La semilla de la oscuridad. [Libre] (3/3) (CERRADO)
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Re: La semilla de la oscuridad. [Libre] (3/3) (CERRADO)
Su invitado no tardó en aceptar la insinuada propuesta de la peliblanca, adecuadamente secundada por Noctis y su agudo sentido del olfato, y desapareció por la puerta de aquel pequeño cuarto de baño equipado acorde a las necesidades higiénicas de la joven sacerdotisa. Por su puesto aquella pequeña bañera circular, similar a un tonel sin su parte superior, distaba mucho del riachuelo de aguas frescas y cristalinas que discurría junto a su hogar en Sandorai, tanto o más que de la zona de aguas termales al norte de su aldea...Pero ya que era eso o nada pues cumplía con su función. Si además le echabas al agua la esencia de fuego y las sales perfumadas que ella misma había creado y que estaban guardadas en un pequeño armarito cercano a la bañera, tenías un baño caliente y con olor a flores casi instantáneo. Todo un salvavidas para cualquier elfa que como ella se viera en la necesidad de vivir entre humanos.
-Debí calentar el agua antes de dejarle entrar.- Se dijo a sí misma la joven al darse cuenta de que ante aquella omisión de información, debida a la costumbre de no tener invitados, aquel caballero esmeralda tendría que usar el agua helada que antes dejase preparada. -Bueno, seguro que no le importa.- Añadió encogiéndose de hombros tras descartar la posibilidad de decirle a través de la puerta la localización de aquellos útiles productos de alquimia, así como la dosis adecuada de cada uno. Si por un casual excedía la dosis de sales, bueno, llenaría toda la habitación de espuma. Sí excedía la cantidad de esencia de fuego, la cosa podría ser mucho peor.
Tomó una pieza de fruta del bol que había servido sobre la mesa, cortando un trozo con su daga para Geralt, que comenzó a mordisquearlo con fruición sin bajarse del hombro de su dueña, y acto seguido, mientras comía distraídamente, se dirigió a la habitación principal para buscar en uno de sus baúles su set de mantenimiento de armaduras. Tal y como le había dicho al elfo que haría. Seguramente su invitado encontraría aquello bastante escaso, puede que de hecho ni siquiera le sirviera por completo para su armadura pesada, ya que la elfa siempre había usado prendas ligeras, pero al menos le serviría para eliminar toda aquella sangre con la que había acabado cubierto. Si iban a ir a aquel orfanato, como parecían sugerir las pistas ocultas en las últimas palabras del pobre señor Rassel con respecto a esa semilla oscura por la que había gente dispuesta a matar y morir, no podían ir cubiertos de carmesí. Nadie iba ni a abrirles la puerta si el elfo parecía salir de una carnicería.
-Si con esto no es suficiente deberá dejarla aquí. No me gustaría tener que estar cada dos por tres dándole explicaciones a cada guardia con el que nos crucemos. Bastante suerte tuvimos ya de haber salido de aquella biblioteca.- Murmuró la joven reuniendo sus cosas y llevándolas a la sala de estar. Colocando una manta vieja en el suelo para que trabajara sobre ella y poniendo las cosas encima antes de recuperar la pieza de fruta y terminar de comérsela. Sentándose a continuación a esperar a que saliese, acariciando a sus animales y echándole un vistazo por encima al libro sobre dragones, en el que esperaba poder centrarse más pronto que tarde.
Níniel apreciaba al anciano bibliotecario, de no ser así se habría limitado a salir de la biblioteca antes de que las cosas empezaran a ponerse feas. Pero nada iba a devolverle a la vida ni aquella maldición iba a investigarse ni a quitarse sola. Si aquello se complicaba más no tendría más remedio que dejar que el caballero esmeralda se ocupara de todo, algo que muy posiblemente hiciera pues así eran los miembros de la orden, más parecidos a los caballeros andantes de las historias humanas de lo que ningún caballero orejas redondas real sería nunca. No obstante, si el tiempo y la maldición se lo permitían, quería ser ella quien desentrañara aquel misterio. Quizá porque aún sentía que a pesar de su gran poder no había podido hacer nada por salvar a su amigo. Quizá porque si tiraba de aquel hilo podría vengarse de aquel maestre que los tipos de la cruz negra habían mencionado, aquel realmente culpable del violento final de un buen hombre del que Níniel jamás hubiese sospechado que pudiese ocultar nada relacionado con nada oscuro, ni con un grupo de fanáticos asesinos armados hasta los dientes.
