Arcanos [mini evento]

Aquella vieja sentada en el tronco de un árbol era misteriosamente escalofriante. Vestida con una larga capa anaranjada, todo lo que se veía de ella era un largo báculo lleno de callos y parte de su rostro lleno de arrugas además de un mechón de pelo. Cualquier persona podría inferir que era más alto que ella, ya que allí donde estaba no se podría saber con exactitud ya que era a más de cuatro metros del suelo. No había nada a su alrededor que delatara cómo habría llegado hasta allí.

Al divisarte a la distancia llamaría tu atención de alguna manera y cuando estuvieses cerca  te diría:
-¿Podrías ayudarme? Llegué hasta aquí con la ayuda de esas runas que estás pisando, sí sí, esas mismas. Y ahora que ya has visto dónde se encuentran ¿serías tan amable de ponerlas alrededor de ese tronco?- Con el báculo señaló el tronco de un árbol que formaba una “O”.
-Si lo haces correctamente te daré una jugosa recompensa además de que los dioses te sonreirán por haber hecho una buena acción-

    Nunca había sido una chiquilla viajera, generalmente me encontraba en los mismos lugares tratando de aprender algo o practicando mis técnicas de robo, claramente quería ser una excelente miembro del gremio de ladrones y dar a respetar aquella agrupación. Generalmente me encontraba en Lunargenta o sus alrededores, al menos los últimos meses ya que ahí siempre encontraba algo por aprender o a alguien para fastidiar, sin embargo ya era hora de conocer otros lugares, ver a otro tipo de personas e interpretar otros ambientes en donde me vería obligada a adaptarme. Quería expandir mis horizontes, por lo que elegí un destino relativamente cerca pero lo suficientemente lejos para que no fuese el mismo ambiente, tenía que probar mis técnicas de hurto en otros lugares para perfeccionarlas.

    Llegar a los reinos del este no se me había hecho tan difícil, ya que llevaba unos cuantos meses siendo parte oficial del gremio y eso me dejaba tener ciertos contactos que antes no poseía, por lo que el transporte no fue muy problemático. Lo que básicamente estaba buscando eran retos, oportunidades y piedras en el camino(1), así que al llegar a la parte este pregunté por los lugares más extravagantes y extraños para visitarlos, ya que antes de entrenar mis habilidades quería primero conocer. Entre los lugares que me mencionaron el más recurrente había sido el pantano, incluso habían señores que le decían el “pantano misterioso”. -Yo resolveré esos misterios- pensaba de forma juguetona.

    Me coloqué unas pequeñas botas, junto con unos pantalones anchos y una franelita holgada, la comodidad tenía que estar por delante y más si iba a tener que ensuciarme, porque al menos yo al pensar en pantano imaginaba mucha suciedad como consecuencia. Otra cosa que tenía puesto era un gran velo de alegría y emoción, listo para lucir con mi mejor pose.

    El ambiente era similar a los de algunos bosques que ya había visitado, sin embargo estos tenían algunos rasgos diferentes, como por ejemplo el color del tronco, el del pantano era mucho más opaco que los que estaba acostumbrada y los arboles eran mucho más altos. La gran humedad en el ambiente se podía deducir fácilmente por la cantidad de insectos voladores que se agrupaban, solo esperaba no verme involucrada con ninguno de ellos, ya que no era mi fuerte espantar bichos. Mientras más me adentraba al lugar la tierra se ponía más blanda y eso era todo lo que me podía preocupar -Aún no veo qué es lo misterioso de este sitio- pensé un tanto decepcionada. Tenía que admitir que la vegetación era bastante extraña e interesante, no me atrevería a tocar mucho ninguna planta o animal porque la mayoría tenía aspecto venenoso, pero aún tenía mucho que envidiarle a otros bosques.

    No me había conseguido con otras personas en el camino, mi teoría era que aquel pantano no era muy frecuentado, así que me impresioné bastante en cuanto vi un extraño color en las alturas, una extraña silueta anaranjada de una persona mayor, pero para llegar a esa conclusión tuve que acercarme más.

