[Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
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[Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
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Desde esta posición, en lo alto de un cañón, una pareja vigilaba unas ruinas abandonadas sobre la gran Estepa del Norte
Comenzaba a atardecer. Una mujer observaba las ruinas de la Estepa desde un saliente rocoso, en una posición elevada. Lo hacía a través de unas de lentes que aumentaban la perspectiva, una herramienta biocibernética que recibía el nombre de “prismáticos”. Le resultaba sencillo saber quién accedía a las ruinas sin ser vista, gracias a la elevación que le otorgaba el cañón, y también el acceso de las ruina, que se encontraban peladas de vegetación.
-¿Has pensado qué harás si nadie viene a rescatar a la chica? – preguntó la mujer de los prismáticos.
-¿No es obvio? ¡La mataremos! ¡No la necesitamos! Pero eso no pasará, nadie dejaría abandonada a su hermana. – explicó acariciando la cara de la maniatada y malherida Sonyia. Su compañera se quitó los prismáticos para mirarla con cierta lástima, luego se reajustó el sombrero que siempre llevaba puesto. Ella, mejor que nadie, sabía lo que era desaparecer de una hermana, y lo echaba de menos, en parte.
-Ya… Bueno, aunque hacerlo no creo que nos sirva de mucho. – reconoció mientras volvía a los prismáticos, sin demasiado convencimiento. – Encima el sitio que has elegido está en el fin del mundo. Y miedo me dan esas leyendas que se dicen de este lugar…
-¿Eso? ¡Son habladurías de los tertulianos! ¿Quién va a venir a este lugar? ¡Si estamos a seis horas a caballo de Dundarak! Pero las leyendas están bien para atemorizar al personal. Así pagarán sin rechistar. – comentó el que parecía ser el cabecilla del dúo.
-Pues yo habría preferido un lugar más civilizado para hacer el intercambio… Como siempre he hecho, vamos. - resopló, frunciendo el ceño para volver a mirar por los prismáticos. - ¡Eh! ¡Eh! ¡Parece que se acerca alguien! – La mujer acercó los prismáticos a Sonyia para que pudiera distinguir las figuras. - ¿Los conoces?
* * * * * * * * * *
Reivy había recibido una carta anónima. En ella se decía que su hermana Sonyia había sido secuestrada por una fuerza desconocida, y que si quería volver a verla, tendría que llevar mil aeros a las ruinas de la Estepa. La joven sospechaba que el Aquelarre podría estar detrás de aquello, en un intento de tomar represalias por sus acciones contra la nigromante Amaterasu. Pero tal vez estuviera desencaminada. ¿Qué iba a hacer el Aquelarre en aquel lugar tan alejado del mundo? En la Gran Estepa del Norte.Fijaos si estaba alejado del mundo, que hasta tuvieron que contratar un guía, de nombre Scarabus, que les llevó, a lomos de una burra, hasta dicho lugar. ¡Más gastos para la expedición! Era el único que había accedido a llevarlas hasta allí, pues las malas lenguas contaban horrores del lugar. El hombre, para colmo, era un mal fario. Un agorero de desgracias que se pasó más tiempo desmoralizando que animando. Así, tras varias horas de camino por la llana y fría estepa, al pie de las montañas nevadas en los picos, terminaron por llegar a aquel recóndito lugar de Aerandir. Aquellas ruinas ocupaban una extensión relativamente grande para el lugar remoto en el que se encontraban.
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En estas ruinas no parece que habite nadie. Pero su arquitectura es única en Aerandir.
En estas ruinas no parece que habite nadie. Pero su arquitectura es única en Aerandir.
-¡Ahí están! ¡Las ruinas de la estepa! Se dice que aquí se esconde la peor calaña del Norte, porque está a un día a pie de Dundarak. Y es el hogar también de peligrosas criaturas. – bramó a voz en grito. No era un lugar especialmente llamativo. – Los inicios de la ciudad se remontan a la época de la primera civilización que habitó Aerandir. Peso eso fue hace mucho, mucho tiempo. – posó su bastón y enseñó todo cuanto veían. Y se retiró el gran sombrero que llevaba.
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Scarabus era un hombre desaliñado, de unos 50 años. No era especialmente un mal guía, pero parecía un poco pesimista, y un amante del dinero.
– De eso ya no queda nada. Durante el día, en estas ruinas, no encontraréis más que piedras y polvo… - el hombre puso una mirada angosta y tétrica. – ¡Pero por la noche, se dice que las ruinas están repleta de malhechores! – concluyó con una voz siniestra y entre risas. Como si contara una historia de miedo. Gesticulando con las manos para dar un mayor énfasis en su relato. Sin duda, podrían notar que el hombre sabía más de lo que verdaderamente decía, pero parecía suministrar la información con cuentagotas. – Debo decirte, pequeña, que estas ruinas no son todo cuanto ves. En algún lugar, se dice que hay una cueva inhóspita, donde los malhechores esconden sus tesoros. – Scarabus se pegó a Reivy Abadder, mucho. – Pero no quieres saber qué más hay dentro. Este es un lugar sin ley. Encuentra a tu hermana pronto, chica, y vete. ¡Y espero que traigas el dinero contigo si no quieres que la maten primero a ella, y después a ti!
Sorprendetemente, Reivy no tenía mil aeros. Así que la opción de rescatar a su hermana Sonyia pasaba por utilizar otras herramientas. Pero lo tendría complicado. Desconocía quién era su enemigo, cuántos eran, dónde se escondían. Y, sobre todo, tendría que sopesar si se presentaba o no. Demasiadas cosas, pero aún tenía tiempo para quedar en el lugar en el que habían quedado
Scarabus se bajó de su burra y se dirigió a las de las chicas. Las hizo bajarse de ellas casi a empujones. Como si quisiera salir de aquel recóndito lugar.
-Bien, he cumplido mi parte, pagadme ahora los 400 aeros que prometimos. – exigió, poniendo ambas mano en forma de cuenco, delante de Reivy. Parecía que se le iban a salir los ojos de las órbitas esperando el dinero.
* * * * * * * * * *
Os doy la bienvenida, Reivy Abaddery Zöe, a esta trama mastereada que me ha pedido la dragona. Tal y como habéis solicitado, vuestra misión inicial será rescatar a Sonyia, la hermana de Reivy. Y la partida se podrá completar en pocos turnos si acertáis. Pero esta será sólo una de las varias subtramas que tengo preparadas a lo largo de dos zonas y una mazmorra que podréis explorar optativamente con sus puzzles y enfrentamientos. Aunque esto será secundario ya que hacerlo os puede exponer a peligros y maldiciones. Las runas, y sobre todo las decisiones, también marcarán los caminos. Y las habilidades, armaduras y los objetos master os serán importantes. Pensad bien si lleváis acompañantes (no confundir con NPC’s) pues estos están expuestos también a maldiciones y consecuencias. Dicho esto, empezamos.
La primera “gran zona” a la que llegáis son las ruinas de la Estepa. Detrás sólo hay un largo trayecto hasta Dundarak. Ahora no hay marcha atrás. Y no parece que haya nadie en la zona. Podéis montar un pequeño campamento para resguardaros del frío. Desconozco si Zöe viene contigo o prefiere actuar de manera independiente (de hacerlo, no sabrá nada del lugar ni de lo que Scarabus ha contado). En cualquier caso, deberéis decidir si pagáis a Scarabus o no (os descontaré los aeros del perfil).
Debo decir, Reivy, que tú tampoco tienes mil aeros. No creas que podrás pagar con aeros que no están en tu perfil. Así que sabes de antemano que tendrás que, o bien conseguirlos, o recibir ayuda de Zöe, o bien ir pensando otra manera de rescatar a Sonyia.
Ger
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Hacia años que no tenia noticias sobre mis hermanos y hermanas, la gran mayoría de ellos me profesaban un cariño que ahora estaba enterrado bajo la fachada del respetable apellido de mi familia, eso sumado al destierro que mis "cariñosos" padres me ofrecieron dio como resultado una perdida total del contacto con la familia.
Aunque aquello no me quitaba las ganas de volver a verlos, si que generaba en mi cierto resentimiento ¿Si tanto me querían porque no me defendieron?
Ahora mismo poco importaba todo eso, tenia entre mis manos una carta de secuestro y no se trataba de una oferta de trabajo por parte de algún noble, sino del secuestro de la mayor de mis hermanas, Sonyia.
La carta no iba dirigida de forma general a la familia, estaba escrita expresamente hacia mi persona. ¿Porque Sonyia y no Marcos? ¿Cuanto sabia esta gente sobre mi? ¿Cuanto investigaron? ¿Y porque ahora? En mi cabeza rondaban estas y muchas otras preguntas, no entendía quien podría estar haciéndome esto. La única respuesta lógica era el Aquelarre, pero aun así no lo entendía. ¿Tan importantes eran mis actos como para llegar a este punto?
Intente esconder el acontecimiento a Lavey, pero el intento apenas duro unas horas. La carta me dejo demasiado trastocada y mi hija lo noto enseguida, "El cambio fue abrumador" me dijo ella, y era cierto.
La sonrisa se desdibujo de mi rostro, el brillo alegre que siempre bailaba en mis ojos se borro dejando paso a una cara taciturna y seria, que soltaba frases precarias y oscuras, donde la preocupación se mezcla con la ira para formar una personalidad irascible y cruenta.
El cambio preocupo tanto a Lavey que sin pedir permiso ni consulta alguna, acudió a la única persona de confianza que conocía, Zöe.
Entendía porque tomo aquella decisión y en el fondo se lo agradecía, pero en mi estado actual lo uno que recibió la niña fue una severa e inmerecida reprimenda.
Dundarak, la vieja y retrograda ciudad de los dragones. ¿Como era posible que una raza y su consiguiente civilización siguieran atascados en el pasado? No dudaba de la existencia de los celestiales, pero no estaba de acuerdo con las enseñanzas que impartía su religión.
Tardamos mas de lo deseado en encontrar a un guía que nos llevara hasta las ruinas, pero al final conseguimos que el anciano Scarabus nos llevara por un precio justos.
Aunque al empezar el viaje enseguida nos dimos cuenta que el trato no había salido como en un principio estaba acordado, decidí guardarme mi opinión para el final de la travesía.
Opinión que a cada hora que pasaba se volvía mas irritable gracias al monologo del viejo carcamal. Chusma, eso es lo que son. Voy a destruir todo lo que se me ponga por delante. Rumiaba mentalmente mientras oía al guía. Peligrosa voy a ser yo como le hayan hecho daño a mi hermana. El ceño de mi frente estaba cada vez mas fruncido. Oteaba el horizonte de las ruinas en busca de alguna pista, pero allí solo había tierra helada y piedras viejas.
Si la situación hubiera sido otra me abría parado a ver en detalle las ruinas, hubiera pasado días allí acampada empapándome de las formas del lugar e imaginando que podría haber sido aquella construcción y para que se había utilizado, pero ese no era el caso, ahora mismo solo pensaba en remover todas aquellas rocas muertas para encontrar a Sonyia.
Tenia claro que no pagaría a esos maleantes de tres al cuarto con oro, no, no pagaría con oro pagaría con sangre, su sangre.
No solo porque no tenia el dinero sino porque habían osado tocar a la segunda persona que mas quería en el mundo. Pero claro... no sabia cuantos eran, ni de que armas disponían, ni como estaría Sonyia o si me tenderían una trampa para que no me quedara otra que pagar.
Galimatias, esa era la palabra perfecta para mis sentimientos. La ira nublaba mis sentidos y me obcecaba en conseguir mi meta sin importar los resultados; y al mismo tiempo la preocupación por la seguridad de Sonyia hacia retroceder la sed de sangre y calmaba de forma intermitente las ansias de aniquilar a todo lo que se cruzaba por delante.
Las burras pararon y sacaron a mi conciencia de la espiral de pensamientos infinitos que se había formado en mi masa gris. Baje antes de que el guía nos incitara a salir de las grupas de sus animales. Escuchaba sin mucha atención a Scarabus mientras quitaba el equipaje al animal, hasta que reclamo el dinero.
-¿Como? -Gire tan rápido sobre mi eje que algunas vertebras crujieron con la torsión. - 400, el frió tiene que haberte helado el cerebro. Acordamos 40. -Ahora es cuando dejaría salir mi opinión guardada durante el viaje. -Quedamos en que pagaría 40 Aeros y que nos llevarías en percherones no en burras. -Mi voz sonaba demasiado peligrosa para ser un simple regateo. -Tienes 3 opciones. La primera, -Levante mi pulgar indicando la cifra. -Te doy 20 y me quedo tus burras. La segunda. -Levante otro dedo. -Te doy 10 y te vas con tus burras y la tercera. -En lugar de sacar un tercer dedo cerré el puño y me cruce de brazos. -Me quedo con tus burras y tu vida.
La decisión de matarlo no era la mas cuerda del mundo, en otro momento ni me la hubiera planteado y sabia que si acababa sesgando su vida, mi conciencia me lo recordaría de por vida.
-Decide rápido anciano, no tengo tiempo que perder. -La parte racional de mi mente cruzaba las manos y rezaba a los dioses, esperando que Scarabus no optara por la ultima opción.
Durante el viaje Lavey aprendido que su madre estaba pasando por una etapa complicada y que era mejor no perturbarla. De hecho lo mas sensato era no dirigirle la palabra amenos que fuera necesario. Pero aquella reacción tan visceral... la niña nunca había visto a su mentora en aquella actitud y eso le aterraba aunque no lo demostrara. Su madre nunca había matado a nadie que no lo mereciera ¿Verdad?
La joven rubia miraba la escena atónita, sin saber que hacer o como intervenir, aunque seria mejor decir que la pequeña tenia miedo de intervenir y desatar la ira de su madre.
__________
Off: No se como lo tendrás planeado Ger, pero quiero que sepas que mi corazón rolero me obliga hacer cualquier cosa "Secundaria/opcional/mazmorra" ponle el nombre que quieras xD La cuestión, que quiero hacer todo lo que tengas planeado para el Mastereado. :3
Aunque aquello no me quitaba las ganas de volver a verlos, si que generaba en mi cierto resentimiento ¿Si tanto me querían porque no me defendieron?
Ahora mismo poco importaba todo eso, tenia entre mis manos una carta de secuestro y no se trataba de una oferta de trabajo por parte de algún noble, sino del secuestro de la mayor de mis hermanas, Sonyia.
La carta no iba dirigida de forma general a la familia, estaba escrita expresamente hacia mi persona. ¿Porque Sonyia y no Marcos? ¿Cuanto sabia esta gente sobre mi? ¿Cuanto investigaron? ¿Y porque ahora? En mi cabeza rondaban estas y muchas otras preguntas, no entendía quien podría estar haciéndome esto. La única respuesta lógica era el Aquelarre, pero aun así no lo entendía. ¿Tan importantes eran mis actos como para llegar a este punto?
Intente esconder el acontecimiento a Lavey, pero el intento apenas duro unas horas. La carta me dejo demasiado trastocada y mi hija lo noto enseguida, "El cambio fue abrumador" me dijo ella, y era cierto.
La sonrisa se desdibujo de mi rostro, el brillo alegre que siempre bailaba en mis ojos se borro dejando paso a una cara taciturna y seria, que soltaba frases precarias y oscuras, donde la preocupación se mezcla con la ira para formar una personalidad irascible y cruenta.
El cambio preocupo tanto a Lavey que sin pedir permiso ni consulta alguna, acudió a la única persona de confianza que conocía, Zöe.
Entendía porque tomo aquella decisión y en el fondo se lo agradecía, pero en mi estado actual lo uno que recibió la niña fue una severa e inmerecida reprimenda.
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Dundarak, la vieja y retrograda ciudad de los dragones. ¿Como era posible que una raza y su consiguiente civilización siguieran atascados en el pasado? No dudaba de la existencia de los celestiales, pero no estaba de acuerdo con las enseñanzas que impartía su religión.
Tardamos mas de lo deseado en encontrar a un guía que nos llevara hasta las ruinas, pero al final conseguimos que el anciano Scarabus nos llevara por un precio justos.
Aunque al empezar el viaje enseguida nos dimos cuenta que el trato no había salido como en un principio estaba acordado, decidí guardarme mi opinión para el final de la travesía.
Opinión que a cada hora que pasaba se volvía mas irritable gracias al monologo del viejo carcamal. Chusma, eso es lo que son. Voy a destruir todo lo que se me ponga por delante. Rumiaba mentalmente mientras oía al guía. Peligrosa voy a ser yo como le hayan hecho daño a mi hermana. El ceño de mi frente estaba cada vez mas fruncido. Oteaba el horizonte de las ruinas en busca de alguna pista, pero allí solo había tierra helada y piedras viejas.
Si la situación hubiera sido otra me abría parado a ver en detalle las ruinas, hubiera pasado días allí acampada empapándome de las formas del lugar e imaginando que podría haber sido aquella construcción y para que se había utilizado, pero ese no era el caso, ahora mismo solo pensaba en remover todas aquellas rocas muertas para encontrar a Sonyia.
Tenia claro que no pagaría a esos maleantes de tres al cuarto con oro, no, no pagaría con oro pagaría con sangre, su sangre.
No solo porque no tenia el dinero sino porque habían osado tocar a la segunda persona que mas quería en el mundo. Pero claro... no sabia cuantos eran, ni de que armas disponían, ni como estaría Sonyia o si me tenderían una trampa para que no me quedara otra que pagar.
Galimatias, esa era la palabra perfecta para mis sentimientos. La ira nublaba mis sentidos y me obcecaba en conseguir mi meta sin importar los resultados; y al mismo tiempo la preocupación por la seguridad de Sonyia hacia retroceder la sed de sangre y calmaba de forma intermitente las ansias de aniquilar a todo lo que se cruzaba por delante.
Las burras pararon y sacaron a mi conciencia de la espiral de pensamientos infinitos que se había formado en mi masa gris. Baje antes de que el guía nos incitara a salir de las grupas de sus animales. Escuchaba sin mucha atención a Scarabus mientras quitaba el equipaje al animal, hasta que reclamo el dinero.
-¿Como? -Gire tan rápido sobre mi eje que algunas vertebras crujieron con la torsión. - 400, el frió tiene que haberte helado el cerebro. Acordamos 40. -Ahora es cuando dejaría salir mi opinión guardada durante el viaje. -Quedamos en que pagaría 40 Aeros y que nos llevarías en percherones no en burras. -Mi voz sonaba demasiado peligrosa para ser un simple regateo. -Tienes 3 opciones. La primera, -Levante mi pulgar indicando la cifra. -Te doy 20 y me quedo tus burras. La segunda. -Levante otro dedo. -Te doy 10 y te vas con tus burras y la tercera. -En lugar de sacar un tercer dedo cerré el puño y me cruce de brazos. -Me quedo con tus burras y tu vida.
La decisión de matarlo no era la mas cuerda del mundo, en otro momento ni me la hubiera planteado y sabia que si acababa sesgando su vida, mi conciencia me lo recordaría de por vida.
-Decide rápido anciano, no tengo tiempo que perder. -La parte racional de mi mente cruzaba las manos y rezaba a los dioses, esperando que Scarabus no optara por la ultima opción.
Durante el viaje Lavey aprendido que su madre estaba pasando por una etapa complicada y que era mejor no perturbarla. De hecho lo mas sensato era no dirigirle la palabra amenos que fuera necesario. Pero aquella reacción tan visceral... la niña nunca había visto a su mentora en aquella actitud y eso le aterraba aunque no lo demostrara. Su madre nunca había matado a nadie que no lo mereciera ¿Verdad?
La joven rubia miraba la escena atónita, sin saber que hacer o como intervenir, aunque seria mejor decir que la pequeña tenia miedo de intervenir y desatar la ira de su madre.
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Off: No se como lo tendrás planeado Ger, pero quiero que sepas que mi corazón rolero me obliga hacer cualquier cosa "Secundaria/opcional/mazmorra" ponle el nombre que quieras xD La cuestión, que quiero hacer todo lo que tengas planeado para el Mastereado. :3
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
[ANALIZANDO]
Si, la diferencia era evidente, los gestos, los tonos, el modo de hablar, todo era distinto en Reivy, cada acción la hacían diferenciarse aún más de la dragona que conocíamos. Lavey también lo había notado, observaba a su madre adoptiva desde cierta distancia, mientras los burros avanzaban lentamente por el empedrado camino. Yo iba junto a la niña, solo era una precaución por si algo sucedía.
[RECUPERANDO ARCHIVOS]
El reencuentro con las dragonas había sido significativo, no nos habíamos visto desde poco antes de que comenzara la guerra. Pasar unos días con ellas no parecía ser una mala idea, de todas maneras no tenía pista alguna de donde podía estar Dag, seguir buscando o quedarme allí no hacía diferencia alguna [ANALIZANDO] Si, eso parecía ser lo correcto.
Nos encontrábamos con Lavey en el jardín, la joven me mostraba cuanto había mejorado con el arco. Fue entonces cuando Reivy se acercó, llevaba un papel en la mano, me pidió que esperara afuera ya que tenía que hablar algo con su hija. Asentí y cumplí con la orden con exactitud, me quedé parada bajo el mismo árbol en el que hasta hacía pocos minutos habíamos estado practicando.
