[Cerrado] Un rescate accidentado [Trabajo][Bio-Chimar]

**Bio** Miér 28 Dic - 3:40

Caminaba tranquilamente por las calles de Lunargenta en una de esas noches tranquilas en las que nadie intentaba matarme, atraparme, degollarme, congelarme, hacerme capullo o cualquier variante imaginable, no, esta noche para variar era bastante tranquila a pesar de la cantidad de gente que aún transitaba las calles de la ciudad humana, y es que el sol hacía no mucho que se había ocultado y aun las calles estaban llenas de gente, algunos cansados rumbo a sus casas y otros saliendo de sus casas a buscar algo de comer, yo podría contarme entre estos últimos aunque en lugar de buscar algo de comer buscaba alguien a quién comer.

Pese a ser un sanguinario vampiro a quien incluso le habían llegado a poner una recompensa sobre su cabeza, se me daba mal buscar alimento, básicamente porque luego de seguir a cualquiera al final me daba remordimiento y prefería cambiar de objetivo a alguno menos vulnerable, en realidad cualquier excusa me servía para no devorarme a uno y a otro y a otro hasta que al final me tocaba quedarme sin alimento una noche más, cosa que en algún momento acabaría por pasarme factura.

Estaba un poco débil en realidad, y eso se notaba en mi falta de reflejos que serían puestos a prueba en ese mismo instante cuando un hombre con bastante prisa se estrelló contra mí causando que ambos cayéramos al suelo, en medio del impacto soltó un bolso del que salieron volando varios sobres, aparentemente cartas dirigidas a personas poderosas de la ciudad de los humanos, o al menos eso pude imaginar al reconocer algunos de los nombres de las que cayeron en el piso cerca de mí -Pero hombre, que no ves que llevo prisa- Reclamó el sujeto con brusquedad como si yo tuviera la culpa, sin embargo respiré profundo para evitar arrancarle la cabeza y le ayudé a recoger las cartas que estaban más cerca pues algunas habían sido arrastradas por el viento y me deba pereza ir por ellas; de más está decir que dejé una de ellas para matar la curiosidad después.

Estaba seguro que más de un sobre se había perdido entre las personas que transitaban en lugar, sin embargo no era mi problema, en lugar de preocuparme seguí adelante hasta un rincón solitario en donde con calma procedí a leer el sobre con aquella misteriosa carta mientras la intriga carcomía mis entrañas como si fuera la más férrea de las viejas chismosas de Lunargenta...

Invitado Miér 28 Dic - 18:47

A Chimar se le pasa bastante rápido el día, cuando se da cuenta ya es de noche. El tiempo vuela en ciertas condiciones, especialmente si te diviertes. Lo cierto es que el ingenioso ladrón paso toda la tarde cambiando pertenencias ajenas de bolsillo, nada supera la reacción de sorpresa que pone la gente cuando pilla algo desconocido en su persona.

Anocheció rápido hoy…

Dice mientras observa su última víctima, un obrero de forja que súbitamente descubre cincuenta aeros entre sus herramientas. La vida es aburrida sin diversiones, de vez en cuando resulta indispensable patear la rutina… especialmente cuando tienes tanto dinero “prestado” que te puedes comprar una mansión.

Sea como sea es tiempo de volver a la ratonera, Maquiavelo no trabaja de noche, ese es el turno de Ralphy. Realizar robos nocturnos trae consigo peligros complejos, especialmente durante la invasión de casas. No es que el chico carezca de habilidad pero prefiere evitar dicha fuente de trabajo... la mayoría del tiempo.

Rumbo a su hogar pilla un espectáculo interesante, dos torpes chocan entre sí. Parece un accidente normal pero cierto gesto del agraviado número dos despierta curiosidad, se roba un sobre. La acción resulta tan tosca y predecible que Chimar decide seguir al sujeto, hace tiempo que no veía un ladrón tan novato.

La persona con aire siniestro se recuesta en un callejón oscuro mientras su perseguidor toma la posición discreta cercana, para disimular este último saca una manzana y comienza a morderla, nadie sospecha nunca del niño comiendo. Las expresiones del adulto se vuelven más originales mientras lee el pedazo de papel, no es natural encontrar gente grande tan poco estirada.

Creo que conozco al señor feo… ¿pero de dónde?

Murmura para sí mismo, el niño tiene una memoria prodigiosa pero con mucha información almacenada. Seguramente interactuó con el sujeto en alguna aventura dispersa, demasiado aleatoria como para ser recordada con rapidez.

Rayos, este es difícil de recordar.

**Bio** Miér 28 Dic - 19:38

La curiosidad me invade de tal manera que no presto atención al entorno, un descuido bastante grave que incluso podría llegar a costarme la vida en condiciones de peligro, pero por alguna razón me siento a salvo; comienzo a destapar el sobre con cuidado de no dañarlo demasiado pero al final acabo por darle un fuerte y abrupto movimiento dividiendo la envoltura en dos; dentro de ella la carta menciona un objetivo, uno de varios y también una serie de instrucciones; al parecer se llevará a cabo una delicada operación conjunta para rescatar a una chica; aunque lo más interesante resulta ser la suma de aeros que ofrecen, nada despreciable para alguien que tiene la noche libre, y si no la tenía pues acabaría por olvidar cualquier otro compromiso, aunque tenía un grave problema; según la carta, los dos elementos que llevarían a cabo esta parte del plan eran un hombre adulto y un niño -Maldita sea- Murmuré pensando en lo complejo de la situación ¿De dónde iba a sacar a un niño a esas horas de la noche?

Las instrucciones completas decían que el pequeño Benny, heredero de una adinerada familia de dragones en Dundarak, vendría a cerrar un trato con el señor Busk, un adinerado magnate del transporte marítimo, ninguno de los dos personajes se conocían, por lo que no sería difícil hacerse pasar por el otro, y mientras uno mantenía entretenido al fulano Busk, el otro debía rebuscar por la mansión hasta encontrar a la joven Rena, hija de un hombre cuyos barcos de transporte amenazaban la hegemonía de Busk y la cual había sido secuestrada con la exigencia de que su padre debía entregar el control de sus barcos a Busk, vaya trucos bajos usaban estos comerciantes para mantener sus bolsillos llenos.

Arrugué el papel apretándolo con el puño, miré en todas direcciones pero solo alcancé a ver algunos vejetes que intentaban caminar de prisa pero sus cuerpos ya no estaban para esos trotes, lo gracioso es que esos vejetes eran más jóvenes que yo, pero no era mi edad lo que estaba en juicio; finalmente llegó la gran oportunidad que estaba esperando, un chico con una manzana parecía la oportunidad ideal, no necesitaba que fuera listo, solo lo suficiente para fingir ser un dragón e inventar excusas para no tener que transformarse -Hey, niño ¿Quieres trabajar y ganarte otra manzana?- Le dije aunque no sabía si podría convencerlo, tal vez con un par de manzanas -¿Qué me dices de dos manzanas?- Mencioné de inmediato sin darle tiempo a negarse, aunque luego me percaté de algo que hasta ahora notaba, podía recordar a ese chico de algún lado; comencé a asociar eventos en mi mente hasta que finalmente llegué a la carrera de upeleros y posteriormente la fabricación de mis nuevas dagas, definitivamente no podría comprarlo con manzanas -Está bien, aeros, una buena suma de aeros- Le dije abandonando mis esperanzas de dejar toda la paga para mí.

Sin embargo había algo que no había tomado en cuenta, posiblemente no estaba solo -Oye ¿Dónde estar tus padres?- Pregunté mirando a todos lados, pues aquello podría arruinar por completo mis planes, tal vez lo mejor sería sacar al chico de ahí antes que se complicaran las cosas -Eres un chico listo, terminaremos esto en un par de horas y regresarás a tu hogar, es dinero fácil- Dije para tentarlo con la oferta de una jugosa paga.

