Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
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Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Mi camino por fin había terminado, el frío me helaba los huesos y aunque no tenía la certeza de encontrar nada, sentía la corazonada de que estaba en el lugar correcto, si esa criatura realmente existía, éste sería un buen lugar para empezar a buscarlo, es que, buscaba nada menos que a un Hevonen, aunque nadie había podido darme la seguridad de que tan criatura existiera realmente, nada perdía con intentar encontrarlo, en mi lucha, tener un aliado como ese podría resultar de gran ayuda.
Di unos cuantos pasos hasta acercarme a un grueso tronco mientras pensaba - (Necesito encontrarlo, necesito que exista)- de nuevo, me había quedado sin nada de qué alimentarme, pero al parecer ese no era el peor de mis problemas, algo se movía entre los arbustos cercanos, intentaba ocultarse pero su gran tamaño le dificultaba su tarea, me levanté discretamente para intentar alejarme pero la situación parecía ser un poco más grave de lo que había calculado, escuchaba sonidos en varios de los arbustos cercanos, esto no era nada bueno, pero a fin de cuentas, sabía que esto iba a ser peligroso - Si fuera fácil no sería divertido - Murmuré mientras caminaba de prisa para salir del círculo donde me encontraba rodeado, eran unos 3 o 4 enormes y asquerosos trolls de la montaña, o al menos eso parecían, aunque se ocultaban tras los arbustos, sus espaldas sobresalían y aunque se veía un poco gracioso, resultaba bastante alarmante haberme topado con semejante inconveniente, caminaba sigilosamente mientras pensaba - (Si me atacan, no voy a poder solo contra todos ellos, y peor aún, podría haber más de los que he podido descubrir hasta ahora ) - y así, se me acabó el camino, tras de mí, un enorme precipicio, ir más atrás ya no era una opción, delante de mí, los enormes monstruos esperando invitarme a una cena, como plato principal, sin más opción, llevé mis manos a mi cintura hasta alcanzar mis dagas, me puse en guardia con todos mis sentidos alertas, y grité por fin - Fin del juego, sé que estás ahí - Prefería hablarle como si pensara que era solo uno, de esa forma los otros tal vez se quedarían escondidos para sorprenderme, y yo podría deshacerme al menos del primero de ellos, un fuerte grito gutural hizo volar a las aves de los árboles cercanos, esa cosa se levantaba del piso sin dejar de subir, era bastante aterrador, pero aunque me contaba, me esforzaba por mantenerme calmado, no mostrar ninguna señal de miedo, en apenas tres pasos había llegado casi a donde yo estaba, sujeté mis dagas con fuerza y me preparé para un difícil combate.
---------------------------------------------------------Di unos cuantos pasos hasta acercarme a un grueso tronco mientras pensaba - (Necesito encontrarlo, necesito que exista)- de nuevo, me había quedado sin nada de qué alimentarme, pero al parecer ese no era el peor de mis problemas, algo se movía entre los arbustos cercanos, intentaba ocultarse pero su gran tamaño le dificultaba su tarea, me levanté discretamente para intentar alejarme pero la situación parecía ser un poco más grave de lo que había calculado, escuchaba sonidos en varios de los arbustos cercanos, esto no era nada bueno, pero a fin de cuentas, sabía que esto iba a ser peligroso - Si fuera fácil no sería divertido - Murmuré mientras caminaba de prisa para salir del círculo donde me encontraba rodeado, eran unos 3 o 4 enormes y asquerosos trolls de la montaña, o al menos eso parecían, aunque se ocultaban tras los arbustos, sus espaldas sobresalían y aunque se veía un poco gracioso, resultaba bastante alarmante haberme topado con semejante inconveniente, caminaba sigilosamente mientras pensaba - (Si me atacan, no voy a poder solo contra todos ellos, y peor aún, podría haber más de los que he podido descubrir hasta ahora ) - y así, se me acabó el camino, tras de mí, un enorme precipicio, ir más atrás ya no era una opción, delante de mí, los enormes monstruos esperando invitarme a una cena, como plato principal, sin más opción, llevé mis manos a mi cintura hasta alcanzar mis dagas, me puse en guardia con todos mis sentidos alertas, y grité por fin - Fin del juego, sé que estás ahí - Prefería hablarle como si pensara que era solo uno, de esa forma los otros tal vez se quedarían escondidos para sorprenderme, y yo podría deshacerme al menos del primero de ellos, un fuerte grito gutural hizo volar a las aves de los árboles cercanos, esa cosa se levantaba del piso sin dejar de subir, era bastante aterrador, pero aunque me contaba, me esforzaba por mantenerme calmado, no mostrar ninguna señal de miedo, en apenas tres pasos había llegado casi a donde yo estaba, sujeté mis dagas con fuerza y me preparé para un difícil combate.
Offrol
En momentos como estos, los guerreros gritan: "Por Asgard" o "Esto es Esparta" pero yo creo que gritaré "¡¡Auxilio!!" xD en fin, la información de las bestias mencionadas se puede encontrar en estos links:
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Última edición por Bio el Dom Feb 15 2015, 05:40, editado 1 vez
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
En el lugar reinaba un silencio muerto. Sólo se escuchaban las pisadas del muchacho y el viento gélido que gemía cuando rozaba cualquier objeto. El joven caminaba con dificultad por la nieve tapado de tal forma que sólo se le veían los ojos para que el frío no lo afectara, sin embargo sus esfuerzos eran en vano. Las manos ya temblaban con tan ferocidad que le era difícil agarrar la capa. Nunca antes había sufrido el frío de tal forma y se tenía que contener para no usar sus poderes para calentarse. Sería una pérdida de energía innecesaria: si los utilizaba en demasía podría llegar a debilitarse mucho antes de llegar a un lugar donde descansar. En lo único que podía pensar era en Lunargeta. Faltaba mucho para llegar allí, pero sabía que no una vez que estuviera en la ciudad todo cambiaria. Podría dejar su vida de ladrón atrás y dedicarse a algo más honesto, o simplemente continuar con sus actos poco legales; seguramente en aquella gran ciudad nadie sabía sobre el joven ladrón. La idea de una vida nueva o menos complicada, en su defecto, era lo único que le permitía seguir caminado, de otra forma seguramente ya se hubiera rendido.
¿Cómo había terminado allí en uno de los lugares más recónditos donde era difícil respirar por la altura? En realidad no era ningún misterio por qué estaba allí lidiando con esas condiciones tan extremas. En su afán de alejarse de los poblados más pequeños por temor a que ya lo reconocieran como un ladrón había comenzado a elegir caminos que parecían poco transitados. Si sumamos esto a la falta de un sentido de dirección del joven no era difícil concluir cómo había terminado allí. Ahora maldecía no haber tomado uno de los caminos, que seguramente lo hubieran llevado por otro sendero menos complicado, sólo porque había visto uno de los carteles de su busca con su imagen en él.
Suspiro fuerte para interrumpir el silencio. Ya lo estaba volviendo loco; estaba acostumbrado a pueblos y ciudades donde estaba rodeado de personas y diferentes sonidos. De pronto un grito bestial que provoco que varios pájaros de los arboles cercanos huyeran rompió el silencio definitivamente.
Lo que lo motivo a correr para averiguar la fuente de ese grito en contra de cualquier instinto se puede explicar fácilmente. Un viajero no duda en acercarse a un fuego o a una luz a la distancia a pesar de no conocer de donde proviene. La luz o el fuego es una señal de vida, o de contacto y por más que una persona se considerase solitaria siempre buscaría algo que lo conectase con otra persona. Ese grito era la luz distante de Ghabriel.
Sólo tardo unos segundos en encontrar al hombre que había gritado quien estaba al borde de un precipicio intentado luchar contra un ¿Troll? ¿Eso era un Troll? ¿El hombre tenía una daga? Tenia dos opciones; quedarse a mirar el espectáculo o ayudarlo. Pensó dos segundos y decido no dejar al pobre hombre a la merced de la bestia, al fin y al cabo si aquel extraño no hubiera gritado aún seguirá en un mar de silencio. Miró a su alrededor y vio un motón de piedras al lado suyo. Agarró una de sus espadas y cortó un pedazo de la capa. Luego sacó una botella de licor de uno de sus bolsillos y baño la tela para luego envolver las rocas con los retazos de capa.
Tomó una de las piedras envueltas y las encendió. Arrojó el pequeño proyectil ardiente hacia el Troll y le pegó en la cabeza. Rápidamente tomó otro, lo encendió y lo volvió a arrojar. El segundo le pegó en el ojo. El tercero no fue tan atinado, casi le impacta contra el hombre, pero los primeros dos habían logrado que el Troll se desestabilice un poco.
¿Cómo había terminado allí en uno de los lugares más recónditos donde era difícil respirar por la altura? En realidad no era ningún misterio por qué estaba allí lidiando con esas condiciones tan extremas. En su afán de alejarse de los poblados más pequeños por temor a que ya lo reconocieran como un ladrón había comenzado a elegir caminos que parecían poco transitados. Si sumamos esto a la falta de un sentido de dirección del joven no era difícil concluir cómo había terminado allí. Ahora maldecía no haber tomado uno de los caminos, que seguramente lo hubieran llevado por otro sendero menos complicado, sólo porque había visto uno de los carteles de su busca con su imagen en él.
Suspiro fuerte para interrumpir el silencio. Ya lo estaba volviendo loco; estaba acostumbrado a pueblos y ciudades donde estaba rodeado de personas y diferentes sonidos. De pronto un grito bestial que provoco que varios pájaros de los arboles cercanos huyeran rompió el silencio definitivamente.
Lo que lo motivo a correr para averiguar la fuente de ese grito en contra de cualquier instinto se puede explicar fácilmente. Un viajero no duda en acercarse a un fuego o a una luz a la distancia a pesar de no conocer de donde proviene. La luz o el fuego es una señal de vida, o de contacto y por más que una persona se considerase solitaria siempre buscaría algo que lo conectase con otra persona. Ese grito era la luz distante de Ghabriel.
Sólo tardo unos segundos en encontrar al hombre que había gritado quien estaba al borde de un precipicio intentado luchar contra un ¿Troll? ¿Eso era un Troll? ¿El hombre tenía una daga? Tenia dos opciones; quedarse a mirar el espectáculo o ayudarlo. Pensó dos segundos y decido no dejar al pobre hombre a la merced de la bestia, al fin y al cabo si aquel extraño no hubiera gritado aún seguirá en un mar de silencio. Miró a su alrededor y vio un motón de piedras al lado suyo. Agarró una de sus espadas y cortó un pedazo de la capa. Luego sacó una botella de licor de uno de sus bolsillos y baño la tela para luego envolver las rocas con los retazos de capa.
Tomó una de las piedras envueltas y las encendió. Arrojó el pequeño proyectil ardiente hacia el Troll y le pegó en la cabeza. Rápidamente tomó otro, lo encendió y lo volvió a arrojar. El segundo le pegó en el ojo. El tercero no fue tan atinado, casi le impacta contra el hombre, pero los primeros dos habían logrado que el Troll se desestabilice un poco.
