El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
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El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
El pelirrojo se quedó mirando con desdén la botella de vino. Todavía estaba completamente llena. Momentos antes habría dado un largo trago, pero decidió no hacerlo aquella vez. Pensó en tirarla, en romper el cristal contra el suelo y desparramar hasta la última gota; aunque tampoco lo hizo aquella vez. Dirigió su mirada hacia el mercader con el que compartía el amplio carromato mediante el que estaban realizando la travesía.
— ¿Te apetece un poco de buen vino? —le preguntó.
El mercader se giró hacia él, con una amplia sonrisa y sus mejillas regordetas parecieron sonrojarse un poco más, si es que eso era posible. Se quitó el caro sombrero de seda y lo llevó al pecho, como símbolo de agradecimiento. Frith se había acostumbrado al exótico trato de aquellos hermanos mercaderes. Le tendió la botella de vino y el mercader la rodeó con sus gruesos dedos. Antes de dar el primer trago, la alzó en dirección a Frith.
— A tu salud. —Dijo.
Aquella parte del trayecto se volvió mucho más peligrosa, para el carro. Llena de baches y con enorme pedruscos difíciles de evadir por las ruedas del carromato, parecía que en cualquier momento este pudiera irse de lado y precipitarse por la bajada que había en el lateral derecho. Frith se asomó por la parte trasera del carromato, abriendo las cortinas.
— ¿Dónde estamos? —preguntó entonces.
Había anochecido unas dos horas atrás, y el cielo estaba completamente despejado, con una luna llena gigantesca, blanca y que cubría de luz allá donde normalmente habría una oscuridad absoluta. El camino seguía la ladera de una montaña por un lateral, y un precipitado descenso por el otro, que caía hasta un amplísimo río.
— No tengo la menor idea. Deberías preguntar a mi hermano —respondió el mercader de las mejillas sonrosadas—. Yo soy quien se ocupa principalmente de negociar, él se ocupa de localizar lugares de potenciales negocios.
Frith suspiró, y volvió la vista nuevamente hacia el exterior.
— Empiezo a tener hambre —mencionó entonces. El mercader no hizo más que soltar una leve risita, mientras volvía a tomar un trago más de aquel delicioso vino afrutado.
Llegaron hasta una pequeña villa. Si bien no era el destino que seguían, era un buen lugar para hacer una pausa. Los dos caballos necesitaban un descanso, beber agua y comer un poco de heno. Además el mercader que todavía estaba despierto —que no el de las mejillas sonrosadas, quien dormía a pierna suelta y dejaba escapar sonoros ronquidos—, tenía casi tanta hambre como Frith.
Dejaron el carromato cerca de la única taberna que había, junto con los establos de la misma. Frith bajó y antes de caminar en dirección a la puerta de la taberna, se fijó en la villa. Se encontraba junto a la costa de un enorme lago. Vio cómo algunos pescadores todavía se encontraban en la orilla. Había algunos niños jugueteando por las amplias calles de tierra y barro, y una madre al fondo gritándoles que debían regresar a sus casas.
Podía escuchar desde allí continuo sonido de las aguas cayendo desde una cascada, no muy lejos de allí. La villa parecía ser extremadamente tranquila, un lugar en el que Frith habría disfrutado viviendo, tal vez años atrás. El conductor del carromato y Frith entraron en la taberna, y caminaron pausadamente en el interior. Notaron como varias miradas se dirigían hacia la puerta y ellos desde el preciso instante en el que entraron, pero en seguida esas miradas se apartaron nuevamente, para dirigirse a sus jarras, sus platos, o sus interlocutores.
Frith se acercó a la barra junto con el mercader.
— ¿Cerveza? —preguntó el pelirrojo al mercader.
— No, no, para nada —negó con la cabeza y abriendo mucho los ojos el conductor del carromato—. Un vaso de leche fresca, pan y si hay, unas cuantas rodajas de buen queso.
— Ya lo has oído —dijo Frith, en cuanto se dio cuenta de que el tabernero estaba dirigiendo su mirada hacia ellos.
Había dos hombres a su lado también, junto a la barra. Estaban conversando y uno de ellos ampliaba sus palmas de la mano para señalar la magnitud de aquello de lo que estaba hablando. El otro individuo abría la boca sorprendido, y luego se llevaba un largo trago de cerveza a los labios.
— ¿Te apetece un poco de buen vino? —le preguntó.
El mercader se giró hacia él, con una amplia sonrisa y sus mejillas regordetas parecieron sonrojarse un poco más, si es que eso era posible. Se quitó el caro sombrero de seda y lo llevó al pecho, como símbolo de agradecimiento. Frith se había acostumbrado al exótico trato de aquellos hermanos mercaderes. Le tendió la botella de vino y el mercader la rodeó con sus gruesos dedos. Antes de dar el primer trago, la alzó en dirección a Frith.
— A tu salud. —Dijo.
Aquella parte del trayecto se volvió mucho más peligrosa, para el carro. Llena de baches y con enorme pedruscos difíciles de evadir por las ruedas del carromato, parecía que en cualquier momento este pudiera irse de lado y precipitarse por la bajada que había en el lateral derecho. Frith se asomó por la parte trasera del carromato, abriendo las cortinas.
— ¿Dónde estamos? —preguntó entonces.
Había anochecido unas dos horas atrás, y el cielo estaba completamente despejado, con una luna llena gigantesca, blanca y que cubría de luz allá donde normalmente habría una oscuridad absoluta. El camino seguía la ladera de una montaña por un lateral, y un precipitado descenso por el otro, que caía hasta un amplísimo río.
— No tengo la menor idea. Deberías preguntar a mi hermano —respondió el mercader de las mejillas sonrosadas—. Yo soy quien se ocupa principalmente de negociar, él se ocupa de localizar lugares de potenciales negocios.
Frith suspiró, y volvió la vista nuevamente hacia el exterior.
— Empiezo a tener hambre —mencionó entonces. El mercader no hizo más que soltar una leve risita, mientras volvía a tomar un trago más de aquel delicioso vino afrutado.
Llegaron hasta una pequeña villa. Si bien no era el destino que seguían, era un buen lugar para hacer una pausa. Los dos caballos necesitaban un descanso, beber agua y comer un poco de heno. Además el mercader que todavía estaba despierto —que no el de las mejillas sonrosadas, quien dormía a pierna suelta y dejaba escapar sonoros ronquidos—, tenía casi tanta hambre como Frith.
Dejaron el carromato cerca de la única taberna que había, junto con los establos de la misma. Frith bajó y antes de caminar en dirección a la puerta de la taberna, se fijó en la villa. Se encontraba junto a la costa de un enorme lago. Vio cómo algunos pescadores todavía se encontraban en la orilla. Había algunos niños jugueteando por las amplias calles de tierra y barro, y una madre al fondo gritándoles que debían regresar a sus casas.
Podía escuchar desde allí continuo sonido de las aguas cayendo desde una cascada, no muy lejos de allí. La villa parecía ser extremadamente tranquila, un lugar en el que Frith habría disfrutado viviendo, tal vez años atrás. El conductor del carromato y Frith entraron en la taberna, y caminaron pausadamente en el interior. Notaron como varias miradas se dirigían hacia la puerta y ellos desde el preciso instante en el que entraron, pero en seguida esas miradas se apartaron nuevamente, para dirigirse a sus jarras, sus platos, o sus interlocutores.
Frith se acercó a la barra junto con el mercader.
— ¿Cerveza? —preguntó el pelirrojo al mercader.
— No, no, para nada —negó con la cabeza y abriendo mucho los ojos el conductor del carromato—. Un vaso de leche fresca, pan y si hay, unas cuantas rodajas de buen queso.
— Ya lo has oído —dijo Frith, en cuanto se dio cuenta de que el tabernero estaba dirigiendo su mirada hacia ellos.
Había dos hombres a su lado también, junto a la barra. Estaban conversando y uno de ellos ampliaba sus palmas de la mano para señalar la magnitud de aquello de lo que estaba hablando. El otro individuo abría la boca sorprendido, y luego se llevaba un largo trago de cerveza a los labios.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Llevaba un día y cuatro horas en ese pequeño pueblo en la parte este del lago, nos habíamos visto en la necesidad de detenernos por una serie de fallas que había percibido en uno de mis compañeros, ATAC. Como era de esperarse en un comienzo los habitantes se mostraban algo recelosos ante mi presencia, no era habitual ver a una bio- cibernetica en la mayoría de las ciudades de Aerandir, pero mucho menos en un pueblo tan pequeño como ese.
Podía entender el que les resultara desconcertante, era una respuesta esperable, por eso, teniendo datos con anterioridad que me demostraban que había una alta probabilidad de que algo así suceda, no me mostré sorprendida. Intenté pasar desapercibida, con escasos resultados, el tener a tres mini- robots siguiéndome y a una marioneta colgada en la espalda no ayudaba a mi propósito.
Me encontraba en ese momento sentada en lo que podía considerarse la plaza central de la pequeña villa, llamarlo plaza era solo un modo de decir para señalar que ese era el centro desde el cual se habían comenzado a construir todas las casas, porque por lo demás no tenía ninguna de las características de una [Lugar ancho y espacioso dentro de una población. Mercado,lugar con pequeños puestos de venta,especialmente de comestibles.]. No necesitaba un sitio donde dormir, pues no descansaba como tal, tampoco requería alimento, por lo que estar a la intemperie no afectaba ninguna de mis funciones.
ATAC había presentado algunos desajustes los últimos días, con los evidentes riesgos como consecuencia, así que estaba sentada, con Neil apoyado en una de mis piernas y ATAC dado vuelta mientras ajustaba sus circuitos.
-Si dejaras de hacer lo que te dije esto no pasaría- Le señale al autómata, aunque sabía que no recibiría respuesta porque no había instalado la función de hablar en ellos -Debes seguir mis órdenes.
Dos orgánicos pasaron caminando cerca mio y parecía que murmuraban, pero no llegaba a oirlos. Tampoco tenía importancia escucharlos, debía concentrarme en mi labor si quería evitar inconvenientes innecesarios.
-...ya no podemos ir al lago, es demasiado peligroso-
-Y sí...-
El resto de la charla se perdió a medida que los orgánicos se alejaban ¿Acaso había algún problema en el lago? Ajuste la tapa que cubría los circuitos de ATAC, las reparaciones parecían haber concluido con éxito.
-[Comprobación de funcionamiento general]-
Ante mi orden el pequeño robot comenzó a realizar una serie de movimiento para asegurarse de que todas sus capacidades estaban en funcionamiento. Los otros dos lo evaluaban parados a cierta distancia, habían aprendido que un mal funcionamiento en ATAC podía significar un gran daño físico para ellos. Cuando concluyó la prueba el pequeño robot se paro frente a mi como esperando mas ordenes.
-[Regresar a tareas cotidianas] - Y con eso habíamos concluido.
Solo nos habíamos detenido para realizar esas reparaciones, con la restauración terminada no había más motivo para estar allí.
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Podía entender el que les resultara desconcertante, era una respuesta esperable, por eso, teniendo datos con anterioridad que me demostraban que había una alta probabilidad de que algo así suceda, no me mostré sorprendida. Intenté pasar desapercibida, con escasos resultados, el tener a tres mini- robots siguiéndome y a una marioneta colgada en la espalda no ayudaba a mi propósito.
Me encontraba en ese momento sentada en lo que podía considerarse la plaza central de la pequeña villa, llamarlo plaza era solo un modo de decir para señalar que ese era el centro desde el cual se habían comenzado a construir todas las casas, porque por lo demás no tenía ninguna de las características de una [Lugar ancho y espacioso dentro de una población. Mercado,lugar con pequeños puestos de venta,especialmente de comestibles.]. No necesitaba un sitio donde dormir, pues no descansaba como tal, tampoco requería alimento, por lo que estar a la intemperie no afectaba ninguna de mis funciones.
ATAC había presentado algunos desajustes los últimos días, con los evidentes riesgos como consecuencia, así que estaba sentada, con Neil apoyado en una de mis piernas y ATAC dado vuelta mientras ajustaba sus circuitos.
-Si dejaras de hacer lo que te dije esto no pasaría- Le señale al autómata, aunque sabía que no recibiría respuesta porque no había instalado la función de hablar en ellos -Debes seguir mis órdenes.
Dos orgánicos pasaron caminando cerca mio y parecía que murmuraban, pero no llegaba a oirlos. Tampoco tenía importancia escucharlos, debía concentrarme en mi labor si quería evitar inconvenientes innecesarios.
-...ya no podemos ir al lago, es demasiado peligroso-
-Y sí...-
El resto de la charla se perdió a medida que los orgánicos se alejaban ¿Acaso había algún problema en el lago? Ajuste la tapa que cubría los circuitos de ATAC, las reparaciones parecían haber concluido con éxito.
-[Comprobación de funcionamiento general]-
Ante mi orden el pequeño robot comenzó a realizar una serie de movimiento para asegurarse de que todas sus capacidades estaban en funcionamiento. Los otros dos lo evaluaban parados a cierta distancia, habían aprendido que un mal funcionamiento en ATAC podía significar un gran daño físico para ellos. Cuando concluyó la prueba el pequeño robot se paro frente a mi como esperando mas ordenes.
-[Regresar a tareas cotidianas] - Y con eso habíamos concluido.
Solo nos habíamos detenido para realizar esas reparaciones, con la restauración terminada no había más motivo para estar allí.
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Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
— Eh, Frutavor —llamó el mercader al pelirrojo.
— Friðþjófur —le corrigió—. O Frith. ¿Te acordarás alguna vez? —esbozó una media sonrisa.
— Ya, sí, disculpa —negó con la cabeza y se acarició la nuca avergonzado—. No sé si lo has escuchado, este chico —señaló al mismo hombre que había estado hablando de lo que fuera que hablaba, ampliando sus manos en un gesto exagerado—, dice que hay una trucha enorme en el lago. La trucha más grande que ha visto en su vida.
— ¿Una trucha, dices? —preguntó Frith. Desvió la mirada hacia su cerveza, desilusionado; había esperado cualquier otra cosa mínimamente interesante.
Se fijó que justo en la barra, había una enorme jarra de cristal, llena de monedas de oro, plata y cobre. Pegado a la jarra, había un pequeño dibujo de lo que parecía un dragón, o tal vez una serpiente; estaba dibujado de forma pésima. Frith pensó que él dibujaría diez veces mejor, y eso que jamás había hecho un solo dibujo.
— Sí —asentía él. Sus mejillas estaban más sonrosadas ahora, como las del mercader que había caído rendido en el carromato. El alcohol les daba ese aspecto tan particular, pensó Frith—. Y tienen miedo a la trucha, ¿te lo puedes creer? —soltó una carcajada—. Una trucha así, ¿a cuánto podría venderla en Lunargenta?
— Ah, con que de eso se trata.
Frith desvió la vista hacia el resto de la taberna, ignorando por completo al mercader. No era la primera estupidez que soltaba durante el trayecto; tampoco el otro mercader había expresado joyas argumentales. Frith tenía claro que en cuanto cobrara, no volvería a viajar con aquella pareja.
