De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
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De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Amanecía, y la luz del sol se filtraba a través del follaje de los arboles dibujando millones de figuras por doquier. Entonces el minotauro abría sus ojos con algo de dificultad después de haber pasado la noche dormido apoyado en una roca, la cual para su dura piel parecía ser bastante confortable. Exhalo una gran bocanada de aire y luego inhalo una de igual proporción, para luego abrir su boca y dar un largo bostezo haciendo que el vapor se hiciese visible debido a la baja temperatura de la mañana, luego Aldebarán se puso de pie y levantó su alabarda para ponerla nuevamente en las correas que llevaba el minotauro con el fin de sostenerla y cargarla en su espalda y así dejar sus manos libres a la hora de andar.
Al paso de un par de horas, Aldebarán continuaba su marcha cruzando los bosques del Este, esperando llegar pronto a Lunargenta, en cuyo puerto zarparía hacia las Islas Illidenses, en donde iría hacia el Acantilado de la muerte y visitar al Oráculo del que le habían hablado en Dundarak. El minotauro abría su mapa para intentar calcular cuánto trayecto le faltaba, hace un par de días que había salido de la cuidad y al parecer ya estaría cerca de la arboleda central, si lograba pasar por territorio de lobos y sobrevivir entonces los peligros para llegar hacia Lunargenta serían significativamente menos.
El minotauro hambriento comenzó a mirar en los alrededores del sendero que seguía, pero al parecer los arboles por aquí no eran frutales y comer pino no era una opción que le agradase, porque si bien podía digerirlo, el sabor se le hacía bastante desagradable, pero qué más da, definitivamente era mejor que comer sobras como lo hiso durante mucho tiempo en el que fue prisionero de aquellos bandidos, episodio de su vida el cual quería olvidar, y seguir adelante, ya que de seguro así lo hubiesen querido sus amados abuelos. Entonces apartándose un momento de sus pensamientos, miró a un árbol el cual parecía ser un castaño, era perfecto, además de sus hojas ser mucho más suaves que comer pino, los frutos de este significaban un banquete que no podía desaprovechar en su situación, por lo cual el robusto minotauro se puso en posición y embistió este haciéndolo retumbar por completo, produciendo un estruendo el cual fue acompañado por el canto alarmado de unas cuantas aves que salían volando mientras una lluvia de castañas se liberaba bajo aquel árbol.
Al paso de un par de horas, Aldebarán continuaba su marcha cruzando los bosques del Este, esperando llegar pronto a Lunargenta, en cuyo puerto zarparía hacia las Islas Illidenses, en donde iría hacia el Acantilado de la muerte y visitar al Oráculo del que le habían hablado en Dundarak. El minotauro abría su mapa para intentar calcular cuánto trayecto le faltaba, hace un par de días que había salido de la cuidad y al parecer ya estaría cerca de la arboleda central, si lograba pasar por territorio de lobos y sobrevivir entonces los peligros para llegar hacia Lunargenta serían significativamente menos.
El minotauro hambriento comenzó a mirar en los alrededores del sendero que seguía, pero al parecer los arboles por aquí no eran frutales y comer pino no era una opción que le agradase, porque si bien podía digerirlo, el sabor se le hacía bastante desagradable, pero qué más da, definitivamente era mejor que comer sobras como lo hiso durante mucho tiempo en el que fue prisionero de aquellos bandidos, episodio de su vida el cual quería olvidar, y seguir adelante, ya que de seguro así lo hubiesen querido sus amados abuelos. Entonces apartándose un momento de sus pensamientos, miró a un árbol el cual parecía ser un castaño, era perfecto, además de sus hojas ser mucho más suaves que comer pino, los frutos de este significaban un banquete que no podía desaprovechar en su situación, por lo cual el robusto minotauro se puso en posición y embistió este haciéndolo retumbar por completo, produciendo un estruendo el cual fue acompañado por el canto alarmado de unas cuantas aves que salían volando mientras una lluvia de castañas se liberaba bajo aquel árbol.
Aldebaran
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Tras los primeros rayos de luz, son las aves quienes me despiertan, me avisan que ha salido el sol y el inicio de un nuevo día acaba de comenzar. Tan rápido como me despierto cojo unas castañas para desayunar. Hice bien en dormir sobre las ramas de un castaño, son amplias y frondosas, capaz de crear un tupido de hojas que no solo me protegen del frío, además me ocultan de las posibles peligros, nunca se sabe quién puede estar al acecho, y menos estando esos licántropos tan cerca.
Hasta el infante más pequeño sabe que las castañas saben mejor cuando se asan en el fuego. Cojo unas pocas y las pongo en mi pequeña bolsa de cuero. Se podría decir que en esa mísera bolsa guardaba todas mis pertenencias, unas monedas para comprar comida y abrigo en la ciudad, y un poco de orégano que había recogido el día anterior. De repente escucho algo, es una de esas ocasiones en las que me orgullezco de ser un elfo y tener un sentido del oído tan afinado, unos pasos vienen hacía mí. Debe de ser un animal en enorme, y eso es igual a comida. Trepo de nuevo hasta la cima del castaño y me escondo en su follaje.
Un minotauro. ¿Qué hacía un minotauro por estos bosques? Creo que no me ha visto. Con suerte pasará de largo y seguirá su camino, pero no puedo arriesgarme por lo que cojo mi arco y lo tengo bien preparado para lo que pueda pasar. Inmediatamente, al ver como la bestia se detiene justo en frente de mi posición, tenso una flecha en el arco. No puedo fallar, desde donde estoy puedo matarle con un único disparo, tengo la cabeza justo a tiro.
Sin duda me ha visto, ¿Por qué sino está dando cabezazos contra el árbol? Está intentando tirarme, sabe que en lo alto del árbol tengo ventaja. Todo empieza a temblar, si caigo estoy perdido. No sé nada en absoluto acerca de los minotauros, pero la lógica me dice que no hay que acercarse a alguien armado y menos si te está intentando tirar de tu propio árbol. Disparo con la esperanza de que el tiro sea certero y le diera en la cabeza o, pero sé que iba a fallar, me resulta imposible fijar un punto estando todo bajo mis pies temblando. La flecha calló al lado suya, ni si quiera pude llegar a rozarle. –Largo de aquí.- Intento sonar lo más amenazador posible. Estos son mis árboles, mi bosque y mi hogar.
Hasta el infante más pequeño sabe que las castañas saben mejor cuando se asan en el fuego. Cojo unas pocas y las pongo en mi pequeña bolsa de cuero. Se podría decir que en esa mísera bolsa guardaba todas mis pertenencias, unas monedas para comprar comida y abrigo en la ciudad, y un poco de orégano que había recogido el día anterior. De repente escucho algo, es una de esas ocasiones en las que me orgullezco de ser un elfo y tener un sentido del oído tan afinado, unos pasos vienen hacía mí. Debe de ser un animal en enorme, y eso es igual a comida. Trepo de nuevo hasta la cima del castaño y me escondo en su follaje.
Un minotauro. ¿Qué hacía un minotauro por estos bosques? Creo que no me ha visto. Con suerte pasará de largo y seguirá su camino, pero no puedo arriesgarme por lo que cojo mi arco y lo tengo bien preparado para lo que pueda pasar. Inmediatamente, al ver como la bestia se detiene justo en frente de mi posición, tenso una flecha en el arco. No puedo fallar, desde donde estoy puedo matarle con un único disparo, tengo la cabeza justo a tiro.
Sin duda me ha visto, ¿Por qué sino está dando cabezazos contra el árbol? Está intentando tirarme, sabe que en lo alto del árbol tengo ventaja. Todo empieza a temblar, si caigo estoy perdido. No sé nada en absoluto acerca de los minotauros, pero la lógica me dice que no hay que acercarse a alguien armado y menos si te está intentando tirar de tu propio árbol. Disparo con la esperanza de que el tiro sea certero y le diera en la cabeza o, pero sé que iba a fallar, me resulta imposible fijar un punto estando todo bajo mis pies temblando. La flecha calló al lado suya, ni si quiera pude llegar a rozarle. –Largo de aquí.- Intento sonar lo más amenazador posible. Estos son mis árboles, mi bosque y mi hogar.
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Una saeta paso fugazmente a mi lado, quedando clavada en la húmeda tierra con un sonido seco al detenerse, hacia arriba de aquel gran castaño y pude dilucidar la silueta de una persona que parecía tener un arco y entre sus manos “Largo de aquí” me protesto aquel hombre al que seguro habría inquietado por haber embestido aquel árbol mientras él se encontraba arriba. –Lo siento joven, no fue mi intención asustarte, no me esperaba que alguien estuviese sobre este árbol, solo quería recoger algunas castañas para comer. – Le dije en un tono sereno para sosiegar sus ánimos de disparar sus flechas en mi contra, mientras que en señal de no tener intensiones de interrumpir más su harmonía solo me dedique a recoger todas las castañas que podía, una tras otra las junte en una pequeña bolsa de tela que había conseguido a muy buen precio en Dundarak. Gradualmente el peso de la bolsa comenzaba a incrementarse gradualmente, cada castaña aportaba unos cuantos gramos a la causa de tener las suficientes para saciar mi apetito, alómenos hasta que encontrase otra fuente de comida.
De pronto se me vino una idea a la cabeza (Si este joven está habituado a estos bosques quizá me sirva de guía para llegar de manera más expedita a Lunargenta) entonces voltee para dirigirme nuevamente a aquel hombre que anteriormente me habría disparado una flecha, que de haber tenido intensión quizá me habría dañado. –Hey chico, ¿conoces bien estos bosques, no es así? – Le dije con un tono algo amistoso, que esperando que con mi grave voz y mi seca forma de expresarme no sea mal interpretado.
De pronto se me vino una idea a la cabeza (Si este joven está habituado a estos bosques quizá me sirva de guía para llegar de manera más expedita a Lunargenta) entonces voltee para dirigirme nuevamente a aquel hombre que anteriormente me habría disparado una flecha, que de haber tenido intensión quizá me habría dañado. –Hey chico, ¿conoces bien estos bosques, no es así? – Le dije con un tono algo amistoso, que esperando que con mi grave voz y mi seca forma de expresarme no sea mal interpretado.
~Off Rol~
La voz de Aldebarán es como si hablases con un alemán,
Suena rudo aunque sus palabras no lo sean.
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Aldebaran
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
¿Habla? No sé por qué razón me extraño cuando todos los seres de la naturaleza son capaces de hablar. Los animales, los pájaros, e incluso los árboles se comunican con el lenguaje que la naturaleza les ha proporcionado. Una criatura mitad hombre mitad bestia debe ser capaz de comunicarse con ambos idiomas por lo que no entiendo por qué me siento tan confundido. Tal vez lo que me sorprende no es escuchar hablar a la bestia sino que me hablase a mí.
–No importa.- Sin dejar de mirar de mirarle vuelvo a colgarme Vientoatroz sobre mi espalda. No me termina de gustar. Es un animal pero se comporta como un humano, es como si un gorrión si pusiera a cavar agujeros en el suelo. No tiene sentido. Había escuchado hablar historias de gente mitad humanos mitad bestia, pero jamás me había cruzado con ninguna.
Atentamente observo como recoge las castañas del suelo. Hace lo mismo que había estado haciendo yo mismo minutos antes de que él viniera. Recoger comida. Había interpretado mal esos cabezos. Él solo quiere comer. Sin embargo, los pumas y los lobos también solo quieren comer, y si tienen hambre y estoy a su alcance no durarían en hacerme pedazos. Inmóvil, de cuchillas en la rama del castaño, observo cada paso que da. No estaba dispuesto a bajar la guardia. –Sí. Estos árboles son como mi familia.- En cierto sentido, el bosque es de verdad mi familia, el me da cobijo, me alimenta y me cuida en las noches de invierno, es todo lo que puedo pedir. –Y ya que lo mencionas. No me gusta que golpeen a uno de mis hermanos.-
–No importa.- Sin dejar de mirar de mirarle vuelvo a colgarme Vientoatroz sobre mi espalda. No me termina de gustar. Es un animal pero se comporta como un humano, es como si un gorrión si pusiera a cavar agujeros en el suelo. No tiene sentido. Había escuchado hablar historias de gente mitad humanos mitad bestia, pero jamás me había cruzado con ninguna.