Ghabriel
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Miraba fijamente a aquella imponente criatura que parecía sacada de alguna exagerada y lúgubre pesadilla, estaba a punto de avanzar cuando un silvido surcó el aire dejando una leve estela de fuego que alcanzó a golpear la cabeza del troll, parecía tal vez, una piedra, antes que pudiera salir de mi asombro, una segunda piedra impactó velozmente contra el ojo del troll que dio un par de pasos hacia atrás al tiempo que llevaba las manos a su cara para cubrir su ojo herido mientras soltaba un desgarrador grito de dolor, intenté ver de dónde venían las piedras pero mis reflejos se vieron puestos a prueba, una tercera piedra encendida venía justo hacia mi cara, apenas pude evitarla - (¿aliado o enemigo?) - Pensé, sin embargo, la prioridad era el troll, me acerqué velozmente corriendo a baja altura y tras una pequeña voltereta al raz del piso quedé justo a lado de su pierna izquierda, usé mi mano derecha para incrustar una daga en la parte posterior de la rodilla del troll, con tal fuerza que tras el brutal sonido de huesos rotos, la punta de la daga brotó por el otro lado de la rodilla, me levanté de prisa justo detrás del troll y aprovechando su momento de desconcierto y su falta de equilibrio, di un salto hacia él y lo empujé con ambas piernas, lo más fuerte que pude, hacia el precipicio, la fuerza de gravedad y su desequilibrio se encargarían del resto - Uno menos... ¿Ahora que haré con los otros? - Hacía mucho tiempo que no me encontraba en medio de un combate, pero al menos mis reflejos seguían siendo buenos, frente a mí, uno a uno, otros tres Trolls comenzaros a levantarse de entre los arbustos, no es que no los hubiese notado antes, pero verlos de pie, resultaba mucho más intimidante, caminé despacio hacia el lugar de donde habían venido las piedras, si era un aliado, seguro me ayudaría, y si era un enemigo, entonces podría usarlo para distraer a los Trolls, de cualquier modo, caminar directo hacia los Trolls, sería presionar demasiado a mi suerte.
Caminaba despacio, sin hacer movimientos bruscos, mantenía la vista en los monstruos, pero a ratos, volteaba la mirada hacia el lugar de donde habían venido las piedras, entre rocas y arbustos algo parecía observarme, al frente, uno de los trolls se dirigió al borde del peñasco intentando ver a su compañero soltando luego un grito de furia que se transmitió a los otros dos, al parecer, lanzar al troll al barranco no había sido tan buena idea, pero por otro lado, esa furia serviría para hacerlos más torpes y lentos, cegados por la ira serían menos capaces de usar su cerebro; la opción más sencilla era hacerlos caer a todos, en lugar de pelear contra ellos, hasta ahora, era la mejor estrategia que se me podía ocurrir...
Caminaba despacio, sin hacer movimientos bruscos, mantenía la vista en los monstruos, pero a ratos, volteaba la mirada hacia el lugar de donde habían venido las piedras, entre rocas y arbustos algo parecía observarme, al frente, uno de los trolls se dirigió al borde del peñasco intentando ver a su compañero soltando luego un grito de furia que se transmitió a los otros dos, al parecer, lanzar al troll al barranco no había sido tan buena idea, pero por otro lado, esa furia serviría para hacerlos más torpes y lentos, cegados por la ira serían menos capaces de usar su cerebro; la opción más sencilla era hacerlos caer a todos, en lugar de pelear contra ellos, hasta ahora, era la mejor estrategia que se me podía ocurrir...
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Su idea había funcionado: desequilibrar a la bestia para que callera al precipicio. Por suerte aquel desconocido tenía una gran agilidad y sin duda mucha más fuerza que él ya que jamás hubiera podido empujar a un Troll de esa forma. Todavía podía ver la sucesión de eventos en cámara lenta: el extraño empujando a la bestia y luego ese cuerpo deforme cayendo pesadamente por el precipicio. Una especie de éxtasis le llenaba el pecho cuando lo recordaba. Nunca había compartido el deseo asesino que muchos brujos poseían, incluso el hecho de haber estado la mayor parte de su vida alejado de su raza hacia que muchas veces ni siquiera se sienta parte de ellos. Pero verlo caer y saber que era el fin de la bestia gracias él, lo llenaba de una sensación desconocida y placentera.
De pronto otros tres Trolls aparecieron de atrás de un arbusto. Los Trolls se acercaron al precipicio y al ver qué había pasado con su compañero lanzaron un grito lleno de furia al aire. El desconocido comenzó a acercarse hacia donde se encontraba Ghabriel. Eso no era del todo favorable; si aún estuviera cerca del precipicio las bestias hubieran ido hacia él, pero ahora los atacarían a los dos y no había forma que el joven pudiera enfrentarse cuerpo a cuerpo frente a una bestia de tales dimisiones, mucho menos a tres. Tenía que pensar rápido antes que los tres Trolls decidieran embestirlos a ambos. Comenzó a mirar a hacia todos lados rápidamente en busca de algo que pudiera ayudarlos. No había nada, sólo nieve y hielo. Incluso cualquier pesado de madera que pudiera encender estaría muy frio o húmedo y sólo lograría que largasen un humo mal oliente. De pronto tuvo una idea que al menos les ayudaría a ganar algo de tiempo.
Tomó las rocas y las guardó en uno de los bolsillos antes de correr hacia un grupo de arbustos que estaba cerca de él. Se arrodillo a su lado y puso ambas manos en el centro del arbusto más grande que vio, cerró los ojos y, concentrándose, empezó a lanzar pequeñas chispas para incendiarlos. Al cabo de unos pocos segundos los arbustos se habían convertido en una bola de fuego y expulsaban un grueso y sofocante humo. Satisfecho se levantó y le hizo señas al extraño para que se acercara. Si usaban el humo para esconderse les sería más fácil atacarlos y desestabilizarlos.
De pronto otros tres Trolls aparecieron de atrás de un arbusto. Los Trolls se acercaron al precipicio y al ver qué había pasado con su compañero lanzaron un grito lleno de furia al aire. El desconocido comenzó a acercarse hacia donde se encontraba Ghabriel. Eso no era del todo favorable; si aún estuviera cerca del precipicio las bestias hubieran ido hacia él, pero ahora los atacarían a los dos y no había forma que el joven pudiera enfrentarse cuerpo a cuerpo frente a una bestia de tales dimisiones, mucho menos a tres. Tenía que pensar rápido antes que los tres Trolls decidieran embestirlos a ambos. Comenzó a mirar a hacia todos lados rápidamente en busca de algo que pudiera ayudarlos. No había nada, sólo nieve y hielo. Incluso cualquier pesado de madera que pudiera encender estaría muy frio o húmedo y sólo lograría que largasen un humo mal oliente. De pronto tuvo una idea que al menos les ayudaría a ganar algo de tiempo.
Tomó las rocas y las guardó en uno de los bolsillos antes de correr hacia un grupo de arbustos que estaba cerca de él. Se arrodillo a su lado y puso ambas manos en el centro del arbusto más grande que vio, cerró los ojos y, concentrándose, empezó a lanzar pequeñas chispas para incendiarlos. Al cabo de unos pocos segundos los arbustos se habían convertido en una bola de fuego y expulsaban un grueso y sofocante humo. Satisfecho se levantó y le hizo señas al extraño para que se acercara. Si usaban el humo para esconderse les sería más fácil atacarlos y desestabilizarlos.
Ghabriel
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Los trolls se acercaban cada vez más rápido, estaban furiosos, muy furiosos, cada pisada hacía estremecer el suelo, aun cuando la fuerza de sus pisadas era reducida por la abundante nieve, dos marchaban juntos al frente, el otro se había quedado un poco más atrás, un extraño e improbable sonido de fuego me hizo voltear y ver a aquel joven encendiendo los arbustos, apenas lograban arder pero generaban una densa cortina de humo que podría ser de gran utilidad, pude ver al joven haciendo señales y entendí que no estaba en mi contra, su idea del humo había sido un excelente apoyo, aprovechando la dirección del viento, que atraía el humo hacia nosotros, procuré atraer a los Trolls hacia la cortina de humo - Si me quieren, ¡¡Vengan por mí, estúpidos monstruos!! - Me perdí de vista en la densa nube de humo totalmente convencido de que ellos vendrian tras de mí, y efectivamente así era, el humo tiende a subir, por ser más liviano que el aire, así que me agaché lo más que pude para ubicar los pies de los Trolls que por su altura, se veían más afectados, y con menos posibilidades de evitar el humo agachándose, se estrellaron un par de veces uno contra el otro, lo cual me dio la idea de usar esa confusión en su contra, estaba casi completamente acostado en el piso, pero si lograba mantener una buena velocidad, podría acercarme, golpear a uno y hacerle creer que había sido el otro, sin embargo, debía ser rápido, al cabo de un rato, el humo iba a estar haciendo estragos en mis ojos, además, el calor del fuego me generaba cierta incomodidad.
Corrí de prisa hacia ellos y al estar en medio, incrusté una daga en la espalda de uno de ellos, la retiré rápidamente y retrocedí hasta una distancia prudente, el tosco troll lanzaba golpes al azar intentando alcanzarme, pero sus golpes terminaron alcanzando al otro troll que lo empujó hacia atrás con fuerza, el plan estaba funcionando, repetí el mismo ataque, pero esta vez, me detuve justo en medio de ellos, grité para llamar su atención - ¡¡aquí estúpidos!! - y luego utilicé toda mi velocidad para cortar a ambos con ambas manos, esquivé a uno, pero otro consiguió rozar mi brazo con tal fuerza que fui a dar al piso, había sido sumamente arriesgado, pero cada uno siguió golpeando como si yo estuviera entre ellos, los golpes que se daban, parecían impactos de rocas estrellándose contra el suelo, se golpearon entre ellos con tal fuerza que agotaron toda su energía, al cabo de un rato, cesaron los sonidos de golpes, ambos estaban de pie aún, pero solo era cuestión de tiempo, ambos se encontraban exaustos y atontados por los fuertes golpes, fue solo cuestión de tiempo hasta que se escuchó caer el cuerpo de uno, y luego el otro, mientras yo, con evidentes señales de agotamiento, me arrastré por el piso hasta conseguir salir de la nube de humo.
Tras humedecer mis manos en la nieve, las llevé a mi cara para hidratar mis ojos casi irritados por la prolongada exposición al humo, a unos metros de mí, el último troll se erguía imponente, en mi estado, ya no era una buena opción apostar por mi velocidad - Solo uno más, solo uno más - me repetía a mí mismo intentando sacar fuerzas escondidas, la ayuda de aquel joven había sido determinante, debía estarle agradecido, pero entendí que sería de más ayuda actuando a distancia, lo primero, era deshacernos del último troll, los agradecimientos tendrían que esperar un poco más, caminé de nuevo hasta el borde del barranco, intentaría repetir mi golpe de suerte anterior y tratar de hacer caer a este último, sin embargo, parecía ser más listo y se mantenía lejos del borde, debía encontrar la manera de atraerlo, o una forma segura para atacarlo sin que fuera necesaria demasiada velocidad...
Corrí de prisa hacia ellos y al estar en medio, incrusté una daga en la espalda de uno de ellos, la retiré rápidamente y retrocedí hasta una distancia prudente, el tosco troll lanzaba golpes al azar intentando alcanzarme, pero sus golpes terminaron alcanzando al otro troll que lo empujó hacia atrás con fuerza, el plan estaba funcionando, repetí el mismo ataque, pero esta vez, me detuve justo en medio de ellos, grité para llamar su atención - ¡¡aquí estúpidos!! - y luego utilicé toda mi velocidad para cortar a ambos con ambas manos, esquivé a uno, pero otro consiguió rozar mi brazo con tal fuerza que fui a dar al piso, había sido sumamente arriesgado, pero cada uno siguió golpeando como si yo estuviera entre ellos, los golpes que se daban, parecían impactos de rocas estrellándose contra el suelo, se golpearon entre ellos con tal fuerza que agotaron toda su energía, al cabo de un rato, cesaron los sonidos de golpes, ambos estaban de pie aún, pero solo era cuestión de tiempo, ambos se encontraban exaustos y atontados por los fuertes golpes, fue solo cuestión de tiempo hasta que se escuchó caer el cuerpo de uno, y luego el otro, mientras yo, con evidentes señales de agotamiento, me arrastré por el piso hasta conseguir salir de la nube de humo.
