El centollo espeleólogo. Interp Libre [3/3][CERRADO]
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Re: El centollo espeleólogo. Interp Libre [3/3][CERRADO]
¿Quién está volando ahora? ¡Sí, tú! Lástima que sólo podía contar con mi poca fuerza física para lanzarla, qué bien que soy rápida, ¿eh? Con ejemplos como éste se comprende que la flecha es más letal por su rapidez que por su punta. Tampoco es como si supiera mucho de arquería, pero es divertido. Sólo debo cuidar no divertirme demasiado. Estuve preocupándome tanto por la corrida que olvidé por completo lo que viene después. La velocidad a la que iba necesitaba de una fuerza proporcional para detenerme y no la había calculado, provocando que al impactar contra Huracán, parte de mi cuerpo continuara avanzando, casi cayendo al agua también. Estuve muy cerca de caer, mas logré frenar justo a tiempo, sacrificando valiosos segundos que pude emplear para continuar mi frenesí. Qué se le va a hacer.
Preparé mi hoja oculta, sabiendo bien que Elen venía hacia mí. ¡Qué fortuito! Y yo que pensaba que tendría que gastarme más, pero la niña estaba tan deseosa de morir que deliberadamente entregaba su vida a mis garras. Contemplo ansiosa su recorrido con sólo mover mis ojos, sin modificar el ángulo de mi cabeza o cuerpo, sintiendo que recibiría puntos por estilo. Lentamente fui elevando mi mano para que ella misma se clavara en mi acero. Quizá... debí tomar mayor iniciativa. Yo esperaba que la Huracanizada fuera comida de sirena, pero la muy babosa seguía aquí fastidiándome. Mejor dicho, fastidiándonos. No le importaba causar daño colateral, ¿eh? Me agradaba eso de ella, muy directa la chica.
Total que nos empujó con sus hechizos. Me intriga saber si exclama esas frases para ganar poder, concentrarse o aumentar la potencia de repulsión. Yo con sólo oírla ya me quiero alejar mil ocho mil kilómetros. Para no quedarme con la duda, le preguntaría antes de matarla. Ah, pero antes debo recibir la... Auch. Demasiado tarde. Fue muy espontáneo, no lo había... Digo, esto era parte del plan, claro. Ahora estaba a una distancia más favorable, alejada de la castaña, quien debería volver a esperar a usar sus trucos, quiero suponer. El problema estaba en que ahora Elen se hallaba un poquito más lejos. Muy mal. Eso y que el violento empujón causó que rodara por la tierra casi sin control. Creo que me golpeé el borde de la rodilla.
No quiero perder tiempo. Debo recuperarme y enmendar el deterioro que me había provocado. Es decir, reanudar la estrategia. Esto es lo que quería. Precisamente esto. En el instante en que logro parar mi caída, me impulso usando mis manos y pies para ir hacia adelante, en dirección de la ancianita. No hay señuelos, no hay distracciones, no hay maniobras. Es una recia ofensiva frontal. Nada me detendrá. ¡Nada!
Argh. Escucho el molesto grito de la eoloquinética, revelando mi joya. Pero qué chismosa me salió. En un arranque de desesperación, sintiendo que mi arremetida no funcionaría, cambio repentinamente de táctica. En lugar de simplemente penetrarle el cuello, doy un salto y giro en el aire, estirando mi siniestra, tratando de cortarle la cara con la punta de la hoja. Creo que lleva un toque más inesperado y efectivo. ¡Daño garantizado, sí que sí! Apuesto a que le gustará agregar una nueva cicatriz a su ya deformado rostro.
Preparé mi hoja oculta, sabiendo bien que Elen venía hacia mí. ¡Qué fortuito! Y yo que pensaba que tendría que gastarme más, pero la niña estaba tan deseosa de morir que deliberadamente entregaba su vida a mis garras. Contemplo ansiosa su recorrido con sólo mover mis ojos, sin modificar el ángulo de mi cabeza o cuerpo, sintiendo que recibiría puntos por estilo. Lentamente fui elevando mi mano para que ella misma se clavara en mi acero. Quizá... debí tomar mayor iniciativa. Yo esperaba que la Huracanizada fuera comida de sirena, pero la muy babosa seguía aquí fastidiándome. Mejor dicho, fastidiándonos. No le importaba causar daño colateral, ¿eh? Me agradaba eso de ella, muy directa la chica.
