Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
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Varias semanas habían transcurrido tras la desaparición de Dag. Los motivos de su repentina despedida continuaban siendo un misterio para mi sistema, por mas que había intentando ciento de simulaciones, ninguna daba como resultado el que de hecho había ocurrido. Independientemente de eso, al no recibir una orden directa de que me fuera, mi deber era buscarlo, al menos hasta que pudiera darme la orden en concreto o se verificada que resultaba imposible continuar con su rehabilitación.
Taliesin había decidido acompañarme, en líneas generales se mostraba ameno y conversador, aunque no en exceso y por primera vez no me sentía en la obligación de producir conversaciones para mantener un buen contacto con un orgánico. Por el contrario, nuestras charlas solían abarcar temas variados e interesantes, el vampiro había demostrado ser una persona muy ilustrada y eso era... ¿Agradable?
Habíamos dejado atrás el bosque, y en un pequeño poblado decidimos que sería una buena idea detenernos. Como siempre sucedía, las interacciones con los orgánicos y la negociación de precios era algo de lo que Taliesin se encargaba. A mi no me importaba el dinero [ANALIZANDO] No le encontraba ninguna utilidad ni significado, aunque entendía como funcionaba.
Luego de negociar y probar en varias viviendas, encontró una en la que aceptaran viajeros, lo cierto es que el pueblo era demasiado pequeño como para tener siquiera una posada. Al final nos ofrecieron un gran pajar que había en el fondo de la casa, yo no necesitaba dormir, así que me resultaba indiferente donde nos quedaríamos, pero suponía que para Taliesin sí era relevante el sitio en el que pretendiera descansar.
El dueño de la casa nos aseguró que el establo estaba limpio, y que los animales no molestarian porque esa noche estarían afuera. [ANALIZANDO] Tire de la manga del vampiro, no era momento para discutir, algo más importante nos esperaba y el estar alejados de miradas indiscretas podía ser una ventaja al fin y al cabo.
-Así estará bien ¿Sí? - Hice una pausa y le sonreí al granjero, este se me quedó mirando, como si no entendiera algo de lo que decía - Un granero es buen sitio - Aclare por sí no había sido suficiente.
El humano no me contestó, supuse que algo en mi modo de interactuar no había sido adecuado. Nos dio una lámpara y luego de mascullar algo sobre una cena se marchó. Yo abrí las puertas del silo [ANALIZANDO] parecía estar bastante ordenado, no tenía un mal olor, y al ser una noche de verano no sufriríamos el frío.
-Creo que a pesar de las continuas prácticas y de los esfuerzos de mi sistema por mejorar, mi habilidad para interactuar con orgánicos continúa siendo regular - [ANALIZANDO] - O quizás menos que eso -
Apoye la lámpara en un barril y me senté sobre un montón de paja, al notar que el movimiento había terminado mis tres acompañantes se atrevieron a salir del morral. Rodaron por el forraje hasta llegar al piso firme, luego salieron corriendo por el granero, investigando y tocando cada cosa que encontraban con mucha curiosidad.
Taliesin había decidido acompañarme, en líneas generales se mostraba ameno y conversador, aunque no en exceso y por primera vez no me sentía en la obligación de producir conversaciones para mantener un buen contacto con un orgánico. Por el contrario, nuestras charlas solían abarcar temas variados e interesantes, el vampiro había demostrado ser una persona muy ilustrada y eso era... ¿Agradable?
Habíamos dejado atrás el bosque, y en un pequeño poblado decidimos que sería una buena idea detenernos. Como siempre sucedía, las interacciones con los orgánicos y la negociación de precios era algo de lo que Taliesin se encargaba. A mi no me importaba el dinero [ANALIZANDO] No le encontraba ninguna utilidad ni significado, aunque entendía como funcionaba.
Luego de negociar y probar en varias viviendas, encontró una en la que aceptaran viajeros, lo cierto es que el pueblo era demasiado pequeño como para tener siquiera una posada. Al final nos ofrecieron un gran pajar que había en el fondo de la casa, yo no necesitaba dormir, así que me resultaba indiferente donde nos quedaríamos, pero suponía que para Taliesin sí era relevante el sitio en el que pretendiera descansar.
El dueño de la casa nos aseguró que el establo estaba limpio, y que los animales no molestarian porque esa noche estarían afuera. [ANALIZANDO] Tire de la manga del vampiro, no era momento para discutir, algo más importante nos esperaba y el estar alejados de miradas indiscretas podía ser una ventaja al fin y al cabo.
-Así estará bien ¿Sí? - Hice una pausa y le sonreí al granjero, este se me quedó mirando, como si no entendiera algo de lo que decía - Un granero es buen sitio - Aclare por sí no había sido suficiente.
El humano no me contestó, supuse que algo en mi modo de interactuar no había sido adecuado. Nos dio una lámpara y luego de mascullar algo sobre una cena se marchó. Yo abrí las puertas del silo [ANALIZANDO] parecía estar bastante ordenado, no tenía un mal olor, y al ser una noche de verano no sufriríamos el frío.
-Creo que a pesar de las continuas prácticas y de los esfuerzos de mi sistema por mejorar, mi habilidad para interactuar con orgánicos continúa siendo regular - [ANALIZANDO] - O quizás menos que eso -
Apoye la lámpara en un barril y me senté sobre un montón de paja, al notar que el movimiento había terminado mis tres acompañantes se atrevieron a salir del morral. Rodaron por el forraje hasta llegar al piso firme, luego salieron corriendo por el granero, investigando y tocando cada cosa que encontraban con mucha curiosidad.
Última edición por Zöe el Dom Nov 18 2018, 13:37, editado 1 vez
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Dag, aquel loco inestable que no había causado más que problemas, había desaparecido con un silencio y efectividad propios de su especie. Taliesin, en un principio, se alzó de hombros. "Tanto mejor, era un peligro", se dijo. Pero al irse había dejado atrás su espada, y Skatha se había quedado con ella antes que abandonarla en medio del bosque. Tener aquel acero en mano hacía que sus pensamientos volvieran al vampiro loco, y a base de meditarlo fueron madurando y evolucionando. No sabía lo suficiente de él, no sabía lo que había causado que perdiera el juicio, y no podía recriminarle acciones que el otro claramente no controlaba.
Zöe tenía, en su mente, una misión asignada, por la cual debía volver a encontrar a Dag. Taliesin comprendía que esto era importante para ella y, a pesar de lo peligroso que era el otro vampiro, no intentó disuadirla. Al contrario, y por el peligro, se ofreció a acompañarla durante un tiempo, a lo que ella se mostró de acuerdo. Hablaron muy poco de Dag y de las razones por las que Zöe lo buscaba, porque Taliesin comprendió muy rápido que la biocibernética se guiaba, aparentemente, por un sentido del deber. No intentó explicarle que las reacciones de Dag parecían propias de un hombre celoso, pero sí le dijo que claramente ella era importante para Dag, y que le parecía que Dag lo era para ella.
Siendo vampiro era difícil cubrir grandes distancias, dado que las horas diurnas limitaban mucho el avance. Pero por primera vez Taliesin viajaba con alguien ya acostumbrado a los horarios vampíricos, y Zöe comprendía perfectamente cuándo y dónde debían parar a buscar dónde esconderse. Aquella noche llegaron a un pueblo, donde lo más seguro habría sido alquilar una habitación, pero donde sin embargo no había ninguno disponible. A Taliesin le incomodaba depender de un granero, un lugar en absoluto privado, pero parecía que no habría otra opción.
- Es un buen sitio - accedió - y el precio es razonable.
Sonrió al granjero con amabilidad y pagó lo debido. El hombre salió sin decirles nada muy claro, de una manera algo maleducada.
- Cada día lo haces mejor, Zöe - le respondió con sinceridad; cada vez la bio consideraba... no, procesaba mejor las variables del entorno para decidir cómo reaccionar a orgánicos, como ella los llamaba -. Quizás podrías encargarte de la negociación la próxima vez; tu forma de hablar te daría más ventajas de lo que crees.
No estaba intentando convertir a Zöe en algo más cercano a un humano, pero sí habían hablado de aprender algunos trucos y costumbres que la ayudaran a desenvolverse mejor en aquel mundo. Pensando en lo cual...
Humano.
Sintió que se le contraía el estómago, con anticipación y con miedo. Intentando aparentar una calma que no sentía, se sentó en una tabla de madera y expiró lentamente. Tamborileó con los dedos. ¿Por qué estaba intentando disimular? Veía a Zöe como una amiga, quizás la única amiga que tenía. Le había inspirado confianza desde el momento en que la conoció, cuando él estaba rogándole a los dioses y sacrificando sangre. Intuía que era reciproco, pero no tenía una prueba tangible de ello. Quizás se estuviera engañando a si mismo, pero mientras él confiara en Zöe, ¿qué importaba si ella confiaba o no en él de la misma manera? El sacrificio de sangre del Ostara había sido respondido con la inmediata llegada de la biocibernética, y Taliesin tenía fé en los designios de los dioses.
Designios de los dioses a veces inescrutables, como lo era el quitarle su maldición durante unos pocos minutos, sólo para volver a devolvérsela.
- ¿Tú estás preparada? - preguntó de golpe - Para mañana. No sé si yo estoy listo - admitió -. ¿Tienes algún recuerdo de cómo era para tí no ser biocibernética? ¿Sabes cómo te vas a sentir?
Zöe tenía, en su mente, una misión asignada, por la cual debía volver a encontrar a Dag. Taliesin comprendía que esto era importante para ella y, a pesar de lo peligroso que era el otro vampiro, no intentó disuadirla. Al contrario, y por el peligro, se ofreció a acompañarla durante un tiempo, a lo que ella se mostró de acuerdo. Hablaron muy poco de Dag y de las razones por las que Zöe lo buscaba, porque Taliesin comprendió muy rápido que la biocibernética se guiaba, aparentemente, por un sentido del deber. No intentó explicarle que las reacciones de Dag parecían propias de un hombre celoso, pero sí le dijo que claramente ella era importante para Dag, y que le parecía que Dag lo era para ella.
Siendo vampiro era difícil cubrir grandes distancias, dado que las horas diurnas limitaban mucho el avance. Pero por primera vez Taliesin viajaba con alguien ya acostumbrado a los horarios vampíricos, y Zöe comprendía perfectamente cuándo y dónde debían parar a buscar dónde esconderse. Aquella noche llegaron a un pueblo, donde lo más seguro habría sido alquilar una habitación, pero donde sin embargo no había ninguno disponible. A Taliesin le incomodaba depender de un granero, un lugar en absoluto privado, pero parecía que no habría otra opción.
- Es un buen sitio - accedió - y el precio es razonable.
Sonrió al granjero con amabilidad y pagó lo debido. El hombre salió sin decirles nada muy claro, de una manera algo maleducada.
- Cada día lo haces mejor, Zöe - le respondió con sinceridad; cada vez la bio consideraba... no, procesaba mejor las variables del entorno para decidir cómo reaccionar a orgánicos, como ella los llamaba -. Quizás podrías encargarte de la negociación la próxima vez; tu forma de hablar te daría más ventajas de lo que crees.
No estaba intentando convertir a Zöe en algo más cercano a un humano, pero sí habían hablado de aprender algunos trucos y costumbres que la ayudaran a desenvolverse mejor en aquel mundo. Pensando en lo cual...
Humano.
Sintió que se le contraía el estómago, con anticipación y con miedo. Intentando aparentar una calma que no sentía, se sentó en una tabla de madera y expiró lentamente. Tamborileó con los dedos. ¿Por qué estaba intentando disimular? Veía a Zöe como una amiga, quizás la única amiga que tenía. Le había inspirado confianza desde el momento en que la conoció, cuando él estaba rogándole a los dioses y sacrificando sangre. Intuía que era reciproco, pero no tenía una prueba tangible de ello. Quizás se estuviera engañando a si mismo, pero mientras él confiara en Zöe, ¿qué importaba si ella confiaba o no en él de la misma manera? El sacrificio de sangre del Ostara había sido respondido con la inmediata llegada de la biocibernética, y Taliesin tenía fé en los designios de los dioses.
Designios de los dioses a veces inescrutables, como lo era el quitarle su maldición durante unos pocos minutos, sólo para volver a devolvérsela.
- ¿Tú estás preparada? - preguntó de golpe - Para mañana. No sé si yo estoy listo - admitió -. ¿Tienes algún recuerdo de cómo era para tí no ser biocibernética? ¿Sabes cómo te vas a sentir?
Taliesin Skatha
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Taliesin siempre daba buenos consejos, con ese modo pausado y tranquilo que tenía de hablar se aseguraba de explicarme las cosas de modo tal que mi sistema pudiera procesarlo con mayor facilidad. Como consecuencia, el ahorro de energía que podía hacer al no esforzarme tanto en la comunicación, podía redirigirlo hacia otras actividades.
-De acuerdo, intentaré comenzar con la interacción en la próxima oportunidad-[ANALIZANDO] podía quizás utilizar muchas de las cosas que había visto hacer al vampiro-
Lo observe detenidamente [ANALIZANDO] respiración agitada, movimiento nervioso de los dedos, mirada esquiva[CONCLUSIÓN] Taliesin se sentía inquieto, podía suponer que el motivo era la transformación que tendría lugar dentro de algunas horas.
