Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]

**Al'theas Tinarandel** Mar Ago 28 2018, 22:17

Al'theas escuchaba con atención las suposiciones de Wilfo, sobre la posibilidad de que nos hubieran traicionado de algún modo. Parecía que a pesar de sus quejas, los cuidados del elfo habían tenido efecto positivo tanto como para comenzar una charla con la cual coincidía en que había algo raro en todo aquello.

-Ahora que lo decís... es bastante extraño... que ni la Dama de hierro... ni el líder de grupo hayan aparecido... suponiendo que hayan sobrevivido... sobre todo aquel vampiro... que se marcho justo antes del ataque...- Añadió el elfo, junto antes de que Wilfo recordara que Níniel se encontrara cerca de Al'theas justo antes de la avalancha.

¿Era aquello sincera preocupación lo que delataban sus palabras y su gestos? ¿de que se conocían?. Esa ultima pregunta estaba a punto de brotar de sus labios justo cuando a Wilfo le dio un arrebato en el que le hizo salir de la tienda para luego poco a poco comenzar a tambalearse.

-¡Esperad! ¡todavía no estáis recuperado del todo!- Llego a gritarle saliendo de la tienda justo después de él, para encontrar con sorpresa que un errático Wilfo estaba zarandeando a uno de los niños perdidos en un intento desesperado por encontrar respuestas.

-¡Chimar!... me alegra ver de que vosotros estáis bien...- Dijo con alivio -Wilfo... soltad al pequeño... lo estas intimidando... y así no conseguiréis que diga nada...- Dijo el elfo observando como ahora Wilfo comenzaba a llamar a voces a la elfa haciendo una escena en la que Chimar instiga a Canel a ayudar a Wilfo en su problema con su falta de visión... subiéndose sobre sus hombros...

En ese instante el pequeño Chimar decide liderar al pintoresco grupo, como si de alguna extraña fuerza les uniera con intención de encontrar a las dos chicas desaparecidas, misión a la que Al'theas no tenia ninguna intención de perderse.

-¡Eh elfo! ¿que esta ocurriendo aquí?- pregunto aquel mercenario que anteriormente le había ayudado.

-Creo... que tenemos una pista... o algo así... sobre la localización de la sacerdotisa y su acompañante... deseadnos suerte- Dijo con prisas sin esperar ninguna palabra de aprobación, pero tampoco recibió protestas mientras se alejaba junto al grupo a través de la blanca nieve.

Tras un tiempo caminando, no tardaron demasiado tiempo en dar con lo que parecía ser un pequeño bunker casi oculto en la nieve, parecía increíble que hubieran tenido la suerte de encontrarlo en tan poco tiempo. Aquella extraña estructura tenia algo raro... Al'theas se distrajo por un momento observando, tiempo suficiente como para que el temerario Chimar fuera el primero en adentrarse en aquel lugar seguido de los otros dos sin reparar en la posibilidad de si aquel lugar era seguro o si pudiera tratarse de la guarida de algún monstruo, por lo que el caballero esmeralda les siguió para alcanzarles esperando no encontrar ninguna sorpresa desagradable.

A medida que se adentraba, empezó a oír las voces de los demás, entre ellas dos que reconocía perfectamente, topándose con la agradable sorpresa de que Níniel y Catherine estaban allí sanas y a salvo.

-Níniel... Catherine... me alegro de ver que estáis bien...- Dijo con una sonrisa de alivio, pero justo antes de que pudiera decir nada mas, algo sacudo el suelo en el que se encontraban ¿el suelo estaba a punto de venirse a bajo? no exactamente... el propio suelo comenzó a descender junto con el grupo que allí se había reunido, siendo iluminados por unas extrañas luces adheridas a la pared que marcaban los metros que llevaban de descenso, hasta que llegaron al que parecía el ultimo piso.

-¿Que lugar es este?... ¿no sera...?- Aquella ultima pregunta no termino de formularla mientras miraba a Níniel con confusión, para luego observar aquella y extraño complejo de puertas y señales que parecían tener origen de aquel mundo llamado Tierra.

-Mas de ese gas rojo... y no parece haber otro camino...- Dijo el elfo mientras decidía abrir esa puerta con el escudo alzado -Iré delante...- Aviso mientras se subía el cuello de la capa para tratar de respirar lo menos posible aquel gas, adentrándose a solas y dejando que aquella puerta se cerrara tras de si asegurándose de que no saliera demasiado gas hacia la zona en la que se encontraba el grupo.

Al'theas camino a paso ligero por el oscurecido pasillo, aparentemente no había enemigos cerca, casi al final de este parecía haber algún tipo de válvula que quizás sirviera para algo útil, se arriesgaba a que fuera algo peligroso, pero decide hacerla girar y tras un extraño traqueteo, algo se ilumino justo su lado, alumbrando un símbolo en forma circular y de color verde, lo que en la Tierra seria conocido como... un botón.

El elfo duda, pero al final decide presionarlo con los dedos, llevándose la sorpresa de que este cede y se escucha un zumbido, iluminando el pasillo a la vez que unas estructuras con hélices en el techo comienzan a aspirar y a tragarse aquel gas, ventilando así el pasillo, parecía que tentar a la suerte tocando lo que no debía... había resultado útil, hasta que por sorpresa aparecieron tres de aquellas criaturas que ya habían enfrentado antes de la avalancha de nieve, acorralando al elfo contra la pared, pareciera que de algún modo habían logrado llegar hasta aquí para anidar, y el ruido de las instalaciones que Al'theas había hecho funcionar les había despertado, atacando al caballero.

**Bio** Dom Sep 02 2018, 06:48

Las palabras de aquel elfo no habían hecho más que encender las sospechas de que algo de todo aquello olía terriblemente mal, aunque de momento encontrar a Niniel se había convertido en la prioridad, salir de allí con mi poca visión era definitivamente una terrible idea, pero poco me importaba el sentido común en ese momento, solté al pequeño tras escuchar al elfo y continué avanzando hasta que una especie de lagartija se trepó sobre mí como una cosa rara, me tocó patalear un poco para no caer al piso y afortunadamente el pequeñín que en un parpadeo se había convertido en jinete ya me estaba indicando que me ayudaría con sus ojos, sonreí de medio lado ante la sorpresa -Una suerte que seas liviano o nos habríamos hundido en la nieve- Dije justo antes que mis pies se hundieran en la nieve al menos hasta las rodillas, lo que me retrasó un poco y permitió que el otro pequeñín se adelantara hasta un pequeño refugio.

Mi vista, tal como había indicado el elfo, va regresando poco a poco y ya en vez de luces y sombras veo siluetas borrosas -Tu compañero encontró algo- Le dije al pequeñín sobre mí y avancé hacia donde nos había indicado, definitivamente ha encontrado algo; avancé hasta llegar a la puerta y aunque al principio no podía ver mucho, la voz de Niniel me alegró -Cuidado con la cabeza- Dije y entré apresurado, agachándome un poco para que el pequeño no dejara la frente estampada en la puerta, tristemente me encontré con un sermón de madre al que de hecho, no podía responder pues tenía razón, entre nosotros ella era la cautelosa de grupo -Pues, es una larga historia, ya sabes que mi rostro no es bienvenido en el norte desde lo que pasó con la Logia ¿están bien?- mencioné entre dientes más preocupado por ellas que por explicar -Ya te explicaré luego cuando no es-te-mos… ¿Nos movemos?- Ciertamente el techo se alejaba lentamente, las paredes parecían crecer como una planta y sí, estábamos bajando a lo más profundo -No, no de nuevo- Murmuré -Espero que no haya gusanos gigantes esta vez, y si los hay, que se coman primero a la gata- Me sostuve como pude y bajé de mi espalda al pequeñín para ponerlo a salvo en el piso.

Contrario a lo que podría pensarse, el caer en la oscuridad hizo que mis ojos comenzaran a adaptarse hasta que mi vista finalmente volvió a ser la que era, aunque lo que veía no era muy esperanzador, estábamos en una especie de laberinto metálico y misterioso, de inmediato avancé a abrir la puerta marcada como B1-A, pues era la que tenía más cerca -Está cerrada- Dije tras un triste intento por empujarla, aunque el elfo había encontrado una abierta, sin posibilidades de volver por donde entramos, parecía el mejor camino. El hijo de Sandorai avanzó en primer lugar, haciéndonos retroceder al ver salir aquel gas durante un instante, por suerte se desvaneció en el aire rápidamente dejándonos fuera de peligro.

Algo arriesgado, pero efectivo- Dije al ver que el elfo había conseguido encender las luces del lugar, unas que en un tono ligeramente azulado iban cambiando lentamente hasta convertirse en una clara luz blanca. Unos aspersores en el techo ayudaron a sacar el gas y finalmente pudimos entrar -Esperen, veré si es seguro- Avancé en primer lugar con cuidado -No estamos solos- Dije en voz alta mientras aquellas tres criaturas aparecían para atacar; me acerqué a una de las paredes para tomar una larga barra de metal que usé como lanza para golpear a las criaturas y apartarlas a golpes, aunque aquello solo era una solución temporal -Hora de ponerse rudos- Dije preparando la lanza para golpear con la punta a modo de estocada pero las criaturas tenían sus propios planes, hicieron un sonido extraño y amenazaron con sus tenazas mientras sus bocas comenzaban a mostrar rastros de aquel gas -No, hablaba de ponerme rudo yo, no ustedes- Protesté clavando la lanza en la boca de uno y luego empujándola más hasta que la criatura comenzó a patalear inútilmente sin lograr liberarse.

Esto por supuesto no hizo sino enojar a las otras que estaban cada vez más listas para bombardearnos de gas -No estaría mal un poco de ayuda- Dije al resto al ver que no tendía tiempo de hacer lo mismo a las otras antes que nos gasearan con gas gaseoso, ni siquiera sabía si existía la palabra gasear así que eso hacía esa muerte más horrible aún, la criatura empalada pataleaba y lanzaba débiles zarpazos con sus tenazas y poco a poco agonizaba hasta morir.

Invitado Lun Sep 03 2018, 19:44

La técnica de aviso empleada por Chimar resulta medianamente efectiva, se hace evidente más adelante que ambas chicas descubrieron su pequeña intromisión accidental pero mantienen buena discreción acerca del asunto.

Cuando cierran la puerta el niño genio no puede evitar suspirar aliviado, su color rojizo continua un tiempo antes de ser eliminado por completo gracias al factor ambiental… esta vez no se queja del frio.

¿Bio?

Dice mientras asocia el nombre, al parecer Canel tenía razón en un principio. Si el arquero no es quien afirma ser resultara un buen punto de debate… para cuando estén en una caliente taberna tomando chocolate pero no ahora.

Abren la puerta nuevamente y ahora que ambas mujeres están presentables Maquiavelo no tarda en instalarse, una vez adentro pasa a frotarse el cuerpo en un intento por elevar la temperatura corporal.

Mi próxima aventura será en el arenal “se frota las manos con premura”.

Eventualmente llega Bio con Canel a sus espaldas, este último parece bastante animado de montar al personaje. Su hermano mayor solo niega con la cabeza, más le vale no acostumbrarse pues no planea llevarlo encima por un páramo helado.

Al final aparece nada más y nada menos que el otro elfo de la expedición por lo que el niño inventor no puede evitar tener una sensación de déjà vu, están los mismos que se encontraron por primera vez antes de partir.

Seis personas entran, solo una sale.

¡Que rayos!

De repente el suelo comienza a moverse y desciende al grupo hasta unas profundidades inexploradas, vale destacar que el pequeño genio reconoce tecnología antigua cuando la ve gracias a su tiempo en un entorno similar.

Canel vuelve a su lado una vez está en el suelo, bastante sonriente en esta oportunidad. Alguien debe aprender cuando ser un buen mocoso y cuando asustarse… no es difícil, solo tiene que mirar a los demás.

Al final terminan en una especie de instalación subterránea similar a la esfera pero con otra línea evolutiva, es claramente material terrestre y cualquiera con un poco de educación puede reconocerlo gracias a las señales.

Esto es… ¡fantástico!

Está intacta y por ende debe tener muchos secretos adentro, para el niño intelectual es como navidad. Por un momento ignora la terrible realidad de que están atrapados en aguas desconocidas.

No puede evitar hacerse ideas sobre una tercera fortaleza pero lo descarta enseguida, no hay suficientes huérfanos en el mundo para crear una facción capaz de controlar tantas bases extrañas y mantenerlas.

Quizás un refugio secreto para el líder “pone cara pensativa” si si, eso estaría excelente.

Está hablando solo de nuevo…

Al final una situación más pertinente reclama la atención del mocoso ilusionado, la única puerta abierta parece conducir a cierta trampa de gas mortal. Por suerte el elemento elfo masculino avanza y logra solventar dicho problema.

Ventilación, nunca construyas algo genial sin ella jeje.

El orejón no solo logra activar los sistemas de aire por un golpe de suerte, también devuelve la luz al recinto. Hubiera sido una victoria de no ser por los sabuesos infernales que se manifiestan con un hambre voraz.

Rodean al elfo pero Bio se las arregla para volverse un objetivo más apetitoso y salvarle, buena jugada que lo convierte en la nueva presa. Al final debe recurrir a la improvisación para no terminar como aperitivo rápido.

Un palo… ¿en serio?

Visto que los frijoles son inútiles Chimar toma la misión de salvar el día, recalibra su ballesta para que dispare más lento pero tenga mayor penetración y descarga un virote certero. Es suficiente con decir que el bicho número tres tiene una nueva boca… junto con otro trasero.

**Níniel Thenidiel** Jue Sep 06 2018, 18:06

-Realmente los dioses nos acompañan. Me alegra mucho ver que tantos lograran sobrevivir. Como ya le dije hace un momento a Chimar, durante un buen rato temimos ser las únicas.- Repitió la peliblanca pero esta vez para todos y ya al tanto del campamento que los supervivientes habían montado no muy lejos de allí y aprovechando lo que buenamente habían podido recuperar de la caravana.