Total que nos empujó con sus hechizos. Me intriga saber si exclama esas frases para ganar poder, concentrarse o aumentar la potencia de repulsión. Yo con sólo oírla ya me quiero alejar mil ocho mil kilómetros. Para no quedarme con la duda, le preguntaría antes de matarla. Ah, pero antes debo recibir la... Auch. Demasiado tarde. Fue muy espontáneo, no lo había... Digo, esto era parte del plan, claro. Ahora estaba a una distancia más favorable, alejada de la castaña, quien debería volver a esperar a usar sus trucos, quiero suponer. El problema estaba en que ahora Elen se hallaba un poquito más lejos. Muy mal. Eso y que el violento empujón causó que rodara por la tierra casi sin control. Creo que me golpeé el borde de la rodilla.
No quiero perder tiempo. Debo recuperarme y enmendar el deterioro que me había provocado. Es decir, reanudar la estrategia. Esto es lo que quería. Precisamente esto. En el instante en que logro parar mi caída, me impulso usando mis manos y pies para ir hacia adelante, en dirección de la ancianita. No hay señuelos, no hay distracciones, no hay maniobras. Es una recia ofensiva frontal. Nada me detendrá. ¡Nada!
Argh. Escucho el molesto grito de la eoloquinética, revelando mi joya. Pero qué chismosa me salió. En un arranque de desesperación, sintiendo que mi arremetida no funcionaría, cambio repentinamente de táctica. En lugar de simplemente penetrarle el cuello, doy un salto y giro en el aire, estirando mi siniestra, tratando de cortarle la cara con la punta de la hoja. Creo que lleva un toque más inesperado y efectivo. ¡Daño garantizado, sí que sí! Apuesto a que le gustará agregar una nueva cicatriz a su ya deformado rostro.
Geist
Experto
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Re: El centollo espeleólogo. Interp Libre [3/3][CERRADO]
El ataque de la enmascarada surtió efecto, enviando a Huracán directamente hacia el agua y debilitando de ese modo a las dos brujas, que de actuar juntas podrían haber terminado con aquella situación mucho más rápido. Geist tenía su estrategia, claramente buscaba terminar con una de las dos antes de enfrentarse a la otra, pero ésta vez no le saldría bien, no mientras la de ojos verdes pudiese hacer algo.
La electricidad se mantenía concentrada en sus brazos mientras avanzaba hacia la enemiga, pero no tuvo ocasión de hacer uso de ella, una fuerte ráfaga de aire la levantó del suelo y la empujó hacia atrás. De forma instintiva, colocó ambas manos hacia delante e hizo uso de su habilidad para manejar aquel elemento que le venía en contra, puede que no se le diese tan bien como la electricidad pero al menos podía manipular el aire cuando estaba en el ambiente, cosa que le vendría de perlas en aquel momento.
De ese modo consiguió frenarse y no caer bruscamente, pero tardó unos segundos en pararse del todo, quedando de pie y con ventaja sobre la arquera, que rodó por el suelo. Huracán no tardó en revelar el motivo por el que había hecho aquello, Geist llevaba un arma oculta y la de cabellos cenicientos había estado a punto de conocerla de primera mano. Teniendo aquello en cuenta las cosas cambiaban, no podía acercarse demasiado a su objetivo o se vería totalmente expuesta.
Sin embargo, y a pesar de haber aterrizado mucho peor, la arquera no estaba dispuesta a dejarle espacio, iba directamente hacia la bruja, que tendría que actuar con rapidez para esquivar el tajo. Volviendo a concentrar la electricidad en ambos brazos, una multitud de rayos tomaron forma en torno a su figura, creando el muro de energía que dañaba todo cuanto se acercaba a menos de medio metro.
- A ver si te gusta esto. - dijo, mientras un par de metros en el último momento, viendo como la enmascarada blandía su daga con fuerza. Metal, eso era justo lo que buscaba, y en cuanto la brillante hoja entrase en el rango del muro eléctrico todo se volvería en contra de Geist. El material haría su trabajo y conduciría la corriente a su portadora, que si todo iba bien volvería a quedar aturdida como en el agua, ocasión que ambas hechiceras podrían aprovechar para reducirla.
Dada la agilidad de la arquera cabía la posibilidad de que reculase a tiempo, pero eso no la salvaría, Elen tenía muy claro cuál sería su siguiente paso si la atacante conseguía mantenerse fuera del rango de alcance de su barrera. Una ilusión, como tantas otras que había utilizado antes en casos parecidos, solo debía concentrarse y traer la imagen a su cabeza, para que cobrase vida a través del eléctrico elemento.
Off: Por una vez me sirvió ser alquimista de aire xD
Geist ya sabe de mis ilusiones por el carnaval, pero por si acaso aclaro que son formas hechas con energía, detalle por el cual si tocan a alguien le transmiten esa corriente que las constituye. Lo negativo es que duran poco y se deshacen al impactar con alguien.
