El artista [Libre] [CERRADO]

Esta vez Chimar realiza una obra social, cierta aventura con un trasfondo raro. Primero hay que poner las cosas en perspectiva pues es algo bastante desagradable de tratar si se tiene bien puesta la cabeza.

Ha habido una serie de muertes en la ciudad, no es algo raro teniendo en cuenta el tamaño de Lunargenta pero no se trata de simples peleas de borrachos que salen mal. El que está detrás es un profesional minucioso.

La guardia puede manejar matones de las cloacas bastante bien si se lo propone, pero un asesino en serie ya son palabras mayores. Ahora que los bios andan bastante recluidos tampoco son una opción para solucionar el problema.

Maquiavelo hubiera pasado de la situación limitándose a escuchar noticias de pregoneros como siempre hace pero algo despertó su preocupación, la aparición de una víctima bastante cerca de la esfera.

No hay que ser un genio para saber que eso significa problemas, los gorriones son listos pero siguen siendo niños y el inventor es muy proteccionista con sus hermanos. No han aparecido víctimas infantiles y ningún gorrión será el primero.

Por esta razón recorre las calles ya cerca del atardecer, quiere buscar pistas para llegar al fondo del asunto rápido. No le trae buenos recuerdos estar tras un demente pero lo hace por sus coleguitas, como todo buen hermano mayor debe ser el fuerte.

Canel viene con el vale destacar, con su típica mirada perdida y siguiendo al unísono cada paso de su hermano. Algo le dice al inventor que verán cosas desagradables aunque no sería la primera vez… claro que eso no disminuye para nada la culpa de traer al enano consigo.

¿Lo necesita?, obviamente, ya no puede hacer nada sin él. Se ha convertido en un elemento importante y no tenerlo cerca lo pone en cierto modo triste, por obvias razones un aventurero melancólico es presa fácil.

Debemos estar cerca de la primera escenas del crimen, tiene que estar por aquí.

No me molesta acompañarte hermano, de verdad.

Vale “suspira con cierto bajón moral” cuando te diga que no mires me haces caso, ¿Bien?

Un gesto afirmativo hace que Maquiavelo se sienta mejor, no mucho aunque algo es algo. Sabe bien que Canel tiene una mente extraña y ha pasado situaciones complejas, pero hay una gran diferencia entre saberlo y permitirlo.

Lunargenta...mi nuevo "hogar". La verdad es que no dejaba de ser otra ciudad cualquiera para mi. Llevaba viviendo en ella apenas unos cuatro años, puesto que, anteriormente había viajado por las inmediaciones de la región hasta que mi destino me llevó a cruzar los muros de la ciudad. ¿Cual era ese destino? Crecer en poder e influencia, y ahora, era poco menos que una mendiga que usaba sus tretas para expoliar al más tonto de turno...fuera  noble, caballero o mercader su ansiado dinero. Me encontraba caminando por las calles mientras comía una manzana, llevando una capa negra que tapaba todo mi cuerpo impidiendo ver mi vestimenta interior, mientras que en mi cabeza, mantenía mi habitual tocado, pero esta vez no llevaba la corona que me gustaba llevar, a pesar de no ser de la realeza, pero que me sentaba divina a mi parecer. Tampoco era cuestión de ir dando el cante en mitad de aquella muchedumbre, y aparentar una vestimenta humilde con aquella capa podía traer más beneficios que problemas. El ruido era una constante al igual que las noticias y sucesos, pero el sol ya se ocultaba, y las calles no tardarían en estar vacías.

Según caminaba podía ver de todo, y lo analizaba con mi mirada...mercaderes vendiendo sus productos, las prostitutas del lugar haciendo clientes, los borrachos bebiendo en las tascas, los ricachones caminando por la calle mientras sus guardaespaldas apartaban a la gente...vamos, el día a día. No tardé mucho en divisar a lo lejos a un pequeño grupo de tres personas.  Una mujer con dos niños charlando. Parecía ser la típica reunión de amigos, aunque eso no lo sabía. La chica me despertaba curiosidad y no sabía porqué, pero tenía la sensación de que la conocía de algo aunque podía estar equivocada.