-Estar preparado.... -Tuve que pensar cuidadosamente la oración antes de negar con la cabeza -No puedo prepararme para algo que no comprendo. No tiene sentido y por lo mismo mi sistema no puede analizarlo. No siento inquietud alguna, pero tampoco siento seguridad - En ese tipo de situaciones los orgánicos solían dar un apoyo físico además de verbal.
Me acerqué a Taliesin y me senté a su lado, agarrando su mano para transmitirle eso que los seres vivos llamaban “confianza”.
-No tengo ningún recuerdo de cuando era humana mmm sin embargo, tengo imagenes que logre rescatar junto con Dag Thorlák de la base donde nací-No tenía un proyector para poder mostrarselo -Fue... Extraño. El ver mi imagen y reconocerme pero a la vez... No era yo ¿Correcto?-
No sabia como explicarlo, mi sistema no encontraba palabras para describir aquello que no podía entender.
-No entiendo qué es sentir... Sí es como aquella vez... -Recordaba las sensaciones que habían recorrido mi cuerpo la noche en que Dag intentó matarme. Había sido desconcertante -No lo sé, no sé qué podría sentir. Quizás mi experiencia anterior no es un punto de referencia válido-
Espere unos segundos y apreté la mano del vampiro, sin hacerle daño. Mis tres acompañantes corrían por el lugar, SEPA-IV estaba jugando a meterse en la paja y tirarla hacia arriba, mientras que AMA se colgaba de una viga y ATAC perseguía a una rata apuntándole con su arma de clavos.
-¿Qué crees que sentirás tu? Sé que tienes sensaciones de nostalgia hacia tu existencia como humano ¿Correcto? -No podía decir con certeza lo que Taliesin sentía, creía poder percibir cierto grado de contradicción, pero no era solo eso -No será permanente-
No tenía sentido aclarar eso “Pero es verdad” sé que es verdad, y él también lo sabe [ANALIZANDO] sería como una ilusión. Yo esperaba que la transformación pudiera aportarme datos relevantes sobre mi vida pasada “¿Para que?” ... [ERROR] No podía contestar a eso.
-De acuerdo, intentaré comenzar con la interacción en la próxima oportunidad-[ANALIZANDO] podía quizás utilizar muchas de las cosas que había visto hacer al vampiro-
Lo observe detenidamente [ANALIZANDO] respiración agitada, movimiento nervioso de los dedos, mirada esquiva[CONCLUSIÓN] Taliesin se sentía inquieto, podía suponer que el motivo era la transformación que tendría lugar dentro de algunas horas.
-Estar preparado.... -Tuve que pensar cuidadosamente la oración antes de negar con la cabeza -No puedo prepararme para algo que no comprendo. No tiene sentido y por lo mismo mi sistema no puede analizarlo. No siento inquietud alguna, pero tampoco siento seguridad - En ese tipo de situaciones los orgánicos solían dar un apoyo físico además de verbal.
Me acerqué a Taliesin y me senté a su lado, agarrando su mano para transmitirle eso que los seres vivos llamaban “confianza”.
-No tengo ningún recuerdo de cuando era humana mmm sin embargo, tengo imagenes que logre rescatar junto con Dag Thorlák de la base donde nací-No tenía un proyector para poder mostrarselo -Fue... Extraño. El ver mi imagen y reconocerme pero a la vez... No era yo ¿Correcto?-
No sabia como explicarlo, mi sistema no encontraba palabras para describir aquello que no podía entender.
-No entiendo qué es sentir... Sí es como aquella vez... -Recordaba las sensaciones que habían recorrido mi cuerpo la noche en que Dag intentó matarme. Había sido desconcertante -No lo sé, no sé qué podría sentir. Quizás mi experiencia anterior no es un punto de referencia válido-
Espere unos segundos y apreté la mano del vampiro, sin hacerle daño. Mis tres acompañantes corrían por el lugar, SEPA-IV estaba jugando a meterse en la paja y tirarla hacia arriba, mientras que AMA se colgaba de una viga y ATAC perseguía a una rata apuntándole con su arma de clavos.
-¿Qué crees que sentirás tu? Sé que tienes sensaciones de nostalgia hacia tu existencia como humano ¿Correcto? -No podía decir con certeza lo que Taliesin sentía, creía poder percibir cierto grado de contradicción, pero no era solo eso -No será permanente-
No tenía sentido aclarar eso “Pero es verdad” sé que es verdad, y él también lo sabe [ANALIZANDO] sería como una ilusión. Yo esperaba que la transformación pudiera aportarme datos relevantes sobre mi vida pasada “¿Para que?” ... [ERROR] No podía contestar a eso.
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Dejó que ella le agarrara la mano y procuró calmarse y sonreírle de vuelta. Con otra mujer podría haber interpretado aquel gesto de otras formas, incluso de manera romántica, pero comprendía la forma de proceder de Zöe: sus palabras y sus acciones eran en muchas ocasiones una interpretación personal de acciones humanas que la biocibernética había visualizado. Enseguida tradujo aquel gesto como una intención, la de darle ánimos, pero lo que llegaba a conmoverle era que ella se saliera de lo que era normal o comprensible para ella con tal de poder ayudar.
Sentir. En su nerviosismo había usado una de las palabras más difíciles para Zöe. Por costumbre empezó a pensar en una forma de traducir aquel concepto para la biocibernética pero... no hizo falta. Ella se refirió a su experiencia, aquella vez que cercana a la muerte había dejado ver otra parte de si misma. Taliesin se quedó un momento sin saber qué decir. Abrió la boca sólo para volver a cerrarla.
- Creo que la que dices que viste con Dag no eras tú. Pero de la misma manera si yo encontrara una imagen de lo que fui hace diez años, esa imagen tampoco sería yo. La diferencia es que yo recuerdo haber sido esa persona - se quedó en silencio durante unos segundos, pensando -. Quizás podrías aprovechar el tiempo que tendrás hoy para intentar recordar... Quizás tus recuerdos están ahí, pero sólo puedas acceder a ellos como humana. Y quizás después de eso puedas comprender mejor.
Que Zöe descubriera otra parte de si misma sólo podía ser bueno. Los dioses les habían dado aquella oportunidad, o aquella dificultad, por algún motivo. ¿Y a él? ¿Qué le estarían diciendo?
- No sé cómo me siento al respecto - admitió -. Quiero ver la luz del sol y quiero dejar de sentir el hambre. Cuando me transformé en el puerto... me asustó dejar de sentirme como me he sentido durante diez años. Me sentí débil. Y de golpe, como una compensación extrema, fue todo lo contrario: adrenalina, velocidad, la sensación de estar vivo - dejó la frase en el aire, intentando encontrar cómo terminarla, pero las palabras adecuadas no llegaron -. Esto es una maldición y al mismo tiempo, esto es quien soy ahora.
Sí, aquél era el problema: ansiaba ser humano, pero ¿no era aquel ansia como quien quiere volver a ser joven? ¿Sacrificaría años de experiencia y conocimiento, la persona en la que se había convertido, por un cuerpo más inexperto y energético? Si un anciano pudiera, por diez minutos, volver a ser joven y se viera en el espejo, ¿no se repugnaría a sí mismo cuando pasado este tiempo volviera a verse cubierto de arrugas? Suspiró. Le estaba dando demasiadas vueltas.
- Tenemos algo de tiempo. El hombre dijo algo de una cena. Quizás podríamos dar una vuelta, volver con algo de comida.
Sentir. En su nerviosismo había usado una de las palabras más difíciles para Zöe. Por costumbre empezó a pensar en una forma de traducir aquel concepto para la biocibernética pero... no hizo falta. Ella se refirió a su experiencia, aquella vez que cercana a la muerte había dejado ver otra parte de si misma. Taliesin se quedó un momento sin saber qué decir. Abrió la boca sólo para volver a cerrarla.
- Creo que la que dices que viste con Dag no eras tú. Pero de la misma manera si yo encontrara una imagen de lo que fui hace diez años, esa imagen tampoco sería yo. La diferencia es que yo recuerdo haber sido esa persona - se quedó en silencio durante unos segundos, pensando -. Quizás podrías aprovechar el tiempo que tendrás hoy para intentar recordar... Quizás tus recuerdos están ahí, pero sólo puedas acceder a ellos como humana. Y quizás después de eso puedas comprender mejor.
Que Zöe descubriera otra parte de si misma sólo podía ser bueno. Los dioses les habían dado aquella oportunidad, o aquella dificultad, por algún motivo. ¿Y a él? ¿Qué le estarían diciendo?
- No sé cómo me siento al respecto - admitió -. Quiero ver la luz del sol y quiero dejar de sentir el hambre. Cuando me transformé en el puerto... me asustó dejar de sentirme como me he sentido durante diez años. Me sentí débil. Y de golpe, como una compensación extrema, fue todo lo contrario: adrenalina, velocidad, la sensación de estar vivo - dejó la frase en el aire, intentando encontrar cómo terminarla, pero las palabras adecuadas no llegaron -. Esto es una maldición y al mismo tiempo, esto es quien soy ahora.
Sí, aquél era el problema: ansiaba ser humano, pero ¿no era aquel ansia como quien quiere volver a ser joven? ¿Sacrificaría años de experiencia y conocimiento, la persona en la que se había convertido, por un cuerpo más inexperto y energético? Si un anciano pudiera, por diez minutos, volver a ser joven y se viera en el espejo, ¿no se repugnaría a sí mismo cuando pasado este tiempo volviera a verse cubierto de arrugas? Suspiró. Le estaba dando demasiadas vueltas.
- Tenemos algo de tiempo. El hombre dijo algo de una cena. Quizás podríamos dar una vuelta, volver con algo de comida.
Taliesin Skatha
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Nunca había pensado el asunto desde la perspectiva que Taliesin proponía [ANALIZANDO] era cierto, los orgánicos tampoco eran los mismos, a medida que pasaba el tiempo cambiaban ¿Yo cambio? “No existe algo como el Yo” Si, si existe, tengo una identidad ¿La tengo? [ANALIZANDO] [ERROR] Todo estaba yendo demasiado rápido, no podía traducirlo a un código conocido para mi sistema.
Hablar con Skatha tenía esa cualidad, siempre podía darme un punto de vista diferente, eso era algo que me resultaba muy útil en estos tiempos de cambio.
-Tienes razón, intentaré recordar y… - Pero mi sistema estaba en el medio ¿Me permitiría recordar una vez que regresara a mi forma? – Y te diré todo lo que recuerdo para que así los datos no ser pierdan ¿Si? – Mi tono era neutral, pero un espasmo que no pude controlar hizo que apretara nuevamente la mano de Taliesin.
Tal como había supuesto, para Skatha el ser un vampiro era una maldición, no era su raza [Cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia] Era una ¿Carga? Sí, eso parecía adaptarse mejor a lo que el vampiro sentía.
-Así es como somos… Pero eso está bien también – No me sentía mal por ser quien era, no consideraba mi forma de Bio- cibernética una condena, sino un modo más eficiente de existir.
Asentí ante su propuesta, por el momento los orgánicos nos consideraban un par de viajeros, y era mejor que continuaran pensando eso, desde lo que había pasado en Lunargenta los vampiros eran blanco de todo tipo de persecuciones. Solté su mano y me puse en pie, al ver que me disponía a salir mis tres acompañantes dejaron lo que estaban haciendo y vinieron a colgarse de mis pies.
-No hagan eso ¿Si? – Me agache e hice que se soltaran - Tienen que quedarse aquí – Estar con ellos corriendo por todos lados solo lograría que llamáramos más la atención, sin contar con que no solían hacerme caso cuando les pedía que se quedaran quietos.
Abrí la puerta del almacén para internarnos en la oscuridad.
Desde aquella primera vez en que le había ofrecido de mi sangre, Taliesin había bebido unas pocas veces más, solo cuando no existía la oportunidad de salir a buscar otros tipos de alimentos. No consideraba que fuera algo malo el que lo hiciera, pero ciertamente el saciar el hambre de un vampiro a diario, a largo plazo, terminaría por desmejorar mi sistema.
-Es una noche muy tranquila, no debería ser complicado el encontrar algo – Adapte mi visión a la oscuridad y mire alrededor en busca de alguna fuente de calor. [ANALIZANDO] ¿Tendría hambre cuando fuera humana? Era una duda válida - ¿Cómo se siente el hambre?
Hablar con Skatha tenía esa cualidad, siempre podía darme un punto de vista diferente, eso era algo que me resultaba muy útil en estos tiempos de cambio.
-Tienes razón, intentaré recordar y… - Pero mi sistema estaba en el medio ¿Me permitiría recordar una vez que regresara a mi forma? – Y te diré todo lo que recuerdo para que así los datos no ser pierdan ¿Si? – Mi tono era neutral, pero un espasmo que no pude controlar hizo que apretara nuevamente la mano de Taliesin.
Tal como había supuesto, para Skatha el ser un vampiro era una maldición, no era su raza [Cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia] Era una ¿Carga? Sí, eso parecía adaptarse mejor a lo que el vampiro sentía.
-Así es como somos… Pero eso está bien también – No me sentía mal por ser quien era, no consideraba mi forma de Bio- cibernética una condena, sino un modo más eficiente de existir.
