Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
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Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Hoy Mercurio terminaba su pequeño camino, sus alas fueron cortadas desde el día en el que nació... no había espacio para el en Aerandir, nunca llego a convertirse en lo que su orden significaba, nunca logro tener amigos y apenas enemigos, solo su dios, quien en poco se reuniría con el sin saberlo.
Mercurio entro en una posada en Vulwulfar , la luna llena hacia que todas las calles estén iluminadas, la gente salia pero Mercurio no. La posada estaba vacía. Se sentó en una de las mesas, donde una de las mujeres que se encargaban de atender el lugar se acerco a el - Buenas noches, ¿que puedo ofrecerle? - dijo la mujer, a lo que Mercurio la miro y soltó una sonrisa picarona - Una noche... pero tienes gente que atender, así que dame lo mejor que tengas. - dijo soltando una pequeña risa.
La mujer paso de el y fue en busca de su mejor cerveza, sirviéndola adelante de Mercurio, quien asintió con la cabeza, quedo solo en la mesa y a su alrededor, apenas habían otras tres personas. Empezó a tomar la cerveza, pensando en el anciano que se había cruzado, perteneciente a su misma orden.
El no era el ultimo y lo pudo confirmar con aquella presencia, estaba claro que quedaba mas gente de su orden... pero no de su especie, o al menos eso no podía confirmarlo. Estaba solo, y esa soledad lo estaba matando desde la perdida de su mejor amigo. Seguía sin confiar en su dios ni en un Aerandir.
Volvió a recordar la muerte de su amigo, apretó la jarra pero rápidamente pensó en los buenos días que habían compartido, lo extrañaba mucho, soltó la jarra y sonrió nuevamente. - Te extraño Malcolm... hubiéramos sido buenos guerreros juntos. - dijo susurrando para el mismo, como si su amigo estuviera en frente de el, escuchándolo, al menos eso creía el. Volvía a recordar a su dios y el odio que tenia hacia el por no haber salvado la vida de su amigo.
Su odio, su miedo y su rencor... no permitían que tenga esperanzas, solo quería lo peor para Aerandir, para su orden y para su dios.
Mercurio entro en una posada en Vulwulfar , la luna llena hacia que todas las calles estén iluminadas, la gente salia pero Mercurio no. La posada estaba vacía. Se sentó en una de las mesas, donde una de las mujeres que se encargaban de atender el lugar se acerco a el - Buenas noches, ¿que puedo ofrecerle? - dijo la mujer, a lo que Mercurio la miro y soltó una sonrisa picarona - Una noche... pero tienes gente que atender, así que dame lo mejor que tengas. - dijo soltando una pequeña risa.
La mujer paso de el y fue en busca de su mejor cerveza, sirviéndola adelante de Mercurio, quien asintió con la cabeza, quedo solo en la mesa y a su alrededor, apenas habían otras tres personas. Empezó a tomar la cerveza, pensando en el anciano que se había cruzado, perteneciente a su misma orden.
El no era el ultimo y lo pudo confirmar con aquella presencia, estaba claro que quedaba mas gente de su orden... pero no de su especie, o al menos eso no podía confirmarlo. Estaba solo, y esa soledad lo estaba matando desde la perdida de su mejor amigo. Seguía sin confiar en su dios ni en un Aerandir.
Volvió a recordar la muerte de su amigo, apretó la jarra pero rápidamente pensó en los buenos días que habían compartido, lo extrañaba mucho, soltó la jarra y sonrió nuevamente. - Te extraño Malcolm... hubiéramos sido buenos guerreros juntos. - dijo susurrando para el mismo, como si su amigo estuviera en frente de el, escuchándolo, al menos eso creía el. Volvía a recordar a su dios y el odio que tenia hacia el por no haber salvado la vida de su amigo.
Su odio, su miedo y su rencor... no permitían que tenga esperanzas, solo quería lo peor para Aerandir, para su orden y para su dios.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
El sonido de los tacones sobre el adoquinado mojado, resonaban con ecos en una calle alumbrada solo por la Luna….el olor a mar y a pescado era intenso en esta ciudad, sitio perfecto para no ser reconocida…. Alana se movió dentro de su capa negra, retirando la capucha y descubriendo sus facciones. Con una mano limpio su barbilla aun ensangrentada. Tenía la mente rota y sed aun sin saciar, algo no estaba bien con la mujer y ella lo sabía.
“Una posada…si, puede que esta vez sea más tranquila y relajante que la anterior”
Se dijo, mientras divisaba con la mirada el edificio y su cartel. Por un instante dudo si ir hacia ahí era una buena idea y casi da la vuelta, pero algo, la empujaba a ir.
“La providencia, tal vez ¿?”
Pensó la mujer y volviendo a cubrirse prosiguió por el camino adoquinado hacia la puerta de madera, que se abrió con un silbido típico. El aire concentrado golpeo su nariz, había tantos olores a la vez que casi abruman a la fémina, pero cuando ya estaba dentro, todo parecía estar como debe.
Con una mirada recorrió el salón casi vacío, hasta que una figura la fue muy familiar…
“El hombre pájaro….”
Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y la mujer se acercó al hombre que parecía estar ahogando las penas. No era la primera vez que sus caminos se cruzaban y conocía su humor serio y casi lúgubre en algunos momentos, era el último de su raza y sin duda era algo que le pesaba demasiado.
-Buenas lunas, querido!
Saludo, mientras se sentaba a su lado y se retiraba la cucha descubriéndose, no deseaba jugar al escondite esta noche. Puede que se estaba haciendo demasiado blanda, pero no era una noche como cualquier otra y por alguna razón lo sabía. Algo iba a pasar, algo importante y no podría evitar.
Con un gesto, llame a la mujer morena con una figura impresionante a que se acerque a nosotros…
-Desea algo ¿?-pregunta mirando con cierto prejuicio
-Lo mismo que él está tomando….
Señalo la jarra y observo como la mujer se marchaba tras la barra, sin duda esta posada era más tranquila y agradable que la anterior….
-Como te trata la noche, querido ¿?
Pregunto la vampiresa, mientras volvía su interés a Mercurio, esperando que la sirva la jarra de cerveza…
-Que te ha traído aquí ¿?
La mujer le miraba de forma abierta, casi como a un amigo. Aunque se daba cuenta que era tan peligroso como ella misma, por lo que no bajaba la guardia.
“Esta noche sería de lo más interesante y peculiar….algo está por suceder y no lo voy a poder controlar…”
- Alana:
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“Una posada…si, puede que esta vez sea más tranquila y relajante que la anterior”
Se dijo, mientras divisaba con la mirada el edificio y su cartel. Por un instante dudo si ir hacia ahí era una buena idea y casi da la vuelta, pero algo, la empujaba a ir.
“La providencia, tal vez ¿?”
Pensó la mujer y volviendo a cubrirse prosiguió por el camino adoquinado hacia la puerta de madera, que se abrió con un silbido típico. El aire concentrado golpeo su nariz, había tantos olores a la vez que casi abruman a la fémina, pero cuando ya estaba dentro, todo parecía estar como debe.
Con una mirada recorrió el salón casi vacío, hasta que una figura la fue muy familiar…
“El hombre pájaro….”
Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y la mujer se acercó al hombre que parecía estar ahogando las penas. No era la primera vez que sus caminos se cruzaban y conocía su humor serio y casi lúgubre en algunos momentos, era el último de su raza y sin duda era algo que le pesaba demasiado.
-Buenas lunas, querido!
Saludo, mientras se sentaba a su lado y se retiraba la cucha descubriéndose, no deseaba jugar al escondite esta noche. Puede que se estaba haciendo demasiado blanda, pero no era una noche como cualquier otra y por alguna razón lo sabía. Algo iba a pasar, algo importante y no podría evitar.
Con un gesto, llame a la mujer morena con una figura impresionante a que se acerque a nosotros…
-Desea algo ¿?-pregunta mirando con cierto prejuicio
-Lo mismo que él está tomando….
Señalo la jarra y observo como la mujer se marchaba tras la barra, sin duda esta posada era más tranquila y agradable que la anterior….
-Como te trata la noche, querido ¿?
Pregunto la vampiresa, mientras volvía su interés a Mercurio, esperando que la sirva la jarra de cerveza…
-Que te ha traído aquí ¿?
La mujer le miraba de forma abierta, casi como a un amigo. Aunque se daba cuenta que era tan peligroso como ella misma, por lo que no bajaba la guardia.
“Esta noche sería de lo más interesante y peculiar….algo está por suceder y no lo voy a poder controlar…”
Alana
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Mercurio estaba tranquilo pensando y acordándose de su pasado, pero apareció la vampiresa. Mercurio levanto su mirada y la miro - No pudiste resistirte ¿no? - dijo soltando una risa y terminando de tomar su cerveza, sonriendo como si su alma no estuviera siendo atormentada por su pasado, por su vida miserable que mucho le costaba llevar.
Aunque Mercurio parecía mucho mas grande que su edad, era mucha carga para una persona tan joven. Cuando la vampiresa pregunto que trajo a Mercurio aquí, la miro fijo, pensando en cual de todas las razones lo trajo aquí, ¿su dios?, ¿su mejor amigo?, ¿su orden?. Tantas razones, tantos motivos para estar en una taberna bebiendo.