Continué caminando alrededor mientras mantenía una distancia de algunos metros entre ellos, pero, de vez en cuando posaba la vista sobre ellos. En ese momento otro niño, ajeno al grupo, estaba mirando la manzana que me estaba comiendo. Me quedé mirándole y luego miré la manzana, y tras una leve sonrisa, le entregué la manzana mientras me daba la vuelta y seguía caminando manteniéndose cerca de aquel grupo.

Lunargenta.

Aquel endemoniado lugar en el que Eilydh había decidido perderse desde hacía  ya algunas semanas. No es que su estancia allí no le hubiese enseñado nada, Eilydh había aprendido a regatear con los mercaderes de cerca de la esfera hasta el punto en el que en ocasiones hasta les sacaba una sonrisa. A usar su naturaleza y belleza élfica en su beneficio. A diferenciar el tipo de taberna en el la que podía beber una cerveza o dos sin ser juzgada por ser una mujer sin acompañante, pero sobre todo que la definición del termino "familia" residía en aquellos matices que tu misma quisieses darle.Eso y que quizás su corazón de hielo y espinas tuviese una cuerda aflojada por los niños siempre que no fuesen suyos.

Además estaba intentando convencer a cierto niño prodigio para que le enseñase a fabricar aparatejos de cierta tecnología. La suficiente para dejar su daga tan solo para ocasiones especiales. La tarea no iba demasiado bien: Chimar era tan cabezota como la propia Eilydh.

 Por otro lado, nadie en toda la península de verisar dudaba de que la capital estaba hecha de luces y sombras,  Con dos lados opuestos de cara y cruz como la moneda en la que se basaba: Las apariencias y la realidad. El día y la noche. Aquello que llegó al conocimiento de la chica por medio del acierto y error  era ahora innato y las noticias que volaban a su alrededor de manera común sobre asesinatos y muertes en general solían pasar a segundo plano casi tan rápido como las tabernas se llenaban de borrachos y prostitutas. Por ello Eilydh había aprendido a ignorar lo que en otro tiempo le hubiese parecido interesante.


Aquello, sin embargo, era diferente. Hacía semanas que se hablaban de asesinatos" en cadena" con un mismo modus operandi, en una zona particular de lunargenta y sin motivo aparente. La noticia, al principio no alarmó a los habitantes del lugar más que las monedas que robaban de los cuerpos que dejaban muertos, pero tras varios incidentes en un periodo de tiempo corto, la ciudad se había sumido en un temor silencioso e inefable. El peor tipo de temor y el más grande tipo de silencio.

Las noches que seguían a los días estaban vacías de personas después de que el sol se pusiese. Las personas  despues de aquellas horas se habían conglomerado mayoritariamente alrededor de la esfera pues el edificio reflejaba la poca luz lunar y daba iluminación a los pasadizos que recorrían la zona colingente al hogar improvisado de Eilydh.

Aquella nimiedad en un principio había empezado a molestarla pues ya eran dos veces que había visto a varios grupos de hombre merodear por los terrenos cercanos posando sus manos en el acero del edificio como intentando buscar un punto debil por el que quizás acceder al interior.La gota colmó el vaso cuando después de un paseo particularmente largo, uno de aquellos hombres e había envalentonado con Eilydh y decidido que la aperencia dulce e inofensiva de la chica era razón suficiente para intentar aprovecharse de ella tras varias cervezas.

Ni que decir tiene que la chica lo había puesto en su lugar, pero aquello la incomodó pues no estaba segura de qué serían capaces de hacer para entrar en la esfera y podrían poner en peligro a los gorriones.

Por aquel motivo, Eilydh había decidido hacer guardia de cuando en cuando alrededor de la esfera incomodando a quienes estuviesen mucho tiempo a su alrededor. Al menos hasta saber a todos los gorriones dentro. Y en aquello estaba cuando vió como Chimar y Canel eran abordados por una mujer alta. Se acercó un poco despacio, intentando que no la vieran al principio. La chica no parecía muy fuerte, pero Eilydh temía que sus habilidades fuesen lo bastante avanzadas como para atacar a uno de los niños. Y por experiencia, sabía que si aquello ocurría el otro no iba a regresar a casa a pedir auxilio.

