Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
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Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
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Me había quedado dormida en el bosque, aún tenía la resaca de la noche anterior. Le había advertido a Amanda sobre los efectos nocivos del alcohol sobre mí, pero mi querida vampiresa no había escuchado razones. Parecía empeñada en hacerme participar de la velada de la manera más frívola que se le había ocurrido. Aunque no me gustara intervenir en sus “rezos” nocturnos, eso no quería decir que no estuviese allí, observándola desde las sombras. Ya era lo suficientemente difícil ser un licántropo en las tierras del Oeste, no hablemos de ser una condesa, mucho menos de ser la esposa de Amanda, quién llevaba adelante sus ideas muy… especiales. Sentía que todo aquello se estaba saliendo de las manos, pero no había mucho que pudiera hacer por el momento.
Ciertamente se habían dado cambios desde que nos casáramos, no esperaba que ella cumpliera tan rápidamente con su palabra. Sacrestic ahora también estaba habitada por lobos, por licántropos, pero… a un alto precio sobre mi cabeza. No era como que no lo disfrutara… un par de semanas como recién casada tenía sus -dulces- ventajas, por sobre eso, me encontraba establecida en una mansión, alejándome de la vida nómada. Cualquier persona de las armas podría comenzar a aburrirse, claro, si todos los vampiros de la ciudad y la gente que estaba en contra de las ideas “liberadoras” de mi mujer no quisieran matarme. Por otro lado, también estaban los licántropos de la manada, que nunca habían sido particularmente mis amigos y ahora que me había casado con una vampiresa… bueno, mejor no hablar. Ya era para muchos de ellos, suficientemente humillante quedarse en esas tierras, como para querer tener respeto por mí o al menos un poco de buena voluntad.
Después de la noche loca, me había ido a una parte del bosque donde había buena luz solar, pero tan tranquila como estaba, me quedé profundamente dormida. Desperté a tiempo para levantar el sombrero de copa que le había quitado a alguien por equivocación y salir corriendo hacia la ciudad antes de que los chupasangre comenzaran a moverse con libertad. Tantee mis bolsillos para ver si traía algo conmigo; en ellos no había más que un par de aeros, un pañuelo ajado, el vial con el antídoto acelerador… además llevaba mi fiel cuchillo, el anillo de serpientes y la pulsera con motivos de araña. Me levanté el sombrero para rascarme la cabeza que se me partía del dolor. Suspiré, debí haber aceptado llevarme uno de los caballos de la mansión o al menos una escolta. No debí ser tan descuidada y salir así, aunque dudaba que en la noche y la mañana hubiera sido capaz de tomar alguna decisión racional.
Estaba frente a una posada, aún faltaba más de un kilómetro para llegar a la mansión. No lo lograría si no pasaba primero por la botica y me tomaba algo para el malestar, me sentía patosa y con poca voluntad. Me estiré y decidí entrar a la tienda de la señora Vernon, una buena humana que le era fiel a la condesa sólo por su título noble. Aunque creo que no tenía muy claro que ahora ese título me pertenecía a mí. Buenas tardes señora Vernon. ¿Podría ayudarme con algo para el dolor de cabeza? pregunté, masajeando mi sien con ambas manos.
-Pero si no es la señorita Greenwood. Claro claro, ¿la condesa Bradbury sabe que está aquí? preguntó, acomodándose los lentes con un gesto tan de ancianita que la pregunta un poco fuera de la rigurosidad del buen gusto, quedaba automáticamente perdonada.
No señora Vernon, pero estoy de camino a la mansión respondí con paciencia. Hablar con viejitos era una experiencia bastante enternecedora.
-Pero es peligroso querida. ¿Por qué no te relajas con una taza de té mientras envío una paloma a la mansión?
Luché, de verdad luché para no encogerme de hombros y decirle todas las groserías que se me pasaban por la mente; finalmente sonreí. Si así lo cree conveniente. Disculpe las molestias y con su permiso le respondí lentamente, como si con ello las palabras le permearan mejor. Pasé al otro lado del mostrador y me senté en una pequeña mesa desde donde ella tejía mientras cuidaba del local. Tenía una amplia ventana que daba a la calle y por la que me puse a mirar hacia fuera con la mente en blanco.
Última edición por Woodpecker el Sáb Sep 22 2018, 19:37, editado 1 vez
Woodpecker
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
- Paso... paso, pasito, pasote. - Dije mientras trataba evitar hundir el pie en un charco de porquería con barro.
No recordaba cuando había sido la última vez que había viajado tan lejos de los bosques del este, estaba seguro que había sido antes de que me hubiesen incorporado una armadura al cuerpo... o media armadura... o un cuarto de armadura para ser exacto. Lo que importaba es que por fin había salido de mi rutina de descanso, un pequeño paso para Fred pero uno grande para mi pie.
- ¿Falta mucho, señor Candau?
- Falta lo que deba faltar.
- ¿Qué significa eso?
-Que no tengo idea, Genevive, llevamos caminando 3 días, y también medio día en carruaje y estoy seguro que hubiese sido más tiempo si....
- No me lo reproche de nuevo...
- Claro que debo reprocharte ¡Mordiste a una niña porque me iba a chocar la mano!
Lastimosamente no había logrado ser lo suficientemente rápido en aquel momento, había aprendido a mantener a Genevive en un rango lo suficientemente saludable para cualquier mujer... pero aquel día me había olvidado por completo de sus dientes, malditas armas naturales de las personas "O marionetas, marionetas acosadoras y abusadoras... malditas marionetas."
Me agaché un momento junto a la tierra y presioné el barro con mi dedo índice, arrugando el ceño mientras levantaba el dedo, el compuesto del suelo no estaba tan frío como lo esperaba. Metí el dedo en mi boca lamiendo la suciedad para acto seguido escupir, definitivamente era asqueroso.
- Señor Candau ¿Está bien?
-Sí, de maravilla, como de costumbre... bueno no, sabes muy bien que he tenido malos momentos.
-¿Qué se metió en la boca?
- Pues el dedo ¿No estás pegada a mi brazo robando mi oxigeno? Debiste notarlo.
-Lo noté... ¿Pero por qué el dedo?
- Tenía barro ¿Estás segura que me estás prestando atención?
- Señor Candau ¿Por qué meterse el dedo con barro en la boca?
- Ah... es que esto de volver a tener lengua... sigo sin acostumbrarme, sigo pensando que puedo despertar y conseguirme que ando tirado en medio de un callejón, sin lengua y con el pie combinándose con el polvo.
-¿Qué?
-¡Que deseaba comer tierra!
Me levanté del suelo estirándome y apartando a Genevive lo suficiente con el brazo, cada vez que realizaba aquella acción recordaba que no podía estar enfadado con el niño carnicero que me había despedazado para volverme a armar, después de todo había recuperado de cierto modo mi movilidad y también el habla "Y sin mi lengua y mi gentil gracia al moverme no sería nada" Aunque también le hubiese agradecido si apartaba a Genevive de mi vida, aquella hubiese sido la oferta de mi vida.
Levanté la mirada a las ramas de los árboles, por lo general contemplar la fauna me ayudaba a pensar pero aquel sitio no ayudaba, solo traía malas memorias, peores que las del arenal de Dundarak. Esperaba que lo que buscaba se encontrase cerca, así podría regresar a mi "tranquilo hogar" rodeado de depredadores naturales más tranquilizadores, no como los que recordaba de aquel lugar.
Desde que partí había seguido un rastro el cual por el momento no había perdido... o eso esperaba, puede que me hubiese confundido una o dos veces con señales de animales, pero con algo de suerte iba en buena dirección, solo debía ver y retirarme "Aunque desde el inicio simplemente pude haber mentido luego de dos horas... ¿Por qué se me ocurre eso hasta ahora?" Me di una palmada en el rostro, ya era muy tarde para irme con las manos vacías.
En mitad de mi distracción choqué contra un árbol, acción que me hizo acabar en el suelo, ensuciando mi fino y lujoso traje verde grama recién mojada con tierra, pero no sólo eso, en el suelo también había un espacio algo extraño, como si algo se hubiese revolcado sobre las hojas y el suelo, los signos eran claros para alguien acostumbrado a cazar.
- ¿Qué clase de jabalí hizo esto? - Pregunté por lo bajo, guiando la mirada a un rastro más cercano, parecía ser un jabalí que sabía caminar con solo dos patas. - ¿Un hombre bestia?
- Candau ¿Seguir usted bien?
- He estado peor... pero creo que regresamos al juego Genevive.
- ¿Qué juego?
- ... Digamos que el escondite, o a los atrapados, yo que sé. - Me incorporé con ayuda de la joven, guiándola por la nueva pista que teníamos.- Vamos por ti, jabalí humano... o humano jabalí.
No recordaba cuando había sido la última vez que había viajado tan lejos de los bosques del este, estaba seguro que había sido antes de que me hubiesen incorporado una armadura al cuerpo... o media armadura... o un cuarto de armadura para ser exacto. Lo que importaba es que por fin había salido de mi rutina de descanso, un pequeño paso para Fred pero uno grande para mi pie.
- ¿Falta mucho, señor Candau?
- Falta lo que deba faltar.
- ¿Qué significa eso?
-Que no tengo idea, Genevive, llevamos caminando 3 días, y también medio día en carruaje y estoy seguro que hubiese sido más tiempo si....
- No me lo reproche de nuevo...
- Claro que debo reprocharte ¡Mordiste a una niña porque me iba a chocar la mano!
Lastimosamente no había logrado ser lo suficientemente rápido en aquel momento, había aprendido a mantener a Genevive en un rango lo suficientemente saludable para cualquier mujer... pero aquel día me había olvidado por completo de sus dientes, malditas armas naturales de las personas "O marionetas, marionetas acosadoras y abusadoras... malditas marionetas."
Me agaché un momento junto a la tierra y presioné el barro con mi dedo índice, arrugando el ceño mientras levantaba el dedo, el compuesto del suelo no estaba tan frío como lo esperaba. Metí el dedo en mi boca lamiendo la suciedad para acto seguido escupir, definitivamente era asqueroso.
- Señor Candau ¿Está bien?
-Sí, de maravilla, como de costumbre... bueno no, sabes muy bien que he tenido malos momentos.
-¿Qué se metió en la boca?
- Pues el dedo ¿No estás pegada a mi brazo robando mi oxigeno? Debiste notarlo.
-Lo noté... ¿Pero por qué el dedo?
- Tenía barro ¿Estás segura que me estás prestando atención?
- Señor Candau ¿Por qué meterse el dedo con barro en la boca?
- Ah... es que esto de volver a tener lengua... sigo sin acostumbrarme, sigo pensando que puedo despertar y conseguirme que ando tirado en medio de un callejón, sin lengua y con el pie combinándose con el polvo.
-¿Qué?
-¡Que deseaba comer tierra!
Me levanté del suelo estirándome y apartando a Genevive lo suficiente con el brazo, cada vez que realizaba aquella acción recordaba que no podía estar enfadado con el niño carnicero que me había despedazado para volverme a armar, después de todo había recuperado de cierto modo mi movilidad y también el habla "Y sin mi lengua y mi gentil gracia al moverme no sería nada" Aunque también le hubiese agradecido si apartaba a Genevive de mi vida, aquella hubiese sido la oferta de mi vida.
Levanté la mirada a las ramas de los árboles, por lo general contemplar la fauna me ayudaba a pensar pero aquel sitio no ayudaba, solo traía malas memorias, peores que las del arenal de Dundarak. Esperaba que lo que buscaba se encontrase cerca, así podría regresar a mi "tranquilo hogar" rodeado de depredadores naturales más tranquilizadores, no como los que recordaba de aquel lugar.
Desde que partí había seguido un rastro el cual por el momento no había perdido... o eso esperaba, puede que me hubiese confundido una o dos veces con señales de animales, pero con algo de suerte iba en buena dirección, solo debía ver y retirarme "Aunque desde el inicio simplemente pude haber mentido luego de dos horas... ¿Por qué se me ocurre eso hasta ahora?" Me di una palmada en el rostro, ya era muy tarde para irme con las manos vacías.
En mitad de mi distracción choqué contra un árbol, acción que me hizo acabar en el suelo, ensuciando mi fino y lujoso traje verde grama recién mojada con tierra, pero no sólo eso, en el suelo también había un espacio algo extraño, como si algo se hubiese revolcado sobre las hojas y el suelo, los signos eran claros para alguien acostumbrado a cazar.
- ¿Qué clase de jabalí hizo esto? - Pregunté por lo bajo, guiando la mirada a un rastro más cercano, parecía ser un jabalí que sabía caminar con solo dos patas. - ¿Un hombre bestia?
- Candau ¿Seguir usted bien?
- He estado peor... pero creo que regresamos al juego Genevive.
- ¿Qué juego?
- ... Digamos que el escondite, o a los atrapados, yo que sé. - Me incorporé con ayuda de la joven, guiándola por la nueva pista que teníamos.- Vamos por ti, jabalí humano... o humano jabalí.
Fredericksen
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Finalmente consigo salir del bosque, suspiro, se supone que los elfos tienen buena orientación, sobretodo en bosques, pero supongo que soy una elfina rara...
Una ciudad, un poco lúgubre, la verdad, pero tendrá que valer, después de todo lo que he recorrido hasta ahora no me voy a quejar por una nimiedad de ese estilo. Además con un arco entero ¿qué puede salir mal?. Sigo divagando mientras entro a la ciudad.
- Vaya, parece que hay mucho comercio por aquí... -Observo los puestos del mercado.
- ¿Una elfa?¿Aquí? Elfos, en una ciudad de vampiros, lo que nos faltaba a todos, solo nos traerás problemas. -Comenta uno de los comerciantes visiblemente enfadado.
- Vam... Vam... ¿¿Vampiros?? No, no, no, no, nooo. Eso no puede ser, esto son los reinos del Sur, aquí no hay ciudades con vampiros...
- Jovencita, creo que está usted un poco perdida, se encuentra en los reinos del Oeste.
- No, no, no, no, noooo. Estoy segura de haber girado bien cuando encontré el pino con forma de champiñón, a mano izquierda...
Escucho un grito por una de las calles laterales, llena de neblina. Sin pensármelo dos veces comienzo a correr despavorida por los lugares con más luz y visibilidad.
- Vampiros no, vampiros no, no, no. ¡Ah! - Sigo corriendo y gritando por callejuelas. Jadeando me acerco a una tienda, tal vez debería entrar, espero que no esté regentada por un vampiro y me beba la sangre y me arranque la cabeza, me toco el cuello para comprobar que sigue intacto.
- Ahora solo queda saber por dónde se entra... Bo-ti-ca... Mmm... No sé qué será, pero al menos puedo preguntar cómo salir de aquí, ya que me he vuelto a perder...
Rodeo la tienda, buscando la entrada, una tabla de madera y un pedazo de metal en uno de los lados, esto debe de ser el tronco, creo yo, así que la entrada debe estar por alguno de los laterales. Doy un rodeo al edificio, a la derecha, veo una abertura.
- Sí, debe ser por aquí, ¿por qué la harán tan arriba? ¿¿Cuan altos son los vampiros??
Tiemblo de miedo solo de pensarlo. Salto hasta el borde de la abertura e intento entrar. Choco con algo duro. Miro a través del cristal y veo a una mujer de pelo blanco mirando a través.
- ¡¡¡Va, va, va, vampiro!!!
Doy un traspié y caigo de espaldas de nuevo a la calle.
Una ciudad, un poco lúgubre, la verdad, pero tendrá que valer, después de todo lo que he recorrido hasta ahora no me voy a quejar por una nimiedad de ese estilo. Además con un arco entero ¿qué puede salir mal?. Sigo divagando mientras entro a la ciudad.
- Vaya, parece que hay mucho comercio por aquí... -Observo los puestos del mercado.
- ¿Una elfa?¿Aquí? Elfos, en una ciudad de vampiros, lo que nos faltaba a todos, solo nos traerás problemas. -Comenta uno de los comerciantes visiblemente enfadado.
- Vam... Vam... ¿¿Vampiros?? No, no, no, no, nooo. Eso no puede ser, esto son los reinos del Sur, aquí no hay ciudades con vampiros...
- Jovencita, creo que está usted un poco perdida, se encuentra en los reinos del Oeste.
- No, no, no, no, noooo. Estoy segura de haber girado bien cuando encontré el pino con forma de champiñón, a mano izquierda...
Escucho un grito por una de las calles laterales, llena de neblina. Sin pensármelo dos veces comienzo a correr despavorida por los lugares con más luz y visibilidad.
- Vampiros no, vampiros no, no, no. ¡Ah! - Sigo corriendo y gritando por callejuelas. Jadeando me acerco a una tienda, tal vez debería entrar, espero que no esté regentada por un vampiro y me beba la sangre y me arranque la cabeza, me toco el cuello para comprobar que sigue intacto.
- Ahora solo queda saber por dónde se entra... Bo-ti-ca... Mmm... No sé qué será, pero al menos puedo preguntar cómo salir de aquí, ya que me he vuelto a perder...
Rodeo la tienda, buscando la entrada, una tabla de madera y un pedazo de metal en uno de los lados, esto debe de ser el tronco, creo yo, así que la entrada debe estar por alguno de los laterales. Doy un rodeo al edificio, a la derecha, veo una abertura.
- Sí, debe ser por aquí, ¿por qué la harán tan arriba? ¿¿Cuan altos son los vampiros??
Tiemblo de miedo solo de pensarlo. Salto hasta el borde de la abertura e intento entrar. Choco con algo duro. Miro a través del cristal y veo a una mujer de pelo blanco mirando a través.
- ¡¡¡Va, va, va, vampiro!!!
Doy un traspié y caigo de espaldas de nuevo a la calle.
Irinnil Fawkes
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Estaba corriendo por el bosque, persiguiendo a un sujeto que había robado dinero a una persona inocente, una persona que se esforzó para ganar ese dinero, para que un sujeto venga corriendo y lo robe sin mas, Aerandir estaba peor cada día. Corríamos mientras saltábamos los charcos de barro, el agua, y los grandes pastos que había en el camino, esquivando arboles y alguna otra cosa que hubiera en el camino, cerca se veía un pueblo, y ahí es donde el sujeto se dirigía. Era mi oportunidad para atraparlo, era ahí o íbamos a correr por todo Aerandir. El sujeto ya se empezaba a cansar.
Llegamos al pueblo y empezamos a tomar callejones, el empujando a la gente en su camino, y yo esquivándola, estaba tomando ventaja mi enemigo. Estábamos llegando a una especie de plaza, donde parecía haber muchos comerciantes, era ahora o nunca. El sujeto paso corriendo por el centro de la plaza cuando aproveche para usar mis ultimas energías y saltar atrás de el, tirándolo al suelo.
Lo di vuelta, mirando para arriba en el piso. - Damelo. -
- ¡Piedad, no tengo nada amigo, juro que no hice nada!. -
- Ruega por que los ancestrales no hayan oído eso. -
- ¡Púdrete, me lo gane yo.! -
- ¿Que?...- Dije confuso, creo que pensó que le quería robar, una clase de ladrón de ladrones. La gente se empezaba a acercar al ver el problema. - No voy a robarte, voy a hacer justicia. - Dije con una voz mas gruesa.
Cuando la gente se empezó a acercar, una parte se empezó a abrir, por donde entro un guardia, que parecía una especie de teniente o algo por el estilo - ¿Que sucede aquí? - Dijo el guardia.
- Atrape a este maleante, le robo a un inocente, y pensó que podía salirse con la suya. - El ladrón me miro a mi, y luego al guardia. - Juro que no hice nada, ¡este sujeto me quiere robar!. -
- ¡Nunca!, créeme, es un ladrón, solo quiero devolverle el dinero a quien se lo robo. -
- ¡Suficiente!, los dos quedan arrestados. - Y ahí iba otra vez, injusticia. Para mi suerte, otro sujeto apareció gritando - ¡Es verdad, el sujeto del suelo me robo!. - La victima.
El guardia hizo una mirada a todos, y ordeno la captura del sujeto del suelo, no sin antes que yo agarre el dinero robado. La gente empezo a volver a lo suyo, como si todo ya hubiera pasado. - ¡Estoy agradecido amigo, quédate el oro!. Luchaste mucho por el. - Dijo la victima, entregándome el dinero - Gracias, pero no. Lo necesitas mas que yo, ademas, lo hago por placer, me gusta impartir justicia. - dije soltando una leve risa. El sujeto agradecido, se retiro del lugar.
Yo quede ahí, en medio de la plaza, perdido y sin saber a donde ir. Feliz por la ayuda recibida de los dragones ancestrales, sin duda ellos enviaron a la victima en el ultimo momento. Ahora, tenia que saber donde estaba parado, mire a mi al rededor, y encontré una tienda, "Botica". Sin duda era el lugar indicado para empezar. Me dirigí hacia la entrada cuando una elfa cayo a la calle
- Wow, ¿se encuentra bien my lady? - Dije, ayudándola a levantarse y sonriendo, luego de eso, entre al lugar. - Saludos hermosas damas, estoy perdido y vengo de muy lejos, ¿podrían ayudarme?, no tengo idea de donde estoy. - Dije mirando a las damas y sonriendo - Soy Rakan'Drag, Guardián Ancestral. Pero pueden decirme Rakan nada mas. -
Llegamos al pueblo y empezamos a tomar callejones, el empujando a la gente en su camino, y yo esquivándola, estaba tomando ventaja mi enemigo. Estábamos llegando a una especie de plaza, donde parecía haber muchos comerciantes, era ahora o nunca. El sujeto paso corriendo por el centro de la plaza cuando aproveche para usar mis ultimas energías y saltar atrás de el, tirándolo al suelo.
Lo di vuelta, mirando para arriba en el piso. - Damelo. -
- ¡Piedad, no tengo nada amigo, juro que no hice nada!. -
- Ruega por que los ancestrales no hayan oído eso. -
- ¡Púdrete, me lo gane yo.! -
- ¿Que?...- Dije confuso, creo que pensó que le quería robar, una clase de ladrón de ladrones. La gente se empezaba a acercar al ver el problema. - No voy a robarte, voy a hacer justicia. - Dije con una voz mas gruesa.
Cuando la gente se empezó a acercar, una parte se empezó a abrir, por donde entro un guardia, que parecía una especie de teniente o algo por el estilo - ¿Que sucede aquí? - Dijo el guardia.
- Atrape a este maleante, le robo a un inocente, y pensó que podía salirse con la suya. - El ladrón me miro a mi, y luego al guardia. - Juro que no hice nada, ¡este sujeto me quiere robar!. -
- ¡Nunca!, créeme, es un ladrón, solo quiero devolverle el dinero a quien se lo robo. -
- ¡Suficiente!, los dos quedan arrestados. - Y ahí iba otra vez, injusticia. Para mi suerte, otro sujeto apareció gritando - ¡Es verdad, el sujeto del suelo me robo!. - La victima.
El guardia hizo una mirada a todos, y ordeno la captura del sujeto del suelo, no sin antes que yo agarre el dinero robado. La gente empezo a volver a lo suyo, como si todo ya hubiera pasado. - ¡Estoy agradecido amigo, quédate el oro!. Luchaste mucho por el. - Dijo la victima, entregándome el dinero - Gracias, pero no. Lo necesitas mas que yo, ademas, lo hago por placer, me gusta impartir justicia. - dije soltando una leve risa. El sujeto agradecido, se retiro del lugar.
Yo quede ahí, en medio de la plaza, perdido y sin saber a donde ir. Feliz por la ayuda recibida de los dragones ancestrales, sin duda ellos enviaron a la victima en el ultimo momento. Ahora, tenia que saber donde estaba parado, mire a mi al rededor, y encontré una tienda, "Botica". Sin duda era el lugar indicado para empezar. Me dirigí hacia la entrada cuando una elfa cayo a la calle
- Wow, ¿se encuentra bien my lady? - Dije, ayudándola a levantarse y sonriendo, luego de eso, entre al lugar. - Saludos hermosas damas, estoy perdido y vengo de muy lejos, ¿podrían ayudarme?, no tengo idea de donde estoy. - Dije mirando a las damas y sonriendo - Soy Rakan'Drag, Guardián Ancestral. Pero pueden decirme Rakan nada mas. -
Rakan'Drag
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
La infusión no estaba mal, le faltaba un poquito de azúcar sí, pero podía con eso. Ahora, las galletas de la señora Vernon, eran cosa seria; ni siquiera mis dientes de licántropo podían partir aquellas piedras de color canela. Tenía un pedazo dentro de mi boca y lo chupaba como un caramelo. Era la única forma de ingerirlas. La abuela se había sentado un rato a tejer a mi lado, pero parecía inquieta y se puso a limpiar las inexistentes motas de polvo del mostrador con un plumero. Yo continuaba mirando en silencio por la ventana. Secretamente disfrutaba aplicarle la ley del silencio a la viejita para que se pusiera nerviosa, era muy gracioso.
Entonces sucedió algo fuera de lo común, más fuera de lo común de las cosas fuera de lo comunes que ocurrían en Sacrestic. Una cosa pequeña con orejas en punta se pegó al cristal de la botica, era como una de esas pequeñas mosquitas de fruta aplastada contra el plato, pero en versión élfica. Si intentaba robar, no era la mejor forma, eso podría asegurarlo. Cuando me vio me gritó vampiro ¡justamente a mí! ¡vampiro! Y después desapareció. Cayó a la calle como un animalito asustado. No sabía si sentirme irritada o reírme. Opté por la segunda. Probablemente mi pelo blanco o las ojeras alrededor de mis ojos no eran exactamente el canon de los licántropos. Además no estábamos precisamente en Ulmer.