Tras humedecer mis manos en la nieve, las llevé a mi cara para hidratar mis ojos casi irritados por la prolongada exposición al humo, a unos metros de mí, el último troll se erguía imponente, en mi estado, ya no era una buena opción apostar por mi velocidad - Solo uno más, solo uno más - me repetía a mí mismo intentando sacar fuerzas escondidas, la ayuda de aquel joven había sido determinante, debía estarle agradecido, pero entendí que sería de más ayuda actuando a distancia, lo primero, era deshacernos del último troll, los agradecimientos tendrían que esperar un poco más, caminé de nuevo hasta el borde del barranco, intentaría repetir mi golpe de suerte anterior y tratar de hacer caer a este último, sin embargo, parecía ser más listo y se mantenía lejos del borde, debía encontrar la manera de atraerlo, o una forma segura para atacarlo sin que fuera necesaria demasiada velocidad...
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Otra vez el extraño comprendió exactamente lo que debía hacer. Corrió hacia el humo y dos trolles lo siguieron. La batalla que siguió fue comiquísima para el brujo. No podía ver lo que hacía el hombre debido al humo, pero los curepos torpes de los trolles daban una idea. Se veian los brazos cuando salían del humo dando puñetazos al aire o su compañeros Gritando “ouch”, “argh”, “grrr” con las voces propias de un troll. Ante este escenario, Ghabriel no podía evitar reírse, cada vez que un Troll golpeaba a su compañero se reía a carcajadas a tal punto que en un momento tuvo que parar para tomar aire. Definitivamente había sido mucho más productivo salvar a ese hombre que quedarse a verlo como lo destrozaban; este espectáculo era mucho más entretenido.
Pronto el espectáculo acabo; ambos trolles estaban acostados en el suelo. Ghabriel se sintió un poco desanimado ya no podría seguir divirtiéndose con esos dos. Vio al hombre salir arrastrándose por debajo del humo exhausto; por lo visto para él no había sido tan gracioso y ya no podría depender de su velocidad.
Revisó rápidamente el lugar. Todavía quedaba un troll, pero este no se acercaba al humo ni al precipicio. Al ver a dos compañeros abatidos en el suelo, el tercer troll grito y golpeo el suelo con sus pesados brazos. Parecia estar sumido en alguna especie de cólera. Giró su deforme cabeza hacia el hombre que, ya cansado parecía estar luchado por aliento. Antes de que pudiera comenzar su carrera frenética hacia donde el otro se encontraba, Ghabriel agarró una de las piedras que había guardado, la encendió y se la arrojó al Troll.
— ¡Bestia idiota!— Le arrojo otra piedra encendida— ¡Por acá!— Desenvaino sus espadas dobles y se puso en posición para esperar al Troll. El suelo comenzó a vibrar como si se tratara de un terremoto, la bestia se acercaba a toda velocidad hacia él. En los ojos pequeños del Troll se veía la furia que sentía. Ghabriel corrió hacia él para interceptarlo. El Troll lanzó un puñetazo, pero nunca llegó a su objetivo. El joven había tirado el cuerpo hacia atrás y, aprovechando el impulso de la carrera, se deslizó por la nieve por entre las piernas del Troll mientras mantenía las espadas en alto para lastimarlo. Unos metros más adelante, el joven se levantó y corrió unos metros más acercándose lo más posible al precipicio.
Se dio vuelta y vió al Troll sangrando en la nieve buscándolo frenéticamente. Tomó otra piedra y se la lanzó. El Troll lo vio y volvió a correr hacia él aún más furioso que antes. Era ahora o nunca. Volvió a correr en línea directa hacia la bestia, cerró los ojos para no acobardarse a último momento y a poca distancia se tiró al suelo. El Troll no tuvo tiempo para cambiar la dirección cuando vio al joven agachándose nuevamente, ya era demasiado tarde la inercia de la carrera no le permitía detenerse.
Ghabriel se quedó tirado en suelo respirando fuerte con una sonrisa en los labios que se había formado al escuchar los gritos del Troll cuando caía por el precipicio.
Pronto el espectáculo acabo; ambos trolles estaban acostados en el suelo. Ghabriel se sintió un poco desanimado ya no podría seguir divirtiéndose con esos dos. Vio al hombre salir arrastrándose por debajo del humo exhausto; por lo visto para él no había sido tan gracioso y ya no podría depender de su velocidad.
Revisó rápidamente el lugar. Todavía quedaba un troll, pero este no se acercaba al humo ni al precipicio. Al ver a dos compañeros abatidos en el suelo, el tercer troll grito y golpeo el suelo con sus pesados brazos. Parecia estar sumido en alguna especie de cólera. Giró su deforme cabeza hacia el hombre que, ya cansado parecía estar luchado por aliento. Antes de que pudiera comenzar su carrera frenética hacia donde el otro se encontraba, Ghabriel agarró una de las piedras que había guardado, la encendió y se la arrojó al Troll.
— ¡Bestia idiota!— Le arrojo otra piedra encendida— ¡Por acá!— Desenvaino sus espadas dobles y se puso en posición para esperar al Troll. El suelo comenzó a vibrar como si se tratara de un terremoto, la bestia se acercaba a toda velocidad hacia él. En los ojos pequeños del Troll se veía la furia que sentía. Ghabriel corrió hacia él para interceptarlo. El Troll lanzó un puñetazo, pero nunca llegó a su objetivo. El joven había tirado el cuerpo hacia atrás y, aprovechando el impulso de la carrera, se deslizó por la nieve por entre las piernas del Troll mientras mantenía las espadas en alto para lastimarlo. Unos metros más adelante, el joven se levantó y corrió unos metros más acercándose lo más posible al precipicio.
Se dio vuelta y vió al Troll sangrando en la nieve buscándolo frenéticamente. Tomó otra piedra y se la lanzó. El Troll lo vio y volvió a correr hacia él aún más furioso que antes. Era ahora o nunca. Volvió a correr en línea directa hacia la bestia, cerró los ojos para no acobardarse a último momento y a poca distancia se tiró al suelo. El Troll no tuvo tiempo para cambiar la dirección cuando vio al joven agachándose nuevamente, ya era demasiado tarde la inercia de la carrera no le permitía detenerse.
Ghabriel se quedó tirado en suelo respirando fuerte con una sonrisa en los labios que se había formado al escuchar los gritos del Troll cuando caía por el precipicio.
Ghabriel
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Lentamente recuperaba mis energías mientras lo que imaginé que sería otra distracción, acabó siendo la intrépida ejecución de una peligrosa tarea, el chico se movía con tal singularidad, que la pelea más bien parecía ser un juego, tan solo le había tomado unos minutos lanzar al enorme troll al precipicio, o más bien, hacerlo caer, tras el aberrante grito de la criatura mientras descendía, y el fuerte sonido del impacto, un silencio ensordecedor invadió completamente la escena, realmente, no sabía qué hacer, me resultaba demasiado difícil confiar en desconocidos, y más en uno con ese evidente olor a mago, sin embargo, su ayuda había sido determinante, hasta ahora, tomé mis dagas, guardé una en mi cintura dejando otra en mi mano - (nunca está de más la precaución) - pensé mientras daba unos pasos hacía aquel chico, suficientemente lejos para mantenerme seguro, suficientemente cerca como para que pudiera escucharme - Gracias - le dije en un tono un poco inexpresivo - Parece que por fin se han terminado estos trolls, pero seguro habrá más, siempre hay más - tras recorrer con la mirada todo el lugar, argumenté - No es buena idea quedarse acá, los gritos de estos trolls, seguro atraerán a otros, seguramente ya están en camino, y no tardarán mucho en llegar, esto aún no termina. Salir de ahí me parecía lo más prudente por el momento, y entre más pronto mejor, bajo nosotros, acercándose por la montaña, se escuchaban gritos de otros trolls, evidentemente esto no había terminado aún, no teníamos certeza de cuantos formaban este grupo que se acercaba, pero si nos quedábamos, seguirían apareciendo más y más. - Debo marcharme, y tú deberías hacer lo mismo - le dije en tono áspero mientras me asomaba al precipicio para intentar conocer el número de trolls que se acercaban...
Última edición por Bio el Mar Feb 10 2015, 22:08, editado 1 vez
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Ghabriel se permaneció acostado en el suelo varios minutos; las imágenes de la pelea con los Trolls aún se repetían en su mente y cada golpe y derrota de una de las bestias lo llenaba de placer. Lástima que ya hubiera acabado todo. Se hubiera quedado allí indefenso si no hubiera sido por una voz que lo saco de su trance, la misma voz que lo había sacado de su trance anterior.
—Gracias— escucho el joven. Giró la cabeza y vio que no muy lejos de él se encontraba un hombre de cabello oscuro y piel morena quien permanecía a una distancia prudente. Ahora que ya no tenían que combatir juntos era lógico que desconfiaran el uno del otro, después de todo estaban en un lugar deshabitado e inhóspito donde nadie, aparte de ellos dos, se enteraría de algo.
A lo lejos se escuchaban más gritos de Trolls; esta vez seguramente eran más de cuatro y no sabía si la energía que le quedaba sería suficiente para enfrentare a una horda. Además debía guardar fuerzas. Miró al hombre.
—Tienes razón—dijo incorporándose. Guardó sus espadas y comenzó a revisarse por heridas. Nada por suerte, sólo su capa estaba tan rota que a duras penas podría cubrirlo del frio—. Deberíamos marcharnos antes que lleguen más Trolls. Yo no sé en qué dirección te diriges, pero no tengo idea de cómo salir de aquí. ¿Puedo acompañarte?— Prefería tenerlo cerca; la increíble agilidad que había mostrado antes representaba una amenaza ahora.
—Gracias— escucho el joven. Giró la cabeza y vio que no muy lejos de él se encontraba un hombre de cabello oscuro y piel morena quien permanecía a una distancia prudente. Ahora que ya no tenían que combatir juntos era lógico que desconfiaran el uno del otro, después de todo estaban en un lugar deshabitado e inhóspito donde nadie, aparte de ellos dos, se enteraría de algo.
A lo lejos se escuchaban más gritos de Trolls; esta vez seguramente eran más de cuatro y no sabía si la energía que le quedaba sería suficiente para enfrentare a una horda. Además debía guardar fuerzas. Miró al hombre.
—Tienes razón—dijo incorporándose. Guardó sus espadas y comenzó a revisarse por heridas. Nada por suerte, sólo su capa estaba tan rota que a duras penas podría cubrirlo del frio—. Deberíamos marcharnos antes que lleguen más Trolls. Yo no sé en qué dirección te diriges, pero no tengo idea de cómo salir de aquí. ¿Puedo acompañarte?— Prefería tenerlo cerca; la increíble agilidad que había mostrado antes representaba una amenaza ahora.