La escuchó hablar mostrando interés por el bien estar de los chicos y decidió que no estaba dispuesta a tentar a la suerte y darle oportunidad de atacarlos.

-Creo que deberías temer más por tu seguridad a estas horas de la noche que por la de estos dos diablos- Le guiñó un ojo a los chicos e inspeccionó a la mujer de manera concienzuda buscando un arma oculta o cualquier cosa que pudiese servir como tal.

No tuvo mucho tiempo para asegurarse de que no llevaba nada con ella, pues una voz debil y risueña los interrumpió.

-Yo que tu no me preocuparía tanto por esta frijol, Eilydh- dijo Lobo apareciendo de detrás de una de las esquinas jugueteando con una manzana para después mordela- Aquí hay otra escondida que me acaba de dar una manzana... quizás puede estar envenenada...- dijo mirándola y más para si que para los demás mientras escupía al suelo el trozo de fruta.

-Vaya... Así que habíais decidido montar una fiesta esta noche, pillos y no me habíais avisado?- dijo Eilydh recriminando a los 3 niños a modo de burla.- Es hora de que te muestres señora de las frutas- añadió jugueteando con sus cabellos mientras esperaba que la figura femenina saliese de las sombras. Eilydh disimuló un suspiro de alivio: Lobo, Canel y Chimar eran los tres únicos niños a los que no había visto entrar en la ratonera. Al menos ahora sabía donde estaban.

Una señorita desconocida se acerca, parece en cierto modo preocupada por las actividades nocturnas del par enano. Después de todo no es natural para los niños corrientes andar en la calle cuando comienza a caer el sol… claro que Chimar y Canel no son niños corrientes.

Podría decir lo mismo.

Expresa con una sonrisa un tanto maliciosa pero que denota empatía, nunca le ha gustado mostrarse grosero con el género femenino dada la crianza que le dio su padre. Tampoco es que las mujeres suelan mostrarse odiosas con él o sus hermanos, tienden a tener en buena estima a la gente pequeña.

Su argumento por otro lado es real, la ciudad esta convulsionada con las  muertes y no se sabe bien los gustos del asesino dada la variedad de sus víctimas. Todos corren peligro patente tanto por el demente como por el miedo social imperante.

No tiene mucho tiempo para seguir conversando pues otra dama aparece, nada más y nada menos que Eilydh, la nueva gorriona adulta de la familia. El derecho de ascensión podrá ser cuestionado pero solo ha generado cosas buenas sin duda.

La elfa se ha adaptado bastante bien y aunque al principio mostraba reservas visibles, ahora congenia mucho con cada gorrión. Algunos frijoles pueden ser bastante buenos con los enanos si se lo proponen.

Maquiavelo corresponde el guiño del ojo con una sonrisa, siempre le pone de buen humor conseguirse a su familia. No se puede negar que los adultos gorriones resultan una visión de gran apoyo para sus hermanos pequeños.

No tarda mucho en revelarse lobo, otra adquisición bastante nueva del grupito. Muestra su característica personalidad metódica e informa que tienen otra fémina recorriendo los alrededores con intenciones poco claras.

Menuda reunión.

La gente buena se atrae “dice sonriente”.

El joven genio arquea una ceja por el comentario de Canel, no sabe bien si cataloga como una persona buena pero hace lo que puede… quizás eso hace a los seres decentes, los intentos que realizan por alcanzar tal corriente.

Niega con la cabeza para centrase, tienen un objetivo importante. No le gusta meter a sus hermanos en misiones peligrosas y mucho menos desconocidos pero ahora mismo pares extras de ojos caerían como anillo al dedo.

Canel y yo queremos detener al asesino… antes de que se vuelva un problema para los gorriones “dice esto último para calmar la mirada que le pega Lobo” nos caería bien ayuda.

“El pequeño hechicero toma la mano derecha de Chimar en señal de aceptación”.

Parecía que todos aquellos niños estaban de alguna manera compinchados entre ellos y no me extrañaba. Lunargenta era un lugar difícil en el que vivir,  y últimamente tras los últimos acontecimientos todavía más. Me parecía algo raro ver tal reunión en mitad de la noche, pero para ellos, parecía ser lo más normal del mundo. La verdad que hasta me hubiera dado la vuelta y hubiera vuelto por el camino por el que había llegado sino fuera porque una mujer,  más adulta, comenzara a charlar con ellos.