— Si atrapas esa trucha tal vez te convertirás en el «señor de las truchas», y quizás en Lunargenta te reconozcan por ello —le siguió la corriente Frith. Comió un poco de pan con una rodaja grande de queso, caliente y ligeramente derretida.
— ¿Verdad que sí?
Alguien entró en la taberna precipitadamente, dando un portazo. Se dejó caer al suelo. Era un joven muy delgado, con la ropa hecha harapos. La gente de la taberna exclamó sorprendida. Uno de sus brazos sangraba abundantemente hasta que un muchacho moreno, de piel oscura y ojos claros se acercó rápidamente y le cubrió la herida. La rodeó con una pieza de tela que había sacado de alguna parte, y buscó a alguien con la mirada. Frith se fijó que varias personas se acercaron al jarrón de cristal que había sobrel a barra, dejando algunas monedas más.
— La bestia… —dijo débilmente el delgado muchacho que yacía en el suelo. El moreno pareció encontrar a quienes buscaba, y estos se acercaron rápidamente a él.
— ¿La trucha? —Preguntó Frith con seriedad al mercader. Debía tener relación con lo que fuera que le habían contado al hombre de mejillas sonrosadas. El mercader murmuró algo, aunque el pelirrojo no lo escuchó.
— Iremos a por la bestia —anunció el muchacho moreno. Varias personas exclamaron, lanzándole ánimos—. Agradecemos todo el apoyo que nos habéis dado durante estas últimas semanas. No pararemos hasta dar con la bestia y acabar con ella. —Su rostro denotaba una convicción inigualable.
El moreno y otros tres jóvenes se pusieron en marcha; uno de ellos sostuvo a la víctima de la bestia, y todos juntos se fueron de la taberna. La gente hasta que cerraron la puerta, continuó alardeándolos y ofreciéndoles ánimos. Acto seguido, salió Frith, dejando al mercader bebiendo a solas, aunque a este no le importó demasiado. Fuera había algunos aldeanos, que veían cómo aquellos… ¿cazadores?, se dirigían hacia la orilla. Uno de ellos acompañó al joven herido hasta una casa, donde entraron y no se los volvió a ver. Los demás, continuaron su camino hacia la orilla. Pasando por la plaza, repararon en una joven, que iba acompañada de otras pequeñas criaturas. Frith notó que aceleraron el paso especialmente al pasar cerca de aquella mujer, perdiéndose después entre las casas.
Había poca gente más fuera de sus casas. Especialmente la plaza, se encontraba vacía, pero había algunas personas apoyadas sobre el marco de las puertas de las casas; querían saber a qué se debían los quejidos del hombre delgado, gente caminando apresuradamente a esas horas, y la presencia de una biocibernética, cosa de lo que que no muchos, pero alguno que otro se había percatado.
— ¿No deberías ayudarnos tú con esto? —preguntó alzando la voz una mujer desde el marco de una puerta, a no demasiada distancia de Zöe. Frith pudo escuchar su voz resonando como un eco por toda la plaza—. Para eso estáis… Para eso has venido, ¿no es así?
La mujer tenía un deje despectivo en su voz. Si bien no pensaba hacérselo saber, su marido había recibido una enorme paliza por parte de un biocibernético, por resultar «demasiado agresivo» y llegar a ser una amenaza para la seguridad de los humanos de aqulla taberna. Si bien el marido era un gran bebedor, asiduo de la taberna, y probablemente el biocibernético habría tenido todas las razones para propinarle un buen golpe, aquella mujer sólo tenía en cuenta la supuesta maldad de aquel ser. Aunque el comentario de la mujer despertó también la inquietud en los otros aldeanos que había por la plaza. El pelirrojo sólo había conocido a un biocibernético en toda su vida, pero lo había conocido lo suficiente como para ser consciente de que tal vez, aquella mujer, no pudiera interpretar el desprecio que aquella mujer estaba emitiendo; tal vez ni siquiera comprenderlo. Se acercó pausadamente hasta llegar a la plaza, cerca de la biocibernética. La mujer pareció callar entonces; escupió y entró en su hogar.
— Discúlpalos —habló por primera vez a la biocibernética—. Algo extraño está sucediendo aquí, y seguro que eso los hace sentirse un poco más nerviosos que de costumbre. Están asustados. Parece que una trucha muy violenta está acechando en las aguas.
Frith esbozó una pequeña sonrisa al fijarse en los pequeños autómatas que acompañaban a la biocibernética.
— Friðþjófur —le corrigió—. O Frith. ¿Te acordarás alguna vez? —esbozó una media sonrisa.
— Ya, sí, disculpa —negó con la cabeza y se acarició la nuca avergonzado—. No sé si lo has escuchado, este chico —señaló al mismo hombre que había estado hablando de lo que fuera que hablaba, ampliando sus manos en un gesto exagerado—, dice que hay una trucha enorme en el lago. La trucha más grande que ha visto en su vida.
— ¿Una trucha, dices? —preguntó Frith. Desvió la mirada hacia su cerveza, desilusionado; había esperado cualquier otra cosa mínimamente interesante.
Se fijó que justo en la barra, había una enorme jarra de cristal, llena de monedas de oro, plata y cobre. Pegado a la jarra, había un pequeño dibujo de lo que parecía un dragón, o tal vez una serpiente; estaba dibujado de forma pésima. Frith pensó que él dibujaría diez veces mejor, y eso que jamás había hecho un solo dibujo.
— Sí —asentía él. Sus mejillas estaban más sonrosadas ahora, como las del mercader que había caído rendido en el carromato. El alcohol les daba ese aspecto tan particular, pensó Frith—. Y tienen miedo a la trucha, ¿te lo puedes creer? —soltó una carcajada—. Una trucha así, ¿a cuánto podría venderla en Lunargenta?
— Ah, con que de eso se trata.
Frith desvió la vista hacia el resto de la taberna, ignorando por completo al mercader. No era la primera estupidez que soltaba durante el trayecto; tampoco el otro mercader había expresado joyas argumentales. Frith tenía claro que en cuanto cobrara, no volvería a viajar con aquella pareja.
— Si atrapas esa trucha tal vez te convertirás en el «señor de las truchas», y quizás en Lunargenta te reconozcan por ello —le siguió la corriente Frith. Comió un poco de pan con una rodaja grande de queso, caliente y ligeramente derretida.
— ¿Verdad que sí?
Alguien entró en la taberna precipitadamente, dando un portazo. Se dejó caer al suelo. Era un joven muy delgado, con la ropa hecha harapos. La gente de la taberna exclamó sorprendida. Uno de sus brazos sangraba abundantemente hasta que un muchacho moreno, de piel oscura y ojos claros se acercó rápidamente y le cubrió la herida. La rodeó con una pieza de tela que había sacado de alguna parte, y buscó a alguien con la mirada. Frith se fijó que varias personas se acercaron al jarrón de cristal que había sobrel a barra, dejando algunas monedas más.
— La bestia… —dijo débilmente el delgado muchacho que yacía en el suelo. El moreno pareció encontrar a quienes buscaba, y estos se acercaron rápidamente a él.
— ¿La trucha? —Preguntó Frith con seriedad al mercader. Debía tener relación con lo que fuera que le habían contado al hombre de mejillas sonrosadas. El mercader murmuró algo, aunque el pelirrojo no lo escuchó.
— Iremos a por la bestia —anunció el muchacho moreno. Varias personas exclamaron, lanzándole ánimos—. Agradecemos todo el apoyo que nos habéis dado durante estas últimas semanas. No pararemos hasta dar con la bestia y acabar con ella. —Su rostro denotaba una convicción inigualable.
El moreno y otros tres jóvenes se pusieron en marcha; uno de ellos sostuvo a la víctima de la bestia, y todos juntos se fueron de la taberna. La gente hasta que cerraron la puerta, continuó alardeándolos y ofreciéndoles ánimos. Acto seguido, salió Frith, dejando al mercader bebiendo a solas, aunque a este no le importó demasiado. Fuera había algunos aldeanos, que veían cómo aquellos… ¿cazadores?, se dirigían hacia la orilla. Uno de ellos acompañó al joven herido hasta una casa, donde entraron y no se los volvió a ver. Los demás, continuaron su camino hacia la orilla. Pasando por la plaza, repararon en una joven, que iba acompañada de otras pequeñas criaturas. Frith notó que aceleraron el paso especialmente al pasar cerca de aquella mujer, perdiéndose después entre las casas.
Había poca gente más fuera de sus casas. Especialmente la plaza, se encontraba vacía, pero había algunas personas apoyadas sobre el marco de las puertas de las casas; querían saber a qué se debían los quejidos del hombre delgado, gente caminando apresuradamente a esas horas, y la presencia de una biocibernética, cosa de lo que que no muchos, pero alguno que otro se había percatado.
— ¿No deberías ayudarnos tú con esto? —preguntó alzando la voz una mujer desde el marco de una puerta, a no demasiada distancia de Zöe. Frith pudo escuchar su voz resonando como un eco por toda la plaza—. Para eso estáis… Para eso has venido, ¿no es así?
La mujer tenía un deje despectivo en su voz. Si bien no pensaba hacérselo saber, su marido había recibido una enorme paliza por parte de un biocibernético, por resultar «demasiado agresivo» y llegar a ser una amenaza para la seguridad de los humanos de aqulla taberna. Si bien el marido era un gran bebedor, asiduo de la taberna, y probablemente el biocibernético habría tenido todas las razones para propinarle un buen golpe, aquella mujer sólo tenía en cuenta la supuesta maldad de aquel ser. Aunque el comentario de la mujer despertó también la inquietud en los otros aldeanos que había por la plaza. El pelirrojo sólo había conocido a un biocibernético en toda su vida, pero lo había conocido lo suficiente como para ser consciente de que tal vez, aquella mujer, no pudiera interpretar el desprecio que aquella mujer estaba emitiendo; tal vez ni siquiera comprenderlo. Se acercó pausadamente hasta llegar a la plaza, cerca de la biocibernética. La mujer pareció callar entonces; escupió y entró en su hogar.
— Discúlpalos —habló por primera vez a la biocibernética—. Algo extraño está sucediendo aquí, y seguro que eso los hace sentirse un poco más nerviosos que de costumbre. Están asustados. Parece que una trucha muy violenta está acechando en las aguas.
Frith esbozó una pequeña sonrisa al fijarse en los pequeños autómatas que acompañaban a la biocibernética.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
ATAC quería demostrarme que estaba funcionando muy bien, iba balanceando su peso de una pierna a la otra, con los brazos estirados como si estuviera haciendo equilibrio. AMA y SEPA-IV lo miraban con mucha atención, y al final decidieron imitarlo, por lo que los tres estaban frente a mi balanceándose con bastante coordinación, el extraño baile era irrelevante, pero saber que eran capaces de trabajar coordinados era un dato importante a tomar en cuenta.
-Terminen con la acción, tenemos que irnos – No había apuro alguno, pero caminar de día era menos problemático que caminar en mitad de la noche.
Varios orgánicos pasaron corriendo cruzando la plaza y yendo en dirección a los muelles, me quedé mirando fijamente luego observé de donde venían, no estaban escapando de algo, sino que se apuraban por llegar a algún lugar. Quizás se relacionaba con la charla que había escuchado antes, algo sobre un problema en el lago.
-Incorrecto, me detuve aquí por arreglos de emergencia – Le respondí en tono neutral a la mujer, no sabía porque había llegado a la conclusión de que yo podía estar en el pueblo por motivos solidarios – Aunque si hay un problema puedo ayudar – La persona no parecía conformarse con mi respuesta, continuaba mirándome con el ceño fruncido, y ese gesto significaba que algo no le gustaba.
Un hombre de cabello cobrizo y ojos verdes se paro junto a mi [REGISTRANDO] él no tenía gesto de enojo, ni tampoco de desconfianza, me hablaba con normalidad como lo haría con otro orgánico. Me pareció que lo correcto era sonreírle, así que lo hice, entablar charlas con seres vivos siempre era más sencillo cuando uno sonreía.
-La trucha más grande de la que hay registro solo llegaba a los ochenta y cuatro centímetros, un ser de ese tamaño no debería ser un problema ¿Correcto? – De todos modos me puse en pie y extendí la mano hacía el hombre para saludarlo – Me llamo Zöe, gracias por no mirarme con recelo – Era bueno encontrar a un orgánico que no se mostrara desconfiado – Si hay un problema puedo ser de ayuda, ayudar a los seres vivos es algo bueno ¿Si?
Acomode a Neil dentro de mi bolso para que pudiera ver lo que iba pasando, ATAC, AMA y SEPA-IV se agarraban de los dobladillos de mi pantalón para intentar llamar mi atención. Los mire y negué con la cabeza, no era momento de juegos.
-Hacía el muelle ¿Cierto? – Empecé a caminar y no fue necesario demasiado tiempo para poder llegar, encontramos en el sitio a la gran mayoría del pueblo reunido, gritaban y se quejaban mientras un grupo más reducido de hombres intentaban calmarlos.
-Silencio ¡Hagan silencio maldita sea! – Las voces comenzaron a callar hasta que se detuvieron por completo – Les dijimos que esto pasaría ¡Se los advertimos y no quisieron escucharnos! Por su irresponsabilidad ahora uno de los nuestros esta herido ¡Ya no podemos seguir retrasando la cacería! ¡Hay que acabar con el monstruo!
Las personas aplaudían y vitoreaban al sujeto que estaba hablando, incline la cabeza hacia un lado mientras procesaba sus palabras.
-¿Esto es por una trucha? – Le pregunte al hombre que me había hablado en la plaza.
-Terminen con la acción, tenemos que irnos – No había apuro alguno, pero caminar de día era menos problemático que caminar en mitad de la noche.
Varios orgánicos pasaron corriendo cruzando la plaza y yendo en dirección a los muelles, me quedé mirando fijamente luego observé de donde venían, no estaban escapando de algo, sino que se apuraban por llegar a algún lugar. Quizás se relacionaba con la charla que había escuchado antes, algo sobre un problema en el lago.
-Incorrecto, me detuve aquí por arreglos de emergencia – Le respondí en tono neutral a la mujer, no sabía porque había llegado a la conclusión de que yo podía estar en el pueblo por motivos solidarios – Aunque si hay un problema puedo ayudar – La persona no parecía conformarse con mi respuesta, continuaba mirándome con el ceño fruncido, y ese gesto significaba que algo no le gustaba.
Un hombre de cabello cobrizo y ojos verdes se paro junto a mi [REGISTRANDO] él no tenía gesto de enojo, ni tampoco de desconfianza, me hablaba con normalidad como lo haría con otro orgánico. Me pareció que lo correcto era sonreírle, así que lo hice, entablar charlas con seres vivos siempre era más sencillo cuando uno sonreía.
-La trucha más grande de la que hay registro solo llegaba a los ochenta y cuatro centímetros, un ser de ese tamaño no debería ser un problema ¿Correcto? – De todos modos me puse en pie y extendí la mano hacía el hombre para saludarlo – Me llamo Zöe, gracias por no mirarme con recelo – Era bueno encontrar a un orgánico que no se mostrara desconfiado – Si hay un problema puedo ser de ayuda, ayudar a los seres vivos es algo bueno ¿Si?