Algunas horas más tarde, la más joven de las dragonas se acercó a mí para pedirme ayuda…
[ARCHIVO TERMINADO]
Llegar hasta el sitio indicado no había sido sencillo, solo un guía había aceptado llevarnos [ANALIZANDO] Considerando los modos y las conductas que Reivy había decidido adoptar, era probable que muchos se hubiesen negado por su presencia en particular. Sabía que Lavey solía tener conductas con altos grados de apego, y si bien podía entender que a su edad su carácter lentamente iría cambiando, no era normal que la transformación fuera tan abrupta, el contacto con su madre adoptiva era ahora mínimo, y eso no estaba bien.
Mientras escuchaba a nuestro guía pensaba que muchos de los datos que estaba dando muy probablemente no tendrían una base argumental sólida, ni pruebas que pudieran sustentarlas, dejarse llevar por los rumores era una característica típica de los orgánicos.
Bajamos de los burros [ANALIZANDO] el mío parecía especialmente aliviado, probablemente había notado la diferencia de peso. Reivy se giró tan rápido al escuchar cuanto sería la paga que casi deja caer todo el equipaje que el animal cargaba, extendí la mano y lo sostuve a tiempo, solté las últimas hebillas que quedaban y lo puse en el piso mientras la dragona terminaba de increpar a Scarabus para que nos cobrara mucho menos de lo que pedía.
[ANALIZANDO] El gesto de Lavey denotaba que estaba preocupada y… ¿Asustada? Eso no era bueno. Me acerqué a Reivy y puse una mano sobre su hombro, instándola a que se alejara del guía ya que parecía estar dispuesta a quitarle la vida en ese mismo instante.
-Sabes que no puedo permitir que dañes a ningún orgánico ¿Si? Mi sistema no permitirá actos agresivos a menos que resulte indispensable – Busque en mi morral, en cuanto lo abrí mis tres acompañantes saltaron afuera y corrieron hacía Lavey – Aquí tiene, agradecemos el que nos haya guiado hasta aquí, su trabajo ha terminado, así que puede retirarse ¿Correcto? – Agregué una sonrisa que, esperaba, pareciera natural.
Luego agarré dos de las mochilas más pesadas y las cargué sobre mis hombros.
-Debemos buscar donde acampar – No parecía haber ni rastros de aldeas o ciudades activas, pero los restos de antiguas civilizaciones podían servirnos como resguardo contra el frío viento nocturno.
____________________________________________________
Offrol: Zöe entrega los 400 Aeros de su perfil sin problema alguno ^^
Si, la diferencia era evidente, los gestos, los tonos, el modo de hablar, todo era distinto en Reivy, cada acción la hacían diferenciarse aún más de la dragona que conocíamos. Lavey también lo había notado, observaba a su madre adoptiva desde cierta distancia, mientras los burros avanzaban lentamente por el empedrado camino. Yo iba junto a la niña, solo era una precaución por si algo sucedía.
[RECUPERANDO ARCHIVOS]
El reencuentro con las dragonas había sido significativo, no nos habíamos visto desde poco antes de que comenzara la guerra. Pasar unos días con ellas no parecía ser una mala idea, de todas maneras no tenía pista alguna de donde podía estar Dag, seguir buscando o quedarme allí no hacía diferencia alguna [ANALIZANDO] Si, eso parecía ser lo correcto.
Nos encontrábamos con Lavey en el jardín, la joven me mostraba cuanto había mejorado con el arco. Fue entonces cuando Reivy se acercó, llevaba un papel en la mano, me pidió que esperara afuera ya que tenía que hablar algo con su hija. Asentí y cumplí con la orden con exactitud, me quedé parada bajo el mismo árbol en el que hasta hacía pocos minutos habíamos estado practicando.
Algunas horas más tarde, la más joven de las dragonas se acercó a mí para pedirme ayuda…
[ARCHIVO TERMINADO]
Llegar hasta el sitio indicado no había sido sencillo, solo un guía había aceptado llevarnos [ANALIZANDO] Considerando los modos y las conductas que Reivy había decidido adoptar, era probable que muchos se hubiesen negado por su presencia en particular. Sabía que Lavey solía tener conductas con altos grados de apego, y si bien podía entender que a su edad su carácter lentamente iría cambiando, no era normal que la transformación fuera tan abrupta, el contacto con su madre adoptiva era ahora mínimo, y eso no estaba bien.
Mientras escuchaba a nuestro guía pensaba que muchos de los datos que estaba dando muy probablemente no tendrían una base argumental sólida, ni pruebas que pudieran sustentarlas, dejarse llevar por los rumores era una característica típica de los orgánicos.
Bajamos de los burros [ANALIZANDO] el mío parecía especialmente aliviado, probablemente había notado la diferencia de peso. Reivy se giró tan rápido al escuchar cuanto sería la paga que casi deja caer todo el equipaje que el animal cargaba, extendí la mano y lo sostuve a tiempo, solté las últimas hebillas que quedaban y lo puse en el piso mientras la dragona terminaba de increpar a Scarabus para que nos cobrara mucho menos de lo que pedía.
[ANALIZANDO] El gesto de Lavey denotaba que estaba preocupada y… ¿Asustada? Eso no era bueno. Me acerqué a Reivy y puse una mano sobre su hombro, instándola a que se alejara del guía ya que parecía estar dispuesta a quitarle la vida en ese mismo instante.
-Sabes que no puedo permitir que dañes a ningún orgánico ¿Si? Mi sistema no permitirá actos agresivos a menos que resulte indispensable – Busque en mi morral, en cuanto lo abrí mis tres acompañantes saltaron afuera y corrieron hacía Lavey – Aquí tiene, agradecemos el que nos haya guiado hasta aquí, su trabajo ha terminado, así que puede retirarse ¿Correcto? – Agregué una sonrisa que, esperaba, pareciera natural.
Luego agarré dos de las mochilas más pesadas y las cargué sobre mis hombros.
-Debemos buscar donde acampar – No parecía haber ni rastros de aldeas o ciudades activas, pero los restos de antiguas civilizaciones podían servirnos como resguardo contra el frío viento nocturno.
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Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Sin ser visto por la lejanía y la altitud desde lo alto del cañón, Bastian tomó los prismáticos y observó a Reivy, Zöe, y también al tipo que las acompañaba. Eran tres. Pero por fortuna, el hombre terminó marchándose, por lo que ahora estaban en igualdad de condiciones. Contando ellos con el factor sorpresa. Justo lo que quería.
-Insisto en que no sé que hacemos aquí. – reclamó la mujer del bombín. Tapándose con una manta, comenzaba a hacer frío. – Podríamos haber quedado en otro lugar. Nadie con dos dedos de frente vendría aquí.
-No seas cobarde, Fiona. ¿De verdad te crees todos esos cuentos de los bandidos? ¡Aquí no vive nadie! – rió Bastian, algo molesto. - Esperaremos al atardecer. Así podremos asustarlas más. Y nos darán el dinero, que es lo que queremos.
-Pfff… No sé yo. – dijo la reticente Fiona Wright. – En fin, a ver si duermo un poco, despiértame cuando sea la hora.
Y se fue a su grácil corcel, a por las mantas, dispuesta a recostarse en el único lugar en el que parecía poder descansar en aquel lugar, apoyó su espalda sobre aquella estatua de una mujer con un arco y un carcaj, que sujetaba una cabra muerta por la cabeza. Y a su lado, una tablilla en un lenguaje que ni podía ni tenía intención de ponerse a leer. - A ver si me deja dormir algo ese maldito arroyo subterráneo. – maldijo por sus adentros, cada vez que sentía el suelo moverse, como si hubiese algo dentro. Aunque le daba igual, se tapó con la manta y cerró los ojos.
Scarabus no se amedrentó ante las duras palabras, casi amenazas, que le profirió Reivy Abadder. Lejos de ello, se atrevió a mirar con una sonrisa de desafío a Reivy. Sólo por aquella amenaza, la dragona ya había conseguido que el guía la tuviera entre ceja y ceja. Aunque todo fue un mal menor, pues finalmente obtuvo por parte de Zöe el dinero que llevaba buscando.
-Parece que tu amiga es algo más inteligente que tú. – dijo tomando la bolsa de monedas que la biocibernética le había entregado. – La codicia nunca fue una buena consorte. Espero que sepas negociar con los secuestradores de tu hermana mejor de lo que lo has hecho conmigo. – el hombre se rió y se acercó a las alforjas de las burras.
Las abrió cuidadosamente y hurgó en su interior hasta sacar un pequeño odre con agua, una maza y un mortero. De los aeros que Zöe le había entregado, guardó la mitad en la alforja. Eran sus honorarios por el servicio. La otra mitad los introdujo en el mortero. Comenzó a molerlo con cuidado, realizando unas palabras. No es que el hombre tuviera mucha fuerza, pero aquella herramienta o el propio hombre parecía ser hábil en el uso de la magia. Sin duda era un brujo.
Con el pequeño ritual consiguió convertir el dinero en polvo dorado. Vertió parte del agua sobre él, logrando una especie de cera o maquillaje dorado con el que se acercó a la pequeña Lavey. Pese a que a Reivy no le gustase la idea, el hombre aprovechó la curiosidad de la niña para trazar dos líneas de maquillaje dorado sobre cada una de sus mejillas rollizas.
-Con este ungüento, enseñaré a la niña a respetar a los demás, y a poder comunicarse con ellos. No como su madre. - Entonces, miró a ambas y se despidió. – Que tengáis buena suerte, mujercitas. Porque la vais a necesitar. Os cedo mis burras, ya no las necesito. – Y desapareció cual viento, dejando a las burras con el grupo de féminas.
A Reivy, Lavey y a Zöe les tocaba ahora buscar un lugar donde acampar. La ciudad o lo que fuera era pequeña, aunque desde luego grande para ser unas ruinas. Había muros y columnas diseminadas por los algo más de diez hectáreas que componían la estructura. También había estatuas irreconocibles, u otras con formas y cabezas cortadas.
Tan sólo había ruinas y polvo. Y además, no parecía que hubiera nadie, al menos por ahora. Tanto, que las jóvenes podrían comenzar a plantearse que tal vez se habían equivocado de lugar. O que incluso los secuestradores no fueran a cumplir su parte del trato, que era otra posibilidad. Era difícil hacer pesquisas, pero por ahora no quedaba otra que esperar.
Refugiarse en la fría estepa era algo básico para sobrevivir. Y allí no había ningún edificio completamente cerrado. Lo más próximo que había a eso era una especie de templo, aunque desgastado por el paso del tiempo, al final de las ruinas, que además era casi lo que más llamaba la atención. Pero al menos parecía del frío viento que calaba en los huesos.
El grabado de su interior era quizás lo más llamativo del mismo. En azulejos rojos, dibujando un águila dorado con cuatro letras que no parecía significar nada especialmente importante: SPQR. En ese orden. También destacaba el mismo número de recipientes, estos intactos, como si fueran inmortales al paso del tiempo, que había justo debajo de cada letra. Así como un texto, grabado en roca justo a la derecha, que se encontraba en una lengua muy diferente a la suya.
Ninguna de ellas conocía aquella lengua llena de palabras y terminaciones en “-us”. Pero Lavey comenzó a descifrar su contenido con increíble facilidad. ¿Habían tenido algo que ver los polvos de Scarabus? La niña recitó el texto.
“Desconozco cómo hemos llegado aquí. Es extraño. Íbamos persiguiendo aquel cuervo que nos había robado el tesoro de César como si fuese una pluma. Fuimos tras él y cuando lo encontramos, conseguimos arrebatárselo. No sabemos muy bien qué pasó después, pero algo había raro en ese animal y terminamos aquí. Creo que estamos en algún lugar de Cartago. Hemos tenido que empezar a construir un campamento improvisado aquí y en el cañón cercano, pero… ¡Por Júpiter! Parece que estamos solos. Si alguien lee esto, decidle al César que la Legio XIII irguió este templo y construyó cuatro estatuas en honor a los dioses para protegerlo. Sólo los auténticos hijos de César sabrán cómo acceder”.
Un texto intrigrante, sin duda. Pero estaban allí para rescatar a la hermana de Reivy, ¿no?
Consecuencias: La codicia no es buena compañera, Reivy. Scarabus era un brujo y te has librado de una maldición gracias a Zöe. Por la gratitud de la biocibernética, Scarabus os ha dejado las dos burras, y además ha bendecido a Lavey, permitiéndole leer textos antiguos. A Zöe le he restado 400 aeros de su perfil.
Ambas: Aunque esta misión tendrá escenas de combate, os adelantaré que se centrará en la parte de exploración, acertijos y desafíos. Administrad recursos e id fijándoos en los detalles que os voy dando. Tenéis por delante un acertijo por resolver si queréis saber qué le pasó a esta expedición venida de otro mundo y conseguir su tesoro. Es una tarea secundaria, aunque me alegro veros dispuestas a ello.
Lo que tenéis que hacer este turno es intercambiar ideas con el descubrimiento que habéis hecho e investigar. Estáis en la zona del templo. Y además, dentro de las ruinas, tenéis la zona de las viviendas y una zona más descampada y amplia. Podéis ir a cualquiera de las dos. También podéis poner rumbo al cañón si decidís empezar por ahí. Podéis dividiros o ir juntas. Y adaptaré el mundo a vosotras, pero por la codicia de Reivy, la pequeña Lavey es la única que puede descifrar estos textos.
Desde donde estáis, por la estructura del templo, no sois capaces de ver a los secuestradores. Así que no lo intentéis.
-Insisto en que no sé que hacemos aquí. – reclamó la mujer del bombín. Tapándose con una manta, comenzaba a hacer frío. – Podríamos haber quedado en otro lugar. Nadie con dos dedos de frente vendría aquí.
-No seas cobarde, Fiona. ¿De verdad te crees todos esos cuentos de los bandidos? ¡Aquí no vive nadie! – rió Bastian, algo molesto. - Esperaremos al atardecer. Así podremos asustarlas más. Y nos darán el dinero, que es lo que queremos.
-Pfff… No sé yo. – dijo la reticente Fiona Wright. – En fin, a ver si duermo un poco, despiértame cuando sea la hora.
Y se fue a su grácil corcel, a por las mantas, dispuesta a recostarse en el único lugar en el que parecía poder descansar en aquel lugar, apoyó su espalda sobre aquella estatua de una mujer con un arco y un carcaj, que sujetaba una cabra muerta por la cabeza. Y a su lado, una tablilla en un lenguaje que ni podía ni tenía intención de ponerse a leer. - A ver si me deja dormir algo ese maldito arroyo subterráneo. – maldijo por sus adentros, cada vez que sentía el suelo moverse, como si hubiese algo dentro. Aunque le daba igual, se tapó con la manta y cerró los ojos.
* * * * * * * * *
Scarabus no se amedrentó ante las duras palabras, casi amenazas, que le profirió Reivy Abadder. Lejos de ello, se atrevió a mirar con una sonrisa de desafío a Reivy. Sólo por aquella amenaza, la dragona ya había conseguido que el guía la tuviera entre ceja y ceja. Aunque todo fue un mal menor, pues finalmente obtuvo por parte de Zöe el dinero que llevaba buscando.
-Parece que tu amiga es algo más inteligente que tú. – dijo tomando la bolsa de monedas que la biocibernética le había entregado. – La codicia nunca fue una buena consorte. Espero que sepas negociar con los secuestradores de tu hermana mejor de lo que lo has hecho conmigo. – el hombre se rió y se acercó a las alforjas de las burras.
Las abrió cuidadosamente y hurgó en su interior hasta sacar un pequeño odre con agua, una maza y un mortero. De los aeros que Zöe le había entregado, guardó la mitad en la alforja. Eran sus honorarios por el servicio. La otra mitad los introdujo en el mortero. Comenzó a molerlo con cuidado, realizando unas palabras. No es que el hombre tuviera mucha fuerza, pero aquella herramienta o el propio hombre parecía ser hábil en el uso de la magia. Sin duda era un brujo.
Con el pequeño ritual consiguió convertir el dinero en polvo dorado. Vertió parte del agua sobre él, logrando una especie de cera o maquillaje dorado con el que se acercó a la pequeña Lavey. Pese a que a Reivy no le gustase la idea, el hombre aprovechó la curiosidad de la niña para trazar dos líneas de maquillaje dorado sobre cada una de sus mejillas rollizas.
-Con este ungüento, enseñaré a la niña a respetar a los demás, y a poder comunicarse con ellos. No como su madre. - Entonces, miró a ambas y se despidió. – Que tengáis buena suerte, mujercitas. Porque la vais a necesitar. Os cedo mis burras, ya no las necesito. – Y desapareció cual viento, dejando a las burras con el grupo de féminas.
* * * * * * * * *
A Reivy, Lavey y a Zöe les tocaba ahora buscar un lugar donde acampar. La ciudad o lo que fuera era pequeña, aunque desde luego grande para ser unas ruinas. Había muros y columnas diseminadas por los algo más de diez hectáreas que componían la estructura. También había estatuas irreconocibles, u otras con formas y cabezas cortadas.
Tan sólo había ruinas y polvo. Y además, no parecía que hubiera nadie, al menos por ahora. Tanto, que las jóvenes podrían comenzar a plantearse que tal vez se habían equivocado de lugar. O que incluso los secuestradores no fueran a cumplir su parte del trato, que era otra posibilidad. Era difícil hacer pesquisas, pero por ahora no quedaba otra que esperar.
Refugiarse en la fría estepa era algo básico para sobrevivir. Y allí no había ningún edificio completamente cerrado. Lo más próximo que había a eso era una especie de templo, aunque desgastado por el paso del tiempo, al final de las ruinas, que además era casi lo que más llamaba la atención. Pero al menos parecía del frío viento que calaba en los huesos.
- Templo:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Muro:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
El grabado de su interior era quizás lo más llamativo del mismo. En azulejos rojos, dibujando un águila dorado con cuatro letras que no parecía significar nada especialmente importante: SPQR. En ese orden. También destacaba el mismo número de recipientes, estos intactos, como si fueran inmortales al paso del tiempo, que había justo debajo de cada letra. Así como un texto, grabado en roca justo a la derecha, que se encontraba en una lengua muy diferente a la suya.
Ninguna de ellas conocía aquella lengua llena de palabras y terminaciones en “-us”. Pero Lavey comenzó a descifrar su contenido con increíble facilidad. ¿Habían tenido algo que ver los polvos de Scarabus? La niña recitó el texto.
“Desconozco cómo hemos llegado aquí. Es extraño. Íbamos persiguiendo aquel cuervo que nos había robado el tesoro de César como si fuese una pluma. Fuimos tras él y cuando lo encontramos, conseguimos arrebatárselo. No sabemos muy bien qué pasó después, pero algo había raro en ese animal y terminamos aquí. Creo que estamos en algún lugar de Cartago. Hemos tenido que empezar a construir un campamento improvisado aquí y en el cañón cercano, pero… ¡Por Júpiter! Parece que estamos solos. Si alguien lee esto, decidle al César que la Legio XIII irguió este templo y construyó cuatro estatuas en honor a los dioses para protegerlo. Sólo los auténticos hijos de César sabrán cómo acceder”.
Un texto intrigrante, sin duda. Pero estaban allí para rescatar a la hermana de Reivy, ¿no?
* * * * * * * * *
Consecuencias: La codicia no es buena compañera, Reivy. Scarabus era un brujo y te has librado de una maldición gracias a Zöe. Por la gratitud de la biocibernética, Scarabus os ha dejado las dos burras, y además ha bendecido a Lavey, permitiéndole leer textos antiguos. A Zöe le he restado 400 aeros de su perfil.
Ambas: Aunque esta misión tendrá escenas de combate, os adelantaré que se centrará en la parte de exploración, acertijos y desafíos. Administrad recursos e id fijándoos en los detalles que os voy dando. Tenéis por delante un acertijo por resolver si queréis saber qué le pasó a esta expedición venida de otro mundo y conseguir su tesoro. Es una tarea secundaria, aunque me alegro veros dispuestas a ello.
Lo que tenéis que hacer este turno es intercambiar ideas con el descubrimiento que habéis hecho e investigar. Estáis en la zona del templo. Y además, dentro de las ruinas, tenéis la zona de las viviendas y una zona más descampada y amplia. Podéis ir a cualquiera de las dos. También podéis poner rumbo al cañón si decidís empezar por ahí. Podéis dividiros o ir juntas. Y adaptaré el mundo a vosotras, pero por la codicia de Reivy, la pequeña Lavey es la única que puede descifrar estos textos.
Desde donde estáis, por la estructura del templo, no sois capaces de ver a los secuestradores. Así que no lo intentéis.
Última edición por Ger el Sáb 26 Ene - 11:00, editado 1 vez
Ger
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
-Haz lo que quieras. -Contestaba a Zöe con una mirada severa y un golpe en la mano para sacarla de encima del hombro. -Son tus aeros, tu veras lo que haces.
