Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
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Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Baslodia anochecía de mala manera. No había sido buen día de mercado, parecía que dos accidentes en la mina se cobraban víctimas a cada minuto que pasaba y varios robos se habían cometido a lo largo del día. Por supuesto de las dos primeras cosas no tenía ni idea. Sin embargo, de los robos… Solo decir que esta noche comería caliente, y bastante bien. Pero todavía podía llenar un poco más mis bolsillos.
La víctima ya estaba elegida. Un humano ya entrado en años que vestía de manera ostentosa y parecía jactarse del dinero que portaba en su fardo. Me repateaban esas personas creídas que pretendían tener el mundo a sus pies y que el resto se los lamiéramos. Este iba a quedarse sin parte de su fortuna esta misma noche.
Además iba a resultar tan sencillo. Usar mi encanto masculino, atraerlo a un callejón y desvalijarlo. Fácil, sin problemas y barato. Solo tenía que caer ante mis ´´encantos masculinos``. El hombre tenía pinta de ir por ese camino.
Esperé a que nuestras miradas se cruzasen entre la multitud en la calle. No fue difícil pues el otro parecía estar buscando a alguien y yo quería encontrarme con él. Sus ojos se posaron en los míos y el resto fue coser y cantar. Una sonrisa, acercarme, soplarle un poco en la oreja y rozarle la entrepierna. Después, irme a un callejón cercano y, tras un rápido y pícaro vistazo, atraerle al interior.
Dentro, un par de besos rápidos para calentarlo y noquearlo con un golpe en el cuello. La cara del hombre no pudo ser más que de sorpresa mientras se quedaba sin aliento y le fallaban las piernas.
- Puedes llevarte todo lo que quieras pero no tengo nada. –Pudo llegar a decir mientras notaba oscurecer sus pantalones y un olor a orina llegaba a mis fosas nasales.
No se merecía ni que le hablase ¡Qué asco! Le indiqué con un movimiento de cabeza que me pasase la bolsa donde guardaba el dinero y él, tembloroso, logró quitársela del cinto y tirármela. Pero no sonó. No hubo ruido metálico y eso no me gustó nada. Me agaché y comprobé que estaba vacía, solo llena de corchos de vino. Le solté una mirada de desprecio.
- Te vistes y actúas como un rico pero ¿no tienes nada?
- No…no tengo nada más. –A pesar de que estaba muerto de miedo pude notar como se sonrojaba por la vergüenza. –En esta ciudad o eres algo literalmente no eres nadie. Si tú te ganas la vida robando yo me gano la vida aparentando. No te creas mejor que nadie.
Parece que el hombre tiene sus agallas. Lo había dicho mientras se levantaba y se limpiaba el barro y el polvo que había acumulado al caer al suelo del miedo. Maldito bastardo. Pero bueno, qué remedio ¿no? Me acerqué con una mano a la espalda y la otra entregándole la bolsa. Le sonreí y pareció aceptar la ofrenda al alargar la mano.
- Esta vez te ha salido mal la argucia sucia puta. Creer que puedes robarme a mi ¡Já! –Nada mas sus dedos tocaron la bolsa dejé caer la bolsa y le agarré la mano.
- Disculpas aceptadas señor de la mierda. –Con un rápido movimiento, saqué la kusarigama del cinto que tenía atado a la espalda y debajo de la camiseta de lino. ´´ Tengo que ponerle un nombre ya`` fue uno de los pensamientos que se me cruzaron por la cabeza mientras el filo de la hoz le rebanaba la mano y el resto de la cadena se enrollaba en el resto del brazo para impedir la huida del hombre. Este no pudo hacer más que soltar un pequeño gemido de dolor. Sin embargo, cuando su pensamiento empezaba a formar la idea de gritar y huir, el arma se clavaba por el cuello y le salía por la boca. Tiré de ella para atraerlo hacía mí y tener su cara pegada a mi rostro el cual se iba transformando a mi forma de lobo. –Cuidado porque las apariencias engañan. No soy un ladrón ni una puta.
Saqué el arma y lo empujé dándole una patada al suelo, dejándolo retorciéndose de dolor pero sin poder realizar ningún sonido más que el gorgoteo de la sangre. Volví a acercarme a él pero solamente para limpiar el líquido rojo que manchaba mi kusarigama. Las gotas que me habían salpicado en la cara me las quité relamiéndome.
Volví a transformarme en mi forma humana mientras miraba alrededor en búsqueda de algún curioso pero siendo tan oscuro ya dudo que fuese visto. El hombre apenas se movía ya aunque si escuchaba un débil latido.
´´Es una pena`` Pensé volviendo a colocar la kusarigama en mi espalda y saliendo del callejón ´´Me habrían venido bien esos pantalones pero el imbécil tuvo que mearse encima``. Miré hacia ambos lados. Poca gente ya en las calles. El último robo frustrado y sin posibilidad de realizar otro. ´´Maldita sea mi suerte``
Emprendí mi camino a la posada más cercana. Pude reconocerla por el ruido que había dentro. Ni me preocupé por mirar quien podía estar dentro. Necesitaba beber y salir de allí pitando. Antes de que me cabrease más por estar rodeado de gente.
Pasé junto a una mesa de jugadores apostando y dando berrinches por perder su apuesta. Seguramente el más listo tenía la carta ganadora bajo la manga. Ilusos estúpidos. Pero me venían bien. Agarré la jarra de cerveza de uno sin que se diera cuenta y me senté lo más alejado de ellos.
Pude pillar sitio junto a una ventana la cual abrí, lo que dio lugar a las quejas de algunos de alrededor que, supongo, tendrían frío. Pero necesitaba que me diese el aire en la cara y mirar al cielo mientras degustaba la cerveza robada.
La víctima ya estaba elegida. Un humano ya entrado en años que vestía de manera ostentosa y parecía jactarse del dinero que portaba en su fardo. Me repateaban esas personas creídas que pretendían tener el mundo a sus pies y que el resto se los lamiéramos. Este iba a quedarse sin parte de su fortuna esta misma noche.
Además iba a resultar tan sencillo. Usar mi encanto masculino, atraerlo a un callejón y desvalijarlo. Fácil, sin problemas y barato. Solo tenía que caer ante mis ´´encantos masculinos``. El hombre tenía pinta de ir por ese camino.
Esperé a que nuestras miradas se cruzasen entre la multitud en la calle. No fue difícil pues el otro parecía estar buscando a alguien y yo quería encontrarme con él. Sus ojos se posaron en los míos y el resto fue coser y cantar. Una sonrisa, acercarme, soplarle un poco en la oreja y rozarle la entrepierna. Después, irme a un callejón cercano y, tras un rápido y pícaro vistazo, atraerle al interior.
Dentro, un par de besos rápidos para calentarlo y noquearlo con un golpe en el cuello. La cara del hombre no pudo ser más que de sorpresa mientras se quedaba sin aliento y le fallaban las piernas.
- Puedes llevarte todo lo que quieras pero no tengo nada. –Pudo llegar a decir mientras notaba oscurecer sus pantalones y un olor a orina llegaba a mis fosas nasales.
No se merecía ni que le hablase ¡Qué asco! Le indiqué con un movimiento de cabeza que me pasase la bolsa donde guardaba el dinero y él, tembloroso, logró quitársela del cinto y tirármela. Pero no sonó. No hubo ruido metálico y eso no me gustó nada. Me agaché y comprobé que estaba vacía, solo llena de corchos de vino. Le solté una mirada de desprecio.
- Te vistes y actúas como un rico pero ¿no tienes nada?
- No…no tengo nada más. –A pesar de que estaba muerto de miedo pude notar como se sonrojaba por la vergüenza. –En esta ciudad o eres algo literalmente no eres nadie. Si tú te ganas la vida robando yo me gano la vida aparentando. No te creas mejor que nadie.
Parece que el hombre tiene sus agallas. Lo había dicho mientras se levantaba y se limpiaba el barro y el polvo que había acumulado al caer al suelo del miedo. Maldito bastardo. Pero bueno, qué remedio ¿no? Me acerqué con una mano a la espalda y la otra entregándole la bolsa. Le sonreí y pareció aceptar la ofrenda al alargar la mano.
- Esta vez te ha salido mal la argucia sucia puta. Creer que puedes robarme a mi ¡Já! –Nada mas sus dedos tocaron la bolsa dejé caer la bolsa y le agarré la mano.
- Disculpas aceptadas señor de la mierda. –Con un rápido movimiento, saqué la kusarigama del cinto que tenía atado a la espalda y debajo de la camiseta de lino. ´´ Tengo que ponerle un nombre ya`` fue uno de los pensamientos que se me cruzaron por la cabeza mientras el filo de la hoz le rebanaba la mano y el resto de la cadena se enrollaba en el resto del brazo para impedir la huida del hombre. Este no pudo hacer más que soltar un pequeño gemido de dolor. Sin embargo, cuando su pensamiento empezaba a formar la idea de gritar y huir, el arma se clavaba por el cuello y le salía por la boca. Tiré de ella para atraerlo hacía mí y tener su cara pegada a mi rostro el cual se iba transformando a mi forma de lobo. –Cuidado porque las apariencias engañan. No soy un ladrón ni una puta.
Saqué el arma y lo empujé dándole una patada al suelo, dejándolo retorciéndose de dolor pero sin poder realizar ningún sonido más que el gorgoteo de la sangre. Volví a acercarme a él pero solamente para limpiar el líquido rojo que manchaba mi kusarigama. Las gotas que me habían salpicado en la cara me las quité relamiéndome.
Volví a transformarme en mi forma humana mientras miraba alrededor en búsqueda de algún curioso pero siendo tan oscuro ya dudo que fuese visto. El hombre apenas se movía ya aunque si escuchaba un débil latido.
´´Es una pena`` Pensé volviendo a colocar la kusarigama en mi espalda y saliendo del callejón ´´Me habrían venido bien esos pantalones pero el imbécil tuvo que mearse encima``. Miré hacia ambos lados. Poca gente ya en las calles. El último robo frustrado y sin posibilidad de realizar otro. ´´Maldita sea mi suerte``
Emprendí mi camino a la posada más cercana. Pude reconocerla por el ruido que había dentro. Ni me preocupé por mirar quien podía estar dentro. Necesitaba beber y salir de allí pitando. Antes de que me cabrease más por estar rodeado de gente.
Pasé junto a una mesa de jugadores apostando y dando berrinches por perder su apuesta. Seguramente el más listo tenía la carta ganadora bajo la manga. Ilusos estúpidos. Pero me venían bien. Agarré la jarra de cerveza de uno sin que se diera cuenta y me senté lo más alejado de ellos.
Pude pillar sitio junto a una ventana la cual abrí, lo que dio lugar a las quejas de algunos de alrededor que, supongo, tendrían frío. Pero necesitaba que me diese el aire en la cara y mirar al cielo mientras degustaba la cerveza robada.
Última edición por Mia Lïber el Mar Sep 25 2018, 21:34, editado 1 vez
Mia Lïber
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
La ciudad de Basodia, no es la primera vez que la visitaba, pero sin duda era la primera vez en la que podría tener más que problemas. Estaba demasiado cerca de Lunargenta y teniendo en cuenta lo que ha sucedido últimamente ahí y que la raza de los vampiros ha tenido mucho que ver en que las cosas para los “buenos” no han ido tan bien, era un punto, por lo que ahora ser vampiro era como una doble maldición. Todos odian a los vampiros, pero todos nos necesitan para sus cosas sucias…en todos los aspectos….. Por lo que el viaje ha sido de lo más agradable…
“ Pero en realidad no me importa una mierda….esta noche no estoy de humor para nada bueno…solo quiero llegar a la ciudad y buscarme una buena cena…. Y si es una cena con dinero o alguna cosa interesante, mejor que mejor….tener buenas finanzas es algo muy conveniente, si te haces pasar por alguien de la sociedad …”
24 horas antes del encuentro…
-Eh, tu! Saca todas las cosas de valor, si quieres vivir!
“Malditos imbéciles, donde está la gracia y el ingenio….Acaso se ha perdido toda la virtud en el arte de matar y robar…..aburrido….”
Se dijo la vampiresa, mientras se queda quieta, contando los corazones que estaba oyendo…mínimo de 5….tres a su lado y otros dos un poco apartados…aunque no podría asegurar que sea el número exacto…..
-Que no me has oído, hijo de puta enano?
Con un movimiento suave la chica subió la mano a su arma, acariciando la empuñadura y subió su catana…sobre la vaina, al hacerlo se pudo oir un suave “clack”…sin sacarla por completo, dando tiempo a ver quién de ellos se atreve a atacarla primero….
Un tirón a la capucha por la espalda. La mujer se giró con un reflejo admirable y abrió en canal al bandido….que se quedó mirándola con gran sorpresa por ser mujer la que le ha vencido….mientras la sangre salpicaba a la vampiresa….Dos cuchillos volaron hacia ella….no consiguió esquivar el primero de ellos, que hizo un corte en el cuello rozando la fina piel…. El otro cuchillo fue parado con la catana…..Alana clavo los pies y levanto el arma a la altura de la mejilla derecha….sus dos trenzas descansaban a su espalda….Los dos bandidos la miraban como si fuera una aparición divina y no sabían qué hacer con ella….
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-Joder, esta hija de puta ha matado a Arturo…..
“Que gran error…...cuando han ido contra mi….ya estaban todos muertos….”
Alana dio un salto hacia el hombre de la derecha……movió la catana con precisión y de un solo golpe lo decapito…tirando el arma….se precipitó sobre el tercero, que la insultado….y clavo los dientes en su garganta…sin ningún veneno, para que el dolor y la sensación de perder la vida sea presente en todo el, así era más delicioso….Succionó por completo a aquel hombre….y lo tiro como si fuera basura….
-Patéticos…..
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Recogió su catana y volvió a colocar su capucha escondiendo sus rasgos….no había magia cerca, lo sabía…pero por alguna razón los dos corazones que estaba oyendo latían de forma errática y muy extraña…había muchos olores, pero uno lo reconoció al instante, la sangre….Con rapidez avanzo a los latidos. Sus ojos se agrandaron, cuando vio como varios cuerpos maltrechos se apilaban a modo de montaña, al lado había cofres tirados, bolsas abierta y ropa tirada…pero lo que la impacto más es la imagen de una niña, que agarraba la mano de su madre muerta…el cuerpo estaba casi en la mitad de aquello e imposible de sacar…..si no fuera por esta niña…y no muy lejos de ahí, una chica adolecente herida que parecía haber salido de esa pila y estaba exhausta tumbada y perdiendo sangre….la vampiresa lo hubiera considerado algo curioso y hasta interesante….pero esta vez no pudo hacerlo….
“Maldita sea…pero en que me he metido¿? No me mires asi…..”
Alana contemplo por un momento decidiendo lo q iba a hacer….
17 horas antes del encuentro……
El viaje estaba resultando largo y con bastantes altercados, más dos mocosas que llevaba con ella. Y ya era hora de buscar un escondite para el día….hasta la ciudad aún quedaba un trecho, por lo que no era una buena idea viajar hasta ahí con el riesgo de quedarse hecha polvo….de forma literal….Asique tendría que buscar algún lugar adecuado para pasar el mal trago del sol….y dar descanso a las dos chicas…que se agarraban a ella como si fuera su última esperanza…
La mujer ha cogido a las dos criaturas en brazos y fue entre los montes, llegando a la explanada y la entrada a las minas…..suspiró con cierto alivio….porque no había tanto tiempo como parecía, asique se adentró en la primera de las minas...pero Salió corriendo el metano ya había tomado esa mina y era un peligro…. Al final solo la tercera de ellas, la ha pareció adecuada….Encontró una vagoneta vacía….saco su capa y la puso de manta a las dos niñas, que la miraban con ojos grandes y llenos de preguntas que ella no podía responder….
“Mátalas, son solo un estorbo….y además no sacarás nada de que vivan….”
-Vamos preciosas, no os haré daño….voy a ver si consigo algo de comer, mientras descansan aquí…no se muevan…ni hablen muy alto….
Comento mientras se encamino a la salida…los primeros rayos ya no estaban lejos….pero aún tenía tiempo para encontrar comida adecuada….se adentró al bosque y escucho….no muy lejos un conejo que comía la corteza de un árbol….fue la presa perfecta….
10 horas antes del encuentro….
“Alguien viene a esta mina….pero si parecía abandonada….”
Los pasos de varios hombres resonaban en la tranquilidad y hacían eco, como su conversación…eran mineros, pero no solo eso hablaban de los asesinatos y como vendieron la información sobre un grupo de familias ambulantes de artesanos a un grupo de bandidos...
Alana miro a las dos niñas, que dormían en la vagoneta…y suspiro….
“A veces las cosas que hago no tienen sentido….pero por alguna razón no puedo dejarlas morir….bueno, si sé la razón…su mirada….Soy un monstruo, mataría a ambas sin piedad si me vendría bien para mis planes, pero que alguien más sea semejante cabrón….lo siento, el cupo de malvados está ocupado por hoy….”
9 horas antes del encuentro….
La vagoneta con las niñas salió disparada por la mina y por los improvisados escalones de acceso a esta….las dos niñas, se asomaron tras un aterrizaje bruto….y el sol las cegó…aun asi….se escondían bajo la capa negra…esperando algo mas…
Ruidos aterradores salían desde la mina….
-Vamos, pequeña nos tenemos que esconder….vamos a aquellos arboles…desde ahí veremos si ella vuelva como nos prometió…-susurro la mas mayor a la pequeña arrastrándola a las sombras de los arboles…
4 horas antes del encuentro….
Una enorme explosión en las minas….que se propago como una cadena por el metano que había en las partes bajas comunicantes….fue como una culminación de su propia diversión personal y enjuiciamiento…
Alana salía impasible de su escondite….mientras se dirigía al bosque en busca de las dos niñas….14 cadáveres más 3 de ayer…un total de 17 en 24 horas….me estaba volviendo relajada y tranquila…por lo visto me ablandan las interacciones con los seres de este mundo….
“Es la última vez que dejas a alguien vivo….no más dragones, ni niños….”
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1 hora antes del encuentro….
Llegamos a la ciudad, Alana pregunto por las casa de acogida y dejo ahí a las niñas con suficiente dinero para las dos….Lógicamente, este cogido a aquellos que las dejaron sin familia…
10 minutos antes del encuentro…
Pasee por la ciudad, necesitaba un sitio donde pasar desapercibida….y encontrar algo de “cena”, los humanos no resultan nada agradables al paladar y menos aun resistentes…su sangre es como el vapor…lo tomas y desaparece…algo más sustancioso…puede que un mago…o un lycan….cualquiera le serviría esta noche….
“vaya mucho ruido….y mucha sangre…sitio adecuado para tener lo que busco….Además necesito usar su lavabo…que la sangre no es que sea algo muy agradable a la vista de una nueva víctima….”
La vampiresa miro por la ventana abierta de la posada de la que venían toda clase de sonidos….sorprendiéndose por una mirada astuta….bajo más la cabeza para que no se vean sus rasgos y la sangre en su rostro….Y rodeo el lugar….entrando en la posada….
LA chica pregunto por el lavabo y pidió una jarra de cerveza…no la tomaría, pero necesitaba aparentar que si….los vampiros nunca son bienvenidos….asique algo de camuflaje no estaba de más…
Al dirigirse al baño volvió a mirar al rincón en el que estaba el hombre de la mirada astuta… no deseaba llamar la atención, por lo que comprobar que no la ha descubierto no era de más….
Se metió en el cuarto de aseo….y se quitó la capa por completo…. Rompió un poco más su vestido azul en la parte más baja y mojo la tela….Repasando la piel blanca y liberando la misma de los restos de sangre y carbón…..sus ojos estaban alterados por destellos rojos….si no tenía suerte pronto entraría en sed de sangre y entonces la cena ya no sería tan tranquila….
“hay que darse prisa”
Se dijo….mientras termino de limpiar los últimos restos de suciedad de la cara…..
“ Pero en realidad no me importa una mierda….esta noche no estoy de humor para nada bueno…solo quiero llegar a la ciudad y buscarme una buena cena…. Y si es una cena con dinero o alguna cosa interesante, mejor que mejor….tener buenas finanzas es algo muy conveniente, si te haces pasar por alguien de la sociedad …”
24 horas antes del encuentro…
-Eh, tu! Saca todas las cosas de valor, si quieres vivir!
“Malditos imbéciles, donde está la gracia y el ingenio….Acaso se ha perdido toda la virtud en el arte de matar y robar…..aburrido….”
Se dijo la vampiresa, mientras se queda quieta, contando los corazones que estaba oyendo…mínimo de 5….tres a su lado y otros dos un poco apartados…aunque no podría asegurar que sea el número exacto…..
-Que no me has oído, hijo de puta enano?
Con un movimiento suave la chica subió la mano a su arma, acariciando la empuñadura y subió su catana…sobre la vaina, al hacerlo se pudo oir un suave “clack”…sin sacarla por completo, dando tiempo a ver quién de ellos se atreve a atacarla primero….
Un tirón a la capucha por la espalda. La mujer se giró con un reflejo admirable y abrió en canal al bandido….que se quedó mirándola con gran sorpresa por ser mujer la que le ha vencido….mientras la sangre salpicaba a la vampiresa….Dos cuchillos volaron hacia ella….no consiguió esquivar el primero de ellos, que hizo un corte en el cuello rozando la fina piel…. El otro cuchillo fue parado con la catana…..Alana clavo los pies y levanto el arma a la altura de la mejilla derecha….sus dos trenzas descansaban a su espalda….Los dos bandidos la miraban como si fuera una aparición divina y no sabían qué hacer con ella….
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Joder, esta hija de puta ha matado a Arturo…..
“Que gran error…...cuando han ido contra mi….ya estaban todos muertos….”
Alana dio un salto hacia el hombre de la derecha……movió la catana con precisión y de un solo golpe lo decapito…tirando el arma….se precipitó sobre el tercero, que la insultado….y clavo los dientes en su garganta…sin ningún veneno, para que el dolor y la sensación de perder la vida sea presente en todo el, así era más delicioso….Succionó por completo a aquel hombre….y lo tiro como si fuera basura….
-Patéticos…..
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Recogió su catana y volvió a colocar su capucha escondiendo sus rasgos….no había magia cerca, lo sabía…pero por alguna razón los dos corazones que estaba oyendo latían de forma errática y muy extraña…había muchos olores, pero uno lo reconoció al instante, la sangre….Con rapidez avanzo a los latidos. Sus ojos se agrandaron, cuando vio como varios cuerpos maltrechos se apilaban a modo de montaña, al lado había cofres tirados, bolsas abierta y ropa tirada…pero lo que la impacto más es la imagen de una niña, que agarraba la mano de su madre muerta…el cuerpo estaba casi en la mitad de aquello e imposible de sacar…..si no fuera por esta niña…y no muy lejos de ahí, una chica adolecente herida que parecía haber salido de esa pila y estaba exhausta tumbada y perdiendo sangre….la vampiresa lo hubiera considerado algo curioso y hasta interesante….pero esta vez no pudo hacerlo….
“Maldita sea…pero en que me he metido¿? No me mires asi…..”
Alana contemplo por un momento decidiendo lo q iba a hacer….
17 horas antes del encuentro……
El viaje estaba resultando largo y con bastantes altercados, más dos mocosas que llevaba con ella. Y ya era hora de buscar un escondite para el día….hasta la ciudad aún quedaba un trecho, por lo que no era una buena idea viajar hasta ahí con el riesgo de quedarse hecha polvo….de forma literal….Asique tendría que buscar algún lugar adecuado para pasar el mal trago del sol….y dar descanso a las dos chicas…que se agarraban a ella como si fuera su última esperanza…
La mujer ha cogido a las dos criaturas en brazos y fue entre los montes, llegando a la explanada y la entrada a las minas…..suspiró con cierto alivio….porque no había tanto tiempo como parecía, asique se adentró en la primera de las minas...pero Salió corriendo el metano ya había tomado esa mina y era un peligro…. Al final solo la tercera de ellas, la ha pareció adecuada….Encontró una vagoneta vacía….saco su capa y la puso de manta a las dos niñas, que la miraban con ojos grandes y llenos de preguntas que ella no podía responder….
“Mátalas, son solo un estorbo….y además no sacarás nada de que vivan….”
-Vamos preciosas, no os haré daño….voy a ver si consigo algo de comer, mientras descansan aquí…no se muevan…ni hablen muy alto….
Comento mientras se encamino a la salida…los primeros rayos ya no estaban lejos….pero aún tenía tiempo para encontrar comida adecuada….se adentró al bosque y escucho….no muy lejos un conejo que comía la corteza de un árbol….fue la presa perfecta….
10 horas antes del encuentro….
“Alguien viene a esta mina….pero si parecía abandonada….”
Los pasos de varios hombres resonaban en la tranquilidad y hacían eco, como su conversación…eran mineros, pero no solo eso hablaban de los asesinatos y como vendieron la información sobre un grupo de familias ambulantes de artesanos a un grupo de bandidos...
Alana miro a las dos niñas, que dormían en la vagoneta…y suspiro….
“A veces las cosas que hago no tienen sentido….pero por alguna razón no puedo dejarlas morir….bueno, si sé la razón…su mirada….Soy un monstruo, mataría a ambas sin piedad si me vendría bien para mis planes, pero que alguien más sea semejante cabrón….lo siento, el cupo de malvados está ocupado por hoy….”
9 horas antes del encuentro….
La vagoneta con las niñas salió disparada por la mina y por los improvisados escalones de acceso a esta….las dos niñas, se asomaron tras un aterrizaje bruto….y el sol las cegó…aun asi….se escondían bajo la capa negra…esperando algo mas…
Ruidos aterradores salían desde la mina….
-Vamos, pequeña nos tenemos que esconder….vamos a aquellos arboles…desde ahí veremos si ella vuelva como nos prometió…-susurro la mas mayor a la pequeña arrastrándola a las sombras de los arboles…
4 horas antes del encuentro….
Una enorme explosión en las minas….que se propago como una cadena por el metano que había en las partes bajas comunicantes….fue como una culminación de su propia diversión personal y enjuiciamiento…
Alana salía impasible de su escondite….mientras se dirigía al bosque en busca de las dos niñas….14 cadáveres más 3 de ayer…un total de 17 en 24 horas….me estaba volviendo relajada y tranquila…por lo visto me ablandan las interacciones con los seres de este mundo….
“Es la última vez que dejas a alguien vivo….no más dragones, ni niños….”
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
1 hora antes del encuentro….
Llegamos a la ciudad, Alana pregunto por las casa de acogida y dejo ahí a las niñas con suficiente dinero para las dos….Lógicamente, este cogido a aquellos que las dejaron sin familia…
10 minutos antes del encuentro…
Pasee por la ciudad, necesitaba un sitio donde pasar desapercibida….y encontrar algo de “cena”, los humanos no resultan nada agradables al paladar y menos aun resistentes…su sangre es como el vapor…lo tomas y desaparece…algo más sustancioso…puede que un mago…o un lycan….cualquiera le serviría esta noche….
“vaya mucho ruido….y mucha sangre…sitio adecuado para tener lo que busco….Además necesito usar su lavabo…que la sangre no es que sea algo muy agradable a la vista de una nueva víctima….”
La vampiresa miro por la ventana abierta de la posada de la que venían toda clase de sonidos….sorprendiéndose por una mirada astuta….bajo más la cabeza para que no se vean sus rasgos y la sangre en su rostro….Y rodeo el lugar….entrando en la posada….
LA chica pregunto por el lavabo y pidió una jarra de cerveza…no la tomaría, pero necesitaba aparentar que si….los vampiros nunca son bienvenidos….asique algo de camuflaje no estaba de más…
Al dirigirse al baño volvió a mirar al rincón en el que estaba el hombre de la mirada astuta… no deseaba llamar la atención, por lo que comprobar que no la ha descubierto no era de más….
Se metió en el cuarto de aseo….y se quitó la capa por completo…. Rompió un poco más su vestido azul en la parte más baja y mojo la tela….Repasando la piel blanca y liberando la misma de los restos de sangre y carbón…..sus ojos estaban alterados por destellos rojos….si no tenía suerte pronto entraría en sed de sangre y entonces la cena ya no sería tan tranquila….
“hay que darse prisa”
Se dijo….mientras termino de limpiar los últimos restos de suciedad de la cara…..
Alana
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
No estaba allí por gusto, era pasada la hora en la que las personas de bien caminaban por las calles. Había quedado con su amiga Nora, se suponía que podría escaparse un rato de su trabajo para reunirse con ella, pero de eso hacía ya horas. Suspiró, la taberna era un lugar poco salubre, tenía el aire enviciado y personas que no tenían esperanza. - Presas fáciles, personas perdidas del camino de nuestro Señor- susurró, recordando las lecciones de las matronas que conocía o de sus antiguas empleadoras - Nada bueno se puede esperar- volvió a decir, sirviéndose un poco más de la jarra que había pedido horas atrás. La bebida estaba caliente y había perdido sus cualidades, pero no estaba dispuesta a perder ni siquiera una fracción del aero que había pagado. Era época de escasez, y aunque tenía su bien ganado “respaldo” no disponía de él en esa ciudad. Los colores se le habían subido al usualmente pálido rostro, pero estaba tan sobria como cuando entró. Su resistencia al alcohol era digna de mención para una joven como ella.