La electricidad se mantenía concentrada en sus brazos mientras avanzaba hacia la enemiga, pero no tuvo ocasión de hacer uso de ella, una fuerte ráfaga de aire la levantó del suelo y la empujó hacia atrás. De forma instintiva, colocó ambas manos hacia delante e hizo uso de su habilidad para manejar aquel elemento que le venía en contra, puede que no se le diese tan bien como la electricidad pero al menos podía manipular el aire cuando estaba en el ambiente, cosa que le vendría de perlas en aquel momento.
De ese modo consiguió frenarse y no caer bruscamente, pero tardó unos segundos en pararse del todo, quedando de pie y con ventaja sobre la arquera, que rodó por el suelo. Huracán no tardó en revelar el motivo por el que había hecho aquello, Geist llevaba un arma oculta y la de cabellos cenicientos había estado a punto de conocerla de primera mano. Teniendo aquello en cuenta las cosas cambiaban, no podía acercarse demasiado a su objetivo o se vería totalmente expuesta.
Sin embargo, y a pesar de haber aterrizado mucho peor, la arquera no estaba dispuesta a dejarle espacio, iba directamente hacia la bruja, que tendría que actuar con rapidez para esquivar el tajo. Volviendo a concentrar la electricidad en ambos brazos, una multitud de rayos tomaron forma en torno a su figura, creando el muro de energía que dañaba todo cuanto se acercaba a menos de medio metro.
- A ver si te gusta esto. - dijo, mientras un par de metros en el último momento, viendo como la enmascarada blandía su daga con fuerza. Metal, eso era justo lo que buscaba, y en cuanto la brillante hoja entrase en el rango del muro eléctrico todo se volvería en contra de Geist. El material haría su trabajo y conduciría la corriente a su portadora, que si todo iba bien volvería a quedar aturdida como en el agua, ocasión que ambas hechiceras podrían aprovechar para reducirla.
Dada la agilidad de la arquera cabía la posibilidad de que reculase a tiempo, pero eso no la salvaría, Elen tenía muy claro cuál sería su siguiente paso si la atacante conseguía mantenerse fuera del rango de alcance de su barrera. Una ilusión, como tantas otras que había utilizado antes en casos parecidos, solo debía concentrarse y traer la imagen a su cabeza, para que cobrase vida a través del eléctrico elemento.
Off: Por una vez me sirvió ser alquimista de aire xD
Geist ya sabe de mis ilusiones por el carnaval, pero por si acaso aclaro que son formas hechas con energía, detalle por el cual si tocan a alguien le transmiten esa corriente que las constituye. Lo negativo es que duran poco y se deshacen al impactar con alguien.
Elen Calhoun
Aerandiano de honor
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Re: El centollo espeleólogo. Interp Libre [3/3][CERRADO]
Elen parecía no haberse caído por mi ráfaga de aire. “¡Es poderosa. Tiene recursos para todo!”, pensé mientras corría hacia la batalla. Geist se había lanzado a por ella y yo trataba de llegar para impedirlo. Tampoco hacía mucha falta, Elen de nuevo con su barrera de rayos iba a impedir que Geist la atacara. No debe ser agradable que una corriente eléctrica te atravesase, de darse contra ella la enmascarada quedará muy tocada, imagino. Lancé el cuchillo desde la distancia para tratar de darle, pero me había salido desviado el tiro. Es igual. No lo necesito. Lo hice porque odio el combate cuerpo a cuerpo, pese a que soy muy ágil y competente, lo mío era el disparo con ballesta y el bombardeo. Herramientas que utilizaba para cazar vampiros y licántropos.
A medida que me acercaba iba pensando la jugada. Si porta una hoja oculta y yo iba desarmada implicaba que de cintura para arriba tendría difícil derrotarla, de cintura para abajo es otra historia. Habría que intentar placarla por abajo para detenerla cuando estuviera en suelo. Una entrada al más puro estilo deportivo solía venir de perlas en aquellos casos. ¡Además brilla! Perfecto, así la localizo mejor. Entré fuerte con una segada al tobillo, prácticamente en paralelo al suelo. Mi objetivo era derribarla. Cerré los ojos y apreté los dientes.
Muy importante el detalle de cerrar los ojos, pues por lo visto no supe a por quién me lanzaba y me topé con... ¡¡una pequeña estalagmita que no había visto y que estaba entre Geist y yo. Al entrar con el tobillo por delante me causó una dolorosa torcedura.
-AAhh ¡Mierda! – grité muy secamente mientas daba varias volteretas de dolor por el suelo por haberme llevado por delante la estalagmita, me había golpeado con aquel obstáculo pues la cueva, aunque iluminada, mantenía algunas partes en sombra y el ambiente oscuro no me permitía distinguir los objetos más pequeños. - ¡Joder! Me cago en todo.