La mujer mecánica no se merecía esa clase de trato, pero en ese momento era el único que podía dar y los reproches del viejo no hacían mejorar la situación.
-No es codicia. -Le contestaba a Scarabus al borde de un ataque de histeria. -Mi hermana los necesita.
La situación se me iba de las manos ni siquiera podía controlar mis propias emociones, durante una fracción de segundo mi mente logro llamar a la calma, dejando como resultado un rostros serio con la boca cerrada y la mandíbula tan tensa que se podían ver los músculos marcados bajo la piel.
-Ella nunca ha sido así. -Decia Lavey al brujo en un intento por defender a la mayor de las dragonas. -Lo que pasa es que esta muy preocupada. No se lo tenga en cuenta.
La pequeña se acercaba al guía movida en parte por la curiosidad hacia la extraña elaboración y en parte movida por el afán de proteger la figura que se escondía detrás de la ira de su madre.
Al ver la interacción de Lavey con Scarabus se me tenso todo el cuerpo, estaba preparada para saltar encima de ese sujeto a la menor señal de peligro. Pero claro, cuando ni una misma es capaz de controlarse ¿Como puede ponderar lo que es y no es peligroso para su cría? Estaba claro que en estos momentos hasta el aire entraba dentro de mis parámetros de peligro.
La única razón por la que me mantuve estoica fue por el gesto que Lavey me hizo con la mano, para ella todo estaba bien, no pasaba nada con el brujo. ¿Pero que iba a saber una niña sobre los peligros de la vida? Descruce los brazos y di un par de pasos mirando fijamente a la niña. Lavey me dedico una mirada rápida y volvió a levantar la mano, esta vez el pulso le temblaba. ¿Que le pasa? ¿Que le esta haciendo? ¿De que tiene miedo?
Pare el pie en seco y un pequeño cumulo de polvo se levanto del suelo, apenas fue una pequeña honda al rededor de la bota. Pero en ese tiempo la rubia volvió a mirar al guía y le sonrió agradecida, no le tenia miedo al hombre o lo que este le estaba haciendo en la cara. ¿Me tiene miedo a mi?
No podía ser cierto, me quede congelada en el sitio y deje de prestarle atención a todo lo que pasaba, ni siquiera le di importancia al hecho de que el brujo desapareciera y nos dejara sus animales incluso después de todo lo que le había dicho. Solo miraba a mi hija esperando que me dijera que no era cierto lo que pensaba, pero si que lo era, ella me miro y al instante desvió sus ojos buscado a Zöe y sonriendo amargamente a los compañeros roboticos de esta.
Sin decir nada coloque de nuevo las bolsas sobre la burra y comencé a tirar de las riendas en dirección hacia las ruinas. Caminaba despacio como si las botas estuvieran hechas de plomo y no de cuero. Seguí andando hasta llegar al edificio mas grande, mi moral estaba por los suelos, pero mi instinto movía el resto de mi ser buscando un lugar en el que el frió no mordisqueara nuestras caras.
Deje que la niña correteara libre por el templo mientras yo, sin levantar la mirada del suelo, me dedicaba a encender una pequeña hoguera.
-¿Que es lo que estoy haciendo? ¿En que momento deje que la situación me sobrepasara?
A primera vista Lavey parecía recorrer el templo movida por su mente curiosa, pero en realidad lo que hacia era buscar algún indicio o alguna pista sobre Sonyia. El cambio tan radical de su madre la tenia mas preocupada de lo que en un principio se podía ver en el rostro de la niña. Ella sabia lo que era perder a la familia y no quería que su madre pasara por lo mismo, pero lo que mas le asustaba era descubrir la faceta oculta que su protectora estaba enseñando.
La pequeña no sabia como, pero estaba decidida a encontrar algo que hiera volver a la morena a su estado natural.
Lavey llego a un muero con un águila pintada sobre un fondo rojo, la joven paso sus manos por el relieve del animal mientras que los tres pequeños robots daban vueltas a las vasijas que habían pegadas bajo el muro.
“Desconozco cómo hemos llegado aquí. Es extraño. Íbamos persiguiendo aquel cuervo que nos había robado el tesoro de César como si fuese una pluma. Fuimos tras él y cuando lo encontramos, conseguimos arrebatárselo. No sabemos muy bien qué pasó después, pero algo había raro en ese animal y terminamos aquí. Creo que estamos en algún lugar de Cartago. Hemos tenido que empezar a construir un campamento improvisado aquí y en el cañón cercano, pero… ¡Por Júpiter! Parece que estamos solos. Si alguien lee esto, decidle al César que la Legio XIII irguió este templo y construyó cuatro estatuas en honor a los dioses para protegerlo. Sólo los auténticos hijos de César sabrán cómo acceder”.
-¡Zöe, Madre! ¡Venid!-Gritaba la niña desde el muro. -Encontré algo. Igual conseguimos mas dinero para el rescate.
Lavey hablaba emocionada por el descubrimiento y se veía una nota de esperanza en sus palabras. Igual con esto su madre veía la situación de otra forma.
-Esta pared habla del tesoro de un tal Cesar, la gente que construyo esto pensaba que estaba en Cartago. -La joven se quedo pensado en si conocía ese lugar y al final miro a Zöe. -¿Donde esta Cartago? ¿Y que es un Júpiter? -Lavey movió la cabeza para despejarla de preguntas y continuo informando sobre su hallazgo. -También pone que construyeron un campamento aquí y otro en un cañón cercano. Tambieeen... -La pequeña paso el dedo por el mural. -Dicen que construyeron este templo y 4 estatuas de dioses para proteger al tal Cesar. ¡Ha! -Pronuncio como si se le fuera a olvidar algo. -Y que esta gente eran unos Legion XIII y que solo los hijos de Cesar sabrán como acceder.
Antes la noticia de joven dragona me levante de delante del fuego y acudí a su llamado, pero cuando llegue todo lo encontré fueron letras sin sentido. Abrí la boca dispuesta a desmentir las palabras de la niña, pero entonces recordé al del brujo y cambie de parecer. Cerré los ojos y respirando profundamente puse mi cerebro a trabajar. Si Lavey tenia razón este descubrimiento salvaría a mi hermana.
-Dices que hay cuatro estatuas, que son de cuatro dioses... -Pensativa mire al suelo y repare en los recipientes. -Y aquí hay cuatro vasijas. Igual tendríamos que buscar esas estatuas, o quizás haya algo aquí dentro que este relacionadas con ellas. -En ese momento levante la tapa de una de las vasijas esperando encontrar algo en interior que estuviera relacionado con el acertijo. -O a lo mejor entre los 8 objetos conseguimos formar un mapa del tesoro.
La mujer mecánica no se merecía esa clase de trato, pero en ese momento era el único que podía dar y los reproches del viejo no hacían mejorar la situación.
-No es codicia. -Le contestaba a Scarabus al borde de un ataque de histeria. -Mi hermana los necesita.
La situación se me iba de las manos ni siquiera podía controlar mis propias emociones, durante una fracción de segundo mi mente logro llamar a la calma, dejando como resultado un rostros serio con la boca cerrada y la mandíbula tan tensa que se podían ver los músculos marcados bajo la piel.
-Ella nunca ha sido así. -Decia Lavey al brujo en un intento por defender a la mayor de las dragonas. -Lo que pasa es que esta muy preocupada. No se lo tenga en cuenta.
La pequeña se acercaba al guía movida en parte por la curiosidad hacia la extraña elaboración y en parte movida por el afán de proteger la figura que se escondía detrás de la ira de su madre.
Al ver la interacción de Lavey con Scarabus se me tenso todo el cuerpo, estaba preparada para saltar encima de ese sujeto a la menor señal de peligro. Pero claro, cuando ni una misma es capaz de controlarse ¿Como puede ponderar lo que es y no es peligroso para su cría? Estaba claro que en estos momentos hasta el aire entraba dentro de mis parámetros de peligro.
La única razón por la que me mantuve estoica fue por el gesto que Lavey me hizo con la mano, para ella todo estaba bien, no pasaba nada con el brujo. ¿Pero que iba a saber una niña sobre los peligros de la vida? Descruce los brazos y di un par de pasos mirando fijamente a la niña. Lavey me dedico una mirada rápida y volvió a levantar la mano, esta vez el pulso le temblaba. ¿Que le pasa? ¿Que le esta haciendo? ¿De que tiene miedo?
Pare el pie en seco y un pequeño cumulo de polvo se levanto del suelo, apenas fue una pequeña honda al rededor de la bota. Pero en ese tiempo la rubia volvió a mirar al guía y le sonrió agradecida, no le tenia miedo al hombre o lo que este le estaba haciendo en la cara. ¿Me tiene miedo a mi?
No podía ser cierto, me quede congelada en el sitio y deje de prestarle atención a todo lo que pasaba, ni siquiera le di importancia al hecho de que el brujo desapareciera y nos dejara sus animales incluso después de todo lo que le había dicho. Solo miraba a mi hija esperando que me dijera que no era cierto lo que pensaba, pero si que lo era, ella me miro y al instante desvió sus ojos buscado a Zöe y sonriendo amargamente a los compañeros roboticos de esta.
Sin decir nada coloque de nuevo las bolsas sobre la burra y comencé a tirar de las riendas en dirección hacia las ruinas. Caminaba despacio como si las botas estuvieran hechas de plomo y no de cuero. Seguí andando hasta llegar al edificio mas grande, mi moral estaba por los suelos, pero mi instinto movía el resto de mi ser buscando un lugar en el que el frió no mordisqueara nuestras caras.
Deje que la niña correteara libre por el templo mientras yo, sin levantar la mirada del suelo, me dedicaba a encender una pequeña hoguera.
-¿Que es lo que estoy haciendo? ¿En que momento deje que la situación me sobrepasara?
A primera vista Lavey parecía recorrer el templo movida por su mente curiosa, pero en realidad lo que hacia era buscar algún indicio o alguna pista sobre Sonyia. El cambio tan radical de su madre la tenia mas preocupada de lo que en un principio se podía ver en el rostro de la niña. Ella sabia lo que era perder a la familia y no quería que su madre pasara por lo mismo, pero lo que mas le asustaba era descubrir la faceta oculta que su protectora estaba enseñando.
La pequeña no sabia como, pero estaba decidida a encontrar algo que hiera volver a la morena a su estado natural.
Lavey llego a un muero con un águila pintada sobre un fondo rojo, la joven paso sus manos por el relieve del animal mientras que los tres pequeños robots daban vueltas a las vasijas que habían pegadas bajo el muro.
“Desconozco cómo hemos llegado aquí. Es extraño. Íbamos persiguiendo aquel cuervo que nos había robado el tesoro de César como si fuese una pluma. Fuimos tras él y cuando lo encontramos, conseguimos arrebatárselo. No sabemos muy bien qué pasó después, pero algo había raro en ese animal y terminamos aquí. Creo que estamos en algún lugar de Cartago. Hemos tenido que empezar a construir un campamento improvisado aquí y en el cañón cercano, pero… ¡Por Júpiter! Parece que estamos solos. Si alguien lee esto, decidle al César que la Legio XIII irguió este templo y construyó cuatro estatuas en honor a los dioses para protegerlo. Sólo los auténticos hijos de César sabrán cómo acceder”.
-¡Zöe, Madre! ¡Venid!-Gritaba la niña desde el muro. -Encontré algo. Igual conseguimos mas dinero para el rescate.
Lavey hablaba emocionada por el descubrimiento y se veía una nota de esperanza en sus palabras. Igual con esto su madre veía la situación de otra forma.
-Esta pared habla del tesoro de un tal Cesar, la gente que construyo esto pensaba que estaba en Cartago. -La joven se quedo pensado en si conocía ese lugar y al final miro a Zöe. -¿Donde esta Cartago? ¿Y que es un Júpiter? -Lavey movió la cabeza para despejarla de preguntas y continuo informando sobre su hallazgo. -También pone que construyeron un campamento aquí y otro en un cañón cercano. Tambieeen... -La pequeña paso el dedo por el mural. -Dicen que construyeron este templo y 4 estatuas de dioses para proteger al tal Cesar. ¡Ha! -Pronuncio como si se le fuera a olvidar algo. -Y que esta gente eran unos Legion XIII y que solo los hijos de Cesar sabrán como acceder.
Antes la noticia de joven dragona me levante de delante del fuego y acudí a su llamado, pero cuando llegue todo lo encontré fueron letras sin sentido. Abrí la boca dispuesta a desmentir las palabras de la niña, pero entonces recordé al del brujo y cambie de parecer. Cerré los ojos y respirando profundamente puse mi cerebro a trabajar. Si Lavey tenia razón este descubrimiento salvaría a mi hermana.
-Dices que hay cuatro estatuas, que son de cuatro dioses... -Pensativa mire al suelo y repare en los recipientes. -Y aquí hay cuatro vasijas. Igual tendríamos que buscar esas estatuas, o quizás haya algo aquí dentro que este relacionadas con ellas. -En ese momento levante la tapa de una de las vasijas esperando encontrar algo en interior que estuviera relacionado con el acertijo. -O a lo mejor entre los 8 objetos conseguimos formar un mapa del tesoro.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Mire con atención mientras el hombre realizaba algún tipo de ritual [ANALIZANDO] Su actitud no parecía ser amenazante, y Lavey estaba tranquila, no encontré motivos para intervenir. Cuando el guía dijo que podíamos quedarnos con los animales, di la vuelta con los bolsos y de forma mecánica volvía a ponerlos en su lugar, pronto se me sumo Reivy [ERROR] era más correcto decir que tomo mi lugar, y casi en el mismo instante, la joven dragona captó mi atención con su mirada.
La siguiente parte del trayecto transcurrió en silencio, extrañamente eso me hizo percatarme de que en verdad casi toda la charla hasta el momento la había llevado adelante el guía. Sin su presencia no parecía haber motivo alguno para decir nada, el estar callada era lo habitual en mí, pero no era esperable el mismo comportamiento con Reivy y mucho menos con Lavey.
Llegamos finalmente a un edificio que parecía adecuado para acampar, era una antigua estructura con un diseño que me resultaba familiar, aunque no podría explicar el porqué. La dragona más joven rápidamente se puso a explorar, yo me quedé con Reivy para alcanzarle las ramas que habíamos guardado y que pudiera así hacer una fogata.
[ANALIZANDO] La mujer hacía preguntas, y solo yo estaba allí, por lo que no podía más que imaginar que pretendía algún tipo de respuesta de mi parte.
-Estas rescatando a tu hermana ¿Correcto? – La siguiente pregunta era más difícil, sobre todo porque mi sistema no lograba entender a qué podía referirse con “sobrepasar” – Si te refieres a tu actual actitud que desentona de modo tan llamativo con la que presentas siempre: Desde que leíste la carta de los secuestradores –
Entonces el llamado de Lavey sonó a lo lejos y fui rápido a ver de qué se trataba, junto a ella estaban mis acompañantes, se entretenían más estando con la niña que conmigo. De todas maneras era algo bueno que la siguieran, no podía vigilarla todo el tiempo teniendo también a Reivy cerca.
[ANALIZANDO] No podía traducir lo que decía en la pared, pero por suerte Lavey si, escuché con atención y asentí.
-Son cosas de los humanos de la tierra – [ERROR] – No puedo acceder a ningún otro tipo de dato, mi sistema bloquea todo lo que no sea información sobre Aerandir – Analicé la información unos segundos más – Creo que sería una buena idea explorar los alrededores ¿Si? – Me acerqué a Lavey y tome su mano – Bajo ninguna circunstancia debes separarte de nosotras ¿De acuerdo? Sin importar lo que veas o escuches –
Dejarla en el templo no era más seguro que llevarla con nosotras, pero si estaba junto a Reivy a mi teníamos más opciones de acción. Miré nuevamente el mensaje y las vasijas [ESCANEANDO] querían asegurarme de que no hubiese nada más en ellos que no pudiera verse a simple vista.
-Podríamos comenzar por los alrededores del templo– Les propuse a las dragonas, una vez que tuve su confirmación nos dirigimos hacia la salida del lugar. Mire los alrededores de manera general para saber por donde empezar, y decidí comenzar por las tierras que se extendían por el lado derecho. No tardamos demasiado en encontrarnos con restos más pequeños y hechos de materiales menos resistentes – Supongo que aquí era donde estaban las viviendas de esa Legión de la que hablaba el texto en la pared -
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Subrayado: Zöe usa su Habilidad de lvl 1 "Escaneo"
La siguiente parte del trayecto transcurrió en silencio, extrañamente eso me hizo percatarme de que en verdad casi toda la charla hasta el momento la había llevado adelante el guía. Sin su presencia no parecía haber motivo alguno para decir nada, el estar callada era lo habitual en mí, pero no era esperable el mismo comportamiento con Reivy y mucho menos con Lavey.
Llegamos finalmente a un edificio que parecía adecuado para acampar, era una antigua estructura con un diseño que me resultaba familiar, aunque no podría explicar el porqué. La dragona más joven rápidamente se puso a explorar, yo me quedé con Reivy para alcanzarle las ramas que habíamos guardado y que pudiera así hacer una fogata.
[ANALIZANDO] La mujer hacía preguntas, y solo yo estaba allí, por lo que no podía más que imaginar que pretendía algún tipo de respuesta de mi parte.
-Estas rescatando a tu hermana ¿Correcto? – La siguiente pregunta era más difícil, sobre todo porque mi sistema no lograba entender a qué podía referirse con “sobrepasar” – Si te refieres a tu actual actitud que desentona de modo tan llamativo con la que presentas siempre: Desde que leíste la carta de los secuestradores –
Entonces el llamado de Lavey sonó a lo lejos y fui rápido a ver de qué se trataba, junto a ella estaban mis acompañantes, se entretenían más estando con la niña que conmigo. De todas maneras era algo bueno que la siguieran, no podía vigilarla todo el tiempo teniendo también a Reivy cerca.
[ANALIZANDO] No podía traducir lo que decía en la pared, pero por suerte Lavey si, escuché con atención y asentí.
-Son cosas de los humanos de la tierra – [ERROR] – No puedo acceder a ningún otro tipo de dato, mi sistema bloquea todo lo que no sea información sobre Aerandir – Analicé la información unos segundos más – Creo que sería una buena idea explorar los alrededores ¿Si? – Me acerqué a Lavey y tome su mano – Bajo ninguna circunstancia debes separarte de nosotras ¿De acuerdo? Sin importar lo que veas o escuches –
Dejarla en el templo no era más seguro que llevarla con nosotras, pero si estaba junto a Reivy a mi teníamos más opciones de acción. Miré nuevamente el mensaje y las vasijas [ESCANEANDO] querían asegurarme de que no hubiese nada más en ellos que no pudiera verse a simple vista.
-Podríamos comenzar por los alrededores del templo– Les propuse a las dragonas, una vez que tuve su confirmación nos dirigimos hacia la salida del lugar. Mire los alrededores de manera general para saber por donde empezar, y decidí comenzar por las tierras que se extendían por el lado derecho. No tardamos demasiado en encontrarnos con restos más pequeños y hechos de materiales menos resistentes – Supongo que aquí era donde estaban las viviendas de esa Legión de la que hablaba el texto en la pared -
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Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Zöe buscó en las vasijas, pero no encontró nada más que lo que ya sabía: Había cuatro. Y cada una tenía una abertura por la que se podía introducir un cubo. No podían moverse demasiado sin romperlas pues parecían formar parte de la estructura del templo.
Dado que no había nada de mayor interés, Reivy, Lavey y Zöe se desplazaron hacia la zona de viviendas. Allí, había bastantes casas, pero de las que sólo quedaban los muros. O como mucho, algún tejado de piedra, derruido en su mayor parte. En esta zona de viviendas, había una nueva estatua. Que rodeaba una fuente totalmente seca. Era quizás lo que mejor conservado estaba. Como si hubiese estado imperecedero al paso del tiempo.
“Ceres, diosa de las estaciones”. Rezaba el texto que Lavey recitaría en voz alta.
La estatua sujetaba dos objetos: Por un lado, una especie de jarra, que daba a la fuente, pero estaba vacía. También sujetaba una antorcha. Esta antorcha emitía un curioso fuego azul. No era difícil de extraer. Además, la estatua parecía estar llorando. Tenía lágrimas colgando de sus ojos. Pero estaban petrificadas. Como si formaran parte de ella. Bajo esta, había un nuevo texto, parecido al anterior.
“Estoy buscando a mi hija, Proserpina. El malvado Hades se quiere casar con ella y se la ha llevado. Ahora, la busco por las noches con mi antorcha. Pero no la he encontrado. Cuando la haga, volveré a ser feliz. Y con mi jarra traeré la prosperidad a estas tierras.”.
No demasiado lejos, había otro edificio en ruinas, algo enterrado. Un canal llegaba procedente de la fuente de la estatua de Ceres, hasta aquí. Probablemente trajera agua en tiempos en los que no había tanta sequía. Se podía visualizar una pequeña piscina, agrietada. Con varios pequeños cubos hexagonales curiosamente encajados, aunque parcialmente rotos. Uno de ellos indicaba la letra “R”.