Me puse en pie y le di la vuelta al mostrador para ir a ayudarla. Tal vez si hacía que me mantuviera compañía por algunas horas, el tedio se me pasara un poco. Al menos mi voluntad había regresado. ¡Una elfina para variar! y una recién sacada del horno. Tan tierna con todas sus emociones cruzando por su rostro, como si éste reflejase todos sus pensamientos. Si no le quitaba pronto de su malentendido, podría ser atrapada por un verdadero vampiro. Entonces, entró alguien a quien no hubiese esperado en estos parajes. Tuve que mirarle dos veces, para cerciorarme de que era él, pero esos ojos y su esencia no mentían. Pues estás en Sacrestic Ville ¡la ciudad que acuna a los vampiros! Buena perdiz te comiste Rak jajaja dije dando un salto para acortar las distancias entre ambos y abrazándolo con fuerza.
Es grato ver caras conocidas por estos lares afirmé, palmeando su espalda y besando ambas de sus mejillas. La señora Vernon se aclaró la garganta y recordé a la joven elfina. Oh, dame un minuto le pedí al buen dragón mientras salía por la puerta y lanzaba un agudo chiflido para llamar la atención de la chica. Los vampiros están hacia allá le grité, sin importar hacia dónde mirara, los vampiros ya estaban saliendo de sus escondrijos para moverse con libertad. Los licántropos por aquí afirmé desde el marco de la puerta, con un brazo transformado, haciendo uso del control de la metamorfosis* esperando convencerla. Tenemos te ofrecí, devolviendo mi brazo a su forma normal y buscando a Rak con la vista. La señora Vernon parecía haberle tomado afecto en un abrir y cerrar de ojos.
¿Qué haces aquí? le pregunté, poniendo una mano sobre su hombro. Mi sonrisa era imposible de ocultar.
Entonces sucedió algo fuera de lo común, más fuera de lo común de las cosas fuera de lo comunes que ocurrían en Sacrestic. Una cosa pequeña con orejas en punta se pegó al cristal de la botica, era como una de esas pequeñas mosquitas de fruta aplastada contra el plato, pero en versión élfica. Si intentaba robar, no era la mejor forma, eso podría asegurarlo. Cuando me vio me gritó vampiro ¡justamente a mí! ¡vampiro! Y después desapareció. Cayó a la calle como un animalito asustado. No sabía si sentirme irritada o reírme. Opté por la segunda. Probablemente mi pelo blanco o las ojeras alrededor de mis ojos no eran exactamente el canon de los licántropos. Además no estábamos precisamente en Ulmer.
Me puse en pie y le di la vuelta al mostrador para ir a ayudarla. Tal vez si hacía que me mantuviera compañía por algunas horas, el tedio se me pasara un poco. Al menos mi voluntad había regresado. ¡Una elfina para variar! y una recién sacada del horno. Tan tierna con todas sus emociones cruzando por su rostro, como si éste reflejase todos sus pensamientos. Si no le quitaba pronto de su malentendido, podría ser atrapada por un verdadero vampiro. Entonces, entró alguien a quien no hubiese esperado en estos parajes. Tuve que mirarle dos veces, para cerciorarme de que era él, pero esos ojos y su esencia no mentían. Pues estás en Sacrestic Ville ¡la ciudad que acuna a los vampiros! Buena perdiz te comiste Rak jajaja dije dando un salto para acortar las distancias entre ambos y abrazándolo con fuerza.
Es grato ver caras conocidas por estos lares afirmé, palmeando su espalda y besando ambas de sus mejillas. La señora Vernon se aclaró la garganta y recordé a la joven elfina. Oh, dame un minuto le pedí al buen dragón mientras salía por la puerta y lanzaba un agudo chiflido para llamar la atención de la chica. Los vampiros están hacia allá le grité, sin importar hacia dónde mirara, los vampiros ya estaban saliendo de sus escondrijos para moverse con libertad. Los licántropos por aquí afirmé desde el marco de la puerta, con un brazo transformado, haciendo uso del control de la metamorfosis* esperando convencerla. Tenemos te ofrecí, devolviendo mi brazo a su forma normal y buscando a Rak con la vista. La señora Vernon parecía haberle tomado afecto en un abrir y cerrar de ojos.
¿Qué haces aquí? le pregunté, poniendo una mano sobre su hombro. Mi sonrisa era imposible de ocultar.
Off: Subrayado, uso de habilidad en la ficha de habilidades
- importante:
- [22:48:29] Woodpecker : Me gustas Rakan nada mas, pero si ya me conocias debiste verme (?)
[22:48:52] Rakan'Drag : Si, recien me acuerdo de esa parte.
[22:48:53] Woodpecker : aunque asi tambien esta bien
[22:49:01] Rakan'Drag : ¿Quieres que lo modifique?
[22:49:04] Woodpecker : no cambies nada
[22:49:16] Woodpecker : puedo apapacharte on rol?
[22:49:22] Rakan'Drag : Jajaja, ¡claro!.
[22:49:51] Woodpecker : ok, voy a copiar y pegar este contrato para ponerlo en la siguiente respuesta \ò.ó/
Woodpecker
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Seguir un rastro siempre ameritaba de mi total concentración, las pistas que dejaba un objetivo nunca eran tan obvias y en aquel bosque resultaba mucho más difícil rastrear, la neblina poco a poco comenzaba a tomar el control de la zona y aquello era una molestia, así que a medida de que iba avanzando debía tomar una postura más cercana al suelo, hasta quedar gateando con el rostro a pocos centímetros de las hojas y la tierra.
Lo único bueno es que las pisadas eran lo suficientemente profundas para no perderse con facilidad, hasta las ramas estaban resquebrajadas sin mucha gracia, quien sea que hubiese pasado por allí simplemente no escondía su presencia.
- Señor Candau, levántese un momento.
- No ahora Genevive, estoy ocupado.
- Pero debe ver esto, hay... estructuras.
- ¿Estructuras? - Me levanté rápidamente del suelo y dirigí la mirada a donde veía Genevive, la neblina ya no era tan espesa y se podía ver algo, definitivamente habían estructuras al frente.- Bien bien, estamos cerca, hay que tener cuidado.
Saqué de mi bolsa de provisiones un trozo de carne de ardilla que había cocinado la noche pasada y le pegué un mordisco, si habrían problemas lo mejor era tener el estomago lleno para regresar algo en el momento del pánico.
- ¿Puedo comer yo también?
- No Genevive, tú ya masticaste aquellas setas... agradece a los Dioses si no comienzas a convulsionar en un rato. - "Ojala los Dioses me escucharan." - Siempre te he dicho que comer sin revisar es peligroso... lo sé por experiencia , ver dragones enanitos no ayuda a la mente. - Guardé la carne sobrante en la bolsa y retomé el viaje junto a la chica.
La actividad de aquel sitio se podía escuchar, eso era una buena señal, no era un pueblo muerto... "Y si no es un pueblo muerto no tiene Banshees, es como matar dos pájaros de un solo flechazo." Como de costumbre me mantuve alejado de la sociedad tanto como podía, la gente nunca veía con buenos ojos a un explorador de verde con una actitud tan peculiar y agradable.
El rastro llegaba hasta unos arbustos y luego se adentraba en la "civilización" por llamarla de alguna manera, chasqueé la lengua con molestia y traté de seguir las pisadas que se iban volviendo cada vez más borrosas, el destino parecía ser una especie de local.
- Muy bien... ahora debemos pensar que hacer. - Dije sentándome en el suelo y haciendole un gesto a Genevive para que hiciera lo mismo. - ¿Ideas?
- ¿Nosotros acercarnos a la gente?
- No, salir de la maleza y comenzar a preguntar suele causarme problemas, hay que ser más listos.
- ¿Escabullirnos y observar?
- Eso suena bien... el problema es si nos descubren, hay pueblos donde no son muy amistosos, te descubren haciendo cosas malas y te regalan una corbata... que es una soga... y te estrangula... hasta morir. - Me apresuré a levantar la mano antes de que la chica abriera la boca. - No, no me ha pasado todavía, no lo preguntes por favor.
- Bien.
- Volviendo al punto, creo que solo nos queda observar desde lejos, con suerte veremos algo sospechoso y tendremos pistas... si seguimos el rastro adecuado.
Estaba por efectuar mi ingenioso plan cuando un escándalo me puso en alerta, levanté la cabeza lo suficiente como para observar sobre la maleza. Una niña gritando por la ventana "¿Acaso grito vampiros?" Tragué saliva sintiendo el terror crecer, había conocido vampiros en mi vida... y solo uno resultaba "amable" "Pero los apodos que pone... eso es peor que el maltrato físico" Me abofeteé con fuerza con mi brazo normal en la mejilla para controlarme, si mis nervios me ganaban debía usar la prótesis aunque aquello significara contusiones graves.
Por si no fuera poco un sujeto rubio se acercó a la niña para ayudarla, todo normal allí...pero los ojos de aquel tipo eran extraños "¿Acaso brillan? No... no no no, seguro fueron ideas mías." Sacudí la cabeza y traté de observar de nuevo los ojos del sujeto pero este ya había entrado al local, en la puerta ahora la sustituía una mujer de cabello blanco. Nuevamente todo normal, esta silbaba y llamaba a la niña y repentinamente otro giro en los acontecimientos, la mujer tenía un brazo peludo.
- ¿Qué rayos pasa aquí? - Me dejé caer en el suelo poniendo la mejilla en la suciedad, aquella era la escena más rara que había visto en... no mucho tiempo a decir verdad. - Tenía un brazo normal... y de repente le creció pelo. - Miré mi propio brazo y luego los de Genevive. - Así no funciona y dudo que sea una enfermedad... aunque puede que fuera como mi pie.- Me di un par de golpes en la barbilla con el dedo arrugando el ceño. - Sólo hay una manera de saberlo.
- Señor Candau ¿Qué deber hacer ahora?
- Voy a revisar Genevive, tú quédate aquí alerta, si todo está bien te hago la señal y vas al lugar.
- ¿Y si no la hace?
- Si no hago la señal... significa que me asesinaron y están haciendo sopa con mis tripas, así que tienes dos opciones: ir y comerte mis restos mientras lloras o vengarme, mordiéndolos hasta la muerte.
- Entendido, yo esperar.
Tome aire colocándome de pie, sólo debí ir y fingir algo ¿No había fingido ya varias veces? Con suerte solo me quitarían una oreja... o ambas. Retiré todas las hojas de mi vestimenta y retiré la capucha verde mientras caminaba hasta la entrada, observando de reojo a la chica y a la mujer que ya no tenía el brazo peludo "No entres en pánico Fred, solo respira."
Entré al local con confianza y duré unos segundos observando el interior de este, primero al sujeto rubio que si parecía tener algo raro en los ojos y luego a una señora mayor que parecía ser inofensiva "Todo bien por el momento."
- Buenas... ¿Tardes? - No estaba seguro, el sol no se veía, puede que ya fuese de noche. - Soy Alfredo, Alfredo el cerrajero . - "¿Qué rayos estoy haciendo?" - Vengo porque me dijeron que había una puerta cerrada. - "No, el chiste del maestro no, todo menos eso." - La puerta a su corazón . - Tapé mi cara con una mano mientras reía con incomodidad ¿Qué había acabado de hacer? Hacía un tiempo que no socializaba con otra persona ni imitaba un comportamiento ¿Pero por qué rayos debía imitar a mi maestro? "¿Y POR QUÉ CON UNA SEÑORA?" Carraspeé tratando de concéntrame y esta vez dirigí la mirada al rubio, tristemente ya había entrado mucho en el papel y ya no podía salir. - ¿Y tú qué tal ojos azules? Al parecer, mi presencia hace que... brillen. - Aquello fue suficiente, había infinidad de papeles por hacer ¿Por qué simplemente no comportarme como un viajero? Los nervios ya me habían ganado, sentía el sudor en mi frente y las manos temblar, así que opté por el plan b.
Di media vuelta y salí rápidamente del establecimiento, empuñando el brazo artificial y dándome un golpe moderado en la frente. Había arruinado todo, había viajado tanto para arruinar todo apenas al abrir la boca. Estaba por regresar a los matorrales pero algo me hizo quedar, el pie de la mujer de cabello blanco y brazo sin afeitar, dejaba huellas similares a las que había seguido.
- ¿No se suponía qué era un jabalí de dos patas? Bueno... lo peludo al parecer lo tiene. - "De acuerdo Fred, esta vez piensa lo que dirás, no hagas nada mal." - ¡Tú! - Dije señalando a la de cabello blanco. - ¡Brazo peludo! ¡Necesito respuestas! - " Bueno ... pudo haber sido peor."
Lo único bueno es que las pisadas eran lo suficientemente profundas para no perderse con facilidad, hasta las ramas estaban resquebrajadas sin mucha gracia, quien sea que hubiese pasado por allí simplemente no escondía su presencia.
- Señor Candau, levántese un momento.
- No ahora Genevive, estoy ocupado.
- Pero debe ver esto, hay... estructuras.
- ¿Estructuras? - Me levanté rápidamente del suelo y dirigí la mirada a donde veía Genevive, la neblina ya no era tan espesa y se podía ver algo, definitivamente habían estructuras al frente.- Bien bien, estamos cerca, hay que tener cuidado.
Saqué de mi bolsa de provisiones un trozo de carne de ardilla que había cocinado la noche pasada y le pegué un mordisco, si habrían problemas lo mejor era tener el estomago lleno para regresar algo en el momento del pánico.
- ¿Puedo comer yo también?
- No Genevive, tú ya masticaste aquellas setas... agradece a los Dioses si no comienzas a convulsionar en un rato. - "Ojala los Dioses me escucharan." - Siempre te he dicho que comer sin revisar es peligroso... lo sé por experiencia , ver dragones enanitos no ayuda a la mente. - Guardé la carne sobrante en la bolsa y retomé el viaje junto a la chica.
La actividad de aquel sitio se podía escuchar, eso era una buena señal, no era un pueblo muerto... "Y si no es un pueblo muerto no tiene Banshees, es como matar dos pájaros de un solo flechazo." Como de costumbre me mantuve alejado de la sociedad tanto como podía, la gente nunca veía con buenos ojos a un explorador de verde con una actitud tan peculiar y agradable.
El rastro llegaba hasta unos arbustos y luego se adentraba en la "civilización" por llamarla de alguna manera, chasqueé la lengua con molestia y traté de seguir las pisadas que se iban volviendo cada vez más borrosas, el destino parecía ser una especie de local.
- Muy bien... ahora debemos pensar que hacer. - Dije sentándome en el suelo y haciendole un gesto a Genevive para que hiciera lo mismo. - ¿Ideas?
- ¿Nosotros acercarnos a la gente?
- No, salir de la maleza y comenzar a preguntar suele causarme problemas, hay que ser más listos.
- ¿Escabullirnos y observar?
- Eso suena bien... el problema es si nos descubren, hay pueblos donde no son muy amistosos, te descubren haciendo cosas malas y te regalan una corbata... que es una soga... y te estrangula... hasta morir. - Me apresuré a levantar la mano antes de que la chica abriera la boca. - No, no me ha pasado todavía, no lo preguntes por favor.
- Bien.
- Volviendo al punto, creo que solo nos queda observar desde lejos, con suerte veremos algo sospechoso y tendremos pistas... si seguimos el rastro adecuado.
Estaba por efectuar mi ingenioso plan cuando un escándalo me puso en alerta, levanté la cabeza lo suficiente como para observar sobre la maleza. Una niña gritando por la ventana "¿Acaso grito vampiros?" Tragué saliva sintiendo el terror crecer, había conocido vampiros en mi vida... y solo uno resultaba "amable" "Pero los apodos que pone... eso es peor que el maltrato físico" Me abofeteé con fuerza con mi brazo normal en la mejilla para controlarme, si mis nervios me ganaban debía usar la prótesis aunque aquello significara contusiones graves.
Por si no fuera poco un sujeto rubio se acercó a la niña para ayudarla, todo normal allí...pero los ojos de aquel tipo eran extraños "¿Acaso brillan? No... no no no, seguro fueron ideas mías." Sacudí la cabeza y traté de observar de nuevo los ojos del sujeto pero este ya había entrado al local, en la puerta ahora la sustituía una mujer de cabello blanco. Nuevamente todo normal, esta silbaba y llamaba a la niña y repentinamente otro giro en los acontecimientos, la mujer tenía un brazo peludo.
- ¿Qué rayos pasa aquí? - Me dejé caer en el suelo poniendo la mejilla en la suciedad, aquella era la escena más rara que había visto en... no mucho tiempo a decir verdad. - Tenía un brazo normal... y de repente le creció pelo. - Miré mi propio brazo y luego los de Genevive. - Así no funciona y dudo que sea una enfermedad... aunque puede que fuera como mi pie.- Me di un par de golpes en la barbilla con el dedo arrugando el ceño. - Sólo hay una manera de saberlo.
- Señor Candau ¿Qué deber hacer ahora?
- Voy a revisar Genevive, tú quédate aquí alerta, si todo está bien te hago la señal y vas al lugar.
- ¿Y si no la hace?
- Si no hago la señal... significa que me asesinaron y están haciendo sopa con mis tripas, así que tienes dos opciones: ir y comerte mis restos mientras lloras o vengarme, mordiéndolos hasta la muerte.
- Entendido, yo esperar.
Tome aire colocándome de pie, sólo debí ir y fingir algo ¿No había fingido ya varias veces? Con suerte solo me quitarían una oreja... o ambas. Retiré todas las hojas de mi vestimenta y retiré la capucha verde mientras caminaba hasta la entrada, observando de reojo a la chica y a la mujer que ya no tenía el brazo peludo "No entres en pánico Fred, solo respira."
Entré al local con confianza y duré unos segundos observando el interior de este, primero al sujeto rubio que si parecía tener algo raro en los ojos y luego a una señora mayor que parecía ser inofensiva "Todo bien por el momento."
- Buenas... ¿Tardes? - No estaba seguro, el sol no se veía, puede que ya fuese de noche. - Soy Alfredo, Alfredo el cerrajero . - "¿Qué rayos estoy haciendo?" - Vengo porque me dijeron que había una puerta cerrada. - "No, el chiste del maestro no, todo menos eso." - La puerta a su corazón . - Tapé mi cara con una mano mientras reía con incomodidad ¿Qué había acabado de hacer? Hacía un tiempo que no socializaba con otra persona ni imitaba un comportamiento ¿Pero por qué rayos debía imitar a mi maestro? "¿Y POR QUÉ CON UNA SEÑORA?" Carraspeé tratando de concéntrame y esta vez dirigí la mirada al rubio, tristemente ya había entrado mucho en el papel y ya no podía salir. - ¿Y tú qué tal ojos azules? Al parecer, mi presencia hace que... brillen. - Aquello fue suficiente, había infinidad de papeles por hacer ¿Por qué simplemente no comportarme como un viajero? Los nervios ya me habían ganado, sentía el sudor en mi frente y las manos temblar, así que opté por el plan b.
Di media vuelta y salí rápidamente del establecimiento, empuñando el brazo artificial y dándome un golpe moderado en la frente. Había arruinado todo, había viajado tanto para arruinar todo apenas al abrir la boca. Estaba por regresar a los matorrales pero algo me hizo quedar, el pie de la mujer de cabello blanco y brazo sin afeitar, dejaba huellas similares a las que había seguido.
- ¿No se suponía qué era un jabalí de dos patas? Bueno... lo peludo al parecer lo tiene. - "De acuerdo Fred, esta vez piensa lo que dirás, no hagas nada mal." - ¡Tú! - Dije señalando a la de cabello blanco. - ¡Brazo peludo! ¡Necesito respuestas! - " Bueno ... pudo haber sido peor."
Fredericksen
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Cuando me doy cuenta estoy tirada en el suelo, no sé cómo pasa, pero siempre acabo tirada en el suelo. Sigo temblando por el susto, encontrarse cara a cara con una vampiresa no es lo que se dice una situación agradable.
Cuando me dispongo a levantarme del suelo, todavía temblando para irme corriendo del lugar, sucedió algo inesperado. Un joven rubio, con unos ojos extremadamente raros se acerca a mi.
- Wow, ¿se encuentra bien my lady?
Acto seguido me levanta como si no pesara nada y antes de que pueda contestarle ni darle las gracias se va dirección al lateral del tronco y... ¡Lo abre! Me quedo boquiabierta, ¿Cómo ha conseguido hacer eso? ¿Es magia? ¿Será un brujo? No me fío de los brujos, pero parecía un chico simpático...
Mientras seguía congelada en el sitio sin saber qué hacer, escucho un estruendoso silbido procedente de la botica, me asomo con curiosidad y cuidado, este poblado es muy raro...
- Los vampiros están hacia allá -Me grita la vampira. Me asusto, pero no consigo moverme del sitio, segura de que me ha embrujado con sus artes vampíricas.
- Los licántropos por aquí. -Y de repente sucede algo maravilloso, algo que jamás en la vida había visto, algo que nunca habría podido imaginar. Me asusto diez veces más. ¡Un vampiro licántropo! ¡Eso debe de ser la criatura más morífera que jamás haya pisado este mundo!
Doy un paso para irme, pero vuelvo a escuchar la voz de ese ser poderosamente mortal.
- Tenemos te.
- ...
- ...
- ¡Tienen té!¡Yo quiero té!¡Y galletas! Seguro que tienen galletas, es imposible que beban té sin galletas.
Cuando me doy cuenta me estoy acercando a la vampiro-licántropa que está en la puerta hablando alegremente con el rubio de antes. Aunque parecen haber sido interrumpidos por un hombre verde bastante gracioso. Me acerco despacio, parece que el hombre le grita algo a la vampiro-licántropa, vaya iluso, pienso, se lo va a comer acompañado del té.
Llego al lado de la mujer y la olisqueo un poco, la miro desde mi corta estatura, la rodeo, pensativa. No parece tan mala como pensaba. Me quedo a su lado, esperando por el té y las galletas que me han prometido. Además, con suerte, una vampiro-licántropa sea capaz de defenderme frente a los otros vampiros.
Cuando me dispongo a levantarme del suelo, todavía temblando para irme corriendo del lugar, sucedió algo inesperado. Un joven rubio, con unos ojos extremadamente raros se acerca a mi.
- Wow, ¿se encuentra bien my lady?
Acto seguido me levanta como si no pesara nada y antes de que pueda contestarle ni darle las gracias se va dirección al lateral del tronco y... ¡Lo abre! Me quedo boquiabierta, ¿Cómo ha conseguido hacer eso? ¿Es magia? ¿Será un brujo? No me fío de los brujos, pero parecía un chico simpático...
Mientras seguía congelada en el sitio sin saber qué hacer, escucho un estruendoso silbido procedente de la botica, me asomo con curiosidad y cuidado, este poblado es muy raro...
- Los vampiros están hacia allá -Me grita la vampira. Me asusto, pero no consigo moverme del sitio, segura de que me ha embrujado con sus artes vampíricas.
- Los licántropos por aquí. -Y de repente sucede algo maravilloso, algo que jamás en la vida había visto, algo que nunca habría podido imaginar. Me asusto diez veces más. ¡Un vampiro licántropo! ¡Eso debe de ser la criatura más morífera que jamás haya pisado este mundo!
Doy un paso para irme, pero vuelvo a escuchar la voz de ese ser poderosamente mortal.
- Tenemos te.
- ...
- ...
- ¡Tienen té!¡Yo quiero té!¡Y galletas! Seguro que tienen galletas, es imposible que beban té sin galletas.
Cuando me doy cuenta me estoy acercando a la vampiro-licántropa que está en la puerta hablando alegremente con el rubio de antes. Aunque parecen haber sido interrumpidos por un hombre verde bastante gracioso. Me acerco despacio, parece que el hombre le grita algo a la vampiro-licántropa, vaya iluso, pienso, se lo va a comer acompañado del té.
Llego al lado de la mujer y la olisqueo un poco, la miro desde mi corta estatura, la rodeo, pensativa. No parece tan mala como pensaba. Me quedo a su lado, esperando por el té y las galletas que me han prometido. Además, con suerte, una vampiro-licántropa sea capaz de defenderme frente a los otros vampiros.
Irinnil Fawkes
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Entre para preguntar donde estaba y sin prestar atención, no me esperaba a Feith por aca, pero me sorprendí mucho al verla, y me alegro. Feith al verme salto y me abrazo, era raro, nadie que conozca se alegraba tanto de verme, pero me sentía bien. - Me alegro de verte Feith, hago justicia por donde pueda y ayudo a cualquier persona que lo necesite, sin importar su raza. - Pensaba irme pronto, luego vi a Feith y pensé en quedarme media hora mas y luego... pasaron cosas que no esperaba.
Primero que nada, Feith ayudo a la elfa, la anciana que parecía estar haciendo su trabajo, me miraba y sonreía, así que me acerque mientras Feith ayudaba a la elfa y la mire sonriendo. - Disculpe madam, últimamente tengo un problema... quizá usted pueda ayudarme o sabe algo, últimamente tengo unas pesadillas, o quizá son visiones, pero cada vez que duermo o cierro los ojos y me relajo, veo y siento como peleo contra el dragón oscuro... y puedo sentirlo, es el. Me habla, y quema granjas, grandes campos, masacra gente justo antes de que lo enfrente. Veo como peleo con el, pero cada vez que estamos por vencer, nos recuperamos, y todo vuelve a pasar. -
La anciana me miro, un poco extrañada, pero luego siguió sonriendo - Oh, hijo mio. Tu no tienes nada, solo estas cansado. Nada que un te y una buena siesta pueda solucionar.- La mire, seguramente ahora piensa que soy un lunático, y probablemente los demás también, un religioso obsesionado y tonto. Nadie podía saber lo que sentía, nada ni nadie. - Si... seguro eso me ayuda. - Mientras yo este vivo, no voy a parar, para conseguir la paz. El te podía tomarlo cuando sea viejo, y descansar voy a tener toda una eternidad.