Atentamente observo como recoge las castañas del suelo. Hace lo mismo que había estado haciendo yo mismo minutos antes de que él viniera. Recoger comida. Había interpretado mal esos cabezos. Él solo quiere comer. Sin embargo, los pumas y los lobos también solo quieren comer, y si tienen hambre y estoy a su alcance no durarían en hacerme pedazos. Inmóvil, de cuchillas en la rama del castaño, observo cada paso que da. No estaba dispuesto a bajar la guardia. –Sí. Estos árboles son como mi familia.- En cierto sentido, el bosque es de verdad mi familia, el me da cobijo, me alimenta y me cuida en las noches de invierno, es todo lo que puedo pedir. –Y ya que lo mencionas. No me gusta que golpeen a uno de mis hermanos.-
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-¿Con que tus hermanos, no? – Mencione en un tono de curiosidad –Ya veo, debí suponerlo, ¿eres un elfo no? – Le dije al joven hombre mientras rascaba mi barba –Solo los elfos hablan de forma tan extravagante al referirse a la naturaleza. – Agregué cruzándome de brazos y alzando la mirada hacia el joven de orejas puntiagudas el cual llevaba un gran arco en su espalda, y luego de observarle bien parecía no ser mucho menor que yo, claro eso si pasas por alto que mi edad es difícil de deducir debido a que soy mitad bestia, pero aún más difícil era el deducir la edad de aquel hombre, ya que los elfos son longevos y llevan su juventud por muchos más años de los que un hombre pudiese contar.
-A decir verdad realmente lamento haber tenido que dar cabezazos a este árbol, pero como sabrá, el alimento es primordial para todos, y debido a mi robusta complexión no tengo la agilidad necesaria para poder escalar y conseguirlas, ya que dañaría aún más el árbol si rompiese alguna de sus ramas debido a mi peso. – Explicaba al elfo mientras volteaba y señalaba con una de mis manos a la gran alabarda que cargaba en mi espalda enseñándosela al elfo, el cual parecía disgustado debido a mi poco ortodoxa forma de recolectar castañas. –Hubiese sido peor que utilizara algo realmente dañino para hacer llegar las castañas a mí, ¿no lo cree usted señor? – Continuaba con mis argumentos. –Una sacudida no significaría nada para un árbol tan robusto como este.- Dije concluyendo mi explicación y volviendo a voltearme para dar la cara al elfo, esperando quedase claro que mis intenciones no eran las de dañar su querido árbol, sino solo conseguir algo de alimento.
-Y bueno, si te he preguntado si conoces bien estos bosques es por la sencilla razón de que me sentaría bastante bien un guía que me pudiese llevar hacia Lunargenta y así correr los menos peligros posibles en el camino, alguien experimentado como tu debe saber en qué territorios no debería transitar, ya sabes, para no ser presa de una manada de lobo por ejemplo. – Le mencione esperando que este aceptara, pero lo más probable es que debido a mí apariencia no sea más que una abominación para una raza tan orgullosa y en mi opinión personal altanera. Y no lo decía solo, sino que un joven elfo que habitaba en Dundarak también lo había dicho, y si alguien como él se refería de esa forma a su propia especie, bueno ha de ser por un buen motivo. –Y bueno si no te agrada la idea, espero me permitas continuar mi camino sin ningún in-paz u objeción -Agregue para finalizar mi pequeño discurso, y esperar así a ver que respondía aquel elfo, que esperaba no fuese como los que relataba aquel elfo de Dundarak.
-A decir verdad realmente lamento haber tenido que dar cabezazos a este árbol, pero como sabrá, el alimento es primordial para todos, y debido a mi robusta complexión no tengo la agilidad necesaria para poder escalar y conseguirlas, ya que dañaría aún más el árbol si rompiese alguna de sus ramas debido a mi peso. – Explicaba al elfo mientras volteaba y señalaba con una de mis manos a la gran alabarda que cargaba en mi espalda enseñándosela al elfo, el cual parecía disgustado debido a mi poco ortodoxa forma de recolectar castañas. –Hubiese sido peor que utilizara algo realmente dañino para hacer llegar las castañas a mí, ¿no lo cree usted señor? – Continuaba con mis argumentos. –Una sacudida no significaría nada para un árbol tan robusto como este.- Dije concluyendo mi explicación y volviendo a voltearme para dar la cara al elfo, esperando quedase claro que mis intenciones no eran las de dañar su querido árbol, sino solo conseguir algo de alimento.
-Y bueno, si te he preguntado si conoces bien estos bosques es por la sencilla razón de que me sentaría bastante bien un guía que me pudiese llevar hacia Lunargenta y así correr los menos peligros posibles en el camino, alguien experimentado como tu debe saber en qué territorios no debería transitar, ya sabes, para no ser presa de una manada de lobo por ejemplo. – Le mencione esperando que este aceptara, pero lo más probable es que debido a mí apariencia no sea más que una abominación para una raza tan orgullosa y en mi opinión personal altanera. Y no lo decía solo, sino que un joven elfo que habitaba en Dundarak también lo había dicho, y si alguien como él se refería de esa forma a su propia especie, bueno ha de ser por un buen motivo. –Y bueno si no te agrada la idea, espero me permitas continuar mi camino sin ningún in-paz u objeción -Agregue para finalizar mi pequeño discurso, y esperar así a ver que respondía aquel elfo, que esperaba no fuese como los que relataba aquel elfo de Dundarak.
Aldebaran
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Había visto su arma desde la primera vez que asomé la cabeza la cabeza entre los árboles, es difícil no ver un arma tan grande. Sé perfectamente que con solo un golpe podría cortar por la mitad cualquier árbol del bosque, y lo que a mí me preocupa más, podría cortarme a mí. Por costumbre no me suelen agradar esas clases de armas, en una batalla suelen ser más peligrosas para quien las porta que para sus verdaderos objetivos, son pesadas y llaman demasiado la atención. Sin embargo, eso no me hace sentir mejor.
-Sí.- Contesto cuando por fin termina todo su discurso. ¿De verdad confia en mí? No me creo ni una sola palabra. ¿A caso no sabe lo que significa mi cicatriz? Todos los que la ven huyen despavoridos. Conocen su significado, lo temen, nadie quiere estar con un desterrado. Piensan en qué delito hubiera podido cometer para que me hubieran expulsado de mi propio hogar, pero lo cierto es que jamás he matado a nadie.
Ese nombre. Lunargenta. Me suena que lo he oído antes. Es el nombre de la ciudad donde voy a comprar suministro. Muchos viajeros se pierden entre los bosques y tardan días en encontrar el camino correcto. Estoy cansado de verlo. Él no es el primero y seguramente tampoco sería el único. -Conozco el camino.- Por un momento no me atrevo en aceptar su propuesta. Me han engañado demasiadas veces con falsas promesas, he aprendido la lección, la aprendí nada más me marcaron para siempre. Sin embargo algo en él hace que pueda darle un voto de confiaza. Será por su condición como bestia, los animales siempre suelen ser más nobles que los hombres. - Te mostraré el camino. Mi nombre es Sarez.- Le digo con la esperanza de que el me devuelva con su nombre.
-Sí.- Contesto cuando por fin termina todo su discurso. ¿De verdad confia en mí? No me creo ni una sola palabra. ¿A caso no sabe lo que significa mi cicatriz? Todos los que la ven huyen despavoridos. Conocen su significado, lo temen, nadie quiere estar con un desterrado. Piensan en qué delito hubiera podido cometer para que me hubieran expulsado de mi propio hogar, pero lo cierto es que jamás he matado a nadie.
Ese nombre. Lunargenta. Me suena que lo he oído antes. Es el nombre de la ciudad donde voy a comprar suministro. Muchos viajeros se pierden entre los bosques y tardan días en encontrar el camino correcto. Estoy cansado de verlo. Él no es el primero y seguramente tampoco sería el único. -Conozco el camino.- Por un momento no me atrevo en aceptar su propuesta. Me han engañado demasiadas veces con falsas promesas, he aprendido la lección, la aprendí nada más me marcaron para siempre. Sin embargo algo en él hace que pueda darle un voto de confiaza. Será por su condición como bestia, los animales siempre suelen ser más nobles que los hombres. - Te mostraré el camino. Mi nombre es Sarez.- Le digo con la esperanza de que el me devuelva con su nombre.
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-Es todo un placer Sarez, mi nombre es Aldebarán, y vengo desde las tierras del norte, agradezco que hayas aceptado el ser mi guía. – Le decía mientras buscaba con la mirada algunas ramas y hojas secas que pudiese utilizar para encender un buen fuego y así darles cocción a las castañas que llevaba conmigo –Pero… ¿te parece bien si primero comemos algo? – Le dije mientras mis tripas hacían un estruendo debido al apetito –Me siento hambriento, y además ¿a quién no le saben bien unas buenas castañas asadas para el desayuno? - Le mencioné intentando generar algo de confianza en el elfo que sería mi guía –Supongo que no habrá nada de malo en que haga una fogata para preparar las castañas, ¿o sí? – Dije mirando nuevamente al que sería mi compañero durante la travesía que significaba atravesar aquellos bosques llenos de latentes peligros y llegar a Lunargenta, esperando alguna señal, no queria ofenderle nuevamente con mi actuar.
Entonces pude notar una cicatriz que antes no había visto, pues jamás me he destacado por ser un buen observador, pero ahí estaba, cosa a la que no le tome demasiada importancia, ya que yo mismo tenía una surtida colección de estas, por ejemplo mi cicatriz en el rostro, y el otro puñado de cicatrices que se esparcía por todo mi cuerpo, todas y cada una de ellas tenía una historia, algunas compartían la misma, pero el asunto es que la cicatriz del elfo también debía tener su propia historia, historia que quería conocer, ya que desde aquel momento pondría mi ruta en sus manos, lo que me significaba tener que saber más sobre el elfo –Linda cicatriz, ¿Cómo la habéis conseguido? – Le pregunte, percatándome de forma tardía que quizá no había tenido el suficiente tacto al escoger mis palabras, solo esperaba que él no se lo tomara de mala forma.
Entonces pude notar una cicatriz que antes no había visto, pues jamás me he destacado por ser un buen observador, pero ahí estaba, cosa a la que no le tome demasiada importancia, ya que yo mismo tenía una surtida colección de estas, por ejemplo mi cicatriz en el rostro, y el otro puñado de cicatrices que se esparcía por todo mi cuerpo, todas y cada una de ellas tenía una historia, algunas compartían la misma, pero el asunto es que la cicatriz del elfo también debía tener su propia historia, historia que quería conocer, ya que desde aquel momento pondría mi ruta en sus manos, lo que me significaba tener que saber más sobre el elfo –Linda cicatriz, ¿Cómo la habéis conseguido? – Le pregunte, percatándome de forma tardía que quizá no había tenido el suficiente tacto al escoger mis palabras, solo esperaba que él no se lo tomara de mala forma.
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Sarez, lamento haber demorado tanto en responder,
he tenido que atender algunos asuntos.
