[Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
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[Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Al principio había sido tan solo un trabajo, sin embargo el objetivo se había encargado de convertirlo en algo personal, había resultado ser un completo desafío que parecía ir siempre un paso adelante en aquella persecución que traían desde las tierras del norte; tras separarse inesperadamente de las mujeres, cuyos paraderos resultaban inciertos; Destino y el brujo barbudo decidieron seguir el rastro del objetivo hasta salir de las tierras de lobos y alcanzando finalmente los vastos terrenos de las afueras de Lunargenta.
No fue difícil encontrar la lujosa mansión en donde se refugiaría el brujo al que perseguían, el elfo había obtenido esa información desde el inicio de su misión, junto a la advertencia de que debería asesinarlo antes que llegara o resultaría realmente difícil una vez que llegara a dicho resguardo; a mitad de la tarde, la mansión se erguía entre imponentes muros de unos tres metros de alto sin más entradas que la puerta principal, la cual estaba custodiada por un par de mercenarios bastante fortachones que parecían tener músculos hasta en las orejas, por lo que resultaría toda una odisea conseguir entrar, no solo por lo difícil que sería pelear y ganar, sino porque seguramente el más mínimo alboroto podría resultar en la fuga del objetivo por alguno de esos pasadizos secretos que tan bien se le daba encontrar y que parecía tenerlos por todos lados -Hará falta un muy buen plan para entrar- Dijo el elfo mientras detallaba la entrada.
Más al fondo, se veían algunos carruajes de transporte, de los cuales unos sujetos cargaban algunas cajas con bastante prisa, parecían pesadas, pues eran necesarios varios de esos sujetos para conseguir moverlas con algo de esfuerzo; una vez que los carruajes eran vaciados, salían de nuevo tal vez en busca de más mercancía, a dónde iban o de dónde venían era todo un misterio, aunque tampoco era que importara mucho, lo que realmente importaba era que si se adueñaban de uno de esos carruajes podrían al menos entrar a la mansión para luego buscar cómo infiltrarse sin parecer sospechosos.
La puerta se abrió durante apenas unos instantes, los suficientes para que uno de los vehículos halado por un par de caballos, saliera a toda prisa de la casa; salir no parecía representar un gran problema, sin embargo la entrada sí que lo era; el próximo transporte que llegó repleto de cajas se detuvo a la entrada mientras el par de fortachones se acercaban a husmear entre la carga, parecían ser muy meticulosos con la seguridad, así que el plan para entrar debería ser bastante ingenioso -¡Sois unos tarados!- Se escuchó un grito acompañado de un fuerte golpe al piso, los sujetos habían dejado caer una de las cajas que transportaban, de la cual había salido una gran cantidad de monedas doradas -¡Recojan eso rápido o el jefe nos matará a todos!- Dijo alarmado el sujeto mientras los secuaces nerviosos se apresuraban en recoger todo al tiempo que el nuevo carruaje comenzaba su entrada a la mansión para ser descargado también.
No era de extrañarse que se tomaran tantas precauciones si transportaban una carga como esa, aunque de momento eso era lo que menos le importaba a Destino, él simplemente deseaba terminar su misión y para el brujo barbudo seguramente ya era algo muy personal después de todo lo que le había hecho pasar, pero ¿Cómo lograrían entrar a aquella impenetrable y custodiada morada?
No fue difícil encontrar la lujosa mansión en donde se refugiaría el brujo al que perseguían, el elfo había obtenido esa información desde el inicio de su misión, junto a la advertencia de que debería asesinarlo antes que llegara o resultaría realmente difícil una vez que llegara a dicho resguardo; a mitad de la tarde, la mansión se erguía entre imponentes muros de unos tres metros de alto sin más entradas que la puerta principal, la cual estaba custodiada por un par de mercenarios bastante fortachones que parecían tener músculos hasta en las orejas, por lo que resultaría toda una odisea conseguir entrar, no solo por lo difícil que sería pelear y ganar, sino porque seguramente el más mínimo alboroto podría resultar en la fuga del objetivo por alguno de esos pasadizos secretos que tan bien se le daba encontrar y que parecía tenerlos por todos lados -Hará falta un muy buen plan para entrar- Dijo el elfo mientras detallaba la entrada.
Más al fondo, se veían algunos carruajes de transporte, de los cuales unos sujetos cargaban algunas cajas con bastante prisa, parecían pesadas, pues eran necesarios varios de esos sujetos para conseguir moverlas con algo de esfuerzo; una vez que los carruajes eran vaciados, salían de nuevo tal vez en busca de más mercancía, a dónde iban o de dónde venían era todo un misterio, aunque tampoco era que importara mucho, lo que realmente importaba era que si se adueñaban de uno de esos carruajes podrían al menos entrar a la mansión para luego buscar cómo infiltrarse sin parecer sospechosos.
La puerta se abrió durante apenas unos instantes, los suficientes para que uno de los vehículos halado por un par de caballos, saliera a toda prisa de la casa; salir no parecía representar un gran problema, sin embargo la entrada sí que lo era; el próximo transporte que llegó repleto de cajas se detuvo a la entrada mientras el par de fortachones se acercaban a husmear entre la carga, parecían ser muy meticulosos con la seguridad, así que el plan para entrar debería ser bastante ingenioso -¡Sois unos tarados!- Se escuchó un grito acompañado de un fuerte golpe al piso, los sujetos habían dejado caer una de las cajas que transportaban, de la cual había salido una gran cantidad de monedas doradas -¡Recojan eso rápido o el jefe nos matará a todos!- Dijo alarmado el sujeto mientras los secuaces nerviosos se apresuraban en recoger todo al tiempo que el nuevo carruaje comenzaba su entrada a la mansión para ser descargado también.
No era de extrañarse que se tomaran tantas precauciones si transportaban una carga como esa, aunque de momento eso era lo que menos le importaba a Destino, él simplemente deseaba terminar su misión y para el brujo barbudo seguramente ya era algo muy personal después de todo lo que le había hecho pasar, pero ¿Cómo lograrían entrar a aquella impenetrable y custodiada morada?
Última edición por Destino el Miér Jun 15 2016, 01:10, editado 1 vez
Destino
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Otro día en las afueras, se hace costumbre últimamente. La ciudad puede saturar cuando pasas mucho tiempo en sus calles “trabajando”, incluso los ladrones se cansan. Con la situación en el refugio mejor que nunca Chimar puede dedicar mucho tiempo al ocio, los gorriones se mantienen en un estado tranquilo a pesar de todo lo que implica su labor principal por lo tanto el pasar del tiempo es llevadero.
Visitar las zonas rurales de las afueras es un gran contraste, del asfixiante ambiente citadino a un espacio abierto. Viene como anillo al dedo cuando quieres ventilar las ideas o simplemente pasar algunas horas tranquilas. Es impresionante que un espacio así exista a tan solo metros de cualquier metrópolis, de vez en cuando las cosas encuentran cierto equilibrio en el mundo "inteligente".
El niño avanza por cierto camino de tierra mientras come una manzana recién encontrada, en ese instante de meditación descubre un espectáculo interesante. La villa de verano más cercana se encuentra bajo la implacable vigilancia de cierto forastero, un elfo para ser exacto. Su destreza al ocultarse es impecable pero Maquiavelo sabe algunas cosas sobre sigilo y logra detectarle, la fortuna también tiene que ver pues logra llegar por la zona posterior y pilla el contraste de luz.
“alguien planea cosas malas jeje”
Sonríe con complicidad ante sus pensamientos, más de una vez ha estado en esa situación. Se recuesta de un árbol y toma una posición más táctica, los espectáculos gratuitos no deben desaprovecharse. Sigue mordiendo la manzana mientras su mente se llena de varias incógnitas, armar un rompecabezas siempre es divertido y sin nada mejor que hacer decide continuar su pequeña empresa chismosa.
Es medio día y la opulenta mansión se encuentra en pleno movimiento, tienen algo entre manos aunque resulta difícil saber qué. Con algo más de tiempo Chimar reuniría a los Gorriones para una incursión pero sin margen de maniobra solo puede ser un testigo anónimo, por el momento al menos. Continua observando todo con pericia sacando sus propias conclusiones, lo más probable es que el elfo tenga intención de robar parte del cargamento misterioso.
“lo tiene difícil en todas las formas, esto será divertido de ver”
Visitar las zonas rurales de las afueras es un gran contraste, del asfixiante ambiente citadino a un espacio abierto. Viene como anillo al dedo cuando quieres ventilar las ideas o simplemente pasar algunas horas tranquilas. Es impresionante que un espacio así exista a tan solo metros de cualquier metrópolis, de vez en cuando las cosas encuentran cierto equilibrio en el mundo "inteligente".
El niño avanza por cierto camino de tierra mientras come una manzana recién encontrada, en ese instante de meditación descubre un espectáculo interesante. La villa de verano más cercana se encuentra bajo la implacable vigilancia de cierto forastero, un elfo para ser exacto. Su destreza al ocultarse es impecable pero Maquiavelo sabe algunas cosas sobre sigilo y logra detectarle, la fortuna también tiene que ver pues logra llegar por la zona posterior y pilla el contraste de luz.
“alguien planea cosas malas jeje”
Sonríe con complicidad ante sus pensamientos, más de una vez ha estado en esa situación. Se recuesta de un árbol y toma una posición más táctica, los espectáculos gratuitos no deben desaprovecharse. Sigue mordiendo la manzana mientras su mente se llena de varias incógnitas, armar un rompecabezas siempre es divertido y sin nada mejor que hacer decide continuar su pequeña empresa chismosa.
Es medio día y la opulenta mansión se encuentra en pleno movimiento, tienen algo entre manos aunque resulta difícil saber qué. Con algo más de tiempo Chimar reuniría a los Gorriones para una incursión pero sin margen de maniobra solo puede ser un testigo anónimo, por el momento al menos. Continua observando todo con pericia sacando sus propias conclusiones, lo más probable es que el elfo tenga intención de robar parte del cargamento misterioso.
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Lo que en principio solo era un retorno a Lunargenta de su viaje al Norte, se había vuelto toda una odisea. Si alguien le hubiera dicho antes de iniciar su travesía desde Dundarak, que su destino en vez de ser su caliente casa, iba a ser en realidad el límite de un bosque desde el cual acecharía la mansión de un siniestro y misterioso personaje, hubiera tomado a esa persona por loca.
Pues bien, allí estaba el rubio soportando la noche a la intemperie para cazar al líder de un extraño grupo mercenario. Normalmente dejaría algo así a la guardia, pero ese hombre, era tan poderoso y persistente, que había convertido la situación en algo personal. Y creía notar que así también lo era para el elfo que lo acompañaba desde el lago en territorio de lobos.
Lo había conocido el mismo día que había visto por primera vez al hombre que hoy debían matar. Si se podía considerar que verlo era observar a un encapuchado dar órdenes a otro igualmente oculto tras su ropaje. Este segundo yacía ahora muerto en una mina abandonada de un poblado norteño, pero su poder era tal, que ya decía bastante del potencial del líder tras el que iban. Si aquel brujo tan fuerte era uno de sus hombres, él debía ser mucho más fuerte. Eso o pagaba muy bien.
- Un muy buen plan-, dijo pensativo al escuchar al elfo. Más para sí mismo que para su compañero. - ¿Entrar frontalmente y convertir esa casa en una pira funeraria para todos ellos te parece un buen plan? - Esta vez sí se dirigió a su interlocutor, con una media sonrisa en los labios.
No dudaba que sería relativamente arriesgado entrar de manera fuerte y contundente. Aunque serviría para aprovechar la sorpresa, y de este modo golpear de una forma a la que no podrían conseguir responder, y con ello asegurarse una victoria inicial. Pero una vez superado el factor sorpresivo, dependiendo de cuantos quedaran dentro, el resto sería difícil de lograr. Sería muy complicado llegar hasta el líder en unas condiciones buenas para ganarle, si es que sobrevivirían a sus secuaces.
Además, teniendo en cuenta su nivel tan alto, cada recurso que pudieran guardar para el enfrentamiento contra él sería mejor. Y si no era tan bueno como pensaba, solo un hombre adinerado que podía permitirse una cantidad ingente de mercenarios, podría perfectamente huir por algún túnel secreto, que no dudaba que existiría en una casa como esa.
- Tendremos que ser sutiles-, comentó más serio. - Seguramente un sitio como este tendrá alguna entrada secreta, pero será imposible encontrarla-, se maldijo entre dientes. - Quizás podamos entrar por detrás, seguramente esa zona esté más descuidada y siempre llevo una buena cuerda encima. Puede que podamos romper una ventana y entrar por la planta baja, en alguna habitación solitaria-, ya era algo que había hecho en el pasado en un sitio parecido, - o podemos lanzar la cuerda al tejado o un balcón. ¿Podría conseguirse con una flecha? - preguntó al más experimentado arquero.
Luego apareció un carruaje que salió de un portón lateral del caserío, a donde no tardó en llegar otro cargado con materiales. ¿Qué estaba pasando allí? Parecía un día de mercado en vez de una casa en mitad del bosque. Lo que quisiera que llevaran esas cajas no debía ser nada bueno, teniendo en cuenta el sujeto al que se enfrentaban.
- ¿Qué opinas? ¿Podremos entrar ocultos en una de esas cajas? - preguntó esta vez al moreno.
Sería complejo sacar lo que hubiera en las cajas y meterse dentro, todo en el plazo en el que los mozos llevaban y volvían para recoger otras cajas.
- No parece probable, está muy custodiada y no es para menos. ¿Has visto los reflejos dorados de esos metales? - Rectificó su idea inicial de esa posible entrada. - Creo que debemos inspeccionar la parte de atrás y entrar con la cuerda o por una ventana como te he comentado. Si inspeccionamos bien, puedo guiar tu flecha telequinéticamente al sitio exacto-, dijo finalmente, esperando la respuesta del elfo.
Pues bien, allí estaba el rubio soportando la noche a la intemperie para cazar al líder de un extraño grupo mercenario. Normalmente dejaría algo así a la guardia, pero ese hombre, era tan poderoso y persistente, que había convertido la situación en algo personal. Y creía notar que así también lo era para el elfo que lo acompañaba desde el lago en territorio de lobos.
Lo había conocido el mismo día que había visto por primera vez al hombre que hoy debían matar. Si se podía considerar que verlo era observar a un encapuchado dar órdenes a otro igualmente oculto tras su ropaje. Este segundo yacía ahora muerto en una mina abandonada de un poblado norteño, pero su poder era tal, que ya decía bastante del potencial del líder tras el que iban. Si aquel brujo tan fuerte era uno de sus hombres, él debía ser mucho más fuerte. Eso o pagaba muy bien.
- Un muy buen plan-, dijo pensativo al escuchar al elfo. Más para sí mismo que para su compañero. - ¿Entrar frontalmente y convertir esa casa en una pira funeraria para todos ellos te parece un buen plan? - Esta vez sí se dirigió a su interlocutor, con una media sonrisa en los labios.
No dudaba que sería relativamente arriesgado entrar de manera fuerte y contundente. Aunque serviría para aprovechar la sorpresa, y de este modo golpear de una forma a la que no podrían conseguir responder, y con ello asegurarse una victoria inicial. Pero una vez superado el factor sorpresivo, dependiendo de cuantos quedaran dentro, el resto sería difícil de lograr. Sería muy complicado llegar hasta el líder en unas condiciones buenas para ganarle, si es que sobrevivirían a sus secuaces.
Además, teniendo en cuenta su nivel tan alto, cada recurso que pudieran guardar para el enfrentamiento contra él sería mejor. Y si no era tan bueno como pensaba, solo un hombre adinerado que podía permitirse una cantidad ingente de mercenarios, podría perfectamente huir por algún túnel secreto, que no dudaba que existiría en una casa como esa.
- Tendremos que ser sutiles-, comentó más serio. - Seguramente un sitio como este tendrá alguna entrada secreta, pero será imposible encontrarla-, se maldijo entre dientes. - Quizás podamos entrar por detrás, seguramente esa zona esté más descuidada y siempre llevo una buena cuerda encima. Puede que podamos romper una ventana y entrar por la planta baja, en alguna habitación solitaria-, ya era algo que había hecho en el pasado en un sitio parecido, - o podemos lanzar la cuerda al tejado o un balcón. ¿Podría conseguirse con una flecha? - preguntó al más experimentado arquero.
Luego apareció un carruaje que salió de un portón lateral del caserío, a donde no tardó en llegar otro cargado con materiales. ¿Qué estaba pasando allí? Parecía un día de mercado en vez de una casa en mitad del bosque. Lo que quisiera que llevaran esas cajas no debía ser nada bueno, teniendo en cuenta el sujeto al que se enfrentaban.
- ¿Qué opinas? ¿Podremos entrar ocultos en una de esas cajas? - preguntó esta vez al moreno.
Sería complejo sacar lo que hubiera en las cajas y meterse dentro, todo en el plazo en el que los mozos llevaban y volvían para recoger otras cajas.
- No parece probable, está muy custodiada y no es para menos. ¿Has visto los reflejos dorados de esos metales? - Rectificó su idea inicial de esa posible entrada. - Creo que debemos inspeccionar la parte de atrás y entrar con la cuerda o por una ventana como te he comentado. Si inspeccionamos bien, puedo guiar tu flecha telequinéticamente al sitio exacto-, dijo finalmente, esperando la respuesta del elfo.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Sería un pésimo plan- Respondió el elfo sin ninguna duda ante la sugerencia del barbudo, si bien podrían ayudarse del factor sorpresa, también podrían desencadenar un nuevo escape del sujeto que tan bien se le había dado hasta ahora huir de ellos en esa larga persecución; no obstante, las siguientes ideas del brujo consiguieron simpatizar más con el pelinegro que comenzó a mirar hacia la casa en busca de algún indicio de entrada secreta, aunque como bien lo había mencionado Vincent, sería casi imposible encontrarla; si era una entrada secreta obviamente sería secreta, invisible, indescifrable.
Destino comenzó a armar partes de un pequeño plan juntando las pistas que daba el brujo, el plan de la cuerda no estaba nada mal, si lograban meterse por alguna ventana irían de maravilla, pero primero debían encontrar una manera de distraer a los sujetos que se encontraban afuera descargando carruajes.
Destino tiene un plan- Respondió el pelinegro con una siniestra sonrisa mientras observaba un carruaje que después de haber sido vaciado, comenzaba a salir del lugar cargado de cajas vacías -Servirán las cajas y el carruaje, pero primero hay que alcanzarlo antes que se vaya- Alertó mientras señalaba en dirección al carruaje halado por un solo caballo, donde los dos sujetos que lo llevaban, escuchaban las últimas instrucciones de sus jefes antes de comenzar el nuevo viaje en busca de más cosas que transportar.
El elfo había dejado pasar por alto algo que tal vez le recordaría al brujo más adelante, y es que a diferencia de muchos otros elfos, él no llevaba un arco y flechas, pues prefería el combate cercano, donde al riesgo de sufrir por su fragilidad, podía usar su destreza para dañar al adversario en puntos críticos; suspiró pensando en lo bien que le haría en este momento llevar consigo un arco pero ya era demasiado tarde para pensar en ello, ni siquiera contaba con la práctica suficiente para considerarse certero, así que de antemano la flecha no era la mejor de las ideas, pero de alguna forma lograrían adentrarse a la casa por la parte de atrás.
Hay que capturar el carruaje- Dijo el elfo en tono serio para luego proceder a explicar -Destino intentará detenerlo y crear una distracción, cuando se detengan, te encargarás de derribarlos, intenta no destruir el carruaje, será necesario luego- Tal vez había sonado un poco imperativo y autoritario, pero el pelinegro no sabía trabajar en equipo y generalmente prefería hacer todo por sí mismo, sin embargo en esta ocasión dejaría tal vez el trabajo más importante y difícil al brujo; tras escuchar la respuesta de Vincent corrió tanto como pudo hasta colocarse en posición; después de recibir las instrucciones el carruaje comenzó a moverse en la dirección esperada donde el elfo esperaba escondido tras un árbol; dio un vistazo a donde estaba el brujo tal vez aún con dudas sobre confiarle el trabajo, pero ya era demasiado tarde para cambiar de plan, los sujetos se acercaban aunque sin mucha prisa, dejando atrás la cabaña desde donde no podrían ya verlos en detalle.
No hizo falta esperar mucho tiempo para que el carruaje llegara por fin cerca del elfo, quien saltó hasta pararse en medio del camino ante la mirada atónita y extrañada de los sujetos que en medio de su incertidumbre no sabían exactamente qué hacer; el elfo generó una esfera de luz en su mano y tras llevarla a un tamaño considerable, un poco más grande que la cabeza del caballo, la hizo estallar levemente dejando escapar algunos destellos de luz en todas direcciones, acción que asustó al caballo el cual se descontroló al instante y se levantó sobre sus patas traseras para luego emprender una fuga por fuera del camino llevando a cuestas al carruaje con los hombres aún a bordo, asustados y sin saber qué hacer, el plan no parecía haber salido nada bien, pues ahora el carruaje iba en fuga y con él se alejaba un importante elemento de su entrada a la mansión.