"Quizás sea su madre" Pensé para mi mientras tenía intención de dar media vuelta.

En ese momento a mi espalda pude escuchar las siguiente palabras:"Es hora de que te muestres señora de las frutas". ¿Señora de las frutas? ¿tenía acaso pinta de frutera? Sin duda alguna aquel muchachito y aquella mujer se conocían, tanto, como para llamarme eso..aunque en realidad, tenía mas pinta de vagabunda que de frutera, tan solo mi capucha y capa negra era lo que se veía de mi. Comencé a caminar hacia ellos, mientras por el camino respondía a aquella mujer.

-Curiosa forma de llamar a una desconocida ¿no cree?- Dije con tono amable pero recto hacia la mujer- Disculpad si os he interrumpido  por mi curiosidad, pues no es raro ver a niños por aquí...pero de noche y acompañados de un adulto en un barrio peligroso solo me da que pensar o que sois rateros o que os habéis perdido. Espero equivocarme, pues últimamente con las noticias que corren por la ciudad lo menos seguro es estar a estar horas por la calle...dicen que un asesino anda suelto.


Ladeé un poco la cabeza para ver a lo niños que la acompañaban a la mujer, y creo que no erraba en decir que eran pequeñas sabandijas ávidas de saqueo de algún que otro bolsillo incauto. Tras ello volví a mirar a la mujer para presentarme adecuadamente.

-Disculpe mis modales, me llamo Raksha y estoy de paso por la ciudad, aunque parece ser que llego en mal momento tras las últimas nuevas. He venido en cuanto lo he sabido. Así que podría decirse que estoy buscando a ese asesino. ¿Y ustedes? ¿Lo evaden o también lo buscan?

Me mantuve a unos metros de la mujer, esperando su respuesta. Quizás ese tema de los asesinatos me proporcionaría alguna vía de conocimiento..nunca se sabe..

Parecía que la muchacha respondía al nombre de Eillie y que ellos eran sus hermanos pequeños. ¿Debía tragármelo? No lo sabía con certeza, ay que de ser así ¿que hermana dejaría a sus hermanos perseguir a una sanguinario asesino cuya lista de muertes solo hace crecer? Creo que la respuesta se escribía sola, pero, ante la carencia de pruebas, decidí optar por creerme esa versión de la historia....además quién sabe, había gente muy rara por Lunargenta. No le di demasiadas vueltas debido a que Eille dijo que era una buena idea juntar fuerzas para detener a dicho asesino. Definitivamente, no eran gente común. Yo por mi parte asentí con la cabeza y respondí a su frase.

-Puedes estar tranquila, los niños son muy....agradables....-dije antes de mirarlos y volver a mirar a la chica- Será un placer poder ayudaros con esto, creo que de este modo, la ciudad estará más segura para todos.

Como si la ciudad explotaba, me daba igual, pero bueno, tenía bastante curiosidad por saber quién se escondía tras los asesinatos. O era alguien con poder o alguien muy astuto para no ser cazado todavía. Ante las palabras de los dos muchachos y de la información que aportaba acerca de la rutina del asesino, me dieron luz para hacer mis propias conjeturas, sin embargo, este grupo de personas ya tenía estipulado que hacer, ir a la casa de la última víctima. Un buen punto sin duda alguna, pero con un fallo, si había sido una muerte reciente...estaba segura de que aquel lugar estaría acordonado y lleno de guardias...tan solo esperaba que estuviera equivocada al respecto.

-Muy bien, pues no nos demoremos, les acompañaré a esa casa- dije antes  de seguir al chico que nos haría de guía.

La elfa parecía saber lo que se hacía, casi me recordaba a una hermana mayor en lo que se refería a estos muchachos, sin embargo su seriedad y porte engañaban a más de uno. Tras aupar a Chimar y entrar este en la casa, nos abrió la puerta del jardín con acceso a la vivienda. Parecía que la víctima era rica, al menos, eso decía todo el dinero que la casa reflejaba valer. A pesar de tener un buen gusto para la decoración del jardín, tenía un pésimo sistema de cerraduras...ya que el muchacho no tardó nada en abrirnos la puerta...típico, gastar dinero en opulencia y no es seguridad..típico de ricos.

