Bragiväl, el carnaval aerandiano.

Bragi, el dios de la poesía y la danza, también había exigido una festividad como se les había dado a los demás dioses. Las nieve de las calles de las capitales humanas ya había dejado paso a grandes charcos de lluvia, el clima, aunque frío, empezaba a ser más templado de lo que acostumbraba en el apogeo del invierno.

Durante el deshielo de las capitales aerandianas, los sacerdotes y representantes de los dioses del asgard en Aerandir convocaron un claustro con el fin de decidir qué hacer con la nueva religión que empezaba a propagarse por todas y cada una de las calles de sus ciudades. Decidieron pues hacer llamar a todos  y cada uno de los bardos de las capitales de Verisar, el continente, y las islas con el fin de rendir culto a el dios de las artes. Hicieron propagar y llegar a cada rincón la voluntad del dios.

“La festividad durará tres días con sus tres noches, en las cuales la música y la danza serán los protagonistas. La noche de la víspera festividad, una gran pira será encendida en su nombre, un enorme muñeco de paja será quemado en su centro, que arderá hasta el amanecer del siguiente día. Durante el inicio de la fiesta, los que crean que su arte es digno de llegar a los oídos de los dioses, deberán recitar en voz alta frente a la pira una poesía cuya suma de las primeras letras de cada oración formen el nombre del dios, “BRAGI”. Con cuidado, mortales, no querréis que vuestro sino sea tan funesto como vuestros versos



Dos días más de danzas en el que ni el vino ni la comida pueden faltar en las mesas y en las jarras de los invitados. El dios Bragi no solo exige que vuestros cantares sean ricos en versos y en estrofas, sino que también os pide que hagáis disfrutar al público.

¡Qué mejor manera de disfrutar que disfrazarse! Los mejores bardos de todo Aerandir podrán hacer gala de sus mejores dotes eligiendo un tema de interés popular, el cual cantarán en la plaza. El canto y el baile es deleite para mortales y dioses. El vino y el hidromiel no han de faltar ni fallar, pues queremos haceros disfrutar. Entregad las copas a vuestros invitados, como lo hará Bragi cuando entréis en el Valhalla.”

Esta festividad consagrada al dios de la música, la danza y la poesía, es una nueva festividad añadida al calendario aerandiano, conmemorando la llegada del buen tiempo y el fin de las nieves. Además de ser una excusa social para atraer al público hacia la capital humana, Lunargenta, cuyos comercios rebosarán en estas fechas.

No obstante, hay que destacar también que existe en Aerandir una minoría no pagana que no comparte las creencias, y que está muy en contra de lo pecaminoso de esta festividad, en su mayoría el sector monoteísta de Aerandir y el más extremista.