Tras varios giros el caballo consiguió liberarse de las amarras que lo ataban al carruaje y emprendió su fuga en solitario, Destino por su parte corrió tras el carruaje que aún sin su corcel, seguía avanzando sin poder frenar y se dirigía exactamente a un árbol en donde se encontraba recostado un ¿Niño? -¡¡Apártate!!- Consiguió gritar el pelinegro mientras aún había tiempo, esperaba que el niño fuera lo suficientemente listo y hábil como para conseguir apartarse antes que fuera aplastado.
Apenas unos segundos transcurrieron antes que se escuchara un fuerte impacto del carruaje contra el árbol, de donde, por si fuera poco una de las ruedas acabó volando algunos metros; los conductores aún aturdidos por todo lo sucedido, intentaban reponerse y salir para buscar ayuda ¿Llegaría el brujo a tiempo? ¿Qué habría pasado con el pequeño niño?
Destino comenzó a armar partes de un pequeño plan juntando las pistas que daba el brujo, el plan de la cuerda no estaba nada mal, si lograban meterse por alguna ventana irían de maravilla, pero primero debían encontrar una manera de distraer a los sujetos que se encontraban afuera descargando carruajes.
Destino tiene un plan- Respondió el pelinegro con una siniestra sonrisa mientras observaba un carruaje que después de haber sido vaciado, comenzaba a salir del lugar cargado de cajas vacías -Servirán las cajas y el carruaje, pero primero hay que alcanzarlo antes que se vaya- Alertó mientras señalaba en dirección al carruaje halado por un solo caballo, donde los dos sujetos que lo llevaban, escuchaban las últimas instrucciones de sus jefes antes de comenzar el nuevo viaje en busca de más cosas que transportar.
El elfo había dejado pasar por alto algo que tal vez le recordaría al brujo más adelante, y es que a diferencia de muchos otros elfos, él no llevaba un arco y flechas, pues prefería el combate cercano, donde al riesgo de sufrir por su fragilidad, podía usar su destreza para dañar al adversario en puntos críticos; suspiró pensando en lo bien que le haría en este momento llevar consigo un arco pero ya era demasiado tarde para pensar en ello, ni siquiera contaba con la práctica suficiente para considerarse certero, así que de antemano la flecha no era la mejor de las ideas, pero de alguna forma lograrían adentrarse a la casa por la parte de atrás.
Hay que capturar el carruaje- Dijo el elfo en tono serio para luego proceder a explicar -Destino intentará detenerlo y crear una distracción, cuando se detengan, te encargarás de derribarlos, intenta no destruir el carruaje, será necesario luego- Tal vez había sonado un poco imperativo y autoritario, pero el pelinegro no sabía trabajar en equipo y generalmente prefería hacer todo por sí mismo, sin embargo en esta ocasión dejaría tal vez el trabajo más importante y difícil al brujo; tras escuchar la respuesta de Vincent corrió tanto como pudo hasta colocarse en posición; después de recibir las instrucciones el carruaje comenzó a moverse en la dirección esperada donde el elfo esperaba escondido tras un árbol; dio un vistazo a donde estaba el brujo tal vez aún con dudas sobre confiarle el trabajo, pero ya era demasiado tarde para cambiar de plan, los sujetos se acercaban aunque sin mucha prisa, dejando atrás la cabaña desde donde no podrían ya verlos en detalle.
No hizo falta esperar mucho tiempo para que el carruaje llegara por fin cerca del elfo, quien saltó hasta pararse en medio del camino ante la mirada atónita y extrañada de los sujetos que en medio de su incertidumbre no sabían exactamente qué hacer; el elfo generó una esfera de luz en su mano y tras llevarla a un tamaño considerable, un poco más grande que la cabeza del caballo, la hizo estallar levemente dejando escapar algunos destellos de luz en todas direcciones, acción que asustó al caballo el cual se descontroló al instante y se levantó sobre sus patas traseras para luego emprender una fuga por fuera del camino llevando a cuestas al carruaje con los hombres aún a bordo, asustados y sin saber qué hacer, el plan no parecía haber salido nada bien, pues ahora el carruaje iba en fuga y con él se alejaba un importante elemento de su entrada a la mansión.
Tras varios giros el caballo consiguió liberarse de las amarras que lo ataban al carruaje y emprendió su fuga en solitario, Destino por su parte corrió tras el carruaje que aún sin su corcel, seguía avanzando sin poder frenar y se dirigía exactamente a un árbol en donde se encontraba recostado un ¿Niño? -¡¡Apártate!!- Consiguió gritar el pelinegro mientras aún había tiempo, esperaba que el niño fuera lo suficientemente listo y hábil como para conseguir apartarse antes que fuera aplastado.
Apenas unos segundos transcurrieron antes que se escuchara un fuerte impacto del carruaje contra el árbol, de donde, por si fuera poco una de las ruedas acabó volando algunos metros; los conductores aún aturdidos por todo lo sucedido, intentaban reponerse y salir para buscar ayuda ¿Llegaría el brujo a tiempo? ¿Qué habría pasado con el pequeño niño?
Destino
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Otro adulto aparece cerca del elfo, por un momento se asemeja a una receta para el desastre pero ambos sujetos se conocen. Una operación conjunta, esto tiene potencial. Chimar termina su manzana y arroja el palito al suelo, nada como los materiales que no dañan el ambiente. Queda con los brazos cruzados en su mejor posición sigilosa mientras detalla los acontecimientos, falta poco para que todo se ponga movido.
Los infiltrados hacen su jugada y salen de la línea visual peligrosa, están acechando uno de los carruajes que va de salida. Justo cuando el vehículo está sin miradas vigilantes el elfo salta en medio del camino creando cierta esfera de luz. Maquiavelo rápidamente recuerda la habilidad que Demian usa en lugares oscuros, al parecer la magia tiene varios patrones fijos sin importar el origen de su usuario.
La manifestación luminosa explota ocasionando un susto de muerte al caballo, pronto la carreta se convierte en un proyectil errático. Los planes del "orejas puntiagudas" no están claros pero si su intención era detener la jodida cosa acaba de crear el resultado opuesto, sin duda no es el tipo más listo del planeta. Afortunadamente el alboroto parece no haber despertado sospechas en la villa pero otro golpe de mala suerte puede cambiar eso.
¡¡Que rayos!!
Lo siguiente pasa rápido, en un momento la montura se libera y al otro Chimar es el blanco predilecto. Dicho pequeño apenas tiene tiempo de escalar el árbol antes de que se produzca la colisión, menudo golpe. Debe hacer un gran esfuerzo para no salir despedido pero al final termina ileso, nada como una buena agilidad. Con cuidado revisa el resultado intentando a la vez bajar su respiración.
Sé que soy un imán de problemas pero esto es ridículo…
Debe admitir que sin la voz de alerta emitida por el elfo hubiera tenido más difícil su maniobra aunque si consideramos que ese mismo personaje ocasiono todo… digamos que no es necesario agradecer. Resulta impresionante la altura que alcanzo el niño en tan poco tiempo, cuando la motivación es correcta todo puede lograrse. El jovencito toma algunos minutos para estudiar su cuerpo, tiene tanta adrenalina que prácticamente puede volar pero de resto está bien.
Más abajo la situación está lejos de acabar, los conductores se encuentran aturdidos pero no seguirán así mucho tiempo. No cabe duda de que cuando estén en capacidad correrán a buscar apoyo, malas noticias para los perpetradores. El chico medita su posición, en cierto punto descubre que está en el mismo barco. Si los guardias de la villa lo encuentran en medio de todo seguramente le endosaran la misma culpa y castigo.
… típico.
Debe actuar, por lo menos el tiempo suficiente para desligarse de todo. Revisa el entorno y en breve su prodigiosa mente idea un plan. Arranca dos manzanas grandes y se equipa una en cada mano, finalmente salta sobre los conductores luego de calcular la mejor trayectoria de caída. Un desagradable sonido ocurre cuando las manzanas se rompen en cada cabeza, el daño es mínimo pero logra noquear al par de personajes.
Que desperdicio de buena comida…
Los infiltrados hacen su jugada y salen de la línea visual peligrosa, están acechando uno de los carruajes que va de salida. Justo cuando el vehículo está sin miradas vigilantes el elfo salta en medio del camino creando cierta esfera de luz. Maquiavelo rápidamente recuerda la habilidad que Demian usa en lugares oscuros, al parecer la magia tiene varios patrones fijos sin importar el origen de su usuario.
La manifestación luminosa explota ocasionando un susto de muerte al caballo, pronto la carreta se convierte en un proyectil errático. Los planes del "orejas puntiagudas" no están claros pero si su intención era detener la jodida cosa acaba de crear el resultado opuesto, sin duda no es el tipo más listo del planeta. Afortunadamente el alboroto parece no haber despertado sospechas en la villa pero otro golpe de mala suerte puede cambiar eso.
¡¡Que rayos!!
Lo siguiente pasa rápido, en un momento la montura se libera y al otro Chimar es el blanco predilecto. Dicho pequeño apenas tiene tiempo de escalar el árbol antes de que se produzca la colisión, menudo golpe. Debe hacer un gran esfuerzo para no salir despedido pero al final termina ileso, nada como una buena agilidad. Con cuidado revisa el resultado intentando a la vez bajar su respiración.
Sé que soy un imán de problemas pero esto es ridículo…
Debe admitir que sin la voz de alerta emitida por el elfo hubiera tenido más difícil su maniobra aunque si consideramos que ese mismo personaje ocasiono todo… digamos que no es necesario agradecer. Resulta impresionante la altura que alcanzo el niño en tan poco tiempo, cuando la motivación es correcta todo puede lograrse. El jovencito toma algunos minutos para estudiar su cuerpo, tiene tanta adrenalina que prácticamente puede volar pero de resto está bien.
Más abajo la situación está lejos de acabar, los conductores se encuentran aturdidos pero no seguirán así mucho tiempo. No cabe duda de que cuando estén en capacidad correrán a buscar apoyo, malas noticias para los perpetradores. El chico medita su posición, en cierto punto descubre que está en el mismo barco. Si los guardias de la villa lo encuentran en medio de todo seguramente le endosaran la misma culpa y castigo.
… típico.
Debe actuar, por lo menos el tiempo suficiente para desligarse de todo. Revisa el entorno y en breve su prodigiosa mente idea un plan. Arranca dos manzanas grandes y se equipa una en cada mano, finalmente salta sobre los conductores luego de calcular la mejor trayectoria de caída. Un desagradable sonido ocurre cuando las manzanas se rompen en cada cabeza, el daño es mínimo pero logra noquear al par de personajes.
Que desperdicio de buena comida…
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
La cara que puso Destino, cuando le dijo su “genial” plan de entrar a fuego y espada por la entrada, no tuvo desperdicio para el brujo. Sin duda el elfo no había asistido a las clases de humor de batalla, aunque por lo menos había conseguido el propósito de su broma después de todo. Relajar tensión. Al menos con la suya lo había logrado, de la del elfo no podía estar seguro. No era un hombre de grandes expresiones faciales por definirlo de algún modo.
- Sí, no es mala idea pero como conseguiremos eludir la guardia de la entrada de mercancías. Puede que registren las cajas. Espera un segundo-, comentó al moreno.
O más bien a su espalda, pues el elfo ya marchaba hacia su objetivo. Su plan era arriesgado, más se había dado cuenta de una cosa que casi los obligaba a realizar esa entrada de ese modo. Como el carruaje ya se había puesto en marcha, de vuelta al lugar donde demonios estuvieran llenando las cajas con monedas, no interrumpió a Destino, dejando que prosiguiera con la tarea de detener el carro.
El rubio corrió detrás de la estela de su amigo elfo. Amigo puede que fuera un adjetivo demasiado alto de momento, más con las vivencias juntos no se podían decir que no hubiera una empatía entre ambos guerreros, así que no encontró un modo mejor de definirlo. Cada uno con un estilo dispar, eso sí.
¿Cómo pensaba para el carro sin llamar la atención? Él no era un luchador de largo alcance, salvo que pretendiera que le metiera un bolazo de fuego a los conductores del carruaje, algo totalmente descartable por motivos innecesarios de enfatizar. Y sobre todo había algo mucho más importante.
- ¿Desde cuándo hablaba en tercera persona de sí mismo? - se preguntó corriendo tras el elfo.
No recordaba que el hombre de orejas puntiagudas hablara así, no obstante no se distrajo más en pensamientos que no venían al caso. Debía concentrarse en derribar a los hombres como le había dicho Destino, aunque si pretendía que corriera más que unos caballos la tenía clara el elfo.
El plan de cegar a los animales y conductores no era mala idea sobre el papel, a él no se lo hubiera parecido, más en la práctica estaba claro que todo había salido de un modo totalmente contrario a lo deseado.
El brujo solo pudo limitarse a correr tras el carruaje, viendo como se alejaba más y más de él, hasta que este acabó empotrado contra un árbol. Eso tenía que doler. Sin embargo, según se acercaba pudo observar que los conductores seguían vivos, y que además no estarían aturdidos por mucho tiempo.
Vinc desenvainó su espada a la carrera, y corrió con todas sus fuerzas con la idea de dejar k.o al primero de los hombres con un golpe a la cabeza con su pierna. Un niño salió de la nada y tuvo que rectificar su carrera para no darle la patada a él, cayendo cuando largo era, de espaldas, un metro más allá por culpa del desequilibrio que le había ocasionado cambiar su movimiento tan repentinamente.
Se permitió suspirar y coger aire desde su posición tumbada en el suelo, para luego levantar la cabeza ligeramente para observar la escena. Una pena de manzanas.
- ¿De dónde sales chico? - saludó desde el suelo. - Este es un lugar peligroso-, ya comentó incorporándose, a la vez que hacía el gesto de volver a envainar su espada.
Después miró al elfo de arriba abajo.
- Por todos los dioses y dragones de este mundo, debes ser el único elfo que no lleva un maldito arco-, comentó al fin, una vez que pudo alcanzar al moreno y volver a conversar con él. - El plan de la flecha y la cuerda queda descartado, y el del carro…-, miró el carruaje destrozado contra el árbol. - Digamos que está complicado de llevar a cabo.
Tendrían que pensar un nuevo plan. Uno que sirviera, o al final sí iban a tener que convertir esa mansión en una pira funeraria.
- Sí, no es mala idea pero como conseguiremos eludir la guardia de la entrada de mercancías. Puede que registren las cajas. Espera un segundo-, comentó al moreno.
O más bien a su espalda, pues el elfo ya marchaba hacia su objetivo. Su plan era arriesgado, más se había dado cuenta de una cosa que casi los obligaba a realizar esa entrada de ese modo. Como el carruaje ya se había puesto en marcha, de vuelta al lugar donde demonios estuvieran llenando las cajas con monedas, no interrumpió a Destino, dejando que prosiguiera con la tarea de detener el carro.
El rubio corrió detrás de la estela de su amigo elfo. Amigo puede que fuera un adjetivo demasiado alto de momento, más con las vivencias juntos no se podían decir que no hubiera una empatía entre ambos guerreros, así que no encontró un modo mejor de definirlo. Cada uno con un estilo dispar, eso sí.
¿Cómo pensaba para el carro sin llamar la atención? Él no era un luchador de largo alcance, salvo que pretendiera que le metiera un bolazo de fuego a los conductores del carruaje, algo totalmente descartable por motivos innecesarios de enfatizar. Y sobre todo había algo mucho más importante.
- ¿Desde cuándo hablaba en tercera persona de sí mismo? - se preguntó corriendo tras el elfo.
No recordaba que el hombre de orejas puntiagudas hablara así, no obstante no se distrajo más en pensamientos que no venían al caso. Debía concentrarse en derribar a los hombres como le había dicho Destino, aunque si pretendía que corriera más que unos caballos la tenía clara el elfo.
El plan de cegar a los animales y conductores no era mala idea sobre el papel, a él no se lo hubiera parecido, más en la práctica estaba claro que todo había salido de un modo totalmente contrario a lo deseado.
El brujo solo pudo limitarse a correr tras el carruaje, viendo como se alejaba más y más de él, hasta que este acabó empotrado contra un árbol. Eso tenía que doler. Sin embargo, según se acercaba pudo observar que los conductores seguían vivos, y que además no estarían aturdidos por mucho tiempo.
Vinc desenvainó su espada a la carrera, y corrió con todas sus fuerzas con la idea de dejar k.o al primero de los hombres con un golpe a la cabeza con su pierna. Un niño salió de la nada y tuvo que rectificar su carrera para no darle la patada a él, cayendo cuando largo era, de espaldas, un metro más allá por culpa del desequilibrio que le había ocasionado cambiar su movimiento tan repentinamente.
Se permitió suspirar y coger aire desde su posición tumbada en el suelo, para luego levantar la cabeza ligeramente para observar la escena. Una pena de manzanas.
- ¿De dónde sales chico? - saludó desde el suelo. - Este es un lugar peligroso-, ya comentó incorporándose, a la vez que hacía el gesto de volver a envainar su espada.
Después miró al elfo de arriba abajo.
- Por todos los dioses y dragones de este mundo, debes ser el único elfo que no lleva un maldito arco-, comentó al fin, una vez que pudo alcanzar al moreno y volver a conversar con él. - El plan de la flecha y la cuerda queda descartado, y el del carro…-, miró el carruaje destrozado contra el árbol. - Digamos que está complicado de llevar a cabo.
Tendrían que pensar un nuevo plan. Uno que sirviera, o al final sí iban a tener que convertir esa mansión en una pira funeraria.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El elfo escuchó el sonido de la voz del brujo al momento de emprender la carrera pero ya era muy tarde para detenerse; seguro que en la mente del pelinegro los resultados del plan irían de un modo diferente, uno donde el caballo quedaría deslumbrado y los hombres enceguecidos el tiempo suficiente como para que el brujo pudiera cuando menos, noquearlos; pero en el mundo real todo se desarrolló de un modo muy distinto; el equino animal salió desbocado del susto arrastrando el carruaje como si fuera tan solo peso muerto hasta librarse de él.
El caballo se detuvo no muy lejos, aunque el carruaje marchaba indetenible hasta estrellarse violentamente contra el árbol donde un niño que seguro debía ser mitad gato, había conseguido treparse en un parpadeo para evitar ser aplastado, un esfuerzo bastante inesperado, considerando que saltar hacia un lado también era una opción, aunque considerando que una de las ruedas del carruaje Salió disparada hacia un lado; realmente había sido más prudente la decisión de subir, pues la probabilidad de que algún fragmento saliera despedido hacia arriba era menor.
El brujo por fin los alcanzaba, por lo que el elfo disminuyó la carrera para darle paso, sabía que el barbudo era más ofensivo a larga y media distancia, por lo que podría acabar a los sujetos sin tener que acercarse totalmente, sin embargo el esfuerzo de Vincent al final no es necesario, pues el intrépido niño resulta ser más útil de lo imaginado y sin margen de error se deja caer sobre aquellos dos sujetos hasta dejarlos inmovilizados aunque la sorpresa toma descuidado al brujo que debe interrumpir su carrera y luego de trastabillar acaba cayendo al piso -Destino no es el tipo de elfo que va con arco y flechas- Respondió el pelinegro -La flecha y la cuerda era buena opción, si hubiera con qué lanzarla- Dijo de manera optimista mientras se acercaba a donde había caído la rueda para luego levantarla y traerla de vuelta -Solo hace falta colocar esta rueda de regreso en su lugar...- Explicó mientras juntaba la rueda en el sitio que le correspondía, aunque evidentemente sin éxito -¿Y tú qué haces aquí? Pequeño trepaárboles- Preguntó al niño mirándolo de reojo.
El plan funcionará- Dijo el elfo con determinación mientras seguía intentando sin éxito reacomodar la rueda en su sitio -Tú podrías traer de regreso el caballo, de momento Destino no es la figura favorita de ese animal- Aclaró mientras señalaba al ejemplar de pelaje marrón que aún un poco asustado se mantenía trotando en círculos sin saber a dónde ir -Trepaárboles ¿No sabrás algún truco para encajar ruedas de carruajes?- Preguntó de manera irónica tal vez para desquitarse con el chico de su incapacidad para trabajar con la rueda de madera, si bien él era un desastre, seguramente el chico con su corta edad debía ser mucho más ignorante en asuntos de carpintería; rió con malicia en tono despectivo mientras seguía pensando en que, aunque difícil, armar el carruaje les serviría como distracción para luego tratar de entrar por otro lado...
El caballo se detuvo no muy lejos, aunque el carruaje marchaba indetenible hasta estrellarse violentamente contra el árbol donde un niño que seguro debía ser mitad gato, había conseguido treparse en un parpadeo para evitar ser aplastado, un esfuerzo bastante inesperado, considerando que saltar hacia un lado también era una opción, aunque considerando que una de las ruedas del carruaje Salió disparada hacia un lado; realmente había sido más prudente la decisión de subir, pues la probabilidad de que algún fragmento saliera despedido hacia arriba era menor.
