El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
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El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Sus manos se posaron sobre las de ella, empujando sus muñecas con fuerza contra el piso; la piel se enrojeció por la fuerza mientras sus gemidos escapaban lentamente con la voz ligeramente adormecida y atenuada por el cansancio, bastaron algunos instantes para que dejara de resistirse y él, con plena libertad le rasgó el vestido abriéndolo en dos y dejando sus senos al aire, saltaban cual niños felices, endurecidos por el frío de la noche mientras él se preparaba para robarle el corazón.
El vestido fue rasgado con brutal sensualidad sumiendo la piel erizada en el inexpugnable frío de la noche, le abrió las piernas colocándose entre ellas y tras amordazarle la boca con la una mano, comenzó a penetrarla ayudándose con la otra, aquel instrumento duro y frío, se llenaba lentamente de los fluidos vitales de la chica quien ahogada en su propia sangre dejaba sus uñas enterradas en el suelo y pataleaba ya sin fuerzas, el frío cuchillo había abierto un enorme agujero en su pecho por donde el asesino, el ladrón de corazones acabaría sacándole el órgano vital con tal precisión que incluso parecía la grotesca obra de un experto artista.
Al día siguiente el cuerpo de la mujer fue encontrado colgado de una pierna en la entrada de Beltrexus; no quedaba sangre en su cuerpo, se encontraba perfectamente vaciada, rígida y fría, manteniendo aún la mirada de sufrimiento y con el brazo entumecido y señalando a su propio pecho abierto y vacío, el miedo y los rumores crecían de prisa pues no era la primera vez que aquello ocurría, varias mujeres que no parecían seguir patrón alguno, habían sido encontradas en las mismas condiciones, 6 mujeres en 18 días; los brujos se negaban a pedir ayuda a los investigadores de la Guardia Real, si no habían logrado defender su ciudad mucho menos podrían resolver algo que seguro ni les interesaba.
Fue así como acudieron al Gremio de Informantes, el Baile de Máscaras de Mister Cloudless era el lugar donde se me había marcado el inicio para comenzar la búsqueda, un baile donde se reunirían las mujeres más hermosas y adineradas de Beltrexus era una tentación demasiado grande para el Ladrón de Corazones, pues era como los rumores comenzaban a apodarlo, mi misión era sencilla, entrar, pasar desapercibido y obtener toda la información posible de los asistentes y si el asesino estaba entre ellos, detenerlo.
Ciertamente los bailes de aburridos nobles no estaban entre mis actividades favoritas, pero cada día que pasaba, más mujeres estaban en peligro y aunque no me agradaran los brujos, no podía quedarme de brazos cruzados; claro está, la visita a tan refinado lugar requería encapsularme en un ajustado y ridículo traje y como era de esperarse, Manuela y su equipo de sirvientas disfraza-espías se encargaron de buscarme el atuendo ideal, falsificaron una invitación y me enviaron en una de sus elegantes carrozas bajo el nombre de Lord Von Bong, supongo que podrían haberse pensado uno mejor y en el fondo me sonaba a burla, de cualquier manera ya estaba hecho y no había tiempo de cambiar, así que sin más, al ocultarse el sol me dirigí hacia la mansión del fulano Cloudless esperando no llegar demasiado temprano.
El vestido fue rasgado con brutal sensualidad sumiendo la piel erizada en el inexpugnable frío de la noche, le abrió las piernas colocándose entre ellas y tras amordazarle la boca con la una mano, comenzó a penetrarla ayudándose con la otra, aquel instrumento duro y frío, se llenaba lentamente de los fluidos vitales de la chica quien ahogada en su propia sangre dejaba sus uñas enterradas en el suelo y pataleaba ya sin fuerzas, el frío cuchillo había abierto un enorme agujero en su pecho por donde el asesino, el ladrón de corazones acabaría sacándole el órgano vital con tal precisión que incluso parecía la grotesca obra de un experto artista.
Al día siguiente el cuerpo de la mujer fue encontrado colgado de una pierna en la entrada de Beltrexus; no quedaba sangre en su cuerpo, se encontraba perfectamente vaciada, rígida y fría, manteniendo aún la mirada de sufrimiento y con el brazo entumecido y señalando a su propio pecho abierto y vacío, el miedo y los rumores crecían de prisa pues no era la primera vez que aquello ocurría, varias mujeres que no parecían seguir patrón alguno, habían sido encontradas en las mismas condiciones, 6 mujeres en 18 días; los brujos se negaban a pedir ayuda a los investigadores de la Guardia Real, si no habían logrado defender su ciudad mucho menos podrían resolver algo que seguro ni les interesaba.
Fue así como acudieron al Gremio de Informantes, el Baile de Máscaras de Mister Cloudless era el lugar donde se me había marcado el inicio para comenzar la búsqueda, un baile donde se reunirían las mujeres más hermosas y adineradas de Beltrexus era una tentación demasiado grande para el Ladrón de Corazones, pues era como los rumores comenzaban a apodarlo, mi misión era sencilla, entrar, pasar desapercibido y obtener toda la información posible de los asistentes y si el asesino estaba entre ellos, detenerlo.
Ciertamente los bailes de aburridos nobles no estaban entre mis actividades favoritas, pero cada día que pasaba, más mujeres estaban en peligro y aunque no me agradaran los brujos, no podía quedarme de brazos cruzados; claro está, la visita a tan refinado lugar requería encapsularme en un ajustado y ridículo traje y como era de esperarse, Manuela y su equipo de sirvientas disfraza-espías se encargaron de buscarme el atuendo ideal, falsificaron una invitación y me enviaron en una de sus elegantes carrozas bajo el nombre de Lord Von Bong, supongo que podrían haberse pensado uno mejor y en el fondo me sonaba a burla, de cualquier manera ya estaba hecho y no había tiempo de cambiar, así que sin más, al ocultarse el sol me dirigí hacia la mansión del fulano Cloudless esperando no llegar demasiado temprano.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
La expresión en el rostro de Mirjam era de paz y tranquilidad. Era porque su alma estaba descansando después de haber terminado su vida de la manera tan terrible y dolorosa que tuvo. Mina veía a su amiga de la infancia y no podía parar de llorar. Todo su grupo de amigos estaba destrozado. La tensai de aire fue la última víctima del Ladrón de Corazones. Todas sus víctimas eran brujas, sin conexión alguna entre sí aparte del sexo y la raza. La metodología era la misma; les drenaba la sangre y les arrancaba el corazón, dejándolas colgadas de una de sus extremidades, semidesnudas, destrozadas y con una expresión de máximo terror en el rostro.
A raíz de aquellos sucesos, la sociedad de Beltrexus había caído en pánico. Las mujeres ya no salían solas de noche, algunas ni siquiera de día. Cuando el sol comenzaba a ocultarse, las mujeres, de todas las edades, desaparecían de las calles. Por eso el baile de Mister Cloudless era la oportunidad perfecta para que el Ladrón de Corazones encontrara a su próxima víctima, pero Mina estaría allí para detenerlo y vengar el cruel asesinato de su amiga.
Aquella noche lucía despampanante, había elegido un vestido que lograba marcar su esbelto cuerpo de la manera elegante y sofisticada que tanto le gustaba. Era un ceñido vestido de paño azul oscuro con flores bordadas, con una capa del mismo paño con la funda de satín rojo oscuro.
Llegó sola, sus padres no tuvieron ánimos para asistir a un baile. Les extrañó el empeño con el que Mina quiso ir, pues sabían que estaba triste. Pensaron que sería bueno que saliera y se distrajera para mitigar un poco las penas. Al llegar al palacio, ingresó al salón pasando por una puerta exclusiva para las damas, los hombres estaban entrando por otra. Al ingresar, debían mostrar su invitación y al comprobar que estaban en la lista, marcaban su asistencia en un libro. Aquel detalle le pareció de suma importancia a la ilusionista.
Dentro del gran salón, un vals sonaba, varias parejas bailaban, mozos se paseaban con bandejas con los aperitivos o con jarras de vino para rellenar las copas. La asistencia al baile no había sido bullante, pero tampoco tan escasa como se habría podido pensar. Mina avanzó despacio, mirando a su alrededor. Buscaba... ¿rostros conocidos? Prácticamente todos. No, ella buscaba justamente todo lo contrario, rostros nuevos, extraños.
Aunque en realidad, no sabía por dónde empezar a buscar.
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A raíz de aquellos sucesos, la sociedad de Beltrexus había caído en pánico. Las mujeres ya no salían solas de noche, algunas ni siquiera de día. Cuando el sol comenzaba a ocultarse, las mujeres, de todas las edades, desaparecían de las calles. Por eso el baile de Mister Cloudless era la oportunidad perfecta para que el Ladrón de Corazones encontrara a su próxima víctima, pero Mina estaría allí para detenerlo y vengar el cruel asesinato de su amiga.
Aquella noche lucía despampanante, había elegido un vestido que lograba marcar su esbelto cuerpo de la manera elegante y sofisticada que tanto le gustaba. Era un ceñido vestido de paño azul oscuro con flores bordadas, con una capa del mismo paño con la funda de satín rojo oscuro.
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Llegó sola, sus padres no tuvieron ánimos para asistir a un baile. Les extrañó el empeño con el que Mina quiso ir, pues sabían que estaba triste. Pensaron que sería bueno que saliera y se distrajera para mitigar un poco las penas. Al llegar al palacio, ingresó al salón pasando por una puerta exclusiva para las damas, los hombres estaban entrando por otra. Al ingresar, debían mostrar su invitación y al comprobar que estaban en la lista, marcaban su asistencia en un libro. Aquel detalle le pareció de suma importancia a la ilusionista.
Dentro del gran salón, un vals sonaba, varias parejas bailaban, mozos se paseaban con bandejas con los aperitivos o con jarras de vino para rellenar las copas. La asistencia al baile no había sido bullante, pero tampoco tan escasa como se habría podido pensar. Mina avanzó despacio, mirando a su alrededor. Buscaba... ¿rostros conocidos? Prácticamente todos. No, ella buscaba justamente todo lo contrario, rostros nuevos, extraños.
Aunque en realidad, no sabía por dónde empezar a buscar.
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Última edición por Mina Harker el Mar 4 Sep - 16:13, editado 1 vez
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
La carrosa recorrió de prisa el empedrado camino, el frío de la noche me erizaba los vellos del cuerpo a cada soplo de brisa, el sol se había despedido hacía ya buen rato aunque no era tan tarde como parecía ser, al llegar al portón asomé mi mano mostrando la invitación; la carrosa de Manuela era bastante fácil de reconocer, así que como su representante gozaba de ciertos beneficios de estatus social, el pasillo que llevaba desde el portón hasta la entrada de la mansión era bastante fino y cuidado, a diferencia del resto del camino, tosco y descuidado, se notaba el empeño del dueño por evitarse ese tipo de molestias.
Apenas llegar me sembré en la cabeza el sombrero y caminé con la vista ligeramente inclinada para pasar desapercibido, haciendo gala de toda mi honestidad me presenté en la entrada -Lord Vang Balinas, o solo Vang para los amigos- Dije con una media sonrisa hacia el caballero que en la entrada registraba los nombres de los presentes; di un rodeo a la multitud evitando preguntas y posibles charlas aburridas de nobles que podían terminar en preguntas que me pusieran en aprietos, no estaba ahí para socializar ni mucho menos para fijarme en las hermosas damas que desfilaban contoneándose de acá para allá, en especial una que me resultó ligeramente conocida aunque aún no podía recordar de dónde, una jovencita de tez pálida envuelta en un ajustado vestido negro con espantosas flores marrones que solo se salvaba por el rojo de lo que parecía ser una capa; de cualquier manera lo mejor sería evitarla.
Evadiendo saludos avancé hasta meterme a la cocina donde una gran cantidad de sirvientes desfilaban con prisa en todas direcciones y ante su mirada confusa conseguí avanzar a la siguiente sala, y otra, y otra -¿Qué tan larga es esta casa?- Murmuré cansado ya de abrir puertas hasta que al final di con unas escaleras de servicio que llevaban a un piso superior; recorrí las escaleras de prisa y me dirigí hacia la habitación del fulano Von Bong; me detuve curioso al notar que la puerta estaba entreabierta; me lancé de prisa de espaldas contra la pared y me acerqué como pude pero no logré escuchar nada más que un grito ahogado.
Irrumpí en la habitación y encontré al dueño de la mansión con una daga clavada en el pecho mientras una silueta que ni siquiera alcancé a ver, al notar mi presencia se lanzó por la ventana -¡¡Rayos, no!!- Maldije por lo bajo, el sospechoso principal ahora estaba muerto, la misión era un fracaso y lo peor no era eso, escuché pasos en el pasillo que llevaba a la habitación así que cerré la puerta como pude y a toda prisa arrastré el cuerpo del señor hasta dejarlo bajo la cama, tristemente el momento no terminaba ahí, pues alguien comenzó a llamar a la puerta -Vo-Vo-Voy- Dije con diferentes tonos de voz buscando uno que se ajustara ligeramente a lo que debería ser el difunto -Esperen un momento, me estoy vistiendo- Giré varias veces en busca de alguna salvación hasta dar con una loca y peligrosa idea.
Me asomé bajo la cama al recordar que el hombre, con una extraña fobia a la suciedad, llevaba siempre guantes blancos y una máscara que cubría nariz y boca, con lo que podía resolver al menos dos problemas, podría salir de la habitación y además, si me hacía pasar por él, podría continuar la fiesta sin que nadie sospechara nada, si bien el sospechoso estaba muerto, ahora había un nuevo asunto por resolver ¿Quién lo había asesinado?
Rápidamente robé sus... bueno, tomé prestados permanentemente sus guantes y máscara para terminar de ponérmela justo cuando se abrió la puerta, era el momento de comenzar a actuar y esperar que todo terminara bien -Bu-Buenas noches- Dije afinando la vista y esperando ver quién había sido la persona tan inoportuna en llegar en ese momento.
Apenas llegar me sembré en la cabeza el sombrero y caminé con la vista ligeramente inclinada para pasar desapercibido, haciendo gala de toda mi honestidad me presenté en la entrada -Lord Vang Balinas, o solo Vang para los amigos- Dije con una media sonrisa hacia el caballero que en la entrada registraba los nombres de los presentes; di un rodeo a la multitud evitando preguntas y posibles charlas aburridas de nobles que podían terminar en preguntas que me pusieran en aprietos, no estaba ahí para socializar ni mucho menos para fijarme en las hermosas damas que desfilaban contoneándose de acá para allá, en especial una que me resultó ligeramente conocida aunque aún no podía recordar de dónde, una jovencita de tez pálida envuelta en un ajustado vestido negro con espantosas flores marrones que solo se salvaba por el rojo de lo que parecía ser una capa; de cualquier manera lo mejor sería evitarla.
Evadiendo saludos avancé hasta meterme a la cocina donde una gran cantidad de sirvientes desfilaban con prisa en todas direcciones y ante su mirada confusa conseguí avanzar a la siguiente sala, y otra, y otra -¿Qué tan larga es esta casa?- Murmuré cansado ya de abrir puertas hasta que al final di con unas escaleras de servicio que llevaban a un piso superior; recorrí las escaleras de prisa y me dirigí hacia la habitación del fulano Von Bong; me detuve curioso al notar que la puerta estaba entreabierta; me lancé de prisa de espaldas contra la pared y me acerqué como pude pero no logré escuchar nada más que un grito ahogado.
