[Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
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Después de encargarle la misión al elfo me dirigí a toda prisa hacia el hospital en donde había quedado en dirigirme junto a la elfa, esperaba que el chico pudiera mantenerse oculto el tiempo que fuera necesario para mantener una vigilancia en todo momento, solo esperaba que en caso de problemas no intentara hacerse el héroe; algo cansado luego de correr un buen rato decidí descansar un momento recostado en las cercanías del hospital; cerré los ojos y tomé aire pensando en cómo podría encontrar a la elfa en un lugar tan amplio y frecuentemente abarrotado de personas.
El cielo permanecía impoluto aquella noche en que las estrellas parecían haberse ido a dormir, pocas personas rondaban las calles de la ciudad y contrario a lo que podría haber creído al principio, tampoco habían muchas personas rondando el hospital de Lunargenta; pocas veces había tenido la necesidad de visitar dicho lugar y esperaba que el momento no llegara pronto; mientras descansaba recostado a la pared analizaba la situación desde el inicio de la noche; hasta donde sabíamos, los escorpiones estaban conformados solo por humanos; sin embargo esa noche habíamos enfrentado a tres sujetos de razas diferentes ¿Qué podría significar aquello? ¿Podrían acaso no ser parte de la misma banda? Por otro lado; en aquella emboscada donde regresé a la cueva original, había enfrentado a un grupo de brujos, todos y cada uno; lo cual indicaba que sí había cierta variedad entre las filas de los escorpiones, y si era cierto lo que habían dicho acerca de escabullirse en las diferentes organizaciones de Aerandir, era más que lógico pensar con que tuvieran múltiples razas entre sus filas aunque rara vez parecían cooperar unas con otras.
Me dirigía calmado hacia la entrada de hospital pero justo antes de internarme en el mismo un fuerte estruendo llegó a mis oídos haciendo que me detuviera en seco -¿Qué rayos?- Dije mirando hacia atrás en busca de alguna explicación, sin embargo lo que hubiera sido eso -¿Dónde estás? Niniel- Murmuré mientras buscaba con la mirada en dirección al hospital cuando un segundo estruendo se dejó escuchar; ésta vez acompañado del sonido de pasos corriendo en dirección al origen del sonido; me di la vuelta para fijarme en la dirección que tomaban los soldados de la Guardia Real que pasaron tropezándome sin cuidado alguno y ante lo cual solo pude retroceder un par de pasos para evitar caerme al piso.
Intenté inútilmente detener a alguno de aquellos soldados pero todo fue en vano -Disculpe... Oiga... Espere...- Dije a quienes pasaban sin lograr efecto alguno, me ignoraron como si fuera invisible, por lo que solo podía imaginar que lo que estaba sucediendo era bastante serio; lo mejor sería encontrar a Niniel para ir a dar un vistazo.
El cielo permanecía impoluto aquella noche en que las estrellas parecían haberse ido a dormir, pocas personas rondaban las calles de la ciudad y contrario a lo que podría haber creído al principio, tampoco habían muchas personas rondando el hospital de Lunargenta; pocas veces había tenido la necesidad de visitar dicho lugar y esperaba que el momento no llegara pronto; mientras descansaba recostado a la pared analizaba la situación desde el inicio de la noche; hasta donde sabíamos, los escorpiones estaban conformados solo por humanos; sin embargo esa noche habíamos enfrentado a tres sujetos de razas diferentes ¿Qué podría significar aquello? ¿Podrían acaso no ser parte de la misma banda? Por otro lado; en aquella emboscada donde regresé a la cueva original, había enfrentado a un grupo de brujos, todos y cada uno; lo cual indicaba que sí había cierta variedad entre las filas de los escorpiones, y si era cierto lo que habían dicho acerca de escabullirse en las diferentes organizaciones de Aerandir, era más que lógico pensar con que tuvieran múltiples razas entre sus filas aunque rara vez parecían cooperar unas con otras.
Me dirigía calmado hacia la entrada de hospital pero justo antes de internarme en el mismo un fuerte estruendo llegó a mis oídos haciendo que me detuviera en seco -¿Qué rayos?- Dije mirando hacia atrás en busca de alguna explicación, sin embargo lo que hubiera sido eso -¿Dónde estás? Niniel- Murmuré mientras buscaba con la mirada en dirección al hospital cuando un segundo estruendo se dejó escuchar; ésta vez acompañado del sonido de pasos corriendo en dirección al origen del sonido; me di la vuelta para fijarme en la dirección que tomaban los soldados de la Guardia Real que pasaron tropezándome sin cuidado alguno y ante lo cual solo pude retroceder un par de pasos para evitar caerme al piso.
Intenté inútilmente detener a alguno de aquellos soldados pero todo fue en vano -Disculpe... Oiga... Espere...- Dije a quienes pasaban sin lograr efecto alguno, me ignoraron como si fuera invisible, por lo que solo podía imaginar que lo que estaba sucediendo era bastante serio; lo mejor sería encontrar a Niniel para ir a dar un vistazo.
Última edición por Bio el Sáb 16 Jul 2016 - 22:10, editado 1 vez
Bio
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
La noche avanzaba despacio para Níniel, sobre la cual cada vez pesaba más la decisión de haberse separado del pelinegro en aquella solitaria calle hacía lo que parecía una eternidad para ella, aunque realmente apenas hubiesen transcurrido una o dos horas a lo sumo desde que vencieran a aquel peligroso vampiro y a su enorme, aunque no demasiado avispado, camarada. Con cada minuto que pasaba sentía como crecían dentro de ella el miedo y las dudas. El sentimiento de que debería haberle acompañado y que se había equivocado al ir al hospital en vez de perseguir junto a él al último de sus atacantes y a aquel extraño aliado no-elfo que se les había unido a última hora y que respondía al nombre de Rauko. ¿Y sí se había equivocado y entre los dos no habían podido con el enemigo?. ¿Y si a pesar de las apariencias y las palabras de los enemigos vencidos aquellos tres no eran los únicos tras sus cabezas?. Era una tortura que ni siquiera la confianza que la peliblanca tenía en Bio y sus habilidades, así como la certeza de que solo lo hubiese retrasado al no poder seguir su ritmo lograban aliviar.
Con la mente atribulada la sacerdotisa se paseaba de un extremo a otro de la recepción una y otra vez como un animal enjaulado, a veces con pasos cortos y rápidos, a veces con largas zancadas, pero siempre siguiendo la misma ruta y pasando por delante o al lado de la enfermera que atendía la entrada al edificio, una joven embelesada por las historias de juventud del fornido Beor, el enorme y fuerte dueño de la posada de Nín y cuyo aprecio mutuo les convertía prácticamente en familia. Ambos la seguían con la mirada constantemente pero si aquello les molestaba, tuvieron la prudencia de no confesarlo en voz alta. También pasaba por delante de Jafeth, el hijo mayor de Beor, que lograba de algún modo dormitar tranquilamente sobre una de las incómodas sillas del lugar, algo que para la elfa resultaba imposible por mucho que lo había intentado, logrando únicamente permanecer sentada intervalos de tiempo no superiores a los cinco minutos antes de volver a su nervioso paseo.
-Tienes que tranquilizarte un poco. Si se las vio con basilisco y sigue de una pieza no creo tenga muchos problemas con ese mierdecilla que escapó. Además son dos contra uno.- Trató de calmarla el humano grandullón con su potente vozarrón mientras la miraba mesándose su poblada y enmarañada barba. Haciendo una pausa en sus masculinos alardes para tratar de evitar que a la peliblanca le diera un ataque.
-Estoy bien, estoy...tranquila. Es estar aquí sin hacer nada lo que no soporto. Quizá debería tratar de ir tras él. seguir su rastro o algo así.- Aclaró la sacerdotisa deteniendo sus pasos para apoyarse con amba manos tras el mostrador y dejar escapar un largo suspiro.
-¿Podrías?. No sé tú pero yo no podría seguir un rastro de hace horas en mitad de la noche. De hecho tampoco creo que pudiera hacerlo de día. Quedaste aquí, si le ha pasado algo y necesita ayuda será aquí a dónde venga. Si te vas, quizá lo encuentres, o quizá no estés cuando aparezca.- Respondió el fortachón hablando con la lógica y el sentido común que normalmente acompañaba a la peliblanca y que la espera parecía haber desterrado en ella.
-Lo sé...Tienes razón. Por eso sigo aquí. Pero mientras espero caminar al menos me ayuda algo.- Dijo la peliblanca dispuesta a retomar su monótono paseo, obteniendo una leve risa de su interlocutor que a pesar de sus palabras debía de entender perfectamente a su huésped preferida.
Apenas había dado la joven un par de pasos cuando un fuerte estruendo se escuchó fuera del hospital. El sonido llegó hasta allí amortiguado por las gruesas paredes, puertas y ventanas del centro médico pero aún así resultó bastante fuerte, tanto como para alarmar a los allí presentes y hacerles preguntarse sobre qué había causado semejante escándalo tan audible incluso allí dentro. Incluso Jafeth se despertó dando un fuerte respingo y llevando su mano a la empuñadura de la espada que descansaba en su cinto claramente confuso.
-Por las barbas de Odín...¿Y ahora qué rayos pasa?. Eso ha sonado como si el mismísimo Thor se hubiese tirado un pedo.-
Comentó Beor asomándose a una de las ventanas, curioso pero también precavido. Comenzando a escudriñar en la oscuridad de la noche y tratando de ver algo allí donde las antorchas de la calle iluminaban con llama titilante la negrura. -No veo una mierda desde aquí...Esperad...Hay guardias...Todos corren hacia allá- Dijo señalando con su grueso dedo índice a través de la ventana. -Voy a ver que pasa, quizá necesiten ayuda. Jafeth, quédate con Níniel.- Ordenó. Pero la elfa no tenía ninguna intención de quedarse allí.
-Yo voy. Ya he esperado suficiente. Además si alguien necesita ayuda...Tu te encargas de los mamporros y yo de las heridas- Fueron las palabras determinadas de la peliblanca que dejó claro que aquello iba a ser así...O así.
-JAJA. Me encantan las mujeres con carácter. Bien vamos. pero no te alejes de mí.-Tronó el enorme humano como si aquello lo esperase y complaciese.
El pequeño grupo salió del edificio y con cuidado avanzó siguiendo el reguero constante de guardias a la carrera. Todos parecían muy ocupados o preocupados como para responder a sus preguntas sobre qué era lo que estaba pasando allí, pero también como para tomarse la molestia de ordenarles que volvieran a sus casas, por lo que pudieron seguirles sin problema hacia la fuente de un segundo fuerte estruendo que ya en el exterior pudieron oír en toda su magnitud.
Grande y agradable fue la sorpresa de Niniel cuando a unos metros de las puertas del hospital siguiendo aquella dirección, cerca de una pared del lugar, iluminado por las antorchas que portaban los guardias que pasaban por su lado, reconoció la figura de su vampiro pelinegro favorito. -Beor, mira, es Bio. Allí contra aquella pared.- Advirtió a sus compañeros que se detuvieron unos pasos por delante de la elfa para mirar en aquella dirección y seguirla hasta la posición del vampiro.
-!Bio!- Exclamó contenta de verle sano y salvo llegando hasta él. - Me tenías preocupada.- Continuó haciendo amago de lanzarse a abrazar a su amigo, aunque deteniéndose antes de hacerlo y limitándose a dedicarle una amplia sonrisa. -¿Estás bien. Qué ha pasado?, ¿Dónde está Rauko?. ¿Atrapaste a ese rufián?- Le interrogó inmediatamente comenzando a examinarle por encima en busca de heridas o contusiones, claramente deseosa de respuestas.
Con la mente atribulada la sacerdotisa se paseaba de un extremo a otro de la recepción una y otra vez como un animal enjaulado, a veces con pasos cortos y rápidos, a veces con largas zancadas, pero siempre siguiendo la misma ruta y pasando por delante o al lado de la enfermera que atendía la entrada al edificio, una joven embelesada por las historias de juventud del fornido Beor, el enorme y fuerte dueño de la posada de Nín y cuyo aprecio mutuo les convertía prácticamente en familia. Ambos la seguían con la mirada constantemente pero si aquello les molestaba, tuvieron la prudencia de no confesarlo en voz alta. También pasaba por delante de Jafeth, el hijo mayor de Beor, que lograba de algún modo dormitar tranquilamente sobre una de las incómodas sillas del lugar, algo que para la elfa resultaba imposible por mucho que lo había intentado, logrando únicamente permanecer sentada intervalos de tiempo no superiores a los cinco minutos antes de volver a su nervioso paseo.
-Tienes que tranquilizarte un poco. Si se las vio con basilisco y sigue de una pieza no creo tenga muchos problemas con ese mierdecilla que escapó. Además son dos contra uno.- Trató de calmarla el humano grandullón con su potente vozarrón mientras la miraba mesándose su poblada y enmarañada barba. Haciendo una pausa en sus masculinos alardes para tratar de evitar que a la peliblanca le diera un ataque.
-Estoy bien, estoy...tranquila. Es estar aquí sin hacer nada lo que no soporto. Quizá debería tratar de ir tras él. seguir su rastro o algo así.- Aclaró la sacerdotisa deteniendo sus pasos para apoyarse con amba manos tras el mostrador y dejar escapar un largo suspiro.
-¿Podrías?. No sé tú pero yo no podría seguir un rastro de hace horas en mitad de la noche. De hecho tampoco creo que pudiera hacerlo de día. Quedaste aquí, si le ha pasado algo y necesita ayuda será aquí a dónde venga. Si te vas, quizá lo encuentres, o quizá no estés cuando aparezca.- Respondió el fortachón hablando con la lógica y el sentido común que normalmente acompañaba a la peliblanca y que la espera parecía haber desterrado en ella.
-Lo sé...Tienes razón. Por eso sigo aquí. Pero mientras espero caminar al menos me ayuda algo.- Dijo la peliblanca dispuesta a retomar su monótono paseo, obteniendo una leve risa de su interlocutor que a pesar de sus palabras debía de entender perfectamente a su huésped preferida.
Apenas había dado la joven un par de pasos cuando un fuerte estruendo se escuchó fuera del hospital. El sonido llegó hasta allí amortiguado por las gruesas paredes, puertas y ventanas del centro médico pero aún así resultó bastante fuerte, tanto como para alarmar a los allí presentes y hacerles preguntarse sobre qué había causado semejante escándalo tan audible incluso allí dentro. Incluso Jafeth se despertó dando un fuerte respingo y llevando su mano a la empuñadura de la espada que descansaba en su cinto claramente confuso.
-Por las barbas de Odín...¿Y ahora qué rayos pasa?. Eso ha sonado como si el mismísimo Thor se hubiese tirado un pedo.-
Comentó Beor asomándose a una de las ventanas, curioso pero también precavido. Comenzando a escudriñar en la oscuridad de la noche y tratando de ver algo allí donde las antorchas de la calle iluminaban con llama titilante la negrura. -No veo una mierda desde aquí...Esperad...Hay guardias...Todos corren hacia allá- Dijo señalando con su grueso dedo índice a través de la ventana. -Voy a ver que pasa, quizá necesiten ayuda. Jafeth, quédate con Níniel.- Ordenó. Pero la elfa no tenía ninguna intención de quedarse allí.
-Yo voy. Ya he esperado suficiente. Además si alguien necesita ayuda...Tu te encargas de los mamporros y yo de las heridas- Fueron las palabras determinadas de la peliblanca que dejó claro que aquello iba a ser así...O así.
-JAJA. Me encantan las mujeres con carácter. Bien vamos. pero no te alejes de mí.-Tronó el enorme humano como si aquello lo esperase y complaciese.
El pequeño grupo salió del edificio y con cuidado avanzó siguiendo el reguero constante de guardias a la carrera. Todos parecían muy ocupados o preocupados como para responder a sus preguntas sobre qué era lo que estaba pasando allí, pero también como para tomarse la molestia de ordenarles que volvieran a sus casas, por lo que pudieron seguirles sin problema hacia la fuente de un segundo fuerte estruendo que ya en el exterior pudieron oír en toda su magnitud.
Grande y agradable fue la sorpresa de Niniel cuando a unos metros de las puertas del hospital siguiendo aquella dirección, cerca de una pared del lugar, iluminado por las antorchas que portaban los guardias que pasaban por su lado, reconoció la figura de su vampiro pelinegro favorito. -Beor, mira, es Bio. Allí contra aquella pared.- Advirtió a sus compañeros que se detuvieron unos pasos por delante de la elfa para mirar en aquella dirección y seguirla hasta la posición del vampiro.
-!Bio!- Exclamó contenta de verle sano y salvo llegando hasta él. - Me tenías preocupada.- Continuó haciendo amago de lanzarse a abrazar a su amigo, aunque deteniéndose antes de hacerlo y limitándose a dedicarle una amplia sonrisa. -¿Estás bien. Qué ha pasado?, ¿Dónde está Rauko?. ¿Atrapaste a ese rufián?- Le interrogó inmediatamente comenzando a examinarle por encima en busca de heridas o contusiones, claramente deseosa de respuestas.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Cuando creí que me encontraba en problemas fui salvado gracias a la intervención de Bio, él logró convencer a los guardias de dejarme libre y además de eso también me entregó una especie de medicina para sanar mis heridas, era una sustancia rara y con solo verla supe que el sabor seguramente sería horrible, de hecho, tenía el mismo aspecto de un líquido que había tomado hace años y que solo me provocó un irritante problema estomacal, con aquella experiencia no me quedaban ganas de ingerir algo parecido, sin embargo, la medicina era de parte de Niniel así que tal vez no sería tan malo… O eso pensaba, la medicina resultó tener un sabor horripilante, con cada trago que tomaba sentí cómo se destruía una parte de mi alma.
Tras esperar que los guardias se alejaran junto con el brujo, Bio me dio nuevas instrucciones bastantes claras y sencillas -Bien, esta vez no voy fallar. Por cierto, agradécele a Niniel por el medicamento, pero no le digas que fue una tortura tomármelo- Le dije a Bio para luego comenzar con la tarea que me encomendó. Esta vez, sabiendo que las cosas eran más serias de lo que pensaba al principio, estaría más determinado que antes.
No tardé mucho en encontrar a los guardias que llevaban al brujo, no habían avanzado tanto, así que ahora que los tenía a la vista opté por mantenerme oculto para no llamar la atención, además, si algún grupo decidía rescatar al prisionero asesinando a los que estén cerca entonces lo mejor sería mantenerme alejado de eso.
Por otro lado, mientras seguía el paso de los guardias también hacía lo posible por terminar de sanar mis heridas, aunque mantener la concentración en dos actividades al mismo tiempo era complicado, afortunadamente duramos un rato caminando y tuve el tiempo suficiente para recuperarme.
Continuamos avanzando y nada interesante sucedía, todo era tranquilo y sereno, tal vez demasiado para mi gusto -(Hay demasiado silencio y no hay nadie cerca, éste es el escenario perfecto para una emboscada, tendré que estar atento)- Pensé mientras observaba cada detalle del entorno, tenía un mal presentimiento y una desconfianza de la que no me podía deshacer por más que lo intentara.
Fue entonces cuando desde la nada apareció una botella que se estrelló a unos pocos metros de los guardias, quebrándose en pedazos y soltando así una especie niebla verde y espesa -¿Qué rayos es eso? Creo que lo mejor es mantenernos alejados- Dijo uno de los sujetos mientras trataba de encontrar un camino alternativo, no obstante, repentinamente la misteriosa niebla cambió de verde a naranja incandescente y luego liberó una pequeña explosión que cegó a los guardias acompañado de un fuerte ruido estremecedor que se llegó a escuchar a grandes distancias.
Quedé un poco aturdido por la inesperada sorpresa a pesar de que me encontraba en un lugar seguro, por suerte nadie resultó herido, pues la explosión era más escandalosa de lo que realmente hacía, desafortunadamente eso solo era el principio, una nueva botella cayó justo al lado de los guardias y una vez más hubo una explosión retumbante, sin embargo esta vez solamente fui yo quien quedó consciente, pero en el momento quedé con una leve ceguera gracias al destello de luz -(¿Desde dónde están atacando? ¿Cuántos son? ¿Cómo podré detenerlos?)- Mi cabeza se llenó de dudas pero antes de atacar lo que no podía ver o actuar indebidamente opté por seguir escondido y esperar un poco.
Por suerte, ya no me encontraría solo, desde mi posición pude escuchar los pasos de una pequeña multitud que se acercaban al lugar, eso sería un problema para la elaboración de lo que estaban tramando los atacantes, sin embargo, seguramente ellos también estaban al tanto de eso, así que desde ese momento se moverían más rápido y cuando mi ceguera desapareciera completamente ya sería demasiado tarde para actuar -No puedo esperar que mi vista vuelva o escaparán, intentaré sanarme con mis propias manos, aunque no sé si funcione en este caso, pero lo intentaré- Dije para mí mismo mientas colocaba mis manos sobre mis ojos intentando sanarme y recuperar el preciado sentido de la vista lo más rápido posible.
Tras esperar que los guardias se alejaran junto con el brujo, Bio me dio nuevas instrucciones bastantes claras y sencillas -Bien, esta vez no voy fallar. Por cierto, agradécele a Niniel por el medicamento, pero no le digas que fue una tortura tomármelo- Le dije a Bio para luego comenzar con la tarea que me encomendó. Esta vez, sabiendo que las cosas eran más serias de lo que pensaba al principio, estaría más determinado que antes.
No tardé mucho en encontrar a los guardias que llevaban al brujo, no habían avanzado tanto, así que ahora que los tenía a la vista opté por mantenerme oculto para no llamar la atención, además, si algún grupo decidía rescatar al prisionero asesinando a los que estén cerca entonces lo mejor sería mantenerme alejado de eso.
Por otro lado, mientras seguía el paso de los guardias también hacía lo posible por terminar de sanar mis heridas, aunque mantener la concentración en dos actividades al mismo tiempo era complicado, afortunadamente duramos un rato caminando y tuve el tiempo suficiente para recuperarme.
Continuamos avanzando y nada interesante sucedía, todo era tranquilo y sereno, tal vez demasiado para mi gusto -(Hay demasiado silencio y no hay nadie cerca, éste es el escenario perfecto para una emboscada, tendré que estar atento)- Pensé mientras observaba cada detalle del entorno, tenía un mal presentimiento y una desconfianza de la que no me podía deshacer por más que lo intentara.
Fue entonces cuando desde la nada apareció una botella que se estrelló a unos pocos metros de los guardias, quebrándose en pedazos y soltando así una especie niebla verde y espesa -¿Qué rayos es eso? Creo que lo mejor es mantenernos alejados- Dijo uno de los sujetos mientras trataba de encontrar un camino alternativo, no obstante, repentinamente la misteriosa niebla cambió de verde a naranja incandescente y luego liberó una pequeña explosión que cegó a los guardias acompañado de un fuerte ruido estremecedor que se llegó a escuchar a grandes distancias.
Quedé un poco aturdido por la inesperada sorpresa a pesar de que me encontraba en un lugar seguro, por suerte nadie resultó herido, pues la explosión era más escandalosa de lo que realmente hacía, desafortunadamente eso solo era el principio, una nueva botella cayó justo al lado de los guardias y una vez más hubo una explosión retumbante, sin embargo esta vez solamente fui yo quien quedó consciente, pero en el momento quedé con una leve ceguera gracias al destello de luz -(¿Desde dónde están atacando? ¿Cuántos son? ¿Cómo podré detenerlos?)- Mi cabeza se llenó de dudas pero antes de atacar lo que no podía ver o actuar indebidamente opté por seguir escondido y esperar un poco.
Por suerte, ya no me encontraría solo, desde mi posición pude escuchar los pasos de una pequeña multitud que se acercaban al lugar, eso sería un problema para la elaboración de lo que estaban tramando los atacantes, sin embargo, seguramente ellos también estaban al tanto de eso, así que desde ese momento se moverían más rápido y cuando mi ceguera desapareciera completamente ya sería demasiado tarde para actuar -No puedo esperar que mi vista vuelva o escaparán, intentaré sanarme con mis propias manos, aunque no sé si funcione en este caso, pero lo intentaré- Dije para mí mismo mientas colocaba mis manos sobre mis ojos intentando sanarme y recuperar el preciado sentido de la vista lo más rápido posible.
Rauko
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Estaba tan distraído intentando detener a los guardias, o más bien, solo mirándolos pasar, que no pude notar la llegada de Niniel y su grupo, aunque antes de que llegara hasta mí, su inconfundible voz cantarina me anunciaría su presencia -Ho-hola- Respondí con una sonrisa boba un poco desenfocado ante tal recibimiento, generalmente nuestros encuentros estaban ornamentados por una ya ritual sucesión de sarcasmos que aunque amistosos, siempre buscaban destacar algún aspecto negativo del otro, sin embargo esta vez era diferente; hice una pausa aun esperando esa frase mordaz, una acerbo palabra lacerante que bañara el momento de hostilidad pero para mi sorpresa jamás llegó, solo parecía estar preocupada, ante lo cual solo pude bajar ligeramente la cabeza con un sentimiento de culpa por haberla preocupado -Estoy bien, tranquila- Respondí con una amable sonrisa de agradecimiento aunque aún no me atrevería a admitir nada, de momento mis acciones hablarían lo que callaban mis palabras para mantener mi orgullo intacto, o al menos la imagen del mismo.
Tomé aire antes de comenzar a darle los detalles de lo ocurrido -Alcanzamos al brujo y está atrapado- Dije con firmeza aunque la pausa podría ser interpretada como un inminente “pero” que no demoraría en llegar -Pero no fue atrapado por nosotros- Expliqué entonces los motivos de aquella confusa situación -La Guardia Real consiguió capturar antes al brujo y también a Rauko; por suerte pude engañarlos para que liberaran al elfo pero no quise tentar mi suerte intentando quedarme con el brujo- Hice una pausa cuando uno de los guardias me tropezó por un lado y sin siquiera detenerse a disculparse continuó su camino; respiré profundamente sin reaccionar a aquello pues siendo un vampiro en una ciudad de humanos no llevaba las de ganar, menos contra la mismísima Guardia Real.
Dirigí de nuevo la vista hacia la elfa antes de continuar el relato -Los engañé para que transportaran al brujo a la prisión de los bios, se suponía que debía ser mañana al anochecer pero parece que sus compañeros se apresuraron en rescatarlo- Dije mientras dirigía la vista en la dirección que avanzaban los soldados -Espero que esas explosiones no tengan relación, pero tengo un mal presentimiento- Afirme en tono serio -¿Pudiste encontrar algo en la sangre de ese sujeto? ¿Pudieron analizarla?- Pregunté sabiendo que cualquier detalle podría resultar de ayuda.
Luego de escuchar sus respuestas dije algo que generalmente no diría a la elfa, mi afán siempre era ir adelante contra el peligro, dejarla atrás para que no saliera dañada, pero no esta vez -Me temo que es indispensable que vengas- Le dije manteniendo la mirada en dirección a donde habían corrido los soldados -Si esas explosiones han sido tan serias como se han escuchado, tendrás que multiplicarte para atender a todos- Advertí con seriedad justo antes que una tercera explosión dibujara en el aire un ensordecedor silencio -¡Vamos!- Dije a mi compañera de clan antes de comenzar a correr hacia el origen de las explosiones.
Un par de soldados pasaron junto a nosotros en dirección contraria a toda prisa y con sus ropas rotas y maltrechas; Miré a la elfa preocupado antes de retomar la carrera hasta llegar a donde preferiría no haber llegado; la escena me dejó conmocionado y traté de bloquear el paso a la elfa extendiendo mi mano a modo de barrera aunque claramente no sería capaz de detenerla; aquella pequeña calle parecía más bien un violento escenario de batalla; algunos soldados se retorcían en el piso cubriendo sus oídos mientras otros se arrastraban intentando salir de ese lugar y esos, aunque resultara horrible eran los más afortunados.
Los menos afortunados eran ahora un par de manchas de sangre dibujados contra la pared, otros daban sus últimos espasmos de agonía luego de haber perdido brazos o piernas pero lo más extraño era la escena en medio de la calle -¡No! ¡Por Favor! No he fallado antes, puedo lograrlo- Imploraba el brujo al que habíamos capturado hacía poco mientras, sentado sobre el suelo se arrastraba hacia atrás aterrorizado por una mujer de cabellos blancos y mirada severa... Y sí, también grandes pechos pero eso era lo de menos -Has fallado... Conoces el precio- Dijo la mujer sin expresión alguna en su rostro mientras levantaba su extraña arma que parecían ser dos espadas juntas que formaban una especie de lanza o doble espada -No es un rescate...- Dije espantado ante la escena -Es una ejecución- Mencioné más para mí mismo aunque sería fácilmente escuchado por Niniel.
¡No!- [1] Grité con fuerza imprimiendo en el grito una dosis de magia que a pesar de la distancia consiguió detener a la mujer que llevó una mano a su cabeza y luego la agitó un par de veces antes de voltear a verme sonriendo con malicia -Si lo mata, se va nuestra pista- Le dije a mi compañera mientras me lanzaba contra la asesina aunque antes que pudiera al menos dar un par de pasos, la misteriosa mujer giró su espada doble con una sonrisa de satisfacción dejando una franja roja en el cuello de nuestro brujo; franja de la que no tardó en brotar una incontenible hemorragia que lo mató en instantes -Maldita- Murmuré entre dientes parado en medio de la calle de la manera más imprudente posible; si me escondía vendría hacia mí, así que lo mejor sería mantener su atención y esperar que Niniel pensara en algún plan, yo ya estaba bastante descolocado como para pensar en algo y lo peor, aunque la mujer se veía bastante amenazante, no parecía ser capaz de causar las explosiones, definitivamente había alguien más o no habíamos visto todo lo que la mujer era capaz de hacer.
