¡Arde, arde, arde! [Libre]
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¡Arde, arde, arde! [Libre]
— Ah si, esta sera una iglesia esplendida. La mejor iglesia de todas —se tocaba el alargado bigote Iluando «el loco».
— Francamente, no se cuando terminaremos de construirla. Y no se si fue buena idea… en madera. Es demasiado vistoso, creo que no pasara desapercibida, no crees? Es una mala idea. Quiero retirar mi nombre como crédito por el fondo.
— Estas seguro? Algún día esto sera un orgullo para todos nosotros. Cuando este terminado… todos querrán saber de ti.
— No se si quiero que todos sepan de mi —dijo el otro hombre.
Uno de ellos era el arquitecto. Estaba supervisando que todos los constructores continuaran con aquella maravillosa obra arquitectónica. Hecha de madera reciclada, obtenida de viejas tabernas en ruinas, madera quemada, y piezas de casas de aldeas abandonadas, la iglesia cristiana estaba comenzando a tomar forma. Aquel otro individuo, el que no tenia bigote, pero en cambio tenia una delgadez enfermiza y un rostro tan blanco como la nieve recién cuajada, era quien había entregado los fondos para poder hacer real aquel sueño cristiano.
Frith hacia guardia aquel día, cambio de algunos Aeros. Era bastante dinero, suficiente como para poder pasar una buena noche en la mejor taberna de la región. El pelirrojo se había dado cuenta de que aquellos cristianos parecían ser mas generosos de lo que jamas hubiera imaginado; todavía no comprendía demasiado bien por que se mantenían en secreto, y por lo poco que sabia, guardaban sus creencias en la mas absoluta clandestinidad. Aquella construcción debía ser toad una revelación, aunque del modo en el que estaba siendo construida, Frith sospechaba que no duraría demasiado tiempo en pie, especialmente si había varios disidentes.
— Te lo agradecemos enormemente —dije el arquitecto a Frith, mientras miraba con orgullo su creación—. Quedarte unos días mas y te pagare el doble.
— Por mis dioses, cuenta con ello —asintió Frith sonriente. El bigotudo no pareció demasiado contento con su comentario, pero Frith ni se percato de aquello, demasiado acostumbrado a aquella coletilla—. Es el tiempo que falta hasta que este terminada? Unos días mas?
— Eso espero. Pero además en unos días tendremos una guardia personal. Gente leal, creyente, ellos nos ayudaran a proteger este lugar de la violencia y la intolerancia.
— Ya veo. Bueno, suerte con eso. Hasta entonces, estaré por aquí. El doble has dicho, no?
El hombre bigotudo asintió. Ambos se estrecharon las manos con firmeza, y el bigotudo se marcho junto con el inversor. Frith quedo entonces a solas, simplemente dando vueltas por la zona. Se encontraba en el claro amplio de un bosque, en una parte mas alta. Podría haber dicho que era una colina, aunque no era tan grande como para denominarlo de aquel modo. Sin duda era un lugar esplendido para poder construir una estructura como aquella. Había varios niños guiando alrededor, además de los constructores, que iban de un lado a otro recogiendo mas piezas de madera, piedra y otros elementos para continuar con la construcción.
— Francamente, no se cuando terminaremos de construirla. Y no se si fue buena idea… en madera. Es demasiado vistoso, creo que no pasara desapercibida, no crees? Es una mala idea. Quiero retirar mi nombre como crédito por el fondo.
— Estas seguro? Algún día esto sera un orgullo para todos nosotros. Cuando este terminado… todos querrán saber de ti.
— No se si quiero que todos sepan de mi —dijo el otro hombre.
Uno de ellos era el arquitecto. Estaba supervisando que todos los constructores continuaran con aquella maravillosa obra arquitectónica. Hecha de madera reciclada, obtenida de viejas tabernas en ruinas, madera quemada, y piezas de casas de aldeas abandonadas, la iglesia cristiana estaba comenzando a tomar forma. Aquel otro individuo, el que no tenia bigote, pero en cambio tenia una delgadez enfermiza y un rostro tan blanco como la nieve recién cuajada, era quien había entregado los fondos para poder hacer real aquel sueño cristiano.
Frith hacia guardia aquel día, cambio de algunos Aeros. Era bastante dinero, suficiente como para poder pasar una buena noche en la mejor taberna de la región. El pelirrojo se había dado cuenta de que aquellos cristianos parecían ser mas generosos de lo que jamas hubiera imaginado; todavía no comprendía demasiado bien por que se mantenían en secreto, y por lo poco que sabia, guardaban sus creencias en la mas absoluta clandestinidad. Aquella construcción debía ser toad una revelación, aunque del modo en el que estaba siendo construida, Frith sospechaba que no duraría demasiado tiempo en pie, especialmente si había varios disidentes.
— Te lo agradecemos enormemente —dije el arquitecto a Frith, mientras miraba con orgullo su creación—. Quedarte unos días mas y te pagare el doble.
— Por mis dioses, cuenta con ello —asintió Frith sonriente. El bigotudo no pareció demasiado contento con su comentario, pero Frith ni se percato de aquello, demasiado acostumbrado a aquella coletilla—. Es el tiempo que falta hasta que este terminada? Unos días mas?
— Eso espero. Pero además en unos días tendremos una guardia personal. Gente leal, creyente, ellos nos ayudaran a proteger este lugar de la violencia y la intolerancia.
— Ya veo. Bueno, suerte con eso. Hasta entonces, estaré por aquí. El doble has dicho, no?
El hombre bigotudo asintió. Ambos se estrecharon las manos con firmeza, y el bigotudo se marcho junto con el inversor. Frith quedo entonces a solas, simplemente dando vueltas por la zona. Se encontraba en el claro amplio de un bosque, en una parte mas alta. Podría haber dicho que era una colina, aunque no era tan grande como para denominarlo de aquel modo. Sin duda era un lugar esplendido para poder construir una estructura como aquella. Había varios niños guiando alrededor, además de los constructores, que iban de un lado a otro recogiendo mas piezas de madera, piedra y otros elementos para continuar con la construcción.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Chimar se mueve esta vez por un paisaje más conocido, los bosques humanos que rodean las ciudades grandes. Salió de Lunargenta para conseguir algunos ingredientes por territorio salvaje, si bien tiene dinero suficiente para comprarlos… tiene en mente que debe pulir sus habilidades recolectoras.
Es un poco irónico que al final las creaciones científicas más asépticas utilicen elementos naturales en su creación, ya sean minerales o especímenes variados. En el mundo físico se deben utilizar todas las herramientas a mano, inventar es en realidad un gran proceso de transmutación inducida por los genios.
Bueno, listo todo.
Dice al llenar el ultimo bolsillo de su capa, ahora solo debe volver y clasificar todo. Afortunadamente Carol a simplificado las tareas más mundanas, es como tener un dios del servicio esclavizado a la espera de órdenes. Le sigue faltando tacto para otras actividades pero su utilidad supera con creces dichas deficiencias.
Revisa el mapa y su brújula personal con premura, pronto traza la mejor ruta disponible. Toma otro camino esta vez, viejo habito que sirve para pillar cosas adicionales mientras vuelve. Una vez intento traer a sus hermanos para cargar con más cosas pero no funcionó bien… niños corrientes y bosque es igual a problemas masivos.
Entre los arboles Maquiavelo pilla algo distinto, cierta estructura en construcción. Arquea una ceja confuso y al final decide acercarse, su curiosidad siempre termina aflorando en situaciones similares. Cuando sale al claro nota que no se trata de una simple cabaña, es algo más grande y tiene congregada cierta multitud de colaboradores.
Avanza con discreción para terminar en frente de un sujeto pelirrojo, tiene toda la pinta de mercenario. No existe mejor fuente de información que los guardias de un sitio, suelen soltar mucho la lengua si tienen oportunidad. No importa el reino y la armadura, todos son tan chismosos como dos viejas de cuadra.
“Tose para llamar la atención” ¿y esto que es?
Si fueran colonos tratando de iniciar un nuevo asentamiento enfrascarían sus esfuerzos en casas menores y no una sola estructura grande. Algunos seres bestiales utilizan hogares comunales pero este no parece ser el caso, son más humanos que Lunargenta… antes de que cayera por la infestación vampira claro.
El niño imagina de repente que tal vez se trate de un culto caníbal loco, de esos que tienen el sótano lleno con cosas feas. Ha visto muchos sucesos desagradables en Aerandir y sigue siendo el aventurero más joven en funcionamiento porque siempre piensa lo peor, es mejor disparar primero el virote.
“Como esto se ponga raro comienzo a lanzar granadas”
Es un poco irónico que al final las creaciones científicas más asépticas utilicen elementos naturales en su creación, ya sean minerales o especímenes variados. En el mundo físico se deben utilizar todas las herramientas a mano, inventar es en realidad un gran proceso de transmutación inducida por los genios.
Bueno, listo todo.
Dice al llenar el ultimo bolsillo de su capa, ahora solo debe volver y clasificar todo. Afortunadamente Carol a simplificado las tareas más mundanas, es como tener un dios del servicio esclavizado a la espera de órdenes. Le sigue faltando tacto para otras actividades pero su utilidad supera con creces dichas deficiencias.
Revisa el mapa y su brújula personal con premura, pronto traza la mejor ruta disponible. Toma otro camino esta vez, viejo habito que sirve para pillar cosas adicionales mientras vuelve. Una vez intento traer a sus hermanos para cargar con más cosas pero no funcionó bien… niños corrientes y bosque es igual a problemas masivos.
Entre los arboles Maquiavelo pilla algo distinto, cierta estructura en construcción. Arquea una ceja confuso y al final decide acercarse, su curiosidad siempre termina aflorando en situaciones similares. Cuando sale al claro nota que no se trata de una simple cabaña, es algo más grande y tiene congregada cierta multitud de colaboradores.
Avanza con discreción para terminar en frente de un sujeto pelirrojo, tiene toda la pinta de mercenario. No existe mejor fuente de información que los guardias de un sitio, suelen soltar mucho la lengua si tienen oportunidad. No importa el reino y la armadura, todos son tan chismosos como dos viejas de cuadra.
“Tose para llamar la atención” ¿y esto que es?
Si fueran colonos tratando de iniciar un nuevo asentamiento enfrascarían sus esfuerzos en casas menores y no una sola estructura grande. Algunos seres bestiales utilizan hogares comunales pero este no parece ser el caso, son más humanos que Lunargenta… antes de que cayera por la infestación vampira claro.
El niño imagina de repente que tal vez se trate de un culto caníbal loco, de esos que tienen el sótano lleno con cosas feas. Ha visto muchos sucesos desagradables en Aerandir y sigue siendo el aventurero más joven en funcionamiento porque siempre piensa lo peor, es mejor disparar primero el virote.
“Como esto se ponga raro comienzo a lanzar granadas”
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Frith vio al muchacho acercarse hacia el. Dejó escapar una rápida risa cuando el muchacho le formulo la pregunta, y procedió a responderle con total honestidad.
— Llevo algunos días trabajando con ellos, guardando la zona, y todavía no estoy muy seguro de en que consiste.
Un hombre se acerco a Chimar. Mostraba una exagerada sonrisa, obviamente feliz por haber visto al joven acercarse. Para Bulfas , encontrar a un joven interesado a tan temprana edad una alternativa religiosa a las que eran mas comunes en Aerandir, era todo un hallazgo. Y es que el estaba completamente seguro de que ese era el caso, pese a estar mas bien completamente equivocado.
— No, pequeño —se acerco a Chimar. Estuvo a punto de colocarle las manos sobre los hombros, pero prefirió quedarse quieto, a una distancia muy cercana al niño—. No te has equivocado de lugar, ni te has perdido. De hecho, acabas de encontrar exactamente el lugar que estabas buscando desde hace muchísimo tiempo.