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Cada segundo que permanecían en ese lugar, era una eternidad desperdiciada, me encontraba bastante agotado, pero aún tenía suficiente energía, el camino por donde había llegado hasta acá, seguro era la ruta por donde llegarían los trolls, no era seguro regresar por ese sendero, debía encontrar otra manera de descender de aquella hostil montaña, y peor aún, sin haber encontrado ni siquiera un rastro de lo que había ido a buscar, presté atención al joven que, pese a parecer un brujo, no me parecía tan desagradable como los otros que había conocido antes - Si puedes ir de prisa y en silencio, puedes venir conmigo - Le dije en tono tal vez un poco rudo mientras caminaba hacia la ruta por donde él había llegado, tomé un par de piedras grandes, y seguí caminando, al pasar cerca de los trolls que seguían desmayados en el piso, dejé caer las piedras sobre sus cabezas, una a la vez, sin detenerme a ver el resultado.
El viento soplaba fuerte, el frío me helaba hasta los huesos, por lo que me resultaba impresionante que aquel joven pudiera moverse con tanta libertad, aunque no parecía muy fuerte, era muy listo y muy hábil, sus habilidades podrían ser de gran ayuda durante el descenso, pero mi análisis iba más allá de pensar en lo bien que me haría su destreza, sino además, me permitía pensar en una o dos maneras de defenderme de él o neutralizarlo en caso de alguna sorpresa - (Un brujo) - Pensé mientras esbozaba una leve sonrisa, - (El destino es un amo caprichoso... aliado con un brujo, jamás lo habría imaginado) - Por unos instantes, todo parecía tranquilo, sin embargo, el sórdido silencio, apenas ornamentado por el silvido de las ventiscas, era a ratos brutalmente roto por los aberrantes gritos de los trolls que se oían cada vez más cercanos y furiosos.
Pensaba una y otra vez, pero era casi imposible planear una estrategia efectiva sin saber el número exacto de amenazas que se acercaban, por ahora, lo único que me venía a la mente era defensa en tres pasos: distraer, dividir, neutralizar; me dirijí hacia los pálidos arbustos rodeados de hielo y roca que señalaban aquel angosto camino, no sin antes mirar hacia atrás para asegurarne de que el joven me seguía, a pesar de la situación y de todo lo que existía en contra, tenía la certeza de que lograríamos salir de acá, los trolls, aunque grandes y fuertes, eran completamente negados de inteligencia, lo cual era un punto a nuestro favor, lográbamos entendernos bastante bien a pesar de no conocernos ni haber luchado antes juntos, estos minutos de tensa calma nos servirían para reponer energías, algo me decía que el camino no iba a ser nada fácil, este era un pequeño momento de paz, la calma antes de la tormenta...
El viento soplaba fuerte, el frío me helaba hasta los huesos, por lo que me resultaba impresionante que aquel joven pudiera moverse con tanta libertad, aunque no parecía muy fuerte, era muy listo y muy hábil, sus habilidades podrían ser de gran ayuda durante el descenso, pero mi análisis iba más allá de pensar en lo bien que me haría su destreza, sino además, me permitía pensar en una o dos maneras de defenderme de él o neutralizarlo en caso de alguna sorpresa - (Un brujo) - Pensé mientras esbozaba una leve sonrisa, - (El destino es un amo caprichoso... aliado con un brujo, jamás lo habría imaginado) - Por unos instantes, todo parecía tranquilo, sin embargo, el sórdido silencio, apenas ornamentado por el silvido de las ventiscas, era a ratos brutalmente roto por los aberrantes gritos de los trolls que se oían cada vez más cercanos y furiosos.
Pensaba una y otra vez, pero era casi imposible planear una estrategia efectiva sin saber el número exacto de amenazas que se acercaban, por ahora, lo único que me venía a la mente era defensa en tres pasos: distraer, dividir, neutralizar; me dirijí hacia los pálidos arbustos rodeados de hielo y roca que señalaban aquel angosto camino, no sin antes mirar hacia atrás para asegurarne de que el joven me seguía, a pesar de la situación y de todo lo que existía en contra, tenía la certeza de que lograríamos salir de acá, los trolls, aunque grandes y fuertes, eran completamente negados de inteligencia, lo cual era un punto a nuestro favor, lográbamos entendernos bastante bien a pesar de no conocernos ni haber luchado antes juntos, estos minutos de tensa calma nos servirían para reponer energías, algo me decía que el camino no iba a ser nada fácil, este era un pequeño momento de paz, la calma antes de la tormenta...
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Permaneció estático unos segundos mientras observaba como el hombre aplastaba las cabezas de ogros con una roca. La sangre había teñido la nieve de rojo después de un fuerte salpicón y ahora un hilo fino de sangre se arrastraba hacia el precipicio como si tratase de unirse a los Trolls que estaban en el fondo. Pero esa sangrienta y atrayente imagen no era lo único que le había llamado la atención. Aquel sujeto había levantado esas rocas con demasiada facilidad. No había forma de que se trata de un humano común y corriente. Claramente no se taraba de un brujo, ya que alguien de su raza jamás podría moverse de esa forma. No tenía rasgos elficos, ni bestiales. ¿Un vampiro? Definitivamente no debía perderlo de vista.
Seguir a ese hombre no era tarea sencilla. El viento helado lo golpeaba sin piedad y su capa ya no servía como protección; el viento entraba por donde, antes, había cortado la tela y se encargaba de helarle cada centímetro de su cuerpo. ¡Cómo odiaba el frio! A pesar de eso, no debía mostrar debilidad ante aquel extraño. Se tapó la cabeza con la capucha y bajo la cabeza para romper el viento sólo levantaba la mirada a intervalos para verificar que aún estaba detrás del hombre. Ambos hombres caminaban en silencio, sólo se escuchaba el sonido de sus pisadas y los gritos furiosos de los Trolls. Pronto los alcanzarían, esas criaturas no eran muy inteligentes, pero sabían seguir un rastro. Llegaron a un camino estrecho y el hombre se adentró por allí. Ghabriel lo inspeccionó con rapidez, había suficientes cosas para quemar si era necesario.
Un grito ensordecedor lleno de ira rompió el silencio. Seguramente aquel grupo ya habían llegado donde yacían los cuerpos de sus compañeros. El cuerpo del joven comenzó a temblar, pero no por miedo. El frio comenzaba a hacer estragos en su organismo. Instantáneamente, tomo la botella de licor de su bolso y bebió un par de tragos; eso ayudaría por ahora, pero no quedaba mucho si debía utilizarlo otra vez como combustible. Tanteo entre sus cosas y encontró un pedazo de pan que se lo devoró sin dudarlo. Todavía tenía frio, pero ese pequeño tentempié lo ayudaría contra una pelea, ya fuera contra los Trolls o contra su acompañante.
Se escuchó un aleteo de aves y al girar la cabeza el joven vio que volaban despavoridas. El suelo comenzó a vibrar. Esto no era una buena señal, se les acababa el tiempo. Ghabriel se detuvo en seco y comenzó a buscar algo que los pudiera ayudar. De pronto vio algo y se le ocurrió una idea, una brillante y asquerosa idea.
Se metió unos pasos entre los arbustos y encontró lo que había visto a medias: una gran montaña de heces. —Esto no te va a gustar—dijo en voz alta en parte al hombre y en parte a él mismo—. Es para que no sigan nuestro olor. Vamos a ganar más tiempo—Metió la mano de lleno en las heces, aguantó la respiración y comenzó a esparcirse aquella mal oliente masa primero por su rostro y después por el resto del cuerpo—. Te toca— Le dijo al hombre directamente casi como si se tratara de una orden antes de comenzar a trepar por el árbol más cercano—. Luego sígueme.
Seguir a ese hombre no era tarea sencilla. El viento helado lo golpeaba sin piedad y su capa ya no servía como protección; el viento entraba por donde, antes, había cortado la tela y se encargaba de helarle cada centímetro de su cuerpo. ¡Cómo odiaba el frio! A pesar de eso, no debía mostrar debilidad ante aquel extraño. Se tapó la cabeza con la capucha y bajo la cabeza para romper el viento sólo levantaba la mirada a intervalos para verificar que aún estaba detrás del hombre. Ambos hombres caminaban en silencio, sólo se escuchaba el sonido de sus pisadas y los gritos furiosos de los Trolls. Pronto los alcanzarían, esas criaturas no eran muy inteligentes, pero sabían seguir un rastro. Llegaron a un camino estrecho y el hombre se adentró por allí. Ghabriel lo inspeccionó con rapidez, había suficientes cosas para quemar si era necesario.
Un grito ensordecedor lleno de ira rompió el silencio. Seguramente aquel grupo ya habían llegado donde yacían los cuerpos de sus compañeros. El cuerpo del joven comenzó a temblar, pero no por miedo. El frio comenzaba a hacer estragos en su organismo. Instantáneamente, tomo la botella de licor de su bolso y bebió un par de tragos; eso ayudaría por ahora, pero no quedaba mucho si debía utilizarlo otra vez como combustible. Tanteo entre sus cosas y encontró un pedazo de pan que se lo devoró sin dudarlo. Todavía tenía frio, pero ese pequeño tentempié lo ayudaría contra una pelea, ya fuera contra los Trolls o contra su acompañante.
Se escuchó un aleteo de aves y al girar la cabeza el joven vio que volaban despavoridas. El suelo comenzó a vibrar. Esto no era una buena señal, se les acababa el tiempo. Ghabriel se detuvo en seco y comenzó a buscar algo que los pudiera ayudar. De pronto vio algo y se le ocurrió una idea, una brillante y asquerosa idea.
Se metió unos pasos entre los arbustos y encontró lo que había visto a medias: una gran montaña de heces. —Esto no te va a gustar—dijo en voz alta en parte al hombre y en parte a él mismo—. Es para que no sigan nuestro olor. Vamos a ganar más tiempo—Metió la mano de lleno en las heces, aguantó la respiración y comenzó a esparcirse aquella mal oliente masa primero por su rostro y después por el resto del cuerpo—. Te toca— Le dijo al hombre directamente casi como si se tratara de una orden antes de comenzar a trepar por el árbol más cercano—. Luego sígueme.
Ghabriel
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Estaba tan distraído escuchando gritos lejanos, que no había notado a los que estaban más cerca, demasiado cerca, a este paso, estarían sobre nosotros en solo unos minutos, observaba mi entorno en busca de cosas que pudieran ayudarme aunque fueran tan solo como mera distracción, sin embargo nada parecía serme realmente útil, cerca de mí, aquel joven intentaba disimular toda la incomodidad que le generaba el frío, a ratos me resultaba gracioso, luego recordaba que seguramente era un brujo, finalmente, se movió bruscamente en busca de algo, di unos pasos hacía él, empujado por una incipiente curiosidad, aunque algo me decía que no debía hacerlo, lo que siguió cuando mis ojos alcanzaron a verlo de nuevo, es algo que seguro voy a querer olvidar toda mi vida, tal vez habría sido mejor morir descuartizado por los trolls que terminar siguiendo su loca idea; metía sus manos, con desconcertante vehemencia en una pequeña montaña de heces, sabrán solo los dioses, de qué animal o de qué clase de criatura habían salido esas heces, seguro pertenecían a una criatura infernalmente diabólica, porque olían endemoniadamente mal, de pronto, mis peores temores se hacían realidad, me sugirió cubrir mi cuerpo de heces para esconder nuestro olor y evitar que nos rastrearan.
