El Señor de la Lujuria [Desafío]
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El Señor de la Lujuria [Desafío]
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Las damas reían sin parar en aquella taberna, muchas de ellas en torno a un sujeto de cabello largo y aspecto jovial, parecía tener encantadas a todas las damas que entre ellas secreteaban sorteándose quién sería la siguiente en viajar a las estrellas en la cama de Lorenz; el licor estaba asegurado esa noche, pues el par de guardias que habían conseguido capturar a Morpheus habían sido muy bien recompensados y gastaban el dinero en una noche de copas, tristemente sería la última.
Uno de ellos estrelló el vaso de hidromiel contra la mesa haciendo que el líquido saliera esparcido hasta caer sobre algunos de los presentes que anonadados escuchaban su historia otra vez -Y ahí estaba, ese malnacido junto a otros dos delincuentes- Entre expresiones de asombro de los presentes apareció la voz de su compañero -Cuatro, eran otros cuatro, enormes todos- Añadió tal vez para darle suspenso -Pero eso no nos amedrentó en absoludo, nos armamos de valor y avanzamos para darles la paliza de sus vidas- Dio un par de golpes al aire y casi se fue al piso en el último de estos.
Ciertamente la historia era diferente cada vez que la contaban y había más delincuentes en ella, desde uno al principio hasta cuatro ahora en la tercera vez que la contaba, cosa que extrañamente no parecía desagradar a los presentes, tal vez exageraban un poco pero el hecho de haber capturado a aquel asesino ya los había convertido en héroes.
∞ El primer post debe contener el comienzo de la ejecución de la labor, cómo se llega y qué es lo primero que se hace. A continuación el master posteará agregando una dificultad y finalmente se terminará con un post donde se resuelve la dificultad y se termina el evento.
∞ Todos los temas del evento se desarrollan en la oscuridad de la noche.
∞ Es importante mantenerse dentro de los límites establecidos por el evento, ya que cada uno forma parte de una historia mayor.
∞ Se permite la creatividad y el control de sucesos o PNJs, siempre y cuando esto no vaya en contra de la regla anterior.
∞ El evento debe ser completado en un máximo de 2 semanas luego de comenzado.
∞ Se aceptan entre 1 y 2 personajes (se esperará hasta dos días luego de iniciado para el posible ingreso de otro, luego de eso, si no hay nadie más, se comenzará con uno solo).
∞ Habrá recompensa en puntos (Máximo 5) y aeros (Máximo 300).
∞ Para unirte, debes primero postear en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Uno de ellos estrelló el vaso de hidromiel contra la mesa haciendo que el líquido saliera esparcido hasta caer sobre algunos de los presentes que anonadados escuchaban su historia otra vez -Y ahí estaba, ese malnacido junto a otros dos delincuentes- Entre expresiones de asombro de los presentes apareció la voz de su compañero -Cuatro, eran otros cuatro, enormes todos- Añadió tal vez para darle suspenso -Pero eso no nos amedrentó en absoludo, nos armamos de valor y avanzamos para darles la paliza de sus vidas- Dio un par de golpes al aire y casi se fue al piso en el último de estos.
Ciertamente la historia era diferente cada vez que la contaban y había más delincuentes en ella, desde uno al principio hasta cuatro ahora en la tercera vez que la contaba, cosa que extrañamente no parecía desagradar a los presentes, tal vez exageraban un poco pero el hecho de haber capturado a aquel asesino ya los había convertido en héroes.
- Lorenz:
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Ansur
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
Las ansias comenzaban a desesperarla mientras trataba de mantener la calma y así continuar con su trabajo, pero simplemente no lograba tranquilizarse. No es que odiase su trabajo en el hospital de Lunargenta, de hecho, lo adoraba, aunque en esos momentos lo único en lo que podía pensar era en volver a casa. El ocaso se hizo presente y no pasó mucho tiempo antes de que la luna iluminara las calles de la urbe con sus destellos platinados, sacándole un leve suspiro de frustración. No le gustaba atravesar el bosque de noche y desgraciadamente había dejado las llaves de su herencia en casa con Frederick e Iliaki, así que, aunque no lo quisiese de esa manera, tendría que hacer el largo recorrido de regreso a su hogar en medio de la oscuridad. O al menos esa era la idea inicial, puesto que sus compañeras no tardaron en arrastrarla hasta ‘‘El patito modosito’’; la taberna que tanto les gustaba a ellas frecuentar.
La ojiazul no tenía buenos recuerdos de ese lugar; la última vez que estuvo ahí tuvo que correr por su vida, después de haber provocado a todos los ebrios nudistas al gritarles que eran una bola de inútiles sin destreza alguna. Todavía podía recordar el oloroso y asqueroso calzoncillo que había caído en su cabeza apenas entrar al lugar, y ciertamente no se veía envuelta en algún revuelo similar. Pese a toda negativa la rubia no fue capaz de librarse de ser arrastrada hasta aquel sitio de mala muerte y su único consuelo era encontrar una habitación decente en la cual pasar la noche sin ningún contratiempo. Claro que estábamos hablando de la pequeña princesa de los Elaynor a quien siempre le pasaba algún tipo de evento desafortunado y esta vez no sería la excepción.
Rodó los ojos ante las risitas y miradas coquetas que todas las mujeres mandaban a un extraño hombre, cuando el sonido del cristal rompiéndose capturó su atención. La verdad es que no había puesto demasiada atención a lo que aquellos caballeros habían estado parloteando, pues sus ojos no hacían más que divagar de un lado a otro, esperando el momento en que pudiese escabullirse a una de las habitaciones y poder descansar un poco; pero parecía que los guardias tenían una historia que prometía sumo entretenimiento. El plan era simple: aguardaría unos segundos más y se retiraría con discreción, dejando a sus compañeras continuar solas con sus suspiros y flirteos. Bueno, esa era la idea inicial, puesto que su curiosidad fue más grande y sin poderlo evitar terminó haciendo una pregunta en voz alta, que seguramente traería consecuencias fatales para su descanso.
— ¿Y a quién se supone que capturaron?
Una vocecilla se encendió en su cabeza, alertándole sobre lo que podría llegar a pasar e instándola a abandonar la taberna cuanto antes, solo que, como siempre, terminó haciendo caso omiso a su conciencia y permaneció observando a los guardias con cierto ápice de curiosidad. No muy lejos de ella una delicada figura capturó su atención. Era una chica bastante linda y no parecía encajar con el ambiente del lugar, aunque, ahora que lo pensaba, ella tampoco encajaba demasiado en ese sitio…o esa impresión esperaba dar.
La ojiazul no tenía buenos recuerdos de ese lugar; la última vez que estuvo ahí tuvo que correr por su vida, después de haber provocado a todos los ebrios nudistas al gritarles que eran una bola de inútiles sin destreza alguna. Todavía podía recordar el oloroso y asqueroso calzoncillo que había caído en su cabeza apenas entrar al lugar, y ciertamente no se veía envuelta en algún revuelo similar. Pese a toda negativa la rubia no fue capaz de librarse de ser arrastrada hasta aquel sitio de mala muerte y su único consuelo era encontrar una habitación decente en la cual pasar la noche sin ningún contratiempo. Claro que estábamos hablando de la pequeña princesa de los Elaynor a quien siempre le pasaba algún tipo de evento desafortunado y esta vez no sería la excepción.
