Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
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Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Durante un largo rato me había sentido perseguido, pero acelerando mi velocidad pude deshacerme de quien fuera que me estaba siguiendo, aunque gracias a esa prisa acabé perdiendo el rumbo, me resultaba difícil orientarme de acuerdo a la ubicación de las estrellas, pues los árboles hacían difícil mirar al cielo, por lo que me limité a seguir un camino por no más que mero instinto.
Me lancé al piso para esconderme tras unos arbustos al notar que alguien se acercaba, entre lo poco que escuché, hablaban algo de arrasar una aldea; pensé de inmediato en volver pero luego recordé que aquellos elfos no eran muy honestos, y si bien, estaba en contra de la posible matanza, de poco serviría lo que pudiera hacer contra un grupo tan poderoso, no solo por la cantidad de personas que integraban el grupo, sino también debido a lo fuertes que se veían; pensando en frío, volver solo significaría morir junto a los elfos.
Una vez que terminó de pasar aquel misterioso grupo, avancé raudo hasta dejar atrás ese espantoso Sandorai para comenzar a meterse de nuevo en la boca del lobo, el peligroso bosque del este, plagado de licántropos fanáticos dispuestos a asesinar al primer vampiro que encontraran en el camino, y eso lo sabía de primera mano pues ya antes había encontrado algunos problemas gratis por solamente atravesar ese territorio.
Unos pequeños sonidos me hicieron cambiar de dirección y tamaña sorpresa encontrar por fin a la pequeña Arygos construyendo un pequeño refugio -Ary, estás bien- Dije emocionado mientras corría para acercarme a ella para saltarle encima y abrazarla, pero justo antes recordé sus extrañas manías y en lugar del abrazo decidí apoyar lentamente mi frente en su cuello -Me alegra que estés bien, estaba preocupado- Le dije en tono serio -¿Te hizo algo Rachel? ¿Qué pasó allá atrás? ¿Cómo es que te hiciste con el libro?-Pregunté tal vez inundando a la pobre a sabiendas de que en su forma draconiana no era capaz de hablar -Me alegra que estés bien- Murmuré finalmente cerca de su oído con voz protectora, a pesar de ser más grande e imponente que yo, siempre sentía la necesidad de protegerla de cualquier peligro, aunque anteriormente con el asunto del los elfos, sentía que le había fallado.
Me lancé al piso para esconderme tras unos arbustos al notar que alguien se acercaba, entre lo poco que escuché, hablaban algo de arrasar una aldea; pensé de inmediato en volver pero luego recordé que aquellos elfos no eran muy honestos, y si bien, estaba en contra de la posible matanza, de poco serviría lo que pudiera hacer contra un grupo tan poderoso, no solo por la cantidad de personas que integraban el grupo, sino también debido a lo fuertes que se veían; pensando en frío, volver solo significaría morir junto a los elfos.
Una vez que terminó de pasar aquel misterioso grupo, avancé raudo hasta dejar atrás ese espantoso Sandorai para comenzar a meterse de nuevo en la boca del lobo, el peligroso bosque del este, plagado de licántropos fanáticos dispuestos a asesinar al primer vampiro que encontraran en el camino, y eso lo sabía de primera mano pues ya antes había encontrado algunos problemas gratis por solamente atravesar ese territorio.
Unos pequeños sonidos me hicieron cambiar de dirección y tamaña sorpresa encontrar por fin a la pequeña Arygos construyendo un pequeño refugio -Ary, estás bien- Dije emocionado mientras corría para acercarme a ella para saltarle encima y abrazarla, pero justo antes recordé sus extrañas manías y en lugar del abrazo decidí apoyar lentamente mi frente en su cuello -Me alegra que estés bien, estaba preocupado- Le dije en tono serio -¿Te hizo algo Rachel? ¿Qué pasó allá atrás? ¿Cómo es que te hiciste con el libro?-Pregunté tal vez inundando a la pobre a sabiendas de que en su forma draconiana no era capaz de hablar -Me alegra que estés bien- Murmuré finalmente cerca de su oído con voz protectora, a pesar de ser más grande e imponente que yo, siempre sentía la necesidad de protegerla de cualquier peligro, aunque anteriormente con el asunto del los elfos, sentía que le había fallado.
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Aerandiano de honor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Mi nombre me hizo girarme, y observar la figura que se acercaba por sobre del hielo. Era Bio, que había esquivado lo que fuera que fuese aquella columna de humo. Solté un resoplido de alivio y asentí a modo respuesta de su pregunta.
Era curioso como el vampiro era el único que de algún modo había adoptado alguna de mis costumbres o las tenía en cuenta, de toda slas personas con las que me había cruzado, justo un integrante de la raza a la que mas recelo había tenido, y de con quien mas prejuicios había partido al mundo. Apoyo la frente en mis escamas, y yo el rodeé con el cuello en señal de afecto.
No me sorprendió el laúd de preguntas, sin embargo, espere que se separara para alzar la garra con la que hasta el momento, aprisionaba aquel libro contra mi cuerpo, y luego ladeé la cabeza. Escribir en el suelo, era una pésima idea, porque si teníamos que marchar apuradamente, alguien podría leer lo que hubiera escrito, y bio, podía darme un poco de tiempo para volver a ser un dragón si lo requería. Resolví, esta vez sin tanto recelo, adoptar la forma humana para hablar.
Aunque seguía sin ser algo que me hiciera ilusión o especialmente feliz, tenía que reconocer que la reticencia había ido atenuandose con el tiempo, en pro de las facilidades que me concedía para ciertas ocasiones.
El espectaculo, de mi metamorfosis, breve y peculíar, ya era conocido por mi acompañante, y pronto, en vez del leviatán blanco que se mimetizaba con el entorno, mi forma humana ocupaba su lugar, aprisionando contra el pecho con ambos brazos, el tomo que nos había llevado a esa noche de desastre.
La herida de la cola, era ahora un rasguño en la parte baja de la espalda, que ahora, con la calma, empezaba a escocér haciéndome torcer el gesto por la molestia, y que ya casi cerrado, goteaba apenas empapando lentamente el vestido.
-Rachel quería robar el libro e irse.- Sentencié.- Iba a dejarnos con los elfos, pagar por su hurto.- Aunque la muchacha no había confirmado nunca ese pensamiento, difícil sería que el anciano no diera la alerta, o que ella cruzara por en medio de los elfos con el libro para avisarnos, ya que de ese modo, volvería a tener toda la aldea en su contra, y tendría que ceder el manuscrito de vuelta.
-Me lastimo la cola, pero el anciano la golpeó, y aproveche para tomar el libro y llevarmelo.-proseguí, tensando la mandíbula, y soltando un resoplido, al acordarme del punzante sentimiento de traición cuando había sentido el acero de la cibernética en mis escamas.- Pensaba devolverselo a los elfos, hasta que vi que ellos no se lo merecian mas que Rachell.-Y es que haber apuntado a quien había organizado su defensa, ademas de ingrato, era rastrero.
-¿Tu estas bien?.- Lo ojeé y olfaté el aire, buscando el aroma a sangre, o alguna herida que fuera visible, lo primero no faltaba, había sido algo estúpido viniendo de un conflicto bélico, y de lo segundo, por suerte no vi nada, soltando otro aliviado resoplido.
Tras ver que estaba bien, mi mente paso a otro tema, mire el libro, luego a victor, y bajé la mirada culposa.- Lo siento, ahora te van a buscar a ti también, porque le robé el libro a esa tal hermandad...-me encogí sobre mi misma.- Pero.. no podía dejar algo por lo que están dispuestos a masacrarse entre si grupos tan grandes en manos de esa clase de gente... si es tan importante, y peligrosos, tiene que ser custodiado...o destruido.- me justifiqué, sin duda en la voz, pero con el titubeo de hacer pagar a otros por mis elecciones.
Era curioso como el vampiro era el único que de algún modo había adoptado alguna de mis costumbres o las tenía en cuenta, de toda slas personas con las que me había cruzado, justo un integrante de la raza a la que mas recelo había tenido, y de con quien mas prejuicios había partido al mundo. Apoyo la frente en mis escamas, y yo el rodeé con el cuello en señal de afecto.
No me sorprendió el laúd de preguntas, sin embargo, espere que se separara para alzar la garra con la que hasta el momento, aprisionaba aquel libro contra mi cuerpo, y luego ladeé la cabeza. Escribir en el suelo, era una pésima idea, porque si teníamos que marchar apuradamente, alguien podría leer lo que hubiera escrito, y bio, podía darme un poco de tiempo para volver a ser un dragón si lo requería. Resolví, esta vez sin tanto recelo, adoptar la forma humana para hablar.
Aunque seguía sin ser algo que me hiciera ilusión o especialmente feliz, tenía que reconocer que la reticencia había ido atenuandose con el tiempo, en pro de las facilidades que me concedía para ciertas ocasiones.
El espectaculo, de mi metamorfosis, breve y peculíar, ya era conocido por mi acompañante, y pronto, en vez del leviatán blanco que se mimetizaba con el entorno, mi forma humana ocupaba su lugar, aprisionando contra el pecho con ambos brazos, el tomo que nos había llevado a esa noche de desastre.
La herida de la cola, era ahora un rasguño en la parte baja de la espalda, que ahora, con la calma, empezaba a escocér haciéndome torcer el gesto por la molestia, y que ya casi cerrado, goteaba apenas empapando lentamente el vestido.
-Rachel quería robar el libro e irse.- Sentencié.- Iba a dejarnos con los elfos, pagar por su hurto.- Aunque la muchacha no había confirmado nunca ese pensamiento, difícil sería que el anciano no diera la alerta, o que ella cruzara por en medio de los elfos con el libro para avisarnos, ya que de ese modo, volvería a tener toda la aldea en su contra, y tendría que ceder el manuscrito de vuelta.
-Me lastimo la cola, pero el anciano la golpeó, y aproveche para tomar el libro y llevarmelo.-proseguí, tensando la mandíbula, y soltando un resoplido, al acordarme del punzante sentimiento de traición cuando había sentido el acero de la cibernética en mis escamas.- Pensaba devolverselo a los elfos, hasta que vi que ellos no se lo merecian mas que Rachell.-Y es que haber apuntado a quien había organizado su defensa, ademas de ingrato, era rastrero.
-¿Tu estas bien?.- Lo ojeé y olfaté el aire, buscando el aroma a sangre, o alguna herida que fuera visible, lo primero no faltaba, había sido algo estúpido viniendo de un conflicto bélico, y de lo segundo, por suerte no vi nada, soltando otro aliviado resoplido.
Tras ver que estaba bien, mi mente paso a otro tema, mire el libro, luego a victor, y bajé la mirada culposa.- Lo siento, ahora te van a buscar a ti también, porque le robé el libro a esa tal hermandad...-me encogí sobre mi misma.- Pero.. no podía dejar algo por lo que están dispuestos a masacrarse entre si grupos tan grandes en manos de esa clase de gente... si es tan importante, y peligrosos, tiene que ser custodiado...o destruido.- me justifiqué, sin duda en la voz, pero con el titubeo de hacer pagar a otros por mis elecciones.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Me alegré mucho al encontrar a la dragona después de tanto rato siguiendo su dirección y esperando que no la hubiera variado demasiado, tras rodear la columna de humo llegué a pensar que la había perdido, pero afortunadamente el destino se encargó de volver a reunirnos; mi extraña muestra de afecto fue rápidamente respondida por la dragona que me rodeó con su cuello; al separarnos después del saludo me dejó ver que había escapado trayéndose con ella el codiciado libro que había sido la raíz de todo este enredo; esperé a que escribiera como tantas veces había hecho pero en lugar de eso decidió tomar su forma humana, cosa que haría más fácil mantener una conversación; escuché sus palabras con mucha atención para no perder ningún detalle; la parte de Rachel intentando tomar el libro era algo que ya me había imaginado justo desde el momento en que la vi entrar a donde se encontraba el anciano, pero herir a Arygos sí que me resultaba imperdonable, mucho más que cualquier traición -Estoy bien, tranquila- Dije entre risas al ver la graciosa manera en que me olfateaba sin parar -No te sientas culpable- Le dije con cariño -A fin de cuentas, fui yo quien te metió en esto- Aclaré el detalle que había sido yo quien la había invitado a formar parte de aquella aventura -Hiciste lo correcto y estoy muy orgulloso de ti- Dije mientras sonreía y estiraba mi mano buscando alcanzar su cabeza para revolverle el cabello blanco y liso -Igual ya me estaban persiguiendo desde antes- Murmuré deseando que la peliblanca no entendiera esa última frase para no preocuparla.
Miré fijamente el libro ante los radicales planteamientos de la dragona, y aunque conservarlo resultaba ser una gran tentación, consideraba que lo mejor era ponerle fin a los días de aquel libro -Creo que lo mejor sería destruirlo- Dije en voz baja esperando no influir demasiado en su decisión, pues a fin de cuentas, la preservación incluía también la posibilidad de conocer más acerca del mismo.
Dejando a un lado todo aquel asunto, me llamó la atención la pequeña construcción que parecía haber sido recién hecha por la misma peliblanca -¿Tú hiciste eso?- Pregunté mientras señalaba en dirección al cúmulo de cosas que formaban una especie de pequeña cabaña improvisada -¿Me construiste un refugio?- La sorpresa me parecía un hermoso gesto, no era más que un grupo de piezas apenas acomodadas unas sobre otras, pero la idea de pensar en el gesto me hacía verla como la más hermosa cabaña del mundo -Gracias- Dije finalmente con los ojos brillantes de emoción -Eres una gran constructora- Dije con mucha sinceridad justo a tiempo para que unas pequeñas partes de la cabaña se vinieran abajo, suerte que no eran tan importantes como para influir en algún derrumbe, lo cual me causó mucha gracia y no pude evitar reírme abiertamente.
Miré fijamente el libro ante los radicales planteamientos de la dragona, y aunque conservarlo resultaba ser una gran tentación, consideraba que lo mejor era ponerle fin a los días de aquel libro -Creo que lo mejor sería destruirlo- Dije en voz baja esperando no influir demasiado en su decisión, pues a fin de cuentas, la preservación incluía también la posibilidad de conocer más acerca del mismo.
Dejando a un lado todo aquel asunto, me llamó la atención la pequeña construcción que parecía haber sido recién hecha por la misma peliblanca -¿Tú hiciste eso?- Pregunté mientras señalaba en dirección al cúmulo de cosas que formaban una especie de pequeña cabaña improvisada -¿Me construiste un refugio?- La sorpresa me parecía un hermoso gesto, no era más que un grupo de piezas apenas acomodadas unas sobre otras, pero la idea de pensar en el gesto me hacía verla como la más hermosa cabaña del mundo -Gracias- Dije finalmente con los ojos brillantes de emoción -Eres una gran constructora- Dije con mucha sinceridad justo a tiempo para que unas pequeñas partes de la cabaña se vinieran abajo, suerte que no eran tan importantes como para influir en algún derrumbe, lo cual me causó mucha gracia y no pude evitar reírme abiertamente.
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Observe su mano con curiosidad hasta que la apoyo en mi cabeza,, revolviéndome el pelo. Parpadee un par de veces, ladeando la cabeza sin comprender del todo, para terminar poniéndome puntillas, y repitiendo el gesto a modo espejo, con la mano que tenía libre. Esbozando a su vez una ligera sonrisa por sus palabras de halago, una que desapareció, en cuando escuche aquel murmullo que denotaba que se encontraba en peligro.
-¿Te están persiguiendo?¿Porque?
Sin embargo sus palabras sobre que hacer en el libro, me centraron en ese otro tema, sin olvidar el otro,demasiado serio como para apartarlo completamente de mi mente. Mire el manuscrito con duda, su opinión era importante, pero rara vez hacíamos las cosas importantes sin escuchar otras opiniones.
-Creo que la abuela Theragon debería leerlo primero.- Ella, mucho mas anciana y sabia, tendría una del valor real de aquel manuscrito y podría dar una opinión de peso sobre que hacer con el.-Podrías venír a mostrárselo, allí estarás a salvo de quien te persiga, y de la hermandad. Seguro que le gustarías a la abuela.
En general, le había caído bien a un gran numero de mi familia, cuando había estado allí la ultima vez, hablando de lo que había visto y aprendido mas allá de la tundra, quizás Erankius era el mas receloso a mis amistades, y no podía culparlo después de que Nicolás le sacase un ojo, pero no haría nada fuera de lugar, no con toda la familia presente, se limitaría a poner cara de fastidio y a seguirlo con la mirada por las cuevas, cosa que si bien podía llegar a resultar incomoda, era, totalmente inocua.
Victor pareció entonces distraído por el precario refugio que le había construido, el cual no tardó en desmoronar unas pequeñas partes, que por suerte, no afectaban a la oscuridad de su interior.
-No sabía cuando ibas a tardar, y no puedes viajar de día.- Ladeé la cabeza hacia el lado contrario, mientras daba pausados pasos hacia la parte desmoronada, intentando re acomodar sus piezas con extrema lentitud, para evitar así, destrozar alguna parte mas por accidente durante las reparaciones.
-Y la ultima vez que pedimos refugio, querían usarte como comida para mascotas.- Añadí, recordando al traicionero anciano que nos habíamos cruzado meses atrás en el bosque, de camino a Lunargenta.-Prefiero no tentar a la suerte. Me parece que ninguno de los dos tiene demasiada.- Y es que siempre me metía en embrollos, pero cuando me cruzaba con el vampiro estos se multiplicaban de una forma asombrosa, convirtiéndose en verdaderos problemas,a menudo de vida o muerte.
-¿Crees que servirá?Puedo usar la capa para cubrir la entrada.-aclaré respecto al hueco que servía para internarse en esa madriguera extraña. Nada como una cueva, suspire, pero no había transitado lo suficiente esa región como para tener localizada ninguna para pasar la noche, o en ese caso, el día, así que habría que conformarse con eso, o ponerse a buscar como antes mejor, antes de que el sol causara estragos en mi amigo noctambulo.
-¿Te están persiguiendo?¿Porque?
Sin embargo sus palabras sobre que hacer en el libro, me centraron en ese otro tema, sin olvidar el otro,demasiado serio como para apartarlo completamente de mi mente. Mire el manuscrito con duda, su opinión era importante, pero rara vez hacíamos las cosas importantes sin escuchar otras opiniones.