Nada más cruzar la puerta apoyé mi mano en el umbral de la puerta y pronuncié con un susurro una palabra: "Adverto", dejando un fulgor verde en forma de círculo alrededor de la puerta. Tras eso acompañé al resto de mis nuevos compañeros al interior de la vivienda. Como era obvio, no había nadie, pero que antes hubiera habido gente peinando la zona solo dificultaba un poco más la búsqueda de pistas. No porque las encontraran, sino por las que habrían destruido sin darse cuenta. Por otro lado la casa estaba totalmente desordenada. ¿Era por la guardia o por que el propio inquilino era un desastre? Seguramente fuera lo primero. Me adelanté tras entrar en la vivienda y comencé a pulular de un lado a otro mirando la estancia principal, el salón, donde todo estaba desordenado.

-Parece que han limpiado la zona a conciencia- dije con un leve tono antes de posar mi mirada en la pintura que yacía en mitad de la sala. -¿Porqué iba a dejarnos una pista?-dije agarrándome nuevamente la capucha- Sería demasiado fácil..a no ser que sepa que vamos detrás de él y esto solo sea un juego.

Tras encontrar Chim en el reverso una carta, la cual leyó y parecía más un acertijo que otra cosa.

-Discúlpame- Dije acercándome al cuadro mientras colocaba mi mano a poca distancia del lienzo, mientras la movía de un lado a otro sobre el dibujo. Mi intención era rastrear, aunque fuera una minucia, algo. Si no había restos de magia, el asesino era tan mortal como cualquiera de nosotros...y respiraría más tranquila si fuera un vulgar humano.

Las conjeturas de Raksha no caen en oídos sordos, sin duda parece más un juego que otra cosa. Suele ser algo común en los asesinos seriales según tiene entendido Maquiavelo, esa necesidad de querer ser perseguidos y atrapados.

No es que tenga mucha experiencia viva con el tema pero más de una vez se ha visto inmerso en las páginas de algún libro detectivesco… lástima que los agentes del orden reales sean mucho más inútiles que sus contrapartes imaginarias.

Sin duda… está jugando.

Algunas personas no se conforman solo con el pilla pilla “suspira”.

Eilydh desaparece algunos instantes, sus pasos indican que revisa las habitaciones superiores. No tarda en aparecer con un rostro difícil de leer, es claro que encontró algo aunque no parece tener respuestas.

¿Algo interesante?

Mientras Chimar pregunta, la mujer encapuchada pasa a tocar el lienzo. No comprende lo que hace aunque no se puede decir lo mismo de Canel, el pequeño brujito capta de inmediato que trata de sentir éter en la “obra de arte”.

No tiene signos, buscamos a una persona perturbada nada más.

El mocoso mago suele estudiar todo nada más arribar a un sitio, especialmente en busca de elementos arcanos. Es algo intrínseco en su naturaleza rara, para él es tan natural como respirar o comer.

Algo me dice que encontraremos otra pista en la escena del crimen anterior… lobo.

Vale, síganme de cerca “dice con una media sonrisa” a menos que quieran seguir buscando.

Es claro que el nuevo miembro no ha perdido sus pericias callejeras solo por unirse a los gorriones, pese a encontrarse en una mejor condición de vida… digamos que los viejos hábitos son difíciles de perder.

Conoce la ciudad de palmo a palmo, especialmente aquellos sitios que no suelen salir en conversaciones de gente decente. Aunque suene raro, no hay una fuente de información más veraz que cualquier niño huérfano.

Espera en la puerta entonces, dispuesto para salir. Una vez el grupo este reunido los guiara sin pausa por la carretera principal, la siguiente victima ocurrió en el paseo de la moneda, cierta área concurrida del barrio mercantil.

Ni una mísera gota de magia, esto no ha sido acto de un brujo ni de nada que se le parezca. Me incorporé nuevamente mientras lanzaba un suspiro al ire.

-Esto está seco- dije apartando la cola de mi vestido para salir de la estancia con rapidez.

