[Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
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[Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Había salido casi huyendo después de la extraña experiencia con el fantasma, no era algo que se pudiera ver todos los días, pero además de eso, eran demasiados años de investigación los que había invertido en buscar una manera de comunicarme con mi amada Vic después de su muerte, había abandonado toda esperanza de poder comunicarme con ella al menos hasta ahora, necesitaría un poco de tiempo a solas para reencontrarme y analizar mis prioridades, encontrar a Maguita seguía siendo mi mayor deseo, pero ¿Y si pudiera ver a Victoria?, hablar con ella una vez más era algo que había soñado durante mucho tiempo.
Caminé bajo la joven noche sin saber en realidad cuánto o hasta dónde, me encontraba bastante perturbado por los eventos anteriores, iba sin rumbo, directo hacia el norte con el fin de cumplir una misión, pero antes, necesitaba tomar un descanso, el día no tardaría en llegar y no sería buena idea recibirlo al aire libre, fue así como de pronto me encontré frente a la pintoresca ciudad de Vulfufú, ese nombre era tan espantoso que incluso me había negado a venir durante años, por el simple hecho de no tener que pronunciar ese nombre, sin embargo, finalmente se había vuelto inevitable, necesitaba un descanso, y tal vez, comer algo.
Al entrar al pueblo me horroricé un poco por el aspecto de las pequeñas casas, todas tan lindas y decoradas de manera que parecían las pequeñas casas que aparecían en los libros que le leía a mi pequeña Maga cuando era pequeña, entre tantas cosas raras encontré una pequeña posada en la que podría quedarme a pasar el día, pero antes de ir por una habitación, decidí descansar un rato en la taberna, perteneciente a la misma posada, parecía ser un buen negocio, pues modestamente parecían darse sus buenos lujos.
Las paredes estaban muy bien decoradas con telas que no se veían nada económicas, la disposición de las mesas era muy diferente a esos cuchitriles que se veían frecuentemente, parecían complacidos de dar espacio a los clientes, para que pudieran disfrutar e incluso poder susurrar sin dudar de su privacidad, y la atención no estaba nada mal, definitivamente era un buen lugar.
Apenas entrar, una hermosa chica se acercó a mí para ofrecerme algo de tomar, y aunque habría preferido negarme, pues, por algo estaba ahí, a fin de cuentas, debía beber algo para no levantar sospechas -Sólo dame un vaso de lech...- Dije en un tono ligeramente bajo para que no se escuchara en el resto de la sala -¿Un vaso de qué? Disculpe- Me preguntó con mirada interrogante -De leche- Dije aún en voz baja pero estaba seguro de que había podido entenderme -¡¡Ah, leche, quiere leche!!- Repitió la mujer en el tono de voz más alto que pudo lograr mientras yo me cruzaba de brazos e intentaba poner una actitud de chico rudo -Sí, he dicho leche, si alguien tiene problemas con eso, puedo cambiar a una dieta más ruda- Dije mientras mostraba mis colmillos para luego volver a sentarme; aunque mantenía el rostro hacia el techo, estaba atento a cualquier movimiento de los presentes, o a cualquiera que pudiera entrar ahora.
Caminé bajo la joven noche sin saber en realidad cuánto o hasta dónde, me encontraba bastante perturbado por los eventos anteriores, iba sin rumbo, directo hacia el norte con el fin de cumplir una misión, pero antes, necesitaba tomar un descanso, el día no tardaría en llegar y no sería buena idea recibirlo al aire libre, fue así como de pronto me encontré frente a la pintoresca ciudad de Vulfufú, ese nombre era tan espantoso que incluso me había negado a venir durante años, por el simple hecho de no tener que pronunciar ese nombre, sin embargo, finalmente se había vuelto inevitable, necesitaba un descanso, y tal vez, comer algo.
Al entrar al pueblo me horroricé un poco por el aspecto de las pequeñas casas, todas tan lindas y decoradas de manera que parecían las pequeñas casas que aparecían en los libros que le leía a mi pequeña Maga cuando era pequeña, entre tantas cosas raras encontré una pequeña posada en la que podría quedarme a pasar el día, pero antes de ir por una habitación, decidí descansar un rato en la taberna, perteneciente a la misma posada, parecía ser un buen negocio, pues modestamente parecían darse sus buenos lujos.
Las paredes estaban muy bien decoradas con telas que no se veían nada económicas, la disposición de las mesas era muy diferente a esos cuchitriles que se veían frecuentemente, parecían complacidos de dar espacio a los clientes, para que pudieran disfrutar e incluso poder susurrar sin dudar de su privacidad, y la atención no estaba nada mal, definitivamente era un buen lugar.
Apenas entrar, una hermosa chica se acercó a mí para ofrecerme algo de tomar, y aunque habría preferido negarme, pues, por algo estaba ahí, a fin de cuentas, debía beber algo para no levantar sospechas -Sólo dame un vaso de lech...- Dije en un tono ligeramente bajo para que no se escuchara en el resto de la sala -¿Un vaso de qué? Disculpe- Me preguntó con mirada interrogante -De leche- Dije aún en voz baja pero estaba seguro de que había podido entenderme -¡¡Ah, leche, quiere leche!!- Repitió la mujer en el tono de voz más alto que pudo lograr mientras yo me cruzaba de brazos e intentaba poner una actitud de chico rudo -Sí, he dicho leche, si alguien tiene problemas con eso, puedo cambiar a una dieta más ruda- Dije mientras mostraba mis colmillos para luego volver a sentarme; aunque mantenía el rostro hacia el techo, estaba atento a cualquier movimiento de los presentes, o a cualquiera que pudiera entrar ahora.
Última edición por Bio el Lun 12 Oct - 3:44, editado 3 veces
Bio
Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Habían zonas de la provincia de Verisar que no había explorado aún, de modo que un buen día el niño de los ojos inquietantes decidió levantarse temprano, tomar unas provisiones y viajar. Los gorriones sabían que a veces le daba por hacer eso y, de hecho, nadie era prisionero de la Ratonera, todos podían emprender sus aventuras si así lo deseaban... y Demian así lo había deseado. Cuando tienes 12 años a veces simplemente te vienen impulsos de hacer cosas.
El problema de todo ello es que había subestimado la distancia, o bien su velocidad de viaje, pues había acabado llegando en plena noche. No es que para Demian la oscuridad fuese precisamente una fuente de terror, pero sabía que a veces la gente miraba con ojos extraños a un niño que decidiera andar a solas a esas horas. No es que le importara demasiado lo que opinaran de él, sin embargo tampoco gustaba mucho de llamar la atención.
Y, en efecto, si en algo era bueno era en pasar desapercibido, incluso si no usaba directamente sus ilusiones para cubrir su figura, Demian hacía buen uso de su baja estatura y su bajo peso para ser casi una sombra.
Fue así como entró a esa posada, no sin antes robar su monedero a una dama que parecía ir algo atrasada de vuelta a su hogar. Fue fácil pretender chocar con ella y usar una mezcla de ilusión y telekinesis para simplemente hacer levitar el objeto hasta su mismo bolsillo mientras se disculpaba por la torpeza.
Caminó en dirección a la barra, al fin y al cabo un viaje abría el apetito de cualquiera, en especial de alguien en desarrollo. Demian había oído que si no comía bien no crecería y eso ciertamente le preocupaba, así que esperaba obtener un plato de una buena comida caliente, aunque contemplar la escena de un vampiro ridiculizarse a sí mismo era una aceptable manera de esperar unos momentos más antes de saciar su barriga.
Había algo especial en la manera de moverse de Demian, era natural para él, incluso cuando no pretendía causar daño alguno, caminar como un animal de caza hacia su objetivo, desplazarse en puntos usualmente ciegos a la vista, por la espalda, silencioso, como si sus pasos no tocaran el suelo. Aquello en ocasiones aún asustaba a sus propios amigos, quienes conocían de sus... particularidades, pero aún así era un hábito difícil de quitar... de hecho no pretendía quitarlo.
Repitió por tanto el proceder con aquel sujeto que enseñaba sus colmillos como si eso fuera a causar una conmoción o como si realmente a todo mundo le interesara lo que bebería para fortalecer sus huesos. Claro, si los vampiros obtenían calcio de la leche... ¿no era la sangre su mejor alimento?, no lo sabía con certeza, su experiencia con vampiros se reducía a verlos intentar asesinarle o clavarles su daga por la espalda. Mas común lo último.
—Mi maestro solía decir, quien debe defender su hombría a viva voz es porque sus hechos o su actitud no le acompañan —dijo a sus espaldas, con su característico tono neutro, apagado, pero claramente audible dada su aún infantil voz.
Demian
Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
La verdad aquella mañana me había dormido plácidamente como casi todos los días cada mañana, ninguna de ellas me hacía despertar y en cierto modo lo agradecía, porque aborrecía el sol que me daba en la piel… aunque más que aborrecer era algo parecido a una añoranza y celos de otras personas, así que ese día por raro que fuera me desperté temprano, digamos que temprano para mí y para mí dulce belleza eran las 20:30 de la tarde o de la noche depende, claro de cómo se mirase.
Por eso aquella maravillosa noche hizo que me apeteciera caminar a la luz de la casi escasa luna, aunque como bien pensaba me daba igual, solo me apetecía salir y buscar una víctima de la cual alimentarme, para poder permanecer bien, sin hambre. Aunque antes de salir, me quede mirando la bolsita de caramelos caseros que a veces hacía, aunque no pudiera saciarme con la comida humana he de confesar que siempre me apetecía cocinarla, me encantaba poder cocina y oler los tipos diferentes de alimentos dejando su aroma en cualquier lugar, haciendo que cuando entrabas en la casa poco tiempo después de tales ritos culinarios el hogar en este caso se impregnara de su olor, sobre todo al cocinar con hierbas.
Así que sin más agarre un poco de dinero por si quería fingir que tomaba algo y salir sin prisas ni preocupaciones, pensando que aquella noche sería una gran noche. Eso es lo que me iba repitiendo para seguir con la moral alta y la verdad no podía quejarme porque poco tiempo después de salir a la caza de alguna moza o mozo, encontré cierto muchacho humano medio borracho que ya no se aguantaba de pie y como no, no pude evitar beber de él con disimulo como si solo estuviera susurrándole algo en el oído, para después darle un caramelo con una mirada inocente y largarme como quien no quiere la cosa, al menos le había dado algo de alimento para que no se desmayara por la falta de sangre, era alguien considerada.
Cuando encontré una posada aceptable, a mi gusto y como no a mi aceptación me puse cerca del fondo para que nadie me viera justo cuando me senté observe a un joven muchacho que hablaba exageradamente alto con la pobre camarera, cuando enseño sus colmillos me quede algo pensativa, yo nunca usaría mis colmillos es más nunca los delataría ya que era algo un poco vistoso a parte que quería hacerme pasar por humana al menos, mientras estaba allí para poder divertirme de los demás a su costa, aunque claro estaba que yo no parecía normal y que destacaba por mi largo y pálido cabello a conjuntado con mi piel pálida.
Aunque lo curioso no fue el muchacho en sí, si no el pequeño niño que se le acerco por detrás, he de confesar que en un visto y no visto se planto como quien no quería la cosa y eso hizo que sonriera por la curiosidad y las ganas de saber de aquel dúo tan pintoresco que llamaba más mi atención que otra cosa, así pues me levante y camine con lentitud hacía ellos cercándome al joven muchachito y saque mis caramelos.
-Hola pequeño duende, ¿te apetece un caramelo? – sonreí felinamente enseñando el brillo de mis ojos, pero sin enseñar los dientes pues siempre me horrorizaba sonreír ampliamente sin querer y clavarme uno de mis colmillos por error cosa que he de confesar me pasaba más a menudo de lo que pretendía aceptar.
Por eso aquella maravillosa noche hizo que me apeteciera caminar a la luz de la casi escasa luna, aunque como bien pensaba me daba igual, solo me apetecía salir y buscar una víctima de la cual alimentarme, para poder permanecer bien, sin hambre. Aunque antes de salir, me quede mirando la bolsita de caramelos caseros que a veces hacía, aunque no pudiera saciarme con la comida humana he de confesar que siempre me apetecía cocinarla, me encantaba poder cocina y oler los tipos diferentes de alimentos dejando su aroma en cualquier lugar, haciendo que cuando entrabas en la casa poco tiempo después de tales ritos culinarios el hogar en este caso se impregnara de su olor, sobre todo al cocinar con hierbas.