El brujo por fin los alcanzaba, por lo que el elfo disminuyó la carrera para darle paso, sabía que el barbudo era más ofensivo a larga y media distancia, por lo que podría acabar a los sujetos sin tener que acercarse totalmente, sin embargo el esfuerzo de Vincent al final no es necesario, pues el intrépido niño resulta ser más útil de lo imaginado y sin margen de error se deja caer sobre aquellos dos sujetos hasta dejarlos inmovilizados aunque la sorpresa toma descuidado al brujo que debe interrumpir su carrera y luego de trastabillar acaba cayendo al piso -Destino no es el tipo de elfo que va con arco y flechas- Respondió el pelinegro -La flecha y la cuerda era buena opción, si hubiera con qué lanzarla- Dijo de manera optimista mientras se acercaba a donde había caído la rueda para luego levantarla y traerla de vuelta -Solo hace falta colocar esta rueda de regreso en su lugar...- Explicó mientras juntaba la rueda en el sitio que le correspondía, aunque evidentemente sin éxito -¿Y tú qué haces aquí? Pequeño trepaárboles- Preguntó al niño mirándolo de reojo.
El plan funcionará- Dijo el elfo con determinación mientras seguía intentando sin éxito reacomodar la rueda en su sitio -Tú podrías traer de regreso el caballo, de momento Destino no es la figura favorita de ese animal- Aclaró mientras señalaba al ejemplar de pelaje marrón que aún un poco asustado se mantenía trotando en círculos sin saber a dónde ir -Trepaárboles ¿No sabrás algún truco para encajar ruedas de carruajes?- Preguntó de manera irónica tal vez para desquitarse con el chico de su incapacidad para trabajar con la rueda de madera, si bien él era un desastre, seguramente el chico con su corta edad debía ser mucho más ignorante en asuntos de carpintería; rió con malicia en tono despectivo mientras seguía pensando en que, aunque difícil, armar el carruaje les serviría como distracción para luego tratar de entrar por otro lado...
Destino
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Con los conductores noqueados el peligro inminente esta eliminado… más o menos. Resulta divertido ver al otro dúo de personajes cambiar sus trayectorias erráticamente al notar un resultado favorable, digno de cualquier circo. Con la amenaza neutralizada viene siendo hora de las presentaciones y formalismos, se debe aclarar que todos están del mismo lado… al menos por el momento.
Me llamo Chimar y esa pregunta es válida para ustedes también, vivo en la ciudad y Salí a tomar un paseo.
Técnicamente el niño es el único oriundo de la zona, se nota que los otros dos individuos son forasteros. Obviamente esos adultos andan buscando problemas aunque decirlo directamente puede ser perjudicial, las indirectas muchas veces logran mejores resultados. Quizás Maquiavelo suene impertinente pero no sería la primera vez, ser nativo da cierta confianza intrínseca que despierta arrogancia.
Y… ¿qué traman? … no se preocupen, se guardar secretos jeje.
Dice esto con su mejor tono inocente, está claro que los interlocutores persiguen algo pero intentar adivinar puede ser engorroso. Suspira, seguramente no lo dirán, los adultos son muy mañosos. Tanto secretismo y al final terminan siendo descubiertos, simple naturaleza inteligente. De repente el pequeño recibe una petición un tanto extraña, sin dudarlo hace su mejor actuación mientras habla.
… no sé, déjame ver.
Se acerca al daño con cara de mocoso curioso y una vez enfrente pone su mejor sonrisa maliciosa, tiempo de trabajar. Solicita al elfo que mantenga encajada la rueda en una posición estándar, luego saca las herramientas. Los siguientes diez minutos utiliza sus habilidades carpinteras para reparar esa parte del carruaje, apenas resulta un reto destacable teniendo en cuenta su nivel de conocimiento.
Un poco más y…
Listo, totalmente reparado. Aquel golpe había soltado la rueda del eje, lo único que se necesitaba era volver a adaptar ambas piezas. Un objetivo complicado de lograr solo con las manos, sin herramientas apropiadas las partes hubieran continuado separándose. Al encajar la rueda y reparar el mecanismo de ajuste esa carreta regresa a un estado óptimo de funcionamiento, simple ciencia básica.
Listo, intenten no volver a estrellarla contra un árbol… especialmente si tiene un niño incluido… ¿ahora me dirán que planean? En caso contrario son 500 aeros por la reparación jajaja.
Chimar reconoce una aventura cuando la ve y no quiere permanecer de lado, sobre todo con posibilidades de remuneración monetaria. Es un niño muy versátil y no retrasara el paso, sus habilidades son viables. Si los mayores se niegan simplemente debe conseguir un pago por el servicio prestado, sea como sea sale ganando. Al final los días libres deben exprimirse al máximo, sobre todo si eres un enano.
Me llamo Chimar y esa pregunta es válida para ustedes también, vivo en la ciudad y Salí a tomar un paseo.
Técnicamente el niño es el único oriundo de la zona, se nota que los otros dos individuos son forasteros. Obviamente esos adultos andan buscando problemas aunque decirlo directamente puede ser perjudicial, las indirectas muchas veces logran mejores resultados. Quizás Maquiavelo suene impertinente pero no sería la primera vez, ser nativo da cierta confianza intrínseca que despierta arrogancia.
Y… ¿qué traman? … no se preocupen, se guardar secretos jeje.
Dice esto con su mejor tono inocente, está claro que los interlocutores persiguen algo pero intentar adivinar puede ser engorroso. Suspira, seguramente no lo dirán, los adultos son muy mañosos. Tanto secretismo y al final terminan siendo descubiertos, simple naturaleza inteligente. De repente el pequeño recibe una petición un tanto extraña, sin dudarlo hace su mejor actuación mientras habla.
… no sé, déjame ver.
Se acerca al daño con cara de mocoso curioso y una vez enfrente pone su mejor sonrisa maliciosa, tiempo de trabajar. Solicita al elfo que mantenga encajada la rueda en una posición estándar, luego saca las herramientas. Los siguientes diez minutos utiliza sus habilidades carpinteras para reparar esa parte del carruaje, apenas resulta un reto destacable teniendo en cuenta su nivel de conocimiento.
Un poco más y…
Listo, totalmente reparado. Aquel golpe había soltado la rueda del eje, lo único que se necesitaba era volver a adaptar ambas piezas. Un objetivo complicado de lograr solo con las manos, sin herramientas apropiadas las partes hubieran continuado separándose. Al encajar la rueda y reparar el mecanismo de ajuste esa carreta regresa a un estado óptimo de funcionamiento, simple ciencia básica.
Listo, intenten no volver a estrellarla contra un árbol… especialmente si tiene un niño incluido… ¿ahora me dirán que planean? En caso contrario son 500 aeros por la reparación jajaja.
Chimar reconoce una aventura cuando la ve y no quiere permanecer de lado, sobre todo con posibilidades de remuneración monetaria. Es un niño muy versátil y no retrasara el paso, sus habilidades son viables. Si los mayores se niegan simplemente debe conseguir un pago por el servicio prestado, sea como sea sale ganando. Al final los días libres deben exprimirse al máximo, sobre todo si eres un enano.
Subrayado el uso de la profesión (carpintería)
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Si hubiera con que lanzarla. Por los dioses, si que habían planificado bien ese asalto que ni un maldito arco se habían traído ninguno de los dos. Para la próxima misión atacarían un barco en alta mar a nado, así, sin más, simplemente por darle más emoción a la situación.
- Ah sí claro. Solo hay que colocar la rueda y problema solucionado-, ironizó. - La vigilancia del portón de carretas es asunto menor.
El brujo se acarició la frente pensativo, ya que no parecían quedar muchas opciones al respecto. O hacían la entrada encubierta con el carro, o mejor se volvían a casa, y lo intentaban cuando recuperaran el cerebro que habían perdido de camino allí.
- Así que te llamas Chimar-, dirigió su atención esta vez al muchacho. - Encantado de conocerte, pero esto está un poco retirado para solo dar un paseo chico. ¿No tienes familia o amigos con los que salir por ahí? Es peligroso que andes solo-, dijo sin ánimo de ofender. Simplemente el mundo era un lugar siniestro y peligroso, cualquiera debía tener cuidado en él, no menos un niño. - Tramamos estrellar un carro contra un árbol, ya ves. Somos unos grandes planificadores. Unas mentes brillantes sin duda-, le guiño el ojo después de bromar sobre su persona.
La primera observación que podía decir sobre lo que hacía Destino era, sinceramente, que no tenía ni puta idea de lo que estaba haciendo. Tenía ganas de ayudarlo, pues era herrero, además había trabajado de mozo de caballos en su adolescencia y juventud, por lo que sabía un poco de colocar ruedas en los carros. Pero el pelinegro parecía decidido a hacerlo, así que lo dejó en sus manos. Por ahora al menos.
- Iré a buscar al caballo. No tardaré-, informó a los demás antes de ir a por el equino.
El brujo no estaba seguro de cómo respondería el animal cuando lo viera aparecer. Se había llevado un susto considerable, por lo que bien podría no dejar que se le acercara ninguna persona en una buena temporada, pero por otro lado, estos animales amaestrados y mansos no solían perder el entrenamiento durante mucho tiempo. Se le pasaría pronto el susto y volvería a ser un caballo gobernable.
Y así fue. Le costó un tiempo que el animal confiara en él. Un rato detrás de él mientras se iba apaciguando, esperando que este recobrara la compostura. Poco a poco el equino fue perdiendo el miedo, y dejando que el rubio se le fuera acercando más, haciendo que la distancia en la que iniciaba un movimiento para alejarse del brujo fuera cada vez menor. Así durante unos minutos hasta que al fin pudo agarrar las riendas del animal, y montar en él para volver donde estaban los demás.
Montar en un caballo sin silla de montar, le trajo recuerdos de su adolescencia, más pronto olvidó dichos recuerdos al llegar junto al carro, y ver que el elfo había logrado finalmente colocar la rueda.
- Genial Destino. Lo has logrado-, dijo mucho más animado de cuando había partido en busca del caballo. - Con ese carro podremos morir sabiendo que somos unos cabezones que lo intentamos hasta el final-, rió bajando del caballo, colocándolo cerca del carro para atarle las correas, que ataban al animal con el propio carruaje, antes de que este se separara por la carrera alocada campo a través.
De todas maneras, las palabras del niño pronto le hicieron intuir que había sido este el que había logrado colocar la rueda. Toda una hazaña para un pequeñajo, debía ser bastante inteligente.
- ¿Quinientos aeros? ¿En serio? ¿No quieres también un palacio con buenas vistas y toda una ciudad amurallada para ti? Debería darte quinientas patadas en el culo por pedir tamaña suma por colocar una rueda-, pero era evidente que la suma tan elevada que pedía era para que aceptaran su otra opción. - Así que quieres saber que planeamos. Bien, te lo diré, pues tampoco es nada ilegal en sí-, el brujo se arrodilló con una pierna para ponerse a la altura de Chimar. - En aquella mansión-, señaló, con un movimiento de su cabeza, la dirección en la que se encontraba la villa. - Hay un hombre muy malvado. Y el elfo y yo vamos a terminar con su reinado del terror. Como comprenderás es algo muy peligroso. Por ello es mejor que vuelvas a la ciudad, pequeño. Gracias por la ayuda-, le guiñó un ojo.
Dicho esto, el brujo se dispuso a concretar con Destino el plan para entrar en la casa. Tendrían que pensarlo mejor que la última vez, realmente se jugaban el pellejo en aquello, y como siguieran así, como mínimo conseguirían que su enemigo huyera antes de poder acabar con él.
- Ah sí claro. Solo hay que colocar la rueda y problema solucionado-, ironizó. - La vigilancia del portón de carretas es asunto menor.
El brujo se acarició la frente pensativo, ya que no parecían quedar muchas opciones al respecto. O hacían la entrada encubierta con el carro, o mejor se volvían a casa, y lo intentaban cuando recuperaran el cerebro que habían perdido de camino allí.
- Así que te llamas Chimar-, dirigió su atención esta vez al muchacho. - Encantado de conocerte, pero esto está un poco retirado para solo dar un paseo chico. ¿No tienes familia o amigos con los que salir por ahí? Es peligroso que andes solo-, dijo sin ánimo de ofender. Simplemente el mundo era un lugar siniestro y peligroso, cualquiera debía tener cuidado en él, no menos un niño. - Tramamos estrellar un carro contra un árbol, ya ves. Somos unos grandes planificadores. Unas mentes brillantes sin duda-, le guiño el ojo después de bromar sobre su persona.
La primera observación que podía decir sobre lo que hacía Destino era, sinceramente, que no tenía ni puta idea de lo que estaba haciendo. Tenía ganas de ayudarlo, pues era herrero, además había trabajado de mozo de caballos en su adolescencia y juventud, por lo que sabía un poco de colocar ruedas en los carros. Pero el pelinegro parecía decidido a hacerlo, así que lo dejó en sus manos. Por ahora al menos.
- Iré a buscar al caballo. No tardaré-, informó a los demás antes de ir a por el equino.
El brujo no estaba seguro de cómo respondería el animal cuando lo viera aparecer. Se había llevado un susto considerable, por lo que bien podría no dejar que se le acercara ninguna persona en una buena temporada, pero por otro lado, estos animales amaestrados y mansos no solían perder el entrenamiento durante mucho tiempo. Se le pasaría pronto el susto y volvería a ser un caballo gobernable.
Y así fue. Le costó un tiempo que el animal confiara en él. Un rato detrás de él mientras se iba apaciguando, esperando que este recobrara la compostura. Poco a poco el equino fue perdiendo el miedo, y dejando que el rubio se le fuera acercando más, haciendo que la distancia en la que iniciaba un movimiento para alejarse del brujo fuera cada vez menor. Así durante unos minutos hasta que al fin pudo agarrar las riendas del animal, y montar en él para volver donde estaban los demás.
Montar en un caballo sin silla de montar, le trajo recuerdos de su adolescencia, más pronto olvidó dichos recuerdos al llegar junto al carro, y ver que el elfo había logrado finalmente colocar la rueda.
- Genial Destino. Lo has logrado-, dijo mucho más animado de cuando había partido en busca del caballo. - Con ese carro podremos morir sabiendo que somos unos cabezones que lo intentamos hasta el final-, rió bajando del caballo, colocándolo cerca del carro para atarle las correas, que ataban al animal con el propio carruaje, antes de que este se separara por la carrera alocada campo a través.
De todas maneras, las palabras del niño pronto le hicieron intuir que había sido este el que había logrado colocar la rueda. Toda una hazaña para un pequeñajo, debía ser bastante inteligente.
- ¿Quinientos aeros? ¿En serio? ¿No quieres también un palacio con buenas vistas y toda una ciudad amurallada para ti? Debería darte quinientas patadas en el culo por pedir tamaña suma por colocar una rueda-, pero era evidente que la suma tan elevada que pedía era para que aceptaran su otra opción. - Así que quieres saber que planeamos. Bien, te lo diré, pues tampoco es nada ilegal en sí-, el brujo se arrodilló con una pierna para ponerse a la altura de Chimar. - En aquella mansión-, señaló, con un movimiento de su cabeza, la dirección en la que se encontraba la villa. - Hay un hombre muy malvado. Y el elfo y yo vamos a terminar con su reinado del terror. Como comprenderás es algo muy peligroso. Por ello es mejor que vuelvas a la ciudad, pequeño. Gracias por la ayuda-, le guiñó un ojo.
Dicho esto, el brujo se dispuso a concretar con Destino el plan para entrar en la casa. Tendrían que pensarlo mejor que la última vez, realmente se jugaban el pellejo en aquello, y como siguieran así, como mínimo conseguirían que su enemigo huyera antes de poder acabar con él.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El brujo no parecía muy conforme con el plan, sin embargo, el elfo estaba completamente seguro de que... Bueno, en realidad no estaba seguro de que funcionara, pero por ahora una mala idea era mejor que ninguna; Destino miró con desconfianza al chico y más al analizar la pregunta que había realizado Vincent, ciertamente estaba algo alejado como para ser un simple paseo, no obstante, el pequeño tampoco parecía ser parte de aquella banda de transportacajas, así que de momento aplicaba el viejo proverbio “El enemigo de mi enemigo es mi amigo” o más bien “Si caigo se hunde conmigo” lo cual incluía también al brujo barbudo.
Ciertamente el encuentro casual resultaba un poco inquietante, aunque no tanto como la siguiente pregunta, el enano sospechaba de ellos tanto como ellos de él, o tal vez un poco más, aunque la rápida intervención del brujo sirvió para romper un poco la tensión del momento, difícilmente el niño se creería semejante excusa, pero al menos había resultado bastante creativo; tras eso el brujo se alejó en busca del caballo dejando a Destino luchando con la rueda, aunque no pasaría mucho tiempo en ello pues sorpresivamente el chico sí sabía de ruedas y con apenas un poco de tiempo supo lo que tenía que hacer; el pelinegro afincó su rodilla en el suelo para mantener con fuerza la rueda encajada tal como había indicado el chico hasta que éste en apenas un parpadeo -El plan es estrellarla contra otra cosa- Dijo el elfo siguiendo la broma aunque luego su cara cambió drásticamente ante la exorbitante tarifa que había pedido el niño y que también había tomado por sorpresa al brujo que venía regresando -Pequeño engendro- Pensó el elfo aunque sin llegar a decir nada, simplemente se limitó a relatar una parte del plan -Espera, el chico podría ser útil- Comentó el elfo mientras pensaba en una nueva variante del plan anterior al tiempo que miraba al chico con algo de malicia -De hecho, si ayudas, podrías quedarte con algo de lo que transportan, más aeros de lo que cualquier vampiro podría juntar en toda su vida- Exageró sin dudarlo tratando de llamar la atención del chico -¿Qué tan rápido puedes correr?- Preguntó al tiempo que miraba de reojo al brujo quien regresaba de su tarea recuperando al asustadizo caballo.
El barbudo parecía sin ninguna señal de optimismo, pero justamente su barba sería clave en esta nueva variante del plan -¿Qué tan bueno eres para inventar mentiras?- Le interrogó -Si tomas la ropa de alguno de ellos- Dijo señalando a los sujetos aún desmayados -Puedes llevar el carruaje de regreso y pedir que te abran la reja, di que te persiguen y deben darse prisa, de ese modo no tendrán mucho tiempo para inspeccionarte y con esa barba no distas mucho de parecer un mercenario o bandido- Luego de las respectivas ofensas explicó el resto del plan -Una vez dentro, el chico intentará tomar algo de la mercancía de los sujetos y correr para escapar, con eso llamará la atención de los sujetos que seguro irán tras él, dándote libertad para infiltrarte en la casa y hacer que el sujeto salga- Miró al chico con algo de malicia antes de explicar el resto del plan -Destino y el niño irán escondidos en el carruaje entre las cajas vacías- Se acercó al niño esperando que aceptara ser parte del arriesgado plan donde ciertamente se pondría en peligro, pero a fin de cuentas era él mismo quien había pedido saber más, y ahora que sabía ya casi estaba dentro -Tal vez un niño como tú no sepa mucho de robar, pero solo es necesario que tomes algo y corras tanto como puedas, Destino te apoyará si hace falta ¿Qué dices?- Preguntó de manera insistente al niño esperando una muestra de valentía o estupidez, cualquiera de ellas funcionaría por igual.
Si ambos estaban de acuerdo, lo siguiente que harían sería subir al carruaje y prepararse para iniciar el descabellado plan.
Ciertamente el encuentro casual resultaba un poco inquietante, aunque no tanto como la siguiente pregunta, el enano sospechaba de ellos tanto como ellos de él, o tal vez un poco más, aunque la rápida intervención del brujo sirvió para romper un poco la tensión del momento, difícilmente el niño se creería semejante excusa, pero al menos había resultado bastante creativo; tras eso el brujo se alejó en busca del caballo dejando a Destino luchando con la rueda, aunque no pasaría mucho tiempo en ello pues sorpresivamente el chico sí sabía de ruedas y con apenas un poco de tiempo supo lo que tenía que hacer; el pelinegro afincó su rodilla en el suelo para mantener con fuerza la rueda encajada tal como había indicado el chico hasta que éste en apenas un parpadeo -El plan es estrellarla contra otra cosa- Dijo el elfo siguiendo la broma aunque luego su cara cambió drásticamente ante la exorbitante tarifa que había pedido el niño y que también había tomado por sorpresa al brujo que venía regresando -Pequeño engendro- Pensó el elfo aunque sin llegar a decir nada, simplemente se limitó a relatar una parte del plan -Espera, el chico podría ser útil- Comentó el elfo mientras pensaba en una nueva variante del plan anterior al tiempo que miraba al chico con algo de malicia -De hecho, si ayudas, podrías quedarte con algo de lo que transportan, más aeros de lo que cualquier vampiro podría juntar en toda su vida- Exageró sin dudarlo tratando de llamar la atención del chico -¿Qué tan rápido puedes correr?- Preguntó al tiempo que miraba de reojo al brujo quien regresaba de su tarea recuperando al asustadizo caballo.