Invitado Miér 28 Dic - 20:36

Por un momento el sujeto parece desesperarse, sin duda debe ser una lectura fascinante. Chimar medita sobre la posibilidad de robar la carta… algunas veces tiene momentos cleptómanos. Tristemente la pieza de papel termina siendo arrugada, la curiosidad no llega tan alto como para descifrar material dañado.

De repente el personaje adulto observa de reojo al inventor, no tarda mucho en avanzar en su dirección. Maquiavelo no sabe si debe dispararle o parlamentar, al final decide jugar el numerito del niño bueno, eso hace las cosas mucho más divertidas. Oculta su brazo armado y espera las características preguntas, es todo un experto.

Escucha la propuesta inicial y no puede evitar arquear una ceja… no moverá el trasero por fruta. Afortunadamente el frijol recapacita y ofrece dinero, sin duda la expresión del pequeño tuvo que influir de alguna forma. Este último sonríe maliciosamente, parece que el trabajo llega del cielo a veces.

Suena bien, ¿qué debo hacer?

Pronto sale a flote la típica pregunta, ¿Dónde están tus padres?, nunca puede faltar. El interrogado sonríe mientras piensa como obviar información comprometedora, al final se da cuenta que a nadie le importa su orfandad por lo que suelta las primeras frases que le llegan al cerebro… adultos aburridos.

Digamos que tengo absoluto control sobre mi persona, ¿vas a decirme de que va el trabajo o no?

Cuando termina de hablar reconoce al sujeto por fin, compitió contra el en la carrera de pollos gigantes, otro de los perdedores si recuerda bien. Por aquel entonces no llevaba camisa, es bueno ver que algunas personas mejoran su aspecto a través del tiempo… cualidad poco empleada por el común denominador.

Puedes decirme Chimar… espero que tu habilidad principal no sea robar jeje.

Es mejor que el adulto le deje los retos criminales al enano, tiene toda la pinta de no saber abrir puertas discretamente. Maquiavelo llegara tarde a la ratonera aunque sus hermanos ya están acostumbrados, después de todo los pequeños sin padres no suelen prestarle mucha atención al reloj.

**Bio** Jue 29 Dic - 17:22

Finalmente mis super habilidades de persuasión me permiten convencer al chico sin mucho problema, o más bien tengo suerte de que acepte, sea como sea tengo lo que necesito para llevar a cabo el pequeño trabajo, ahora solo debo explicarle lo que haremos y confiar en que cuando menos sepa interpretar un pequeño papel, mentir no es algo que resulte especialmente difícil, y menos a personas tan supersticiosas e ingenuas como los habitantes de Lunargenta.

Ya, ya, no te desesperes- Dijo ante sus preguntas en busca de instrucciones -Es un trabajo sencillo- Me detengo unos instantes pensando en decirle la verdad o mentir descaradamente para que no sienta que se está metiendo en problemas -La hija de un ricachón ha sido secuestrada y sospecha que lo ha hecho su competidor- Le explico en voz baja acercándome un poco -Parece que no quiere meter a la guardia en todo esto y ha planeado resolverlo por su cuenta- Tomé la carta y la desdoblé como pude para mostrársela y que conociera los detalles que tal vez omitiera decirle -Necesito que te hagas pasar por un tal Benny, un niño de Dundarak- Lo miré fijamente de arriba abajo -No veo diferencias significativas entre los de aquí y los de allá- Lo señalé; no vestía tan mal así que tal vez podría pasar sin problemas mientras yo hacía las veces de su guardaespaldas.

Mientras no te pidan convertirte en dragón, todo estará bien- Reí un poco nervioso imaginando lo triste que sería tal situación -Y si lo hacen, seguro encontrarás una excusa, solo les importa el dinero, no creo que quieran ver a niños volverse dragones- Esperaba que mis palabras fueran ciertas aunque con estos ricachones nunca se sabía qué clase de gustos raros pudieran tener -Debemos darnos prisa, entre más rápido lleguemos más pronto terminaremos- Le dije indicándole en dirección al lugar señalado en la carta, una mansión en los límites entre la ciudad y el puerto -Puedes llamarme Bio, aunque no soy un bio, suele causar confusiones- Expliqué mientras memorizaba su nombre que de hecho me parecía un poco largo, tal vez sería mejor si solo lo llamara Chimcho, aunque se escuchaba un poco raro, por lo que trabajaría mentalmente en un mejor apodo para el chico.

Me dejó pensando durante un instante su frase -De hecho, no, robar no se me da bien, en mi último intento de robo acabé en una plaza y casi pierdo la cabeza, literalmente- Reí nervioso al recordar tan triste episodio -Pero espero que actuar esté entre tus habilidades principales- Dije mientras llegábamos a la casa en cuestión, una gran mansión con una fuente en el patio frontal y árboles decorando el frente del ostentoso lugar -Vaya que se dan una buena vida- Comenté a mi compañero -Podrían robarles a diario durante años y ni siquiera lo notarían- Dije exagerando mientras nos acercábamos a la entrada donde un par de sujetos se acercaron a interrogarnos.

Recuerda, solo debes fingir ser el adinerado niño dragón, yo me encargaré del resto- Comenté al chico antes de pararme firme a su lado -Ante ustedes el joven Benny- Dije con aires de solemnidad -Su llegada no era sino hasta mañana- Cuestionó uno de aquellos sujetos con cierta sospecha -El viaje se apresuró porque...- Dudé unos instantes buscando una excusa, tal vez el chico pudiera inventar algo así que le di un pequeño y discreto golpe con el codo para hacerlo hablar y convencer a aquellos sujetos, sería su primera prueba de actuación de la noche y esperaba que no me decepcionara.

La Mansión:

Invitado Jue 29 Dic - 21:49

Pronto los detalles son vociferados, un trabajo discreto. Chimar sonríe levemente con cada segmento que escucha y lee, es el chico indicado. Fingir ser un noble es pan comido, especialmente si antes pertenecías a la clase privilegiada, no será difícil comportarse como un mocoso malcriado y con aires de superioridad.

Sera fácil.

Maquiavelo termina de ojear la nota y deja que Bio la conserve, no le sirve para nada. Parece que ahora son compañeros de aventura, ojala el adulto tenga suficiente nivel y no sea como los de su clase… básicamente inútiles. Solo existe algo que puede derrumbar la estrategia aunque el niño no se preocupa, después de todo las transformaciones rara vez se piden como garantía de algo.

No me extraña jeje.

Dice por la acotación del personaje, al parecer no se le da nada bien robar. No todos tienen lo necesario, algunos deben dedicarse a labores más tranquilas. Existe mucha habilidad en las artes criminales, vaciar bolsillos y dar golpes planificados demandan grandes cantidades de esfuerzo variado.

Avanzan hasta una mansión enorme y ostentosa, sin duda el tributo perfecto al ego personal. El jovencito memoriza esa dirección para… digamos que en un futuro traerá a sus hermanos para “limpiar”. De algo se debe comer y los niños Gorriones tienen un apetito voraz, seguramente por la edad.

Son abordados por el comité de bienvenida y Bio realiza una presentación dramática, los nobles aman ser anunciados. Chimar pilla el gesto de su compañero, debe preparar un numerito para ganarse la entrada. Formula su mejor rostro de arrogancia mientras lanza el acto de malcriadez, tiempo de jugar.

¿¡Crees que no lo sé!? El conductor del carruaje actuó con demasiada eficiencia, no volverá a conducir nada.

Señorito no puede…

¡Basta de tonterías!, ¡Tengo negocios que atender así que finalicemos este asunto tonto de una buena vez!, ¿acaso debo dejar sin empleo a más gente?

No será necesario... pueden pasar al recibidor mientras llamamos al señor.

Hombre listo.