La charla se vio interrumpida cuando Feith volvió y puso mi mano en mi hombro, preguntando que hacia aquí. Me recordó a Eltrant. Sonreí y la mire - Encargándome de unos criminales y ayudando a los pueblos como este, ¿que haces tu aquí? - pero rápidamente aparece otro hombre, extraño y contando chistes "al parecer mi presencia hace que brillen" me empece a reír, pero al instante paro notando que no fue bueno - Lo siento, es bueno. - Para nuestra suerte, la elfa también ingreso pidiendo te y galletas, El sujeto se había ido afuera.
Pero no había acabado ahí, el sujeto entro y esta vez gritando e insultando a Feith, me puse delante de la elfa y de Feith. - ¡Hey!, cuida el tono, nadie amenaza a mis amigos en mi presencia... ademas, puedes pedirlo bien. - Estaba claro que la elfa no era mi amiga, y ni sabia su nombre, pero el sujeto parecía nervioso, y tenia que protegerla también.
- Soy el Guardián Ancestral, es un placer Alfredo. - Dije extendiéndole mi mano derecha mientras que con la izquierda sujetaba la espada. - ¿Que respuestas necesita un cerrajero?... ¿no eres un cerrajero, verdad? - Claro que no lo era, nadie que sea cerrajero entra gritando y pidiendo respuestas, sin embargo, quería razonar con el, y ver si se calmaba.
Primero que nada, Feith ayudo a la elfa, la anciana que parecía estar haciendo su trabajo, me miraba y sonreía, así que me acerque mientras Feith ayudaba a la elfa y la mire sonriendo. - Disculpe madam, últimamente tengo un problema... quizá usted pueda ayudarme o sabe algo, últimamente tengo unas pesadillas, o quizá son visiones, pero cada vez que duermo o cierro los ojos y me relajo, veo y siento como peleo contra el dragón oscuro... y puedo sentirlo, es el. Me habla, y quema granjas, grandes campos, masacra gente justo antes de que lo enfrente. Veo como peleo con el, pero cada vez que estamos por vencer, nos recuperamos, y todo vuelve a pasar. -
La anciana me miro, un poco extrañada, pero luego siguió sonriendo - Oh, hijo mio. Tu no tienes nada, solo estas cansado. Nada que un te y una buena siesta pueda solucionar.- La mire, seguramente ahora piensa que soy un lunático, y probablemente los demás también, un religioso obsesionado y tonto. Nadie podía saber lo que sentía, nada ni nadie. - Si... seguro eso me ayuda. - Mientras yo este vivo, no voy a parar, para conseguir la paz. El te podía tomarlo cuando sea viejo, y descansar voy a tener toda una eternidad.
La charla se vio interrumpida cuando Feith volvió y puso mi mano en mi hombro, preguntando que hacia aquí. Me recordó a Eltrant. Sonreí y la mire - Encargándome de unos criminales y ayudando a los pueblos como este, ¿que haces tu aquí? - pero rápidamente aparece otro hombre, extraño y contando chistes "al parecer mi presencia hace que brillen" me empece a reír, pero al instante paro notando que no fue bueno - Lo siento, es bueno. - Para nuestra suerte, la elfa también ingreso pidiendo te y galletas, El sujeto se había ido afuera.
Pero no había acabado ahí, el sujeto entro y esta vez gritando e insultando a Feith, me puse delante de la elfa y de Feith. - ¡Hey!, cuida el tono, nadie amenaza a mis amigos en mi presencia... ademas, puedes pedirlo bien. - Estaba claro que la elfa no era mi amiga, y ni sabia su nombre, pero el sujeto parecía nervioso, y tenia que protegerla también.
- Soy el Guardián Ancestral, es un placer Alfredo. - Dije extendiéndole mi mano derecha mientras que con la izquierda sujetaba la espada. - ¿Que respuestas necesita un cerrajero?... ¿no eres un cerrajero, verdad? - Claro que no lo era, nadie que sea cerrajero entra gritando y pidiendo respuestas, sin embargo, quería razonar con el, y ver si se calmaba.
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Al principio Rak pareció ciertamente sorprendido, yo lo hubiera estado, no era exactamente lo más común que yo demostrara tanto mis emociones, pero de estar rodeada de enemigos a pasar una noche tranquila entre buenas personas era tan diferente como las montañas heladas del Norte y las playas de Verisar en el verano. Siempre tan diligente tú le dije en medio de otra sonrisa… que se apagó cuando me preguntó qué hacía allí. ¿Debería de contarle la versión corta o la larga? Para impedir que el desbarajuste de mis ideas me hicieran colapsar, los dioses enviaron algo. Apestaba a metal pero no parecía un biocibernético. Le miré con una interrogante en mis ojos e intercambié mi vista entre la señora Vernon y él. Tal vez estaba tan nerviosa porque esperaba visitas y no porque le estuviera aplicando la ley del hielo. Eso… fue… hiriente. Suspiré.
Tuve que hacerle aire a la señora Vernon cuando se le aflojaron las piernas. Ambas creímos que se le estaba proponiendo. Escondido se lo tenía la anciana… pero no. Fue un terriblemente mal chiste; no podía creer que Rak se estuviera riendo de eso. Me daban ganas de darle un zape mental a ambos. ¿Era algo de hombres? Probablemente. Cada vez lo volvía peor, su boca parecía estar programada para decir insensateces, al menos no era feo y no era un vampiro. Eso fue lo único que me detuvo a agarrarlo por el pescuezo y tirarlo de patitas en la calle, aunque no podía decir lo mismo de la señora Vernon, que había recuperado los colores, literalmente. Del blanco pasó al rosa, rojo, morado y casi azul. Me tranquilicé cuando se puso verde. Cuando volví a mirar al tal cerrajero ese, estaba saliendo raudo por la puerta.
Ya pasó señora Vernon, tranquilícese. ¿No quiere ir a la cocina por algo de te? Parece que tendremos más invitados… la elfina se acercaba a la puerta, pareció haber sido tentada por la infusión. La viejita asintió y se marchó de la sala. Entonces el Alfredo ese, volvió a entrar, pero su semblante había cambiado; parecía ser otra persona. ¿Habría perdido la chaveta? Habló de jabalíes y de cosas peludas, luego me señaló con el dedo. ¿De verdad me estaba señalando? Sentí que mi ojo derecho se abría y cerraba. ¿Me estaba increpando? ¿A MÍ? ¿En mi propio pueblo? ¿En mi propio territorio? ¿A MÍ?
Estaba que me transformaba para arrancarle la garganta, me temblaban las manos: el lobo quería salir. Entonces entró la elfina, con su aire tierno y salvaje. Sus ojitos eran como los de un conejito silvestre y travieso. Tenía ganas de estirar mi mano para que viniera y acariciarla entre mis piernas. De acuerdo… muy literal. La chica se acercó por su propia voluntad. Era una noche bastante extraña en Sacrestic. Me reúno con un buen amigo, aparece un loco y una pequeña elfa que cree que soy un vampiro. Suponía que ya se le había quitado sus dudas acerca de mi raza, sino no podría haber entrado allí por sus propios pies. Si aún me quedaba algo de ira en contra del muchachito impetuoso, la elfina la disipó completamente ¿Me estaba olfateando? los elfos no olfateaban ¿se creería perrito? Sonreí hacia abajo. Era tan pequeñita.
Afortunadamente para todos los presentes, Rak se interpuso entre el cerrajero y nosotras. Era un gesto tan caballeroso, que por un momento me sentí como una de esas mujeres que necesitan protección. ¿Así que así se sentía? Era ameno y tibio. Le hice un movimiento de cejas al increpador como diciendo “Já toma para ti. No te va a ser tan fácil”. Entonces noté que la elfina no había hecho ningún sonido desde que entró y seguía allí parada, mirándome con ojos grandes, como esperando algo. ¡Oh! recordé mi promesa El té ya viene pequeña…joven… este… ¿cómo te llamas? terminé por preguntar, intentando no sonar descortés. Quería levantar mi mano y acariciarle el pelo. Era tan pequeñita.
Dado que todos estamos algo nerviosos ¿por qué no nos relajamos con una buena infusión y galletas?pregunté depositando suavemente la mano sobre el hombro de Rak, fugazmente. Secretamente esperaba que el preguntón se atragantara con una de esas galletas y muriera lentamente, así que fui por la bandeja y se la ofrecí. Las respuestas son “¿sí, no, tal vez, el colmo es del gato y siempre muere el inocente?” Está bien está bien. Supongo que puedo contestar algunas de sus inquietudes seriamente…si es que usted también lo hace. ¿Quién es y qué hace aquí? ¿Cómo ha dado conmigo? y sobre todo… ¿Sabe quién soy? le pregunté finalmente. La señora Vernon llegó a tiempo para servir el té. Estaba complacida, estaba siendo lo suficientemente diplomática. Toda una nueva Wood. Excelente.
Tuve que hacerle aire a la señora Vernon cuando se le aflojaron las piernas. Ambas creímos que se le estaba proponiendo. Escondido se lo tenía la anciana… pero no. Fue un terriblemente mal chiste; no podía creer que Rak se estuviera riendo de eso. Me daban ganas de darle un zape mental a ambos. ¿Era algo de hombres? Probablemente. Cada vez lo volvía peor, su boca parecía estar programada para decir insensateces, al menos no era feo y no era un vampiro. Eso fue lo único que me detuvo a agarrarlo por el pescuezo y tirarlo de patitas en la calle, aunque no podía decir lo mismo de la señora Vernon, que había recuperado los colores, literalmente. Del blanco pasó al rosa, rojo, morado y casi azul. Me tranquilicé cuando se puso verde. Cuando volví a mirar al tal cerrajero ese, estaba saliendo raudo por la puerta.
Ya pasó señora Vernon, tranquilícese. ¿No quiere ir a la cocina por algo de te? Parece que tendremos más invitados… la elfina se acercaba a la puerta, pareció haber sido tentada por la infusión. La viejita asintió y se marchó de la sala. Entonces el Alfredo ese, volvió a entrar, pero su semblante había cambiado; parecía ser otra persona. ¿Habría perdido la chaveta? Habló de jabalíes y de cosas peludas, luego me señaló con el dedo. ¿De verdad me estaba señalando? Sentí que mi ojo derecho se abría y cerraba. ¿Me estaba increpando? ¿A MÍ? ¿En mi propio pueblo? ¿En mi propio territorio? ¿A MÍ?
Estaba que me transformaba para arrancarle la garganta, me temblaban las manos: el lobo quería salir. Entonces entró la elfina, con su aire tierno y salvaje. Sus ojitos eran como los de un conejito silvestre y travieso. Tenía ganas de estirar mi mano para que viniera y acariciarla entre mis piernas. De acuerdo… muy literal. La chica se acercó por su propia voluntad. Era una noche bastante extraña en Sacrestic. Me reúno con un buen amigo, aparece un loco y una pequeña elfa que cree que soy un vampiro. Suponía que ya se le había quitado sus dudas acerca de mi raza, sino no podría haber entrado allí por sus propios pies. Si aún me quedaba algo de ira en contra del muchachito impetuoso, la elfina la disipó completamente ¿Me estaba olfateando? los elfos no olfateaban ¿se creería perrito? Sonreí hacia abajo. Era tan pequeñita.
Afortunadamente para todos los presentes, Rak se interpuso entre el cerrajero y nosotras. Era un gesto tan caballeroso, que por un momento me sentí como una de esas mujeres que necesitan protección. ¿Así que así se sentía? Era ameno y tibio. Le hice un movimiento de cejas al increpador como diciendo “Já toma para ti. No te va a ser tan fácil”. Entonces noté que la elfina no había hecho ningún sonido desde que entró y seguía allí parada, mirándome con ojos grandes, como esperando algo. ¡Oh! recordé mi promesa El té ya viene pequeña…joven… este… ¿cómo te llamas? terminé por preguntar, intentando no sonar descortés. Quería levantar mi mano y acariciarle el pelo. Era tan pequeñita.
Dado que todos estamos algo nerviosos ¿por qué no nos relajamos con una buena infusión y galletas?pregunté depositando suavemente la mano sobre el hombro de Rak, fugazmente. Secretamente esperaba que el preguntón se atragantara con una de esas galletas y muriera lentamente, así que fui por la bandeja y se la ofrecí. Las respuestas son “¿sí, no, tal vez, el colmo es del gato y siempre muere el inocente?” Está bien está bien. Supongo que puedo contestar algunas de sus inquietudes seriamente…si es que usted también lo hace. ¿Quién es y qué hace aquí? ¿Cómo ha dado conmigo? y sobre todo… ¿Sabe quién soy? le pregunté finalmente. La señora Vernon llegó a tiempo para servir el té. Estaba complacida, estaba siendo lo suficientemente diplomática. Toda una nueva Wood. Excelente.
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Habían muchas maneras de tomarse aquella situación, y por el momento aquella gente no se había comportado como esperaba "Sigo con mis dos orejas... tal vez sea mi día de suerte." La única señal de peligro que había notado era un pequeño tic en la mujer con problemas de pelo, y por supuesto el rubio que se había interpuesto, aunque este parecía ser cuerdo y apoyaba la solución por medio de palabras y no de amputaciones. Hasta la niña entra al local y se acerca a la de cabello blanco, cosa que me hizo ladear un poco mi cabeza, ahora estaba más confundido que antes ¿Qué clase de reunión estaban tramando antes de mi llegada? ¿Té y galletas era una clase de mensaje secreto?
- ¿Amenazar? - Comenté finalmente, entendiendo el porqué del malentendido. - No estoy amenazando... ni siquiera tengo mi arco en mano y no dispongo de magia como para disparar siquiera agua por los dedos. Simplemente... - Sacudí la mano en el aire mientras chasqueaba la lengua "¿Como le explico que soy un ermitaño y que se me da mal interactuar sin parecer idiota?" - Tengo, costumbres diferentes. - Tomé la mano del sujeto con dos dedos y la sacudí de derecha a izquierda, puede que aquel extraño "apretón de manos" le convenciera de mis palabras, no podía dejar que desconocidos creyeran que era torpe. - Y claramente soy cerrajero, he abierto muchas puertas... de maneras nada gratas y dolorosas para mí.. ¡Pero las logré abrir!
Brazo peludo se había acercado luego de terminar su charla con la niña, por lo visto trataba de tranquilizar al señor Ancestral, pero nuevamente se presentó la palabra "galletas". Seguido a esto ella tomó una bandeja y se acercó ¿Acaso pretendía que yo comiera aquello? "Puede estar envenenado... pero tampoco puedo ser descortés... solo queda una solución" .
- Ah si... las preguntas... si me das un segundo con gusto las hago. - Dije retrocediendo lentamente hasta quedar en la puerta.- No muevas las galletas, sólo un segundo. - Llevé ambas manos a mi boca y tomé aire, luego soplé por la abertura que quedaba en mis palmas imitando al sonido de un búho, así repetidas veces hasta que vi la cabeza de Genenive salir de la maleza... y tristemente su cuerpo seguía unido a ella.
La chica se acercó lo más rápido posible, hasta llegar a mi persona y atraparme el brazo, nuevamente la garrapata conseguía el punto descubierto del cual chuparse mi sangre. Hice una mueca mientras entraba esta vez con la chica, el primer segundo estuvo bien, el siguiente fue doloroso, las uñas de Genevive se estaban enterrando en mi piel y podía saber muy bien el porqué, menos mal no había estado presente cuando hice la broma del corazón.
- Genevive... hay galletas y té... supuse que querrías comer. - "El plan perfecto, si la comida está envenenada simplemente sería ella quien moriría, soy un Genio." - No se preocupen por mí, ya comí ardilla.
La chica se acercó con recelo hasta la bandeja y tomó una de las galletas de allí, fulminando con la mirada a la de cabellos blancos en el proceso. Luego simplemente se quedó a mi lado, sujetándome y tratando de masticar aquella cosa, solo era cuestión de minutos u horas en ver el resultado.
- Responderé tus preguntas en el orden que veo más... sensato. No sé quién eres tú.- Comencé señalando al rubio. -Ni tú. - Esta vez fue a la niña. - Ni tú. - La del brazo peludo. - Y no se preocupe que tampoco sé quién es usted. - Y finalmente a la señora. Simplemente debía dejar en claro que no conocía a nadie allí. - Y pues, soy Fre...Freder... - Me pegué suavemente en la mejilla con la mano, debía dejar de estar como idiota mi apellido, debía comenzar a presentarme con mi nombre.- Fredericksen, Fredericksen Candau. - Asentí con la cabeza, ahora es cuando venía el tema serio. - Mi razón de estar aquí es la misma por la cual la encontré. Llevo viajando tres días solo para...
- Tres días... y medio en carruaje...
- Y hubiesen sido más en carruaje y menos a pie si no hubieses mordido a la niña. - Recriminé nuevamente a Genevive, pero debía regresar a lo importante. - Como decía, llevo viajando solo para saber qué hacía ¡USTED! En los bosques del este... bueno no, realmente Delilah me dijo que había escuchado pasos cerca del campamento la última noche y temía por su seguridad.. así que seguí los pasos con esta garrapata a mi lado, y como soy idiota y mal mentiroso simplemente caminé detrás de un rastro, que casi pierdo pero conseguí en el bosque cercano ¡Y ESTE ME TRAJO HASTA USTED! - Asentí con la cabeza dándome palmaditas en el hombro, finalmente había hecho algo bien. - Y mi deducción es la siguiente, fuiste a rastrear la zona, ver que idiotas conseguías y diste con el campamento de Delilah. Así que usaste tus poderes de jabalí... muy interesantes por cierto... y regresaste hasta aquí, para informarle a tu banda. Conformada por señor ojos azules, niña galleta, la abuelita del té y tú. - Otra vez asentí con la cabeza, por fin había adivinado el mensaje oculto tras "té y galleta" , eran nombres claves. - Y como son una banda, eso explica lo que conseguí en el camino. - Revisé mi bolsa sacando los restos de ardilla muerta y dejándolos sobre el mostrador, junto a un par de bayas, para así sacar un pedazo de tela que bien podía ser la pañoleta de alguien. - Es el escudo de su banda ¿No? - Pregunté a todos los presentes mientras levantaba la tela.
Solo me quedaba esperar respuestas, si el rubio usaba su espada solo pondría a Genevive como escudo, el problema era la mujer de cabello blanco, estaba seguro que era la más peligrosa, su mirada de pocos amigos lo confirmaba.
- ¿Algo qué quieran decir? Delincuentes.
- Señor Candau...
- Genevive... dije delincuentes ¿Acaso eres de ellos?
- No pero... tengo sed...
- Oh...estem... ¿Ella puede tomar un poco de té? - Pregunté de nuevo, señalando el té servido por la mayor.
- ¿Amenazar? - Comenté finalmente, entendiendo el porqué del malentendido. - No estoy amenazando... ni siquiera tengo mi arco en mano y no dispongo de magia como para disparar siquiera agua por los dedos. Simplemente... - Sacudí la mano en el aire mientras chasqueaba la lengua "¿Como le explico que soy un ermitaño y que se me da mal interactuar sin parecer idiota?" - Tengo, costumbres diferentes. - Tomé la mano del sujeto con dos dedos y la sacudí de derecha a izquierda, puede que aquel extraño "apretón de manos" le convenciera de mis palabras, no podía dejar que desconocidos creyeran que era torpe. - Y claramente soy cerrajero, he abierto muchas puertas... de maneras nada gratas y dolorosas para mí.. ¡Pero las logré abrir!
Brazo peludo se había acercado luego de terminar su charla con la niña, por lo visto trataba de tranquilizar al señor Ancestral, pero nuevamente se presentó la palabra "galletas". Seguido a esto ella tomó una bandeja y se acercó ¿Acaso pretendía que yo comiera aquello? "Puede estar envenenado... pero tampoco puedo ser descortés... solo queda una solución" .
- Ah si... las preguntas... si me das un segundo con gusto las hago. - Dije retrocediendo lentamente hasta quedar en la puerta.- No muevas las galletas, sólo un segundo. - Llevé ambas manos a mi boca y tomé aire, luego soplé por la abertura que quedaba en mis palmas imitando al sonido de un búho, así repetidas veces hasta que vi la cabeza de Genenive salir de la maleza... y tristemente su cuerpo seguía unido a ella.
La chica se acercó lo más rápido posible, hasta llegar a mi persona y atraparme el brazo, nuevamente la garrapata conseguía el punto descubierto del cual chuparse mi sangre. Hice una mueca mientras entraba esta vez con la chica, el primer segundo estuvo bien, el siguiente fue doloroso, las uñas de Genevive se estaban enterrando en mi piel y podía saber muy bien el porqué, menos mal no había estado presente cuando hice la broma del corazón.
- Genevive... hay galletas y té... supuse que querrías comer. - "El plan perfecto, si la comida está envenenada simplemente sería ella quien moriría, soy un Genio." - No se preocupen por mí, ya comí ardilla.
La chica se acercó con recelo hasta la bandeja y tomó una de las galletas de allí, fulminando con la mirada a la de cabellos blancos en el proceso. Luego simplemente se quedó a mi lado, sujetándome y tratando de masticar aquella cosa, solo era cuestión de minutos u horas en ver el resultado.
- Responderé tus preguntas en el orden que veo más... sensato. No sé quién eres tú.- Comencé señalando al rubio. -Ni tú. - Esta vez fue a la niña. - Ni tú. - La del brazo peludo. - Y no se preocupe que tampoco sé quién es usted. - Y finalmente a la señora. Simplemente debía dejar en claro que no conocía a nadie allí. - Y pues, soy Fre...Freder... - Me pegué suavemente en la mejilla con la mano, debía dejar de estar como idiota mi apellido, debía comenzar a presentarme con mi nombre.- Fredericksen, Fredericksen Candau. - Asentí con la cabeza, ahora es cuando venía el tema serio. - Mi razón de estar aquí es la misma por la cual la encontré. Llevo viajando tres días solo para...
- Tres días... y medio en carruaje...
- Y hubiesen sido más en carruaje y menos a pie si no hubieses mordido a la niña. - Recriminé nuevamente a Genevive, pero debía regresar a lo importante. - Como decía, llevo viajando solo para saber qué hacía ¡USTED! En los bosques del este... bueno no, realmente Delilah me dijo que había escuchado pasos cerca del campamento la última noche y temía por su seguridad.. así que seguí los pasos con esta garrapata a mi lado, y como soy idiota y mal mentiroso simplemente caminé detrás de un rastro, que casi pierdo pero conseguí en el bosque cercano ¡Y ESTE ME TRAJO HASTA USTED! - Asentí con la cabeza dándome palmaditas en el hombro, finalmente había hecho algo bien. - Y mi deducción es la siguiente, fuiste a rastrear la zona, ver que idiotas conseguías y diste con el campamento de Delilah. Así que usaste tus poderes de jabalí... muy interesantes por cierto... y regresaste hasta aquí, para informarle a tu banda. Conformada por señor ojos azules, niña galleta, la abuelita del té y tú. - Otra vez asentí con la cabeza, por fin había adivinado el mensaje oculto tras "té y galleta" , eran nombres claves. - Y como son una banda, eso explica lo que conseguí en el camino. - Revisé mi bolsa sacando los restos de ardilla muerta y dejándolos sobre el mostrador, junto a un par de bayas, para así sacar un pedazo de tela que bien podía ser la pañoleta de alguien. - Es el escudo de su banda ¿No? - Pregunté a todos los presentes mientras levantaba la tela.
- Logo mostrado en la tela:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Solo me quedaba esperar respuestas, si el rubio usaba su espada solo pondría a Genevive como escudo, el problema era la mujer de cabello blanco, estaba seguro que era la más peligrosa, su mirada de pocos amigos lo confirmaba.
- ¿Algo qué quieran decir? Delincuentes.
- Señor Candau...
- Genevive... dije delincuentes ¿Acaso eres de ellos?
- No pero... tengo sed...
- Oh...estem... ¿Ella puede tomar un poco de té? - Pregunté de nuevo, señalando el té servido por la mayor.
Fredericksen
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
El interior del árbol es muy extraño, tan cuadrado todo, con tanta luz... Pero lo importante es que huele muy bien, está todo repleto de hierbas y cosas de colores, un conjunto extrañamente acogedor. No me estaba enterando mucho de lo que estaba pasando a mi alrededor, el chico rubio se interpuso delante del verde y de la vampiro-licántropa. Parece que se conocen, así que decido dar un vuelta por el árbol, investigando, agarro entre mis manos un bote transparente con cosas de colores, me giro, parece que se dirigen a mi.
- El té ya viene pequeña…joven… este… ¿cómo te llamas?
Me sorprende tanta amabilidad proveniente de un ser tan extraordinario.
- Jeannie Fawkes, señora, mucho gusto. -Hago una reverencia, derramando un poco del contenido del bote.
- ¿Cómo se llaman ustedes? -Pregunto mientras dejo el bote en su lugar y sigo fisgoneando.
Cuando ya me he recorrido toda la tienda encuentro un lugar oculto, un lugar maravilloso repleto de galletas detrás del mostrador, en la parte baja. Todo un paraíso galletil. Me meto unas cuantas en la boca y vuelvo a donde está el resto. Me acerco al chico rubio, le doy una galleta, acto seguido saco otra para la vampiro-licántropa.
- Dar galletas es un símbolo de amistad, ¿sabíais? -Lo digo sin ningún convencimiento de que me hayan escuchado.
Acto seguido aparece una anciana de a saber dónde, con té y una bandeja repleta de galletas. Vaya, debe de tener muchos amigos, pienso.
Una chica se acerca a la bandeja que llevaba la anciana para tomar una de las galletas, ni siquiera la había visto entrar.
Entonces el personaje de verde se acerca a una de las mesas del árbol y deja sobre ella los restos de una ardilla. Me pongo en guardia, alguien capaz de matar adorables ardillas no es de fiar, desenfundo el arco y pongo una flecha, sólo por si acaso.
Acto seguido el hombre saca una tela sucia y nos acusa a todos de delincuentes, ¡un asesino de ardillas acusándome a mi de delincuente!
