¡HORRIBLE! [Desafío]

A eso se le podía llamar tortura. ¡Jamás había conocido a alguien tan cruel! Y eso que había conocido a muchos hombres crueles. A ella misma le habían hecho cosas horribles las cuales intentaba olvidar cada vez que cerraba los ojos. Sin embargo, a lo que a Sonagashira le hicieron no era nada en comparación con lo que estaba haciendo Lon con las mariposas.

Sona, se arrastró por el suelo para acercarse más a la casa de Lon. Justo bajo de la ventana que daba la habitación donde Lon y  Lonito estaban, había un frondoso arbusto en el que Sona se podía esconder sin que la viesen. Allí que fue. Tenía que detener a Lon. Debía de parar esa barbarie. Era demasiado cruel. ¡MUY CRUEL!

Una vez escondida entre los arbustos podía escuchar lo que Lon y Lonito hablaban entre ellos. ¡Se estaban riendo! Sonagashira se mordió el labio inferior detener la primera y violenta intención de romper la ventana y hacerles las mismas cosas crueles que Lon les hacía a las mariposas. Sabía hacerlo. Sona era mucho más fuerte de lo que aparentaba. Podía hacer mucho daño a Lon y a Lonito.

-Acercarte y mira, ésta la encontré en los prados de Dundarak cuando era joven-.

Al hombre más viejo, Sonagashira lo llamaba por el nombre de Lon. Aquel no era su nombre verdadero pero no le importaba a la chica mariposa y no le importaba. Sona necesitaba un nombre por el llamar al torturador uno fácil de pronunciar y que fuera que para una persona mala. El nombre de Lon, pensó la chica mariposa, era perfecto. El más pequeño, obviamente, sería Lonito. Éste era apenas un cachorro de humano. Era muy pequeño para tener que soportar ver las cosas horribles que Lon le enseñaba. Sona no pudo resistir las ganas de llorar. ¡Era horrible!

-¡Hala! ¿Y ésta abuelo, dónde la conseguiste?-

¡No! Lonito estaba disfrutando de lo que Lon le enseñaba. Sona no se lo podía creer. El malvado Lon había vencido y había corrompido la mente del pequeño Lonito.

-Fue en Ulmer, cuando visité a los licántropos- hubo unos segundos silencio y Lon continúo- espérate aquí, tengo más en otra estantería-.

¿¡Más cadáveres, todavía más!? Sonagashira había contado un total de veintiocho cadáveres de mariposas  expuestas en el primer cuadro, veinticuatro en el segundo y doce en el tercero. Fue horrible. Tantas de sus amiguitas juntas, muertas y  puestas como si fuera parte de los muebles de una casa. Lon se sentía orgulloso de haber matado a esas mariposas e intentaba alentar a su nieto a que matase más mariposas con él. Era horrible, horrible, horrible. Sona se llevó las manos en la cabeza y la movió de lado a lado con rápidos movimientos mientras gritaba:

-¡Horrible, horrible y horrible!-


Bienvenido salvador de mariposas: Estás en Vulwulfar aunque, debo señalar que no me importa cómo has llegado ahí, por mi parte no seré estricta con tu cronología. Es increíble ver cómo una escena tan adorable como puede ser la de un viejito enseñando su colección de mariposas a su nieto puede convertirse en algo HORRIBLE a los ojos de mi amada Sonagashira. En este primer turno, te encuentras a Sona espiando la casa del abuelito. Para no liar más el lío, tu objetivo en este turno será solo cruzarte con la chica mariposa.
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La acción instintiva, y la que hizo sin pensarlo dos veces, fue la de alejarse un par de metros a gatas de Dono. Estaba nerviosa. Sudaba. ¡¿Cómo iba a estar tranquila con un hombre malo mirándola tan de cerca?! Dono era malo. Con cara de malo y cuerpo de malo, Dono no podía ser otra cosa que un malo. A Sonagashira no podía engañarle. Había conocido muchos hombres malos a lo largo de su corta vida y sabía ponerles nombres cada vez que los veía. El hombre malo con aspecto de jaguar se llamaba Dono. ¡Qué no dijera mentiras! No iba a ayudarla y su nombre no era Dendrei. Era Dono e iba a hacerle daño como todos los demás hombres malos que había conocido y le habían hecho mucho daño.