Tomé aire antes de comenzar a darle los detalles de lo ocurrido -Alcanzamos al brujo y está atrapado- Dije con firmeza aunque la pausa podría ser interpretada como un inminente “pero” que no demoraría en llegar -Pero no fue atrapado por nosotros- Expliqué entonces los motivos de aquella confusa situación -La Guardia Real consiguió capturar antes al brujo y también a Rauko; por suerte pude engañarlos para que liberaran al elfo pero no quise tentar mi suerte intentando quedarme con el brujo- Hice una pausa cuando uno de los guardias me tropezó por un lado y sin siquiera detenerse a disculparse continuó su camino; respiré profundamente sin reaccionar a aquello pues siendo un vampiro en una ciudad de humanos no llevaba las de ganar, menos contra la mismísima Guardia Real.
Dirigí de nuevo la vista hacia la elfa antes de continuar el relato -Los engañé para que transportaran al brujo a la prisión de los bios, se suponía que debía ser mañana al anochecer pero parece que sus compañeros se apresuraron en rescatarlo- Dije mientras dirigía la vista en la dirección que avanzaban los soldados -Espero que esas explosiones no tengan relación, pero tengo un mal presentimiento- Afirme en tono serio -¿Pudiste encontrar algo en la sangre de ese sujeto? ¿Pudieron analizarla?- Pregunté sabiendo que cualquier detalle podría resultar de ayuda.
Luego de escuchar sus respuestas dije algo que generalmente no diría a la elfa, mi afán siempre era ir adelante contra el peligro, dejarla atrás para que no saliera dañada, pero no esta vez -Me temo que es indispensable que vengas- Le dije manteniendo la mirada en dirección a donde habían corrido los soldados -Si esas explosiones han sido tan serias como se han escuchado, tendrás que multiplicarte para atender a todos- Advertí con seriedad justo antes que una tercera explosión dibujara en el aire un ensordecedor silencio -¡Vamos!- Dije a mi compañera de clan antes de comenzar a correr hacia el origen de las explosiones.
Un par de soldados pasaron junto a nosotros en dirección contraria a toda prisa y con sus ropas rotas y maltrechas; Miré a la elfa preocupado antes de retomar la carrera hasta llegar a donde preferiría no haber llegado; la escena me dejó conmocionado y traté de bloquear el paso a la elfa extendiendo mi mano a modo de barrera aunque claramente no sería capaz de detenerla; aquella pequeña calle parecía más bien un violento escenario de batalla; algunos soldados se retorcían en el piso cubriendo sus oídos mientras otros se arrastraban intentando salir de ese lugar y esos, aunque resultara horrible eran los más afortunados.
Los menos afortunados eran ahora un par de manchas de sangre dibujados contra la pared, otros daban sus últimos espasmos de agonía luego de haber perdido brazos o piernas pero lo más extraño era la escena en medio de la calle -¡No! ¡Por Favor! No he fallado antes, puedo lograrlo- Imploraba el brujo al que habíamos capturado hacía poco mientras, sentado sobre el suelo se arrastraba hacia atrás aterrorizado por una mujer de cabellos blancos y mirada severa... Y sí, también grandes pechos pero eso era lo de menos -Has fallado... Conoces el precio- Dijo la mujer sin expresión alguna en su rostro mientras levantaba su extraña arma que parecían ser dos espadas juntas que formaban una especie de lanza o doble espada -No es un rescate...- Dije espantado ante la escena -Es una ejecución- Mencioné más para mí mismo aunque sería fácilmente escuchado por Niniel.
¡No!- [1] Grité con fuerza imprimiendo en el grito una dosis de magia que a pesar de la distancia consiguió detener a la mujer que llevó una mano a su cabeza y luego la agitó un par de veces antes de voltear a verme sonriendo con malicia -Si lo mata, se va nuestra pista- Le dije a mi compañera mientras me lanzaba contra la asesina aunque antes que pudiera al menos dar un par de pasos, la misteriosa mujer giró su espada doble con una sonrisa de satisfacción dejando una franja roja en el cuello de nuestro brujo; franja de la que no tardó en brotar una incontenible hemorragia que lo mató en instantes -Maldita- Murmuré entre dientes parado en medio de la calle de la manera más imprudente posible; si me escondía vendría hacia mí, así que lo mejor sería mantener su atención y esperar que Niniel pensara en algún plan, yo ya estaba bastante descolocado como para pensar en algo y lo peor, aunque la mujer se veía bastante amenazante, no parecía ser capaz de causar las explosiones, definitivamente había alguien más o no habíamos visto todo lo que la mujer era capaz de hacer.
Offrol [1] Habilidad de nivel 0: El Que Susurra en la Oscuridad.
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Bio
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Las palabras del vampiro, a pesar de que dejaban una pequeña puerta abierta a la esperanza, eran claramente malas noticias. La guardia no era precisamente famosa por sus profundas investigaciones sobre los delitos que se cometían en su ciudad y, aunque eficaces a la hora de detener a un criminal pillado con las manos en la masa y a la hora de usar la fuerza bruta para restaurar la ley de su rey, pocos entre ellos se molestaban en ver más allá de lo obvio. Al fin y al cabo no dejaban de ser soldados. Arrojarían a aquel brujo a una celda húmeda oscura el tiempo que considerarán por los crímenes que daban por hechos y poco más. Difícilmente, salvo que aquel tipo hablase, se iban a interesar por si había actuado solo o no o si formaba parte de un grupo que aún amenazaba sus vidas, y menos aún después de la milonga que debió de colarles el pelinegro para que soltaran a Rauko y aceptaran trasladar a un prisionero a voluntad de un desconocido. No, la guardia no iba a sacarles las castañas del fuego, necesitaban que aquel brujo hablara. Entonces quizá sabrían a qué se enfrentaban y actuar en consecuencia.
-Osea que una de dos. O seguimos jugándonos la vida a ciegas teniendo miedo de nuestra propia sombra...O le arrebatamos su prisionero a la guardia...Precisamente lo que necesitamos, más enemigos.- Declaró con cierto amargor en su siempre melodioso tono de voz, aprovechando la leve pausa de Bio en su relato aunque con cuidado de hablar en voz baja y solo cuando el guardia que había pasado por su lado se hubo alejado ya lo suficiente. No necesitaba la confirmación del pelinegro para saber que era así. Definitivamente aquel asunto de los escorpiones que la elfa creyó haber dejado ya zanjado en aquel subterráneo no lo estaba en absoluto y les tenía contra la espada en la pared.
-¿Creés que ese estruendo es cosa de esos tipos?- Preguntó alarmada y considerando por primera vez aquella posibilidad desde que el primer estallido les instara a abandonar su larga espera y a moverse. Sonaba realmente descabellado. ¿Qué ganaría un grupo de bandidos y asesinos ladrones de órganos llamando la atención de esa manera?. ¿Y a quién atacaban de ser ellos?. ¿No eran ella y el vampiro sus objetivos?. Sin embargo Bio tenía razón. Había algo, una sensación...Que desde el momento que el vampiro lo mencionó hacia que la peliblanca diera crédito a aquel mal presentimiento. Y ese sentimiento la hizo fruncir los labios más preocupada aún de lo que ya lo estaba antes de seguir hablando.
-Estudié la muestra a fondo, al menos todo lo a fondo que he podido dadas las circunstancias. He determinado los ingredientes y buena parte de los principios que le daban esa resistencia al dolor a aquella mole. También algunas cosas más que no vienen a cuento... Los ingredientes en su mayoría provienen del norte, un par de ellos de una zona muy concreta. No es fácil hacerse con ellos aquí en Lunargenta, ni tampoco barato. Apenas hay un par de comerciantes que tratan con ingredientes así.- Respondió la peliblanca de la forma más rápida y concisa que pudo a su pregunta, dejando entrever que en caso de querer investigar en aquella dirección ella sabía el nombre de dichos comerciantes y dónde encontrarlos. Ya tendrían tiempo para explicaciones más largas cuando todo aquello acabase. Incluso si estaba interesado le explicaría al pelinegro con todo lujo de detalles todo lo que sabía sobre dichos ingredientes y su preparación, aunque dudaba que quisiera.
-No hubieses podido convencerme de los contrario Bio. Me alegra ver que empiezas a conocerme.- Se burló la joven elfa ante las instrucciones del pelinegro sobre la imperiosa necesidad de ir con él. Hombres más grandes que él lo habían intentado y habían fallado. Concretamente unos minutos y unas decenas de metros antes.
El grupo de cuatro se puso en marcha caminando con rapidez y pronto se cruzaron en su camino con dos maltrechos guardias que trataban de salir de la zona a la que ellos se dirigían. No portaban entre los dos más armas que las dagas de sus cintos y uno de ellos el escudo con el emblema de la ciudad a su espalda. Sus tabardos y armaduras se hallaban cubiertos de ceniza, abolladas y la tela quemada y hecha jirones. Aún así parecían no estar heridos, al menos no de seriedad. Parecía como si hubiesen sobrevivido de milagro a un incendio.Sin duda aquella visión pesó en el corazón de aquel extraño cuarteto mientras avanzaba, pero no fue más que el anticipo de lo que estaban a punto de encontrarse tan solo unos pasos más adelante y que ni siquiera el gesto protector del pelinegro pudo evitar que vieran.
La escena que allí hallaron era dantesca. Donde quisiera que la joven mirara había cuerpos de guardias carbonizados que conservaban la grotesca postura fruto de la mayor de las agonías en la cual murieron. Varios de los cadáveres se encontraban con algún miembro amputado y otros estaban totalmente destrozados. Toda la calle estaba teñida de sangre y fuego y el lamento de los heridos y agonizantes se elevaba en la noche como un salmo dedicado a un dios oscuro y cruel. Solo unos pocos parecían haberse librado de lo peor de aquella pesadilla, pero incluso ellos padecían los efectos de las explosiones y con sus ojos cegados y sus tímpanos dañados trataban de salir de allí presas del más absoluto pánico como buenamente podían. Cualquiera podría haber descrito aquel lugar como si se tratara del mismo infierno, y sin duda no habría estado muy desencaminado. Aunque con sinceridad, Níniel había estado en infiernos peores que aquel.
¿Y todo para que?. La respuesta parecía evidente al mirar hacia el centro de la calle, donde una mujer peliblanca se alzaba orgullosa aunque sin expresión alguna en su rostro cerca del prisionero aún maniatado. Empuñaba victoriosa una extraña lanza de doble hoja mientras a su alrededor el dolor, la muerte y el fuego lo consumían absolutamente todo menos la fría piedra. Al final sí que eran esos "escorpiones" otra vez. ¿Tan importante era aquel brujo como para causar semejante masacre en la guardia?. Debía de serlo porque aquella mujer y los demás de su grupo acababan de marcarse a sí mismos para su aniquilación. La guardia jamás olvidaría semejante ataque contra los suyos y no descansaría hasta matar al último de ellos sin piedad. Níniel lo sabía, ya lo había visto antes. Por ello, las súplicas del brujo hacía la que debía ser su compañera y lo que ocurrió a continuación desconcertaron totalmente a la peliblanca que no pudo apenas reaccionar.
-¿Pero qué...?- Fue cuanto pudo musitar al ver como la mujer alzaba aquella extraña arma con la evidente intención de matar a su propio compañero, sin poder hacer nada por evitarlo. Ni siquiera de disponer de un modo de atacar a distancia hubiese podido actuar a tiempo y Beor y su hijo parecieron pasar por lo mismo pues apenas tuvieron tiempo de moverse. Solo pudieron ser testigos de cómo Bio usaba el extraño poder de sus palabras y trataba de evitar aquella ejecución, pero ya era tarde para el brujo. Aquella mujer ni siquiera le dio una muerte honorable, se limitó a cortarle el cuello como si se tratase de un simple cerdo de granja. ¿Tanta muerte para algo así?. ¿Aquello que tenían delante era una mujer o un demonio?.
-¿Todo esto para qué?.- Espetó la elfa de repente y aún parada a la entrada de aquella calle, un par de pasos tras el vampiro y flanqueada por los dos humanos. -Si esto fuera un rescate de un compañero atrapado aún podría entenderlo...¿Pero para matarlo?. ¿Es un mensaje?. ¿Sois tan duros que incluso para castigar el fallo de uno los vuestros masacráis a la guardia?.- Hizo una pausa y no pudo evitar una sonrisa sardónica por lo absurda que esa idea le resultaba. -Estás muerta. Solo que aún no lo sabes- Su omnipresente melodioso tono de voz había desaparecido, sustituido por uno duro y cargado de promesas de venganza. Níniel estaba realmente enfadada, más de lo que nunca había estado, y su cuerpo rebosaba maná listo para ser usado. A su lado Beor y su hijo alistaban las armas prestos para hacer justicia, aunque a Beor parecía gustarle la adversaria que tenía delante por cómo la miraba...O al menos la parte más notoria de la misma.
Sin embargo la sacerdotisa no apuntaba con su bastón hacía aquella enemiga o hacia Bio para otorgarle una de sus bendiciones. La cabeza del dragón señalaba hacia el segundo edificio de su derecha. Y durante un instante en el que sintió que su compañero la miraba por el rabillo del ojo señaló levemente con el dedo índice en aquella misma dirección durante un instante. Era una señal para que tuviera cuidado. Sobre ese edificio estaba el alquimista responsable de aquellas explosiones. Níniel reconocía el olor de los ingredientes alquímicos impregnando todo el lugar...Y también había visto el lugar de impacto de todos los viales explosivos en aquella calle, reconociéndolos al ser oscuros puntos negros en el suelo o las paredes, y con ellos extrapolado la posición del lanzador sobre el tejado de aquella estructura. Si querían pelear contra esa tetona...Tendrían que librarse antes de él. Aunque si el lanzador seguía creyendo que el objetivo de cualquier ataque era la peliblanca pechugona y que su posición era aún desconocida seguramente cometería un error...
-Parece que he encontrado la horma de mi zapato en cuanto a mis habilidades, Bio. Deberías dejar que yo me encargue.- Fue cuanto dijo a su compañero. Esperaba que se diera cuenta del significado de aquello, pues evidentemente aquella mujer armada con una espada doble no era exactamente la horma para Níniel que apenas sabía luchar con armas. Dicho esto la elfa elevó una corta plegaria en silencio hacia sus dioses y bendijo al pelinegro y a sí misma con un notable incremento de su destreza. Así como las armas de Beor y Jafeth para que fueran mucho más letales. El combate podía empezar.
Uso en este post de las habs Imbuir y Estrella fugaz.-Osea que una de dos. O seguimos jugándonos la vida a ciegas teniendo miedo de nuestra propia sombra...O le arrebatamos su prisionero a la guardia...Precisamente lo que necesitamos, más enemigos.- Declaró con cierto amargor en su siempre melodioso tono de voz, aprovechando la leve pausa de Bio en su relato aunque con cuidado de hablar en voz baja y solo cuando el guardia que había pasado por su lado se hubo alejado ya lo suficiente. No necesitaba la confirmación del pelinegro para saber que era así. Definitivamente aquel asunto de los escorpiones que la elfa creyó haber dejado ya zanjado en aquel subterráneo no lo estaba en absoluto y les tenía contra la espada en la pared.
-¿Creés que ese estruendo es cosa de esos tipos?- Preguntó alarmada y considerando por primera vez aquella posibilidad desde que el primer estallido les instara a abandonar su larga espera y a moverse. Sonaba realmente descabellado. ¿Qué ganaría un grupo de bandidos y asesinos ladrones de órganos llamando la atención de esa manera?. ¿Y a quién atacaban de ser ellos?. ¿No eran ella y el vampiro sus objetivos?. Sin embargo Bio tenía razón. Había algo, una sensación...Que desde el momento que el vampiro lo mencionó hacia que la peliblanca diera crédito a aquel mal presentimiento. Y ese sentimiento la hizo fruncir los labios más preocupada aún de lo que ya lo estaba antes de seguir hablando.
-Estudié la muestra a fondo, al menos todo lo a fondo que he podido dadas las circunstancias. He determinado los ingredientes y buena parte de los principios que le daban esa resistencia al dolor a aquella mole. También algunas cosas más que no vienen a cuento... Los ingredientes en su mayoría provienen del norte, un par de ellos de una zona muy concreta. No es fácil hacerse con ellos aquí en Lunargenta, ni tampoco barato. Apenas hay un par de comerciantes que tratan con ingredientes así.- Respondió la peliblanca de la forma más rápida y concisa que pudo a su pregunta, dejando entrever que en caso de querer investigar en aquella dirección ella sabía el nombre de dichos comerciantes y dónde encontrarlos. Ya tendrían tiempo para explicaciones más largas cuando todo aquello acabase. Incluso si estaba interesado le explicaría al pelinegro con todo lujo de detalles todo lo que sabía sobre dichos ingredientes y su preparación, aunque dudaba que quisiera.
-No hubieses podido convencerme de los contrario Bio. Me alegra ver que empiezas a conocerme.- Se burló la joven elfa ante las instrucciones del pelinegro sobre la imperiosa necesidad de ir con él. Hombres más grandes que él lo habían intentado y habían fallado. Concretamente unos minutos y unas decenas de metros antes.
El grupo de cuatro se puso en marcha caminando con rapidez y pronto se cruzaron en su camino con dos maltrechos guardias que trataban de salir de la zona a la que ellos se dirigían. No portaban entre los dos más armas que las dagas de sus cintos y uno de ellos el escudo con el emblema de la ciudad a su espalda. Sus tabardos y armaduras se hallaban cubiertos de ceniza, abolladas y la tela quemada y hecha jirones. Aún así parecían no estar heridos, al menos no de seriedad. Parecía como si hubiesen sobrevivido de milagro a un incendio.Sin duda aquella visión pesó en el corazón de aquel extraño cuarteto mientras avanzaba, pero no fue más que el anticipo de lo que estaban a punto de encontrarse tan solo unos pasos más adelante y que ni siquiera el gesto protector del pelinegro pudo evitar que vieran.
La escena que allí hallaron era dantesca. Donde quisiera que la joven mirara había cuerpos de guardias carbonizados que conservaban la grotesca postura fruto de la mayor de las agonías en la cual murieron. Varios de los cadáveres se encontraban con algún miembro amputado y otros estaban totalmente destrozados. Toda la calle estaba teñida de sangre y fuego y el lamento de los heridos y agonizantes se elevaba en la noche como un salmo dedicado a un dios oscuro y cruel. Solo unos pocos parecían haberse librado de lo peor de aquella pesadilla, pero incluso ellos padecían los efectos de las explosiones y con sus ojos cegados y sus tímpanos dañados trataban de salir de allí presas del más absoluto pánico como buenamente podían. Cualquiera podría haber descrito aquel lugar como si se tratara del mismo infierno, y sin duda no habría estado muy desencaminado. Aunque con sinceridad, Níniel había estado en infiernos peores que aquel.
¿Y todo para que?. La respuesta parecía evidente al mirar hacia el centro de la calle, donde una mujer peliblanca se alzaba orgullosa aunque sin expresión alguna en su rostro cerca del prisionero aún maniatado. Empuñaba victoriosa una extraña lanza de doble hoja mientras a su alrededor el dolor, la muerte y el fuego lo consumían absolutamente todo menos la fría piedra. Al final sí que eran esos "escorpiones" otra vez. ¿Tan importante era aquel brujo como para causar semejante masacre en la guardia?. Debía de serlo porque aquella mujer y los demás de su grupo acababan de marcarse a sí mismos para su aniquilación. La guardia jamás olvidaría semejante ataque contra los suyos y no descansaría hasta matar al último de ellos sin piedad. Níniel lo sabía, ya lo había visto antes. Por ello, las súplicas del brujo hacía la que debía ser su compañera y lo que ocurrió a continuación desconcertaron totalmente a la peliblanca que no pudo apenas reaccionar.
-¿Pero qué...?- Fue cuanto pudo musitar al ver como la mujer alzaba aquella extraña arma con la evidente intención de matar a su propio compañero, sin poder hacer nada por evitarlo. Ni siquiera de disponer de un modo de atacar a distancia hubiese podido actuar a tiempo y Beor y su hijo parecieron pasar por lo mismo pues apenas tuvieron tiempo de moverse. Solo pudieron ser testigos de cómo Bio usaba el extraño poder de sus palabras y trataba de evitar aquella ejecución, pero ya era tarde para el brujo. Aquella mujer ni siquiera le dio una muerte honorable, se limitó a cortarle el cuello como si se tratase de un simple cerdo de granja. ¿Tanta muerte para algo así?. ¿Aquello que tenían delante era una mujer o un demonio?.
-¿Todo esto para qué?.- Espetó la elfa de repente y aún parada a la entrada de aquella calle, un par de pasos tras el vampiro y flanqueada por los dos humanos. -Si esto fuera un rescate de un compañero atrapado aún podría entenderlo...¿Pero para matarlo?. ¿Es un mensaje?. ¿Sois tan duros que incluso para castigar el fallo de uno los vuestros masacráis a la guardia?.- Hizo una pausa y no pudo evitar una sonrisa sardónica por lo absurda que esa idea le resultaba. -Estás muerta. Solo que aún no lo sabes- Su omnipresente melodioso tono de voz había desaparecido, sustituido por uno duro y cargado de promesas de venganza. Níniel estaba realmente enfadada, más de lo que nunca había estado, y su cuerpo rebosaba maná listo para ser usado. A su lado Beor y su hijo alistaban las armas prestos para hacer justicia, aunque a Beor parecía gustarle la adversaria que tenía delante por cómo la miraba...O al menos la parte más notoria de la misma.
Sin embargo la sacerdotisa no apuntaba con su bastón hacía aquella enemiga o hacia Bio para otorgarle una de sus bendiciones. La cabeza del dragón señalaba hacia el segundo edificio de su derecha. Y durante un instante en el que sintió que su compañero la miraba por el rabillo del ojo señaló levemente con el dedo índice en aquella misma dirección durante un instante. Era una señal para que tuviera cuidado. Sobre ese edificio estaba el alquimista responsable de aquellas explosiones. Níniel reconocía el olor de los ingredientes alquímicos impregnando todo el lugar...Y también había visto el lugar de impacto de todos los viales explosivos en aquella calle, reconociéndolos al ser oscuros puntos negros en el suelo o las paredes, y con ellos extrapolado la posición del lanzador sobre el tejado de aquella estructura. Si querían pelear contra esa tetona...Tendrían que librarse antes de él. Aunque si el lanzador seguía creyendo que el objetivo de cualquier ataque era la peliblanca pechugona y que su posición era aún desconocida seguramente cometería un error...
-Parece que he encontrado la horma de mi zapato en cuanto a mis habilidades, Bio. Deberías dejar que yo me encargue.- Fue cuanto dijo a su compañero. Esperaba que se diera cuenta del significado de aquello, pues evidentemente aquella mujer armada con una espada doble no era exactamente la horma para Níniel que apenas sabía luchar con armas. Dicho esto la elfa elevó una corta plegaria en silencio hacia sus dioses y bendijo al pelinegro y a sí misma con un notable incremento de su destreza. Así como las armas de Beor y Jafeth para que fueran mucho más letales. El combate podía empezar.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Mientras recuperaba la vista pude escuchar los pasos del grupo de personas que se acercaban, por otro lado escuché que alguien se acercaba lentamente al lugar donde se encontraba el prisionero, tal vez este nuevo personaje era el responsable de las explosiones -¡¿Tú, qué haces aquí?! ¡Todavía no he fallado!- Dijo el brujo completamente sorprendido y en su tono de voz se notaba que estaba nervioso a pesar de que trataba de ocultarlo -No seas estúpido y acepta los hechos, ambos sabemos que fallaste de forma humillante en tu misión, nos has deshonrado con tu fracaso, por eso deberás pagar- Era la voz de una mujer quien contestó, arrogante y orgullosa, seguramente sería alguien importante en el lugar de donde provenía, pero por el momento no podía verla y la incertidumbre me era insoportable.
Durante la conversación de los dos, un par de sujetos se acercaron a los guardias caídos para ver sus heridas aunque era evidente que ya no había nada que hacer -¿Quién eres? ¿Acaso eres la responsable de esto?- No dudaron en interrogar a la sospechosa ya que era la única que podía dar las respuestas que necesitaban -Ustedes son insignificantes, si por lo menos se creen inteligentes entonces no me estorben… O tendré castigar su insolencia con la muerte- dijo la chica con tal arrogancia que llegaba a ser intimidante para algunos y descarada para otros -¡Así que fuiste tú!- Vociferó uno de los soldados con un tono que expresaba el enojo que lo consumía desde adentro, sin duda alguna estaba triste por las pérdidas, tal vez era un amigo cercano de los heridos, sin embargo, él ya no podía hacer nada para salvar a sus compañeros y eso lo hacía sentir impotente.
Por otro lado, mis ojos se recuperaron completamente de la ceguera temporal y finalmente podía ver a los guardias y a la mujer cuyo aspecto era… Interesante, pero no tanto como su arma, era una especie de lanza con largas hojillas en cada punta, o dos espadas unidas por una sola empuñadura, me causaba intriga saber cómo sería el estilo de lucha de aquella mujer.
Entonces el furioso soldado quiso vengar a sus compañeros lanzándose en un ataque contra la mujer pero ella no tuvo problemas en asesinarlo con una estocada directa al cráneo, esto alarmó a los demás y todos se prepararon para detenerla a cualquier costo, rodeándola completamente para luego atacarla entre todos, sin embargo, los soldados se limitaban y solo atacaba uno a la vez, dándole la oportunidad a la mujer para acabarlos uno por uno con cortes letales y precisos -(No pueden ser tan estúpidos, tal vez deba ir a ayudar, pero si hago eso entonces quedaré expuesto a una nueva explosión)- Pensé mientras observaba el combate, por suerte los soldados detuvieron sus ataques un momento y se alejaron un poco para usar una nueva estrategia.
La mujer al tener más espacio por donde moverse emprendió una vertiginosa carrera y cuando estuvo lo suficientemente cerca de un guardia giró su lanza varias veces para luego cortar el cuello de su víctima antes de que éste reaccionara. Luego un soldado corrió hacia ella pero no logró hacer nada ya que la chica arrojó su lanza que penetró el pecho de éste -¡Acaben con ella de una buena vez!- Ordenó el que parecía ser el líder del escuadrón, ya había perdido la paciencia y también se lanzó al ataque mientras que otro soldado se acercaba a la mujer desde el lado contrario -Insignificantes ¿Realmente creen que pueden detenerme?- Preguntó la chica en tono desafiante para luego correr hacia su arma, y cuando la tomó, rápidamente activó un mecanismo en la lanza para que ésta se separase y así conseguir dos espadas, lanzando una hacia el líder del escuadrón y con la otra realizó una serie de rápidos movimientos lanzándose sobre el otro guardia en un brutal torbellino de cortes.
Después de eso me preparé para unirme a la batalla, no podía permitir que más vidas se perdieran sin que yo no hiciera algo para evitarlo, no obstante, desde una de las ventanas fueron arrojadas tres botellas que cayeron en sitios estratégicos para esparcir la misteriosa niebla y acabar con todos los guardias en la siguiente explosión -Ya no perderé mi tiempo con criaturas tan miserables como ustedes, ya debieron entender que jamás podrían vencerme- Dijo la mujer para luego correr hacia un lugar seguro, pero no sin antes asesinar o por lo menos amputar a los que estuvieran en su camino, inmediatamente la niebla tomó el color naranja incandescente y se desató una gran explosión que retumbó como un verdadero trueno.
Por reflejos me lancé al suelo cubriendo mi cabeza con mis manos para no salir herido pero las únicas víctimas fueron los soldados, la explosión no tuvo un gran rango de impacto, aunque no puedo decir que la intensidad también fue pobre.
Esperé unos segundos y luego me levanté solo para ver el escenario que se asimilaba al caos dejado por una brutal guerra sanguinaria, la mayoría de los soldados estaban tirados en el suelo, quemados hasta el punto de que la posibilidad de poder identificarlos era imposible, con una sombría expresión en sus desfigurados y destrozados rostros que aún tenían plasmados la agonía por la que pasaron, incluso algunos que habían perdido partes de sus cuerpos todavía desprendían chorros de sangre que bañaban la calle. Aquellos que todavía se encontraban con vida no durarían mucho ya que morirían por hemorragia y luego sus almas acompañarían a sus compañeros caídos.
Presenciar eso me provocaron náuseas y el olor a sangre me resultaba insoportable -(No puedo creer que todos esos guardias que juraron proteger Lunargenta con sus vidas… Sean tan incompetentes)- Pensé tratando de no sentirme culpable por no ayudar a tiempo, pero ahora que sabía de dónde lanzaban las botellas me encargaría de deshacerme de esa amenaza antes de ir por la mujer.