"Si lo llego a saber esperaba fuera" Dije pensando para mi debido a que aquello me había parecido una pérdida de tiempo. El asesino estaba jugando con nosotros..entiendo que lo haga con esos mediocres, pero, ¿de verdad quería verme enfadada a mi? Basura inepta...cuando lo coja no quedará de él o ella ni las cenizas. Ante la tesitura de que no había nada mágico que me interesara por aquellos lares, y en la propia misión, había decidido largarme por mi paso....pero las palabras de  Chim me encendieron la bombilla.

Por traficar con carne debió pagar algo equivalente, un corte por cada lágrima ajena fue castigo suficiente. Aprendió la lección al final y eso es lo que importa...-susurré en la sala.

-Esperad- dije girándome en la puerta de la casa-  ¿El muerto era esclavista? "Por traficar con carne debió pagar...".....Eso solo puede ser un esclavista o un proxeneta -dije volviendo al cuadro- "Un corte por cada lágrima fue suficiente"...¿ Había alguna persona o personas que fueran torturadas o asesinadas por la víctima?

Me quedé mirando a Chimar y a Eilyth -No es un loco, solo alguien que intenta dar un mensaje, a excesos.... quizás podamos....bah dejadlo es absurdo...vayamos a la otra casa, es lo mejor que podemos hacer- dije nuevamente saliendo por la puerta esta vez.

Las mujeres tienen interesantes cosas que decir, detalles que Chimar ya había tomado en cuenta. En cierto modo se puede decir que todas las cabezas están sincronizadas, eso suele significar que tienen una verdad innegable.

Un vengador descarriado es menos preocupante que un asesino en serie, después de todo lo que ataca son elementos nocivos para la sociedad y no gente inocente… sonara cruel pero no por esto menos lógico.

Eso no quiere decir que es una blanca paloma haciendo su nido, después de todo este tipo de personas suelen volver sus rangos de acción muy extremos con el pasar de los días. ¿Cuánto tiempo antes de que decida que los pequeños gorriones merecen morir por vaciar algunos bolsillos?, Chim no está dispuesto a averiguarlo.

Mejor cortarle la inspiración ahora que sigue siendo medio decente, eliminar el problema antes de que verdaderamente sea un problema. De ese modo puede que incluso el paleto consiga alguna anécdota escrita en varios lugares.

Un justiciero… el tipo de personajes a los que soy alérgico.

Lobo pilla el trasfondo bastante rápido, por algo es un gorrión. Aunque se le debe dar crédito a las señoritas, especialmente el elemento encapuchado. La rapidez mental no es algo que abunde mucho en el mundo.

Recorren el camino principal pobremente concurrido por la hora y terminan en el paseo de la moneda, un área comercial bastante activa tanto de día como de noche. Suele ser el bebedero de alcohol oficial de los nobles más “aventureros”.

Cuidado con lo que pisan por aquí, no se quita la mancha fácilmente.

A veces me pregunto si el hombre es realmente la cúspide de la evolución “suspira”.

Varios pasos y algunos olores raros después, llegan hasta un conjunto de residencias. No son tan opulentas como la que dejaron atrás hace instantes pero tienen cierto estilo, de otro modo no podrían estar en el paseo de la moneda.

Es aquí, la del medio.

Nada mal Lobo, nada mal.

Luego de un gesto irónico por parte del rubio, cruzan el umbral de la casa. Canel va al lado de su hermano mayor como siempre y debido a esto los tres niños encuentran una escena divertida de golpe.

Rayos… se llevaron todo.

Buitres, no dejaron nada para los pobres huérfanos como nosotros.

La pista sigue en el lugar “les dedica una mirada sin duda alguna”.

La acotación del brujito genera un ligero suspiro en su protector directo, si Canel lo dice ya se acabó el debate. Rara vez falla y el genio está casi seguro de que no va a comenzar ahora mismo, mejor ponerse a buscar.

Bien amigos, tiempo de revisar cada rincón.

¿Es una broma verdad?

“La mirada de ironía que le pega el genio es tan fuerte que lobo se pone de inmediato a buscar”.

No pude evitar sonreír de lado ante el comentario de Chimar a los justicieros.