Miró la sala, repleta de viciosos y dejó escapar un suspiro. Quería volver a la posada donde estaba quedándose, pero tenía que atravesar toda la taberna. Después de ver cómo le golpeaban el traste a la mesera y al mesero, por igual, dudaba que pudiera salir de allí con facilidad. Ella era pequeña, podría intentar pasar desapercibida contra las paredes, pero el gordo inusualmente grande, que llevaba ya tantas jarras que no podía contar, era un obstáculo casi insorteable. Podía intentar ir también por la mitad de la habitación, pero probablemente llamaría la atención, las únicas mujeres que había visto vestidas como ella en ese lugar, eran las que se iban a los cuartos oscuros. Clavó su daga sobre la mesa con violencia, el arma se metió entre los dedos mayor y anular del hombre que la había estado acosando desde que había pasado el punto del discernimiento. La joven le miró con odio, le había apuntado a la mano, pero al parecer su vista periférica no estaba funcionando del todo bien.
El susodicho era la causa por la que se sintiera así, apresada y con miedo de los hombres que se habían convertido en lobos ante sus propios ojos. Nuria era joven e inexperta en esas cosas de la vida, ella lo sabía y se arrepentía de corazón por haber esperado a que se hiciera tan tarde, no, incluso se arrepentía de haberse dejado convencer de juntarse allí, en una institución dedicada al cultivo y el alimento de los más bajos deseos de los hombres. El hombre levantó la vista exasperado, y ella lo supo; tendría que haberle roto la jarra en la cabeza, o tendría que haber buscado con más determinación a alguien que pudiera ayudarle. Retribuyó su daga, justo a tiempo para ser levantada por la parte trasera del cuello, como si fuese un gato de la calle. La tiró contra una pared con violencia, ella cayó como buenamente pudo, pero no había mucho que hacer cuando el lugar estaba lleno y no cabía un alma más. Comenzó a gatear por debajo de las mesas, se metió su arma en el corsé y apresuró la marcha, sólo para volver a ser agarrada unos metros más adelante.
- Te tengo puta ¿te haces la orgullosa cuando te revuelcas con cualquiera en el suelo? ¿Qué me falta a mí? ¡No tengo la peste! ¡Ya te enseñaré yo!-
- N…no no ¡auxilio!
En una acción cuanto menos rápida y evidentemente habitual, el hombre sostuvo a la criada contra la pared y se bajó lo suficiente el pantalón. Nuria volteó la cabeza y vio casi frente a frente, al alcance de la mano –si estuvieran libres- a un hombre joven y fuerte, sus ojos eran de color amarillo, como si estuvieran formados por muchas pequeñas motitas de polen. No pudo ver más, el asqueroso borracho se le fue encima. Nuria sacó su daga e intentó clavársela en la garganta, pero un codazo a buen tiempo, impidió que el arma alcanzara su destino y se clavara por debajo de la clavícula. Tras un quejido desgarrador y la subsiguiente reacción, la joven se liberó, buscando tirarse de cabeza por la ventana abierta hacia afuera, pero se quedó atascada en algo, o alguien la atrapó en plena maniobra. Gritó, pero fue más bien un alarido desesperanzador.
Miró la sala, repleta de viciosos y dejó escapar un suspiro. Quería volver a la posada donde estaba quedándose, pero tenía que atravesar toda la taberna. Después de ver cómo le golpeaban el traste a la mesera y al mesero, por igual, dudaba que pudiera salir de allí con facilidad. Ella era pequeña, podría intentar pasar desapercibida contra las paredes, pero el gordo inusualmente grande, que llevaba ya tantas jarras que no podía contar, era un obstáculo casi insorteable. Podía intentar ir también por la mitad de la habitación, pero probablemente llamaría la atención, las únicas mujeres que había visto vestidas como ella en ese lugar, eran las que se iban a los cuartos oscuros. Clavó su daga sobre la mesa con violencia, el arma se metió entre los dedos mayor y anular del hombre que la había estado acosando desde que había pasado el punto del discernimiento. La joven le miró con odio, le había apuntado a la mano, pero al parecer su vista periférica no estaba funcionando del todo bien.
El susodicho era la causa por la que se sintiera así, apresada y con miedo de los hombres que se habían convertido en lobos ante sus propios ojos. Nuria era joven e inexperta en esas cosas de la vida, ella lo sabía y se arrepentía de corazón por haber esperado a que se hiciera tan tarde, no, incluso se arrepentía de haberse dejado convencer de juntarse allí, en una institución dedicada al cultivo y el alimento de los más bajos deseos de los hombres. El hombre levantó la vista exasperado, y ella lo supo; tendría que haberle roto la jarra en la cabeza, o tendría que haber buscado con más determinación a alguien que pudiera ayudarle. Retribuyó su daga, justo a tiempo para ser levantada por la parte trasera del cuello, como si fuese un gato de la calle. La tiró contra una pared con violencia, ella cayó como buenamente pudo, pero no había mucho que hacer cuando el lugar estaba lleno y no cabía un alma más. Comenzó a gatear por debajo de las mesas, se metió su arma en el corsé y apresuró la marcha, sólo para volver a ser agarrada unos metros más adelante.
- Te tengo puta ¿te haces la orgullosa cuando te revuelcas con cualquiera en el suelo? ¿Qué me falta a mí? ¡No tengo la peste! ¡Ya te enseñaré yo!-
- N…no no ¡auxilio!
En una acción cuanto menos rápida y evidentemente habitual, el hombre sostuvo a la criada contra la pared y se bajó lo suficiente el pantalón. Nuria volteó la cabeza y vio casi frente a frente, al alcance de la mano –si estuvieran libres- a un hombre joven y fuerte, sus ojos eran de color amarillo, como si estuvieran formados por muchas pequeñas motitas de polen. No pudo ver más, el asqueroso borracho se le fue encima. Nuria sacó su daga e intentó clavársela en la garganta, pero un codazo a buen tiempo, impidió que el arma alcanzara su destino y se clavara por debajo de la clavícula. Tras un quejido desgarrador y la subsiguiente reacción, la joven se liberó, buscando tirarse de cabeza por la ventana abierta hacia afuera, pero se quedó atascada en algo, o alguien la atrapó en plena maniobra. Gritó, pero fue más bien un alarido desesperanzador.
Nuria
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Ruido, ruido y más ruido. Lo peor para un lobo eran las multitudes. Escuchaba cada lamento de aquellos que ahogaban las penas. Cada falso gemido de una prostituta barata. Oía rasgarse la tela de un vestido en los baños (“Pobres putas. No les da el dinero para ropa” llegué a pensar mientras intentaba descifrar extrañado quién había logrado esquivar mi vista a pesar de tener un olor nauseabundo).
Y esa era la segunda cosa que más podría odiar un lobo de las multitudes. Olores que se mezclaban. Cada latido de un corazón era un nuevo olor que llegaba a mi hocico. Eran rancios, insípidos, vomitivos… A cualquiera le provocaría una arcada. Pero no a mí. Yo ya estaba acostumbrado a todos estos olores. Al fin y al cabo, detrás de cada posada había una jaula de pelea y apuestas. Y mis huellas se encontraban en mucha de ellas.
Sin embargo, podía esquivar esos ruidos y olores pero nunca llegaría a acostumbrarme a la estupidez humana. Seres tan frágiles y absurdos que acababan provocando desastres. Para ello lo único que tenía que hacer es ignorar el interior de la posada y mirar al exterior. Ignorar la amañada partida de cartas; hacer caso omiso al gordo tocapelotas que se encontraba en medio del salón; hacer como que no me daba cuenta de que el posadero miraba de vez en cuando la puerta del baño. Nada de eso era asunto mío.
Hasta que hicieron que lo fuese.
Iba ya por mi segunda jarra (robada claro). Los dedos de mis manos se iban adormeciendo poco a poco, aunque sabía que aún me quedaba bastante para caer redondo. Y hoy dudaba que fuese a llegar a tal estado. Justo cuando tomaba un largo sorbo alguien cayó encima de mí. Casi igual de rápido apareció una figura femenina que hizo que me tapara la visión que tenia del exterior. Mas por furia (por aguarme la fiesta y hacer que casi me atragantase) que por instinto, agarré a la chica y la arrojé de nuevo al interior.
La miré con ira y la habría golpeado si no hubiese sido por sus gestos de autoprotección. Se tapó la cara con los brazos aunque dejó ver una mirada cargada de ¿miedo? ¿ira? No pude averiguar más porque me agarraron del hombro y me empujaron hacia un lado, encima de la mesa de los jugadores de cartas, la cual, no aguantó el golpe y acabo rota conmigo en el suelo. Salvo por los tres que estaban jugando y del posadero que temía por su posada, parecía que el resto hacía caso omiso a la escena que se estaba montando.
- ¡Maldi...puta bas…arda! ¡Mira lo qqque…me has hecho! -Apenas se escuchaba algo de lo que decía aquel hombre. No sabía si por la borrachera que llevaba encima o por el dolor de la herida que tapaba con la mano derecha. La izquierda se la llevó a la entrepierna. - ¡Esssto vas a pa…rlo de una forma qu…te va a gussstar mucho, ssucia ramera!
Se abalanzó sobre ella. A mi alrededor los tres jugadores parecían empezar a darse cuenta de que, de alguna manera, su partida había acabado. Y no se veían contentos. Casi como por orden se levantaron de la silla y fueron a seguir la pelea que tenía la extraña pareja. Esto iba a acabar mal. Y no porque alguien fuese a salir herido, ojalá muerto, si no porque iban a destrozar mi placentero sitio junto a la ventana.
Mi pensamiento buscó una salida ante tal alboroto. Me levanté, me dirigí la mesa del gordo, agarré su cerveza e interrumpí su queja con un amenazante gruñido. Seguidamente me fui hacia la pelea tambaleándome y abriéndome paso entre ellos.
- ¡Chicoss! -mi voz, con deje borracho, se levantó por encima del tumulto. Ahora solo quedaba que se creyesen mi teatro. - Hay cerrrveza para todosss ¿Por qué disscutimoss? -una mirada, unos gestos dando sensación de que eres fácil, de que ellos son más grandes y mejores… Mi experiencia en la Casa roja para ganar dinero de forma no honrosa (“[color=#006699¡Qué leñes![/color]” pude pensar en ese momento “¿Por qué no es honrosa?”) me servía muy bien en estas circunstancias. Ahora que no se diesen cuenta que uno a uno iría cayendo -Vamoss a cogeer unos cuaantos culos -Pude agarrar al primero que se me acercó con aire mas indecoroso que de enfado. Vamos, que ya iba a lo que iba. Lo miré y lo tiré violentamente contra la pared. Un crujido y sangre por el oído. Puse cara de sorpresa y sonreí pícaro - ¡Así no ssse me trata!
Aparente tropezar y caer encima de la entrepierna del segundo, la cual agarré y estrujé haciendo que profiriese un grito de dolor. El tercero, el que hacía trampas, huyó despavorido. No estaba tan borracho después de todo.
Solo quedaba el grandullón que había iniciado todo. No lograba centrar su mirada ni decidirse si posarla en mi o en la muchacha aún encogida en el suelo. Me acerqué a él y le ofrecí la jarra de cerveza.
- Vamooosss, amigo. Te invito un tttrago. -rodeé sus hombros con mi brazo mientras le ofrecía con la otra mano la jarra de cerveza. -Esssta ramera esscualida… no mereccce la pena pelearssse por ella.
El tipo pareció convencerse de ello y olvidarse de la chica puesto que pudo levantarse y quedarse ensimismado con el interior medio vacío que había logrado aguantar tanto movimiento. Poco a poco fui sacándolo de la extraña escena que se había formado. El resto de la posada ya nos contemplaba, algunos a punto de saltar pero que, quizás guiados por un instinto primitivo, no eran capaces.
A sabiendas de que estaba siendo observado, comencé a tambalearme más junto con aquel hombre, acercándonos a una mesa. Cuando llegamos hice como que tropezaba. Con un rápido movimiento, que pocos lograron ver y los que lo hicieron lo acabaron achacando al alcohol que viajaba por sus venas, agarré su cuello con mi mano y estampé su cabeza con el borde de la mesa, cayendo varios platos y jarras al suelo. Lo volví a levantar y lo empujé violentamente contra la puerta del baño. Se escuchó un crujido que no se si era de la propia madera o de los huesos que habían chocado cintra ella.
Se hizo un silencio sepulcral durante unos segundos. Seguí con mi tambaleo de borracho. Había que hacer teatro hasta el final. Levanté los brazos y grité eufórico mientras fingía que caía hacia atrás encima de la mesa que me había dado la victoria.
Empezaron a sonar carcajadas. La historia sobre una pelea de borrachos había colado. Algunos volvieron a jugar con sus bebidas o con las mujeres que tenían encima. Solo un par fueron a ayudarme a ponerme en pie. Me colgué entre ellos en sus hombros mientras les hablaba a sus oídos.
- Muccchas graciasss chicoosss. Soisss un encantooo. Decirrrle a Marriela que oss haga un ssservicio gratissss de mi parrrte. -Pude fingir que lograba mantenerme por mi propio peso y me fui yendo a mi sitio junto a la ventana mientras pronunciaba mis últimas palabras de borracho. -Id y diveeeerrtiosss mieeentrass yo duermo la mmmona.
La silla estaba en el suelo tirada y tuve que ponerla bien para sentarme en ella. Crucé las piernas apoyándolas en la mesa y miré mi jarra volcada en ella. El líquido se había desparramado y echado a perder. Cabreado la cogí y la lancé por la ventana. El jaleo habitual volvía a inundar la posada. Pasar inadvertido era necesario así que cerré los ojos e intenté dormitar.
A los pocos minutos noté una presencia junto a mí. Recordé que todo esto había empezado con una chica. Abrí mi ojo derecho y la miré:
- La próxima vez que intentes fastidiarme seré yo quien te tire por la ventana. -solté un suspiro -¡Y me debes una jarra de cerveza!
Y esa era la segunda cosa que más podría odiar un lobo de las multitudes. Olores que se mezclaban. Cada latido de un corazón era un nuevo olor que llegaba a mi hocico. Eran rancios, insípidos, vomitivos… A cualquiera le provocaría una arcada. Pero no a mí. Yo ya estaba acostumbrado a todos estos olores. Al fin y al cabo, detrás de cada posada había una jaula de pelea y apuestas. Y mis huellas se encontraban en mucha de ellas.
Sin embargo, podía esquivar esos ruidos y olores pero nunca llegaría a acostumbrarme a la estupidez humana. Seres tan frágiles y absurdos que acababan provocando desastres. Para ello lo único que tenía que hacer es ignorar el interior de la posada y mirar al exterior. Ignorar la amañada partida de cartas; hacer caso omiso al gordo tocapelotas que se encontraba en medio del salón; hacer como que no me daba cuenta de que el posadero miraba de vez en cuando la puerta del baño. Nada de eso era asunto mío.
Hasta que hicieron que lo fuese.
Iba ya por mi segunda jarra (robada claro). Los dedos de mis manos se iban adormeciendo poco a poco, aunque sabía que aún me quedaba bastante para caer redondo. Y hoy dudaba que fuese a llegar a tal estado. Justo cuando tomaba un largo sorbo alguien cayó encima de mí. Casi igual de rápido apareció una figura femenina que hizo que me tapara la visión que tenia del exterior. Mas por furia (por aguarme la fiesta y hacer que casi me atragantase) que por instinto, agarré a la chica y la arrojé de nuevo al interior.
La miré con ira y la habría golpeado si no hubiese sido por sus gestos de autoprotección. Se tapó la cara con los brazos aunque dejó ver una mirada cargada de ¿miedo? ¿ira? No pude averiguar más porque me agarraron del hombro y me empujaron hacia un lado, encima de la mesa de los jugadores de cartas, la cual, no aguantó el golpe y acabo rota conmigo en el suelo. Salvo por los tres que estaban jugando y del posadero que temía por su posada, parecía que el resto hacía caso omiso a la escena que se estaba montando.
- ¡Maldi...puta bas…arda! ¡Mira lo qqque…me has hecho! -Apenas se escuchaba algo de lo que decía aquel hombre. No sabía si por la borrachera que llevaba encima o por el dolor de la herida que tapaba con la mano derecha. La izquierda se la llevó a la entrepierna. - ¡Esssto vas a pa…rlo de una forma qu…te va a gussstar mucho, ssucia ramera!
Se abalanzó sobre ella. A mi alrededor los tres jugadores parecían empezar a darse cuenta de que, de alguna manera, su partida había acabado. Y no se veían contentos. Casi como por orden se levantaron de la silla y fueron a seguir la pelea que tenía la extraña pareja. Esto iba a acabar mal. Y no porque alguien fuese a salir herido, ojalá muerto, si no porque iban a destrozar mi placentero sitio junto a la ventana.
Mi pensamiento buscó una salida ante tal alboroto. Me levanté, me dirigí la mesa del gordo, agarré su cerveza e interrumpí su queja con un amenazante gruñido. Seguidamente me fui hacia la pelea tambaleándome y abriéndome paso entre ellos.
- ¡Chicoss! -mi voz, con deje borracho, se levantó por encima del tumulto. Ahora solo quedaba que se creyesen mi teatro. - Hay cerrrveza para todosss ¿Por qué disscutimoss? -una mirada, unos gestos dando sensación de que eres fácil, de que ellos son más grandes y mejores… Mi experiencia en la Casa roja para ganar dinero de forma no honrosa (“[color=#006699¡Qué leñes![/color]” pude pensar en ese momento “¿Por qué no es honrosa?”) me servía muy bien en estas circunstancias. Ahora que no se diesen cuenta que uno a uno iría cayendo -Vamoss a cogeer unos cuaantos culos -Pude agarrar al primero que se me acercó con aire mas indecoroso que de enfado. Vamos, que ya iba a lo que iba. Lo miré y lo tiré violentamente contra la pared. Un crujido y sangre por el oído. Puse cara de sorpresa y sonreí pícaro - ¡Así no ssse me trata!
Aparente tropezar y caer encima de la entrepierna del segundo, la cual agarré y estrujé haciendo que profiriese un grito de dolor. El tercero, el que hacía trampas, huyó despavorido. No estaba tan borracho después de todo.
Solo quedaba el grandullón que había iniciado todo. No lograba centrar su mirada ni decidirse si posarla en mi o en la muchacha aún encogida en el suelo. Me acerqué a él y le ofrecí la jarra de cerveza.
- Vamooosss, amigo. Te invito un tttrago. -rodeé sus hombros con mi brazo mientras le ofrecía con la otra mano la jarra de cerveza. -Esssta ramera esscualida… no mereccce la pena pelearssse por ella.
El tipo pareció convencerse de ello y olvidarse de la chica puesto que pudo levantarse y quedarse ensimismado con el interior medio vacío que había logrado aguantar tanto movimiento. Poco a poco fui sacándolo de la extraña escena que se había formado. El resto de la posada ya nos contemplaba, algunos a punto de saltar pero que, quizás guiados por un instinto primitivo, no eran capaces.
A sabiendas de que estaba siendo observado, comencé a tambalearme más junto con aquel hombre, acercándonos a una mesa. Cuando llegamos hice como que tropezaba. Con un rápido movimiento, que pocos lograron ver y los que lo hicieron lo acabaron achacando al alcohol que viajaba por sus venas, agarré su cuello con mi mano y estampé su cabeza con el borde de la mesa, cayendo varios platos y jarras al suelo. Lo volví a levantar y lo empujé violentamente contra la puerta del baño. Se escuchó un crujido que no se si era de la propia madera o de los huesos que habían chocado cintra ella.
Se hizo un silencio sepulcral durante unos segundos. Seguí con mi tambaleo de borracho. Había que hacer teatro hasta el final. Levanté los brazos y grité eufórico mientras fingía que caía hacia atrás encima de la mesa que me había dado la victoria.
Empezaron a sonar carcajadas. La historia sobre una pelea de borrachos había colado. Algunos volvieron a jugar con sus bebidas o con las mujeres que tenían encima. Solo un par fueron a ayudarme a ponerme en pie. Me colgué entre ellos en sus hombros mientras les hablaba a sus oídos.
- Muccchas graciasss chicoosss. Soisss un encantooo. Decirrrle a Marriela que oss haga un ssservicio gratissss de mi parrrte. -Pude fingir que lograba mantenerme por mi propio peso y me fui yendo a mi sitio junto a la ventana mientras pronunciaba mis últimas palabras de borracho. -Id y diveeeerrtiosss mieeentrass yo duermo la mmmona.
La silla estaba en el suelo tirada y tuve que ponerla bien para sentarme en ella. Crucé las piernas apoyándolas en la mesa y miré mi jarra volcada en ella. El líquido se había desparramado y echado a perder. Cabreado la cogí y la lancé por la ventana. El jaleo habitual volvía a inundar la posada. Pasar inadvertido era necesario así que cerré los ojos e intenté dormitar.
A los pocos minutos noté una presencia junto a mí. Recordé que todo esto había empezado con una chica. Abrí mi ojo derecho y la miré:
- La próxima vez que intentes fastidiarme seré yo quien te tire por la ventana. -solté un suspiro -¡Y me debes una jarra de cerveza!
Mia Lïber
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Alana bajo la mirada sobre el lavabo sucio y apestoso, observo los mechones plateados tocar la superficie manchada de sangre y carbón…. Suspiro, su oído era sensible al ruido de fuera por lo que ….se sentía poco inspirada, a indagar en lo que ahora mismo deseaba o sentía, solo quería encontrar un sitio para descansar esta noche y a la noche siguiente buscar a un buen herrero para que mejore su catana, que estaba a punto de ser quebrada por completo…. y además, dejar a su maestro Rumpel era algo que la ha costado bastante….pero necesitaba espacio por una parte y mejorar su arma por otra, eran unas excusas magnificas para “huir” por un tiempo de la protección y una vida “perfecta!” a la que no estaba acostumbrada….asi que esto era como una bocanada de aire fresco y el volver a sus principios…aunque debía reconocer, que no era como antes…ahora tenía sensaciones de obligación y puede que cierta necesidad de estar al lado del mago…y no la gustaba tener esa necesidad….
Demasiados olores, de miedo y excitación, de alcohol….y Ruidos….pero esta gente no se calla ni por un momento…
“Malditas posadas…..y borrachos…”
El ruido se hacía más emocional…alguien peleaba con alguien…había una mujer implicada…pudo oír su voz asustada y decidida….y un aullido…..Al parecer, ella sabía defenderse ….
“Buena chica….”
Alana valoraba a las mujeres que sabían cuidarse….y sin embargo, sentir el olor de la sangre fresca y el palpitar de un corazón que trabajaba más intensamente para paliar la pérdida de sangre hacia que su sed se haga más intensan y sus sentidos se exciten al máximo…..Alana agarro con ambas manos la superficie metálica del lavabo y la deformo por la intensidad de su agarre…tenía sed….y el control se hacía complicado con este olor en el aire…necesitaba a alguien para que la sacie…. Hace mucho que no sentía esa sed…otra de las ventajas de vivir con el mago, siempre tenía comida para ella….
-“Maldito, Rumpel!...”
Los sonidos se hacían más cercanos a los baños….
La vampiresa mojo un poco más el trozo de tela y termino de limpiarse tranquilamente, controlándose al máximo, mientras repasaba sus rasgos perfectos con una mano no tan ideal….Se dio cuenta que la pelea era cada vez más cercana a ella, y dudaba poder evitarla…con rapidez hizo un par de trenzas de su cabello y las escondió bajo la capucha oscura…que la escondía por completo…
De repente un hombre grande rompió la puerta del baño aterrizando justo ante los pies de la vampiresa, estaba golpeado y sangrando….Alana lo observo, su corazón era una “jaula de grillos” moriría en menos de 3 minutos desangrado y por el shock…ladeo algo su cabeza para ver como un hombre se tiraba hacia atrás con un grito, como si alguien lo ha empujado….
“Astuto…pero esto no duraría mucho….y ella sería la última en salir de este sitio…había que largarse….Maldito hombre!”
A pesar de la visión de la sangre, esta no se la antojo…
“Humanos….brrr…no podría ser alguien más interesante…”
Comento en su mente, sintiendo asco por ese humano….
Alana necesitaba un sitio donde descansar y alimentarse….y por culpa de este medio muerto y el “actor” ahora este sitio se ha convertido en “peligroso” o más bien molesto….
Paso sobre el hombre, pisando su pecho y revolviendo el tacón rompiendo un par de costillas y llegando así a las arterias del corazón…perforando por completo una de arterias….no importaba hacerlo, ya era hombre muerto y así al menos había un sonido de sufrimiento y un dolor insoportable….que la hizo sonreír….y se dirigió al salón de nuevo….Dejando un rastro de sangre con su bota…
El tabernero parecía mirarla fijamente, como si fuera una amenaza, claro que lo era, pero su mirada era interrogativa y casi obsesiva….El pasó una jarra a la mujer….y observo a alguien más tras ella….
-Algo más?
La pregunto sin mirar, por lo que la mujer se giró para observar al hombre que tan hábilmente interpreto una pelea y era el mismo que observo en la ventana, que parecía hablar a una mujer pequeña y morena…. Sin duda ellos, eran interesantes y por lo visto los que han provocado la pequeña pelea….Alana miro a otros dos magullados que estaban ahora apilados en una de las esquinas…
-Tiene alguna habitación libre?
El posadero la valoro, por un momento …..
-Sí, pero si traes algún cliente tendrás que pagar doble….
Alana casi se ríe a carcajadas…pero se aguantó….
-Trato hecho….
Ella le tendió el dinero que había robado antes a los bandidos….y el hombre la dio una llave con el numero 13….
La mujer suspiro y se giró sobre sus talones….apoyo su espalda en la barra y observo con ojos de hambre a todos los que estaban ahí….solo había dos seres que la podrían interesar en este tugurio….El actor, que por como olía era un lycan… y un mago con dos prostitutas encima….no es una gran elección….No la apetecía descubrirse mucho, pero la sed apretaba… y morder de forma pública a alguien aquí y lo más probable desangrarlo, no era una buena opción si deseaba pasar el día durmiendo en este lugar…. Tenía que salir fuera, puede que ahí había alguien más….y hacerlo cuando antes o se tiraría al primero que pase….
Había oído al lobo decir que alguien le debía una cerveza, asique se acercó y dejo la suya ante el…
Alana miro a la mujer, a pesar de que su rostro estaba escondido….sus ojos brillaron….en aprobación a la belleza de la humana…se volvió al hombre y miro a sus rasgos perfectos con una sonrisa torcida….que nadie podía ver….
-Eres un excelente actor….en otra ocasión puede que te sacaría algo a cambio de esta cerveza, pero hoy es gratis….
Después simplemente se giró y se alejó de ellos….saliendo por la puerta y adentrándose a una noche que era inusualmente fría…sino lo hacía sus colmillos ya estarían en el cuello de alguno de los presentes y no deseaba más atención de la necesaria….un sitio donde dormir es importante….
Al instante vio a otro vampiro que andaba por otra acera….no necesitaba hacer mucho para llamar su atención….Siendo otro de los suyos, el hombre cruzo hacia ella….
-Buenas noches….como es que estas sola en una ciudad tan poco agradable?
Alana sin duda retiro su capucha….tenia a la presa y no tenía ganas de perderla….
-Buscaba a alguien como tu….porque no me haces algo de compañía…digamos ahí detrás?
La mujer señalo la calle sin salida que daba a la puerta trasera de la posada….y agarro la mano del vampiro tirando de él…este accedió….
Un vampiro no espera del otro que tome su sangre a modo de alimento….nadie espera que un vampiro mate a otro, por ello, son confiados…son fáciles y suelen ser estúpidos…ella era como la “selección natural”…dejaba solo a los dignos…y mataba a los débiles y estúpidos….
Unos cuantos besos profundos llenos de pasión artificial y manos curiosas, que adormecen los instintos primarios a excepción de uno….y ahí está un hombre jadeando por el tacto de una mano fría en la parte más íntima…mientras los besos la llevan a su cuello….Un mordisco posesivo….y un golpe en la zona del corazón y la victima indefensa y a la merced….La sangre era dulce….era fuerte, como un alcohol añejo…. la excito, deseo mas y lo desangro por completo…..sacando su corazón de entre los huesos crujiendo…..Tiro el cuerpo y mordió aquel manjar….Ese vampiro no volvería a la vida jamás….y en breves se haría ceniza….Una noche perfecta y un total de 19….
“aunque el del baño no era exactamente 100% suyo….pero si q con la ayuda de ella….”
Demasiados olores, de miedo y excitación, de alcohol….y Ruidos….pero esta gente no se calla ni por un momento…
“Malditas posadas…..y borrachos…”
El ruido se hacía más emocional…alguien peleaba con alguien…había una mujer implicada…pudo oír su voz asustada y decidida….y un aullido…..Al parecer, ella sabía defenderse ….
“Buena chica….”
Alana valoraba a las mujeres que sabían cuidarse….y sin embargo, sentir el olor de la sangre fresca y el palpitar de un corazón que trabajaba más intensamente para paliar la pérdida de sangre hacia que su sed se haga más intensan y sus sentidos se exciten al máximo…..Alana agarro con ambas manos la superficie metálica del lavabo y la deformo por la intensidad de su agarre…tenía sed….y el control se hacía complicado con este olor en el aire…necesitaba a alguien para que la sacie…. Hace mucho que no sentía esa sed…otra de las ventajas de vivir con el mago, siempre tenía comida para ella….
-“Maldito, Rumpel!...”
Los sonidos se hacían más cercanos a los baños….
La vampiresa mojo un poco más el trozo de tela y termino de limpiarse tranquilamente, controlándose al máximo, mientras repasaba sus rasgos perfectos con una mano no tan ideal….Se dio cuenta que la pelea era cada vez más cercana a ella, y dudaba poder evitarla…con rapidez hizo un par de trenzas de su cabello y las escondió bajo la capucha oscura…que la escondía por completo…
De repente un hombre grande rompió la puerta del baño aterrizando justo ante los pies de la vampiresa, estaba golpeado y sangrando….Alana lo observo, su corazón era una “jaula de grillos” moriría en menos de 3 minutos desangrado y por el shock…ladeo algo su cabeza para ver como un hombre se tiraba hacia atrás con un grito, como si alguien lo ha empujado….
