencia, por lo que seguiría vivo, pero su estado era incierto. Mientras tanto, los rasgos de Jhon se desfiguraron, hasta volverse un cadáver putrefacto. El autentico nunca había estado allí.
La estancia fue iluminándose poco a poco, a medida que se oían pisadas acercarse, seguidas de un tintineo metálico. La luz procedía de los soportes para antorchas, que a pesar de la falta de cualquier material combustible, brillaban con un fuego azulado. Esta permitió identificar el arma que había atravesado la falsa pared, una enorme bola metálica con pinchos y una cadena, un mangual sin mango y espectacularmente largo.
El propietario del arma, una figura acorazada con una armadura oxidada rompió lo poco que quedaba de la pared y entro en la sala. Podría haber usado la palanca que había a apenas unos palmos, pero pareció ignorarla por completo. El arma se arrastro por el suelo, soltando chispas, hasta volver a su mano. Sin decir una sola palabra, desenfundo una espada con su mano derecha y enfoco su rostro hacia los integrantes del grupo.
Con sus dos metros e imponente armadura, estaba claro que esa mole era más fuerte que cualquiera en ese grupo, pero a medida que la bola de hierro empezaba a girar otra vez, se noto como sus movimientos eran lentos y torpes.
·Intervengo. Al principio pensaba que todo seria una "estafa" y no habría fantasmas, pero visto como se desarrolla el tema, me veo obligado a recordarles que el uso de fantasmas, espíritus o muertos vivientes es de uso exclusivo de masters desde principios del mes pasado y que para incluirlos hay que informar y recibir permiso de algún master, cosa que no se ha hecho. Si Leon prefiere seguir siendo el ultimo, que me envie mp y copio-borro el post después de que haga el suyo.
·El guerrero puede ser considerado nivel 1, con 30 puntos en fuerza y constitución. Irónicamente, debido a la diferencia de nivel, la ágil Alanna es la que más se acerca, por lo que podría luchar con fuerza bruta casi en igualdad de condiciones. Al ser lento, aquellos altamente especializados en destreza, como Shalltear también podrán desenvolverse bien.
·Morcar, dejo a tu elección donde "apareces", pero deambular en solitario tiene sus peligros, puede que quieras reunirte tan rápido como puedas con tu grupo. Si decides que tu bio se levanta y lucha, estas aceptando que pude sufrir daños serios, y al ser un PNJ, no le iría muy bien.
·Leon, los hombres bestia no poseen visión nocturna de manera "natural" y tampoco la tienes en tu ficha de habilidades, por lo que aunque seas un gato, no ves en la oscuridad, del mismo modo que una serpiente no tendría veneno sin ponerlo en la ficha correspondiente. Para evitar problemas, la sala esta ahora iluminada y veis todos.
La estancia fue iluminándose poco a poco, a medida que se oían pisadas acercarse, seguidas de un tintineo metálico. La luz procedía de los soportes para antorchas, que a pesar de la falta de cualquier material combustible, brillaban con un fuego azulado. Esta permitió identificar el arma que había atravesado la falsa pared, una enorme bola metálica con pinchos y una cadena, un mangual sin mango y espectacularmente largo.
El propietario del arma, una figura acorazada con una armadura oxidada rompió lo poco que quedaba de la pared y entro en la sala. Podría haber usado la palanca que había a apenas unos palmos, pero pareció ignorarla por completo. El arma se arrastro por el suelo, soltando chispas, hasta volver a su mano. Sin decir una sola palabra, desenfundo una espada con su mano derecha y enfoco su rostro hacia los integrantes del grupo.
- Spoiler:
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Con sus dos metros e imponente armadura, estaba claro que esa mole era más fuerte que cualquiera en ese grupo, pero a medida que la bola de hierro empezaba a girar otra vez, se noto como sus movimientos eran lentos y torpes.
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·Intervengo. Al principio pensaba que todo seria una "estafa" y no habría fantasmas, pero visto como se desarrolla el tema, me veo obligado a recordarles que el uso de fantasmas, espíritus o muertos vivientes es de uso exclusivo de masters desde principios del mes pasado y que para incluirlos hay que informar y recibir permiso de algún master, cosa que no se ha hecho. Si Leon prefiere seguir siendo el ultimo, que me envie mp y copio-borro el post después de que haga el suyo.
·El guerrero puede ser considerado nivel 1, con 30 puntos en fuerza y constitución. Irónicamente, debido a la diferencia de nivel, la ágil Alanna es la que más se acerca, por lo que podría luchar con fuerza bruta casi en igualdad de condiciones. Al ser lento, aquellos altamente especializados en destreza, como Shalltear también podrán desenvolverse bien.
·Morcar, dejo a tu elección donde "apareces", pero deambular en solitario tiene sus peligros, puede que quieras reunirte tan rápido como puedas con tu grupo. Si decides que tu bio se levanta y lucha, estas aceptando que pude sufrir daños serios, y al ser un PNJ, no le iría muy bien.
·Leon, los hombres bestia no poseen visión nocturna de manera "natural" y tampoco la tienes en tu ficha de habilidades, por lo que aunque seas un gato, no ves en la oscuridad, del mismo modo que una serpiente no tendría veneno sin ponerlo en la ficha correspondiente. Para evitar problemas, la sala esta ahora iluminada y veis todos.
Othel
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Ante la insolente respuesta del niño Leo comenzó a decir:
-Mira niño he comido cosas más grandes que tu así que más respe… La joven Alanna interrumpió a Leo y puso un poco de cordura en él, la señorita tenía razón, no debía pelearse entre ellos, lo que ahora necesitaban era estar unidos y salir de ahí con los arqueólogos, o, en el último de los casos sin ellos pero con el conocimiento de su muerte.
Leo meditó un poco los actos y decidió ser un poco más precavido si ocurría otro incidente parecido, divagó un poco pero en breve se distrajo con algo perturbador, Jhon, a quien había noqueado estaba de pie y hablando con Doc y morcar, el felino se acercó y alcanzo a escuchar algo de “seguidme y os lo enseñaré”, Leo enseguida pensó vale, es impulsivo el chico, pero dudo que se lance de cabeza a seguirle. Y contra todo pronóstico y haciendo caso omiso al Bio morcar siguió por el pasillo al tal Jhon, Alanna, que pareció dudar si seguir o no al joven Morcar se disculpó por la actitud de este y continuo el camino.
Luego de un poco más de camino Leon cayó en cuenta de que faltaba uno de los guardias, el muchacho de la gran armadura no estaba pero al parecer ni a Alanna ni a Doc les importaba, asi que menos le importaría a él lo que pasara con el impertinente muchacho, es más, tal vez sin algunas de sus imprudencias verían el camino más despejado y encontrarían luego a los arqueólogos.
Hielo, hielo y nieve les salió al paso, era algo imposible, ahí no habían nubes y mucho menos agua, era totalmente imposible, debía ser acto de magia o de una ilusión, tal vez había consumido algo en mal estado en la taberna. Esa teoría fue derribada al ver que la pequeña también tenía cara de asombro y además Alanna se había agachado ante una placa de piedra y dándole un tierno beso con los dedos se incorporó. Al mismo tiempo de ella levantarse todo desapareció, algo muy misterioso ocurría ahí y tal vez estaba afectando a todos, morcar desaparecido, el Bio actuando raro, las visiones, algo no encajaba bien.