Irrumpí en la habitación y encontré al dueño de la mansión con una daga clavada en el pecho mientras una silueta que ni siquiera alcancé a ver, al notar mi presencia se lanzó por la ventana -¡¡Rayos, no!!- Maldije por lo bajo, el sospechoso principal ahora estaba muerto, la misión era un fracaso y lo peor no era eso, escuché pasos en el pasillo que llevaba a la habitación así que cerré la puerta como pude y a toda prisa arrastré el cuerpo del señor hasta dejarlo bajo la cama, tristemente el momento no terminaba ahí, pues alguien comenzó a llamar a la puerta -Vo-Vo-Voy- Dije con diferentes tonos de voz buscando uno que se ajustara ligeramente a lo que debería ser el difunto -Esperen un momento, me estoy vistiendo- Giré varias veces en busca de alguna salvación hasta dar con una loca y peligrosa idea.
Me asomé bajo la cama al recordar que el hombre, con una extraña fobia a la suciedad, llevaba siempre guantes blancos y una máscara que cubría nariz y boca, con lo que podía resolver al menos dos problemas, podría salir de la habitación y además, si me hacía pasar por él, podría continuar la fiesta sin que nadie sospechara nada, si bien el sospechoso estaba muerto, ahora había un nuevo asunto por resolver ¿Quién lo había asesinado?
Rápidamente robé sus... bueno, tomé prestados permanentemente sus guantes y máscara para terminar de ponérmela justo cuando se abrió la puerta, era el momento de comenzar a actuar y esperar que todo terminara bien -Bu-Buenas noches- Dije afinando la vista y esperando ver quién había sido la persona tan inoportuna en llegar en ese momento.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Mina no había probado bocado ni bebido nada desde que había llegado. Se mostraba distendida y jovial, coqueta como era costumbre, animada y contenta. Pero el que la conocía bien, sabía que algo pasaba pues no era normal verla tan sobria a esas alturas de la fiesta. En las fiestas era costumbre verla con una copa de vino en la mano, pero esta vez no. Afortunadamente, todos estaban demasiado concentrados en si mismos y en pasarlo bien para olvidar el terrorífico momento por el que pasaba Beltrexus.
La realidad era que si comenzaba a beber, olvidaría su misión y se dedicaría a disfrutar completamente de la fiesta, entregándose al baile y la diversión. Terminó una pieza de baile con el hijo de un Conde, hizo una reverencia y se despidió agradecida por el honor. El Conde Vallmorain tenía el favor del Rey y ser amigos de ellos significaba un pase a la Corte. Hacía tiempo su padre buscaba un título nobiliario para su familia, entonces, congraciarse con el hijo de tan íntimo amigo del Rey ayudaba a los intereses familiares. Bueno, ella tenía una misión aquella noche, pero si podría matar dos pájaros de un solo tiro, lo haría. Sabiendo que aquel muchacho de orejas grandes había quedado notoriamente enganchado con ella, lo dejó para volver a lo suyo. Había que hacerse desear.
Bailar le dio sed, le gustase o no, tendría que buscar bebida, así que se dirigió a la mesa que estaba junto a la puerta por donde ingresaban los mozos, allí había una jarra de suave hidromiel y varias copas limpias. Estaba terminando de servirse cuando vio entrar por esa puerta a un invitado, más bien escabullirse, tomando en cuenta la manera por como entró y sobre todo, lo delataba el que ningún mozo iba vestido tan elegantemente. Aquello le pareció sumamente sospechoso a Mina, quien dejó su copa a medio servir sobre la mesa y siguió al hombre. Al seguirlo, chocó con varios de los criados -Señorita, no puede...- comenzó a decir uno de los sirvientes, a lo que ella le interrumpió -Sí, que busco el cuarto de aseo- respondió, sonriendo y siguiendo su camino, ignorando al muchacho que quiso detenerla.
Pasó rauda por la cocina, esquivando cocineros y mozos, haciendo caso omiso a las voces que le pedían salir de allí. No podía perder de vista al extraño. Lo siguió, salón tras salón de aquel palacio enorme, hasta llegar a las escaleras del servicio. Si no era el asesino, era un ladrón. De cualquier manera, iba a descubrir sus intenciones.
Al terminar las escaleras, había que girar por un pasillo. Mina se asomó antes de terminarlas y lo vio dirigirse nada más y nada menos que hacia los aposentos de Lord Cloudless. Con sumo cuidado y sigilo, lo siguió. El hombre estaba tan concentrado en su misión que no notó a la mujer tras él. Como lo sospechaba, el tipo se detuvo frente a la puerta y entró, aprovechando que estaba entreabierta.
A paso firme, caminó el trecho hasta la puerta y tocó con fuerza. Dentro sonó un estrépito y le respondió una voz que desconoció por completo. Esperó, pero le ganó la impaciencia; el tipo podría estar escondiéndose. Así que abrió y se encontró de frente con Lord Cloudless, quien llevaba puesta tu curiosa máscara -Milord, lo estaba buscando. ¿Se encuentra usted bien?- exclamó, haciendo una leve reverencia. -No lo había visto durante toda la velada...- comenzó a decir, intentando entrar en la habitación -Soy Wilhelmina Harker, Jonathan Harker es mi padre, usted mantiene negocios con él, me ha encargado entregarle sus saludos personalmente- mentí, mi padre sí mantenía negocios con él, pero lo encontraba un sujeto extremadamente perturbador. Evitaba estar cerca de él más del tiempo necesario y jamás pediría a su hija buscarlo estando ella sola.
Pero este hombre que tenía en frente era ligeramente distinto al Cloudless que Mina conocía. Dio un paso atrás y lo miró con atención. ¿Desde cuando Lord Cloudless era tan alto? ¿Y moreno? ¿Y jóven? Entrecerró los ojos y sonrió con picardía -Me te tomado el atrevimiento de recorrer su palacio y... qué gusto tan exquisito tiene para la decoración...- mintió de nuevo, aquel palacio por muy de Lord, era un antro del mal gusto. -Me imagino que su habitación es la estancia más atendida... ¿le gustaría mostrármela?- pidió, suavizando su voz y creando la ilusión de estar iluminada con un aura de tenue luz que resaltaba su belleza física.
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La realidad era que si comenzaba a beber, olvidaría su misión y se dedicaría a disfrutar completamente de la fiesta, entregándose al baile y la diversión. Terminó una pieza de baile con el hijo de un Conde, hizo una reverencia y se despidió agradecida por el honor. El Conde Vallmorain tenía el favor del Rey y ser amigos de ellos significaba un pase a la Corte. Hacía tiempo su padre buscaba un título nobiliario para su familia, entonces, congraciarse con el hijo de tan íntimo amigo del Rey ayudaba a los intereses familiares. Bueno, ella tenía una misión aquella noche, pero si podría matar dos pájaros de un solo tiro, lo haría. Sabiendo que aquel muchacho de orejas grandes había quedado notoriamente enganchado con ella, lo dejó para volver a lo suyo. Había que hacerse desear.
Bailar le dio sed, le gustase o no, tendría que buscar bebida, así que se dirigió a la mesa que estaba junto a la puerta por donde ingresaban los mozos, allí había una jarra de suave hidromiel y varias copas limpias. Estaba terminando de servirse cuando vio entrar por esa puerta a un invitado, más bien escabullirse, tomando en cuenta la manera por como entró y sobre todo, lo delataba el que ningún mozo iba vestido tan elegantemente. Aquello le pareció sumamente sospechoso a Mina, quien dejó su copa a medio servir sobre la mesa y siguió al hombre. Al seguirlo, chocó con varios de los criados -Señorita, no puede...- comenzó a decir uno de los sirvientes, a lo que ella le interrumpió -Sí, que busco el cuarto de aseo- respondió, sonriendo y siguiendo su camino, ignorando al muchacho que quiso detenerla.
Pasó rauda por la cocina, esquivando cocineros y mozos, haciendo caso omiso a las voces que le pedían salir de allí. No podía perder de vista al extraño. Lo siguió, salón tras salón de aquel palacio enorme, hasta llegar a las escaleras del servicio. Si no era el asesino, era un ladrón. De cualquier manera, iba a descubrir sus intenciones.
Al terminar las escaleras, había que girar por un pasillo. Mina se asomó antes de terminarlas y lo vio dirigirse nada más y nada menos que hacia los aposentos de Lord Cloudless. Con sumo cuidado y sigilo, lo siguió. El hombre estaba tan concentrado en su misión que no notó a la mujer tras él. Como lo sospechaba, el tipo se detuvo frente a la puerta y entró, aprovechando que estaba entreabierta.
A paso firme, caminó el trecho hasta la puerta y tocó con fuerza. Dentro sonó un estrépito y le respondió una voz que desconoció por completo. Esperó, pero le ganó la impaciencia; el tipo podría estar escondiéndose. Así que abrió y se encontró de frente con Lord Cloudless, quien llevaba puesta tu curiosa máscara -Milord, lo estaba buscando. ¿Se encuentra usted bien?- exclamó, haciendo una leve reverencia. -No lo había visto durante toda la velada...- comenzó a decir, intentando entrar en la habitación -Soy Wilhelmina Harker, Jonathan Harker es mi padre, usted mantiene negocios con él, me ha encargado entregarle sus saludos personalmente- mentí, mi padre sí mantenía negocios con él, pero lo encontraba un sujeto extremadamente perturbador. Evitaba estar cerca de él más del tiempo necesario y jamás pediría a su hija buscarlo estando ella sola.
Pero este hombre que tenía en frente era ligeramente distinto al Cloudless que Mina conocía. Dio un paso atrás y lo miró con atención. ¿Desde cuando Lord Cloudless era tan alto? ¿Y moreno? ¿Y jóven? Entrecerró los ojos y sonrió con picardía -Me te tomado el atrevimiento de recorrer su palacio y... qué gusto tan exquisito tiene para la decoración...- mintió de nuevo, aquel palacio por muy de Lord, era un antro del mal gusto. -Me imagino que su habitación es la estancia más atendida... ¿le gustaría mostrármela?- pidió, suavizando su voz y creando la ilusión de estar iluminada con un aura de tenue luz que resaltaba su belleza física.
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Última edición por Mina Harker el Mar 4 Sep - 16:14, editado 1 vez
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Di un par de patadas al cuerpo para devolverlo a su nuevo hogar bajo la cama, tristemente su cabezota se negaba a entrar por lo que necesité patearlo más fuerte mientras terminaba de ponerme sus cosas -Entra ya pedazo de- Una última patada sirvió para hacerlo encajar aunque un pedazo de la piel de su frente quedó pegada a la parte baja de la cama cuya madera ahora se veía ligeramente ornamentada con sangre y un pedazo de piel, definitivamente no podía ser peor, o tal vez sí.
Una chica entró repentinamente y casi me encuentra pateando el cuerpo, avancé de inmediato hasta las almohadas y tomé una para luego dejarla caer en el lugar donde la cama estaba manchada, estaba un poco nervioso pues no tenía idea de quién pudiera ser esta mocosa impertinente, respiraba un poco agitado y podía notarse a pesar de la máscara -Sí, sí, claro, estoy bien, ¿y cómo no estarlo ahora ante tan hermosa dama, señorita...- Dejé suspenso tras el halago esperando conocer su nombre, como se presentara con el apellido Cloudless estaría en graves problemas, si tan solo hubiera dejado hablar al idiota noble escuchar su voz me serviría de base para una imitación perfecta, ahora debía hacer uso de más ingenio si quería salir bien parado de tal situación.
Torcí ligeramente el rostro al escuchar su nombre -¿Wilkerqué?- Pregunté con incredulidad aunque luego finjí reconocer el apellido para no quedar mal, si realmente eran conocidos lo mejor sería guardar las apariencia, se suponía que este Cloudless era bastante desagradable así que los pocos que socializaban con él debían conocerle bastante bien, lo que convertía la misión en algo mucho más difícil -Ha sido una noche ocupada, señorita Wilimina, llevar a cabo una fiesta de esta magnitud no es posible para cualquiera- Alcé una ceja y acomodé mi chaleco con aires de superioridad -Debo estar atento a todo y vigilar que estos zoquetes hagan todo bien- Añadí un poco del factor odioso y pedante que caracterizaba a Cloudless según los informes que había leído.
Me acerqué un poco a ella esperando convencerla de dejar la habitación aunque parecía tener sus propios planes -Maldita sea la pata de la coneja tuerta- Pensé -Oh, encantado, que... oportuna solicitud- Respondí fingiendo que me agradaba la espantosa y pésima idea -Pues realmente no hay mucho qué mostrar, soy un hombre de gustos comunes y típicos- Señalé una primera puerta muy bien ornamentada -Por ejemplo acá guardo mi totalmente común...- Al abrir la puerta pude ver una cuidada colección de espantosas máscaras -Colección de... feas... máscaras...- Cerré la puerta de prisa buscando otra cosa mejor -Totalmente común, muchos tienen una así, incluso más grandes- Intenté desviar su atención señalando otra puerta que se encontraba más cerca de la puerta, si todo salía bien la iría alejando hasta que perdiera el interés y saliéramos de ahí juntos -Qui guisti tin ixquisiti- Dije en mi mente imitándola de mala manera al tiempo que le ofrecía una mirada de complacencia -Y acá tenemos esta aburrida y repetitiva colección de... ¿cabezas de patos?- Miré con extrañeca -¿Quién colecciona cabezas de patos?- Pensé alarmado ante la perturbadora escena -Natural, natural y común, cualquiera colecciona cabezas de patos- Le dije con una sonrisa nerviosa bajo la máscara -¿Le parece si mejor salimos de este lugar?- Le ofrecí mi brazo caballerosamente para que me acompañara a salir de tan exótico lugar.
Una chica entró repentinamente y casi me encuentra pateando el cuerpo, avancé de inmediato hasta las almohadas y tomé una para luego dejarla caer en el lugar donde la cama estaba manchada, estaba un poco nervioso pues no tenía idea de quién pudiera ser esta mocosa impertinente, respiraba un poco agitado y podía notarse a pesar de la máscara -Sí, sí, claro, estoy bien, ¿y cómo no estarlo ahora ante tan hermosa dama, señorita...- Dejé suspenso tras el halago esperando conocer su nombre, como se presentara con el apellido Cloudless estaría en graves problemas, si tan solo hubiera dejado hablar al idiota noble escuchar su voz me serviría de base para una imitación perfecta, ahora debía hacer uso de más ingenio si quería salir bien parado de tal situación.
Torcí ligeramente el rostro al escuchar su nombre -¿Wilkerqué?- Pregunté con incredulidad aunque luego finjí reconocer el apellido para no quedar mal, si realmente eran conocidos lo mejor sería guardar las apariencia, se suponía que este Cloudless era bastante desagradable así que los pocos que socializaban con él debían conocerle bastante bien, lo que convertía la misión en algo mucho más difícil -Ha sido una noche ocupada, señorita Wilimina, llevar a cabo una fiesta de esta magnitud no es posible para cualquiera- Alcé una ceja y acomodé mi chaleco con aires de superioridad -Debo estar atento a todo y vigilar que estos zoquetes hagan todo bien- Añadí un poco del factor odioso y pedante que caracterizaba a Cloudless según los informes que había leído.