-Dicen que o mueres como un justiciero, o vives lo suficiente para convertirte en un villano. Que suerte que para nosotros sea lo segundo....no habrá remordimientos en cuanto le arranque sus cuerdas vocales con mi mano- dije sonriente mientras continuaba caminando.

Mientras seguíamos al pequeño muchacho por la calle hasta llegar a una de las zonas económicas de la ciudad.

-Espero que no te refieras a los meados y al vino derramado que inunda esta mugrosa zona- dije con cierto descaro- Empiezo a simpatizar con el asesino, si ha matado a alguien de por aquí no me extraña....hemos ido a parar a la zona más hipócrita de la ciudad.

Me detuve un segundo mirando la calle, como intentando localizar algo que solo conocía yo, y no pude evitar escuchar el comentario de Lobo con una mirada indiferente, ya que, habíamos llegado a la residencia. No era raro de esperar que la casa estuviera completamente desvalijada....la ciudad puede que brille por fuera, pero por dentro estaba corrupta de rateros....además el dueño muerto no iba a quejarse supongo.

-Me gustaría poder ir al dormitorio principal a investigar, si no tenéis objeción alguna. -dije mientras ya me dirigía en la búsqueda del habitáculo. La pregunta había sido más de cortesía que de pedir permiso, pero, mis motivos tenía.

Nada más llegar al habitáculo me detuve en el umbral del a puerta. Extendí mi mano hacia adelante, como buscando restos de magia, sin éxito alguno. "Al final solo voy a encontrar un demente ordinario..que lástima" Pensaba para mis adentros mientras continuaba caminando por la alcoba hasta recaer en la pintura que la adornaba. La verdad no fue dificil de encontrar ya que la estancia había sido vaciada con anterioridad, lo que dejaba claro, que el asesino había vuelto para dejarnos otro de sus enigmas aqui.... así que me dirigí al cuadro para examinarlo antes de que llegara el resto.

¿Maestro asesino o noble reservado?, la ignorancia de sus vecinos le daba seguridad, al final solo hizo falta dolor para que la bestia gritara como presa.

¿Otra venganza particular? Parecía que ahora había sido el cazador cazado, y nunca mejor dicho. Cogí la pintura de la pared y comencé a revisarla con detenimiento mientras escuchaba tras de mi los pasos del resto subiendo hacia la estancia. Rápidamente pasé la mano por el cuadro con el objetivo de detectar algo, pero Chimar había entrado junto al resto.

-Os iba a avisar ahora mismo- dije dejando el cuadro sobre la pared nuevamente.- La nota dice :¿Maestro asesino o noble reservado?, la ignorancia de sus vecinos le daba seguridad, al final solo hizo falta dolor para que la bestia gritara como presa. -finalicé con un suspiro.

-Empieza a cansarme tanto enigma...y ahora parece que la víctima es alguien que fingía ser algo que no era..típico-me di media vuelta y me fui hacia la ventana del cuarto, dejandoles la zona libre al resto para que vieran el cuadro con calma mientras yo pensaba mirando al jardín.

Eilydh escuchó con atención las suposiciones de la chica y las miradas de frustración que Lobo lanzaba al resto del equipo sin saber muy bien a que atenerse ni como tomar las evidencias que estabamos encontrando. Eilydh se sentía practicamente igual que el chico, por ello quizás le hizo gracia su cara de exasperación cuando la siguiente pista era aún más entrevesada que la anterior.

Posó los dedos alrededor del cuadro como pensando en lo que iba a decir y admirando la pintura. Se le erizaron los cabellos de la nuca. El tono rojizo de la pintura, el amarillo tostado con el que resaltaba los elementos donde quería que se enfocasen los admiradores de aquella pieza.


-Un hombre lobo- Dijo simplemente la chica, como si fuese evidente- Bestia  y presa en la misma frase. Ignorancia de vecinos. No sería la primera vez que un hombre lobo viviese camuflado entre humanos simplemente resguardado de sus vecinos en noches de luna llena por sus paredes. El caso esque... este asesino no estaba muy por la labor de dejar que ese pobre hombre lobo.. o lo que fuese viviese en secreto. Se ve que lo mató a sangre fría convirtiéndolo en la ... presa?- dijo haciendo ella misma sus suposiciones.

