[Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
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[Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
Llevaban horas caminando entre los bosques espesos. Pero cada vez estaban más cerca del foco de corrupción que amenazaba el bosque. – Qué curioso. En esta parte del bosque no crecen plantas. Los árboles están deshojados y las raíces están cubiertas de espinas. – se fijó la alta encantadora que, además, observó como algunas de ellas se movían. – Es curioso, cuanto menos. ¿Será esto lo que está dañando el bosque? – preguntó la Alta Encantadora. – Seguid buscando información, pero no os separéis. Si veis algo, avisadme. Tú, Chimar, no te separes de Níniel. – pidió en su costumbre de mandar.
En plena investigación, un estruendoso sonido parecía venir de lo más profundo del bosque. Como si del fin del mundo se tratase, una inmensa ráfaga de nieve llegó arrasando todo el bosque. Congelando y cubriéndolo todo de nieve. Lucy se interpuso en el grupo y alertó a sus compañeros. - ¡A cubierto! – gritó colocándose a la cabeza del grupo y levantando una semiesfera de fuego segura para evitar que se cubrieran.
La ventisca de nieve apenas duró cinco segundos. Y con su último golpe de fuerza se escuchó el último aliento de una voz joven muriendo.
Lucy ya sabía lo que significaba. De quién era esa voz.
-No… ¿Creéis que es de…? - sollozó – Ay… Abbey… No, Abbey… ¿Por qué…?
La alta encantadora mostró una faceta hasta ahora totalmente desconocida para el resto de sus compañeros de la logia. Una en la que dejaba su desbordante personalidad para mostrar quizás una versión mucho más humana de sí misma. Lucy comenzó a llorar de una manera que era imposible de consolar. Habían estudiado juntas desde sus inicios en el Hekshold, y desde que llegaron a la Logia ambas ascendían mediante misiones en las que siempre se ayudaban la una a la otra. Como uña y carne. Como dos hermanas.
Y ahora, Abbey ya no estaba.
-No puedo… Níniel… Ay, Níniel, usa el brazalete, por favor. – suplicó de rodillas, tomando el brazo de la encantadora. Se aferraba al último hilo de esperanza que le quedaba para volver a ver a “su hermanita”, el brazalete de Anar. Como si estuviera rogándoselo a un desconocido.
El otrora brazalete había pertenecido a la difunta excentinela Tyrande Nemaniel. Sin embargo, Níniel necesitaba estar próxima al cuerpo de la alta encantadora. Y eso nunca ocurriría ya que se había desintegrado en millones de cachos. Y Lucy era muy consciente de ello, pero su cabeza había sido superada por la desesperación de su corazón.
Entre los densos árboles, irrumpía una joven elfa que parecía sacada de un libro. De tez blanca como la nieve que pisaban, de melena castaña y lisa, pero con seriedad. Aparecía cubierta por una armadura ligera y un arco que usaba como arma. Llevaba la estampa de los Nemaniel, los famosos Guardias Forestales, por lo que no sería de extrañar que también supiera usar la magia de luz. Lucía a lomos de un esbelto y enorme Tigre, blanco como la nieve a sus pies, que se movía sereno y elegante, retumbando en el suelo con sus pisadas. Que alguien pudiera montar tan exótica criatura ya denotaba su importancia.
Pareció centrarse en Níniel. Ya que Lucy estaba en su propio mundo, asumiendo la pérdida de Frost.
-Namarië, compañeros. – saludó seria la elfa con una expresión común. Y puso su tigre delante del grupo, marcando su territorio. El animal parecía fijarse en el niño Chimar. Aunque sólo con la intención de jugar. Sus dientes eran mayores que la cabeza del chico. Eleatril le dio un golpe para regañarlo y acto seguido clavó una mirada en Níniel. – Veo que portas el brazalete de mi madre. Los leónicos me lo dijeron. Eres Níniel, del clan Thenidiel. – inquirió la elfa con el gesto ligeramente torcido. A pesar de que aceptaba que Níniel llevara el brazalete, no parecía completamente de acuerdo con ello. La joven se remangó las mangas de la chaqueta y mostró los grabados en su piel. Los mismos que Níniel llevaba grabados en el brazalete de Anar. Pertenecían al clan Nemaniel. – Y tú debes de ser Al'theas. El “caballero esmeralda”. – replicó irónica poniendo los ojos en blanco mientras hacía un gesto con sus dedos índice y medio simulando unas comillas. A los Nemaniel siempre le había hecho mucha gracia aquel grupito de elfos que decían ser grandes caballeros. - ¿Habéis tenido algo que ver con esta repentina nevada?
Ella no dijo su nombre. Pero era de sobra conocida para cualquiera que hubiese vivido su infancia en el bosque de Sandorái. Y es que los Nemaniel eran uno de los clanes con menor número de miembros, pero entre los tres más influyentes por su valentía y servicio al bosque.
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Pero Eleatril no estaba de buen humor. Sus malos modales no hacían sino enfurecer a una Lucy Fireheart abatida por la muerte de su amiga del alma. A Eleatril no parecía importarle la pérdida de un ser querido. A fin de cuentas, ella era la última de su estirpe. Tyrande ya era suficientemente prepotente, y la hija, no era menos.
No tardaría en reprochar a Níniel y a Al'theas su repentina desaparición.
-Sois la vergüenza de los elfos. – insultó. – El bosque está enfermo y aparecéis aquí de incógnito, sin avisar, colándoos en el bosque como meros intrusos de la logia de Dundarak, y no en representación de vuestros clanes. – reprochó. - ¿Saben en Veyond que ni siquiera habéis tenido un amago de evitar la evidente invasión que vuestro nuevo rey dragón al que servís está haciendo en el bosque en el que nacisteis y os criasteis? – dijo con especial énfasis en hacerles sentir mal.
Pronto daría comienzo una tensa discusión entre los elfos y Eleatril que Lucy no tardaría en cortar por la vía rápida.
-¡Ya está bien! – bramó la alta encantadora en medio de toda la discusión. Encendiendo su pelo y convirtiéndolo literalmente en llamas. Ya tenía una bola de fuego en ésta. Toda la nieve a su alrededor no tardaría en sublimar. – Escúchame bien, niñata del bosque, porque no te lo voy a repetir. – Eleatril cerró la boca al instante. – Hoy he perdido a mi hermana. Como vuelvas a gritar a uno de mis amigos… … … - aguantó la respiración. - … No lo hagas.
Tras el estruendo de Lucy y el calentamiento global en la zona, el suelo comenzó a temblar. Eleatril se llevó su tomó su tiempo en responder, mirando a todos lados. Incómoda. Incluso su mascota se sintió cohibida por la furia con la que Fireheart se gastaba. Y es que si bien la encantadora de fuego solía ser más agradable que Abbey, cuando se enfadaba, podía ser mucho peor.
-Creo que acabas de despertar a Ellarraíz. Así llamamos al hada del bosque que Frendel y Querostraza han corrompido.
-¿Un hada del bosque? ¿Está Querostraza aquí? - preguntó Lucy sorprendida.
-Sí. Lleva tiempo corrompiendo a la gente. Y Ellarraíz es la razón por la que estoy aquí. – dijo, espoleando a su tigre para moverse. – ¡Intentad no acercaros a los árboles! – Una raíz apareció del suelo y enganchó la pata del animal, pero un rápido flechazo de luz en la raíz liberó la extremidad de Ash'alá. Eleatril tomó a Chimar, al que veía más indefenso y estaba cerca, y lo aupó al lomo del animal. El cual espoleó. - ¡Jiá! ¡Vamos, Ash'alá!
Níniel, Al'theas y Chimar. Este es un turno introductorio para poneros al día con lo que ocurre. Si no habéis leído Raíz de Atrio ni Helados en buena compañía, os lo resumo: Abbey Frost y Zöe se sacrificaron para detener un portal a manos de un jinete oscuro en el templo de Anar, y el rey Rigobert se moviliza hacia allí destruyendo árboles a su paso, como de costumbre. Vincent y Mefisto van a dialogar con él, y Reivy y Bio a por un objeto que puede salvar el árbol. Vosotros estáis lejos, y desconocéis estos hechos, pero sí que advertís la muerte de Abbey que ha provocado la congelación parcial de esta parte del bosque.
En el segundo turno os enfrentaréis a Ellarraíz. Uno de los corruptores de Sandorái más poderosos después de Querostraza. Acabar con los corruptores es muy importante pues recordad que en este "juego" no hay únicamente el bando de los buenos y los malos: Los héroes y los jinetes. Existe también un tercer bando: El del Aquelarre.E incluso "un cuarto" que ya ha aparecido en algún tema y del que no parecéis ni sospechar.
El orden de posteo es Al'theas, Níniel y Chimar (elfos de menor a mayor nivel y el niño).
Al'theas y Níniel: Antes de la batalla, tendréis que convencer a Eleatril Nemaniel de que sois dignos de volver al bosque. No le ha gustado nada que estéis de parte de la logia y no de los elfos. Si habéis vivido en el bosque, podéis conocer a la Guardia Forestal y dar detalles de vuestra relación con la misma, que puede ser de amistad o rivalidad, a vuestro gusto. También podéis manejar a vuestros acompañantes o a Lucy Fireheart para dar las explicaciones. Está muy enfurecida. Pensad bien en las posibles consecuencias de cada cosa y aplicad la psicología si lo veis necesario. En este evento estoy tratando de dar más influencia a las decisiones que a las runas.
Chimar: Eres el único niño, así que te pongo a jugar con el gatito. En combate tendrás el control de Eleatril Nemaniel y de Ash'alá. A ver qué maquiaveladas se te ocurren. Puedes ir preparando cosas de las tuyas para lo que se viene.
En plena investigación, un estruendoso sonido parecía venir de lo más profundo del bosque. Como si del fin del mundo se tratase, una inmensa ráfaga de nieve llegó arrasando todo el bosque. Congelando y cubriéndolo todo de nieve. Lucy se interpuso en el grupo y alertó a sus compañeros. - ¡A cubierto! – gritó colocándose a la cabeza del grupo y levantando una semiesfera de fuego segura para evitar que se cubrieran.
La ventisca de nieve apenas duró cinco segundos. Y con su último golpe de fuerza se escuchó el último aliento de una voz joven muriendo.
Lucy ya sabía lo que significaba. De quién era esa voz.
-No… ¿Creéis que es de…? - sollozó – Ay… Abbey… No, Abbey… ¿Por qué…?
La alta encantadora mostró una faceta hasta ahora totalmente desconocida para el resto de sus compañeros de la logia. Una en la que dejaba su desbordante personalidad para mostrar quizás una versión mucho más humana de sí misma. Lucy comenzó a llorar de una manera que era imposible de consolar. Habían estudiado juntas desde sus inicios en el Hekshold, y desde que llegaron a la Logia ambas ascendían mediante misiones en las que siempre se ayudaban la una a la otra. Como uña y carne. Como dos hermanas.
Y ahora, Abbey ya no estaba.
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Así ha quedado la parte occidental del bosque de Sandorái tras la muerte de Abbey Frost.
-No puedo… Níniel… Ay, Níniel, usa el brazalete, por favor. – suplicó de rodillas, tomando el brazo de la encantadora. Se aferraba al último hilo de esperanza que le quedaba para volver a ver a “su hermanita”, el brazalete de Anar. Como si estuviera rogándoselo a un desconocido.
El otrora brazalete había pertenecido a la difunta excentinela Tyrande Nemaniel. Sin embargo, Níniel necesitaba estar próxima al cuerpo de la alta encantadora. Y eso nunca ocurriría ya que se había desintegrado en millones de cachos. Y Lucy era muy consciente de ello, pero su cabeza había sido superada por la desesperación de su corazón.
Entre los densos árboles, irrumpía una joven elfa que parecía sacada de un libro. De tez blanca como la nieve que pisaban, de melena castaña y lisa, pero con seriedad. Aparecía cubierta por una armadura ligera y un arco que usaba como arma. Llevaba la estampa de los Nemaniel, los famosos Guardias Forestales, por lo que no sería de extrañar que también supiera usar la magia de luz. Lucía a lomos de un esbelto y enorme Tigre, blanco como la nieve a sus pies, que se movía sereno y elegante, retumbando en el suelo con sus pisadas. Que alguien pudiera montar tan exótica criatura ya denotaba su importancia.
Pareció centrarse en Níniel. Ya que Lucy estaba en su propio mundo, asumiendo la pérdida de Frost.