Así que sin más agarre un poco de dinero por si quería fingir que tomaba algo y salir sin prisas ni preocupaciones, pensando que aquella noche sería una gran noche. Eso es lo que me iba repitiendo para seguir con la moral alta y la verdad no podía quejarme porque poco tiempo después de salir a la caza de alguna moza o mozo, encontré cierto muchacho humano medio borracho que ya no se aguantaba de pie y como no, no pude evitar beber de él con disimulo como si solo estuviera susurrándole algo en el oído, para después darle un caramelo con una mirada inocente y largarme como quien no quiere la cosa, al menos le había dado algo de alimento para que no se desmayara por la falta de sangre, era alguien considerada.
Cuando encontré una posada aceptable, a mi gusto y como no a mi aceptación me puse cerca del fondo para que nadie me viera justo cuando me senté observe a un joven muchacho que hablaba exageradamente alto con la pobre camarera, cuando enseño sus colmillos me quede algo pensativa, yo nunca usaría mis colmillos es más nunca los delataría ya que era algo un poco vistoso a parte que quería hacerme pasar por humana al menos, mientras estaba allí para poder divertirme de los demás a su costa, aunque claro estaba que yo no parecía normal y que destacaba por mi largo y pálido cabello a conjuntado con mi piel pálida.
Aunque lo curioso no fue el muchacho en sí, si no el pequeño niño que se le acerco por detrás, he de confesar que en un visto y no visto se planto como quien no quería la cosa y eso hizo que sonriera por la curiosidad y las ganas de saber de aquel dúo tan pintoresco que llamaba más mi atención que otra cosa, así pues me levante y camine con lentitud hacía ellos cercándome al joven muchachito y saque mis caramelos.
-Hola pequeño duende, ¿te apetece un caramelo? – sonreí felinamente enseñando el brillo de mis ojos, pero sin enseñar los dientes pues siempre me horrorizaba sonreír ampliamente sin querer y clavarme uno de mis colmillos por error cosa que he de confesar me pasaba más a menudo de lo que pretendía aceptar.
Vanish
Aprendiz
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Había estado pendiente de la entrada mientras miraba una y otra vez el vaso de leche, a fin de cuentas no pensaba tomarlo, pero seguramente debía ser lo más barato que había en el lugar, y necesitaba consumir algo para justificar mi ocupación de la mesa, normalmente, mi plan sería mantener un bajo perfil para pasar desapercibido, pero esta vez, esta noche, algo era diferente, por alguna razón me sentía irritable, con un mal carácter que afloraba con facilidad, lo cual me recordaba a aquellos días en que Vic sangraba sin razón alguna y tenía drásticos cambios de humor que no se podían explicar bajo ningún concepto lógico ¿Me estaría ocurriendo lo mismo?
Un misterioso niño entró a la sala y fue directo a la barra, dejé la vista en la puerta por unos instantes esperando a que sus padres entraran tras él pero eso jamás sucedió, me costaba creer que el chico andaba solo, aunque tal vez vivía cerca del lugar, pues había entrado con bastante seguridad y confianza, definitivamente debía vivir cerca, posteriormente, entró una misteriosa rubia, había algo en ella que me resultaba perturbador, aunque por su mirada no parecía ser agresiva, ciertamente podía encontrar cierta malicia en sus ojos.
Mientras permanecía sentado, perdí de vista al enano por unos instantes, acababa de verlo en la barra y de pronto, nada, a pesar de ser solo un mocoso tenía una mirada inquietante, pero al final decidí que mi paranoia tampoco era algo normal, y tal vez le daba demasiada importancia a cosas que no la tenían, aunque escucharlo hablar detrás de mí, sí que tuvo importancia, al principio, no había asociado la voz con él, era lo primero que lo escuchaba decir, y vaya que había elegido las palabras indicadas para iniciar una mala relación, lo miré de reojo por encima del hombro aunque sin voltear directamente hacia atrás, fue entonces cuando noté que la rubia se encontraba junto a él -Estos niños de hoy en día, son todos unos filósofos galanes- Murmuré para mí mismo mientras volvía la vista a la puerta por donde entraba una jovencita que sin duda llamó la atención de casi todos los presentes, al parecer la conocían, por la forma como reaccionaron intentando discretamente alejarse.
La pequeña de cabello negro y tez muy blanca, caminó sin decir una palabra hasta el punto central frente a la barra, entonces sacó una pequeña navaja y dibujó en el piso una runa en un círculo, acto seguido cubrió la runa con su mano izquierda y dijo una palabra inentendible para mis oídos, tal vez por la distancia, pero su voz se había escuchado un poco distorcionada, luego de eso comenzó a repetir algunas palabras de forma melódica como si cantara una misteriosa canción.
Desconocía lo que había intentado hacer, pero el resto de los presentes se mantenían sin mover un solo cabello; fue entonces cuando entraron otros 4 sujetos, tres de ellos altos y fuertes, casi idénticos entre ellos salvo por sus cortes de cabello y los collares que portaban, pero físicamente parecían hermanos repetidos, el cuarto era muy diferente a estos, no era alto ni se veía fuerte; era de hecho, un poco obeso, de unos 200 Kg y un tamaño que no superaba el metro y medio, su ropa se veía bastante lujosa como para ser un ciudadano común y sus dientes, todos ellos, habían sido sustituidos por piedras brillantes y seguramente costosas -Mi papá... Mi papá... Papaci... Pacien... Papacie- Intentaba hablar el gordito cuando fue interrumpido por uno de los hombres que lo acompañaban -Su paciencia, es corta, queremos el dinero que nos debes- Dijo en tono rudo mientras señalaba al que parecía ser el dueño de la posada y la taberna -Les pagaré, lo juro Señor Dux, solo necesito un par de días para conseguir el dinero- Dijo el asustado hombre mostrando bastante miedo hacia lo que pudieran hacer aquellos sujetos aunque ninguno de ellos parecía andar armado.
Mientras la conversación se llevaba a cabo, el resto de las personas permanecían quietos, como si tuvieran un gran temor a esos sujetos, tal vez quienes los conocían, sabían lo que eran capaces de hacer, mientras yo por mi parte, no tenía ni idea de que fueran peligrosos o no -(¿Por qué nadie les hace frente?)- Pensé mientras veía como uno de los grandulones se acercaba a mi mesa mirando mi vaso de leche con una sonrisa burlona -¿Leche?- Dijo con desprecio mientras golpeaba el vaso y lo arrojaba sobre mí, definitivamente deseaba meterse en problemas -¿Quieres que sea personal?- Murmuré casi para mí mismo mientras intentaba levantarme de la silla pero antes de lograrlo el sujeto caminó un poco más para quedarse mirando al niño y la extraña mujer -Señora, no debe traer a su hijo a lugares como éste- Dijo a la mujer que se encontraba ofreciendo dulces al chico; yo de momento, preferí esperar y ver lo que planeaban, tal vez por esta vez debía seguir los consejos de Niniel y reunir información en vez de intentar algún plan suicida..
El Señor Dux levantó su mano señalando a la chica que me había dado la leche, a lo que el otro fortachón reaccionó de inmediato y la levantó del piso con una mano para luego llevarla cargada hasta la salida -La popó... La popó... La popodrás encococontrar... Cucu... Cucu... Cucuando me papagues...- Logró decir el sujeto con dificultad mientras la misteriosa banda se dirigía a la salida; la pequeña de la runa fue la última en salir, y al poco instante de irse, comenzaban a susurrar lo afortunados que eran por estar vivos, me costaba creer que realmente fueran tan peligrosos, si eran solo algunos y había más de una docena de hombres en la sala -Mi hija- Exclamó el hombre de la barra mientras se dejaba caer de rodillas al suelo, yo al menos, con tanto alboroto ya no tendría que pagar la leche, pero ese sujeto lo había convertido en algo personal, debía desquitarme de alguna forma, aunque primero me aseguraría de poder irme sin pagar...
Un misterioso niño entró a la sala y fue directo a la barra, dejé la vista en la puerta por unos instantes esperando a que sus padres entraran tras él pero eso jamás sucedió, me costaba creer que el chico andaba solo, aunque tal vez vivía cerca del lugar, pues había entrado con bastante seguridad y confianza, definitivamente debía vivir cerca, posteriormente, entró una misteriosa rubia, había algo en ella que me resultaba perturbador, aunque por su mirada no parecía ser agresiva, ciertamente podía encontrar cierta malicia en sus ojos.
Mientras permanecía sentado, perdí de vista al enano por unos instantes, acababa de verlo en la barra y de pronto, nada, a pesar de ser solo un mocoso tenía una mirada inquietante, pero al final decidí que mi paranoia tampoco era algo normal, y tal vez le daba demasiada importancia a cosas que no la tenían, aunque escucharlo hablar detrás de mí, sí que tuvo importancia, al principio, no había asociado la voz con él, era lo primero que lo escuchaba decir, y vaya que había elegido las palabras indicadas para iniciar una mala relación, lo miré de reojo por encima del hombro aunque sin voltear directamente hacia atrás, fue entonces cuando noté que la rubia se encontraba junto a él -Estos niños de hoy en día, son todos unos filósofos galanes- Murmuré para mí mismo mientras volvía la vista a la puerta por donde entraba una jovencita que sin duda llamó la atención de casi todos los presentes, al parecer la conocían, por la forma como reaccionaron intentando discretamente alejarse.
La pequeña de cabello negro y tez muy blanca, caminó sin decir una palabra hasta el punto central frente a la barra, entonces sacó una pequeña navaja y dibujó en el piso una runa en un círculo, acto seguido cubrió la runa con su mano izquierda y dijo una palabra inentendible para mis oídos, tal vez por la distancia, pero su voz se había escuchado un poco distorcionada, luego de eso comenzó a repetir algunas palabras de forma melódica como si cantara una misteriosa canción.
Desconocía lo que había intentado hacer, pero el resto de los presentes se mantenían sin mover un solo cabello; fue entonces cuando entraron otros 4 sujetos, tres de ellos altos y fuertes, casi idénticos entre ellos salvo por sus cortes de cabello y los collares que portaban, pero físicamente parecían hermanos repetidos, el cuarto era muy diferente a estos, no era alto ni se veía fuerte; era de hecho, un poco obeso, de unos 200 Kg y un tamaño que no superaba el metro y medio, su ropa se veía bastante lujosa como para ser un ciudadano común y sus dientes, todos ellos, habían sido sustituidos por piedras brillantes y seguramente costosas -Mi papá... Mi papá... Papaci... Pacien... Papacie- Intentaba hablar el gordito cuando fue interrumpido por uno de los hombres que lo acompañaban -Su paciencia, es corta, queremos el dinero que nos debes- Dijo en tono rudo mientras señalaba al que parecía ser el dueño de la posada y la taberna -Les pagaré, lo juro Señor Dux, solo necesito un par de días para conseguir el dinero- Dijo el asustado hombre mostrando bastante miedo hacia lo que pudieran hacer aquellos sujetos aunque ninguno de ellos parecía andar armado.
Mientras la conversación se llevaba a cabo, el resto de las personas permanecían quietos, como si tuvieran un gran temor a esos sujetos, tal vez quienes los conocían, sabían lo que eran capaces de hacer, mientras yo por mi parte, no tenía ni idea de que fueran peligrosos o no -(¿Por qué nadie les hace frente?)- Pensé mientras veía como uno de los grandulones se acercaba a mi mesa mirando mi vaso de leche con una sonrisa burlona -¿Leche?- Dijo con desprecio mientras golpeaba el vaso y lo arrojaba sobre mí, definitivamente deseaba meterse en problemas -¿Quieres que sea personal?- Murmuré casi para mí mismo mientras intentaba levantarme de la silla pero antes de lograrlo el sujeto caminó un poco más para quedarse mirando al niño y la extraña mujer -Señora, no debe traer a su hijo a lugares como éste- Dijo a la mujer que se encontraba ofreciendo dulces al chico; yo de momento, preferí esperar y ver lo que planeaban, tal vez por esta vez debía seguir los consejos de Niniel y reunir información en vez de intentar algún plan suicida..