-En realidad yo no estaba preocupada. Pero sí, nuestras posibilidades acaban de aumentar nuevamente. Ahora podremos optar por el canibalismo si hace falta.- Bromeó la felina mostrando sus colmillos a los niños y dedicándole luego una mirada condescendiente al vampiro pelinegro. -Eso no va por ti, espero que cenaras antes de salir.- Comentó, y sus palabras encerraban una verdad peligrosa. No dejaba de ser un vampiro, no sabrían cuánto tiempo pasarían allí, y las presas disponibles no abundaban en aquel páramo helado.

-Sí, juntos podremos volver. No será fácil pero lo lograremos. Además el alud también se ocupó de esas cosas. Si logramos rescatar algunas provisiones seguro que...- En aquel momento la plataforma se puso en marcha y comenzaron a descender, viendo como su salida de allí se alejaba más y más, llevando al pequeño grupo a lo desconocido de una manera similar a la que Bio y ella ya habían vivido en el pasado, como bien recordó el pelinegro.

-¿A mí? Te aseguro que no soy la más lenta aquí. Y desde luego soy más rápida que un vampiro con los tendones cercenados.- Respondió a la puya la felina, sacándole la garra central de su garra derecha a modo de amenaza y peineta.

-Creo que hemos encontrado uno de los accesos a la famosa "ciudad roja" Esto es tecnología de la tierra.- Respondió la peliblanca alerta ante la duda de Al´theas, verbalizando de paso lo que todos sospechaban ya a esas alturas. La propia Níniel había relacionado la estructura superior con la clase de construcciones de esa raza en cuanto la había visto, pero no había esperado que se pusiera en marcha sola o caer abajo como la última vez. -No bajéis la guardia...este tipo de construcciones contienen muchos peligros...Desde seres que los convierten en sus guaridas hasta...magia de metal.- Advirtió.

-Oh sí, maravilloso...Estamos atrapados aquí abajo, rodeados de...chatarra y lucecitas.- Opinó Catherine sobre aquel lugar sin compartir el entusiasmo de Chimar por el hallazgo. -Y encima puede ser peligroso y hace tanto frío como arriba.- Añadió exhalando su aliento y haciendo que una pequeña nube se elevara desde su boca y desapareciera.

-Por aquí no parece que vayamos a poder avanzar.- Sentenció la peliblanca tras acercarse a la gran puerta que tenían delante y echar un vistazo a los paneles. No era ninguna experta en aquella magia pero, tras varios encuentros con ella algo sabía al respecto sobre su funcionamiento. -Estas cosas sirven para abrirla pero, no funcionan.- Añadió tras tocar algunos de ellos y no lograr nada. -¿Puedes hacer algo Chimar?- Preguntó al inventor. Él vivía en una esfera extraña que usaba esa "tecnología". Aunque pareció llegar a la misma conclusión que la elfa, dejándoles solo un camino posible.

-Este sitio me da mal rollo. Además, ¿por qué llamarlo la ciudad roja? Está claro que es gris...- Se quejó la felina al llegar hasta aquel distribuidor circular que nuevamente parecía dejarles sin opciones. -Vale, no he dicho nada...Este sitio está lleno de ese gas...Ciudad roja, que ingenioso...¿Y ahora qué?-

-Es el único camino. Tenemos que encontrar el modo de pasar. Tal vez podamos forzar alguna de las otras puertas.- Convino la peliblanca tratando de leer las señales de cada una de ellas. -Bio, Chimar, ¿pueden traducir ese idioma?- Preguntó. Al vampiro siempre se le dieron bien las lenguas, ella era capaz de distinguir algunas palabras pero no traducirlo.

No obstante y, cogiendo el toro por los cuernos como solían decir los humanos, Al'theas optó por un curso de acción más directo, y peligroso. Adentrándose en aquella nube tóxica, seguramente confiando en que su magia de luz podría protegerlo. ¿Pero qué pasaba si la nube estaba muy extendida o si directamente ocupaba todo aquel espacio.

-Je, alguien está tratando de impresionar a alguien...En fin, le echaremos de menos.- Dijo la pelirroja al ver como la figura del caballero esmeralda desaparecía en la niebla y no regresaba con el pasar de los segundos. Por suerte para el elfo, su valentía, o estupidez, tuvo premio, arreglándoselas no solo para sobrevivir, sino también para activar algo que puso en marcha algún tipo de mecanismo que absorbía el gas letal, permitiéndoles el paso. Además más luces se encendieron y las rojas al lado de cada una de las otras puertas se tornaron de color verde, lo que indicaba que ahora ya sí se abrirían al accionarlas.

De algún modo se las había apañado para "despertar" aquel lugar de su letargo centenario. Pero por desgracia no fue lo único que despertó. ¿Aquellas cosas vivían allí como los gusanos de arena en las instalaciones humanas de Roilkat? ¿Qué relación tenían con el gas rojo de aquel lugar? ¿Lo producían ellos o era al revés?

-Solo son tres, no seáis nenazas.- Arengo Catherine tras ver cómo Bio y Chimar se lanzaban a ayudar al caballero en problemas. Sin duda que esas criaturas tenían un terrible despertar, aunque no igualaban la mala leche de la felina, que se lanzó a la carrera a través del pasillo y, usando una de las paredes como punto de apoyo, asestó una potente patada giratoria sobre el ser que atosigaba a Al´theas, quitándoselo de encima y dejándole fácil el acabar con él. -Putos bichos por todas partes...Como haya más estamos jodidos...-

-Hay una relación entre ellos y este lugar...Así que más nos vale estar preparados y no hacer ninguna tontería...-Dijo eso último mirando al elfo. -Escupen gas y son inmunes a él, pero no creo que todo ese gas del pasillo fuese cosa suya, era demasiado.- Explicó echando un vistazo a los puntos de acceso de aquellos seres para ingresar hasta allí. Parecían haber usado parte de los conductos auxiliares del túnel. -Y creo que la dama de acero lo sabía...- Dijo recordando su reacción al verlo atacar el convoy. -Será mejor que sigamos moviéndonos, veamos si podemos encontrar una salida.- Terminó de decir antes de dirigir sus pasos de vuelta al distribuidor circular.

Cinco puertas restantes, cinco posibles rutas hasta la salvación o la muerte, seis aventureros, una decisión.

**Al'theas Tinarandel** Lun Sep 10 2018, 15:23

Al'theas se sentía extrañamente cansado, los efectos del gas aun persistían en él tras haberse expuesto de forma temeraria, se sentía cansado para cuando aquellos bichos le hubiesen rodeado, pero demostró que no era inofensivo cuando una de esas criaturas se abalanzo sobre él y fue rechazado violentamente de un escudazo.

-Aun no estoy muerto malditos carroñeros...- Respondió desafiante el elfo de respiración agitada. Justo en ese momento, el individuo conocido anteriormente como Wilfo, y que resulto ser un vampiro llamado Bio conocido de la sacerdotisa Níniel... Acudió en ayuda de Al'theas empalando a una de esas criaturas con una lanza, demostrando al final que era alguien de fiar, despejando en Al'theas los temores de una posible traición. A este se les unía poco después el joven Chimar demostrando que sabia usar esa ballesta abatiendo a otro enemigo, del mismo modo que la compañera de la sacerdotisa, Catherine, volvía a demostrar su destreza dándole una paliza a la ultima de esas bestias que acabo lo suficientemente vulnerable como para que el caballero pudiera alzar su espada y rematarla de un golpe fatal sobre su cabeza.

-Buen trabajo... y gracias...- Respondio Al'theas mientras recuperaba el aliento a medida que los efectos del gas desaparecían. En cuanto se sintió recuperado se levanto sacando la espada del cadáver.

Al elfo le llamo la atención las conclusiones a las que la sacerdotisa estaba llegando sobre aquel lugar -Estoy de acuerdo... algo me dice que nuestros... "patrones" ya sabían de la plaga que afecta a este lugar... y nos han contratado para que hagamos el trabajo sucio... independientemente de que salgamos ilesos o no...- Añadió el caballero.

El arriesgado acto del caballero parecía que había tenido sus frutos, al menos por ahora, el resto del complejo parecía funcionar y ahora tenían ante ellos el resto de puertas accesibles y era hora de tomar una decisión.

Aquel lugar abandonado había demostrado que era peligroso, las únicas opciones que Al'theas contemplaba eran la de explorar cada área juntos o en parejas de dos, pero aquella decisión prefería dejársela a Níniel que por alguna razón la veía mas como una líder en momentos así.

-Podemos hacerlo de dos formas... ir juntos a cada sala... o... separarnos en parejas de dos. Níniel y Catherine van perfectamente juntas, pero creo que seria buena idea que Chimar viniera conmigo y Canel con Bio. Sin animo de ofender... no me gusta nada la idea de que dos niños anden solos sin uno de nosotros en este lugar, ademas... parece que ambos gozáis de buenos conocimientos sobre la tecnología de la Tierra, creo que esos conocimientos serian de gran ayuda en mas de una sala distinta... no quiero abusar de mi suerte..- Hizo una pausa tras hacer recordar que su ultimo acto fue por un golpe de suerte y no contaba con que aquello sucediera de forma seguida.

Acto seguido, dirigió su mirada a Níniel -Pero... la ultima palabra la tenéis vos, sacerdotisa- El elfo se quedo expectante esperando que la joven elfa tomara la iniciativa o que cualquiera de los presentes expusieran cualquier otra sugerencia si la tuvieran.

Aquel lugar había demostrado que era peligroso sin lugar a dudas y había que andarse con pies de plomo a partir de ahora si no querían que ese lugar se convirtiera en su tumba.

**Bio** Mar Sep 11 2018, 23:56

Definitivamente la gata hace gala de una imparable suspicacia, siempre sabe qué responder ante cualquier intento de broma, la pregunta de Niniel acerca de poder traducir aquel lenguaje me hizo un poco de ruido, Seek me había enseñado algunas cosas que podrían ser útiles, pero la brusca entrada del elfo temerario a la nube de gas me hizo reaccionar de inmediato para darle apoyo. El niño humano y la gata se sumaron luego para neutralizar la amenaza, con el largo tubo que ahora me servía de bastón, terminé de revolver las entrañas de la criatura y la aparté de una patada con asco, el elfo había conseguido darle energía a ese lugar así que al menos todo el esfuerzo había servido de algo.

Las palabras de Niniel solo sospechaban las sospechas de que algo había estado mal en esa expedición, pero si pensaban lanzarnos a morir, seguramente nuestros empleadores debían tener una agenda oculta, un plan para salirse con la suya sacrificándonos -Tal vez hay alguna cosa gigante atrapada aquí y los empleadores nos trajeron como comida- Dije con una risa nerviosa ante tan descabellada idea -O tal vez éramos un señuelo para atraer la atención de esas criaturas mientras Santangelo llegaba a algún lado- Aquello segundo parecía tener un poco más de sentido pero por ahora no dejaban de ser meras suposiciones.

La sugerencia del elfo de dividirnos en parejas, miré al enano y sonreí -Ni pienses que te llevaré cargado a todos lados eh- Me acerqué de regreso a la sala principal y luego a una de las puertas con la etiqueta B1-E -Ar-se-nal- Logré deletrear después de pasar la mano sobre las letras para apartar el polvo y arena pegados a las letras -Llámenme loco, pero esto podría ser lo más peligroso del lugar- Apoyé el oído contra la puerta intentando escuchar algo dentro -Es mejor enfrentar las mayores amenazas ahora que estamos frescos y no al final cuando estemos agotados, y si no es peligroso, seguramente encontraremos algo que nos ayude a enfrentar lo que venga después… las armas de la tierra suelen ser… interesantes- Y aunque no terminaba de entender del todo esas armas y prefería mis confiables dagas, era claro que habían amenazas a la que mis dos navajitas no podían hacer frente.

Ahora el problema será cómo abrir estas puertas- Había una especie panel de cristal con la silueta de una mano dibujada en ella -Tal vez si intentamos...- Intenté colocar mi mano en la marca pero solo recibí una fuerte descarga eléctrica que me hizo apartarme y dar dos pasos atrás al tiempo que pegaba un nada masculino grito que de inmediato quedó atrás ante el mensaje que apareció en el panel -Su-je-to-no-au-to-ri-za-do- Deletreé las letras rojas que aparecieron por un instante mientras sacudía mi mano izquierda en un triste intento de aliviar el dolor -Parece que estas cosas y yo estamos destinados a no llevarnos bien.

Invitado Jue Sep 13 2018, 03:02

Tres bestias solitarias no resultan problema para el variopinto grupo… mientras no sean una estampida imparable son fáciles de eliminar. Buen detalle teniendo en cuenta que ahora mismo la instalación parece ser su nido.

Con los nuevos instantes de calma llega el momento idóneo para planificar, todos buscan en Nin una figura de mando y Chimar no es la excepción. Al final es un buen operativo solitario o planificador de mesa pero como líder de primera línea tiene muchas flaquezas.

Catherine odia estar atrapada entre tanta ciencia, sin duda no es fácil agarrarle cariño cuando intenta matarte. El resto ve la experiencia más una cuestión de supervivencia aunque sin llegar a sentir tanto desprecio.

Maquiavelo suspira, por algo los genios son incomprendidos. Al menos Canel se muestra animado con todo su entorno, es claro que solo se interesa por la lucecitas brillantes pero algo de optimismo frente al arte es mejor que nada.

Separarnos… a veces funciona y otras no tanto.

No conocen mucho el entorno ni las amenazas como para andar mermando sus fuerzas aunque el niño genio ve lógica en dicha idea, después de todo entre más rápido vuelvan al mundo corriente menos peligros afrontaran.