Acomode a Neil dentro de mi bolso para que pudiera ver lo que iba pasando, ATAC, AMA y SEPA-IV se agarraban de los dobladillos de mi pantalón para intentar llamar mi atención. Los mire y negué con la cabeza, no era momento de juegos.
-Hacía el muelle ¿Cierto? – Empecé a caminar y no fue necesario demasiado tiempo para poder llegar, encontramos en el sitio a la gran mayoría del pueblo reunido, gritaban y se quejaban mientras un grupo más reducido de hombres intentaban calmarlos.
-Silencio ¡Hagan silencio maldita sea! – Las voces comenzaron a callar hasta que se detuvieron por completo – Les dijimos que esto pasaría ¡Se los advertimos y no quisieron escucharnos! Por su irresponsabilidad ahora uno de los nuestros esta herido ¡Ya no podemos seguir retrasando la cacería! ¡Hay que acabar con el monstruo!
Las personas aplaudían y vitoreaban al sujeto que estaba hablando, incline la cabeza hacia un lado mientras procesaba sus palabras.
-¿Esto es por una trucha? – Le pregunte al hombre que me había hablado en la plaza.
Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
« Gracias por no mirarme con recelo », aquella frase se repitió en la cabeza de Frith; no pudo evitar esconder una media sonrisa. Por conocer a aquel biocibernetico tiempo atrás en una taberna, era consciente de aquella particular manera de hablar de estas criatura. Clara, directa, sin preámbulos y al parecer, sin filtros también. Frith estrechó su mano, sonriente.
— Es algo muy bueno. A mí también me gustaría ayudar, así que nuestro encuentro ha sido propicio. Puedes llamarme Frith.
Frith se fijó en los acompañantes de la biocibernética. Si bien había conocido a Alois, el primer bio que había visto jamás, nunca había visto pequeñas criaturas como aquellas, que de algún modo parecían pertenecer a la misma naturaleza que Zöe. Frith asintió ante la dirección que ella había propuesto, y marcharon hacia allí. Los recibió el griterío del gentío que había allí reunido. El pelirrojo caminó pausadamente, atento a las palabras de la gente, buscando alguna explicación racional entre el palabrerío de la gente. Y aunque resultaba casi imposible distinguir una conversación de otra, pudo llegar a escuchar algunas cosas.
— …La criatura más espantosa que jamás habría podido ver… —decía la voz grave y ronca de un hombre.
— Te lo dije, estamos todos condenados. Los dioses nos han enviado esto como castigo. Yo ya te lo dije, ¿lo recuerdas…? —una voz aguda e irritante se alzó entre las demás, pudiendo Frith escucharla. Pero igual que la voz anterior, quedó sepultada entre las demás. Había demasiada gente hablando, comentando, quejándose y protestando.
Ante las palabras de aquellos hombres, los que formarían parte de una espontánea cacería, despertaron en la gente un entusiasmo y agradecimiento que se manifestó en forma de más gritos, esta vez llenos de halagos y vitoreos.
— Parece que sólo irán ellos. —Frith enarcó una ceja, y aunque en principio sus palabras iban dirigidas a Zöe, alguien se apresuró a responder a Frith. Una mujer de baja estatura y que parecía apresurada al hablar.
— Todos los que han ido antes han muerto por culpa de esa bestia. Ellos son los únicos que han podido salir a cazarlos en varias ocasiones, y han vuelto con vida. —Asentía prestamente.
— ¿Pero no han llegado a dar con la criatura?
— La han visto varias veces, y se han acercado. Intentan averiguar cómo pueden matarla, o qué clase de ser es… Son muy valientes, sí, sí.
Frith se quedó pensativo durante algunos segundos. Agradeció a la mujer, que respondió con una amplísima sonrisa y se perdió entre el resto del gentío, con la intención de animar a los cazadores. Entonces el pelirrojo se dirigió hacia Zöe.
— ¿Tal vez deberíamos ofrecernos a ayudar directamente? Sea lo que sea, evidentemente no se trata de una trucha, pero tal vez haya algo que podamos hacer.
— Es algo muy bueno. A mí también me gustaría ayudar, así que nuestro encuentro ha sido propicio. Puedes llamarme Frith.
Frith se fijó en los acompañantes de la biocibernética. Si bien había conocido a Alois, el primer bio que había visto jamás, nunca había visto pequeñas criaturas como aquellas, que de algún modo parecían pertenecer a la misma naturaleza que Zöe. Frith asintió ante la dirección que ella había propuesto, y marcharon hacia allí. Los recibió el griterío del gentío que había allí reunido. El pelirrojo caminó pausadamente, atento a las palabras de la gente, buscando alguna explicación racional entre el palabrerío de la gente. Y aunque resultaba casi imposible distinguir una conversación de otra, pudo llegar a escuchar algunas cosas.
— …La criatura más espantosa que jamás habría podido ver… —decía la voz grave y ronca de un hombre.
— Te lo dije, estamos todos condenados. Los dioses nos han enviado esto como castigo. Yo ya te lo dije, ¿lo recuerdas…? —una voz aguda e irritante se alzó entre las demás, pudiendo Frith escucharla. Pero igual que la voz anterior, quedó sepultada entre las demás. Había demasiada gente hablando, comentando, quejándose y protestando.
Ante las palabras de aquellos hombres, los que formarían parte de una espontánea cacería, despertaron en la gente un entusiasmo y agradecimiento que se manifestó en forma de más gritos, esta vez llenos de halagos y vitoreos.
— Parece que sólo irán ellos. —Frith enarcó una ceja, y aunque en principio sus palabras iban dirigidas a Zöe, alguien se apresuró a responder a Frith. Una mujer de baja estatura y que parecía apresurada al hablar.
— Todos los que han ido antes han muerto por culpa de esa bestia. Ellos son los únicos que han podido salir a cazarlos en varias ocasiones, y han vuelto con vida. —Asentía prestamente.
— ¿Pero no han llegado a dar con la criatura?
— La han visto varias veces, y se han acercado. Intentan averiguar cómo pueden matarla, o qué clase de ser es… Son muy valientes, sí, sí.
Frith se quedó pensativo durante algunos segundos. Agradeció a la mujer, que respondió con una amplísima sonrisa y se perdió entre el resto del gentío, con la intención de animar a los cazadores. Entonces el pelirrojo se dirigió hacia Zöe.
— ¿Tal vez deberíamos ofrecernos a ayudar directamente? Sea lo que sea, evidentemente no se trata de una trucha, pero tal vez haya algo que podamos hacer.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Según cánones humanos probablemente un animal como la trucha no sería un ser muy agraciado, no tenía ninguna de las características que se requerían para ser catalogado como atractivo. Entre otras: Tener ambos ojos alineados hacia el frente, no poseer escamas, ni branquias. Pero tampoco parecía muy probable que se refirieran a un ser así como “La criatura más espantosa que jamás habría podido ver”.
-Probablemente una estrategia en conjunto sería la mejor opción - Históricamente hablando los humanos siempre habían vencido en gran medida por su número más que por su habilidad como individuos, que eligieran a un grupo reducido para que fuera solo no parecía ser la mejor opción.
-¿No escuchaste? Siempre que ha ido alguien más ha terminado muerto ¡Nadie puede contra el monstruo! - Aseguro una mujer con un bebe en brazos - No quieran ser héroes, déjenle el trabajo a los profesionales.
-De acuerdo señorita - Mi sistema no me permite llevarle la contra a los orgánicos, sí ellos decían que no hiciera algo simplemente tenía que obedecer - Ellos dicen que no debo ayudar - Le explique a Frith - ¿Tu crees que debería ayudar? - Sí el humano me daba una contraorden entonces podría dejarlo a mi elección.
Los orgánicos que iban a a cazar a la bestia se subieron a una embarcación pequeña que estaba anclada en el muelle del pueblo. Las personas vitoreaban y lanzaban pedidos a los dioses para que sus héroes salieran victoriosos en esta oportunidad, dándole por fin muerte al horrible monstruo. Pronto los hombres se fueron y el resto de la muchedumbre comenzó a dispersarse...
-Oigan... - Una voz rasposa nos llamó por la espalda, al girarme me encontré con un anciano y dos muchachos más jóvenes ¿Sus hijos? Quizás sí - Estaban hablando sobre ir también tras el monstruo - Nos observaban con gesto serio, lo cual hizo que ATAC los señalara con su arma e hiciera el intento de disparar, por suerte le había quitado los clavos y los orgánicos no sabían lo que ese gesto significaba - Creen que... ¿Podrían hacerlo?
-Tal vez, sí, supongo que podríamos ¿Correcto? - Mire a Frith en busca de su consentimiento.
-Esos tipos... - El anciano dejó escapar un suspiro, pero no parecía triste [ANALIZANDO] parecía estar enojado - Vienen aquí, dicen que van a cazar al monstruo, se llevan nuestro dinero y luego regresan sin nada - El joven que estaba a su derecha apretó la mandíbula, frunció el ceño y escupió a un lado - Hay algo extraño en todo esto.
-Correcto, debemos ir entonces ¿Sí? - Los orgánicos me miraban extrañados, quizás no estaba hablando con propiedad - Buscaremos al monstruo y regresaremos con un informe detallado. De mostrarse agresivo, traeremos su cuerpo ¿Correcto?
-Probablemente una estrategia en conjunto sería la mejor opción - Históricamente hablando los humanos siempre habían vencido en gran medida por su número más que por su habilidad como individuos, que eligieran a un grupo reducido para que fuera solo no parecía ser la mejor opción.
-¿No escuchaste? Siempre que ha ido alguien más ha terminado muerto ¡Nadie puede contra el monstruo! - Aseguro una mujer con un bebe en brazos - No quieran ser héroes, déjenle el trabajo a los profesionales.
-De acuerdo señorita - Mi sistema no me permite llevarle la contra a los orgánicos, sí ellos decían que no hiciera algo simplemente tenía que obedecer - Ellos dicen que no debo ayudar - Le explique a Frith - ¿Tu crees que debería ayudar? - Sí el humano me daba una contraorden entonces podría dejarlo a mi elección.
Los orgánicos que iban a a cazar a la bestia se subieron a una embarcación pequeña que estaba anclada en el muelle del pueblo. Las personas vitoreaban y lanzaban pedidos a los dioses para que sus héroes salieran victoriosos en esta oportunidad, dándole por fin muerte al horrible monstruo. Pronto los hombres se fueron y el resto de la muchedumbre comenzó a dispersarse...
-Oigan... - Una voz rasposa nos llamó por la espalda, al girarme me encontré con un anciano y dos muchachos más jóvenes ¿Sus hijos? Quizás sí - Estaban hablando sobre ir también tras el monstruo - Nos observaban con gesto serio, lo cual hizo que ATAC los señalara con su arma e hiciera el intento de disparar, por suerte le había quitado los clavos y los orgánicos no sabían lo que ese gesto significaba - Creen que... ¿Podrían hacerlo?
-Tal vez, sí, supongo que podríamos ¿Correcto? - Mire a Frith en busca de su consentimiento.
-Esos tipos... - El anciano dejó escapar un suspiro, pero no parecía triste [ANALIZANDO] parecía estar enojado - Vienen aquí, dicen que van a cazar al monstruo, se llevan nuestro dinero y luego regresan sin nada - El joven que estaba a su derecha apretó la mandíbula, frunció el ceño y escupió a un lado - Hay algo extraño en todo esto.
-Correcto, debemos ir entonces ¿Sí? - Los orgánicos me miraban extrañados, quizás no estaba hablando con propiedad - Buscaremos al monstruo y regresaremos con un informe detallado. De mostrarse agresivo, traeremos su cuerpo ¿Correcto?
Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Frith miro con recelo a la mujer que trataba de evadirlos ante la idea de colaborar. Frith se pregunto si aquella mujer los había visto bien, a el y a Zoe. Si se había fijado en que se trataba de un hombre claramente curtido por trabajos como aquel, por el combaten el acero de otras hojas afiladas y una vida dura. Y la biocibernética, que sin mas, era una biocibernética, estaba ahí para ayudar, o por lo menos eso creía Frith según su escaso conocimiento sobre esas criaturas.
— Señora, me parece muy amable por su parte que se preocupe por nosotros —sonrió Frith. Trataba de ser amable—. Aun así, creo que podemos hacer algo mas por esta villa, y ayudar en este tema. Tal vez quienes fueron anteriormente no estaban suficientemente preparados.
Si tan profesionales eran, como era que todavía no habían conseguido hacer nada para detener a esa criatura?
Y se pregunto a si mismo, si realmente ellos estaban preparados. Sin siquiera sabían a ciencia cierta que clase de criatura estaba atormentando a los habitantes de aquella villa. Si, se dijo a si mismo, estaban preparados para cualquier cosa, o por lo menos el.
— Deberíamos ayudar, Zoe, claro que deberíamos ayudar —respondió entonces a la biocibernética, que no parecía decidida, ahora que había escuchado aquella mujer.
Otras personas se acercaron a ellos, ñu anciano acompañado de dos jóvenes, con facciones suficientemente familiares a las del anciano, por lo que Frith dedujo que se trataría de sus higos, o tal vez nietos. Frith asintió hacia Zoe, cuando esta le pregunto si deberían ayudar. Nuevamente, parecía que no tenia muy claro si debía hacer aquello o no. Frith trataba de comprended que tal vez aquello se debiera a la actitud de esas criaturas, tal vez mucho mas dubitativa, y carente de una precipitada iniciativa, algo en cambio puramente humano.
— Cuantas veces ha sucedido esto? —Pregunto Frith. De repente se dio cuenta de lo poco concreto que había sido—. Cuantas veces han pedido dinero, han preparado una cacería y se han marchado a por el monstruo?
— Llevan varias semanas así, mas de un mes incluso. Creo recordar que… —el anciano de repente se quedo pensativo, pero fue uno de sus hijos quien respondió con mas rapidez.
— Lo han hecho como nueve veces. En las nueve pedían donaciones, se quejaban de que no era suficiente para todo el riesgo que se estaban tomando, marchaban a la caza y volvían sin nada. Con mas palabras, esperanzas de que algún día lo conseguirían y traerían la paz al poblado.
Fue entonces el otro muchacho quien hablo esta vez.
— Nunca había visto a esos tipos antes de que comenzaran los ataques. No es algo que haya compartido con nadie de la villa, porque no quiero que me tomen por loco, la gente esta demasiado asustada y puede actuar de forma precipitada.
— Entiendo —asintió Frith, y dirigió entonces la vista hacia Zoe—. Si, deberíamos ir. Y has definido perfectamente el plan, Zoe —sonrió—. Buscaremos al monstruo, veremos de que criatura se trata y en el caso de que nos ataque acabaremos con ese ser. Sino, por lo menos traeremos mas información que os pueda ser de utilidad —esta ve miraba al anciano—. Pero, si ha habido tantos ataques durante estas semanas, creo que lo mas sensato seria que, de ser posible, nos deshiciéramos de eso.
— Los dioses os acompañen, mil y cien mil gracias también —sonrió el anciano, asintiendo repetidas veces.
— Donde podría encontrar un bote? —Pregunto finalmente Frith.