- Vine a lamentarme. - fueron las únicas palabras que Mercurio pronuncio, giro su mirada para ver como los últimos clientes se iban de la taberna, hoy no era un día para taberna, pero para Mercurio cada día de su vida era para estar en una. Miro a la mujer fijamente.
- Tu nunca podrías entenderme... tu nunca podrías entender a alguien que juro defender Aerandir con honor, valor y gloria, alguien que carga con una raza y una orden... nunca podrás entender todo lo que llevo en mis hombros, impidiéndome volar como cualquier chico de mi edad hubiera hecho. - Miro a la mujer y la llamo con un gesto simple, cuando se acerco le dio un par de Aeros
Ella miro y le dijo - La ultima del pasillo, por las escaleras - dijo retirándose de la mesa, Mercurio se tiro para atrás con su silla, se levanto y miro a la mujer - Que tengas una buena noche. - dijo retirándose hacia su habitación
Entro en ella y se acerco a su cama, sentándose sobre ella y mirando la ventana, viendo la gran luna llena que había esta noche
Aunque Mercurio parecía mucho mas grande que su edad, era mucha carga para una persona tan joven. Cuando la vampiresa pregunto que trajo a Mercurio aquí, la miro fijo, pensando en cual de todas las razones lo trajo aquí, ¿su dios?, ¿su mejor amigo?, ¿su orden?. Tantas razones, tantos motivos para estar en una taberna bebiendo.
- Vine a lamentarme. - fueron las únicas palabras que Mercurio pronuncio, giro su mirada para ver como los últimos clientes se iban de la taberna, hoy no era un día para taberna, pero para Mercurio cada día de su vida era para estar en una. Miro a la mujer fijamente.
- Tu nunca podrías entenderme... tu nunca podrías entender a alguien que juro defender Aerandir con honor, valor y gloria, alguien que carga con una raza y una orden... nunca podrás entender todo lo que llevo en mis hombros, impidiéndome volar como cualquier chico de mi edad hubiera hecho. - Miro a la mujer y la llamo con un gesto simple, cuando se acerco le dio un par de Aeros
Ella miro y le dijo - La ultima del pasillo, por las escaleras - dijo retirándose de la mesa, Mercurio se tiro para atrás con su silla, se levanto y miro a la mujer - Que tengas una buena noche. - dijo retirándose hacia su habitación
Entro en ella y se acerco a su cama, sentándose sobre ella y mirando la ventana, viendo la gran luna llena que había esta noche
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Alana observo al joven, sin duda era apuesto, pero su humor lúgubre a veces la hacía sentirse como si estaría encerrada en aquella prisión de nuevo.
Cuando la hablo, no la dio opción a replica y simplemente se marchó a sus aposentos….La chica se estiro en su silla, deseaba tranquilidad esta noche, pero al parecer mordió el anzuelo de algo q ni ella misma podía controlar ahora. La cabreó el hecho de que no hablo con ella.
“Pero que se ha creído ¿?”
Asique se tomó del trago su jarra y se acercó a la barra…
-Querida, puedes darme un par de botellas de tu mejor vino…
Alana soltó las monedas sobre la barra de madera y recogió su pedido. En parte, suponía que no era bienvenida a unos aposentos, pero la importaba un comino. Y todo porque tenía un humor de perros no solo él sino ella…Quería resolver las diferencias o lo que sea que hay entre ellos… Alana aprieto los dientes, la había cabreado aquel hombre con alas, y deseaba cabrearlo igual….o alguna reacción diferente…
Se encamino por el pasillo…sin dificultad encontró la puerta tras la que él estaba y la abrió…
Paso sin ninguna invitación y se situó ante el…dejando las botellas sobre la cama…y oyendo el cerrar de la puerta tras ella...
-Eres un maldito mal educado, querido! No sé por qué te marchas sin dejar que te responda o me defienda, si quiera. Sabes, es cierto que no tengo ni idea de lo que te está pasando y de lo que estas sufriendo, porque mi existencia es perfecta y deliciosa…-mintió ella, mientras sonreía….-pero si deseas contármelo, si estoy aquí para escucharte….
Dijo y se quitó la capa negra tirándola sobre una de las sillas, no muy lejos de ellos. Recogió su cabello con uno de las horquillas…
-Y aunque no lo creas, tú necesitas compañía y yo también…
Comento y se puso a buscar algo para abrir y en donde echar el vino, descubriendo su corsé apretado y su vestido color lila…..Al fin encontró dos vasos polvorientos, que repaso con la tela de su vestido y al final abrió la botella con los dientes… Lleno las dos copas y tendió una a Mercurio….Con un paso tranquilo se posiciono ante la ventana y admiro el rostro del hombre con las sombras que su propio cuerpo creaba….
-Porque me odias tanto ¿? Solo por no entenderte, no compartir tus ideales ¿?O es por qué no te he prestado suficiente atención ¿?
Pregunto ella, mirándolo de frente. No estaba alerta, no estaba preocupada. Por alguna razón se sentía tranquila y hasta poderosa a la luz de la luna, que ahora la estaba bañando su figura.
Cuando la hablo, no la dio opción a replica y simplemente se marchó a sus aposentos….La chica se estiro en su silla, deseaba tranquilidad esta noche, pero al parecer mordió el anzuelo de algo q ni ella misma podía controlar ahora. La cabreó el hecho de que no hablo con ella.
“Pero que se ha creído ¿?”
Asique se tomó del trago su jarra y se acercó a la barra…
-Querida, puedes darme un par de botellas de tu mejor vino…
Alana soltó las monedas sobre la barra de madera y recogió su pedido. En parte, suponía que no era bienvenida a unos aposentos, pero la importaba un comino. Y todo porque tenía un humor de perros no solo él sino ella…Quería resolver las diferencias o lo que sea que hay entre ellos… Alana aprieto los dientes, la había cabreado aquel hombre con alas, y deseaba cabrearlo igual….o alguna reacción diferente…
Se encamino por el pasillo…sin dificultad encontró la puerta tras la que él estaba y la abrió…
Paso sin ninguna invitación y se situó ante el…dejando las botellas sobre la cama…y oyendo el cerrar de la puerta tras ella...
-Eres un maldito mal educado, querido! No sé por qué te marchas sin dejar que te responda o me defienda, si quiera. Sabes, es cierto que no tengo ni idea de lo que te está pasando y de lo que estas sufriendo, porque mi existencia es perfecta y deliciosa…-mintió ella, mientras sonreía….-pero si deseas contármelo, si estoy aquí para escucharte….
Dijo y se quitó la capa negra tirándola sobre una de las sillas, no muy lejos de ellos. Recogió su cabello con uno de las horquillas…
-Y aunque no lo creas, tú necesitas compañía y yo también…
Comento y se puso a buscar algo para abrir y en donde echar el vino, descubriendo su corsé apretado y su vestido color lila…..Al fin encontró dos vasos polvorientos, que repaso con la tela de su vestido y al final abrió la botella con los dientes… Lleno las dos copas y tendió una a Mercurio….Con un paso tranquilo se posiciono ante la ventana y admiro el rostro del hombre con las sombras que su propio cuerpo creaba….
-Porque me odias tanto ¿? Solo por no entenderte, no compartir tus ideales ¿?O es por qué no te he prestado suficiente atención ¿?
Pregunto ella, mirándolo de frente. No estaba alerta, no estaba preocupada. Por alguna razón se sentía tranquila y hasta poderosa a la luz de la luna, que ahora la estaba bañando su figura.
Alana
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Mercurio estaba por sacarse la ropa para irse a dormir cuando empezó a escuchar unos pasos por el pasillo, miro la espada que estaba al lado de la puerta y se dio cuenta que no tenia tiempo para agarrarla, los pasos se empezaron a acercar y antes de que Mercurio pueda reaccionar, la vampiresa entro por la misma acercándose a el con un vino.
- ¿Vienes a darme sermones vampiresa?. Ahorratelos, no lograras nada. - Dijo Mercurio con una voz grave y seria, mirándola fijamente, desafiándola. Cuando la vampiresa hablo sobre su existencia, Mercurio soltó una leve risa, manteniendo la seriedad.
Mercurio observo las acciones de la mujer, para su entender, logro comprender a que se refería la mujer. Se alejo de la ventana cuando Alana se puso en ella. - Por que te odio... por que te esquivo... no me interesa que no compartas mis ideales, mis dioses o no me entiendas. Te odio a ti, odio a Aerandir y hasta odio el mismo aire que respiro, nunca vas a comprenderme, y no espero que lo hagas. - sentencio el gran hombre alado, con una cara de seriedad propia de un chico de su edad, aunque en el fondo la deseaba, esas curvas, ese cuerpo.
Se acerco a la vampiresa esta vez sonriendo y con un dedo acariciando el brazo de la misma - No voy a contarte mi vida, no soy tu caballero blanco o dorado... tampoco me interesas. Pero si me interesa tu cuerpo, no se a que viniste preciosa, pero si no quieres nada, puedes irte por donde viniste. - volvió a explicar Mercurio mirando fijamente a Alana, dejando su brazo y alejándose.