-Creo que la abuela Theragon debería leerlo primero.- Ella, mucho mas anciana y sabia, tendría una del valor real de aquel manuscrito y podría dar una opinión de peso sobre que hacer con el.-Podrías venír a mostrárselo, allí estarás a salvo de quien te persiga, y de la hermandad. Seguro que le gustarías a la abuela.
En general, le había caído bien a un gran numero de mi familia, cuando había estado allí la ultima vez, hablando de lo que había visto y aprendido mas allá de la tundra, quizás Erankius era el mas receloso a mis amistades, y no podía culparlo después de que Nicolás le sacase un ojo, pero no haría nada fuera de lugar, no con toda la familia presente, se limitaría a poner cara de fastidio y a seguirlo con la mirada por las cuevas, cosa que si bien podía llegar a resultar incomoda, era, totalmente inocua.
Victor pareció entonces distraído por el precario refugio que le había construido, el cual no tardó en desmoronar unas pequeñas partes, que por suerte, no afectaban a la oscuridad de su interior.
-No sabía cuando ibas a tardar, y no puedes viajar de día.- Ladeé la cabeza hacia el lado contrario, mientras daba pausados pasos hacia la parte desmoronada, intentando re acomodar sus piezas con extrema lentitud, para evitar así, destrozar alguna parte mas por accidente durante las reparaciones.
-Y la ultima vez que pedimos refugio, querían usarte como comida para mascotas.- Añadí, recordando al traicionero anciano que nos habíamos cruzado meses atrás en el bosque, de camino a Lunargenta.-Prefiero no tentar a la suerte. Me parece que ninguno de los dos tiene demasiada.- Y es que siempre me metía en embrollos, pero cuando me cruzaba con el vampiro estos se multiplicaban de una forma asombrosa, convirtiéndose en verdaderos problemas,a menudo de vida o muerte.
-¿Crees que servirá?Puedo usar la capa para cubrir la entrada.-aclaré respecto al hueco que servía para internarse en esa madriguera extraña. Nada como una cueva, suspire, pero no había transitado lo suficiente esa región como para tener localizada ninguna para pasar la noche, o en ese caso, el día, así que habría que conformarse con eso, o ponerse a buscar como antes mejor, antes de que el sol causara estragos en mi amigo noctambulo.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Sin comprender del todo mi gesto, la pequeña peliblanca estiró su mano para revolver mi cabello del mismo modo que había hecho con ella, lo cual me parecía sumamente adorable -Es una larga historia- Respondí a su pregunta de la persecución, ciertamente no quería que se viera involucrada más de la cuenta -¿Abuela Theragon?- Pregunté al salir de mis cavilaciones cayendo en su diálogo acerca del libro -Voy hacia el norte, de igual modo, así que no veo por qué no conocer a tu familia, siempre y cuando no quieran comerme, no habrá problemas- Dije en modo gracioso -Porque soy difícil de digerir eh- Advertí en el mismo tono para luego dar una respuesta más seria -Ir de visita estará bien, pero debo enfrentar a quienes me persiguen, no quiero tener que huir por siempre, vivir con miedo- Fue entonces cuando al esquivar su mirada me distraje observando su arcaica construcción, era gracioso verla ir de prisa para acomodar los pedazos que se caían -Es el más hermoso refugio que jamás he visto- Dije a modo de halago mientras me acercaba al pequeño lugar con algo de miedo a tocarlo, no fuera a desmoronarse, sin embargo al atreverme noté que era bastante sólido a pesar de las pequeñas partes que se habían desprendido.
Sonreí ante su comentario -Ciertamente nuestra suerte es un desastre- Dije apoyando su teoría y agradeciendo su esfuerzo de levantar el pequeño refugio -Claro que servirá, es perfecto- Alegué mientras me acercaba a fijar con más fuerza algunas de los lugares donde notaba pequeños agujeros o partes flojas que podrían ceder más adelante -Hiciste un gran trabajo- Dije para luego de hacer los últimos ajustes que me parecieron necesarios -Aún quedan algunas horas para que amanezca, deberíamos aprovechar ese tiempo para tratar tu herida- Miré en detenimiento alrededor para dar un reconocimiento al lugar donde habíamos ido a parar -Si conseguimos un poco de Barrimorth, podríamos hacer algo para untar en tu herida y ayudar a que mejore- Realmente la alquimia no era mi fuerte, pero algo tenía que aprender de mis aventuras con la elfa Niniel, que siempre terminaba preparando ese tipo de mejunjes extraños y de mal sabor, aunque no tomaría el riesgo de darle a ingerir algo a la dragona y causarle un mal, en lugar de eso iría por un rápido y seguro ungüento de Barrimorth -Vamos- Le dije ofreciéndole mi brazo para que se apoyara como antes, pero ésta vez, tanto por el poco tiempo que nos quedaba, como a modo de aleccionamiento, intentaría caminar cada vez más rápido aunque de manera progresiva intentando que Arygos no notara demasiado el aumento de velocidad hasta que ya estuviéramos casi corriendo, tal vez sería un proceso lento, pero enseñarle a moverse rápido era algo muy necesario -Buscaremos un poco de Barrimorth, sé que debe haber por acá cerca- Dije mientras comenzaba a moverme -Son unas hojitas verdes y pequeñas como... Bueno... Las verás cuando las veas...- Mis pocos conocimientos de alquímia me limitaban un poco, pero sin duda la erudición me permitía conocer al menos la forma y características de la planta para diferenciarla y ubicarla sin mucho problema.
Sonreí ante su comentario -Ciertamente nuestra suerte es un desastre- Dije apoyando su teoría y agradeciendo su esfuerzo de levantar el pequeño refugio -Claro que servirá, es perfecto- Alegué mientras me acercaba a fijar con más fuerza algunas de los lugares donde notaba pequeños agujeros o partes flojas que podrían ceder más adelante -Hiciste un gran trabajo- Dije para luego de hacer los últimos ajustes que me parecieron necesarios -Aún quedan algunas horas para que amanezca, deberíamos aprovechar ese tiempo para tratar tu herida- Miré en detenimiento alrededor para dar un reconocimiento al lugar donde habíamos ido a parar -Si conseguimos un poco de Barrimorth, podríamos hacer algo para untar en tu herida y ayudar a que mejore- Realmente la alquimia no era mi fuerte, pero algo tenía que aprender de mis aventuras con la elfa Niniel, que siempre terminaba preparando ese tipo de mejunjes extraños y de mal sabor, aunque no tomaría el riesgo de darle a ingerir algo a la dragona y causarle un mal, en lugar de eso iría por un rápido y seguro ungüento de Barrimorth -Vamos- Le dije ofreciéndole mi brazo para que se apoyara como antes, pero ésta vez, tanto por el poco tiempo que nos quedaba, como a modo de aleccionamiento, intentaría caminar cada vez más rápido aunque de manera progresiva intentando que Arygos no notara demasiado el aumento de velocidad hasta que ya estuviéramos casi corriendo, tal vez sería un proceso lento, pero enseñarle a moverse rápido era algo muy necesario -Buscaremos un poco de Barrimorth, sé que debe haber por acá cerca- Dije mientras comenzaba a moverme -Son unas hojitas verdes y pequeñas como... Bueno... Las verás cuando las veas...- Mis pocos conocimientos de alquímia me limitaban un poco, pero sin duda la erudición me permitía conocer al menos la forma y características de la planta para diferenciarla y ubicarla sin mucho problema.
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
-La abuela Theragon es la mas anciana de la familia, y sabe muchas cosas.- Explique de forma escueta ante su pregunta, poco precisa, sobre dicho familiar en particular. La verdad es que se estaba quedando ciega, algo sorda y le costaba moverse, pero su mente seguía igual de rápida que cuando era jovata, o eso afirmaban los que la habían visto en sus años mozos. Yo por mi parte, al recordaba anciana, ya era vieja cuando nací, y ahora era como esos arboles centenarios que parece que lleven en el mundo des del inicio de los tiempos.
-Los humanoides no entran dentro de nuestra dieta.-respondí de forma mecánica, una respuesta que había tenido que dar mas veces de las que me gustaría.- Creo que entran mas en la tuya.- le saqué la lengua durante un breve momento, recordando ese detalle. Un recuerdo cruzo fugazmente mi mente, las biusas, y la mentirijilla que me había soltado en nuestro primer encuentro.- Victor, ¿A que sabían las biusas?.- pregunté ojeandolo de refilón, con cierta curiosidad, pero intentando no ser demasiado invasiva.-¿Te molesta hablar de tu comida?.-preguntas que quizás debería haber formulado en el orden contrario.
-Puedo ayudarte si quieres.-Me detuve a mirarle mas directamente con cierta preocupación, cuando mencionó enfrentarse a la misteriosa entidad que le perseguía. No dio muchos datos, probablemente porque no quería hablar del tema, o quizás, del mismo modo en el que a mi me sabía mal haberlo involucrado en mi hurto, no quería que yo me viera salpicada con la problemática a la que el tenia que hacer frente, y con la que yo no tenía nada que ver.
Su mirada esquiva se dirigió a la construcción que intentaba mantener en pie, la cual halago, haciéndome sonreír de forma automática, y me ayudo a reparar para que no se viniera abajo. por suerte, se había formado suficiente hielo en su base como para que quedara firmemente sujeta en el lugar, y ninguna ventolera la tirase abajo con facilidad.
-Gracias.- murmure sumamente concentrada con la tarea hasta que la consideré finalizada. Me aparté un par de pasos mientras observaba mi obra, ahora con mayor satisfacción gracias a los continuos halagos del vampiro.
-Supongo..quizás tengo algo de alcohol en el morral...-murmure, empezando a rebuscar en el mismo, y depositando finalmente en su interior el tomo.-¿Que es el Barrimoth?.- Alcé la mirada, con las manos aun en el interior de la bolsa, observando fijamente a Bio. Tome su brazo cuando me lo ofrecía, tras cerrar firmemente el morral, y empecé a caminar a su lado, mirando tanto los alrededores, como a el de forma alternativa.-Si la veré cuando al vea, pero como la reconoceré si no la he visto antes catalogada?.-parpadeé confusa un par de veces, buscando cualquier planta con esa descripción en el entorno, pero al verdad, es que todas me resultaban muy similares a la vaga imagen que se había formado en mi mente de la planta en cuestión.
-Los humanoides no entran dentro de nuestra dieta.-respondí de forma mecánica, una respuesta que había tenido que dar mas veces de las que me gustaría.- Creo que entran mas en la tuya.- le saqué la lengua durante un breve momento, recordando ese detalle. Un recuerdo cruzo fugazmente mi mente, las biusas, y la mentirijilla que me había soltado en nuestro primer encuentro.- Victor, ¿A que sabían las biusas?.- pregunté ojeandolo de refilón, con cierta curiosidad, pero intentando no ser demasiado invasiva.-¿Te molesta hablar de tu comida?.-preguntas que quizás debería haber formulado en el orden contrario.
-Puedo ayudarte si quieres.-Me detuve a mirarle mas directamente con cierta preocupación, cuando mencionó enfrentarse a la misteriosa entidad que le perseguía. No dio muchos datos, probablemente porque no quería hablar del tema, o quizás, del mismo modo en el que a mi me sabía mal haberlo involucrado en mi hurto, no quería que yo me viera salpicada con la problemática a la que el tenia que hacer frente, y con la que yo no tenía nada que ver.
Su mirada esquiva se dirigió a la construcción que intentaba mantener en pie, la cual halago, haciéndome sonreír de forma automática, y me ayudo a reparar para que no se viniera abajo. por suerte, se había formado suficiente hielo en su base como para que quedara firmemente sujeta en el lugar, y ninguna ventolera la tirase abajo con facilidad.
-Gracias.- murmure sumamente concentrada con la tarea hasta que la consideré finalizada. Me aparté un par de pasos mientras observaba mi obra, ahora con mayor satisfacción gracias a los continuos halagos del vampiro.
-Supongo..quizás tengo algo de alcohol en el morral...-murmure, empezando a rebuscar en el mismo, y depositando finalmente en su interior el tomo.-¿Que es el Barrimoth?.- Alcé la mirada, con las manos aun en el interior de la bolsa, observando fijamente a Bio. Tome su brazo cuando me lo ofrecía, tras cerrar firmemente el morral, y empecé a caminar a su lado, mirando tanto los alrededores, como a el de forma alternativa.-Si la veré cuando al vea, pero como la reconoceré si no la he visto antes catalogada?.-parpadeé confusa un par de veces, buscando cualquier planta con esa descripción en el entorno, pero al verdad, es que todas me resultaban muy similares a la vaga imagen que se había formado en mi mente de la planta en cuestión.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Su respuesta no se hizo esperar aunque tal vez no le había parecido tan gracioso -Uff, que alivio- Dije soltando un suspiro de tranquilidad ante aquella noticia, aunque ya imaginaba que sería de ese modo, pues no recordaba casos o historias de personas comidas por dragones, o al menos nada más allá de las historias para asustar niños.
Alcé una ceja ante su acusación pero luego reí ante lo cierto que resultaba y luego me quedé pensativo buscando la mejor manera de responder a su curiosa pregunta, si bien ya sabía que era un vampiro, no estaría de más dejar salir la verdad, aunque no sin añadir un comentario divertido, o que al menos para mí lo sería -Aquella biusa- Murmuré mientras llevaba una mano a mi barbilla pensativo -Tenía sabor a sangre de dragona preguntona- Dije mientras hacía con las manos el gesto de garras que usaban las madres humanas para asustar a sus pequeños con historias sobre horribles vampiros come-niños -Me incomoda un poco- Dije con un semblante más serio -Generalmente oculto mi raza, paso por humano con relativa facilidad o cambio mi apariencia con ilusiones en los casos más complicados- Expliqué de manera pausada -Las demás razas ven a los vampiros como monstruos devoradores de sangre y en cierto modo, lo son, por eso a veces me da pena revelarme como parte de esta raza maldita- Mi rostro se volvió un poco triste de momento -Discúlpame por haberte mentido, suelo mentir a quienes no conozco, a veces para evitar problemas, y otras veces para evitar rechazos- Rápidamente tomé aire y esbocé una sonrisa aunque evidentemente me había afectado un poco la pregunta.
Tras mencionarle mi condición de perseguido se ofreció a ayudarme, acción bastante comprensible dado que en su lugar, si el caso fuera al contrario yo reaccionaría del mismo modo -No, no, no- Acusé de inmediato -Ellos son muy peligrosos, y sospecho, que son los mismos a los que responde Rachel- Expliqué de manera pausada -Mismos métodos, mismo fin, muchas cosas apuntan a que son los mismos, así que me buscaban desde antes que tomaras el libro- Expliqué en un tono serio pero no enojado.
Tras ponernos en marcha intenté explicar de nuevo para que la joven tuviera una idea más clara de lo que se trataba -Barrimorth son ramitas pequeñas y verdes, de textura suave y escaso tamaño, se suelen encontrar en abundancia si se sabe dónde buscar, o con mucho esfuerzo si no sabemos, pero valdrá la pena el esfuerzo- Dije mientras aceleraba el paso lentamente -¿Te duele?- Pregunté para detenerme si ese fuera el caso -Mira allá abajo- Dije señalando un pequeño grupo de arbustos donde parecía estar la planta en cuestión pero al olerla pude notar que no era, o al menos, no estaba seguro, por lo que sería mejor buscar otra; antes de movernos de ahí pude notar otro pequeño grupo de ramitas que al olerlas delataban el olor del Barrimorth -Ahí están- Dije mientras señalaba para luego apresurarme a arrancar un poco de ellas, al menos lo suficiente para una pequeña dosis que pudiera ayudar a la dragona -Esto es lo que buscábamos, ahora regresemos antes que amanezca- Dije mientras esta vez, en lugar de mi brazo le ofrecía solo mi mano, de modo que pudiera esta vez dejarla caminar sola, halarla para ir más rápido y sostenerla en caso que se llegara a tropezar; avanzaríamos de prisa para en unos minutos volver a llegar al pequeño refugio que había construido la pequeña dragona.
Una vez en el lugar me senté en el suelo sosteniendo la planta medicinal en mis manos -Ahora solo necesitamos algo para machacar esta cosa- Dije de manera insinuante contando con que tal vez tuviera algo útil en su mochila de donde parecía sacar todo lo necesario en el momento justo -Me sorprende la cantidad de cosas que caben en ese pequeño morral- Dije de modo jocoso mientras tomaba un poco de aire para reponer las energías gastadas en el corto pero apresurado viaje.
Alcé una ceja ante su acusación pero luego reí ante lo cierto que resultaba y luego me quedé pensativo buscando la mejor manera de responder a su curiosa pregunta, si bien ya sabía que era un vampiro, no estaría de más dejar salir la verdad, aunque no sin añadir un comentario divertido, o que al menos para mí lo sería -Aquella biusa- Murmuré mientras llevaba una mano a mi barbilla pensativo -Tenía sabor a sangre de dragona preguntona- Dije mientras hacía con las manos el gesto de garras que usaban las madres humanas para asustar a sus pequeños con historias sobre horribles vampiros come-niños -Me incomoda un poco- Dije con un semblante más serio -Generalmente oculto mi raza, paso por humano con relativa facilidad o cambio mi apariencia con ilusiones en los casos más complicados- Expliqué de manera pausada -Las demás razas ven a los vampiros como monstruos devoradores de sangre y en cierto modo, lo son, por eso a veces me da pena revelarme como parte de esta raza maldita- Mi rostro se volvió un poco triste de momento -Discúlpame por haberte mentido, suelo mentir a quienes no conozco, a veces para evitar problemas, y otras veces para evitar rechazos- Rápidamente tomé aire y esbocé una sonrisa aunque evidentemente me había afectado un poco la pregunta.
Tras mencionarle mi condición de perseguido se ofreció a ayudarme, acción bastante comprensible dado que en su lugar, si el caso fuera al contrario yo reaccionaría del mismo modo -No, no, no- Acusé de inmediato -Ellos son muy peligrosos, y sospecho, que son los mismos a los que responde Rachel- Expliqué de manera pausada -Mismos métodos, mismo fin, muchas cosas apuntan a que son los mismos, así que me buscaban desde antes que tomaras el libro- Expliqué en un tono serio pero no enojado.