Los sujetos permiten el ingreso de ambos personajes mientras uno de ellos corre a buscar al dueño. Chimar le guiña el ojo a su compañero con discreción y lidera la marcha, ha salido mejor de lo esperado. La siguiente fase puede resultar aburrida pero todo es por un bien mayor, ganar dinero.

A pesar de que nunca fue un malcriado durante sus buenos años sabe de primera mano cómo lucen, su padre solía intentar que se relacionara con otros niños pudientes… casi siempre con resultados catastróficos. Los nuevos hermanos del inventor son más entretenidos que cualquier pequeño noble, saben cómo divertirse y vivir la vida.

**Bio** Dom 1 Ene - 1:43

Me había quedado sin creatividad y al mismo tiempo quería poner a prueba al chico, aunque consiguió incluso superar mis expectativas, la actuación había sido tan buenas que de no haberlo sacado de la nada, hasta yo pensaría que se trataba del original, y eso sin las facilidades seductoras de los vampiros para obtener credibilidad; los guardias dudaron un momento, más que todo por cumplir el protocolo pero el discurso del chico resultaba incluso intimidante y finalmente nos permitieron la entrada a ambos -Me impresionas- Le dije al chico mientras le sacudía el cabello aunque luego regresé mi mano a su sitio ante la mirada de uno de los vigilantes de la casa, no sería bueno que un sirviente tuviera esas confianzas con su señor.

Al entrar a la mansión nos hacen pasar a una sala grande donde debemos esperar un momento al dueño de tan lujoso lugar -Al señorito no le gusta esperar- Dijo a los caballeros que se alejan, solo por molestar; tan solo un par de sujetos quedan en la sala -Buena actuación Chinar- Le dijo intentando recordar su nombre -Ahora solo debemos...- Me vi interrumpido por la llegada del esperado vejete que más parecía una pelota que una persona, sus grandes mejillas sonrojadas dejaban claro que no le faltaba comida, principalmente porque justo ahora traía una presa de carne en sus manos y la comía con desespero.

Se acercó a nosotros masticando de prisa y tragando entero al final -Tenía entendido que llegaría mañana, pequeño- Dijo al terminar de tragar mientras algunas gotas de grasa resbalaban de sus labios hasta su barbilla -Pero entre más pronto cerremos el trato, más pronto comenzaremos a hacer dinero- Luego de sus palabras comenzó a reír de manera perturbadora como los villanos en los teatros cuando dramatizaban acerca de la destrucción del mundo; no podía imaginar las cosas que pasaban por su cabeza pero ante su incesante risa me pareció que lo correcto sería reír junto a él para que no pareciera demente; reí nerviosamente mientras golpeaba levemente al chico con el codo para que hiciera lo mismo; con estos magnates nunca se sabe qué cosas les parecerán ofensivas.

Hasta ahora el plan funcionaba; no me atrevería a decir que iba de maravilla pero al menos no nos habían descubierto, lo cual no era precisamente gracias a mí; aunque fuimos interrumpidos por uno de los sirvientes de la mansión que tenía más aspecto de mercenario que de mayordomo pero yo no era quién para discutirle los gustos en cuanto a sus empleados; el hombre se acercó a su jefe y le susurró algo al oído causando un claro disgusto en el obeso ricachón -¿Cómo que no la encuentran? Partida de inútiles- Dijo en voz alta aunque luego cayó en cuenta de su error y nos miró tal vez esperando que no lo hubiéramos notado; me giré rápidamente hacia el chico para fingir que no le habíamos prestado atención aunque claramente aquello podría significar algo -Debe estar presentable señorito- Dije al niño lo primero que se me había ocurrido y tras usar mi lengua para mojarme la mano usé ésta para acomodar el peinado del niño.

Fue un breve momento incómodo de inquisitivas miradas hasta que finalmente el hombre se disculpó -Me temo que debo ausentarme unos instantes, espero sepa disculparme, joven Benny- Dijo mientras giraba el cuello para hacer una seña a sus hombres que no tardaron en seguirle, aunque uno de ellos se quedó en la sala junto a nosotros, solo uno, no sería problema deshacernos de él sin levantar sospechas.

El preocupado jefe había comenzado un revuelo y pasos sonaban por toda la casa en múltiples direcciones -Distraeré a éste y trataré de escabullirme, aprovecha para buscar algún rastro de la niña- Dije a Chimar aunque ni él ni yo teníamos idea de cómo era aquella chica, detalle que sin duda nos haría difícil la misión; me acerqué al hombre al que habían encargado vigilarnos mientras improvisaba una manera de apartar su vista de Chimar -Oiga, caballero, necesito ir al baño ¿Sería tan amable de llevarme?- [1] Dije al tipo que miró sobre mi hombro a chimar con evidente preocupación, estaba claro que le habían encargado vigilarnos -Claro que podría, desea acompañarme- Dije con una voz suave y sugerente que sin mucho problema convenció al sujeto de acompañarme con la mirada perdida.

Hice una seña poniendo la mano con el pulgar hacia arriba a mi compañero al tiempo que lo dejaba solo; tal vez le estaba pidiendo un poco más de lo que le había dicho, pero de momento era más que prioritario dar con la chica; una vez alejado el chico tendría campo libre para salir de la sala, solo debía ser cuidadoso de que nadie lo reconociera si llegaban a verlo, aunque con su capacidad para decir mentiras y actuar seguramente estaría a salvo y no pasaría más allá de una advertencia; y es que hacerse pasar por el hijo de un poderoso comerciante de los dragones era una gran ventaja.

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[1] Habilidad de Nivel 7: El Demonio de la Perversidad.

Invitado Dom 1 Ene - 19:35

El gesto molesto de Bio casi les cuesta todo, afortunadamente los empleados tienden a ser… en palabras sencillas son más tontos que un barril de martillos. La razón por la que todo adulto realiza el mismo movimiento cuando ve a un enano se le escapa a Chimar, sin duda la gente pierde facultades cuando se agranda.

Son guiados hasta una enorme sala y allí esperan poco tiempo, Bio apenas tiene tiempo de soltar varias frases antes de que aparezca el señor. Si quieres ver a un noble correr solo debes tentarlo con ganancias monetarias, dichos personajes sufren la metamorfosis más vistosa cuando eso ocurre, pasan de sardinas a tiburones hambrientos.

Maquiavelo vuelve a formar su rostro arrogante, de tanto usarlo tendrá que reposar la cara dos días. La gente de dinero siempre usa la misma mirada estirada para todo, los años de práctica tienden a dar resultados interesantes. El dueño habla mientras su pequeño invitado intenta no mostrarse sorprendido por el enorme tamaño que ostenta, menuda cantidad de grasa.

Pronto un juego de palabras confunde al enano, parece que su anfitrión tiene problemas. Si el objetivo escapa usando sus propias habilidades no les pagaran, deben actuar rápido. En la actualidad nadie sigue los estereotipos… una lección que el personaje obeso parece estar comprendiendo.

Chimar emite un bufido de desdén ante la disculpa pero no suelta palabra, es lo que haría un niño malcriado. Dejan al par de infiltrados con un guardia tosco que tiene pinta de mercenario, no debería ser difícil sacarlo de funcionamiento. Bio decide tomar la iniciativa con una táctica extraña para sorpresa de su colega, tiene trucos bajo la manga.

Debo aprender esa técnica.

Murmura para sí mismo mientras observa sorprendido el desenlace, al parecer su compañero tiene habilidades de control mental… aterrador. Cuando los dos adultos salen del lugar Maquiavelo avanza por una de las puertas contrarias con cautela, no quiere toparse de frente con algún sirviente armado.

Si fuera una niña… ¿dónde me ocultaría?

Niega la cabeza varias veces para sacarse esa imagen del cerebro, es bastante feliz con su género. Eventualmente usa la lógica, seguramente su blanco está escondido en alguna habitación oscura. La alternativa puede resultar poco alentadora para el grupo de rescate, si escapo nadie cobrara dinero.