Aunque el dolor del pie era lo de menos. Estaba enfadada, muy enfadada, por el ridículo que había hecho, pero no era el momento adecuado… sé qué ocurre cuando esto pasa. Efectivamente. Fuertes corrientes de viento comenzaron a fluir por los huecos y las cavidades, y el polvo comenzó a liberarse. Estaba provocándose aquello que me daba sobrenombre: El huracán. La fuente maestra de todo el potencial heredado de mi madre pero que aún no era capaz de controlar por mí misma, pero estaba en mi interior y se desataba espontáneamente cuando me enfadaba demasiado.
Pero aquel no era el mejor sitio para desatar el culmen del poder del viento. Era una cavidad. Lo más probable es que acabásemos todas lapidadas. Y lo peor es que ni podía moverme para escapar pues me dolía el tobillo. El viento comenzó a barrer estalactitas por el techo, y la vieja torre comenzó a medio derrumbarse, provocando un enorme terremoto dentro de la cavidad, además de un estruendo, que acompañaba el fuerte sonido del viento rompiendo grietas. Las piedras volaban sin control. Estaba nerviosa, muy nerviosa, pero eso no hacía más que empeorar las cosas. Sabía que tenía que mantener la serenidad, pero era incapaz. Y lo peor es que consumía mi propia energía. Cuando ya tenía poca, ahora todavía menos. Se me iba la visión. Lo último que vi fue a Elen multiplicárseme cuatro veces en la vista. No eran ilusiones, sino que mi vista se nublaba y comenzaba a perder el conocimiento, mientras el huracán continuaba en todo su esplendor, mi mente se iba completamente… me había desmayado, de nuevo, por no saber controlar mis instintos de furia.
OFF: Lamento la equivocación y ante el privado de Elen, edito el mensaje. En negrita he indicado lo que he cambiado. Aunque sea un poco "patético", no he cambiado las acciones generales del mensaje para no obligar a Geist a cambiar todo su mensaje. Tan sólo he cambiado los detalles. Continuad vosotras..
OFF2: Podéis manejar el huracán como os apetezca porque mi pj no lo controla. No lo ignoréis pues tiene un poder devastador y a medida que pasen los turnos debería ir destruyendo más. Huracán (por su nivel) aún no controla este tipo de fenómenos, que se generan cuando se enfada a partir de su energía, el desgaste es enorme y por eso se desmaya. Controlar sus emociones es una de las cosas que tiene que aprender debido a esto.
A medida que me acercaba iba pensando la jugada. Si porta una hoja oculta y yo iba desarmada implicaba que de cintura para arriba tendría difícil derrotarla, de cintura para abajo es otra historia. Habría que intentar placarla por abajo para detenerla cuando estuviera en suelo. Una entrada al más puro estilo deportivo solía venir de perlas en aquellos casos. ¡Además brilla! Perfecto, así la localizo mejor. Entré fuerte con una segada al tobillo, prácticamente en paralelo al suelo. Mi objetivo era derribarla. Cerré los ojos y apreté los dientes.
Muy importante el detalle de cerrar los ojos, pues por lo visto no supe a por quién me lanzaba y me topé con... ¡¡una pequeña estalagmita que no había visto y que estaba entre Geist y yo. Al entrar con el tobillo por delante me causó una dolorosa torcedura.
-AAhh ¡Mierda! – grité muy secamente mientas daba varias volteretas de dolor por el suelo por haberme llevado por delante la estalagmita, me había golpeado con aquel obstáculo pues la cueva, aunque iluminada, mantenía algunas partes en sombra y el ambiente oscuro no me permitía distinguir los objetos más pequeños. - ¡Joder! Me cago en todo.
Aunque el dolor del pie era lo de menos. Estaba enfadada, muy enfadada, por el ridículo que había hecho, pero no era el momento adecuado… sé qué ocurre cuando esto pasa. Efectivamente. Fuertes corrientes de viento comenzaron a fluir por los huecos y las cavidades, y el polvo comenzó a liberarse. Estaba provocándose aquello que me daba sobrenombre: El huracán. La fuente maestra de todo el potencial heredado de mi madre pero que aún no era capaz de controlar por mí misma, pero estaba en mi interior y se desataba espontáneamente cuando me enfadaba demasiado.
Pero aquel no era el mejor sitio para desatar el culmen del poder del viento. Era una cavidad. Lo más probable es que acabásemos todas lapidadas. Y lo peor es que ni podía moverme para escapar pues me dolía el tobillo. El viento comenzó a barrer estalactitas por el techo, y la vieja torre comenzó a medio derrumbarse, provocando un enorme terremoto dentro de la cavidad, además de un estruendo, que acompañaba el fuerte sonido del viento rompiendo grietas. Las piedras volaban sin control. Estaba nerviosa, muy nerviosa, pero eso no hacía más que empeorar las cosas. Sabía que tenía que mantener la serenidad, pero era incapaz. Y lo peor es que consumía mi propia energía. Cuando ya tenía poca, ahora todavía menos. Se me iba la visión. Lo último que vi fue a Elen multiplicárseme cuatro veces en la vista. No eran ilusiones, sino que mi vista se nublaba y comenzaba a perder el conocimiento, mientras el huracán continuaba en todo su esplendor, mi mente se iba completamente… me había desmayado, de nuevo, por no saber controlar mis instintos de furia.