En ese momento la puerta del cuarto de baño comenzó a abrirse, precediendo la inminente salida de su ya aseado invitado. Había llegado el momento de poner en común lo que sabían, pensaban y creían de todo aquello. Al menos para aclararse las ideas, ya que su siguiente paso parecía más que evidente. De hecho no parecía que tuvieran ningún otro hilo del que tirar.
-Mucho mejor que una habitación en una posada de baja ciudad ¿Verdad?Te he dejado ahí el equipo para tu armadura. Mientras la limpias, empezaré recapitulando.- Sugeriría al mismo tiempo que de nuevo le señalaba el bol con comida y la jarra con agua fresca para beber. Y acto seguido comenzaría a hablar resumiendo lo que había ocurrido en la biblioteca desde su punto de vista. Desde que se encontran por primera y ruidosa vez, hasta que salieron de allí. -Si me hubieses preguntado hace unas horas sí creería posible que el señor Rassel estuviera involucrado con nada oscuro y con gente como esos tipos lo hubiese categóricamente.- Añadiría tras su breve y conciso relato. - Y nunca había oído nada de una semilla oscura así que su relación con Rassel me es desconocida. Parece que si queremos saber más solo podemos ir a por ese libro...Y no creo que ese maestro se haya dado por vencido, será mejor ir cuanto antes y tener los ojos abiertos por si acaso.- Terminaría de decir guardando silencio para escuchar lo que el elfo tuviera que decirle al respecto.
-Debí calentar el agua antes de dejarle entrar.- Se dijo a sí misma la joven al darse cuenta de que ante aquella omisión de información, debida a la costumbre de no tener invitados, aquel caballero esmeralda tendría que usar el agua helada que antes dejase preparada. -Bueno, seguro que no le importa.- Añadió encogiéndose de hombros tras descartar la posibilidad de decirle a través de la puerta la localización de aquellos útiles productos de alquimia, así como la dosis adecuada de cada uno. Si por un casual excedía la dosis de sales, bueno, llenaría toda la habitación de espuma. Sí excedía la cantidad de esencia de fuego, la cosa podría ser mucho peor.
Tomó una pieza de fruta del bol que había servido sobre la mesa, cortando un trozo con su daga para Geralt, que comenzó a mordisquearlo con fruición sin bajarse del hombro de su dueña, y acto seguido, mientras comía distraídamente, se dirigió a la habitación principal para buscar en uno de sus baúles su set de mantenimiento de armaduras. Tal y como le había dicho al elfo que haría. Seguramente su invitado encontraría aquello bastante escaso, puede que de hecho ni siquiera le sirviera por completo para su armadura pesada, ya que la elfa siempre había usado prendas ligeras, pero al menos le serviría para eliminar toda aquella sangre con la que había acabado cubierto. Si iban a ir a aquel orfanato, como parecían sugerir las pistas ocultas en las últimas palabras del pobre señor Rassel con respecto a esa semilla oscura por la que había gente dispuesta a matar y morir, no podían ir cubiertos de carmesí. Nadie iba ni a abrirles la puerta si el elfo parecía salir de una carnicería.
-Si con esto no es suficiente deberá dejarla aquí. No me gustaría tener que estar cada dos por tres dándole explicaciones a cada guardia con el que nos crucemos. Bastante suerte tuvimos ya de haber salido de aquella biblioteca.- Murmuró la joven reuniendo sus cosas y llevándolas a la sala de estar. Colocando una manta vieja en el suelo para que trabajara sobre ella y poniendo las cosas encima antes de recuperar la pieza de fruta y terminar de comérsela. Sentándose a continuación a esperar a que saliese, acariciando a sus animales y echándole un vistazo por encima al libro sobre dragones, en el que esperaba poder centrarse más pronto que tarde.