Varios pasos cercanos hacen que el pequeño se oculte, una patrulla pasa demasiado cerca. Por suerte no le descubren, acaba de ahorrarse muchos problemas. Posiblemente pueda salir bien parado a base de mentiras pero es mejor evitarlo, no siempre se obtiene la victoria parlamentando.

Cuando transcurren uno o dos minutos el jovencito asoma la cabeza, todo despejado. Retoma su búsqueda y pronto encuentra algo prometedor, cristales rotos. Eso solo puede significar una cosa, un agente tercero daño el mobiliario. Los criados no suelen cometer tales errores, valoran su trasero.

“Debe estar cerca”

**Bio** Mar 3 Ene - 22:14

Atrás había quedado el chico, a pesar de su edad tenía el presentimiento de que sabría qué hacer, aunque su tarea no era nada complicado, simplemente esperar en esa sala hasta que yo volviera, siendo un experto en sacar información seguramente no tardaría en obtener información de los matones para ubicar a la chica en un parpadeo, una tarea que un jovencito como él jamás podría lograr; a fin de cuentas los niños son solo niños -Al fondo a la derecha, y que sea rápido- Dijo el sujeto cruzándose de brazos después de señalarme la dirección.

Avancé tragándome el poco orgullo que me quedaba y abrí la puerta para encontrarme con el exterior de la casa y algunos arbustos -¿Es en serio?- Murmuré al ver que el excelente salón de orinas de los sirvientes no eran más que unos arbustos mal podados en el patio de la casa; esperaba que un hombre tan ostentoso por lo menos tuviera algo de piedad con sus sirvientes en vez de solo lanzarlos a orinar a la intemperie como si fueran perros.

Avancé un poco hacia los arbustos esperando no pisar un terreno “usado” en busca de algún balcón o saliente por el que pudiera trepar para volver al interior a investigar, sin embargo antes de poder encontrar nada unas pisadas comenzaron a sonar desde los muros de la mansión y se acercaban a una velocidad impresionante -Pero que rayos...- Alcancé a decir antes que la misteriosa silueta oscura se lanzara sobre mí para mandarme al piso -Maldita sea, si caí sobre orina te juro que voy a matarte- Le dije al sujeto quien a pesar de su poco peso consiguió derribarme sin problemas -Si valoras tu vida, vas a guardar silencio y solo hablarás para decirme dónde está la niña- Dijo el atacante que había resultado ser una mujer, o un hombre con un severo problema en sus cuerdas vocales -No sé de qué ha...- Me interrumpió con un golpe antes que pudiera explicarle -Te dije que solo hablarás para decirme dónde está la niña- Repitió con más rudeza poniendo una daga en mi cuello.

Ahora sí que comenzaba a ponerme nervioso, por alguna razón aquella mujer pensaba que yo era uno más de esos raptaniñas y no estaría feliz hasta que le dijera el paradero de la misma; y aunque lo supiera no se lo diría, se suponía que yo debía encontrarla y rescatarla, no iba a hacer el trabajo para que alguien más se llevara el crédito -Yo no...- Intenté hablar de nuevo ganándome otro golpe en el rostro -¡¡Maldita sea!! deja de golpea...- Un nuevo golpe aterrizó en mi rostro, y es que aquella mujer me estaba dando una paliza sin siquiera esforzarse -Última oportunidad ¿Dónde está la niña?- Preguntó hundiendo poco a poco la daga en mi cuello, debía hacer algo pronto o el trabajo me costaría más de lo que pensaba...

Mujer Misteriosa:

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[1] Subrayado el inicio de una complicación.

Invitado Miér 4 Ene - 13:51

Con las patrullas eludidas y un rastro potencial Chimar avanza usando toda la cautela posible, el objetivo debe estar cerca. Recorre un trayecto relativamente largo de la casa, sin darse cuenta aborda la zona por donde desapareció Bio usando un camino alterno... estas mansiones están todas intercomunicadas.

Allí esta.

Murmura con un tono muy bajo al ver una figura pequeña saltando entre coberturas, objetivo localizado. Maquiavelo se prepara para abordarla pero al pasar por la ventana nota cierta conmoción afuera, una figura femenina parece estar dándole la paliza del año a su recién conocido compañero.

Debe ser un chiste…

Por un momento el chico medita sobre qué acción tomar, atrapar a la niña o salvarle el trasero a su colega. Eventualmente pasa a desglosar la última opción, parece que su nuevo “amigo” está en peligro de muerte, si deja que lo maten podrá quedarse con la recompensa completa… jodidamente tentador.

Que rayos… no soy tan malo.

Apunta con su ballesta pero está demasiado oscuro y su enemiga va de negro, no puede distinguir bien las zonas vitales. Tendrá que disparar al torso sin referencia, existe la posibilidad de que no logre neutralizarle de un tiro. Suspira mientras prepara todo, carece de más opciones si quiere salvar al frijol.

Veamos si la suerte esta de mi lado.

Dispara el virote y lo nota estrellarse contra su blanco, tristemente dicha victima responde bien y no cae muerta. El niño maldice mentalmente, no le gusta errar disparos. Por lo menos Bio tiene la posibilidad de escapar usando sus propios medios ahora, entre la conmoción debería poder liberarse y cuidar de su trasero.

Buena obra del mes lista.

Da media vuelta y sigue buscando a la niña, tampoco será niñera de un adulto. Por suerte la rapidez del disparo perfora el vidrio de esa ventana sin romperlo, las patrullas no entran en alerta... en la otra mano el rastro de su misión se enfría, la chica tuvo tiempo suficiente para pillar otro escondite.

Mil rayos…

**Bio** Miér 4 Ene - 15:17

La mujer seguía felizmente posada sobre mí golpeándome cada vez que podía -Se acabó tu tiempo, si tú no hablas alguien más lo hará- Sentí que sería mi fin cuando de pronto un silbido se acercó cortando el aire; la mujer se agachó por meros reflejos aunque acabó siendo golpeada por un pequeño virote que destrozó la ropa de su costado desgarrando su piel aunque solo había conseguido rozarla; pero al menos me dio la oportunidad de empujarla a un lado para ponerme de pie; no sabía de dónde había venido el virote así que debía estar atento a cualquier otra amenaza similar.

La chica giró sobre su propio cuerpo para ponerse de pie y se puso en guardia pensando que con facilidad podría volver a derribarme... Y de hecho podría, de no ser por la llegada de algunos matones de la mansión quienes acudieron en mi ayuda, dando a la mujer más argumentos para pensar que yo era uno más de aquellos secuestradores -Bien, podemos hacer esto por las malas- Dijo la mujer con una rudeza que hasta resultaba un poco sexy -Atrapen a la intrusa- Ordenó uno de los sujetos mientras yo valientemente retrocedía para mirar la batalla desde lejos.

A pesar de todo no parecía que la mujer fuera una mala persona y si estaba ahí para rescatar a la niña entonces al menos estábamos del mismo lado, aunque de momento ella no lo consideraba de ese modo; en apenas un parpadeo el primero de los valientes en atacarla acabó con un brazo roto y con su cuerpo en una posición que de solo verlo me dolía -Es solo una chica- Dijo otro acercándose con un cuchillo que tras unos rápidos movimientos de la mujer acabó metido en su propio trasero y con las piernas rodeando su propio cuello -¿Cómo rayos hace eso?- Me pregunté dando otro paso hacia atrás.