Frith pensaba que, de haber sido él el niño, seguramente se habría ido corriendo, puesto que las palabras de aquel hombre no eran especialmente tentadoras. El pelirrojo se mantuvo al lado, mas atento a si el joven se sentía incomodo que al hombre que hablaba. Tal vez escuchando a aquel hombre, podría entender mejor sobre los propósitos de aquel lugar. Al fin y al cabo no le habían contado nada, poco mas que los deberes que el tenia para con el grupo de constructores: defender la zona y protegerla a toda costa, como si alguien pudiera de repente emboscarlos y terminar con ese sueño en el que parecían estar perdidos. Pero el propósito de la construcción? Salvo la relación con aquella extraña creencia, Frith no sabia absolutamente nada. Pensó que si tanto miedo tenían de poder ser atacados, habría sido mucho más inteligente formar la estructura de un material mucho mas resistente.
— Chiquillo, si quieres puedes venir con nosotros y podrás colocar una pieza de madera en la estructura —dije con una voz muy suave el hombre, mirando a Chimar a los ojos—. Entonces cuando este completamente construida, podrás decir con orgullo que pusiste una parte de ti en su construcción. Quieres hacerlo? Ven, hay mas niños jugando además, seguro que te llevas muy bien con ellos.
El hombre le hizo un gesto con la mano para que se acercara a el y lo acompañara junto con el resto de los niños, que estaban gritando y correteando alrededor de la estructura. Frith ya había dejado de estar atento a la conversación y había dirigido sus ojos al bosque,dado que entre los arboles había llegado a observar una figura. Debía estar atento a aquella clase de cosas. Según le había dicho el jefe de la construcción, muchos intentarían destruirla, y acabar con todos ellos.
— Pensáis ocultar este lugar de algún modo? —Pregunto Frith entonces al hombre.
Bulfas se relajo y aparto la vista del niño, mirando ahora al pelirrojo.
— El bosque ya lo oculta lo suficientemente bien. Además, dios no dejara que nos pase nada, ya lo sabes —respondió el, con el semblante serio. Frith pensó que parecía que cada cosa que el decía, de algún modo le ofendía. El hombre volvió la mirada nuevamente la niño, esperando a que este aceptara su ofrecimiento.
— Llevo algunos días trabajando con ellos, guardando la zona, y todavía no estoy muy seguro de en que consiste.
Un hombre se acerco a Chimar. Mostraba una exagerada sonrisa, obviamente feliz por haber visto al joven acercarse. Para Bulfas , encontrar a un joven interesado a tan temprana edad una alternativa religiosa a las que eran mas comunes en Aerandir, era todo un hallazgo. Y es que el estaba completamente seguro de que ese era el caso, pese a estar mas bien completamente equivocado.
— No, pequeño —se acerco a Chimar. Estuvo a punto de colocarle las manos sobre los hombros, pero prefirió quedarse quieto, a una distancia muy cercana al niño—. No te has equivocado de lugar, ni te has perdido. De hecho, acabas de encontrar exactamente el lugar que estabas buscando desde hace muchísimo tiempo.
Frith pensaba que, de haber sido él el niño, seguramente se habría ido corriendo, puesto que las palabras de aquel hombre no eran especialmente tentadoras. El pelirrojo se mantuvo al lado, mas atento a si el joven se sentía incomodo que al hombre que hablaba. Tal vez escuchando a aquel hombre, podría entender mejor sobre los propósitos de aquel lugar. Al fin y al cabo no le habían contado nada, poco mas que los deberes que el tenia para con el grupo de constructores: defender la zona y protegerla a toda costa, como si alguien pudiera de repente emboscarlos y terminar con ese sueño en el que parecían estar perdidos. Pero el propósito de la construcción? Salvo la relación con aquella extraña creencia, Frith no sabia absolutamente nada. Pensó que si tanto miedo tenían de poder ser atacados, habría sido mucho más inteligente formar la estructura de un material mucho mas resistente.
— Chiquillo, si quieres puedes venir con nosotros y podrás colocar una pieza de madera en la estructura —dije con una voz muy suave el hombre, mirando a Chimar a los ojos—. Entonces cuando este completamente construida, podrás decir con orgullo que pusiste una parte de ti en su construcción. Quieres hacerlo? Ven, hay mas niños jugando además, seguro que te llevas muy bien con ellos.
El hombre le hizo un gesto con la mano para que se acercara a el y lo acompañara junto con el resto de los niños, que estaban gritando y correteando alrededor de la estructura. Frith ya había dejado de estar atento a la conversación y había dirigido sus ojos al bosque,dado que entre los arboles había llegado a observar una figura. Debía estar atento a aquella clase de cosas. Según le había dicho el jefe de la construcción, muchos intentarían destruirla, y acabar con todos ellos.
— Pensáis ocultar este lugar de algún modo? —Pregunto Frith entonces al hombre.
Bulfas se relajo y aparto la vista del niño, mirando ahora al pelirrojo.
— El bosque ya lo oculta lo suficientemente bien. Además, dios no dejara que nos pase nada, ya lo sabes —respondió el, con el semblante serio. Frith pensó que parecía que cada cosa que el decía, de algún modo le ofendía. El hombre volvió la mirada nuevamente la niño, esperando a que este aceptara su ofrecimiento.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Chimar se mantiene con la interrogante varios minutos, al final recibe una respuesta de su propia mente lógica. Cuando una persona se acerca de manera tan amable… está vendiendo algo. Este comerciante en específico vende fe, una de las cosas con menos valor jamás descubierta por el hombre.
“Bueno, al menos no son caníbales”
En los reinos existen muchas creencias, la moralidad de estas varia con cada paso. Maquiavelo es un genio y no tiene tiempo para verse envuelto en grandes ideas ajenas aunque sabe de primera mano que con un poco de negociación es fácil desplumar a cualquier creyente, algunas veces incluso sin hurgar en su bolsa.
Mientras aquel hombre usa sus poderes de convencimiento corriente el enano está más interesado en su vecino pelirrojo, tiene un rostro que claramente dice “no me creo ni una palabra de esto pero dinero es dinero”. Quién lo diría, un frijol con más seso que la mayoría… solo falta que comiencen a llover vacas.
Puedo ayudar pero… necesito dinero para mis hermanos enfermos.
Complementa la frase poniendo cara de niño triste, nunca falla. Es una técnica que no le gusta utilizar pero viene bien en situaciones calmadas, cuando la ballesta debe quedarse “dormida”. Por otro lado, con tanta gente congregada también es posible un pago mas simbólico que el dinero mismo.
También tengo un poco de hambre…
Dos disparos al aire, quizás uno encuentre objetivo. A veces funciona y otras no pero nada cuesta tratar, de por si encontrarse misioneros raros en medio del bosque suele entrar en el rango de “cosas muy locas”. Si consigue ambos premios probara uno de sus inventos mas raros en la esfera, tal suerte no puede ser desaprovechada.
Suena bien, le sigo.
Los días de timidez hacia otros contemporáneos quedaron atrás, Chimar es mas sociable con su facción de escaso tamaño ahora. Los gorriones ayudaron en gran medida, con tantos mocosos correteando en su instalación tuvo que acostumbrarse… además si los niños normales se ponen muy molestos siempre puede traer orden con un virote incendiario convenientemente errado y vistoso.
La charla final entre el mercenario y la persona a cargo no pasa desapercibida para el chico listo, es posible que aparezcan problemas en el horizonte. Si ese viene a ser el caso lo único que espera Maquiavelo es la cortesía de poder comer primero, a partir de allí no le importaría pelear y salvar gente.
Pues… si dios esta ocupado sin duda podremos hacer algo en esa situación igual.
“Bueno, al menos no son caníbales”
En los reinos existen muchas creencias, la moralidad de estas varia con cada paso. Maquiavelo es un genio y no tiene tiempo para verse envuelto en grandes ideas ajenas aunque sabe de primera mano que con un poco de negociación es fácil desplumar a cualquier creyente, algunas veces incluso sin hurgar en su bolsa.
Mientras aquel hombre usa sus poderes de convencimiento corriente el enano está más interesado en su vecino pelirrojo, tiene un rostro que claramente dice “no me creo ni una palabra de esto pero dinero es dinero”. Quién lo diría, un frijol con más seso que la mayoría… solo falta que comiencen a llover vacas.
Puedo ayudar pero… necesito dinero para mis hermanos enfermos.
Complementa la frase poniendo cara de niño triste, nunca falla. Es una técnica que no le gusta utilizar pero viene bien en situaciones calmadas, cuando la ballesta debe quedarse “dormida”. Por otro lado, con tanta gente congregada también es posible un pago mas simbólico que el dinero mismo.
También tengo un poco de hambre…
Dos disparos al aire, quizás uno encuentre objetivo. A veces funciona y otras no pero nada cuesta tratar, de por si encontrarse misioneros raros en medio del bosque suele entrar en el rango de “cosas muy locas”. Si consigue ambos premios probara uno de sus inventos mas raros en la esfera, tal suerte no puede ser desaprovechada.
Suena bien, le sigo.
Los días de timidez hacia otros contemporáneos quedaron atrás, Chimar es mas sociable con su facción de escaso tamaño ahora. Los gorriones ayudaron en gran medida, con tantos mocosos correteando en su instalación tuvo que acostumbrarse… además si los niños normales se ponen muy molestos siempre puede traer orden con un virote incendiario convenientemente errado y vistoso.
La charla final entre el mercenario y la persona a cargo no pasa desapercibida para el chico listo, es posible que aparezcan problemas en el horizonte. Si ese viene a ser el caso lo único que espera Maquiavelo es la cortesía de poder comer primero, a partir de allí no le importaría pelear y salvar gente.
Pues… si dios esta ocupado sin duda podremos hacer algo en esa situación igual.
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Los pensamientos de Bulfas parecieron mucho menos honorables en cuanto el muchacho menciono el dinero que necesitaba para él y sus hermanos. En cuanto llego a escuchar esa palabra, Frith pudo ver en su cara un cambio en su expresión, una mueca de escondido desagrado. Aun así, el hombre trato de seguir ocultándolo y tratando posteriormente de no mostrar los motivos por los cuales no podía tomarse la libertad de entregarle una sola moneda al pobre chico.
— Lamentablemente no tenemos mucho dinero. En el futuro esta construcción será sede de la bondad, la libertad y la filantropía, por lo que en cuanto esté acabado llegaran personas que serán capaces de ayudarte a ti y a tus hermanos —respondió entonces el hombre, mientras intentaba hablar con suavidad, y despacio, tratando de no quedar demasiado mal. Frith en cambio esbozaba una media sonrisa.
— Bueno, me habéis pagado demasiado bien como para decirle eso al pobre chico.
— Pero es diferente. La ayuda que el recibiría seria en sí misma una ayuda. Tu solo eres un… mercenario, consumido por el pecado y… bueno, no me hagas cambiar de opinión.
— Recuerda que es fácil que un mercenario cambie de bando, si no lo tienes suficientemente contento —dijo Frith en tono jocoso. Bulfas hizo un gesto con la mano, tratando de quitar importancia a lo que acababan de hablar.
Aquel hombre que lo había estado tratando con tanta delicadeza durante los últimos días, se tomaba ahora la libertad de llamarlo pecador. Ni que hubiera sido consciente de la situación particular que tenía el pelirrojo con su hermana. Aun así, no se sintió ofendido ni mucho menos. Seguía pensando lo mismo que al principio, y es que, si de aquello sacaba unas monedas, no le importaba en absoluto lo que un individuo al que no volvería a ver en toda su vida dijera.
— Pero a ti puedo darte algo de comer, si quieres. Algo para tus hermanos también —se giró el hombre hacia Chimar. Le hizo unas señas, para queso acercara a la edificación. Cerca de la puerta, había varias cestas de mimbre. El hombre tomo una de ellas y se acercó a Chimar. Comenzó a sacar algunas cosas—. Dentro hay huevos, pan, chocolate… —continúo buscando dentare las cosas que había dentro—. Una daga, pero esto, esto no es para ti —se la entregó a uno de los hombres que paso por la zona—. Tienes varias cosas de comida más. Disfruta. Esperamos que vengas pronto en cuanto esté terminada.
— Podemos jugar? —Se le acerco una niña, de cabello rubio y ojos oscuros. Tenía la cara inflada y los cachetes colorados, y se había decidido a tirar de la ropa a Chimar para llamar su atención.