- Disculpe señor, pero ni yo ni la ardilla somos delincuentes.
Apunto a uno de los ojos del hombre de verde, dispuesta a repartir justicia.
- El té ya viene pequeña…joven… este… ¿cómo te llamas?
Me sorprende tanta amabilidad proveniente de un ser tan extraordinario.
- Jeannie Fawkes, señora, mucho gusto. -Hago una reverencia, derramando un poco del contenido del bote.
- ¿Cómo se llaman ustedes? -Pregunto mientras dejo el bote en su lugar y sigo fisgoneando.
Cuando ya me he recorrido toda la tienda encuentro un lugar oculto, un lugar maravilloso repleto de galletas detrás del mostrador, en la parte baja. Todo un paraíso galletil. Me meto unas cuantas en la boca y vuelvo a donde está el resto. Me acerco al chico rubio, le doy una galleta, acto seguido saco otra para la vampiro-licántropa.
- Dar galletas es un símbolo de amistad, ¿sabíais? -Lo digo sin ningún convencimiento de que me hayan escuchado.
Acto seguido aparece una anciana de a saber dónde, con té y una bandeja repleta de galletas. Vaya, debe de tener muchos amigos, pienso.
Una chica se acerca a la bandeja que llevaba la anciana para tomar una de las galletas, ni siquiera la había visto entrar.
Entonces el personaje de verde se acerca a una de las mesas del árbol y deja sobre ella los restos de una ardilla. Me pongo en guardia, alguien capaz de matar adorables ardillas no es de fiar, desenfundo el arco y pongo una flecha, sólo por si acaso.
Acto seguido el hombre saca una tela sucia y nos acusa a todos de delincuentes, ¡un asesino de ardillas acusándome a mi de delincuente!
- Disculpe señor, pero ni yo ni la ardilla somos delincuentes.
Apunto a uno de los ojos del hombre de verde, dispuesta a repartir justicia.
Irinnil Fawkes
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Todo se estaba poniendo extraño, invitaciones de te, amenazas, no entendía nada, cuando Feith me toco el hombro, me corrí hacia un costado, pero sin perder la mirada en el sujeto de verde, nos acababa de llamar criminales a cada uno de la sala. Era increíble, por que no veía lo criminal en nosotros. - No juzgues sin conocer, es el error de la humanidad. - Dije dándole un consejo, un consejo que yo mismo tuve que aplicarme antes.
La elfa, que al parecer se llamaba "Jeannie Fawkes" me ofreció una galleta, que con gusto la agarre, dándole las gracias. - Gracias Madam Jeannie - Dije sonriendo, pero me intrigaba, era la unica elfa que no me había tratado mal de todos los elfos que conocí. Me senté justo cuando Vernon ofrecía te, tenia curiosidad, ¿te? nunca lo había probado. - Gracias Lady Vernon. Es muy amable. -
Mire a Jeannie, y pregunte - ¿De donde eres?, ¿y que haces aquí sola?... es peligroso, ¿necesitas ayuda?. - Dije mirándola. muchas preguntas en poco tiempo, por un momento es como si el gran hablador y comediante hombre verde, junto a mi única amiga, no estuvieran. Pero procedí a probar el te, que era genial, lo tome todo en menos de 10 segundos, aunque creo que fue descortés o algo así. Apoye la taza en la mesa y me relaje... pero un dolor me empezaba a molestar, y cada vez se hacia mas fuerte, y mas, hasta que de un momento a otro, ya no veía nada.
----------[Maldicion Dragón Oscuro]--------------
- Hola de nuevo, joven dragón. ¿Estas listo para enfrentar tu destino? - Dijo un dragón oscuro y grande, mucho mas grande que yo.
Al rededor de el se veía todo campos con gente masacrada, y casas ardiendo. Era caótico.
- Te derrote una vez, dragón oscuro. Voy a volver a hacerlo. -
- Que insensato eres, ¿no te das cuenta que esto es el futuro?, te escondes atrás de una identidad, como si de un cuento se tratara, por que le temes a la realidad, le temes a no ser nadie, a ser rechazado por todos. Le temes a la humanidad, y tienes miedo de volverte como ellos. -
- La diferencia entre tu y yo, es que yo lucho contra mis miedos, tengo esperanzas en la humanidad, todo puede ser cambiado, solo hay que intentarlo... incluso tu, podrías volver con los demás. -
- ¡JA!, rezale a tus dioses, joven dragón. Por que delante mía, solo te veo a ti. Escondido con un apodo que nadie se cree, fingiendo ser alguien que no eres. -
- Puede que tengas razón, pero yo soy fiel a mis dioses, elegido o no, voy a derrotarte. Y solo la muerte va a detenerme -
- Que así sea. - Dijo, cargando contra mi, 10 veces mi tamaño, pero cuando chocamos, me sentía a su altura, como si hubiera crecido, mas fuerte, mas grande. ¿Quizá si era el futuro? . Luchamos y luchamos, el lanzaba fuego oscuro mortal, mientras yo provocaba un terremoto que tragaba pedazos de tierras enteras, casas, y cadáveres. Pero cuando ambos estábamos a punto de morir, nos recuperábamos, nos llenábamos de vigor, vida, resistencia.
- Peleare, hasta la eternidad. - Me miro y soltó una risa, seguida de una sonrisa. Pero cuando estaba viniendo hacia mi, otro dragón apareció, poniendo al oscuro contra el suelo.
Era verde, era el Dragón de Jade sin lugar a duda - ¡Vete Rakan!, ¡todavía hay tiempo, puedes evitarlo!... ¡corre, no puedo detenerlo mucho mas, despierta!. -
Y todo se había puesto oscuro, no quedaba nada.
---------------------[Maldicion Dragón Oscuro]-----------------
Desperté, y de un salto, alarme a los demás - ¡El dragón de Jade, necesita ayuda!, ¡es el oscuro, esta...! - Pare, cuando vi que todo estaba normal, y que solo era otra pesadilla, como la que tuve en el campamento draconiano. - Lo siento... suele pasar. Sigan en lo suyo, no quería molestar. - Sentía que en el ambiente, al menos 1 de todas estas personas, contenían oscuridad adentro, y por eso el sueño, creo que la oscuridad estaba cerca, y me hacia vulnerable ante el dragón oscuro.
La elfa, que al parecer se llamaba "Jeannie Fawkes" me ofreció una galleta, que con gusto la agarre, dándole las gracias. - Gracias Madam Jeannie - Dije sonriendo, pero me intrigaba, era la unica elfa que no me había tratado mal de todos los elfos que conocí. Me senté justo cuando Vernon ofrecía te, tenia curiosidad, ¿te? nunca lo había probado. - Gracias Lady Vernon. Es muy amable. -
Mire a Jeannie, y pregunte - ¿De donde eres?, ¿y que haces aquí sola?... es peligroso, ¿necesitas ayuda?. - Dije mirándola. muchas preguntas en poco tiempo, por un momento es como si el gran hablador y comediante hombre verde, junto a mi única amiga, no estuvieran. Pero procedí a probar el te, que era genial, lo tome todo en menos de 10 segundos, aunque creo que fue descortés o algo así. Apoye la taza en la mesa y me relaje... pero un dolor me empezaba a molestar, y cada vez se hacia mas fuerte, y mas, hasta que de un momento a otro, ya no veía nada.
----------[Maldicion Dragón Oscuro]--------------
- Hola de nuevo, joven dragón. ¿Estas listo para enfrentar tu destino? - Dijo un dragón oscuro y grande, mucho mas grande que yo.
Al rededor de el se veía todo campos con gente masacrada, y casas ardiendo. Era caótico.
- Te derrote una vez, dragón oscuro. Voy a volver a hacerlo. -
- Que insensato eres, ¿no te das cuenta que esto es el futuro?, te escondes atrás de una identidad, como si de un cuento se tratara, por que le temes a la realidad, le temes a no ser nadie, a ser rechazado por todos. Le temes a la humanidad, y tienes miedo de volverte como ellos. -
- La diferencia entre tu y yo, es que yo lucho contra mis miedos, tengo esperanzas en la humanidad, todo puede ser cambiado, solo hay que intentarlo... incluso tu, podrías volver con los demás. -
- ¡JA!, rezale a tus dioses, joven dragón. Por que delante mía, solo te veo a ti. Escondido con un apodo que nadie se cree, fingiendo ser alguien que no eres. -
- Puede que tengas razón, pero yo soy fiel a mis dioses, elegido o no, voy a derrotarte. Y solo la muerte va a detenerme -
- Que así sea. - Dijo, cargando contra mi, 10 veces mi tamaño, pero cuando chocamos, me sentía a su altura, como si hubiera crecido, mas fuerte, mas grande. ¿Quizá si era el futuro? . Luchamos y luchamos, el lanzaba fuego oscuro mortal, mientras yo provocaba un terremoto que tragaba pedazos de tierras enteras, casas, y cadáveres. Pero cuando ambos estábamos a punto de morir, nos recuperábamos, nos llenábamos de vigor, vida, resistencia.
- Peleare, hasta la eternidad. - Me miro y soltó una risa, seguida de una sonrisa. Pero cuando estaba viniendo hacia mi, otro dragón apareció, poniendo al oscuro contra el suelo.
Era verde, era el Dragón de Jade sin lugar a duda - ¡Vete Rakan!, ¡todavía hay tiempo, puedes evitarlo!... ¡corre, no puedo detenerlo mucho mas, despierta!. -
Y todo se había puesto oscuro, no quedaba nada.
---------------------[Maldicion Dragón Oscuro]-----------------
Desperté, y de un salto, alarme a los demás - ¡El dragón de Jade, necesita ayuda!, ¡es el oscuro, esta...! - Pare, cuando vi que todo estaba normal, y que solo era otra pesadilla, como la que tuve en el campamento draconiano. - Lo siento... suele pasar. Sigan en lo suyo, no quería molestar. - Sentía que en el ambiente, al menos 1 de todas estas personas, contenían oscuridad adentro, y por eso el sueño, creo que la oscuridad estaba cerca, y me hacia vulnerable ante el dragón oscuro.
- Leer xD:
- Cuando hacia este post, se me corto la luz... y tuve que volver a empezar a hacer todo de vuelta, así que lo resumí para no estar otras 2 horas xD. ¡Lamento la tardanza! :c
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Observé con curiosidad la interacción de este desconocido con Rak, ¿lo había tomado con dos dedos porque le daba alguna especie de asquito? Si Rak al principio me había parecido un chico extraño por no comer cualquier cosa, ese cerrajero era otro nivel. Sonreí, era imposible que alrededor mío hubieran personas “normales”, ya ni siquiera recordaba qué era ser “normal”. “¿Este se cree que voy a tener la bandeja en la mano todo el día?” me pregunté, mejor a mí que a él, estaba haciendo como que era un búho, le habíamos perdido. Tomé una de las galletitas de Jeannie, no tenía idea de dónde las había sacado y era un poquito sospechoso, pero le sonreí igual, porque era su gesto de amistad. Le hice una señal para que esperara la respuesta de los nombres, ese otro raro tenía que responder primero mis preguntas.
Esa Genevive –que entró sin siquiera saludar- me miraba como si yo le fuera a robar un pedazo de carne a su novio o algo, sin embargo sacó una galletita de la bandeja, parecía un gato robando ratones. Tuve que reprimir una sonrisa, se veía tan enojada que ya resultaba chistoso. ¿Qué tenía esa pareja contra mí? No recordaba haber ofendido a nadie últimamente. Dejé la bandeja de galletas y tomé una taza de té entre mis manos. El tal Fredericksen, era demasiado largo, prefería Alfredo –suspiré- ese hombre le daba muchas largas al asunto, su novia era demasiado condescendiente con él, yo ya le hubiera pegado un zape en la cabeza para que soltara lo que tenía para soltar. Su manera de ver las cosas era bastante pintoresca, debía de tener una mente muy creativa, la única que no sabía quién era de todo el relato era la tal “Delilah”.
Me terminé mi taza y le pedí otra a la señora Vernon, al menos la resaca había recedido completamente. Las cosas se pusieron tensas en la parte de la ardilla muerta. La pequeña Jeannie le estaba apuntando a ese “Fred” –Fred era demasiado común- “hmmm… ¿Icksen? Icksen” sonreí y puse una mano sobre el hombro de la elfina. Si lo matas aquí habrá demasiada sangre para limpiar, además, estoy segura de que lo siente ¿verdad Icksen? me aclaré la garganta Me refiero a usted le dije alhuma loco, señalándole con mi taza. La verdad que la cara seria no le sentaba a la elfa. Mientras me volvía por una taza de té para la novia celosa, la señora Vernon analizaba la pañoleta, negando con la cabeza. En ese momento, el cansado Rak pareció volver del mundo de los sueños con una frase dramática.
-No deberías meter tus narices en esos asuntos jovencito, esas no son cosas para niños como tú
Le dejé la taza a la Genevive esa sobre el mostrador, se la veía tan enojada que probablemente buscaría pelea de gatas y terminaría mal –para ella- Miré a la señora Verner, ¿qué tenía esa pañoleta? Volví a suspirar, sería una noche larga, muy larga. Señora Verner, este Icksen no debería meter su nariz en nada que no sea su noviecita, porque parece muy mal atendida. No se quién es esta “Delilah” pero yo no he estado en los bosques del este desde hace… años. Si necesita pruebas, vaya a la mansión de la condesa, que resulto ser yo, y pregunte. Por lo demás, no se de qué habla. Ahora, si me disculpan, creo que tendré que retirarme porque fuera hay ciertos personajes vampíricos que quieren mi cabeza.
Me dispuse a buscar la puerta de atrás para salir, cuando alguien más entró en la botica. Detuve en seco mis acciones al escuchar el saludo -No cierres la puerta que he abierto yo- oh oh… no no -Siempre quise decir eso. ¿Woodpecker? ¿Condesa Greenwood? la voz de otro loco. Me giré lentamente, sentía que los pelos de mi espalda se paraban. Era raro escuchar ese nuevo título, casi que estaba más acostumbrada que me señalaran con el dedo y me gritaran asesina y cosas así. - Mi capullito de Alelí, mira con quién me he encontrado…- el señor Vernon. No me gustaba el señor Vernon. Estaba igual de viejo que su mujer, pero estaba fornido, había sido un leñador y ahora era un fiel creyente de los rezos de mi Amy. Hasta luego murmuré, ignorando al elfo recién llegado, parecía un elfo malo haciendo entradas bobas y de mal gusto. Seguro que venía de parte de los que querían verme muerta.
Apoyé mis manos sobre la vieja madera que costó en moverse, seguramente hacía años que no era usada. -Yo no iría por allí- miré al elfo, que ya se había acomodado como si estuviera en su casa. En una mano la taza que yo había estado usando, se miraba las uñas de la otra mano mientras sostenía con ella una galleta, haciéndose el interesante. Miré al señor Vernon y él se encogió de hombros asintiendo.
Esa Genevive –que entró sin siquiera saludar- me miraba como si yo le fuera a robar un pedazo de carne a su novio o algo, sin embargo sacó una galletita de la bandeja, parecía un gato robando ratones. Tuve que reprimir una sonrisa, se veía tan enojada que ya resultaba chistoso. ¿Qué tenía esa pareja contra mí? No recordaba haber ofendido a nadie últimamente. Dejé la bandeja de galletas y tomé una taza de té entre mis manos. El tal Fredericksen, era demasiado largo, prefería Alfredo –suspiré- ese hombre le daba muchas largas al asunto, su novia era demasiado condescendiente con él, yo ya le hubiera pegado un zape en la cabeza para que soltara lo que tenía para soltar. Su manera de ver las cosas era bastante pintoresca, debía de tener una mente muy creativa, la única que no sabía quién era de todo el relato era la tal “Delilah”.
Me terminé mi taza y le pedí otra a la señora Vernon, al menos la resaca había recedido completamente. Las cosas se pusieron tensas en la parte de la ardilla muerta. La pequeña Jeannie le estaba apuntando a ese “Fred” –Fred era demasiado común- “hmmm… ¿Icksen? Icksen” sonreí y puse una mano sobre el hombro de la elfina. Si lo matas aquí habrá demasiada sangre para limpiar, además, estoy segura de que lo siente ¿verdad Icksen? me aclaré la garganta Me refiero a usted le dije al
-No deberías meter tus narices en esos asuntos jovencito, esas no son cosas para niños como tú
Le dejé la taza a la Genevive esa sobre el mostrador, se la veía tan enojada que probablemente buscaría pelea de gatas y terminaría mal –para ella- Miré a la señora Verner, ¿qué tenía esa pañoleta? Volví a suspirar, sería una noche larga, muy larga. Señora Verner, este Icksen no debería meter su nariz en nada que no sea su noviecita, porque parece muy mal atendida. No se quién es esta “Delilah” pero yo no he estado en los bosques del este desde hace… años. Si necesita pruebas, vaya a la mansión de la condesa, que resulto ser yo, y pregunte. Por lo demás, no se de qué habla. Ahora, si me disculpan, creo que tendré que retirarme porque fuera hay ciertos personajes vampíricos que quieren mi cabeza.
Me dispuse a buscar la puerta de atrás para salir, cuando alguien más entró en la botica. Detuve en seco mis acciones al escuchar el saludo -No cierres la puerta que he abierto yo- oh oh… no no -Siempre quise decir eso. ¿Woodpecker? ¿Condesa Greenwood? la voz de otro loco. Me giré lentamente, sentía que los pelos de mi espalda se paraban. Era raro escuchar ese nuevo título, casi que estaba más acostumbrada que me señalaran con el dedo y me gritaran asesina y cosas así. - Mi capullito de Alelí, mira con quién me he encontrado…- el señor Vernon. No me gustaba el señor Vernon. Estaba igual de viejo que su mujer, pero estaba fornido, había sido un leñador y ahora era un fiel creyente de los rezos de mi Amy. Hasta luego murmuré, ignorando al elfo recién llegado, parecía un elfo malo haciendo entradas bobas y de mal gusto. Seguro que venía de parte de los que querían verme muerta.
Apoyé mis manos sobre la vieja madera que costó en moverse, seguramente hacía años que no era usada. -Yo no iría por allí- miré al elfo, que ya se había acomodado como si estuviera en su casa. En una mano la taza que yo había estado usando, se miraba las uñas de la otra mano mientras sostenía con ella una galleta, haciéndose el interesante. Miré al señor Vernon y él se encogió de hombros asintiendo.
Off: No tengo nada planeado, Will no se puede tocar, el resto es todo suyo
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
- La humanidad se basa en juzgar sin conocer, eso es lo que nos mantiene vivos. Si te acercas a conocer luego te apuñalan, sacan tus tripas, las usan como comida para los cerdos y finalmente bailan sobre tu triste y frío cadáver. - Sufrí un escalofrío de tan solo pensarlo, mis pensamientos siempre estaban bien justificados. - Perturbador.
Mis pensamientos no demoraron en demostrar que tenía razón, la niña que parecía tan inocente coloca una flecha en su arco y me apunta directo a mí, obviamente quería acabar con el sujeto que había descubierto el oscuro y turbio plan de aquel grupo. Levanté la mano que no me sujetaba Genevive, quizá con suerte podía salvarme... aunque ya Genevive se estaba abalanzando sobre la niña.
- ¡Genevive, no! - Tuve que apresurarme y rodear a la joven con un brazo por el cuello, inmovilizándola evitando que el conflicto fuese a peor. - ¿No aprendiste nada de morder niños? No se hace... ¡Y menos si me apuntan con una flecha!
- ¡Pero ella querer hacerle daño!
-¿Y crees que abalanzándote sobre ella va a decir "Oh, pero que sujetos tan amables, mejor les dejo los ojos"?
-¿No? - El cuerpo de Genevive volvía a perder su pose agresiva, pero aún así seguía ciertamente tensa.
- Por supuesto que no. - Terminé de soltarla y pasé las manos mi ropa con cuidado. - Deben disculparla... la verdad es que, aún queremos vivir... o al menos yo. Y no, no siento haber matado a una ardilla si a eso te refieres brazo peludo, soy un cazador y necesito comer... y las ardillas caen muy fácil en mis trampas, saben a conejo.
Había estado tan ocupado tratando de mantenerme con vida que había dejado pasar un detalle súper importante del momento, el rubio estaba muerto en una silla "¡Lo mataron!" Pasé las manos por mi rostro tratando de ocultar el horror que sentía, el té definitivamente estaba envenenado "¡Y lo usaron para asesinar a uno de los suyos!" Iba a abrir la boca para gritar y terminar de re-afirmar mis teorías, solo que justo cuando me preparaba para gritar el rubio reaccionó diciendo cosas sin sentido. Suspiré y sequé el sudor de mi frente, agradecía haberme dado cuenta tarde de aquello o posiblemente hubiese metido la pata muy feo.
- ¿No debo meter mis narices? - Me acerqué a la pañoleta y la sostuve frente a mí. - Eso significa que si significa algo... y si la conseguí en el rastro, debo meter mis narices ¿Están seguro que ustedes no son bandidos?
La peluda por fin se dignó a contestar mis dudas, aunque era obvio que la mujer usaba cierto tono hostil , que persona más arisca. Lo importante del asunto es que afirmaba no haber estado en los bosques del este desde hace mucho tiempo, además de que era una especie de condesa, eso explicaba su actitud y su forma de ser "La nobleza siempre resulta... peculiar."
- Primero que nada, lo más importante antes que nada. Esta mujer no es mi novia... es un parasito fuera de mi cuerpo. - Dije refiriéndome a Genevive, aunque como de costumbre a ella le pareció dar igual. - Segundo, Delilah es una gran ¿Amiga? Solo tres personas sabemos de ella y su ubicación... luego de ayudarla ha estado en el bosque, por eso me preocupa que alguien nada confiable ronde por allí ¿Por qué otra razón seguiría un rastro hasta el oeste?
Por suerte la peluda ya parecía irse, solo que nuevos integrantes la detuvieron antes de que lograra retirarse, parecía ser un sujeto algo peculiar, a este lo acompañaba un sujeto mayor, quizá con la suficiente fuerza para dejarme tendido con solo un golpe... y parecía ser que la mujer era la pareja de este "Oh Dioses, espero que no le recuerde mi chiste... todo menos eso." La de cabello blanco intentó retirarse pero los recién llegados le dijeron que era mala idea, que curioso resultaba aquello.
- ¿Qué hay de especial por allí? - Pregunté dejándome llevar por la curiosidad, dejando la tela nuevamente en el mostrador.
- Hay vampiros, obviamente. - Aquella voz era nueva ¿Acaso no dejaría de llegar gente? Pronto me empezaría a sentir claustrofóbico en aquel sitio. - Es una respuesta algo obvia ¿No es así? - El propietario de la voz se manifestó desde las sombras, pareciera que estas iban abandonando lentamente su cuerpo ¿Acaso estaba escondido con ellas? - Y suena muy lógico, tomando en cuenta los muchos que te tienen odio, condesa.- Era un sujeto de cabello blanco, extrañamente todo su atuendo era negro y tenía toques rojos, lo resaltante en él era la espada que cargaba envainada en la espalda, esta medía más de un metro y lo otro peculiar tal vez esa cicatriz que le cruzaba por él ojo. - Es una lástima que nadie haya sido inteligente de poner un precio sobre tu cabeza todavía, pero pronto lo harán, y puede que nos veamos de nuevo. - El sujeto le sonrió a la tal Woodpecker, jalandole una mejilla.
- Señor Candau... ¿Quién ser ese?
- No sé, Genevive... pero ciertamente me da una mala espina, creo que este si no dudaría en sacarnos los ojos.
- ¿El sujeto sin lengua? Vaya que sorpresa, ahora tienes lengua, tu cabeza si tuvo precio un tiempo... pero estaba muy ocupado como para buscarte. - El tipo era extraño ¿Quien rayos era y por qué hablaba así? - Tú también tienes suerte.
- No me toques la cara... es extraño. - Dije apresurándome antes de que el desconocido acercara una de sus manos enguantadas a mí.
- No pensaba hacerlo.
-¿Qué quieres ahora Alex?
- Alexander, recuerde que ya no puede usar su diminutivo de cariño. - El sujeto se acercó hasta el mostrador y apoyó ambos brazos sobre este, sonriéndole a la señora mayor. - Pues verá señora Vernom, vi que tenía una reunión muy importante y me sentí muy ofendido de no ser invitado. Después de tanto tiempo fuera, merecía una reunión por mi regreso y al parecer aquí está. - Aquel extraño se giró para contemplar a los presentes, extendiendo los brazos al frente. - Aunque me incomoda un poco mi regalo... ¿Por qué querría esto? - Dijo levantando el pedazo de tela con el logo. - Los sujetos de este clan son unos imbéciles.
- Alexander se supone que...
- Que son unos vampiros idiotas. - Dijo el hombre de cabello blanco con cierto disgusto.
Ciertamente me incomodaba la presencia de este pero al parecer él sabía algo de lo que buscaba, aclaré mi garganta un poco tratando de llamar la atención de este, que al parecer dio resultado.
- ¿Conoce algo de... ese clan?
- Más de lo que quisiera, chico ¿Acaso quieres información? - Este sonrió dejando al descubierto un pal de colmillos, si era un vampiro eso explicaba como sabía de otros. - No tengas miedo, hoy estoy de humor, no pediré dinero ni comida a cambio.
- Pues... quiero saber quiénes son.