Níniel apreciaba al anciano bibliotecario, de no ser así se habría limitado a salir de la biblioteca antes de que las cosas empezaran a ponerse feas. Pero nada iba a devolverle a la vida ni aquella maldición iba a investigarse ni a quitarse sola. Si aquello se complicaba más no tendría más remedio que dejar que el caballero esmeralda se ocupara de todo, algo que muy posiblemente hiciera pues así eran los miembros de la orden, más parecidos a los caballeros andantes de las historias humanas de lo que ningún caballero orejas redondas real sería nunca. No obstante, si el tiempo y la maldición se lo permitían, quería ser ella quien desentrañara aquel misterio. Quizá porque aún sentía que a pesar de su gran poder no había podido hacer nada por salvar a su amigo. Quizá porque si tiraba de aquel hilo podría vengarse de aquel maestre que los tipos de la cruz negra habían mencionado, aquel realmente culpable del violento final de un buen hombre del que Níniel jamás hubiese sospechado que pudiese ocultar nada relacionado con nada oscuro, ni con un grupo de fanáticos asesinos armados hasta los dientes.
En ese momento la puerta del cuarto de baño comenzó a abrirse, precediendo la inminente salida de su ya aseado invitado. Había llegado el momento de poner en común lo que sabían, pensaban y creían de todo aquello. Al menos para aclararse las ideas, ya que su siguiente paso parecía más que evidente. De hecho no parecía que tuvieran ningún otro hilo del que tirar.
-Mucho mejor que una habitación en una posada de baja ciudad ¿Verdad?Te he dejado ahí el equipo para tu armadura. Mientras la limpias, empezaré recapitulando.- Sugeriría al mismo tiempo que de nuevo le señalaba el bol con comida y la jarra con agua fresca para beber. Y acto seguido comenzaría a hablar resumiendo lo que había ocurrido en la biblioteca desde su punto de vista. Desde que se encontran por primera y ruidosa vez, hasta que salieron de allí. -Si me hubieses preguntado hace unas horas sí creería posible que el señor Rassel estuviera involucrado con nada oscuro y con gente como esos tipos lo hubiese categóricamente.- Añadiría tras su breve y conciso relato. - Y nunca había oído nada de una semilla oscura así que su relación con Rassel me es desconocida. Parece que si queremos saber más solo podemos ir a por ese libro...Y no creo que ese maestro se haya dado por vencido, será mejor ir cuanto antes y tener los ojos abiertos por si acaso.- Terminaría de decir guardando silencio para escuchar lo que el elfo tuviera que decirle al respecto.
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
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Re: La semilla de la oscuridad. [Libre] (3/3) (CERRADO)
Al'theas salio del baño sabiendo que Níniel le esperaba, ahora estaba aseado y lo que era mas importante, mas relajado y receptivo gracias a la amabilidad de la joven elfa. -Desde luego... si no fuera por vos... a saber que hubiera encontrado en la posada donde me hospedaba- le dijo en respuesta a su ocurrencia, y mientras ella le hablaba, se dispuso a colocar y preparar su armadura en el sitio que Níniel le había preparado en la sala de estar. -Gracias, me pondré en ello enseguida- le dijo a la elfa mientras se permitía coger y degustar uno de los trozos de fruta servidos por ella.
Aun con el trozo de fruta en la boca, comenzó a trasladar las piezas de su armadura sobre la manta hasta que estuvieran todas reunidas, momento en el que sostuvo el trozo de fruta de su boca para darle un bocado mientras contemplaba el material con el que podía trabajar. Si bien lo ideal habría sido tener a un herrero para ayudarle a reforzar y tratar los materiales de la armadura, esto al menos serviría para dejarla presentable y era mas que suficiente para ello. Tras terminarse el trozo de fruta, se dispuso a comenzar a limpiar sus botas, las cuales ya tenia puestas como único calzado posible y luego seguirían el resto de piezas y armas.
El caballero esmeralda había decidido poner su espada en ayuda de la joven, por lo que no tenia ninguna intención de ir a ninguna parte sin su armadura con la perspectiva de ser atacados a sabiendas de que ni siquiera una biblioteca esta a salvo. Mientras completaba el mantenimiento y limpieza de su armadura, Al'theas escuchaba las palabras de Níniel -A veces las personas... son una caja de sorpresas... si alguien te hubiera señalado y me hubiese dicho que domináis un poder descomunal... yo tampoco me lo hubiera creído si os soy sincero- Dijo en respuesta a la elfa ante su referencia al señor Rassel -Al menos sabemos que todavia están buscando ese libro... quizas estemos a tiempo de evitar una catástrofe mayor- Decía mientras terminaba los últimos toques a su armadura, dejándola lista en su sitio para colocársela en cuanto llegara la hora de partir, levantándose con su hoja en mano, limpiándola y guardándola en su funda durante la conversación.
