¿Qué es la felicidad? [Privado Alward-Zöe] [Cerrado]

No entendía muy bien la urgencia de Alward por devolverme mis emociones, al parecer para ellos era una cualidad destacable sin la cual no se podía vivir, y el tener un faltante de ella te transformaba inmediatamente en un ser digno de lastima. Iba a aclararle que eso era imposible, que mi sistema no tenía la capacidad de incorporar emociones, que por más que lo intentara no podían incorporar objetos externos como esos, pero se pusieron a hablar entre ellos y no tuve la oportunidad de intervenir.

-…- Mire en silencio a los tres amigos, parecían estar como expectantes a que hiciera o dijera algo – Mmmm el fuego es una cosa, no una persona, tu oración está mal formulada, Emmanuel.

Podía ser que alguien se llamara “Fuego”, pero eso era poco probable, no encontré en mis archivos alguien que se haya llamado así en lenguaje común. Mi sistema se quedó pensando en este asunto…

-¿Por qué deseas con tanta intensidad que tenga emociones? ¿Será un beneficio para mí en algún sentido? ¿Me hará una mejor autómata el tener sentimientos? – Creía que teníamos una buena comunicación con Alward, nos habíamos sentido muy cómodos hablando de temas muy diversos, así que confiaba en que podría responder a mis preguntas sin tomárselo a mal.

Me acerqué al borde del precipicio y miré hacia abajo, luego de registrar durante cuatro segundos distinguí una parte de las piedras donde corría un hilo de agua. La superficie estaba resbaladiza, pero por eso mismo era un sitio perfecto para que salieran hongos. Me agaché y asome la cabeza tanto como pude, mis robots se asomaron también, aunque yo sabía que solo lo hacían por imitar, ya que su vista no era muy buena.

-Hay algo allí, cuatro metros hacia abajo, agarrado a la piedra – Me volví a levantar y mire a los humanos – No es necesario que saquemos esa, podemos seguir buscando hasta encontrar alguna que tenga más fácil acceso.

Era muy peligroso que cualquiera de los orgánicos bajara, si resbalaban caerían directo a una muerte segura.

-Si desean conseguir esos hongos, tendré que insistir en ser yo la que baje, no puedo permitir que un orgánico se ponga en riesgo – Miré a ATAC, AMA y SEPA-IV, podía bajarlos a ellos, pero no tenía la seguridad de que entendieran lo que debían hacer, bien podía pasar que terminaran trayendo otra cosa, o que destruyeran el hongo en el intento de sacarlo.

Yo era la mejor opción para la tarea, había un 75% de probabilidad de que lo lograra sin caer por el precipicio.

Mientras se mantenían en lo alto de aquella cuesta admirando el paisaje a la vez que intentaban buscar cómo seguir o encontrar algún indicio del hongo que buscaban, la autómata lanzó una pregunta a Alward, "¿Por qué estaba el mercenario tan empeñado en que Zöe mostrase algún indicio de sentimientos o personalidad?" "¿Por qué eso le entristecía?". No tenía realmente una respuesta concreta, pero sentía que tenía que ayudarla. Sabía que muy probablemente sus esfuerzos fuesen en vano, ya que conocía muy poco o nada los entresijos y secretos de los bio-cibernéticos, y menos el cómo funcionaban.

-Las emociones que tenemos definen quiénes somos o cómo nos encontramos. Es lo más natural del mundo mostrarlas.-Miró a los ojos a la bio-Definen quién eres y qué quieres, te desarrollan un personalidad

-¿Qué clase de vida puede aspirar alguien que reprime sus emociones y parece un tronco? La vida son decisiones, buenas o malas. Pero decisiones que nos construyen y hacen que cada uno de nosotros sea diferente-Añadió el arquero

-Vaya, qué profundo

Emmanuel se encogió de hombros a la vez que le restaba importancia

-Es lo que pienso

-Exacto-Dijo afirmando la explicación de su compañero

De pronto, Zöe parece que localizó algo, y tenía pinta de ser lo que estaban buscando. La autómata se agachó, intentando mirar al borde de lo que parecía ser una especie de cueva de donde salía un arroyo. Era peligroso, sin duda.