Bio es el primero en probar suerte con una de las puertas, es sorprendente que sepa leer terrestre. Su dicción deja mucho que desear pero se le entiende, más de lo que puede decir el 90% de Aerandir.

Eventualmente regresa a su nivel educativo real cuando el sistema le rechaza, violentamente vale destacar. No se puede pedir que un primate entienda la mecánica compleja que mantiene funcionando todo alrededor.

¡Canel espera!

El chico brujo aprovechando que su hermano mayor estaba inmerso en sus pensamientos avanzo hasta el mecanismo de acceso y coloco su palma, Maquiavelo abre los ojos de par en par al enterarse esperando una descarga que curiosamente no llega.

¿Qué? “mira a Chimar de forma interrogante”.

Especialista Argón, acceso concedido.

Esto último lo dice una voz misteriosa y bastante criptica en el área circundante a medida que la puerta de ingreso se abre. Chimar observa todo con su mejor cara confusa varios segundos antes de poder aceptar lo ocurrido.

Estas entidades ven en nosotros otras personas… como cuando confundes un bollo dulce de uno salado “sonríe inocentemente”.

**Níniel Thenidiel** Jue Sep 13 2018, 17:02

Tanto Níniel como Catherine miraron a Bio tras su fatalista comentario, con el que demostraba tener fijación porque en todas partes tuviera que haber algo enorme que quisiera comérselos. Algo que por desgracia con él cerca solía acabar siendo cierto. Basiliscos, dragones, arañas gigantes, fauces trilladoras...Al menos podría intentar disimular que disfrutaba con esas cosas.

-Los nobles solo aflojan la bolsa a gente como nosotros para que hagamos el trabajo sucio...pero esto es pasarse. Al menos me queda el consuelo de saber que esa zorra de la dama de acero ha acabado sepultada bajo la nieve...El viejo no se llevará nada. Quizá hasta podamos quedarnos con el tesoro ahora que su perrita faldera no está.- Comentó la pelirroja claramente comenzando a hacer cuentas. Si daban con todas aquellas legendarias riquezas y ya no tenían que rendir cuentas a nadie y repartirlas solo entre ellos seis... Tal vez en vez de una piscina de aeros podría nadar en un mar de ellos. Una sonrisa se dibujó en su boca y sus ojos brillaban soñadores. Incluso parecía haberse olvidado de lo delicado de la situación.

-Sin saber a qué más nos enfrentamos aquí separarse es arriesgado, pero es cierto que si nos dividimos así formaremos parejas capaces. Puede merecer la pena hacerlo.- Confirmó la peliblanca ante la propuesta de Al´theas, confirmando que todos parecían como poco no estar en contra de separarse. -Cinco puertas, tres grupos. Decidamos a dónde vamos cada pareja.- Añadió decidida ya a tomar ese curso de acción y esperando que alguno de los más versados en el idioma de la tierra les dijeran qué indicaba cada uno de los posibles caminos.

-¿Arsenal? Sí, puede ser peligroso pero útil como dices. Podría ser una prioridad.- Convino la peliblanca ante los pensamientos de Bio. Aunque pronto quedó claro que aquella puerta parecía contar con medidas de seguridad adicionales y quizá no fuese una opción después de todo. Deberían haber supuesto que a pesar de ser tan diferentes, igual que la gente de Aerandir, los terrestres no dejaban sus armas al alcance de todo el mundo. -¿Estás bien? Si no podemos ir por ahí iremos por otra, quizá podamos encontrar algo para abrirla tras alguna. ¿Qué tal si Cath y yo lo intentamos por esta "Sala común".- Sugirió la sacerdotisa, pulsando el botón de la puerta y haciendo que esta se deslizara hacia arriba. Tras ella había un pasillo y un tramo de escaleras ascendentes iluminadas por las mismas luces que había por todo el complejo.

En ese momento, aprovechando la distracción y haciendo gala de su sempiterna personalidad única, Canel decide que probar por su cuenta el panel que bloqueaba el arsenal y que casi electrocuta a Bio era buena idea. Chimar y los demás se percatan tarde de ello como para evitarlo pero, para sorpresa de todos, aquella magia de metal que había renegado del pelinegro pareció aceptar al joven ilusionista, causando que la puerta se abriera y que una voz femenina dijera algo que la elfa no entendió.

-¿Dices que la magia de este sitio...esa "tecnología" cree que eres uno de los humanos de la tierra?- La peliblanca mira asombrada al pequeño y piensa en la sposibilidades que eso pueda tener. De ser cierto podría ser como tener las llaves del lugar. Puede que no les sirviera para abrir todas las puertas, como la grande que habían dejado atrás, pero podría facilitarles las cosas, y mucho. -Bien, bien, buen trabajo Canel.- Le felicitó por ello.

-Vale. Sigamos el plan. Canel y Bio revisad el arsenal. Pero anteponed vuestra seguridad, si creéis que es demasiado peligroso volved. Nosotras subiremos estas escaleras y, vosotros...revisad ese "control ambiental" a ver qué encontráis. Os digo lo mismo. Nada de riesgos innecesarios.- Instó hablando muy en serio. Ya que parecían ver en ella una especie de líder, más les valía obedecer.

-Una pena que ninguna diga "cámara del tesoro".- Se lamentó Catherine antes de separarse y seguir a su hermana escaleras arriba. La puerta metálica se cerró tras ellas, pero la luz verde indicaba que seguía activa, simplemente era un mecanismo automatizado que impedí.a que se mantuvieran abiertas indefinidamente.

Bio y Canel encontrarían tras la puerta al arsenal unas escaleras descendentes. Tras bajar por ellas y tras recorrer un pasillo no muy largo se toparían con una segunda puerta, nada que el Ilusionista no pudiera abrir. Una vez abierta el dúo se encontraría con un lugar muy amplio y sobrio, funcional. Paredes de hormigón e hileras e hileras de estantes metálicos que no mostraban ni la menor señal de óxido a pesar del tiempo que debía de haber pasado sin que nadie caminase por entre ellos. Por desgracia la mayoría estaban vacios o quedaban apenas algunos recambios para armas y municiones, nada que pudiesen usar, claro que quizá no lo sabrían. Parecía que los humanos de la tierra no habían huído tan apresuradamente como Santangelo.

Al final de aquel lugar verían una luz especialmente intensa y, en una especie de contenedores cilíndricos de vidrio, conectados a varios paneles con muchos datos y lucecitas parpadeantes verían una especie de armadura pesada. Eso en el tubo del centro, en el de la derecha una especie de tubo metálico complejamente inscrito con runas y del tamaño de un brazo extendido que parecía tener un mecanismo similar al gatillo de una ballesta, y en el de la izquierda un aparato con cierto parecido al anterior, incluso con un gatillo, pero que parecía más complejo y extraño.

Al acercarse hasta allí, de algún lugar cercano aparecerían dos silenciosos orbes metálicos flotantes que se acercarían a ellos y comenzarían a emitir pitidos incomprensibles, aunque parecían transmitir alguna clase de sentimiento. Concretamente parecían mostrar confusión y...urgencia.

Los drones de seguridad:

Sonidos de los drones.:

Por su parte, Al´theas y Chimar verían un largo pasillo al cruzar sin problemas su respectiva puerta. Un pasillo que poco a poco giraba hacia la izquierda. Tras recorrerlo y cruzar una segunda puerta darían con un extraño e inesperado lugar que sin duda maravillaría al genio inventor. Se trataba de un lugar enorme, del tamaño de un campo de fútbol con un techo a tal altura que apenas se llegaba a ver. Dentro de semejante amplísimo espacio, los humanos de la tierra habían construido todo un pequeño pueblecito típico de la zona de Verisar de Aerandir, y no le faltaba detalle.

Había una pequeña taberna, con su letrero y todo, una panadería, varias casas, un pozo en el centro. Parecía un lugar donde realmente podrían vivir varias familias. ¿Era acaso alguna especie de campo de prisioneros? El letrero no indicaba eso.

Sobre el pueblo una especie de lámpara de araña gigante y compleja, echa de tubos de todos los tamaños y colores y con toda una serie de mecanismos y lucecitas descansaba ominosa, colgada y conectada del alto techo de hormigón por varios cables y tubos, algunos de los cuales conducían a una especie de cabina al otro lado de aquel espacio enorme y situada sobre una plataforma elevada a varios metros de altura y a la que podía accederse por unas escaleras. Dicho habitáculo en su interior contaba con toda clase de paneles y dado que daba al pueblo con un gran ventanal que ofrecía una vista panorámica del mismo, parecía un lugar de vigilancia.

Avanzar por el pueblo para llegar hasta allí era necesario, y sería cuando ambos se percatarían de que no solo nadie vivía allí, sino que las casas que visitaran u obervaran estabas llenas de familias de muñecos humanos. ¿Qué clase de macabra broma era aquella?

-Reanudando experimento climático LV-426. Se ruega al personal que utilice los dispositivos de seguridad pertinentes para prueba de peligrosidad de rango Omega.- Diría aquella voz metálica femenina de antes justo cuando humano y elfo se hallaran investigando aquel falso pueblo. Una gran tormenta de vientos huracanados, lluvia y rayos estallaría casi de inmediato, poniendo sus vidas en grave peligro. Y lo peor era que la puerta por la que había llegado se hallaba bloqueada durante la prueba.

**Al'theas Tinarandel** Vie Sep 14 2018, 16:50

Al'theas asintió ante Níniel después de que ella demostrara su aprobación ante su sugerencia. Justo en ese momento Bio había intentado abrir una de las puertas, recibiendo una descarga eléctrica en su mano como respuesta por parte del sistema de seguridad, para poco después ser Canel quien logra abrir al puerta cuando este es reconocido como apto por el sistema para sorpresa de todos.

-Asombroso...- Medito el elfo mientras se acariciaba el mentón con su mano.

Por alguna extraña razón el sistema de seguridad había respondido positivamente a Canel. Al'theas se preguntaba asi mismo si esto podia deberse a algun tipo de herencia o error del sistema, pero sobre todo era evidente que aquello era una ventaja que debian aprovechar a su favor.

-Me pregunto... si también podrás abrir puertas con la misma facilidad joven Chimar...- Le dijo al joven menudo.

En cualquier caso, aquello se comprobaría sobre la marcha. Tal y como cabía esperar, la joven sacerdotisa parecía aceptar su rol como líder de buena gana y no tardo en asignar a cada grupo una puerta para explorar, Canel y Bio se encargarían del arsenal, Níniel y Catherine explorarían las escaleras que llevan arriba, y Al'theas y Chimar revisarían la sala de control ambiental.

El caballero asintió a la elfa ante su insistencia a la hora de tener cuidad -Vosotros también, cuidaos... Vamos Chimar- Respondió el caballero caminando por delante del joven para protegerlo de cualquier peligro que pudiera salir al paso.

Ambos avanzaron por aquel pasillo sin mayores complicaciones, ningún ataque sorpresa o sistema que les impidiera abrir la puerta al final de este. Y lo que encontraron allí fue cuanto menos sorprendente, Aquella estancia parecía simular un pueblo entero con todos sus detalles incluidos, un espacio tan grande que hacia olvidar que acababan de pasar por instalaciones originarias de la Tierra, hasta que mirar al cielo se convierte en una sorpresa al contemplar las extrañas instalaciones que cuelgan del techo quien sabe con que fin.

-No te separes Chimar... no sabemos que cosas pueden ocultarse en este... "pueblo"...- Dijo el caballero como advertencia a sabiendas de que aquel lugar podía hacer disparar las fantasías del joven, y comenzó a caminar esperando que le siguiera, adentrándose juntos en aquel pueblo para explorarlo.

A medida que avanzaban, se percatan de que aquel lugar estaba abandonado, sin gente por las calles, sin ruido, como un pueblo fantasma -¿Seria esto algún tipo de refugio civil para los que usaban las instalaciones de todo este lugar?...- Comento Al'theas mientras asomaba la cabeza por el pozo del pueblo, sin encontrar nada interesante.

El elfo decidió avanzar hasta las puertas de la taberna y las abrió de par en par, dejando que la claridad iluminara la estancia, por un momento Al'theas se sorprendió al encontrar cuerpos inertes sentados en su interior, pero no tardo mucho en comprobar que en realidad se trataban de una especie de muñecos simulando llevar vidas cotidianas -¿Que se supone que significa este... teatro?...- Dijo inquieto ante la perturbadora escena.

De pronto, una extraña voz femenina comenzó a escucharse por toda la estancia, hablando en un idioma que Al'theas apenas entendía, pero desde luego no le gustaba nada, y en un solo parpadeo cayo sobre ellos una peligrosa tormenta que les obligaba a buscar refugio en aquella taberna, cerrando las puertas y tratando de mantenerlas cerradas con ayuda de algunos de los muebles que se encontraban en el interior mientras el edificio temblaba haciendo que algunos de los residentes de plástico cayeran de sus sillas.

-Una tormenta... bajo tierra... increíble...- Decía entre dientes mientras intentaba aguantar la puerta, pero aquello solo era el comienzo de sus problemas, bajo la puerta empezaba a entrar agua, las lluvias eran tan furiosas que aquel pueblo sin sistema de alcantarillado aparente amenazaban con inundarla con ellos dentro, y en pocos minutos el agua empezaba a llegarles a las rodillas.

-Va siendo hora de abandonar el local... debemos subir alto... Chimar... ve tu primero... sube al piso superior...- Le instaba mientras él aguantaba la puerta a la espera de que el joven hubiera subido por las escaleras del edificio, momento en el que el elfo se separa de las puertas y estas junto con los muebles no tardan en ceder y dejar que grandes cantidades de agua llenen el edificio.