Al parecer la pequeña estaba inquieta, cada poco decía que deberían regresar, Leo sabia que era lo mas sabio que podían hacer en ese momento pero aun asi sentía la necesidad de llegar al fondo del asunto, como dicen por ahí la curiosidad mató al gato y tal vez estaba a punto de hacerle daño a el.
No a mucho de andar le pareció ver una figura masculina, pero Leo decidió ignorarlo, lo mas probable es que fuera otra ilusión, pero la que seguía, la que seguía sería un truco bajo, los padres de Leo aparecieron en la escena, estaban mal heridos y con el pelaje sin brillo, no eran ellos eso estaba claro, el sabría si les hubiera pasado algo, además lo acusaron de abandonar la aldea y dejarlos a su suerte, cosa que nunca pasó, él contaba con la absoluta aprobación de sus padres al momento de marcharse asi que la única reacción de Leo fue seguir de largo e ignorar las figuras que asemejaban a sus padres.
Avanzaron más y llegaron a una sala espaciosa, aparte de un cadáver a un lado no había nada, se detuvieron y por unos segundos tuvieron calma y quietud, algo que duró pocos segundos ya que una de las murallas del lugar había sido destruida, y en su lugar había una gran bola de metal con pinchos. La “explosión” hizo que el Bio volara hasta estrellarse contra el muro opuesto, el felino comenzó a preocuparse, pero luego recordó que el compañero caído tenía especial resistencia física debido a su “raza”.
Jhon no era Jhon, por algún tipo de magia desconocida para el gato la cosa que se desmoronaba en trozos putrefactos tenía la apariencia de alguien a quien habían conocido Shall y Doc, y si eso no fuera lo suficientemente raro y escalofriante la sala empezaba a iluminarse sola, las antorchas que carecían de cualquier tipo de combustible comenzaban a arder sin quemarse emitiendo una luz azulada que llenaba el cuarto. A decir verdad y obviando el hecho de que una pared había volado casi matando a un compañero y que una cosa cavaba de descomponerse frente a sus ojos la luz era bastante linda, daba un toque helado a todo. Un ruido metálico sacó a Leo de su ensueño, algo se acercaba y la primera reacción del gato fue sacar su hacha, la fiel amiga le brindaría ayuda una vez más al parecer.
Del agujero echo en la muralla salía un gran caballero de aproximadamente dos metros de altura, de gruesa armadura, espada desenvainada y además la enorme bola con la que había destruido el muro. Estaba claro que sería un enemigo digno si se decidía a atarlos, debían planear algo rápido o estarían acabados, Leo miró a Alanna, luego a la pequeña Shall y dirigiéndose a ella dijo:
-Pequeña, retrocede y aléjate hasta donde puedas, no te vayas, podría ser peligroso, solo retrocede.
Así Leo se ubicaba al lado de su compañera de armas dijo:
-Está más que claro que esa bestia enorme es mucho para mí solo, hasta para los dos, ¿qué sugieres? Mi experiencia con tanques se reduce al niñato que, a todo esto no sé dónde andará, nos guió hasta esto… Bueno, para cualquier efecto cuentas con mi hacha y mi fuerza.
Diciendo esto Leo cambio el peso de un pie a otro como ya lo había echo tantas veces antes, así ganaba estabilidad, también hincho los músculos, respiró fuerte y erizó los pelos del lomo, de esa forma se vería más imponente y fiero de la que ya era. Antes de comenzar todo dijo unas posibles últimas palabras:
-Bueno mi amor… Otra vez tu y yo en este vals mortal… si salimos de aquí debemos ir de visita a casa… Una vez susurrado eso Leo lanzó un poderoso rugido de batalla indicando que estaba listo para lo que pudiera ocurrir
¡GGGGGGGGGGRRRRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAUUUUUUUUUUU¡
-Mira niño he comido cosas más grandes que tu así que más respe… La joven Alanna interrumpió a Leo y puso un poco de cordura en él, la señorita tenía razón, no debía pelearse entre ellos, lo que ahora necesitaban era estar unidos y salir de ahí con los arqueólogos, o, en el último de los casos sin ellos pero con el conocimiento de su muerte.
Leo meditó un poco los actos y decidió ser un poco más precavido si ocurría otro incidente parecido, divagó un poco pero en breve se distrajo con algo perturbador, Jhon, a quien había noqueado estaba de pie y hablando con Doc y morcar, el felino se acercó y alcanzo a escuchar algo de “seguidme y os lo enseñaré”, Leo enseguida pensó vale, es impulsivo el chico, pero dudo que se lance de cabeza a seguirle. Y contra todo pronóstico y haciendo caso omiso al Bio morcar siguió por el pasillo al tal Jhon, Alanna, que pareció dudar si seguir o no al joven Morcar se disculpó por la actitud de este y continuo el camino.
Luego de un poco más de camino Leon cayó en cuenta de que faltaba uno de los guardias, el muchacho de la gran armadura no estaba pero al parecer ni a Alanna ni a Doc les importaba, asi que menos le importaría a él lo que pasara con el impertinente muchacho, es más, tal vez sin algunas de sus imprudencias verían el camino más despejado y encontrarían luego a los arqueólogos.
Hielo, hielo y nieve les salió al paso, era algo imposible, ahí no habían nubes y mucho menos agua, era totalmente imposible, debía ser acto de magia o de una ilusión, tal vez había consumido algo en mal estado en la taberna. Esa teoría fue derribada al ver que la pequeña también tenía cara de asombro y además Alanna se había agachado ante una placa de piedra y dándole un tierno beso con los dedos se incorporó. Al mismo tiempo de ella levantarse todo desapareció, algo muy misterioso ocurría ahí y tal vez estaba afectando a todos, morcar desaparecido, el Bio actuando raro, las visiones, algo no encajaba bien.
Al parecer la pequeña estaba inquieta, cada poco decía que deberían regresar, Leo sabia que era lo mas sabio que podían hacer en ese momento pero aun asi sentía la necesidad de llegar al fondo del asunto, como dicen por ahí la curiosidad mató al gato y tal vez estaba a punto de hacerle daño a el.
No a mucho de andar le pareció ver una figura masculina, pero Leo decidió ignorarlo, lo mas probable es que fuera otra ilusión, pero la que seguía, la que seguía sería un truco bajo, los padres de Leo aparecieron en la escena, estaban mal heridos y con el pelaje sin brillo, no eran ellos eso estaba claro, el sabría si les hubiera pasado algo, además lo acusaron de abandonar la aldea y dejarlos a su suerte, cosa que nunca pasó, él contaba con la absoluta aprobación de sus padres al momento de marcharse asi que la única reacción de Leo fue seguir de largo e ignorar las figuras que asemejaban a sus padres.
Avanzaron más y llegaron a una sala espaciosa, aparte de un cadáver a un lado no había nada, se detuvieron y por unos segundos tuvieron calma y quietud, algo que duró pocos segundos ya que una de las murallas del lugar había sido destruida, y en su lugar había una gran bola de metal con pinchos. La “explosión” hizo que el Bio volara hasta estrellarse contra el muro opuesto, el felino comenzó a preocuparse, pero luego recordó que el compañero caído tenía especial resistencia física debido a su “raza”.