-¡Hola!- dije amablemente acercándome a la escena -¿A qué juegan?- pronuncié mientras trataba de entender lo que sucedía y me acercaba a ayudar.

    La señora comentó que necesitaba que posicionaramos unas runas alrededor de un tronco y así la ayudaríamos -¿Ayudarla a bajar de ahí o a otra cosa?- pensé con cierta desconfianza, pero luego me dirigí hasta donde se encontraban las pequeñas piedras para ver lo que la señora quería realmente. -¿Tú las pusiste así?- me volteé y le pregunté al hombre que se encontraba con nosotras, ya que si él había sido quién las había ordenado a lo mejor no podría conseguir información de lo que realmente quería la señora del báculo.

    Sin esperar respuesta del hombre agarré una rama que estaba cerca y con ella empujé una de las runas para romper el circulo que estaba alrededor del tronco para luego reordenar las runas de forma aleatoria en el tronco. Podría intentar seguir algún patrón con las runas que se repetían, pero prefería ver que sucedía si tan sólo reordenaba aquellas piedras.

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OffRol

(1) Con piedras en el camino me refiero a obstáculos.
Espero que la suerte me acompañe.

La anciana lejos de sentirse mal parecía embelesada con aquél par que intentaba socorrerla. Su sonrisa era pícara, aunque intentaba disimularla lo mejor que podía tras aquél fajo de arrugas y la capucha. -Lo has hecho bien pequeñita. Tal vez puedas convertirte en mi aprendiz si logras liberarme de todo esto- ofreció moviendo su bastón, al mismo tiempo una lluvia de hojas y flores de colores cayó sobre el par que se encontraba abajo. -En cuanto a ti, hombre solitario, no creo que puedas hacer nada. Mira nada más, llega una pequeña y resuelve antes que tú algo tan sencillo- su tono era desafiante, parecía querer retar al humano para que dejara de prestar atención a otras cosas y la mirara solo a ella.

-En mi juventud conocí a muchos hombres como tú, pero ninguno podía resistirse a los encantos de la dama Noré- esta vez era transparente, la anciana tenía más de aquello que de lo otro -Oh… tantos recuerdos… ey, si no quieres escuchar los relatos de alguien sabio, entonces ¡apúrate a resolverlo!- agregó, cruzando los brazos tan abruptamente que la rama donde se encontraba amenazó con voltearla.

Los vientos cambiaron y una tormenta estaba avecinándose. Si los viajeros no se apuraban a resolver aquél problema probablemente cosas malas comenzarían a sucederles.

    Al parecer el nuevo orden que le había dado a las pequeñas piedras naranjas del piso era más acertado del que tenían inicialmente, el hombre había hecho un gran trabajo y una noble labor al tratar de ayudar a aquella señora, sin embargo yo no me terminaba de fiar, por lo que aún no le había dedicado todo mi esfuerzo por ayudarla.

    El chico peludo parecía estar de paso, me afirmó que él había sido el artista debajo de esa runología, me dio unos cuantos consejos y me dejó pensando en la cantidad de combinaciones posibles por hacer con todas aquellas inscripciones. Respiré profundo y dejé que el aire puro entrara a limpiar mi cuerpo, a lo mejor así se me ocurría algo que realmente pudiese darme alguna respuesta. Instantes después la voz temblorosa y misteriosa de la señora me sacó de mis pensamientos, se dirigía a mí para decirme que me estaba acercando al objetivo e incluso me ofreció enseñarme unas cuantas cosas interesantes. Mi expresión facial al momento fue de desagrado, pero después me torné pensativa, estaba segura de que cualquier persona o situación te podía dejar algo positivo, por lo que dejé mis prejuicios ante la señora a un lado y me puse manos a la obra para realmente dar un mejor esfuerzo por ayudarla. -¡Nada malo va a salir de esto! Y hacer el bien es bueno...- pensé mientras me deleitaba viendo algunas flores de colores caer de los árboles.