-Ya que lo hemos visto, vayamos a por él

La mujer bio-cibernética reclinó la intención de los humanos por ir a por el hongo. No era seguro, además de que probablemente ni siquiera fuese lo que estaban buscando. Pero quien no arriesga no gana, y ellos estaban deseando acabar ya su trabajo y, por fin, conseguir el dichoso hongo.

-Tanta tontería por un maldito hongo...

-Así es nuestra vida-Dijo encogiéndose de hombros. No tenían más remedio, tenían que ir a por él.-Zöe, no voy a permitir que vayas tú sola. Yo seré el que baje contigo.-Dijo acercándose al borde y mirando hacia abajo-E-está bastante empinado

-Una pregunta...-Intervino Moses, haciendo que todos parasen y le prestasen atención-Una vez estéis allí abajo, ¿Cómo volveréis...?

-Nos las apañaremos. Tiene que haber alguna salida, o si no bajaremos el riachuelo con cuidado.

-Eso sería suicidarse-Dijo refutando la propuesta

-Siempre podemos buscar otro, ¿No?

-Nadie nos asegura que haya otro por los alrededor, y mucho menos lo encontrem...-

-Tampoco nadie nos asegura que ese de abajo sea el hongo correcto-Dijo cortando al joven Sevna

Alward cayó, echó un vistazo rápido a todo el grupo, mientras estos le miraban expectantes. No sabían qué hacer, así que no quedaba otra que ver qué pensaba la autómata

-¿Zöe, tú qué dices? Y no, no voy a dejar que vayas tú sola porque podrías no poder volver a subir

“¿Qué clase de vida puede aspirar alguien que reprime sus emociones y parece un tronco?”, “Definen quienes somos”, “La vida son decisiones”, hacía un esfuerzo por entender lo que los orgánicos me decían, pero sus afirmaciones sólo generaban en mí más y más dudas. No sabía si era una falta de comprensión de mi parte, o sí eran ellos los que no entendían mi modo de ser.

-¿Lo que quieren decir es que sí no poseo sentimientos no soy nada? - Pregunte con mi tono neutro habitual - Por las palabras que utilizan, “reprimes”, “mostrarlas”, parecen creer que yo no demuestro emociones por mi propia voluntad, que las mantengo controladas de alguna manera ¿Correcto? - Negué con la cabeza dos veces - Se equivocan, simplemente carezco de ellas, no se puede mostrar lo que no existe, y sí esto es así, entonces supongo que no se me podría catalogar dentro de los seres vivos, según su definición.

El asunto parecía terminar allí, habíamos logrado abordar a una solución completamente lógica y conveniente para ambas partes. Ellos no podían entender que un ser vivo no tuviera sentimientos, y yo no me consideraba un ser vivo [FIN]

Negué con la cabeza dos veces ante la propuesta de Alward.

-No tiene sentido que nos arriesguemos los dos, cuantos menos bajemos es menos probable que alguien salga lastimado, y sí yo desciendo las posibilidades de que alguien se lastime se vuelve cero - Porque, como habíamos definido, yo no poseía las cualidades para ser considerada alguien.

Busque en mi morral algo que nos sería muy útil para está situación, saque una soga bastante larga y fui hasta el árbol más cercano al precipicio. Le di varias vueltas con la cuerda y luego la ajuste con un nudo, me acerqué nuevamente al despeñadero y calcule cuánta soga necesitaría.

-Ustedes sostendrán este lado, bajare apoyando los pies sobre la piedra, pero necesitaré de su ayuda para poder subir ¿Sí? - Enrolle la otra punta de la cuerda alrededor de mi cintura y me acerque al abismo - Es importante que estén atentos a mis señales y que no suelten la soga de forma repentina, podría perder el equilibrio y caer.

Puse lo que quedaba de cuerda en las manos de los orgánicos y empecé a bajar. Una de mis manos iba en la parte de adelante, controlando la cantidad de soga que pasaba, y la otra iba a mi espalda, asegurándome de que no me quedara sin nada con lo que sujetarme.