Jhon no era Jhon, por algún tipo de magia desconocida para el gato la cosa que se desmoronaba en trozos putrefactos tenía la apariencia de alguien a quien habían conocido Shall y Doc, y si eso no fuera lo suficientemente raro y escalofriante la sala empezaba a iluminarse sola, las antorchas que carecían de cualquier tipo de combustible comenzaban a arder sin quemarse emitiendo una luz azulada que llenaba el cuarto. A decir verdad y obviando el hecho de que una pared había volado casi matando a un compañero y que una cosa cavaba de descomponerse frente a sus ojos la luz era bastante linda, daba un toque helado a todo. Un ruido metálico sacó a Leo de su ensueño, algo se acercaba y la primera reacción del gato fue sacar su hacha, la fiel amiga le brindaría ayuda una vez más al parecer.
Del agujero echo en la muralla salía un gran caballero de aproximadamente dos metros de altura, de gruesa armadura, espada desenvainada y además la enorme bola con la que había destruido el muro. Estaba claro que sería un enemigo digno si se decidía a atarlos, debían planear algo rápido o estarían acabados, Leo miró a Alanna, luego a la pequeña Shall y dirigiéndose a ella dijo:
-Pequeña, retrocede y aléjate hasta donde puedas, no te vayas, podría ser peligroso, solo retrocede.
Así Leo se ubicaba al lado de su compañera de armas dijo:
-Está más que claro que esa bestia enorme es mucho para mí solo, hasta para los dos, ¿qué sugieres? Mi experiencia con tanques se reduce al niñato que, a todo esto no sé dónde andará, nos guió hasta esto… Bueno, para cualquier efecto cuentas con mi hacha y mi fuerza.
Diciendo esto Leo cambio el peso de un pie a otro como ya lo había echo tantas veces antes, así ganaba estabilidad, también hincho los músculos, respiró fuerte y erizó los pelos del lomo, de esa forma se vería más imponente y fiero de la que ya era. Antes de comenzar todo dijo unas posibles últimas palabras:
-Bueno mi amor… Otra vez tu y yo en este vals mortal… si salimos de aquí debemos ir de visita a casa… Una vez susurrado eso Leo lanzó un poderoso rugido de batalla indicando que estaba listo para lo que pudiera ocurrir
¡GGGGGGGGGGRRRRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAUUUUUUUUUUU¡
Leon Alexander
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Un nuevo integrante apareció en la sala, mirando a Shall, al parecer esa era la visión de la niña, que la ignoró por completo siguiendo el camino. Las guarda, hciendo otro tanto, encabezó la marcha junto al bio.
Jhon los guió a una sala en la que lo único que se podía ver era un cadaver a la izquierda. Allí, aunque tanto el guía como el bio siguieron avanzando, Alanna se quedó rezagada, presintiendo que algo no iba bien. Unas luces azuladas comenzaron a iluminar la sala al tiempo que un tintineo metálico se esparcia por el lugar. El guía, de repente, cayó inerte al suelo, dejando un olor a muerto, el cadaver se había desvanecido perdiendo la poca vida de la que parecía estar dotado.
De pronto, algo estampó al Bio contra la pared, haciendo que Alanna, preocupada, dijese su nombre. Sin embargo, a penas tuvo tiempo de preguntarse si Doc estaría bien, pues el sonido metálico que avanzaba por el pasillo junto a pasos pesados distrajo su atención, dando a entender que alguien peligroso se acercaba.
La tensión se sentía en el aire a medida que los sonidos se hacía más fuertes, hasta que, finalmente, una alta y ancha, cruzó el boquete abierto en la pared de la derecha dejando ver su enorme y pesada armadura. Él era el popietario del arma que había lanzado al bio, un grueso y pesado mangual de acero.
La chica se puso en guardia observando al recién llegado, parecía fuerte, pesado, y no tardó en demostrar que la chica no se equivocaba con su observación, sus movimientos, posiblemente a causa del peso, se veían torpes y lentos. La chica tragó saliva, debían acabar con él rápidamente, estaba claro que la niña no podía luchar, al fin y al cabo era solo una niña, Morcar había desaparecido, por lo que solo quedaban allí León y ella.
Sería dificil, pero no imposible, si pactaban un buen plan. En cuanto el hombre besti habló, ella se acercó en susurrros, con las dagas en las manos, viendo rotar el enorme bolardo sobre la cabeza de la figura enlatada y susurró con rapidez:
- Tu lo distraes, yo busco un punto flaco, y en cuanto pueda, ataco. Soy más rápida que él, si apunto bien no creo tener problemas... Suerte.- deseó antes de ponerse en marcha.
León soltó un tremendo rugido, que era la perfecta distracción, dando la oportunidad a la chica para salir corriendo a rodear al rival, buscando sus debilidades. La chica comenzó a dar vueltas por la sala, en busca de un hueco, una avertura en la armadura, pero de lejos no podía hacer nada, no solo porque se le dificultaba ver los pequeños espacios, si no porque el arma del tipo era de largo alcance, y una locura completa el intentar detenerla, su mejor opción era acercarse y esquivar.
No tuvo oportunidad, la bola salió disparada hacia ella, que rodó por el suelo evitando el ataque, dando gracias al cielo por sus reflejos, llenandose de polvo su ropa negra. La pared a su espalda había sufrido un buen golpe, y trozos de ladrillos caían desordenados y rotos mientras la bola puntiaguda era recogida por el tipo.
Alanna aprovechó ese momento para recuperarse, y se levantó para volver a iniciar su carrera, acercandose un poco más al contrincante, viendo, por fin, un sitio por el que atacar. Entre la coraza y el casco, el tipo tenía un hueco sin protección, el cuello, que, por si fuera poco, era un punto vital, si conseguía clavar allí una de sus dagas el hombre no lo contaría. Solo necesitaba que el hombre bestia crease la suficiente distracción como para lograrlo.
El mangual volvía a girar, estaban como al principio, con la ligera diferencia de que Alanna se encontraba manchada, algo más cansada y tenía un objetivo claro que no pensaba perder de vista. Lo único que tenía que hacer era ser rápida, esquivar, y clavar su arma con precisión... era mucho, pero debía intentarlo, tenía confianza en su velocidad.
************************
Jhon los guió a una sala en la que lo único que se podía ver era un cadaver a la izquierda. Allí, aunque tanto el guía como el bio siguieron avanzando, Alanna se quedó rezagada, presintiendo que algo no iba bien. Unas luces azuladas comenzaron a iluminar la sala al tiempo que un tintineo metálico se esparcia por el lugar. El guía, de repente, cayó inerte al suelo, dejando un olor a muerto, el cadaver se había desvanecido perdiendo la poca vida de la que parecía estar dotado.
De pronto, algo estampó al Bio contra la pared, haciendo que Alanna, preocupada, dijese su nombre. Sin embargo, a penas tuvo tiempo de preguntarse si Doc estaría bien, pues el sonido metálico que avanzaba por el pasillo junto a pasos pesados distrajo su atención, dando a entender que alguien peligroso se acercaba.
