Reliquias de otra época [Trabajo] [Amit´tek - Elen] [Cerrado]

Elen Calhoun Dom Oct 14 2018, 13:36

Visiblemente desanimada tras lo sucedido durante su primera incursión al Oblivion, en que no solo habían tenido ocasión de ver el abrumador poder del enemigo sino que también habían perdido a una valiosa aliada, la de ojos verdes no dejaba de dar vueltas a lo ocurrido, consciente de que al ser la centinela con menor experiencia debía esforzarse para estar a la altura de sus hermanos de cara a la batalla final. - Debo mejorar todo mi equipo, lo que tengo no será suficiente para vencerlos. - soltó tras varios minutos en silencio, con la mirada perdida en algún punto de la ventana. Su plato estaba prácticamente intacto pero no era extraño, apenas había comido en los últimos días.

- Podemos ir al barrio de los artesanos después de comer. - propuso el dragón, en un vano intento por que la de cabellos cenicientos prestase algo de atención al guiso que tenía delante, pero solo consiguió que lo mirase a él durante unos instantes, para negar con la cabeza. - No saldrá barato, debería buscar algún trabajo rentable por la zona antes de iniciar las reparaciones. - contestó, apoyando el rostro en una de las manos. - Busquemos entonces en el tablón de anuncios del cuartel, seguro que hay algo. - replicó de inmediato Alister, pero no tendrían que abandonar la taberna.

- ¿Buscáis trabajo? - preguntó desde la mesa de al lado un individuo bien vestido, que atento a su conversación no dudó en girarse hacia ellos y examinarlos con la mirada. Ambos tenían armas a la vista y parecían serios, del tipo de personas que no dejaban las cosas a medias y cumplían con sus obligaciones, eso le bastaba para darles el visto bueno. - ¿Qué dirían si les ofreciese una generosa suma por viajar hasta las tierras de los elfos y recuperar ciertos objetos abandonados? - continuó poco después, con los ojos de la hechicera y el norteño clavados en él. - ¿Cómo de generosa sería la recompensa? - soltó la benjamina de los Calhoun, sin andarse por las ramas. - Lo suficiente como para que reemplace su equipo y todavía le sobre una cantidad aceptable. - aseguró el extraño, sonriendo ampliamente.

- Me ha convencido, ¿qué tenemos que hacer exactamente? - inquirió, buscando una explicación más clara de su tarea para asegurarse de que esos “objetos” estaban realmente abandonados y no en manos de algún desafortunado al que se le quisiesen arrebatar por la fuerza. - Mi señor financia a exploradores para que viajen a ruinas y lugares remotos en busca de tesoros olvidados. - empezó a decir, al tiempo que extraía un rollo de pergamino del interior de su abrigo y se colocaba en uno de los laterales de la mesa que ocupaban sus posibles empleados. - Una de las últimas partidas encontró una estructura que al parecer podría llevar siglos sin que nadie la pise, justo aquí. - señaló en el simplificado mapa, que solo mostraba unos cuantos punto de referencia y el curso de los ríos de la zona.

- Y si lo han encontrado ya, ¿por qué no ha recuperado ese grupo lo que quiera que haya dentro? - intervino la bruja, adivinando que pronto saldría a la luz la parte complicada del trabajo. - Solo uno de los miembros de la partida consiguió regresar, los demás cayeron intentando entrar en las ruinas… al parecer hay alguna especie de trampa que mantiene fuera a los intrusos, de ahí que el pago a quien consiga su contenido sea tan generoso. - reveló, manteniendo el buen ánimo.

- ¿Qué piensas de esto? - preguntó la de cabellos cenicientos, cruzando una mirada con su compañero. - Podemos hacerlo, no creo que tengamos demasiados problemas. - contestó Alister con confianza. Teniendo en cuenta que al transformarse se convertía en un escudo viviente no le asustaban las trampas, y además, los cuerpos de los caídos les darían una pista del tipo de peligros a los que tendrían que atenerse. - Bien, déjelo en nuestras manos. - indicó Elen, tomando el mapa y volviendo a enrollarlo para guardarlo en el interior de su bolsa. - ¡Estupendo!, pero no se confundan, no serán los únicos contratados para realizar la tarea, mi señor quiere asegurarse el éxito así que me ha ordenado buscar a tantos interesados como sea posible, por suerte son los primeros, si se dan prisa sacarán ventaja a la competencia. - aclaró, convirtiendo aquella misión en algo parecido a una carrera.

- Podrían colaborar con otros por supuesto, pero a algunas personas les gusta más ir por su cuenta. - dijo a continuación, al ver como la benjamina de los Calhoun torcía el gesto. - Cualquiera que se presente en la casa del Conde Haraldsen con el tesoro recibirá la recompensa prometida, sin importar cuántas personas sean, el pago será individual. - añadió para acabar. - Bien, nos pondremos en marcha de inmediato. - anunció Elen, levantándose de su asiento y despidiéndose para subir a su habitación, donde prepararía a toda prisa el equipaje mientras el dragón se encargaba de las provisiones.

Solo una hora más tarde, ambos cruzaron las murallas de Lunargenta a lomos de sus monturas, dejando atrás la bulliciosa ciudad para encaminarse hacia las tranquilas tierras de los hijos de Sandorai.

En lo bosques…

- Espero que los habitantes de la zona no nos den problemas. - musitó, colocando la leña para encender una hoguera. Habían cabalgado durante toda la tarde pero finalmente la noche se les había echado encima antes de que pudiesen llegar al segundo punto del mapa, por lo que, conscientes de que necesitarían estar en las mejores condiciones antes de afrontar las trampas de las ruinas, decidieron acampar y dejar que los caballos se recuperasen. - Por ahora no nos hemos cruzado con nadie, mientras nos mantengamos lejos de los asentamientos todo irá bien. - comentó el norteño, demostrando una vez más que era el más optimista de los dos.

La noche se presentaba tranquila, pero con la certeza de que habría más gente involucrada en aquel trabajo no podían bajar la guardia, quizá ellos fuesen razonables y estuviesen dispuestos a cooperar, pero otros podrían verlos como una amenaza e irse al extremo, intentando eliminarlos.

Off: Aclaración cronológica, este trabajo tiene lugar antes de los sucesos de isla volcánica, es decir, antes de la transformación de Elen en vampira.

Amit'tek Dom Oct 14 2018, 23:59

-¿Estás buscando trabajo? Tengo algo que podría interesarte –

-¡Tchik! El trabajo de los humanos no es bueno para un Mausu – Respondió el ratón mientras fijaba la mirada en el extraño.

-He visto tu equipo, esta tarea es perfecta para ti – Dijo el humano, sonriendo de medio lado.

Amit movió los bigotes, pensando en si era una buena idea aceptar cosas de un completo extraño. Por otro lado, cuanto antes consiguiera dinero, más pronto podría regresar a su casa con su familia. A ojos del Mausu el hombre tenía aires misteriosos, lo más recomendable hubiese sido seguir caminando, pero:

-No creas que solo encontrarás oro allí, hay todo tipo de objetos antiguos –

El ratón paro las orejas ¡Objetos antiguos eran algo bueno! Podría cambiarlo por cosas, cosas útiles para su pueblo.

-Es un trato ¡Tchik! – Amit extendió la mano y estrecho la del humano – Como es un trato debe cumplirse y los dioses estarán de testigos – Los mausus eran profundamente religiosos, el ratón estaba convencido de que ambas partes cumplirían con lo prometido, o sino algo muy malo pasaría.

Como única indicación recibió un mapa, y la advertencia de que más gente estaría buscando lo mismo. Al Mausu no le preocupaba eso, para sobrevivir siempre había que competir, y los de su tribu eran muy buenos sobreviviendo. Salió de la aldea casi de inmediato, aunque ya era bastante tarde y pronto oscurecería, pero Amit no quería correr el riesgo de que alguien más se llevara la recompensa.

El hombre-ratón se puso en cuatro patas en cuanto estuvo lejos del poblado humano, y comenzó a correr a mucha mayor velocidad. Cruzo los campos y los caminos, llevaba su capa puesta por lo que algunas personas se sorprendían al ver pasar a una pequeña sombra por entre los las cosechas. Aunque más se hubiesen asustado si hubiesen visto pasar a un ratón de un metro de alto.

Cuando la noche finalmente llego, Amit se encontraba ya en el bosque de los elfos, estaba acostumbrado a andar por esa zona, su tribu se encontraba cruzando Sandorai, subiendo por el bosque de Midgard e intentando evitar lo más posible la ciudad de Sacrestic Ville. Cada vez que tenía que salir en busca de tesoros pasaba por todos estos sitios.

El ratón subió corriendo por el tronco de un árbol caído, olió el ambiente, las fragancias de la naturaleza eran más fuertes allí que en ningún otro lado de Aerandir. Los elfos cuidaban muy bien de su bosque, Amit respetaba eso, demostraba que sabían lo que era en verdad importante.

Saltó desde donde estaba, aterrizando sobre unos arbustos que amortiguaron su caída. Había algo que le molestaba, el ratón movió los bigotes enojado, sabía que alguien lo estaba viendo, pero no lograba identificar que era ni desde donde lo estaba haciendo. Había corrido en zigzag, había pasado por pequeños huecos entre raíces, y por entre medio de muchas plantas. Y sin embargo la presencia continuaba estando allí…

-¡Tchik-Tchik! – Chasqueó los dientes y la lengua, señal de su mal humor. Continuó corriendo y vislumbró una fogata a la distancia, algo de compañía para pasar la noche en una zona hostil era una buena cosa.

Se acercó muy lentamente y miro quienes eran los que acampaban. Se trataba de dos humanos, tenían muchas cosas con ellos, Amit tuvo la sospecha de que podrían estar en ese bosque por motivos similares a los de él. Luego de pensarlo un poco llego a la conclusión de que no parecían ser peligrosos, por lo que salió de su escondite con las manos en alto.

-Buenas noches, soy Amit´tek ¿Puedo compartir campamento con ustedes? ¡Tchik! – Movió una oreja al captar un sonido muy a lo lejos, lo que sea que había seguido al Mausu continuaba allí, pero no se acercaba a donde estaban los dos extraños - ¿Están trabajando también? -

Elen Calhoun Mar Oct 16 2018, 09:34

Mientras el norteño terminaba su cena, la benjamina de los Calhoun extrajo nuevamente el mapa que le habían entregado para situarse de forma aproximada y calcular cuánto les llevaría llegar hasta las ruinas al día siguiente, teniendo en cuenta las horas que habían cabalgado solo para cubrir la distancia entre Lunargenta y el bosque de los elfos. - Si queremos estar allí después del mediodía tendremos que madrugar bastante. - musitó, sacando un trozo de carboncillo para marcar su posición en el pergamino y trazar la mejor ruta a seguir. Mantenerse cerca del curso del río les brindaría un suministro constante de agua, pero llegado un punto tendrían que adentrarse en Sandorai, ya que su destino estaba considerablemente apartado de todo.

Otro factor a tener en cuenta era la luz, debían alcanzar el lugar en cuestión tan pronto como les fuese posible para evitar que la noche se les echase encima, con los problemas que eso podía acarrear. Iban directos a una trampa, puede que incluso hubiese más de una, con lo que debían asegurarse de tener una buena visibilidad antes de enfrentarse a la primera defensa de la estructura, esa que había acabado con la partida de exploradores casi al completo. Por suerte ambos contaban con un elemento brillante, capaz de iluminar zonas oscuras, por lo que una vez dentro, no tendrían problemas.

- Entonces deberíamos dormir un poco, yo me encargo de la primera guardia. - contestó el dragón, cediendo a su compañera el turno de descanso. Elen agradeció su gesto y asintió con la cabeza en respuesta, procediendo a devolver el mapa y el pedazo de carboncillo a su bolsa de cuero para luego intentar acomodarse junto a la hoguera, pero antes de que pudiese recostarse, sus agudos oídos captaron algo de movimiento en los matorrales cercanos. Con la tensión apoderándose de su cuerpo, la joven observó a la figura que emergió de entre la vegetación, percatándose al instante de que avanzaba con los brazos en alto para no parecer una amenaza, ese detalle la relajó ligeramente.

A aquellas alturas no le hubiese extrañado que algún elfo apareciese para “invitarla” a abandonar sus tierras, probablemente añadiendo toda una ristra de insultos hacia los de su raza, o que otro grupo enviado por el noble los hubiese alcanzado, decidiendo eliminar a la competencia… pero ¿un ratón? Eso no se lo esperaba. Con una inquisitiva mirada, la hechicera midió al recién llegado mientras éste se presentaba y les preguntaba si podían compartir campamento, atenta a cualquier otro sonido ya que no descartaba que aquel individuo viniese acompañado.

Alister también reaccionó al momento, dejando de lado su cena sin quitar ojo de encima al roedor, quizá no tuviese tiempo de transformarse pero había aprendido a utilizar la espada con cierta destreza, podía apañárselas sin las ventajas de su forma bestial. Sin embargo, y tras unos segundos de silencio, fue la centinela quien tomó la palabra, relajando su postura. - Claro, acércate al fuego si quieres. - contestó, señalando la tentadora fogata. Aún esperaba que alguien más saliese de entre la vegetación, pero eso no llegó a suceder, razón por la cual optó por olvidar las sospechas iniciales, al menos hasta que el hombre bestia quiso saber si también estaban trabajando.

La pregunta dejaba claro cuál era el motivo de su presencia allí, pero ¿los habrían contratado para lo mismo? Sería mejor averiguarlo antes de seguir hablando. - Yo soy Elen, y mi compañero de ahí se llama Alister. - se presentó, para cumplir con los formalismos sociales. - De hecho sí, estamos trabajando en la zona… ¿no irás hacia unas ruinas de lo profundo del bosque por casualidad? - preguntó de forma directa, observándolo con detenimiento en busca de cualquier pequeño gesto que pudiese delatarlo.