Me detuve a pensarlo a pensarlo unos segundos, solo un par de segundos, aunque parecían ser una eternidad - ¡¡No!! - Exclamé completamente decidido - No voy a llenarme de esa asquerosidad - Me acercaba lentamente argumentando las razones por las que mi orgullo de guerrero no me permitía siquiera imaginarme lleno de eso para salvar mi vida - No, bajo ninguna circunstancia, ¡¡una y mil veces no!! - En esta última negación golpee el árbol más cercano con mi puño, con tanta fuerza que una de las ramas, tal vez porque estaba algo podrida o frágil, se desprendió, cayendo directamente sobre mi espalda y empujándome inevitablemente hacia la repugnante montaña de heces que tenía al frente, mi avance descuidado y el golpe de la rama me habían dejado sin equilibrio, el momento parecía ser en cámara lenta, estiraba los brazos en todas direcciones intentando sostenerme de algo para no caer, pero todo era en vano, todo parecía estar lejos, o alejarse intencionalmente para verme caer, todo el universo parecía haber conspirado, finalmente, cerré los ojos, gran gran error, mejor debí cerrar la boca, permanecí unos instantes con la cara sumergida, apretando en mis puños la nieve, estaba tan enojado que sentía que podía evaporar la nieve al tocarla, levanté mi cabeza despacio hacia donde estaba el joven de la... ¿osaré decirlo?... la... brillante... idea, de usar las heces, tomé una pequeña bola de la putrefacta sustancia, gelatinosa y espesa, y la arrojé directo al rostro del joven - Apenas te acabo de conocer y ya siento que te odio - le dije entre dientes mientras de mala gana tomaba más de esa cosa gelatinosa y de mala gana me la untaba por todo el cuerpo.
Finalmente, los pasos cercanos me obligaron a darme prisa, tomé de nuevo mis dagas y tras un salto, las incrusté en el árbol más cercano, incrustaba las dagas más y más alto, una a la vez hasta alcanzar las primeras ramas que podían soportar mi peso sin amenazarme con caerse, desde lo alto, podía entrever a través de las ramas, al grupo de trolls, contaba uno, dos, tres, cinco, esta vez eran cinco, no solo eran más, sino también más grande, al parecer, los primeros estaban en una especie de cacería de iniciación, habíamos acabado con sus pequeños, ahora no descansarían hasta encontrar a los culpables y hacerlos pagar, por ahora lo mejor era quedarse arriba, cinco de ellos me parecía demasiado para enfrentarlos sin un buen plan, tal vez lo mejor sería seguirlos desde lo alto, hasta encontrar el momento correcto de eliminarlos de uno en uno, por otra parte, cada vez que volteaba a ver al joven, recordaba la escena anterior y me llenaba de rabia, pero a la vez, comenzaba a resultarme gracioso, aunque no era momento para reír, los trolls, pasaban justo debajo de nosotros sin notar nuestra presencia, solo necesitábamos hacer silencio, profundo y completo silencio...
Me detuve a pensarlo a pensarlo unos segundos, solo un par de segundos, aunque parecían ser una eternidad - ¡¡No!! - Exclamé completamente decidido - No voy a llenarme de esa asquerosidad - Me acercaba lentamente argumentando las razones por las que mi orgullo de guerrero no me permitía siquiera imaginarme lleno de eso para salvar mi vida - No, bajo ninguna circunstancia, ¡¡una y mil veces no!! - En esta última negación golpee el árbol más cercano con mi puño, con tanta fuerza que una de las ramas, tal vez porque estaba algo podrida o frágil, se desprendió, cayendo directamente sobre mi espalda y empujándome inevitablemente hacia la repugnante montaña de heces que tenía al frente, mi avance descuidado y el golpe de la rama me habían dejado sin equilibrio, el momento parecía ser en cámara lenta, estiraba los brazos en todas direcciones intentando sostenerme de algo para no caer, pero todo era en vano, todo parecía estar lejos, o alejarse intencionalmente para verme caer, todo el universo parecía haber conspirado, finalmente, cerré los ojos, gran gran error, mejor debí cerrar la boca, permanecí unos instantes con la cara sumergida, apretando en mis puños la nieve, estaba tan enojado que sentía que podía evaporar la nieve al tocarla, levanté mi cabeza despacio hacia donde estaba el joven de la... ¿osaré decirlo?... la... brillante... idea, de usar las heces, tomé una pequeña bola de la putrefacta sustancia, gelatinosa y espesa, y la arrojé directo al rostro del joven - Apenas te acabo de conocer y ya siento que te odio - le dije entre dientes mientras de mala gana tomaba más de esa cosa gelatinosa y de mala gana me la untaba por todo el cuerpo.
Finalmente, los pasos cercanos me obligaron a darme prisa, tomé de nuevo mis dagas y tras un salto, las incrusté en el árbol más cercano, incrustaba las dagas más y más alto, una a la vez hasta alcanzar las primeras ramas que podían soportar mi peso sin amenazarme con caerse, desde lo alto, podía entrever a través de las ramas, al grupo de trolls, contaba uno, dos, tres, cinco, esta vez eran cinco, no solo eran más, sino también más grande, al parecer, los primeros estaban en una especie de cacería de iniciación, habíamos acabado con sus pequeños, ahora no descansarían hasta encontrar a los culpables y hacerlos pagar, por ahora lo mejor era quedarse arriba, cinco de ellos me parecía demasiado para enfrentarlos sin un buen plan, tal vez lo mejor sería seguirlos desde lo alto, hasta encontrar el momento correcto de eliminarlos de uno en uno, por otra parte, cada vez que volteaba a ver al joven, recordaba la escena anterior y me llenaba de rabia, pero a la vez, comenzaba a resultarme gracioso, aunque no era momento para reír, los trolls, pasaban justo debajo de nosotros sin notar nuestra presencia, solo necesitábamos hacer silencio, profundo y completo silencio...
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
—¡¡No!! No voy a llenarme de esa asquerosidad. —Gritaba el hombre ante la idea de cubrir su cuerpo con las heces.
Ghabriel revoleo los ojos. No iba a insistir para que lo hiciera. Él también hubiera preferido evitar llenar su cuerpo de la asquerosa y mal oliente sustancia, pero no tenía otra opción. Si el orgullo de aquel hombre era más fuerte que su sentido de supervivencia, no era problema de él. En todo caso disfrutaría el espectáculo cuando los Trolls llegaran, dado de que no le permitiría de ninguna forma subirse al árbol. Se acomodó en la rama que había elegido y miro con aire de superioridad e indiferencia al hombre debajo que todavía estaba quejándose. Todo indicaba que no esta vez no iba a seguir con su plan.
—No, bajo ninguna circunstancia, ¡¡una y mil veces no!!— El hombre volvió a gritar y golpeo con fuerza el árbol donde se encontraba haciendo que se sacudiera fuerte. El golpe agarró desprevenido al joven y tubo que sostenerse con fuerza del tronco para no caerse. Apoyo una de sus piernas en la rama de abajo, pero se eso no fue de mucha ayuda dado que la rama se rompió bajo su peso. Podrían llamarlo karma o simplemente la voluntad de los dioses, fuera lo fuera, la rama dio de lleno en la espalda del hombre desestabilizándolo. En un intento de recobrar la estabilidad, el hombre comenzó a mover los brazos erráticamente cual maníaco, pero todo era en vano, el golpe había sido muy fuerte y cayó de lleno en la montaña de heces.
Ghabriel se reía a carcajadas verlo caer de esa forma hizo que perdiera su anterior aire se seriedad. ¡Qué giros inesperados daba el universo! Al final su plan seguiría en pie. De pronto una bola de heces impacto directo en su rostro obligándolo a dejar de reírse, pero no sin que un pedazo entrara en su boca. Escupió fuerte y vio que el hombre ya estaba en una rama cerca de él. Ambos intercambiaron miradas de profundo desprecio.
El suelo comenzó a sacudirse y de entre los árboles aparecieron cinco figuras gigantes y deformes. Estos Trolls eran mucho más grandes que los anteriores. Una gota de sudor frio le bajo desde la cien. ¿Qué iban a hacer ahora? Por primera vez desde la primer batalla con el Troll, Ghabriel tenía la mente en blanco. En lo único que pensaba era en escapar, crear una distracción, un bloqueo… algo… y escapar. No había forma que entre los dos pudieran eliminarlos, al menos que lograran separarlos de alguna forma que luego no vuelvan a atacarlos mientras se encargaban de uno de ellos.
—Tenemos que incendiar todo— dijo en voz baja, pero suficientemente fuerte para que lo escuchase su compañero—. No se me ocurre otra forma de dividirlos. Busquemos algo desde acá arriba que se queme rápido y produzca humo.
Ghabriel revoleo los ojos. No iba a insistir para que lo hiciera. Él también hubiera preferido evitar llenar su cuerpo de la asquerosa y mal oliente sustancia, pero no tenía otra opción. Si el orgullo de aquel hombre era más fuerte que su sentido de supervivencia, no era problema de él. En todo caso disfrutaría el espectáculo cuando los Trolls llegaran, dado de que no le permitiría de ninguna forma subirse al árbol. Se acomodó en la rama que había elegido y miro con aire de superioridad e indiferencia al hombre debajo que todavía estaba quejándose. Todo indicaba que no esta vez no iba a seguir con su plan.
—No, bajo ninguna circunstancia, ¡¡una y mil veces no!!— El hombre volvió a gritar y golpeo con fuerza el árbol donde se encontraba haciendo que se sacudiera fuerte. El golpe agarró desprevenido al joven y tubo que sostenerse con fuerza del tronco para no caerse. Apoyo una de sus piernas en la rama de abajo, pero se eso no fue de mucha ayuda dado que la rama se rompió bajo su peso. Podrían llamarlo karma o simplemente la voluntad de los dioses, fuera lo fuera, la rama dio de lleno en la espalda del hombre desestabilizándolo. En un intento de recobrar la estabilidad, el hombre comenzó a mover los brazos erráticamente cual maníaco, pero todo era en vano, el golpe había sido muy fuerte y cayó de lleno en la montaña de heces.
Ghabriel se reía a carcajadas verlo caer de esa forma hizo que perdiera su anterior aire se seriedad. ¡Qué giros inesperados daba el universo! Al final su plan seguiría en pie. De pronto una bola de heces impacto directo en su rostro obligándolo a dejar de reírse, pero no sin que un pedazo entrara en su boca. Escupió fuerte y vio que el hombre ya estaba en una rama cerca de él. Ambos intercambiaron miradas de profundo desprecio.
El suelo comenzó a sacudirse y de entre los árboles aparecieron cinco figuras gigantes y deformes. Estos Trolls eran mucho más grandes que los anteriores. Una gota de sudor frio le bajo desde la cien. ¿Qué iban a hacer ahora? Por primera vez desde la primer batalla con el Troll, Ghabriel tenía la mente en blanco. En lo único que pensaba era en escapar, crear una distracción, un bloqueo… algo… y escapar. No había forma que entre los dos pudieran eliminarlos, al menos que lograran separarlos de alguna forma que luego no vuelvan a atacarlos mientras se encargaban de uno de ellos.
—Tenemos que incendiar todo— dijo en voz baja, pero suficientemente fuerte para que lo escuchase su compañero—. No se me ocurre otra forma de dividirlos. Busquemos algo desde acá arriba que se queme rápido y produzca humo.
Ghabriel
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Cada vez que miraba a aquel joven recordaba el sabor de las heces en mi boca y ardía de ira, sin embargo, merecía algo de crédito, el plan había funcionado hasta ahora, pero no podíamos quedarnos escondidos ahí arriba por siempre, en algún momento nos verían, o necesitaríamos bajar, era una solución temporal a una problemática situación que persistía sin asomar ninguna posibilidad de resolverse de ninguna manera.