La tensión se sentía en el aire a medida que los sonidos se hacía más fuertes, hasta que, finalmente, una alta y ancha, cruzó el boquete abierto en la pared de la derecha dejando ver su enorme y pesada armadura. Él era el popietario del arma que había lanzado al bio, un grueso y pesado mangual de acero.
La chica se puso en guardia observando al recién llegado, parecía fuerte, pesado, y no tardó en demostrar que la chica no se equivocaba con su observación, sus movimientos, posiblemente a causa del peso, se veían torpes y lentos. La chica tragó saliva, debían acabar con él rápidamente, estaba claro que la niña no podía luchar, al fin y al cabo era solo una niña, Morcar había desaparecido, por lo que solo quedaban allí León y ella.
Sería dificil, pero no imposible, si pactaban un buen plan. En cuanto el hombre besti habló, ella se acercó en susurrros, con las dagas en las manos, viendo rotar el enorme bolardo sobre la cabeza de la figura enlatada y susurró con rapidez:
- Tu lo distraes, yo busco un punto flaco, y en cuanto pueda, ataco. Soy más rápida que él, si apunto bien no creo tener problemas... Suerte.- deseó antes de ponerse en marcha.
León soltó un tremendo rugido, que era la perfecta distracción, dando la oportunidad a la chica para salir corriendo a rodear al rival, buscando sus debilidades. La chica comenzó a dar vueltas por la sala, en busca de un hueco, una avertura en la armadura, pero de lejos no podía hacer nada, no solo porque se le dificultaba ver los pequeños espacios, si no porque el arma del tipo era de largo alcance, y una locura completa el intentar detenerla, su mejor opción era acercarse y esquivar.
No tuvo oportunidad, la bola salió disparada hacia ella, que rodó por el suelo evitando el ataque, dando gracias al cielo por sus reflejos, llenandose de polvo su ropa negra. La pared a su espalda había sufrido un buen golpe, y trozos de ladrillos caían desordenados y rotos mientras la bola puntiaguda era recogida por el tipo.
Alanna aprovechó ese momento para recuperarse, y se levantó para volver a iniciar su carrera, acercandose un poco más al contrincante, viendo, por fin, un sitio por el que atacar. Entre la coraza y el casco, el tipo tenía un hueco sin protección, el cuello, que, por si fuera poco, era un punto vital, si conseguía clavar allí una de sus dagas el hombre no lo contaría. Solo necesitaba que el hombre bestia crease la suficiente distracción como para lograrlo.
El mangual volvía a girar, estaban como al principio, con la ligera diferencia de que Alanna se encontraba manchada, algo más cansada y tenía un objetivo claro que no pensaba perder de vista. Lo único que tenía que hacer era ser rápida, esquivar, y clavar su arma con precisión... era mucho, pero debía intentarlo, tenía confianza en su velocidad.
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- off rol:
- Pasadas 48 horas, Morcar no ha posteado, así que tomo su turno.
Perdón si el post está raro, estoy en la playa sin conexión ha internet y he tenido que meterme en un pc público donde hay niños metiendo prisa.
Alanna Delteria
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Los demás también ignoraron al apuesto joven de negros cabellos y no hubo ninguna pregunta al respecto lo cual facilitaba mucho las cosas y le ahorraba a la pequeña unas cuantas mentiras y explicaciones. Quizá después de todo aquel grupo no estaba tan mal, sin preguntas, confianza ciega...Y ahora que el cadáver del tal Morcar debía de estar empalado, destrozado o aplastado por alguna trampa seguramente la humana tomaría el mando y dejarían de seguir avanzando por aquella trampa mágica, volverían sobre sus pasos y saldrían de allí al menos hasta tener alguna información más sobre qué demonios estaba pasando allí abajo. Sin embargo la humana continuó avanzando y la vampiresa no tuvo más remedio que seguirla no sin antes volver a dejar claro que seguir a Jhon era una pésima idea por enésima vez.
Llegaron a una sala con un muerto y como era de esperar sin rastro alguno de los arqueólogos que estaban buscando. Ni una herramienta por el suelo, ni más camino de antorchas, ni cuerdas, ni cuerpos destrozados expresando con su rigor mortis el indescriptible tormento sufrido en el momento de la muerte, nada. Para sorpresa de todos el falso Jhon, o más bien lo que fuera que le había causado que la última cena de la vampiresa apareciera por allí con un comportamiento de lo más extraño, se desvaneció dejando allí solo restos putrefactos desmostrándoles a todos lo que Shally ya sabía, que el verdadero Jhon nunca había estado allí y su auténtico cuerpo sin vida continuaría pudriéndose en un callejón durante días antes de que nadie diera con él. No obstante eso no eran precisamente buenas noticias, Jhon era un inútil, lo que fuera que había obtenido su recuerdo de la cabeza de la vampiresa y había animado un cuerpo muerto para que lo imitara...Era mucho más peligroso.
-Magia negra...No me habéis hecho caso hasta ahora pero es un buen momento para empezar a hacérmelo. Es mejor no molestar a quién sea que esté haciendo esto.-
Y es que la curiosidad que había impulsado a la pequeña a unirse a aquel grupo hacía tiempo que se había desvanecido y no le apetecía arriesgar el cuello para realizar un servicio a la ciudad. Para más inri el lugar comenzó a iluminarse con unas llamas que no eran normales y pronto comenzaron a oírse unos pasos que se fueron haciendo cada vez más fuertes. No había duda, alquién o algo se acercaba y para la pequeña estaba claro que era algo grande. En un principio la vampiresa pensó que podría tratarse de Morcar que seguía vivo, pero pronto supo que era algo que dejaba pequeño al humano. Las pisadas se detuvieron y de repente una de las paredes se quebró como golpeada por una gran fuerza y enviando al bio-cibernético a la otra punta de la sala del impacto. Sin tiempo para ver si Doc había acabado como su "señor" Shalltear observó como por el agujero de la pared entraba a aquella sala un tipo enorme, con armadura pesada y que con toda la parsimonia del mundo recogía la gran bola metálica con la que había derribado el muro y golpeado al bio. Una vez la hubo recogido la tomó con una sola mano mientras con la otra desenvainaba una espada de tamaño más que considerable. Todo su equipo estaba no obstante en mal estado, como si fuera muy viejo y el óxido llevara años deteriorando dicho equipo.
No hizo falta que Leon dijera nada pero ya que insistía le dejaría ocuparse de aquel enemigo. Observaría como los otros dos luchaban y también cómo lo hacía aquel gigantón y si las cosas iban bien, perfecto, si no aprovecharía el sacrificio de la humana y el hombre- gato para salir de allí tan rápido como pudiera. Quizá si morían informaría de su trágico final al general, o quizá no, al fin y al cabo tampoco le caían tan bien como para tomarse tantas molestias por ellos. Con cuidado se apartó del epicentro de la lucha y por si acaso preparó su parasol por si necesitaba usarlo.