El Señor Dux levantó su mano señalando a la chica que me había dado la leche, a lo que el otro fortachón reaccionó de inmediato y la levantó del piso con una mano para luego llevarla cargada hasta la salida -La popó... La popó... La popodrás encococontrar... Cucu... Cucu... Cucuando me papagues...- Logró decir el sujeto con dificultad mientras la misteriosa banda se dirigía a la salida; la pequeña de la runa fue la última en salir, y al poco instante de irse, comenzaban a susurrar lo afortunados que eran por estar vivos, me costaba creer que realmente fueran tan peligrosos, si eran solo algunos y había más de una docena de hombres en la sala -Mi hija- Exclamó el hombre de la barra mientras se dejaba caer de rodillas al suelo, yo al menos, con tanto alboroto ya no tendría que pagar la leche, pero ese sujeto lo había convertido en algo personal, debía desquitarme de alguna forma, aunque primero me aseguraría de poder irme sin pagar...
Off: Editado =)
La canción que canta la niña es una especie de protección para los sujetos fuertes, que les da una gran resistencia física por si alguien intenta atacarlos
Última edición por Bio el Jue 8 Oct - 5:36, editado 1 vez
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
El vampiro reaccionó tratando de mostrar desprecio, mirando apenas de reojo y hablando a la mujer como si el chico no estuviera presente, pero Demian tuvo una pequeña sonrisa. Nada muy notorio claro, al fin y al cabo su rostro no estaba acostumbrado a cambiar mucho, pero en su interior tuvo un sentimiento de victoria. Cuando eres niño y te sales con la tuya de reírte de un adulto, pues hay un poco de gozo.
Pero no siguió con eso porque alguien le interrumpió, una mujer que le habló, ofreciendo unos dulces. Aquello lo dejó por unos instantes anonadado, la gente tendía a mirarlo mal y él a ellos, no andaba muy limpio, después de todo era prácticamente un niño de la calle, no sonreía y jugueteaba por allí y ya no era tan pequeño para que le perdonaran todo.
—Ehmm... claro —contestó, aunque con cierta desconfianza. Para alguien que ha sido entrenado para asesinar es importante no confiar mucho en la gente.
Aún así las sorpresas siguieron, pues un grupo hizo su entrada dejando muy pronto en claro que no pretendían ser discretos. Un gordo parecía ser el líder, uno que parecía querer propagar a los 4 vientos que era importante. 'Tengo dinero, como todo lo que quiero, la gente me hace caso' todo eso parecía ir en una especie de cartel sobre su cabeza.
Para Demian aquello resultaba muy tentador, la imagen de enterrar sus dagas en esa gorda barriga y demostrarle que era como todos pasó por su mente, pero no lo intentaría, no era un idiota que buscara arriesgarse por nada. Más llamó su atención la niña. Él no era un experto en el arte de los arcanos, sólo tenía los conocimientos básicos, por lo que no alcanzaba a comprender la avanzada técnica que parecía llevarse a cabo, pero tomó nota mental de la runa utilizada, quizás algún día le serviría.
Uno de los fortachones se acercó al vampiro y agregó más sal a la herida, arrojándole el vaso de leche encima. ¿Es que era posible que ese vampiro fuera humillado más?, ya Demian hasta comenzaba a sentir compasión por él. Sí, compasión, aquel sentimiento por el que había trabajado tanto, que no le era natural, pero que había aprendido a entender.
Sin embargo, como buen gorrión, no dejaría pasar una oportunidad así. Alguien en una posición así no era ciertamente un pobretón, seguro le pagaban por sus servicios, por lo que los ojos de Demian no se fijaron en su rostro cuando le habló a la mujer, sino que en sus ropas. Más concretamente, sus entrenados ojos se fijaron en sus bolsillos.
Crear la ilusión fue pan comido, a estas alturas Demian era capaz de hacer ilusiones de cuerpo completo, de modo que sólo ocultar su brazo era de lo más sencillo. El truco era simple, crear una copia ilusoria de su brazo, que permanecería inmóvil junto a su cuerpo, mientras el verdadero era cubierto por invisibilidad.
Extendió su mano hasta el bolsillo y, con la destreza entrenada durante todo este tiempo de robos casi diarios, sus pequeños y delgados dedos hicieron un trabajo tan fino como la seda en sacar lo que había en su interior y luego ocultarlo rápidamente en la misma ilusión del brazo.
Mientras los matones se retiraban y la niña hacía lo mismo, Demian guardó la bolsita que había sacado del bolsillo del fortachón en el suyo propio y extrajo de allí una moneda, la que puso sobre la barra como si nada hubiera pasado.
—Yo también quiero un vaso de leche —dijo.
Al fin y al cabo, había oído muchas veces que era bueno beber leche para crecer y, a estas alturas, comenzaba a preocuparse de que jamás alcanzaría una estatura normal.
Demian
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Una vez que los sujetos salieron de la taberna todo parecía querer volver a la normalidad, aunque el rostro de preocupación del dueño de la taberna era todo un poema, se veía realmente preocupado, al levantarme de mi silla dispuesto a seguir a los sujetos me detuve un instante al ver que el niño se acercaba a la barra a pedir un vaso de ¿Leche?; el tabernero se acercó al chico con cierta indignación en su mirada, tomó la moneda y le sirvió solo la mitad del vaso de leche -Toma eso y vete, éste no es lugar para mocosos- Le dijo en tono despectivo mientras lo miraba de arriba abajo.
Justo entonces, un golpe sacudió la puerta que se abrió de tal manera que finalizó en un crujido de madera rota, uno de los sujetos de antes había regresado y por alguna razón parecía estar furioso -¡¡No sé cómo, ni quien, pero alguien me ha robado!!- Su rostro confuso dejaba saber que no estaba completamente seguro de lo que afirmaba, pero era de esos hombres tercos que siempre necesitan a un culpable para sentirse satisfechos, y no se detendría hasta desquitarse con alguien -Fuiste tú, me rozaste cuando entré- Dijo a uno de los que se encontraban más cerca de la puerta, tras lo cual, lo tomó por el cuello y lo levantó con una mano para luego lanzarlo al piso y patearlo un par de veces, aunque eso no lo detuvo, sin siquiera intentar comprobar que su acusación era cierta, pateó en el pecho a otro hombre, uno de avanzada edad que sin poder resistir el golpe se fue al piso con severas muestras de dolor -Han sido todos- Dijo mientras observaba con una mirada llena de paranoia -Se burlan de mí, lo sé, lo sé, todos lo hacen- Sujetó con fuerza una mesa para luego voltearla; un par de hombres robustos se levantaron para hacerle frente pero sin dificultar sujetó a ambos por la cabeza estrellándolos entre ellos y dejándolos aturdidos, tambaleándose unos instantes hasta que finalmente se fueron al suelo.
La situación se estaba poniendo fea, pero a fin de cuentas era la mejor oportunidad para desquitarme por el vaso de leche, así que me desplacé hasta la pared, caminando por el borde de la sala intentando rodearlo y llegarle por detrás, imaginaba que por fuerza bruta no lograría igualarlo, pero tal vez, con un golpe preciso no sería difícil de eliminar, aunque eso a su vez suponía otro riesgo, pues al extrañarlo, sus compañeros vendrían por él -Cálmate, nadie te ha robado nada- Dijo el dueño del local intentando calmarlo antes que destruyera todo el lugar -Son ustedes quienes me han robado a mi hija- Acusó con desprecio, aunque manteniendo cierto cuidado para no hablar de más -¡¡Mataré a todos si no aparecen mis monedas y el collar!!- Gritó mientras levantaba otra de las mesas y la lanzaba de modo que quedara obstruyendo la entrada de modo que nadie lograra escapar, aunque no había sido tan eficiente como esperaba pues la mesa acabó por quedar a un lado de la puerta y no frente a ella.
Entre el alboroto me había ubicado cómodamente a un lado del furioso agresor, aunque aún mantenía una distancia prudencial mientras aguardaba un punto ciego que me permitiera neutralizarlo, de ser posible, con un único y efectivo ataque...
Justo entonces, un golpe sacudió la puerta que se abrió de tal manera que finalizó en un crujido de madera rota, uno de los sujetos de antes había regresado y por alguna razón parecía estar furioso -¡¡No sé cómo, ni quien, pero alguien me ha robado!!- Su rostro confuso dejaba saber que no estaba completamente seguro de lo que afirmaba, pero era de esos hombres tercos que siempre necesitan a un culpable para sentirse satisfechos, y no se detendría hasta desquitarse con alguien -Fuiste tú, me rozaste cuando entré- Dijo a uno de los que se encontraban más cerca de la puerta, tras lo cual, lo tomó por el cuello y lo levantó con una mano para luego lanzarlo al piso y patearlo un par de veces, aunque eso no lo detuvo, sin siquiera intentar comprobar que su acusación era cierta, pateó en el pecho a otro hombre, uno de avanzada edad que sin poder resistir el golpe se fue al piso con severas muestras de dolor -Han sido todos- Dijo mientras observaba con una mirada llena de paranoia -Se burlan de mí, lo sé, lo sé, todos lo hacen- Sujetó con fuerza una mesa para luego voltearla; un par de hombres robustos se levantaron para hacerle frente pero sin dificultar sujetó a ambos por la cabeza estrellándolos entre ellos y dejándolos aturdidos, tambaleándose unos instantes hasta que finalmente se fueron al suelo.
La situación se estaba poniendo fea, pero a fin de cuentas era la mejor oportunidad para desquitarme por el vaso de leche, así que me desplacé hasta la pared, caminando por el borde de la sala intentando rodearlo y llegarle por detrás, imaginaba que por fuerza bruta no lograría igualarlo, pero tal vez, con un golpe preciso no sería difícil de eliminar, aunque eso a su vez suponía otro riesgo, pues al extrañarlo, sus compañeros vendrían por él -Cálmate, nadie te ha robado nada- Dijo el dueño del local intentando calmarlo antes que destruyera todo el lugar -Son ustedes quienes me han robado a mi hija- Acusó con desprecio, aunque manteniendo cierto cuidado para no hablar de más -¡¡Mataré a todos si no aparecen mis monedas y el collar!!- Gritó mientras levantaba otra de las mesas y la lanzaba de modo que quedara obstruyendo la entrada de modo que nadie lograra escapar, aunque no había sido tan eficiente como esperaba pues la mesa acabó por quedar a un lado de la puerta y no frente a ella.
Entre el alboroto me había ubicado cómodamente a un lado del furioso agresor, aunque aún mantenía una distancia prudencial mientras aguardaba un punto ciego que me permitiera neutralizarlo, de ser posible, con un único y efectivo ataque...
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Su cara era tan tranquila como siempre, pero así como un pato parece quieto mientras nada, siendo sus piernas bajo el agua las que hacen el trabajo, así también Demian no mostraba en la superficie lo que pasaba por su cabeza.
No le gustaba que lo despreciaran, mucho menos cuando estaba siendo completamente amable, incluso había pagado por ese vaso de leche como para que lo trataran así, además, ¿qué estupidez era esa sobre que no era lugar para mocosos?, ¿acaso no se encontraba en una posada?, ¿acaso en las posadas no se hospedaban los niños?.
Todo el drama que vino de manera posterior no le parecía relevante, si los adultos querían maltratarse y gritarse no era su problema, aún si era debido a su robo. "Tómalo como un hombre y acepta que fui mejor que tú, grandulón" pensó para sí.
Mientras el hombre tras la barra gritaba al agresor y su atención estaba en otro lado tuvo su venganza, con su particular sigilo y tomando ventaja de su capacidad ilusoria para ocultar la botellita que sacaba de su brazalete vertió una gota de veneno en una botella de licor sobre la barra. Una cantidad tan pequeña de veneno no mataría a nadie, salvo que uno sólo bebiera la botella completa, e incluso así podía salvarse. No pretendía matar a nadie, sino que los clientes tuvieran una diarrea que recordarían por un buen tiempo y con ello se quejaran de que los productos eran de mala calidad.