La de cabellos cenicientos no quería iniciar un conflicto, de hecho estaba dispuesta a cooperar con otros llegado el caso, pero para ello debían ir con la verdad por delante, es decir, si querían ayudarse tendrían que confiar en los demás. Por supuesto, no dejaría que nadie aparte del cazador le cubriese la espalda, los ataques a traición estaban a la orden del día entre la mayoría de cazarrecompensas, y recordando las palabras del tipo de la taberna, estaba segura de que para asegurarse el éxito terminarían empleando a unos cuantos.

Ante sus palabras, el dragón la miró con cierta confusión, sin entender por qué soltaba aquella información así de repente, sin siquiera esperar a que hubiesen averiguado algo más acerca del tal Amit´tek. - Seguramente no lo ve como una amenaza. - se dijo mentalmente, fijándose más en el ratón, que debía medir aproximadamente un metro… eso sin contar la cola. Sin duda era más pequeño que ellos y también sería más ligero, ¿estaría pensando la bruja en utilizar tales cualidades en su favor de cara a las trampas? Era una opción.

Si el roedor contaba con la agilidad suficiente para sortear los peligros y defensas del lugar podría convertirse en un valioso aliado, pero eso aún estaba por verse. Por lo pronto, el alado comenzó a verlo con otros ojos, considerando la posibilidad de que pudiesen sacar provecho de aquel fortuito encuentro.

Amit'tek Mar Oct 16 2018, 14:09

Amit se quedó quiero mientras lo analizaban, era normal que no confiaran en un extraño que aparecía de la nada en mitad de la noche, por lo que no quería hacer nada que les resultara sospechoso. Se quitó la capucha para que lo vieran claramente a la luz de la fogata, no necesitaba ocultar armas ya que no llevaba ninguna, solo tenía con él las herramientas de trabajo, una mochila con sogas, estacas, cosas para acampar y su martillo atado en la cintura.

Al recibir el visto bueno de la mujer se acercó al fuego, soltó su mochila para que no le molestara, aunque la dejó cerca, y se sentó… En realidad fue más como si se dejara caer, aterrizando con el trasero, ya que sus piernas no eran tan largas y sus brazos lo mismo, no podía amortiguar la caída. Enrolló la cola alrededor suyo y dijo:

-¡Tchik! Si, así es, un humano se acercó a mí en un pueblo que está muy próximo al bosque – El ratón hablaba muy rápido, sin hacer las pausas correctas en su discurso – Me dijo que en el lugar no solo habrían tesoros, sino también muchas reliquias, objetos antiguos, por eso Amit aceptó –

El Mausu suponía que los humanos irían a por el oro, ellos siempre buscaban ese tipo de cosas, y no es como si a Amit no le interesara, pero sabía que habían también otras cosas que la mayoría pasaba por alto y que podían utilizarse para el trueque.

-Si de todos modos vamos a terminar en el mismo sitio, no tiene sentido viajar por separado ¿Cierto? ¡Tchik! – Planteo el Mausu lo que le parecía una obviedad – A menos que Elen y Alister deseen quedarse con todos esos tesoros – En el tono chillón del ratón era difícil el poder percibir si estaba siendo acusador, irónico, o simplemente planteaba una realidad. Miraba fijamente primero a uno y luego al otro – Yo no soy tan ambicioso –

El Mausu sabía que algunas culturas relacionaban a la figura del ratón con la avaricia, nunca había entendido de donde venía esa fama, ningún miembro de su tribu sería capaz de quedarse con algo que no les correspondía, ni actuaría con codicia. Respetaban a rajatabla los tratos, e intentaban ser equitativos con las recompensas, porque si todos recibían igual cantidad de remuneración todos estarían conformes.

Amit notó que uno de ellos estaba comiendo, buscó en su morral y sacó unos hongos.

-Aportar a la cena es una muestra de buena voluntad para los Mausus – Se los ofreció con las palmas abiertas, agarró uno y le dio una mordida para demostrarles que no les harían nada malo – Son buenos, nos darán energía para la caminata de mañana –

Un nuevo sonido a la distancia hizo que Amit girara la cabeza, oliendo el aire para intentar calcular a qué distancia estaba. Movió los bigotes, no era bueno el ocultar una información así.

-Esto tienen que saberlo – Bajo la voz, no sabía qué tan bueno era el oído de lo que sea que estaba acechándolo – Hay algo que me está siguiendo desde que entré en el bosque. Amit intentó perderlo, pero es demasiado rápido, hasta el momento no se mostró, aunque tal vez esté esperando a que baje la guardia ¡Tchik! – Le dio otro mordisco al hongo y lo masticó lentamente mientras seguía escuchando.

Elen Calhoun Miér Oct 17 2018, 22:22

Amit´tek fue directo, nada más sentarse, aunque en vista de sus limitaciones físicas más bien había dejado que la gravedad hiciese su trabajo sin mostrar resistencia, respondió afirmativamente a la pregunta de la tensai de aire, relatándoles su encuentro con el hombre que lo había contratado de forma muy rápida. Conforme con la sinceridad del roedor, la de ojos verdes se puso algo más cómoda mientras lo escuchaba, cruzando las piernas y alargando ambas manos hacia la hoguera para mantenerlas calientes. No se había equivocado al pensar que su encuentro no era fruto de la casualidad pero… ¿con cuántos más se toparían de camino a las ruinas?

El hombre bestia parecía de confianza, lo suficiente para que no le disgustase la idea de compartir el resto del trayecto con él. - No nos interesan los tesoros, solo el dinero que ha prometido el noble por recuperar algunos de ellos. - contestó la joven, observándolo por el rabillo del ojo. - Y teniendo en cuenta que no va a estar presente cuando entremos no veo razón para evitar que te lleves unos cuantos a modo de pago. De todas formas se conformará con lo que le entreguemos, un par de reliquias serán suficientes para tenerlo contento. - prosiguió, encogiéndose ligeramente de hombros. - Siempre y cuando nadie más acabe involucrado y se vaya de la lengua. - pensó para sí, considerando el peor de los escenarios, uno en que terminasen enfrentándose a otro grupo de cazarrecompensas o estos revelasen a su empleador que no le estaban dando todo lo que habían encontrado.

- Nosotros también podríamos quedarnos alguno, como… extra por la peligrosidad, no olvides que solo la trampa de la entrada ha acabado con casi toda una partida de exploradores expertos. - intervino Alister, volviendo a centrarse en su cena antes de que se enfriase. - Cierto. - musitó Elen, instantes antes de que su nuevo compañero de campamento le tendiese una especie de hongos, mordiendo uno de ellos para dar muestra de su buena fe. - Gracias. - dijo, y para no hacer un feo a Amit´tek, probó uno de ellos. El sabor se le antojó algo fuerte pero no resultaba desagradable, sin duda podría añadirlo a alguno de sus guisos, eso si encontraba el lugar en que crecían claro.

Solo unos segundos después, algo hizo que el ratón girase la cabeza hacia la espesura, optando por confesarles que se sentía observado desde su entrada a los bosques, y que sin duda alguna alguien lo bastante rápido como para seguirle el paso andaba tras él. - No será un problema. - susurró la benjamina de los Calhoun, alzando la vista hacia el norteño. - Alister, ¿podrías disuadir a lo que quiera que nos esté acechando? - pidió, todavía en voz baja. - Por supuesto. - respondió el cazador, apurando lo que le quedaba en el plato para luego levantarse y deshacerse de la gabardina que llevaba puesta.

Una vez entregada la prenda a la de cabellos cenicientos, el alado se apartó unos metros e inició el proceso de cambio de forma, dejando que unas duras escamas grisáceas cubriesen su cuerpo al tiempo que piernas y brazos eran sustituidos por las fuertes extremidades de un dragón. Su rostro se deformó, adoptando la alargada silueta de un hocico y mostrando una peligrosa hilera de afilados dientes, que chasqueó sonoramente para que el posible perseguidor del roedor se lo pensase dos veces antes de aproximarse.

Con la aparición de las fuertes espinas de hueso, que empezaban coronando la cabeza del reptil y seguían por toda su columna vertebral hasta la punta de la cola, la transformación terminó de completarse, dejando a una imponente bestia en el lugar en que hasta hacía apenas unos segundos había estado el hijo de Dundarak. Alister alzó la cola y golpeó con ella el suelo de forma contundente, hundiendo la tierra casi medio metro y enviando un claro mensaje a quien estuviese espiándolos, si decidía hacer algo contra ellos lo lamentaría. - Ya podemos dormir tranquilos. - comentó Elen, sonriendo levemente y dejándose caer sobre la manta que había tendido junto a la hoguera. - Despiértame en un par de horas para que te releve. - agregó, buscando las alargadas pupilas de su acompañante.

- Así lo haré. - contestó el dragón con su grave voz, plegando las alas y sentándose sobre los cuartos traseros. - Aprovecha para descansar Amit´tek, mañana será un día largo. - susurró al pequeño hombre bestia, llevándose una mano a la boca para ocultar un bostezo. Con suerte alcanzarían las ruinas poco después del mediodía gracias a los caballos, y si todo iba bien y las trampas no les ponían demasiados problemas, quizá esa misma noche pudiesen dar por concluida su tarea e iniciar el regreso hasta Lunargenta.

Alister en su forma bestial:

Off: Puedes avanzar hasta la mañana siguiente si quieres, teniendo en cuenta que Elen y Alister se limitarán a seguir los puntos del mapa para orientarse hasta la zona de las ruinas te doy permiso para que los manejes en base a eso.

Amit'tek Vie Oct 19 2018, 14:41

Los dos humanos se mostraban muy amables, Amit se sintió cómodo con el recibimiento, por lo que se relajó un poco de su anterior actitud alerta y algo paranoica. Es que no estaba acostumbrado a que algo pudiera seguirlo cuando corría a tanta velocidad por un terreno tan escabroso, todos sus instintos animales le decían que se escondiera en algún hueco y esperara a que todo pasara. Pero era un ser racional, y sabia que nada se solucionaría tan solo esperando.

-Me alegra que la ambición no sea una de sus características. La codicia no es buena, los dioses no la ven con buenos ojos – Llevaba a las personas a realizar las acciones más horribles, por eso los Mausus educaban a sus hijos haciendo fuerte hincapié en la amistad, el trabajo en equipo y el cooperativismo.

Cuando Elen le dijo a Alister que se encargue del asunto al principio Amit no entendió a qué se refería, creyó que estaba instando al hombre a que se internara en la espesura solo y buscara al espía.

-No, no, no, podría ser peligroso y… - Levantó las manos para señalar que no lo creía necesario pero pronto se quedó en silencio. Vio que el humano se quitaba la gabardina y eso lo desconcertó, movió los ojos con velocidad de uno a otro, esperando ver lo que tenían preparado.

Cuando comenzó a transformarse los pelos de la espalda de Amit empezaron a levantarse, un escalofrío le recorrió la columna y su primer reacción fue el pegar un salto y retroceder hasta quedar a unos metros de distancia. Junto con el movimiento dejó escapar un chillido que seguramente había dejado sordo a medio bosque.

-Es… Es… Es un dragón ¡¡Tchik-Tchik!! – No se había dado cuenta, pero ahora el olor era claramente identificable. El Mausu se paro en cuatro patas y se sacudió de cuerpo entero con fuerza para que su pelo regresara a la normalidad – Ya veo, sí, eso debería poder persuadir a cualquiera ¡Tchik! Bien, descansaré entonces –

Aunque su mente entendía la situación le resulto difícil luchar contra la reticencia que sentía su cuerpo a acercarse. Finalmente pudo dar unos pasos, se enrolló sobre sí mismo, rodeando su cuerpo con la cola y apoyó la cabeza en el piso. Era cierto que necesitaba dormir, tanto correr para esquivar peligros lo había dejado muy cansado.

La mañana llegó mucho más rápido de lo que a Amit le hubiese gustado, los Mausu adoraban dormir, sobre todo si era bajo los primeros rayos del sol. El sonido que hacían Elen y Alister al levantar el campamento fue lo que lo despertó, el ratón se paro en dos patas y agradeció al ver que el hombre había regresado a su anterior forma, no podría haber caminado junto a ellos estando como dragón.

El Mausu se encargo de levantar sus pertenencias, que no eran muchas, y de preparar los últimos detalles antes de que comenzaran la marcha. La primera idea fue que Amit subiera a alguno de los caballos, pero la verdad es que el ratón no se sentía cómodo en ese tipo de monturas, sus piernas no daban el largo para poder agarrarse bien y su cola molestaba al momento de sentarse. Por lo que prefirió ir corriendo en cuatro patas junto a ellos y en todo caso dar aviso si se sentía muy cansado.

Con este buen ritmo pudieron avanzar sin demasiados problemas hasta casi llegar al mediodía.

Elen Calhoun Sáb Oct 20 2018, 11:39

Ignorando los agudos chillidos del roedor, que tardó unos instantes en asimilar la naturaleza del dragón, Elen se acomodó sobre uno de sus costados para descansar, dejando la protección del campamento en manos de su compañero, tal como habían quedado. Horas más tarde, un leve toque en el hombro la despertó, había llegado el cambio de guardia y el reptil intentaba despertarla con cuidado, gesto que agradeció al instante a pesar de sus ganas de seguir durmiendo. - Me mantendré en esta forma por si acaso. - susurró Alister, justo antes de recostarse a su lado con la cola pegada al cuerpo.