Asentí ante su propuesta, por el momento los orgánicos nos consideraban un par de viajeros, y era mejor que continuaran pensando eso, desde lo que había pasado en Lunargenta los vampiros eran blanco de todo tipo de persecuciones. Solté su mano y me puse en pie, al ver que me disponía a salir mis tres acompañantes dejaron lo que estaban haciendo y vinieron a colgarse de mis pies.
-No hagan eso ¿Si? – Me agache e hice que se soltaran - Tienen que quedarse aquí – Estar con ellos corriendo por todos lados solo lograría que llamáramos más la atención, sin contar con que no solían hacerme caso cuando les pedía que se quedaran quietos.
Abrí la puerta del almacén para internarnos en la oscuridad.
Desde aquella primera vez en que le había ofrecido de mi sangre, Taliesin había bebido unas pocas veces más, solo cuando no existía la oportunidad de salir a buscar otros tipos de alimentos. No consideraba que fuera algo malo el que lo hiciera, pero ciertamente el saciar el hambre de un vampiro a diario, a largo plazo, terminaría por desmejorar mi sistema.
-Es una noche muy tranquila, no debería ser complicado el encontrar algo – Adapte mi visión a la oscuridad y mire alrededor en busca de alguna fuente de calor. [ANALIZANDO] ¿Tendría hambre cuando fuera humana? Era una duda válida - ¿Cómo se siente el hambre?
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
¡Qué extraño que le apretara la mano al decir eso! Zöe tenía momentos así de vez en cuando, cuando sus gestos dejaban de ser el calco de una intención y parecían ser sentidos. Excepto, claro, que su tono de voz monótono contradecía aquella impresión. Taliesin sólo podía concluír que aquel gesto era tan calculado como las otras muestras de afecto que mostraba la biocibernética, y aunque algo le chirriaba en aquello, no le parecía adecuado preguntarle directamente a Zöe. Tampoco sabría decir, si no era miedo a herirla ni miedo a que le juzgara, ¿qué otro motivo inhibía aquella pregunta?
- Por supuesto... por si acaso... Puedes contármelo todo y luego te lo repetiré yo a tí.
Empujaron la puerta de aquel almacén, de vuelta a la reconfortante frialdad de la noche. La luna era sólo una tira curvada en el cielo, y el cielo en el este permanecía de una oscuridad intensa, como si el amanecer no fuera a llegar nunca. Taliesin sintió un pinchazo de nostalgia.
- Muchas veces me quedo hasta cuando está a punto de amanecer, para poder ver cómo cambian los colores del cielo. En seguida comienzan a dolerme los ojos por el exceso de luz, pero vale la pena aguantar.
Quizás valía la pena arriesgarse aquella noche, ver la salida del sol y esperar que fuera cierto que iba a ser humano durante unos pocos minutos en el nuevo día. Confiar en que los dioses no mentían, en que aquello no supondría su muerte. Si alguna vez debía morir, quería que fuera de aquella manera: saliendo el sol, aunque cegara y doliera; pero estaba lejos de desear su propia muerte, y esto no era más que una insensata idea romántica.
- El hambre... - la pregunta lo sacó de su ensimismamiento momentáneo -. El hambre es una sensación de incomodidad. Quizás como si una pieza no estuviera del todo bien encajada y te molestara tanto que te llamara la atención constantemente. Algo así - Realmente no era una comparación muy buena, pero no se le ocurría nada mejor -. De todas formas... es como el amor: lo reconocerás cuando lo sientas - sonrió de lado al decir esto; estaba bromeando, lo cual le venía bien para quitarle un poco de seriedad a aquella noche y ponerse de mejor humor, aunque no sabía si Zöe lo captaría.
Caminaron hacia el resto del pueblo. Varias casas tenían luces encendidas, pero hasta que no se acercaran más no podrían estar seguros de si alguna sería una tienda. Lo de buscar comida era, parcialmente, una excusa para salir un rato y pasar el tiempo; también quería comprar algo apetecible, tanto para si mismo como para Zöe, por si lo que les traía el campesino no era suficiente. Pero en cuanto a sangre - no, eso no quería. No aquella noche. No importaba el hambre.
- Por supuesto... por si acaso... Puedes contármelo todo y luego te lo repetiré yo a tí.
Empujaron la puerta de aquel almacén, de vuelta a la reconfortante frialdad de la noche. La luna era sólo una tira curvada en el cielo, y el cielo en el este permanecía de una oscuridad intensa, como si el amanecer no fuera a llegar nunca. Taliesin sintió un pinchazo de nostalgia.
- Muchas veces me quedo hasta cuando está a punto de amanecer, para poder ver cómo cambian los colores del cielo. En seguida comienzan a dolerme los ojos por el exceso de luz, pero vale la pena aguantar.
Quizás valía la pena arriesgarse aquella noche, ver la salida del sol y esperar que fuera cierto que iba a ser humano durante unos pocos minutos en el nuevo día. Confiar en que los dioses no mentían, en que aquello no supondría su muerte. Si alguna vez debía morir, quería que fuera de aquella manera: saliendo el sol, aunque cegara y doliera; pero estaba lejos de desear su propia muerte, y esto no era más que una insensata idea romántica.
- El hambre... - la pregunta lo sacó de su ensimismamiento momentáneo -. El hambre es una sensación de incomodidad. Quizás como si una pieza no estuviera del todo bien encajada y te molestara tanto que te llamara la atención constantemente. Algo así - Realmente no era una comparación muy buena, pero no se le ocurría nada mejor -. De todas formas... es como el amor: lo reconocerás cuando lo sientas - sonrió de lado al decir esto; estaba bromeando, lo cual le venía bien para quitarle un poco de seriedad a aquella noche y ponerse de mejor humor, aunque no sabía si Zöe lo captaría.
Caminaron hacia el resto del pueblo. Varias casas tenían luces encendidas, pero hasta que no se acercaran más no podrían estar seguros de si alguna sería una tienda. Lo de buscar comida era, parcialmente, una excusa para salir un rato y pasar el tiempo; también quería comprar algo apetecible, tanto para si mismo como para Zöe, por si lo que les traía el campesino no era suficiente. Pero en cuanto a sangre - no, eso no quería. No aquella noche. No importaba el hambre.
Taliesin Skatha
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Solo los seres racionales podrían tener un comportamiento tan irracional como el que Taliesin describía, ponerse al límite de lo que podría significar una muerte, dejándose llevar por emociones tan confusas y poco confiables como es la nostalgia. No pude agregar ningún comentario, siquiera asentir, esas sensaciones de las que el vampiro hablaba me eran completamente ajenas.
La explicación sobre el hambre pareció ser más razonable, apoyé una mano en mi estómago, pues sabía que era ahí donde los orgánicos sentían cuando tenían necesidad de comer ¿Sería como sentir que me faltaba un órgano? Debía ser horrible, doloroso, angustiante…
-¿Amor? ¿Es así como se reconoce? – Las emociones eran siempre tan poco claras, cada vez que algún orgánico había intentado explicármelas se había visto en apuros, y mientras más palabras intentaban utilizar, más se confundían. En general la explicación terminaba por no traer ningún esclarecimiento – Si lo que sentí en ese momento eran emociones, puedo entender que sea difícil de poner en palabras –
Caminamos en silencio durante veinte minutos, cuando las luces lo permitían podíamos ver las escenas familiares dentro de las casas, parecía ser un pueblo muy tradicional, abocados a las tareas del campo. Por lo mismo, no encontraríamos ni un solo alma en las calles a esa hora, agarre una de las mangas de Taliesin y tiré de ella para que me prestara atención.
-Ya es suficiente, todos deben estar durmiendo, o a punto de. Sería mejor que regresemos y… Esperemos – Buscar comida no tenía sentido de todos modos, solo sería humana durante unos minutos, por más que doliera podría soportarlo - ¿Correcto? –
Desande el camino que habíamos hecho, mis acompañantes continuaban corriendo por todo el lugar, su energía parecía no agotarse nunca. Los fui agarrando de a uno y los puse dentro de mi morral, esta noche no era adecuada para tener que discutir con ellos, Skatha parecía estar muy nervioso y no quería importunarlo.
Sobre una de las cajas habían dos cuencos con estofado ya frío, probablemente el dueño había pasado cuando nosotros no estábamos. Me senté cerca de la comida para vigilar que ningún animal ni insecto se acercara.
-Cuando nos conocimos en el Ostara… - Comencé a hablar de improviso, no sabía bien por qué lo hacía ¿Sería que los cambios en mi cuerpo se estaban presentando paulatinamente? ¿Sería por eso que sentía la necesidad de hablar aunque no hubiese en realidad nada relevante para decir? – Fuiste el primer orgánico que me hizo sentir que… No era tan extraña – Estaba usando muchas palabras que mi sistema no lograba analizar, pero no sabía cómo podía explicarle a Taliesin lo que sentía cuando estábamos juntos – Cuando te hablo sobre mi sistema, en lugar de quedarte en silencio, o dar una respuesta vacía, intentas… Mmm… Respondes… - [ANALIZANDO] [ERROR] No podía encontrar las palabras y eso era tan ¿Frustrante? Me agarre la cabeza, mi sistema cada vez funcionaba peor y no sabía qué hacer al respecto “¿Quieres hacer algo? Podrías golpear con tu frente la pared hasta que todo se calme” Eso solo me haría daño y no solucionaría nada – Interactuar contigo es una experiencia sumamente agradable –
Fue la oración más cercana a la realidad que pude formular, fruncí el ceño por el esfuerzo, y me resultó imposible hacer la sonrisa que hacía siempre, pero mantuve la mirada firme en los ojos de Taliesin mientras decía cada una de las palabras.
-Gracias por acompañarme en todo esto ¿Si? -
La explicación sobre el hambre pareció ser más razonable, apoyé una mano en mi estómago, pues sabía que era ahí donde los orgánicos sentían cuando tenían necesidad de comer ¿Sería como sentir que me faltaba un órgano? Debía ser horrible, doloroso, angustiante…
-¿Amor? ¿Es así como se reconoce? – Las emociones eran siempre tan poco claras, cada vez que algún orgánico había intentado explicármelas se había visto en apuros, y mientras más palabras intentaban utilizar, más se confundían. En general la explicación terminaba por no traer ningún esclarecimiento – Si lo que sentí en ese momento eran emociones, puedo entender que sea difícil de poner en palabras –
Caminamos en silencio durante veinte minutos, cuando las luces lo permitían podíamos ver las escenas familiares dentro de las casas, parecía ser un pueblo muy tradicional, abocados a las tareas del campo. Por lo mismo, no encontraríamos ni un solo alma en las calles a esa hora, agarre una de las mangas de Taliesin y tiré de ella para que me prestara atención.
-Ya es suficiente, todos deben estar durmiendo, o a punto de. Sería mejor que regresemos y… Esperemos – Buscar comida no tenía sentido de todos modos, solo sería humana durante unos minutos, por más que doliera podría soportarlo - ¿Correcto? –
Desande el camino que habíamos hecho, mis acompañantes continuaban corriendo por todo el lugar, su energía parecía no agotarse nunca. Los fui agarrando de a uno y los puse dentro de mi morral, esta noche no era adecuada para tener que discutir con ellos, Skatha parecía estar muy nervioso y no quería importunarlo.
Sobre una de las cajas habían dos cuencos con estofado ya frío, probablemente el dueño había pasado cuando nosotros no estábamos. Me senté cerca de la comida para vigilar que ningún animal ni insecto se acercara.
-Cuando nos conocimos en el Ostara… - Comencé a hablar de improviso, no sabía bien por qué lo hacía ¿Sería que los cambios en mi cuerpo se estaban presentando paulatinamente? ¿Sería por eso que sentía la necesidad de hablar aunque no hubiese en realidad nada relevante para decir? – Fuiste el primer orgánico que me hizo sentir que… No era tan extraña – Estaba usando muchas palabras que mi sistema no lograba analizar, pero no sabía cómo podía explicarle a Taliesin lo que sentía cuando estábamos juntos – Cuando te hablo sobre mi sistema, en lugar de quedarte en silencio, o dar una respuesta vacía, intentas… Mmm… Respondes… - [ANALIZANDO] [ERROR] No podía encontrar las palabras y eso era tan ¿Frustrante? Me agarre la cabeza, mi sistema cada vez funcionaba peor y no sabía qué hacer al respecto “¿Quieres hacer algo? Podrías golpear con tu frente la pared hasta que todo se calme” Eso solo me haría daño y no solucionaría nada – Interactuar contigo es una experiencia sumamente agradable –
Fue la oración más cercana a la realidad que pude formular, fruncí el ceño por el esfuerzo, y me resultó imposible hacer la sonrisa que hacía siempre, pero mantuve la mirada firme en los ojos de Taliesin mientras decía cada una de las palabras.
-Gracias por acompañarme en todo esto ¿Si? -
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
- Cuando de pequeño le preguntaba a mi madre cómo se reconoce el amor, eso es lo que me decía ella. "Lo sabrás cuando lo sientas." Es una explicación mejor de lo que aparenta. Pero, ¿ves? Explicar las emociones es algo que también se hace con los niños, y aunque todo el mundo pasa por allí, a todos nos cuesta.
Irina no le había hecho aún esa pregunta a él; era demasiado pequeña para eso. Se preguntaba si jamás se la haría, si buscaría la respuesta de alguna otra persona, quizás su abuela.