Sonagashira detuvo su huida a gatas cuando su espalda chocó contra la pared de la casa de Lon. Él era otro hombre todavía más cruel que Dono. Tanto que era capaz de enseñarles cadáveres a Lonito para, así, enseñarle a que sea tan malo como él. ¡HORRIBLE!

-No me hagas daño- murmuró, muerta de miedo, sin apenas abrir la boca- por favor, no me hagas daño.- giró su cabeza para señalar la casa de Lon y, rápidamente, devolvió la mirada hacia Dono- Ese hombre ha matado a muchas de mis amigas, hazle daño a él, a mí no-.

Posó sus manos en la pared que le daba su apoyo. Necesitaba algo con lo que cogerse para no caerse. En la imaginación de Sona, Dono era tan cruel que sería capaz de llamar a Lon para que hiciera con ella lo mismo que había hecho con sus amigas. La mataría, la pondría en un cuadro de cristal y lo enseñaría a los niños. Esa imagen fue suficientemente para que unas lágrimas frías cayeran de los ojos de Sonagashira.

-No me hagas daño- apenas se oía su voz, si gritaba muy fuerte Lon la escucharía- por favor, no me hagas daño-.

Sona estaba segura que, aunque llorase y suplicase, Dono iba igual de malo. De nada le había servido, tiempo atrás, suplicar y llorar. Los hombres siempre fueron muy crueles con ella. Decían que estaban ahí por ella, que la iban a ayudar y que no tuviera miedo. Las mismas palabras que Dono. Movió la cabeza de lado a lado en rápidos movimientos como si estuviera diciendo un gran “no”. No, por favor, otra vez no. No quería que esos malos recuerdos de los hombres malos volvieran a su cabeza. Ahora tenía amigas. Tenía a Riny y a Kiny, ellas eran buenas amigas. Los hombres malos que la hacían daño no estaban con ella. ¡No, no, no, no…! No quería recordarlos. Quería irse a jugar con sus amigas al campo de amapolas. No quería llorar ni suplicar ni sufrir lo que una vez sufrió. ¡NO!

Dono, con su aspecto y sus palabras, le hacía recordar todo cuanto había pasado. Todas esas cosas malas que los hombres, que decían que eran sus hermanos e iban a ayudarla, le habían hecho. ¡HORRIBLE! ¿Lon habría hecho lo mismo con las amiguitas de Sona antes de matarlas y ponerlas en el cristal? Creía que sí. Estaba convencida que sí. Y, si no hacía algo pronto, Lonito aprendería a hacer esas mismas cosas malas.

-Vete- procuró, esta vez sí, abrir bien la boca para que Dono le comprendiera- tengo que salvar a Lonito- volvió a mirar, solo un segundo, el interior de la casa- ¡se convertirá en otro asesino de mis amigas si te quedas!-

¿Y eso a Dono que le importaba? Sona pensaba que estaba ahí para hacerle daño. No le interesaba nada sus amigas y no iba a hacer nada por ellas.  Si alguien tenía que hacer algo por sus amigas, debía de ser ella. Cogió una enorme roca del suelo, dio la espalda a Dono y apuntó hacia la cabeza de Lon…


Dendrei: Debes de tener un poco más de tacto hacia una chica mariposa esquizofrénica que cree que todas las personas son malas y van a violarla como ya hicieron otros hombres desde que era niña. Aunque, bien pasado, con tacto o sin él, Sona seguirá pensando lo mismo. Bromas a un lado, en este último turno, deberás elegir entre: Hacer daño a “Lon y Lonito” como venganza de las mariposas que mató o impedir que Sonagashira haga daño al inocente viejito y su nieto.  

No creí que causaría tal reacción mi pasivo acercamiento, la pobre chica le aterró mi presencia, ella parcia un pobre animalito acorralado por su depredador y con esa misma actitud suplicaba que la dejase en paz, las cosas no estaban saliendo como esperaba, en vez de tener una nueva amiga, estaba causando pavor en aquella chica. Creí que la mejor opción era, darle espacio para que notase que no quería ¿comérmela? ni nada parecido.

Fue sorpresivo el golpe producido por la piedra, que me dolió bastante por el tamaño de aquella, la acción me recordó a cuando un humano toma una piedra imaginaria para ahuyentar un perro que está por atacarle, con el mismo desprecio creo que fue lanzado este proyectil. Pero más que el dolor físico, la situación evocó oscuros recuerdos de mi infancia ¿Por qué? ¿Por qué siempre me trataban así? antes por humanos que creían que atentaría contra su ganado y ahora por está chica, ya me estaba convenciendo que era despreciable, pero no encontraba ningún motivo real para hacerlo, ¿acaso era mi pelaje, mi actitud? ya era la segunda vez que era apedreado por el simple hecho de acercarme a las personas.