Con torpeza, Al'theas logra alcanzar las escaleras a medida que el agua seguía subiendo, reuniéndose de nuevo con Chimar, había que salir de allí pero los amenazadores rayos que podían escucharse afuera también eran un gran peligro, especialmente para Al'theas, estaba mojado y revestido con una armadura, una invitación mortal para dicho elemento -Si por casualidad tienes algo que nos proteja de las amenazas eléctricas que caen de cielo... ahora seria buen momento...- Decía al joven Chimar, mientras el caballero decidía romper una ventana del piso superior por la que no tendrían mas remedio que salir, pues el agua ya estaba tocándoles los pies, primero salio Al'theas y este ayudo a Chimar a salir, y ahora que estaban en el exterior podían ver con horror aquel bonito pueblo completamente inundado con muchos de aquellos muñecos flotando como como si fueran cadáveres... victimas de aquella tormenta artificial... creada posiblemente como arma para fines bélicos...

-¡Allí... mira!- Señalo el elfo a lo lejos, hacia lo que parecía ser una plataforma que desentonaba completamente de la arquitectura del pueblo, la cual se elevaba por encima de los edificios mas altos y si lograban llegar allí... quizás podrían encontrar algo para parar esta locura, o al menos evitar morir ahogados.

**Bio** Lun Sep 17 2018, 08:17

Observo con detenimiento a la gata fantasear con quién sabe qué cosa, tal vez eso es lo que me termina desconcentrando para intentar abrir la puerta, cosa en la que fracaso aparatosamente -Estoy bien, no es nada- Dijo mientras agito mi mano entumecida, para mi sorpresa el pequeño sí que consigue abrirla con mucha facilidad, por mi mente camina la interrogante si aquellas cosas solo me odian a mí, la aclaración es poco clara y no dice a quiénes confunden pero además es solo un niño, ¿qué podría saber?

Ahora la puerta está abierta y tenemos equipos -Muy bien pequeñín, ya oíste, a por ellos- Hice una seña al pequeño para entrar pero antes, detuve a la elfa poniendo mi mano en su hombro -Ten cuidado… ambas, tengan cuidado- No quería sonar cursi pero estaba un poco preocupado de la seguridad de la indefensa elfa, aunque ciertamente parecía haberse convertido en una mujer muy capaz y la gata... pues... seguro tenía más vidas. Interrumpí el momento emotivo adelantando al pequeñín dentro del pasillo descubierto -Eres muy valiente para ser tan pequeño- Le dije al extraño chico para romper el hielo -Seremos el equipo que encontrará la salida, el “Equipo Bollos”, yo seré el bollo salado que rompe cosas y tú serás el bollo dulce que abre puertas ¿Te parece?- Claro que no era el mejor nombre para un equipo pero al menos era algo.

Avanzamos hasta llegar a una segunda puerta donde me detuve sin intención de volver a intentar -Has tu magia, bollo dulce- Señalé la puerta con ambas manos, no imaginaba siquiera lo fácil que le resultaría de nuevo abrirla, por un momento se me ocurrió volver a intentar solo para salir de la duda, pero la represalia anterior había sido bastante dolorosa -Tétrico- Fue mi primera impresión en ese lugar -Parece un almacén de… algo- La enorme cantidad de estantes delataban que aquello era una especie de mercado y no de fruta seguramente -No toques nada, algo de esto podría ser…- Interrumpí mi propia advertencia tomando una esfera oscura con algunos botones -Bueno, si no se puede comer, ya es 50% inútil- Tras agitarla varias veces y ver que no hacía nada la lancé al piso y comenzó a rodar al tiempo que se encendían unas lucecitas parpadeantes.

La pequeña esfera pasó a segundo plano cuando logramos ver algo más asombroso, una especie de armadura reposaba frente a nosotros encerrada tras un cristal -Esas cosas parecen ballestas pero sin, ya sabes, sin lo que las hace ballestas- No sabía muy bien cómo explicar la idea pero el enano seguro me entendería -Muy bien, creo que es tiempo de hacer tu magia, pon tu mano en el cristal o en algún lado para que se abran esos muros transparentes antes que yo encuentre con qué romperlos, sacaremos esas pseudoballestas- Parecía un buen plan, estaba totalmente convencido pero había algo con lo que no contaba.

Una especie de pelota flotante salió de la nada seguido por otro del lado contrario -Alto ahí, esferas flotantes- Me coloqué al lado de Canel -Tengo un bollo dulce y no dudaré en usarlo- Tal vez no fuera la mejor amenaza que había dicho en la vida, pero al menos parecía detenerlos ¿O era algo más? Emitían unos pitidos extraños y acelerados, no vi en ellos rastros de nada filoso por lo que pensé en tratar de entenderlos -Vale, vale, no hablo bipbipñol, lo lamento- Levanté mis manos -No usaré al bollo dulce por ahora eh, solo queremos salir de aquí- Di un suave puntapié a Canel para que me siguiera el juego, tal vez a él le creerían mejor -Hay cosas ahí afuera que no son de metal, no creo que sean sus amigas, pero lastimarán a las mías- No parecían entenderme siquiera, ni yo a ellas, pero tal vez el bollo dulce lograría convencerlas de alguna manera usando su bollosidad humana.

Invitado Mar Sep 18 2018, 21:50

La acción de Canel sorprende a todos… en el buen sentido esta vez. Ahora se sabe que los mocosos pueden abrir puertas, sin duda tendrá algo que ver con los registros históricos del lugar pero allí acaban las especulaciones por falta de información.

Ten cuidado hermanito.

Cierta mueca triste se forma en ambos niños a medida que se separan, Chimar ya lleva varios meses con su amigo ilusionista y se ha encariñado bastante de él. Son inseparables, lo que suele pegar al momento de un alejamiento.

Maquiavelo avanza con el elfo por una de las puertas, recorren un gran túnel hasta que llegan a la escena más extraña jamás vista por el inventor en sus aventuras. La copia perfecta de un típico pueblo humano aerandiano.

Sin duda… desconcertante.

Es bonito ver a un adulto que se preocupa por los mocosos, le trae viejos recuerdos al niño genio. Sin duda parece que no todos los frijoles son un paletos molestos… la mayoría de las clases siguen siendo muy inútiles pero un problema a la vez.

Es como…

Mientras Chimar mira con cierta aversión los muñecos tamaño real, cierto anuncio tiene lugar. Entiende el contexto pero no las palabras sueltas, es suficiente con decir que se avecinan problemas extraños.

Una tormenta tiene lugar en el sitio, aumenta su intensidad y violencia con asombrosa velocidad. Al final a los héroes no les queda otra salida más que refugiarse en la taberna… junto con una veintena de muñecos aterradores.

Esto parece un sueño de Canel “siente un escalofrió”.

Como si fuera poco el agua comienza a inundar todo, literalmente la peor pesadilla de alguien. El pequeño genio sube al segundo nivel antes de que los maniquís empiecen a flotar y es seguido minutos después por un remojado elfo de nombre raro.

Ambos salen al tejado y se encuentran con una vista de lo más peculiar, el pueblo entero a pocos minutos de estar completamente sumergido. Nada alentador si eres uno de los habitantes forzados.

Pues… no hay tiempo para fabricar un pararrayos, recomiendo que esperes aquí.

No pasa desapercibida la entrada elevada que su aliado posteriormente señala, excelente oportunidad para probar un invento nuevo. Maquiavelo ajusta un par de cosas en su mochila revelando no se trata de un simple contenedor.

¡Ignición!

Del elemento sale un chorro de vapor que impulsa al niño a una altura considerable, a todas luces está volando. Los rayos se apresuran a tratar de alcanzarle pero un par de maniobras le permiten salir ileso hasta que…

¡Mil rayos!

Cae de mala manera y da un par de vueltas en la plataforma superior, eventualmente debe desconectar un tubo de alimentación para que la jodida cosa no lo estrelle con todos los elementos habidos y por haber.

Debo “respira lentamente tratando de calmarse” mejorar el aterrizaje.

Apenas recupera el equilibrio avanza hasta un panel de control, lo reconoce porque es el más brillante de todos. Tiene muchos botones pero solo uno llama su atención, el rojo enorme que dice “parada”.

¡¡Veamos qué hay detrás de la puerta número uno!!

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En otra parte de la base Canel avanza con un animado Bio, el chico es bastante extraño pero algo en su “adulto responsable predilecto” despierta empatía. A medida que recorren un túnel enorme dicho enano toma la mano del frijol.

Llegan a una sección de almacenaje de gran tamaño pero en la ya queda poco, solo se mantienen muchos estantes vacíos en buen estado. Es claro que los habitantes cargaron con todo en su retirada hace ya tanto tiempo.

Y como un huracán borraremos nuestras huellas, nada debe quedar de nuestro fracaso.

Extrañamente tres elementos de aspecto importante perduran al fondo del arsenal, están asegurados bajo contenedores cristalinos de apariencia infranqueable y esa no es su única contramedida.

Un par de esferas inteligentes se les acercan por los laterales, no parecen poder comunicarse normalmente aunque dejan entrever con sus sonidos que algo va mal. El niño ilusorio les mira de medio lado con una mueca cómica sincera pues le agradan bastante.

Bio es un poco más receloso y pasa a tratar de comunicarse con las curiosas entidades aunque sin mucho éxito. Ante los alegatos del vampiro ambas unidades danzan entre si lanzando “bips” indiscriminadamente.

No les gusta que alguien juegue con sus cosas… son como Chimar.

Off:

**Níniel Thenidiel** Miér Sep 19 2018, 18:03

-¿Qué se supone que es este sitio?- Preguntó Catherine sin tener ni idea de lo que se suponía que estaba viendo y mientras observaba ensimismada una especie de mesa con frontal de vidrio y toda clase de cosas luminosas debajo. -¿Esto es uno de esos..."paneles de control"?- Dudó, sin atreverse a tocarlo pero revisando el aparato por todos lados. Alargando finalmente una de sus manos y tocando el cristal sin que pasara nada. -¿Y este muelle?- Tiró de la pequeña palanquita y, para susto suyo, una pequeña bola de metal salió disparada y comenzó a rebotar en las distintas partes bajo el vidrio, generando toda clase de ruidos y luces. Catherine pegó un brinco hacia atrás con su vello erizado hasta que la máquina regreso a la normalidad.

-¿Quieres que me de un infarto?- La reprendió una también sobresaltada Níniel. -No toques nada, no sabemos gran cosa de su magia, podrías hacer que acabemos muertas por tocar sin cuidado.- Añadió volviendo a coger aire tras el susto y retomando su propia y cuidadosa exploración del lugar.

-Yo...al elfo y a Canel les funcionó...-Se disculpó la pelirroja acercándose a la sacerdotisa con la lección aprendida.

-Creo que esta sala es una especie de sala de estar. Un lugar donde los humanos de la tierra se reunían para hablar mientras descansaban y, creo que algunas de estas cosas son como sus juegos. Un lugar donde pasar algo de tiempo de manera agradable.- Postuló la peliblanca tras terminar de estudiar el sitio por encima. Había muchas mesas, muchos sillones y butacas de aspecto cómodo y a diferencia del resto de las instalaciones había imágenes de playas y animales que creaban una atmósfera menos opresiva. -Debían divertirse jugando a...lo que sea esto...- Señaló a una serie de tableros, piezas y dados con toda clase de valores. En la caja cercana podía verse a un grupo de guerreros de aspecto aerendiano rodeados por criaturas horripilantes que parecían querer acabar con ellos. -"Dungeons and dragons. 2100 revised edition."- Leyó con dificultad sin saber qué significaban aquellas palabras y encogiéndose de hombros.

-Aquí no parece que vayamos a encontrar nada de utilidad, y dudo que nadie nos vaya a pagar ni un aero por estas cosas, ni siquiera sé de qué están hechas.- Dijo la gata haciendo girar la figura de una mujer guerrera de armadura absurdamente ineficaz, pues dejaba la mayor parte de su cuerpo desprotegido. -Volvamos y probemos por otra...-

Antes de terminar su frase y de manera repentina las luces se apagaron, sumiendo la sala en la oscuridad total para sorpresa de las jóvenes. Catherine podía ver en la oscuridad pero Níniel tuvo que generar un nuevo orbe de luz tras casi acabar tropezando con una de las muchas mesas del lugar. ¿Qué acababa de pasar? La elfa sabía que la magia de metal no era inagotable pero, ¿era eso lo que había sucedido o algunos de los otros grupos había tenido algo que ver?

-Sí, volvamos rápido. No me gusta nada esto.- Aceptó sin dudar la peliblanca dirigiéndose hasta la puerta de la habitación, percatándose en ese momento y gracias a los destellos causados por su orbe que junto a ella había una especie de tarjeta colgada de una percha por unas cintas de un material desconocido.

-¿Qué es eso?- Preguntó Cath acercándose y viendo que en la tarjeta había un retrato extraño de un hombre calvo y con aspecto de intelectual. Al lado de la imagen una serie de palabras en el idioma de la tierra.

-"Multipass"- Leyó la peliblanca. -Multipase.- Dedujo más que tradujo. -Puede sernos útil, se lo enseñaremos a Chimar, vamos.- Convino comenzando a bajar las escaleras.

Por mucho que Bio se esforzara en hacerse entender, poco entendían los drones sobre bollos dulces, aunque sí que parecieron comprender su gesto al levantar las manos, retirándose unos centímetros de ellos y comenzando a emitir pitidos con un tono mucho más pausado y relajado. Canel había dado con la clave sin saberlo. Aquellas esferas flotantes protegían los cilindros transparentes y su contenido. Mientras no intentaran cogerlos, pues en su base de datos no figuraban como usuarios válidos, se limitarían a vigilarlos y a emitir pitidos de difícil comprensión.