-Namarië, compañeros. – saludó seria la elfa con una expresión común. Y puso su tigre delante del grupo, marcando su territorio. El animal parecía fijarse en el niño Chimar. Aunque sólo con la intención de jugar. Sus dientes eran mayores que la cabeza del chico. Eleatril le dio un golpe para regañarlo y acto seguido clavó una mirada en Níniel. – Veo que portas el brazalete de mi madre. Los leónicos me lo dijeron. Eres Níniel, del clan Thenidiel. – inquirió la elfa con el gesto ligeramente torcido. A pesar de que aceptaba que Níniel llevara el brazalete, no parecía completamente de acuerdo con ello. La joven se remangó las mangas de la chaqueta y mostró los grabados en su piel. Los mismos que Níniel llevaba grabados en el brazalete de Anar. Pertenecían al clan Nemaniel. – Y tú debes de ser Al'theas. El “caballero esmeralda”. – replicó irónica poniendo los ojos en blanco mientras hacía un gesto con sus dedos índice y medio simulando unas comillas. A los Nemaniel siempre le había hecho mucha gracia aquel grupito de elfos que decían ser grandes caballeros. - ¿Habéis tenido algo que ver con esta repentina nevada?
Ella no dijo su nombre. Pero era de sobra conocida para cualquiera que hubiese vivido su infancia en el bosque de Sandorái. Y es que los Nemaniel eran uno de los clanes con menor número de miembros, pero entre los tres más influyentes por su valentía y servicio al bosque.
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Eleatril Nemaniel, guardiana forestal de Sandorái e hija de la difunta excentinela Tyrande Nemaniel.
Pero Eleatril no estaba de buen humor. Sus malos modales no hacían sino enfurecer a una Lucy Fireheart abatida por la muerte de su amiga del alma. A Eleatril no parecía importarle la pérdida de un ser querido. A fin de cuentas, ella era la última de su estirpe. Tyrande ya era suficientemente prepotente, y la hija, no era menos.
No tardaría en reprochar a Níniel y a Al'theas su repentina desaparición.
-Sois la vergüenza de los elfos. – insultó. – El bosque está enfermo y aparecéis aquí de incógnito, sin avisar, colándoos en el bosque como meros intrusos de la logia de Dundarak, y no en representación de vuestros clanes. – reprochó. - ¿Saben en Veyond que ni siquiera habéis tenido un amago de evitar la evidente invasión que vuestro nuevo rey dragón al que servís está haciendo en el bosque en el que nacisteis y os criasteis? – dijo con especial énfasis en hacerles sentir mal.
Pronto daría comienzo una tensa discusión entre los elfos y Eleatril que Lucy no tardaría en cortar por la vía rápida.
-¡Ya está bien! – bramó la alta encantadora en medio de toda la discusión. Encendiendo su pelo y convirtiéndolo literalmente en llamas. Ya tenía una bola de fuego en ésta. Toda la nieve a su alrededor no tardaría en sublimar. – Escúchame bien, niñata del bosque, porque no te lo voy a repetir. – Eleatril cerró la boca al instante. – Hoy he perdido a mi hermana. Como vuelvas a gritar a uno de mis amigos… … … - aguantó la respiración. - … No lo hagas.
Tras el estruendo de Lucy y el calentamiento global en la zona, el suelo comenzó a temblar. Eleatril se llevó su tomó su tiempo en responder, mirando a todos lados. Incómoda. Incluso su mascota se sintió cohibida por la furia con la que Fireheart se gastaba. Y es que si bien la encantadora de fuego solía ser más agradable que Abbey, cuando se enfadaba, podía ser mucho peor.
-Creo que acabas de despertar a Ellarraíz. Así llamamos al hada del bosque que Frendel y Querostraza han corrompido.
-¿Un hada del bosque? ¿Está Querostraza aquí? - preguntó Lucy sorprendida.
-Sí. Lleva tiempo corrompiendo a la gente. Y Ellarraíz es la razón por la que estoy aquí. – dijo, espoleando a su tigre para moverse. – ¡Intentad no acercaros a los árboles! – Una raíz apareció del suelo y enganchó la pata del animal, pero un rápido flechazo de luz en la raíz liberó la extremidad de Ash'alá. Eleatril tomó a Chimar, al que veía más indefenso y estaba cerca, y lo aupó al lomo del animal. El cual espoleó. - ¡Jiá! ¡Vamos, Ash'alá!
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Ash'alá, el inseparable amigo de Eleatril Nemaniel.
* * * * * * * * * * *
Níniel, Al'theas y Chimar. Este es un turno introductorio para poneros al día con lo que ocurre. Si no habéis leído Raíz de Atrio ni Helados en buena compañía, os lo resumo: Abbey Frost y Zöe se sacrificaron para detener un portal a manos de un jinete oscuro en el templo de Anar, y el rey Rigobert se moviliza hacia allí destruyendo árboles a su paso, como de costumbre. Vincent y Mefisto van a dialogar con él, y Reivy y Bio a por un objeto que puede salvar el árbol. Vosotros estáis lejos, y desconocéis estos hechos, pero sí que advertís la muerte de Abbey que ha provocado la congelación parcial de esta parte del bosque.
En el segundo turno os enfrentaréis a Ellarraíz. Uno de los corruptores de Sandorái más poderosos después de Querostraza. Acabar con los corruptores es muy importante pues recordad que en este "juego" no hay únicamente el bando de los buenos y los malos: Los héroes y los jinetes. Existe también un tercer bando: El del Aquelarre.
El orden de posteo es Al'theas, Níniel y Chimar (elfos de menor a mayor nivel y el niño).
Al'theas y Níniel: Antes de la batalla, tendréis que convencer a Eleatril Nemaniel de que sois dignos de volver al bosque. No le ha gustado nada que estéis de parte de la logia y no de los elfos. Si habéis vivido en el bosque, podéis conocer a la Guardia Forestal y dar detalles de vuestra relación con la misma, que puede ser de amistad o rivalidad, a vuestro gusto. También podéis manejar a vuestros acompañantes o a Lucy Fireheart para dar las explicaciones. Está muy enfurecida. Pensad bien en las posibles consecuencias de cada cosa y aplicad la psicología si lo veis necesario. En este evento estoy tratando de dar más influencia a las decisiones que a las runas.
Chimar: Eres el único niño, así que te pongo a jugar con el gatito. En combate tendrás el control de Eleatril Nemaniel y de Ash'alá. A ver qué maquiaveladas se te ocurren. Puedes ir preparando cosas de las tuyas para lo que se viene.
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
Tras la reunión en la que se decidieron los grupos y sus objetivos, Al'theas, Níniel y Chimar se juntaron con el objetivo de averiguar que estaba causando la corrupción. Un elfo... una elfa y un niño... como si se tratara de una familia feliz dando un paseo por un bosque enfermo quien sabe con que peligros ocultos y elfos radicales al asecho.... ¿Que podría salir mal? por suerte estarían junto a ellos la veterana Lucy Fireheart, que junto a la alta encantadora Níniel y al caballero Al'theas deberían ofrecer una buena defensa en cualquier circunstancia peligrosa.
Durante su viaje, no tardarían en ver los primeros signos de corrupción del bosque, donde Lucy señalo la falta de humedad que provocaba el morir de las plantas, o la aparición de extrañas enredaderas espinosas que parecían tener vida propia.
-Sea lo que sea... no parece tener un origen natural...- Acertó a decir el elfo, justo antes de que una fuerte ola helada sacudiera los bosques tendiéndolos de blanco tras una explosión de escarcha... y un lamento moribundo arrastrado por el viento.
Por suerte, Lucy había demostrado ser de reflejos rápidos y cubrió al grupo de la onda expansiva helada gracias a sus habilidades arcanas sobre el elemento fuego, procurándoles una barreras ígnea tras la que protegerse.
-¿Que se supone que ha sido eso?... ¿algún tipo de fenómeno climático?...- Pregunto el caballero, tan sorprendido como los demás, pero el rostro descompuesto de Lucy denotaba que ya se temía lo peor...
La propia Lucy confirmo la muerte Abbey Frost, otra de las altas encantadoras de la Logia, que por algún motivo que para Al'thes le era desconocido la propia Lucy podía sentir la existencia de la difunta Abbey, y esta había desaparecido con la misma facilidad con la que la escarcha que les rodeaba había aparecido de repente, ¿que había sucedido y que le había pasado? era un misterio, pero aparentemente su muerte fue lo que provoco aquella explosión de escarcha, quizás como resultado de una batalla en la que sus energías arcanas especializadas en el hielo fueron liberadas violentamente en el momento de su muerte.
El caballero esmeralda se quedo mirando con impotencia, sin saber que decir ante la abrupta perdida de una compañera de la Logia, mientras una suplicante Lucy trataba de negar la realidad, tan abatida como nunca antes se la había visto.
En esos momentos hizo acto de presencia de entre los arboles, una elfa, que montaba un imponente tigre, y que parecía conocer a los dos elfos presentes bastante bien, señalando que el brazalete que portaba Níniel había pertenecido a su difunta madre, Tyrande Nemaniel, lo cual significaba que ella debía de ser su hija, Eleatril Nemaniel, guardiana forestal de Sandorái.
Al'theas se mantuvo impasible frente a las palabras con las que subestimaba su profesión como Caballero esmeralda, antaño cuando era un niño, su difunto abuelo y veterano de guerra, Thronduil Tinarandel, le contaba algunas historias sobre Tyrande, y siempre la tuvo como un personaje histórico a respetar, sin embargo ahora frente a su hija... no parecía haber heredado sus buenos modos, quizás porque aun debía alcanzar la edad de su madre y madurar, o bien por su falta de templanza ante los sentimientos de ira que parecían estar aflorando de ella.
No obstante, el caballero esmeralda no se dejaría llevar por las provocaciones, y menos aun junto a una Lucy que no se encontraba en su mejor momento, no era el momento de riñas infantiles fueran cuales fueran los motivos.
-No... no hemos sido nosotros quienes han provocado esto- Aquello era técnicamente verdad -Pero sea lo que haya sido... ha segado la vida de uno de los nuestros- Dijo apesadumbrado.
-Sabemos que el bosque esta enfermo, a una escala que aparentemente sobrepasa incluso los territorios elficos, incluso mi familia, los Tinarandel, en mi hogar, están teniendo problemas con fauna que se han tornado en monstruos.... entre otras cosas por poner un ejemplo personal. Pero por lo que a mi respecta... no estoy aquí solo por eso, ni yo ni los demás, estamos aquí porque esto no es un problema solo de elfos, nos afecta a todos, que formemos parte de la Logia no significa que el hecho de que nuestro hogar ancestral corra peligro nos afecte menos, por lo que... respondiendo a tus palabras... por eso estamos aquí- Hizo una pausa antes de seguir observando con atención la corrupción del ambiente presente -Somos elfos... no necesitamos venir a nuestro propio hogar a escondidas... pero... nuestro hogar se ha tornado hostil, y toda precaución es poca... - Observo luego a Lucy, que justo en ese momento despertó de su estupor, encolerizada con fuego en las venas, intimidando a la centinela y con ello bajándole aparentemente los humos.
-Dar con los clanes elficos mas viejos no esta resultando ser fácil... debemos cooperar todos, incluso aunque eso signifique tratar con el actual rey de Dundarak... porque de lo contrario... no habrá una Sandorai que salvar...- Dijo para finalizar con su discurso, con esperanza de que la centinela entrara en razón.
Justo en ese momento, el suelo comenzó a temblar, y las raíces espinazos comenzaron a tornarse violentas con vida propia. Eleatril advirtió que se trataba de Ellarraíz, otra de las muchas victimas de la corrupción que se estaba aproximando hacia ellos...
Durante su viaje, no tardarían en ver los primeros signos de corrupción del bosque, donde Lucy señalo la falta de humedad que provocaba el morir de las plantas, o la aparición de extrañas enredaderas espinosas que parecían tener vida propia.
-Sea lo que sea... no parece tener un origen natural...- Acertó a decir el elfo, justo antes de que una fuerte ola helada sacudiera los bosques tendiéndolos de blanco tras una explosión de escarcha... y un lamento moribundo arrastrado por el viento.
Por suerte, Lucy había demostrado ser de reflejos rápidos y cubrió al grupo de la onda expansiva helada gracias a sus habilidades arcanas sobre el elemento fuego, procurándoles una barreras ígnea tras la que protegerse.
