Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Ciertamente no era mi aventura más heroica, pues en todo el viaje no habíamos parado de huir de una cosa, luego de otra, luego de otra, y cada salida de un problema solo nos llevaba a otro peor; el momento había puesto a prueba la velocidad de todo el grupo y nuevamente nos habían rebotado de esa sala sin encontrar mayor cosa, corrí como el viento y logré salir antes que el grupo, pues solo la gata llegaba a plantarme cara en velocidad y finalmente ella se quedó atrás para cerrar la puerta en cuando el elfo cruzó a través de ella.
Observé con cierto espanto como el polvo a las orillas de la puerta caían con cada golpe que daban en el interior, las criaturas acabaron estrellándose aparatosamente contra la puerta y luego entre ellas, y golpearon unas cuantas veces más antes de desistir pero finalmente los ruidos cesaron. El par de elfos exponían y presumían sus hallazgos mientras que el pequeño brujo y yo habíamos regresado con las manos vacías -Pues no nos creerán lo que encontramos- Dije luego que terminaron de mostrar sus tarjetitas -Había un gran tesoro- Miré a la gata mientras abría los brazos tanto como alcanzaba -Jamás había visto tanto dinero junto- Miré al pequeño Canel para evitar que me desmintiera -Había una puerta que decía “Por aquí se sale… Pero no se admiten gatos”- Finalmente ya no pude aguantar la risa y se cayó mi poco creíble relato -Ya, es broma, no encontramos na…- Levanté la mirada aun sin saber a dónde mirar.
Y ahí íbamos de nuevo, cuando parecía que salíamos del peligro, resulta que apenas comenzaba algo peor -Oh, oh- Murmuré mirando hacia arriba ante un nuevo peligro -No es por ser molesto, o señalar lo obvio, pero tal vez deberíamos irnos… rápido- Y es que no era un gran descubrimiento, debíamos irnos hacía ya un largo rato, pero la gravedad del asunto no era solo tener que huir, sino que después de cada amenaza, este lugar había sido el sitio seguro al cual volver, por lo que la elección de la próxima puerta debería ser deinitiva ante la evidente imposibilidad de volver.
No creo que sean las mismas cosas, parece algo más grande- Respondí al elfo de nombre extraño -Más grande significa más hambriento- Acoté mientras señalaba la siguiente puerta -Es hora de probar si las tarjetitas nos pueden llevar a la salida antes que esa cosa baje y nos…- Un primer bulto cayó a unos metros de nosotros, al detallarlo bien parecía una especie de capullo del que luego salió una más de aquellas criaturas que infestaban todo ese lugar -De prisa- Un segundo capullo pegajoso cayó unos instantes después y una más de aquellas criaturas salió, se veían atontados y confundidos pero no tardarían en apuntarnos como su primer alimento.
Y a pesar de lo grave que aquello resultaba, aún no era lo peor, algo más grande aún se movía acercándose por encima de nosotros sin que pudiésemos llegar a verlo -En la puerta donde entramos había unas esferas extrañas, una especie de guardianes- Recordé en medio de la presión -Si consiguiéramos más de ellos y les señalamos a las criaturas como hostiles, tal vez puedan encargarse por nosotros y no de nosotros- Sugerí aunque tampoco estaba seguro que fuera un buen plan, me acerqué a uno de aquellos bichos y le di una patada que lo estrelló contra la pared aunque sin causarle mayores daños, incluso la hice peor pues cayeron otros dos capullos y no parecía que fueran a dejar de caer pues en el techo se podía ver muchos de ellos colgados.
Observé con cierto espanto como el polvo a las orillas de la puerta caían con cada golpe que daban en el interior, las criaturas acabaron estrellándose aparatosamente contra la puerta y luego entre ellas, y golpearon unas cuantas veces más antes de desistir pero finalmente los ruidos cesaron. El par de elfos exponían y presumían sus hallazgos mientras que el pequeño brujo y yo habíamos regresado con las manos vacías -Pues no nos creerán lo que encontramos- Dije luego que terminaron de mostrar sus tarjetitas -Había un gran tesoro- Miré a la gata mientras abría los brazos tanto como alcanzaba -Jamás había visto tanto dinero junto- Miré al pequeño Canel para evitar que me desmintiera -Había una puerta que decía “Por aquí se sale… Pero no se admiten gatos”- Finalmente ya no pude aguantar la risa y se cayó mi poco creíble relato -Ya, es broma, no encontramos na…- Levanté la mirada aun sin saber a dónde mirar.
Y ahí íbamos de nuevo, cuando parecía que salíamos del peligro, resulta que apenas comenzaba algo peor -Oh, oh- Murmuré mirando hacia arriba ante un nuevo peligro -No es por ser molesto, o señalar lo obvio, pero tal vez deberíamos irnos… rápido- Y es que no era un gran descubrimiento, debíamos irnos hacía ya un largo rato, pero la gravedad del asunto no era solo tener que huir, sino que después de cada amenaza, este lugar había sido el sitio seguro al cual volver, por lo que la elección de la próxima puerta debería ser deinitiva ante la evidente imposibilidad de volver.
No creo que sean las mismas cosas, parece algo más grande- Respondí al elfo de nombre extraño -Más grande significa más hambriento- Acoté mientras señalaba la siguiente puerta -Es hora de probar si las tarjetitas nos pueden llevar a la salida antes que esa cosa baje y nos…- Un primer bulto cayó a unos metros de nosotros, al detallarlo bien parecía una especie de capullo del que luego salió una más de aquellas criaturas que infestaban todo ese lugar -De prisa- Un segundo capullo pegajoso cayó unos instantes después y una más de aquellas criaturas salió, se veían atontados y confundidos pero no tardarían en apuntarnos como su primer alimento.
Y a pesar de lo grave que aquello resultaba, aún no era lo peor, algo más grande aún se movía acercándose por encima de nosotros sin que pudiésemos llegar a verlo -En la puerta donde entramos había unas esferas extrañas, una especie de guardianes- Recordé en medio de la presión -Si consiguiéramos más de ellos y les señalamos a las criaturas como hostiles, tal vez puedan encargarse por nosotros y no de nosotros- Sugerí aunque tampoco estaba seguro que fuera un buen plan, me acerqué a uno de aquellos bichos y le di una patada que lo estrelló contra la pared aunque sin causarle mayores daños, incluso la hice peor pues cayeron otros dos capullos y no parecía que fueran a dejar de caer pues en el techo se podía ver muchos de ellos colgados.
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Salen de la trampa mortal por los pelos, garantizándose algunos minutos de tranquilidad gracias al bloqueo de la puerta. Por lógica si no entiendes algo tecnológico… la mejor opción es golpearlo hasta que haga lo que quieres, buena jugada de la gata.
Chimar suspira agitado intentando por todos los medios recuperar su ritmo normal, al lado de un terriblemente calmado Canel. Es sorprendente como el brujito mantiene la compostura en toda situación posible.
“Irónicamente le tiene miedo al pan tostado…”
Con tiempo para conversar viene siendo hora de dar un recuento de la exploración, algo promovido por Niniel. Es suficiente con decir que cada sección es más mortífera que la anterior y deben salir rápido.
Mientras Maquiavelo se distrae con las tarjetas para buscar un patrón, su colega de escaso tamaño toma una de las barras que suelta Catherine y se pone a comerla como si fuera cosa de todos los días.
Pues quizás… ¡¡Mil rayos Canel!!
Sabe a fresa “dice con la boca llena”.
El niño genio toma la extraña barra comestible y le observa con desconfianza, esto en todo momento complementado por una mirada inteligente del enano hechicero. Es como si dijera “adelante pruébalo”.
Por un momento el intelectual barajea la opción de arrojar la cosa al suelo y hacer vomitar a su hermanito… saber cómo ese pensamiento cambia al de querer morder el jodido artículo es difícil de adivinar.
Pues “mastica con desconfianza” si sabe a fresa.
Por desgracia no hay tiempo para mayores trivialidades, algo grande camina dentro del techo. Con cada movimiento cae un capullo asqueroso que deja salir nada más y nada menos que un engendro bebe.
Felicidades, es un varón…
No hay que ser un genio para saber que deben moverse aunque en esta oportunidad es el pequeño mago quien hace los planes, toma una de las tarjetas y se acerca a cierto control lateral que parece tener un gemelo en el sentido contrario.
Dos llaves, dos personas, eso abre la última puerta.
¿Y adentro hay…?
Desconocido.
Me vale “corre al extraño mando e inserta la tarjeta en sincronía con Canel lo que ocasiona el inicio de una apertura lenta”.
Chimar suspira agitado intentando por todos los medios recuperar su ritmo normal, al lado de un terriblemente calmado Canel. Es sorprendente como el brujito mantiene la compostura en toda situación posible.
“Irónicamente le tiene miedo al pan tostado…”
Con tiempo para conversar viene siendo hora de dar un recuento de la exploración, algo promovido por Niniel. Es suficiente con decir que cada sección es más mortífera que la anterior y deben salir rápido.
Mientras Maquiavelo se distrae con las tarjetas para buscar un patrón, su colega de escaso tamaño toma una de las barras que suelta Catherine y se pone a comerla como si fuera cosa de todos los días.
Pues quizás… ¡¡Mil rayos Canel!!
Sabe a fresa “dice con la boca llena”.
El niño genio toma la extraña barra comestible y le observa con desconfianza, esto en todo momento complementado por una mirada inteligente del enano hechicero. Es como si dijera “adelante pruébalo”.
Por un momento el intelectual barajea la opción de arrojar la cosa al suelo y hacer vomitar a su hermanito… saber cómo ese pensamiento cambia al de querer morder el jodido artículo es difícil de adivinar.
Pues “mastica con desconfianza” si sabe a fresa.
Por desgracia no hay tiempo para mayores trivialidades, algo grande camina dentro del techo. Con cada movimiento cae un capullo asqueroso que deja salir nada más y nada menos que un engendro bebe.
Felicidades, es un varón…
No hay que ser un genio para saber que deben moverse aunque en esta oportunidad es el pequeño mago quien hace los planes, toma una de las tarjetas y se acerca a cierto control lateral que parece tener un gemelo en el sentido contrario.
Dos llaves, dos personas, eso abre la última puerta.
¿Y adentro hay…?
Desconocido.
Me vale “corre al extraño mando e inserta la tarjeta en sincronía con Canel lo que ocasiona el inicio de una apertura lenta”.
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Saber que aquellas tarjetas eran alguna clase de llave solo era la mitad de la posible solución a sus problemas. Descubrir cómo funcionaban y dónde, era la otra mitad de la ecuación, pero incluso Chimar parecía tener sus dudas al respecto. Quizá no fuesen tan habituales dentro de la magia de metal como las llaves lo eran en el día a día de las gentes de Aerandir. O quizá es que las puertas de la esfera del inventor usaban un sistema distinto y aún más extraño para abrirse.
¿Cómo debía sentirse vivir en un lugar tan parecido a aquella "ciudad roja"? Debía de ser bastante agobiante...Claro que para una elfa como ella, hasta una ciudad humana era...diferente y algo incómoda. Además difícilmente el hogar de los gorriones tendría una plaga tan peligrosa como la que allí sufrían.
-Quizás me sirve ahora mismo. Es mucho mejor que seguir aquí parados esperando que nos coman.- Decidió la peliblanca mientras veía como desde los tubos comenzaban a caer lo que parecía una fase menos desarrollada y crecida de las criaturas que no habían dejado de atormentarlos. -Esto se vuelve mas asqueroso por momentos.- Añadió tras ver caer un par de aquellos capullos y a una especie de larva horrenda saliendo de uno de ellos.
-Cuesta de creer que cuando nacen son aún más feos.- Se quejó la felina pelirroja, aplastando un capullo cercano y desparramando por el suelo una sustancia rojiza pringosa que soltó un poco de gas rojizo. -Usan el asco como mecanismo de supervivencia y ese maldito gas, cuidado- Añadió tratando de limpiarse la bota con presteza y alejándose un poco. Por suerte parecía que el gas que liberaba cada uno al ser aplastado era mínimo.
En ese momento, Canel, demostrando de nuevo que su extraña manera de ver el mundo era tan lógica como útil, y tras tragar media barra centenaria con sorprendente sabor a fresa, no tardó en plantear un posible curso de acción. Percibiendo que las tarjetas encontradas encajaban en una especie de ranura lateral, logró junto con Chimar que la última de las puertas del lugar comenzase a abrirse. Aunque lo hizo de de una forma tan lenta que denotaba que algo no va bien.
-Vamos estúpida puerta, no nos hagas esto ahora...- Catherine se acercó dispuesta incluso a propinarle una patada a aquella plancha de metal para que subiera más rápido...Menos mal que no lo hizo.
Una serie de cuchillas y colmillos ansiosos de carne comenzaron a tratar de alcanzarlos, asomándose por debajo de la puerta entreabierta, gruñendo y babeando, despidiendo una pequeña cantidad de aquel gas toxico y tratando de alcanzarlos a la vez que hacían lo posible por forzar la puerta hacia arriba y poder de ese modo llegar hasta el grupo. Sin éxito momentáneamente.
Estaba claro que por allí no podrían avanzar...De hecho la avería de la puerta les había salvado la vida...Aunque no les retendría mucho más, como dejaban claro los chirridos metálicos que sonaban como agudos lamentos de esfuerzo.
-Joder...están por todas partes.- Maldijo la gata retrocediendo tras haber dado un salto hacia atrás con el que casi toca el techo.
-Solo nos queda una opción. Vamos antes de que sea tarde.- Instó la peliblanca guiando al grupo de vuelta por el pasillo por el que habían llegado hasta allí, regresando tan rápido como pudo a la zona del montacargas. Ante la puerta con los seis paneles que antes no habían podido abrir.
-Usad las tarjetas, rápido. Intentad abrir o activar el montacargas.- Instó a los chicos antes de girarse para encarar de nuevo hacia el pasillo. Escuchando como algunas de esas larvas, a pesar de su tamaño, se afanaban por seguirlos y atacarle. Teniendo que golpear a una con el extremo de su bastón y enviándola por los aires de vuelta por donde había venido. Catherine no dudo tampoco en comenzar a repartir patadas, pero aunque llegasen poco a poco, aquellas cosas parecían no tener fin, y cuando la puerta estropeada no pudiera retener a sus hermanos mayores...
Al deslizar las tarjetas por los paneles de control más cercanos a la gran puerta, Chimar y Canel verían que en el resto de paneles se activaban y mostraban sendas luces verdes. El mensaje estaba claro. Seis personas debían tocar los seis paneles a la vez para que las puertas se abrieran. Gracias a los dioses, o a que el montacargas solo se había activado al detectar a seis personas, contaban con el número necesario para ello, pero...¿Acaso podían permitirse que los seis a la vez dieran la espalda a las criaturas que les atosigaban sin cesar?
¿Cómo debía sentirse vivir en un lugar tan parecido a aquella "ciudad roja"? Debía de ser bastante agobiante...Claro que para una elfa como ella, hasta una ciudad humana era...diferente y algo incómoda. Además difícilmente el hogar de los gorriones tendría una plaga tan peligrosa como la que allí sufrían.
-Quizás me sirve ahora mismo. Es mucho mejor que seguir aquí parados esperando que nos coman.- Decidió la peliblanca mientras veía como desde los tubos comenzaban a caer lo que parecía una fase menos desarrollada y crecida de las criaturas que no habían dejado de atormentarlos. -Esto se vuelve mas asqueroso por momentos.- Añadió tras ver caer un par de aquellos capullos y a una especie de larva horrenda saliendo de uno de ellos.
-Cuesta de creer que cuando nacen son aún más feos.- Se quejó la felina pelirroja, aplastando un capullo cercano y desparramando por el suelo una sustancia rojiza pringosa que soltó un poco de gas rojizo. -Usan el asco como mecanismo de supervivencia y ese maldito gas, cuidado- Añadió tratando de limpiarse la bota con presteza y alejándose un poco. Por suerte parecía que el gas que liberaba cada uno al ser aplastado era mínimo.
En ese momento, Canel, demostrando de nuevo que su extraña manera de ver el mundo era tan lógica como útil, y tras tragar media barra centenaria con sorprendente sabor a fresa, no tardó en plantear un posible curso de acción. Percibiendo que las tarjetas encontradas encajaban en una especie de ranura lateral, logró junto con Chimar que la última de las puertas del lugar comenzase a abrirse. Aunque lo hizo de de una forma tan lenta que denotaba que algo no va bien.
-Vamos estúpida puerta, no nos hagas esto ahora...- Catherine se acercó dispuesta incluso a propinarle una patada a aquella plancha de metal para que subiera más rápido...Menos mal que no lo hizo.
Una serie de cuchillas y colmillos ansiosos de carne comenzaron a tratar de alcanzarlos, asomándose por debajo de la puerta entreabierta, gruñendo y babeando, despidiendo una pequeña cantidad de aquel gas toxico y tratando de alcanzarlos a la vez que hacían lo posible por forzar la puerta hacia arriba y poder de ese modo llegar hasta el grupo. Sin éxito momentáneamente.
Estaba claro que por allí no podrían avanzar...De hecho la avería de la puerta les había salvado la vida...Aunque no les retendría mucho más, como dejaban claro los chirridos metálicos que sonaban como agudos lamentos de esfuerzo.
-Joder...están por todas partes.- Maldijo la gata retrocediendo tras haber dado un salto hacia atrás con el que casi toca el techo.
-Solo nos queda una opción. Vamos antes de que sea tarde.- Instó la peliblanca guiando al grupo de vuelta por el pasillo por el que habían llegado hasta allí, regresando tan rápido como pudo a la zona del montacargas. Ante la puerta con los seis paneles que antes no habían podido abrir.
-Usad las tarjetas, rápido. Intentad abrir o activar el montacargas.- Instó a los chicos antes de girarse para encarar de nuevo hacia el pasillo. Escuchando como algunas de esas larvas, a pesar de su tamaño, se afanaban por seguirlos y atacarle. Teniendo que golpear a una con el extremo de su bastón y enviándola por los aires de vuelta por donde había venido. Catherine no dudo tampoco en comenzar a repartir patadas, pero aunque llegasen poco a poco, aquellas cosas parecían no tener fin, y cuando la puerta estropeada no pudiera retener a sus hermanos mayores...
Al deslizar las tarjetas por los paneles de control más cercanos a la gran puerta, Chimar y Canel verían que en el resto de paneles se activaban y mostraban sendas luces verdes. El mensaje estaba claro. Seis personas debían tocar los seis paneles a la vez para que las puertas se abrieran. Gracias a los dioses, o a que el montacargas solo se había activado al detectar a seis personas, contaban con el número necesario para ello, pero...¿Acaso podían permitirse que los seis a la vez dieran la espalda a las criaturas que les atosigaban sin cesar?
Níniel Thenidiel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Como si ya no tuvieran suficientes problemas, del techo comenzaron a caer viscosos envoltorios orgánicos, que parecían ser algún tipo de crisálida donde las larvas de aquellas horripilantes criaturas se desarrollaban, aparentemente mas allá de provocar asco a la vista... no representaban ningún peligro aparente, ni siquiera cuando las larvas comenzaron a romper sus capullos para emerger entre desagradables chillidos, arrastrándose hacia cualquiera de los presentes, demostrando que a pesar de su vulnerabilidad... hacían gala de la ferocidad que habían heredado de sus semejantes adultos... resultandole a Al'theas una situación fascinante a la par que inquietante.
¿Como habían acabado estas larvas aquí? ¿estuvieron siempre aquí? ¿habían caído en una trampa donde resulta que aquel lugar era el nido de sus crías a la espera de que cualquier cosa se ofreciera como alimento como victima de su ignorancia?
Muchas preguntas se formaron en esos momentos, pero la mas importante de todas era... ¿donde demonios estaba la salida?
-Tenemos que salir de aquí... ahora...- Pronuncio Al'theas en un tono calmado, pero alerta con su escudo alzado, quizás los demás no se habían percatado aun, pero si este lugar era el nido de aquellas bestias... era bien seguro que los adultos vendrían a la desesperada defender a sus retoños y no debían estar ahí para entonces.
Chimar y Canel hicieron lo propio con las tarjetas que el grupo había encontrado, se sincronizaron para activar el mecanismo que abría la puerta... pero esta parecía abrirse con dificultad, retrasando la huida.
Catherine se dispuso a intentar forzar la puerta ella misma, pero su sorpresa fue mayúscula cuando garras y afilados dientes asomaron bajo aquella puerta en un intento de de alcanzarla, haciendo que abandonara la idea.
-Ya están aquí...- Dijo el caballero esmeralda, que se abrió camino hasta interponerse entre Catherine y la puerta, la cual estaba empezando a ser forzada por aquellos monstruos y no tardarían en poder llegar a ellos.
Al'theas estaba dispuesto a recibir a los invasores con su escudo y su hoja, pero la sacerdotisa indico al grupo dirigirse hacia la zona del montacargas, instando al caballero retroceder junto a ellos a medida que aplastaba a algunas de aquellas larvas por el camino casi por accidente.
Aparentemente el dúo de jóvenes ingenieros casi habían logrado reactivar el montacargas, pero ahora estaba el problema de tener que activar un panel todos juntos... justo cuando se escucho la puerta del otro lado ceder, permitiendo a las criaturas entrar en tropel, impidiendo al grupo que le diera tiempo a hacer nada.
-¡Necesitamos solo un poco de tiempo!... ¡tiene que haber alguna forma de retener a estas bestias!- Grito el caballero a medida que alzaba su escudo frente al grupo, interceptando a la primera de las criaturas que se lanzo sobre ellos y recibiendo la estocada mortal de la hoja de Al'theas.
Aprovechando cada segundo que tenia entre los continuos ataques, el elfo aprovechaba para divisar su alrededor, tenia que haber una forma de cerrar aquel grifo de criaturas... y fue entonces cuando vio algo justo antes de que otro de esos bichos se precipitara contra el elfo, esquivando su ataque para luego decapitarlo de un tajo con su hoja.
-¡Allí arriba!- Grito, señalando con la hoja de su espada la parte superior de la entrada por la que las criaturas entraban, había una especie de plancha metálica, gruesa, que quizás pudo haber sido una especie de muralla que impedía el acceso al interior del complejo previo al montacargas, la cual estaba sujeta por lo que parecía ser unos ganchos y bisagras de metal.