Rodó los ojos ante las risitas y miradas coquetas que todas las mujeres mandaban a un extraño hombre, cuando el sonido del cristal rompiéndose capturó su atención. La verdad es que no había puesto demasiada atención a lo que aquellos caballeros habían estado parloteando, pues sus ojos no hacían más que divagar de un lado a otro, esperando el momento en que pudiese escabullirse a una de las habitaciones y poder descansar un poco; pero parecía que los guardias tenían una historia que prometía sumo entretenimiento. El plan era simple: aguardaría unos segundos más y se retiraría con discreción, dejando a sus compañeras continuar solas con sus suspiros y flirteos. Bueno, esa era la idea inicial, puesto que su curiosidad fue más grande y sin poderlo evitar terminó haciendo una pregunta en voz alta, que seguramente traería consecuencias fatales para su descanso.
— ¿Y a quién se supone que capturaron?
Una vocecilla se encendió en su cabeza, alertándole sobre lo que podría llegar a pasar e instándola a abandonar la taberna cuanto antes, solo que, como siempre, terminó haciendo caso omiso a su conciencia y permaneció observando a los guardias con cierto ápice de curiosidad. No muy lejos de ella una delicada figura capturó su atención. Era una chica bastante linda y no parecía encajar con el ambiente del lugar, aunque, ahora que lo pensaba, ella tampoco encajaba demasiado en ese sitio…o esa impresión esperaba dar.
Ashryn Elaynor
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
Era sumamente extraño ver a alguien como Thiel en aquel ambiente turbio, ruidoso y banal. La jovencita parecía esforzarse por mimetizarse con el ambiente y así evitar que alguien notase su presencia. Había tomado asiento en la mesa contigua a la de los parlanchines antes de que éstos llegasen, creyendo que el establecimiento mantendría sus aires tranquilos toda la noche. Obviamente resultó equivocarse, y procuraba terminar lo más pronto posible su plato de caldo de yak para poder escapar de allí.
¿Por qué una criatura que puede sencillamente dormir al amparo del bosque había decidido ir a un sitio infestado de humanos borrachos? No estaba allí en busca de una mullida cama; de hecho no tenía cómo pagar una, y ese era precisamente el motivo de su visita: No hacía mucho, una desafortunada aventura había creado una deuda entre John, un joven humano, y ella. El chico, que trabajaba en una taberna, le debía su retribución y ella estaba ahí para buscarlo, pues pronto debía emprender un viaje en el cual unos cuantos aeros serían imprescindibles. No obstante, la noche en que se habían separado Thiel estaba casi inconsciente y no podía recordar bien de qué taberna se trataba, sólo sabía que era una de muy mala muerte. Así pues terminó acudiendo a aquella, pero parecía haberse equivocado, pues no encontraba rastro alguno de John Lauper.
Ya allí decidió que haría valer el viaje pidiendo un plato de comida caliente con las pocas monedas que tintineaban en su pequeño morral. El plato llegó y ella comenzó a devorarlo con avidez. Sin embargo, volviendo al principio, poco después el sitio se llenó de gente y la pequeña Thiel quedó recluida en la única mesa que permanecía solitaria y silenciosa... Hasta que alguien decidió interrumpir su paz.
El establecimiento quedó en silencio inmediatamente tras la pregunta de cierta bonita rubia, que pareció suscitar una mezcla de sorpresa e indignación a partes iguales. Uno de los guardias, el menos agraciado y más ignorado por las señoritas, se levantó apartando la silla estruendosamente, cuyo respaldo impactó contra el de Thiel, arrancándole un gemidito de espanto al casi tirar, por culpa del empujón, su vaporoso plato hacia el borde de la mesa. El hombre, que estaba a punto de responder a gritos de superioridad la obviesísima pregunta de la ojiazul, notó entonces la presencia de una mujer que tampoco le estaba prestando atención. Envalentonado y embrutecido bajo la influencia del alcohol, apretó con su gran mano derecha el pequeño hombro de la jovencita, cuya mirada de descontento pareció pasarle completamente desapercibida.
-¡Cómo te atreves a preguntar lo obvio! ¡Hip! -Thiel casi pudo sentir cómo sus tímpanos eran perforados por los alaridos de aquel bruto dirigidos hacia la de orejas puntiagudas- Tú lo sabes, ¿a que sí, encanto? -El hediondo aliento del borracho le inundó las sensibles fosas nasales y fue entonces cuando su paciencia se quebró en mil pedazos. La joven procuraba mantenerse siempre dentro de sus cabales para no terminar cediendo hacia sus impulsos bestiales, más por el bien ajeno que por el propio. Así pues, en vez de arrancarle la yugular de un mordisco se levantó, tomó el plato de hirviente caldo y aventó su contenido sobre el rostro del guardia. Su hombro fue soltado exitosamente... y su silla pateada con furia desmedida por quien se llevaba las manos a la cara y vociferada toda una sarta de maldiciones.
Los ojos oliva miraron hacia la puerta con expresividad. Sin embargo, todos los pares de ojos que saltaban de ella al agresor agredido en espera de la siguiente reacción le dieron la impresión de que no podría salir de allí impunemente.
Su mirada cayó entonces, durante breves segundos, sobre unos ojos azules que también la observaban. Y entonces, tras agacharse para recoger la silla, murmuró:
-Por favor... no me molesten.
¿Por qué una criatura que puede sencillamente dormir al amparo del bosque había decidido ir a un sitio infestado de humanos borrachos? No estaba allí en busca de una mullida cama; de hecho no tenía cómo pagar una, y ese era precisamente el motivo de su visita: No hacía mucho, una desafortunada aventura había creado una deuda entre John, un joven humano, y ella. El chico, que trabajaba en una taberna, le debía su retribución y ella estaba ahí para buscarlo, pues pronto debía emprender un viaje en el cual unos cuantos aeros serían imprescindibles. No obstante, la noche en que se habían separado Thiel estaba casi inconsciente y no podía recordar bien de qué taberna se trataba, sólo sabía que era una de muy mala muerte. Así pues terminó acudiendo a aquella, pero parecía haberse equivocado, pues no encontraba rastro alguno de John Lauper.
Ya allí decidió que haría valer el viaje pidiendo un plato de comida caliente con las pocas monedas que tintineaban en su pequeño morral. El plato llegó y ella comenzó a devorarlo con avidez. Sin embargo, volviendo al principio, poco después el sitio se llenó de gente y la pequeña Thiel quedó recluida en la única mesa que permanecía solitaria y silenciosa... Hasta que alguien decidió interrumpir su paz.