Tras ponernos en marcha intenté explicar de nuevo para que la joven tuviera una idea más clara de lo que se trataba -Barrimorth son ramitas pequeñas y verdes, de textura suave y escaso tamaño, se suelen encontrar en abundancia si se sabe dónde buscar, o con mucho esfuerzo si no sabemos, pero valdrá la pena el esfuerzo- Dije mientras aceleraba el paso lentamente -¿Te duele?- Pregunté para detenerme si ese fuera el caso -Mira allá abajo- Dije señalando un pequeño grupo de arbustos donde parecía estar la planta en cuestión pero al olerla pude notar que no era, o al menos, no estaba seguro, por lo que sería mejor buscar otra; antes de movernos de ahí pude notar otro pequeño grupo de ramitas que al olerlas delataban el olor del Barrimorth -Ahí están- Dije mientras señalaba para luego apresurarme a arrancar un poco de ellas, al menos lo suficiente para una pequeña dosis que pudiera ayudar a la dragona -Esto es lo que buscábamos, ahora regresemos antes que amanezca- Dije mientras esta vez, en lugar de mi brazo le ofrecía solo mi mano, de modo que pudiera esta vez dejarla caminar sola, halarla para ir más rápido y sostenerla en caso que se llegara a tropezar; avanzaríamos de prisa para en unos minutos volver a llegar al pequeño refugio que había construido la pequeña dragona.
Una vez en el lugar me senté en el suelo sosteniendo la planta medicinal en mis manos -Ahora solo necesitamos algo para machacar esta cosa- Dije de manera insinuante contando con que tal vez tuviera algo útil en su mochila de donde parecía sacar todo lo necesario en el momento justo -Me sorprende la cantidad de cosas que caben en ese pequeño morral- Dije de modo jocoso mientras tomaba un poco de aire para reponer las energías gastadas en el corto pero apresurado viaje.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Lo de la sangre de dragona pregunta me hizo, reír, y a la vez suscitó otra pregunta ne mi mente, ¿A que sabía apra un vampiro la sangre de dragón?¿Sabia distinto para ellos la sangre que para mi? Pero cuando tenia al boca abierta, y la mirada fija, a punto de acribillarle nuevamente a preguntas, su nueva respuesta hizo que me callara automáticamente, me mordí la lengua para no soltar nada inapropiado, e inspire por la nariz, intentando disimular sin éxito la expresión de extrema curiosidad que se me había formado en un instante.
Podía comprender lo que decía, por dos motivos claros, el primero era que la primera vez que me había cruzado con un vampiro, le había temido, y mucho, aunque la situación llevara a que viera que no eran el monstruo aterrador que la mayoría pregonaban, o al menos, no todos. La otra era, porque así como su especie era acusada de muchas cosas, y aplastada en una montaña de prejuicios, también lo era la mía. la mayoría de humanos pensaba que entraban en lo que sería mi dieta habitual, así como muchos cuentos infantiles hablaban de dragones secuestradores, o que se comían a niños y el ganado... bueno, lo del ganado era cierto, a veces...
-Hm... esta bien. Hagamos un trato. Te esperare en un lugar del norte, y si veo que no llegas, iré a buscarte.- No me gustaba la idea de dejar a bio solo con esa tal hermandad, dispuestos a masacrar una aldea por un libro, no quería ni pensar lo que eran capaces de hacerle a bio por mucho menos, pero tampoco podía obligarlo a que me dejara entrometerme en sus asuntos, y ese, me parecía un termino medio aceptable, además de que me daría tiempo para esconder el libro lejos de las garras de esos indeseables.
Bio iba cada vez mas rápido, y seguirle el paso era una tarea ardua, carias veces tuve que sostenerme con fuerza de su brazo para no estrellarme contra el suelo, y en una ocasión, quedé colgando del mismo. Pronto me di cuenta de que estaba empezando a resoplar por la nariz debido al esfuerzo, pero entonces, finalmente, el vampiro pareció localizar la hierba que buscábamos. Miré la planta con atención, intentando memorizar su aspecto, y me incline hacia la misma, a costa de sentir mas picor en la espalda, al separar las pieles de la herida por estirarme, para poder olerla y grabar ese dato también, quizás mas útil incluso que el aspecto, para identificar la planta.
-Huele raro.- arrugué la nariz sin apartarla, hasta que sentir el olor bien impregnado en mis fosas nasales.
Por desgracia, para la vuelta, bio me tendió solo la mano, se la tomé sin quejas, pero dedicándole una mirada de cordero de cordero degollado, como si me estuviera haciendo pasar un calvario, algo no muy lejos de la realidad, pues con el ritmo que llevaba, y con tan poco sostén, el camino de vuelta fue una tarea titanica, y quede colgando de su mano a escasos centímetros del suelo, muchas mas veces de las que me hubiera gustado. Tenia el rostro ardiendo, el pulso disparado, y al respiración tan agitada que sentía seca la garganta, si eso era caminar rápido, no quería saber que se sentía al correr bajo esa forma.
Cuando finalmente volvimos a la cabaña improvisada, si es que era meritoria de ese nombre, me solté y me estire sobre el hielo, haciéndome una bolita sobre el como si aun poseyera mi otro cuerpo.
-suelo.- murmure, con anhelo, al poder descansar.- Odio caminar.- me quejé un poco, encogiéndome sobre mi misma en esa posición de contorsionista, que hubiera encontrado sumamente incomoda de no ser tan familiar.
-No tengo nada para machacarlo.. quizás lo pueda masticar.- me encogí de hombros, apoyando el mentón sobre mi hombro lo mejor que podía con mi corto cuello.- En la bolsa hay un peine, la capa, el libro, un poco de alcohol, trapos, un epdernal y un cuchillo que nunca uso... no se si te sirva algo de eso.- comenté sacando el morral que había quedado enterrado bajo mi cuerpo, para exponerlo a la vista de nuevo. Quizás la única cosa que si habían acertado en algunos cuentos infantiles, era lo de los dragones sobre los tesoros, ¿que mejor lugar para proteger tus bienes mientras dormías que debajo de tu panza? pocas criaturas podían levantarnos y hurgar allí, mucho menos sin despertarnos.
Podía comprender lo que decía, por dos motivos claros, el primero era que la primera vez que me había cruzado con un vampiro, le había temido, y mucho, aunque la situación llevara a que viera que no eran el monstruo aterrador que la mayoría pregonaban, o al menos, no todos. La otra era, porque así como su especie era acusada de muchas cosas, y aplastada en una montaña de prejuicios, también lo era la mía. la mayoría de humanos pensaba que entraban en lo que sería mi dieta habitual, así como muchos cuentos infantiles hablaban de dragones secuestradores, o que se comían a niños y el ganado... bueno, lo del ganado era cierto, a veces...
-Hm... esta bien. Hagamos un trato. Te esperare en un lugar del norte, y si veo que no llegas, iré a buscarte.- No me gustaba la idea de dejar a bio solo con esa tal hermandad, dispuestos a masacrar una aldea por un libro, no quería ni pensar lo que eran capaces de hacerle a bio por mucho menos, pero tampoco podía obligarlo a que me dejara entrometerme en sus asuntos, y ese, me parecía un termino medio aceptable, además de que me daría tiempo para esconder el libro lejos de las garras de esos indeseables.
Bio iba cada vez mas rápido, y seguirle el paso era una tarea ardua, carias veces tuve que sostenerme con fuerza de su brazo para no estrellarme contra el suelo, y en una ocasión, quedé colgando del mismo. Pronto me di cuenta de que estaba empezando a resoplar por la nariz debido al esfuerzo, pero entonces, finalmente, el vampiro pareció localizar la hierba que buscábamos. Miré la planta con atención, intentando memorizar su aspecto, y me incline hacia la misma, a costa de sentir mas picor en la espalda, al separar las pieles de la herida por estirarme, para poder olerla y grabar ese dato también, quizás mas útil incluso que el aspecto, para identificar la planta.
-Huele raro.- arrugué la nariz sin apartarla, hasta que sentir el olor bien impregnado en mis fosas nasales.
Por desgracia, para la vuelta, bio me tendió solo la mano, se la tomé sin quejas, pero dedicándole una mirada de cordero de cordero degollado, como si me estuviera haciendo pasar un calvario, algo no muy lejos de la realidad, pues con el ritmo que llevaba, y con tan poco sostén, el camino de vuelta fue una tarea titanica, y quede colgando de su mano a escasos centímetros del suelo, muchas mas veces de las que me hubiera gustado. Tenia el rostro ardiendo, el pulso disparado, y al respiración tan agitada que sentía seca la garganta, si eso era caminar rápido, no quería saber que se sentía al correr bajo esa forma.
Cuando finalmente volvimos a la cabaña improvisada, si es que era meritoria de ese nombre, me solté y me estire sobre el hielo, haciéndome una bolita sobre el como si aun poseyera mi otro cuerpo.
-suelo.- murmure, con anhelo, al poder descansar.- Odio caminar.- me quejé un poco, encogiéndome sobre mi misma en esa posición de contorsionista, que hubiera encontrado sumamente incomoda de no ser tan familiar.
-No tengo nada para machacarlo.. quizás lo pueda masticar.- me encogí de hombros, apoyando el mentón sobre mi hombro lo mejor que podía con mi corto cuello.- En la bolsa hay un peine, la capa, el libro, un poco de alcohol, trapos, un epdernal y un cuchillo que nunca uso... no se si te sirva algo de eso.- comenté sacando el morral que había quedado enterrado bajo mi cuerpo, para exponerlo a la vista de nuevo. Quizás la única cosa que si habían acertado en algunos cuentos infantiles, era lo de los dragones sobre los tesoros, ¿que mejor lugar para proteger tus bienes mientras dormías que debajo de tu panza? pocas criaturas podían levantarnos y hurgar allí, mucho menos sin despertarnos.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Afortunadamente Arygos evitó hacer más preguntas referentes al tema de la sangre, tal vez luego se las podría responder, o tal vez alguien más, pero de momento llevaba una pesada carga emocional con respecto a ese tema; de pronto me sorprendió su oferta de esperarme en el norte, realmente su insistencia me estaba dando mucha curiosidad.
Llevar a la pequeña casi arrastrada parecía no ser el mejor plan del mundo, sin embargo esperaba que con algo de práctica pudiera adaptarse a caminar de prisa, una vez encontrada la pequeña planta de Barrimorth la peliblanca de acercó para olerla, enfatizando luego el extraño olor a... ¿Barrimorth?
Si la ida había sido aparatosa el regreso fue mucho peor, Arygos parecía apenas una bandera agitada por el viento, la veía venir detrás de mí y cuando apenas me descuidaba, en un parpadeo la perdía de vista para ubicarla casi rozando el suelo, lo cual me parecía muy tragicómico -Debes aprender a moverte en esta forma, porque no siempre será conveniente tu forma de dragón- Espeté a modo de sermón a la joven esperando convencerla de la utilidad que tenía de obtener mayor agilidad en su forma humana, aunque poco parecía importarle pues al llegar a nuestro destino se lanzó al piso de la manera más graciosa que pudo encontrar, sobre todo porque se movía como si estuviera en su forma de dragón.
A pesar de mis expectativas, la chica no cargaba nada en su bolso que pudiera servirme, salvo el cuchillo tal vez, pero ya encontraría la manera, encontré en el piso un par de piedras que servirían para completar la tarea, limpié ambas hasta quitarles todo rastro de polvo pegado y coloqué las ramitas sobre una piedra amplia y chata para luego aplastarlas con otra piedra más pequeña del tamaño de mi puño, golpe tras golpe iba aplastando y formando una especie de pegajosa masa verde que recogía con las manos para hacer un montoncito en el centro y luego volver a aplastarlas hasta que la masa se convirtió en una pasta fría -Ven acá, pequeña floja- Le dije en tono paternal mientras llenaba mi mano de la pasta verde con el fin de aplicarla sobre su herida.
Mientras tanto comencé a pensar en su invitación, solo había estado una vez en Dundarak y las tierras del norte no me habían recibido de la mejor manera, pero la familia de la pequeña no parecía ser de Dundarak como los pocos dragones que había conocido -¿Tu familia vive en Dundarak?- Pregunté con mucha curiosidad -¿Cuántos son? He leído que los dragones pueden ser familias numerosas- Continué mi ronda de preguntas pues ahora era yo quien comenzaba a sentir cierta curiosidad hacia su mundo -Si voy ¿No pensarán que me los voy a comer? Jamás he probado sangre de dragón- Pregunté mientras pensaba en aquello -¿Y si en realidad soy un ser malvado que ha fingido ser tu amigo para ir a comerse a tu familia?- Dije levantando una ceja tal vez la más increíble de las mentiras que hubiera dicho jamás -Buuu- Finalicé en un triste y patético intento de asustarla que sería muy difícil de creer.
Llevar a la pequeña casi arrastrada parecía no ser el mejor plan del mundo, sin embargo esperaba que con algo de práctica pudiera adaptarse a caminar de prisa, una vez encontrada la pequeña planta de Barrimorth la peliblanca de acercó para olerla, enfatizando luego el extraño olor a... ¿Barrimorth?
Si la ida había sido aparatosa el regreso fue mucho peor, Arygos parecía apenas una bandera agitada por el viento, la veía venir detrás de mí y cuando apenas me descuidaba, en un parpadeo la perdía de vista para ubicarla casi rozando el suelo, lo cual me parecía muy tragicómico -Debes aprender a moverte en esta forma, porque no siempre será conveniente tu forma de dragón- Espeté a modo de sermón a la joven esperando convencerla de la utilidad que tenía de obtener mayor agilidad en su forma humana, aunque poco parecía importarle pues al llegar a nuestro destino se lanzó al piso de la manera más graciosa que pudo encontrar, sobre todo porque se movía como si estuviera en su forma de dragón.
A pesar de mis expectativas, la chica no cargaba nada en su bolso que pudiera servirme, salvo el cuchillo tal vez, pero ya encontraría la manera, encontré en el piso un par de piedras que servirían para completar la tarea, limpié ambas hasta quitarles todo rastro de polvo pegado y coloqué las ramitas sobre una piedra amplia y chata para luego aplastarlas con otra piedra más pequeña del tamaño de mi puño, golpe tras golpe iba aplastando y formando una especie de pegajosa masa verde que recogía con las manos para hacer un montoncito en el centro y luego volver a aplastarlas hasta que la masa se convirtió en una pasta fría -Ven acá, pequeña floja- Le dije en tono paternal mientras llenaba mi mano de la pasta verde con el fin de aplicarla sobre su herida.
Mientras tanto comencé a pensar en su invitación, solo había estado una vez en Dundarak y las tierras del norte no me habían recibido de la mejor manera, pero la familia de la pequeña no parecía ser de Dundarak como los pocos dragones que había conocido -¿Tu familia vive en Dundarak?- Pregunté con mucha curiosidad -¿Cuántos son? He leído que los dragones pueden ser familias numerosas- Continué mi ronda de preguntas pues ahora era yo quien comenzaba a sentir cierta curiosidad hacia su mundo -Si voy ¿No pensarán que me los voy a comer? Jamás he probado sangre de dragón- Pregunté mientras pensaba en aquello -¿Y si en realidad soy un ser malvado que ha fingido ser tu amigo para ir a comerse a tu familia?- Dije levantando una ceja tal vez la más increíble de las mentiras que hubiera dicho jamás -Buuu- Finalicé en un triste y patético intento de asustarla que sería muy difícil de creer.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
La regañina paternal de bio me hizo encarar una ceja.-Ya lo se, pero eso no significa que sea facil, imaginate que te pasas tu vida con un cuepro, y de golpe tienes que empezar a usar otro abismalmente diferente. Cuesta.-razones para luego caer en algo, el tono de bio, protector, y familiar, me suscitó una pregunta, si fuera humano, yo seria evidentemente mas mayor que el, pero al ser un vampiro, las apariencias podían engañar, y siendo la mía una raza longeva, podíamos ser tan cercanos en ello, como distintos.
Aunque mi bolsa no poseía nada de utilidad para esa situación, el vampiro pudo arreglárselas perfectamente, y yo le observe des de mi cómodo lugar en el suelo, mientras presionaba las plantas hasta hacer un pastiche poco apetecible. Solo esperaba no tener que comermelo.
Por suerte, se pringoseo la mano con ello, por lo que debía de ser un ungüento. Me senté correctamente en el suelo, dándole la espalda, y contorsionando los brazos como pude, desate los cordeles cruzados para abrir la parte trasera del vestido y mostrar el corte limpio que había hecho Rachell en la parte inferior de la columna, por suerte no muy profundo, y que ya apenas sangraba. Resultaba mas molesto que doloroso, pero ahí estaba, en medio de la pálida piel, sin una marca de trabajo, o de sol, una linea roja de bordes lisos, que había empezado a cicatriza y se había abierto de nuevo con nuestra expedición al bosque.
Giré el rostro para verle desde detrás de mi propio hombre de mientras, y aproveche el momento ara preguntar aquello que me había empezado a rondar por la cabeza.
-Victor, ¿Cuantos años tienes?¿No esta mal que pregunte eso a un vampiro como a las viejas humanas no?
No le di más importancia que esa al tema, al escuchar preguntar sobre mis tierras, algo poco habitual.
-Mi familia vive en cuevas de las montañas, y cercanos somos unos 20, mama, papa, la abuela, mis hermanos y yo, al menos en mi cueva, luego los tíos tienen sus propias camadas en otras cavernas. Tengo primos que escupen fuego como a ti te gusta.- dije medio en broma al final, acordandome de como intento aterrorizar a aquellos maleantes con mi inexistente aliento de llamas. Ladeé la cabeza sorprendida cuando pregunto si mi familia no pensaría que se los quería comer.
-No lo creo, les he hablado bien de ti ademas, si algun vampiro intentara comernos, podríamos convertirnos en dragón, y la mayoría además de escamas tenemos bastantes púas y cuernos.- Rasgo heredado, sin dud alguna, de papa.-¿Sabrá distinta a la sangre de otras criaturas?.- fuera de preocuparme, su acotación em recordo a esa misma duda que había tenido antes. -¿A que crees que sabe?.- La curiosidad mato al gato, me acordé de esa frase de las ancianas de lunargenta, y de como bio había mencionado antes que no le gustaba hablar del tema de su comida, así que aunque lo había sacado el, preferí morderme la lengua de nuevo y no proponer ningún experimento que pudiera herirlo.
-No creo que seas alguien malo, y si pasara como con el sr.Barbacero, supongo que no cometería el mismo erro dos veces, y me comería tu brazo.- respondí con automática sinceridad, recordando ese negro día en el que Erankius había quedado marcado de por vida, por mi mal criterio a la hora de elegir mis amistades. Sacudí al cabeza, intentando despejar la nube negra que se había cernido sobre mi y relajar un poco el ambiente.- ¿No tienes miedo que nosotros te comamos a ti?.-bromeé.