-Debo preguntaros algo...- Dijo antes de mirarla a ella -¿Sabe vuestro padre sobre... vuestra nueva naturaleza?- dijo esperando haber usado las palabras mas correctas y prosiguió -O... ¿alguna otra persona de vuestra confianza que ya este al tanto de la situación, que pudiera ofrecernos ayuda? He pensado que quizas preferís mantenerlo en secreto, y estoy conforme con ello, pero en caso de que solo nosotros dos tengamos que ir a ese orfanato y a lo que siga... tendremos que estar bien preparados si las cosas se tornan parecidas a la biblioteca... aunque... dado vuestro poder... no estoy seguro de quien debería tener miedo- sonrió ante la irónica perspectiva. Al'theas no estaba seguro de hasta que punto Níniel podía controlar sus poderes, ya había visto en persona su potencial e incluso el terror en los ojos de su enemigo, le preocupaba la posibilidad de que ese poder pudiera volverse contra ella o contra él mismo o pudiera tener otras consecuencias igual de peligrosas y dramáticas.
Noctis, el compañero canino de Níniel, se acerco olfateando a Al'theas, mirándole como si esperase a algo, por lo que el elfo le dedico una sonrisa al tiempo que se inclinaba para acariciar su cabeza gentilmente -Y ya que hablamos de ello... ¿que haréis con vuestra nueva condición? ¿tenéis pensado purificaros de algún modo? ¿con ayuda de vuestra orden quizas?... ¿o por el contrario tenéis la esperanza de controlarlo?...- Pregunto mientras observaba con cierta melancolía la cara de Noctis jadeando ante sus caricias, la idea de que Níniel pudiera acabar corrompiéndose de la misma forma que ese maestre al que ahora persiguen se le había cruzado por la cabeza y le pesaba saber que su deber como caballero le obligaba evitar ese resultado... de una forma u otra.
-Elijáis lo que elijáis... os ayudare, Níniel Thenidiel- Dijo antes de que ella pudiera responder, mientras se alzaba tras despedirse con la mirada de Noctis.
-Mi equipamiento esta listo, cuando queráis podemos partir- Dijo finalmente antes de alcanzar un vaso de agua fresca del que beber un poco tras la conversación.
Aun con el trozo de fruta en la boca, comenzó a trasladar las piezas de su armadura sobre la manta hasta que estuvieran todas reunidas, momento en el que sostuvo el trozo de fruta de su boca para darle un bocado mientras contemplaba el material con el que podía trabajar. Si bien lo ideal habría sido tener a un herrero para ayudarle a reforzar y tratar los materiales de la armadura, esto al menos serviría para dejarla presentable y era mas que suficiente para ello. Tras terminarse el trozo de fruta, se dispuso a comenzar a limpiar sus botas, las cuales ya tenia puestas como único calzado posible y luego seguirían el resto de piezas y armas.
El caballero esmeralda había decidido poner su espada en ayuda de la joven, por lo que no tenia ninguna intención de ir a ninguna parte sin su armadura con la perspectiva de ser atacados a sabiendas de que ni siquiera una biblioteca esta a salvo. Mientras completaba el mantenimiento y limpieza de su armadura, Al'theas escuchaba las palabras de Níniel -A veces las personas... son una caja de sorpresas... si alguien te hubiera señalado y me hubiese dicho que domináis un poder descomunal... yo tampoco me lo hubiera creído si os soy sincero- Dijo en respuesta a la elfa ante su referencia al señor Rassel -Al menos sabemos que todavia están buscando ese libro... quizas estemos a tiempo de evitar una catástrofe mayor- Decía mientras terminaba los últimos toques a su armadura, dejándola lista en su sitio para colocársela en cuanto llegara la hora de partir, levantándose con su hoja en mano, limpiándola y guardándola en su funda durante la conversación.
-Debo preguntaros algo...- Dijo antes de mirarla a ella -¿Sabe vuestro padre sobre... vuestra nueva naturaleza?- dijo esperando haber usado las palabras mas correctas y prosiguió -O... ¿alguna otra persona de vuestra confianza que ya este al tanto de la situación, que pudiera ofrecernos ayuda? He pensado que quizas preferís mantenerlo en secreto, y estoy conforme con ello, pero en caso de que solo nosotros dos tengamos que ir a ese orfanato y a lo que siga... tendremos que estar bien preparados si las cosas se tornan parecidas a la biblioteca... aunque... dado vuestro poder... no estoy seguro de quien debería tener miedo- sonrió ante la irónica perspectiva. Al'theas no estaba seguro de hasta que punto Níniel podía controlar sus poderes, ya había visto en persona su potencial e incluso el terror en los ojos de su enemigo, le preocupaba la posibilidad de que ese poder pudiera volverse contra ella o contra él mismo o pudiera tener otras consecuencias igual de peligrosas y dramáticas.