En ese mismo momento, un perturbador rugido se alzo entre el grupo de criaturas que estaban entrando, era una criatura de mayor tamaño que las demás... arrastrándose, haciendo rectar su cuerpo, como si fuera una especie de cobra monstruosa, con dos brazos que acababan en una especie de guadañas organizas afiladas, abriendo sus fauces y emitiendo un espantoso chillido del que babeaba en abundancia sobre sus colmillos.
Al'theas no dudo, centro su atención en el nuevo invitado no deseado, esperando que los demás pudieran lidiar con las otras criaturas.
El caballero cargo contra el monstruo, el cual le recibió con un golpe de una de sus guadañas parándolo en seco, golpeando contundentemente su escudo, momento que el elfo aprovecho para golpear con su hoja de forma vertical el abdomen de aquella abominación... pero su piel era demasiado gruesa, apenas le hizo nada, y con su segundo brazo guadaña aparto a un lado el escudo de Al'theas lo justo para poder propinarle un segundo ataque. Si el caballero no hubiera desviado aquel ataque con su hoja, aquel brazo en forma de guadaña le habría atravesado el pecho, pero en su lugar le atravesó el muslo, haciendo gritar al caballero de dolor y furia.
Un segundo ataque de la criatura habría acabado con el elfo, si no hubiera vuelto a cubrirse con su escudo, haciéndole volar un par de metros a la par que se desenganchaba violentamente de la guadaña que le provoco la herida en la pierna, sangrando en grandes cantidades y tiñendo el suelo metálico con su sangre... luchando por levantarse... mientras era rodeado por las criaturas de menor tamaño relamiéndose ante una presa que hasta ahora había resultado esquiva.
¿Como habían acabado estas larvas aquí? ¿estuvieron siempre aquí? ¿habían caído en una trampa donde resulta que aquel lugar era el nido de sus crías a la espera de que cualquier cosa se ofreciera como alimento como victima de su ignorancia?
Muchas preguntas se formaron en esos momentos, pero la mas importante de todas era... ¿donde demonios estaba la salida?
-Tenemos que salir de aquí... ahora...- Pronuncio Al'theas en un tono calmado, pero alerta con su escudo alzado, quizás los demás no se habían percatado aun, pero si este lugar era el nido de aquellas bestias... era bien seguro que los adultos vendrían a la desesperada defender a sus retoños y no debían estar ahí para entonces.
Chimar y Canel hicieron lo propio con las tarjetas que el grupo había encontrado, se sincronizaron para activar el mecanismo que abría la puerta... pero esta parecía abrirse con dificultad, retrasando la huida.
Catherine se dispuso a intentar forzar la puerta ella misma, pero su sorpresa fue mayúscula cuando garras y afilados dientes asomaron bajo aquella puerta en un intento de de alcanzarla, haciendo que abandonara la idea.
-Ya están aquí...- Dijo el caballero esmeralda, que se abrió camino hasta interponerse entre Catherine y la puerta, la cual estaba empezando a ser forzada por aquellos monstruos y no tardarían en poder llegar a ellos.
Al'theas estaba dispuesto a recibir a los invasores con su escudo y su hoja, pero la sacerdotisa indico al grupo dirigirse hacia la zona del montacargas, instando al caballero retroceder junto a ellos a medida que aplastaba a algunas de aquellas larvas por el camino casi por accidente.
Aparentemente el dúo de jóvenes ingenieros casi habían logrado reactivar el montacargas, pero ahora estaba el problema de tener que activar un panel todos juntos... justo cuando se escucho la puerta del otro lado ceder, permitiendo a las criaturas entrar en tropel, impidiendo al grupo que le diera tiempo a hacer nada.
-¡Necesitamos solo un poco de tiempo!... ¡tiene que haber alguna forma de retener a estas bestias!- Grito el caballero a medida que alzaba su escudo frente al grupo, interceptando a la primera de las criaturas que se lanzo sobre ellos y recibiendo la estocada mortal de la hoja de Al'theas.
Aprovechando cada segundo que tenia entre los continuos ataques, el elfo aprovechaba para divisar su alrededor, tenia que haber una forma de cerrar aquel grifo de criaturas... y fue entonces cuando vio algo justo antes de que otro de esos bichos se precipitara contra el elfo, esquivando su ataque para luego decapitarlo de un tajo con su hoja.
-¡Allí arriba!- Grito, señalando con la hoja de su espada la parte superior de la entrada por la que las criaturas entraban, había una especie de plancha metálica, gruesa, que quizás pudo haber sido una especie de muralla que impedía el acceso al interior del complejo previo al montacargas, la cual estaba sujeta por lo que parecía ser unos ganchos y bisagras de metal.
En ese mismo momento, un perturbador rugido se alzo entre el grupo de criaturas que estaban entrando, era una criatura de mayor tamaño que las demás... arrastrándose, haciendo rectar su cuerpo, como si fuera una especie de cobra monstruosa, con dos brazos que acababan en una especie de guadañas organizas afiladas, abriendo sus fauces y emitiendo un espantoso chillido del que babeaba en abundancia sobre sus colmillos.
Al'theas no dudo, centro su atención en el nuevo invitado no deseado, esperando que los demás pudieran lidiar con las otras criaturas.
El caballero cargo contra el monstruo, el cual le recibió con un golpe de una de sus guadañas parándolo en seco, golpeando contundentemente su escudo, momento que el elfo aprovecho para golpear con su hoja de forma vertical el abdomen de aquella abominación... pero su piel era demasiado gruesa, apenas le hizo nada, y con su segundo brazo guadaña aparto a un lado el escudo de Al'theas lo justo para poder propinarle un segundo ataque. Si el caballero no hubiera desviado aquel ataque con su hoja, aquel brazo en forma de guadaña le habría atravesado el pecho, pero en su lugar le atravesó el muslo, haciendo gritar al caballero de dolor y furia.
Un segundo ataque de la criatura habría acabado con el elfo, si no hubiera vuelto a cubrirse con su escudo, haciéndole volar un par de metros a la par que se desenganchaba violentamente de la guadaña que le provoco la herida en la pierna, sangrando en grandes cantidades y tiñendo el suelo metálico con su sangre... luchando por levantarse... mientras era rodeado por las criaturas de menor tamaño relamiéndose ante una presa que hasta ahora había resultado esquiva.
Al'theas Tinarandel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Contrario a todo sentido común e instinto de autopreservación el pequeño niño raro se comió una de aquellas cosas añejadas en el tiempo, arrugué la cara con un gesto de angustia esperando el momento en que la comida regresara por donde había entrado pero por suerte no sucedió, incluso convenció a su compañero de unirse al festión -Niños...- Murmuré negando con la cabeza, quién diría que tendríamos ese remanso de paz en medio de tanto caos, aunque no duraría mucho con la aparición de aquellos capullos, había que abrir la puerta usando las tarjetas y los niños lo consiguieron usando su intuición.
No tardaron mucho en encontrar la manera, y aunque la solución iba algo lenta, era algo que deberíamos agradecer luego, pues apenas comenzó a elevarse la puerta, se asomaron unas peligrosas amenazas bajo esta y casi se llevan a la gatita -Eso no se ve bien, y no lo veo pero estoy seguro que no se ve bien- Señalé a la puerta tras la cual se encontraba aquella cosa y aprobé de inmediato la idea de Niniel. Al retroceder pisé un par de esas cosas que llovían sobre nosotros y mis botas se llenaron el pegoste de vísceras -Rayos- Continué corriendo al tiempo que dejaba el camino marcado con las entrañas del animalejo pisado.
Odio el seis- Dije al ver el dilema con el que nos habíamos encontrado, seis personas debían activar la salida a la vez, pero al menos uno debía quedarse atrás para hacer tiempo, no podíamos quedarnos a pensar qué hacer, sino actuar de inmediato, algo que el valiente elfo entendió de inmediato y se lanzó a la carga. Al principio las pequeñas larvas babosas no representaban un gran problema, pero luego fueron apartadas como basura por una de las guadañas que llevaba como extremidades -Pero qué… es… eso…- Abrí los ojos como platos y contemplé con tristeza al elfo marchando hacia su muerte, una muerte bastante honorable, tal vez prendiera una velita en su nombre luego.
Oh rayos- Recordé que debíamos ser seis para activar el camino a la salida, no podía dejar que el elfo muriera y vaya que la estaba pasando mal, aunque en medio de su heroica locura parecía haber trazado un plan, uno bastante arriesgado pero poco más quedaba por hacer -Y aquí vamos de nuevo- Creí entender el plan del elfo suicida, el problema era hacer que lo que estaba pensando funcionara -¡Hey, por aquí, cabeza de tenedor!- Grité agitando los brazos para llamar la atención de esa cosa y alejarla del herido, la bestia se detuvo y giró su cabeza con toda la boca abierta para luego comenzar a avanzar en mi dirección.
Genial, tengo su atención, ¿ahora qué?- Tras rodear a la criatura y quedar justo bajo la plancha metálica saqué mis dagas, las miré con tristeza al ver que las filosas garras de la bestia eran al menos el triple de grandes -Bueno, podría ser peor- Esperé a que la bestia atacara primero, una de sus extremidades lanzó un corte vertical y se incrustó en el piso dándome apenas un instante para moverme a un lado y lanzar un corte con mis dagas a su abdomen, uno que tristemente no le hizo nada, el filo de las dagas rebotó contra su dura coraza -Ok, ya es peor- Retrocedí de inmediato para evitar su otra extremidad.
Miré la plancha sobre mí, no tenía manera de llegar a ella o al menos no fácilmente y si llegaba ¿Cómo iba a desprenderla? Era una terrible idea, aunque seguramente el chico de la ballesta tendría algún truco útil para la ocasión -¿Es todo lo que tienes?- Pregunté a la bestia mientras retrocedía un poco para hacer que se parara justo bajo la plancha de metal, de ese modo solo restaba hacer que la misma le cayera encima, lo peligroso era que debía acercarme para evitar que se moviera y alejarme para evitar que me partiera en dos, cosa que se puso más difícil cuando una de las afiladas amenazas de aquella cosa se incrustó en mi hombro, el mismo que antes había sido herido por la bola lanzaluces, obviamente grité como nena, solté una de mis dagas y llevé la mano a la herida, la astuta criatura aprovechó para lanzar otros cortes que casi me desprenden la cabeza, me lancé al piso y rodé como un gusano con epilepsia para evitar la serie de impactos de aquellas guadañas contra el piso, debía estar atento para apartarme y escapar en el momento que la plancha se viniera sobre nosotros.
No tardaron mucho en encontrar la manera, y aunque la solución iba algo lenta, era algo que deberíamos agradecer luego, pues apenas comenzó a elevarse la puerta, se asomaron unas peligrosas amenazas bajo esta y casi se llevan a la gatita -Eso no se ve bien, y no lo veo pero estoy seguro que no se ve bien- Señalé a la puerta tras la cual se encontraba aquella cosa y aprobé de inmediato la idea de Niniel. Al retroceder pisé un par de esas cosas que llovían sobre nosotros y mis botas se llenaron el pegoste de vísceras -Rayos- Continué corriendo al tiempo que dejaba el camino marcado con las entrañas del animalejo pisado.
Odio el seis- Dije al ver el dilema con el que nos habíamos encontrado, seis personas debían activar la salida a la vez, pero al menos uno debía quedarse atrás para hacer tiempo, no podíamos quedarnos a pensar qué hacer, sino actuar de inmediato, algo que el valiente elfo entendió de inmediato y se lanzó a la carga. Al principio las pequeñas larvas babosas no representaban un gran problema, pero luego fueron apartadas como basura por una de las guadañas que llevaba como extremidades -Pero qué… es… eso…- Abrí los ojos como platos y contemplé con tristeza al elfo marchando hacia su muerte, una muerte bastante honorable, tal vez prendiera una velita en su nombre luego.
Oh rayos- Recordé que debíamos ser seis para activar el camino a la salida, no podía dejar que el elfo muriera y vaya que la estaba pasando mal, aunque en medio de su heroica locura parecía haber trazado un plan, uno bastante arriesgado pero poco más quedaba por hacer -Y aquí vamos de nuevo- Creí entender el plan del elfo suicida, el problema era hacer que lo que estaba pensando funcionara -¡Hey, por aquí, cabeza de tenedor!- Grité agitando los brazos para llamar la atención de esa cosa y alejarla del herido, la bestia se detuvo y giró su cabeza con toda la boca abierta para luego comenzar a avanzar en mi dirección.
Genial, tengo su atención, ¿ahora qué?- Tras rodear a la criatura y quedar justo bajo la plancha metálica saqué mis dagas, las miré con tristeza al ver que las filosas garras de la bestia eran al menos el triple de grandes -Bueno, podría ser peor- Esperé a que la bestia atacara primero, una de sus extremidades lanzó un corte vertical y se incrustó en el piso dándome apenas un instante para moverme a un lado y lanzar un corte con mis dagas a su abdomen, uno que tristemente no le hizo nada, el filo de las dagas rebotó contra su dura coraza -Ok, ya es peor- Retrocedí de inmediato para evitar su otra extremidad.
Miré la plancha sobre mí, no tenía manera de llegar a ella o al menos no fácilmente y si llegaba ¿Cómo iba a desprenderla? Era una terrible idea, aunque seguramente el chico de la ballesta tendría algún truco útil para la ocasión -¿Es todo lo que tienes?- Pregunté a la bestia mientras retrocedía un poco para hacer que se parara justo bajo la plancha de metal, de ese modo solo restaba hacer que la misma le cayera encima, lo peligroso era que debía acercarme para evitar que se moviera y alejarme para evitar que me partiera en dos, cosa que se puso más difícil cuando una de las afiladas amenazas de aquella cosa se incrustó en mi hombro, el mismo que antes había sido herido por la bola lanzaluces, obviamente grité como nena, solté una de mis dagas y llevé la mano a la herida, la astuta criatura aprovechó para lanzar otros cortes que casi me desprenden la cabeza, me lancé al piso y rodé como un gusano con epilepsia para evitar la serie de impactos de aquellas guadañas contra el piso, debía estar atento para apartarme y escapar en el momento que la plancha se viniera sobre nosotros.
- Ese bicho es demasiado feo T.T:
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
La lentitud de la puerta es de proporciones casi épicas aunque como bien descubre la gata eso termina obrando a favor del grupo, del otro lado espera una legión entera de criaturas hambrientas.
De vuelta a la sartén…
No pueden seguir por allí, las opciones se reducen a una nada más. Por descarte lógico su nuevo objetivo es el montacargas, solo resta esperar que no tenga sorpresas desagradables como toda la base.
Mientras el grupo intenta desesperadamente contener la horda de bichos, ambos niños hacen gala del truco aprendido para activar su salvación. Por desgracia hay una última medida de seguridad que tira por tierra la idea de una salida fácil.
Alguien tiene un sentido del humor bastante bizarro…
Deben activar seis posiciones al mismo tiempo para iniciar la ascensión, eso significa que todo el equipo debe enfocarse en la tarea sin posibilidad alguna de defensa por al menos cinco minutos… suficientes para terminar como aperitivos de los bichos infernales.
Chicos, los necesito aquí para activar esto… a todos.
El mensaje es claro, deben hacer algo para detener la horda el tiempo que les tomara la tarea. Sin duda es más fácil decirlo que hacerlo y ese argumento se confirma con las heridas que se acumulan en los defensores más directos de esta ronda.
La situación es desesperada aunque todo problema tiene una salida, en esta oportunidad es el elfo guerrero quien la descubre. Tienen una posibilidad justo encima de sus cabezas en forma de plancha metálica.
Maquiavelo se queda mirando el mecanismo de seguridad en un intento por encontrar una manera de hacerlo bajar, su hermanito por otro lado comienza a tocar el tambor que lleva consigo generando una ilusión en el proceso.
En segundos tienen a dos Canel, mismo tamaño, forma y mirada perdida. Uno de ellos sale inmediatamente al cumulo de bichos, atrayendo su atención con el estridente tambor haciendo de señuelo.
Algún día debo pagarte clases de esa cosa enano.
Dice Chimar al pequeño que tiene más cerca, sin duda el real. Con todos los bichos persiguiendo a la ilusión los personajes aliados ganan espacio para respirar, solo el monstruo sobrealimentado no muerde el truco.
Pronto el genio descubre una forma de hacer bajar la placa, no es el procedimiento habitual pero carece de tiempo para buscar dispositivos en área hostil. Carga sus virotes pesados disparando poco después al mecanismo que mantiene arriba su objetivo, es suficiente con decir que la tercera es la vencida y el panel de metal se precipita como una guillotina rumbo al espécimen enorme.
Esto será tan asqueroso…
De vuelta a la sartén…
No pueden seguir por allí, las opciones se reducen a una nada más. Por descarte lógico su nuevo objetivo es el montacargas, solo resta esperar que no tenga sorpresas desagradables como toda la base.
Mientras el grupo intenta desesperadamente contener la horda de bichos, ambos niños hacen gala del truco aprendido para activar su salvación. Por desgracia hay una última medida de seguridad que tira por tierra la idea de una salida fácil.
Alguien tiene un sentido del humor bastante bizarro…
Deben activar seis posiciones al mismo tiempo para iniciar la ascensión, eso significa que todo el equipo debe enfocarse en la tarea sin posibilidad alguna de defensa por al menos cinco minutos… suficientes para terminar como aperitivos de los bichos infernales.
Chicos, los necesito aquí para activar esto… a todos.
El mensaje es claro, deben hacer algo para detener la horda el tiempo que les tomara la tarea. Sin duda es más fácil decirlo que hacerlo y ese argumento se confirma con las heridas que se acumulan en los defensores más directos de esta ronda.
La situación es desesperada aunque todo problema tiene una salida, en esta oportunidad es el elfo guerrero quien la descubre. Tienen una posibilidad justo encima de sus cabezas en forma de plancha metálica.
Maquiavelo se queda mirando el mecanismo de seguridad en un intento por encontrar una manera de hacerlo bajar, su hermanito por otro lado comienza a tocar el tambor que lleva consigo generando una ilusión en el proceso.
En segundos tienen a dos Canel, mismo tamaño, forma y mirada perdida. Uno de ellos sale inmediatamente al cumulo de bichos, atrayendo su atención con el estridente tambor haciendo de señuelo.
Algún día debo pagarte clases de esa cosa enano.
Dice Chimar al pequeño que tiene más cerca, sin duda el real. Con todos los bichos persiguiendo a la ilusión los personajes aliados ganan espacio para respirar, solo el monstruo sobrealimentado no muerde el truco.
Pronto el genio descubre una forma de hacer bajar la placa, no es el procedimiento habitual pero carece de tiempo para buscar dispositivos en área hostil. Carga sus virotes pesados disparando poco después al mecanismo que mantiene arriba su objetivo, es suficiente con decir que la tercera es la vencida y el panel de metal se precipita como una guillotina rumbo al espécimen enorme.
Esto será tan asqueroso…
- Off:
- Canel usa su habilidad de Lvl 3 (Espejo)
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Su único camino parecía abocado a convertirse en una trampa mortal ante la incesante llegada de nuevos enemigos, al menos hasta que un plan desesperado cobró forma y todos los allí presentes se pusieron manos a la obra para hacerlo realidad. No dudando incluso en arriesgar sus propias vidas por ello, a sabiendas de que cualquier otra opción sería la de una muerte segura.
Nada como la certeza de una muerte espantosa para hacer que los grupos más dispares se unan y comiencen a trabajar con la diligencia de una unidad de élite. Y nada mejor que necesitar a todos los allí presentes vivos para despertar el espíritu de hermanada cooperación.
-Quédate atrás, Nín.- Conminó la felina pelirroja a su hermana, dispuesta a servirle de escudo si era necesario. Usando su velocidad y sus reflejos para danzar bajo la amenazadora presencia de aquella criatura que multiplicaba en tamaño a aquellas con las que habían tenido que vérselas hasta llegar allí. ¿Era acaso otra especie distinta? No, trabajaba en conjunto con el resto...Aquellas cosas eran como las hormigas; Las más pequeñas debían de ser las obreras, aunque unas obreras con muy malas pulgas. Aquella mucho mayor debía de ser un soldado, o tal vez la reina...Ojalá fuese eso último, ya que aquello implicaría que solo debía de haber una y no todo un ejército.
Obedeciendo a su hermana, y porque definitivamente era el mejor lugar para alguien con sus aptitudes, Níniel rápidamente comenzaría a apoyar a los demás con su magia. Aplicando su sanación a distancia con Al´theas en un primer momento, y con Bio a continuación. Ambos habían asumido un gran riesgo, y no les había salido gratis. Solo la intervención de Canel y sus ilusiones impidieron que aquello acabara en tragedia. Y si Chimar no se daba prisa, quizá aún terminara de ese modo.
Con un disparo de su ballesta, parte de los mecanismos que sujetaban la compuerta comenzaron a soltarse. Mas no fue suficiente para hacerla caer. Un segundo disparo certero casi lo logra, pero la plancha de metal parecía resistirse. No fue hasta el tercer disparo que cayó...unos centímetros al menos. Quedando su salvación de nuevo atascada y sin terminar de descender, emitiendo un fuerte chirrido que hizo que la grotesca criatura elevara la vista, para a continuación rugir hacia los defensores con ferocidad y lanzándose con renovadas energías sobre Bio.
En ese momento, y sin necesidad de un nuevo disparo, por su propio peso el metal cayó, cortando a la bestia en dos y haciendo que su cabeza cayera rodando hacia su parte de las ahora separadas instalaciones. Aún movía la boca y los ojos cuando Catherine la remató, más por asco que porque siguiera representando una amenaza. No salió humo rojo en aquella ocasión.
-Buen tiro...-Felicitó la gata al genio inventor antes de dirigirse hasta Al´theas para ayudarle a levantarse. Su herida ya no sangraba, pero dadas las circunstancias tampoco estaba sanada completamente, como también le ocurría a la de Bio. Sin duda aquellas palabras y gestos eran los mas amables que la felina le había dedicado nunca a nadie que no fuera su hermana. Aunque solo fuera un simple cumplido y lo de ayudar al elfo solo fuera por acercarlo a uno de los paneles.