La hechicera se puso en pie y trató de despejarse, lavándose la cara y echando un vistazo a los alrededores. Aguzó el oído pero no escuchó nada fuera de lo normal, quien estuviese siguiendo a Amit´tek sin duda se estaba manteniendo a cierta distancia, pero tarde o temprano cometería un error o revelaría su posición, momento que aprovecharían para averiguar el motivo por el que perseguía al hombre bestia.

Durante el resto de la noche, la benjamina de los Calhoun se encargó de avivar el fuego y volvió a revisar el mapa un par de veces para asegurarse de que había marcado la ruta más conveniente y que el relieve de la zona no les retrasaría en exceso, cuanto antes terminasen aquel trabajo antes podría renovar su equipo de cara a lo que la esperaba en el Oblivion.

- Alister despierta, está amaneciendo. - susurró, zarandeando al alado con suavidad para que no se alterase al abrir los ojos. - ¿Qué? ¿ya es de día? - preguntó todavía algo adormilado, mientras comenzaba a moverse. El sol empezaba a asomarse por el horizonte, y conscientes de que si querían estar en las ruinas pasado el mediodía debían ponerse en marcha cuanto antes, la joven empezó a recoger el campamento, dándose unos minutos únicamente para desayunar. - ¿No deberíamos avisarlo también? - preguntó el norteño, de vuelta en su forma humana. - Deja que duerma un poco más, de todos modos no nos marcharemos hasta que hayamos levantado el campamento. - le respondió la bruja en voz baja, sin detenerse.

Minutos después el ratón comenzó a reaccionar, seguramente a causa del ruido, que no pasaría inadvertido a su desarrollado oído, y sin perder tiempo se preparó para partir, aunque no lo haría a lomos de uno de los caballos sino a pie. Elen aceptó la decisión del hombre bestia pero teniendo un poco de consideración con él, intentó que las monturas mantuviesen un paso que pudiese seguir sin demasiado problema, y por supuesto, estuvo atenta al estado de su acompañante, por si se cansaba o necesitaba hacer un alto en el camino.

Las primeras horas del día fueron pasando, y con ello el grupo dejó atrás varios de los puntos que se habían señalado en el mapa, siguiendo el curso del río hasta que llegó el momento de internarse en lo profundo del bosque. Para cuando el sol alcanzó su cenit ya solo les quedaba pasar el último lugar de referencia, una gran formación rocosa cubierta por una vistosa hiedra, algo que no tardaron en encontrar. - Ya estamos cerca, solo tenemos que dar con una especie de hundimiento en el terreno. - indicó la hechicera, enrollando el pergamino y guardándolo de nuevo. - ¿No será eso de allí? - formuló Alister, señalando una zona que apenas se encontraba a cien metros por delante de ellos.

El dragón había acertado, ya casi habían llegado a su destino, motivo por el cual volvieron a espolear a los caballos para cubrir lo que les quedaba de trayecto. Las dificultades sin embargo hicieron acto de presencia en cuanto se acercaron a la entrada, mostrándoles que un pequeño riachuelo descendía por la misma y que tendrían que buscar la forma de descender. - Tendremos que seguir a pie. - comentó el norteño, adelantándose a la centinela. La pendiente era demasiado pronunciada e irregular, y si a eso le sumaban el riesgo de resbalar por culpa del agua estaba más que claro que no podían hacer bajar a los animales junto con ellos. - Déjame las riendas de Sombra, los esconderé tras aquellos árboles. - propuso, esperando a que la de ojos verdes desmontase para encargarse de ocultar a sus monturas.

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Una vez hecho esto Alister se colocó al frente e inició el descenso, ofreciéndose a ayudar tanto a la benjamina de los Calhoun como al roedor si lo necesitaban. Solo un vistazo al lugar les bastaría para saber que la naturaleza lo había reclamado hacía ya bastante tiempo, lo que antaño seguramente hubiese sido un hermoso e imponente templo ahora estaba invadido de raíces, hiedra y ramas, detalle que no debían pasar por alto ya que la estructura podría haberse dañado con el paso de las décadas.

El ambiente era húmedo y fresco, y en cuanto abandonaron el cauce del riachuelo, todos pudieron ver la entrada a las ruinas, donde aún yacían los cadáveres de la partida de exploradores. Con cuidado, y recordando lo sucedido durante su última visita a un sitio semejante, la tensai avanzó hacia las viejas escaleras de mármol, y ascendió por ellas hasta el lugar en que tendría que haber estado la puerta principal, pero en vez de eso encontró un macizo muro de piedra adornado con un fino arco. - ¿Por dónde se supone que vamos a entrar? - preguntó a la nada, acuclillándose para observar mejor los cuerpos de sus predecesores, que yacían a unos seis o siete metros de ella.

- Todos han sido abatido con flechas… puede que pisaran una placa de presión. - susurró el cazador, colocándose a su lado y fijándose sobre todo en el suelo. Ciertamente era irregular, había zonas más hundidas que otras, lo que podía darle la razón, pero de ser así debían descubrir el camino correcto hacia el muro… y rezar para que una vez allí hubiese algún otro mecanismo para abrirlo. - Podría transformarme y llevaros al otro lado volando, así evitaríamos esta trampa. - propuso, mirándolos para conocer sus respuestas, o más bien la de Amit, ya que estaba seguro de que la centinela no se negaría a aprovechar la ventajas que tenían.

Off: Subrayado inicio de dos complicaciones:

- La entrada del sitio está oculta, con algún extraño mecanismo (luz solar, juego de palancas, placas de presión, etc...) que deberás de superar para entrar al sitio indicado.

- El lugar está plagado de diversos tipos de trampas, deberás de superarlos o desactivarlas para poder obtener tu objetivo.

En caso de que accedas a ser transportado por Alister puedes narrar cómo llegamos al otro lado y por supuesto, puedes añadir las complicaciones que quieras, yo he puesto estas dos para darle algo de emoción a la entrada en las ruinas. A lo mejor Amit puede encontrar el modo de abrir el muro o llegar hasta él de otro modo.

Amit'tek Lun Oct 22 2018, 04:09

Amit pudo oler el agua mucho antes de que llegaran al lugar, lo que no se imaginó es que bajaría exactamente por donde ellos necesitaban entrar. Mientras el dragón y la mujer se encargaban de los caballos, el Mausu se acercó a la entrada que más bien era un agujero, lleno de moho y maleza, y olisqueó los alrededores. Se podía sentir la fragancia de varios humanos diferentes, hasta encontró restos de sangre y pelo de algún animal.

-Era cierto que muchos viajeros lo intentaron, y fue muy reciente – Amit no sintió miedo, aunque si le sirvió de advertencia para que, de allí en adelante, se mantuviera muy alerta – Gracias ¡Tchik! Puedo bajar - Le dijo el ratón a Alister, rechazando su gesto con amabilidad para a continuación regresar a su posición en cuatro patas y bajar primero que todos a los túneles.

El Mausu se quedó de pie observando el sitio, sus pequeños ojitos brillaban fascinados ante semejante espectáculo. Era un sitio en verdad muy hermoso, los rayos de luz que se filtraban por las partes del techo que estaban rotas iluminaban sectores del piso y hacían brillar el polen que volaba por todos lados. El sonido del agua cayendo por las cascadas podría haber sido muy relajante si no fuera porque a los pocos pasos encontraron los cuerpos de los exploradores que habían intentado entrar antes que ellos.

Cuando Alister propuso transformarse y cruzar a Amit volvió a causarle escalofríos, claramente sabía que el hombre no iba a hacerle daño, y tanto él como su compañera se habían mostrado muy educados y amables. Pero el Mausu no podía evitar que su impulso animal se crispara al imaginarse subiendo a una bestia semejante, su instinto le decía que lo mordiera, no que montara en él.

-Puedo buscar la trampa, solo denme un minuto – Olvidándose de todo lo que lo rodeaba, el ratón puso su atención en los cuerpos, a simple vista parecían estar desparramados, pero luego de analizarlo un rato podía encontrarse un patrón. Amit miró en dirección a uno de los pilares que enmarcaban la puerta, las plantas se enredaban en toda su superficie hasta llegar a arriba. Con mucho cuidado escarbó con sus uñas – Aja ¡Tchik! Es así, si, si, si, estaba seguro de que así era – Por las hojas era muy difícil verlo, pero cuando se llegaba a la piedra podían verse unas rendijas, eran tapas falsas que cubrían unos agujeros - ¡Tchik! Seguro eran parte de un dibujo grabado en la piedra para disimularlo –

Trampa:

Ahora la cuestión era como hacer que los componentes de adentro se trabaran de modo tal que las flechas no saltaran cuando pisaran lo que sea que lo activaba. Amit miró alrededor en busca de algo que pudiera introducir en el agujero, encontró unas piedras que parecían ser de un tamaño más o menos adecuado. Las introdujo y luego sacó su martillo, las golpeó con fuerza hasta que quedaran muy hundidas, las tocó para ver si se movían pero parecían estar fijas.

-Bien… - Continuó buscando más de esos agujeros y repitió el proceso, encontró cinco más aparte del primero y otros tantos que por el paso del tiempo habían sido deshabilitados por la misma naturaleza - Creo que esos son todos, aunque solo hay un modo de probarlo ¡Tchik! –

Hubiese sido muy poco honorable de parte del Mausu el hacer que sus compañeros probaran si había funcionado, así que fue el mismo Amit el que se puso a buscar el interruptor. Resultó ser una baldosa pequeña de las que estaban frente a la puerta, probablemente eso hiciera bajar una cuchilla que iba cortando las sogas que activaban las flechas.

-Intentemos entonces, por favor apártense de la línea – Esto no era solo por entrar al lugar, el ratón no quería que nadie más muriera por pisar en el sitio incorrecto, esta vez habían sido aventureros, pero uno nunca sabia cuando un niño, un granjero o cualquier otra persona curiosa podría entrar por casualidad en ese sitio y terminar con una flecha traspasando su cuerpo. Amit dio un salto y sintió como la piedra bajo sus pies bajaba medio centímetro, se escuchó el chasquido, pero la flecha no llego – ¡Eso es! - Saltó varias veces y en cada oportunidad se escuchó el chasquido en los distintos agujeros pero las flechas no salieron – Juejuejuejuejue – Se reía el ratón.

En el último salto se escuchó nuevamente el chasquido pero en esta oportunidad la piedra no resistió y la flecha salió disparada, pasando por arriba de la cabeza de Amit quien se tiro al piso en el último segundo.

-¡Tchik! La última no la ajuste bien ¡Tchik! – Pero al menos en líneas generales la trampa estaba desactivada. El Mausu se acercó a la puerta, ese era un problema totalmente diferente, al menos ahora podían examinarla tranquilos – Creo que hay unas runas marcadas en la superficie un… ¿Acertijo?

Los grabados formaban un círculo, había una gota, una llama, unas líneas onduladas que podrían ser viento y una roca. Debajo de eso, aquellos que supieran lenguaje rúnico, leerían: “Escoge con sabiduría pues podemos protegerte de lo que te espera más allá. Las criaturas a las que te enfrentarás te esperarán. A menos que poses la mano sobre el mecanismo correcto”

Amit se rascó la cabeza ya que él no reconoció lo que decía la oración.

Elen Calhoun Jue Oct 25 2018, 00:30

Reacio a subirse a lomos del dragón, probablemente por simple instinto animal de supervivencia, Amit´tek les pidió que le diesen un minuto para buscar otro modo de cruzar, idea a la que ninguno de los dos se opuso ya que de momento, tenían tiempo de sobra. También contaba el hecho de que una vez encontrado el tesoro de aquellas ruinas volverían, con suerte, mucho más cargados, motivo por el cual les vendría bien no tener que preocuparse de la trampa, aunque ciertamente podría ser un elemento disuasorio para la posible competencia.

Sin terminar de decidir si les convenía más anularla o valerse de ella, la de cabellos cenicientos siguió al hombre bestia con la mirada, atenta a sus ágiles movimientos. Era ligero, solo con eso ya suponía una ventaja tenerlo de su lado, pero no podía olvidar lo que les había contado la noche anterior, ¿seguiría siendo objeto de persecución? Lo primero que le venía a la mente era que otros empleados del noble lo hubiesen utilizado para llegar de forma rápida hasta su destino, aprovechando los atajos que el roedor pudiese conocer dentro del bosque, pero tampoco podía descartar la idea de que tuviese algún enemigo… a fin de cuentas apenas se conocían.

En silencio, Elen observó como su aliado se acercaba a uno de los pilares para examinarlo detenidamente, descubriendo con ello que aquel era el origen de los proyectiles, que salían disparados a través de unas finas rendijas sorprendentemente bien disimuladas. - Bien visto. - comentó, aproximándose al ratón mientras éste revisaba los alrededores en busca de algo con lo que bloquear la salida de las mortíferas flechas.

Con ayuda de un martillo y un puñado de piedras, Amit tapó los orificios cuidadosamente, asegurándose de que éstas últimas encajasen perfectamente en el hueco, y una vez hecho esto se dispuso a poner a prueba la eficacia de su trabajo, instándolos a mantenerse a cierta distancia para que en el peor de los casos, no corriesen peligro. Con la tensión apoderándose de su cuerpo, la benjamina de los Calhoun solo pudo desearle suerte y esperar que su plan saliese bien, ya que había rechazado la opción más segura que tenían.

En cuanto el hombre bestia saltó sobre la placa de presión que descansaba frente al muro de piedra, tanto la hechicera como su acompañante pudieron escuchar un claro chasquido, pero a pesar de haberse activado, la trampa no hizo daño alguno al roedor, su estrategia había funcionado. Los proyectiles no podían salir a causa de los pedruscos, o al menos eso creyeron hasta que uno de ellos consiguió librarse del objeto que lo bloqueaba, cortando el aire y pasando sobre la cabeza del peludo ser, que sin dudarlo se echó al suelo.