“Astuto…pero esto no duraría mucho….y ella sería la última en salir de este sitio…había que largarse….Maldito hombre!”
A pesar de la visión de la sangre, esta no se la antojo…
“Humanos….brrr…no podría ser alguien más interesante…”
Comento en su mente, sintiendo asco por ese humano….
Alana necesitaba un sitio donde descansar y alimentarse….y por culpa de este medio muerto y el “actor” ahora este sitio se ha convertido en “peligroso” o más bien molesto….
Paso sobre el hombre, pisando su pecho y revolviendo el tacón rompiendo un par de costillas y llegando así a las arterias del corazón…perforando por completo una de arterias….no importaba hacerlo, ya era hombre muerto y así al menos había un sonido de sufrimiento y un dolor insoportable….que la hizo sonreír….y se dirigió al salón de nuevo….Dejando un rastro de sangre con su bota…
El tabernero parecía mirarla fijamente, como si fuera una amenaza, claro que lo era, pero su mirada era interrogativa y casi obsesiva….El pasó una jarra a la mujer….y observo a alguien más tras ella….
-Algo más?
La pregunto sin mirar, por lo que la mujer se giró para observar al hombre que tan hábilmente interpreto una pelea y era el mismo que observo en la ventana, que parecía hablar a una mujer pequeña y morena…. Sin duda ellos, eran interesantes y por lo visto los que han provocado la pequeña pelea….Alana miro a otros dos magullados que estaban ahora apilados en una de las esquinas…
-Tiene alguna habitación libre?
El posadero la valoro, por un momento …..
-Sí, pero si traes algún cliente tendrás que pagar doble….
Alana casi se ríe a carcajadas…pero se aguantó….
-Trato hecho….
Ella le tendió el dinero que había robado antes a los bandidos….y el hombre la dio una llave con el numero 13….
La mujer suspiro y se giró sobre sus talones….apoyo su espalda en la barra y observo con ojos de hambre a todos los que estaban ahí….solo había dos seres que la podrían interesar en este tugurio….El actor, que por como olía era un lycan… y un mago con dos prostitutas encima….no es una gran elección….No la apetecía descubrirse mucho, pero la sed apretaba… y morder de forma pública a alguien aquí y lo más probable desangrarlo, no era una buena opción si deseaba pasar el día durmiendo en este lugar…. Tenía que salir fuera, puede que ahí había alguien más….y hacerlo cuando antes o se tiraría al primero que pase….
Había oído al lobo decir que alguien le debía una cerveza, asique se acercó y dejo la suya ante el…
Alana miro a la mujer, a pesar de que su rostro estaba escondido….sus ojos brillaron….en aprobación a la belleza de la humana…se volvió al hombre y miro a sus rasgos perfectos con una sonrisa torcida….que nadie podía ver….
-Eres un excelente actor….en otra ocasión puede que te sacaría algo a cambio de esta cerveza, pero hoy es gratis….
Después simplemente se giró y se alejó de ellos….saliendo por la puerta y adentrándose a una noche que era inusualmente fría…sino lo hacía sus colmillos ya estarían en el cuello de alguno de los presentes y no deseaba más atención de la necesaria….un sitio donde dormir es importante….
Al instante vio a otro vampiro que andaba por otra acera….no necesitaba hacer mucho para llamar su atención….Siendo otro de los suyos, el hombre cruzo hacia ella….
-Buenas noches….como es que estas sola en una ciudad tan poco agradable?
Alana sin duda retiro su capucha….tenia a la presa y no tenía ganas de perderla….
-Buscaba a alguien como tu….porque no me haces algo de compañía…digamos ahí detrás?
La mujer señalo la calle sin salida que daba a la puerta trasera de la posada….y agarro la mano del vampiro tirando de él…este accedió….
Un vampiro no espera del otro que tome su sangre a modo de alimento….nadie espera que un vampiro mate a otro, por ello, son confiados…son fáciles y suelen ser estúpidos…ella era como la “selección natural”…dejaba solo a los dignos…y mataba a los débiles y estúpidos….
Unos cuantos besos profundos llenos de pasión artificial y manos curiosas, que adormecen los instintos primarios a excepción de uno….y ahí está un hombre jadeando por el tacto de una mano fría en la parte más íntima…mientras los besos la llevan a su cuello….Un mordisco posesivo….y un golpe en la zona del corazón y la victima indefensa y a la merced….La sangre era dulce….era fuerte, como un alcohol añejo…. la excito, deseo mas y lo desangro por completo…..sacando su corazón de entre los huesos crujiendo…..Tiro el cuerpo y mordió aquel manjar….Ese vampiro no volvería a la vida jamás….y en breves se haría ceniza….Una noche perfecta y un total de 19….
“aunque el del baño no era exactamente 100% suyo….pero si q con la ayuda de ella….”
Alana
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Nuria intentó aferrarse de la ventana, pero su fuerza no era comparable a la de la persona que le había agarrado de su pierna. Cayó al suelo y se llevó los brazos sobre la cara, instintivamente quería proteger su cabeza de los golpes que estaba segura, le iban a dar. Cuando sintió que la lluvia de golpes y patadas no llegaba, espió por el espacio que se hacía entre el brazo y antebrazo. Sus ojos atemorizados volvieron a cruzarse con los del mismo joven, el descreimiento la embargó toda, por un segundo no creía que ese hombre de taciturna mirada hubiera estado listo para sumarse a la violencia generalizada. La humana tampoco tuvo tiempo para ponerse a racionalizar lo que estaba sucediendo, él se había metido por sus propios pies en la situación y ahora estaba pagando las consecuencias, vio con terror acercarse al acosador borracho.
Se arrastró por el suelo hacia atrás, hasta darse contra los pies de alguien, mientras intentaba huir del peligro. La mucama retrocedía sin tener el valor de darle la espalda al hombre, lista para intentar esquivar alguna patada. El hombre se abalanzó sobre la joven después de lanzarle todo su veneno en forma de palabras. Nuria ahogó un grito desesperando al mirar a su alrededor y no encontrar ni siquiera un rostro amigo o sensibilizado. Al contrario, podría apostar su vida que los que antes había creído lobos, ahora se habían convertido en sus propios demonios de un infierno particular. Podía ver los vicios en sus ojos insensibilizados y pecaminosos. Esa taberna sería su perdición. Tendría suerte si lograba escapar entera… el Señor su dios, le estaba castigando por haber tenido fugaces pensamientos lujuriosos en el pasado.
El hombre se echó sobre Nuria, quién le dio una buena bofetada mientras se esforzaba en mantener sus piernas bien cerradas. Al hombre poco le importó el golpe, sólo quería meterle mano –y todo lo demás- Por Dios ¡déjame!- gritó, soltando un puñetazo con toda su fuerza a la quijada del asaltador de mujeres. Cuando él le iba a responder con un buen tortazo, fue interrumpido por el mismo juez que había condenado a Nuria a ese calvario, impidiendo que escapase. La criada no se lo podía creer, su rostro sonrojado por el esfuerzo y a la vez pálido por el miedo, parecía estar conformado, mayormente, por un juego de ojos desorbitados y enrojecidos por las lágrimas involuntarias. Respiraba por la boca, como un animal al que acaban de darle una paliza y teme siquiera moverse.
Unas palabras mágicas, unos movimientos naturales y la maquinaria se aceitaba y movía, primero lentamente, luego a una velocidad que la asustada mucama no fue capaz de seguir. Nuria sabía que era probablemente un acto –al menos una parte- porque sus ojos… ese amarillo intenso, seguían teniendo ese mismo brillo cautivamente de la primera vez que los vio, no se habían opacado por el alcohol. Tampoco entendía por qué lo hacía, pero tampoco le importaba. Seguía incrédula al hombre con sus ojos, su rostro no se enteraba que podía reaccionar. No sabía que pensar, estaba demasiado temerosa de siquiera intentar salir de allí, razón por la que, cuando el hombre volvió a su lugar, instintivamente se acercó a él, sentándose en el suelo a su lado. Nuria podía sentir que él era fuerte y que estaría a salvo mientras que no se le pusiera del mal lado. Una parte de él le aterraba y otra, la que le había salvado, la invitaba a no alejarse.
La humana quiso convencerse a sí misma que esas palabras no las decía de verdad, se le arrugó el entrecejo. Iba a pedirle al tabernero una jarra de cerveza y algo más, como agradecimiento, pero vio a una fémina en la plenitud de su edad acercarse a su mesa con tanta facilidad que le dolió. La dama se movía con elegancia innata y aunque parecía ser discreta, no podía ocultar sus rasgos sutiles, el color tan particular de pelo o los ojos más llamativos que Nuria hubiese visto jamás. Nuria lo sabía, ella era el eslabón más débil de la cadena. La mujer era tan hermosa y elegante que a la joven le dolían los ojos y nadie le molestaba, mientras que ella era tan… pequeña e insignificante que era confundida con una meretriz barata y ni siquiera su salvador le quería cerca. Tuvo ganas de salir tras la hermosa dama, pero por primera vez en su vida, sintió vergüenza de sí misma. Agachó su cabeza y se hizo más pequeña, volviéndose una bolita humana.
Pasaron un buen rato y finalmente levantó la cabeza. - P..por favor, enséñeme - se puso en pie y sacó un saquito con aeros. - Tengo más- se apresuró a decir, rogando con sus ojos. Miró un momento por la ventana y podría jurar que había visto pasar a la dama hermosa con alguien de la mano, la actitud era sospechosa, pero con su vista tan débil, no podía estar segura de nada. Frunció el entrecejo - Ssiempre me pasan estas cosas ¿por favor?- volvió a pedir, comenzando a perder la esperanza de que alguien aceptara, incluso por paga, a terminar de enseñarle a defenderse como su madre tanto había querido.
Se arrastró por el suelo hacia atrás, hasta darse contra los pies de alguien, mientras intentaba huir del peligro. La mucama retrocedía sin tener el valor de darle la espalda al hombre, lista para intentar esquivar alguna patada. El hombre se abalanzó sobre la joven después de lanzarle todo su veneno en forma de palabras. Nuria ahogó un grito desesperando al mirar a su alrededor y no encontrar ni siquiera un rostro amigo o sensibilizado. Al contrario, podría apostar su vida que los que antes había creído lobos, ahora se habían convertido en sus propios demonios de un infierno particular. Podía ver los vicios en sus ojos insensibilizados y pecaminosos. Esa taberna sería su perdición. Tendría suerte si lograba escapar entera… el Señor su dios, le estaba castigando por haber tenido fugaces pensamientos lujuriosos en el pasado.
El hombre se echó sobre Nuria, quién le dio una buena bofetada mientras se esforzaba en mantener sus piernas bien cerradas. Al hombre poco le importó el golpe, sólo quería meterle mano –y todo lo demás- Por Dios ¡déjame!- gritó, soltando un puñetazo con toda su fuerza a la quijada del asaltador de mujeres. Cuando él le iba a responder con un buen tortazo, fue interrumpido por el mismo juez que había condenado a Nuria a ese calvario, impidiendo que escapase. La criada no se lo podía creer, su rostro sonrojado por el esfuerzo y a la vez pálido por el miedo, parecía estar conformado, mayormente, por un juego de ojos desorbitados y enrojecidos por las lágrimas involuntarias. Respiraba por la boca, como un animal al que acaban de darle una paliza y teme siquiera moverse.
Unas palabras mágicas, unos movimientos naturales y la maquinaria se aceitaba y movía, primero lentamente, luego a una velocidad que la asustada mucama no fue capaz de seguir. Nuria sabía que era probablemente un acto –al menos una parte- porque sus ojos… ese amarillo intenso, seguían teniendo ese mismo brillo cautivamente de la primera vez que los vio, no se habían opacado por el alcohol. Tampoco entendía por qué lo hacía, pero tampoco le importaba. Seguía incrédula al hombre con sus ojos, su rostro no se enteraba que podía reaccionar. No sabía que pensar, estaba demasiado temerosa de siquiera intentar salir de allí, razón por la que, cuando el hombre volvió a su lugar, instintivamente se acercó a él, sentándose en el suelo a su lado. Nuria podía sentir que él era fuerte y que estaría a salvo mientras que no se le pusiera del mal lado. Una parte de él le aterraba y otra, la que le había salvado, la invitaba a no alejarse.
La humana quiso convencerse a sí misma que esas palabras no las decía de verdad, se le arrugó el entrecejo. Iba a pedirle al tabernero una jarra de cerveza y algo más, como agradecimiento, pero vio a una fémina en la plenitud de su edad acercarse a su mesa con tanta facilidad que le dolió. La dama se movía con elegancia innata y aunque parecía ser discreta, no podía ocultar sus rasgos sutiles, el color tan particular de pelo o los ojos más llamativos que Nuria hubiese visto jamás. Nuria lo sabía, ella era el eslabón más débil de la cadena. La mujer era tan hermosa y elegante que a la joven le dolían los ojos y nadie le molestaba, mientras que ella era tan… pequeña e insignificante que era confundida con una meretriz barata y ni siquiera su salvador le quería cerca. Tuvo ganas de salir tras la hermosa dama, pero por primera vez en su vida, sintió vergüenza de sí misma. Agachó su cabeza y se hizo más pequeña, volviéndose una bolita humana.
Pasaron un buen rato y finalmente levantó la cabeza. - P..por favor, enséñeme - se puso en pie y sacó un saquito con aeros. - Tengo más- se apresuró a decir, rogando con sus ojos. Miró un momento por la ventana y podría jurar que había visto pasar a la dama hermosa con alguien de la mano, la actitud era sospechosa, pero con su vista tan débil, no podía estar segura de nada. Frunció el entrecejo - Ssiempre me pasan estas cosas ¿por favor?- volvió a pedir, comenzando a perder la esperanza de que alguien aceptara, incluso por paga, a terminar de enseñarle a defenderse como su madre tanto había querido.
Nuria
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Levanté una ceja entre sorprendido y cabreado ¿Es que estaba todo el mundo loco en esta taberna? No iban a dejar respirar tranquilo. Que si peleas, que si vampiras y ahora una humana llorándome.
La chica que había matado al gordo en el baño (´´Una pena no habérselo entregado ya muerto`` ronroneó mi mente) también había osado acercarse para ¿qué? ¿darme una cerveza? Intenté demostrarle toda mi aversión con mi mirada, pero o no se dio cuenta o tenía otras cosas en mente ya que salió de la posada. Reí (´´Estos vampiros siempre están hambrientos. Malditos chupasangres. Dejan lo mejor atrás``).
Una vampira fuera, un problema menos dentro. Me dediqué a mirar por la ventana intentando ignorar a la humana que no se movía de su sitio. Su presencia ya me estaba hartando cuando se levantó y me habló. Que le enseñara a defenderse quería. Por supuesto mi cabeza lo primero que hizo fue negarlo. Pero puso un saco que sonaba a tener monedas dentro. La miré a los ojos y suspiré.
- Mira chica, no sé qué te habrá llevado a esta posada ni qué haces con tanto dinero pero no creo que sepas catar muy bien a las personas. – Bajé las piernas y me incorporé un poco para tenerla más cerca – No soy quién buscas ni quién necesitas – agarré el saco de monedas y lo sacudí – Si quisiera tomaría esto sin que te dieses cuenta. Además, si tienes tanto dinero como jactas ¿no sería mejor contratar alguien que te salvase el culo?
Tiré el saco otra vez sobre la mesa abriéndose y esparciendo unos cuantos aeros. Me estaba enfadando más de lo normal. Me levanté de un salto y me acerqué más a ella. Llevé mis dedos a su barbilla he hice que me mirara a los ojos. Unas palabras no amenazaban tanto como una intensa mirada.
- Este mundo está podrido y nos toca vivir en la mierda. Nadie va a sacarte de ahí. Solo te toca a ti decidir qué tipo de mierda quieres – me acerqué al odio para que solo ella pudiese escuchar lo que iba a decirle – Y no querrás que mi mierda de lobo te caiga encima.
Me separé de ella lo suficiente como para que viese una sonrisa maliciosa. Solo esperaba que hubiese entendido mis palabras. No me gustaba dar información sobre mí. Volví a sentarme y a estirar las patas. Incline la silla hacia atrás le hice un gesto con desinterés para que se fuese de allí.
´´Demasiadas interacciones por hoy me parece a mí`` pensé taciturno mientras me llevaba las manos a las orejas ´´Quiero salir de aquí. `` Miré fuera de la ventana. Hacía rato había pasado acompañada la vampira con otro vampiro. ´´Seguramente será su próxima víctima. Menuda mierda de camaradería tienen estos. Y la muy maldita dormirá placenteramente hoy``.
Delante de mí tenía la jarra de cerveza que ella me había dado. Claro esta no iba a darle ni un sorbo. La cogí y la tiré por la ventana. Y mi cerebro hizo clic. Sonreí. La vampira tenía que dormir y estábamos en una posada.
Con un movimiento rápido busqué a la humana que me había pedido entrenarla pero la posada parecía haberse llenado de más personas que hasta rodeaban mi mesa. Demasiados olores, demasiado ruido, demasiada gente. Podía encontrarse a mi lado y no lograr verla. Maldita sea mi estampa. Había perdido la oportunidad de divertirme un rato. Ofuscado, me levanté y me dirigí a la barra. El posadero me miró con cara de pocos amigos pero me preguntó qué quería con un mal gesto. Frunciendo el ceño le dije:
- Venga vamos. No te enfades idiota. Con el dinero que ganas ahí detrás en las peleas de monstruos te da para salir de aquí o arreglar este tugurio.
El posadero se acercó a mi rápidamente y me agarró por el cuello de la camisa para atraerme violentamente hacia su estúpida cara:
- Dilo más alto cabrón y no sales vivo de aquí. No sé cómo has escuchado eso pero es todo mentira.
- Tranquilo asqueroso embustero – dije conservando la calma- Me has visto pelear bastantes veces ahí como para querer enfrentarte a mí -le quité la mano y le empuje sutilmente hacia atrás- Solo quiero que hagas tu trabajo y me pongas lo más fuerte que tengas y dos vasos.
Me miró con repulsión por lo que saqué unos aeros del bolsillo y se los solté encima de la barra. Se lo pensó un par de segundos y se fue para volver con una botella rellenas de un líquido verde brillante. Le miré con una falsa sonrisa, cogí el pedido y volví a buscar a la humana. Nada ¿Se habría ido?
Lancé un silbido para llamar su atención en el caso de que ella sí me estuviese viendo y volví al mismo sitio junto a la ventana. Una pequeña brisa entraba por ella y me revolvía el pelo. Dejé los vasos encima de la mesa. Ni sabía por qué los había traído. Toda la noche rehuyendo de las personas y ahora intentaba atraerlas con alcohol. Quizás la multitud allí dentro si estaba empezando a fastidiar mis sentidos. Gruñí por lo bajo mientras observaba la botella. Después agarré con los dientes el corcho para quitarlo y escupirlo lejos.
Con la botella abierta pegué el primer lingotazo. No sería el primero de aquella noche tan larga
La chica que había matado al gordo en el baño (´´Una pena no habérselo entregado ya muerto`` ronroneó mi mente) también había osado acercarse para ¿qué? ¿darme una cerveza? Intenté demostrarle toda mi aversión con mi mirada, pero o no se dio cuenta o tenía otras cosas en mente ya que salió de la posada. Reí (´´Estos vampiros siempre están hambrientos. Malditos chupasangres. Dejan lo mejor atrás``).
Una vampira fuera, un problema menos dentro. Me dediqué a mirar por la ventana intentando ignorar a la humana que no se movía de su sitio. Su presencia ya me estaba hartando cuando se levantó y me habló. Que le enseñara a defenderse quería. Por supuesto mi cabeza lo primero que hizo fue negarlo. Pero puso un saco que sonaba a tener monedas dentro. La miré a los ojos y suspiré.
- Mira chica, no sé qué te habrá llevado a esta posada ni qué haces con tanto dinero pero no creo que sepas catar muy bien a las personas. – Bajé las piernas y me incorporé un poco para tenerla más cerca – No soy quién buscas ni quién necesitas – agarré el saco de monedas y lo sacudí – Si quisiera tomaría esto sin que te dieses cuenta. Además, si tienes tanto dinero como jactas ¿no sería mejor contratar alguien que te salvase el culo?
Tiré el saco otra vez sobre la mesa abriéndose y esparciendo unos cuantos aeros. Me estaba enfadando más de lo normal. Me levanté de un salto y me acerqué más a ella. Llevé mis dedos a su barbilla he hice que me mirara a los ojos. Unas palabras no amenazaban tanto como una intensa mirada.
- Este mundo está podrido y nos toca vivir en la mierda. Nadie va a sacarte de ahí. Solo te toca a ti decidir qué tipo de mierda quieres – me acerqué al odio para que solo ella pudiese escuchar lo que iba a decirle – Y no querrás que mi mierda de lobo te caiga encima.
Me separé de ella lo suficiente como para que viese una sonrisa maliciosa. Solo esperaba que hubiese entendido mis palabras. No me gustaba dar información sobre mí. Volví a sentarme y a estirar las patas. Incline la silla hacia atrás le hice un gesto con desinterés para que se fuese de allí.
´´Demasiadas interacciones por hoy me parece a mí`` pensé taciturno mientras me llevaba las manos a las orejas ´´Quiero salir de aquí. `` Miré fuera de la ventana. Hacía rato había pasado acompañada la vampira con otro vampiro. ´´Seguramente será su próxima víctima. Menuda mierda de camaradería tienen estos. Y la muy maldita dormirá placenteramente hoy``.
Delante de mí tenía la jarra de cerveza que ella me había dado. Claro esta no iba a darle ni un sorbo. La cogí y la tiré por la ventana. Y mi cerebro hizo clic. Sonreí. La vampira tenía que dormir y estábamos en una posada.
Con un movimiento rápido busqué a la humana que me había pedido entrenarla pero la posada parecía haberse llenado de más personas que hasta rodeaban mi mesa. Demasiados olores, demasiado ruido, demasiada gente. Podía encontrarse a mi lado y no lograr verla. Maldita sea mi estampa. Había perdido la oportunidad de divertirme un rato. Ofuscado, me levanté y me dirigí a la barra. El posadero me miró con cara de pocos amigos pero me preguntó qué quería con un mal gesto. Frunciendo el ceño le dije:
- Venga vamos. No te enfades idiota. Con el dinero que ganas ahí detrás en las peleas de monstruos te da para salir de aquí o arreglar este tugurio.
El posadero se acercó a mi rápidamente y me agarró por el cuello de la camisa para atraerme violentamente hacia su estúpida cara:
- Dilo más alto cabrón y no sales vivo de aquí. No sé cómo has escuchado eso pero es todo mentira.
- Tranquilo asqueroso embustero – dije conservando la calma- Me has visto pelear bastantes veces ahí como para querer enfrentarte a mí -le quité la mano y le empuje sutilmente hacia atrás- Solo quiero que hagas tu trabajo y me pongas lo más fuerte que tengas y dos vasos.
Me miró con repulsión por lo que saqué unos aeros del bolsillo y se los solté encima de la barra. Se lo pensó un par de segundos y se fue para volver con una botella rellenas de un líquido verde brillante. Le miré con una falsa sonrisa, cogí el pedido y volví a buscar a la humana. Nada ¿Se habría ido?
Lancé un silbido para llamar su atención en el caso de que ella sí me estuviese viendo y volví al mismo sitio junto a la ventana. Una pequeña brisa entraba por ella y me revolvía el pelo. Dejé los vasos encima de la mesa. Ni sabía por qué los había traído. Toda la noche rehuyendo de las personas y ahora intentaba atraerlas con alcohol. Quizás la multitud allí dentro si estaba empezando a fastidiar mis sentidos. Gruñí por lo bajo mientras observaba la botella. Después agarré con los dientes el corcho para quitarlo y escupirlo lejos.
Con la botella abierta pegué el primer lingotazo. No sería el primero de aquella noche tan larga
Mia Lïber
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
La sangre fresca recorriendo su cuerpo era uno de los placeres pecaminosos que no se podía transmitir con palabras, solo un vampiro sabia hasta qué punto esto era de magnificente y excitante….Su cuerpo recorrían escalofríos y sentía energía y poder dentro de su pequeño cuerpo….Sabia que ahora ya la dificultad de estas noches estaba en el pasado…aquí había mucho alimento y diversión si es que deseaba algo de ello…Pero sus costumbres eran un pelín extrañas hasta para su especie….mataba a todo tras el coito sin importar la raza….y por ello, pocos de sus amantes podían contar lo que sea de ella…y los que no morían, es porque eran de extrema necesidad…..Su mente volvió a Rumpel….
“Maldito mago…hasta en la sopa lo tengo…”
De repente la jarra de cerveza voló justo al lado de su cara derramando el líquido dorado sobre el suelo y salpicándola….por alguna razón Alana ha supuesto que era aquel hombre de ojos verdes, quien tiro la jarra, sabía que era un lycan, después de 100 años enfrentándose a ellos, podía reconocer a uno con bastante facilidad, sus pelos se ponían en punta cuando los tenia cerca y al dejar aquella jarra en la mesa, sus sospechas eran confirmadas … Era interesante la relación tan peculiar de los vampiros y lycans….siempre como oponentes, odiándose…provocándose…llevando uno al otro al límite….Magnifico desafío para una noche libre….si es que esto se puede llamar una noche libre…. Además hace mucho que no tenía a un hombre lobo de cena….y toda dama ha de tener postre….
La vampiresa se agacho y rebusco en los bolsillos del vampiro muerto, sacando el dinero…..reloj y un colgante en forma del corazón…
“Pero que mal gusto y que cutre se está volviendo mi especie…patético”
Pensó ella, con ganas de tirar aquella joya, pero sabía que podría serla útil, por lo que guardo todo dentro de su escote…..y convocando las sombras se movió de nuevo hacia la entrada de la posada…. Entro tras uno de los hombres, sin ser vista a no ser que alguien esté muy atento a los detalles….y se posiciono en el fondo de aquella sala llena de amor que se vende, apariencias, violencia, tratos sucios….y toda clase de actos nauseabundos….pero era un sitio interesante si necesitas información, o no ser vista….o ignorada en su caso…. Sus fosas nasales, sentían la muerte proviniendo del baño, sin duda en poco tiempo alguien iría y descubriría lo que paso ahí…..Pero por el momento, los objetos de su interés eran la human de bellas facciones y el lobo….Este pequeño canino sabía muy bien donde estaba pinado…lo veía por cómo se movía en este sitio…lo dominaba…y por cómo le miraba el posadero…Había odio y desprecio, pero a la vez miedo, tal vez….algo había ahí….y sin duda ella estaba aquí para averiguarlo… Era tiempo de jugar y aceptaba el desafío…
Mientras observaba como el hombre llevaba la botella de alcohol y ofrecía a la humana, Alana se limpió su boca de los restos de la cena improvisada y pudo ver como el mago con las dos fulanas en las piernas…hacia señas a dos hombres que terminaban de entrar en el salón….Los dos miraron en dirección a mi fuente de diversión e interés…
“Tenía que haberlo matado a esa bola de cebo con magia….sus trucos baratos para conquistar a las putas y ahora esto, era como un insulto a la magia en si….y a los magos…”
Se dijo, mientras miraba con desprecio al mago, que hacia trucos con el líquido del vaso, para que las putas lo aplaudan y le griten cuan maravilloso es….algo en él la ponía furiosa….
“Vaya, al parecer este espectáculo hoy no se ha terminado aún…”
Los hombres eran grandes….tenían escondidos cuchillos bajo su ropa…Ambos olían a alcohol, mujeres y a lycans…..los tenía tan cerca, que podía ver los arañazos en la espalda de uno de ellos, que se asomaba en su cuello sobre la tela de una camisa….
“Pero mira que interesante……más lobos en escena….con lo que me gusta su sangre caliente y chispeante….Puede que al fin no pueda evitar tener algo de pelea o comida excitante….”
Pensó ella…mientras se removió en su sitio un poco, esperando por la acción….anticipándola con una sonrisa.
Los dos hombres se han dirigido a la mesa vigilada….y con amenaza se posicionaron cerca de aquella mesa…
”Pero que divertido se estaba volviendo todo esto”…pensó ella…mientras desvaneció las sombras y avanza más cerca a los hombres….apoyando su espalda en la barra del bar de la posada…mirando desde su capucha…...esperando y sintiendo la mirada del posadero sobre su persona….al parecer, no solo el lycan era de interés esta noche…. ella estaba tan vigilada y analizada por aquel hombre que un escalofrió la recorrió….
“Esto tiene pinta de que alguien ha salido de caza sin avisar….”
Se dijo….mientras una mano fuerte masculina agarro su hombro desde detrás de la barra del bar…..
“Maldito mago…hasta en la sopa lo tengo…”
De repente la jarra de cerveza voló justo al lado de su cara derramando el líquido dorado sobre el suelo y salpicándola….por alguna razón Alana ha supuesto que era aquel hombre de ojos verdes, quien tiro la jarra, sabía que era un lycan, después de 100 años enfrentándose a ellos, podía reconocer a uno con bastante facilidad, sus pelos se ponían en punta cuando los tenia cerca y al dejar aquella jarra en la mesa, sus sospechas eran confirmadas … Era interesante la relación tan peculiar de los vampiros y lycans….siempre como oponentes, odiándose…provocándose…llevando uno al otro al límite….Magnifico desafío para una noche libre….si es que esto se puede llamar una noche libre…. Además hace mucho que no tenía a un hombre lobo de cena….y toda dama ha de tener postre….