Corrí hacia la casa donde se encontraba el bombardero y por suerte la puerta estaba derribada gracias a la última explosión, así que entré y luego subí por las escaleras tratando de no hacer ruido para mantener el factor sorpresa, desenvainé mi espada con cuidado y caminé hacia la habitación donde se encontraría mi objetivo, por desgracia no estaba ahí, así que fui a la de al lado, no estaba ahí, fui a la última pero tampoco se encontraba, no obstante al abrir la puerta noté que dentro había niebla verde -¡¿Acaso no lo viste venir!?- Escuché a alguien decir desde las escaleras, me había agarrado desprevenido pero no me había dejado sin salida, ni siquiera entré a la habitación así que corrí hacia las escaleras, pero el sujeto de alguna forma logró hacer que hubiera una explosión por lo que no pude evitar perder el equilibrio y caer al suelo mientras que él se dirigía hacia afuera de la casa…
Durante la conversación de los dos, un par de sujetos se acercaron a los guardias caídos para ver sus heridas aunque era evidente que ya no había nada que hacer -¿Quién eres? ¿Acaso eres la responsable de esto?- No dudaron en interrogar a la sospechosa ya que era la única que podía dar las respuestas que necesitaban -Ustedes son insignificantes, si por lo menos se creen inteligentes entonces no me estorben… O tendré castigar su insolencia con la muerte- dijo la chica con tal arrogancia que llegaba a ser intimidante para algunos y descarada para otros -¡Así que fuiste tú!- Vociferó uno de los soldados con un tono que expresaba el enojo que lo consumía desde adentro, sin duda alguna estaba triste por las pérdidas, tal vez era un amigo cercano de los heridos, sin embargo, él ya no podía hacer nada para salvar a sus compañeros y eso lo hacía sentir impotente.
Por otro lado, mis ojos se recuperaron completamente de la ceguera temporal y finalmente podía ver a los guardias y a la mujer cuyo aspecto era… Interesante, pero no tanto como su arma, era una especie de lanza con largas hojillas en cada punta, o dos espadas unidas por una sola empuñadura, me causaba intriga saber cómo sería el estilo de lucha de aquella mujer.
Entonces el furioso soldado quiso vengar a sus compañeros lanzándose en un ataque contra la mujer pero ella no tuvo problemas en asesinarlo con una estocada directa al cráneo, esto alarmó a los demás y todos se prepararon para detenerla a cualquier costo, rodeándola completamente para luego atacarla entre todos, sin embargo, los soldados se limitaban y solo atacaba uno a la vez, dándole la oportunidad a la mujer para acabarlos uno por uno con cortes letales y precisos -(No pueden ser tan estúpidos, tal vez deba ir a ayudar, pero si hago eso entonces quedaré expuesto a una nueva explosión)- Pensé mientras observaba el combate, por suerte los soldados detuvieron sus ataques un momento y se alejaron un poco para usar una nueva estrategia.
La mujer al tener más espacio por donde moverse emprendió una vertiginosa carrera y cuando estuvo lo suficientemente cerca de un guardia giró su lanza varias veces para luego cortar el cuello de su víctima antes de que éste reaccionara. Luego un soldado corrió hacia ella pero no logró hacer nada ya que la chica arrojó su lanza que penetró el pecho de éste -¡Acaben con ella de una buena vez!- Ordenó el que parecía ser el líder del escuadrón, ya había perdido la paciencia y también se lanzó al ataque mientras que otro soldado se acercaba a la mujer desde el lado contrario -Insignificantes ¿Realmente creen que pueden detenerme?- Preguntó la chica en tono desafiante para luego correr hacia su arma, y cuando la tomó, rápidamente activó un mecanismo en la lanza para que ésta se separase y así conseguir dos espadas, lanzando una hacia el líder del escuadrón y con la otra realizó una serie de rápidos movimientos lanzándose sobre el otro guardia en un brutal torbellino de cortes.
Después de eso me preparé para unirme a la batalla, no podía permitir que más vidas se perdieran sin que yo no hiciera algo para evitarlo, no obstante, desde una de las ventanas fueron arrojadas tres botellas que cayeron en sitios estratégicos para esparcir la misteriosa niebla y acabar con todos los guardias en la siguiente explosión -Ya no perderé mi tiempo con criaturas tan miserables como ustedes, ya debieron entender que jamás podrían vencerme- Dijo la mujer para luego correr hacia un lugar seguro, pero no sin antes asesinar o por lo menos amputar a los que estuvieran en su camino, inmediatamente la niebla tomó el color naranja incandescente y se desató una gran explosión que retumbó como un verdadero trueno.
Por reflejos me lancé al suelo cubriendo mi cabeza con mis manos para no salir herido pero las únicas víctimas fueron los soldados, la explosión no tuvo un gran rango de impacto, aunque no puedo decir que la intensidad también fue pobre.
Esperé unos segundos y luego me levanté solo para ver el escenario que se asimilaba al caos dejado por una brutal guerra sanguinaria, la mayoría de los soldados estaban tirados en el suelo, quemados hasta el punto de que la posibilidad de poder identificarlos era imposible, con una sombría expresión en sus desfigurados y destrozados rostros que aún tenían plasmados la agonía por la que pasaron, incluso algunos que habían perdido partes de sus cuerpos todavía desprendían chorros de sangre que bañaban la calle. Aquellos que todavía se encontraban con vida no durarían mucho ya que morirían por hemorragia y luego sus almas acompañarían a sus compañeros caídos.
Presenciar eso me provocaron náuseas y el olor a sangre me resultaba insoportable -(No puedo creer que todos esos guardias que juraron proteger Lunargenta con sus vidas… Sean tan incompetentes)- Pensé tratando de no sentirme culpable por no ayudar a tiempo, pero ahora que sabía de dónde lanzaban las botellas me encargaría de deshacerme de esa amenaza antes de ir por la mujer.
Corrí hacia la casa donde se encontraba el bombardero y por suerte la puerta estaba derribada gracias a la última explosión, así que entré y luego subí por las escaleras tratando de no hacer ruido para mantener el factor sorpresa, desenvainé mi espada con cuidado y caminé hacia la habitación donde se encontraría mi objetivo, por desgracia no estaba ahí, así que fui a la de al lado, no estaba ahí, fui a la última pero tampoco se encontraba, no obstante al abrir la puerta noté que dentro había niebla verde -¡¿Acaso no lo viste venir!?- Escuché a alguien decir desde las escaleras, me había agarrado desprevenido pero no me había dejado sin salida, ni siquiera entré a la habitación así que corrí hacia las escaleras, pero el sujeto de alguna forma logró hacer que hubiera una explosión por lo que no pude evitar perder el equilibrio y caer al suelo mientras que él se dirigía hacia afuera de la casa…
Rauko
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
A pesar de lo difícil que resultaba siquiera pensar en luchar contra la mismísima Guardia Real para rescatar a un prisionero que intentaba matarnos, parecía ser la única opción que teníamos para resolver el gran enigma -No estoy seguro, pero tengo un mal presentimiento acerca de ello- Respondí a la elfa en relación a las estruendosas explosiones -Entonces tenemos algo, no estamos en blanco- Dije un poco aliviado al saber que al menos teníamos una alternativa dónde buscar en caso de lo peor.
El camino hacia el origen de las explosiones había transcurrido sin más novedades que el par de guardias huyendo aunque el espectáculo vendría luego al ver la masacre que se había llevado a cabo; habría preferido que Niniel se mantuviera oculta, había pensado en traerla para asistir a los caídos pero parecía estar determinada a tomar otro rol en este asunto, hablando con una agresividad que hasta ahora no había visto en ella; aunque aquella misteriosa mujer parecía ser difícil de impresionar -¿Y quién me ha matado? ¿Tú?- Respondió a Niniel de manera burlona mientras dejaba salir una sonrisa de medio lado y negaba con la cabeza.
Con ese mismo movimiento la mujer se dio media vuelta y comenzó a caminar para alejarse de nosotros, al parecer su tarea era solo eliminar al brujo, tal vez como castigo por su falta o tal vez para evitar que hablara; pero fuera como fuera no le importaba nada más en ese lugar. Apenas me percaté del movimiento que hacía la elfa con su bastón pero sin pensar intenté avanzar para perseguir a la mujer de manera bastante imprudente, cosa que luego me pasaría factura; justo desde el segundo edificio de la derecha, desde un ventanal semiabierto salió una pequeña botella arrojada en mi dirección; si la elfa no hubiera hecho aquella señal tal vez no habría podido figarme y detenerme para dar un salto hacia atrás evitando la nube de un extraño humo de color verdoso que alcancé a esquivar de mero milagro.
Caí sentado en el piso mirando el extraño fenómeno verde y pensando ya que solo sería una falsa alarma, tal vez no había funcionado pero no era así; comencé a sentir un misterioso calor cerca de mis pies que estaban un poco cerca del humo que ahora comenzaba a tomar un tono anaranjado -Esto no es bueno- Dije alarmado mientras giraba mi cuerpo para levantarme y correr hacia Niniel y su grupo alejándome de ese humo que no tardó en generar una nueva explosión, la cual me hizo perder el equilibrio y rodar por el piso.
Me levanté un poco desorientado mientras buscaba a la elfa con la mirada; ese humo no era nada normal, no era algo que se pudiera comprar sino un compuesto alquímico que no había visto antes; el ventanal se abrió y emergió de él un misterioso sujeto con un atuendo raro y cubierto, llevaba una capa bajo la cual sonaban algunos objetos, tal vez más de esas pociones explosivas o algo peor; se lanzó despreocupado y confiado desde lo alto y justo antes de llegar al piso una corriente de aire frenó su caída permitiéndole aterrizar sin problemas -¡Vámonos Flamel!- Dijo la mujer en tono autoritario deteniendo sus pasos -El trabajo está hecho- Sus palabras eran más una orden que una petición, sin embargo el bombardero haría caso omiso dejando claro que no le tenía ni miedo ni respeto -Yo aún no termino, quiero, necesito más- Mencionó con una voz que podía escucharse a pesar de mantener un tono siseante.
Mientras la mujer se daba vuelta de nuevo hacia nosotros claramente ofendida por la actitud del hostil sujeto, éste la ignoró concentrándose en nosotros -Sólo ustedes, un patético grupo de inútiles ¿Consiguieron derrotar a tres de nosotros?- Preguntó menospreciando no solo nuestro grupo sino también el de sus propios compañeros y por la forma como había hablado a la sanguinaria peliblanca no parecía sentir respeto por nadie -Sabes que no es necesario, ya hay planes para ellos- Dijo la mujer en un nuevo intento por detenerlo pero eso también resultó ignorado por el sujeto que simplemente levantó una mano extendiendo los dedos en señal de que se largara -Estás desobedeciendo el plan, procura tener éxito, porque si fallas y vives te ejecutaré yo misma- Dijo en tono áspero la mujer para prepararse a tomar su camino de retirada e incluso dividió su arma en dos espadas y las colocó cruzadas en su espalda como señal de que no le preocupábamos en lo absoluto.
Me frustraba ser ignorado de ese modo así que de nuevo intenté ir tras la mujer pero antes que pudiera dar un paso el brujo extendió sus manos hacia mí y manejando un poco de las pocas llamas cercanas que quedaban como consecuencia de las explosiones creó una línea de fuego frente a nosotros -Bi-Elemental- Dije a Niniel aunque sin voltear a mirarla aunque seguramente ella también se habría dado cuenta; había hecho una corriente de viento al caer y manipulaba el fuego aunque no había mostrado poder crearlo; como tal entonces podía mezclar ambos elementos para generar calor, justo como lo que había sentido antes que el gas verde cambiara al tono anaranjado -¿Sería posible que ese humo reaccionara con calor a voluntad del brujo?- Pregunté a la elfa para salir de dudas al ser la mejor alquimista que conocía, tal vez también la única pero en fin.
Quería detener a la mujer, pero de intentar pasar de nuevo podría ser quemado o explotado por el brujo; y si luchaba contra el brujo la mujer escaparía sin problemas, estaba en un cruel dilema al pensar que resultaba imposible hacer ambas cosas a la vez; recorrí el espacio recordando que había enviado a Rauko a seguir al prisionero, de estar cerca podría tratar de detener a la mujer pero... ¿Estaría también entre las bajas?
El camino hacia el origen de las explosiones había transcurrido sin más novedades que el par de guardias huyendo aunque el espectáculo vendría luego al ver la masacre que se había llevado a cabo; habría preferido que Niniel se mantuviera oculta, había pensado en traerla para asistir a los caídos pero parecía estar determinada a tomar otro rol en este asunto, hablando con una agresividad que hasta ahora no había visto en ella; aunque aquella misteriosa mujer parecía ser difícil de impresionar -¿Y quién me ha matado? ¿Tú?- Respondió a Niniel de manera burlona mientras dejaba salir una sonrisa de medio lado y negaba con la cabeza.
Con ese mismo movimiento la mujer se dio media vuelta y comenzó a caminar para alejarse de nosotros, al parecer su tarea era solo eliminar al brujo, tal vez como castigo por su falta o tal vez para evitar que hablara; pero fuera como fuera no le importaba nada más en ese lugar. Apenas me percaté del movimiento que hacía la elfa con su bastón pero sin pensar intenté avanzar para perseguir a la mujer de manera bastante imprudente, cosa que luego me pasaría factura; justo desde el segundo edificio de la derecha, desde un ventanal semiabierto salió una pequeña botella arrojada en mi dirección; si la elfa no hubiera hecho aquella señal tal vez no habría podido figarme y detenerme para dar un salto hacia atrás evitando la nube de un extraño humo de color verdoso que alcancé a esquivar de mero milagro.
Caí sentado en el piso mirando el extraño fenómeno verde y pensando ya que solo sería una falsa alarma, tal vez no había funcionado pero no era así; comencé a sentir un misterioso calor cerca de mis pies que estaban un poco cerca del humo que ahora comenzaba a tomar un tono anaranjado -Esto no es bueno- Dije alarmado mientras giraba mi cuerpo para levantarme y correr hacia Niniel y su grupo alejándome de ese humo que no tardó en generar una nueva explosión, la cual me hizo perder el equilibrio y rodar por el piso.
Me levanté un poco desorientado mientras buscaba a la elfa con la mirada; ese humo no era nada normal, no era algo que se pudiera comprar sino un compuesto alquímico que no había visto antes; el ventanal se abrió y emergió de él un misterioso sujeto con un atuendo raro y cubierto, llevaba una capa bajo la cual sonaban algunos objetos, tal vez más de esas pociones explosivas o algo peor; se lanzó despreocupado y confiado desde lo alto y justo antes de llegar al piso una corriente de aire frenó su caída permitiéndole aterrizar sin problemas -¡Vámonos Flamel!- Dijo la mujer en tono autoritario deteniendo sus pasos -El trabajo está hecho- Sus palabras eran más una orden que una petición, sin embargo el bombardero haría caso omiso dejando claro que no le tenía ni miedo ni respeto -Yo aún no termino, quiero, necesito más- Mencionó con una voz que podía escucharse a pesar de mantener un tono siseante.
Mientras la mujer se daba vuelta de nuevo hacia nosotros claramente ofendida por la actitud del hostil sujeto, éste la ignoró concentrándose en nosotros -Sólo ustedes, un patético grupo de inútiles ¿Consiguieron derrotar a tres de nosotros?- Preguntó menospreciando no solo nuestro grupo sino también el de sus propios compañeros y por la forma como había hablado a la sanguinaria peliblanca no parecía sentir respeto por nadie -Sabes que no es necesario, ya hay planes para ellos- Dijo la mujer en un nuevo intento por detenerlo pero eso también resultó ignorado por el sujeto que simplemente levantó una mano extendiendo los dedos en señal de que se largara -Estás desobedeciendo el plan, procura tener éxito, porque si fallas y vives te ejecutaré yo misma- Dijo en tono áspero la mujer para prepararse a tomar su camino de retirada e incluso dividió su arma en dos espadas y las colocó cruzadas en su espalda como señal de que no le preocupábamos en lo absoluto.
Me frustraba ser ignorado de ese modo así que de nuevo intenté ir tras la mujer pero antes que pudiera dar un paso el brujo extendió sus manos hacia mí y manejando un poco de las pocas llamas cercanas que quedaban como consecuencia de las explosiones creó una línea de fuego frente a nosotros -Bi-Elemental- Dije a Niniel aunque sin voltear a mirarla aunque seguramente ella también se habría dado cuenta; había hecho una corriente de viento al caer y manipulaba el fuego aunque no había mostrado poder crearlo; como tal entonces podía mezclar ambos elementos para generar calor, justo como lo que había sentido antes que el gas verde cambiara al tono anaranjado -¿Sería posible que ese humo reaccionara con calor a voluntad del brujo?- Pregunté a la elfa para salir de dudas al ser la mejor alquimista que conocía, tal vez también la única pero en fin.
Quería detener a la mujer, pero de intentar pasar de nuevo podría ser quemado o explotado por el brujo; y si luchaba contra el brujo la mujer escaparía sin problemas, estaba en un cruel dilema al pensar que resultaba imposible hacer ambas cosas a la vez; recorrí el espacio recordando que había enviado a Rauko a seguir al prisionero, de estar cerca podría tratar de detener a la mujer pero... ¿Estaría también entre las bajas?
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
La elfa no se dignó en entrar al trapo de su absurda provocación y se limitó a devolverle la sonrisa como quien trata con una niña pequeña y tonta con la que no merece la pena discutir. Aunque no podría negar que por dentro aquella sonrisita de superioridad la molestó sobremanera. Y es que solo había dos motivos por lo que una persona como aquella enemiga podría sonreír tras pintarse una diana tan grande en su espalda y declararle la guerra a la mayor de las ciudades de Aerandir. La primera, y las más probable, que tras toda esa arrogancia y seguridad estuviera la mujer más estúpida que Níniel jamás hubiese conocido. La segunda, que realmente tuvieran o pensaban que tenían la fuerza como para salirse con la suya tras algo así e incluso con toda la guardia tras sus pasos. Fuese la que fuese resultaba de lo más molesto viniendo de una de las responsables de semejante masacre.
Por si aquel insulto no hubiese sido suficiente, aquella deleznable mujer se giró sin más para darles la espalda dispuesta a ignorarles como si no creyera que tuvieran el valor de ir a por ella o carecieran de las habilidades para lastimarla. Un golpe bajo para los orgullos guerreros entre ellos. ¿Pero quién se creía que era?. No era la primera vez que Níniel se las veía con un enemigo arrogante, pero aquella mujer hacía parecer a los demás meros aprendices de la altivez en comparación. ¿Acaso se creía una diosa?. ¿Un ser divino incapaz de sufrir herida alguna de meros mortales?. La elfa deseó disponer de un arco en ese momento, o de una ballesta como la de Chimar, el niño inventor. Le hubiese gustado demostrarle a esa mala pécora que no era nada de aquello y que podía sangrar. Por desgracia no era el caso y sabía de sobra lo que pasaría en cuanto avanzaran, pues sabía que aquella mala mujer no estaba sola y que se pondrían al alcance del alquimista responsable de las explosiones...Pero Bio no.
El pelinegro no pareció comprender la velada advertencia de la sacerdotisa y, seguramente pensando en que de ningún modo iba a dejar que aquella mujer escapara después de todo aquello, se lanzó a la ofensiva sin percatarse del peligro. Tampoco los humanos que les acompañaban parecían haber entendido las señales sobre la amenaza escondida en aquel edificio pues se dispusieron con presteza a seguir al vampiro a la batalla comenzando a gritar mientras cargaban con sus armas en alto. En ese momento, tal y como esperaba la joven de ojos aguamarina, un vial voló desde la ventana señalada hasta el suelo estrellándose y liberando su contenido justo delante de ellos. Solo la agilidad de Bio y la posición rezagada con respecto a éste de los humanos les evitaron ser afectados por la nube verdosa y luego anaranjada que se extendió rápidamente desde la zona de impacto después de que el vial se hiciera añicos.
-!Bio!. !Salid de ahí!- Les avisó la elfa tan fuerte como pudo tan pronto reconoció la peligrosidad de aquella sustancia y que aquello no era si no la primera fase de algo mucho peor que una pequeña nube tóxica. -!Corred !- Advirtió acto seguido mientras ella misma buscaba refugio tras una columna de piedra cercana y se preparaba tapándose los oídos. Había visto cómo la mayoría los supervivientes se aquejaba de problemas en los oídos y los ojos, y aunque no podía estar segura de que no hubiese diferentes tipos de explosivos, mejor era prevenir.
La columna y su precaución la salvaron de todo daño e inmediatamente se dispuso a mirar más allá de su cobertura salvadora para tratar de ver si sus compañeros estaban bien o por el contrario alguno necesitaba su ayuda. Al principio el humo de la explosión le impidió ver gran cosa pero aquello no duró demasiado. Al primero que pudo ver fue al fornido Beor levantarse del suelo donde parecía haberse caído de culo. Sus movimientos parecían algo torpes y a punto estuvo de volver a perder el equilibrio tras recuperar la verticalidad pero tras agitar la cabeza con bastante fuerza un par de veces quedó claro que estaba bien. A tan solo un par de pasos de él estaba Jafeth, que parecía haber resistido bastante bien la explosión gracias a ser el que más lejos estaba de ella cuando se produjo y a haberse protegido con su escudo con el emblema de cabeza de oso. No muy lejos de ambos estaba Bio que también estaba de una pieza, gracias a los dioses.
No tardó en mostrarse el artífice de tal destrucción. Ya fuera porque creyó que aquel ataque habría mermado las fuerzas de sus rivales o bien porque al igual que su compañera era un sucio y desalmado arrogante, aquel tipo se mostró ante todos los allí presentes haciendo gala de su habilidad para controlar el aire, al menos lo suficiente para evitar hacerse daño en su teatral entrada. Quizá con ese truco barato asustara a algún pueblerino orejas redondas de las afueras pero a Níniel aquello no la impresionaba lo más mínimo, ni tampoco sus explosiones, pues sabía más o menos cómo las lograba.
La conversación que mantuvieron entonces el brujo y la peliblanca pechugona no fue si no la confirmación de lo creído que se lo tenían aquel par. La primera en su línea de molesta chulería y desprecio hacia ellos, el segundo insultándoles directamente y considerándose capaz de hacerles frente en solitario aunque su compañera no se quedara allí para ayudarlo. Ni siquiera parecían respetar a los suyos. Al menos aquello le dio tiempo a la peliblanca para buscar en su bolsa algo que pudiera serles de utilidad contra aquellos enemigos. Al fin y al cabo ella también era alquimista y aunque no llevaba nada como aquellos viales explosivos, si que tenía otras cosas.
-Lo sé.- Respondió la sacerdotisa aún desde detrás de su fiel columna al vampiro pelinegro ante su afirmación sobre al tipo de brujo al que enfrentaban. Algo que resultaba evidente aunque hacían bien en confirmarlo. -Así es exactamente como funciona. El vial contiene un líquido que se vuelve gas al reaccionar con el aire, un gas inflamable que puede hacer arder con su magia. Luego solo es cuestión de mezclar los ingredientes adecuados para que la explosión sea mayor, o menor...o muchas otras cosas.- Explicó al pelinegro y de paso a los demás por si aquello les servía de alguna ayuda, aunque en aquellos momentos la elfa no sabía en qué. Aquel era un uso innegablemente útil de la alquimia, por suerte al alcance de muy pocos y que requería de ingredientes difíciles de adquirir por su rareza y alto precio, así como un nivel de alquimia muy elevado. No obstante era un tipo de usos que la sacerdotisa se negaba a aplicar salvo que la situación lo exigiera, como por ejemplo si había vidas en juego. Ella prefería hacer pociones y ungüentos curativos, así como otras pócimas de ayuda.
-Bien. ¿Y cómo lo matamos?. No quiere dejarnos pasar y esa fulana tiene una cita con el filo de mi hacha que no quiero que se pierda.- Farfulló Beor en guardia, claramente molesto por tener que enfrentarse a cosas que no comprendía como eran la magia y la alquimia...Especialmente cuando actuaban juntas. Y es que era el típico humano que a pesar de ser una gran persona pensaba que más allá de la sanación, toda magia o similar era algo tenebroso e inquietante. Además de pensar que los magos eran todos unos debiluchos bebeleche come pastitas. Saco en el que no metía a Níniel seguramente por gustos personales que la elfa no había querido preguntarle aunque los sospechaba. Más de una vez le había pillado mirándole el escote. A su lado su hijo se las apañaba para mantener el tipo como podía entre la grotesca escena y tan terrible enemigo, pero resultaba evidente que sin un plan no se atrevería a actuar.
-Dejádmelo a mi. No es el único capaz de usar la alquimia a su favor. Poneros a cubierto- Dijo terminando de preparar lo que tenía entre manos e instando a los demás a apartarse y buscar pronta cobertura.
Entonces, antes de que el brujo tuviera tiempo a percibir que en su arrogancia se había puesto en peligro, la joven lanzó uno de sus propios viales hacia el muro de fuego que aquel brujo había creado para impedirles el paso e inmediatamente volvió a ponerse tras la columna. Era una suerte poder contar aquellas intensas llamas entre ellos y su adversario, pues a diferencia de su enemigo la sacerdotisa no podía manipular el fuego para hacer estallar sus propias creaciones y no tenía tiempo para preparar algo más elaborado. Aquel vial contenía una buena cantidad de Ëi-Fial, mineral común en las fraguas élficas y que los hijos del bosque también usaban para avivar sus braseros mágicos así como en alquimia para potenciar ciertos efectos. Aquel polvo amarillento era muy inflamable y tan pronto como el vial se rompió entre las llamas causó una fuerte deflagración que iluminó todo el lugar con una intensa luz dorada.
Cuando el fogonazo cesó y la calle volvió a una oscuridad solo iluminada por unas pocas antorchas y por los restos de fuego de la intensa llamarada que había ennegrecido buena parte de las fachadas de aquella sección de la calle, su enemigo ya no se burlaba.
Por si aquel insulto no hubiese sido suficiente, aquella deleznable mujer se giró sin más para darles la espalda dispuesta a ignorarles como si no creyera que tuvieran el valor de ir a por ella o carecieran de las habilidades para lastimarla. Un golpe bajo para los orgullos guerreros entre ellos. ¿Pero quién se creía que era?. No era la primera vez que Níniel se las veía con un enemigo arrogante, pero aquella mujer hacía parecer a los demás meros aprendices de la altivez en comparación. ¿Acaso se creía una diosa?. ¿Un ser divino incapaz de sufrir herida alguna de meros mortales?. La elfa deseó disponer de un arco en ese momento, o de una ballesta como la de Chimar, el niño inventor. Le hubiese gustado demostrarle a esa mala pécora que no era nada de aquello y que podía sangrar. Por desgracia no era el caso y sabía de sobra lo que pasaría en cuanto avanzaran, pues sabía que aquella mala mujer no estaba sola y que se pondrían al alcance del alquimista responsable de las explosiones...Pero Bio no.
El pelinegro no pareció comprender la velada advertencia de la sacerdotisa y, seguramente pensando en que de ningún modo iba a dejar que aquella mujer escapara después de todo aquello, se lanzó a la ofensiva sin percatarse del peligro. Tampoco los humanos que les acompañaban parecían haber entendido las señales sobre la amenaza escondida en aquel edificio pues se dispusieron con presteza a seguir al vampiro a la batalla comenzando a gritar mientras cargaban con sus armas en alto. En ese momento, tal y como esperaba la joven de ojos aguamarina, un vial voló desde la ventana señalada hasta el suelo estrellándose y liberando su contenido justo delante de ellos. Solo la agilidad de Bio y la posición rezagada con respecto a éste de los humanos les evitaron ser afectados por la nube verdosa y luego anaranjada que se extendió rápidamente desde la zona de impacto después de que el vial se hiciera añicos.
-!Bio!. !Salid de ahí!- Les avisó la elfa tan fuerte como pudo tan pronto reconoció la peligrosidad de aquella sustancia y que aquello no era si no la primera fase de algo mucho peor que una pequeña nube tóxica. -!Corred !- Advirtió acto seguido mientras ella misma buscaba refugio tras una columna de piedra cercana y se preparaba tapándose los oídos. Había visto cómo la mayoría los supervivientes se aquejaba de problemas en los oídos y los ojos, y aunque no podía estar segura de que no hubiese diferentes tipos de explosivos, mejor era prevenir.
La columna y su precaución la salvaron de todo daño e inmediatamente se dispuso a mirar más allá de su cobertura salvadora para tratar de ver si sus compañeros estaban bien o por el contrario alguno necesitaba su ayuda. Al principio el humo de la explosión le impidió ver gran cosa pero aquello no duró demasiado. Al primero que pudo ver fue al fornido Beor levantarse del suelo donde parecía haberse caído de culo. Sus movimientos parecían algo torpes y a punto estuvo de volver a perder el equilibrio tras recuperar la verticalidad pero tras agitar la cabeza con bastante fuerza un par de veces quedó claro que estaba bien. A tan solo un par de pasos de él estaba Jafeth, que parecía haber resistido bastante bien la explosión gracias a ser el que más lejos estaba de ella cuando se produjo y a haberse protegido con su escudo con el emblema de cabeza de oso. No muy lejos de ambos estaba Bio que también estaba de una pieza, gracias a los dioses.
No tardó en mostrarse el artífice de tal destrucción. Ya fuera porque creyó que aquel ataque habría mermado las fuerzas de sus rivales o bien porque al igual que su compañera era un sucio y desalmado arrogante, aquel tipo se mostró ante todos los allí presentes haciendo gala de su habilidad para controlar el aire, al menos lo suficiente para evitar hacerse daño en su teatral entrada. Quizá con ese truco barato asustara a algún pueblerino orejas redondas de las afueras pero a Níniel aquello no la impresionaba lo más mínimo, ni tampoco sus explosiones, pues sabía más o menos cómo las lograba.