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Aldebaran
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Mi único deseo nada más levantarme había sido comerme unas castañas asadas. Fue esa la razón por la que elegí dormir entre las ramas del castaño y no en cualquier otro árbol. Si no había comido los frutos había sido por Aldebarán. Ahora no tenemos excusa para no comer, y el hambre, más que un inconveniente, es una razón para comer. –No hay problema siempre que pidas permiso al árbol.- Sonrió ante mi burla sarcástica.- Saco de mi bolsa las hojas de orégano que había recogido el día anterior. –Para las castañas. Es bueno para la digestión.- A juzgar por el sonido de su estómago, el minotauro necesita tomar algo para calmar sus entrañas.
Antes de que Aldebarán comience a encender el fuego, me adelanto y recojo un montón de hojas secas del suelo. Con ayuda de dos piedras, una de sílex y una ferrosa, hago unas chispas que hacen prender rápidamente a las hojas que había recogido. Si le dejo al minotauro que encienda el fuego estoy seguro que podría llegar a incendiar todo el bosque. Tan solo hace falta una pequeña y suave chispa y al cabo de unos minutos ya tengo un fuego, y sin tener que hacer daño a ningún árbol, aunque después si vaya a necesitar ramas para avivar las llamas, por ahora bastara que ponga el orégano, dará un agradable aroma al fuego, además de dar todo su sabor y beneficios a las castañas.
Puede que él sea de una raza que se enorgullece por sus cicatrices, eso explicaría todas esas heridas que lleva por todo el cuerpo. En la cultura de los animales, el macho alfa debe tener un curtido cuerpo hecho a raíz de todos los combates que ha participado para demostrar su valía. Por su ser animal, estoy seguro que Aldebarán también cree en ese estilo de vida. Como si una cicatriz, un signo de debilidad por dejarte herir en batalla, fuera una medalla de la que poder presumir. –Es una larga historia.- Dejo en paz el tema sin dejar de observa el fuego. - Y no es nada linda.- Sentencio mi frase con un golpe secó repitiendo su misma palabra.
Antes de que Aldebarán comience a encender el fuego, me adelanto y recojo un montón de hojas secas del suelo. Con ayuda de dos piedras, una de sílex y una ferrosa, hago unas chispas que hacen prender rápidamente a las hojas que había recogido. Si le dejo al minotauro que encienda el fuego estoy seguro que podría llegar a incendiar todo el bosque. Tan solo hace falta una pequeña y suave chispa y al cabo de unos minutos ya tengo un fuego, y sin tener que hacer daño a ningún árbol, aunque después si vaya a necesitar ramas para avivar las llamas, por ahora bastara que ponga el orégano, dará un agradable aroma al fuego, además de dar todo su sabor y beneficios a las castañas.
Puede que él sea de una raza que se enorgullece por sus cicatrices, eso explicaría todas esas heridas que lleva por todo el cuerpo. En la cultura de los animales, el macho alfa debe tener un curtido cuerpo hecho a raíz de todos los combates que ha participado para demostrar su valía. Por su ser animal, estoy seguro que Aldebarán también cree en ese estilo de vida. Como si una cicatriz, un signo de debilidad por dejarte herir en batalla, fuera una medalla de la que poder presumir. –Es una larga historia.- Dejo en paz el tema sin dejar de observa el fuego. - Y no es nada linda.- Sentencio mi frase con un golpe secó repitiendo su misma palabra.
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Después de dar el aviso en Belltrexus y el cambio de look, el joven brujo decidió iniciar un pequeño viaje de entrenamiento a los reinos del este con la condicion de que le enviaran alguno de los pajaros mensajeros de Belltrexus si ocurría algo antes de su regreso.
En los reinos del este, el joven decidió visitar los bosques del este sin saber que, casualmente, debajo de esos bosques se encontraba la guarida secreta de Xenzor.
Tras el cambio de look, el joven Ryomaru llevaba una vestimenta curiosa de cuero azul marino compuesto por un chaleco sin mangas, unos pantalones que llegaban hasta las rodillas y unas chanclas bien amarradas. Además, llevaba un curioso cinturon dorado con una especie de estrella en el centro mientras que, a cada lado del cinturón, llevaba envainadas dos espdas de empuñadura dorada y hoja especialmente cristalina con agua en su interior.
El joven, que portaba su báculo en su diestra, siguió caminando a paso tranquilo hasta que finalmente decidio tomarse un descanso dejando que su cuerpo reposara sobre un grueso tronco. Desde su posición, podía ver un riachuelo al fondo de donde estaba mirando.
En los reinos del este, el joven decidió visitar los bosques del este sin saber que, casualmente, debajo de esos bosques se encontraba la guarida secreta de Xenzor.
Tras el cambio de look, el joven Ryomaru llevaba una vestimenta curiosa de cuero azul marino compuesto por un chaleco sin mangas, unos pantalones que llegaban hasta las rodillas y unas chanclas bien amarradas. Además, llevaba un curioso cinturon dorado con una especie de estrella en el centro mientras que, a cada lado del cinturón, llevaba envainadas dos espdas de empuñadura dorada y hoja especialmente cristalina con agua en su interior.
El joven, que portaba su báculo en su diestra, siguió caminando a paso tranquilo hasta que finalmente decidio tomarse un descanso dejando que su cuerpo reposara sobre un grueso tronco. Desde su posición, podía ver un riachuelo al fondo de donde estaba mirando.
Logan Allen
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
No estoy acostumbrado a ver personas en mi bosque. Este es mi hogar. No me gusta que entren si permiso a mi casa. Gracias a mi agudo oído de elfo, consigo oír unos pasos acercarse. Por lo menos hay una persona. Cojo una rama bastante grande y le doy un golpe seco a la hoguera con tal de apagar el fuego. Si hubiera hecho la hoguera más grande, no podría haberlo apagado tan rápido, es más, lo más probable es que hubiera incendiado el bosque al intentar apagarlo con la rama.
Me oculto entre la maleza. Sin pensar en quien podía ser, me descuelgo el arco de la espalda. Lo más seguro es que sean bandidos o cazadores. De ser así, una simple flecha en señal advertencia y se irán. Pocas veces he tenido que matar a nadie.
Poco a poco, voy acercándome al río, lugar donde escuché venir los pasos. Miro a mis alrededores y afino el oído por tal de encontrarlos antes de que ellos me encuentren a mí. Cosa que dudo. Este es mi territorio. Conozco cada rama de cada árbol, cada flor de cada planta y cada animal que aquí habita. Sé bien los distintos lugares donde tengo que permanecer oculto para que nadie me viera. Por ejemplo, cerca del río, la maleza es más grande y más espesa que en el interior del bosque, sin embargo si me alejo del agua, los árboles son mi mejor opción.
Sigo caminando en busca del causante del ruido que había oído. No me lo había inventado. Sé bien distinguir entre las pisadas brutas de un hombre y el sonido de los animales al caminar. Al final lo veo. Un brujo. Un desgraciado brujo. Sé que es un brujo por la forma de su cayado. Cargo una flecha en el arco, lo tenso y disparo un centímetro más arriba de su cabeza haciendo que la flecha se clave en el árbol que estaba apoyado.
No digo nada. No hace falta. Los brujos no son tan ignorantes como parece. Cualquiera puede saber que donde vino esa flecha habrá más.
Off rol: Como dijiste lo del cambio de look, Sarez no te reconoce. Está a unos quince metros de distancia y oculto entre la maleza. Por muy elfo que sea y, dado tu nuevo aspecto, no creo que pueda reconocerte. Por ahora.
Me oculto entre la maleza. Sin pensar en quien podía ser, me descuelgo el arco de la espalda. Lo más seguro es que sean bandidos o cazadores. De ser así, una simple flecha en señal advertencia y se irán. Pocas veces he tenido que matar a nadie.
Poco a poco, voy acercándome al río, lugar donde escuché venir los pasos. Miro a mis alrededores y afino el oído por tal de encontrarlos antes de que ellos me encuentren a mí. Cosa que dudo. Este es mi territorio. Conozco cada rama de cada árbol, cada flor de cada planta y cada animal que aquí habita. Sé bien los distintos lugares donde tengo que permanecer oculto para que nadie me viera. Por ejemplo, cerca del río, la maleza es más grande y más espesa que en el interior del bosque, sin embargo si me alejo del agua, los árboles son mi mejor opción.
Sigo caminando en busca del causante del ruido que había oído. No me lo había inventado. Sé bien distinguir entre las pisadas brutas de un hombre y el sonido de los animales al caminar. Al final lo veo. Un brujo. Un desgraciado brujo. Sé que es un brujo por la forma de su cayado. Cargo una flecha en el arco, lo tenso y disparo un centímetro más arriba de su cabeza haciendo que la flecha se clave en el árbol que estaba apoyado.
No digo nada. No hace falta. Los brujos no son tan ignorantes como parece. Cualquiera puede saber que donde vino esa flecha habrá más.
Off rol: Como dijiste lo del cambio de look, Sarez no te reconoce. Está a unos quince metros de distancia y oculto entre la maleza. Por muy elfo que sea y, dado tu nuevo aspecto, no creo que pueda reconocerte. Por ahora.
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Mientras Ryomaru estaba comodamente apoyado sobre el arbol disfrutando de un pequeño descanso, este se sorprendió cuando vio salir una flecha de entre la maleza y clavarse justo al lado de su cabeza. Al instante, el brujo se aparto moldeando una pequeña punta de hielo sobre la esfera superior de su báculo.
- ¿Quién anda ahi? - le pregunto Ryomaru mientras comenzaba a acercarse lentamente hacia la maleza - Solo vengo de paseo, no vengo con intenciones hostiles -
Finalmente, el joven sería capaz de ver la cara del elfo entre las malezas y no le costaría reconocerlo pues era el elfo que le había ayudado en los pantanos aquellos después de que fuera herido gravemente por aquella flecha oxidada.
- Hombre, pero si eres Sarez. ¿Porque me atacas? Primero me salvas la vida y ahora casi me atraviesas la cabeza con una flecha -
Al ver a Sarez, el joven vio que podía relejarse y penso en descongelar la punta pero, al ver que lo había atacado sin justificación aparente, decidió mantener la punta por si acaso.
Mientras Ryomaru se entretenía con Sarez, unos silenciosos trasgos comenzaban a esconderse por la extensa maleza que había tras el arbol donde el estaba apoyado. Eran trasgos del brujo oscuro que estaba apunto de atacar Belltrexus pero que, en ese momento, paseaban por el bosque en busca de victimas a las que atacar. Ellos no conocían a Ryomaru, solo sabían que un tal Ryomaru estaba dando problemas pero no sabían como era físicamente ni nada por lo que, para ellos, solo era una victima con la que servirse un buen banquete.
- ¿Quién anda ahi? - le pregunto Ryomaru mientras comenzaba a acercarse lentamente hacia la maleza - Solo vengo de paseo, no vengo con intenciones hostiles -
Finalmente, el joven sería capaz de ver la cara del elfo entre las malezas y no le costaría reconocerlo pues era el elfo que le había ayudado en los pantanos aquellos después de que fuera herido gravemente por aquella flecha oxidada.
- Hombre, pero si eres Sarez. ¿Porque me atacas? Primero me salvas la vida y ahora casi me atraviesas la cabeza con una flecha -
Al ver a Sarez, el joven vio que podía relejarse y penso en descongelar la punta pero, al ver que lo había atacado sin justificación aparente, decidió mantener la punta por si acaso.
Mientras Ryomaru se entretenía con Sarez, unos silenciosos trasgos comenzaban a esconderse por la extensa maleza que había tras el arbol donde el estaba apoyado. Eran trasgos del brujo oscuro que estaba apunto de atacar Belltrexus pero que, en ese momento, paseaban por el bosque en busca de victimas a las que atacar. Ellos no conocían a Ryomaru, solo sabían que un tal Ryomaru estaba dando problemas pero no sabían como era físicamente ni nada por lo que, para ellos, solo era una victima con la que servirse un buen banquete.