Echa su alteración del licor, puso mayor atención a lo que ocurría. El vampiro de la leche estaba a una buena distancia, cerca del agresor, lo que le daba una idea para realizar una segunda venganza. El vampiro le había mirado en menos, le había tratado como alguien de poco valor y, a fin de cuentas, se hallaba de humor para causar algunas "bromas".
Un ilusionista tenía una cualidad muy desarrollada, el poder imitar lo que percibía con gran precisión. De eso se trataba la magia de ilusión, de poner atención completa a los otros y memorizar lo que hacían, memorizar sus gestos, su apariencia... y su voz.
Por la neutralidad de su rostro era difícil saber que en su interior se moría de la risa por todo el enredo causado, pero en especial por lo que ahora contribuiría a realizar. Fue sencillo, sólo tuvo que concentrarse en recordar la voz del vampiro cuando le había hablado y usar su magia.
La ilusión fue sencilla, no incluía imágenes ni efectos luminosos, tampoco ocultaba nada, sino que era sólo sonido. Las ilusiones que mezclaban distintos sentidos eran complejas, pero las de uno sólo eran sencillas, en especial cuando eran dirigidas a un sólo individuo.
El agresor escucharía la siguiente frase "Oye idiota, ¿por qué no enfrentas a alguien de tu tamaño?, yo tengo tu collar... ¿y qué?", pero lo más llamativo es que sería como si la hubiera pronunciado el vampiro, desde su dirección. Por otro lado, el resto de los presentes no escucharía nada especial.
Demian se apoyó en la barra bebiendo lentamente su vaso de leche, como un espectador dispuesto a presenciar un show a punto de comenzar.
Demian
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El silencio se había fugado de la sala que ahora estaba sumida en la tensión que producía la actitud agresiva del hombre, mantenía mi atención enfocada en el fortachón sin alcanzar a percatarme de otras cosas que sucedían al mismo tiempo, como las intenciones del niño que se había acercado a la botella aunque sin llegar a hacer nada aparentemente, simplemente se quedó mirando hacia nosotros; extrañamente el sujeto comenzó a mirarme con profundo rencor, a pesar de haberme movido de la manera más discreta intentando no llamar su atención, al parecer había descubierto mis intenciones de embestirlo en un descuido -Así que eres el culpable, y lo admites- Dijo el hombre mientras se acercaba más a la barra donde un tembloroso hombre intentaba tomar esa misteriosa botella que llevaba rato esperando ser ingerida -Ya descubrirás quién soy- Dijo el hombre mientras arrancaba de las manos del otro hombre, la botella, para luego beberla casi toda de un solo impulso sin detenerse ni para tomar aire, una vez acabada su demostración de arrogancia y poder se limpió la boca deslizando sobre sus labios todo su antebrazo izquierdo para luego romper la botella contra la barra para usarla a modo de arma punzante.
Miré hacia los lados y hacia atrás con la esperanza de que se dirigiera a alguien más, pero no parecía ser el caso, me señaló con el filo de la botella mientras hablaba de manera amenazante -No tienes idea de quién soy- Dijo cada vez más furioso -Entrégame el collar o lo pagarás con tu vida- Continuó hablando mientras avanzaba apartando violentamente cualquier obstáculo para llegar directo hacia mí -No sé de qué hablas- Dije mientras levantaba una ceja y daba un par de pasos hacia atrás hasta sentir en mi espalda la pared, el fin del camino, ahora no tendría más opciones que enfrentarlo, aunque misteriosamente algo comenzó a pasarle; llevó rápidamente las manos a su estómago y luego a su trasero; parecía haber comenzado a padecer un fuerte dolor de estómago, sin embargo en su estado de furia intentaba disimularlo -Entrégame el...- Detuvo sus palabras y cerró sus ojos mientras se inclinaba un poco hacia adelante; lo miré extrañado sin tener idea alguna de lo que estaba sucediendo, un par de gritos de dolor agravaron el momento de incertidumbre pero luego un intenso olor sirvió para aclarar la situación, y la realidad resultaba ser bastante asquerosa.
Intenté acercarme para neutralizarlo de un golpe pero el olor no me dejó acercarme, era todo un calvario para mi sentido del olfato y aunque el sujeto cayó al piso boca abajo, completamente pálido y sudado, tras desmayarse, el olor seguía saliendo con cada vez más intensidad -¿Qué rayos tiene por dentro?- Murmuré con un poco de sarcasmo mientras los clientes nerviosos buscaban desesperadamente salir de la sala; la mayoría lo consiguieron, pero unos pocos volvieron sobre sus pasos al ver llegar a los mismos sujetos que habían venido antes, al parecer habían regresado en busca de su compañero -¿Qué le han hecho?- Dijo uno de los hombres mientras el otro acudía para tratar de levantar a su compañero aunque al final también sería víctima del insoportable olor -Que horror- Dijo uno de los sujetos al que luego siguió la pregunta del otro -¿Y quién ha sido?- Nos habíamos librado de uno por causas desconocidas y ahora nos tocaría enfrentarnos a dos a la vez, al mismo tiempo, unas conocidas voces en el exterior de la taberna hicieron suponer que se había regresado todo el grupo, pero el gordito seguía afuera ignorando la batalla que estaba por explotar adentro, tal vez debido a que hasta ahora nadie se les había enfrentado de ninguna manera... Hasta ahora...
Miré hacia los lados y hacia atrás con la esperanza de que se dirigiera a alguien más, pero no parecía ser el caso, me señaló con el filo de la botella mientras hablaba de manera amenazante -No tienes idea de quién soy- Dijo cada vez más furioso -Entrégame el collar o lo pagarás con tu vida- Continuó hablando mientras avanzaba apartando violentamente cualquier obstáculo para llegar directo hacia mí -No sé de qué hablas- Dije mientras levantaba una ceja y daba un par de pasos hacia atrás hasta sentir en mi espalda la pared, el fin del camino, ahora no tendría más opciones que enfrentarlo, aunque misteriosamente algo comenzó a pasarle; llevó rápidamente las manos a su estómago y luego a su trasero; parecía haber comenzado a padecer un fuerte dolor de estómago, sin embargo en su estado de furia intentaba disimularlo -Entrégame el...- Detuvo sus palabras y cerró sus ojos mientras se inclinaba un poco hacia adelante; lo miré extrañado sin tener idea alguna de lo que estaba sucediendo, un par de gritos de dolor agravaron el momento de incertidumbre pero luego un intenso olor sirvió para aclarar la situación, y la realidad resultaba ser bastante asquerosa.
Intenté acercarme para neutralizarlo de un golpe pero el olor no me dejó acercarme, era todo un calvario para mi sentido del olfato y aunque el sujeto cayó al piso boca abajo, completamente pálido y sudado, tras desmayarse, el olor seguía saliendo con cada vez más intensidad -¿Qué rayos tiene por dentro?- Murmuré con un poco de sarcasmo mientras los clientes nerviosos buscaban desesperadamente salir de la sala; la mayoría lo consiguieron, pero unos pocos volvieron sobre sus pasos al ver llegar a los mismos sujetos que habían venido antes, al parecer habían regresado en busca de su compañero -¿Qué le han hecho?- Dijo uno de los hombres mientras el otro acudía para tratar de levantar a su compañero aunque al final también sería víctima del insoportable olor -Que horror- Dijo uno de los sujetos al que luego siguió la pregunta del otro -¿Y quién ha sido?- Nos habíamos librado de uno por causas desconocidas y ahora nos tocaría enfrentarnos a dos a la vez, al mismo tiempo, unas conocidas voces en el exterior de la taberna hicieron suponer que se había regresado todo el grupo, pero el gordito seguía afuera ignorando la batalla que estaba por explotar adentro, tal vez debido a que hasta ahora nadie se les había enfrentado de ninguna manera... Hasta ahora...
Última edición por Bio el Sáb 10 Oct - 5:07, editado 1 vez
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Las cosas habían tomado un giro inesperado, con el matón bebiendo de la botella envenenada. Se suponía que de allí bebería mucha gente, por lo que el veneno no haría nada muy grave, pero siendo uno sólo y habiendo bebido todo ello tan de golpe, más el efecto del alcohol... Demian definitivamente no quería saber lo que aquello se sentía, aunque pronto fue para todos los presentes evidente, especialmente mediante el sentido del olfato.
Demian bebía divertido de su vaso de leche, a pesar de la seriedad, o más bien neutralidad de su rostro, pero aún quedaba un poco de problemas por causar, después de todo el vampiro la había sacado barata y no pretendía esperar a que aquellos sujetos las agarraran contra todos los presentes.
Por supuesto, repetir el truco usado con anterioridad sonaba a la idea más fácil, sin embargo tampoco deseaba que los matones acabaran muy enojados, lo que suponía un problema. Optó por una medida un tanto más intermedia.
En primer lugar, usó una ilusión sonora directamente a uno de los dos agresores, al que se había agachado, haciéndole oír la siguiente frase: "Que bueno que se ha muerto, siempre lo he odiado" usando la voz de su compañero, mientras que al segundo le hizo oír algo distinto, una frase que decía "yo he sido, ¿algún problema?, haré lo mismo con vosotros", claro que en este caso la voz usada era la del vampiro.
Esperaba causar tanto una pelea con el vampiro como una pelea interna entre ellos, o al menos una gran confusión de que ambos reaccionaran a estímulos muy diferentes.
Para hacer el asunto más fácil y creíble se escondió en un rincón, detrás de unas sillas, pretendiendo ser uno más de los clientes asustadizos, como otros tantos que hace rato habían dejado de mostrar agallas. Después de todo era un niño, era la reacción natural, ¿no?
Claro que sus manos no quedaron ociosas y, tapado por una de las sillas, asomó ligeramente el fino escalpelo escondido en una de sus muñequeras y vertió en su filo unas gotas más del veneno. Si las cosas no resultaban tan favorables como había planeado al menos estaría listo.
Terminó de beber el vaso de leche, lamentando que sólo hubiese estado medio lleno.
Demian
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La noche aún era joven, pero parecía que había demorado una eternidad en pasar, los eventos sucedían uno tras otro mientras la mayoría de los presentes, completamente desconcertados, se miraban unos a otros, y más con el desagradable olor que ahora se desprendía del cuerpo del matón que se encontraba aparentemente desmayado en el piso, algunos de los presentes comenzaban a evidenciar sus nauseas llevando las manos a su boca para contenerse, aunque era claro que solo retrasaban lo inevitable y en algún momento acabaría por suceder.
Al entrar los otros sujetos me alejé un poco del cuerpo del hombre caído; sus compañeros parecían algo desconcertados, pues era un hombre bastante robusto y que jamás le habían conocido enfermedad alguna, difícilmente alguna podría haberlo matado de manera tan fácil; aquellos musculosos sujetos nos miraban a todos con profundo rencor pero de pronto uno de ellos detuvo en seco todos sus movimientos mientras miraba de reojo a su compañero que se encontraba de pie; tal como si lo hubiese escuchado decir algo pero mi oído era bastante bueno como para que algún detalle escapara estando tan concentrado, la mirada del que comenzaba a levantarse se llenó de ira contra su compañero aunque éste estaba distraído en algo más, había fijado su vista en mí; de una manera nada amigable -¿Qué has dicho? ¡Canalla! ¡¡Repítelo!!- Me dijo casi a gritos mientras se acercaba de prisa hacia mí.
Levanté una ceja ante la acusación que me había dejado bastante extrañado -Yo no he dicho nada- Dije mientras levantaba las manos para tratar de calmarlo pero al mismo tiempo me servían para estar preparado ante cualquier ataque inesperado -Acábalo Mike, mataremos a todos para vengar a nuestro amigo- Dijo el que apenas terminaba de levantarse a un lado del cuerpo de su amigo, aunque algo en su mirada delataba que no comprendía del todo lo que sucedía, yo por mi parte comenzaba a sacar conclusiones, al parecer los sujetos escuchaban cosas que yo no había dicho, mi maestro solía usar algunos trucos mentales para manipular y confundir a otros, ¿Acaso había en la sala otro vampiro con capacidades telepáticas? Di un rápido vistazo a os presentes que fue interrumpido por un grito del matón que había ido a buscarme convencido de que yo había dicho algo en su contra; tras el grito, un fuerte puñetazo se dirigió directo a mi cara y aunque conseguí bloquearlo con ambas manos, la fuerza del golpe me empujó hacia atrás haciendo que mi espalda golpeara fuerte contra la pared -¿Crees que puedes engañarme con este teatro? Mike- Dijo el otro tipejo desde atrás -Pareces estar muy feliz de que haya muerto- Acusó con voz inquisitoria al ahora confundido Mike -¿De qué rayos hablas? Preguntó el grandote olvidándose de mí por un instante -No juegues conmigo, he oído lo que dijiste- Acusó severamente mientras corría y se lanzaba contra su propio compañero llevándolo contra la pared de donde apenas, más por reflejos que por habilidad o capacidad de reacción, conseguí apartarme para evitar ser aplastado.