- De todas formas hay muchos tipos de amor - prosiguió -. El amor más irracional se reconoce sin quererlo - Era toda la explicación que podía dar en ese momento -. En otra ocasión podemos hablar de otras variantes que puedas entender más fácilmente, quizás reconocer alguna.
En efecto las emociones eran difíciles de precisar, pero Taliesin estaba seguro de que, de la misma manera, Zöe sentía/procesaba muchas cosas que él no sabía comprender desde su punto de vista humano. Aquel no era un momento idóneo, pero se hizo una nota mental para pedirle a su amiga en otra ocasión que le explicara lo que ella sentía.
Caminaron durante un tiempo, sin apenas conversación más que alguna palabra poco relevante. No se veía a nadie por la calle ni ninguna puerta abierta, y en el poco tiempo que estuvieron dando vueltas no llegaron a encontrar nada similar a una tienda. Había sido, se daba cuenta, una idea un poco absurda; pero el aire de la noche había ayudado a que se relajara.
- Es cierto - concurrió -. Yo también estoy cansado.
Durante el camino de vuelta Taliesin se sumió en sus pensamientos. Le parecía que el corazón le latía con más fuerza de lo habitual, y aunque racionalmente se daba cuenta de que debía ser por la ansiedad, parte de él lo entendía como una muestra de que se hacía más y más humano. De que la espera se acortaba.
En su hogar provisional encontraron dos cuencos con estofado. Parecía haberse enfriado, pero olía a especias y a cariño; probablemente de la misma comida familiar que su anfitrión habría consumido. Taliesin se vio contento con esto y no le importó no haber encontrado otra cosa de camino. Tenía hambre, pero no comió aún.
Las palabras de Zöe fueron algo inesperadas, pero le hicieron sonreír de oreja a oreja en cuanto comenzó a escucharlas. Le dedicó esta sonrisa feliz a la biocibernética, conteniéndose para no interrumpirla hasta que ella hubo terminado de encontrar las palabras que buscaba.
- ¡Y no eres tan extraña, Zöe! Me alegro mucho de que opines eso; gracias por decírmelo. Yo siento lo mismo. Me siento muy afortunado de poder contar contigo como amiga.
Recalcó las últimas palabras, por lo importantes que le parecían. Estaba más y más convencido de que, de la misma manera que debía agradecerse al destino que le brindara a uno su consorte ideal, también debían reconocerse y apreciarse las raras amistades de peso y trascendencia inequívocas.
Aún quedaban horas antes del amanecer, horas que normalmente habrían sido las de mayor actividad en su día. No había mucho que hacer allí, así que para pasar el tiempo Taliesin dibujó un tablero de damas en el suelo y pudieron jugar con piedras y trocitos de rama. Hacía un tiempo que habían dejado atrás el tres en raya, porque Zöe muy pronto había optimizado los movimientos, y las partidas que no en victoria de la biocibernética lo hacían en empate.
La conversación anterior había mejorado muchísimo su animo y distendido la preocupación que pesaba sobre él. Gracias a esto, la buena compañía y los juegos, incluso olvidó lo que ocurriría al día siguiente, y pudo distraerse hasta que se escuchó el primer cantar de un gallo.
Al oirlo su corazón se saltó un latido. Taliesin se levantó inmediatamente y le dirigió una mirada nerviosa a Zöe. El sol apenas comenzaba a salir, pero ahora era cuestión de minutos, no de horas, el sentirse humano otra vez.
- ¿Vamos? - ofreció, y le tendió la mano.
Irina no le había hecho aún esa pregunta a él; era demasiado pequeña para eso. Se preguntaba si jamás se la haría, si buscaría la respuesta de alguna otra persona, quizás su abuela.
- De todas formas hay muchos tipos de amor - prosiguió -. El amor más irracional se reconoce sin quererlo - Era toda la explicación que podía dar en ese momento -. En otra ocasión podemos hablar de otras variantes que puedas entender más fácilmente, quizás reconocer alguna.
En efecto las emociones eran difíciles de precisar, pero Taliesin estaba seguro de que, de la misma manera, Zöe sentía/procesaba muchas cosas que él no sabía comprender desde su punto de vista humano. Aquel no era un momento idóneo, pero se hizo una nota mental para pedirle a su amiga en otra ocasión que le explicara lo que ella sentía.
Caminaron durante un tiempo, sin apenas conversación más que alguna palabra poco relevante. No se veía a nadie por la calle ni ninguna puerta abierta, y en el poco tiempo que estuvieron dando vueltas no llegaron a encontrar nada similar a una tienda. Había sido, se daba cuenta, una idea un poco absurda; pero el aire de la noche había ayudado a que se relajara.
- Es cierto - concurrió -. Yo también estoy cansado.
Durante el camino de vuelta Taliesin se sumió en sus pensamientos. Le parecía que el corazón le latía con más fuerza de lo habitual, y aunque racionalmente se daba cuenta de que debía ser por la ansiedad, parte de él lo entendía como una muestra de que se hacía más y más humano. De que la espera se acortaba.
En su hogar provisional encontraron dos cuencos con estofado. Parecía haberse enfriado, pero olía a especias y a cariño; probablemente de la misma comida familiar que su anfitrión habría consumido. Taliesin se vio contento con esto y no le importó no haber encontrado otra cosa de camino. Tenía hambre, pero no comió aún.
Las palabras de Zöe fueron algo inesperadas, pero le hicieron sonreír de oreja a oreja en cuanto comenzó a escucharlas. Le dedicó esta sonrisa feliz a la biocibernética, conteniéndose para no interrumpirla hasta que ella hubo terminado de encontrar las palabras que buscaba.
- ¡Y no eres tan extraña, Zöe! Me alegro mucho de que opines eso; gracias por decírmelo. Yo siento lo mismo. Me siento muy afortunado de poder contar contigo como amiga.
Recalcó las últimas palabras, por lo importantes que le parecían. Estaba más y más convencido de que, de la misma manera que debía agradecerse al destino que le brindara a uno su consorte ideal, también debían reconocerse y apreciarse las raras amistades de peso y trascendencia inequívocas.
Aún quedaban horas antes del amanecer, horas que normalmente habrían sido las de mayor actividad en su día. No había mucho que hacer allí, así que para pasar el tiempo Taliesin dibujó un tablero de damas en el suelo y pudieron jugar con piedras y trocitos de rama. Hacía un tiempo que habían dejado atrás el tres en raya, porque Zöe muy pronto había optimizado los movimientos, y las partidas que no en victoria de la biocibernética lo hacían en empate.
La conversación anterior había mejorado muchísimo su animo y distendido la preocupación que pesaba sobre él. Gracias a esto, la buena compañía y los juegos, incluso olvidó lo que ocurriría al día siguiente, y pudo distraerse hasta que se escuchó el primer cantar de un gallo.
Al oirlo su corazón se saltó un latido. Taliesin se levantó inmediatamente y le dirigió una mirada nerviosa a Zöe. El sol apenas comenzaba a salir, pero ahora era cuestión de minutos, no de horas, el sentirse humano otra vez.
- ¿Vamos? - ofreció, y le tendió la mano.
Taliesin Skatha
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
[ANALIZANDO] Los gestos de Taliesin parecían ser más relajados ahora, ya no fruncía el ceño, ni movía las manos, tampoco caminaba de lado a lado en el granero [CONCLUSIÓN] el paseo y la charla habían dado resultado. Imité su sonrisa y asentí, pero no solo porque sabía que era lo esperable, sino porque en verdad quería hacerlo “¡Tu no quieres nada!” Sí, hay cosas que si quiero, y cada día hay más.
Al final solo era cuestión de encontrar la manera de pasar el tiempo. Si hubiese estado sola seguramente me habría sentado en silencio simplemente a esperar, así como había hecho durante muchos años en el depósito donde me habían dejado luego de la operación. Pero no estaba sola… Es cierto, ya no estaba sola.
Busqué junto con Taliesin algunas piedras de distintos colores y nos pusimos a jugar a las damas. Si bien conocía las reglas, entre la teoría y la práctica siempre había una distancia importante, así que tardé varias rondas en habituarme al estilo de juego del vampiro [ANALIZANDO] era… ¿Agradable? Estar de esa manera. En un comienzo solo lo hacía porque un orgánico me lo había ordenado, pero ahora estaba en condiciones de afirmar que disfrutaba del juego.
Aunque internamente mi sistema continuó contando cada segundo que pasaba con absoluta exactitud, mi percepción del tiempo fue otra muy diferente. Cuando volví a mirar hacía la puerta podían notarse los primeros rayos de luz filtrándose por entre medio de las tablas del granero.
Agarré la mano de Taliesin, se sentía cálida, mucho más que antes ¿Era mi imaginación? No, estaba segura que era así, también su olor era diferente, cerré los ojos y mientras me ponía en pie respiré profundamente… A simple vista nada había cambiado, y sin embargo todo era diferente.
Caminamos en silencio hasta la puerta y la abrimos de par en par, dejando entrar tanta luz como fuera posible. La fresca brisa de la mañana nos dio la bienvenida, el rocío nocturno aún cubría el pasto y las plantas en general, volví a respirar y fue como si toda la vida que nos rodeaba entrara de pronto en mi cuerpo.
Las lágrimas empezaron a brotar a raudales, y no hice absolutamente nada para evitarlo, simplemente deje que resbalaran por mis mejillas.
-Taliesin esto… Esto es tan hermoso…- Tantas emociones: Alegría, miedo, desconcierto, euforia, pánico, odio, tristeza, rencor, amor, cariño, celos y deseos. Todos, todos juntos parecían estar empujando para poder salir a la vez por mi ahora frágil cuerpo - … No puedo hacerlo… Yo… Taliesin… -Me agarré a su brazo, eran demasiadas cosas para procesar, no había manera que pudiera soportarlo.
Abrace a Skatha con fuerza mientras lloraba en su hombro, al principio estaba tan alterada que siquiera era capaz de articular una oración coherente.
-Yo-no-sé – Decía de modo atolondrado ¡Concéntrate! ¡Tienes que aprovechar este momento! ¡Dile cómo te sientes! – Te quiero, te quiero mucho Taliesin… gracias por acompañarme, gracias por estar conmigo, gracias por ser así, exactamente cómo eres… - Me limpie la nariz con la manga de mi camisa, me reí y lloré al mismo tiempo – Debo parecer una loca, jaja – Mi risa era nerviosa, pero no podía pararla - ¿Cuánto tiempo más podremos estar así? – No tenía idea de cuánto duraría la transformación, solo sabía que sería poco.
Estuve en silencio unos segundos, poder sentir el contacto con otra persona era tan placentero que resultaba embriagador. Hundí la cabeza en el cuello de Taliesin.
-Cuando no era una Bio- cibernética vivía con mi hija Sophi, no había un padre, éramos solo nosotras dos. Disfrutábamos mucho de desayunar juntas, antes de que tuviera que irme a mi trabajo, ella rezongaba y me pedía que me quede unos minutos más, pero yo siempre le decía que llegaría tarde… - No sabía porque estaba soltando toda esa información, simplemente quería que alguien tuviera registro de todas esas cosas que sabía que pronto olvidaría – Su cabello era castaño rojizo, y cuando me sonreía sentía que todos los problemas del mundo se esfumaban – Apreté los puños – La última vez que la vi le dije que no se preocupara, que todo estaría bien, que sería solo una operación rápida y luego estaríamos juntas de nuevo… -
Se me quebró la voz, no podía seguir ¡Mi corazón dolía tanto! Mi pequeña, mi pobre, pobre pequeña… [REINIC…]
-Taly, está regresando ¡Esa cosa esta regresando! – Me aparté del hombre y agarre mi cabeza, podía sentir como los agujeros se estaban formando nuevamente, las placas de metal comenzaban a asomar - ¡No! ¡No! – [REINICIAN…] – Esa cosa dentro de mi mente otra vez ¡No quiero! ¡Ayúdame! – Las lágrimas dejaron de salir, las emociones se apagaban [SISTEMA EN FUNCIONAMIENTO] – Taliesin… No dejes que… -
Otra vez a la oscuridad.
[ANALIZANDO] El vampiro corría riesgo, el sol acabaría con su vida. Teníamos que regresar al granero cuanto antes. Pensando sobre ello, no habíamos tomado ningún tipo de precaución para el después, probablemente la ansiedad del momento había afectado a mi sistema de modo más profundo de lo que había creído en un primer momento.
Al final solo era cuestión de encontrar la manera de pasar el tiempo. Si hubiese estado sola seguramente me habría sentado en silencio simplemente a esperar, así como había hecho durante muchos años en el depósito donde me habían dejado luego de la operación. Pero no estaba sola… Es cierto, ya no estaba sola.
Busqué junto con Taliesin algunas piedras de distintos colores y nos pusimos a jugar a las damas. Si bien conocía las reglas, entre la teoría y la práctica siempre había una distancia importante, así que tardé varias rondas en habituarme al estilo de juego del vampiro [ANALIZANDO] era… ¿Agradable? Estar de esa manera. En un comienzo solo lo hacía porque un orgánico me lo había ordenado, pero ahora estaba en condiciones de afirmar que disfrutaba del juego.