-¿Que se supone que ha sido eso?... ¿algún tipo de fenómeno climático?...- Pregunto el caballero, tan sorprendido como los demás, pero el rostro descompuesto de Lucy denotaba que ya se temía lo peor...
La propia Lucy confirmo la muerte Abbey Frost, otra de las altas encantadoras de la Logia, que por algún motivo que para Al'thes le era desconocido la propia Lucy podía sentir la existencia de la difunta Abbey, y esta había desaparecido con la misma facilidad con la que la escarcha que les rodeaba había aparecido de repente, ¿que había sucedido y que le había pasado? era un misterio, pero aparentemente su muerte fue lo que provoco aquella explosión de escarcha, quizás como resultado de una batalla en la que sus energías arcanas especializadas en el hielo fueron liberadas violentamente en el momento de su muerte.
El caballero esmeralda se quedo mirando con impotencia, sin saber que decir ante la abrupta perdida de una compañera de la Logia, mientras una suplicante Lucy trataba de negar la realidad, tan abatida como nunca antes se la había visto.
En esos momentos hizo acto de presencia de entre los arboles, una elfa, que montaba un imponente tigre, y que parecía conocer a los dos elfos presentes bastante bien, señalando que el brazalete que portaba Níniel había pertenecido a su difunta madre, Tyrande Nemaniel, lo cual significaba que ella debía de ser su hija, Eleatril Nemaniel, guardiana forestal de Sandorái.
Al'theas se mantuvo impasible frente a las palabras con las que subestimaba su profesión como Caballero esmeralda, antaño cuando era un niño, su difunto abuelo y veterano de guerra, Thronduil Tinarandel, le contaba algunas historias sobre Tyrande, y siempre la tuvo como un personaje histórico a respetar, sin embargo ahora frente a su hija... no parecía haber heredado sus buenos modos, quizás porque aun debía alcanzar la edad de su madre y madurar, o bien por su falta de templanza ante los sentimientos de ira que parecían estar aflorando de ella.
No obstante, el caballero esmeralda no se dejaría llevar por las provocaciones, y menos aun junto a una Lucy que no se encontraba en su mejor momento, no era el momento de riñas infantiles fueran cuales fueran los motivos.
-No... no hemos sido nosotros quienes han provocado esto- Aquello era técnicamente verdad -Pero sea lo que haya sido... ha segado la vida de uno de los nuestros- Dijo apesadumbrado.
-Sabemos que el bosque esta enfermo, a una escala que aparentemente sobrepasa incluso los territorios elficos, incluso mi familia, los Tinarandel, en mi hogar, están teniendo problemas con fauna que se han tornado en monstruos.... entre otras cosas por poner un ejemplo personal. Pero por lo que a mi respecta... no estoy aquí solo por eso, ni yo ni los demás, estamos aquí porque esto no es un problema solo de elfos, nos afecta a todos, que formemos parte de la Logia no significa que el hecho de que nuestro hogar ancestral corra peligro nos afecte menos, por lo que... respondiendo a tus palabras... por eso estamos aquí- Hizo una pausa antes de seguir observando con atención la corrupción del ambiente presente -Somos elfos... no necesitamos venir a nuestro propio hogar a escondidas... pero... nuestro hogar se ha tornado hostil, y toda precaución es poca... - Observo luego a Lucy, que justo en ese momento despertó de su estupor, encolerizada con fuego en las venas, intimidando a la centinela y con ello bajándole aparentemente los humos.
-Dar con los clanes elficos mas viejos no esta resultando ser fácil... debemos cooperar todos, incluso aunque eso signifique tratar con el actual rey de Dundarak... porque de lo contrario... no habrá una Sandorai que salvar...- Dijo para finalizar con su discurso, con esperanza de que la centinela entrara en razón.
Justo en ese momento, el suelo comenzó a temblar, y las raíces espinazos comenzaron a tornarse violentas con vida propia. Eleatril advirtió que se trataba de Ellarraíz, otra de las muchas victimas de la corrupción que se estaba aproximando hacia ellos...
Al'theas Tinarandel
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
La enfermedad del bosque era evidente ya antes de poner un pié en él. Incluso cuando para los ojos extraños parecía tan frondoso y verde como siempre, para cualquier elfo criado allí resultaba claro que algo iba mal, que un aura de desconfianza y agresividad se había instaurado en aquellos árboles afectando también a los animales. Era como si...el bosque fuese un viejo conocido a la vez que un extraño. Y dicha sensación no hacía sino aumentar conforme se adentraban en él, a la vez que los síntomas de aquello se hacían cada vez más visibles y notorios.
Sin duda habían hecho bien yendo hasta allí para investigar y averiguar más sobre aquello. Por mucho que el bosque contara con poderosos guardianes, Níniel no hubiese podido centrarse en otra tarea diferente a sabiendas que su amado hogar languidecía, por mucho que hubiese encontrado en la Logia a una de esas "segundas familias" que sí se elegían y por ende estuviera más que dispuesta a encontrar aquella reliquia para ellos. La cual de hecho bien podía tener mucho que ver con todo aquello. No parecía casualidad que los mejores magos de Aerandir detectaran aquel objeto justo poco antes de que comenzara aquella...infección.
-La oscuridad impregna la tierra como si del agua de un pozo contaminado se tratara. Una oscuridad que me resulta conocida- Masculló Níniel aportando su granito de arena a los comentarios de los demás. Compartiendo la preocupación de Al´theas por su hogar, así como aprobando la implicación de Lucy a pesar de que como bruja bien podría darle igual lo que le ocurriera al bosque. Claro que ya contaba con ello. Era una de esas brujas por las que Níniel se alegraba de haber emprendido su viaje fuera de Sandorai.
Echando la vista atrás, había crecido mucho desde que emprendiera aquel viaje de crecimiento personal...Había conocido tantos lugares y tanta gente...Y anda que no se había metido en líos, tal y como su madre le dijo que hiciera, por mucho que aún le costara imaginarse a la suma sacerdotisa Ashara en muchas de las situaciones que ella había vivido. Al menos no sin solucionarlas sencillamente agitando con cierto desdén una de sus manos. Y es que para su hija, la suma sacerdotisa era poco menos que un ser omnipotente, y por supuesto siempre lo sería.
-Sí, tomaré algunas muestras también.- Afirmó la peliblanca ante las instrucciones de la tensai de fuego. Técnicamente ya no estaba bajo sus órdenes, pues tenían el mismo rango, pero la peliblanca seguía considerándola su superior, aunque fuera por antigüedad. O tal vez fuera porque siempre la protegía de Abbey y su mal carácter. -Es posible que en su estado incluso las propiedades hayan cambiado. Si es así podría obtener muchas respuestas.- Añadió entonces la joven elfa, arrodillándose para cortar con su daga una pequeña raíz que intentó rodear su muñeca al acercarse demasiado. No obstante no llegó a lastimar a la peliblanca, pues Catherine no tardó ni un parpadeo en aplastarla bajo una de sus botas y cortarla para su hermana.
-Entiendo que no deberían hacer eso ¿no? Da un poco de mal rollo escuchar todo el rato como se deslizan por el suelo como si fuesen...unas lombrices enormes.- Inquirió la felina, siempre en guardia por las dos.
-Sandorai no es como otros bosques. Cuando digo que aquí los árboles tienen ojos...lo digo de forma casi literal. Pero es cierto. Sea lo que sea que le ocurra no solo lo está matando, lo está corrompiendo. Retorciéndolo.- Expresó la sacerdotisa con la pena tintando su siempre melodiosa voz. Y es que cuanto más avanzaban, más difícil era ocultar la tristeza, y el miedo al sentir tan familiar aquella oscuridad.
Fue entonces cuando notó vibrar la máscara que llevaba en su cinto, como si de un adorno tribal se tratara. Algo que la hizo llevar una mano hasta allí de manera rápida e instintiva, percibiendo una imagen de una figura tenebrosa y una clara sensación que la hizo mirar en una dirección en concreto. Un aviso confuso, pero con una idea clara; La naturaleza la advertía de un claro peligro, pero también la instaba a ir hacia él.
-¿Estás bien Nín? Te has quedado blanca...Bueno, más de lo habitual.- Se preocupó Catherine al notar la momentánea expresión de la elfa.
-Es la máscara. Parece que el bosque quiere que...- Comenzó a decir la joven. No obstante, la explicación sobre qué había percibido la elfa gracias a la máscara sería interrumpida por una repentina y peligrosa tormenta heladora que de no haber sido por Lucy bien podría haberles puesto en problemas. Una ventisca que a pesar de su escasa duración dejó todo el lugar como si del mismo norte se tratase...Y a Níniel mucho más blanca aún.
-No...pero sí...Debería estar cogiendo plantas para tratar a...- Se quedó bloqueada la joven sin querer creerse lo que su afinado sentido mágico le decía con total claridad. Su corazón sabía algo que su cabeza trataba de justificar como imposible...De hecho solo comenzó a creérselo al percatarse de una destrozada Lucy se había acercado hasta ella sumida en un doloroso llanto.
-Yo...sí. Si. Regresemos. Lo usaré y...- Aún le costaba creérselo. -Abbey..pero ¿quién?- ¿Quién era tan fuerte como para hacerle eso a una gran encantadora de la Logia. ¿Estaba el campamento en peligro? ¿Había aparecido un poderoso enemigo? Debían averiguarlo. -¿Canel sabes qué...?- Quiso preguntarle a Canel. El brujo siempre había demostrado ser más sensitivo incluso que ella. Más en ese momento un rostro conocido acababa de aparecer para poner su situación aún más patas arriba.
-¿Eleatril?- Preguntó retóricamente la sacerdotisa incrédula por verla allí. Además aún estaba tratando de digerir lo ocurrido con Abbey por lo que la confusión era aún mayor. Ni siquiera había tenido tiempo para sentir frío y realmente sentía la necesidad de decirle a todo el mundo que cerrara la boca y la dejara...pensar, tomar aire...lo que fuera. Y si para algo no estaba preparada desde luego era para el tonito de superioridad de la hija de la gran centinela cuya muerte había presenciado con sus propios ojos y cuya mayor herencia portaba en su brazo como símbolo de poder y honor.
¿Repentina ausencia? Llevaba años fuera en el viaje de autodescubrimiento que todas las futuras líderes del clan Thenidiel realizaban desde los tiempos de Avaciin Thenidiel, y que representaba también el viaje de esta por todo el antiguo imperio élfico hasta que los dioses la guiaron hasta Veyond. ¿De incógnito y sin avisar? Si llevaban un par de días acampadas junto al mayor ejército de todo Aerandir y con media Logia, con los orgullosos estandartes por todas partes. ¿Que no representaba a su clan? El bastón con el dragón dorado para ella qué era? ¿Servir al rey dragón? Pero si la Logia era independiente y estaba allí por la reliquia. ¿Invasión? Hasta donde sabía el rey del norte estaba acampado en el lago sin hacer nada.
De no tener ser una persona comedida, Níniel hubiese estallado dejándole a Eleatril las cosas bien claras. Tal vez incluso lo hubiese hecho a pesar de ese carácter, pues en esos momentos no estaba para aguantar gilipolleces de nadie por muy hija de una persona muy respetada que fuera...Pero no lo hizo y se contuvo. Se limitó a tratar de ordenar sus ideas antes de que estas la desbordaran.
Además Lucy se bastaba sola para poner a la última Nemaniel en su lugar y manifestar el sentimiento de los miembros de la Logia presentes. Y con una demostración que por poco no la hace caer de culo al suelo. Definitivamente no era del tipo de mujeres a las que debes cabrear. Más de una persona había ardido hasta convertirse en ceniza solo ante su presencia de llamas. De hecho posiblemente solo Níniel se mantendría tranquila en su presencia. No por no temer esas llamas, sino por conocer al fénix del norte muy bien y confiar en ella. Incluso Catherine, que se había adelantado un paso para poner verde a quién insultaba a su hermana, había retrocedido para buscar la protección de la sacerdotisa.
-Creo que ha entendido el mensaje, Lucy.- Quiso calmar la peliblanca a su amiga y tratar de iniciar una conversación digna entre dos hijas del bosque, que por supuesto implicaría exigir una disculpa por su parte. Conocía a Eleatril por haber compartido algunas celebraciones en el Árbol Madre cuando eran más jóvenes. De hecho habían explorado el lugar y sus cercanías juntas en alguna ocasión al no tener otra cosa que hacer mientras sus madres trataban asuntos del consejo de los elfos junto con otros líderes y elfos reputados. Sabía que no era mala chica, o al menos así la recordaba, pero sí que tenía un carácter muy suyo...claro que había escogido un muy mal momento para mostrarlo. Sin duda la situación del bosque tenía mucho que ver con semejante pérdida de formas, pero la comprensión de la mayoría de los presentes no estaba en condiciones de seguir siendo puesta a prueba.
-No es propio entre hermanos comenzar una conversación de este modo. Sabes de sobra que somos hija e hijo de Sandorai y que nuestros motivos tenemos para viajar más allá de nuestro hogar, como nuestros ancestros hicieron antes que nosotros. ¿Acaso entregaría Tyrande Nemeniel la más preciada reliquia de su familia a alguien que no lo fuera? Incluso a pesar de poner la capa blanca en manos de Melenablanca...No le confió a él ni a ningún otro tan sagrada reliquia.- Habló la peliblanca tratando de dejar la pena y el enfado a un lado en aras del entendimiento. Elevó el brazo mostrándole el brazalete, y su gema brilló incluso en aquel helado escenario. Con razón era una de las fuentes del gran poder que la antigua centinela había esgrimido. -A pesar de nuestra misión lejos de casa, aquí estamos en su hora de necesidad.- Sentenció antes de que Al´theas tomara la palabra y de que al poco tiempo un temblor sacudiera el suelo bajo sus pies, sorprendiendo y confundiendo aún más al grupo.
Si hablar con ella había servido para algo...estaba por ver. Al menos su interlocutora cesó en sus faltas de respeto y compartió un pequeño retazo de información, muy útil a pesar de no ser más que una simple y corta frase. De hecho, aquello daba sentido a la visión que la máscara le había otorgado. Sin duda aquella imagen que había visto debía de tratarse de aquella tal "Ellaraiz" o tal vez de Querostraza. Un escalofrío recorrió su columna al recordar su anterior enfrentamiento contra ella...Y otro aún mayor al recordar el regalo oscuro que le "concedería" tras el mismo. Hubiera deseado estar equivocada sobre su familiaridad con la oscuridad que impregnaba el bosque.
-¿Así que vas tras Ellaraíz?- Quiso confirmar la peliblanca como comienzo de una conversación para ofrecerle su ayuda. Aunque antes tenían que hablar sobre lo ocurrido con Abbey. Tal vez volver al campamento, averiguar qué había pasado, usar el brazal, buscar refuerzos para enfrentar a esa Hada corrompida, la cual por la expresión de Eleatril no era una enemiga cualquiera. Averiguar más sobre la dragona negra de lava...
No obstante, la elfa se limitó a advertirles sobre los árboles y, tomando a Chimar cual saco de patatas, azuzó a su montura para salir de allí dejando a Níniel con la palabra en la boca.
-Esto...¿Está secuestrando a un niño? Nín, me juraste que los elfos no hacíais esas cosas...-Expresó incrédula Catherine mientras veía como la otra elfa se alejaba, y sin saber si debía evitarlo o no. Para ella librarse de Chimar era en cierto modo un alivio. Aunque hubiese preferido librarse de Canel.
-Creo que es su modo de decir..."Si realmente queréis ayudar, seguidme".- Convino Níniel encogiéndose levemente de hombros. -¿Que quereis que os diga? Parece que ambas hemos salido a nuestras madres...Y la suya también era...-
Sin duda habían hecho bien yendo hasta allí para investigar y averiguar más sobre aquello. Por mucho que el bosque contara con poderosos guardianes, Níniel no hubiese podido centrarse en otra tarea diferente a sabiendas que su amado hogar languidecía, por mucho que hubiese encontrado en la Logia a una de esas "segundas familias" que sí se elegían y por ende estuviera más que dispuesta a encontrar aquella reliquia para ellos. La cual de hecho bien podía tener mucho que ver con todo aquello. No parecía casualidad que los mejores magos de Aerandir detectaran aquel objeto justo poco antes de que comenzara aquella...infección.
-La oscuridad impregna la tierra como si del agua de un pozo contaminado se tratara. Una oscuridad que me resulta conocida- Masculló Níniel aportando su granito de arena a los comentarios de los demás. Compartiendo la preocupación de Al´theas por su hogar, así como aprobando la implicación de Lucy a pesar de que como bruja bien podría darle igual lo que le ocurriera al bosque. Claro que ya contaba con ello. Era una de esas brujas por las que Níniel se alegraba de haber emprendido su viaje fuera de Sandorai.
Echando la vista atrás, había crecido mucho desde que emprendiera aquel viaje de crecimiento personal...Había conocido tantos lugares y tanta gente...Y anda que no se había metido en líos, tal y como su madre le dijo que hiciera, por mucho que aún le costara imaginarse a la suma sacerdotisa Ashara en muchas de las situaciones que ella había vivido. Al menos no sin solucionarlas sencillamente agitando con cierto desdén una de sus manos. Y es que para su hija, la suma sacerdotisa era poco menos que un ser omnipotente, y por supuesto siempre lo sería.
-Sí, tomaré algunas muestras también.- Afirmó la peliblanca ante las instrucciones de la tensai de fuego. Técnicamente ya no estaba bajo sus órdenes, pues tenían el mismo rango, pero la peliblanca seguía considerándola su superior, aunque fuera por antigüedad. O tal vez fuera porque siempre la protegía de Abbey y su mal carácter. -Es posible que en su estado incluso las propiedades hayan cambiado. Si es así podría obtener muchas respuestas.- Añadió entonces la joven elfa, arrodillándose para cortar con su daga una pequeña raíz que intentó rodear su muñeca al acercarse demasiado. No obstante no llegó a lastimar a la peliblanca, pues Catherine no tardó ni un parpadeo en aplastarla bajo una de sus botas y cortarla para su hermana.
-Entiendo que no deberían hacer eso ¿no? Da un poco de mal rollo escuchar todo el rato como se deslizan por el suelo como si fuesen...unas lombrices enormes.- Inquirió la felina, siempre en guardia por las dos.
-Sandorai no es como otros bosques. Cuando digo que aquí los árboles tienen ojos...lo digo de forma casi literal. Pero es cierto. Sea lo que sea que le ocurra no solo lo está matando, lo está corrompiendo. Retorciéndolo.- Expresó la sacerdotisa con la pena tintando su siempre melodiosa voz. Y es que cuanto más avanzaban, más difícil era ocultar la tristeza, y el miedo al sentir tan familiar aquella oscuridad.
Fue entonces cuando notó vibrar la máscara que llevaba en su cinto, como si de un adorno tribal se tratara. Algo que la hizo llevar una mano hasta allí de manera rápida e instintiva, percibiendo una imagen de una figura tenebrosa y una clara sensación que la hizo mirar en una dirección en concreto. Un aviso confuso, pero con una idea clara; La naturaleza la advertía de un claro peligro, pero también la instaba a ir hacia él.
-¿Estás bien Nín? Te has quedado blanca...Bueno, más de lo habitual.- Se preocupó Catherine al notar la momentánea expresión de la elfa.
-Es la máscara. Parece que el bosque quiere que...- Comenzó a decir la joven. No obstante, la explicación sobre qué había percibido la elfa gracias a la máscara sería interrumpida por una repentina y peligrosa tormenta heladora que de no haber sido por Lucy bien podría haberles puesto en problemas. Una ventisca que a pesar de su escasa duración dejó todo el lugar como si del mismo norte se tratase...Y a Níniel mucho más blanca aún.
-No...pero sí...Debería estar cogiendo plantas para tratar a...- Se quedó bloqueada la joven sin querer creerse lo que su afinado sentido mágico le decía con total claridad. Su corazón sabía algo que su cabeza trataba de justificar como imposible...De hecho solo comenzó a creérselo al percatarse de una destrozada Lucy se había acercado hasta ella sumida en un doloroso llanto.
-Yo...sí. Si. Regresemos. Lo usaré y...- Aún le costaba creérselo. -Abbey..pero ¿quién?- ¿Quién era tan fuerte como para hacerle eso a una gran encantadora de la Logia. ¿Estaba el campamento en peligro? ¿Había aparecido un poderoso enemigo? Debían averiguarlo. -¿Canel sabes qué...?- Quiso preguntarle a Canel. El brujo siempre había demostrado ser más sensitivo incluso que ella. Más en ese momento un rostro conocido acababa de aparecer para poner su situación aún más patas arriba.
-¿Eleatril?- Preguntó retóricamente la sacerdotisa incrédula por verla allí. Además aún estaba tratando de digerir lo ocurrido con Abbey por lo que la confusión era aún mayor. Ni siquiera había tenido tiempo para sentir frío y realmente sentía la necesidad de decirle a todo el mundo que cerrara la boca y la dejara...pensar, tomar aire...lo que fuera. Y si para algo no estaba preparada desde luego era para el tonito de superioridad de la hija de la gran centinela cuya muerte había presenciado con sus propios ojos y cuya mayor herencia portaba en su brazo como símbolo de poder y honor.
¿Repentina ausencia? Llevaba años fuera en el viaje de autodescubrimiento que todas las futuras líderes del clan Thenidiel realizaban desde los tiempos de Avaciin Thenidiel, y que representaba también el viaje de esta por todo el antiguo imperio élfico hasta que los dioses la guiaron hasta Veyond. ¿De incógnito y sin avisar? Si llevaban un par de días acampadas junto al mayor ejército de todo Aerandir y con media Logia, con los orgullosos estandartes por todas partes. ¿Que no representaba a su clan? El bastón con el dragón dorado para ella qué era? ¿Servir al rey dragón? Pero si la Logia era independiente y estaba allí por la reliquia. ¿Invasión? Hasta donde sabía el rey del norte estaba acampado en el lago sin hacer nada.
De no tener ser una persona comedida, Níniel hubiese estallado dejándole a Eleatril las cosas bien claras. Tal vez incluso lo hubiese hecho a pesar de ese carácter, pues en esos momentos no estaba para aguantar gilipolleces de nadie por muy hija de una persona muy respetada que fuera...Pero no lo hizo y se contuvo. Se limitó a tratar de ordenar sus ideas antes de que estas la desbordaran.
Además Lucy se bastaba sola para poner a la última Nemaniel en su lugar y manifestar el sentimiento de los miembros de la Logia presentes. Y con una demostración que por poco no la hace caer de culo al suelo. Definitivamente no era del tipo de mujeres a las que debes cabrear. Más de una persona había ardido hasta convertirse en ceniza solo ante su presencia de llamas. De hecho posiblemente solo Níniel se mantendría tranquila en su presencia. No por no temer esas llamas, sino por conocer al fénix del norte muy bien y confiar en ella. Incluso Catherine, que se había adelantado un paso para poner verde a quién insultaba a su hermana, había retrocedido para buscar la protección de la sacerdotisa.
-Creo que ha entendido el mensaje, Lucy.- Quiso calmar la peliblanca a su amiga y tratar de iniciar una conversación digna entre dos hijas del bosque, que por supuesto implicaría exigir una disculpa por su parte. Conocía a Eleatril por haber compartido algunas celebraciones en el Árbol Madre cuando eran más jóvenes. De hecho habían explorado el lugar y sus cercanías juntas en alguna ocasión al no tener otra cosa que hacer mientras sus madres trataban asuntos del consejo de los elfos junto con otros líderes y elfos reputados. Sabía que no era mala chica, o al menos así la recordaba, pero sí que tenía un carácter muy suyo...claro que había escogido un muy mal momento para mostrarlo. Sin duda la situación del bosque tenía mucho que ver con semejante pérdida de formas, pero la comprensión de la mayoría de los presentes no estaba en condiciones de seguir siendo puesta a prueba.
-No es propio entre hermanos comenzar una conversación de este modo. Sabes de sobra que somos hija e hijo de Sandorai y que nuestros motivos tenemos para viajar más allá de nuestro hogar, como nuestros ancestros hicieron antes que nosotros. ¿Acaso entregaría Tyrande Nemeniel la más preciada reliquia de su familia a alguien que no lo fuera? Incluso a pesar de poner la capa blanca en manos de Melenablanca...No le confió a él ni a ningún otro tan sagrada reliquia.- Habló la peliblanca tratando de dejar la pena y el enfado a un lado en aras del entendimiento. Elevó el brazo mostrándole el brazalete, y su gema brilló incluso en aquel helado escenario. Con razón era una de las fuentes del gran poder que la antigua centinela había esgrimido. -A pesar de nuestra misión lejos de casa, aquí estamos en su hora de necesidad.- Sentenció antes de que Al´theas tomara la palabra y de que al poco tiempo un temblor sacudiera el suelo bajo sus pies, sorprendiendo y confundiendo aún más al grupo.
Si hablar con ella había servido para algo...estaba por ver. Al menos su interlocutora cesó en sus faltas de respeto y compartió un pequeño retazo de información, muy útil a pesar de no ser más que una simple y corta frase. De hecho, aquello daba sentido a la visión que la máscara le había otorgado. Sin duda aquella imagen que había visto debía de tratarse de aquella tal "Ellaraiz" o tal vez de Querostraza. Un escalofrío recorrió su columna al recordar su anterior enfrentamiento contra ella...Y otro aún mayor al recordar el regalo oscuro que le "concedería" tras el mismo. Hubiera deseado estar equivocada sobre su familiaridad con la oscuridad que impregnaba el bosque.
-¿Así que vas tras Ellaraíz?- Quiso confirmar la peliblanca como comienzo de una conversación para ofrecerle su ayuda. Aunque antes tenían que hablar sobre lo ocurrido con Abbey. Tal vez volver al campamento, averiguar qué había pasado, usar el brazal, buscar refuerzos para enfrentar a esa Hada corrompida, la cual por la expresión de Eleatril no era una enemiga cualquiera. Averiguar más sobre la dragona negra de lava...
No obstante, la elfa se limitó a advertirles sobre los árboles y, tomando a Chimar cual saco de patatas, azuzó a su montura para salir de allí dejando a Níniel con la palabra en la boca.
-Esto...¿Está secuestrando a un niño? Nín, me juraste que los elfos no hacíais esas cosas...-Expresó incrédula Catherine mientras veía como la otra elfa se alejaba, y sin saber si debía evitarlo o no. Para ella librarse de Chimar era en cierto modo un alivio. Aunque hubiese preferido librarse de Canel.
-Creo que es su modo de decir..."Si realmente queréis ayudar, seguidme".- Convino Níniel encogiéndose levemente de hombros. -¿Que quereis que os diga? Parece que ambas hemos salido a nuestras madres...Y la suya también era...-
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
La partida avanza rumbo a un escenario desconocido y de trascendencia mundial, algo que resulta muy natural para Maquiavelo. ¿Cuantas veces se ha encontrado en la misma situación?, incontables pese a su corta edad.
Luego de combatir muertos, vampiros, bichos dimensionales raros y otras cientos de cosas que hasta los aventureros más experimentados rehúyen, Chimar continúa consiguiendo cosas más inverosímiles en cada salida.
Hermano…
O rayos “niega con la cabeza” lo siento, recordaba cosas tontas jeje, ¿Qué pasa?
Este es un momento histórico en mundus, el primero que pasamos juntos “baja la mirada” debes saber algo.
Chimar guarda silencio curioso, con cierta expectativa de paso. Canel no suele poner cosas tan serias sobre la mesa… la última vez que paso casi se transforma en un ser muy peligroso y destruye la esfera en el proceso.
No me dejes en vilo, peque.
Hay infinitas posibilidades en estas situaciones, no seré tan preciso en mis…
¿Momentos raritos?
“Canel asiente”.
Todo esto parece pesar a sobremanera en el enano hechicero, es claro que ve limitada su utilidad al no poder percibir mejor… lo que sea que percibe cuando tiene sus ojos bien abiertos, en el sentido amplio de la frase.
¿Entonces serás algo así como un niño normal pero que además hace magia y de la buena?
Lo siento…
Tranquilo enano “le alborota el cabello” creo que puedo sobrevivir a eso jajajaja.
Algo confundido, el mocoso mira a su hermano mayor, no tarda en compartir el optimismo de su pariente por elección. No tiene muchos vínculos en el mundo por obvias razones y en su mente no hay nada peor que fallarle a uno.
El avance los lleva a un área extraña que muestra señales de deterioro, deben ser efectos directos de la ruina que tanto asusta a los elfos. Ciertamente sus temores parecen bien encaminados teniendo en cuenta el panorama que se encuentra Chimar.
Esto es grave, no solo la naturaleza se ve afectada… hasta las piedras “dice estudiando con sus ojos una formación rocosa comprometida” la magia corrupta no suele meterse con los minerales, es algo difícil de lograr sin ciencia de por medio.
Se guarda algunas muestras de suelo, rocas, plantas e incluso fauna menor afectada, no puede dejar pasar la oportunidad. En su mente se vislumbran dos caminos, comprender el problema y quizás crear más adelante una versión estable a modo de arma.
La experiencia científica es interrumpida por una enorme onda de frio, aparece en el horizonte y al genio solo le da tiempo de tirarse encima de Canel para protegerle de algún daño grave a costa de su propio trasero... eso que hacen los hermanos mayores cada dos por tres.
Afortunadamente la reacción del elemento más poderoso que llevan consigo los salva a todos, se las arregla para lanzar un conjuro ígneo de protección masivo. Maquiavelo suspira aliviado a medida que se levanta y es que a juzgar por el nuevo ambiente, de haber recibido el golpe directo la historia sería más triste.
Esto se pone más raro con el pasar de los minutos… ¿Es cosa de la ruina extraña?
No fue eso…
De repente, la mujer que les salvo estalla en llanto histérico. Chim debe revisar visualmente varias veces al personaje para asegurarse de que la escena es real, mostro una personalidad bastante fuerte durante todo el trayecto.
Se hace evidente pronto que alguien importante dio su vida, importante y poderoso teniendo en cuenta el efecto residual. El genio decide guardar silencio por respeto pero no se puede decir lo mismo de su compañerito.
Fue una muerte noble, lo lamento mucho.
Suelta el pequeño brujo a modo de pésame, incluso se puede notar empatía en su tono. Claro que no hay tiempo para pensar demasiado en el gesto, luego de que la hechicera cediera su brazalete brillante a Nin aparece otra elfa montando un gato gigante.
Catherine “dice con los ojos como platos” encontré a tu nuevo novio.
Extraño momento para un chiste pero los niños son raros… y Chimar es una raza aún más extraña de la especie. Lo cierto es que el nuevo participante activo no tarda en mostrar un carácter que despabila a todos.
Por algunos segundos Chimar barajea la opción de actuar en defensa verbal de su buena amiga, no le agradan nada los argumentos que le endosan. Afortunadamente recuerda bien un consejo de su padre, “no es buena idea meterse en una pelea de mujeres”.
Tales palabras salvan al enano de lo que viene después, varias respuestas acaloradas que culminan con una amenaza bastante tangible por parte de la guerrera arcana que hasta hace instantes no podía ponerse en pie.
No e... “Chimar le tapa la boca”.
Mejor no enano… dejemos que el agua fluya en esta oportunidad “traga saliva nervioso”.
En contra de todo pronóstico nadie muere por combustión, todo se calma. Claramente los presentes no invitaran a Eleatril a su siguiente fiesta de cumpleaños pero ese es un efecto colateral aceptable.
Cuando las conversaciones se tranquilizan, vienen algunos detalles de parte de la persona que casi inicia un conflicto. Revela varias entidades que al enano intelectual no le suenan de nada, una en particular pulula por las cercanías.
¿Qué rayos es Ellarraíz?, suena a…
No le da tiempo de continuar, es cargado y colocado en la montura gatuna por la propia Eleatril. Chimar pasa a aferrarse de lo primero que puede antes de que inicie la cabalgata, luego solo cierra los ojos… no es muy amigo de las monturas con vida.
Estará bien, solo odia tener algo vivo y con mente propia entre sus piernas “sonríe inocentemente”.
Dice tranquilo pues sabe que Chimar está más a salvo que ellos, después de todo va con dos elementos fuertes y el suelo asesino no tiene manera de alcanzarles a esa velocidad. Sin duda la facción a pie tendrá mayores complicaciones a la hora de moverse.
Señorita Catherine… “mira el sitio por donde avanzo el tigre con sus dos jinetes, luego a la propia mujer felina y al final forma una cara interrogante con ciertos vestigios de ruego infantil”.
Luego de combatir muertos, vampiros, bichos dimensionales raros y otras cientos de cosas que hasta los aventureros más experimentados rehúyen, Chimar continúa consiguiendo cosas más inverosímiles en cada salida.
Hermano…
O rayos “niega con la cabeza” lo siento, recordaba cosas tontas jeje, ¿Qué pasa?
Este es un momento histórico en mundus, el primero que pasamos juntos “baja la mirada” debes saber algo.
Chimar guarda silencio curioso, con cierta expectativa de paso. Canel no suele poner cosas tan serias sobre la mesa… la última vez que paso casi se transforma en un ser muy peligroso y destruye la esfera en el proceso.
No me dejes en vilo, peque.
Hay infinitas posibilidades en estas situaciones, no seré tan preciso en mis…
¿Momentos raritos?
“Canel asiente”.
Todo esto parece pesar a sobremanera en el enano hechicero, es claro que ve limitada su utilidad al no poder percibir mejor… lo que sea que percibe cuando tiene sus ojos bien abiertos, en el sentido amplio de la frase.
¿Entonces serás algo así como un niño normal pero que además hace magia y de la buena?
Lo siento…
Tranquilo enano “le alborota el cabello” creo que puedo sobrevivir a eso jajajaja.
Algo confundido, el mocoso mira a su hermano mayor, no tarda en compartir el optimismo de su pariente por elección. No tiene muchos vínculos en el mundo por obvias razones y en su mente no hay nada peor que fallarle a uno.
El avance los lleva a un área extraña que muestra señales de deterioro, deben ser efectos directos de la ruina que tanto asusta a los elfos. Ciertamente sus temores parecen bien encaminados teniendo en cuenta el panorama que se encuentra Chimar.
Esto es grave, no solo la naturaleza se ve afectada… hasta las piedras “dice estudiando con sus ojos una formación rocosa comprometida” la magia corrupta no suele meterse con los minerales, es algo difícil de lograr sin ciencia de por medio.
Se guarda algunas muestras de suelo, rocas, plantas e incluso fauna menor afectada, no puede dejar pasar la oportunidad. En su mente se vislumbran dos caminos, comprender el problema y quizás crear más adelante una versión estable a modo de arma.
La experiencia científica es interrumpida por una enorme onda de frio, aparece en el horizonte y al genio solo le da tiempo de tirarse encima de Canel para protegerle de algún daño grave a costa de su propio trasero... eso que hacen los hermanos mayores cada dos por tres.
Afortunadamente la reacción del elemento más poderoso que llevan consigo los salva a todos, se las arregla para lanzar un conjuro ígneo de protección masivo. Maquiavelo suspira aliviado a medida que se levanta y es que a juzgar por el nuevo ambiente, de haber recibido el golpe directo la historia sería más triste.
Esto se pone más raro con el pasar de los minutos… ¿Es cosa de la ruina extraña?
No fue eso…
De repente, la mujer que les salvo estalla en llanto histérico. Chim debe revisar visualmente varias veces al personaje para asegurarse de que la escena es real, mostro una personalidad bastante fuerte durante todo el trayecto.
Se hace evidente pronto que alguien importante dio su vida, importante y poderoso teniendo en cuenta el efecto residual. El genio decide guardar silencio por respeto pero no se puede decir lo mismo de su compañerito.
Fue una muerte noble, lo lamento mucho.
Suelta el pequeño brujo a modo de pésame, incluso se puede notar empatía en su tono. Claro que no hay tiempo para pensar demasiado en el gesto, luego de que la hechicera cediera su brazalete brillante a Nin aparece otra elfa montando un gato gigante.
Catherine “dice con los ojos como platos” encontré a tu nuevo novio.
Extraño momento para un chiste pero los niños son raros… y Chimar es una raza aún más extraña de la especie. Lo cierto es que el nuevo participante activo no tarda en mostrar un carácter que despabila a todos.
Por algunos segundos Chimar barajea la opción de actuar en defensa verbal de su buena amiga, no le agradan nada los argumentos que le endosan. Afortunadamente recuerda bien un consejo de su padre, “no es buena idea meterse en una pelea de mujeres”.
Tales palabras salvan al enano de lo que viene después, varias respuestas acaloradas que culminan con una amenaza bastante tangible por parte de la guerrera arcana que hasta hace instantes no podía ponerse en pie.
No e... “Chimar le tapa la boca”.
Mejor no enano… dejemos que el agua fluya en esta oportunidad “traga saliva nervioso”.
En contra de todo pronóstico nadie muere por combustión, todo se calma. Claramente los presentes no invitaran a Eleatril a su siguiente fiesta de cumpleaños pero ese es un efecto colateral aceptable.
Cuando las conversaciones se tranquilizan, vienen algunos detalles de parte de la persona que casi inicia un conflicto. Revela varias entidades que al enano intelectual no le suenan de nada, una en particular pulula por las cercanías.
¿Qué rayos es Ellarraíz?, suena a…
No le da tiempo de continuar, es cargado y colocado en la montura gatuna por la propia Eleatril. Chimar pasa a aferrarse de lo primero que puede antes de que inicie la cabalgata, luego solo cierra los ojos… no es muy amigo de las monturas con vida.
Estará bien, solo odia tener algo vivo y con mente propia entre sus piernas “sonríe inocentemente”.
Dice tranquilo pues sabe que Chimar está más a salvo que ellos, después de todo va con dos elementos fuertes y el suelo asesino no tiene manera de alcanzarles a esa velocidad. Sin duda la facción a pie tendrá mayores complicaciones a la hora de moverse.
Señorita Catherine… “mira el sitio por donde avanzo el tigre con sus dos jinetes, luego a la propia mujer felina y al final forma una cara interrogante con ciertos vestigios de ruego infantil”.
Invitado
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
Los jóvenes parecieron ser pillados desprevenidos con aquel comportamiento extraño que tendrían los árboles a partir de ahora. Todas las ramas empezaron a revolverse. Tiraron la nieve que los cubría contra los aliados. Ash’alá esquivó la mayoría gracias a su habilidad. Pero Lucy tenía que defenderse con llamas de las ramas que amenazaban por tomarla por los pies y brazos. De recursos parecidos tendrían que tirar Níniel, Altheas y compañía.
Un árbol delante de Níniel cobró vida. O, más bien, rostro. Comenzó a retorcerse en un sonido de madera rompiéndose y se formó una cara alrededor del mismo. La cara de una anciana.
-Essstúpidosss… - insultó Ellarraíz. Seseaba clarísimamente. – Essstáisss perdidosss. La corrupción ssse extiende hacia el corazón de Sssandorái. No podéisss detenerla y…
-¡Cállate, vieja! ¡Eres horrible! – Interrumpió Lucy Fireheart en una exhibición de nula paciencia. Disparando una bola de fuego al rostro del árbol, el cual comenzó a incendiar.
La cara de Ellarraíz desapareció en un ahogado grito conforme el árbol se incendiaba. Lucy se mantuvo alerta con el fuego en su mano. Se hizo un silencio absoluto. ¿Había acabado con ella?
Ni mucho menos. Una risa de bruja malévola despertó retumbando en todo el bosque. Y todos los árboles comenzaron a modificar su forma para mostrar la misma cara que Lucy acababa de quemar. Los bramidos se escuchaban en kilómetros a la redonda. Todos los árboles, el suelo y lo que era el conjunto del de la arboleda comenzó a balancearse, provocando una sensación de mareo en mentes sensibles.
-¡Neciosss! ¡No podéisss hacer nada contra la corrupción del Aquelarre! – dijo la voz de la bruja desde ningún punto en concreto. Se escuchaba replicar en todas las caras de los árboles. – Ssandorái essstá maldito y todo el bosssque va a ssser dessstruido.
Lucy, cada vez más enfadada, comenzó a convertir en llamas su peinado, a teñir sus ojos de rojo y a amenazar con crear una supernova en todo el bosque.
-¡No lo hagas! No la vas a conseguir destruir y vas a quemar todo el bosque. – Trató de calmar Eleatril desde su montura. – Hay que buscar la raíz en la que guarda su espíritu y destruirla. – Pero Lucy enseguida arremetía contra las caras de Ellarraíz en cuanto las veía aparecer.
Podía parecer una tarea sencilla, pero la raíz podía estar literalmente en cualquier lugar. Podía estar escondida en la última rama del árbol más profundo, o soterrada a gran profundidad. Y mientras tanto, Ellarraíz iba a estar tratando de apresar con las ramas a los aventureros, o de envenenarlos haciendo explotar esporas venenosas en su cara.
Y más allá de eso, la bruja del Aquelarre podía revivir a las criaturas caídas, lo que hacía erguirse delante de ellos esqueletos de animales pequeños, como ardillas, pero también de elfos enterrados. No demasiado lejos, había varios esqueletos.
-En cuanto consssigamos el poder de los jinetesss ossscuros, nuessstros ejércitosss atacarán Árbol Madre. A la ssseñal de nuessstra ssseñora Querossstraza. – volvió a retumbar. Antes de jurar lo que esperaba. - ¡Y vosssotrosss ssseréis parte de ellos!
Entre tanta amenaza, Eleatril estaba más preocupada por abatir no muertos con los arcos. No le resultaba difícil por
-Está bien saber que los jinetes oscuros no son la única amenaza. Los sabios de los clanes tenían razón. - aclaró Eleatril. Sí Estaba claro que Ellarraíz pretendía apoderarse del bosque por completo, resucitar no muertos, controlar los árboles y, junto con la ayuda de Querostraza y los demás miembros del Aquelarre, ahora en Nís, realizar un ataque al corazón de Árbol Madre.
Dar con el foco de la corrupción se antojaba, entonces, una empresa complicada. La parte positiva es que eran muchos en la búsqueda, contando los acompañantes de los protagonistas. Por lo tanto, la búsqueda podía terminar siendo fructífera.
Altheas, Níniel y Chimar: Vuestro objetivo principal es encontrar el foco de la corrupción que da vida a Ellarraíz. Dado que puede estar, literalmente, en cualquier parte, os dejo a vosotros elegir el lugar. Lo encontraréis donde busquéis sí y solo sí obtenéis una runa muy buena. En el momento que eso ocurra, parad de postear, pues dará comienzo la tercera parte del evento.
Tenéis dos turnos. Si no conseguís la runa muy buena, la corrupción se extenderá al centro del bosque y… bueno, no será bueno en el próximo tema. No. Sé que lo estás pensando, no se pueden utilizar objetos que modifican la suerte para esto. Tranquilos, como soy un máster justo para compensar las runas malas tampoco os maldecirán ni dañarán.
Podéis tirar una runa por personaje que utilicéis (Ash’alá y Eleatril cuentan como uno), vuestros acompañantes también tiran runa. Postead ininterrumpidamente hasta conseguirla. Si Altheas usó a Eleatril, Níniel no podrá usarla hasta el siguiente turno.
Además de las ramas y los no muertos, tenéis varios problemas que quizás queráis incluir en vuestra lista de prioridades. Pero por turno de personaje sólo podréis resolver de uno en uno y no tiraréis runa. Dejarlos hechos o sin hacer también os beneficiarán/penalizarán. Pensad bien qué os interesa.
Un árbol delante de Níniel cobró vida. O, más bien, rostro. Comenzó a retorcerse en un sonido de madera rompiéndose y se formó una cara alrededor del mismo. La cara de una anciana.
-Essstúpidosss… - insultó Ellarraíz. Seseaba clarísimamente. – Essstáisss perdidosss. La corrupción ssse extiende hacia el corazón de Sssandorái. No podéisss detenerla y…
-¡Cállate, vieja! ¡Eres horrible! – Interrumpió Lucy Fireheart en una exhibición de nula paciencia. Disparando una bola de fuego al rostro del árbol, el cual comenzó a incendiar.
La cara de Ellarraíz desapareció en un ahogado grito conforme el árbol se incendiaba. Lucy se mantuvo alerta con el fuego en su mano. Se hizo un silencio absoluto. ¿Había acabado con ella?
Ni mucho menos. Una risa de bruja malévola despertó retumbando en todo el bosque. Y todos los árboles comenzaron a modificar su forma para mostrar la misma cara que Lucy acababa de quemar. Los bramidos se escuchaban en kilómetros a la redonda. Todos los árboles, el suelo y lo que era el conjunto del de la arboleda comenzó a balancearse, provocando una sensación de mareo en mentes sensibles.
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Ellarraíz estaba, literalmente, en cualquier parte. Resultando imposible derrotarla sin encontrar lo que le daba vida.
-¡Neciosss! ¡No podéisss hacer nada contra la corrupción del Aquelarre! – dijo la voz de la bruja desde ningún punto en concreto. Se escuchaba replicar en todas las caras de los árboles. – Ssandorái essstá maldito y todo el bosssque va a ssser dessstruido.
Lucy, cada vez más enfadada, comenzó a convertir en llamas su peinado, a teñir sus ojos de rojo y a amenazar con crear una supernova en todo el bosque.
-¡No lo hagas! No la vas a conseguir destruir y vas a quemar todo el bosque. – Trató de calmar Eleatril desde su montura. – Hay que buscar la raíz en la que guarda su espíritu y destruirla. – Pero Lucy enseguida arremetía contra las caras de Ellarraíz en cuanto las veía aparecer.
Podía parecer una tarea sencilla, pero la raíz podía estar literalmente en cualquier lugar. Podía estar escondida en la última rama del árbol más profundo, o soterrada a gran profundidad. Y mientras tanto, Ellarraíz iba a estar tratando de apresar con las ramas a los aventureros, o de envenenarlos haciendo explotar esporas venenosas en su cara.
Y más allá de eso, la bruja del Aquelarre podía revivir a las criaturas caídas, lo que hacía erguirse delante de ellos esqueletos de animales pequeños, como ardillas, pero también de elfos enterrados. No demasiado lejos, había varios esqueletos.
-En cuanto consssigamos el poder de los jinetesss ossscuros, nuessstros ejércitosss atacarán Árbol Madre. A la ssseñal de nuessstra ssseñora Querossstraza. – volvió a retumbar. Antes de jurar lo que esperaba. - ¡Y vosssotrosss ssseréis parte de ellos!
Entre tanta amenaza, Eleatril estaba más preocupada por abatir no muertos con los arcos. No le resultaba difícil por
-Está bien saber que los jinetes oscuros no son la única amenaza. Los sabios de los clanes tenían razón. - aclaró Eleatril. Sí Estaba claro que Ellarraíz pretendía apoderarse del bosque por completo, resucitar no muertos, controlar los árboles y, junto con la ayuda de Querostraza y los demás miembros del Aquelarre, ahora en Nís, realizar un ataque al corazón de Árbol Madre.
Dar con el foco de la corrupción se antojaba, entonces, una empresa complicada. La parte positiva es que eran muchos en la búsqueda, contando los acompañantes de los protagonistas. Por lo tanto, la búsqueda podía terminar siendo fructífera.
- No muertos:
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* * * * * * *
Altheas, Níniel y Chimar: Vuestro objetivo principal es encontrar el foco de la corrupción que da vida a Ellarraíz. Dado que puede estar, literalmente, en cualquier parte, os dejo a vosotros elegir el lugar. Lo encontraréis donde busquéis sí y solo sí obtenéis una runa muy buena. En el momento que eso ocurra, parad de postear, pues dará comienzo la tercera parte del evento.
Tenéis dos turnos. Si no conseguís la runa muy buena, la corrupción se extenderá al centro del bosque y… bueno, no será bueno en el próximo tema. No. Sé que lo estás pensando, no se pueden utilizar objetos que modifican la suerte para esto. Tranquilos, como soy un máster justo para compensar las runas malas tampoco os maldecirán ni dañarán.
Podéis tirar una runa por personaje que utilicéis (Ash’alá y Eleatril cuentan como uno), vuestros acompañantes también tiran runa. Postead ininterrumpidamente hasta conseguirla. Si Altheas usó a Eleatril, Níniel no podrá usarla hasta el siguiente turno.
Además de las ramas y los no muertos, tenéis varios problemas que quizás queráis incluir en vuestra lista de prioridades. Pero por turno de personaje sólo podréis resolver de uno en uno y no tiraréis runa. Dejarlos hechos o sin hacer también os beneficiarán/penalizarán. Pensad bien qué os interesa.
- Hay no muertos por todo el bosque que os pondrán las cosas difíciles. Son sensibles a la luz, por lo que tenéis suerte, Níniel puede acabar con ellos relativamente fácil. Pero sacrificará la búsqueda de la runa dicho turno.
- Lucy está fuera de sí por lo sufrido a su amiga y está quemando todo el bosque atacando a Ellarraíz. Podéis calmarla perdiendo turno de runa. Pero en ningún caso os ayudará en la búsqueda de la runa.
- El árbol que Lucy ha quemado trata de ser aprovechado por Ellarraíz para ser desplazado mediante ramas y propagar así el fuego. Podría ser buena idea extinguirlo.
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
El grupo había decidido seguir los pasos de Eleatril, y no tardaron en toparse con la desagradable sorpresa de verse rodeados por arboles que habían comenzado a cobrar vida y cuya corteza se retorcía mostrando el rostro de aquella a la que hacían llamar Ellarraíz, insultando y amenazando, provocando a una Lucy que rozaba el desquicio a lanzar ataques de fuego que amenazaba con quemar el bosque tal y como Eleatril bien había señalado.
-¡Lucy! ¡Eleatril tiene razón! ¡no es buena idea quemar un bosque entero con nosotros dentro!...- Dijo el caballero esmeralda, a punto de decir algo mas justo cuando una de esas raíces vivientes se enrollo en su pierna, la cual pudo cortar de un solo tajo de su espada haciendo que esta abandonara su sección cortada ocultándose bajo tierra.
En ese momento, Al'theas levanto la vista, y pudo comprobar que a sus alrededores habían comenzado a acercarse extrañas figuras extrañamente familiares que caminaban torpemente hacia ellos... por un momento pensó que podría tratarse de refuerzos por el reconocible acabado elfico de algunas de sus armaduras... hasta que se dio cuenta de la horrible verdad al ver que aquellas armaduras eran portadas por cadáveres en avanzado estado de descomposición.
El elfo se dio la vuelta a tiempo para comprobar que tenia a una de esas criaturas justo detrás, que había logrado llegar hasta él casi de forma silenciosa gracias al gran alboroto de la situación, blandiendo su espada rápidamente para decapitarlo y derribando su cuerpo de una patada, sintiendo en ese momento un sentimiento de grima y pena al mismo tiempo, pues aquel cadáver en otro tiempo debió de haber sido un honorable soldado que murió cumpliendo su deber y ahora al igual que al resto se les estaba negando su merecido descanso.
-¡Lucy!- Grito el caballero esmeralda mientras embestía contra una de aquellas criaturas que comenzaba a aproximarse demasiado a la Alta encantadora, cubriéndole las espaldas junto a su escudo -A mi también me irrita esa voz y sus risas... pero si de verdad quieres desahogar tu disgusto... te sugiero usar tus bolas de fuego contra ellos...- Dijo señalando con la punta de su espada a los no-muertos que se aproximaban, a sabiendas de que el fuego era terriblemente efectivo contra los no-muertos en general.
-Yo te cubro...- Dijo alzando el escudo, observando que del suelo comenzaban a emerger mas de aquellas raíces asesinas que no tardaron en comenzar a lanzar latigazos que Al'theas interceptaba con su escudo y cortaba dichas raíces con su espada siempre que podía.
-¡Chimar!...¿por casualidad no tendrás algo que nos facilite encontrar el origen de esta locura verdad?...- Pregunto, al mismo tiempo que forcejeaba con una de aquellas raíces que intentaba quitarle el escudo.
-¡Lucy! ¡Eleatril tiene razón! ¡no es buena idea quemar un bosque entero con nosotros dentro!...- Dijo el caballero esmeralda, a punto de decir algo mas justo cuando una de esas raíces vivientes se enrollo en su pierna, la cual pudo cortar de un solo tajo de su espada haciendo que esta abandonara su sección cortada ocultándose bajo tierra.
En ese momento, Al'theas levanto la vista, y pudo comprobar que a sus alrededores habían comenzado a acercarse extrañas figuras extrañamente familiares que caminaban torpemente hacia ellos... por un momento pensó que podría tratarse de refuerzos por el reconocible acabado elfico de algunas de sus armaduras... hasta que se dio cuenta de la horrible verdad al ver que aquellas armaduras eran portadas por cadáveres en avanzado estado de descomposición.
El elfo se dio la vuelta a tiempo para comprobar que tenia a una de esas criaturas justo detrás, que había logrado llegar hasta él casi de forma silenciosa gracias al gran alboroto de la situación, blandiendo su espada rápidamente para decapitarlo y derribando su cuerpo de una patada, sintiendo en ese momento un sentimiento de grima y pena al mismo tiempo, pues aquel cadáver en otro tiempo debió de haber sido un honorable soldado que murió cumpliendo su deber y ahora al igual que al resto se les estaba negando su merecido descanso.
-¡Lucy!- Grito el caballero esmeralda mientras embestía contra una de aquellas criaturas que comenzaba a aproximarse demasiado a la Alta encantadora, cubriéndole las espaldas junto a su escudo -A mi también me irrita esa voz y sus risas... pero si de verdad quieres desahogar tu disgusto... te sugiero usar tus bolas de fuego contra ellos...- Dijo señalando con la punta de su espada a los no-muertos que se aproximaban, a sabiendas de que el fuego era terriblemente efectivo contra los no-muertos en general.
-Yo te cubro...- Dijo alzando el escudo, observando que del suelo comenzaban a emerger mas de aquellas raíces asesinas que no tardaron en comenzar a lanzar latigazos que Al'theas interceptaba con su escudo y cortaba dichas raíces con su espada siempre que podía.
-¡Chimar!...¿por casualidad no tendrás algo que nos facilite encontrar el origen de esta locura verdad?...- Pregunto, al mismo tiempo que forcejeaba con una de aquellas raíces que intentaba quitarle el escudo.
- Off-rol:
- Gasto mi turno de runa en intentar convencer a Lucy de que deje de quemar el bosque y nos ayude con los zombis y así matamos dos pájaros de un tiro, les dejo a Níniel y a Chimar lo de gastar runas esta vez o lo que crean conveniente, que yo soy muy gafe para el azar xD
Al'theas Tinarandel
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
Sin tiempo para pensar. Sin tiempo para hablarlo. Sin tiempo para buscar más respuestas. De ese modo el grupo pareció decidir que su nueva prioridad era seguir a Eleatril y ayudarla en su misión. Adentrándose más y más en el bosque, tratando de no quedarse atrás a pesar de estar intentando seguirle el paso a una montura ágil y veloz, más que acostumbrada a moverse por el bosque y conocedora ya de las nuevas amenazas que en él se habían instalado a diferencia de los recién llegados.
Chimar no sabía la suerte que había tenido ahorrándose semejante lamentable persecución. En cuanto a Níniel, de haberlo sabido se habría llevado consigo a Trickster.
-Cada vez hay más de esas cosas...-Comentó la peliblanca con su siempre melodioso tono de voz teñido de tristeza y rabia ante la visión de un bosque cada vez más enfermo. Se refería por supuesto a las raíces y ramas corruptas que con insistencia creciente trataban de atraparles, arañarles y golpearles. Por suerte con muy poco éxito hasta el momento.
-Espero que esa elfa sepa a dónde va y no nos esté haciendo correr porque no "somos dignos"- Se quejó la felina alterando el tono de su voz con aquello último, impostando una voz de repipi remilgada más propia de una orejas redondas noble que de una elfa, por muy especialita que ésta fuera. La pelirroja cargaba a su espalda con Canel, algo que tampoco mejoraba su humor, por mucho que el peso extra no pareciera molestarla o frenarla en modo alguno. Cómo había logrado finalmente el ilusionista convencerla para que accediera a llevarle a caballito era algo que Níniel desconocía, pero seguramente algo habrían acordado a cambio...y seguro que no era uno de los extraños dibujos del brujo.
-Yo diría que alguna idea tiene...-Respondió la sacerdotisa, frenando su carrera para golpear con su bastón a un par de ramas especialmente malintencionadas. Evitando de ese modo que trataran de arañarla y enredarse con su cabello. No obstante al dejar de moverse casi atrapa su tobillo una de las insidiosas raíces cercanas, aunque Catherine lo evitó pisándola un par de metros más allá antes de proseguir con su carrera. -Desde luego es evidente que alguién no quiere que sigamos avanzando.- Aseveró la joven llevando su mano izquierda a su cinto y poniéndose sobre su rostro la máscara élfica. Comenzando desde ese momento a usar su maestría natural para hacer que los árboles cercanos a su paso les dieran un respiro.
-Podías haber hecho eso desde el principio...- Bromeó la gata al percibir de manera inmediata que las plantas cambiaban nuevamente su comportamiento, esta vez de manera más favorable al grupo. Níniel se limitó a guiñarle un ojo con complicidad. Había tenido tiempo para comprender mejor aquel artefacto desde que aquel extraño personaje se la entregara, pero aquella era la primera vez que intentaba algo así, por eso no lo había hecho antes. Aún así una cosa estaba clara; Aquel rostro que apareció ante ellos y comenzó a hablarles poco después... no era cosa de la máscara.
-Oh, esto se pone cada vez mejor.- Se preocupó Catherine cuando una vez quemado el primer rostro muchos otros aparecieron en los troncos de los demás árboles, rodeando al grupo y llenando sus oídos con el crujir de la madera y los estridentes sonidos de una risa chillona. -Primero ramas saca ojos y ahora caras asquerosas chillonas. ¿Qué será lo siguiente?- Bramó mientras trataba de no colocarse en la línea de fuego de una fuera de sí Lucy.
No tardarían mucho en averiguarlo, pues pronto quedaría patente que retorcer la naturaleza no era lo único que su enemigo sabía hacer. Aquella tal Ellaraíz, demostrando que sus poderes no eran ya solamente los de un guardián corrompido, había osado cometer uno de los crímenes más atroces que cualquier elfo pudiera concebir, y no había dudado en lanzar contra ellos sus grotescos resultados, en forma de restos de animales reanimados y de hijos del bosque arrebatados del seno de la madre y obligados a profanar el hogar en el que vivieron.
-¿Aquelarre? ¿Jinetes oscuros? ¿Crées que podéis venir a nuestro hogar y hacer lo que os dé la gana?- Níniel sentía un enfado tal que superaba ya el límite de lo que podía controlar. Aquella corrupción de su hogar, aquella profanación... -¿Crées que las hijas e hijos del bosque nos quedaremos de brazos cruzados, que no vamos a luchar? ESTAS MUY EQUIVOCADA. -Gritó furiosa mientras elevaba más y más su poder mágico, señalando con su bastón a una zona, justo delante de uno de aquellos rostros en la madera, y lanzaba una oleada de luz pura que devolvió a aquellos restos a su descanso eterno. -No mientras uno solo de nosotros siga en pié.- Continuó diciendo, repitiendo el proceso y acabando con la amenaza de otro grupo de criaturas reanimadas. -Mira bién, criatura corrompida. Este es el destino que os aguarda a ti y a tu "señora". El poder de la luz te purificará y rendirás cuentas ante los dioses por los crímenes imperdonables que has cometido.- Un nuevo destello de luz y más de aquellos no-muertos serían liberados de la oscuridad. -Defenderemos Sandorai y no caeremos ante las sombras. Así que corre, corre y escóndete. Ocúltate en la rama más alta del más alto árbol o en las raíces más profundas del más anciano. Escóndete, porque vamos a por tí. La justicia de los eldar ha despertado.- Amenazó antes de lanzar un ataque aún más poderoso que los anteriores y acabando con todo no muerto a la vista a base de aplicar sobre ellos la misma poderosa magia que sanaría las heridas de los vivos.
-Joder...Nunca la había visto tan cabreada...- Compartió Catherine con Canel mientras observaba el poder desatado de su hermana. Sabía que era fuerte, pero siempre la había visto más dispuesta a sanar y fortalecer a sus aliados que a destruir enemigos. Se suponía que ella era la que se ocupaba de eso. -Al menos ella no causa incendios...-Añadió viendo como el fuego causado por Lucy amenazaba con propagarse, por mucho que Al´theas estuviese haciendo lo posible por calmarla. -Será mejor que encontremos a esa...hada antes de que...las grandes encantadoras de la Logia se cabreen más.- Convino con el ilusionista, del que esperaba obtener algún tipo de pista que le facilitara dicha tarea. Al fin y al cabo era el brujo que veía cosas raras ¿no?.
Chimar no sabía la suerte que había tenido ahorrándose semejante lamentable persecución. En cuanto a Níniel, de haberlo sabido se habría llevado consigo a Trickster.
-Cada vez hay más de esas cosas...-Comentó la peliblanca con su siempre melodioso tono de voz teñido de tristeza y rabia ante la visión de un bosque cada vez más enfermo. Se refería por supuesto a las raíces y ramas corruptas que con insistencia creciente trataban de atraparles, arañarles y golpearles. Por suerte con muy poco éxito hasta el momento.
-Espero que esa elfa sepa a dónde va y no nos esté haciendo correr porque no "somos dignos"- Se quejó la felina alterando el tono de su voz con aquello último, impostando una voz de repipi remilgada más propia de una orejas redondas noble que de una elfa, por muy especialita que ésta fuera. La pelirroja cargaba a su espalda con Canel, algo que tampoco mejoraba su humor, por mucho que el peso extra no pareciera molestarla o frenarla en modo alguno. Cómo había logrado finalmente el ilusionista convencerla para que accediera a llevarle a caballito era algo que Níniel desconocía, pero seguramente algo habrían acordado a cambio...y seguro que no era uno de los extraños dibujos del brujo.
-Yo diría que alguna idea tiene...-Respondió la sacerdotisa, frenando su carrera para golpear con su bastón a un par de ramas especialmente malintencionadas. Evitando de ese modo que trataran de arañarla y enredarse con su cabello. No obstante al dejar de moverse casi atrapa su tobillo una de las insidiosas raíces cercanas, aunque Catherine lo evitó pisándola un par de metros más allá antes de proseguir con su carrera. -Desde luego es evidente que alguién no quiere que sigamos avanzando.- Aseveró la joven llevando su mano izquierda a su cinto y poniéndose sobre su rostro la máscara élfica. Comenzando desde ese momento a usar su maestría natural para hacer que los árboles cercanos a su paso les dieran un respiro.
-Podías haber hecho eso desde el principio...- Bromeó la gata al percibir de manera inmediata que las plantas cambiaban nuevamente su comportamiento, esta vez de manera más favorable al grupo. Níniel se limitó a guiñarle un ojo con complicidad. Había tenido tiempo para comprender mejor aquel artefacto desde que aquel extraño personaje se la entregara, pero aquella era la primera vez que intentaba algo así, por eso no lo había hecho antes. Aún así una cosa estaba clara; Aquel rostro que apareció ante ellos y comenzó a hablarles poco después... no era cosa de la máscara.
-Oh, esto se pone cada vez mejor.- Se preocupó Catherine cuando una vez quemado el primer rostro muchos otros aparecieron en los troncos de los demás árboles, rodeando al grupo y llenando sus oídos con el crujir de la madera y los estridentes sonidos de una risa chillona. -Primero ramas saca ojos y ahora caras asquerosas chillonas. ¿Qué será lo siguiente?- Bramó mientras trataba de no colocarse en la línea de fuego de una fuera de sí Lucy.
No tardarían mucho en averiguarlo, pues pronto quedaría patente que retorcer la naturaleza no era lo único que su enemigo sabía hacer. Aquella tal Ellaraíz, demostrando que sus poderes no eran ya solamente los de un guardián corrompido, había osado cometer uno de los crímenes más atroces que cualquier elfo pudiera concebir, y no había dudado en lanzar contra ellos sus grotescos resultados, en forma de restos de animales reanimados y de hijos del bosque arrebatados del seno de la madre y obligados a profanar el hogar en el que vivieron.
-¿Aquelarre? ¿Jinetes oscuros? ¿Crées que podéis venir a nuestro hogar y hacer lo que os dé la gana?- Níniel sentía un enfado tal que superaba ya el límite de lo que podía controlar. Aquella corrupción de su hogar, aquella profanación... -¿Crées que las hijas e hijos del bosque nos quedaremos de brazos cruzados, que no vamos a luchar? ESTAS MUY EQUIVOCADA. -Gritó furiosa mientras elevaba más y más su poder mágico, señalando con su bastón a una zona, justo delante de uno de aquellos rostros en la madera, y lanzaba una oleada de luz pura que devolvió a aquellos restos a su descanso eterno. -No mientras uno solo de nosotros siga en pié.- Continuó diciendo, repitiendo el proceso y acabando con la amenaza de otro grupo de criaturas reanimadas. -Mira bién, criatura corrompida. Este es el destino que os aguarda a ti y a tu "señora". El poder de la luz te purificará y rendirás cuentas ante los dioses por los crímenes imperdonables que has cometido.- Un nuevo destello de luz y más de aquellos no-muertos serían liberados de la oscuridad. -Defenderemos Sandorai y no caeremos ante las sombras. Así que corre, corre y escóndete. Ocúltate en la rama más alta del más alto árbol o en las raíces más profundas del más anciano. Escóndete, porque vamos a por tí. La justicia de los eldar ha despertado.- Amenazó antes de lanzar un ataque aún más poderoso que los anteriores y acabando con todo no muerto a la vista a base de aplicar sobre ellos la misma poderosa magia que sanaría las heridas de los vivos.
-Joder...Nunca la había visto tan cabreada...- Compartió Catherine con Canel mientras observaba el poder desatado de su hermana. Sabía que era fuerte, pero siempre la había visto más dispuesta a sanar y fortalecer a sus aliados que a destruir enemigos. Se suponía que ella era la que se ocupaba de eso. -Al menos ella no causa incendios...-Añadió viendo como el fuego causado por Lucy amenazaba con propagarse, por mucho que Al´theas estuviese haciendo lo posible por calmarla. -Será mejor que encontremos a esa...hada antes de que...las grandes encantadoras de la Logia se cabreen más.- Convino con el ilusionista, del que esperaba obtener algún tipo de pista que le facilitara dicha tarea. Al fin y al cabo era el brujo que veía cosas raras ¿no?.
OFF: Níniel usa este turno una de las habilidades de su bastón y aumenta sus stats un 40%, para a continuación resolver la complicación de los no-muertos a cambio de no tener runa este turno. Catherine por su parte comenzará a buscar a Ellaraíz, por lo que lanzaré una runa.
Níniel Thenidiel
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
El miembro 'Níniel Thenidiel' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
Canel tiene una habilidad intrínseca para caerle bien a la gente si se lo propone, prueba de esto es que la propia Catherine termina llevando al enanito de caballito… es una suerte de que Maquiavelo se haya adelantado o usaría esa imagen para picarla mucho tiempo.
Mientras ambos enanos van en montura, la situación evoluciona drásticamente. Lo cierto es que la fase de raíces demenciales tratando de lastimarles es solo el inicio, las cosas se ponen mucho peores.
Ver al árbol parlante sin duda resulta desconcertante y eso que Chimar ha visto cosas raras, todo toma un camino más bizarro cuando su hechicera predilecta prende al árbol inicial en llamas. Lo siguiente son un montón de clones igual de aterradores.
No les gusta prestarse para eso…
Un comentario que se pierde en medio de fuego y ataques defensivos, menuda escena. Si bien eliminar arboles animados es relativamente fácil con los poderes o herramientas indicadas, hay otras cosas a tener en cuenta.
Están enfrentando una enfermedad que se expande, es estadísticamente imposible poder neutralizarla con iniciativas físicas tan mundanas. Todas las predicciones indican que los héroes terminaran superados.
Eleatril revela que deben buscar una raíz madre, con eso eliminaran Ellarraíz de golpe… bastante redundante sin duda. El concepto agrega una fascinante gama de complicaciones pues si buscar una aguja en el pajar es difícil, ahora con tantas situaciones en movimiento roza lo imposible.
Claro que los héroes no se quedan de brazos cruzados, el primero en reaccionar es el caballero elfo quien intentan hacer entrar en razón a Lucy. Si bien la bruja es un hueso duro de roer, parece lograr algo de avance.
Niniel pasa entonces a eliminar los cadáveres reanimados que comienzan a multiplicarse por voluntad de la propia Ellarraíz, su habilidad es sorprendente pero lo que más destaca es el arrebato emocional que experimenta.
A veces me da miedo.
A veces me da miedo.
Dicen ambos enanos en diferentes lugares del tablero, se puede decir que comparten el sentimiento. Están acostumbrados a ver una amable y cariñosa sacerdotisa del bosque… no una justiciera de la naturaleza.
Chimar por su parte posa ambos ojos en el árbol ardiente que comienza a propagar su fuego, es un problema a tener en cuenta. Si bien las llamas son buenas para luchar contra cualquier tipo de corrupción, si se expande descontroladamente será imparable dada la situación geopolítica actual.
Lo siento pero hoy no se inventara el fuego.
Dice para luego arrojar su característica esfera metálica, le calibra en segundos para que estalle al contacto. Una vez toca al elemento natural aberrante, la explosión hidráulica causa que el fuego se extinga de golpe.
Tercera regla de la filosofía natural inventiva, las explosiones suelen consumir cualquier tipo de fuego focalizado… bastante útil en ciertas situaciones como esta.
Se puede decir que los enanos están fuera del alcance de los peligros patentes, Catherine sigue protegiendo al brujito y Chimar se mantiene encima del gato gigante. Los niños son el futuro y todo eso.
Por otro lado, el joven mago toma a pecho las palabras de Catherine. Sus poderes raritos pueden no funcionar en eventos históricos pero eso no significa que sea un completo inútil, aún le quedan habilidades prácticas.
Otros elementos deciden colaborar en el mismo objetivo, hablamos de Eleatril y Ash’alá, este último aun con Chimar a cuestas… todo se transforma en una búsqueda del tesoro mientras el bosque y otras cosas quieren matarlos, típico fin de semana.
Mientras ambos enanos van en montura, la situación evoluciona drásticamente. Lo cierto es que la fase de raíces demenciales tratando de lastimarles es solo el inicio, las cosas se ponen mucho peores.
Ver al árbol parlante sin duda resulta desconcertante y eso que Chimar ha visto cosas raras, todo toma un camino más bizarro cuando su hechicera predilecta prende al árbol inicial en llamas. Lo siguiente son un montón de clones igual de aterradores.
No les gusta prestarse para eso…
Un comentario que se pierde en medio de fuego y ataques defensivos, menuda escena. Si bien eliminar arboles animados es relativamente fácil con los poderes o herramientas indicadas, hay otras cosas a tener en cuenta.
Están enfrentando una enfermedad que se expande, es estadísticamente imposible poder neutralizarla con iniciativas físicas tan mundanas. Todas las predicciones indican que los héroes terminaran superados.
Eleatril revela que deben buscar una raíz madre, con eso eliminaran Ellarraíz de golpe… bastante redundante sin duda. El concepto agrega una fascinante gama de complicaciones pues si buscar una aguja en el pajar es difícil, ahora con tantas situaciones en movimiento roza lo imposible.
Claro que los héroes no se quedan de brazos cruzados, el primero en reaccionar es el caballero elfo quien intentan hacer entrar en razón a Lucy. Si bien la bruja es un hueso duro de roer, parece lograr algo de avance.
Niniel pasa entonces a eliminar los cadáveres reanimados que comienzan a multiplicarse por voluntad de la propia Ellarraíz, su habilidad es sorprendente pero lo que más destaca es el arrebato emocional que experimenta.
A veces me da miedo.
A veces me da miedo.
Dicen ambos enanos en diferentes lugares del tablero, se puede decir que comparten el sentimiento. Están acostumbrados a ver una amable y cariñosa sacerdotisa del bosque… no una justiciera de la naturaleza.
Chimar por su parte posa ambos ojos en el árbol ardiente que comienza a propagar su fuego, es un problema a tener en cuenta. Si bien las llamas son buenas para luchar contra cualquier tipo de corrupción, si se expande descontroladamente será imparable dada la situación geopolítica actual.
Lo siento pero hoy no se inventara el fuego.
Dice para luego arrojar su característica esfera metálica, le calibra en segundos para que estalle al contacto. Una vez toca al elemento natural aberrante, la explosión hidráulica causa que el fuego se extinga de golpe.
Tercera regla de la filosofía natural inventiva, las explosiones suelen consumir cualquier tipo de fuego focalizado… bastante útil en ciertas situaciones como esta.
Se puede decir que los enanos están fuera del alcance de los peligros patentes, Catherine sigue protegiendo al brujito y Chimar se mantiene encima del gato gigante. Los niños son el futuro y todo eso.
Por otro lado, el joven mago toma a pecho las palabras de Catherine. Sus poderes raritos pueden no funcionar en eventos históricos pero eso no significa que sea un completo inútil, aún le quedan habilidades prácticas.
Otros elementos deciden colaborar en el mismo objetivo, hablamos de Eleatril y Ash’alá, este último aun con Chimar a cuestas… todo se transforma en una búsqueda del tesoro mientras el bosque y otras cosas quieren matarlos, típico fin de semana.
- Off:
- Chimar usa su habilidad de Lvl 1 (Bomba Hidráulica) para apagar al árbol de navidad defectuoso y lanza la runa de Canel para la búsqueda en este post.
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Re: [Trama Sandorái] [Parte B-3] Ellarraíz: El poder del Aquelarre
El miembro 'Chimar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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