- Creí que ya lo había dicho. - El vampiro resopló negando con la cabeza. - Son unos imbéciles, pero seré gentil y me expandiré. Son unos imbéciles peligrosos para idiotas como ustedes, trabajan con cosas peculiares, por ejemplo mientras que su amigo el rubio allí sentado .- Dijo señalando al sujeto ancestral. - Hacía un alboroto en la plaza por un simple ladrón, eso le proporcionó suficiente tiempo a un escuadrón que tomó esa distracción y transporto varios... rehenes, prisioneros, como quieran llamarles a las catacumbas. Posiblemente esa gente muera pronto y sirva como comida, nunca se sabe. - El de cabello blanco se encogió y luego aplaudió lentamente. - Bravo por nuestro héroe, salvó unas monedas pero asesinó al menos a 12 personas, brindemos por él. - Este sujeto río y le revolvió el cabello a la pequeña elfa, soltando la tela en las manos de esta. - No cierres los ojos pequeñita, o puede que sean 12 personas y una dulce chica de orejas puntiagudas. - Una última risa vino por parte del desconocido y finalmente este se esfumó junto a las sombras, desapareciendo tal como había llegado.
- ¿Soy el único que siente algo en la garganta? Algo como... nueces.
Mis pensamientos no demoraron en demostrar que tenía razón, la niña que parecía tan inocente coloca una flecha en su arco y me apunta directo a mí, obviamente quería acabar con el sujeto que había descubierto el oscuro y turbio plan de aquel grupo. Levanté la mano que no me sujetaba Genevive, quizá con suerte podía salvarme... aunque ya Genevive se estaba abalanzando sobre la niña.
- ¡Genevive, no! - Tuve que apresurarme y rodear a la joven con un brazo por el cuello, inmovilizándola evitando que el conflicto fuese a peor. - ¿No aprendiste nada de morder niños? No se hace... ¡Y menos si me apuntan con una flecha!
- ¡Pero ella querer hacerle daño!
-¿Y crees que abalanzándote sobre ella va a decir "Oh, pero que sujetos tan amables, mejor les dejo los ojos"?
-¿No? - El cuerpo de Genevive volvía a perder su pose agresiva, pero aún así seguía ciertamente tensa.
- Por supuesto que no. - Terminé de soltarla y pasé las manos mi ropa con cuidado. - Deben disculparla... la verdad es que, aún queremos vivir... o al menos yo. Y no, no siento haber matado a una ardilla si a eso te refieres brazo peludo, soy un cazador y necesito comer... y las ardillas caen muy fácil en mis trampas, saben a conejo.
Había estado tan ocupado tratando de mantenerme con vida que había dejado pasar un detalle súper importante del momento, el rubio estaba muerto en una silla "¡Lo mataron!" Pasé las manos por mi rostro tratando de ocultar el horror que sentía, el té definitivamente estaba envenenado "¡Y lo usaron para asesinar a uno de los suyos!" Iba a abrir la boca para gritar y terminar de re-afirmar mis teorías, solo que justo cuando me preparaba para gritar el rubio reaccionó diciendo cosas sin sentido. Suspiré y sequé el sudor de mi frente, agradecía haberme dado cuenta tarde de aquello o posiblemente hubiese metido la pata muy feo.
- ¿No debo meter mis narices? - Me acerqué a la pañoleta y la sostuve frente a mí. - Eso significa que si significa algo... y si la conseguí en el rastro, debo meter mis narices ¿Están seguro que ustedes no son bandidos?
La peluda por fin se dignó a contestar mis dudas, aunque era obvio que la mujer usaba cierto tono hostil , que persona más arisca. Lo importante del asunto es que afirmaba no haber estado en los bosques del este desde hace mucho tiempo, además de que era una especie de condesa, eso explicaba su actitud y su forma de ser "La nobleza siempre resulta... peculiar."
- Primero que nada, lo más importante antes que nada. Esta mujer no es mi novia... es un parasito fuera de mi cuerpo. - Dije refiriéndome a Genevive, aunque como de costumbre a ella le pareció dar igual. - Segundo, Delilah es una gran ¿Amiga? Solo tres personas sabemos de ella y su ubicación... luego de ayudarla ha estado en el bosque, por eso me preocupa que alguien nada confiable ronde por allí ¿Por qué otra razón seguiría un rastro hasta el oeste?
Por suerte la peluda ya parecía irse, solo que nuevos integrantes la detuvieron antes de que lograra retirarse, parecía ser un sujeto algo peculiar, a este lo acompañaba un sujeto mayor, quizá con la suficiente fuerza para dejarme tendido con solo un golpe... y parecía ser que la mujer era la pareja de este "Oh Dioses, espero que no le recuerde mi chiste... todo menos eso." La de cabello blanco intentó retirarse pero los recién llegados le dijeron que era mala idea, que curioso resultaba aquello.
- ¿Qué hay de especial por allí? - Pregunté dejándome llevar por la curiosidad, dejando la tela nuevamente en el mostrador.
- Hay vampiros, obviamente. - Aquella voz era nueva ¿Acaso no dejaría de llegar gente? Pronto me empezaría a sentir claustrofóbico en aquel sitio. - Es una respuesta algo obvia ¿No es así? - El propietario de la voz se manifestó desde las sombras, pareciera que estas iban abandonando lentamente su cuerpo ¿Acaso estaba escondido con ellas? - Y suena muy lógico, tomando en cuenta los muchos que te tienen odio, condesa.- Era un sujeto de cabello blanco, extrañamente todo su atuendo era negro y tenía toques rojos, lo resaltante en él era la espada que cargaba envainada en la espalda, esta medía más de un metro y lo otro peculiar tal vez esa cicatriz que le cruzaba por él ojo. - Es una lástima que nadie haya sido inteligente de poner un precio sobre tu cabeza todavía, pero pronto lo harán, y puede que nos veamos de nuevo. - El sujeto le sonrió a la tal Woodpecker, jalandole una mejilla.
- Señor Candau... ¿Quién ser ese?
- No sé, Genevive... pero ciertamente me da una mala espina, creo que este si no dudaría en sacarnos los ojos.
- ¿El sujeto sin lengua? Vaya que sorpresa, ahora tienes lengua, tu cabeza si tuvo precio un tiempo... pero estaba muy ocupado como para buscarte. - El tipo era extraño ¿Quien rayos era y por qué hablaba así? - Tú también tienes suerte.
- No me toques la cara... es extraño. - Dije apresurándome antes de que el desconocido acercara una de sus manos enguantadas a mí.
- No pensaba hacerlo.
-¿Qué quieres ahora Alex?
- Alexander, recuerde que ya no puede usar su diminutivo de cariño. - El sujeto se acercó hasta el mostrador y apoyó ambos brazos sobre este, sonriéndole a la señora mayor. - Pues verá señora Vernom, vi que tenía una reunión muy importante y me sentí muy ofendido de no ser invitado. Después de tanto tiempo fuera, merecía una reunión por mi regreso y al parecer aquí está. - Aquel extraño se giró para contemplar a los presentes, extendiendo los brazos al frente. - Aunque me incomoda un poco mi regalo... ¿Por qué querría esto? - Dijo levantando el pedazo de tela con el logo. - Los sujetos de este clan son unos imbéciles.
- Alexander se supone que...
- Que son unos vampiros idiotas. - Dijo el hombre de cabello blanco con cierto disgusto.
Ciertamente me incomodaba la presencia de este pero al parecer él sabía algo de lo que buscaba, aclaré mi garganta un poco tratando de llamar la atención de este, que al parecer dio resultado.
- ¿Conoce algo de... ese clan?
- Más de lo que quisiera, chico ¿Acaso quieres información? - Este sonrió dejando al descubierto un pal de colmillos, si era un vampiro eso explicaba como sabía de otros. - No tengas miedo, hoy estoy de humor, no pediré dinero ni comida a cambio.
- Pues... quiero saber quiénes son.
- Creí que ya lo había dicho. - El vampiro resopló negando con la cabeza. - Son unos imbéciles, pero seré gentil y me expandiré. Son unos imbéciles peligrosos para idiotas como ustedes, trabajan con cosas peculiares, por ejemplo mientras que su amigo el rubio allí sentado .- Dijo señalando al sujeto ancestral. - Hacía un alboroto en la plaza por un simple ladrón, eso le proporcionó suficiente tiempo a un escuadrón que tomó esa distracción y transporto varios... rehenes, prisioneros, como quieran llamarles a las catacumbas. Posiblemente esa gente muera pronto y sirva como comida, nunca se sabe. - El de cabello blanco se encogió y luego aplaudió lentamente. - Bravo por nuestro héroe, salvó unas monedas pero asesinó al menos a 12 personas, brindemos por él. - Este sujeto río y le revolvió el cabello a la pequeña elfa, soltando la tela en las manos de esta. - No cierres los ojos pequeñita, o puede que sean 12 personas y una dulce chica de orejas puntiagudas. - Una última risa vino por parte del desconocido y finalmente este se esfumó junto a las sombras, desapareciendo tal como había llegado.
- ¿Soy el único que siente algo en la garganta? Algo como... nueces.
Fredericksen
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Si lo mato habrá demasiada sangre... Bueno, pues la verdad es que tiene un poco de razón... Comienzo a destensar el arco, pero acto seguido la acompañante del asesino de ardillas hace amago de abalanzarse sobre mí, por lo que vuelvo a tensar y apuntar al ojo de su amorcito. Por suerte para la visión espacial de Fred y para el suelo de la botica el hombre detuvo a la muchacha a tiempo. Como aparentemente se ha calmado la situación guardo el arco y la flecha y me doy un pequeño paseo por la tienda, quien sabe, tal vez la anciana guarde galletas en algún recóndito y secreto lugar. Miro hacia el chico rubio, parece estar haciendo cosas raras, me encojo de hombros y sigo abriendo cajones tras el mostrador.
La vampiro-licántropa se acerca, deja su taza de té delante de mi cara y parece dispuesta a marcharse del lugar. Entra una persona más, esto se está llenando de gente, no me gusta, por estadística pura alguno tiene que ser un vampiro... Me da un escalofrío con solo pensarlo. El nuevo individuo se dirige a mi escalofriante y poderosa amiga, parece que se llama Woodpecker Greenwood. Wood estará bien como nombre, supongo. No me gusta ese hombre, parece que trama algo turbio y que tiene que ver con Wood... Bueno, seguro que alguien tan poderoso sabe defenderse de un hombre así.
Me acerco un poco a Wood, no quiero que me deje sola entre toda esta gente tan extraña. Pero grande es mi suerte cuando aparece otra persona más, ¿qué está pasando aquí?¿dónde te has metido ahora Jeannie? El hombre comienza a deambular de un lado a otro, diciendo cosas que no logro comprender. Aunque mirando alrededor noto a todos un poco tensos. Aunque si bien es cierto es normal que haya tensión cuando alguien aparece de la nada y... Un momento, si ha aparecido de la nada significa que... Vampiro. Tiemblo levemente y me pego un poquito más a Wood. Se acerca a mi, como si fuera la persona más poderosa del continente y pudiera moverse a gusto en cualquier situación. Me revuelve el pelo y me suelta en las manos la tela que había traído Fred. Me amenaza antes de desaparecer tal como ha llegado. Suspiro.
Me pego un poco más a Wood y le susurro.
- ¿Puedo ir contigo Wood? -La miro con carita de pena. -Nunca había conocido a una vampira-licántropa y esto está siendo todo demasiado extraño, allá por Sandorai no ocurren este tipo de cosas tan locas.
Me relajo un poco porque mientras el hombre de negro y cabellos blancos rondaba por la botica vi por el rabillo del ojo unos pequeños dulces tapados con una tela que no me explico cómo, han terminado envueltas en el trapo que trajo Fred y que ahora obra en mi poder.
La vampiro-licántropa se acerca, deja su taza de té delante de mi cara y parece dispuesta a marcharse del lugar. Entra una persona más, esto se está llenando de gente, no me gusta, por estadística pura alguno tiene que ser un vampiro... Me da un escalofrío con solo pensarlo. El nuevo individuo se dirige a mi escalofriante y poderosa amiga, parece que se llama Woodpecker Greenwood. Wood estará bien como nombre, supongo. No me gusta ese hombre, parece que trama algo turbio y que tiene que ver con Wood... Bueno, seguro que alguien tan poderoso sabe defenderse de un hombre así.
Me acerco un poco a Wood, no quiero que me deje sola entre toda esta gente tan extraña. Pero grande es mi suerte cuando aparece otra persona más, ¿qué está pasando aquí?¿dónde te has metido ahora Jeannie? El hombre comienza a deambular de un lado a otro, diciendo cosas que no logro comprender. Aunque mirando alrededor noto a todos un poco tensos. Aunque si bien es cierto es normal que haya tensión cuando alguien aparece de la nada y... Un momento, si ha aparecido de la nada significa que... Vampiro. Tiemblo levemente y me pego un poquito más a Wood. Se acerca a mi, como si fuera la persona más poderosa del continente y pudiera moverse a gusto en cualquier situación. Me revuelve el pelo y me suelta en las manos la tela que había traído Fred. Me amenaza antes de desaparecer tal como ha llegado. Suspiro.
Me pego un poco más a Wood y le susurro.
- ¿Puedo ir contigo Wood? -La miro con carita de pena. -Nunca había conocido a una vampira-licántropa y esto está siendo todo demasiado extraño, allá por Sandorai no ocurren este tipo de cosas tan locas.
Me relajo un poco porque mientras el hombre de negro y cabellos blancos rondaba por la botica vi por el rabillo del ojo unos pequeños dulces tapados con una tela que no me explico cómo, han terminado envueltas en el trapo que trajo Fred y que ahora obra en mi poder.
Irinnil Fawkes
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
- Con ese pensamiento, claro que vas a acabar así. - Le dije al hombre de capucha, desconfiado. Las cosas se estaban volviendo extrañas, al igual que la gente de la sala. Gente que no era mi tipo, ninguno era bueno. Solo en Feith podía confiar. Y hablando de Feith, ahora uno se entera que es condesa. La gente de clase alta es muy avariciosa, pero Feith había demostrado lo contrario.
Las cosas tornaron diferente... muy diferente. Llego un vampiro, un vampiro muy bien entrenado, o al menos eso pensé, pero este tal vampiro tuvo el descaro de tocar a Feith, iba a ser su fin, pero si me enfrentaba a el y me vencía, dejaba en una mala posición a mis compañeros, lo máximo que pude hacer fue ponerme al lado de Feith.
Pero, algo cambio, algo que no quería escuchar... y es que, ¿realmente me lo merecía?. 12 personas capturadas, y a punto de ser aniquiladas o ya están muertas, todo por un alboroto que arme por un ladrón... yo solo quería hace el bien, quería ayudar a mejorar las cosas, no empeorarlas.
¿Por que me castigaban los ancestrales?, ¿que hice mal?. Esto fue obra del dragón oscuro, podía sentirlo, el sueño y ahora esto no es coincidencia, tenia que hacer algo, y no iba a esperar a que todos se pongan de acuerdo por un problema mio. Yo lo cause, yo lo arreglo. 12 personas dependían de mi, no iba a rendirme sin intentar salvarlas. Y si mi vida era el costo, lo aceptaba.
Mire a todos en la sala, el vampiro pareció esfumarse. No podía sonreír, no... no ahora. No podía permitirme ser bueno, no ahora. La única cara que tenia que salir ahora, la única personalidad, era la justicia. Mire a todos, y me acerque a la puerta - Con ustedes o sin ustedes, no pienso dejar que 12 personas mueran por mi error. Yo voy a dirigirme a las catacumbas. - Abrí la puerta, y procedí a irme del lugar, sin importarme si estaba lleno de vampiros, o de hombres lobos, o de oscuridad.
No podía dejar de pensar en el hombre que me echaba todo en cara, ¿el había hecho algo para evitar eso?, brindemos por el, claro campeón. Tan entrenado, y desperdiciando sus habilidades para hacer entradas y ser inútil, bien hecho señor vampiro. Pero no era momento de enojarse, era momento de concentrarse. Hora de ir a las catacumbas. Estaba llegando, me acerque a la entrada, y me arrodille, saque mi espada y la clave delante mio, apoyando mi frente en ella.
[Idioma Dragón] Dovah do kun, zu'u fen dreh zeydaan, voth hi uv vothni hi, lig, kog zey, ahrk frolaaz zey fah dii tozein. .. zu'u praag hi, nu.
Ahora, con la aprobación de los ancestrales o no, estaba listo para dirigirme adentro, con los demás o sin los demás.
Me levante del suelo y guarde mi espada, sabia que no iba a poder enfrentarme a toda una banda, pero quizá podía causar algo que haga que los demás puedan escapar, ahora es cuando un compañero venia perfecto, y es cuando me empece a preguntar si realmente necesitaba un discípulo, alguien que quiera luchar contra el crimen igual que yo, alguien dispuesto y sin miedo a enfrentarse a la oscuridad, sin importar religión o raza, todos estamos del mismo lado contra la oscuridad.
¿Pero a quien iba a entrenar?, apenas sabia manejar la espada, y a menos que sea otro dragón, nadie se transforma en dragón. Primero necesitaba aprender yo, necesitaba alguien que me enseñe... pero en otro momento iba a encargarme de eso, se estaba haciendo tarde, y tenia que entrar.
Las cosas tornaron diferente... muy diferente. Llego un vampiro, un vampiro muy bien entrenado, o al menos eso pensé, pero este tal vampiro tuvo el descaro de tocar a Feith, iba a ser su fin, pero si me enfrentaba a el y me vencía, dejaba en una mala posición a mis compañeros, lo máximo que pude hacer fue ponerme al lado de Feith.
Pero, algo cambio, algo que no quería escuchar... y es que, ¿realmente me lo merecía?. 12 personas capturadas, y a punto de ser aniquiladas o ya están muertas, todo por un alboroto que arme por un ladrón... yo solo quería hace el bien, quería ayudar a mejorar las cosas, no empeorarlas.
- Música (?:
¿Por que me castigaban los ancestrales?, ¿que hice mal?. Esto fue obra del dragón oscuro, podía sentirlo, el sueño y ahora esto no es coincidencia, tenia que hacer algo, y no iba a esperar a que todos se pongan de acuerdo por un problema mio. Yo lo cause, yo lo arreglo. 12 personas dependían de mi, no iba a rendirme sin intentar salvarlas. Y si mi vida era el costo, lo aceptaba.
Mire a todos en la sala, el vampiro pareció esfumarse. No podía sonreír, no... no ahora. No podía permitirme ser bueno, no ahora. La única cara que tenia que salir ahora, la única personalidad, era la justicia. Mire a todos, y me acerque a la puerta - Con ustedes o sin ustedes, no pienso dejar que 12 personas mueran por mi error. Yo voy a dirigirme a las catacumbas. - Abrí la puerta, y procedí a irme del lugar, sin importarme si estaba lleno de vampiros, o de hombres lobos, o de oscuridad.
No podía dejar de pensar en el hombre que me echaba todo en cara, ¿el había hecho algo para evitar eso?, brindemos por el, claro campeón. Tan entrenado, y desperdiciando sus habilidades para hacer entradas y ser inútil, bien hecho señor vampiro. Pero no era momento de enojarse, era momento de concentrarse. Hora de ir a las catacumbas. Estaba llegando, me acerque a la entrada, y me arrodille, saque mi espada y la clave delante mio, apoyando mi frente en ella.
[Idioma Dragón] Dovah do kun, zu'u fen dreh zeydaan, voth hi uv vothni hi, lig, kog zey, ahrk frolaaz zey fah dii tozein. .. zu'u praag hi, nu.
Ahora, con la aprobación de los ancestrales o no, estaba listo para dirigirme adentro, con los demás o sin los demás.
- Traducción del dragón:
- Dragón de la luz, voy a hacer justicia, contigo o sin ti. Por favor, bendíceme, y perdóname por mis errores... te necesito, ahora.
Me levante del suelo y guarde mi espada, sabia que no iba a poder enfrentarme a toda una banda, pero quizá podía causar algo que haga que los demás puedan escapar, ahora es cuando un compañero venia perfecto, y es cuando me empece a preguntar si realmente necesitaba un discípulo, alguien que quiera luchar contra el crimen igual que yo, alguien dispuesto y sin miedo a enfrentarse a la oscuridad, sin importar religión o raza, todos estamos del mismo lado contra la oscuridad.
¿Pero a quien iba a entrenar?, apenas sabia manejar la espada, y a menos que sea otro dragón, nadie se transforma en dragón. Primero necesitaba aprender yo, necesitaba alguien que me enseñe... pero en otro momento iba a encargarme de eso, se estaba haciendo tarde, y tenia que entrar.
Rakan'Drag
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Sentí que se me dibujaba la típica sonrisa invertida, no quería escuchar nada de aquello. Quería imaginar que ese elfo no estaba allí, con sus botas sobre la silla, comiendo una galleta de una forma tan poco educada que parecía un elfo criado en una piara de cerdos y que no me estaba mirando, con unos ojos perturbadoramente observantes. Tampoco quería seguir escuchando al Icksen ese en sus desvaríos, había llamado “parásito” a su novia y ella parecía estar bien con aquello. Y mucho menos, quería prestar oídos a las palabras del vampiro de las sombras. ¿Quién no me odia? me pregunté irónicamente, encogiéndome de hombros. No estaba dando información precisamente nueva. Lo importante en ese momento, era saber de qué lado estaba, porque a juzgar por esa espada, debía ser medianamente fuerte.
El tipo me tocó con sus asquerosamente frías manos, al parecer no se enteraba que era verano, o tal vez, sus costosas ropas con estilo tenían ese efecto sobre él. En ese momento la sala me pareció absurdamente pequeña y extremadamente apretada. “Paz, amor y felicidad, es sólo un momento Wood” dije para mis fueros internos, tratando de que mi ya estirada paciencia, no se acabara en ese momento. Vi cómo Rakan se aproximaba a mi lado para apoyarme, ese chico era confiable. Le sostuve la mirada al vampiro ¡Jum! Ya veremos fue lo único que me salió en ese momento. Podía sentir que el lobo estaba listo para salir y atacar, pero no era el momento, tenía que resistir un poco más. Miré al elfo, parecía que estaba animado mirando una obra de teatro y se llevó dramáticamente las manos a la boca cuando este Alexander resultó ser conocido de la señora Vernon.
No dejé de notar como Jeannie se había acercado a mí, me sentía como una gallina con sus pollitos y era responsables de ellos dos ahora, porque ellos eran forasteros en un pueblo que se dividía en dos: o estaban conmigo o en mi contra. Ellos serían presa fácil, ya no me sentía tranquila en la botica de la señora Vernon. Le puse una mano en el hombro a la elfa y asentí, estaba preocupada por lo que estaba diciendo el vampiro, mis ojos estaban clavados en él. Por un segundo me desconcentré y me obligué a mirar a la jovencita ¿Vampiro licántropa? sonreí, nunca lo había visto de esa forma… era una perspectiva interesante, aunque estaba segura de que la chica no se refería a mi status sentimental o político.
No soy un vampiro Jeannie, soy un licántropo. No puedes ser las dos cosas al mismo tiempo y sí, todo esto es extraño, será mejor estar alertas advertí, volviendo a poner toda mi atención en el resto del intercambio. Sabía que Rakan era un muchacho responsable y la forma en la que el estúpido vampiro lanzó la información fue con segundas intenciones. Me apresuré a ir a su lado, ahora sí lo había perdido, le iba a quebrar la columna por la mitad, pero el desgraciado desapareció con la ayuda de sus sombritas. - Yo siento sed-. El elfo parecía que estaba allí solo para crisparme los nervios. ¿Qué no fue suficiente…? comencé a recriminarle, pero me callé cuando vi la expresión de Rak y escuché sus palabras.
Ese muchacho era un suicida, pero sobre todo ¡un ingrato! Se fue así como así, sin esperar a nadie. Yo sabía que no se podía perder el tiempo, pero irse así, sin conocer el terreno. Suspiré y miré a Jeannie. Las catacumbas de Sacrestic no son como las de Lunargenta. Ni siquiera sé si clasifican como catacumbas… Son una serie de pasillos estrechos que dan a una serie de salas de enterramiento. No veo dónde puedan tener a doce personas… esto suena tan sospechoso… supongo que el único lugar podría ser la fosa común de los pecadores arrugué la nariz. Ese asunto era tan turbio… Rakan se había precipitado demasiado por sólo un rumor. -¿Y qué hará la distinguida y muy perseguida condesa de Sacrestic?-
Tenía que ser el elfo apreté los dientes y levanté la vista para mirarlo. ¿Vas a venir? Tal vez necesitemos alimento para vampiros le devolví el golpe. Miré a Jeannie Esto va a ser peligroso le adelanté estirando mis extremidades. Me quité el tapado y se lo di a la elfina Voy a necesitar eso, espero que puedas llevarlo por mí ¿cuidando que lo que tiene en los bolsillos no se pierda? me metí tras el mostrador y finalmente dejé que el lobo saliera, rompiendo el resto de mi ropa con él “Ahí va otro juego de ropa” pensé, ignorando al elfo que se había puesto en pie. Estiró una mano como para tocarme y le tiré una mordida. -Tranquila, sooo…sooo- sentí que me bajaba un escalofrío. Salté hacia la puerta y me puse en mi modo alfa*.
No fue difícil seguir el rastro de Rakan, el problema eran esas miradas llenas de sed de sangre y sus intentos obvios de querer matarme en mi camino. Llegué justo a tiempo antes de que Rak entrara allí. Aullé para llamar su atención y di un salto para evitar que entrase allí solo. Respiré profundamente y volví a mi forma humana. ¿Estás loco? ¡Es peligroso! ¡Siquiera espera a estar con alguien más! Hay pasillos tan estrechos que sólo se puede pasar de costado y pegados a la pared. ¿Qué tal si te atrapan allí? Estaba que le daba un zape. ¿Qué esperas? ¡Entremos! No puede ser peor que estar desnuda esperando a que me den caza los vampiros que quieren mi cabeza esta vez era yo la urgida.