-De prisa, antes de que vuelvan a encontrar un modo de llegar hasta nosotros.- Instó la peliblanca dirigiéndose a uno de los paneles y pidiendo instrucciones a Chimar sobré que debería hacer a continuación. Ya tendrían tiempo para palmaditas en la espalda cuando salieran de allí. -Vale, a la de tres...Tres.- Contó entonces. Consiguiendo que todas las pantallas se pusieran en verde y que las puertas ante ellos se abrieran lenta y pesadamente. Mostrando ante ellos una sala totalmente a oscuras. Si allí también habías de aquellas cosas...
-¿Cath?- Inquirió la peliblanca, preparada para cualquier cosa.
-Parece vacía. Es enorme y con un montón más de trastos de estos...Pero no veo ni oigo a esos bichos...- Informó agudizando sus sentidos.
-¿Bio?- Quiso asegurarse la elfa preguntando a alguien aún más acostumbrado a las sombras que Catherine. -Entonces, iluminaré hacia allí.- Añadió tras sus palabras. Haciendo flotar un par de orbes de luz en aquella dirección y que fueron iluminando distintas partes del lugar.
Se trataba de una sala circular de grandes dimensiones. El suelo parecía de cristal y dejaba ver un gran pozo del que no se veía el fondo. Las paredes estaban repletas de paneles, pantallas y demás magia de metal, aunque no parecían tener energía y solo un par de lucecitas aquí y allá aún emitían un poco de luz. En el centro de la sala, una gran máquina esférica fuertemente anclada parecía la pieza de tecnología central. Bajo ella, a través del suelo de cristal, podía verse una gran máquina con forma de taladro. La causante sin duda del gran foso. No había ni rastro de las criaturas allí.
-Menudo sitio...Y menudo agujero...- Dijo asombrada la felina tras avanzar unos pasos. Aunque rápidamente haciendo un gesto con la mano para que todos se detuvieran. -Cuidado...Partes de este suelo transparente no son realmente suelo...Y hay una buena caída hasta el fondo...- Advirtió la pelirroja tras ver como ciertos paneles de vidrio efectivamente se habían desprendido. Solo la suciedad del suelo real ayudaba a evitar un paso en falso, por lo que la penumbra no les ayudaba.
-Aumentare la luz...- Se ofreció Níniel al comprender que así el riesgo de caer sería casi nulo. Pero antes de que hiciera nada, las luces del lugar se encendieron solas, casi deslumbrándola.
-Como te pasas, Nín...- Se quejó la gata, aunque la joven peliblanca rápidamente negó que hubiese sido ella.
-Reconocimiento de identificaciones de seguridad...validados. Reiniciando generador principal en...tres, dos...uno...- Dijo aquella voz sintética. Y, como si de un oráculo se tratara, aquella esfera central comenzó a funcionar emitiendo un ligero zumbido, despertando toda la magia de metal de aquella sala...y seguramente de toda la ciudad roja. Más y más luces se encendieron, y toda clase de aparatos se activaron mostrando un sin fin de cosas de las que Níniel apenas podía entender algo.
-Niveles de energía al treinta y cinco por ciento. ¿Desean reiniciar las labores de prospección?. Las labores de prospección llevan detenidas 99.999 horas...Última comunicación con la base principal...Error...Datos dañados.- Añadió la voz. -Cincuenta y siete secciones informan de fallos graves o críticos. Detectadas diecisiete brechas en la seguridad. ¿Desea activar las medidas de seguridad?- Aquella voz era realmente diligente con su trabajo.
-Chimar...Mira a ver si encuentras el modo de salir de aquí...O a ver si te entiendes con...esa cosa.- Instó al inventor. -Cath, Canel, revisad bien el lugar. No quiero sorpresas desagradables. Bio, Al´theas...Terminaré de sanar vuestras heridas. Parece que por el momento estamos a salvo aquí.- Terminó de repartir tareas, señalando a un par de sillas de diseño extraño en las que podrían sentarse mientras les atendía.
-Atención. Brecha en la seguridad del sector B-12. Detectados intrusos humanoides no identificados.-Volvió a intervenir la voz al poco tiempo. En varias de las pantallas se marcaba tal violación de la seguridad. Parecía que fuesen quiénes fuese se dirigían hacia allí.
Nada como la certeza de una muerte espantosa para hacer que los grupos más dispares se unan y comiencen a trabajar con la diligencia de una unidad de élite. Y nada mejor que necesitar a todos los allí presentes vivos para despertar el espíritu de hermanada cooperación.
-Quédate atrás, Nín.- Conminó la felina pelirroja a su hermana, dispuesta a servirle de escudo si era necesario. Usando su velocidad y sus reflejos para danzar bajo la amenazadora presencia de aquella criatura que multiplicaba en tamaño a aquellas con las que habían tenido que vérselas hasta llegar allí. ¿Era acaso otra especie distinta? No, trabajaba en conjunto con el resto...Aquellas cosas eran como las hormigas; Las más pequeñas debían de ser las obreras, aunque unas obreras con muy malas pulgas. Aquella mucho mayor debía de ser un soldado, o tal vez la reina...Ojalá fuese eso último, ya que aquello implicaría que solo debía de haber una y no todo un ejército.
Obedeciendo a su hermana, y porque definitivamente era el mejor lugar para alguien con sus aptitudes, Níniel rápidamente comenzaría a apoyar a los demás con su magia. Aplicando su sanación a distancia con Al´theas en un primer momento, y con Bio a continuación. Ambos habían asumido un gran riesgo, y no les había salido gratis. Solo la intervención de Canel y sus ilusiones impidieron que aquello acabara en tragedia. Y si Chimar no se daba prisa, quizá aún terminara de ese modo.
Con un disparo de su ballesta, parte de los mecanismos que sujetaban la compuerta comenzaron a soltarse. Mas no fue suficiente para hacerla caer. Un segundo disparo certero casi lo logra, pero la plancha de metal parecía resistirse. No fue hasta el tercer disparo que cayó...unos centímetros al menos. Quedando su salvación de nuevo atascada y sin terminar de descender, emitiendo un fuerte chirrido que hizo que la grotesca criatura elevara la vista, para a continuación rugir hacia los defensores con ferocidad y lanzándose con renovadas energías sobre Bio.
En ese momento, y sin necesidad de un nuevo disparo, por su propio peso el metal cayó, cortando a la bestia en dos y haciendo que su cabeza cayera rodando hacia su parte de las ahora separadas instalaciones. Aún movía la boca y los ojos cuando Catherine la remató, más por asco que porque siguiera representando una amenaza. No salió humo rojo en aquella ocasión.
-Buen tiro...-Felicitó la gata al genio inventor antes de dirigirse hasta Al´theas para ayudarle a levantarse. Su herida ya no sangraba, pero dadas las circunstancias tampoco estaba sanada completamente, como también le ocurría a la de Bio. Sin duda aquellas palabras y gestos eran los mas amables que la felina le había dedicado nunca a nadie que no fuera su hermana. Aunque solo fuera un simple cumplido y lo de ayudar al elfo solo fuera por acercarlo a uno de los paneles.
-De prisa, antes de que vuelvan a encontrar un modo de llegar hasta nosotros.- Instó la peliblanca dirigiéndose a uno de los paneles y pidiendo instrucciones a Chimar sobré que debería hacer a continuación. Ya tendrían tiempo para palmaditas en la espalda cuando salieran de allí. -Vale, a la de tres...Tres.- Contó entonces. Consiguiendo que todas las pantallas se pusieran en verde y que las puertas ante ellos se abrieran lenta y pesadamente. Mostrando ante ellos una sala totalmente a oscuras. Si allí también habías de aquellas cosas...
-¿Cath?- Inquirió la peliblanca, preparada para cualquier cosa.
-Parece vacía. Es enorme y con un montón más de trastos de estos...Pero no veo ni oigo a esos bichos...- Informó agudizando sus sentidos.
-¿Bio?- Quiso asegurarse la elfa preguntando a alguien aún más acostumbrado a las sombras que Catherine. -Entonces, iluminaré hacia allí.- Añadió tras sus palabras. Haciendo flotar un par de orbes de luz en aquella dirección y que fueron iluminando distintas partes del lugar.
Se trataba de una sala circular de grandes dimensiones. El suelo parecía de cristal y dejaba ver un gran pozo del que no se veía el fondo. Las paredes estaban repletas de paneles, pantallas y demás magia de metal, aunque no parecían tener energía y solo un par de lucecitas aquí y allá aún emitían un poco de luz. En el centro de la sala, una gran máquina esférica fuertemente anclada parecía la pieza de tecnología central. Bajo ella, a través del suelo de cristal, podía verse una gran máquina con forma de taladro. La causante sin duda del gran foso. No había ni rastro de las criaturas allí.
-Menudo sitio...Y menudo agujero...- Dijo asombrada la felina tras avanzar unos pasos. Aunque rápidamente haciendo un gesto con la mano para que todos se detuvieran. -Cuidado...Partes de este suelo transparente no son realmente suelo...Y hay una buena caída hasta el fondo...- Advirtió la pelirroja tras ver como ciertos paneles de vidrio efectivamente se habían desprendido. Solo la suciedad del suelo real ayudaba a evitar un paso en falso, por lo que la penumbra no les ayudaba.
-Aumentare la luz...- Se ofreció Níniel al comprender que así el riesgo de caer sería casi nulo. Pero antes de que hiciera nada, las luces del lugar se encendieron solas, casi deslumbrándola.
-Como te pasas, Nín...- Se quejó la gata, aunque la joven peliblanca rápidamente negó que hubiese sido ella.
-Reconocimiento de identificaciones de seguridad...validados. Reiniciando generador principal en...tres, dos...uno...- Dijo aquella voz sintética. Y, como si de un oráculo se tratara, aquella esfera central comenzó a funcionar emitiendo un ligero zumbido, despertando toda la magia de metal de aquella sala...y seguramente de toda la ciudad roja. Más y más luces se encendieron, y toda clase de aparatos se activaron mostrando un sin fin de cosas de las que Níniel apenas podía entender algo.
-Niveles de energía al treinta y cinco por ciento. ¿Desean reiniciar las labores de prospección?. Las labores de prospección llevan detenidas 99.999 horas...Última comunicación con la base principal...Error...Datos dañados.- Añadió la voz. -Cincuenta y siete secciones informan de fallos graves o críticos. Detectadas diecisiete brechas en la seguridad. ¿Desea activar las medidas de seguridad?- Aquella voz era realmente diligente con su trabajo.
-Chimar...Mira a ver si encuentras el modo de salir de aquí...O a ver si te entiendes con...esa cosa.- Instó al inventor. -Cath, Canel, revisad bien el lugar. No quiero sorpresas desagradables. Bio, Al´theas...Terminaré de sanar vuestras heridas. Parece que por el momento estamos a salvo aquí.- Terminó de repartir tareas, señalando a un par de sillas de diseño extraño en las que podrían sentarse mientras les atendía.
-Atención. Brecha en la seguridad del sector B-12. Detectados intrusos humanoides no identificados.-Volvió a intervenir la voz al poco tiempo. En varias de las pantallas se marcaba tal violación de la seguridad. Parecía que fuesen quiénes fuese se dirigían hacia allí.
Níniel Thenidiel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Al'theas se encontraba rodeado por aquellas criaturas, apoyado sobre una de sus piernas mientras la otra sangraba, pues aquella bestia le había seccionado una arteria.
Aquellos bichos parecían estar esperando a que el mas grande que logro derrotar al elfo fuese quien tuviera el derecho a rematarlo mientras este balanceaba su hoja para alejarlos.
Pero justo en ese momento, Bio intervino, ofreciendo suficiente amenaza como para que aquel bicho que tenia guadañas por brazos considerara centrar toda su atención en él, lo cual le ocasiono una herida en el hombro.
Casi al mismo tiempo, parece ser que el pequeño Canel realizo uno de sus trucos, creando una copia con un tambor, y con ello distrayendo a los bichos que rodeaban al caballero, lo suficiente como para que Catherine cayera sobre estos.
En ese momento el elfo pudo sentir en su cuerpo un súbito alivio familiar, proveniente de las mágicas facultades de Níniel haciendo que dejara de sangrar aunque algo adolorido aun.
Chimar por su parte, con la ayuda de su ballesta, logro hacer caer aquella plancha metálica sobre aquella bestia de mayor tamaño, cerrando el acceso al lugar donde se encontraban.
-Gracias...activemos ese maldito panel de una vez...- Dijo el elfo, aguantándose los tirones de dolor que sentía en su pierna mientras Catherine le ayudaba a levantarse.
El caballero miro a su alrededor, asegurándose de que todos estuviesen mas o menos bien, siendo Bio junto a él, los únicos que habían resultado heridos, cosa que por suerte la sacerdotisa remediaría eficazmente en cuando estuvieran todos a salvo.
Todos juntos activaron por fin la entrada a la siguiente sala, y se adentraron a esta con cautela, confiando en los sentidos de Catherine y Bio dada la total oscuridad que presentaba la nueva estancia, y una vez se aseguraron de que no había peligro... Níniel se ocupo de dar luz a la estancia con sus orbes de luz.
El lugar parecía ser algún tipo de sala de control... que ademas de gestionar probablemente parte de las instalaciones... seguramente también servia para controlar aquella especie de taladro que se encontraba tras el suelo de cristal y mas allá... un oscuro foso.
En ese momento una intensa luz casi cegó a todos, y una extraña voz comenzó a hablar, lo cual recordaba mucho a la voz de aquel pueblo con muñecos del que salieron Chimar y Al'theas, y al menos para el elfo eso no podía significar nada bueno...
Mientras Al'theas y Bio se acomodaban para terminar de ser curados por la sacerdotisa, el caballero saco una daga de plata de su talega y se la mostró a la elfa -Toma... creo que esto es tuyo, la encontré por ahí... astuta por tu parte usarla como señal de camino... pensé que sera una pena dejarla atrás- Dijo a la par que se la entregaba.
Justo entonces, aquella voz volvía a hablar de forma alarmante, ¿intrusos? ¿a parte de ellos mismos? fuese lo que fuese, ahora el caballero se encontraba mucho mejor gracias a la sacerdotisa, y no dudo en sacar su hoja una vez mas, permaneciendo alerta a cualquier nueva amenaza.
Aquellos bichos parecían estar esperando a que el mas grande que logro derrotar al elfo fuese quien tuviera el derecho a rematarlo mientras este balanceaba su hoja para alejarlos.
Pero justo en ese momento, Bio intervino, ofreciendo suficiente amenaza como para que aquel bicho que tenia guadañas por brazos considerara centrar toda su atención en él, lo cual le ocasiono una herida en el hombro.
Casi al mismo tiempo, parece ser que el pequeño Canel realizo uno de sus trucos, creando una copia con un tambor, y con ello distrayendo a los bichos que rodeaban al caballero, lo suficiente como para que Catherine cayera sobre estos.
En ese momento el elfo pudo sentir en su cuerpo un súbito alivio familiar, proveniente de las mágicas facultades de Níniel haciendo que dejara de sangrar aunque algo adolorido aun.
Chimar por su parte, con la ayuda de su ballesta, logro hacer caer aquella plancha metálica sobre aquella bestia de mayor tamaño, cerrando el acceso al lugar donde se encontraban.
-Gracias...activemos ese maldito panel de una vez...- Dijo el elfo, aguantándose los tirones de dolor que sentía en su pierna mientras Catherine le ayudaba a levantarse.
El caballero miro a su alrededor, asegurándose de que todos estuviesen mas o menos bien, siendo Bio junto a él, los únicos que habían resultado heridos, cosa que por suerte la sacerdotisa remediaría eficazmente en cuando estuvieran todos a salvo.
Todos juntos activaron por fin la entrada a la siguiente sala, y se adentraron a esta con cautela, confiando en los sentidos de Catherine y Bio dada la total oscuridad que presentaba la nueva estancia, y una vez se aseguraron de que no había peligro... Níniel se ocupo de dar luz a la estancia con sus orbes de luz.
El lugar parecía ser algún tipo de sala de control... que ademas de gestionar probablemente parte de las instalaciones... seguramente también servia para controlar aquella especie de taladro que se encontraba tras el suelo de cristal y mas allá... un oscuro foso.
En ese momento una intensa luz casi cegó a todos, y una extraña voz comenzó a hablar, lo cual recordaba mucho a la voz de aquel pueblo con muñecos del que salieron Chimar y Al'theas, y al menos para el elfo eso no podía significar nada bueno...
Mientras Al'theas y Bio se acomodaban para terminar de ser curados por la sacerdotisa, el caballero saco una daga de plata de su talega y se la mostró a la elfa -Toma... creo que esto es tuyo, la encontré por ahí... astuta por tu parte usarla como señal de camino... pensé que sera una pena dejarla atrás- Dijo a la par que se la entregaba.
Justo entonces, aquella voz volvía a hablar de forma alarmante, ¿intrusos? ¿a parte de ellos mismos? fuese lo que fuese, ahora el caballero se encontraba mucho mejor gracias a la sacerdotisa, y no dudo en sacar su hoja una vez mas, permaneciendo alerta a cualquier nueva amenaza.
Al'theas Tinarandel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Cierro los ojos y aprieto las nalgas masculinamente ante el inminente final, mi vida pasa ante mis ojos tocando un ¿tambor? Al notar que el golpe de la criatura no llega, abro los ojos y veo intrigado al pequeñín extraño desfilando con su tambor, aunque luego algunos detalles delatan que no es verdadero, aunque claramente la criatura no nota esos detalles y lo toma como objetivo dejándome a un lado, todo un alivio considerando mi estado anterior.
Repentinamente mis heridas comenzaron a sentirse calientes, como si me quemara por dentro, un efecto que aún lograba reconocer de mi compañera elfa, hasta ahora la única con tal potencia en su magia de luz que sanaba y causaba dolor al mismo tiempo en mi cuerpo; en medio de todas las distracciones el pequeño Chimar realizó una sucesión de disparos a la plancha de metal y aunque cada vez parecía más cerca, ninguno de sus intentos fue suficiente hasta que finalmente se vino abajo, y se vino abajo sobre mí -¡Rayos!- Exclamé mientras me levantaba de un salto y me impulsaba hacia atrás con las piernas para evitar ser un daño colateral.
Finalmente conseguimos levantarnos y dirigirnos a los paneles donde colocamos las palmas para luego esperar que se abriera la puerta donde seguro nos esperaba una nueva amenaza, y no por ser pesimista sino que ya se había hecho costumbre, me agaché y puse mi mano en el piso, luego cerré los ojos para concentrarme en cualquier vibración -No percibo nada vivo ahí adentro- Respondí confirmando lo que ya había dicho la gata, luego lo mismo fue reafirmado por nuestros ojos conforme avanzaban los orbes de luz que había enviado la sacerdotisa.
Teníamos frente a nosotros una sala más asombrosa que las anteriores aunque no dejaba de darme mala espina, me negué a entrar aunque finalmente terminé caminando despacio tras el resto, me detuve cuando la gata se detuvo y miré el piso con atención, Niniel ofreció más luz y vaya que lo hizo, cubrí mi cara con las manos hasta que mis ojos se adaptaron a la iluminación repentina.
Una voz metálica fue sucedida de un espectáculo de luces y colores que nos rodeó por completo al poner en funcionamiento todo el lugar, no podía explicar por qué pero no terminaba de confiar en aquella voz que hablaba de prospecciones ¿qué rayos era una prospección? -Las medidas de seguridad podrían reconocernos como amenaza- Añadí recordando a las esferas lanza-luces que había visto antes.
Nuestra intrépida líder señaló nuevas tareas y la mía era bastante sencilla, esperar tratamiento, aún me quemaba un poco la herida en el hombro que me había causado la esfera lanza-luces, sin duda lo señalaría a la elfa para que comenzara por allí, aunque tal parecía que seríamos interrumpidos, me levanté y me acerqué a una de las pantallas donde un par de figuras avanzaban y parecían muy seguras y confiadas al caminar en aquel laberíntico lugar -¿Quiénes son?- Entrecerré los ojos y me acerqué intentando reconocer sus rostros borrosos.
Repentinamente mis heridas comenzaron a sentirse calientes, como si me quemara por dentro, un efecto que aún lograba reconocer de mi compañera elfa, hasta ahora la única con tal potencia en su magia de luz que sanaba y causaba dolor al mismo tiempo en mi cuerpo; en medio de todas las distracciones el pequeño Chimar realizó una sucesión de disparos a la plancha de metal y aunque cada vez parecía más cerca, ninguno de sus intentos fue suficiente hasta que finalmente se vino abajo, y se vino abajo sobre mí -¡Rayos!- Exclamé mientras me levantaba de un salto y me impulsaba hacia atrás con las piernas para evitar ser un daño colateral.
Finalmente conseguimos levantarnos y dirigirnos a los paneles donde colocamos las palmas para luego esperar que se abriera la puerta donde seguro nos esperaba una nueva amenaza, y no por ser pesimista sino que ya se había hecho costumbre, me agaché y puse mi mano en el piso, luego cerré los ojos para concentrarme en cualquier vibración -No percibo nada vivo ahí adentro- Respondí confirmando lo que ya había dicho la gata, luego lo mismo fue reafirmado por nuestros ojos conforme avanzaban los orbes de luz que había enviado la sacerdotisa.
Teníamos frente a nosotros una sala más asombrosa que las anteriores aunque no dejaba de darme mala espina, me negué a entrar aunque finalmente terminé caminando despacio tras el resto, me detuve cuando la gata se detuvo y miré el piso con atención, Niniel ofreció más luz y vaya que lo hizo, cubrí mi cara con las manos hasta que mis ojos se adaptaron a la iluminación repentina.
Una voz metálica fue sucedida de un espectáculo de luces y colores que nos rodeó por completo al poner en funcionamiento todo el lugar, no podía explicar por qué pero no terminaba de confiar en aquella voz que hablaba de prospecciones ¿qué rayos era una prospección? -Las medidas de seguridad podrían reconocernos como amenaza- Añadí recordando a las esferas lanza-luces que había visto antes.