Agarro una de las copas que la vampiresa le ofreció, y pensó por un momento si estaba envenenada, pero ya le daba igual eso. La tomo dando grandes tragos mientras miraba de reojo a la vampiresa. Cuando termino de tomarla, dejo caer la copa al suelo y se acerco lentamente a la cama, sentándose en ella. - Ahora puedes irte. - dijo señalando la puerta.
Sin darle mas importancia a la vampiresa, se acostó y cerro sus ojos, como si no estuviera nadie en la habitación, ya no le importaba mucho ella, solamente quería descansar. A saber si quería provocarla, o hacer que se vaya, las intenciones de Mercurio cambiaban a cada rato, primero quería acostarse con ella, y rápidamente que se vaya.
- ¿Vienes a darme sermones vampiresa?. Ahorratelos, no lograras nada. - Dijo Mercurio con una voz grave y seria, mirándola fijamente, desafiándola. Cuando la vampiresa hablo sobre su existencia, Mercurio soltó una leve risa, manteniendo la seriedad.
Mercurio observo las acciones de la mujer, para su entender, logro comprender a que se refería la mujer. Se alejo de la ventana cuando Alana se puso en ella. - Por que te odio... por que te esquivo... no me interesa que no compartas mis ideales, mis dioses o no me entiendas. Te odio a ti, odio a Aerandir y hasta odio el mismo aire que respiro, nunca vas a comprenderme, y no espero que lo hagas. - sentencio el gran hombre alado, con una cara de seriedad propia de un chico de su edad, aunque en el fondo la deseaba, esas curvas, ese cuerpo.
Se acerco a la vampiresa esta vez sonriendo y con un dedo acariciando el brazo de la misma - No voy a contarte mi vida, no soy tu caballero blanco o dorado... tampoco me interesas. Pero si me interesa tu cuerpo, no se a que viniste preciosa, pero si no quieres nada, puedes irte por donde viniste. - volvió a explicar Mercurio mirando fijamente a Alana, dejando su brazo y alejándose.
Agarro una de las copas que la vampiresa le ofreció, y pensó por un momento si estaba envenenada, pero ya le daba igual eso. La tomo dando grandes tragos mientras miraba de reojo a la vampiresa. Cuando termino de tomarla, dejo caer la copa al suelo y se acerco lentamente a la cama, sentándose en ella. - Ahora puedes irte. - dijo señalando la puerta.
Sin darle mas importancia a la vampiresa, se acostó y cerro sus ojos, como si no estuviera nadie en la habitación, ya no le importaba mucho ella, solamente quería descansar. A saber si quería provocarla, o hacer que se vaya, las intenciones de Mercurio cambiaban a cada rato, primero quería acostarse con ella, y rápidamente que se vaya.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
-Lograr algo….
Susurro ella, mientras le miraba impasible a los ojos, sintiendo aquel toque en su brazo, mientras más palabras hirientes o es lo que parecía que el hombre pretendía que sean, salían de su boca….La aburrían aquella palabrería barata, teniendo en cuenta que lo único que él deseaba era lo mismo que deseaban todos los hombres con los que se encontraba de hecho, a los hombres de su índole era a los que mataba sin contemplaciones y el hecho de que ella aún estaba ahí. No era por consideración verdadera….sino por el hecho de que algo la estaba llevando esta noche a este sitio, algo oscuro, algo que ella no podía controlar por completo…como si este fuera el destino y Mercurio era parte de este destino. Casi no ha oído nada de lo que la ha dicho, le contemplaba…su dualidad hacia ella, su perdición, su poco apego a la existencia…
“Merecía una muerte…puede que no…pero qué ganas de ver como su sangre fluye y sus ojos se cierran….”
Se dijo ella, a Alana la apetecía el baile con la muerte esta noche y deseaba domar a este hombre tan enorme y peligroso…puede que hasta probar llevarlo hasta más allá…Sabía por sus pupilas dilatadas que la deseaba, no solo de palabra… Pero acaso no todo macho era tan susceptible de su belleza, la asqueo un poco tener el físico que poseía…se tocó con la mano izquierda las marcas de su mano derecha…la ardían cada uno de los dibujos y cicatrices…algo iba muy mal…
-Caballero blanco o dorado…me estas vacilando, verdad¿?....No soy una damisela en apuros y no necesito que nadie me salve o me acompañe en mi camino…y menos alguien como tu…un niño que se ha perdido y que solo sabe guiarse por su mal humor y sus instintos básicos…ahórrame el pensamiento tan romántico….
Comento y observo el cuerpo tendido ante ella…. Él la ha invitado a salir, pero en verdad algo dentro de ella deseaba quedarse y probarlo, la sangre…su sangre…algo oscuro dentro de ella se despertaba con aquella pequeña llamada de sed….
Alana tomo el contenido de su copa mucho más despacio que su anfitrión, mientras combatía sus instintos con su mente racional…una de las dos partes tenía que ganar y no parecía ser el día bueno para su mente….
La fémina se acercó al hombre….era necio cerrando los ojos ante ella, sin duda ni si quiera se daba cuenta ante quien estaba….La mujer saco de entre los pliegues de su vestido la catana, silenciosamente y con sumo cuidado repaso con el acero el rostro del hombre…y después sus ropas rompiéndole la camisa y dejando la piel expuesta a la luz de la luna….
El metal hizo contacto con la piel masculina, dejando una marca roja…..Alana no prestaba más atención al rostro de aquel joven, sino la sed hacia que sus instintos se despierten….la sangre…
Con un movimiento dejo la catana en la ventana….y se acercó al hombre. Recorrió con la lengua aquella línea roja que abrió el filo, deleitándose del sabor exótico de la sangre, hasta llegar al rostro del hombre…. Le regalo una sonrisa sin sentimiento alguno mientras se subía sobre el…hundiendo sus dedos largos en la cabellera masculina…dejando libre acceso al poderoso cuello masculino.
Susurro ella, mientras le miraba impasible a los ojos, sintiendo aquel toque en su brazo, mientras más palabras hirientes o es lo que parecía que el hombre pretendía que sean, salían de su boca….La aburrían aquella palabrería barata, teniendo en cuenta que lo único que él deseaba era lo mismo que deseaban todos los hombres con los que se encontraba de hecho, a los hombres de su índole era a los que mataba sin contemplaciones y el hecho de que ella aún estaba ahí. No era por consideración verdadera….sino por el hecho de que algo la estaba llevando esta noche a este sitio, algo oscuro, algo que ella no podía controlar por completo…como si este fuera el destino y Mercurio era parte de este destino. Casi no ha oído nada de lo que la ha dicho, le contemplaba…su dualidad hacia ella, su perdición, su poco apego a la existencia…
“Merecía una muerte…puede que no…pero qué ganas de ver como su sangre fluye y sus ojos se cierran….”
Se dijo ella, a Alana la apetecía el baile con la muerte esta noche y deseaba domar a este hombre tan enorme y peligroso…puede que hasta probar llevarlo hasta más allá…Sabía por sus pupilas dilatadas que la deseaba, no solo de palabra… Pero acaso no todo macho era tan susceptible de su belleza, la asqueo un poco tener el físico que poseía…se tocó con la mano izquierda las marcas de su mano derecha…la ardían cada uno de los dibujos y cicatrices…algo iba muy mal…
-Caballero blanco o dorado…me estas vacilando, verdad¿?....No soy una damisela en apuros y no necesito que nadie me salve o me acompañe en mi camino…y menos alguien como tu…un niño que se ha perdido y que solo sabe guiarse por su mal humor y sus instintos básicos…ahórrame el pensamiento tan romántico….
Comento y observo el cuerpo tendido ante ella…. Él la ha invitado a salir, pero en verdad algo dentro de ella deseaba quedarse y probarlo, la sangre…su sangre…algo oscuro dentro de ella se despertaba con aquella pequeña llamada de sed….
Alana tomo el contenido de su copa mucho más despacio que su anfitrión, mientras combatía sus instintos con su mente racional…una de las dos partes tenía que ganar y no parecía ser el día bueno para su mente….
La fémina se acercó al hombre….era necio cerrando los ojos ante ella, sin duda ni si quiera se daba cuenta ante quien estaba….La mujer saco de entre los pliegues de su vestido la catana, silenciosamente y con sumo cuidado repaso con el acero el rostro del hombre…y después sus ropas rompiéndole la camisa y dejando la piel expuesta a la luz de la luna….
El metal hizo contacto con la piel masculina, dejando una marca roja…..Alana no prestaba más atención al rostro de aquel joven, sino la sed hacia que sus instintos se despierten….la sangre…
Con un movimiento dejo la catana en la ventana….y se acercó al hombre. Recorrió con la lengua aquella línea roja que abrió el filo, deleitándose del sabor exótico de la sangre, hasta llegar al rostro del hombre…. Le regalo una sonrisa sin sentimiento alguno mientras se subía sobre el…hundiendo sus dedos largos en la cabellera masculina…dejando libre acceso al poderoso cuello masculino.
Alana
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Los ojos cerrados y el frió del filo de la espada por el rostro de Mercurio era lo único que sentía. Abrió los ojos cuando corto parte de el con la katana, hasta que sus ropas también se rompieron, Mercurio se puso derecho en la cama y extendió sus alas, mirándola fijamente.