La vampiresa se agacho y rebusco en los bolsillos del vampiro muerto, sacando el dinero…..reloj y un colgante en forma del corazón…
“Pero que mal gusto y que cutre se está volviendo mi especie…patético”
Pensó ella, con ganas de tirar aquella joya, pero sabía que podría serla útil, por lo que guardo todo dentro de su escote…..y convocando las sombras se movió de nuevo hacia la entrada de la posada…. Entro tras uno de los hombres, sin ser vista a no ser que alguien esté muy atento a los detalles….y se posiciono en el fondo de aquella sala llena de amor que se vende, apariencias, violencia, tratos sucios….y toda clase de actos nauseabundos….pero era un sitio interesante si necesitas información, o no ser vista….o ignorada en su caso…. Sus fosas nasales, sentían la muerte proviniendo del baño, sin duda en poco tiempo alguien iría y descubriría lo que paso ahí…..Pero por el momento, los objetos de su interés eran la human de bellas facciones y el lobo….Este pequeño canino sabía muy bien donde estaba pinado…lo veía por cómo se movía en este sitio…lo dominaba…y por cómo le miraba el posadero…Había odio y desprecio, pero a la vez miedo, tal vez….algo había ahí….y sin duda ella estaba aquí para averiguarlo… Era tiempo de jugar y aceptaba el desafío…
Mientras observaba como el hombre llevaba la botella de alcohol y ofrecía a la humana, Alana se limpió su boca de los restos de la cena improvisada y pudo ver como el mago con las dos fulanas en las piernas…hacia señas a dos hombres que terminaban de entrar en el salón….Los dos miraron en dirección a mi fuente de diversión e interés…
“Tenía que haberlo matado a esa bola de cebo con magia….sus trucos baratos para conquistar a las putas y ahora esto, era como un insulto a la magia en si….y a los magos…”
Se dijo, mientras miraba con desprecio al mago, que hacia trucos con el líquido del vaso, para que las putas lo aplaudan y le griten cuan maravilloso es….algo en él la ponía furiosa….
“Vaya, al parecer este espectáculo hoy no se ha terminado aún…”
Los hombres eran grandes….tenían escondidos cuchillos bajo su ropa…Ambos olían a alcohol, mujeres y a lycans…..los tenía tan cerca, que podía ver los arañazos en la espalda de uno de ellos, que se asomaba en su cuello sobre la tela de una camisa….
“Pero mira que interesante……más lobos en escena….con lo que me gusta su sangre caliente y chispeante….Puede que al fin no pueda evitar tener algo de pelea o comida excitante….”
Pensó ella…mientras se removió en su sitio un poco, esperando por la acción….anticipándola con una sonrisa.
Los dos hombres se han dirigido a la mesa vigilada….y con amenaza se posicionaron cerca de aquella mesa…
”Pero que divertido se estaba volviendo todo esto”…pensó ella…mientras desvaneció las sombras y avanza más cerca a los hombres….apoyando su espalda en la barra del bar de la posada…mirando desde su capucha…...esperando y sintiendo la mirada del posadero sobre su persona….al parecer, no solo el lycan era de interés esta noche…. ella estaba tan vigilada y analizada por aquel hombre que un escalofrió la recorrió….
“Esto tiene pinta de que alguien ha salido de caza sin avisar….”
Se dijo….mientras una mano fuerte masculina agarro su hombro desde detrás de la barra del bar…..
Alana
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Estaba claro que esa no era la noche de la humana. Nuria intentaba consolarse pensando que podría haber sido peor, que todo podría ser mucho peor… pero también mucho mejor. El hombre no la quería cerca, eso no era noticia, era muy posible una reacción así de una persona que se veía llena de recursos, y violenta. Su espalda se hizo un arco invertido, intentando rehuir a la cercanía del hombre de los ojos amarillos, estaba siendo grosero, muy grosero, pero si con eso la aceptaba como pupila aunque fuese por una noche… Sin embargo sólo había tomado su dinero para jugar con él y mofarse de su bien ganado recurso. Apretó los labios, intentando no ponerse a llorar allí, tenía los ojos fijos en la mesa, procurando mantener un mínimo de dignidad. -Co…connntratar a alguien… nno tengo tanto dinnnero, a además, quiero vavall…- su respuesta bien podría estar cayendo en oídos sordos.
El aliento frío del hombre en su oreja hizo que se le pusiera la piel de gallina. Apretó sus labios y se le frunció el entrecejo, se mordió el labio inferior. Quería decirle muchas cosas, pero era inexperta. Ella sólo conocía a amos buenos, nadie nunca había sido así de crudo con ella y se había quedado sin palabras. Estaba angustiada y sólo quería salir de allí. No veía la hora de regresar a donde estaba parando y tal vez regresar donde el señor Branzen para que la aceptara de vuelta a su servicio. Había sido una tonta ingenua, una soñadora que se había caído de su propia nube. Con la mala suerte que estaba teniendo ese día, seguramente se tropezaba con sus propios pies y moría. O sería atrapada de nuevo por un borracho… también podría comérsela un vampiro o abrirse una ranura en la tierra y caerse al abismo. Su madre tenía razón “ Nadie quiere a los humanos, los humanos son los primeros en morir”
Se alejó del hombre cabizbaja, sus ojos no se despegaban del suelo y de la puerta. Había juntado sus monedas y las había metido en su ropa a buen resguardo, pero su cabeza no dejaba de darle vueltas a la conversación que había tenido con el hombre que se había presentado como un licántropo. Pensaba en él y en su madre, y la relación entre ser poderoso y grosero iban de la mano. Se volvió sobre sus pasos, la humana no solía enojarse, pero se le había metido la sangre en el ojo y su tozudez era bien reconocida por todo aquél que llegaba a conocerla bien. Estaba aprontando su pereré para largárselo por la cabeza, se la veía extremadamente concentrada en eso. Usó todo el peso de su cuerpo para abrirse paso de nuevo hasta la mesa de la ventana.
- ¿Unas palabras?- le dijo, pero era pregunta retórica, porque no esperó la respuesta del hombre. Tomó uno de los vasos que estaban servidos sobre la mesa. Cuando se enojaba, parecía perder el sentido de la vergüenza, entre otros. Le pegó un buen sorbo y le apuntó con el índice de la mano en la que tenía la bebida - Esto es lo que pasa con los hombres hechos y derechos, se creen que por arreglar una situación y estar fuertes y saludables pueden hacer y decir lo que quieren porque “el mundo es una mierda”- se detuvo apenas para hacerle fondo blanco a la bebida. Podía sentir que su rostro se calentaba, pero el alcohol sólo hacía que el fuego en su interior se expandiera. - ¿La vida es dura? Por supuesto, todos tenemos nuestras mierdas, pero no deberías intentar pisar a quien quiere salir de ella de buena manera, porque te podría caer de encima- rezongó.
Intentó echarle los restos de la bebida a la cara, pero no quedaba nada. Entrecerró los ojos y tiró el vaso al suelo con fuerza mientras pateaba el suelo fuertemente y se cruzaba de brazos, poniendo la expresión más terrible que tenía –que en realidad era bastante hilarante dada la situación- lejos de sus poco desarrollados sentidos estaba la situación que se estaba desdoblando a su alrededor. Tal vez si estuviese menos enfrascada en el hombre y sus posibles reacciones, se hubiese dado cuenta que estaban siendo observados… o que las personas que estaban allí dentro estaban siendo cambiadas por otro tipo de gente, personas contra las que ella nada podría hacer ni en diez vidas.
El aliento frío del hombre en su oreja hizo que se le pusiera la piel de gallina. Apretó sus labios y se le frunció el entrecejo, se mordió el labio inferior. Quería decirle muchas cosas, pero era inexperta. Ella sólo conocía a amos buenos, nadie nunca había sido así de crudo con ella y se había quedado sin palabras. Estaba angustiada y sólo quería salir de allí. No veía la hora de regresar a donde estaba parando y tal vez regresar donde el señor Branzen para que la aceptara de vuelta a su servicio. Había sido una tonta ingenua, una soñadora que se había caído de su propia nube. Con la mala suerte que estaba teniendo ese día, seguramente se tropezaba con sus propios pies y moría. O sería atrapada de nuevo por un borracho… también podría comérsela un vampiro o abrirse una ranura en la tierra y caerse al abismo. Su madre tenía razón “ Nadie quiere a los humanos, los humanos son los primeros en morir”
Se alejó del hombre cabizbaja, sus ojos no se despegaban del suelo y de la puerta. Había juntado sus monedas y las había metido en su ropa a buen resguardo, pero su cabeza no dejaba de darle vueltas a la conversación que había tenido con el hombre que se había presentado como un licántropo. Pensaba en él y en su madre, y la relación entre ser poderoso y grosero iban de la mano. Se volvió sobre sus pasos, la humana no solía enojarse, pero se le había metido la sangre en el ojo y su tozudez era bien reconocida por todo aquél que llegaba a conocerla bien. Estaba aprontando su pereré para largárselo por la cabeza, se la veía extremadamente concentrada en eso. Usó todo el peso de su cuerpo para abrirse paso de nuevo hasta la mesa de la ventana.
- ¿Unas palabras?- le dijo, pero era pregunta retórica, porque no esperó la respuesta del hombre. Tomó uno de los vasos que estaban servidos sobre la mesa. Cuando se enojaba, parecía perder el sentido de la vergüenza, entre otros. Le pegó un buen sorbo y le apuntó con el índice de la mano en la que tenía la bebida - Esto es lo que pasa con los hombres hechos y derechos, se creen que por arreglar una situación y estar fuertes y saludables pueden hacer y decir lo que quieren porque “el mundo es una mierda”- se detuvo apenas para hacerle fondo blanco a la bebida. Podía sentir que su rostro se calentaba, pero el alcohol sólo hacía que el fuego en su interior se expandiera. - ¿La vida es dura? Por supuesto, todos tenemos nuestras mierdas, pero no deberías intentar pisar a quien quiere salir de ella de buena manera, porque te podría caer de encima- rezongó.
Intentó echarle los restos de la bebida a la cara, pero no quedaba nada. Entrecerró los ojos y tiró el vaso al suelo con fuerza mientras pateaba el suelo fuertemente y se cruzaba de brazos, poniendo la expresión más terrible que tenía –que en realidad era bastante hilarante dada la situación- lejos de sus poco desarrollados sentidos estaba la situación que se estaba desdoblando a su alrededor. Tal vez si estuviese menos enfrascada en el hombre y sus posibles reacciones, se hubiese dado cuenta que estaban siendo observados… o que las personas que estaban allí dentro estaban siendo cambiadas por otro tipo de gente, personas contra las que ella nada podría hacer ni en diez vidas.
Nuria
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
No pude hacer otra cosa que reír ante tal situación. Tenía que reconocer que a la chiquilla no le faltaban agallas. No sabía si había entendido mi indirecta pero no cualquier humano era capaz de mantener palabras con un licántropo. Generalmente un miedo les recorría la espalda y, si eran listos, acababan huyendo.
Y, por el contrario, aquella dama no solo se atrevía a dirigirme unas palabras con ira. Y no solo eso sino que además se había tomado de golpe el alcohol, que gustosamente había servido para ella, sin ni siquiera mirar cual era el contenido. A esta chica iban a matarla de alguna manera si seguía tan inconsciente.
Sin embargo, aquella dama estaba empezando a llamar mi atención. Claro está, solo de una manera divertida. Seguía pensando que era un error entrenarla. Mas que un error, un estorbo. Si quería morirse que lo hiciese ella sola. Los humanos eran demasiado frágiles y juntarse con otras razas era peligroso.
Me estiré mientras inclinaba la silla hacia atrás y llevaba la botella a mis labios. Dulce manjar. El alcohol era bastante fuerte. Lo suficiente como para notar como bajaba por mi garganta y caía en mi estómago. ´´Normal que uno gaste dinero en esto. Me hace sentir vivo `` pensé mientras reconocía lo afortunado que era al tolerar bien dicho líquido ´´Aunque preferiría beber en un sitio más tranquilo`` La idea de subirme al tejado donde no me viese nadie se me pasó por la cabeza. Y no era la primera vez esta noche.
Entorné los ojos mientras volvía a beber. Por suerte era una botella grande aunque ya quedaba la mitad. Silbé al posadero que me miró entre la multitud y le indiqué moviendo la botella que me trajese más. Después dirigí mi mirada hacía la chica, le pasé el otro vaso que quedaba sobre la mesa y volví a llenárselo ´´No creo que aguante otro trago pero que decida ella`` Sonreí maliciosamente ante este pensamiento.
- No pienses que soy un hombre hecho y derecho -dije reclinándome otra vez en la silla y colocando mis pies uno sobre otro encima de la mesa- Si veo las de perder huiré. Y tú deberías hacer lo mismo. La valentía está hecha para los muertos. Y yo quiero estar vivo ¿Tú?
Levanté una ceja a modo de pregunta y solté un gruñido. De un trago me acabé lo que quedaba de la botella, que no era poco, y le pegué un grito al posadero. ´´Tarda demasiado`` apuntó mi paranoica mente. Miré alrededor. La posada se estaba llenando de más gente y había algunos que no apartaban la vista y hasta me miraban con recelo. Junto con la multitud me llegaban demasiados olores. Algunos desconocidos, otros con sensación mágica…pero lo que más me sorprendió fue encontrar un olor parecido al mío. Un olor a licántropo.
Hacía mucho tiempo que no me encontraba cerca de uno de mi especie. En las peleas estaba prohibido juntar a dos iguales. Había peleado contra vampiros, bios, niños bestia pero muy pocas veces con un licántropo. Solamente, cuando no quedaba otra opción porque el resto de los seres participantes estaban muertos o mutilados (´´Normalmente ambos`` reí por lo bajo), dejaban que por diversión (´´Puede que simplemente por ver sangre``) dos como yo se peleasen.
No tuve que observar mucho para saber a quién pertenecía dicho aroma. O a quienes más bien. Se trataba de dos hombres altos y robustos sentados dos mesas más allá, en dirección hacia una de las posibles salidas de la posada, la puerta. Sabían lo que hacían y de vez en cuando miraban a un tercero que se divertía con varias prostitutas. Él también me dirigía alguna que otra ojeada.
Solté un gruñido cabreado. Odiaba atraer la atención y menos en un lugar como ese. Atrapado como un ratón. Asqueroso. Aclaré mi garganta, salivé y lancé un escupitajo al suelo. Miré a la chica. Parecía no haberse dado cuenta de la situación o por lo menos eso aparentaba ¿Estaría ella implicada con todos ellos? ¿Y si estaba fingiéndolo todo? Puse una mueca: ´´ ¿Para qué? Dudo que esto sea una conspiración y ella no pega con esos tipejos.`` Volví a sonreírle dócilmente, quizás demasiado fingido, pero tenía los nervios a flor de piel. ´´¿Y si todo fuese cosa de la muerdecuellos? ¡Cuando odio a esos chupasangres inmundos``
La botella seguía vacía y el posadero sin aparecer. Lo busqué en la lejanía, tras la barra o atendiendo a otros clientes. Se había esfumado. ´´Maldito imbécil`` Aún conservaba la calma y mantenía la sonrisa. Mi mente intentaba estudiar cada detalle de lo que estaba ocurriendo alrededor para encontrar alguna salida. Podría intentar salir por la ventana huyendo pero seguramente acabarían destrozando a la humana que se encontraba delante de mí. Demasiados pensamientos demasiado rápidos.
Me levanté de golpe. Creo que la chica se sorprendió o eso pude intuir. Aun así mis ojos estaban fijos en la pareja de mi raza. Sabía que me miraban y ellos sabían que me había dado cuenta. Les amenacé con la mirada y les dediqué una falsa sonrisa. Mientras, me acerqué poco a poco a la humana y gritaba para que me escuchase la posada entera, o por lo menos que se escuchase mi voz por encima del ruido:
- ¡¿Dónde te has metido maldito posadero?! ¡Te dije que me pusieras más alcohol! ¿Es que no sabes hacer tu puto trabajo? – más cerca de ella. Volví a fingir estar borracho aunque dudase que volviese a funcionar la misma treta - ¡Aquí hay señoritas que están esperando una buena noche! – mi mano acariciaba la mesa. Llegar a tocar a la humana era lo que estaba intentando. Mis siguientes palabras iban dirigidas a ella – Seguro que no tiene dinero ni para salvarse el gordo culo que tiene – mi dedo corazón tocó su mano. Era la señal que esperaba. Aparenté tropezar aparatosamente y caer encima de ella, mi boca junto a su oído izquierdo. En un susurro, audible solo para ella, le advertí – Huye. Si te atrapan, no me conoces. Di que eres una puta y hazte la borracha. Y reza para que te dejen en paz y me sigan a mí. Mi nombre es Mia y esto te va a doler. Espero que puedas devolvérmela.
Me incorporé aparentando estar aturdido y le di un guantazo con mi mano derecha en su mejilla. ´´Más le vale que no sepan que está conmigo``. No la miré. No supe qué efecto había tenido el golpe. No vi su reacción. Quizás era más dura de lo que creía y no había sido tan grave. Estaba llevando esto del teatro demasiado lejos y seguía pendiente de los que teniamos alrededor. Si intentó defenderse no me di cuenta pues me giré y me puse a andar dando tumbos hacía la barra mientras gritaba.
- ¡Asquerosa zorra! ¿Vienes a robarme a mí? – tenía que alejar la atención de ella–¿Estas por ahí hijo de puta? Más te vale que estés por ahí buscando mi alcohol.
Salté la barra apoyando una mano sobre ella. Seguidamente detrás había una puerta. Esperaba que diese a la parte trasera o a algún sótano, seguramente sin salida. Pero era esto mejor que nada. Por la puerta de la posada no podía salir ya que dos hombretones la custodiaban y me seguían con la mirada y la ventana se la había dejado a la humana. Ergo solo me quedaba entrar.
Atravesé rápidamente el umbral, sin saber qué ocurría detrás de mí. Entré en una habitación oscura y con un olor rancio. Sin ventilación apenas. Como temía, era un callejón sin salida y, por suerte, no había nadie. Lo único que tenía que hacer era esperar a recibir alguna visita. Me coloqué en posición de ataque a la derecha de la entrada. Que no me viesen cuando alguien entrase. Saqué la kusarigama y apunté la parte de la hoz hacia la puerta con la mano derecha mientras la izquierda sujetaba el final de la cadena.
Mi respiración era agitada. Mi cuerpo se preparaba para una pelea y parecía estar ansioso por ello. Decidí que la mejor forma era transformarme en mi forma híbrida. Mejores instintos, mejores reflejos.
Mi hombro tocó la estantería que tenía detrás y escuché un tintineo de cristal. Sonreí y saqué otra botella de alcohol. Con el mismo movimiento que antes en la mesa con la anterior, la abrí y escupí lejos el corcho. La levanté y me dije en voz baja:
- Por mi estupidez y debilidad.
Y bebí un largo trago mientras intentaba escuchar algún ruido extraño.
Y, por el contrario, aquella dama no solo se atrevía a dirigirme unas palabras con ira. Y no solo eso sino que además se había tomado de golpe el alcohol, que gustosamente había servido para ella, sin ni siquiera mirar cual era el contenido. A esta chica iban a matarla de alguna manera si seguía tan inconsciente.
Sin embargo, aquella dama estaba empezando a llamar mi atención. Claro está, solo de una manera divertida. Seguía pensando que era un error entrenarla. Mas que un error, un estorbo. Si quería morirse que lo hiciese ella sola. Los humanos eran demasiado frágiles y juntarse con otras razas era peligroso.
Me estiré mientras inclinaba la silla hacia atrás y llevaba la botella a mis labios. Dulce manjar. El alcohol era bastante fuerte. Lo suficiente como para notar como bajaba por mi garganta y caía en mi estómago. ´´Normal que uno gaste dinero en esto. Me hace sentir vivo `` pensé mientras reconocía lo afortunado que era al tolerar bien dicho líquido ´´Aunque preferiría beber en un sitio más tranquilo`` La idea de subirme al tejado donde no me viese nadie se me pasó por la cabeza. Y no era la primera vez esta noche.
Entorné los ojos mientras volvía a beber. Por suerte era una botella grande aunque ya quedaba la mitad. Silbé al posadero que me miró entre la multitud y le indiqué moviendo la botella que me trajese más. Después dirigí mi mirada hacía la chica, le pasé el otro vaso que quedaba sobre la mesa y volví a llenárselo ´´No creo que aguante otro trago pero que decida ella`` Sonreí maliciosamente ante este pensamiento.
- No pienses que soy un hombre hecho y derecho -dije reclinándome otra vez en la silla y colocando mis pies uno sobre otro encima de la mesa- Si veo las de perder huiré. Y tú deberías hacer lo mismo. La valentía está hecha para los muertos. Y yo quiero estar vivo ¿Tú?
Levanté una ceja a modo de pregunta y solté un gruñido. De un trago me acabé lo que quedaba de la botella, que no era poco, y le pegué un grito al posadero. ´´Tarda demasiado`` apuntó mi paranoica mente. Miré alrededor. La posada se estaba llenando de más gente y había algunos que no apartaban la vista y hasta me miraban con recelo. Junto con la multitud me llegaban demasiados olores. Algunos desconocidos, otros con sensación mágica…pero lo que más me sorprendió fue encontrar un olor parecido al mío. Un olor a licántropo.
Hacía mucho tiempo que no me encontraba cerca de uno de mi especie. En las peleas estaba prohibido juntar a dos iguales. Había peleado contra vampiros, bios, niños bestia pero muy pocas veces con un licántropo. Solamente, cuando no quedaba otra opción porque el resto de los seres participantes estaban muertos o mutilados (´´Normalmente ambos`` reí por lo bajo), dejaban que por diversión (´´Puede que simplemente por ver sangre``) dos como yo se peleasen.
No tuve que observar mucho para saber a quién pertenecía dicho aroma. O a quienes más bien. Se trataba de dos hombres altos y robustos sentados dos mesas más allá, en dirección hacia una de las posibles salidas de la posada, la puerta. Sabían lo que hacían y de vez en cuando miraban a un tercero que se divertía con varias prostitutas. Él también me dirigía alguna que otra ojeada.
Solté un gruñido cabreado. Odiaba atraer la atención y menos en un lugar como ese. Atrapado como un ratón. Asqueroso. Aclaré mi garganta, salivé y lancé un escupitajo al suelo. Miré a la chica. Parecía no haberse dado cuenta de la situación o por lo menos eso aparentaba ¿Estaría ella implicada con todos ellos? ¿Y si estaba fingiéndolo todo? Puse una mueca: ´´ ¿Para qué? Dudo que esto sea una conspiración y ella no pega con esos tipejos.`` Volví a sonreírle dócilmente, quizás demasiado fingido, pero tenía los nervios a flor de piel. ´´¿Y si todo fuese cosa de la muerdecuellos? ¡Cuando odio a esos chupasangres inmundos``
La botella seguía vacía y el posadero sin aparecer. Lo busqué en la lejanía, tras la barra o atendiendo a otros clientes. Se había esfumado. ´´Maldito imbécil`` Aún conservaba la calma y mantenía la sonrisa. Mi mente intentaba estudiar cada detalle de lo que estaba ocurriendo alrededor para encontrar alguna salida. Podría intentar salir por la ventana huyendo pero seguramente acabarían destrozando a la humana que se encontraba delante de mí. Demasiados pensamientos demasiado rápidos.
Me levanté de golpe. Creo que la chica se sorprendió o eso pude intuir. Aun así mis ojos estaban fijos en la pareja de mi raza. Sabía que me miraban y ellos sabían que me había dado cuenta. Les amenacé con la mirada y les dediqué una falsa sonrisa. Mientras, me acerqué poco a poco a la humana y gritaba para que me escuchase la posada entera, o por lo menos que se escuchase mi voz por encima del ruido:
- ¡¿Dónde te has metido maldito posadero?! ¡Te dije que me pusieras más alcohol! ¿Es que no sabes hacer tu puto trabajo? – más cerca de ella. Volví a fingir estar borracho aunque dudase que volviese a funcionar la misma treta - ¡Aquí hay señoritas que están esperando una buena noche! – mi mano acariciaba la mesa. Llegar a tocar a la humana era lo que estaba intentando. Mis siguientes palabras iban dirigidas a ella – Seguro que no tiene dinero ni para salvarse el gordo culo que tiene – mi dedo corazón tocó su mano. Era la señal que esperaba. Aparenté tropezar aparatosamente y caer encima de ella, mi boca junto a su oído izquierdo. En un susurro, audible solo para ella, le advertí – Huye. Si te atrapan, no me conoces. Di que eres una puta y hazte la borracha. Y reza para que te dejen en paz y me sigan a mí. Mi nombre es Mia y esto te va a doler. Espero que puedas devolvérmela.
Me incorporé aparentando estar aturdido y le di un guantazo con mi mano derecha en su mejilla. ´´Más le vale que no sepan que está conmigo``. No la miré. No supe qué efecto había tenido el golpe. No vi su reacción. Quizás era más dura de lo que creía y no había sido tan grave. Estaba llevando esto del teatro demasiado lejos y seguía pendiente de los que teniamos alrededor. Si intentó defenderse no me di cuenta pues me giré y me puse a andar dando tumbos hacía la barra mientras gritaba.
- ¡Asquerosa zorra! ¿Vienes a robarme a mí? – tenía que alejar la atención de ella–¿Estas por ahí hijo de puta? Más te vale que estés por ahí buscando mi alcohol.
Salté la barra apoyando una mano sobre ella. Seguidamente detrás había una puerta. Esperaba que diese a la parte trasera o a algún sótano, seguramente sin salida. Pero era esto mejor que nada. Por la puerta de la posada no podía salir ya que dos hombretones la custodiaban y me seguían con la mirada y la ventana se la había dejado a la humana. Ergo solo me quedaba entrar.
Atravesé rápidamente el umbral, sin saber qué ocurría detrás de mí. Entré en una habitación oscura y con un olor rancio. Sin ventilación apenas. Como temía, era un callejón sin salida y, por suerte, no había nadie. Lo único que tenía que hacer era esperar a recibir alguna visita. Me coloqué en posición de ataque a la derecha de la entrada. Que no me viesen cuando alguien entrase. Saqué la kusarigama y apunté la parte de la hoz hacia la puerta con la mano derecha mientras la izquierda sujetaba el final de la cadena.
Mi respiración era agitada. Mi cuerpo se preparaba para una pelea y parecía estar ansioso por ello. Decidí que la mejor forma era transformarme en mi forma híbrida. Mejores instintos, mejores reflejos.
Mi hombro tocó la estantería que tenía detrás y escuché un tintineo de cristal. Sonreí y saqué otra botella de alcohol. Con el mismo movimiento que antes en la mesa con la anterior, la abrí y escupí lejos el corcho. La levanté y me dije en voz baja:
- Por mi estupidez y debilidad.
Y bebí un largo trago mientras intentaba escuchar algún ruido extraño.
Mia Lïber
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Alana se giró para ver al tabernero a los ojos. Este la hizo una señal de que tiene que seguirlo.
“Esto es algo nuevo…”
Pensó ella, viendo que tenía un cuchillo puesto en su nuca, asique con delicadeza y sin movimientos llamativos pasó tras la barra. Sintiendo el acero cerca de su piel…
-Oye, muñeca! He visto al Barlond muerto en los baños y lo he escondido. Si quieres que nadie se entere de lo que ha pasado, tendrás que hacer un par de cosas por mí.
Alana observo el espacio cerrado de unas escaleras, que llevaban hacia alguna parte a un nivel más bajo. El tabernero se posicionó muy cerca de la mujer, tanto que podía claramente averiguar lo que ha cenado y bebido. El cuchillo aun lo tenía en la mano.
“De verdad, piensa que puede amenazarme….¿?”
Se preguntó ella, era una especie de insulto a ella y a los vampiros, aunque estos últimos poco la importaban en realidad, vivía sin ser parte de la comunidad….no se regía por sus reglas….no creía en sus dioses…la daba igual. Pero aun así, que un humano trate así a un vampiro, era interesante.
-Un par de cosas….
Le recordó ella, esperando por ver que es lo que deseaban alguien así de ella. Mientras oía gritos que reclamaban al hombre que la tenía presa.
-Lo primero, muñeca. Has visto al tipo al lado de la ventana ¿? Él tiene que morir esta noche. Por su culpa he perdido mucho dinero y mucha gente importante en esta ciudad también. No es un luchador de honor.
La mueca del rostro masculino, dio a entender que mentía. Pero la vampiresa no dio señal alguna de que lo había visto o que se oponía a una descripción o a una petición semejante. Su rostro permanecía neutral, frio, sin emoción.
-Y la segunda, una noche de placer! Yo pagaré lo que me pidas…
EL hombre agarro la mano de la vampiresa y la escondió en sus pantalones. Una media sonrisa apareció en el rostro de la vampiresa. Que el hombre interpretó al principio como una aceptación. Pero su mano aprieto con tal fuerza el orgullo masculino que este cayo de rodillas ante ella en estupor completo y ojos salidos de sus orbitas, el metal del cuchillo resonó cayendo por las escaleras. La chica ni siquiera ha tenido que agacharse para decirle al oído….
-A ver, muñeco… Esto es lo último que has hecho en tu vida! Espero que esta última caricia valió la pena tanto como para morir por ello…
Los dientes afilados y perlados perforaron la piel grasienta llegando a la vena. El líquido carmesí y pegajoso se filtró y la mujer lo tomo con ahínco…Dejando las venas de aquel idiota secas…Escucho como el corazón dejo de latir y se separó del cuerpo…Liberándose de su mano y de todo aquello que ha tocado…Con gesto de disgusto limpio la mano y volvió a salir fuera, dejando que el cadáver caiga por las escaleras. Seguía oyendo el llamamiento por la botella de alcohol…
Cuando ha salido, pudo observar como la mayor parte de los presentes ya estaban observando de forma poco amigable a la pareja cerca de la ventana…Para no llamar mucho la atención, con delicadeza y las sombras volvió a su sitio de antes y espero. Cuando lo hizo, el lycan ya ha metido una bofetada a la chica de hermosos rasgos. Alana casi, se mueve para indagar porque de aquella acción. Pero, el lobo se movió más rápido, seguía actuando, pero nadie se lo creía. Alana pudo verlo por sus caras llenas de odio.