El establecimiento quedó en silencio inmediatamente tras la pregunta de cierta bonita rubia, que pareció suscitar una mezcla de sorpresa e indignación a partes iguales. Uno de los guardias, el menos agraciado y más ignorado por las señoritas, se levantó apartando la silla estruendosamente, cuyo respaldo impactó contra el de Thiel, arrancándole un gemidito de espanto al casi tirar, por culpa del empujón, su vaporoso plato hacia el borde de la mesa. El hombre, que estaba a punto de responder a gritos de superioridad la obviesísima pregunta de la ojiazul, notó entonces la presencia de una mujer que tampoco le estaba prestando atención. Envalentonado y embrutecido bajo la influencia del alcohol, apretó con su gran mano derecha el pequeño hombro de la jovencita, cuya mirada de descontento pareció pasarle completamente desapercibida.
-¡Cómo te atreves a preguntar lo obvio! ¡Hip! -Thiel casi pudo sentir cómo sus tímpanos eran perforados por los alaridos de aquel bruto dirigidos hacia la de orejas puntiagudas- Tú lo sabes, ¿a que sí, encanto? -El hediondo aliento del borracho le inundó las sensibles fosas nasales y fue entonces cuando su paciencia se quebró en mil pedazos. La joven procuraba mantenerse siempre dentro de sus cabales para no terminar cediendo hacia sus impulsos bestiales, más por el bien ajeno que por el propio. Así pues, en vez de arrancarle la yugular de un mordisco se levantó, tomó el plato de hirviente caldo y aventó su contenido sobre el rostro del guardia. Su hombro fue soltado exitosamente... y su silla pateada con furia desmedida por quien se llevaba las manos a la cara y vociferada toda una sarta de maldiciones.
Los ojos oliva miraron hacia la puerta con expresividad. Sin embargo, todos los pares de ojos que saltaban de ella al agresor agredido en espera de la siguiente reacción le dieron la impresión de que no podría salir de allí impunemente.
Su mirada cayó entonces, durante breves segundos, sobre unos ojos azules que también la observaban. Y entonces, tras agacharse para recoger la silla, murmuró:
-Por favor... no me molesten.
Thiel
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
Afuera de la taberna comenzaba a extenderse una ola de caos que pasaría inadvertido para quienes se encontraban dentro apabullados por los gritos de los guardias que relataban su hazaña y la música que ofrecía un trío de hombrecillos que daban la impresión que el pago por sus servicios no era más que un lugar donde dormir aquella noche. El trepidante olor a alcohol desperdigado por el piso daba muestras evidentes del descontrol que se había adueñado del lugar; los guardias ya más ebrios que sensatos, bebían y hablaban a la vez dibujando una mancha mohosa sobre su ropa a causa del alcohol que les había caído.
Sin embargo, como si el mundo se detuviera tras la pregunta, un vasto silencio inundó la sala al punto que incluso los músicos dejaron de tocar y todos miraron a la joven rubia de manera inquisitiva -¿Cómo pregunta eso?- Se escuchaba algunos murmurando antes que el guardia se levantara lanzando su silla casi encima de la otra joven que por poco pierde su comida -Porque tooooodos aquí lo saben- Dijo meneando la botella sobre su cabeza -Somos héroes- Alardeaba sin parar mientras su compañero permanecía sentado -Y como héroes merecemos un buen trato, y tener lo mejor- Miró de arriba hasta abajo a la rubia antes de quedar indeciso si prefería quedarse con ella o con la otra más misteriosa que le pidió que la dejaran en paz, convirtiéndose en el tentador fruto prohibido.
Antes que pudiera hacer o decir más, una voz fuerte y muy masculina, tanto como autoritaria se hizo eco en el lugar -La dama ha dicho que no la molesten- Lorenz con rostro enojado pero al mismo tiempo sensual y varonil, apartó a las dos mujeres que lo rodeaban y avanzó hasta colocarse detrás de la elfa, apoyando una mano en su hombro. Los colmillos que apenas se asomaban cuando abría mucho la boca, lo delataban como vampiro -No son más que unos charlatanes- las palabras del vampiro iban acompañada de una sutil magia que Ashryn apenas podría percibir aunque no con exactitud.
Algunas de las mujeres presentes repitieron las mismas palabras que había dicho el vampiro -No son más que unos charlatanes- Se escuchó de un lado y de otro -Hay que castigarlos- Dijo seguido el vampiro y las mismas damas le acompañaron, Lorenz dejó caer la mano que había colocado en el hombro de la elfa y la fue deslizando lentamente por su cuello y luego bajó delicadamente por la espalda -¿Estás bien?- le preguntó usando su magia para relajar a la elfa y doblegarla a sus deseos -Ven conmigo- Extendió su mano hacia la otra joven, con aquellas palabras encendería los más profundos deseos de la chica haciendo que incluso llegara a humedecerse con tan poco.
Alguien debe enseñarles cómo tratar a las damas- el vampiro claramente no pensaba siquiera ensuciarse las manos con aquellos dos, en su lugar había usado la magia de sus palabras para dejar en una especie de trance a las damas, quienes se lanzaron sobre el par de guardias como caníbales desesperados. El más ebrio y parlanchín fue el primero en caer al piso bajo tres mujeres que parecían poseídas y lo golpeaban sin que pudiera defenderse -¿Pero qué sucede? ¡Deténganse!- Dijo el otro guardia retrocediendo mientras sacaba su espada -Deténganse o yo...- También estaba ligeramente ebrio pero al menos estaba en mejores condiciones -Lamentablemente, no debo dejar testigos de mis métodos, o podría ser perjudicial a futuro- Con esas palabras otro par de mujeres se plantaron en la puerta con cuchillos en sus manos dispuestas a asesinar a quien tratara de escapar.
Lorenz miró el cuerpo de la elfa y el de la otra chica -Con ustedes podría pasar un buen rato, es una lástima que se pierdan tan buenos ejemplares- Insinuó mientras terminaba de bajar una mano hasta apretar el trasero a la elfa; cuando los primeros hombres intentaron huir, fueron destajados por las guardianas de la puerta; al terminar con sus objetivos masculinos, continuarían asesinándose entre ellas y a todo el que quedara dentro.
∞ El vampiro usa un método de control que consiste en despertar los deseos de las mujeres mediante su magia de voz, de ese modo hace que quieran complacerlo porque eso les genera placer.
∞ Ashryn: considerando la ingenua personalidad de la elfa, es difícil que el vampiro consiga sacar su lado más libidinoso para aprovecharse de ella, sin embargo lo intenta, serás quien tiene más facilidad para resistirse.
∞ Thiel: tú por otro lado sentirás una mayor atracción sexual a causa de la magia de Lorenz, podría incluso despertarte emociones que ha despertado otro vampiro anteriormente, sin embargo, aunque con un poco más de esfuerzo podrás lograr resistirte a sus órdenes
∞ La escena se ha convertido en una masacre donde las mujeres controladas asesinan a todos los hombres, no es que el guardia ebrio no se lo mereciera, pero el otro sigue en pie, tienen tres opciones: la primera es detener a las mujeres, son unas 5 en total; la segunda es detener a Lorenz, lo que rompería su control sobre las mujeres y finalmente la tercera opción es escapar de ese lugar de cualquier manera; deberán lanzar una runa al tomar cualquiera de esas opciones.