Rodé por el piso hasta casi caer bajo una mesa; observé de nuevo a los presentes en busca del posible mentalista en la sala, tal vez ese hombre de barbas rojas, se veía maduro y callado, con la edad que aparentaba seguramente habría vivido y aprendido de muchas experiencias, era hasta ahora el principal sospechoso; me dispuse a llegar hacia él mientras detallaba algunas otras opciones, siempre pasando por alto al misterioso niño, a su edad, difícilmente podría tener tales habilidades cuando incluso a mí me había resultado imposible hasta ahora la telepatía; pero al intentar acercarme al barbudo sospechoso, salté a un lado rodando de nuevo en el piso para evitar que los grandulones que ahora peleaban entre ellos me aplastaran; finalmente logré llegar a donde el barbudo y lo tomé violentamente por el cuello apretándolo para estrangularlos, aunque me sorprendí al notar que en su boca, ahora abierta, no había colmillos -(¿Un simple humano? ¿Entonces quién hace esto?)- Pensé mientras lo soltaba dejándolo caer sobre la mesa junto a la que estaba para luego apartarme de los sujetos que por mala suerte parecían decididos a pelear entre ellos justo encima de mí.
Al entrar los otros sujetos me alejé un poco del cuerpo del hombre caído; sus compañeros parecían algo desconcertados, pues era un hombre bastante robusto y que jamás le habían conocido enfermedad alguna, difícilmente alguna podría haberlo matado de manera tan fácil; aquellos musculosos sujetos nos miraban a todos con profundo rencor pero de pronto uno de ellos detuvo en seco todos sus movimientos mientras miraba de reojo a su compañero que se encontraba de pie; tal como si lo hubiese escuchado decir algo pero mi oído era bastante bueno como para que algún detalle escapara estando tan concentrado, la mirada del que comenzaba a levantarse se llenó de ira contra su compañero aunque éste estaba distraído en algo más, había fijado su vista en mí; de una manera nada amigable -¿Qué has dicho? ¡Canalla! ¡¡Repítelo!!- Me dijo casi a gritos mientras se acercaba de prisa hacia mí.
Levanté una ceja ante la acusación que me había dejado bastante extrañado -Yo no he dicho nada- Dije mientras levantaba las manos para tratar de calmarlo pero al mismo tiempo me servían para estar preparado ante cualquier ataque inesperado -Acábalo Mike, mataremos a todos para vengar a nuestro amigo- Dijo el que apenas terminaba de levantarse a un lado del cuerpo de su amigo, aunque algo en su mirada delataba que no comprendía del todo lo que sucedía, yo por mi parte comenzaba a sacar conclusiones, al parecer los sujetos escuchaban cosas que yo no había dicho, mi maestro solía usar algunos trucos mentales para manipular y confundir a otros, ¿Acaso había en la sala otro vampiro con capacidades telepáticas? Di un rápido vistazo a os presentes que fue interrumpido por un grito del matón que había ido a buscarme convencido de que yo había dicho algo en su contra; tras el grito, un fuerte puñetazo se dirigió directo a mi cara y aunque conseguí bloquearlo con ambas manos, la fuerza del golpe me empujó hacia atrás haciendo que mi espalda golpeara fuerte contra la pared -¿Crees que puedes engañarme con este teatro? Mike- Dijo el otro tipejo desde atrás -Pareces estar muy feliz de que haya muerto- Acusó con voz inquisitoria al ahora confundido Mike -¿De qué rayos hablas? Preguntó el grandote olvidándose de mí por un instante -No juegues conmigo, he oído lo que dijiste- Acusó severamente mientras corría y se lanzaba contra su propio compañero llevándolo contra la pared de donde apenas, más por reflejos que por habilidad o capacidad de reacción, conseguí apartarme para evitar ser aplastado.
Rodé por el piso hasta casi caer bajo una mesa; observé de nuevo a los presentes en busca del posible mentalista en la sala, tal vez ese hombre de barbas rojas, se veía maduro y callado, con la edad que aparentaba seguramente habría vivido y aprendido de muchas experiencias, era hasta ahora el principal sospechoso; me dispuse a llegar hacia él mientras detallaba algunas otras opciones, siempre pasando por alto al misterioso niño, a su edad, difícilmente podría tener tales habilidades cuando incluso a mí me había resultado imposible hasta ahora la telepatía; pero al intentar acercarme al barbudo sospechoso, salté a un lado rodando de nuevo en el piso para evitar que los grandulones que ahora peleaban entre ellos me aplastaran; finalmente logré llegar a donde el barbudo y lo tomé violentamente por el cuello apretándolo para estrangularlos, aunque me sorprendí al notar que en su boca, ahora abierta, no había colmillos -(¿Un simple humano? ¿Entonces quién hace esto?)- Pensé mientras lo soltaba dejándolo caer sobre la mesa junto a la que estaba para luego apartarme de los sujetos que por mala suerte parecían decididos a pelear entre ellos justo encima de mí.
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Las cosas resultaban según lo planeado, con la balanza inclinándose más hacia la pelea entre los agresivos matones y paz para el vampiro tras un golpe inicial. Una cosa era cierta, esos tipos eran fuertes, lo habían arrojado hacia atrás con facilidad, lo que significaba que había que tener cuidado.
Demian estudió la pelea y la dejó seguir, sabiendo que era muy difícil que ocurriera un milagro y ambos se mataran, de hecho era muy difícil que siquiera uno matara al otro, pero era seguro que se debilitarían mucho.
El vampiro hizo una jugada extraña, atacó a un sujeto de barba de la nada, lo que no tenía ningún sentido inicialmente, más aún cuando no dijo nada y luego lo dejó como si hubiera reconocido que no era quien buscaba. ¿Sería posible que buscara al causante de las ilusiones?, si era así, era mejor ser cuidadoso.
Siguió jugando el papel del niño asustado, escondido detrás de unas sillas, temeroso del escándalo que llevaban a cabo los adultos y del cual sólo era una víctima, un daño colateral... lo cierto es que retiró por completo el escalpelo de su muñequera, procurando mantener oculto el acto mediante la protección de la silla tanto de los matones que peleaban, aunque no le estuvieran prestando atención, como especialmente del vampiro que miraba a los presentes.
Usar la telekinesis en un objeto tan pequeño era pan comido, de modo que sin esfuerzo hizo que su escalpelo se deslizara por la oscuridad. No fue tan obvio de seguir el camino fácil en línea recta, sino que buscó las sombras y la protección visual de objetos para recorrer la habitación.
Observó a los matones, ambos parecían dañados y debilitados, pero la pelea comenzaba a ceder. Era el momento de actuar. Con un rápido examen dedujo quién de los dos iba ganando, no era difícil, era cosa de observar el estado de sus cuerpos y sus movimientos. Entonces escogió a su objetivo. Lo más obvio era rematar al más débil, pero su plan era otro, hizo que el escalpelo se enterrara en el muslo del que iba ganando, del más fuerte. No fue un corte fatal, sino algo superficial, no esperaba desangrarlo, sino sólo inyectar el veneno.
Debido al tamaño muscular del tipo y lo pequeño del filo el efecto no iba a ser tan poderoso como con el matón que se lo había bebido, pero esperaba dejarlo fuera de combate sumado a los golpes que ya tenía, o al menos volverlo una presa muy fácil en caso de que las cosas se pusieran más feas.
Pero quedaba una última parte a su plan. Como los tipos peleaban casi encima del vampiro, la guinda de la torta sería el último movimiento, enviando el escalpelo por gracia de su telekinesis hacia la mano derecha del vampiro, con el mango por delante. No sabía si lo iba a coger o no, pero esperaba que los matones pensaran que era él quien había atacado.
Todo aquello de jugar desde las sombras resultaba ser aún más divertido que atacar por la espalda con una daga, eso era seguro.
Demian
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La furia de los sujetos, aparentemente aparecida de la nada, iba dejando destrozos por toda la sala, las pocas personas que habían quedado se apartaban tanto como podía para evitar ser alcanzados por los fuertes puñetazos que se daban entre sí los peleadores, cuya pelea no parecía tener ningún sentido, el mismo alboroto, hacía más difícil detectar a quien estuviera jugando con las mentes de los sujetos, solo en caso que la conclusión fuera cierta, pues a fin de cuentas podría ser solo mi imaginación y una conclusión apresuraba basada en recuerdos de alguien que ni siquiera estaba en este lugar, o al menos no de manera visible -Rayos- Dije mientras saltaba hacia un lado para evitar a uno de los grandulones que tras recibir un fuerte golpe en la barbilla, retrocedía tratando de mantenerse sobre un pie para no caerse. Por mala suerte, aquellos hombres parecían empujados por el destino a mantener su pelea justo sobre mí; lo cual no era nada bueno, pues no me dejaba concentrarme en hallar al supuesto culpable de la confusión.
Retrocedí unos pasos hasta quedar de nuevo contra la pared, uno de los sujetos había conseguido tomar al otro del cuello para estrangularlo pero de pronto su pierna flaqueó, haciéndolo perder el equilibrio; apenas unos instantes después, sentí en la palma de mi mano una masa delgada y fría que por mero instinto apreté para luego llevarla cerca de mi rostro y ver de qué se trataba. Esto resultó ser una pésima decisión, pues al parecer, la causa de que el sujeto perdiera el equilibrio de su pierna había sido un ligero corte de un objeto pequeño y filoso, uno justo como el que ahora tenía en mi mano -Oh oh- Murmuré mientras tomaba con fuerza el pequeño escalpelo.
Uno de los sujetos me miraba ahora con ira, parecía estar convencido de que realmente había sido yo el culpable de su herida -Has sido tú- Dijo con voz gruesa mientras me señalaba de manera amenazante y se acercaba cojeando ligeramente de la pierna izquierda -Claro que es él, te lo he dicho desde hace rato- Dijo el otro casi desde el piso mientras se acomodaba la mandíbula de la que habían acabado por desprenderse un par de dientes.
Ya no podía retroceder más, me encontraba contra la pared mientras ambos fortachones se acercaban chocando sus puños de manera amenazante; esto al menos había detenido la destrucción que estaban causando al local mientras todos los ojos se fijaban en el nuevo rumbo de las acciones; seguramente más de uno estaría confundido, y justo esa sería la pista que usaría para hallar a quien fuera el causante del enredo, me dedicaría a analizar rostros descartando a los que parecieran más confundidos, eso me dejaría con menos opciones; pero además, el pequeño escalpelo seguramente pertenecía al culpable que por alguna razón parecía decidido a hacerme parecer el responsable.
No podría seguir escapando, de momento debía defenderme de los agresores, pero uno a la vez -Sé lo que están pensando, pero no soy el culpable que buscan- Dije intentando distraerlos mientras tomaba con más fuerza el escalpelo en busca de algún punto preciso para cortar -Claro flacucho- Dijo el herido mientras lanzaba un golpe directo a mi rostro que alcancé a evitar agachándome para luego enterrar el escalpelo en el codo de su brazo derecho, aunque eso también había sido otra mala idea pues ahora se veía más furioso, envió un segundo golpe con la otra mano que me hizo reaccionar de prisa, halé la pequeña hoja punzante sin haberla sacado del brazo, desgarrando un buen pedazo de piel en el trayecto y aunque conseguí esquivarlo, caí al piso justo a su lado, tendría que moverme de prisa pues ahora si reaccionaba rápido podría aplastarme fácilmente.