La tensai de viento observó la escena con los ojos muy abiertos, alzando una mano de forma instintiva para desviar el virote con sus poderes, pero gracias a los dioses no hizo falta, su pequeño compañero estaba a salvo y sin más de qué preocuparse, al menos de momento, los tres pudieron acercarse al extraño muro de piedra. El arco que lo bordeaba era demasiado fino y elaborado como para decorar una simple pared, no, allí había algo más, y tras ver el círculo formado por diferentes runas, no les quedó duda de ello.

- Runas, pues vaya faena… yo no puedo leerlas. - soltó, cruzando los brazos sobre el pecho mientras recorría cada uno de los símbolos. Todo lo relacionado con arcanos era más bien el territorio de su hermano Vincent, él no habría tenido problema para descifrar lo que decía. - Bueno, no sabemos lo que pone pero los dibujos son claramente reconocibles, son los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. - musitó Alister, señalando cada grabado al tiempo que los nombraba. - Supongo que tendremos que elegir uno… yo voto por el fuego. - añadió, desviando la vista hacia su compañera.

¿Qué podía esperar del dragón? Estaba acostumbrado a que las llamas lo protegiesen y estuviesen de su lado, no podía criticar que optase por lo conocido. - ¿Y si activa otra trampa relacionada con el símbolo? No entra en mis planes acabar calcinada ahí dentro… - susurró ella, que por supuesto, confiaba más en el aire. - Entonces tengamos en cuenta el lugar, aquí hay mucha agua, esa podría ser la respuesta correcta. - contestó el norteño, echando la vista atrás hacia el riachuelo, aunque poco convencido. - Estamos en territorio de elfos, su unión con la naturaleza es superior a la de otras razas, y también el lazo que los liga a la tierra. - dijo la bruja, relajando su postura y liberando una de las manos. - Retroceded un poco, por si acaso. - pidió, antes de extender el brazo y presionar el grabado que representaba la tierra.

Ya solo quedaba ver si había acertado o por el contrario, había cometido un error fatal.

Amit'tek Vie Oct 26 2018, 18:08

Al parecer nadie en el grupo sabia interpretar runas, el Mausu chasqueó la lengua y movió la nariz varias veces mientras pensaba cómo podrían solucionar semejante problema. Sacó un cuaderno que llevaba siempre en su mochila, era pequeño y su tapa estaba hecha con cuero, adentro había también una carbonilla que el ratón usaba para ir haciendo anotaciones que le parecían relevantes.

Si alguien más miraba el cuaderno notaría que Amit tenía escritos muchos nombres con oraciones que carecían de sentido como “El que vende los frutos demasiado maduros”, “Quien ofrece llevarte sin pedir nada a cambio”, “El que es en realidad un dragón aunque no lo parezca” o “El que intenta darte monedas falsas”.

Copió el mensaje que estaba grabado en la puerta y también los símbolos, tal vez podría averiguar más adelante lo que significaba.

-¡Tchik! Yo no sabría cuál elegir – Dijo con sinceridad Amit, sin algo más de contexto todos los signos le resultaban iguales, contempló los grabados durante algunos segundos y se encogió de hombros, dándole pie a la mujer para que elija según su criterio.

Elen apretó la imagen que simbolizaba una roca, el ratón asintió con aprobación cuando sintió que la pared vibraba mientras lentamente se abría. Del otro lado había un pasillo completamente oscuro que bajaba, el piso era de arena, resultaba curioso, detrás de los aventureros el ambiente era húmedo y caluroso, pero por delante un viento seco les golpeaba el rostro.

-No debería estar así ¡Tchik! Es extraño – Amit se acercó y empezó a oler todo el borde de la puerta, asomó apenas la cabeza con cuidado y agarró un poco de arena – Tal vez… Hace mucho que nadie lo abre – Dejó caer la arenilla entre los dedos – Iré por delante –

La vista de los ratones no era muy buena, los Mausu compartían esa característica con sus primos lejanos, diferenciaba pocos colores y no podía ver tan lejos como otros seres. Pero el resto de sus sentidos eran muy agudos, entre ellos, las sensaciones que le transmitían sus bigotes, podía sentirlos rozando las paredes, eso y el polvo entre sus dedos le decía a Amit que hacía varios siglos que nadie pisaba esos pasillos.

El túnel bajaba, y a medida que descendían el ambiente se hacía más frío, un cambio abrupto a comparación del calor veraniego que había afuera. Al llegar al final una sala amplia y larga los esperaba, con enormes columnas a los lados que sostenían un techo abovedado. Antes de dar un paso dentro de la habitación Amit achico los ojos, en un intento inútil por vislumbrar el final de la enorme sala.

-Nada – Fue lo único que dijo, no sabía donde terminaba, era solo un gran agujero oscuro con piso de arena. Se decidió finalmente a dar los primeros pasos… Nada ocurrió. El ratón respiró aliviado y continuó andando, el silencio del lugar era inquietante, el bello sonido que los había acompañado durante todo su trayecto en el bosque ahora había desaparecido.

Siquiera sus pasos hacían ruido, ya que la arena los amortiguaba. Ya se habían introducido varios metros en la sala cuando algo llamo la atención del Mausu, ni su oído ni su olfato le había avisado nada, pero su pelo comenzó a crisparse ante la sensación de que algo se estaba moviendo. Amit miró hacia abajo, había algo muy extraño en esa arena…

De pronto el piso que estaba en los alrededores comenzó a levantarse, aunque desde la posición en que estaba Amit no podía verse con claridad, unas enormes mandíbulas se estaban cerrando y tragando todo lo que estaba dentro de su circunferencia.

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**Aclaración: El botón era solo para elegir el tipo de criatura ^^ Y en todo caso podían elegir un Ser que por su elemento les resultara ventajoso.
Dejo aquí la ficha de los [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], yo describo a uno, pero pone todos los que quieras!

Elen Calhoun Mar Oct 30 2018, 22:23

Ya no había vuelta atrás. La puerta reaccionó al instante, abriéndose lentamente para darles acceso al interior de las ruinas, o al menos a un pasillo que a todas luces debía conducir a lo más profundo de las mismas. A diferencia del húmedo y ligeramente agobiante ambiente del exterior, un viento seco les dio la bienvenida nada más acercarse a la entrada, consiguiendo que la benjamina de los Calhoun frunciese el ceño con cierta desconfianza. Aquello no tenía sentido, se suponía que nadie había puesto un pie más allá del muro de piedra en siglos… entonces, ¿por qué no se presentaba frío y húmero como cabía esperar?

Antes de que pudiese seguir dando vueltas a las dudas que la asaltaban, el pequeño hombre bestia tomó la iniciativa y optó por encabezar la marcha, mientras la hechicera, echando mano de su elemento, creaba una tenue esfera celeste para alumbrar el camino y evitar sorpresas desagradables. Alister, que la seguía de cerca, observó el ancho del pasillo y suspiró por lo bajo, no tenía espacio para transformarse así que muy a su pesar, mantendría su forma humana hasta que llegasen a una zona más abierta.

En silencio, no solo para estar atentos a cualquier posible sonido proveniente de los salones inferiores sino también para no delatar su posición, ambos siguieron a su peludo aliado, percatándose de que la temperatura descendía considerablemente conforme avanzaban.

Pronto el pasillo dio paso a una enorme sala, de la cual ni siquiera se podía ver el final, aunque eso de momento no preocupó a la tensai ni tampoco a su acompañante, era un templo, y como todos los lugares sagrados se habría construido de forma ostentosa para que resultase imponente a ojos de los mortales y adecuado para los dioses. - Uhmm, ¿por qué hay tanta arena? - musitó Elen, tras dar un par de pasos. La primera idea que le vino a la cabeza era que se trataba de otra trampa y estaban cayendo en ella de lleno, que de un instante a otro el suelo cedería bajo sus pies para hacerlos caer en un foso o algo… pero su imaginación se estaba quedando bastante corta.

Con la vista clavada en las altas columnas y el techo de la sala, el cazador se vio tentado a transformarse, solo por si acaso, pero no lo hizo, no antes de que algo comenzase a moverse debajo de ellos y los obligase a reaccionar para no ser engullidos. - ¡Retroceded! - instó la de cabellos cenicientos, mientras el dragón, que la tenía a su alcance, tiraba de su brazo para apartarla del inminente peligro. Todo el suelo parecía estar vivo, pero en realidad no era cosa de la estructura sino de lo que moraba allí dentro, una especie de gusanos que sin dudarlo, abandonaron su letargo al percibir la presencia de los intrusos. - ¡Volved al pasillo! - soltó el norteño, mientras luchaba por mantener el equilibrio y proteger a su compañera, la cual ni corta ni perezosa, se liberó de su agarre para preparar un ataque con sus poderes.

La brillante descarga cruzó el aire e impactó en una de las criaturas que trataban de comérselos, pero esto solo consiguió enfadarla aún más, convirtiéndolos en su objetivo. - ¿A qué esperas? Transfórmate, yo lo detendré. - aseguró la bruja, preparando de nuevo su elemento. La barrera se alzó antes de que la bestia pudiese acercarse lo suficiente como para arremeter contra ellos, separándolos y desviando parte de electricidad para dañar al ser.

Rápidamente, el alado inició su proceso de metamorfosis a marchas forzadas, dejando que las escamas y espinas de hueso cubriesen su cuerpo y deformándose hasta adoptar su reptiliana apariencia. Con el fuego de su parte todo sería más fácil, se dijo mentalmente, pero la verdad era que no sabían cuántos bichos había en la enorme sala y si empezaba a quemarlo todo podrían asfixiarse allí dentro. - ¡Atrás Elen! - indicó, con tono decidido. La joven lo miró por el rabillo del ojo, e inmediatamente echó abajo su muro de energía para quitarse de en medio, permitiendo que el gusano avanzase directamente hacia su acompañante con las mandíbulas abiertas de par en par, cosa que lamentaría en breve.

Abriendo las alas para parecer más grande de lo que ya era de por sí, el cazador aguardó hasta que su enemigo estuvo a apenas cinco metros de su posición, momento en que liberó sus ardientes llamas contra éste, destrozándole la garganta y arrancándole un gutural alarido de dolor. - Uno menos. - pensó, pero ¿cuántos más habría escondidos en la arena? No tuvo tiempo de mirar al suelo, antes de darse cuenta tenía a otra de esas criaturas arrastrándose hacia su espada con intención de atacarlo a traición. - Alza el vuelo, desde el aire nos serás más útil. - sugirió entonces la centinela, interviniendo con sus poderes para rodearlo y dejarlo dentro de una especie de huracán, que levantó una gran cantidad de arena y dificultó la visión de su oponente.

Con Alister ya en las alturas, los que tendrían mayores problemas serían ella y el roedor, así que sin dudarlo, la de ojos verdes corrió hacia Amit´tek para que ambos se mantuviesen cerca uno del otro y pudiesen apoyarse. - Tenemos que buscar una salida, eso o matarlos a todos. - comentó, dejando que la electricidad le envolviese los brazos y desenvainando una de las espadas. - ¿Cuántos ves desde ahí arriba? - inquirió, sin perder de vista los montículos que se movían a su alrededor. - Al menos dos. - contestó el dragón, con su vientre del vivo tono anaranjado que solía preceder a las llamas.

- Bien, creo que podremos con ellos. - susurró Elen, esperando que el ratón estuviese dispuesto a luchar también.

Off: Elen utiliza sus habilidades de muro de energía y ojo de huracán.
Alister utiliza fuego dragón.

Amit'tek Vie Nov 02 2018, 14:50

EL Mausu dejó escapar un chillido sumamente agudo cuando vio con horror lo que pasaba bajo sus pies, se puso en cuatro patas y comenzó a correr hacia los bordes de la enorme boca para poder escapar de lo que sería una muerte segura. En el último instante rodó y tuvo que agarrarse la cola para evitar que fuera devorada por el inmenso gusano de tierra.

El ratón había quedado del lado opuesto que sus compañeros, por lo que correr al pasillo por el que habían entrado no era una opción. Sintió un nuevo movimiento bajo sus pies y se percató de que el resto del cuerpo de la criatura estaba justo debajo de él, apenas hizo tiempo a sostenerse de los pliegues de la curtida piel antes de que se levantara por completo.

-¡¡¡Tchiiiiiick!!! - Gritó Amit mientras era llevado por el monstruo de un lado para el otro sobre sus grupas. Del otro lado estaban la bruja y el dragón haciendo lo posible por defenderse del otro gusano, el Mausu se percató de que no podía esperar a que lo ayudaran, tenían suficientes problemas peleando con el otro monstruo - ¡Tchik! ¡Tchik! - Seguía chasqueando los dientes nervioso el ratón mientras pensaba qué podía hacer un pequeño Ser como él contra semejante bestia.

Sin tener ningún plan en mente, comenzó a trepar por la espalda del gusano, sus pequeños dedos de roedor eran muy buenos para poder meterse hasta en los más estrechos pliegues y utilizarlos para escalar. Pero el monstruo no se quedaba simplemente quieto a la espera de que el Mausu subiera, por el contrario, se agitaba en todas direcciones e intentaba quitarse al ratón aplastandolo contra los muros y las columnas.

Cuando logró por fin llegar a la cabeza sacó uno de los frascos que siempre llevaba en su cinturón, lo abrió con la boca ya que no podía soltarse a menos que pretendiera salir volando, y con toda la puntería de la que fue capaz derramó el contenido en uno de los ojos del animal. El ácido comenzó a hacer efecto de inmediato, haciendo que el gusano se agitara con más fuerza, logrando por fin que Amit perdiera el equilibrio y cayera por uno de los costados. *

Chocó contra el piso y por el envión rodó hasta golpear contra la pared que estaba junto al pasillo por el que habían llegado. Algo atontado por el impacto y los giros, el Mausu se puso en pie usando el muro como apoyo, en ese momento la hechicera se acercó a Amit, quien asintió ante el comentario de la mujer.