El silbido de una flecha paso rápidamente sin que se dieran cuenta, a su lado. De repente, un enorme chillado se produjo justo al lado de Frith. La niña había recibido aquel disparo, que en realidad iba dirigido hacia Bulfas. La flecha se clavó en su diminuta pierna. La madre de la niña soltó un grito terrible y corrió hacia ella, tomándola en brazos y entrando dentro de la edificación. Todos los niños empezaron a formar un escándalo entrando también dentro de la edificación. Mientras tanto, obreros y otras personas se quedaron fuera. De repente sacaron dagas, rastrillos, guadañas y otras herramientas queda había esparcidas por el suelo momentos atrás, y comenzaron a prepararse, situándose detrás de las pilas de madera que sería destinada para la construcción. Mas flechas volaron hacia allí, y dos de ellas tenían fuego en sus puntas. Se clavaron en la edificación, que comenzó a arder con rapidez. Belfas corrió hacia un pequeño charco de agua sucia que había en la cercanía y lleno un cubo, varios repitieron el proceso para poder apagar el fuego, aunque muchas flechas impidieron que algunos de ellos pudieran llegar siquiera al charco.
Frith se había quedado detrae sed una pila de madera. Blandiendo ya espada y escudo, quería esperar al mejor momento para poder dirigirse de una forma inteligente hacia los bosques, hasta llegar a quien fuera que estuviera atacando en aquellos momentos.
— Lamentablemente no tenemos mucho dinero. En el futuro esta construcción será sede de la bondad, la libertad y la filantropía, por lo que en cuanto esté acabado llegaran personas que serán capaces de ayudarte a ti y a tus hermanos —respondió entonces el hombre, mientras intentaba hablar con suavidad, y despacio, tratando de no quedar demasiado mal. Frith en cambio esbozaba una media sonrisa.
— Bueno, me habéis pagado demasiado bien como para decirle eso al pobre chico.
— Pero es diferente. La ayuda que el recibiría seria en sí misma una ayuda. Tu solo eres un… mercenario, consumido por el pecado y… bueno, no me hagas cambiar de opinión.
— Recuerda que es fácil que un mercenario cambie de bando, si no lo tienes suficientemente contento —dijo Frith en tono jocoso. Bulfas hizo un gesto con la mano, tratando de quitar importancia a lo que acababan de hablar.
Aquel hombre que lo había estado tratando con tanta delicadeza durante los últimos días, se tomaba ahora la libertad de llamarlo pecador. Ni que hubiera sido consciente de la situación particular que tenía el pelirrojo con su hermana. Aun así, no se sintió ofendido ni mucho menos. Seguía pensando lo mismo que al principio, y es que, si de aquello sacaba unas monedas, no le importaba en absoluto lo que un individuo al que no volvería a ver en toda su vida dijera.
— Pero a ti puedo darte algo de comer, si quieres. Algo para tus hermanos también —se giró el hombre hacia Chimar. Le hizo unas señas, para queso acercara a la edificación. Cerca de la puerta, había varias cestas de mimbre. El hombre tomo una de ellas y se acercó a Chimar. Comenzó a sacar algunas cosas—. Dentro hay huevos, pan, chocolate… —continúo buscando dentare las cosas que había dentro—. Una daga, pero esto, esto no es para ti —se la entregó a uno de los hombres que paso por la zona—. Tienes varias cosas de comida más. Disfruta. Esperamos que vengas pronto en cuanto esté terminada.
— Podemos jugar? —Se le acerco una niña, de cabello rubio y ojos oscuros. Tenía la cara inflada y los cachetes colorados, y se había decidido a tirar de la ropa a Chimar para llamar su atención.
El silbido de una flecha paso rápidamente sin que se dieran cuenta, a su lado. De repente, un enorme chillado se produjo justo al lado de Frith. La niña había recibido aquel disparo, que en realidad iba dirigido hacia Bulfas. La flecha se clavó en su diminuta pierna. La madre de la niña soltó un grito terrible y corrió hacia ella, tomándola en brazos y entrando dentro de la edificación. Todos los niños empezaron a formar un escándalo entrando también dentro de la edificación. Mientras tanto, obreros y otras personas se quedaron fuera. De repente sacaron dagas, rastrillos, guadañas y otras herramientas queda había esparcidas por el suelo momentos atrás, y comenzaron a prepararse, situándose detrás de las pilas de madera que sería destinada para la construcción. Mas flechas volaron hacia allí, y dos de ellas tenían fuego en sus puntas. Se clavaron en la edificación, que comenzó a arder con rapidez. Belfas corrió hacia un pequeño charco de agua sucia que había en la cercanía y lleno un cubo, varios repitieron el proceso para poder apagar el fuego, aunque muchas flechas impidieron que algunos de ellos pudieran llegar siquiera al charco.
Frith se había quedado detrae sed una pila de madera. Blandiendo ya espada y escudo, quería esperar al mejor momento para poder dirigirse de una forma inteligente hacia los bosques, hasta llegar a quien fuera que estuviera atacando en aquellos momentos.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Chimar debe hacer un esfuerzo para no comenzar a reírse impertinentemente por la reacción del misionero, un tacaño es un tacaño sin importar que ropa lleve encima. Los intentos del adulto por mejorar su situación también resultan divertidos, es como ver a alguien tratar de salvar un barco con su cuchara sopera.
“Y por esto soy ateo jejeje”
Finalmente dicho personaje desiste y pasa a realizar un verdadero acto de caridad, aquello sorprende un poco al enano quien lo mira de medio lado cuando recibe su cesta. Sonríe como respuesta y se dispone a dar las gracias… hace años que nadie extraño le regalaba algo y eso merece palabras cordiales.
Muchas gracias señor… de verdad.
En eso cierta chiquilla aparece por un lateral buscando juego, Maquiavelo le mira con nobleza pero antes de poder decir algo una flecha termina lastimando a la criatura. Su llanto… la forma como grita despierta una gran indignación en el joven inventor, algo que decide responder con violencia.
Se llevan a la niña lastimada y todos los no combatientes corren a refugiarse en la estructura medio terminada, algunos incluso le indican con señas desesperadas al genio que les siga. El solo se limita ignorarlos mientras elabora un estado mental de la situación, si no hacen algo no quedaran creyentes para levantar la iglesia… mucho menos cualquier tumba.
Avanza guiado por su rabia y termina deteniéndose en la misma cobertura del mercenario, seguir corriendo es suicidio aunque tiene una idea para que su facción tome la ofensiva. Suspira y apunta la ballesta de su brazo, luego selecciona un virote incendiario y… les muestra a los demonios el infierno.
Apunta a la copa de un árbol alto y rodeado, la capsula de líquido especial se desparrama impregnándolo todo. Segundos después el fosforo de la flecha hace chispas desatando llamas fuertes que se expanden por esa sección del bosque, es de agradecer que las condiciones del verano sean propicias.
El ataque a distancia se interrumpe e incluso pueden escucharse un par de gritos entre las llamas, es una buena oportunidad para avanzar hasta el enemigo ya sea de frente o por los laterales. Con una seriedad profesional el pequeño intelectual cambia los virotes de su arma a flechas normales, se viene un combate cercano.
Tiempo de ganarse la paga.
Dice con cierta sonrisa al pelirrojo mientras corre, pronto el humo lo envuelve borrándolo de la realidad. Lleva una bufanda alrededor del rostro inferior para no aspirar demasiado y marearse, atacara desde la bruma con el único motivo de vengar el dolor sufrido por aquella niña inocente de todo.
“Y por esto soy ateo jejeje”
Finalmente dicho personaje desiste y pasa a realizar un verdadero acto de caridad, aquello sorprende un poco al enano quien lo mira de medio lado cuando recibe su cesta. Sonríe como respuesta y se dispone a dar las gracias… hace años que nadie extraño le regalaba algo y eso merece palabras cordiales.
Muchas gracias señor… de verdad.
En eso cierta chiquilla aparece por un lateral buscando juego, Maquiavelo le mira con nobleza pero antes de poder decir algo una flecha termina lastimando a la criatura. Su llanto… la forma como grita despierta una gran indignación en el joven inventor, algo que decide responder con violencia.
Se llevan a la niña lastimada y todos los no combatientes corren a refugiarse en la estructura medio terminada, algunos incluso le indican con señas desesperadas al genio que les siga. El solo se limita ignorarlos mientras elabora un estado mental de la situación, si no hacen algo no quedaran creyentes para levantar la iglesia… mucho menos cualquier tumba.
Avanza guiado por su rabia y termina deteniéndose en la misma cobertura del mercenario, seguir corriendo es suicidio aunque tiene una idea para que su facción tome la ofensiva. Suspira y apunta la ballesta de su brazo, luego selecciona un virote incendiario y… les muestra a los demonios el infierno.
Apunta a la copa de un árbol alto y rodeado, la capsula de líquido especial se desparrama impregnándolo todo. Segundos después el fosforo de la flecha hace chispas desatando llamas fuertes que se expanden por esa sección del bosque, es de agradecer que las condiciones del verano sean propicias.
El ataque a distancia se interrumpe e incluso pueden escucharse un par de gritos entre las llamas, es una buena oportunidad para avanzar hasta el enemigo ya sea de frente o por los laterales. Con una seriedad profesional el pequeño intelectual cambia los virotes de su arma a flechas normales, se viene un combate cercano.
Tiempo de ganarse la paga.
Dice con cierta sonrisa al pelirrojo mientras corre, pronto el humo lo envuelve borrándolo de la realidad. Lleva una bufanda alrededor del rostro inferior para no aspirar demasiado y marearse, atacara desde la bruma con el único motivo de vengar el dolor sufrido por aquella niña inocente de todo.
Chimar usa su habilidad de Lvl 2 (Virotes inferno)
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Frith pudo escuchar diversos gritos de dolor y espanto al otro lado, perdidos entre el bosque que ahora se encontraba incendiado. El pelirrojo había observado con suma incredulidad lo que el niño acababa de hacer. Alguna clase de magia extraña, pensó, capaz de originar fuego de la nada así como así. O tal vez se trataba de una especie de alquimista místico. Como fuera, Frith comenzaba a estar habituado a encontrar gente con habilidades de esa índole, pero jamas habría imaginado que aquellas habilidades vendrían de la mano de un niño. Un niño que además, aparentaba ser bastante inteligente, rápido a la hora de actuar.
— Si, hay que ganarse la paga —respondió Frith.
Aprovecho que ahora todos los atacantes estaban mesiado distraidos tratando de ponerse al resguardo del fuego, salio de detrás de la pila de madera y se adentro en el bosque, empuñando la espada. Se encontró directamente con dos individuos, que había escondidos entre unos arbustos. Pro fortuna estos se encontraban demasiado distraidos mirando como un enorme tronco ardiendo caía a su lado; lo esquivaron, y en ese momento Frith aprovecho para propinar una estocada, que se clavo entre el hombro y el cuello de uno de ellos. Saco la espada con dificultad, y golpeo con una patada al hombre, dejándolo caer al suelo. Las llamas del tronco que había caído, comenzaron a consumirlo al mismo tiempo. El otro se quedo mirando al pelirrojo con el ceño fruncido, pero tiro su espada, que tenia un aspecto viejo y oxidado, y dando media vuelta se fue corriendo. No iba a perseguirlo, al fin y al cabo su trabajo era proteger la zona; no debía alejarse.
— Venga, no podemos dejar solo al mercenario —dijo Bulfas , saliendo de la estructura. Varios hombres mas salieron, también algunas mujeres.
Llevaban guadañas, rastrillos y dagas. Y los que tenían espadas, tenían unas realmente precarias, anda del otro mundo. Avanzaron con un grito de furia hacia los bosques. Y entonces se formo el caos. Los cristianos comenzaron a caer rápidamente, incluso aunque fueran dos peleando contra uno de aquellos otros hombres. Frith supo instantáneamente la razón, al encontrarse cara a cara contra otro de ellos.
— Aughor? —Pregunto Frith—. Que haces aquí?
El hombre que tenia delante era un hombre robusto, de incluso mayor estatura que el pelirrojo. Tenia aun armadura impecable, de cuero y cota de malla, y portaba dos enormes espadas, claramente nuevas y bien afiladas. Lo conocía demasiado bien, era uno de los mercenarios de Ingvar, con quien había compartido multitud de trabajos.
— Me gano el pan. Y tu?