Sin embargo, como si el mundo se detuviera tras la pregunta, un vasto silencio inundó la sala al punto que incluso los músicos dejaron de tocar y todos miraron a la joven rubia de manera inquisitiva -¿Cómo pregunta eso?- Se escuchaba algunos murmurando antes que el guardia se levantara lanzando su silla casi encima de la otra joven que por poco pierde su comida -Porque tooooodos aquí lo saben- Dijo meneando la botella sobre su cabeza -Somos héroes- Alardeaba sin parar mientras su compañero permanecía sentado -Y como héroes merecemos un buen trato, y tener lo mejor- Miró de arriba hasta abajo a la rubia antes de quedar indeciso si prefería quedarse con ella o con la otra más misteriosa que le pidió que la dejaran en paz, convirtiéndose en el tentador fruto prohibido.
Antes que pudiera hacer o decir más, una voz fuerte y muy masculina, tanto como autoritaria se hizo eco en el lugar -La dama ha dicho que no la molesten- Lorenz con rostro enojado pero al mismo tiempo sensual y varonil, apartó a las dos mujeres que lo rodeaban y avanzó hasta colocarse detrás de la elfa, apoyando una mano en su hombro. Los colmillos que apenas se asomaban cuando abría mucho la boca, lo delataban como vampiro -No son más que unos charlatanes- las palabras del vampiro iban acompañada de una sutil magia que Ashryn apenas podría percibir aunque no con exactitud.
Algunas de las mujeres presentes repitieron las mismas palabras que había dicho el vampiro -No son más que unos charlatanes- Se escuchó de un lado y de otro -Hay que castigarlos- Dijo seguido el vampiro y las mismas damas le acompañaron, Lorenz dejó caer la mano que había colocado en el hombro de la elfa y la fue deslizando lentamente por su cuello y luego bajó delicadamente por la espalda -¿Estás bien?- le preguntó usando su magia para relajar a la elfa y doblegarla a sus deseos -Ven conmigo- Extendió su mano hacia la otra joven, con aquellas palabras encendería los más profundos deseos de la chica haciendo que incluso llegara a humedecerse con tan poco.
Alguien debe enseñarles cómo tratar a las damas- el vampiro claramente no pensaba siquiera ensuciarse las manos con aquellos dos, en su lugar había usado la magia de sus palabras para dejar en una especie de trance a las damas, quienes se lanzaron sobre el par de guardias como caníbales desesperados. El más ebrio y parlanchín fue el primero en caer al piso bajo tres mujeres que parecían poseídas y lo golpeaban sin que pudiera defenderse -¿Pero qué sucede? ¡Deténganse!- Dijo el otro guardia retrocediendo mientras sacaba su espada -Deténganse o yo...- También estaba ligeramente ebrio pero al menos estaba en mejores condiciones -Lamentablemente, no debo dejar testigos de mis métodos, o podría ser perjudicial a futuro- Con esas palabras otro par de mujeres se plantaron en la puerta con cuchillos en sus manos dispuestas a asesinar a quien tratara de escapar.
Lorenz miró el cuerpo de la elfa y el de la otra chica -Con ustedes podría pasar un buen rato, es una lástima que se pierdan tan buenos ejemplares- Insinuó mientras terminaba de bajar una mano hasta apretar el trasero a la elfa; cuando los primeros hombres intentaron huir, fueron destajados por las guardianas de la puerta; al terminar con sus objetivos masculinos, continuarían asesinándose entre ellas y a todo el que quedara dentro.
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∞ Thiel: tú por otro lado sentirás una mayor atracción sexual a causa de la magia de Lorenz, podría incluso despertarte emociones que ha despertado otro vampiro anteriormente, sin embargo, aunque con un poco más de esfuerzo podrás lograr resistirte a sus órdenes
∞ La escena se ha convertido en una masacre donde las mujeres controladas asesinan a todos los hombres, no es que el guardia ebrio no se lo mereciera, pero el otro sigue en pie, tienen tres opciones: la primera es detener a las mujeres, son unas 5 en total; la segunda es detener a Lorenz, lo que rompería su control sobre las mujeres y finalmente la tercera opción es escapar de ese lugar de cualquier manera; deberán lanzar una runa al tomar cualquiera de esas opciones.
Ansur
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
La rubia llegó a pensar que le sacarían los ojos cuando al soltar su duda todo quedó en un silencio sepulcral. Uno de ellos se levantó de su asiento, lanzando su silla de tal manera que casi lastima a la bonita joven que no parecía encajar en aquel lugar, haciendo que la pobre estuviese a una nada de perder sus sagrados alimentos. Ashy parpadeó confundida cuando el hombre le lanzó una curiosa mirada, pasando sus ojos a la chica que pidió que la dejasen en paz, como si estuviese analizándolas a ambas. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando el sujeto que antes se había visto rodeado por mujeres le puso la mano en el hombro, indicando que dejaran a la otra muchacha tranquila. Algo había en ese tipo que no le causaba buena espina, como si su propio cuerpo le advirtiese algún tipo de peligro, pero no fue capaz de reconocerlo a ciencia cierta.
Aquel hombre no parecía estar de acuerdo con los presuntuosos guardias y las féminas que lo rodeaban no dudaban en darle la razón, aunque no lograba comprender bien el por qué; pero las cosas no quedaron ahí. Sin darle la oportunidad de reaccionar el muy infame se atrevió a deslizar su asquerosa mano por el delicado cuello de la ojiazul, causándole un extraño escalofrío que solo consiguió aterrarla aún más. Ciertamente la voz del hombre tenía un curioso efecto relajante, solo que en lugar de causarle satisfacción a la princesa de los Elaynor parecía infundirle sueño, así que tuvo que usar toda su fuerza para mantenerse despierta y concentrada. El sujeto se dirigió esta vez a la hermosa muchacha de al lado, extendiéndole la mano mientras la invitaba a seguirle. Ashy se talló un poco los ojos, reprimiendo un bostezo, más cuando levantó la vista se encontró con la escena de las mujeres arremetiendo en contra de los dos guardias.
Eso no le dio muy buena espina y no tardó en acomodar sus ideas, buscando una solución a aquel evento tan inesperado. Era claro que algo malo iba a pasar en la taberna, siempre tenían que sucederle cosas extrañar y esta vez no iba ser diferente, solo que no planeaba quedarse a ser descuartizada por toda la población femenina del lugar, considerando que estaban masacrando a cuanto objetivo se les pusiese a la vista. Lamentablemente la idea de escape se fue por el caño cuando dos de esas locas se colocaron en la puerta, custodiándola con un aura de muy pocos amigos. ¿En qué momento es que todo se salió de control? Apenas si había estado de pie, evitando dormirse y de la nada aquello se convertía en una carnicería. Bien, no tenía mucho tiempo y debía analizar la situación. Una mueca de asco y ofensa se formó en su rostro cuando aquel hombre osó apretarle sus sagradas asentaderas, logrando que ésta se apartase, controlando sus ansias por ser ella quien le sacara los ojos.