La conversación que mantuvieron entonces el brujo y la peliblanca pechugona no fue si no la confirmación de lo creído que se lo tenían aquel par. La primera en su línea de molesta chulería y desprecio hacia ellos, el segundo insultándoles directamente y considerándose capaz de hacerles frente en solitario aunque su compañera no se quedara allí para ayudarlo. Ni siquiera parecían respetar a los suyos. Al menos aquello le dio tiempo a la peliblanca para buscar en su bolsa algo que pudiera serles de utilidad contra aquellos enemigos. Al fin y al cabo ella también era alquimista y aunque no llevaba nada como aquellos viales explosivos, si que tenía otras cosas.
-Lo sé.- Respondió la sacerdotisa aún desde detrás de su fiel columna al vampiro pelinegro ante su afirmación sobre al tipo de brujo al que enfrentaban. Algo que resultaba evidente aunque hacían bien en confirmarlo. -Así es exactamente como funciona. El vial contiene un líquido que se vuelve gas al reaccionar con el aire, un gas inflamable que puede hacer arder con su magia. Luego solo es cuestión de mezclar los ingredientes adecuados para que la explosión sea mayor, o menor...o muchas otras cosas.- Explicó al pelinegro y de paso a los demás por si aquello les servía de alguna ayuda, aunque en aquellos momentos la elfa no sabía en qué. Aquel era un uso innegablemente útil de la alquimia, por suerte al alcance de muy pocos y que requería de ingredientes difíciles de adquirir por su rareza y alto precio, así como un nivel de alquimia muy elevado. No obstante era un tipo de usos que la sacerdotisa se negaba a aplicar salvo que la situación lo exigiera, como por ejemplo si había vidas en juego. Ella prefería hacer pociones y ungüentos curativos, así como otras pócimas de ayuda.
-Bien. ¿Y cómo lo matamos?. No quiere dejarnos pasar y esa fulana tiene una cita con el filo de mi hacha que no quiero que se pierda.- Farfulló Beor en guardia, claramente molesto por tener que enfrentarse a cosas que no comprendía como eran la magia y la alquimia...Especialmente cuando actuaban juntas. Y es que era el típico humano que a pesar de ser una gran persona pensaba que más allá de la sanación, toda magia o similar era algo tenebroso e inquietante. Además de pensar que los magos eran todos unos debiluchos bebeleche come pastitas. Saco en el que no metía a Níniel seguramente por gustos personales que la elfa no había querido preguntarle aunque los sospechaba. Más de una vez le había pillado mirándole el escote. A su lado su hijo se las apañaba para mantener el tipo como podía entre la grotesca escena y tan terrible enemigo, pero resultaba evidente que sin un plan no se atrevería a actuar.
-Dejádmelo a mi. No es el único capaz de usar la alquimia a su favor. Poneros a cubierto- Dijo terminando de preparar lo que tenía entre manos e instando a los demás a apartarse y buscar pronta cobertura.
Entonces, antes de que el brujo tuviera tiempo a percibir que en su arrogancia se había puesto en peligro, la joven lanzó uno de sus propios viales hacia el muro de fuego que aquel brujo había creado para impedirles el paso e inmediatamente volvió a ponerse tras la columna. Era una suerte poder contar aquellas intensas llamas entre ellos y su adversario, pues a diferencia de su enemigo la sacerdotisa no podía manipular el fuego para hacer estallar sus propias creaciones y no tenía tiempo para preparar algo más elaborado. Aquel vial contenía una buena cantidad de Ëi-Fial, mineral común en las fraguas élficas y que los hijos del bosque también usaban para avivar sus braseros mágicos así como en alquimia para potenciar ciertos efectos. Aquel polvo amarillento era muy inflamable y tan pronto como el vial se rompió entre las llamas causó una fuerte deflagración que iluminó todo el lugar con una intensa luz dorada.
Cuando el fogonazo cesó y la calle volvió a una oscuridad solo iluminada por unas pocas antorchas y por los restos de fuego de la intensa llamarada que había ennegrecido buena parte de las fachadas de aquella sección de la calle, su enemigo ya no se burlaba.
Última edición por Níniel Thenidiel el Mar 5 Jul 2016 - 16:34, editado 1 vez
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Después de un par de segundos guardé mi espada y luego me levanté del suelo para seguir al sujeto responsable de las explosiones, Sin embargo, debido a que él había escapado por una ventana se me haría difícil enfrentarlo ya que afuera se encontraba la mujer asesina y entre ellos dos me darían una muerte segura, así que tenía que buscar la forma de separarlos para solo tener que luchar con uno a la vez, aunque vencer a cualquiera de los dos se veía como una tarea demasiado complicada, una misión suicida.
Dejé de lado los pensamientos negativos y me aproximé a la ventana por donde había saltado el bombardero, ahí pude tener una buena vista del lugar y me sentí un poco aliviado al ver en la calle al tipo de refuerzos que esperaba desde un principio, pues no eran más que Bio, Niniel y los guerreros que nos ayudaron en la posada -(Esto es lo que necesitaba, con ellos de mi lado no debería ser problema acabar con los enemigos)- Pensé mientras que el bombardero hablaba con la mujer, no obstante, para la asesina sería muy fácil luchar contra los corpulentos hombres de la posada ya que ellos carecen de velocidad, solamente con la fuerza no llegarían muy lejos en esta ocasión.
La asesina y el bombardero seguían discutiendo entre ellos y me parecían insoportables, era demasiada arrogancia junta, pero encontré el mejor momento para actuar, la mujer estaba preparándose para marcharse -Ahora que están a punto de separarse podré tener la oportunidad de atacar a uno de los dos- Dije para mí mismo mientras comenzaba a moverme, bajé las escaleras y finalmente llegué a la puerta donde me detuve antes de salir, me sorprendí al ver cómo de la nada se formó una barrera de fuego que separaba al par de arrogantes de los demás, por desgracia quedé solo del lado de los enemigos, pero si lograba por lo menos distraer al bombardero tal vez lograría hacer que perdiera su concentración y así desaparecer el muro de llamas.
Respiré hondo, me preparé para hacer mi jugada y pensé en qué haría exactamente afuera -Lo importante no es luchar- Me repetí una y otra vez para luego salir caminando lentamente y disimulando mi inseguridad con una falsa confianza -No puedo creer que tú, una poderosa y hábil guerrera, la temible asesina que venció sin ayuda a un gran escuadrón de soldados, permitas que alguien como él cometa la osadía de desobedecerte. Me has decepcionado, realmente esperaba más de ti- Dije como si en verdad me sintiera decepcionado, eso seguramente no le fue agradable de escuchar -¿O acaso él es superior a ti?- Seguí hablando tratando de hacerla enojar -¿Quién eres tú para hablarme así?- Preguntó la mujer indignada por mis palabras, estaba funcionando mi plan así que debía continuar -Evadiste mi pregunta, eso significa que estoy en lo cierto- Expliqué como si yo supiera qué estaba diciendo, pero logré que cayera en mi provocación -No te equivoques chico, yo soy mejor que Flamel en todos los aspectos- Me respondió alzando la voz y esto fue una ofensa para su compañero.
Todo marchaba bien, ahora había logrado distraer a ambos y eso debía mantenerlo así un poco más -No seas engreída, si los dos luchamos es obvio que yo saldría victorioso, nadie puede sobrevivir a mis explosiones- Comentó flamel con un tono muy arrogante lo que puso a su compañera más irritada -En serio crees eso, nadie ha sido capaz de dañarme, ni siquiera pueden tocarme, nadie puede igualar mi velocidad, acabaría contigo en menos de diez segundos- La asesina ya estaba molesta y quería probar que era mejor -No seas tonta, no eres tan rápida, si los enemigos no te atacan es porque eres una mujer atractiva con un par de atributos exagerados, pero yo no me detengo ante eso- Después de ese comentario del bombardero la asesina estaba a punto de estallar, lamentablemente se contuvo respirando profundamente -No me rebajaré para seguir discutiendo contigo, solo encárgate de acabar con ellos- Dijo la mujer para luego voltear a mi dirección.
Ahora que tenía la atención de ella las cosas no irían muy bien para mí, no obstante, desde el otro lado de las llamas se aproximó una botella que impactaría exactamente en la barrera de fuego lo que me hizo suponer que habría una nueva explosión, y aunque yo no sabía qué contenía el recipiente preferí correr rápidamente de vuelta hacia dentro de la casa sin fijarme en los demás -¿Qué es ese resplandor?- Me pregunté al notar que toda la calle comenzaba a iluminarse por una luz dorada, entonces en un último momento salté hacia mi destino logrando así entrar en la casa justo a tiempo para ponerme a salvo.
El aterrizaje había sido un poco doloroso pero por lo menos me había salvado de una explosión más, por otro lado, esta vez había sido diferente a las veces anteriores, tal vez ni siquiera Flamel habría sobrevivido, aunque pensar en eso solo hizo que me preocupara por el estado de los demás, sobre todo de Bio que por ser vampiro era vulnerable al fuego, sin embargo no podía saber nada hasta que saliera y lo verificara, pero por el momento preferí seguir escondido, ya estaba asustándome las explosiones que cada vez eran peor -(Me sorprende que todavía no han llegado más hombres de la Guardia de Lunargenta, nunca están cuando se necesitan)- Pensé para luego colocarme cerca de la puerta y ver hacia afuera tratando de no ser visto.
Dejé de lado los pensamientos negativos y me aproximé a la ventana por donde había saltado el bombardero, ahí pude tener una buena vista del lugar y me sentí un poco aliviado al ver en la calle al tipo de refuerzos que esperaba desde un principio, pues no eran más que Bio, Niniel y los guerreros que nos ayudaron en la posada -(Esto es lo que necesitaba, con ellos de mi lado no debería ser problema acabar con los enemigos)- Pensé mientras que el bombardero hablaba con la mujer, no obstante, para la asesina sería muy fácil luchar contra los corpulentos hombres de la posada ya que ellos carecen de velocidad, solamente con la fuerza no llegarían muy lejos en esta ocasión.
La asesina y el bombardero seguían discutiendo entre ellos y me parecían insoportables, era demasiada arrogancia junta, pero encontré el mejor momento para actuar, la mujer estaba preparándose para marcharse -Ahora que están a punto de separarse podré tener la oportunidad de atacar a uno de los dos- Dije para mí mismo mientras comenzaba a moverme, bajé las escaleras y finalmente llegué a la puerta donde me detuve antes de salir, me sorprendí al ver cómo de la nada se formó una barrera de fuego que separaba al par de arrogantes de los demás, por desgracia quedé solo del lado de los enemigos, pero si lograba por lo menos distraer al bombardero tal vez lograría hacer que perdiera su concentración y así desaparecer el muro de llamas.
Respiré hondo, me preparé para hacer mi jugada y pensé en qué haría exactamente afuera -Lo importante no es luchar- Me repetí una y otra vez para luego salir caminando lentamente y disimulando mi inseguridad con una falsa confianza -No puedo creer que tú, una poderosa y hábil guerrera, la temible asesina que venció sin ayuda a un gran escuadrón de soldados, permitas que alguien como él cometa la osadía de desobedecerte. Me has decepcionado, realmente esperaba más de ti- Dije como si en verdad me sintiera decepcionado, eso seguramente no le fue agradable de escuchar -¿O acaso él es superior a ti?- Seguí hablando tratando de hacerla enojar -¿Quién eres tú para hablarme así?- Preguntó la mujer indignada por mis palabras, estaba funcionando mi plan así que debía continuar -Evadiste mi pregunta, eso significa que estoy en lo cierto- Expliqué como si yo supiera qué estaba diciendo, pero logré que cayera en mi provocación -No te equivoques chico, yo soy mejor que Flamel en todos los aspectos- Me respondió alzando la voz y esto fue una ofensa para su compañero.
Todo marchaba bien, ahora había logrado distraer a ambos y eso debía mantenerlo así un poco más -No seas engreída, si los dos luchamos es obvio que yo saldría victorioso, nadie puede sobrevivir a mis explosiones- Comentó flamel con un tono muy arrogante lo que puso a su compañera más irritada -En serio crees eso, nadie ha sido capaz de dañarme, ni siquiera pueden tocarme, nadie puede igualar mi velocidad, acabaría contigo en menos de diez segundos- La asesina ya estaba molesta y quería probar que era mejor -No seas tonta, no eres tan rápida, si los enemigos no te atacan es porque eres una mujer atractiva con un par de atributos exagerados, pero yo no me detengo ante eso- Después de ese comentario del bombardero la asesina estaba a punto de estallar, lamentablemente se contuvo respirando profundamente -No me rebajaré para seguir discutiendo contigo, solo encárgate de acabar con ellos- Dijo la mujer para luego voltear a mi dirección.
Ahora que tenía la atención de ella las cosas no irían muy bien para mí, no obstante, desde el otro lado de las llamas se aproximó una botella que impactaría exactamente en la barrera de fuego lo que me hizo suponer que habría una nueva explosión, y aunque yo no sabía qué contenía el recipiente preferí correr rápidamente de vuelta hacia dentro de la casa sin fijarme en los demás -¿Qué es ese resplandor?- Me pregunté al notar que toda la calle comenzaba a iluminarse por una luz dorada, entonces en un último momento salté hacia mi destino logrando así entrar en la casa justo a tiempo para ponerme a salvo.
El aterrizaje había sido un poco doloroso pero por lo menos me había salvado de una explosión más, por otro lado, esta vez había sido diferente a las veces anteriores, tal vez ni siquiera Flamel habría sobrevivido, aunque pensar en eso solo hizo que me preocupara por el estado de los demás, sobre todo de Bio que por ser vampiro era vulnerable al fuego, sin embargo no podía saber nada hasta que saliera y lo verificara, pero por el momento preferí seguir escondido, ya estaba asustándome las explosiones que cada vez eran peor -(Me sorprende que todavía no han llegado más hombres de la Guardia de Lunargenta, nunca están cuando se necesitan)- Pensé para luego colocarme cerca de la puerta y ver hacia afuera tratando de no ser visto.
Rauko
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Sumado al instinto de supervivencia, el grito de la elfa me alertó más aún para reaccionar de prisa y evitar caer atrapado bajo la explosión de aquella extraña sustancia; retrocedí para ponerme a salvo del muro de fuego que había formado el brujo aunque tal vez no había retrocedido lo suficiente; mientras del otro lado el brujo y la mujer parecían tener una pequeña discusión, Niniel decidió hacer algo que me tomó por sorpresa, su explicación del funcionamiento del explosivo me había dejado pensando y distraído como estaba con el muro de fuego apenas y alcancé a verla cuando lanzaba algo hacia las llamas que no demoró en desplegar un brillo dorado que casi me tomaba por sorpresa; di un par de saltos más hacia atrás para acomodarme tras una columna -¡¿Cuál de los dos va a matarme primero?!- Protesté ante la batalla de fuego cruzado, siendo el fuego justamente tan peligroso contra mí.
Al bajar la intensidad de las llamas solo pudimos ver sobre el suelo un manchón negro ocupando la posición que había tenido el misterioso brujo -¿Eso fue todo?- Pregunté con cierta incredulidad y caminando ahora con más precaución de la que había tenido antes; sin embargo había algo extraño en el manchón, una persona difícilmente podría calcinarse hasta desaparecer en tan poco tiempo y fue entonces cuando al mirar hacia uno de los tejados confirmé mis sospechas; el manchón en el piso no era más que la capa del brujo reducida a nada mientras que él mismo había conseguido saltar, tal vez empujado por una corriente de viento que le permitió alejarse a salvo ¿O no tan a salvo?
Reposaba acostado sobre el tejado como si hubiese caído ahí después de empujarse con viento; sin tiempo para pensar había hecho lo primero que le había salido y en consecuencia su aterrizaje había sido menos que desastroso; se levantó con evidente dificultad desprendiendo humo y hasta fuego de algunas partes de su cuerpo -¡¡Maldita!!- Exclamó ahora enfocado en Niniel que sin lugar a dudas se había hecho la dueña absoluta de su odio aunque ahora era poco lo que podría hacer despojado de su capa donde colgaba su arsenal de misteriosos viajes; dependía tan solo de sus habilidades bi-elementales; avanzó por el techo en dirección a la elfa pero ni él mismo parecía consciente de los daños recibidos, por lo que inesperadamente sus fuerzas flaquearon haciéndolo caer y rodar por el techo hasta volver al suelo donde cayó boca abajo intentando levantarse.
Ahora que el brujo parecía no ser el problema podría intentar ir contra la mujer que había causado el festín de sangre y muerte; corrí hacia ella sin preocuparme del brujo pero mientras pasaba a su lado comenzó a reír -No ganarán, no ganarán- Repetía mientras arrancaba la ropa que cubría su pecho en busca de la que parecía ser su última arma, parecía ser una simple botella con un líquido color naranja, tal vez uno más de esos explosivos de antes, por lo que avancé en dirección a la mujer para evitar que se fuera impunemente y al mismo tiempo evitar lo que pudiera hacer el brujo.
Sin embargo su plan era más aterrador que lo hecho anteriormente, roció el líquido de la botella sobre sí mismo y con su magia manipuló pequeñas llamaradas cercanas para prenderse fuego a sí mismo; luego se levantó caminando con dificultad hacia la elfa; por sus gritos de dolor no parecía ser inmune al fuego, sin embargo la vestimenta que cubría su cuerpo parecía darle al menos un poco más de tiempo del que tendría sin la protección de la misma; avanzó hasta no poder más y cayó entonces de rodillas pero eso no sería todo, abrió los brazos a los lados avivando e incrementando las llamas que lo cubrían mientras comenzaba a generar ondas de viento que arrojaban llamas en múltiples direcciones al azar -¡Cúbranse!- Grité desde el otro lado mientras yo corría para no ser alcanzado aunque seguramente mi advertencia había estado de más, no había que ser un genio para pensar en cubrirse del brujo que a juzgar por las circunstancias parecía estar cerrando su acto con un desesperado ataque suicida; y aunque el ataque era intenso y peligroso, su cuerpo no tardaría mucho en ser consumido por las mismas llamas.
La mujer por su parte permanecía de pie, inmutable y orgullosa como si estuviera segura que ni las llamas ni nosotros podríamos dañarla -Inútil- Dijo refiriéndose al brujo para luego darse media vuelta y tratar de retirarse -Espera- Le dije con enojo ante lo cual se detuvo pero sin voltear a mirarme, tal era su confianza que no parecía siquiera preocuparse por ser alcanzada -Quédate donde estás y todos vivirán otro día- Me dijo en tono amenazante -Tú y tus escorpiones no son más que cobardes que se esconden en las sombras- La acusé intentando lacerar su orgullo y al parecer lo había logrado; sacó su extraña arma y me señaló con ella -Debería matarte solo por compararme con esa escoria- Dijo en tono firme dejando claro que no formaba parte de dicha organización -¿Acaso no te enviaron ellos?- pregunté intrigado, ya no para causar nada en ella sino para saber contra qué estaba peleando ahora y por qué trataban de matarnos -Jamás trabajaría con esos inútiles- Respondió con rudeza, lo cual me dejó más confundido; habíamos formulado una serie de teorías basadas en los escorpiones y ahora nos enfrentábamos a otra cosa posiblemente peor.
Al bajar la intensidad de las llamas solo pudimos ver sobre el suelo un manchón negro ocupando la posición que había tenido el misterioso brujo -¿Eso fue todo?- Pregunté con cierta incredulidad y caminando ahora con más precaución de la que había tenido antes; sin embargo había algo extraño en el manchón, una persona difícilmente podría calcinarse hasta desaparecer en tan poco tiempo y fue entonces cuando al mirar hacia uno de los tejados confirmé mis sospechas; el manchón en el piso no era más que la capa del brujo reducida a nada mientras que él mismo había conseguido saltar, tal vez empujado por una corriente de viento que le permitió alejarse a salvo ¿O no tan a salvo?
Reposaba acostado sobre el tejado como si hubiese caído ahí después de empujarse con viento; sin tiempo para pensar había hecho lo primero que le había salido y en consecuencia su aterrizaje había sido menos que desastroso; se levantó con evidente dificultad desprendiendo humo y hasta fuego de algunas partes de su cuerpo -¡¡Maldita!!- Exclamó ahora enfocado en Niniel que sin lugar a dudas se había hecho la dueña absoluta de su odio aunque ahora era poco lo que podría hacer despojado de su capa donde colgaba su arsenal de misteriosos viajes; dependía tan solo de sus habilidades bi-elementales; avanzó por el techo en dirección a la elfa pero ni él mismo parecía consciente de los daños recibidos, por lo que inesperadamente sus fuerzas flaquearon haciéndolo caer y rodar por el techo hasta volver al suelo donde cayó boca abajo intentando levantarse.
Ahora que el brujo parecía no ser el problema podría intentar ir contra la mujer que había causado el festín de sangre y muerte; corrí hacia ella sin preocuparme del brujo pero mientras pasaba a su lado comenzó a reír -No ganarán, no ganarán- Repetía mientras arrancaba la ropa que cubría su pecho en busca de la que parecía ser su última arma, parecía ser una simple botella con un líquido color naranja, tal vez uno más de esos explosivos de antes, por lo que avancé en dirección a la mujer para evitar que se fuera impunemente y al mismo tiempo evitar lo que pudiera hacer el brujo.
Sin embargo su plan era más aterrador que lo hecho anteriormente, roció el líquido de la botella sobre sí mismo y con su magia manipuló pequeñas llamaradas cercanas para prenderse fuego a sí mismo; luego se levantó caminando con dificultad hacia la elfa; por sus gritos de dolor no parecía ser inmune al fuego, sin embargo la vestimenta que cubría su cuerpo parecía darle al menos un poco más de tiempo del que tendría sin la protección de la misma; avanzó hasta no poder más y cayó entonces de rodillas pero eso no sería todo, abrió los brazos a los lados avivando e incrementando las llamas que lo cubrían mientras comenzaba a generar ondas de viento que arrojaban llamas en múltiples direcciones al azar -¡Cúbranse!- Grité desde el otro lado mientras yo corría para no ser alcanzado aunque seguramente mi advertencia había estado de más, no había que ser un genio para pensar en cubrirse del brujo que a juzgar por las circunstancias parecía estar cerrando su acto con un desesperado ataque suicida; y aunque el ataque era intenso y peligroso, su cuerpo no tardaría mucho en ser consumido por las mismas llamas.
La mujer por su parte permanecía de pie, inmutable y orgullosa como si estuviera segura que ni las llamas ni nosotros podríamos dañarla -Inútil- Dijo refiriéndose al brujo para luego darse media vuelta y tratar de retirarse -Espera- Le dije con enojo ante lo cual se detuvo pero sin voltear a mirarme, tal era su confianza que no parecía siquiera preocuparse por ser alcanzada -Quédate donde estás y todos vivirán otro día- Me dijo en tono amenazante -Tú y tus escorpiones no son más que cobardes que se esconden en las sombras- La acusé intentando lacerar su orgullo y al parecer lo había logrado; sacó su extraña arma y me señaló con ella -Debería matarte solo por compararme con esa escoria- Dijo en tono firme dejando claro que no formaba parte de dicha organización -¿Acaso no te enviaron ellos?- pregunté intrigado, ya no para causar nada en ella sino para saber contra qué estaba peleando ahora y por qué trataban de matarnos -Jamás trabajaría con esos inútiles- Respondió con rudeza, lo cual me dejó más confundido; habíamos formulado una serie de teorías basadas en los escorpiones y ahora nos enfrentábamos a otra cosa posiblemente peor.
Bio
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La llamarada dorada resultó ser un "pelín" más intensa de lo que la peliblanca había calculado para la cantidad de polvo de Ëi-Fial utilizado. Demasiado incluso teniendo en cuenta que ya contaba con que era más que probable que el fuego o el impacto afectaría al volátil arsenal con el que resultaba obvio que su enemigo cargaba bajo su capa y ropajes, Parecía que, o bien aquel miserable cargaba con más cantidad de viales de las que parecía posible, o entre ellos contaba con algunos compuestos más peligrosos aún de los que había utilizado en aquella calle. Aún así tampoco fue algo que superase en demasía a lo que la alquimista esperaba, por lo que a pesar de la intensidad del fuego nadie de su grupo llegó a estar en peligro por su acción, no más que al enfrentar a aquel incendiario al menos. Aunque eso no impidió las protestas de Bio y las miradas ojipláticas de sus compañeros humanos, que si bien ya sabían que la elfa no era tanto una damisela a la que salvar como parecía, sin duda desconocían que pudiera hacer saltar a sus enemigos por los aires con esa facilidad.
-Os dije que os pusierais a cubierto...- Respondió la peliblanca a sus quejas mientras se encogía de hombros como si no comprendiera a qué venía aquello, haciéndose la inocente. Deberían darle las gracias por haberse ocupado de aquel tipo antes de que éste les lanzara uno de sus viales en la cara en vez de protestar. -Además calculé el radio de la deflagración antes de lanzar el vial, sabía que no te alcanzaría ni en el peor de los casos Bio...Más o menos.- Concretó mostrándose bastante segura de haber medido bien los riesgos aunque bromeando de forma evidente al final de su frase con la posibilidad de un margen de error asumido y que podría haber acabado con el vampiro tostado y crujiente por fuera pero en su punto por dentro.
Bromas íntimas a parte, que no venían nada mal para liberar algo de la tensión acumulada que no era poca, el plan pareció haber sido todo un éxito, y ya fuera de su fiel cobertura la sacerdotisa pudo ver que donde hacía unos instantes se pavoneaba su enemigo ya no quedaba más que una mancha negruzca en el suelo. ¿Aquello era todo lo que quedaba de aquel engreído?. Desde luego no podía negarse que había recibido su merecido, acabar del mismo modo que habían acabado las pobres víctimas de sus crueles ataques sin sentido. -Pues...Eso parece. Creo que nadie le advirtió que ir cargado de viales llenos de sustancias inflamables y altamente inestables no es tan buena idea como puede parecer...- Comentó para su compañero. Cualquier alquimista que no fuera un loco perturbado sabía del cuidado con el que debían tratarse muchas sustancias alquímicas y al final aquello había sido el talón de aquiles de tan peligroso rival. O eso creía Níniel hasta que la abrupta maldición de aquel rival la hizo girarse y mirar hacia uno de los relativamente cercanos tejados donde su mirada aguamarina se encontró con la roja y furibunda del aún vivo bombardero.
-¿Pero cómo puede ser?.- Murmuró la joven mientras veía atónita como aquel sujeto no solo había logrado sobrevivir de algún modo si no que además aún era capaz de moverse y, aunque dificultosamente, trataba de reducir la distancia que había entre ambos. ¿Qué clase de bendición oscura había permitido a aquel brujo maligno sobrevivir a la deflagración?. Sin embargo pronto quedó patente que a pesar de todo estaba en las últimas y su lamentable estado incluso causó que cayera desde el tejado un par de metros hasta el suelo, lo cual pareció ser demasiado ya para su maltrecho cuerpo.
-Desde luego no se puede negar que es obstinado. Eso lo respeto- Dijo el enorme Beor apretando su gran hacha entre su manos mientras se dirigía hacia el cuerpo del brujo dispuesto a acabar con su sufrimiento de forma rápida y casi indolora, algo con lo que Níniel estaba de acuerdo a pesar de no expresarlo más que con una leve mirada. No hacía falta ser sanadora para saber que aquel sujeto ya había superado el límite de sus fuerzas y posibilidades y que era ya un cadáver impulsado por pura rabia y odio.No había nada que pudieran hacer por él salvo acabar con su agonía...Y era más de lo que se merecía. Unos corazones menos generosos lo hubiesen dejado agonizar para que expiase sus pecados a través del dolor. ¿Cómo podrían haber sabido en ese momento que aquel loco escogería el tormento más atroz con tal de llevárselos por delante?.
Nacida de la rabia y el sacrificio de aquel demente se desató una feroz tormenta de aire y llamas que amenazaba con calcinarlos a todos. Solo el hecho de que en su agonía aquel brujo no parecía ser capaz de controlar la dirección de sus potentes ataques evitó que Níniel acabará compartiendo el fatídico destino de su conjurador. Aún así pudo ver como una de aquellas llamaradas pasaba tan cerca de ella que al aire ardiente levantó su túnica hasta la altura de su cintura y agitó su larga melena blanca como si se enfrentara a las fuertes rachas de viento que azotaban los acantilados de la playa de los ancestros. Tal fue la fuerza de aquel golpe de aire caliente que la joven apenas pudo esquivar una segunda rafaga ardiente que esta vez la envió volando varios metros hacia atrás hasta golpearse contra una de aquellas columnas que solo un instante antes les habían servido de cobertura. El dolor del golpe la hizo chillar, aunque seguramente el viento se llevaría su grito allí donde nadie podría oírlo jamás.
Lastimada pero consciente, la elfa se apresuró a refugiarse tras la misma columna con la que había chocado y, una vez a salvo de lo peor de aquel ataque suicida, revisó el lugar del impacto comenzando a sanarse a sí misma y mitigando su dolor mientras daba gracias a los dioses por darle la sabiduría de haberse puesto la armadura antes de salir de la posada hacía lo que empezaba a parecer una eternidad. Aquella pieza protectora no la había protegido de todo el daño pero sin duda sin ella el golpe hubiese sido mucho peor.
Como era de esperar aquel ataque no duró demasiado. Pronto se disipó y al hacerlo no quedaba más de aquel maldito brujo que un cuerpo calcinado, nada más que una fina capa ennegrecida adherida al hueso...Y en varias zonas ni eso. Rápidamente la sacerdotisa miró alrededor para evaluar la situación.