Aunque mi bolsa no poseía nada de utilidad para esa situación, el vampiro pudo arreglárselas perfectamente, y yo le observe des de mi cómodo lugar en el suelo, mientras presionaba las plantas hasta hacer un pastiche poco apetecible. Solo esperaba no tener que comermelo.
Por suerte, se pringoseo la mano con ello, por lo que debía de ser un ungüento. Me senté correctamente en el suelo, dándole la espalda, y contorsionando los brazos como pude, desate los cordeles cruzados para abrir la parte trasera del vestido y mostrar el corte limpio que había hecho Rachell en la parte inferior de la columna, por suerte no muy profundo, y que ya apenas sangraba. Resultaba mas molesto que doloroso, pero ahí estaba, en medio de la pálida piel, sin una marca de trabajo, o de sol, una linea roja de bordes lisos, que había empezado a cicatriza y se había abierto de nuevo con nuestra expedición al bosque.
Giré el rostro para verle desde detrás de mi propio hombre de mientras, y aproveche el momento ara preguntar aquello que me había empezado a rondar por la cabeza.
-Victor, ¿Cuantos años tienes?¿No esta mal que pregunte eso a un vampiro como a las viejas humanas no?
No le di más importancia que esa al tema, al escuchar preguntar sobre mis tierras, algo poco habitual.
-Mi familia vive en cuevas de las montañas, y cercanos somos unos 20, mama, papa, la abuela, mis hermanos y yo, al menos en mi cueva, luego los tíos tienen sus propias camadas en otras cavernas. Tengo primos que escupen fuego como a ti te gusta.- dije medio en broma al final, acordandome de como intento aterrorizar a aquellos maleantes con mi inexistente aliento de llamas. Ladeé la cabeza sorprendida cuando pregunto si mi familia no pensaría que se los quería comer.
-No lo creo, les he hablado bien de ti ademas, si algun vampiro intentara comernos, podríamos convertirnos en dragón, y la mayoría además de escamas tenemos bastantes púas y cuernos.- Rasgo heredado, sin dud alguna, de papa.-¿Sabrá distinta a la sangre de otras criaturas?.- fuera de preocuparme, su acotación em recordo a esa misma duda que había tenido antes. -¿A que crees que sabe?.- La curiosidad mato al gato, me acordé de esa frase de las ancianas de lunargenta, y de como bio había mencionado antes que no le gustaba hablar del tema de su comida, así que aunque lo había sacado el, preferí morderme la lengua de nuevo y no proponer ningún experimento que pudiera herirlo.
-No creo que seas alguien malo, y si pasara como con el sr.Barbacero, supongo que no cometería el mismo erro dos veces, y me comería tu brazo.- respondí con automática sinceridad, recordando ese negro día en el que Erankius había quedado marcado de por vida, por mi mal criterio a la hora de elegir mis amistades. Sacudí al cabeza, intentando despejar la nube negra que se había cernido sobre mi y relajar un poco el ambiente.- ¿No tienes miedo que nosotros te comamos a ti?.-bromeé.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Tras explicarme lo difícil que le resultaba desplazarse de esa forma, bajé un poco el tono entendiendo también que no aprendería de un momento a otro -Disculpa por forzarte así- Me disculpé un poco apenado por lo sucedido; la joven obedientemente se acercó desnudando su espalda para que pudiera aplicarle la pasta verdosa en la herida, la cual jamás habría pensado que quedara tan abajo en la espalda, lo cual me parecía un poco comprometedor, y aunque para ella parecía ser algo de lo más natural, a mí me apenaba un poco estar haciendo aquello tan impunemente; la herida era un corte limpio, más que cualquiera que haría un arma normal, sabrán los dioses que tipo de arma había usado la extraña biocibernética para causarla, pero sin duda resultaba tan peligrosa que me hizo dudar si realmente aquella traidora era tan inexperta como parecía o solo nos había engañado desde el principio.
Coloqué mi mano con cuidado en la herida con mucho cuidado, la pasta fría dormiría la piel en primer lugar para luego acelerar el proceso de cicatrización en poco tiempo, froté suavemente la pasta por los bordes de la herida, teniendo cuidado de no bajar demasiado y llegar a algún lugar indebido que tal vez causara una mala impresión a la jovencita, mientras desplazaba mi mano por su suave piel, una pregunta me sirvió para distraerme del incómodo momento -No, no, no hay problema, tengo...- Hice una pequeña pausa para tratar de recordar -Pues no logro recordar, pero debo tener más de 100 años, unos 120 tal vez- Respondí con ciertas dudas pues no estaba muy pendiente de fechas siendo yo inmune al paso del tiempo.
Mi respuesta fácilmente quedó atrás ante la descripción de su enorme familia -¿20 hermanos? ¿Son dragones o conejos?- Acusé de manera graciosa ante tan descomunal cantidad -Me dan miedo los que escupen fuego- Dije para luego reír recordando cuando había amenazado a aquellos sujetos -¿Sabías que pasé mucho tiempo pensando que eras un dragón en vez de una dragona?- Revelé finalmente algo que antes no me había atrevido a decirle.
Escuché sus respuestas y las nuevas preguntas -Todas las razas tienen sangre con sabores y consistencias diferentes, siendo la de los humanos la más cercana a un sabor equilibrado, la de licántropos me sabe a rayos, tal vez por eso no intentamos comerlos, y como no nos sirven los matamos- Sonreí al decir aquello pues tenía una amiga licántropa que no me parecía nada desagradable, aunque no me atrevería a beber de ella ni en mil años -La de los elfos es más dulce pero a la vez se siente como si quemara por dentro, igual que cuando Niniel me ha sanado, su magia de luz aunque sana, resulta doloroso al menos para mí, la sangre de los brujos suele ser más amarga y a veces desagradable, pero todas alimentan del mismo modo, aunque eso es solo mi percepción, hay vampiros que prefieren tipos de sangre específicos, de rubias, de pelirojos, de guardias, hay cada gusto- Finalicé negando con la cabeza ante la gran cantidad de variantes que habían entre el sabor de sangre de una raza u otra, e incluso tal vez entre miembros de una misma raza -La sangre de dragón, acaba de darme curiosidad, sería interesante tratar de...- Detuve mi frase de manera tardía al escuchar lo que había dicho -Espera ¿Dijiste Barbacero? ¿Lo conoces? ¿Sabes a dónde ha ido?- Pregunté de manera insistente hasta que finalmente su broma me hizo volver a la calma -Si alguien trata de comerme se las vería contigo y tus letales chorritos de baba- Reí ante mi propio comentario pues me resultaba gracioso imaginar que se trataba se baba y no de agua, aunque ya estaba más que claro que era lo contrario.
Coloqué mi mano con cuidado en la herida con mucho cuidado, la pasta fría dormiría la piel en primer lugar para luego acelerar el proceso de cicatrización en poco tiempo, froté suavemente la pasta por los bordes de la herida, teniendo cuidado de no bajar demasiado y llegar a algún lugar indebido que tal vez causara una mala impresión a la jovencita, mientras desplazaba mi mano por su suave piel, una pregunta me sirvió para distraerme del incómodo momento -No, no, no hay problema, tengo...- Hice una pequeña pausa para tratar de recordar -Pues no logro recordar, pero debo tener más de 100 años, unos 120 tal vez- Respondí con ciertas dudas pues no estaba muy pendiente de fechas siendo yo inmune al paso del tiempo.
Mi respuesta fácilmente quedó atrás ante la descripción de su enorme familia -¿20 hermanos? ¿Son dragones o conejos?- Acusé de manera graciosa ante tan descomunal cantidad -Me dan miedo los que escupen fuego- Dije para luego reír recordando cuando había amenazado a aquellos sujetos -¿Sabías que pasé mucho tiempo pensando que eras un dragón en vez de una dragona?- Revelé finalmente algo que antes no me había atrevido a decirle.
Escuché sus respuestas y las nuevas preguntas -Todas las razas tienen sangre con sabores y consistencias diferentes, siendo la de los humanos la más cercana a un sabor equilibrado, la de licántropos me sabe a rayos, tal vez por eso no intentamos comerlos, y como no nos sirven los matamos- Sonreí al decir aquello pues tenía una amiga licántropa que no me parecía nada desagradable, aunque no me atrevería a beber de ella ni en mil años -La de los elfos es más dulce pero a la vez se siente como si quemara por dentro, igual que cuando Niniel me ha sanado, su magia de luz aunque sana, resulta doloroso al menos para mí, la sangre de los brujos suele ser más amarga y a veces desagradable, pero todas alimentan del mismo modo, aunque eso es solo mi percepción, hay vampiros que prefieren tipos de sangre específicos, de rubias, de pelirojos, de guardias, hay cada gusto- Finalicé negando con la cabeza ante la gran cantidad de variantes que habían entre el sabor de sangre de una raza u otra, e incluso tal vez entre miembros de una misma raza -La sangre de dragón, acaba de darme curiosidad, sería interesante tratar de...- Detuve mi frase de manera tardía al escuchar lo que había dicho -Espera ¿Dijiste Barbacero? ¿Lo conoces? ¿Sabes a dónde ha ido?- Pregunté de manera insistente hasta que finalmente su broma me hizo volver a la calma -Si alguien trata de comerme se las vería contigo y tus letales chorritos de baba- Reí ante mi propio comentario pues me resultaba gracioso imaginar que se trataba se baba y no de agua, aunque ya estaba más que claro que era lo contrario.
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Aerandiano de honor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Deje ir un suspiro de alivio entre mis labios, cuando sentí el frió del ungüento sobre la herida, no tan intenso como el de la nieve, pero penetrante de un modo diferente, uno que calmaba el ardor del corte, haciéndolo notablemente menos molesto.
La primera sensación de frió también se atenuó, y paulatinamente deje de prestar atención a esa parte de mi cuerpo, como si no existiera o hubiera pasado a segundo plano.
Solté una pequeña risa al escuchar la duda del vampiro sobre su propia edad, para mi, resultaba inverosímil el hecho de poder olvidarse completamente de cuanto había vivido..-¿Tal vez?¿Como puedes tener un margen tan amplio de error?.
Pero los numeros fueron hacia otro lado, ya si como a mi me había impactado que no supiera su edad con exactitud, a el pareció sorprenderle la cantidad de hermanos que tenía. Ladeé el rostro sin comprender la extraña comparación con los conejos.- Dragones.- contesté sin entender el chiste, parpadeando un par de veces, consciente de que había algo que se me escapaba. Pero eso resultaba tan recurrente, que no consideré oportuno interrumpirle por ello.
Me sorprendió que temiera a los dragones de fuego, habiéndolos, bajo mi juicio, alabado como lo había hecho, aunque teniendo en cuenta que los había puesto como ejemplo de algo aterrador para asustar a otros, no debería haberme sorprendido.- En casa todos somos dragones de agua. Tampoco podía ser de otro modo, siendo que todos veníamos de la abuela Theragon.
Ladeé el rostro hacia el otro lado, mientras seguía pendiente de sus revelaciones.
-¿Porque un dragón y no una dragona?.- Nunca me había parecido que tenía aspecto de macho, y tampoco a ningún otro de mi especie, quizás porque nosotros estábamos mas acostumbrados a esa clase de facciones y morfologías, debía ser extraño para ellos, identificarnos por los rasgos, siendo que no podían extrapolarlos a su forma.
Víctor, finalmente, se puso a hablarme de aquello que me había dado mas curiosidad conforme nos e hablaba de ello, su dieta, escuche, con los ojos bien abiertos y sin parpadear, como describía los distintos sabores según la raza, o como incluso podían distinguir el color de pelo con el sabor de ese líquido elemento. Podía resultar extremadamente útil como habilidad para identificar a alguien, rastrear a una persona herida y saber si se trataba de ello, o vete tu a saber que situaciones mas.
Supuraba interés y curiosidad, y no parecí ser la uncia, cuando en su monologo, bio sintió intriga por lo mismo que yo, a que sabría la sangre de un dragón para un vampiro, casi parecía que iba a proponer el experimento que me había callado para no ofenderle, cuando reaccionó al nombre de Nicolás.
Mi ceño se frunció y arrugue la nariz al escucharle pronunciar su nombre.
-La ultima vez que le vi, estaba aprovechándose de que lo estaba escudando para sacarle un ojo a mi hermano.- siseé con ira al recordar ese momento, levantando al comisura de los labios para descubrir los dientes de forma puramente instintiva, arqueando ligeramente la espalda como si fuera a sacar las púas que no tenía. Por suerte ese tirón de la piel de la espalda, que reabrió un poco de nuevo el corte embadurnado en pastiche, me dio un pinchazo y me hizo volver al momento actual.
Sacudí al cabeza varias veces, despejando mi mente de nuevo de ese espantoso recuerdo, enterrando lo mas profundo que fui capaz, toda esa ira, ese rencor, y la sed de venganza.
-Espero no volver a verlo jamas.- sentencié, respirando profundamente, y dejando el tema, esperaba, que tanto mi gesto como mi tono hubieran sido suficientes, si no lo habían sido mis palabras, para marcar que no era un tema del que quisiera hablar.
Algún día tendría que enfrentarme a todos esos sentimientos reprimidos, pero ese día no era hoy, y quería volver a divertirme, como lo estaba haciendo hacia un momento, suficientes desgracias habíamos vivido mas.
-Estábamos hablando de la sangre de dragón.-recordé en voz alta.- Da curiosidad teniendo en cuenta de que las historias dicen que tu especie proviene de tomarla sin permiso. Me pregunto si tendrá algo especial al estar conectada con los orígenes de tu raza.-Historia, terreno seguro agradable. Buenos recuerdos que ayudaban a ir disipando el feo momento de instantes atrás.
La primera sensación de frió también se atenuó, y paulatinamente deje de prestar atención a esa parte de mi cuerpo, como si no existiera o hubiera pasado a segundo plano.
Solté una pequeña risa al escuchar la duda del vampiro sobre su propia edad, para mi, resultaba inverosímil el hecho de poder olvidarse completamente de cuanto había vivido..-¿Tal vez?¿Como puedes tener un margen tan amplio de error?.
Pero los numeros fueron hacia otro lado, ya si como a mi me había impactado que no supiera su edad con exactitud, a el pareció sorprenderle la cantidad de hermanos que tenía. Ladeé el rostro sin comprender la extraña comparación con los conejos.- Dragones.- contesté sin entender el chiste, parpadeando un par de veces, consciente de que había algo que se me escapaba. Pero eso resultaba tan recurrente, que no consideré oportuno interrumpirle por ello.
Me sorprendió que temiera a los dragones de fuego, habiéndolos, bajo mi juicio, alabado como lo había hecho, aunque teniendo en cuenta que los había puesto como ejemplo de algo aterrador para asustar a otros, no debería haberme sorprendido.- En casa todos somos dragones de agua. Tampoco podía ser de otro modo, siendo que todos veníamos de la abuela Theragon.
Ladeé el rostro hacia el otro lado, mientras seguía pendiente de sus revelaciones.
-¿Porque un dragón y no una dragona?.- Nunca me había parecido que tenía aspecto de macho, y tampoco a ningún otro de mi especie, quizás porque nosotros estábamos mas acostumbrados a esa clase de facciones y morfologías, debía ser extraño para ellos, identificarnos por los rasgos, siendo que no podían extrapolarlos a su forma.
Víctor, finalmente, se puso a hablarme de aquello que me había dado mas curiosidad conforme nos e hablaba de ello, su dieta, escuche, con los ojos bien abiertos y sin parpadear, como describía los distintos sabores según la raza, o como incluso podían distinguir el color de pelo con el sabor de ese líquido elemento. Podía resultar extremadamente útil como habilidad para identificar a alguien, rastrear a una persona herida y saber si se trataba de ello, o vete tu a saber que situaciones mas.
Supuraba interés y curiosidad, y no parecí ser la uncia, cuando en su monologo, bio sintió intriga por lo mismo que yo, a que sabría la sangre de un dragón para un vampiro, casi parecía que iba a proponer el experimento que me había callado para no ofenderle, cuando reaccionó al nombre de Nicolás.
Mi ceño se frunció y arrugue la nariz al escucharle pronunciar su nombre.
-La ultima vez que le vi, estaba aprovechándose de que lo estaba escudando para sacarle un ojo a mi hermano.- siseé con ira al recordar ese momento, levantando al comisura de los labios para descubrir los dientes de forma puramente instintiva, arqueando ligeramente la espalda como si fuera a sacar las púas que no tenía. Por suerte ese tirón de la piel de la espalda, que reabrió un poco de nuevo el corte embadurnado en pastiche, me dio un pinchazo y me hizo volver al momento actual.
Sacudí al cabeza varias veces, despejando mi mente de nuevo de ese espantoso recuerdo, enterrando lo mas profundo que fui capaz, toda esa ira, ese rencor, y la sed de venganza.
-Espero no volver a verlo jamas.- sentencié, respirando profundamente, y dejando el tema, esperaba, que tanto mi gesto como mi tono hubieran sido suficientes, si no lo habían sido mis palabras, para marcar que no era un tema del que quisiera hablar.
Algún día tendría que enfrentarme a todos esos sentimientos reprimidos, pero ese día no era hoy, y quería volver a divertirme, como lo estaba haciendo hacia un momento, suficientes desgracias habíamos vivido mas.
-Estábamos hablando de la sangre de dragón.-recordé en voz alta.- Da curiosidad teniendo en cuenta de que las historias dicen que tu especie proviene de tomarla sin permiso. Me pregunto si tendrá algo especial al estar conectada con los orígenes de tu raza.-Historia, terreno seguro agradable. Buenos recuerdos que ayudaban a ir disipando el feo momento de instantes atrás.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Reí un poco apenado ante su inquisitiva pregunta -Es que...- Estaba por responder cuando me detuve pensando en si sería lo ideal decirlo, pues mi paso por aquella organización no había sido muy diferente al de Rachel, programada para cumplir su objetivo sin importar nada más y aunque en mi caso, no era una máquina, aquel grupo tenía fuertes métodos de manipulación -Estuve mucho tiempo como parte de un grupo de... Asesi... Personas; entonces mi único objetivo era cumplir misiones, poco me importaba el tiempo y desconozco con certeza por cuanto estuve así, pero sé que fue antes de la guerra con los otros humanos y de eso hace más de una centuria- Me sorprendía a mí mismo lo antiguo que era, por no decir viejo.