Me acerqué un poco a ella esperando convencerla de dejar la habitación aunque parecía tener sus propios planes -Maldita sea la pata de la coneja tuerta- Pensé -Oh, encantado, que... oportuna solicitud- Respondí fingiendo que me agradaba la espantosa y pésima idea -Pues realmente no hay mucho qué mostrar, soy un hombre de gustos comunes y típicos- Señalé una primera puerta muy bien ornamentada -Por ejemplo acá guardo mi totalmente común...- Al abrir la puerta pude ver una cuidada colección de espantosas máscaras -Colección de... feas... máscaras...- Cerré la puerta de prisa buscando otra cosa mejor -Totalmente común, muchos tienen una así, incluso más grandes- Intenté desviar su atención señalando otra puerta que se encontraba más cerca de la puerta, si todo salía bien la iría alejando hasta que perdiera el interés y saliéramos de ahí juntos -Qui guisti tin ixquisiti- Dije en mi mente imitándola de mala manera al tiempo que le ofrecía una mirada de complacencia -Y acá tenemos esta aburrida y repetitiva colección de... ¿cabezas de patos?- Miré con extrañeca -¿Quién colecciona cabezas de patos?- Pensé alarmado ante la perturbadora escena -Natural, natural y común, cualquiera colecciona cabezas de patos- Le dije con una sonrisa nerviosa bajo la máscara -¿Le parece si mejor salimos de este lugar?- Le ofrecí mi brazo caballerosamente para que me acompañara a salir de tan exótico lugar.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Actuaba verdaderamente extraño y la voz... la voz no le convencía. Sonaba muy clara la voz, no ronca y áspera como la tenía el viejo Cloudless, después de años de fumar en su roñosa pipa ese tabaco barato que tanto le gustaba y lo mantenía con un permanente aroma a puta vieja, que, bueno, nadie sabía si era por el tabaco o por las particulares damas que el viejo solía visitar.
Este Cloudless estaba muy extraño para el gusto de la ilusionista, además la trataba con amabilidad y le había enseñado su horrible colección de cabezas de pato. ¿Quién colecciona cabezas de pato? -Es... muy... particular su colección- dijo y tomó el brazo que el hombre le ofrecía, pero antes que dejarse llevar, la chica tiró de él -Pero, ¿por qué quiere salir ahora, Lord Cloudles? Si se demora un poco más en llegar a la fiesta, no lo notará nadie- dijo, mirándolo seductora.
Su telekinesis hizo que la puerta se cerrada de golpe y con cerrojo, con una llave de artes marciales, trabó el brazo del hombre y tiró de él hacia la cama. Él se resistía y la obligaba a aferrarlo con fuerza. El Cloudless real no hubiese dudado en tirarse encima de una bella joven como Mina Harker. No pudo evitar sentir su cuerpo delgado y marcado, era un hombre joven y apetecible, agradable de tocar, seguramente mucho más de ver. Ay, definitivamente tenía que quitarle la máscara.
Ella prácticamente lo arrastró a la cama, empujándolo sobre esta, rápidamente se subió a horcajadas sobre él; una pierna a cada lado de él y sus manos apretándole las muñecas -Oh, Lord Cloudless... siempre... he... so...ña-do con es...to...- dijo forcejeando y, por supuesto, mintiendo. Es que el forcejeo no era nada sensual, si no una clara pelea-Lo que... hmpf.. más.. quiero... hmpff... ¡es ver su rostro!- exclamó y con un movimiento, logró liberar una mano para, con un movimiento rápido de la mano, quitarle la máscara.
Ella se quedó quieta, estupefacta, con los ojos abiertos de par en par, casi se le ponen redondos de la impresión. Un robo fallido, una noche que había decidido olvidar, un moreno torpe y metiche que despreciaba. El silencio sepulcral reinó por instantes eternos, se volvieron viejos mirándose las caras. Ella lo reconoció, claramente era él. ¡Él! ¡Ese engendro maldito! -Tú. No. Eres. Cloudless.- fue lo que dijo, en voz bajita, áspera, entre dientes, con rabia.
Así, con las muelas apretadas, escupió -Tú eres ese intruso, ese incordio, ese cretino... ese... ¡¡ESE!! ¿Qué haces aquí?- exclamó, bajándose de él, mirándolo con furia. -¿Qué hiciste con el viejo Cloudless?- lo increpó, tirándole la máscara encima.
3.
Este Cloudless estaba muy extraño para el gusto de la ilusionista, además la trataba con amabilidad y le había enseñado su horrible colección de cabezas de pato. ¿Quién colecciona cabezas de pato? -Es... muy... particular su colección- dijo y tomó el brazo que el hombre le ofrecía, pero antes que dejarse llevar, la chica tiró de él -Pero, ¿por qué quiere salir ahora, Lord Cloudles? Si se demora un poco más en llegar a la fiesta, no lo notará nadie- dijo, mirándolo seductora.
Su telekinesis hizo que la puerta se cerrada de golpe y con cerrojo, con una llave de artes marciales, trabó el brazo del hombre y tiró de él hacia la cama. Él se resistía y la obligaba a aferrarlo con fuerza. El Cloudless real no hubiese dudado en tirarse encima de una bella joven como Mina Harker. No pudo evitar sentir su cuerpo delgado y marcado, era un hombre joven y apetecible, agradable de tocar, seguramente mucho más de ver. Ay, definitivamente tenía que quitarle la máscara.
Ella prácticamente lo arrastró a la cama, empujándolo sobre esta, rápidamente se subió a horcajadas sobre él; una pierna a cada lado de él y sus manos apretándole las muñecas -Oh, Lord Cloudless... siempre... he... so...ña-do con es...to...- dijo forcejeando y, por supuesto, mintiendo. Es que el forcejeo no era nada sensual, si no una clara pelea-Lo que... hmpf.. más.. quiero... hmpff... ¡es ver su rostro!- exclamó y con un movimiento, logró liberar una mano para, con un movimiento rápido de la mano, quitarle la máscara.
Ella se quedó quieta, estupefacta, con los ojos abiertos de par en par, casi se le ponen redondos de la impresión. Un robo fallido, una noche que había decidido olvidar, un moreno torpe y metiche que despreciaba. El silencio sepulcral reinó por instantes eternos, se volvieron viejos mirándose las caras. Ella lo reconoció, claramente era él. ¡Él! ¡Ese engendro maldito! -Tú. No. Eres. Cloudless.- fue lo que dijo, en voz bajita, áspera, entre dientes, con rabia.
Así, con las muelas apretadas, escupió -Tú eres ese intruso, ese incordio, ese cretino... ese... ¡¡ESE!! ¿Qué haces aquí?- exclamó, bajándose de él, mirándolo con furia. -¿Qué hiciste con el viejo Cloudless?- lo increpó, tirándole la máscara encima.
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Última edición por Mina Harker el Mar 4 Sep - 16:14, editado 1 vez
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Todo parecía ir saliendo bien a pesar de todo, pronto lograría deshacerme de la chicay -Oh rayos- Pensé cuando vi truncada mi salida -¿Pero qué intenta? Señorita- Pregunté fingiendo inocencia aunque ya imaginaba por donde venía todo -No, no, claro que lo notarán, todo se vendrá abajo si no aparezco, debo ir con...- La puerta se cerró repentinamente como por arte de magia y luego mi brazo comenzó a doler; apenas y me di cuenta cuando me lo retorció y me sometió lanzándome a la cama -Oye, pero qué agresiva- Dije nervioso, a este paso se iba a dar cuenta que yo no era quien decía ser; busqué por dónde escapar pero antes de lograrlo ya la tenía encima con una destreza formidable.
Y se ponía peor, se colocó sobre mí y sujetó mis manos al tiempo que imploraba ver mi rostro, a este paso terminaría lastimándola si era necesario para poder salir de la situación, había intentado ser cauteloso pero ya no podría seguir el mismo juego, su mano consiguió tras un forcejeo arrancar la máscara que no había logrado colocarme bien por la prisa; se hizo un silencio que pareció ser eterno aunque solo duró unos segundos y luego su actitud comenzó a cambiar completamente, y es que con sus palabras comenzaba a recordar dónde la había visto antes, aunque solo fueron unos instantes, aquella vez, la ladrona.
Sin embargo, preferí alzar una ceja y desquitarme por las molestias que me había hecho pasar en esa ocasión -Ah claro, y tú eres... eres...- Llevé mi mano a mi barbilla -No te recuerdo- Claro que la recordaba, pero tal vez el sentirse insignificante sería un golpe más duro, además si fingía no saber tal vez podría sacarle un poco más de información; aproveché cuando se apartó para girar al lado contrario y poner la cama entre nosotros -Yo, investigo asesinatos y el viejo era el principal sospechoso- Dije en tono serio -Era- Con un pie empujé la cama para descubrir una pequeña parte del cadáver del viejo -Y no he sido yo eh, ya estaba así cuando llegué- Me defendí de inmediato.
Aún me quedaban las dudas de su objetivo -¿Y tú qué? ¿Ahora robas a viejos babosos?- Pregunté con malicia -Creí que tendrías mejores estándares- Tomé la máscara que había caído a mis pies y ya de nada serviría -Alguien ha matado al viejo, si nos quedamos aquí te van a culpar a ti- La señalé convencido para tratar de convencerla también -Ahora, voy a salir de aquí, voy a ir afuera y voy a encontrar al culpable- Caminé lentamente de lado, rodeando a la chica en busca de la puerta -Roba lo que necesites y lárgate, si el ladrón de corazones está aquí, podría poner sus ojos en ti- Me detuve en la última palabra -Ah, espera, seguro no tienes un corazón que robar- Reí con malicia.
Justo entonces se escuchó un grito en el exterior de la casa -No esta vez- Murmuré para mí mismo y corrí hasta saltar por la ventana dejando atrás a la ladrona, una vez abajo busqué la fuerte del sonido y encontré a una joven desmayada en brazos de una misteriosa criatura que balbuceaba sin parar -Complacido, el amo va a estar complacido- Corrí de prisa para evitar lo peor -Hey, déjala, criatura rarita- El extraño ser dejó caer a la chica que tenía en sus brazos y se escabulló entre los arbustos cercanos, no tenía idea de lo que había visto o de lo que fuera esa cosa, pero ahora que no estaba ahí, los invitados salieron y me vieron en su lugar -Miren, ahí está, el asesino, el ladrón de corazones, atrápenlo- [1] Sin saber qué hacer retrocedí un par de pasos mientras me veía poco a poco rodeado por la enfurecida multitud -¿Y ahora qué?
Y se ponía peor, se colocó sobre mí y sujetó mis manos al tiempo que imploraba ver mi rostro, a este paso terminaría lastimándola si era necesario para poder salir de la situación, había intentado ser cauteloso pero ya no podría seguir el mismo juego, su mano consiguió tras un forcejeo arrancar la máscara que no había logrado colocarme bien por la prisa; se hizo un silencio que pareció ser eterno aunque solo duró unos segundos y luego su actitud comenzó a cambiar completamente, y es que con sus palabras comenzaba a recordar dónde la había visto antes, aunque solo fueron unos instantes, aquella vez, la ladrona.
Sin embargo, preferí alzar una ceja y desquitarme por las molestias que me había hecho pasar en esa ocasión -Ah claro, y tú eres... eres...- Llevé mi mano a mi barbilla -No te recuerdo- Claro que la recordaba, pero tal vez el sentirse insignificante sería un golpe más duro, además si fingía no saber tal vez podría sacarle un poco más de información; aproveché cuando se apartó para girar al lado contrario y poner la cama entre nosotros -Yo, investigo asesinatos y el viejo era el principal sospechoso- Dije en tono serio -Era- Con un pie empujé la cama para descubrir una pequeña parte del cadáver del viejo -Y no he sido yo eh, ya estaba así cuando llegué- Me defendí de inmediato.
Aún me quedaban las dudas de su objetivo -¿Y tú qué? ¿Ahora robas a viejos babosos?- Pregunté con malicia -Creí que tendrías mejores estándares- Tomé la máscara que había caído a mis pies y ya de nada serviría -Alguien ha matado al viejo, si nos quedamos aquí te van a culpar a ti- La señalé convencido para tratar de convencerla también -Ahora, voy a salir de aquí, voy a ir afuera y voy a encontrar al culpable- Caminé lentamente de lado, rodeando a la chica en busca de la puerta -Roba lo que necesites y lárgate, si el ladrón de corazones está aquí, podría poner sus ojos en ti- Me detuve en la última palabra -Ah, espera, seguro no tienes un corazón que robar- Reí con malicia.
Justo entonces se escuchó un grito en el exterior de la casa -No esta vez- Murmuré para mí mismo y corrí hasta saltar por la ventana dejando atrás a la ladrona, una vez abajo busqué la fuerte del sonido y encontré a una joven desmayada en brazos de una misteriosa criatura que balbuceaba sin parar -Complacido, el amo va a estar complacido- Corrí de prisa para evitar lo peor -Hey, déjala, criatura rarita- El extraño ser dejó caer a la chica que tenía en sus brazos y se escabulló entre los arbustos cercanos, no tenía idea de lo que había visto o de lo que fuera esa cosa, pero ahora que no estaba ahí, los invitados salieron y me vieron en su lugar -Miren, ahí está, el asesino, el ladrón de corazones, atrápenlo- [1] Sin saber qué hacer retrocedí un par de pasos mientras me veía poco a poco rodeado por la enfurecida multitud -¿Y ahora qué?
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Última edición por Bio el Miér 26 Sep - 5:43, editado 2 veces
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Cuando sus miradas se cruzaron, el ambiente se puse tenso, el aire en la habitación se llenó de estática, hasta el polvito en suspensión quedó quieto. Mina había reconocido de inmediato al moreno, era aquel tipo que se había hecho pasar por soldado semanas atrás en su fallido intento por encontrar una de las piedras preciosas más extrañas de Aerandir, uno de los Ojos de la Gorgona.
-¿Que no me recuerdas?- increpó ella, mirándolo con el ceño fruncido -No me interesa si eres investigador, alquimista o pirata, mientes, obvio que me recuerdas, mira tu cara, si casi se te han salido los ojos cuando me...viste...- comenzó a replicar, pero cuando el moreno movió la cama y descubrió el cadáver del verdadero viejo Cloudless, Mina bajó el volumen de su reproche hasta quedar en el mutismo total.
Se quedó quieta mirando el cuerpo sin vida del gordo y fofo viejo Cloudless. Si uno se quedaba observándolo detenidamente, se podía notar cómo se desinflaba lentamente. Apretó los puños. El tipo en lugar de cambiar su actitud y tornarse un poco más empático, siguió tan confrontacional como antes, acusándola de entrar allí a robar. -No. Yo he venido porque pensaba que él sabría algo de los asesinatos a las jóvenes a las que les arrancan el corazón- respondió ella con rabia. Alzó la mirada furiosa -¿Por qué debo creer que lo encontraste así?- le riñó. Pero su expresión enojada se relajó y adoptó su tan habitual actitud altanera -No me hagas reír... ¡Soy Wilhemina Harker y tú eres un maldito miserable! ¿A quién crees que le van a creer?- dijo con sorna, pero eso que dijo, que la podían acusar a ella, por alguna extraña razón la amedrentó.
Sin embargo el moreno pareció no hacer caso a la puya que la ilusionista le lanzó y decidió irse -¿Que tú vas a encontrar al culpable?- dijo, haciendo énfasis en el tú -Eres demasiado inútil como para lograr hacer eso solo- comentó ella, siguiéndolo. -Idiota- fue la respuesta que la bruja le dio a su comentario respecto a su corazón y volteó los ojos, qué sentido del humor más tonto tenía el hombre.
Le iba a responder algo muy inteligente y mordaz, porque ese no se iba a quedar con la última palabra, cuando se escuchó un grito afuera, en los jardines. Al escucharlo, él no esperó y corrió hacia la ventana, saltando fuera. Mina corrió tras él, pero no podía seguirlo saltando de la forma que él lo hizo -¿Pero qué demonios? ¿Cómo lo hizo?- se preguntó, confundida. Un hombre normal no era capaz de hacer semejante proeza y salir ileso. Él no solo había caído perfectamente, sino que había salido corriendo -No puede ser, desgraciado este... ya verá- dijo para si misma y, dando media vuelta, salió corriendo fuera de la habitación y escaleras abajo. Tenía que llegar allí lo antes posible, antes que él se le escapara, porque, no señor, él no se quedaría con la última palabra.