— Lo mismo. Pero, esto es ridículo. Esta gente no sabe pelear.
— Que pan tan fácil entonces.
Evadiendo una pelea con Frith, Aughor se fue corriendo perdiéndose entre los arboles, buscando algún otro cristiano mal armado con el que acabar.
Bulfas regreso rápidamente hasta la estructura, y busco uno de los bidones de provisiones que tenia al lado. Tomo aquel que tenia aceite, y sumergió su espada en este. Pidió a sus acompañantes que hicieran lo mismo, y poco después corrieron hacia el fuego. Prendieron sus armas, precarias o no, y marcharon nuevamente hacia el combate, ahora armados con diversas armas en llamas. Aquello cambio las cosas. El cuero y las mallas que llevaban los mercenarios, rápidamente se prendieron, y el hierro de las mallas comenzó a volverse insoportable para ellos. Muchos huyeron, otros prefirieron quedarse; cuantos menos mercenarios quedaran, mayor seria la paga para esos pocos, siempre funcionaba de ese modo. Uno de los mercenarios, Aughor, fue corriendo hacia Chimar, moviéndose como un poseso entre llamas. Movía sus espadas en todas las direcciones de forma completamente aleatoria. La niña, miraba al valiente muchacho desde una de las ventanas de la estructura.
Varias flechas mas fueron disparadas en dirección a la edificación, prendiendo fuego nuevamente a varias secciones de esta. Los niños comenzaron a gritar muy asustados en el interior de la edificación. Debían desalojarla, pero las flechas se hacían más frecuentes en dirección a la estructura, por lo que los padres no querían permitirles salir, dado que eso significaría una muerte segura. Frith comenzaba sentir a la furia dentro de sí, la furia por el combate. Temía convirtiese en el lobo; no era un buen momento, y aquello solo lo haría mas vulnerable.
— Si, hay que ganarse la paga —respondió Frith.
Aprovecho que ahora todos los atacantes estaban mesiado distraidos tratando de ponerse al resguardo del fuego, salio de detrás de la pila de madera y se adentro en el bosque, empuñando la espada. Se encontró directamente con dos individuos, que había escondidos entre unos arbustos. Pro fortuna estos se encontraban demasiado distraidos mirando como un enorme tronco ardiendo caía a su lado; lo esquivaron, y en ese momento Frith aprovecho para propinar una estocada, que se clavo entre el hombro y el cuello de uno de ellos. Saco la espada con dificultad, y golpeo con una patada al hombre, dejándolo caer al suelo. Las llamas del tronco que había caído, comenzaron a consumirlo al mismo tiempo. El otro se quedo mirando al pelirrojo con el ceño fruncido, pero tiro su espada, que tenia un aspecto viejo y oxidado, y dando media vuelta se fue corriendo. No iba a perseguirlo, al fin y al cabo su trabajo era proteger la zona; no debía alejarse.
— Venga, no podemos dejar solo al mercenario —dijo Bulfas , saliendo de la estructura. Varios hombres mas salieron, también algunas mujeres.
Llevaban guadañas, rastrillos y dagas. Y los que tenían espadas, tenían unas realmente precarias, anda del otro mundo. Avanzaron con un grito de furia hacia los bosques. Y entonces se formo el caos. Los cristianos comenzaron a caer rápidamente, incluso aunque fueran dos peleando contra uno de aquellos otros hombres. Frith supo instantáneamente la razón, al encontrarse cara a cara contra otro de ellos.
— Aughor? —Pregunto Frith—. Que haces aquí?
El hombre que tenia delante era un hombre robusto, de incluso mayor estatura que el pelirrojo. Tenia aun armadura impecable, de cuero y cota de malla, y portaba dos enormes espadas, claramente nuevas y bien afiladas. Lo conocía demasiado bien, era uno de los mercenarios de Ingvar, con quien había compartido multitud de trabajos.
— Me gano el pan. Y tu?
— Lo mismo. Pero, esto es ridículo. Esta gente no sabe pelear.
— Que pan tan fácil entonces.
Evadiendo una pelea con Frith, Aughor se fue corriendo perdiéndose entre los arboles, buscando algún otro cristiano mal armado con el que acabar.
Bulfas regreso rápidamente hasta la estructura, y busco uno de los bidones de provisiones que tenia al lado. Tomo aquel que tenia aceite, y sumergió su espada en este. Pidió a sus acompañantes que hicieran lo mismo, y poco después corrieron hacia el fuego. Prendieron sus armas, precarias o no, y marcharon nuevamente hacia el combate, ahora armados con diversas armas en llamas. Aquello cambio las cosas. El cuero y las mallas que llevaban los mercenarios, rápidamente se prendieron, y el hierro de las mallas comenzó a volverse insoportable para ellos. Muchos huyeron, otros prefirieron quedarse; cuantos menos mercenarios quedaran, mayor seria la paga para esos pocos, siempre funcionaba de ese modo. Uno de los mercenarios, Aughor, fue corriendo hacia Chimar, moviéndose como un poseso entre llamas. Movía sus espadas en todas las direcciones de forma completamente aleatoria. La niña, miraba al valiente muchacho desde una de las ventanas de la estructura.
Varias flechas mas fueron disparadas en dirección a la edificación, prendiendo fuego nuevamente a varias secciones de esta. Los niños comenzaron a gritar muy asustados en el interior de la edificación. Debían desalojarla, pero las flechas se hacían más frecuentes en dirección a la estructura, por lo que los padres no querían permitirles salir, dado que eso significaría una muerte segura. Frith comenzaba sentir a la furia dentro de sí, la furia por el combate. Temía convirtiese en el lobo; no era un buen momento, y aquello solo lo haría mas vulnerable.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Pronto Chimar nota que no se enfrenta a una mera compañía mercenaria de cinco hombres, alguien a contratado toda una fuerza para expulsar al pintoresco grupo religioso. Es extraño que de momento luche por los fanáticos adoradores de la cruz pero… tienen niños y el enano cuida bien a su facción.
Al principio solo Maquiavelo y el pelirrojo luchan sin cuartel contra las fuerzas enemigas, poco después se les une un equipo de voluntarios que solo consiguen sumar más bajas al equipo aliado. Alguien debería enseñarle al “pueblo del señor” como luchar o solo podrán medirse con los borrachos del puerto.
El enano consigue neutralizar dos hostiles en menos de cinco minutos pero aún le falta mucho para acabar, por suerte siempre trae cargadores de cien virotes encima. Entre el fuego, los gritos y la matanza aquel emplazamiento de fe termina convirtiéndose en una batalla campal sin ganador definido.
De repente un matón más grande de lo normal avanza como demente por entre los árboles, el chico genio parece ser su objetivo. Este ultimo se coloca en posición táctica y esquiva la primera embestida como si de un toro se tratase, luego se le encarama al miserable y le dispara un virote descendiente por la clavícula al lado del cuello.
Salta del sujeto extrañamente animado pero su buen humor termina al ver como varios hostiles retoman sus ataques incendiarios en contra de la edificación. Muchos gritos comienza tener lugar adentro y de seguir así toda la facción no combatiente podría termina abrasada hasta morir… sin duda requiere pericia ser el héroe de los desarmados.
Con velocidad aquel joven valiente avanza por el campo abierto, no se detiene y atraviesa una de las ventanas. Cae ágilmente del otro lado dando varias volteretas aunque no se detiene para recuperar aliento, dejo una de sus esferas explosivas en la fachada exterior con su contador corriendo.
¡¡Aléjense del lado derecho, va a explotar!!
Corre a cubrirse dándole más potestad a sus palabreas y los testigos aunque renuentes al principio terminan obedeciendo, cuando la explosión sucede todos se encuentran debidamente resguardados. La bomba hidráulica tiene muchos usos, uno de ellos es que puede extinguir llamas con la violencia de la onda expansiva.
El ruido demencial hace que los residentes se cubran ambos oídos, cuando tienen suficiente valor para asomarse por entre las coberturas son capaces de apreciar esa sección algo deteriorada pero aun en pie y sin fuego. Chimar sonríe inocentemente mientras comienza su regreso al campo, claro que no sin antes soltar instrucciones.
Procuren mantenerse vivos y dejen que los profesionales hagan su trabajo.
Acto seguido vuelve a saltar la ventana, esta vez en sentido contrario. Afuera se encuentra a varios creyentes blandiendo filos incendiarios… eso no se lo esperaba. Otra arma de alquiler sale por un lateral y se lleva el premio mayor, cierto virote entre ceja y ceja. No importa cuanta motivación tengan, con tantas bajas tendrán que retirarse pronto.
Al principio solo Maquiavelo y el pelirrojo luchan sin cuartel contra las fuerzas enemigas, poco después se les une un equipo de voluntarios que solo consiguen sumar más bajas al equipo aliado. Alguien debería enseñarle al “pueblo del señor” como luchar o solo podrán medirse con los borrachos del puerto.
El enano consigue neutralizar dos hostiles en menos de cinco minutos pero aún le falta mucho para acabar, por suerte siempre trae cargadores de cien virotes encima. Entre el fuego, los gritos y la matanza aquel emplazamiento de fe termina convirtiéndose en una batalla campal sin ganador definido.
De repente un matón más grande de lo normal avanza como demente por entre los árboles, el chico genio parece ser su objetivo. Este ultimo se coloca en posición táctica y esquiva la primera embestida como si de un toro se tratase, luego se le encarama al miserable y le dispara un virote descendiente por la clavícula al lado del cuello.
Salta del sujeto extrañamente animado pero su buen humor termina al ver como varios hostiles retoman sus ataques incendiarios en contra de la edificación. Muchos gritos comienza tener lugar adentro y de seguir así toda la facción no combatiente podría termina abrasada hasta morir… sin duda requiere pericia ser el héroe de los desarmados.
Con velocidad aquel joven valiente avanza por el campo abierto, no se detiene y atraviesa una de las ventanas. Cae ágilmente del otro lado dando varias volteretas aunque no se detiene para recuperar aliento, dejo una de sus esferas explosivas en la fachada exterior con su contador corriendo.
¡¡Aléjense del lado derecho, va a explotar!!
Corre a cubrirse dándole más potestad a sus palabreas y los testigos aunque renuentes al principio terminan obedeciendo, cuando la explosión sucede todos se encuentran debidamente resguardados. La bomba hidráulica tiene muchos usos, uno de ellos es que puede extinguir llamas con la violencia de la onda expansiva.
El ruido demencial hace que los residentes se cubran ambos oídos, cuando tienen suficiente valor para asomarse por entre las coberturas son capaces de apreciar esa sección algo deteriorada pero aun en pie y sin fuego. Chimar sonríe inocentemente mientras comienza su regreso al campo, claro que no sin antes soltar instrucciones.
Procuren mantenerse vivos y dejen que los profesionales hagan su trabajo.
Acto seguido vuelve a saltar la ventana, esta vez en sentido contrario. Afuera se encuentra a varios creyentes blandiendo filos incendiarios… eso no se lo esperaba. Otra arma de alquiler sale por un lateral y se lleva el premio mayor, cierto virote entre ceja y ceja. No importa cuanta motivación tengan, con tantas bajas tendrán que retirarse pronto.
Chimar usa su habilidad de Lvl 1 (Bomba Hidráulica)
Última edición por Chimar el Dom Abr 22 2018, 02:52, editado 1 vez
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
La explosión de la bomba hidráulica no solo apaciguo las llamas, haciendo que se terminaran apagando por completo, sino que además ensordeció a varios de los mercenarios que había cerca de la estructura, en el exterior, a pocos metros de la fachada. Estos se quedaron aturdidos, y entonces los creyentes blandiendo sus armas en llamas aprovecharon las situaciones para poder atacar ahora que estos otros estaban vulnerables. Pudieron acabar con varios de aquellos mercenarios. Varios mas miraban en la lejanía, tirando sus arcos y ballestas al suelo, habiendo terminado todas las flechas y siendo conscientes de que no serian capaz de volver a incendiar la estructura. Debian pasar al ataque cuerpo a cuerpo y acabar con los creyentes de una vez por todas, ya se ocuparían más delante de destruir la estructura.