Nuestra intrépida líder señaló nuevas tareas y la mía era bastante sencilla, esperar tratamiento, aún me quemaba un poco la herida en el hombro que me había causado la esfera lanza-luces, sin duda lo señalaría a la elfa para que comenzara por allí, aunque tal parecía que seríamos interrumpidos, me levanté y me acerqué a una de las pantallas donde un par de figuras avanzaban y parecían muy seguras y confiadas al caminar en aquel laberíntico lugar -¿Quiénes son?- Entrecerré los ojos y me acerqué intentando reconocer sus rostros borrosos.
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Con una cabeza decapitada como cuadro moderno el grupo mueve sus pasos hasta los extraños paneles luminosos, acto seguido proceden a activarles con el mero contacto directo y… Open Sesame.
Ingresan en una sala más rara que las anteriores, todo un logro sin duda. Aunque el ambiente es tenso Chimar no puede cerrar la boca durante todo el rato atribuyéndole funciones a cada segmento.
Cavaron demasiado hondo y despertaron algo terrible… la avaricia puede ser peligrosa.
El genio se sorprende bastante cuando sigue los ojos de Canel y mira el suelo, casi tanto como cuando Catherine le soltó un cumplido, literalmente están en un zona de excavación monstruosa… la teoría del brujito sin duda hará que su hermano genio se mantenga alejado de cualquier cueva extraña por meses.
Las luces artificiales se encienden en sincronía segadora justo cuando Niniel intenta aportar más visibilidad al ambiente con su magia, clara prueba de que la instalación les observa. Tal realidad hace que Maquiavelo sienta un escalofrió mientras se frota los ojos para superar el golpe luminoso.
No pasa mucho para que la voz femenina de ultratumba advierta peligro adicional, otra mancha para el tigre. El grupo lleva saltando de la sartén a las brasas y viceversa desde que aceptaron el trabajo.
Ya me parecía extraño tanto silencio…
Esta vez las amenazas que se acercan son humanoides, incluso hay una pantalla con imágenes móviles que les da un rápido vistazo a distancia. Al genio le parecen conocidos algunos rostros pero es difícil saberlo pues no es la mejor visual del mundo.
Canel se queda hipnotizado mirando la jodida cosa, eso le da ideas raras al inventor. Por un momento piensa en llevarse uno de los artefactos para hacerle ingeniería inversa y poner el resultado en la esfera… si tiene el mismo efecto en los demás gorriones se acabaron las interrupciones.
Al final la realidad derrumba el lógico esquema elaborado por Chimar en su mente, los desconocidos se acercan. Si la línea seguida hasta ahora continúa, tendrán una nueva pelea difícil por delante.
No es por ser pesimista pero “se aclara la garganta” deberíamos prepararnos para las visitas.
Mejor prevenir que lamentar, el niño genio más despabilado llega a viejo. Aunque estos nuevos elementos no son perros infernales que supuran vapor corrosivo es mejor evitar dormirse en los laureles.
Los corazones de los hombres ocultan sombras más oscuras que cualquier criatura perversa.
Insisto… a prepararnos “dice mientras mira a su hermanito con una ceja arqueada”.
Ingresan en una sala más rara que las anteriores, todo un logro sin duda. Aunque el ambiente es tenso Chimar no puede cerrar la boca durante todo el rato atribuyéndole funciones a cada segmento.
Cavaron demasiado hondo y despertaron algo terrible… la avaricia puede ser peligrosa.
El genio se sorprende bastante cuando sigue los ojos de Canel y mira el suelo, casi tanto como cuando Catherine le soltó un cumplido, literalmente están en un zona de excavación monstruosa… la teoría del brujito sin duda hará que su hermano genio se mantenga alejado de cualquier cueva extraña por meses.
Las luces artificiales se encienden en sincronía segadora justo cuando Niniel intenta aportar más visibilidad al ambiente con su magia, clara prueba de que la instalación les observa. Tal realidad hace que Maquiavelo sienta un escalofrió mientras se frota los ojos para superar el golpe luminoso.
No pasa mucho para que la voz femenina de ultratumba advierta peligro adicional, otra mancha para el tigre. El grupo lleva saltando de la sartén a las brasas y viceversa desde que aceptaron el trabajo.
Ya me parecía extraño tanto silencio…
Esta vez las amenazas que se acercan son humanoides, incluso hay una pantalla con imágenes móviles que les da un rápido vistazo a distancia. Al genio le parecen conocidos algunos rostros pero es difícil saberlo pues no es la mejor visual del mundo.
Canel se queda hipnotizado mirando la jodida cosa, eso le da ideas raras al inventor. Por un momento piensa en llevarse uno de los artefactos para hacerle ingeniería inversa y poner el resultado en la esfera… si tiene el mismo efecto en los demás gorriones se acabaron las interrupciones.
Al final la realidad derrumba el lógico esquema elaborado por Chimar en su mente, los desconocidos se acercan. Si la línea seguida hasta ahora continúa, tendrán una nueva pelea difícil por delante.
No es por ser pesimista pero “se aclara la garganta” deberíamos prepararnos para las visitas.
Mejor prevenir que lamentar, el niño genio más despabilado llega a viejo. Aunque estos nuevos elementos no son perros infernales que supuran vapor corrosivo es mejor evitar dormirse en los laureles.
Los corazones de los hombres ocultan sombras más oscuras que cualquier criatura perversa.
Insisto… a prepararnos “dice mientras mira a su hermanito con una ceja arqueada”.
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
A pesar de la relativa seguridad de su nueva posición, Níniel no dudó en aplicar su sanación sobre los miembros heridos del equipo con toda la intensidad de la que era capaz, por mucho que Bio se quejara. Llevaba ya el suficiente tiempo allí abajo como para saber que aquella calma bien podría no durar demasiado. Así como que a pesar de que ahora había una puerta del grosor de un hombre entre ellos y las criaturas que tan empeñadas en comérselos, muy posiblemente estas encontrarían un modo de alcanzarles. Siempre lo hacían.
-Me alegro de que sirviera, y de recuperarla. Con el tiempo he conseguido que tenga el equilibrio perfecto para cortar y preparar ingredientes alquímicos con ella.- Respondió guardando la daga entre los pliegues de su ropa una vez que las sanaciones fueron completadas. Después de que su bastón se rompiera, y aunque el nuevo llevase imbuidos fragmentos del mismo, aquella daga era lo único que le quedaba de su primera aventura como sacerdotisa. Tenía más valor sentimental que monetario.
-Como alguno de estos botones no nos saque de aquí...Solo veo un agujero sin fondo y otra puerta misteriosa...Tras la que seguro que hay más de esas cosas, para no variar.- Comentó la felina pelirroja tras examinar el lugar. Dado su desconocimiento de la magia de la tierra poco o nada pudo sacar en claro, y tenía muy bien aprendida la lección de no tocar nada que su hermana no le señalara. Una tentación sin duda difícil de resistir para Chimar en ese entorno, que aún así evitó tocar u ordenar nada a aquella voz metálica.
Pronto las pesimistas palabras de Catherine se harían realidad, aunque, según la voz, había errado al pronosticar la naturaleza de la amenaza que aguardaba tras la siguiente puerta. Algo que Níniel no supo decir si era algo bueno o malo. No lo tenía tan claro como parecía tenerlo Canel, por muy ciertas que fueran sus agoreras palabras.
-Entramos solos aquí...Y evidentemente que no son los dueños originales de este sitio...Quizá sean supervivientes de la expedición.- Se aventuró a decir la peliblanca en respuesta a la pregunta que todos se hacían y que Bio había expresado. Era la opción más plausible, y además una que permitía la esperanza. Si eran miembros de la expedición podrían ayudarse mutuamente, y además sería indicativo de que había otro acceso por el que habían entrado...Y por el que podrían salir.
-Desde luego saben a dónde se dirigen...- Advirtió la felina al ver y sentir que se acercaban rápidamente y sin rodeos. A través de aquellas pantallas el paso de los desconocidos era firme y seguro. -Un momento...¿esa no es?- Expresó con tono de duda al creer reconocer a la figura que encabezaba a aquel grupo. La magia de visión remota no funcionaba de forma demasiado clara, pero la felina había creído ver algo distintivo en uno de los paneles...Y no estaba nada desencaminada.
La puerta del otro extremo comenzó a pitar y una luz verde precedió a su apertura. Sin perder ni un instante un grupo de cuatro individuos, hombres todo ellos y ataviados con equipo de mercenario y gruesas capas bastante maltrechas entraron con sus armas prestas para la lucha y se desplegaron protegiendo la puerta de manera bastante profesional. No resultaba muy impresionante tampoco, pero sin duda sabían lo que se hacían. Níniel los reconoció como el grupo a cuyo líder Catherine había tumbado de un golpe allá en la hacienda del señor Santangelo. Parecía que habían pasado meses de aquello...
Y tras ellos, apareció la dama de acero, con su imponente porte intacto a pesar de que su poderosa armadura estaba abollada y dañada, así como teñida de sangre y mascas de garras. La sorpresa para los recién llegados al ver que no estaban solos allí era más que evidente. Incluso a pesar del yelmo de la mujer guerrera pudo notarse que aquello no se lo esperaba. El silencio se alargó durante unos instantes en los que ambos grupos parecían evaluarse mutuamente.
-Inesperado...Aunque debí de suponer que no había sido cosa mía que la energía volviese a toda la ciudad.- No pudo evitar una mirada hacia su espada. -En cualquier caso es bueno que más gente sobreviviera...Y gente más que capaz, salta a la vista. No creí que hubiese nadie más en la expedición capaz de moverse por aquí...-Su tono no dejaba claro si aquello la alegraba, o si era más bien todo lo contrario.
-¿Cómo lo habéis hecho? ¿También tenéis uno de estos dispositivos?- Quiso saber volviendo a mirar su espada. Aunque se arrepintió de haberlo mencionado al ver la confusión en el rostro de Níniel, que no sabía a qué se refería, aunque empezaba a entenderlo.
-Ya veo...No importa, olvidadlo...Lo importante es que nos hayamos reunido y juntos podremos llevarnos más del tesoro. ¿Dónde está?- Preguntó con un tono anhelante e imperativo. -No os hagáis los tontos, seguro que ya lo habéis encontrado. Encontrasteis otra entrada a la ciudad y os las habéis apañado para moveros por ella...Incluso mejor que yo.- Añadió con cierta rabia mal enmascarada en aquel último cumplido. -¿Dónde está? ¿Es una montaña de oro y piedras preciosas de la montaña ¿verdad?. Sí, sin duda debían de usar esta gran herramienta para ello...- Añadió impacientándose por momentos, mirando al gran taladro bajo sus pies.
-En este sitio solo hay basura, polvo y un montón de criaturas como aquellas que nos atacaron en el paso nevado.- Espetó Catherine con tono sincero y desabrido. -Esperaba poder encontrar ese tesoro tras esa puerta...- Su desilusión era patente, además de que no es que se alegrara precisamente de ver a aquella mujer. Después de tantos problemas de los que la culpaba a ella y al viejo Santangelo esperaba dos cosas, que ella estuviera bajo una tonelada de nieve, y regresar a Dundarak para cobrar el dinero prometido por el viejo incluso si la expedición fracasaba.
-Mas le vale a ese ricachón tener el oro preparado para cuando regresemos, porque ya he perdido la cuenta de las veces en las que casi muero. Y todo para nada...Lucecitas, chismes de estos, puertas raras, un montón de zonas llenas de gas letal, criaturas peligrosas...Ah si, y un montón de cajas de esto...- Terminó de decir, arrojando al suelo entre ambos grupos una de aquellas barritas centenarias de fresa. La dama de acero miró aquello y luego de nuevo al grupo de Níniel.
-¡MIENTES! Queréis quedaros con todo el tesoro...JAMAS. ¿Tenéis idea de cuánto tiempo llevo preparando esto? ¿De todo lo que me ha costado? No vais a joderme...Al veros me sentía generosa e iba a dejar que os llevarais algo, por las molestias. Ahora sencillamente os mataré. ¡¡¿Dónde está mi tesoro?!!- Espetó furibunda la dama, activando la extraña hoja candente de su espada y ordenando a sus esbirros que atacaran y mataran a todos. La idea de vengarse por la humillación sufrida a manos de la felina y de tocar a más en la repartición del botín parecía bastar para convertirlos en siervos obedientes.
Ni siquiera los intentos de Níniel por convencer a la dama de que decían la verdad y no habían encontrado ningún tesoro evitó que aquella sala de suelo transparente, y con fragmentos del mismo rotos o dañados, se convirtiera en un nuevo campo de batalla. Esta vez entre aventureros y mercenarios. Y todo por un tesoro que nadie había visto.
-No saldréis de aquí con vida.- Amenazó de nuevo la formidable guerrera, pulsando un botón en la empuñadura de su extraña arma ,que causó que la luz de la puerta por la que había venido cambiara de verde a roja. A continuación lanzó un fuerte golpe que Catherine esquivó por poco, y que prácticamente cortó por la mitad uno de aquellos paneles de control. Aquella arma parecía encantada con fuego, y la habilidad de su portadora no era ninguna broma.
Níniel se apresuró a conjurar su magia, preparando las bendiciones necesarias mientras trataba de alejarse del frente de la lucha.
-Me alegro de que sirviera, y de recuperarla. Con el tiempo he conseguido que tenga el equilibrio perfecto para cortar y preparar ingredientes alquímicos con ella.- Respondió guardando la daga entre los pliegues de su ropa una vez que las sanaciones fueron completadas. Después de que su bastón se rompiera, y aunque el nuevo llevase imbuidos fragmentos del mismo, aquella daga era lo único que le quedaba de su primera aventura como sacerdotisa. Tenía más valor sentimental que monetario.
-Como alguno de estos botones no nos saque de aquí...Solo veo un agujero sin fondo y otra puerta misteriosa...Tras la que seguro que hay más de esas cosas, para no variar.- Comentó la felina pelirroja tras examinar el lugar. Dado su desconocimiento de la magia de la tierra poco o nada pudo sacar en claro, y tenía muy bien aprendida la lección de no tocar nada que su hermana no le señalara. Una tentación sin duda difícil de resistir para Chimar en ese entorno, que aún así evitó tocar u ordenar nada a aquella voz metálica.
Pronto las pesimistas palabras de Catherine se harían realidad, aunque, según la voz, había errado al pronosticar la naturaleza de la amenaza que aguardaba tras la siguiente puerta. Algo que Níniel no supo decir si era algo bueno o malo. No lo tenía tan claro como parecía tenerlo Canel, por muy ciertas que fueran sus agoreras palabras.
-Entramos solos aquí...Y evidentemente que no son los dueños originales de este sitio...Quizá sean supervivientes de la expedición.- Se aventuró a decir la peliblanca en respuesta a la pregunta que todos se hacían y que Bio había expresado. Era la opción más plausible, y además una que permitía la esperanza. Si eran miembros de la expedición podrían ayudarse mutuamente, y además sería indicativo de que había otro acceso por el que habían entrado...Y por el que podrían salir.
-Desde luego saben a dónde se dirigen...- Advirtió la felina al ver y sentir que se acercaban rápidamente y sin rodeos. A través de aquellas pantallas el paso de los desconocidos era firme y seguro. -Un momento...¿esa no es?- Expresó con tono de duda al creer reconocer a la figura que encabezaba a aquel grupo. La magia de visión remota no funcionaba de forma demasiado clara, pero la felina había creído ver algo distintivo en uno de los paneles...Y no estaba nada desencaminada.
La puerta del otro extremo comenzó a pitar y una luz verde precedió a su apertura. Sin perder ni un instante un grupo de cuatro individuos, hombres todo ellos y ataviados con equipo de mercenario y gruesas capas bastante maltrechas entraron con sus armas prestas para la lucha y se desplegaron protegiendo la puerta de manera bastante profesional. No resultaba muy impresionante tampoco, pero sin duda sabían lo que se hacían. Níniel los reconoció como el grupo a cuyo líder Catherine había tumbado de un golpe allá en la hacienda del señor Santangelo. Parecía que habían pasado meses de aquello...
Y tras ellos, apareció la dama de acero, con su imponente porte intacto a pesar de que su poderosa armadura estaba abollada y dañada, así como teñida de sangre y mascas de garras. La sorpresa para los recién llegados al ver que no estaban solos allí era más que evidente. Incluso a pesar del yelmo de la mujer guerrera pudo notarse que aquello no se lo esperaba. El silencio se alargó durante unos instantes en los que ambos grupos parecían evaluarse mutuamente.
-Inesperado...Aunque debí de suponer que no había sido cosa mía que la energía volviese a toda la ciudad.- No pudo evitar una mirada hacia su espada. -En cualquier caso es bueno que más gente sobreviviera...Y gente más que capaz, salta a la vista. No creí que hubiese nadie más en la expedición capaz de moverse por aquí...-Su tono no dejaba claro si aquello la alegraba, o si era más bien todo lo contrario.
-¿Cómo lo habéis hecho? ¿También tenéis uno de estos dispositivos?- Quiso saber volviendo a mirar su espada. Aunque se arrepintió de haberlo mencionado al ver la confusión en el rostro de Níniel, que no sabía a qué se refería, aunque empezaba a entenderlo.
-Ya veo...No importa, olvidadlo...Lo importante es que nos hayamos reunido y juntos podremos llevarnos más del tesoro. ¿Dónde está?- Preguntó con un tono anhelante e imperativo. -No os hagáis los tontos, seguro que ya lo habéis encontrado. Encontrasteis otra entrada a la ciudad y os las habéis apañado para moveros por ella...Incluso mejor que yo.- Añadió con cierta rabia mal enmascarada en aquel último cumplido. -¿Dónde está? ¿Es una montaña de oro y piedras preciosas de la montaña ¿verdad?. Sí, sin duda debían de usar esta gran herramienta para ello...- Añadió impacientándose por momentos, mirando al gran taladro bajo sus pies.
-En este sitio solo hay basura, polvo y un montón de criaturas como aquellas que nos atacaron en el paso nevado.- Espetó Catherine con tono sincero y desabrido. -Esperaba poder encontrar ese tesoro tras esa puerta...- Su desilusión era patente, además de que no es que se alegrara precisamente de ver a aquella mujer. Después de tantos problemas de los que la culpaba a ella y al viejo Santangelo esperaba dos cosas, que ella estuviera bajo una tonelada de nieve, y regresar a Dundarak para cobrar el dinero prometido por el viejo incluso si la expedición fracasaba.
-Mas le vale a ese ricachón tener el oro preparado para cuando regresemos, porque ya he perdido la cuenta de las veces en las que casi muero. Y todo para nada...Lucecitas, chismes de estos, puertas raras, un montón de zonas llenas de gas letal, criaturas peligrosas...Ah si, y un montón de cajas de esto...- Terminó de decir, arrojando al suelo entre ambos grupos una de aquellas barritas centenarias de fresa. La dama de acero miró aquello y luego de nuevo al grupo de Níniel.
-¡MIENTES! Queréis quedaros con todo el tesoro...JAMAS. ¿Tenéis idea de cuánto tiempo llevo preparando esto? ¿De todo lo que me ha costado? No vais a joderme...Al veros me sentía generosa e iba a dejar que os llevarais algo, por las molestias. Ahora sencillamente os mataré. ¡¡¿Dónde está mi tesoro?!!- Espetó furibunda la dama, activando la extraña hoja candente de su espada y ordenando a sus esbirros que atacaran y mataran a todos. La idea de vengarse por la humillación sufrida a manos de la felina y de tocar a más en la repartición del botín parecía bastar para convertirlos en siervos obedientes.
Ni siquiera los intentos de Níniel por convencer a la dama de que decían la verdad y no habían encontrado ningún tesoro evitó que aquella sala de suelo transparente, y con fragmentos del mismo rotos o dañados, se convirtiera en un nuevo campo de batalla. Esta vez entre aventureros y mercenarios. Y todo por un tesoro que nadie había visto.
-No saldréis de aquí con vida.- Amenazó de nuevo la formidable guerrera, pulsando un botón en la empuñadura de su extraña arma ,que causó que la luz de la puerta por la que había venido cambiara de verde a roja. A continuación lanzó un fuerte golpe que Catherine esquivó por poco, y que prácticamente cortó por la mitad uno de aquellos paneles de control. Aquella arma parecía encantada con fuego, y la habilidad de su portadora no era ninguna broma.
Níniel se apresuró a conjurar su magia, preparando las bendiciones necesarias mientras trataba de alejarse del frente de la lucha.
Níniel Thenidiel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Acababan de escapar de las garras de aquellas criaturas por muy poco, y aun así los problemas no parecían terminarse para el grupo. Uno nuevo grupo se abría paso hasta la cámara en la que se encontraban, y para su sorpresa... se trataban ni mas ni menos que de la mismísima Dama de acero, cuya armadura abollada dejaba claro que ni ella ni los mercenarios que la acompañaban lo habían tenido fácil para llegar hasta aquí tampoco.
Por desgracia el reencuentro no iba a ser amistoso. frustrada por no encontrar lo que buscaba... le echa la culpa al grupo de ocultar el dichoso tesoro del que ninguno de los dos grupos sabe nada, obligándolos a ponerse a la defensiva.
-No hemos encontrado nada en este lugar, lo único que casi conseguimos es la muerte desde que llegamos- Dijo el caballero esmeralda mientras se incorporaba, revitalizado por las curas de la joven sacerdotisa, añadiendo sus palabras a las de Catherine con respecto al esquivo tesoro.
A pesar de los intentos por persuadirla, la Dama de acero no aceptaba la realidad, y con aquella extraña espada en sus manos... a la cual se refirió como "artefacto" por algún extraño motivo, ordeno a sus mercenarios levantar armas contra los camaradas del Caballero esmeralda.
Como si el instinto del elfo le avisara del peligro, su hoja ya se encontraba en su mano justo cuando la Dama de acero declaro sus intenciones, en ese mismo instante comprendió que nada iba a convencerla, la mirada del elfo cambio radicalmente, había pasado por mil penurias en aquel lugar que también había puesto en peligro las vidas de sus compañeros... ya no mas... ya no estaba dispuesto a tolerar mas tonterías, se acabaron las sutilezas, hasta los santos pierden la paciencia, y Al'theas se lanzo al ataque súbitamente con fuerzas renovadas, atacando a uno de los mercenarios con un tajo que le corto el brazo con el que portaba la espada y seguidamente lo derribo con un golpe de escudo contra el suelo, dejando una estela de sangre por el suelo de cristal, aprovechando ese movimiento para colocarse en una posición defensiva cubriendo al grupo.