— Soy pescador, os puedo prestar el mio.
Frith entonces miro de reojo a Zoe e hizo un ademán con la mano, esperando que ella lo siguiera. El anciano los acompaño hasta la parte externa de su casa. Apoyado sobre la pared, sujeto con varias cuerdas y maderas, se encontraba un amplio bote de tonos azul oscuro. Los dos jóvenes que lo acompañaban lo bajaron con cuidado , y acompañando a Zoe y a Frith, marcharon hasta la orilla, donde lo colocaron con delicadeza sobre el agua. Les entregaron también los remos, para que pudieran utilizarlo. Frith agradeció al anciano y sus familiares, y se subió encima del bote, esperando a que Zoe se subiera también, antes de partir.
— No te preocupes —dijo entonces Frith, mientras comenzaba a remar, haciendo que el bote se alejara lentamente de la orilla—. Supongo que ser «como tu» y estar por encima del agua debe ser tan peligroso como un mercenario bien armado. Y no seria la primera ve zaque rescataría a un mercenario bien armado de las agua, en el peor de los casos. Si ves algo, avísame. También yo lo haré.
— Señora, me parece muy amable por su parte que se preocupe por nosotros —sonrió Frith. Trataba de ser amable—. Aun así, creo que podemos hacer algo mas por esta villa, y ayudar en este tema. Tal vez quienes fueron anteriormente no estaban suficientemente preparados.
Si tan profesionales eran, como era que todavía no habían conseguido hacer nada para detener a esa criatura?
Y se pregunto a si mismo, si realmente ellos estaban preparados. Sin siquiera sabían a ciencia cierta que clase de criatura estaba atormentando a los habitantes de aquella villa. Si, se dijo a si mismo, estaban preparados para cualquier cosa, o por lo menos el.
— Deberíamos ayudar, Zoe, claro que deberíamos ayudar —respondió entonces a la biocibernética, que no parecía decidida, ahora que había escuchado aquella mujer.
Otras personas se acercaron a ellos, ñu anciano acompañado de dos jóvenes, con facciones suficientemente familiares a las del anciano, por lo que Frith dedujo que se trataría de sus higos, o tal vez nietos. Frith asintió hacia Zoe, cuando esta le pregunto si deberían ayudar. Nuevamente, parecía que no tenia muy claro si debía hacer aquello o no. Frith trataba de comprended que tal vez aquello se debiera a la actitud de esas criaturas, tal vez mucho mas dubitativa, y carente de una precipitada iniciativa, algo en cambio puramente humano.
— Cuantas veces ha sucedido esto? —Pregunto Frith. De repente se dio cuenta de lo poco concreto que había sido—. Cuantas veces han pedido dinero, han preparado una cacería y se han marchado a por el monstruo?
— Llevan varias semanas así, mas de un mes incluso. Creo recordar que… —el anciano de repente se quedo pensativo, pero fue uno de sus hijos quien respondió con mas rapidez.
— Lo han hecho como nueve veces. En las nueve pedían donaciones, se quejaban de que no era suficiente para todo el riesgo que se estaban tomando, marchaban a la caza y volvían sin nada. Con mas palabras, esperanzas de que algún día lo conseguirían y traerían la paz al poblado.
Fue entonces el otro muchacho quien hablo esta vez.
— Nunca había visto a esos tipos antes de que comenzaran los ataques. No es algo que haya compartido con nadie de la villa, porque no quiero que me tomen por loco, la gente esta demasiado asustada y puede actuar de forma precipitada.
— Entiendo —asintió Frith, y dirigió entonces la vista hacia Zoe—. Si, deberíamos ir. Y has definido perfectamente el plan, Zoe —sonrió—. Buscaremos al monstruo, veremos de que criatura se trata y en el caso de que nos ataque acabaremos con ese ser. Sino, por lo menos traeremos mas información que os pueda ser de utilidad —esta ve miraba al anciano—. Pero, si ha habido tantos ataques durante estas semanas, creo que lo mas sensato seria que, de ser posible, nos deshiciéramos de eso.
— Los dioses os acompañen, mil y cien mil gracias también —sonrió el anciano, asintiendo repetidas veces.
— Donde podría encontrar un bote? —Pregunto finalmente Frith.
— Soy pescador, os puedo prestar el mio.
Frith entonces miro de reojo a Zoe e hizo un ademán con la mano, esperando que ella lo siguiera. El anciano los acompaño hasta la parte externa de su casa. Apoyado sobre la pared, sujeto con varias cuerdas y maderas, se encontraba un amplio bote de tonos azul oscuro. Los dos jóvenes que lo acompañaban lo bajaron con cuidado , y acompañando a Zoe y a Frith, marcharon hasta la orilla, donde lo colocaron con delicadeza sobre el agua. Les entregaron también los remos, para que pudieran utilizarlo. Frith agradeció al anciano y sus familiares, y se subió encima del bote, esperando a que Zoe se subiera también, antes de partir.
— No te preocupes —dijo entonces Frith, mientras comenzaba a remar, haciendo que el bote se alejara lentamente de la orilla—. Supongo que ser «como tu» y estar por encima del agua debe ser tan peligroso como un mercenario bien armado. Y no seria la primera ve zaque rescataría a un mercenario bien armado de las agua, en el peor de los casos. Si ves algo, avísame. También yo lo haré.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Los parámetros eran correctos, todos los orgánicos que me rodeaban coincidían en que era importante que fuera a buscar a esa bestia que tantos problemas estaba causando a la gente del pueblo. Frith decía estar dispuesto a ir también, por lo que podía verse era un guerrero, un humano acostumbrado a realizar tareas de riesgo y entrenado para la pelea en distintos tipos de terrenos. Podría decir que era un buen compañero para una tarea como esta.
-Nueve veces son demasiados intentos, en base a este dato podemos suponer que no están listos o no poseen las herramientas adecuadas para lidiar con el problema – Lo que no podía explicarme es que habiendo hecho tantos intentos no se hubiesen rendido aún, o buscado ayuda externa. Los orgánicos podían ser terriblemente tercos algunas veces, pero estaban perjudicando al pueblo por no darse por vencidos.
El anciano nos ofreció también su bote, lo cual era de gran ayuda porque probablemente en un pueblo tan pequeño no encontraríamos a alguien que quisiera prestarnos o rentarnos uno. Podría haberlo bajado yo y llevado hasta el agua, pero los orgánicos parecían estar agradecidos con nuestra ayuda, así que dejaron todo listo para que pudiéramos partir.
Estando parada en la orilla mire a mis tres acompañantes.
-No creo que sea recomendable que vengan todos – Mire a Frith y le expliqué – Si caen al agua morirán – Analicé con cuidado la situación – ATAC sube, SEPA-IV y AMA se quedarán aquí – Que el muñeco Neil venía conmigo estaba fuera de discusión [ANALIZANDO] [ERROR] no había nada para analizar.
Subimos finalmente al bote, los dos robots que se quedaban en la orilla nos miraban fijamente, se suponía que no podían extrañar, pero habían muchas cosas en ellos que aún no entendía. Acomode con cuidado a Neil en la mochila, tenía miedo de que se cayera al agua y se dañara su madera ¿Tenía miedo? Eso no tenía mucho sentido.
-Estas en lo cierto, si caigo al agua probablemente me hunda y no pueda salir, soy mucho más pesada de lo que parece debido a mis placas de metal – Quizás si pudiera agarrarme a algo podría tirar hasta lograr salir – Si llego a caerme del bote sería más recomendable que lances alguna soga u objeto largo para que pudiera salir, aunque intentaras sacarme la fuerza de un humano podría no ser suficiente.
El bote fue moviéndose lentamente hasta el centro del lago, por el momento todo parecía estar tranquilo, registré el agua en busca de algún movimiento fuera de lo común, pero todo estaba en absoluta calma.
-¿Deberíamos intentar con una carnada? – Nunca había pescado pero sabía que entre los métodos más usados para atrapar peces estaba el de usar una caña con un cebo [ERROR] – No trajimos ninguna caña – Busque en el bote, dentro de un pequeño baúl encontré una red, al parecer era el estilo que utilizaba el anciano para pescar - ¿Será esto lo suficientemente grande como para atrapar a una “criatura espantosa”?
A lo lejos comenzamos a escuchar que algo se acercaba, a medida que nos adentrábamos al lago la neblina se hacía más espesa, por lo que no podíamos vislumbrar objetivos a larga distancia.
-Eh, ustedes ¿Qué hacen aquí? - En cuanto pude ver sus rasgos reconocí al humano, era uno de los que habían prometido capturar a la criatura, iba en un bote más grande que el nuestro junto a dos de sus compañeros.
-Nueve veces son demasiados intentos, en base a este dato podemos suponer que no están listos o no poseen las herramientas adecuadas para lidiar con el problema – Lo que no podía explicarme es que habiendo hecho tantos intentos no se hubiesen rendido aún, o buscado ayuda externa. Los orgánicos podían ser terriblemente tercos algunas veces, pero estaban perjudicando al pueblo por no darse por vencidos.
El anciano nos ofreció también su bote, lo cual era de gran ayuda porque probablemente en un pueblo tan pequeño no encontraríamos a alguien que quisiera prestarnos o rentarnos uno. Podría haberlo bajado yo y llevado hasta el agua, pero los orgánicos parecían estar agradecidos con nuestra ayuda, así que dejaron todo listo para que pudiéramos partir.
Estando parada en la orilla mire a mis tres acompañantes.
-No creo que sea recomendable que vengan todos – Mire a Frith y le expliqué – Si caen al agua morirán – Analicé con cuidado la situación – ATAC sube, SEPA-IV y AMA se quedarán aquí – Que el muñeco Neil venía conmigo estaba fuera de discusión [ANALIZANDO] [ERROR] no había nada para analizar.
Subimos finalmente al bote, los dos robots que se quedaban en la orilla nos miraban fijamente, se suponía que no podían extrañar, pero habían muchas cosas en ellos que aún no entendía. Acomode con cuidado a Neil en la mochila, tenía miedo de que se cayera al agua y se dañara su madera ¿Tenía miedo? Eso no tenía mucho sentido.
-Estas en lo cierto, si caigo al agua probablemente me hunda y no pueda salir, soy mucho más pesada de lo que parece debido a mis placas de metal – Quizás si pudiera agarrarme a algo podría tirar hasta lograr salir – Si llego a caerme del bote sería más recomendable que lances alguna soga u objeto largo para que pudiera salir, aunque intentaras sacarme la fuerza de un humano podría no ser suficiente.
El bote fue moviéndose lentamente hasta el centro del lago, por el momento todo parecía estar tranquilo, registré el agua en busca de algún movimiento fuera de lo común, pero todo estaba en absoluta calma.
-¿Deberíamos intentar con una carnada? – Nunca había pescado pero sabía que entre los métodos más usados para atrapar peces estaba el de usar una caña con un cebo [ERROR] – No trajimos ninguna caña – Busque en el bote, dentro de un pequeño baúl encontré una red, al parecer era el estilo que utilizaba el anciano para pescar - ¿Será esto lo suficientemente grande como para atrapar a una “criatura espantosa”?
A lo lejos comenzamos a escuchar que algo se acercaba, a medida que nos adentrábamos al lago la neblina se hacía más espesa, por lo que no podíamos vislumbrar objetivos a larga distancia.
-Eh, ustedes ¿Qué hacen aquí? - En cuanto pude ver sus rasgos reconocí al humano, era uno de los que habían prometido capturar a la criatura, iba en un bote más grande que el nuestro junto a dos de sus compañeros.
Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
— Si, supongo que si —respondió Frith ante la idea de cazar a la criatura con la red que Zoe acababa de encontrar.
El no estaba mi seguro de como seria de grande la criatura, de hecho ni siquiera sabia que forma tenia. Primero había escuchado que se trataba de una trucha, y después que se trataba de una criatura espantosa. No habría podido encontrar una imagen de una criatura intermedia en su mente. La niebla comenzó a espesares y Frith empezó a sentirse un poco intranquilo.
— Que panorama tan poco favorable —dijo únicamente, y clavo los ojos en medio de la niebla, buscando algún movimiento entre esta.
Continuaron avanzando por el lago hasta que vieron en la lejanía un bote mas. Dos de los individuos que habían visto anteriormente, los supuestos cazadores, se encontraban subidos en este. Debían estar e nula búsqueda de la criatura. Aun así, la reacción de uno de ellos sorprendió a Frith. Habría esperado que les agradecieran un poco de ayuda. Mientras que algunos habitantes del poblado justificaban que nadie mas que ellos debían ir por falta de preparación y porque era un peligro innecesario cuando ya había «profesionales», esos mismos cazadores no tenían por que rechazar un poca de ayuda por parte de un par de valientes; por lo menos, Frith pensó que de tratarse el del cazador, siempre habría agradecido toda la ayuda que pudiera recibir. Pero en lugar de eso, recibieron una pregunta que llego a sonar casi amenazadora.
— Que hacen aquí? —Pregunto la voz grave de uno de ellos.
Acto seguido, Frith pudo escuchar como murmuraban algo entre ellos, algo inquietos. Continuó remando hasta que se acercaron l suficiente hasta ellos, y entonces el pelirrojo clavo la vista en ellos. Todos tenían el ceño igual de fruncido, no mi contentos de vertellos allí, claramente.
— Deberíais estar en la costa, en un lugar seguro junto con el resto de la gente —dijo el mismo que les había preguntado momentos atrás—. Podríais morir si continuáis estando aquí.
— O tal vez no —respondió Frith entonces, tratando de alzar la voz para que pudieran escucharlo bien—. A lo mejor podemos ayudar a averiguar alguna cosa.
— No digas tonterías. Eres un forastero, ni siquiera sabes como es la criatura . —Respondió otro de ellos.
— Bueno, dadas las condiciones —Frith miro a su propio bote, en el que iba junto con Zoe—, podrías decirme que forma tiene, así podremos continuar colaborando mas eficazmente.
— De verdad, no digas tonterías. Volved a la costa, ahora que estáis a tiempo.
Otra vez aquel tono le sonó terriblemente amenazador a Frith. De repente, ellos comenzaron a alejarse apresuradamente hasta volver a perderse entre la niebla. Frith suspiro largamente y volvió a remar, alejándose de aquella zona y buscando nuevamente enarte la niebla, sin ver absolutamente nada de interés. Se escuchaban los gritos de aquellos hombres, gritos rasgados de sufrimiento o desesperación. De repente Frith escucho coma algo caía al agua, en alguna parte. No pasaron muchos segundos hasta que su bote comenzó a moverse solo. El comenzó a remar nuevamente, para poder mover a voluntad el bote, pero parecía que estaba siendo movido por algo que había bajo este. Continuo moviéndose en dirección a lo que parecía una isla, que poco a poco fue abriéndose paso entre la niebla a medida que se acercaban. Frith mientras tanto golpeo varias veces a lo que fuera que había bajo su bote, aunque no escucho nada. En cuanto llegaron a la orilla de la isla, el bote pareció estar liberado.