Más en ese momento y de repente las luces de aquel almacén de armas prácticamente vacío se apagarían de golpe, causando que los drones entraran en modo de alarma y comenzaran a pitar de manera claramente furibunda, como pidiendo explicaciones. Pronto una serie de fogonazos de luz azulados comenzarían a iluminar intermitentemente la sala. Estaban usando sus armas, y aunque parecían no poder localizar a sus objetivos en la oscuridad, con cada disparo podían localizarlos momentáneamente y apuntar con precisión. Mientras el tiroteo se producía, por los altavoces de las esferas sonaba música de tensión del "far west" de la tierra. Una pequeña broma de su programador que a los aventureros no les haría gracia, ni siquiera aunque pudieran entenderla, que no era el caso.

Al pulsar el botón rojo, la femenina voz metálica advirtió del cese de la prueba y, rápidamente, toda una serie de sistemas de drenado comenzarían a actuar de manera eficaz. El genio inventor lo había conseguido, aunque con un buen chichón a cambio de su heroísmo. Un precio bajo teniendo en cuenta del riesgo que había corrido al lanzarse volando a través de una tormenta de rayos, especialmente teniendo en cuenta los materiales de su invento.

En cualquier caso, el chico encontraría una tarjeta de acceso de alto nivel que quizá creyera importante tomar junto a los paneles principales. Paneles que apenas unos instantes después comenzarían a apagarse bruscamente y emitiendo una especie de lamento al hacerlo.

-Aviso, niveles de energía en estado crítico. Generador principal fuera de línea. Los sistemas no vitales se apagaran en...Dos minutos.- Advirtió la voz. Parecía que aquel "experimento" había consumido demasiadas de las energías del generador auxiliar que Al´theas había logrado poner en marcha minutos antes. Como consecuencia la base volvía a su estado anterior de oscuridad. Un contratiempo que podía poner en problemas al grupo...Y no sería el único.

Atraídos por los ruidos causados por toda aquella parafernalia metálica, a través de ciertos conductos un grupo cada vez más numeroso de aquellos engendros adaptados al gas rojo no paraban de llegar. Desde su puesto de vigilancia elfo y humano les verían comenzar a recorrer el pueblo de un lado a otro, incluso atacando a los muñecos que habían quedado tirados por todas partes, tanto dentro como fuera de los edificios de aquella falsa aldea. Resultaba aterrador ver como los despedazaban o como entre dos se peleaban por el de un niño pequeño, tirando de él y haciendo que se partiera por la mitad, desparramando una serie de componentes internos por el suelo.

Tras transcurrir los dos minutos, todo el lugar quedó completamente a oscuras.

**Al'theas Tinarandel** Miér Sep 26 2018, 02:55

-¡Chimar! ¡Espera! ¡Es peligroso!- Grito el caballero esmeralda, fue todo lo que le dio tiempo a decir antes de que el joven niño inventor diera uso de uno de sus invenciones para salir disparado contra el peligro que representaban los rayos que caían de la tormenta en un intento temerario por alcanzar la plataforma donde quizás estuviera la clave para detener aquella locura.

Observo con impotencia como uno de esos rayos alcanzaba a Chimar, obligandole a realizar un aterrizaje forzoso sobre aquella plataforma. Rezo para que el niño estuviera bien, mientras intentaba encontrar con su vista algún modo de alcanzarlo, intentar nadar hasta allí no era una opción, y un rayo que acababa de caer cerca de él le recordó que salir y exponerse a una muerte instantánea tampoco era buena idea.

Justo en ese momento, una voz femenina, la misma con la que comenzó aquella inundación artificial, parecía que daba también su fin. La tormenta comenzó a cesar, los rayos desaparecieron, y desde varios puntos de las calles de aquel pueblo se abrieron unos conduictos que comenzaron a filtrar a gran velocidad todo el agua que se había acumulado, dejando ver unos pequeños remolinos que delataban aquel evento como una buena noticia, ¿había logrado sobrevivir Chimar a la caída y logrado desactivar la tormenta? debía de ser así, y Al'theas bajo con cuidado de aquel piso en cuanto vio que el nivel del agua había bajado lo suficiente como para que dejara de ser mortal, empujando y apartando mas de aquellos desafortunados muñecos ahogados a medida que se abría paso hasta la escalerilla que daba acceso a la sima de la plataforma.

-¡Chimar! ¡lo conseguiste! ¡buen trabajo!- Expreso alegrándose de que se confirmaba su buen presentimiento.

-Y... ¿que es eso que tienes ahí?...- Pregunto con curiosidad al ver que entre las muchas cosas destacables de aquella mesa luminosa con lucesitas que ahora el niño regia como un capitán, había un objeto plano perfectamente rectangular con extraños símbolos que los humanos de la Tierra conocían como una tarjeta.

-¿Podría servir de algún modo como llave o algo así para ayudarnos a salir de aquí?...- Aventuro a preguntar el caballero.

Pero justo en ese momento aquella voz femenina volvió a hablar como si de una diosa autoritaria se tratara en un idioma que no lograba entender, avisaba de lo que dos minutos después seria un gran apagón en todo el lugar.

-Parece que esta "Diosa" cruel... nos vuelve a poner a prueba otra vez...- Dijo el elfo con ironía.

Aquello solo era el principio de sus problemas, pues justo cuando ya se disponían a marcharse de allí medio a oscuras... extraños ruidos comenzaron a escucharse, como si fueran... pasos... de una multitud... provenientes de todas direcciones, y con horror... Al'theas pudo observar de nuevo aquellas criaturas a las que había enfrentado anteriormente... en gran numero, invadiendo por completo aquel pueblo haciendo gala de su terrible ferocidad, comenzando a subir la estrecha escalerilla siguiendo el olor del elfo y del niño.

La primera de aquellas bestias llego enseguida, y Al'theas ya la estaba esperando, con escudo alzado y espada en mano ataco antes de que esta pudiera reaccionar, lanzandola fuera de la plataforma con un golpe de escudo, machacándose contra el suelo para después ser pisoteado hasta la muerte por los de su propia especie.

-Son demasiado... no vamos a poder contra todos...- Dijo mientras se colocaba frente a la salida de la escalerilla, recibiendo esta vez a otras dos criaturas juntas que habían logrado subir entre empujones como si estuvieran compitiendo por ver quien era el primero en hundir sus dientes en su carne. Al'theas les dio de comer su espada, y al otro antes de que le diera tiempo a saltar sobre él, machaco su cabeza entre el posa manos de la barandilla y su escudo, apartando sus cadáveres con una patada escaleras abajo con la esperanza de que el cumulo de cadáveres que estaba dispuesto a dejar entorpecieran el ascenso de las demás.

-¿Alguna idea?... - Pregunto a Chimar justo antes de que otro par de aquellos bichos sorprendieran al caballero cuando una de estas ataco intencionadamente la espada de Al'theas mientras otra salto sobre el elfo obligandole a usar su escudo de forma que la criatura cayo detrás de él, haciendo que los ojos de aquella monstruosidad se cruzaran con los de Chimar mientras intentaba levantarte, pero el escudo de Al'theas le aplasta la cabeza impidiendo que se lance contra el niño. En ese instante el caballero se da rápidamente la vuelta y lanza a la criatura que aun seguía empalada en su espada contra otro de esos bichos que lograba llegar a la cima, haciendo que ambas en el choque caigan fuera de la plataforma.

Por ahora Al'theas lograba retenerlos gracias al cuello de botella que representaba aquella escalerilla... pero no podría seguir así eternamente, y aquellas criaturas estaban logrando llegar a la cima cada vez mas y mas rápido...

**Bio** Vie Sep 28 2018, 02:20

Aunque intento evitarlo, el pequeño mocoso me resulta algo tierno, ojalá no termine muriendo al final de esta aventura, sonrío cuando me toma la mano aunque procuro que no se note nada más allá de mi gesto apretando su mano para que se sienta a salvo, tal vez como cualquier niño normal, tenga miedo. Un poco más adentro menciona una frase que parece no tener mucho sentido pero se queda dando vueltas en mi cabeza -¿Crees que huyeron porque algo salió mal?- Pregunto aunque la aparición de las esferas flotantes seguro retrasaría la respuesta.

Todos mis intentos por comunicarme parecen ser en vano, ellas no hablan nuestro idioma ni nosotros el suyo, al menos hasta donde sé, pues esos bips tampoco son el idioma de los humanos del otro lado, a no ser que sí -Recuerdo que aquellos humanos manejaban un sistema de puntos y rayas que fonéticamente sonaba como… bipbipbip- Mis intentos de comunicarme fueron interrumpidos por un apagón que de inmediato puso en alarma a las esferas flotantes -¿Ahora qué?- Protesto apretando los puños con cierta frustración, cierro los ojos un instante para que mis pupilas se adapten a la oscuridad, sombras y siluetas sin mucho detalle me ayudan a tomar al chico y ponerlo detrás de mí.

Los pitidos descarrilados comienzan a ponerme nervioso y todo empeora cuando un destello azulado pasa cerca de mi rostro y perfora al menos 2 estantes sin mayores problemas -No creo que sean muy amigables, escóndete y mantente a salvo- Le dije al chico antes de darle un empujoncito para que corra en dirección a los estantes -A ver “antibollos” aquí me tienen- Levanto la voz para llamar la atención de las criaturas cuyas ráfagas no logran impactarme pero sí que pasan bastante cerca, cada vez que disparan iluminan la sala y eso les facilita ubicarme.

Miro a los cristales que protegen y viene a mi mente una nefasta idea, me muevo hasta donde se encuentran las pseudoballestas y me coloco frente a la de la derecha -Aquí estoy- Juego con mi velocidad y aunque el primer disparo me pasa lejos, el segundo me quema el hombro izquierdo al pasar rozando, mi grito de dolor solo hace más fácil ubicarme y una nueva ráfaga de luces son disparadas aunque por suerte no solo consigo saltar a tiempo, sino que por meros reflejos activo una de mis habilidades vampíricas envolviéndome entre sombras para aparentar haber desaparecido, [1] Pongo una mano en mi hombro y hago presión, no sé si estoy quemado o herido, aunque la quemadura es un tipo de herida, en fin, el punto es que duele, cierro los ojos y agachado me impulso hacia atrás con mis piernas, necesito ser más listo.

Aquí estoy- [2] Hago que mi voz suene desde el techo de la habitación y las esferas disparan aleatoriamente hacia esa dirección, la primera prueba ha sido un éxito y además me da tiempo de moverme hasta los estantes a donde había enviado al pequeño -Muy mala puntería- [2] Digo de nuevo haciendo que esta vez mi voz se escuche desde donde se encuentra la otra ballesta para que las esferas lancen sus ráfagas en esa dirección, con algo de suerte habremos liberado las dos armas para enfrentarlos, aunque algo mejor se me ocurre, con los últimos destellos veo que se encuentran unos metros sobre mí, teniendo sus ubicaciones les tiendo una trampa -Matanga dijo la changa- [2] Esta vez el sonido sale al mismo tiempo desde cada uno de ellos con la intención de hacer que se ataquen uno al otro.

Miro a todos lados esperando que el niño esté a salvo, no lo veo cerca y en mi distracción ignoro que el estante a mi espalda ha salido dañado tras los ataques de las esferas, una lámina de metal se desprende sobre mi cabeza y para cuando noto el sonido descendiendo ya es demasiado tarde para moverme -Ay no- Cierro los ojos y levanto las manos para aguantar el golpe que seguro no va a ser nada bonito.

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[1] Habilidad de Nivel 4: Espíritus de la noche
[2] Habilidad de Nivel 6: El que acecha en el Umbral

Invitado Sáb Sep 29 2018, 20:01

Aunque las luces fallan pronto se hace evidente que la acción de Chimar fue la más acertada… o la única posible. El agua comienza a bajar mientras el violento experimento pierde fuerza hasta desaparecer completamente.

Siempre hago un buen trabajo jeje.

Dice con cierta arrogancia, ha salvado el día de tantas aventuras que ya no recuerda el número. Su acompañante elfo señala cierta tarjeta que al niño se le había pasado por alto, se lleva una buena sorpresa al constatar que efectivamente puede facilitarles todo más adelante.

Es un tipo de llave, nos ayudara.

Dice confiando tanto en el sentido común como en sus conocimientos acumulados, luego de pasar tanto tiempo rodeado de ciencia posee una mente rápida para entender tecnologías por muy rara que sea su procedencia.

Eventualmente surgen problemas tamaño familiar, algo mucho peor que la oscuridad del recinto. Los animales extraños llegan en manada hasta su posición inundando la villa inferior y desquitándose con los muñecos.

Esto… esto se ve mal.

No puede volver a usar el propulsor sin recalibrarlo y algo le dice que no tiene media hora de tranquilidad para hacerlo, deben salir sin mirar atrás rápido antes de terminar superados por bichos hambrientos.

El adulto justifica su existencia luchando contra la horda de criaturas, el ambiente juega a favor creando cierto bloqueo de cadáveres que ralentiza el ascenso de la amenaza aunque es claro que no durara.

Alt… thea.... tintin… ¡A mil rayos!, ¡¡Ven a mi frijol de nombre raro!!

Dice para que se acerque a la plataforma por donde subió el chico, una vez ambos están en posición Maquiavelo arroja cierto frasquito acido a una de las bases ocasionando que se desprenda media estructura.

¡¡Sujétate!!

Literalmente la sección se desploma al verse comprometido cierta viga aérea, por suerte los cálculos del mocoso resultan efectivos y acaban en uno de los tejados. Sin contar el mareo terminan ilesos gracias a varios mecanismos raros del mismo puesto.

¡¡A correr como si no hubiera mañana!! “dice iniciando una carrera entre tejados para intentar alcanzar la puerta principal sin agujeros de más”.

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Por otro lado Canel y Bio enfrentan una amenaza igual de molesta, con la caída de las luces sus curiosas entidades predilectas entran en un estado frenético de ataque… ¿Quién dijo que la ciencia no lastimaba?

Bio toma un carácter protector y pone al pequeño brujo fuera de peligro, dicho personaje mira con curiosidad toda la situación aunque sabe que puede hacer poco contra seres que soportan ilusiones.