Logan Allen
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Hasta que no lo oigo hablar no lo reconozco. Es Ryomaru, el hombre que salvé unos días atrás en el pantano. Es un brujo, pero me había demostrado ser un buen hombre. Era el único brujo que no me intentó matar nada más verme. Bien pensado, estaba demasiado herido para intentar atacar ni tan siquiera una mosca. Me pregunto qué hubiera pasado si hubiera sido yo el herido y él quién me hubiera estando vigilando. ¿Me hubiera atacado o me habría ayudado? Eso no importa. No parece que vaya a atacarme.
-No pareces tú.- Digo en tono seco en cuanto lo veo. Los brujos son extraños. –No me gustan los extranjeros y no supe que eras tú.- Aun cerca de él me cuesta creer que sea el mismo Ryomaru que conocí. -¿Qué te ha pasado?- No entiendo como hubiera podido cambiar tanto en tan pocos días. Yo jamás he necesitado cambiar de aspecto. Mi ropa se reduce a tres mudas completamente iguales. Un pantalón y una camiseta. Sin nada más. Es lo único que me he puedo permitir. El poco dinero que tengo lo saco vendiendo pieles, no es mucho pero me da para comprarme un par de mantas cuando llega el invierno y una muda nueva si se me rompiese ésta.
De repente escucho más pasos a nuestro alrededor. Son muchos y muy agitados. Agudizo el oído para escuchar bien de que se tratan. En estos momentos agradezco ser un elfo. Nuestro sentido de la vista y del oído son mucho más finos que del resto de razas. –No estamos solos.- Susurro en voz baja. Sin darme cuenta, digo las mismas palabras que la otra vez.
-No pareces tú.- Digo en tono seco en cuanto lo veo. Los brujos son extraños. –No me gustan los extranjeros y no supe que eras tú.- Aun cerca de él me cuesta creer que sea el mismo Ryomaru que conocí. -¿Qué te ha pasado?- No entiendo como hubiera podido cambiar tanto en tan pocos días. Yo jamás he necesitado cambiar de aspecto. Mi ropa se reduce a tres mudas completamente iguales. Un pantalón y una camiseta. Sin nada más. Es lo único que me he puedo permitir. El poco dinero que tengo lo saco vendiendo pieles, no es mucho pero me da para comprarme un par de mantas cuando llega el invierno y una muda nueva si se me rompiese ésta.
De repente escucho más pasos a nuestro alrededor. Son muchos y muy agitados. Agudizo el oído para escuchar bien de que se tratan. En estos momentos agradezco ser un elfo. Nuestro sentido de la vista y del oído son mucho más finos que del resto de razas. –No estamos solos.- Susurro en voz baja. Sin darme cuenta, digo las mismas palabras que la otra vez.
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
A Ryomaru le alegro ver que la razón del disparo de esa flecha fue que, simplemente, no le reconocía por su nueva vestimenta. Lo cierto es que al joven no le extraño para nada ya que antes con la capucha no se le podía ver bien la cara y solo su voz ayudaría a reconocerlo.
- Lo siento, no quería asustarte - le dijo antes de que el elfo le preguntara por su nuevo aspecto - Bueno, pues en resumen, estas ropas me las hizo mi madre antes de ser asesinada y acaban de entregarmelas - No quería ponerse a contar toda la historia del clan, de lo que le ocurrió y del pequeño grupo que había montado porque aun no tenía confianza con el -
A pesar de los intentos de los trasgos, el elfo se había percatado de su presencia y Ryomaru no pudo evitar hacer un ademas de mirar de reojo al cielo pues el tambien los había sentido. No era la primera vez que los trasgos trataban de emboscarle y fracasaban en su intento.
- Seguramente sean trasgos - le susurro Ryomaru al elfo en voz baja mientras desenvainaba sus dos espadas de doble filo
Si el elfo se fijaba en las armas, vería que las empuñaduras eran doradas y sus hojas estaban forjadas con un misterioso cristal que albergaba hielo en su interior. Tras agarrarlas Ryomaru, el agua de las hojas se congelaría haciendo que el propio cristal empezara a emanar un frio terrible, bastante por debajo de los cero grados.
Los cinco trasgos, al ver que Ryomaru desenvainaba sus armas, salieron de sus escondites y mientras dos lanzaban un par de flechas, una al brujo y otra al elfo, los otros tres se acercaban a su posición con peligrosos machetes.
El joven esquivo la flecha con un ágil movimiento y espero al trasgo que iba por delante para esquivar su estoque ladeando su cuerpo mientras lo decapitaba con el arma que llevaba a su diestra consiguiendo así que la cabeza del trasgo se separase de su cuerpo. El segundo trasgo se acercaba peligrosamente al elfo mientras que el tercer trasgo se acercaba hacia Ryomaru con la intención de atacarlo tan pronto como llegase ante el.
- Lo siento, no quería asustarte - le dijo antes de que el elfo le preguntara por su nuevo aspecto - Bueno, pues en resumen, estas ropas me las hizo mi madre antes de ser asesinada y acaban de entregarmelas - No quería ponerse a contar toda la historia del clan, de lo que le ocurrió y del pequeño grupo que había montado porque aun no tenía confianza con el -
A pesar de los intentos de los trasgos, el elfo se había percatado de su presencia y Ryomaru no pudo evitar hacer un ademas de mirar de reojo al cielo pues el tambien los había sentido. No era la primera vez que los trasgos trataban de emboscarle y fracasaban en su intento.
- Seguramente sean trasgos - le susurro Ryomaru al elfo en voz baja mientras desenvainaba sus dos espadas de doble filo
Si el elfo se fijaba en las armas, vería que las empuñaduras eran doradas y sus hojas estaban forjadas con un misterioso cristal que albergaba hielo en su interior. Tras agarrarlas Ryomaru, el agua de las hojas se congelaría haciendo que el propio cristal empezara a emanar un frio terrible, bastante por debajo de los cero grados.
Los cinco trasgos, al ver que Ryomaru desenvainaba sus armas, salieron de sus escondites y mientras dos lanzaban un par de flechas, una al brujo y otra al elfo, los otros tres se acercaban a su posición con peligrosos machetes.
El joven esquivo la flecha con un ágil movimiento y espero al trasgo que iba por delante para esquivar su estoque ladeando su cuerpo mientras lo decapitaba con el arma que llevaba a su diestra consiguiendo así que la cabeza del trasgo se separase de su cuerpo. El segundo trasgo se acercaba peligrosamente al elfo mientras que el tercer trasgo se acercaba hacia Ryomaru con la intención de atacarlo tan pronto como llegase ante el.
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-Lo siento.- En estas ocasiones me duele no conocer más palabras con las disculparme. No sé como poder disculparme. Su madre, ya muerta, le hizo la vestimenta que lleva. Debe de significar mucho para él; para mí sería muy importante. Me siento culpable por no haberle reconocido. –Muchos brujos me han intentado asesinar.- No es una excusa por haberle disparado, es una razón.
Trasgos. Es extraño encontrar criaturas de ese tipo en este bosque. Alzo una ceja ante las palabras del brujo. ¿Cómo puede deducir qué eran? Incluso a mi me cuesta diferenciar el sonido de las pisadas de un oso y de un jabalí. -¿Cómo lo sabes?- Le contesto curioso al mismo tiempo que el joven brujo desenvaina un par de espadas.
Algunas veces, en mis viajes en la ciudad, he escuchado a armeros vender sus espadas por diferentes nombres. Katana, claymore, mandoble… Sinceramente, todas las espadas me parecen iguales. No entiendo por qué existen tantas especies de espadas con nombres tan diferentes. Sin embargo, las espadas de Ryomaru sí caben diferenciar ante el resto. Las empuñadores son de oro macizo y el los filos no eran de ninguna clase de metal, es más si solo viese las hojas pensaría que se tratase de dos finos cristales de hielo y no una espada.
Unas flechas salieron de la nada. Son ellos, los trasgos. No me hace falta saltar hacia un lado para esquivar la flecha. No tengo idea como han disparado pero la flecha llegó a mí sin fuerza. Solo tengo que dar un paso hacia la derecha para esquivar el disparo. Cinco trasgos aparecen de entre los matorrales. Sus armas son muy rudimentarias en comparación con Vientoatroz y las espadas de cristal de hielo de Ryomaru.
Uno de los trasgos viene hacia mí a gran velocidad. Se siente decidido, más de lo que debería estar teniendo en cuenta que como arma lleva una daga mellada. Doy un salto hacia atrás en el mismo momento en que me intenta atacar con su arma. Tenso una flecha en mi arco y disparo. A esa distancia, es imposible fallar. Mi flecha alcanza la cabeza del trasgo haciendo que esta salga de su cuerpo por la fuerza del disparo. Tras matarlo, dos más aparecieron entre los arbustos. No dejan de venir. –Cuidado.- Le grito a Ryomaru al ver que otro trasgo se le acerca por la espalda. Soy lo más rápido que puedo, cargo una nueva flecha y la disparo contra él. Otro muerto. Inmediatamente, salieron dos trasgos más de su escondite. Son como las cabezas de uno de las criaturas que aparecían en los cuentos de mi madre. Recuerdo que me contó que existe una criatura con miles de cabezas, si le cortabas una, de está salían dos más.
Trasgos. Es extraño encontrar criaturas de ese tipo en este bosque. Alzo una ceja ante las palabras del brujo. ¿Cómo puede deducir qué eran? Incluso a mi me cuesta diferenciar el sonido de las pisadas de un oso y de un jabalí. -¿Cómo lo sabes?- Le contesto curioso al mismo tiempo que el joven brujo desenvaina un par de espadas.
Algunas veces, en mis viajes en la ciudad, he escuchado a armeros vender sus espadas por diferentes nombres. Katana, claymore, mandoble… Sinceramente, todas las espadas me parecen iguales. No entiendo por qué existen tantas especies de espadas con nombres tan diferentes. Sin embargo, las espadas de Ryomaru sí caben diferenciar ante el resto. Las empuñadores son de oro macizo y el los filos no eran de ninguna clase de metal, es más si solo viese las hojas pensaría que se tratase de dos finos cristales de hielo y no una espada.
Unas flechas salieron de la nada. Son ellos, los trasgos. No me hace falta saltar hacia un lado para esquivar la flecha. No tengo idea como han disparado pero la flecha llegó a mí sin fuerza. Solo tengo que dar un paso hacia la derecha para esquivar el disparo. Cinco trasgos aparecen de entre los matorrales. Sus armas son muy rudimentarias en comparación con Vientoatroz y las espadas de cristal de hielo de Ryomaru.
Uno de los trasgos viene hacia mí a gran velocidad. Se siente decidido, más de lo que debería estar teniendo en cuenta que como arma lleva una daga mellada. Doy un salto hacia atrás en el mismo momento en que me intenta atacar con su arma. Tenso una flecha en mi arco y disparo. A esa distancia, es imposible fallar. Mi flecha alcanza la cabeza del trasgo haciendo que esta salga de su cuerpo por la fuerza del disparo. Tras matarlo, dos más aparecieron entre los arbustos. No dejan de venir. –Cuidado.- Le grito a Ryomaru al ver que otro trasgo se le acerca por la espalda. Soy lo más rápido que puedo, cargo una nueva flecha y la disparo contra él. Otro muerto. Inmediatamente, salieron dos trasgos más de su escondite. Son como las cabezas de uno de las criaturas que aparecían en los cuentos de mi madre. Recuerdo que me contó que existe una criatura con miles de cabezas, si le cortabas una, de está salían dos más.