Para cuando salió al jardín, los invitados también habían salido, atraídos, como ellos, por los gritos de la chica. -¡El asesino!- gritaban algunos -!Es el ladrón de corazones!- fue lo que tomó fuerza. Y bueno, lo habían pillado junto a una chica inconsciente, todo Beltrexus estaba en vilo con esto del asesino, era lógico que lo creyeran. El alcohol envalentonó a la gente -¡Atrápenlo!- gritó finalmente uno y se lanzó tras el moreno, detrás fueron los demás invitados.
Pero en el lapso de tiempo en que todos decidían atacar, Mina se había abierto camino entremedio, así que llegó al moreno primero que los demás. Le agarró la mano y tiró de él -No hagas ruido- susurró a su oído con firmeza mientras lo empujaba detrás de unos arbustos. Al instante que sus cuerpos se movieron para caer, una ilusión del moreno arrancaba a correr en dirección contraria. Los invitados, convencidos del engaño, la siguieron mientras ella le tapaba la boca y abría grande los ojos para indicarle que no moviera ni un pelo.
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-¿Que no me recuerdas?- increpó ella, mirándolo con el ceño fruncido -No me interesa si eres investigador, alquimista o pirata, mientes, obvio que me recuerdas, mira tu cara, si casi se te han salido los ojos cuando me...viste...- comenzó a replicar, pero cuando el moreno movió la cama y descubrió el cadáver del verdadero viejo Cloudless, Mina bajó el volumen de su reproche hasta quedar en el mutismo total.
Se quedó quieta mirando el cuerpo sin vida del gordo y fofo viejo Cloudless. Si uno se quedaba observándolo detenidamente, se podía notar cómo se desinflaba lentamente. Apretó los puños. El tipo en lugar de cambiar su actitud y tornarse un poco más empático, siguió tan confrontacional como antes, acusándola de entrar allí a robar. -No. Yo he venido porque pensaba que él sabría algo de los asesinatos a las jóvenes a las que les arrancan el corazón- respondió ella con rabia. Alzó la mirada furiosa -¿Por qué debo creer que lo encontraste así?- le riñó. Pero su expresión enojada se relajó y adoptó su tan habitual actitud altanera -No me hagas reír... ¡Soy Wilhemina Harker y tú eres un maldito miserable! ¿A quién crees que le van a creer?- dijo con sorna, pero eso que dijo, que la podían acusar a ella, por alguna extraña razón la amedrentó.
Sin embargo el moreno pareció no hacer caso a la puya que la ilusionista le lanzó y decidió irse -¿Que tú vas a encontrar al culpable?- dijo, haciendo énfasis en el tú -Eres demasiado inútil como para lograr hacer eso solo- comentó ella, siguiéndolo. -Idiota- fue la respuesta que la bruja le dio a su comentario respecto a su corazón y volteó los ojos, qué sentido del humor más tonto tenía el hombre.
Le iba a responder algo muy inteligente y mordaz, porque ese no se iba a quedar con la última palabra, cuando se escuchó un grito afuera, en los jardines. Al escucharlo, él no esperó y corrió hacia la ventana, saltando fuera. Mina corrió tras él, pero no podía seguirlo saltando de la forma que él lo hizo -¿Pero qué demonios? ¿Cómo lo hizo?- se preguntó, confundida. Un hombre normal no era capaz de hacer semejante proeza y salir ileso. Él no solo había caído perfectamente, sino que había salido corriendo -No puede ser, desgraciado este... ya verá- dijo para si misma y, dando media vuelta, salió corriendo fuera de la habitación y escaleras abajo. Tenía que llegar allí lo antes posible, antes que él se le escapara, porque, no señor, él no se quedaría con la última palabra.
Para cuando salió al jardín, los invitados también habían salido, atraídos, como ellos, por los gritos de la chica. -¡El asesino!- gritaban algunos -!Es el ladrón de corazones!- fue lo que tomó fuerza. Y bueno, lo habían pillado junto a una chica inconsciente, todo Beltrexus estaba en vilo con esto del asesino, era lógico que lo creyeran. El alcohol envalentonó a la gente -¡Atrápenlo!- gritó finalmente uno y se lanzó tras el moreno, detrás fueron los demás invitados.
Pero en el lapso de tiempo en que todos decidían atacar, Mina se había abierto camino entremedio, así que llegó al moreno primero que los demás. Le agarró la mano y tiró de él -No hagas ruido- susurró a su oído con firmeza mientras lo empujaba detrás de unos arbustos. Al instante que sus cuerpos se movieron para caer, una ilusión del moreno arrancaba a correr en dirección contraria. Los invitados, convencidos del engaño, la siguieron mientras ella le tapaba la boca y abría grande los ojos para indicarle que no moviera ni un pelo.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Las palabras de la chica me habían dejado pensativo por un instante, si ambos estábamos ahí por las mismas razones, trabajar juntos era una posibilidad más que viable, incluso estaba a punto de proponerle una tregua cuando su actitud pedante y presumida me recordó lo pesada que podía llegar a ser, afortunadamente había logrado salir de prisa de ese lugar antes que nos encontraran juntos o todo se iba a descontrolar; desafortunadamente correr directo hacia la criatura no había sido mi idea más inteligente de la noche, para nada, pues ahora rodeado de aquella enardecida turba sentía que todo se iba justamente a descontrolar.
Sentí que todos se me venían encima sin darme tiempo siquiera a explicar nada, así que no me quedó más opción que agacharme lentamente para acostar a la chica inconsciente en el piso para luego retroceder muy lentamente; luego ni siquiera terminaba de entender lo sucedido, una masa pesada y deforme se lanzó sobre mí llevándome al piso, juraba que estaba atrapado pero entonces vi mi propia imagen corriendo de prisa para escapar con una larga fila de invitados corriendo detrás -¿Pero qué rayos?- Intenté decir antes que aquella persona me cerraba la boca.
Tardé en darme cuenta que se trataba de la ladrona, quien de hecho, a esta distancia se le veían muy lindos ojos, y labios provocativos… Sacudí la cabeza y cerré los ojos para sacar esa imagen de mi cabeza mientras la apretaba por la cintura para apartarla de mí, apreté sus caderas, muy sexys caderas -¡Vamos Bio!- Pensé mientras sacudía de nuevo la cabeza, seguramente la ladrona estaba usando algún tipo de truco para resultarme atractiva pero no, no iba a funcionar.
Tenía todo bajo control- Protesté cuando apenas sentí mis labios libres, algo que de hecho estaba muy lejos de la verdad pero que de momento serviría -La chica, hay que ponerla a salvo- Dije mientras señalaba el lugar donde la había dejado pero esta ya no estaba, alguien se la había llevado en medio de la conmoción, tal vez para ponerla a salvo o tal vez para otra cosa, fuera como fuera mi prioridad era capturar a esa extraña criatura que se la quería llevar y que al parecer no estaba sola -La chica, no está, si el Ladrón de Corazones es uno de los invitados, ella está en peligro- No me había dado cuenta que mis manos seguían sujetando con fuerza sus caderas hasta que fue muy evidente -Estás pesada, debes comer menos frijoles- Dije para salir del momento comprometedor.
Debes ir adentro, ve si la chica está allí, si no lo está, tal vez ya sea tarde- Pedí casi suplicando a la bruja de hermosos ojos -Yo revisaré los aldededores, no puedo volver adentro- Lamenté haberme quitado la máscara del fulano Cloudless, la distracción de la chica no duraría mucho tiempo así que ahora nos tocaba actuar contrarreloj -Vi algo aquí afuera, una criatura rara, parecía algún tipo de reptil humanoide, pero estoy seguro que no trabaja sola- La criatura no parecía tener unas manos acordes a la destreza que se le atribuía al asesino, por lo que seguramente acabaríamos capturando a dos implicados en los asesinatos en lugar de uno solo como todos pensaban.
Sentí que todos se me venían encima sin darme tiempo siquiera a explicar nada, así que no me quedó más opción que agacharme lentamente para acostar a la chica inconsciente en el piso para luego retroceder muy lentamente; luego ni siquiera terminaba de entender lo sucedido, una masa pesada y deforme se lanzó sobre mí llevándome al piso, juraba que estaba atrapado pero entonces vi mi propia imagen corriendo de prisa para escapar con una larga fila de invitados corriendo detrás -¿Pero qué rayos?- Intenté decir antes que aquella persona me cerraba la boca.
Tardé en darme cuenta que se trataba de la ladrona, quien de hecho, a esta distancia se le veían muy lindos ojos, y labios provocativos… Sacudí la cabeza y cerré los ojos para sacar esa imagen de mi cabeza mientras la apretaba por la cintura para apartarla de mí, apreté sus caderas, muy sexys caderas -¡Vamos Bio!- Pensé mientras sacudía de nuevo la cabeza, seguramente la ladrona estaba usando algún tipo de truco para resultarme atractiva pero no, no iba a funcionar.
Tenía todo bajo control- Protesté cuando apenas sentí mis labios libres, algo que de hecho estaba muy lejos de la verdad pero que de momento serviría -La chica, hay que ponerla a salvo- Dije mientras señalaba el lugar donde la había dejado pero esta ya no estaba, alguien se la había llevado en medio de la conmoción, tal vez para ponerla a salvo o tal vez para otra cosa, fuera como fuera mi prioridad era capturar a esa extraña criatura que se la quería llevar y que al parecer no estaba sola -La chica, no está, si el Ladrón de Corazones es uno de los invitados, ella está en peligro- No me había dado cuenta que mis manos seguían sujetando con fuerza sus caderas hasta que fue muy evidente -Estás pesada, debes comer menos frijoles- Dije para salir del momento comprometedor.
Debes ir adentro, ve si la chica está allí, si no lo está, tal vez ya sea tarde- Pedí casi suplicando a la bruja de hermosos ojos -Yo revisaré los aldededores, no puedo volver adentro- Lamenté haberme quitado la máscara del fulano Cloudless, la distracción de la chica no duraría mucho tiempo así que ahora nos tocaba actuar contrarreloj -Vi algo aquí afuera, una criatura rara, parecía algún tipo de reptil humanoide, pero estoy seguro que no trabaja sola- La criatura no parecía tener unas manos acordes a la destreza que se le atribuía al asesino, por lo que seguramente acabaríamos capturando a dos implicados en los asesinatos en lugar de uno solo como todos pensaban.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
-¿Frijoles? ¡Yo no como frijoles! ¡Eso se lo dan a los sabuesos!- replicó Mina soltando al moreno y apartándolo de ella con un empujón. Malagradecido. Eso era. No dio ni las gracias por salvar su ridícula existencia de aquella turba que quería despellejarlo vivo. ¡Bien pudo haberse quedado quieta y dejarlos hacer su voluntad! Pero no, ahí fue, estoica, poniendo en riesgo su propia vida, su reputación y su buen nombre, para que este en lugar de agradecerle le dijera que no comiera más frijoles. -Grosero- refunfuñó la ilusionista, poniéndose de pie y mirando con mala cara al tipo.
Salió de entre los arbustos sacudiéndose las hojitas y palitos del vestido, arreglándose el cabello que se le había despeinado, oyendo la perorata del moreno. -Ya... ya... ya... cállate... nadie te verá... no te va a pasar nada- dijo y volteó para quedar frente a él de nuevo. Se quedó quieta frente a él, mirándolo fijo a los ojos. Su mirada intensa escudriño en las profundidades de los ojos del moreno, adentrándose en su alma, su mente, sus más oscuros secretos, miedos, deseos y anhelos. La mirada de la ilusionista era tan poderosa que se sentía hasta el centro mismo de los huesos.
De repente, cerró los ojos y cuando los abrió, estos brillaban dorados y su pupila se veía vertical, alzó su mano derecha y la abrió, mostrando su palma, la pasó lentamente frente al rostro de él. Parpadeó de nuevo y sus ojos rasgados volvieron a la normalidad. Ella dio un paso atrás y su postura se relajó, adquiriendo su altanería habitual -Listo, ahora nadie te reconocerá- le dijo muy calmadamente, con una media sonrisa. -Iré dentro a buscar a la chica... porque quiero, no porque lo hayas dicho tú... aunque no sé quién es, no la vi bien... y tampoco sé cómo luce la criatura de la que hablas... por cierto, ¿cómo te llamas? No tengo idea de quién o qué eres- comentó despreocupada.
Pero detrás de esa expresión despreocupada y un poco asqueada, Mina había quedado pensando en algo algo que el moreno había dicho y le resultó muy curioso. Mencionó a una criatura, un reptil humanoide. Varios bichos se le vinieron a la cabeza, pues en Beltrexus habían muchos hombres bestia, pero eran pocos aquellos con aspecto de reptil o por lo menos, poco se dejaban ver ya que eran muy llamativos. Era una buena pista, por algo se podía comenzar. -Vamos, busquemos a la chica-
Caminó entonces de vuelta hacia el salón, estaba prácticamente vacío. Unos pocos borrachos habían quedado, unos dormidos en los rincones, algunos glotones que devoraban los canapés que estaban servidos, dando tumbos de mesa en mesa. Un par de mozos de servicio recogían cristales rotos del piso. No habían señales de la chica que había sido atacada dentro del salón de baile. Mina se acercó a uno de los mozos -Disculpa... ¿Habrás visto entrar a una muchacha un poco abatida o a alguien acompañando a una chica que luciera así?- preguntó, sonriendo encantadoramente. Ante la negativa del mozo, hizo un gesto al moreno para seguir adentrándose en el palacio. Ella tenía el presentimiento de que allí podría encontrar alguna pista más.
Además de buscar alguna pista de la chica, Mina no podía esperar a que el moreno se viera en un espejo, lo había dejado divino.
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Salió de entre los arbustos sacudiéndose las hojitas y palitos del vestido, arreglándose el cabello que se le había despeinado, oyendo la perorata del moreno. -Ya... ya... ya... cállate... nadie te verá... no te va a pasar nada- dijo y volteó para quedar frente a él de nuevo. Se quedó quieta frente a él, mirándolo fijo a los ojos. Su mirada intensa escudriño en las profundidades de los ojos del moreno, adentrándose en su alma, su mente, sus más oscuros secretos, miedos, deseos y anhelos. La mirada de la ilusionista era tan poderosa que se sentía hasta el centro mismo de los huesos.
De repente, cerró los ojos y cuando los abrió, estos brillaban dorados y su pupila se veía vertical, alzó su mano derecha y la abrió, mostrando su palma, la pasó lentamente frente al rostro de él. Parpadeó de nuevo y sus ojos rasgados volvieron a la normalidad. Ella dio un paso atrás y su postura se relajó, adquiriendo su altanería habitual -Listo, ahora nadie te reconocerá- le dijo muy calmadamente, con una media sonrisa. -Iré dentro a buscar a la chica... porque quiero, no porque lo hayas dicho tú... aunque no sé quién es, no la vi bien... y tampoco sé cómo luce la criatura de la que hablas... por cierto, ¿cómo te llamas? No tengo idea de quién o qué eres- comentó despreocupada.
Pero detrás de esa expresión despreocupada y un poco asqueada, Mina había quedado pensando en algo algo que el moreno había dicho y le resultó muy curioso. Mencionó a una criatura, un reptil humanoide. Varios bichos se le vinieron a la cabeza, pues en Beltrexus habían muchos hombres bestia, pero eran pocos aquellos con aspecto de reptil o por lo menos, poco se dejaban ver ya que eran muy llamativos. Era una buena pista, por algo se podía comenzar. -Vamos, busquemos a la chica-
Caminó entonces de vuelta hacia el salón, estaba prácticamente vacío. Unos pocos borrachos habían quedado, unos dormidos en los rincones, algunos glotones que devoraban los canapés que estaban servidos, dando tumbos de mesa en mesa. Un par de mozos de servicio recogían cristales rotos del piso. No habían señales de la chica que había sido atacada dentro del salón de baile. Mina se acercó a uno de los mozos -Disculpa... ¿Habrás visto entrar a una muchacha un poco abatida o a alguien acompañando a una chica que luciera así?- preguntó, sonriendo encantadoramente. Ante la negativa del mozo, hizo un gesto al moreno para seguir adentrándose en el palacio. Ella tenía el presentimiento de que allí podría encontrar alguna pista más.