De los cuatro atacantes tan solo quedaban dos y no parecían tener muchos ánimos de atacarla después de ver cómo habían acabado sus compañeros -Te dejaré la diversión, encárgate de ella, voy por ayuda- Dijo uno de aquellos valientes emprendiendo una vertiginosa carrera en una dirección que nada parecía indicar que fuera a traer ayuda -¡¡Maldito cobarde!!- Gritó su compañero que había quedado solo frente a la despiadada mujer -Hey tú, ayúdame, podremos juntos contra ella- Me llamó poniéndose en guardia -Ataquemos juntos a la cuenta de tres- Dije poniéndome a su lado -1... 2... 3...- Amagué con salir adelante pero me detuve de inmediato y para cuando el hombre se percató de que atacaba solo ya fue demasiado tarde, una mirada de odio hacia mí se dibujó en su rostro mientras yo me encogía de hombros -Lo lamento, es que aún necesito orinar- Me excusé con lo primero que me vino a la mente y el sujeto acabó doblado por la mitad en una posición bastante extraña con su cabeza posada sobre su trasero; el sonido de huesos rotos se había hecho tan peculiar que hasta era predecible.

Bien, volvemos a estar como al comienzo- Dije en tono gracioso mientras seguía retrocediendo, y es que me gustaban mucho mis huesos en la posición que estaban, no quería saber qué tan flexible podía ser mi cuerpo ni nada parecido -¿También quieres que sea por las malas?- Me preguntó señalando a los sujetos derrotados, adoloridos y contorsionados en el piso; ni siquiera sabía si estaban vivos o no -Espera, espera, estamos del mismo lado- Intenté aclarar la situación mientras me acercaba a patear a uno de los sujetos deformados en el piso -También intento rescatar a la niña... Y debes enseñarme a hacer eso- Señalé al más deformado de los tres sujetos -Trabajo sola, y no te creo- Dijo acercándose de manera intimidante hasta que el grito de una niña rompió el silencio, se había escuchado fuera de la casa, en dirección a unos arbustos no muy lejos del lugar de donde había salido el virote -Genial debe ser ella, ahora solo debemos...- Estaba a punto de comenzar a correr junto a ella cuando su codo aterrizó en mi nariz enviándome nuevamente al piso -¡¡Ya deja de golpearme!!- Protesté mientras la veía correr en dirección al sonido.

Había recibido más golpes en esa noche que en la batalla de Terpoli pero al menos nadie podría decir que no había luchado contra la mujer para defender los intereses del dueño de la mansión; era un completo y leal guardián ahora, arriesgando mi vida “voluntariamente” para proteger los intereses de aquel hombre obeso cuyo nombre ya no recordaba; me levanté de prisa limpiando la sangre que goteaba de mi nariz; hice pipí, y corrí también en dirección a los gritos.

Invitado Jue 5 Ene - 10:56

Un grito despierta la esperanza en el inventor, se trata de la niña. Esta convenientemente cerca de su posición, ahora solo debe encontrar la fuente. Con velocidad sale de la casa y se dirige a unos arbustos, pronto descubre al objetivo gritando por lo que parece ser una rata grande en busca de comida.

Finalmente, hol…

De repente Chimar recibe un ataque rastrero, le dan una cachetada. El niño se queda mirando sin saber muy bien cómo reaccionar, no puede responder de la misma forma a una niña por… obvias razones. Al final decide utilizar toda su fuerza mental para obviar el acontecimiento, ya se vengara a la hora de cobrar.

Estoy aquí para recatarte, yo…

¿Un niño?, no me hagas reír.

Alguien necesita un espejo…

La chica tiene la misma edad que Maquiavelo, no debería menospreciar a un contemporáneo. Algunas personas no conocen la empatía infantil, todos los mocosos deben ayudarse entre sí y ser condescendientes… al menos eso enseñan los Gorriones. El pequeño suspira tratando de no responder de manera grosera, al final habla otra vez.

Debemos irnos antes de…

No necesito tu ayuda, ya casi logro escapar, vuelve con tus padres.

Cuando termina de hablar la chica sale corriendo, el jovencito apunta con su ballesta para liberar frustración. Si le dispara en una pierna no la mataría y sería más fácil de manejar, acaricia el gatillo pero luego desiste. Con los nobles es mejor no dañar la misión, en caso contrario podrían pedir rebaja de costos.

Esta chica es tan afortunada, si hubiera traído a Demian…

Sin nada mejor que hacer Chimar corre tras ella, en todo momento cuida de que no le salte un enemigo por sorpresa. La niña parece no querer entrar de nuevo a la casa, busca un punto débil en la muralla para escalar o escabullirse. Se le debe dar crédito a su inteligencia bajo presión, es una buena táctica.

Me pregunto cómo le ira al frijol.

Mientras corre no puede evitar pensar en su colega nuevo, existen posibilidades de que haya salido mal parado. Niega con la cabeza para centrarse, un problema a la vez. Al menos algo está claro, la pequeña es tan rápida como un pollo gigante… es sorprendente la velocidad que puede alcanzar con esa indumentaria.

“Dos minutos más y le disparo”

Subrayado el inicio de una complicación.

**Bio** Jue 5 Ene - 16:13

Me limpié la sangre que se me escapaba por la nariz, esa molesta mujer había trapeado el piso conmigo así que cuando la viera de nuevo, haría que alguien se las cobrara por mí, porque hacerlo yo sería mucho trabajo y me daba pereza; el grito había sido un atisbo de esperanza por encontrar a la niña pero tal como había surgido también desapareció dejándome sin rastro, aunque al menos pude encontrar a la misteriosa dama de negro; me escondí tras un árbol para seguirla sin que se diera cuenta, pues ella parecía tener una mejor idea de a dónde ir; seguí sus pasos hasta llegar a una escena bastante intrigante.

Ese endemoniado mocoso estaba apuntando a la niña como si quisiera dispararle; suerte que la mujer llegó antes para interponerse -¿Pero qué intentas? Pedazo de enano- Dijo la mujer alterada sacando el arco que llevaba en su espalda para apuntar al niño con una flecha y olvidando de momento el lugar en el que se encontraba, parecía ser que la niña tenía un valor emocional para ella, pues no dudó en servir de escudo para la chica en caso de que Chimar enloqueciera y decidiera disparar -¡¡Espera!!- Grité acercándome hasta pararme detrás del chico -Nadie le va a disparar a nadie, estamos del mismo lado- Dije poniéndome detrás del chico, en caso que la mujer disparara moriría él antes que yo.

La mujer tensó el arco y la niña tampoco nos ayudaría mucho -Mátalos a ambos, ese mocoso quería abusar de mí- Señaló la pequeña a Chimar haciendo que incluso yo lo creyera por un momento -Pequeño degenerado- Dijo la mujer con asco tensando más su arco y habría disparado de no ser porque tantos gritos y acusaciones hicieron que nos encontraran de nuevo los matones que perseguían a la niña -Ahí está, atrápenla- Dijo el mismo que antes había dicho que iba por ayuda -Sí, eso, atrápenla, nosotros la encontramos- Dije señalando a la mujer cuya rabia se hacía muy evidente y no tardó en apuntarme con su arco lanzando una flecha que apenas y pude escapar -Encárguense de esa mujer, nosotros llevaremos a la niña- Dije mientras daba un ligero golpe con el codo a mi pequeño compañero.

Los hombres parecían algo confundidos, la mayoría no tenían idea de quiénes éramos el chico y yo, pero ante el inminente ataque de la mujer no tuvieron más opción que seguirnos el juego -Sobre mi cadáver- Dijo la mujer apuntándome de nuevo aunque ya estaba rodeada de matones -Huye Mary, corre- Ordenó a la niña mientras ella nos bloqueaba el paso -Rodéenla, iremos por la chica- Ordené a los hombres que ya comenzaban a desconfiar -¿Y tú quién carajos eres?- Preguntó uno de ellos -¡¡Cuidado!!- Advertí cuando la mujer disparó la primera de sus flechas hacia el grupo y así evité responder a la pregunta; era el momento indicado para partir mientras la mujer buscaba un nuevo proyectil para lanzar, pues además debía enfrentarse a los que la atacaban en grupo.