También me resultaba gracioso escuchar las respuestas casi automáticas de Arygos ante ciertas preguntas, las cuales dejaba salir como si le resultara imposible mentir o entender la ironía de alguna pregunta; cuando por fin la pasta verdosa comenzaba a quedar totalmente fijada a su piel, retiré la mano del lugar y me limpié frotándola contra una piedra, aunque fue mala idea pues la piedra estaba sucia y me hizo un pegoste en la mano, así que acabé limpiándome con el pantalón, que fue otra mala idea pues al ser de cuero, poco podía limpiar y acabó más bien lleno de lo mismo que mi mano, por lo que consideré que lo más lógico sería limpiarme con la otra mano, cosa que acabó de rematar las ideas pues acabé con el pantalón y las dos manos llenos de tierra y pasta verde -No lo sé, solo lo asumí, nos resulta difícil verles diferencia de género en forma de dragón, o tal vez por la prisa del momento, te señalé como un dragón de fuego y yo mismo acabé por creerlo así- Dije mientras al final opté por limpiarme de la camisa, que por ser de tela pudo por fin limpiarme las manos, pero toda la masa de pasta y tierra se quedaron pegadas a la prenda que ahora debía lavar.
Noté que tenía mucha curiosidad al hablar de la dieta de los vampiros, y si algo malo tenía la curiosidad, bien sabría yo de primera mano que ésta una vez generada, debía ser aplacada de alguna manera, por lo que prefería ser yo quien le respondiera y no dejar que las buscara en algún otro lado con alguien que podría aprovecharse de su ingenuidad; quedarían en mi mente algunas dudas acerca de Nicolás y ese resentimiento de la dragona, la vida de Barbacero y sus acciones después de su conversión serían ahora mi responsabilidad, y esperaba que no estuviera haciendo mal uso de la nueva oportunidad que le había sido dada.
Sí, sí, sangre de dragón- Respondí saliendo del abismo de pensamientos en que había caído por causa de Nicolás -Pues también está ligada a los orígenes de tu raza, fue sangre de dragón lo que nos dejó malditos, tal vez por eso hay pocas historias de vampiros queriendo alimentarse de dragones, por eso y porque sería mucha resistencia- Reí ante la última afirmación imaginando la escena...
También me resultaba gracioso escuchar las respuestas casi automáticas de Arygos ante ciertas preguntas, las cuales dejaba salir como si le resultara imposible mentir o entender la ironía de alguna pregunta; cuando por fin la pasta verdosa comenzaba a quedar totalmente fijada a su piel, retiré la mano del lugar y me limpié frotándola contra una piedra, aunque fue mala idea pues la piedra estaba sucia y me hizo un pegoste en la mano, así que acabé limpiándome con el pantalón, que fue otra mala idea pues al ser de cuero, poco podía limpiar y acabó más bien lleno de lo mismo que mi mano, por lo que consideré que lo más lógico sería limpiarme con la otra mano, cosa que acabó de rematar las ideas pues acabé con el pantalón y las dos manos llenos de tierra y pasta verde -No lo sé, solo lo asumí, nos resulta difícil verles diferencia de género en forma de dragón, o tal vez por la prisa del momento, te señalé como un dragón de fuego y yo mismo acabé por creerlo así- Dije mientras al final opté por limpiarme de la camisa, que por ser de tela pudo por fin limpiarme las manos, pero toda la masa de pasta y tierra se quedaron pegadas a la prenda que ahora debía lavar.
Noté que tenía mucha curiosidad al hablar de la dieta de los vampiros, y si algo malo tenía la curiosidad, bien sabría yo de primera mano que ésta una vez generada, debía ser aplacada de alguna manera, por lo que prefería ser yo quien le respondiera y no dejar que las buscara en algún otro lado con alguien que podría aprovecharse de su ingenuidad; quedarían en mi mente algunas dudas acerca de Nicolás y ese resentimiento de la dragona, la vida de Barbacero y sus acciones después de su conversión serían ahora mi responsabilidad, y esperaba que no estuviera haciendo mal uso de la nueva oportunidad que le había sido dada.
Sí, sí, sangre de dragón- Respondí saliendo del abismo de pensamientos en que había caído por causa de Nicolás -Pues también está ligada a los orígenes de tu raza, fue sangre de dragón lo que nos dejó malditos, tal vez por eso hay pocas historias de vampiros queriendo alimentarse de dragones, por eso y porque sería mucha resistencia- Reí ante la última afirmación imaginando la escena...
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Miraba de reojo, aun des de detrás del hombro a Bio, cuando observe una de las cosas mas tontas que le había visto hacer al vampiro, no pude evitar empezar a reír a carcajada limpia al observar como en su intento de limpiarse, lo único que conseguía era ensuciarse mas, no solo las manos si no también los pantalones.
Por suerte el tema de barbacero no siguió, y podía seguir riendome tranquilamente del pistache que lo ensuciaba de ese modo, y de como no había encontrado un modo mucho mas sencillo y al alcance de la mano, nunca mejor dicho, para limpiarse.
Me di la vuelta sobre el sitio, sin dejar de permanecer sentada y barri el suelo helado con las manos haciendo un pilón considerable de nieve. Luego tome sus manso con las mías, y le coloqué la nieve encima, frotando con la misma sus palmas aflojando el pastiche, y enjuagandolo con la nieve, que al contacto prologado con a piel se derretía. Si bien el frío, llegaba a ser tan intenso que quemaba un poco, era una sensación que se pasaba fácilmente con la fricción de la piel.
-Resulta gracioso que con la edad que tienes no sepas limpiarte las manos.- Bromeé mientras removía los restos del unguento, aguantándome la risa como podía para que no me tironease mas la piel de la herida que ya ni sentía, pero tenía miedo que por un exceso volviera a hacerse presente.
-¿Si la sangre de dragón cedida de forma voluntaria es lo que nos dio poderes para convertirnos en dragones, la sangre de los hombres dragón cedida de forma voluntaria dará alguna clase de poder menor también? es decir, magia tenemos, manipulo el agua, y cambio de forma, ¿tendrá la capacidad de permitir a alguien convertirse en un dragón aun mas pequeñito?.- Discurrí en voz alta, aun que lo dudaba mucho.-¿ O de amplificar su poder o su magia ? y ¿hacerlo sin permiso hará algo malo? Sería un buen mecanismo de protección. Aunque tienes razón, no creo que sea mu agradable intentar hincar el diente sobre escamas. - En mi mente solo se me figuraba la imagen de pepito, el vampiro sin dientes, que había intentado morder a un dragón y se le habían roto, personaje completamente inventado que se me ocurrió sobre la marcha, pero cuyo aspecto era de lo mas divertido, y me arrancó otra carcajada de la nada.
-Nunca vi a un vampiro sin dientes.- reí para mi.- aunque tampoco eh visto muchos vampiros.-aclaré.- seria bastante raro, como los tullidos que piden limosna en las calles de las capitales.-¿Los vampiros tienen dientes de leche?.- y como siempre, una idea llevaba a la otra, y terminaba imaginando escenarios bastante extraños.
Por suerte el tema de barbacero no siguió, y podía seguir riendome tranquilamente del pistache que lo ensuciaba de ese modo, y de como no había encontrado un modo mucho mas sencillo y al alcance de la mano, nunca mejor dicho, para limpiarse.
Me di la vuelta sobre el sitio, sin dejar de permanecer sentada y barri el suelo helado con las manos haciendo un pilón considerable de nieve. Luego tome sus manso con las mías, y le coloqué la nieve encima, frotando con la misma sus palmas aflojando el pastiche, y enjuagandolo con la nieve, que al contacto prologado con a piel se derretía. Si bien el frío, llegaba a ser tan intenso que quemaba un poco, era una sensación que se pasaba fácilmente con la fricción de la piel.
-Resulta gracioso que con la edad que tienes no sepas limpiarte las manos.- Bromeé mientras removía los restos del unguento, aguantándome la risa como podía para que no me tironease mas la piel de la herida que ya ni sentía, pero tenía miedo que por un exceso volviera a hacerse presente.
-¿Si la sangre de dragón cedida de forma voluntaria es lo que nos dio poderes para convertirnos en dragones, la sangre de los hombres dragón cedida de forma voluntaria dará alguna clase de poder menor también? es decir, magia tenemos, manipulo el agua, y cambio de forma, ¿tendrá la capacidad de permitir a alguien convertirse en un dragón aun mas pequeñito?.- Discurrí en voz alta, aun que lo dudaba mucho.-¿ O de amplificar su poder o su magia ? y ¿hacerlo sin permiso hará algo malo? Sería un buen mecanismo de protección. Aunque tienes razón, no creo que sea mu agradable intentar hincar el diente sobre escamas. - En mi mente solo se me figuraba la imagen de pepito, el vampiro sin dientes, que había intentado morder a un dragón y se le habían roto, personaje completamente inventado que se me ocurrió sobre la marcha, pero cuyo aspecto era de lo mas divertido, y me arrancó otra carcajada de la nada.
-Nunca vi a un vampiro sin dientes.- reí para mi.- aunque tampoco eh visto muchos vampiros.-aclaré.- seria bastante raro, como los tullidos que piden limosna en las calles de las capitales.-¿Los vampiros tienen dientes de leche?.- y como siempre, una idea llevaba a la otra, y terminaba imaginando escenarios bastante extraños.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Mi ardua labor de limpiarme la mano empegostada por lo menos sirvió para hacer reír a la dragona como no la había visto reír antes, de hecho, no recordaba haberla visto reír de forma similar en ocasiones anteriores, lo cual me hacía pensar que después de tanto susto y problemas, por fin le estaba regalando un momento agradable, ante lo cual me dejé llevar y apuñando la mano le lacé a la cara algunos trocitos pequeños de nieve -Que malvada eres- Dije mientras comenzaba a reír del mismo modo; sus manos se sentían tan suaves como si jamás en la vida las hubiera usado para nada, resultaba extraño que pudiera tener una anatomía tan hermosa y delicada y a la vez un cuerpo escamoso y rústico.
Mientras luchaba para terminar de remover el poso sucio que me quedaba se me ocurrió que con uno de sus chorritos de agua me podría terminar de asear de un modo más eficiente, y ante el frío que había, si el agua salía caliente sería mucho mejor aún, estaba casi a punto que me babeara con agua calientita cuando una pregunta me hizo entrar la curiosidad, pues ciertamente era profundizar en terreno desconocido -Pues yo creo que...- Dije intentando responder a su pregunta pero antes de lograrlo una nueva se dejó escuchar, tanto o más intrigante que la anterior, aunque al final eran preguntas bastante inocentes, pues a lo largo de la historia no había existido tal caso -La magia está en todos, en mayor o menor manera- Dije con aires de sabiondo -Sólo que no todos pueden manipularla, o manipulan aspectos diferentes de ella- Poco podía decir de un dragón, pero los brujos podrían ser un claro ejemplo -He bebido la sangre de algunos brujos, pero jamás alguno me ha transmitido su control de la magia a través de la sangre, yo creo que la herencia mágica va más allá de eso, tal vez sea alguna fuerza inmaterial que llena nuestros cuerpos, algún tipo de espíritu que es lo que nos hace movernos, y esa forma intangible, es lo que resulta susceptible a la magia, pero no solo la sangre como tal- Sin darme cuenta había terminado dando una larga y aburrida charla que poco podría interesarme a la peliblanca, aunque su respuesta me sacó completamente del tema haciéndome soltar una nueva carcajada -Un vampiro sin dientes, tendría que usar cubiertos para abrir los cuellos a sus víctimas- Dije sin poder parar de reír -Los vampiros no nacen, solo se hacen, la mayoría se hacen ya de adultos, así que ya han pasado su etapa de los dientes de leche, jamás he oído de algún caso, pero creo que un niño de muy corta edad no soportaría el proceso de conversión, aunque hay casos de casos- Dije algo pensativo para luego volver al tema anterior -Yo creo que difícilmente un dragón en su sano juicio, permitiría voluntariamente que un vampiro tome su sangre, de hecho, no creo que nadie quiera hacerlo voluntariamente- Argumenté para la peliblanca aunque realmente parecía que mantenía una conversación conmigo mismo -Y tomar la sangre de un dragón por las malas creo que ya dejamos claro que no es la más brillante de las ideas- Justifiqué al final esperando haber resuelto las dudas de Arygos aunque ahora parecía ser yo el que había quedado más confuso.
La miré fijamente con cara de sabelotodo y muy confiado en los conocimientos que poseía -A ver, pequeña saltamontes, te responderé tres preguntas, con la mayor sinceridad posible, sean cuales sean, elige sabiamente- Consideraba que habíamos llegado a un buen grado de confianza como para poder contarle algunas cosas de mi vida, y tampoco era mucho lo que podía averiguar con solo tres preguntas, esperaba de hecho, que fueran preguntas de cultura general que pudiera responder con facilidad, pero estaba consciente de que podría aparecer alguna pregunta difícil de asimilar, para lo cual trataría de estar psicológicamente preparado.
Mientras luchaba para terminar de remover el poso sucio que me quedaba se me ocurrió que con uno de sus chorritos de agua me podría terminar de asear de un modo más eficiente, y ante el frío que había, si el agua salía caliente sería mucho mejor aún, estaba casi a punto que me babeara con agua calientita cuando una pregunta me hizo entrar la curiosidad, pues ciertamente era profundizar en terreno desconocido -Pues yo creo que...- Dije intentando responder a su pregunta pero antes de lograrlo una nueva se dejó escuchar, tanto o más intrigante que la anterior, aunque al final eran preguntas bastante inocentes, pues a lo largo de la historia no había existido tal caso -La magia está en todos, en mayor o menor manera- Dije con aires de sabiondo -Sólo que no todos pueden manipularla, o manipulan aspectos diferentes de ella- Poco podía decir de un dragón, pero los brujos podrían ser un claro ejemplo -He bebido la sangre de algunos brujos, pero jamás alguno me ha transmitido su control de la magia a través de la sangre, yo creo que la herencia mágica va más allá de eso, tal vez sea alguna fuerza inmaterial que llena nuestros cuerpos, algún tipo de espíritu que es lo que nos hace movernos, y esa forma intangible, es lo que resulta susceptible a la magia, pero no solo la sangre como tal- Sin darme cuenta había terminado dando una larga y aburrida charla que poco podría interesarme a la peliblanca, aunque su respuesta me sacó completamente del tema haciéndome soltar una nueva carcajada -Un vampiro sin dientes, tendría que usar cubiertos para abrir los cuellos a sus víctimas- Dije sin poder parar de reír -Los vampiros no nacen, solo se hacen, la mayoría se hacen ya de adultos, así que ya han pasado su etapa de los dientes de leche, jamás he oído de algún caso, pero creo que un niño de muy corta edad no soportaría el proceso de conversión, aunque hay casos de casos- Dije algo pensativo para luego volver al tema anterior -Yo creo que difícilmente un dragón en su sano juicio, permitiría voluntariamente que un vampiro tome su sangre, de hecho, no creo que nadie quiera hacerlo voluntariamente- Argumenté para la peliblanca aunque realmente parecía que mantenía una conversación conmigo mismo -Y tomar la sangre de un dragón por las malas creo que ya dejamos claro que no es la más brillante de las ideas- Justifiqué al final esperando haber resuelto las dudas de Arygos aunque ahora parecía ser yo el que había quedado más confuso.
La miré fijamente con cara de sabelotodo y muy confiado en los conocimientos que poseía -A ver, pequeña saltamontes, te responderé tres preguntas, con la mayor sinceridad posible, sean cuales sean, elige sabiamente- Consideraba que habíamos llegado a un buen grado de confianza como para poder contarle algunas cosas de mi vida, y tampoco era mucho lo que podía averiguar con solo tres preguntas, esperaba de hecho, que fueran preguntas de cultura general que pudiera responder con facilidad, pero estaba consciente de que podría aparecer alguna pregunta difícil de asimilar, para lo cual trataría de estar psicológicamente preparado.
Bio
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Arrugé la nariz al sentir la nieve fría sobre el rostro, y puse un pequeño pozo sobre mi mano, que soplé para que le quedara la suya salpicada de copitos de nieve.
Escuche con suma atención toda la explicación teórica sobre la magia, que, al ser algo nato para mi, tampoco le había buscado explicación en exceso, encontrando mas interesante temas sobre tareas o cosas que no podía realizar. Mientra,s ya teniendo las manos limpias el vampiro, junte algo mas de nieve, y froté con las manos para sacar el grueso de potingue con el que se había embadurnado el pantalón.
Mi desvarío del vampiro desdentado fue tomado mas en serio de lo que pensé, aunque se rió con ello, arrojó algo de luz sobre el tema del vampirismo en la infancia. De algún modo la forma en la que decía lo de soportar el proceso de conversión lo hacía sonar como algo para nada agradable.
La afirmación sobre la poca predisposición en servir de alimento me sorprendió ligeramente, claro que por lo general no era algo en lo que uno deseaba convertirse cuando fuera mayor, proporcionar una pequeña dosis de alimento, no me parecía algo tan terrible. A fin de cuentas, cuando te herias y perdías un poco de sangre, con el tiempo te reponías, a no ser que te dejaran seco como una pasa de uva, no se me ocurria ningún motivo por el cual ser tan reticente si tenías cierta confianza.
-¿Porque nadie quiere hacerlo voluntariamente?¿tanto duele? si es solo un mordisco ¿no? No es una idea que me repela.- Ladeé el rostro hacia un costado.
Su propuesta sin embargo me hizo centrar toda mi atención en otro asunto, tres preguntas, tres solas, se me antojaban muy pocas. El primer impulso era preguntar cualquier cosa de interés general, pero eso era a su vez, lo peor que podía hacer, pues podía preguntárselo a otro vampiro cuando me cruzara con alguno, o quizás incluso encontrar las respuestas en el libro del que me había agenciado. Lo mas útil sin duda sería alguna pregunta de carácter personal, algo que solo podría responderme el.
Mi ceños e frunció mientras sumamente concentrada escogía mis preguntas.
-Vale... creo que ya las tengo. Numero uno, ¿Porque te convertiste en vampiro?.- el como podía limitarse a una explicación teórica que podía sacar de otro lado, los motivos que podían llevar a alguien a seguir ese camino, era otra cosa, aunque estaba la posibilidad de no haberlo elegido, y en dicho caso, lo habrían seleccionado por algún motivo.