Bio se había salvado corriendo en la otra dirección y con él había ido Jafeth, que seguramente se había librado gracias a la iniciativa del pelinegro. Ambos parecían estar bien y hacían frente a la mujer tetona que parecía haberse replanteado su actitud y les encaraba, aunque el chico parecía más preocupado por su padre que por la peligrosa adversaria que tenía delante. Y tenía motivos para preocuparse pues el posadero estaba cerca del brujo cuando aquel último ataque dio comienzo.
El fornido humano no había tenido tanta suerte como los demás. A pesar de tu tamaño, o quizá precisamente a causa del mismo, no había sido capaz de esquivar al menos uno de los ataques de fuego del enemigo y se encontraba tirado en el suelo con quemaduras en parte del pecho, los brazos y las manos. Inmediatamente Níniel fue hasta él para atenderle y como era de esperar, en cuanto un nervioso Jafeth se percató de la suerte de su progenitor bajó la guardia ante su enemiga, algo que ésta no estaba dispuesta a desaprovechar.
-Os dije que os pusierais a cubierto...- Respondió la peliblanca a sus quejas mientras se encogía de hombros como si no comprendiera a qué venía aquello, haciéndose la inocente. Deberían darle las gracias por haberse ocupado de aquel tipo antes de que éste les lanzara uno de sus viales en la cara en vez de protestar. -Además calculé el radio de la deflagración antes de lanzar el vial, sabía que no te alcanzaría ni en el peor de los casos Bio...Más o menos.- Concretó mostrándose bastante segura de haber medido bien los riesgos aunque bromeando de forma evidente al final de su frase con la posibilidad de un margen de error asumido y que podría haber acabado con el vampiro tostado y crujiente por fuera pero en su punto por dentro.
Bromas íntimas a parte, que no venían nada mal para liberar algo de la tensión acumulada que no era poca, el plan pareció haber sido todo un éxito, y ya fuera de su fiel cobertura la sacerdotisa pudo ver que donde hacía unos instantes se pavoneaba su enemigo ya no quedaba más que una mancha negruzca en el suelo. ¿Aquello era todo lo que quedaba de aquel engreído?. Desde luego no podía negarse que había recibido su merecido, acabar del mismo modo que habían acabado las pobres víctimas de sus crueles ataques sin sentido. -Pues...Eso parece. Creo que nadie le advirtió que ir cargado de viales llenos de sustancias inflamables y altamente inestables no es tan buena idea como puede parecer...- Comentó para su compañero. Cualquier alquimista que no fuera un loco perturbado sabía del cuidado con el que debían tratarse muchas sustancias alquímicas y al final aquello había sido el talón de aquiles de tan peligroso rival. O eso creía Níniel hasta que la abrupta maldición de aquel rival la hizo girarse y mirar hacia uno de los relativamente cercanos tejados donde su mirada aguamarina se encontró con la roja y furibunda del aún vivo bombardero.
-¿Pero cómo puede ser?.- Murmuró la joven mientras veía atónita como aquel sujeto no solo había logrado sobrevivir de algún modo si no que además aún era capaz de moverse y, aunque dificultosamente, trataba de reducir la distancia que había entre ambos. ¿Qué clase de bendición oscura había permitido a aquel brujo maligno sobrevivir a la deflagración?. Sin embargo pronto quedó patente que a pesar de todo estaba en las últimas y su lamentable estado incluso causó que cayera desde el tejado un par de metros hasta el suelo, lo cual pareció ser demasiado ya para su maltrecho cuerpo.
-Desde luego no se puede negar que es obstinado. Eso lo respeto- Dijo el enorme Beor apretando su gran hacha entre su manos mientras se dirigía hacia el cuerpo del brujo dispuesto a acabar con su sufrimiento de forma rápida y casi indolora, algo con lo que Níniel estaba de acuerdo a pesar de no expresarlo más que con una leve mirada. No hacía falta ser sanadora para saber que aquel sujeto ya había superado el límite de sus fuerzas y posibilidades y que era ya un cadáver impulsado por pura rabia y odio.No había nada que pudieran hacer por él salvo acabar con su agonía...Y era más de lo que se merecía. Unos corazones menos generosos lo hubiesen dejado agonizar para que expiase sus pecados a través del dolor. ¿Cómo podrían haber sabido en ese momento que aquel loco escogería el tormento más atroz con tal de llevárselos por delante?.
Nacida de la rabia y el sacrificio de aquel demente se desató una feroz tormenta de aire y llamas que amenazaba con calcinarlos a todos. Solo el hecho de que en su agonía aquel brujo no parecía ser capaz de controlar la dirección de sus potentes ataques evitó que Níniel acabará compartiendo el fatídico destino de su conjurador. Aún así pudo ver como una de aquellas llamaradas pasaba tan cerca de ella que al aire ardiente levantó su túnica hasta la altura de su cintura y agitó su larga melena blanca como si se enfrentara a las fuertes rachas de viento que azotaban los acantilados de la playa de los ancestros. Tal fue la fuerza de aquel golpe de aire caliente que la joven apenas pudo esquivar una segunda rafaga ardiente que esta vez la envió volando varios metros hacia atrás hasta golpearse contra una de aquellas columnas que solo un instante antes les habían servido de cobertura. El dolor del golpe la hizo chillar, aunque seguramente el viento se llevaría su grito allí donde nadie podría oírlo jamás.
Lastimada pero consciente, la elfa se apresuró a refugiarse tras la misma columna con la que había chocado y, una vez a salvo de lo peor de aquel ataque suicida, revisó el lugar del impacto comenzando a sanarse a sí misma y mitigando su dolor mientras daba gracias a los dioses por darle la sabiduría de haberse puesto la armadura antes de salir de la posada hacía lo que empezaba a parecer una eternidad. Aquella pieza protectora no la había protegido de todo el daño pero sin duda sin ella el golpe hubiese sido mucho peor.
Como era de esperar aquel ataque no duró demasiado. Pronto se disipó y al hacerlo no quedaba más de aquel maldito brujo que un cuerpo calcinado, nada más que una fina capa ennegrecida adherida al hueso...Y en varias zonas ni eso. Rápidamente la sacerdotisa miró alrededor para evaluar la situación.
Bio se había salvado corriendo en la otra dirección y con él había ido Jafeth, que seguramente se había librado gracias a la iniciativa del pelinegro. Ambos parecían estar bien y hacían frente a la mujer tetona que parecía haberse replanteado su actitud y les encaraba, aunque el chico parecía más preocupado por su padre que por la peligrosa adversaria que tenía delante. Y tenía motivos para preocuparse pues el posadero estaba cerca del brujo cuando aquel último ataque dio comienzo.
El fornido humano no había tenido tanta suerte como los demás. A pesar de tu tamaño, o quizá precisamente a causa del mismo, no había sido capaz de esquivar al menos uno de los ataques de fuego del enemigo y se encontraba tirado en el suelo con quemaduras en parte del pecho, los brazos y las manos. Inmediatamente Níniel fue hasta él para atenderle y como era de esperar, en cuanto un nervioso Jafeth se percató de la suerte de su progenitor bajó la guardia ante su enemiga, algo que ésta no estaba dispuesta a desaprovechar.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Busqué con la mirada al bombardero y lo único que pude ver era una mancha negra en el lugar donde él se encontraba, por lo tanto pensé que ya no era necesario preocuparse por más explosiones, mi plan para distraerlo había resultado mejor de lo que esperaba, los demás fueron rápidos y aprovecharon el momento para atacar por sorpresa, pero me parecía extraño que no quedara rastro del cuerpo del tal Flarel, hasta el momento no conocía nada que pudiera desaparecer a alguien en tan poco tiempo, tal vez la explosión dorada había sido demasiado potente. De todas formas preferí permanecer oculto un poco más, cuando llegara el momento de luchar entonces saldría a ayudar.
Bio no tardó en investigar la mancha negra del suelo para asegurarse de que el bombardero estaba acabado mientras que Niniel parecía estar muy confiada, pero descubrimos que de alguna forma el sujeto logró sobrevivir y quedar en uno de los tejados cercanos -¿Cómo puede seguir vivo, acaso la explosión solo fue un destello de luz?- Me pregunté intrigado, aunque él tenía un mal aspecto me seguía pareciendo casi imposible que hubiese podido escapar de la muerte.
Observé con atención las acciones del bombardero y el poco respeto que se le podría tener a alguien como él se perdió por completo cuando éste, después de expresar su frustración, dio apenas un par de pasos y luego perdió el equilibrio, inevitablemente cayó y rodó por el tejado hasta impactar de cara con el suelo. Presenciar ese momento hizo que se me escapara una carcajada, nada me parecía más humillante que perder la dignidad en una caída graciosa.
Era obvio que el bombardero ya no podría hacer nada para detenernos pero éste seguía intentándolo -Ahora es uno menos, solo queda la asesina del arma rara- Dije para mí mismo mientras me disponía a salir a combatirla, no obstante, el sujeto de los explosivos arrancó un pedazo del ropaje que cubría su pecho y tomó una última botella que contenía un líquido de color naranja. Creí que arrojaría la sustancia hacia Niniel por la forma en que la miraba pero no fue de esa forma, prefirió bañarse en ese líquido para luego prenderse fuego así mismo -(¿Qué clase de lunático suicida haría algo así?)- Pensé sorprendido por la actitud del sujeto mientras que éste hacía todo lo posible por aproximarse a la elfa.
El bombardero solo seguía vivo gracias a la motivación de asesinar a Niniel, con esa meta en mente no le importaba sentir el dolor de las llamas que lo consumían por dentro y por fuera, pero su cuerpo llegó al límite y cayó de rodillas al suelo sin poder evitarlo. En ese momento que todos sabíamos que él no podría hacer más aunque lo intentara, extendió sus manos hacia los lados y desató así una tormenta de fuego, desde su cuerpo se desprendían ráfagas de viento y llamas hacia todos lados sin control alguno. Desafortunadamente tanto Niniel como el corpulento hombre que la acompañaba fueron alcanzados por unas de esas ráfagas, la elfa contaba con una armadura que la protegía pero su acompañante no tenía nada más que su hacha y mala suerte, ambos obtuvieron heridas de quemaduras pero el lado bueno es que no era nada de lo que no pudieran recuperarse con magia de curación.
Pasaron unos segundos y finalmente se acabó la tormenta de fuego junto con la vida del lunático de las explosiones, por suerte no hubieron más bajas que esa, pero ahora disponíamos de menos guerreros para luchar contra la asesina que de alguna forma seguía sin siquiera un rasguño y con su arrogancia intacta -(Por lo menos somos tres contra una… ¿Qué podría salir mal?)- Pensé para luego desenvainar mi espada, pero antes de salir me dispuse a escuchar la conversación que tenía Bio con la despiadada mujer, aunque eso solo me dejó confundido, hablaban sobre escorpiones que se escondían y saber eso no me aclaraba nada… ¿Acaso la mujer tenía escorpiones como mascotas o eran otras personas quienes sí los tenían? ¿A qué se estaban refiriendo?
Por otro lado uno de los sujetos de la posada se encontraba al lado de Bio listo para luchar, sin embargo, en un instante bajó la guardia cuando se percató del estado del sujeto del hacha dándole así una oportunidad a la asesina para que lo aniquilara de un solo ataque, así que había que actuar rápido para impedir una muerte innecesaria.
Busqué con la mirada algo que me pudiera servir y en el suelo encontré lo que parecía haber sido una de las patas de una silla de madera -Esto servirá- Dije para luego tomar el garrote de madera y luego lo lancé con todas mis fuerzas hacia la mujer para llamar su atención, así logré evitar que se fijara en el otro sujeto, no obstante terminé golpeando la cabeza de ella y eso la puso muy enojada, pero nada de eso me importaba más que las palabras que debía decir para que mi entrada no fuese tan ridícula -No seas mentirosa, si no trabajas con inútiles ¿Por qué andabas con aquel de los explosivos?- Dije mientras caminaba despreocupadamente hacia ella, era lo único que se me ocurrió en el momento -(¿Qué estoy diciendo? haré que me asesine si sigo así, tal vez esto no fue la mejor idea… Sin embargo… Valió la pena arrojarle la pata de la silla)- Pensé sin decir nada pero sin quitarle la mirada a la mujer, lo único que esperaba de ella era un ataque frontal y directo.
Bio no tardó en investigar la mancha negra del suelo para asegurarse de que el bombardero estaba acabado mientras que Niniel parecía estar muy confiada, pero descubrimos que de alguna forma el sujeto logró sobrevivir y quedar en uno de los tejados cercanos -¿Cómo puede seguir vivo, acaso la explosión solo fue un destello de luz?- Me pregunté intrigado, aunque él tenía un mal aspecto me seguía pareciendo casi imposible que hubiese podido escapar de la muerte.
Observé con atención las acciones del bombardero y el poco respeto que se le podría tener a alguien como él se perdió por completo cuando éste, después de expresar su frustración, dio apenas un par de pasos y luego perdió el equilibrio, inevitablemente cayó y rodó por el tejado hasta impactar de cara con el suelo. Presenciar ese momento hizo que se me escapara una carcajada, nada me parecía más humillante que perder la dignidad en una caída graciosa.
Era obvio que el bombardero ya no podría hacer nada para detenernos pero éste seguía intentándolo -Ahora es uno menos, solo queda la asesina del arma rara- Dije para mí mismo mientras me disponía a salir a combatirla, no obstante, el sujeto de los explosivos arrancó un pedazo del ropaje que cubría su pecho y tomó una última botella que contenía un líquido de color naranja. Creí que arrojaría la sustancia hacia Niniel por la forma en que la miraba pero no fue de esa forma, prefirió bañarse en ese líquido para luego prenderse fuego así mismo -(¿Qué clase de lunático suicida haría algo así?)- Pensé sorprendido por la actitud del sujeto mientras que éste hacía todo lo posible por aproximarse a la elfa.
El bombardero solo seguía vivo gracias a la motivación de asesinar a Niniel, con esa meta en mente no le importaba sentir el dolor de las llamas que lo consumían por dentro y por fuera, pero su cuerpo llegó al límite y cayó de rodillas al suelo sin poder evitarlo. En ese momento que todos sabíamos que él no podría hacer más aunque lo intentara, extendió sus manos hacia los lados y desató así una tormenta de fuego, desde su cuerpo se desprendían ráfagas de viento y llamas hacia todos lados sin control alguno. Desafortunadamente tanto Niniel como el corpulento hombre que la acompañaba fueron alcanzados por unas de esas ráfagas, la elfa contaba con una armadura que la protegía pero su acompañante no tenía nada más que su hacha y mala suerte, ambos obtuvieron heridas de quemaduras pero el lado bueno es que no era nada de lo que no pudieran recuperarse con magia de curación.
Pasaron unos segundos y finalmente se acabó la tormenta de fuego junto con la vida del lunático de las explosiones, por suerte no hubieron más bajas que esa, pero ahora disponíamos de menos guerreros para luchar contra la asesina que de alguna forma seguía sin siquiera un rasguño y con su arrogancia intacta -(Por lo menos somos tres contra una… ¿Qué podría salir mal?)- Pensé para luego desenvainar mi espada, pero antes de salir me dispuse a escuchar la conversación que tenía Bio con la despiadada mujer, aunque eso solo me dejó confundido, hablaban sobre escorpiones que se escondían y saber eso no me aclaraba nada… ¿Acaso la mujer tenía escorpiones como mascotas o eran otras personas quienes sí los tenían? ¿A qué se estaban refiriendo?
Por otro lado uno de los sujetos de la posada se encontraba al lado de Bio listo para luchar, sin embargo, en un instante bajó la guardia cuando se percató del estado del sujeto del hacha dándole así una oportunidad a la asesina para que lo aniquilara de un solo ataque, así que había que actuar rápido para impedir una muerte innecesaria.
Busqué con la mirada algo que me pudiera servir y en el suelo encontré lo que parecía haber sido una de las patas de una silla de madera -Esto servirá- Dije para luego tomar el garrote de madera y luego lo lancé con todas mis fuerzas hacia la mujer para llamar su atención, así logré evitar que se fijara en el otro sujeto, no obstante terminé golpeando la cabeza de ella y eso la puso muy enojada, pero nada de eso me importaba más que las palabras que debía decir para que mi entrada no fuese tan ridícula -No seas mentirosa, si no trabajas con inútiles ¿Por qué andabas con aquel de los explosivos?- Dije mientras caminaba despreocupadamente hacia ella, era lo único que se me ocurrió en el momento -(¿Qué estoy diciendo? haré que me asesine si sigo así, tal vez esto no fue la mejor idea… Sin embargo… Valió la pena arrojarle la pata de la silla)- Pensé sin decir nada pero sin quitarle la mirada a la mujer, lo único que esperaba de ella era un ataque frontal y directo.
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Te odio- Espeté entre dientes aunque claramente era un comentario más de nuestros típicos juegos de cariñosa hostilidad, aunque luego escucharía con embelesada atención la advertencia de Niniel acerca de los peligros de la alquimia.
Me había preocupado al ver al brujo de nuevo, sin embargo verlo trastabillar y caer había sido realmente épico, poco esperaría que tuviera una última carta bajo la manga, y vaya que parecía dispuesto a jugársela con aquel espectáculo de fuego del que afortunadamente me había alejado ya lo suficiente.
Mis advertencias resultaron ser en vano y tanto Niniel como el grandulón de la posada acabaron recibiendo algunos daños por parte del brujo antes que éste cayera de bruces al suelo convertido en un bulto de carne asada decorando una exhibición de huesos -¡¡Niniel!!- Grité preocupado por lo ocurrido y habría comenzado a correr hasta ella si no me hubiera interrumpido la misteriosa asesina -Ustedes, insensatos, podrían ser más peligrosos de lo que parecen- Afirmó con seriedad -Tal vez sí sea necesario matarlos- Murmuró mientras avanzaba y se ponía frente a mí para cortarme el camino aunque su primer objetivo no sería yo sino el hijo del posadero que parecía bastante distraído y preocupado por su padre.
Con una sonrisa malvada la mujer hizo girar su par de espadas para luego avanzar contra el chico, pero antes que pudiera hacerlo un pedazo de madera salió de una ventana estrellándose en la cabeza de la mujer que se tocó con el rostro lleno de indignación-¿Qué rayos?- Pensé al ver tan extraña escena, no imaginaba quién podría estar tan demente para lanzarle aquello y ganarse su ira -¿Quién se ha atrevido a irrespetarme?- Dijo antes que apareciera Rauko mostrándose por fin ante ella con una entrada bastante teatral.
La aparición de Rauko cambiaba todo, o al menos debería cambiarlo pero la mujer no parecía querer abandonar la lucha -¿Sabes quién soy? Pequeño mocoso- Preguntó con su peculiar arrogancia -Deberían saber al menos que su asesina se llama Lady Strix- Amenazó mientras giraba sus espadas y arremetía contra mí, tal vez porque estaba relativamente más cerca; saqué mis dagas y me defendí como bien pude pero la velocidad de sus golpes con la biespada eran cada vez más rápidos hasta que en un momento de distracción me hizo levantar los brazos para evitar ser partido en dos, aunque justo después de sobrevivir me lanzó una patada fuerte al pecho que me hizo retroceder haciendo malabares para no caerme, aunque en ese mismo intento de equilibrarme acabaría por alejarme de ella, cosa que aprovecharía la mujer arremetiendo contra Jafeth seguido de Rauko -Que grupo más patético y absurdo forman- Dijo mirándonos a todos.
Me acomodé apenas a tiempo para ver cómo la mujer arremetía contra mis compañeros hasta intentar derribarlos; por arriba, por abajo, por los lados, atacaba desde todos lados -¡¡Vamos Rauko, tú puedes!!- le dije al elfo aunque no era cierto, imaginaba que ni de chiste permanecería de pie por mucho rato frente a la mujer tendría que ayudarle de algún modo y evitar que la mujer nos barriera y fuera contra Niniel y el herido Beor -¿Creen poder luchar contra mí?- Decía la mujer con prepotencia y orgullo aunque al menos era evidente que le costaba más que luchar contra los guardias a los que había rebanado fácilmente.
Me había preocupado al ver al brujo de nuevo, sin embargo verlo trastabillar y caer había sido realmente épico, poco esperaría que tuviera una última carta bajo la manga, y vaya que parecía dispuesto a jugársela con aquel espectáculo de fuego del que afortunadamente me había alejado ya lo suficiente.
Mis advertencias resultaron ser en vano y tanto Niniel como el grandulón de la posada acabaron recibiendo algunos daños por parte del brujo antes que éste cayera de bruces al suelo convertido en un bulto de carne asada decorando una exhibición de huesos -¡¡Niniel!!- Grité preocupado por lo ocurrido y habría comenzado a correr hasta ella si no me hubiera interrumpido la misteriosa asesina -Ustedes, insensatos, podrían ser más peligrosos de lo que parecen- Afirmó con seriedad -Tal vez sí sea necesario matarlos- Murmuró mientras avanzaba y se ponía frente a mí para cortarme el camino aunque su primer objetivo no sería yo sino el hijo del posadero que parecía bastante distraído y preocupado por su padre.
Con una sonrisa malvada la mujer hizo girar su par de espadas para luego avanzar contra el chico, pero antes que pudiera hacerlo un pedazo de madera salió de una ventana estrellándose en la cabeza de la mujer que se tocó con el rostro lleno de indignación-¿Qué rayos?- Pensé al ver tan extraña escena, no imaginaba quién podría estar tan demente para lanzarle aquello y ganarse su ira -¿Quién se ha atrevido a irrespetarme?- Dijo antes que apareciera Rauko mostrándose por fin ante ella con una entrada bastante teatral.
La aparición de Rauko cambiaba todo, o al menos debería cambiarlo pero la mujer no parecía querer abandonar la lucha -¿Sabes quién soy? Pequeño mocoso- Preguntó con su peculiar arrogancia -Deberían saber al menos que su asesina se llama Lady Strix- Amenazó mientras giraba sus espadas y arremetía contra mí, tal vez porque estaba relativamente más cerca; saqué mis dagas y me defendí como bien pude pero la velocidad de sus golpes con la biespada eran cada vez más rápidos hasta que en un momento de distracción me hizo levantar los brazos para evitar ser partido en dos, aunque justo después de sobrevivir me lanzó una patada fuerte al pecho que me hizo retroceder haciendo malabares para no caerme, aunque en ese mismo intento de equilibrarme acabaría por alejarme de ella, cosa que aprovecharía la mujer arremetiendo contra Jafeth seguido de Rauko -Que grupo más patético y absurdo forman- Dijo mirándonos a todos.
Me acomodé apenas a tiempo para ver cómo la mujer arremetía contra mis compañeros hasta intentar derribarlos; por arriba, por abajo, por los lados, atacaba desde todos lados -¡¡Vamos Rauko, tú puedes!!- le dije al elfo aunque no era cierto, imaginaba que ni de chiste permanecería de pie por mucho rato frente a la mujer tendría que ayudarle de algún modo y evitar que la mujer nos barriera y fuera contra Niniel y el herido Beor -¿Creen poder luchar contra mí?- Decía la mujer con prepotencia y orgullo aunque al menos era evidente que le costaba más que luchar contra los guardias a los que había rebanado fácilmente.
Bio
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Tan rápidamente como pudo, pues a pesar de haber podido sanarse prácticamente del todo mientras se hallaba refugiada de la tempestad de ataques de aquel brujo suicida aún sentía un fuerte dolor en el costado por el golpe contra la columna, Níniel llegó hasta Beor haciéndole un gesto a Jafeth para que éste entendiera que ella se ocuparía de su padre y pudiese de ese modo centrarse en la lucha contra la enemiga restante. Y es que, aunque la peliblanca confiaba en las habilidades de Bio y pronto apareció también a su lado Rauko espada en mano, aquel enfrentamiento le daba muy mala espina a la joven. Sí aquella tetona no había huído ya al enfrentarse a tres oponentes...Aún así tenía claras sus prioridades. Aquellos tres podrían apañárselas, tendrían que hacerlo, Beor no aguantaría mucho más sin asistencia.
-Aguantad un poco...- Murmuró para sí misma como modo de expresar su frustración mientras se arrodillaba sobre el herido posadero y comenzaba a atender aquellas quemaduras concentrándose en aquella tarea, a pesar de que el resto de su grupo también estaba arriesgando sus vidas a tan solo unas decenas de metros y el entrechocar de los aceros y los gemidos y gritos de los implicados era una constante melodía de fondo que no ayudaba en nada a lograrlo.
El hombretón estaba bastante mal y se agitaba ligeramente, dolorido aunque no gritaba, seguramente cerca de la inconsciencia por el dolor. Había logrado evitar un daño fatal interponiendo su hacha a modo de modo defensivo pero aún así sus quemaduras eran serias, especialmente las de las manos. Enseguida la sacerdotisa hizo su mejor esfuerzo para con cuidado colocarlo en posición horizontal y usó su bolsa para elevar sus pies así como colocarle con cuidado lo brazos encima de su pecho. A continuación colocó unas telas limpias sobre las quemaduras menos sobre las manos y antebrazos pues eran las primeras sobre las que aplicaría su magia, aunque evitando el contacto directo con las zonas afectadas. La reacción no se hizo esperar.
Conforme las heridas sanaban y la piel recuperaba un tono rosado y sano, el humano comenzó a moverse cada vez menos, relajado por el efecto calmante de la magia de luz que recorría todo su cuerpo desde sus manos donde estaba siendo aplicada. La verdad es que teniendo en cuenta la gravedad de sus heridas Beor resultó un paciente modélico, por mucho menos otros humanos se habían movido como locos complicando su tratamiento, llegando incluso a hacer daño a un enfermero o incluso a la propia Níniel...Y eso con la fuerza de aquel hombre no hubiese sido nada bonito para ella. Por suerte no fue el caso. Pronto sus manos estuvieron curadas y la joven pudo pasar al resto de ellas por orden de gravedad. Cuello y cara primero y por último las del torso, que eran las más superficiales y no revestían gravedad alguna, aunque también necesitaron sanación. Para cuando las curas estuvieron completas Beor ya había abierto los ojos y estaba completamente despierto, aunque Níniel le advirtió que sería mejor que no hiciera grandes esfuerzos por el momento, lo cual era una clara negativa a coger de nuevo su hacha y lanzarse contra aquella odiosa mujer que tenían por rival sus compañeros.
-Toma esta poción. -Añadió la elfa buscando en su bolsa uno de sus preparados alquímicos y entregándosela al fornido posadero. -Te ayudará a recuperarte, pero quédate aquí. Solo estorbarías en tu estado actual y lo sabes- Indicó con prisas. Y sin pararse para confirmar si el hombretón estaba de acuerdo o no o tenía queja alguna salió disparada en dirección al resto de sus compañeros para ayudarles, apoyándose en su bastón para mitigar los aún insistentes pinchazos de su costado y tomando otra de sus pociones de curación para que dichos dolores dejaran de incordiarla de una vez.
Subrayado uso de medicina.-Aguantad un poco...- Murmuró para sí misma como modo de expresar su frustración mientras se arrodillaba sobre el herido posadero y comenzaba a atender aquellas quemaduras concentrándose en aquella tarea, a pesar de que el resto de su grupo también estaba arriesgando sus vidas a tan solo unas decenas de metros y el entrechocar de los aceros y los gemidos y gritos de los implicados era una constante melodía de fondo que no ayudaba en nada a lograrlo.
El hombretón estaba bastante mal y se agitaba ligeramente, dolorido aunque no gritaba, seguramente cerca de la inconsciencia por el dolor. Había logrado evitar un daño fatal interponiendo su hacha a modo de modo defensivo pero aún así sus quemaduras eran serias, especialmente las de las manos. Enseguida la sacerdotisa hizo su mejor esfuerzo para con cuidado colocarlo en posición horizontal y usó su bolsa para elevar sus pies así como colocarle con cuidado lo brazos encima de su pecho. A continuación colocó unas telas limpias sobre las quemaduras menos sobre las manos y antebrazos pues eran las primeras sobre las que aplicaría su magia, aunque evitando el contacto directo con las zonas afectadas. La reacción no se hizo esperar.
Conforme las heridas sanaban y la piel recuperaba un tono rosado y sano, el humano comenzó a moverse cada vez menos, relajado por el efecto calmante de la magia de luz que recorría todo su cuerpo desde sus manos donde estaba siendo aplicada. La verdad es que teniendo en cuenta la gravedad de sus heridas Beor resultó un paciente modélico, por mucho menos otros humanos se habían movido como locos complicando su tratamiento, llegando incluso a hacer daño a un enfermero o incluso a la propia Níniel...Y eso con la fuerza de aquel hombre no hubiese sido nada bonito para ella. Por suerte no fue el caso. Pronto sus manos estuvieron curadas y la joven pudo pasar al resto de ellas por orden de gravedad. Cuello y cara primero y por último las del torso, que eran las más superficiales y no revestían gravedad alguna, aunque también necesitaron sanación. Para cuando las curas estuvieron completas Beor ya había abierto los ojos y estaba completamente despierto, aunque Níniel le advirtió que sería mejor que no hiciera grandes esfuerzos por el momento, lo cual era una clara negativa a coger de nuevo su hacha y lanzarse contra aquella odiosa mujer que tenían por rival sus compañeros.