Además de buscar alguna pista de la chica, Mina no podía esperar a que el moreno se viera en un espejo, lo había dejado divino.
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Última edición por Mina Harker el Mar 4 Sep - 16:15, editado 1 vez
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
La chica protesta de inmediato ante el comentario de los frijoles, lo cual de hecho enrojece ligeramente su rostro y la hace ver más atractiva, no es especialmente sexy ni es que sea muy hermosa, pero tiene algo que no deja de llamar mi atención, tal vez esa incipiente disposición a llevarme la contraria y que a su vez mantiene el desafío de doblegar su voluntad sin tener que usar mis habilidades de vampiro, cosa que de hecho se le da muy bien, siendo esa actitud de niña malcriada lo que más me atrae y al mismo tiempo me incomoda; estaba a punto de darle las gracias cuando me llamó grosero, cosa que me hizo detenerme y aunque se me antojaba continuar haciéndola enojar, la situación era demasiado tensa como para cometer errores por distracciones.
Salí tras ella de los arbustos sin confiar mucho en sus palabras, retrocedí con una ceja levantada cuando se acercó de nuevo analizándome con la mirada -Lo que sea que estés pensando, la respuesta es no- Dije sin tener idea de su propósito al quedarse mirándome como una loquita -En serio, no funcionaría- Proseguí con una voz que sonaba cada vez más idiota sin darme cuenta; al cabo de unos instantes seguía esperando que hiciera algo -Ok, deberías dejar de hacer lo que sea que haces, esto empieza a ser incómodo- De pronto los ojos de la chica cambiaron de color y tras algunos gestos dijo que ya estaba listo cuando sus ojos volvieron a la normalidad, estaba segura de haber hecho algo pero yo me sentía exactamente igual.
Claaaaro… seguro que no me reconocen- Dije con incredulidad y me preparaba para partir tras la criatura pero su planteamiento me hizo dudarlo, ella tal vez no podría reconocer a la chica y además podría ser mi coartada y yo la suya en caso de problemas -Claro, claro, vas porque así lo quieres, mujer libre e independiente, yo iré contigo también porque quiero y no porque… en fin, vamos- Comencé a andar tras ella de camino al salón principal donde solo algunos de los invitados habían quedado, la jovencita malcriada intentó dialogar con uno de los mozos que limpiaban el desastre y este se alejó con cara de extrañeza al verme -¿Me habrá reconocido?- Pensé sin decir nada y bajando la mirada para que el cabello me cubriera un poco al menos, esto comenzaba a ser más peligroso cada vez.
Pss pss- La llamé discreto y en voz baja para señalarle unas huellas de barro que desfilaban en el pasillo cerca de la puerta pero que continuaban sin entrar; le señalé y salí sin esperarla pero me detuve al pisar una bandeja de plata que habían dejado tirada en el piso, tan limpia y tan brillante que bien servía de perfecto espejo; quedé pasmado un instante esperando asimilar lo que estaba viendo y no pude evitar llevar mis manos al rostro para ver si lo que tocaba estaba en concordancia con el espantoso paisaje que veían mis ojos, por suerte no fue así -Te... o... dio...- Dije entre dientes apretando los puños, me habría detenido a encararla de no ser porque la chica secuestrada podría tener poco tiempo.
Las huellas de barro daban un pequeño rodeo a la casa y se perdían en una de las paredes adornada por una poco habitual planta de enredaderas -¿No te resulta extraño eso?- Pregunté hasta recordar de nuevo lo que le había hecho a mi rostro ¿Todos me verían así o sería solo yo? De momento no tenía manera de saberlo ni le iba a preguntar tampoco -Olvídalo- Avancé como niño malcriado hasta las enredaderas y halé una de ellas, al hacerlo el piso bajo mis pies se abrió en dos partes y caí rodando por unas escaleras frías y polvorientas en las que se dibujaban unas huellas recientes.
La chica detrás de mí podría tomar las escaleras desde el inicio sin sufrir una aparatosa caída, yo al estar más cerca de la pared me había sacado la parte más alta y en consecuencia, una peor caída, ahora hasta la fortuna parecía estar de su lado -Creo que dimos con algo- Señalé al frente donde unos faroles iluminaban un largo pasillo subterráneo que parecía dividirse en otros por debajo de la mansión, encontrar algo no sería tan sencillo después de todo.
Salí tras ella de los arbustos sin confiar mucho en sus palabras, retrocedí con una ceja levantada cuando se acercó de nuevo analizándome con la mirada -Lo que sea que estés pensando, la respuesta es no- Dije sin tener idea de su propósito al quedarse mirándome como una loquita -En serio, no funcionaría- Proseguí con una voz que sonaba cada vez más idiota sin darme cuenta; al cabo de unos instantes seguía esperando que hiciera algo -Ok, deberías dejar de hacer lo que sea que haces, esto empieza a ser incómodo- De pronto los ojos de la chica cambiaron de color y tras algunos gestos dijo que ya estaba listo cuando sus ojos volvieron a la normalidad, estaba segura de haber hecho algo pero yo me sentía exactamente igual.
Claaaaro… seguro que no me reconocen- Dije con incredulidad y me preparaba para partir tras la criatura pero su planteamiento me hizo dudarlo, ella tal vez no podría reconocer a la chica y además podría ser mi coartada y yo la suya en caso de problemas -Claro, claro, vas porque así lo quieres, mujer libre e independiente, yo iré contigo también porque quiero y no porque… en fin, vamos- Comencé a andar tras ella de camino al salón principal donde solo algunos de los invitados habían quedado, la jovencita malcriada intentó dialogar con uno de los mozos que limpiaban el desastre y este se alejó con cara de extrañeza al verme -¿Me habrá reconocido?- Pensé sin decir nada y bajando la mirada para que el cabello me cubriera un poco al menos, esto comenzaba a ser más peligroso cada vez.
Pss pss- La llamé discreto y en voz baja para señalarle unas huellas de barro que desfilaban en el pasillo cerca de la puerta pero que continuaban sin entrar; le señalé y salí sin esperarla pero me detuve al pisar una bandeja de plata que habían dejado tirada en el piso, tan limpia y tan brillante que bien servía de perfecto espejo; quedé pasmado un instante esperando asimilar lo que estaba viendo y no pude evitar llevar mis manos al rostro para ver si lo que tocaba estaba en concordancia con el espantoso paisaje que veían mis ojos, por suerte no fue así -Te... o... dio...- Dije entre dientes apretando los puños, me habría detenido a encararla de no ser porque la chica secuestrada podría tener poco tiempo.
Las huellas de barro daban un pequeño rodeo a la casa y se perdían en una de las paredes adornada por una poco habitual planta de enredaderas -¿No te resulta extraño eso?- Pregunté hasta recordar de nuevo lo que le había hecho a mi rostro ¿Todos me verían así o sería solo yo? De momento no tenía manera de saberlo ni le iba a preguntar tampoco -Olvídalo- Avancé como niño malcriado hasta las enredaderas y halé una de ellas, al hacerlo el piso bajo mis pies se abrió en dos partes y caí rodando por unas escaleras frías y polvorientas en las que se dibujaban unas huellas recientes.
La chica detrás de mí podría tomar las escaleras desde el inicio sin sufrir una aparatosa caída, yo al estar más cerca de la pared me había sacado la parte más alta y en consecuencia, una peor caída, ahora hasta la fortuna parecía estar de su lado -Creo que dimos con algo- Señalé al frente donde unos faroles iluminaban un largo pasillo subterráneo que parecía dividirse en otros por debajo de la mansión, encontrar algo no sería tan sencillo después de todo.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
El bellísimo moreno aún no sabía de su nuevo aspecto cuando intentó hablarle al mozo, el cual al verlo, apresuró el paso, huyendo de él, con los ojos desorbitados. La expresión de preocupación en... por las barbas de Hartem, ése tipo aún no le decía su nombre. Bueno, Lorenzo, así decidió que se llamaría. En fin, la cara de Lorenzo casi hizo sentir lástima a Mina, era una mezcla de preocupación y angustia, que con su apariencia actual, eran imposibles de ocultar. Tuvo que apretar las muelas para no reír.
Mina ya iba por el umbral del salón, iba derechito hacia las escaleras, cuando Lorenzo la llamó, había encontrado algo. ¡Su cara! Cuando la ilusionista se giró, con hastío, por supuesto, para ver qué quería, lo encontró mirando su reflejo sobre una bandeja tirada en el suelo. Incrédulo, se tocaba la carita y ella ya no pudo aguantar más; la risotada explotó y retumbó. Aunque su decepción fue suprema cuando Lorenzo no rechistó ni le peleó. Ella esperaba eso de él, de hecho, le gustaba lo desafiante y altanero que era. Simplemente apretó los puños y siguió en la misión. ¿En serio, Lorenzo? Te dejaron como calcetín de rincón, ¿y ni siquiera vas a rechistar?
La cosa es que Lorenzo había encontrado unas huellas que no entraban a la casa, daban un rodeo a esta y terminaban frente a un muro. Claramente era una puerta escondida, pero no alcanzó a advertirle a Lorenzo, pues este tuvo tan buena suerte de, al primer intento, atinar con el mecanismo que la abría. Sobra decir que cayó aparatosamente por el hueco de las escaleras. Y por supuesto, Mina rió, agarrándose la barriga con un brazo y señalándolo con el otro. Tuvo que secarse una lagrimita mientras bajaba por aquellas tenebrosas escaleras para llegar junto al magullado Lorenzo. Le extendió una mano -Oye, que lo que yo te hice es una ilusión, ¿vale? Solo luces feo, ahora parece que te empeñas por serlo de veras- dijo entre risas.
Levantó la mirada y se encontró con que el pasillo se bifurcaba, y las bifurcaciones también tenían varias opciones por las cuales seguir, pero la suerte sí que le sonreía a aquella linda parejita -Parece que Lord Cloudless no dedicaba presupuesto de limpieza a esta parte del palacio- dijo, en tono burlón, señalando las huellitas que marcaban el camino del último ser que había transitado aquel lugar -Se me ocurre que las sigamos... Lorenzo, guíanos- ordenó, dando un empujoncito al moreno. Ella ni loca que estuviera como para ir de primera.
6.
Mina ya iba por el umbral del salón, iba derechito hacia las escaleras, cuando Lorenzo la llamó, había encontrado algo. ¡Su cara! Cuando la ilusionista se giró, con hastío, por supuesto, para ver qué quería, lo encontró mirando su reflejo sobre una bandeja tirada en el suelo. Incrédulo, se tocaba la carita y ella ya no pudo aguantar más; la risotada explotó y retumbó. Aunque su decepción fue suprema cuando Lorenzo no rechistó ni le peleó. Ella esperaba eso de él, de hecho, le gustaba lo desafiante y altanero que era. Simplemente apretó los puños y siguió en la misión. ¿En serio, Lorenzo? Te dejaron como calcetín de rincón, ¿y ni siquiera vas a rechistar?
La cosa es que Lorenzo había encontrado unas huellas que no entraban a la casa, daban un rodeo a esta y terminaban frente a un muro. Claramente era una puerta escondida, pero no alcanzó a advertirle a Lorenzo, pues este tuvo tan buena suerte de, al primer intento, atinar con el mecanismo que la abría. Sobra decir que cayó aparatosamente por el hueco de las escaleras. Y por supuesto, Mina rió, agarrándose la barriga con un brazo y señalándolo con el otro. Tuvo que secarse una lagrimita mientras bajaba por aquellas tenebrosas escaleras para llegar junto al magullado Lorenzo. Le extendió una mano -Oye, que lo que yo te hice es una ilusión, ¿vale? Solo luces feo, ahora parece que te empeñas por serlo de veras- dijo entre risas.
Levantó la mirada y se encontró con que el pasillo se bifurcaba, y las bifurcaciones también tenían varias opciones por las cuales seguir, pero la suerte sí que le sonreía a aquella linda parejita -Parece que Lord Cloudless no dedicaba presupuesto de limpieza a esta parte del palacio- dijo, en tono burlón, señalando las huellitas que marcaban el camino del último ser que había transitado aquel lugar -Se me ocurre que las sigamos... Lorenzo, guíanos- ordenó, dando un empujoncito al moreno. Ella ni loca que estuviera como para ir de primera.
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Última edición por Mina Harker el Mar 4 Sep - 16:15, editado 1 vez
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
La situación se estaba volviendo bastante embarazosa, la chica no paraba de reírse a cada rato por cualquier cosa y francamente no me faltaban ganas de agarrarla por una pata y lanzarla por la ventana, y como si la bromita del rostro fuera poco, su carcajada cuando caí por la escalera solo sirvió para empeorar todo -Ya lo sé, y no es gracioso- Rechacé su mano y me levanté por mí mismo -En serio no es gracioso- Repetí antes que iniciara con otro ataque de risa; la situación era bastante seria como para andar riéndonos a todo volumen -Silencio, espera- Señalé el largo pasillo que se bifurcaba varias veces -Estás loca, tengo una mejor idea- Rechacé su sugerencia -Mejor sigamos esas huellas en el piso, seguro nos llevan al fondo de esto- Repetí lo mismo que ella había dicho y me puse al frente de inmediato -No te quedes atrás o estarás sola- Le dije de mala gana.
Avanzamos siguiendo las marcas de las huellas entre los pasillos y tras pasar varias puertas cerradas encontramos una abierta a donde casualmente entraban aquellas huellas -Creo que lo tenemos- Susurré a mi compañera sin voltear hacia atrás -Entraré primero- Apenas le di tiempo para aceptar el plan y me lancé hacia adentro de inmediato pero para mi sorpresa no había rastro de nada, o al menos nada con vida -Tienes que ver esto- La invité a entrar mientras mantenía señalado a una especie de muñeco con el rostro de Cloudless, lo más extraño es que no era el único, había una larga fila de muñecos de Cloudless colgados a la pared -¿Qué rayos significa esto?- Pregunté más para mí mismo que para la chica.
A lo lejos escuché el sonido que había hecho la puerta por la que entramos al abrirse -Ah, genial, ahora nos querrán atrapar aquí- Mis palabras no tardaron mucho en ser acompañadas por otros sonidos en las puertas que habíamos dejado atrás y que ahora parecían abrirse al mismo tiempo que la nuestra se cerraba; de las otras puertas aparecieron unos grandes reptiles llenos de colmillos que venían hacia nuestra dirección -Hay que salir de aquí- Le dije a la chica pero al salir me encontré con esas criaturas viniendo hacia nosotros de ambos lados -No, no, mejor no salgamos, entra, entra- Le dije nervioso mientras luchaba por cerrar la puerta para dejar a los cocodrilos afuera de la sala.
Conque visitantes indeseados- Escuchamos una voz en el exterior de la sala, alguien que parecía sin problemas poder caminar entre las criaturas -Amo, ellos son, ellos son, me siguieron tal como usted dijo, amo- Lo acompañaba la criatura que había visto antes en el exterior de la casa -Claro que te siguieron, son como insectos estúpidos, ganado que necesita ser guiado- No terminaba de entender muy bien todo pero ese ser parecía ser la mente detrás de todo, ese al que la criatura llamaba AMO. [1]
Déjanos salir o vas a lamentarlo- Advertí amenazante pero esto solo hizo reír a aquel sujeto cuya voz delataba que no tenía un ápice de miedo, más bien se mostraba tranquilo y confiado como si cada aspecto estuviera minuciosamente planeado, y así era -¿Lamentarlo? Dices, tal vez sean ustedes quienes lamenten haber intentado interferir en mis planes, porque mis planes nunca fallan- Alardeó con aquella voz que resultaba bastante sofisticada como para ser un ¿Hombre bestia? Cuando asomó su cabeza por la pequeña ventana de la puerta pudimos al fin verlo, delgaducho y peludo no parecía ser gran cosa -Cometiste un terrible error, hay algo que pasaste por alto- Ante mis palabras levantó una ceja con incredulidad.