-Dos. ¿Porque no te gusta hablar sobre comida?.- A mi personalmente me gustaba, y eso que a mucha gente le revolvía el estomago verme comerme animales enteros y regurgitar sus huesos mas tarde en algunos matorrales, o escucharme hablar de lo rico que era zamparse un cervatillo.
-Tres.¿Porque te persigue esa tal hermandad?.- sabia que esa era quizás la peor, y que muy probablemente no debí formularla, sin embargo, no dejaba de preocuparme el hecho de que ese guro lo siguiera, y de darme curiosidad que podría haber hecho mi amigo para molestarlos tanto, ya que no parecía portar consigo ningún objeto afanado como el que me grajearía a mi su odio.
-A cambio puedes hacerme tu también tres preguntas.- añadi intentando suavizar un poco el cruce de la linea de lo correcto que sentía que habían tenido algunas de mis preguntas.
Escuche con suma atención toda la explicación teórica sobre la magia, que, al ser algo nato para mi, tampoco le había buscado explicación en exceso, encontrando mas interesante temas sobre tareas o cosas que no podía realizar. Mientra,s ya teniendo las manos limpias el vampiro, junte algo mas de nieve, y froté con las manos para sacar el grueso de potingue con el que se había embadurnado el pantalón.
Mi desvarío del vampiro desdentado fue tomado mas en serio de lo que pensé, aunque se rió con ello, arrojó algo de luz sobre el tema del vampirismo en la infancia. De algún modo la forma en la que decía lo de soportar el proceso de conversión lo hacía sonar como algo para nada agradable.
La afirmación sobre la poca predisposición en servir de alimento me sorprendió ligeramente, claro que por lo general no era algo en lo que uno deseaba convertirse cuando fuera mayor, proporcionar una pequeña dosis de alimento, no me parecía algo tan terrible. A fin de cuentas, cuando te herias y perdías un poco de sangre, con el tiempo te reponías, a no ser que te dejaran seco como una pasa de uva, no se me ocurria ningún motivo por el cual ser tan reticente si tenías cierta confianza.
-¿Porque nadie quiere hacerlo voluntariamente?¿tanto duele? si es solo un mordisco ¿no? No es una idea que me repela.- Ladeé el rostro hacia un costado.
Su propuesta sin embargo me hizo centrar toda mi atención en otro asunto, tres preguntas, tres solas, se me antojaban muy pocas. El primer impulso era preguntar cualquier cosa de interés general, pero eso era a su vez, lo peor que podía hacer, pues podía preguntárselo a otro vampiro cuando me cruzara con alguno, o quizás incluso encontrar las respuestas en el libro del que me había agenciado. Lo mas útil sin duda sería alguna pregunta de carácter personal, algo que solo podría responderme el.
Mi ceños e frunció mientras sumamente concentrada escogía mis preguntas.
-Vale... creo que ya las tengo. Numero uno, ¿Porque te convertiste en vampiro?.- el como podía limitarse a una explicación teórica que podía sacar de otro lado, los motivos que podían llevar a alguien a seguir ese camino, era otra cosa, aunque estaba la posibilidad de no haberlo elegido, y en dicho caso, lo habrían seleccionado por algún motivo.
-Dos. ¿Porque no te gusta hablar sobre comida?.- A mi personalmente me gustaba, y eso que a mucha gente le revolvía el estomago verme comerme animales enteros y regurgitar sus huesos mas tarde en algunos matorrales, o escucharme hablar de lo rico que era zamparse un cervatillo.
-Tres.¿Porque te persigue esa tal hermandad?.- sabia que esa era quizás la peor, y que muy probablemente no debí formularla, sin embargo, no dejaba de preocuparme el hecho de que ese guro lo siguiera, y de darme curiosidad que podría haber hecho mi amigo para molestarlos tanto, ya que no parecía portar consigo ningún objeto afanado como el que me grajearía a mi su odio.
-A cambio puedes hacerme tu también tres preguntas.- añadi intentando suavizar un poco el cruce de la linea de lo correcto que sentía que habían tenido algunas de mis preguntas.
Arygos Valnor
Honorable
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
De la manera más juguetona acabamos haciendo una pequeña guerra de copitos de nieve que desembocaron en algunas risas, la charla progresaba pausadamente, dándonos tiempo para detallar y explicar adecuadamente, hasta que comencé a notar que cada vez más, la joven dragona sentía mayor curiosidad hacia el tema de la alimentación -No, pues- Respondí con tranquilidad -Contrario a lo que todos puedan decir, la mordida de un vampiro no duele, durante la mordida se liberan sustancias que sirven como sedante- Puse dos dedos de la mano en forma de colmillo para una explicación gráfica -Apenas se siente un pequeño pinchazo antes que las enzimas comiencen a hacer efecto y si se prolonga lo suficiente podría resultar incluso placentero- Eso último era algo que poco había experimentado yo mismo, pues en la mayoría de los casos bebía apenas lo necesario -Sin embargo ese placer es un arma de dos filos, pues no solo resulta placentero para la víctima, sino también para el vampiro, haciendo que en muchos casos puedan perder el control y acabar asesinando a la víctima- Nuevamente me había explayado más de la cuenta, al menos con la propuesta de tres preguntas específicas, intentaría limitarme a responder solo lo que ella deseara saber y no más.
Auch- Respondí ante su primera pregunta, pues la respuesta era algo bastante personal y de lo que no solía hablar ya con nadie, sin embargo debía cumplir con la oferta que había hecho así que buscando las palabras correctas procedí a contar al menos una parte de la historia -Hace muchos años, estuve casado, con una gran mujer, pero ella murió, y en mi afán de encontrar una manera de traerla de regreso, acabé engañado por un vampiro que me ofreció la posibilidad de hacerlo si aceptaba realizar algunas tareas para él y su... Hermandad- Frené de inmediato con esa palabra para no dar ningún dato comprometedor, al menos por ahora -El punto es que fui engañado, me ofrecieron algo que claramente no es posible, y en mi desesperación acepté sin pensar- Expliqué a modo de excusa.
La segunda pregunta era menos personal, pero también era algo de lo que había evitado hablar con ella al menos al principio -Es difícil hablar de la comida cuando la comida puede responder- Respondí con ironía -Hay demasiados prejuicios acerca de los vampiros, mi raza es vista como monstruos que se comen a todo el que encuentran; así que para evitar problemas, intento pasar por humano para no llamar la atención- Esta vez había dado una respuesta corta y precisa que bien serviría como justificación para mis constantes negativas hacia el tema.
La tercera pregunta era la que más había estado tratando de evitar, sin embargo, tampoco veía mal el responderle si ya había recorrido la mitad del camino -Pues yo...- Respondí con algo de pena -Pertenecía a esa hermandad, como te dije antes- Ese había sido el trago más difícil, una vez dicho, lo demás sería menos complicado -En la última misión, tenía que asesinar a una familia entera, pero había una bebé, no fui capaz de matarla y huí con ella, asesinando a mi compañero para evitar que la matara y desde luego, me declararon como su enemigo, pero no me arrepiento de haber salvado a la pequeña- Declaré finalmente con una gran sonrisa.
Reaccioné con emoción ante su oferta de tres preguntas como retribución ¿Qué podría preguntar? Poco había ido a Dundarak, ciudad de los dragones, y por si fuera poco, ella parecía no ser de ahí, lo que la convertía en algo más intrigante, aunque resolvería todo con trés preguntas fáciles -¿De dónde vienes? ¿Qué andas buscando? ¿Qué harás al encontrarlo?- Pregunté de manera directa, pues había encontrado a la dragona en lugares tan diferentes que difícilmente podría relacionarlos entre sí para imaginar a qué se dedicaba o a dónde se dirigía.
Auch- Respondí ante su primera pregunta, pues la respuesta era algo bastante personal y de lo que no solía hablar ya con nadie, sin embargo debía cumplir con la oferta que había hecho así que buscando las palabras correctas procedí a contar al menos una parte de la historia -Hace muchos años, estuve casado, con una gran mujer, pero ella murió, y en mi afán de encontrar una manera de traerla de regreso, acabé engañado por un vampiro que me ofreció la posibilidad de hacerlo si aceptaba realizar algunas tareas para él y su... Hermandad- Frené de inmediato con esa palabra para no dar ningún dato comprometedor, al menos por ahora -El punto es que fui engañado, me ofrecieron algo que claramente no es posible, y en mi desesperación acepté sin pensar- Expliqué a modo de excusa.
La segunda pregunta era menos personal, pero también era algo de lo que había evitado hablar con ella al menos al principio -Es difícil hablar de la comida cuando la comida puede responder- Respondí con ironía -Hay demasiados prejuicios acerca de los vampiros, mi raza es vista como monstruos que se comen a todo el que encuentran; así que para evitar problemas, intento pasar por humano para no llamar la atención- Esta vez había dado una respuesta corta y precisa que bien serviría como justificación para mis constantes negativas hacia el tema.
La tercera pregunta era la que más había estado tratando de evitar, sin embargo, tampoco veía mal el responderle si ya había recorrido la mitad del camino -Pues yo...- Respondí con algo de pena -Pertenecía a esa hermandad, como te dije antes- Ese había sido el trago más difícil, una vez dicho, lo demás sería menos complicado -En la última misión, tenía que asesinar a una familia entera, pero había una bebé, no fui capaz de matarla y huí con ella, asesinando a mi compañero para evitar que la matara y desde luego, me declararon como su enemigo, pero no me arrepiento de haber salvado a la pequeña- Declaré finalmente con una gran sonrisa.
Reaccioné con emoción ante su oferta de tres preguntas como retribución ¿Qué podría preguntar? Poco había ido a Dundarak, ciudad de los dragones, y por si fuera poco, ella parecía no ser de ahí, lo que la convertía en algo más intrigante, aunque resolvería todo con trés preguntas fáciles -¿De dónde vienes? ¿Qué andas buscando? ¿Qué harás al encontrarlo?- Pregunté de manera directa, pues había encontrado a la dragona en lugares tan diferentes que difícilmente podría relacionarlos entre sí para imaginar a qué se dedicaba o a dónde se dirigía.
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Lo mire fijamente, escuchando con atención su explicación, y esperando unos segundos con total incredulidad a que empezara a reírse, pero no sucedía. Parpadee varias veces, y encaré una ceja.
-¿Placer?, ¿Un mordisco fuerte? entiendo que sea gustoso para quien está comiendo, pero para el otro...-Me costo algo asimilar que no iba a reírse, que no era broma, lo cual solo hacía mas interesante todo aquel tema, era sorpendentemente única su forma de alimentación.
-¿Como vas de auto control?.- Podía sentir mi mirada brillar ante la expectación de su respuesta, con la siguiente pregunta atorada en la garganta, y un sonrisa de tener en mente una brillante idea, o una muy terrible, dependiendo de la perspectiva des de la cual se mirase.
Sin embargo, podría esperar, aunque me revolvía en el sitio mientras escuchaba sus respuestas, tan pendiente de ellas como de la incipiente curiosidad que ya no podría callarme demasiado tiempo.
-Lo siento.- musite ante su quejido, y escuché en silencio las tres respuestas, relacionando sin demasiado esfuerzo la hermandad de la primera de ellas con la de la ultima. Si hubiera albergado en ese momento alguna duda sobre si mi juicio había sido desmedido con ese grupo, aquello lo habría disipado por completo. Aprovecharse así del dolor de la perdida, manipular a una buena persona como víctor, y asesinar a crías inocentes para vete tu a saber qué propósitos.
-Lo siento.- es lo único que alcancé a responder de nuevo ante aquellas confesiones, sintiendo que me había pasado de la ralla mas de lo que había pretendido en un primer momento. me incliné hacia adelante para darle un cabezazo de consuelo cuando recordé el gesto aquel que solía consolar mejor a los de su especie, y de forma un tanto torpe, le di un abrazo.
-Sobre la comida... a nosotros nos hacen lo mismo, y de algún modo, entiendo parte del lenguaje de las cosas que como... simplemente no es tan malo, todos necesitamos comer. Los animales no se reponen de una herida y son comidos por otros, al menos tus presas tienen la medicina a mano.
Parecía, pro lo menos, que mi retribución de concederle las preguntas le había animado, o le generaba cierto entusiasmo,a s que tras sacudir rápidamente la cabeza varias veces para despejarme me dispuse a responderle.
-Vengo de una cueva en el segundo pico, donde vive toda la camada por parte de mis padres de la abuela theragon, los otros hermanos de mis papas tienen otras cuevas.- garabatee con el dedo un rudimentario dibujo del segundo pico y señalé allá donde estaba mi hogar, aunque el dibujo no era especialmente conciso, y la escala dejaba mucho que desear.- La abuela theragon es la ultima que quedo de sus hermanos, por eso no conocí al abuelo, ni tampoco al resto, y así hasta mas arriba, podría recitarte muchos nombres, pero no identificarías ninguno.- me mordisqueé el labio pensando en que mas podía contar respecto a aquello, pero todo me parecía intrascendente, irrelevante, o demasiado obvio, así que decidí pasar a la siguiente pregunta.
-Busco sabiduría, y hacerme mi propia idea de las cosas en base a la experiencia, en vez de limitarme a lo que ponen los libros, que son, para bien o para mal, criterio personal del autor, y con ello busco el poder orientar a otros, a mis hermanos, o a los peregrinos que suben al monte, que aunque no tienden a visitar a los míos por considerarnos mas primitivos, algunos aun nos respetan. Supongo que cuando tenga todo el conocimiento que busco, escribiré mis propios libros al respecto, y tarde o temprano, formaré mi propia camada en alguna de las cavernas del segundo pico.- Ladeé el rostro.- Nunca pensé demasiado en ello.
-¿Placer?, ¿Un mordisco fuerte? entiendo que sea gustoso para quien está comiendo, pero para el otro...-Me costo algo asimilar que no iba a reírse, que no era broma, lo cual solo hacía mas interesante todo aquel tema, era sorpendentemente única su forma de alimentación.
-¿Como vas de auto control?.- Podía sentir mi mirada brillar ante la expectación de su respuesta, con la siguiente pregunta atorada en la garganta, y un sonrisa de tener en mente una brillante idea, o una muy terrible, dependiendo de la perspectiva des de la cual se mirase.
Sin embargo, podría esperar, aunque me revolvía en el sitio mientras escuchaba sus respuestas, tan pendiente de ellas como de la incipiente curiosidad que ya no podría callarme demasiado tiempo.
-Lo siento.- musite ante su quejido, y escuché en silencio las tres respuestas, relacionando sin demasiado esfuerzo la hermandad de la primera de ellas con la de la ultima. Si hubiera albergado en ese momento alguna duda sobre si mi juicio había sido desmedido con ese grupo, aquello lo habría disipado por completo. Aprovecharse así del dolor de la perdida, manipular a una buena persona como víctor, y asesinar a crías inocentes para vete tu a saber qué propósitos.
-Lo siento.- es lo único que alcancé a responder de nuevo ante aquellas confesiones, sintiendo que me había pasado de la ralla mas de lo que había pretendido en un primer momento. me incliné hacia adelante para darle un cabezazo de consuelo cuando recordé el gesto aquel que solía consolar mejor a los de su especie, y de forma un tanto torpe, le di un abrazo.
-Sobre la comida... a nosotros nos hacen lo mismo, y de algún modo, entiendo parte del lenguaje de las cosas que como... simplemente no es tan malo, todos necesitamos comer. Los animales no se reponen de una herida y son comidos por otros, al menos tus presas tienen la medicina a mano.
Parecía, pro lo menos, que mi retribución de concederle las preguntas le había animado, o le generaba cierto entusiasmo,a s que tras sacudir rápidamente la cabeza varias veces para despejarme me dispuse a responderle.
-Vengo de una cueva en el segundo pico, donde vive toda la camada por parte de mis padres de la abuela theragon, los otros hermanos de mis papas tienen otras cuevas.- garabatee con el dedo un rudimentario dibujo del segundo pico y señalé allá donde estaba mi hogar, aunque el dibujo no era especialmente conciso, y la escala dejaba mucho que desear.- La abuela theragon es la ultima que quedo de sus hermanos, por eso no conocí al abuelo, ni tampoco al resto, y así hasta mas arriba, podría recitarte muchos nombres, pero no identificarías ninguno.- me mordisqueé el labio pensando en que mas podía contar respecto a aquello, pero todo me parecía intrascendente, irrelevante, o demasiado obvio, así que decidí pasar a la siguiente pregunta.
-Busco sabiduría, y hacerme mi propia idea de las cosas en base a la experiencia, en vez de limitarme a lo que ponen los libros, que son, para bien o para mal, criterio personal del autor, y con ello busco el poder orientar a otros, a mis hermanos, o a los peregrinos que suben al monte, que aunque no tienden a visitar a los míos por considerarnos mas primitivos, algunos aun nos respetan. Supongo que cuando tenga todo el conocimiento que busco, escribiré mis propios libros al respecto, y tarde o temprano, formaré mi propia camada en alguna de las cavernas del segundo pico.- Ladeé el rostro.- Nunca pensé demasiado en ello.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Es que...- Expliqué pausadamente -No es una mordida fuerte como cuando quieres comer algo- Quería que tuviera una idea clara de lo que se sentía, por no hallaba la manera correcta de indicarle -Más que mordida es un pequeño pinchazo, para hacer un par de agujeros y extraer la sangre, es más delicado de lo que parece, como sí...- Mi explicación fue drásticamente interrumpida por la sorpresiva e inesperada pregunta de la dragona acerca del autocontrol -Bi... En... Supongo...- Respondí un poco nervioso ante la mirada de curiosidad que comenzaba a poner la peliblanca, por alguna extraña razón tenía el presentimiento de que ambos caminábamos hacia terreno inexplorado para los dos, y aunque resultaba emocionante, también me preocupaba un poco hacerle daño.
Afortunadamente responder las preguntas sirvió para alejarnos un poco de tan envolvente tema, su cara de tristeza me hizo replantearme la manera de contarle todo, aunque para entonces ya era demasiado tarde, igual contarle a alguien, una historia que me había callado durante tantos años, me hacía sentir un poco liberado de una gran carga, a veces un buen desahogo era el mejor de los remedios para los dolores emocionales y además tampoco deseaba mentirle, había ofrecido responderle las tres preguntas y era algo que pensaba cumplir.