-Por favor no se dejen engañar por mi apariencia, soy algo más pesada de lo que aparento - Les advertí algo tarde a los orgánicos, seguramente esperaban levantar a una jovencita humana, pero yo tenía varios kilos por arriba de eso.

El descenso fue lento, era mejor hacerlo con cuidado y no precipitarse al vacío por realizar alguna acción indebida, pero luego de algunos minutos llegué a la altura en que estaban los hongos.

La pequeña discusión entre los humanos y la bio-cibernética sobre sus emociones y sentimientos concluyó. Parecía que Zöe, aun no contando con esas características que tenía todo ser vivo, parecía algo molesta. Algo extraño pero que Alward notó. No quiso hablar más sobre el tema, pero ¿Se puede decir que Zöe decidió concluir dicha conversación debido a que se sentía incómoda o molesta? Puede ser, pero no lo sabía que eso no lo sabría con total certeza ni aun preguntándole a la mujer.

Zöe, según su criterio, decidió bajar ella sola ya que no quería que nadie se lastimase y según la propia bio "ella no era nadie". Alward no estaba de acuerdo, pero por otro lado, pensó que no es que tuviese algo con lo que poder él bajar, y Zöe se sacó sus pertenencias una soga con la que ella sí que podría hacerlo. No le quedaba otra, tenía que aceptar la propuesta de la mujer.

-No parece mala idea, entre los tres podremos hacerlo-Dijo convencido mirando a sus compañeros

Emmanuel asintió igual de convencido, a diferencia de Alward, que no lo estaba mucho.

La bio se acercó al precipicio y empezó a bajarlo con cuidado. El momento clave fue cuando tuvo que dejar caer todo su peso muerto en el aire. En esos instantes dependería de la fuerza y aguante de los tres mercenarios. Estos estaban bastantes confiados, en el momento de saltar, Zöe lanzó la advertencia de que deberían hacer más fuerza y aguantar más, ya que ella no pesaba lo que una humana corriente, incluso un humano común.

A los tres humanos se le fue un poco la cuerda y tuvieron que agarrarla con mucha firmeza para que no se les escapase de entre las manos. Esto les hizo adelantarse unos pasos debido al peso de la mujer y acercarse peligrosamente al precipicio. Finalmente, a pocos centímetros del borde, controlaron la situación. Se les quedó un rostro completamente lleno de alarma, con los ojos abiertos como platos.

-¿Z-Zöe, estás bien?-Grito al aire, ya que no podía mostrarse por el precipicio al estar sujetando la cuerda.

Parecía que sí, la bio-cibernética se encontraba en óptimas condiciones aunque bajó un par de metros en caída libre. Solo tenían que bajarla hasta que diese el aviso, que cogiese los hongos y volver a subirla. Parecía que quedaba aún lo más duro, pues la subida tenía pinta de que iba a costar más que la bajada.

La soga cede y en un esfuerzo por no caer la aprieto, pero no es suficiente, si los humanos no logran estabilizarme caeré al vacíos. La cuerda resbala por la palma de mis manos y lastima mi piel, mi sistema envía señales de daño, pero no es momento de pensar en esas cosas, miro hacia abajo en busca de algo en lo que pueda apoyarme pero no hay nada.

Me detengo de repente, al parecer los orgánicos lograron afianzar la soga y las posibilidades de morir se reducen considerablemente.

-Sí, estoy bien – Le respondo a Alward – Pero debo bajar un metro y catorce centímetros más para poder agarrar los hongos – Apoyo los pies contra la piedra para que la bajada sea algo más estable, balancearse solo complicaría más la tarea de los humanos. Sabía que el sostenerme en esa posición podría estar resultándoles complicado, por lo que al acercarme a los hongos me apresuro en cortar todos los que puedo y los guardo en mi morral junto a Neil – Listo, súbanme por favor.

El ascenso fue mucho más lento, como era de esperarse, aunque intentara ayudarlos no había mucho que pudiera hacer, así que me quede quieta hasta llegar al borde donde pude sujetarme directamente con las manos. Noté que incluso mis acompañantes se habían agarrado de la soga para intentar ayudar a subirme, una interesante reacción [ANOTADO]

Me acerque a Alward y puse en su mano la bolsa que contenía los hongos.

