Un ladrón con cola [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]

-¡Al ladrón!- gritó un tendero de fruta y verdura al ver que una especie de rata-mono le había robado toda una caja de manzana rojas y corría entre la multitud del mercado de la ciudad.- ¡AL LADRÓN!- gritó con más fuerza.

El animal no tenía aspecto de rata ni tampoco de mono pero así fue como lo describió el tendero al no conocer ningún otro animal más similar a lo que estaba viendo. Por supuesto, también desconocía el que el nombre real de la criatura era el de vlashog. Era una bestia curiosa donde las hubiese, pero eso no le importaba más que lo que le importaba el dinero que perdía al no poder vender las manzanas que se llevaba. ¿Salir del tendero e ir a por el marsupial ladrón? Una completa gilipollez. Estaría sacrificando otras diez cajas de fruta por rescatar solo una.

-¡AYUDADME!- volvió a gritar lleno de impotencia mientras veía ya a lo lejos el animal marcharse con una manzana roja en la boca.- ¡ID TRAS ÉL!-

Si tenía que esperar que los buenos y generosos habitantes de Lunargenta le ayudasen sin que esperasen nada a cambio ya podía decir adiós a la caja de manzanas rojas.

-¡SE LLEVA MIS JOYAS!- gritaba una mujer que intentaba correr de forma muy patética hacia la criatura. El tendero se fijó que el animal, a parte de llevar su caja de manzanas rojas, tenía un collar de perlas blancas a modo de brazalete en uno de sus brazos.

Vlashog:

* Saludos cazador de ladrones: No me importa cómo has llegado a Lunargenta ni qué haces allí, aunque si deseas describirlo eres libre de hacerlo. Lo importante en este estilo de misiones son los animales, en este caso la malllamada rata-mono. En este primer turno te encuentras en el mercado y ves al vlashog ladronzuelo. Deberás describirlo lo más detalladamente posible pues todo lo que digas se utilizará para la creación de la ficha de dicho animal en el bestiario. En los turnos venideros de la misión trataremos de capturar al animal y devolver lo robado. ¿Suena fácil? Tal vez, no lo sé, es posible….

Víctimas y curiosos comenzaron a correr tras el ladrón con cola. No pudo evitar reírse con sonoras carcajadas. Era tan gracioso. ¡Menuda muchedumbre enfurecida! Pocas veces, su pequeño y regordete amigo, había conseguido reunir a tantas personas. Y en medio de todas ellas, había una mujer, noble a juzgar por su importante barriga, gritando como si fuera una desesperada que le devolviera su collar de perlas preciosas. Esa mujer, por sí sola, convertía a la muchedumbre enfurecida en un espectáculo dantesco. Por cada grito de la gorda del collar, se reía más y más. Cuando la gorda se resbaló con su propio vestido y cayó al suelo, Lourine tuvo la sensación de que se podía morir de la risa.

-Muy bien hecho- susurro la chica del tejado como si estuviera hablando con su pequeño y regordete amigo.

El animal apoyó su cola contra el suelo y, usándola como si fuera un mulle, se impulsó para saltar en lo alto de la estructura del tenderete que tenía más cerca. Los hombres más enfadados de la muchedumbre enfurecida, intentaron hacerle bajar con palos y escobas. Aunque fracasaron, al menos lo intentaron. No se podía acusar a los integrantes de la muchedumbre enfurecida de ser unos holgazanes.

Quién sí era un holgazán era su pequeño y regordete amigo. Se había sentado en una de las esquinas de la estructura. Con una mano hacía girar el collar de perlas de la gorda rica y con la otra se rascaba la barriga. En cuanto le trajera ese collar, Lourine le besaría  justo en el mismo lugar de la barriga que él se rascaba. ¡Era tan adorable!

Lourine:

* Ingela: Hice bien en no cerrar estas misiones en su día, al final siempre hay alguien que entra. Me alegro de verte Ingela. Antes de comenzar con la explicación del tema, permíteme que te puntualice una mísera cuestión. Estuve pensando qué sería lo correcto si seguir con el modelo de misiones que pensé cuando hice estas misiones o adaptarlo al actual de las normas del foro. Para ser justos con las otras misiones de esta misma serie, y si no te importa, creo que lo justo sería usar el antiguo que planeé. Espero que no te importe. Tienes las bases [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Dicho esto, empecemos con la acción. Desde un tejado que no alcanzas a ver se encuentra Lourine, la dueña del animal.  Es una maestra en las artes de la picaresca. Aunque repito, no la verás, por ahora. Tú objetivo para el siguiente turno será atrapar al vlashog. Recuerda que, en estas misiones, cada detalle referente al animal importa. Puedes ampliar la descripción del vlashog siempre que desees.