-Hemos pasado por todo un infierno... para al final no encontrar nada aquí... a mi me trae sin cuidado el tesoro, pero no estoy dispuesto a tolerar que nos insultéis afirmando que mentimos por culpa de tus delirios... bajad las armas... o sabréis lo que es un caballero esmeralda enfadado...- Dijo el elfo en un tono intimidatorio.
Pero de nada serviría, la Dama de hierro de algún modo cerro la puerta de la salida mientras otro de aquellos mercenarios se lanzo confiado contra el caballero... y Al'theas respondió con un tajo venido desde abajo que le corto la pierna a su atacante, provocando que cayera y se precipitase contra uno de los agujeros del cristal... gritando... hasta que su grito se perdió mas allá de la oscuridad de aquella profundidad. Justo en ese momento la Dama de acero decide atacar directamente a Catherine dejando ver el poder del arma que portaba, y justo cuando pretendía lanzar un segundo ataque Al'theas se interpone e intenta bloquearlo con su escudo.
El elfo tiene éxito a la hora de parar la extraña corriente de aquel arma, pero el impacto lo hace chocar contra la pared opuesta decorada con paneles y dejando su escudo marcado con una buena quemadura.
-Ahh... ¿que tipo de arma es ese?... ¿no sera?...- Al'theas quería aventurar la procedencia del arma, o... al menos la tecnología que que poseía, llegando a la conclusión de que aquella cosa pudiera pertenecer mas bien a aquel extraño lugar mas que a cualquiera de las mejores forjas de Aerandir, pero justo antes de que pudiera mediar palabra... otro de los mercenarios ataco al elfo, un forzudo con un gigantesco martillo se precipito contra él y se aparto por muy poco, pudiendo escuchar el ruido eléctrico de los paneles al ser destruidos por el impacto del martillo.
Al'theas se puso en guardia frente a su nuevo oponente justo cuando este arranco el martillo de los paneles destrozados, y estudio sus opciones antes de atacar...
Por desgracia el reencuentro no iba a ser amistoso. frustrada por no encontrar lo que buscaba... le echa la culpa al grupo de ocultar el dichoso tesoro del que ninguno de los dos grupos sabe nada, obligándolos a ponerse a la defensiva.
-No hemos encontrado nada en este lugar, lo único que casi conseguimos es la muerte desde que llegamos- Dijo el caballero esmeralda mientras se incorporaba, revitalizado por las curas de la joven sacerdotisa, añadiendo sus palabras a las de Catherine con respecto al esquivo tesoro.
A pesar de los intentos por persuadirla, la Dama de acero no aceptaba la realidad, y con aquella extraña espada en sus manos... a la cual se refirió como "artefacto" por algún extraño motivo, ordeno a sus mercenarios levantar armas contra los camaradas del Caballero esmeralda.
Como si el instinto del elfo le avisara del peligro, su hoja ya se encontraba en su mano justo cuando la Dama de acero declaro sus intenciones, en ese mismo instante comprendió que nada iba a convencerla, la mirada del elfo cambio radicalmente, había pasado por mil penurias en aquel lugar que también había puesto en peligro las vidas de sus compañeros... ya no mas... ya no estaba dispuesto a tolerar mas tonterías, se acabaron las sutilezas, hasta los santos pierden la paciencia, y Al'theas se lanzo al ataque súbitamente con fuerzas renovadas, atacando a uno de los mercenarios con un tajo que le corto el brazo con el que portaba la espada y seguidamente lo derribo con un golpe de escudo contra el suelo, dejando una estela de sangre por el suelo de cristal, aprovechando ese movimiento para colocarse en una posición defensiva cubriendo al grupo.
-Hemos pasado por todo un infierno... para al final no encontrar nada aquí... a mi me trae sin cuidado el tesoro, pero no estoy dispuesto a tolerar que nos insultéis afirmando que mentimos por culpa de tus delirios... bajad las armas... o sabréis lo que es un caballero esmeralda enfadado...- Dijo el elfo en un tono intimidatorio.
Pero de nada serviría, la Dama de hierro de algún modo cerro la puerta de la salida mientras otro de aquellos mercenarios se lanzo confiado contra el caballero... y Al'theas respondió con un tajo venido desde abajo que le corto la pierna a su atacante, provocando que cayera y se precipitase contra uno de los agujeros del cristal... gritando... hasta que su grito se perdió mas allá de la oscuridad de aquella profundidad. Justo en ese momento la Dama de acero decide atacar directamente a Catherine dejando ver el poder del arma que portaba, y justo cuando pretendía lanzar un segundo ataque Al'theas se interpone e intenta bloquearlo con su escudo.
El elfo tiene éxito a la hora de parar la extraña corriente de aquel arma, pero el impacto lo hace chocar contra la pared opuesta decorada con paneles y dejando su escudo marcado con una buena quemadura.
-Ahh... ¿que tipo de arma es ese?... ¿no sera?...- Al'theas quería aventurar la procedencia del arma, o... al menos la tecnología que que poseía, llegando a la conclusión de que aquella cosa pudiera pertenecer mas bien a aquel extraño lugar mas que a cualquiera de las mejores forjas de Aerandir, pero justo antes de que pudiera mediar palabra... otro de los mercenarios ataco al elfo, un forzudo con un gigantesco martillo se precipito contra él y se aparto por muy poco, pudiendo escuchar el ruido eléctrico de los paneles al ser destruidos por el impacto del martillo.
Al'theas se puso en guardia frente a su nuevo oponente justo cuando este arranco el martillo de los paneles destrozados, y estudio sus opciones antes de atacar...
Al'theas Tinarandel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Afortunadamente ser sanado por Niniel siempre era rápido, un poco doloroso pero rápido y hasta placentero algunas veces, sacudí la cabeza para evitar desviarme del tema del momento y volvimos a caer en cuenta del peligro que se acercaba de nuevo, solo que ahora con protagonistas distintos, entrecerré los ojos para prestar atención a las pequeñas pantallas luminosas mientras escuchaba a la elfa hacer conjeturas aunque me dejó desorbitado la acotación de la gata -Sí, es ella- Confirme lo que la felina había sospechado, caminaban demasiado confiados como para saber que estábamos ahí, una sospecha que sería confirmada luego al ver lo sorprendida que estaba la Dama al entrar.
Tengo un mal presentimiento- Susurré cerca de los niños -Si puedes seguirme, necesitaré tu puntería, mantente alerta- Tras aquellas palabras retrocedí un poco y me desvanecí entre las sombras de aquella habitación [1] justo a tiempo para no ser visto por los recién llegados, afortunadamente la gata y el elfo se encargaron de generar una mayor distracción para permitir, sin saberlo, que me moviera entre los rincones hasta colocarle al otro lado de la sala con total sigilo.
Escuché la charla prestando atención al resto de mercenarios que acompañaban a la mujer, no parecían ser una amenaza por separado, pero sin duda su número podría ponernos en una situación difícil, si las cosas seguían como iban, pronto sería momento de comenzar a restar, sin duda había algo particular con su espada pero no llegué a descifrar de qué se trataba, simplemente se veía impaciente hasta que finalmente decidió revelar su verdadera naturaleza -Así que al fin muestras tus colmillos- Murmuré desde un rincón sombrío -Pues yo también tengo- Al tiempo que una ruda batalla se iniciaba por el frente, yo comencé desde atrás, aprovechando que la puerta por donde habían entrado se cerró, solo les quedaba avanzar al frente o ser eliminados.
Solo resistan- Murmuré mientras corría a toda velocidad hasta el último de los mercenarios que parecía esperar el mejor momento para unirse a la batalla, un momento que no iba a llegar -Buuu- Le susurré al oído para luego lanzarme a su cuello y arrancarlo de un tajo, intentó gritar y aunque no lo logró, los que se encontraban cerca sí se alarmaron de inmediato -Un vampiro, un vampiro- Repetían mientras me señalaban. Limpié mi boca con el antebrazo derecho y sonreí con malicia antes de lanzarme por el segundo de ellos, aunque ya no a morder su cuello sino a golpearlo, incrusté el codo en el centro de su garganta dejándolo inmovilizado mientras lanzaba una mirada buscando al chico humano que seguro lo vería como un blanco fácil.
Retrocedí de un salto y me agaché para luego levantarme y ser atrapado por otro sujeto que ingenuamente no notó que mantenernos quietos lo convertía también en un blanco fácil, un codazo a su estómago bastó para liberarme, salté sobre un tercer mercenario cuya espada casi me rebana los pies pero de nuevo lo dejaron como una víctima fácil y finalmente logré llegar a donde se encontraba la dama con su formidable arma arma encantada, algo para lo que había preparado una sorpresa, me deslicé por el piso y tomando algo de la sangre que había guardado en mi boca durante el rato, escribí a los pies de la mujer un conjunto de runas de anulación con las que esperaba deshacer o al menos inutilizar el encantamiento arcano de su arma -Annularis- Dije con una sonrisa de satisfacción al tiempo que las runas brillaban en el piso activando el efecto de supresión mágica.
Para mi sorpresa no funcionó, la hoja ardiente se encendió como si nada y me habría partido en dos de no rodar por el piso esquivando golpe tras golpe -Pero qué rayos- Me había confiado demasiado al pensar que la magia era la única posibilidad, tal vez aquello se trataba realmente de tecnología y no de magia, y si era así mi error podría resultarme fatal, ahora era la Dama quien con una sonrisa de satisfacción se preparaba para partirme en dos con su impresionante arma sin que pudiera levantarme del piso tan rápido como quisiera -¿Y ahora qué?- Pensé mientras abría los ojos como platos y pasaba mi trago más amargo.
[1] Habilidad de Nivel 4: Espíritus de la noche Tengo un mal presentimiento- Susurré cerca de los niños -Si puedes seguirme, necesitaré tu puntería, mantente alerta- Tras aquellas palabras retrocedí un poco y me desvanecí entre las sombras de aquella habitación [1] justo a tiempo para no ser visto por los recién llegados, afortunadamente la gata y el elfo se encargaron de generar una mayor distracción para permitir, sin saberlo, que me moviera entre los rincones hasta colocarle al otro lado de la sala con total sigilo.
Escuché la charla prestando atención al resto de mercenarios que acompañaban a la mujer, no parecían ser una amenaza por separado, pero sin duda su número podría ponernos en una situación difícil, si las cosas seguían como iban, pronto sería momento de comenzar a restar, sin duda había algo particular con su espada pero no llegué a descifrar de qué se trataba, simplemente se veía impaciente hasta que finalmente decidió revelar su verdadera naturaleza -Así que al fin muestras tus colmillos- Murmuré desde un rincón sombrío -Pues yo también tengo- Al tiempo que una ruda batalla se iniciaba por el frente, yo comencé desde atrás, aprovechando que la puerta por donde habían entrado se cerró, solo les quedaba avanzar al frente o ser eliminados.
Solo resistan- Murmuré mientras corría a toda velocidad hasta el último de los mercenarios que parecía esperar el mejor momento para unirse a la batalla, un momento que no iba a llegar -Buuu- Le susurré al oído para luego lanzarme a su cuello y arrancarlo de un tajo, intentó gritar y aunque no lo logró, los que se encontraban cerca sí se alarmaron de inmediato -Un vampiro, un vampiro- Repetían mientras me señalaban. Limpié mi boca con el antebrazo derecho y sonreí con malicia antes de lanzarme por el segundo de ellos, aunque ya no a morder su cuello sino a golpearlo, incrusté el codo en el centro de su garganta dejándolo inmovilizado mientras lanzaba una mirada buscando al chico humano que seguro lo vería como un blanco fácil.
Retrocedí de un salto y me agaché para luego levantarme y ser atrapado por otro sujeto que ingenuamente no notó que mantenernos quietos lo convertía también en un blanco fácil, un codazo a su estómago bastó para liberarme, salté sobre un tercer mercenario cuya espada casi me rebana los pies pero de nuevo lo dejaron como una víctima fácil y finalmente logré llegar a donde se encontraba la dama con su formidable arma arma encantada, algo para lo que había preparado una sorpresa, me deslicé por el piso y tomando algo de la sangre que había guardado en mi boca durante el rato, escribí a los pies de la mujer un conjunto de runas de anulación con las que esperaba deshacer o al menos inutilizar el encantamiento arcano de su arma -Annularis- Dije con una sonrisa de satisfacción al tiempo que las runas brillaban en el piso activando el efecto de supresión mágica.
Para mi sorpresa no funcionó, la hoja ardiente se encendió como si nada y me habría partido en dos de no rodar por el piso esquivando golpe tras golpe -Pero qué rayos- Me había confiado demasiado al pensar que la magia era la única posibilidad, tal vez aquello se trataba realmente de tecnología y no de magia, y si era así mi error podría resultarme fatal, ahora era la Dama quien con una sonrisa de satisfacción se preparaba para partirme en dos con su impresionante arma sin que pudiera levantarme del piso tan rápido como quisiera -¿Y ahora qué?- Pensé mientras abría los ojos como platos y pasaba mi trago más amargo.
Bio
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Un grupo nutrido pronto irrumpe en la rotunda y aunque el equipo de Chimar ya tenía conocimiento de su existencia la aparición torna el ambiente tenso igualmente, mas atracciones variadas para la feria del peligro.
Son profesionales, eso explica que hayan sobrevivido hasta el encuentro. También se debe tener en cuenta que cualquiera que vaya con una guardaespaldas de dos metros completamente enlatada en armadura pesada tiene sus posibilidades aumentadas.
Los ánimos se caldean rápido y es que ambas facciones han pasado por muchos contratiempos, la educación recatada quedo en segundo plano luego de la primera habitación llena de abominaciones hambrientas.
Chimar y Canel permanecen callados viendo como todo se desarrolla, completamente preparados para entrar en combate. Ambos chicos saben a su manera cuando algo terminara yéndose a los golpes.
Como si fuera una predicción barata pero acertada en el barrio rojo de Lunargenta comienza la pelea… “qué raro”. Basta con decir que a la dama de hierro no le gusta compartir y tanto luchar despertó sus delirios violentos.
Niniel se apresura a inundarles con bendiciones mientras el martillo elfo del grupo avanza en carga, Bio no tarda en sumarse aunque hace una entrada un poco más dramática que parece copiada de Canel.
Pronto el genio se da cuenta que los enemigos disponibles se agotan, eso lo hace suspirar molesto. No es la primera vez que termina relegado de un combate interesante gracias al espíritu altruista de sus camaradas.
Bio escucha sus plegarias mentales y le deja asestar un golpe crítico, algo con lo que Chimar trata de lucirse. Dispara un virote pesado a la placa de vidrio que soporta al pobre diablo y… termina por descubrir una práctica manera de llegar a tierra.
A que no esperabas eso Canelin.
Pues… era una de muchas posibilidades “pone cara pensativa” no lo esperaba.
Ahora sin muchos objetivos cercanos el niño genio posa sus ojos en el extraño artículo que blande la mujer acorazada, no es algo mágico. Deduce tal realidad incluso antes de que el vampiro intente su anulación.
Para lograr tal desempeño en un arma se requieren runas poderosas o mucha ciencia acumulada, no se ven elementos arcanos por lo que su procedencia debe ser de la otra rama… tiene toda la pinta de ser algo sacado de la misma instalación que ahora recorren.
No sé bien qué rayos es eso… pero lo quiero “sonríe maliciosamente”.
Son profesionales, eso explica que hayan sobrevivido hasta el encuentro. También se debe tener en cuenta que cualquiera que vaya con una guardaespaldas de dos metros completamente enlatada en armadura pesada tiene sus posibilidades aumentadas.
Los ánimos se caldean rápido y es que ambas facciones han pasado por muchos contratiempos, la educación recatada quedo en segundo plano luego de la primera habitación llena de abominaciones hambrientas.
Chimar y Canel permanecen callados viendo como todo se desarrolla, completamente preparados para entrar en combate. Ambos chicos saben a su manera cuando algo terminara yéndose a los golpes.
Como si fuera una predicción barata pero acertada en el barrio rojo de Lunargenta comienza la pelea… “qué raro”. Basta con decir que a la dama de hierro no le gusta compartir y tanto luchar despertó sus delirios violentos.
Niniel se apresura a inundarles con bendiciones mientras el martillo elfo del grupo avanza en carga, Bio no tarda en sumarse aunque hace una entrada un poco más dramática que parece copiada de Canel.
Pronto el genio se da cuenta que los enemigos disponibles se agotan, eso lo hace suspirar molesto. No es la primera vez que termina relegado de un combate interesante gracias al espíritu altruista de sus camaradas.
Bio escucha sus plegarias mentales y le deja asestar un golpe crítico, algo con lo que Chimar trata de lucirse. Dispara un virote pesado a la placa de vidrio que soporta al pobre diablo y… termina por descubrir una práctica manera de llegar a tierra.
A que no esperabas eso Canelin.
Pues… era una de muchas posibilidades “pone cara pensativa” no lo esperaba.
Ahora sin muchos objetivos cercanos el niño genio posa sus ojos en el extraño artículo que blande la mujer acorazada, no es algo mágico. Deduce tal realidad incluso antes de que el vampiro intente su anulación.
Para lograr tal desempeño en un arma se requieren runas poderosas o mucha ciencia acumulada, no se ven elementos arcanos por lo que su procedencia debe ser de la otra rama… tiene toda la pinta de ser algo sacado de la misma instalación que ahora recorren.
No sé bien qué rayos es eso… pero lo quiero “sonríe maliciosamente”.
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Las dos fuerzas chocaron violentamente, y rápidamente se enzarzaron en un combate cerrado y letal que dejaba claro que solo uno de los grupos saldría de allí con vida, aunque ante la virulencia del enfrentamiento no necesariamente con todos sus miembros de una pieza. Por un lado combatían el egoísmo y la avaricia, sumiendo a la dama de acero y sus hombres en una furia que rayaba, si no es que cruzaba, la locura. Por el otro la desesperación de un grupo que a esas alturas solo quería salir de aquel infierno cuanto antes, pues hasta las heladas llanuras heladas del norte parecían halagüeñas en comparación con aquella ciudad roja.
¿Quiénes lograrían imponerse?
En un primer momento pareció que la balanza se decantaba por el lado de los aventureros, quienes redujeron el número de la escolta de la dama de acero de manera fulminante. Más la dama pronto dejaría patente que no sería un hueso tan fácil de roer y que valía por una veintena de aquellos desechables mercenarios que había contratado.
-Parece que debo ser más selectiva en el futuro a la hora de escoger peones. O son unos inútiles que no sirven ni como carnada por mucho oro que se les ofrezca...O se creen más listos y mejores que yo y creen poder robarme delante de mis narices el premio por el que tanto he sangrado...Oh bueno, hecho sangrar a otros...- Expresó casi a voz en grito la formidable luchadora, furibunda y sin dejar de atacar con su extraña arma. Poniendo contra las cuerdas a Al´theas con un solo golpe y poco después también a Bio.
Aquella enorme mujer parecía capaz por sí misma de darle la vuelta a aquella lucha.
-Otro vampiro...Te enviaré al mismo sitio que al otro enseguida, no te preocupes...- Amenazó la mujer levantando su arma para enterrar su filo en su pecho y acabar con su vida. Algo que Níniel no estaba dispuesta a permitir.
-¡Kiri!- Invocó la joven de blancos cabellos al mismo tiempo que señalaba con el extremo de su bastón hacia el pecho de la acorazada dama. En respuesta a su llamada, una pequeña figura femenina alada de pura luz apareció, lanzándose como un dardo contra su enemiga, portando como armas una lanza del tamaño de una aguja de ganchillo y un escudo del tamaño de un botón. Impactó con fuerza contra su armadura y la hizo retroceder varios pasos hasta que fue a golpear contra uno de aquellos paneles de control, al que pudo aferrarse para no caer al suelo, atontada y confundida.
-Maldita zorra...Te mataré a tí la primera, estúpida puta abraza árboles...- Maldijo recuperándose del golpe y recuperando su plena verticalidad gracias al apoyo de aquellos aparatos de magia de la tierra.
-Antes de dirigirte a mi hermana te lavas la boca con jabón, pedazo de puta.- Fue la respuesta de Catherine, poco o nada dispuesta a desperdiciar aquel breve momento de vulnerabilidad de tan peligroso adversaria. Desplegando sus afiladas garras para atravesar el punto débil de su armadura a la altura del cuello y lanzándose como un destello contra la dama de acero antes de que se incorporara totalmente.
Más a media carrera un gran estruendo y un fuerte temblor detendrían su carga y asalto, causando que quedara parada un instante, tratando de saber qué diablos estaba pasando y por qué de repente parecía que toda aquella sala se agitaba de manera constante y brusca. Unos metros por detrás de ella Níniel, temerosa, no podía sino imitarla. Aferrándose a una de las pantallas para evitar perder el equilibrio.
-Atención. Labores de prospección reanudándose. Iniciando motores. Se ruega a todo el personal que tomen las precauciones necesarias.- Fue la respuesta que los allí presentes recibieron en forma de mensaje a través de la metálica voz de la ciudad roja. Y tras el mensaje los temblores no hicieron más que aumentar en intensidad. Llegando incluso a causar que algunos de los debilitados paneles transparentes del suelo cayeran al vacío. Si hasta ese momento el suelo había sido algo peligroso, en ese momento se convirtió en una trampa mortal, como pronto pudo comprobar la mujer acorazada cuando a duras penas pudo mantenerse agarrada al desprenderse el suelo bajo sus pies, quedando parcialmente colgando en el vacío. Comenzando a maldecir y a pedir ayuda.
Aquel enorme taladro bajo sus pies se había puesto en marcha, y ni siquiera era el peor de los problemas para el grupo de aventureros; Atraídos por el ruido y los temblores, y tras encontrar en el fondo de aquel pozo algunos cuerpos frescos de los que alimentarse, toda una horda de criaturas había comenzado a ascender desde el profundo infierno en el que tuvieran su nido principal.