“Que has hecho, encanto….para que todos los que están en este tugurio menos la humana y yo, quieran matarte¿?”
Alana quiso ver a la mujer de cabellos oscuros, pero no lo consiguió, ya que toda la muchedumbre corrió tras el lycan…La fémina se sorprendió de cuanta gente estaba ahí en aquel momento, ignorándola a ella y a los demás sorprendidos por aquellos acontecimientos, corriendo tras él.
La mujer decidió que sería un buen momento para aprovechar, por alguna razón quería ir en contra de todos y ayudar a aquel chico. Asique convoco las sombras y saco su catana, usando la destreza se posicionó tras el mago que parecía ser el que mandaba en este ataque….y mientras las dos mujeres aún estaban sobre el sentadas y comentando asustadas de lo que estaba pasando, le decapitó. Sin miramientos, sin piedad, solo con una frialdad y movimiento controlado. La sangre salpicando a la vampiresa, mientras seguía moviéndose entre la multitud, decapitando a todo aquel que este ante ella. Su catana no estaba en su mejor momento, por lo que los movimientos se hacían repetitivos para conseguir su objetivo.
Los gritos agudos casi hacen estallar su cabeza, la mujer se giró para ver como las putas salían despavoridas y llenas de horror a la calle. Alana disipo sus sombras y prosiguió repartiendo cortes, hasta que no se ha dado de frente con la humana de bellas facciones. Tenía a un par de imbéciles a su lado que parecía que la querían atacar de alguna forma…no tenía mucho tiempo para aclararlo, asique simplemente decidió actuar…
-Pero como es que se portan así con una dama….no os da vergüenza, caballeros…
Dijo ella, mientras entraba en combate con los dos, tratando de desviar la atención sobre la humana…su catana cayo no muy lejos, mientras los golpes eran repartidos y aceptados…sonidos secos y rápidos, rompían el aire…
-Escóndete, querida….
Logro decirle, cuando estaba cerca de mujer de ojos preciosos…perdiéndola de nuevo de vista, mientras uno de los hombre enormes la agarraba del pelo y la intentaba someter….apretando la mejilla pálida contra el sucio suelo de un golpe…la sangre de la mujer decoró el suelo…Alana sintió cada golpe llevado hasta este momento en su cuerpo, fue consciente de varios cortes que tenía en el torso y ahora este golpe en el rostro….y su cabello que parecía arder..
Sus ojos solo lograban ver botas, cuatro de las cuales estaban a su lado y el resto ya estaba tras la barra…. Necesitaba recomponerse, pero otro golpe en su estómago por una de las botas marrones, hizo que escupa más sangre….y se haga un ovillo y aquí el grosso error…El hombre dejo su cabello suelto…segundos de alivio, otro golpe más en su espalda….y la mente funcionando claramente y sin interrupción…
Alana busco desesperada por algo y lo ha visto, trozos de jarra rota. Agarro con la mano clavando el cristal en su propia carne y espero un espacio entre golpes para clavarlo en la bota de uno de ellos…Los dos hombres perdieron concentración y aunque dolorida, la fémina llego a su arma que estaba no muy lejos de ella y abrió a uno de los hombres como si fuera un cerdo…...saltó sobre otro y lo mordió, mientras sentía sus golpes, protestas y gritos….pero estaba aferrada a él con una fuerza brutal.
Lo que sin duda llamo la atención de los que han ido tras el lobo…
“Esto es algo nuevo…”
Pensó ella, viendo que tenía un cuchillo puesto en su nuca, asique con delicadeza y sin movimientos llamativos pasó tras la barra. Sintiendo el acero cerca de su piel…
-Oye, muñeca! He visto al Barlond muerto en los baños y lo he escondido. Si quieres que nadie se entere de lo que ha pasado, tendrás que hacer un par de cosas por mí.
Alana observo el espacio cerrado de unas escaleras, que llevaban hacia alguna parte a un nivel más bajo. El tabernero se posicionó muy cerca de la mujer, tanto que podía claramente averiguar lo que ha cenado y bebido. El cuchillo aun lo tenía en la mano.
“De verdad, piensa que puede amenazarme….¿?”
Se preguntó ella, era una especie de insulto a ella y a los vampiros, aunque estos últimos poco la importaban en realidad, vivía sin ser parte de la comunidad….no se regía por sus reglas….no creía en sus dioses…la daba igual. Pero aun así, que un humano trate así a un vampiro, era interesante.
-Un par de cosas….
Le recordó ella, esperando por ver que es lo que deseaban alguien así de ella. Mientras oía gritos que reclamaban al hombre que la tenía presa.
-Lo primero, muñeca. Has visto al tipo al lado de la ventana ¿? Él tiene que morir esta noche. Por su culpa he perdido mucho dinero y mucha gente importante en esta ciudad también. No es un luchador de honor.
La mueca del rostro masculino, dio a entender que mentía. Pero la vampiresa no dio señal alguna de que lo había visto o que se oponía a una descripción o a una petición semejante. Su rostro permanecía neutral, frio, sin emoción.
-Y la segunda, una noche de placer! Yo pagaré lo que me pidas…
EL hombre agarro la mano de la vampiresa y la escondió en sus pantalones. Una media sonrisa apareció en el rostro de la vampiresa. Que el hombre interpretó al principio como una aceptación. Pero su mano aprieto con tal fuerza el orgullo masculino que este cayo de rodillas ante ella en estupor completo y ojos salidos de sus orbitas, el metal del cuchillo resonó cayendo por las escaleras. La chica ni siquiera ha tenido que agacharse para decirle al oído….
-A ver, muñeco… Esto es lo último que has hecho en tu vida! Espero que esta última caricia valió la pena tanto como para morir por ello…
Los dientes afilados y perlados perforaron la piel grasienta llegando a la vena. El líquido carmesí y pegajoso se filtró y la mujer lo tomo con ahínco…Dejando las venas de aquel idiota secas…Escucho como el corazón dejo de latir y se separó del cuerpo…Liberándose de su mano y de todo aquello que ha tocado…Con gesto de disgusto limpio la mano y volvió a salir fuera, dejando que el cadáver caiga por las escaleras. Seguía oyendo el llamamiento por la botella de alcohol…
Cuando ha salido, pudo observar como la mayor parte de los presentes ya estaban observando de forma poco amigable a la pareja cerca de la ventana…Para no llamar mucho la atención, con delicadeza y las sombras volvió a su sitio de antes y espero. Cuando lo hizo, el lycan ya ha metido una bofetada a la chica de hermosos rasgos. Alana casi, se mueve para indagar porque de aquella acción. Pero, el lobo se movió más rápido, seguía actuando, pero nadie se lo creía. Alana pudo verlo por sus caras llenas de odio.
“Que has hecho, encanto….para que todos los que están en este tugurio menos la humana y yo, quieran matarte¿?”
Alana quiso ver a la mujer de cabellos oscuros, pero no lo consiguió, ya que toda la muchedumbre corrió tras el lycan…La fémina se sorprendió de cuanta gente estaba ahí en aquel momento, ignorándola a ella y a los demás sorprendidos por aquellos acontecimientos, corriendo tras él.
La mujer decidió que sería un buen momento para aprovechar, por alguna razón quería ir en contra de todos y ayudar a aquel chico. Asique convoco las sombras y saco su catana, usando la destreza se posicionó tras el mago que parecía ser el que mandaba en este ataque….y mientras las dos mujeres aún estaban sobre el sentadas y comentando asustadas de lo que estaba pasando, le decapitó. Sin miramientos, sin piedad, solo con una frialdad y movimiento controlado. La sangre salpicando a la vampiresa, mientras seguía moviéndose entre la multitud, decapitando a todo aquel que este ante ella. Su catana no estaba en su mejor momento, por lo que los movimientos se hacían repetitivos para conseguir su objetivo.
Los gritos agudos casi hacen estallar su cabeza, la mujer se giró para ver como las putas salían despavoridas y llenas de horror a la calle. Alana disipo sus sombras y prosiguió repartiendo cortes, hasta que no se ha dado de frente con la humana de bellas facciones. Tenía a un par de imbéciles a su lado que parecía que la querían atacar de alguna forma…no tenía mucho tiempo para aclararlo, asique simplemente decidió actuar…
-Pero como es que se portan así con una dama….no os da vergüenza, caballeros…
Dijo ella, mientras entraba en combate con los dos, tratando de desviar la atención sobre la humana…su catana cayo no muy lejos, mientras los golpes eran repartidos y aceptados…sonidos secos y rápidos, rompían el aire…
-Escóndete, querida….
Logro decirle, cuando estaba cerca de mujer de ojos preciosos…perdiéndola de nuevo de vista, mientras uno de los hombre enormes la agarraba del pelo y la intentaba someter….apretando la mejilla pálida contra el sucio suelo de un golpe…la sangre de la mujer decoró el suelo…Alana sintió cada golpe llevado hasta este momento en su cuerpo, fue consciente de varios cortes que tenía en el torso y ahora este golpe en el rostro….y su cabello que parecía arder..
Sus ojos solo lograban ver botas, cuatro de las cuales estaban a su lado y el resto ya estaba tras la barra…. Necesitaba recomponerse, pero otro golpe en su estómago por una de las botas marrones, hizo que escupa más sangre….y se haga un ovillo y aquí el grosso error…El hombre dejo su cabello suelto…segundos de alivio, otro golpe más en su espalda….y la mente funcionando claramente y sin interrupción…
Alana busco desesperada por algo y lo ha visto, trozos de jarra rota. Agarro con la mano clavando el cristal en su propia carne y espero un espacio entre golpes para clavarlo en la bota de uno de ellos…Los dos hombres perdieron concentración y aunque dolorida, la fémina llego a su arma que estaba no muy lejos de ella y abrió a uno de los hombres como si fuera un cerdo…...saltó sobre otro y lo mordió, mientras sentía sus golpes, protestas y gritos….pero estaba aferrada a él con una fuerza brutal.
Lo que sin duda llamo la atención de los que han ido tras el lobo…
Alana
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Con el enojo que la joven estaba demostrando, pocos se atreverían a decir que estuviese esperando que el hombre que recibía sus descargos se riera y mostrara tal desenfado. Ella abrió los ojos de par en par, no parecía estar dando crédito a lo que veía. Apretó sus dientes e hizo una mueca mordaz ¡el hombre se reía de ella! Una pequeña parte de su cerebro continuaba funcionando con lógica (por supuesto que no era capaz de echarle un pulso a un licántropo) pero de eso se trataba todo. Los colores se le habían subido al rostro, si la bebida no le estuviese haciendo efecto, su lenguaje corporal delataba intenciones violentes, pero se apoyó en la mesa, poniendo sus manos sobre su superficie mientras se esforzaba en mirarle fijamente a los ojos.
- Cla…claro- la elección de palabras del licántropo le hizo perder gran parte de su voluntariosidad, aunque los pies sobre la mesa hacían que el efecto se difuminara. ¿No era un hombre hecho y derecho?¿poner los pies sobre la mesa era una muestra de su gran dominio sobre su cuerpo para no caerse en una posición tan peligrosa y de precario equilibrio? Pese a estos pensamientos adjuntos, sus cejas se juntaron unas milésimas, una duda se había plantado en su corazón… ¿Huir? Ella nunca se lo había planteado de esa forma, claro que prefería rehuir a un problema, pero nunca pensó deliberadamente en huir para salvar su pellejo. Aun así, si alguien había sobrevivido su vida de esa forma, no se lo tomaría a la ligera. Su labio inferior sobresalió, estaba poniéndole todo el empeño para recordar la enseñanza que estaba recibiendo. - Me impresionó… su forma de desarmar rápidamente el problema hoy. Permita que los gastos de la otra ronda vengan por mi cuenta- ofreció, pero se arrepintió al ver el cambio del actitud del hombre.
Se sentó lentamente en la mesa, despegó los labios como para hacer algún comentario, pero lo desestimó. Tomó el vaso entre sus manos, estaba a la expectativa. Nuria nunca había conocido a nadie como él. Una persona que tanto podía mostrar una cara, como otra totalmente diferente. Por un momento lo relacionó con su amigo Chess y le dolió el pecho; tal vez fuese un poco como él, sin embargo ese pensamiento fugaz, no quería decir nada. Estaba preparada para tener una conversación civilizada (tal vez se había arrepentido de su idea) pero de igual forma, también estaba lista para tirar la silla y salir corriendo (¿quién quitaba que no quisiera usarla para “cenar”?) Era peligroso y excitante, se sentía nerviosa, pero probablemente sería la anécdota más interesante de su monótona vida.
La humana casi se cayó de la silla cuando el hombre se paró de golpe. Muy preparada mentalmente, pero su cuerpo tenía otras ideas. Al menos la hostilidad no iba dirigida a ella… aún. Se puso en pie, recta, imaginando que estaba en medio de una pasada de revista. Los gritos eran perturbadores, a ella no le gustaba llamar la atención y él lo estaba haciendo a propósito. ¿Con qué sentido? Aunque intentase correrse, se acercaba a ella casualmente, parecía que él se movía como pez en el agua mientras Nuria era como un gusano intentando volar. Pero cuando él tocó su mano, ella notó algo ¿era otra de esas situaciones? Ella estaba tan tranquila en sus laureles… su semblante cambió ligeramente al escuchar los susurros del hombre. Sus labios se tornaron blancos, apenas tuvo tiempo de prepararse lo suficiente para no caer de bruces por el golpe. Se cubrió el rostro “fingir, se trata de fingir” se dijo, bajando lentamente sus manos.
Su mejilla estaba roja “¿cómo se finge ser una puta?” se preguntó inocentemente justo antes de ser embutida entre dos hombres que le sacaban al menos dos cabezas de altura. Sonrió, olvidó tragar saliva y la dejó correrse por la comisura de sus labios. Echó a los restos de su coraje para tomar la mano de uno de ellos y ponerla sobre su pecho - Te haré un descuento- le guiñó un ojo cual puta barata pasada de copas. Internamente estaba sorprendida por la facilidad con la que se le estaba dando y le daba miedo. El otro la tomó por debajo del rostro y la jaló hacia sí, quitándosela de los brazos a su compañero - Esta vez me toca a mí probarla. La última vez le arrancaste la garganta a la otra antes de correrte. No quiero follarme un cadáver… de nuevo- a la humana le temblaron las rodillas, pero lo disimuló echándose sobre el pecho del que había hablado. - No está permitido matar queridos, eso no le gusta al jefe- se dejó estar, como si hablara del tiempo, sólo escupía cosas de acuerdo a lo que había leído en los libros durante tiempo de ocio, esos tomos de tapas rojas. El Señor la castigaba por ello.
La atención del trío se dirigió al baño de sangre y gritos que la dama de la cerveza estaba originando. Estaba cubierta de sangre y tenía una extraña espada. Nuria quiso dar un paso hacia atrás, pero los hombres se lo impidieron. Ambos se cruzaron de brazos y sacaron pecho, encarando a la de los cabellos blancos. Recién entonces Nuria se percató que la mayoría de los presentes se había ido tras Mia. - Mi Señor…- susurró, entrelazando sus dedos entre ellos. Quiso hacerle caso a la dama, se alejó un par de pasos con la intención de salir de allí, pero “los humanos son los primeros en morir” y de todas formas, ella siempre se había destacado por su tozudez y por no tener muchas luces cuando se trata de sentido común. Iba a media carrera con su daga lista para clavársela en la garganta a uno de los hombres, cuando se detuvo en seco y vomitó todo el alcohol que había tomado esa tarde. La fémina no necesitaba ayuda.
Cuando las arcadas se lo permitieron, miró a la mujer dubitativa. Esos colmillos y su poder, no eran humanos. Intentó dar un paso hacia atrás, pero su cuerpo no reaccionó más allá de un par de centímetros. Echó una mirada alrededor - Parece que no saldremos de esta fácilmente…- le confesó a la vampiresa, poniéndose de su bando y buscando irse tras la barra, para tener algo más de protección. Aparentemente las prácticas se habían adelantado a la teoría. Sacó una botella y la destapó como había visto a Mia hacerlo. Le pegó un sorbo y se la partió en la cabeza al primer hombre que se lanzó sobre la barra para ir a por ella. Los que intentaron acercarse por la puerta de la barra, fueron recibidos por vasos y jarras voladoras usadas como proyectiles. - ¡Estamos cerrados!- gritó, intentando encerrarse en su propia área para no seguir siendo testigo de la forma brutal de su “compañera” de deshacerse de sus contrincantes.
Un hombre no muy joven, intentó tirarle con un taburete por la cabeza a la humana. Nuria aprovechó para arrancarle una de sus patas y usarla como un bastón. - Te vas a arrepentir- le aseguró, negando con la cabeza. Eran pocos los que intentaban ir por ella, cuando habían personas más peligrosas a las que enfrentarse, y por lo mismo, tendían a ser los más débiles los que acudían a la “presa fácil”. Sonrió de forma maliciosa, oscura. La porción sádica de su alma se regocijó, si iba a pecar, entonces tendría que hacerlo redondo. - ¡Vamos!- incitó con una confianza renovada, ahora que tenía un arma y no tenía por qué contenerse. Aquello se había transformado en la viva imagen de sus pesadillas y comenzaba a dudar que fuese del todo real, pero de una u otra forma, le echaría los restos porque estaba cabreada y todos recibirían su merecido hasta donde le dieran las fuerzas.
- Cla…claro- la elección de palabras del licántropo le hizo perder gran parte de su voluntariosidad, aunque los pies sobre la mesa hacían que el efecto se difuminara. ¿No era un hombre hecho y derecho?¿poner los pies sobre la mesa era una muestra de su gran dominio sobre su cuerpo para no caerse en una posición tan peligrosa y de precario equilibrio? Pese a estos pensamientos adjuntos, sus cejas se juntaron unas milésimas, una duda se había plantado en su corazón… ¿Huir? Ella nunca se lo había planteado de esa forma, claro que prefería rehuir a un problema, pero nunca pensó deliberadamente en huir para salvar su pellejo. Aun así, si alguien había sobrevivido su vida de esa forma, no se lo tomaría a la ligera. Su labio inferior sobresalió, estaba poniéndole todo el empeño para recordar la enseñanza que estaba recibiendo. - Me impresionó… su forma de desarmar rápidamente el problema hoy. Permita que los gastos de la otra ronda vengan por mi cuenta- ofreció, pero se arrepintió al ver el cambio del actitud del hombre.
Se sentó lentamente en la mesa, despegó los labios como para hacer algún comentario, pero lo desestimó. Tomó el vaso entre sus manos, estaba a la expectativa. Nuria nunca había conocido a nadie como él. Una persona que tanto podía mostrar una cara, como otra totalmente diferente. Por un momento lo relacionó con su amigo Chess y le dolió el pecho; tal vez fuese un poco como él, sin embargo ese pensamiento fugaz, no quería decir nada. Estaba preparada para tener una conversación civilizada (tal vez se había arrepentido de su idea) pero de igual forma, también estaba lista para tirar la silla y salir corriendo (¿quién quitaba que no quisiera usarla para “cenar”?) Era peligroso y excitante, se sentía nerviosa, pero probablemente sería la anécdota más interesante de su monótona vida.
La humana casi se cayó de la silla cuando el hombre se paró de golpe. Muy preparada mentalmente, pero su cuerpo tenía otras ideas. Al menos la hostilidad no iba dirigida a ella… aún. Se puso en pie, recta, imaginando que estaba en medio de una pasada de revista. Los gritos eran perturbadores, a ella no le gustaba llamar la atención y él lo estaba haciendo a propósito. ¿Con qué sentido? Aunque intentase correrse, se acercaba a ella casualmente, parecía que él se movía como pez en el agua mientras Nuria era como un gusano intentando volar. Pero cuando él tocó su mano, ella notó algo ¿era otra de esas situaciones? Ella estaba tan tranquila en sus laureles… su semblante cambió ligeramente al escuchar los susurros del hombre. Sus labios se tornaron blancos, apenas tuvo tiempo de prepararse lo suficiente para no caer de bruces por el golpe. Se cubrió el rostro “fingir, se trata de fingir” se dijo, bajando lentamente sus manos.
Su mejilla estaba roja “¿cómo se finge ser una puta?” se preguntó inocentemente justo antes de ser embutida entre dos hombres que le sacaban al menos dos cabezas de altura. Sonrió, olvidó tragar saliva y la dejó correrse por la comisura de sus labios. Echó a los restos de su coraje para tomar la mano de uno de ellos y ponerla sobre su pecho - Te haré un descuento- le guiñó un ojo cual puta barata pasada de copas. Internamente estaba sorprendida por la facilidad con la que se le estaba dando y le daba miedo. El otro la tomó por debajo del rostro y la jaló hacia sí, quitándosela de los brazos a su compañero - Esta vez me toca a mí probarla. La última vez le arrancaste la garganta a la otra antes de correrte. No quiero follarme un cadáver… de nuevo- a la humana le temblaron las rodillas, pero lo disimuló echándose sobre el pecho del que había hablado. - No está permitido matar queridos, eso no le gusta al jefe- se dejó estar, como si hablara del tiempo, sólo escupía cosas de acuerdo a lo que había leído en los libros durante tiempo de ocio, esos tomos de tapas rojas. El Señor la castigaba por ello.
La atención del trío se dirigió al baño de sangre y gritos que la dama de la cerveza estaba originando. Estaba cubierta de sangre y tenía una extraña espada. Nuria quiso dar un paso hacia atrás, pero los hombres se lo impidieron. Ambos se cruzaron de brazos y sacaron pecho, encarando a la de los cabellos blancos. Recién entonces Nuria se percató que la mayoría de los presentes se había ido tras Mia. - Mi Señor…- susurró, entrelazando sus dedos entre ellos. Quiso hacerle caso a la dama, se alejó un par de pasos con la intención de salir de allí, pero “los humanos son los primeros en morir” y de todas formas, ella siempre se había destacado por su tozudez y por no tener muchas luces cuando se trata de sentido común. Iba a media carrera con su daga lista para clavársela en la garganta a uno de los hombres, cuando se detuvo en seco y vomitó todo el alcohol que había tomado esa tarde. La fémina no necesitaba ayuda.
Cuando las arcadas se lo permitieron, miró a la mujer dubitativa. Esos colmillos y su poder, no eran humanos. Intentó dar un paso hacia atrás, pero su cuerpo no reaccionó más allá de un par de centímetros. Echó una mirada alrededor - Parece que no saldremos de esta fácilmente…- le confesó a la vampiresa, poniéndose de su bando y buscando irse tras la barra, para tener algo más de protección. Aparentemente las prácticas se habían adelantado a la teoría. Sacó una botella y la destapó como había visto a Mia hacerlo. Le pegó un sorbo y se la partió en la cabeza al primer hombre que se lanzó sobre la barra para ir a por ella. Los que intentaron acercarse por la puerta de la barra, fueron recibidos por vasos y jarras voladoras usadas como proyectiles. - ¡Estamos cerrados!- gritó, intentando encerrarse en su propia área para no seguir siendo testigo de la forma brutal de su “compañera” de deshacerse de sus contrincantes.
Un hombre no muy joven, intentó tirarle con un taburete por la cabeza a la humana. Nuria aprovechó para arrancarle una de sus patas y usarla como un bastón. - Te vas a arrepentir- le aseguró, negando con la cabeza. Eran pocos los que intentaban ir por ella, cuando habían personas más peligrosas a las que enfrentarse, y por lo mismo, tendían a ser los más débiles los que acudían a la “presa fácil”. Sonrió de forma maliciosa, oscura. La porción sádica de su alma se regocijó, si iba a pecar, entonces tendría que hacerlo redondo. - ¡Vamos!- incitó con una confianza renovada, ahora que tenía un arma y no tenía por qué contenerse. Aquello se había transformado en la viva imagen de sus pesadillas y comenzaba a dudar que fuese del todo real, pero de una u otra forma, le echaría los restos porque estaba cabreada y todos recibirían su merecido hasta donde le dieran las fuerzas.
Nuria
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
¡Y vaya si había ruido había! No me quería ni imaginar la pelea que se estaba formando en la posada. Sin embargo, no tenía ni idea de quienes eran los que participaban en ella: la chupasangre, la humana o el mismo posadero. Solo sabía que de algún modo la había provocado yo, aunque no comprendía cómo.
Lo que si llegaba a alcanzar mi mente es que no iba a salir del trastero. Por lo menos no sin oponer resistencia. Intuía que afuera podía haber unas diez (quizás quince) personas en mi contra y dudaba que alguien estuviera a mi favor (´´Supongo que, por cómo se siente el ambiente y el olor a sangre, algunos se habrán visto obligados a luchar``) Lo que me escamaba era el motivo de todo esto.
Miré a la botella. Sin darme cuenta ya quedaba menos de la mitad. Y lo mejor es que era gratis. Sonreí mientras me notaba un cosquilleo en los dedos de la mano. Pero no me dio tiempo a disfrutar de ello pues noté a alguien cerca de mí. Mi cuerpo se puso en tensión y todos mis sentidos se enfocaban en aquel que pasaría segundos después por el umbral de la puerta.
Un hombre de cierta envergadura pasó junto a mí sin darse cuenta de mi presencia. Apestaba a humano y no lo había visto en mi vida. Y el muy necio no se percataba que se encontraba en medio de una trampa que se cerraba. Con todo oscuro, mi pelaje negro y sus sentidos humanos no pudo llegar a averiguar que me colocaba por detrás y ponía la kusarigama en su cuello. No le di tiempo a reaccionar. Cuando se dio cuenta que la muerte venía en su búsqueda, la hoz afilada de mi arma rebanaba su cuello.
Concentrado en el gorgoteo que provocaba su sangre salir de su garganta no escuché llegar al siguiente atacante. Otro humano, algo más avispado que el recién muerto. Logró golpearme en la cabeza con una botella llena que había agarrado de la estantería. El vidrio acabó por romperse, algunos incrustándose en mi piel y otros cayendo al suelo junto con el líquido desperdiciado.
Perdí el equilibro pero no la capacidad de pensar. Rápidamente, creé una artimaña basada en la apertura que el atacante creía haber creado. Me tambaleé hacía un lado mientras notaba como el otro agarraba algo más de la estantería. Cuando enarboló una jarra de cerveza vacía con el intento de provocar el mismo efecto que con la anterior botella, me giré y, sin darle tiempo a que se sorprendiera, hice un movimiento con el brazo izquierdo y enrollé la cadena de mi arma alrededor de su cuello.
Apreté con toda mis fuerzas ahogando cualquier posibilidad de respiración. Le di la vuelta para poder sujetarlo desde la espalda y tener visión de la entrada a aquel desván. No iba a permitir que volviese a usar la misma treta. Me acerqué a su oído y le susurré por lo bajo.
- ¿Qué queréis de mí y cuántos sois? – oprimía cada vez más la cadena provocando espasmos y patadas por parte del humano -¡Venga vamos! Logra articular palabras, dame la información que quiero y te prometo que te dejaré ir –Mi mentira me provocó una mueca. Estaba siendo tan satisfactoria esta muerte que me apetecía que no dijese nada.
Pero dos nuevos atacantes interrumpieron mi diversión. Entraron en silencio y conocedores del estado de sus compañeros. Uno de ellos venía con una pequeña ballesta y fue directo a apuntarme con ella. Para evitar que tuviera un punto limpio para darme, me escondí más en el cuerpo que ahogaba y agonizaba. Escuché un silbido tras un click y noté como salía la punta de una flecha por la cabeza del que hacía de mi escudo.
Asqueado, solté el peso muerto hacia mi derecha y, mientras quitaba la cadena de su cuello, veía con el rabillo del ojo cómo se me abalanzaban los dos humanos de golpe. Pude interceptar un cuchillo que traía uno apuntándome a mí y, con un rápido movimiento, hacer que se lo clavase en la femoral del muslo. Un chorro de sangre continuo salpicó mi rostro y la ropa, además de las paredes y el suelo a la vez que se retorcía de dolor.
Sin embargo, de eso no era consciente. Estaba en mitad de la pelea con el segundo atacante. Sin armas, a puños. Bueno…a puños el, yo le mordía con mis colmillos y lo mordía con mis zarpas. Cuando cayó al suelo de rodillas pude pararme a recobrar el aliento. Lo miré a los ojos. Tenía la mirada perdida, de quien sabía que iba a morir pronto. Acerqué mi rostro a su cuello, agarré su cabeza, abrí la boca y, con fuerza, hundí mis dientes en la yugular. Su sangre humana recorrió por mi lengua. Noté dar sus últimos gritos mientras colocaba una pierna en su cintura para hacer presión y poder arrancar parte de su cuello.
En el suelo había tres muertos y el que se estaba desangrando que seguiría por el mismo camino. Todo era sangre y oscuridad.
Alcé mi cabeza al techo para aullar con fuerza. Fue un aullido de euforia y amenaza. Que no debió surtir efecto pues noté como algo afilado y punzante entraba por mi omóplato derecho y se quedaba ahí clavado. Un quinto atacante. Me giré y vi a un hombre corpulento, bastante más alto que yo, que portaba un hacha y una sonrisa en sus labios. Levantó su pierna y me empujó, haciendo que cayera al suelo.
Por fortuna, acabé encima del segundo muerto y junto a la kusarigama, la cual cogí rápidamente y me levanté para dar pelea. Este último no parecía como los otros, Su mirada era más inteligente y, no sabía de qué, me sonaba.