Llegaron a una sala con un muerto y como era de esperar sin rastro alguno de los arqueólogos que estaban buscando. Ni una herramienta por el suelo, ni más camino de antorchas, ni cuerdas, ni cuerpos destrozados expresando con su rigor mortis el indescriptible tormento sufrido en el momento de la muerte, nada. Para sorpresa de todos el falso Jhon, o más bien lo que fuera que le había causado que la última cena de la vampiresa apareciera por allí con un comportamiento de lo más extraño, se desvaneció dejando allí solo restos putrefactos desmostrándoles a todos lo que Shally ya sabía, que el verdadero Jhon nunca había estado allí y su auténtico cuerpo sin vida continuaría pudriéndose en un callejón durante días antes de que nadie diera con él. No obstante eso no eran precisamente buenas noticias, Jhon era un inútil, lo que fuera que había obtenido su recuerdo de la cabeza de la vampiresa y había animado un cuerpo muerto para que lo imitara...Era mucho más peligroso.
-Magia negra...No me habéis hecho caso hasta ahora pero es un buen momento para empezar a hacérmelo. Es mejor no molestar a quién sea que esté haciendo esto.-
Y es que la curiosidad que había impulsado a la pequeña a unirse a aquel grupo hacía tiempo que se había desvanecido y no le apetecía arriesgar el cuello para realizar un servicio a la ciudad. Para más inri el lugar comenzó a iluminarse con unas llamas que no eran normales y pronto comenzaron a oírse unos pasos que se fueron haciendo cada vez más fuertes. No había duda, alquién o algo se acercaba y para la pequeña estaba claro que era algo grande. En un principio la vampiresa pensó que podría tratarse de Morcar que seguía vivo, pero pronto supo que era algo que dejaba pequeño al humano. Las pisadas se detuvieron y de repente una de las paredes se quebró como golpeada por una gran fuerza y enviando al bio-cibernético a la otra punta de la sala del impacto. Sin tiempo para ver si Doc había acabado como su "señor" Shalltear observó como por el agujero de la pared entraba a aquella sala un tipo enorme, con armadura pesada y que con toda la parsimonia del mundo recogía la gran bola metálica con la que había derribado el muro y golpeado al bio. Una vez la hubo recogido la tomó con una sola mano mientras con la otra desenvainaba una espada de tamaño más que considerable. Todo su equipo estaba no obstante en mal estado, como si fuera muy viejo y el óxido llevara años deteriorando dicho equipo.
No hizo falta que Leon dijera nada pero ya que insistía le dejaría ocuparse de aquel enemigo. Observaría como los otros dos luchaban y también cómo lo hacía aquel gigantón y si las cosas iban bien, perfecto, si no aprovecharía el sacrificio de la humana y el hombre- gato para salir de allí tan rápido como pudiera. Quizá si morían informaría de su trágico final al general, o quizá no, al fin y al cabo tampoco le caían tan bien como para tomarse tantas molestias por ellos. Con cuidado se apartó del epicentro de la lucha y por si acaso preparó su parasol por si necesitaba usarlo.
Shalltear
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Morcar despertó sin aire, los pulmones se le estremecían, era ahogamiento. Abrió los ojos vislumbrando solo rojo y su reacción fue moverse hacia la luz. Al instante salió y se encontró en medio de un gran espacio. Por un lado era todo de aquel líquido rojo y por otro había una abertura con dos antorchas. El soldado hizo lo posible por salir del pequeño lago subterráneo y llegó hasta la abertura. Al mirar su armadura pudo notar que tenía toda la mitad inferior cayendo a chorreones.
-Sangre.
Morcar avanzó por el pasillo que había frente a él. Pudo notar que no había perdido ningún arma en el proceso. Llegó hasta una zona donde había una extraña superficie levantada en medio, con el cadáver de un hombre ya más que esquelético. Morcar leyó las inscripciones: "Aquí yace El Rey Loco". Morcar quedó sorprendido y vislumbró una luz al final del siguiente pasillo.
Avanzó a través de éste y llegó hasta un gran salón con pilares alrededor. En el fondo había un trono con un hombre sentado, luego estaban un grupo de personas vestidas de negro y con capucha alargada. En el centro tenían a dos personas vestidas de arqueólogos y maniatadas.
-¿Por qué hacéis esto?-preguntó un arqueólogo.
-Verás-dijo el hombre del trono-, una vez existió un rey muy poderoso que reinó con justicia y poder. A ese rey lo mataron, y juro volver. Te explico, nosotros fuimos iluminados por los dioses para revivirlo. La leyenda dice que si llenas el lago de las penas con la sangre de inocentes. El Rey Loco despertará de nuevo, pero para una vida eterna. Mientras tanto, me envía como su mesías para que yo sea la representación de él.
-¡Pero es solo un mito! ¡No una leyenda!
-Eso creen los infieles, ahora tendréis que esperar al alba para vuestro sacrificio. La magia nos avisará de cuando es la hora correcta. Mientras tanto debemos vigilar que la magia ilusoria haga efecto con nuestros nuevos huéspedes y los traiga a nosotros.
Morcar había estado pasando de pilar en pilar hasta llegar a la otra puerta, que estaba abierta. Suavemente la atravesó y continuó por otro pasillo. En aquel parecía continuar al fondo y luego girar a la izquierda, pero un hueco en la pared le llamó la atención. Se trataba de un agujero bastante profundo. Cuando pasó, vio a sus compañeros y sintió algo... Alivio. Verdaderamente se dio cuenta de que su comportamiento no había sido el correcto. Era su líder, y debía demostrarlo.
-¡Ey chicos! ¡Escúchenme! ¡Se han estado moviendo en la desconfianza y en las malas caras mientras estábamos aquí! Sé que no es el momento indicado de decírselo, pero entended esto, somos un equipo ¡Todos servimos de algo! ¡¿Es que todo en su vida va a ser propio interés?! ¡Piensen que cuando salgamos de aquí seremos héroes! ¡Y que hay vidas en juego! Como sé que aun así no confiarán en mi, les demostraré que de ahora en adelante voy a poner de mi parte.
Morcar sacó su escudo, luego su espada. Tranquilamente se puso ante la figura gigante (no tanto, prácticamente se igualaban) y pudo fijarse que Doc estaba en autoreparación. Morcar miró a la bestia e hizo señas con sus brazos.
-¡Boo motherfucker!
Sabía que la bestia iría por él, se puso en guardia, vio a Leon y afirmó con la cabeza.
Off rol: No he tenido tiempo para escribir y acabo de conseguirlo. Ahora que tengo un ratito posteo. Si le tocaba a Leon Sorry.
-Sangre.
Morcar avanzó por el pasillo que había frente a él. Pudo notar que no había perdido ningún arma en el proceso. Llegó hasta una zona donde había una extraña superficie levantada en medio, con el cadáver de un hombre ya más que esquelético. Morcar leyó las inscripciones: "Aquí yace El Rey Loco". Morcar quedó sorprendido y vislumbró una luz al final del siguiente pasillo.
Avanzó a través de éste y llegó hasta un gran salón con pilares alrededor. En el fondo había un trono con un hombre sentado, luego estaban un grupo de personas vestidas de negro y con capucha alargada. En el centro tenían a dos personas vestidas de arqueólogos y maniatadas.
-¿Por qué hacéis esto?-preguntó un arqueólogo.
-Verás-dijo el hombre del trono-, una vez existió un rey muy poderoso que reinó con justicia y poder. A ese rey lo mataron, y juro volver. Te explico, nosotros fuimos iluminados por los dioses para revivirlo. La leyenda dice que si llenas el lago de las penas con la sangre de inocentes. El Rey Loco despertará de nuevo, pero para una vida eterna. Mientras tanto, me envía como su mesías para que yo sea la representación de él.