-Toma esta poción. -Añadió la elfa buscando en su bolsa uno de sus preparados alquímicos y entregándosela al fornido posadero. -Te ayudará a recuperarte, pero quédate aquí. Solo estorbarías en tu estado actual y lo sabes- Indicó con prisas. Y sin pararse para confirmar si el hombretón estaba de acuerdo o no o tenía queja alguna salió disparada en dirección al resto de sus compañeros para ayudarles, apoyándose en su bastón para mitigar los aún insistentes pinchazos de su costado y tomando otra de sus pociones de curación para que dichos dolores dejaran de incordiarla de una vez.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
La asesina estaba dispuesta a acabar con la vida de aquel distraído hombre pero gracias a mi valiosa y oportuna intervención logré evitar que lo asesinara, sin embargo, me hubiese gustado que me aclararan el asunto de los escorpiones cobardes pero eso ya quedaría para después.
Una vez que estuve a la vista de todos, la mujer solo se fijó en mí para desahogar su enojo, sus palabras me habían hecho cambiar la forma en que la veía ya que antes me parecía una orgullosa e importante asesina pero ahora tan solo me daba la impresión de que era una niña malcriada, no obstante ella emprendió una carrera hacia Bio para lanzar un combo de repentinos e impredecibles ataques que en poco tiempo lograron hacerlo perder el equilibrio -(¿Lady Strix? No es un nombre común, tal vez ella misma lo inventó para dar una mejor impresión que no podría dar con su verdadero nombre)- Pensé mientras que la asesina se dirigía otra vez hacia el chico que había salvado anteriormente.
Esta vez el sujeto no estaba distraído gracias a las palabras de Niniel, sin embargo la asesina no dejaba que éste hiciera algo más que no fuese bloquear con su escudo los múltiples ataques de ella, así que decidí aprovechar las circunstancias para correr hacia la mujer para intentar herirla con un golpe por la espalda, una estocada directa y precisa, pero ella fue más rápida de lo que esperaba, separó su arma en dos para bloquear mi ataque con una de sus espadas y después siguió atacando al sujeto del escudo para luego lanzarse sobre mí.
Con diversos ataques, giros y constantes cambios de objetivo, la asesina lograba tenernos controlados, ni siquiera podíamos encontrar un agujero en su forma de moverse que nos permitiera contraatacarla, era muy rápida, persistente, incluso bloqueaba nuestros ataques con tal eficiencia que parecía que podía predecir nuestros movimientos.
Si las cosas seguían en ese rumbo sucumbiríamos ante ella en poco tiempo, había que cambiar de estrategia, buscar una forma de cortar su cadena de ataques, encontrar un punto débil que pudiéramos explotar, tal vez si Bio utilizara alguno de sus trucos para confundirla o inmovilizarla por un momento entonces tendríamos posibilidades para agredirla de una vez por todas y por lo menos le demostraríamos que somos capaces de hacerla sangrar.
Antes de que pudiera decirle a Bio que usara sus extrañas habilidades mágicas la asesina con una combinación de ataques logró derribar al chico pero en vez de acabar con él con un golpe de gracia prefirió por lanzarse sobre mí otra vez haciéndome retroceder mientras hacía todo lo que podía para bloquear sus ataques -(No puedo resistir más, creo que esta vez sí estoy en problemas, tal vez fue una mala idea salir de casa en busca de diversión, pero por lo menos pude ayudar en lo que pude)- Mi mente comenzaba a llenarse de pensamientos negativos y lo único que podía esperar en mi futuro no era más que el ocaso de mi corta existencia, no había forma de ganar, ella había acabado con un escuadrón completo de soldados, todo lo que se me ocurriera seguramente sería inútil y terminaría en fracaso.
Sin embargo… Cuando perdía las esperanzas… Cuando creía que todo estaba perdido… Escuché la voz de Bio, motivándome para seguir luchando, él confiaba en mí a pesar de los hechos, él tenía fe en que yo sí podría ganar, él creía plenamente en mis habilidades, así que no podía rendirme todavía, mientras pudiera mantenerme de pie seguiría peleando hasta el final tal como Bio esperaba que lo hiciera, no lo defraudaría esa noche y si caía en la batalla entonces moriría dando lo mejor de mí -No solo lo creemos, sino que también te haremos conocer el amargo y humillante sabor de la derrota- Le respondí a la asesina con convicción, sintiendo que podía hacer cualquier cosa si me lo dispusiera.
Por otro lado, esperaba que Bio dejara de estar parado y optara por ayudar o sino sería yo quien lo asesinaría en esa misma noche, me sentía más motivado gracias a él pero eso no cambiaba el hecho de que la asesina era mejor que yo y a pesar de que podía bloquear sus ataques eso no significaba que podía seguir así por mucho más tiempo.
Una vez que estuve a la vista de todos, la mujer solo se fijó en mí para desahogar su enojo, sus palabras me habían hecho cambiar la forma en que la veía ya que antes me parecía una orgullosa e importante asesina pero ahora tan solo me daba la impresión de que era una niña malcriada, no obstante ella emprendió una carrera hacia Bio para lanzar un combo de repentinos e impredecibles ataques que en poco tiempo lograron hacerlo perder el equilibrio -(¿Lady Strix? No es un nombre común, tal vez ella misma lo inventó para dar una mejor impresión que no podría dar con su verdadero nombre)- Pensé mientras que la asesina se dirigía otra vez hacia el chico que había salvado anteriormente.
Esta vez el sujeto no estaba distraído gracias a las palabras de Niniel, sin embargo la asesina no dejaba que éste hiciera algo más que no fuese bloquear con su escudo los múltiples ataques de ella, así que decidí aprovechar las circunstancias para correr hacia la mujer para intentar herirla con un golpe por la espalda, una estocada directa y precisa, pero ella fue más rápida de lo que esperaba, separó su arma en dos para bloquear mi ataque con una de sus espadas y después siguió atacando al sujeto del escudo para luego lanzarse sobre mí.
Con diversos ataques, giros y constantes cambios de objetivo, la asesina lograba tenernos controlados, ni siquiera podíamos encontrar un agujero en su forma de moverse que nos permitiera contraatacarla, era muy rápida, persistente, incluso bloqueaba nuestros ataques con tal eficiencia que parecía que podía predecir nuestros movimientos.
Si las cosas seguían en ese rumbo sucumbiríamos ante ella en poco tiempo, había que cambiar de estrategia, buscar una forma de cortar su cadena de ataques, encontrar un punto débil que pudiéramos explotar, tal vez si Bio utilizara alguno de sus trucos para confundirla o inmovilizarla por un momento entonces tendríamos posibilidades para agredirla de una vez por todas y por lo menos le demostraríamos que somos capaces de hacerla sangrar.
Antes de que pudiera decirle a Bio que usara sus extrañas habilidades mágicas la asesina con una combinación de ataques logró derribar al chico pero en vez de acabar con él con un golpe de gracia prefirió por lanzarse sobre mí otra vez haciéndome retroceder mientras hacía todo lo que podía para bloquear sus ataques -(No puedo resistir más, creo que esta vez sí estoy en problemas, tal vez fue una mala idea salir de casa en busca de diversión, pero por lo menos pude ayudar en lo que pude)- Mi mente comenzaba a llenarse de pensamientos negativos y lo único que podía esperar en mi futuro no era más que el ocaso de mi corta existencia, no había forma de ganar, ella había acabado con un escuadrón completo de soldados, todo lo que se me ocurriera seguramente sería inútil y terminaría en fracaso.
Sin embargo… Cuando perdía las esperanzas… Cuando creía que todo estaba perdido… Escuché la voz de Bio, motivándome para seguir luchando, él confiaba en mí a pesar de los hechos, él tenía fe en que yo sí podría ganar, él creía plenamente en mis habilidades, así que no podía rendirme todavía, mientras pudiera mantenerme de pie seguiría peleando hasta el final tal como Bio esperaba que lo hiciera, no lo defraudaría esa noche y si caía en la batalla entonces moriría dando lo mejor de mí -No solo lo creemos, sino que también te haremos conocer el amargo y humillante sabor de la derrota- Le respondí a la asesina con convicción, sintiendo que podía hacer cualquier cosa si me lo dispusiera.
Por otro lado, esperaba que Bio dejara de estar parado y optara por ayudar o sino sería yo quien lo asesinaría en esa misma noche, me sentía más motivado gracias a él pero eso no cambiaba el hecho de que la asesina era mejor que yo y a pesar de que podía bloquear sus ataques eso no significaba que podía seguir así por mucho más tiempo.
Rauko
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
La batalla transcurría a un ritmo vertiginoso, la feroz asesina parecía ser imparable atacando y defendiéndose de forma magistral cada vez que intentábamos acercarnos de alguna manera, no había manera de hacerle un rasguño, aunque al menos ella tampoco había tenido mucho éxito contra nosotros, también es cierto que éramos tres contra una, tal vez eso era lo que nos mantenía enteros en una pieza, una vez que el primero de nosotros cayera los demás no duraríamos mucho luchando.
Rauko y el amigo de Niniel luchaban con fervor, mis palabras de ánimo para Rauko parecían haber tenido efecto y habían conseguido motivarle, yo en cambio sentía que la fuerza y determinación que había adquirido antes debido a las plegarias de la elfa y su rara magia, ya estaban dejando de surtir efecto; miré hacia donde se encontraba la elfa ayudando a Beor y sonreí aliviado al notar que el sujeto se ponía de pie; aunque lamentablemente la pechugona mujer también lo notaría con cierto interés, en gran parte por mi culpa, pues fue mi mirada la que la hizo voltear para ver a donde yo me enfocaba.
Ahora la mujer había separado en dos su extraña arma y ahora usaba una espada en cada mano -Tienes una boca muy grande para un cuerpo tan pequeño- Dijo al elfo mientras tomaba una pose defensiva -Vine hasta aquí con la misión de ejecutar al inútil que había fallado, pero ahora he encontrado algo que mis señores seguro sabrán apreciar- Dijo enfocando la vista en Niniel que ahora venía corriendo hacia nosotros.
Tú eres hombre muerto- Me dijo de manera directa y confiada -Tú eres un simple estorbo- Le dijo a Rauko mirándolo de medio lado -Pero ella- Volvió a enfocarse en Niniel -Ella es un trofeo- Esbozó una maléfica sonrisa mientras volvía a juntar sus espadas formando una sola, luego tomó de sus ropas una pequeña esfera que soltó contra el piso y comenzó a soltar un humo negro y espeso que nos impedía verla, al menos hasta que emergió de la nube corriendo directo hacia Niniel -Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil- Murmuró mientras corría; yo por mi parte reaccioné tan rápido como pude y avancé a toda prisa, si en algo la podía superar era al menos en velocidad, y aunque estaba más cerca de la elfa, a la poca distancia que me encontraba de ella no podría salvarse de mi magia de voz como lo había hecho antes -¡¡Detentĭo!!- [1] Grité con determinación antes que llegara a la elfa, causando que momentáneamente la mujer se detuviera justo frente a mi compañera de clan.
La asesina levantó su arma y tras girarla un par de veces la dejó caer contra la elfa pero se detuvo antes de impactarle para llevar las manos a su cabeza y retroceder un par de pasos con los ojos cerrados, el arma de la mujer cayó al piso en un ruido metálico y seco -¡¡Nin, derríbala rápido!!- Grité a la elfa que bien había demostrado antes no ser una damisela indefensa, no tenía idea de lo que podría hacer, pero sabría que de alguna manera conseguiría cuando menos derribarla -¡¡Rauko, ataca!!- Dije después para coordinar un ataque conjunto entre todos; resultaba irónico que la mujer fuera a perder justamente por ir a buscar a quien consideraba más débil, vaya sorpresa que se iba a llevar por confiada.
Rauko y el amigo de Niniel luchaban con fervor, mis palabras de ánimo para Rauko parecían haber tenido efecto y habían conseguido motivarle, yo en cambio sentía que la fuerza y determinación que había adquirido antes debido a las plegarias de la elfa y su rara magia, ya estaban dejando de surtir efecto; miré hacia donde se encontraba la elfa ayudando a Beor y sonreí aliviado al notar que el sujeto se ponía de pie; aunque lamentablemente la pechugona mujer también lo notaría con cierto interés, en gran parte por mi culpa, pues fue mi mirada la que la hizo voltear para ver a donde yo me enfocaba.
Ahora la mujer había separado en dos su extraña arma y ahora usaba una espada en cada mano -Tienes una boca muy grande para un cuerpo tan pequeño- Dijo al elfo mientras tomaba una pose defensiva -Vine hasta aquí con la misión de ejecutar al inútil que había fallado, pero ahora he encontrado algo que mis señores seguro sabrán apreciar- Dijo enfocando la vista en Niniel que ahora venía corriendo hacia nosotros.
Tú eres hombre muerto- Me dijo de manera directa y confiada -Tú eres un simple estorbo- Le dijo a Rauko mirándolo de medio lado -Pero ella- Volvió a enfocarse en Niniel -Ella es un trofeo- Esbozó una maléfica sonrisa mientras volvía a juntar sus espadas formando una sola, luego tomó de sus ropas una pequeña esfera que soltó contra el piso y comenzó a soltar un humo negro y espeso que nos impedía verla, al menos hasta que emergió de la nube corriendo directo hacia Niniel -Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil- Murmuró mientras corría; yo por mi parte reaccioné tan rápido como pude y avancé a toda prisa, si en algo la podía superar era al menos en velocidad, y aunque estaba más cerca de la elfa, a la poca distancia que me encontraba de ella no podría salvarse de mi magia de voz como lo había hecho antes -¡¡Detentĭo!!- [1] Grité con determinación antes que llegara a la elfa, causando que momentáneamente la mujer se detuviera justo frente a mi compañera de clan.
La asesina levantó su arma y tras girarla un par de veces la dejó caer contra la elfa pero se detuvo antes de impactarle para llevar las manos a su cabeza y retroceder un par de pasos con los ojos cerrados, el arma de la mujer cayó al piso en un ruido metálico y seco -¡¡Nin, derríbala rápido!!- Grité a la elfa que bien había demostrado antes no ser una damisela indefensa, no tenía idea de lo que podría hacer, pero sabría que de alguna manera conseguiría cuando menos derribarla -¡¡Rauko, ataca!!- Dije después para coordinar un ataque conjunto entre todos; resultaba irónico que la mujer fuera a perder justamente por ir a buscar a quien consideraba más débil, vaya sorpresa que se iba a llevar por confiada.
Offrol [1] Habilidad de nivel 3: El miedo que acecha
Bio
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
El combate era feroz y la oponente realmente hábil y no solo una bocazas engreída. Aquella mujer se las veía contra tres oponentes que la atacaban desde diferentes ángulos sin cesar y tratando de aprovechar cualquier apertura para golpear y obtener la victoria pero a pesar de ello ninguno de ellos lo lograba, y eso que ninguno era precisamente un campesino armado con una azada. Ni siquiera atacandola por la espalda lograron hacerle el más mínimo arañazo. Puede que al final sí que tuviera motivos para tenérselo tan creído pero lo supiera o no su suerte se le había acabado. Puede que fuera capaz de mantener a raya a los tres a la vez pero apenas sí podía atacar y tampoco lograba causarles daño a ellos. Ni siquiera cuando logró derribar a Jafeth. Y es que si hubiese lanzado un ataque contra él estando en el suelo Bio no hubiese desaprovechado la oportunidad de apuñalarla fatalmente. En cuanto aquellos tres recibieran la ayuda de las bendiciones de la elfa la balanza se decantaría claramente a su favor y aquella mala pécora tendría que tragarse sus palabras, si es que sobrevivía.
Además, puede que los demás no se hubiesen percatado, de hecho seguramente ni siquiera ella lo hubiese hecho, pero su modo de luchar, de escoger a su oponente cada vez y cómo había evitado atacar a Jafeth cuando más vulnerable era en el suelo decían mucho de ella. No luchaba a lo loco, y siempre anteponía la defensa a seguir atacando. Tan pronto como uno de sus rivales la amenazaba se centraba en neutralizar la amenaza y no corría riesgos para asegurar un golpe crítico. Era paciente y meticulosa...Y valoraba su vida a diferencia del loco alquimista que había sido su compañero. Solo daría el golpe de gracia cuando estuviera segura de no recibir una herida por ello. Aquello era una información interesante. No solo era un patrón de combate, también hablaba de la personalidad de la tetona.
Apenas había llegado Níniel a la altura adecuada para aplicar sus habilidades en sus compañeros, cuando la lucha pareció llegar a un leve receso en el que su adversaria se permitió el lujo de de amenazarles y volver a insultarles. Boca grande, hombre muerto, estorbo...¿Trofeo?. Fueron sus palabras, esta última mirando amenazante en dirección a la joven elfa, justo antes de lanzar algún tipo de preparado alquímico que generó una densa nube de humo oscuro. Nube que enmascaró sus movimientos pero no sus intenciones, más que claras para la elfa que no dudó en que iría a por ella. Adoptando una posición defensiva, incluso antes de escuchar cómo murmuraba que la consideraba el eslabón más débil. Y eso fue exactamente lo que pasó.
De la oscura bruma artificial, y llevándose parte de la misma con ella en su carga asesina, brotó el cuerpo de aquella mujer miserable con su arma de nuevo convertida en una especie de amenazante larga hoja doble, moviéndose directamente hacia ella. Si se sorprendió al ver a la joven sacerdotisa ya a la defensiva no lo dejó entrever, aunque cuando un instante después el cuerpo de la elfa comenzó a brillar como si una película protectora de luz la cubriese por completo sí que se mostró extrañada, e incluso Níniel juraría que vio la duda hacerse presente en sus ojos. La mujer descargó entonces un potente tajo descendente sobre la joven y ésta a su vez alzó su bastón con ambas manos para bloquearlo, confiando en poder aguantar el golpe y que su armadura mágica podría salvarla en caso de no ser así. Ese era su propósito, aguantar y nada más, y en aquel gesto puso la elfa todo su empeño, forzándose a no cerrar los ojos para bloquear el más que seguro segundo ataque que iría después de aquel potente tajo, si es que lo aguantaba. Mejor pecar de optimista que no estar preparada, aunque confiaba en la solidez de su nueva armadura.
Cuál fue su sorpresa cuando aquel golpe que esperaba con los dientes apretados y todos los músculos de su cuerpo en tensión nunca llegó. De hecho su enemiga dejó caer su arma al suelo de manera inofensiva para llevarse las manos a la cabeza y retroceder presa de lo que parecía un gran dolor de origen desconocido. Para alguien cuyas capacidades combativas dependían de la sorpresa, la suerte y la oportunidad aquello era un milagro, la prueba definitiva de que sus dioses velaban por ella y una situación que no podía dejar pasar. ¿Derribarla?. Claro, Bio podía contar con ello.
Pasando a la ofensiva Níniel imbuyó su bastón con su magia de luz y avanzó un par de pasos hacia su enemiga comenzando a lanzar un golpe tras otro con el. No era una guerrera por lo que sus movimientos carecían de la gracia que había mostrado aquella deleznable mujer o de la que podían hacer gala Bio y Rauko, pero cada golpe causaba un daño atroz y no en zonas al azar. Como sanadora la elfa conocía muy bien la anatomía de los elfos y humanos entre otras razas, y dirigió cada golpe a uno de los puntos de dolor de las piernas de su adversaria logrando derribarla rápidamente.
Además, puede que los demás no se hubiesen percatado, de hecho seguramente ni siquiera ella lo hubiese hecho, pero su modo de luchar, de escoger a su oponente cada vez y cómo había evitado atacar a Jafeth cuando más vulnerable era en el suelo decían mucho de ella. No luchaba a lo loco, y siempre anteponía la defensa a seguir atacando. Tan pronto como uno de sus rivales la amenazaba se centraba en neutralizar la amenaza y no corría riesgos para asegurar un golpe crítico. Era paciente y meticulosa...Y valoraba su vida a diferencia del loco alquimista que había sido su compañero. Solo daría el golpe de gracia cuando estuviera segura de no recibir una herida por ello. Aquello era una información interesante. No solo era un patrón de combate, también hablaba de la personalidad de la tetona.
Apenas había llegado Níniel a la altura adecuada para aplicar sus habilidades en sus compañeros, cuando la lucha pareció llegar a un leve receso en el que su adversaria se permitió el lujo de de amenazarles y volver a insultarles. Boca grande, hombre muerto, estorbo...¿Trofeo?. Fueron sus palabras, esta última mirando amenazante en dirección a la joven elfa, justo antes de lanzar algún tipo de preparado alquímico que generó una densa nube de humo oscuro. Nube que enmascaró sus movimientos pero no sus intenciones, más que claras para la elfa que no dudó en que iría a por ella. Adoptando una posición defensiva, incluso antes de escuchar cómo murmuraba que la consideraba el eslabón más débil. Y eso fue exactamente lo que pasó.
De la oscura bruma artificial, y llevándose parte de la misma con ella en su carga asesina, brotó el cuerpo de aquella mujer miserable con su arma de nuevo convertida en una especie de amenazante larga hoja doble, moviéndose directamente hacia ella. Si se sorprendió al ver a la joven sacerdotisa ya a la defensiva no lo dejó entrever, aunque cuando un instante después el cuerpo de la elfa comenzó a brillar como si una película protectora de luz la cubriese por completo sí que se mostró extrañada, e incluso Níniel juraría que vio la duda hacerse presente en sus ojos. La mujer descargó entonces un potente tajo descendente sobre la joven y ésta a su vez alzó su bastón con ambas manos para bloquearlo, confiando en poder aguantar el golpe y que su armadura mágica podría salvarla en caso de no ser así. Ese era su propósito, aguantar y nada más, y en aquel gesto puso la elfa todo su empeño, forzándose a no cerrar los ojos para bloquear el más que seguro segundo ataque que iría después de aquel potente tajo, si es que lo aguantaba. Mejor pecar de optimista que no estar preparada, aunque confiaba en la solidez de su nueva armadura.
Cuál fue su sorpresa cuando aquel golpe que esperaba con los dientes apretados y todos los músculos de su cuerpo en tensión nunca llegó. De hecho su enemiga dejó caer su arma al suelo de manera inofensiva para llevarse las manos a la cabeza y retroceder presa de lo que parecía un gran dolor de origen desconocido. Para alguien cuyas capacidades combativas dependían de la sorpresa, la suerte y la oportunidad aquello era un milagro, la prueba definitiva de que sus dioses velaban por ella y una situación que no podía dejar pasar. ¿Derribarla?. Claro, Bio podía contar con ello.
Pasando a la ofensiva Níniel imbuyó su bastón con su magia de luz y avanzó un par de pasos hacia su enemiga comenzando a lanzar un golpe tras otro con el. No era una guerrera por lo que sus movimientos carecían de la gracia que había mostrado aquella deleznable mujer o de la que podían hacer gala Bio y Rauko, pero cada golpe causaba un daño atroz y no en zonas al azar. Como sanadora la elfa conocía muy bien la anatomía de los elfos y humanos entre otras razas, y dirigió cada golpe a uno de los puntos de dolor de las piernas de su adversaria logrando derribarla rápidamente.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
El combate parecía ser interminable, la sanguinaria asesina seguía luchando sin parar mientras que yo comenzaba a quedarme sin fuerzas para seguir combatiendo, apenas lograba defenderme de las olas de ataques de aquella oponente, su velocidad, sus movimientos, su forma de luchar eran realmente admirables, siendo tres contra ella no podíamos hacerle un rasguño, sin embargo, ella tampoco lograba herirnos, hasta el momento nadie había logrado acertar un golpe y eso nos mantenía en igualdad.
Fue entonces cuando algo llamó la atención de la asesina, se trataba de aquello en lo que se enfocaba la miraba de Bio, Niniel -(Debo atacar mientras está distraída)- Pensé mientras trataba de moverme, pero el cansancio fue más fuerte y me quedé inmóvil, perdiendo así la oportunidad de atacar, aunque trataba de ocultarlo era evidente que después de esa dura batalla ya no tenía las mismas fuerzas que poseía al caer la noche.
Las palabras de la mujer no me ofendieron pero tuve un mal presentimiento, en su cara se podía apreciar una maléfica expresión mientras se enfocaba en su nuevo objetivo. Niniel había demostrado anteriormente que podía ser despiadada en el momento de atacar a su enemigo, pero esta vez era diferente, tenía que enfrentarse a la asesina que aniquiló a un escuadrón completo de soldados y que pudo luchar con tres adversarios al mismo tiempo sin recibir daño alguno, no podría hacerlo sola así que era mi obligación ayudar a la elfa como pudiera.
Cuando creímos que nada podría sorprendernos la mujer sacó una pequeña esfera desde su ropaje, la arrojó al suelo y por instinto me agaché para esperando que hubiera una nueva explosión, pero eso nunca llegó a ocurrir, tan solo se trataba de una especie de bomba de humo.
El gas espeso que desprendió la esfera nos impedía ver la ubicación de la asesina, pero al transcurrir un par de segundos ella salió a la vista de todos teniendo rumbo hacia Niniel -(¿Eslabón más débil? Creí que el más indefenso era el gigante del hacha)- Pensé sin decir nada para luego ver cómo la asesina se detenía tras escuchar la voz de Bio, ella soltó su arma y se mantuvo sin moverse dándole la oportunidad perfecta a la elfa para que diera el golpe decisivo, oportunidad que no desaprovechó.
Niniel ejecutó un combo de golpes en lugares específicos de las piernas de la asesina, atacó con gran determinación los puntos débiles, puntos de presión y nervios, logrando así que su oponente se tambaleara por unos instantes para luego caer de espaldas al suelo sin que pudiera evitarlo -Ella pudo derrotarla sin usar espadas o dagas, tan solo usó su bastón y su conocimiento… Supongo que al final soy un inútil- Me dije a mí mismo en voz baja mientras observaba con admiración a Niniel.
Corrí tan rápido como pude para acercarme a la asesina y al llegar a colocarme justo al lado de ella agarré mi espada con las hojillas señalando hacia abajo para luego clavarlas en el hombro derecho de la mujer, supuse que sus piernas no le servirían de mucho por el momento así que opté por lastimar su hombro para que no pudiera usar su arma como lo hacía antes, aunque en realidad quería hacerle más daño y acabar con su vida para vengar a todas sus víctimas, pero era necesario que estuviera viva para sacarle un poco de información.
Aprovechando que nuestra orgullosa enemiga estaba aún con vida, quise darle un golpe en el orgullo -Al final tuve razón, perdiste ante nosotros por tratar de acabar con la que consideraste más débil… Me das lástima- Dije mirándola de lado y con la misma arrogancia que la asesina siempre utilizaba -(Decir eso se siente tan bien, al final todo valió la pena)- Pensé sin dejar de mostrarme con superioridad, quería disfrutar ese momento por todo el tiempo que fuese posible, nada me parecía mejor que eso.
Fue entonces cuando algo llamó la atención de la asesina, se trataba de aquello en lo que se enfocaba la miraba de Bio, Niniel -(Debo atacar mientras está distraída)- Pensé mientras trataba de moverme, pero el cansancio fue más fuerte y me quedé inmóvil, perdiendo así la oportunidad de atacar, aunque trataba de ocultarlo era evidente que después de esa dura batalla ya no tenía las mismas fuerzas que poseía al caer la noche.
Las palabras de la mujer no me ofendieron pero tuve un mal presentimiento, en su cara se podía apreciar una maléfica expresión mientras se enfocaba en su nuevo objetivo. Niniel había demostrado anteriormente que podía ser despiadada en el momento de atacar a su enemigo, pero esta vez era diferente, tenía que enfrentarse a la asesina que aniquiló a un escuadrón completo de soldados y que pudo luchar con tres adversarios al mismo tiempo sin recibir daño alguno, no podría hacerlo sola así que era mi obligación ayudar a la elfa como pudiera.
Cuando creímos que nada podría sorprendernos la mujer sacó una pequeña esfera desde su ropaje, la arrojó al suelo y por instinto me agaché para esperando que hubiera una nueva explosión, pero eso nunca llegó a ocurrir, tan solo se trataba de una especie de bomba de humo.
El gas espeso que desprendió la esfera nos impedía ver la ubicación de la asesina, pero al transcurrir un par de segundos ella salió a la vista de todos teniendo rumbo hacia Niniel -(¿Eslabón más débil? Creí que el más indefenso era el gigante del hacha)- Pensé sin decir nada para luego ver cómo la asesina se detenía tras escuchar la voz de Bio, ella soltó su arma y se mantuvo sin moverse dándole la oportunidad perfecta a la elfa para que diera el golpe decisivo, oportunidad que no desaprovechó.
Niniel ejecutó un combo de golpes en lugares específicos de las piernas de la asesina, atacó con gran determinación los puntos débiles, puntos de presión y nervios, logrando así que su oponente se tambaleara por unos instantes para luego caer de espaldas al suelo sin que pudiera evitarlo -Ella pudo derrotarla sin usar espadas o dagas, tan solo usó su bastón y su conocimiento… Supongo que al final soy un inútil- Me dije a mí mismo en voz baja mientras observaba con admiración a Niniel.
Corrí tan rápido como pude para acercarme a la asesina y al llegar a colocarme justo al lado de ella agarré mi espada con las hojillas señalando hacia abajo para luego clavarlas en el hombro derecho de la mujer, supuse que sus piernas no le servirían de mucho por el momento así que opté por lastimar su hombro para que no pudiera usar su arma como lo hacía antes, aunque en realidad quería hacerle más daño y acabar con su vida para vengar a todas sus víctimas, pero era necesario que estuviera viva para sacarle un poco de información.
Aprovechando que nuestra orgullosa enemiga estaba aún con vida, quise darle un golpe en el orgullo -Al final tuve razón, perdiste ante nosotros por tratar de acabar con la que consideraste más débil… Me das lástima- Dije mirándola de lado y con la misma arrogancia que la asesina siempre utilizaba -(Decir eso se siente tan bien, al final todo valió la pena)- Pensé sin dejar de mostrarme con superioridad, quería disfrutar ese momento por todo el tiempo que fuese posible, nada me parecía mejor que eso.