- ¿Los profesionales? -pregunto una mujer mientras miraba a chimar. No lo dijo en tono jocos, ni tampoco dudosa. Simplemente le continuaba sorprendiendo que un muchacho de tan escasa edad hubiera sido tan avispado en un combate de esa magnitud. Ti obviamente se había quedado extremadamente sorprendida al ver la clase de herramientas que tenía a mano.
Mientras tanto Frith peleaba en el linde del bosque, contra algunos de los mercenarios que se habían precipitado hacia el campo de batalla, tratando de acercarse a la estructura. Era primordial que no llegar hasta el interior de la estructura, donde se resguardaban las personas incapaces de defenderse, principalmente niños. Las armas de fuego poco a poco hicieron que los mercenarios se retiraran, dudosos de su victoria, una victoria de la cual estaban muy seguros al comenzar la pelea. Sobre todo, se fijaron en el niño, dado que uno de los mercenarios había llegado a ver que este había sido el que había utilizado la ballesta que se había llevado a tantos de sus aliados, y el mismo que había apagado las llamas que habían significado la esperanza de acabar aquel trabajo rápidamente.
- ¡Matad al niñato! ¡Ya! -grito con una voz grave y ronca uno Ed los mercenarios.
Tres de ellos fueron corriendo en dirección a chimar, con la intención de matarlo de una vez por todas. Acabando con el pelirrojo y con el “travieso” niño, acabarían con las principales amenazas de aquella misión. Luego podrían ocuparse de los creyentes, derruir la edificación y regresar hasta quien les había mandado aquel trabajo para exigir la cuantiosa recompensa.
- ¡A por el! -grito otro de los mercenarios, ya a pocos metros de chimar.
- ¡Ayuda! -exclamo una niña desde el interior de la estructura.
Dos de los mercenarios habían llegado hasta el interior de la estructura. Uno de ellos había agarrado por una pierna a una niña y la movía como si fuera un trozo de jamón. La revoleó hacia una pared, haciendo que esta estrellara su espalda contra la misma.
Los civiles que había en el interior trataron de defenderse de los mercenarios, pero fueron cayendo uno a uno. Tan solo quedaban aquellos dos mercenarios, y los que estaban atacando a chimar, se fijo Frith. Había que terminar con ellos, y todo arriba terminado.
- ¿Los profesionales? -pregunto una mujer mientras miraba a chimar. No lo dijo en tono jocos, ni tampoco dudosa. Simplemente le continuaba sorprendiendo que un muchacho de tan escasa edad hubiera sido tan avispado en un combate de esa magnitud. Ti obviamente se había quedado extremadamente sorprendida al ver la clase de herramientas que tenía a mano.
Mientras tanto Frith peleaba en el linde del bosque, contra algunos de los mercenarios que se habían precipitado hacia el campo de batalla, tratando de acercarse a la estructura. Era primordial que no llegar hasta el interior de la estructura, donde se resguardaban las personas incapaces de defenderse, principalmente niños. Las armas de fuego poco a poco hicieron que los mercenarios se retiraran, dudosos de su victoria, una victoria de la cual estaban muy seguros al comenzar la pelea. Sobre todo, se fijaron en el niño, dado que uno de los mercenarios había llegado a ver que este había sido el que había utilizado la ballesta que se había llevado a tantos de sus aliados, y el mismo que había apagado las llamas que habían significado la esperanza de acabar aquel trabajo rápidamente.
- ¡Matad al niñato! ¡Ya! -grito con una voz grave y ronca uno Ed los mercenarios.
Tres de ellos fueron corriendo en dirección a chimar, con la intención de matarlo de una vez por todas. Acabando con el pelirrojo y con el “travieso” niño, acabarían con las principales amenazas de aquella misión. Luego podrían ocuparse de los creyentes, derruir la edificación y regresar hasta quien les había mandado aquel trabajo para exigir la cuantiosa recompensa.
- ¡A por el! -grito otro de los mercenarios, ya a pocos metros de chimar.
- ¡Ayuda! -exclamo una niña desde el interior de la estructura.
Dos de los mercenarios habían llegado hasta el interior de la estructura. Uno de ellos había agarrado por una pierna a una niña y la movía como si fuera un trozo de jamón. La revoleó hacia una pared, haciendo que esta estrellara su espalda contra la misma.
Los civiles que había en el interior trataron de defenderse de los mercenarios, pero fueron cayendo uno a uno. Tan solo quedaban aquellos dos mercenarios, y los que estaban atacando a chimar, se fijo Frith. Había que terminar con ellos, y todo arriba terminado.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Por mas enemigos que Chimar termina eliminando siempre aparecen más, en este punto es una pelea de resistencia… el que caiga primero pierde. Sus artilugios son geniales pero el numero constante de hostiles comienza a pasar factura, cada ronda se repite a si mismo “será la última” pero aquello no sucede.
Completamente confiados en que la piedra angular de la defensa es el niño, los mercenarios lanzan una ofensiva directa contra él. Vienen tres al mismo tiempo con cara de pocos amigos, tienen su rabia intrínseca para hacerles superar el miedo y existen pocas cosas mas peligrosas que un adulto motivado.
¡¡No les saldrá barata la comida!!
El primero de los enemigos termina con un virote alojado en la sesera, a partir de allí las cosas se ponen difíciles para el chiquillo. Su máquina recarga automáticamente pero tarda preciados segundos, ese tipo de desventaja la puede aprovechar cualquier enemigo con varios dedos de frente encima.
Maquiavelo intenta subirse encima del siguiente mastodonte pero es arrojado al suelo por su colega, ahora dichos sujetos están peligrosamente cerca. Mientras se levanta pilla un grito dentro de la iglesia y eso lo hace desconcentrarse, no logra pillar una patada lateral que consigue parar a medias con su brazo izquierdo.
“Grito de dolor seco” ¡miserable idiota afortunado!
No lo puede hacer responder y duele como los mil infiernos, nota que esta dislocado aunque no existe mucha diferencia entre dolores feos. Cae al suelo mientras intenta alejarse, involuntariamente suelta lagrimas por su situación. Uno de los matones se acerca para rematarlo pero peca de confiado llevándose cierto ataque defensivo, acaba con una daga encajada que entra desde la mandíbula y sale por el cuero cabelludo.
No me va a matar un “sollozo” miserable adulto sin nombre…
Aunque permanece unos instantes frio por lo seco de los acontecimientos el ultimo mercenario avanza, para ese entonces Chimar ya se encuentra de pie desafiante. Lanza un golpe al rostro del pequeño quien gira controladamente para terminar estrellando una botella de acido en su nuevo peor enemigo.
Vuelve a caer al suelo y llora un poco ahora por el dolor que siente en su cara, afortunadamente fue más un manotazo que otra cosa. No perdió ningún diente por lo que solo experimenta hinchazón y sangre bucal, un trato justo si tenemos en cuenta que su contrincante se encuentra derritiéndose en vida a varios pasos de distancia.
Esta vez no logra levantarse, tiembla por el dolor. Suelta más lágrimas en el suelo ahora por frustración, no es capaz de avanzar al interior de la iglesia sin tomarse varios minutos para recuperarse. Como puede llega a la trinchera de maderos y recuesta su espalda de los imperfectos árboles cortados, allí pide ayuda por primera vez en mucho tiempo.
¡¡¡Pelirrojo, mueve tu trasero a la maldita iglesia!!!!
Completamente confiados en que la piedra angular de la defensa es el niño, los mercenarios lanzan una ofensiva directa contra él. Vienen tres al mismo tiempo con cara de pocos amigos, tienen su rabia intrínseca para hacerles superar el miedo y existen pocas cosas mas peligrosas que un adulto motivado.
¡¡No les saldrá barata la comida!!
El primero de los enemigos termina con un virote alojado en la sesera, a partir de allí las cosas se ponen difíciles para el chiquillo. Su máquina recarga automáticamente pero tarda preciados segundos, ese tipo de desventaja la puede aprovechar cualquier enemigo con varios dedos de frente encima.
Maquiavelo intenta subirse encima del siguiente mastodonte pero es arrojado al suelo por su colega, ahora dichos sujetos están peligrosamente cerca. Mientras se levanta pilla un grito dentro de la iglesia y eso lo hace desconcentrarse, no logra pillar una patada lateral que consigue parar a medias con su brazo izquierdo.
“Grito de dolor seco” ¡miserable idiota afortunado!
No lo puede hacer responder y duele como los mil infiernos, nota que esta dislocado aunque no existe mucha diferencia entre dolores feos. Cae al suelo mientras intenta alejarse, involuntariamente suelta lagrimas por su situación. Uno de los matones se acerca para rematarlo pero peca de confiado llevándose cierto ataque defensivo, acaba con una daga encajada que entra desde la mandíbula y sale por el cuero cabelludo.
No me va a matar un “sollozo” miserable adulto sin nombre…
Aunque permanece unos instantes frio por lo seco de los acontecimientos el ultimo mercenario avanza, para ese entonces Chimar ya se encuentra de pie desafiante. Lanza un golpe al rostro del pequeño quien gira controladamente para terminar estrellando una botella de acido en su nuevo peor enemigo.
Vuelve a caer al suelo y llora un poco ahora por el dolor que siente en su cara, afortunadamente fue más un manotazo que otra cosa. No perdió ningún diente por lo que solo experimenta hinchazón y sangre bucal, un trato justo si tenemos en cuenta que su contrincante se encuentra derritiéndose en vida a varios pasos de distancia.
Esta vez no logra levantarse, tiembla por el dolor. Suelta más lágrimas en el suelo ahora por frustración, no es capaz de avanzar al interior de la iglesia sin tomarse varios minutos para recuperarse. Como puede llega a la trinchera de maderos y recuesta su espalda de los imperfectos árboles cortados, allí pide ayuda por primera vez en mucho tiempo.
¡¡¡Pelirrojo, mueve tu trasero a la maldita iglesia!!!!
Chimar usa su habilidad de Lvl 7 (Sustancia corrosiva)
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Frith llevaba un rato experimentando un terrible dolor en las articulaciones, además de un intenso pinchazo en su cabeza. Había comenzado a pelear distraídamente desde minutos antes, mas evadiendo ataques que peleando en sí. El grito del niño pidiendo ayuda hizo que se girara torpemente, distrayéndose de la pelea, y ese fue el momento que aprovechó el mercenario que tenia frente a el para asestarle un fuerte corte sobre la pierna. Frith estuvo a punto de caer de rodillas, pero se mantuvo en pie. Se alejo algunos metros del mercenario, que lo perseguía con una sonrisa de oreja a oreja. Sus músculos comenzaron a desgarrarse, y su cuerpo empezó a experimentar el cambio. Fue doloroso, al punto de que por primera vez en aquel día grito de dolor, furia, frustración, y toda la amargura que le provocaba convertirse. Pero no podía aguatar más, la bestia estaba apoderándose de él.
- ¿Qué demonios es esto? -pregunto el mercenario que momentos antes había estado peleando contra el-. Qué asco.
Se había quedado estupefacto al ver como las articulaciones del pelirrojo iban distorsionándote, y como su cuerpo poco a poco iba cambiando de forma grotesca, para poco a poco ir pareciéndose mas al cuerpo de un lobo. El mercenario aun así prefirió aprovechar aquel momento que Frith todavía se encontraba en el proceso, y por lo tanto vulnerable, para atacarlo ya matarlo de una estocada.
Aunque fue demasiado tarde; tal vez de haberlo hecho momentos antes habría tenido alguna posibilidad. El lobo pelirrojo clavo sus fauces en el brazo que blandía la espada, y lo desgarro, lanzándolo hacia alguna parte en medio del campo. El lobo estaba débil, todavía continuaba teniendo aquella herida del corte en la pata, pero aun así no se detuvo. Propino varios mordiscos mas al hombre, acabando con su vida. Otro de los mercenarios estaba cerca, y tan solo necesito asestarle un arañazo con sus garras, para que este comenzara a sentir como su herida empezaba a “arder”. Dejando a un lado al mercenario, continuo su trayecto hacia la estructura, donde estaban los otros dos mercenarios, dispuestos a masacrar a quienes había en su interior.