No nos movíamos. Uno en frente del otro esperando ver quién daba el primer paso. Si algo había aprendido en mis antiguas peleas era a tener paciencia. En este caso no iba a funcionar aparentar debilidad. Sin embargo, notaba mi hombro derecho arder. Dolía bastante. Esto tenía que acabar ya.
De manera acelerada, tiré la kusarigama al techo. Ya me había dado cuenta de que había una viga y tenía una idea en mente. El otro no mostró ninguna sorpresa y comenzó el ataque. Con las dos manos alzaba el hacha hacia mí. Pude esquivarlo y darle un puntapié en la barriga, lo que hizo que se encogiera, pero también lo cabreé aún más. Aun de espaldas a mí se giró con el arma en su mano derecha dispuesto a cortarme la cabeza. Si no hubiese sido por mis reflejos estaría mucho más cerca del suelo, junto a mis nuevos amigos muertos. Pude retroceder un poco y enganchar con la cadena su brazo. Apreté y, con un grito, soltó el hacha al suelo. Pude moverme rápido y envolver su cuello con el resto de la cadena.
Sin darle tiempo a reaccionar salté para agarrar la parte de la hoz de mi kusarigama, apoyar un pie en la pared y tirar con fuerza hasta que solo tocaba el suelo con la punta de sus pies. Con sus manos se agarraba la cadena para intentar respirar un poco y no morir ahorcado. Aun agarrando el arma, me acerqué a él y le grité:
- ¡¿Quién coño sois puta escoria?! ¿Qué queréis de mí? – con mi respiración acelerada y fuerte tenía que parar para poder pronunciar bien las palabras. El dolor que me provocaba el puñal cada vez era más fuerte y, al tener las dos manos agarrando la kusarigama, no podía quitármelo de encima – ¡Ni tus amigos ni tu habéis podido darme caza! Tú vas a acabar como los que están en el suelo. Si me das lo que quiero te aseguro que no me mearé en tu cadáver. Tú eliges.
A pesar de estar sufriendo y verse a las puertas de la muerte, el hombre esbozó una sonrisa. A duras penas, tras unos cuantos jadeos, pudo articular unas palabras.
- ¿En serio lobito que no me recuerdas? Me gustó mucho arrancar las pieles a los de tu manada. Fue tan satisfactorio. Además, había una loba preciosa por allí ¿Sabes quién creo que era? Creo que era tu madre ¿verdad que tú también lo crees? – Apenas escuchaba las palabras de aquel hombre ¡Claro que me había sido familiar! Aquel cabrón me había sacado de familia y me había vendido a Amo. Mi ira se iba encendiendo más y más y podía notarse en mis ojos inyectados en sangre – Sabes que mientras la despellejábamos me la estaba follando. No paraba de gritar y aullar hasta que murió del dolor. Acabé corriéndome en su pelaje y después lo vendimos para gastar el dinero en putas de la Casa roja. Creo que acabaste ahí también ¿no? Al final lobito eres como nosotros. Buscando unas putas ¿O quizás eras tú la puta de alguien? ¿De Amo quizás? ¿Te gustaba como su polla te daba de lo lindo? Ahora venimos a por tu piel que parece que se vende mucho más que la de cualquier lobo. Te has hecho famoso gracias a mi y a…
Ni pude escuchar más. Tiré de la cadena provocando que se callara con un grito ahogado y le clavé la hoz en la espalda. Gritó de dolor y yo de placer. El peso de su cuerpo hacía que la hoz le cortase más. Le pegué un puñetazo con todas mis fuerzas en la barriga cual saco de carne.
- ¡Púdrete asqueroso mamón! No soy como tú. Te he ganado. Eres escoria muerta.
Me retiré para ver como mi obra agonizaba y jadeaba de dolor. Con las manos intentaba quitarse la hoz de la espalda, pero a más movimientos hacía mayor era el sufrimiento. Aún enfurecido, lleno de rabia, miré a mi alrededor. La habitación era un baño de sangre, botellas rotas y estanterías caídas. El dolor que me provocaba el puñal iba a peor. Tenía que sacarlo.
Le lancé un escupitajo en la cara antes de salir de allí y dirigirme a la barra. Mis ojos estaban cegados de ira y no veía nada más a mi alrededor. Agarré la primera botella que vi y comencé a beber de ella un trago largo. Seguidamente, con mi mano izquierda, arranqué el puñal que sobresalía de mi hombro lo que provocó un aullido de dolor y me enfureció aún más. Después, volví a dentro a visitar al moribundo.
- Ya que te gusta tanto tu polla voy a hacer que te vayas sin ella allá donde vayas. -acerqué el puñal a su cintura, le bajé los pantalones dejando ver un pequeño miembro (´´ ¡Sorpresa! ¡La tiene pequeña! `` pude reír internamente con un fugaz pensamiento) No esperé ni le dejé tiempo a reaccionar. Le seccioné el pene desde la base. El hombre, a pesar de estar ahogándose, logró gritar y comenzó a moverse tan rápido que pudo quitarse la hoz de la espalda y caer al suelo.
Y ahí quedó, inmóvil, con los ojos abiertos esperando la muerte. Lancé lejos el puñal clavándose este en una viga de madera y me bajé un poco los pantalones. Puse una sonrisa mezcla de diversión y furia.
- Te dije que me mearía encima si no me gustaba la respuesta. Muérete ya puta escoria.
Seguidamente, un chorro de pis empezó a caer sobre el mientras veía como poco a poco iba muriendo y escuchaba ruido a mis espaldas.
Lo que si llegaba a alcanzar mi mente es que no iba a salir del trastero. Por lo menos no sin oponer resistencia. Intuía que afuera podía haber unas diez (quizás quince) personas en mi contra y dudaba que alguien estuviera a mi favor (´´Supongo que, por cómo se siente el ambiente y el olor a sangre, algunos se habrán visto obligados a luchar``) Lo que me escamaba era el motivo de todo esto.
Miré a la botella. Sin darme cuenta ya quedaba menos de la mitad. Y lo mejor es que era gratis. Sonreí mientras me notaba un cosquilleo en los dedos de la mano. Pero no me dio tiempo a disfrutar de ello pues noté a alguien cerca de mí. Mi cuerpo se puso en tensión y todos mis sentidos se enfocaban en aquel que pasaría segundos después por el umbral de la puerta.
Un hombre de cierta envergadura pasó junto a mí sin darse cuenta de mi presencia. Apestaba a humano y no lo había visto en mi vida. Y el muy necio no se percataba que se encontraba en medio de una trampa que se cerraba. Con todo oscuro, mi pelaje negro y sus sentidos humanos no pudo llegar a averiguar que me colocaba por detrás y ponía la kusarigama en su cuello. No le di tiempo a reaccionar. Cuando se dio cuenta que la muerte venía en su búsqueda, la hoz afilada de mi arma rebanaba su cuello.
Concentrado en el gorgoteo que provocaba su sangre salir de su garganta no escuché llegar al siguiente atacante. Otro humano, algo más avispado que el recién muerto. Logró golpearme en la cabeza con una botella llena que había agarrado de la estantería. El vidrio acabó por romperse, algunos incrustándose en mi piel y otros cayendo al suelo junto con el líquido desperdiciado.
Perdí el equilibro pero no la capacidad de pensar. Rápidamente, creé una artimaña basada en la apertura que el atacante creía haber creado. Me tambaleé hacía un lado mientras notaba como el otro agarraba algo más de la estantería. Cuando enarboló una jarra de cerveza vacía con el intento de provocar el mismo efecto que con la anterior botella, me giré y, sin darle tiempo a que se sorprendiera, hice un movimiento con el brazo izquierdo y enrollé la cadena de mi arma alrededor de su cuello.
Apreté con toda mis fuerzas ahogando cualquier posibilidad de respiración. Le di la vuelta para poder sujetarlo desde la espalda y tener visión de la entrada a aquel desván. No iba a permitir que volviese a usar la misma treta. Me acerqué a su oído y le susurré por lo bajo.
- ¿Qué queréis de mí y cuántos sois? – oprimía cada vez más la cadena provocando espasmos y patadas por parte del humano -¡Venga vamos! Logra articular palabras, dame la información que quiero y te prometo que te dejaré ir –Mi mentira me provocó una mueca. Estaba siendo tan satisfactoria esta muerte que me apetecía que no dijese nada.
Pero dos nuevos atacantes interrumpieron mi diversión. Entraron en silencio y conocedores del estado de sus compañeros. Uno de ellos venía con una pequeña ballesta y fue directo a apuntarme con ella. Para evitar que tuviera un punto limpio para darme, me escondí más en el cuerpo que ahogaba y agonizaba. Escuché un silbido tras un click y noté como salía la punta de una flecha por la cabeza del que hacía de mi escudo.
Asqueado, solté el peso muerto hacia mi derecha y, mientras quitaba la cadena de su cuello, veía con el rabillo del ojo cómo se me abalanzaban los dos humanos de golpe. Pude interceptar un cuchillo que traía uno apuntándome a mí y, con un rápido movimiento, hacer que se lo clavase en la femoral del muslo. Un chorro de sangre continuo salpicó mi rostro y la ropa, además de las paredes y el suelo a la vez que se retorcía de dolor.
Sin embargo, de eso no era consciente. Estaba en mitad de la pelea con el segundo atacante. Sin armas, a puños. Bueno…a puños el, yo le mordía con mis colmillos y lo mordía con mis zarpas. Cuando cayó al suelo de rodillas pude pararme a recobrar el aliento. Lo miré a los ojos. Tenía la mirada perdida, de quien sabía que iba a morir pronto. Acerqué mi rostro a su cuello, agarré su cabeza, abrí la boca y, con fuerza, hundí mis dientes en la yugular. Su sangre humana recorrió por mi lengua. Noté dar sus últimos gritos mientras colocaba una pierna en su cintura para hacer presión y poder arrancar parte de su cuello.
En el suelo había tres muertos y el que se estaba desangrando que seguiría por el mismo camino. Todo era sangre y oscuridad.
Alcé mi cabeza al techo para aullar con fuerza. Fue un aullido de euforia y amenaza. Que no debió surtir efecto pues noté como algo afilado y punzante entraba por mi omóplato derecho y se quedaba ahí clavado. Un quinto atacante. Me giré y vi a un hombre corpulento, bastante más alto que yo, que portaba un hacha y una sonrisa en sus labios. Levantó su pierna y me empujó, haciendo que cayera al suelo.
Por fortuna, acabé encima del segundo muerto y junto a la kusarigama, la cual cogí rápidamente y me levanté para dar pelea. Este último no parecía como los otros, Su mirada era más inteligente y, no sabía de qué, me sonaba.
No nos movíamos. Uno en frente del otro esperando ver quién daba el primer paso. Si algo había aprendido en mis antiguas peleas era a tener paciencia. En este caso no iba a funcionar aparentar debilidad. Sin embargo, notaba mi hombro derecho arder. Dolía bastante. Esto tenía que acabar ya.
De manera acelerada, tiré la kusarigama al techo. Ya me había dado cuenta de que había una viga y tenía una idea en mente. El otro no mostró ninguna sorpresa y comenzó el ataque. Con las dos manos alzaba el hacha hacia mí. Pude esquivarlo y darle un puntapié en la barriga, lo que hizo que se encogiera, pero también lo cabreé aún más. Aun de espaldas a mí se giró con el arma en su mano derecha dispuesto a cortarme la cabeza. Si no hubiese sido por mis reflejos estaría mucho más cerca del suelo, junto a mis nuevos amigos muertos. Pude retroceder un poco y enganchar con la cadena su brazo. Apreté y, con un grito, soltó el hacha al suelo. Pude moverme rápido y envolver su cuello con el resto de la cadena.
Sin darle tiempo a reaccionar salté para agarrar la parte de la hoz de mi kusarigama, apoyar un pie en la pared y tirar con fuerza hasta que solo tocaba el suelo con la punta de sus pies. Con sus manos se agarraba la cadena para intentar respirar un poco y no morir ahorcado. Aun agarrando el arma, me acerqué a él y le grité:
- ¡¿Quién coño sois puta escoria?! ¿Qué queréis de mí? – con mi respiración acelerada y fuerte tenía que parar para poder pronunciar bien las palabras. El dolor que me provocaba el puñal cada vez era más fuerte y, al tener las dos manos agarrando la kusarigama, no podía quitármelo de encima – ¡Ni tus amigos ni tu habéis podido darme caza! Tú vas a acabar como los que están en el suelo. Si me das lo que quiero te aseguro que no me mearé en tu cadáver. Tú eliges.
A pesar de estar sufriendo y verse a las puertas de la muerte, el hombre esbozó una sonrisa. A duras penas, tras unos cuantos jadeos, pudo articular unas palabras.
- ¿En serio lobito que no me recuerdas? Me gustó mucho arrancar las pieles a los de tu manada. Fue tan satisfactorio. Además, había una loba preciosa por allí ¿Sabes quién creo que era? Creo que era tu madre ¿verdad que tú también lo crees? – Apenas escuchaba las palabras de aquel hombre ¡Claro que me había sido familiar! Aquel cabrón me había sacado de familia y me había vendido a Amo. Mi ira se iba encendiendo más y más y podía notarse en mis ojos inyectados en sangre – Sabes que mientras la despellejábamos me la estaba follando. No paraba de gritar y aullar hasta que murió del dolor. Acabé corriéndome en su pelaje y después lo vendimos para gastar el dinero en putas de la Casa roja. Creo que acabaste ahí también ¿no? Al final lobito eres como nosotros. Buscando unas putas ¿O quizás eras tú la puta de alguien? ¿De Amo quizás? ¿Te gustaba como su polla te daba de lo lindo? Ahora venimos a por tu piel que parece que se vende mucho más que la de cualquier lobo. Te has hecho famoso gracias a mi y a…
Ni pude escuchar más. Tiré de la cadena provocando que se callara con un grito ahogado y le clavé la hoz en la espalda. Gritó de dolor y yo de placer. El peso de su cuerpo hacía que la hoz le cortase más. Le pegué un puñetazo con todas mis fuerzas en la barriga cual saco de carne.
- ¡Púdrete asqueroso mamón! No soy como tú. Te he ganado. Eres escoria muerta.
Me retiré para ver como mi obra agonizaba y jadeaba de dolor. Con las manos intentaba quitarse la hoz de la espalda, pero a más movimientos hacía mayor era el sufrimiento. Aún enfurecido, lleno de rabia, miré a mi alrededor. La habitación era un baño de sangre, botellas rotas y estanterías caídas. El dolor que me provocaba el puñal iba a peor. Tenía que sacarlo.
Le lancé un escupitajo en la cara antes de salir de allí y dirigirme a la barra. Mis ojos estaban cegados de ira y no veía nada más a mi alrededor. Agarré la primera botella que vi y comencé a beber de ella un trago largo. Seguidamente, con mi mano izquierda, arranqué el puñal que sobresalía de mi hombro lo que provocó un aullido de dolor y me enfureció aún más. Después, volví a dentro a visitar al moribundo.
- Ya que te gusta tanto tu polla voy a hacer que te vayas sin ella allá donde vayas. -acerqué el puñal a su cintura, le bajé los pantalones dejando ver un pequeño miembro (´´ ¡Sorpresa! ¡La tiene pequeña! `` pude reír internamente con un fugaz pensamiento) No esperé ni le dejé tiempo a reaccionar. Le seccioné el pene desde la base. El hombre, a pesar de estar ahogándose, logró gritar y comenzó a moverse tan rápido que pudo quitarse la hoz de la espalda y caer al suelo.
Y ahí quedó, inmóvil, con los ojos abiertos esperando la muerte. Lancé lejos el puñal clavándose este en una viga de madera y me bajé un poco los pantalones. Puse una sonrisa mezcla de diversión y furia.
- Te dije que me mearía encima si no me gustaba la respuesta. Muérete ya puta escoria.
Seguidamente, un chorro de pis empezó a caer sobre el mientras veía como poco a poco iba muriendo y escuchaba ruido a mis espaldas.
Mia Lïber
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
El rostro de la joven de cabellos azabache, no dejaba de aparecer ante ella, mientras las dos seguían peleando con aquellos hombres. La chica era feroz, era rápida y era capaz…no era un vampiro, pero era una digna candidata si algún día se daría el caso que Alana decida tener “descendencia”… La admiró por ser fiera y aunque podía leer miedo en algunos momentos fugaces, más bien era todo coraje y fuerza interior. Admiro como el cabello de obsidiana brillo y adquirió un color único por la sangre pegado en el…Otras habría decaído, se hubieran escondido y llorado en alguna esquina, pero ella era un espíritu guerrero…y esto siempre tenía reconocimiento…al menos por parte de la mujer vampiro.
“Creo que esta mujer tan pequeña e inocente sobrevivirá a todos nosotros…”
Se dijo con una sonrisa interior y prosiguió con su danza con la muerte, tan peculiar…Alana no veía rostros, no veía personas, ni clases, solo eran enemigos…cuerpos que derribar, que la molestaban en su camino… Estaba cansada y la katana se rajó aún más, cuando se encontró con uno de los cráneos de un hombre grotesco que apestaba a vómito y heces.. Todo era grotesco…. El filo se llenó de grietas como telarañas incrustadas…pero la mujer no paró de luchar con su arma…
Alana no entendía en que momento todo esto se volvió su lucha personal…si cuando el tabernero la llevo a aquel pasadizo o antes, cuando ha visto al hombre, que estaba ahora encerrado en el almacén, por la ventana…
Un aullido la hizo estremecerse, la chica desvió la mirada hacia la puerta que ahora parecía estar libre de más pretendientes a encontrarse con aquel lycan…
“Estará vivo ¿? O es su aullido final ¿?...”
Un fuerte golpe en su estómago con un arma fría y afilada, la despertó de golpe de aquello y la chica escupió sangre en el rostro deformado por la euforia de un anónimo, que parecía regocijarse olvidando que hay que terminar la faena si la has empezado...Alana tenía el rostro más frio del mundo en aquel momento, su lengua probaba su propia sangre y la mano izquierda fue hacía el corte, no era grande pero la traspasaba entera. Lanzó un último golpe…el arma se partió en dos…No sentía un dolor verdadero aun, por lo visto la acción atenuaba aun los sentidos, asique lo aprovecho…mientras impregnaba toda la fuerza que la quedaba en aquel movimiento…
Un atisbo de sentimiento parecía rozar a la vampiresa, pero desapareció o se rompió como aquella arma. Con fuerza Alana tiro del hombre hacia ella y clavo los colmillos con fiereza en él. Notaba que sus fuerzas flaqueaban y además tenía demasiados golpes y cortes en su cuerpo. Asique la sangre que ahora entraba en ella, la ayudaría a estar mejor. Dejo caer el cuerpo muerto y salto en ayuda a aquella frágil humana, sin pensar en su herida que supuraba sangre que manchaba su precioso vestido azul…Mientras asestaba golpes a aquellos que parecían desear obtener a la humana de premio…Alana no dejaba de mirar como aquellas manos delicadas movían su improvisada arma….
La vampiresa, atrapó al último de los que estaba frente a morena y le clavo los dientes, desgarrándole la piel al final y llevándose un trozo de esta…descubriendo la construcción interna del cuello y la sangre que ahora salía disparada por todas partes…Alana sentía dolor, ahora intenso en su vientre….Pero lo disimuló como si nada pasara, como si no había ni un golpe en ella…
Se desprendió del cadáver y se apoyó en la barra, buscando una postura más cómoda para no sentir tanto dolor y poder concentrarse en algo más…y ese más era descanso….aunque no fuera mucho, ya que una pelea como esta ya ha llamado la atención de alguien más sin duda…Asique descanso y un nuevo movimiento…
Ya no había nadie más ahí, la vampiresa se aseguró de ello, mirando y tratando de escuchar al máximo los sonidos de aquel sitio, Alana estaba al lado de la mujer de preciosas facciones tras la barra…quería decir algo…pero el hombre lobo salió de aquella habitación, parecía cegado…ni las ha visto, solo tomo una botella y se volvió a meter dentro.. Alguien chillaba, gritaba y hacia sonidos de sollozos ahí dentro.
-Estas bien, querida ¿?
Pregunto la vampiresa examinando a la humana con la mirada exhaustiva, por alguna razón estaba contenta de que aquel “pequeño problema moreno” estaba vivo. Alana nunca se lo diría en voz alta, pero ella la ha gustado por su fiereza y la considero como una mascota magnifica.
El dolor era intensó pero decidió mirar al interior de aquel cuarto, donde algo muy intenso estaba pasando…sus ojos alcanzaron a ver un trasero masculino en pleno esplendor y como un chorro de orina estaba bañando a otro hombre en el suelo…
“Le ha castrado!”
Dijo ella, y no pudo evitar sonreír a plena boca, dejando ver sus colmillos perlados…Era tan magnifico, estrambótico y emocionante, que la fémina olvido hasta de sus dolores y heridas…Alana hasta considero decir algo…pero lo pensó varias veces…Los lycans no son particularmente amables con los vampiros, asique simplemente aplaudió….mientras miraba aquel espectáculo….y después se retiró, para ver a la mujer humana…
-Creo que a la muerte y tortura más espectacular de hoy ha ganado el peludo!
Su mirada era casi lobuna, cuando lo decía y tendió una mano a la morena…
-Me llamo, Alana….es un placer…
Comento, como pensando y meditando cada sonido que ha pronunciado…
“Creo que esta mujer tan pequeña e inocente sobrevivirá a todos nosotros…”
Se dijo con una sonrisa interior y prosiguió con su danza con la muerte, tan peculiar…Alana no veía rostros, no veía personas, ni clases, solo eran enemigos…cuerpos que derribar, que la molestaban en su camino… Estaba cansada y la katana se rajó aún más, cuando se encontró con uno de los cráneos de un hombre grotesco que apestaba a vómito y heces.. Todo era grotesco…. El filo se llenó de grietas como telarañas incrustadas…pero la mujer no paró de luchar con su arma…
Alana no entendía en que momento todo esto se volvió su lucha personal…si cuando el tabernero la llevo a aquel pasadizo o antes, cuando ha visto al hombre, que estaba ahora encerrado en el almacén, por la ventana…
Un aullido la hizo estremecerse, la chica desvió la mirada hacia la puerta que ahora parecía estar libre de más pretendientes a encontrarse con aquel lycan…
“Estará vivo ¿? O es su aullido final ¿?...”
Un fuerte golpe en su estómago con un arma fría y afilada, la despertó de golpe de aquello y la chica escupió sangre en el rostro deformado por la euforia de un anónimo, que parecía regocijarse olvidando que hay que terminar la faena si la has empezado...Alana tenía el rostro más frio del mundo en aquel momento, su lengua probaba su propia sangre y la mano izquierda fue hacía el corte, no era grande pero la traspasaba entera. Lanzó un último golpe…el arma se partió en dos…No sentía un dolor verdadero aun, por lo visto la acción atenuaba aun los sentidos, asique lo aprovecho…mientras impregnaba toda la fuerza que la quedaba en aquel movimiento…
Un atisbo de sentimiento parecía rozar a la vampiresa, pero desapareció o se rompió como aquella arma. Con fuerza Alana tiro del hombre hacia ella y clavo los colmillos con fiereza en él. Notaba que sus fuerzas flaqueaban y además tenía demasiados golpes y cortes en su cuerpo. Asique la sangre que ahora entraba en ella, la ayudaría a estar mejor. Dejo caer el cuerpo muerto y salto en ayuda a aquella frágil humana, sin pensar en su herida que supuraba sangre que manchaba su precioso vestido azul…Mientras asestaba golpes a aquellos que parecían desear obtener a la humana de premio…Alana no dejaba de mirar como aquellas manos delicadas movían su improvisada arma….
La vampiresa, atrapó al último de los que estaba frente a morena y le clavo los dientes, desgarrándole la piel al final y llevándose un trozo de esta…descubriendo la construcción interna del cuello y la sangre que ahora salía disparada por todas partes…Alana sentía dolor, ahora intenso en su vientre….Pero lo disimuló como si nada pasara, como si no había ni un golpe en ella…
Se desprendió del cadáver y se apoyó en la barra, buscando una postura más cómoda para no sentir tanto dolor y poder concentrarse en algo más…y ese más era descanso….aunque no fuera mucho, ya que una pelea como esta ya ha llamado la atención de alguien más sin duda…Asique descanso y un nuevo movimiento…
Ya no había nadie más ahí, la vampiresa se aseguró de ello, mirando y tratando de escuchar al máximo los sonidos de aquel sitio, Alana estaba al lado de la mujer de preciosas facciones tras la barra…quería decir algo…pero el hombre lobo salió de aquella habitación, parecía cegado…ni las ha visto, solo tomo una botella y se volvió a meter dentro.. Alguien chillaba, gritaba y hacia sonidos de sollozos ahí dentro.
-Estas bien, querida ¿?
Pregunto la vampiresa examinando a la humana con la mirada exhaustiva, por alguna razón estaba contenta de que aquel “pequeño problema moreno” estaba vivo. Alana nunca se lo diría en voz alta, pero ella la ha gustado por su fiereza y la considero como una mascota magnifica.
El dolor era intensó pero decidió mirar al interior de aquel cuarto, donde algo muy intenso estaba pasando…sus ojos alcanzaron a ver un trasero masculino en pleno esplendor y como un chorro de orina estaba bañando a otro hombre en el suelo…
“Le ha castrado!”
Dijo ella, y no pudo evitar sonreír a plena boca, dejando ver sus colmillos perlados…Era tan magnifico, estrambótico y emocionante, que la fémina olvido hasta de sus dolores y heridas…Alana hasta considero decir algo…pero lo pensó varias veces…Los lycans no son particularmente amables con los vampiros, asique simplemente aplaudió….mientras miraba aquel espectáculo….y después se retiró, para ver a la mujer humana…
-Creo que a la muerte y tortura más espectacular de hoy ha ganado el peludo!
Su mirada era casi lobuna, cuando lo decía y tendió una mano a la morena…
-Me llamo, Alana….es un placer…
Comento, como pensando y meditando cada sonido que ha pronunciado…
Alana
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Las memorias y la realidad se superponían, ella lo sabía claramente, su interior era malo, ella era mala en el fondo. Esquivó el puñal en su vientre, pero no pudo librarse de la daga que acarició su hombro. Le rajó el bastón a lo largo sobre la cabeza del hombre que le había atacado; un hilo de sangre salió por su oreja mientras caía inconsciente. Veía aproximarse al siguiente, pero seguía pensando. No podía contener la mueca en sus labios, una mueca de exuberancia, mientras que sus ojos amenazaban con cubrirse de lágrimas. Se mordió el labio mientras tomaba otra de las botellas del estante y la blandía frente a sí, amenazando con abrirle la garganta a la mujer que había ido contra ella. Lo sabía, su alma era negra. El Señor su Dios, la había puesto en ese mundo y probaba su voluntad. Avanzó y acortó la distancia con la mujer, la tomó del pelo y le remachó la frente sobre la barra, dejándola inconsciente a ella también.
Se centró en sus enemigos más próximos, la vampiresa daba escalofríos. Algo la giró con violencia, sintió que sus piernas se doblaban y un puñetazo en su sien. Levantó del suelo un cuchillo y se lo clavó en el estómago a su agresor. El lado sádico rió a carcajadas, su consciencia hizo que se agachara a su lado para enseñarle con gestos al hombre que debía presionar la herida - Aprieta con fuerza, tu vida depende…- escuchó que alguien pisaba los cristales rotos que la rodeaban, echó mano a la daga, temblaba. No quería matar a nadie, ella era una criada ¡por Dios Santo! No era una asesina. El enemigo acortó distancias en un par de saltos, ella intentó hacer lo propio para escapar y mantenerse en un área segura, pero no lo logró. El hombre pisó a cada lado de la cabeza del herido que estaba tendido en el suelo, miró los ojos de Nuria y sonrió mientras saltaba, levantando parcialmente la cabeza del joven y le desnucaba con un sutil giro.
- El Señor es mi pastor…
Su plegaria era apagada, una parte de ella quería apartar su fe y dejarla en espera mientras solucionaba un par de asuntos pendientes en ese lugar. Otra parte retrocedía lentamente hasta chocar con la pared. Cuando era niña había tomado esa decisión. Tenía que estar segura, confiar en el Señor su Dios. - …nada me faltará- su voz estaba entrecortada, sentía el frío de la muerte presagiando su llegada sobre sus propios labios. - En verdes pra…- el hilo de su voz se detuvo, la mirada asesina de su verdugo se había transformado en desorientación ciega, sus ojos aún le miraban, pero no la veían. La joven se cubrió los ojos, no quería ver la carne y la sangre. ¿Su padre habría muerto así bajo el yugo de un vampiro? Un escalofrío bajó por su espalda, de pronto la pared que la acorralaba, se había vuelto su mayor apoyo.
Le tomó varios respiros reinar sobre sí nuevamente, para cuando volvió a descubrir su rostro, su salvadora estaba apoyada sobre la barra. Su lado menos bueno dibujó una sonrisa irónica en su rostro, casi tenía ganas de preguntarle qué le servía “sangre fresca fuerte o diluída?” - … dentro de lo posible le respondió, intentando no fijar su vista en su boca, o en la sangre. Se sobó los golpes y le dirigió una mirada aprehensiva al corte en su hombro, eso le tomaría un par de semanas volver a estar “bien”. Esta vez dejó que el temblor le recorriera completa, se había salvado muy bien de todo aquello. Se preguntó si debería de preguntarle cómo estaba a la fémina, pero tal vez no era de buena educación entre los vampiros, después de todo, se había cargado sola a los más fuertes de la sala. Probablemente toda la sangre que goteaba de su ser, era de sus víctimas. No sabía la razón por la que ella se veía tan pagada de sí misma, pero le parecía extremadamente escalofriante.