Los feroces monstruos buscaban y rebuscaban mirando de un lado a otro en busca de sus objetivos, nosotros, no nos quedaban muchas alternativas, sin embargo, esa idea del joven acababa de ayudarme a formar un plan, bastante arriesgado, pero si funcionaba, podríamos alejarnos de prisa sin preocuparnos de que nos siguieran la pirómana obsesión de aquel joven resultaría muy útil en este plan - Intentaré reunirlos a todos en un punto, debes rodearnos en un círculo de fuego - Le susurré al joven al tiempo que miraba hacia abajo buscando el mejor sitio para descender - Yo los distraeré mientras tanto - Di un par de saltos de rama en rama hasta estar lejos del joven, lo suficiente para llamar la atención de los trolls sin delatar la ubicación de mi compañero, unos 10 metros de distancia nos separaban ahora, era tiempo de empezar el show - ¡¡Acá estoy!! - Grité al tiempo que retrocedía un poco para ocultarme cuanto me fuera posible, los trolls se acercaban aún sin conocer mi ubicación exacta, dieron un par de vueltas bajo el árbol donde estaba, sin mirar hacia arriba aún, - (Son demasiado torpes) - Pensé mientras los observaba desde arriba, sin embargo, comenzaban a alejarse, mi objetivo era distraerlos, a esta distancia, al más mínimo ruido encontrarían mi ubicación pero era ya inevitable, así que rompí el silencio gritando - Acá arriba, bestias - en consecuencia, todos ellos, en total sincronización, voltearon la cabeza hacia arriba hasta alcanzar ubicarme en lo alto de una rama, imaginé que sería más sencillo, que podría distraerlos desde arriba sin exponerme demasiado, sin embargo, la fortaleza que poseían no dejaba de sorprenderme, golpeaban el árbol con tal fuerza que hacían sacudir hasta la última hoja, finalmente, como era de esperarse, el árbol comenzaba a ceder, por lo que me vi en la necesidad de saltar, apunté mis pies a la cabeza del más alto y de ahí volví a saltar hasta el piso, mi velocidad había sido drásticamente menguada por mi agotamiento, así que usaría cualquier cosa que pudiera servirme, tomé del piso toda la nieve que pude reunir y la arrojé justo a los ojos de dos de ellos, no esperaba derrotarlos con tan poco, pero sí al menos ganar un poco de tiempo, además de todo, debía mantenerme en el mismo espacio, reunirlos lo más que pudiera para que pudieran quedar atrapados todos, tomé una de mis dagas con la mano izquierda mientras seguía tomando nieve y arrojándola a sus ojos, a ratos, cuando veía la oportunidad, me acercaba con precaución y cortaba los músculos de sus tendones para al menos quitarles movilidad, hacerlos más lentos.
La nieve comenzaba a teñirse con pequeñas gotas rojas mientras yo me mantenía en movimiento, usaba mi agilidad para compensar mi reducida velocidad y estaba dando fruto hasta que uno de ellos alcanzó a sujetarme por la pierna izquierda, me levantaba como si mi peso fuera realmente insignificante, apretaba fuertemente mi pierna, tanto que la rompería si no hacía algo, tras flexionar mi cuerpo usé mi mano izquierda para incrustar mi daga en su antebrazo, sin embargo, aún no me soltaba, así que giré la daga dentro de la herida mientras se dejaba oír el melódico sonido de huesos rotos, yo solo esperaba que no fueran los míos, ante el insoportable dolor, me dejó caer al piso, afortunadamente conseguí liberarme antes que se acercaran los otros, di un par de pasos hacia atrás para recuperarme y aunque a estas alturas, la distracción había funcionado, y la prisión de fuego estaba casi completa, estaba atrapado entre dos grandes problemas, uno era, estar atrapado junto con los trolls, otro era, estar en un círculo de fuego, los vampiros no somos muy amantes del fuego, así que debía pensar en una buena manera de escapar una vez que el círculo de fuego nos hubiera rodeado por completo...
Los feroces monstruos buscaban y rebuscaban mirando de un lado a otro en busca de sus objetivos, nosotros, no nos quedaban muchas alternativas, sin embargo, esa idea del joven acababa de ayudarme a formar un plan, bastante arriesgado, pero si funcionaba, podríamos alejarnos de prisa sin preocuparnos de que nos siguieran la pirómana obsesión de aquel joven resultaría muy útil en este plan - Intentaré reunirlos a todos en un punto, debes rodearnos en un círculo de fuego - Le susurré al joven al tiempo que miraba hacia abajo buscando el mejor sitio para descender - Yo los distraeré mientras tanto - Di un par de saltos de rama en rama hasta estar lejos del joven, lo suficiente para llamar la atención de los trolls sin delatar la ubicación de mi compañero, unos 10 metros de distancia nos separaban ahora, era tiempo de empezar el show - ¡¡Acá estoy!! - Grité al tiempo que retrocedía un poco para ocultarme cuanto me fuera posible, los trolls se acercaban aún sin conocer mi ubicación exacta, dieron un par de vueltas bajo el árbol donde estaba, sin mirar hacia arriba aún, - (Son demasiado torpes) - Pensé mientras los observaba desde arriba, sin embargo, comenzaban a alejarse, mi objetivo era distraerlos, a esta distancia, al más mínimo ruido encontrarían mi ubicación pero era ya inevitable, así que rompí el silencio gritando - Acá arriba, bestias - en consecuencia, todos ellos, en total sincronización, voltearon la cabeza hacia arriba hasta alcanzar ubicarme en lo alto de una rama, imaginé que sería más sencillo, que podría distraerlos desde arriba sin exponerme demasiado, sin embargo, la fortaleza que poseían no dejaba de sorprenderme, golpeaban el árbol con tal fuerza que hacían sacudir hasta la última hoja, finalmente, como era de esperarse, el árbol comenzaba a ceder, por lo que me vi en la necesidad de saltar, apunté mis pies a la cabeza del más alto y de ahí volví a saltar hasta el piso, mi velocidad había sido drásticamente menguada por mi agotamiento, así que usaría cualquier cosa que pudiera servirme, tomé del piso toda la nieve que pude reunir y la arrojé justo a los ojos de dos de ellos, no esperaba derrotarlos con tan poco, pero sí al menos ganar un poco de tiempo, además de todo, debía mantenerme en el mismo espacio, reunirlos lo más que pudiera para que pudieran quedar atrapados todos, tomé una de mis dagas con la mano izquierda mientras seguía tomando nieve y arrojándola a sus ojos, a ratos, cuando veía la oportunidad, me acercaba con precaución y cortaba los músculos de sus tendones para al menos quitarles movilidad, hacerlos más lentos.
La nieve comenzaba a teñirse con pequeñas gotas rojas mientras yo me mantenía en movimiento, usaba mi agilidad para compensar mi reducida velocidad y estaba dando fruto hasta que uno de ellos alcanzó a sujetarme por la pierna izquierda, me levantaba como si mi peso fuera realmente insignificante, apretaba fuertemente mi pierna, tanto que la rompería si no hacía algo, tras flexionar mi cuerpo usé mi mano izquierda para incrustar mi daga en su antebrazo, sin embargo, aún no me soltaba, así que giré la daga dentro de la herida mientras se dejaba oír el melódico sonido de huesos rotos, yo solo esperaba que no fueran los míos, ante el insoportable dolor, me dejó caer al piso, afortunadamente conseguí liberarme antes que se acercaran los otros, di un par de pasos hacia atrás para recuperarme y aunque a estas alturas, la distracción había funcionado, y la prisión de fuego estaba casi completa, estaba atrapado entre dos grandes problemas, uno era, estar atrapado junto con los trolls, otro era, estar en un círculo de fuego, los vampiros no somos muy amantes del fuego, así que debía pensar en una buena manera de escapar una vez que el círculo de fuego nos hubiera rodeado por completo...
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
El hombre le había pedido crear un círculo de fuego. ¡Alrededor de no uno ni dos Trolls sino de cinco! ¡Como si fuera tan sencillo! Para un brujo con dominio sobre el fuego ya sería una tarea difícil crear un tanto fuego en un lugar repleto de frio y nieve. Para él la tarea sería un desafío: ya había usado una parte de su energía en las peleas anteriores y el frio se había encargado de debilitar aún más sus poderes. Apretó los dientes, furioso, ante la impotencia que le causaba no tener el mismo control sobre su elemento al igual que los demás brujos.
Ya no podía detener a aquel hombre ya se había alejado demasiado como para decirle que esperara e inventar una excusa para idear otro plan que no requiriera tanto poder de su parte. Los Trolls se acercaron al árbol desde donde los llamaban en un intento de distracción y ante un segundo llamado comenzaron a atacar. El árbol se empezó a sacudir con violencia y si el extraño no salía de allí rápido terminaría destrozado por las bestias. Varios segundos pasaron antes de que una figura saliera de entre las hojas del árbol, saltara sobre la cabeza de uno de los Trolls y aterrizara sin mucho esfuerzo lejos. Las bestias lo siguieron y sus cuerpos grandes y deformes impidieron que Ghabriel pudiera seguir viendo qué estaba haciendo su compañero. Ya era momento en que el participará.
Bajó del árbol de un salto e inspeccionó el lugar desde allí; los Trolls ya estaban lo suficientemente cerca y podría encerralos en su círculo de fuego si se movía rápido. Sacó de nuevo la botella de licor y tomó un trago sólo para volver a escupir dentro el líquido segundos después. Necesitaba todo el contenido de la botella para que funcionara bien el plan. Corrió alrededor de los Trolls dejando caer el alcohol detrás de él. No era una tarea sencilla; las bestias se movían bruscamente lanzando puños al aire y dando pasos imprevistos en su dirección. Por suerte no parecía que se hubieran percatado de su presencia. Cuando llegó al punto donde creyó haber empezado, vació la botella en el arbusto más cercano y luego lo encendió sólo con un par de chispas de sus manos. El arbusto estalló en llamas y el círculo de fuego se dibujó alrededor de los Trolls. El joven miró desanimado lo que había logrado. Las llamas no eran lo suficientemente altas.
Tomó unas cuantas ramas de los árboles y la tiró al fuego para que las llamas crecieran aún más con extremo cuidado para no sofocarlo. Con cada rama el fuego crecía cada vez más fuerte y agresivo al tiempo que expulsaba un humo negro y espeso que ya superaba la cabeza de los Trolls. Ghabriel siguió alimentándolo hasta que, por fin, las llamas llegaban hasta la cintura de las bestias. Tarea cumplida. Se limpió las manos frotándola una con la otra y, ahora sí, admiraba su creación orgulloso. Sólo tenía que esperar que su compañero saliera de allí y luego escaparían. Las llamas ya tenían vida propia y empezaban a reclamar el resto de los arbustos y los árboles como propios. Pronto el lugar entero se convertiría en una bola de fuego. ¿Qué estaba haciendo?¿Por qué no salía?
La ondulación de una de las llamas le permitió ver al hombre por sólo unos segundos. Miraba hacia todos lados como si estuviera atrapado y no supiera como salir de allí. Y por sobre todas las cosas se notaba una lastimadura en su pierna. Tenía que ser una broma. Se sacó la capa y la tiró al suelo para que se empapara con la nieve. Estaba ya tan frustrado que hasta la pisaba con ira. Una vez ya mojada la guardo en su bolso y corrió hacia las llamas. El fuego no le haría mucho daño a él si se movía con rapidez.