Lo que antes habían sido unas agracias, pronto se convirtió en una desgracia. La muchedumbre enfurecida consiguió desmontar el tenderete donde se había subido su pequeño y regordete amigo para burlarse de ellos y, usando la pérgola como si fuera una red, atraparon al animal. En cuanto vio la escena, tuvo ganas de bajar y darle un guantazo a cada uno de los presentes. ¡Era su amigo! Lo que hicieron ellos no se le hacía a un amigo. No contentos con recuperar el collar de perlas y las manzanas que había robado, apalearon al pobre animal.

Ya que no podía bajar y pegarles en venganza por su pequeño y regordete amigo, Lourine dio una patada a una gárgola del tejado. La gárgola quedó intacta y ella se hizo daño en el pie. Mereció la pena. Era hacerse daño en el pie o hacerles daño a los  miembros de la muchedumbre enfurecida. Prefería lo segundo, al fin y al cabo, ella no era una chica que destacase por su fuerza ni por su violencia.

Cuando la muchedumbre enfurecida se marchó también lo hizo su pequeño y regordete amigo. El animal fue a esconderse cojeando y llorando. A Lourine se le partió el alma al verlo así.

Balanceándose entre unas tuberías de plomo, bajó del lo alto del tejado para ir tras el animal. No iba a dejar que le volviesen a herir. Y si para ello tenía que dejar de robar y tomar una vida más digna lo haría. ¿Sabría hacerlo? ¿Después de tantos años robando sabría vivir de forma honrada? Lo dudaba, pero tendría que intentarlo por su pequeño y regordete amigo.

Con su mano derecha tenía un pañuelo con el que se tapaba la nariz y con la izquierda un florete con el que apuntaba directamente a la chica que estaba sobre el animal. Otro miembro más de la muchedumbre enfurecida, quizás. No había tenido suficiente con lo que le había hecho al animal que todavía iba a hacerle más daño.  No iba a dejar que le hiciera daño.

-Aléjate de él- dijo Lourine a la chica muy lentamente para que lo entendiese bien claro. –no te haré nada si tú no le haces nada-.


* Ingela: Lamentablemente, Lourine no ha visto cómo has salvado al animal. Cree que le intentas hacerle daño como hicieron las otras personas. Demuestra a Lourine que tus intenciones sus buenas. Se prudente, debes créeme cuando te digo que esa chica no lo ha tenido nada fácil a lo largo de su vida.

-Es un vlashog,- se adelantó a decir antes que la chica siguiera hablando- llámalo por su nombre: vlashog.- Lourine se preguntó cuándo fue la última vez que dijo en voz alta nombre del animal a quien llamaba “mi pequeño y regordete amigo.

Seguía sin confiar con la chica y se notaba por la forma en que le hablaba. No quería saber nada de ella, ni sobre los tratamientos que le había ofrecido a su pequeño y regordete amigo ni sobre quién era y qué hacía ahí. No le importaba nada en absoluto. Absolutamente toda su atención estaba dirigida en el animal. ¿Acaso había dejado de preocuparse en algún momento por él? Sabía perfectamente que no. Su atención, su cariño y también su amor estuvieron siempre dirigidos hacia su pequeño y regordete amigo.

Mucho quería al animal pero, cuando le atraparon y le apalearon como si fuera un vulgar saco de patatas no pudo hacer nada para salvarle. La chica, Ingela, así lo dijo. ¿Dónde estaba ella que no pudo ayudar a su pequeño y regordete amigo? Lourine giró la cabeza avergonzada y furiosa consigo mismo. Ingela tenía derecho a acusarla. ¡Qué lo hiciera! Se lo tenía merecido. Por no haber atendido al animal y por haberle enseñado, tiempo atrás, a robar como ella lo hacía.

-Lo vi,- dijo al fin y apretó los labios con tanta fuerza que parecía que fuera a llorar de un momento a otro- lo vi y no pude hacer nada.- golpeó el suelo con un fuerte pisotón – Tú no sabes nada. No sabes lo que es vivir escondida siempre.- segundo pisotón. Levantó su cabeza y miró directamente a Ingela. Estuvo a punto de gritar algo, pero decidió callarse antes de cometer una estupidez, otra más.


Por fin la encontraban. La mujer famosa por robar el anillo de un duque y el collar de una condesa en el mismo día. Según contaba las malas lenguas, la chica se había criado en las calles entre ratas y vagabundos. Ellos no lo creían; la chica era atractiva y vestía bien, algo extraño si es que de verdad se había criado entre ratas como aseguraban más de uno. Además, ellos eran guardias. La Guardia no debía de hacer caso a los rumores de la ciudad a no ser que los rumores fueran ciertos, cosa que casi nunca los eran.

-Te tenemos preciosa- dijo el primero de los tres guardias.