Comencé una carrera tras la niña avisando al chico para que no se quedara ahí, había visto lo que esa loca podía hacer -Vamos enano, no querrás quedarte aquí- Dije mientras escuchaba detrás los gritos de la mujer furiosa que ahora se desquitaría con los pobres guardias de la mansión -¿De verdad querías pasarte con la niña? Picarón- Pregunté al niño sin dejar de correr tras el rastro de la chica, si conseguíamos llegar con ella a la salida todo sería pan comido y no tendríamos que preocuparnos de los matones o de esa misteriosa mujer.

Invitado Vie 6 Ene - 11:35

Pronto todo el mundo llega en un momento comprometedor, Chimar le apunta directamente a la niña. Solo tenía otro debate mental, jamás le hubiera disparado… eso cree. Tristemente el ser inteligente es un animal visual así que nada podrá convencerles de lo contrario por ahora.

Genial…

Una acusación de la niña sorprende al inventor, nunca le habían endosado algo así. Técnicamente no comprende a que se refiere, en esos temas es más tonto que un campesino iletrado. Sea como sea todos parecen sobresaltarse, sin duda es un punto delicado que necesita investigación posterior.

Define "abusar".

Pronto llega una nueva ronda de guardias, un momento afortunado para que aparezcan. El adulto aliado maneja la mentira como un cuchillo de mantequilla, por ahora se creen que los chicos buenos están de su lado… es posible que los disparos de la mujer hayan tenido que ver con ese desenlace favorable.

La chica sale corriendo, es tiempo de otra persecución. Bio y Maquiavelo rodean a la mujer de negro, no conviene acercarse demasiado. Ahora es problema de la seguridad, pobres diablos. Con velocidad el dúo persigue a su bolsa de monedas con piernas, no deben dejarla escapar para poder liberarla después.

¡Claro que no!

La pregunta del frijol le hace entender un poco la acusación anterior, jamás jugaría a los golpes con una niña, va contra sus reglas personales. Indiferentemente ahora deben atrapar al objetivo, todo lo demás queda para después. Es bastante irónico que ellos sean los salvadores, al parecer algunas personas no les gusta ser rescatadas.

El rastro les lleva al interior de la casa, por suerte tanto movimiento impide a la chica ocultarse de nuevo. Ahora es solo una carrera de agilidad, con los guardias ocupados tienen el camino despejado. En breve logran alcanzar cierta proximidad, viene siendo hora de finiquitar el problema.

Prepárate, hare que salte a un lateral.

Chimar utiliza todas sus fuerzas para llega a la misma posición, al final se arroja en un intento fingido por atrapar a la jovencita. Esta última reacciona brincando a la izquierda, pierde toda su ventaja en el proceso. Es tiempo de que Bio se gane su paga, es el más calificado para imponer autoridad… jodidos cuerpos grandes.

**Bio** Dom 8 Ene - 18:22

Corrimos tras la chica dejando atrás el sonido de varios golpes, gritos y sonidos de huesos rotos, no pensaba mirar hacia atrás por nada del mundo y mucho menos regresar, lo ideal sería alejarnos lo más posible de aquella misteriosa mujer que me daba mucho más miedo que los matones de la casa; el niño negó enfáticamente haber intentado algo con la niña aunque a su edad era que comenzaban con esas cosas, seguro al no saber aún cómo cortejar a una chica, les daba por golpear o intentar manosearlas a la fuerza -Tengo una hija, como de tu edad- Le dije sin dejar de correr -Las niñas pueden llegar a ser muy desesperantes e incomprensibles- Le dije al tiempo que señalaba la silueta de la jovencita entrando de nuevo a la casa.

Aceleré el paso para no perderla de vista -Tiene que ser una broma, si piensa escapar debería ir hacia afuera- Murmuré -Definitivamente pueden ser muy incomprensibles- Dije mientras me asomaba a la puerta que había quedado abierta de par en par tras la entrada de la niña; la sala principal estaba adornada por algunos pilares que le servirían a la chica para huir de nosotros aunque prácticamente acababa corriendo en círculos y regresando sobre sus pasos cuando la adelantábamos cortando camino -Vamos, detente, no somos los malos, venimos a salvar...- Intenté decir pero un florero que volaba hasta mi cabeza me hizo cortar la frase y agacharme; era un estresante juego del gato y el ratón y la niña corría dejando obstáculos en el camino.

¿Creen que soy tonta? Igualados pobretones- Nos gritó sin preocuparse de que llegaran más matones -No volveré a ese cuarto que huele a piricuecos- Dijo tapando su nariz en un gesto algo gracioso -Cuando ella venga los hará pedazos- Amenazó refiriéndose seguramente a esa mujer que ya me ponía los pelos de punta, luego comenzó a correr en dirección a las escaleras, era tiempo de detenerla y yo estaba comenzando a perder la paciencia, descartando a ratos la idea de sacarla ilesa -Ya entiendo por qué querías dispararle- Le dije a mi compañero que parecía tener un plan; corrí a un lado en una línea paralela a donde él iba acorralando a la chica hasta que el momento llegó; mi compañero se lanzó por la chica y ésta saltó hacia un lado, justo al lado donde yo llegaba con los brazos abiertos para atraparla.

Lo que vino a continuación no sabría exactamente cómo definirlo, pero lo recordaría mucho tiempo como si lo hubiera vivido en cámara lenta; la chica agitaba sus brazos en el aire contorsionándose y haciendo más difícil que la capturara agarrando sus brazos, en consecuencia la apreté por la cintura y caímos ambos al piso en una escena bastante aparatosa -Suéltame asqueroso pobretón- Gritaba la adorable angelita a la que realmente deseaba despedazar ahí mismo; lanzaba golpes y patadas en todas direcciones con los ojos cerrados pero eso no evitó que la levantada por el abdomen y me la llevara rodeándola con un brazo -Tiempo de irnos, pequeño- Le dije a mi compañero mientras avanzaba intentando mantener el equilibrio ante los alocados movimientos y pataleos de la niña -El camino a la salida no está lejos, solo debemos...- Nuevamente mi frase fue cortada y completada con un grito de dolor cuando la niña me incrustó las uñas en el brazo -¡¡Pequeño engendro del infierno, quédate quieta de una maldita vez o te arrancaré el corazón!!- [1] Le grité claramente enojado y dejando salir una fuerte dosis de magia de voz que perforaría su mente como una estocada poniéndola en un estado de debilidad temporal.

Vámonos antes que la mate yo- Dije al chico señalando la salida de la casa que ya no estaba muy lejos, si corríamos con suerte nada podría alcanzarnos, algunos pasos comenzaban a escucharse acercándose a nuestra ubicación aunque yo no planeaba quedarme para averiguar de quién se trataba.

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[1] Habilidad de Nivel 0: El que susurra en la oscuridad.

Invitado Mar 10 Ene - 14:47

El adulto comienza a comprender en gran medida la frustración experimentada por Chimar, aquella niña es… "difícil". Esta última cree firmemente que el dúo apareció para apresarla de nuevo, ya nadie agradece un rescate. Entre insultos y demostraciones malcriadas se pasan los minutos previos al movimiento de chimar, a partir de allí reina la conmoción.

El truco de agilidad surte efecto, la niña salta en una dirección prevista y Bio termina atrapándola. Nada mal para cualquier técnica improvisada, tristemente apenas tienen la mitad del camino recorrido. Como si su vida peligrara la chica trata de liberarse, usa todas sus artimañas pero no logra nada.

Tiempo de salir.

Inician el avance aunque no llegan muy lejos, el frijol recibe cierto ataque doloroso. Dicho personaje suelta su mejor grito y logra “apaciguar a la bestia”, sin duda tiene habilidades extrañas. Con la jovencita controlada ya pueden partir, es mejor no perder tiempo pues todo el griterío debió alertar gente.