Para tales situaciones casi siempre se apoya en su hermano mayor, ahora mismo ese papel tendrá que ser cubierto por Bio. Este último hace todo lo posible para evitar un ataque de energía aunque solo luego de cierto roce es que sus posibilidades empiezan a mejorar.

En un giro afortunado de los acontecimientos el personaje vampiro descubre como burlar al par de esferas flotantes, siempre bajo el amparo de sus habilidades vampiras… en cierto modo son similares a las de Canel pero con un enfoque más físico.

Luego de un particular juego de palabras los ataques terminan por destruir el cristal protector que mantiene las ballestas aseguradas, lo siguiente es un intercambio mutuo entre ambas unidades hasta que una de ellas es eliminada por su semejante.

Aprovechando la conmoción el pequeño Canel sale de su cobertura y toma una de las armas raras, primero le mira extrañado aunque luego se pone a manipularla como si llevara toda la vida con una encima.

Apunta y dispara destruyendo el orbe con asombrosa habilidad, sin duda sería motivo de celebración de no ser por los efectos colaterales. El niño sale volando en dirección contraria debido a la fuerza del ataque, se estrella contra uno de los estantes grandes para luego acabar sentado con cierta sonrisa perdida en su rostro. Está bien pese a que el pelo alborotado junto con el olor a quemado indiquen lo contrario.

¡Quiero hacerlo otra vez!

Off:

**Níniel Thenidiel** Lun Oct 01 2018, 18:59

-Parece que somos las primeras en volver.- Comentó la peliblanca al volver a aquel distribuidor circular, que a aquellas alturas se había convertido en su punto de encuentro, y no encontrar allí a nadie más, ni tampoco rastro alguno de su regreso e intento de avanzar por cualquier otra de las puertas para ganar tiempo. -Supongo que habrán encontrado algo más interesante que nosotras...Espero que nada peligroso...- Añadió mientras hacía flotar su orbe de luz por la zona.

-Seguro que están bien. Viendo lo que hemos encontrado nosotras solo habrán dado con un montón de trastos inútiles. Espero que lo del tesoro no fuera ninguna mentira, porque empiezo a sentirme defraudada con esta "ciudad roja".- Se lamentó la felina estirando sus brazos sobre su cabeza.

-Podríamos ir a ver cómo les va y ver si necesitan ayuda con algo.- Propuso la elfa mirando ya hacia las puertas por las que habían ido los demás, aunque también a los dos que faltaban,

-O podemos ver si podemos agenciarnos algo de valor aprovechando que no están...Quiero decir, ganar tiempo revisando alguna otra de estas puertas.- Aclaró tras carraspear. -Veamos...esta era la de ese almacén de suministros ¿no? Echemos un vistazo.- Señalo la pelirroja colocándose ante la puerta y accionando su mecanismo de apertura. Comenzando a avanzar por el pasillo con la seguridad de quien no necesita luz para ver con total claridad.

-Espera...No tengas tanta prisa...- Fue en vano, la felina siguió avanzando, agitando la cola como señal para que la siguiera. Níniel soltó una largo suspiro y no tuvo más remedio que obedecer, aunque dejó su daga en el suelo, señalando a aquella puerta, para que cuando los otros volvieran supieran que todo iba bien y el lugar al que iban a continuación. Después aceleró el paso para alcanzar a su hermana.

El almacén de suministro era tan grande que cualquiera se sentiría pequeña solo con contemplar aquellos estantes de varios metros de altura. ¿Cómo se las apañarían los humanos de la tierra para llegar hasta los más altos? ¿Usaban magia de metal parecida a la telekinesis? Además con la oscuridad reinante la sensación se incrementaba. Era como estar paseando por un pueblo fantasma de estructuras metálicas vacías y en el que hasta el sonido de sus pasos parecía resonar con alarmante fuerza, por muy cuidadosamente que trataran de pisar.

-Este lugar es asombroso...y extraño...y frío...-Dijo la sacerdotisa frotándose las manos y exhalando una bocanada de vaho.

-Sería más asombroso si hubiera algo entre tanta chatarra...Esto es un asco. Está más vacío que mi antigua casa en baja ciudad...Y eso que dormía en el suelo...- Maldijo molesta. -Esa maldita mujer con armadura y el viejo nos la han jugado pero bien. Cuando logremos salir de aquí me va a oír. Espero que tenga un carro de oro esperándonos como prometió o lo sacaré a patadas de su casa y me la quedaré. Seré como Eltrant, pero con menos agujeros en las paredes...- Sentenció dando un golpe con sus puños a una de las baldas metálicas y generando un fuerte estruendo que resonó por todo el lugar.

-Eso si salimos...-La picó Níniel haciendo que arrugara la nariz y la mirara, obligándose a asentir y dispuesta a dar otro golpe. Pero antes de terminar de bajar de todo el puño pareció cambiar de idea, comenzando a mirar a través de las filas de estantes y comenzando a mover la cola rápidamente, de un lado a otro.

-Veo algo...Quizá no haya sido una completa pérdida de tiempo venir aquí...Vamos Nín.- Indicó extrañamente animada y comenzando a colarse por entre las baldas para no tener que dar un rodeo, haciendo gala de su gran agilidad. La elfa se esforzó por seguirla, aunque quedando algo rezagada, por lo que la pelirroja estaba ya abriendo una gran caja con sus garras para cuando pudo al fin alcanzarla.

-¿Qué es?- Se interesó la joven observando que en aquella parte del almacén los estantes no estaban del todo vacíos, e incluso algunos estaban bastante llenos. Quizá fueran cosas sin valor, o quizá no pudieron vaciar todo el lugar a tiempo.

-Una caja...- Fue lo que obtuvo por respuesta. -Veamos si hay algo interesante dentro.- Añadió terminando de abrirla ilusionada. Comenzando a sacar una serie de paquetes y sobres recubiertos de escritura de la tierra. -Una caja con más cajas dentro...- Abrió de aquellos paquetes y sacó una barra envuelta en plástico. -Una caja que contiene cajas que contiene algo envuelto...- dijo confusa la felina, retirando aquel envoltorio y olisqueando algún tipo de producto en forma de barra. -Huele a comida...-

-¿Comida? Ahora que lo dices me recuerda al pan de camino que preparamos en mi hogar para los viajes largos...- Relacionó la peliblanca oliendo aquella barra con desconfianza. -Lleva más de un siglo aquí...¿Será comestible? Si te lo comes podrías enfermar.- Alertó decidiéndose a buscar algo más por allí.

-A mi me huele bien...Pero supongo que tienes razón. Al final tendré que acabar recurriendo al canibalismo. Y lo siento por tí, pero los niños son muy pequeños y tus amigos parecen bastante correosos, así que empezaré por ti.- Bromeó desilusionada la gata, uniéndose a la búsqueda de su hermana de algo más de utilidad por allí, aunque todas las cajas parecían contener lo mismo.

-Ya sé que la situación no es la mejor...pero golpeando las estanterías no vas a solucionarlo, compórtate, Cath.-La recrimino la sacerdotisa al volver a escuchar el sonido metálico de las estanterías siendo golpeadas. Lo hizo sin levantar la vista de uno de los estantes, donde trataba de localizar una caja con palabras y símbolos diferentes al resto. Ni siquiera se había percatado de que la pelirroja estaba justo al otro lado de la fila que revisaba en aquellos momentos. Al menos no hasta que la gata movió una de las cajas e intercambió con ella una mirada de alarma.

-No he sido yo, Nín. No estamos solas...Y me parece que esta vez no es ese enano pervertido queriendo espiarnos...- Declaró girando su cabeza hacia la dirección de la que había venido el sonido. Justo al otro extremo del almacén que la entrada.

**Al'theas Tinarandel** Vie Oct 05 2018, 02:38

-¿Frijol?...- Dijo para si el elfo, extrañado ante aquella extraña expresión por parte del niño, no logrando entender la comparación entre él mismo y una planta herbácea, no obstante si que entendió perfectamente el resto de la frase cuando este le indico que fuese a su posición justo cuando otra de aquellas criaturas se saltaba encima de su escudo, aprovechando para ensartarlo con su espada y separarlo de una patada, haciéndolo rodar escaleras abajo y obligando a las otras bestias a detenerse para esquivarlo, momento que el caballero aprovecho para retroceder e ir hasta Chimar cubriéndole junto a su escudo.

-¿Cual es la idea?...- Fue todo lo que le dio tiempo a decir antes de observar al joven inventor verter una extraña sustancia que poco después resulto ser algún tipo de corrosivo que separo parte de la plataforma en la que se encontraban ambos, desplazándoles hasta uno de los edificios cercanos de forma brusca, pero alejándoles temporalmente de aquellas criaturas.

-Argh... no era lo que tenia en mente... pero vale...- Dijo el elfo algo adolorido mientras recuperaba el equilibrio dispuesto a seguir corriendo junto a Chimar, pues aquellas bestias implacables no iban a ceder en su intento de darles caza, y a medida que corrían a prisa por los tejados y saltaban entre los edificios con menor margen de distancia... el caballero se percato de que esos monstruos estaban empezando a trepar los edificios en un intento por cerrarles el paso.

-¡De eso nada!- Grito a la par que cargaba con el escudo alzado, adelantando a Chimar y abriendo una brecha entre las barrera de criaturas por la que Chimar pudiera pasar sin enfrentarlos y saltar juntos al siguiente edificio.

Aquel otro edificio era un poco mas bajo que el anterior, y eso hizo que el peso de la armadura de Al'theas, sumado al ya lamentable estado de la fachada... provoco que el techo se rompiera lo justo como para que su pierna quedara atrapada -Maldición...- Dijo el elfo a la vez que alzaba la vista al frente, este edificio era el ultimo en sortear antes de llegar a la salida, la cual por suerte no había sido cercada aun por aquellos bichos -Creo que tengo una idea...- Susuro, y acto seguido miro a Chimar con una mirada autoritaria y le dijo -Adelantate, ve abriendo esa puerta, y si cualquiera de esas bestias llega antes que yo... cierrala... y dile a Níniel que este sitio es un nido... ¡corre!-

Usando su hoja, logra partir parte de la madera húmeda que retiene su pierna, lo suficiente como para poder sacarla, justo a tiempo cuando un par de aquellas criaturas habían saltado lo suficientemente alto como para colocarse delante de él, evitando que pueda escapar mientras mas de ellos llegaban al tejado, rodeando al caballero.

Pero la intención de Al'theas no era la de escapar, no todavía, no hasta retenerlos el tiempo suficiente como para que Chimar llegase a la puerta... y asegurarse una escapada...

Mas y mas de aquellas criaturas trepaban o saltaban sobre el edificio, aglomerándose y rodeando al elfo con las bocas abiertas y llenas de espuma.. y entonces... entre gruñidos y chillidos... un fuerte ruido de escucho de repente, alertando a las criaturas y sumiéndolas en confusión... y el caballero sonrió.

El ruido provenía de la madera que se estaba partiendo, y el techo en el que se encontraban comenzó a ceder, hundiéndose desde el otro extremo mas debilitado y con ello tragándose a aquellas bestias. Al'theas no perdió el tiempo, aprovechando la confusión de las criaturas invoco el poder de Anar para aumentar su fortaleza y cargar imparable contra la multitud de criaturas, apartándolas de su camino mientras el techo caía pisándole los talones hasta que pudo saltar del edificio, caer sobre un portico y deslizarse hasta caer de cara al suelo húmedo de barro, no era la caída mas elegante, pero si la menos mortal si lo comparamos con caer dentro de un edificio lleno de monstruos...

Al'theas no perdió el tiempo y comenzó a correr a la desesperada, sabiendo que un edificio aun tenia ventanas y puertas que era seguro que usarían esos bichos para reanudar su caza.

Allá estaba Chimar al otro lado de la puerta abierta -¡Cierra! ¡cierra!- gritaba el caballero a Chimar cuando ya solo quedaban pocos pasos para llegar sabiendo que una jauría de bichos enfurecidos prácticamente le mordían la capa. Al'theas se lanzo en un salto justo cuando la puerta ya se estaba cerrando y una de esas criaturas salto con él. El elfo logro entrar sano y salvo antes de que la puerta se cerrara... pero la criatura que iba justo detrás de él acabo con la cabeza cercenada, abriendo y cerrando la boca lentamente, mientras la puerta comenzaba a deformarse levemente por la gran cantidad de bichos que la aporrearla, hasta que lentamente desistieron de ello comprendiendo que su cacería había llegado hasta aquí.

-A faltado poco...- Dijo mientras recuperaba el aliento y dirigía su mirada a Chimar -Debemos avisar a los demás...- Sentencio mientras se levantaba y comenzaba a caminar sin perder tiempo.

Habían regresado distribuidor, el único lugar que hasta ahora parecía seguro, y aparentemente no había nadie por allí aun. El caballero no pudo evitar fijarse en un objeto dejado en el suelo -¿Una... daga?...- Su primer impulso fue agacharse y estirar la mano para cogerla... pero se detuvo un momento, y dirigió su mirada hacia donde aparentemente apuntaba la daga, una puerta hacia otra sala...

Habia reconocido el diseño elfico de la daga, imaginando que debía de ser de Níniel, decidiendo cogerla y guardarla.

-Chimar... ¿podrías dejar algún tipo de señuelo que indique que hemos entrado en esta sala?... ¿algo que al menos Canel pueda entender con certeza?... tengo... un mal presentimiento... pero no podemos saber si los demás han entrado ya o no... y tampoco pienso dejarte aquí solo a la espera... no después de lo que hemos visto en la otra sala... - Dijo el caballero, dándole un momento a Chimar para que haga lo que crea conveniente.

-Entremos...y no te separes...- Dijo mientras avanzaba a través de la puerta, instando a Chimar a seguirle de cerca.