-Sí-corremos-quizás-no-haya-una-salida-del-otro-lado-entonces-estaríamos-encerrados- Dijo el roedor a una velocidad tal que costaba decir donde empezaba una palabra y donde terminaban -Debemos-enfrentarnos-a-ellos - Sí había algo que al Mausu no le faltaba eso era valentía.

Sacó su martillo y se plantó firme, en una imagen que más que amenazadora era chistosa, dada la altura del ratón y el tamaño de sus contrincantes. El gusano se debatía dentro del huracán, pero en cuanto logró liberarse mínimamente, se lanzó con la boca abierta hacía Amit y Elen. El Mausu saltó a un lado y descargó con todas sus fuerzas el martillo contra el costado del monstruo, su piel era dura y gruesa, no parecía que el ataque fuera muy efectivo, pero aún así descargó otro golpe antes de que el horrible Ser pudiera retirarse.**

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*Amit Usa su Habilidad de Nivel 0 "Tunelar"
**Usa su Maestría en "Armas Contundentes (Dos manos)"

Elen Calhoun Dom Nov 04 2018, 12:53

Con Amit´tek dispuesto a luchar, la tensai se preparó para utilizar nuevamente su elemento, descartando de inmediato la opción de combinar sus armas con la telequinesis y electricidad ya que la piel del enemigo era demasiado dura. Eso iba a complicarle las cosas, pero no demasiado, solo debía debilitar a la criatura que tenía ante sí lo suficiente como para que Alister acabase con ella. - ¡Déjanos este a nosotros y ocúpate del otro! - exclamó, para que su voz se alzase por encima del ruido que causaban los gusanos y llegase hasta el alado.

Haciendo caso a sus instrucciones, el dragón se apartó de ellos y buscó el cuerpo del tercer bicho, abalanzándose sobre su espalda en cuanto lo tuvo a la vista y clavando en él sus garras y fauces con ferocidad. El ser se revolvió violentamente para tratar de liberarse de su atacante pero no logró nada, solo que su piel empezase a desgarrarse justo antes de que el fuego ascendiese a través de la garganta del reptil, quemándolo. Un chillido gutural escapó de lo más hondo del monstruo, pero la batalla no iba a terminar tan fácilmente, se resistiría hasta el final.

Mientras el norteño hacía cuanto podía por acabar con su contrincante, el pequeño hombre bestia se lanzó hacia el que él y la hechicera tenían delante, golpeándolo en uno de los costados con su martillo. Elen por su parte decidió castigar el lado opuesto del animal para que no pudiese protegerse de ambos a la vez, realizando un contundente tajo con la espada antes de devolverla a la vaina y colocar la zurda directamente contra el cuerpo de la bestia. La descarga ésta vez fue directa pero aun así insuficiente, si no conseguía traspasar la gruesa piel del enemigo tendría que cambiar de estrategia o buscarle un punto débil.

Con su mejor ataque limitado, ya que para desatar la tormenta necesitaba estar en el exterior, la de ojos verdes optó por algo diferente, corriendo hasta situarse justo delante del gusano y agitando los brazos para que centrase su atención en ella. - ¡Eh, aquí! ¡Ven a por mí! - gritó, dando por hecho que podía escucharla. Entre la brillante mujer y el roedor, la criatura terminó decidiendo que ella era una presa más interesante, probablemente por su tamaño, y sin dudarlo abrió las enormes mandíbulas orientándolas hacia ella, justo lo que la bruja quería.

Quizá la piel fuese dura y actuase como una especie de armadura natural, pero en el interior de la boca las cosas cambiaban, tenía lengua y membranas más allá de las imponentes hileras de dientes, ese era el punto al que debía atacar. Antes de que pudiese echársele encima, la joven echó mano a dos de los cuchillos arrojadizos que su hermano le había forjado y utilizando su telequinesis los hizo salir disparados hacia su objetivo, acertándole pero sin hacerle apenas daño, cosa con la que ya contaba.

Alzó ambas manos y liberó su elemento, guiándolo con precisión hasta las metálicas empuñaduras de ambas armas y consiguiendo que el material las condujese al interior del monstruo, con lo que parte de su cuerpo se vio rápidamente afectado, pero no lo suficiente. Dándose cuenta de lo que ocurría, el gusano cerró las mandíbulas para que la descarga no pudiese seguir llegando hasta aquellos molestos pinchos que tenía dentro, gruñó guturalmente y trató de recomponerse después del golpe recibido, sin quitar ojo de encima a aquellos intrusos que habían perturbado su descanso.

- Está débil, tenemos que buscar un modo de matarlo ya. - soltó la centinela, esperando que Amit tuviese alguna idea en mente ya que la suya no había surtido el efecto deseado.

A una veintena de metros, el reptil seguía luchando ferozmente contra su oponente, el cual ya mostraba varios cráteres humeantes en la espalda pero se negaba a rendirse. Un nuevo fogonazo de luz y una quemadura más en su maltrecha piel, si no se libraba del dragón enseguida su vida terminaría demasiado pronto. Llevaba en aquellas ruinas mucho tiempo, se limitaba a ser una especie de guardián junto a los de su especie y a comerse lo que entraba, pero aquel día el almuerzo se presentaba demasiado peleón.

Con un brusco movimiento, para el cual tuvo que hacer acopio de casi todas las fuerzas que le quedaban, el animal logró finalmente deshacerse de su atacante, lanzándolo al suelo y provocando que rodase por la arena varios metros antes de volver a ponerse en pie. La pelea se alargaba más de lo que al cazador le gustaría, y para colmo de males no podía prestar ayuda a su compañera hasta que terminase con su labor, razón de más para darse prisa.

Con eso en mente supo lo que tenía que hacer, fundirse con el fuego y dejar que éste lo recubriese por completo, reemplazando su ser por una ardiente versión del mismo. Una vez completado el proceso se abalanzó sobre su víctima sin miramientos, causándole tanto daño como le era posible.

Off: Alister utiliza Aspecto primigenio

Amit'tek Mar Nov 06 2018, 14:17

Amit tenía que admitir que la bruja era sumamente valiente, no solo porque no se amedrentaba contra semejante criatura, sino porque además tenía el temple para generar ataques osados y peligrosos. El Mausu se quedó mirando sorprendido como Elen corría en otra dirección y se ofrecía como carnada para que la bestia la atacara.

Ante semejante panorama el ratón no podía simplemente quedarse viendo de brazos cruzados, resultaba muy poco digno que no hiciera nada para ayudar a sus compañeros y su tribu jamás se lo perdonaría. Miro a los lados, en busca de algo que le pudiera servir para atacar, pero alrededor solo estaban las paredes, la arena, algunas piedras.

-¿Piedras? ¡Tchik! – No eran rocas cualesquiera, eran pedazos de columna. El Mausu se acercó corriendo mientras la mujer electrocutaba al enorme gusano usando sus armas como conductor - Rápido-Rápido-Rápido – Repetía el roedor mientras se acercaba a la columna.

Desde la distancia no lo había notado, pero cuando Amit se acercó y miro hacia arriba, era evidente que la columna no llegaba hasta el techo, aunque la oscuridad no permitía ver bien donde terminaba. El ratón volvió a sacar uno de sus frascos y lo esparció por la mitad de la base, varias de las piedras de arriba ya se habían caído, y otras tantas estaban tambaleantes, no necesitaba más que el golpe correcto en el sitio correcto.

“Está débil, tenemos que buscar el modo de matarlo ya” gritó Elen.

-¡Amit se encargará de eso! – Respondió el Mausu mientras golpeaba una y otra vez la columna hasta que comenzó a tambalearse – ¡¡Apártate de ahí!! – Le advirtió y salió corriendo hasta la salida, muchos de los bloques más altos caían en los alrededores, por lo que cualquiera que estuviera en el piso corría el riesgo de ser aplastado.

El roedor se puso en cuatro patas y corrió porque en ello le iba la vida. El gusano se giró al notar que el pilar se le venía encima, pero no tenía tanto espacio para maniobrar, chilló e intentó apartarse pero los grandes bloques caían sobre su cuerpo uno tras otro. La parte de atrás de su cuerpo fue aplastada, y finalmente uno cayó sobre su cabeza.

Era una imagen bastante desagradable, parte de los intestinos del monstruo estaban desparramados por la arena, pero así y todo se seguía moviendo. Un intenso olor comenzó a inundar la sala, probablemente era algún tipo de arma defensiva que tenían los de su especie para evitar que los lastimaran los depredadores. Y en Amit funcionaba, ya que sus pequeños ojos rojos lagrimeaban como consecuencia de la peste.

-Por favor, debemos irnos ¡Tchik! Ese olor es espantoso – El Mausu se tapaba la nariz con ambas manos pero no daba abasto con eso – Es tan horrible – Se lamentaba el roedor, buscó un pañuelo en su mochila y se tapo con eso, como si fuera un bandido de los caminos.
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Subrayado: Amit usa su Habilidad de lvl 0

Elen Calhoun Vie Nov 09 2018, 00:48

Sin perder ni un instante, el pequeño roedor centró su atención sobre una de las ornamentadas columnas de la enorme sala y comenzó a golpearla con su martillo, poniendo a prueba la resistencia de la obsoleta estructura, que no tardó en mostrar signos de debilidad. Adivinando su intención, la de cabellos cenicientos siguió con su papel de cebo, manipulando la electricidad para mantener ocupado al gusano y que no se moviese demasiado de donde estaba. - Vamos, date prisa. - pensó, viéndose obligada a saltar hacia un lado para esquivar uno de los ataques del bicho.

Un sonoro crujido, junto con el aviso de Amit, le dio la señal de retirada, y de inmediato la joven echó a correr en la dirección opuesta a la que tomaban los cascotes, impulsándose con una corriente de viento para ganar velocidad y salir cuanto antes de la zona de peligro. Los impactos quedaron mayormente amortiguados por la arena pero aun así pudo sentir como parte del suelo temblaba, ¿estarían a punto de quedar sepultados dentro de las ruinas?

Sin pensar mucho en la terrible posibilidad de que ocurriese, ya que tenía problemas más importantes, como evitar acabar aplastada por los escombros, Elen alcanzó uno de los bordes de la sala y pegó la espalda al mismo, recuperando el aliento mientras observaba como el soporte terminaba de derrumbarse. En otra parte del lugar, Alister finalmente se alzaba victorioso en su particular duelo entre bestias, abandonando aquella ardiente forma que había adoptado en combate para escrutar con sus alargadas pupilas de reptil cuanto le rodeaba. - Veo otro pasillo, ¡seguidme! - instó, tornando su vientre de un vivo tono anaranjado para que pudiesen guiarse hasta su posición y huir del pestilente hedor que había dejado el gusano al morir bajo la pila de rocas.

Cubriéndose el rostro con la manga de su camisa y respirando solo lo justo y necesario, la hechicera no dudó en avanzar hacia su compañero, bordeando el cadáver de su enemigo y acelerando el paso en cuanto las cosas parecieron calmarse. El techo no se les había caído sobre las cabezas, eso era una buena señal, quizá los constructores de aquel olvidado templo lo hubiesen diseñado para que permaneciese en pie durante muchos siglos.

- ¿Por dónde? - preguntó en cuanto llegó a la altura del dragón, ansiosa por dejar atrás aquel sitio. - Allí, al fondo. - indicó, con un movimiento del hocico. Por desgracia para la tensai, su sentido de la vista estaba mucho más limitado que el del alado, razón por la cual optó por volver a crear otro orbe de energía y hacerlo levitar en la dirección que le había mencionado. La esfera flotó durante unos instantes, para luego revelar lo que Alister había atisbado, una entrada a otro pasillo semejante al que los había llevado hasta allí.

- Vayamos por el borde, no creo que queden más criaturas de esas pero prefiero no arriesgarme. - propuso, manteniéndose a solo un par de metros de la pared mientras caminaba. De ese modo, la de ojos verdes optó por tomar ciertas precauciones en vez de seguir el camino más directo, pero una vez junto al supuesto pasillo se detuvo durante unos segundos. La trampa de la entrada, el muro con los símbolos de los elementos y ahora los guardianes, por llamarlos de algún modo, todo apuntaba a que el trayecto hacia su destino iría complicándose conforme salvasen los obstáculos que se les presentaban, con lo que no podían permitirse bajar la guardia.

Con eso presente, Elen se agachó para recoger una piedra de buen tamaño y lanzarla a través del corredor, esperando que algo saltase o se activase, pero no fue el caso. - Espero que ese noble de verdad sea tan generoso como nos lo pintaron. - musitó, mientras se internaba en la nueva zona. - Si no lo es nos llevaremos las reliquias a otra parte, siempre hay algún coleccionista al que le sobra el dinero. - replicó el cazador, regresando a su forma humana para poder pasar sin sentirse agobiado.

Poco a poco la pendiente se fue haciendo más pronunciada, iban directamente hacia lo más profundo de aquellas ruinas, o eso era lo que creían… Pero en vez de dar con la sala del tesoro hallaron una estancia bastante más pequeña que la anterior, presidida por una especie de altar que llevaba mucho tiempo sin que nadie lo utilizase. - Me parece que ningún explorador ha llegado tan lejos. - intervino el norteño, al no encontrar cadáveres ni restos que pudiesen delatar la presencia de intrusos o trampas. - Con esos bichos no me extraña. - contestó la benjamina de los Calhoun, analizando cada rincón de la habitación antes de adentrarse en ella.