Estaban muy enfadados, y muy hambrientos.
-Atención. Fallo crítico en el núcleo del taladro. Fuga de energía detectada. Anomalías en la estructura detectadas. Riesgo estructural alto. Iniciando parada de emergencia...Error. Imposible realizar parada de emergencia automática. Atención, parada manual necesaria. Atención. Riesgo estructural alto.- Comenzó a recitar con su monótono tono de voz la ciudad roja al mismo tiempo que una fuerte sirena sonaba por todo el lugar.
¿Quiénes lograrían imponerse?
En un primer momento pareció que la balanza se decantaba por el lado de los aventureros, quienes redujeron el número de la escolta de la dama de acero de manera fulminante. Más la dama pronto dejaría patente que no sería un hueso tan fácil de roer y que valía por una veintena de aquellos desechables mercenarios que había contratado.
-Parece que debo ser más selectiva en el futuro a la hora de escoger peones. O son unos inútiles que no sirven ni como carnada por mucho oro que se les ofrezca...O se creen más listos y mejores que yo y creen poder robarme delante de mis narices el premio por el que tanto he sangrado...Oh bueno, hecho sangrar a otros...- Expresó casi a voz en grito la formidable luchadora, furibunda y sin dejar de atacar con su extraña arma. Poniendo contra las cuerdas a Al´theas con un solo golpe y poco después también a Bio.
Aquella enorme mujer parecía capaz por sí misma de darle la vuelta a aquella lucha.
-Otro vampiro...Te enviaré al mismo sitio que al otro enseguida, no te preocupes...- Amenazó la mujer levantando su arma para enterrar su filo en su pecho y acabar con su vida. Algo que Níniel no estaba dispuesta a permitir.
-¡Kiri!- Invocó la joven de blancos cabellos al mismo tiempo que señalaba con el extremo de su bastón hacia el pecho de la acorazada dama. En respuesta a su llamada, una pequeña figura femenina alada de pura luz apareció, lanzándose como un dardo contra su enemiga, portando como armas una lanza del tamaño de una aguja de ganchillo y un escudo del tamaño de un botón. Impactó con fuerza contra su armadura y la hizo retroceder varios pasos hasta que fue a golpear contra uno de aquellos paneles de control, al que pudo aferrarse para no caer al suelo, atontada y confundida.
-Maldita zorra...Te mataré a tí la primera, estúpida puta abraza árboles...- Maldijo recuperándose del golpe y recuperando su plena verticalidad gracias al apoyo de aquellos aparatos de magia de la tierra.
-Antes de dirigirte a mi hermana te lavas la boca con jabón, pedazo de puta.- Fue la respuesta de Catherine, poco o nada dispuesta a desperdiciar aquel breve momento de vulnerabilidad de tan peligroso adversaria. Desplegando sus afiladas garras para atravesar el punto débil de su armadura a la altura del cuello y lanzándose como un destello contra la dama de acero antes de que se incorporara totalmente.
Más a media carrera un gran estruendo y un fuerte temblor detendrían su carga y asalto, causando que quedara parada un instante, tratando de saber qué diablos estaba pasando y por qué de repente parecía que toda aquella sala se agitaba de manera constante y brusca. Unos metros por detrás de ella Níniel, temerosa, no podía sino imitarla. Aferrándose a una de las pantallas para evitar perder el equilibrio.
-Atención. Labores de prospección reanudándose. Iniciando motores. Se ruega a todo el personal que tomen las precauciones necesarias.- Fue la respuesta que los allí presentes recibieron en forma de mensaje a través de la metálica voz de la ciudad roja. Y tras el mensaje los temblores no hicieron más que aumentar en intensidad. Llegando incluso a causar que algunos de los debilitados paneles transparentes del suelo cayeran al vacío. Si hasta ese momento el suelo había sido algo peligroso, en ese momento se convirtió en una trampa mortal, como pronto pudo comprobar la mujer acorazada cuando a duras penas pudo mantenerse agarrada al desprenderse el suelo bajo sus pies, quedando parcialmente colgando en el vacío. Comenzando a maldecir y a pedir ayuda.
Aquel enorme taladro bajo sus pies se había puesto en marcha, y ni siquiera era el peor de los problemas para el grupo de aventureros; Atraídos por el ruido y los temblores, y tras encontrar en el fondo de aquel pozo algunos cuerpos frescos de los que alimentarse, toda una horda de criaturas había comenzado a ascender desde el profundo infierno en el que tuvieran su nido principal.
Estaban muy enfadados, y muy hambrientos.
-Atención. Fallo crítico en el núcleo del taladro. Fuga de energía detectada. Anomalías en la estructura detectadas. Riesgo estructural alto. Iniciando parada de emergencia...Error. Imposible realizar parada de emergencia automática. Atención, parada manual necesaria. Atención. Riesgo estructural alto.- Comenzó a recitar con su monótono tono de voz la ciudad roja al mismo tiempo que una fuerte sirena sonaba por todo el lugar.
OFFNíniel usa este turno la habilidad de su bastón, invocando a su guardián de luz.
Níniel Thenidiel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Justo antes de que el caballero esmeralda tuviera oportunidad de anticiparse... aquel grandullón alzo su martillo y cargo contra el elfo con claras intenciones de aplastarlo. En un primer momento Al'theas decidió esperarlo, tenia pensado intentar pararlo con el escudo para así tenerlo lo suficientemente cerca como para darle una buena estocada... a pesar del riesgo que supondría que el impacto del martillo fuera demasiado... pero entonces... un gran estruendo sorprendió a ambos contrincantes, y de nuevo esa voz... estaba dando algún tipo de aviso.
La sacudida provoco que aquel matón perdiera el equilibrio, precipitando su enorme martillo contra el suelo de cristal... y cayendo al foso, pero los cristales que seguían hacia Al'theas también se fueron rompiendo y este tuvo que brincar a un lado para no sufrir el mismo destino que su adversario.
-Eso estuvo cerca...- Pensó el elfo en voz alta mientras miraba a su alrededor, intentando comprender que estaba pasando.
En primer lugar, el caballero observo a sus compañeros para averiguar si cada uno se encontraba a salvo, pero aquella intención quedo abrutamente interrumpida cuando los temblores comenzaron a aumentar de la misma forma que aumentaban la preocupación del caballero.
-Por Anar... ¿que demonios esta pasando ahora?...- Susurro para si, justo antes de que algunos fragmentos de la pared se precipitara sobre el suelo de cristal en el que se encontraba, obligándole a saltar a la desesperada logrando llegar a zona segura por muy poco, sus botas quedaron al aire por pocos centímetros, y mientras se arrastraba para remediar eso... fue entonces cuando sus ojos miraron a través del suelo de cristal... y contemplo con horror la marabunta de aquellas horripilantes criaturas ascendiendo a través de aquel foso.
-Lo que nos faltaba... - Protesto el elfo mientras se levantaba del suelo -¡Chimar! ¡¿puedes hacer algo con esa maquina?!- Pregunto al joven ingeniero, lo cual parecía haberse convertido en una costumbre dadas las ya demostradas dotes del niño genio.
En ese momento, mientras aquellas criaturas empezaban a encontrarse cerca de donde estaban ellos... los alaridos de la Dama de acero llamaron la atención del elfo.
Allí estaba ella, la que probablemente les había metido en aquel lió desde el principio y que para colmo se había propuesto matárles, ahora se encontraba suplicante y colgando a duras penas del borde. Al'theas se quedo observándola fijamente en silencio, mirándola con desprecio, hasta que decide agacharse y tenderle su mano para que se agarrara con intención de salvárle la vida.
-Ayúdanos... o todos seremos comida de esos bichos... incluyéndote... - Dijo el caballero esmeralda, haciendo esfuerzo por templar su genio dadas las extremas circunstancias que sin duda acabaría con la vida de todos.
La sacudida provoco que aquel matón perdiera el equilibrio, precipitando su enorme martillo contra el suelo de cristal... y cayendo al foso, pero los cristales que seguían hacia Al'theas también se fueron rompiendo y este tuvo que brincar a un lado para no sufrir el mismo destino que su adversario.
-Eso estuvo cerca...- Pensó el elfo en voz alta mientras miraba a su alrededor, intentando comprender que estaba pasando.
En primer lugar, el caballero observo a sus compañeros para averiguar si cada uno se encontraba a salvo, pero aquella intención quedo abrutamente interrumpida cuando los temblores comenzaron a aumentar de la misma forma que aumentaban la preocupación del caballero.
-Por Anar... ¿que demonios esta pasando ahora?...- Susurro para si, justo antes de que algunos fragmentos de la pared se precipitara sobre el suelo de cristal en el que se encontraba, obligándole a saltar a la desesperada logrando llegar a zona segura por muy poco, sus botas quedaron al aire por pocos centímetros, y mientras se arrastraba para remediar eso... fue entonces cuando sus ojos miraron a través del suelo de cristal... y contemplo con horror la marabunta de aquellas horripilantes criaturas ascendiendo a través de aquel foso.
-Lo que nos faltaba... - Protesto el elfo mientras se levantaba del suelo -¡Chimar! ¡¿puedes hacer algo con esa maquina?!- Pregunto al joven ingeniero, lo cual parecía haberse convertido en una costumbre dadas las ya demostradas dotes del niño genio.
En ese momento, mientras aquellas criaturas empezaban a encontrarse cerca de donde estaban ellos... los alaridos de la Dama de acero llamaron la atención del elfo.
Allí estaba ella, la que probablemente les había metido en aquel lió desde el principio y que para colmo se había propuesto matárles, ahora se encontraba suplicante y colgando a duras penas del borde. Al'theas se quedo observándola fijamente en silencio, mirándola con desprecio, hasta que decide agacharse y tenderle su mano para que se agarrara con intención de salvárle la vida.
-Ayúdanos... o todos seremos comida de esos bichos... incluyéndote... - Dijo el caballero esmeralda, haciendo esfuerzo por templar su genio dadas las extremas circunstancias que sin duda acabaría con la vida de todos.
Al'theas Tinarandel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
En medio de la batalla el niño humano demostró de nuevo lo confiable que era y sus virotes comenzaron a poner fin a los secuaces que le estaba dejando a tiro, sonreí con satisfacción y continué mi lucha buscando neutralizar a la Dama de Hierro que al ser la líder, eliminarla debería poner fin a la contienda, algo que desde luego era más hacerlo que decirlo, cosa que tristemente tuve que aprender por las malas, para mi desgracia su juguete no tenía que ver con magia arcana, por lo que me encontraba completamente indefenso ante ella, levanté mi brazo izquierdo para cubrirme mientras pensaba lo difícil que sería vivir con una sola mano -Adiós izquierda, lo lamento, eras mi favorita- Cerré los ojos angustiado esperando el golpe pero de pronto algo hizo volar a la pesada Dama.
A unos metros, Niniel parecía ser la causante de mi salvación, hecho confirmado por los insultos de aquella bárbara mujer, aunque tales palabras no cayeron nada bien a la gata quien se puso en marcha de inmediato -¡Espera, no te muevas!- Dije a la gata aunque demasiado tarde, un tétrico sonido como si la tierra misma comenzara a roncar se escuchó y todo comenzó a sacudirse, mis expectativas de peligro no estaban ni cerca de lo que venía a continuación, el piso simplemente comenzó a desplomarse haciendo que la Dama de Hierro seguro deseara ser la Dama de Plumas, pues quedar colgando con su pesado armazón debía ser una tarea muy difícil.
Pese a lo mucho que ansiara verla caer, tenía mis propios problemas, el piso bajo sus pies no era el único que se despedía, sino que todos los páneles comenzaban a desprenderse a un gran ritmo, acercándose lentamente el peligro hacia mis pies -Oh, vamos, danos un respiro, maldita base endemoniada- Dije de mala gana mientras comenzaba a correr de vuelta a donde se encontraban los niños que parecían estar a salvo, un grito fue lo último que escucharon de mí antes de caer junto con los páneles al vacío en medio de mi carrera.
Deja mis botas, asquerosa bestia- Dije pateando a uno de aquellas criaturas mientras me sostenía de mis dagas que por poco se habían podido anclar a una de las paredes que cerraban el precipicio bajo mis pies, tras varias patadas conseguí que la criatura cayera de nuevo al vacío, llevándose a algunas otras en su caída; a diferencia de aquellos seres que avanzaban con relativa facilidad, yo necesité esforzarme más para subir, teniendo que clavar mis dagas varias veces en un mismo punto de la pared para hacer agujeros lo suficientemente profundos como para sostener mi peso al sujetarme de ellos, y al cabo de unos instantes conseguí subir de nuevo.
La Dama parecía haber tenido mejor suerte al recibir la ayuda del elfo, claro, ventajas de ser mujer -No confíes en ella- Dije a Althreas de mala gana -¿Qué hiciste con Armand?- Pregunté con desconfianza, y no es que sintiera especial aprecio por mis congéneres pero me había despertado la curiosidad su mención anterior -¿Y cómo detenemos esta cosa? ¿Cómo hacemos la parada manual?- Señalé sin saber hacia dónde pues la voz de advertencia parecía venir de varios lugares a la vez -Conque así se siente- Murmuré para mí mismo pensando en lo que podrían sentir las personas cuando yo hacía sonar mi voz desde distintos lugares a la vez.
A unos metros, Niniel parecía ser la causante de mi salvación, hecho confirmado por los insultos de aquella bárbara mujer, aunque tales palabras no cayeron nada bien a la gata quien se puso en marcha de inmediato -¡Espera, no te muevas!- Dije a la gata aunque demasiado tarde, un tétrico sonido como si la tierra misma comenzara a roncar se escuchó y todo comenzó a sacudirse, mis expectativas de peligro no estaban ni cerca de lo que venía a continuación, el piso simplemente comenzó a desplomarse haciendo que la Dama de Hierro seguro deseara ser la Dama de Plumas, pues quedar colgando con su pesado armazón debía ser una tarea muy difícil.
Pese a lo mucho que ansiara verla caer, tenía mis propios problemas, el piso bajo sus pies no era el único que se despedía, sino que todos los páneles comenzaban a desprenderse a un gran ritmo, acercándose lentamente el peligro hacia mis pies -Oh, vamos, danos un respiro, maldita base endemoniada- Dije de mala gana mientras comenzaba a correr de vuelta a donde se encontraban los niños que parecían estar a salvo, un grito fue lo último que escucharon de mí antes de caer junto con los páneles al vacío en medio de mi carrera.
Deja mis botas, asquerosa bestia- Dije pateando a uno de aquellas criaturas mientras me sostenía de mis dagas que por poco se habían podido anclar a una de las paredes que cerraban el precipicio bajo mis pies, tras varias patadas conseguí que la criatura cayera de nuevo al vacío, llevándose a algunas otras en su caída; a diferencia de aquellos seres que avanzaban con relativa facilidad, yo necesité esforzarme más para subir, teniendo que clavar mis dagas varias veces en un mismo punto de la pared para hacer agujeros lo suficientemente profundos como para sostener mi peso al sujetarme de ellos, y al cabo de unos instantes conseguí subir de nuevo.
La Dama parecía haber tenido mejor suerte al recibir la ayuda del elfo, claro, ventajas de ser mujer -No confíes en ella- Dije a Althreas de mala gana -¿Qué hiciste con Armand?- Pregunté con desconfianza, y no es que sintiera especial aprecio por mis congéneres pero me había despertado la curiosidad su mención anterior -¿Y cómo detenemos esta cosa? ¿Cómo hacemos la parada manual?- Señalé sin saber hacia dónde pues la voz de advertencia parecía venir de varios lugares a la vez -Conque así se siente- Murmuré para mí mismo pensando en lo que podrían sentir las personas cuando yo hacía sonar mi voz desde distintos lugares a la vez.
Bio
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Los adultos demuestran su inutilidad, tendencia bastante natural. Vale destacar que Niniel no entra en esa clasificación pues es una clase muy especial de frijol… si es que eso tiene algún sentido lógico real.
La elfa hace gala de su mente rápida y logra salvar a Bio de quedar sin una extremidad, algo que en sí mismo no haría mucha diferencia pero sería un tanto grotesco de observar. Viéndolo en perspectiva lógica entre más repuestos tenga el vampiro mejor.
Incluso luego de ser golpeada por una habilidad mágica y sin aliados activos, la dama se niega a rendirse. Suelta varios improperios muy pintorescos a los que Chimar no puede sino replicar con cierto rostro de odio.
¡¡Heyy, tenemos niños aquí!! “dice señalando a un extrañado Canel”.
Por suerte el crimen verbal entre partes dura poco, los problemas se multiplican exponencialmente. El taladro enorme comienza a funcionar acabando con la poca integridad estructural del suelo.
Afortunadamente en este escenario los niños tienen ventajas, no pesan nada por lo que las placas pueden soportarles sin problemas. Realidad que pocos comparten en ambos lados del tablero estratégico.
La dama es la primera en hacer ceder su sección, en un giro extraño termina pidiendo ayuda. Bonita escena que resulta terriblemente arruinada por la personalidad altruista del compatriota de Nin… Maquiavelo no puede resistir la tentación de arrojarle una piedra al blindaje por pecar de tontaina.
Bio es el que se lleva la peor parte en esta oportunidad cayendo varios metros aunque logra volver bastante rápido, más vidas que un gato muerto viviente. Tras de él viene un enjambre infernal en ascenso.
Esto es malo…
Canel mira a su hermano con cierta preocupación, eso destruye los pocos nervios que mantienen a Chimar valiente. Si el niño raro y aterrador está asustado… digamos que no es la mejor señal cuando tu trasero peligra.
Sin vacilar y haciendo gala de una agilidad avanzada, el pequeño genio acompañado de su fiel compañero alcanzan un panel brillante. En este momento Chimar entiende como un 50% de lo que está viendo pero con su mente rápida le basta para generar cierto plan rápido.
No les gustara esto pero… deberíamos dejar que el taladro continúe. Cuando colapse se llevara a la base y todos los bichos consigo.
Como cuando se inunda un hormiguero con ácido “asiente varias veces”.
Si... creo que tenemos tiempo para llegar a la superficie por el camino que uso la loca, pero más nos vale empezar ahora “toca un botón haciendo que la ruta de escape se desbloquee en su totalidad”.
La elfa hace gala de su mente rápida y logra salvar a Bio de quedar sin una extremidad, algo que en sí mismo no haría mucha diferencia pero sería un tanto grotesco de observar. Viéndolo en perspectiva lógica entre más repuestos tenga el vampiro mejor.
Incluso luego de ser golpeada por una habilidad mágica y sin aliados activos, la dama se niega a rendirse. Suelta varios improperios muy pintorescos a los que Chimar no puede sino replicar con cierto rostro de odio.
¡¡Heyy, tenemos niños aquí!! “dice señalando a un extrañado Canel”.
Por suerte el crimen verbal entre partes dura poco, los problemas se multiplican exponencialmente. El taladro enorme comienza a funcionar acabando con la poca integridad estructural del suelo.
Afortunadamente en este escenario los niños tienen ventajas, no pesan nada por lo que las placas pueden soportarles sin problemas. Realidad que pocos comparten en ambos lados del tablero estratégico.
La dama es la primera en hacer ceder su sección, en un giro extraño termina pidiendo ayuda. Bonita escena que resulta terriblemente arruinada por la personalidad altruista del compatriota de Nin… Maquiavelo no puede resistir la tentación de arrojarle una piedra al blindaje por pecar de tontaina.
Bio es el que se lleva la peor parte en esta oportunidad cayendo varios metros aunque logra volver bastante rápido, más vidas que un gato muerto viviente. Tras de él viene un enjambre infernal en ascenso.
Esto es malo…
Canel mira a su hermano con cierta preocupación, eso destruye los pocos nervios que mantienen a Chimar valiente. Si el niño raro y aterrador está asustado… digamos que no es la mejor señal cuando tu trasero peligra.
Sin vacilar y haciendo gala de una agilidad avanzada, el pequeño genio acompañado de su fiel compañero alcanzan un panel brillante. En este momento Chimar entiende como un 50% de lo que está viendo pero con su mente rápida le basta para generar cierto plan rápido.
No les gustara esto pero… deberíamos dejar que el taladro continúe. Cuando colapse se llevara a la base y todos los bichos consigo.
Como cuando se inunda un hormiguero con ácido “asiente varias veces”.
Si... creo que tenemos tiempo para llegar a la superficie por el camino que uso la loca, pero más nos vale empezar ahora “toca un botón haciendo que la ruta de escape se desbloquee en su totalidad”.
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Decir que la situación era límite sería quedarse cortos. Bajo ellos un enjambre de criaturas hambrientas ascendía a por su postre, insaciables a pesar de haber devorado ya a buena parte de la expedición de la que los allí presentes eran supervivientes. ¿Lo único que les separaba de aquellas cosas? Un suelo del que cada vez quedaba menos y que a su vez era un grave peligro para los aventureros, pues resultaba imposible asegurar qué segmentos del mismo aguantarían su peso y cuáles no. Para más inri la llave de su única vía de escape estaba en manos de una loca que quería asesinarlos a todos y que en esos momento se hallaba con la mitad de su cuerpo colgando del vacío...
¿Podía ser peor? Pues claro. ¿Qué tal si a todo lo anterior le añadimos que todo el lugar parecía a punto de colapsar por culpa del funcionamiento defectuoso de una máquina excavadora de la tierra de más de cien años?
Níniel debería de haberlo supuesto. Nunca salía nada bueno de ponerse a jugar con la magia de metal de la tierra.
-Coge mi mano Nín.- Pidió Catherine a su hermana, ayudándola a mantener el equilibrio y evitando que cayera por el agujero dejado por uno de aquellos paneles al caer. La felina había averiguado que los paneles de control y otras partes de aquella sala estaban ancladas al techo y no al suelo, por lo que resultaban más seguras por el momento. -Esto no pinta nada bien...¿Qué hacemos?- Quiso saber a continuación, sin ideas sobre qué podrían hacer dadas las circunstancias.
-Tenemos que ayudar a Al´theas...esa mujer pesa demasiado para él solo.- Indicó la elfa, consiguiendo que en la cara de preocupación de la pelirroja se dibujara una mueca de incredulidad.