Ahora pagarás- Dije añadiendo magia de voz a mis palabras para causarle dolor como siempre sucedía pero esta vez no fue así -¿Decías?- Dijo con una sonrisa mientras golpeaba la puerta donde se comenzaban a marcar unas runas de color verde brillante -Nada escapa de mí, nada pasa por alto- Dijo victorioso aunque sin alzar la voz más allá de lo normal -Estas runas evitan el uso de magia dentro de esa habitación, y si logran salir, mis mascotas los harán trizas- Los grandes reptiles mordieron el aire haciendo un ruido bastante intimidante -De cualquier modo, no saldrán de aquí con vida, lo que quieran intentar para escapar, ya lo he pensado y contrarrestado- Sin darnos más atención se dio media vuelta y se marchó -¡Hey, espera! ¡Pedazo de!- Mis gritos fueron en vano, de momento solo quedaba buscar la manera de salir de ahí.
Miré en todas direcciones buscando una salida pero la puerta parecía ser la única y con esas criaturas afuera no parecía ser la mejor idea -Ahora piensa genia ¿Cómo saldremos de aquí?- Se me ocurría un par de cosas pero sin magia, incluso logrando salir estaríamos en problemas.
Avanzamos siguiendo las marcas de las huellas entre los pasillos y tras pasar varias puertas cerradas encontramos una abierta a donde casualmente entraban aquellas huellas -Creo que lo tenemos- Susurré a mi compañera sin voltear hacia atrás -Entraré primero- Apenas le di tiempo para aceptar el plan y me lancé hacia adentro de inmediato pero para mi sorpresa no había rastro de nada, o al menos nada con vida -Tienes que ver esto- La invité a entrar mientras mantenía señalado a una especie de muñeco con el rostro de Cloudless, lo más extraño es que no era el único, había una larga fila de muñecos de Cloudless colgados a la pared -¿Qué rayos significa esto?- Pregunté más para mí mismo que para la chica.
A lo lejos escuché el sonido que había hecho la puerta por la que entramos al abrirse -Ah, genial, ahora nos querrán atrapar aquí- Mis palabras no tardaron mucho en ser acompañadas por otros sonidos en las puertas que habíamos dejado atrás y que ahora parecían abrirse al mismo tiempo que la nuestra se cerraba; de las otras puertas aparecieron unos grandes reptiles llenos de colmillos que venían hacia nuestra dirección -Hay que salir de aquí- Le dije a la chica pero al salir me encontré con esas criaturas viniendo hacia nosotros de ambos lados -No, no, mejor no salgamos, entra, entra- Le dije nervioso mientras luchaba por cerrar la puerta para dejar a los cocodrilos afuera de la sala.
Conque visitantes indeseados- Escuchamos una voz en el exterior de la sala, alguien que parecía sin problemas poder caminar entre las criaturas -Amo, ellos son, ellos son, me siguieron tal como usted dijo, amo- Lo acompañaba la criatura que había visto antes en el exterior de la casa -Claro que te siguieron, son como insectos estúpidos, ganado que necesita ser guiado- No terminaba de entender muy bien todo pero ese ser parecía ser la mente detrás de todo, ese al que la criatura llamaba AMO. [1]
Déjanos salir o vas a lamentarlo- Advertí amenazante pero esto solo hizo reír a aquel sujeto cuya voz delataba que no tenía un ápice de miedo, más bien se mostraba tranquilo y confiado como si cada aspecto estuviera minuciosamente planeado, y así era -¿Lamentarlo? Dices, tal vez sean ustedes quienes lamenten haber intentado interferir en mis planes, porque mis planes nunca fallan- Alardeó con aquella voz que resultaba bastante sofisticada como para ser un ¿Hombre bestia? Cuando asomó su cabeza por la pequeña ventana de la puerta pudimos al fin verlo, delgaducho y peludo no parecía ser gran cosa -Cometiste un terrible error, hay algo que pasaste por alto- Ante mis palabras levantó una ceja con incredulidad.
Ahora pagarás- Dije añadiendo magia de voz a mis palabras para causarle dolor como siempre sucedía pero esta vez no fue así -¿Decías?- Dijo con una sonrisa mientras golpeaba la puerta donde se comenzaban a marcar unas runas de color verde brillante -Nada escapa de mí, nada pasa por alto- Dijo victorioso aunque sin alzar la voz más allá de lo normal -Estas runas evitan el uso de magia dentro de esa habitación, y si logran salir, mis mascotas los harán trizas- Los grandes reptiles mordieron el aire haciendo un ruido bastante intimidante -De cualquier modo, no saldrán de aquí con vida, lo que quieran intentar para escapar, ya lo he pensado y contrarrestado- Sin darnos más atención se dio media vuelta y se marchó -¡Hey, espera! ¡Pedazo de!- Mis gritos fueron en vano, de momento solo quedaba buscar la manera de salir de ahí.
Miré en todas direcciones buscando una salida pero la puerta parecía ser la única y con esas criaturas afuera no parecía ser la mejor idea -Ahora piensa genia ¿Cómo saldremos de aquí?- Se me ocurría un par de cosas pero sin magia, incluso logrando salir estaríamos en problemas.
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Última edición por Bio el Miér 26 Sep - 5:47, editado 1 vez
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Con su dignidad kilómetros por debajo de las catacumbas en las que ahora estaban, el moreno se levantó solito, rechazando la amable mano que la ilusionista le había ofrecido como ayuda para ponerse de pie. ¡Pero qué hombre más orgulloso! Ella en su infinita bondad le había ofrecido su suave y tersa manita para ayudarlo a levantarse y él, tan grosero como siempre, la había rechazado. Infame ése, en su vida habrá tocado o sentido tal suavidad, una porcelana era la piel de la bruja. Y ella, piadosa, misericordiosa en el infortunio de aquel ser, le ofrecía además la posibilidad de tocarla pero él, no, él la rechazaba. Tonto.
Igual... Mina sonrió de medio lado al verlo levantarse, tan engreído, tan autosuficiente, tan altanero. Con un parpadeo rápido deshizo la horrenda ilusión sobre el rostro del desgraciado y pudo ver su cara enojada. Igual, tenía su encanto ese morenito. -Como quieras, Lorenzo, como tú quieras...- le respondió con voz melosa, su sonrisa pícara y una ceja enarcada, y lo siguió, dejando que tomara una conveniente delantera. Pues bueno, así mataba dos pájaros de un tiro: evitaba ser la primera en enfrentarse a lo que fuera que se encontraran en ese lugar y tenía una vista panorámica de la espalda (y trasero) de Lorenzo, que, a decir verdad, no estaba nada mal.
Mina solo seguía el contoneo de un par de nalgas, llegado el momento, se le había olvidado por qué estaba ahí y de repente se encontró dentro de una habitación, rodeada de asquerosos muñecos con la forma del viejo Cloudless -¿Qué mierda es esta? ¿Lorenzo? ¡Qué asco! ¡Son muchos Cloudlesses!- exclamó, acercándose a uno y pinchándolo con asco, con la punta de un índice. ¿Podría ser posible? No... esa magia era demasiado peligrosa, demasiado avanzada, en el Hekshold ni siquiera la enseñaban... Volteó a mirar a Lorenzo para reclamarle a qué mierda de lugar la había llevado cuando vio a un hombre bestia en la entrada y detrás de él, muchos caimanes. Mina estaba confundida, no entendía nada de lo que pasaba.
Aquel hombre se veía demasiado arrogante, más que ella, inclusive. Hablaba de que sus planes nunca fallaban -¿Y este quién se cree?- pensó la ilusionista, bastante contrariada con la situación. Detestaba a los sujetos tan creídos que se creían superiores al resto. Arriba de ella, solamente en misionero y solo cuando ella lo permitía.
El bestia ese se fue y dejó a sus mascotas cuidando la puerta -Pues ahora salimos, Lorenzo- le respondió al moreno, con tal seguridad que era para creerle, a pesar de las circunstancias. Agarró y se quitó la capa de su hermoso vestido y se rasgó la falda para liberar sus piernas de este, claro, le dolió un poco, era un Nelle Coccó hecho exclusivamente para aquel evento, pero bueno, necesitaba la tela. -Por ahí- señaló la puerta.
Se sacó los zapatos -ay, sus hermosos zapatos de colección- y se cuadró frente a la puerta, respiró hondo, le entregó un trozo de tela a Lorenzo -A mi señal, abres la puerta y tiras esto, ¿entendido?- indicó. Si no iban a poder usar magia, pues tendrían que usar la fuerza. Al fin y al cabo, ¿qué era pelear con unas cuantas lagartijas sobrealimentadas? Pan de cada día.
Tragó saliva, se rascó la nariz, balanceó su peso de una pierna a la otra rápidamente, se puso los zapatos de fino tacón en las manos como si de mancuernas se tratasen, y se preparó mentalmente -Uno... dos... ¡Ahora!- gritó a un desprevenido Lorenzo.
7.
Igual... Mina sonrió de medio lado al verlo levantarse, tan engreído, tan autosuficiente, tan altanero. Con un parpadeo rápido deshizo la horrenda ilusión sobre el rostro del desgraciado y pudo ver su cara enojada. Igual, tenía su encanto ese morenito. -Como quieras, Lorenzo, como tú quieras...- le respondió con voz melosa, su sonrisa pícara y una ceja enarcada, y lo siguió, dejando que tomara una conveniente delantera. Pues bueno, así mataba dos pájaros de un tiro: evitaba ser la primera en enfrentarse a lo que fuera que se encontraran en ese lugar y tenía una vista panorámica de la espalda (y trasero) de Lorenzo, que, a decir verdad, no estaba nada mal.
Mina solo seguía el contoneo de un par de nalgas, llegado el momento, se le había olvidado por qué estaba ahí y de repente se encontró dentro de una habitación, rodeada de asquerosos muñecos con la forma del viejo Cloudless -¿Qué mierda es esta? ¿Lorenzo? ¡Qué asco! ¡Son muchos Cloudlesses!- exclamó, acercándose a uno y pinchándolo con asco, con la punta de un índice. ¿Podría ser posible? No... esa magia era demasiado peligrosa, demasiado avanzada, en el Hekshold ni siquiera la enseñaban... Volteó a mirar a Lorenzo para reclamarle a qué mierda de lugar la había llevado cuando vio a un hombre bestia en la entrada y detrás de él, muchos caimanes. Mina estaba confundida, no entendía nada de lo que pasaba.
Aquel hombre se veía demasiado arrogante, más que ella, inclusive. Hablaba de que sus planes nunca fallaban -¿Y este quién se cree?- pensó la ilusionista, bastante contrariada con la situación. Detestaba a los sujetos tan creídos que se creían superiores al resto. Arriba de ella, solamente en misionero y solo cuando ella lo permitía.
El bestia ese se fue y dejó a sus mascotas cuidando la puerta -Pues ahora salimos, Lorenzo- le respondió al moreno, con tal seguridad que era para creerle, a pesar de las circunstancias. Agarró y se quitó la capa de su hermoso vestido y se rasgó la falda para liberar sus piernas de este, claro, le dolió un poco, era un Nelle Coccó hecho exclusivamente para aquel evento, pero bueno, necesitaba la tela. -Por ahí- señaló la puerta.
Se sacó los zapatos -ay, sus hermosos zapatos de colección- y se cuadró frente a la puerta, respiró hondo, le entregó un trozo de tela a Lorenzo -A mi señal, abres la puerta y tiras esto, ¿entendido?- indicó. Si no iban a poder usar magia, pues tendrían que usar la fuerza. Al fin y al cabo, ¿qué era pelear con unas cuantas lagartijas sobrealimentadas? Pan de cada día.
Tragó saliva, se rascó la nariz, balanceó su peso de una pierna a la otra rápidamente, se puso los zapatos de fino tacón en las manos como si de mancuernas se tratasen, y se preparó mentalmente -Uno... dos... ¡Ahora!- gritó a un desprevenido Lorenzo.
7.
Última edición por Mina Harker el Mar 4 Sep - 16:15, editado 1 vez
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Algo me decía que esta chica tan molesta no me estaba tomando en serio, cosa que me causaba más enojo pero no le pensaba demostrar nada o seguramente lo haría más a propósito, con la ilusión del rostro se había pasado de la raya pero no parecía que hubiera manera de librarme de ella; ambos nos sorprendimos al llegar a aquella tétrica habitación con los falsos “Cloudlesses” como los llamó la chica y aunque estaba enojado no pude evitar asomar una sonrisa al escuchar el nombre que les había dado.
La siguiente escena me había dejado un poco descolocado, sin magia sería más difícil salir con vida, vaya que sí aunque mi compañera parecía tener un plan -¿Por dónde?- La cuestioné sin creerle mucho aunque se estaba armando como si pensara agarrarse a puñetazos con las lagartijas de afuera. Tomé el pedazo de tela sin entender mucho en qué consistía su maravilloso plan pero estaba tan decidida que no podía decirle que no, además verla desnudarse lentamente era todo un espectáculo -Te faltó afeitar un poco ahí- Señalé su pierna descubierta con una sonrisa maliciosa, la verdad es que su piel parecía porcelana pero un cumplido no era algo que fuera a recibir de mí.
Se tomaba muy en serio esto del escape, cosa que me estaba preocupando pues no sabía qué podría hacer una chica tan enclenque contra los grandes reptiles con poderosas mandíbulas -Bueno- Respondí mientras ella se preparaba e iniciaba un conteo para algo, abrir la puerta y lanzar su pedazo de trapo, parecía sencillo ¿qué podía salir mal? El conteo fue más rápido de lo que esperaba pero apenas escuché su orden actué de inmediato, en primer lugar le lancé su trapo a la cara, bien o mal que me cayera, no iba a dejar que una frágil damisela saliera a enfrentarse a los lagartos, pero desde luego, haría que pareciera malintencionado.
Empujé la puerta estrellando mi hombro contra ella y ésta se abrió bruscamente golpeando a uno de los lagartos en la cara, de momento solo quedaba el otro que lanzó una mordida a mi pierna izquierda -Vaya que tienen hambre pequeñines- Dije con sarcasmo pues de la cabeza a la cola medían más que yo. De otro salto esquivé una segunda mordida y le di una patada para cerrarle la boca y de inmediato me esforcé por llamar la atención del otro que ya sacudía su cabeza buscando una presa.
¡Ve por esa cosa!- Le dije a mi compañera con muy poco tacto, sí, pero luchando con los lagartos no es que pudiera ponerme muy detallista. El hombre bestia, o mujer bestia, lo que fuera esa cosa, retrocedía lentamente, parecía seguro que no podríamos contra aquellas bestias pero inconscientemente retrocedía esperando lo peor hasta que su fe fue quebrantada, conseguí clavar mis dagas en la cabeza de uno de los lagartos y bastó para que el coso-bestia se echara a correr.
Uno de los lagartos había caído pero el otro al ver correr a la criatura, intentó ir tras ella, lo que haría bastante difícil que la chica lo siguiera -Ve tras él, Wilmarina, no me encargo… de… esta… cosa…- De un salto clavé mis dagas en la espalda del lagarto pero aún así éste no se detenía y corrió arrastrándome con él, afortunadamente mi peso lo hacía tan lento que no lograría alcanzar a nadie, su cola me golpeó varias veces pero solo consiguió ayudarme a desgarrarle la espalda hasta que finalmente se fue volviendo más lento a causa de sus heridas.