¿Había dicho método y testigos? Entonces todo aquello era obra de él, eso era lo más probable. Las féminas comenzaban a volverse más hostiles con el pasar de los segundos, lo que no resultaría bien para su persona si permanecía en ese lugar. Definitivamente los Dioses no sabían lo difícil que era ser ella. Por otro lado, la hermosa chica no se había comportado extraño…o al menos no tanto, pues no parecía haberse vuelto violenta y eso ya era ganancia; claro que no podría decir lo mismo de lo que sea que el tipo estuviese haciendo para que ésta le pusiera ojitos de borrego a medio morir. Al menos la teoría de que, efectivamente, él era el causante de aquello ya quedaba confirmada; solo tenía que encontrar la manera de detenerlo. Bueno, esto último era solo un decir, ni loca se enfrentaría a alguien de quien desconocía sus habilidades, aunque enfrentarse a las mujeres tampoco era una opción viable.
En esos momentos solo quedaba hacer lo que Bio le había enseñado: correr indignamente por su vida. Sí, esa sería la solución más sensata, aunque para hacerlo tendría que llegar hasta el segundo piso de la taberna donde se encontraban las habitaciones. Una vez ahí saltaría por la ventana y correría con todas sus fuerzas. Ya estaba, era un buen plan, solo había un pequeño inconveniente, y es que no podía dejar a la chica en manos de aquel sucio sujeto, se veía demasiado linda y frágil, así que ahora la idea sería sacarlas a ambas en lugar de solo salvarse ella misma. Evidentemente la sensatez nunca fue un don que poseyera, pero una aventura es más divertida si huele a peligro, así que se dejaría llevar por eso. ¿Pasar un buen rato? ¿Acaso se refería a…? ¡Rayos! Ahora todo tenía sentido. Bueno, nadie podría culpar su enorme ingenuidad para con aquellos temas, puesto que ella era tan inocente y virgen que casi podría sudar agua bendita. Era el momento justo en que tendría que usar sus escasos conocimientos de actuación para convencerle de que la había atrapado junto con la joven.
— ¿Pasar un buen rato? —Mordió su labio inferior como si estuviese ahogándose en deseo—. ¿Por qué no nos dejas preparar todo para tratarte como lo mereces? —Le deslizó las manos por el pecho, sonriendo coquetamente—. Estaríamos encantadas de complacer tus fantasías… —Gimió un poco, separándose de él para tomar el brazo de su nueva ‘‘compañera’’ y acercó sus labios al oído del sujeto—. Sube en cinco minutos estaremos listas…
También con eso esperaba darle a entender que le daría el tiempo suficiente para que ‘‘arreglase’’ el asunto de los testigos. Siguiendo el enfoque de su treta arrastró a la chica hasta los aposentos de arriba, entrando con ella en la habitación con la ventana más cercana. No tenían mucho tiempo, puesto que inclusive la de orbes azulados comenzaba a sentir los estragos de lo que fuese que el tipo les hubiese hecho, así que debía darse prisa si no quería terminar desflorada esa noche. Cerro la puerta tras de sí y no soltó a la muchacha hasta que las dos no se vieron completamente solas y ‘‘a salvo’’. Era ahora o nunca. La sacudió levemente, buscando hacerla reaccionar, ya que no sabía hasta qué punto pudo haber sucumbido a las artimañas de aquel hombre, y en vista de que no podría salvar a nadie del piso inferior no se iba a permitir dejarla a su suerte.
—Despierta —la tomó por los hombros con suavidad—. Tenemos que irnos —le advirtió con seguridad—. Me llamo Ash y debemos salir de aquí si es que no queremos terminar como las mujeres de allá abajo.
Sonrió con amabilidad y se acercó a la ventana, buscando abrirla con la mayor rapidez. Todo sería cuestión de que aquello les permitiese escapar. Brincarían por el tejado y llegarían hasta el callejón trasero de la taberna, una vez ahí correrían sin mirar atrás. Le dolía dejar a la gente masacrada, pero no podía permitir que les pasara lo mismo o algo peor, solo esperaba que las cosas les resultasen de la forma en la que esperó, porque no tenía idea de cómo se enfrentaría a un enemigo con tan arraigado arte en la seducción. Ahora su prioridad era que la joven y ella abandonaran aquel sitio.
Aquel hombre no parecía estar de acuerdo con los presuntuosos guardias y las féminas que lo rodeaban no dudaban en darle la razón, aunque no lograba comprender bien el por qué; pero las cosas no quedaron ahí. Sin darle la oportunidad de reaccionar el muy infame se atrevió a deslizar su asquerosa mano por el delicado cuello de la ojiazul, causándole un extraño escalofrío que solo consiguió aterrarla aún más. Ciertamente la voz del hombre tenía un curioso efecto relajante, solo que en lugar de causarle satisfacción a la princesa de los Elaynor parecía infundirle sueño, así que tuvo que usar toda su fuerza para mantenerse despierta y concentrada. El sujeto se dirigió esta vez a la hermosa muchacha de al lado, extendiéndole la mano mientras la invitaba a seguirle. Ashy se talló un poco los ojos, reprimiendo un bostezo, más cuando levantó la vista se encontró con la escena de las mujeres arremetiendo en contra de los dos guardias.
Eso no le dio muy buena espina y no tardó en acomodar sus ideas, buscando una solución a aquel evento tan inesperado. Era claro que algo malo iba a pasar en la taberna, siempre tenían que sucederle cosas extrañar y esta vez no iba ser diferente, solo que no planeaba quedarse a ser descuartizada por toda la población femenina del lugar, considerando que estaban masacrando a cuanto objetivo se les pusiese a la vista. Lamentablemente la idea de escape se fue por el caño cuando dos de esas locas se colocaron en la puerta, custodiándola con un aura de muy pocos amigos. ¿En qué momento es que todo se salió de control? Apenas si había estado de pie, evitando dormirse y de la nada aquello se convertía en una carnicería. Bien, no tenía mucho tiempo y debía analizar la situación. Una mueca de asco y ofensa se formó en su rostro cuando aquel hombre osó apretarle sus sagradas asentaderas, logrando que ésta se apartase, controlando sus ansias por ser ella quien le sacara los ojos.
¿Había dicho método y testigos? Entonces todo aquello era obra de él, eso era lo más probable. Las féminas comenzaban a volverse más hostiles con el pasar de los segundos, lo que no resultaría bien para su persona si permanecía en ese lugar. Definitivamente los Dioses no sabían lo difícil que era ser ella. Por otro lado, la hermosa chica no se había comportado extraño…o al menos no tanto, pues no parecía haberse vuelto violenta y eso ya era ganancia; claro que no podría decir lo mismo de lo que sea que el tipo estuviese haciendo para que ésta le pusiera ojitos de borrego a medio morir. Al menos la teoría de que, efectivamente, él era el causante de aquello ya quedaba confirmada; solo tenía que encontrar la manera de detenerlo. Bueno, esto último era solo un decir, ni loca se enfrentaría a alguien de quien desconocía sus habilidades, aunque enfrentarse a las mujeres tampoco era una opción viable.