-Han cumplido con su labor, ahora podrán regresar a su hogar ¿Correcto? – Le sonreí y entonces noté las palmas de mis manos, se habían lastimado producto de la fricción con la soga – Oh…Creo que tendré que vendarlas – Eso era un problema porque no podría sacar mis herramientas, pero mientras no tuviera que reparar nada debería estar bien.

SEPA-IV deja escapar algunas llamaradas, estaba preocupado por mi bienestar y eso lo desestabilizaba. ATAC y AMA eran más fuertes en ese sentido, y solo se agarraban a mis piernas para demostrar su inquietud.

-No es nada, solo son raspones por la fricción, mantengan la calma – Si bien internamente muchas partes de mi cuerpo eran de metal, la piel era como la de los humanos, por lo que se lastimaba y tardaba en curarse igual que la de ellos – Estará bien, deberíamos regresar al camino ¿Si? – Le dije a los orgánicos con una sonrisa mecánica en el rostro.

El trabajo estaba hecho, bueno, al menos la mitad. Solo quedaba el camino de vuelta, que a juzgar cómo había sido el de ida, sería igual de tranquilo si no se desviaban mucho de los caminos y no recorrían los senderos durante la noche. No era nada común el hacer estos trabajos sin problemas algunos de bandidos, ladrones o bestias que lo entorpezcan, esta vez habían tenido bastante suerte. Además, el contar con la ayuda de la bio-cibernética; Zöe, había sido todo un golpe de buena suerte, pues quizás sin ella no habrían encontrado tan rápido el preciado hongo.

-Antes de partir, deja que te vende esas manos-Dijo sacándose unas vendas de su zurrón

Sin esperar a que Zöe respondiese, el humano le tomó una mano y empezó a enrrollarle la venda con delicadeza alrededor de su herida y su mano. Las heridas de las palmas de las manos producidas por la fricción duelen mucho, y son muy alarmantes ya que la piel se pone toda rojiza, con pequeñas gotitas incluso de sangre salteadas y la piel como hinchada, al fin y al cabo es una quemadura. Mientras Alward cometía su labor, Emmanuel y Moses les miraban, curiosos.

-Para la próxima vez, a ver si adelgazas un poco más-Dijo cruzándose de brazos con ironía

Moses y Alward echaron a reír, pero el joven Sevna recordó que quizás Zöe no entendería a qué se refería el arquero, por lo que intentó explicarle el sentido de aquella frase a la bio-cibernética mientras que, con una de las manos ya vendadas, procedió a vendarle la otra.

-Quiere decir que no aparentas el peso que tienes

Una vez la tarea estuvo completa, Alward se guardó el resto de las vendas que sobraron en su zurrón nuevamente y se sacudió las manos como un gesto de plenitud.

-¡Listo! ¿Te duele?

-¡Nada es demasiado doloroso para nuestra Zöe!-Dijo con brío y sonriente

Entre risas y alguna que otra broma, se pusieron en marcha. Retomaron el camino de vuelta mientras charlaban distendidamente. Pasaron un par de horas y llegaron a un cruce de caminos. Al frente se encontraba Vulwufar, solo habría que pasar por un bosque, mientras que al oeste se llegaba a un pequeño poblado. Parecía que ese era el último punto en común que tendrían que recorrer con la bio-cibernética.

-Zöe, querías ir al siguiente poblado después de Vulwufar, ¿No?-Dijo señalando hacia el oeste, siguiendo dicho camino-Si sigues esta senda, en unas horas lo encontrarás. No tiene pérdida.

Alward se acercó a la mujer y le tendió la mano seguido de una sonrisa vivaz, aunque en el fondo le entristecía un poco tener que separarse de la bio, ya que le había caído bastante bien y probablemente nunca se volvieran a ver.

-Ha sido un placer conocerte

Moses entonces llamó la atención del joven Sevna posando una mano sobre su hombro

-Al, no seas sosainas-Dijo dándole un pequeño empujón en dicho hombro-¡Zöe se ha convertido en nuestra hermana de sangre!