-¡Pero es solo un mito! ¡No una leyenda!
-Eso creen los infieles, ahora tendréis que esperar al alba para vuestro sacrificio. La magia nos avisará de cuando es la hora correcta. Mientras tanto debemos vigilar que la magia ilusoria haga efecto con nuestros nuevos huéspedes y los traiga a nosotros.
Morcar había estado pasando de pilar en pilar hasta llegar a la otra puerta, que estaba abierta. Suavemente la atravesó y continuó por otro pasillo. En aquel parecía continuar al fondo y luego girar a la izquierda, pero un hueco en la pared le llamó la atención. Se trataba de un agujero bastante profundo. Cuando pasó, vio a sus compañeros y sintió algo... Alivio. Verdaderamente se dio cuenta de que su comportamiento no había sido el correcto. Era su líder, y debía demostrarlo.
-¡Ey chicos! ¡Escúchenme! ¡Se han estado moviendo en la desconfianza y en las malas caras mientras estábamos aquí! Sé que no es el momento indicado de decírselo, pero entended esto, somos un equipo ¡Todos servimos de algo! ¡¿Es que todo en su vida va a ser propio interés?! ¡Piensen que cuando salgamos de aquí seremos héroes! ¡Y que hay vidas en juego! Como sé que aun así no confiarán en mi, les demostraré que de ahora en adelante voy a poner de mi parte.
Morcar sacó su escudo, luego su espada. Tranquilamente se puso ante la figura gigante (no tanto, prácticamente se igualaban) y pudo fijarse que Doc estaba en autoreparación. Morcar miró a la bestia e hizo señas con sus brazos.
-¡Boo motherfucker!
Sabía que la bestia iría por él, se puso en guardia, vio a Leon y afirmó con la cabeza.
Off rol: No he tenido tiempo para escribir y acabo de conseguirlo. Ahora que tengo un ratito posteo. Si le tocaba a Leon Sorry.
Morcar
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Unos brujos sedientos de poder, una gran biblioteca y unas cuantas leyendas de taberna. No había peor combinación posible y parecía ser el desencadenante de una pasmosa cantidad de sucesos horrendos.
Y por supuesto, ese ser revestido de acero oxidado no era una excepción. Un cadáver putrefacto al que le lanzaban unas pocas palabras y contrariamente a lo que era habitual, le añadían a la fuerza el primer espíritu que podían encontrar. Los resultados solían ser muy variados, pero sus amos estaban contentos con el resultado, un cadáver inteligente, con una voluntad fuerte y una habilidad marcial muy superior a la suya, seguramente habían metido un caballero en el cuerpo del futuro "rey eterno". Sus ojos sin vida miraron a través del yelmo a Leon, el más ruidoso, luego se fijaron en la mujer que había evitado su ataque y finalmente en el hombre que se había parado frente suyo, sin apenas percatarse en la niña que había en la sala. Después del acercamiento de la muchacha, nadie se había molestado en alzar un arma hacia él. Puede que bastara con que se dieran media vuelta y marcharan por donde habían llegado.
¿A cuál zurramos primero? el brujo sentado en el trono, el líder, era el que hablaba, en un tono lo suficientemente bajo como para no revelar su posición detrás de la pared derruida, en una habitación anexa.
El gato grande parece peligroso dijo una voz aguda, procedente de una mujer de estatura baja.
¿Y ese tipo que se ha plantado en medio? Debe haberse dado en la cabeza, sera fácil
No hagáis daño a la pequeña, es adorable fue toda la aportación de una segunda mujer, con una irritante voz aguda.
Sois un incordio... la figura de negro levanto la mano hacia el gigante acorazado.
Un sonido de cadenas interrumpió el silencio que se había instalado en la sala, un ruido que no encajaba en absoluto con el de la pesada bola de hierro girando en el aire. Entonces el gigante se movió, casi a regañadientes. Dos armas para dos enemigos. La bola de hierro salio silbando contra Leo, amenazando con romper carne, huesos, la pared y todo lo que hubiera detrás. Y entonces, cuando su mano izquierda estuvo libre, agarro el espadón con ambas manos y lo descargo verticalmente contra el recién llegado Morcar. Ambos ataques podían fallar, pero poco importaba. Puede que fuera un esclavo, pero era eterno, inmortal, incansable, algo que ninguno de esos patéticos mortales ni siquiera podría llegar a soñar jamas. Al menos en vida.
· Alanna me ha pedido cambiar el orden de turnos debido a problemas informáticos Si no tenéis ningún inconveniente, ella posteara ultima.
· En cuando al grupo de brujos, aunque usualmente implicaría editar, dado que es casi igual a lo que tenia pensado, pero esta versión no os facilita el trabajo precisamente, en vez de hacer editar a Morcar para poner algo similar, lo dejaremos así. Buena suerte.
Y por supuesto, ese ser revestido de acero oxidado no era una excepción. Un cadáver putrefacto al que le lanzaban unas pocas palabras y contrariamente a lo que era habitual, le añadían a la fuerza el primer espíritu que podían encontrar. Los resultados solían ser muy variados, pero sus amos estaban contentos con el resultado, un cadáver inteligente, con una voluntad fuerte y una habilidad marcial muy superior a la suya, seguramente habían metido un caballero en el cuerpo del futuro "rey eterno". Sus ojos sin vida miraron a través del yelmo a Leon, el más ruidoso, luego se fijaron en la mujer que había evitado su ataque y finalmente en el hombre que se había parado frente suyo, sin apenas percatarse en la niña que había en la sala. Después del acercamiento de la muchacha, nadie se había molestado en alzar un arma hacia él. Puede que bastara con que se dieran media vuelta y marcharan por donde habían llegado.
¿A cuál zurramos primero? el brujo sentado en el trono, el líder, era el que hablaba, en un tono lo suficientemente bajo como para no revelar su posición detrás de la pared derruida, en una habitación anexa.
El gato grande parece peligroso dijo una voz aguda, procedente de una mujer de estatura baja.
¿Y ese tipo que se ha plantado en medio? Debe haberse dado en la cabeza, sera fácil
No hagáis daño a la pequeña, es adorable fue toda la aportación de una segunda mujer, con una irritante voz aguda.
Sois un incordio... la figura de negro levanto la mano hacia el gigante acorazado.
Un sonido de cadenas interrumpió el silencio que se había instalado en la sala, un ruido que no encajaba en absoluto con el de la pesada bola de hierro girando en el aire. Entonces el gigante se movió, casi a regañadientes. Dos armas para dos enemigos. La bola de hierro salio silbando contra Leo, amenazando con romper carne, huesos, la pared y todo lo que hubiera detrás. Y entonces, cuando su mano izquierda estuvo libre, agarro el espadón con ambas manos y lo descargo verticalmente contra el recién llegado Morcar. Ambos ataques podían fallar, pero poco importaba. Puede que fuera un esclavo, pero era eterno, inmortal, incansable, algo que ninguno de esos patéticos mortales ni siquiera podría llegar a soñar jamas. Al menos en vida.
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· Alanna me ha pedido cambiar el orden de turnos debido a problemas informáticos Si no tenéis ningún inconveniente, ella posteara ultima.