Al'theas en este turno se beneficio de:

Bendición de Anar:

**Bio** Mar Oct 09 2018, 06:10

Mientras las bolas flotantes se eliminaban una a otra corrí para alejarme y no ser víctima del fuego cruzado, quien diría que terminaría siendo víctima de otro fuego cruzado -¿pero qué rayos?- Abriendo los ojos como platos me lancé al piso con las manos sobre la cabeza para evitar que el niño me despachara con aquella extraña cosa que lo disparó también a él hacia atrás de una manera bastante hilarante.

Pese al buen susto que nos ha dado, el pequeño engendro parece estar bien, tras asegurarme que no hay más peligros cerca me acerco sonriente para revolverle el cabello -No sé si disparaste esa cosa o esa cosa te disparó a ti- Dejé salir un comentario gracioso mientras me acercaba para quitarle esa rara y potente cosa con mucho cuidado -Creo que esta cosa es más peligrosa para nosotros mismos que para cualquier otra cosa- Le ofrecí la otra mano para ayudarlo a levantarse mientras regresábamos al lugar por donde habíamos entrado.

En un descuido tomé aquella arma rara y la dejé colocada en lo alto de uno de los estantes -¿Escuchaste eso?- Le dije al niño tomándolo de la mano -Son los terribles deborabollos- Fingí estar asustado -Debemos darnos prisa, salgamos de aquí- Todo aquel teatro tenía como único fin alejarnos de aquella espantosa sala que casi nos mata a ambos.

Caminamos hasta encontrar la salida, desde lejos podía escuchar unos pasos a lo lejos, aceleré el paso para alcanzar a quien estuviera delante de nosotros pero no fue posible alcanzarlos y para cuando llegamos ya se habían ido a otro rumbo-¿Por dónde?- Pregunté más para mí mismo pero para mi sorpresa el niño señaló un camino a seguir -Buen chico- Dije de inmediato aunque me detuve justo en la entrada -Oye ¿Cómo sabes que por aquí?- Alcé una ceja pensativo y miré hacia atrás, las puertas abiertas eran de rutas donde ya habíamos ido, y la que restaba era la única abierta recientemente, era claro, cosa de lógica.

Entramos a una sala bastante oscura -Ten cuidado, no vayas a tropezar nada, los niños suelen ser algo torpes- Al terminar aquella oración terminé pateando accidentalmente una barra de metal que impactó contra una lámina del mismo material haciendo un ruido que seguro retumbaría en toda la sala -Ves, por eso te dije que no tropieces nada- Aclaré de nuevo para que el pequeño pensara que lo había hecho solo -Oigo voces- Le dije susurrante mientras afinaba el oído para escuchar un poco mejor lo que decían y saber hacia dónde ir pero el pequeño simplemente señaló de nuevo el camino a seguir -Niniel… Gataloca…- Dije en voz alta esperando que me respondieran, esto de separarnos comenzaba a parecerme una mala idea.

Invitado Mar Oct 09 2018, 18:31

Ambos personajes saltan los tejados velozmente con una masiva horda de bichos mordiéndoles la sombra, en el último momento y como es costumbre cuando se trata con adultos… Al'theas retrasa toda la escapada.

Genial…

Chimar se acerca para intentar ayudarle pues se lo debe por el apoyo anterior aunque su propio aliado le insta a continuar, dicho niño se encoje de hombros para luego correr rumbo a la puerta automatizada.

No le cuesta mucho alcanzar la salida, la mayoría de criaturas tratan de desayunarse al frijol. Afortunadamente el de orejas picudas prueba tener cerebro también al conseguir explotar el entorno a su favor.

Con velocidad el único personaje en la zona de muerte avanza poniendo todo su empeño, en el último instante derrapa justo a tiempo para superar la puerta cerrándose. Consigue pasar aunque no se puede decir lo mismo de su perseguidor más cercano.

Nada mal, ¿seguro que no eres un niño disfrazado?

Dice con cierta sonrisa, el personaje posee una utilidad bastante destacable. Luego de comprobar que los bichos se cansan de desquitarse con una puerta que no cederá, el par vuelve sobre sus pasos iniciales hasta la rotunda.

No hay nadie pero una daga indica la ruta a seguir, parece que las chicas consiguieron superar primero su sección. Al'theas toma el arma aunque pide a su pequeño acompañante que señale el camino correcto por si queda un grupo rezagado.

Veamos…

Maquiavelo toma algo de tiza y marca una flecha en el suelo, no solo Canel entenderá esa referencia sin duda. Acto seguido ambos aventureros se adentran en la nueva sección, un área enorme con poca visibilidad.

No despierta mucha confianza “siente un escalofrío”.

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Al final es Bio quien retira la extraña arma de las manos de un animado Canel, este último le mira sonriente todo el rato. Claramente es hermano de Chimar… tiene aprecio por las cosas destructivas.

El chiste del vampiro hace que su amiguito sonría con todos los dientes, eventualmente acepta su ofrecimiento de ayuda para quedar vertical otra vez. Tienen muchas cosas por delante y no es tiempo para descansar.

El niño despabilado nota como su aliado coloca la extraña arma en una altura inalcanzable para el… puede crear muchas ilusiones pero la telequinesis no es su fuerte. Al final se limita a suspirar con cierto desánimo por perder tan divertido artilugio.

Cuando el adulto alega haber escuchado algo la enana fuente de ilusiones toma su mano ofrecida y se acerca con cierto temor, eventualmente pasa a susurrar algunas cosas remarcando su característica forma de pensar.

No me asusto lo que dijiste… si no como lo dijiste.

Una vez en la rotunda Canel encuentra enseguida la marca de tiza e indica el camino a seguir, pasan a entrar en una nueva sección bastante grande que complementa su tamaño con lo vacío del entorno.

Bio advierte sobre los peligros de tropezar con algo… antes de hacerlo el mismo, el chiquillo mago asiente para luego poner especial cuidado en todo lo que le rodea. Algunos instantes después este último señala una nueva ruta, información que aprovecha su acompañante para comenzar a gritar nombres.

Es un laberinto “mira a todos lados” y como todo laberinto tiene sus guardianes… no me gustan.

**Níniel Thenidiel** Jue Oct 11 2018, 18:55

A pesar de la oscuridad predominante en aquel lugar, Níniel optó por hacer desaparecer el orbe de luz que tan útil le había sido hasta ese momento, pasando a guiarse en la penumbra como buenamente podía con ayuda de su hermana, quien era capaz de ver sin problemas, y evitar de ese modo un encontronazo indeseado con los causantes de aquellos ruidos o con alguno de los estantes. Resultaba inquietante avanzar sin ver muy bien hacia donde y a base de tirones por parte de la felina, así como encontrarse solo con más y más de aquellas estructuras metálicas allá hacia donde dirigiera sus pasos. Pero confiaba en la pelirroja, y era mejor que convertirse en un blanco ideal.

-Por aquí, Nín. Si damos un rodeo creo que podremos volver a la entrada evitando a esas cosas.- Indicó Catherine mientras se movía sin soltar a la elfa. Avanzando poco a poco y parándose cada pocos pasos para observar a su alrededor y pensar su siguiente acción.

-¿Los ves? ¿Cuántos son?- Quiso saber la sacerdotisa tras intentar infructuosamente de averiguarlo por su cuenta. A duras penas si alcanzaba a ver un par de pasos más allá de sus narices.

-No, pero los oigo. Son un montón. Diría que incluso más que los que nos atacaron antes, en las montañas.- Respondió la gata antes de volver a tirar del brazo de su hermana y avanzar juntas hasta la siguiente posición, agachándose tras algunas de aquellas hileras de cajas de comida. -Chssss, hay uno justo delante.- Instó a continuación, llevando una de sus manos a la boca de la peliblanca para que guardara silencio y luego girándole el rostro en la dirección adecuada.

Ni con esas la joven era capaz de ver nada. Aunque sí que comenzaría pronto a escuchar de nuevo más de aquellos golpes, y el ruido de algo mordisqueando aquellas cajas, zarandeándolas y gruñendo.

En ese momento, y de una dirección diferente, se escucharía un fuerte sonido metálico seguido de un gruñido de enfado, y, como si algo más hubiese llamado su atención, aquella presencia cercana olisqueó en el aire con fuerza y sus pasos comenzaron a alejarse rápidamente, para alivio de la pelirroja que soltó por fin a su hermana.

-Se marcha. Ese ruido ha llamado su atención, y la de más de esas cosas. Es nuestra oportunidad.- Aclaró la felina volviendo a tirar de su hermana y aprovechando para avanzar más rápìdamente que nunca hacia la entrada. Claro que no tardaría en detenerse al percatarse de que precisamente era en aquella dirección hacia donde aquellos seres también avanzaban.

-Mierda. Me parece que no va a ser tan fácil salir de aquí. Esas cosas van también hacia la entrada...Y parece que es por culpa de nuestros "refuerzos".- Se quejó mientras movía en aquella dirección sus orejas y echaba un vistazo por entre las baldas metálicas. Se le daba muy bien eso de no ser detectada debido a su entrenamiento y vida antes de conocer a Níniel.

-¿Chimar y los demás?- Inquirió la joven sacerdotisa.

-Déjame ver... Puedo confirmarte que Bio está allí delante. Me ha llamado gataloca...Y a ti elfa tetona.- Se inventó para no ser la única insultada por el pelinegro y asegurarse que recibiría una reprimenda. -Pasos de alguien pequeño...Canel está con él. Y delante de ellos están los demás.- Añadió. -Esas cosas van directamente a por ellos...No me extraña, son tan sigilosos como un Ogrark en una cacharrería...- Maldijo por los ruidos causados por el vampiro y por la armadura pesada de Al´theas.

-Oh, no. Tenemos que ayudarles.- Instó la peliblanca tratando de pensar en algo. Tarea nada sencilla dado a que de base ni siquiera podía ver lo que tenía delante. -Tenemos que llamar su atención y evitar que les ataquen desprevenidos.-

-Si hacemos eso nos atacarán a nosotras, y no tenemos la suerte de tener la salida a nuestras espaldas.- Se negó alarmada la felina ante lo que considera todo lo contrario a un plan viable. O al menos todo lo contrario a lo que ella estaba pensando.

-Nosotras ya sabemos que hay peligro, ellos no. Además no tienes por qué venir a por nosotras. Solo a por la luz...- Urdió la joven, recibiendo a regañadientes el visto bueno de su hermana.

-¿Lista? A la de tres saldremos corriendo hacia la entrada. Espero que funcione.- Aleccionó comenzando a contar en voz baja. Y al llegar a a trés, una serie de orbes de luz saldrían volando como señuelos hacia el lado opuesto de aquel almacén, iluminando algo más aquel lugar y terminando por descender hasta acabar cayendo al suelo o sobre alguna de las estanterías. Tanta luz tan de repente detendría y modificaría el avance de algunas de las criaturas, así como delataría la acechante cercanía de otras para el resto de exploradores. Pero ni por asomo de todas.

Para muchas, con el factor sorpresa o sin él, la carne fresca era mucho más tentadora que lo que fuese que estaba iluminando aquella otra zona de aquel lugar. Aún seguía habiendo demasiadas de ellas entre Níniel, Catherine y la salida.

**Al'theas Tinarandel** Mar Oct 16 2018, 15:37

El caballero esmeralda y el joven ingeniero se adentraron en aquella sala donde creían que pudo haber entrado la sacerdotisa y su acompañante felina. Aquel lugar parecía algún tipo de almacén de gran tamaño, Al'theas observo con curiosidad el lugar, no pudiendo evitar preguntarse como debía de ser la vida de los humanos de la Tierra que alguna vez poblaron este lugar, que actividades realizaban...

A medida que avanzaban, Al'theas procuraba no quitarle ojo de encima a Chimar, sabiendo que incluso un caballero como él ya le llamaba la atención aquel lugar, imaginaba que al joven le entusiasmaría mucho mas, por lo que debía procurar vigilar por los dos... y esta intención se disparo justo cuando se escucho un fuerte ruido metálico, haciendo al elfo girar su rostro súbitamente hacia la dirección donde vino aquel sonido.

Al'theas alzo su mano, indicándole a Chimar que guardara silencio, mientras desenvainaba su hoja y comenzaba a caminar lo mas sigilosamente que su armadura le permitía, llegando ambos hacia una entrada, aparentemente forzada, que llevaba a un oscuro pasillo, adentrándose con escudo alzado y Chimar tras él.

Pudo escuchar una voz a medida que se acercaba, reconociéndola cuando dijo "Niniel… Gataloca…" -¿Bio?...- Dijo el elfo en respuesta, dejándose ver, caminando despreocupadamente sin reparar en el tintineo de su armadura con la creencia de que estaban fuera de peligro.

-Me alegro ver de que estáis bien ¿por donde se supone que habéis entrado?...- Pregunto con curiosidad, permitiendo que los dos integrantes del grupo mas jóvenes tuvieran su reencuentro.

-Supongo que no has visto a Níniel y a Catherine por aquí... sé que han entrado, pero aun no nos hemos encontrado con ellas... y aprovecho para avisaros a vosotros también, este lugar ya no es seguro, Chimar y yo hemos tenido el disgusto de comprobar que las instalaciones están plagadas de las criaturas que atacaron el convoy... y todo parece indicar que este lugar es su nido...- Se dio una pequeña pausa antes de finalizar su explicación -El tiempo de ir por separados ha terminado, debemos encontrarlas cuanto antes y...-

Las palabras de Al'theas se cortaron abruptamente... cuando una serie de destellos de luz ilumino aquel lugar desvelando una situación agridulce.

Por un lado, aquellos orbes de luz se dirigieron hacia el fondo de la estancia, iluminando a su paso una desalentadora cantidad de aquellas criaturas que se habían aglomerado allí, y por delante de estas, allí estaban Níniel y Catherin, aproximándose hacia el grupo tan rápido como podían, pero entre el grupo y ellas... se encontraban algunas de esas criaturas cortadoles el paso.