OFF: Lamento la equivocación y ante el privado de Elen, edito el mensaje. En negrita he indicado lo que he cambiado. Aunque sea un poco "patético", no he cambiado las acciones generales del mensaje para no obligar a Geist a cambiar todo su mensaje. Tan sólo he cambiado los detalles. Continuad vosotras..
OFF2: Podéis manejar el huracán como os apetezca porque mi pj no lo controla. No lo ignoréis pues tiene un poder devastador y a medida que pasen los turnos debería ir destruyendo más. Huracán (por su nivel) aún no controla este tipo de fenómenos, que se generan cuando se enfada a partir de su energía, el desgaste es enorme y por eso se desmaya. Controlar sus emociones es una de las cosas que tiene que aprender debido a esto.
Última edición por Huracan el Lun 12 Oct 2015, 13:15, editado 4 veces
Anastasia Boisson
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Re: El centollo espeleólogo. Interp Libre [3/3][CERRADO]
¡Te ten...! Electrocutación. Otra vez. ¡Otra maldita vez! Se sentía humillante volver a caer en el mismo efecto dos veces en el mismo combate. Y justo cuando estaba por lanzar mi golpe definitivo. Un sentimiento de rabia llenaba mi mente en paralelo con la corriente eléctrica que amenazaba doblegar mis nervios y ponerle un alto a mis latidos. Cada chispa en mi cuerpo alimentaba más ese deseo de asesinato. Lo que había empezado como un juego, una mera broma realmente e intercambio de irreverencias, ahora se convertía en un tablero de muerte. Esa ancianita me las pagaría completas.
Atrapada por su red eléctrica antes de que mi hoja pudiera tocar su piel, retrocedo instintivamente, no sin poder evitar caer temblando. De nuevo, mis articulaciones se flexionaban involuntariamente, perdiendo por un breve intervalo control total de mi cuerpo. Incluso después de que la corriente se haya disipado, puedo sentir el daño que dejó en mis músculos. Me cuesta aún más moverme y pensar con claridad. Pero no cedo al dolor o al aturdimiento. Llena de tierra, pero aún más de un anhelo, no, de una ambición asesina, me pongo de pie con dificultad. Mis piernas tiemblan y mis tendones amenazan con colapsar, mas mi voluntad no es frenada.
Al azar la vista y buscar a mi oponente, no es un objetivo el que, sino diversas figuras las que se mueven a su alrededor. Era extraño. No estaban ahí antes de que fuera atacada. ¿Era mi mente jugándome trucos de nuevo? Raro que no sucedan en la noche. No importa. Son inofensivos, pueden ser muy groseros, conspirativos, tenebrosos, hasta graciosos, pero físicamente inofensivos. Ignoró a las criaturas, a las bestias, a las garras, sólo me enfoco en Elen. Mi codiciada presa. El premio mayor. Escuchó una exclamación de injurias, mas las descarto, puesto que no son lo que quiero. Yo quiero el alma de Elen.
Desveló mi hoja. No hay necesidad de que siga oculta. No hay necesidad de ocultar lo que deseo. No más secretos, no más disparates. Terminaré con esto pronto. Nada ni nadie se interpondrá. ¡Ni siquiera tú, sucio conejo volador! Con el filo de mi acero corto a la mitad a esa liebre. Extraño. Siento algo en la muñeca*. Como un calambre o unas cosquillas. Casi me detengo a observar. Casi. No aparto la vista de ella. No lo haré hasta que muera. Ni siquiera me tomo la molestia de partir a la falsa Elen que se me acercaba. Era muy fácil saber que era un espejismo, aunque era inusual que mi psiquis creara imágenes así, siempre había detalles que delataban su seudo-existencia; en este caso, la simple posición.
Estaba muy cerca de ella, tan cerca, deliciosamente cerca. Había dicho que nada me detendría, sin embargo no esperaba que la nada fuera tan escandalosa. Un estruendo retumba, provocando un leve sismo. Y no sólo un movimiento de la tierra, sino también del aire. Las ráfagas de viento se duplican y multiplican, se propagan con violencia y sacuden las mismísimas ruinas. Siento mi cuerpo queriendo ser llevado por estas corrientes aéreas. ¿Cuál podría ser el origen de este huracán? ¡Por supuesto! ¡Huracán! ¿Quién más? Esto era ridículo. Pero era nuestra culpa, ¿no? ¿Quién en su sano juicio permite que Huracán entre a una cueva? Muy tarde para ello, así como también es tarde para preocuparme por mi propia seguridad.