Pero era imposible de sacar de ahí. Estaba muy encajonado. La única manera de hacerlo funcionar, era trayendo agua hasta las termas.
Las chicas tendieron su vida a la última zona que les faltaba por explorar: La zona descampada. Estaba al otro lado del poblado, pero los ojos de Reivy se sentirían deslumbrados por un haz de rayo, como si fuera un espejo sobre el que rebotaba el sol, procedente del cañón lejano, en un alto.
* * * * * * * * * * *
-¡Mierda! ¡Creo que me han visto! – exclamó el acompañante de los prismáticos a su compañera, que reposaba sobre otra de las estatuas que rezaba en el texto. Sobre lo alto del cañón. Tratando de ocultarse con rapidez.
La mujer despertó, pues se encontraba dormida. A su lado, Sonyia, la hermana de Reivy, miraba con interés las novedades. Aunque no podía ver nada. Estaba atada a la estatua de la mujer cazadora.
-¿Ves? Tanto mirar, tanto mirar... Lo cierto es que estaba empezando a sentirme mal. – La chica del bombín se lo ajustó y se levantó, para asomarse a mirar de nuevo con los prismáticos. Se arrastró en el suelo para ver al trío de mujeres. Estaban aún muy lejos, en las ruinas. – Tienen pinta de estar más peladas de aeros que nosotros. Sólo a ti se te ocurre traerlas aquí, creyendo que ese montón de piedras viejo las iba a asustar. Podríamos haberlas llevado a un sitio más civilizado y caluroso. A esa ciudad, por ejemplo ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí! ¡Ciudad Lagarto! – la mujer suspiró. Demostrando que, de nuevo, no le gustaba nada aquel plan, ni los métodos que su compañero gastaba con Sonyia.
-Tu ironía me aburre, Fiona. ¿Por qué no bajas y te presentas? Mientras yo voy preparando algo. – dijo el tipo.
La mujer rió.
-Como te lo diría. Una vez intenté secuestrar a una elfa, llamada Helyare. Acabé en casa de unos brujos pirómanos y psicópatas que casi hacen de mí una ensalada. – No. No lo recordaba demasiado bien. - Otra vez, por ayudar a la torpe de mi hermana y a un niñito inventor, casi acabo devorada por una riada. – Miró al cielo y se llevó el índice a la comisura de los labios. Entrecerró un ojo. Tratando de recordar. – No. Creo que no voy a bajar. Aún me duelen las costillas de aquello. – negó.
Si subían, les esperarían con alguna trampa, seguramente.
Dado que no había nada de mayor interés, Reivy, Lavey y Zöe se desplazaron hacia la zona de viviendas. Allí, había bastantes casas, pero de las que sólo quedaban los muros. O como mucho, algún tejado de piedra, derruido en su mayor parte. En esta zona de viviendas, había una nueva estatua. Que rodeaba una fuente totalmente seca. Era quizás lo que mejor conservado estaba. Como si hubiese estado imperecedero al paso del tiempo.
“Ceres, diosa de las estaciones”. Rezaba el texto que Lavey recitaría en voz alta.
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La estatua, sólo que en una ruina en medio de una fría estepa.
La estatua sujetaba dos objetos: Por un lado, una especie de jarra, que daba a la fuente, pero estaba vacía. También sujetaba una antorcha. Esta antorcha emitía un curioso fuego azul. No era difícil de extraer. Además, la estatua parecía estar llorando. Tenía lágrimas colgando de sus ojos. Pero estaban petrificadas. Como si formaran parte de ella. Bajo esta, había un nuevo texto, parecido al anterior.
“Estoy buscando a mi hija, Proserpina. El malvado Hades se quiere casar con ella y se la ha llevado. Ahora, la busco por las noches con mi antorcha. Pero no la he encontrado. Cuando la haga, volveré a ser feliz. Y con mi jarra traeré la prosperidad a estas tierras.”.
No demasiado lejos, había otro edificio en ruinas, algo enterrado. Un canal llegaba procedente de la fuente de la estatua de Ceres, hasta aquí. Probablemente trajera agua en tiempos en los que no había tanta sequía. Se podía visualizar una pequeña piscina, agrietada. Con varios pequeños cubos hexagonales curiosamente encajados, aunque parcialmente rotos. Uno de ellos indicaba la letra “R”.
Pero era imposible de sacar de ahí. Estaba muy encajonado. La única manera de hacerlo funcionar, era trayendo agua hasta las termas.
Las chicas tendieron su vida a la última zona que les faltaba por explorar: La zona descampada. Estaba al otro lado del poblado, pero los ojos de Reivy se sentirían deslumbrados por un haz de rayo, como si fuera un espejo sobre el que rebotaba el sol, procedente del cañón lejano, en un alto.
* * * * * * * * * * *
-¡Mierda! ¡Creo que me han visto! – exclamó el acompañante de los prismáticos a su compañera, que reposaba sobre otra de las estatuas que rezaba en el texto. Sobre lo alto del cañón. Tratando de ocultarse con rapidez.
La mujer despertó, pues se encontraba dormida. A su lado, Sonyia, la hermana de Reivy, miraba con interés las novedades. Aunque no podía ver nada. Estaba atada a la estatua de la mujer cazadora.
-¿Ves? Tanto mirar, tanto mirar... Lo cierto es que estaba empezando a sentirme mal. – La chica del bombín se lo ajustó y se levantó, para asomarse a mirar de nuevo con los prismáticos. Se arrastró en el suelo para ver al trío de mujeres. Estaban aún muy lejos, en las ruinas. – Tienen pinta de estar más peladas de aeros que nosotros. Sólo a ti se te ocurre traerlas aquí, creyendo que ese montón de piedras viejo las iba a asustar. Podríamos haberlas llevado a un sitio más civilizado y caluroso. A esa ciudad, por ejemplo ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí! ¡Ciudad Lagarto! – la mujer suspiró. Demostrando que, de nuevo, no le gustaba nada aquel plan, ni los métodos que su compañero gastaba con Sonyia.
-Tu ironía me aburre, Fiona. ¿Por qué no bajas y te presentas? Mientras yo voy preparando algo. – dijo el tipo.
La mujer rió.
-Como te lo diría. Una vez intenté secuestrar a una elfa, llamada Helyare. Acabé en casa de unos brujos pirómanos y psicópatas que casi hacen de mí una ensalada. – No. No lo recordaba demasiado bien. - Otra vez, por ayudar a la torpe de mi hermana y a un niñito inventor, casi acabo devorada por una riada. – Miró al cielo y se llevó el índice a la comisura de los labios. Entrecerró un ojo. Tratando de recordar. – No. Creo que no voy a bajar. Aún me duelen las costillas de aquello. – negó.
Si subían, les esperarían con alguna trampa, seguramente.
* * * * * * * * * * * * * * *
Primero de todo: Noviembre y Diciembre fueron meses malos para mí. Mis disculpas por mi inactividad pero... Año nuevo, ¿vida nueva? En navidades pude recuperar algo el tiempo. Y ahora que Zöe ha vuelto también, creo que podemos darle un empujón fuerte al hilo. Releed si no os acordáis lo que llevamos ya que todo ello va hilado.
Reivy y Zöe: Habéis explorado la zona de las viviendas y os habéis encontrado con la estatua de Ceres, sus objetos (antorcha y jarra), las termas, y el cubo en forma de R (que no podéis sacar, a menos que llenéis de agua las termas. ¿Podéis sacar agua? Quizás un objeto o habilidad os ayude a ello). Recordaos que ya habíais estudiado el área del Templo y, por tanto, sólo os quedaría revisar el descampado.
Además, sobre lo alto de un gran cañón, veis la figura de dos personas. Pero están muy lejos. Si queréis llegar hasta ellos, tendréis que adentraros en el cañón y dejar atrás el poblado. Aunque quizás podáis volar. Como siempre en mis misiones, muchas posibilidades. Las decisiones son vuestras.
Recordad que tenéis las dos burras que el mago Scarabus os ha dado por los aeros. No creo que os sirvan para ello, por ahora, pero como ha pasado tiempo, que sepáis que está ahí.
Ger
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Después del descubrimiento de la niña regrese junto a la hoguera, recogí de las burras lo que pudiéramos necesitar y las deje amarradas a una roca. Durante la exploración Zöe y Lavey caminaban juntas por delante, seguidas de cerca por los pequeños ayudantes de la primera, yo cerraba el camino.
¿Porque razón construirían una fuente en mitad de la estepa? ¿Acaso no sabían que el agua se hiela? A lo mejor en el momento de su construcción aquí no hacia frío, pero entonces... ¿Cuanto tiempo tenían estas ruinas?Todas aquellas preguntas quedaron transcritas a un molesto gruñido y a poner la mano sobre el pomo de la empuñadura de la espada. Nunca la usaba, pero en estos momentos era un asidero de mi ira. Ira que me estaba provocando dolor de cabeza de tener el entrecejo constantemente fruncido.
Lavey entro en la fuente y se paro delante de la estatua, como hizo con el primer descubrimiento lo leyó en voz alta para que todas pudiéramos saber que decía. La cosa estaba clara, coger la antorcha y buscar una estatua masculina con el nombre del tal Hades que se había llevado a la fuerza la hija de esta supuesta diosa.
Sin decir nada trepe por la estatua y saque la antorcha de hipotética luz azul. -Cógela y que no se te caiga. -Le dije brusca y tajante a la niña al tiempo que le pasaba el testigo.
Seguimos el camino del agua que comunicaba la fuente con lo que parecían ser unas termas. Si la pieza con la R que era evidente que iría bajo la R del mural no se podía sacar a la fuerza... Suspire por la perdida de tiempo de la resolución. Tenemos que resolver el acertijo.
-Mira Zöe. -Decía una emocionada Lavey, que había decidido ignorar la ira de su madre. -Aquí tenemos otra R. -En ella se veía la esperanza del rescate, al contrario que en la dragona adulta que solo demostraba frustración y desesperación. -Si buscamos a Hades juntaremos a la hija con la madre, el agua llenara los resquicios y puede que la piedra se suelte.
Estaba orgullosa de ella, la lagartija era muy inteligente, era probable que todas hubiéramos llegado a la misma conclusión, pero el acto de la niña era admirable. Por mal que estuviera la situación ella siempre tenia una sonrisa, una palabra amable que no llegaba al puerto destinado, y aun así, seguía intentando animarme.
-Bien. Sigamos buscando las estatuas. Concentrémonos en los hombres pero no descartemos nada. -Miraba a Lavey y luego a Zöe de forma intermitente. -Zöe mira con tus cosas de maquina a ver si encuentras algo que nuestros ojos no ven.
Ahora tocaba investigar una zona descampada, no creía que allí hubiera nada... por algo es un descampado. Pero teníamos que asegurarnos de abarcar todas las posibilidades.
Fue entonces cuando un brillo me dio en los ojos, me tape la cara por inercia y luego de esquivar el haz puse atención a la cima de la colina.
-¿Pero que...? -En lo alto habían dos figuras que se escondieron y luego volvieron a salir. -Hijos de puta... -La palabra empezó con un susurro y fue creciendo hasta volverse grito. Solo había ansia asesina en mis ojos y furia en mis palabras. -¡OS MATARE HIJOS DE PUTA! -La cara se me comenzó a alargar, los cuernos empezaban a salir. -¡MI HERMANA! CABRONESSS
Lavey que aun seguía caminando la primera junto a la biotica se giro al escucharme y luego miro a la cima donde señalaba mi cuerpo en transformación. La rubia comenzó a correr hacia mi. Empezó con el torso agachado hasta que sus rodillas casi le tocaban el pecho con el movimiento, estiro el brazo de la antorcha hacia el suelo y la clavo sobre la fría nieve.
Aquella carrera era desesperada, pero si tiraba la antorcha al frió de la intemperie podría romperse y apagarse por el agua de la nieve, y entonces de nada valdrían los intentos por frenar a la colérica dragona.
-¡Madre! Reivy no lo hagas. -La joven corrió hasta alcanzar la velocidad máxima embistiendome, pero sin lograr tumbarme. -¡Rei, para! así no conseguirás nada. -La transformación continuaba y Lavey me golpeo en los tobillos tirándome al suelo. -¡ZÖE AYÚDAME! no puede irse, la mataran a ella y Sonyia.
La niña hundió la cara en mi pecho que comenzaba a escamarse y apretó las manos contra la ropa que poco a poco dejaba de existir. Aquel estrés termino por desatar las emociones que la pequeña estaba controlando. No puedo evitarlo, rompió a llorar.
-Centella, por favor, para. Esto no esta bien, tu no eres así.
Si, no era así, pero es fácil dejarse arrastrar por los sentimientos que te cortan el pensamiento. Siempre es mas fácil no pensar, no tener humanidad. Mi cara era un grotesca transformación donde la nariz se estaba volviendo de color naranja y se alargaba hacia los labios para formar el inicio del picudo morro que tenia en la versión dragoniana. La boca estaba entre abierta y el elemento aire comenzaba a materializarse en espesas bocanadas de aire condensado por el frió.
¿Porque razón construirían una fuente en mitad de la estepa? ¿Acaso no sabían que el agua se hiela? A lo mejor en el momento de su construcción aquí no hacia frío, pero entonces... ¿Cuanto tiempo tenían estas ruinas?Todas aquellas preguntas quedaron transcritas a un molesto gruñido y a poner la mano sobre el pomo de la empuñadura de la espada. Nunca la usaba, pero en estos momentos era un asidero de mi ira. Ira que me estaba provocando dolor de cabeza de tener el entrecejo constantemente fruncido.
Lavey entro en la fuente y se paro delante de la estatua, como hizo con el primer descubrimiento lo leyó en voz alta para que todas pudiéramos saber que decía. La cosa estaba clara, coger la antorcha y buscar una estatua masculina con el nombre del tal Hades que se había llevado a la fuerza la hija de esta supuesta diosa.
Sin decir nada trepe por la estatua y saque la antorcha de hipotética luz azul. -Cógela y que no se te caiga. -Le dije brusca y tajante a la niña al tiempo que le pasaba el testigo.
Seguimos el camino del agua que comunicaba la fuente con lo que parecían ser unas termas. Si la pieza con la R que era evidente que iría bajo la R del mural no se podía sacar a la fuerza... Suspire por la perdida de tiempo de la resolución. Tenemos que resolver el acertijo.
-Mira Zöe. -Decía una emocionada Lavey, que había decidido ignorar la ira de su madre. -Aquí tenemos otra R. -En ella se veía la esperanza del rescate, al contrario que en la dragona adulta que solo demostraba frustración y desesperación. -Si buscamos a Hades juntaremos a la hija con la madre, el agua llenara los resquicios y puede que la piedra se suelte.
Estaba orgullosa de ella, la lagartija era muy inteligente, era probable que todas hubiéramos llegado a la misma conclusión, pero el acto de la niña era admirable. Por mal que estuviera la situación ella siempre tenia una sonrisa, una palabra amable que no llegaba al puerto destinado, y aun así, seguía intentando animarme.
-Bien. Sigamos buscando las estatuas. Concentrémonos en los hombres pero no descartemos nada. -Miraba a Lavey y luego a Zöe de forma intermitente. -Zöe mira con tus cosas de maquina a ver si encuentras algo que nuestros ojos no ven.
Ahora tocaba investigar una zona descampada, no creía que allí hubiera nada... por algo es un descampado. Pero teníamos que asegurarnos de abarcar todas las posibilidades.
Fue entonces cuando un brillo me dio en los ojos, me tape la cara por inercia y luego de esquivar el haz puse atención a la cima de la colina.
-¿Pero que...? -En lo alto habían dos figuras que se escondieron y luego volvieron a salir. -Hijos de puta... -La palabra empezó con un susurro y fue creciendo hasta volverse grito. Solo había ansia asesina en mis ojos y furia en mis palabras. -¡OS MATARE HIJOS DE PUTA! -La cara se me comenzó a alargar, los cuernos empezaban a salir. -¡MI HERMANA! CABRONESSS
Lavey que aun seguía caminando la primera junto a la biotica se giro al escucharme y luego miro a la cima donde señalaba mi cuerpo en transformación. La rubia comenzó a correr hacia mi. Empezó con el torso agachado hasta que sus rodillas casi le tocaban el pecho con el movimiento, estiro el brazo de la antorcha hacia el suelo y la clavo sobre la fría nieve.
Aquella carrera era desesperada, pero si tiraba la antorcha al frió de la intemperie podría romperse y apagarse por el agua de la nieve, y entonces de nada valdrían los intentos por frenar a la colérica dragona.
-¡Madre! Reivy no lo hagas. -La joven corrió hasta alcanzar la velocidad máxima embistiendome, pero sin lograr tumbarme. -¡Rei, para! así no conseguirás nada. -La transformación continuaba y Lavey me golpeo en los tobillos tirándome al suelo. -¡ZÖE AYÚDAME! no puede irse, la mataran a ella y Sonyia.
La niña hundió la cara en mi pecho que comenzaba a escamarse y apretó las manos contra la ropa que poco a poco dejaba de existir. Aquel estrés termino por desatar las emociones que la pequeña estaba controlando. No puedo evitarlo, rompió a llorar.
-Centella, por favor, para. Esto no esta bien, tu no eres así.
Si, no era así, pero es fácil dejarse arrastrar por los sentimientos que te cortan el pensamiento. Siempre es mas fácil no pensar, no tener humanidad. Mi cara era un grotesca transformación donde la nariz se estaba volviendo de color naranja y se alargaba hacia los labios para formar el inicio del picudo morro que tenia en la versión dragoniana. La boca estaba entre abierta y el elemento aire comenzaba a materializarse en espesas bocanadas de aire condensado por el frió.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
El paisaje era desolador, tomando todos los datos que podíamos ver a nuestro alrededor podíamos llegar a la conclusión de que en algún momento en ese sitio tuvo que haber una especie de poblado. [ANALIZANDO] Sería el asentamiento de los primeros habitantes de Aerandir, tal como Scarabus nos había dicho.
Los datos en relación a la llegada de nuevos pueblos a estas tierras eran muy variados, no solo porque habían muchas razas y cada una tenía su propia versión, sino porque a eso se sumaba las múltiples veces que los Humanos de la tierra habían cruzado el portal.
Escuché a Lavey mientras leía el grabado en la estatua.
-Diosa de las estaciones… - [ANALIZANDO] – Debe ser otro mito creado por los orgánicos para justificar el cambio en las estaciones – Era una práctica muy común, todos los seres vivos lo hacían, incluidos los actuales residentes de Aerandir.
Con la practicidad que caracterizaba a la actual Reivy, no perdió el tiempo pensando demasiado en los detalles y fue en busca de la antorcha. Iba a decirle que no la tocara, que podía ser peligroso, pero no tuve tiempo de detenerla [ESCANEANDO] adentro de la estatua no parecía haber nada que llamara la atención, aunque la tea que ahora tenía Lavey en sus manos resultaba bastante curiosa.
-Así parece – Le dije a la joven dragona – Aun tenemos sitios que revisar, aunque podría ser que el paso del tiempo y el clima extremo de esta zona haya desecho la estatua – Resultaba llamativo que los dos sitios donde habíamos encontrado los mensajes parecían estar muy bien conservados, no por eso debíamos suponer que sería en todos los casos igual – También deberíamos prestar atención a restos de estatuas que puedan haber tiradas y dispersas –
Siguiendo la orden directa de Reivy, hice un escaneo general por toda la fuente, sobre todo en busca de alguna señal de agua, un canal tapado que estuviera impidiendo el paso, o algo similar.
Decidimos ir a la zona más descampada, en busca de las piezas que nos faltaban, cuando notamos un extraño brillo en la cima de una colina. Intenté enfocar con mayor precisión a las dos figuras que se encontraban allí, pero se escondieron antes de que pudiera vislumbrar algún tipo de detalle significativo.
[PELIGRO]
Me gire al escuchar los gritos de las dos dragones, al parecer el enojo de Reivy había llegado a su punto límite, y planeaba ir en busca de las dos figuras que habíamos visto a la distancia. Lavey intentaba detenerla, sin mucho éxito, mientras mis tres acompañantes corrían a su alrededor, percibiendo que algo malo pasaba aunque no pudieran entender qué.
Ante la orden directa de Lavey me acerqué dando un par de zancadas hasta estar al lado de Reivy. Aprovechando el impulso la golpee con el dorso de la mano con la suficiente fuerza como para atontarla y detener la transformación, aunque no tanto como para provocarle heridas.
-Necesitamos que regreses a tu estado normal ¿Si? Hay orgánicos en riesgo – La vida de la rehén sería la primer consecuencia si los secuestradores veían que Reivy iba volando de modo directo hacia ellos – Si no te serenas tendremos que dejarte aquí, iremos con Lavey y negociaremos el rescate sin causar muertes ¿Correcto? – Le propuse a la dragona con mi tono neutro de siempre. Supuse que una sonrisa no era necesaria en este momento.
Estábamos en terreno despejado, ellos podían vernos en todo momento, y probablemente cualquier cosa sospechosa que hiciéramos causaría la muerte de Sonyia [ANALIZANDO] ahora que sabíamos esto, teníamos que ser aún más precavidas.