Rápidamente sonrió cuando esta empezó a lamerlo, terminando arriba de el, tomo su cintura acariciándola y levanto su parte superior del cuerpo, acercándose a su oído - ¿No pudiste aguantar la tentación verdad? - dijo soltando una risa picara, susurrando para ella.
Pudo ver como la mirada de la mujer deseaba su cuello, al notar eso Mercurio paso su dedo indice lentamente por su propio cuello, provocandola. Sonrió y miro que la mujer seguía vestida, en cambio el ya no tenia su camisa, acerco sus manos al vestido de ella, sacándolo poco a poco por los hombros.
Se detuvo cuando llego hasta su pecho, esperando que ella siguiera la acción. Recordó de la nada como paso de el aquel día en el bosque cuando se encontraron por primera vez, una sensación de odio recorrió su cuerpo, quería sacarla ahora mismo de su cuarto, pero también la excitación de la pose de Alana arriba de el hizo que se lo pensara dos veces antes de actuar.
Apretó sus dientes pero rápidamente sonrió - Adelante, mira mi cuello... podría ahora mismo agarrar esa katana y atravesar tu cuello con solo agitar mis alas... pero estoy de buen humor hoy. - Dijo Mercurio cerrando sus alas en dirección a ella, dejando solo a la vista sus alas y sus rostros.
Empezó a acariciar su cintura nuevamente, no sabia las intenciones de la mujer y tampoco le importaba mucho, ahora mismo solo quería disfrutar.
Rápidamente sonrió cuando esta empezó a lamerlo, terminando arriba de el, tomo su cintura acariciándola y levanto su parte superior del cuerpo, acercándose a su oído - ¿No pudiste aguantar la tentación verdad? - dijo soltando una risa picara, susurrando para ella.
Pudo ver como la mirada de la mujer deseaba su cuello, al notar eso Mercurio paso su dedo indice lentamente por su propio cuello, provocandola. Sonrió y miro que la mujer seguía vestida, en cambio el ya no tenia su camisa, acerco sus manos al vestido de ella, sacándolo poco a poco por los hombros.
Se detuvo cuando llego hasta su pecho, esperando que ella siguiera la acción. Recordó de la nada como paso de el aquel día en el bosque cuando se encontraron por primera vez, una sensación de odio recorrió su cuerpo, quería sacarla ahora mismo de su cuarto, pero también la excitación de la pose de Alana arriba de el hizo que se lo pensara dos veces antes de actuar.
Apretó sus dientes pero rápidamente sonrió - Adelante, mira mi cuello... podría ahora mismo agarrar esa katana y atravesar tu cuello con solo agitar mis alas... pero estoy de buen humor hoy. - Dijo Mercurio cerrando sus alas en dirección a ella, dejando solo a la vista sus alas y sus rostros.
Empezó a acariciar su cintura nuevamente, no sabia las intenciones de la mujer y tampoco le importaba mucho, ahora mismo solo quería disfrutar.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
-Nunca he podido rechazar la sangre de alguien tan “único”….
Comento ella, valorando su sonrisa picará y su cambio de actitud…mientras la desnudaba. No sabría decir, si quería en verdad probarlo o matarlo, pero algo de ello se cumpliría esta noche…
La luz de la luna qué se filtraba tras ella, hacia sombras y destellos en los ojos de aquel joven tan peculiar. A Alana le costaba ver cada cambio de humor tan rápido, pero sí que veía los momentos clave. Observo la provocación que se producía sobre el cuello masculino….y sonrió un poco….
-En verdad te enfrentarías a mi ¿?creo q sería contraproducente…
No le ha revelado, que si él se movía de alguna forma que la parecía peligrosa, uno de los cuchillos escondidos en sus botas iría a su entrepierna….o que siempre podría usar una de las horquillas que mantenían varios mechones de su cabello en alto…Dejó, que Mercurio crea que ha ganado esa pequeña batalla…
Sintió el tacto sedoso de las plumas sobre su piel. Era tan extraño, tan poco habitual, que simplemente dejo que lo haga...para dejar esta sensación en su memoria…Sus ojos se clavaron en el rostro del joven, era curioso, pero no había nada en sus sentidos….
Las manos del joven recorrían su cuerpo….provocando el deseo carnal y de sangre como….Asique Alana siguió aquel juego y escondida entre las plumas, se movió provocando el orgullo masculino…llevándolo a la necesidad de estar con ella de una forma intima …Una sonrisa maliciosa y Alana descendió para dejar un beso pasional en los labios masculinos y mientras una de sus manos recorría el pecho desnudo, sintiendo el calor de la piel al tacto….Se movió con cierta agresividad sobre él…mientras dejo varios besos por su mentón….y el cuello…. Podía morderlo, pero decidió dejarlo para el “postre”…..Los dedos de la mujer recorrían los músculos del vientre, dejando a veces que las uñas también participen en aquella fiesta de caricias… hasta llegar la zona más excitante de un hombre…en este momento se ha parado y se ha incorporado un poco…para verlo….
-Aún deseas que me vaya…...estas a tiempo ¿?
Comento en susurros mientras mordía la oreja con suavidad…
Comento ella, valorando su sonrisa picará y su cambio de actitud…mientras la desnudaba. No sabría decir, si quería en verdad probarlo o matarlo, pero algo de ello se cumpliría esta noche…
La luz de la luna qué se filtraba tras ella, hacia sombras y destellos en los ojos de aquel joven tan peculiar. A Alana le costaba ver cada cambio de humor tan rápido, pero sí que veía los momentos clave. Observo la provocación que se producía sobre el cuello masculino….y sonrió un poco….
-En verdad te enfrentarías a mi ¿?creo q sería contraproducente…
No le ha revelado, que si él se movía de alguna forma que la parecía peligrosa, uno de los cuchillos escondidos en sus botas iría a su entrepierna….o que siempre podría usar una de las horquillas que mantenían varios mechones de su cabello en alto…Dejó, que Mercurio crea que ha ganado esa pequeña batalla…
Sintió el tacto sedoso de las plumas sobre su piel. Era tan extraño, tan poco habitual, que simplemente dejo que lo haga...para dejar esta sensación en su memoria…Sus ojos se clavaron en el rostro del joven, era curioso, pero no había nada en sus sentidos….
Las manos del joven recorrían su cuerpo….provocando el deseo carnal y de sangre como….Asique Alana siguió aquel juego y escondida entre las plumas, se movió provocando el orgullo masculino…llevándolo a la necesidad de estar con ella de una forma intima …Una sonrisa maliciosa y Alana descendió para dejar un beso pasional en los labios masculinos y mientras una de sus manos recorría el pecho desnudo, sintiendo el calor de la piel al tacto….Se movió con cierta agresividad sobre él…mientras dejo varios besos por su mentón….y el cuello…. Podía morderlo, pero decidió dejarlo para el “postre”…..Los dedos de la mujer recorrían los músculos del vientre, dejando a veces que las uñas también participen en aquella fiesta de caricias… hasta llegar la zona más excitante de un hombre…en este momento se ha parado y se ha incorporado un poco…para verlo….
-Aún deseas que me vaya…...estas a tiempo ¿?
Comento en susurros mientras mordía la oreja con suavidad…
Alana
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Mercurio miro con mas detalle las curvas de la vampiresa, acaricio su mejilla dándole un beso. Cuando la mujer pregunto si Mercurio se enfrentaría a ella, soltó una leve risa. Mercurio era un hombre muerto desde que su orden se hizo pedazos, ya no tenia nada que perder.
Mercurio se excitaba cada vez mas con cada movimiento que la vampiresa hacia, sin controlarlas, sus alas se estiraron, perdiendo el control sobre ellas. Sin embargo, el placer no era lo único que estaba en la mente de Antonidas en ese momento. Es como si la presencia de Malcolm estuviera a su lado esa noche, pues no podía dejar de pensar en el.
Su mente estaba perturbada por su pasado, por sus acciones y su futuro, no quería ninguna responsabilidad. Bajo su mano desde la mejilla de la mujer, hasta uno de sus pechos. - No... quiero que te quedes. - dijo sonriendo y dándole un beso lentamente.
Habia recuperado el movimiento de una de sus alas, pero muy poco, aprovechándolo para acariciar la espalda de la mujer. Era una de las ventajas de ser un ser con alas.
- Esta vez no esta tu brujo, vampiresa... - dijo lamiendo la oreja de Alana. Al ver la situación y la posición en la que ambos estaban, aprovecho para dejar caer todo su cuerpo en la cama, provocando a la vampiresa.
- Estoy a tu "merced", Alana. ¿Que puede hacer una mujer? - dijo Mercurio, en un susurro provocandola.
De nuevo un recuerdo atormentaba su mente, aunque mas que tormento era el momento mas preciado para Mercurio...
- Las carreras determinan a los halcones y cuervos mas rápidos de nuestro clan, ademas de competir por la especie, quizás es acá donde se ganaran su apodo. - dijo un hombre alto y encapuchado.
Mercurio se encontraba al lado de un Halcón, mas parecido a un Ángel. Estiro su mano y sonrió ante tal hombre, mostrando respeto hacia su rival. - Soy Antonidas... -
El otro sujeto lo inspecciono cuidadosamente y devolvió el gesto con otra sonrisa. - Malcolm, es un gusto. - dijo aceptando la mano y preparándose para tomar vuelo.