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Cuando el elfo le salvo su espalda, Ryomaru le asntió en gesto de agradecimiento por haberle salvado pero el peligro no había pasado pues aun quedaba el tercero que se acercaba a Ryomaru, los dos arqueros y dos nuevos que habían aparecido para sorprenderlos.
Al que mas cerca tenía, Ryomaru logro eliminarlo tras cortarle la mano armada con una de las armas y cortarle la cabeza por la mitad con la otra. Mientras lo hacía, el joven aprovechaba para enfriar lo mas posible sus hojas para que sobresaliera algo de agua a causa del frio. Con ese agua, Ryomaru lanzó una lluvia de puntitas de hielo que acribillo las caras de los dos trasgos que llegaban peligrosamente logrando herir sus ojos y cegarlos.
Aprovechando el momento, el joven brujo se abalanzo sobre ellos ensartandoles por sus pechos justo antes de verse obligado a apartarse y esquivar la flecha de uno de los arqueros.
- Llevo una temporada enfrentando muchos trasgos, no me ha dado tiempo a que se me olvide su forma de caminar tan poco sigilosa - afirmo el joven brujo mientras sacaba las hojas de los cuerpos de los dos trasgos
Ryomaru empezó a correr hacia los trasgos usando sus espadas para protegerse de las flechas que le lanzaban hasta que, finalmente, usando su telekinesis cuando estaba bastante cerca lanzó sus dos armas ensartando sus craneos acabando con sus lamentables vidas.
Entre tanto, parecía que algun trasgo se había animado a caminar por el riachuelo para tratar de pillar al elfo por la espalda.
- Cuidaod, detrás tuya - le grito Ryomaru
Al que mas cerca tenía, Ryomaru logro eliminarlo tras cortarle la mano armada con una de las armas y cortarle la cabeza por la mitad con la otra. Mientras lo hacía, el joven aprovechaba para enfriar lo mas posible sus hojas para que sobresaliera algo de agua a causa del frio. Con ese agua, Ryomaru lanzó una lluvia de puntitas de hielo que acribillo las caras de los dos trasgos que llegaban peligrosamente logrando herir sus ojos y cegarlos.
Aprovechando el momento, el joven brujo se abalanzo sobre ellos ensartandoles por sus pechos justo antes de verse obligado a apartarse y esquivar la flecha de uno de los arqueros.
- Llevo una temporada enfrentando muchos trasgos, no me ha dado tiempo a que se me olvide su forma de caminar tan poco sigilosa - afirmo el joven brujo mientras sacaba las hojas de los cuerpos de los dos trasgos
Ryomaru empezó a correr hacia los trasgos usando sus espadas para protegerse de las flechas que le lanzaban hasta que, finalmente, usando su telekinesis cuando estaba bastante cerca lanzó sus dos armas ensartando sus craneos acabando con sus lamentables vidas.
Entre tanto, parecía que algun trasgo se había animado a caminar por el riachuelo para tratar de pillar al elfo por la espalda.
- Cuidaod, detrás tuya - le grito Ryomaru
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Lo brujos no dejaran de sorprenderme. Está claro que los brujos poseen un poder más allá de mis simples entendimientos. Desde que conocí a Ryomaru, he pensado en esa magia. De joven, en el hogar de los elfos, me enseñaron que el poder de los brujos se basa en la destrucción. Su único fin es arrasar con todo cuanto se les pongan por delante. Me mintieron. Existen brujos malos y brujos buenos, al igual que existen elfos malos y elfos buenos. Por ejemplo, los que me hicieron la cicatriz en el ojo fueron elfos, elfos malos. Estos odiaban a los brujos porque decían que eran malos. Aquí es cuando los conceptos “bueno” y “malo” se me complican. ¿Quiénes fueron peores los brujos que me intentaron matar o los elfos que me condenaron con el peor de los castigos? Por este motivo he dejado de pensar en el “bien” y el “mal” como dos ramas separadas. El mundo es como un enorme árbol de múltiples ramas. Todas provienen de un mismo tronco y todas sigues creciendo y separándose en ramas más diminutas. No existe un “bien” y un “mal”, solo hay ramas. Diferentes caminos por los cuales escoger. Si eliges bien puedes llegar a una rama que le dé bien el sol y puedan crecer los mejores frutos, en cambio, si te equivocas, llegaras a una rama oscura, sin hojas cuya madera está podrida por los insectos. ¡Eso es! Son elecciones.
Disparo tan rápido como puedo. Son demasiados. Debo prestar atención a todos los trasgos pues, si pierdo la concentración, uno de ellos aprovechará para atacarme por la espalda. El poder de Ryomaru es asombroso. Hace crecer una lluvia de pequeños cristales de hielo que caen directamente en cara de de nuestros enemigos dejándolos ciegos. Me cuesta creer que un poder tan violento como el suyo posea el mismo origen antiguo que mi magia sanadora. Aprovecho la oportunidad de que los trasgos estén confusos por el ataque del brujo. Disparo raudo y directo a la cabeza. Entre las espadas de Ryomaru y mi arco, todos nuestros enemigos iban muriendo uno a uno.
Por un segundo pierdo la concentración de mis disparos. Momento que aprovecha uno de los trasgos para intentar clavar su daga mellada en mi pierna. Ryomaru me advierte pero ya es demasiado tarde. El trago me ha herido. Caigo al suelo de rodillas y grito de dolor. Estoy furioso por haber quedado herido. La rabia se apodera de mí. Cojo al trasgo con las manos, lo levanto y le clavo su propia arma en el pecho una y otra vez hasta hacer de su vientre un escenario de sangre y vísceras.
Me llevo las manos en la pierna. Duele. Por fortuna la herida no es demasiado grande. No ha llegado al hueso. Era una pequeña incisión directa a la vena. El único peligro que corría sería desangrarme. –Hielo.- Digo entre suplicas al brujo. -Usa tu hielo para quemar mi herida. Eso la cerrara.- Hago una pausa para aguantar gritar de nuevo por el dolor que sufría. -No es grave. Me hace daño ahora. Luego no hará daño.-
Disparo tan rápido como puedo. Son demasiados. Debo prestar atención a todos los trasgos pues, si pierdo la concentración, uno de ellos aprovechará para atacarme por la espalda. El poder de Ryomaru es asombroso. Hace crecer una lluvia de pequeños cristales de hielo que caen directamente en cara de de nuestros enemigos dejándolos ciegos. Me cuesta creer que un poder tan violento como el suyo posea el mismo origen antiguo que mi magia sanadora. Aprovecho la oportunidad de que los trasgos estén confusos por el ataque del brujo. Disparo raudo y directo a la cabeza. Entre las espadas de Ryomaru y mi arco, todos nuestros enemigos iban muriendo uno a uno.
Por un segundo pierdo la concentración de mis disparos. Momento que aprovecha uno de los trasgos para intentar clavar su daga mellada en mi pierna. Ryomaru me advierte pero ya es demasiado tarde. El trago me ha herido. Caigo al suelo de rodillas y grito de dolor. Estoy furioso por haber quedado herido. La rabia se apodera de mí. Cojo al trasgo con las manos, lo levanto y le clavo su propia arma en el pecho una y otra vez hasta hacer de su vientre un escenario de sangre y vísceras.
Me llevo las manos en la pierna. Duele. Por fortuna la herida no es demasiado grande. No ha llegado al hueso. Era una pequeña incisión directa a la vena. El único peligro que corría sería desangrarme. –Hielo.- Digo entre suplicas al brujo. -Usa tu hielo para quemar mi herida. Eso la cerrara.- Hago una pausa para aguantar gritar de nuevo por el dolor que sufría. -No es grave. Me hace daño ahora. Luego no hará daño.-
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
A pesar del aviso de Ryomaru, el elfo no había podido evitar que uno de los trasgos lograría herirlo en su pierna aunque luego Sarez se resarciera con el trasgo acabando con su insignificante vida. Tras acabar con el, Sarez pidió ayuda al brujo pero este ya había empezado a correr hacia el.
Poco antes de llegar, Ryomaru decapito a un último trasgo que trataba de sorprenderle por un costado y, mientras la cabeza del trasgo caía rodando, el joven brujo termino de llegar junto al elfo y, soltando una de las espadas, abrió su cinturon con la mano para sacar un poco de agua de su interior y colocarla sobre la herida del elfo mientras la enfriaba. El agua fria aliviaria el dolor de la herida antes de que rápidamente se volvíera de hielo empezando el proceso de cicatrización que, aunque dolería un poco, Ryomaru esperaba haberlo compensando con haberle aliviado previamente.
- Mi poder no es tan comodo como el tuyo - le dijo al elfo con una sonrisa - Yo cicatrizo pero, sin duda, duele algo mas. Ojala pudiera alivia -
El brujo le estaba muy agradecido al elfo. El elfo le había salvado probablemente la vida cuando aquella flecha oxidada amenazaba con dejarle una herida mortal y esa clase de detalles el brujo no los olvidaba. Sarez podría contar con Ryomaru para lo que quisiera, era un claro amigo para el.
- Espero que no aparezcan mas trasgos -
Poco antes de llegar, Ryomaru decapito a un último trasgo que trataba de sorprenderle por un costado y, mientras la cabeza del trasgo caía rodando, el joven brujo termino de llegar junto al elfo y, soltando una de las espadas, abrió su cinturon con la mano para sacar un poco de agua de su interior y colocarla sobre la herida del elfo mientras la enfriaba. El agua fria aliviaria el dolor de la herida antes de que rápidamente se volvíera de hielo empezando el proceso de cicatrización que, aunque dolería un poco, Ryomaru esperaba haberlo compensando con haberle aliviado previamente.
- Mi poder no es tan comodo como el tuyo - le dijo al elfo con una sonrisa - Yo cicatrizo pero, sin duda, duele algo mas. Ojala pudiera alivia -
El brujo le estaba muy agradecido al elfo. El elfo le había salvado probablemente la vida cuando aquella flecha oxidada amenazaba con dejarle una herida mortal y esa clase de detalles el brujo no los olvidaba. Sarez podría contar con Ryomaru para lo que quisiera, era un claro amigo para el.
- Espero que no aparezcan mas trasgos -
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Más trasgos no. Pero en las cercanías, una extraña comitiva se abría paso por un maltrecho sendero. Los tres hombres y los dos caballos hacían mucho ruido, suficiente como para que no solo el fino oído del elfo pudiera escucharlo, el mago también podría.
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El primer sentido que despertó fue el olfato. Olor a árboles, a tierra, a humedad... a bosque. Pero lo más peculiar fue el olor a humano, que medio dormida, tardó en descifrar.
Lo siguiente fue el oído.
-...No me gusta, no me gusta nada.- Escuchó hablar a una voz desconocida.
-¿Quieres tranquilizarte? Ya ha pasado lo peor, estamos cerca de nuestro destino.- Respondió otro.
-Llevo diciéndolo desde que salimos, esa jaula no es lo suficientemente fuerte como para aguantar a un animal de su tamaño. Como se despierte...-
-Le pusimos suficiente sedante como para dormir a un oso. No se va a despertar.- La segunda voz respondió con tono exasperado. -Además, tiene las manos atadas, ¿qué podría hacer?-
-Encima perdimos a Dos Dedos por los jodidos trasgos. Ahora sólo somos tres. Si nos atacaran de nuevo... ¿Por qué no podía ser un oso? Hay osos en los bosques.-
-El jefe quería un hombre bestia. ¿Qué más da? A mi con que me paguen después de cada trabajo me vale.-
-Callaos ya los dos. Con vuestra palabrería sí que vais a conseguir atraer más trasgos.- Gruñó una tercera voz.