Los datos en relación a la llegada de nuevos pueblos a estas tierras eran muy variados, no solo porque habían muchas razas y cada una tenía su propia versión, sino porque a eso se sumaba las múltiples veces que los Humanos de la tierra habían cruzado el portal.
Escuché a Lavey mientras leía el grabado en la estatua.
-Diosa de las estaciones… - [ANALIZANDO] – Debe ser otro mito creado por los orgánicos para justificar el cambio en las estaciones – Era una práctica muy común, todos los seres vivos lo hacían, incluidos los actuales residentes de Aerandir.
Con la practicidad que caracterizaba a la actual Reivy, no perdió el tiempo pensando demasiado en los detalles y fue en busca de la antorcha. Iba a decirle que no la tocara, que podía ser peligroso, pero no tuve tiempo de detenerla [ESCANEANDO] adentro de la estatua no parecía haber nada que llamara la atención, aunque la tea que ahora tenía Lavey en sus manos resultaba bastante curiosa.
-Así parece – Le dije a la joven dragona – Aun tenemos sitios que revisar, aunque podría ser que el paso del tiempo y el clima extremo de esta zona haya desecho la estatua – Resultaba llamativo que los dos sitios donde habíamos encontrado los mensajes parecían estar muy bien conservados, no por eso debíamos suponer que sería en todos los casos igual – También deberíamos prestar atención a restos de estatuas que puedan haber tiradas y dispersas –
Siguiendo la orden directa de Reivy, hice un escaneo general por toda la fuente, sobre todo en busca de alguna señal de agua, un canal tapado que estuviera impidiendo el paso, o algo similar.
Decidimos ir a la zona más descampada, en busca de las piezas que nos faltaban, cuando notamos un extraño brillo en la cima de una colina. Intenté enfocar con mayor precisión a las dos figuras que se encontraban allí, pero se escondieron antes de que pudiera vislumbrar algún tipo de detalle significativo.
[PELIGRO]
Me gire al escuchar los gritos de las dos dragones, al parecer el enojo de Reivy había llegado a su punto límite, y planeaba ir en busca de las dos figuras que habíamos visto a la distancia. Lavey intentaba detenerla, sin mucho éxito, mientras mis tres acompañantes corrían a su alrededor, percibiendo que algo malo pasaba aunque no pudieran entender qué.
Ante la orden directa de Lavey me acerqué dando un par de zancadas hasta estar al lado de Reivy. Aprovechando el impulso la golpee con el dorso de la mano con la suficiente fuerza como para atontarla y detener la transformación, aunque no tanto como para provocarle heridas.
-Necesitamos que regreses a tu estado normal ¿Si? Hay orgánicos en riesgo – La vida de la rehén sería la primer consecuencia si los secuestradores veían que Reivy iba volando de modo directo hacia ellos – Si no te serenas tendremos que dejarte aquí, iremos con Lavey y negociaremos el rescate sin causar muertes ¿Correcto? – Le propuse a la dragona con mi tono neutro de siempre. Supuse que una sonrisa no era necesaria en este momento.
Estábamos en terreno despejado, ellos podían vernos en todo momento, y probablemente cualquier cosa sospechosa que hiciéramos causaría la muerte de Sonyia [ANALIZANDO] ahora que sabíamos esto, teníamos que ser aún más precavidas.
Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
La estatua de la diosa Ceres comenzó a lagrimear en cuanto Reivy le arrebató la antorcha. Había prometido que encontrarían a Proserpina. Por fin, después de centurias o quien sabe si siglos, alguien iba a salir en búsqueda de su hija.
La tranquilidad del lugar quedó interrumpida cuando Reivy advirtió a los bandidos que tenían secuestrada a su hermana, a lo lejos sobre los cañones, y amenazó con transformarse. La pareja de secuestradores trató de apartarse de la vista de la dragona con evidente signos de miedo en el cuerpo. Y no tardaron en culparse el uno al otro.
-¡Es un dragón! Y no parece muy dispuesto a negociar. – exclamó Fiona. Devolvió los prismáticos a su compañero y miró a Sonyia, que aunque amordazada, parecía mostrarse más feliz ahora que intuía que Reivy había venido a por ella. Permanecía atada a aquella extraña estatua de la mujer del arco. – Te dije que no había sido buena idea venir hasta aquí.
-Eres puro optimismo, Fiona. – replicó el compañero. – Hagamos una cosa, voy a tenderles una trampa. Tú espéralos abajo, y negocia con ellos. Si sale algo mal, me cargo a la dragona. Prepararé los caballos por si algo sale mal.
-¿Con salir algo mal te refieres a que me convierta en comida de dragón? – preguntó con ironía. – Gracias, Bastian, eso me deja muy tranquila.
Fiona no parecía demasiado segura de hacer aquello. En cualquier caso, ser la que preparaba las trampas tampoco le decía demasiado. A diferencia de su compañero, ella sería incapaz de acabar con la vida de Sonyia en caso de que fuera necesario. Fiona era astuta y sabía que aquellas dos no venían con dinero suficiente. Y aunque así lo tuvieran, con los caballos que tenían seguramente no fueran capaces de volver.
Definitivamente, haber ido allí no había sido buena idea. Y comenzaba a tornarse una cuestión de supervivencia que un negocio. Los negocios estaban en Lunargenta o Ciudad Lagarto.
-Vale, vale. Llevaré yo las negociaciones. – Concluyó. Disponiéndose a bajar por los áridos riscos. Aunque lo único que la hermana de la periodista Pipa Wright quería, era salir de ahí.
“No parece que podamos encontrar la forma de volver a África. Por mucho que nos pese, parece que este va a ser nuestro nuevo hogar para siempre. Hemos construido unas termas, un templo y también un circo, para entretenernos, haciendo carreras de caballos.”
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La otra estructura era la segunda de las cuatro estatuas que buscaban. En este caso, la figura representaba la de un centauro. Y al igual que la anterior rezaba un texto en un lenguaje extraño grabado en una placa.
“Quirón, el centauro. No hay criatura más rápida que yo. Intenta y consigue dar dos vueltas a esta pista en menos de cuatro minutos y diecinueve segundos, y la gloria obtendrás. Falla, y someteos a mi maldición.”
En el alto obelisco, se podía vislumbrar que el último de los bloques lo coronaba uno que tenía grabada la letra Q. Si querían intentarlo, tenían que estar muy seguras de cómo y cuando lo hacían. El asunto de la maldición le daba todo un riesgo.
En el descampado os encontráis el circo con la estatua de Quirón. Individualmente, podéis intentar batir el récord de Quirón. Con ello conseguiréis el bloque con la letra Q. Tendréis que conseguir dar dos vueltas al circuito en menos de diez minutos. Para ello, si queréis intentarlo tendréis que lanzar una runa, tened en cuenta lo siguiente:
-A caballo, o con objeto que impulse mucho el atributo Agilidad: Lo conseguiréis si obtenéis una runa normal.
-En burra: Necesitaréis una runa buena.
-A pie (o en forma de dragón): Necesitaréis una runa muy buena.
Si no queréis arriesgaros ahora, podéis dirigiros al cañón. Siempre podéis volver más tarde. Si bien el mal humor de Reivy ha hecho que os adviertan, y también os prepararán “sorpresas”.
La tranquilidad del lugar quedó interrumpida cuando Reivy advirtió a los bandidos que tenían secuestrada a su hermana, a lo lejos sobre los cañones, y amenazó con transformarse. La pareja de secuestradores trató de apartarse de la vista de la dragona con evidente signos de miedo en el cuerpo. Y no tardaron en culparse el uno al otro.
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-¡Es un dragón! Y no parece muy dispuesto a negociar. – exclamó Fiona. Devolvió los prismáticos a su compañero y miró a Sonyia, que aunque amordazada, parecía mostrarse más feliz ahora que intuía que Reivy había venido a por ella. Permanecía atada a aquella extraña estatua de la mujer del arco. – Te dije que no había sido buena idea venir hasta aquí.
-Eres puro optimismo, Fiona. – replicó el compañero. – Hagamos una cosa, voy a tenderles una trampa. Tú espéralos abajo, y negocia con ellos. Si sale algo mal, me cargo a la dragona. Prepararé los caballos por si algo sale mal.
-¿Con salir algo mal te refieres a que me convierta en comida de dragón? – preguntó con ironía. – Gracias, Bastian, eso me deja muy tranquila.
Fiona no parecía demasiado segura de hacer aquello. En cualquier caso, ser la que preparaba las trampas tampoco le decía demasiado. A diferencia de su compañero, ella sería incapaz de acabar con la vida de Sonyia en caso de que fuera necesario. Fiona era astuta y sabía que aquellas dos no venían con dinero suficiente. Y aunque así lo tuvieran, con los caballos que tenían seguramente no fueran capaces de volver.
Definitivamente, haber ido allí no había sido buena idea. Y comenzaba a tornarse una cuestión de supervivencia que un negocio. Los negocios estaban en Lunargenta o Ciudad Lagarto.
-Vale, vale. Llevaré yo las negociaciones. – Concluyó. Disponiéndose a bajar por los áridos riscos. Aunque lo único que la hermana de la periodista Pipa Wright quería, era salir de ahí.
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Más que muros y piedras derruidas no encontrarían mucho más en el pueblo. Así que a las chicas exploradoras sólo les faltaba por investigar el descampado. Allí se encontrarían dos estructuras. La primera de ellas era un obelisco. No excesivamente alto, pero sí lo suficiente como para ser el punto más alto de la ciudad. El obelisco era rodeado por una especie de pista de atletismo bastante larga que lo rodeaba. Esto se podía deducir por las ruinas el un muro de medio metro que hacían dicha forma alrededor del mismo. El obelisco rezaba un texto que Lavey leería.“No parece que podamos encontrar la forma de volver a África. Por mucho que nos pese, parece que este va a ser nuestro nuevo hogar para siempre. Hemos construido unas termas, un templo y también un circo, para entretenernos, haciendo carreras de caballos.”
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El circo dominaba el descampado en la fría estepa. Estaba en evidente estado de ruina y había un obelisco en el centro de la pista.
La otra estructura era la segunda de las cuatro estatuas que buscaban. En este caso, la figura representaba la de un centauro. Y al igual que la anterior rezaba un texto en un lenguaje extraño grabado en una placa.
“Quirón, el centauro. No hay criatura más rápida que yo. Intenta y consigue dar dos vueltas a esta pista en menos de cuatro minutos y diecinueve segundos, y la gloria obtendrás. Falla, y someteos a mi maldición.”
En el alto obelisco, se podía vislumbrar que el último de los bloques lo coronaba uno que tenía grabada la letra Q. Si querían intentarlo, tenían que estar muy seguras de cómo y cuando lo hacían. El asunto de la maldición le daba todo un riesgo.
- Quirón:
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Reivy & Zöe: Habéis tomado la Antorcha de Ceres. Por ahora no es más que una antorcha que permanece iluminada siempre. Pero si conseguís rescatar a Proserpina de Hades, quizás se convierta en algo distinto.En el descampado os encontráis el circo con la estatua de Quirón. Individualmente, podéis intentar batir el récord de Quirón. Con ello conseguiréis el bloque con la letra Q. Tendréis que conseguir dar dos vueltas al circuito en menos de diez minutos. Para ello, si queréis intentarlo tendréis que lanzar una runa, tened en cuenta lo siguiente:
-A caballo, o con objeto que impulse mucho el atributo Agilidad: Lo conseguiréis si obtenéis una runa normal.
-En burra: Necesitaréis una runa buena.
-A pie (o en forma de dragón): Necesitaréis una runa muy buena.
Si no queréis arriesgaros ahora, podéis dirigiros al cañón. Siempre podéis volver más tarde. Si bien el mal humor de Reivy ha hecho que os adviertan, y también os prepararán “sorpresas”.
Ger
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Si mi cabeza hubiera estado sujeta a mi cuerpo con un tornillo, esta habría dado un par de vueltas. El golpe me dejo la mente en blanco y el cráneo en el suelo. Parpadee absorta mientras la calma involuntaria hacia regresar mi cuerpo a la normalidad, Lavey continuaba encima mía. Llorando sobre mi pecho, apretando mis hombros para contenerme en suelo, repitiendo una y otra vez que yo no era así, que volviera a ser la madre de siempre. Con la respiración todavía agitada puse una mano en la cabeza rubia de mi pequeña y la acaricie hasta que los dedos dejaron de tocar hebras de pelo.
-. . .Lo siento cariño. -Lentamente me incorpore hasta quedar sentada y la pequeña dragona se abrazo ami cuerpo enrollando brazos y piernas en mi torso. -Tu tía Sonyia es posiblemente la única hermana que se atreva hablar a mi favor con mis padres y... bueno ya sabes la historia. -Me puse de pie con la niña aun colgada y con cariño deshice el agarre de sus piernas para que tocara suelo. -Estoy muy asustada. No sabemos que pueden haberle hecho y se me nubla la vista solo de pensar en que ya no este con nosotras. -Levante la vista de la niña subiéndole el mentón con varios dedos y le bese la frente. -Gracias Lavey, de no ser por ti y por Zöe... -Levante la vista hacia la mujer biotica y le agradecí con una inclinación de cabeza. -No quiero ni pensar que hubiera pasado.
La joven lagartija se restregó las manos por los ojos cuando me vio sacar una sonrisa sincera de arrepentimiento, deshizo el abrazo y se fue con los ojos enrojecidos a por la antorcha.
-Lo siento Zöe. -Ahora era yo la que ponía una mano sobre su hombro. -No tendría que haberte tratado tan mal. Me merezco ese sopapo y alguno más.
Era la primera vez desde que me llego la carta que intentaba hacer un chiste.
Lavey nos llamo con grito desde la estatua de un hombre-bestia con forma de caballo. Cuando llegamos con ella empezó a contar todo lo que decía.
-...Y en aquella roca picuda de allí hablan de no poder volver a un África y que esto era para jugar carreras. Y este de aquí arriba dice que es un centauro. -La pequeña soltaba sus propios comentarios mientras leia las inscripciones. -Esta gente no tiene ni idea, claramente es un hombre-bestia.
-Bueno, pues si tenemos que correr mejor hacerlo encima de algo, voy a por las burras.
Aquel golpe me había dejado estable. No sonreía ni hablaba con mi tono alegre de siempre, pero por lo menos la ira ya no me cegaba. No teníamos dinero y la gente que vivió aquí hablaba de un tesoro, si juntábamos las piezas del rompecabezas igual conseguíamos un buen botín para pagar el rescate.
Una vez de vuelta en el descampado con las burras, deje a una y a la otra le quite todo el peso de encima. De entre mis cosas rebusque hasta sacar un pequeño anillo que decían traía suerte, lo coloque en uno de mis pulgares y dirigí a la burra hacia lo que era la linea de salida. -Que los celestiales nos asistan y le den fuerza a este animal. -Después de la plegaria sople el anillo y comencé a atizar los cuartos traseros del animal.
Al terminar las dos vueltas baje del equino y apretando la mano de Lavey mire hacia el obelisco, esperando que aquella pieza singular cayera o bajara de alguna manera hasta que fuera nuestra. -Lo conseguimos. -Dijimos casi al uniso Lavey y yo mientras sujetábamos la pieza con la letra Q.
-Tenemos 1 de 4, veamos si encontramos las siguientes.
______
Off: No he querido describir como llega el cubo a nuestras manos para no romperle los esquemas de transición a Ger :3
Uso el anillo de los ases para asegurar una runa buena en la tirada.
Anillo de los Ases: - Si lo soplas, cuando tengas que tirar runas, la suerte será “buena”, independientemente de la runa que salga.
-. . .Lo siento cariño. -Lentamente me incorpore hasta quedar sentada y la pequeña dragona se abrazo ami cuerpo enrollando brazos y piernas en mi torso. -Tu tía Sonyia es posiblemente la única hermana que se atreva hablar a mi favor con mis padres y... bueno ya sabes la historia. -Me puse de pie con la niña aun colgada y con cariño deshice el agarre de sus piernas para que tocara suelo. -Estoy muy asustada. No sabemos que pueden haberle hecho y se me nubla la vista solo de pensar en que ya no este con nosotras. -Levante la vista de la niña subiéndole el mentón con varios dedos y le bese la frente. -Gracias Lavey, de no ser por ti y por Zöe... -Levante la vista hacia la mujer biotica y le agradecí con una inclinación de cabeza. -No quiero ni pensar que hubiera pasado.
La joven lagartija se restregó las manos por los ojos cuando me vio sacar una sonrisa sincera de arrepentimiento, deshizo el abrazo y se fue con los ojos enrojecidos a por la antorcha.
-Lo siento Zöe. -Ahora era yo la que ponía una mano sobre su hombro. -No tendría que haberte tratado tan mal. Me merezco ese sopapo y alguno más.
Era la primera vez desde que me llego la carta que intentaba hacer un chiste.
Lavey nos llamo con grito desde la estatua de un hombre-bestia con forma de caballo. Cuando llegamos con ella empezó a contar todo lo que decía.
-...Y en aquella roca picuda de allí hablan de no poder volver a un África y que esto era para jugar carreras. Y este de aquí arriba dice que es un centauro. -La pequeña soltaba sus propios comentarios mientras leia las inscripciones. -Esta gente no tiene ni idea, claramente es un hombre-bestia.
-Bueno, pues si tenemos que correr mejor hacerlo encima de algo, voy a por las burras.
Aquel golpe me había dejado estable. No sonreía ni hablaba con mi tono alegre de siempre, pero por lo menos la ira ya no me cegaba. No teníamos dinero y la gente que vivió aquí hablaba de un tesoro, si juntábamos las piezas del rompecabezas igual conseguíamos un buen botín para pagar el rescate.
Una vez de vuelta en el descampado con las burras, deje a una y a la otra le quite todo el peso de encima. De entre mis cosas rebusque hasta sacar un pequeño anillo que decían traía suerte, lo coloque en uno de mis pulgares y dirigí a la burra hacia lo que era la linea de salida. -Que los celestiales nos asistan y le den fuerza a este animal. -Después de la plegaria sople el anillo y comencé a atizar los cuartos traseros del animal.
Al terminar las dos vueltas baje del equino y apretando la mano de Lavey mire hacia el obelisco, esperando que aquella pieza singular cayera o bajara de alguna manera hasta que fuera nuestra. -Lo conseguimos. -Dijimos casi al uniso Lavey y yo mientras sujetábamos la pieza con la letra Q.
-Tenemos 1 de 4, veamos si encontramos las siguientes.
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Off: No he querido describir como llega el cubo a nuestras manos para no romperle los esquemas de transición a Ger :3
Uso el anillo de los ases para asegurar una runa buena en la tirada.
Anillo de los Ases: - Si lo soplas, cuando tengas que tirar runas, la suerte será “buena”, independientemente de la runa que salga.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
El miembro 'Reivy Abadder' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
[…]
El procedimiento había sido efectivo, la transformación de Reivy retrocedía y parecía estar calmándose lentamente. Me mantuve de pie, analizando sus gestos y movimientos, alerta a algún tipo de cambio en su actitud que delatara segundas intenciones. La última vez que había tenido que detener a alguien con un golpe había sido a Dag Thorlák, y no había reaccionado bien, luego de eso él había… [ERROR] algo había sucedido, algo que no había sido bueno pero que mi sistema no quería recordar.
En este caso había resultado bien, cuando la dragona tocó mi hombro y se disculpó tan solo asentí.
-No es una cuestión de mérito, sino de utilizar el método más efectivo para lograr un fin – Nos acercamos entonces hasta donde estaba Lavey, al parecer había descubierto una nueva pista – Las clasificaciones de las razas es algo subjetivo, cada comunidad utiliza denominaciones propias – Le explique a la joven mientras Reivy iba a buscar a nuestras monturas.
[ACCEDIENDO A REGISTROS] Hice que mi sistema repitiera el mensaje que Lavey había leído, en busca de algún detalle que se nos hubiese pasado por alto. Pero parecía ser bastante claro, era necesario correr una carrera, y yo no podría hacerlo dado mi peso excesivo. Así que agarré de la mano a la joven dragona y nos apartamos del camino para que Reivy pudiera correr.
-¿Es buena montando a grandes velocidades? – Le pregunté a la niña antes de que empezara la carrera, pero no fue necesario que me respondiera, la dragona salió a una velocidad considerable, teniendo en cuenta que iba en un burro - … - Abrí la boca como para decir algo [ANALIZANDO] Dudé. Pero finalmente lo dije - ¿No es extraño estar en un paraje abandonado corriendo una carrera a lomo de un burro porque una estatua así lo dijo? – Cierto era que mis parámetros de normalidad no siempre parecían adecuarse a la de los humanos, pero estaba bastante segura que esta situación tenía más de una característica particular.
Finalmente conseguimos la pieza y eso era lo importante.