El no estaba mi seguro de como seria de grande la criatura, de hecho ni siquiera sabia que forma tenia. Primero había escuchado que se trataba de una trucha, y después que se trataba de una criatura espantosa. No habría podido encontrar una imagen de una criatura intermedia en su mente. La niebla comenzó a espesares y Frith empezó a sentirse un poco intranquilo.
— Que panorama tan poco favorable —dijo únicamente, y clavo los ojos en medio de la niebla, buscando algún movimiento entre esta.
Continuaron avanzando por el lago hasta que vieron en la lejanía un bote mas. Dos de los individuos que habían visto anteriormente, los supuestos cazadores, se encontraban subidos en este. Debían estar e nula búsqueda de la criatura. Aun así, la reacción de uno de ellos sorprendió a Frith. Habría esperado que les agradecieran un poco de ayuda. Mientras que algunos habitantes del poblado justificaban que nadie mas que ellos debían ir por falta de preparación y porque era un peligro innecesario cuando ya había «profesionales», esos mismos cazadores no tenían por que rechazar un poca de ayuda por parte de un par de valientes; por lo menos, Frith pensó que de tratarse el del cazador, siempre habría agradecido toda la ayuda que pudiera recibir. Pero en lugar de eso, recibieron una pregunta que llego a sonar casi amenazadora.
— Que hacen aquí? —Pregunto la voz grave de uno de ellos.
Acto seguido, Frith pudo escuchar como murmuraban algo entre ellos, algo inquietos. Continuó remando hasta que se acercaron l suficiente hasta ellos, y entonces el pelirrojo clavo la vista en ellos. Todos tenían el ceño igual de fruncido, no mi contentos de vertellos allí, claramente.
— Deberíais estar en la costa, en un lugar seguro junto con el resto de la gente —dijo el mismo que les había preguntado momentos atrás—. Podríais morir si continuáis estando aquí.
— O tal vez no —respondió Frith entonces, tratando de alzar la voz para que pudieran escucharlo bien—. A lo mejor podemos ayudar a averiguar alguna cosa.
— No digas tonterías. Eres un forastero, ni siquiera sabes como es la criatura . —Respondió otro de ellos.
— Bueno, dadas las condiciones —Frith miro a su propio bote, en el que iba junto con Zoe—, podrías decirme que forma tiene, así podremos continuar colaborando mas eficazmente.
— De verdad, no digas tonterías. Volved a la costa, ahora que estáis a tiempo.
Otra vez aquel tono le sonó terriblemente amenazador a Frith. De repente, ellos comenzaron a alejarse apresuradamente hasta volver a perderse entre la niebla. Frith suspiro largamente y volvió a remar, alejándose de aquella zona y buscando nuevamente enarte la niebla, sin ver absolutamente nada de interés. Se escuchaban los gritos de aquellos hombres, gritos rasgados de sufrimiento o desesperación. De repente Frith escucho coma algo caía al agua, en alguna parte. No pasaron muchos segundos hasta que su bote comenzó a moverse solo. El comenzó a remar nuevamente, para poder mover a voluntad el bote, pero parecía que estaba siendo movido por algo que había bajo este. Continuo moviéndose en dirección a lo que parecía una isla, que poco a poco fue abriéndose paso entre la niebla a medida que se acercaban. Frith mientras tanto golpeo varias veces a lo que fuera que había bajo su bote, aunque no escucho nada. En cuanto llegaron a la orilla de la isla, el bote pareció estar liberado.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Deje en manos de mi compañero el intercambio con los humanos, ese tipo de conversaciones no se me daban bien, así que preferí no inmiscuirme. En lugar de eso continué con la vista fija en el agua, atenta a que el extraño monstruo diera alguna señal, los orgánicos continuaban levantando el tono y eso era contraproducente para nuestra causa, era sabido por cualquier pescador que los sonidos fuertes ahuyentaban a los peces.
-Regresar a la costa no es una opción por el momento, se nos pidió expresamente que realizaramos está tarea - Los humanos me miraron con recelo, sí, las cejas en esa posición y el gesto de la boca señalaba su desconfianza ¿correcto? Frith parecía tan desconcertado como yo, y aunque intentaba razonar con ellos no había manera de que entraran en razón.
Se marcharon rápidamente, aunque la expresión suspicaz continuó estando presente hasta el final. Nuevamente estábamos solos, mire al orgánico durante cuatro segundos, y luego volví a concentrarme en el agua, llevaba la red en las manos por si algo aparecía, pero todo estaba muy calmado.
ATAC se sentía inquieto, como solía pasar había perdido la concentración rápidamente, y ahora apenas y sí recordaba el motivo por el que estaban en ese bote. Mientras lo observaba pensé que tendría que encontrar el modo de mejorar eso [NOTA: MEJORAS EN LOS ACOMPAÑANTES] aunque para eso necesitaría encontrar mejores materiales ya que con piezas viejas y material desechado no se podía hacer un buen procesador.
De pronto se escucharon unos gritos, seguidos casi al instante por unas violentas sacudidas del bote, intenté mantener mi peso alejado de los bordes, ya que seguramente solo eso sería suficiente para hacer que se diera vuelta.
-¿Algo golpeó el fondo? - No solo eso, podía notar que no nos movíamos en la dirección que mi compañero marcaba con los remos - ATAC, mira por allí, yo miraré por aquí - Dicho eso fuimos cada uno a un lado, intentando desequilibrar lo menos posible la embarcación - Hay algo allí - Podía distinguir una figura oscura, pero no parecía un pez - Debemos regresar a tierra y replantearnos la estrategia.
Escuché que ATAC disparaba sus clavos, pero no estaba segura de que le hubiese dado. Finalmente terminamos en una isla, no estábamos en la orilla que daba al pueblo, ni tampoco encontre en mis registros que ese sitio existiera. El bote quedó atorado en la tierra y cuando miré abajo noté en el agua un rastro de sangre.
-El ser que movió nuestro bote fue herido por ATAC, aunque no lo suficiente como para evitar su huida - Observé los alrededores, la neblina continuaba siendo bastante espesa - Creo que allí hay algo - Le dije a mi compañero señalando hacía una silueta oscura que se veía a los lejos.
Al acercarnos nos encontramos con una antigua edificación medio destruida, quizás en el pasado había pertenecido a algún humano muy acaudalado que la usaba como casa de verano. Sea como fuere, ahora mismo solo unas pocas paredes se mantenían en pie, y solo dos habitaciones conservaban aún su techo.
-Regresar a la costa no es una opción por el momento, se nos pidió expresamente que realizaramos está tarea - Los humanos me miraron con recelo, sí, las cejas en esa posición y el gesto de la boca señalaba su desconfianza ¿correcto? Frith parecía tan desconcertado como yo, y aunque intentaba razonar con ellos no había manera de que entraran en razón.
Se marcharon rápidamente, aunque la expresión suspicaz continuó estando presente hasta el final. Nuevamente estábamos solos, mire al orgánico durante cuatro segundos, y luego volví a concentrarme en el agua, llevaba la red en las manos por si algo aparecía, pero todo estaba muy calmado.
ATAC se sentía inquieto, como solía pasar había perdido la concentración rápidamente, y ahora apenas y sí recordaba el motivo por el que estaban en ese bote. Mientras lo observaba pensé que tendría que encontrar el modo de mejorar eso [NOTA: MEJORAS EN LOS ACOMPAÑANTES] aunque para eso necesitaría encontrar mejores materiales ya que con piezas viejas y material desechado no se podía hacer un buen procesador.
De pronto se escucharon unos gritos, seguidos casi al instante por unas violentas sacudidas del bote, intenté mantener mi peso alejado de los bordes, ya que seguramente solo eso sería suficiente para hacer que se diera vuelta.
-¿Algo golpeó el fondo? - No solo eso, podía notar que no nos movíamos en la dirección que mi compañero marcaba con los remos - ATAC, mira por allí, yo miraré por aquí - Dicho eso fuimos cada uno a un lado, intentando desequilibrar lo menos posible la embarcación - Hay algo allí - Podía distinguir una figura oscura, pero no parecía un pez - Debemos regresar a tierra y replantearnos la estrategia.
Escuché que ATAC disparaba sus clavos, pero no estaba segura de que le hubiese dado. Finalmente terminamos en una isla, no estábamos en la orilla que daba al pueblo, ni tampoco encontre en mis registros que ese sitio existiera. El bote quedó atorado en la tierra y cuando miré abajo noté en el agua un rastro de sangre.
-El ser que movió nuestro bote fue herido por ATAC, aunque no lo suficiente como para evitar su huida - Observé los alrededores, la neblina continuaba siendo bastante espesa - Creo que allí hay algo - Le dije a mi compañero señalando hacía una silueta oscura que se veía a los lejos.
Al acercarnos nos encontramos con una antigua edificación medio destruida, quizás en el pasado había pertenecido a algún humano muy acaudalado que la usaba como casa de verano. Sea como fuere, ahora mismo solo unas pocas paredes se mantenían en pie, y solo dos habitaciones conservaban aún su techo.
Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Uno de los pequeños acompañantes de Zoe disparo en dirección a lo que fuera que nos había movido en dirección a la isla, pero no pudimos llegar a ver el objetivo. Aun vez en la isla, pude divisar una enorme estructura, completamente derruida. Aunque todavía se mantenía relativamente en pie, algunas partes concretas de la edificación. Con cuidado, baje del bote, y apreté con fuerza mis manos al borde de este para poder arrastrarlo mas a la orilla, para que Zoe pudiera abajar sin inconvenientes. Me quede observando al sangre en el suelo, esta parecía desaparecer de repente. Quien fuera que hubiera sido atacado por el pequeño acompañante de Zoe, se había diadoco uñeta de su propia herida al escapar, y había sido lo suficientemente inteligente como para cubrirse antes de dejar un rastro. Pensé que tal vez podría permanecer en la edificación, observándonos, aunque al acercarme un poco mas me di cuenta de que aquello haría sido imposible. El edificio estaba demasiado abierto, de haber estado allí los habríamos visto con facilidad.
— Vamos a echar un vistazo por aquí. No esperaba que hubiera un edificio así aquí en medio —admití.
Y si bien la criatura debía estar en el lago, tampoco conocía tanto a la criatura como para saber si esta podría adentrarse en la tierra, habiendo formado de aquel edificio destruido una especie de refugio. Me adentre entre las paredes de piedra destruidas, y me di cuenta de que había dos habitaciones cerradas, completamente oscuras en su interior.
— Que podría hacer para iluminar aquí? —Pregunte a Zoe. Tal vez ella, como biocibernética, tendría mas recursos que yo con ese fin. Mientras tanto, me dirigí hacia la parte abierta de las ruinas.
Estuve curioseando por entre las piedras que había esparcidas por el suelo. Me percate de que había algunos trozos de tela rasgados, también algunas piezas de madera que en algún momento habían sido mobiliario. Pero me llamo especialmente la atención la cantidad abundante de tela que había por allí, completamente deshecha. Trozos amplios de tela marrón, oscura, violeta, pero no parecían haber sido parte de vestidos, o indumentarias elegantes, cosa que había pensado al principio. Parecían ser parte de un traje mucho mayor, aunque no habría tenido modo de explicar aquello.
— Nunca te han dicho que la curiosidad nunca lleva a nada bueno? —Pregunto una voz grave, a unos metros de mi.
Me gire, era el mismo hombre que habíamos encontrado en el bote dando vueltas con anterioridad. Este blandía ahora dos espadas. Tenia el mismo atuendo que antes, como cazador, solo que esta vez llevaba cotas de mallas y algo mas de armamento. Parecían estar decididos a matar a la criatura, estaba seguro de ello. Solo me hizo cambiar de opinión respecto a su objetivo, el hecho de que corriera en mi dirección. Alzo una de sus espadas y la otra la dirigió directamente hacia mi pecho por la punta. Rápidamente desenvaine mi espada y trate de desviar su golpe. Golpee tan fuerte que le obligue a retirarse nuevamente unos meros atrás, al mismo lugar donde había estado en el momento en el que me había hablado.
— Yo ya sabia que en algún momento nos iba a venir otro idiota a estropearnos todo —dijo entonces, con una media sonrisa y jadeando.
Los otros «cazadores» aparecieron a su lado, también fuertemente armados.
— Sabes lo que quiero decir con «otro», verdad? Quien se entrometió demasiado en nuestros asuntos, ahora están debajo del mar. «Se lo comió el monstruo» —los demás soltaron una sonora risotada—. Que problema, parece que también os habéis encontrado vosotros con el monstruo.
— Vamos a echar un vistazo por aquí. No esperaba que hubiera un edificio así aquí en medio —admití.
Y si bien la criatura debía estar en el lago, tampoco conocía tanto a la criatura como para saber si esta podría adentrarse en la tierra, habiendo formado de aquel edificio destruido una especie de refugio. Me adentre entre las paredes de piedra destruidas, y me di cuenta de que había dos habitaciones cerradas, completamente oscuras en su interior.
— Que podría hacer para iluminar aquí? —Pregunte a Zoe. Tal vez ella, como biocibernética, tendría mas recursos que yo con ese fin. Mientras tanto, me dirigí hacia la parte abierta de las ruinas.
Estuve curioseando por entre las piedras que había esparcidas por el suelo. Me percate de que había algunos trozos de tela rasgados, también algunas piezas de madera que en algún momento habían sido mobiliario. Pero me llamo especialmente la atención la cantidad abundante de tela que había por allí, completamente deshecha. Trozos amplios de tela marrón, oscura, violeta, pero no parecían haber sido parte de vestidos, o indumentarias elegantes, cosa que había pensado al principio. Parecían ser parte de un traje mucho mayor, aunque no habría tenido modo de explicar aquello.
— Nunca te han dicho que la curiosidad nunca lleva a nada bueno? —Pregunto una voz grave, a unos metros de mi.
Me gire, era el mismo hombre que habíamos encontrado en el bote dando vueltas con anterioridad. Este blandía ahora dos espadas. Tenia el mismo atuendo que antes, como cazador, solo que esta vez llevaba cotas de mallas y algo mas de armamento. Parecían estar decididos a matar a la criatura, estaba seguro de ello. Solo me hizo cambiar de opinión respecto a su objetivo, el hecho de que corriera en mi dirección. Alzo una de sus espadas y la otra la dirigió directamente hacia mi pecho por la punta. Rápidamente desenvaine mi espada y trate de desviar su golpe. Golpee tan fuerte que le obligue a retirarse nuevamente unos meros atrás, al mismo lugar donde había estado en el momento en el que me había hablado.
— Yo ya sabia que en algún momento nos iba a venir otro idiota a estropearnos todo —dijo entonces, con una media sonrisa y jadeando.
Los otros «cazadores» aparecieron a su lado, también fuertemente armados.
— Sabes lo que quiero decir con «otro», verdad? Quien se entrometió demasiado en nuestros asuntos, ahora están debajo del mar. «Se lo comió el monstruo» —los demás soltaron una sonora risotada—. Que problema, parece que también os habéis encontrado vosotros con el monstruo.
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Off. Los embaucadores se revelan a sí mismos agresivos por ser descubiertos. ¡Era todo un engaño!