Aunque internamente mi sistema continuó contando cada segundo que pasaba con absoluta exactitud, mi percepción del tiempo fue otra muy diferente. Cuando volví a mirar hacía la puerta podían notarse los primeros rayos de luz filtrándose por entre medio de las tablas del granero.
Agarré la mano de Taliesin, se sentía cálida, mucho más que antes ¿Era mi imaginación? No, estaba segura que era así, también su olor era diferente, cerré los ojos y mientras me ponía en pie respiré profundamente… A simple vista nada había cambiado, y sin embargo todo era diferente.
Caminamos en silencio hasta la puerta y la abrimos de par en par, dejando entrar tanta luz como fuera posible. La fresca brisa de la mañana nos dio la bienvenida, el rocío nocturno aún cubría el pasto y las plantas en general, volví a respirar y fue como si toda la vida que nos rodeaba entrara de pronto en mi cuerpo.
Las lágrimas empezaron a brotar a raudales, y no hice absolutamente nada para evitarlo, simplemente deje que resbalaran por mis mejillas.
-Taliesin esto… Esto es tan hermoso…- Tantas emociones: Alegría, miedo, desconcierto, euforia, pánico, odio, tristeza, rencor, amor, cariño, celos y deseos. Todos, todos juntos parecían estar empujando para poder salir a la vez por mi ahora frágil cuerpo - … No puedo hacerlo… Yo… Taliesin… -Me agarré a su brazo, eran demasiadas cosas para procesar, no había manera que pudiera soportarlo.
Abrace a Skatha con fuerza mientras lloraba en su hombro, al principio estaba tan alterada que siquiera era capaz de articular una oración coherente.
-Yo-no-sé – Decía de modo atolondrado ¡Concéntrate! ¡Tienes que aprovechar este momento! ¡Dile cómo te sientes! – Te quiero, te quiero mucho Taliesin… gracias por acompañarme, gracias por estar conmigo, gracias por ser así, exactamente cómo eres… - Me limpie la nariz con la manga de mi camisa, me reí y lloré al mismo tiempo – Debo parecer una loca, jaja – Mi risa era nerviosa, pero no podía pararla - ¿Cuánto tiempo más podremos estar así? – No tenía idea de cuánto duraría la transformación, solo sabía que sería poco.
Estuve en silencio unos segundos, poder sentir el contacto con otra persona era tan placentero que resultaba embriagador. Hundí la cabeza en el cuello de Taliesin.
-Cuando no era una Bio- cibernética vivía con mi hija Sophi, no había un padre, éramos solo nosotras dos. Disfrutábamos mucho de desayunar juntas, antes de que tuviera que irme a mi trabajo, ella rezongaba y me pedía que me quede unos minutos más, pero yo siempre le decía que llegaría tarde… - No sabía porque estaba soltando toda esa información, simplemente quería que alguien tuviera registro de todas esas cosas que sabía que pronto olvidaría – Su cabello era castaño rojizo, y cuando me sonreía sentía que todos los problemas del mundo se esfumaban – Apreté los puños – La última vez que la vi le dije que no se preocupara, que todo estaría bien, que sería solo una operación rápida y luego estaríamos juntas de nuevo… -
Se me quebró la voz, no podía seguir ¡Mi corazón dolía tanto! Mi pequeña, mi pobre, pobre pequeña… [REINIC…]
-Taly, está regresando ¡Esa cosa esta regresando! – Me aparté del hombre y agarre mi cabeza, podía sentir como los agujeros se estaban formando nuevamente, las placas de metal comenzaban a asomar - ¡No! ¡No! – [REINICIAN…] – Esa cosa dentro de mi mente otra vez ¡No quiero! ¡Ayúdame! – Las lágrimas dejaron de salir, las emociones se apagaban [SISTEMA EN FUNCIONAMIENTO] – Taliesin… No dejes que… -
Otra vez a la oscuridad.
[ANALIZANDO] El vampiro corría riesgo, el sol acabaría con su vida. Teníamos que regresar al granero cuanto antes. Pensando sobre ello, no habíamos tomado ningún tipo de precaución para el después, probablemente la ansiedad del momento había afectado a mi sistema de modo más profundo de lo que había creído en un primer momento.
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Los primeros rayos del sol se esparcían en el horizonte, dotando al paisaje de colores nuevos. Toda un abanico de rojo, rosa, naranja, púrpura y azul se extendía en el cielo, del este al oeste, y los gallos repetían su canto para romper el silencio de la noche. Taliesin salió y esperó los pocos minutos en los que la luz iba ganando terreno, hasta que los rayos directos llegaron hasta él, dándole en los ojos. El brillo hizo que parpadeara, pero no dolió.
Era, como decía Zöe, simplemente hermoso. Al contrario que en su anterior transformación, que había estado dictada por la adrenalina del momento, se sentía tranquilo, en paz; un elemento simple, parte de un universo benévolo que lo acogía en sus brazos. La belleza de la simplicidad, del sentirse como una parte aceptada por un todo, lo embriagó.
Taliesin desplazó su atención hacia Zöe cuando se dio cuenta de que lloraba sin control. La abrazó con un gesto reconfortante y protector, y le acarició la cabeza para intentar calmarla.
- Ey... Lo sé... Son muchas cosas de golpe...
Dejó que se tomara su tiempo recuperando el control. Él, por su parte, disfrutó de la calidez del sol y de la calidez del contacto humano, de aquella sensación de paz que hacía mucho tiempo que no sentía tan claramente. Su ansiedad anterior había desaparecido, y todas las ideas que había tenido anteriormente, en las que había querido aprovechar esos instantes para hacer miles de cosas, de golpe le parecieron innecesarias. No quería más que ser consciente de ese momento, ese estado, y del sol.
Hacía mucho que nadie le decía "te quiero" de aquella forma, y por un momento aquello lo sobresaltó, le provocó una sensación casi de alarma. Se quedó paralizado unos instantes hasta que ella hubo terminado la frase y, junto a su tono de voz súbitamente y extrañamente tan expresivo, pudo concluír qué clase de "te quiero" era aquél. Zöe comenzó a reír al mismo tiempo que lloraba y eso le sacó una risa a él también.
- Un poco, para alguien que no sepa qué está ocurriendo. Pero es una reacción natural.
No quiso responder a la pregunta sobre cuánto duraría aquello. El tiempo estaba pasando demasiado rápido y al considerarlo volvió a sentirse nervioso, a perder aquella calma tan absoluta. En cuanto se dio cuenta de esto apartó la cuestión de su mente; quería aprovecharlo al máximo hasta el final, fuera cuando fuera éste.
- Yo también te quiero, Zöe - dijo finalmente tras unos segundos de silencio, dándose cuenta de que no había respondido a las palabras de su amiga, y que era importante que lo hiciera -. Eres una amiga maravillosa, y una persona maravillosa, como bio o como humana.
Escuchó con atención toda la información sobre la hija de Zöe, Sophi. Era importante que recordara todo aquello, palabra a palabra. Habiendo abandonado su anterior monotoneidad, el tono de voz transmitía sentimientos más poderosos que el contenido de la frase; y aunque jamás había visto aquello en Zöe, no le pareció extraño o sorprendente. Al contrario: siendo aquella forma tan diferente, seguía reconociendo facilmente a su amiga. Podía entender el anhelo, la rabia y la frustración que se escuchaban en el tono de voz, pero no había nada que pudiera hacer en ese momento más que escuchar para repetírselo más adelante.
En medio de esta explicación la voz de Zöe se quebró.
Taliesin se quedó completamente helado. Siempre había pensado que Zöe estaba bien como era, que no tenía por qué cambiar o ser más humana. Era la primera vez que consideraba que una parte de ella no quería ser así, que la amiga a la que quería era una prisión bajo la que se escondía otra Zöe, inhibida y recluída. Ver aquel pánico, aquel terror ante la idea de convertirse en la persona que él conocía, fue descorazonador. No podía hacer nada por responder a sus súplicas, no encontraba palabras que pudieran ayudar. Intentó acercarse a ella otra vez, pero se había apartado y se agarraba la cabeza y, de golpe, todo hubo acabado. La expresión de Zöe mostraba una inquietante tranquilidad.
Entonces se dio cuenta de que la calidez de los rayos del sol en su piel había desaparecido y, en su lugar, sentía un incipiente dolor. El pánico que acababa de ver en Zöe fue entonces también el suyo propio. ¡El granero! Pudo ver las puertas abiertas de aquel refugio, pero un segundo más tarde la intensidad de la luz resultó demasiado dolorosa y temió quedarse ciego. Se cubrió la cara y comenzó a correr. El sol ahora eran ascuas sobre sus manos descubiertas y el dolor hacía que perdiera percepción de su alrededor.
Lo siguiente que supo es que estaba en el suelo y a la sombra; debía haberse caído o tropezado al entrar. La luz se colaba a raudales por las puertas abiertas de par en par, y no podía descubrirse la cara o abrir los ojos.
- ¡¡Aaah!! ¡¡Cierra la puerta, cierra la puerta!! - gritó en una súplica. Cada segundo era una tortura.
Era, como decía Zöe, simplemente hermoso. Al contrario que en su anterior transformación, que había estado dictada por la adrenalina del momento, se sentía tranquilo, en paz; un elemento simple, parte de un universo benévolo que lo acogía en sus brazos. La belleza de la simplicidad, del sentirse como una parte aceptada por un todo, lo embriagó.
Taliesin desplazó su atención hacia Zöe cuando se dio cuenta de que lloraba sin control. La abrazó con un gesto reconfortante y protector, y le acarició la cabeza para intentar calmarla.
- Ey... Lo sé... Son muchas cosas de golpe...
Dejó que se tomara su tiempo recuperando el control. Él, por su parte, disfrutó de la calidez del sol y de la calidez del contacto humano, de aquella sensación de paz que hacía mucho tiempo que no sentía tan claramente. Su ansiedad anterior había desaparecido, y todas las ideas que había tenido anteriormente, en las que había querido aprovechar esos instantes para hacer miles de cosas, de golpe le parecieron innecesarias. No quería más que ser consciente de ese momento, ese estado, y del sol.
Hacía mucho que nadie le decía "te quiero" de aquella forma, y por un momento aquello lo sobresaltó, le provocó una sensación casi de alarma. Se quedó paralizado unos instantes hasta que ella hubo terminado la frase y, junto a su tono de voz súbitamente y extrañamente tan expresivo, pudo concluír qué clase de "te quiero" era aquél. Zöe comenzó a reír al mismo tiempo que lloraba y eso le sacó una risa a él también.
- Un poco, para alguien que no sepa qué está ocurriendo. Pero es una reacción natural.
No quiso responder a la pregunta sobre cuánto duraría aquello. El tiempo estaba pasando demasiado rápido y al considerarlo volvió a sentirse nervioso, a perder aquella calma tan absoluta. En cuanto se dio cuenta de esto apartó la cuestión de su mente; quería aprovecharlo al máximo hasta el final, fuera cuando fuera éste.
- Yo también te quiero, Zöe - dijo finalmente tras unos segundos de silencio, dándose cuenta de que no había respondido a las palabras de su amiga, y que era importante que lo hiciera -. Eres una amiga maravillosa, y una persona maravillosa, como bio o como humana.
Escuchó con atención toda la información sobre la hija de Zöe, Sophi. Era importante que recordara todo aquello, palabra a palabra. Habiendo abandonado su anterior monotoneidad, el tono de voz transmitía sentimientos más poderosos que el contenido de la frase; y aunque jamás había visto aquello en Zöe, no le pareció extraño o sorprendente. Al contrario: siendo aquella forma tan diferente, seguía reconociendo facilmente a su amiga. Podía entender el anhelo, la rabia y la frustración que se escuchaban en el tono de voz, pero no había nada que pudiera hacer en ese momento más que escuchar para repetírselo más adelante.
En medio de esta explicación la voz de Zöe se quebró.
Taliesin se quedó completamente helado. Siempre había pensado que Zöe estaba bien como era, que no tenía por qué cambiar o ser más humana. Era la primera vez que consideraba que una parte de ella no quería ser así, que la amiga a la que quería era una prisión bajo la que se escondía otra Zöe, inhibida y recluída. Ver aquel pánico, aquel terror ante la idea de convertirse en la persona que él conocía, fue descorazonador. No podía hacer nada por responder a sus súplicas, no encontraba palabras que pudieran ayudar. Intentó acercarse a ella otra vez, pero se había apartado y se agarraba la cabeza y, de golpe, todo hubo acabado. La expresión de Zöe mostraba una inquietante tranquilidad.
Entonces se dio cuenta de que la calidez de los rayos del sol en su piel había desaparecido y, en su lugar, sentía un incipiente dolor. El pánico que acababa de ver en Zöe fue entonces también el suyo propio. ¡El granero! Pudo ver las puertas abiertas de aquel refugio, pero un segundo más tarde la intensidad de la luz resultó demasiado dolorosa y temió quedarse ciego. Se cubrió la cara y comenzó a correr. El sol ahora eran ascuas sobre sus manos descubiertas y el dolor hacía que perdiera percepción de su alrededor.
Lo siguiente que supo es que estaba en el suelo y a la sombra; debía haberse caído o tropezado al entrar. La luz se colaba a raudales por las puertas abiertas de par en par, y no podía descubrirse la cara o abrir los ojos.