La chica se giró de un salto. Estaba asustada. Parecía un gato atrapado. Miraba de lado a lado buscando una posible vía de escape.

-Esta vez no- dijo otro guardia diferente. - esta vez pagarás por todos tus crímenes-.


* Ingela: No hay que ser un genio para saber cuál va a ser tu objetivo. Salva a Lourine. Ayúdala a escapar.

La pregunta de la chica era de lo más acertada. ¿Qué estaba haciendo? Que limpiase y curase las heridas de un animal era algo medianamente compresible. Lourine tenía una gran debilidad por todos los animales, sobre todo por su pequeño y regordete amigo; podía creer, aunque le costase, que otra persona pudiera ayudar a su vlashog. En cambio, que le ayudasen a ella, una vulgar vagabunda y ladrona de Lunargenta era algo que no podía creer. Antes de responder cualquier cosa a la chica, pestañeó unas cuántas veces para asegurarse de que aquello no era un sueño.

-No me hagas mucho caso pero, creo, que estás escapando de unos guardias- dijo al final con un marcado sarcasmo mientras se dejaba guiar por la chica. - Hay un lugar que podemos ir: En las catacumbas hay…- meditó unos segundos antes de seguir hablando-…otros como yo. Si conseguimos escapar de los guardias es mejor que vayamos allí-.

Echó una ojeada al trío de hombres continuaban siguiéndola. Por desgracia para ella, así era. No tenía muchas opciones por las que jugar y, la mejor de todas ellas, era dejarse guiar por la chica chillona. Por esta vez, Lourine estaba dispuesta a confiar en alguien que no fuera su pequeño y regordete amigo. Pero que no se acostumbre, solo sería por esta vez y solo porque tenía ninguna opción mejor. Si lo que la chica quería era ganarse su confianza, un par de aeros de recompensa o un beso de amor, que se buscase a otra. En el mundo de Lourine solo había lugar para ella y su animal.


* Ingela: El siguiente será tu último turno; estas misiones de caza son muy cortas. Deshazte de los guardias y lleva a Lourine y al animal a las catacumbas, lugar donde, supongo que (off rol) sabes que se ubica el gremio de ladrones. No nos interesa que la Guardia sepa dónde se esconden los ladrones.
Como ya has podido deducir, estas misiones de caza las hago principalmente por dos propósitos. El primero, y más importante, es crear un nuevo animal que pueda ser interesante para el foro. El segundo es presentar a un npc que usaré en una futura misión (de esas largas que me gustan). La historia de Lourine, si me lo permites, la explicaré mejor entonces.  

La entrada a las catacumbas estaba protegida por dos viejos conocidos de Lourine: Dominic Helmfrid y su hijo Linord. Verlos a los dos a la vez resultaba extraño. El hijo era la pura imagen del padre con veinte años más joven y veinte años más estúpido. Los dos tenían la misma posee de tipo rudo, una gran espalda, unos brazos tan fuertes que podrían levantar a dos como Lourine, una gorda nariz con forma de patata y unos labios gruesos. Dos diferencias habían entre el padre y el hijo: La primera se le veía en su cabello, el del joven conservaba, tanto el pelo como en la barba, el color rubio rojizo que el viejo perdió años atrás. La segunda diferencia estaba en la risa. Dom, quien siempre vio a Lourine como su hija, tenía una sonrisa cálida a acogedora como si con ella fuera a arreglarlo todo. Linord, a diferencia de su padre, parecía burlase de la chica

-¿Te has vuelto a quedar sin dónde esconderte?- Linord, con las manos sobre su cintura y una mirada acusadora, se dirigió únicamente a Lourine.

-Hola Dom,- Lourine únicamente se dirigió al viejo dejando que Linord dijera todo lo que quisiera.- mi amiga y yo pasaremos la noche aquí- se mordió la lengua como castigo por haber llamado a una chica que conocía amiga y volvió hablar- ¿me dejas pasar?-

-Con lo bien que se te da mentir y escapar de los guardias es una lástima que todavía dudes si formar parte del gremio,- suspiró a la vez que mantenía la vista clavada en los ojos de la chica-una verdadera lástima.- siguió de pie delante de la puerta durante unos segundos en los que, tal vez, esperaba una respuesta de la chica-¿No tengo alternativa verdad? Entrad-.



* Ingela Buen trabajo. No solo has ayudado a un animal y has salvado a una “no muy inocente” chica de unos guardias sino que además has hecho una nueva amiga, aunque el orgullo de ella no lo reconozca.

Recompensas:
* +3 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +2 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* +3 ptos de experiencia en función a la descripción y acciones que se le da la criatura o planta que se muestra en la misión.
* 8 ptos totales de experiencia
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Objeto mágico: Pendiente vlashog

Pendiente vlashog: