Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
La morena se estremecía mientras la dragona iba ganando centímetros en su piel, causándole una especie de cosquilleo que nacía en el interior de su estomago y se expandía hasta el último rincón de su cuerpo.
Cada vez estaba más cerca, pero no le molestaba. Incluso deseaba que no parase. Miró sus ojos por última vez, sabiendo lo que estaba a punto de pasar.
Lo deseaba. No lo había sabido hasta aquel momento, pero deseaba aquello.
Cerró los ojos.
Los labios de la dragona se posaron sobre los de Nahir. Era como una caricia, suave y dulce. Era como si el tiempo se hubiese detenido, o eso quería la bruja, que aquel instante y aquella sensación durasen para siempre.
Separó sus labios con cuidado, aunque muy poco, lo justo para romper el beso, pero sus labios aun podían rozarse. Y, sorprendiendose a sí misma, alzó la mano que tenía libre y la colocó cuidadosamente en la mejilla de Reivy. Todo era muy armonioso, como si supiera lo que debía hacer en todo momento. Nada era forzado, todo fluía.
La miró nuevamente a los ojos, era como una necesidad, mientras su labio inferior rozó el de ella antes de hacer un poco de fuerza con la mano, atrayendo la cara de la dragona más contra la de ella, haciendo que el siguiente beso fuese algo más intenso.
Odió la voz del hombre en cuanto la escuchó. Se quedó un instante mirando a la mujer mientras lo escuchaba, no se podía creer que ya hubiesen pasado los quince minutos. Se les había acabado el tiempo. Reivy se colocó a su lado y besó su mano. Le gustó, pero ahora que sabía como podían ser sus besos aquel le supo a poco, e incluso le hizo desear más.
Se quedó sentada viendo como se iba tras la siguiente puerta, con la promesa de verse después de todo aquello.
Se quedó sola. Alzó la mano, pasando el dedo indice por sus labios. Podría decir que su primer beso había sido tal y como se lo había imaginado siempre, pero mentiría. Jamás se habría imaginado que fuese así, en un lugar como aquel, con una persona como ella, pero aun así había sido perfecto. Aun sentía un leve temblor por todo su cuerpo. Sonrió.
Finalmente se levantó para dirigirse a la siguiente puerta. Si deseas seguir nuestro encuentro te estaré esperando fuera.... ¿Lo estaría diciendo en serio? Es decir, claro que lo estaba diciendo en serio, pero ¿Realmente la estaría esperando fuera después de todo? La bruja entrecerró por un momento los ojos, para sentir algo que no había sentido nunca. Quizás la dragona se encontraba con otra persona más interesante tras la siguiente puerta. Alguien capaz de ofrecerle algo más que un par de besos tímidos. Por primera vez sintió algo parecido al miedo al rechazo. Era extraño experimentar aquello por primera vez.
Era como si volviese a entrar en la primera sala de nuevo. La misma mesa, las mismas copas de vino...Solo que ahora sabía con certeza quien no estaría allí. Se acercó con seguridad y alargó la mano para beber un poco de vino. La última, lo juro... se dijo a si misma antes de escuchar un ruido a sus espaldas.
Se volvió para ver quien había entrado en la habitación. Lo...lo conozco pensó la bruja mirandolo de arriba a abajo. Estaba segura que lo había visto en alguna otra parte.
Cada vez estaba más cerca, pero no le molestaba. Incluso deseaba que no parase. Miró sus ojos por última vez, sabiendo lo que estaba a punto de pasar.
Lo deseaba. No lo había sabido hasta aquel momento, pero deseaba aquello.
Cerró los ojos.
Los labios de la dragona se posaron sobre los de Nahir. Era como una caricia, suave y dulce. Era como si el tiempo se hubiese detenido, o eso quería la bruja, que aquel instante y aquella sensación durasen para siempre.
Separó sus labios con cuidado, aunque muy poco, lo justo para romper el beso, pero sus labios aun podían rozarse. Y, sorprendiendose a sí misma, alzó la mano que tenía libre y la colocó cuidadosamente en la mejilla de Reivy. Todo era muy armonioso, como si supiera lo que debía hacer en todo momento. Nada era forzado, todo fluía.
La miró nuevamente a los ojos, era como una necesidad, mientras su labio inferior rozó el de ella antes de hacer un poco de fuerza con la mano, atrayendo la cara de la dragona más contra la de ella, haciendo que el siguiente beso fuese algo más intenso.
Odió la voz del hombre en cuanto la escuchó. Se quedó un instante mirando a la mujer mientras lo escuchaba, no se podía creer que ya hubiesen pasado los quince minutos. Se les había acabado el tiempo. Reivy se colocó a su lado y besó su mano. Le gustó, pero ahora que sabía como podían ser sus besos aquel le supo a poco, e incluso le hizo desear más.
Se quedó sentada viendo como se iba tras la siguiente puerta, con la promesa de verse después de todo aquello.
Se quedó sola. Alzó la mano, pasando el dedo indice por sus labios. Podría decir que su primer beso había sido tal y como se lo había imaginado siempre, pero mentiría. Jamás se habría imaginado que fuese así, en un lugar como aquel, con una persona como ella, pero aun así había sido perfecto. Aun sentía un leve temblor por todo su cuerpo. Sonrió.
Finalmente se levantó para dirigirse a la siguiente puerta. Si deseas seguir nuestro encuentro te estaré esperando fuera.... ¿Lo estaría diciendo en serio? Es decir, claro que lo estaba diciendo en serio, pero ¿Realmente la estaría esperando fuera después de todo? La bruja entrecerró por un momento los ojos, para sentir algo que no había sentido nunca. Quizás la dragona se encontraba con otra persona más interesante tras la siguiente puerta. Alguien capaz de ofrecerle algo más que un par de besos tímidos. Por primera vez sintió algo parecido al miedo al rechazo. Era extraño experimentar aquello por primera vez.
Era como si volviese a entrar en la primera sala de nuevo. La misma mesa, las mismas copas de vino...Solo que ahora sabía con certeza quien no estaría allí. Se acercó con seguridad y alargó la mano para beber un poco de vino. La última, lo juro... se dijo a si misma antes de escuchar un ruido a sus espaldas.
Se volvió para ver quien había entrado en la habitación. Lo...lo conozco pensó la bruja mirandolo de arriba a abajo. Estaba segura que lo había visto en alguna otra parte.
Nahir
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Me aclaré la garganta. No sabía exactamente porque, pero tenia sentimientos encontrados con esa elfa.
Por un lado, tenía claro que más me valía agradarle si quería salir vivo de ahí. Pero, por otro lado... Había algo en esa chica que parecía tener mucho que contar, pese a no querer soltar nada.
- Esta es la historia... Del príncipe Ladrón.
Si bien solo podía arriesgar, valía más arriesgarlo todo a una.
Me apoyé sobre mis rodillas mientras articulaba mis palabras con gestos y florituras con las manos.
- Hubo una vez un joven, odiado por todos y querido por nadie, que tubo la desgracia de crecer en una ciudad donde todo el mundo era alguien, mientras que el nació siendo nadie.
Tragué algo de saliva.
- Tubo la desgracia de crecer con un mal augurio en la cara... Una marca en forma de estrella que nacía debajo de su ojo y cruzaba su rostro, su parpado, su nariz y parte de su labio. Un augurio de mala fortuna. Sus padres, al verle nacer lo abandonaron y el pequeño fue criado por mendigos que tampoco fueron queridos en su momento...
Traté de averiguar cual era su opinión mientras hablaba.
- Lo poco que le pudieron enseñar fue a robar y a hurtar, cosa que el agradeció y demostró tomando para ellos algo de pan y monedas cuando bien era posible. Cuando cumplió siete años, los mendigos ahorraron para poder comprarle un arco, que uso nunca para matar, sino para ayudarse en los delitos...
Me acomodé en la silla antes de continuar.
- Pasan los años y nuestro héroe, crece hasta convertirse en un apuesto joven. Un día, conoce a un joven. Apuesto, de buenas palabras y, al verle darle limosna al pobre, puede ver en sus ojos el brillo de la pena. Nuestro protagonista, dudoso, pues originalmente iba a robarle la bolsa, le toma la mano. Y ante tal gesto, el joven lo mira y se fija en su cara, especialmente en su marca. No dice nada, sino que le mira de nuevo con ese gesto de tristeza en la cara. El ladrón, ante ese gesto, suelta su mano y desaparece entre la gente... Pero durante los próximos días no puede dejar de pensar en el altruismo del joven... Así que un día lo sigue y descubre su casa. Se cuela por su ventana y con un vendaje que le tapa el rostro, le pregunta quien es. A lo que el joven responde que es un noble en busca de un lugar mejor. El joven le pregunta al ladrón quien es el... A lo que el ladrón dice que cree ser lo mismo, pero menos noble.
Me aclaré un poco la voz antes de interpretar las siguientes voces.
- "A mi no me parece menos noble" Dijo el joven. "Entonces... ¿Que tan noble seria si robo para otros?" "Quizás... un príncipe." El joven rió ante la broma. Pero miró al joven y le dijo: "Si fuera príncipe de este lugar, seria un lugar mejor" "Me encantaría ver ese lugar..." Respondió el joven al ladrón con un tono de voz cálido y tierno...
- Queridos míos,- Interrumpió abruptamente una voz.- es momento de cambiar de habitación, quiten sus manos de donde sea que estén, pónganse sus vestidos y súbanse los pantalones. Luego busquen la puerta más cercana, el amor los espera.
Me senté. Sin darme cuenta me había levantado. Me acerqué e hice un gesto de ir a tomarle la mano para darle un beso en el dorso, pero lo disimule con una exagerada reverencia y una sonrisa.
- A sido un placer conocerla, joven bebedora bailarina... Espero poder contarle el final después.
Con una última sonrisa y un leve gesto de cabeza me dirigí hacia la puerta. Si bien con algo de suerte podría huir de esa ciudad y ver a Matt sin tener que volver a cruzarme con esa hermosa y peligrosa elfa, no tendría porque inventarme el final también.
Crucé el umbral y cerré la puerta tras de mi, soltando parte del aire acumulado en un suspiro.
Me giré para encontrar a otra mujer. Bella también. Estaba siendo un buen día.
Pero me miraba con las cejas entrecerradas. A juzgar por el tono de sus mejillas, algo ebria... O excitada. Era difícil de saber.
Ahí fue cuando me fije en la curva de su cintura, que ademas hacerme parpadear un par de veces para recuperar la compostura, me hizo pensar que ya la había visto antes, en algún lugar...
El peligro que eso podía suponer a juzgar por mis actividades de dudosa moralidad era casi igual de intimidante que el arco volador de la elfa de antes.
- Permiteme... - Dije con la voz más seductora que pude, acercándome y tomándole la mano mientras me tiraba al suelo en pose de serenata. -... Que me presente, joven y bella dama.
Lo mejor seria mentir, con algo de suerte, a juzgar por el vino de la mesa, era que estuviera ebria. Habría que apostar.
- Soy Kaldrimor. - Recordé el nombre de la última vez en la ciudad, tratando que de esa forma se extinguiera su creencia de conocerme, puesto que yo tampoco recordaba exactamente quien era. - Y soy el que espera poder llevaros al cielo durante los próximos quince minutos, si vos me lo permitís.
Con esa ultima frase, le dedique mi mejor sonrisa y le bese la mano, aun sin moverme de esa postura.
Por un lado, tenía claro que más me valía agradarle si quería salir vivo de ahí. Pero, por otro lado... Había algo en esa chica que parecía tener mucho que contar, pese a no querer soltar nada.
- Esta es la historia... Del príncipe Ladrón.
Si bien solo podía arriesgar, valía más arriesgarlo todo a una.
Me apoyé sobre mis rodillas mientras articulaba mis palabras con gestos y florituras con las manos.
- Hubo una vez un joven, odiado por todos y querido por nadie, que tubo la desgracia de crecer en una ciudad donde todo el mundo era alguien, mientras que el nació siendo nadie.
Tragué algo de saliva.
- Tubo la desgracia de crecer con un mal augurio en la cara... Una marca en forma de estrella que nacía debajo de su ojo y cruzaba su rostro, su parpado, su nariz y parte de su labio. Un augurio de mala fortuna. Sus padres, al verle nacer lo abandonaron y el pequeño fue criado por mendigos que tampoco fueron queridos en su momento...
Traté de averiguar cual era su opinión mientras hablaba.
- Lo poco que le pudieron enseñar fue a robar y a hurtar, cosa que el agradeció y demostró tomando para ellos algo de pan y monedas cuando bien era posible. Cuando cumplió siete años, los mendigos ahorraron para poder comprarle un arco, que uso nunca para matar, sino para ayudarse en los delitos...
Me acomodé en la silla antes de continuar.
- Pasan los años y nuestro héroe, crece hasta convertirse en un apuesto joven. Un día, conoce a un joven. Apuesto, de buenas palabras y, al verle darle limosna al pobre, puede ver en sus ojos el brillo de la pena. Nuestro protagonista, dudoso, pues originalmente iba a robarle la bolsa, le toma la mano. Y ante tal gesto, el joven lo mira y se fija en su cara, especialmente en su marca. No dice nada, sino que le mira de nuevo con ese gesto de tristeza en la cara. El ladrón, ante ese gesto, suelta su mano y desaparece entre la gente... Pero durante los próximos días no puede dejar de pensar en el altruismo del joven... Así que un día lo sigue y descubre su casa. Se cuela por su ventana y con un vendaje que le tapa el rostro, le pregunta quien es. A lo que el joven responde que es un noble en busca de un lugar mejor. El joven le pregunta al ladrón quien es el... A lo que el ladrón dice que cree ser lo mismo, pero menos noble.
Me aclaré un poco la voz antes de interpretar las siguientes voces.
- "A mi no me parece menos noble" Dijo el joven. "Entonces... ¿Que tan noble seria si robo para otros?" "Quizás... un príncipe." El joven rió ante la broma. Pero miró al joven y le dijo: "Si fuera príncipe de este lugar, seria un lugar mejor" "Me encantaría ver ese lugar..." Respondió el joven al ladrón con un tono de voz cálido y tierno...
- Queridos míos,- Interrumpió abruptamente una voz.- es momento de cambiar de habitación, quiten sus manos de donde sea que estén, pónganse sus vestidos y súbanse los pantalones. Luego busquen la puerta más cercana, el amor los espera.
Me senté. Sin darme cuenta me había levantado. Me acerqué e hice un gesto de ir a tomarle la mano para darle un beso en el dorso, pero lo disimule con una exagerada reverencia y una sonrisa.
- A sido un placer conocerla, joven bebedora bailarina... Espero poder contarle el final después.
Con una última sonrisa y un leve gesto de cabeza me dirigí hacia la puerta. Si bien con algo de suerte podría huir de esa ciudad y ver a Matt sin tener que volver a cruzarme con esa hermosa y peligrosa elfa, no tendría porque inventarme el final también.
Crucé el umbral y cerré la puerta tras de mi, soltando parte del aire acumulado en un suspiro.
Me giré para encontrar a otra mujer. Bella también. Estaba siendo un buen día.
Pero me miraba con las cejas entrecerradas. A juzgar por el tono de sus mejillas, algo ebria... O excitada. Era difícil de saber.
Ahí fue cuando me fije en la curva de su cintura, que ademas hacerme parpadear un par de veces para recuperar la compostura, me hizo pensar que ya la había visto antes, en algún lugar...
El peligro que eso podía suponer a juzgar por mis actividades de dudosa moralidad era casi igual de intimidante que el arco volador de la elfa de antes.
- Permiteme... - Dije con la voz más seductora que pude, acercándome y tomándole la mano mientras me tiraba al suelo en pose de serenata. -... Que me presente, joven y bella dama.
Lo mejor seria mentir, con algo de suerte, a juzgar por el vino de la mesa, era que estuviera ebria. Habría que apostar.
- Soy Kaldrimor. - Recordé el nombre de la última vez en la ciudad, tratando que de esa forma se extinguiera su creencia de conocerme, puesto que yo tampoco recordaba exactamente quien era. - Y soy el que espera poder llevaros al cielo durante los próximos quince minutos, si vos me lo permitís.
Con esa ultima frase, le dedique mi mejor sonrisa y le bese la mano, aun sin moverme de esa postura.
Kaladar
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
El cuento estaba siendo sumamente aburrido para la elfa, quería que terminase de una vez. A juzgar por la postura del humano tan solo hablaba para mantenerla callada y tranquila, seguramente tuviese miedo. Suspiró. Tal vez no fuera tan buena idea eso de invocar un arco en medio de aquello que la gente denominaba "una cita". Pero ¿cómo si no se defenderían en caso de que resultase una persona repugnante? No entendía muy bien el funcionamiento y comenzaba a maldecir a su padre por haberla metido en aquel lío sin más explicaciones que un "Será divertido". Siempre era divertido para Matthew, pasara lo que pasase, encontraba algún tipo de aliciente en la situación que le hacía... ¿sonreir? No, desde luego no era eso, aquel hombre fingía más sonrisas que las prostitutas de su burdel. Más bien era como si solamente quisiese montar su propio baile de marionetas. Pero con unas vivas y con conciencia propia que pudiese observar desde la distancia y congratularse con los resultados. Fuesen cuales fuesen.
En otras circunstancias el humano que tenía enfrente no habría sobrevivido, sería una diana digna de su destreza mientras se intentaba escabullir entre el gentío, posiblemente corriendo en zigzag para intentar evitar que uno de los virotes le diese por la espalda. Pocos saben que el zigzag es tan fácil de predecir como el ir en línea recta, siempre terminan pasando por los mismos puntos al fin y al cabo.
La elfa siguió haciendo como si le importase lo más mínimo el cuento. En realidad solo le había dicho que lo contase para poder centrarse en sus propios pensamientos y pasar el rato tranquilamente. Con suerte al final del día habría un lindo vestido esperando por ella sobre su cama, doblado cuidadosamente y elegido con meticulosidad por el virrey. Aquello sí valía la pena su tiempo. Ya apenas podía esperar.
Por suerte la voz de Matt, tan sonora como elocuente llegó a tiempo antes de que Kaladar terminase con su paciencia.
- El placer ha sido mío, señor Grimgar, espero nos veamos pronto. -Le dedicó la sonrisa más amable que fue capaz de componer y una pequeña reverencia.
En cuanto el humano se giró para marcharse por la puerta, la elfa suspiró largamente y, tras soltar un bufido de resignación, atravesó la que ella misma tenía enfrente. Parecía que iba a ser un día muy largo al final, pero el premio era merecido.
No se esperaba lo que encontró en el centro de la habitación, sentada en uno de los sillones. Cerró la puerta con cuidado, todavía llevaba el arco en la mano. La joven elfa se puso nerviosa, todavía no la había visto, pero no podía presentarse ante ella con un arma. Las manos le temblaban, miró a los lados intentando descifrar qué hacer. Finalmente tira el arco al suelo y se quita el vestido, quedando en ropa interior y lo tira encima del arma.
Asiente convencida y se acerca al sillón libre.
-Lamento la demora... Tenía... Esto... Digamos que... -Se bebe la copa de un solo trago. -Mi nombre es Irinnil Fawkes, y creo que eres la mujer más preciosa que he visto jamás.
En ese momento se da cuenta de que tal vez, y solo tal vez, se debería haber dejado el vestido puesto.
En otras circunstancias el humano que tenía enfrente no habría sobrevivido, sería una diana digna de su destreza mientras se intentaba escabullir entre el gentío, posiblemente corriendo en zigzag para intentar evitar que uno de los virotes le diese por la espalda. Pocos saben que el zigzag es tan fácil de predecir como el ir en línea recta, siempre terminan pasando por los mismos puntos al fin y al cabo.
La elfa siguió haciendo como si le importase lo más mínimo el cuento. En realidad solo le había dicho que lo contase para poder centrarse en sus propios pensamientos y pasar el rato tranquilamente. Con suerte al final del día habría un lindo vestido esperando por ella sobre su cama, doblado cuidadosamente y elegido con meticulosidad por el virrey. Aquello sí valía la pena su tiempo. Ya apenas podía esperar.
Por suerte la voz de Matt, tan sonora como elocuente llegó a tiempo antes de que Kaladar terminase con su paciencia.
- El placer ha sido mío, señor Grimgar, espero nos veamos pronto. -Le dedicó la sonrisa más amable que fue capaz de componer y una pequeña reverencia.
En cuanto el humano se giró para marcharse por la puerta, la elfa suspiró largamente y, tras soltar un bufido de resignación, atravesó la que ella misma tenía enfrente. Parecía que iba a ser un día muy largo al final, pero el premio era merecido.
No se esperaba lo que encontró en el centro de la habitación, sentada en uno de los sillones. Cerró la puerta con cuidado, todavía llevaba el arco en la mano. La joven elfa se puso nerviosa, todavía no la había visto, pero no podía presentarse ante ella con un arma. Las manos le temblaban, miró a los lados intentando descifrar qué hacer. Finalmente tira el arco al suelo y se quita el vestido, quedando en ropa interior y lo tira encima del arma.
Asiente convencida y se acerca al sillón libre.
-Lamento la demora... Tenía... Esto... Digamos que... -Se bebe la copa de un solo trago. -Mi nombre es Irinnil Fawkes, y creo que eres la mujer más preciosa que he visto jamás.
En ese momento se da cuenta de que tal vez, y solo tal vez, se debería haber dejado el vestido puesto.
Irinnil Fawkes
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
-¡Oh! ¡Ya era hora! – Matthew dio palmadas muy contento mientras veía el beso de Reivy y Nahir, habían cumplido con sus expectativas – Se tomaron su tiempo, pero creo que el resultado fue excelente, la incertidumbre jugó a su favor ¿No lo crees? – Le preguntó a Brenda sin mirarla.
-Mmm, sí, creo que esta vez tienes razón – Aunque la enana hablaba con un tono mucho más serio y profesional, no como Owens quien parecía más bien un niño - ¿Por qué me miras así? –
-Es que es increíble ¿Me estás dando la razón? – Hablaba con un tono de exagerada sorpresa.
-No lo digas como si algo como eso jamás ocurriera –
Varias situaciones se daban en simultaneo, aunque solo el Virrey podía darse cuenta de eso. En otra de las habitaciones una de las parejas estaba tardando demasiado en terminar con sus asuntos y un tercero ya estaba entrando, primero se mostró sorprendido, pero rápidamente se bajó los pantalones y decidió participar. En otro cuarto un marido acababa de encontrarse con su esposa, comenzaron a pelearse a los gritos, acusándose mutuamente de haberse engañado. Otros participantes no habían sido tan amables con sus compañeras, esos no tendrían una segunda ronda, Matt se aseguraría de ello.
-Te dije que Kaladar sobreviviría, el muchacho tiene recursos – Matt fue hacía la mesa y se sirvió un poco de vino – Y si se queda con nosotros tendrá cada vez más-
-¿Dejaras que haya otro zorro en el gallinero? – Dijo Brenda mientras acercaba su copa.
-No hay que ser tan ambicioso, hay suficientes gallinas para todos – Le sirvió también a la enana – Sabes que me encanta compartir –
El Virrey fue, como si estuviera dando pasos de baile, hacía las paredes que le permitían ver lo que ocurría, una sonrisa de oreja a oreja se pintó en su rostro.
-Irinnil y Reivy acaban de encontrarse – Terminó el vino de un solo trago y arrojó la copa por arriba de su hombro. Brenda evitó que se caiga con sus poderes y la llevó hasta le mesa nuevamente.
-¿Y eso qué tiene? –
-¿No te das cuenta? Esas dos en una misma habitación son fuego en su estado más puro – Se quedó pensando en la comparación – O impuro más bien, jajaja – Si había algo peor que un chiste malo era que el propio bromista se lo festejara a sí mismo.
-¿Y Kaladar tendrá más suerte esta vez? –
-¿Es eso un atisbo de preocupación? –
-Ains, no es eso, me parece que se esfuerza mucho y se merece el tener algo más de suerte. No es tan extraño lo que digo –
-¿Quieres que te lo presente cuando salgamos de aquí? –Una mirada picara acompañaba las palabras, Brenda le respondió con un gesto de hartazgo.
-No importa lo que te diga, al final vas a hacer lo que se te antoje –
El Estafador le tiro un beso y siguió mirando.
-Mmm, sí, creo que esta vez tienes razón – Aunque la enana hablaba con un tono mucho más serio y profesional, no como Owens quien parecía más bien un niño - ¿Por qué me miras así? –
-Es que es increíble ¿Me estás dando la razón? – Hablaba con un tono de exagerada sorpresa.
-No lo digas como si algo como eso jamás ocurriera –
Varias situaciones se daban en simultaneo, aunque solo el Virrey podía darse cuenta de eso. En otra de las habitaciones una de las parejas estaba tardando demasiado en terminar con sus asuntos y un tercero ya estaba entrando, primero se mostró sorprendido, pero rápidamente se bajó los pantalones y decidió participar. En otro cuarto un marido acababa de encontrarse con su esposa, comenzaron a pelearse a los gritos, acusándose mutuamente de haberse engañado. Otros participantes no habían sido tan amables con sus compañeras, esos no tendrían una segunda ronda, Matt se aseguraría de ello.
-Te dije que Kaladar sobreviviría, el muchacho tiene recursos – Matt fue hacía la mesa y se sirvió un poco de vino – Y si se queda con nosotros tendrá cada vez más-
-¿Dejaras que haya otro zorro en el gallinero? – Dijo Brenda mientras acercaba su copa.
-No hay que ser tan ambicioso, hay suficientes gallinas para todos – Le sirvió también a la enana – Sabes que me encanta compartir –
El Virrey fue, como si estuviera dando pasos de baile, hacía las paredes que le permitían ver lo que ocurría, una sonrisa de oreja a oreja se pintó en su rostro.
-Irinnil y Reivy acaban de encontrarse – Terminó el vino de un solo trago y arrojó la copa por arriba de su hombro. Brenda evitó que se caiga con sus poderes y la llevó hasta le mesa nuevamente.
-¿Y eso qué tiene? –
-¿No te das cuenta? Esas dos en una misma habitación son fuego en su estado más puro – Se quedó pensando en la comparación – O impuro más bien, jajaja – Si había algo peor que un chiste malo era que el propio bromista se lo festejara a sí mismo.
-¿Y Kaladar tendrá más suerte esta vez? –
-¿Es eso un atisbo de preocupación? –
-Ains, no es eso, me parece que se esfuerza mucho y se merece el tener algo más de suerte. No es tan extraño lo que digo –
-¿Quieres que te lo presente cuando salgamos de aquí? –Una mirada picara acompañaba las palabras, Brenda le respondió con un gesto de hartazgo.
-No importa lo que te diga, al final vas a hacer lo que se te antoje –
El Estafador le tiro un beso y siguió mirando.
Matthew Owens
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Acariciaba el brazo del sillón de forma distraída mientras me perdía en mis pensamiento y pasaba la punta de la lengua por mis labios, con ella aun podía sentir la intensidad que la que la joven había impregnado aquel beso.
Las mujeres tímidas eran una caja de sorpresas, podían desmelenarse y volverse autenticas leonas o seguir siendo tímidas y sumisas como una planta en el jardín. Aunque también se daba el caso donde eran tan difíciles de leer que resultaba extremadamente difícil el complacerlas, pero claro, no existen mujeres difíciles, solo pretendientes mediocres.
Mi ojos seguía los erráticos surcos que los dedos dejaban en el sillón. No escuché la puerta abrirse o cerrarse, me perdí la entrada de la siguiente desconocida y tan solo reaccione al percibir un objeto caer al suelo y el inolvidable sonido del roce de la ropa al desprenderse de un cuerpo de manera apresurada.
Parpadee sin creer lo que veía, levanté una ceja y miré sorprendida y con la boca levemente abierta a la elfa que se estaba desnudando como si las prendas estuviera en llamas.
Piernas firmes y claras, caderas estrechas de adolescente, un ombligo levemente hundido y muy coqueto, senos firmes, una mirada verde brillante y azorada aunque convencida y un pelo oscuro por el que sobresalían las puntas de sus orejas que rebotaban respingonas con el movimiento.
-No voy a negar que me gusta lo que veo. -Comenté rompiendo el silencio. -Pero me hubiera gustado quitarte yo misma la ropa. -Sin disimulo y con una sonrisa traviesa mire a la chica de arriba a bajo. -Encantada de conocerte Irinnil. Puedes llamarme Rei ¿Necesitas más? -Sin bajar la ceja ofrecí la copa de vino que tenia en la mano. - ¿O me quito la camisa? aunque igual prefieres hacerlo tu.
No tenia ni idea de porque aquella moza había entrado prácticamente desnuda en mi visión, tampoco tenia especial interese en buscar una respuesta retorcida. Lo más sensato y egocéntrico tomando en cuenta el lugar en el que estábamos, era pensar que la chica tenia un buen gusto y las ideas claras.
-Aunque te advierto que con quince minutos solo tendremos para el calentamiento.
Las mujeres tímidas eran una caja de sorpresas, podían desmelenarse y volverse autenticas leonas o seguir siendo tímidas y sumisas como una planta en el jardín. Aunque también se daba el caso donde eran tan difíciles de leer que resultaba extremadamente difícil el complacerlas, pero claro, no existen mujeres difíciles, solo pretendientes mediocres.
Mi ojos seguía los erráticos surcos que los dedos dejaban en el sillón. No escuché la puerta abrirse o cerrarse, me perdí la entrada de la siguiente desconocida y tan solo reaccione al percibir un objeto caer al suelo y el inolvidable sonido del roce de la ropa al desprenderse de un cuerpo de manera apresurada.
Parpadee sin creer lo que veía, levanté una ceja y miré sorprendida y con la boca levemente abierta a la elfa que se estaba desnudando como si las prendas estuviera en llamas.
Piernas firmes y claras, caderas estrechas de adolescente, un ombligo levemente hundido y muy coqueto, senos firmes, una mirada verde brillante y azorada aunque convencida y un pelo oscuro por el que sobresalían las puntas de sus orejas que rebotaban respingonas con el movimiento.
-No voy a negar que me gusta lo que veo. -Comenté rompiendo el silencio. -Pero me hubiera gustado quitarte yo misma la ropa. -Sin disimulo y con una sonrisa traviesa mire a la chica de arriba a bajo. -Encantada de conocerte Irinnil. Puedes llamarme Rei ¿Necesitas más? -Sin bajar la ceja ofrecí la copa de vino que tenia en la mano. - ¿O me quito la camisa? aunque igual prefieres hacerlo tu.
No tenia ni idea de porque aquella moza había entrado prácticamente desnuda en mi visión, tampoco tenia especial interese en buscar una respuesta retorcida. Lo más sensato y egocéntrico tomando en cuenta el lugar en el que estábamos, era pensar que la chica tenia un buen gusto y las ideas claras.
-Aunque te advierto que con quince minutos solo tendremos para el calentamiento.
Reivy Abadder
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
La voz que estaba empleando el hombre para dirigirse a ella podría hacer que la morena se echase a reír. Pocas veces se dirigían a ella con el termino "dama", así que sonrió mientras el hombre le besaba la mano, dejando la copa en la mesa para que no se cayese.
¿Al cielo?
Aquella sonrisa picarona le hizo recordar la vez en que lo había visto por primera vez. Tan solo había sido un instante, pero eso no lo había recordado a la primera.
-Ya recuerdo, nos vimos la noche de Ostara... pero creo que no llegamos ni a presentarnos. Yo soy Nahir.- estaba cómoda y entretenida, poco a poco se le iría pasando el rubor y los nervios causados por lo que había pasado en la otra habitación. -¿Como me vas a llevar al cielo? ¿Eres dragón? Creo que nunca he conocido uno, bueno si, pero nunca he visto uno en forma de dragón. ¿Da miedo? No, claro, si tu eres uno como te va a dar miedo. ¿Duele?...
Se dio cuenta que se había arrancado a hablar sin apenas darse, y darle, tiempo a pensar o incluso a respirar. Le pasaba aveces, empezaba a soltar todas las cosas que había en su cabeza, sin darse cuenta de que lo decía en voz alta. Y en su cabeza siempre habían muchas preguntas.
-Lo siento...- concluyó recuperando un poco el leve rubor de sus mejillas.
Fue a preguntarle si había ido bien su anterior habitación, pero entonces recordó lo que había dicho la voz, algo de subirse los pantalones... quizás no era la mejor pregunta.
-¿Vives en esta cuidad?- con aquella pregunta esperaba que olvidase un poco toda aquella lluvia de preguntas, que parecía más bien el interrogatorio de una chiflada, y poder mantener una conversación normal.
Cogió su mano y tiró un poco de él, para que se levantase y pudiese sentarse en la silla, para así estar más cómodos los dos.
¿Al cielo?
Aquella sonrisa picarona le hizo recordar la vez en que lo había visto por primera vez. Tan solo había sido un instante, pero eso no lo había recordado a la primera.
-Ya recuerdo, nos vimos la noche de Ostara... pero creo que no llegamos ni a presentarnos. Yo soy Nahir.- estaba cómoda y entretenida, poco a poco se le iría pasando el rubor y los nervios causados por lo que había pasado en la otra habitación. -¿Como me vas a llevar al cielo? ¿Eres dragón? Creo que nunca he conocido uno, bueno si, pero nunca he visto uno en forma de dragón. ¿Da miedo? No, claro, si tu eres uno como te va a dar miedo. ¿Duele?...
Se dio cuenta que se había arrancado a hablar sin apenas darse, y darle, tiempo a pensar o incluso a respirar. Le pasaba aveces, empezaba a soltar todas las cosas que había en su cabeza, sin darse cuenta de que lo decía en voz alta. Y en su cabeza siempre habían muchas preguntas.
-Lo siento...- concluyó recuperando un poco el leve rubor de sus mejillas.
Fue a preguntarle si había ido bien su anterior habitación, pero entonces recordó lo que había dicho la voz, algo de subirse los pantalones... quizás no era la mejor pregunta.
-¿Vives en esta cuidad?- con aquella pregunta esperaba que olvidase un poco toda aquella lluvia de preguntas, que parecía más bien el interrogatorio de una chiflada, y poder mantener una conversación normal.
Cogió su mano y tiró un poco de él, para que se levantase y pudiese sentarse en la silla, para así estar más cómodos los dos.
Nahir
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Por desgracia para mi, no se había olvidado de mi cara. No recordaba el como, algo disimuladamente, había tomado una moneda de su alforja. Pero tampoco parecía recordar debidamente mi nombre. Me pregunté un momento con una sonrisa si eso debía ofenderme de algún modo, pero reí ante sus preguntas.
- No soy dragón, lamentablemente, aunque algunos acompañantes míos te podrían decir que tengo el vigor de uno entre las sabanas. Estaba pensando en una forma un tanto más... Figurada. - Explique mientras le tomaba la mano con delicadeza.
- Lo siento... - Se disculpó ella.
Yo sonreí algo más calidamente.
- Oh, no tos disculpéis, ni pongáis malos gestos por favor... Estropean la hermosa figura que tengo delante. - Le tomé de la barbilla. - Tenéis unos ojos que parecen querer tragarse el mundo si alguien los mira demasiado tiempo...
- ¿Vives en esta cuidad? - Al decir eso, me levantó de mi postura de serenata y me acompaño hasta poder sentarse.
- No podría decir eso me temo... Estoy aquí por negocios. - Me senté a su lado. - Aunque, siendo sinceros, el único negocio que ahora me atrae eres tu.
Mientras decía eso, trate de tomar con más gentileza su mano y me la llevé a los labios.
- ¿Que me decis de vos? ¿Preferis seguir preguntando o queréis contarme algo? Soy bueno para escuchar, no mentiré... Pero tampoco seria capaz de deciros que no si me ofrecéis pasar el rato de una manera más... Intima.
Con una ultima sonrisa, trate de hacerme entender pese al nivel etílico que debía tener en sangre.
- No soy dragón, lamentablemente, aunque algunos acompañantes míos te podrían decir que tengo el vigor de uno entre las sabanas. Estaba pensando en una forma un tanto más... Figurada. - Explique mientras le tomaba la mano con delicadeza.
- Lo siento... - Se disculpó ella.
Yo sonreí algo más calidamente.
- Oh, no tos disculpéis, ni pongáis malos gestos por favor... Estropean la hermosa figura que tengo delante. - Le tomé de la barbilla. - Tenéis unos ojos que parecen querer tragarse el mundo si alguien los mira demasiado tiempo...
- ¿Vives en esta cuidad? - Al decir eso, me levantó de mi postura de serenata y me acompaño hasta poder sentarse.
- No podría decir eso me temo... Estoy aquí por negocios. - Me senté a su lado. - Aunque, siendo sinceros, el único negocio que ahora me atrae eres tu.
Mientras decía eso, trate de tomar con más gentileza su mano y me la llevé a los labios.
- ¿Que me decis de vos? ¿Preferis seguir preguntando o queréis contarme algo? Soy bueno para escuchar, no mentiré... Pero tampoco seria capaz de deciros que no si me ofrecéis pasar el rato de una manera más... Intima.
Con una ultima sonrisa, trate de hacerme entender pese al nivel etílico que debía tener en sangre.
Kaladar
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Tal como se había temido, su desnudez no había pasado desapercibida. Había albergado una que otra esperanza en que su nueva pareja de quince minutos fuese ciega, aunque si lo llegase a ser, el esconder el arco habría perdido toda lógica y se habría sentido todavía más estúpida. Escoger la ropa que llevaría aquel día había llevado mucho tiempo y le apenaba verla allí amontonada. Suspiró mientras daba un trago al vino.
- No puedo negar yo tampoco que me gusta lo que veo. -Se ruboriza un tanto al escucharla decir que le habría gustado quitarle la ropa ella misma. -La verdad es que... No me habría parecido nada mal... Pero todavía me queda algo que puedes retirar, si quieres.
Se quedó pensativa unos instantes mientras mordisqueaba su labio inferior. ¿Qué había de malo en jugar un poco? Para eso estaban allí, ¿no? Además era muy atractiva, podían pasar al menos un buen rato juntas. Durante un segundo se preguntó qué pensaría su padre al verla, pero descartó la idea, había sido idea suya al fin y al cabo, no podía reprocharle nada a ese respecto.
Tomó la decisión y se subió a la mesa, acercándose a gatas a la mujer que se había presentado como Rei. Iba vestida con una camisa corta de lino y un chaleco de cuero que no tardó en caer al suelo despreciado totalmente por las manos de la elfa. A continuación pasó un dedo por la mejilla derecha de Rei y le sonrió.
- Creo que deberíamos igualar el juego... Estaría bien... -Se acercó mucho más a su rostro para que pudiera escucharla perfectamente y susurró. -...que fuese solo el "primer" calentamiento. -Se alejó mientras le guiñaba un ojo y, mientras le quitaba la camisa y la tiraba al suelo, agregó. -Podemos continuar después.
Sentada en el borde de la mesa observó a Rei de arriba a abajo. -¿Ves? Mucho más igualado, aunque necesitaré ayuda para terminar con los pantalones... -Bajó de un salto y tras acariciar lentamente ambos costados desde la clavícula, la tomó de las caderas. Finalmente se detuvo, esperando un poco de ayuda de parte de la otra para terminar lo que había comenzado.
- No puedo negar yo tampoco que me gusta lo que veo. -Se ruboriza un tanto al escucharla decir que le habría gustado quitarle la ropa ella misma. -La verdad es que... No me habría parecido nada mal... Pero todavía me queda algo que puedes retirar, si quieres.
Se quedó pensativa unos instantes mientras mordisqueaba su labio inferior. ¿Qué había de malo en jugar un poco? Para eso estaban allí, ¿no? Además era muy atractiva, podían pasar al menos un buen rato juntas. Durante un segundo se preguntó qué pensaría su padre al verla, pero descartó la idea, había sido idea suya al fin y al cabo, no podía reprocharle nada a ese respecto.
Tomó la decisión y se subió a la mesa, acercándose a gatas a la mujer que se había presentado como Rei. Iba vestida con una camisa corta de lino y un chaleco de cuero que no tardó en caer al suelo despreciado totalmente por las manos de la elfa. A continuación pasó un dedo por la mejilla derecha de Rei y le sonrió.
- Creo que deberíamos igualar el juego... Estaría bien... -Se acercó mucho más a su rostro para que pudiera escucharla perfectamente y susurró. -...que fuese solo el "primer" calentamiento. -Se alejó mientras le guiñaba un ojo y, mientras le quitaba la camisa y la tiraba al suelo, agregó. -Podemos continuar después.
Sentada en el borde de la mesa observó a Rei de arriba a abajo. -¿Ves? Mucho más igualado, aunque necesitaré ayuda para terminar con los pantalones... -Bajó de un salto y tras acariciar lentamente ambos costados desde la clavícula, la tomó de las caderas. Finalmente se detuvo, esperando un poco de ayuda de parte de la otra para terminar lo que había comenzado.
Irinnil Fawkes
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
A Matthew le gustaba el ritmo que estaba tomando el juego, era una lástima que no quedara mucho tiempo ¿Por qué? Pues porque el Virrey era incapaz de mantener su atención durante demasiado rato en ninguna actividad. Una idea traviesa comenzaba a tomar forma en la mente del Humano, sonrió de medio lado y Brenda supo de inmediato que algo sucedía, no le gustaba nada cuando el Virrey sonreía de esa forma.
-¿Qué estás tramando? –
-Nada… -
-Tu rostro no dice lo mismo –
-¿No crees que este evento es demasiado ordenado? –
-Considerando tus estándares… Si, bastante – Tuvo que admitir la enana.
-Sabes perfectamente cuál es mi opinión con respecto al equilibrio –
-Para decirlo de modo sencillo: Estas empezando a aburrirte – Y allí terminaba la poca esperanza que tenía Brenda de que el resto del evento se desarrollara en paz.
Pero por el momento el Virrey se quedó tranquilo, espiaba en la habitación de Nahir y Kaladar, a ver qué tal le iba con la tímida hechicera. A ojos de Matt, había sido un acercamiento regular “Tal vez se siente más cómodo con hombres” pensó, era una buena hipótesis que se encargaría de comprobar más tarde.
-Oh, creo que esto va a gustarte mucho más – Comentó la Bruja, se encontraba del otro lado, espiando a Reivy y a Irinnil - ¿Qué le diste a la elfa? –
-Me declaro inocente, y esta vez es verdad – Respondió entre risas mientras se acercaba a la abertura - Oh, vaya ¡Que bonito! –
-Pues, parece estar muy animada. Es decir, incluso más de lo usual –
-Es igual a mi cuando tenía su edad – Dijo en tono de padre orgulloso.
-Si sabes que no es tu hija ¿Verdad? – Esta vez Brenda si se reía, la relación que habían desarrollado Matt e Irinnil era bastante adorable, para los cánones del Humano al menos – Pero se termina tu diversión, tienes que tocar la campana-
-Tengo una idea mejor –
-Oh… No… -
-Oh, sí – Una sonrisa de oreja a oreja iluminaba el rostro de Matthew - ¿No te preguntaste porque instale esta cuerda aquí?-
-Sinceramente, creí que por una vez habías pensado en la seguridad y que era por su sucedía alguna urgencia, como que alguien patee una vela y comience a incendiarse el lugar –
-Eso hubiese sido divertido, me apunto la idea para futuros eventos – Agarró una soga que se encontraba en el medio de la sala y tiró de ella con todas sus fuerzas.
Los ganchos que sostenían las telas comenzaron a soltarse uno por uno, las mantas eran lo único que mantenían separadas las habitaciones, por lo que pronto todos los participantes quedaron expuestos entre sí. Debían haber unas quince parejas, todos en distintos estados de desorden que iban desde el completamente vestidos hasta la desnudez total y en pleno momento de acción. Al principio miraron al Virrey con sorpresa, algunos gritaron y salieron deprisa mientras agarraban sus ropas, otros no parecían tan impactados y continuaron con lo suyo.
-Estaba algo aburrido de mirar – Exclamó Matt mientras se sentaba en su silla – Oh, no me lo tomen a mal, no quiero decir que sean aburridos. En realidad estaba tan entusiasmado que no podía esperar ni un segundo más para conocerlos – Sonrió con amabilidad, mirando a los ojos a todos los que no estuvieran ocupados con otros asuntos - ¿Qué les pareció hasta ahora? ¿Se divirtieron? ¿Encontraron lo que estaban buscando? –
Brenda estaba parada junto a Owens, se tapaba la cara pues estaba muerta de vergüenza, se suponía que les dieran a los participantes un ambiente íntimo y en cambio los acababan de exponer para que se vieran entre todos. Aunque, pensándolo mejor, el Virrey había demostrado tener al menos un poco de sentido común al dejar caer solo las paredes de adentro y no las de afuera, lo cual los hubiera dejado en evidencia para toda la ciudad.
-¿Qué estás tramando? –
-Nada… -
-Tu rostro no dice lo mismo –
-¿No crees que este evento es demasiado ordenado? –
-Considerando tus estándares… Si, bastante – Tuvo que admitir la enana.
-Sabes perfectamente cuál es mi opinión con respecto al equilibrio –
-Para decirlo de modo sencillo: Estas empezando a aburrirte – Y allí terminaba la poca esperanza que tenía Brenda de que el resto del evento se desarrollara en paz.
Pero por el momento el Virrey se quedó tranquilo, espiaba en la habitación de Nahir y Kaladar, a ver qué tal le iba con la tímida hechicera. A ojos de Matt, había sido un acercamiento regular “Tal vez se siente más cómodo con hombres” pensó, era una buena hipótesis que se encargaría de comprobar más tarde.
-Oh, creo que esto va a gustarte mucho más – Comentó la Bruja, se encontraba del otro lado, espiando a Reivy y a Irinnil - ¿Qué le diste a la elfa? –
-Me declaro inocente, y esta vez es verdad – Respondió entre risas mientras se acercaba a la abertura - Oh, vaya ¡Que bonito! –
-Pues, parece estar muy animada. Es decir, incluso más de lo usual –
-Es igual a mi cuando tenía su edad – Dijo en tono de padre orgulloso.
-Si sabes que no es tu hija ¿Verdad? – Esta vez Brenda si se reía, la relación que habían desarrollado Matt e Irinnil era bastante adorable, para los cánones del Humano al menos – Pero se termina tu diversión, tienes que tocar la campana-
-Tengo una idea mejor –
-Oh… No… -
-Oh, sí – Una sonrisa de oreja a oreja iluminaba el rostro de Matthew - ¿No te preguntaste porque instale esta cuerda aquí?-
-Sinceramente, creí que por una vez habías pensado en la seguridad y que era por su sucedía alguna urgencia, como que alguien patee una vela y comience a incendiarse el lugar –
-Eso hubiese sido divertido, me apunto la idea para futuros eventos – Agarró una soga que se encontraba en el medio de la sala y tiró de ella con todas sus fuerzas.
Los ganchos que sostenían las telas comenzaron a soltarse uno por uno, las mantas eran lo único que mantenían separadas las habitaciones, por lo que pronto todos los participantes quedaron expuestos entre sí. Debían haber unas quince parejas, todos en distintos estados de desorden que iban desde el completamente vestidos hasta la desnudez total y en pleno momento de acción. Al principio miraron al Virrey con sorpresa, algunos gritaron y salieron deprisa mientras agarraban sus ropas, otros no parecían tan impactados y continuaron con lo suyo.
-Estaba algo aburrido de mirar – Exclamó Matt mientras se sentaba en su silla – Oh, no me lo tomen a mal, no quiero decir que sean aburridos. En realidad estaba tan entusiasmado que no podía esperar ni un segundo más para conocerlos – Sonrió con amabilidad, mirando a los ojos a todos los que no estuvieran ocupados con otros asuntos - ¿Qué les pareció hasta ahora? ¿Se divirtieron? ¿Encontraron lo que estaban buscando? –
Brenda estaba parada junto a Owens, se tapaba la cara pues estaba muerta de vergüenza, se suponía que les dieran a los participantes un ambiente íntimo y en cambio los acababan de exponer para que se vieran entre todos. Aunque, pensándolo mejor, el Virrey había demostrado tener al menos un poco de sentido común al dejar caer solo las paredes de adentro y no las de afuera, lo cual los hubiera dejado en evidencia para toda la ciudad.
Matthew Owens
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Mi sonrisa se ensanchó al escuchar la propuesta de la elfa, se me ocurrían varias formas de quitarle lo poco que le quedaba de ropa, pero definitivamente quince minutos no serían suficientes y ya me parecía demasiada tortura dejar las cosas a medias, como para encima tener que irme después de ver a Irinnil completamente desnuda. No, era mejor deleitarse con el dulce frenesí que provocaba la espera, una espera que se maceraría lentamente pues antes tenía una cita con la hermosa Nahir.
La morena de orejas puntiagudas estaba tomando la iniciativa, a primera vista parecía que el juego con la adolescente consistiría en ver quien sucumbe primero a los encantos de la otra.
Sin mover la cabeza bajé los ojos siguiendo el recorrido de su dedo por mi mejilla, oculté el borde inferior de mis labios y lo humedecí con la lengua mientras esta pasaba por encima en busca del labio superior, cuando la elfa habló levanté la vista clavando mis ojos en los suyos y sonreí lobuna.
-Sí, estaría bien igualar el juego. -Separé la espalda del respaldo del sillón dejando que la chica jugara con los cordones de la camisa y seguí sus movimientos con el cuerpo haciendo más fácil la extracción de la ropa. -Pero me temo que después no continuaremos. -Hice una pausa corta esperando la reacción de la muchacha y antes de que la sorpresa cambiara a decepción o menosprecio proseguí la frase. -Después comenzaremos de nuevo. -Miré a Irinnil sonriendo con picardia y me deslice por el sillón hasta quedar en el borde. -¿Te refieres a esta ayuda?
Pasé las yemas de los dedos por el dorso de la menuda mano hasta colocar mis manos sobre las de ella y las moví como si los dedos de la elfa fueran ahora míos, guiándolos en cada vuelta de cordón moviéndolos por el borde de la prenda.
Entonces se escuchó un fuerte sonido de cuerdas agitándose por toda la habitación y sin previo aviso las paredes cayeron al suelo, por unos instantes todo quedo en silencio, luego vinieron los chillidos, los gritos y alguna pelea localizada de amantes.
-Oh por el amor de... -Dije mordiéndome el labio para no explotar allí mismo. -Tenía suficiente con tener que anular los gritos del resto de la carpa. -Solté las manos de la elfa y me agache recogiendo el chaleco. -Y ahora resulta que tengo que aguantar como una mitad se tapa la polla y las tetas por pudor, mientras que la otra sigue berreando como jabatos. ¡Esto es el colmo! -Tras pasar los brazos por la prenda anude los cordones del pantalón y me puse de pie. -Cielo... -Respire hondo y mire sus ojos verdes lo más calmada posible. -Me encantaría seguir con los nuestros, y créeme, lo estoy deseando. -Mi voz se escuchaba frustrada y algo irritada, sin embargo mis ojos miraba a la elfa con tranquilidad. Ella no tenía nada que ver con lo que acababa de suceder.- Pero ahora mismo tengo el libido por los suelos ¿Lo dejamos para mañana? -Le pregunte sujetando sus manos unos instantes. -Te prometo que esperar valdrá la pena, nos tomaremos todo el tiempo del mundo, sin interrupciones... bueno, a lo mejor una pausa para comer.
Sonreí y le guiñé el ojo, escuché sus palabras y después miré al dueño de la carpa que parloteaba mientras se sentaba en una silla. Sin decir nada más recorté la distancia que nos separaba, el chaleco no tenía cordones o botones lo que dejaba a la vista de todos la parte central de mi torso mientras caminaba, lo llevaba puesto por dignidad más que por pudor.
Al llegar junto al hombre volví a coger aire y traté de hablar calmada y sin levantar la voz.
-¿Tu sabes lo difícil que es conseguir a dos mujeres en treinta minutos sin que ninguna de las dos se pelee contigo o entre ellas y sin que una participe en la fiesta de la otra? -Lo miré levantado las cejas y mordiéndome los labios por dentro. -Amigo, estaba siendo un día glorioso. -Sonreí con tristeza bajando más la voz- Y ahora voy a tener que hacer malabares para que la primera no salga corriendo, -Volví a respirar hondo.- ahora mismo ni siquiera sé si la segunda me dejará pasar de fase. -Moví las manos hacia el borde del chaleco para intentar cerrarlo más. -Espero que nadie te haga nunca nada así, porque de verdad te lo digo, no hace ninguna gracia que te corten la jugada.
La morena de orejas puntiagudas estaba tomando la iniciativa, a primera vista parecía que el juego con la adolescente consistiría en ver quien sucumbe primero a los encantos de la otra.
Sin mover la cabeza bajé los ojos siguiendo el recorrido de su dedo por mi mejilla, oculté el borde inferior de mis labios y lo humedecí con la lengua mientras esta pasaba por encima en busca del labio superior, cuando la elfa habló levanté la vista clavando mis ojos en los suyos y sonreí lobuna.
-Sí, estaría bien igualar el juego. -Separé la espalda del respaldo del sillón dejando que la chica jugara con los cordones de la camisa y seguí sus movimientos con el cuerpo haciendo más fácil la extracción de la ropa. -Pero me temo que después no continuaremos. -Hice una pausa corta esperando la reacción de la muchacha y antes de que la sorpresa cambiara a decepción o menosprecio proseguí la frase. -Después comenzaremos de nuevo. -Miré a Irinnil sonriendo con picardia y me deslice por el sillón hasta quedar en el borde. -¿Te refieres a esta ayuda?
Pasé las yemas de los dedos por el dorso de la menuda mano hasta colocar mis manos sobre las de ella y las moví como si los dedos de la elfa fueran ahora míos, guiándolos en cada vuelta de cordón moviéndolos por el borde de la prenda.
Entonces se escuchó un fuerte sonido de cuerdas agitándose por toda la habitación y sin previo aviso las paredes cayeron al suelo, por unos instantes todo quedo en silencio, luego vinieron los chillidos, los gritos y alguna pelea localizada de amantes.
-Oh por el amor de... -Dije mordiéndome el labio para no explotar allí mismo. -Tenía suficiente con tener que anular los gritos del resto de la carpa. -Solté las manos de la elfa y me agache recogiendo el chaleco. -Y ahora resulta que tengo que aguantar como una mitad se tapa la polla y las tetas por pudor, mientras que la otra sigue berreando como jabatos. ¡Esto es el colmo! -Tras pasar los brazos por la prenda anude los cordones del pantalón y me puse de pie. -Cielo... -Respire hondo y mire sus ojos verdes lo más calmada posible. -Me encantaría seguir con los nuestros, y créeme, lo estoy deseando. -Mi voz se escuchaba frustrada y algo irritada, sin embargo mis ojos miraba a la elfa con tranquilidad. Ella no tenía nada que ver con lo que acababa de suceder.- Pero ahora mismo tengo el libido por los suelos ¿Lo dejamos para mañana? -Le pregunte sujetando sus manos unos instantes. -Te prometo que esperar valdrá la pena, nos tomaremos todo el tiempo del mundo, sin interrupciones... bueno, a lo mejor una pausa para comer.
Sonreí y le guiñé el ojo, escuché sus palabras y después miré al dueño de la carpa que parloteaba mientras se sentaba en una silla. Sin decir nada más recorté la distancia que nos separaba, el chaleco no tenía cordones o botones lo que dejaba a la vista de todos la parte central de mi torso mientras caminaba, lo llevaba puesto por dignidad más que por pudor.
Al llegar junto al hombre volví a coger aire y traté de hablar calmada y sin levantar la voz.
-¿Tu sabes lo difícil que es conseguir a dos mujeres en treinta minutos sin que ninguna de las dos se pelee contigo o entre ellas y sin que una participe en la fiesta de la otra? -Lo miré levantado las cejas y mordiéndome los labios por dentro. -Amigo, estaba siendo un día glorioso. -Sonreí con tristeza bajando más la voz- Y ahora voy a tener que hacer malabares para que la primera no salga corriendo, -Volví a respirar hondo.- ahora mismo ni siquiera sé si la segunda me dejará pasar de fase. -Moví las manos hacia el borde del chaleco para intentar cerrarlo más. -Espero que nadie te haga nunca nada así, porque de verdad te lo digo, no hace ninguna gracia que te corten la jugada.
Reivy Abadder
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
La mano del hombre tomó la suya y, compañadolo de las palabras vigor y sábanas, la bruja no pudo evitar sonrojarse un poco. Odiaba ser así, con poco que le pasase o le diese algo de vergüenza, sus mejillas de volvían rosadas, al menos agradecía ser morena, así no siempre se apreciaba del todo.
Fue a decir algo ante el alago del hombre, pero este colocó su otra mano en su barbilla. Se quedó muda al instante. Miró sus ojos. Estaba un poco nerviosa.
Ya los dos sentados, uno al lado del otro, dada la distancia que había entre ellos, pudo apreciar con más detalle los rasgos del hombre. La forma y el color de sus ojos, la cuerva del cuente de su nariz, su cabello… tenía buena memoria y demás, después de aquello, estaba segura de que no se iba a volver a olvidar de él.
“El único negocio que ahora me atrae eres tú”
En otras circunstancias no hubiese sabido a que se refería, pero todo en él decía lo mismo: su postura, sus gestos, sus palabras, su mirada…
Entonces la mano del hombre se movió ágil hasta la de ella, los ojos de Nahir siguieron sus movimientos, terminando en sus labios. Podía notar su tacto, le causaba un cosquilleo en la mano entera, y a pesar de ello, era como si no fuesen sus dedos los que estaban rozando los labios del hombre, lo sentía, pero no podía moverse. No terminaba de saber si aquello era debido a que estaba un poco nerviosa o a la seguridad que desprendía él.
Le parecía extraño estar teniendo aquella “intimidad” con una persona que no conocía de nada. Sus palabras le hicieron volver al mundo real. Sus ojos avanzaron lentamente hasta llegar de nuevo a sus ojos. La última vez que había hecho eso, apenas unos minutos antes, la situación había terminado en un beso.
-Y-yo…- tartamudeó un poco para después carraspear un poco, intentando aclarar su voz. Movió lentamente su mano, apenas unos milímetros. Con el dedo índice tocó tímidamente el bello de su cara. Quizás al hombre le sabía a poco, pero aquello para la bruja ya era un acercamiento muy íntimo.
Entonces escuchó un ruido, como si la carpa se estuviese cay…
La bruja levantó la cabeza para ver como la carpa se caía sobre ellos. Apretó con algo de fuerza la mano del hombre, colocando el brazo que le quedaba libre sobre sus cabezas a modo de escudo. No pudo evitar cerrar los ojos.
La voz del hombre misterioso hizo que abriese los ojos de nuevo, este se encontraba en el centro de todos… ahora sus mejillas si se pusieron rojas como un tomate. Junto a ella y a Kaladar, no muy separados los unos de los otros, estaban todas las parejas, algunas incluso sin ropas.
- ¿Aburrido de mirar? – se preguntó la morena. ¿Acaso les estaban espiando? No sabía si aquello le causaba vergüenza o enfado.
Las reacciones tan dispares de la gente crearon incertidumbre en la bruja, algunas personas incluso se estaban peleando entre ellos.
Nahir bajó ambas manos, sin soltar la del hombre lobo.
-Creo que lo mejor será irse…- no merecía la pena, a su punto de vista, montar un escándalo de todo aquello, suficiente lo estaban creando los otros.
Reconoció al momento a la dragona cuando esta iba decidida hasta la zona donde se encontraba el hombre que había organizado aquello: parecía enfadada. A juzgar por como llevaba el chaleco la habían interrumpido.
Miró a Kaladar.
-¿Te…quedas?- dijo empezando a levantarse, dándose cuenta entonces de que aun iban cogidos de la mano. Se la soltó con cuidado esperando su respuesta.
Fue a decir algo ante el alago del hombre, pero este colocó su otra mano en su barbilla. Se quedó muda al instante. Miró sus ojos. Estaba un poco nerviosa.
Ya los dos sentados, uno al lado del otro, dada la distancia que había entre ellos, pudo apreciar con más detalle los rasgos del hombre. La forma y el color de sus ojos, la cuerva del cuente de su nariz, su cabello… tenía buena memoria y demás, después de aquello, estaba segura de que no se iba a volver a olvidar de él.
“El único negocio que ahora me atrae eres tú”
En otras circunstancias no hubiese sabido a que se refería, pero todo en él decía lo mismo: su postura, sus gestos, sus palabras, su mirada…
Entonces la mano del hombre se movió ágil hasta la de ella, los ojos de Nahir siguieron sus movimientos, terminando en sus labios. Podía notar su tacto, le causaba un cosquilleo en la mano entera, y a pesar de ello, era como si no fuesen sus dedos los que estaban rozando los labios del hombre, lo sentía, pero no podía moverse. No terminaba de saber si aquello era debido a que estaba un poco nerviosa o a la seguridad que desprendía él.
Le parecía extraño estar teniendo aquella “intimidad” con una persona que no conocía de nada. Sus palabras le hicieron volver al mundo real. Sus ojos avanzaron lentamente hasta llegar de nuevo a sus ojos. La última vez que había hecho eso, apenas unos minutos antes, la situación había terminado en un beso.
-Y-yo…- tartamudeó un poco para después carraspear un poco, intentando aclarar su voz. Movió lentamente su mano, apenas unos milímetros. Con el dedo índice tocó tímidamente el bello de su cara. Quizás al hombre le sabía a poco, pero aquello para la bruja ya era un acercamiento muy íntimo.
Entonces escuchó un ruido, como si la carpa se estuviese cay…
La bruja levantó la cabeza para ver como la carpa se caía sobre ellos. Apretó con algo de fuerza la mano del hombre, colocando el brazo que le quedaba libre sobre sus cabezas a modo de escudo. No pudo evitar cerrar los ojos.
La voz del hombre misterioso hizo que abriese los ojos de nuevo, este se encontraba en el centro de todos… ahora sus mejillas si se pusieron rojas como un tomate. Junto a ella y a Kaladar, no muy separados los unos de los otros, estaban todas las parejas, algunas incluso sin ropas.
- ¿Aburrido de mirar? – se preguntó la morena. ¿Acaso les estaban espiando? No sabía si aquello le causaba vergüenza o enfado.
Las reacciones tan dispares de la gente crearon incertidumbre en la bruja, algunas personas incluso se estaban peleando entre ellos.
Nahir bajó ambas manos, sin soltar la del hombre lobo.
-Creo que lo mejor será irse…- no merecía la pena, a su punto de vista, montar un escándalo de todo aquello, suficiente lo estaban creando los otros.
Reconoció al momento a la dragona cuando esta iba decidida hasta la zona donde se encontraba el hombre que había organizado aquello: parecía enfadada. A juzgar por como llevaba el chaleco la habían interrumpido.
Miró a Kaladar.
-¿Te…quedas?- dijo empezando a levantarse, dándose cuenta entonces de que aun iban cogidos de la mano. Se la soltó con cuidado esperando su respuesta.
Nahir
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Las caras de sorpresa, vergüenza y miedo eran como un poema, un cuadro hermoso compuesto por las hábiles manos del Virrey, quien sentado en su improvisado trono contemplando la escena con una sonrisa de satisfacción. Nadie podía saber qué había pretendido lograr con todo eso, la forma de razonar de Matt era un completo misterio, quizás el error estaba en intentar encontrarle alguna lógica.
La primera en acercarse enojada fue Reivy “Tiene sentido, era la que más había conseguido en estas rondas” pensó el estafador. Brenda se puso tensa, pensando en que tendría que defender a Owens de un ataque, pero el Virrey le apoyó una mano en el hombro para que se relajara y le dirigió una significativa mirada “Todo está bajo control” es lo que le decía.
-Mmmmm, veamos… - Fingió estar pensando seriamente la respuesta a la pregunta de Reivy – No debería ser tan difícil, todo depende de la habilidad de cada uno – Claramente Matt quería hacerla enojar, sonrió burlón, sin desviar la mirada ni un segundo – Como lo veo, yo les proporcione el ambiente ideal para que pudieran hacer lo que quieran con un mínimo esfuerzo. Bien puedo quitárselos cuando yo quiera – Bajó la voz para ponerse en igualdad con el tono de Reivy – Te estoy ofreciendo la oportunidad de poner a prueba tus habilidades –Volvió a apoyarse contra el respaldo de la silla y se cruzó de piernas de modo muy delicado – Sinceramente, me daría mucha risa si me pasara algo semejante – Y se empezó a reír sin vergüenza alguna – Jajaja ¿Qué les sucede? Tienen tan poco sentido del humor –
Luego de eso pareció olvidarse de Reivy por completo, su mirada se clavó en Nahir, la sonrisa ladina que comenzó a esbozar no auguraba nada bueno. El Virrey no podía transformarse en dragón, ni tenía colmillos, o garras, tampoco podía realizar hechizos, ni tomar la forma de un lobo… Pero sin duda sabía cómo adoptar las características de un depredador. Se puso de pie y pasó junto a la dragona, sin quitar la mirada de la Bruja ni por un instante, era como si quisiera retenerla solo con su voluntad.
-¿Te marchas tan pronto? Por favor no lo hagas, quédate conmigo – Kaladar estaba a su lado, pero lo mismo podría haber sido un jarrón o un perchero, porque Matt no pareció notarlo en lo más mínimo – No he podido quitar la mirada de tu persona desde que pusiste un pie en la tienda. Tienes unos aires exóticos que no dejan de estimular mi imaginación – Con delicadeza agarró su mano - ¿Te quedarías unos minutos más si te lo pido? – La soltó y se llevó las manos al pecho, agregó con tono de inocencia – Juro que mis intenciones no son impuras –
Sonaba convincente, y lo cierto es que sus modos transmitían confianza, no retendría a Nahir a la fuerza “Porque sé que regresarás” pensó el estafador mientras se guardaba algo en el bolsillo, disimulando el movimiento con habilidad.
Alrededor de ellos la situación se había desvirtuado por completo, las pocas parejas que se habían quedado estaban ensimismados en lo suyo, habían entrado a la tienda las muchachas de Matt, intentando pescar algunos clientes. En líneas generales, se podía decir que el Evento había finalizado, para el Virrey de modo exitoso, para los participantes quizás no tanto.
-------------------------------------------------
*Matt usa su Habilidad de Nivel 1 "Dedos ligeros": El concepto de propiedad privada es muy subjetivo, Matthew considera que las cosas le pertenecen a quien puede conservarlas. Años de hurgar en bolsillos y bolsas ajenas, sumado a su gran experiencia siendo un embustero, le dieron la capacidad de revisar en busca de objetos de valor mientras sus victimas están distraídas con alguna otra cosa.
Yo había pensado en un anillo, pero dejo que Nahir decida qué podría ser ^^ Con mucho gusto Matt te lo devolverá si vienes a pedirselo en otro tema :hearts:
Estamos en la ronda 7, así que de a poco vamos a ir cerrando el Evento
La primera en acercarse enojada fue Reivy “Tiene sentido, era la que más había conseguido en estas rondas” pensó el estafador. Brenda se puso tensa, pensando en que tendría que defender a Owens de un ataque, pero el Virrey le apoyó una mano en el hombro para que se relajara y le dirigió una significativa mirada “Todo está bajo control” es lo que le decía.
-Mmmmm, veamos… - Fingió estar pensando seriamente la respuesta a la pregunta de Reivy – No debería ser tan difícil, todo depende de la habilidad de cada uno – Claramente Matt quería hacerla enojar, sonrió burlón, sin desviar la mirada ni un segundo – Como lo veo, yo les proporcione el ambiente ideal para que pudieran hacer lo que quieran con un mínimo esfuerzo. Bien puedo quitárselos cuando yo quiera – Bajó la voz para ponerse en igualdad con el tono de Reivy – Te estoy ofreciendo la oportunidad de poner a prueba tus habilidades –Volvió a apoyarse contra el respaldo de la silla y se cruzó de piernas de modo muy delicado – Sinceramente, me daría mucha risa si me pasara algo semejante – Y se empezó a reír sin vergüenza alguna – Jajaja ¿Qué les sucede? Tienen tan poco sentido del humor –
Luego de eso pareció olvidarse de Reivy por completo, su mirada se clavó en Nahir, la sonrisa ladina que comenzó a esbozar no auguraba nada bueno. El Virrey no podía transformarse en dragón, ni tenía colmillos, o garras, tampoco podía realizar hechizos, ni tomar la forma de un lobo… Pero sin duda sabía cómo adoptar las características de un depredador. Se puso de pie y pasó junto a la dragona, sin quitar la mirada de la Bruja ni por un instante, era como si quisiera retenerla solo con su voluntad.
-¿Te marchas tan pronto? Por favor no lo hagas, quédate conmigo – Kaladar estaba a su lado, pero lo mismo podría haber sido un jarrón o un perchero, porque Matt no pareció notarlo en lo más mínimo – No he podido quitar la mirada de tu persona desde que pusiste un pie en la tienda. Tienes unos aires exóticos que no dejan de estimular mi imaginación – Con delicadeza agarró su mano - ¿Te quedarías unos minutos más si te lo pido? – La soltó y se llevó las manos al pecho, agregó con tono de inocencia – Juro que mis intenciones no son impuras –
Sonaba convincente, y lo cierto es que sus modos transmitían confianza, no retendría a Nahir a la fuerza “Porque sé que regresarás” pensó el estafador mientras se guardaba algo en el bolsillo, disimulando el movimiento con habilidad.
Alrededor de ellos la situación se había desvirtuado por completo, las pocas parejas que se habían quedado estaban ensimismados en lo suyo, habían entrado a la tienda las muchachas de Matt, intentando pescar algunos clientes. En líneas generales, se podía decir que el Evento había finalizado, para el Virrey de modo exitoso, para los participantes quizás no tanto.
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*Matt usa su Habilidad de Nivel 1 "Dedos ligeros": El concepto de propiedad privada es muy subjetivo, Matthew considera que las cosas le pertenecen a quien puede conservarlas. Años de hurgar en bolsillos y bolsas ajenas, sumado a su gran experiencia siendo un embustero, le dieron la capacidad de revisar en busca de objetos de valor mientras sus victimas están distraídas con alguna otra cosa.
Yo había pensado en un anillo, pero dejo que Nahir decida qué podría ser ^^ Con mucho gusto Matt te lo devolverá si vienes a pedirselo en otro tema :hearts:
Estamos en la ronda 7, así que de a poco vamos a ir cerrando el Evento
Matthew Owens
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Crucé los brazos y guardé silencio mientras escuchaba al hombre y se me cerraban los ojos lentamente.
-¿De qué sirve un lugar de entrenamiento si te cortan la practica en el momento más delicado? -Respiré hondo y abrí de nuevo los parpados hasta dejarlos relajados. -Porque esto de ahora no es un obstáculo es un...-Dejé la frase a medias al ver que el humano perdía el interés, seguí su mirada y levanté una ceja al ver lo que llamaba la atención del celestino. -Claro, como no. No podían haber más mujeres en la carpa, él tiene que ir a por una de las mías. -Bufé mirando a la mujer más pequeña que había visto nunca y me senté en el lugar del moreno. -¿Cómo haces para aguantarlo? tienes alguna clase de amor enfermizo, un contrato de trabajo... -La miré por un segundo con seriedad. -¿Te retiene en contra de tu voluntad?
Cerca de la silla había una copa de vino sobre una mesa, igualita a las que habían colocadas por las caídas habitaciones, recogí la copa y tras levantarla en dirección a la elfa le di un sorbo.
-Por cierto, mi nombre es Reivy. -Me presenté a la enana sonriéndole coqueta. -¿Tienes alguien que te espere fuera de esta carpa? o el jefe te monopoliza en todos los aspectos de tu vida. -Cruce las piernas y tras dar otro sorbo a la copa se la ofrecí a la mujer.
Las mujeres del burdel no tardaron en entrar a la carpa, era como si estuvieran esperando la oportunidad o como si supieran que esto pasaría, quien sabe, quizás estaba todo programado y estos encuentros no eran para otra que para entretener al dueño de la silla en la que me hallaba. Por ultimo giré la cara hacia Nahir que ahora hablaba con el celestino sin soltarle la mano al hombre que le instaba a salir de la carpa.
-¿De qué sirve un lugar de entrenamiento si te cortan la practica en el momento más delicado? -Respiré hondo y abrí de nuevo los parpados hasta dejarlos relajados. -Porque esto de ahora no es un obstáculo es un...-Dejé la frase a medias al ver que el humano perdía el interés, seguí su mirada y levanté una ceja al ver lo que llamaba la atención del celestino. -Claro, como no. No podían haber más mujeres en la carpa, él tiene que ir a por una de las mías. -Bufé mirando a la mujer más pequeña que había visto nunca y me senté en el lugar del moreno. -¿Cómo haces para aguantarlo? tienes alguna clase de amor enfermizo, un contrato de trabajo... -La miré por un segundo con seriedad. -¿Te retiene en contra de tu voluntad?
Cerca de la silla había una copa de vino sobre una mesa, igualita a las que habían colocadas por las caídas habitaciones, recogí la copa y tras levantarla en dirección a la elfa le di un sorbo.
-Por cierto, mi nombre es Reivy. -Me presenté a la enana sonriéndole coqueta. -¿Tienes alguien que te espere fuera de esta carpa? o el jefe te monopoliza en todos los aspectos de tu vida. -Cruce las piernas y tras dar otro sorbo a la copa se la ofrecí a la mujer.
Las mujeres del burdel no tardaron en entrar a la carpa, era como si estuvieran esperando la oportunidad o como si supieran que esto pasaría, quien sabe, quizás estaba todo programado y estos encuentros no eran para otra que para entretener al dueño de la silla en la que me hallaba. Por ultimo giré la cara hacia Nahir que ahora hablaba con el celestino sin soltarle la mano al hombre que le instaba a salir de la carpa.
Reivy Abadder
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Aquel hombre se dirija a ellos con rapidez y seguridad. Nahir creyó que la estaba mirando a ella, sintió un escalofrío al ver su sonrisa. La morena volvió la cabeza para ver si había alguien detrás y todo aquello era una simple equivocación, pero entonces el Virrey se plantó frente a ella.
Abrió la boca, pero no dijo nada, el hombre se adelantó de nuevo y continuó hablando. Sus siguientes palabras hicieron que las mejillas de la bruja se encendiesen. ¿Aires exóticos? Entonces tomó su mano con cuidado.
- ¿E-estimular su imaginación? – no sabía exactamente a qué se refería con aquello, pero no le sonó del todo bien.
Hizo un poco de presión con la mano para que le soltase, y así lo hizo. El cambio de voz no hizo más que agregar desconfianza a la bruja, que alzó una deja mirando al hombre a los ojos.
- Yo… creo que mejor me voy…
No recordaba haber visto aquel hombre antes, él en cambio decía que se había fijado en ella desde que había llegado. Nahir desconfió, aunque no era algo que solía hacer muchas veces. Miró a Kaladar y después a Owens.
A su alrededor apenas quedaban algunas parejas, para estas la caída de la carpa no había sido un problema. Se sorprendió al ver que entraban muchas jóvenes. Abrió mucho los ojos al darse cuenta de lo que habían ido a hacer. ¿Acaso se estaba pensando que ella era como esas chicas?
Pudo ver a la dragona sentaba en la silla junto a una mujer. Le quemaron los labios al recordar el beso, colocó una mano en ellos, como si estuviese rememorando el momento.
- Lo siento…. Yo…- dijo antes de salir casi corriendo de la zona de las carpas, dejando a los dos hobres ahí plantados
Abrió la boca, pero no dijo nada, el hombre se adelantó de nuevo y continuó hablando. Sus siguientes palabras hicieron que las mejillas de la bruja se encendiesen. ¿Aires exóticos? Entonces tomó su mano con cuidado.
- ¿E-estimular su imaginación? – no sabía exactamente a qué se refería con aquello, pero no le sonó del todo bien.
Hizo un poco de presión con la mano para que le soltase, y así lo hizo. El cambio de voz no hizo más que agregar desconfianza a la bruja, que alzó una deja mirando al hombre a los ojos.
- Yo… creo que mejor me voy…
No recordaba haber visto aquel hombre antes, él en cambio decía que se había fijado en ella desde que había llegado. Nahir desconfió, aunque no era algo que solía hacer muchas veces. Miró a Kaladar y después a Owens.
A su alrededor apenas quedaban algunas parejas, para estas la caída de la carpa no había sido un problema. Se sorprendió al ver que entraban muchas jóvenes. Abrió mucho los ojos al darse cuenta de lo que habían ido a hacer. ¿Acaso se estaba pensando que ella era como esas chicas?
Pudo ver a la dragona sentaba en la silla junto a una mujer. Le quemaron los labios al recordar el beso, colocó una mano en ellos, como si estuviese rememorando el momento.
- Lo siento…. Yo…- dijo antes de salir casi corriendo de la zona de las carpas, dejando a los dos hobres ahí plantados
Nahir
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
“Él tenía que ir a por una de las mías” había dicho Reivy, no estaba tan alejada de la realidad, aunque las intenciones de Matthew distaban mucho de ser románticas o eróticas, la seducción pasaba por otro lado para alguien tan extravagante como Owens. Aunque Nahir se hubiese desnudado allí mismo, eso no hubiese causado placer alguno al Humano, no quería su cuerpo, o tal vez sí, pero no en la forma que los demás creían.
-Me pregunto lo mismo casi a diario ¿Cómo lo soporto? – Brenda se cruzó de brazos y negó con la cabeza mientras veía los intentos de su Jefe por convencer a la joven para que no se vaya – Creo que es algo que solo entiendes cuando pasas un tiempo con él – Giro la cabeza para ver a la dragona a los ojos – Cuando estas con Matthew ningún día es aburrido – Se encogió de hombros y dejó escapar una risita culpable.
-Es una lástima – Respondió el Humano al escuchar la negativa a su solicitud – Si cambias de opinión, estaré en la segunda tienda más grande de la ciudad, pregunta por Matthew Owens, cualquiera podrá decirte dónde queda – Hizo una reverencia formal, respetando la decisión de Nahir – Te estaré esperando –
Las risas y los juegos no hacían más que comenzar, quizás los participantes se habían ido, pero el burdel jamás dormía, siempre había alguien que quisiera de sus servicios. Las muchachas de Matt sabían cómo animar un ambiente, de pronto comenzó a sonar música, las prostitutas ofrecieron tragos y bailes para hacer sentir cómodos a quienes habían decidido quedarse.
-Brenda – Respondió la enana – Y tengo una cita con una montaña de papeles, este tipo de eventos son un verdadero dolor de cabeza para quienes estamos a cargo de la organización – Suspiró – Un placer conocerte, Reivy –
-Estoy casi seguro que esa es mi silla – Dijo Matt mientras se acercaba, continuaba sonriendo con amabilidad, aparentemente no le había preocupado el rechazo – Si te apuras quizás llegues a alcanzar a alguna de tus liebres, cazadora – Le quitó la copa que le había ofrecido a Brenda – Ta ta – Hizo un gesto con la mano como para despacharla, sosteniendo la bebida con la otra en una pose muy delicada.
En líneas generales Matthew estaba satisfecho con los resultados, eso significaba que tenia buen humor. Aunque, conociéndolo, probablemente no duraría demasiado, su principal enemigo “el aburrimiento” regresaría rápidamente.
-----------------------------------------------------
-Agradezco mucho a quienes participaron de este tema ^^ Espero que volvamos a rolear juntos!
-Me pregunto lo mismo casi a diario ¿Cómo lo soporto? – Brenda se cruzó de brazos y negó con la cabeza mientras veía los intentos de su Jefe por convencer a la joven para que no se vaya – Creo que es algo que solo entiendes cuando pasas un tiempo con él – Giro la cabeza para ver a la dragona a los ojos – Cuando estas con Matthew ningún día es aburrido – Se encogió de hombros y dejó escapar una risita culpable.
-Es una lástima – Respondió el Humano al escuchar la negativa a su solicitud – Si cambias de opinión, estaré en la segunda tienda más grande de la ciudad, pregunta por Matthew Owens, cualquiera podrá decirte dónde queda – Hizo una reverencia formal, respetando la decisión de Nahir – Te estaré esperando –
Las risas y los juegos no hacían más que comenzar, quizás los participantes se habían ido, pero el burdel jamás dormía, siempre había alguien que quisiera de sus servicios. Las muchachas de Matt sabían cómo animar un ambiente, de pronto comenzó a sonar música, las prostitutas ofrecieron tragos y bailes para hacer sentir cómodos a quienes habían decidido quedarse.
-Brenda – Respondió la enana – Y tengo una cita con una montaña de papeles, este tipo de eventos son un verdadero dolor de cabeza para quienes estamos a cargo de la organización – Suspiró – Un placer conocerte, Reivy –
-Estoy casi seguro que esa es mi silla – Dijo Matt mientras se acercaba, continuaba sonriendo con amabilidad, aparentemente no le había preocupado el rechazo – Si te apuras quizás llegues a alcanzar a alguna de tus liebres, cazadora – Le quitó la copa que le había ofrecido a Brenda – Ta ta – Hizo un gesto con la mano como para despacharla, sosteniendo la bebida con la otra en una pose muy delicada.
En líneas generales Matthew estaba satisfecho con los resultados, eso significaba que tenia buen humor. Aunque, conociéndolo, probablemente no duraría demasiado, su principal enemigo “el aburrimiento” regresaría rápidamente.
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-Agradezco mucho a quienes participaron de este tema ^^ Espero que volvamos a rolear juntos!
Matthew Owens
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
-Un gusto, Brenda. -Levanté la copa en señal de saludo. -El deber por delante de todo, ¿No?
Una lástima la verdad, me habría encantado conocer a la mujer... más a fondo, pero quien sabe, esa montaña de papeles algún día se acabaría.
Dejé a un lado mis pensamientos cuando el organizador del evento decidió que era buen momento para hablarme de nuevo.
-Y yo estoy casi segura de que acabas de cortarme la conversación... otra vez. -Descruce las piernas y me puse en pie cuando el humano me sacó la copa de la mano. -Si cambias de opinión, -Comentaba mirando a Brenda. -estaré todavía unos días por la ciudad. -Estire de nuevo el chaleco y le guiñé el ojo a la mujer. -Búscame en la tienda de Oromë si te apetece distraerte un rato de tus papeles.
Miré en la dirección en la que se encontraba Irinnil, la muchacha se había colocado de nuevo el vestido y me esperaba junto al sillón moviendo mi camisa de un lado a otro, enredándola sobre su mano.
-Parece que la fiesta se ha terminado. -Comenté juguetona al llegar junto a la elfa. -¿Qué te parece si empezamos una nueva en otra parte? -Sonreí coqueta para, seguidamente, robarle un beso y pasar mi brazo por su cintura. -Conozco un sitio que te encantara, un pequeño lago no muy lejos de aquí.
Una lástima la verdad, me habría encantado conocer a la mujer... más a fondo, pero quien sabe, esa montaña de papeles algún día se acabaría.
Dejé a un lado mis pensamientos cuando el organizador del evento decidió que era buen momento para hablarme de nuevo.
-Y yo estoy casi segura de que acabas de cortarme la conversación... otra vez. -Descruce las piernas y me puse en pie cuando el humano me sacó la copa de la mano. -Si cambias de opinión, -Comentaba mirando a Brenda. -estaré todavía unos días por la ciudad. -Estire de nuevo el chaleco y le guiñé el ojo a la mujer. -Búscame en la tienda de Oromë si te apetece distraerte un rato de tus papeles.
Miré en la dirección en la que se encontraba Irinnil, la muchacha se había colocado de nuevo el vestido y me esperaba junto al sillón moviendo mi camisa de un lado a otro, enredándola sobre su mano.
-Parece que la fiesta se ha terminado. -Comenté juguetona al llegar junto a la elfa. -¿Qué te parece si empezamos una nueva en otra parte? -Sonreí coqueta para, seguidamente, robarle un beso y pasar mi brazo por su cintura. -Conozco un sitio que te encantara, un pequeño lago no muy lejos de aquí.
Reivy Abadder
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Re: Cada Oveja con su pareja [Libre] [5/5] [Cerrado]
Las palabras del hombre se repetían en bucle en su cabeza. “Pregunta por Matthew Owens, cualquiera podrá decirte dónde queda. Te estaré esperando”. Caminaba sin saber muy bien a sonde se dirigía. Giró una de las calles antes de parar en seco, ya había pasado por aquella tienda, ¿no? La verdad es que se le hacía un poco difícil orientarse en aquella cuidad de extraña arquitectura.
“Te estaré esperando” Que pretencioso, pensó la bruja esbozando una sonrisa. No pensaba volver ahí, aunque volviese a ver una carpa de citas. Pensar en aquello la hizo ruborizarse al recordar de nuevo el beso con la dragona. Sintió un ligero cosquilleo en el estómago.
Encontró en una taberna a comer algo y preguntar cómo salir de aquella ciudad. Se sentó en la barra, tampoco pensaba quedarse mucho tiempo ahí.
Se llevó la mano al bolso para pagar cuando abrió mucho los ojos. Colocó el bolso encima de la barra y empezó a rebuscar en él.
- Ahora no me vengas con el rollo de que no tienes aeros… - le dijo el tabernero con voz ronca, mirándola de reojo mientras colocaba unas jaras en la estantería de la pared.
- No… no es eso… - la bruja frunció el ceño, no podía haberlo perdido. Alzó la mirada de su bolso para mirar al hombre, este no le quitaba ojo, desconfiado, así que le pagó antes de que le dijese nada más. –Disculpe…- el hombre se volvió nuevamente hacía ella, con desgana.
- ¿Quiere algo más la señorita?
- No. Bueno sí. He perdido una cosa y…
- No, aquí no hemos encontrado nada.
- Creo que ha sido en la carpa de…
- ¿En la carpa? ¿La de la plaza? Pregunta por Matthew Owens entonces. Aquí no podemos ayudarte más.
Nahir agradeció la ayuda y salió de nuevo a la calle. No se lo podía creer, aquel hombre tenía razón, iba a tener que volver a verlo. Entrecerró los ojos imaginando su sonrisa.
“Te estaré esperando” Que pretencioso, pensó la bruja esbozando una sonrisa. No pensaba volver ahí, aunque volviese a ver una carpa de citas. Pensar en aquello la hizo ruborizarse al recordar de nuevo el beso con la dragona. Sintió un ligero cosquilleo en el estómago.
Encontró en una taberna a comer algo y preguntar cómo salir de aquella ciudad. Se sentó en la barra, tampoco pensaba quedarse mucho tiempo ahí.
Se llevó la mano al bolso para pagar cuando abrió mucho los ojos. Colocó el bolso encima de la barra y empezó a rebuscar en él.
- Ahora no me vengas con el rollo de que no tienes aeros… - le dijo el tabernero con voz ronca, mirándola de reojo mientras colocaba unas jaras en la estantería de la pared.
- No… no es eso… - la bruja frunció el ceño, no podía haberlo perdido. Alzó la mirada de su bolso para mirar al hombre, este no le quitaba ojo, desconfiado, así que le pagó antes de que le dijese nada más. –Disculpe…- el hombre se volvió nuevamente hacía ella, con desgana.
- ¿Quiere algo más la señorita?
- No. Bueno sí. He perdido una cosa y…
- No, aquí no hemos encontrado nada.
- Creo que ha sido en la carpa de…
- ¿En la carpa? ¿La de la plaza? Pregunta por Matthew Owens entonces. Aquí no podemos ayudarte más.
Nahir agradeció la ayuda y salió de nuevo a la calle. No se lo podía creer, aquel hombre tenía razón, iba a tener que volver a verlo. Entrecerró los ojos imaginando su sonrisa.
Nahir
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