- ¡¡Aaah!! ¡¡Cierra la puerta, cierra la puerta!! - gritó en una súplica. Cada segundo era una tortura.
Taliesin Skatha
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Era extraño, podía sentirse como si de pronto dos mentes ¡No! Incluso más, se pelearan por tener el control del cuerpo, una parte se debatía con desesperación y fiereza, pero era como luchar contra arenas movedizas, mientras más tiraba más profundo caía y al final ya no había nada que pudiera hacer, terminó sumergida en la absoluta oscuridad. En cambio, la parte que representaba al Sistema se movía con fría determinación, adueñándose de cada sector de mi cuerpo en un meticuloso proceso que no le llevaría demasiado tiempo el completar.
La tercer parte… [ERROR] no podía saber nada sobre él.
Tantas emociones juntas hacían que mis reacciones fueran más lentas, por eso no pude sacar a Taliesin a tiempo de los rayos del sol, vi su gesto de dolor cuando la luz comenzó a quemarlo y sentí una punzada atravesándome el pecho. Tenía que salvar al orgánico [ANALIZANDO] Lo agarré de la ropa y prácticamente lo arrastre hasta el granero, él era incapaz de ver, y el sol comenzaba a generar quemaduras en su piel.
Lo empujé para que se resguardara en la sombra, y cerré la puerta con fuerza... Pero eso no era suficiente, la luz se metía por entre las tablas, sin duda habíamos sido muy descuidados. Fui hasta mi mochila y saque una manta, cubrí con ella al vampiro.
-Quédate allí abajo, cubriré las partes por las que pasa la luz ¿Si? – Busqué por todo el lugar, no había gran cantidad de materiales para poder realizar mi cometido, el lugar era bastante grande y cubrir cada rendija parecía imposible. Encontré unas tablas bajo el pajar, las levante y las puse en una esquina [ANALIZANDO] no podría cubrir todas las paredes, pero al menos podría hacer que uno de los rincones sea seguro.
Mientras trabajaba en ello podía escuchar que afuera la familia había comenzado con su rutina diaria, escuché las voces de unos niños que estaban abriendo un corral y se quejaban sobre sus tareas en el campo. Al padre aclarándose la garganta y escupiendo, a la madre gritándole algo a los niños.
¿Y si encontraban a Taliesin? Eso sería muy malo, probablemente no quisieran escucharme cuando les quisiera explicar que no les haría daño alguno. [ANALIZANDO] Me acerqué al vampiro y apoye una mano en su hombro a través de la manta.
-No te la quites aún, sígueme, yo te guiare – Agarre su mano y lo lleve cruzando el granero con cuidado de que no tropezara – No puedo cubrirlo todo, así que deberás quedarte en esta parte ¿Correcto? Debes esconderte para que no te vean – Quité la manta muy lentamente para poder verlo – Voy a revisar tus heridas – Tenía quemaduras esparcidas por varios lugares, el dorso de las manos, un poco los costados del rostro, parte de los brazos y la nuca – Debe dolerte mucho, buscaré algo para curarte ¿Si? Solo espera aquí –
Agarré los cuencos con comida que habían quedado de la noche anterior, tire su contenido lejos y salí con ellos en las manos. Taliesin dependía de mí ahora, él me había dicho que mis habilidades para interactuar estaban mejorando, esperaba que así fuera, porque mi sistema no me permitía mentir.
El granjero me vio mientras me acercaba, cuando estuve a su lado extendí los brazos para entregarle los cuencos.
-Le agradezco por la cena – Agregué una sonrisa casi de inmediato, mejorando mi velocidad de respuesta considerablemente. Ahora que me veía con la luz del día no podía quedarle ninguna duda de que era una Bio, esperaba que eso no lo asustara.
-No es nada, es lo mínimo que haría cualquier buen cristiano – Respondió el humano.
-Mi compañero parece haber enfermado, su condición no es buena ¿Si? Yo me encargaré de sus cuidados pero necesitaría utilizar el granero algunas horas más – Mi gesto inexpresivo parecía ser muy útil en este momento.
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-¿Enfermo? ¿Qué tiene? –
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-Se quemó –
-¡Válgame! ¿Con qué? –
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-Una fogata que hicimos por la noche –
-¿¡En mi granero!?-
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-No, afuera, cuando salimos –
El hombre asintió, y los procesadores de mi sistema comenzaron a bajar su intensidad de trabajo. Me señalo hacía donde estaba el pozo con agua y cuando volvía con un balde lleno me pasó unas plantas que según su esposa eran muy buenas contra las quemaduras. Se lo agradecí y le di algunas monedas más, no sabía si era la cantidad correcta, pero no quería forzar a mi sistema a entablar una conversación sobre regateo en ese momento.
Regresé junto a Taliesin y comencé a preparar todo para ayudarlo con sus heridas.
La tercer parte… [ERROR] no podía saber nada sobre él.
Tantas emociones juntas hacían que mis reacciones fueran más lentas, por eso no pude sacar a Taliesin a tiempo de los rayos del sol, vi su gesto de dolor cuando la luz comenzó a quemarlo y sentí una punzada atravesándome el pecho. Tenía que salvar al orgánico [ANALIZANDO] Lo agarré de la ropa y prácticamente lo arrastre hasta el granero, él era incapaz de ver, y el sol comenzaba a generar quemaduras en su piel.
Lo empujé para que se resguardara en la sombra, y cerré la puerta con fuerza... Pero eso no era suficiente, la luz se metía por entre las tablas, sin duda habíamos sido muy descuidados. Fui hasta mi mochila y saque una manta, cubrí con ella al vampiro.
-Quédate allí abajo, cubriré las partes por las que pasa la luz ¿Si? – Busqué por todo el lugar, no había gran cantidad de materiales para poder realizar mi cometido, el lugar era bastante grande y cubrir cada rendija parecía imposible. Encontré unas tablas bajo el pajar, las levante y las puse en una esquina [ANALIZANDO] no podría cubrir todas las paredes, pero al menos podría hacer que uno de los rincones sea seguro.
Mientras trabajaba en ello podía escuchar que afuera la familia había comenzado con su rutina diaria, escuché las voces de unos niños que estaban abriendo un corral y se quejaban sobre sus tareas en el campo. Al padre aclarándose la garganta y escupiendo, a la madre gritándole algo a los niños.
¿Y si encontraban a Taliesin? Eso sería muy malo, probablemente no quisieran escucharme cuando les quisiera explicar que no les haría daño alguno. [ANALIZANDO] Me acerqué al vampiro y apoye una mano en su hombro a través de la manta.
-No te la quites aún, sígueme, yo te guiare – Agarre su mano y lo lleve cruzando el granero con cuidado de que no tropezara – No puedo cubrirlo todo, así que deberás quedarte en esta parte ¿Correcto? Debes esconderte para que no te vean – Quité la manta muy lentamente para poder verlo – Voy a revisar tus heridas – Tenía quemaduras esparcidas por varios lugares, el dorso de las manos, un poco los costados del rostro, parte de los brazos y la nuca – Debe dolerte mucho, buscaré algo para curarte ¿Si? Solo espera aquí –
Agarré los cuencos con comida que habían quedado de la noche anterior, tire su contenido lejos y salí con ellos en las manos. Taliesin dependía de mí ahora, él me había dicho que mis habilidades para interactuar estaban mejorando, esperaba que así fuera, porque mi sistema no me permitía mentir.
El granjero me vio mientras me acercaba, cuando estuve a su lado extendí los brazos para entregarle los cuencos.
-Le agradezco por la cena – Agregué una sonrisa casi de inmediato, mejorando mi velocidad de respuesta considerablemente. Ahora que me veía con la luz del día no podía quedarle ninguna duda de que era una Bio, esperaba que eso no lo asustara.
-No es nada, es lo mínimo que haría cualquier buen cristiano – Respondió el humano.
-Mi compañero parece haber enfermado, su condición no es buena ¿Si? Yo me encargaré de sus cuidados pero necesitaría utilizar el granero algunas horas más – Mi gesto inexpresivo parecía ser muy útil en este momento.
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-¿Enfermo? ¿Qué tiene? –
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-Se quemó –
-¡Válgame! ¿Con qué? –
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-Una fogata que hicimos por la noche –
-¿¡En mi granero!?-
[PROCESANDO] [AGUARDE] [PROCESANDO]
-No, afuera, cuando salimos –
El hombre asintió, y los procesadores de mi sistema comenzaron a bajar su intensidad de trabajo. Me señalo hacía donde estaba el pozo con agua y cuando volvía con un balde lleno me pasó unas plantas que según su esposa eran muy buenas contra las quemaduras. Se lo agradecí y le di algunas monedas más, no sabía si era la cantidad correcta, pero no quería forzar a mi sistema a entablar una conversación sobre regateo en ese momento.
Regresé junto a Taliesin y comencé a preparar todo para ayudarlo con sus heridas.
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
El momento en el que le cubrió la manta fue cuando por fin dejó de sentir aquel terrible dolor que, aunque se iniciara en sus manos, recorría todo su sistema nervioso. Lo remplazó el dolor más tenue y palpitante de las quemaduras; lo sentía, creciente, en las manos y la nuca.
Esperó todo lo inmóvil y calmado que pudo a que Zöe volviera a darle indicaciones, y entonces se levantó con su ayuda. Su amiga intentó agarrarle de la mano pero el dolor fue inmediato; Taliesin la retiró.
- Del brazo - indicó.
Dejó que ella lo guiara hasta el rincón del granero y retirara la manta. A la vez que Zöe miraba sus heridas Taliesin también tuvo que fijarse en el estado de sus manos: estaban rojas, con una incipiente hinchazón y varias promesas de ampolla. Jamás se había visto expuesto al sol como vampiro, y aunque sabía que podía ser mortal, ver el efecto en su propio cuerpo era impactante. No llegó a decir nada cuando Zöe le habló y se quedó esperando con forzada paciencia a que volviera.
Fueron minutos largos en los que su respiración agitada contrastaba con el alegre cantar de los pájaros en el exterior. Cerró los ojos y volvió a imaginar la salida del sol, el calor de sus rayos sobre su piel. ¡Había valido la pena! Aunque ahora doliera como mil infiernos. Quizás nunca más fuera a ver el sol después de eso, y no quería que el recuerdo del amanecer se viera enturbiado por el dolor que le había causado.
Zöe volvió con un balde de agua y plantas. Taliesin la observó, inútil, sentado con los brazos sobre las piernas y las manos extendidas frente a sí para evitar que entraran en contacto con nada.
- ¿Remedios caseros? - preguntó - Vas a tener... que partirlas, intentar hacerlas una pasta mezclando con agua...
Dejó que Zöe se encargara de eso porque él no podía ayudar. Mientras tanto el agua que había traído en un balde, helada, mitigó un poco el dolor que sentía en las manos al sumergirlas. En el cuello y en la cara también sentía escozor, pero no lo veía y no dolía tanto como lo de las manos.
- Gracias Zöe - le dijo cuando ella le echó algo de agua en las otras quemaduras - Cuánto lo lamento, creo que voy a ser un desvalido por varios días. Pero valió la pena, ¿verdad? ¿Lo recuerdas? ¿Lo que dijiste, sentiste, y sobre tu hija?
Podía recitar, casi palabra por palabra, lo que ella le había dicho, y así lo hizo.
- Y la última vez que la viste le prometiste que todo estaría bien, que sólo sería una operación rápida y pronto estaríais juntas otra vez - terminó -. ¿Te acuerdas? Parecía muy importante para tí.
Así como también había parecido tan importante, urgente, seguir siendo humana y no verse consumida otra vez por la operación que había hecho de ella una biocibernética. Taliesin se preguntó por primera vez, ¿sería reversible? ¿Era aquello lo que los dioses intentaban decirle, que debía ayudarla a volver a ser humana? Tendría que pensar, largo y tendido, sobre lo que todo aquello significaba.
- ¿Qué sientes... opinas del volver a ser biocibernética? - preguntó con cuidado. ¿Sería consciente del dolor y frustración que había sentido?
Esperó todo lo inmóvil y calmado que pudo a que Zöe volviera a darle indicaciones, y entonces se levantó con su ayuda. Su amiga intentó agarrarle de la mano pero el dolor fue inmediato; Taliesin la retiró.
- Del brazo - indicó.
Dejó que ella lo guiara hasta el rincón del granero y retirara la manta. A la vez que Zöe miraba sus heridas Taliesin también tuvo que fijarse en el estado de sus manos: estaban rojas, con una incipiente hinchazón y varias promesas de ampolla. Jamás se había visto expuesto al sol como vampiro, y aunque sabía que podía ser mortal, ver el efecto en su propio cuerpo era impactante. No llegó a decir nada cuando Zöe le habló y se quedó esperando con forzada paciencia a que volviera.
Fueron minutos largos en los que su respiración agitada contrastaba con el alegre cantar de los pájaros en el exterior. Cerró los ojos y volvió a imaginar la salida del sol, el calor de sus rayos sobre su piel. ¡Había valido la pena! Aunque ahora doliera como mil infiernos. Quizás nunca más fuera a ver el sol después de eso, y no quería que el recuerdo del amanecer se viera enturbiado por el dolor que le había causado.