No obstante, al fin la suerte pareció sonreírme, pues el sujeto comenzaba a tambalearse, intentaba abrir sus párpados que parecían cerrarse a la fuerza, y sacudía su cabeza a los lados intentando mantenerse en pie, parecía estar bajo algún efecto sedante, pues de pronto parecía más torpe, observé el escalpelo que entre la sangre parecía tener algún tipo de sustancia, apenas quedaban unos pocos rastros, pero evidentemente en algún momento tenía que haber sido más, y además podría explicar también la aparatosa y apestosa muerte del anterior, si es que estaba muerto.
El herido se tambaleó y dio un par de pasos hacia atrás casi chocando contra su camarada que retrocedió extrañado, parecía un buen momento para atacar; pero al no estar seguro de ser tan fuerte como para derribarlo, tomé una de las sillas con una mano y de un salto la estrellé contra la cabeza del pobre hombre que se fue hacia atrás hasta caer al piso completamente debilitado -Pagarás por eso- Gritó el otro mientras se ponía en guardia para luchar, aunque la pelea anterior lo había dejado en condiciones no muy favorables, no hacía falta ser un genio para saber que uno de sus fuertes golpes podría volverme sopa; así que retrocedí de nuevo en busca de una mejor estrategia al mismo tiempo que analizaba los rostros de los presentes -¿Quién podría ser el dueño del escalpelo?- Susurré para mí mismo mientras ojeaba rápidamente sin perder de vista al único matón que quedaba en pie.
Retrocedí unos pasos hasta quedar de nuevo contra la pared, uno de los sujetos había conseguido tomar al otro del cuello para estrangularlo pero de pronto su pierna flaqueó, haciéndolo perder el equilibrio; apenas unos instantes después, sentí en la palma de mi mano una masa delgada y fría que por mero instinto apreté para luego llevarla cerca de mi rostro y ver de qué se trataba. Esto resultó ser una pésima decisión, pues al parecer, la causa de que el sujeto perdiera el equilibrio de su pierna había sido un ligero corte de un objeto pequeño y filoso, uno justo como el que ahora tenía en mi mano -Oh oh- Murmuré mientras tomaba con fuerza el pequeño escalpelo.
Uno de los sujetos me miraba ahora con ira, parecía estar convencido de que realmente había sido yo el culpable de su herida -Has sido tú- Dijo con voz gruesa mientras me señalaba de manera amenazante y se acercaba cojeando ligeramente de la pierna izquierda -Claro que es él, te lo he dicho desde hace rato- Dijo el otro casi desde el piso mientras se acomodaba la mandíbula de la que habían acabado por desprenderse un par de dientes.
Ya no podía retroceder más, me encontraba contra la pared mientras ambos fortachones se acercaban chocando sus puños de manera amenazante; esto al menos había detenido la destrucción que estaban causando al local mientras todos los ojos se fijaban en el nuevo rumbo de las acciones; seguramente más de uno estaría confundido, y justo esa sería la pista que usaría para hallar a quien fuera el causante del enredo, me dedicaría a analizar rostros descartando a los que parecieran más confundidos, eso me dejaría con menos opciones; pero además, el pequeño escalpelo seguramente pertenecía al culpable que por alguna razón parecía decidido a hacerme parecer el responsable.
No podría seguir escapando, de momento debía defenderme de los agresores, pero uno a la vez -Sé lo que están pensando, pero no soy el culpable que buscan- Dije intentando distraerlos mientras tomaba con más fuerza el escalpelo en busca de algún punto preciso para cortar -Claro flacucho- Dijo el herido mientras lanzaba un golpe directo a mi rostro que alcancé a evitar agachándome para luego enterrar el escalpelo en el codo de su brazo derecho, aunque eso también había sido otra mala idea pues ahora se veía más furioso, envió un segundo golpe con la otra mano que me hizo reaccionar de prisa, halé la pequeña hoja punzante sin haberla sacado del brazo, desgarrando un buen pedazo de piel en el trayecto y aunque conseguí esquivarlo, caí al piso justo a su lado, tendría que moverme de prisa pues ahora si reaccionaba rápido podría aplastarme fácilmente.
No obstante, al fin la suerte pareció sonreírme, pues el sujeto comenzaba a tambalearse, intentaba abrir sus párpados que parecían cerrarse a la fuerza, y sacudía su cabeza a los lados intentando mantenerse en pie, parecía estar bajo algún efecto sedante, pues de pronto parecía más torpe, observé el escalpelo que entre la sangre parecía tener algún tipo de sustancia, apenas quedaban unos pocos rastros, pero evidentemente en algún momento tenía que haber sido más, y además podría explicar también la aparatosa y apestosa muerte del anterior, si es que estaba muerto.
El herido se tambaleó y dio un par de pasos hacia atrás casi chocando contra su camarada que retrocedió extrañado, parecía un buen momento para atacar; pero al no estar seguro de ser tan fuerte como para derribarlo, tomé una de las sillas con una mano y de un salto la estrellé contra la cabeza del pobre hombre que se fue hacia atrás hasta caer al piso completamente debilitado -Pagarás por eso- Gritó el otro mientras se ponía en guardia para luchar, aunque la pelea anterior lo había dejado en condiciones no muy favorables, no hacía falta ser un genio para saber que uno de sus fuertes golpes podría volverme sopa; así que retrocedí de nuevo en busca de una mejor estrategia al mismo tiempo que analizaba los rostros de los presentes -¿Quién podría ser el dueño del escalpelo?- Susurré para mí mismo mientras ojeaba rápidamente sin perder de vista al único matón que quedaba en pie.
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
La gente comenzaba a abandonar el lugar, ya el peligro era demasiado y las cosas podían terminar con más de alguien herido sin querer. Por otro lado, los trucos jugados por Demian habían cumplido con su objetivo a plenitud, con lo que pronto sólo quedaban disponibles para el combate el vampiro y un muy maltratado matón, quien sorprendentemente demostró aún ser capaz de pelear.
El chico decidió que ya había suficiente de juegos y que era hora de poner fin a todo aquello. Ya había jugado suficientes malos momentos al vampiro, pero al final el más peligroso de los presentes era el matón, pues de contar a sus amigos lo pasado existía la posibilidad de que las cosas se complicaran más y más.
Lo primero fue usar su habilidad para hacerse invisible. Esperó a que ninguno de los dos que peleaban le estuvieran mirando y dejó que la magia hiciera su labor, desapareciendo en el aire como si se hubiera desvanecido. Por supuesto, tal conjuro requería de mantener cuidado en los movimientos, pero le favorecía mucho el haber comenzado desde una posición de escondite.
Lo siguiente fue ponerse de pie. Sus pasos eran ligeros, como si se tratase de apenas plumas rozando el suelo. No tenía prisa, sino que inició su recorrido con cuidado. Mientras los adultos combatían buscó la retaguardia del matón, haciendo un amplio rodeo para nunca pasar frente a su mirada, nunca se sabía cuándo su magia podía fallar.
Desenvainó sus armas, el par de dagas negras y bien cuidadas, de hecho lo único bien cuidado en su aspecto de niño callejero, sosteniéndolas firmemente en cada mano. Buscó con precisión, esperando a que su víctima se encontrara en el punto justo, a menos de un metro de distancia, con los brazos levantados por el combate, confiado de que su único enemigo era el vampiro que le plantaba cara.
Entonces atacó.
Las dagas penetraron los costados del matón, a la altura del vientre, de manera simultánea, una por cada lado, acompañadas de inmediato de un movimiento circular destinado a que el filo causara el mayor daño interno posible, desgarrando los delicados tejidos de los órganos vitales. Debía confesar que le gustaba esa sensación, la suave textura del tejido cediendo ante el acero, el sonido del aire al entrar por la cavidad y el impulso de la sangre brotando.
Al retirar las armas la sangre brotó de manera abundante, además de otros líquidos provenientes del interior del cuerpo. Por supuesto, el matón no tardó en caer agonizante al piso.
Al haber atacado, la ilusión cedió, quedando el niño al descubierto tras la caída del hombre que se interponía entre él y el vampiro. Un chico pequeño, de ropas gastadas y piel pálida. Se agachó y limpió la sangre de sus armas con las ropas del caído, como si no fuera más que una parte del mobiliario. Éste intentó unos últimos movimientos, pero fue incapaz de hacer nada serio, mientras la vida se le iba a gran velocidad. Luego de eso, al erguirse, vuelve a guardar sus dagas bajo sus ropas, donde quedan ocultas.
—Me temo que tiene algo que me pertenece, señor vampiro —dice el chico con una tierna sonrisa— ¿sería tan amable de devolvérmelo, por favor?
Extiende su mano, aunque guardando una prudente distancia. Puede parecer calmado e inocente, pero está pendiente de los movimiento de quien tiene al frente.
Demian
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
El único fortachón que quedaba se movía bastante lento, pero seguía teniendo una fuerza impresionante, cada vez que intentaba acercarme, un manotazo salía del algún lado y me hacía retroceder, al mismo tiempo que peleábamos orillados hacia una pared, las pocas personas que habían quedado atrapadas, iban aprovechando de salir; intentaba detallar a cada uno de los que cruzaban la puerta en busca de quien me había dado tantos problemas en la noche pero ninguno parecía tener la capacidad para ello, las opciones se terminaban de prisa, al punto que ya casi quedaba solamente el dueño de la taberna -Imposible que sea él- Murmuré para mí mismo mientras por estar distraído, un golpe del sujeto me tomaba por sorpresa y aunque de nuevo logré bloquearlo cruzando mis brazos para proteger mi pecho, la fuerza del golpe me había enviado a estrellarme contra la pared.
Me levanté de prisa un poco sacudido por el fuerte golpe, casi veía doble así que sacudí mi cabeza a los lados para aclarar mi vista, aunque al abrir mis ojos de nuevo, el sujeto misteriosamente se desplomaba aparentemente sin razón alguna. Levanté una ceja ante lo inesperado de aquel acontecimiento para luego quedar aún más impresionado cuando tras él, quedó la imagen de ese pequeño que había entrado a la sala y al que menos atención le había prestado, el enano había acabado con el enorme sujeto de manera tan rápida y eficaz que un ligero escalofrío me recorrió el cuerpo, por si fuera poco, me pidió que le regresara algo suyo -El escalpelo- Susurré para mí mismo mientras levantaba mi mano mirando al pequeño instrumento.
Por alguna razón, esperaba que el causante de tal confusión fuera algún poderoso vampiro con grandes habilidades telepáticas, pero el hecho de que fuera solo un niño, me causaba al principio cierta indignación, había acabado en tantos problemas debido a las travesuras de un niño; miré por última vez el escalpelo para luego arrojarlo suavemente a la altura de las manos del chico mientras dejaba escapar una risa de resignación.
Finalmente casi todas las personas habían conseguido abandonar la sala, y aunque en parte era lo ideal para evitar más bajas innecesarias, finalmente el alboroto había llamado la atención del jefe de la banda que se encontraba justo afuera de la taberna esperando a sus hombres y ante la estampida de gente huyendo y la demora de sus hombres decidió entrar; junto a él, entró la niña de la magia arcana que al ver la escena no tardó el ponerse detrás del jefe y comenzar una canción mientras dibujaba en el piso otra runa.
Al otro lado, atada con una cuerda, el señor Dux traía casi arrastrada a la hija del tabernero -¿Popo, popo, poporqué tata tatardan tatanto? In... Útiles- Dijo con su voz más malvada pero que no dejaba de parecer graciosa; sus ojos se llenaron de furia al ver a todos sus hombres en el piso -Los vovoy a mamá, mamatar a toto, totodos- Dijo mientras de un empujón enviaba al suelo a la hija del tabernero, el cuerpo del enano comenzó a cambiar, creció y creció hasta convertirse en un feroz dragón que medía apenas 10 cm más que antes en su forma humana; dejó escapar un fuerte rugido mientras acumulaba en su boca una esfera de electricidad, mi reacción inmediata fue intentar acabarlo antes que lograra escupir un rayo, di un salto pero mientras iba en el aire sonó más fuerte la canción que cantaba la niña y un misterioso escudo de color azul se formó alrededor del dragoncillo; una vez en contacto con el escudo, fui repelido violentamente hacia atrás cayendo de espalda sobre una mesa que se partió en dos -Saque a su hija de aquí- Dije al dueño de la taberna mientras intentaba levantarme; el dragón por su parte estaba más que listo para lanzar una violenta ráfaga de electricidad, aunque con tanta farsa podría ser solo una falsa alarma, sin embargo, tomar el riesgo de averiguarlo no parecía ser una buena opción.