El barbudo parecía sin ninguna señal de optimismo, pero justamente su barba sería clave en esta nueva variante del plan -¿Qué tan bueno eres para inventar mentiras?- Le interrogó -Si tomas la ropa de alguno de ellos- Dijo señalando a los sujetos aún desmayados -Puedes llevar el carruaje de regreso y pedir que te abran la reja, di que te persiguen y deben darse prisa, de ese modo no tendrán mucho tiempo para inspeccionarte y con esa barba no distas mucho de parecer un mercenario o bandido- Luego de las respectivas ofensas explicó el resto del plan -Una vez dentro, el chico intentará tomar algo de la mercancía de los sujetos y correr para escapar, con eso llamará la atención de los sujetos que seguro irán tras él, dándote libertad para infiltrarte en la casa y hacer que el sujeto salga- Miró al chico con algo de malicia antes de explicar el resto del plan -Destino y el niño irán escondidos en el carruaje entre las cajas vacías- Se acercó al niño esperando que aceptara ser parte del arriesgado plan donde ciertamente se pondría en peligro, pero a fin de cuentas era él mismo quien había pedido saber más, y ahora que sabía ya casi estaba dentro -Tal vez un niño como tú no sepa mucho de robar, pero solo es necesario que tomes algo y corras tanto como puedas, Destino te apoyará si hace falta ¿Qué dices?- Preguntó de manera insistente al niño esperando una muestra de valentía o estupidez, cualquiera de ellas funcionaría por igual.
Si ambos estaban de acuerdo, lo siguiente que harían sería subir al carruaje y prepararse para iniciar el descabellado plan.
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Con la rueda encajada y el carruaje listo para partir viene siendo hora de las revelaciones, esto será bueno de oír. Al principio el dúo adulto se muestra renuente en soltar información, bastante predecible. Eventualmente exponen algunos detalles que generan cierto juicio de valor por parte de Chimar... para resumir piensa que esta gente se escapó de un circo o algo, comenzando la operación ya tienen decenas de errores destacables.
Bien…
No emite mucho comentario, está completamente sorprendido. Los adultos siempre alardean de mirar las cosas con una óptica madura, sin duda este par disparejo llego tarde el día de repartición. Suspira, no todos pueden ser genios en tamaño bolsillo, el mundo sería jodidamente aburrido de ese modo. Sea como sea los dos personajes mayores aun no terminan su argumento.
Oye no me trates como a un niño… ¡tengo once!
Sonara extraño pero la gente desconocida rara vez trata a los enanos como enanos… si es que eso tiene algún sentido. Dejando de lado el simple diminutivo de inferioridad endosada las personas no muestran un comportamiento ameno con cualquier pequeño a menos que tengan algún vínculo notable, simple naturaleza humana. Debido a esta realidad bien conocida por el inventor la actitud del barbudo le resulta extraña, no lo ve de mala manera pero si de forma curiosa.
Pronto el elfo tiene una “revelación” y a diferencia de su compañero espadachín esta incluye al chico, sigue la eficiente política de “se usa lo que se tiene”. El integrante honorario de la banda escucha atentamente todo, demasiadas vueltas para lograr tan poco. Sería mejor infiltrarse por un flanco descuidado sin tener que recurrir a un plan tan rebuscado y lleno de momentos peliagudos.
Se algunas cosas jeje.
Robar es prácticamente su religión pero no vale la pena alardear, las acciones hablan mejor. El plan tiene muchas imperfecciones y no se ganara un lugar en la historia pero puede funcionar, intentar mejorarlo obviamente terminaría en negativa así que solo se limita a asentir. Es una jugada arriesgada para el jovencito aunque su destreza debería lograr un desenlace favorable, cuando eres un niño ladrón aprendes a escapar bastante bien.
¿Y que esperamos?
Sonríe maliciosamente, tiempo de jugar. Lo que más motiva su colaboración es la promesa de una recompensa jugosa, tanto movimiento interno significa dinero a montones. Salir con una bolsa llena despierta cualquier interés, no sería la primera vez que logra un golpe casual. Actuar de distracción tiene algo de peligro intrínseco pero a una docena de personas pertrechadas se les pierde fácil cuando eres rápido, después de eso solo sigue la ganancia.
Bien…
No emite mucho comentario, está completamente sorprendido. Los adultos siempre alardean de mirar las cosas con una óptica madura, sin duda este par disparejo llego tarde el día de repartición. Suspira, no todos pueden ser genios en tamaño bolsillo, el mundo sería jodidamente aburrido de ese modo. Sea como sea los dos personajes mayores aun no terminan su argumento.
Oye no me trates como a un niño… ¡tengo once!
Sonara extraño pero la gente desconocida rara vez trata a los enanos como enanos… si es que eso tiene algún sentido. Dejando de lado el simple diminutivo de inferioridad endosada las personas no muestran un comportamiento ameno con cualquier pequeño a menos que tengan algún vínculo notable, simple naturaleza humana. Debido a esta realidad bien conocida por el inventor la actitud del barbudo le resulta extraña, no lo ve de mala manera pero si de forma curiosa.
Pronto el elfo tiene una “revelación” y a diferencia de su compañero espadachín esta incluye al chico, sigue la eficiente política de “se usa lo que se tiene”. El integrante honorario de la banda escucha atentamente todo, demasiadas vueltas para lograr tan poco. Sería mejor infiltrarse por un flanco descuidado sin tener que recurrir a un plan tan rebuscado y lleno de momentos peliagudos.
Se algunas cosas jeje.
Robar es prácticamente su religión pero no vale la pena alardear, las acciones hablan mejor. El plan tiene muchas imperfecciones y no se ganara un lugar en la historia pero puede funcionar, intentar mejorarlo obviamente terminaría en negativa así que solo se limita a asentir. Es una jugada arriesgada para el jovencito aunque su destreza debería lograr un desenlace favorable, cuando eres un niño ladrón aprendes a escapar bastante bien.
¿Y que esperamos?
Sonríe maliciosamente, tiempo de jugar. Lo que más motiva su colaboración es la promesa de una recompensa jugosa, tanto movimiento interno significa dinero a montones. Salir con una bolsa llena despierta cualquier interés, no sería la primera vez que logra un golpe casual. Actuar de distracción tiene algo de peligro intrínseco pero a una docena de personas pertrechadas se les pierde fácil cuando eres rápido, después de eso solo sigue la ganancia.
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El brujo pensaba que el elfo elaboraría un plan de infiltración ayudándose del carro, que ahora estaba enganchado otra vez al caballo, pues de otro modo no veía necesario conseguirlo. Para qué demonios iban a necesitar un carruaje de carga, sino para, precisamente, entrar con él por la zona de mercancías.
- ¿Que no disto mucho de ser un bandido o mercenario? Soy un mercenario-, comentó recalcando la segunda frase.
No obstante, de todo el plan, que no era muy distinto a lo que había pensado que sería, la parte en la que se involucraba al niño, le había llamado mucho más la atención que la referencia a su apariencia de bandido por la barba.
- No hablarás en serio. ¿Pretendes que mandemos un niño al matadero? - preguntó asombrado por la sugerencia.
Aunque, curiosamente, pese a que el niño tenía la peor parte del plan, pareció dispuesto a ayudar al moreno y llevarlo a cabo.
- ¿En serio vas a jugártela de este modo chaval? - siguió preguntando incrédulo
El brujo meneó la cabeza, pues no sabía qué vida llevaba el niño. Puede que fuera pobre y necesitara el dinero para salir adelante, con un panorama así era normal. Pero él no era el tipo de persona que se aprovechara de las desgracias ajenas para utilizarlas en su beneficio, si necesitaba dinero él mismo se lo daría. No le parecía buena idea, no sin poner seguridad al niño.
- Está bien. Haremos eso-, suspiró por ceder ante las locuras de esos dos. - El niño huirá para crear una distracción, pero uno de nosotros debe encargarse de acabar con sus perseguidores, así podrá huir sin problemas. ¿Estamos? - comentó al elfo. - Yo tengo mejores habilidades de largo alcance, pero conozco tu rapidez. Así pues ¿Quién se encargará de la protección de Chimar? Por mi parte iré a prepararme para la infiltración.
No imaginaba cómo se había dejado llevar por un plan así, más supuso que saber que siempre podía ayudar al niño y olvidar su misión principal. Ya tendría ocasión de volver a encontrar al hombre que debía matar esa noche.
El rubio se acercó a los hombres inconscientes por el ataque con manzanas del niño, y le arrebató la capa con capucha que llevaba uno encima de su ropa. Era muy útil para las inclemencias del tiempo, y en esta ocasión para ocultar sus rasgos ante los guardias de la entrada de mercancías.
Una vez terminó de prepararse se subió sobre la zona del conductor del carro. Carro que previamente había alejado del árbol y enganchado al animal. Vincent cogió las riendas y esperó que sus compinches subieran a la parte de atrás, para meterse en las cajas vacías como habían planeado.
- Ah, y tendrás once-, dijo girándose sobre su asiento y mirando la parte trasera del carro. - Pero hasta que no me llegues por encima de la altura de la entrepierna te seguiré llamando niño-, bromeó con una sonrisa, pues el chico no era tan bajo. - Es broma, te llamaré niño hasta que me llegues a la altura de la barbilla. Ya te queda poco para eso-, sonrió una vez más. - Por cierto, mi nombre es Vincent-, presentarse era la mínima cortesía que le debía a cualquiera que se metiera un trabajo con él. - Intentemos que no nos maten esta noche.
El brujo dio un fuerte movimiento con las riendas del caballo para ponerse en marcha hacia la villa. Ya solo quedaba conseguir hacer realidad sus últimas palabras, y de paso lograr todo lo contrario para el señor de aquella mansión.
- ¿Que no disto mucho de ser un bandido o mercenario? Soy un mercenario-, comentó recalcando la segunda frase.
No obstante, de todo el plan, que no era muy distinto a lo que había pensado que sería, la parte en la que se involucraba al niño, le había llamado mucho más la atención que la referencia a su apariencia de bandido por la barba.
- No hablarás en serio. ¿Pretendes que mandemos un niño al matadero? - preguntó asombrado por la sugerencia.
Aunque, curiosamente, pese a que el niño tenía la peor parte del plan, pareció dispuesto a ayudar al moreno y llevarlo a cabo.
- ¿En serio vas a jugártela de este modo chaval? - siguió preguntando incrédulo
El brujo meneó la cabeza, pues no sabía qué vida llevaba el niño. Puede que fuera pobre y necesitara el dinero para salir adelante, con un panorama así era normal. Pero él no era el tipo de persona que se aprovechara de las desgracias ajenas para utilizarlas en su beneficio, si necesitaba dinero él mismo se lo daría. No le parecía buena idea, no sin poner seguridad al niño.
- Está bien. Haremos eso-, suspiró por ceder ante las locuras de esos dos. - El niño huirá para crear una distracción, pero uno de nosotros debe encargarse de acabar con sus perseguidores, así podrá huir sin problemas. ¿Estamos? - comentó al elfo. - Yo tengo mejores habilidades de largo alcance, pero conozco tu rapidez. Así pues ¿Quién se encargará de la protección de Chimar? Por mi parte iré a prepararme para la infiltración.
No imaginaba cómo se había dejado llevar por un plan así, más supuso que saber que siempre podía ayudar al niño y olvidar su misión principal. Ya tendría ocasión de volver a encontrar al hombre que debía matar esa noche.
El rubio se acercó a los hombres inconscientes por el ataque con manzanas del niño, y le arrebató la capa con capucha que llevaba uno encima de su ropa. Era muy útil para las inclemencias del tiempo, y en esta ocasión para ocultar sus rasgos ante los guardias de la entrada de mercancías.
Una vez terminó de prepararse se subió sobre la zona del conductor del carro. Carro que previamente había alejado del árbol y enganchado al animal. Vincent cogió las riendas y esperó que sus compinches subieran a la parte de atrás, para meterse en las cajas vacías como habían planeado.
- Ah, y tendrás once-, dijo girándose sobre su asiento y mirando la parte trasera del carro. - Pero hasta que no me llegues por encima de la altura de la entrepierna te seguiré llamando niño-, bromeó con una sonrisa, pues el chico no era tan bajo. - Es broma, te llamaré niño hasta que me llegues a la altura de la barbilla. Ya te queda poco para eso-, sonrió una vez más. - Por cierto, mi nombre es Vincent-, presentarse era la mínima cortesía que le debía a cualquiera que se metiera un trabajo con él. - Intentemos que no nos maten esta noche.
El brujo dio un fuerte movimiento con las riendas del caballo para ponerse en marcha hacia la villa. Ya solo quedaba conseguir hacer realidad sus últimas palabras, y de paso lograr todo lo contrario para el señor de aquella mansión.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Destino escuchó con atención la defensa del barbudo aunque ciertamente según su punto de vista, el término “mercenario” no era algo halagador, sin embargo el brujo parecía orgulloso de serlo, cada quien tiene sus gustos a fin de cuentas -Claro... Mercenario- Repitió enfatizando también la palabra -No es un niño, es un... Hombrecito- Dijo el elfo para justificar su derecho a usarlo como carnada -Ya lo escuchaste, tiene once, seguro ya ha tenido una buena vida, morir joven no es algo malo, de igual modo los humanos no duran mucho- Explicó con mucha seriedad, completamente convencido de que sus palabras eran completamente razonables -Eres valiente, pequeño, ojalá también seas rápido- Le dijo al niño mientras centraba su atención en el brujo.
En los planes del pelinegro no figuraba realmente la parte de proteger al chico, a fin de cuentas ni siquiera lo conocía, así que no se había creado ningún tipo de vínculo afectivo entre ellos, al menos por ahora; mientras el brujo acudió a tomar la ropa de los otros sujetos, Destino dio un vistazo al chico que parecía más que un simple hablador -Eres muy listo, tal vez tu destreza sea igual- Dijo mientras lanzaba una patada rápida a la pierna del chico, si lo golpeaba podrían dejarlo fuera del plan porque no podría correr, pero si la esquivaba, entonces era una buena muestra de agilidad y rapidez de reacción, ese era el extraño modo en que el pelinegro se aseguraba de que alguien era capaz de sobrevivir a una situación peligrosa.
Al volver el barbudo entraron a la siguiente fase del plan, subieron a la parte trasera del carruaje donde unas cajas de madera con un tamaño similar al del chico, reposaban cubiertas por un ligero techo de lona que apenas y se sostenía, las bromas del brujo acerca de la estatura del niño hicieron recapacitar al elfo acerca de la seguridad del chico, en su mente solo estaba la idea prioritaria de llegar a su objetivo y asesinarlo, así que no estaría nada enfocado en proteger al niño y lo más probable era que lo dejaría a su suerte; el brujo por su parte, parecía más enfocado en proteger al chico, así que se concentraría menos en buscar al objetivo, estaría distraído y eso podría costarle alguna herida que pondría en riesgo el plan; si algo había aprendido el pelinegro era que no podía solo contra aquel sujeto, y quisiera o no, necesitaba al brujo enfocado, para ello, necesitaba al niño a salvo.
El camino estaba terriblemente mal construido, o el brujo era terriblemente mal conductor, cada instante era de saltos y movimientos bruscos a bordo de la carreta, en varias ocasiones las cajas parecían irse sobre ambos pero con algo de esfuerzo conseguía evitarlo, empujándolas para mantenerlas en su sitio -La muerte de Destino no vendrá de la mano de esos sujetos, sino por tu mala conducción de esta carreta- Dijo el elfo quejándose por todo el ajetreo, aunque luego bajó un poco el tono a uno más serio -Una vez dentro, hazte cargo de proteger al chico- Dijo al brujo, consciente de que era el indicado para ejecutar dicha tarea. Finalmente tras un rato se escuchó la voz de unos hombres ordenando al brujo detenerse, era el momento de mentir para entrar, de momento todo dependía del barbudo.
En los planes del pelinegro no figuraba realmente la parte de proteger al chico, a fin de cuentas ni siquiera lo conocía, así que no se había creado ningún tipo de vínculo afectivo entre ellos, al menos por ahora; mientras el brujo acudió a tomar la ropa de los otros sujetos, Destino dio un vistazo al chico que parecía más que un simple hablador -Eres muy listo, tal vez tu destreza sea igual- Dijo mientras lanzaba una patada rápida a la pierna del chico, si lo golpeaba podrían dejarlo fuera del plan porque no podría correr, pero si la esquivaba, entonces era una buena muestra de agilidad y rapidez de reacción, ese era el extraño modo en que el pelinegro se aseguraba de que alguien era capaz de sobrevivir a una situación peligrosa.
Al volver el barbudo entraron a la siguiente fase del plan, subieron a la parte trasera del carruaje donde unas cajas de madera con un tamaño similar al del chico, reposaban cubiertas por un ligero techo de lona que apenas y se sostenía, las bromas del brujo acerca de la estatura del niño hicieron recapacitar al elfo acerca de la seguridad del chico, en su mente solo estaba la idea prioritaria de llegar a su objetivo y asesinarlo, así que no estaría nada enfocado en proteger al niño y lo más probable era que lo dejaría a su suerte; el brujo por su parte, parecía más enfocado en proteger al chico, así que se concentraría menos en buscar al objetivo, estaría distraído y eso podría costarle alguna herida que pondría en riesgo el plan; si algo había aprendido el pelinegro era que no podía solo contra aquel sujeto, y quisiera o no, necesitaba al brujo enfocado, para ello, necesitaba al niño a salvo.
El camino estaba terriblemente mal construido, o el brujo era terriblemente mal conductor, cada instante era de saltos y movimientos bruscos a bordo de la carreta, en varias ocasiones las cajas parecían irse sobre ambos pero con algo de esfuerzo conseguía evitarlo, empujándolas para mantenerlas en su sitio -La muerte de Destino no vendrá de la mano de esos sujetos, sino por tu mala conducción de esta carreta- Dijo el elfo quejándose por todo el ajetreo, aunque luego bajó un poco el tono a uno más serio -Una vez dentro, hazte cargo de proteger al chico- Dijo al brujo, consciente de que era el indicado para ejecutar dicha tarea. Finalmente tras un rato se escuchó la voz de unos hombres ordenando al brujo detenerse, era el momento de mentir para entrar, de momento todo dependía del barbudo.
Destino
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Extrañamente el sujeto con barba muestra bastante preocupación por la seguridad futura de Chimar, se nota que no lo conoce. El enano tiene sus trucos ocultos, muchos de ellos jodidamente viables y dolorosos. A pesar de todo dicho niño se reserva los comentarios, no es buena idea despreciar apoyo durante situaciones peligrosas, al final todo puede pasar en una operación delictiva.
Patán…
Emite de forma inentendible como respuesta a los comentarios del elfo, menudo sujeto. Ambos adultos son los extremos opuestos del comportamiento inteligente, es una suerte que no se hayan matado hace tiempo aunque técnicamente los opuestos forman buenos vínculos. Maquiavelo es el que menos puede opinar sobre tal concepto al ser amigo de un chico como Demian, la naturaleza social tiende a ser irracional.
Lo que más molesta al inventor es que lo subestimen y con este par está llegando a su límite educado, cada uno le resta eficiencia personal de diferente forma. La gente grande tiende a comportarse de ese modo, ni que ser niño significara tener algún retardo. Aquel jovencito suspira recuperando la compostura, será divertido ver sus caras de asombro cuando haga una acción superior.
¡¡Que rayos!!
En ese momento de concentración interna ocurre algo raro, el sujeto de orejas picudas lanza una patada. Chimar reacciona por instinto y esquiva el ataque saltando, luego apunta su ballesta automática. Tiene reflejos bastante desarrollados, la mejor mezcla de agilidad infantil con experiencia callejera. Poco después saca su conclusión cuando nota la carencia de más ataques, fue una simple prueba.
Alguien necesita aprender modales…
Baja el brazo armado y toma una pose relajada, elfos dramáticos. Repasan una vez más el plan y proceden a tomar posiciones, todo se ve sencillo en el papel pero siempre es así. Un autodenominado Vincent balbucea algunas tonterías antes de prepararse, extraño sujeto aunque algo agradable cuando se compara con otros individuos del mismo tamaño, no se puede negar que intenta parecer amistoso.
Cuando el niño y Destino se ocultan en la carga comienza todo, solo deben seguir derecho. No es el trayecto más cómodo del mundo con todos esos saltos pero al mejorar dicho terreno deberán actuar así que no hay prisa, la tensión aparece de repente. Una última acotación eleva la confianza del pequeño, tendrá un guardaespaldas cuando haga el numerito del ladrón. Eventualmente su carreta se detiene en la entrada y empieza el juego de verdad, no deben arruinarlo.