- No se anda con rodeos…
Observé de soslayo a la elfa joven. De pertenecer a otra raza le hubiera tendido la mano, pero tenía una expresión tan similar a mismalvadas hermanas que me acomodé la capa y miré a la pareja de tortolos. - En fin… creo que iré a ver cómo sigue toda esta historia. La condesa Bradbury no va a estar contenta si pierde a su mascota, o eso me han dicho- me troné los huesos de la espalda y comencé a caminar hacia la dirección del cementerio. Las catacumbas debían estar cerca de allí, tal vez. Miré el suelo, mejor sería seguir las huellas de un lobo gigante. Sonreí, era mi noche de suerte.
El tipo me tocó con sus asquerosamente frías manos, al parecer no se enteraba que era verano, o tal vez, sus costosas ropas con estilo tenían ese efecto sobre él. En ese momento la sala me pareció absurdamente pequeña y extremadamente apretada. “Paz, amor y felicidad, es sólo un momento Wood” dije para mis fueros internos, tratando de que mi ya estirada paciencia, no se acabara en ese momento. Vi cómo Rakan se aproximaba a mi lado para apoyarme, ese chico era confiable. Le sostuve la mirada al vampiro ¡Jum! Ya veremos fue lo único que me salió en ese momento. Podía sentir que el lobo estaba listo para salir y atacar, pero no era el momento, tenía que resistir un poco más. Miré al elfo, parecía que estaba animado mirando una obra de teatro y se llevó dramáticamente las manos a la boca cuando este Alexander resultó ser conocido de la señora Vernon.
No dejé de notar como Jeannie se había acercado a mí, me sentía como una gallina con sus pollitos y era responsables de ellos dos ahora, porque ellos eran forasteros en un pueblo que se dividía en dos: o estaban conmigo o en mi contra. Ellos serían presa fácil, ya no me sentía tranquila en la botica de la señora Vernon. Le puse una mano en el hombro a la elfa y asentí, estaba preocupada por lo que estaba diciendo el vampiro, mis ojos estaban clavados en él. Por un segundo me desconcentré y me obligué a mirar a la jovencita ¿Vampiro licántropa? sonreí, nunca lo había visto de esa forma… era una perspectiva interesante, aunque estaba segura de que la chica no se refería a mi status sentimental o político.
No soy un vampiro Jeannie, soy un licántropo. No puedes ser las dos cosas al mismo tiempo y sí, todo esto es extraño, será mejor estar alertas advertí, volviendo a poner toda mi atención en el resto del intercambio. Sabía que Rakan era un muchacho responsable y la forma en la que el estúpido vampiro lanzó la información fue con segundas intenciones. Me apresuré a ir a su lado, ahora sí lo había perdido, le iba a quebrar la columna por la mitad, pero el desgraciado desapareció con la ayuda de sus sombritas. - Yo siento sed-. El elfo parecía que estaba allí solo para crisparme los nervios. ¿Qué no fue suficiente…? comencé a recriminarle, pero me callé cuando vi la expresión de Rak y escuché sus palabras.
Ese muchacho era un suicida, pero sobre todo ¡un ingrato! Se fue así como así, sin esperar a nadie. Yo sabía que no se podía perder el tiempo, pero irse así, sin conocer el terreno. Suspiré y miré a Jeannie. Las catacumbas de Sacrestic no son como las de Lunargenta. Ni siquiera sé si clasifican como catacumbas… Son una serie de pasillos estrechos que dan a una serie de salas de enterramiento. No veo dónde puedan tener a doce personas… esto suena tan sospechoso… supongo que el único lugar podría ser la fosa común de los pecadores arrugué la nariz. Ese asunto era tan turbio… Rakan se había precipitado demasiado por sólo un rumor. -¿Y qué hará la distinguida y muy perseguida condesa de Sacrestic?-
Tenía que ser el elfo apreté los dientes y levanté la vista para mirarlo. ¿Vas a venir? Tal vez necesitemos alimento para vampiros le devolví el golpe. Miré a Jeannie Esto va a ser peligroso le adelanté estirando mis extremidades. Me quité el tapado y se lo di a la elfina Voy a necesitar eso, espero que puedas llevarlo por mí ¿cuidando que lo que tiene en los bolsillos no se pierda? me metí tras el mostrador y finalmente dejé que el lobo saliera, rompiendo el resto de mi ropa con él “Ahí va otro juego de ropa” pensé, ignorando al elfo que se había puesto en pie. Estiró una mano como para tocarme y le tiré una mordida. -Tranquila, sooo…sooo- sentí que me bajaba un escalofrío. Salté hacia la puerta y me puse en mi modo alfa*.
No fue difícil seguir el rastro de Rakan, el problema eran esas miradas llenas de sed de sangre y sus intentos obvios de querer matarme en mi camino. Llegué justo a tiempo antes de que Rak entrara allí. Aullé para llamar su atención y di un salto para evitar que entrase allí solo. Respiré profundamente y volví a mi forma humana. ¿Estás loco? ¡Es peligroso! ¡Siquiera espera a estar con alguien más! Hay pasillos tan estrechos que sólo se puede pasar de costado y pegados a la pared. ¿Qué tal si te atrapan allí? Estaba que le daba un zape. ¿Qué esperas? ¡Entremos! No puede ser peor que estar desnuda esperando a que me den caza los vampiros que quieren mi cabeza esta vez era yo la urgida.
* * * Versión de Will * * *
- No se anda con rodeos…
Observé de soslayo a la elfa joven. De pertenecer a otra raza le hubiera tendido la mano, pero tenía una expresión tan similar a mis
Off: Utilizo mi habilidad de alfa
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Al parecer las palabras del misterioso vampiro había alterado el ambiente, hasta Genevive parecía tener cierto nivel de miedo "Y bien merecido que se lo tiene" A decir verdad hasta yo había sentido temor a causa de aquel sujeto, la aparición de un vampiro era señal de mal augurio... no conocía al primero que diera buena suerte, ni un poco de suerte. La peluda parecía estar cuidando al sujeto ancestral y a la pequeña, era obvio que estos buscaban apoyo en ella o trataban de calmarla, por otro lado el elfo que llegó al final pareció disfrutar todo aquel asunto, era como un niño que hubiese visto un espectáculo de troupe.
El rubio que había sido acusado de asesinato indirecto fue el más afectado por lo visto, no demoró en tomar la decisión de ir al sitio señalado, con o sin compañía "Quiere una sentencia a muerte segura, es eso lo que busca." Aunque no iba a negar que yo hubiese tenido una reacción similar si me hubiesen culpado de un asesinato a gran escala.
Tras la partida del señor ancestral, la peluda procedió a explicar su punto de vista, todo aquel tiempo me dio la oportunidad de comer una galleta de la bandeja mientras me daba golpecitos con el dedo en la sien, era mucha información que procesar y entender un corto periodo de tiempo, hasta los datos de las dichosas catacumbas resultaban confusos. Genevive me sujetaba con fuerza el brazo izquierdo, pero no había tiempo para alejarla, primero debía pensar y luego sacudir a las garrapatas.
- Garrapatas. - Fue lo que susurré cuando la jabalí rompió sus ropas y se volvió un lobo, al parecer no era parte jabalí, era una licántropo. - Y rabia también. - Dije esta vez más alto luego de que la loba se fuera, por poco le había arrancado un dedo al elfo de un mordisco.
Limpié las migas de galleta en mi atuendo y me aparté nuevamente de la acosadora, ya con dos personas caminando a su sentencia de muerte no me quedaba más opción que tomar una decisión. Caminé hasta la pequeña que había quedado encargada de proteger parte del atuendo de la peluda, me coloque de cuclillas frente a esta mientras detenía a Genevive con la mirada, había leído las intenciones de la acosadora antes de que fuese tarde.
- Antes de que me escupas en un ojo... o lo apuñales, quiero decir que quizá no sea el sujeto más amable en este sitio... pero no es porque quiera, simplemente es por naturaleza. - Tomé la tela con el extraño logo de las manos de ella y la sacudí dejándole a la niña lo que había junto a esta. - El punto es, parece que a donde tus amigos fueron es peligroso. - Levante las manos antes de que la joven respondiera, por lo general la juventud tendía a protestar cuando le decían que no podían hacer algo. - No, no voy a decirte que es mala idea seguirlos, todo lo contrario. Puede que si la situación sea... peligrosa, necesiten ayuda y al parecer sabes cómo usar un arco, eso o sabes aparentar muy bien. - Me volví a parar recto y me estiré un poco, sabía muy bien lo que continuaba. - Por si no entiendes, lo que trato de decir... es que vengas a ayudar, claro, si quieres.
El tronar de huesos de elfo me hizo recordar la presencia de este en la sala, al parecer este también iría al sitio del problema "Supongo que entre más, mejor... solo que si sale algo mal los vampiros tendrán un súper banquete. " Me di un par de palmadas en las mejillas tratando de alejar toda idea negativa.
- Tú tú tú, quien sea que seas o como te llames, espera. - Dije levantando la voz y siguiendo al elfo.- - Voy contigo, el trapo este tiene algo que ver con todo este asunto y no me quedaré sin saber el motivo por el cual vengo siguiendo un rastro desde lejos.
- Y yo también ir.
- Creí que eso era tristemente obvio. - Respondí sacudiendo el brazo tratando de apartar a Genevive.
- Por cierto, me llamo Freder... Frede... Fredericksen. - Dije estirando la mano al desconocido, por primera vez debía ser alguien "normal". - Ella es Genevive y... OH NO, OLVIDÉ LA ARDILLA. - Palmeé mi frente y maldije por lo bajo, ya no tendría comida por un buen rato. El elfo al parecer se guiaba por las pisadas de la loba, si algo debía admitir es que en su forma peluda tenía la pata mucho más grande que antes. - ¿Acaso conoces a esa tal condesa? Daba impresión que la buscabas... aunque también me daba la impresión de que no se llevasen bien.
- Porque ella ser una tonta. - Refunfuñó la joven a mi lado.
- Genevive contra tú lenguaje.
Seguí los pasos con la mirada y no me sorprendió cuando vi a la distancia al rubio justiciero y su amiga peluda que ya no estaba tan peluda "Estos licántropos no sabes comportarse en los pueblos.." Negué con la cabeza mientras cruzaba los brazos, para ser una condesa le faltaban muchos modales al parecer.
- ¡Está desnuda!¡La mujer está desnuda!
- Lo sé Genevive, no soy ciego.
- ¿¡Usted la vio!?
- Te dije que no soy ciego, obviamente la vi, no es como si al quitarse la ropa ella desapareciera.
Genevive chilló y pasó las manos por su rostro, tuve que verla unos segundos tratando de comprender que sucedía, aquella mujer estaba cada vez más loca "Debo conseguir la forma de dejarla durmiendo." Lo que importaba ahora era terminar de llegar junto aquel par y saber cómo se procedería, meterse de cabeza en una zona peligrosa era... pues peligroso.
El rubio que había sido acusado de asesinato indirecto fue el más afectado por lo visto, no demoró en tomar la decisión de ir al sitio señalado, con o sin compañía "Quiere una sentencia a muerte segura, es eso lo que busca." Aunque no iba a negar que yo hubiese tenido una reacción similar si me hubiesen culpado de un asesinato a gran escala.
Tras la partida del señor ancestral, la peluda procedió a explicar su punto de vista, todo aquel tiempo me dio la oportunidad de comer una galleta de la bandeja mientras me daba golpecitos con el dedo en la sien, era mucha información que procesar y entender un corto periodo de tiempo, hasta los datos de las dichosas catacumbas resultaban confusos. Genevive me sujetaba con fuerza el brazo izquierdo, pero no había tiempo para alejarla, primero debía pensar y luego sacudir a las garrapatas.
- Garrapatas. - Fue lo que susurré cuando la jabalí rompió sus ropas y se volvió un lobo, al parecer no era parte jabalí, era una licántropo. - Y rabia también. - Dije esta vez más alto luego de que la loba se fuera, por poco le había arrancado un dedo al elfo de un mordisco.
Limpié las migas de galleta en mi atuendo y me aparté nuevamente de la acosadora, ya con dos personas caminando a su sentencia de muerte no me quedaba más opción que tomar una decisión. Caminé hasta la pequeña que había quedado encargada de proteger parte del atuendo de la peluda, me coloque de cuclillas frente a esta mientras detenía a Genevive con la mirada, había leído las intenciones de la acosadora antes de que fuese tarde.
- Antes de que me escupas en un ojo... o lo apuñales, quiero decir que quizá no sea el sujeto más amable en este sitio... pero no es porque quiera, simplemente es por naturaleza. - Tomé la tela con el extraño logo de las manos de ella y la sacudí dejándole a la niña lo que había junto a esta. - El punto es, parece que a donde tus amigos fueron es peligroso. - Levante las manos antes de que la joven respondiera, por lo general la juventud tendía a protestar cuando le decían que no podían hacer algo. - No, no voy a decirte que es mala idea seguirlos, todo lo contrario. Puede que si la situación sea... peligrosa, necesiten ayuda y al parecer sabes cómo usar un arco, eso o sabes aparentar muy bien. - Me volví a parar recto y me estiré un poco, sabía muy bien lo que continuaba. - Por si no entiendes, lo que trato de decir... es que vengas a ayudar, claro, si quieres.
El tronar de huesos de elfo me hizo recordar la presencia de este en la sala, al parecer este también iría al sitio del problema "Supongo que entre más, mejor... solo que si sale algo mal los vampiros tendrán un súper banquete. " Me di un par de palmadas en las mejillas tratando de alejar toda idea negativa.
- Tú tú tú, quien sea que seas o como te llames, espera. - Dije levantando la voz y siguiendo al elfo.- - Voy contigo, el trapo este tiene algo que ver con todo este asunto y no me quedaré sin saber el motivo por el cual vengo siguiendo un rastro desde lejos.
- Y yo también ir.
- Creí que eso era tristemente obvio. - Respondí sacudiendo el brazo tratando de apartar a Genevive.
- Por cierto, me llamo Freder... Frede... Fredericksen. - Dije estirando la mano al desconocido, por primera vez debía ser alguien "normal". - Ella es Genevive y... OH NO, OLVIDÉ LA ARDILLA. - Palmeé mi frente y maldije por lo bajo, ya no tendría comida por un buen rato. El elfo al parecer se guiaba por las pisadas de la loba, si algo debía admitir es que en su forma peluda tenía la pata mucho más grande que antes. - ¿Acaso conoces a esa tal condesa? Daba impresión que la buscabas... aunque también me daba la impresión de que no se llevasen bien.
- Porque ella ser una tonta. - Refunfuñó la joven a mi lado.
- Genevive contra tú lenguaje.
Seguí los pasos con la mirada y no me sorprendió cuando vi a la distancia al rubio justiciero y su amiga peluda que ya no estaba tan peluda "Estos licántropos no sabes comportarse en los pueblos.." Negué con la cabeza mientras cruzaba los brazos, para ser una condesa le faltaban muchos modales al parecer.
- ¡Está desnuda!¡La mujer está desnuda!
- Lo sé Genevive, no soy ciego.
- ¿¡Usted la vio!?
- Te dije que no soy ciego, obviamente la vi, no es como si al quitarse la ropa ella desapareciera.
Genevive chilló y pasó las manos por su rostro, tuve que verla unos segundos tratando de comprender que sucedía, aquella mujer estaba cada vez más loca "Debo conseguir la forma de dejarla durmiendo." Lo que importaba ahora era terminar de llegar junto aquel par y saber cómo se procedería, meterse de cabeza en una zona peligrosa era... pues peligroso.
Fredericksen
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Definitivamente no me estaba enterando de nada. Wood trata de explicarme qué está ocurriendo y a dónde ha ido el chico rubio, supongo que mi cara tendrá una expresión de desconcierto enorme. Pero bueno, tampoco es que la explicación haya servido de mucho, ¿qué es una catatumba?¿Por qué el rubio se ha ido él solo? Pensaba que él y Wood eran amigos, los amigos se apoyan cuando hay problemas... ¿No?
Me empiezo a frustrar, no comprender qué está ocurriendo me impide tomar decisiones, así que ahora mismo parezco una estatua más que alguien que puede ser de ayuda. Sería mejor irme de esta ciudad de locos y volver a los bosques, al menos allí entiendo qué sucede la mayor parte del tiempo. Y hay menos vampiros. Creo.
Wood dice que será peligroso, bueno, como si haber entrado en esta ciudad no lo fuera ya de por sí. Parece que ella ha tomado ya una decisión, me da su tapado con la promesa de que cuidaré de él y de su contenido. Me gusta Wood, hay algo en su mirada que... Asiento con la cabeza para que sepa que me encargaré de que no se pierda nada. Y... Se convierte en lobo, así sin avisar, casi me da un infarto y adiós elfa para toda la eternidad. Me quedo hiperventilando unos instantes. ¡Ha sido fantástico! Oh, quiero volver a ver eso de cerca, además... miro al suelo donde queda la ropa rota de Wood, creo que va a necesitar esto en algún momento si no quiere que se la coman los vampiros. O como mínimo un resfriado.
Cuando me doy cuenta ya ha desaparecido casi todo el mundo. Queda el tal Fred que se me acerca con su agresiva amiga. Toma la tela de mis manos, agradezco que me haya dejado al menos los dulces y me explica que a donde han ido es un lugar peligroso. Me lo esperaba, llamándose catatumba que suena casi como una tumba enorme, pues no pensaba que se tratase de un lugar feliz. Suspiro. Catatumbas, vampiros, licántropos, asesinos de ardillas, un rubio muy raro, galletas... Vuelvo a suspirar. Me guardo los dulces y un par más de galletas, salir de aventura siempre es divertido. Además por lo que he entendido hay gente a la que podemos ayudar, necesitarán dulces cuando los rescatemos. Desenfundo el arco y salgo corriendo en pos de Fred para no perderme. Lo que menos me gusta de toda la situación es el elfo, aparentemente tiene algún tipo de problema con Wood y me ha mirado de una forma un poco extraña, como si me odiase sin siquiera conocerme. Le sonrío igualmente, puede que tenga problemas con Wood, pero no ha dudado en ir detrás de ella en un momento en el que puede que necesite toda la ayuda que pueda encontrar.
Llegamos a donde está nuestro impulsivo chico rubio y Wood, transformada de nuevo. Me acerco corriendo.
- Si buscas tu tapado lo he atado a mi carcaj, con cuidado de no perder nada y formando un lindo lacito, tómalo cuando lo necesites. Al fin y al cabo yo no tengo forma de saber cuándo te vas a querer transformar de nuevo... Bueno, ¿dónde están esas famosas catatumbas de las que tanto he oído hablar? Seguro que están plagadas de no muertos.
Mordisqueo una galleta preparándome para la aventura y le doy otra a Fred, que parece hambriento.
Me empiezo a frustrar, no comprender qué está ocurriendo me impide tomar decisiones, así que ahora mismo parezco una estatua más que alguien que puede ser de ayuda. Sería mejor irme de esta ciudad de locos y volver a los bosques, al menos allí entiendo qué sucede la mayor parte del tiempo. Y hay menos vampiros. Creo.
Wood dice que será peligroso, bueno, como si haber entrado en esta ciudad no lo fuera ya de por sí. Parece que ella ha tomado ya una decisión, me da su tapado con la promesa de que cuidaré de él y de su contenido. Me gusta Wood, hay algo en su mirada que... Asiento con la cabeza para que sepa que me encargaré de que no se pierda nada. Y... Se convierte en lobo, así sin avisar, casi me da un infarto y adiós elfa para toda la eternidad. Me quedo hiperventilando unos instantes. ¡Ha sido fantástico! Oh, quiero volver a ver eso de cerca, además... miro al suelo donde queda la ropa rota de Wood, creo que va a necesitar esto en algún momento si no quiere que se la coman los vampiros. O como mínimo un resfriado.
Cuando me doy cuenta ya ha desaparecido casi todo el mundo. Queda el tal Fred que se me acerca con su agresiva amiga. Toma la tela de mis manos, agradezco que me haya dejado al menos los dulces y me explica que a donde han ido es un lugar peligroso. Me lo esperaba, llamándose catatumba que suena casi como una tumba enorme, pues no pensaba que se tratase de un lugar feliz. Suspiro. Catatumbas, vampiros, licántropos, asesinos de ardillas, un rubio muy raro, galletas... Vuelvo a suspirar. Me guardo los dulces y un par más de galletas, salir de aventura siempre es divertido. Además por lo que he entendido hay gente a la que podemos ayudar, necesitarán dulces cuando los rescatemos. Desenfundo el arco y salgo corriendo en pos de Fred para no perderme. Lo que menos me gusta de toda la situación es el elfo, aparentemente tiene algún tipo de problema con Wood y me ha mirado de una forma un poco extraña, como si me odiase sin siquiera conocerme. Le sonrío igualmente, puede que tenga problemas con Wood, pero no ha dudado en ir detrás de ella en un momento en el que puede que necesite toda la ayuda que pueda encontrar.
Llegamos a donde está nuestro impulsivo chico rubio y Wood, transformada de nuevo. Me acerco corriendo.
- Si buscas tu tapado lo he atado a mi carcaj, con cuidado de no perder nada y formando un lindo lacito, tómalo cuando lo necesites. Al fin y al cabo yo no tengo forma de saber cuándo te vas a querer transformar de nuevo... Bueno, ¿dónde están esas famosas catatumbas de las que tanto he oído hablar? Seguro que están plagadas de no muertos.
Mordisqueo una galleta preparándome para la aventura y le doy otra a Fred, que parece hambriento.
Irinnil Fawkes
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Estaba por entrar cuando Wood apareció, retándome por lo que hice. Tenia razón, pero no hay tiempo que perder cuando 12 inocentes pueden estar muertos por mi culpa.. no podría, no podría vivir con esa carga. - Lo siento Feith... pero 12 inocentes es una carga muy grande para mi, no puedo dejarlos morir... yo no. - Mi charla se vio interrumpida con otro dolor repentino, esta vez en distintas partes del cuerpo. Al principio era un dolor tranquilo, nada que no pudiera aguantar, seguro era por los nervios. Pero a medida que pasaba el tiempo, lograba darme cuenta que no eran nervios, o me estaba muriendo, o era algo peor.
Cuando vi que apareció Fred, y seguidamente Jeannie, le recomendé a Feith vestirse, sin dejar de mirar a sus ojos - Emm... Feith, deberías ponerte ropa. - Pase por el costado de Feith, tratando de no mirar su cuerpo. Me acerque a Fred, con una mano en el estomago, que cada vez me dolía mas, y mas pálido me ponía... - Es un honor.... agh. - me habia dado una puntada en el estomago, y comenzaba a sentir una sed, que cada vez se hacia mas fuerte. - Es un honor... que estés de nuestro lado. - Dije poniendo mi mano en su hombro por unos segundos, luego me acerque a Jeannie, quien también había venido - Gracias por venir, cuando el asunto no te concierne. Haces lo correcto. - Pero cuando termine de hablarle a la elfa, algo me invade, ya no podía controlarme, la sed creció hasta tal punto que ya solo quería beber... Mis colmillos rápidamente empezaron a crecer, y mi piel se volvió pálida, como si de un muerto se tratara... pero se trataba de vampirismo.
Toque mis colmillos, y luego me saque un guante para ver mis manos. - No... no. no no no. - volví a colocar el guante... invoque al dragón de la luz, y solo me maldijo como a los ancestros... no, no podía ser verdad. Algo iba mal, tenia que ser otra de esas pesadillas del dragón oscuro, tenia que serlo.
No aguantaba mas... mis 2 grandes miedos se habían vuelto reales. ¿Yo merecía esto?, ¿en que momento me confundí?... si estaba pasando, es por que lo merecía. Estaba maldecido, 12 inocentes capturados y por morir, merecía ser vampiro. Era mi castigo por fallarle a la paz, al orden, a los dragones. Era un fracaso, y solo yo podía sentirlo tan duro. - Tengo sed... enojo, furia... Y no tengo esperanzas. - Esto solo era señal de que los 12 habían muerto, estaba maldecido, para el resto de mi vida. - ¿De que sirve seguir ya?, deben estar muertos... seguiría, pero no tendría sentido ya. Los ancestrales ya no me favorecen... ya no soy su Guardián Ancestral, me equivoque en muchas cosas... - ¿Tendría que seguir?, ¿y si estaban vivos y podía limpiar mi nombre, hacer que los ancestrales me perdonen?... no sabia en que pensar ya, quería pensar en lo que mas me convenía, tenia miedo a la realidad.
- Bien, es simple. Entramos y vemos si esos supuestamente 12 inocentes están dentro, muertos o vivos. Masacramos a los vampiros de adentro, les sacamos sus extremidades hasta que no puedan mas del dolor. Si la justicia no sirve del modo pacifico, hay que hacerlo del otro modo, quizá ese fue mi error. Demasiada piedad. - Mire las armas que teníamos cada uno, la estrategia no era tan difícil. - Los Arqueros atrás, yo iré adelante con Feith. - Sin mas, y sin la típica sonrisa. Me adentre en las catacumbas, sin miedo a la muerte. Ya me sentía muerto.
El primer tramo fue tranquilo, ataúdes y calaveras pero el camino era lo suficientemente grande como para poder caminar. La sed se estaba incrementando. Cada vez sentía mas sed, y mas... perdía el control - Tengo sed... mucha sed. - Ya no podía mas, mire hacia atrás, ¿tenia que morder a algún compañero mio?, de todas maneras, ellos no hicieron nada por salvar a los 12. ¡Solo yo estaba haciendo justicia!, desgraciados... no, no no, no podía dejar que esos pensamientos me dominaran, no podía dominarme la oscuridad, tenia que seguir haciendo lo que hacia sin importar que pasara... pero no encontraba el sentido.
Corrí rápidamente lejos de ellos, metiéndome por unos pasadizos, buscando alguna rata o algo de lo que alimentarme. Llegue a una sala espaciosa, y grande, parecía guardar el cadáver de alguien rico o algún famoso. Habia varias ratas caminando por la sala.