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De primeras no pasó nada, no parecía haber placas de presión ni tampoco animales custodiando aquel espacio, pero la centinela no se fiaba, después de lo visto estaba segura de que ocurriría algo más. Lentamente, Elen comenzó a bajar las escaleras que llevaban hasta el altar y sus alrededores, preguntándose si habría alguna conexión entre aquel punto en concreto de las ruinas y lo que buscaban, esos valiosos artefactos abandonados de los cuales no tenían clara ni la forma ni la ubicación.

- ¿Qué clase de rituales llevaban a cabo aquí? - preguntó en un susurro, deslizando una de las manos sobre la losa de piedra y sacudiéndose al momento para librarse de la capa de polvo. ¿Sacrificios? ¿ritos y celebraciones? ¿oraciones a los dioses? Nadie podía decirles con exactitud el propósito con que se había construido aquel templo, pero existía la posibilidad de que algo hubiese sobrevivido al paso del tiempo, un libro o algo que pudiese ayudarlos a entender mejor lo que debían encontrar.

Off: Alister utiliza ventaja en la penumbra.

Amit'tek Lun Nov 12 2018, 14:55

Sin dudarlo un segundo Amit siguió las indicaciones del Dragón, si la visión de la hechicera era mala, la del Mausu siquiera servía para ver a medio metro, a sus características naturales se sumaba el hecho de que los ojos le lagrimeaban por el mal olor. Fue caminando guiándose por la voz de Elen y tanteando la pared para no quedarse atrás.

-Seguramente la siguiente trampa se activará cuando hayamos bajado la guardia – Conjeturo el Mausu, o quizás no se esperaban que nadie llegara hasta esa parte- ¡Tchik! Es buena idea el poner un cebo – Dijo el roedor aprobando las acciones de Elen – Amit va a prestar atención a los olores –

Ahora que la peste de la sala anterior estaba quedando atrás, el ratón podía utilizar su agudo olfato nuevamente. Llegaron a una nueva habitación, en ella solo había un altar en el centro, Amit se movió con tanta precaución como sus compañeros, en cuatro patas oliendo cada baldosa antes de tocarla.

Pero nada se activó, eso solo le causó más escalofríos al Mausu ¿Es que acaso nadie había llegado hasta allí? ¿Qué tipo de trampa podían tenerles preparados a aquellos que se aventuraban tan lejos?

-Sean cuales fueren, son ritos paganos, no pueden más que molestar a los dioses – Dijo el ratón absolutamente convencido – Es algo horrible…

-Lo único blasfemo aquí es que un grupo de herejes se consideren con el derecho de entrar a nuestros recintos sagrados y husmear a su antojo las salas – Dijo una voz detrás de ellos.

-¡¡Tchik!! – Amit dio un salto asustado y se dio la vuelta ya con su martillo en la mano - ¿Quiénes son? – Arrugó la nariz - … ¡Eres el que me seguía! – Levantó la mano acusador el Mausu.

-Bravo, tu sagacidad me deja deslumbrado – Respondió con ironía el hombre. Era en apariencia un humano de mediana edad, llevaba unos extraños ropajes puestos que Amit identificó como ropas de algún tipo de sacerdote o chaman – Quienes no sigan a nuestro dios no merecen pisar este suelo – Dijo mientras comenzaba a conjurar.

-¡¡Hechicero!! – Amit corrió detrás del altar para cubrirse de lo que sea que fuera a lanzar, y por lo mismo no pudo ver cuando un elfo y un hombre-oso salieron desde atrás y se dirigieron directamente hacía los aventureros. La peste del gusano había cubierto la llegada de los enemigos, por eso el Mausu no había podido detectarlos a tiempo, ahora los aventureros se encontraban acorralados a merced de un grupo de fanáticos.

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FDI: Lamento lo corto del post, es que no quería avanzar hasta no saber como reaccionarían tus pjs. Puedes elegir el tipo de hechicero que prefieras. En cuanto a los otros dos, imagino que el Elfo usará dos dagas envenenadas, y el Hombre-oso sus garras y su fuerza. Tenemos enemigos variados para entretenernos n_n

Elen Calhoun Vie Nov 16 2018, 23:31

Aún con una vocecilla en su cabeza diciéndole que no debía bajar la guardia, la benjamina de los Calhoun examinó más detenidamente los grabados del altar en busca de algo que pudiese ayudarles a entender en qué clase de sitio se estaban metiendo, pero antes de que lograse descifrar los símbolos, una voz desconocida respondió al comentario de su peludo acompañante, consiguiendo que se girase hacia la entrada para mirarlo. Todo en aquel individuo indicaba que era un hechicero, su apariencia, las ropas que llevaba… y por supuesto el flujo de maná que lo rodeaba, algo que la joven percibió al instante.

A juzgar por las palabras del extraño y lo ofendido que parecía quedaba claro que tenía algún tipo de relación con las ruinas, pero si era el encargado de cuidar de ellas, ¿por qué había esperado tanto para hacer acto de presencia? Bien podría haberlos atacado en el bosque o durante la pelea con los gusanos, aunque quizá su error había sido confiar demasiado en las defensas del templo.

- Alister… - empezó a decir la de cabellos cenicientos en cuanto vio que el recién llegado traía compañía, más concretamente un elfo y un hombre bestia oso. - Ya voy, dame unos segundos. - pidió el cazador, colocándose por detrás de ella para poder transformarse de nuevo y afrontar el inevitable combate que estaba a punto de comenzar. Elen aguardó hasta que su oponente le mostró el elemento que dominaba, dando forma a unas afiladas esquirlas de hielo que salieron disparadas en su dirección por medio de la telequinesis, habilidad que ella misma no dudó en utilizar para retrasarlas.

Con apenas unos instantes antes de que los proyectiles la alcanzasen, la tensai desenvainó su espada y dejó que la electricidad se concentrase dentro de su cuerpo, creando un campo de energía con el que había estado practicando durante el último par de semanas. De pronto todo se ralentizó a su alrededor, aunque en realidad era ella la que podía moverse mucho más rápido, tanto que su figura se desdibujó, convirtiéndose en una simple estela mientras corría por la sala para interceptar las esquirlas y partirlas por la mitad con su hoja. Aquello tomó por sorpresa a su adversario, que tendría que esforzarse un poco más para librarse de ella o dejar que alguno de sus acompañantes lo hiciese.

Los trozos de hielo impactaron contra el suelo poco después de que la centinela se detuviese y su silueta volviese a ser perfectamente visible, aún con su arma firmemente sujeta y dispuesta a abalanzarse contra el enemigo en cualquier instante. - Maedhros, tú podrás lidiar mejor con ella. - indicó el brujo, instando a su acompañante a adelantarse y hacer frente a la rápida mujer, mientras él y el oso se hacían cargo del resto. El orejas puntiagudas no dudó, desenvainó dos dagas y bajó velozmente las escaleras para acortar distancia con su oponente, mientras el dragón, ya con su forma bestial completada, se situaba junto a la de ojos verdes y golpeaba fuertemente el suelo de la sala con la cola, dañando la superficie de la roca con sus duras espinas.

Era una advertencia, no cabía duda, pero el hombre bestia bajó también para meterse de lleno en el conflicto, equilibrando las cosas. Ambos bandos estaban igualados en número y puede que en habilidades, pero Elen confiaba en sus posibilidades, no en vano llevaba consigo un arma capaz de matar a cualquier cosa con solo realizarle un pequeño corte. - Vamos, no tengo todo el día. - dijo, haciendo un gesto al hijo de Sandorai para que se acercase al tiempo que envainaba la espada para echar mano a la matajinetes.

Su razón para estar allí era simple, necesitaba dinero y no iba a perder el tiempo con tonterías, si aquellos hombres no atendían a razones, cosa que habían demostrado al atacar primero, los eliminaría de su camino hacia las supuestas reliquias. Con la ornamentada empuñadura ya contra su piel, la de cabellos cenicientos se adelantó para tratar de aturdir a su contrincante por medio de una descarga, pero ágilmente, el elfo la esquivó hacia un lateral, pasando a tomar la iniciativa en el combate.

El primer tajo que lanzó al aire estuvo a punto de acertarle en el torso, pero los dioses estaban de su lado aquel día, por lo que consiguió evadir el filo del cuchillo en el último instante echándose hacia atrás y usando su elemento para ganar algo de espacio. La brillante energía envolvió su brazo izquierdo por completo y rápidamente se concentró en la palma para salir en forma de ráfaga, obligando al “protector” de las ruinas a retroceder para no ser alcanzado. A pesar de lo repentino de su contraataque, el hombre no tuvo problemas para situarse a una distancia prudencial y evitar el impacto del hechizo, pero era consciente de que no podría luchar así todo el tiempo, su punto fuerte era el cuerpo a cuerpo así que debía acortar distancias con su objetivo si quería ganar ventaja.

Vigilando por el rabillo del ojo el desarrollo del enfrentamiento, Alister esperó a que uno de los recién llegados se dignase a convertirse en su adversario, permitiendo que su vientre se tornase de aquel vivo color naranja que precedía a las llamas. ¿Quién se las vería con él? ¿sería el oso con su fuerza bruta o el brujo con su magia de hielo?

Off: Elen se enfrenta al elfo de las dagas envenenadas de momento, Alister se quedará con el enemigo que sobre después de tu post.
Habilidades: Fugaz y ráfaga eléctrica.

Amit'tek Mar Nov 20 2018, 15:56

El roedor no deseaba pelear, no era algo que le gustara, pero tampoco era un cobarde, ya lo había demostrado cuando se había plantado contra los enormes gusanos de la sala anterior. Una vez pasado el asombro inicial, Amit sacó su martillo y se puso serio, la hechicera fue la primera en recibir ataques, pero el Mausu no se preocupó, había quedado claro que la mujer podía defenderse sola.

El Hombre-oso se acercó caminando mientras extendía sus poderosas garras, en cuanto estuvo frente al roedor lanzó un gruñido que retumbo por toda la sala, haciendo temblar a los presentes y logrando que a Amit se le erizaran los pelos de la espalda. Aún así no se movió de donde estaba, apenas le llegaba a las rodillas a su oponente, por más que saltara no llegaría a hacerle un daño verdaderamente relevante, eso quedaba claro.

Además, lo único que delataba que era un hombre-bestia y no un oso silvestre eran algunas características de su rostro que asemejaban a la de un humano, todo el resto de su cuerpo era el de un animal. Por lo mismo, era evidente para el Mausu que un golpe en ese grueso pelaje no haría mella alguna.

El Hombre-oso se puso en cuatro patas y cargó con una velocidad abrumadora hacía Amit, el roedor apenas tuvo tiempo de saltar a un lado y rodar para esquivarlo. Y no había llegado a ponerse en pie que pudo sentir la mano del oso cerrándose sobre su cola, el Mausu sacó las garras e intentó sujetarse al piso, pero fue en vano, era de dura piedra y sus uñas no podían afirmarse en nada.

El oso levantó a Amit sin esfuerzo alguno y lo lanzó hacia el otro lado de la sala, haciendo que golpee contra la pared. El roedor cayó al suelo, el golpe lo había dejado algo atontado, y para colmo había perdido su martillo, no tenía nada para poder defenderse y el hombre-oso ya venía a la carga nuevamente.

No habiendo demasiadas opciones, el ratón se paró y levantó las patitas a la espera del golpe… Y lo recibió ¡Vaya que sí lo recibió! Dio tantas vueltas que cuando se detuvo Amit ya no sabía cuál era el piso y cual el techo. Uno de sus brazos, el que había recibido el golpe de modo más directo, estaba roto, y el otro muy adolorido, ahora tampoco podía escapar corriendo, ya que yendo solo con las patas traseras no era muy rápido.

Amit desvió la vista y vio su arma tirada a algunos metros, apretó la mandíbula y se agachó, apoyando la pata de adelante que aún le funcionaba y jugó todas sus cartas a que podría llegar a tiempo a su arma. El Hombre- oso se dio cuenta de lo que planeaba y corrió también para alcanzarlo antes. Llegaron a la vez hasta el arma, el Mausu agarró el martillo, pero el oso lo agarró de la cola nuevamente y lo levantó.

Lo alzó hasta que estuvo a la altura de su cara, el ratón se había quedado muy quieto y por un segundo el oso pensó que se había muerto. Pero Amit solo estaba fingiendo, en cuanto lo tuvo cerca agitó su martillo con toda la fuerza que podía realizar con un solo brazo y lo golpeó en la mandíbula, logrando que el Hombre-oso gritara de dolor y soltara al Mausu para poder agarrarse la boca adolorida.

El roedor cayó al piso sin poder hacer nada para amortiguar su caída, el oso furioso por el golpe volvió a rugir y pateo al ratón, quien quedó inmediatamente inconsciente.

Elen Calhoun Lun Nov 26 2018, 19:57

Una vez descubierto el elemento que dominaba el reptil, el hechicero dio un paso al frente para medirse con él, confiando en que su hielo fuese más fuerte que las ardientes llamas que el dragón llevaba en su interior. Algunos habrían pensado que aquel era un duelo absurdo y que ambos se anularían el uno al otro, pero aquel sujeto quería ponerse a prueba, tanto a sí mismo como a sus habilidades. Sin dudarlo ni un instante, el tensai agitó su ornamentado bastón y golpeó el suelo de piedra con fuerza, creando una brecha por la que emergieron varias estalagmitas, tan afiladas como cuchillos. Su intención era clara, obviar la coraza natural del alado para herirlo en una zona más asequible, el vientre, pero no contaba con que su adversario pudiese ser lo suficientemente ágil como para esquivar el ataque.