“la vida de un huérfano nunca es aburrida al parecer”
Patán…
Emite de forma inentendible como respuesta a los comentarios del elfo, menudo sujeto. Ambos adultos son los extremos opuestos del comportamiento inteligente, es una suerte que no se hayan matado hace tiempo aunque técnicamente los opuestos forman buenos vínculos. Maquiavelo es el que menos puede opinar sobre tal concepto al ser amigo de un chico como Demian, la naturaleza social tiende a ser irracional.
Lo que más molesta al inventor es que lo subestimen y con este par está llegando a su límite educado, cada uno le resta eficiencia personal de diferente forma. La gente grande tiende a comportarse de ese modo, ni que ser niño significara tener algún retardo. Aquel jovencito suspira recuperando la compostura, será divertido ver sus caras de asombro cuando haga una acción superior.
¡¡Que rayos!!
En ese momento de concentración interna ocurre algo raro, el sujeto de orejas picudas lanza una patada. Chimar reacciona por instinto y esquiva el ataque saltando, luego apunta su ballesta automática. Tiene reflejos bastante desarrollados, la mejor mezcla de agilidad infantil con experiencia callejera. Poco después saca su conclusión cuando nota la carencia de más ataques, fue una simple prueba.
Alguien necesita aprender modales…
Baja el brazo armado y toma una pose relajada, elfos dramáticos. Repasan una vez más el plan y proceden a tomar posiciones, todo se ve sencillo en el papel pero siempre es así. Un autodenominado Vincent balbucea algunas tonterías antes de prepararse, extraño sujeto aunque algo agradable cuando se compara con otros individuos del mismo tamaño, no se puede negar que intenta parecer amistoso.
Cuando el niño y Destino se ocultan en la carga comienza todo, solo deben seguir derecho. No es el trayecto más cómodo del mundo con todos esos saltos pero al mejorar dicho terreno deberán actuar así que no hay prisa, la tensión aparece de repente. Una última acotación eleva la confianza del pequeño, tendrá un guardaespaldas cuando haga el numerito del ladrón. Eventualmente su carreta se detiene en la entrada y empieza el juego de verdad, no deben arruinarlo.
“la vida de un huérfano nunca es aburrida al parecer”
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El brujo dejó que sus pasajeros se acomodaran en sus increíbles y cómodos habitáculos, para iniciar el camino. Aunque quizás la palabra camino le fuera grande al sendero. Era un autentico trayecto bacheado, con más socavones en el suelo de lo que se esperaría de un lugar tan transitado por carretas.
El líder de la organización no se había molestado en cuidar el camino como si que había hecho con la mansión, pues se notaba ostentosa en la lejanía. Era el primer adjetivo que se le había venido a la mente cuando había llegado hasta allí para vigilarla. No obstante, cuando el elfo le recriminó su mala conducción del carro, guió una rueda directamente hacia el bache más grande que había visto en todo el trayecto, provocando que la parte de atrás del vehículo brincara con violencia.
- Que puedo decir. El tipo que lidera a estos hombres no se ha molestado en hacer un camino decente. Será otro motivo que tendremos para matarlo-, comentó a sus acompañantes, aunque se guardó en su interior la risa, limitándose a mirar al frente con una sonrisa.
Fue gracioso vengarse de las palabras del elfo, más se acercaban a la villa, y tenía que dejar a un lado su humor para centrarse en su objetivo.
- Nos acercamos. Aumentaré la velocidad para que parezca que me persiguen. No os rompáis la cabeza antes de tiempo-, avisó a sus acompañantes.
El brujo azuzó al caballo para que se lanzara todo lo rápido que pudiera, intentando esta vez esquivar los peores socavones del camino. Pese a todo era bastante evidente que el carro traqueteaba en exceso por lo mal del sendero, y por la nueva velocidad que no hacía sino empeorar la situación. Que podía decir. A veces había que sufrir para conseguir el objetivo.
Por fortuna para los hombres atrás en el carro, por fin llegó hasta la zona de carga. Donde dos guardias le dieron el alto con caras de asombro y sospecha.
- Alto ahí, ¿Qué demonios crees que estás haciendo con esa marcha tan forzada? - preguntó uno de ellos con malas formas.
- ¿Tú qué crees? Es que me gusta romperme el culo contra el asiento de este carro, yendo a toda velocidad por este camino de mierda-, contestó haciéndose el ofendido. - Me persiguen unos bandidos, y no quiero perder la valiosa carga que llevó. No creo que al que manda le guste eso. ¿No te parece?
El rubio mantuvo la cara oculta bajo la capucha, pero no del todo, para que no pareciera que actuaba de modo extraño. Solo esperaba que esos idiotas no se fijaran en que el caballo era el mismo de la última carreta que se había marchado de allí.
- ¿Unos bandidos? - comentó algo nervioso, para luego mirar a su compañero buscando una segunda opinión con la mirada.
- Sí, joder, son montones. Estaban en el bosque y venían tras de mí. Seguro que se han enterado del tránsito de nuestros carros hasta aquí y prepararon una emboscada. Les ha salido de pena, pero dudo que se detengan ahí. Como digo son muchos, déjame guardar la carga dentro, luego podremos preparar la defensa, porque te aseguro que los tenía pegados a mi trasero-, intentó convencer al guardia. - Aquí fuera no pintan nada estas monedas. El jefe nos hará pedazos como perdamos solo una de ellas-, asustó a los guardias.
- Está bien, está bien, pasa dentro. ¿Cuántos crees que son? - contestó haciendo una señal a su compañero para que le ayudara a abrir las puertas.
Vincent sonrió bajo la cobertura de su capucha cuando la luz de las antorchas del interior del establo de la villa se fue abriendo paso en la oscuridad de la noche. El brujo no perdió el tiempo, y en cuanto las dos hojas de la puerta se abrieron, dejando el hueco necesario para el vehículo de madera, metió el carro dentro con premura.
- Pues yo diría que más de veinte. Puede que más de treinta. No podría aseverarlo-, comentó a uno de los guardias distrayéndolo una vez que detuvo el carro dentro. - No pude quedarme a contarlos precisamente-, rió. - Pero supongo que saben la cantidad de dinero que llevamos para reunir a tanta gente, y sobre todo en un lugar por el que solemos pasar.
Esperaba que la distracción surtiera efecto. De momento solo había visto a dos hombres, más era probable que hubiera alguno más por el establo, teniendo en cuenta que era la entrada del preciado tesoro. Por su parte ya solo le quedaba esperar el movimiento de su verdadera carga.
El líder de la organización no se había molestado en cuidar el camino como si que había hecho con la mansión, pues se notaba ostentosa en la lejanía. Era el primer adjetivo que se le había venido a la mente cuando había llegado hasta allí para vigilarla. No obstante, cuando el elfo le recriminó su mala conducción del carro, guió una rueda directamente hacia el bache más grande que había visto en todo el trayecto, provocando que la parte de atrás del vehículo brincara con violencia.
- Que puedo decir. El tipo que lidera a estos hombres no se ha molestado en hacer un camino decente. Será otro motivo que tendremos para matarlo-, comentó a sus acompañantes, aunque se guardó en su interior la risa, limitándose a mirar al frente con una sonrisa.
Fue gracioso vengarse de las palabras del elfo, más se acercaban a la villa, y tenía que dejar a un lado su humor para centrarse en su objetivo.
- Nos acercamos. Aumentaré la velocidad para que parezca que me persiguen. No os rompáis la cabeza antes de tiempo-, avisó a sus acompañantes.
El brujo azuzó al caballo para que se lanzara todo lo rápido que pudiera, intentando esta vez esquivar los peores socavones del camino. Pese a todo era bastante evidente que el carro traqueteaba en exceso por lo mal del sendero, y por la nueva velocidad que no hacía sino empeorar la situación. Que podía decir. A veces había que sufrir para conseguir el objetivo.
Por fortuna para los hombres atrás en el carro, por fin llegó hasta la zona de carga. Donde dos guardias le dieron el alto con caras de asombro y sospecha.
- Alto ahí, ¿Qué demonios crees que estás haciendo con esa marcha tan forzada? - preguntó uno de ellos con malas formas.
- ¿Tú qué crees? Es que me gusta romperme el culo contra el asiento de este carro, yendo a toda velocidad por este camino de mierda-, contestó haciéndose el ofendido. - Me persiguen unos bandidos, y no quiero perder la valiosa carga que llevó. No creo que al que manda le guste eso. ¿No te parece?
El rubio mantuvo la cara oculta bajo la capucha, pero no del todo, para que no pareciera que actuaba de modo extraño. Solo esperaba que esos idiotas no se fijaran en que el caballo era el mismo de la última carreta que se había marchado de allí.
- ¿Unos bandidos? - comentó algo nervioso, para luego mirar a su compañero buscando una segunda opinión con la mirada.
- Sí, joder, son montones. Estaban en el bosque y venían tras de mí. Seguro que se han enterado del tránsito de nuestros carros hasta aquí y prepararon una emboscada. Les ha salido de pena, pero dudo que se detengan ahí. Como digo son muchos, déjame guardar la carga dentro, luego podremos preparar la defensa, porque te aseguro que los tenía pegados a mi trasero-, intentó convencer al guardia. - Aquí fuera no pintan nada estas monedas. El jefe nos hará pedazos como perdamos solo una de ellas-, asustó a los guardias.
- Está bien, está bien, pasa dentro. ¿Cuántos crees que son? - contestó haciendo una señal a su compañero para que le ayudara a abrir las puertas.
Vincent sonrió bajo la cobertura de su capucha cuando la luz de las antorchas del interior del establo de la villa se fue abriendo paso en la oscuridad de la noche. El brujo no perdió el tiempo, y en cuanto las dos hojas de la puerta se abrieron, dejando el hueco necesario para el vehículo de madera, metió el carro dentro con premura.
- Pues yo diría que más de veinte. Puede que más de treinta. No podría aseverarlo-, comentó a uno de los guardias distrayéndolo una vez que detuvo el carro dentro. - No pude quedarme a contarlos precisamente-, rió. - Pero supongo que saben la cantidad de dinero que llevamos para reunir a tanta gente, y sobre todo en un lugar por el que solemos pasar.
Esperaba que la distracción surtiera efecto. De momento solo había visto a dos hombres, más era probable que hubiera alguno más por el establo, teniendo en cuenta que era la entrada del preciado tesoro. Por su parte ya solo le quedaba esperar el movimiento de su verdadera carga.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Aunque había que admitir que el plan no era una maravilla, al menos cumpliría su función, al elfo solo le interesaba asesinar a su objetivo, por lo que la seguridad de los otros pasaba a un segundo plano, o al menos así debía ser, pues ahora se andaba preocupando por verificar que el chico fuera capaz de hacer lo que se necesitaba, aunque afortunadamente los rápidos reflejos de Chimar al esquivar la patada, y su rápida disposición a contra atacar dieron una buena impresión al pelinegro que sin decir más, se dirigió al carruaje ignorando, o fingiendo ignorar las palabras del chico solo para no tener que disculparse.
El brujo por su parte no parecía esforzarse por hacer del camino algo agradable, los saltos y baches parecían a ratos completamente intencionados, sobre todos uno de ellos donde la mitad de las cajas parecieron venirse encima del elfo y el niño que luchaban por mantenerse intactos en la parte posterior; por si eso fuera poco el brujo advirtió que aumentaría la velocidad, eso implicaba conducir peor -Intenta no desbaratar el carro antes de llegar- Murmuró el elfo sin hacer mucho ruido para luego agacharse en silencio y esconderse entre las cajas; al principio los guardianes de la puerta parecían dudar de ello, hasta donde sabían su jefe era muy conocido o temido por los bandidos de esos lugares, pero también con su fama se había hecho a más de un enemigo, y si hasta ahora no los habían atacado era por temor a las represalias que pudiera tomar la organización a la que pertenecía el sujeto contra quien intentara atacarles.
Mientras el brujo intentaba convencer a uno de los sujetos, el otro se dirigió a la parte de atrás para inspeccionar la carga, pero antes que pudiera llegar fue interrumpido por la orden de su compañero y acabaron por dejar entrar al barbudo que también hizo su parte moviéndose apenas abrió la puerta para evitar que husmearan y descubrieran a sus pasajeros ocultos.
Vincent había conseguido la atención de uno de los custodios de la puerta, que sin más, procedió a organizar una bienvenida para los supuestos bandidos -Esos desgraciados sabrán con quién se meten- Insinuó con una sonrisa maléfica al tiempo que llamaba a algunos de los presentes a organizarse en la entrada -¿No deberíamos avisar al jefe?- Preguntó temeroso su compañero pero éste fue reprendido -¡Claro que no, podemos lidiar con esto y obtendremos una buena recompensa por ello!- Justificó de nuevo con total seguridad de que podrían lograrlo.
Los pocos sujetos se lanzaron a las órdenes del atrevido líder provisional, dejando a un lado una de las cajas que antes se había caído dejando salir algunas de las monedas de oro y que ahora intentaban recoger -Es tu turno chico- Susurró el elfo a Chimar mientras le señalaba las brillantes monedas; si era lo suficientemente rápido aprovecharía la confusión generada por el brujo y dejaría desconcertados a los tipejos que ya se habían alejado bastante en dirección a la entrada; Destino por su parte salió en dirección contraria y con un par de saltos dejó atrás la carreta para esconderse entre las sombras de los árboles cercanos a la casa, lo primero sería buscar por donde entrar, lo segundo sería finalizar la misión.
El brujo por su parte no parecía esforzarse por hacer del camino algo agradable, los saltos y baches parecían a ratos completamente intencionados, sobre todos uno de ellos donde la mitad de las cajas parecieron venirse encima del elfo y el niño que luchaban por mantenerse intactos en la parte posterior; por si eso fuera poco el brujo advirtió que aumentaría la velocidad, eso implicaba conducir peor -Intenta no desbaratar el carro antes de llegar- Murmuró el elfo sin hacer mucho ruido para luego agacharse en silencio y esconderse entre las cajas; al principio los guardianes de la puerta parecían dudar de ello, hasta donde sabían su jefe era muy conocido o temido por los bandidos de esos lugares, pero también con su fama se había hecho a más de un enemigo, y si hasta ahora no los habían atacado era por temor a las represalias que pudiera tomar la organización a la que pertenecía el sujeto contra quien intentara atacarles.
Mientras el brujo intentaba convencer a uno de los sujetos, el otro se dirigió a la parte de atrás para inspeccionar la carga, pero antes que pudiera llegar fue interrumpido por la orden de su compañero y acabaron por dejar entrar al barbudo que también hizo su parte moviéndose apenas abrió la puerta para evitar que husmearan y descubrieran a sus pasajeros ocultos.
Vincent había conseguido la atención de uno de los custodios de la puerta, que sin más, procedió a organizar una bienvenida para los supuestos bandidos -Esos desgraciados sabrán con quién se meten- Insinuó con una sonrisa maléfica al tiempo que llamaba a algunos de los presentes a organizarse en la entrada -¿No deberíamos avisar al jefe?- Preguntó temeroso su compañero pero éste fue reprendido -¡Claro que no, podemos lidiar con esto y obtendremos una buena recompensa por ello!- Justificó de nuevo con total seguridad de que podrían lograrlo.
Los pocos sujetos se lanzaron a las órdenes del atrevido líder provisional, dejando a un lado una de las cajas que antes se había caído dejando salir algunas de las monedas de oro y que ahora intentaban recoger -Es tu turno chico- Susurró el elfo a Chimar mientras le señalaba las brillantes monedas; si era lo suficientemente rápido aprovecharía la confusión generada por el brujo y dejaría desconcertados a los tipejos que ya se habían alejado bastante en dirección a la entrada; Destino por su parte salió en dirección contraria y con un par de saltos dejó atrás la carreta para esconderse entre las sombras de los árboles cercanos a la casa, lo primero sería buscar por donde entrar, lo segundo sería finalizar la misión.
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Luego de pasar ese camino prácticamente abandonado con una carga frenética su carreta se detiene bruscamente en la entrada, tiempo de que el barbudo mueva pieza. Chimar disminuye sus respiraciones para evitar delatar la nueva carga, no es tan bueno como su hermano pero tiene algo de habilidad. Pronto las palabras comienzan dando paso a una estafa ambulante.
Por un momento los guardias dudan del argumento pero al final pecan de inocentes, se creen la trampa. Cuesta poco asustar a los criminales, viven la mayor parte del tiempo en alerta y a la menor señal de problemas saltan como un gato sorprendido. Los matones intentan orquestar una defensa en contra de la fuerza hostil ficticia descuidando completamente el nuevo ingreso de “dinero”.
El adulto resulta bastante convincente, quien lo diría. Con el numerito de la puerta finalizado su carreta se adentra en la mansión, todo un tributo a la vanidad. Maquiavelo se prepara pues sabe que tendrá que correr en breve, por su mente pasa la fugaz idea de desertar pero logra controlarse. El tintineo de monedas rompe una concentración perfecta, cuando se cansa de llenarse los bolsillos toma un montón entre manos y susurra varias palabras.
Cúbranme el trasero.
Salta del vehículo procurando hacer bastante ruido, extrañamente los guardias idiotas continúan inmersos en su defensa. El pequeño arquea una ceja, luego propina su mejor patada a una de las cajas apiladas en el suelo. El delicado equilibrio de los contenedores se rompe y varios caen esparciendo cientos de monedas, obviamente eso llama la atención de media villa quienes se sorprenden ante el tamaño del intruso.
Uff… mansión equivocada.
Una horda de sujetos se abalanza pero Chimar corre con ventaja, sale disparado y rápidamente toma la ruta con más obstáculos. Sonríe al ver los pobres intentos que realiza el grupo mercenario por sortear sitios peliagudos, todo un espectáculo. La alarma se extiende con velocidad dando a entender lo efectivo del plan, el elfo tiene carta blanca para infiltrarse.
El jovencito sigue corriendo y por un momento deja muchos enemigos atrás, atraviesa varias edificaciones en su gran carrera. Al verse solo decide bajar el ritmo para no cansarse demasiado, buena estrategia cuando no se tiene un final visible. En breve deberá ocultarse hasta que la zona baje su hostilidad, luego podrá salir utilizando sigilo, una táctica de lo más antigua pero bastante efectiva.
Pero que…
Murmura al toparse directamente con cierto sujeto bastante pertrechado, lleva una armadura enorme y un martillo de dos manos. El chico abre los ojos de par en par algo asustado, luego dispara su ballesta. El virote se incrusta pero la persona objetivo continua moviéndose sin inmutarse, tiene demasiado blindaje de por medio. Aquella masa metálica levanta su arma dispuesto a atacar, esta tan convencido de que tiene la ventaja que ni siquiera pide ayuda.
Rayos… es un buen momento para que aparezcan los refuerzos…
Por un momento los guardias dudan del argumento pero al final pecan de inocentes, se creen la trampa. Cuesta poco asustar a los criminales, viven la mayor parte del tiempo en alerta y a la menor señal de problemas saltan como un gato sorprendido. Los matones intentan orquestar una defensa en contra de la fuerza hostil ficticia descuidando completamente el nuevo ingreso de “dinero”.
El adulto resulta bastante convincente, quien lo diría. Con el numerito de la puerta finalizado su carreta se adentra en la mansión, todo un tributo a la vanidad. Maquiavelo se prepara pues sabe que tendrá que correr en breve, por su mente pasa la fugaz idea de desertar pero logra controlarse. El tintineo de monedas rompe una concentración perfecta, cuando se cansa de llenarse los bolsillos toma un montón entre manos y susurra varias palabras.
Cúbranme el trasero.
Salta del vehículo procurando hacer bastante ruido, extrañamente los guardias idiotas continúan inmersos en su defensa. El pequeño arquea una ceja, luego propina su mejor patada a una de las cajas apiladas en el suelo. El delicado equilibrio de los contenedores se rompe y varios caen esparciendo cientos de monedas, obviamente eso llama la atención de media villa quienes se sorprenden ante el tamaño del intruso.
Uff… mansión equivocada.
Una horda de sujetos se abalanza pero Chimar corre con ventaja, sale disparado y rápidamente toma la ruta con más obstáculos. Sonríe al ver los pobres intentos que realiza el grupo mercenario por sortear sitios peliagudos, todo un espectáculo. La alarma se extiende con velocidad dando a entender lo efectivo del plan, el elfo tiene carta blanca para infiltrarse.
El jovencito sigue corriendo y por un momento deja muchos enemigos atrás, atraviesa varias edificaciones en su gran carrera. Al verse solo decide bajar el ritmo para no cansarse demasiado, buena estrategia cuando no se tiene un final visible. En breve deberá ocultarse hasta que la zona baje su hostilidad, luego podrá salir utilizando sigilo, una táctica de lo más antigua pero bastante efectiva.