- Que el mejor ángel gane. - dijo Mercurio preparándose para tomar vuelo, ambos soltaron una leve risa.
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Volviendo a la situación actual, perdido, volvió a sonreír, dejando de lado sus pensamientos del pasado, decidido a disfrutar esta noche como ninguna otra.
Mercurio se excitaba cada vez mas con cada movimiento que la vampiresa hacia, sin controlarlas, sus alas se estiraron, perdiendo el control sobre ellas. Sin embargo, el placer no era lo único que estaba en la mente de Antonidas en ese momento. Es como si la presencia de Malcolm estuviera a su lado esa noche, pues no podía dejar de pensar en el.
Su mente estaba perturbada por su pasado, por sus acciones y su futuro, no quería ninguna responsabilidad. Bajo su mano desde la mejilla de la mujer, hasta uno de sus pechos. - No... quiero que te quedes. - dijo sonriendo y dándole un beso lentamente.
Habia recuperado el movimiento de una de sus alas, pero muy poco, aprovechándolo para acariciar la espalda de la mujer. Era una de las ventajas de ser un ser con alas.
- Esta vez no esta tu brujo, vampiresa... - dijo lamiendo la oreja de Alana. Al ver la situación y la posición en la que ambos estaban, aprovecho para dejar caer todo su cuerpo en la cama, provocando a la vampiresa.
- Estoy a tu "merced", Alana. ¿Que puede hacer una mujer? - dijo Mercurio, en un susurro provocandola.
De nuevo un recuerdo atormentaba su mente, aunque mas que tormento era el momento mas preciado para Mercurio...
- Las carreras determinan a los halcones y cuervos mas rápidos de nuestro clan, ademas de competir por la especie, quizás es acá donde se ganaran su apodo. - dijo un hombre alto y encapuchado.
Mercurio se encontraba al lado de un Halcón, mas parecido a un Ángel. Estiro su mano y sonrió ante tal hombre, mostrando respeto hacia su rival. - Soy Antonidas... -
El otro sujeto lo inspecciono cuidadosamente y devolvió el gesto con otra sonrisa. - Malcolm, es un gusto. - dijo aceptando la mano y preparándose para tomar vuelo.
- Que el mejor ángel gane. - dijo Mercurio preparándose para tomar vuelo, ambos soltaron una leve risa.
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Volviendo a la situación actual, perdido, volvió a sonreír, dejando de lado sus pensamientos del pasado, decidido a disfrutar esta noche como ninguna otra.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Algo guiaba a la vampiresa y no era la sangre, hace tiempo que no había en su existencia esas influencias. Sentía como si alguien la susurraba al oído.
“Mátalo, él no merece más que la muerte por todo lo que hizo”
Alana intentaba no entrar en esta conversación, así que tan solo seguía “estudiando” el cuerpo masculino, recorriendo con sus dedos fríos y blancos cada cicatriz, cada marca que hacía esa piel única. Si Alana fuera sentimental, se preguntaría por las razones en las que Mercurio adquirió aquellas cicatrices, pero la importaba un comino. Algo latía dentro de ella, algo tan fuerte que deseaba poseer aquel cuerpo, doblegarlo, esclavizarlo y llevarlo hacia las tinieblas.
“Mátalo…”
El hombre habló y la beso, Alana disfruto el beso volviéndolo violento y pasional, dejando marcas de sus colmillos en uno de los labios sin perforar la fina piel. Sabía que eso podría desatar las cosas y deseaba controlarlas por el momento, al menos. Observo las alas caídas a los lados, disfrutando de la vista por un momento y finalmente atrapo con una mano el orgullo masculino, acariciándolo en movimientos constantes de vaivén
Una leve sonrisa afloro en sus labios, que separó de la cálida piel masculina, escuchando el nombre de su maestro…
-Veo que no puedes perdonarme el haberme ido con él y no contigo. ¿Sientes celos?
Esto era divertido, un tira y afloja. Aunque ella nunca ha dejado a ninguno de sus amantes muertos que la “menosprecien” por ser mujer. Todo tenía que pasar por primera vez. Se movió con gracia sobre el humano y uso su presencia vampírica, que hasta este momento no había usado en él, para que sienta el atractivo de ella. Pero el hombre parecía estar muy lejos de ella en este momento y esto no era bueno, ya que algo en su mente perforaba su sentido común.
“Hazlo, acaso no deseas ver su sangre sobre tu piel y como gime mientras se da cuenta que has sido tú la que le has robado la vida…. Mátalo, mientras esta distraído…ni si quiera está aquí ahora mismo…”
“CALLATÉ!”
Grito ella mentalmente a la voz que la estaba provocando, mandando escalofríos por todo su cuerpo y simplemente deslizo el pene dentro de ella, quedándose quieta por un instante y disfrutando de esta primera sensaciones entre dolor y placer. Necesitaba acallar esa voz y por un momento parecía que todo volvía a su sitio, por lo que Alana se movió sobre Mercurio sin mirarlo si quiera. Buscaba su propio bienestar y teniendo en cuenta lo egoístas que los dos han sido, dudaba que esto le molestaría si quiera. La vampiresa estiro su cuello y cerró los ojos, mientras se movía acelerando el ritmo cada vez. Su compañero de danza parecía fuera de todo, hasta que ahora estaba siendo “casi violado”.
La vampiresa se mordió el labio ante el pensamiento de poder, hasta que la voz volvió…
“Mátalo, él no merece más que la muerte por todo lo que hizo”
Alana intentaba no entrar en esta conversación, así que tan solo seguía “estudiando” el cuerpo masculino, recorriendo con sus dedos fríos y blancos cada cicatriz, cada marca que hacía esa piel única. Si Alana fuera sentimental, se preguntaría por las razones en las que Mercurio adquirió aquellas cicatrices, pero la importaba un comino. Algo latía dentro de ella, algo tan fuerte que deseaba poseer aquel cuerpo, doblegarlo, esclavizarlo y llevarlo hacia las tinieblas.
“Mátalo…”
El hombre habló y la beso, Alana disfruto el beso volviéndolo violento y pasional, dejando marcas de sus colmillos en uno de los labios sin perforar la fina piel. Sabía que eso podría desatar las cosas y deseaba controlarlas por el momento, al menos. Observo las alas caídas a los lados, disfrutando de la vista por un momento y finalmente atrapo con una mano el orgullo masculino, acariciándolo en movimientos constantes de vaivén
Una leve sonrisa afloro en sus labios, que separó de la cálida piel masculina, escuchando el nombre de su maestro…
-Veo que no puedes perdonarme el haberme ido con él y no contigo. ¿Sientes celos?
Esto era divertido, un tira y afloja. Aunque ella nunca ha dejado a ninguno de sus amantes muertos que la “menosprecien” por ser mujer. Todo tenía que pasar por primera vez. Se movió con gracia sobre el humano y uso su presencia vampírica, que hasta este momento no había usado en él, para que sienta el atractivo de ella. Pero el hombre parecía estar muy lejos de ella en este momento y esto no era bueno, ya que algo en su mente perforaba su sentido común.
“Hazlo, acaso no deseas ver su sangre sobre tu piel y como gime mientras se da cuenta que has sido tú la que le has robado la vida…. Mátalo, mientras esta distraído…ni si quiera está aquí ahora mismo…”
“CALLATÉ!”
Grito ella mentalmente a la voz que la estaba provocando, mandando escalofríos por todo su cuerpo y simplemente deslizo el pene dentro de ella, quedándose quieta por un instante y disfrutando de esta primera sensaciones entre dolor y placer. Necesitaba acallar esa voz y por un momento parecía que todo volvía a su sitio, por lo que Alana se movió sobre Mercurio sin mirarlo si quiera. Buscaba su propio bienestar y teniendo en cuenta lo egoístas que los dos han sido, dudaba que esto le molestaría si quiera. La vampiresa estiro su cuello y cerró los ojos, mientras se movía acelerando el ritmo cada vez. Su compañero de danza parecía fuera de todo, hasta que ahora estaba siendo “casi violado”.
La vampiresa se mordió el labio ante el pensamiento de poder, hasta que la voz volvió…
Alana
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Era increíble lo sexy que era la vampiresa... o al menos eso pensaba Mercurio, disfrutaba cada movimiento que la mujer hacia, aunque era algo común en un joven de 18 años. La vampiresa sabia que decir en el momento justo y que decir. - Muchos celos. -
Sin embargo, la mujer empezó a acelerar su ritmo haciendo que Mercurio se excite cada vez mas, paso su pulgar acariciando los labios de aquella vampiresa, la mujer estiro su cuello a lo que Mercurio aprovecho para sentarse y besar el cuello de la vampiresa, seguido por uno de sus pechos.
Alana sabia como hacerlo, sin embargo la inexperiencia de Mercurio lo dejaba en blanco, pero el ni pensaba en eso, solo disfrutaba el momento. Bajo ambas manos hasta la cintura de la vampiresa, acariciándola. Sin embargo recuerdos de Malcolm seguían atormentando a Mercurio.