Última edición por Friðþjófur Rögnvaldsson el Mar Mayo 01 2018, 13:32, editado 3 veces
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Las habitaciones estaban oscuras y ante la pregunta de Frith solo negué con la cabeza, era cierto que otros Bio- cibernéticos podrían quizás tener incorporada algún tipo de linterna o luminiscencia, pero no era mi caso. Sin embargo, puedo ajustar mi visión para notar cosas en la oscuridad con un poco más de exactitud que los orgánicos.
Me quedo analizando las habitaciones, en una parecían haber provisiones, comida para estar varios días allí sin necesidad de visitar el pueblo. Cierro la puerta y examinó la otra habitación, encuentro un extraño equipo, una manta verde oscura muy grande, con colgajos que asemejan plantas marinas, cuando lo toco noto que aún está mojado.
Cierro nuevamente y me dirijo a donde está Frith.
-No parece haber nada importante - Noto que estamos acompañados por un [ERROR] por varios orgánicos - Buenas tardes nuevamente - Les digo, pero no sonrió, ya que tienen armas en las manos y eso no es bueno.
Al escucharlos todo comienza a tener sentido, los humanos que iban a cazar a la bestia y nunca lo lograban, los pedazos de tela con extrañas formas, que se mostraran tan insistentes con que no nos metieramos....
-Ustedes son el monstruo ¿Correcto? - Digo con una expresión de sorpresa, ignorando por completo que somos minoría y que nuestros adversarios están armados.
-Hasta que te enteras... - Dijo finalmente uno de los humanos con [ANALIZANDO] ¿Ironía? Quizás podría ser eso, pero no podía estar segura así que por las dudas asentí. Levantaron sus armas, iban a atacarnos
- Por favor, desistan de sus intentos por herirnos, no deseo hacerles daño - Por alguna razón mi comentario les causo mucha risa, pero no los detuvo en su empeño. Uno de ellos se acercó a mí con su espada en alto, pero se quedó duro cuando una ola de clavos atravesó su cráneo, ATAC salió desde atrás de mi hombro, agitando los brazos con alegría.
-Eso no está bien, ATAC, no debes lastimar a la gente - Estaba agradecida con él, pero no quería que se volviera una costumbre el atacar a los orgánicos.
Me agacho repentinamente cuando un hacha se dirige hacia mi cabeza.
-Maldita muñeca del demonio - Grita el humano mientras balancea el arma con bastante destreza. Yo aprovecho cuando está tomando impulso para golpearme con el hacha, apoyo una mano en su codo para detener el movimiento y lo hago caer hacia atrás, donde ATAC lo remata con algunos clavos.
Aun quedaban mas enemigos, pero parecían algo más cautelosos ahora que habían visto que no éramos enemigos sencillos de derrotar.
Me quedo analizando las habitaciones, en una parecían haber provisiones, comida para estar varios días allí sin necesidad de visitar el pueblo. Cierro la puerta y examinó la otra habitación, encuentro un extraño equipo, una manta verde oscura muy grande, con colgajos que asemejan plantas marinas, cuando lo toco noto que aún está mojado.
Cierro nuevamente y me dirijo a donde está Frith.
-No parece haber nada importante - Noto que estamos acompañados por un [ERROR] por varios orgánicos - Buenas tardes nuevamente - Les digo, pero no sonrió, ya que tienen armas en las manos y eso no es bueno.
Al escucharlos todo comienza a tener sentido, los humanos que iban a cazar a la bestia y nunca lo lograban, los pedazos de tela con extrañas formas, que se mostraran tan insistentes con que no nos metieramos....
-Ustedes son el monstruo ¿Correcto? - Digo con una expresión de sorpresa, ignorando por completo que somos minoría y que nuestros adversarios están armados.
-Hasta que te enteras... - Dijo finalmente uno de los humanos con [ANALIZANDO] ¿Ironía? Quizás podría ser eso, pero no podía estar segura así que por las dudas asentí. Levantaron sus armas, iban a atacarnos
- Por favor, desistan de sus intentos por herirnos, no deseo hacerles daño - Por alguna razón mi comentario les causo mucha risa, pero no los detuvo en su empeño. Uno de ellos se acercó a mí con su espada en alto, pero se quedó duro cuando una ola de clavos atravesó su cráneo, ATAC salió desde atrás de mi hombro, agitando los brazos con alegría.
-Eso no está bien, ATAC, no debes lastimar a la gente - Estaba agradecida con él, pero no quería que se volviera una costumbre el atacar a los orgánicos.
Me agacho repentinamente cuando un hacha se dirige hacia mi cabeza.
-Maldita muñeca del demonio - Grita el humano mientras balancea el arma con bastante destreza. Yo aprovecho cuando está tomando impulso para golpearme con el hacha, apoyo una mano en su codo para detener el movimiento y lo hago caer hacia atrás, donde ATAC lo remata con algunos clavos.
Aun quedaban mas enemigos, pero parecían algo más cautelosos ahora que habían visto que no éramos enemigos sencillos de derrotar.
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Frith se preparó para recibir los ataques de aquellos individuos. Sitio la furia dentro de sí, aunque la controlo. Todavía no debía salir, no era el momento; una vez entraba en aquel estado, por lo general no era totalmente consciente de sus propias acciones y por lo tanto no era capaz de evitar ponerse a sí mismo en peligro innecesariamente. Tal y como se encontraba en aquellos momentos, armado con su escudo y su espada larga, podía ser mas prudente y actuar con mayor cautela.
Dirigió una mirada hacia Zoe, quien, si bien en un principio no se había defendido ella misma de uno de los ataques, sí que la había ayudado uno de los pequeños robots que la acompañaba. Mas concretamente, aquel al que había arreglado poco antes de encontrarse con el pelirrojo. Los disparos del robot tomaron por sorpresa a Frith, todavía no habituado con aquella tecnología, y lo distrajeron por un momento mientras dirigía la mirada hacia el pequeño robot. Uno de los hombres le asesto un fuerte puñetazo en la mandíbula. Frith retrocedió algunos pasos, pero rápidamente se puso en guardia de nuevo. Golpeo repetidas veces con su escudo a la cara de aquel hombre, que trato sin éxito de cubrirse el rostro. En cuanto se percato de que aquel individuo había retrocedido lo suficiente y se encontraba ligeramente aturdido, empezó a atacar con su espada directamente. No consigue asestarle ninguna estocada principio, aunque en un descuido de su oponente aprovecho y le clavo la hoja atravesando su axila. Si bien no fue una herida mortal, el hombre cayó al suelo entre terribles gritos.
La pelea continua durante varios minutos, en los que el pelirrojo trataba de mantener a raya a aquellos individuos, y también mirar cada dos por tres a la biocibernético, para estar seguro de que ella se mantenía bien no lo dejaba solo, cayendo en combate.
El lobo comenzó a removerse en su interior, una furia inmensa, algo que necesitaba salir. Sintió el dolor en sus articulaciones, aquel dolor que indicaba que su cuerpo les pedía a gritos desde dentro que quería transformarse en aquello que el era realmente. Aun así, lo controlo una vez más; todavía seguía sin ser el momento.
- Quieto todo el mundo -dijo uno de los individuos, el que mas lejos de ellos se encontraba-. O lo mato.
Sostenía a un joven, un niño de poco mas de trece años. Lo tenía sujeto por el cuello y apoyaba un cuchillo sobre su mandíbula.
- ¿Quién es ese niño? -pregunto Frith. Aunque lo hizo en un murmuro que nadie llego a escuchar. Aun así, el individuo que sostenía al niño supuso que se lo estarían preguntando. Y fue él mismo quien hablo segundos después.
- Varios han intentado venir hasta aquí, buscando a la bestia. Cada uno más estúpido que el anterior, pero sin duda este fue el que más. Traerse a su propio hijo aquí… Su madre debe haber pasado muchas semanas de llantos y sufrimiento. Sin su marido, y sin su pequeño. Seria estupendo que esa mujer pudiera reencontrar a su hijo, a quien aun pensándolo no quiere dar todavía por muerto. ¿Verdad? Sería fantástico si pudierais llevar al chico de vuelta, así podríamos continuar con nuestros asuntos.
El pelirrojo no pudo aguantar un momento más. La bestia se apodero de él. Sus extremidades comenzaron a distorsionarse, empezó a gritar con fuerza. En esos momentos, como socia sucederle en esas circunstancias, los individuos corrieron hacia el con la intención de aprovechar el momento de vulnerabilidad para matarlo. Frith trato de alejarse mientras su cuerpo se transformaba, entre gritos. Quien tenia al muchacho sujeto, aprieto todavía mas fuerte el cuchillo contra el muchacho, creando una línea de sangre.
- ¡¿Qué es esto?! ¡Largaros de aquí o mato al muchacho, y después a vosotros!
No le quedaba mucho a Frith hasta que la transformación estuviera quieta, pero un acontecimiento inesperado fue el que determino la situación. Quien tenia apresado al chico, dejó escapar un grito de dolor, que rápido quedo por debajo del gruñido de una bestia inmensa. Clavando sus dientes en la cabeza del hombre, lo alejo del chico y lo lanzo por los aires, haciendo que este cayera en las profundas aguas del lago. Un monstruo, una figura oscura gigantesca, se alzaba justo en la orilla de la isla. Se alzaba con un cuello colosal. Aun así, no fue fácil distinguir sus detalles, dado que se encontraba todavía escondido en la penumbra de la noche. Los individuos empezaron a gritar y a moverse despavoridos por la isla. Volaron algunas flechas, y casi parecieron olvidar al lobo y a Zoe.
Dirigió una mirada hacia Zoe, quien, si bien en un principio no se había defendido ella misma de uno de los ataques, sí que la había ayudado uno de los pequeños robots que la acompañaba. Mas concretamente, aquel al que había arreglado poco antes de encontrarse con el pelirrojo. Los disparos del robot tomaron por sorpresa a Frith, todavía no habituado con aquella tecnología, y lo distrajeron por un momento mientras dirigía la mirada hacia el pequeño robot. Uno de los hombres le asesto un fuerte puñetazo en la mandíbula. Frith retrocedió algunos pasos, pero rápidamente se puso en guardia de nuevo. Golpeo repetidas veces con su escudo a la cara de aquel hombre, que trato sin éxito de cubrirse el rostro. En cuanto se percato de que aquel individuo había retrocedido lo suficiente y se encontraba ligeramente aturdido, empezó a atacar con su espada directamente. No consigue asestarle ninguna estocada principio, aunque en un descuido de su oponente aprovecho y le clavo la hoja atravesando su axila. Si bien no fue una herida mortal, el hombre cayó al suelo entre terribles gritos.
La pelea continua durante varios minutos, en los que el pelirrojo trataba de mantener a raya a aquellos individuos, y también mirar cada dos por tres a la biocibernético, para estar seguro de que ella se mantenía bien no lo dejaba solo, cayendo en combate.
El lobo comenzó a removerse en su interior, una furia inmensa, algo que necesitaba salir. Sintió el dolor en sus articulaciones, aquel dolor que indicaba que su cuerpo les pedía a gritos desde dentro que quería transformarse en aquello que el era realmente. Aun así, lo controlo una vez más; todavía seguía sin ser el momento.
- Quieto todo el mundo -dijo uno de los individuos, el que mas lejos de ellos se encontraba-. O lo mato.
Sostenía a un joven, un niño de poco mas de trece años. Lo tenía sujeto por el cuello y apoyaba un cuchillo sobre su mandíbula.
- ¿Quién es ese niño? -pregunto Frith. Aunque lo hizo en un murmuro que nadie llego a escuchar. Aun así, el individuo que sostenía al niño supuso que se lo estarían preguntando. Y fue él mismo quien hablo segundos después.
- Varios han intentado venir hasta aquí, buscando a la bestia. Cada uno más estúpido que el anterior, pero sin duda este fue el que más. Traerse a su propio hijo aquí… Su madre debe haber pasado muchas semanas de llantos y sufrimiento. Sin su marido, y sin su pequeño. Seria estupendo que esa mujer pudiera reencontrar a su hijo, a quien aun pensándolo no quiere dar todavía por muerto. ¿Verdad? Sería fantástico si pudierais llevar al chico de vuelta, así podríamos continuar con nuestros asuntos.
El pelirrojo no pudo aguantar un momento más. La bestia se apodero de él. Sus extremidades comenzaron a distorsionarse, empezó a gritar con fuerza. En esos momentos, como socia sucederle en esas circunstancias, los individuos corrieron hacia el con la intención de aprovechar el momento de vulnerabilidad para matarlo. Frith trato de alejarse mientras su cuerpo se transformaba, entre gritos. Quien tenia al muchacho sujeto, aprieto todavía mas fuerte el cuchillo contra el muchacho, creando una línea de sangre.
- ¡¿Qué es esto?! ¡Largaros de aquí o mato al muchacho, y después a vosotros!
No le quedaba mucho a Frith hasta que la transformación estuviera quieta, pero un acontecimiento inesperado fue el que determino la situación. Quien tenia apresado al chico, dejó escapar un grito de dolor, que rápido quedo por debajo del gruñido de una bestia inmensa. Clavando sus dientes en la cabeza del hombre, lo alejo del chico y lo lanzo por los aires, haciendo que este cayera en las profundas aguas del lago. Un monstruo, una figura oscura gigantesca, se alzaba justo en la orilla de la isla. Se alzaba con un cuello colosal. Aun así, no fue fácil distinguir sus detalles, dado que se encontraba todavía escondido en la penumbra de la noche. Los individuos empezaron a gritar y a moverse despavoridos por la isla. Volaron algunas flechas, y casi parecieron olvidar al lobo y a Zoe.
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Off. El monstruo era real. OMG, REAL.
Última edición por Friðþjófur Rögnvaldsson el Mar Mayo 01 2018, 13:31, editado 4 veces
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
No estaba hecha para pelear, no me habían fabricado con ese objetivo, pero la situación se imponía y no podía permitir que dañaran mi sistema tampoco. En cambio ATAC parecía estar muy feliz de participar en una batalla, disparaba sus clavos en todas direcciones y tuve que detenerlo antes de que incluyera a Frith entre sus víctimas.
Uno de los bandidos intentó atacar por la espalda a mi compañero de cacería, solté a ATAC y corrí tan rápido como me lo permitía mi pesado cuerpo. Agarre al atacante a la altura de la cintura para hacerlo caer, rodamos en el piso y el arma se le cayó, pero eso no evito que me golpeara varias veces en el rostro con sus puños. Se partió mi labio y un poco del líquido refrigerante salió por la herida, mi falta de reacción dejó algo desconcertado al orgánico.
-Lo siento - Me disculpe antes de dejarlo inconsciente con un golpe de mi cabeza contra la suya.
Quien se encargó de la mayoría de los enemigos fue Frith, mucho más preparado que yo para ese tipo de situaciones. Sin embargo, ambos nos detuvimos cuando uno de los humanos tomo a un niño de rehén, mi compañero preguntó quién era, yo me encogí de hombros y negué con la cabeza para darle a entender que no lo conocía. En realidad no importaba su identidad, sí era un orgánico era mi deber el intentar salvaguardar su vida.