Ésta podría ser mi último asesinato, pero al menos lo disfrutaría. ¡Venga! Es un buen escenario para morir. ¿Quién más puede presumir que murió en medio de un huracán dentro de una caverna? Sólo nosotras tres, espero. No si las mato primero, ¿eh?
Corro. Acelero. Me abalanzo con velocidad hacia Elen. Elen. Elen... ¿Elen? Hm. Qué nombre tan... suave. No sé. Es fácil de pronunciar. ¿Así de fácil será de atravesar? Doy un brinco y empujo con fuerza mi mano izquierda, llevando mi acero a su pecho.
______________
*Cierto que la hoja oculta de Geist está hecha de metal, mas ésta no está adherida directamente a Geist. La hoja se encuentra envuelta en un brazalete de cuero, material que no es conductor. Mientras que el acero absorbe y mantiene la electricidad, la piel mantiene este elemento aislado del antebrazo de Geist... parcialmente, al menos, lo suficiente. O al menos así lo interpreto yo. Igual planeo darle una consecuencia ese detalle en el futuro.
Y, por cierto, Elen no tiene que recibir el ataque de Geist. Puede decir que una ráfaga de aire la empujó o algo así xD Sería divertido.
Atrapada por su red eléctrica antes de que mi hoja pudiera tocar su piel, retrocedo instintivamente, no sin poder evitar caer temblando. De nuevo, mis articulaciones se flexionaban involuntariamente, perdiendo por un breve intervalo control total de mi cuerpo. Incluso después de que la corriente se haya disipado, puedo sentir el daño que dejó en mis músculos. Me cuesta aún más moverme y pensar con claridad. Pero no cedo al dolor o al aturdimiento. Llena de tierra, pero aún más de un anhelo, no, de una ambición asesina, me pongo de pie con dificultad. Mis piernas tiemblan y mis tendones amenazan con colapsar, mas mi voluntad no es frenada.
Al azar la vista y buscar a mi oponente, no es un objetivo el que, sino diversas figuras las que se mueven a su alrededor. Era extraño. No estaban ahí antes de que fuera atacada. ¿Era mi mente jugándome trucos de nuevo? Raro que no sucedan en la noche. No importa. Son inofensivos, pueden ser muy groseros, conspirativos, tenebrosos, hasta graciosos, pero físicamente inofensivos. Ignoró a las criaturas, a las bestias, a las garras, sólo me enfoco en Elen. Mi codiciada presa. El premio mayor. Escuchó una exclamación de injurias, mas las descarto, puesto que no son lo que quiero. Yo quiero el alma de Elen.
Desveló mi hoja. No hay necesidad de que siga oculta. No hay necesidad de ocultar lo que deseo. No más secretos, no más disparates. Terminaré con esto pronto. Nada ni nadie se interpondrá. ¡Ni siquiera tú, sucio conejo volador! Con el filo de mi acero corto a la mitad a esa liebre. Extraño. Siento algo en la muñeca*. Como un calambre o unas cosquillas. Casi me detengo a observar. Casi. No aparto la vista de ella. No lo haré hasta que muera. Ni siquiera me tomo la molestia de partir a la falsa Elen que se me acercaba. Era muy fácil saber que era un espejismo, aunque era inusual que mi psiquis creara imágenes así, siempre había detalles que delataban su seudo-existencia; en este caso, la simple posición.
Estaba muy cerca de ella, tan cerca, deliciosamente cerca. Había dicho que nada me detendría, sin embargo no esperaba que la nada fuera tan escandalosa. Un estruendo retumba, provocando un leve sismo. Y no sólo un movimiento de la tierra, sino también del aire. Las ráfagas de viento se duplican y multiplican, se propagan con violencia y sacuden las mismísimas ruinas. Siento mi cuerpo queriendo ser llevado por estas corrientes aéreas. ¿Cuál podría ser el origen de este huracán? ¡Por supuesto! ¡Huracán! ¿Quién más? Esto era ridículo. Pero era nuestra culpa, ¿no? ¿Quién en su sano juicio permite que Huracán entre a una cueva? Muy tarde para ello, así como también es tarde para preocuparme por mi propia seguridad.
Ésta podría ser mi último asesinato, pero al menos lo disfrutaría. ¡Venga! Es un buen escenario para morir. ¿Quién más puede presumir que murió en medio de un huracán dentro de una caverna? Sólo nosotras tres, espero. No si las mato primero, ¿eh?