En esos momentos solo quedaba hacer lo que Bio le había enseñado: correr indignamente por su vida. Sí, esa sería la solución más sensata, aunque para hacerlo tendría que llegar hasta el segundo piso de la taberna donde se encontraban las habitaciones. Una vez ahí saltaría por la ventana y correría con todas sus fuerzas. Ya estaba, era un buen plan, solo había un pequeño inconveniente, y es que no podía dejar a la chica en manos de aquel sucio sujeto, se veía demasiado linda y frágil, así que ahora la idea sería sacarlas a ambas en lugar de solo salvarse ella misma. Evidentemente la sensatez nunca fue un don que poseyera, pero una aventura es más divertida si huele a peligro, así que se dejaría llevar por eso. ¿Pasar un buen rato? ¿Acaso se refería a…? ¡Rayos! Ahora todo tenía sentido. Bueno, nadie podría culpar su enorme ingenuidad para con aquellos temas, puesto que ella era tan inocente y virgen que casi podría sudar agua bendita. Era el momento justo en que tendría que usar sus escasos conocimientos de actuación para convencerle de que la había atrapado junto con la joven.
— ¿Pasar un buen rato? —Mordió su labio inferior como si estuviese ahogándose en deseo—. ¿Por qué no nos dejas preparar todo para tratarte como lo mereces? —Le deslizó las manos por el pecho, sonriendo coquetamente—. Estaríamos encantadas de complacer tus fantasías… —Gimió un poco, separándose de él para tomar el brazo de su nueva ‘‘compañera’’ y acercó sus labios al oído del sujeto—. Sube en cinco minutos estaremos listas…
También con eso esperaba darle a entender que le daría el tiempo suficiente para que ‘‘arreglase’’ el asunto de los testigos. Siguiendo el enfoque de su treta arrastró a la chica hasta los aposentos de arriba, entrando con ella en la habitación con la ventana más cercana. No tenían mucho tiempo, puesto que inclusive la de orbes azulados comenzaba a sentir los estragos de lo que fuese que el tipo les hubiese hecho, así que debía darse prisa si no quería terminar desflorada esa noche. Cerro la puerta tras de sí y no soltó a la muchacha hasta que las dos no se vieron completamente solas y ‘‘a salvo’’. Era ahora o nunca. La sacudió levemente, buscando hacerla reaccionar, ya que no sabía hasta qué punto pudo haber sucumbido a las artimañas de aquel hombre, y en vista de que no podría salvar a nadie del piso inferior no se iba a permitir dejarla a su suerte.
—Despierta —la tomó por los hombros con suavidad—. Tenemos que irnos —le advirtió con seguridad—. Me llamo Ash y debemos salir de aquí si es que no queremos terminar como las mujeres de allá abajo.
Sonrió con amabilidad y se acercó a la ventana, buscando abrirla con la mayor rapidez. Todo sería cuestión de que aquello les permitiese escapar. Brincarían por el tejado y llegarían hasta el callejón trasero de la taberna, una vez ahí correrían sin mirar atrás. Le dolía dejar a la gente masacrada, pero no podía permitir que les pasara lo mismo o algo peor, solo esperaba que las cosas les resultasen de la forma en la que esperó, porque no tenía idea de cómo se enfrentaría a un enemigo con tan arraigado arte en la seducción. Ahora su prioridad era que la joven y ella abandonaran aquel sitio.
Off: Thiely ;u; me quedó un poco raro el post, pero si hay algo que no te guste avísame para editar >.<
Ashryn Elaynor
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
El miembro 'Ashryn Elaynor' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
Luego del alboroto que se había desatado por culpa de la ojiazul y posteriormente alimentado por la joven loba, un hombre se abrió paso hasta donde estaban para salir en su defensa, o al menos eso pareció en un principio. El tipo era sumamente extraño y Thiel supo con sólo examinar su actuar que se trataba de un vampiro, y uno de los que no le causaban gracia precisamente. Él comenzó a manosear a la bonita rubia al tiempo en que se dirigía a la licántropa, diciéndole que fuera a su lado. La situación cada vez era más surrealista, y no sólo debido al ambiente caótico desatado por las mujeres, extrañas “secuaces” del vampiro, si no que... su propia mente comenzaba a sentirse rara. Aunque en un primer vistazo el sujeto le había parecido engreído y peligroso, de pronto se le antojaba guapísimo, incluso apetitoso a medida que corrían los segundos. Al verle la cara, era como si frente a ésta viese la de cierto vampiro que encendía su corazón con solo recordarle. El breve intercambio de miradas bastó para que todas sus defensas bajaran y pasara a encontrarse a su merced, aunque una vocecita en el interior de su consciencia le gritaba que algo estaba andando muy, pero muy mal.
Cuando se dio cuenta estaba ya junto al desconocido, observándole desde su escasa altura con embeleso y sumisión sin siquiera ser consciente del alboroto y los gritos del entorno. Sólo podía pensar en sentir las manos del hombre recorriéndola de arriba a abajo y estar a solas con él, hasta el punto en que sintió celos desmedidos cuando la hermosa elfa se “interpuso” entre ellos. ¡Esa harpía estaba demasiado cerca de su hombre! Aunque moría de ganas de morderla, estaba dispuesta a compartirlo con ella si eso significaba tener al menos una probadita de su amor. -Sí... estaríamos encantadas. -Murmuró, pasándose la lengua por los labios con gesto anhelante. Por fortuna, aunque ella lo consideró en ese momento una desgracia, fue llevada del brazo a una habitación en el piso de arriba, lejos del 'sensual y masculino' vampiro. Le pareció curioso, pues luego de romper el contacto visual y no oír más su voz, las extrañas sensaciones que le embriagaban la mente pasaban a ser cada vez más volátiles, dejando poco a poco paso a su consciencia entre toda la confusión.
Despertó definitivamente tras la amable sacudida y lo primero que enfocaron sus ojos fue la cristalina mirada de su compañera. Un escalofrío le heló la espalda, ¿cómo había podido permitir que la dominasen de tal manera? ¡Se la pasaba cada día luchando con sus instintos más primarios y poco a poco aprendía a controlarse, para que ahora llegase un tipejo cualquiera a manipularla en un segundo! Gruñó, arrugando el ceño al ver la ventana abierta y oír con claridad el alboroto de abajo, los gritos, los golpes, los pasos que subían la escalera y se hacían más potentes a medida que llegaban a la habitación. No, no podía irse.