Rápidamente el dúo marcha con su preciada carga, la ruta de salida parece clara. Lo bueno de las mansiones es que siempre están interconectadas, todo camino lleva al recibidor. Mucho espacio sin propósito aparente para el inventor, la estética arquitectónica rara vez lidera sus preferencias personales.

Algunos pasos cercanos despiertan cautela, por suerte se alejan rápido usando el pasillo más grande. No es buen momento para encontrarse con alguien, ya no pueden ocultar su misión con la chiquilla en brazos. Cualquier personaje atravesado les intentara detener… de la forma que estime necesaria.

Maquiavelo medita algunos instantes otro punto, se pregunta que habrá pasado con la mujer. El pensamiento resulta suficiente para hacerle aumentar su velocidad, no quiere terminar con algún hueso roto. Los niños son muy frágiles, especialmente cuando reciben golpes de una especialista en artes marciales.

Sabes a donde ir ¿no?

Dice cuando observa la puerta principal, es algo pertinente. No quiere convivir mucho tiempo con su objetivo, claramente es una contemporánea desagradable. Se imagina qué haría una chica de esa clase si tuviera que vivir en la pobreza o sustentarse con sus propias habilidades, sin duda seria la pequeña más molesta de la cloaca.

¡Finalmente!

Llegan al punto de inicio, parece estar despejado pero camarón que se duerme se lo lleva la corriente, el niño seguirá con la guardia alta. Parece que toda la seguridad está tratando de contener a la mujer de negro, una razón más para salir corriendo y no mirar atrás, todavía tienen trabajo.

¿Listo Bio?

**Bio** Miér 11 Ene - 2:03

Escuchar los pasos que se acercan nos sirve de motivación para darnos prisa, vamos hacia la salida más cercana, o más bien el niño va y yo lo sigo -Claro que sé a dónde ir- Respondí al niño mientras intentaba pensar a dónde rayos debemos ir aunque eso plantea una serie de interrogantes, ahora no sé si se refiere a ir ahora o después de salir de acá -Vamos a la salida, luego a donde nos lleve nuestro corazón- Respondí la primera estupidez que me vino a la mente, tal vez había escuchado eso en algún lado en días anteriores pero de momento me serviría para distraer al chico y evitar que preguntara más detalles; básicamente porque no tenía más detalles que darle, pero no lo admitiría.

Finalmente llegamos a la entrada donde parece no haber nadie; solo es cuestión de abrir los cerrojos de la reja metálica y estaremos fuera, aunque tristemente la llave seguramente la tiene alguno de los guardias -Oh, rayos, ahora no hay cómo abrir la puerta- Murmuré de mala gana, por si eso fuera poco aquella horriblemente tenebrosa, ruda y sensual mujer había conseguido acabar con los guardias y se acercaba de prisa -Piensa rápido- Le dije al chico al tiempo que lanzaba a la niña desmayada hacia él, si no reaccionaba rápido, la niña caería aparatosamente al piso y aunque esa era mi intensión desde el inicio, no sabía si causar daños a la mercancía la haría valer menos al momento de la recompensa -Busca como abrir esa reja, ganaré un poco de tiempo- Advertí a mi compañero mientras comenzaba a caminar hacia la guerrera.

Ahora dependíamos de que el chico pudiera abrir esa reja para poder salir, mientras tanto yo le compraría un poco de tiempo, debía volver a salvar el día con mis grandes habilidades de vampiro -Hola, desconocida, que bueno que llegaste, te estábamos esperando- Dije mientras se acercaba con los puños cerrados -Ahora que llegaste podremos irnos tod...- Con un puñetazo me apartó a un lado sin mucho esfuerzo -¡¡Ya deja de golpearme!!- Grité enfadado y me levanté de prisa para detenerla y evitar que llegara a donde estaba Chimar porque a él sí lo volvería sopa en un parpadeo -A ver, dejemos claro quién manda aquí- Dije tomando su hombro desde atrás para detenerla pero en un parpadeo me tomó el brazo y cuando me di cuenta ya estaba tirado en el piso -Ten piedad de ti mismo y no te levantes- Me dijo con algo de desprecio pero al intentar soltarme la agarré con la otra mano.

Forcejamos un rato pero yo no la dejaría ir -Suelta... Mi... Mano- Susurró lentamente dándome un poco de miedo pero finalmente logré sobreponerme para sujetarla con ambas manos y llevarla conmigo al piso aunque consiguió sostenerse con la otra mano y me dio con la rodilla en la cabeza -No te des prisa niño, tengo todo controlado- Dije con sarcasmo para meterle presión al niño mientras la mujer me empujaba la cara con la mano para que la soltara -Todo está- Recibí un golpe en la nariz -Bajo control- Golpe en el estómago.

Por si fuera poco la niña también comenzaba a despertar, esto se pondría complicado si no conseguíamos irnos de inmediato -¡¡La puerta!!- Grité de nuevo -¡¡La niña!!- Agregué también para que Chimar no tuviera paz ni pudiera relajarse de ninguna manera posible -¡¡Los matones!!- Agregué por si eso fuera poco mientras un par de sujetos que habían llegado tarde a la fiesta venían hacia nosotros -Estamos del mosmo lodo- Dije a la mujer intentando hablar con su rodilla presionando mi cara hasta que finalmente se levantó ante la inminente llegada de los otros guardias -Si siento aunque sea un poco que vas a traicionarme, meteré tus rodillas por tu trasero- Me amenazó la mujer entendiendo al fin que todos queríamos sacar a la niña de ese lugar, no sabía si su amenaza fuera posible de lograr pero tampoco quería averiguarlo -¿Qué pasa con esa puerta niño?- Preguntó la molesta mujer -Sí ¿Qué pasa con la puerta? Niño- Añadí también, ahora solo por diversión y por estresar al chico -Me encargaré de estos hombres, ustedes salgan- Me dijo seria -Y si salgo y no los veo...- No terminó su amenaza pero un trago de saliva sonó en mi garganta; no podía confirmarlo, pero sabía que debajo de esa máscara, se estaba riendo de mí.

La niña había conseguido ponerse de pie y yo de ninguna manera pensaba volver a cargarla, afortunadamente la mirada de la guerrera sirvió para que la niña aceptara ir con nosotros y salir de ese espantoso lugar, una vez fuera solo sería cuestión de tiempo para ganarnos algunos aeros aunque ya no estaba seguro que pudieran considerarse dinero fácil.

Invitado Jue 12 Ene - 10:48

La respuesta del frijol puede traducirse como “no tengo idea de a dónde ir”… típico. Si no entregan a la niña no les pagaran y si no les pagan todo habrá sido en vano, da que pensar. Indiferentemente primero tienen que salir, pasar más tiempo en la lujosa mansión es tentar a la suerte.

… “excelente”.

Luego de afirmar su posición con un comentario sarcástico llegan a la puerta, en breve surge otra complicación. Algún personaje con cerebro le puso llave, parece que no se puede juzgar la inteligencia con demasiada premura. Chimar se prepara para hacer su “magia” aunque primero le lanzan algo pesado.

¡Que rayos!

Bio le arroja al objetivo, menudo sujeto. Es bien conocido que dos objetos con igual masa y tamaño no pueden sobreponerse entre sí, como consecuencia Maquiavelo termina en el suelo con la chiquilla encima. La aparta usando todas sus fuerzas, al menos suavizo su caída. Con premura busca sus herramientas cuando esta vertical, tiempo de jugar.

Introduce la ganzúa aunque otra cosa llama su atención, la mujer de negro se acerca. Bio valientemente da un paso al frente, tal vez los adultos no sean tan malos. El niño vuelve a fijar su mente en el mecanismo mientras los golpes y gritos dan una idea clara de “quien manda”… las mujeres dan miedo.

Entre tanto conflicto algo más resalta, la aparición de dos matones. Tal parece que el dueño tenía contratada toda una pequeña milicia para salvaguardar su mansión, hablando de delirios de persecución. Por lo menos una alianza imprevista se forma, ahora tienen a la ágil luchadora de su lado.