Zöe volvió con un balde de agua y plantas. Taliesin la observó, inútil, sentado con los brazos sobre las piernas y las manos extendidas frente a sí para evitar que entraran en contacto con nada.
- ¿Remedios caseros? - preguntó - Vas a tener... que partirlas, intentar hacerlas una pasta mezclando con agua...
Dejó que Zöe se encargara de eso porque él no podía ayudar. Mientras tanto el agua que había traído en un balde, helada, mitigó un poco el dolor que sentía en las manos al sumergirlas. En el cuello y en la cara también sentía escozor, pero no lo veía y no dolía tanto como lo de las manos.
- Gracias Zöe - le dijo cuando ella le echó algo de agua en las otras quemaduras - Cuánto lo lamento, creo que voy a ser un desvalido por varios días. Pero valió la pena, ¿verdad? ¿Lo recuerdas? ¿Lo que dijiste, sentiste, y sobre tu hija?
Podía recitar, casi palabra por palabra, lo que ella le había dicho, y así lo hizo.
- Y la última vez que la viste le prometiste que todo estaría bien, que sólo sería una operación rápida y pronto estaríais juntas otra vez - terminó -. ¿Te acuerdas? Parecía muy importante para tí.
Así como también había parecido tan importante, urgente, seguir siendo humana y no verse consumida otra vez por la operación que había hecho de ella una biocibernética. Taliesin se preguntó por primera vez, ¿sería reversible? ¿Era aquello lo que los dioses intentaban decirle, que debía ayudarla a volver a ser humana? Tendría que pensar, largo y tendido, sobre lo que todo aquello significaba.
- ¿Qué sientes... opinas del volver a ser biocibernética? - preguntó con cuidado. ¿Sería consciente del dolor y frustración que había sentido?
Taliesin Skatha
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
De forma minuciosa fuí moliendo las hojas de la planta que me había alcanzado el granjero, hubiese preferido atender las heridas de Taliesin de un modo más higiénico y profesional, pero a falta de recursos adecuados, esto debería alcanzar. Una vez listo lo hice a un lado, antes de poner el emplaste, tenía que asegurarme de que no fuera a pegarse.
-No debes preocuparte, sanarás bien. Quizás duela un poco al principio ¿Sí? Pero intentaré que sea por poco tiempo - Moje un paño limpio que tenía en mi morral y con mucho cuidado lo acerqué a las partes quemadas, no lo deslizaba porque eso causaría mucho dolor, solo lo apoyaba ligeramente para que el agua mojara la piel - Inclínate hacia adelante, tengo que pasar agua por tu nuca - Apoyé una mano en su hombro [ANALIZANDO] esa parte había estado cubierta por la ropa, así que suponía que no estaría herido. Con cuidado hice que se recline hacia mi, dejando a la vista toda la parte de atrás y los costados de su cuello - Soy yo quien debe disculparse, Taliesin, debería haber calculado que esto pasaría, tendría que haberlo previsto. Mi sistema no está funcionando bien en este último tiempo -
No era normal que cometiera ese tipo de errores, aunque analizaba las variables una y otra vez no lograba entender porque mi sistema había fallado tan estrepitosamente “Es como si tu sistema hubiese querido matarlo ¿Cierto?” Eso era imposible, estaba programada para salvar a los orgánicos, una cosa semejante iría en contra de todos los parámetros establecidos.
-Te cuidaré hasta que las quemaduras se hayan ido ¿Sí? - Dije sin mirarlo, concentrada en hacer bien la parte de la limpieza para poder pasar a lo siguiente [ERROR] - Los recuerdos son muy confusos, gran parte de los datos no pueden ser analizados por mi mente tal como está ahora, aunque... - [ANALIZANDO] [GUARDANDO ARCHIVO] - Puedo recordar que te lo dije, pero no puedo acceder a los archivos... No puedo traer los recuerdos a mi mente, es como... - [BUSCANDO] - Como la sensación que tienen los orgánicos al levantarse de un sueño, y creen que saben lo que soñaron, pero sin embargo no pueden reproducirlo -
Me resultaba muy difícil hacer comparaciones como esa, pero a la vez no encontraba un modo mejor de poder explicarlo. La siguiente pregunta fue inesperada, hacía mucho tiempo que no me planteaban esa cuestión, el último había sido Dag, cuando manifestó sus intenciones de volver a hacerme humana.
-Creo que... - [ANALIZANDO] - No es algo que tenga sentido analizar - [ERROR] - Ser lo que soy desde siempre, entendiendo “siempre” como el tiempo transcurrido desde mi despertar hasta la actualidad, es lo mejor y lo más correcto -
Con todas las heridas humedecidas correctamente podía pasar a la siguiente parte de la curación. Agarré pequeñas cantidades del emplaste y con mucho cuidado lo fui esparciendo por las quemaduras, en aquellas que se veían más serias ponía más cantidad, para que así hubiese una separación entre la piel lastimada y las vendas.
-Cuando termine con esto, puedes intentar dormir un poco, yo cuidaré de que nadie venga por el granero - Agregué una sonrisa al comentario - ¿Se sintió bien ser humano de nuevo? ¿Fue todo lo que esperabas? - Mojé las vendas en el agua y sin apretar fui cubriendo sus manos, partes del brazo y cuello - Esto debe estar siempre mojado para evitar que se pegue a la piel ¿Sí?-
-No debes preocuparte, sanarás bien. Quizás duela un poco al principio ¿Sí? Pero intentaré que sea por poco tiempo - Moje un paño limpio que tenía en mi morral y con mucho cuidado lo acerqué a las partes quemadas, no lo deslizaba porque eso causaría mucho dolor, solo lo apoyaba ligeramente para que el agua mojara la piel - Inclínate hacia adelante, tengo que pasar agua por tu nuca - Apoyé una mano en su hombro [ANALIZANDO] esa parte había estado cubierta por la ropa, así que suponía que no estaría herido. Con cuidado hice que se recline hacia mi, dejando a la vista toda la parte de atrás y los costados de su cuello - Soy yo quien debe disculparse, Taliesin, debería haber calculado que esto pasaría, tendría que haberlo previsto. Mi sistema no está funcionando bien en este último tiempo -
No era normal que cometiera ese tipo de errores, aunque analizaba las variables una y otra vez no lograba entender porque mi sistema había fallado tan estrepitosamente “Es como si tu sistema hubiese querido matarlo ¿Cierto?” Eso era imposible, estaba programada para salvar a los orgánicos, una cosa semejante iría en contra de todos los parámetros establecidos.
-Te cuidaré hasta que las quemaduras se hayan ido ¿Sí? - Dije sin mirarlo, concentrada en hacer bien la parte de la limpieza para poder pasar a lo siguiente [ERROR] - Los recuerdos son muy confusos, gran parte de los datos no pueden ser analizados por mi mente tal como está ahora, aunque... - [ANALIZANDO] [GUARDANDO ARCHIVO] - Puedo recordar que te lo dije, pero no puedo acceder a los archivos... No puedo traer los recuerdos a mi mente, es como... - [BUSCANDO] - Como la sensación que tienen los orgánicos al levantarse de un sueño, y creen que saben lo que soñaron, pero sin embargo no pueden reproducirlo -
Me resultaba muy difícil hacer comparaciones como esa, pero a la vez no encontraba un modo mejor de poder explicarlo. La siguiente pregunta fue inesperada, hacía mucho tiempo que no me planteaban esa cuestión, el último había sido Dag, cuando manifestó sus intenciones de volver a hacerme humana.
-Creo que... - [ANALIZANDO] - No es algo que tenga sentido analizar - [ERROR] - Ser lo que soy desde siempre, entendiendo “siempre” como el tiempo transcurrido desde mi despertar hasta la actualidad, es lo mejor y lo más correcto -
Con todas las heridas humedecidas correctamente podía pasar a la siguiente parte de la curación. Agarré pequeñas cantidades del emplaste y con mucho cuidado lo fui esparciendo por las quemaduras, en aquellas que se veían más serias ponía más cantidad, para que así hubiese una separación entre la piel lastimada y las vendas.
-Cuando termine con esto, puedes intentar dormir un poco, yo cuidaré de que nadie venga por el granero - Agregué una sonrisa al comentario - ¿Se sintió bien ser humano de nuevo? ¿Fue todo lo que esperabas? - Mojé las vendas en el agua y sin apretar fui cubriendo sus manos, partes del brazo y cuello - Esto debe estar siempre mojado para evitar que se pegue a la piel ¿Sí?-
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Mientras permanecía inclinado hacia delante para que Zöe pudiera acceder a su nuca, aprovechó que su amiga no podía verlo para dejar escapar varias muecas de dolor e improperios entre dientes. Al volver a alzarse suspiró, resignado. El movimiento causó que las gotas de agua se colaran bajo su camisa hacia la espalda; le provocaran un escalofrío agradable. Fuera aún se escuchaba el cantar de los pájaros.
- Yo mismo tendría que haber pensado en esto - corrigió -. Supongo que no me importaban las consecuencias -. Francamente, no habría querido perderse un solo minuto de aquel amanecer, aunque fuera para ponerse a cubierto de los rayos del sol cuando este estaba a punto de salir -. No estoy muerto, sólo son unas pocas quemaduras. Todo bien.
Volvía a pensar en el amanecer una y otra vez, y se le desenfocaba la vista al imaginarlo y se le colaba una sonrisa en los labios a pesar del dolor. Aquella experiencia bien merecía que le compusieran mil sonetos, si tan sólo los poetas humanos se abstrayeran de lo cotidiano.
- Me las apañaré, Zöe, no te preocupes... Puedo volver al puerto y dejar que me cuide mi madre, se pondrá contenta por volver a tratarme como a un niño.
O enfadada, se corrigió mentalmente, o asustada, o consternada, por tener un hijo vampiro que había estado tan cerca de la muerte. Dolida cuanto menos, si bien quizás no lo demostraría. Su madre estaba acostumbrada a sufrir en silencio.
- No pasa nada por que no puedas recordar las imágenes exactamente, mientras sepas que eran recuerdos importantes. Quizás más tarde podamos encontrar una manera de desbloquearlos. ¿Vale?
Era una especie de promesa, se dio cuenta, una promesa sutil y disimulada que no tenía ni idea de cómo cumplir. Estaba alimentada por aquella imagen desesperada de la humana al sentir que volvía a ser biocibernética. Por la imagen de una mujer a la que no conocía, sufriendo por volver a ser su amiga. Entrecerró los ojos, como con sospecha, cuando Zöe le dijo que no tenía sentido pensar en cómo se sentía.
- Siempre tiene sentido el analizar esas cosas - rebatió -. Es muy importante, porque que "siempre" hayas sido una forma no significa que no puedas cambiarlo. No puedes volver atrás físicamente; no puedes dejar de ser biocibernética ni yo puedo dejar de ser vampiro. Pero - se interrumpió un momento, intentando comprender él mismo lo que estaba intentando decir.
"Es lo mejor y lo más correcto" se repitió en su mente, y aquello chocó otra vez con aquel "¡Ayúdame! No dejes que... ".
- No querías volver a ser biocibernética, Zöe - expuso llanamente, frustrado al no haber sido capaz de expresar lo que le preocupaba de otra manera; al no haber sido capaz de callárselo -. "No dejes que..." ¿Qué? - preguntó con contenida urgencia - ¿Qué era lo que temías perder?
Él al volver a ser humano había vuelto a sentir que aquello era lo... natural, lo correcto, lo bueno, lo mejor. "Lo mejor y lo más correcto" se repitió, esta vez con un deje de rabia y frustración. Pero no podía decir aquello en voz alta; o al menos no en ese momento.
- Yo mismo tendría que haber pensado en esto - corrigió -. Supongo que no me importaban las consecuencias -. Francamente, no habría querido perderse un solo minuto de aquel amanecer, aunque fuera para ponerse a cubierto de los rayos del sol cuando este estaba a punto de salir -. No estoy muerto, sólo son unas pocas quemaduras. Todo bien.
Volvía a pensar en el amanecer una y otra vez, y se le desenfocaba la vista al imaginarlo y se le colaba una sonrisa en los labios a pesar del dolor. Aquella experiencia bien merecía que le compusieran mil sonetos, si tan sólo los poetas humanos se abstrayeran de lo cotidiano.
- Me las apañaré, Zöe, no te preocupes... Puedo volver al puerto y dejar que me cuide mi madre, se pondrá contenta por volver a tratarme como a un niño.
O enfadada, se corrigió mentalmente, o asustada, o consternada, por tener un hijo vampiro que había estado tan cerca de la muerte. Dolida cuanto menos, si bien quizás no lo demostraría. Su madre estaba acostumbrada a sufrir en silencio.
- No pasa nada por que no puedas recordar las imágenes exactamente, mientras sepas que eran recuerdos importantes. Quizás más tarde podamos encontrar una manera de desbloquearlos. ¿Vale?
Era una especie de promesa, se dio cuenta, una promesa sutil y disimulada que no tenía ni idea de cómo cumplir. Estaba alimentada por aquella imagen desesperada de la humana al sentir que volvía a ser biocibernética. Por la imagen de una mujer a la que no conocía, sufriendo por volver a ser su amiga. Entrecerró los ojos, como con sospecha, cuando Zöe le dijo que no tenía sentido pensar en cómo se sentía.