Era raro, por que desde la muerte de su mejor amigo, el no había hecho otra cosa que apartar todos los malos recuerdos de su mente, sin dejar de pensar en el, pero ahora, esta noche es como si el estuviese en esa habitación. Mercurio empezó a tener dudas, por que si su mejor amigo estaba ahí, su dios quizás no era tan malo después de todo.
Pero dejando las dudas fuera de su mente por un momento, solo podía pensar en la vampiresa, volvió a acostarse en la cama - Espero que tengas otras cosas en mente, porque yo no soy tan fácil como el anciano del bosque. - dijo burlándose y riendo.
Lo único que quería hacer Mercurio era provocarla cada vez mas.
Sin embargo, la mujer empezó a acelerar su ritmo haciendo que Mercurio se excite cada vez mas, paso su pulgar acariciando los labios de aquella vampiresa, la mujer estiro su cuello a lo que Mercurio aprovecho para sentarse y besar el cuello de la vampiresa, seguido por uno de sus pechos.
Alana sabia como hacerlo, sin embargo la inexperiencia de Mercurio lo dejaba en blanco, pero el ni pensaba en eso, solo disfrutaba el momento. Bajo ambas manos hasta la cintura de la vampiresa, acariciándola. Sin embargo recuerdos de Malcolm seguían atormentando a Mercurio.
Era raro, por que desde la muerte de su mejor amigo, el no había hecho otra cosa que apartar todos los malos recuerdos de su mente, sin dejar de pensar en el, pero ahora, esta noche es como si el estuviese en esa habitación. Mercurio empezó a tener dudas, por que si su mejor amigo estaba ahí, su dios quizás no era tan malo después de todo.
Pero dejando las dudas fuera de su mente por un momento, solo podía pensar en la vampiresa, volvió a acostarse en la cama - Espero que tengas otras cosas en mente, porque yo no soy tan fácil como el anciano del bosque. - dijo burlándose y riendo.
Lo único que quería hacer Mercurio era provocarla cada vez mas.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
-¿Yo? Mejor no sepas lo que tengo en mente…
“Mátalo..”
Alana sonrió ante la provocación, pero sin duda no tenía ni idea de la relación que tenía con Rumpel. Por lo que no fue este un incentivo demasiado bueno para provocarla. Aun así hasta la alago el hecho de que tenía ciertos celos por ella, puede que la lujuria y la pasión esta noche serían las protagonistas completas después de todo.
Una sonrisa apareció en su rostro, pero una de esas sonrisas perversas y casi lobunas. Tiro del cuello masculino, sólo para tener esa boca más cerca.
-¿Quieres jugar?
Beso con pasión a Mercurio, mordiendo su labio y dejando que la sangre llene la boca de ambos, mientras sus uñas dejaban profundas marcas sobre la espalda masculina. Llenando todo con el olor a sangre y sexo, excitando sus sentidos vampíricos.
“Mátalo, sabes que se lo merece! Esta sangre, tómala hasta la última gota, para escuchar como la última gota roba su vida...mátalo!”
Sus ojos se le miraban más que a un amante a una presa, media sonrisa y un golpe de los dos contra el colchón. La vampiresa apreso las manos del hombre, se separó y rebusco por una tela con la que ató los brazos al cabecero. Se movió con gracia felina buscando por más prendas con las que ató las piernas.
Alana se puso sobre el hombre bestia observándolo desde arriba por un momento, arranco dos velas de sus soportes y los dejo no muy lejos de ella. Volvió a sentarse sobre el hombre y con sus uñas hizo un escrito sobre su pecho, dejando que la sangre se derrame de nuevo en un frenesí sin control sin que nadie pueda romperla aquel momento de diversión…se relamió con cierto atisbo de bestialidad, viendo aquel rio carmesí y alcanzo las dos velas, vertiendo la cera caliente sobre el pecho…..
-Espero que te guste el dolor mezclado con el placer…
Susurro ella en el oído masculino, solo para morderlo después de forma sensual y suave…casi una caricia amorosa…
“Mátalo..”
Alana sonrió ante la provocación, pero sin duda no tenía ni idea de la relación que tenía con Rumpel. Por lo que no fue este un incentivo demasiado bueno para provocarla. Aun así hasta la alago el hecho de que tenía ciertos celos por ella, puede que la lujuria y la pasión esta noche serían las protagonistas completas después de todo.
Una sonrisa apareció en su rostro, pero una de esas sonrisas perversas y casi lobunas. Tiro del cuello masculino, sólo para tener esa boca más cerca.
-¿Quieres jugar?
Beso con pasión a Mercurio, mordiendo su labio y dejando que la sangre llene la boca de ambos, mientras sus uñas dejaban profundas marcas sobre la espalda masculina. Llenando todo con el olor a sangre y sexo, excitando sus sentidos vampíricos.
“Mátalo, sabes que se lo merece! Esta sangre, tómala hasta la última gota, para escuchar como la última gota roba su vida...mátalo!”
Sus ojos se le miraban más que a un amante a una presa, media sonrisa y un golpe de los dos contra el colchón. La vampiresa apreso las manos del hombre, se separó y rebusco por una tela con la que ató los brazos al cabecero. Se movió con gracia felina buscando por más prendas con las que ató las piernas.
Alana se puso sobre el hombre bestia observándolo desde arriba por un momento, arranco dos velas de sus soportes y los dejo no muy lejos de ella. Volvió a sentarse sobre el hombre y con sus uñas hizo un escrito sobre su pecho, dejando que la sangre se derrame de nuevo en un frenesí sin control sin que nadie pueda romperla aquel momento de diversión…se relamió con cierto atisbo de bestialidad, viendo aquel rio carmesí y alcanzo las dos velas, vertiendo la cera caliente sobre el pecho…..
-Espero que te guste el dolor mezclado con el placer…
Susurro ella en el oído masculino, solo para morderlo después de forma sensual y suave…casi una caricia amorosa…
Alana
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Lo que había empezado como algo divertido, algo placentero, termino en sufrimiento, pues Mercurio se dejo atar por la vampiresa quien ahora estaba mas violenta que nunca. Sin embargo seguía siendo sexy aquello, al menos un poco. Sin darle mas importancia Mercurio aprovecho que aquella mujer estaba cerca para darle un beso en sus labios y luego lamerlos.
Ya no podía moverse, nada mas soltar una sonrisa falsa y tratar de sacarse aquellas telas que ataban sus manos
"Yo, tenía fe... Cuando comencé, ahora estoy triste y cansado, mis 3 años, ya son miles... ¿Por qué entonces tengo miedo de que ya todo termine?" pensaba Mercurio en el momento que podía ver su propia sangre y ver que no podia desatarse de aquel nudo que lo tenia sujetado a la cama.
- Me encanta... el dolor y el placer. - dijo Mercurio sabiendo que probablemente no escape esta vez... tampoco es que el quisiera hacerlo, quizás finalmente se reuniría con su dios para tener aquella charla de la que tanto ansiaba tener con el, quería una explicación y no iba a obtenerla en este plano.
Movió sus alas por simple instinto, también giro su cabeza y aprovecho para ver su espada y su símbolo. ¿Realmente su orden se extinguía con el después de ver a aquel anciano?... probablemente no, quizás los miembros restantes de la orden planeaban volverla a levantar desde otra mirada, otro nombre y objetivo. Quizás el mal de Aerandir ya no podía ser defendido como se hacia antes.
Mercurio recordó aquellas palabras que una vez le dijeron en un combate, cuando estaba a punto de acabar con su rival. " En nombre de la única religión, dictamos sentencia y te condenamos a la piadosa purificación, del fuego y del dolor. En manos de dios tu debes de poner, tu alma, tu hacienda y todos tus pecados, acepta a Cristo y encomiendate, pues pronto darás cuentas a el. "
Palabras que ahora mas que nunca eran ciertas. Sin embargo, la excitación y el dolor en forma de placer no sacaba que parte era divertido. - Alana... eres sexy. - le dijo sonriendo y mirándola a los ojos mientras su sangre caía. No tenia miedo a la muerte, pues solo con esta volvería a ver a su amigo.
Ya no podía moverse, nada mas soltar una sonrisa falsa y tratar de sacarse aquellas telas que ataban sus manos
"Yo, tenía fe... Cuando comencé, ahora estoy triste y cansado, mis 3 años, ya son miles... ¿Por qué entonces tengo miedo de que ya todo termine?" pensaba Mercurio en el momento que podía ver su propia sangre y ver que no podia desatarse de aquel nudo que lo tenia sujetado a la cama.
- Me encanta... el dolor y el placer. - dijo Mercurio sabiendo que probablemente no escape esta vez... tampoco es que el quisiera hacerlo, quizás finalmente se reuniría con su dios para tener aquella charla de la que tanto ansiaba tener con el, quería una explicación y no iba a obtenerla en este plano.
Movió sus alas por simple instinto, también giro su cabeza y aprovecho para ver su espada y su símbolo. ¿Realmente su orden se extinguía con el después de ver a aquel anciano?... probablemente no, quizás los miembros restantes de la orden planeaban volverla a levantar desde otra mirada, otro nombre y objetivo. Quizás el mal de Aerandir ya no podía ser defendido como se hacia antes.