Noctis, el compañero canino de Níniel, se acerco olfateando a Al'theas, mirándole como si esperase a algo, por lo que el elfo le dedico una sonrisa al tiempo que se inclinaba para acariciar su cabeza gentilmente -Y ya que hablamos de ello... ¿que haréis con vuestra nueva condición? ¿tenéis pensado purificaros de algún modo? ¿con ayuda de vuestra orden quizas?... ¿o por el contrario tenéis la esperanza de controlarlo?...- Pregunto mientras observaba con cierta melancolía la cara de Noctis jadeando ante sus caricias, la idea de que Níniel pudiera acabar corrompiéndose de la misma forma que ese maestre al que ahora persiguen se le había cruzado por la cabeza y le pesaba saber que su deber como caballero le obligaba evitar ese resultado... de una forma u otra.
-Elijáis lo que elijáis... os ayudare, Níniel Thenidiel- Dijo antes de que ella pudiera responder, mientras se alzaba tras despedirse con la mirada de Noctis.
-Mi equipamiento esta listo, cuando queráis podemos partir- Dijo finalmente antes de alcanzar un vaso de agua fresca del que beber un poco tras la conversación.
Al'theas Tinarandel
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Re: La semilla de la oscuridad. [Libre] (3/3) (CERRADO)
La joven no pudo sino asentir ante el comentario del caballero referente a no juzgar los libros por su cubierta. Una gran verdad que a pesar de formar parte del refranero popular de la mayoría de las gentes y razas de Aerandir solía obviarse, dando lugar a todo tipo de situaciones incómodas como poco. Diferente reacción despertaría no obstante en la elfa saber que de no haberla visto en acción seguiría en el saco de las damiselas en apuros, logrando tocar su orgullo y hacerla torcer el gesto en una sonrisa de medio lado que bien podría entenderse como una invitación a comprobar cuán errado había estado su invitado en ese ya pasado primer momento. -Ya veo. Bueno, muchos han cometido ese error incluso antes de tener esta...aura. -Se permitiría decir sin faltar a la verdad. Y es que a pesar de ser tan joven, mucho más de lo que solía ser habitual en aquellos de sus hermanos que abandonaban la relativa seguridad de Sandorai por una u otra razón, siendo la única hija de la cabeza de familia del clan Thenidiel resultaba obvio que no la hubiesen dejado emprender aquel viaje si creyeran que no era capaz de apañárselas por su cuenta.
-¿Mi padre?- Preguntaría sorprendida ante el extraño rumbo que estaba tomando aquella conversación que parecía volver de nuevo al asunto de la maldición que la afectaba, aunque solo de puntillas. -Mi padre comanda la guardia de Beyond. Rara vez abandona sus límites. No conoce mi estado actual, ni lo conocerá si puedo evitarlo. Sería capaz de ir por su cuenta tras la cabeza de ese dragón ante el menor indicio de que ayudaría en algo...Podría pedir ayuda a varias personas. Algunas lo saben, otras no podrían saberlo, pero no sé si están o no en la ciudad y podría llevarnos incluso días tratar de dar con ellas.- Respondería para descartar la opción de ir a buscar a alguna de ellas para que les acompañara al orfanato. -Vamos un paso por delante de esa gente por ahora. Si el libro está en ese orfanato debería ser sencillo conseguirlo. No saben nada del mismo.- Argumentaría a continuación para apoyar la idea de que actuar con celeridad parecía mejor opción que esperar a reunir un pequeño ejército y darle tiempo a ese misterioso maestro a darse cuenta del fracaso de sus hombres y a hacer su siguiente movimiento.