-¿Qué? Anda y que le den por el culo. si me acerco hasta allí será para pisarle la cabeza hasta que caiga...- Respondió la gata. Y era algo con lo que Níniel contaba, era consciente de lo tonto que sonaba correr aún más riesgos por alguien como aquella dama de acero.
-Necesitamos su arma. De algún modo funciona como las tarjetas de antes, pero a distancia. La necesitamos para abrir la puerta y salir de aquí.- Explicó la joven. Catherine negó con la cabeza, sin duda maldiciendo internamente al entender la necesidad imperiosa de realizar tan desagradecida tarea.
-Joder...Bien, la ayudaré, le quitaré el arma y luego la arrojaré al foso con mis propias manos...- Sentenció. Dejando a Níniel aferrada a uno de los paneles y usando su gran destreza y facilidad de movimientos para alcanzar la posición del caballero esmeralda, al que dedicó una mueca de disgusto tan pronto como llegó, dispuesta a tirar hacia arriba de su pesada adversaria.
Mientras, Níniel, a sabiendas de que lo iban a necesitar, concentró una gran cantidad de maná y apuró de un trago su pócima de inteligencia superior, para acto seguido aumentar aún más sus capacidades gracias al poder de su bastón, bendiciendo tras ello a Al´theas, Chimar, Canel y Bio con un gran incremento de su agilidad y destreza.
-Espero que estés en lo cierto, Chimar. Vamos a jugárnoslo todo a esa carta...Bueno, como de costumbre.- Se mostró conforme la sacerdotisa con el plan del genio inventor. De los allí presentes, si alguien era capaz de entender aquellos mapas y pantallas y encontrar una ruta de escape, ese era él. Muy posiblemente ya habría realizado sus cálculos y estimaciones mentales antes de decir nada.
-Toma su arma Nín. Abre esa dichosa puerta de una buena vez.- Instó Catherine tras lograr poner a salvo a la Dama de acero y lograr arrebatarle el arma. Algo que no le gustó demasiado a la susodicha a pesar de que acababan de salvarle la vida. Tan pronto como se sintió segura no dudó en comenzar a lanzar golpes con sus enguantados puños a sus rescatadores mientra les maldecía.
-Os mataré a todos, asquerosos. He trabajado demasiado en esto como para que me lo arrebatéis. Os mataré como a ese vampiro, y como maté a los supervivientes de la anterior expedición y a ese viejo chocho de Santangelo...-Vociferaba enrabietada sin dejar de forcejear.
-Ya te daré yo a ti puños de metal puta...- Se quejó la pelirroja tras encajar un puñetazo en la cara, respondiendo de inmediato al golpe con otro igual de contundente. -Espero que esas cosas se entretengan comiéndote mientras nosotros nos largamos de este infierno.- Añadió dispuesta a volver a lanzarla al foso, deslizando una de aquellas barritas de fresa centenaria bajo la armadura de su enemiga -Haz lo posible por ello. Aquí tienes tu puto tesoro.- Sentenció.
Por su parte Níniel comenzó a trastear con aquella arma, apagada en esos momentos. Tenía que tener cuidado pero, lo cierto es que no tenía tiempo para tomar todas las precauciones que debería. Por una vez tendría que arriesgarse a pulsar botones a ver qué pasaba...Método conocido como el método Canel. Al menos sabía más o menos el que la Dama había pulsado antes de atacarles.
-Veamos...era este creo...- Musitó a la vez que pulsaba uno de los botones y la cabeza holográfica de Santangelo se proyectaba en varias de las pantallas de la sala. Hablando como si estuviera allí mismo, del mismo modo que hiciera en el balcón de su villa en Dundarak. Con la salvedad de que no tenía información o ayuda que darles, solo gesticulaba de manera absurda e insultaba y maldecía, igual que estaba haciendo la dama de acero. -Más buenas noticias...Veamos si este otro...Sí, SÍ. Vamos, vámonos. Salgamos de aquí.- Profirió Níniel al ver como la puerta del fondo se abría. Comenzando a moverse hacia allí con su nueva y aumentada destreza y velocidad, saltando por encima de uno de los huecos de suelo desprendidos y evitando por muy poco que una de las criaturas no la enganchara por el tobillo.
¿Podía ser peor? Pues claro. ¿Qué tal si a todo lo anterior le añadimos que todo el lugar parecía a punto de colapsar por culpa del funcionamiento defectuoso de una máquina excavadora de la tierra de más de cien años?
Níniel debería de haberlo supuesto. Nunca salía nada bueno de ponerse a jugar con la magia de metal de la tierra.
-Coge mi mano Nín.- Pidió Catherine a su hermana, ayudándola a mantener el equilibrio y evitando que cayera por el agujero dejado por uno de aquellos paneles al caer. La felina había averiguado que los paneles de control y otras partes de aquella sala estaban ancladas al techo y no al suelo, por lo que resultaban más seguras por el momento. -Esto no pinta nada bien...¿Qué hacemos?- Quiso saber a continuación, sin ideas sobre qué podrían hacer dadas las circunstancias.
-Tenemos que ayudar a Al´theas...esa mujer pesa demasiado para él solo.- Indicó la elfa, consiguiendo que en la cara de preocupación de la pelirroja se dibujara una mueca de incredulidad.
-¿Qué? Anda y que le den por el culo. si me acerco hasta allí será para pisarle la cabeza hasta que caiga...- Respondió la gata. Y era algo con lo que Níniel contaba, era consciente de lo tonto que sonaba correr aún más riesgos por alguien como aquella dama de acero.
-Necesitamos su arma. De algún modo funciona como las tarjetas de antes, pero a distancia. La necesitamos para abrir la puerta y salir de aquí.- Explicó la joven. Catherine negó con la cabeza, sin duda maldiciendo internamente al entender la necesidad imperiosa de realizar tan desagradecida tarea.
-Joder...Bien, la ayudaré, le quitaré el arma y luego la arrojaré al foso con mis propias manos...- Sentenció. Dejando a Níniel aferrada a uno de los paneles y usando su gran destreza y facilidad de movimientos para alcanzar la posición del caballero esmeralda, al que dedicó una mueca de disgusto tan pronto como llegó, dispuesta a tirar hacia arriba de su pesada adversaria.
Mientras, Níniel, a sabiendas de que lo iban a necesitar, concentró una gran cantidad de maná y apuró de un trago su pócima de inteligencia superior, para acto seguido aumentar aún más sus capacidades gracias al poder de su bastón, bendiciendo tras ello a Al´theas, Chimar, Canel y Bio con un gran incremento de su agilidad y destreza.
-Espero que estés en lo cierto, Chimar. Vamos a jugárnoslo todo a esa carta...Bueno, como de costumbre.- Se mostró conforme la sacerdotisa con el plan del genio inventor. De los allí presentes, si alguien era capaz de entender aquellos mapas y pantallas y encontrar una ruta de escape, ese era él. Muy posiblemente ya habría realizado sus cálculos y estimaciones mentales antes de decir nada.
-Toma su arma Nín. Abre esa dichosa puerta de una buena vez.- Instó Catherine tras lograr poner a salvo a la Dama de acero y lograr arrebatarle el arma. Algo que no le gustó demasiado a la susodicha a pesar de que acababan de salvarle la vida. Tan pronto como se sintió segura no dudó en comenzar a lanzar golpes con sus enguantados puños a sus rescatadores mientra les maldecía.
-Os mataré a todos, asquerosos. He trabajado demasiado en esto como para que me lo arrebatéis. Os mataré como a ese vampiro, y como maté a los supervivientes de la anterior expedición y a ese viejo chocho de Santangelo...-Vociferaba enrabietada sin dejar de forcejear.
-Ya te daré yo a ti puños de metal puta...- Se quejó la pelirroja tras encajar un puñetazo en la cara, respondiendo de inmediato al golpe con otro igual de contundente. -Espero que esas cosas se entretengan comiéndote mientras nosotros nos largamos de este infierno.- Añadió dispuesta a volver a lanzarla al foso, deslizando una de aquellas barritas de fresa centenaria bajo la armadura de su enemiga -Haz lo posible por ello. Aquí tienes tu puto tesoro.- Sentenció.
Por su parte Níniel comenzó a trastear con aquella arma, apagada en esos momentos. Tenía que tener cuidado pero, lo cierto es que no tenía tiempo para tomar todas las precauciones que debería. Por una vez tendría que arriesgarse a pulsar botones a ver qué pasaba...Método conocido como el método Canel. Al menos sabía más o menos el que la Dama había pulsado antes de atacarles.
-Veamos...era este creo...- Musitó a la vez que pulsaba uno de los botones y la cabeza holográfica de Santangelo se proyectaba en varias de las pantallas de la sala. Hablando como si estuviera allí mismo, del mismo modo que hiciera en el balcón de su villa en Dundarak. Con la salvedad de que no tenía información o ayuda que darles, solo gesticulaba de manera absurda e insultaba y maldecía, igual que estaba haciendo la dama de acero. -Más buenas noticias...Veamos si este otro...Sí, SÍ. Vamos, vámonos. Salgamos de aquí.- Profirió Níniel al ver como la puerta del fondo se abría. Comenzando a moverse hacia allí con su nueva y aumentada destreza y velocidad, saltando por encima de uno de los huecos de suelo desprendidos y evitando por muy poco que una de las criaturas no la enganchara por el tobillo.
OFF:Níniel usa este turno su poti de INT superior, una de las habs de su bastón y la Bendición Estrella fugaz.
Níniel Thenidiel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Para cualquiera, ver al elfo ayudar a la Dama de acero podría parecer un acto estúpido de ingenuidad, pero para el caballero esmeralda era algo mas, había muchas cosas a tener en cuenta. Para empezar... estaba el hecho de que su extraña arma tenia algún tipo de influencia sobre las puertas de aquel lugar tal y como demostró al comienzo del conflicto, y eso debía de ser útil, luego estaba el asunto de la supervivencia, puede que luego tuvieran luchar, pero si ella no se había vuelto loca del todo... su instinto de autoconservación debería ser útil contra las criaturas que estaban dispuestas a impedir nuestra huida, y por ultimo... estaba algo mas personal, demostrar que ellos no eran como ella dejándose llevar por la necesidad de venganza.
Catherine fue hacia Al'theas en ese momento, notando la desaprobación y desconfianza en su expresión, pero al final ayuda al elfo a levantar a la mujer de pesada armadura, y Catherine no perdió el tiempo a la hora de arrebatarle el arma para luego hacerle entrega de esta a Níniel.
Sin embargo... la Dama de acero pronto entro en cólera, maldiciendo y amenazando.
-Esta es tu ultima oportunidad...¿vas a entrar en razón o no?- Dijo el elfo con tono autoritario, con mano en la empuñadura de su hoja.
Catherine volvía en ese momento, justo cuando la Dama de acero elevo el tono de sus amenazas, no solo golpeando a Catherine, si no ademas admitiendo diversos crímenes a sangre fría, fue entonces cuando Al'theas comprendió que aquella "Dama" ya no tenia salvación, había perdido la cabeza y solo Anar sabia de que mas era capaz...
Como era de esperar, Catherine encolerizo también, devolviéndole los golpes, forcejearon, y en ese instante Al'theas alzo su hoja apuntando a hacia el cuello de la Dama, separando a ambas mujeres mientras mantenía a raya a la psicópata enlatada.
-Ve con Níniel Catherine...- Decía mientras observaba con preocupación la proximidad de las incansables criaturas -No tenemos mucho tiempo... y respecto a ti... tu misma has elegido tu destino...- Sentencio, bajando el arma al mismo tiempo que salia corriendo tras Catherine, sabiendo con toda seguridad que aquellas criaturas estaban empezando a dar cuenta de la Dama... cuando empezó a escuchar sus horripilantes chillidos... Al menos eso les daría tiempo para reunirse con los demás.
A medida que Al'theas huía junto a Catherine, no pudo evitar fijarse en las imágenes del que ahora es... el fallecido Santangelo, cuyas proyecciones parecían tener su origen en aquella arma con la que Níniel estaba manipulando, aquello explicaba muchas cosas... y demostraba que todo había sido una farsa nacida de la codicia de una loca...
La joven sacerdotisa tuvo éxito a la hora de abrir la puerta para que todos pudieran escapar, no sin impedimentos por el camino, pues comenzaron a salir algunas de aquellas criaturas con intención de cortarles el paso.
Al'theas se adelanto a Catherine con el escudo alzado, interceptando a las primeras criaturas a la par que las empalaba con su hoja en un esfuerzo por limpiar el camino para los demás -¡Vamos vamos!- Gritaba mientras se abría paso junto a los demás hacia lo que esperaba que esta vez fuese una salida real.
Catherine fue hacia Al'theas en ese momento, notando la desaprobación y desconfianza en su expresión, pero al final ayuda al elfo a levantar a la mujer de pesada armadura, y Catherine no perdió el tiempo a la hora de arrebatarle el arma para luego hacerle entrega de esta a Níniel.
Sin embargo... la Dama de acero pronto entro en cólera, maldiciendo y amenazando.
-Esta es tu ultima oportunidad...¿vas a entrar en razón o no?- Dijo el elfo con tono autoritario, con mano en la empuñadura de su hoja.
Catherine volvía en ese momento, justo cuando la Dama de acero elevo el tono de sus amenazas, no solo golpeando a Catherine, si no ademas admitiendo diversos crímenes a sangre fría, fue entonces cuando Al'theas comprendió que aquella "Dama" ya no tenia salvación, había perdido la cabeza y solo Anar sabia de que mas era capaz...
Como era de esperar, Catherine encolerizo también, devolviéndole los golpes, forcejearon, y en ese instante Al'theas alzo su hoja apuntando a hacia el cuello de la Dama, separando a ambas mujeres mientras mantenía a raya a la psicópata enlatada.
-Ve con Níniel Catherine...- Decía mientras observaba con preocupación la proximidad de las incansables criaturas -No tenemos mucho tiempo... y respecto a ti... tu misma has elegido tu destino...- Sentencio, bajando el arma al mismo tiempo que salia corriendo tras Catherine, sabiendo con toda seguridad que aquellas criaturas estaban empezando a dar cuenta de la Dama... cuando empezó a escuchar sus horripilantes chillidos... Al menos eso les daría tiempo para reunirse con los demás.
A medida que Al'theas huía junto a Catherine, no pudo evitar fijarse en las imágenes del que ahora es... el fallecido Santangelo, cuyas proyecciones parecían tener su origen en aquella arma con la que Níniel estaba manipulando, aquello explicaba muchas cosas... y demostraba que todo había sido una farsa nacida de la codicia de una loca...
La joven sacerdotisa tuvo éxito a la hora de abrir la puerta para que todos pudieran escapar, no sin impedimentos por el camino, pues comenzaron a salir algunas de aquellas criaturas con intención de cortarles el paso.
Al'theas se adelanto a Catherine con el escudo alzado, interceptando a las primeras criaturas a la par que las empalaba con su hoja en un esfuerzo por limpiar el camino para los demás -¡Vamos vamos!- Gritaba mientras se abría paso junto a los demás hacia lo que esperaba que esta vez fuese una salida real.
Al'theas Tinarandel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
A pesar de lo difícil que parecía aquella posibilidad, no solo don elfo sino también doña gata ayudaron a la Dama de Hierro a quedarse entre los vivos, ganándose en el proceso toda su ingratitud, y es que de dama tenía muy poco la muy desgraciada, a punto estaba de ir tras ella para lanzarla yo mismo cuando entendí las verdaderas intenciones de Niniel, capturar aquella extraña arma que servía como artilugio abre-puertas y maneja-cosas, algo que de hecho, sí nos podía resultar muy útil en medio de todo el caos que nos rodeaba y que amenazaba con sepultarnos junto a los animalitos lanza-gases, nombre que se podía interpretar de manera algo asquerosa ese último, pero ni modo, no había tiempo para pensar en buenos nombres.
Total que de nuevo Chimar aparece para salvar el día con una genial idea: dejar que todo se desnalgue aplastándonos posiblemente en el proceso -Pero que buenísima idea, jamás habría pensado en eso- Murmuré con algo de sarcasmo aunque luego vi que realmente no es que hubiera muchas opciones, aunque el resto del plan sí me gustaba y considerando que mi idea de antes nos había lanzado una montaña de nieve encima, pues ni modo, cochino karma, te odio.
Me llaman de nuevo la atención las infames revelaciones de aquella mujer quien no solo goza de toda la impunidad y cinismo del mundo, sino que además presume de sus viles actos -Lánzala al vacío, con suerte y envenenamos a los animalitos cuando se la coman- Le digo a la gata y para mi sorpresa me hace caso, aunque no me alegra mucho porque creo que ya estaba decidida a hacer eso desde el inicio, poco a poco se va ganando mi cariño la peluda.
Volviendo al punto, el plan es sencillo, salimos por donde vino la Dama de los enlatados mientras todo se desploma tras nosotros, pero al parecer los lanza-gases tienen otros planes, pues comienzan a aparecer frente a nosotros para truncarnos el camino, afortunadamente llevamos al elfo al frente y éste se encarga de limpiar el camino, muy noble de su parte ofrecerse como sacrificio para que los demás logremos salir con vida, su gesto lo recordaré siempre, aunque no su nombre.
Tristemente sus esfuerzos no son suficientes y aunque nos limpia el camino al frente, más de estos animalitos comienzan a aparecer por los lados saltando hacia nosotros -Tengan cuidado, se esconden entre los escombros- Advertí a mis compañeros mientras me agachaba para evitar que uno de ellos me arrancara las orejas, junto a la cara y la mitad de la cabeza -Están por todos lados- Apuré el paso casi hasta empujar a quienes iban delante de mí pero nuestra suerte pronto sería puesta a prueba, pues comenzaban a aparecer puertas cerradas frente a nosotros, Chimar había logrado abrir la primera pero claramente no sería la única que encontraríamos en el camino...
Total que de nuevo Chimar aparece para salvar el día con una genial idea: dejar que todo se desnalgue aplastándonos posiblemente en el proceso -Pero que buenísima idea, jamás habría pensado en eso- Murmuré con algo de sarcasmo aunque luego vi que realmente no es que hubiera muchas opciones, aunque el resto del plan sí me gustaba y considerando que mi idea de antes nos había lanzado una montaña de nieve encima, pues ni modo, cochino karma, te odio.
Me llaman de nuevo la atención las infames revelaciones de aquella mujer quien no solo goza de toda la impunidad y cinismo del mundo, sino que además presume de sus viles actos -Lánzala al vacío, con suerte y envenenamos a los animalitos cuando se la coman- Le digo a la gata y para mi sorpresa me hace caso, aunque no me alegra mucho porque creo que ya estaba decidida a hacer eso desde el inicio, poco a poco se va ganando mi cariño la peluda.
Volviendo al punto, el plan es sencillo, salimos por donde vino la Dama de los enlatados mientras todo se desploma tras nosotros, pero al parecer los lanza-gases tienen otros planes, pues comienzan a aparecer frente a nosotros para truncarnos el camino, afortunadamente llevamos al elfo al frente y éste se encarga de limpiar el camino, muy noble de su parte ofrecerse como sacrificio para que los demás logremos salir con vida, su gesto lo recordaré siempre, aunque no su nombre.
Tristemente sus esfuerzos no son suficientes y aunque nos limpia el camino al frente, más de estos animalitos comienzan a aparecer por los lados saltando hacia nosotros -Tengan cuidado, se esconden entre los escombros- Advertí a mis compañeros mientras me agachaba para evitar que uno de ellos me arrancara las orejas, junto a la cara y la mitad de la cabeza -Están por todos lados- Apuré el paso casi hasta empujar a quienes iban delante de mí pero nuestra suerte pronto sería puesta a prueba, pues comenzaban a aparecer puertas cerradas frente a nosotros, Chimar había logrado abrir la primera pero claramente no sería la única que encontraríamos en el camino...
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Aunque al principio la primera puerta cede ante el ingenio suertudo de Chimar, un repentino cierre le hace sospechar que no será tan sencillo burlar la seguridad futurista terrestre… sin duda necesitan una materia tecnopata en la Universidad de los Susurros.
Se veía a venir “suspira”.
Por suerte el altruismo de algunos da fruto pronto, la única cosa lo suficientemente poderosa como para dar acceso a todo el recinto es el arma rara que lleva la dama acorazada encima mientras intenta no caer a una batidora de metal.
Aunque al principio salvan a la mujer de su merecido destino, todo evoluciona violentamente cuando se despoja a la misma de su juguete. Incapaz de escuchar razones toma una postura cerrada lo que le hace ganarse el desquite de Catherine.
Es suficiente con decir que nadie puede burlar a la muerte si es el día predestinado, la guerrera de armadura brillante se convierte en un curioso aperitivo para la horda de bichos homicidas que sube sin prestarle mucha atención al taladro.
Niniel se pone a jugar con el arma reclamada y en un despliegue de buena fortuna consigue abrirles camino, aunque no sin antes revelar que su empleador era una simple marioneta visual del pesado cadáver que ahora devoran pisos abajo.
Rostros de bruma…
No es por apurar “toma la mano de Canel con fuerza” pero es momento de pasear en la nieve.
No hacen falta más intentos, todos saben bien que si desean seguir vivos necesitan abandonar la instalación. Segundos después una estampida de personajes tiene lugar, cierto acto desesperado por ganar una pseudo carrera contra reloj.
Los aumentos mágicos de Niniel sin duda les ayudan a correr más, pese a poner todo su esfuerzo Maquiavelo apenas se cansa. Los demás se dedican a eliminar cualquier bicho atravesado aunque la medalla en esa labor se la lleva el elfo guerrero.
A medida que corren todo comienza a deteriorarse, tienen lugar derrumbes y las secciones se quiebran al unísono. Por no mencionar los fallos de luces junto con una extraña canción infernal que no deja de repetir “begin again”.
Música para morir… que terrestre.
Finalmente luego de minutos tensos se comienza a vislumbrar algo al final del túnel, una luz que se ve de lo más acogedora. Esto hace sonreír a un ya agotado genio quien no duda en gastar todas sus fuerzas en la última carrera.