En su forma de lobo, se movía mucho mas rápidamente, con agilidad, y no tardo mucho en llegar hasta el interior. Se lanzo sobre la espalda de uno de los mercenarios. Sintió un terrible dolor en la pata herida, y el otro mercenario trato de agarrarlo de esta al darse cuenta de su herida. Se salvo de que lo agarrara, mordiéndole el brazo sin soltar sus garras de la espalda del otro mercenario. Ambos estaban atrapados por el lobo, entonces los hombres que había en el interior de la estructura aprovecharon para desarmar a los mercenarios, y tomando sus armas, acabaron con sus vidas. El lobo se bajo de la espalda del mercenario ahora muerto, y se alejo unos metros. Marchó rápidamente hacia chimar, para ver si se encontraba bien. Soltó un gruñido, y luego dirigió la vista hacia el linde del bosque, para ver si había mas mercenarios. Los pocos que quedaban, se habían marchado corriendo. El trabajo se le había ido al traste, y ya no tenían nada que hacer contra los creyentes.
Bulfas se movía de lado, gravemente herido. Se dejo caer sobre la fachada de la estructura, y allí se quedó.
- ¿Estás bien? -le pregunto uno de los creyentes, un joven muchacho que no superaba la veintena.
- Dentro de lo que cabe sí. Dios nos ha ayudado.
Frith dejo escapar un gruñido en su forma de lobo. Una mujer se encontraba recogiendo algunas de las pertenencias que había escampadas por el que había sido el campo de batalla. Había encontrado una mochila, que había pertenecido a uno de los mercenarios. Tomo la mochila y rebusco en su interior. Rápidamente se acerco hasta Bulfas con un papel en su mano. El hombre que había financiado el proyecto, se puso tenso de repente, trato de dar media vuelta y largarse sin que nadie lo viera, pero Frith estaba demasiado cerca de él, soltó un gruñido y el inversor se quedó quieto allí.
- ¡Traición! -grito la mujer-. Debes mirar esto, Bulfas, lee esto.
Bulfas leyó el texto que había en el papel. En este se describía un trabajo propuesto en un nombre en clave, pero refiriéndose a un “importante inversor”. Si el trabajo salía según lo previsto, este mismo inversor recibiría una suma cuantiosa de dinero, casi cinco veces mayor que la que el mismo inversor había entregado. Bulfas escupió en el suelo y diario su mirada hacia el inversor. Este trato de escapar nuevamente, pero Frith lo impidió poniéndose en medio de su camino.
- ¡A la horca con él! -grito la mujer-. ¡Todo esto es por su culpa!
- Deberíamos atender a las prioridades primero -dijo otra mujer, que tenía a una niña herida recostada en su regazo.
_______________________- ¿Qué demonios es esto? -pregunto el mercenario que momentos antes había estado peleando contra el-. Qué asco.
Se había quedado estupefacto al ver como las articulaciones del pelirrojo iban distorsionándote, y como su cuerpo poco a poco iba cambiando de forma grotesca, para poco a poco ir pareciéndose mas al cuerpo de un lobo. El mercenario aun así prefirió aprovechar aquel momento que Frith todavía se encontraba en el proceso, y por lo tanto vulnerable, para atacarlo ya matarlo de una estocada.
Aunque fue demasiado tarde; tal vez de haberlo hecho momentos antes habría tenido alguna posibilidad. El lobo pelirrojo clavo sus fauces en el brazo que blandía la espada, y lo desgarro, lanzándolo hacia alguna parte en medio del campo. El lobo estaba débil, todavía continuaba teniendo aquella herida del corte en la pata, pero aun así no se detuvo. Propino varios mordiscos mas al hombre, acabando con su vida. Otro de los mercenarios estaba cerca, y tan solo necesito asestarle un arañazo con sus garras, para que este comenzara a sentir como su herida empezaba a “arder”. Dejando a un lado al mercenario, continuo su trayecto hacia la estructura, donde estaban los otros dos mercenarios, dispuestos a masacrar a quienes había en su interior.
En su forma de lobo, se movía mucho mas rápidamente, con agilidad, y no tardo mucho en llegar hasta el interior. Se lanzo sobre la espalda de uno de los mercenarios. Sintió un terrible dolor en la pata herida, y el otro mercenario trato de agarrarlo de esta al darse cuenta de su herida. Se salvo de que lo agarrara, mordiéndole el brazo sin soltar sus garras de la espalda del otro mercenario. Ambos estaban atrapados por el lobo, entonces los hombres que había en el interior de la estructura aprovecharon para desarmar a los mercenarios, y tomando sus armas, acabaron con sus vidas. El lobo se bajo de la espalda del mercenario ahora muerto, y se alejo unos metros. Marchó rápidamente hacia chimar, para ver si se encontraba bien. Soltó un gruñido, y luego dirigió la vista hacia el linde del bosque, para ver si había mas mercenarios. Los pocos que quedaban, se habían marchado corriendo. El trabajo se le había ido al traste, y ya no tenían nada que hacer contra los creyentes.
Bulfas se movía de lado, gravemente herido. Se dejo caer sobre la fachada de la estructura, y allí se quedó.
- ¿Estás bien? -le pregunto uno de los creyentes, un joven muchacho que no superaba la veintena.
- Dentro de lo que cabe sí. Dios nos ha ayudado.
Frith dejo escapar un gruñido en su forma de lobo. Una mujer se encontraba recogiendo algunas de las pertenencias que había escampadas por el que había sido el campo de batalla. Había encontrado una mochila, que había pertenecido a uno de los mercenarios. Tomo la mochila y rebusco en su interior. Rápidamente se acerco hasta Bulfas con un papel en su mano. El hombre que había financiado el proyecto, se puso tenso de repente, trato de dar media vuelta y largarse sin que nadie lo viera, pero Frith estaba demasiado cerca de él, soltó un gruñido y el inversor se quedó quieto allí.
- ¡Traición! -grito la mujer-. Debes mirar esto, Bulfas, lee esto.
Bulfas leyó el texto que había en el papel. En este se describía un trabajo propuesto en un nombre en clave, pero refiriéndose a un “importante inversor”. Si el trabajo salía según lo previsto, este mismo inversor recibiría una suma cuantiosa de dinero, casi cinco veces mayor que la que el mismo inversor había entregado. Bulfas escupió en el suelo y diario su mirada hacia el inversor. Este trato de escapar nuevamente, pero Frith lo impidió poniéndose en medio de su camino.
- ¡A la horca con él! -grito la mujer-. ¡Todo esto es por su culpa!
- Deberíamos atender a las prioridades primero -dijo otra mujer, que tenía a una niña herida recostada en su regazo.
Habilidad: "Garras Infecciosas" usada.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Un sonido más extraño de lo normal obliga al lastimado niño a detallar bien la zona boscosa cercana, allí logra apreciar desde la seguridad de su cobertura lo desagradable que puede llegar a ser una transformación licantropa… no es algo que debes ver antes de comer o cuando planeas meterte a la cama sin duda.
El pelirrojo tiene sangre salvaje en su interior, por suerte lucha mejor como perro que como hombre. Acaba con su amenaza inmediata y pasa como alma que lleva el diablo rumbo a la iglesia, claramente ahora esta en su elemento. Como niño genio, científico y miembro de la Universidad de los Susurros Chimar solo puede formular una frase interna.
“Espero de todo corazón que no vaya desnudo…”
Las cosas cambian de inmediato para los chicos buenos, aquel guerrero aliado salva al grupo refugiado en la estructura. Con la causa perdida los atacantes restantes salen disparados a la espesura, rogando a todos sus ancestros no ser pillados por una turba nutrida de personas buscando justa venganza.
Para ese entonces Maquiavelo ya a dejado los mareos atrás, se levanta despacio siempre sin soltar su brazo comprometido. Lo peor de las dislocaciones es que el remedio puede resultar tan doloroso como la herida, encajar un hueso rebelde nunca termina siendo una experiencia agradable… como sacar cualquier diente de leche.
Al menos de momento aquel sufrimiento físico puede ser pospuesto por una realidad más compleja, media facción se encuentra lastimada y requieren atención urgente. Ningún niño debería recibir las heridas que ostenta Chimar pero no es la primera vez y sobrevivirá sin problemas agregados… no todos pueden decir lo mismo a su alrededor.
Mas adelante los adultos importantes del cuento debaten sobre una traición e incluso tienen su propio chivo expiatorio, el enano genio le metería un virote allí mismo si no tuviera que soltar su brazo lastimado para hacerlo. En este momento la venganza se encuentra 50/50 con las ganas de ser atendido amablemente.
Una mujer pone orden, su intervención resulta alentadora. Deben cuidar de sus heridos antes de ponerse a buscar mas peleas, las religiones se levantan sobre cadáveres pero sin creyentes mueren antes de nacer. Por suerte el chiquillo tiene algo que puede ayudar a mucha gente, como no lo necesita ahora ocultarlo es irrelevante.
“Silva con fuerza” oigan ustedes, esto parará el sangrado sin importar que fea sea la herida, no lo usen mas de tres veces en una persona y todo saldrá bien.
Pasa a las autoridades pertinentes cierto frasco, es de tamaño mediano y contiene un polvo blanco. El chico creo una gama de inventos necesarios para sobrevivir cualquier aventura… naturalmente agrego algo para no morirse si todas las contramedidas fallaban y algún tonto conseguia un pedazo de él.
Ahora si no es mucha molestia “sollozo” ¿¡alguien puede arreglarme esto!? “enseña su brazo dislocado”
El pelirrojo tiene sangre salvaje en su interior, por suerte lucha mejor como perro que como hombre. Acaba con su amenaza inmediata y pasa como alma que lleva el diablo rumbo a la iglesia, claramente ahora esta en su elemento. Como niño genio, científico y miembro de la Universidad de los Susurros Chimar solo puede formular una frase interna.
“Espero de todo corazón que no vaya desnudo…”
Las cosas cambian de inmediato para los chicos buenos, aquel guerrero aliado salva al grupo refugiado en la estructura. Con la causa perdida los atacantes restantes salen disparados a la espesura, rogando a todos sus ancestros no ser pillados por una turba nutrida de personas buscando justa venganza.
Para ese entonces Maquiavelo ya a dejado los mareos atrás, se levanta despacio siempre sin soltar su brazo comprometido. Lo peor de las dislocaciones es que el remedio puede resultar tan doloroso como la herida, encajar un hueso rebelde nunca termina siendo una experiencia agradable… como sacar cualquier diente de leche.
Al menos de momento aquel sufrimiento físico puede ser pospuesto por una realidad más compleja, media facción se encuentra lastimada y requieren atención urgente. Ningún niño debería recibir las heridas que ostenta Chimar pero no es la primera vez y sobrevivirá sin problemas agregados… no todos pueden decir lo mismo a su alrededor.
Mas adelante los adultos importantes del cuento debaten sobre una traición e incluso tienen su propio chivo expiatorio, el enano genio le metería un virote allí mismo si no tuviera que soltar su brazo lastimado para hacerlo. En este momento la venganza se encuentra 50/50 con las ganas de ser atendido amablemente.
Una mujer pone orden, su intervención resulta alentadora. Deben cuidar de sus heridos antes de ponerse a buscar mas peleas, las religiones se levantan sobre cadáveres pero sin creyentes mueren antes de nacer. Por suerte el chiquillo tiene algo que puede ayudar a mucha gente, como no lo necesita ahora ocultarlo es irrelevante.
“Silva con fuerza” oigan ustedes, esto parará el sangrado sin importar que fea sea la herida, no lo usen mas de tres veces en una persona y todo saldrá bien.
Pasa a las autoridades pertinentes cierto frasco, es de tamaño mediano y contiene un polvo blanco. El chico creo una gama de inventos necesarios para sobrevivir cualquier aventura… naturalmente agrego algo para no morirse si todas las contramedidas fallaban y algún tonto conseguia un pedazo de él.
Ahora si no es mucha molestia “sollozo” ¿¡alguien puede arreglarme esto!? “enseña su brazo dislocado”
Chimar usa su habilidad de Lvl 3 (Solución cicatrizante)
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Aquellos que podían hacerse llamar autoridades, recibieron el frasco que les entrego chimar amablemente. Sonrieron e hicieron una inclinación educadamente hacia el niño. Uno de ellos hizo un ademan con la cabeza hacia una de las mujeres que había a pocos metros de distancia, la cual se acercó rápidamente para poder atender a chimar.