Pero que…
Murmura al toparse directamente con cierto sujeto bastante pertrechado, lleva una armadura enorme y un martillo de dos manos. El chico abre los ojos de par en par algo asustado, luego dispara su ballesta. El virote se incrusta pero la persona objetivo continua moviéndose sin inmutarse, tiene demasiado blindaje de por medio. Aquella masa metálica levanta su arma dispuesto a atacar, esta tan convencido de que tiene la ventaja que ni siquiera pide ayuda.
Rayos… es un buen momento para que aparezcan los refuerzos…
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Al rubio no le sorprendió que su truco de palabrería surtiera efecto sobre los guardias. Lo poco que había escuchado al misterioso líder de esa organización, ya lo definía como una persona autoritaria y que no soportaba el fracaso. Su manera de dirigirse al brujo que había enfrentado en la mina lo dejaba bastante claro, y además, teniendo en cuenta el nivel de aquel adversario, sin duda no tenía reparos en amenazar a cualquiera, sin importar lo poderoso que fuera.
Esa parte era la que le hacía pensar que era un hombre que superaba en combate al tensai de aire de la mina. Eso o que pagaba extremadamente bien, tanto como para soportar su lengua afilada y directa. Dada la cantidad de cajas, que seguramente estaban llenas del preciado oro, también podría ser una posibilidad.
- Habrá que armar una buena defensa-, comentó intentando llamar la atención del otro guardia, el que se había paseado por la parte trasera del carro.
Por fortuna la amenaza de los bandidos superaba su interés por revisar el carruaje, y la orden de su compañero lo había hecho desistir de su intentona de mirar las cajas anteriormente, cuando Vincent esperaba el momento de meterse dentro del establo.
Ahora la simple mención de una defensa los había enfrascado en una pequeña discusión sobre si avisar a su jefe. El brujo ladeó la cabeza, y ocultó una sonrisa a los ojos de los hombres. Sin duda era un momento que parecía propicio para que los pasajeros que traía movieran ficha, ya que por desgracia había más hombres por los alrededores del establo, así que debían crear la distracción para Destino sin perder tiempo. Pronto se acercarían para ver qué pasaba y formar un grupo para recibir a unos bandidos que nunca llegarían. Entonces su tapadera se iría al garete, la infiltración del elfo con ella, y un tanto de lo mismo con sus vidas.
No tardó en escucharse un estruendo que cuando todos miraron hacia su origen, delató a Chimar como el creador de dicho escándalo.
- ¡Maldición! Debe de estar con los bandidos del bosque-, gritó ante la estupefacción de algunos, viendo como algunos ya comenzaban la persecución del pequeño.
Vincent se sumó a ellos, con la idea de parecer uno más del grupo mercenario, y seguir cubriéndose con sus engaños; a la vez que podía mantenerse lo suficientemente cerca del crio para ayudarlo si lo necesitara como habían acordado.
El brujo no tardó en sorprenderse de la agilidad del chico. Era todo un escapista, tanto que le costaba seguirle el ritmo. Quizás así fuera mejor, si él no podía seguirle el rastro, probablemente nadie podría, y eso significaba que conseguiría escabullirse sin necesitarle.
El espectáculo de los golpes que se llevan la mayoría de los perseguidores, provocan una risa contenida en él. Debía seguir guardando las apariencias, más no podía dejar de sentir gracia por el destino de muchos de los en realidad rivales.
El rubio siguió un rato así, sintiendo que ese niño estaba muy bien entrenado para cosas de ese tipo, hasta que perdió la pista de este, igual que el resto de mercenarios.
- Donde se ha metido. Dividámonos para cubrir más terreno-, comentó haciéndose el entendido, y debilitando a los perseguidores convirtiéndolos en grupos reducidos. - Yo iré por allí-, dijo finalmente partiendo solo, y dejando atrás su mala compañía.
Vinc no sabía dónde estaba el crío, solo buscaba dispersar a la guardia, más los dioses quisieron que lo encontrara en el momento más propicio posible. El proyectil de fuego impactó contra la bestia enlatada en metal cuanto esta se consideraba vencedora contra Chimar, haciendo que saliera despedido hacia atrás por la fuerza de la explosión.
- A la mierda la tapadera-, musitó para sí mismo, acercándose hasta el niño. - Te mueves como una escurridiza anguila muchacho-, sonrió después de su particular saludo. - Será mejor que nos movamos, ese ruido se habrá oído hasta en Lunargenta. Creo que pasaremos más desapercibidos entrando en la mansión, pues todos pensaran que huirás a la espesura y lejos de aquí-, razonó con Chimar.
Luego se quitó la túnica con capucha del conductor de carretas, y la tiró a un lado.
- Por cierto, interesante ballesta tienes. Nunca he visto una igual-, le comentó mientras se alejaban del lugar de la pequeña escaramuza. - Quizás contigo si pueda subir la cuerda que llevo a lo alto de una de las ventanas del segundo piso-, dijo tocándose el morral. - Ya que he venido con un elfo que no usa el arco-, hizo rodar los ojos ante ese fallo de cálculo.
Maldita sea. Con todos los elfos tirados que existían, le vino a tocar uno espadachín.
- De todos modos, sería complejo conseguir que se enganchara con la suficiente fuerza para que soportara nuestros pesos-, Sobre todo el de él. El peso de Chimar sería muy liviano. - Con todo este alboroto será sencillo colarse por una de las puertas laterales, como la de servicio de cocina. ¿Que dices? Creo que eres todo un experto en estas cosas pequeño-, preguntó sincero al niño.
Parecía un experto en huidas, y como todo buen escapista, sabría cual era el mejor sitio para hacer todo lo contrario.
Esa parte era la que le hacía pensar que era un hombre que superaba en combate al tensai de aire de la mina. Eso o que pagaba extremadamente bien, tanto como para soportar su lengua afilada y directa. Dada la cantidad de cajas, que seguramente estaban llenas del preciado oro, también podría ser una posibilidad.
- Habrá que armar una buena defensa-, comentó intentando llamar la atención del otro guardia, el que se había paseado por la parte trasera del carro.
Por fortuna la amenaza de los bandidos superaba su interés por revisar el carruaje, y la orden de su compañero lo había hecho desistir de su intentona de mirar las cajas anteriormente, cuando Vincent esperaba el momento de meterse dentro del establo.
Ahora la simple mención de una defensa los había enfrascado en una pequeña discusión sobre si avisar a su jefe. El brujo ladeó la cabeza, y ocultó una sonrisa a los ojos de los hombres. Sin duda era un momento que parecía propicio para que los pasajeros que traía movieran ficha, ya que por desgracia había más hombres por los alrededores del establo, así que debían crear la distracción para Destino sin perder tiempo. Pronto se acercarían para ver qué pasaba y formar un grupo para recibir a unos bandidos que nunca llegarían. Entonces su tapadera se iría al garete, la infiltración del elfo con ella, y un tanto de lo mismo con sus vidas.
No tardó en escucharse un estruendo que cuando todos miraron hacia su origen, delató a Chimar como el creador de dicho escándalo.
- ¡Maldición! Debe de estar con los bandidos del bosque-, gritó ante la estupefacción de algunos, viendo como algunos ya comenzaban la persecución del pequeño.
Vincent se sumó a ellos, con la idea de parecer uno más del grupo mercenario, y seguir cubriéndose con sus engaños; a la vez que podía mantenerse lo suficientemente cerca del crio para ayudarlo si lo necesitara como habían acordado.
El brujo no tardó en sorprenderse de la agilidad del chico. Era todo un escapista, tanto que le costaba seguirle el ritmo. Quizás así fuera mejor, si él no podía seguirle el rastro, probablemente nadie podría, y eso significaba que conseguiría escabullirse sin necesitarle.
El espectáculo de los golpes que se llevan la mayoría de los perseguidores, provocan una risa contenida en él. Debía seguir guardando las apariencias, más no podía dejar de sentir gracia por el destino de muchos de los en realidad rivales.
El rubio siguió un rato así, sintiendo que ese niño estaba muy bien entrenado para cosas de ese tipo, hasta que perdió la pista de este, igual que el resto de mercenarios.
- Donde se ha metido. Dividámonos para cubrir más terreno-, comentó haciéndose el entendido, y debilitando a los perseguidores convirtiéndolos en grupos reducidos. - Yo iré por allí-, dijo finalmente partiendo solo, y dejando atrás su mala compañía.
Vinc no sabía dónde estaba el crío, solo buscaba dispersar a la guardia, más los dioses quisieron que lo encontrara en el momento más propicio posible. El proyectil de fuego impactó contra la bestia enlatada en metal cuanto esta se consideraba vencedora contra Chimar, haciendo que saliera despedido hacia atrás por la fuerza de la explosión.
- A la mierda la tapadera-, musitó para sí mismo, acercándose hasta el niño. - Te mueves como una escurridiza anguila muchacho-, sonrió después de su particular saludo. - Será mejor que nos movamos, ese ruido se habrá oído hasta en Lunargenta. Creo que pasaremos más desapercibidos entrando en la mansión, pues todos pensaran que huirás a la espesura y lejos de aquí-, razonó con Chimar.
Luego se quitó la túnica con capucha del conductor de carretas, y la tiró a un lado.
- Por cierto, interesante ballesta tienes. Nunca he visto una igual-, le comentó mientras se alejaban del lugar de la pequeña escaramuza. - Quizás contigo si pueda subir la cuerda que llevo a lo alto de una de las ventanas del segundo piso-, dijo tocándose el morral. - Ya que he venido con un elfo que no usa el arco-, hizo rodar los ojos ante ese fallo de cálculo.
Maldita sea. Con todos los elfos tirados que existían, le vino a tocar uno espadachín.
- De todos modos, sería complejo conseguir que se enganchara con la suficiente fuerza para que soportara nuestros pesos-, Sobre todo el de él. El peso de Chimar sería muy liviano. - Con todo este alboroto será sencillo colarse por una de las puertas laterales, como la de servicio de cocina. ¿Que dices? Creo que eres todo un experto en estas cosas pequeño-, preguntó sincero al niño.
Parecía un experto en huidas, y como todo buen escapista, sabría cual era el mejor sitio para hacer todo lo contrario.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El barbudo había resultado ser bastante útil con las palabras, de no ser porque conocía la verdad, hasta el elfo le hubiera creído aquello de los bandidos; y el mezclarse con ellos como si fuera uno más, con tal singularidad no dejaba de impresionar al pelinegro que aguardaba expectante que llegara su turno, para lo cual no pasó mucho tiempo, tras una frase algo impropia para un niño se su edad, salió despedido haciendo ruido suficiente como para llamar la atención de los presentes, momento que el elfo aprovechó para salir despedido por el lado contrario.
Mientras todos corrían alarmados el elfo encontró el lugar y la oportunidad correcta para meterse a la mansión, una de las ventanas había quedado abierta durante la alarma y el pelinegro no desperdició un segundo para lanzarse hasta dentro de la casa, una vez dentro pudo notar que no quedaba mucha gente dentro, bien fuera porque era una operación de pocas manos o porque todos habían salido para perseguir al chico.
Con la espalda pegada a la pared, Destino se acercó al pasillo principal en donde un furioso hombre venía bajando las escaleras junto a otros dos sujetos que no parecían tener intenciones de apartarse de él, por fin el objetivo estaba a la vista, quienes iban a su lado no parecían ser nada fuera de lo normal, incluso se movían con más miedo que respeto hacía su líder que escondía su rostro tras una máscara a la vez que hacía sonar su voz más gruesa de lo que realmente era, tal vez para parecer más intimidante, repentinamente uno de los sujetos que habían estado afuera entró para finalmente avisar a su jefe de lo ocurrido -¡Señor, señor, nos atacan!- Gritó desesperado pero solo consiguió ser frenado violentamente por una especie de muro invisible mientras una de las dagas que llevaba el enmascarado salió directamente hacia su cara deteniéndose a escasos centímetros -Tienes que estar bromeando, nadie se atrevería- Dijo con dudas ante la noticia; el elfo que se había mantenido oculto supo de inmediato que se trataba de un brujo, dado que solo ellos usaban la telequinesis -Vayan y encárguense, si es mentira maten al bocón- Dijo señalando al pobre chico que acababa de entrar.
Mientras los sujetos bajaban hasta pasar cerca de donde se encontraba el elfo mirando desde un lateral, el pelinegro emprendió una rápida carrera olvidándose de los guardias para ir directo hacia su objetivo, por desgracia fue visto por uno de los dos guardaespaldas que sin pensarlo reaccionó de inmediato moviéndose a un lado para obstruirle el camino, sin embargo el elfo no pensaba detenerse y tras saltar a la derecha dio un giro con la espada extendida que abrió el abdomen del sujeto del que comenzó a brotar una fuerte hemorragia; ignorándolo de nuevo emprendió una rápida carrera hacia el enmascarado, al paso que iba el otro hombre no lograría alcanzarlo antes que llegara a su objetivo pero repentinamente el enmascarado levantó su mano al frente y el mismo muro invisible que había detenido al primer chico detuvo también al elfo para luego dejarlo suspendido en el aire -¿Cómo te atreves a venir aquí y atacarme en mi propia casa?- Preguntó más de forma retórica que esperando una respuesta -Te recuerdo, eres el sujeto que apareció en la Estepa- Recordó girando la cabeza hacia un lado -No creo que hayas sido tan imbécil como para venir solo- Dijo con su voz gruesa y teatral -Revisen todo, seguramente debe haber un brujo rubio y una mujer... Tráiganlos- Dijo con evidente furia en sus palabras, terminando la última parte de la frase cerrando el puño derecho, con lo cual el cuerpo del elfo suspendido se estrujó como si lo apretara una mano invisible; a medida que el puño del enmascarado se cerraba con más fuerza, el rostro del elfo comenzaba a ponerse morado hasta que finalmente acabó por dejar salir un grito de dolor -¿Qué esperan? ¡Vayan!- Exhortó a sus hombres para que salieran y no dudaron en hacerlo, tenía que confiar mucho en sus habilidades para quedarse solo con el elfo, tan seguro estaba de vencer que poco le importaba tener a sus hombres cerca; tan solo quedó el que había sido herido en el abdomen y que ahora seguro querría cobrar venganza contra el pelinegro.
Mientras todos corrían alarmados el elfo encontró el lugar y la oportunidad correcta para meterse a la mansión, una de las ventanas había quedado abierta durante la alarma y el pelinegro no desperdició un segundo para lanzarse hasta dentro de la casa, una vez dentro pudo notar que no quedaba mucha gente dentro, bien fuera porque era una operación de pocas manos o porque todos habían salido para perseguir al chico.
Con la espalda pegada a la pared, Destino se acercó al pasillo principal en donde un furioso hombre venía bajando las escaleras junto a otros dos sujetos que no parecían tener intenciones de apartarse de él, por fin el objetivo estaba a la vista, quienes iban a su lado no parecían ser nada fuera de lo normal, incluso se movían con más miedo que respeto hacía su líder que escondía su rostro tras una máscara a la vez que hacía sonar su voz más gruesa de lo que realmente era, tal vez para parecer más intimidante, repentinamente uno de los sujetos que habían estado afuera entró para finalmente avisar a su jefe de lo ocurrido -¡Señor, señor, nos atacan!- Gritó desesperado pero solo consiguió ser frenado violentamente por una especie de muro invisible mientras una de las dagas que llevaba el enmascarado salió directamente hacia su cara deteniéndose a escasos centímetros -Tienes que estar bromeando, nadie se atrevería- Dijo con dudas ante la noticia; el elfo que se había mantenido oculto supo de inmediato que se trataba de un brujo, dado que solo ellos usaban la telequinesis -Vayan y encárguense, si es mentira maten al bocón- Dijo señalando al pobre chico que acababa de entrar.
Mientras los sujetos bajaban hasta pasar cerca de donde se encontraba el elfo mirando desde un lateral, el pelinegro emprendió una rápida carrera olvidándose de los guardias para ir directo hacia su objetivo, por desgracia fue visto por uno de los dos guardaespaldas que sin pensarlo reaccionó de inmediato moviéndose a un lado para obstruirle el camino, sin embargo el elfo no pensaba detenerse y tras saltar a la derecha dio un giro con la espada extendida que abrió el abdomen del sujeto del que comenzó a brotar una fuerte hemorragia; ignorándolo de nuevo emprendió una rápida carrera hacia el enmascarado, al paso que iba el otro hombre no lograría alcanzarlo antes que llegara a su objetivo pero repentinamente el enmascarado levantó su mano al frente y el mismo muro invisible que había detenido al primer chico detuvo también al elfo para luego dejarlo suspendido en el aire -¿Cómo te atreves a venir aquí y atacarme en mi propia casa?- Preguntó más de forma retórica que esperando una respuesta -Te recuerdo, eres el sujeto que apareció en la Estepa- Recordó girando la cabeza hacia un lado -No creo que hayas sido tan imbécil como para venir solo- Dijo con su voz gruesa y teatral -Revisen todo, seguramente debe haber un brujo rubio y una mujer... Tráiganlos- Dijo con evidente furia en sus palabras, terminando la última parte de la frase cerrando el puño derecho, con lo cual el cuerpo del elfo suspendido se estrujó como si lo apretara una mano invisible; a medida que el puño del enmascarado se cerraba con más fuerza, el rostro del elfo comenzaba a ponerse morado hasta que finalmente acabó por dejar salir un grito de dolor -¿Qué esperan? ¡Vayan!- Exhortó a sus hombres para que salieran y no dudaron en hacerlo, tenía que confiar mucho en sus habilidades para quedarse solo con el elfo, tan seguro estaba de vencer que poco le importaba tener a sus hombres cerca; tan solo quedó el que había sido herido en el abdomen y que ahora seguro querría cobrar venganza contra el pelinegro.
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Destino
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Chimar se preparaba para dar algunas vueltas evasivas pero no fue necesario, su colega predilecto apareció salvando el día. Cierta bola de fuego inutilizo al sujeto blindado de una manera bastante pintoresca, claramente el barbudo es un brujo. El niño suspira, parece que todos los magos arrojan algo con excepción de su hermano. Sonríe ante su buena suerte actual y se dispone a agradecer apropiadamente.
Tardaste mucho… salgamos de aquí.
La aproximación del adulto tiene sentido, es momento de infiltrarse. Solo cabe esperar que el elfo haya logrado aprovechar todo el numerito, en caso contrario debe cambiar de profesión. Maquiavelo toma el papel de seguidor mientras detalla cada rincón para evitar invitados inesperados, en toda la conmoción Vincent arroja otro plan interesante junto con un elogio técnico sobre la ballesta.
Gracias, es la mejor de mis creaciones… yo podría subir pero sin virotes reforzados la línea no te soportaría.
Los proyectiles del arma son modificados, demasiado pequeños para soporten el peso constante de una persona grande. Afortunadamente una mansión está llena de entradas desprotegidas, como en cualquier tributo al ego el sentido común escasea. No debería ser difícil encontrar una ruta utilizable sin protección, las villas de verano valoran sus puntos abiertos.
Se algunas cosas jeje. Deberíamos probar con la entrada de sirvientes, siempre está en el lugar más escondido.
A los nobles no les gusta que el personal menor haga acto de presencia en áreas comunes, por eso poseen una entrada aparte sin ningún aspecto destacable. Teniendo en cuenta que los arquitectos adinerados rara vez modifican diseños ostentosos dicho acceso debería estar en las zonas laterales a pocos pasos de su posición actual, es una suerte que el inventor recuerde varios planos estudiados en la universidad de los susurros.
Sígueme.
Toma el liderato y por inercia sigue un camino previamente establecido en su mente, dos minutos después están frente a la entrada. Cuando la intenta abrir nota que se encuentra cerrada con llave, sin inmutarse ríe arrogantemente mientras saca unas ganzúas. Un par de movimientos certeros después la puerta se abre, ahora solo resta encontrar al otro sujeto y terminar la…
¿No es tu amigo el que grita?
Tardaste mucho… salgamos de aquí.
La aproximación del adulto tiene sentido, es momento de infiltrarse. Solo cabe esperar que el elfo haya logrado aprovechar todo el numerito, en caso contrario debe cambiar de profesión. Maquiavelo toma el papel de seguidor mientras detalla cada rincón para evitar invitados inesperados, en toda la conmoción Vincent arroja otro plan interesante junto con un elogio técnico sobre la ballesta.
Gracias, es la mejor de mis creaciones… yo podría subir pero sin virotes reforzados la línea no te soportaría.
Los proyectiles del arma son modificados, demasiado pequeños para soporten el peso constante de una persona grande. Afortunadamente una mansión está llena de entradas desprotegidas, como en cualquier tributo al ego el sentido común escasea. No debería ser difícil encontrar una ruta utilizable sin protección, las villas de verano valoran sus puntos abiertos.
Se algunas cosas jeje. Deberíamos probar con la entrada de sirvientes, siempre está en el lugar más escondido.