-Ni siquiera sé exáctamente qué es este poder. Precisamente estaba en la biblioteca para tratar de averiguar algo más al respecto.- Añadiría en respuesta a sus preguntas esta vez sí totalmente relacionadas con su atípico estado, volviendo a señalarle el libro que se llevase de la biblioteca para hacer énfasis en ello. -Pensaba que quizá tuviera alguna relación con la maldición que causó el vampirismo...Pero definitivamente no me estoy convirtiendo en la primera elfa vampira del mundo, de eso puedes estar seguro.-Comentaría haciendo una breve pausa para pensar si debía seguir hablando de aquello con aquel caballero esmeralda, que era, por mucho que fuese elfo, prácticamente un desconocido para ella aunque parecía realmente decidido a ayudarla.
-Creo que ese dragón era especialmente fuerte gracias a la magia oscura, y que durante el enfrentamiento eso mismo ha acabado afectándome de alguna manera. Controlarlo se me antoja factible, de hecho ahora lo estoy haciendo ¿no? Pero el poder es cada vez mayor...Me preocupa que como el agua de una bañera, si no para de llenarse acabe por desbordar, por muy grande que sea dicho contenedor y por muy útil que sea ese poder. Creo que esa sería una buena analogía. Y creo que no quiero saber lo que puede pasar si eso llega a pasar. -Terminaría de decir tras quedarse mirándole directamente, haciendo una pequeña demostración de poder al sanar la herida de su mejilla sin tener que tocarle o pronunciar palabra alguna siquiera, aparentemente solo mirando aquel pequeño corte en su rostro.
-Así que...Me ayudarás escoja lo que escoja. ¿Y si escojo un poder absoluto capaz de poner a cualquiera que se atreva a contradecirme de rodillas? ¿Serías mi fiel caballero oscuro en una senda en pos de conseguir mis objetivos a cualquier precio? No lo creo. Conozco el código de los caballeros esmeralda. Seguramente pienses que en caso de que la oscuridad me consuma estarás ahí para detenerme...Te advierto que no creo que pudieses. - Advirtió la joven peliblanca hablando con total seguridad en que sus palabras decían la verdad.
-No tienes por qué ayudarme. Ni con el asunto del orfanato ni con el mio personal. De hecho no sé si lo haces solo por ser un caballero o si hay algo más...Pero si tan decidido estás aceptaré tu espada. Y espero que si un día tienes que esgrimirla contra mí pues haya ocurrido lo peor, que ese día los dioses estén contigo. Vas a necesitarlos.- Terminaría de decir mirándole directamente a los ojos antes de levantarse despacio y señalar hacia las escaleras descendentes.
-Si tan seguro estás...en marcha. Tenemos un misterio que resolver. Y una muerte a la que dar sentido.-
-¿Mi padre?- Preguntaría sorprendida ante el extraño rumbo que estaba tomando aquella conversación que parecía volver de nuevo al asunto de la maldición que la afectaba, aunque solo de puntillas. -Mi padre comanda la guardia de Beyond. Rara vez abandona sus límites. No conoce mi estado actual, ni lo conocerá si puedo evitarlo. Sería capaz de ir por su cuenta tras la cabeza de ese dragón ante el menor indicio de que ayudaría en algo...Podría pedir ayuda a varias personas. Algunas lo saben, otras no podrían saberlo, pero no sé si están o no en la ciudad y podría llevarnos incluso días tratar de dar con ellas.- Respondería para descartar la opción de ir a buscar a alguna de ellas para que les acompañara al orfanato. -Vamos un paso por delante de esa gente por ahora. Si el libro está en ese orfanato debería ser sencillo conseguirlo. No saben nada del mismo.- Argumentaría a continuación para apoyar la idea de que actuar con celeridad parecía mejor opción que esperar a reunir un pequeño ejército y darle tiempo a ese misterioso maestro a darse cuenta del fracaso de sus hombres y a hacer su siguiente movimiento.
-Ni siquiera sé exáctamente qué es este poder. Precisamente estaba en la biblioteca para tratar de averiguar algo más al respecto.- Añadiría en respuesta a sus preguntas esta vez sí totalmente relacionadas con su atípico estado, volviendo a señalarle el libro que se llevase de la biblioteca para hacer énfasis en ello. -Pensaba que quizá tuviera alguna relación con la maldición que causó el vampirismo...Pero definitivamente no me estoy convirtiendo en la primera elfa vampira del mundo, de eso puedes estar seguro.-Comentaría haciendo una breve pausa para pensar si debía seguir hablando de aquello con aquel caballero esmeralda, que era, por mucho que fuese elfo, prácticamente un desconocido para ella aunque parecía realmente decidido a ayudarla.