-Gracias, Ash. -Masculló, dedicándole una breve sonrisa y una expresiva mirada que prácticamente decía “te debo una”. Aunque lo más lógico era escapar, no podía dejar que ese sujeto se saliera con la suya, no luego de ver lo que hacía con las personas. -Soy Thiel... y fue un gusto. ¡Vete, rápido! Yo lo detendré. -Sonaba más segura de lo que estaba. Ya había caído una vez ante sus encantos, ¿qué impedía que lo hiciera de nuevo? El picaporte se movió y pocos segundos después la puerta se abrió. Thiel encaró al hombre sin ver si la joven bonita y amable había desaparecido tras la ventana, e hizo acopio de toda su fuerza de voluntad, todo ese entrenamiento mental con el que vivía día y noche, para no caer presa de sus impulsos. Si funcionaba con los instintos salvajes, tenía que hacerlo con el deseo si ponía todo de sí. A fin de cuentas era básicamente lo mismo.
El vampiro entró con sus coquetos aires de superioridad y miró alrededor. Apenas el ceño comenzaba a fruncírsele cuando Thiel avanzó hacia él contoneándose como jamás lo había hecho. La sensualidad no formaba parte de su repertorio y jamás se había avergonzado de ello... hasta ahora. Intentó no verle a los ojos, fingiendo una mirada tímida que paseaba por el suelo, y se le arrimó rodeándole el cuello con los brazos. El sujeto no se rehusó, y gustoso le apretó la cintura con las manos. Un único mantra retumbaba en su cabeza: “No te domina, no te domina, no te domina...” Se sintió desleal cuando sus labios tocaron el frío cuello del hombre y en lo profundo rogó perdón por estar haciendo aquello; no obstante no debía detenerse. Ella no sabía qué estaba viendo el vampiro, dado que mientras intentaba hacerle sucumbir a sus atenciones, él tenía plena vista de lo que sucedía en la habitación y si la muchacha rubia había escapado o no. ¿Notaría la ausencia?
-Ah, mi... mi señor -¡qué sucia se sintió diciendo aquello!- ¡soy tuya, tómame! -Le ronroneó, apretando el abrazo sobre sus hombros con el rostro bien pegado a su cuello entre besos sucios, besos fingidos. Y allí, temiendo que su heroísmo fuese más bien un estúpido suicidio, se permitió dejar fluir parte del instinto que le hervía en las venas. En breves segundos su cuerpo cambió. En vez de una jovencita pequeña e inofensiva, fue una enorme bestia la que terminó por envolver al vampiro entre sus potentes patas. Las fauces, antes tiernos labios, se abrieron de par en par para apretar entre éstas el cuello del hombre.
Si tenía éxito, confiaba en que el griterío de abajo cesaría inmediatamente. Y si no...
Pues, si no, acababa de meterse en un gran lío.
Cuando se dio cuenta estaba ya junto al desconocido, observándole desde su escasa altura con embeleso y sumisión sin siquiera ser consciente del alboroto y los gritos del entorno. Sólo podía pensar en sentir las manos del hombre recorriéndola de arriba a abajo y estar a solas con él, hasta el punto en que sintió celos desmedidos cuando la hermosa elfa se “interpuso” entre ellos. ¡Esa harpía estaba demasiado cerca de su hombre! Aunque moría de ganas de morderla, estaba dispuesta a compartirlo con ella si eso significaba tener al menos una probadita de su amor. -Sí... estaríamos encantadas. -Murmuró, pasándose la lengua por los labios con gesto anhelante. Por fortuna, aunque ella lo consideró en ese momento una desgracia, fue llevada del brazo a una habitación en el piso de arriba, lejos del 'sensual y masculino' vampiro. Le pareció curioso, pues luego de romper el contacto visual y no oír más su voz, las extrañas sensaciones que le embriagaban la mente pasaban a ser cada vez más volátiles, dejando poco a poco paso a su consciencia entre toda la confusión.
Despertó definitivamente tras la amable sacudida y lo primero que enfocaron sus ojos fue la cristalina mirada de su compañera. Un escalofrío le heló la espalda, ¿cómo había podido permitir que la dominasen de tal manera? ¡Se la pasaba cada día luchando con sus instintos más primarios y poco a poco aprendía a controlarse, para que ahora llegase un tipejo cualquiera a manipularla en un segundo! Gruñó, arrugando el ceño al ver la ventana abierta y oír con claridad el alboroto de abajo, los gritos, los golpes, los pasos que subían la escalera y se hacían más potentes a medida que llegaban a la habitación. No, no podía irse.
-Gracias, Ash. -Masculló, dedicándole una breve sonrisa y una expresiva mirada que prácticamente decía “te debo una”. Aunque lo más lógico era escapar, no podía dejar que ese sujeto se saliera con la suya, no luego de ver lo que hacía con las personas. -Soy Thiel... y fue un gusto. ¡Vete, rápido! Yo lo detendré. -Sonaba más segura de lo que estaba. Ya había caído una vez ante sus encantos, ¿qué impedía que lo hiciera de nuevo? El picaporte se movió y pocos segundos después la puerta se abrió. Thiel encaró al hombre sin ver si la joven bonita y amable había desaparecido tras la ventana, e hizo acopio de toda su fuerza de voluntad, todo ese entrenamiento mental con el que vivía día y noche, para no caer presa de sus impulsos. Si funcionaba con los instintos salvajes, tenía que hacerlo con el deseo si ponía todo de sí. A fin de cuentas era básicamente lo mismo.
El vampiro entró con sus coquetos aires de superioridad y miró alrededor. Apenas el ceño comenzaba a fruncírsele cuando Thiel avanzó hacia él contoneándose como jamás lo había hecho. La sensualidad no formaba parte de su repertorio y jamás se había avergonzado de ello... hasta ahora. Intentó no verle a los ojos, fingiendo una mirada tímida que paseaba por el suelo, y se le arrimó rodeándole el cuello con los brazos. El sujeto no se rehusó, y gustoso le apretó la cintura con las manos. Un único mantra retumbaba en su cabeza: “No te domina, no te domina, no te domina...” Se sintió desleal cuando sus labios tocaron el frío cuello del hombre y en lo profundo rogó perdón por estar haciendo aquello; no obstante no debía detenerse. Ella no sabía qué estaba viendo el vampiro, dado que mientras intentaba hacerle sucumbir a sus atenciones, él tenía plena vista de lo que sucedía en la habitación y si la muchacha rubia había escapado o no. ¿Notaría la ausencia?
-Ah, mi... mi señor -¡qué sucia se sintió diciendo aquello!- ¡soy tuya, tómame! -Le ronroneó, apretando el abrazo sobre sus hombros con el rostro bien pegado a su cuello entre besos sucios, besos fingidos. Y allí, temiendo que su heroísmo fuese más bien un estúpido suicidio, se permitió dejar fluir parte del instinto que le hervía en las venas. En breves segundos su cuerpo cambió. En vez de una jovencita pequeña e inofensiva, fue una enorme bestia la que terminó por envolver al vampiro entre sus potentes patas. Las fauces, antes tiernos labios, se abrieron de par en par para apretar entre éstas el cuello del hombre.
Si tenía éxito, confiaba en que el griterío de abajo cesaría inmediatamente. Y si no...
Pues, si no, acababa de meterse en un gran lío.