· En cuando al grupo de brujos, aunque usualmente implicaría editar, dado que es casi igual a lo que tenia pensado, pero esta versión no os facilita el trabajo precisamente, en vez de hacer editar a Morcar para poner algo similar, lo dejaremos así. Buena suerte.
Othel
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Leo trataba de distraer al gigante mientras Alanna aparentemente buscaba un punto débil donde atacarle, él era una fortaleza andante por lo que atacarlo de frente sería una estupidez enorme, la muchacha corría a una velocidad de vértigo alrededor de la mole, acercándose y alejándose.
La bola del mangual giraba con fuerza, pero eso no hacia retroceder a la muchacha, ni siquiera cuando esta salió disparada en contra suyo, ésta, con movimientos felinos la esquivó haciendo que se estrellara contra la muralla, luego de un estruendo enorme el gigante retiro el mangual de los escombros, se adivinaba a simple vista que el caballero tenia gran fuerza y además era lento, algo que de seguro tanto Leo como Alanna sabrían aprovechar.
El felino, al igual que la humana corría a todas direcciones para poder distraer al grandote, era agotador, sí, pero así se mantendría en movimiento y podría ver ciertos indicios que le indicaban cuando el gigante movería su mangual. Nadie en la sala pronunciaba ni una palabra, el silencio solo se veía interrumpido por el silbido de la cadena al cortar el viento, hasta el momento en que se escuchó una voz algo conocida por el gato, al parecer el muchacho morcar se encontraba con vida, algo magullado pero con vida al fin y al cabo, pronuncio unas palabras de aliento y seguido sacó su escudo y su espada para plantarse frente a la armadura andante, ésta al verlo atacó enseguida, lanzó su mangual a leo y atacó a morcar con su enorme espada.
Leo haciendo una pirueta sobre sí mismo consiguió esquivar la bola de hierro que de seguro podría haberle causado una muerte inmediata, en vez de eso solo se golpeó con un trozo de piedra el cual le hizo un pequeño rasguño en la rodilla, nada grave ni de lo que preocuparse. Rápidamente se levantó para ponerse en guardia nuevamente, no podía permitirse el lujo de permanecer ahí parado sin hacer nada, en cambio agarró su hacha y con fiereza se propuso atacar por detrás de la rodilla al gigante, si contaba con suerte tal vez este se arrodillaría y así Morcar o Alanna podrían atacar un punto más importante, en cambio, si los dioses no lo acompañaban en aquella temeraria acción se vería obligado a retroceder y esquivar o, tratar de bloquear un ataque del grandote.
Dioses... cuento con su ayuda
La bola del mangual giraba con fuerza, pero eso no hacia retroceder a la muchacha, ni siquiera cuando esta salió disparada en contra suyo, ésta, con movimientos felinos la esquivó haciendo que se estrellara contra la muralla, luego de un estruendo enorme el gigante retiro el mangual de los escombros, se adivinaba a simple vista que el caballero tenia gran fuerza y además era lento, algo que de seguro tanto Leo como Alanna sabrían aprovechar.
El felino, al igual que la humana corría a todas direcciones para poder distraer al grandote, era agotador, sí, pero así se mantendría en movimiento y podría ver ciertos indicios que le indicaban cuando el gigante movería su mangual. Nadie en la sala pronunciaba ni una palabra, el silencio solo se veía interrumpido por el silbido de la cadena al cortar el viento, hasta el momento en que se escuchó una voz algo conocida por el gato, al parecer el muchacho morcar se encontraba con vida, algo magullado pero con vida al fin y al cabo, pronuncio unas palabras de aliento y seguido sacó su escudo y su espada para plantarse frente a la armadura andante, ésta al verlo atacó enseguida, lanzó su mangual a leo y atacó a morcar con su enorme espada.
Leo haciendo una pirueta sobre sí mismo consiguió esquivar la bola de hierro que de seguro podría haberle causado una muerte inmediata, en vez de eso solo se golpeó con un trozo de piedra el cual le hizo un pequeño rasguño en la rodilla, nada grave ni de lo que preocuparse. Rápidamente se levantó para ponerse en guardia nuevamente, no podía permitirse el lujo de permanecer ahí parado sin hacer nada, en cambio agarró su hacha y con fiereza se propuso atacar por detrás de la rodilla al gigante, si contaba con suerte tal vez este se arrodillaría y así Morcar o Alanna podrían atacar un punto más importante, en cambio, si los dioses no lo acompañaban en aquella temeraria acción se vería obligado a retroceder y esquivar o, tratar de bloquear un ataque del grandote.
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Leon Alexander
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
El miembro 'Leon Alexander' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Sus "compañeros" lo estaban haciendo bien, siempre que su propósito no fuese otro al de parecer moscas revoloteando alrededor de un cadáver claro ya que en lo que a matar al enemigo se refería no habían lanzado ni un solo ataque que hiciera mella en el corpulento rival. Aún así era algo interesante de ver y mientras los demás peleaban ella aprendía. Aprendía de los movimientos del enemigo que era muy fuerte pero lento y también que sus movimientos no resultaban fluidos ni naturales, ni siquiera para ese tamaño y ese equipo tan pesado, además su olor... Pero no solo aprendía del gigantón, también de la humana y sus fintas, de sus movimientos con las dagas, y de Leon. Lo estudiaba todo como un paciente cazador estudiaba a sus presas incluso aunque no planeara un ataque inmediato y desde su posición cerca pero alejada del fragor de la lucha pocos detalles podían escaparse.
Desvió su mirada unos instantes para observar el camino por el que habían llegado hasta allí y sopesó una vez más sus opciones de salir de allí sin ayuda, una posibilidad que cada vez parecía mejor en su cabeza, Instintivamente dio un paso en aquella dirección e iba a dar un segundo cuando otro olor la hizo detenerse y volver a centrar su atención hacia el hueco de la pared por la que aquel tipo de la armadura oxidada había hecho su aparición. No vio nada pero su olfato nunca la había fallado y era un olor tan familiar que se imponía incluso sobre el mal olor general de aquel lugar, sangre. Al poco tiempo apareció por allí el humano enlatado cubierto de la roja delicia. No sintió alivio de verle con vida, sin embargo si que se sintió defraudada cuando se percató de que toda aquella sangre no era suya, una lástima que ya que no estaba muerto al menos no estuviera moribundo. Dio un tonto discursito sobre compañerismo, salvar vidas y cosas así para después unirse a la lucha de nuevo con un extraño grito de batalla en un idioma que no conocía, "¿Qué demonios significaba motherfucker?".
Como fuese su llegada hacía parecer que la situación quizá no fuese tan mala como se veía y hasta lograran sobrevivir a aquella lucha, por lo que por el momento aparcaría la idea de marcharse de allí sola y observaría un poco más. Ese era su nuevo plan hasta que escuchó un sonido metálico que no parecía haber sido producido por ningún aliado ni tampoco por el enemigo. Era un sonido de una cadena pero distinto al que producía el gigantón con su enorme bola metálica. ¿Había alguien o algo más por allí?. Lo más curioso de todo fue que tras aquel diferente sonido el enemigo realizó uno de sus espasmódicos ataques. Despació Shalltear se asomó al agujero de la pared para fijarse en lo que había más allá desde un ángulo distinto al que había tenido hasta el momento, manteniéndose siempre lejos de la lucha. Entonces vio a aquel tipo de negro con la mano alzada hacia el gigante, enseguida ató cabos.