Me acerque a una, y aprovechando la velocidad, tome una, poniendo mis dientes sobre ellas, e insertándolos poco a poco, drenando su sangre... pobre rata. ¿Por que tenia que hacerle eso?, pero mas importante, mi sed se calmaba, y mi mente era aclarada cada vez mas. - Oh, que hice... Perdónenme chicos, perdón. - Mis ojos se pusieron llorosos, y solamente una lagrima cayo, cuando sentía que mis dientes volvían a la normalidad, y mi piel tomaba su color, volvía a ser el mismo de siempre, tome mis pensamientos de vuelta. Y la furia y el enojo quedaron en el pasado, tenia esperanzas de vuelta. Teníamos que encontrar esos inocentes, no importa lo que pasara. Ellos me necesitaban, y a ellos también. Después de todo, me ayudaron sin apenas conocerme, y a esos inocentes también. Eran gente buena, sin lugar a duda... Y necesitaba una galleta.
Mire la sala, era bastante grande como para aguantar mi forma. Los demás necesitaban una manera de encontrarme, así que deje que mis escamas me consumieran por completo, y luego de unos segundos, pase a otra forma. Era un dragón, en unas catacumbas, eso si que era raro. Solté un rugido, lo bastante potente como para que resuene por donde habíamos venido. Y si de paso los enemigos se enteraban, mejor, nos iba a dar tiempo a salvar a los inocentes. Volví a mi forma normal luego del rugido, esperando a los demás, empece a investigar la sala, tocando todo lo que había.
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[>] Habilidad Racial : Transformación en dragón.
Cuando vi que apareció Fred, y seguidamente Jeannie, le recomendé a Feith vestirse, sin dejar de mirar a sus ojos - Emm... Feith, deberías ponerte ropa. - Pase por el costado de Feith, tratando de no mirar su cuerpo. Me acerque a Fred, con una mano en el estomago, que cada vez me dolía mas, y mas pálido me ponía... - Es un honor.... agh. - me habia dado una puntada en el estomago, y comenzaba a sentir una sed, que cada vez se hacia mas fuerte. - Es un honor... que estés de nuestro lado. - Dije poniendo mi mano en su hombro por unos segundos, luego me acerque a Jeannie, quien también había venido - Gracias por venir, cuando el asunto no te concierne. Haces lo correcto. - Pero cuando termine de hablarle a la elfa, algo me invade, ya no podía controlarme, la sed creció hasta tal punto que ya solo quería beber... Mis colmillos rápidamente empezaron a crecer, y mi piel se volvió pálida, como si de un muerto se tratara... pero se trataba de vampirismo.
Toque mis colmillos, y luego me saque un guante para ver mis manos. - No... no. no no no. - volví a colocar el guante... invoque al dragón de la luz, y solo me maldijo como a los ancestros... no, no podía ser verdad. Algo iba mal, tenia que ser otra de esas pesadillas del dragón oscuro, tenia que serlo.
No aguantaba mas... mis 2 grandes miedos se habían vuelto reales. ¿Yo merecía esto?, ¿en que momento me confundí?... si estaba pasando, es por que lo merecía. Estaba maldecido, 12 inocentes capturados y por morir, merecía ser vampiro. Era mi castigo por fallarle a la paz, al orden, a los dragones. Era un fracaso, y solo yo podía sentirlo tan duro. - Tengo sed... enojo, furia... Y no tengo esperanzas. - Esto solo era señal de que los 12 habían muerto, estaba maldecido, para el resto de mi vida. - ¿De que sirve seguir ya?, deben estar muertos... seguiría, pero no tendría sentido ya. Los ancestrales ya no me favorecen... ya no soy su Guardián Ancestral, me equivoque en muchas cosas... - ¿Tendría que seguir?, ¿y si estaban vivos y podía limpiar mi nombre, hacer que los ancestrales me perdonen?... no sabia en que pensar ya, quería pensar en lo que mas me convenía, tenia miedo a la realidad.
- Bien, es simple. Entramos y vemos si esos supuestamente 12 inocentes están dentro, muertos o vivos. Masacramos a los vampiros de adentro, les sacamos sus extremidades hasta que no puedan mas del dolor. Si la justicia no sirve del modo pacifico, hay que hacerlo del otro modo, quizá ese fue mi error. Demasiada piedad. - Mire las armas que teníamos cada uno, la estrategia no era tan difícil. - Los Arqueros atrás, yo iré adelante con Feith. - Sin mas, y sin la típica sonrisa. Me adentre en las catacumbas, sin miedo a la muerte. Ya me sentía muerto.
El primer tramo fue tranquilo, ataúdes y calaveras pero el camino era lo suficientemente grande como para poder caminar. La sed se estaba incrementando. Cada vez sentía mas sed, y mas... perdía el control - Tengo sed... mucha sed. - Ya no podía mas, mire hacia atrás, ¿tenia que morder a algún compañero mio?, de todas maneras, ellos no hicieron nada por salvar a los 12. ¡Solo yo estaba haciendo justicia!, desgraciados... no, no no, no podía dejar que esos pensamientos me dominaran, no podía dominarme la oscuridad, tenia que seguir haciendo lo que hacia sin importar que pasara... pero no encontraba el sentido.
Corrí rápidamente lejos de ellos, metiéndome por unos pasadizos, buscando alguna rata o algo de lo que alimentarme. Llegue a una sala espaciosa, y grande, parecía guardar el cadáver de alguien rico o algún famoso. Habia varias ratas caminando por la sala.
Me acerque a una, y aprovechando la velocidad, tome una, poniendo mis dientes sobre ellas, e insertándolos poco a poco, drenando su sangre... pobre rata. ¿Por que tenia que hacerle eso?, pero mas importante, mi sed se calmaba, y mi mente era aclarada cada vez mas. - Oh, que hice... Perdónenme chicos, perdón. - Mis ojos se pusieron llorosos, y solamente una lagrima cayo, cuando sentía que mis dientes volvían a la normalidad, y mi piel tomaba su color, volvía a ser el mismo de siempre, tome mis pensamientos de vuelta. Y la furia y el enojo quedaron en el pasado, tenia esperanzas de vuelta. Teníamos que encontrar esos inocentes, no importa lo que pasara. Ellos me necesitaban, y a ellos también. Después de todo, me ayudaron sin apenas conocerme, y a esos inocentes también. Eran gente buena, sin lugar a duda... Y necesitaba una galleta.
Mire la sala, era bastante grande como para aguantar mi forma. Los demás necesitaban una manera de encontrarme, así que deje que mis escamas me consumieran por completo, y luego de unos segundos, pase a otra forma. Era un dragón, en unas catacumbas, eso si que era raro. Solté un rugido, lo bastante potente como para que resuene por donde habíamos venido. Y si de paso los enemigos se enteraban, mejor, nos iba a dar tiempo a salvar a los inocentes. Volví a mi forma normal luego del rugido, esperando a los demás, empece a investigar la sala, tocando todo lo que había.
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[>] Habilidad Racial : Transformación en dragón.
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
* * * Willow * * *
Podía sentirlo en toda mi piel, esa mujer era la clave para poder volver a forjar mis joyas, la fuente de inspiración suprema. Tristemente, había aceptado que en los últimos años estaba atravesando una crisis creativa y eso volvía tan mediocres mis trabajos que los había dejado de lado. El orgullo que sentía forjando las más finas joyas, había sido reemplazado por la voluntad de vagar por los caminos en busca de nuevos conocimientos e inspiración. Tenía unos pocos días en la zona cuando me enteré de los grandes cambios que se sucedían en Sacrestic Ville y decidí ser uno más de los testigos, prestar mi voz a los rumores si probaban ser ciertos y aparentemente lo fueron.
¿Qué puede tener más memoria que un elfo? Un vampiro. Posiblemente mi no tan digna apariencia élfica, era la razón por la que en general los pedidos que recibía eran joyas encantadas para hacer cosas malas en vez de atraer las buenas energías. Alguien había requerido de mis servicios. Me volví cuando escuché la voz del hombre cómico, venía acompañado de su propio séquito de féminas, no podía entender cómo hacía para estar ran tranquilo entre tantas mujeres. Se me puso la piel de gallina -Me llamo Willow Wisp, Wil será más sencillo- entorné los ojos, comenzaban a preocuparme un poco sus facultades mentales, pero tenía una personalidad atrayente, me gustaba este Fredericksen. Le hice una reverencia a Genevive, parecía el tipo de chica que expresa todo lo que siente, siempre me han gustado ese tipo de mujeres.
-Solo he oído rumores de ella. Me sorprendí al comprobar que efectivamente es un licántropo- sonreí ante la apreciación de Genevive –Me encomendaron crear una joya para esta- me costó encontrar una expresión adecuada para referirme a la condesa - peculiar persona. Una peculiar -estornudo- joya,-estornudo para una peculiar-estornudo- persona. Quiero observarla mejor- me rasqué la nariz, recordando a Salerne con acritud.
* * * Wood* * *
Rakan era demasiado bueno, las personas buenas mueren jóvenes. Me llevé una mano a la frente ¿qué edad tenía de todas formas? Aparentaba ser un jovencito –y pensaba en él como tal- pero era un dragón, un escamoso dragón. Más temprano que tarde aparecieron ese bichaco verde con su
-¿Eide? ¡Eide! Alce del mal-
Curioso, el elfo se refería a lo que parecía ser su montura de la misma forma en la que yo pensaba en él. Suspiré y solté a la jovencita Lo siento murmuré, apenada por mi reacción. Le presté atención a Rak, el chico parecía estar pasando un mal momento. Chiflé largo por lo bajo Esto no se ve bien realmente no podía empatizar con él, pero a juzgar por la prontitud de la transformación, tal vez fuera otro de los casos que ya había visto. Por las dudas no te le acerques le susurré a Jeannie para que sólo ella escuchara. Si era un vampiro recién converso probablemente no podría controlarse con facilidad.
Sentí que mi rostro se mojaba, agaché la cabeza y miré al elfo ¿En serio? había notado que el alce se acercaba, pero tenía otras cosas mejores a las que prestar atención. El animal parecía querer comer mi pelo. Su dueño se encogió de hombros tentado a reír ¿le pagaban por hacerme eso?. Cuando escuché el plan y mi nombre di un paso al frente, encuadrando los hombros. Rakan en versión vampiro oscuro era sexy. El elfo pareció ponerse serio por primera vez, si había alguna forma en la que su expresión facial y su expresión corporal parecieran contrapuestas, entonces ese era el preciso instante. Parecía querer venir al frente con nosotros, pero le rehuía a Jeannie. Le lancé una mirada asesina y tomé la mano de la elfina. Tú te vas hasta más atrás. De todas formas no tienes armas ordené. A juzgar por su reacción se cabreó, pero no dijo nada, colocándose detrás de la mujercita celosonga, sacando una daga que parecía más adorno que arma.
Avanzamos por las catacumbas, Rakan lideraba. A diferencia que los casos del capitán Asher y Elen, él parecía estar poseído por la naturaleza oscura de su nueva raza. Empuñaba mi cuchillo lista para defenderme de él. Nunca había estado allí abajo, pero lo que me habían contado de las catacumbas palidecía en comparación con lo que estaba viendo con mis propios ojos. El ex dragón se quejó de su sed y se adelantó a correr. Esto es malo comenté, caminando más rápido. Tenía que alcanzarle, pero no estaba segura de que me gustaría lo que me iba a encontrar. Ahora que yo estaba al frente, me podía concentrar en la humedad y el frío del lugar, el olor fuerte a muerte. La corriente de aire no estaba mal, pero no me daba ninguna información adicional, éramos muchos en esos pasillos.
Escuché el inconfundible rugido de Rakan, mis pensamientos parecían alineados con los comentarios del comehojas - Espero que el rubio esté bien- aunque probablemente él lo decía sin saber que quién rugía era mi amigo, yo lo pensaba porque no sólo nosotros habíamos sido alertados de su regreso, sino todas las catacumbas. - Fredericksen ¿qué deberíamos esperar de estas personas que buscas?- era una pregunta inteligente, esperé la respuesta y me tensé Tenemos compañía informé… y se hizo la luz azul*. -¿Sabes de dónde vienen?- preguntó el elfo, con tono serio, al parecer era él quién estaba iluminándolo todo. Cerré y abrí los ojos varias veces, tratando de adaptarme.
Off: Uso de la habilidad de Will:Fuego Fatuo
Woodpecker
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Fue bueno saber que la pequeña del arco también venía, eso añadía un arma adicional al grupo "Y una merienda a los vampiros pro si fallamos, no hay que olvidar eso" A veces era tan difícil ser optimista en el mundo, pero la verdad es que siempre debía ser lo más realista posible, sobre todo cuando se trataba de sujetos con colmillos.
El elfo del grupo se llamaba Wilfredo Wispero o algo así, muchas "w" en un nombre para mi gusto, aún así me limité a asentir con la cabeza a cada cosa que decía este. Por lo que entendía conocía de nada a la licántropo, para ser más exacto conocía de nada a la peluda, lo interesante es que la buscaba al parecer por un trabajo, uno que no implicaba asesinar, capturar o descuartizar a la mujer "Al fin alguien que tiene un trabajo decente".
- Así que joyero, nunca había conocido a uno... y eso que viajé mucho tiempo ¿Estás resfriado o algo por el estilo? ¿O quizá alergia a los chupa sangre? Puede que ambas...
El rubio aún seguía vivo, por lo visto la loba había logrado detenerlo a tiempo antes de que este fuese empalado y paseado por todo Sacrest Ville. Este se acercó con una mano en el estomago, por lo que veía en su rostro parecía estar pasándolo realmente mal "Entonces el té si tenía veneno" Arrugué el ceño y asentí ante las palabras de él. - Si, honor... solo no me vomites encima, por favor. - Porque estaba claro que no pasaría mucho antes de que él comenzara a regresar su cena junto a sus tripas.
- Pequeña, las catacumbas están frente a tus narices. Aunque claro, deberemos bajar. - Tomé una de las galletas que la joven ofrecía y luego de observarla la mordí, no sabía extraño realmente.
Mientras el señor ancestral continuaba muriendo lentamente y perdiendo color, el elfo gritó el nombre de alguien más "¿En serio más gente? Debe de ser una broma" Aunque fue grato saber que la persona recién llegada no era una persona, era un animal peludo y con astas "Viéndolo de ese modo... puede ser pariente de la loba." Hasta podía ser una posibilidad, tomando en cuenta la "muestra de afecto" que el alce demostraba hacía la mujer.
- Eso no suena a plan, suena a una estupidez que yo haría. - Aunque sonaba a un plan muy sanguinario y brusco, la mejor idea era primero revisar la zona, no entrar a morir.
Aún no estaba todo muy claro pero el chico se apresuró a entrar en aquel sitio, sin fuego para iluminar ¿Acaso sus ojos le servirían para alumbrar su camino? Resoplé por lo bajo negando con la cabeza, sabía que aquello era mala idea, hasta la loba había mandado a Wisper al final del grupo porque este se encontraba desarmado "Maestro, nos reuniremos pronto en el otro lado, y esta vez no será mi culpa."
Le señalé con la cabeza a Genevive que fuese adelante, yo iría con gusto en la retaguardia del grupo, dejar a alguien sin arma al fondo era pésima idea "Aunque no es como si yo fuese la mejor persona para este trabajo." El ambiente en las catacumbas era húmedo y pesado, podía sentir en los huesos la mala vibra de aquel lugar, definitivamente no me agradaba. Olfateé el aire y solo conseguí sentir el aroma a cadáveres y podredumbre, definitivamente asqueroso pero en aquella oscuridad solo podía guiarme por mi olfato y oídos.
La silueta del rubio comenzó a alejarse rápidamente del grupo, al parecer la cabeza de la formación se había vuelto loca y ahora nos abandonaba "Perfecto, justamente lo que nos faltaba, perdimos el escudo" Chasqueé la lengua y volví a negar con la cabeza, realmente no quería morir allí.
Los segundos pasaron y luego de solo escuchar pasos sonó un rugido en el pasillo, sentí como las paredes vibraron y un pedazo de tierra cayó sobre mi cabeza, quien fuese que había provocado aquello al parecer nos quería enterrar junto al resto de cadáveres que habían en el lugar. Sacudí mi cabello removiendo la suciedad y retirando finalmente el arco del carcaj, al parecer debería ponerme al fin en defensa.
- ¿Esperar? Solo sé que de los vampiros se puede esperar una cosa... y no son buenos tratos... a menos que sea un vampiro de cabello largo que pone apodos, aunque esos apodos duelen. - Me encogí de hombros para luego sonreír al ver que el elfo tenía un gran talento, podía generar luz. - Y no sé realmente de donde vienen, vengo siguiendo un rastro desde muy lejos y créeme que deseo una respuesta a esa pregunta tanto como tú.
Estaba preparado para cualquier aparición cercana, pero no para sustos como el que recibí. Frente a nosotros había una bifurcación, por una de aquellas había pasado el rubio... pero por la otra alguien estaba gritando, era un grito desgarrador que me helaba la sangre. Tragué saliva y coloqué una flecha en el arco, comenzando a tensarla por si algo malo ocurría.
- ¿Feith, eres tú? ¡Feith necesito tu ayuda ! Lograron atraparme... estoy débil. - Otro grito de aquella voz femenina siguió a las palabras seguidas de un sollozo. - Realmente te necesito... te necesito Feith. - Lo siguiente no fue llanto o grito, fue el claro sonido de un látigo golpeando la piel.
Luego del rugido del dragón en la estancia hubo silencio, acompañado por las pisadas de este y los roedores cercanos, aunque había un eco presentándose por el pasillo desde el cual este había llegado. Luego de que el eco pareciera terminar por fin hubo sonido en la recamara, voces que se acercaban de todos los pasillos que conectaban con este.
- ¿¡Hay alguien allí!? Tengo miedo... pude escapar pero mami sigue con la gente rara. - Era la clara voz de una niña, aunque era distante desde uno de los pasillos.
- ¡Necesitamos ayuda, si hay alguien allí por favor venga! - Esta voz venía de un diferente pasillo, un largo quejido de dolor acompañado de gritos, luego el sonido del cuerpo chocando contra el suelo y una espada envainándose. - Ayud...ayuda.
- Rak ¿¡ Donde te metiste!? Nos tienen rodeados. Nos superan en número... dudo que podamos ¡Ayúdanos!
El elfo del grupo se llamaba Wilfredo Wispero o algo así, muchas "w" en un nombre para mi gusto, aún así me limité a asentir con la cabeza a cada cosa que decía este. Por lo que entendía conocía de nada a la licántropo, para ser más exacto conocía de nada a la peluda, lo interesante es que la buscaba al parecer por un trabajo, uno que no implicaba asesinar, capturar o descuartizar a la mujer "Al fin alguien que tiene un trabajo decente".
- Así que joyero, nunca había conocido a uno... y eso que viajé mucho tiempo ¿Estás resfriado o algo por el estilo? ¿O quizá alergia a los chupa sangre? Puede que ambas...
El rubio aún seguía vivo, por lo visto la loba había logrado detenerlo a tiempo antes de que este fuese empalado y paseado por todo Sacrest Ville. Este se acercó con una mano en el estomago, por lo que veía en su rostro parecía estar pasándolo realmente mal "Entonces el té si tenía veneno" Arrugué el ceño y asentí ante las palabras de él. - Si, honor... solo no me vomites encima, por favor. - Porque estaba claro que no pasaría mucho antes de que él comenzara a regresar su cena junto a sus tripas.
- Pequeña, las catacumbas están frente a tus narices. Aunque claro, deberemos bajar. - Tomé una de las galletas que la joven ofrecía y luego de observarla la mordí, no sabía extraño realmente.
Mientras el señor ancestral continuaba muriendo lentamente y perdiendo color, el elfo gritó el nombre de alguien más "¿En serio más gente? Debe de ser una broma" Aunque fue grato saber que la persona recién llegada no era una persona, era un animal peludo y con astas "Viéndolo de ese modo... puede ser pariente de la loba." Hasta podía ser una posibilidad, tomando en cuenta la "muestra de afecto" que el alce demostraba hacía la mujer.
- Eso no suena a plan, suena a una estupidez que yo haría. - Aunque sonaba a un plan muy sanguinario y brusco, la mejor idea era primero revisar la zona, no entrar a morir.
Aún no estaba todo muy claro pero el chico se apresuró a entrar en aquel sitio, sin fuego para iluminar ¿Acaso sus ojos le servirían para alumbrar su camino? Resoplé por lo bajo negando con la cabeza, sabía que aquello era mala idea, hasta la loba había mandado a Wisper al final del grupo porque este se encontraba desarmado "Maestro, nos reuniremos pronto en el otro lado, y esta vez no será mi culpa."
Le señalé con la cabeza a Genevive que fuese adelante, yo iría con gusto en la retaguardia del grupo, dejar a alguien sin arma al fondo era pésima idea "Aunque no es como si yo fuese la mejor persona para este trabajo." El ambiente en las catacumbas era húmedo y pesado, podía sentir en los huesos la mala vibra de aquel lugar, definitivamente no me agradaba. Olfateé el aire y solo conseguí sentir el aroma a cadáveres y podredumbre, definitivamente asqueroso pero en aquella oscuridad solo podía guiarme por mi olfato y oídos.
La silueta del rubio comenzó a alejarse rápidamente del grupo, al parecer la cabeza de la formación se había vuelto loca y ahora nos abandonaba "Perfecto, justamente lo que nos faltaba, perdimos el escudo" Chasqueé la lengua y volví a negar con la cabeza, realmente no quería morir allí.
Los segundos pasaron y luego de solo escuchar pasos sonó un rugido en el pasillo, sentí como las paredes vibraron y un pedazo de tierra cayó sobre mi cabeza, quien fuese que había provocado aquello al parecer nos quería enterrar junto al resto de cadáveres que habían en el lugar. Sacudí mi cabello removiendo la suciedad y retirando finalmente el arco del carcaj, al parecer debería ponerme al fin en defensa.
- ¿Esperar? Solo sé que de los vampiros se puede esperar una cosa... y no son buenos tratos... a menos que sea un vampiro de cabello largo que pone apodos, aunque esos apodos duelen. - Me encogí de hombros para luego sonreír al ver que el elfo tenía un gran talento, podía generar luz. - Y no sé realmente de donde vienen, vengo siguiendo un rastro desde muy lejos y créeme que deseo una respuesta a esa pregunta tanto como tú.
Estaba preparado para cualquier aparición cercana, pero no para sustos como el que recibí. Frente a nosotros había una bifurcación, por una de aquellas había pasado el rubio... pero por la otra alguien estaba gritando, era un grito desgarrador que me helaba la sangre. Tragué saliva y coloqué una flecha en el arco, comenzando a tensarla por si algo malo ocurría.
- ¿Feith, eres tú? ¡Feith necesito tu ayuda ! Lograron atraparme... estoy débil. - Otro grito de aquella voz femenina siguió a las palabras seguidas de un sollozo. - Realmente te necesito... te necesito Feith. - Lo siguiente no fue llanto o grito, fue el claro sonido de un látigo golpeando la piel.
- - -
Luego del rugido del dragón en la estancia hubo silencio, acompañado por las pisadas de este y los roedores cercanos, aunque había un eco presentándose por el pasillo desde el cual este había llegado. Luego de que el eco pareciera terminar por fin hubo sonido en la recamara, voces que se acercaban de todos los pasillos que conectaban con este.
- ¿¡Hay alguien allí!? Tengo miedo... pude escapar pero mami sigue con la gente rara. - Era la clara voz de una niña, aunque era distante desde uno de los pasillos.
- ¡Necesitamos ayuda, si hay alguien allí por favor venga! - Esta voz venía de un diferente pasillo, un largo quejido de dolor acompañado de gritos, luego el sonido del cuerpo chocando contra el suelo y una espada envainándose. - Ayud...ayuda.
- Rak ¿¡ Donde te metiste!? Nos tienen rodeados. Nos superan en número... dudo que podamos ¡Ayúdanos!
- Off:
- Debo aclarar que no he usado a ningún npc importante o pj que participe en el actual tema, son voces generadas por... pues por vampiros
Fredericksen
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Llegamos a la entrada de las catatumbas, Wood recupera su tapado, parece aliviada de tenerlo de vuelta, aunque claro, si va a entrar en una tumba gigante es normal que no quiera ir desnuda. Algo se mueve entre la maleza. Wood se acerca y me abraza. Me quedo totalmente quieta, no me esperaba que le importara tanto como para interponerse entre el peligro y yo, me sonrojo un poco. Al escuchar la voz del elfo, Wood se aparta y puedo ver... ¡un alce! oh, por Isil, quiero acariciarlo. Me acerco, me olisquea, le olisqueo, salto y le pego un pequeño cabezazo a modo de saludo. Me rio y le doy uno de los dulces. Mueve la cabeza a los lados, parece que le gusta. Sonrío y lo acaricio un poco.
Algo anda mal, el chico rubio vuelve a hacer cosas extrañas, su piel palidece y parece estar enfermo. Y como si le hubiera subido mucho la fiebre, comienza a delirar, habla sobre masacrar vampiros. Wood me insta a no acercarme, retrocedo un paso. Vaya, nadie me había avisado de que ahí dentro habría vampiros... no podían ser... no sé, ¿lentos y adorables cadáveres andantes? Pongo las manos alrededor de mi cuello, temblando un poco.
Sin previo aviso Rak se adentra en las catatumbas sin esperar a los demás. ¿Es que este chico nunca aprende que ir solo es mala idea? Suspiro. Me adentro en las catatumbas detrás de Wood, desenfundo el arco y pongo una flecha apuntando al suelo, al menos estar preparada cuando aparezca el primer vampiro.
Escucho lo que parece el rugido de un animal enorme, me quedo quieta un segundo, no sabía que los vampiros rugían de esa forma. Me entra un escalofrío, puedo con cualquier cosa, incluso con gigantes, pero los vampiros me superan. No me separaré de Wood, seguro que ella puede con cualquier cosa que se le presente. Asiento un poco más segura y sigo caminando.