A los nobles no les gusta que el personal menor haga acto de presencia en áreas comunes, por eso poseen una entrada aparte sin ningún aspecto destacable. Teniendo en cuenta que los arquitectos adinerados rara vez modifican diseños ostentosos dicho acceso debería estar en las zonas laterales a pocos pasos de su posición actual, es una suerte que el inventor recuerde varios planos estudiados en la universidad de los susurros.
Sígueme.
Toma el liderato y por inercia sigue un camino previamente establecido en su mente, dos minutos después están frente a la entrada. Cuando la intenta abrir nota que se encuentra cerrada con llave, sin inmutarse ríe arrogantemente mientras saca unas ganzúas. Un par de movimientos certeros después la puerta se abre, ahora solo resta encontrar al otro sujeto y terminar la…
¿No es tu amigo el que grita?
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Ese niño no dejaba de pillarlo por sorpresa. Era evidente que era un joven muy espabilado y que tenía todo un arsenal de ideas en su mente.
- ¿Las has hecho tú? - preguntó enarcando una ceja con cierto asombro. - Parece que no solo se te da bien colocar ruedas en su sitio. ¿Eres algún tipo de genio o algo así? - volvió a preguntar aunque no necesitaba repuesta.
Sin duda el chico era alguien al que se le daba bien construir cosas, del mismo modo que a él se le daba bien hacer conjuros y crear runas de poder. Eso o era un gran mentiroso que al que no le temblaba la voz al hacerlo. No era la primera vez que conocía a personas con esa capacidad de mentir con tal descaro, más su acciones como sus palabras le hacían suponer que decía la verdad. Había arreglado la rueda sin herramientas, y su comentario del virote era acertado nuevamente.
- Sí, tendremos que usar la puerta de servicio como dices. Te sigo-, respondió al joven.
Ahora le tocaba a él dejarse llevar por Chimar, que no tardó en llevarlo al lugar que había comentado con anterioridad. Como había imaginado, todo el mundo estaba demasiado preocupado en buscarlos en los alrededores que la zona cercana estaba relativamente desierta. Además, seguramente aún tendrían en mente preparar la defensa contra los ficticios bandidos. Para cuando se dieran cuenta de la mentira ya deberían estar lejos de allí. Al menos por el bien de ellos debía ser así, ese líder oscuro tenía mucho personal a sueldo.
- Creo que sí. Démonos prisa o el elfo no lo cuenta-, comentó a su acompañante, adentrándose en la oscuridad de la mansión. - Ha sonado en el segundo piso. Espera un momento. Creo que esto te puede resultar de ayuda-, dijo sacando su tiza roja del bolsillo.
Comenzó a trazar líneas con la tiza, generando un jeroglífico sobre la madera de la ballesta de Chimar destinado a centrar su mente. Luego se concentró para pasar poder al símbolo haciendo que este se fusionara con el arma, creando el hechizo. Una vez terminado, el glifo parecía la marca de un maestro ebanista sobre la madera, que la había depositado allí en la elaboración, y no por arte de la magia del brujo luego de su construcción.
- Mira, ahora parece que la ballesta la creé yo y no tú-, sonrió ante su broma. - Mientras la sostengas te sentirás con la mente despejada. Como ligero. Te servirá para concentrarte y realizar disparos certeros con ella. Solo durante un rato eso sí-, informó al chico. - Vamos, subamos arriba.
Nada más ponerse en marcha, tuvo que esconderse a en un cuarto que estaba al lado de la escalera de subida al segundo piso. Varios mercenarios bajaron prisa y salieron a la calle, con el propósito seguramente de buscar al niño aliado del elfo. Quizás ya lo estuvieran buscando a él también, pues el líder enemigo lo había visto en la mina y sabía de él.
En cuanto subió arriba, sintió la voz que le era muy familiar. Nunca olvidaría esa voz cortante y afilada que hablaba con el tensai de aire de la mina. Vincent hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera el niño, y se acercó sigilosamente a la habitación donde escuchaba los ruidos de dolor y la voz del enemigo.
El brujo se asomó con disimulo y después se volvió a esconder.
- Es un maestro en telekinesia. Haremos un ataque conjunto. Dispara tu ballesta tras mi ataque inicial-, susurró a su camarada.
Vincent chasqueó el pedernal de acero sobre sus dedos metálicos creando la chispa que pronto se convirtieron en varios proyectiles de fuego entre los dedos de su mano, luego se abalanzó sobre el marco de la puerta, adentrándose en la habitación, y lanzó su ataque mágico, que no impactó sobre su enemigo como hubiera esperado.
Un muro mágico había detenido su poder. Nada que no lo sorprendiera teniendo en cuenta lo que era su adversario. Fácil de saber gracias a la ayuda del elfo siendo estrujado en el aire de manera mágica. Puede que Destino pensara que había fallado al acabar con su adversario, pero la realidad era que le había mostrado la naturaleza del enemigo, y eso era un detalle muy importante. De los que ganaban batallas.
- ¿De verdad pensabas que me vencerías con un ataque tan simple? - dijo con autosuficiencia el brujo rival.
La realidad era que no. Pero él tampoco esperaría que el rubio apareciera con un niño con una ballesta. Lo bueno de su ataque era que había anulado los poderes del líder mercenario, desvaneciendo su concentración y por tanto su escudo, como sabía gracias a Destino nuevamente. El elfo al caer al suelo le había indicado que el telekinetico, pese a mostrarse decidido, había perdido sus poderes activos al desconcentrarse.
- ¡Vamos Destino! ¡Levántate! - gritó desenvainando su espada. - Tenemos una batalla que ganar.
Vinc obvió mencionar a Chimar a propósito. El niño ya sabía lo que tenía que hacer y había que guardar su factor sorpresa.
- ¿Las has hecho tú? - preguntó enarcando una ceja con cierto asombro. - Parece que no solo se te da bien colocar ruedas en su sitio. ¿Eres algún tipo de genio o algo así? - volvió a preguntar aunque no necesitaba repuesta.
Sin duda el chico era alguien al que se le daba bien construir cosas, del mismo modo que a él se le daba bien hacer conjuros y crear runas de poder. Eso o era un gran mentiroso que al que no le temblaba la voz al hacerlo. No era la primera vez que conocía a personas con esa capacidad de mentir con tal descaro, más su acciones como sus palabras le hacían suponer que decía la verdad. Había arreglado la rueda sin herramientas, y su comentario del virote era acertado nuevamente.
- Sí, tendremos que usar la puerta de servicio como dices. Te sigo-, respondió al joven.
Ahora le tocaba a él dejarse llevar por Chimar, que no tardó en llevarlo al lugar que había comentado con anterioridad. Como había imaginado, todo el mundo estaba demasiado preocupado en buscarlos en los alrededores que la zona cercana estaba relativamente desierta. Además, seguramente aún tendrían en mente preparar la defensa contra los ficticios bandidos. Para cuando se dieran cuenta de la mentira ya deberían estar lejos de allí. Al menos por el bien de ellos debía ser así, ese líder oscuro tenía mucho personal a sueldo.
- Creo que sí. Démonos prisa o el elfo no lo cuenta-, comentó a su acompañante, adentrándose en la oscuridad de la mansión. - Ha sonado en el segundo piso. Espera un momento. Creo que esto te puede resultar de ayuda-, dijo sacando su tiza roja del bolsillo.
Comenzó a trazar líneas con la tiza, generando un jeroglífico sobre la madera de la ballesta de Chimar destinado a centrar su mente. Luego se concentró para pasar poder al símbolo haciendo que este se fusionara con el arma, creando el hechizo. Una vez terminado, el glifo parecía la marca de un maestro ebanista sobre la madera, que la había depositado allí en la elaboración, y no por arte de la magia del brujo luego de su construcción.
- Mira, ahora parece que la ballesta la creé yo y no tú-, sonrió ante su broma. - Mientras la sostengas te sentirás con la mente despejada. Como ligero. Te servirá para concentrarte y realizar disparos certeros con ella. Solo durante un rato eso sí-, informó al chico. - Vamos, subamos arriba.
Nada más ponerse en marcha, tuvo que esconderse a en un cuarto que estaba al lado de la escalera de subida al segundo piso. Varios mercenarios bajaron prisa y salieron a la calle, con el propósito seguramente de buscar al niño aliado del elfo. Quizás ya lo estuvieran buscando a él también, pues el líder enemigo lo había visto en la mina y sabía de él.
En cuanto subió arriba, sintió la voz que le era muy familiar. Nunca olvidaría esa voz cortante y afilada que hablaba con el tensai de aire de la mina. Vincent hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera el niño, y se acercó sigilosamente a la habitación donde escuchaba los ruidos de dolor y la voz del enemigo.
El brujo se asomó con disimulo y después se volvió a esconder.
- Es un maestro en telekinesia. Haremos un ataque conjunto. Dispara tu ballesta tras mi ataque inicial-, susurró a su camarada.
Vincent chasqueó el pedernal de acero sobre sus dedos metálicos creando la chispa que pronto se convirtieron en varios proyectiles de fuego entre los dedos de su mano, luego se abalanzó sobre el marco de la puerta, adentrándose en la habitación, y lanzó su ataque mágico, que no impactó sobre su enemigo como hubiera esperado.
Un muro mágico había detenido su poder. Nada que no lo sorprendiera teniendo en cuenta lo que era su adversario. Fácil de saber gracias a la ayuda del elfo siendo estrujado en el aire de manera mágica. Puede que Destino pensara que había fallado al acabar con su adversario, pero la realidad era que le había mostrado la naturaleza del enemigo, y eso era un detalle muy importante. De los que ganaban batallas.
- ¿De verdad pensabas que me vencerías con un ataque tan simple? - dijo con autosuficiencia el brujo rival.
La realidad era que no. Pero él tampoco esperaría que el rubio apareciera con un niño con una ballesta. Lo bueno de su ataque era que había anulado los poderes del líder mercenario, desvaneciendo su concentración y por tanto su escudo, como sabía gracias a Destino nuevamente. El elfo al caer al suelo le había indicado que el telekinetico, pese a mostrarse decidido, había perdido sus poderes activos al desconcentrarse.
- ¡Vamos Destino! ¡Levántate! - gritó desenvainando su espada. - Tenemos una batalla que ganar.
Vinc obvió mencionar a Chimar a propósito. El niño ya sabía lo que tenía que hacer y había que guardar su factor sorpresa.
Última edición por Vincent Calhoun el Jue Jun 09 2016, 06:21, editado 1 vez (Razón : Subrayar)
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El tiempo transcurría aparentemente despacio para el pelinegro que apretado por esa extraña fuerza no encontraba manera de liberarse, forcejaba como una lombriz apretada intentando escapar de la telequinesis pero era inútil, al menos hasta que de la nada aparecieron una serie de proyectiles de fuego que se dirigían al brujo; Destino dejó salir una ligera sonrisa pero para su sorpresa el enmascarado se libraría del problema sin mucho esfuerzo, apenas levantó la mano que tenía libre hacia atrás para generar el mismo escudo invisible que había visto antes y detener los proyectiles que parecieron estrellarse contra la nada; de momento el oponente parecía invencible, o al menos eso intentaba aparentar; la fuerza que atrapaba al elfo se debilitó un poco permitiéndole al menos moverse, ante lo cual, para evitar que lo notaran su temporal debilidad arrojó al pelinegro al suelo, aparentemente parecería que lo había dejado caer por su voluntad, pero la verdad era que no podía mantener la misma concentración y fuerza en dos cosas a la vez y la fuerza necesaria para detener los proyectiles le estaba pasando factura.
El brujo enmascarado, consciente de que contra dos adversarios no podía confiarse en su telequinesis, abrió su capa dejando salir una serie de dagas, Destino contó 5 que giraban en el aire alrededor del enmascarado y otras dos que estaban sujetas a sus piernas sin moverse como las otras, las palabras del barbudo hicieron que el pelinegro reaccionara de prisa levantándose del suelo y tomando su espada para unirse al ataque, no sabía exactamente lo que planeaba el barbudo, el niño no estaba por ningún lado, seguramente habría huido después de hacer su parte, a fin de cuentas era tan solo un niño, no era mucho lo que podría hacer en una situación de combate; con su espada en mano corrió hacia el enmascarado aunque nuevamente el escudo se hizo presente haciéndolo retroceder ¿Tendría un plan el barbudo para vencer semejante defensa? Por si fuera poco las dagas que giraban alrededor del rival salieron disparadas, dos hacia el elfo y dos hacia Vincent.
Destino dio un salto hacia atrás y con su guante metálico consiguió desviar una de las dagas aunque la otra se le incrustó en un costado pero no solo habría conseguido herirlo como un proyectil normal, sino que seguía empujando hacia atrás con la idea de atravesarlo de lado a lado -¡¡Maldición!!- Exclamó el pelinegro y luego enterró la espada en el piso para sujetar con ambas manos la daga incrustada y tratar de sacarla mientras la otra daga regresaba a la carga.
Por otro lado el barbudo enfrentaría una situación similar, en caso de acercarse era bloqueado por el escudo y en caso de alejarse era atacado por las dagas, repitiendo la misma estrategia una y otra vez, la máscara no dejaba verlo y tal vez por eso la usaba, pero algunas gotas de sudor comenzaban a aparecer por la barbilla del sujeto, tal vez la máscara era para ocultar el sobre esfuerzo que requería concentrarse para que su telequinesis estuviera al máximo, de momento estaba totalmente concentrado en sus dos oponentes que difícilmente se enteraría de otro ataque, pero ambos oponentes estaban muy ocupados lidiando con las dagas como para realizar un esfuerzo adicional.
El elfo había conseguido sacar la daga de su costado pero al costo de dejar que la otra daga flotante le causara heridas en los brazos al intentar desviarla; Destino miraba al barbudo esperando entender el plan, desgastarlo no era una buena opción, a este paso terminarían muertos antes que el brujo acabara de cansarse y entonces, incluso sin sus poderes los podría vencer fácilmente, pero por otro lado, no se atrevía a preguntarle nada, pues de tener un plan, no revelaría su estrategia a todo grito frente al enemigo, de momento no quedaba más remedio que esperar y resistir; el elfo se paró firme y tras tomar con firmeza su espada la giró un par de veces para desviar las dagas que se seguían acercando, resistir, solo debía resistir un poco más y esperar.
El brujo enmascarado, consciente de que contra dos adversarios no podía confiarse en su telequinesis, abrió su capa dejando salir una serie de dagas, Destino contó 5 que giraban en el aire alrededor del enmascarado y otras dos que estaban sujetas a sus piernas sin moverse como las otras, las palabras del barbudo hicieron que el pelinegro reaccionara de prisa levantándose del suelo y tomando su espada para unirse al ataque, no sabía exactamente lo que planeaba el barbudo, el niño no estaba por ningún lado, seguramente habría huido después de hacer su parte, a fin de cuentas era tan solo un niño, no era mucho lo que podría hacer en una situación de combate; con su espada en mano corrió hacia el enmascarado aunque nuevamente el escudo se hizo presente haciéndolo retroceder ¿Tendría un plan el barbudo para vencer semejante defensa? Por si fuera poco las dagas que giraban alrededor del rival salieron disparadas, dos hacia el elfo y dos hacia Vincent.
Destino dio un salto hacia atrás y con su guante metálico consiguió desviar una de las dagas aunque la otra se le incrustó en un costado pero no solo habría conseguido herirlo como un proyectil normal, sino que seguía empujando hacia atrás con la idea de atravesarlo de lado a lado -¡¡Maldición!!- Exclamó el pelinegro y luego enterró la espada en el piso para sujetar con ambas manos la daga incrustada y tratar de sacarla mientras la otra daga regresaba a la carga.
Por otro lado el barbudo enfrentaría una situación similar, en caso de acercarse era bloqueado por el escudo y en caso de alejarse era atacado por las dagas, repitiendo la misma estrategia una y otra vez, la máscara no dejaba verlo y tal vez por eso la usaba, pero algunas gotas de sudor comenzaban a aparecer por la barbilla del sujeto, tal vez la máscara era para ocultar el sobre esfuerzo que requería concentrarse para que su telequinesis estuviera al máximo, de momento estaba totalmente concentrado en sus dos oponentes que difícilmente se enteraría de otro ataque, pero ambos oponentes estaban muy ocupados lidiando con las dagas como para realizar un esfuerzo adicional.
El elfo había conseguido sacar la daga de su costado pero al costo de dejar que la otra daga flotante le causara heridas en los brazos al intentar desviarla; Destino miraba al barbudo esperando entender el plan, desgastarlo no era una buena opción, a este paso terminarían muertos antes que el brujo acabara de cansarse y entonces, incluso sin sus poderes los podría vencer fácilmente, pero por otro lado, no se atrevía a preguntarle nada, pues de tener un plan, no revelaría su estrategia a todo grito frente al enemigo, de momento no quedaba más remedio que esperar y resistir; el elfo se paró firme y tras tomar con firmeza su espada la giró un par de veces para desviar las dagas que se seguían acercando, resistir, solo debía resistir un poco más y esperar.
Destino
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
Los gritos del elfo inspiran poca confianza, en el segundo piso aguardan problemas sin duda. Existen dos posibles razones para que el “orejas de punta” haya sido vencido, su habilidad es terrible o el enemigo tiene buen nivel. Sea como sea no es momento para llenarse de duda, Chimar ya está metido en el problema como todos y debe ayudar a solucionar la pintoresca situación.
Oye que…
Maquiavelo es bastante proteccionista con sus cosas y protesta al ver los intentos del mago por alterar la ballesta, básicamente no le gusta que nadie juegue con sus juguetes. Vincent realiza una inscripción mágica, algo raro de ver. Al final expone las propiedades trasmitidas, nada mal para un espectáculo de caligrafía y luces. El niño sonríe ligeramente, tiene ganas de experimentar como funciona su arma con propiedades aumentadas.
Interesante, parece que tienes tus trucos también.
Un pequeño cumplido, probablemente el primero emitido por la personita de escaso tamaño. Se deben premiar las habilidades prácticas, así fue criado. Seguramente una modificación técnica sería más útil pero la magia tiene su filo también, al final todo regalo es bien recibido aunque sea solo temporal. Ya con los preparativos previos completados los dos personajes se disponen a subir.
Chimar permanece en las sombras, una habilidad que ha estado puliendo bastante desde que “gano” el título de huérfano. Vincent avanza en primera línea y expone su plan entre susurros, en pocas palabras la responsabilidad del daño crítico recae en el chico. Un ataque discreto es la mejor forma de ganar hasta el combate más encarnizado sin correr verdadero peligro, el golpe que no ves venir es el que te mata.
Aquel hechicero inicia su ofensiva con una serie de ataques incendiarios, tristemente ninguno logra acertar. Un duelo de brujos puede ser la cosa más vistosa del mundo, le ponen mucho empeño a sus enfrentamientos. Dejando los cumplidos aparte otra verdad aparece, dichos personajes resultan difíciles de vencer cuando tienen un poder peligroso y se nota que el enmascaro califica.
Destino termina decorando el suelo, golpeado pero vivo. Si los demás hubieran tardado un poco más habría acabado como una fruta aplastada, punto para los buenos. La persona hostil inicia un nuevo truco, cierta danza de dagas. Los adultos luchan entre sí para salir vivos mientras el jovencito espera el mejor momento, con los magos todo se resume a pillarlos sin defensas extrañas.
Finalmente el objetivo alcanza un nivel de concentración peligrosa, la que impide reaccionar eficientemente frente a un valor agregado. Chimar apunta desde la oscuridad y tiene una sensación extraña, como si todas sus preocupaciones desaparecieran. Vale destacar que gracias a esto puede enfocar mejor, al parecer la inscripción realizada por el barbudo resultara muy útil.
Aguanta la respiración mientras escoge blanco, no debe fallar. Esa mascara puede contener alguna material blindado así que la cabeza queda descartada, lo mismo puede decirse del pecho revestido con cuero. Ningún sistema es completamente seguro y este no es la excepción, el cuello se encuentra descubierto. un ataque desagradable pero todo vale en la guerra.
Centra su tiro utilizando la asombrosa concentración temporal y aprieta el gatillo sin vacilar, la suerte está echada. El proyectil sale de la oscuridad como un ataque fantasma, menudo tiro. Su perpetrador tuvo en consideración las variantes de movimiento, apunto al centro de la garganta para evitar errar. Solo resta esperar un par de segundos para ver si tiene éxito o pasa a la historia como un fracaso magistral.
Oye que…
Maquiavelo es bastante proteccionista con sus cosas y protesta al ver los intentos del mago por alterar la ballesta, básicamente no le gusta que nadie juegue con sus juguetes. Vincent realiza una inscripción mágica, algo raro de ver. Al final expone las propiedades trasmitidas, nada mal para un espectáculo de caligrafía y luces. El niño sonríe ligeramente, tiene ganas de experimentar como funciona su arma con propiedades aumentadas.
Interesante, parece que tienes tus trucos también.