    No podía evitar sonreír, ver las hojas flotar e ir cayendo lentamente en el aire me encantaba, a demás de la que la señora empezó a decir unas cuantas cosas con bastante gracia. La misteriosa señora amenazante sobre el árbol pasó a convertirse en una agradable "sabia" que parecía querer jugar con nosotros -¿Por qué no seguirle el juego?- cuestioné con intriga por las intenciones reales de la señora -...Tiene aspecto de bruja, pero sí es así ¿para qué necesitaba nuestra ayuda?- Habían pequeños hilos que no encajaban en toda la historia, pero ya me había decidido a arriesgarme, ver que sucedía, a lo mejor esa extraña situación se convertía en una oportunidad para mí.

-A ver...- me crucé de brazos frente al árbol con runas para pensar un poco.

    Si me estaba acercando a la combinación correcta significaba que el movimiento aleatorio que hice fue efectivo, por lo que rodeé el árbol y coloqué la misma combinación justo en donde debería ser exactamente la parte de atrás del circulo. De momento nadie había explotado o nada extraordinario había sucedido, por lo que volví a darle la vuelta a la planta para buscar otros patrones que copiar.

-¿Ustedes no están teniendo como frío?- pregunté a ambos mientras seguía caminando, sin embargo se me hizo difícil localizar al hombre con la mirada -¿En dónde se habrá metido?-

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OffRol

¿Así o más rápido Thornsito?
Imagínense a Maguita como Pocahontas, respirando, concentrada mientras las hojas caen de los árboles...
Jajajaa "Y colores en el viento descubrir"

    Yo me encontraba concentrada en toda la situación, me intrigaba saber lo que sucedería si lográbamos descifrar el código de las runas -¿Lograría bajar? ¿Algún monstruo extraño se nos uniría?-. No cabía duda que algo mágico poseía esa señora y de ser así no me fiaba mucho de ella, sin embargo estaba decidida a ayudar, las ganas de saber lo que ocurriría eran mucho mas fuerte que mi desconfianza.

    De momento había perdido de vista al hombre que nos acompañaba, aunque su fuerte voz y sus palabras lo hicieron notar de nuevo. Llegó de la nada adulando a la anciana de forma muy coqueta, más de lo que me hubiese gustado escuchar. Mi cara de asombro era un poema, pero sinceramente prefería seguir concentrada en lo que estaba. Mientras mi cerebro se estaba calentando de tanto pensar y buscar resolver el misterio sin fin me había abstraído en mi mundo, aquel mundo que volvió a ser el de todos en cuanto sentí que el hombre se aproximaba -¿Ah? ¿Qué intenta?- pensé con desconfianza.

-Uh- dije mientras cerraba mis ojos con fuerza y el peludo me quitaba algo de la cabeza.

    Abrí mis ojos unos instantes después y con la vista seguí la mano del hombre a ver lo que tenía en mi cabello. No era nada grave, una pequeña hoja se había posado sobre mí y aunque mi reacción ante el caballero había sido a la defensiva no lo quería prejuciar tampoco. Al final la compañía de él había sido buena ya que se ofreció a prestarme una de sus prendas mientras el frío amenazaba por ser cada vez más fuerte, era como si se avecinara una tormenta. Tomé sin pensarlo dos veces el abrigo y me lo coloqué, para luego realizar algunos bailes y saltos con la intención de calentar mi cuerpo, eso le daría tiempo al hombre de realizar los cambios que quisiera en las runas mientras yo disfrutaba de hacer otras actividades para despejar mi mente. No me gustaba mantener mi cabeza ocupada y forzada por tanto tiempo, sabía que si le daba un pequeño descanso a mi cerebro lo más probable es que en el próximo intento me iría muchísimo mejor.

    Después de cansarme al realizar toda una rutina de baile y posiciones raras me acerqué saltando hasta donde se encontraba el hombre y le extendí mi mano para presentarme -Me llamo Magazubi- aquel señor se merecía al menos saber mi nombre por haber sido tan caballeroso conmigo, estaba lista para confiar en él.