La mujer bestia no lograba comprender qué estaba pasando. Aun no había podido abrir los ojos. Se sentía muy cansada. Cuando finalmente sus párpados respondieron, se encontró dentro de una jaula de madera. Entró en pánico, o al menos, todo lo que el efecto del sedante le permitía. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Hizo un esfuerzo inútil por recordar, pero su cerebro aún parecía estar dormido. No pudo razonar la situación, así que actuó por instinto. Estaba encerrada, tenía que salir.
Tambaleante, la mujer bestia se puso en pie, perdió un poco el equilibrio por el movimiento del carro y el hecho de tener las manos atadas. Uno de los hombres exclamó algo, probablemente avisaba al resto. Pero Vael no le prestó atención. Toda su energía estaba concentrada en una sola tarea, salir de aquella jaula. La primera vez embistió por torpeza, los hombres intentaron parar el carro pero los animales que lo llevaban se habían puesto nerviosos. Otra embestida. Uno de los caballos se encabritó. A la tercera embestida, la madera se quebró. Definitivamente aquella jaula no había sido fabricada para contener a una criatura como Vael.
La mujer bestia cayó de bruces en la tierra. Le costó bastante ponerse en pie. Si lo hubieran querido, los hombres podrían haberla atacado. Sus reflejos estaban torpes y lentos. Y no era del todo consciente de lo que pasaba a su alrededor. Pero su jefe quería la mercancía viva, aunque las cosas se habían descontrolado un poco. Era evidente que el sedante aún seguía haciendo algo de efecto, todavía podían recuperar el control de la situación. Así pues, mientras dos de los hombres intentaban evitar la huida de la bestia, armas en mano, un tercero preparaba a apresuradamente el sedante.
Parecía que no estaba más cerca de su libertad que antes.
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Off: Buenas a los dos, me uno como acordamos. No quería retrasar más mi respuesta, si hace falta que edite algo, mp.
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El primer sentido que despertó fue el olfato. Olor a árboles, a tierra, a humedad... a bosque. Pero lo más peculiar fue el olor a humano, que medio dormida, tardó en descifrar.
Lo siguiente fue el oído.
-...No me gusta, no me gusta nada.- Escuchó hablar a una voz desconocida.
-¿Quieres tranquilizarte? Ya ha pasado lo peor, estamos cerca de nuestro destino.- Respondió otro.
-Llevo diciéndolo desde que salimos, esa jaula no es lo suficientemente fuerte como para aguantar a un animal de su tamaño. Como se despierte...-
-Le pusimos suficiente sedante como para dormir a un oso. No se va a despertar.- La segunda voz respondió con tono exasperado. -Además, tiene las manos atadas, ¿qué podría hacer?-
-Encima perdimos a Dos Dedos por los jodidos trasgos. Ahora sólo somos tres. Si nos atacaran de nuevo... ¿Por qué no podía ser un oso? Hay osos en los bosques.-
-El jefe quería un hombre bestia. ¿Qué más da? A mi con que me paguen después de cada trabajo me vale.-
-Callaos ya los dos. Con vuestra palabrería sí que vais a conseguir atraer más trasgos.- Gruñó una tercera voz.
La mujer bestia no lograba comprender qué estaba pasando. Aun no había podido abrir los ojos. Se sentía muy cansada. Cuando finalmente sus párpados respondieron, se encontró dentro de una jaula de madera. Entró en pánico, o al menos, todo lo que el efecto del sedante le permitía. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Hizo un esfuerzo inútil por recordar, pero su cerebro aún parecía estar dormido. No pudo razonar la situación, así que actuó por instinto. Estaba encerrada, tenía que salir.
Tambaleante, la mujer bestia se puso en pie, perdió un poco el equilibrio por el movimiento del carro y el hecho de tener las manos atadas. Uno de los hombres exclamó algo, probablemente avisaba al resto. Pero Vael no le prestó atención. Toda su energía estaba concentrada en una sola tarea, salir de aquella jaula. La primera vez embistió por torpeza, los hombres intentaron parar el carro pero los animales que lo llevaban se habían puesto nerviosos. Otra embestida. Uno de los caballos se encabritó. A la tercera embestida, la madera se quebró. Definitivamente aquella jaula no había sido fabricada para contener a una criatura como Vael.
La mujer bestia cayó de bruces en la tierra. Le costó bastante ponerse en pie. Si lo hubieran querido, los hombres podrían haberla atacado. Sus reflejos estaban torpes y lentos. Y no era del todo consciente de lo que pasaba a su alrededor. Pero su jefe quería la mercancía viva, aunque las cosas se habían descontrolado un poco. Era evidente que el sedante aún seguía haciendo algo de efecto, todavía podían recuperar el control de la situación. Así pues, mientras dos de los hombres intentaban evitar la huida de la bestia, armas en mano, un tercero preparaba a apresuradamente el sedante.
Parecía que no estaba más cerca de su libertad que antes.
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Off: Buenas a los dos, me uno como acordamos. No quería retrasar más mi respuesta, si hace falta que edite algo, mp.
Última edición por Vael el Sáb Jun 20 2015, 13:42, editado 1 vez
Vael
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Siento frío en la herida. Luego calor. Quema. Arde. Muerdo la manga de la camisa por no tener que gritar. Sé que es bueno que duela. De esta forma, la herida se cerrará y dejaré de sangrar. Debo aguantar el dolor. Me repito mentalmente las consecuencias de dejar una herida de ese tamaño libre y sin sanar. Se podría infectar con facilidad, más si está hecha con una daga tan oxidada como la de aquel trasgo. Si pasará, lo más sanó sería cortarme todo la pierna antes de la infección fuera a más. Sin una pierna, tal y como es mi vida, moriría. Eso sería lo que me pasaría. Aguanta por favor. Debo aguantar. Noto el hielo recorrer cada centímetro de mi piel. Duele…
-Está bien.- Contesto de manera seca. El dolor es demasiado fuerte para ser educado. -De joven me enseñaron que la magia de los brujos se basa en la destrucción. Tú con ese poder me has cerrado la herida. Eso ya es más que suficiente.- Me levanto costosamente del suelo. -Puedo caminar. Gracias.- Eso es todo cuanto necesito por ahora, caminar. ¿Pero, podría luchar? Si aparecen más trasgos no sé hasta qué punto podría combatir. –Subiré allá arriba.- Señaló un pino lo suficientemente joven para que sus ramas fueran lo bastante fuertes como para aguantar mi peso. –Si vienen más no podré luchar. Mientras me queden flechas, mi batalla se librará en ese árbol.-
Que la herida se haya cerrado no significa que no me duela. A cada paso que doy siento el ardor que sentía cuando el hielo marcó el surco de la herida. Con extrema lentitud y cautela por no resbalar y caer, consigo subirme a la copa del pino. Como había supuesto, al ser joven puede resistir perfectamente mi peso. Me acuesto sobre unas ramas dejando mi pierna herida en alto. Necesito reposo. Con una mano, acaricio la cicatriz que ha dejado la incisura. Con fortuna, desaparecerá al cabo de unos días. Con una cicatriz que me marqué para siempre tengo suficiente.
Desde esta altura puedo ver todo lo que sucede en mi bosque. Veo cada conejo salir de su escondite, veo a cada jabalí revolcándose en el barro, veo cada planta y veo cada árbol que aquí habitan. Todo este bosque es mi hogar. Conozco todo lo que hay y todo lo que hubo en un pasado. Sé todo cuanto pasa menos una cosa. A lo lejos distingo una figura. ¿Trasgos? No. Es mucho más grande que un trasgo, y más peludo. Podría ser un oso. Sin embargo, corre a dos patas como si fuera un humano. Un oso de ese tamaño se pondría a cuatro patas para correr. No importa que animal sea mientras tres cazadores lo estén persiguiendo. No me gustan los cazadores. Entiendo que la gente tenga que comer. En caso de necesidad, yo también cazo animales pero solo para poder sobrevivir. Lo que no entiendo son las personas que cazan por diversión. Un oso no buen alimento. Las pieles son buenas para el invierno. Sin embargo, estamos en verano.
Cojo una flecha del carcaj y la cargo en el arco. Al igual que antes con Ryomaru, disparo la flecha dando en un tronco entre medio camino entre el oso y los cazadores. –¡Largaos!- Digo con voz ronca para hacerme respetar. - ¡Este es mi bosque!- Las ramas del pino me cubren todo el cuerpo. Estoy seguro aquí arriba. –Son cazadores, Ryomaru.- Digo en voz baja para que solo él puede alcanzar a oírme. -Cazadores malos.-
-Está bien.- Contesto de manera seca. El dolor es demasiado fuerte para ser educado. -De joven me enseñaron que la magia de los brujos se basa en la destrucción. Tú con ese poder me has cerrado la herida. Eso ya es más que suficiente.- Me levanto costosamente del suelo. -Puedo caminar. Gracias.- Eso es todo cuanto necesito por ahora, caminar. ¿Pero, podría luchar? Si aparecen más trasgos no sé hasta qué punto podría combatir. –Subiré allá arriba.- Señaló un pino lo suficientemente joven para que sus ramas fueran lo bastante fuertes como para aguantar mi peso. –Si vienen más no podré luchar. Mientras me queden flechas, mi batalla se librará en ese árbol.-
Que la herida se haya cerrado no significa que no me duela. A cada paso que doy siento el ardor que sentía cuando el hielo marcó el surco de la herida. Con extrema lentitud y cautela por no resbalar y caer, consigo subirme a la copa del pino. Como había supuesto, al ser joven puede resistir perfectamente mi peso. Me acuesto sobre unas ramas dejando mi pierna herida en alto. Necesito reposo. Con una mano, acaricio la cicatriz que ha dejado la incisura. Con fortuna, desaparecerá al cabo de unos días. Con una cicatriz que me marqué para siempre tengo suficiente.
Desde esta altura puedo ver todo lo que sucede en mi bosque. Veo cada conejo salir de su escondite, veo a cada jabalí revolcándose en el barro, veo cada planta y veo cada árbol que aquí habitan. Todo este bosque es mi hogar. Conozco todo lo que hay y todo lo que hubo en un pasado. Sé todo cuanto pasa menos una cosa. A lo lejos distingo una figura. ¿Trasgos? No. Es mucho más grande que un trasgo, y más peludo. Podría ser un oso. Sin embargo, corre a dos patas como si fuera un humano. Un oso de ese tamaño se pondría a cuatro patas para correr. No importa que animal sea mientras tres cazadores lo estén persiguiendo. No me gustan los cazadores. Entiendo que la gente tenga que comer. En caso de necesidad, yo también cazo animales pero solo para poder sobrevivir. Lo que no entiendo son las personas que cazan por diversión. Un oso no buen alimento. Las pieles son buenas para el invierno. Sin embargo, estamos en verano.
Cojo una flecha del carcaj y la cargo en el arco. Al igual que antes con Ryomaru, disparo la flecha dando en un tronco entre medio camino entre el oso y los cazadores. –¡Largaos!- Digo con voz ronca para hacerme respetar. - ¡Este es mi bosque!- Las ramas del pino me cubren todo el cuerpo. Estoy seguro aquí arriba. –Son cazadores, Ryomaru.- Digo en voz baja para que solo él puede alcanzar a oírme. -Cazadores malos.-
Sarez
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Después de haber logrado curarle la herida al elfo, este se noto mucho mejor aunque no lo suficientemente bien como para combatir si se presentaban mas trasgos. El comentó que como el usaba flechas no le hacía falta luchar desde el suelo por lo que decidió que lo mejor era subirse a un arbol.
- Tranquilo, si vienen mas yo me ocupare desde el suelo -
Mientras el elfo se acercaba al arbol, Ryomaru se acerco al riachuelo abriendo su cinturón para, con ayuda del apunte de una de las espadas, elevar algo de agua e introucirla en su cinturón manteniendolo abierto. Cuando lo relleno, Ryomaru tapo su cinturón y dejo de manipular el agua del riachuelo.