- Cualquiera diría que puedes velete bien por ti mismo -dijo la mujer con amabilidad-. Pero hay cosas que en cualquier caso son más complicadas.
Trato de atender al muchacho haciendo una serie de movimientos, apoyando sus manos sobre su hombro y brazo, y tras varios intentos, la galena pudo recolocar el brazo del joven. Dos hombres agarraron con fuerza al inversor, que había intentado salir corriendo. Frith en cambio marcho rápidamente hacia los bosques. Se mantuvo algunos minutos por la zona, rastreando a los mercenarios y asegurándose de que no quedaba ninguno de ellos por allí escondido esperando al momento más idóneo para poder hacer un ultimo intento de conseguir una cuantiosa recompensa única para si mismo. Pero por fortuna, ninguno de ellos había sido tan estúpido. Frith sintió como su cuerpo comenzaba a doler inmensamente, y sus articulaciones nuevamente empezaban a cambiar. Estaba cansado, agotad, y habría preferido quedarse tendido en el suelo sufriendo, pero todavía tenia que hacer algo más. Corrió nuevamente hacia el linde del bosque, y busco la zona en la que se había transformado; allí se encontraría la pequeña alforja que siempre llevaba consigo, con una muda para cuando le sucedía aquello. Mordió la alforja tras encontrarla y volvió a ocultarse tras los bosques.
La gente volvió la cabeza hacia los bosques al escuchar los terribles gruñidos de dolor, aullidos y poco después, gritos de un hombre que sufría un dolor inimaginable. Después, vino el silencio, y pasados unos minutos de entre los arboles apareció Frith, con nuevas vestiduras, mucho mas ligeras. Pantalones de cuero y una camisa blanca. Estaba cansado, pero hizo un ultimo esfuerzo para acercarse dando largas zancadas hasta chimar. Le puso la mano en el hombro sano.
- Parece que ya esta todo bajo control -dijo entonces. Su voz sonaba ronca pero suave, no pudiendo ocultar su terrible agotamiento-. ¿Te encuentras bien, chico?
- Gracias a mis manos mágicas -hablo entonces la mujer que había estrado atendiendo a chimar -, ahora no es mas que un dolor. Y no le durara mucho tiempo.
- Estupendo -asintió-. El chico se merece algo rico, y más que eso, lo ha hecho bien, cuando ni siquiera tenia por que hacerlo -esbozo una media sonrisa Frith.
Por alguna razón se sentía orgulloso, si es que se podía llamar de aquella manera. Encontrar a un muchacho tan joven y tan valiente, le recordaba a Frith a si mismo y su hermana, cuando siendo infantes habían tenido que enfrentarse a circunstancias que un niño no debía sufrir.
Todos comenzaron a recoger un poco el estropicio. Alzaron a los muertos y atendieron a los heridos, y también recogieron mochilas, armas, herramientas todavía algunas de ellas en llamas, y otras cosas que se habían esparcido por la zona. Bulfas, miraba ahora hacia la estructura fijamente con tristeza.
- Creo que deberíamos irnos de aquí. No es un lugar seguro, ha quedado claro -dijo-. Y tampoco tenemos tanta gente confiable como para llevar a cabo un proyecto como este… -entonces dirigió la mirada hacia el inversor, con el ceño fruncido.
No era tanto furia lo que sentía, como tristeza. Bulfas había tenido grandes esperanzas en que aquello saliera bien, y en que su culto pudiera tener alguna clase de futuro. Pero había demasiados disidentes, y disidentes poderosos a quienes no podía enfrentarse. No todavía, por lo menos.
- ¿A dónde iras, chico? -pregunto Frith a chimar entonces-. No estabas con ellos, te vi llegar más tarde y no estabas al tanto de lo que era esto, así que doy por hecho que tus padres no están aquí.
- Cualquiera diría que puedes velete bien por ti mismo -dijo la mujer con amabilidad-. Pero hay cosas que en cualquier caso son más complicadas.
Trato de atender al muchacho haciendo una serie de movimientos, apoyando sus manos sobre su hombro y brazo, y tras varios intentos, la galena pudo recolocar el brazo del joven. Dos hombres agarraron con fuerza al inversor, que había intentado salir corriendo. Frith en cambio marcho rápidamente hacia los bosques. Se mantuvo algunos minutos por la zona, rastreando a los mercenarios y asegurándose de que no quedaba ninguno de ellos por allí escondido esperando al momento más idóneo para poder hacer un ultimo intento de conseguir una cuantiosa recompensa única para si mismo. Pero por fortuna, ninguno de ellos había sido tan estúpido. Frith sintió como su cuerpo comenzaba a doler inmensamente, y sus articulaciones nuevamente empezaban a cambiar. Estaba cansado, agotad, y habría preferido quedarse tendido en el suelo sufriendo, pero todavía tenia que hacer algo más. Corrió nuevamente hacia el linde del bosque, y busco la zona en la que se había transformado; allí se encontraría la pequeña alforja que siempre llevaba consigo, con una muda para cuando le sucedía aquello. Mordió la alforja tras encontrarla y volvió a ocultarse tras los bosques.
La gente volvió la cabeza hacia los bosques al escuchar los terribles gruñidos de dolor, aullidos y poco después, gritos de un hombre que sufría un dolor inimaginable. Después, vino el silencio, y pasados unos minutos de entre los arboles apareció Frith, con nuevas vestiduras, mucho mas ligeras. Pantalones de cuero y una camisa blanca. Estaba cansado, pero hizo un ultimo esfuerzo para acercarse dando largas zancadas hasta chimar. Le puso la mano en el hombro sano.
- Parece que ya esta todo bajo control -dijo entonces. Su voz sonaba ronca pero suave, no pudiendo ocultar su terrible agotamiento-. ¿Te encuentras bien, chico?
- Gracias a mis manos mágicas -hablo entonces la mujer que había estrado atendiendo a chimar -, ahora no es mas que un dolor. Y no le durara mucho tiempo.
- Estupendo -asintió-. El chico se merece algo rico, y más que eso, lo ha hecho bien, cuando ni siquiera tenia por que hacerlo -esbozo una media sonrisa Frith.
Por alguna razón se sentía orgulloso, si es que se podía llamar de aquella manera. Encontrar a un muchacho tan joven y tan valiente, le recordaba a Frith a si mismo y su hermana, cuando siendo infantes habían tenido que enfrentarse a circunstancias que un niño no debía sufrir.
Todos comenzaron a recoger un poco el estropicio. Alzaron a los muertos y atendieron a los heridos, y también recogieron mochilas, armas, herramientas todavía algunas de ellas en llamas, y otras cosas que se habían esparcido por la zona. Bulfas, miraba ahora hacia la estructura fijamente con tristeza.
- Creo que deberíamos irnos de aquí. No es un lugar seguro, ha quedado claro -dijo-. Y tampoco tenemos tanta gente confiable como para llevar a cabo un proyecto como este… -entonces dirigió la mirada hacia el inversor, con el ceño fruncido.
No era tanto furia lo que sentía, como tristeza. Bulfas había tenido grandes esperanzas en que aquello saliera bien, y en que su culto pudiera tener alguna clase de futuro. Pero había demasiados disidentes, y disidentes poderosos a quienes no podía enfrentarse. No todavía, por lo menos.
- ¿A dónde iras, chico? -pregunto Frith a chimar entonces-. No estabas con ellos, te vi llegar más tarde y no estabas al tanto de lo que era esto, así que doy por hecho que tus padres no están aquí.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Los quejidos del chico no quedan en el aire por suerte, alguien se acerca a componerle su brazo hábil. Sonríe fingidamente ante la ironía y luego se queda pálido mientras espera el sufrimiento concentrado. Es valiente para algunas cosas pero odia visitar al doctor, solo Nin le genera confianza y no cuenta porque ella es una elfa con magia sanadora rara.
Cierra los ojos mientras siente tirones y sonidos aterradores, luego los abre extrañado solo para encontrarse a su cuidadora sonriente. No dolió casi nada, rara vez pasa… eso o siempre exagera tales cosas. Sea como sea debe agradecer tan buena intervención, una maniobra excelente sin lugar a dudas.
Si todas las personas trabajaran con la misma eficiencia el mundo seria otro, muchas gracias.
Esta vez si corresponde la acción con una mueca serena, de esas que hacen los enanos sin darse cuenta. Eventualmente y como es habitual en el siente unas extrañas ganas de comer algo… ¿qué se puede decir?, una batalla mortal con todo lo que eso implica suele dar hambre y además está en crecimiento.
El frasco cicatrizante salta de un lado a otro sellando sangrados como por obra de magia, fue buena idea donarlo a los desdichados creyentes. Ahora menos se reunirán con su creador y tendrán tiempo de abrazar la ciencia como Maquiavelo, un concepto que incluso el chico sabe que debe mantener callado ahora mismo.
Pero que…
Del bosque comienzan a emanar una serie de sonidos guturales, como si alguien estuviera cocinando a un perro. Cuando dichas manifestaciones bizarras se vuelven más humanas queda clara su fuente, el pelirrojo debe estar volviendo a una forma bípeda. Tantas habilidades que existen en el mundo y se tuvieron que crear los híbridos cambiaformas, ¿no era mas fácil afilar otro poco la espada?
El único mercenario bueno del cuento viene corriendo, se encuentra bastante agotado pero aun así muestra interés por el estado del niño genio. Parece elevar las acciones del mocoso frente al grupito de adultos, incluso le hace sonrojarse un poco por las adulaciones. Los cumplidos son raros en Aerandir y mucha gente los considera intrínsecos en sus acciones.
Aun no me olvido de mi cesta, debe estar… por allí creo “señala varios lugares antes de apuntar un cumulo de cosas” no pudo aprender a caminar, la terminare encontrando jeje.
Asiente animado ante las palabras de su enfermera temporal, sabe que el malestar oseo debería pasar rápido pero tales datos despiertan buenas sensaciones aunque se sepan de antemano. Entre todas las conversaciones algo más despierta el interés del jovencito, la depresión que sufre el líder religioso por toda la situación superada.
Un proyecto tiene muchas facetas, muchas subidas y bajadas, estoy seguro que al final lograran algo destacable.
Maquiavelo no suele dar animo a nadie, mucho menos a cualquier adulto. Sin embargo el sufrimiento experimentado por la facción no se lo desea a nadie… parece injusto. Dice sus palabras de corazón en un intento por aliviar la carga, al final sabe lo que es encontrarse en ese contexto.
Vivo en Lunargenta y… soy bastante independiente, ¡Chimar Maquiavelo, el mejor niño aventurero de Aerandir! “se levanta y dramatiza una pompa excéntrica” sabes… sonara tonto pero no dijiste tu nombre al principio y luego todo esto paso, ¿cómo te llamas?
Cierra los ojos mientras siente tirones y sonidos aterradores, luego los abre extrañado solo para encontrarse a su cuidadora sonriente. No dolió casi nada, rara vez pasa… eso o siempre exagera tales cosas. Sea como sea debe agradecer tan buena intervención, una maniobra excelente sin lugar a dudas.
Si todas las personas trabajaran con la misma eficiencia el mundo seria otro, muchas gracias.
Esta vez si corresponde la acción con una mueca serena, de esas que hacen los enanos sin darse cuenta. Eventualmente y como es habitual en el siente unas extrañas ganas de comer algo… ¿qué se puede decir?, una batalla mortal con todo lo que eso implica suele dar hambre y además está en crecimiento.
El frasco cicatrizante salta de un lado a otro sellando sangrados como por obra de magia, fue buena idea donarlo a los desdichados creyentes. Ahora menos se reunirán con su creador y tendrán tiempo de abrazar la ciencia como Maquiavelo, un concepto que incluso el chico sabe que debe mantener callado ahora mismo.
Pero que…
Del bosque comienzan a emanar una serie de sonidos guturales, como si alguien estuviera cocinando a un perro. Cuando dichas manifestaciones bizarras se vuelven más humanas queda clara su fuente, el pelirrojo debe estar volviendo a una forma bípeda. Tantas habilidades que existen en el mundo y se tuvieron que crear los híbridos cambiaformas, ¿no era mas fácil afilar otro poco la espada?