Mercurio recordó aquellas palabras que una vez le dijeron en un combate, cuando estaba a punto de acabar con su rival. " En nombre de la única religión, dictamos sentencia y te condenamos a la piadosa purificación, del fuego y del dolor. En manos de dios tu debes de poner, tu alma, tu hacienda y todos tus pecados, acepta a Cristo y encomiendate, pues pronto darás cuentas a el. "
Palabras que ahora mas que nunca eran ciertas. Sin embargo, la excitación y el dolor en forma de placer no sacaba que parte era divertido. - Alana... eres sexy. - le dijo sonriendo y mirándola a los ojos mientras su sangre caía. No tenia miedo a la muerte, pues solo con esta volvería a ver a su amigo.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Alana sentía como Mercurio se debatía en su interior con algo, como ella misma ahora estaba oyendo de forma más insistente y casi demandante la voz con la orden. Pero la intentaba ignorar al máximo. El hombre parecía aceptar el destino y casi no se revelaba ante su brutalidad.
Levantó la mirada para ver aquellos ojos tan jóvenes y viejos a la vez. Casi suelta un suspiro al ver que él estaba preparado para la muerte, por alguna razona la fatalidad de esta noche era algo palpable y real. Y lo podía ver en su mirar, había entregado a ella la decisión de si esta noche sería el final o un nuevo principio. Y ella lo ha aceptado, ha decidido hacerle disfrutar hasta el último segundo antes de que el mismo pida que ella acabe con su existencia.
La vampiresa dejó un beso en la mejilla del hombre, bajo por su torso con suaves besos y mordiscos flojos, marcando un camino entre la cera, un camino que la ha llevado a lo más íntimo de Mercurio. Lo provocaba con la lengua y las uñas que de vez en cuando rozaban las zonas más sensibles sin esfuerzo, solo como una caricia, una brisa.
Sentía su estremecimiento y la mentira en las palabras sobre el placer y el dolor. Alana ha supuesto que a pesar de esas provocaciones verbales, él no estaba preparado para lo que ella podía ofrecerle a explorar más allá de conceptos humanos de dolor. Sonrió un poco en su interior, casi dejándose llevar cuando atrapó el orgullo masculino con su boca, dejando que el movimiento de su boca caliente la fina piel y que todo él se tensé no solo en su boca sino en las manos.
“Haz que se olvide, que deje de estar atento y tan solo… MÁTALO!”
La voz se hacía intensa y latente en su cabeza, tanto que parecía ser la de ella misma. La vampiresa casi aprieta sus dientes, pero no lo hizo y prosiguió con su dedicada acción, observando el rostro del macho. Quería ver hasta qué punto puede excitarse. Así que succionó con fuerza, sólo por verlo sufrir de placer. Lo hacía una y otra vez, dedicada y profundamente.
En el momento que Alana sintió como el hombre llegaba a su mayor éxtasis la chica se separó de su miembro, dejando que se venga. Observó por unos instantes su rostro y se acercó al cuello, donde la vena palpitaba con rapidez con toda la sangre…
-Espero que te haya gustado...y ahora pídeme! Pídeme lo que tanto deseas que haga por ti!
Susurro ella en el oído con imitado cariño y complicidad, y después mordió el cuello del hombre. La vampiresa perforó la sensible piel y la sangré fluyo. Pero lo hizo de forma lenta, íntima y sensual, esperaba que las palabras de él vibren en el aire…
“Tan solo hazlo! ….”
Levantó la mirada para ver aquellos ojos tan jóvenes y viejos a la vez. Casi suelta un suspiro al ver que él estaba preparado para la muerte, por alguna razona la fatalidad de esta noche era algo palpable y real. Y lo podía ver en su mirar, había entregado a ella la decisión de si esta noche sería el final o un nuevo principio. Y ella lo ha aceptado, ha decidido hacerle disfrutar hasta el último segundo antes de que el mismo pida que ella acabe con su existencia.
La vampiresa dejó un beso en la mejilla del hombre, bajo por su torso con suaves besos y mordiscos flojos, marcando un camino entre la cera, un camino que la ha llevado a lo más íntimo de Mercurio. Lo provocaba con la lengua y las uñas que de vez en cuando rozaban las zonas más sensibles sin esfuerzo, solo como una caricia, una brisa.
Sentía su estremecimiento y la mentira en las palabras sobre el placer y el dolor. Alana ha supuesto que a pesar de esas provocaciones verbales, él no estaba preparado para lo que ella podía ofrecerle a explorar más allá de conceptos humanos de dolor. Sonrió un poco en su interior, casi dejándose llevar cuando atrapó el orgullo masculino con su boca, dejando que el movimiento de su boca caliente la fina piel y que todo él se tensé no solo en su boca sino en las manos.
“Haz que se olvide, que deje de estar atento y tan solo… MÁTALO!”
La voz se hacía intensa y latente en su cabeza, tanto que parecía ser la de ella misma. La vampiresa casi aprieta sus dientes, pero no lo hizo y prosiguió con su dedicada acción, observando el rostro del macho. Quería ver hasta qué punto puede excitarse. Así que succionó con fuerza, sólo por verlo sufrir de placer. Lo hacía una y otra vez, dedicada y profundamente.
En el momento que Alana sintió como el hombre llegaba a su mayor éxtasis la chica se separó de su miembro, dejando que se venga. Observó por unos instantes su rostro y se acercó al cuello, donde la vena palpitaba con rapidez con toda la sangre…
-Espero que te haya gustado...y ahora pídeme! Pídeme lo que tanto deseas que haga por ti!
Susurro ella en el oído con imitado cariño y complicidad, y después mordió el cuello del hombre. La vampiresa perforó la sensible piel y la sangré fluyo. Pero lo hizo de forma lenta, íntima y sensual, esperaba que las palabras de él vibren en el aire…
“Tan solo hazlo! ….”
Alana
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
- ¿Que me haya gustado?... ¿donde estuvo el dolor y el placer?. - Dijo Mercurio, no temía su destino ni lo que le tocaba esa noche, el miraba al futuro sin dudar, lo que venia le daba igual. Después de todo, solo la muerte le traería el reencuentro que tanto esperaba.
Solo así podría contarle a su amigo los días que vivió sin el, las cosas que Malcolm no pudo descubrir. Reír lo que no pudo con su amigo, y decirle cuanto lo extrañaba. Sin embargo, para conseguir una cosa sacrificaba otra, pues los cuervos, la orden. Todo estaba a punto de extinguirse con su muerte, o al menos eso creía el.
Mercurio intento levantar su cabeza para intentar besar a Alana, pero un dolor en el pecho no lo dejaba, volvió a acostarse y sonrió. - Si voy a morir... que mi muerte sea placentera. - Soltó una risa que termino en un quejido de dolor.
Se sentía debilitado después de que Alana chupara su sangre, la vela en su pecho, y la sangre de las uñas de Alana. Pero ya nada podía lastimarlo mas de lo que estaba. Su deseo de restaurar la orden y la raza se iban lentamente.
- En la guerra, victoria. En la paz, vigilancia. En la muerte, sacrificio - dijo citando el lema de su orden, y las escrituras que la espada tenia.
Solo así podría contarle a su amigo los días que vivió sin el, las cosas que Malcolm no pudo descubrir. Reír lo que no pudo con su amigo, y decirle cuanto lo extrañaba. Sin embargo, para conseguir una cosa sacrificaba otra, pues los cuervos, la orden. Todo estaba a punto de extinguirse con su muerte, o al menos eso creía el.
Mercurio intento levantar su cabeza para intentar besar a Alana, pero un dolor en el pecho no lo dejaba, volvió a acostarse y sonrió. - Si voy a morir... que mi muerte sea placentera. - Soltó una risa que termino en un quejido de dolor.
Se sentía debilitado después de que Alana chupara su sangre, la vela en su pecho, y la sangre de las uñas de Alana. Pero ya nada podía lastimarlo mas de lo que estaba. Su deseo de restaurar la orden y la raza se iban lentamente.
- En la guerra, victoria. En la paz, vigilancia. En la muerte, sacrificio - dijo citando el lema de su orden, y las escrituras que la espada tenia.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
Alana tomó la sangre del hombre. Un éxtasis líquido, tan espesa, era uno de los mayores deleites que había probado últimamente.
Su cuerpo estaba apegado al del hombre, sentía sus espasmos, vibraciones, respiración y cada movimiento intencionado y no, de los músculos.
Saboreo las palabras, aquel lema o lo que fuera. Se incorporó sobre él.
-Tú me has invocado aquí esta noche. Has elegido que sea yo, aunque ni tú mismo te has dado cuenta de ello. Aquel encuentro en las ruinas marcó este final y me alegro por ello…
Susurro contra su oreja, como un ronroneo de un gato. Mordió con suavidad la piel cálida y atrapó la boca del hombre. Dejo que las bocas se fundan en un beso pasional, dedicado, lleno de significado y palabras que no necesitaban ser dichas.
La vida se escapaba del cuerpo de Mercurio. Alana había visto esto tantas veces a lo largo de estos años, pero por alguna razón esta vez era especial. Miro los ojos ya ajenos a ella. La falta de sangre muchas veces hacía que las víctimas se vayan a sus recuerdos más bonitos y recuerden a la gente más querida.