-Creo que ese dragón era especialmente fuerte gracias a la magia oscura, y que durante el enfrentamiento eso mismo ha acabado afectándome de alguna manera. Controlarlo se me antoja factible, de hecho ahora lo estoy haciendo ¿no? Pero el poder es cada vez mayor...Me preocupa que como el agua de una bañera, si no para de llenarse acabe por desbordar, por muy grande que sea dicho contenedor y por muy útil que sea ese poder. Creo que esa sería una buena analogía. Y creo que no quiero saber lo que puede pasar si eso llega a pasar. -Terminaría de decir tras quedarse mirándole directamente, haciendo una pequeña demostración de poder al sanar la herida de su mejilla sin tener que tocarle o pronunciar palabra alguna siquiera, aparentemente solo mirando aquel pequeño corte en su rostro.
-Así que...Me ayudarás escoja lo que escoja. ¿Y si escojo un poder absoluto capaz de poner a cualquiera que se atreva a contradecirme de rodillas? ¿Serías mi fiel caballero oscuro en una senda en pos de conseguir mis objetivos a cualquier precio? No lo creo. Conozco el código de los caballeros esmeralda. Seguramente pienses que en caso de que la oscuridad me consuma estarás ahí para detenerme...Te advierto que no creo que pudieses. - Advirtió la joven peliblanca hablando con total seguridad en que sus palabras decían la verdad.
-No tienes por qué ayudarme. Ni con el asunto del orfanato ni con el mio personal. De hecho no sé si lo haces solo por ser un caballero o si hay algo más...Pero si tan decidido estás aceptaré tu espada. Y espero que si un día tienes que esgrimirla contra mí pues haya ocurrido lo peor, que ese día los dioses estén contigo. Vas a necesitarlos.- Terminaría de decir mirándole directamente a los ojos antes de levantarse despacio y señalar hacia las escaleras descendentes.
-Si tan seguro estás...en marcha. Tenemos un misterio que resolver. Y una muerte a la que dar sentido.-
Níniel Thenidiel
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Re: La semilla de la oscuridad. [Libre] (3/3) (CERRADO)
Mientras Níniel y Al'theas conversaban, el elfo comenzaba a colocarse la armadura, asegurándose de su buen estado y fijando bien las correas de la misma. -Entonces eso significa que estamos solos, bueno... tendré que intentar estar a la altura ¿verdad?- Le dijo de forma retorica a la elfa, dando a entender que era consciente de que el mas capaz y poderoso de los dos era ella.
-No soy botánico... pero sé que demasiada agua puede arruinar las flores...- Contesto a Níniel con otra alegoría refiriéndose a ella misma de forma sutil. Momento en el que ella se le quedo mirando fijamente, un instante en el que el elfo se quedo confundido hasta que sintió una suave y cálida caricia donde antes había una herida que terminaría convirtiéndose en una cicatriz de no haber sido por su intervención, sorprendiéndole de nuevo con su poder con el que ni siquiera tuvo que mover un dedo, una prueba mas de lo que Al'theas tenia certeza, Níniel era alguien muy importante, puede que mas de lo que ella imaginaba de forma trascendental.
Mientras se colocaba el cinto de su espada y la sacaba de su vaina para asegurarse de que la hoja estuviera bien, Al'theas escuchaba las palabras de Níniel, las cuales parecían tornarse en una espiral de sarcasmo al mencionar su posible posición como caballero oscuro a su lado, aunque encontraba cierto romanticismo en la idea, detectaba cierto tono de desafió y advertencia en sus palabras. Lo cual Al'theas encontró divertido pero sobre todo, su toque rebelde le provocaba cierta ternura, con lo que el elfo mostró una amable sonrisa hacia la joven como respuesta antes de hablar y ser franco con ella.