La paciencia es una virtud…

Dice para acallar los comentarios en su contra, necesita más tiempo. La cerradura es costosa, lo que significa problemas agregados. El jovencito continúa tratando hasta que se hace patente un sonido agradable, el típico “click”. La puerta se abre revelando un nuevo camino, ahora pueden huir... “valientemente”.

La niña se despierta pero una mirada de su matona preferida evita otra manifestación de malcriadez, es una buena noticia. Chimar silba para indicar al resto su logro, no pueden perder más tiempo jugando a los golpes. Sale con el objetivo poco después, no vale la pena esperar más tiempo adentro.

El exterior está despejado, parece que los esfuerzos combinados han dejado desierta la fachada. Nada mal pero no es apuesta segura, mejor seguir moviéndose. Los dos niños corren por el jardín rumbo a la reja principal, a pocos instantes de abandonar la estructura se detienen para darle un vistazo a sus compañeros.

**Bio** Jue 12 Ene - 14:44

Los pasos de aquellos sujetos acercándose consiguieron lograr que la mujer, al menos de momento se pusiera de nuestro lado; me levanté limpiando con la manga de mi camisa la sangre que salía de mi nariz, me habían dado una paliza épica que trataría de olvidar lo más pronto posible, afortunadamente el chico no me conocía y posiblemente nadie se enteraría de lo ocurrido esta noche.

A pesar de estar trabajando bajo presión y de un modo que no me habría imaginado, el chico consiguió despejar la cerradura y dibujarnos así el hermoso camino a la libertad; intenté acercarme a la niña para volver a tomarla pero ésta se resistió -No... Me... Toques... Puedo sola- Dijo con voz arrogante, le daría un par de nalgadas para hacerla respetar de no ser porque estaba muy bien custodiada y esa otra mujer daba algo de miedo -Vamos chico, ya conseguí abrir la puerta- Dije tras empujar el portón y abrirlo de par en par -Tengo que hacer todo yo- Dije aunque sabía que el chico había hecho un buen trabajo pero me resultaba divertido molestarlo por ser un simple mocoso enano.

La niña parecía no querer irse, quedándose a ver como su niñera se peleaba con aquellos sujetos que posiblemente no durarían mucho en pie -Vamos, princesa, no tenemos toda la noche- Le dije con sarcasmo para hacer que se moviera y la mirada de aquella siniestra mujer contribuyó a que se pusiera en marcha junto a nosotros -Vamos niña, llévanos a tu casa... Y no es que yo no sepa dónde queda... Solo es... Ponerte a prueba- Dije tratando de no quedar mal ante los ojos de ambos niños, los adultos debemos imponer respeto dando una buena imagen tal como yo había venido haciendo toda la noche; había acabado con los matones, había controlado a la mujer tenebrosa, había atrapado a la niña y hasta había abierto la puerta, fácilmente podría haber hecho el trabajo yo solo, el chico seguramente me consideraba un héroe y querría ser como yo cuando fuera grande.

Avanzamos hasta la esquina en donde la niña se detuvo para esperar a su compañera y no pasó mucho rato para que ésta llegara con una actitud amenazante de nuevo, saqué mis dagas para defenderme, unas bastante particulares hechas por cierto niño aunque no fueron necesarias -Bien, fin de la tregua, ahora váyanse- Dijo desafiante aquella insensata -No nos vamos a ningún lado- Exclamé con valentía mientras me colocaba detrás de Chimar para que me sirviera de escudo en caso de... Complicaciones.

Un momento de silencio incómodo se alargó hasta que intervine de nuevo -¿Crees que solo con ser fuerte puedes intimidarnos y espantarnos?- Pregunté alzando un poco la voz -Bueno, tal vez sí puede- Murmuré para mí mismo -¡¡Pues no!! te mostraremos quién está a cargo- Empujé suavemente al niño -Muéstrale quién manda- Le dije al chico mientras le hacía una señal de apoyo con el pulgar arriba -Hicimos el trabajo, recuperamos a la niña, lo justo es que obtengamos la paga- Dije sin salir de la protección de estar tras el niño; la mujer miró a Chimar de la cabeza a los pies para finalmente acabar cediendo -Pueden quedarse con la recompensa si es eso lo que los mueve, pero el crédito por salvar a la niña es mío- Puso sus condiciones claras; miré al niño y me encogí de hombros, me parecía un trato justo y no creí que pudiéramos encontrar algo mejor -Pues, funciona para mí- Dije mirando al niño esperando que estuviera de acuerdo...

Invitado Vie 13 Ene - 11:03

Bio no tarda en unirse, claramente quiere alejarse de la casa. Tiene la osadía de autoproclamarse el “héroe de la puerta”, Chimar se limita a mirarlo con desdén. Es un sujeto peculiar sin duda, le gusta torcer la realidad. Los adultos rara vez se comportan de esa forma, resulta casi… entretenido.

El frijol no sabe dónde vive la niña, menuda novedad. Por lo menos el objetivo debe tener interés en volver a su jaula de oro, la comodidad es algo difícil de despreciar. Sería prudente retirarse mientras la guerrera sigilosa continua luchando adentro, no tiene pinta de respetar alianzas imprevistas.

Pronto la mujer de negro sale del recinto, parece que ya despacho la amenaza, adiós al escape. Claramente quiere terminar la asociación temporal y llevarse el dinero, algo que no pueden permitir el par masculino. Una respuesta amenazante es emitida, es triste que no venga acompañada de acciones más valerosas.

El adulto se coloca detrás de Chimar, menuda forma de demostrar coraje. Un silencio incomodo tiene lugar hasta que la misma persona lo rompe, lanza bravuconerías imprecisas. Maquiavelo por su parte se prepara para lo peor, al menos ya puede ver al enemigo y no fallara otro tiro.

La mujer cede estableciendo condiciones aceptables, ella se lleva la gloria y los chicos buenos el dinero, mejor trato no puede formarse. El pequeño asiente, puede aceptarlo. No le interesa ser reconocido, solo quiere el dinero y poder dejar todo atrás en la cama. Eventualmente emite comentario, todos le estaban esperando.

Puedo aceptar eso.

Con los términos fijados el pintoresco grupo inicia la marcha, la extraña señorita lidera el rumbo. Media hora después están en frente de una elegante mansión, otro templo al ego. Bio y el enano esperan afuera, obviamente no pueden mostrarse ante el dueño de la casa. Los minutos pasan, eso genera cierta sensación de preocupación.

¿No crees que…?

Por suerte la especialista sale, sigue el plan al pie de la letra. Es reconfortante encontrar gente honesta en el camino, dicen que es una habilidad bonita. Dicha protagonista enseña las bolsas con aeros, cantidades iguales en diferentes contenedores. Sin extenderse demasiado entrega la recompensa y vuelve al interior, solo les dedica una mirada final arrogante.

Un placer hacer negocios.

Llegan al final de la extraña aventura, fue interesante y bien remunerada, el tipo de cosas que Chimar lleva haciendo desde que gano el título de huérfano. Más dinero para la reserva, viene bien pues el cumpleaños dreno los ahorros del jovencito. Sin más que hacer se despide de su colega, es momento de volver a la ratonera.

Buen trabajo… aunque debes mejorar tus habilidades de ladrón jeje; por cierto, son unas bonitas dagas. Nos vemos.

**Sigel** Miér 25 Ene - 17:49

- Trabajo corregido -

Buen trabajo chicos, habéis desarrollado el hilo de forma interesante y haciéndolo fácil de leer. Me gusta que hayáis colaborado para aprovechar las mejores bazas de cada uno a lo largo del rescate.

Bio recibes 19 puntos de experiencia y 400 aeros.
Chimar recibes 19 puntos de experiencia y 400 aeros.

La experiencia y aeros ya se os han sumado al perfil.

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