-Me toca intentar- le dije amablemente con un aire juguetón y dándole un caderazo(1) para que me dejara intentar a mí.

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OffRol

(1) Caderazo: Golpe con la cadera.
No fue muy duro pero mi intención era empujarte un poco.

    El frío aumentaba y pequeñas gotas empezaron a caer desde el cielo, la brisa amenazaba cada vez más y ya sería hora de refugiarnos en algún lugar. La señora seguía encima de la rama, un poco apurada, se notaba que deseaba que completáramos su acertijo lo más rápido posible. Lagrimitas del cielo empezaron a cubrirnos y yo realmente agradecía haberle quitado la prenda al hombre, aquella que ahora aferraba más a mi cuerpo por el tiempo que estaba haciendo.

    A pesar de que no pude apartar con mi cadera al señor con abundante pelo me abrí espacio para yo seguir intentando resolver aquella combinación de runas que seguramente nos traería sorpresas a todos. Sin discutirlo mucho aquel hombre se apartó un poco en cuanto me puse a cambiar otra vez el orden de las piedras anaranjadas para luego él intervenir; no le hice mucho caso y me dediqué a pensar en el tiempo que nos quedaba para ayudar a la anciana, no pretendía rendirme ni nada parecido, pero tampoco quería agarrar un resfriado por mi terquedad. Miré entonces a la señora en la rama con cierta preocupación para que entendiera que no podíamos seguir mucho tiempo ahí intentando descifrar la combinación.

    Mi reacción fue de asombro en cuanto sentí una mano pesada sobre mi cabeza, que no sólo se encontraba ahí sino que también me despeinaba, por lo que mi cara de asombro pasó a convertirse en una cara amenazante. No me molestaba en lo absoluto que me acariciaran el cabello, pero sabía cuando lo hacían con ternura o por antipatía y en ese caso me resultaba muy incomodo su acto de “protección”. Sí trataba de ser amable con él y dejar mis prejuicios ante su persona, pero como era mi costumbre no tenía toda mi confianza sobre él, ya que si hubiese intentado hacerme daño lo más probable era que saliera sin alguna extremidad, pero claro, como en la mayoría de los escenarios yo siempre era la dulce y frágil niñita que no sabía absolutamente nada tenía una pequeña ventaja en cuanto a muchas cosas.

    Me mantuve en silencio, observando con interés al hombre, dedicándole una fuerte mirada que intentaba atravesar por completo la cabeza del señor mientras este comunicaba que necesitaba retirarse, dejó unas monedas para la anciana y luego se retiró diciendo que mentía -¿Sobre qué habrá mentido?- me pregunté por unos instantes, para después con telekinesis elevar las monedas del señor hasta donde se encontraba la anciana.

-Tenemos que irnos- le comenté finalmente a la señora en tono preocupado mientras con mi pie movía una runa.

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OffRol

Gracias por el evento Thornsito
Mi última intervención
Por favor, suerte ven a mí

La anciana hizo un mohín cuando Colm se retiró, no le interesaban aquellas monedas sino fastidiar a los que estaban de paso, aunque en esa oportunidad ella había recibido el mayor daño. Comenzaba a sentirse vieja. Suspiró y golpeó su bastón contra el árbol en el que se encontraba en el momento en el que la pequeña bruja le informaba de su inminente despedida. Esta vez no hubieron hojas y flores, sino que humo plateado rodeó a la mujer mientras descendía de un salto hasta donde la niña se encontraba.

-Oh, no te sorprendas tanto, la altura era una ilusión, al igual que mi apariencia. Te has portado bien. Ten-

La bruja misteriosa le entregó un pequeño saquito, tras lo cual volvió a desaparecer en otra nube sin ser vista.

bruja:

Evento finalizado con éxito

Magazubi ganas 100 aeros+20 por buen desarrollo= 120 aeros
Colm ganas 100 aeros+20 por buen desarrollo, pero pierdes 10 ya que los cediste= 110 aeros