La joven dragona lograba sorprenderme con su sabia manera de ver la vida, no parecía tener prejuicios acerca de nada, aunque ya si no tenía prejuicios de mi siendo vampiro, poco podría quedar para otras cosas -Una vez escuché una historia de una guerrera que usaba una espada hecha con el colmillo de un dragón ¿Es eso posible?- Pregunté un poco intrigado, sabiendo que existían algunos cazadores de dragones, los cuales juraban tener armas y armaduras hechas con restos de dichas criaturas, cosa que resultaba bastante difícil de creer, sobre todo tomando en cuenta que jamás habían sido vistos en acción.
Me enterneció la respuesta de la chica, buscar sabiduría me pareció muy noble, tanto incluso como para invitarla a formar parte del clan, a fin de cuentas éramos exploradores en busca de conocimientos, aunque al final no metería a la pequeña en algo tan peligroso como eran esos enemigos a los que habíamos tenido que enfrentarnos, así que agité mi cabeza sacando esa idea de mi cabeza -Tienes un bonito cuello- Dije a modo de chiste -Tal vez algún día, un vampiro quiera darle una probada- Continué con una sonrisa maliciosa -¿No te asusta eso?- Pregunté levantando una ceja y esperando a saber qué tipo de respuesta era capaz de darme.
Afortunadamente responder las preguntas sirvió para alejarnos un poco de tan envolvente tema, su cara de tristeza me hizo replantearme la manera de contarle todo, aunque para entonces ya era demasiado tarde, igual contarle a alguien, una historia que me había callado durante tantos años, me hacía sentir un poco liberado de una gran carga, a veces un buen desahogo era el mejor de los remedios para los dolores emocionales y además tampoco deseaba mentirle, había ofrecido responderle las tres preguntas y era algo que pensaba cumplir.
La joven dragona lograba sorprenderme con su sabia manera de ver la vida, no parecía tener prejuicios acerca de nada, aunque ya si no tenía prejuicios de mi siendo vampiro, poco podría quedar para otras cosas -Una vez escuché una historia de una guerrera que usaba una espada hecha con el colmillo de un dragón ¿Es eso posible?- Pregunté un poco intrigado, sabiendo que existían algunos cazadores de dragones, los cuales juraban tener armas y armaduras hechas con restos de dichas criaturas, cosa que resultaba bastante difícil de creer, sobre todo tomando en cuenta que jamás habían sido vistos en acción.
Me enterneció la respuesta de la chica, buscar sabiduría me pareció muy noble, tanto incluso como para invitarla a formar parte del clan, a fin de cuentas éramos exploradores en busca de conocimientos, aunque al final no metería a la pequeña en algo tan peligroso como eran esos enemigos a los que habíamos tenido que enfrentarnos, así que agité mi cabeza sacando esa idea de mi cabeza -Tienes un bonito cuello- Dije a modo de chiste -Tal vez algún día, un vampiro quiera darle una probada- Continué con una sonrisa maliciosa -¿No te asusta eso?- Pregunté levantando una ceja y esperando a saber qué tipo de respuesta era capaz de darme.
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Arrugué la nariz y fruncí el ceño de forma profusa al escuchar lo de las armas hechas con restos de dragones, pero no era culpa de bio, así que fui suavizando el gesto, aun y no poder evitar que mi voz sonara levemente como un siseo, denotando lo poco que me agradaba la posibilidad de esa practica.
-No con hombres dragón, mi especie vuelve a su forma humana cuando muere, así que tendrían armas hechas con dientes de humano... no me parece demasiado practico. Quizás con dragones completos se podría, pero espero, sinceramente, que sea una vil mentira, para mi es lo mismo que si a ti te dicen que hay cazadores de vampiros que se hacen pantalones con piel de vampiro.- Una salvajada se viera por donde se viera, aunque claro, a uno siempre es mas fácil que le afecten las cosas, cuando puede relacionarlas con sigo mismo, o con algo que le resulta familiar.
Por suerte volvimos al otro tema, mas alegre, mas trepidante, y del cual ya había recibido una favorable respuesta antes.
-Depende del vampiro.- respondí con sinceridad, si fuera Paul, solo la idea de que su aliento con olor a alcohol se me acercaba de nuevo me generaba desagrado, ademas de que no le tenía la confianza suficiente, y era un personaje que por defecto me hacía sentir incomoda.-Contigo no me da miedo.- quizás por las cosas que habíamos pasado juntos, o porque había sido de los primeros con los que no me había sentido tan lejos de casa al empezar a viajar, pero me sentía sumamente cómoda, y siempre parecía intentar protegerme, así que dudaba seriamente que fuera a lastimarme voluntariamente.
La afirmación sobre tener un cuello bonito era algo que nunca me había puesto a pensar, en esta forma me parecía excesivamente corto, y como si aun tuviese la capacidad de contorsionare para velo, aparte el pelo y gire la cabeza, intentando, inútilmente, verlo, para terminar soltando un pequeño resoplido.
De todos modos, me había dado el pie perfecto para intentar aquello.
-Si quieres puedes probar y así nos sacamos las dudas de antes los dos. Pero me vas a tener que decir a que sabe.- Lo mire fijamente, con los ojos brillando de curiosidad. Tenia ganas de saber a que sabía, de ver si realmente no dolía como afirmaba, algo que parecía completamente descabellado, y aun mas sorprendente, si resultaba realmente agradable.
Ladeé el rostro hacia un costado, esta vez no como un gesto de lenguaje, si no para invitarle explicitamente acompañando mi oferta, aprovechando que el pelo ya había sido retirado en mi infructuoso intento de exploración de mi propia anatomía.
-No con hombres dragón, mi especie vuelve a su forma humana cuando muere, así que tendrían armas hechas con dientes de humano... no me parece demasiado practico. Quizás con dragones completos se podría, pero espero, sinceramente, que sea una vil mentira, para mi es lo mismo que si a ti te dicen que hay cazadores de vampiros que se hacen pantalones con piel de vampiro.- Una salvajada se viera por donde se viera, aunque claro, a uno siempre es mas fácil que le afecten las cosas, cuando puede relacionarlas con sigo mismo, o con algo que le resulta familiar.
Por suerte volvimos al otro tema, mas alegre, mas trepidante, y del cual ya había recibido una favorable respuesta antes.
-Depende del vampiro.- respondí con sinceridad, si fuera Paul, solo la idea de que su aliento con olor a alcohol se me acercaba de nuevo me generaba desagrado, ademas de que no le tenía la confianza suficiente, y era un personaje que por defecto me hacía sentir incomoda.-Contigo no me da miedo.- quizás por las cosas que habíamos pasado juntos, o porque había sido de los primeros con los que no me había sentido tan lejos de casa al empezar a viajar, pero me sentía sumamente cómoda, y siempre parecía intentar protegerme, así que dudaba seriamente que fuera a lastimarme voluntariamente.
La afirmación sobre tener un cuello bonito era algo que nunca me había puesto a pensar, en esta forma me parecía excesivamente corto, y como si aun tuviese la capacidad de contorsionare para velo, aparte el pelo y gire la cabeza, intentando, inútilmente, verlo, para terminar soltando un pequeño resoplido.
De todos modos, me había dado el pie perfecto para intentar aquello.
-Si quieres puedes probar y así nos sacamos las dudas de antes los dos. Pero me vas a tener que decir a que sabe.- Lo mire fijamente, con los ojos brillando de curiosidad. Tenia ganas de saber a que sabía, de ver si realmente no dolía como afirmaba, algo que parecía completamente descabellado, y aun mas sorprendente, si resultaba realmente agradable.
Ladeé el rostro hacia un costado, esta vez no como un gesto de lenguaje, si no para invitarle explicitamente acompañando mi oferta, aprovechando que el pelo ya había sido retirado en mi infructuoso intento de exploración de mi propia anatomía.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Aunque el cabezaso era algo a lo que ya me había adaptado un poco, su abrazo sí me había tomado por sorpresa, tanto que no reaccioné hasta que ya había sido tarde; a ratos, la chica me hacía recordar ciertos aspectos de mi pequeña Magazubi, como la ternura que una vez había tenido y que ahora, tal vez debido a los peligros que tenía que enfrentar sola, parecía haberse endurecido un poco de carácter, aunque eso ahora no venía al momento; todas mis ideas y comparaciones se dispersaron ante la actitud de la peliblanca cuando le mencioné lo de los cazadragones, y aunque su ejemplo era bastante gráfico, la idea de unos pantalones de piel de vampiro me generaron un ataque de risa, no solo por lo extraño que sería, sino por la cantidad de desnudos que provocaría a quien se los pusiera para salir al sol.
Nuevamente, volvimos al tema de la alimentación, asunto por el que la joven dragona parecía tener mucha curiosidad; seguía mencionando a ese tal Paul, pero también aseguraba no tener miedo de mí, cosa que me resultaba sumamente halagadora; alcé una ceja al ver cómo Arygos trataba de retorcerse para ver su propio cuello, cosa imposible al menos en forma humana, reí abiertamente hasta que sorprendentemente me hizo la petición que tanto había temido que hiciera, no solo por imaginar que ella lo quería, sino además por saber que a mí también me había encendido la curiosidad -Sería un honor- Respondí con voz calmada mientras me levantaba sobre mis rodillas para acercarme lentamente a ella; no intentaría detenerla y hacerla cambiar de idea, si no era conmigo sería con alguien más, y al menos yo podría cuidarla durante el proceso.
Antes que nada acerqué mi rostro al suyo hasta que mi frente quedó pegada a la suya -Relájate- Susurré con voz calmada mientras con mi mano izquierda recorría lentamente la suave piel de su cuello frío desde el hombro hasta su cuello haciendo al final pequeños círculos con la punta de mis dedos, en medio de la cercanía, mi nariz tropezó un par de veces contra su mejilla mientras iba bajando hasta llegar por fin al cuello.
Un primer contacto de mis labios con su piel serviría para marcar el lugar indicado mientras con la mano izquierda recorría su brazo hasta finalmente tomar su mano para sujetarla y hacerla sentir segura, con la mano derecha acaricié su espalda lentamente de manera relajante hasta finalmente colocar mis colmillos sobre su piel aunque sin clavarlos aún; esperaría a que mi organismo generara suficientes encimas como para una dosis masiva justo al momento de hincar los colmillos, de ese modo el dolor sería el menor posible.
Sin más prórrogas comencé a clavar los colmillos lentamente al mismo tiempo que dejaba entrar por los conductos mis enzimas que en poco tiempo comenzarían a mezclarse con su sangre causando el efecto sedante que esperaba poder lograr; los colmillos entraban lentamente, cada uno deslizándose a través de los pequeños agujeros que comenzaban a expandirse a medida que estos entraban, cubriendo completamente el agujero y evitando que saliera la más mínima gota de sangre, aunque al llegar al final del camino y retirarlos un poco, el líquido carmesí comenzó a brotar en busca de mis labios que los esperaban ansiosos; mis ojos se abrieron como platos ante la placentera sensación y apreté su espalda con mi mano derecha para acercarla a mí y tomar un poco más, tan solo un poco más; si bien, desconocía con certeza la manera de generar placer con la mordida, asumí que eso iba ligado a aspectos emocionales, una especie de vínculo mental que se creaba momentáneamente entre el vampiro y su víctima, transmitiéndole a esta una parte del placer que el vampiro percibía de la mordida; el placer que yo sentía con su sangre era realmente de éxtasis, placer, excitante placer de probar el néctar de la vida de un dragón; seguramente algo de ese placer sería transmitido a ella en ese momento.
El placer era tal que comencé a perder el control, quería cada vez más y más, al punto que el placer se convirtió en desenfreno y ese desenfreno pasó luego a ser miedo, precaución, alerta; retiré mis colmillos y giré mi rostro hacia un lado mientras la abrazaba con la respiración agitada ante la posibilidad de haberle hecho daño si continuaba con aquella tarea -¿Estás bien?- Pregunté aferrado a ella en un desesperado abrazo para luego retirarme un poco y con mis manos en sus hombros ver su rostro ¿Estaría asustada? ¿Cansada? Tomé un poco del Barrimorth que había quedado y lo coloqué cariñosamente sobre las heridas de la mordida para ayudarle a no caer víctima de una hemorragia mientras partía en primer lugar a asegurarme de que estuviera bien -¿Cómo te sientes? ¿Ha dolido mucho? Disculpa si me he pasado- Dije con una mezcla de preocupación y pena.
Nuevamente, volvimos al tema de la alimentación, asunto por el que la joven dragona parecía tener mucha curiosidad; seguía mencionando a ese tal Paul, pero también aseguraba no tener miedo de mí, cosa que me resultaba sumamente halagadora; alcé una ceja al ver cómo Arygos trataba de retorcerse para ver su propio cuello, cosa imposible al menos en forma humana, reí abiertamente hasta que sorprendentemente me hizo la petición que tanto había temido que hiciera, no solo por imaginar que ella lo quería, sino además por saber que a mí también me había encendido la curiosidad -Sería un honor- Respondí con voz calmada mientras me levantaba sobre mis rodillas para acercarme lentamente a ella; no intentaría detenerla y hacerla cambiar de idea, si no era conmigo sería con alguien más, y al menos yo podría cuidarla durante el proceso.
Antes que nada acerqué mi rostro al suyo hasta que mi frente quedó pegada a la suya -Relájate- Susurré con voz calmada mientras con mi mano izquierda recorría lentamente la suave piel de su cuello frío desde el hombro hasta su cuello haciendo al final pequeños círculos con la punta de mis dedos, en medio de la cercanía, mi nariz tropezó un par de veces contra su mejilla mientras iba bajando hasta llegar por fin al cuello.
Un primer contacto de mis labios con su piel serviría para marcar el lugar indicado mientras con la mano izquierda recorría su brazo hasta finalmente tomar su mano para sujetarla y hacerla sentir segura, con la mano derecha acaricié su espalda lentamente de manera relajante hasta finalmente colocar mis colmillos sobre su piel aunque sin clavarlos aún; esperaría a que mi organismo generara suficientes encimas como para una dosis masiva justo al momento de hincar los colmillos, de ese modo el dolor sería el menor posible.
Sin más prórrogas comencé a clavar los colmillos lentamente al mismo tiempo que dejaba entrar por los conductos mis enzimas que en poco tiempo comenzarían a mezclarse con su sangre causando el efecto sedante que esperaba poder lograr; los colmillos entraban lentamente, cada uno deslizándose a través de los pequeños agujeros que comenzaban a expandirse a medida que estos entraban, cubriendo completamente el agujero y evitando que saliera la más mínima gota de sangre, aunque al llegar al final del camino y retirarlos un poco, el líquido carmesí comenzó a brotar en busca de mis labios que los esperaban ansiosos; mis ojos se abrieron como platos ante la placentera sensación y apreté su espalda con mi mano derecha para acercarla a mí y tomar un poco más, tan solo un poco más; si bien, desconocía con certeza la manera de generar placer con la mordida, asumí que eso iba ligado a aspectos emocionales, una especie de vínculo mental que se creaba momentáneamente entre el vampiro y su víctima, transmitiéndole a esta una parte del placer que el vampiro percibía de la mordida; el placer que yo sentía con su sangre era realmente de éxtasis, placer, excitante placer de probar el néctar de la vida de un dragón; seguramente algo de ese placer sería transmitido a ella en ese momento.
El placer era tal que comencé a perder el control, quería cada vez más y más, al punto que el placer se convirtió en desenfreno y ese desenfreno pasó luego a ser miedo, precaución, alerta; retiré mis colmillos y giré mi rostro hacia un lado mientras la abrazaba con la respiración agitada ante la posibilidad de haberle hecho daño si continuaba con aquella tarea -¿Estás bien?- Pregunté aferrado a ella en un desesperado abrazo para luego retirarme un poco y con mis manos en sus hombros ver su rostro ¿Estaría asustada? ¿Cansada? Tomé un poco del Barrimorth que había quedado y lo coloqué cariñosamente sobre las heridas de la mordida para ayudarle a no caer víctima de una hemorragia mientras partía en primer lugar a asegurarme de que estuviera bien -¿Cómo te sientes? ¿Ha dolido mucho? Disculpa si me he pasado- Dije con una mezcla de preocupación y pena.
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Le escuche aceptar con algo de sorpresa, de algún modo temía cierta reticencia, quizás por miedo a lastimar a un amigo, quizás por el apuro que sentía con la comida, pero de un modo sorprendentemente sencillo accedio a mi oferta.
Le seguí con la mirada, sumamente intrigada de poder, no solo observar aquello, sino de ser participe. Entorné los ojos al sentir su frente sobre la mía, estaba tranquila por una parte, y pro la otra sumamente exaltada por la curiosidad que pronto se vería satisfecha.
El tacto en el cuello me tomó pro sorpresa, erizando la piel del mismo ante esa extraña caricia, que intente espiar por el rabillo del ojo, era un roce suave, como el de su nariz al rozar mi rostro, agradable e intimo, pero extraño de un modo que no alcanzaba a comprender, y poseía una suavidad que yo no dedicaba a mis almuerzos.
El cálido aliento sobre la piel solo hacia que acentuar la sensibilidad, tenia la sensación de que era consciente de cada milímetro de piel bajo sus labios, y la espera se volvía en una ligera ansia, por probar, por conocer, por ese roce singular y agradable.
Acepté su mano, como si fuera una ancla al suelo, a algo conocido que me generaba serenidad, lo poco que si podía reconocer de lo que sentía mi cuerpo en ese momento.
Pero si entonces creí estar desorientada, no me acercaba ni en lo mas mínimo a lo que aconteció segundos después.
Un breve instante de dolor al sentir los colmillos desgarrar la carne, que me arranco un breque quejido de entre los labios. Cerré los parpados en esa fracción de segundo, preparándome para sentir un dolor mucho mayor, y por lo contrario, una embriagadora sensación de adormecimiento empezó a extenderse por mi cuello, y disipó cualquier rastro del dolor inicial que pudiera haber quedado para ir suplantandolo paulatinamente por una extasiante sensación de placer.
Setia los dientes en la carne, y no había sufrimiento en ello, como si esa palabra hubiera desaparecido pro completo de la faz de aerandir, ¿como era temida esa droga que como un encanto me mantenía gustosamente atrapada?
Me aferré en un gesto inconsciente a su camisa con la mano libre, temiendo el momento en el que pusiera fin a aquello, tratando de reunir fuerzas en la mano que me sujetaba para aferrarme a ella. Su brazo rodeándome con fuerza me daba la tranquilidad de que no era la única que quería mantener aquello.
Sin darme cuenta había cerrado los ojos, dejándome perder en aquello, el bombear frenético de mi corazón había hecho desaparecer el frío, y el vaho se dibujaba mas allá de mis labios cálido sobre el aire helado continuamente por mi respiración desbocada.