En ese momento, el joven escucho como el elfo le gritaba a alguien y, al oirlo, se giro rápidamente para acercarse a la posición de su amigo y observar hacia donde el elfo miraba y aunque el no era capaz de ver nada, Sarez le advirtió de la presencia de enemigos por lo que el brujo volvió a agarrar fuertemente ambas espadas y comenzó a acercarse hasta que, en seguida, pudo ver a los hombres tratando de llevarse a una criatura.
- ¿Que estais tramando? - le pregunto Ryomaru
- Eso no es asunto tuyo - le dijo uno de los trasgos que llegaron en ese momento para ayudar a los hombres que llevaban a la criatura - Fuera de nuestro camino, tenemos que llevar a esta bestia al amo -
- ¿Al amo? - Ryomaru, sin dudarlo, abrió su cinturon y uso un poco de agua para lanzar una punta de hielo perforandole el craneo al trasgo acabando con su vida - Vuestro amo no recibira el encargo -
- Tranquilo, si vienen mas yo me ocupare desde el suelo -
Mientras el elfo se acercaba al arbol, Ryomaru se acerco al riachuelo abriendo su cinturón para, con ayuda del apunte de una de las espadas, elevar algo de agua e introucirla en su cinturón manteniendolo abierto. Cuando lo relleno, Ryomaru tapo su cinturón y dejo de manipular el agua del riachuelo.
En ese momento, el joven escucho como el elfo le gritaba a alguien y, al oirlo, se giro rápidamente para acercarse a la posición de su amigo y observar hacia donde el elfo miraba y aunque el no era capaz de ver nada, Sarez le advirtió de la presencia de enemigos por lo que el brujo volvió a agarrar fuertemente ambas espadas y comenzó a acercarse hasta que, en seguida, pudo ver a los hombres tratando de llevarse a una criatura.
- ¿Que estais tramando? - le pregunto Ryomaru
- Eso no es asunto tuyo - le dijo uno de los trasgos que llegaron en ese momento para ayudar a los hombres que llevaban a la criatura - Fuera de nuestro camino, tenemos que llevar a esta bestia al amo -
- ¿Al amo? - Ryomaru, sin dudarlo, abrió su cinturon y uso un poco de agua para lanzar una punta de hielo perforandole el craneo al trasgo acabando con su vida - Vuestro amo no recibira el encargo -
Logan Allen
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La flecha se clavó en el suelo, provocando que los carceleros de la mujer bestia titubearan. Y aquella voz profunda no hizo sino aumentar el desconcierto. El hombre que había estado preparando el sedante, dejó que el frasco se le cayera al suelo por la sorpresa. ¿Qué estaba pasando? Probablemente se preguntaban cuáles eran sus posibilidades de salir de esa situación con éxito. ¿Cuántos atacantes habría? Por ahora solo uno había hablado. ¿Podrían enfrentarse a ellos y a la bestia a la vez?
Vael por su parte, tardó bastante en asimilar la situación. Mantenerse de pie estaba requiriendo toda su concentración, pero escuchaba fragmentos de la conversación, aquí y allá.
-No buscamos problemas.- Dijo uno de los hombres, el que había mandado a callar a los otros antes, probablemente el cabecilla. -Solo estamos de paso.- Le respondió a alguien. Vael alzó la cabeza para ver con quién hablaba. Otro hombre, humano en apariencia, portaba sendas espadas.
Un desagradable olor nuevo llenó las fosas nasales de la mujer bestia. Ella no supo identificarlo en ese momento, pero se trataba de trasgos. Los hombres que la guardaban retrocedieron un poco, con sus armas listas para enfrentarse a las alimañas. Las cosas no parecían pintar bien para ellos, era el segundo ataque de trasgos al que debían enfrentarse, y en el primero habían perdido a un compañero. Pero entonces uno de los tragos declaró sus intenciones de llevarlos con el "amo".
-Espera un momento.- Dijo el cabecilla. -Nosotros llevaremos a la bestia. - Pensó que aquellos trasgos querían quedarse con la recompensa. Sin embargo, el trasgo no tuvo tiempo a replicar. Un pequeño carámbano de hielo le atravesó la cabeza, matándolo en el acto. Se desató el caos, los trasgos atacaron sin pensarlo. Los tres guardas por otra parte no estaban seguros de qué hacer ni a qué bando ayudar.
La mujer bestia tampoco tenía claro qué bando era el suyo, no terminaba de comprender qué estaba pasando en aquel lugar, pero poco a poco el efecto sedante empezaba a desaparecer. Tuvo la claridad mental suficiente para aprovechar la conmoción e intentar escapar. Aún con las manos atadas embistió en dirección a uno de sus carceleros que seguía confundido con la situación, empujándolo y tirándolo al suelo. Aunque el golpe también le hizo perder algo el equilibrio y tambalearse, todavía no era dueña de todas sus facultades. Dudaba poder escapar en esas circunstancias.
Algunos de los trasgos fueron tras ella. Pero los hombres que habían arrastrado a Vael a esas circunstancias también desconfiaban de las criaturas, después de todo, ya habían recibido un ataque de los suyos. Sin pensarlo bloquearon el paso de los trasgos que seguían a la mujer bestia. No estaban protegiéndola, en absoluto, pero aquella bestia era su presa, y la recompensa también sería para ellos.
Vael por su parte, tardó bastante en asimilar la situación. Mantenerse de pie estaba requiriendo toda su concentración, pero escuchaba fragmentos de la conversación, aquí y allá.
-No buscamos problemas.- Dijo uno de los hombres, el que había mandado a callar a los otros antes, probablemente el cabecilla. -Solo estamos de paso.- Le respondió a alguien. Vael alzó la cabeza para ver con quién hablaba. Otro hombre, humano en apariencia, portaba sendas espadas.
Un desagradable olor nuevo llenó las fosas nasales de la mujer bestia. Ella no supo identificarlo en ese momento, pero se trataba de trasgos. Los hombres que la guardaban retrocedieron un poco, con sus armas listas para enfrentarse a las alimañas. Las cosas no parecían pintar bien para ellos, era el segundo ataque de trasgos al que debían enfrentarse, y en el primero habían perdido a un compañero. Pero entonces uno de los tragos declaró sus intenciones de llevarlos con el "amo".
-Espera un momento.- Dijo el cabecilla. -Nosotros llevaremos a la bestia. - Pensó que aquellos trasgos querían quedarse con la recompensa. Sin embargo, el trasgo no tuvo tiempo a replicar. Un pequeño carámbano de hielo le atravesó la cabeza, matándolo en el acto. Se desató el caos, los trasgos atacaron sin pensarlo. Los tres guardas por otra parte no estaban seguros de qué hacer ni a qué bando ayudar.
La mujer bestia tampoco tenía claro qué bando era el suyo, no terminaba de comprender qué estaba pasando en aquel lugar, pero poco a poco el efecto sedante empezaba a desaparecer. Tuvo la claridad mental suficiente para aprovechar la conmoción e intentar escapar. Aún con las manos atadas embistió en dirección a uno de sus carceleros que seguía confundido con la situación, empujándolo y tirándolo al suelo. Aunque el golpe también le hizo perder algo el equilibrio y tambalearse, todavía no era dueña de todas sus facultades. Dudaba poder escapar en esas circunstancias.
Algunos de los trasgos fueron tras ella. Pero los hombres que habían arrastrado a Vael a esas circunstancias también desconfiaban de las criaturas, después de todo, ya habían recibido un ataque de los suyos. Sin pensarlo bloquearon el paso de los trasgos que seguían a la mujer bestia. No estaban protegiéndola, en absoluto, pero aquella bestia era su presa, y la recompensa también sería para ellos.
Vael
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Si de algo peca Ryomaru es de valentía. Acabamos de combatir contra unos trasgos. Estamos cansados y heridos. No deberíamos adentrarnos tan rápido a una nueva lucha sin antes pensar. Cierto es que yo ataque primero. Fui el primero en disparar una flecha. Sin embargo, yo estoy escondido encima de un árbol. Puedo luchar sin estar dentro de la batalla. Cosa que el brujo ya no puede hacer. El se adentró en medio de los cazadores y de los trasgos, que han entrado en la batalla para ayudar a los hombres.
Aprovecho mi posición para separar y confundir a nuestros enemigos. Disparo una flecha tan otra, desde diferentes ángulos y posiciones, para que nuestros enemigos piensen que hay una multitud de arqueros en su alrededor. Esto no hace más que empeorar las cosas. Los trasgos, junto a los cazadores, se despliegan para luego unirse alrededor del oso. No, no es un oso. ¿Qué es?
Salto de un árbol a otro. Busco siempre las ramas más firmes y frondosas que puedan mantener mi peso y poder seguir oculto. Intento acercarme a la bestia extraña. Quiero saber qué es. Tiene un aspecto firme y majestuoso, como solo los animales pueden tener. Se parece bastante a un oso con cierto carácter felino. Sin embargo, noto que hay algo que no llego a comprender.
Tenso una flecha y disparo a los enemigos que rodean a la bestia. Muchos de mis disparos no aciertan. Estoy lejos y herido. Puedo permitirme errar algún disparo. Tan solo consigo matar a uno de los múltiples trasgos. Debo ganar distancia. Me dispongo a saltar al siguiente árbol, un roble frondoso con ramas gordas donde poder moverme. Salto, pero al caer, apoyo mal la pierna herida. El dolor me sobre sale. No se ve aprecia herida alguna. El mal es interno. Eso no hace que el sufrimiento que siento sea menor.
Del dolor, por puro instinto, suelto el arco y me apoyo de rodillas sobre las ramas del roble. Un trasgo se acerca bajo el árbol donde estoy. Coge a Vientoatroz curioso por ver que es. No voy a tolerar que nadie coja mi arco. Cojo una de mis flechas y la lanzo con furia hacia el trasgo en ángulo vertical. Muere al instante. He salvado mi arco, sin embargo llamo la atención de otros enemigos. Me han descubierto.
Aprovecho mi posición para separar y confundir a nuestros enemigos. Disparo una flecha tan otra, desde diferentes ángulos y posiciones, para que nuestros enemigos piensen que hay una multitud de arqueros en su alrededor. Esto no hace más que empeorar las cosas. Los trasgos, junto a los cazadores, se despliegan para luego unirse alrededor del oso. No, no es un oso. ¿Qué es?
Salto de un árbol a otro. Busco siempre las ramas más firmes y frondosas que puedan mantener mi peso y poder seguir oculto. Intento acercarme a la bestia extraña. Quiero saber qué es. Tiene un aspecto firme y majestuoso, como solo los animales pueden tener. Se parece bastante a un oso con cierto carácter felino. Sin embargo, noto que hay algo que no llego a comprender.
Tenso una flecha y disparo a los enemigos que rodean a la bestia. Muchos de mis disparos no aciertan. Estoy lejos y herido. Puedo permitirme errar algún disparo. Tan solo consigo matar a uno de los múltiples trasgos. Debo ganar distancia. Me dispongo a saltar al siguiente árbol, un roble frondoso con ramas gordas donde poder moverme. Salto, pero al caer, apoyo mal la pierna herida. El dolor me sobre sale. No se ve aprecia herida alguna. El mal es interno. Eso no hace que el sufrimiento que siento sea menor.
Del dolor, por puro instinto, suelto el arco y me apoyo de rodillas sobre las ramas del roble. Un trasgo se acerca bajo el árbol donde estoy. Coge a Vientoatroz curioso por ver que es. No voy a tolerar que nadie coja mi arco. Cojo una de mis flechas y la lanzo con furia hacia el trasgo en ángulo vertical. Muere al instante. He salvado mi arco, sin embargo llamo la atención de otros enemigos. Me han descubierto.