-¡Akh’Aegis!- Dijo Al'theas en voz alta, percatándose tarde de que quizás sus otros compañeros podrían no entender elfico, pero si el gesto de cargar con el escudo alzado contra aquellas criaturas, derribándolas y dejando que los demás se ocuparan de rematarlas, asegurando la huida de la joven elfa y su amiga felina.

Pronto la vorágine de criaturas dejaría de prestar atención a los orbes de luz que Níniel uso como distracción cuando estos se desvanecieron, centrando ahora su atención total en las presas que pretendían escapar.

-No podemos contra tantos... ¡hay que retroceder fuera!- Grito el caballero, siendo el ultimo en correr tras los demás asegurándose de que ninguna de aquellas bestias se acercara demasiado al grupo rechazándolas con su escudo.

Llegaron de nuevo a la sala donde se encontraban aquellas estanterías tan altas, las cuales se tambaleaban y comenzaban a derrumbarse peligrosamente sobre el grupo al paso de la estampida que iba tras ellos.

-¡Chimar!- Grito el caballero, con la esperanza de que al niño ingeniero se le ocurriera algo que girara las tornas a su favor y asegurara la llegada del grupo a la salida de aquella sala.

**Bio** Dom Oct 21 2018, 20:24

Sonrío ante las palabras del niño aunque su tono a ratos me resulta un tanto escalofriante, aquello de los guardianes me recordó a lo que habíamos visto anteriormente como pelotas flotantes lanzaluces, un poco más tarde nos encontramos con un par de nuestros compañeros perdidos, a pesar de la poca iluminación de la que presumía la sala logré reconocer al niño humano y el elfo, este último mencionó que aquella cueva metálica estaba infestada de aquellas criaturas que nos habían atacado antes de la avalancha donde todo se fue al traste.

Vinimos siguiendo las migas de pan dejadas en el camino- Indiqué mientras revolvía el cabello al pequeño brujito -También encontramos otras amenazas metálicas, pero nos encargamos… creo…- Mencioné sin muchos datos lo que habíamos vivido antes, más pronto de lo que esperaba la charla fue interrumpida, unas pequeñas luces desfilaban al fondo mientras unos pasos podían ser levemente escuchados, me agaché poniendo la mano derecha en el piso y cerré los ojos agudizando mi oído hasta escuchar múltiples pasos.

Supe entonces que Niniel y Catherine se dirigían hacia nosotros, no porque reconociera la intensidad y sonido de sus pasos, sino porque las estaba viendo acercarse, el elfo corrió de inmediato -Vaya, cuanto compromiso- Mencioné un tanto impresionado al escuchar el grito del hijo de Sandorai y su deber de protección que de hecho resultó bastante bien en un principio pero luego las criaturas comenzarían a sobrepasarnos -Son demasiados- Confirmé al escuchar los pasos de todos los que venían hacia nosotros.

Me quedé atrás unos instantes mientras que todos se adelantaban, para asegurarme que las chicas tuvieran oportunidad de salir -¡Afuera, de prisa!- Les dije mientras me preparaba para enfrentar a las criaturas -Muco involuta- [1] Dije directamente hacia las criaturas usando magia de voz para confundirlas y hacer que se atacaran entre ellas, cosa que funcionó a medias y hasta parecía haber empeorado el asunto, pues ahora se estrellaban entre ellas y contra lo que encontraban en el camino pero aún sin dejar de perseguirnos -Oh oh- Me di media vuelta y corrí tras el resto mientras sentía caer cosas pesadas detrás de mí.

Aceleré el paso al sentir que las criaturas comenzaban a rozarme las piernas, no quería siquiera voltear a ver el desastre que se formaba detrás de mí pero los sonidos de cosas cayendo eran cada vez más pesados, las criaturas no parecían nada contentas y no parecía que la situación fuera a mejorar, lo peor de todo era pensar que al llegar de nuevo a la sala principal estaríamos entre enfrentar a la amenaza actual o volver a entrar con una de las amenazas anteriores, miré a los niños pensando cuánto tiempo podrían entretenerse aquellas criaturas devorándolos mientras los demás escapábamos, aunque ciertamente por el cuerpo peludo y difícilmente comestible la mejor opción de carnada era la amiga de Niniel.

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[1]Habilidad de Nivel 5: El valle de la inquietud.

Invitado Lun Oct 22 2018, 01:02

Avanzar por la oscuridad no es algo agradable, especialmente en compañía de un frijol. Si a eso le sumamos una instalación entera de criaturas come carne que parecen tener el ritmo reproductivo del roedor común… se pone intensa la situación.

Afortunadamente se consiguen con otro grupo, Canel no tarda en acercarse sonriente a su hermano. Maquiavelo le observa detalladamente para asegurarse de que este bien y luego le alborota el cabello.

¿Cuidaste de Bio?, mira que siempre necesita mucha protección.

¡Si señor!

Chimar lo levanta entonces por las axilas unos segundos antes de devolverle al suelo, un pequeño premio pues Canel adora que alguien lo lleve cargado. Seguro se lo copio a Ratita o a Motas en la esfera.

Por desgracia el bonito encuentro se transforma en una situación mortalmente peligrosa. Algunos trucos mágicos de iluminación revelan al grupo que están en la despensa infernal, rodeados de bestias a más no poder.

¡¡A correr!!

Dice aprovechando las valerosas intervenciones de sus compañeros y llevando a Canel del brazo como si fuera un muñeco de trapo… por lo menos una vez cerca de la entrada se detiene pues no desea dejar a ningún adulto atrás.

Hace gestos frenéticos tratando irracionalmente de influir en los demás y es que se quedaron rezagados nada más empezar, nunca se debe subestimar la velocidad de un mocoso asustado. Para bien o para mal ahora son testigos distantes.

Bio y el elfo de nombre impronunciable hacen sus mejores esfuerzos para contener la estampida pero solo consiguen efectos raros sin efectividad real, ahora tienen una horda de bichos molestos que de igual forma les muerden los talones.

Vale, a trabajar.

Acto seguido el niño genio saca su esfera y apunta, luego presiona el botón de activación antes de soltarla. Se forma un ruido metálico extraño a medida que el artilugio recorre la distancia pegado del suelo aunque todo eso se opaca con la característica explosión.

El combo ojo y brazo del inventor lo hace otra vez, logra atinar el centro de la estampida mandando a volar una enorme cantidad de bichos en todas direcciones. Se forma cierta zona de muerte que da al grupo en escape valiosos minutos de tranquilidad.

Gracias, gracias “hace una reverencia mientras espera en la puerta con Canel a su lado”.

Off:

**Níniel Thenidiel** Miér Oct 24 2018, 19:25

-Están viniendo a por nosotras....- Confirmó Catherine sin dejar de correr y con un evidente tono de molestia. -No debería haberte hecho caso Nín.- Añadió justo antes de que ambas saltaran a través de una de aquellas baldas de las estanterías y se deslizaran sobre su superficie metálica para llegar hasta el otro lado, ahorrándose un largo rodeo y dejando atrás a dos de aquellas cosas que por muy poco no las alcanzan. El sonido de sus fauces cerrándose y sus cuerpos golpeando los estantes a escasos centímetros de la peliblanca eran todo el incentivo que necesitaban para correr como nunca.

-Me he dado cuenta. Pero aún así deberías darme algo de crédito.- Respondió la elfa permitiéndose un segundo de respiro y antes de arrancar de nuevo a correr hacia los demás. Aprovechando nuevamente los huecos entre baldas para recortar metros y comenzando a llamar su atención. Claro que a esas alturas difícilmente eran necesarios tales gestos.

-Hay que joderse. Pensaba que no lo contábamos.- Soltó la felina pelirroja tan pronto como alcanzaron las líneas aliadas y quedaron protegidas, al menos monentáneamente por sus compañeros. -Supongo que a veces puede ser útil contar con algo de ayuda...- Agració a su manera su intervención mientras que la sacerdotisa se esforzaba por recuperar el aliento. Su resistencia física distaba mucho de la de su hermana...De hecho incluso de niña, su prima Chandra se burlaba de ella por ese motivo. Al menos hasta que Níniel comenzó a sobresalir en magia de apoyo. Entonces ya no se reía tanto.

-Por todos...los dioses...No esperaba que hubiera tantos...- Fue todo cuanto pudo decir con el corazón desbocado. Por desgracia, el tiempo disponible para descansar no duraría mucho más. Con la desaparición de los señuelos todo el enjambre se lanzaría a por ellos más cabreados que nunca. Por lo visto tampoco les habían gustado las barras alimenticias de los humanos de la tierra.

Níniel generó un nuevo orbe de luz para el grupo y les siguió como buenamente pudo. Seguramente de no haber sido por ellos no lo habría logrado, pero gracias a los esfuerzos de Al´theas por defender la retaguardia, y a las intervenciones primero de Bio y luego de Chimar, bastante duchos en lo que a control de multitudes se refería, todo el grupo se las apañó para regresar hasta la entrada de aquel almacén infestado. A pesar de llevar la muerte y la destrucción en forma de derrumbe en cascada de las pesadas estructuras de metal tras sus talones.

-La...puerta...- Señaló la elfa tras cruzar el último de ellos. instando a Catherine a golpear el panel de la misma, dejando la puerta de metal bloqueada permanentemente al mismo tiempo que una serie de fuertes golpes y gruñidos comenzaron a resonar desde el otro lado. No lograrían derribarla pero...Eso no significaba que no pudieran encontrar otro modo de alcanzarles.

-Creo que...está claro que tenemos que salir de aquí ya...- Dijo a continuación la sacerdotisa respirando agitadamente. -¿Ha habido suerte en las otras puertas?- Quiso saber al tiempo que sacaba de su bolsa aquella tarjeta que había encontrado en la sala común. -Creo que esto podría sernos de ayuda.- Añadió tendiéndole la tarjeta a Chimar y esperando que él supiera algo más. -Me parece que les servían a modo de llaves. Quizás pueda abrir la gran puerta de antes. O activar el montacargas- Terminó de decir.

-¿Así que... ni rastro del tesoro? Me parece que esto va a acabar como esos juegos infantiles en los que el premio era aprender a trabajar en equipo...Este es mi botín...- Se quejó la pelirroja dejando caer ante ellos un par de puñados de las barritas energéticas de la tierra. Parecía que a pesar de las palabras de Níniel había decidido coger unas cuantas. -¿Qué? Dado el caso prefiero morir rápidamente intoxicada que lentamente de hambre...Y no huelen mal.-

-Quizá...Pero yo no pienso probarlas. Si al final resultan estar malas necesitaréis que alguien os cure...Como sea...¿Vamos a probar esas tarjetas?- Sugirió la joven dirigiendo su mirada hacia el corredor principal.

En ese momento, y sin duda causando que cualquier duda al respecto quedara disipada, el sonido de algo moviéndose sobre sus cabezas, arrastrándose por los conductos de aquella instalación, comenzó a escucharse claramente a la vez que Níniel y Catherine elevaban sus miradas. Fuera lo que fuese...Era mucho más grande que cualquiera de las criaturas que habían visto hasta ese momento.

**Al'theas Tinarandel** Lun Oct 29 2018, 05:10

Mientras el caballero corría sintiendo la la ferocidad cercana de sus perseguidores... el joven Chimar acudió en respuesta del elfo, lanzando una vez mas otro de sus proyectiles, que sin duda cogió por sorpresa a las criaturas que les cayo sobre ellas para seguidamente desencadenar una violenta explosión que destrozo a unas y freno a otras, dándole al grupo los segundos preciados que necesitaban para alcanzar la salida, siendo Al'theas el ultimo en dirigirse a esta, así como también se evito que el frenético avance de las criaturas continuara derribando estanterías a su paso.

Justo cuando el caballero logro cruzar la puerta, Catherine se encargo de cerrar la puerta a su manera, impidiéndoles el paso a aquellas bestias.

-Bien hecho...- Dijo Al'theas mirando a Chimar por su ultimo acto mientras recuperaba el aliento -Todos...- Añadió, mirando a los demás para darles reconocimiento también.

-Si... creo que todos estamos de acuerdo en eso... en la otra sala donde estuvimos Chimar y yo sufrimos un altercado semejante a este...- Respondió el caballero ante la sacerdotisa ante la evidencia que señalo -Ah... Chimar encontró... algo... parecido en donde estuvimos...- Y miro a Chimar para alentarlo a que le enseñara la tarjeta encontrada a Níniel, para luego dirigir su mirada a Bio con la esperanza de que junto a Canel hubieran tenido suerte encontrando algo.

-¿Que sugieres que comprobemos primero?... ¿la otra sala o la plataforma?..- Dijo el elfo antes las dos opciones disponibles ahora -Personalmente... no sé cuanto tiempo mas podremos permanecer en estas instalaciones con esas criaturas tras nosotros... por ello creo que es prioritario encontrar una salida... a estas alturas... eso seria un tesoro- Dijo esto ultimo mirando a Catherine ante su actual decepción frente a aquellas barritas energéticas de dudable consumo.

Al'theas miro a su alrededor a las caras de los demás, y cayó en la cuenta de una cosa, desde que habían llegado a este lugar... no han parado, el cansancio es un factor a tener en cuenta y si iban a tener que lidiar con mas de esas criaturas sin haber comido nada tampoco... quizás no fuera mala idea tomarse un descanso en la sala donde se encontraban, pues aparentemente parecía ser la única zona segura... o esa era la idea que le estaba rondando en la cabeza al caballero, hasta que unos extraños ruidos provenientes del techo llamaron la atención del grupo.

-¿Que es eso?... ¿son... ellos?...- Dijo el elfo con la duda en voz baja, pues por la forma lenta y pesada que tenia de desplazarse al otro lado del techo lo que sea que fuere... parecía ser mas grande de lo que cabria esperar de las criaturas que les acechaban hasta ahora...

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