Alister no tardó en contraatacar, liberando una llamarada que obligó a su adversario a actuar, invocando un gélido escudo para defenderse y no acabar calcinado. Como resultado del choque una repentina nube de vapor se extendió por la sala y comenzó a ascender lentamente, aumentando el pesado ambiente que ya se respiraba en la estancia a causa de su abandono. Abusar del fuego en un lugar como aquel no era recomendable, bien lo sabía el cazador, pero tenía que librarse de su enemigo y ya que de momento la forma más eficaz de hacerlo era utilizando su control sobre el ígneo elemento, mantendría su estrategia, al menos hasta que pudiese acercarse a su objetivo y valerse de su fuerza bruta.

De nuevo, el brujo conjuró varias esquirlas y las lanzó en dirección al norteño, pero éstas no eran rival para las duras escamas y las espinas de hueso que recubrían su cuerpo, simplemente rebotaron y algunas incluso, se rompieron al impactar contra la armadura que su forma bestial le brindaba. - ¿No tienes nada mejor? - preguntó, abriendo desmesuradamente las fauces para mostrar los brillantes colmillos y escupir otra ráfaga de llamas, que ésta vez su contrincante decidió esquivar echándose a un lado y situándose tras una columna.

- Claro que sí, ¿cómo crees que he protegido estas ruinas durante tantos años? - respondió desde su escondite, tocando el orbe de su báculo para intensificar sus hechizos. En realidad solo estaban calentando, aún estaba midiendo la fuerza de su oponente para responder en la medida adecuada, pero si de verdad el dragón quería ver lo que era capaz de hacer le daría ese gusto, aunque fuese lo último que aquel animal contemplase en su pobre existencia.

Sin previo aviso, el guardián abandonó la cobertura tras la que se protegía y dirigió contra el alado una potente corriente de agua, empapándolo y procediendo de inmediato a congelar el líquido para inmovilizarlo. - Pasarás a ser parte de la decoración de este sitio. - musitó, con la firme intención de dejarlo atrapado en un bloque de hielo del cual no pudiese escapar, pero Alister también tenía sus trucos.

De inmediato, el reptil condujo su fuego desde el vientre hasta todas y cada una de las partes de su cuerpo, sacándolo al exterior a través de las escamas y derritiendo la fría prisión que el mago trataba de cerrar a su alrededor. - Puede que seas tú el que lo haga. - sentenció, dando por terminados los juegos e iniciando un corto sprint para ganar terreno y colocarse lo más cerca posible de su contrincante, a una distancia a la que todo él supusiese una inminente amenaza tanto física como ardiente.

Sin embargo, algo llamó la atención del cazador, un golpe seco contra una de las paredes, y para su desgracia era Amit el que había chocado contra ella bruscamente. Con respecto a ellos, al roedor le había tocado la peor parte, enfrentarse al hombre bestia oso, que parecía estar dispuesto a ensañarse con él sin tener en cuenta la abismal diferencia entre los dos. Su situación dejaba mucho que desear, sobre todo cuando tras recibir un par de golpes más, el ratón quedó aparentemente inconsciente y a merced del enemigo.

- ¡Amit necesita ayuda! - exclamó, captando la atención de su compañera, cuyo combate parecía estar en un punto muerto. Tanto ella como el elfo eran lo suficientemente ágiles como para esquivarse mutuamente, y la electricidad solo lograba mantener a raya al guerrero, que a pesar de las circunstancias no se planteaba rendirse. - ¡Me hago cargo! - respondió la centinela, echando mano a tres de los cuchillos arrojadizos que Vincent le había forjado y usando su telequinesis para hacerlos salir disparados hacia el imponente oso, cuyo voluminoso cuerpo lo convertía en un blanco fácil. Tres brillantes rayos cruzaron la sala para acertar en los proyectiles y transmitir su corriente al animal, pero dado su tamaño eso solo bastaría para aturdirlo momentáneamente, tenía que hacer algo más.

Sin alternativas viables echó a correr hacia Amit’tek y se colocó a su lado, alargando la mano que tenía libre hacia él para zarandearlo suavemente. - Amit reacciona, vamos despierta. - insistió, sin quitar ojo a los dos oponentes que ahora avanzaban hacia su posición aunando esfuerzos.

Con el ceño fruncido, la de cabellos cenicientos se puso en pie y concentró de nuevo su eléctrico elemento, aguardando hasta que los guardianes entraron en su radio de actuación, momento en que toda la energía acumulada dentro de su cuerpo brotó repentinamente, explotando y dando lugar a múltiples rayos que zigzaguearon hasta alcanzar a ambos individuos.

Alister vio venir el hechizo y se apartó a tiempo pero los demás no tuvieron esa suerte. El orejas puntiagudas fue el peor parado, todos los músculos le fallaron y acabó de rodillas sobre el suelo, pero el hombre bestia aún tenía fuerzas para mantenerse en pie, aunque con visible esfuerzo. - Tengo que matarlo ahora. - masculló entre dientes, lanzando la matajinetes e impulsándola mediante su poder de telequinesis para que se hundiese en el grueso pelaje del animal, el cual gruñó y comenzó a revolverse a causa del veneno, ya nada se podría hacer por él, la ponzoña lo destruiría dolorosamente desde dentro… tal como Verzhela Tarmúnil había hecho con sus víctimas.

El guerrero palideció al ver caer a su compañero, pero cegado por la rabia trató de ponerse en pie para seguir peleando, decidido a vengar al peludo oso.

Al otro lado de la sala Alister y el hechicero seguían con su duelo personal de elementos, buscando la debilidad del otro y en el caso del reptil, tratando de alcanzar a su contrincante para que su fuerza bruta le diese ventaja.

Off: Alister utiliza Escamas ígneas.
Elen utiliza Explosión de energía y la Matajinetes contra el hombre bestia, que morirá irremediablemente en cuestión de un par de minutos.

Amit'tek Miér Nov 28 2018, 18:36

Los sonidos y las voces parecían llegar desde muy lejos, entraban en la mente del Mausu con una lentitud tal que Amit era incapaz de entender qué era lo que sucedía. Cuando Elen lo sacudió movió apenas un poco la cabeza e hizo un gesto de dolor, esa sensación si podía entenderla claramente, un dolor punzante que recorría todo su cuerpo. Apenas logró abrir un poco los ojos justo en el momento en que la hechicera se ponía en pie para atacar a todos los enemigos que se encontraban alrededor.

El Mausu giro sobre sí mismo hasta quedar boca abajo, con mucho esfuerzo apoyó las patas que aún le quedaban sanas y se sostuvo tambaleante. No solo le dolía el hueso roto, también podía sentir como su cuerpo en general estaba todo magullado producto de los golpes.

-¡Tchik! ¡Tchik! – Chasqueaba los dientes el roedor mientras miraba fijamente al hechicero que estaba detrás del elfo, peleando con Alister. No había pensamientos racionales cruzando la mente de Amit en ese momento, el dolor punzante generaba que su parte más instintiva saliera a la luz.

Se tambaleo y cayó al piso, sacudió la cabeza confundido y volvió a enfocarse en el hechicero, por algún motivo desconocido parecía estar ensimismado con su presencia. Escondiendo su pata herida, mostró los dientes y gruñó, sin prestar atención ni al dragón, ni a la hechicera y desoyendo cualquier tipo de advertencia o consejo comenzó a correr hacía el enemigo.

El mago tenía toda su atención puesta en el feroz dragón que tenía enfrente y siquiera se percató de que un pequeño ratón corría a toda velocidad hacía él. Amit saltó utilizando la fuerza de sus patas traseras y mordió el cuello del hechicero, quien aterrado comenzó a gritar y a tirar del roedor para intentar quitárselo de encima.

Junto con la mordida el Mausu utilizaba sus garras para infringirle aún más daño al oponente, el hombre no parecía poder concentrarse en un comienzo, pero pasados unos segundos manifestó con su magia una daga de hielo e hizo el intento de clavarla en el vientre de Amit. Movido únicamente por el instinto el roedor se percató del potencial peligro y soltó a su víctima.

Aterrizó como mejor pudo, trastabillando de manera torpe, pero de inmediato poniéndose en pie, mostrando los dientes ensangrentados y chillando colérico. Al hechicero no le quedaba mucho tiempo de vida, sangraba copiosamente y, aunque intentaba detenerlo, el liquido vital escapaba por entre sus dedos.

El silencio que había alojado el templo durante tantos años se había roto, producto de los gritos agónicos del hechicero. Amit no parecía reconocer a nada ni a nadie, continuaba mostrando los dientes y olfateaba el entorno sin abandonar la posición ofensiva, como si en cualquier momento fuera a saltar un nuevo enemigo de algún rincón.

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Subrayado: Amit usa su Habilidad Racial "Frenesí": Mientras más dañado se encuentre un hombre-bestia, más suben su fuerza y destreza, desde +5% para heridas leves hasta +20% para heridas graves.

Elen Calhoun Dom Dic 02 2018, 12:21

Un sonido conocido indicó a la joven que su peludo aliado había despertado, pero cuando lo buscó con la mirada ya no parecía el mismo, mostraba los dientes y gruñía al brujo que luchaba con Alister, dejando a la vista su parte más bestial. Lo que ocurrió a continuación no hizo más que confirmar que el roedor estaba sacando a la luz su lado más instintivo, para desgracia del hechicero, que concentrado como estaba en plantar cara al reptil, no se percató del modo en que el enemigo se le acercaba para sin miramientos, trepar hasta su cuello y morderlo ferozmente.

No contento con ello, Amit se valió de sus garras para agravar las heridas de su oponente, soltándolo únicamente cuando éste reaccionó materializando una daga con su gélido elemento para apuñalar al hombre bestia. De nuevo en el suelo, y lejos del filo del arma contraria, el ratón siguió en aquel estado de alerta, preparado para abalanzarse sobre cualquiera de un momento a otro, casi como si su parte salvaje se hubiese adueñado de él.

¿Podía ser eso? La verdad era que sin contar con Asher habían tratado poco con miembros de su raza y nunca los habían visto tan fuera de sí, razón de más para actuar con precaución y no acercarse demasiado hasta que las cosas se hubiesen calmado. Los gritos de agonía del mago inundaron la sala creando un eco bastante molesto, mientras el oso, incapaz de resistir más el veneno de la matajinetes, sucumbía y se desplomaba sobre la fría piedra con una última y sonora exhalación.

- Terminemos con esto. - indicó Alister, ignorando al que hasta aquel instante había sido su adversario para girar sobre sí mismo y encarar al último miembro del trío que quedaba en pie, el elfo. Éste al verse en desventaja retrocedió y llegó a plantearse la idea de huir, pero la puerta estaba del otro lado de la sala, tendría que esquivar tanto al dragón como al roedor para escapar y no parecía que eso fuese posible. Consciente de su complicada situación, y de cómo la de cabellos cenicientos se aproximaba también a su posición lentamente, el guerrero blandió con fuerza sus dagas y se preparó para luchar hasta el final, dispuesto a morir junto a sus compañeros por la causa que habían defendido durante tanto tiempo.

Aquellas ruinas que se habían esmerado en proteger serían ahora su tumba, pero ¿qué otra cosa podía hacer? En el mejor de los casos conseguiría eliminar a la tensai pero la armadura natural del alado sería más complicada de atravesar. Desviando la vista de uno a otro con cierto nerviosismo, el guardián se tomó unos instantes antes de arremeter contra el objetivo que tenía más cerca, la benjamina de los Calhoun.

Sin embargo no llegó a tocarla, pues antes de que pudiese aproximarse a ella lo suficiente como para lanzar un tajo, la centinela echó mano a su elemento para crear una corriente y evadirlo, dejándolo a merced del norteño, quien aprovechó su ocasión de inmediato. Después de realizar un corto sprint para salvar la distancia que los separaba, la contundente cola del reptil osciló en el aire e impactó duramente contra la espalda de su adversario, provocando que las espinas de hueso se hundiesen en su piel justo antes de que saliese despedido por los aires. Su cuerpo aterrizó bruscamente contra el suelo, pero antes incluso de que pudiese levantarse, su peor pesadilla ya volvía a estar a su lado.

Las afiladas garras de la bestia se le clavaron por entre las costillas, causando una hemorragia de la que sabía que no podría recuperarse sin ayuda. Con un grito de dolor, el elfo trató de zafarse de su atacante pero con ello solo consiguió que las heridas se alargasen, obligándolo a soltar las armas para llevarse ambas manos a la zona afectada en un vano intento por detener el sangrado. - Mátalo ya, no quiero seguir escuchándolo. - pidió Elen, con el ceño fruncido a causa del ruido que hacía el individuo. Su misión había cambiado demasiado, se suponía que solo tenían que recuperar unos objetos abandonados pero en vez de eso acababan de mancillar, por así decirlo, un lugar sagrado con la sangre de sus protectores, aunque por supuesto, ellos habían empezado el problema.

A aquellas alturas ya solo quería encontrar las reliquias y marcharse de allí para no volver, así que agradeció enormemente que su compañero le hiciese caso y acabase con el sufrimiento de su contrincante, el cual pronto dejó de emitir sonido alguno y se quedó completamente inmóvil.

Todavía con cierta incertidumbre acerca del estado en que se encontraba Amit, la de cabellos cenicientos caminó hasta el hombre bestia oso y se las apañó para recuperar tanto la matajinetes como el par de cuchillos arrojadizos que había utilizado anteriormente. Hecho esto se volvió hacia el roedor y, manteniendo una distancia prudencial, trató de comunicarse con él. - ¿Amit? ¿estás bien? La pelea ha terminado, ganamos. - comentó sin elevar la voz, creyendo que eso ayudaría a no alterar más a su aliado.