-Deberíamos ir al cañón, pero sin intenciones de generar una pelea. Quizás si les explicamos sobre los acertijos y un posible tesoro dejen ir a Sonyia a cambio de que se lo entreguemos – Si al final el único objetivo que perseguían los secuestradores era el dinero suponía que no les iba a importar de donde saliera – Si eso no funciona, podría pagarles con mi propio dinero – Ya le había ofrecido a Reivy el pagar de mi bolsillo varias veces, pero ella se había negado.
Quizás era algo en relación al orgullo [Satisfacción personal que se experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que se considera valioso] No podía entender como un concepto podía ser más importante que una persona. En cualquier caso, si la vida del rehén parecía peligrar, tendría que contradecir la orden de Reivy y entregar mis aeros.
Fuimos entonces en dirección al cañón, con la idea de encontrar más de las letras o a los secuestradores, cualquiera de las dos opciones parecían ser adecuadas.
El procedimiento había sido efectivo, la transformación de Reivy retrocedía y parecía estar calmándose lentamente. Me mantuve de pie, analizando sus gestos y movimientos, alerta a algún tipo de cambio en su actitud que delatara segundas intenciones. La última vez que había tenido que detener a alguien con un golpe había sido a Dag Thorlák, y no había reaccionado bien, luego de eso él había… [ERROR] algo había sucedido, algo que no había sido bueno pero que mi sistema no quería recordar.
En este caso había resultado bien, cuando la dragona tocó mi hombro y se disculpó tan solo asentí.
-No es una cuestión de mérito, sino de utilizar el método más efectivo para lograr un fin – Nos acercamos entonces hasta donde estaba Lavey, al parecer había descubierto una nueva pista – Las clasificaciones de las razas es algo subjetivo, cada comunidad utiliza denominaciones propias – Le explique a la joven mientras Reivy iba a buscar a nuestras monturas.
[ACCEDIENDO A REGISTROS] Hice que mi sistema repitiera el mensaje que Lavey había leído, en busca de algún detalle que se nos hubiese pasado por alto. Pero parecía ser bastante claro, era necesario correr una carrera, y yo no podría hacerlo dado mi peso excesivo. Así que agarré de la mano a la joven dragona y nos apartamos del camino para que Reivy pudiera correr.
-¿Es buena montando a grandes velocidades? – Le pregunté a la niña antes de que empezara la carrera, pero no fue necesario que me respondiera, la dragona salió a una velocidad considerable, teniendo en cuenta que iba en un burro - … - Abrí la boca como para decir algo [ANALIZANDO] Dudé. Pero finalmente lo dije - ¿No es extraño estar en un paraje abandonado corriendo una carrera a lomo de un burro porque una estatua así lo dijo? – Cierto era que mis parámetros de normalidad no siempre parecían adecuarse a la de los humanos, pero estaba bastante segura que esta situación tenía más de una característica particular.
Finalmente conseguimos la pieza y eso era lo importante.
-Deberíamos ir al cañón, pero sin intenciones de generar una pelea. Quizás si les explicamos sobre los acertijos y un posible tesoro dejen ir a Sonyia a cambio de que se lo entreguemos – Si al final el único objetivo que perseguían los secuestradores era el dinero suponía que no les iba a importar de donde saliera – Si eso no funciona, podría pagarles con mi propio dinero – Ya le había ofrecido a Reivy el pagar de mi bolsillo varias veces, pero ella se había negado.
Quizás era algo en relación al orgullo [Satisfacción personal que se experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que se considera valioso] No podía entender como un concepto podía ser más importante que una persona. En cualquier caso, si la vida del rehén parecía peligrar, tendría que contradecir la orden de Reivy y entregar mis aeros.
Fuimos entonces en dirección al cañón, con la idea de encontrar más de las letras o a los secuestradores, cualquiera de las dos opciones parecían ser adecuadas.
Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Reivy, por fortuna para todos, consiguió tranquilizarse y obtener la letra Q. La primera de todas cuantas había desperdigadas. Completando así la tarea de la estatua de Quirón. Y con toda la zona explorada, la antorcha de Ceres y las burras, pudieron dirigirse hacia el angosto cañón, donde sabían que los secuestradores mantenían a Sonyia.
Reivy, Zöe y Lavey se introdujeron en los angostos pasajes. Tenía algunos pasajes aún más estrechos de lo que se veía desde lejos. Por lo que Reivy allí no podía transformarse. Era un lugar perfecto para tender emboscadas. Si querían salir ilesas tendrían que mantener la guardia en alto pues ninguna sabía si los secuestradores podrían terminar haciendo daño a Sonyia.
Estos no tardaron en aparecer. Fiona ya tenía estudiado el camino. Se alejó de su compañero Bastian y las esperó en un alto que tendrían que pasar por debajo sí o sí. De manera que podía mantenerse alejadas de ellas en un hipotético enfrentamiento. Trató de tranquilizarse y airear. Definitivamente no le agradaba nada aquella situación. Su sueño siempre fue estafar y timar pobres en Lunargenta. Ni siquiera sabía por qué se había metido en aquello.
Cuando Reivy y Zoe llegaron, se hizo notar para que la advirtieran sobre sus cabezas.
-¡Hola! ¿Cómo estáis? ¿Me veis? ¡Eh, mirad aquí arriba! – saludó la humana. Había mucho eco en la zona por la estrechez del pasaje. Hizo una reverencia con el bombín y colocándoselo sobre la cabeza. Hizo especial hincapié en que se fijaran en la enorme roca esférica sobre la que se apoyaba. Casi tan grande como ella. La cual pendía de un hilo para caer hacia donde estaban Zöe y Reivy, que apenas tendrían espacio para esquivar. – ¡No os preocupéis por esta roca! Lo he comprobado y está bien anclada al suelo… A menos que tropiece con este tocón que la sostiene. Os advierto que soy muy torpe y me asusto con facilidad. – dijo sutilmente. Luego sacó a Sonyia tirando de su brazo de detrás de la enorme roca. Estaba atada y amordaza, pero sólo tenía heridas menores, señal de que la habían tratado bien. Aquello deberían agradecérselo únicamente a Fiona. – ¡Miradla! ¡Está sana y salva!
Fiona quedó pensativa unos segundos y se mojó sus labios secos. Nerviosa. Su actitud nunca fue desafiante. Más bien, sarcástica. Como si no disfrutara de aquello y sólo buscara una manera de salir de allí. Interpretaba un mero papel.
-La he tratado bien porque no soy una secuestradora, más bien una estafadora. El secuestrador es mi compañero. – continuó, muy charlatana. Estaba nerviosa. – Yo me llamo Fiona Wright, de Lunargenta. Bueno, ahora de Ciudad Lagarto, supongo. – se presentó. - Y antes de que lo digáis, no. No fue idea mía venir aquí. Este lugar me da escalofríos. Es digno de uno de los pesados reportajes de mi hermana. ¡Está lleno de estatuas! Y también de insectos pequeños. He visto la tira de escorpiones… ¡Ag! Es asqueroso. – dijo cordialmente. Sujetándola fuerte por el brazo. – Así que hagámoslo rápido. Poned mil aeros en la cesta y acabemos con esto. Luego nos vamos, cada uno por nuestro lado, y todos contentos. – pidió.
Del otro lado, en una plataforma literalmente opuesta a la de Fiona, irrumpió Bastian. Acercándoles el cesto a la que su compañera había hecho mención sujeto a una cuerda. También protegía dos caballos, el suyo y el de Fiona. Lo primero que notarían ambas es que éste, a diferencia de su compañera, no era un humano al uso, sino tenía unos rasgos más claros de un biocibernético. Tenía un brazo de metal y diversos implantes de metal implantados en el cuerpo. Aunque no se comportaba como si tuviera una inteligencia artificial en la cabeza, sino, más bien, como un humano.
En su misma plataforma, Reivy y Zöe podrían ver la cabeza de la estatua de una cazadora, así como un par de caballos. Un mínimo riachuelo de agua caía bajo a sus pies emanando de una estatua tras la roca. Tendrían que solventar el problema antes de poder subir hasta esta plataforma.
-Que sean dos mil. – dijo sonriendo. Lascivo. Éste sí que disfrutaba con lo que hacía. – Mil por la chica, y mil porque Fiona no os aplaste con esa roca encima. ¿Verdad, amiga? - el cibernético miró a su compañera. - Que no se me olvide presentarme, mi número de bastidor es el B4-ST-14N, pero podéis llamarme Bastian.
Pero no pudo terminar de decir mucho más, pues no tardaría en escucharse un pequeño temblor, así como un sonido gutural pero procedente del interior de la tierra. Esto puso nerviosa a Fiona, previa a su respuesta.
-Eh… Esto… Sí, bueno, vosotras meted rápido lo que tengáis, y luego ya veremos... – afirmó con poca seguridad mirando a su compañero. En su cabeza nunca entró el aplastar a nadie.
* * * * * * * * * *
¡Habéis obtenido el bloque Q! Una opción válida el hacer uso del objeto master, aunque quizás debieras reservarlo para más adelante. Recuerda de quitar el objeto de tu lista de objetos.
Al entrar en el cañón, la segunda zona de la misión, desbloqueáis un evento de “cuenta atrás”. Faltan tres turnos (este y otros dos), para el “evento sorpresa”. El cañón tiene una parte inferior y una superior. Vosotras estáis en la inferior, que es muy estrecha y algunos pasillos tendréis que pasarlas de lado.
Sea como sea, por fin llegáis a los bandidos. Habéis conocido al biocibernético Bastian (no os quería revelar hasta ahora que era un cyborg para daros la sorpresa) y a Fiona Wright. Uno de mis personajes predilectos. Sigo todos vuestros temas, y he visto que Zöe ya la conoce/utiliza (aunque no con este personaje). Sabrás que Fiona es estafadora, no secuestradora. Y claramente notáis que no está disfrutando con lo que está haciendo. Está indecisa. Quizás podáis darle una buena coartada para que os ayude… O quizás no os escuche. También podéis intentar lo mismo con Bastian, aunque éste parece tener más claro sus metas y objetivos pero... A saber cómo reaccionan.
Bastian os tira también una cesta. Podéis pagar o entregar pertenencias de valor (objetos) que tengáis. Sólo si lo deseáis y queréis ver qué sucede. (Tal vez podáis recuperarlos o perderlos, eso dependerá de vosotros). Adicionalmente, podéis elegir atacar a cualquiera de los dos, Fiona o Bastian. Pero estáis en un piso inferior, a distancia y por tanto en desventaja. No tendréis que tirar runa.
Otra recomendación, hay algo moviendo la tierra y una piedra haciendo equilibrios sobre vuestra cabeza. Así que igual es mejor idea salir de ahí.
La actitud que mostréis y cualquier cosa que hagáis cambiará las conclusiones en este momento delicado de la trama, así que pensad bien los movimientos. Recordaros que en misiones máster todos los NPC pueden morir.
Condiciones: No podéis usar a Fiona o Bastian. Reivy no puede transformarse en dragón por el poco espacio.
Reivy, Zöe y Lavey se introdujeron en los angostos pasajes. Tenía algunos pasajes aún más estrechos de lo que se veía desde lejos. Por lo que Reivy allí no podía transformarse. Era un lugar perfecto para tender emboscadas. Si querían salir ilesas tendrían que mantener la guardia en alto pues ninguna sabía si los secuestradores podrían terminar haciendo daño a Sonyia.
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El cañón de la Estepa era muy estrecho, angosto y considerablemente elevado. Seguramente tuviera un pasaje para subir al piso superior, pero no lo habían encontrado.
Estos no tardaron en aparecer. Fiona ya tenía estudiado el camino. Se alejó de su compañero Bastian y las esperó en un alto que tendrían que pasar por debajo sí o sí. De manera que podía mantenerse alejadas de ellas en un hipotético enfrentamiento. Trató de tranquilizarse y airear. Definitivamente no le agradaba nada aquella situación. Su sueño siempre fue estafar y timar pobres en Lunargenta. Ni siquiera sabía por qué se había metido en aquello.
Cuando Reivy y Zoe llegaron, se hizo notar para que la advirtieran sobre sus cabezas.
-¡Hola! ¿Cómo estáis? ¿Me veis? ¡Eh, mirad aquí arriba! – saludó la humana. Había mucho eco en la zona por la estrechez del pasaje. Hizo una reverencia con el bombín y colocándoselo sobre la cabeza. Hizo especial hincapié en que se fijaran en la enorme roca esférica sobre la que se apoyaba. Casi tan grande como ella. La cual pendía de un hilo para caer hacia donde estaban Zöe y Reivy, que apenas tendrían espacio para esquivar. – ¡No os preocupéis por esta roca! Lo he comprobado y está bien anclada al suelo… A menos que tropiece con este tocón que la sostiene. Os advierto que soy muy torpe y me asusto con facilidad. – dijo sutilmente. Luego sacó a Sonyia tirando de su brazo de detrás de la enorme roca. Estaba atada y amordaza, pero sólo tenía heridas menores, señal de que la habían tratado bien. Aquello deberían agradecérselo únicamente a Fiona. – ¡Miradla! ¡Está sana y salva!
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Fiona, la estafadora del bombín de Ciudad Lagarto. Chistosa y también irónica.
Fiona quedó pensativa unos segundos y se mojó sus labios secos. Nerviosa. Su actitud nunca fue desafiante. Más bien, sarcástica. Como si no disfrutara de aquello y sólo buscara una manera de salir de allí. Interpretaba un mero papel.
-La he tratado bien porque no soy una secuestradora, más bien una estafadora. El secuestrador es mi compañero. – continuó, muy charlatana. Estaba nerviosa. – Yo me llamo Fiona Wright, de Lunargenta. Bueno, ahora de Ciudad Lagarto, supongo. – se presentó. - Y antes de que lo digáis, no. No fue idea mía venir aquí. Este lugar me da escalofríos. Es digno de uno de los pesados reportajes de mi hermana. ¡Está lleno de estatuas! Y también de insectos pequeños. He visto la tira de escorpiones… ¡Ag! Es asqueroso. – dijo cordialmente. Sujetándola fuerte por el brazo. – Así que hagámoslo rápido. Poned mil aeros en la cesta y acabemos con esto. Luego nos vamos, cada uno por nuestro lado, y todos contentos. – pidió.
Del otro lado, en una plataforma literalmente opuesta a la de Fiona, irrumpió Bastian. Acercándoles el cesto a la que su compañera había hecho mención sujeto a una cuerda. También protegía dos caballos, el suyo y el de Fiona. Lo primero que notarían ambas es que éste, a diferencia de su compañera, no era un humano al uso, sino tenía unos rasgos más claros de un biocibernético. Tenía un brazo de metal y diversos implantes de metal implantados en el cuerpo. Aunque no se comportaba como si tuviera una inteligencia artificial en la cabeza, sino, más bien, como un humano.
En su misma plataforma, Reivy y Zöe podrían ver la cabeza de la estatua de una cazadora, así como un par de caballos. Un mínimo riachuelo de agua caía bajo a sus pies emanando de una estatua tras la roca. Tendrían que solventar el problema antes de poder subir hasta esta plataforma.
-Que sean dos mil. – dijo sonriendo. Lascivo. Éste sí que disfrutaba con lo que hacía. – Mil por la chica, y mil porque Fiona no os aplaste con esa roca encima. ¿Verdad, amiga? - el cibernético miró a su compañera. - Que no se me olvide presentarme, mi número de bastidor es el B4-ST-14N, pero podéis llamarme Bastian.
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Bastian, un biocibernético con una programación mucho más natural que la de otros congéneres.
Pero no pudo terminar de decir mucho más, pues no tardaría en escucharse un pequeño temblor, así como un sonido gutural pero procedente del interior de la tierra. Esto puso nerviosa a Fiona, previa a su respuesta.
-Eh… Esto… Sí, bueno, vosotras meted rápido lo que tengáis, y luego ya veremos... – afirmó con poca seguridad mirando a su compañero. En su cabeza nunca entró el aplastar a nadie.
* * * * * * * * * *
Al entrar en el cañón, la segunda zona de la misión, desbloqueáis un evento de “cuenta atrás”. Faltan tres turnos (este y otros dos), para el “evento sorpresa”. El cañón tiene una parte inferior y una superior. Vosotras estáis en la inferior, que es muy estrecha y algunos pasillos tendréis que pasarlas de lado.
Sea como sea, por fin llegáis a los bandidos. Habéis conocido al biocibernético Bastian (no os quería revelar hasta ahora que era un cyborg para daros la sorpresa) y a Fiona Wright. Uno de mis personajes predilectos. Sigo todos vuestros temas, y he visto que Zöe ya la conoce/utiliza (aunque no con este personaje). Sabrás que Fiona es estafadora, no secuestradora. Y claramente notáis que no está disfrutando con lo que está haciendo. Está indecisa. Quizás podáis darle una buena coartada para que os ayude… O quizás no os escuche. También podéis intentar lo mismo con Bastian, aunque éste parece tener más claro sus metas y objetivos pero... A saber cómo reaccionan.
Bastian os tira también una cesta. Podéis pagar o entregar pertenencias de valor (objetos) que tengáis. Sólo si lo deseáis y queréis ver qué sucede. (Tal vez podáis recuperarlos o perderlos, eso dependerá de vosotros). Adicionalmente, podéis elegir atacar a cualquiera de los dos, Fiona o Bastian. Pero estáis en un piso inferior, a distancia y por tanto en desventaja. No tendréis que tirar runa.
Otra recomendación, hay algo moviendo la tierra y una piedra haciendo equilibrios sobre vuestra cabeza. Así que igual es mejor idea salir de ahí.
La actitud que mostréis y cualquier cosa que hagáis cambiará las conclusiones en este momento delicado de la trama, así que pensad bien los movimientos. Recordaros que en misiones máster todos los NPC pueden morir.
Condiciones: No podéis usar a Fiona o Bastian. Reivy no puede transformarse en dragón por el poco espacio.
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
-Bueno... -Había dicho Lavey mientras vio correr a su madre. -Ella puede volar muy deprisa. Y en el Samhain aguantó hasta que tocaron la campana, sobre un caballo salvaje. -La niña no pudo evitar sonreír cuando escucho la pregunta de su amiga mecánica. -Si las razones para estar aquí fueran otras, seria muy divertido ver a Centella dando vueltas encima de un burro porque una piedra lo dice, pero... -Se había quedado callada observando la escena. -tenemos que intentarlo todo para rescatar a Sonyia, ella es...
La conversación terminó en ese momento, pues la dragona adulta consiguió completar el desafió y la joven rubia corrió hasta el obelisco para celebrarlo.
Ahora madre e hija se encontraban junto a Zoë enseñándole el cubo, dejando que lo examinara para ver si veía algo que ellas desconocían, para finalmente guardarlo en el morral.
-Lo intentare... lo estoy intentando. -Le conteste a mi peculiar amiga con un tono de duda. -Es difícil mantener el control cuando alguien importante esta en peligro, pero lo intento.
Y era justamente porque lo intentaba que podía hablar en esos momentos, en lugar de apretar los labios y los puños. Realmente el golpe había ayudado mucho.
-Veremos como y cuantos son. Ojala que tengas razón y escuchen, Zoë... -Busque la mirada de sus ojos metálicos con los míos. -Sobre todo tenemos que evitar darles detalles importantes, como la antorcha o la letra que tenemos ahora.
Tenia la certeza de que la biotica comprendía la situación, pero dudaba sobre sus capacidades para engañar o mentir, ni siquiera estaba segura de si aquel detalle entraba en sus planes de diálogos. Mejor prevenir que curar. Pensé mientras seguía hablando con ella.
-Si les decimos que resolvimos parte del acertijo seguramente nos obliguen a darles las piezas como pago. Y una vez que tengan la información y las piezas nada les impedirá acabar con nosotras y quedarse con todo.
Mientras hablaba con la cibernetica nos adentramos en el barranco, nos estábamos metiendo de lleno en la boca del lobo y ni siquiera teníamos la mitad del dinero ni el resto de las piezas, pero era el único camino que nos quedaba y tenia la esperanza de encontrar el resto de objetos antes de encontrar a los secuestradores.
Los rufianes lo tenían todo previsto, aquel desfiladero era tan pequeño que la única que pasaba por ellos sin problemas era la niña, entonces llegamos a un arco partido en dos por el paso del tiempo, donde ahora en lugar de una estructura semicircular habían dos pilares con unos salientes excelentes para visualizar todo lo que pasaba por debajo.
Dicho y hecho, en cuanto estuvimos debajo una voz femenina llamo nuestra atención. Tenia unos rasgos sensuales y suculentos, si en lugar de un barranco la chica estuviera en una cantina ya la abría invitado a una cerveza, por desgracia las circunstancias eran muy diferentes. Mi boca se movió por inercia, pero en esta ocasión no lanzo un alago. -¡Sonyia! - Para más inri Fiona hablaba con sarcasmo y educación, definitivamente en otras circunstancias la charla hubiera tenido otros derroteros. No tardo en aparecer el verdadero secuestrador que ahora doblaba el rescate.
-¡Fiona! -Dije alzando la voz para captar su atención. -Tuyo es el poder, no de él.
Señale con una mano al biocibernetico sin mirarlo, si queríamos salir de aquel barranco solo me quedaba apelar a la mujer. Porque ni teníamos dos mil aeros ni teníamos mil.