Me levanté de prisa un poco sacudido por el fuerte golpe, casi veía doble así que sacudí mi cabeza a los lados para aclarar mi vista, aunque al abrir mis ojos de nuevo, el sujeto misteriosamente se desplomaba aparentemente sin razón alguna. Levanté una ceja ante lo inesperado de aquel acontecimiento para luego quedar aún más impresionado cuando tras él, quedó la imagen de ese pequeño que había entrado a la sala y al que menos atención le había prestado, el enano había acabado con el enorme sujeto de manera tan rápida y eficaz que un ligero escalofrío me recorrió el cuerpo, por si fuera poco, me pidió que le regresara algo suyo -El escalpelo- Susurré para mí mismo mientras levantaba mi mano mirando al pequeño instrumento.
Por alguna razón, esperaba que el causante de tal confusión fuera algún poderoso vampiro con grandes habilidades telepáticas, pero el hecho de que fuera solo un niño, me causaba al principio cierta indignación, había acabado en tantos problemas debido a las travesuras de un niño; miré por última vez el escalpelo para luego arrojarlo suavemente a la altura de las manos del chico mientras dejaba escapar una risa de resignación.
Finalmente casi todas las personas habían conseguido abandonar la sala, y aunque en parte era lo ideal para evitar más bajas innecesarias, finalmente el alboroto había llamado la atención del jefe de la banda que se encontraba justo afuera de la taberna esperando a sus hombres y ante la estampida de gente huyendo y la demora de sus hombres decidió entrar; junto a él, entró la niña de la magia arcana que al ver la escena no tardó el ponerse detrás del jefe y comenzar una canción mientras dibujaba en el piso otra runa.
Al otro lado, atada con una cuerda, el señor Dux traía casi arrastrada a la hija del tabernero -¿Popo, popo, poporqué tata tatardan tatanto? In... Útiles- Dijo con su voz más malvada pero que no dejaba de parecer graciosa; sus ojos se llenaron de furia al ver a todos sus hombres en el piso -Los vovoy a mamá, mamatar a toto, totodos- Dijo mientras de un empujón enviaba al suelo a la hija del tabernero, el cuerpo del enano comenzó a cambiar, creció y creció hasta convertirse en un feroz dragón que medía apenas 10 cm más que antes en su forma humana; dejó escapar un fuerte rugido mientras acumulaba en su boca una esfera de electricidad, mi reacción inmediata fue intentar acabarlo antes que lograra escupir un rayo, di un salto pero mientras iba en el aire sonó más fuerte la canción que cantaba la niña y un misterioso escudo de color azul se formó alrededor del dragoncillo; una vez en contacto con el escudo, fui repelido violentamente hacia atrás cayendo de espalda sobre una mesa que se partió en dos -Saque a su hija de aquí- Dije al dueño de la taberna mientras intentaba levantarme; el dragón por su parte estaba más que listo para lanzar una violenta ráfaga de electricidad, aunque con tanta farsa podría ser solo una falsa alarma, sin embargo, tomar el riesgo de averiguarlo no parecía ser una buena opción.
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
El vampiro actuó de manera amistosa, lo que relajó internamente a Demian, pasándole incluso su escalpelo de vuelta sin oponerse de modo alguno, incluso riendo, como si toda la situación gozara de un tono cómico. Siendo sincero, para Demian también había tenido sus momentos hilarantes todo lo ocurrido.
Guardó su pequeña arma en su muñequera, donde quedaba oculta y lista para ser usada nuevamente. Un asesino no podía depender de sus armas principales y su capacidad de combate, siempre debía tener trucos escondidos a los cuales recurrir. Por supuesto, el mayor truco de Demian era su apariencia infantil y poco llamativa.
La situación parecía haber acabado y el chico consideró que lo mejor era simplemente largarse de ese lugar antes que llegaran más ojos curiosos a ver lo ocurrido, pero no alcanzó a llevar esto a cabo, pues en ese instante volvió a escena el líder de aquel grupo, acompañado de la misma niña de antes. Eso podía complicar las cosas.
Se movió de manera disimulada a un rincón, para los recién llegados seguro no era más que un niño asustado por la conmoción y por supuesto jugó ese papel, buscando un rincón y agazapándose, como si temiera que una flecha saliera de algún lado para dañarle.
Contempló el inicio de la pelea y cómo el vampiro nuevamente era maltratado, lo que le dio una idea más acabada de cómo funcionaba aquella protección de parte de la niña. El dragón parecía peligroso, pero seguro era vulnerable si era desprovisto de la protección de la pequeña que no paraba de cantar.
Demian observó las runas, estudiándolas. No era un experto en la temática, pero tenía conocimientos del arte de los arcanos y comprendía el significado de las runas. Sabía que la magia proveniente de ellas dependía de delicados equilibrios en su uso y que una runa equivocada haría fracasar por completo el hechizo.
Decidió intervenir. No era tan sencillo volver a usar un hechizo recién desplegado de inmediato, por lo que recurrió a otra habilidad, una forma más avanzada de invisibilidad. Una nube de polvo ilusorio le envolvió, repartiéndose por la habitación. Aquello proveía de una cubierta muy efectiva a Demian, una invisibilidad reforzada que le permitía mayor libertad. Usó esa oportunidad para avanzar prestamente hacia la pequeña, pero no era ella el objetivo, algo le decía que si la atacaba ella también estaría protegida por las runas, sino que su objetivo era el propio dibujo.
Con una de sus dagas, alteró la runa central del cuadro, añadiendo una línea que la transformaba por completo, como quien transforma una P en una B añadiendo una línea curva. Su conocimiento del arte arcano le hacía saber que eso dañaría por completo el efecto del conjuro... pero había algo más, estaba esa niña que al parecer tenía conocimientos mucho más avanzados que los suyos... debía sacarla de escena.
Recurrió a una estrategia muy poco sutil para ello, contrastando con su estilo tradicional, pero no pretendía darle oportunidad de corregir el daño, así que simplemente mandó la suela de su bota directamente a la cara de ella, empujando en una patada. Demian no era un chico fuerte, pero se trataba de una niña y sus movimientos eran al menos veloces.
Off: Demian ha usado su habilidad de nivel 2.
Off 2: Demian ha usado su habilidad pasiva de arcanos.
Demian
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Todo parecía haber terminado, pero la entrada del enano cambiaba las cosas de nuevo, parecía estar completamente enojado y no era para menos, el niño al igual que antes, había usado su estrategia de pasar desapercibido; a pesar de lo evidente de todo, me costaba aceptar que realmente esa pequeña pulga fuera el causante de todo, aunque de momento había que concentrarse en el dragón.
A pesar de tener un escudo rodeándolo, el dragón consiguió disparar una considerable ráfaga de electricidad con una puntería nada envidiable; ni siquiera fue necesario esquivarla, pues parecía ir sin rumbo fijo; no obstante, ya comenzaba a ser una amenaza, el torpe rayo se bifurcó una y otra vez formando más líneas de electricidad que amenazaban con alcanzarme, me eché a un lado y giré una mesa para usarla de escudo mientras pensaba en una manera de acercarme aunque al final, de nuevo el niño resultó ser más eficiente, había conseguido alterar la runa de la niña y fuera lo que fuera que había hecho me serviría de distracción, hasta ahora el escudo que rodeaba al dragón permitía la salida pero no la entrada, aunque de momento la tonalidad del escudo había cambiado a un casi invisible amarillo, debía intentar atacarlo de nuevo pero ésta vez tomé una silla para protegerme mientras llegaba y golpearlo con ella al final.
El plan parecía sencillo, pero no lo sería, pues tras voltear a ver a la pequeña el dragoncillo se enojó aún más y preparó una ráfaga de electricidad visiblemente más poderosa que la de antes apuntando no solo a mi dirección o hacia el rastro del niño, sino contra todo, estaba decidido a borrar la taberna del mapa aunque no contaba con la modificación de la runa. La niña intentó advertirle pero una patada del chico la envió al suelo a pesar de su escudo propio que también había cambiado de color.
El dragón furioso dejó escapar la violenta ráfaga en primer lugar contra el chico, sin embargo el escudo que antes solo dejaba salir ataques, ahora estaba modificado a la inversa y al escupir el rayo, éste se quedó atrapado regresando al mismo dragón que parecía no poder detenerse, la ráfaga rebotaba contra el interior del escudo una y otra vez hasta impactar el cuerpo del minidragón hasta que la concentración de energía dentro de la esfera que formaba el escudo fue tal que el pobre acabó atrapado en una silenciosa explosión que chamuscó su cuerpo.
La niña se levantó tras recibir la patada, su mirada había cambiado drásticamente y parecía querer aniquilar a cada ser que estuviera presente en esa sala, daba incluso más miedo que todos los matones juntos, y ahora que todos sus amigos habían caído, tomaría la venganza en sus manos sin importar el costo.
Rápidamente dibujó en el piso una nueva runa mientras pronunciaba una misteriosa frase -Ego adolebit habet flatum tuum- Tras lo cual, el único efecto aparente era un extraño calor que comenzaba a tomar más intensidad, sin embargo, afortunadamente no parecía iniciarse ningún incendio, aunque luego logré entender de lo que se trataba; podía comprender algunas de las palabras usadas en la frase “Adolebit” se refería a calentar o quemar y “Flatum” era el término para referirse al aliento o la respiración, juntando esas palabras se podía buscar sentido al resto de la oración que significaría algo como “Yo quemaré tu aliento”.
Mi respiración se hacía cada vez más difícil, en parte porque aunque lograba aspirar grandes cantidades de aire, éste parecía estar vacío y sin efecto alguno en mi respiración, y además porque al calentarse el aire, cada vez que respiraba sentía que mis pulmones eran calentados desde adentro, incluso la misma niña fue la primera en sucumbir a los efectos de su hechizo, aunque mientras se tambaleaba para caer desmayada, nos observaba con una sonrisa de satisfacción.
Tapé mi nariz para evitar respirar ese aire tan caliente y traté de correr de prisa hacia la salida pero mis ojos comenzaban a ver borroso y mis pasos eran lentos y torpes, al paso que iba tardaría un poco en llegar...
A pesar de tener un escudo rodeándolo, el dragón consiguió disparar una considerable ráfaga de electricidad con una puntería nada envidiable; ni siquiera fue necesario esquivarla, pues parecía ir sin rumbo fijo; no obstante, ya comenzaba a ser una amenaza, el torpe rayo se bifurcó una y otra vez formando más líneas de electricidad que amenazaban con alcanzarme, me eché a un lado y giré una mesa para usarla de escudo mientras pensaba en una manera de acercarme aunque al final, de nuevo el niño resultó ser más eficiente, había conseguido alterar la runa de la niña y fuera lo que fuera que había hecho me serviría de distracción, hasta ahora el escudo que rodeaba al dragón permitía la salida pero no la entrada, aunque de momento la tonalidad del escudo había cambiado a un casi invisible amarillo, debía intentar atacarlo de nuevo pero ésta vez tomé una silla para protegerme mientras llegaba y golpearlo con ella al final.
El plan parecía sencillo, pero no lo sería, pues tras voltear a ver a la pequeña el dragoncillo se enojó aún más y preparó una ráfaga de electricidad visiblemente más poderosa que la de antes apuntando no solo a mi dirección o hacia el rastro del niño, sino contra todo, estaba decidido a borrar la taberna del mapa aunque no contaba con la modificación de la runa. La niña intentó advertirle pero una patada del chico la envió al suelo a pesar de su escudo propio que también había cambiado de color.
El dragón furioso dejó escapar la violenta ráfaga en primer lugar contra el chico, sin embargo el escudo que antes solo dejaba salir ataques, ahora estaba modificado a la inversa y al escupir el rayo, éste se quedó atrapado regresando al mismo dragón que parecía no poder detenerse, la ráfaga rebotaba contra el interior del escudo una y otra vez hasta impactar el cuerpo del minidragón hasta que la concentración de energía dentro de la esfera que formaba el escudo fue tal que el pobre acabó atrapado en una silenciosa explosión que chamuscó su cuerpo.