Rauko
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Después que la asesina emergiera de la nube de humo el tiempo parecía ir más despacio, aunque la reacción de Rauko lanzándose al piso me habría resultado tragicómica tendría que guardar las burlas para luego; avancé de prisa persiguiéndola hasta que me detuve para usar mi magia que afortunadamente sí había funcionado esta vez, dando a la elfa una oportunidad que no desaprovechó en absoluto; una sucesión de golpes en varios puntos de las piernas hicieron que la feroz asesina pasara a ser una simple damisela en peligro; ni siquiera se habría recuperado del dolor en su cabeza y ya debía preocuparse por algo más; intentaba sostenerse en pie de manera formidable e incluso, a ratos parecía que ignoraría el daño que causaba la elfa a los puntos específicos, haciendo esfuerzos sobrehumanos para no desplomarse; sus piernas flaqueaban lentamente hasta que al final cayó al piso estirando las manos para tratar de alcanzar su arma mientras la buscaba mirando a todos lados.
No teníamos mucho tiempo, aunque los golpes a sus piernas parecían bastante efectivos no sabíamos qué nuevo truco podría sacar aquella mujer, afortunadamente Rauko se apresuró a darle el golpe de gracia; justo cuando la asesina había encontrado su arma y su mano se acercaba a tomarla, la espada del elfo entró en su hombro haciéndola soltar un espantoso grito de dolor; sin duda el chico pensaba disfrutar el momento -Son unos tontos ignorantes, no tienen idea de lo que les va a pasar ahora- Advertía mientras soltaba su arma y regalaba miradas desafiantes a la pareja de hijos de Sandorai.
Me acerqué corriendo a la escena donde por fin habíamos capturado a semejante guerrera -La tenemos, la tenemos- Dije a mis compañeros emocionado por tan elogiable logro, aunque de momento seríamos interrumpidos por un nuevo escuadrón de soldados de la guardia real, un hombre a caballo y otros tantos a pie -¡Deténganse todos en nombre del Rey!- Gritó el que parecía estar a cargo; luego bajó del caballo mientras el resto de soldados avanzaban con miradas aterradas ante sus compañeros caídos -¿Qué es lo que han hecho?- Dijo señalándonos mientras sacaba su espada y nos apuntaba -Esperen, ha sido ella- Dije señalando a la mujer en el piso -¿Crees que una sola mujer haría todo eso a mis hombres? ¿Me tomas por idiota?- Dijo furioso -Se-señor, es cierto- Dijo uno de los sujetos que habíamos visto pasar huyendo mientras llegábamos al lugar de la batalla -No puedo creer que sea cierto, arréstenlos a todos- Dijo clavando levemente su espada al piso -Hey, yo te conozco, estabas con la Gata- Dijo uno de los soldados dirigiéndose a Niniel con lo que la actitud del molesto líder del escuadrón cambió ligeramente su actitud -¿Amigos de la Gata?- Dijo con algo de preocupación en la mirada -Nos encargaremos de la prisionera, amárrenla y súbanla a mi caballo- Ordenó a sus hombres que no dudaron en obedecerle -Pero necesitamos a la...- Intenté negociar para quedarnos con la asesina al menos hasta interrogarla pero fue en vano -Tienen suerte de conocer a la Gata, no presionen su suerte- Dijo mientras se dirigía a su caballo para alejarse con la mujer, aunque no sin antes ofrecer una mirada desafiante que por si fuera poco iría acompañada de una sonrisa cómplice de la asesina.
Había algo extraño en todo eso, pero de momento no teníamos manera de contradecir a alguien de alto rango en la Guardia Real, o al menos no sin acabar metidos en problemas con los soldados del rey; respiré profundamente luego de haber terminado, al menos todos estábamos bien, o al menos sin heridas graves -¿Están bien?- Pregunté a mis acompañantes -Al menos no nos vamos con las manos vacías- Dije señalándole a Niniel aquella extraña arma que sin duda resultaba bastante peculiar, si conseguíamos ubicar su origen tal vez podríamos saber más sobre su dueña -Lo has hecho bien- Le dije al joven elfo -A nuestro equipo le haría bien alguien con tus habilidades- Mencioné como una manera subliminal de invitarlo a formar parte del clan, aunque no pensaba ser tan directo, esperaba que Niniel entendiera el mensaje y se manifestara a favor o en contra, ya luego tocaría explicarle y convencerlo de unirse a un misterioso clan de bonachones.
No teníamos mucho tiempo, aunque los golpes a sus piernas parecían bastante efectivos no sabíamos qué nuevo truco podría sacar aquella mujer, afortunadamente Rauko se apresuró a darle el golpe de gracia; justo cuando la asesina había encontrado su arma y su mano se acercaba a tomarla, la espada del elfo entró en su hombro haciéndola soltar un espantoso grito de dolor; sin duda el chico pensaba disfrutar el momento -Son unos tontos ignorantes, no tienen idea de lo que les va a pasar ahora- Advertía mientras soltaba su arma y regalaba miradas desafiantes a la pareja de hijos de Sandorai.
Me acerqué corriendo a la escena donde por fin habíamos capturado a semejante guerrera -La tenemos, la tenemos- Dije a mis compañeros emocionado por tan elogiable logro, aunque de momento seríamos interrumpidos por un nuevo escuadrón de soldados de la guardia real, un hombre a caballo y otros tantos a pie -¡Deténganse todos en nombre del Rey!- Gritó el que parecía estar a cargo; luego bajó del caballo mientras el resto de soldados avanzaban con miradas aterradas ante sus compañeros caídos -¿Qué es lo que han hecho?- Dijo señalándonos mientras sacaba su espada y nos apuntaba -Esperen, ha sido ella- Dije señalando a la mujer en el piso -¿Crees que una sola mujer haría todo eso a mis hombres? ¿Me tomas por idiota?- Dijo furioso -Se-señor, es cierto- Dijo uno de los sujetos que habíamos visto pasar huyendo mientras llegábamos al lugar de la batalla -No puedo creer que sea cierto, arréstenlos a todos- Dijo clavando levemente su espada al piso -Hey, yo te conozco, estabas con la Gata- Dijo uno de los soldados dirigiéndose a Niniel con lo que la actitud del molesto líder del escuadrón cambió ligeramente su actitud -¿Amigos de la Gata?- Dijo con algo de preocupación en la mirada -Nos encargaremos de la prisionera, amárrenla y súbanla a mi caballo- Ordenó a sus hombres que no dudaron en obedecerle -Pero necesitamos a la...- Intenté negociar para quedarnos con la asesina al menos hasta interrogarla pero fue en vano -Tienen suerte de conocer a la Gata, no presionen su suerte- Dijo mientras se dirigía a su caballo para alejarse con la mujer, aunque no sin antes ofrecer una mirada desafiante que por si fuera poco iría acompañada de una sonrisa cómplice de la asesina.
Había algo extraño en todo eso, pero de momento no teníamos manera de contradecir a alguien de alto rango en la Guardia Real, o al menos no sin acabar metidos en problemas con los soldados del rey; respiré profundamente luego de haber terminado, al menos todos estábamos bien, o al menos sin heridas graves -¿Están bien?- Pregunté a mis acompañantes -Al menos no nos vamos con las manos vacías- Dije señalándole a Niniel aquella extraña arma que sin duda resultaba bastante peculiar, si conseguíamos ubicar su origen tal vez podríamos saber más sobre su dueña -Lo has hecho bien- Le dije al joven elfo -A nuestro equipo le haría bien alguien con tus habilidades- Mencioné como una manera subliminal de invitarlo a formar parte del clan, aunque no pensaba ser tan directo, esperaba que Niniel entendiera el mensaje y se manifestara a favor o en contra, ya luego tocaría explicarle y convencerlo de unirse a un misterioso clan de bonachones.
Bio
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
¿De dónde sacaban esos escorpiones a sujetos tan extraños?. Se permitió Pensar Níniel en cuanto vio que Rauko controlaba la situación impidiendo que aquella mujer tratara de recoger su arma, y cualquier otra al menos con ese brazo, permitiéndose por fin relajarse al considerar la situación bajo control mientras apartaba de allí la exótica doble hoja con el bastón para luego tomarla entre sus manos, más por disponer de un arma realmente letal con el que amenazar a su enemiga que por auténtico temor a que aún pudiera intentar hacerles algo. Aunque no se podía negar tampoco que la mirada de rabia que le dedicó la derrotada rival viendo como "el eslabón más débil" tenía su pincho de cazar jabalíes y lo usaba tratando de imitar de forma burda a su anterior propietaria fue todo un gustazo.
El motivo de su extrañeza no obstante no era la rara arma doble de aquella mujer, sin duda era algo curioso e interesante pero que no dejaba de ser algo poco impresionante al lado de otras armas que la elfa había visto, como la ballesta de repetición de Chimar. Lo raro era la mujer en sí. Y es que puede que la sacerdotisa no fuera una gran luchadora, pero podía jurar delante de los mismos dioses de Sandorai que su primer golpe había impactado directamente en la espinilla derecha de aquella peliblanca y el segundo en su rodilla izquierda. Cada uno de esos golpes estaba cargado de magia y el daño por ello debió de haber sido masivo, incluso pudo escuchar el crujido de su rodilla haciéndose añicos tras el segundo golpe...¿Cómo había sido capaz de aguantar el dolor?. Incluso había tratado de levantarse una vez derribada y seguir luchando, a pesar de debía de estar sintiendo un tormento insufrible...¿Podría ser que estuviese bajo los efectos de una poción similar a la del gigantón al que habían despachado unas horas antes?. No lo parecía, parecía que lo había hecho por pura fuerza de voluntad y autocontrol. En serio aquella gente parecía un grupo formado por rarezas escapadas del circo de los horrores.
Un vampiro que se dejaba llevar por el frenesí, un gigantón bajo los efectos de una poción digna de un perturbado, un brujo muerto a manos de sus propios compañeros, un alquimista loco dispuesto a inmolarse de forma atroz antes que rendirse y una lunática asesina capaz de sobreponerse al dolor en su forma más pura e incapaz de admitir la derrota ni con las piernas rotas y una espada clavada en su hombro. Por no mencionar a los ya mencionados escorpiones y su líder...¿De dónde salían?. Ya iba siendo hora de obtener algunas respuestas, y dado que todos los demás habían muerto de forma espantosa la encargada de iluminarles tendría que ser la humana...
-Tienes razón en una cosa. No tenemos ni idea de lo que va a pasar ahora. Por eso me gustaría que respondieras a unas cuantas preguntas.- Comenzó a decir la joven elfa de pié sobre aquella mal nacida que aún tenía fuerzas para seguir desafiándoles. Haciendo una breve pausa con la llegada de Bio, agradeciéndole con una mirada cómplice su intervención anterior con la que le había salvado la vida, pues estaba segura de que había sido él quién había evitado que la atacaran brindándole la oportunidad de contraatacar, algo que no hubiese podido hacer sola ante semejante enemiga. -Tres puntos de dolor. Ahí es donde te he golpeado. Es sorprendente que no te desmayaras y que aún pudieras moverte...- Continuó diciendo con su recuperado musical tono de voz, que dadas las circunstancias y el contenido de sus palabras seguramente resultaba bastante perturbador.-...Por desgracia para tí hay muchos más, de hecho cerca de trescientos y sé donde están todos y cada uno de ellos. No me gusta causarle dolor a la gente, soy sanadora, pero creeme que lo haré. Los golpearé uno a uno si es necesario. Asique dime...¿Es necesario?.- Preguntó guardando silencio tras aquella cuestión, aunque sin dejar de mirar a la prisionera a los ojos, transmitiendo en su mirada aguamarina una determinación de acero y viendo el primer atisbo de miedo en su enemiga la cual comenzó a desviar su mirada de uno a otro de los compañeros de la elfa mientras su sonrisa se desvanecía, tratando de ver en sus rostros si aquella elfa hablaba en serio. Y desde luego que lo hacía.
-No tienes que mancharte más las manos con esta escoria Níniel. Tú dime dónde tengo que cortar y me ocuparé de ella. No creo que necesite dedos para hablar ¿Verdad?.- Interrumpió Beor que se acercaba también hasta allí con su inseparable hacha ennegrecida por el fuego en una de sus enormes manos mientras que con el otro brazo se apoyaba en su hijo Jafeth para poder caminar a buen paso. Aquello resultó aún más demoledor que la amenaza de algo tan abstracto como era la promesa de un dolor insufrible y la mujer comenzó a sudar y a apretar los dientes con fuerza en un último intento por mantener una calma que ya no sentía. Por desgracia, justo cuando parecía que quizá podrían sacarle algo, los refuerzos de la guardia que tan bien les hubiesen venido unos minutos antes hicieron su aparición...Y con su llegada desapareció el miedo de la prisionera.
Por si aquello fuera poco, además de estropear el interrogatorio, el líder de aquel nuevo grupo de soldados no dudo en acusarlos de toda la masacre acontecida en aquella calle, o sea de la muerte y las heridas causadas a tantos miembros de la guardia, así como de los destrozos causados a la propiedad. ¿Cómo se atrevía aquel orejas redondas a acusarles de algo tan absurdo?. ¿Es que era tonto?...Aunque bueno quizá algunos de los destrozos a la propiedad sí que habían sido culpa suya...Pero solo unos pocos. El alquimista loco había causado muchos más daños que ella...¿No?. Por suerte algunos de los guardias reconocieron a Níniel como compañera de la gata y otros testigos exculparon al grupo de todo crimen al situar su llegada tras los primeros ataques. De ese modo quedó claro que no sólo no eran culpables de las falsas acusaciones del oficial si no que habían ayudado y salvado muchas vidas con su intervención, cosa que aquel hombre no solo no agradeció si no que pareció molestarle. ¿Qué pasaba con aquel sujeto?. Al menos les dejó libres y sin cargos, pero se llevó a la cautiva sin permitirles ni una sola palabra o queja al respecto. Y aún tendrían que agradecérselo a los dioses porque llevaba reflejado en la cara que le hubiese gustado llevárselos a ellos también a las mazmorras.
-Será posible...- Murmuró abatida la elfa una vez que quedaron solos allí, acompañados únicamente por guardias de rango bajo que comenzaron a ocuparse de sus camaradas caídos y que les instaron a salir de allí de inmediato. Aquello guardias jóvenes trataban los cadáveres y restos con la reverencia que merecían por su sacrificio, aunque algunos apenas si podían contener las ganas de vomitar por lo espantoso del estado de algunos de los cuerpos.
-Estaba a punto de hablar.- Continuó lamentándose la peliblanca ya rumbo de vuelta a la posada, notando como el cansacio se apoderaba de su cuerpo ahora que el efecto de la adrenalina se esfumaba de su organismo -¿Vistéis como nos miraba ese guardia y la sonrisa de esa indeseable?. Casi parecía alegrarse de verle. -Señaló, y luego le echó un vistazo a la espada doble sopesando las indicaciones del pelinegro. -Supongo que no es un arma muy común pero...¿Realmente puede llevarnos a alguna parte?. ¿Puede estar relacionada con los ingredientes alquímicos del norte?-
Níniel no sabía mucho de herrería pero había leído que cada herrero usaba técnicas y estilos diferentes durante la fabricación de sus obras, al menos aquellas que iban más allá de clavos para la construcción y herraduras para los caballos. Aún así parecía como buscar una aguja en un pajar. ¿Cuántos herreros había en Aerandir?. Aquella espada bien podría ser obra de un herrero de Dundarak, o de uno de las islas Illidenses...O incluso de un herrero propio de esa organización de locos asesinos que nadie sabría reconocer. Iban a necesitar un golpe de buena suerte o la guía de los divinos para que aquella arma les pusiera sobre una pista sólida.
Tan absorta estaba en aquella idea tan poco optimista que casi pasó por alto el significado velado de las palabras de Bio, y con razón. Difícilmente podían ser llamados "equipo" los escasos integrantes de aquel pequeño grupo autoproclamado como el séptimo círculo. De hecho eran Bio, ella, un montón de gente rara vigilando una torre perdida entre dos mares, uno de agua y otro de niebla. A lo que había que añadir que eran guiados por una bruja de la que Níniel no se fiaba y por la páginas del viejo diario de un anciano ya fallecido.
-Nuestro equipo es un imán para los problemas de todo tipo. De hecho creo que es culpa tuya Bio. Si aún sabiendo esto quiere entrar por mi perfecto. Cuantos más seamos, menos posibilidades de que me maten por tu culpa habrá.- Fue su respuesta en clave de broma mientras seguía caminando con aquella arma entre sus manos y encontrando la manera de convertirla en dos espadas. -Muy ingenioso-
El motivo de su extrañeza no obstante no era la rara arma doble de aquella mujer, sin duda era algo curioso e interesante pero que no dejaba de ser algo poco impresionante al lado de otras armas que la elfa había visto, como la ballesta de repetición de Chimar. Lo raro era la mujer en sí. Y es que puede que la sacerdotisa no fuera una gran luchadora, pero podía jurar delante de los mismos dioses de Sandorai que su primer golpe había impactado directamente en la espinilla derecha de aquella peliblanca y el segundo en su rodilla izquierda. Cada uno de esos golpes estaba cargado de magia y el daño por ello debió de haber sido masivo, incluso pudo escuchar el crujido de su rodilla haciéndose añicos tras el segundo golpe...¿Cómo había sido capaz de aguantar el dolor?. Incluso había tratado de levantarse una vez derribada y seguir luchando, a pesar de debía de estar sintiendo un tormento insufrible...¿Podría ser que estuviese bajo los efectos de una poción similar a la del gigantón al que habían despachado unas horas antes?. No lo parecía, parecía que lo había hecho por pura fuerza de voluntad y autocontrol. En serio aquella gente parecía un grupo formado por rarezas escapadas del circo de los horrores.
Un vampiro que se dejaba llevar por el frenesí, un gigantón bajo los efectos de una poción digna de un perturbado, un brujo muerto a manos de sus propios compañeros, un alquimista loco dispuesto a inmolarse de forma atroz antes que rendirse y una lunática asesina capaz de sobreponerse al dolor en su forma más pura e incapaz de admitir la derrota ni con las piernas rotas y una espada clavada en su hombro. Por no mencionar a los ya mencionados escorpiones y su líder...¿De dónde salían?. Ya iba siendo hora de obtener algunas respuestas, y dado que todos los demás habían muerto de forma espantosa la encargada de iluminarles tendría que ser la humana...
-Tienes razón en una cosa. No tenemos ni idea de lo que va a pasar ahora. Por eso me gustaría que respondieras a unas cuantas preguntas.- Comenzó a decir la joven elfa de pié sobre aquella mal nacida que aún tenía fuerzas para seguir desafiándoles. Haciendo una breve pausa con la llegada de Bio, agradeciéndole con una mirada cómplice su intervención anterior con la que le había salvado la vida, pues estaba segura de que había sido él quién había evitado que la atacaran brindándole la oportunidad de contraatacar, algo que no hubiese podido hacer sola ante semejante enemiga. -Tres puntos de dolor. Ahí es donde te he golpeado. Es sorprendente que no te desmayaras y que aún pudieras moverte...- Continuó diciendo con su recuperado musical tono de voz, que dadas las circunstancias y el contenido de sus palabras seguramente resultaba bastante perturbador.-...Por desgracia para tí hay muchos más, de hecho cerca de trescientos y sé donde están todos y cada uno de ellos. No me gusta causarle dolor a la gente, soy sanadora, pero creeme que lo haré. Los golpearé uno a uno si es necesario. Asique dime...¿Es necesario?.- Preguntó guardando silencio tras aquella cuestión, aunque sin dejar de mirar a la prisionera a los ojos, transmitiendo en su mirada aguamarina una determinación de acero y viendo el primer atisbo de miedo en su enemiga la cual comenzó a desviar su mirada de uno a otro de los compañeros de la elfa mientras su sonrisa se desvanecía, tratando de ver en sus rostros si aquella elfa hablaba en serio. Y desde luego que lo hacía.
-No tienes que mancharte más las manos con esta escoria Níniel. Tú dime dónde tengo que cortar y me ocuparé de ella. No creo que necesite dedos para hablar ¿Verdad?.- Interrumpió Beor que se acercaba también hasta allí con su inseparable hacha ennegrecida por el fuego en una de sus enormes manos mientras que con el otro brazo se apoyaba en su hijo Jafeth para poder caminar a buen paso. Aquello resultó aún más demoledor que la amenaza de algo tan abstracto como era la promesa de un dolor insufrible y la mujer comenzó a sudar y a apretar los dientes con fuerza en un último intento por mantener una calma que ya no sentía. Por desgracia, justo cuando parecía que quizá podrían sacarle algo, los refuerzos de la guardia que tan bien les hubiesen venido unos minutos antes hicieron su aparición...Y con su llegada desapareció el miedo de la prisionera.
Por si aquello fuera poco, además de estropear el interrogatorio, el líder de aquel nuevo grupo de soldados no dudo en acusarlos de toda la masacre acontecida en aquella calle, o sea de la muerte y las heridas causadas a tantos miembros de la guardia, así como de los destrozos causados a la propiedad. ¿Cómo se atrevía aquel orejas redondas a acusarles de algo tan absurdo?. ¿Es que era tonto?...Aunque bueno quizá algunos de los destrozos a la propiedad sí que habían sido culpa suya...Pero solo unos pocos. El alquimista loco había causado muchos más daños que ella...¿No?. Por suerte algunos de los guardias reconocieron a Níniel como compañera de la gata y otros testigos exculparon al grupo de todo crimen al situar su llegada tras los primeros ataques. De ese modo quedó claro que no sólo no eran culpables de las falsas acusaciones del oficial si no que habían ayudado y salvado muchas vidas con su intervención, cosa que aquel hombre no solo no agradeció si no que pareció molestarle. ¿Qué pasaba con aquel sujeto?. Al menos les dejó libres y sin cargos, pero se llevó a la cautiva sin permitirles ni una sola palabra o queja al respecto. Y aún tendrían que agradecérselo a los dioses porque llevaba reflejado en la cara que le hubiese gustado llevárselos a ellos también a las mazmorras.
-Será posible...- Murmuró abatida la elfa una vez que quedaron solos allí, acompañados únicamente por guardias de rango bajo que comenzaron a ocuparse de sus camaradas caídos y que les instaron a salir de allí de inmediato. Aquello guardias jóvenes trataban los cadáveres y restos con la reverencia que merecían por su sacrificio, aunque algunos apenas si podían contener las ganas de vomitar por lo espantoso del estado de algunos de los cuerpos.
-Estaba a punto de hablar.- Continuó lamentándose la peliblanca ya rumbo de vuelta a la posada, notando como el cansacio se apoderaba de su cuerpo ahora que el efecto de la adrenalina se esfumaba de su organismo -¿Vistéis como nos miraba ese guardia y la sonrisa de esa indeseable?. Casi parecía alegrarse de verle. -Señaló, y luego le echó un vistazo a la espada doble sopesando las indicaciones del pelinegro. -Supongo que no es un arma muy común pero...¿Realmente puede llevarnos a alguna parte?. ¿Puede estar relacionada con los ingredientes alquímicos del norte?-
Níniel no sabía mucho de herrería pero había leído que cada herrero usaba técnicas y estilos diferentes durante la fabricación de sus obras, al menos aquellas que iban más allá de clavos para la construcción y herraduras para los caballos. Aún así parecía como buscar una aguja en un pajar. ¿Cuántos herreros había en Aerandir?. Aquella espada bien podría ser obra de un herrero de Dundarak, o de uno de las islas Illidenses...O incluso de un herrero propio de esa organización de locos asesinos que nadie sabría reconocer. Iban a necesitar un golpe de buena suerte o la guía de los divinos para que aquella arma les pusiera sobre una pista sólida.
Tan absorta estaba en aquella idea tan poco optimista que casi pasó por alto el significado velado de las palabras de Bio, y con razón. Difícilmente podían ser llamados "equipo" los escasos integrantes de aquel pequeño grupo autoproclamado como el séptimo círculo. De hecho eran Bio, ella, un montón de gente rara vigilando una torre perdida entre dos mares, uno de agua y otro de niebla. A lo que había que añadir que eran guiados por una bruja de la que Níniel no se fiaba y por la páginas del viejo diario de un anciano ya fallecido.
-Nuestro equipo es un imán para los problemas de todo tipo. De hecho creo que es culpa tuya Bio. Si aún sabiendo esto quiere entrar por mi perfecto. Cuantos más seamos, menos posibilidades de que me maten por tu culpa habrá.- Fue su respuesta en clave de broma mientras seguía caminando con aquella arma entre sus manos y encontrando la manera de convertirla en dos espadas. -Muy ingenioso-
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Niniel resultó ser una elfa totalmente diferente a lo que esperaba de ella, era más agresiva y despiadada que muchos otros que había conocido, eso me parecía interesante y al mismo tiempo triste, para llegar a tener una personalidad como esa seguramente debió pasar por momentos trágicos y perturbadores que cambiaron su vida, pero aun así no dejaba de ser interesante.
Por otro lado, la asesina había perdido su encanto, ya no era la misma ser arrogante que se creía invencible, ahora parecía estar intimidada ante las amenazas de la elfa que se mostraba firme en sus palabras, pero para mejorar las cosas el hombre del hacha se acercó también tratando de implantar temor en la asesina -(Ellos dan más miedo que yo… ¡Son estupendos! ¿Por qué no los había conocido antes?)- Pensé sin decir nada.
Ya que todos estaban amenazando quise unirme y hacer lo mismo -Eso tardará demasiado, además, yo quiero encargarme de esto- Dije a mis compañeros para luego mirar fijamente a los ojos de la mujer -Sé que no hablarás porque tu orgullo te lo impide, pero puedo hacer que te hundas en una profunda agonía para que sientas todo el sufrimiento de tus víctimas, así que comenzaré arrancándote uno de tus ojos y haré que te lo comas- Luego de decir eso coloqué una de mis manos en su cuello para sostenerla y la otra la acerqué lentamente hacia su ojo izquierdo -Si quieres ahorrarte esto entonces puedes responder a nuestras preguntas, aunque sé que no lo harás, pero sin tus ojos ya no serás una orgullosa guerrera- Le dije para motivarla a hablar, sin embargo, cuando estaba a punto de disfrutar ese glorioso momento, llegó la guardia de Lunargenta que no pudo llegar cuando realmente los necesitábamos.
Me levanté, guardé mi espada disgustado por la inoportuna interrupción y luego me coloqué con los brazos entre cruzados -Ellos solo son un fastidio- Susurré para mí mismo mientras esperaba lo que tuviera que pasar, fue entonces cuando el líder de los guardias no solo nos hace responsable de todo el desastre causado por el lunático bombardero y la asesina, sino que también desenvaina su espada y la apunta hacia nosotros.
Bio intentó aclarar las cosas pero era difícil de creer los hechos, por suerte uno de los sobrevivientes habló a nuestro favor, sin embargo no pudo convencer al sujeto que nos acusaba de atrocidades y ordenó que nos arrestaran -(No puede ser, ahora iré a prisión)- Pensé mientras esperaba que sucediera algo transcendental que nos ayudara a salir de problemas.
Cuando las cosas parecían ir de mal a peor, un hombre reconoció a la elfa y dijo que ella era amiga de una tal “Gata” -¿Gata? ¿Escorpiones? ¿Desde cuándo los animales se volvieron tan populares?- Me pregunté en voz baja extrañado y un poco confundido, cada vez las cosas se me tornaban más difíciles de entender y eso me disgustaba.
Por otro lado, gracias a que Niniel conocía a la “Gata” terminamos siendo libres y sin cargos, desafortunadamente los guardias colocaron a la asesina en un caballo para llevársela como prisionera, pero antes de que se largaran se pudo apreciar una sonrisa en ella que me molestó, la mujer estaba feliz por haberse escapado de nuestro interrogatorio pero eso me incitó a decirles las últimas cosas antes de que marchara -Lady Strix, la próxima vez que nos encontremos… Me convertiré en la agonía que te desgarrará tu alma y seré el demonio que te hará llorar lágrimas de sangre- Amenacé con un tono frío y mostrándome mucho más serio que antes -(Esa es de las mejores actuaciones que he hecho en mi vida, nunca había encarnado tan bien un papel así, estoy orgulloso de mí)- Pensé pero sin dejar de hacerme parecer intimidante.
Una vez que solo quedamos el grupo inicial miré a mí alrededor y pude presenciar cómo unos soldados se quedaron en el lugar para recoger los cadáveres de sus compañeros caídos, unos se mostraron respetuosos, algunos tristes y otros no resistieron y vomitaron. La escena era deprimente, tantas muertes innecesarias solo para asesinar a un solo hombre, nada de eso era necesario -Estoy bien, pero estoy muy cansado- Respondí con absoluta pereza a la pregunta de Bio.
Escuché lo que dijo el vampiro y lo que le respondió la elfa, el arma podría guiarnos a algún lado pero sería demasiado difícil encontrar alguna pista, sin embargo, había un lugar donde podríamos empezar a buscar -Conozco un buen lugar para iniciar la búsqueda, Baslodia es la metrópolis de las armas y de los herreros, si alguien forjó esta arma tal vez ahí lo encontraremos- Sugerí mientras miraba los detalles del arma de la asesina, sería difícil buscar en toda una ciudad pero era mejor que nada.