-Tu misma has dicho que no secuestras sino que estafas. En tu mano esta no solo la vida de mi hermana, sino también la de mi hija, mi compañera y la mía misma. ¿Asesinarías a 4 personas por dos mil aeros que puedes no conseguir? -Pare un segundo mirando lo que Zoë hacia. -Míralo a él, esta al otro lado del barranco con los caballos y el cesto del dinero. ¿Que le impide salir corriendo con el dinero y dejarte aquí sola? Tu eres la estafadora, date cuenta de la trampa que te tendió tu compañero-Trague aire porque no me quedaba saliva ni para humedecer mis labios. -Fiona, hemos encontrado unas instrucciones en las ruinas que hablan de un tesoro. Deja que el hombre se vaya con su parte del trato y déjanos reunirnos contigo, te buscaremos el tesoro. -Lleve la mano al pecho para señalarme y luego moví el brazo para marcar a Zoë y Lavey. -Nosotras somos las únicas que sabemos las pistas, si lanzas la piedra y decides bajar a buscar en nuestros cadáveres no encontraras nada pues las pistas no son físicas. Si matas a Sonyia tampoco te diremos nada y si por algún casual matas a alguna de nosotras tres tampoco obtendrás tu premio, pues cada una de nosotras pose un fragmento de la clave que descifra las pistas que hay esparcidas por las ruinas.
Deje de mirar a Fiona y camine hasta el cesto donde deposite mi bolsa de aeros, sabia que no seria suficiente, pero si no dejaba nada en el cestillo seguro que el hombre pensaría que aun puede sacarnos más, porque eso era lo que quería, desplumarnos.
Espere a ver lo que hacia Zoë y luego levante la cabeza. -Bastian, ya tienes lo que viniste a buscar. -Durante todo el tiempo que duro la negociación Lavey permaneció en medio de las adultas, prestando atención a todo lo que ocurría, odiando a Bastian, compadeciéndose de Fiona al notar que no quería hacer lo que el otro pedía, detectando los rasgos en común que su madre tenia con su tía y dando un respingón al oír aquel terrorífico ruido y sentir la tierra temblar.
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Off: Pongo en la cesta mi bolsa de aeros... En su momento eran 400 pero luego de yule se me a quedado en 266. n.nU
La conversación terminó en ese momento, pues la dragona adulta consiguió completar el desafió y la joven rubia corrió hasta el obelisco para celebrarlo.
Ahora madre e hija se encontraban junto a Zoë enseñándole el cubo, dejando que lo examinara para ver si veía algo que ellas desconocían, para finalmente guardarlo en el morral.
-Lo intentare... lo estoy intentando. -Le conteste a mi peculiar amiga con un tono de duda. -Es difícil mantener el control cuando alguien importante esta en peligro, pero lo intento.
Y era justamente porque lo intentaba que podía hablar en esos momentos, en lugar de apretar los labios y los puños. Realmente el golpe había ayudado mucho.
-Veremos como y cuantos son. Ojala que tengas razón y escuchen, Zoë... -Busque la mirada de sus ojos metálicos con los míos. -Sobre todo tenemos que evitar darles detalles importantes, como la antorcha o la letra que tenemos ahora.
Tenia la certeza de que la biotica comprendía la situación, pero dudaba sobre sus capacidades para engañar o mentir, ni siquiera estaba segura de si aquel detalle entraba en sus planes de diálogos. Mejor prevenir que curar. Pensé mientras seguía hablando con ella.
-Si les decimos que resolvimos parte del acertijo seguramente nos obliguen a darles las piezas como pago. Y una vez que tengan la información y las piezas nada les impedirá acabar con nosotras y quedarse con todo.
Mientras hablaba con la cibernetica nos adentramos en el barranco, nos estábamos metiendo de lleno en la boca del lobo y ni siquiera teníamos la mitad del dinero ni el resto de las piezas, pero era el único camino que nos quedaba y tenia la esperanza de encontrar el resto de objetos antes de encontrar a los secuestradores.
Los rufianes lo tenían todo previsto, aquel desfiladero era tan pequeño que la única que pasaba por ellos sin problemas era la niña, entonces llegamos a un arco partido en dos por el paso del tiempo, donde ahora en lugar de una estructura semicircular habían dos pilares con unos salientes excelentes para visualizar todo lo que pasaba por debajo.
Dicho y hecho, en cuanto estuvimos debajo una voz femenina llamo nuestra atención. Tenia unos rasgos sensuales y suculentos, si en lugar de un barranco la chica estuviera en una cantina ya la abría invitado a una cerveza, por desgracia las circunstancias eran muy diferentes. Mi boca se movió por inercia, pero en esta ocasión no lanzo un alago. -¡Sonyia! - Para más inri Fiona hablaba con sarcasmo y educación, definitivamente en otras circunstancias la charla hubiera tenido otros derroteros. No tardo en aparecer el verdadero secuestrador que ahora doblaba el rescate.
-¡Fiona! -Dije alzando la voz para captar su atención. -Tuyo es el poder, no de él.
Señale con una mano al biocibernetico sin mirarlo, si queríamos salir de aquel barranco solo me quedaba apelar a la mujer. Porque ni teníamos dos mil aeros ni teníamos mil.
-Tu misma has dicho que no secuestras sino que estafas. En tu mano esta no solo la vida de mi hermana, sino también la de mi hija, mi compañera y la mía misma. ¿Asesinarías a 4 personas por dos mil aeros que puedes no conseguir? -Pare un segundo mirando lo que Zoë hacia. -Míralo a él, esta al otro lado del barranco con los caballos y el cesto del dinero. ¿Que le impide salir corriendo con el dinero y dejarte aquí sola? Tu eres la estafadora, date cuenta de la trampa que te tendió tu compañero-Trague aire porque no me quedaba saliva ni para humedecer mis labios. -Fiona, hemos encontrado unas instrucciones en las ruinas que hablan de un tesoro. Deja que el hombre se vaya con su parte del trato y déjanos reunirnos contigo, te buscaremos el tesoro. -Lleve la mano al pecho para señalarme y luego moví el brazo para marcar a Zoë y Lavey. -Nosotras somos las únicas que sabemos las pistas, si lanzas la piedra y decides bajar a buscar en nuestros cadáveres no encontraras nada pues las pistas no son físicas. Si matas a Sonyia tampoco te diremos nada y si por algún casual matas a alguna de nosotras tres tampoco obtendrás tu premio, pues cada una de nosotras pose un fragmento de la clave que descifra las pistas que hay esparcidas por las ruinas.
Deje de mirar a Fiona y camine hasta el cesto donde deposite mi bolsa de aeros, sabia que no seria suficiente, pero si no dejaba nada en el cestillo seguro que el hombre pensaría que aun puede sacarnos más, porque eso era lo que quería, desplumarnos.
Espere a ver lo que hacia Zoë y luego levante la cabeza. -Bastian, ya tienes lo que viniste a buscar. -Durante todo el tiempo que duro la negociación Lavey permaneció en medio de las adultas, prestando atención a todo lo que ocurría, odiando a Bastian, compadeciéndose de Fiona al notar que no quería hacer lo que el otro pedía, detectando los rasgos en común que su madre tenia con su tía y dando un respingón al oír aquel terrorífico ruido y sentir la tierra temblar.
______
Off: Pongo en la cesta mi bolsa de aeros... En su momento eran 400 pero luego de yule se me a quedado en 266. n.nU
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Ocultar información… Resultaba algo difícil para mí sistema el poder cumplir con esa orden, aunque resultaba más probable el poder hacer eso antes que mentir, ya que mis parámetros no incluían la capacidad de decir cosas que no eran ciertas, aunque los orgánicos parecían el poder hacerlo con bastante naturalidad. Mentiras, sarcasmos, chistes y dobles sentidos eran todas modalidades del lenguaje muy sofisticadas, quizás con el tiempo lograría dominarlas, pero aún no había llegado ese momento.
-No creo que sea capaz de dar información que falte a la verdad – [ANALIZANDO] – Creo que será mejor si tú te encargas de esa parte ¿Si? Yo me quedaré en silencio para evitar cometer errores – Esa parecía ser una buena solución, negociar tampoco era mi especialidad, pero Reivy era muy habilidosa con las palabras, podría encargarse de eso sin mi ayuda – Si se quedan con todo no sería un intercambio justo ¿Correcto? Tenemos que evitar eso – Asentí al entender lo que la dragona planteaba.
Llegamos finalmente al barranco, no esperaba que fuera tan estrecho, la pequeña Lavey podía pasar con más comodidad, pero habían algunas partes en las que tanto Reivy como yo teníamos que ponernos de costado [ANALIZANDO] ¿Sería este el pasaje que los secuestradoras habían utilizado? Llevando a un rehén y quizás con monturas, ya que no había forma de llegar al valle sin ellas [ERROR] no parecía ser una conclusión lógica. Por lo tanto, tenía que haber otro camino.
Pronto apareció una mujer en lo alto del despeñadero, me quedé observándola sin hacer gesto alguno, luego hice una revisión general de la hermana de Reivy, parecía estar bien.
-Hola. Estamos bien. Y podemos verte – Le contesté ya que la mujer había preguntado – Mmm, sería algo bueno que no estuvieras cerca del tocón entonces ¿Cierto? – Si la humana misma admitía que era muy torpe, entonces lo más lógico era que se alejara de posibles peligros – También sería algo bueno que bajaras de esa altura, podrías salir herida – Mire a Sonyia – Todo estará bien ¿Si? No debes preocuparte – Agregué una sonrisa mecánica.
[ANALIZANDO] La siguiente persona que apareció no era humano. Lo observé con atención, inclinando la cabeza mientras analizaba los datos que podía conseguir estando a tanta distancia. Su modo de hablar, su manera de moverse, era demasiado humano, y por lo mismo podía explicarse el que realizara actos que teníamos absolutamente prohibidos, como causarles daño a los orgánicos.
[CONCLUSIÓN] Era un Bio- cibernético defectuoso, había que reducirlo y eliminarlo.
-B4-ST-14N, estás incumpliendo con las normas que nos fueron impuestas desde nuestra creación. Por favor, suspende tu comportamiento agresivo o me veré obligada a utilizar la fuerza – Detrás de mí, Reivy intentaba convencer a la Humana de que no era necesario que continuara con su plan de secuestro, tal como habíamos dicho, se encargaba de las negociaciones - B4-ST-14N, tu conducta será reportara en la Base de los Bio- cibernéticos – No era una amenaza, era una certeza, teníamos muy pocas leyes, pero eran estrictas, y no podíamos permitir que nuestra raza se saliera de control.
El hombre no parecía dispuesto a cambiar de idea [ANALIZANDO] la vida de tres (quizás cuatro) orgánicos estaba en riesgo, no podía permitir que algo malo les pasara. Puse mi mochila en la canasta y dejé que B4-ST-14N la subiera, mire a Reivy con gesto neutro, y luego a Lavey, estaba… No sabía describirlo, pero el hecho de que alguien de mi propia especie hubiese causado todos estos problemas resultaba en una sensación desagradable.
-Lo siento – Les dije a ambas – Me encargare de acabar con el Bio- cibernético defectuoso ¿Si? – Mi tono no había cambiado, pero por dentro las palabras se sentían diferentes.
Cuando la canasta estuvo en manos de B4-ST-14N, mi morral se abrió de pronto y de adentro salieron mis tres acompañantes, SEPA-IV, AMA y ATAC, quienes habían esperado muy quietos a que los encontraran. Saltaron sin previo aviso directo a la cara del secuestrador, intentando hacerle tanto daño como fuera posible.
------------------------------
*¡Que buena sorpresa, Master Ger! ^^ ¡Ahora Zöe si que está motivada!
*En el morral solo hay algunos objetos sin valor y mis tres acompañantes, los cuales intentaran hacer daño a B4-ST-14N hasta que se los quite de encima.
-No creo que sea capaz de dar información que falte a la verdad – [ANALIZANDO] – Creo que será mejor si tú te encargas de esa parte ¿Si? Yo me quedaré en silencio para evitar cometer errores – Esa parecía ser una buena solución, negociar tampoco era mi especialidad, pero Reivy era muy habilidosa con las palabras, podría encargarse de eso sin mi ayuda – Si se quedan con todo no sería un intercambio justo ¿Correcto? Tenemos que evitar eso – Asentí al entender lo que la dragona planteaba.
Llegamos finalmente al barranco, no esperaba que fuera tan estrecho, la pequeña Lavey podía pasar con más comodidad, pero habían algunas partes en las que tanto Reivy como yo teníamos que ponernos de costado [ANALIZANDO] ¿Sería este el pasaje que los secuestradoras habían utilizado? Llevando a un rehén y quizás con monturas, ya que no había forma de llegar al valle sin ellas [ERROR] no parecía ser una conclusión lógica. Por lo tanto, tenía que haber otro camino.
Pronto apareció una mujer en lo alto del despeñadero, me quedé observándola sin hacer gesto alguno, luego hice una revisión general de la hermana de Reivy, parecía estar bien.
-Hola. Estamos bien. Y podemos verte – Le contesté ya que la mujer había preguntado – Mmm, sería algo bueno que no estuvieras cerca del tocón entonces ¿Cierto? – Si la humana misma admitía que era muy torpe, entonces lo más lógico era que se alejara de posibles peligros – También sería algo bueno que bajaras de esa altura, podrías salir herida – Mire a Sonyia – Todo estará bien ¿Si? No debes preocuparte – Agregué una sonrisa mecánica.
[ANALIZANDO] La siguiente persona que apareció no era humano. Lo observé con atención, inclinando la cabeza mientras analizaba los datos que podía conseguir estando a tanta distancia. Su modo de hablar, su manera de moverse, era demasiado humano, y por lo mismo podía explicarse el que realizara actos que teníamos absolutamente prohibidos, como causarles daño a los orgánicos.
[CONCLUSIÓN] Era un Bio- cibernético defectuoso, había que reducirlo y eliminarlo.
-B4-ST-14N, estás incumpliendo con las normas que nos fueron impuestas desde nuestra creación. Por favor, suspende tu comportamiento agresivo o me veré obligada a utilizar la fuerza – Detrás de mí, Reivy intentaba convencer a la Humana de que no era necesario que continuara con su plan de secuestro, tal como habíamos dicho, se encargaba de las negociaciones - B4-ST-14N, tu conducta será reportara en la Base de los Bio- cibernéticos – No era una amenaza, era una certeza, teníamos muy pocas leyes, pero eran estrictas, y no podíamos permitir que nuestra raza se saliera de control.
El hombre no parecía dispuesto a cambiar de idea [ANALIZANDO] la vida de tres (quizás cuatro) orgánicos estaba en riesgo, no podía permitir que algo malo les pasara. Puse mi mochila en la canasta y dejé que B4-ST-14N la subiera, mire a Reivy con gesto neutro, y luego a Lavey, estaba… No sabía describirlo, pero el hecho de que alguien de mi propia especie hubiese causado todos estos problemas resultaba en una sensación desagradable.
-Lo siento – Les dije a ambas – Me encargare de acabar con el Bio- cibernético defectuoso ¿Si? – Mi tono no había cambiado, pero por dentro las palabras se sentían diferentes.
Cuando la canasta estuvo en manos de B4-ST-14N, mi morral se abrió de pronto y de adentro salieron mis tres acompañantes, SEPA-IV, AMA y ATAC, quienes habían esperado muy quietos a que los encontraran. Saltaron sin previo aviso directo a la cara del secuestrador, intentando hacerle tanto daño como fuera posible.
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*¡Que buena sorpresa, Master Ger! ^^ ¡Ahora Zöe si que está motivada!
*En el morral solo hay algunos objetos sin valor y mis tres acompañantes, los cuales intentaran hacer daño a B4-ST-14N hasta que se los quite de encima.
Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Reivy depositó 400 aeros en la cesta del biocibernético, y se quedó sin un aero en su cartera. Fiona había escuchado atentamente su discurso sin mostrar demasiado convencimiento en principio, pero en cuanto escuchó la palabra “tesoro” algo cambió dentro de su cabeza. Aún así, no pudo sino suspirar mostrando una decepción cuando con su buena vista vio cuanto Reivy había depositado ahí. Definitivamente, no tenían más dinero. De lo contrario, no tenían motivo para no entregarlo. - ¡Genial, Bastian! Hemos venido hasta aquí por 400 aeros. – Le gritó a su compañero de marras, que tiró de la cuerda como si no hubiese recibido nada a cambio. - ¿Y ahora qué? ¿La suelto o no? ¡Están más peladas que este desierto de hierba!
Pero B4-ST-14N no contestaba. Una vez llegó la cesta a su saliente, contó en una rápida mirada los aeros. Su rostro no mostró decepción como el de Fiona. Él no tenía la capacidad de sentir. Contó los aeros de nuevo para comprobar si había dos mil, como había pedido. Pero no los había. Faltaban concretamente, mil seiscientos. – Faltan mil seiscientos. ¿Por qué no habéis traído el dinero? – repitió, mirando a Zöe, que le estaba amenazando. – Mi nueva programación me ha permitido ser libre. No siento nada que me obligue a cumplir tus órdenes. Sólo amenazo, robo y secuestro. Esta suma no es lo suficientemente grande para compartir. – miró entonces a Fiona. – Fiona, ha sido un placer conocerte. – comentó haciéndole una reverencia a la chica. Su intención era salir de ahí.
-¡¿Qué haces, Bastian?! – preguntó desde la plataforma opuesta.
Los cibernéticos acompañantes de Zöe habían llegado hasta el saliente y no tardaron en atacar al biocibernético. Éste no trató de defenderse, sino de huir con el dinero. Se montó en uno de los caballos, el otro permanecía atado a éste, y comenzó a correr por la plataforma con ambos.
Los acompañantes de Zöe persiguieron al congénere. Pero éste, al correr entre rocas y agujeros, tropezó en una zanja, justo a la altura donde se encontraba la tercera de las estatuas, la de una cazadora con arco. Terminó cayendo por un estrecho pozo, lo justo para que ambos caballos cayeran por ahí, entre relinches de quejidos, con el biocibernético por dentro. Éste parecía dar a una caverna. - ¡BASTIAN! – gritó Fiona.
Cuando los caballos llegaron al suelo, aún se les escuchaba quejarse en el suelo, probablemente con las piernas rotas. Pero un nuevo temblor en el suelo. Lo siguiente que se escuchó fue un gutural sonido agónico de los caballos, que retumbó fuera hacia el cañón. Luego, se hizo el silencio.
La estafadora ahora sí que tenía problemas. Seguía teniendo a Sonyia. Pero había los caballos, el dinero, y quién sabe si también a su compañero. No tenía la situación controlada, y viendo que ahora su prioridad era salir de allí con vida, y que le habían hablado de un tesoro escondido en las ruinas, quizás no fuera tan mala idea colaborar.
-Vale, mirad, hagamos una cosa. – Tomó un cuchillo, y desató a Sonyia, cortó las cuerdas que retenían sus manos con fuerza, y la soltó, dejándola libre. – Es libre. Miradla, está intacta. La he tratado bien. – trató de excusarse. – Olvidemos las rencillas del pasado, ¿vale? Ahora somos un grupo de cinco chicas en apuros. Me dejaréis ir con vosotras, ¿vale? Esta no fue idea mía. Y yo no quiero morir aquí. Os tiro una cuerda para que subáis. Sonyia, ayúdame, será que las saquemos de ahí abajo antes de lo que haya excavando por el subsuelo termine por sepultarlas. – pidió a la recién liberada.
Ésta la miró con cara de pocos amigos. Pero la hermana de Reivy no iba a dejar allí a las chicas, por lo que ató la cuerda a una columna de roca rojiza que parecía más o menos resistente. La propia Fiona se encargó de sujetar la cuerda por si algo fallaba.
-Y bien, ¿nos vamos? No creo que nos salga rentable rescatar de ese pozo los 400 aeros que pueda tener Bastian. – preguntó la chica.
Por medio de un pilar de roca derribado, podían pasar a la plataforma donde había subido Bastian. Allí había una nueva estatua, concretamente, la tercera. Portaba un arco y respondía, según leía Lavey leía con la habilidad de Scarabus, al nombre de Diana.
¡Proserpina! Aquel nombre les resultaría conocido, era la hija de Ceres. Además, la recompensa estaba bien clara. Un nuevo bloque estaba a sus pies. Éste contenía la letra “S”. Y, como siempre, solo coincidiría cuando resolvieran el problema. Habían encontrado la “R”, ¿de Río, tal vez?, o quizás de CeRes, que fue quien se la dio. La “Q” de Quirón. Entonces, ¿por qué una “S”, dada por Diana?
Pronto lo sabrían.
Quedan muchas cosas por descubrir: El destino de Bastian, el papel de Scarabus, el misterio del curioso pueblo, la mazmorra que se abre al conseguir las cuatro letras... Os aseguro que los retos que vendrán a partir de ahora, serán bastante más difíciles que lo que llevamos, que como veis no ha sido complicado. Pero ahora contáis con Sonyia (mismo nivel de Reivy) y, si la dejáis permanecer en el grupo (podéis echarla), también a Fiona Wright. Una humana con habilidades de robo y manejo de ballesta pequeña de nivel 3. Bastian, por motivos obvios, no podéis manejarlo por ahora.