Ahora entendía por qué le llamaban catatumbas, con tantos sitios para poner los cadáveres de las personas, huesos por el suelo que crujen al caminar, suciedad y arañas por todos los rincones. Último baluarte de aquellos que nos dejaron tiempo atrás pero que han sido relegados al olvido. Escucho voces, en un primer momento pensé que sonaban en mi cabeza, tendría sentido teniendo en cuenta el lugar en el que me encuentro, oscuro, desolado, lleno de muerte. Pero las voces no están dentro de mi, vienen desde los diferentes pasadizos.
"Corre" "Huye" "Rápido" "Vas a morir" "Es la muerte quien habla" "No escuches" "Es una trampa"
Ya tardaban las mías en hacer su entrada triunfal. Suspiro, aunque la verdad es que pueden tener razón esta vez, no me gusta como suenan esas voces, al fin y al cabo no se escuchaban nada más entrar, cuando llegamos no había ningún grito de angustia, terror o llantos, han comenzado más tarde, de forma dispersa y desde todos los túneles. Tenso el arco apuntando a uno de los pasadizos, pegando mi espalda contra la de Wood.
-¿Wood?¿Fred? Esto no me da buena espina...
Algo anda mal, el chico rubio vuelve a hacer cosas extrañas, su piel palidece y parece estar enfermo. Y como si le hubiera subido mucho la fiebre, comienza a delirar, habla sobre masacrar vampiros. Wood me insta a no acercarme, retrocedo un paso. Vaya, nadie me había avisado de que ahí dentro habría vampiros... no podían ser... no sé, ¿lentos y adorables cadáveres andantes? Pongo las manos alrededor de mi cuello, temblando un poco.
Sin previo aviso Rak se adentra en las catatumbas sin esperar a los demás. ¿Es que este chico nunca aprende que ir solo es mala idea? Suspiro. Me adentro en las catatumbas detrás de Wood, desenfundo el arco y pongo una flecha apuntando al suelo, al menos estar preparada cuando aparezca el primer vampiro.
Escucho lo que parece el rugido de un animal enorme, me quedo quieta un segundo, no sabía que los vampiros rugían de esa forma. Me entra un escalofrío, puedo con cualquier cosa, incluso con gigantes, pero los vampiros me superan. No me separaré de Wood, seguro que ella puede con cualquier cosa que se le presente. Asiento un poco más segura y sigo caminando.
Ahora entendía por qué le llamaban catatumbas, con tantos sitios para poner los cadáveres de las personas, huesos por el suelo que crujen al caminar, suciedad y arañas por todos los rincones. Último baluarte de aquellos que nos dejaron tiempo atrás pero que han sido relegados al olvido. Escucho voces, en un primer momento pensé que sonaban en mi cabeza, tendría sentido teniendo en cuenta el lugar en el que me encuentro, oscuro, desolado, lleno de muerte. Pero las voces no están dentro de mi, vienen desde los diferentes pasadizos.
"Corre" "Huye" "Rápido" "Vas a morir" "Es la muerte quien habla" "No escuches" "Es una trampa"
Ya tardaban las mías en hacer su entrada triunfal. Suspiro, aunque la verdad es que pueden tener razón esta vez, no me gusta como suenan esas voces, al fin y al cabo no se escuchaban nada más entrar, cuando llegamos no había ningún grito de angustia, terror o llantos, han comenzado más tarde, de forma dispersa y desde todos los túneles. Tenso el arco apuntando a uno de los pasadizos, pegando mi espalda contra la de Wood.
-¿Wood?¿Fred? Esto no me da buena espina...
Irinnil Fawkes
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Cuando empece a investigar la habitación, esperaba encontrar planos, oro, y alguna que otra cosa misteriosa. Quizá alguna espada, o un arco poderoso, en unas catacumbas de vampiros tendría que haber algo así. Al parecer solo pasaba en las historias, me acerque al centro, donde parecía estar el ataúd, pero este no era de madera, era de piedra. ¿Debería abrirlo? fue mi pregunta en ese momento... pero podía saltar alguien o quien sabe, ademas no es bueno profanar las tumbas, era mejor dejarlo ahí.
Cuando solté el rugido, esperaba que el equipo viniera, y todos siguiéramos juntos, pero no hubo rastro de ellos. Lo mas seguro era que me hubieran abandonado, había actuado como un idiota, y desde que me conocieron. Ahora todo dependía de mi.
Yo, 12 inocentes, y a saber cuantos vampiros. Me senté en el suelo, quería pensar, y estar tranquilo unos minutos... claro que en una catacumba no es el lugar mas cómodo para pensar, lleno de cadáveres. Y quien sabe si espíritus, era de noche y en una catacumba es que esto seguro estaba lleno de vampiros y espíritus. Tenia que estarlo.
Solo quería saber si los demás estaban bien... de hecho, estaba agradecido, eran peligrosas estas catacumbas, no tenían por que entrar. - Piensa Rakan... ¿donde debo buscar? - Los inocentes no iban a aparecer de la nada, tenia que empezar a buscarlos, me levante y empece a caminar, pero derrepente escucho otro sonido ¡UNA NIÑA!, oh dragones ancestrales. Tenia que correr, empece a correr por los pasillos, mirando para todos lados. - ¡Estoy aquí!, ¡sigue mi voz! - Otra voz se lograba escuchar, empezó pidiendo ayuda y trate de seguirla, pero luego parecía que estaba siendo asesinada.
- ¡NO!. - Empece a correr mas rápido, y mas rápido. Con mis ojos haciendo un mínimo de luz, era lo que menos me preocupaba, tenia que encontrarlos. Pero luego escuche la voz de Feith, no Feith.
- ¡Resiste Feith, por favor... resiste! - No quería perderla, no a la única persona que me aceptaba por ser como era. La única persona que se alegraba de verme. Empece a consumir mi piel con escamas, derrepente era un humano dorado, cubierto por escamas.
Llegue a una sala, bastante grande, era la única iluminada que me cruce en todo el camino. Pero cuando llegue, los gritos habían parado. No había nada en la sala, estaba vacía y sin nadie. - ¡Feith! - Grite, quizá había seguido mal el camino, trate de volver, pero cuando me di media vuelta, 5 vampiros estaban parados justo en la entrada de la sala.
- ¿A donde crees que vas? - Dijo el que parecía ser el líder del pequeño escuadrón.
- ¡¿Donde están los inocentes?!, ¡Liberalos!. - Dije, sin miedo y decidido a atacar.
El vampiro se miro con el resto de sus compañeros, soltando unas risas, y volviéndome a mirar - Niño, no juegues al héroe, te escuche antes... no te das cuenta que todo es falso. Los dioses no existen, por eso nadie te ayuda. -
- No voy a volverlo a repetir. ¡¿Donde están los inocentes?!. -
Soltó una risa, y termino por contestar. - Muertos... - Fue cuando sin pensarlo 2 veces, cambie a mi otra forma de nuevo, solté un rugido mucho mas potente y cargue contra los 5 vampiros que se encontraban en la entrada, aunque 2 habían logrado esquivar mis alas, los otros 3 chocaron contra la pared, que al parecer, se había roto una parte, y la sala estaba temblando. No iba a ganarles, era obvio.
- Va a destruir las catacumbas en esa forma, si lo dañamos lo suficiente, volverá a su otra forma. - Dijo el vampiro a el resto de su equipo. Eran inteligentes.
Cada rugido que soltaba, era un temblor, pero los rugidos infligían miedo, y esa era mi única herramienta ahora. 5 vampiros, el primero se lanzo atrás de mi con dos dagas, que lograron ser clavadas, el segundo vampiro, me hizo un tajo en el pecho, con un mandoble. El tercero, tenia un arco, lanzo 3 flechas al mismo tiempo contra mis alas. Use mi capa de piedra para reducir su daño
El cuarto vampiro se lanzo de frente hacia mi, pero en un descuido, lo tome por las piernas con mi hocico. Arrancándolo en 2 mitades. Solté un rugido mirando a los demás vampiros, con mis dientes llenos de sangre. No merecian piedad por haber capturado y aniquilado 12 inocentes. Si alguien les iba a ofrecer paz, eran los ancestrales. Al carajo la piedad, hoy había logrado darme cuenta que no sirve en la tierra. Das una segunda oportunidad y luego hacen lo mismo.
Ahora solo quedaban 4, el que se supone que era el quinto vampiro también tenia un arco, pero esta vez sus flechas no me dieron, me lance contra el y lo tire contra la pared, los 3 vampiros que quedaban, jugaban en sombras, voces, atormentándome. Podía escuchar a Feith, a Jeannie, a Fred. Todos creían que era malo, que no ayudaba. El vampiro que tenia ambas dagas, volvió a lanzarse contra mi mientras yo estaba peleando contra el otro vampiro, esta vez me clavo las dagas en los costados. Estaba muy lastimado, muy débil.
Solo quedaba una opción, empece a correr al rededor de la sala, y los 3 vampiros restantes, me seguían atrás, como gatos a un ratón, empece a dirigirme a la entrada, y levante un pedazo de suelo atrás mio, haciendo que se detengan, luego, enfoque mis energías en el techo de la sala, haciendo que se derrumbe toda esa zona. Los vampiros finalmente quedaron aplastados. Por suerte los caminos eran un poco mas estrechos, mi forma draconiana podía pasar.
El dolor era intenso, y cada segundo que pasaba era una agonía. Solté varios rugidos, pero esta vez, no eran para infligir miedo, esta vez el rugido era triste, lastimado. Un rugido con dolor. Necesitaba ayuda, pero los inocentes también. intente seguir, pero al llegar a otra sala espaciosa, termine por acostarme como si de un perro gigante se tratara. El dolor no me dejaba seguir, y me estaba desangrando, use mi cola para tapar las heridas, necesitaba un medico... o un elfo. ¿Este era mi fin?, si los rugidos no funcionaba, necesitaba algo mas... imite un aullido con los rugidos, como si fuera parte de la manada de Feith, luego de usar mis ultimas fuerzas en eso, quería descansar... tenia mucho sueño.
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[>] Habilidad Racial : Transformación Racial
[>] Habilidad 0 : Protector Divino.
Cuando solté el rugido, esperaba que el equipo viniera, y todos siguiéramos juntos, pero no hubo rastro de ellos. Lo mas seguro era que me hubieran abandonado, había actuado como un idiota, y desde que me conocieron. Ahora todo dependía de mi.
Yo, 12 inocentes, y a saber cuantos vampiros. Me senté en el suelo, quería pensar, y estar tranquilo unos minutos... claro que en una catacumba no es el lugar mas cómodo para pensar, lleno de cadáveres. Y quien sabe si espíritus, era de noche y en una catacumba es que esto seguro estaba lleno de vampiros y espíritus. Tenia que estarlo.
Solo quería saber si los demás estaban bien... de hecho, estaba agradecido, eran peligrosas estas catacumbas, no tenían por que entrar. - Piensa Rakan... ¿donde debo buscar? - Los inocentes no iban a aparecer de la nada, tenia que empezar a buscarlos, me levante y empece a caminar, pero derrepente escucho otro sonido ¡UNA NIÑA!, oh dragones ancestrales. Tenia que correr, empece a correr por los pasillos, mirando para todos lados. - ¡Estoy aquí!, ¡sigue mi voz! - Otra voz se lograba escuchar, empezó pidiendo ayuda y trate de seguirla, pero luego parecía que estaba siendo asesinada.
- ¡NO!. - Empece a correr mas rápido, y mas rápido. Con mis ojos haciendo un mínimo de luz, era lo que menos me preocupaba, tenia que encontrarlos. Pero luego escuche la voz de Feith, no Feith.
- ¡Resiste Feith, por favor... resiste! - No quería perderla, no a la única persona que me aceptaba por ser como era. La única persona que se alegraba de verme. Empece a consumir mi piel con escamas, derrepente era un humano dorado, cubierto por escamas.
Llegue a una sala, bastante grande, era la única iluminada que me cruce en todo el camino. Pero cuando llegue, los gritos habían parado. No había nada en la sala, estaba vacía y sin nadie. - ¡Feith! - Grite, quizá había seguido mal el camino, trate de volver, pero cuando me di media vuelta, 5 vampiros estaban parados justo en la entrada de la sala.
- ¿A donde crees que vas? - Dijo el que parecía ser el líder del pequeño escuadrón.
- ¡¿Donde están los inocentes?!, ¡Liberalos!. - Dije, sin miedo y decidido a atacar.
El vampiro se miro con el resto de sus compañeros, soltando unas risas, y volviéndome a mirar - Niño, no juegues al héroe, te escuche antes... no te das cuenta que todo es falso. Los dioses no existen, por eso nadie te ayuda. -
- No voy a volverlo a repetir. ¡¿Donde están los inocentes?!. -
Soltó una risa, y termino por contestar. - Muertos... - Fue cuando sin pensarlo 2 veces, cambie a mi otra forma de nuevo, solté un rugido mucho mas potente y cargue contra los 5 vampiros que se encontraban en la entrada, aunque 2 habían logrado esquivar mis alas, los otros 3 chocaron contra la pared, que al parecer, se había roto una parte, y la sala estaba temblando. No iba a ganarles, era obvio.
- Va a destruir las catacumbas en esa forma, si lo dañamos lo suficiente, volverá a su otra forma. - Dijo el vampiro a el resto de su equipo. Eran inteligentes.
Cada rugido que soltaba, era un temblor, pero los rugidos infligían miedo, y esa era mi única herramienta ahora. 5 vampiros, el primero se lanzo atrás de mi con dos dagas, que lograron ser clavadas, el segundo vampiro, me hizo un tajo en el pecho, con un mandoble. El tercero, tenia un arco, lanzo 3 flechas al mismo tiempo contra mis alas. Use mi capa de piedra para reducir su daño
El cuarto vampiro se lanzo de frente hacia mi, pero en un descuido, lo tome por las piernas con mi hocico. Arrancándolo en 2 mitades. Solté un rugido mirando a los demás vampiros, con mis dientes llenos de sangre. No merecian piedad por haber capturado y aniquilado 12 inocentes. Si alguien les iba a ofrecer paz, eran los ancestrales. Al carajo la piedad, hoy había logrado darme cuenta que no sirve en la tierra. Das una segunda oportunidad y luego hacen lo mismo.
Ahora solo quedaban 4, el que se supone que era el quinto vampiro también tenia un arco, pero esta vez sus flechas no me dieron, me lance contra el y lo tire contra la pared, los 3 vampiros que quedaban, jugaban en sombras, voces, atormentándome. Podía escuchar a Feith, a Jeannie, a Fred. Todos creían que era malo, que no ayudaba. El vampiro que tenia ambas dagas, volvió a lanzarse contra mi mientras yo estaba peleando contra el otro vampiro, esta vez me clavo las dagas en los costados. Estaba muy lastimado, muy débil.
Solo quedaba una opción, empece a correr al rededor de la sala, y los 3 vampiros restantes, me seguían atrás, como gatos a un ratón, empece a dirigirme a la entrada, y levante un pedazo de suelo atrás mio, haciendo que se detengan, luego, enfoque mis energías en el techo de la sala, haciendo que se derrumbe toda esa zona. Los vampiros finalmente quedaron aplastados. Por suerte los caminos eran un poco mas estrechos, mi forma draconiana podía pasar.
El dolor era intenso, y cada segundo que pasaba era una agonía. Solté varios rugidos, pero esta vez, no eran para infligir miedo, esta vez el rugido era triste, lastimado. Un rugido con dolor. Necesitaba ayuda, pero los inocentes también. intente seguir, pero al llegar a otra sala espaciosa, termine por acostarme como si de un perro gigante se tratara. El dolor no me dejaba seguir, y me estaba desangrando, use mi cola para tapar las heridas, necesitaba un medico... o un elfo. ¿Este era mi fin?, si los rugidos no funcionaba, necesitaba algo mas... imite un aullido con los rugidos, como si fuera parte de la manada de Feith, luego de usar mis ultimas fuerzas en eso, quería descansar... tenia mucho sueño.
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[>] Habilidad Racial : Transformación Racial
[>] Habilidad 0 : Protector Divino.
Rakan'Drag
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Re: Aunque la loba se vista de seda...[interpretativo][libre][finalizado]
Tenía que aceptarlo, el elfo del mal podía llegar a ser útil, incluso se comunicaba con el raro de Icksen. Suspiré cuando escuché sus respuestas, por supuesto que no sabía nada, lo único que sabía hacer era acusar a la gente y señalarlos con el dedo como si fuera el martillo de la verdad. “Tonto Ikcsen”. Llegamos hasta una bifurcación, podía olfatear rastros difusos de varias presencias vampíricas, pero en la foma humana no podía estar segura, era aire quieto lo que nos rodeaba allí en las profundidades, el rastro no me decía nada particular. Sólo sabía claramente por donde se había ido Rak. Aún no me cabía en la cabeza, cómo se había adelantado tanto en tan poco tiempo.
Escuché la voz de Amanda en el otro camino y la piel se me puso de gallina. Me quedé parada a medio paso, en ese lugar tan quieta y tan atenta, que era doloroso. No, doloroso era lo que estaban haciéndole a mi mujer. Me bajó un sudor frío por la espalda y sentí que me hacía pequeña, no, que el mundo giraba a mi alrededor y me quedaba grande. Sentí la espalda de Jeannie pegada a la mía y me recosté a ella como medianamente pude. Comencé a temblar, no, mi cuerpo comenzó a temblar todo. Cada parte de él, como si resonara de diferentes formas ante la voz quebrada de mi vampiresa. Atiné a salir corriendo pero una mano fuerte me jaló del brazo, devolviéndome hacia atrás con violencia. Era el elfo. ¡Tenía que ser el elfo! Estaba viendo en rojo ya ¿Cómo te atreves? pregunté con ira, encajándole un puñetazo con toda mi fuerza por debajo de su clavícula.
-¡Maldición mujer! Te vas a hacer matar y vas a hacer que nos maten. ¡Piénsalo! La señora Bradbury no puede estar aquí-
Le gruñí, amenacé con morderle, pero él se paró frente a mí valientemente, mirando mis ojos y más allá de ellos, con una mano sobre el lugar donde le había pegado. Estaba totalmente limpio de culpas, ni siquiera le había dado tiempo para defenderse… me mordí el labio inferior. Puede que tengas razón. Pero no puedo dejar las cosas así dije con la voz baja y cierta vergüenza por haber actuado exactamente de la misma forma que Rakan minutos atrás. Lo siento…
-Will- se adelantó a presentarse, tendiéndome su mano
Will repetí, tomándosela.
Un Nuevo grito de Amanda interrumpió nuestro momento de hacer las pases. Temblé con el chillido desgarrador.
-Voy contigo
Mejor vayan a buscar a Rakan. Si es una trampa, rescátenlo y no me esperen. Tengo cuentas que saldar
El elfo no pareció muy convencido, pero aceptó de mala gana. -Volveré por ti- amenazó gritándole a mi espalda. Serás buena carnada le respondí, citando mis palabras de la botica, adentrándome en la oscuridad del túnel. Pronto sentí que alguien me seguía, el eco de los pasos se hacía cada vez más cercano; me giré con el cuchillo en mano, lista para matar al incauto que se había atrevido a acercarse tanto. Sonreí, finalmente estaba siendo rodeada, había caído como un ratón en la trampa.
Esa mujer de verdad no se andaba con rodeos, la miré irse mientras me masajeaba la zona del golpe con cuidado. Podría haber sido peor si me hubiera atacado con el cuchillo o con su forma de lobo. Habían rumores de que solía cargar con un hacha, me hice una nota mental de seguirla a sol y a sombra una vez que saliéramos de las catacumbas. Me sabía mal no ir con ella, después de todo, estaba en la ciudad por su causa, pero Rakan y los doce inocentes probablemente estaban por el otro camino y podrían necesitarnos más.
-¿Seguimos?- pregunté buscando con la vista a Fredericksen y a Genevive. Escuché los aullidos de la bestia que gritó cuando el chico Rubio se fue, ahora sonaba furiosa. Me adentré en el túnel, los rugidos eran ensordecedores, las catacumbas temblaban y los cimientos se movían. No era un buen momento para caminar sin un golem de arcilla. Tendría que haber previsto que esto podría pasar. Algunas veces se me iba lo más importante de todo. -Es todo culpa del alce del mal. Y de la condesita. Y de los estúpidos vampiros- pronto fui capaz de escuchar mis propios pasos. Eso quería decir que la pelea de la bestia había terminado. Acababa de hacer una curva en el pasillo, por eso no me preocupé de la "no presencia" de Fredericksen y de su compañera. Frente a mí estaba un dragón gimiendo. - ¡Por Anar! bestia de los dioses, ¿qué te han hecho?-
Uní mis pequeñas llamas azules que había estado usando para iluminar el camino, en una sola esfera azul resplandeciente. Cerré los ojos concentrándome, visualizando el azul de mi energía purificarse y volverse claro… volverse un rosa apagado y metálico, volverse una energía límpida, clara y flexible, casi tan resplandeciente como las escamas de la bestia herida.
Off: Uso de la habilidad racial de Will: Imposición de manos
Escuché la voz de Amanda en el otro camino y la piel se me puso de gallina. Me quedé parada a medio paso, en ese lugar tan quieta y tan atenta, que era doloroso. No, doloroso era lo que estaban haciéndole a mi mujer. Me bajó un sudor frío por la espalda y sentí que me hacía pequeña, no, que el mundo giraba a mi alrededor y me quedaba grande. Sentí la espalda de Jeannie pegada a la mía y me recosté a ella como medianamente pude. Comencé a temblar, no, mi cuerpo comenzó a temblar todo. Cada parte de él, como si resonara de diferentes formas ante la voz quebrada de mi vampiresa. Atiné a salir corriendo pero una mano fuerte me jaló del brazo, devolviéndome hacia atrás con violencia. Era el elfo. ¡Tenía que ser el elfo! Estaba viendo en rojo ya ¿Cómo te atreves? pregunté con ira, encajándole un puñetazo con toda mi fuerza por debajo de su clavícula.
-¡Maldición mujer! Te vas a hacer matar y vas a hacer que nos maten. ¡Piénsalo! La señora Bradbury no puede estar aquí-
Le gruñí, amenacé con morderle, pero él se paró frente a mí valientemente, mirando mis ojos y más allá de ellos, con una mano sobre el lugar donde le había pegado. Estaba totalmente limpio de culpas, ni siquiera le había dado tiempo para defenderse… me mordí el labio inferior. Puede que tengas razón. Pero no puedo dejar las cosas así dije con la voz baja y cierta vergüenza por haber actuado exactamente de la misma forma que Rakan minutos atrás. Lo siento…
-Will- se adelantó a presentarse, tendiéndome su mano
Will repetí, tomándosela.
Un Nuevo grito de Amanda interrumpió nuestro momento de hacer las pases. Temblé con el chillido desgarrador.
-Voy contigo
Mejor vayan a buscar a Rakan. Si es una trampa, rescátenlo y no me esperen. Tengo cuentas que saldar
El elfo no pareció muy convencido, pero aceptó de mala gana. -Volveré por ti- amenazó gritándole a mi espalda. Serás buena carnada le respondí, citando mis palabras de la botica, adentrándome en la oscuridad del túnel. Pronto sentí que alguien me seguía, el eco de los pasos se hacía cada vez más cercano; me giré con el cuchillo en mano, lista para matar al incauto que se había atrevido a acercarse tanto. Sonreí, finalmente estaba siendo rodeada, había caído como un ratón en la trampa.
* * * Versión de Willow * * *
Esa mujer de verdad no se andaba con rodeos, la miré irse mientras me masajeaba la zona del golpe con cuidado. Podría haber sido peor si me hubiera atacado con el cuchillo o con su forma de lobo. Habían rumores de que solía cargar con un hacha, me hice una nota mental de seguirla a sol y a sombra una vez que saliéramos de las catacumbas. Me sabía mal no ir con ella, después de todo, estaba en la ciudad por su causa, pero Rakan y los doce inocentes probablemente estaban por el otro camino y podrían necesitarnos más.
-¿Seguimos?- pregunté buscando con la vista a Fredericksen y a Genevive. Escuché los aullidos de la bestia que gritó cuando el chico Rubio se fue, ahora sonaba furiosa. Me adentré en el túnel, los rugidos eran ensordecedores, las catacumbas temblaban y los cimientos se movían. No era un buen momento para caminar sin un golem de arcilla. Tendría que haber previsto que esto podría pasar. Algunas veces se me iba lo más importante de todo. -Es todo culpa del alce del mal. Y de la condesita. Y de los estúpidos vampiros- pronto fui capaz de escuchar mis propios pasos. Eso quería decir que la pelea de la bestia había terminado. Acababa de hacer una curva en el pasillo, por eso no me preocupé de la "no presencia" de Fredericksen y de su compañera. Frente a mí estaba un dragón gimiendo. - ¡Por Anar! bestia de los dioses, ¿qué te han hecho?-
Uní mis pequeñas llamas azules que había estado usando para iluminar el camino, en una sola esfera azul resplandeciente. Cerré los ojos concentrándome, visualizando el azul de mi energía purificarse y volverse claro… volverse un rosa apagado y metálico, volverse una energía límpida, clara y flexible, casi tan resplandeciente como las escamas de la bestia herida.
-Madre Isil, escucha mi plegaria
cura con tu infinito amor
las heridas del sufrido dragón
dame fuerzas y no apartes tu mirada,
de este humilde elfo ladrón
que implora tu luz, tu fuerza, tu guarda.*-
cura con tu infinito amor
las heridas del sufrido dragón
dame fuerzas y no apartes tu mirada,
de este humilde elfo ladrón
que implora tu luz, tu fuerza, tu guarda.*-
Off: Uso de la habilidad racial de Will: Imposición de manos
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