Se debatía entre ir a ver a Mía o no, cuando la dama volvió a dirigirse a ella, ahora comprendía mejor sus acciones. Tragó saliva y destapó una botella que se empinó silenciosamente, mirando al techo. Era una fatídica noche. Su amiga Nora, se había salvado de no estar en ese lugar, la muy astuta parecía tener un sexto sentido para esas situaciones, o es que el Señor tenía su mano sobre ella, pero Nuria se alegraba. Apoyó la botella con fuerza sobre el mostrador y dejó escapar un sonoro –Ahhh- no sabía qué se había metido entre pecho y espalda, pero le ardía todo desde la garganta hasta el estómago. Tomó la mano de la vampiresa - Alana, mi nombre es Nuria. ¿Crees que tengamos problemas con el licántropo?- preguntó arqueando una ceja. Estaba pensando seriamente en salir pitando de ese lugar. La noche había sido rara, perturbadora y traumatizante.
Primero, el hombre acosador, luego Mía, siguiendo por la pelea, los licántropos, convertirse en “puta”, Alana y toda esa sangre y violencia gratuitos. Ahora no sabía si esta Alana y ese Mia, pensarían en continuar entre ellos la pelea, si aparecería alguien más… - ¿Qué relación tienes con todo esto?...- preguntó con cierto deje de esperanza, de pronto creyó necesario otro sorbo más. Se veía en el espejo que estaba en la pared sobre su cabeza, se veía y no quería ver lo que veía. - Esto es un problema. Estoy segura que esto no va a quedar así, la violencia llama a la violencia- otro sorbo. Aunque rezara cada noche y no durmiera en arrepentimiento, el Señor no la perdonaría fácilmente. ¿Qué debería de hacer? Miró a Alana y sintió que se le ponía la piel de gallina, se volteó hacia la dirección de Mia y obtuvo la misma reacción.
Se centró en sus enemigos más próximos, la vampiresa daba escalofríos. Algo la giró con violencia, sintió que sus piernas se doblaban y un puñetazo en su sien. Levantó del suelo un cuchillo y se lo clavó en el estómago a su agresor. El lado sádico rió a carcajadas, su consciencia hizo que se agachara a su lado para enseñarle con gestos al hombre que debía presionar la herida - Aprieta con fuerza, tu vida depende…- escuchó que alguien pisaba los cristales rotos que la rodeaban, echó mano a la daga, temblaba. No quería matar a nadie, ella era una criada ¡por Dios Santo! No era una asesina. El enemigo acortó distancias en un par de saltos, ella intentó hacer lo propio para escapar y mantenerse en un área segura, pero no lo logró. El hombre pisó a cada lado de la cabeza del herido que estaba tendido en el suelo, miró los ojos de Nuria y sonrió mientras saltaba, levantando parcialmente la cabeza del joven y le desnucaba con un sutil giro.
- El Señor es mi pastor…
Su plegaria era apagada, una parte de ella quería apartar su fe y dejarla en espera mientras solucionaba un par de asuntos pendientes en ese lugar. Otra parte retrocedía lentamente hasta chocar con la pared. Cuando era niña había tomado esa decisión. Tenía que estar segura, confiar en el Señor su Dios. - …nada me faltará- su voz estaba entrecortada, sentía el frío de la muerte presagiando su llegada sobre sus propios labios. - En verdes pra…- el hilo de su voz se detuvo, la mirada asesina de su verdugo se había transformado en desorientación ciega, sus ojos aún le miraban, pero no la veían. La joven se cubrió los ojos, no quería ver la carne y la sangre. ¿Su padre habría muerto así bajo el yugo de un vampiro? Un escalofrío bajó por su espalda, de pronto la pared que la acorralaba, se había vuelto su mayor apoyo.
Le tomó varios respiros reinar sobre sí nuevamente, para cuando volvió a descubrir su rostro, su salvadora estaba apoyada sobre la barra. Su lado menos bueno dibujó una sonrisa irónica en su rostro, casi tenía ganas de preguntarle qué le servía “sangre fresca fuerte o diluída?” - … dentro de lo posible le respondió, intentando no fijar su vista en su boca, o en la sangre. Se sobó los golpes y le dirigió una mirada aprehensiva al corte en su hombro, eso le tomaría un par de semanas volver a estar “bien”. Esta vez dejó que el temblor le recorriera completa, se había salvado muy bien de todo aquello. Se preguntó si debería de preguntarle cómo estaba a la fémina, pero tal vez no era de buena educación entre los vampiros, después de todo, se había cargado sola a los más fuertes de la sala. Probablemente toda la sangre que goteaba de su ser, era de sus víctimas. No sabía la razón por la que ella se veía tan pagada de sí misma, pero le parecía extremadamente escalofriante.
Se debatía entre ir a ver a Mía o no, cuando la dama volvió a dirigirse a ella, ahora comprendía mejor sus acciones. Tragó saliva y destapó una botella que se empinó silenciosamente, mirando al techo. Era una fatídica noche. Su amiga Nora, se había salvado de no estar en ese lugar, la muy astuta parecía tener un sexto sentido para esas situaciones, o es que el Señor tenía su mano sobre ella, pero Nuria se alegraba. Apoyó la botella con fuerza sobre el mostrador y dejó escapar un sonoro –Ahhh- no sabía qué se había metido entre pecho y espalda, pero le ardía todo desde la garganta hasta el estómago. Tomó la mano de la vampiresa - Alana, mi nombre es Nuria. ¿Crees que tengamos problemas con el licántropo?- preguntó arqueando una ceja. Estaba pensando seriamente en salir pitando de ese lugar. La noche había sido rara, perturbadora y traumatizante.
Primero, el hombre acosador, luego Mía, siguiendo por la pelea, los licántropos, convertirse en “puta”, Alana y toda esa sangre y violencia gratuitos. Ahora no sabía si esta Alana y ese Mia, pensarían en continuar entre ellos la pelea, si aparecería alguien más… - ¿Qué relación tienes con todo esto?...- preguntó con cierto deje de esperanza, de pronto creyó necesario otro sorbo más. Se veía en el espejo que estaba en la pared sobre su cabeza, se veía y no quería ver lo que veía. - Esto es un problema. Estoy segura que esto no va a quedar así, la violencia llama a la violencia- otro sorbo. Aunque rezara cada noche y no durmiera en arrepentimiento, el Señor no la perdonaría fácilmente. ¿Qué debería de hacer? Miró a Alana y sintió que se le ponía la piel de gallina, se volteó hacia la dirección de Mia y obtuvo la misma reacción.
Nuria
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Me subí el pantalón cuando acabé la meada, cerré los ojos y suspiré. Tenía que controlar mis emociones y manejar la respiración para no entrar en la locura y destrozarlo todo. En cuanto los abrí me di cuenta que ya lo había hecho. Miré alrededor para encontrarme con cuerpos muertos en el suelo, estanterías caídas, mezcla de sangre y alcohol y arañazos y porrazos por las paredes y suelo. Esbocé una mueca taciturna al encontrarme tal estado de la habitación (´´Cuando vea esto el posadero va a crujirme los cuartos`` apuntilló mi mente).
Mi hombro derecho emitió un dolor agudo para recordarme que se encontraba herido. Solté un quejido por lo bajo y una pequeña maldición a los que yacían en el suelo. Uno quería pasar un día tranquilo tras haber robado unas cuantas monedas y parecían que no me querían dejar. Quejarme de esto me hizo recordar de golpe en la bolsa con dinero que solía tener en la cintura. Palpé buscándola sin encontrarla. La había perdido.
Esta vez el rugido fue mayor que el provocado por el dolor y lancé un puñetazo a la pared más cercana provocando un crujido en mis nudillos. Con esa postura me volví a transformar en humano. La camisa estaba hecha ya un desastre por lo que me la quité y la tiré al suelo tapando el pene del castrado. Los pantalones volvían a quedarme holgados, aunque seguían cumpliendo su función. Me agaché para desenroscar la kusarigama del cuello que estaba a mis pies.
El arma se encontraba ensangrentada por lo que volqué sobre ella el alcohol que quedaba de la botella que estaba bebiendo y la limpié en la ropa del muerto. Me colgué la hoz a la espalda, en su cinto, y la cadena la rodeé en mi cintura. Mirando el cuerpo a mis pies pasaron por mi mente imágenes de lo que había pasado por culpa de su intromisión en mi vida. Deslice inconscientemente el dedo por la cicatriz que me recorría el pecho hasta el abdomen. Cabreado, le propiné un puntapié provocando un ruido sordo:
- Púdrete allá donde vayas mamón de mierda – Me giré y salí de la habitación para intentar olvidar lo que allí dentro había sucedido y las emociones que me habían provocado, así como los recuerdos que pertenecían al pasado.
Pero fuera la escena no era mejor. Cuerpos mutilados, moribundos quejándose y sangre por todos lados. Solo dos figuras estaban de pie hablando entre ellas, bebiendo y dirigiendo alguna que otra mirada hacia mi persona. Sonreí al ver a la humana viva. O tenía mucha suerte o escondía un as debajo de la manga.
Esa fue la única reacción que tuve hacia ellas. No tenía ni idea de que esperaban aquí y si pretendían seguir la pelea conmigo (´´Que hagan lo que les de la gana. Yo ya he tenido suficiente por hoy``) Me dirigí a la puerta de la posada y la atranqué con un tablón de madera. Ahora podría recobrar mi dinero de alguna otra forma. Sonreí ilusionado. Al final la pelea iba a servir para algo.
Fui pasando de cuerpo en cuerpo y rebuscando sus bolsillos. Cadenas de oro, monedas, alguna que otra joya y hasta una daga con incrustaciones preciosas. Si había alguno que aún respiraba me las ingeniaba para matarlo de alguna forma dolorosa: sacarle los ojos, romperle el cuello, clavarle una botella en la garganta... Había salido mi vena un poco sádica y por qué no dejarla fluir.
Busqué una mesa libre donde poner el botín y la arrastré hacía la ventana donde originalmente me encontraba bebiendo mi cerveza. Después me fui a un armario que milagrosamente estaba de pie y sin ningún rasguño y lo abrí. Ver el interior fue ver el cielo tras haber escapado del infierno. Botellas llenas de licor y parecía del bueno. Seguramente mi cara reflejase el júbilo que sentía mi ser ahora mismo.
- Arrasa con lo que veas y generoso no seas. No hay que decir que no a las enseñanzas que me dieron ni a los regalos que consigo- dije entre carcajadas- Mira el cerdo del posadero lo que tenía para mí - no lo había visto por ahí así que supuse que andaría cagado de miedo en algún escondite secreto. Agarré dos botellas (´´Una para la herida y otra para no pensar en ella``) y volví a la ventana.
Por el camino me di cuenta que solamente se encontraba una silla en pie. Y la ocupaba un cuerpo sin cabeza. Me reí por la visión (´´No sé si es el alcohol haciendo ya de las suyas o que me empieza a faltar sangre pero empiezo a marearme`` apuntó mi menté a la que ignoré también). La expresión de su rostro, el cual yacía a sus pies, era desternillante y no puedo hacer otra cosa que coger y llevármela a la mesa conmigo.
Sin darme cuenta, iba tambaleándome de un lado a otro. Coloqué la cabeza en la mesa de manera que pudiéramos mirarnos mutuamente y me senté en el alfeizar de la ventana, apoyando mi espalda en uno de los lados. Abrí una de las botellas y esparcí parte de su líquido en la herida, provocando un pequeño aullido de dolor. El alcohol se mezcló con la sangre y se deslizó por mi pecho y espalda. Pero el frío me sentaba bien.
El resto de la botella decidí dedicarlo a mi paladar.
Mi hombro derecho emitió un dolor agudo para recordarme que se encontraba herido. Solté un quejido por lo bajo y una pequeña maldición a los que yacían en el suelo. Uno quería pasar un día tranquilo tras haber robado unas cuantas monedas y parecían que no me querían dejar. Quejarme de esto me hizo recordar de golpe en la bolsa con dinero que solía tener en la cintura. Palpé buscándola sin encontrarla. La había perdido.
Esta vez el rugido fue mayor que el provocado por el dolor y lancé un puñetazo a la pared más cercana provocando un crujido en mis nudillos. Con esa postura me volví a transformar en humano. La camisa estaba hecha ya un desastre por lo que me la quité y la tiré al suelo tapando el pene del castrado. Los pantalones volvían a quedarme holgados, aunque seguían cumpliendo su función. Me agaché para desenroscar la kusarigama del cuello que estaba a mis pies.
El arma se encontraba ensangrentada por lo que volqué sobre ella el alcohol que quedaba de la botella que estaba bebiendo y la limpié en la ropa del muerto. Me colgué la hoz a la espalda, en su cinto, y la cadena la rodeé en mi cintura. Mirando el cuerpo a mis pies pasaron por mi mente imágenes de lo que había pasado por culpa de su intromisión en mi vida. Deslice inconscientemente el dedo por la cicatriz que me recorría el pecho hasta el abdomen. Cabreado, le propiné un puntapié provocando un ruido sordo:
- Púdrete allá donde vayas mamón de mierda – Me giré y salí de la habitación para intentar olvidar lo que allí dentro había sucedido y las emociones que me habían provocado, así como los recuerdos que pertenecían al pasado.
Pero fuera la escena no era mejor. Cuerpos mutilados, moribundos quejándose y sangre por todos lados. Solo dos figuras estaban de pie hablando entre ellas, bebiendo y dirigiendo alguna que otra mirada hacia mi persona. Sonreí al ver a la humana viva. O tenía mucha suerte o escondía un as debajo de la manga.
Esa fue la única reacción que tuve hacia ellas. No tenía ni idea de que esperaban aquí y si pretendían seguir la pelea conmigo (´´Que hagan lo que les de la gana. Yo ya he tenido suficiente por hoy``) Me dirigí a la puerta de la posada y la atranqué con un tablón de madera. Ahora podría recobrar mi dinero de alguna otra forma. Sonreí ilusionado. Al final la pelea iba a servir para algo.
Fui pasando de cuerpo en cuerpo y rebuscando sus bolsillos. Cadenas de oro, monedas, alguna que otra joya y hasta una daga con incrustaciones preciosas. Si había alguno que aún respiraba me las ingeniaba para matarlo de alguna forma dolorosa: sacarle los ojos, romperle el cuello, clavarle una botella en la garganta... Había salido mi vena un poco sádica y por qué no dejarla fluir.
Busqué una mesa libre donde poner el botín y la arrastré hacía la ventana donde originalmente me encontraba bebiendo mi cerveza. Después me fui a un armario que milagrosamente estaba de pie y sin ningún rasguño y lo abrí. Ver el interior fue ver el cielo tras haber escapado del infierno. Botellas llenas de licor y parecía del bueno. Seguramente mi cara reflejase el júbilo que sentía mi ser ahora mismo.
- Arrasa con lo que veas y generoso no seas. No hay que decir que no a las enseñanzas que me dieron ni a los regalos que consigo- dije entre carcajadas- Mira el cerdo del posadero lo que tenía para mí - no lo había visto por ahí así que supuse que andaría cagado de miedo en algún escondite secreto. Agarré dos botellas (´´Una para la herida y otra para no pensar en ella``) y volví a la ventana.
Por el camino me di cuenta que solamente se encontraba una silla en pie. Y la ocupaba un cuerpo sin cabeza. Me reí por la visión (´´No sé si es el alcohol haciendo ya de las suyas o que me empieza a faltar sangre pero empiezo a marearme`` apuntó mi menté a la que ignoré también). La expresión de su rostro, el cual yacía a sus pies, era desternillante y no puedo hacer otra cosa que coger y llevármela a la mesa conmigo.
Sin darme cuenta, iba tambaleándome de un lado a otro. Coloqué la cabeza en la mesa de manera que pudiéramos mirarnos mutuamente y me senté en el alfeizar de la ventana, apoyando mi espalda en uno de los lados. Abrí una de las botellas y esparcí parte de su líquido en la herida, provocando un pequeño aullido de dolor. El alcohol se mezcló con la sangre y se deslizó por mi pecho y espalda. Pero el frío me sentaba bien.
El resto de la botella decidí dedicarlo a mi paladar.
Mia Lïber
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
- Alana tras la pelea:
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El tacto humano era tan cálido, la sangre en la chica era fuego líquido, Alana podía sentirlo atreves de la fina piel. Era curioso, pero las manos de la joven eran suaves y sin ampollas, ella no practicaba con las armas y sin embargo, luchó como una guerrera. La vampiresa se tomó un tiempo para analizar a la joven, su aspecto excitado, el olor a alcohol. Sabía que Nuria, había disfrutado de una forma tan retorcida como era la misma vampiresa de aquellos hechos, puede que ni ella misma sabía lo que escondía su ser. Pero realmente era una revelación, y todo lo que está roto o pervertido de alguna manera, para Alana era algo interesante y digno de estudio. La chica tenía miedo de ella, no la culpaba de aquello.
“Chica lista! No soy una virgen sagrada que digamos!”
La vampiresa, aspiro de nuevo el olor de la chica lleno de adrenalina, sudor, sangre y alcohol; guardando ese aroma en su memoria. Y dirigió de nuevo una mirada al lycan, que parecía que estaba subiendo ya los pantalones.
-Con los licántropos nunca se sabe, pero algo me dice que este precioso perrito, ya ha hecho su cupo de maldades por una posada. No te preocupes, no te hará daño de todas formas. Esta noche, estas bajo mi protección.
Comento pensativa, mientras observaba los movimientos de aquel hombre. Su herida en el pecho era profunda, demasiado hasta para un lobo. O al menos, es lo que parecía, pero Alana veía la cantidad de sangre que estaba perdiendo y no tenía buena pinta.
“Espero que no entre en frenesí y tenga que matarlo a él también. Me recuerda tanto a alguien…Maldita sea! No recuerdo a quien. Grrrr…odio esto!”
De un salto la mujer salto de nuevo sobre la barra y apartando los cuerpos muertos y moribundos, recogió los restos de su katana rota. Después volvió con tranquilidad a su sitio anterior tras la barra junto con la humana. Sacó un paño de la barra y envolvió los restos de su arma escondiéndolos en una de las enaguas, que la servía de bolso o escondite de cosas importantes. La mujer de bellos rasgos habló de nuevo y la vampiresa la respondió con tranquilidad, sin mirarla.
-¿Relación? Ninguna, en realidad solo respondí a mis instintos y por alguna razón vosotros dos han sido la clave de mis instintos esta noche. Me pregunto, ¿qué tienes de especial, Nuria?
Realmente, no era una pregunta para la humana, sino para ella misma. Sus ojos cambiaron de nuevo a la chica, fríos y analizadores. Observo su hombro y algunos cortes más superficiales. Después su cabello lleno de sangre, sus rasgos…Era una belleza.
“¿Cómo es posible que alguien no la ha esclavizado o la hizo su amante?”
-¿Qué estás haciendo aquí esta noche?
Volvió a preguntar, mientras se acercaba a la chica para estudiar mejor su herida del hombro, sin ceremonias, ni permisos por parte de la joven. Después saco una de las botellas del alcohol y la vertió el contenido en la herida. Busco otro de los paños limpio de que había apilados y ató el hombro de la mujer. En este momento, el lycan salió, la vampiresa le miró de reojo con cautela, pero su interés no iba hacia ellas. Así que se relajó y aprieto más la tela sobre la herida, aquella dejaría una cicatriz en la piel de porcelana, pero era un orgullo contar con una cicatriz así, ha sobrevivido.
Con cuidado se apoyó sobre la barra, justo para ver como el lobo remataba a todos los que estaban ahí y los saqueaba…
-¿Por qué no haces algo más útil, no los decapitas y dejas los cuerpos al lado de la puerta y las cabezas en las ventanas? Así seguro que nadie se dará cuenta de que alguien los ha matado por oro y dinero.
Observó el júbilo de él por el alcohol y como se tambaleo para sentarse. Sin duda la falta de sangre estaba haciendo de las suyas.
“Si, sigue haciendo estas tonterías tendré qué dejarlo atrás….o como una carnada para el que venga a por nosotros.”
-¿Por qué te buscaban ese mago y sus lacayos? ¿Quién eres?
Pregunto la mujer, mientras analizaba las palabras de la humana sobre la violencia.
“La violencia no genera más violencia, sino que la violencia se propaga. Está latente en cada uno y tan solo necesita un indicio para salir y sin duda estas ciudades llevan recopilando mucha violencia y no me gustaría recibirla”
Sin duda quedarse ahí sería su sentencia de muerte, pero necesitaban un respiro. Todos estaban heridos. Alana se llevó la mano a su herida más seria y palpo la tela húmeda y cálida, saboreando el dolor sobre su carne, nada era más glorioso que esto.
-No te relajes ahí tanto tiempo, lobo. Este sitio será en poco tiempo una reunión de seres poco agradables. Creo que nos tenemos que plantear el salir de aquí y creo que tengo una idea, para no utilizar la puerta principal.
Alana hizo una mueca sin sentimientos a los dos y se alejó en dirección a las escaleras, donde aquel tabernero pensó propasarse con ella. Con tranquilidad abrió la puerta, observo el cadáver bajo la escalera. La mueca de horror y sorpresa aún estaban en su rostro, ella lo disfruto y hasta lo grabó en su mente. La muerte era un arte, algo complicado, bello y devastador, algo que ella disfrutaba y se creía una artista de primer nivel, saboreando los horrores y lo grotesco de cada una de sus obras de arte peculiares.
-¿Qué os parece, probamos suerte por aquí?
Dijo ella, sabía que ir sola por ahí no era la mejor idea, siempre hay que llevar “carnada” y “elementos de distracción”. Además aún tenía curiosidad en aquella humana y el lycan, por alguna razón su mente no los dejaba marchar aun en paz. Así que dejaría que las cosas tomen su tiempo y su espacio. Puede que alguien de ellos, pueda ofrecerle algo que la pueda ser necesario o de valor.
Alana intentó escuchar algún ruido fuera de la calle, pero no ha oído nada y esto no era una buena señal en absoluto. O se largaban de ahí u otra nueva oleada de asesinos y puede que cosas peores llegaría a ellos. El estar bien, no era algo primordial, al menos no de momento.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Alana
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
La humana tragó saliva, no sabía si tenía algo de especial, pero no quería averiguar si su sabor era apetecible para Alana. Su cabeza entendía que la vampiresa no le deseaba ningún mal, pero convencer a su corazón le tomaría más tiempo… por otra parte, no podía dejar de preocuparse por la apertura que la fémina tenía en su estómago. En su interior, la humana se debatía en buscar una forma de ofrecerle su ayuda, exteriormente, seguía los movimientos de los dos seres vivos que quedaban dentro de las paredes de la mortal taberna. Le dio otro sorbo a la botella, entrecerrando los ojos mientras empinaba el recipiente. - Hmm mmm…- murmuró mientras pensaba en la forma de corresponder la curiosidad de su salvadora.
- Vengo del Este por un trabajo en Lunargenta, estoy de pasada por Baslodia… había quedado con una amiga pero nunca apareció. Es un alivio…- su tono entrecortado demostró honestidad en las últimas palabras. Se llevó las manos al pecho, obligándose a respirar con más sosiego. La tarea era más compleja si se tomaba en cuenta la forma en la que el licántropo terminaba con los sobrevivientes y les robaba. Nuria se enfocó cuidadosamente en mirar a su interlocutora, estaba herida en varios lugares. Con detenimiento y perseverancia, podía adivinar los lugares donde tenía sus lastimaduras y golpes. Tomó de debajo de la barra un trapo y lo remojó en alcohol, ofreciéndoselo para que se limpiara, si así lo deseaba.
La sugerencia de Alana, hizo que los temblores volvieran, nuevamente tenía ganas de vomitar, la humana se sostuvo de la madera, conteniendo una arcada ante la imagen mental de lo que decía. Cuando retomó el control de su cuerpo, escuchó la observación de la vampiresa, era verdad, tendrían que plantearse el salir de allí. La silla en la puerta sólo retrasaría lo inevitable… Nuria sintió irónico que Mia volviese a la misma silla sobre la misma ventana de más temprano. El hombre era como un fenómeno de la naturaleza, impredecible e imparable. Cuando Alana señaló la puerta trasera, la humana se dirigió donde el licántropo. - Imagino que la bebida está bien, pero si no vienen más de los de antes, vendrá la guardia- su voz era rasposa y con un deje desprolijo, arrastrado por los efectos del alcohol.
Suspiró y se dirigió a Alana, haciendo un arco amplio con sus brazos - Sea como sea, quiero salir de este cochino lugar- Nuria tropezó con un cuerpo y cayó sobre sus rodillas al suelo empapado en sangre. - Shussssh- dejó salir el aire por entre sus dientes, buscando la forma de ponerse en pie sin mancillar más los cadáveres. Mientras estaba en eso, vio una extraña piedra que habría caído del bolsillo de uno de los finados, eso, o la tenía en la mano como amuleto. - Hmm mmm…- con mucho cuidado, se puso en pie y recogió el objeto que emitía un suave resplandor. - Parece que esto podría servir…- levantó la vista en busca de Alana -Cortesía de los suicidas. ¿Alguien quiere que le cure una herida?-
- Vengo del Este por un trabajo en Lunargenta, estoy de pasada por Baslodia… había quedado con una amiga pero nunca apareció. Es un alivio…- su tono entrecortado demostró honestidad en las últimas palabras. Se llevó las manos al pecho, obligándose a respirar con más sosiego. La tarea era más compleja si se tomaba en cuenta la forma en la que el licántropo terminaba con los sobrevivientes y les robaba. Nuria se enfocó cuidadosamente en mirar a su interlocutora, estaba herida en varios lugares. Con detenimiento y perseverancia, podía adivinar los lugares donde tenía sus lastimaduras y golpes. Tomó de debajo de la barra un trapo y lo remojó en alcohol, ofreciéndoselo para que se limpiara, si así lo deseaba.
La sugerencia de Alana, hizo que los temblores volvieran, nuevamente tenía ganas de vomitar, la humana se sostuvo de la madera, conteniendo una arcada ante la imagen mental de lo que decía. Cuando retomó el control de su cuerpo, escuchó la observación de la vampiresa, era verdad, tendrían que plantearse el salir de allí. La silla en la puerta sólo retrasaría lo inevitable… Nuria sintió irónico que Mia volviese a la misma silla sobre la misma ventana de más temprano. El hombre era como un fenómeno de la naturaleza, impredecible e imparable. Cuando Alana señaló la puerta trasera, la humana se dirigió donde el licántropo. - Imagino que la bebida está bien, pero si no vienen más de los de antes, vendrá la guardia- su voz era rasposa y con un deje desprolijo, arrastrado por los efectos del alcohol.
Suspiró y se dirigió a Alana, haciendo un arco amplio con sus brazos - Sea como sea, quiero salir de este cochino lugar- Nuria tropezó con un cuerpo y cayó sobre sus rodillas al suelo empapado en sangre. - Shussssh- dejó salir el aire por entre sus dientes, buscando la forma de ponerse en pie sin mancillar más los cadáveres. Mientras estaba en eso, vio una extraña piedra que habría caído del bolsillo de uno de los finados, eso, o la tenía en la mano como amuleto. - Hmm mmm…- con mucho cuidado, se puso en pie y recogió el objeto que emitía un suave resplandor. - Parece que esto podría servir…- levantó la vista en busca de Alana -Cortesía de los suicidas. ¿Alguien quiere que le cure una herida?-
Off: Perdonen la demora. Algunas aclaraciones... Nuria acaba de levantar lo que llamaré "objeto" arcano. Usando la habilidad nivel 0, podría curarle a uno de ustedes una herida, no se, si quieren xD.
Si deciden salir, Nuria no se quedará en la taberna llena de muertitos ewe
Nuria
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Notaba bajar el alcohol por el esófago hasta el estómago. Su efecto recorría mis venas haciendo ir más rápido mi sangre. Una sangre que había hervido al encontrarme recuerdos pasados y que no había dudado en acelerar mi corazón para bloquear las memorias venidas a mi pensamiento.
Pero ya estaba todo controlado. Los muertos iban enfriándose en el suelo y los vivos se lamían sus heridas. Algunas visibles, algunas intangibles. Nadie aparecería ya por allí ¿O sí?
Como licántropo tenía la mala suerte de escuchar lo que tenía alrededor a pesar de mi énfasis de querer ignorarlo. Y las mujeres hablaban. Me hablaban incluso. Mi respuesta solía ser un gruñido. Pero no podía evitar que me hiciesen pensar. Y de alguna manera y otra tenían razón. Tarde o temprano acabaría viniendo más gente. Los amigos de los muertos, los guardias que protegían el pueblo o quizás borrachos huyendo de una miserable vida y buscando el alcohol que yo me estaba tomando.
Una parte de mi comenzaba a preocuparse por la herida del hombro. No paraba de sangrar y no parecía que fuese a hacerlo. Solté un suspiro y me levanté intentando no tambalearme mucho (´´ ¿Por qué algo tan bueno como el alcohol es tan malo a la vez? ``). Me acerqué hacia uno de los cuerpos del suelo y le arranqué un trozo de tela que enrollé y até como pude.
Esta vez, en vez de volver a la silla, me senté en la ventana intentando atisbar algún tipo de amenaza. No vi nada. Sin embargo, en el interior de la posada, el movimiento era rápido. Buscaban una salida y la vampira creía tenerla subiendo las escaleras (´´Chica lista ¿Huir por los tejados? Nada mal`` sonreí intentando calmarme).
Aparté la mirada del exterior para observar a las dos acompañantes que la noche había querido que permanecieran conmigo. La humana había demostrado las agallas que ella misma creía no tener. Y la vampira...bueno, era una chupasangre. Seguramente preparada para la batalla ya que tendría que cazar habitualmente su comida (´´Aaagghh, asqueroso`` apuntillo mi mente con una mueca).