- Siempre tiene sentido el analizar esas cosas - rebatió -. Es muy importante, porque que "siempre" hayas sido una forma no significa que no puedas cambiarlo. No puedes volver atrás físicamente; no puedes dejar de ser biocibernética ni yo puedo dejar de ser vampiro. Pero - se interrumpió un momento, intentando comprender él mismo lo que estaba intentando decir.
"Es lo mejor y lo más correcto" se repitió en su mente, y aquello chocó otra vez con aquel "¡Ayúdame! No dejes que... ".
- No querías volver a ser biocibernética, Zöe - expuso llanamente, frustrado al no haber sido capaz de expresar lo que le preocupaba de otra manera; al no haber sido capaz de callárselo -. "No dejes que..." ¿Qué? - preguntó con contenida urgencia - ¿Qué era lo que temías perder?
Él al volver a ser humano había vuelto a sentir que aquello era lo... natural, lo correcto, lo bueno, lo mejor. "Lo mejor y lo más correcto" se repitió, esta vez con un deje de rabia y frustración. Pero no podía decir aquello en voz alta; o al menos no en ese momento.
Taliesin Skatha
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Cuando Taliesin comentó lo de regresar a su hogar asentí, sin duda sería mucho más cómodo el poder estar en su propia cama y recibiendo la atención médica adecuada, con medicinas más específicas que un montón de hojas aplastadas. A veces perdía de vista el hecho de que Skatha, a diferencia de Dag, si tenía un sitio al cual volver, con personas que lo querían y esperaban por su regreso.
-Te llevare a tu casa entonces, saldremos en cuanto oscurezca – Y así volveríamos a la rutina nocturna a la que estaba acostumbrada – Sera mejor no apresurarnos, cuando llegue la noche comprobaremos si puedes moverte ¿Si? –
Era extraño que Taliesin se mostrara insistente con un tema. Durante los minutos en que fui humana, tenía la sensación de que muchas cosas habían ocurrido, podía recordar mis mejillas mojadas por las lágrimas, el contacto con el cuerpo del vampiro, mi garganta doliendo por hablar tan fuerte. Eran todas sensaciones físicas que aún perduraban, pero no podía sentir nada al respecto, simplemente eran cosas que estaban allí.
-Quizás – Dije aún sin entender qué podía significar para Taliesin todo eso, ni porque podría parecerle tan importante. [Recuerdo: Memoria que se hace o aviso que se da de algo pasado o de que ya se habló], esa era la definición, pero sabía que para los orgánicos la palabra tenía muchos más significados.
Las siguientes palabras me sacaron de mi ensimismamiento, me encontraba con la vista fija en los vendajes de Taliesin, concentrada en ponerlos de manera correcta para que no le apretaran pero tampoco se corrieran de su posición. Deje de mover mis manos y levanté la mirada hasta fijarla en los ojos del vampiro.
-¿Qué sucede, Taliesin? Actúas de modo extraño – Una punzada de dolor atravesó mi cabeza, tuve que detenerme por completo “Tu sistema te está dando un aviso” ¿De qué? No estaba lastimando a nadie, no había ningún orgánico al cual ayudar, ni ninguna situación de riesgo inminente – No dejes que… -
[ERROR] [ERROR] [APAGANDO EL SISTEMA] ¡No!
-¡No! – Repetí en un tono mucho más alto del que pretendía – No quiero apagarme ahora – [BUSCANDO] [ESPERE] [CONFIRMADO] Respiración entrecortada, pulsaciones, transpiración fría… Algo extraño le estaba pasando a mi cuerpo – No sé qué debería hacer, Taliesin – Mis manos ¡Temblaban! Las mire como si fueran un objeto extraño, externo a mí – Había algo… Algo que era muy importante para mí –
Nuevamente esa sensación de extrañeza, como si un objeto muy grande estuviera atorado en mi garganta, mi estómago se retorcía... Cerré los ojos y respiré profundamente, deje que mi sistema extendiera su dominio [ANALIZANDO] debía encontrar el factor que estaba alterando mi funcionamiento “¿Y entonces?” Y entonces lo destruiría.
Cuando abrí los ojos mi cuerpo volvía a ser mío.
-Debes descansar, o no podrás levantarte por la noche ¿Correcto? – Podría analizar la situación con más detenimiento una vez que Taliesin estuviera fuera de peligro. Hasta entonces, mis emociones o la falta de ellas no tenían relevancia alguna, era necesario que mi sistema ordenara las prioridades y buscara modalidades de acción que estuvieran de acuerdo a los protocolos establecidos – Cambiaré tus vendajes dentro de algunas horas. Ahora es necesario que duermas – Mi tono era ¿Tajante? Contundente tal vez. Algo que estaba profundamente arraigado en mí ser había sido tocado por primera vez, y como respuesta mi sistema cerraba las puertas con aún más empeño.
Resultaba curioso cuando se lo analizaba con detenimiento: Ahora sabía que había un algo.
-Te llevare a tu casa entonces, saldremos en cuanto oscurezca – Y así volveríamos a la rutina nocturna a la que estaba acostumbrada – Sera mejor no apresurarnos, cuando llegue la noche comprobaremos si puedes moverte ¿Si? –
Era extraño que Taliesin se mostrara insistente con un tema. Durante los minutos en que fui humana, tenía la sensación de que muchas cosas habían ocurrido, podía recordar mis mejillas mojadas por las lágrimas, el contacto con el cuerpo del vampiro, mi garganta doliendo por hablar tan fuerte. Eran todas sensaciones físicas que aún perduraban, pero no podía sentir nada al respecto, simplemente eran cosas que estaban allí.
-Quizás – Dije aún sin entender qué podía significar para Taliesin todo eso, ni porque podría parecerle tan importante. [Recuerdo: Memoria que se hace o aviso que se da de algo pasado o de que ya se habló], esa era la definición, pero sabía que para los orgánicos la palabra tenía muchos más significados.
Las siguientes palabras me sacaron de mi ensimismamiento, me encontraba con la vista fija en los vendajes de Taliesin, concentrada en ponerlos de manera correcta para que no le apretaran pero tampoco se corrieran de su posición. Deje de mover mis manos y levanté la mirada hasta fijarla en los ojos del vampiro.
-¿Qué sucede, Taliesin? Actúas de modo extraño – Una punzada de dolor atravesó mi cabeza, tuve que detenerme por completo “Tu sistema te está dando un aviso” ¿De qué? No estaba lastimando a nadie, no había ningún orgánico al cual ayudar, ni ninguna situación de riesgo inminente – No dejes que… -
[ERROR] [ERROR] [APAGANDO EL SISTEMA] ¡No!
-¡No! – Repetí en un tono mucho más alto del que pretendía – No quiero apagarme ahora – [BUSCANDO] [ESPERE] [CONFIRMADO] Respiración entrecortada, pulsaciones, transpiración fría… Algo extraño le estaba pasando a mi cuerpo – No sé qué debería hacer, Taliesin – Mis manos ¡Temblaban! Las mire como si fueran un objeto extraño, externo a mí – Había algo… Algo que era muy importante para mí –
Nuevamente esa sensación de extrañeza, como si un objeto muy grande estuviera atorado en mi garganta, mi estómago se retorcía... Cerré los ojos y respiré profundamente, deje que mi sistema extendiera su dominio [ANALIZANDO] debía encontrar el factor que estaba alterando mi funcionamiento “¿Y entonces?” Y entonces lo destruiría.
Cuando abrí los ojos mi cuerpo volvía a ser mío.
-Debes descansar, o no podrás levantarte por la noche ¿Correcto? – Podría analizar la situación con más detenimiento una vez que Taliesin estuviera fuera de peligro. Hasta entonces, mis emociones o la falta de ellas no tenían relevancia alguna, era necesario que mi sistema ordenara las prioridades y buscara modalidades de acción que estuvieran de acuerdo a los protocolos establecidos – Cambiaré tus vendajes dentro de algunas horas. Ahora es necesario que duermas – Mi tono era ¿Tajante? Contundente tal vez. Algo que estaba profundamente arraigado en mí ser había sido tocado por primera vez, y como respuesta mi sistema cerraba las puertas con aún más empeño.
Resultaba curioso cuando se lo analizaba con detenimiento: Ahora sabía que había un algo.
Zöe
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Re: Tiempos de cambios [Privado] [Skatha] [Cerrado]
Ese nuevo "¡No!" de Zöe, aunque menos desesperado que el anterior, volvió a helarle la sangre. ¿Apagarse? ¿Sólo por una pregunta, su sistema intentaba contraatacar de aquella forma? Él sí que no sabía qué decir, ni qué hacer, ni qué recomendarle, ni si debía seguir insistiendo hasta sacar algo en claro o, por el contrario, callar y dejar que las cosas descansaran, al menos por el momento. Las manos de Zöe temblaban.
- Eh, tranquila - se inclinó hacia delante; le habría agarrado la mano pero las del vampiro eran inútiles en aquel momento, entre las quemaduras y los vendajes a medio colocar.
Pero no hizo falta que hiciera o dijera nada más, porque al segundo siguiente Zöe volvía a estar en control de su cuerpo. La Zöe que él conocía, la biocibernética, la que tenía un sistema que, al parecer, le impedía acceder a recuerdos anteriores. No sabía si, dadas las circunstancias, verla calmada otra vez era en lo más mínimo reconfortante. Su tono era tajante, imperativo, sin ninguna de las dudas que expresaba tan solo unos segundos atrás.
- Estás enfadada.
O el equivalente biocibernético de estar enfadado. Sí, quizás Taliesin se había propasado al hacerle aquella última pregunta. Tenía que pensar en todo aquello, sacar conclusiones y decisiones; pero cuanto menos le parecía tiránico que el cuerpo de Zöe amenazara con apagarse cada vez que ella intentara recordar algo. Al mismo tiempo, la mujer humana a la que había conocido aquella mañana no existía; había muerto hacía años, y era una locura y un engaño pensar que Zöe volvería a ser ella. Pero sí podría, quizás, encontrar un equilibrio entre su personalidad biocibernética y su pasado.
Asintió a la orden de Zöe sin añadir nada más, y colocadas las vendas se envolvió en la manta y se echó sobre la paja. Sus manos y su cuello latían al ritmo de las quemaduras, y su mente daba vueltas con todas las experiencias del día. A pesar del cansancio físico, le costó conciliar el sueño, y se despertó varias veces debido a sueños extraños, dolores y sudores.
Zöe volvió a cambiarle los vendajes cuando cayó la noche. Taliesin había dormido muy mal y le costó entablar conversación, pero procuró que todo fuera como siempre, como si aquel fuera un día más en su búsqueda de Dag y nada especial hubiera pasado el día anterior. Pero aquel amanecer, la sensación de paz, la reacción de miedo de Zöe, el dolor del sol, volvían a estallar como recuerdos vívidos en su conciencia cada poco tiempo. Una y otra vez empujaba aquellas imágenes fuera de su mente y se esforzaba en concentrarse en la noche que tenía frente a él. Tendría tiempo de sobra para pensar en ello cuando llegara al puerto.
- Eh, tranquila - se inclinó hacia delante; le habría agarrado la mano pero las del vampiro eran inútiles en aquel momento, entre las quemaduras y los vendajes a medio colocar.
Pero no hizo falta que hiciera o dijera nada más, porque al segundo siguiente Zöe volvía a estar en control de su cuerpo. La Zöe que él conocía, la biocibernética, la que tenía un sistema que, al parecer, le impedía acceder a recuerdos anteriores. No sabía si, dadas las circunstancias, verla calmada otra vez era en lo más mínimo reconfortante. Su tono era tajante, imperativo, sin ninguna de las dudas que expresaba tan solo unos segundos atrás.
- Estás enfadada.
O el equivalente biocibernético de estar enfadado. Sí, quizás Taliesin se había propasado al hacerle aquella última pregunta. Tenía que pensar en todo aquello, sacar conclusiones y decisiones; pero cuanto menos le parecía tiránico que el cuerpo de Zöe amenazara con apagarse cada vez que ella intentara recordar algo. Al mismo tiempo, la mujer humana a la que había conocido aquella mañana no existía; había muerto hacía años, y era una locura y un engaño pensar que Zöe volvería a ser ella. Pero sí podría, quizás, encontrar un equilibrio entre su personalidad biocibernética y su pasado.
Asintió a la orden de Zöe sin añadir nada más, y colocadas las vendas se envolvió en la manta y se echó sobre la paja. Sus manos y su cuello latían al ritmo de las quemaduras, y su mente daba vueltas con todas las experiencias del día. A pesar del cansancio físico, le costó conciliar el sueño, y se despertó varias veces debido a sueños extraños, dolores y sudores.
Zöe volvió a cambiarle los vendajes cuando cayó la noche. Taliesin había dormido muy mal y le costó entablar conversación, pero procuró que todo fuera como siempre, como si aquel fuera un día más en su búsqueda de Dag y nada especial hubiera pasado el día anterior. Pero aquel amanecer, la sensación de paz, la reacción de miedo de Zöe, el dolor del sol, volvían a estallar como recuerdos vívidos en su conciencia cada poco tiempo. Una y otra vez empujaba aquellas imágenes fuera de su mente y se esforzaba en concentrarse en la noche que tenía frente a él. Tendría tiempo de sobra para pensar en ello cuando llegara al puerto.
Taliesin Skatha
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