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
cofcofolvidetirarlarunacofcof
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
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Re: El Señor de la Lujuria [Desafío]
La joven rubia se veía tan inocente que Lorenz jamás habría imaginado que guardaría tanta sensualidad en su interior, así que las vio marcharse con algo de frustración por tener que esperar para tenerlas, se le había erizado la piel ante la caricia de la rubia a su pecho y eso era apenas una pizca de lo que esperaba recibir al subir -Espérenme unos minutos, no tardaré- Sonrió con malicia al imaginarse todo lo que podría hacer con el par de adorables jovencitas, así que en apenas instantes se encargó de dar instrucciones a las damas bajo su control para que exterminaran todo y se mataran a sí mismas; solo entonces subió tras las chicas; cinco minutos parecía demasiado, así que ni siquiera se percató del tiempo que había pasado cuando recorrió veloz las escaleras.
El vampiro estaba seguro de que arriba le encontraría una jugosa recompensa por un trabajo bien realizado, aunque el guardia restante se resistía, era claro que no duraría mucho y las jóvenes damas no debían esperar mucho tiempo para recibir una buena dosis de placer; Lorenz subió las escaleras confiado y con una sonrisa de oreja a oreja, la puerta a la recámara más cercana daba señales de ruido así que entró justo ahí; tristemente no había rastros de la rubia, había imaginado que sería un trío pero no siempre se gana -Así que no les gusta compartir...- Dijo posando su mano izquierda en lo alto de la puerta y alzando una ceja con picardía.
Miró a la ventana que parecía sospechosamente abierta pero la hermosura de la chica, tan frágil y dominada terminó por distraerle, el ser de la noche confiaba plenamente en sus capacidades y no contaba con que la licántropa se estuviera resistiendo a sus encantadores poderes vampíricos -Está bien, jugaremos solo nosotros, te has ganado toda mi atención- dijo de forma arrogante y con mucha seguridad, cerrando los ojos mientras dejaba salir un apasionado sonido al sentir los labios de la chica en su cuello; aprovechó el momento para deslizar sus manos por los muslos de la jovencita y apretarlos ligeramente al llegar cerca de la entrepierna -No esperaba conseguir tan hermoso premio- Dijo con los ojos aún cerrados en un descuido que le saldría bastante caro.
Confiado en la facilidad que tenía para doblegar hasta las mentes más fuertes, era poco el esfuerzo que hacía el pelinegro en mejorar su forma física, pues al no necesitar combatir frecuentemente y dedicarse a otros tipos de... ejercicios, no fue capaz de defenderse cuando el ataque de la chica dio comienzo -¡No, no! ¡Eres una socia loba!- Su voz sonaba desesperada, intentó alejarse pero al tener los colmillos de la chica hundidos en su cuello era ya muy poco lo que podría hacer.
Había sido tomado por sorpresa usando su propio juego de seducción, la tomó por los costados intentando apartarla pero solo consiguió perder el equilibrio para terminar en el piso, golpeó los costados de la criatura pero sus brazos tenían cada vez menos fuerza y su garganta comenzaba a llegarse de sangre -Maldita zorra- fueron las últimas palabras que consiguió decir antes de ahogarse con su propia sangre y dejarse caer al fin con los brazos abiertos.
En el piso inferior los ruidos cesaron, y tras unos instantes de silencio se comenzaron a escuchar gritos de confusión y desconcierto, no recordaban nada de lo sucedido pero estaban rodeados de heridos y algunos muertos, pero al menos una mayoría se había salvado, la noche de terror había terminado con una victoria para las valientes jovencitas.
∞ Desafío finalizado.
∞ Han hecho un buen trabajo, lleno de acciones inesperadas, aunque cierta elfa debería buscar amigos que le den un mejor ejemplo, ese vampiro parece ser una mala influencia.
∞ He disfrutado mucho leer sus respuestas a una situación peligrosa, por su desempeño reciben ambas 5 puntos de experiencia y 300 aeros que ya han sido sumados a sus respectivos perfiles
∞ Gracias por participar.
El vampiro estaba seguro de que arriba le encontraría una jugosa recompensa por un trabajo bien realizado, aunque el guardia restante se resistía, era claro que no duraría mucho y las jóvenes damas no debían esperar mucho tiempo para recibir una buena dosis de placer; Lorenz subió las escaleras confiado y con una sonrisa de oreja a oreja, la puerta a la recámara más cercana daba señales de ruido así que entró justo ahí; tristemente no había rastros de la rubia, había imaginado que sería un trío pero no siempre se gana -Así que no les gusta compartir...- Dijo posando su mano izquierda en lo alto de la puerta y alzando una ceja con picardía.
Miró a la ventana que parecía sospechosamente abierta pero la hermosura de la chica, tan frágil y dominada terminó por distraerle, el ser de la noche confiaba plenamente en sus capacidades y no contaba con que la licántropa se estuviera resistiendo a sus encantadores poderes vampíricos -Está bien, jugaremos solo nosotros, te has ganado toda mi atención- dijo de forma arrogante y con mucha seguridad, cerrando los ojos mientras dejaba salir un apasionado sonido al sentir los labios de la chica en su cuello; aprovechó el momento para deslizar sus manos por los muslos de la jovencita y apretarlos ligeramente al llegar cerca de la entrepierna -No esperaba conseguir tan hermoso premio- Dijo con los ojos aún cerrados en un descuido que le saldría bastante caro.
Confiado en la facilidad que tenía para doblegar hasta las mentes más fuertes, era poco el esfuerzo que hacía el pelinegro en mejorar su forma física, pues al no necesitar combatir frecuentemente y dedicarse a otros tipos de... ejercicios, no fue capaz de defenderse cuando el ataque de la chica dio comienzo -¡No, no! ¡Eres una socia loba!- Su voz sonaba desesperada, intentó alejarse pero al tener los colmillos de la chica hundidos en su cuello era ya muy poco lo que podría hacer.
Había sido tomado por sorpresa usando su propio juego de seducción, la tomó por los costados intentando apartarla pero solo consiguió perder el equilibrio para terminar en el piso, golpeó los costados de la criatura pero sus brazos tenían cada vez menos fuerza y su garganta comenzaba a llegarse de sangre -Maldita zorra- fueron las últimas palabras que consiguió decir antes de ahogarse con su propia sangre y dejarse caer al fin con los brazos abiertos.
En el piso inferior los ruidos cesaron, y tras unos instantes de silencio se comenzaron a escuchar gritos de confusión y desconcierto, no recordaban nada de lo sucedido pero estaban rodeados de heridos y algunos muertos, pero al menos una mayoría se había salvado, la noche de terror había terminado con una victoria para las valientes jovencitas.
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∞ Desafío finalizado.
∞ Han hecho un buen trabajo, lleno de acciones inesperadas, aunque cierta elfa debería buscar amigos que le den un mejor ejemplo, ese vampiro parece ser una mala influencia.
∞ He disfrutado mucho leer sus respuestas a una situación peligrosa, por su desempeño reciben ambas 5 puntos de experiencia y 300 aeros que ya han sido sumados a sus respectivos perfiles
∞ Gracias por participar.
Ansur
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