[ANALIZANDO] No teníamos manera de acercarnos al niño antes de que el bandido le cortara el cuello [ANALIZANDO] Frith comenzó a hacer extraños sonidos, su forma ya no se asemejaba a la de un humano [FIN DE ANÁLISIS] Estaba ante la presencia de un licántropo adulto, y también ante la oportunidad de salvar al rehén.
-Modalidad ofensiva, ATAC - Le dije a mi pequeño compañero señalando a unos orgánicos que intentaban lastimar a Frith mientras aún se estaba transformando. Saque un bisturí en cada punta de mis dedos para mantener a raya a los demás humanos - Por favor liberen al joven, nos iremos sí es lo que quieren - La caza de un monstruo era verdaderamente algo secundario si es que lograbamos salvar una vida.
El humano grita desesperado, una enorme bestia aparecía de la nada, atacando a todos los presentes [CONCLUSIÓN] ¡En verdad el monstruo existía! ¿Se habían burlado de mi los orgánicos? Miro a Frith y su transformación parece haberse completado, ya no necesita de mi cuidado [CAMBIO DE PRIORIDADES] Me dirijo hacia el niño, quien se encuentra hecho un ovillo en el piso llorando, la situación lo supera en todos sentidos.
El monstruo mueve su largo cuello mientras genera un ruido chirriante con su garganta que hace que todos los orgánicos se tapen los oídos con desesperación. Bajo el volumen de mis sensores y sigo corriendo hacia el niño, lo levanto en cuanto queda a mi alcance, mirándolo de cerca debe tener unos doce años aproximadamente.
-No temas, te sacaré de aquí - Le digo sin mostrar expresión alguna, que haya tantos enemigos para atacar resulta una ventaja, el monstruo se encuentra ocupado y me da tiempo a sacar al niño de allí. Lo llevó hasta el bote en el que Frith y yo llegamos - Escucha, tienes que remar ¿Correcto? Debes alejarte todo lo que puedas - El niño aún lloraba, la bestia sacudió su cola, salpicándonos en el proceso - Vamos, no hay tiempo para el llanto - Empecé a empujar el bote para separarlo de la orilla.
Uno de los bandidos intentó atacar por la espalda a mi compañero de cacería, solté a ATAC y corrí tan rápido como me lo permitía mi pesado cuerpo. Agarre al atacante a la altura de la cintura para hacerlo caer, rodamos en el piso y el arma se le cayó, pero eso no evito que me golpeara varias veces en el rostro con sus puños. Se partió mi labio y un poco del líquido refrigerante salió por la herida, mi falta de reacción dejó algo desconcertado al orgánico.
-Lo siento - Me disculpe antes de dejarlo inconsciente con un golpe de mi cabeza contra la suya.
Quien se encargó de la mayoría de los enemigos fue Frith, mucho más preparado que yo para ese tipo de situaciones. Sin embargo, ambos nos detuvimos cuando uno de los humanos tomo a un niño de rehén, mi compañero preguntó quién era, yo me encogí de hombros y negué con la cabeza para darle a entender que no lo conocía. En realidad no importaba su identidad, sí era un orgánico era mi deber el intentar salvaguardar su vida.
[ANALIZANDO] No teníamos manera de acercarnos al niño antes de que el bandido le cortara el cuello [ANALIZANDO] Frith comenzó a hacer extraños sonidos, su forma ya no se asemejaba a la de un humano [FIN DE ANÁLISIS] Estaba ante la presencia de un licántropo adulto, y también ante la oportunidad de salvar al rehén.
-Modalidad ofensiva, ATAC - Le dije a mi pequeño compañero señalando a unos orgánicos que intentaban lastimar a Frith mientras aún se estaba transformando. Saque un bisturí en cada punta de mis dedos para mantener a raya a los demás humanos - Por favor liberen al joven, nos iremos sí es lo que quieren - La caza de un monstruo era verdaderamente algo secundario si es que lograbamos salvar una vida.
El humano grita desesperado, una enorme bestia aparecía de la nada, atacando a todos los presentes [CONCLUSIÓN] ¡En verdad el monstruo existía! ¿Se habían burlado de mi los orgánicos? Miro a Frith y su transformación parece haberse completado, ya no necesita de mi cuidado [CAMBIO DE PRIORIDADES] Me dirijo hacia el niño, quien se encuentra hecho un ovillo en el piso llorando, la situación lo supera en todos sentidos.
El monstruo mueve su largo cuello mientras genera un ruido chirriante con su garganta que hace que todos los orgánicos se tapen los oídos con desesperación. Bajo el volumen de mis sensores y sigo corriendo hacia el niño, lo levanto en cuanto queda a mi alcance, mirándolo de cerca debe tener unos doce años aproximadamente.
-No temas, te sacaré de aquí - Le digo sin mostrar expresión alguna, que haya tantos enemigos para atacar resulta una ventaja, el monstruo se encuentra ocupado y me da tiempo a sacar al niño de allí. Lo llevó hasta el bote en el que Frith y yo llegamos - Escucha, tienes que remar ¿Correcto? Debes alejarte todo lo que puedas - El niño aún lloraba, la bestia sacudió su cola, salpicándonos en el proceso - Vamos, no hay tiempo para el llanto - Empecé a empujar el bote para separarlo de la orilla.
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Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Frith en su forma de lobo, movido principalmente por la furia incontrolable que su bestia le hacía sentir, ignoró casi por completo al monstruo. Sus enemigos, los que habían intentado atacarlo momentos atrás, ahora se concentraban en aquel ser inmenso, distraídos e ignorando a sus anteriores oponentes. Para el lobo ahora era un momento perfecto para atacar, y así hizo. Se lanzó sobre la espalda de uno de los estafadores, que intentaba tensar su arco para disparar al monstruo. Lo mordió en el cuello, arrancando su carne y mordisqueándolo con furia. El hombre gritó, cayendo de rodillas al suelo. Pero aquello no detuvo al lobo, que aun estando el hombre tendido sobre el suelo, hundió sus colmillos sobre su vientre, arrancando carne y más carne. Cuando el hombre ya había dejado de respirar, perdió completamente el interés para el lobo, quien se dispuso a avalanzarse hacia otro de los estafadores.
– ¡Mata al sabueso! –gritó uno de los estafadores, señalando a Frith.
Alguien trató de disparar varias flechas a Frith. Varias de las cuales sólo no consiguió esquivar una,q ue se clavó ligeramente sobre su lomo. No fue una herida mortal, pero ralentizó al lobo, que se quedó quieto durante algunos segundos, tiempo suficiente para que el mismo estafador que le había disparado la flecha, se acercara y le produjera una intensa cuchillada en una de sus patas. Frith, furibundo y fuera de sí mismo, ignoró el dolor y aun con cierta dificultad, se avalanzó sobre el hombre. Sus mordeduras lo destruyeron por completo, como habían hecho con el hombre anterior, pero comenzaba ahora a sentirse muy débil. La sangre manaba de su cuerpo sin cesar, y la vista le fallaba eventualmente. Tardó algunos segundos en recomponerse.
Para cuando se encontraba ligeramente mejor y el dolor había dejado de ser un impedimento pese al continuo sangrado, el lobo pudo darse cuenta de que no quedaba ninguno de los estafadores en pie. Todos habían muerto enfrentando a la gigantesca criatura.
Frith emprendió su carrera hacia el monstruo, decidido a acabar con este muy pese a su estado físico. En cuanto la criatura descendió sus fauces, el lobo rojo se lanzó sobre su cabeza, y se enganchó a esta clavándole las garras. El monstruo movió el cuello velozmente repetidas veces, hasta que el lobo cayó al suelo. El monstruo volvió a descender sus fauces, y no teniendo mucho tiempo el lobo rojo para incorporarse nuevamente, se preparó en un nuevo salto forzoso, repitiendo exactamente la misma acción que había hecho en un principio. Esta vez, clavó mucho más sus garras, y empezó a morder incesantemente la cabeza del monstruo. Su piel, compuesta de múltiples escamas, estaba extremadamente dura, pero no fue un impedimento para el lobo rojo, que continuó mordiendo y desgarrando. El monstruo movía su cuello agitadamente, a la par que dejaba escapar espantosos gritos de furia y dolor; estrellaba su cabeza contra las piedras y la superficie con la esperanza de poder deshacerse del lobo que lo estaba matando. Para cuando se deshizo del lobo, ya era demasiado tarde. Frith cayó contra unas rocas, ya muy debilitado y con el cuerpo completamente magullado. La bestia, empezó a balancearse lentamente, hasta caer sobre las aguas, formando unas olas que se estrellaron contra la orilla, bañando gran parte de la isla. En la boca del lobo, permanecía un trozo amplio de carne y escamas. La prueba para el pueblo.
– ¡Mata al sabueso! –gritó uno de los estafadores, señalando a Frith.
Alguien trató de disparar varias flechas a Frith. Varias de las cuales sólo no consiguió esquivar una,q ue se clavó ligeramente sobre su lomo. No fue una herida mortal, pero ralentizó al lobo, que se quedó quieto durante algunos segundos, tiempo suficiente para que el mismo estafador que le había disparado la flecha, se acercara y le produjera una intensa cuchillada en una de sus patas. Frith, furibundo y fuera de sí mismo, ignoró el dolor y aun con cierta dificultad, se avalanzó sobre el hombre. Sus mordeduras lo destruyeron por completo, como habían hecho con el hombre anterior, pero comenzaba ahora a sentirse muy débil. La sangre manaba de su cuerpo sin cesar, y la vista le fallaba eventualmente. Tardó algunos segundos en recomponerse.
Para cuando se encontraba ligeramente mejor y el dolor había dejado de ser un impedimento pese al continuo sangrado, el lobo pudo darse cuenta de que no quedaba ninguno de los estafadores en pie. Todos habían muerto enfrentando a la gigantesca criatura.
Frith emprendió su carrera hacia el monstruo, decidido a acabar con este muy pese a su estado físico. En cuanto la criatura descendió sus fauces, el lobo rojo se lanzó sobre su cabeza, y se enganchó a esta clavándole las garras. El monstruo movió el cuello velozmente repetidas veces, hasta que el lobo cayó al suelo. El monstruo volvió a descender sus fauces, y no teniendo mucho tiempo el lobo rojo para incorporarse nuevamente, se preparó en un nuevo salto forzoso, repitiendo exactamente la misma acción que había hecho en un principio. Esta vez, clavó mucho más sus garras, y empezó a morder incesantemente la cabeza del monstruo. Su piel, compuesta de múltiples escamas, estaba extremadamente dura, pero no fue un impedimento para el lobo rojo, que continuó mordiendo y desgarrando. El monstruo movía su cuello agitadamente, a la par que dejaba escapar espantosos gritos de furia y dolor; estrellaba su cabeza contra las piedras y la superficie con la esperanza de poder deshacerse del lobo que lo estaba matando. Para cuando se deshizo del lobo, ya era demasiado tarde. Frith cayó contra unas rocas, ya muy debilitado y con el cuerpo completamente magullado. La bestia, empezó a balancearse lentamente, hasta caer sobre las aguas, formando unas olas que se estrellaron contra la orilla, bañando gran parte de la isla. En la boca del lobo, permanecía un trozo amplio de carne y escamas. La prueba para el pueblo.
Última edición por Friðþjófur Rögnvaldsson el Mar Mayo 01 2018, 12:54, editado 1 vez
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
La batalla continuaba detrás nuestro, el niño humano no detenía su llanto, y por lo mismo no podía alejarse con el bote de la isla [ANALIZANDO] Podría subir yo con él y remar hasta la otra orilla, pero eso significaba abandonar a Frith con los bandidos y el monstruo. Miré hacia atrás, el hombre ahora en su forma de lobo atacaba con ferocidad a todos los humanos que se le cruzaban, a su vez la bestia del lago agarraba a las víctimas entre sus mandíbulas, los sacudía y los arrojaba lejos.
Cubría al pequeño con mi cuerpo cada vez que una lluvia de agua nos salpicaba producto del movimiento de la cola del animal. También volaban flechas, algunas de las cuales se clavaron en el costado del bote, las arranque y evalué los daños [ANALIZANDO] aún servía para irnos de allí.
-ATAC, quédate aquí con el niño, es una orden - En líneas generales prefería no darles órdenes directas, sabía que no era agradable recibirlas, pero ahora mismo teníamos una emergencia y no podía permitir que mi acompañante se distrajera. Tal como se lo pedí, el pequeño robot vino y se paró en el bote, alerta a que nadie se acercara.
Me dirigí entonces en dirección a Frith, quien en ese momento se encontraba agarrado por segunda vez a la cabeza del monstruo, lo mordía con fuerza mientras la bestia se sacudía y gritaba. Finalmente el lobo cayó contra unas piedras, estando en el aire no había nada que pudiera hacer, pero ya en el piso mi sistema me exhortaba a ayudarlo. Corrí hacia él y lo encontré tendido sobre los restos del edificio, me acerqué y comencé un minucioso análisis de las heridas.
Detrás de mí el monstruo también estaba herido, parecía haber perdido la visión en uno de los ojos y de su cuello salía sangre producto de la mordida del lobo, además de tener varias flechas insertadas por el cuerpo. Pero su resistencia era superior, lentamente fue metiendo su largo cuerpo en el agua, dejando tan solo un rastro de sangre y el trozo de carne que Frith le había arrancado como muestra de su existencia.
La isla volvía a estar en silencio, mire al lobo que respiraba con dificultad, había que detener el sangrado, retirar la flecha, desinfectar y cerrar las heridas. Encontré a pocos metros una de las telas que usaban los bandidos para fingir ser el monstruo, envolví con ella a Frith y lo levanté intentando causarle el menor dolor posible.
-Tranquilo, te curare mientras regresamos ¿Sí? No temas, estarás bien - Podía percibir un descenso en su temperatura, así que lo apreté contra mi cuerpo en un intento por darle calor - Mantente despierto, Frith, no te duermas - No tenía manera alguna de saber sí me estaba escuchando, o sí entendía mis palabras, pero aún así continuaba hablándole para que no cerrara los ojos.
Llegamos al bote, el niño estaba algo más calmado ahora que los bandidos y el monstruo había desaparecido. Acomodé a Frith, y le entregué al niño y a ATAC los remos.
-Háganlo lo mejor que puedan, debemos ir a la aldea cuanto antes - No creía que pudieran remar muy lejos, pero se suponía que el humano era hijo de algún pescador y mi robot era bueno imitando movimientos, así que quizás... - En cuanto termine con esto me haré cargo de los remos ¿Sí? - Aclarado eso, me puse a trabajar en el lobo, saqué las herramientas que llevaba en mis manos y me encargué de hacer una cura leve, quite la flecha, vendé las heridas con la misma tela en la que lo había traído - No tengo nada para limpiar, ni tampoco para el dolor, tendrás que aguantar un poco más - Le dije a Frith.
No nos habíamos alejado mucho de la isla, pero dentro de lo esperable el robot y el niño lo habían hecho bien. Tome los remos y comencé a bogar lo más rápido que pude.
Cubría al pequeño con mi cuerpo cada vez que una lluvia de agua nos salpicaba producto del movimiento de la cola del animal. También volaban flechas, algunas de las cuales se clavaron en el costado del bote, las arranque y evalué los daños [ANALIZANDO] aún servía para irnos de allí.