-¿Y eso?-Preguntó el arquero

-Nos ha ayudado a cumplir un contrato, ¡E incluso se ha jugado el tipo por nosotros!-Exclamó

-Cierto-Asintió sonriente

-¡Creo que esto se merece un fuerte abrazo de despedida!

Moses entonces agarró a Alward por el hombro y le indicó a Emmanuel que también se acercara, cosa que hizo el arquero. Entre todos agarraron a Zöe y a los pequeños autómatas y se fundieron en un abrazo enorme. Cuando este terminó se separaron entre risas y jolgorios.

-Tienes que perdonarle, se la va mucho la cabeza-Le dijo a Zöe refiriéndose a su compañero del espadón-Pero en algo tiene razón; te has jugado el tipo por nosotros y nos has demostrado tu confianza. Cosa que te agradezco-Dijo llevándose la mano derecha hacia el corazón y haciendo una pequeña reverencia con la cabeza-Espero que nuestros caminos se vuelvan a cruzar.-Dijo bajando el brazo a su posición natural-Y si alguna vez quieres aprender más sobre la felicidad, ¡Solo tienes que venirte a la taberna del "Filósofo Ebrio" en Lunargenta, allí es donde vivimos!-Dijo esto último con una amplia sonrisa en tono bromista, aunque lo decía también con verdadera sinceridad-¡Estaremos encantados de recibirte y darte nuevas clases!

-Pero con mejores chistes-Añadió, entre risas, a las cuales se sumaron las de sus dos compañeros

Sin más, se despidieron de la bio-cibernética y sus pequeños acompañantes. Cada grupo tomó un rumbo distinto. A los tres mercenarios jamás se les olvidaría aquellos dos o tres días que pasaron con la bio-cibernética, pues nunca habían visto a un ser de esta rara raza y las intrigas que guardan, aparte de que Zöe era un ser único y bastante curioso al que sin duda querían volver a reencontrarse en alguna que otra ocasión.

Tomaron con brío el camino de vuelta a Vulwufar, para luego dirigirse a Lunargenta, querían estar en la capital al anochecer, por lo que se tendrían que dar prisa. Una vez más, habían cumplido un trabajo, por lo que podían tener el orgullo de decir: "Contrato finalizado", o casi. Solo les quedaba regresar a la capital.

Deje que Alward vendara mis manos, luego de la negativa a que bajara a buscar los hongos no podía decirle que no a esto, me resultaba muy difícil negarme a una orden directa de los orgánicos a menos que encontrara algún motivo lógico. Mire a Emmanuel sin entender el comentario, mi masa corporal estaba en óptimas condiciones, era físicamente imposible que perdiera más grasa de mis tejidos. Incluso aunque luego el humano me explico a lo que apuntaba el comentario no encontré el motivo para reír, así que sonreí para que no se sintieran incómodos con mi presencia.

-No siento dolor, así que el vendaje está correctamente aplicado, te lo agradezco- Dicho esto, comenzamos la caminata de regreso. Bajar resultaba mucho más sencillo para los orgánicos, por lo que está vez no se quedaron rezagados, mantuvimos una marcha constante y sin mayores inconvenientes hasta un cruce en el que los caminos definitivamente se separaban.

-Así es, necesitaba llegar al siguiente pueblo, gracias por guiarme - Mire la mano que me extendía Alward y la tome, moviéndola ligeramente arriba y abajo cuatro veces - A mi también me gusto conocerlos, de no haberlos encontrado aún estaría esperando al costado del camino - Tan pronto como termine la oración todos los orgánicos se agolparon alrededor para hacer algún tipo de abrazo en conjunto, por lo general no respondía a ese tipo de gestos, no entendía para qué servían aunque veía que los humanos lo hacían muy seguido. Finalmente decidí que la mejor opción era corresponder con igual énfasis, suponiendo que eso sería lo más adecuado.

-En verdad se los agradezco, cuando regrese a Lunargenta será el primer lugar que visitaré, lo prometo - Sonreí y agarré a Neil en brazos, ya hacía mucho que estaba en la mochila - Ahora, nos vamos.

Continuamos nuestro camino original hacía el siguiente pueblo humano, a la espera de que los próximos orgánicos que conociera fueran tan amables como estos.