Corro. Acelero. Me abalanzo con velocidad hacia Elen. Elen. Elen... ¿Elen? Hm. Qué nombre tan... suave. No sé. Es fácil de pronunciar. ¿Así de fácil será de atravesar? Doy un brinco y empujo con fuerza mi mano izquierda, llevando mi acero a su pecho.
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*Cierto que la hoja oculta de Geist está hecha de metal, mas ésta no está adherida directamente a Geist. La hoja se encuentra envuelta en un brazalete de cuero, material que no es conductor. Mientras que el acero absorbe y mantiene la electricidad, la piel mantiene este elemento aislado del antebrazo de Geist... parcialmente, al menos, lo suficiente. O al menos así lo interpreto yo. Igual planeo darle una consecuencia ese detalle en el futuro.
Y, por cierto, Elen no tiene que recibir el ataque de Geist. Puede decir que una ráfaga de aire la empujó o algo así xD Sería divertido.
Geist
Experto
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Re: El centollo espeleólogo. Interp Libre [3/3][CERRADO]
La barrera surtió efecto, frenando el ataque de Geist y dejando a la arquera nuevamente aturdida, pero esto no duraría mucho, tenía que aprovechar la ocasión. Sin embargo no tuvo tiempo de hacerlo, desvió la vista hacia Huracán y la vio chocar bruscamente contra algo, para luego girar por el suelo al tiempo que se quejaba. Lo ideal era que ambas redujesen a su enemiga común, pero con la de cabellos castaños tan apartada sería complicado, y Geist ya empezaba a levantarse del suelo tras recibir la corriente.
No había tiempo que perder, Elen tenía que hacer cuanto estuviese en su mano por dejarla inconsciente, y de ese modo ganar el tiempo suficiente para que tanto la tensai como ella misma abandonasen la cueva de forma segura. Pero ese objetivo resultaría complicado, pues tenía que utilizar su elemento aplicándolo directamente a la piel de la arquera, solo así conseguiría que perdiese el conocimiento, tarea que no parecía fácil dada la resistencia que mostraba.
Volviendo la mirada hacia su objetivo, la bruja alcanzó a ver la hoja oculta que portaba, y que ahora mostraba tranquilamente, ya no había motivos para seguir escondiéndola. Debía pensar algo, una estrategia o manera de acercarse a Geist sin ponerse excesivamente en peligro, algo difícil. Para colmo de males, varias ráfagas de aire comenzaron a desplazarse por la sala de forma violenta, tirando las estalactitas que encontraban a su paso y dañando la ya de por sí deteriorada estructura de la torre, que amenazaba con derrumbarse.
La atalaya no tardó en ceder, e instantes después de que se iniciaran las corrientes uno de sus lados comenzó a venirse abajo, causando gran estruendo y llenando la sala de escombros. La bruja maldijo interiormente, si no se daba prisa en terminar aquella pelea el derrumbamiento podría bloquear su única salida, y la idea de pasar más tiempo allí en compañía de la enmascarada no se le antojaba nada agradable.
Pero lo más preocupante estaba por llegar, Huracán había iniciado todo aquel despliegue de viento y su energía se estaba consumiendo a una velocidad pasmosa, con lo que pronto quedó tirada en el suelo e inconsciente. Al percatarse de ello, la de ojos verdes empezó a ponerse nerviosa, no solo tenía que evitar ser aplastada por los escombros y enfrentarse a Geist, sino que ahora también debía proteger a la maga para que no le ocurriese nada.
La arquera no desperdicia su oportunidad, acelera hacia ella y prepara la hoja para un ataque frontal, es hora de actuar. Valiéndose de su habilidad para manejar el viento, que tan convenientemente ha dejado la tensai en el ambiente, la benjamina de los Calhoun alza las manos y se deja llevar por una de las corrientes, esquivando hacia un costado y poniendo cierta distancia con su adversaria, que sin duda tardaría poco en reaccionar.
- Veamos si puedo usarlo en mi favor. - pensó para sí, antes de centrarse en una de las corrientes más fuertes y manipularla para que se dirigiese directamente hacia la hacia la torre, cuya desgastada estructura no soportaría el impacto. Tal como esperaba, los cimientos perdieron el apoyo que los mantenía en pie y la atalaya comenzó a derrumbarse rápidamente, dividiendo la caverna en dos al caer.
En un lado habían quedado las dos hechiceras y la laguna, mientras que de Geist no parecía haber rastro, probablemente hubiese quedado al otro lado de los escombros. Sin perder tiempo, la de ojos verdes corrió hacia su compañera y tiró de ella para sacarla del lugar, aunque para ello tuviese que meterse en el agua, donde quizá quedase alguna sirena. Por suerte para ambas no era el caso, y al cabo de un par de minutos, de bastante esfuerzo para la alquimista, por fin se encontraron en el exterior de la cueva.