Un pequeño cumplido, probablemente el primero emitido por la personita de escaso tamaño. Se deben premiar las habilidades prácticas, así fue criado. Seguramente una modificación técnica sería más útil pero la magia tiene su filo también, al final todo regalo es bien recibido aunque sea solo temporal. Ya con los preparativos previos completados los dos personajes se disponen a subir.
Chimar permanece en las sombras, una habilidad que ha estado puliendo bastante desde que “gano” el título de huérfano. Vincent avanza en primera línea y expone su plan entre susurros, en pocas palabras la responsabilidad del daño crítico recae en el chico. Un ataque discreto es la mejor forma de ganar hasta el combate más encarnizado sin correr verdadero peligro, el golpe que no ves venir es el que te mata.
Aquel hechicero inicia su ofensiva con una serie de ataques incendiarios, tristemente ninguno logra acertar. Un duelo de brujos puede ser la cosa más vistosa del mundo, le ponen mucho empeño a sus enfrentamientos. Dejando los cumplidos aparte otra verdad aparece, dichos personajes resultan difíciles de vencer cuando tienen un poder peligroso y se nota que el enmascaro califica.
Destino termina decorando el suelo, golpeado pero vivo. Si los demás hubieran tardado un poco más habría acabado como una fruta aplastada, punto para los buenos. La persona hostil inicia un nuevo truco, cierta danza de dagas. Los adultos luchan entre sí para salir vivos mientras el jovencito espera el mejor momento, con los magos todo se resume a pillarlos sin defensas extrañas.
Finalmente el objetivo alcanza un nivel de concentración peligrosa, la que impide reaccionar eficientemente frente a un valor agregado. Chimar apunta desde la oscuridad y tiene una sensación extraña, como si todas sus preocupaciones desaparecieran. Vale destacar que gracias a esto puede enfocar mejor, al parecer la inscripción realizada por el barbudo resultara muy útil.
Aguanta la respiración mientras escoge blanco, no debe fallar. Esa mascara puede contener alguna material blindado así que la cabeza queda descartada, lo mismo puede decirse del pecho revestido con cuero. Ningún sistema es completamente seguro y este no es la excepción, el cuello se encuentra descubierto. un ataque desagradable pero todo vale en la guerra.
Centra su tiro utilizando la asombrosa concentración temporal y aprieta el gatillo sin vacilar, la suerte está echada. El proyectil sale de la oscuridad como un ataque fantasma, menudo tiro. Su perpetrador tuvo en consideración las variantes de movimiento, apunto al centro de la garganta para evitar errar. Solo resta esperar un par de segundos para ver si tiene éxito o pasa a la historia como un fracaso magistral.
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El elfo reaccionó ante sus palabras como había supuesto de antemano que haría. Ya había luchado un par de veces con el moreno, y pese a sus personalidades distintas, en el combate eran muy parecidos. Siempre intentaban superar el dolor y el sufrimiento, dándolo todo hasta el final. El “abrazo” del brujo rival no lo detendría.
El enmascarado en contestación al desafío que le suponían los intrusos optó por sacar su potencial ofensivo. Que consistía en el manejo por telequinesis de todo un arsenal de armas blancas. Cinco dagas comenzaron a girar sobre el aire, y de estas, dos fueron dirigidas hacia Destino que comenzó a batallar contra ellas como podía.
A ojos del rubio no parecía irle especialmente bien, pero que podía decir él al respecto, cuando su propia lucha contra otras dagas no iba mejor encaminada.
Vinc desvió con su espada la primera de las dos dagas que se dirigieron hacia él, y con una ráfaga de viento cambió la dirección de la segunda que acabó incrustada en el techo. Leves movimientos sobre ella le mostraban como el enmascarado intentaba con su poder extraerla de la madera, así como con la otra daga no dejaba de acosarlo, teniendo que esquivarla constantemente, o rechazarla con su acero como había hecho con anterioridad.
A este paso no iban a terminar muy bien el dúo de atacantes, y teniendo en cuenta, que el líder mercenario se enfrentaba a ellos dos en solitario, era para alabarlo. Un brujo con un poder para mantener la concentración en tantos objetos, pudiendo atacar a varios objetivos, y además sin perder la ocasión de vez en cuando de levantar un escudo defensivo cuando tocaba, era realmente impresionante. No se había equivocado al pensar que seguramente era un hombre muy poderoso, al tratar con tanta autoridad y menosprecio al tensai de aire de la mina abandonada.
Por suerte tenía el factor Chimar bajo la manga, más concretamente detrás de la puerta por la que había entrado, solo que de momento debería permanecer allí. El enemigo era hábil levantando defensas con gran rapidez, como había comprobado Destino anteriormente, y como pudo volver a comprobar él mismo en un intento fallido de acercarse hasta el telekinético para un combate cuerpo a cuerpo.
Vincent rodó por el suelo después de chocar contra la magia del enmascarado, salvando la puñalada de la daga que cayó a plomo sobre él. Se incrustó como su gemela en el techo, pero no duró mucho tiempo ahí, ya que no lo hizo en profundidad y fue sencillo para el hechicero extraerla. Estaba preparado para otro combate cuando sintió como algo doloroso y puntiagudo intentaba atravesar su coraza ligera, justamente en la parte de superior de la espalda, buscando su pulmón desde atrás. El rubio se ladeó rápidamente para evitar que el objeto siguiera su camino cuando consiguiera atravesar su peto y que en su defecto siguiera de largo sin hacerle daño. Era la segunda daga, la que había estado hasta ahora en el techo y que por fin había abandonado ese lugar por la insistencia de su amo.
Una risa resonó discordante bajo la máscara. Sin duda el líder parecía divertido por el combate y el sufrimiento que causaba a sus rivales. Un autentico sádico como la bruja de la cueva, aunque con un estilo más sobrio.
De todas maneras su risa no duró demasiado, siendo esta sustituida por un grito de dolor del que era fácil deducir su origen. Un virote sobresalía de la mejilla del telekinético, mientras este se agarraba con una mano el asta que sobresalía de su cara. Atravesaba la máscara, aunque no con toda la profundad que se presuponía de un disparo con ballesta tan cercano. Debería estar muerto allí mismo con el virote enterrado en su cabeza, más no era el caso. Su máscara debía estar algo blindada, o simplemente había visto el proyectil acercarse, y siendo imposible esquivarlo lo habría frenado con su poder. Imposible era saberlo con tan poca información, pero Vinc no iba a quedarse pensando que había ocurrido, era el momento de atacar y terminar con esto.
El rubio se abalanzó sobre el enmascarado, que dejó de intentar de sacar el asta que sobresalía de su cara chorreante de sangre, y con un grito de furia sacó sus espadas a la vez que una onda expansiva frenaba y tiraba al suelo al bi-elemental.
- ¡Os mataré por esto! - gritó de manera salvaje, con su voz distorsionada por el metal de su cara, a la vez que atacaba con ambas espadas cortas contra el brujo tirado.
Vinc paró con su propio acero el ataque doble de espadas, quedando estas como una tijera rodeando la suya. El impulso del telekinético iba acercando peligrosamente los filos afilados a su cuerpo, pero una patada del brujo de fuego lo separó. Momento que aprovechó para incorporarse. Una ojeada ligera a su alrededor sirvió para percatarse que el ataque de fuego explosivo, que solo había servido para debilitar un poco al enemigo sin causarle rasguño, si había prendido alguna llama en los muebles de la habitación. Pronto, si nadie lo remediaba, el incendio se extendería a más partes del cuarto, y puede que al resto de la casa si eso pasaba. También le sirvió para comprobar que las dagas volvían a ascender en el aire, ya que habían caído al suelo cuando el enmascarado había perdido la concentración por el dolor.
Este combate no iba a ser tan fácil.
El enmascarado en contestación al desafío que le suponían los intrusos optó por sacar su potencial ofensivo. Que consistía en el manejo por telequinesis de todo un arsenal de armas blancas. Cinco dagas comenzaron a girar sobre el aire, y de estas, dos fueron dirigidas hacia Destino que comenzó a batallar contra ellas como podía.
A ojos del rubio no parecía irle especialmente bien, pero que podía decir él al respecto, cuando su propia lucha contra otras dagas no iba mejor encaminada.
Vinc desvió con su espada la primera de las dos dagas que se dirigieron hacia él, y con una ráfaga de viento cambió la dirección de la segunda que acabó incrustada en el techo. Leves movimientos sobre ella le mostraban como el enmascarado intentaba con su poder extraerla de la madera, así como con la otra daga no dejaba de acosarlo, teniendo que esquivarla constantemente, o rechazarla con su acero como había hecho con anterioridad.
A este paso no iban a terminar muy bien el dúo de atacantes, y teniendo en cuenta, que el líder mercenario se enfrentaba a ellos dos en solitario, era para alabarlo. Un brujo con un poder para mantener la concentración en tantos objetos, pudiendo atacar a varios objetivos, y además sin perder la ocasión de vez en cuando de levantar un escudo defensivo cuando tocaba, era realmente impresionante. No se había equivocado al pensar que seguramente era un hombre muy poderoso, al tratar con tanta autoridad y menosprecio al tensai de aire de la mina abandonada.
Por suerte tenía el factor Chimar bajo la manga, más concretamente detrás de la puerta por la que había entrado, solo que de momento debería permanecer allí. El enemigo era hábil levantando defensas con gran rapidez, como había comprobado Destino anteriormente, y como pudo volver a comprobar él mismo en un intento fallido de acercarse hasta el telekinético para un combate cuerpo a cuerpo.
Vincent rodó por el suelo después de chocar contra la magia del enmascarado, salvando la puñalada de la daga que cayó a plomo sobre él. Se incrustó como su gemela en el techo, pero no duró mucho tiempo ahí, ya que no lo hizo en profundidad y fue sencillo para el hechicero extraerla. Estaba preparado para otro combate cuando sintió como algo doloroso y puntiagudo intentaba atravesar su coraza ligera, justamente en la parte de superior de la espalda, buscando su pulmón desde atrás. El rubio se ladeó rápidamente para evitar que el objeto siguiera su camino cuando consiguiera atravesar su peto y que en su defecto siguiera de largo sin hacerle daño. Era la segunda daga, la que había estado hasta ahora en el techo y que por fin había abandonado ese lugar por la insistencia de su amo.
Una risa resonó discordante bajo la máscara. Sin duda el líder parecía divertido por el combate y el sufrimiento que causaba a sus rivales. Un autentico sádico como la bruja de la cueva, aunque con un estilo más sobrio.
De todas maneras su risa no duró demasiado, siendo esta sustituida por un grito de dolor del que era fácil deducir su origen. Un virote sobresalía de la mejilla del telekinético, mientras este se agarraba con una mano el asta que sobresalía de su cara. Atravesaba la máscara, aunque no con toda la profundad que se presuponía de un disparo con ballesta tan cercano. Debería estar muerto allí mismo con el virote enterrado en su cabeza, más no era el caso. Su máscara debía estar algo blindada, o simplemente había visto el proyectil acercarse, y siendo imposible esquivarlo lo habría frenado con su poder. Imposible era saberlo con tan poca información, pero Vinc no iba a quedarse pensando que había ocurrido, era el momento de atacar y terminar con esto.
El rubio se abalanzó sobre el enmascarado, que dejó de intentar de sacar el asta que sobresalía de su cara chorreante de sangre, y con un grito de furia sacó sus espadas a la vez que una onda expansiva frenaba y tiraba al suelo al bi-elemental.
- ¡Os mataré por esto! - gritó de manera salvaje, con su voz distorsionada por el metal de su cara, a la vez que atacaba con ambas espadas cortas contra el brujo tirado.
Vinc paró con su propio acero el ataque doble de espadas, quedando estas como una tijera rodeando la suya. El impulso del telekinético iba acercando peligrosamente los filos afilados a su cuerpo, pero una patada del brujo de fuego lo separó. Momento que aprovechó para incorporarse. Una ojeada ligera a su alrededor sirvió para percatarse que el ataque de fuego explosivo, que solo había servido para debilitar un poco al enemigo sin causarle rasguño, si había prendido alguna llama en los muebles de la habitación. Pronto, si nadie lo remediaba, el incendio se extendería a más partes del cuarto, y puede que al resto de la casa si eso pasaba. También le sirvió para comprobar que las dagas volvían a ascender en el aire, ya que habían caído al suelo cuando el enmascarado había perdido la concentración por el dolor.
Este combate no iba a ser tan fácil.
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Re: [Cerrado] El final del camino [Libre-Interpretativo]
El combate resultaba agotador, incluso peleando juntos no estaban logrando nada aunque si bien ambos guerreros se veían cansados, el enmascarado también debía estarlo, después de todo no debía resultar nada fácil mantenerse concentrado para manipular con tal precisión múltiples objetos y generar escudos al mismo tiempo, a ese paso no debería poder resistir mucho tiempo, sin embargo, lo hacía.
El elfo estaba decorado ya por varios cortes propinados por las dagas voladoras, una tras otra, como si tomaran turnos, se habían ido incrustando en el cuerpo del elfo que debía dedicar varios instantes a sacar las dagas y tratar de curarse, proceso que no terminaba de completar pues siempre era interrumpido por un nuevo ataque; la situación pareció cambiar cuando de manera inesperada el niño apareció sorpresivamente para lanzar un disparo certero de su ballesta que fue directamente al cuello del enmascarado, aunque el iracundo sujeto intentaba no demostrar dolor, la sangre que brotaba hacía evidente que el impacto había resultado fuerte, estaba herido finalmente, y no por la mano de los guerreros sino por la astucia de un simple mocoso, lo cual en cierto modo era ofensivo para el orgullo del pelinegro, aunque de momento no había tiempo para reparar en esos detalles, lo importante era terminar con el brujo de una vez por todas.
Sin embargo el virote, aunque bastante efectivo, tan solo había conseguido enojarlo más, o al menos era lo que parecía, sin embargo, si Destino y el barbudo conseguían distraerlo de nuevo podrían darle un tiro limpio al chico para un nuevo intento; el elfo retrocedió para bloquear con su espada las dos dagas que se acercaban aunque de momento no habían sido muy acertadas pues aquel adversario estaba de momento enfocando toda su atención en el rubio -Es el momento indicado- Murmuró el elfo con una siniestra sonrisa mientras avanzaba aprovechando el momento en que Vincent era rebotado por el escudo invisible; el pelinegro procuraba aprender de sus errores, así que al ver que el enmascarado levantaba la mano en su dirección para generar el escudo que lo empujaría hacia atrás, clavó fuertemente su espada en el piso y se sostuvo de la misma para contrarrestar la fuerza de empuje; acto seguido usó la misma espada para empujarse hacia adelante mientras estiraba su guante para alcanzar con las garras de su guante metálico el pecho del oponente.
Sin embargo, las afiladas hojillas del guante se estrellaron contra una placa metálica que protegía el pecho del brujo; Destino fue finalmente empujado hacia atrás pero no sin antes rasgar la tela que ocultaba y a la vez sostenía dicha placa; aunque no consiguió arrancarla por completo, la misma había quedado colgando y en cierto modo, a menos que pudiera pegarla en medio de la batalla, lo cual era improbable, tendría que deshacerse de ella para que no le estorbara en la batalla; efectivamente el enmascarado arrancó furioso la placa y la arrojó hacia el pelinegro que de no agacharse de prisa habría terminado decapitado.
Al final no había conseguido hacer daño, pero al menos había logrado algo que podría ser decisivo; si su compañero era perceptivo, y sí que lo era, se daría cuenta que el escudo teléquinético solo aparecía por unos instantes, lo suficiente para repeler un ataque y luego desaparecía, no era algo que pudiera mantener por un tiempo indeterminado, así que con dos ataques sucesivos le resultaría difícil repelerlos a ambos, por otro lado, el pecho del brujo rival ahora era evidentemente vulnerable, así que con eso en mente el pelinegro se dispuso a trazar un plan que dependía de que el mocoso entendiera la estrategia, gritarla para explicarla eliminaría el elemento sorpresa, así que solo dejaría la situación para que el niño tal vez entendiera.
Todo tuyo- Le gritó el elfo a Vincent mientras corría hacia la puerta para dar la impresión de que estaba escapando; había llamado la atención del sujeto para darle un respiro al bi-elemental, ahora esperaba que el brujo atacara para hacer lo mismo por él; corrió casi hasta el lugar donde se encontraba el chico y le susurró mientras se daba la vuelta para quedar de frente al enmascarado -Ataca después de Destino- Había sido un susurro apenas, pero lo suficiente para que el chico escuchara; el pelinegro arrojó su espada directamente hacia el brujo de la máscara, la misma giraba en el aire avanzando hasta que desatando la risa del enmascarado, se estrelló contra el mismo escudo telequinético de siempre, aunque Destino también sonreía con cierta malicia, pues si el niño lograba disparar a tiempo podría llegar a atravesar el pecho del objetivo sin mayor resistencia, momento que el barbudo seguro aprovecharía para dar el toque final.
El elfo estaba decorado ya por varios cortes propinados por las dagas voladoras, una tras otra, como si tomaran turnos, se habían ido incrustando en el cuerpo del elfo que debía dedicar varios instantes a sacar las dagas y tratar de curarse, proceso que no terminaba de completar pues siempre era interrumpido por un nuevo ataque; la situación pareció cambiar cuando de manera inesperada el niño apareció sorpresivamente para lanzar un disparo certero de su ballesta que fue directamente al cuello del enmascarado, aunque el iracundo sujeto intentaba no demostrar dolor, la sangre que brotaba hacía evidente que el impacto había resultado fuerte, estaba herido finalmente, y no por la mano de los guerreros sino por la astucia de un simple mocoso, lo cual en cierto modo era ofensivo para el orgullo del pelinegro, aunque de momento no había tiempo para reparar en esos detalles, lo importante era terminar con el brujo de una vez por todas.
Sin embargo el virote, aunque bastante efectivo, tan solo había conseguido enojarlo más, o al menos era lo que parecía, sin embargo, si Destino y el barbudo conseguían distraerlo de nuevo podrían darle un tiro limpio al chico para un nuevo intento; el elfo retrocedió para bloquear con su espada las dos dagas que se acercaban aunque de momento no habían sido muy acertadas pues aquel adversario estaba de momento enfocando toda su atención en el rubio -Es el momento indicado- Murmuró el elfo con una siniestra sonrisa mientras avanzaba aprovechando el momento en que Vincent era rebotado por el escudo invisible; el pelinegro procuraba aprender de sus errores, así que al ver que el enmascarado levantaba la mano en su dirección para generar el escudo que lo empujaría hacia atrás, clavó fuertemente su espada en el piso y se sostuvo de la misma para contrarrestar la fuerza de empuje; acto seguido usó la misma espada para empujarse hacia adelante mientras estiraba su guante para alcanzar con las garras de su guante metálico el pecho del oponente.
Sin embargo, las afiladas hojillas del guante se estrellaron contra una placa metálica que protegía el pecho del brujo; Destino fue finalmente empujado hacia atrás pero no sin antes rasgar la tela que ocultaba y a la vez sostenía dicha placa; aunque no consiguió arrancarla por completo, la misma había quedado colgando y en cierto modo, a menos que pudiera pegarla en medio de la batalla, lo cual era improbable, tendría que deshacerse de ella para que no le estorbara en la batalla; efectivamente el enmascarado arrancó furioso la placa y la arrojó hacia el pelinegro que de no agacharse de prisa habría terminado decapitado.
Al final no había conseguido hacer daño, pero al menos había logrado algo que podría ser decisivo; si su compañero era perceptivo, y sí que lo era, se daría cuenta que el escudo teléquinético solo aparecía por unos instantes, lo suficiente para repeler un ataque y luego desaparecía, no era algo que pudiera mantener por un tiempo indeterminado, así que con dos ataques sucesivos le resultaría difícil repelerlos a ambos, por otro lado, el pecho del brujo rival ahora era evidentemente vulnerable, así que con eso en mente el pelinegro se dispuso a trazar un plan que dependía de que el mocoso entendiera la estrategia, gritarla para explicarla eliminaría el elemento sorpresa, así que solo dejaría la situación para que el niño tal vez entendiera.
Todo tuyo- Le gritó el elfo a Vincent mientras corría hacia la puerta para dar la impresión de que estaba escapando; había llamado la atención del sujeto para darle un respiro al bi-elemental, ahora esperaba que el brujo atacara para hacer lo mismo por él; corrió casi hasta el lugar donde se encontraba el chico y le susurró mientras se daba la vuelta para quedar de frente al enmascarado -Ataca después de Destino- Había sido un susurro apenas, pero lo suficiente para que el chico escuchara; el pelinegro arrojó su espada directamente hacia el brujo de la máscara, la misma giraba en el aire avanzando hasta que desatando la risa del enmascarado, se estrelló contra el mismo escudo telequinético de siempre, aunque Destino también sonreía con cierta malicia, pues si el niño lograba disparar a tiempo podría llegar a atravesar el pecho del objetivo sin mayor resistencia, momento que el barbudo seguro aprovecharía para dar el toque final.
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