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Mientras que los hombres que custodiaban a Vael y el elfo usaban sus habilidades para acabar con algunos de los trasgos, el joven brujo usaba sus armas duales para acabar con otro par de ellos, logrando que el número de trasgos bajara considerablemente. Esto hiz que los tres que quedaban, comenzasen a retroceder.
- Os arrepentireis, informaremos al amo para que envie a uno de sus campeones - advirtió uno de los trasgos mientras corría junto a sus dos compañeros
- No, no lo hareís - El brujo uso otro poco de agua para perforar el cuello del trasgo mas cercano logrando eliminarlo pero los otros dos seguían alejandose pasando por al lado del árbol donde se encontraba el elfo subido
Ryomaru confiaba en que su amigo terminase el trabajo pero, entonces, el suelo comenzó a temblar como si algo enorme se estuviera acercando e hiciera temblar en el suelo con cada paso.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- ¿Que ocurre aqui? ¿Que es este escandalo? - pregunto el imponente guerrero mientras observaba la escena - Veo que traeís el encargo que os hice -
- Amo, esos hombres se han apoderado de la criatura y hemos tratado de recuperarla pero ese mago y el elfo les ayudaron -
- Estúpidos - les grito el guerrero antes de usar su peligrosa espada para decapitar a los tres trasgos - Aprended a trabajar en equipo para la próxima - Ahora, acabad con esos dos - ordeno el misterioso ser a los hombres que llevaban a Vael
- Os arrepentireis, informaremos al amo para que envie a uno de sus campeones - advirtió uno de los trasgos mientras corría junto a sus dos compañeros
- No, no lo hareís - El brujo uso otro poco de agua para perforar el cuello del trasgo mas cercano logrando eliminarlo pero los otros dos seguían alejandose pasando por al lado del árbol donde se encontraba el elfo subido
Ryomaru confiaba en que su amigo terminase el trabajo pero, entonces, el suelo comenzó a temblar como si algo enorme se estuviera acercando e hiciera temblar en el suelo con cada paso.
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- ¿Que ocurre aqui? ¿Que es este escandalo? - pregunto el imponente guerrero mientras observaba la escena - Veo que traeís el encargo que os hice -
- Amo, esos hombres se han apoderado de la criatura y hemos tratado de recuperarla pero ese mago y el elfo les ayudaron -
- Estúpidos - les grito el guerrero antes de usar su peligrosa espada para decapitar a los tres trasgos - Aprended a trabajar en equipo para la próxima - Ahora, acabad con esos dos - ordeno el misterioso ser a los hombres que llevaban a Vael
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Ahora que ya no era el centro de atención, la mujer bestia descansó su zarpa en un árbol, apoyándose contra el mismo. Trataba de aprovechar el respiro para recuperar el equilibrio y sus facultades. Un poco más lejos, los hombres que la habían custodiado luchaban contra algunos de los trasgos.
Un sonido sobresaltó a Vael, un poco más allá, había caído un arco al suelo. Uno de los trasgos se había acercado a curiosear cuando una flecha le dio una muerte rápida. La mujer bestia elevó su mirada y logró atisbar a un hombre... ¿un hombre? Eso parecía. En lo alto de las ramas. Debió ser aquel que la había ayudado antes, disparando aquella primera flecha. Pero si ella lo podía ver, seguramente el resto también. La mujer bestia se las arregló para recoger el arco, lanzárselo al hombre del árbol fue una tarea un tanto más complicada.
Falló en su primer intento. Su cerebro seguía trabajando demasiado despacio. Necesitaba reaccionar. La mujer bestia se golpeó la cara con la mano abierta. Nada. Otra vez. Era ajena a lo que estaba pasando a su alrededor en ese momento. Se golpeó la cabeza contra el árbol, necesitaba reaccionar. Sus cuernos arañaron la corteza. Volvió a golpearse contra el tronco. El dolor comenzaba a despejarla. Lanzó el arco una vez más, esta vez lo lanzó con mayor precisión.
En ese momento Vael se percató de que a ella también le faltaban sus armas. Volvió a mirar en dirección de la accidentada caravana. Podía recuperarlas, aunque era arriesgado. Pero tenía una oportunidad en mitad de todo aquel caos que se había formado. Se puso a cuatro patas, pues de esa forma resultaba más sencillo mantener el equilibrio, y echó a correr. No había pasado desapercibido, pese a la confusión del momento, su tamaño la delataba y los trasgos no parecían haber olvidado su objetivo. Dos de ellos intentaron cortar el paso de la bestia, pero ella logró esquivar al primero y el segundo salió despedido por los aires en cuanto la mujer bestia le corneó. Lo cierto es que no parecía que quisieran herirla. De no ser así, probablemente no habría tenido tanta suerte.
Con presteza la mujer bestia buscó entre las cosas que tenían los hombres. Tiró varios fardos, vaciándolos. Por un momento temió que los hombres tuvieran sus armas, pero afortunadamente eran demasiado grandes y pesadas para un humano convencional. Pronto encontró sus cosas, seguían intactas. Vael se colocó los fardos, sintiéndose mejor con el martillo en la mano. Fue entonces cuando notó el temblor de la tierra. La vibración recorrió su cuerpo comenzando desde sus patas, la sensación le erizó el vello de la nuca. Agitó las orejas y alzó la cabeza. Fuera lo que fuera, parecía que pesaba más que ella... y eso ya era decir.
La mujer bestia aferró con fuerza su arma al ver llegar al imponente guerrero. El hombre no titubeó en matar a tres de los trasgos. Vael no se sentía en las mejores condiciones para pelear, aún estaba bajo los efectos del sedante. Sin embargo, captó perfectamente sus palabras. Tres contra dos ¿eh? Bueno, la bestia decidió que ella igualaría un poco las cosas. No pensaba dejar que la atraparan de nuevo. No sin oponer resistencia. La mujer bestia rugió y avanzó con rapidez contra el hombre que tenía más cerca. Con su enorme brazo lo agarró y lo lanzó contra un árbol. El impacto produjo un desagradable sonido. Espero que no tenga nada grave... Acertó a pensar, aunque no tuvo tiempo para preocuparse.
La batalla ahora requería toda su atención.
Un sonido sobresaltó a Vael, un poco más allá, había caído un arco al suelo. Uno de los trasgos se había acercado a curiosear cuando una flecha le dio una muerte rápida. La mujer bestia elevó su mirada y logró atisbar a un hombre... ¿un hombre? Eso parecía. En lo alto de las ramas. Debió ser aquel que la había ayudado antes, disparando aquella primera flecha. Pero si ella lo podía ver, seguramente el resto también. La mujer bestia se las arregló para recoger el arco, lanzárselo al hombre del árbol fue una tarea un tanto más complicada.
Falló en su primer intento. Su cerebro seguía trabajando demasiado despacio. Necesitaba reaccionar. La mujer bestia se golpeó la cara con la mano abierta. Nada. Otra vez. Era ajena a lo que estaba pasando a su alrededor en ese momento. Se golpeó la cabeza contra el árbol, necesitaba reaccionar. Sus cuernos arañaron la corteza. Volvió a golpearse contra el tronco. El dolor comenzaba a despejarla. Lanzó el arco una vez más, esta vez lo lanzó con mayor precisión.
En ese momento Vael se percató de que a ella también le faltaban sus armas. Volvió a mirar en dirección de la accidentada caravana. Podía recuperarlas, aunque era arriesgado. Pero tenía una oportunidad en mitad de todo aquel caos que se había formado. Se puso a cuatro patas, pues de esa forma resultaba más sencillo mantener el equilibrio, y echó a correr. No había pasado desapercibido, pese a la confusión del momento, su tamaño la delataba y los trasgos no parecían haber olvidado su objetivo. Dos de ellos intentaron cortar el paso de la bestia, pero ella logró esquivar al primero y el segundo salió despedido por los aires en cuanto la mujer bestia le corneó. Lo cierto es que no parecía que quisieran herirla. De no ser así, probablemente no habría tenido tanta suerte.
Con presteza la mujer bestia buscó entre las cosas que tenían los hombres. Tiró varios fardos, vaciándolos. Por un momento temió que los hombres tuvieran sus armas, pero afortunadamente eran demasiado grandes y pesadas para un humano convencional. Pronto encontró sus cosas, seguían intactas. Vael se colocó los fardos, sintiéndose mejor con el martillo en la mano. Fue entonces cuando notó el temblor de la tierra. La vibración recorrió su cuerpo comenzando desde sus patas, la sensación le erizó el vello de la nuca. Agitó las orejas y alzó la cabeza. Fuera lo que fuera, parecía que pesaba más que ella... y eso ya era decir.
La mujer bestia aferró con fuerza su arma al ver llegar al imponente guerrero. El hombre no titubeó en matar a tres de los trasgos. Vael no se sentía en las mejores condiciones para pelear, aún estaba bajo los efectos del sedante. Sin embargo, captó perfectamente sus palabras. Tres contra dos ¿eh? Bueno, la bestia decidió que ella igualaría un poco las cosas. No pensaba dejar que la atraparan de nuevo. No sin oponer resistencia. La mujer bestia rugió y avanzó con rapidez contra el hombre que tenía más cerca. Con su enorme brazo lo agarró y lo lanzó contra un árbol. El impacto produjo un desagradable sonido. Espero que no tenga nada grave... Acertó a pensar, aunque no tuvo tiempo para preocuparse.
La batalla ahora requería toda su atención.
Vael
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Re: De paso por los bosques del Este [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Otros trasgos se abalanzan contra mí dejando espacio a la mujer bestia para poder escapar. Ese era mi objetivo antes de perder a Vientoatroz y de dejarme mostrar. Lo he conseguido, no por el camino que yo había querido, pero al final he conseguido liberar al animal. Ella me devuelve el favor. Corre hacia el árbol donde estoy yo. Recoge mi arco y me lo lanza. El primer intento falla. No puedo alcanzar. Estoy demasiado herido para poder moverme como es debido. Por segunda vez, la mujer bestia vuelve a lanzarme mi arco. Está vez si alcanzo a coger mi arco. –Gracias.-
Vuelvo a estar armado. La altura me da ventaja. Nadie puede contra mí. Disparo una flecha tras otra. Muchos trasgos mueren. Uno de los tres hombres se arma con un arco. Pero yo soy más rápido. Antes que pueda disparar una flecha, su cabeza queda perforada por una de mis flechas. Como todo buen arquero sabe, los primeros objetivos son los otros arqueros. En mi posición, los que combatientes cuerpo a cuerpo no pueden alcanzarme. Los arqueros sí.
El suelo se tiembla fuertemente ante la nueva amenaza. Un guerrero de brillante armadura de color bronce recubierta de un rojo fuego interno. Es el campeón del que hablaban los trasgos. Por solo su apariencia muestra ser un gran enemigo. Mi reacción al verlo es la que haría cualquier persona al verlo. Esconderme inútilmente tras una enorme rama para que no me vea.
Vuelvo a estar armado. La altura me da ventaja. Nadie puede contra mí. Disparo una flecha tras otra. Muchos trasgos mueren. Uno de los tres hombres se arma con un arco. Pero yo soy más rápido. Antes que pueda disparar una flecha, su cabeza queda perforada por una de mis flechas. Como todo buen arquero sabe, los primeros objetivos son los otros arqueros. En mi posición, los que combatientes cuerpo a cuerpo no pueden alcanzarme. Los arqueros sí.
El suelo se tiembla fuertemente ante la nueva amenaza. Un guerrero de brillante armadura de color bronce recubierta de un rojo fuego interno. Es el campeón del que hablaban los trasgos. Por solo su apariencia muestra ser un gran enemigo. Mi reacción al verlo es la que haría cualquier persona al verlo. Esconderme inútilmente tras una enorme rama para que no me vea.
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