Una vez que cruzó el umbral de fuego encontró caos dentro. Los Trolls se movían torpemente confundidos por el humo y el fuego y, en consecuencia, se golpeaban unos a los otros en un intento de atrapar al extraño que se encontraba en el medio quien esquivaba los golpes ya con mucha dificultad. Llegar a hasta él no era nada fácil. Cada vez que una extremidad se acercaba demasiado al joven la esquivaba con agilidad, pero no sin antes lastimarla lo más posible con sus espadas. Esta táctica sirvió sólo por unos segundos. Cuando esquivó un brazo que se dirigía en su dirección otro apreció por detrás golpeándolo con fuerza en las costillas y empujándolo hacia el centro del círculo. Permaneció tirado sobre la nieve unos segundos respirado con fuerza. Al menos podía respirar, no tenía ningún hueso roto. Levantó la mirada y se encontró con el hombre al lado suyo. Se levantó de un salto y le puso la capa empapada sobre la espalda.
—Rápido. Con esto puedes cruzar el fuego. Ponte la capucha. —Le gritó.
Ya no podía detener a aquel hombre ya se había alejado demasiado como para decirle que esperara e inventar una excusa para idear otro plan que no requiriera tanto poder de su parte. Los Trolls se acercaron al árbol desde donde los llamaban en un intento de distracción y ante un segundo llamado comenzaron a atacar. El árbol se empezó a sacudir con violencia y si el extraño no salía de allí rápido terminaría destrozado por las bestias. Varios segundos pasaron antes de que una figura saliera de entre las hojas del árbol, saltara sobre la cabeza de uno de los Trolls y aterrizara sin mucho esfuerzo lejos. Las bestias lo siguieron y sus cuerpos grandes y deformes impidieron que Ghabriel pudiera seguir viendo qué estaba haciendo su compañero. Ya era momento en que el participará.
Bajó del árbol de un salto e inspeccionó el lugar desde allí; los Trolls ya estaban lo suficientemente cerca y podría encerralos en su círculo de fuego si se movía rápido. Sacó de nuevo la botella de licor y tomó un trago sólo para volver a escupir dentro el líquido segundos después. Necesitaba todo el contenido de la botella para que funcionara bien el plan. Corrió alrededor de los Trolls dejando caer el alcohol detrás de él. No era una tarea sencilla; las bestias se movían bruscamente lanzando puños al aire y dando pasos imprevistos en su dirección. Por suerte no parecía que se hubieran percatado de su presencia. Cuando llegó al punto donde creyó haber empezado, vació la botella en el arbusto más cercano y luego lo encendió sólo con un par de chispas de sus manos. El arbusto estalló en llamas y el círculo de fuego se dibujó alrededor de los Trolls. El joven miró desanimado lo que había logrado. Las llamas no eran lo suficientemente altas.
Tomó unas cuantas ramas de los árboles y la tiró al fuego para que las llamas crecieran aún más con extremo cuidado para no sofocarlo. Con cada rama el fuego crecía cada vez más fuerte y agresivo al tiempo que expulsaba un humo negro y espeso que ya superaba la cabeza de los Trolls. Ghabriel siguió alimentándolo hasta que, por fin, las llamas llegaban hasta la cintura de las bestias. Tarea cumplida. Se limpió las manos frotándola una con la otra y, ahora sí, admiraba su creación orgulloso. Sólo tenía que esperar que su compañero saliera de allí y luego escaparían. Las llamas ya tenían vida propia y empezaban a reclamar el resto de los arbustos y los árboles como propios. Pronto el lugar entero se convertiría en una bola de fuego. ¿Qué estaba haciendo?¿Por qué no salía?
La ondulación de una de las llamas le permitió ver al hombre por sólo unos segundos. Miraba hacia todos lados como si estuviera atrapado y no supiera como salir de allí. Y por sobre todas las cosas se notaba una lastimadura en su pierna. Tenía que ser una broma. Se sacó la capa y la tiró al suelo para que se empapara con la nieve. Estaba ya tan frustrado que hasta la pisaba con ira. Una vez ya mojada la guardo en su bolso y corrió hacia las llamas. El fuego no le haría mucho daño a él si se movía con rapidez.
Una vez que cruzó el umbral de fuego encontró caos dentro. Los Trolls se movían torpemente confundidos por el humo y el fuego y, en consecuencia, se golpeaban unos a los otros en un intento de atrapar al extraño que se encontraba en el medio quien esquivaba los golpes ya con mucha dificultad. Llegar a hasta él no era nada fácil. Cada vez que una extremidad se acercaba demasiado al joven la esquivaba con agilidad, pero no sin antes lastimarla lo más posible con sus espadas. Esta táctica sirvió sólo por unos segundos. Cuando esquivó un brazo que se dirigía en su dirección otro apreció por detrás golpeándolo con fuerza en las costillas y empujándolo hacia el centro del círculo. Permaneció tirado sobre la nieve unos segundos respirado con fuerza. Al menos podía respirar, no tenía ningún hueso roto. Levantó la mirada y se encontró con el hombre al lado suyo. Se levantó de un salto y le puso la capa empapada sobre la espalda.
—Rápido. Con esto puedes cruzar el fuego. Ponte la capucha. —Le gritó.
Ghabriel
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Estaba tan ocupado evitando golpes aleatorios y pensando en cómo salir, no no alcancé a percatarme que el joven había entrado al fuego, me ofrecía su capa helada por la nieve para cubrirme y salir, era un acto bastante heroico e inesperado, un poco estúpido regresar así, yo habría escapado solo, pero era bastante admirable, lo tomé del brazo y esquivando golpes de trolls ciegos y furiosos, llegamos hasta el borde del fuego, yo podría salir arropado con la capa, pero él se iba a quemar si pasaba de esa forma, así que, en parte por desquitarme por el episodio con el excremento, pero también por sacarlo de forma segura, lo tomé fuerte por el brazo con ambas manos, y tras girar un par de veces lo lancé tan alto como pude por encima del fuego, que suerte que no era muy pesado, de otro modo no habría tenido energía suficiente, lo escuché caer al otro lado, se oyó incluso, un poco aparatosa la caída, tal vez no debí arrojarlo con la cabeza hacia abajo, pero bueno, estaba afuera que es lo importante, ahora yo, embobado frente a las llamas, me agradaban, sentía cierta fascinación, sin embargo, no era momento para eso, los trolls seguían perdidos en el humo y mareados por el calor, tras un último vistazo corrí hacia el fuego abrigado por la capa del joven que evitó gran parte de las quemaduras, aunque, algunas partes de mi pantalón comenzaban a encenderse, me alejé cuanto pude del fuego y luego tras soltar la capa, rodé un par de veces en el suelo hasta apagar mis pantalones con la fría nieve.
Encontré al joven del otro lado, tenía cara de no haberle gustado mi idea, así que preferí evitar decir nada, tomé la capa del piso y se la entregué al tiempo que le señalaba el camino, los trolls no estarían atrapados por siempre y aún quedaba un largo camino hacia abajo, emprendimos el camino tan rápido como podíamos ir, dejando atrás a los trolls atrapados en el fuego, sin embargo, el camino estaba cortado más adelante por otros trolls que se acercaban atraídos por el fuego y los gritos de los otros, estábamos rodeados hacia adelante y hacia atrás, el fuego se apagaba de prisa por la baja temperatura de la montaña, a la derecha, una empinada subida, pero a la izquierda, un perfecto tobogán de nieve, si nos deslizábamos por ahí llegaríamos abajo rápidamente, solo era necesario un poco de destreza y muchos reflejos para no estrellarnos contra las enormes y filosas rocas que posaban imponentes entre la suave nieve, no había mucho que pensar, ni mucho tiempo para hacerlo, era eso, o seguir batallando con esos estúpidos monstruos.
Busqué con la mirada al joven - bajemos por este camino - le dije mientras sin pensarlo dos veces, me lanzaba hasta caer acostado con los pies hacia adelante, ya era tarde para arrepentirse, tomé mis dagas en ambas manos, y las usaba para enterrarlas a ratos en la nieve y cambiar mi trayectoria para evitar estrellarme con las rocas, algunas muy grandes, me resultaba imposible evitarlas, así que enterraba ambas dagas en la nieve para disminuir mi velocidad y posarme sobre ellas antes de seguir mi descenso, abajo, a lo lejos, alcancé a ver las cercanías del poblado abandonado, por fin me alejaba de esta infernal montaña, mientras respiraba con un poco de tranquilidad, al ver que no quedaban más piedras por esquivar, miré hacia atrás a ver sí el joven había podido seguirme o había quedado estrellado contra alguna roca...
Encontré al joven del otro lado, tenía cara de no haberle gustado mi idea, así que preferí evitar decir nada, tomé la capa del piso y se la entregué al tiempo que le señalaba el camino, los trolls no estarían atrapados por siempre y aún quedaba un largo camino hacia abajo, emprendimos el camino tan rápido como podíamos ir, dejando atrás a los trolls atrapados en el fuego, sin embargo, el camino estaba cortado más adelante por otros trolls que se acercaban atraídos por el fuego y los gritos de los otros, estábamos rodeados hacia adelante y hacia atrás, el fuego se apagaba de prisa por la baja temperatura de la montaña, a la derecha, una empinada subida, pero a la izquierda, un perfecto tobogán de nieve, si nos deslizábamos por ahí llegaríamos abajo rápidamente, solo era necesario un poco de destreza y muchos reflejos para no estrellarnos contra las enormes y filosas rocas que posaban imponentes entre la suave nieve, no había mucho que pensar, ni mucho tiempo para hacerlo, era eso, o seguir batallando con esos estúpidos monstruos.
Busqué con la mirada al joven - bajemos por este camino - le dije mientras sin pensarlo dos veces, me lanzaba hasta caer acostado con los pies hacia adelante, ya era tarde para arrepentirse, tomé mis dagas en ambas manos, y las usaba para enterrarlas a ratos en la nieve y cambiar mi trayectoria para evitar estrellarme con las rocas, algunas muy grandes, me resultaba imposible evitarlas, así que enterraba ambas dagas en la nieve para disminuir mi velocidad y posarme sobre ellas antes de seguir mi descenso, abajo, a lo lejos, alcancé a ver las cercanías del poblado abandonado, por fin me alejaba de esta infernal montaña, mientras respiraba con un poco de tranquilidad, al ver que no quedaban más piedras por esquivar, miré hacia atrás a ver sí el joven había podido seguirme o había quedado estrellado contra alguna roca...
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Al fin, aquel hombre seguía sus indicaciones sin protestar y se acomodó la capa helada. Ambos corrieron hacia el borde del círculo que delimitaban las llamas, sus hermosas llamas que ahora habían adquirido distintos colores gracias a las ramas y arbustos que consumía a su paso. ¿Cuánto más podrían durar en aquel frio extremo? Ghabriel se dispuso a atravesar el fuego como lo había hecho antes, después de todo se trataba de su fuego y si lo quemaba no sería nada grave, cuando sintió una presión en el cuerpo como si alguien lo estuviese agarrando y luego ya no sintió el suelo bajo sus pies. ¿Un troll lo había atrapado? No, si ese fuera el caso el dolor sería mucho más fuerte y el movimiento mucho menos sutil. Bajó la cabeza para encontrar que aquel, ya por demás, extraño hombre lo estaba levantando ¿Qué era lo que pretendía? Antes de que pudiera quejarse, todo se volvió borroso y los objetos perdieron su forma y color mezclándose uno con los otros. La sensación se parecía mucho a cuando de niño giraba con los brazos abiertos compitiendo con Alice para ver quien aguantaba más sin marearse.