La niña se levantó tras recibir la patada, su mirada había cambiado drásticamente y parecía querer aniquilar a cada ser que estuviera presente en esa sala, daba incluso más miedo que todos los matones juntos, y ahora que todos sus amigos habían caído, tomaría la venganza en sus manos sin importar el costo.
Rápidamente dibujó en el piso una nueva runa mientras pronunciaba una misteriosa frase -Ego adolebit habet flatum tuum- Tras lo cual, el único efecto aparente era un extraño calor que comenzaba a tomar más intensidad, sin embargo, afortunadamente no parecía iniciarse ningún incendio, aunque luego logré entender de lo que se trataba; podía comprender algunas de las palabras usadas en la frase “Adolebit” se refería a calentar o quemar y “Flatum” era el término para referirse al aliento o la respiración, juntando esas palabras se podía buscar sentido al resto de la oración que significaría algo como “Yo quemaré tu aliento”.
Mi respiración se hacía cada vez más difícil, en parte porque aunque lograba aspirar grandes cantidades de aire, éste parecía estar vacío y sin efecto alguno en mi respiración, y además porque al calentarse el aire, cada vez que respiraba sentía que mis pulmones eran calentados desde adentro, incluso la misma niña fue la primera en sucumbir a los efectos de su hechizo, aunque mientras se tambaleaba para caer desmayada, nos observaba con una sonrisa de satisfacción.
Tapé mi nariz para evitar respirar ese aire tan caliente y traté de correr de prisa hacia la salida pero mis ojos comenzaban a ver borroso y mis pasos eran lentos y torpes, al paso que iba tardaría un poco en llegar...
Offrol. Subrayado el uso de la pasiva: Conocimiento Antiguo (Lenguas)
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Apenas dado el golpe a la niña Demian se gira para estar atento al dragón, pero la situación no es fácil. La criatura se prepara para atacar nuevamente con su electricidad, pero ahora en su dirección. No tiene mucho espacio hacia dónde correr, de modo que no le queda más remedio que prepararse para recibir el impacto. Comienza a avanzar, dagas en mano, para al menos intentar un contraataque definitivo, pero no alcanza a hacerlo, pues algo de lo más extraño sucede...
El dragón es destruido por su propio ataque, quedando completamente chamuscado. Hasta para Demian eso tiene algo de asqueroso y hace una mueca, ver un dragón explotar y calcinarse en su propia descarga no es algo para acompañar la cena, ciertamente.
Por un momento se relaja, todo parece haber salido bien, la amenaza de aquellos sujetos es cosa del pasado y hasta el dueño de la posada seguramente tendrá motivos para agradecerles... pero queda un cabo suelto. Incluso para alguien como Demian, que se aprovecha de su apariencia para parecer inofensivo, se le pasa el detalle de que hay otra persona haciendo lo mismo en la habitación... la niña. Sólo la recuerda cuando ella comienza a decir unas palabras en algún lenguaje extraño.
—A callar, niña, si te vas en silencio no te haré nada —exclama.
Pero entonces se percata e que ella no está ociosa. Nuevamente ha escrito unas runas en el suelo de la habitación y todo aquello es parte de su forma de magia. Los efectos no tardan en hacerse sentir.
Ella es la primera en caer, pero pronto Demian se da cuenta del porqué y de lo complejo de la situación. El aire se siente caliente, cuesta respirar y los pulmones se desesperan en alerta por lo que ocurre. Se encuentra frente a un uso muy complejo de la magia y de los arcanos, algo que no había visto antes, pero debe actuar pronto si no quiere quedar con los pulmones carbonizados.
—Maldita —intenta decir amenazante, pero su voz suena extraña, gutural, apenas perceptible.
Mira hacia la obra de la niña, la que contiene diversas runas de carácter complejo, las que Demian no acaba de comprender. Todo ello es muy avanzado para el chico, pero debe hacer algo. No puede arriesgarse a simplemente rayar una runa esperando un efecto al azar al cambiar, sino que debe concentrarse. Con el poco aire que le va quedando, Demian mira las runas con detenimiento. No conoce la mezcla que se realiza allí, pero sí puede identificar cada una por separado. Se centra en la del medio, la que dice "fuego". La clave debe estar allí y no hay tiempo para dudas, así que se arrodilla, o más bien cae, usando su daga para modificar la forma allí presente. Reemplaza la runa de "fuego" por una diferente, la que representa "aire".
No alcanza a comprobar bien los resultados de su intervención, pues su vista ya está nublada y cae al suelo, confiando en que pronto la magia cambiará su rumbo.
Off: Demian ha usado su habilidad pasiva secundaria de Arcanos.
Demian
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
El aire circundante se sentía pesado, espeso, ácido, sentía como me carcomía por dentro en cada respiro, no duraría mucho tiempo de seguir de esta manera, tal vez, acabar con la niña acabaría el efecto de su magia, pero verla desplomarse acabó con esa esperanza, llevé mis manos a mi rostro para cubrir mis ojos que ya comenzaban a arder ligeramente si los mantenía abiertos.
Cerca de la puerta, la hija del tabernero comenzaba a quejarse por el intenso dolor e incluso, su padre acabó por ceder y estrellar su frente contra la barra de madera para luego caer al piso llevándose con él algunas botellas, abrí los ojos para memorizar el camino a la salida y contuve la respiración para buscar la manera de llegar a la puerta, sin embargo mi plan fue interrumpido por la voz del niño que ahora sonaba bastante siniestra; llamó mi atención su esfuerzo por resolver el problema modificando las runas que la niña había dibujado, aunque a estas alturas ya no lograba ver nada con claridad, tal vez ni siquiera lograría llegar a la salida, pero en un instante todo cambió bruscamente.
El chico parecía haberlo conseguido, o al menos, había logrado resolver el problema de momento, pues otro parecía iniciarse; el aire comenzó a enfriarse y luego se formó un pequeño torbellino de viento sobre el lugar donde estaba dibujada la runa -Rayos, no- Exclamé en un tono bastante pesimista sin embargo tal como había aparecido, desapareció.
El ambiente se sentía más fresco, pero mis ojos y pulmones aún estaban algo irritados, a fin de cuentas la exposición había sido larga, tendría que salir a respirar el aire frío de la noche y darle tiempo a mi cuerpo para recuperarse del daño. Me levanté despacio y froté mis ojos irritados intentando aliviarlos, al abrirlos pude ver a la hija del tabernero corriendo hacia su padre quien a pesar del golpe parecía estar en buen estado, algunas lágrimas salían de los ojos de ambos, tal vez por sentimentalismos, o tal vez por la irritación que habían sufrido.
Me dirigí hacia el chico respirando pausadamente mientras se recuperaban mis pulmones -No sé si te has ganado mi odio o mi respeto- Le dije de manera dudosa -Pero tienes mi agradecimiento... Pequeño duende- Concluí de manera amable para luego dirigirme a la salida; había sido una noche bastante extraña, si así era con frecuencia este pueblo, procuraría mantenerme tan lejos como pudiera. Al salir de la taberna y caminar unos cuantos metros, dejé salir las lágrimas que había estado conteniendo -¡¡Como arden!!- Exclamé mientras frotaba mis ojos con desespero, afortunadamente una leve llovizna comenzó a caer, ayudándome a refrescar mis ojos...
Cerca de la puerta, la hija del tabernero comenzaba a quejarse por el intenso dolor e incluso, su padre acabó por ceder y estrellar su frente contra la barra de madera para luego caer al piso llevándose con él algunas botellas, abrí los ojos para memorizar el camino a la salida y contuve la respiración para buscar la manera de llegar a la puerta, sin embargo mi plan fue interrumpido por la voz del niño que ahora sonaba bastante siniestra; llamó mi atención su esfuerzo por resolver el problema modificando las runas que la niña había dibujado, aunque a estas alturas ya no lograba ver nada con claridad, tal vez ni siquiera lograría llegar a la salida, pero en un instante todo cambió bruscamente.
El chico parecía haberlo conseguido, o al menos, había logrado resolver el problema de momento, pues otro parecía iniciarse; el aire comenzó a enfriarse y luego se formó un pequeño torbellino de viento sobre el lugar donde estaba dibujada la runa -Rayos, no- Exclamé en un tono bastante pesimista sin embargo tal como había aparecido, desapareció.
El ambiente se sentía más fresco, pero mis ojos y pulmones aún estaban algo irritados, a fin de cuentas la exposición había sido larga, tendría que salir a respirar el aire frío de la noche y darle tiempo a mi cuerpo para recuperarse del daño. Me levanté despacio y froté mis ojos irritados intentando aliviarlos, al abrirlos pude ver a la hija del tabernero corriendo hacia su padre quien a pesar del golpe parecía estar en buen estado, algunas lágrimas salían de los ojos de ambos, tal vez por sentimentalismos, o tal vez por la irritación que habían sufrido.
Me dirigí hacia el chico respirando pausadamente mientras se recuperaban mis pulmones -No sé si te has ganado mi odio o mi respeto- Le dije de manera dudosa -Pero tienes mi agradecimiento... Pequeño duende- Concluí de manera amable para luego dirigirme a la salida; había sido una noche bastante extraña, si así era con frecuencia este pueblo, procuraría mantenerme tan lejos como pudiera. Al salir de la taberna y caminar unos cuantos metros, dejé salir las lágrimas que había estado conteniendo -¡¡Como arden!!- Exclamé mientras frotaba mis ojos con desespero, afortunadamente una leve llovizna comenzó a caer, ayudándome a refrescar mis ojos...
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Las cosas se volvieron borrosas y miles de puntos de colores aparecieron por todos lados. ¿Una ilusión?, ¿electricidad?... no, simplemente todo se borró.
No supo cuánto estuvo desmayado ni qué pasó durante ese tiempo, sólo que el sonido de unos pasos cercanos lo trajo de vuelta. Era el vampiro, el mismo al que habían humillado con la leche y al que en tantos problemas había metido con sus ilusiones, pero su mente tardaba en reaccionar, tardó siquiera en reconocerle, más aún en pensar alguna movida de protección, sólo se quedó mirándole como un bobo.
Pero aquel no le atacó, al contrario, había un cierto tono de amabilidad en sus palabras. Ya la mente de Demian se recuperaba del impacto y comprendió que había respeto en las palabras del sujeto y que al menos no parecía planear ningún tipo de venganza.
Duende... ¿de dónde habían sacado ese término?, se preguntó Demian, pero no contestó nada, aún estaba recuperándose del esfuerzo y el vampiro simplemente caminó hacia la salida.
—Eres el primer vampiro que se me cruza que no termina muerto —dice Demian, bromeando para sí mismo, cuando ya el hombre seguro se encuentra muy lejos.
Se pone de pie. En un costado se observa una escena conmovedora, pero Demian no le presta la mayor atención. A fin de cuentas todo lo que ha pasado en ese rato no ha sido más que un juego, una diversión que terminó de manera más violenta de lo esperado.
Camina hacia el exterior, maldiciendo su suerte de encontrarse en una llovizna mientras la única posada que conocía no se encontraba precisamente disponible para admitir pasajeros por esa noche. Volvía a ser el niño de la calle, el chico de ropas sucias y mirada fría que vagaba sin rumbo, sólo que ahora se encontraba muy lejos de su hogar. No cabía más análisis a la situación, lo único que podía hacer, aunque fuese aún plena noche, era iniciar la caminata de vuelta a Lunargenta. Seguro Arty le esperaría con algo caliente para comer.
Demian
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Re: [Cerrado] Sin Control [Interpretativo-Libre]
Revisión de puntos de pasiva:
-2 puntos de habilidad pasiva Arcano para Démian por usar su conocimiento para modificar runas
-1 punto de habilidad pasiva Conocimiento Antiguo para Bio por la comprensión de una frase corta
-2 puntos de habilidad pasiva Arcano para Démian por usar su conocimiento para modificar runas
-1 punto de habilidad pasiva Conocimiento Antiguo para Bio por la comprensión de una frase corta
Othel
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