La siguiente escena me había dejado un poco descolocado, sin magia sería más difícil salir con vida, vaya que sí aunque mi compañera parecía tener un plan -¿Por dónde?- La cuestioné sin creerle mucho aunque se estaba armando como si pensara agarrarse a puñetazos con las lagartijas de afuera. Tomé el pedazo de tela sin entender mucho en qué consistía su maravilloso plan pero estaba tan decidida que no podía decirle que no, además verla desnudarse lentamente era todo un espectáculo -Te faltó afeitar un poco ahí- Señalé su pierna descubierta con una sonrisa maliciosa, la verdad es que su piel parecía porcelana pero un cumplido no era algo que fuera a recibir de mí.
Se tomaba muy en serio esto del escape, cosa que me estaba preocupando pues no sabía qué podría hacer una chica tan enclenque contra los grandes reptiles con poderosas mandíbulas -Bueno- Respondí mientras ella se preparaba e iniciaba un conteo para algo, abrir la puerta y lanzar su pedazo de trapo, parecía sencillo ¿qué podía salir mal? El conteo fue más rápido de lo que esperaba pero apenas escuché su orden actué de inmediato, en primer lugar le lancé su trapo a la cara, bien o mal que me cayera, no iba a dejar que una frágil damisela saliera a enfrentarse a los lagartos, pero desde luego, haría que pareciera malintencionado.
Empujé la puerta estrellando mi hombro contra ella y ésta se abrió bruscamente golpeando a uno de los lagartos en la cara, de momento solo quedaba el otro que lanzó una mordida a mi pierna izquierda -Vaya que tienen hambre pequeñines- Dije con sarcasmo pues de la cabeza a la cola medían más que yo. De otro salto esquivé una segunda mordida y le di una patada para cerrarle la boca y de inmediato me esforcé por llamar la atención del otro que ya sacudía su cabeza buscando una presa.
¡Ve por esa cosa!- Le dije a mi compañera con muy poco tacto, sí, pero luchando con los lagartos no es que pudiera ponerme muy detallista. El hombre bestia, o mujer bestia, lo que fuera esa cosa, retrocedía lentamente, parecía seguro que no podríamos contra aquellas bestias pero inconscientemente retrocedía esperando lo peor hasta que su fe fue quebrantada, conseguí clavar mis dagas en la cabeza de uno de los lagartos y bastó para que el coso-bestia se echara a correr.
Uno de los lagartos había caído pero el otro al ver correr a la criatura, intentó ir tras ella, lo que haría bastante difícil que la chica lo siguiera -Ve tras él, Wilmarina, no me encargo… de… esta… cosa…- De un salto clavé mis dagas en la espalda del lagarto pero aún así éste no se detenía y corrió arrastrándome con él, afortunadamente mi peso lo hacía tan lento que no lograría alcanzar a nadie, su cola me golpeó varias veces pero solo consiguió ayudarme a desgarrarle la espalda hasta que finalmente se fue volviendo más lento a causa de sus heridas.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Mina estaba lista, preparada física y mentalmente para saltar sobre las lagartijas sobrealimentadas. Iba a ser fantástico. Ella, grandiosa, glamorosa y perfecta, derrotaría a todas esas bestias a punta de patadas y puños limpios. Correría sangre de lagarto, quizás alguno alcanzara a hacerle algún corte, pero eso sería marca de su valentía y bravura en combate. Luego iría tras el ser bestia que los había llevado a esa trampa y también, le partiría su mandarina en gajos; no le dejaría hueso sin romper. Lo iba a quebrar completo, por tramposo y altanero. No, es que nadie acorralaba a Wilhelmina Harker, nadie iba a venir a creerse superior a ella, tratarla de esa manera, ¡encerrarla en un cuarto con Lorenzo! ¡Habráse visto tamaña insolencia! Dejarla encerrada con un tipo guapo sin siquiera un catre.
Pero para lo que no estaba preparada, era para recibir un trapazo en la cara. La tela bordada, exclusiva de Nelle Coccó, se estampó en su bello rostro, tirada nada más y nada menos que por Lorenzo mismo, quien decidió salir él a pelearse con los caimanes -¡LORENZO!- gritó una indignada Mina -¿Qué te pasa? ¡Idiota! ¡Uyyyy!- pataleaba la bruja, desembarazándose de la tela que parecía empeñada en enredarse en su cabeza.
Cuando logró quitarse el paño de la cara, vio al loco peleando cuerpo a cuerpoy qué cuerpo con los bichos. Por unos instantes quedó estática, mirando cómo ocurría todo en cámara lenta; la melena de Lorenzo se batía en el aire, meneada por los movimientos de los lagartos, él, aferrado a sus dagas, con sus músculos tensos que se marcaban a través de su ropa, su expresión de guerrero fiero... un cosquilleo entre las piernas la hizo estremecer hasta que...
¡Ve por esa cosa! ¡Ve tras él, Wilmarina!- gritó él mientras enterraba una de sus dagas más profundo en el cuerpo del animal -¿Quién es Wimarina? ¿Eh? ¡Explícame quién es esa tipeja!- le gritó de vuelta, enojada, con los brazos en jarra. -Ah, soy yo...- cayó luego en cuenta y levantó la cabeza para ver al hombre bestia correr asustado. -¡Ah no, maldita bestia peluda, espérame ahí!- chilló y dio un salto sobre Lorenzo y sus mascotas y se lanzó a correr tras aquel animal.
Corría por los pasillos, despavorido, no era por la cara de loca psicópata que tenía la ilusionista, no, seguro que no, pero ella, con piernas más largas y ágiles, logró alcanzarlo y saltar sobre la espalda de este -¡Te tengo! ¡Infame!- exclamó. Pero al darle vuelta, no era aquel otro que el ayudante, ese bichito rarito que había atacado a la muchacha en el jardín del palacio. Temblaba de miedo, se orinó un poquito -¡P-por fa-favor no me mates! ¡Amo! ¡Amo! ¡Amo socorro!- lloró angustiado. Una risa más psicópata que la cara de Mina, retumbó por todos lados.
Frustrada, dio un fuerte puñetazo a la enclenque criatura -Cállate y no te muevas de aquí- le dijo, pero este no la escuchó, había quedado inconsciente. Se levantó y lo buscó, pero eran muchas puertas, no podría encontrarlo, no sola. -¡LORENZO! ¡APÚRATE CON ESOS BICHOS Y VEN A AYUDARME!- gritó desde la mitad del pasillo.
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Pero para lo que no estaba preparada, era para recibir un trapazo en la cara. La tela bordada, exclusiva de Nelle Coccó, se estampó en su bello rostro, tirada nada más y nada menos que por Lorenzo mismo, quien decidió salir él a pelearse con los caimanes -¡LORENZO!- gritó una indignada Mina -¿Qué te pasa? ¡Idiota! ¡Uyyyy!- pataleaba la bruja, desembarazándose de la tela que parecía empeñada en enredarse en su cabeza.
Cuando logró quitarse el paño de la cara, vio al loco peleando cuerpo a cuerpo
¡Ve por esa cosa! ¡Ve tras él, Wilmarina!- gritó él mientras enterraba una de sus dagas más profundo en el cuerpo del animal -¿Quién es Wimarina? ¿Eh? ¡Explícame quién es esa tipeja!- le gritó de vuelta, enojada, con los brazos en jarra. -Ah, soy yo...- cayó luego en cuenta y levantó la cabeza para ver al hombre bestia correr asustado. -¡Ah no, maldita bestia peluda, espérame ahí!- chilló y dio un salto sobre Lorenzo y sus mascotas y se lanzó a correr tras aquel animal.
Corría por los pasillos, despavorido, no era por la cara de loca psicópata que tenía la ilusionista, no, seguro que no, pero ella, con piernas más largas y ágiles, logró alcanzarlo y saltar sobre la espalda de este -¡Te tengo! ¡Infame!- exclamó. Pero al darle vuelta, no era aquel otro que el ayudante, ese bichito rarito que había atacado a la muchacha en el jardín del palacio. Temblaba de miedo, se orinó un poquito -¡P-por fa-favor no me mates! ¡Amo! ¡Amo! ¡Amo socorro!- lloró angustiado. Una risa más psicópata que la cara de Mina, retumbó por todos lados.
Frustrada, dio un fuerte puñetazo a la enclenque criatura -Cállate y no te muevas de aquí- le dijo, pero este no la escuchó, había quedado inconsciente. Se levantó y lo buscó, pero eran muchas puertas, no podría encontrarlo, no sola. -¡LORENZO! ¡APÚRATE CON ESOS BICHOS Y VEN A AYUDARME!- gritó desde la mitad del pasillo.
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Mina Harker
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Los lagartos acabaron cediendo ante las heridas y yo terminé arrastrado y estrellado contra un rincón, ahora me dolía todo el cuerpo como si me hubieran dado una paliza y es que el último lagarto me había estrellado contra todo lo que pudo, pero no era momento para tomarse un descanso, me levantó tan rápido que me sentí mareado y no tuve más opción que estirar los brazos para sostenerme, tenía la vista nublada pero los gritos de la chica me sacaron del descanso -¡Que no soy Lorenzo!- Grité desde lejos mientras comenzaba a correr por donde se había metido ella.
La encontré en una situación bastante embarazosa, encima de la criatura que gritaba como loca -¡¡Wilinita!! ¡¡Depravada!!- Dije intentando contener la risa ante la escena que se podía interpretar de manera muy bochornosa, afortunadamente se levantó de prisa para buscar alguna de las puertas que nos llevara con el fulano amo -¡Allá!- Señalé al fondo donde una puerta se golpeaba repetidamente contra el marco sin terminar de cerrarse -Vamos, de prisa- Alerté a mi compañera y corrí de prisa para evitar que la puerta se cerrara, pero al abrirla solo encontramos una sala con no más que el cadáver de una nueva víctima en el suelo.
Llegamos tarde- Murmuré mientras me acercaba para tomarla en mis brazos, le habían arrancado el corazón y su pecho aún abierto se derramaba en sangre -Te equivocas, llegaste justo a tiempo... ¿Creen que están aquí porque son muy listos? Están aquí porque yo los he traído, los atraje desde afuera, los he guiado paso a paso, porque necesitaba un culpable para darle a estos babosos, necesitan alguien a quien culpar, sea culpable o no- Dijo con su molesta voz aquel hombre bestia que antes nos había encerrado -No caeremos en tus trampas esta vez- [1] Le dije señalándolo pero repentinamente algo atrapó mi pie izquierdo y el piso bajo mis pies comenzó a moverse, levantándome mientras un pequeño espacio en el techo se abría para llevarme de vuelta al salón principal, con el cuerpo lleno de sangre, la víctima en mis brazos y con la pierna atrapada.
Miré hacia abajo donde la chica se convertía en mi última esperanza -Willinina, queda en tus manos- Le dije sin muchas esperanzas al tiempo que intentaba liberar mi pierna sin éxito -Sé que sabrás qué hacer- Le dije mientras mi cuerpo se perdía en las luces del salón principal de la casa donde había ido a parar frente a la mirada asombrada de los visitantes que aún quedaban -Es él, el asesino- [1] Todos comenzaban a señalarme y a tomar cualquier cosa que les sirviera como arma para darme una paliza tan fuerte que la etiqueta de este tema tendría que pasar a +18.
Mientras tanto, bajo mis pies en el sótano que las personas de arriba no lograron ver, el orgulloso y arrogante hombre bestia presumía haberme convertido en el culpable, mi cuerpo estaba lleno de la sangre de la víctima y al parecer la sangre de los lagartos que había caído sobre mi piel, me estaba adormeciendo el cuerpo ¿Acaso tenía planeado que matara a los lagartos y me llenara de sangre? ¿Qué tanto podía planear? Parecía adelantarse a nuestras acciones y preparar algo para contrarrestarnos -Sé que no van a creerme, pero, esto no es lo que parece- Intenté contener a las personas para ganar algo de tiempo, a menos que la brujita gritona lograra vencer a la criatura y llevarla arriba, sería mi última fiesta.
[1]De nuevo: Caes en una trampa diseñada para incriminarte y deberás aclarar la situación. La encontré en una situación bastante embarazosa, encima de la criatura que gritaba como loca -¡¡Wilinita!! ¡¡Depravada!!- Dije intentando contener la risa ante la escena que se podía interpretar de manera muy bochornosa, afortunadamente se levantó de prisa para buscar alguna de las puertas que nos llevara con el fulano amo -¡Allá!- Señalé al fondo donde una puerta se golpeaba repetidamente contra el marco sin terminar de cerrarse -Vamos, de prisa- Alerté a mi compañera y corrí de prisa para evitar que la puerta se cerrara, pero al abrirla solo encontramos una sala con no más que el cadáver de una nueva víctima en el suelo.
Llegamos tarde- Murmuré mientras me acercaba para tomarla en mis brazos, le habían arrancado el corazón y su pecho aún abierto se derramaba en sangre -Te equivocas, llegaste justo a tiempo... ¿Creen que están aquí porque son muy listos? Están aquí porque yo los he traído, los atraje desde afuera, los he guiado paso a paso, porque necesitaba un culpable para darle a estos babosos, necesitan alguien a quien culpar, sea culpable o no- Dijo con su molesta voz aquel hombre bestia que antes nos había encerrado -No caeremos en tus trampas esta vez- [1] Le dije señalándolo pero repentinamente algo atrapó mi pie izquierdo y el piso bajo mis pies comenzó a moverse, levantándome mientras un pequeño espacio en el techo se abría para llevarme de vuelta al salón principal, con el cuerpo lleno de sangre, la víctima en mis brazos y con la pierna atrapada.
Miré hacia abajo donde la chica se convertía en mi última esperanza -Willinina, queda en tus manos- Le dije sin muchas esperanzas al tiempo que intentaba liberar mi pierna sin éxito -Sé que sabrás qué hacer- Le dije mientras mi cuerpo se perdía en las luces del salón principal de la casa donde había ido a parar frente a la mirada asombrada de los visitantes que aún quedaban -Es él, el asesino- [1] Todos comenzaban a señalarme y a tomar cualquier cosa que les sirviera como arma para darme una paliza tan fuerte que la etiqueta de este tema tendría que pasar a +18.
Mientras tanto, bajo mis pies en el sótano que las personas de arriba no lograron ver, el orgulloso y arrogante hombre bestia presumía haberme convertido en el culpable, mi cuerpo estaba lleno de la sangre de la víctima y al parecer la sangre de los lagartos que había caído sobre mi piel, me estaba adormeciendo el cuerpo ¿Acaso tenía planeado que matara a los lagartos y me llenara de sangre? ¿Qué tanto podía planear? Parecía adelantarse a nuestras acciones y preparar algo para contrarrestarnos -Sé que no van a creerme, pero, esto no es lo que parece- Intenté contener a las personas para ganar algo de tiempo, a menos que la brujita gritona lograra vencer a la criatura y llevarla arriba, sería mi última fiesta.
Última edición por Bio el Miér 26 Sep - 5:49, editado 1 vez
Bio
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Lorenzo salió corriendo a ayudar a Mina. Se veía a muy mal traer, todo magullado y aporreado. La lucha contra los lagartos superdesarrollados había sido más complicada de lo que ella se había imaginado. -Menos mal peleó él y no yo- fue lo que pensó al verlo. -¿Qué es eso de "Wilinina"? Oye, ya deja de ponerme nombres raros, Lorenzo- comentó -Es desagradable- decía mientras veía cómo lentamente subía por una plataforma con algún tipo de mecanismo que lo elevaba hacia el techo. Mismo que se abría para revelarlo mientras sostenía el cadáver de otra pobre víctima del Ladrón de Corazones.