En un rápido vistazo a su hermanito, Maquiavelo no puede evitar arquear una ceja entre mucho esfuerzo. Literalmente ni siquiera está sudando el enano… parece que tiene una resistencia sobrenatural al igual que su mente.
Se veía a venir “suspira”.
Por suerte el altruismo de algunos da fruto pronto, la única cosa lo suficientemente poderosa como para dar acceso a todo el recinto es el arma rara que lleva la dama acorazada encima mientras intenta no caer a una batidora de metal.
Aunque al principio salvan a la mujer de su merecido destino, todo evoluciona violentamente cuando se despoja a la misma de su juguete. Incapaz de escuchar razones toma una postura cerrada lo que le hace ganarse el desquite de Catherine.
Es suficiente con decir que nadie puede burlar a la muerte si es el día predestinado, la guerrera de armadura brillante se convierte en un curioso aperitivo para la horda de bichos homicidas que sube sin prestarle mucha atención al taladro.
Niniel se pone a jugar con el arma reclamada y en un despliegue de buena fortuna consigue abrirles camino, aunque no sin antes revelar que su empleador era una simple marioneta visual del pesado cadáver que ahora devoran pisos abajo.
Rostros de bruma…
No es por apurar “toma la mano de Canel con fuerza” pero es momento de pasear en la nieve.
No hacen falta más intentos, todos saben bien que si desean seguir vivos necesitan abandonar la instalación. Segundos después una estampida de personajes tiene lugar, cierto acto desesperado por ganar una pseudo carrera contra reloj.
Los aumentos mágicos de Niniel sin duda les ayudan a correr más, pese a poner todo su esfuerzo Maquiavelo apenas se cansa. Los demás se dedican a eliminar cualquier bicho atravesado aunque la medalla en esa labor se la lleva el elfo guerrero.
A medida que corren todo comienza a deteriorarse, tienen lugar derrumbes y las secciones se quiebran al unísono. Por no mencionar los fallos de luces junto con una extraña canción infernal que no deja de repetir “begin again”.
Música para morir… que terrestre.
Finalmente luego de minutos tensos se comienza a vislumbrar algo al final del túnel, una luz que se ve de lo más acogedora. Esto hace sonreír a un ya agotado genio quien no duda en gastar todas sus fuerzas en la última carrera.
En un rápido vistazo a su hermanito, Maquiavelo no puede evitar arquear una ceja entre mucho esfuerzo. Literalmente ni siquiera está sudando el enano… parece que tiene una resistencia sobrenatural al igual que su mente.
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Solo quedaba una cosa por hacer una vez que la puerta que les impedía escapar se abrió: Correr, correr como nunca habían corrido al tiempo que los más duchos en el noble arte de servir de ariete actuaban de vanguardia para evitar que los monstruos en su camino, más interesados en saciar su apetito que en preocuparse por su supervivencia, sellaran a dentelladas su destino, obligándoles, con tan solo lograr retrasar su carrera, a compartir su funesto destino una vez que la infame ciudad roja se hundiera en el olvido, como resultaba evidente que no tardaría en acontecer.
-No os detengais por nada. Centraros solo en escapar. Usaré el artefacto para abrirnos las puertas.- Instó como buenamente pudo la joven peliblanca, incumpliendo no obstante su propio mandado al detenerse por un instante ante una de las puertas laterales a pesar de los muchos ruidos horripilantes y fuertes estruendos que se producían a su alrededor, causados por los fallos de una estructura al borde del más absoluto colapso.
-Cath...- Añadió entonces volviendo a la carrera sin decir nada más y con una expresión extraña en el rostro.
Bendiciendo acto seguido las garras de la gata con un baño de pura luz que convirtió sus ya de por sí peligrosas armas naturales en una herramienta de aniquilación al más alto nivel.
-Salid del maldito camino, apestosos.- Fue el grito de guerra de la felina antes de lanzarse a la carga y comenzar a descargar una cuchillada asesina tras otra sin percatarse del gesto de su hermana, ayudando a Al´theas y a los demás a abrirse paso, eliminando a las criaturas que aún pensaban que el buffet seguía abierto. -Como os odio...- Maldijo tras convertir la cabeza de una de ellas en pulpa y antes de prepararse para ocuparse de una segunda bestia. La cual acabó sepultada por un desplome lateral antes de que la felina tuviera que intervenir.
-No es suficiente...Nos están retrasando demasiado...- Expresó en voz alta la sacerdotisa, temiendo que a pesar de sus esfuerzos no pudieran llegar hasta la salida prometida. La situación requería un empujón aún mayor por su parte más allá de abrir puertas, y rápidamente la joven se dispuso a hacerlo realidad, concentrando una cantidad de éter aún mayor que antes y rogando a los dioses por una nueva muestra de su poder.
-Súmmun.- Susurró antes de desatar el increíble poder del panteón élfico, multiplicando los efectos beneficiosos de los que ya gozaban sus aliados. Aumentando aún más su agilidad, velocidad y destreza, o en el caso de Catherine, convirtiendo sus zarpas en las mismísimas garras del gran dragón de luz.
-Y dicen que la violencia no resuelve nada...- Se jactó la felina tras despedazar a otra de las criaturas con una facilidad pasmosa gracias a los aumentos recibidos.
Finalmente logran alcanzar el último punto de control. Una gran compuerta metálica de aspecto robusto y que se encontraba medio abierta, seguramente por obra de la dama de acero al acceder a la ciudad. Incluso en la distancia puede notarse el aire gélido del exterior, que es recibido como una bendición por Níniel, y conforme se acercan son además agraciados con pequeños copos de nieve arrastrados hasta allí por el viento. Casi lo han logrado.
-No puedo cerrarla del todo, parece estar rota.- Anunció la peliblanca tan pronto como el grupo pisó el exterior. -Será mejor alejarse.- Añadió entonces, señalando en la primera dirección que se le ocurrió. Realmente estaban rodeados por lo que parecía un océano infinito de nieve, así que no es que pudiese dar una dirección precisa.
En ese mismo momento, y a la vez que algunas de las criaturas salían tras ellos de aquel túnel, una gran sacudida hizo que todo el suelo comenzara a temblar. Grandes placas de roca, hielo y nieve comenzaron a elevarse y a hundirse por todas partes y una gran llamarada surgió del mismo lugar del que habían salido, incinerando a muchos de los seres antes de que toda la estructura comenzara a ser tragada por la misma tierra, llevándose consigo al resto de las criaturas que les habían seguido. Amenazando con hacerle lo mismo al grupo de supervivientes.
-No os detengais por nada. Centraros solo en escapar. Usaré el artefacto para abrirnos las puertas.- Instó como buenamente pudo la joven peliblanca, incumpliendo no obstante su propio mandado al detenerse por un instante ante una de las puertas laterales a pesar de los muchos ruidos horripilantes y fuertes estruendos que se producían a su alrededor, causados por los fallos de una estructura al borde del más absoluto colapso.
-Cath...- Añadió entonces volviendo a la carrera sin decir nada más y con una expresión extraña en el rostro.
Bendiciendo acto seguido las garras de la gata con un baño de pura luz que convirtió sus ya de por sí peligrosas armas naturales en una herramienta de aniquilación al más alto nivel.
-Salid del maldito camino, apestosos.- Fue el grito de guerra de la felina antes de lanzarse a la carga y comenzar a descargar una cuchillada asesina tras otra sin percatarse del gesto de su hermana, ayudando a Al´theas y a los demás a abrirse paso, eliminando a las criaturas que aún pensaban que el buffet seguía abierto. -Como os odio...- Maldijo tras convertir la cabeza de una de ellas en pulpa y antes de prepararse para ocuparse de una segunda bestia. La cual acabó sepultada por un desplome lateral antes de que la felina tuviera que intervenir.
-No es suficiente...Nos están retrasando demasiado...- Expresó en voz alta la sacerdotisa, temiendo que a pesar de sus esfuerzos no pudieran llegar hasta la salida prometida. La situación requería un empujón aún mayor por su parte más allá de abrir puertas, y rápidamente la joven se dispuso a hacerlo realidad, concentrando una cantidad de éter aún mayor que antes y rogando a los dioses por una nueva muestra de su poder.
-Súmmun.- Susurró antes de desatar el increíble poder del panteón élfico, multiplicando los efectos beneficiosos de los que ya gozaban sus aliados. Aumentando aún más su agilidad, velocidad y destreza, o en el caso de Catherine, convirtiendo sus zarpas en las mismísimas garras del gran dragón de luz.
-Y dicen que la violencia no resuelve nada...- Se jactó la felina tras despedazar a otra de las criaturas con una facilidad pasmosa gracias a los aumentos recibidos.
Finalmente logran alcanzar el último punto de control. Una gran compuerta metálica de aspecto robusto y que se encontraba medio abierta, seguramente por obra de la dama de acero al acceder a la ciudad. Incluso en la distancia puede notarse el aire gélido del exterior, que es recibido como una bendición por Níniel, y conforme se acercan son además agraciados con pequeños copos de nieve arrastrados hasta allí por el viento. Casi lo han logrado.
-No puedo cerrarla del todo, parece estar rota.- Anunció la peliblanca tan pronto como el grupo pisó el exterior. -Será mejor alejarse.- Añadió entonces, señalando en la primera dirección que se le ocurrió. Realmente estaban rodeados por lo que parecía un océano infinito de nieve, así que no es que pudiese dar una dirección precisa.
En ese mismo momento, y a la vez que algunas de las criaturas salían tras ellos de aquel túnel, una gran sacudida hizo que todo el suelo comenzara a temblar. Grandes placas de roca, hielo y nieve comenzaron a elevarse y a hundirse por todas partes y una gran llamarada surgió del mismo lugar del que habían salido, incinerando a muchos de los seres antes de que toda la estructura comenzara a ser tragada por la misma tierra, llevándose consigo al resto de las criaturas que les habían seguido. Amenazando con hacerle lo mismo al grupo de supervivientes.
Níniel Thenidiel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
A medida que la joven sacerdotisa se las ingeniaba para abrir las puertas con ayuda de aquella extraña arma, el caballero esmeralda hacia lo propio, abrir el paso a golpe de espada, ensartando a las viles criaturas que se atrevieran a toparse en su camino a través de las distintas grietas que se abrían a lo largo del camino como señal de que aquel lugar estaba a punto de pasar a la historia y dependía de lo rápido que corrieran si ellos también formarían parte de la misma...
-¡Casi hemos llegado!- Grito el caballero, sintiendo en su ser las poderosas bendiciones de la sacerdotisa, haciendo que junto a Catherine dieran buena cuenta de los monstruos que les acosaban.
Como era ya de costumbre, Al'theas mantenía protegido al grupo siendo siempre el ultimo en huir del conflicto, intentando aprovechar al máximo las capacidades que le otorgaban las bendiciones y con escudo alzado aguanto el embiste de no una si no de hasta cinco de aquellas criaturas, algo que en circunstancias normales no podría y antes de que estas les diera tiempo a reaccionar... una a una las ensarto en su espada procurando acertar en sitios vitales como la cabeza o cualquier parte que rigiera sus funciones motoras, y así una y otra vez, provocando que el pasillo se acumulara de cadáveres y estos obstaculizaran su avance infinito, confiando en que cualquiera de sus aliados se ocupara de cualquier otra criatura que se filtrara entre las paredes y esperando que todo aquello le diera a Níniel el tiempo que necesitaba para interactuar con el artefacto para abrir las puertas.
-Esto debería de servir...- Dijo Al'theas mientras se alejaba apenas mirando a esos monstruos intentando arrastrarse entre los cadáveres de sus semejantes desesperados por alcanzar al elfo.
El caballero a medida que avanzaba todo lo rápido que podía, pudo comprobar y sentir, gracias al aire que llegaba, que Níniel y los demás habían logrado abrir y pasar a través de la salida con éxito. Ante él se expandía una gran vista blanca del nevado exterior. Lo habían logrado, habían conseguido escapar, pero no parecía posible cerrar la puerta por la que habían salido y eso significaba que las criaturas que dejaron atrás no tardarían en salir a por ellos.
-No podemos seguir corriendo... no con esta nieve para frenarnos el paso...- Sentencio el caballero, tomando su espada y su escudo de nuevo, resignado a luchar y aguantar junto a los demás la llegada de sus perseguidores.
La primera de aquellas monstruosidades no tardo en salir por aquella puerta, seguida por otras mas, y como si hubiesen desarrollado algún tipo de inquina, o eso le pareció al caballero esmeralda, se lanzaron contra el elfo el primero, recibiendo como respuesta la dureza de su escudo y el filo de su hoja.
Justo en medio de la batalla, un fuerte temblor se hizo notar, paralizando a criaturas y aventureros por igual... entre sacudidas y estruendos, la estructura cuyo túnel les había servido como escape, se envolvió en llamas, quemando y cortando el paso a las demás criaturas que pretendían lanzarse sobre ellos, y mientras daban cuenta de las ultimas criaturas que quedaban, entre el ruido de los temblores y la confusión, aquel lugar que era conocida como la Ciudad Roja... comenzó a sepultarse bajo la tierra como si de una tumba se tratase.
-Debemos movernos... no sabemos con exactitud cuanto de este lugar pertenece a la fortaleza...- Dijo el caballero a la vez que señalaba con su espada dirección al Este, hacia donde parecía que las elevaciones de tierra y nieve parecían mas naturales, con la esperanza de alejarse lo máximo posible del complejo.
-¡Casi hemos llegado!- Grito el caballero, sintiendo en su ser las poderosas bendiciones de la sacerdotisa, haciendo que junto a Catherine dieran buena cuenta de los monstruos que les acosaban.
Como era ya de costumbre, Al'theas mantenía protegido al grupo siendo siempre el ultimo en huir del conflicto, intentando aprovechar al máximo las capacidades que le otorgaban las bendiciones y con escudo alzado aguanto el embiste de no una si no de hasta cinco de aquellas criaturas, algo que en circunstancias normales no podría y antes de que estas les diera tiempo a reaccionar... una a una las ensarto en su espada procurando acertar en sitios vitales como la cabeza o cualquier parte que rigiera sus funciones motoras, y así una y otra vez, provocando que el pasillo se acumulara de cadáveres y estos obstaculizaran su avance infinito, confiando en que cualquiera de sus aliados se ocupara de cualquier otra criatura que se filtrara entre las paredes y esperando que todo aquello le diera a Níniel el tiempo que necesitaba para interactuar con el artefacto para abrir las puertas.
-Esto debería de servir...- Dijo Al'theas mientras se alejaba apenas mirando a esos monstruos intentando arrastrarse entre los cadáveres de sus semejantes desesperados por alcanzar al elfo.
El caballero a medida que avanzaba todo lo rápido que podía, pudo comprobar y sentir, gracias al aire que llegaba, que Níniel y los demás habían logrado abrir y pasar a través de la salida con éxito. Ante él se expandía una gran vista blanca del nevado exterior. Lo habían logrado, habían conseguido escapar, pero no parecía posible cerrar la puerta por la que habían salido y eso significaba que las criaturas que dejaron atrás no tardarían en salir a por ellos.
-No podemos seguir corriendo... no con esta nieve para frenarnos el paso...- Sentencio el caballero, tomando su espada y su escudo de nuevo, resignado a luchar y aguantar junto a los demás la llegada de sus perseguidores.
La primera de aquellas monstruosidades no tardo en salir por aquella puerta, seguida por otras mas, y como si hubiesen desarrollado algún tipo de inquina, o eso le pareció al caballero esmeralda, se lanzaron contra el elfo el primero, recibiendo como respuesta la dureza de su escudo y el filo de su hoja.
Justo en medio de la batalla, un fuerte temblor se hizo notar, paralizando a criaturas y aventureros por igual... entre sacudidas y estruendos, la estructura cuyo túnel les había servido como escape, se envolvió en llamas, quemando y cortando el paso a las demás criaturas que pretendían lanzarse sobre ellos, y mientras daban cuenta de las ultimas criaturas que quedaban, entre el ruido de los temblores y la confusión, aquel lugar que era conocida como la Ciudad Roja... comenzó a sepultarse bajo la tierra como si de una tumba se tratase.
-Debemos movernos... no sabemos con exactitud cuanto de este lugar pertenece a la fortaleza...- Dijo el caballero a la vez que señalaba con su espada dirección al Este, hacia donde parecía que las elevaciones de tierra y nieve parecían mas naturales, con la esperanza de alejarse lo máximo posible del complejo.
Última edición por Al'theas Tinarandel el Lun 28 Ene 2019 - 20:56, editado 1 vez
Al'theas Tinarandel
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Re: Dead Money [Libre] (4/4) [Cerrado]
Y aquí vamos de nuevo- Me dije a mí mismo, y es que ciertamente aquella triste aventura en la que ya no habría ninguna ganancia más allá de estar vivos y completos, si es que salíamos completos, de cualquier modo aquella aventura se había limitado a escapar una y otra vez de diferentes peligros, había corrido tanto que seguramente de haberlo hecho en línea recta habría llegado hasta Lunargenta, todos corrían como lagartijas locas mientras nos perseguían aquellas cosas, otras salían sorpresivamente de los lados y otras venían desde el frente para cortarnos el paso, por suerte el frente era limpiado por el elfo y la gata cuyas garras parecían más letales que nunca -Necesito unas de esas- Murmuré para mí mismo sin dejar de correr.
En condiciones normales debería estar a punto de pisarme la lengua del cansancio, pero gracias a la magia de la sacerdotisa podíamos seguir adelante como si aquello solo fuera una caminata matutina, no podía quejarme de eso pero sí de lo peligroso que resultaba siempre estar cerca de aquella adorable jovencita, que de hecho ya no era tan adorable, ni tan jovencita.
El avance se vio truncado cuando el niño pseudogenio dejó de poder abrir puertas, pero por suerte el objeto que había tomado Niniel de manos de la tipa enlatada resultó ser bastante útil, terminando de abrir el resto del camino en donde, desde luego, había más de aquellos cosos y más objetos cayendo desde los lados, el piso bailaba y a ratos parecía que perdería el equilibrio, y seguramente lo habría perdido de no ser por mis amplias capacidades para… ¿a quién engaño? Pura suerte, y si seguía pensando en eso seguro dejaría la nariz estampada en el piso.
Apuré el paso para ayudar a limpiar el camino, al sentirme tan fuerte me dediqué a tomar algunas de aquellas criaturas y lanzarlas hacia atrás, era más fácil que tratar de matarlos, y a ratos, los lanzaba al frente de la gata, solo por diversión, al menos hasta que la salida, cuya brisa fría nos había llenado de esperanza parecía verse cada vez más lejos, fue entonces cuando un nuevo aliento comenzó a llenarnos, Niniel parecía haber hecho de nuevo eso que hacía para hacernos llegar al final, dando saltos y esquivando cosas logramos llegar al final, casi me estrellé contra el elfo que se había plantado con su escudo y terminé saltando sobre él para evitar la colisión.
Caí de espalda en la nieve y me levanté de prisa para ver cómo las llamas se llevaban a las criaturas que perecían y se iban, con suerte, para siempre, junto a los supuestos tesoros de la ciudad roja, que no era ciudad, ni era roja pero buen, no soy quién para juzgar nombres -Todo se derrumbó, dentro de mí, dentro de mí- Intenté cantar pero el elfo me cortó el momento diciendo algo que luego resultó evidente, seguíamos parados sobre la base y si no nos dábamos prisa terminaríamos bajando más rápido de lo que subimos -¡Vayan al terreno rocoso!- Señalé las colinas hacia donde ya iban corriendo, el piso se desquebrajaba y caía vertiginosamente, a ratos parecía que no lo lograría pero finalmente de un salto conseguí llegar a zona segura -Tú, eres una mala influencia, un imán para el peligro- Le dije a Niniel apenas tuve la oportunidad.
En condiciones normales debería estar a punto de pisarme la lengua del cansancio, pero gracias a la magia de la sacerdotisa podíamos seguir adelante como si aquello solo fuera una caminata matutina, no podía quejarme de eso pero sí de lo peligroso que resultaba siempre estar cerca de aquella adorable jovencita, que de hecho ya no era tan adorable, ni tan jovencita.
El avance se vio truncado cuando el niño pseudogenio dejó de poder abrir puertas, pero por suerte el objeto que había tomado Niniel de manos de la tipa enlatada resultó ser bastante útil, terminando de abrir el resto del camino en donde, desde luego, había más de aquellos cosos y más objetos cayendo desde los lados, el piso bailaba y a ratos parecía que perdería el equilibrio, y seguramente lo habría perdido de no ser por mis amplias capacidades para… ¿a quién engaño? Pura suerte, y si seguía pensando en eso seguro dejaría la nariz estampada en el piso.
Apuré el paso para ayudar a limpiar el camino, al sentirme tan fuerte me dediqué a tomar algunas de aquellas criaturas y lanzarlas hacia atrás, era más fácil que tratar de matarlos, y a ratos, los lanzaba al frente de la gata, solo por diversión, al menos hasta que la salida, cuya brisa fría nos había llenado de esperanza parecía verse cada vez más lejos, fue entonces cuando un nuevo aliento comenzó a llenarnos, Niniel parecía haber hecho de nuevo eso que hacía para hacernos llegar al final, dando saltos y esquivando cosas logramos llegar al final, casi me estrellé contra el elfo que se había plantado con su escudo y terminé saltando sobre él para evitar la colisión.
Caí de espalda en la nieve y me levanté de prisa para ver cómo las llamas se llevaban a las criaturas que perecían y se iban, con suerte, para siempre, junto a los supuestos tesoros de la ciudad roja, que no era ciudad, ni era roja pero buen, no soy quién para juzgar nombres -Todo se derrumbó, dentro de mí, dentro de mí- Intenté cantar pero el elfo me cortó el momento diciendo algo que luego resultó evidente, seguíamos parados sobre la base y si no nos dábamos prisa terminaríamos bajando más rápido de lo que subimos -¡Vayan al terreno rocoso!- Señalé las colinas hacia donde ya iban corriendo, el piso se desquebrajaba y caía vertiginosamente, a ratos parecía que no lo lograría pero finalmente de un salto conseguí llegar a zona segura -Tú, eres una mala influencia, un imán para el peligro- Le dije a Niniel apenas tuve la oportunidad.
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