Y entonces, como un baldazo de agua helada se retiró, aunque la sensación permaneció débil, como una reminiscencia. parpadeé confusa, y le rodeé con los brazos al escuchar su voz alarmada, asintiendo aun atontada, tomando noción de mi cuerpo de forma progresiva, que ardía como si en su interior hubieran brasas.
-Bien..yo..¿Ya esta?.-murmure claramente apenada de que aquel experimento hubiera llegado a su fin. Negué ante su pregunta de si se había pasado, aunque sentía un ligero mareo todavía, mientras enfocar nuevamente la vista en mi compañero. No pensaba decirle nada que pudiera resultar ligeramente incomodo, o advertirle del mareo que oculte lo mejor que pude, no pensaba empequeñecer las posibilidades de repetir aquello.
Le seguí con la mirada, sumamente intrigada de poder, no solo observar aquello, sino de ser participe. Entorné los ojos al sentir su frente sobre la mía, estaba tranquila por una parte, y pro la otra sumamente exaltada por la curiosidad que pronto se vería satisfecha.
El tacto en el cuello me tomó pro sorpresa, erizando la piel del mismo ante esa extraña caricia, que intente espiar por el rabillo del ojo, era un roce suave, como el de su nariz al rozar mi rostro, agradable e intimo, pero extraño de un modo que no alcanzaba a comprender, y poseía una suavidad que yo no dedicaba a mis almuerzos.
El cálido aliento sobre la piel solo hacia que acentuar la sensibilidad, tenia la sensación de que era consciente de cada milímetro de piel bajo sus labios, y la espera se volvía en una ligera ansia, por probar, por conocer, por ese roce singular y agradable.
Acepté su mano, como si fuera una ancla al suelo, a algo conocido que me generaba serenidad, lo poco que si podía reconocer de lo que sentía mi cuerpo en ese momento.
Pero si entonces creí estar desorientada, no me acercaba ni en lo mas mínimo a lo que aconteció segundos después.
Un breve instante de dolor al sentir los colmillos desgarrar la carne, que me arranco un breque quejido de entre los labios. Cerré los parpados en esa fracción de segundo, preparándome para sentir un dolor mucho mayor, y por lo contrario, una embriagadora sensación de adormecimiento empezó a extenderse por mi cuello, y disipó cualquier rastro del dolor inicial que pudiera haber quedado para ir suplantandolo paulatinamente por una extasiante sensación de placer.
Setia los dientes en la carne, y no había sufrimiento en ello, como si esa palabra hubiera desaparecido pro completo de la faz de aerandir, ¿como era temida esa droga que como un encanto me mantenía gustosamente atrapada?
Me aferré en un gesto inconsciente a su camisa con la mano libre, temiendo el momento en el que pusiera fin a aquello, tratando de reunir fuerzas en la mano que me sujetaba para aferrarme a ella. Su brazo rodeándome con fuerza me daba la tranquilidad de que no era la única que quería mantener aquello.
Sin darme cuenta había cerrado los ojos, dejándome perder en aquello, el bombear frenético de mi corazón había hecho desaparecer el frío, y el vaho se dibujaba mas allá de mis labios cálido sobre el aire helado continuamente por mi respiración desbocada.
Y entonces, como un baldazo de agua helada se retiró, aunque la sensación permaneció débil, como una reminiscencia. parpadeé confusa, y le rodeé con los brazos al escuchar su voz alarmada, asintiendo aun atontada, tomando noción de mi cuerpo de forma progresiva, que ardía como si en su interior hubieran brasas.
-Bien..yo..¿Ya esta?.-murmure claramente apenada de que aquel experimento hubiera llegado a su fin. Negué ante su pregunta de si se había pasado, aunque sentía un ligero mareo todavía, mientras enfocar nuevamente la vista en mi compañero. No pensaba decirle nada que pudiera resultar ligeramente incomodo, o advertirle del mareo que oculte lo mejor que pude, no pensaba empequeñecer las posibilidades de repetir aquello.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
La emocionada mirada de niña ilusionada no había hecho más que avivar mis ganas de probar un poco de ella; de hecho, hacerlo fue una completa experiencia en muchos sentidos, una experiencia tan agradable que incluso resultaba peligrosamente adictiva, una extraña mezcla entre perversión y cariño entrecruzados para darle un sabor muy íntimo y aunque al final se me había escapado un poco el autocontrol, al menos parecía haber logrado que ella también lo disfrutara; había mantenido sujetada su mano durante todo el proceso con mucha ternura pero a la vez, la mano en su espalda tenía una intención más apasionada hasta que terminamos en un agrazo que fue agradablemente correspondido.
Su actitud delataba que estaba mintiendo, nadie puede estar “bien” después que le han extraído una parte de su sangre, tal vez no lo había notado, pues al acelerarse los latidos de su corazón, la sangre era bombeada más de prisa y con la misma velocidad y fuerza era arrancada de su cuerpo, ahora debía estar más débil de lo que dejaba saber, aunque agradecía mucho su esfuerzo por aparentar que estaba bien, era yo el mismo vampiro que había hecho esto ya miles de veces, conocía mi oficio, mi técnica, así como también el efecto que producía, aunque a veces no tanto las razones del efecto.
Tras sentarme de nuevo frente a ella y limpiar con disimulo la sangre que había quedado rodeando mis labios, sonreí con una mezcla de sincera ternura y una pícara complicidad, sabía que mentía sobre su estado, sin embargo no le diría nada por respeto y valoración a su esfuerzo -Tal vez te sientas un poco débil- Expliqué con una voz muy calmada -Has perdido más sangre de la que crees, si te levantas de golpe podrían fallar tus fuerzas, así que de momento quédate sentada- Ante mi imposibilidad de delatar su mentira o mi preocupación, opté por seguir su juego y darle discretamente algunos consejos para pasar el momento -Tal vez te haya parecido solo un instante, pero hemos pasado en ello más tiempo del que crees- Dije con una pícara sonrisa mientras intentaba tomar sus manos entre las mías -Gracias por confiar en mí- Dije con un tono de sinceridad que casi nunca solía usar con nadie -Ahora... ¿Quieres saber a qué sabe tu sangre?- Pregunté mirándola a los ojos con mucha emoción.
Mientras esperaba su respuesta dediqué una mirada examinadora a las pequeñas marcas dejadas por los colmillos en su cuello, efectos comunes eran el enrojecimiento de la zona alrededor del mordisco, y en ocasiones un pequeño dolor al terminar el efecto sedante, aunque nunca nada del otro mundo, y menos con lo cuidadoso que había sido, al menos hasta el final cuando casi me desconectaba involuntariamente dando paso a mis más bajos instintos depredadores.
Su actitud delataba que estaba mintiendo, nadie puede estar “bien” después que le han extraído una parte de su sangre, tal vez no lo había notado, pues al acelerarse los latidos de su corazón, la sangre era bombeada más de prisa y con la misma velocidad y fuerza era arrancada de su cuerpo, ahora debía estar más débil de lo que dejaba saber, aunque agradecía mucho su esfuerzo por aparentar que estaba bien, era yo el mismo vampiro que había hecho esto ya miles de veces, conocía mi oficio, mi técnica, así como también el efecto que producía, aunque a veces no tanto las razones del efecto.
Tras sentarme de nuevo frente a ella y limpiar con disimulo la sangre que había quedado rodeando mis labios, sonreí con una mezcla de sincera ternura y una pícara complicidad, sabía que mentía sobre su estado, sin embargo no le diría nada por respeto y valoración a su esfuerzo -Tal vez te sientas un poco débil- Expliqué con una voz muy calmada -Has perdido más sangre de la que crees, si te levantas de golpe podrían fallar tus fuerzas, así que de momento quédate sentada- Ante mi imposibilidad de delatar su mentira o mi preocupación, opté por seguir su juego y darle discretamente algunos consejos para pasar el momento -Tal vez te haya parecido solo un instante, pero hemos pasado en ello más tiempo del que crees- Dije con una pícara sonrisa mientras intentaba tomar sus manos entre las mías -Gracias por confiar en mí- Dije con un tono de sinceridad que casi nunca solía usar con nadie -Ahora... ¿Quieres saber a qué sabe tu sangre?- Pregunté mirándola a los ojos con mucha emoción.
Mientras esperaba su respuesta dediqué una mirada examinadora a las pequeñas marcas dejadas por los colmillos en su cuello, efectos comunes eran el enrojecimiento de la zona alrededor del mordisco, y en ocasiones un pequeño dolor al terminar el efecto sedante, aunque nunca nada del otro mundo, y menos con lo cuidadoso que había sido, al menos hasta el final cuando casi me desconectaba involuntariamente dando paso a mis más bajos instintos depredadores.
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Asentí ante su consejo de no levantarme rápidamente, procurando seguir su consejo para no hacer evidente mi debilidad, aunque no me hubiera sorprendido que notara mi pequeño engaño, seguramente no era la primera persona que le hacía esa triquiñuela.
Mire de reojo mis manos, mas pálidas que de costumbre, se asemejaban ahora mas a la nieve de lo que habían hecho un rato atrás, mientras procuraba respirar profundamente para recuperar el aliento. El frío contra mi rostro, que ya se sentía, ayudaba, lenta pero inexorablemente a calmar mis enardecidos ánimos, aunque seguía sintiendo las mejillas arder bajo la piel.
-¿Cuanto tiempo?.-Murmure distraída, y aun algo asombrada por la situación.
Su oferta me hizo volver la mirada al vampiro, mientras este tomaba mis manos, recordándome aquello que sorprendentemente, se me había olvidado, pese a ser el motivo que nos había movido a aquel experimento.
Asentí un par de veces con lentitud, intentando que el movimiento pareciera natural, y no tan afectado pro el cansancio y el entumecimiento que sentía en todo mi cuerpo ahora.Mientras le observaba con esa latente curiosidad que había exhibido antaño.
Seguí su mirada, para percatarme que estaba apuntando directamente a donde había quedado la herida, ahora cubierta por el pastiche que habíamos recolectado en el bosque.
-No duele.- aclaré como reflejo, quizás porque aun había reminiscencias de esa placentera sensación gravadas en mi mente, o por el efecto analgésico del potingue que tenía puesto. La verdad es que no había dolido apenas, mas que en el primer momento.- ¿O aun tienes hambre?.- expectativa que se me hacia mucho mas apetecible.
Tarde unos instantes en percatarme que tan peligroso podía llegar a ser eso, en vez de intentar huir como hacían mis presas, probablemente las suyas hicieran todo lo contrario. Lo cual debía resultar bastante difícil para el, al menos, imaginarme que suculentas criaturas caminaran solas hacia mis fauces, me hacían imaginarme un plano en el que era un obeso dragón que no paraba de engullir por gusto.
-Perdona, creo que no debí decir eso.- tomé una gran bocanada de aire frío para despejar mi mente.-Pero.. si en algún viaje, tienes algo de hambre o algo...no me molestaría ayudarte con eso.-añadí bajando un poco la mirada, temerosa de que se ofendiera con aquello.
Mire de reojo mis manos, mas pálidas que de costumbre, se asemejaban ahora mas a la nieve de lo que habían hecho un rato atrás, mientras procuraba respirar profundamente para recuperar el aliento. El frío contra mi rostro, que ya se sentía, ayudaba, lenta pero inexorablemente a calmar mis enardecidos ánimos, aunque seguía sintiendo las mejillas arder bajo la piel.
-¿Cuanto tiempo?.-Murmure distraída, y aun algo asombrada por la situación.
Su oferta me hizo volver la mirada al vampiro, mientras este tomaba mis manos, recordándome aquello que sorprendentemente, se me había olvidado, pese a ser el motivo que nos había movido a aquel experimento.
Asentí un par de veces con lentitud, intentando que el movimiento pareciera natural, y no tan afectado pro el cansancio y el entumecimiento que sentía en todo mi cuerpo ahora.Mientras le observaba con esa latente curiosidad que había exhibido antaño.
Seguí su mirada, para percatarme que estaba apuntando directamente a donde había quedado la herida, ahora cubierta por el pastiche que habíamos recolectado en el bosque.
-No duele.- aclaré como reflejo, quizás porque aun había reminiscencias de esa placentera sensación gravadas en mi mente, o por el efecto analgésico del potingue que tenía puesto. La verdad es que no había dolido apenas, mas que en el primer momento.- ¿O aun tienes hambre?.- expectativa que se me hacia mucho mas apetecible.
Tarde unos instantes en percatarme que tan peligroso podía llegar a ser eso, en vez de intentar huir como hacían mis presas, probablemente las suyas hicieran todo lo contrario. Lo cual debía resultar bastante difícil para el, al menos, imaginarme que suculentas criaturas caminaran solas hacia mis fauces, me hacían imaginarme un plano en el que era un obeso dragón que no paraba de engullir por gusto.
-Perdona, creo que no debí decir eso.- tomé una gran bocanada de aire frío para despejar mi mente.-Pero.. si en algún viaje, tienes algo de hambre o algo...no me molestaría ayudarte con eso.-añadí bajando un poco la mirada, temerosa de que se ofendiera con aquello.
Arygos Valnor
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Re: Después del escape [Interpretativo-Libre-Noche]
Observaba en detalle cada gesto de la dragona para asegurarme de que se encontraba lo mejor posible, aunque era inevitable un poco de debilidad, sentía la responsabilidad de cuidar de ella al menos hasta que estuviera del todo recuperada -Varios minutos- Dije con voz calmada -Un poco más y ya estarías inconsciente- Advertí tratando de hacerle entender que la sensación de placer podría ser peligrosamente adictiva para ambos y con más riesgos que beneficios para ella que para mí, pues la alimentación ponía en riesgo su salud.
Sus intentos de mentirme no eran pasados por alto, sin embargo no le diría nada, descubrirla tal vez la haría sentir mal así que lo mejor sería hacerle creer que sus mentiras funcionaban adecuadamente y lograban su cometido -¡No!- Negué rotundamente -Esta vez ha sido un experimento nada más, pero no es algo que vayamos a repetir mucho- Advertí con seriedad, pues me preocupaba su constante interés en servirme de alimento -Aunque te puedo admitir que me ha gustado, tu sangre es exquisita, digna de compararla con un manjar para los dioses- Halagué antes de dedicarme a explicar con palabras el sabor de su sangre -Dulce- Fue la primera palabra que alcancé a decir -Pero no empalagoso- Corregí de inmediato -Es una sangre muy dulce y a la vez, muy fresca y joven, tal como tú... Dudo que la sangre de todos los dragones tenga el mismo sabor de juventud, pero sí podrían tener esa dulzura, transmite paz y armonía, como si todo dentro de su cuerpo estuviera perfectamente sincronizado, despacio, pero siempre en movimiento, tu sangre tiene el sabor de la sabiduría y a la vez ingenuidad- No sabía si mis palabras realmente le resultarían fáciles de entender, pues más que sabores hablaba de percepciones, sensaciones, emociones o sentimientos, pero a fin de cuentas, era eso lo que mejor había percibido.
No deberías decirlo, a mí o a nadie, si hubiese bebido un poco más tu vida podría estar en riesgo, y eso no me lo perdonaría jamás- Expliqué con voz pausada, no para sermonearla de mala manera, sino para tratar de hacerle entender la seriedad del asunto y lo peligroso que podría resultarle -Más adelante, si realmente es necesario, aceptaría que me alimentes, como las madres alimentan a sus crías- Dije a modo de ejemplo aunque claramente no era lo mismo -Pero no es algo que aceptaría muy a menudo, ni algo que debas ofrecer a cualquiera- Dije mientras tomaba sus manos con ternura y preocupación -No te sientas avergonzada ni triste- Dije mientras llevaba una mano a su barbilla para levantar su rostro -La curiosidad no es mala, yo adoro investigar y aprender- Dije pues al final, el anhelo de saber más siempre había sido parte de mí, al igual que la curiosidad por descubrir cosas nuevas -Solo debes ser cautelosa, que nadie se aproveche de tu curiosidad para hacerte daño- Dije a modo de consejo para la joven dragona.
Sus intentos de mentirme no eran pasados por alto, sin embargo no le diría nada, descubrirla tal vez la haría sentir mal así que lo mejor sería hacerle creer que sus mentiras funcionaban adecuadamente y lograban su cometido -¡No!- Negué rotundamente -Esta vez ha sido un experimento nada más, pero no es algo que vayamos a repetir mucho- Advertí con seriedad, pues me preocupaba su constante interés en servirme de alimento -Aunque te puedo admitir que me ha gustado, tu sangre es exquisita, digna de compararla con un manjar para los dioses- Halagué antes de dedicarme a explicar con palabras el sabor de su sangre -Dulce- Fue la primera palabra que alcancé a decir -Pero no empalagoso- Corregí de inmediato -Es una sangre muy dulce y a la vez, muy fresca y joven, tal como tú... Dudo que la sangre de todos los dragones tenga el mismo sabor de juventud, pero sí podrían tener esa dulzura, transmite paz y armonía, como si todo dentro de su cuerpo estuviera perfectamente sincronizado, despacio, pero siempre en movimiento, tu sangre tiene el sabor de la sabiduría y a la vez ingenuidad- No sabía si mis palabras realmente le resultarían fáciles de entender, pues más que sabores hablaba de percepciones, sensaciones, emociones o sentimientos, pero a fin de cuentas, era eso lo que mejor había percibido.
No deberías decirlo, a mí o a nadie, si hubiese bebido un poco más tu vida podría estar en riesgo, y eso no me lo perdonaría jamás- Expliqué con voz pausada, no para sermonearla de mala manera, sino para tratar de hacerle entender la seriedad del asunto y lo peligroso que podría resultarle -Más adelante, si realmente es necesario, aceptaría que me alimentes, como las madres alimentan a sus crías- Dije a modo de ejemplo aunque claramente no era lo mismo -Pero no es algo que aceptaría muy a menudo, ni algo que debas ofrecer a cualquiera- Dije mientras tomaba sus manos con ternura y preocupación -No te sientas avergonzada ni triste- Dije mientras llevaba una mano a su barbilla para levantar su rostro -La curiosidad no es mala, yo adoro investigar y aprender- Dije pues al final, el anhelo de saber más siempre había sido parte de mí, al igual que la curiosidad por descubrir cosas nuevas -Solo debes ser cautelosa, que nadie se aproveche de tu curiosidad para hacerte daño- Dije a modo de consejo para la joven dragona.
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