Con un fugaz vistazo pudo orientarse, al ver el pequeño puerto de la cala no demasiado lejos de donde se encontraban, podría pedir ayuda. Sin embargo, la idea de dejar a Huracán allí sola y a merced de que Geist pudiese salir y atacarla, prefirió hacer señal con los brazos y llamar a gritos al capitán, que no tardó en percatarse de su presencia.
Minutos después el marinero ya se encontraba junto a la bruja, y tras negociar el pasaje de la tensai, pudieron ponerse en marcha para llevarla a la embarcación, que de inmediato saldría hacia Beltrexus.
Post editado por llevar el hilo más de un mes sin respuesta de Geist.
No había tiempo que perder, Elen tenía que hacer cuanto estuviese en su mano por dejarla inconsciente, y de ese modo ganar el tiempo suficiente para que tanto la tensai como ella misma abandonasen la cueva de forma segura. Pero ese objetivo resultaría complicado, pues tenía que utilizar su elemento aplicándolo directamente a la piel de la arquera, solo así conseguiría que perdiese el conocimiento, tarea que no parecía fácil dada la resistencia que mostraba.
Volviendo la mirada hacia su objetivo, la bruja alcanzó a ver la hoja oculta que portaba, y que ahora mostraba tranquilamente, ya no había motivos para seguir escondiéndola. Debía pensar algo, una estrategia o manera de acercarse a Geist sin ponerse excesivamente en peligro, algo difícil. Para colmo de males, varias ráfagas de aire comenzaron a desplazarse por la sala de forma violenta, tirando las estalactitas que encontraban a su paso y dañando la ya de por sí deteriorada estructura de la torre, que amenazaba con derrumbarse.
La atalaya no tardó en ceder, e instantes después de que se iniciaran las corrientes uno de sus lados comenzó a venirse abajo, causando gran estruendo y llenando la sala de escombros. La bruja maldijo interiormente, si no se daba prisa en terminar aquella pelea el derrumbamiento podría bloquear su única salida, y la idea de pasar más tiempo allí en compañía de la enmascarada no se le antojaba nada agradable.
Pero lo más preocupante estaba por llegar, Huracán había iniciado todo aquel despliegue de viento y su energía se estaba consumiendo a una velocidad pasmosa, con lo que pronto quedó tirada en el suelo e inconsciente. Al percatarse de ello, la de ojos verdes empezó a ponerse nerviosa, no solo tenía que evitar ser aplastada por los escombros y enfrentarse a Geist, sino que ahora también debía proteger a la maga para que no le ocurriese nada.
La arquera no desperdicia su oportunidad, acelera hacia ella y prepara la hoja para un ataque frontal, es hora de actuar. Valiéndose de su habilidad para manejar el viento, que tan convenientemente ha dejado la tensai en el ambiente, la benjamina de los Calhoun alza las manos y se deja llevar por una de las corrientes, esquivando hacia un costado y poniendo cierta distancia con su adversaria, que sin duda tardaría poco en reaccionar.
- Veamos si puedo usarlo en mi favor. - pensó para sí, antes de centrarse en una de las corrientes más fuertes y manipularla para que se dirigiese directamente hacia la hacia la torre, cuya desgastada estructura no soportaría el impacto. Tal como esperaba, los cimientos perdieron el apoyo que los mantenía en pie y la atalaya comenzó a derrumbarse rápidamente, dividiendo la caverna en dos al caer.
En un lado habían quedado las dos hechiceras y la laguna, mientras que de Geist no parecía haber rastro, probablemente hubiese quedado al otro lado de los escombros. Sin perder tiempo, la de ojos verdes corrió hacia su compañera y tiró de ella para sacarla del lugar, aunque para ello tuviese que meterse en el agua, donde quizá quedase alguna sirena. Por suerte para ambas no era el caso, y al cabo de un par de minutos, de bastante esfuerzo para la alquimista, por fin se encontraron en el exterior de la cueva.
Con un fugaz vistazo pudo orientarse, al ver el pequeño puerto de la cala no demasiado lejos de donde se encontraban, podría pedir ayuda. Sin embargo, la idea de dejar a Huracán allí sola y a merced de que Geist pudiese salir y atacarla, prefirió hacer señal con los brazos y llamar a gritos al capitán, que no tardó en percatarse de su presencia.
Minutos después el marinero ya se encontraba junto a la bruja, y tras negociar el pasaje de la tensai, pudieron ponerse en marcha para llevarla a la embarcación, que de inmediato saldría hacia Beltrexus.
Post editado por llevar el hilo más de un mes sin respuesta de Geist.
Elen Calhoun
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