El único mercenario bueno del cuento viene corriendo, se encuentra bastante agotado pero aun así muestra interés por el estado del niño genio. Parece elevar las acciones del mocoso frente al grupito de adultos, incluso le hace sonrojarse un poco por las adulaciones. Los cumplidos son raros en Aerandir y mucha gente los considera intrínsecos en sus acciones.
Aun no me olvido de mi cesta, debe estar… por allí creo “señala varios lugares antes de apuntar un cumulo de cosas” no pudo aprender a caminar, la terminare encontrando jeje.
Asiente animado ante las palabras de su enfermera temporal, sabe que el malestar oseo debería pasar rápido pero tales datos despiertan buenas sensaciones aunque se sepan de antemano. Entre todas las conversaciones algo más despierta el interés del jovencito, la depresión que sufre el líder religioso por toda la situación superada.
Un proyecto tiene muchas facetas, muchas subidas y bajadas, estoy seguro que al final lograran algo destacable.
Maquiavelo no suele dar animo a nadie, mucho menos a cualquier adulto. Sin embargo el sufrimiento experimentado por la facción no se lo desea a nadie… parece injusto. Dice sus palabras de corazón en un intento por aliviar la carga, al final sabe lo que es encontrarse en ese contexto.
Vivo en Lunargenta y… soy bastante independiente, ¡Chimar Maquiavelo, el mejor niño aventurero de Aerandir! “se levanta y dramatiza una pompa excéntrica” sabes… sonara tonto pero no dijiste tu nombre al principio y luego todo esto paso, ¿cómo te llamas?
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Bulfas esbozo una apagada sonrisa hacia el niño. No le había llegado a dar suficientes ánimos como para más, pero había sido suficiente un poco de positivismo después de lo sucedido. Bulfas comenzó a ayudar a los heridos y a recoger algunas cosas. Al encontrar la cesta que en un inicio le haya ofrecido al muchacho, se la tendió.
- Sigue siendo tuyo -le dijo, y continúo recogiendo cosas.
Frith escucho con atención las palabras del chico. Dejo escapar una pequeña risa cuando el muchacho teatralizo su presentación.
- No suena tonto para nada. Lo cierto es que no suelo pararme a preguntar un nombre si creo que no volveré a ver a quien sea con quien estoy hablando, salvo si sé que después me pagara. Pero creo y espero que volvamos a encontrarnos, así que puedes llamarme Frith. Encantado, Chimar, el mejor niño aventurero de Aerandir. Pero lo siento, no hare una presentación tan impresionante como la tuya, estoy demasiado cansado -soltó una risotada-. Me tomaría un…
Uno de los hombres que estaba recogiendo, se acercó a Frith con una enorme botella de vino. Estaba cerrada, y tenia una etiqueta dorada, por lo que el pelirrojo imagino que se trataría de algo caro.
- Tomad, señor, por vuestra ayuda. -le dijo entonces el hombre mientras le tendía el vino.
- ¿Y otro para el muchacho? -pregunto Frith de broma. Luego hizo un ademan negando con la cabeza y riendo. Agarro con fuerza la botella de vino y agradeció al hombre, que se marcho rápidamente tras una sonrisa, a continuar con todo lo que debían hacer todavía. – Bueno, no tengo una cesta, pero -alzo la botella-. Esto me servirá. Además del dinero. Creo que era mejor que nos marchemos. Mi trabajo aquí ha terminado, si es que como dice Bulfas van a abandonar este lugar. Así que no me quedara otra que marchar nuevamente a Lunargenta. Tengo curiosidad -entrecerró los ojos ante de hacer al pregunta-. ¿Como es que sabes hacer… esas cosas? Esa tecnología que has usado. Es la primera vez que veo algo así. Y mentiría si dijera que no estoy sorprendido porque la primera vez que he visto esta tecnología ha sido siendo utilizada por un muchacho.
Varios perros se acercaron a ellos, recién llegados de alguna parte. Detrás de ellos, aparecieron varios guardias, bien armados. Estos analizaron un poco el entorno. Los cristianos todavía estaban demasiado ocupados con sus quehaceres, pero tampoco atendieron demasiado bien a los guardias, a quienes simplemente les dirigieron una mirada de desdén. Los creyentes consideraban a la guardia un problema mas en aquellos momentos; no habían aparecido a tiempo. ¿Ahora que hacían allí? Seguramente no harían mas que crearles un problema por estar construyendo un lugar de culto en las tierras de Lunargenta sin haber pedido permiso alguno, dado que no lo habían hecho. Y mientras tanto, ellos habían sufrido tantas perdidas: amigos, hermanos e hijos.
- Sigue siendo tuyo -le dijo, y continúo recogiendo cosas.
Frith escucho con atención las palabras del chico. Dejo escapar una pequeña risa cuando el muchacho teatralizo su presentación.
- No suena tonto para nada. Lo cierto es que no suelo pararme a preguntar un nombre si creo que no volveré a ver a quien sea con quien estoy hablando, salvo si sé que después me pagara. Pero creo y espero que volvamos a encontrarnos, así que puedes llamarme Frith. Encantado, Chimar, el mejor niño aventurero de Aerandir. Pero lo siento, no hare una presentación tan impresionante como la tuya, estoy demasiado cansado -soltó una risotada-. Me tomaría un…
Uno de los hombres que estaba recogiendo, se acercó a Frith con una enorme botella de vino. Estaba cerrada, y tenia una etiqueta dorada, por lo que el pelirrojo imagino que se trataría de algo caro.
- Tomad, señor, por vuestra ayuda. -le dijo entonces el hombre mientras le tendía el vino.
- ¿Y otro para el muchacho? -pregunto Frith de broma. Luego hizo un ademan negando con la cabeza y riendo. Agarro con fuerza la botella de vino y agradeció al hombre, que se marcho rápidamente tras una sonrisa, a continuar con todo lo que debían hacer todavía. – Bueno, no tengo una cesta, pero -alzo la botella-. Esto me servirá. Además del dinero. Creo que era mejor que nos marchemos. Mi trabajo aquí ha terminado, si es que como dice Bulfas van a abandonar este lugar. Así que no me quedara otra que marchar nuevamente a Lunargenta. Tengo curiosidad -entrecerró los ojos ante de hacer al pregunta-. ¿Como es que sabes hacer… esas cosas? Esa tecnología que has usado. Es la primera vez que veo algo así. Y mentiría si dijera que no estoy sorprendido porque la primera vez que he visto esta tecnología ha sido siendo utilizada por un muchacho.
Varios perros se acercaron a ellos, recién llegados de alguna parte. Detrás de ellos, aparecieron varios guardias, bien armados. Estos analizaron un poco el entorno. Los cristianos todavía estaban demasiado ocupados con sus quehaceres, pero tampoco atendieron demasiado bien a los guardias, a quienes simplemente les dirigieron una mirada de desdén. Los creyentes consideraban a la guardia un problema mas en aquellos momentos; no habían aparecido a tiempo. ¿Ahora que hacían allí? Seguramente no harían mas que crearles un problema por estar construyendo un lugar de culto en las tierras de Lunargenta sin haber pedido permiso alguno, dado que no lo habían hecho. Y mientras tanto, ellos habían sufrido tantas perdidas: amigos, hermanos e hijos.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: ¡Arde, arde, arde! [Libre]
Finalmente Maquiavelo termina conociendo el nombre de su apoyo en toda la refriega anterior, vino tarde el dato aunque de todas formas es apreciado. Siempre viene bien conocer gente confiable en el entorno aventurero, con un calificativo son más fáciles de localizar si se requiere apoyo para una empresa complicada.
Perfecto, lo recordare.
Los contactos son tan importantes como cualquier habilidad rara, por mucho que intente desestimarlo el pequeño Chimar una persona por su cuenta no suele terminar bien. No importa cuanta experiencia posea alguien, siempre se encontrará necesitado en algún momento y allí entran los conocidos como piezas del tablero.
Mientras ambos combatientes conversan, Bulfas se acerca discretamente por un lateral para devolverle al chiquillo su cesta. No parece muy animado y no es para menos, necesita algo más que un par de palabras positivas para levantar cabeza. No es una odisea envidiable pero a todos les pasa, por su parte el niño espera que se recupere.
Segundos después alguien aparece con un premio para Frith, cierta botella de licor costosa. El enano reconoce la etiqueta de inmediato, no es un experto en bebidas alcohólicas pero esa marca sirve como reactivo para una de sus herramientas combustibles especiales… sería interesante ver la reacción del publico consumidor al saber que su bebida favorita se vuelve inflamable con dos elementos menores adicionales.
El jovencito pilla aquel juego entre adultos, el que gira entorno al concepto de moralidad sobre si esta bien facilitarle una botella de licor o no. Los frijoles son tan básicos, claramente nunca se pondría a tomar de la botella como cualquier borracho. Es un intelectual y además por muy genial que el sujeto se sienta en primera estancia… nada justifica la intoxicación experimentada el día siguiente.
Soy inventor como mi padre, utilizo mis creaciones para salir bien parado en situaciones poco amistosas.
Pronto algunos canes aparecen por la zona, tras de si vienen sus maestros. Aunque en un principio Maquiavelo se imagina otra oleada de hostiles su temor se disipa cuando nota blasones oficiales, se trata de la guardia humana. Es claro que el rumor del combate les llego aunque por desgracia aparecen un poco tarde.
Tarde como siempre.
Bufa por lo bajo para no verse envuelto en un problema adicional, las personas con armaduras no suelen tener mucha paciencia que digamos. La llegada de agentes significa otra cosa, tiempo de partir. El niño no se lleva muy bien con la facción, es miembro del gremio de ladrones al final. Mientras los involucrados sueltan explicaciones el enano genio se despide listo para retirarse discretamente.
Un gusto Frith, espero encontrarte por el camino en situaciones más calmadas y mejor remuneradas jeje.
Perfecto, lo recordare.
Los contactos son tan importantes como cualquier habilidad rara, por mucho que intente desestimarlo el pequeño Chimar una persona por su cuenta no suele terminar bien. No importa cuanta experiencia posea alguien, siempre se encontrará necesitado en algún momento y allí entran los conocidos como piezas del tablero.
Mientras ambos combatientes conversan, Bulfas se acerca discretamente por un lateral para devolverle al chiquillo su cesta. No parece muy animado y no es para menos, necesita algo más que un par de palabras positivas para levantar cabeza. No es una odisea envidiable pero a todos les pasa, por su parte el niño espera que se recupere.
Segundos después alguien aparece con un premio para Frith, cierta botella de licor costosa. El enano reconoce la etiqueta de inmediato, no es un experto en bebidas alcohólicas pero esa marca sirve como reactivo para una de sus herramientas combustibles especiales… sería interesante ver la reacción del publico consumidor al saber que su bebida favorita se vuelve inflamable con dos elementos menores adicionales.
El jovencito pilla aquel juego entre adultos, el que gira entorno al concepto de moralidad sobre si esta bien facilitarle una botella de licor o no. Los frijoles son tan básicos, claramente nunca se pondría a tomar de la botella como cualquier borracho. Es un intelectual y además por muy genial que el sujeto se sienta en primera estancia… nada justifica la intoxicación experimentada el día siguiente.
Soy inventor como mi padre, utilizo mis creaciones para salir bien parado en situaciones poco amistosas.
Pronto algunos canes aparecen por la zona, tras de si vienen sus maestros. Aunque en un principio Maquiavelo se imagina otra oleada de hostiles su temor se disipa cuando nota blasones oficiales, se trata de la guardia humana. Es claro que el rumor del combate les llego aunque por desgracia aparecen un poco tarde.
Tarde como siempre.
Bufa por lo bajo para no verse envuelto en un problema adicional, las personas con armaduras no suelen tener mucha paciencia que digamos. La llegada de agentes significa otra cosa, tiempo de partir. El niño no se lleva muy bien con la facción, es miembro del gremio de ladrones al final. Mientras los involucrados sueltan explicaciones el enano genio se despide listo para retirarse discretamente.
Un gusto Frith, espero encontrarte por el camino en situaciones más calmadas y mejor remuneradas jeje.
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