- ¿Se puede saber por qué coño os habéis metido en la pelea? - me dirigí a ellas tras pegar el último trago que me permitía la botella y tirarla por la ventana – No digo que no haya sido beneficioso pero no era la vuestra. Y los motivos, señora colmillos, no son de tu incumbencia. - señalé a la humana – Tú has tenido bastante suerte de no salir malherida. Te di la oportunidad de huir. No creas que obtendréis recompensa o agradecimiento mío.
Me acerqué a ella cuando escuché el ofrecimiento que hacía de curar las heridas. Tenía un objeto raro que brillaba y al que observé entre prudencia y avaricia:
- Chica. Si no lo quieres eso se puede vender por bastante – me relamí pensando en que podría comprar con ese dinero – En mi caso no me hace falta. Odio la magia. Si la naturaleza hace su función y me toca morir pues que mi cuerpo sirva para dar de comer a los gusanos.
Solté una carcajada al pensar en esa escena. Pobres gusanos si tuviesen que alimentarse de mí. Iba a seguir con la broma cuando comencé a escuchar pasos en la lejanía, seguramente al inicio de la calle. Eran pasos apresurados, abruptos y con un fuerte sonido a hierro. Suspiré. Ya basta de peleas por esta noche.
Con bastante pesar, fui hacia la vampira aunque sin bajar la guardia (´´Nunca te fíes de un muerdecuellos`` seguramente mi expresión mostraría mi estado dubitativo):
- Supongo que sabrás lo que haces. No sé qué le ha llevado a una de tu especie a ayudar a uno de la mía pero te juro que si estas con ellos - señalé al cuerpo que había en el suelo (´´Mira dónde ha acabado el sucio tabernero`` reí para mis adentros)- acabarás siendo pasto de carroña.
No me encontraba en condiciones de ir por mi cuenta y los allí presentes seguramente lo intuían. Tendría que tirar de mi buena voluntad y confiar en lo que quedaba de noche.
Un grito y un empujón en la puerta nos sobresaltó a todos. Ya estaban aquí. Gruñí por lo bajo y fui a la mesa de la ventana donde tenía mi botín. No podría llevar todo por lo que me decanté por coger algo de oro y llevármelo en el bolsillo. Después, me fui al mueble y me quedé mirando el interior una vez abierto.
- Lo siento chicas -suspiré apenado. Esto iba a dolerme bastante – No hay otra forma de poder disfrutar juntos -cogí algunas botellas y empujé hacia el suelo el armario haciendo que se rompieran y se derramara todo el alcohol.
El resto de botellas que me había llevado las choqué contra la puerta de la entrada de la posada la cual intentaban abrir a porrazos. Seguidamente cogí un candil y lo tiré sobre el charco que había formado de alcohol provocando el inicio de un fuego que esperaba que consumiese la posada.
Me giré hacia las chicas:
- O nos ponemos en marcha o somos perro quemado.
Pero ya estaba todo controlado. Los muertos iban enfriándose en el suelo y los vivos se lamían sus heridas. Algunas visibles, algunas intangibles. Nadie aparecería ya por allí ¿O sí?
Como licántropo tenía la mala suerte de escuchar lo que tenía alrededor a pesar de mi énfasis de querer ignorarlo. Y las mujeres hablaban. Me hablaban incluso. Mi respuesta solía ser un gruñido. Pero no podía evitar que me hiciesen pensar. Y de alguna manera y otra tenían razón. Tarde o temprano acabaría viniendo más gente. Los amigos de los muertos, los guardias que protegían el pueblo o quizás borrachos huyendo de una miserable vida y buscando el alcohol que yo me estaba tomando.
Una parte de mi comenzaba a preocuparse por la herida del hombro. No paraba de sangrar y no parecía que fuese a hacerlo. Solté un suspiro y me levanté intentando no tambalearme mucho (´´ ¿Por qué algo tan bueno como el alcohol es tan malo a la vez? ``). Me acerqué hacia uno de los cuerpos del suelo y le arranqué un trozo de tela que enrollé y até como pude.
Esta vez, en vez de volver a la silla, me senté en la ventana intentando atisbar algún tipo de amenaza. No vi nada. Sin embargo, en el interior de la posada, el movimiento era rápido. Buscaban una salida y la vampira creía tenerla subiendo las escaleras (´´Chica lista ¿Huir por los tejados? Nada mal`` sonreí intentando calmarme).
Aparté la mirada del exterior para observar a las dos acompañantes que la noche había querido que permanecieran conmigo. La humana había demostrado las agallas que ella misma creía no tener. Y la vampira...bueno, era una chupasangre. Seguramente preparada para la batalla ya que tendría que cazar habitualmente su comida (´´Aaagghh, asqueroso`` apuntillo mi mente con una mueca).
- ¿Se puede saber por qué coño os habéis metido en la pelea? - me dirigí a ellas tras pegar el último trago que me permitía la botella y tirarla por la ventana – No digo que no haya sido beneficioso pero no era la vuestra. Y los motivos, señora colmillos, no son de tu incumbencia. - señalé a la humana – Tú has tenido bastante suerte de no salir malherida. Te di la oportunidad de huir. No creas que obtendréis recompensa o agradecimiento mío.
Me acerqué a ella cuando escuché el ofrecimiento que hacía de curar las heridas. Tenía un objeto raro que brillaba y al que observé entre prudencia y avaricia:
- Chica. Si no lo quieres eso se puede vender por bastante – me relamí pensando en que podría comprar con ese dinero – En mi caso no me hace falta. Odio la magia. Si la naturaleza hace su función y me toca morir pues que mi cuerpo sirva para dar de comer a los gusanos.
Solté una carcajada al pensar en esa escena. Pobres gusanos si tuviesen que alimentarse de mí. Iba a seguir con la broma cuando comencé a escuchar pasos en la lejanía, seguramente al inicio de la calle. Eran pasos apresurados, abruptos y con un fuerte sonido a hierro. Suspiré. Ya basta de peleas por esta noche.
Con bastante pesar, fui hacia la vampira aunque sin bajar la guardia (´´Nunca te fíes de un muerdecuellos`` seguramente mi expresión mostraría mi estado dubitativo):
- Supongo que sabrás lo que haces. No sé qué le ha llevado a una de tu especie a ayudar a uno de la mía pero te juro que si estas con ellos - señalé al cuerpo que había en el suelo (´´Mira dónde ha acabado el sucio tabernero`` reí para mis adentros)- acabarás siendo pasto de carroña.
No me encontraba en condiciones de ir por mi cuenta y los allí presentes seguramente lo intuían. Tendría que tirar de mi buena voluntad y confiar en lo que quedaba de noche.
Un grito y un empujón en la puerta nos sobresaltó a todos. Ya estaban aquí. Gruñí por lo bajo y fui a la mesa de la ventana donde tenía mi botín. No podría llevar todo por lo que me decanté por coger algo de oro y llevármelo en el bolsillo. Después, me fui al mueble y me quedé mirando el interior una vez abierto.
- Lo siento chicas -suspiré apenado. Esto iba a dolerme bastante – No hay otra forma de poder disfrutar juntos -cogí algunas botellas y empujé hacia el suelo el armario haciendo que se rompieran y se derramara todo el alcohol.
El resto de botellas que me había llevado las choqué contra la puerta de la entrada de la posada la cual intentaban abrir a porrazos. Seguidamente cogí un candil y lo tiré sobre el charco que había formado de alcohol provocando el inicio de un fuego que esperaba que consumiese la posada.
Me giré hacia las chicas:
- O nos ponemos en marcha o somos perro quemado.
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Alana, observa su compañía, sin duda no podría ser más pintoresco un encuentro como este. Pero por lo visto es algo que no puede evitar, esa clase de encuentros en su camino no tan sencillo, puede que este predestinada a meterse en toda clase de problemas solo para llegar a algo aun peor.
“Deja de compadecerte, maldita zorra! Aún tenemos mucho que hacer para salir de aquí, ya tendrás tiempo de hacerte una autopsia emocional cuando estés sola…Así que cállate, antes de que me suicide por ti!”
Autocontrol, es lo único que la mantenía a raya. Suspiro y se mordió el labio con fuerza. Dejó que Nuria la limpie la herida más profunda y más peligrosa, se comportaba con ella, como su fuera una más. Pero veía la indecisión y puede que miedo en los actos de la humana. Sin duda, no se esperaba un viaje así de “emocionante” y su amiga….
“Vaya hija de la gran…, por dejarla aquí sola y de noche! Me preguntaría si es una amiga tras cosas como estas…”
Pero la fémina no dijo ni una palabra sobre su opinión a la humana, ya que esta parecía demasiado ingenua y realmente feliz de que su amiga la haya dejado tirada como la mierda. Tan sólo dejo que la humana haga lo que quiera con su herida.
Alana miró a Mia, era curioso este lycan. No entendía por qué le ayudó si quiera. Pero aquella mirada por la ventana era la clave, algo dentro de estos ojos era tan depravado y roto como ella misma, o al menos es lo que ella ha creído ver. Lo ha podido comprobar por sus acciones de esta noche. Pero los dos parecían tener algo que aún no se ha podrido del todo y la prueba era esa humana que aun caminaba entre ellos, sin que ninguno de los dos la considerará si quiera “comida”.
-Suerte dices….-la chica pensó en todas las zonas de su cuerpo que ahora mismo sangraban y la escocían de dolor….-Creo que la suerte la has tenido tú, señor pulgas borrachas… Si no llega a ser por mí y hasta por esta preciosa humana, estarías lamiendo tus huevos cortados y no las botellas de más valor de este tugurio…
La vampiresa paso la mano por su cabello, que ahora parecía una maraña de sangre, alcohol y quien sabe que más…Sintió dolor tirando de su brazo, por hacer aquel gesto y escucho a la muchacha humana hablar sobre la curación, estaba de rodillas sobre esta mierda y con algo brillando entre sus dedos sucios y la avariciosa propuesta de Mia….
“Sin duda vendría bien que me curen….”
-Creo que deberías de curar tus propias heridas, este perro borracho y yo nos curamos solos con bastante rapidez, pero tú, no…Asique vamos! Haz lo que necesitas…
La animo Alana, mientras acallaba las protestas de su interior. Con un paso firme, pasó entre los cadáveres, el suelo era resbaladizo y pegajoso a la vez, por la sangre y toda clase de fluidos. Ya no se veía el color primario de aquella sala, solo ese color carmesí oxidado, lleno de manchas oscuras. Entre cuerpos profanados encontró una empuñadura y la saco de entre toda aquella carne muerta…. Necesitaba alguna arma, ya que la suya quebró en la batalla. Asique admiro el acero y sopeso el equilibrio de aquella hoja, no era perfecta, pero la valdría. Caminó hacia la puerta mencionada tras la barra y por el camino encontró más armas, dos dagas y una espada más ligera y de pequeño tamaño.
El arma más pequeña y delicada la tiro ante Nuria…
-Creo que deberías de cogerla, quien sabe lo que te espera más adelante…
Comento ella, echando una ojeada al lycan que parecía al final darse cuenta que no podrían quedarse aquí toda la noche…sus acciones eran caóticas y de poca precisión, pero Alana lo achacó al alcohol. Y a los sonidos que empezaban a alterar la noche tras esas paredes. Antes de bajar por las escaleras, la vampiresa tiro la llave de la habitación que había alquilado, esta cayó justo sobre la barra que empezaba a ser devorada con el fuego.
Unos pasos rápido hacía el cuerpo del posadero. Y ya ese mal oliente capullo estaba bajo sus pies. La vampiresa se agacho y tiró de su monedero, sacó de él el precio de las copas y la habitación y el resto tiró a sus espaldas…
-Por si alguien más quiere recuperar su dinero…
Dijo con cierto atisbo de sarcasmo y hasta maldad. Se movió más adelante por el pasillo oscuro, que podía distinguir a penas, llegando a una bifurcación. Catacumbas.
Se paró por un instante y aspiro…
-Deberíamos ir a la derecha hay corriente de aire fresco …al menos, yo me iré por ahí….
Comento ella, mientras empezaba a dar los primeros pasos en esta dirección, consiguió distinguir una antorcha. Y sonrió de la ironía del fuego sobre ellos. Los gritos y golpes se podían ser oídos sin ningún problema, provenientes de la escalera que no estaba aún tan lejos de ellos. Sin duda este incidente será demasiado llamativo, hasta más que lo que ella hizo en las minas
-¿Alguien puede prender esto?
Pregunto, mientras dejaba en manos de alguien la antorcha y se adentraba más a la oscuridad. Había un olor a sangre vieja por todas partes.
Con paso firme y ahora luz tras ella, pudo distinguir como un pequeño anfiteatro, bajo techo, una escena rodeada de paredes y escaleras de piedra que podrían servir de asiento sobre aquella plaza de la muerte.
-¿Qué es esto?
Pregunto en alto, no necesitaba una respuesta, pero se la escapó. Avanzo y analizó el lugar. Encontró la salida arriba de entre las escaleras más altas y estudió. Para el lobo y ella, no sería un problema trepar, aunque en el estado que estaba el lycan podría traerla problemas también…
“Pues déjale aquí tirado, así lo encuentran y lo culpan de todo…Y nadie nunca sabrá que has estado aquí…”
Y sería un reto para Nuria a no ser que esta pequeña humana, tenga más secretos escondidos. Sonrió para sus adentros y después por el hecho de llamar “pequeña” a Nuria, teniendo en cuenta que ella misma era de una altura nada impresionante. Por lo visto, Alana se divertía con todo esto.
“Sorprendente!”
Se acercó a la pared de casi 4 metros de altura y pego varios puñetazos en la pared, destrozando la piedra en algunos sitios, hasta el punto que empezó a sangrar por los nudillos.
-Nuria, pones los pies y manos en estos agujeros y salientes. Trepa hacia arriba!
Demandó la vampiresa mientras agarraba al lycan.
-Y tú, espero que la ayudes a subir. Que mi altura no es muy notable. Asique haz el favor de controlar tu borrachera. O sino me ocupo de que te quedes en esta arena y luches por tu existencia con los que están arriba o lo que está dormido ahí abajo….
Señalo con la mano la puerta de acero grueso a uno de los lados. Era un farol, pero tenía que jugar alguna baza con este hombre.
“Deja de compadecerte, maldita zorra! Aún tenemos mucho que hacer para salir de aquí, ya tendrás tiempo de hacerte una autopsia emocional cuando estés sola…Así que cállate, antes de que me suicide por ti!”
Autocontrol, es lo único que la mantenía a raya. Suspiro y se mordió el labio con fuerza. Dejó que Nuria la limpie la herida más profunda y más peligrosa, se comportaba con ella, como su fuera una más. Pero veía la indecisión y puede que miedo en los actos de la humana. Sin duda, no se esperaba un viaje así de “emocionante” y su amiga….
“Vaya hija de la gran…, por dejarla aquí sola y de noche! Me preguntaría si es una amiga tras cosas como estas…”
Pero la fémina no dijo ni una palabra sobre su opinión a la humana, ya que esta parecía demasiado ingenua y realmente feliz de que su amiga la haya dejado tirada como la mierda. Tan sólo dejo que la humana haga lo que quiera con su herida.
Alana miró a Mia, era curioso este lycan. No entendía por qué le ayudó si quiera. Pero aquella mirada por la ventana era la clave, algo dentro de estos ojos era tan depravado y roto como ella misma, o al menos es lo que ella ha creído ver. Lo ha podido comprobar por sus acciones de esta noche. Pero los dos parecían tener algo que aún no se ha podrido del todo y la prueba era esa humana que aun caminaba entre ellos, sin que ninguno de los dos la considerará si quiera “comida”.
-Suerte dices….-la chica pensó en todas las zonas de su cuerpo que ahora mismo sangraban y la escocían de dolor….-Creo que la suerte la has tenido tú, señor pulgas borrachas… Si no llega a ser por mí y hasta por esta preciosa humana, estarías lamiendo tus huevos cortados y no las botellas de más valor de este tugurio…
La vampiresa paso la mano por su cabello, que ahora parecía una maraña de sangre, alcohol y quien sabe que más…Sintió dolor tirando de su brazo, por hacer aquel gesto y escucho a la muchacha humana hablar sobre la curación, estaba de rodillas sobre esta mierda y con algo brillando entre sus dedos sucios y la avariciosa propuesta de Mia….
“Sin duda vendría bien que me curen….”
-Creo que deberías de curar tus propias heridas, este perro borracho y yo nos curamos solos con bastante rapidez, pero tú, no…Asique vamos! Haz lo que necesitas…
La animo Alana, mientras acallaba las protestas de su interior. Con un paso firme, pasó entre los cadáveres, el suelo era resbaladizo y pegajoso a la vez, por la sangre y toda clase de fluidos. Ya no se veía el color primario de aquella sala, solo ese color carmesí oxidado, lleno de manchas oscuras. Entre cuerpos profanados encontró una empuñadura y la saco de entre toda aquella carne muerta…. Necesitaba alguna arma, ya que la suya quebró en la batalla. Asique admiro el acero y sopeso el equilibrio de aquella hoja, no era perfecta, pero la valdría. Caminó hacia la puerta mencionada tras la barra y por el camino encontró más armas, dos dagas y una espada más ligera y de pequeño tamaño.
El arma más pequeña y delicada la tiro ante Nuria…
-Creo que deberías de cogerla, quien sabe lo que te espera más adelante…
Comento ella, echando una ojeada al lycan que parecía al final darse cuenta que no podrían quedarse aquí toda la noche…sus acciones eran caóticas y de poca precisión, pero Alana lo achacó al alcohol. Y a los sonidos que empezaban a alterar la noche tras esas paredes. Antes de bajar por las escaleras, la vampiresa tiro la llave de la habitación que había alquilado, esta cayó justo sobre la barra que empezaba a ser devorada con el fuego.
Unos pasos rápido hacía el cuerpo del posadero. Y ya ese mal oliente capullo estaba bajo sus pies. La vampiresa se agacho y tiró de su monedero, sacó de él el precio de las copas y la habitación y el resto tiró a sus espaldas…
-Por si alguien más quiere recuperar su dinero…
Dijo con cierto atisbo de sarcasmo y hasta maldad. Se movió más adelante por el pasillo oscuro, que podía distinguir a penas, llegando a una bifurcación. Catacumbas.
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Se paró por un instante y aspiro…
-Deberíamos ir a la derecha hay corriente de aire fresco …al menos, yo me iré por ahí….
Comento ella, mientras empezaba a dar los primeros pasos en esta dirección, consiguió distinguir una antorcha. Y sonrió de la ironía del fuego sobre ellos. Los gritos y golpes se podían ser oídos sin ningún problema, provenientes de la escalera que no estaba aún tan lejos de ellos. Sin duda este incidente será demasiado llamativo, hasta más que lo que ella hizo en las minas
-¿Alguien puede prender esto?
Pregunto, mientras dejaba en manos de alguien la antorcha y se adentraba más a la oscuridad. Había un olor a sangre vieja por todas partes.
Con paso firme y ahora luz tras ella, pudo distinguir como un pequeño anfiteatro, bajo techo, una escena rodeada de paredes y escaleras de piedra que podrían servir de asiento sobre aquella plaza de la muerte.
-¿Qué es esto?
Pregunto en alto, no necesitaba una respuesta, pero se la escapó. Avanzo y analizó el lugar. Encontró la salida arriba de entre las escaleras más altas y estudió. Para el lobo y ella, no sería un problema trepar, aunque en el estado que estaba el lycan podría traerla problemas también…
“Pues déjale aquí tirado, así lo encuentran y lo culpan de todo…Y nadie nunca sabrá que has estado aquí…”
Y sería un reto para Nuria a no ser que esta pequeña humana, tenga más secretos escondidos. Sonrió para sus adentros y después por el hecho de llamar “pequeña” a Nuria, teniendo en cuenta que ella misma era de una altura nada impresionante. Por lo visto, Alana se divertía con todo esto.
“Sorprendente!”
Se acercó a la pared de casi 4 metros de altura y pego varios puñetazos en la pared, destrozando la piedra en algunos sitios, hasta el punto que empezó a sangrar por los nudillos.
-Nuria, pones los pies y manos en estos agujeros y salientes. Trepa hacia arriba!
Demandó la vampiresa mientras agarraba al lycan.
-Y tú, espero que la ayudes a subir. Que mi altura no es muy notable. Asique haz el favor de controlar tu borrachera. O sino me ocupo de que te quedes en esta arena y luches por tu existencia con los que están arriba o lo que está dormido ahí abajo….
Señalo con la mano la puerta de acero grueso a uno de los lados. Era un farol, pero tenía que jugar alguna baza con este hombre.
Alana
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
Se sintió señalada, pocas eran las ocasiones en las que alguien le apuntaba con el dedo, pero hizo caso omiso. No lo había hecho por caerle bien, sino porque puesta contra la pared, hasta la rata muerde al gato. Además, eran ciertas las palabras de Alana, todo se debía a ella y tal vez debía ser la vampiresa la que recibiera sus favores con la piedra si él se rehusaba tanto. El hombre había resultado más mezquino de lo que a ella le hubiera gustado pensar, prácticamente sentía que los papeles estaban todos cambiados y revueltos. Por lo general tenía problemas con los vampiros y se llevaba bien con los licántropos, pero Mia y Alana parecían ser las excepciones a la regla. Nunca se había sentido más ordinaria y, al mismo tiempo, tan feliz de ser lo que era. Aunque la situación era claramente incómoda en muchas formas. - Hmm mmm… - fue toda su respuesta a las ideas del de los ojos bonitos.
Se acercó a los dos seres sobrehumanos, lista para salir pronto de ese lugar - No puedo curarme a mí misma. La técnica no me lo permite… - respondió diligentemente, buscando la forma de insinuarle su ayuda sin ofenderla. Tomó en el aire la daga que la señora de la noche le ofrecía. Estaba sintiendo nacer cierto compañerismo con ella y muy en lo profundo se preguntaba si eso era lo correcto, pero así como era, se limitó a asentirle con la cabeza y dejar entrever una sonrisa tímida a modo de agradecimiento. Expresión que se apagó cuando el hombre decidió eliminar las pruebas del delito. Su parte menos virtuosa, siseaba y aplaudía la osadía de Mia, el otro lado se alarmó y la impelió a pegarse a la vampiresa para salir con vida de allí.
Nuria se decía que la disculpa estaba totalmente fuera de lugar, pero ahora que estaba más sobria, no se atrevía a decirle todo lo que pensaba al licántropo. Tomó la antorcha y la encendió con un par de piedras que siempre llevaba consigo. Pensó en tendérsela a la vampiresa, pero lo pensó mejor y se la quedó para sí. Recordaba vagamente que los vampiros eran sensibles a la luz, eso se correspondía con la actitud de la dama. Por otro lado, oteó al joven, ese era tan impredecible, que no le daba confianza. Avanzó tras Alana en silencio, intentando concentrarse sólo en su espalda y no en lo que la rodeaba; en lo más profundo estaba cada vez más convencida que la antorcha sólo era para su uso, puesto que era el ser más débil de la cadena. Dejó salir el aire agolpado que había contenido como una presión sobre su garganta. Por eso no le gustaba salir de su casa, las diferencias eran abrumadoras. Se detuvo en seco en el momento del descubrimiento, luego se acercó con cierta desconfianza. Aquello parecía una arena de peleas. Clandestina.
Tragó saliva y acomodó mejor la antorcha entre sus manos, que se habían vuelto sudorosas. Además, a la larga, sentía el peso por hacer fuerza con un solo brazo. El objeto se le escurrió de las manos cuando, sobresaltada, dio un pequeño salto hacia atrás. No esperaba que Alana comenzara a golpear la pared sólida. Intentó buscar con la vista a Mia, pero la luz de su propia antorcha le impidió progresar en sus planes, pues cada poco tiempo se volvía para contemplar el avance de la de los cabellos de plata. Temía que hubiese perdido el juicio por el baño de sangre, o tal vez por la cercanía del fuego, la presión de todo lo que había sucedido. Cuando se decidió a actuar, fue demasiado tarde. - Ah eh… hmm…mmm… lo siento- fue lo primero que atinó a decir, dejando caer los hombros en señal de derrota.
Miró indecisa a la vampiresa, viendo como ella tomaba las riendas de la situación; su amenaza que al principio había sonado vacía, se vio reforzada por un rugido grave y creciente. La joven tragó saliva y dejó en el suelo la antorcha. - Tal vez debas ir primero Alana, me da algo de miedo no alcanzar…- murmuró algo apenada, escondiendo el rostro. Aprovechando la situación, se agachó frente a ella y rápidamente comenzó a recitar palabras en el idioma arcano, palabras de sanación que activaron la piedra que la criada llevaba entre sus manos. Acercó el objeto a la herida más prominente de Alana y la piedra se convirtió en polvo que se depositó sobre la herida. La mirada seria de la humana se volvió grave, sabía que no siempre la antigua lengua muerta y sus poderes eran caprichosos, por lo que no siempre funcionaban como era de esperarse. Sus cejas se fruncieron y sus labios se tornaron blancos, mientras rogaba que la operación hubiera salido como esperaba.
Off: Perdonen que no aporte nada nuevo D=
Si hay algo que editar, avísenme y lo haré asap. Alana, espero que no te moleste que me hubiera tomado esta atribución.
Tiro los dados para ver el resultado de la habilidad:
Runa 1: Funciona (Buena suerte/Muy buena suerte) o no (resto)
Runa 2: Efecto secundario sobre Nuria: suerte intermedia hacia mala/muy mala tienen efectos secundarios sobre el personaje: la constitución, destreza y fuerza de Nuria serán reducidos a la mitad hasta el final del tema.
Se acercó a los dos seres sobrehumanos, lista para salir pronto de ese lugar - No puedo curarme a mí misma. La técnica no me lo permite… - respondió diligentemente, buscando la forma de insinuarle su ayuda sin ofenderla. Tomó en el aire la daga que la señora de la noche le ofrecía. Estaba sintiendo nacer cierto compañerismo con ella y muy en lo profundo se preguntaba si eso era lo correcto, pero así como era, se limitó a asentirle con la cabeza y dejar entrever una sonrisa tímida a modo de agradecimiento. Expresión que se apagó cuando el hombre decidió eliminar las pruebas del delito. Su parte menos virtuosa, siseaba y aplaudía la osadía de Mia, el otro lado se alarmó y la impelió a pegarse a la vampiresa para salir con vida de allí.
Nuria se decía que la disculpa estaba totalmente fuera de lugar, pero ahora que estaba más sobria, no se atrevía a decirle todo lo que pensaba al licántropo. Tomó la antorcha y la encendió con un par de piedras que siempre llevaba consigo. Pensó en tendérsela a la vampiresa, pero lo pensó mejor y se la quedó para sí. Recordaba vagamente que los vampiros eran sensibles a la luz, eso se correspondía con la actitud de la dama. Por otro lado, oteó al joven, ese era tan impredecible, que no le daba confianza. Avanzó tras Alana en silencio, intentando concentrarse sólo en su espalda y no en lo que la rodeaba; en lo más profundo estaba cada vez más convencida que la antorcha sólo era para su uso, puesto que era el ser más débil de la cadena. Dejó salir el aire agolpado que había contenido como una presión sobre su garganta. Por eso no le gustaba salir de su casa, las diferencias eran abrumadoras. Se detuvo en seco en el momento del descubrimiento, luego se acercó con cierta desconfianza. Aquello parecía una arena de peleas. Clandestina.
Tragó saliva y acomodó mejor la antorcha entre sus manos, que se habían vuelto sudorosas. Además, a la larga, sentía el peso por hacer fuerza con un solo brazo. El objeto se le escurrió de las manos cuando, sobresaltada, dio un pequeño salto hacia atrás. No esperaba que Alana comenzara a golpear la pared sólida. Intentó buscar con la vista a Mia, pero la luz de su propia antorcha le impidió progresar en sus planes, pues cada poco tiempo se volvía para contemplar el avance de la de los cabellos de plata. Temía que hubiese perdido el juicio por el baño de sangre, o tal vez por la cercanía del fuego, la presión de todo lo que había sucedido. Cuando se decidió a actuar, fue demasiado tarde. - Ah eh… hmm…mmm… lo siento- fue lo primero que atinó a decir, dejando caer los hombros en señal de derrota.
Miró indecisa a la vampiresa, viendo como ella tomaba las riendas de la situación; su amenaza que al principio había sonado vacía, se vio reforzada por un rugido grave y creciente. La joven tragó saliva y dejó en el suelo la antorcha. - Tal vez debas ir primero Alana, me da algo de miedo no alcanzar…- murmuró algo apenada, escondiendo el rostro. Aprovechando la situación, se agachó frente a ella y rápidamente comenzó a recitar palabras en el idioma arcano, palabras de sanación que activaron la piedra que la criada llevaba entre sus manos. Acercó el objeto a la herida más prominente de Alana y la piedra se convirtió en polvo que se depositó sobre la herida. La mirada seria de la humana se volvió grave, sabía que no siempre la antigua lengua muerta y sus poderes eran caprichosos, por lo que no siempre funcionaban como era de esperarse. Sus cejas se fruncieron y sus labios se tornaron blancos, mientras rogaba que la operación hubiera salido como esperaba.
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Si hay algo que editar, avísenme y lo haré asap. Alana, espero que no te moleste que me hubiera tomado esta atribución.
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Runa 1: Funciona (Buena suerte/Muy buena suerte) o no (resto)
Runa 2: Efecto secundario sobre Nuria: suerte intermedia hacia mala/muy mala tienen efectos secundarios sobre el personaje: la constitución, destreza y fuerza de Nuria serán reducidos a la mitad hasta el final del tema.
Nuria
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Re: Un día un tanto insatisfactorio. [Libre 3/3] (+18)
El miembro 'Nuria' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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