Entonces Bio tras felicitarme me dice que a su grupo le haría falta alguien con mis habilidades, creí que se trataba de un grupo de guerreros legendarios pero la aclaración de Niniel me dejó con una amarga desilusión, aunque al final tampoco tenía mucho que hacer en mi casa y desde que conocí al vampiro mi vida se había vuelto más emocionante, así que tal vez no sería mala idea unírmeles -No sé qué aventuras tienen su grupo pero antes de decir algo quiero que me respondan ¿Quiénes son los “Escorpiones”? ¿Quién es la “Gata”? ¿Cuándo me darán los chocolates que me prometieron? Y…-Hice una pausa para observarlos con una mirada más seria -¿Todas las muertes de hoy fueron de alguna forma por culpa de ustedes?- Pregunté sin dejar de mirarlos, esa última si me interesaba que me respondieran ya que con ésta decidiría si unirme o no…
Por otro lado, la asesina había perdido su encanto, ya no era la misma ser arrogante que se creía invencible, ahora parecía estar intimidada ante las amenazas de la elfa que se mostraba firme en sus palabras, pero para mejorar las cosas el hombre del hacha se acercó también tratando de implantar temor en la asesina -(Ellos dan más miedo que yo… ¡Son estupendos! ¿Por qué no los había conocido antes?)- Pensé sin decir nada.
Ya que todos estaban amenazando quise unirme y hacer lo mismo -Eso tardará demasiado, además, yo quiero encargarme de esto- Dije a mis compañeros para luego mirar fijamente a los ojos de la mujer -Sé que no hablarás porque tu orgullo te lo impide, pero puedo hacer que te hundas en una profunda agonía para que sientas todo el sufrimiento de tus víctimas, así que comenzaré arrancándote uno de tus ojos y haré que te lo comas- Luego de decir eso coloqué una de mis manos en su cuello para sostenerla y la otra la acerqué lentamente hacia su ojo izquierdo -Si quieres ahorrarte esto entonces puedes responder a nuestras preguntas, aunque sé que no lo harás, pero sin tus ojos ya no serás una orgullosa guerrera- Le dije para motivarla a hablar, sin embargo, cuando estaba a punto de disfrutar ese glorioso momento, llegó la guardia de Lunargenta que no pudo llegar cuando realmente los necesitábamos.
Me levanté, guardé mi espada disgustado por la inoportuna interrupción y luego me coloqué con los brazos entre cruzados -Ellos solo son un fastidio- Susurré para mí mismo mientras esperaba lo que tuviera que pasar, fue entonces cuando el líder de los guardias no solo nos hace responsable de todo el desastre causado por el lunático bombardero y la asesina, sino que también desenvaina su espada y la apunta hacia nosotros.
Bio intentó aclarar las cosas pero era difícil de creer los hechos, por suerte uno de los sobrevivientes habló a nuestro favor, sin embargo no pudo convencer al sujeto que nos acusaba de atrocidades y ordenó que nos arrestaran -(No puede ser, ahora iré a prisión)- Pensé mientras esperaba que sucediera algo transcendental que nos ayudara a salir de problemas.
Cuando las cosas parecían ir de mal a peor, un hombre reconoció a la elfa y dijo que ella era amiga de una tal “Gata” -¿Gata? ¿Escorpiones? ¿Desde cuándo los animales se volvieron tan populares?- Me pregunté en voz baja extrañado y un poco confundido, cada vez las cosas se me tornaban más difíciles de entender y eso me disgustaba.
Por otro lado, gracias a que Niniel conocía a la “Gata” terminamos siendo libres y sin cargos, desafortunadamente los guardias colocaron a la asesina en un caballo para llevársela como prisionera, pero antes de que se largaran se pudo apreciar una sonrisa en ella que me molestó, la mujer estaba feliz por haberse escapado de nuestro interrogatorio pero eso me incitó a decirles las últimas cosas antes de que marchara -Lady Strix, la próxima vez que nos encontremos… Me convertiré en la agonía que te desgarrará tu alma y seré el demonio que te hará llorar lágrimas de sangre- Amenacé con un tono frío y mostrándome mucho más serio que antes -(Esa es de las mejores actuaciones que he hecho en mi vida, nunca había encarnado tan bien un papel así, estoy orgulloso de mí)- Pensé pero sin dejar de hacerme parecer intimidante.
Una vez que solo quedamos el grupo inicial miré a mí alrededor y pude presenciar cómo unos soldados se quedaron en el lugar para recoger los cadáveres de sus compañeros caídos, unos se mostraron respetuosos, algunos tristes y otros no resistieron y vomitaron. La escena era deprimente, tantas muertes innecesarias solo para asesinar a un solo hombre, nada de eso era necesario -Estoy bien, pero estoy muy cansado- Respondí con absoluta pereza a la pregunta de Bio.
Escuché lo que dijo el vampiro y lo que le respondió la elfa, el arma podría guiarnos a algún lado pero sería demasiado difícil encontrar alguna pista, sin embargo, había un lugar donde podríamos empezar a buscar -Conozco un buen lugar para iniciar la búsqueda, Baslodia es la metrópolis de las armas y de los herreros, si alguien forjó esta arma tal vez ahí lo encontraremos- Sugerí mientras miraba los detalles del arma de la asesina, sería difícil buscar en toda una ciudad pero era mejor que nada.
Entonces Bio tras felicitarme me dice que a su grupo le haría falta alguien con mis habilidades, creí que se trataba de un grupo de guerreros legendarios pero la aclaración de Niniel me dejó con una amarga desilusión, aunque al final tampoco tenía mucho que hacer en mi casa y desde que conocí al vampiro mi vida se había vuelto más emocionante, así que tal vez no sería mala idea unírmeles -No sé qué aventuras tienen su grupo pero antes de decir algo quiero que me respondan ¿Quiénes son los “Escorpiones”? ¿Quién es la “Gata”? ¿Cuándo me darán los chocolates que me prometieron? Y…-Hice una pausa para observarlos con una mirada más seria -¿Todas las muertes de hoy fueron de alguna forma por culpa de ustedes?- Pregunté sin dejar de mirarlos, esa última si me interesaba que me respondieran ya que con ésta decidiría si unirme o no…
Rauko
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Mis compañeros parecían estarse disfrutando las amenazas contra la asesina ahora que estaba indefensa, sin embargo mis malos presentimientos se hicieron realidad con la llegada de los guardias, y aunque al final conseguimos salir sin cargos ni nada en contra, la sonrisa en el rostro de la asesina me daba muy mala espina, antes había logrado convencer al par de guardias acerca de transportar al brujo, pero eran solo dos de ellos mientras que ahora eran muchos incluyendo a uno de alto rango, intentar algo similar sería demasiado peligroso, más aún sin saber si había algún infiltrado entre los presentes.
Finalmente sin más que hacer, acabamos por alejarnos del lugar, la elfa necesitaba descansar, Beor debía tratar sus heridas y yo estaba en deuda con Rauko -Estoy seguro que había algún tipo de treta entre esa mujer y el oficial; y ella aunque hablara, no tendríamos la certeza de que sus palabras fueran ciertas- Dije en tono pesimista -Aunque al menos dijo que no era parte de los escorpiones- Recordé sus palabras y que incluso se había referido a estos de modo despectivo -Ella es parte de algo más, y no solo saben sobre los Escorpiones sino que además se creen superiores a estos- Expliqué a la elfa que no había escuchado esa declaración de la asesina y que al mismo tiempo apagaba las luces que llevábamos acerca del tema; habíamos terminado la investigación teniendo menos datos de los que teníamos al iniciar.
La pregunta de Niniel acerca de la misteriosa espada fue respondida rápidamente por Rauko que había resultado más útil de lo que habría esperado de semejante minielfo -Baslodia es un buen lugar para investigar entonces- Le dije al elfo para luego dirigirme a Niniel -Si pueden conseguir cosas de lugares tan apartados, significa que su organización es tan grande como para tener presencia en toda Areandir, tal vez sean más que los Escorpiones- Aclaré con el temor que me producía pensar en esa posibilidad.
El brujo por su parte era un poderoso alquimista- Añadí a los datos anteriores -Alguien con sus capacidades debió dejar algunos rastros en Beltrexus, tal vez podamos conseguir un poco de información por allá- Mencioné una nueva posibilidad, divididos tal vez podríamos investigar diferentes aspectos para cubrir más terreno, aunque para ello necesitaba saber si finalmente el chico seguiría con nosotros, más ahora que había sido señalado como colaborador de nuestro pequeño club de cazaproblemas.
Las preguntas del chico me parecieron bastante coherentes, a fin de cuenta merecía saber en lo que se estaba metiendo -Los escorpiones son una especie de culto, de sujetos que se visten raro y roban órganos- Expliqué de manera poco seria aunque todo aquello era bastante cierto -Alanna “La Gata” es una amiga que se ha vuelto importante en la Guardia Real- Dije sin querer revelar demasiado acerca de ella -Los chocolates te los daré cuando visites la base del clan- Respondí tan solo para generar más intriga aunque la última de sus preguntas estaba más difícil -Eso no lo sabemos, pero planeamos averiguarlo- Dije con una voz que pasaría rápidamente de la pena a la determinación y deseo de justicia.
Lo mejor será separarnos un tiempo y mantener un perfil bajo, investigar por separado hasta tener más información- Expliqué en tono pausado a mis compañeros -Podemos vernos dentro de un mes en la torre- Dije a ambos -En el punto más al sur de la Playa de los Ancestros- Expliqué a Rauko para que tuviera una idea de a dónde ir, pues, quisiera o no ahora era parte de todo esto y eventualmente irían por él.
Finalmente sin más que hacer, acabamos por alejarnos del lugar, la elfa necesitaba descansar, Beor debía tratar sus heridas y yo estaba en deuda con Rauko -Estoy seguro que había algún tipo de treta entre esa mujer y el oficial; y ella aunque hablara, no tendríamos la certeza de que sus palabras fueran ciertas- Dije en tono pesimista -Aunque al menos dijo que no era parte de los escorpiones- Recordé sus palabras y que incluso se había referido a estos de modo despectivo -Ella es parte de algo más, y no solo saben sobre los Escorpiones sino que además se creen superiores a estos- Expliqué a la elfa que no había escuchado esa declaración de la asesina y que al mismo tiempo apagaba las luces que llevábamos acerca del tema; habíamos terminado la investigación teniendo menos datos de los que teníamos al iniciar.
La pregunta de Niniel acerca de la misteriosa espada fue respondida rápidamente por Rauko que había resultado más útil de lo que habría esperado de semejante minielfo -Baslodia es un buen lugar para investigar entonces- Le dije al elfo para luego dirigirme a Niniel -Si pueden conseguir cosas de lugares tan apartados, significa que su organización es tan grande como para tener presencia en toda Areandir, tal vez sean más que los Escorpiones- Aclaré con el temor que me producía pensar en esa posibilidad.
El brujo por su parte era un poderoso alquimista- Añadí a los datos anteriores -Alguien con sus capacidades debió dejar algunos rastros en Beltrexus, tal vez podamos conseguir un poco de información por allá- Mencioné una nueva posibilidad, divididos tal vez podríamos investigar diferentes aspectos para cubrir más terreno, aunque para ello necesitaba saber si finalmente el chico seguiría con nosotros, más ahora que había sido señalado como colaborador de nuestro pequeño club de cazaproblemas.
Las preguntas del chico me parecieron bastante coherentes, a fin de cuenta merecía saber en lo que se estaba metiendo -Los escorpiones son una especie de culto, de sujetos que se visten raro y roban órganos- Expliqué de manera poco seria aunque todo aquello era bastante cierto -Alanna “La Gata” es una amiga que se ha vuelto importante en la Guardia Real- Dije sin querer revelar demasiado acerca de ella -Los chocolates te los daré cuando visites la base del clan- Respondí tan solo para generar más intriga aunque la última de sus preguntas estaba más difícil -Eso no lo sabemos, pero planeamos averiguarlo- Dije con una voz que pasaría rápidamente de la pena a la determinación y deseo de justicia.
Lo mejor será separarnos un tiempo y mantener un perfil bajo, investigar por separado hasta tener más información- Expliqué en tono pausado a mis compañeros -Podemos vernos dentro de un mes en la torre- Dije a ambos -En el punto más al sur de la Playa de los Ancestros- Expliqué a Rauko para que tuviera una idea de a dónde ir, pues, quisiera o no ahora era parte de todo esto y eventualmente irían por él.
Bio
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
De haber dicho Bio aquellas palabras un año antes, implicando a parte de la guardia de la ciudad con las actividades criminales de aquellos escorpiones, Níniel se hubiese quedado mirándole con los ojos abiertos y hubiese puesto el grito en el cielo por cómo se atrevía a calumniar de ese modo a las espadas juradas de Lunargenta, además de esa forma tan categórica. Y es que si no se puede confiar en los guardianes... ¿qué esperanza puede haber para la mayor de la ciudad de los hombres?. Por desgracia desde que saliese de Sandorai la joven sacerdotisa había visto lo mejor y lo peor de los orejas redondas y sabía bien que parte de aquella guardia eran incluso peores que los delincuentes a los que debían detener. Por ello en vez de alarmarse se limitó a soltar un suspiro de cansancio.
-La verdad es que no me sorprendería. Además lo ocurrido en las ruinas donde derrotamos a los escorpiones por primera vez solo puede explicarse con cierta complicidad de los guardias de la zona...O al menos su pasividad. aunque no puedo culparlos, esta gente es peligrosa. El guardia raso medio de los orejas redondas no tiene muchas posibilidades contra algo así.- Respondió a la teoría del pelinegro mostrándose de acuerdo con él para luego darle vueltas al asunto de que aquellos sujetos no formaban parte de los escorpiones. -Pero han actuado contra nosotros debido a nuestro ataque a la guarida de esos escorpiones...Si no son de esa banda ¿Por qué atacarnos?. No tiene mucho sentido, incluso mencionó que había un plan para nosotros. -Guardó silencio un par de segundos.- Salvo que no sean una organización si no un grupo de ellas. Una unión de distintas bandas con objetivos comunes o que se resultan útiles entre sí...Y esos escorpiones fuesen de lo más bajo de su escalafón. Unos recolectores.- Dijo la elfa compartiendo sus pensamientos con los demás aunque solo fueran eso, pensamientos. Al menos tenían cierta lógica y explicarían muchas cosas sobre lo que aquella mujer había dicho y sobre el modo de actuar como si se tratara de grupos separados de aquellos criminales. Y parecía que Bio pensaba algo similar al responder a Rauko sobre su sugerencia de comenzar a buscar en Baslodia, así como que el alquimista quizás tuviera lazos con las islas. Realmente costaba imaginarse una organización tan grande y extendida, de ser cierto casi parecían una especie de "Gremio del mal". Un gremio oculto en la sombras de todo Aerandir.
-¿Separarnos?. Supongo que eso nos permitirá pasar más desapercibidos y que les cueste menos saber que nos traemos entre manos, aunque no creo que vayamos a poder evitar todo el peligro. Al menos yo no soy ninguna espia o algo así. No obstante puedo estar relativamente a salvo y al mismo tiempo investigar a ese alquimista. Resulta que, por un cúmulo de circunstancias estoy bastante dentro del círculo de alquimistas de las islas...Creo que soy la más adecuada para indagar por ese camino.- Fueron las palabras de la peliblanca postulándose para aquella tarea mientras dejaba el resto en manos de los otros.
En un mes tendría tiempo más que de sobra para ir a preguntar a su maestro. Si alguien podía decirle algo sobre un alquimista díscolo con gusto por las explosiones y tendencias suicidas era él. No solo había sido maestro durante muchos años en las islas si no que además mantenía contacto regular con un buen número de otros maestros alquimistas de aquella zona. Así pues su destino sería Vulwulfar, donde además como elfa tendría cierta ventaja para pasar desapercibida debido a la notable población de hijos del bosque de aquell ciudad. De paso también visitaría su hogar en Sandorai, sin duda sus padres querrían estar al tanto de los últimos acontecimientos y su consejo sería realmente valioso para la joven.
-¿Entonces quién irá a Baslodia?- Inquirió acto seguido y ya llegando ante las puertas de la posada. Momento en el cual dejó de jugar con aquella arma doble y la tendió convertida de nuevo en una lanza de doble hoja para que la cogiera aquel que fuese a investigar aquella pista.
-Tampoco tenéis que separaros ahora mismo. Hemos tenido una noche movidita pero hemos ganado, pasad y tomad un trago, invita la casa. También podéis dormir aquí, aunque solo so sois unas nenazas que temen a la buena bebida.- Propuso Beor que evidenciaba que al menos él sí que iba a celebrar haber vencido aquella noche y vivir para contarlo.
-La verdad es que no me sorprendería. Además lo ocurrido en las ruinas donde derrotamos a los escorpiones por primera vez solo puede explicarse con cierta complicidad de los guardias de la zona...O al menos su pasividad. aunque no puedo culparlos, esta gente es peligrosa. El guardia raso medio de los orejas redondas no tiene muchas posibilidades contra algo así.- Respondió a la teoría del pelinegro mostrándose de acuerdo con él para luego darle vueltas al asunto de que aquellos sujetos no formaban parte de los escorpiones. -Pero han actuado contra nosotros debido a nuestro ataque a la guarida de esos escorpiones...Si no son de esa banda ¿Por qué atacarnos?. No tiene mucho sentido, incluso mencionó que había un plan para nosotros. -Guardó silencio un par de segundos.- Salvo que no sean una organización si no un grupo de ellas. Una unión de distintas bandas con objetivos comunes o que se resultan útiles entre sí...Y esos escorpiones fuesen de lo más bajo de su escalafón. Unos recolectores.- Dijo la elfa compartiendo sus pensamientos con los demás aunque solo fueran eso, pensamientos. Al menos tenían cierta lógica y explicarían muchas cosas sobre lo que aquella mujer había dicho y sobre el modo de actuar como si se tratara de grupos separados de aquellos criminales. Y parecía que Bio pensaba algo similar al responder a Rauko sobre su sugerencia de comenzar a buscar en Baslodia, así como que el alquimista quizás tuviera lazos con las islas. Realmente costaba imaginarse una organización tan grande y extendida, de ser cierto casi parecían una especie de "Gremio del mal". Un gremio oculto en la sombras de todo Aerandir.
-¿Separarnos?. Supongo que eso nos permitirá pasar más desapercibidos y que les cueste menos saber que nos traemos entre manos, aunque no creo que vayamos a poder evitar todo el peligro. Al menos yo no soy ninguna espia o algo así. No obstante puedo estar relativamente a salvo y al mismo tiempo investigar a ese alquimista. Resulta que, por un cúmulo de circunstancias estoy bastante dentro del círculo de alquimistas de las islas...Creo que soy la más adecuada para indagar por ese camino.- Fueron las palabras de la peliblanca postulándose para aquella tarea mientras dejaba el resto en manos de los otros.
En un mes tendría tiempo más que de sobra para ir a preguntar a su maestro. Si alguien podía decirle algo sobre un alquimista díscolo con gusto por las explosiones y tendencias suicidas era él. No solo había sido maestro durante muchos años en las islas si no que además mantenía contacto regular con un buen número de otros maestros alquimistas de aquella zona. Así pues su destino sería Vulwulfar, donde además como elfa tendría cierta ventaja para pasar desapercibida debido a la notable población de hijos del bosque de aquell ciudad. De paso también visitaría su hogar en Sandorai, sin duda sus padres querrían estar al tanto de los últimos acontecimientos y su consejo sería realmente valioso para la joven.
-¿Entonces quién irá a Baslodia?- Inquirió acto seguido y ya llegando ante las puertas de la posada. Momento en el cual dejó de jugar con aquella arma doble y la tendió convertida de nuevo en una lanza de doble hoja para que la cogiera aquel que fuese a investigar aquella pista.
-Tampoco tenéis que separaros ahora mismo. Hemos tenido una noche movidita pero hemos ganado, pasad y tomad un trago, invita la casa. También podéis dormir aquí, aunque solo so sois unas nenazas que temen a la buena bebida.- Propuso Beor que evidenciaba que al menos él sí que iba a celebrar haber vencido aquella noche y vivir para contarlo.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Mientras Bio y Niniel inventaban sus teorías sobre quiénes eran los enemigos de esta ocasión, yo simplemente escuchaba y fingía que todo lo estaba entendiendo perfectamente, pues hablar sobre eso sin saber nada me hacía sentir como un completo ignorante y eso me disgustaba, por suerte el vampiro respondió a mis preguntas y así pude orientarme con apenas un poco de información, ahora sabía que me estaban invitando a un grupo que gozaba de la atención de las peores amenazas de Aerandir, y eso en vez de parecerme atemorizante o algo en lo que solamente estarían personas suicidas… En realidad me era muy atractivo y emocionante.
Por otro lado, todos mis esfuerzos de esa noche fueron en vano, Bio no tenía los chocolates que prometió darme como pago de mi colaboración, en vez de eso me invitó a la base de su clan que al parecer era una torre que estaba situada en la Playa de los Ancestros, además, primero debía esperar todo un mes para ir y recoger mis bien merecidos chocolates, eso era injusto, pero de todas formas ya me esperaba que no cumpliría con su palabra -Está bien, en un mes iré a buscar los dulces y daré mi respuesta a la invitación al grupo, hasta entonces trataré de deshacerme de mi trauma hacia las explosiones- Dije mientras frotaba mis manos sobre mis ojos que a medida que transcurría la noche los sentía cada vez más pesados, pues era difícil seguir de pie después de todo lo que había vivido anteriormente, lo único que pasaba por mi cabeza no era más que la hermosa imagen de mi suave y cómoda cama llamándome con una dulce voz seductora.
Entonces Niniel preguntó quién iría a Baslodia a investigar y ese seguramente tendría que ser yo ya que fue mi idea -Yo iré, creo que soy el único entre nosotros que sabe en qué zonas buscar de la ciudad, así que nos vemos dentro de un mes… Suerte- Comenté mientras tomaba la lanza de doble hoja para luego marcharme, pero no sin antes escuchar al hombre del hacha y su idea de celebrar por una aparente victoria -¿Ganado?- Pregunté sintiéndome ofendido e indignado -Lo lamento, fue un gran honor haber luchado junto con ustedes en esta noche, pero...- Dije con mi cabeza inclinada hacia adelante y mostrándome no con enfado, sino con pena por los caídos -No puedo celebrar después de haber visto cómo muchos soldados sufrieron un terrible destino por cumplir con su deber. Hoy no hemos perdido, pero en una batalla donde hay más bajas de nuestro bando que los del enemigo tampoco es una victoria- Fueron mis últimas palabras para luego marcharme sin mirar atrás.
Mi discurso de despedida tal vez no era algo que hubiesen esperado de mí pero no pude quedarme callado a pesar de que el hombre solo quería animar las cosas, mi honor me exigía hacer algo por el bien de mi deseo de justicia, aunque también exageré un poco y por eso me sentía avergonzado.
Por otro lado, después de caminar por varias minutos por las infinitas calles de Lunargenta, me encontré con un gran problema que de alguna forma me parecía más grave que todo lo que me había sucedido durante la noche… No tenía ni la menor idea de dónde me encontraba.
Por otro lado, todos mis esfuerzos de esa noche fueron en vano, Bio no tenía los chocolates que prometió darme como pago de mi colaboración, en vez de eso me invitó a la base de su clan que al parecer era una torre que estaba situada en la Playa de los Ancestros, además, primero debía esperar todo un mes para ir y recoger mis bien merecidos chocolates, eso era injusto, pero de todas formas ya me esperaba que no cumpliría con su palabra -Está bien, en un mes iré a buscar los dulces y daré mi respuesta a la invitación al grupo, hasta entonces trataré de deshacerme de mi trauma hacia las explosiones- Dije mientras frotaba mis manos sobre mis ojos que a medida que transcurría la noche los sentía cada vez más pesados, pues era difícil seguir de pie después de todo lo que había vivido anteriormente, lo único que pasaba por mi cabeza no era más que la hermosa imagen de mi suave y cómoda cama llamándome con una dulce voz seductora.
Entonces Niniel preguntó quién iría a Baslodia a investigar y ese seguramente tendría que ser yo ya que fue mi idea -Yo iré, creo que soy el único entre nosotros que sabe en qué zonas buscar de la ciudad, así que nos vemos dentro de un mes… Suerte- Comenté mientras tomaba la lanza de doble hoja para luego marcharme, pero no sin antes escuchar al hombre del hacha y su idea de celebrar por una aparente victoria -¿Ganado?- Pregunté sintiéndome ofendido e indignado -Lo lamento, fue un gran honor haber luchado junto con ustedes en esta noche, pero...- Dije con mi cabeza inclinada hacia adelante y mostrándome no con enfado, sino con pena por los caídos -No puedo celebrar después de haber visto cómo muchos soldados sufrieron un terrible destino por cumplir con su deber. Hoy no hemos perdido, pero en una batalla donde hay más bajas de nuestro bando que los del enemigo tampoco es una victoria- Fueron mis últimas palabras para luego marcharme sin mirar atrás.
Mi discurso de despedida tal vez no era algo que hubiesen esperado de mí pero no pude quedarme callado a pesar de que el hombre solo quería animar las cosas, mi honor me exigía hacer algo por el bien de mi deseo de justicia, aunque también exageré un poco y por eso me sentía avergonzado.
Por otro lado, después de caminar por varias minutos por las infinitas calles de Lunargenta, me encontré con un gran problema que de alguna forma me parecía más grave que todo lo que me había sucedido durante la noche… No tenía ni la menor idea de dónde me encontraba.
Rauko
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Re: [Cerrado] Sonido ¡¡Boom!! [Interpretativo-Libre]
Las conclusiones de Niniel no estaban nada lejos de la verdad aunque tenían muchos huecos debido a la falta de información -Hasta ahora las células de Escorpiones que he encontrado, han sido homogéneas, la primera solo de humanos, la segunda solo de brujos, si las demás van iguales, eso los descartaría como culpables, porque estos sujetos se mezclan en equipos de varias razas a la vez- Sugerí mi propia teoría acerca de ellos -He escuchado de otros grupos ocultos en Aerandir, uno es la hermandad de vampiros y el otro...- Hice una pequeña pausa recordando el único encuentro que había tenido con ellos -Los Coleccionistas- Dije en tono bajo como si temiera que alguien me escuchara -Eso sin mencionar a los gremios clandestinos- Acoté también esperando no dejar a nadie fuera.
Aquella palabra en las conclusiones de la elfa me había despertado interés -Recolectores... Dicen que los Coleccionistas suelen enviar recolectores... Aunque no sé qué interés podrían tener en nosotros- Expliqué tratando de hacer memoria -De hecho, ellos tan solo son una leyenda, hasta ahora nadie ha confirmado que existan ni se ha visto a ninguno- Me contradije a mí mismo casi descartando la teoría de que se tratara de semejante organización -Lo mejor será investigar antes de inventar alguna locura- Dije recostándome a la pared.
Una vez que todos seleccionaron su rumbo al dividirnos yo decidí también tomar uno propio -Yo veré si consigo algo más que nos permita saber a qué nos enfrentamos- Dije en tono serio respirando tranquilamente para relajarme mientras conversaban, al menos hasta que Rauko pareció alterarse por las palabras de Beor, ciertamente tenía razón, y siendo elfo tal vez su visión de las vidas humanas fuera diferente a la mía; preferí no hacer ningún comentario para no terminar de herir sus sensibilidades y en lugar de ello me negué también a la invitación de Beor.
Una vez que el pequeño elfo se marchó me acerqué a la elfa para despedirme también -Ten cuidado- Le dije en tono preocupado -Sean quienes sean, son peligrosos- Le advertí antes de tomar camino hacia la torre del clan en donde esperaba pasar unos días -Será luego grandulón, gracias de todos modos- Le dije al posadero para rechazar su invitación -No dejes que nuestra elfa se meta en problemas- Le advertí en tono gracioso antes de alejarme moviendo mi mano un par de veces en señal de despedida.
Aquella palabra en las conclusiones de la elfa me había despertado interés -Recolectores... Dicen que los Coleccionistas suelen enviar recolectores... Aunque no sé qué interés podrían tener en nosotros- Expliqué tratando de hacer memoria -De hecho, ellos tan solo son una leyenda, hasta ahora nadie ha confirmado que existan ni se ha visto a ninguno- Me contradije a mí mismo casi descartando la teoría de que se tratara de semejante organización -Lo mejor será investigar antes de inventar alguna locura- Dije recostándome a la pared.
Una vez que todos seleccionaron su rumbo al dividirnos yo decidí también tomar uno propio -Yo veré si consigo algo más que nos permita saber a qué nos enfrentamos- Dije en tono serio respirando tranquilamente para relajarme mientras conversaban, al menos hasta que Rauko pareció alterarse por las palabras de Beor, ciertamente tenía razón, y siendo elfo tal vez su visión de las vidas humanas fuera diferente a la mía; preferí no hacer ningún comentario para no terminar de herir sus sensibilidades y en lugar de ello me negué también a la invitación de Beor.
Una vez que el pequeño elfo se marchó me acerqué a la elfa para despedirme también -Ten cuidado- Le dije en tono preocupado -Sean quienes sean, son peligrosos- Le advertí antes de tomar camino hacia la torre del clan en donde esperaba pasar unos días -Será luego grandulón, gracias de todos modos- Le dije al posadero para rechazar su invitación -No dejes que nuestra elfa se meta en problemas- Le advertí en tono gracioso antes de alejarme moviendo mi mano un par de veces en señal de despedida.
Bio
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