El recuerdo le retorció el estómago y el corazón. Si no hubiera sido por la seguidilla de golpes duros y secos contra el suelo le hubiera costado deshacerse de esa sensación. Primero dio de lleno contra el suelo con el costado derecho; luego revotó levemente, giró sobre sí mismo y volvió a golpear contra el suelo, esta vez con su espalda; por último siguió rodando hasta que lo frenó un árbol.
¡LO HABIA ARROJADO! ¡EL MALDITO BASTARDO LO HABIA ARROJADO!
Se incorporó con dificultad utilizando el árbol como apoyo justo a tiempo para ver a su acompañante saliendo del fuego casi intacto. Sentía tanta ira que la podía sentir corriendo por sus venas. Sólo quería agarrarlo y empujarlo nuevamente hacia lo trolls para que lo destrozaran. Respiró profundo varias veces. Debía calmarse. Todavia tenían que salir de esa montaña antes de que más trolls llegaran. Si llegaban a encontrar a otro grupo tan grande seria su fin; ya no le quedaban energías ni combustible para seguir peleando.
Sin decir ni una palabra, el hombre señalo el camino con la mano y comenzó a caminar sin siquiera esperar a que se terminara de incorporar. Lo odiaba. Definitivamente lo odiaba. Encima para forjar ese sentimiento, se tiró de lleno por lo que parecía un tobogán natural de nieve repleto de rocas filosas. El joven se quedó allí paralizado viendo como el extraño se deslizaba por la nieve evitando las rocas. ¿Cómo se suponía que iba a bajar? Puso su mente en blanco y respiró profundo. Hacía ya mucho tiempo que no recurría a la meditación para calmar su mente. Por lo general cuando estaba en plena forma las ideas fluían naturalmente y de esa forma podía escapar de, casi cualquier situación. Pero en ese momento, su cuerpo comenzaba a fallarle debido al cansancio.
Salió de aquel estado meditativo, sacó una de sus espadas y se dirigió al árbol más cercano. Hundió sólo la punta de la espada en el árbol y comenzó a arrancar un grueso trozo de corteza. Volvió al tobogán, se sentó en la corteza y coloco la espada el parte posterior sosteniéndola con ambas manos para usarla de timón.
La bajada, de esa forma, no fue tan complicada. La espada le permitía esquivar las rocas sin mucha dificultad. Sólo se había olvidado de pensar en una cosa: los frenos. Ya estaba llegando al final y podía ver al hombre incorporándose en la nieve. Cerró los ojos previendo lo que iba a suceder. Golpeó de lleno al hombre, pero no pudo ver hacia cayó. Giraba sin control hasta que un árbol freno el frenesí.
Benditos sean los árboles.
El recuerdo le retorció el estómago y el corazón. Si no hubiera sido por la seguidilla de golpes duros y secos contra el suelo le hubiera costado deshacerse de esa sensación. Primero dio de lleno contra el suelo con el costado derecho; luego revotó levemente, giró sobre sí mismo y volvió a golpear contra el suelo, esta vez con su espalda; por último siguió rodando hasta que lo frenó un árbol.
¡LO HABIA ARROJADO! ¡EL MALDITO BASTARDO LO HABIA ARROJADO!
Se incorporó con dificultad utilizando el árbol como apoyo justo a tiempo para ver a su acompañante saliendo del fuego casi intacto. Sentía tanta ira que la podía sentir corriendo por sus venas. Sólo quería agarrarlo y empujarlo nuevamente hacia lo trolls para que lo destrozaran. Respiró profundo varias veces. Debía calmarse. Todavia tenían que salir de esa montaña antes de que más trolls llegaran. Si llegaban a encontrar a otro grupo tan grande seria su fin; ya no le quedaban energías ni combustible para seguir peleando.
Sin decir ni una palabra, el hombre señalo el camino con la mano y comenzó a caminar sin siquiera esperar a que se terminara de incorporar. Lo odiaba. Definitivamente lo odiaba. Encima para forjar ese sentimiento, se tiró de lleno por lo que parecía un tobogán natural de nieve repleto de rocas filosas. El joven se quedó allí paralizado viendo como el extraño se deslizaba por la nieve evitando las rocas. ¿Cómo se suponía que iba a bajar? Puso su mente en blanco y respiró profundo. Hacía ya mucho tiempo que no recurría a la meditación para calmar su mente. Por lo general cuando estaba en plena forma las ideas fluían naturalmente y de esa forma podía escapar de, casi cualquier situación. Pero en ese momento, su cuerpo comenzaba a fallarle debido al cansancio.
Salió de aquel estado meditativo, sacó una de sus espadas y se dirigió al árbol más cercano. Hundió sólo la punta de la espada en el árbol y comenzó a arrancar un grueso trozo de corteza. Volvió al tobogán, se sentó en la corteza y coloco la espada el parte posterior sosteniéndola con ambas manos para usarla de timón.
La bajada, de esa forma, no fue tan complicada. La espada le permitía esquivar las rocas sin mucha dificultad. Sólo se había olvidado de pensar en una cosa: los frenos. Ya estaba llegando al final y podía ver al hombre incorporándose en la nieve. Cerró los ojos previendo lo que iba a suceder. Golpeó de lleno al hombre, pero no pudo ver hacia cayó. Giraba sin control hasta que un árbol freno el frenesí.
Benditos sean los árboles.
Ghabriel
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
Mirar hacia atrás había sido definitivamente una muy mala idea, aunque, al menos me había permitido prepararme para lo que me esperaba, el joven se acercaba a toda velocidad, en su cara, se veía una sonrisa maléfica de mala intención, tal vez estaba resentido por el lanzamiento de hace rato, me incorporé tan rápido como pude y luego traté de saltar sobre él para esquivarlo, sin embargo no me quedaban fuerzas y el triste salto apenas sirvió para dejarme en el aire sin resistencia alguna al fuerte impacto, salí disparado algunos metros hacia atrás viendo cielo, suelo, cielo, suelo, hasta finalmente caer de cara en la fría nieve, levanté la cara para escupir la nieve y lo vi estrellarse contra un árbol, ese era sin lugar a dudas, el escape más aparatoso en mi historia, un episodio que intentaría olvidar lo más pronto posible.
Arriba, la pequeñas siluetas de los trolls saltaban y gritaban impotentes, habíamos salido... ¿ilesos? más bien solo, vivos, de aquella situación, caminé lentamente hacia el joven pensando en la cadena de eventos tragicómicos que habíamos atravesado y a estas alturas, me resultaba bastante graciosa, al estar relativamente cerca, aunque no demasiado, le dije en un tono menos hostil - Estoy en deuda contigo, no solo por haberme ayudado, sino porque además, le has evitado el sufrimiento de la pérdida a mi pequeña hija, si algún día necesitas algo de mí... y de casualidad me encuentras... ya sabes... - giré mi cuerpo en dirección al poblado abandonado y comencé a caminar con severos signos de agotamiento, tras unos pasos me detuve de nuevo y sin voltear hacia donde estaba dije - Bio, me llaman Bio, aunque no soy un bio, no me gustan las máquinas, gracias por todo - tras levantar la vista al cielo recordé que aquél frío infernal me estaba torturando, así que me apresuré un poco más hacia el poblado abandonado...
Arriba, la pequeñas siluetas de los trolls saltaban y gritaban impotentes, habíamos salido... ¿ilesos? más bien solo, vivos, de aquella situación, caminé lentamente hacia el joven pensando en la cadena de eventos tragicómicos que habíamos atravesado y a estas alturas, me resultaba bastante graciosa, al estar relativamente cerca, aunque no demasiado, le dije en un tono menos hostil - Estoy en deuda contigo, no solo por haberme ayudado, sino porque además, le has evitado el sufrimiento de la pérdida a mi pequeña hija, si algún día necesitas algo de mí... y de casualidad me encuentras... ya sabes... - giré mi cuerpo en dirección al poblado abandonado y comencé a caminar con severos signos de agotamiento, tras unos pasos me detuve de nuevo y sin voltear hacia donde estaba dije - Bio, me llaman Bio, aunque no soy un bio, no me gustan las máquinas, gracias por todo - tras levantar la vista al cielo recordé que aquél frío infernal me estaba torturando, así que me apresuré un poco más hacia el poblado abandonado...
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Re: Encuentro Inesperado [Libre - Interpretativo] [Cerrado]
La aventura había terminado. Ambos parecían haber salido con vida de una situación que parecía imposible. Se recostó en el árbol y por un segundo decidió relajarse escuchando el sonido del viento que, por alguna razón, ya no parecía tan feroz. A lo lejos se escuchaban los gritos cargados de ira de los trolls. Pero eso no arruinaba la tranquilidad del momento, en todo caso la adornaba con una sensación de orgullo por haber podido derrotar a tantas bestias en tan poco tiempo. Ahora que toda la adrenalina lo abandonaba, el cuerpo comenzó a pesarle y le dolían las articulaciones y los lugares donde se había golpeado. Estaba tan cansado que tenía que pelear contra sus parpados para no quedarse dormido allí mismo.
Un poco más delante de él, la nieve crujía rítmicamente como si alguien se acerca. Levantó la mirada y se encontró con el hombre a unos metros; al parecer todavía no confiaba en joven. Mejor así, él tampoco confiaba en el otro. Ghabriel se quedó en suelo mirándolo. Si se levantaba se notaría que estaba exhausto dándole la oportunidad al otro para atacarlo. Su última línea de defensa era mantener las apariencias.
—Estoy en deuda contigo, no solo por haberme ayudado, sino porque además, le has evitado el sufrimiento de la pérdida a mi pequeña hija, si algún día necesitas algo de mí... y de casualidad me encuentras... ya sabes... —escuchó decir al hombre. Por un lado, era bueno saber que alguien le debía un favor; por otro, esperaba no encontrarlo pronto, aún estaba resentido por haberlo arrojado de esa forma. —Bio, me llaman Bio, aunque no soy un bio, no me gustan las máquinas, gracias por todo
—Ghabriel—respondió el joven cerrando levemente lo ojos, pero era difícil que Bio lo hubiera escuchado, ya que cuando volvió a abrir los ojos vio cómo se alejaba.
Usando es árbol para como apoyo, Ghabriel se levantó y se dirigió a una ruinas que se veian desde allí. Quizás allí podría encontrar un lugar seco donde descansar.
Un poco más delante de él, la nieve crujía rítmicamente como si alguien se acerca. Levantó la mirada y se encontró con el hombre a unos metros; al parecer todavía no confiaba en joven. Mejor así, él tampoco confiaba en el otro. Ghabriel se quedó en suelo mirándolo. Si se levantaba se notaría que estaba exhausto dándole la oportunidad al otro para atacarlo. Su última línea de defensa era mantener las apariencias.
—Estoy en deuda contigo, no solo por haberme ayudado, sino porque además, le has evitado el sufrimiento de la pérdida a mi pequeña hija, si algún día necesitas algo de mí... y de casualidad me encuentras... ya sabes... —escuchó decir al hombre. Por un lado, era bueno saber que alguien le debía un favor; por otro, esperaba no encontrarlo pronto, aún estaba resentido por haberlo arrojado de esa forma. —Bio, me llaman Bio, aunque no soy un bio, no me gustan las máquinas, gracias por todo
—Ghabriel—respondió el joven cerrando levemente lo ojos, pero era difícil que Bio lo hubiera escuchado, ya que cuando volvió a abrir los ojos vio cómo se alejaba.
Usando es árbol para como apoyo, Ghabriel se levantó y se dirigió a una ruinas que se veian desde allí. Quizás allí podría encontrar un lugar seco donde descansar.
Ghabriel
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