No estaba muy segura de si estaba en lo cierto, pero aquello explicaría el por qué la guardia se llevó cualquier objeto que pudiese implicarlo. Cualquier hombre lobo sin registro de ello es una posible amenaza en un lugar como Lunargenta. Se ve que  el asesino justiciero se adelantó a la guardia... si tan solo no lo hubiese matado sino esperado un poco a la via judicial para su castigo..

Pero entonces no estarían ante tal desafío. Y todo sería mucho, mucho más fácil.

-Ese ojo en si en la pintura también podría ser la Luna.. que sé yo- dijo Eilydh, de nuevo sintiendo que quizás estaba en un enorme error... o había dado justo con algo importante.

La nueva nota genera cierto escalofrió en el niño genio, nuevamente otra frase aterradora. Sin duda escucharla por boca de una mujer no disminuye su mal impacto, el asesino tiene un talento innato con la literatura de horror.

Qué lindo…

Raksha no parece muy animada con el juego que llevan y no es para menos, Lobo está claramente de su parte. Bailar al vals de un demente no genera buenas sensaciones en nadie… con excepción quizás de Maquiavelo quien no puede evitar sonreír al ver su intelecto puesto a prueba.

Al final Eilydh viene con una teoría extraña que si bien supone mucho basándose en poco tiene algunos detalles que encajan, parece que el pequeño intelectual no es el único que puede formular hipótesis.

Interesante.

Ciertamente Chim no conoce muchos hombres lobo pero con los pocos que ha logrado coincidir pudo formar buen vínculo, por otro lado sabe poco acerca su forma de vida. Bien conoce que su condición suele ser tomada como maldición aunque nada más.

No hay forma de saber a ciencia cierto si la teoría de su compañera es real por obvias razones, a menos que el polvo pueda dar pistas están en un enorme callejón sin salida en ese aspecto particular.

Canel se muestra particularmente atraído por la pintura luego de las palabras que expresa el elemento elfico, claro que al final termina negando con la cabeza. No es difícil deducir que su hermano mayor sigue en las mismas.

Creo que lo mejor será ir a la escena del crimen anterior.

Pero “hace un ruido infantil de aburrimiento” hay veinte víctimas, ¡Pasaremos toda la noche!

Ante tal acotación Chim no puede evitar suspirar, puede estar entreteniéndose pero sigue siendo un mocoso y todo mocoso odia las cosas repetitivas. Medita algunos instantes tratando de idear cualquier atajo pero al final es el brujito quien salva la noche.

En el jardín hay un mensaje.

Dice señalando la ventana por donde su aliada encapucha observa ahora mismo, pronto todos los niños se abalanzan al mismo lugar. Por desgracia solo una persona adulta puede tener vista panorámica del exterior… algo que no le cae nada bien al segundo líder gorrión.

Típico… solo para frijoles.

La teoría de la elfa estaba mucho más cuidada sin lugar a dudas. La verdad es que no había caído en su percepción del problema..debía estar perdiendo facultades. La cuestión es que tenía razón suficiente para que asintiera a sus conjeturas, no sin antes ver como Chimar y Canel sacaban las suyas. Mientras miraba por la ventana del aposento, perdida en mis propias deducciones por unos breves segundos, Chimar propuso volver al escenario anterior. Rápidamente me giré para responderle con un tono seco.
-¿Más vueltas? Oh no muchacho, esto no es un carrusel donde un demente nos tiene andando toda la noche por la ciudad de aqui para allá para resolver sus enfermizos acertijos..creo que es hora de adelantarnos por una ve...-mis palabras se cortaron por uno de los críos, que decía " En el jardín hay un mensaje." Así que volví a posar la vista sobre los setos, y efectivamente había otro mensaje.


Cogí aire haciendo un ademán para que la elfa viniera a ver el mensaje, cesándole mi sitio en la entana mientras me dirigía al umbral de la puerta para salir del cuarto, y de la casa.

- Como no esté allí juro que solo le buscaré para poder quemarle los intestinos lentamente-dije con cierto enfado mientras bajaba las escaleras.