Puede que Alanna y Leon no se hubieran dado cuenta estando como estaban luchando ferozmente por su vida pero ¿cómo era posible que Morcar no hubiese visto que en la sala anexa había individuos con semejantes pintas?. ¿Acaso era ella la única que había oído aquel extraño sonido precediendo al ataque del gigantón y que ahora veía a un tipo manteniendo contacto visual con él con la mano alzada de forma más que reveladora?. Quizá aquello no resultara tan concluyente para los mortales como para la pequeña vampiresa, mucho más versada en las artes del control de criaturas debido a su naturaleza superior a la que el ganado daba el erróneo apelativo de maldición.
Pensó en guardarse su descubrimiento por pura malicia hasta al menos dejar que alguno de sus "compañeros" acabara partido en dos pero finalmente decidió hacer su buena acción del mes...¿O era del año?, daba igual.
-Alanna, tras el muro, ese sujeto está haciendo algo.-
Desvió su mirada unos instantes para observar el camino por el que habían llegado hasta allí y sopesó una vez más sus opciones de salir de allí sin ayuda, una posibilidad que cada vez parecía mejor en su cabeza, Instintivamente dio un paso en aquella dirección e iba a dar un segundo cuando otro olor la hizo detenerse y volver a centrar su atención hacia el hueco de la pared por la que aquel tipo de la armadura oxidada había hecho su aparición. No vio nada pero su olfato nunca la había fallado y era un olor tan familiar que se imponía incluso sobre el mal olor general de aquel lugar, sangre. Al poco tiempo apareció por allí el humano enlatado cubierto de la roja delicia. No sintió alivio de verle con vida, sin embargo si que se sintió defraudada cuando se percató de que toda aquella sangre no era suya, una lástima que ya que no estaba muerto al menos no estuviera moribundo. Dio un tonto discursito sobre compañerismo, salvar vidas y cosas así para después unirse a la lucha de nuevo con un extraño grito de batalla en un idioma que no conocía, "¿Qué demonios significaba motherfucker?".
Como fuese su llegada hacía parecer que la situación quizá no fuese tan mala como se veía y hasta lograran sobrevivir a aquella lucha, por lo que por el momento aparcaría la idea de marcharse de allí sola y observaría un poco más. Ese era su nuevo plan hasta que escuchó un sonido metálico que no parecía haber sido producido por ningún aliado ni tampoco por el enemigo. Era un sonido de una cadena pero distinto al que producía el gigantón con su enorme bola metálica. ¿Había alguien o algo más por allí?. Lo más curioso de todo fue que tras aquel diferente sonido el enemigo realizó uno de sus espasmódicos ataques. Despació Shalltear se asomó al agujero de la pared para fijarse en lo que había más allá desde un ángulo distinto al que había tenido hasta el momento, manteniéndose siempre lejos de la lucha. Entonces vio a aquel tipo de negro con la mano alzada hacia el gigante, enseguida ató cabos.
Puede que Alanna y Leon no se hubieran dado cuenta estando como estaban luchando ferozmente por su vida pero ¿cómo era posible que Morcar no hubiese visto que en la sala anexa había individuos con semejantes pintas?. ¿Acaso era ella la única que había oído aquel extraño sonido precediendo al ataque del gigantón y que ahora veía a un tipo manteniendo contacto visual con él con la mano alzada de forma más que reveladora?. Quizá aquello no resultara tan concluyente para los mortales como para la pequeña vampiresa, mucho más versada en las artes del control de criaturas debido a su naturaleza superior a la que el ganado daba el erróneo apelativo de maldición.
Pensó en guardarse su descubrimiento por pura malicia hasta al menos dejar que alguno de sus "compañeros" acabara partido en dos pero finalmente decidió hacer su buena acción del mes...¿O era del año?, daba igual.
-Alanna, tras el muro, ese sujeto está haciendo algo.-
Shalltear
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Re: Los cazafantasmas [Interpretatio-Libre][3/3]
Morcar vio sobre sí levantarse la espada amenazantemente, y no le costó virar a un lado. Sin embargo, cayó al suelo por la honda que había producido el golpe. Se levantó y miró fijamente a la bestia.
-¡Esto ya está terminado!
Morcar se percató de que la niña avanzaba en dirección al hueco y que seguidamente llamaba a Alanna. Morcar miró a Alanna y le hizo señas para que fuese con Shall.
-¡No te preocupes por nosotros! ¡Estamos bien servidos!
Miró después a Leon, que parecía ejecutar algún movimiento extraño. Morcar vio a la gran figura armada, parecía bien preparada para cualquier combate, pero parecía hacerlo sin ganas ¿Por qué entonces les atacaba? Era absurdo, si no quería matar ¿Por qué matar? Entonces pensó ¿Y los hombres que vio de camino hacia allí? ¿Podrían tener algo que ver? No podía mostrar debilidad en ese momento, así que guardó su escudo, su espada y sacó su espadón.
-Alguien te controla-dijo Morcar mirando a la figura-, y te obliga a atacarnos. Te voy a ofrecer algo ¿Qué tal siles das lo que quieren? Sin que te obliguen, un duelo de espadas entre tú y yo. Los dos estamos cargados de espadones, solo tenemos que simular que nos queremos matar. No se si ellos también me escuchan, pero al fin y al cabo la decisión es tuya ¿No?
Morcar veía ya a su contrincante como un igual, realmente la altura era casi la misma y los dos cargaban con pesadas armas y armaduras. El soldado Morcar avanzó con la espada en alto y lanzó un golpe contra la mole, esperando que la espada de su contrincante se encontrara con la suya.
-¡Esto ya está terminado!
Morcar se percató de que la niña avanzaba en dirección al hueco y que seguidamente llamaba a Alanna. Morcar miró a Alanna y le hizo señas para que fuese con Shall.
-¡No te preocupes por nosotros! ¡Estamos bien servidos!
Miró después a Leon, que parecía ejecutar algún movimiento extraño. Morcar vio a la gran figura armada, parecía bien preparada para cualquier combate, pero parecía hacerlo sin ganas ¿Por qué entonces les atacaba? Era absurdo, si no quería matar ¿Por qué matar? Entonces pensó ¿Y los hombres que vio de camino hacia allí? ¿Podrían tener algo que ver? No podía mostrar debilidad en ese momento, así que guardó su escudo, su espada y sacó su espadón.
-Alguien te controla-dijo Morcar mirando a la figura-, y te obliga a atacarnos. Te voy a ofrecer algo ¿Qué tal siles das lo que quieren? Sin que te obliguen, un duelo de espadas entre tú y yo. Los dos estamos cargados de espadones, solo tenemos que simular que nos queremos matar. No se si ellos también me escuchan, pero al fin y al cabo la decisión es tuya ¿No?
Morcar veía ya a su contrincante como un igual, realmente la altura era casi la misma y los dos cargaban con pesadas armas y armaduras. El soldado Morcar avanzó con la espada en alto y lanzó un golpe contra la mole, esperando que la espada de su contrincante se encontrara con la suya.
Morcar
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