[Quest] Hijos del bosque: A través y en el interior del bosque

Fennel, Spahim y dos ladronzuelos más partieron hacia el bosque de Sandorái. El trayecto fue bastante corto dada la proximidad de Vulwulfar a éste. Hacía un día soleado y en el ambiente se respiraba un incómodo silencio total en el bosque, sólo interrumpido por los dos imbéciles que acompañaban a Spahim. Uno de ellos era fuerte y alto, aunque parecía carecer de cerebro. El otro, por el contrario, era flaco y esmirriado pero contaba con una gran labia y se reía constantemente del prójimo.

El bosque comenzó a hacerse espeso y la frondosidad de sus majestuosos árboles pronto comenzó a tapar el sol. Un bello tinte violeta brillaba en el ambiente a consecuencia del impacto de los rayos de sol sobre las flores violáceas de los altos árboles. Dando al lugar una especial armonía con la naturaleza en una sensación de olores y colores con los que era muy fácil entrar en sintonía. Aquel lugar desprendía vida.

Pero poco le importaba ésta a Spahim, que cortaba cuchillo en mano lo que hacía falta para atravesar la maleza. Tenía muy bien estudiado el camino que debía seguir para llegar al templo e hizo que el grupo se saliera del camino para no llamar la atención. Cabía preguntarse también, donde se encontrarían Artorias y sus caballeros, así como los elfos. ¿Dejarían estos últimos desprotegido el templo sabiendo que no tenían la llave? Era poco probable. Spahim era consciente de ello y por eso habían decidido rodear un poco y salirse del camino convencional. Avanzar entre los altísimos árboles y toda la naturaleza que imbuía el bosque de Sandorái no era sencillo y perderse era muy fácil, pero dado que se encontraban en territorio de orejas puntiagudas, esta era la mejor opción sin duda.

-¿Cuánto queda? – preguntaba el flaco al líder del grupo. – No me gusta este incómodo silencio. Me da la sensación de que los árboles tienen ojos. – se quejó el tipo, mirando hacia todos los lados.
-Ya queda poco. – respondió secamente Spahim, tratando de quitarse las muchas ramas de la cara.

Spahim mentía. Dos horas más pasaron desde que el flaco había preguntado aquello. Les llevó prácticamente toda la mañana atravesar el bosque. Pero afortunadamente, a nadie habían encontrado en ellos gracias al camino que hábilmente habían seguido.

Lo que sí toparon fue un extenso río, el más grande que atravesaba el bosque de Sandorái. Un extenso caudal de agua se mostraba ante ellos y, como se encontraban lejos del camino, no había opción de utilizar un puente. Tendrían que atravesarlo de alguna manera. Con la fuerza que éste arrastraba, pasar a nado podía ser un poco arriesgado.


Fennel, tras una larga travesía por el bosque, llegáis a un río que debéis atravesar. Te dejo a ti la inventiva y describe la manera por la que creas un medio para poder pasar. Es importante que tengas en cuenta la torpeza y las limitaciones de algunos de los compañeros, y aunque podéis hacer ruido, es recomendable que no hagáis un estruendo. Pues los elfos podrían oíros. Puedes utilizar a los personajes según lo consideres necesario.

Fennel propuso una buena manera para pasar el río de un lado a otro. Atados por la cintura gracias a unas plantas, pudieron cruzar el cauce que, aunque no era muy profundo, sí que arrastraba bastante agua como para llevarse a uno de ellos.

Pero algo falló cuando tres de los cuatro ya habían pasado. El más pequeño de los cuatro guardias, “El flaco”, que no parecía haberse atado bien, desprendió su parte de enredadera de los demás y fue arrastrado por la corriente.

-¡Ahhhh! ¡Socorro! No sé nadar. – gritó el flaco, haciendo esfuerzos por mantenerse. - ¡Me ahogo! ¡Socorro!
-¡Maldita sea! ¡No grites, Flaco! – trató de decir en voz baja. Pero el hombrecillo del agua no le haría caso, tratándose de mantener a flote en un medio en el que no se desenvolvía bien.

Spahim comenzó a moverse para tratar de sacar de allí al pequeño, pero el agua se lo llevaba rápidamente, y en el lado del bosque había demasiada maleza como para avanzar rápidamente. El hombrecillo pudo agarrarse a una arma de árbol de la que pasaba mientras seguía pidiendo a voces auxilio. Fue entonces cuando Spahim y el resto del grupo, que trataban de llegar hasta él, sintieron algo moverse entre los árboles.

-Elfos. – dijo Spahim mirando entre los árboles. Varias siluetas se movían. – Los gritos los han atraído. – mantuvo su mirada absorta, entre los árboles. - ¡Salgamos de aquí! – gritó Spahim hacia Fennel y el Gordo, dándose la vuelta para ir corriendo. Abandonando al flaco y, dejándolo así a su suerte.
-¡No me abandonéis! ¡Por favor! – gritó haciendo esfuerzos por mantenerse sujeto a la rama que evitaba que el río se lo llevara. - ¡No! – su cabeza estaba ya bajo el agua y, si nadie lo rescataba, no tardaría en ser arrastrado por el agua. Pero con los elfos tan cerca, cualquiera que permaneciera allí corría el riesgo de ser capturado.


Disculpa la tardanza, Fennel. A partir de ahora iré más veloz. He estado de vacaciones y tenía muchos líos con lo de los gremios.

En este turno debes elegir realizar una “noble acción” como ayudar a sacar del agua a un compañero o bien huir hacia el centro del bosque como dice Spahim. Ten en cuenta que, si lo que dice el bandido es cierto, podrías toparte con los elfos muy pronto, o tal vez no. ¿Qué piensa hacer tu maquiavélica mente?

Como siempre, es tu decisión.