Alana se preguntó a quién vería ella. No hubo respuesta, no había nadie, hasta Agatha ahora quedaba tan lejos de ella, que no podría pensar en ella.
“Maldita sentimental! Cállate y mátalo de una vez…”
La vampiresa, saco el cuchillo escondido y con un rápido gesto liberó los brazos de aquel hombre. Recorrió el rostro con los dedos y besos suavemente, paso a la barbilla y el cuello. Sentía…no, no lo sentía en absoluto. Tenía que reconocer que lo disfrutaba, aquella lejanía, aquella despedida.
Con un movimiento certero volvió a perforar el cuello del hombre-bestia, hundiendo los colmillos por completo y tironeando de la vena, saciando su sed con la sangre más deliciosa. Su mano, en el pecho de él sentía como los latidos se ralentizaban, pero aún no lo acalló por completo.
-¿Quieres que diga o haga algo por ti, como una última petición?
Pregunto ella, con una voz suave y femenina. Mientras acariciaba la piel manchada en sangre, dejando camino de besos y lamidas por la piel ya fría.
Conceder algo así, por su parte era un gesto muy noble. Algo que ella misma no esperaba de sí misma. Pero por alguna razón, quería brindarle esa oportunidad. Y puede que hasta cumpliría lo que Mercurio la pida.
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
La sangre, el dolor y el placer en un mismo momento hacian que Mercurio soltara cualquier clase de delirio, incluso cualquier cosa por momentos. - Las llamas... ardiendo en el pecho de Urion. - dijo sonriendo, y volviendo rápidamente a la situación.
Volvía a excitarse lentamente, el dolor no era algo fuera de lo normal para el, solamente que cada vez su alma se iba con Dios... o con el Diablo. Miro a Alana e intento levantar un poco su cabeza ante la pregunta de aquella mujer, sonrió. - Un hombre espera morir teniendo sexo hasta el ultimo segundo... quiere morir sintiendo placer, no importa como. - dijo tosiendo y respondiendo a aquella pregunta que había hecho.
- Ese es mi ultimo deseo hermosa... quiero disfrutar hasta el ultimo segundo. - Sin embargo, cuando miro a la derecha no solo la luz de la luna podía ver... si no que en un parpadeo, Malcolm entro por la ventana con un aura dorada.
Mercurio sonrió y antes de que pueda pronunciar algo, Malcolm lo miro y sonrió.
- No tengas miedo... estoy aquí hermano mio. Pronto volveremos a estar juntos. - Dijo Malcolm extendiendo sus grandes alas blancas, y escapándose en un parpadeo. No importaba si era una visión o su imaginación, Mercurio solo quería creer lo primero.
Volvió a mirar a Alana y miro su gran cuerpo, sus grandes curvas, su piel... - Hazlo... de la manera mas placentera. - dijo sonriendo y quejándose al mismo tiempo, el dolor se volvía insoportable y aquello se transformaba en una especie de infierno y cielo al mismo tiempo.
Pero sin darse cuenta, los delirios volvían y estaba casi pasando a mejor vida. - Son siete los culpables... siete fueron los que sonaron la trompeta el ultimo día. ¿Por que Miguel lo hizo?... solo estaban perdidos. - dijo sonriendo, pero otra vez se había dado cuenta de que estaba delirando. - Hazlo. - dijo esta vez serio, Mercurio estaba listo para reunirse con su dios.
Volvía a excitarse lentamente, el dolor no era algo fuera de lo normal para el, solamente que cada vez su alma se iba con Dios... o con el Diablo. Miro a Alana e intento levantar un poco su cabeza ante la pregunta de aquella mujer, sonrió. - Un hombre espera morir teniendo sexo hasta el ultimo segundo... quiere morir sintiendo placer, no importa como. - dijo tosiendo y respondiendo a aquella pregunta que había hecho.
- Ese es mi ultimo deseo hermosa... quiero disfrutar hasta el ultimo segundo. - Sin embargo, cuando miro a la derecha no solo la luz de la luna podía ver... si no que en un parpadeo, Malcolm entro por la ventana con un aura dorada.
Mercurio sonrió y antes de que pueda pronunciar algo, Malcolm lo miro y sonrió.
- No tengas miedo... estoy aquí hermano mio. Pronto volveremos a estar juntos. - Dijo Malcolm extendiendo sus grandes alas blancas, y escapándose en un parpadeo. No importaba si era una visión o su imaginación, Mercurio solo quería creer lo primero.
Volvió a mirar a Alana y miro su gran cuerpo, sus grandes curvas, su piel... - Hazlo... de la manera mas placentera. - dijo sonriendo y quejándose al mismo tiempo, el dolor se volvía insoportable y aquello se transformaba en una especie de infierno y cielo al mismo tiempo.
Pero sin darse cuenta, los delirios volvían y estaba casi pasando a mejor vida. - Son siete los culpables... siete fueron los que sonaron la trompeta el ultimo día. ¿Por que Miguel lo hizo?... solo estaban perdidos. - dijo sonriendo, pero otra vez se había dado cuenta de que estaba delirando. - Hazlo. - dijo esta vez serio, Mercurio estaba listo para reunirse con su dios.
Mercurio
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Re: Luna llena en Mercurio retrógrado [Privado Alana/Mercurio][+18][Cerrado]
La vampiresa sonrió un poco ante la petición del placer, asique se subió de nuevo sobre Mercurio y se movió con rapidez y pasión. Las últimas fuerzas de aquel hombre eran para ella y lo apreciaba por aquel esfuerzo.
Alana veía el desvarió y el delirio del hombre, así que dejo que tenga sus últimos momentos para él mismo, mientras sentía como el éxtasis del hombre se acercaba más y más a él.
Le acaricio el rostro y beso sus labios que decían cosas no dirigidas a ella. Pero el cuerpo masculino aun la pertenecía y vibraba bajo ella con pasión, instintos animales que nadie puede anular hasta que la última gota de sangre corra por este cuerpo.
Y al fin las unas palabras claves…
“Mátalo, te lo suplico. Él me pertenece…”
La voz en su mente era clara y no la pertenecía, era voz de hombre. Alana miro por última vez a los ojos de Mercurio y acelero su movimiento sobre él. Sintiendo la liberación. En aquel momento clavo sus colmillos en la vena ya perforada y succiono toda la sangre.
Alana se incorporó sobre el hombre y miro los ojos ya casi vacíos. No había vida en ellos, solo una mueca de satisfacción.
Por un instante las cosas parecían extrañas algo estaba ahí. Una imagen de alguien más con alas.
-Gracias…
La vampiresa pensó que alucinaba, ya que no consiguió ver claramente a la figura y la voz era un susurro. La figura se esfumo y Alana podría jurar que tras ella se fue el “alma” de Mercurio. Pero no podía jurar que fuera cierto.
Se levantó y dejo el cuerpo desnudo sin vida. Con tranquilidad se vistió, recogiendo sus armas. Por alguna razón se sentía libre. Libre de aquella cosa que la acompañaba toda la noche. De aquella voz que la presionaba y casi la volvió loca. Asique suspiro y se acercó al cuerpo sin vida. Retoco el cabello del hombre y cerró los ojos.
-Gracias por dejarme ser tu verdugo…
Susurro y beso la mejilla ya fría.
Después se arregló su cabello y salió de la habitación. Ya era hora de volver a su nuevo hogar, la ciudad Lagarto.
[Fin del Post]
Alana veía el desvarió y el delirio del hombre, así que dejo que tenga sus últimos momentos para él mismo, mientras sentía como el éxtasis del hombre se acercaba más y más a él.
Le acaricio el rostro y beso sus labios que decían cosas no dirigidas a ella. Pero el cuerpo masculino aun la pertenecía y vibraba bajo ella con pasión, instintos animales que nadie puede anular hasta que la última gota de sangre corra por este cuerpo.
Y al fin las unas palabras claves…
“Mátalo, te lo suplico. Él me pertenece…”
La voz en su mente era clara y no la pertenecía, era voz de hombre. Alana miro por última vez a los ojos de Mercurio y acelero su movimiento sobre él. Sintiendo la liberación. En aquel momento clavo sus colmillos en la vena ya perforada y succiono toda la sangre.
Alana se incorporó sobre el hombre y miro los ojos ya casi vacíos. No había vida en ellos, solo una mueca de satisfacción.
Por un instante las cosas parecían extrañas algo estaba ahí. Una imagen de alguien más con alas.
-Gracias…
La vampiresa pensó que alucinaba, ya que no consiguió ver claramente a la figura y la voz era un susurro. La figura se esfumo y Alana podría jurar que tras ella se fue el “alma” de Mercurio. Pero no podía jurar que fuera cierto.
Se levantó y dejo el cuerpo desnudo sin vida. Con tranquilidad se vistió, recogiendo sus armas. Por alguna razón se sentía libre. Libre de aquella cosa que la acompañaba toda la noche. De aquella voz que la presionaba y casi la volvió loca. Asique suspiro y se acercó al cuerpo sin vida. Retoco el cabello del hombre y cerró los ojos.
-Gracias por dejarme ser tu verdugo…
Susurro y beso la mejilla ya fría.
Después se arregló su cabello y salió de la habitación. Ya era hora de volver a su nuevo hogar, la ciudad Lagarto.
[Fin del Post]
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