-Mi deber como caballero... y mi código...me exigen que haga todo lo posible para que el bienestar de nuestra raza prevalezca. Por eso... los caballeros esmeralda elegimos ser caballeros errantes, buscando solucionar los problemas de otros, incluso de aquellos que no pertenecen a nuestra raza por que... a menudo, los pequeños problemas pueden ser la causa de otros mayores que si pueden afectar directamente a nuestra gente, y eso es por lo que luchamos. No sé si sois consciente de ello pero... a pesar de todo esto... a lo largo de mi vida he presenciado horrores, injusticias y calamidades... que solo me han demostrado... que no soy ningún héroe, pero vos... tan joven... con el poder y el talento que tenéis... y no me refiero a ese poder oscuro que tenéis ahora... hablo de vuestro verdadero poder, el que habéis conseguido con esfuerzo a lo largo de lo que lleváis de vida... en un futuro no muy lejano... vos si podéis ser una heroína, un pilar para nuestra sociedad... y para las gentes de Aerandir... ¿no creéis que seria una tragedia que alguien tan valiosa como vos se manchara y arruinara... lo que pudo ser y no fue?...- Al decir eso ultimo, envaino su hoja y la miro directamente a los ojos -Si queréis mi opinión... no necesitáis ese poder oscuro para convertiros en un ejemplo para nuestro pueblo... ni siquiera para derrotar a este humilde caballero- Sonrió a Níniel tras decir aquello.
-Y para mi... sera un honor luchar por ese futuro mejor- Dijo para finalizar tras haber terminado de colocar y revisar su armadura, ahora todo estaba listo para partir y Níniel solo tuvo que levantarse y señalar el camino. Al'theas no estaba seguro de que efecto habrán tenido sus sinceras palabras sobre la joven elfa, pero rezaba a los dioses por que Níniel tomara la decisión correcta, fuera cual fuera y llevara a buen puerto.
-No soy botánico... pero sé que demasiada agua puede arruinar las flores...- Contesto a Níniel con otra alegoría refiriéndose a ella misma de forma sutil. Momento en el que ella se le quedo mirando fijamente, un instante en el que el elfo se quedo confundido hasta que sintió una suave y cálida caricia donde antes había una herida que terminaría convirtiéndose en una cicatriz de no haber sido por su intervención, sorprendiéndole de nuevo con su poder con el que ni siquiera tuvo que mover un dedo, una prueba mas de lo que Al'theas tenia certeza, Níniel era alguien muy importante, puede que mas de lo que ella imaginaba de forma trascendental.
Mientras se colocaba el cinto de su espada y la sacaba de su vaina para asegurarse de que la hoja estuviera bien, Al'theas escuchaba las palabras de Níniel, las cuales parecían tornarse en una espiral de sarcasmo al mencionar su posible posición como caballero oscuro a su lado, aunque encontraba cierto romanticismo en la idea, detectaba cierto tono de desafió y advertencia en sus palabras. Lo cual Al'theas encontró divertido pero sobre todo, su toque rebelde le provocaba cierta ternura, con lo que el elfo mostró una amable sonrisa hacia la joven como respuesta antes de hablar y ser franco con ella.
-Mi deber como caballero... y mi código...me exigen que haga todo lo posible para que el bienestar de nuestra raza prevalezca. Por eso... los caballeros esmeralda elegimos ser caballeros errantes, buscando solucionar los problemas de otros, incluso de aquellos que no pertenecen a nuestra raza por que... a menudo, los pequeños problemas pueden ser la causa de otros mayores que si pueden afectar directamente a nuestra gente, y eso es por lo que luchamos. No sé si sois consciente de ello pero... a pesar de todo esto... a lo largo de mi vida he presenciado horrores, injusticias y calamidades... que solo me han demostrado... que no soy ningún héroe, pero vos... tan joven... con el poder y el talento que tenéis... y no me refiero a ese poder oscuro que tenéis ahora... hablo de vuestro verdadero poder, el que habéis conseguido con esfuerzo a lo largo de lo que lleváis de vida... en un futuro no muy lejano... vos si podéis ser una heroína, un pilar para nuestra sociedad... y para las gentes de Aerandir... ¿no creéis que seria una tragedia que alguien tan valiosa como vos se manchara y arruinara... lo que pudo ser y no fue?...- Al decir eso ultimo, envaino su hoja y la miro directamente a los ojos -Si queréis mi opinión... no necesitáis ese poder oscuro para convertiros en un ejemplo para nuestro pueblo... ni siquiera para derrotar a este humilde caballero- Sonrió a Níniel tras decir aquello.
-Y para mi... sera un honor luchar por ese futuro mejor- Dijo para finalizar tras haber terminado de colocar y revisar su armadura, ahora todo estaba listo para partir y Níniel solo tuvo que levantarse y señalar el camino. Al'theas no estaba seguro de que efecto habrán tenido sus sinceras palabras sobre la joven elfa, pero rezaba a los dioses por que Níniel tomara la decisión correcta, fuera cual fuera y llevara a buen puerto.
Al'theas Tinarandel
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