-ATAC, quédate aquí con el niño, es una orden - En líneas generales prefería no darles órdenes directas, sabía que no era agradable recibirlas, pero ahora mismo teníamos una emergencia y no podía permitir que mi acompañante se distrajera. Tal como se lo pedí, el pequeño robot vino y se paró en el bote, alerta a que nadie se acercara.
Me dirigí entonces en dirección a Frith, quien en ese momento se encontraba agarrado por segunda vez a la cabeza del monstruo, lo mordía con fuerza mientras la bestia se sacudía y gritaba. Finalmente el lobo cayó contra unas piedras, estando en el aire no había nada que pudiera hacer, pero ya en el piso mi sistema me exhortaba a ayudarlo. Corrí hacia él y lo encontré tendido sobre los restos del edificio, me acerqué y comencé un minucioso análisis de las heridas.
Detrás de mí el monstruo también estaba herido, parecía haber perdido la visión en uno de los ojos y de su cuello salía sangre producto de la mordida del lobo, además de tener varias flechas insertadas por el cuerpo. Pero su resistencia era superior, lentamente fue metiendo su largo cuerpo en el agua, dejando tan solo un rastro de sangre y el trozo de carne que Frith le había arrancado como muestra de su existencia.
La isla volvía a estar en silencio, mire al lobo que respiraba con dificultad, había que detener el sangrado, retirar la flecha, desinfectar y cerrar las heridas. Encontré a pocos metros una de las telas que usaban los bandidos para fingir ser el monstruo, envolví con ella a Frith y lo levanté intentando causarle el menor dolor posible.
-Tranquilo, te curare mientras regresamos ¿Sí? No temas, estarás bien - Podía percibir un descenso en su temperatura, así que lo apreté contra mi cuerpo en un intento por darle calor - Mantente despierto, Frith, no te duermas - No tenía manera alguna de saber sí me estaba escuchando, o sí entendía mis palabras, pero aún así continuaba hablándole para que no cerrara los ojos.
Llegamos al bote, el niño estaba algo más calmado ahora que los bandidos y el monstruo había desaparecido. Acomodé a Frith, y le entregué al niño y a ATAC los remos.
-Háganlo lo mejor que puedan, debemos ir a la aldea cuanto antes - No creía que pudieran remar muy lejos, pero se suponía que el humano era hijo de algún pescador y mi robot era bueno imitando movimientos, así que quizás... - En cuanto termine con esto me haré cargo de los remos ¿Sí? - Aclarado eso, me puse a trabajar en el lobo, saqué las herramientas que llevaba en mis manos y me encargué de hacer una cura leve, quite la flecha, vendé las heridas con la misma tela en la que lo había traído - No tengo nada para limpiar, ni tampoco para el dolor, tendrás que aguantar un poco más - Le dije a Frith.
No nos habíamos alejado mucho de la isla, pero dentro de lo esperable el robot y el niño lo habían hecho bien. Tome los remos y comencé a bogar lo más rápido que pude.
Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
«No te duermas» se repetía una y otra vez en su cabeza. Todo lo demás, era la más absoluta penumbra. «No te duermas».
El lobo no sabía a ciencia cierta si alguien lo estaba moviendo, si estaba flotando, o si simplemente había muerto y afloraban los recuerdos. «No te duermas», le había pedido Lilja cuando el inversor que había acabado con la vida de su padre, le había propinado un golpe tan fuerte que hecho al niño pelirrojo comenzar a perder la consciencia. No se había dormido, había aguantado y había conseguido huir. Debía hacer exactamente lo mismo. Los ojos del lobo estaban perdidos, dando vueltas. Parecía que observara las estrellas, dedicando unos segundos a cada una de ellas. Frith sintió un inmenso dolor cuando Zoe lo apoyó sobre el barco, que se tradujo en un fuerte gruñido. Aquel gruñido era buena señal.
En cuanto Zoe comenzó a curarlo dentro de sus posibilidades, el lobo comenzó a agitarse, dolorido. Dejó escapar varios gruñidos, pero luego calló de repente. Se recordó a sí mismo que debía aguantar. Aquello no era la muerte, que había ido a buscarla. La muerte no era dolorosa, era algo mucho más dulce y tentador en esas circunstancias. Una invitación a dejar atrás el dolor, o eso le habían contado. El niño empezó a remar tan fuerte como podía con uno de los remos, y el pequeño robot pareció imitar su movimiento de forma idéntica, al mismo tiempo. El bote empezó a alejarse de aquella isla, introduciéndose en la parte profunda del lago en dirección a la orilla de la aldea. No se habían alejado demasiado de la isla, cuando Zoe se hizo cargo entonces de los remos.
Frith no fue consciente de cuánto tiempo pasó hasta que llegaron a la orilla. Pero se percató levemente en cuanto varios gritos lejanos empezaron a sonar en su cabeza. Los gritos eran mucho más cercanos, sin embargo. El bote se encontraba ya apoyado sobre la orilla y varios aldeanos corrieron hasta ellos. Una mujer con un vestido blanco grueso fue la primera en acercarse.
–Hemos escuchado el eco de la bestia en la lejanía –dijo rápidamente con un semblante preocupado–. Era la bestia, ¿no es así? ¿Y este lobo?
–No puede ser –dijo un muchacho, un adolescente. Tenía el ceño fruncido y el cabello negro enmarañado mientras se acercaba–. El monstruo no existe.
El lobo gruñó. Tenía la boca llena de sangre seca todavía. La mujer se giró apresuradamente hacia el chico.
–¿Qué quieres decir?
–Mi padre… –empezó a hablar el joven. Estaba alzando la vista, tratando de ver si el barco de los embaucadores regresaba. Debía haber hecho algún truco para poder hacer aquel grito infernal. El monstruo no era real, él lo sabía, o eso creía–. ¿Dónde está?
–Lo sabía –escupió otro de los aldeanos–. ¿Quién pide dinero por salvar a unos pobres granjeros? Siempre me sonó a argucia.
El lobo rojo podía escuchar ya casi con completa claridad. De haber podido, habría levantado la pata: él habría pedido dinero por salvar a unos pobres granjeros, no sería la primera vez. Pero jamás los habría engañado de aquel modo. La mujer del vestido blanco se acercó al lobo y acarició su pelaje, a la par que observaba sus heridas.
–¿Y bien? La bestia es una mentira, ¿no es así? –preguntó el mismo aldeano que había estado hablando momentos antes.
–Déjamelo a mí. ¿Podrías ayudarme a levantarlo? –pidió la mujer mientras continuaba fijándose en las heridas y magulladuras del lobo–. Puedo tratarlo en mi casa, tengo lo necesario.
El lobo no sabía a ciencia cierta si alguien lo estaba moviendo, si estaba flotando, o si simplemente había muerto y afloraban los recuerdos. «No te duermas», le había pedido Lilja cuando el inversor que había acabado con la vida de su padre, le había propinado un golpe tan fuerte que hecho al niño pelirrojo comenzar a perder la consciencia. No se había dormido, había aguantado y había conseguido huir. Debía hacer exactamente lo mismo. Los ojos del lobo estaban perdidos, dando vueltas. Parecía que observara las estrellas, dedicando unos segundos a cada una de ellas. Frith sintió un inmenso dolor cuando Zoe lo apoyó sobre el barco, que se tradujo en un fuerte gruñido. Aquel gruñido era buena señal.
En cuanto Zoe comenzó a curarlo dentro de sus posibilidades, el lobo comenzó a agitarse, dolorido. Dejó escapar varios gruñidos, pero luego calló de repente. Se recordó a sí mismo que debía aguantar. Aquello no era la muerte, que había ido a buscarla. La muerte no era dolorosa, era algo mucho más dulce y tentador en esas circunstancias. Una invitación a dejar atrás el dolor, o eso le habían contado. El niño empezó a remar tan fuerte como podía con uno de los remos, y el pequeño robot pareció imitar su movimiento de forma idéntica, al mismo tiempo. El bote empezó a alejarse de aquella isla, introduciéndose en la parte profunda del lago en dirección a la orilla de la aldea. No se habían alejado demasiado de la isla, cuando Zoe se hizo cargo entonces de los remos.
Frith no fue consciente de cuánto tiempo pasó hasta que llegaron a la orilla. Pero se percató levemente en cuanto varios gritos lejanos empezaron a sonar en su cabeza. Los gritos eran mucho más cercanos, sin embargo. El bote se encontraba ya apoyado sobre la orilla y varios aldeanos corrieron hasta ellos. Una mujer con un vestido blanco grueso fue la primera en acercarse.
–Hemos escuchado el eco de la bestia en la lejanía –dijo rápidamente con un semblante preocupado–. Era la bestia, ¿no es así? ¿Y este lobo?
–No puede ser –dijo un muchacho, un adolescente. Tenía el ceño fruncido y el cabello negro enmarañado mientras se acercaba–. El monstruo no existe.
El lobo gruñó. Tenía la boca llena de sangre seca todavía. La mujer se giró apresuradamente hacia el chico.
–¿Qué quieres decir?
–Mi padre… –empezó a hablar el joven. Estaba alzando la vista, tratando de ver si el barco de los embaucadores regresaba. Debía haber hecho algún truco para poder hacer aquel grito infernal. El monstruo no era real, él lo sabía, o eso creía–. ¿Dónde está?
–Lo sabía –escupió otro de los aldeanos–. ¿Quién pide dinero por salvar a unos pobres granjeros? Siempre me sonó a argucia.
El lobo rojo podía escuchar ya casi con completa claridad. De haber podido, habría levantado la pata: él habría pedido dinero por salvar a unos pobres granjeros, no sería la primera vez. Pero jamás los habría engañado de aquel modo. La mujer del vestido blanco se acercó al lobo y acarició su pelaje, a la par que observaba sus heridas.
–¿Y bien? La bestia es una mentira, ¿no es así? –preguntó el mismo aldeano que había estado hablando momentos antes.
–Déjamelo a mí. ¿Podrías ayudarme a levantarlo? –pidió la mujer mientras continuaba fijándose en las heridas y magulladuras del lobo–. Puedo tratarlo en mi casa, tengo lo necesario.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
Incluso antes de que el bote tocara el muelle ya podía verse a una buena cantidad de humanos reunidos, algunos en ropas para dormir, otros al parecer habían estado esperando a por nuestro regreso. Se apuraron en amarrar la embarcación y luego ayudaron al niño a bajar, ATAC se subió al muelle de un salto y se reunió con AMA y SEPA-IV que no se habían movido de donde los había dejado.
La conversación sobre sí el monstruo era real o no me parecían secundarias, así que mire fijamente a la mujer que se ofrecía a ayudar a Frith.
-Yo puedo llevarlo, guíame hasta tu casa por favor - Le dije mientras levantaba al lobo herido. En el bote quedaba el trozo de carne que con tanto esfuerzo había conseguido el Licantropo, las exclamaciones de sorpresa de los orgánicos rompieron el silencio de la noche.
-Es imposible -
-Siempre supe que era cierto -
-¿Pero entonces esos granujas decían la verdad?
-No, no puede ser...-
Yo seguí a la mujer con Frith en brazos hasta una pequeña choza que estaba cerca de la plaza principal donde nos habíamos visto por primera vez. Siguiendo las indicaciones de la mujer lo apoyé sobre la mesa, la sangre manchaba mis manos y mis brazos, y su cuerpo se sentía frío.
-Bien, tendrás que ayudarme con algunas cosas. Necesitamos entibiar más la habitación, prende el fuego del hogar, y pon agua a calentar, tenemos mucho trabajo por delante... - Asentí y de inmediato me puse a hacer lo que pedía.
Amanecía en el pueblo, con la salida del sol comenzaba también la rutina de los aldeanos, con monstruo o sin él había que seguir adelante. Me encontraba sentada junto a Frith, quien seguía descansando sobre la mesa, sus heridas habían sido correctamente limpiadas, cosidas y vendadas, su temperatura había vuelto a ser la normal y ahora solo parecía estar durmiendo.
-Fuiste una excelente ayudante ¿No te gustaría quedarte y ayudarme a curar a los heridos? - Me dijo la humana que se había encargado de las lesiones del lobo.
-No, no puedo detenerme ahora, tengo que seguir buscando - Aunque aún no sabía qué era lo que pretendía encontrar, sabía que no estaba en esa aldea. Me puso en pie y le sonreí a la mujer - Te agradecería que cuidaras bien de él, es quien se encargó verdaderamente del monstruo ¿Sí? - Mire a mis acompañantes, parecían estar listos para seguir - Adios Frith - Le dije al lobo dormido y salí de allí.
La conversación sobre sí el monstruo era real o no me parecían secundarias, así que mire fijamente a la mujer que se ofrecía a ayudar a Frith.
-Yo puedo llevarlo, guíame hasta tu casa por favor - Le dije mientras levantaba al lobo herido. En el bote quedaba el trozo de carne que con tanto esfuerzo había conseguido el Licantropo, las exclamaciones de sorpresa de los orgánicos rompieron el silencio de la noche.
-Es imposible -
-Siempre supe que era cierto -
-¿Pero entonces esos granujas decían la verdad?
-No, no puede ser...-
Yo seguí a la mujer con Frith en brazos hasta una pequeña choza que estaba cerca de la plaza principal donde nos habíamos visto por primera vez. Siguiendo las indicaciones de la mujer lo apoyé sobre la mesa, la sangre manchaba mis manos y mis brazos, y su cuerpo se sentía frío.
-Bien, tendrás que ayudarme con algunas cosas. Necesitamos entibiar más la habitación, prende el fuego del hogar, y pon agua a calentar, tenemos mucho trabajo por delante... - Asentí y de inmediato me puse a hacer lo que pedía.
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Amanecía en el pueblo, con la salida del sol comenzaba también la rutina de los aldeanos, con monstruo o sin él había que seguir adelante. Me encontraba sentada junto a Frith, quien seguía descansando sobre la mesa, sus heridas habían sido correctamente limpiadas, cosidas y vendadas, su temperatura había vuelto a ser la normal y ahora solo parecía estar durmiendo.
-Fuiste una excelente ayudante ¿No te gustaría quedarte y ayudarme a curar a los heridos? - Me dijo la humana que se había encargado de las lesiones del lobo.
-No, no puedo detenerme ahora, tengo que seguir buscando - Aunque aún no sabía qué era lo que pretendía encontrar, sabía que no estaba en esa aldea. Me puso en pie y le sonreí a la mujer - Te agradecería que cuidaras bien de él, es quien se encargó verdaderamente del monstruo ¿Sí? - Mire a mis acompañantes, parecían estar listos para seguir - Adios Frith - Le dije al lobo dormido y salí de allí.
Zöe
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Re: El monstruo del lago Heimdal [Trabajo]
RECOMPENSAS
Un trabajo muy interesante y fácil de leer, la aparición del monstruo real y el desenlace vertiginoso hicieron que no pudiera detenerme hasta el final, me ha parecido un muy buen trabajo, me gusta particularmente el desarrollo que ha tenido el personaje de Zoe, sin más, sus recompensas:
Reciben ambos 19 puntos de experiencia y 400 aeros que ya han sido sumados a sus respectivos perfiles.
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Ansur
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