Toda esa pequeña introspección no hizo más que entristecerme muchísimo, disminuyendo el animo con el cual había comenzado el día. Además logró hacerme ver que por más amigable que fuese, por más buenas intenciones que tuviese, decepcionantemente y contrario a lo que quería, no podía ser amigo de todos. Aun así estas personas que me alejan por suerte son solo una minoría.

Al ver que su segundo proyectil lo estaba dirigiendo a la casa me dispuse a evitarlo a toda costa, no podía permitirme que alguien más sufra por el mismo objeto, imaginé que el golpe podría incluso dejar sin padre a aquel joven, destrozando la familia y la vida del niño que se veía en infancia temprana. Y por más que no entendiese la afición de aquel viejo y además reprochase su actitud, que a mi juicio era condenable el hecho de arrebatar la vida a aquellas pobres maripositas por mero coleccionismo, no podía permitirme que se buscase la solución de ojo por ojo, si caíamos en ese siclo  la muerte solo traería más muerte y dolor. Así que tenía el inevitable pensamiento de querer proteger a ese vejete y su cría humana.

Me recuperé del golpe en la espalda poniéndome de pie y corriendo hacia la ventana, ya al frente de esta agache la cabeza y puse mis manos frente mi cara y un -Basta- surgió como un suspiro entrecortado, el haber recordado ese hecho pasado había aflorado una fibra sentimental en mí. Volví a repetir después de recibir otro pedrada en el hombro -Basta - volvió a surgir y quebró mi voz, ya había tomado el problema como personal  -por favor detente, a mi tampoco me gusta lo que hace… pero algunos humanos en su inocencia e inconsciencia causan daño a la naturaleza o en este caso con las mariposas sin saber, pero no por eso podemos causarles daño-.

Al parecer el alboroto causado por las piedras y las suplicas prorrumpidas por mi había llamado la atención delos que estaban a nuestro alrededor, posteriormente la pequeña cantidad de observadores, entre ellos elfos y humanos que con su tenue bullicio de preguntas como ¿qué esta pasando? o ¿porque no se defiende el gato? que se transformaban en un murmullo, que desgraciada o afortunadamente alertó al dueño de la casa y este salió para ver que ocurría en su patio. Al verlo salir temí lo peor, tal vez realmente era un sociópata obsesionado con las mariposas, y la vida de aquella extraña chica estaba en peligro.

Mis prioridades cambiaron al pensar eso, si por alguna razón la mariposa se veía en peligro no dudaría en protegerla –si no podía ser amigo de todos por lo menos intentaría cuidar a quien pudiese o necesitase -.me volteé a ver si seguía ahí y mientras lo hacia pronunciaba -cuidado- casi imperceptible con los murmullos causados por las personas.

¡¿Cuidado?! Ella no tenía por qué tener cuidado por nada. Era lo suficientemente fuerte como para cuidarse de ella solita sin que cuidasen de ella. No, no tendría cuidado. Personas malas como Lon y Lonito eran los que tenían que ser cuidados pues Sonagashira no iba a dejar que ellos se saliesen con la suya matando a sus amigas las mariposas. ¡Por supuesto que no! Los malos eran los que tenían que tener cuidado y Lon y Lonito eran muy malos; no menos malo de lo que era Dono. Dono era el más malo de todos. No solo protegía a Lon sino que además intentaba convencerle de que el asesino de mariposas era bueno y estaba enseñando cosas buenas a su nieto. Dono era muy malo. El más malo.

Y como malo que era, tenía que tener cuidado.

Nada más terminó de hablar, Sona le abofeteó la cara.

-Tú eres el más malo,- dijo con lágrimas en los ojos-ten tú cuidado-.

Hecho esto, se fue corriendo. Dono era el más malo. Había pegado al más malo. Lo que Dono sería capaz de hacer era algo que Sonagashira no quería ver. Le tenía verdadero pavor y asco por parte iguales. Huir era la única salida. Huiría porque Dono es malo y la pegaría después de que ella le hubiera abofeteado.

* Dendrei: ¿Convencer a una ezquizofrénica de lo que hace es malo? Mal asunto amigo.

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