El bicho este reía, feliz de tener un chivo expiatorio al cual echarle la culpa de sus crímenes. ¡Claro! ¡Este bicho era el asesino! Necesitaba alguien a quien inculpar y ellos habían caído derecho en su trampa. Pero no tenía idea de quién era ella, al parecer. Ni bien Lorenzo asomó la cabeza por aquella trampilla, lo que la gente vio fue la cara y cuerpo del bicho que los tenía en problemas. -Te juro que no te lo viste venir, ¿verdad, degenerado?- dijo antes de dar un tremendo salto y caerle encima al hombre bestia, reventándole a puño limpio la cara -¡Aguanta Lorenzo!- le gritó a su compañero.
Sí, que aguante los golpes que iba a recibir. Ella tenía una idea. Seguramente no le iba a gustar al moreno, pero era todo lo que podía hacer en ese momento. Quería que todos vieran la cara del verdadero asesino, no la de Lorenzo. Además, en ese momento lo que más quería era arrancarle a golpes esa sonrisita de autosuficiencia a ese animal del infierno. Y Lorenzo era un chico rudo, podía aguantar un par de golpes, ¿cierto?
La trampilla se cerró dejando al moreno arriba, entre la muchedumbre. Abajo, en las catacumbas, el hombre bestia recibía la paliza de su puta vida. Ya Mina no sabía si la sangre que manchaba sus puños era la de él o la propia, pero no importaba. Aquel hijo de puta había asesinado de maneras tan dolorosas a tantas mujeres, que cada puñetazo tenía nombre, apellido y rostro. Odiaba con todo su ser a los hombres que jodían a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
-¿Ahora te crees muy fuerte? ¿Eh? ¡Malnacido!- repetía sin detener la golpiza. -¿Por qué mujeres? ¿Por qué brujas? ¡Responde malnacido! Res. Pon. De. Me- exigía la ilusionista, con sus manos totalmente cubiertas de sangre. No sentía dolor, estaba en un frenesí iracundo. No paró hasta que el bestia ese se quedó completamente inconsciente y su rostro de animalito tierno era un masacote irreconocible.
Tuvo que detenerse para no matarlo, aunque ganas no le faltaban. Y claramente, era lo que se merecía. Pero no así Lorenzo, él quería ayudar, entregar al asesino a las autoridades. Así que paró, respiró hondo y, usando su telekinesis, reactivó el mecanismo de la trampilla e hizo bajar a Lorenzo en ella, esperando que él siguiera allí. Se untó la sangre en la cara, cuello, antebrazos y ropa, y se preparó para una actuación de premios Oscar de Aerandir.
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El bicho este reía, feliz de tener un chivo expiatorio al cual echarle la culpa de sus crímenes. ¡Claro! ¡Este bicho era el asesino! Necesitaba alguien a quien inculpar y ellos habían caído derecho en su trampa. Pero no tenía idea de quién era ella, al parecer. Ni bien Lorenzo asomó la cabeza por aquella trampilla, lo que la gente vio fue la cara y cuerpo del bicho que los tenía en problemas. -Te juro que no te lo viste venir, ¿verdad, degenerado?- dijo antes de dar un tremendo salto y caerle encima al hombre bestia, reventándole a puño limpio la cara -¡Aguanta Lorenzo!- le gritó a su compañero.
Sí, que aguante los golpes que iba a recibir. Ella tenía una idea. Seguramente no le iba a gustar al moreno, pero era todo lo que podía hacer en ese momento. Quería que todos vieran la cara del verdadero asesino, no la de Lorenzo. Además, en ese momento lo que más quería era arrancarle a golpes esa sonrisita de autosuficiencia a ese animal del infierno. Y Lorenzo era un chico rudo, podía aguantar un par de golpes, ¿cierto?
La trampilla se cerró dejando al moreno arriba, entre la muchedumbre. Abajo, en las catacumbas, el hombre bestia recibía la paliza de su puta vida. Ya Mina no sabía si la sangre que manchaba sus puños era la de él o la propia, pero no importaba. Aquel hijo de puta había asesinado de maneras tan dolorosas a tantas mujeres, que cada puñetazo tenía nombre, apellido y rostro. Odiaba con todo su ser a los hombres que jodían a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
-¿Ahora te crees muy fuerte? ¿Eh? ¡Malnacido!- repetía sin detener la golpiza. -¿Por qué mujeres? ¿Por qué brujas? ¡Responde malnacido! Res. Pon. De. Me- exigía la ilusionista, con sus manos totalmente cubiertas de sangre. No sentía dolor, estaba en un frenesí iracundo. No paró hasta que el bestia ese se quedó completamente inconsciente y su rostro de animalito tierno era un masacote irreconocible.
Tuvo que detenerse para no matarlo, aunque ganas no le faltaban. Y claramente, era lo que se merecía. Pero no así Lorenzo, él quería ayudar, entregar al asesino a las autoridades. Así que paró, respiró hondo y, usando su telekinesis, reactivó el mecanismo de la trampilla e hizo bajar a Lorenzo en ella, esperando que él siguiera allí. Se untó la sangre en la cara, cuello, antebrazos y ropa, y se preparó para una actuación de premios Oscar de Aerandir.
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Mina Harker
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
El momento transcurría como si lo viviera en cámara lenta, todo iba tan despacio que resultaba incluso desesperante, mis brazos sostenían el cadáver sin querer soltarlo aunque sabía que eso me llevaría a la ruina, la pobre chica había tenido un final horrible y cuando menos debería poder mantener su cuerpo en una pieza para darle una digna sepultura. Al llegar arriba simplemente pude mirar a todos lados y notar cómo las personas iban girando a donde estaba y me señalaban mientras repetían que al fin se había revelado el culpable, el ladrón de corazones.
Pero extrañamente la descripción que daban de mí era muy diferente, miré mis manos peludas y -¿Un momento?- Yo no tenía las manos peludas, supe que algo estaba sucediendo y seguramente tenía que ver con aquella chica y sus ilusiones, antes me había hecho parecer una cosa rara, ahora me había dado la apariencia de aquel molesto hombre bestia que nos había acorralado, con eso no solo guardaba mi identidad para que no le pusieran precio a mi cabeza de nuevo, sino que además les revelaba al verdadero culpable de los asesinatos.
Aunque claro, aquello no podía resultar fácil pues había un precio a pagar, y es que la enfurecida turba se me lanzó encima apartando de mis manos el cadáver y golpeándome con cuanta cosa contundente encontraron por el camino, ciertamente los ricachones de aquella ciudad de hechiceros no destacaban precisamente por ser fieros guerreros o me habrían matado en un parpadeo, pero los golpes con platos, botellas y cucharones no resultaban muy agradables.
En un momento cuando parecía que ya no aguantaba más, la plataforma comenzó a moverse de nuevo, los aristócratas y sus mujeres se apartaron asustados y me dejaron bajar de nuevo al fondo de aquel lugar donde una enfurecida Wilmarina había conseguido acabar con el peludo.
Al llegar abajo apenas alcancé a ver a la chica terminando del golpear al peluche hasta dejarlo agonizante, definitivamente no la haría enojar o me iría bastante mal -Vaya, tendré que empezar a temerte Wilimina- Usé mis dagas para abrir el cerrojo que atrapaba mi pie y conseguí apartarme justo al tiempo que unas largas cuerdas caían desde el piso superior y algunos de los presentes comenzaban a bajar -Ayuda, aquí abajo- Levanté la voz pareciendo asustado -Esa cosa quería sacarnos el corazón a todos, pero ella consiguió detenerlo- Quise dejarle un poco de crédito pues a fin de cuentas, ella había sido la heroína de la noche, yo por otro lado, con lo rasgado que me habían dejado los reptiles y la paliza que me habían dado arriba, perfectamente podía fingir ser prisionero de días, y esa sería mi historia si me preguntaban.
Pero extrañamente la descripción que daban de mí era muy diferente, miré mis manos peludas y -¿Un momento?- Yo no tenía las manos peludas, supe que algo estaba sucediendo y seguramente tenía que ver con aquella chica y sus ilusiones, antes me había hecho parecer una cosa rara, ahora me había dado la apariencia de aquel molesto hombre bestia que nos había acorralado, con eso no solo guardaba mi identidad para que no le pusieran precio a mi cabeza de nuevo, sino que además les revelaba al verdadero culpable de los asesinatos.
Aunque claro, aquello no podía resultar fácil pues había un precio a pagar, y es que la enfurecida turba se me lanzó encima apartando de mis manos el cadáver y golpeándome con cuanta cosa contundente encontraron por el camino, ciertamente los ricachones de aquella ciudad de hechiceros no destacaban precisamente por ser fieros guerreros o me habrían matado en un parpadeo, pero los golpes con platos, botellas y cucharones no resultaban muy agradables.
En un momento cuando parecía que ya no aguantaba más, la plataforma comenzó a moverse de nuevo, los aristócratas y sus mujeres se apartaron asustados y me dejaron bajar de nuevo al fondo de aquel lugar donde una enfurecida Wilmarina había conseguido acabar con el peludo.
Al llegar abajo apenas alcancé a ver a la chica terminando del golpear al peluche hasta dejarlo agonizante, definitivamente no la haría enojar o me iría bastante mal -Vaya, tendré que empezar a temerte Wilimina- Usé mis dagas para abrir el cerrojo que atrapaba mi pie y conseguí apartarme justo al tiempo que unas largas cuerdas caían desde el piso superior y algunos de los presentes comenzaban a bajar -Ayuda, aquí abajo- Levanté la voz pareciendo asustado -Esa cosa quería sacarnos el corazón a todos, pero ella consiguió detenerlo- Quise dejarle un poco de crédito pues a fin de cuentas, ella había sido la heroína de la noche, yo por otro lado, con lo rasgado que me habían dejado los reptiles y la paliza que me habían dado arriba, perfectamente podía fingir ser prisionero de días, y esa sería mi historia si me preguntaban.
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Un par de días habían transcurrido después de la fiesta de Cloudless. Habían descubierto su pútrido cadáver en una de las habitaciones en las catacumbas donde ella y Lorenzo habían atrapado al ladrón de corazones. La bestia había ocupado su lgar con marionetas animadas con una clase de magia negra, de esa que no enseñan en el Hekshold. En fin, tras derrotarlo, lo que quedaba de ese animal se lo llevaron, ni siquiera lo enjuiciaron, fue condenado inmediatamente. El testimonio de Mina había sido clave para ello, además del pobre muchacho que tenía preso. Triste historia la de aquel buen hombre.
Avanzaba por el pasillo de las habitaciones hasta la del fondo, la de huéspedes, llevaba uno de los enormes y elaborados ramos de flores que llenaban su habitación. Después de ser la heroína de la historia, todo Beltrexus enviaba regalos a la ilucionista, desde los más humildes y sencillos tallados en madera, hasta costosos y magníficos ajuares de joyas; el agradecimiento del pueblo betrexiano era transversal.
Abrió de una patada la puerta, haciendo un tremendo ruido -Mira, estas son para ti- exclamó, poniendo el arreglo junto a la cama de Lorenzo. -Están bonitas... y espero que te den alergia- comentó, arreglando un capullo que estaba medio torcido. -¿Sabes qué estaba pensando? El asistente del peludo, el bicho rarito... desapareció... ¿debería preocparnos?- preguntó al hombre, sin mirarlo. Suspiró con fuerza y se acomodó el cabello. -Pero hay algo que me tiene con más curiosidad... ¿Cómo es que te llamas?- cuestionó, girando para mirar al moreno con una amplia sonrisa.
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Avanzaba por el pasillo de las habitaciones hasta la del fondo, la de huéspedes, llevaba uno de los enormes y elaborados ramos de flores que llenaban su habitación. Después de ser la heroína de la historia, todo Beltrexus enviaba regalos a la ilucionista, desde los más humildes y sencillos tallados en madera, hasta costosos y magníficos ajuares de joyas; el agradecimiento del pueblo betrexiano era transversal.
Abrió de una patada la puerta, haciendo un tremendo ruido -Mira, estas son para ti- exclamó, poniendo el arreglo junto a la cama de Lorenzo. -Están bonitas... y espero que te den alergia- comentó, arreglando un capullo que estaba medio torcido. -¿Sabes qué estaba pensando? El asistente del peludo, el bicho rarito... desapareció... ¿debería preocparnos?- preguntó al hombre, sin mirarlo. Suspiró con fuerza y se acomodó el cabello. -Pero hay algo que me tiene con más curiosidad... ¿Cómo es que te llamas?- cuestionó, girando para mirar al moreno con una amplia sonrisa.
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Mina Harker
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Re: El misterioso caso del Ladrón de Corazones [Trabajo][Bio+Mina]
Las tensiones sexuales suelen ser escasas en los trabajos y tal parece que hay algo oculto entre vosotros que tendréis que resolver. Recomendaría una sesión privada, tal vez en una cama...de algún hotel. Sólo es una sugerencia.
Vuestras peleas constantes me han animado la mañana, así que podéis sentiros orgullosos de ello.
Normalmente las misiones de espionaje no suelen despertar mi interés, pero supisteis abordar el tema como una picara historia, que parecía sacada de una de las mesas olvidadas y polvorientas de algún pobre mentecato de Hollywood.
La idea de un ladrón de corazones me ha parecido fascinante y admito que me esperaba algo menos ''llamativo''.
Ambos habéis abordado las complicaciones de manera formidable, no tengo ninguna corrección que hacer al respecto y eso es bueno, os felicito.
Ahora procederé a daros algunas observaciones individuales.
Vuestras peleas constantes me han animado la mañana, así que podéis sentiros orgullosos de ello.
Normalmente las misiones de espionaje no suelen despertar mi interés, pero supisteis abordar el tema como una picara historia, que parecía sacada de una de las mesas olvidadas y polvorientas de algún pobre mentecato de Hollywood.
La idea de un ladrón de corazones me ha parecido fascinante y admito que me esperaba algo menos ''llamativo''.
Ambos habéis abordado las complicaciones de manera formidable, no tengo ninguna corrección que hacer al respecto y eso es bueno, os felicito.
Ahora procederé a daros algunas observaciones individuales.
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Bio: Parece que causas furor a donde quiera que vas. ¿No te cansas de seducir a las féminas con tus malos chistes y tus pectorales? Un día se dirá que el gran Victor murió por las faldas de una mujer. Una manera deshonrosa de morir, si es que me lo preguntas. Espero que vuestra vaca esté preparada para cuando eso suceda. Vale, pasemos a lo que nos compete. Me ha alegrado que esta vez compartieses la batuta del tema con tu compañera, las ideas de ambos han armonizado perfectamente el tema. Aunque debes compartir los porrazos, siempre sos vos quien termina pasándolo mal. Hay que controlar ese lado masoquista.
☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀
Mina Harker: ¿Estás segura que no deseas chuparle algo más que el alma al vampiro? Nadie te juzgará por ello, considerando las situaciones por las que habéis atravesado. Me ha encantado que aportases tus propias ideas para el desarrollo de la trama, sin opacar a tu compañero. Es difícil encontrar una dupla en la os complementéis tan bien que sea difícil juzgaros por separado. La personalidad de tu personaje es interesante y te elogio por mantenerla fielmente. Te insto a seguir así, pequeña padawan.
☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀ ☀
Ahora procederé a dejaros vuestras recompensas.
20 puntos de experiencia para Bio.
20 puntos de experiencia para Mina Harker.
Ambos ganáis 400 aeros.
Las recompensas han sido añadidas directamente a vuestros perfiles ^ ^.
Wyn
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