El dragón no tardó en colocarse a su lado por si las cosas se torcían y tenía que interponerse entre ambos, pero confiaba en una vez terminado el combate, su pequeño acompañante volviese a ser el de antes.

Amit'tek Dom Dic 02 2018, 21:25

La ya de por si mala visión del Mausu se veía empañada por la furia que sentía, las personas que lo rodeaban no eran más que sombras difusas ¡Y amenazantes! Los sonidos de las voces llegaban a los oídos del roedor como si estuvieran muy lejos, como si intentaran hacerse oír desde el otro lado de un enorme acantilado. El olor a sangre era sumamente intenso para Amit, y eso solo excitaba aún más su frenesí.

Vio caer el cuerpo del Hechicero y el primer pensamiento que cruzó la cabeza del Mausu fue lanzarse sobre él y continuar mordiéndolo hasta que ya no quedara ni una gota de vida en su cuerpo. Sacudió la cabeza, no, no estaba bien pensar así.

-¡Tchik! – La furia tenía que irse, a Amit no le gustaba hacer daño, arañó el piso de piedra con su pata sana, y agachó la cabeza - ¡Tchik! –

Los músculos de su cuerpo se relajaban, y con la calma regresaba también el dolor, sobre todo el de su brazo. El Mausu siquiera notó que el elfo se ponía en guardia, ni toda la escena de lucha que concluyo con la muerte del rival. Simplemente se concentró en bajar el ritmo de sus palpitaciones y en regresar a la normalidad su respiración.

Se sentó con algo de torpeza y comenzó a pasar las patas por su hocico para limpiarse los restos de sangre.

-Sí, si ¡Tchik! Estoy bien – Pestañeo varias veces y miro a Elen – Es bueno el haber ganado pero… - Amit miró alrededor, los cuerpos de los guardianes del templo estaban desparramados por la sala, la sangre manchaba el piso y las paredes – Pero esto no está bien –

No habían sido ellos quienes comenzaron la pelea, ni tampoco habían entrado al templo con malas intenciones, se suponía que estaba abandonado. Pero eso no quitaba el remordimiento que sentía Amit por haber tenido que atacar a los guardianes del lugar.

-Si alguien… Entrara a mi tribu sin permiso y quisiera llevarse cosas de nuestro templo ¡Tchik! Yo también los atacaría - El Mausu se acercó rengueando al hechicero muerto, su expresión era horrible, había sufrido mucho – No descansaran en paz estando así –

Sacó su cantimplora y se mojó las patas, luego se las paso por el hocico varias veces, en un intento por limpiarse. Le parecía una falta de respeto hacer lo que iba a hacer con sangre de su rival en el cuerpo.

No les pidió ayuda ni a Elen, ni a Alister, no los obligaría a realizar rituales si no era algo que les preocupara, ya que los rezos a los dioses había que hacerlos con verdadera convicción en el corazón. Acomodó como mejor pudo el cuerpo del mago muerto, luego le cerró los ojos, lo agarró del cuello de la ropa y tiró de él hasta que estuvo debajo del altar que estaba en medio de la sala.

-No sé en qué dioses creían ¡Tchik! Pero alzare una oración por sus espíritus durante los próximos siete días, y espero que los dioses sean piadosos y los reciban – Murmuró con los ojos cerrados – Cumplieron con su deber hasta el último aliento y es por eso que no deben marcharse de este mundo con dolor ni resentimiento –

Una vez que los tres cuerpos estuvieron alineados bajo el altar Amit volvió a dedicarles unas palabras para que sus almas descansaran en paz.

-Bien, es todo lo que podemos hacer por ahora – Amit caminaba en dos patas y escondía el brazo herido para evitar que en un descuido golpeara con algo, aunque no lo demostrara le dolía profundamente – Será mejor que encontremos rápido esos objetos y nos vayamos, no sería bueno estar aquí cuando sea de noche -

Elen Calhoun Miér Dic 05 2018, 10:51

Ver cómo el roedor abandonaba su postura de defensa para sentarse y limpiarse el hocico la tranquilizó considerablemente, la pelea había terminado, por fin podrían respirar aliviados y centrarse en la misión que los había llevado hasta allí. - Lo sé. - comentó la joven, echando un vistazo a la sala y a la escena que ahora presentaba. - Comprendo su posición pero podrían haber actuado de otra manera, si nos hubiesen detenido en la entrada y en vez de atacar hubiesen querido hablar las cosas no habrían acabado así. - añadió al poco, dejando escapar un suspiro de resignación.

Aquel lugar, antaño hermoso e imponente, ahora estaba manchado con la sangre de quienes lo protegían, no era algo que le agradase pero tampoco les habían dado otra opción. ¿Habría más guardianes en los alrededores? ¿Intentaría alguien cobrar venganza por lo sucedido? No tenía modo de saberlo pero sin lugar a dudas, cuanto antes encontrasen las dichosas reliquias y se marchasen de allí mejor, ya tendrían tiempo de ajustar cuentas con el noble que los había contratado.

En silencio, Amit comenzó a trasladar el cuerpo del hechicero hasta el altar, probablemente para tratar de darle algo de dignidad a su muerte colocándolo en el punto más sagrado del templo, gesto que la de ojos verdes y el dragón imitaron, colaborando para mover al pesado oso y situarlo junto a su compañero de armas. - Murieron luchando valientemente, los dioses los recibirán. - musitó, poniéndose en pie de nuevo tras acomodar las zarpas del individuo sobre su pecho, para dirigirse hacia el elfo y hacer lo propio.

Cuando todo estuvo dispuesto, el hombre bestia dedicó unas palabras más a aquellos guerreros bajo la atenta mirada de la tensai, cuyo interés volvía a recaer sobre el único elemento que destacaba en la sala, el altar. Seguía sin entender los grabados que había a su alrededor pero cuando su curiosidad la llevó a rodearlo para examinar el otro lado, pudo distinguir unas siluetas en relieve, tres para ser más exactos. Los dibujos eran simples pero echándole algo de imaginación se podía ver a tres personas, una sosteniendo un bastón, otra con un arma en la mano y la tercera con forma de animal.

¿Eran representaciones de sus protectores? Todo parecía apuntar a que sí, y de estar en lo cierto, aquellas ruinas llevaban mucho tiempo bajo la protección de una coalición entre razas, formada por un brujo, un elfo o guerrero humano y un hombre bestia. Al pasar los dedos por encima de las figuras notó como una de ellas se hundía levemente, y guiada por una corazonada, colocó las manos de forma que pudiese presionar las tres a la vez. La losa de piedra sobre la que suponía que se hacían las ofrendas y rituales crujió, para acto seguido empezar a deslizarse hacia un lateral, aunque solo lo justo para mostrar que bajo ella había un hueco.

Sorprendida y algo nerviosa aún, ya que no descartaba que pudiese quedar alguna trampa activa, Elen se incorporó y echó un vistazo al interior de la cavidad, reconociendo al instante algunos objetos antiguos de manufactura élfica, jarrones, joyas, armas ornamentales, ese tipo de cosas. - Creo que nuestro trabajo aquí ha terminado. - dijo, tratando de captar la atención de los demás. - Alister, ¿podrías moverla? - pidió, dejando que el norteño se encargase de terminar de rodar la parte superior.

En cuanto la losa llegó a su tope, todos pudieron ver lo que escondía en su interior, las reliquias que el noble tanto codiciaba, esas por las que los había enviado hasta aquel lugar abandonado para que se convirtiesen en poco menos que ladrones. Lentamente, la de cabellos cenicientos se atrevió a extraer uno de los objetos, una fina espada que aún seguía dentro de su vaina original. Miró a los lados como si esperase que una flecha saliese directamente hacia su cabeza, pero al no ocurrir nada se relajó y centró su atención sobre el arma, quitándole la capa de polvo que cubría su funda antes de echar un vistazo a la hoja.

En el metal se podía ver una inscripción, que por supuesto no entendía, pero que quizá alguien pudiese descifrar para ella. De resto había cosas bastante variadas, solo debían elegir las que llevarían a Verisar y cuáles se quedarían para ellos, tal como habían hablado en el bosque. - ¿Qué piensas Amit? ¿es lo que esperabas? - inquirió, señalando el hueco y buscando el rostro del roedor.

Espada:

Amit'tek Miér Dic 05 2018, 13:57

Amit se encontraba dedicando unas últimas palabras a los espíritus cuando escuchó el sonido de piedra deslizándose. Abrió los ojos y vio a Elen pasando la mano por unos grabados, se acercó y parado detrás de la hechicera notó el hueco que se abría debajo del pedestal.

-Lamento no poder ayudarte – Le dijo el Mausu a Alister, señalando su brazo herido, luego se quedó esperando hasta que el dragón terminó de mover la piedra. Se agachó y evaluó con sumo interés los objetos que habían adentro – Deben ser ofrendas –

Vasijas de distintos tamaños, collares hechos de piedras que solo se encontraban en los bosques elficos, anillos y cerámicas con formas de animales. Habían muchos objetos de valor material, pero también podían verse otros que tenían únicamente un valor sentimental, como colgantes hechos con semillas, o pulseras de caracolas, o restos de ramas entrelazadas en forma circulas que en su momento habían sido coronas de flores.

-Debió ser una ceremonia muy hermosa, seguramente los representantes de cada una de las razas dejaron algo que fuera significativo para ellos – El roedor acercó la mano a la corona de flores seca y la levanto emocionado – Me llevaré las cosas que puso mi raza, las pulseras con semillas, los colgantes de conchillas, y esta hermosa corona, las pondré en el altar de mi tribu, para rendir tributo a este pacto que debe haberse hecho hace cientos de años –

Claramente tanto Elen como Alister se habían ganado el resto del botín, Amit no haría nada por impedir que se lo llevaran. Abrió su mochila y tal como había dicho agarró únicamente los objetos que no tenían un valor material, también aprovecho el momento de descanso para atarse el brazo de modo tal de dejarlo quieto y que la herida no empeorara.

Una vasija en particular llamo la atención del Mausu, estaba hermosamente adornada, tenía piedras preciosas y estaba hecha en oro blanco. La agarró y limpió la superficie para leer la inscripción de la etiqueta, sonrió con malicia.

-Le llevaremos esto al hombre que nos contrató ¡Tchik! - El roedor reconoció el contenido, era una planta que crecía mucho en el sur de Sandorai – Estoy seguro que el Señor lo disfrutara – En la etiqueta se leía claramente “Papiro morado”, Amit la arrancó y le guiñó un ojo a sus compañeros de aventura.
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Elen Calhoun Vie Dic 07 2018, 12:35

La hechicera miró con otros ojos el arma que sostenía en cuanto el pequeño hombre bestia comentó que aquellos objetos debían ser ofrendas entregadas mucho tiempo atrás, seguramente para sellar la alianza entre razas. ¿Estaba bien que se llevase la espada? Lo más probable era que sus congéneres no la hubiesen colocado allí, tenía más pinta de pertenecer a elfos que a brujos, así que tras pensarlo unos instantes, decidió devolverla a su lugar y tomar algo que a todas luces tenían que haber entregado los habitantes de las islas, un par de ornamentadas túnicas de mago.

No valdrían tanto como la hoja pero quizá pudiese sacar algo por las piedras con que estaban decoradas, y con un poco de suerte incluso las telas tendrían valor a ojos de algún sastre. Eso, junto con el generoso pago del noble, bastaría para que pudiese renovar al menos parte de su equipo de cara a la batalla contra los jinetes, razón que la había impulsado a aceptar el trabajo a pesar de las condiciones del mismo. - Papiro morado, me parece bien. - contestó, en cuanto Amit se interesó por una vasija en especial, ricamente adornada pero con un contenido inesperado.

Elen conocía bien aquella planta en particular gracias a sus estudios sobre hierbas y alquimia, los escribas la utilizaban para elaborar planchas de escritura y algunos comerciantes encontraban en ella otro uso menos legal, la fabricación de venenos poco potentes, pero lo más probable era que su contratante tirase las hojas y se quedase con el llamativo recipiente, no tenía de qué preocuparse. Sin miramientos, el roedor arrancó la etiqueta que identificaba la especie en cuestión y se preparó para iniciar el trayecto de vuelta, cosa que el dragón y la tensai también hicieron tras volver a cerrar la losa de piedra para que el altar quedase como si nadie lo hubiese tocado.

Aparentemente fuera de peligro, Alister se tomó unos instantes para abandonar su forma bestial, dando por hecho que ya no tendrían más problemas en aquel viaje y que si se apresuraban, alcanzarían los muros de Lunargenta al anochecer. - ¿Será suficiente para costear las reparaciones? - preguntó el cazador, situándose junto a su compañera y echando un vistazo a las túnicas que ésta llevaba consigo. - Eso espero. - musitó la benjamina de los Calhoun, acariciando levemente una de las prendas mientras se imaginaba a quién podía había pertenecido.

¿Cuán antiguas serían? A juzgar por el estado de las ruinas podían llevar siglos allí dentro, únicamente conservadas gracias a la pequeña cavidad oculta en que las habían depositado. ¿Valdría la pena visitar a algún coleccionista o experto en la materia antes de ir al mercado? Quizá, pero primero debían dar por terminado su trabajo, arreglando cuentas con el Conde para que les pagase por sus servicios y por los riesgos a que se habían expuesto durante la misión.

Una vez dejada atrás la sala de ceremonias ya solo tenían que ascender y cruzar la estancia en que yacían los gusanos muertos, avanzar por el pasillo y pronto estarían de nuevo en el exterior, donde sin duda podrían respirar aliviados antes de ir a por los caballos e iniciar la marcha hacia la ciudad.

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