Reivy se ha quedado sin aeros. Hasta que los recupere.
Decidid, no hay marcha atrás.
Pero B4-ST-14N no contestaba. Una vez llegó la cesta a su saliente, contó en una rápida mirada los aeros. Su rostro no mostró decepción como el de Fiona. Él no tenía la capacidad de sentir. Contó los aeros de nuevo para comprobar si había dos mil, como había pedido. Pero no los había. Faltaban concretamente, mil seiscientos. – Faltan mil seiscientos. ¿Por qué no habéis traído el dinero? – repitió, mirando a Zöe, que le estaba amenazando. – Mi nueva programación me ha permitido ser libre. No siento nada que me obligue a cumplir tus órdenes. Sólo amenazo, robo y secuestro. Esta suma no es lo suficientemente grande para compartir. – miró entonces a Fiona. – Fiona, ha sido un placer conocerte. – comentó haciéndole una reverencia a la chica. Su intención era salir de ahí.
-¡¿Qué haces, Bastian?! – preguntó desde la plataforma opuesta.
Los cibernéticos acompañantes de Zöe habían llegado hasta el saliente y no tardaron en atacar al biocibernético. Éste no trató de defenderse, sino de huir con el dinero. Se montó en uno de los caballos, el otro permanecía atado a éste, y comenzó a correr por la plataforma con ambos.
Los acompañantes de Zöe persiguieron al congénere. Pero éste, al correr entre rocas y agujeros, tropezó en una zanja, justo a la altura donde se encontraba la tercera de las estatuas, la de una cazadora con arco. Terminó cayendo por un estrecho pozo, lo justo para que ambos caballos cayeran por ahí, entre relinches de quejidos, con el biocibernético por dentro. Éste parecía dar a una caverna. - ¡BASTIAN! – gritó Fiona.
Cuando los caballos llegaron al suelo, aún se les escuchaba quejarse en el suelo, probablemente con las piernas rotas. Pero un nuevo temblor en el suelo. Lo siguiente que se escuchó fue un gutural sonido agónico de los caballos, que retumbó fuera hacia el cañón. Luego, se hizo el silencio.
La estafadora ahora sí que tenía problemas. Seguía teniendo a Sonyia. Pero había los caballos, el dinero, y quién sabe si también a su compañero. No tenía la situación controlada, y viendo que ahora su prioridad era salir de allí con vida, y que le habían hablado de un tesoro escondido en las ruinas, quizás no fuera tan mala idea colaborar.
-Vale, mirad, hagamos una cosa. – Tomó un cuchillo, y desató a Sonyia, cortó las cuerdas que retenían sus manos con fuerza, y la soltó, dejándola libre. – Es libre. Miradla, está intacta. La he tratado bien. – trató de excusarse. – Olvidemos las rencillas del pasado, ¿vale? Ahora somos un grupo de cinco chicas en apuros. Me dejaréis ir con vosotras, ¿vale? Esta no fue idea mía. Y yo no quiero morir aquí. Os tiro una cuerda para que subáis. Sonyia, ayúdame, será que las saquemos de ahí abajo antes de lo que haya excavando por el subsuelo termine por sepultarlas. – pidió a la recién liberada.
Ésta la miró con cara de pocos amigos. Pero la hermana de Reivy no iba a dejar allí a las chicas, por lo que ató la cuerda a una columna de roca rojiza que parecía más o menos resistente. La propia Fiona se encargó de sujetar la cuerda por si algo fallaba.
-Y bien, ¿nos vamos? No creo que nos salga rentable rescatar de ese pozo los 400 aeros que pueda tener Bastian. – preguntó la chica.
Por medio de un pilar de roca derribado, podían pasar a la plataforma donde había subido Bastian. Allí había una nueva estatua, concretamente, la tercera. Portaba un arco y respondía, según leía Lavey leía con la habilidad de Scarabus, al nombre de Diana.
“Bajo mis pies yace la criatura más peligrosa a la que me he enfrentado. Jamás he sido capaz de darle caza. Es una criatura malévola y gigantesca, enviada por Hades, para proteger las batidas de rescate de Proserpina. Quien me ayude a darle caza, se verá gratamente recompensado, y Roma le estará eternamente agradecido”.
¡Proserpina! Aquel nombre les resultaría conocido, era la hija de Ceres. Además, la recompensa estaba bien clara. Un nuevo bloque estaba a sus pies. Éste contenía la letra “S”. Y, como siempre, solo coincidiría cuando resolvieran el problema. Habían encontrado la “R”, ¿de Río, tal vez?, o quizás de CeRes, que fue quien se la dio. La “Q” de Quirón. Entonces, ¿por qué una “S”, dada por Diana?
Pronto lo sabrían.
* * * * * * * * * *
Vuestras decisiones han llevado a Fiona a querer a unirse a vuestro grupo, y a Bastian a caer a una cueva subterránea con los caballos por el ataque de Zöe (se acabaron los caballos de la misión). Sin embargo, ¡habéis rescatado a Sonyia y con ello cumplís el objetivo primordial de la misión! Tal y como os dije al principio de la misión, se os abre un “punto de guardado”. Podéis retiraros ahora de la misión, obtener vuestra recompensa menor y concluir sin maldiciones. O podéis aspirar a algo más y continuar acercándoos al agujero por el que ha caído Bastián y descender a la caverna (tenéis la antorcha).Quedan muchas cosas por descubrir: El destino de Bastian, el papel de Scarabus, el misterio del curioso pueblo, la mazmorra que se abre al conseguir las cuatro letras... Os aseguro que los retos que vendrán a partir de ahora, serán bastante más difíciles que lo que llevamos, que como veis no ha sido complicado. Pero ahora contáis con Sonyia (mismo nivel de Reivy) y, si la dejáis permanecer en el grupo (podéis echarla), también a Fiona Wright. Una humana con habilidades de robo y manejo de ballesta pequeña de nivel 3. Bastian, por motivos obvios, no podéis manejarlo por ahora.
Reivy se ha quedado sin aeros. Hasta que los recupere.
Decidid, no hay marcha atrás.
Ger
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Estaba claro, tan claro como el agua cristalina que desciende de los manantiales. En cuanto Bastian tuvo el dinero se fue corriendo con los caballos. Lo sabia... era evidente. Pensé sin molestarme a contestar a su pregunta ¿A caso se pensaba que eramos el banco de Lunargenta? Si mil era un reto, conseguir dos mil era una locura.
No podía ver nada de lo que ocurría arriba del cañón y estaba expectante por saber que decisión tomaría Fiona, pero pude escuchar el lamentable y temeroso relinchar de los caballos. Sonreí al imaginar lo que pasaba, aunque con amargura por el probable destino de los animales.
-No se porque te preocupas por él. -Hable hacia Fiona desde la parte baja del cañón. -Esta claro que te dejo en la estacada en cuanto tuvo oportunidad.
El corazón me dio un vuelco cuando la mujer saco el cuchillo y luego respiró aliviado al ver lo que hacia. En cuanto la cuerda estuvo asegurada ascendí con rapidez apoyando los pies en la pared del desfiladero, asegurándome cada pocos metros que Lavey me seguía.
Al alcanzar el terreno elevado mire con recelo a la humana y con preocupación a mi hermana, quería salir corriendo y abrazarla, pero primero tenia que asegurar que la joven dragona no cayera por el acantilado o que en un descuido Fiona la aprovechara como rehén. Aunque ella misma aseguraba no ser secuestradora nunca se sabe lo que una mujer acorralada es capaz de hacer. Le tendí la mano a la rubia para ayudarla a subir y mire abajo asegurándome de que Zöe nos seguía.
Ahora si, corrí los escasos metros que me separaban de Sonyia y la abrace con gruesas lagrimas rodando por mis mejillas.
-¡Hermana! -Las dos hundimos el rosto en el cuello de la otra. -Menos mal que estas bien. -Aun con lagrimas en los ojos levanté la cara para mirar sonriente el rostro de Sonyia. -La próxima reunión familiar la elijo yo.
No pude evitar hacer aquel chiste tonto, estaba tan alegre de encontrarme con mi hermana mayor después de tantos años.
-Yo... hubo momentos en los que pensé que no vendrías. Después de lo que pasó cuando eras niña y la decisión de nuestros padres...
A la mayor de las hermanas de la estirpe Abadder se le quebró la voz, ella también se alegraba del reencuentro, pero en su corazón reinaba el remordimiento por no haber defendido a la pequeña de la familia, por no haberse molestado en buscarla o en mandarle alguna carta. El yugo que controlaban los cabeza de familia y las consecuencias por desobedecerlos tenían atemorizada a toda la camada de dragones.
-Pero que cosas dices. Hubiera venido a por cualquiera de vosotros. -Corté el abrazo y miré al resto de mujeres limpiando las lagrimas con el dorso de la mano. -Además, seguro que vosotros harías lo mismo por mi.
Sonyia se quedo clavada en el suelo y callada durante un segundo, luego asintió con la cabeza de forma afirmativa. Parecía que la emoción del encuentro la hubiera dejado conmocionada, pero en realidad no se atrevía a desmentir la ultima frase que la pequeña de sus hermanas dijo.
La verdad era que en el seno de la familia Abadder Reivy era una pústula que fue arranca y enterrada, su nombre fue borrado de los registros conforme salio de la casa hace ya tantos años, sus cosas fueron quemadas y se le prohibió a todo el mundo hablar de ella, los padres de la dragona parecían alegar demencia y cuando algún aldeano preguntaba ellos simplemente decían que no tuvieron ninguna hija con el nombre de Reivy, los hermanos y hermanas de esta esquivaban las preguntas, cambiaban de tema o decían que la pequeña había muerto en alguna circunstancia.
Sonyia, heredera del escudo familia, sabia que nadie habría acudido a rescatar a la menor de sus hermanas.
-¿Porque ella? -Pregunte a Fiona mirándola fijamente a los ojos. -¿Porque a mi? no os conozco de nada. ¿A caso hice algo para ser objetivo de vuestros trapicheos?
Me quede en silencio, expectante por oír la respuesta de Fiona. Todo estaba resuelto, nada me impedía salir de allí y dejar que Fiona se buscara la vida, pero algo pinchaba en mi interior al pensar aquella posibilidad. Recordé entonces las lagrimas que cayeron de la estatua madre, del extraño hombre-bestia y su carrera y del brujo, no tenia sentido ¿Para que le había dado a Lavey la capacidad de leer una lengua muerta? ¿Porque quería que encontráramos el tesoro si el mismo me tachó de codiciosa?
-Nos vamos si, pero a aquella estatua. -Señale hacia el lugar por donde Bastian se fue al tiempo que respondía a Fiona. -Las pistas del tesoro están relacionadas a cuatro estatuas y tenemos que recuperar a los compañeros de Zöe.
Lavey se había quedado apartada, viendo el reencuentro, vigilando a Fiona de reojo y pidiéndole con gestos a su amiga robotica que le ayudara a recuperar la cuerda que acababan de usar para subir. Su madre había vuelto a la normalidad, ya no tenia el ceño fruncido ni el cuerpo tenso. Ahora el rescate se había convertido en una aventura y la rubia amaba las aventuras, así que en cuanto la morena dio la señal de proseguir la lagartija se fue corriendo hacia la estatua y se puso a leer repasando las frases con el dedo.
-Pone... Aquí dice que abajo hay un monstruo muy peligroso, que es malo, gigante y que ella, Diana. -La rubia señalo la estatua. -No a podido darle caza. Oh y que el bicho es de Hades y que lo puso ahí para que no rescataran a Prosepina. -Lavey se levantó y señalo el agujero por el que cayo el cibernetico. -Má Prosepina es la hija de Ceres, tenemos que bajar a por ella así el agua volverá a correr y tendremos todas las piezas. -La joven dragona hablaba deprisa y emocionada por sus propias conclusiones. -Bajemos a darle amor a la bestia.
La pequeña acabo la frase con una sonrisa mientras su tía observaba boquiabierta -¿Má? ¿Eres su madre? ¿Como, cuando?... -Yo solo pude sonreír de medio lado. -Es una larga historia, cuando volvamos la ciudad te la cuento. -Sonyia parpadeaba sin creérselo. -¿Con quien?
-Bieeen. -La voz de la estafadora se escuchó sarcástica y desganada. -Que suerte la mía, una búsqueda del tesoro con un guardián terrorífico que esta esperando a su almuerzo.
No podía ver nada de lo que ocurría arriba del cañón y estaba expectante por saber que decisión tomaría Fiona, pero pude escuchar el lamentable y temeroso relinchar de los caballos. Sonreí al imaginar lo que pasaba, aunque con amargura por el probable destino de los animales.
-No se porque te preocupas por él. -Hable hacia Fiona desde la parte baja del cañón. -Esta claro que te dejo en la estacada en cuanto tuvo oportunidad.
El corazón me dio un vuelco cuando la mujer saco el cuchillo y luego respiró aliviado al ver lo que hacia. En cuanto la cuerda estuvo asegurada ascendí con rapidez apoyando los pies en la pared del desfiladero, asegurándome cada pocos metros que Lavey me seguía.
Al alcanzar el terreno elevado mire con recelo a la humana y con preocupación a mi hermana, quería salir corriendo y abrazarla, pero primero tenia que asegurar que la joven dragona no cayera por el acantilado o que en un descuido Fiona la aprovechara como rehén. Aunque ella misma aseguraba no ser secuestradora nunca se sabe lo que una mujer acorralada es capaz de hacer. Le tendí la mano a la rubia para ayudarla a subir y mire abajo asegurándome de que Zöe nos seguía.
Ahora si, corrí los escasos metros que me separaban de Sonyia y la abrace con gruesas lagrimas rodando por mis mejillas.
-¡Hermana! -Las dos hundimos el rosto en el cuello de la otra. -Menos mal que estas bien. -Aun con lagrimas en los ojos levanté la cara para mirar sonriente el rostro de Sonyia. -La próxima reunión familiar la elijo yo.
No pude evitar hacer aquel chiste tonto, estaba tan alegre de encontrarme con mi hermana mayor después de tantos años.
-Yo... hubo momentos en los que pensé que no vendrías. Después de lo que pasó cuando eras niña y la decisión de nuestros padres...
A la mayor de las hermanas de la estirpe Abadder se le quebró la voz, ella también se alegraba del reencuentro, pero en su corazón reinaba el remordimiento por no haber defendido a la pequeña de la familia, por no haberse molestado en buscarla o en mandarle alguna carta. El yugo que controlaban los cabeza de familia y las consecuencias por desobedecerlos tenían atemorizada a toda la camada de dragones.
-Pero que cosas dices. Hubiera venido a por cualquiera de vosotros. -Corté el abrazo y miré al resto de mujeres limpiando las lagrimas con el dorso de la mano. -Además, seguro que vosotros harías lo mismo por mi.
Sonyia se quedo clavada en el suelo y callada durante un segundo, luego asintió con la cabeza de forma afirmativa. Parecía que la emoción del encuentro la hubiera dejado conmocionada, pero en realidad no se atrevía a desmentir la ultima frase que la pequeña de sus hermanas dijo.
La verdad era que en el seno de la familia Abadder Reivy era una pústula que fue arranca y enterrada, su nombre fue borrado de los registros conforme salio de la casa hace ya tantos años, sus cosas fueron quemadas y se le prohibió a todo el mundo hablar de ella, los padres de la dragona parecían alegar demencia y cuando algún aldeano preguntaba ellos simplemente decían que no tuvieron ninguna hija con el nombre de Reivy, los hermanos y hermanas de esta esquivaban las preguntas, cambiaban de tema o decían que la pequeña había muerto en alguna circunstancia.
Sonyia, heredera del escudo familia, sabia que nadie habría acudido a rescatar a la menor de sus hermanas.
-¿Porque ella? -Pregunte a Fiona mirándola fijamente a los ojos. -¿Porque a mi? no os conozco de nada. ¿A caso hice algo para ser objetivo de vuestros trapicheos?
Me quede en silencio, expectante por oír la respuesta de Fiona. Todo estaba resuelto, nada me impedía salir de allí y dejar que Fiona se buscara la vida, pero algo pinchaba en mi interior al pensar aquella posibilidad. Recordé entonces las lagrimas que cayeron de la estatua madre, del extraño hombre-bestia y su carrera y del brujo, no tenia sentido ¿Para que le había dado a Lavey la capacidad de leer una lengua muerta? ¿Porque quería que encontráramos el tesoro si el mismo me tachó de codiciosa?
-Nos vamos si, pero a aquella estatua. -Señale hacia el lugar por donde Bastian se fue al tiempo que respondía a Fiona. -Las pistas del tesoro están relacionadas a cuatro estatuas y tenemos que recuperar a los compañeros de Zöe.
Lavey se había quedado apartada, viendo el reencuentro, vigilando a Fiona de reojo y pidiéndole con gestos a su amiga robotica que le ayudara a recuperar la cuerda que acababan de usar para subir. Su madre había vuelto a la normalidad, ya no tenia el ceño fruncido ni el cuerpo tenso. Ahora el rescate se había convertido en una aventura y la rubia amaba las aventuras, así que en cuanto la morena dio la señal de proseguir la lagartija se fue corriendo hacia la estatua y se puso a leer repasando las frases con el dedo.
-Pone... Aquí dice que abajo hay un monstruo muy peligroso, que es malo, gigante y que ella, Diana. -La rubia señalo la estatua. -No a podido darle caza. Oh y que el bicho es de Hades y que lo puso ahí para que no rescataran a Prosepina. -Lavey se levantó y señalo el agujero por el que cayo el cibernetico. -Má Prosepina es la hija de Ceres, tenemos que bajar a por ella así el agua volverá a correr y tendremos todas las piezas. -La joven dragona hablaba deprisa y emocionada por sus propias conclusiones. -Bajemos a darle amor a la bestia.
La pequeña acabo la frase con una sonrisa mientras su tía observaba boquiabierta -¿Má? ¿Eres su madre? ¿Como, cuando?... -Yo solo pude sonreír de medio lado. -Es una larga historia, cuando volvamos la ciudad te la cuento. -Sonyia parpadeaba sin creérselo. -¿Con quien?
-Bieeen. -La voz de la estafadora se escuchó sarcástica y desganada. -Que suerte la mía, una búsqueda del tesoro con un guardián terrorífico que esta esperando a su almuerzo.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
El resultado de las negociaciones había sido inesperado, B4-ST-14N no había respondido positivamente a mis advertencias [ERROR] En realidad no había hecho caso alguno, por lo que mi sistema se encontraba calculando las posibilidades de poder subir y atraparlo. Pero de repente mis acompañantes aparecieron, dispuestos a hacerle al Bio-cibernético tanto daño como fuera posible. Asentí como señal de aprobación ante semejante actitud, parecía que lentamente empezaban a poder tomar decisiones propias.
[ANALIZANDO] lo que resultó verdaderamente repentino fue que tropezara y cayera por una de las grietas del peñasco. Más importante que eso, mis robots no volvieron a aparecer, era lógico suponer que habían caído junto con B4-ST-14N.
-No es prudente que la sujetes mientras subo ¿Si? – Le dije a Fiona aun desde abajo, mi peso era más elevado que el que parecía, y no quería lastimar las manos de la humana. Me agarré y subí de modo lento pero constante hasta llegar arriba [ANALIZANDO] – Todos los orgánicos parecen estar a salvo. Iré en busca de mis compañeros – Deje que las dragonas se saludaran y dieran rienda suelta a todas las conductas esperables luego de un momento tan tenso como el que acababan de vivir.
Me acerqué al agujero por donde B4-ST-14N había caído, era tan profundo que no podía ver el fondo con claridad [ANALIZANDO]… [ANALIZANDO] La conclusión a la que llegaba mi sistema es que no resultaba conveniente el descender. Pero no quería dejar a SEPA-IV, ATAC y AMA allí abajo, se sentía…. Contradictorio, sí, eso era. Ayude a Lavey mientras desataba y subía la cuerda que habíamos utilizado para trepar hasta allí.
-Probablemente la parte del escrito que habla de un monstruo sean solo interpretaciones de antiguos viajeros que no podían entender lo que veían – Dije con tono neutral – No creo que exista tal cosa como un monstruo. Y aunque hubiese existido, no podría haber vivido tantos años – La fecha de cuando databan las ruinas de ese sitio no eran exactas, pero si habían pertenecido a los primeros humanos que habían cruzado el portal, tenían que tener muchísimo tiempo.
Pase la soga alrededor de una saliente, y realice un fuerte nudo, tome la punta y me acerqué al borde.
-No deben bajar hasta que yo me asegure que no hay peligro ¿Si? Deben hacerme caso en esto – No sabía qué tipo de gesto tenía que hacer con ese tipo de discurso, así que fruncí el ceño, luego solo una ceja y levanté la otra – Me haré cargo de esta parte ¿Correcto? – El lograr agarrar a B4-ST-14N era mi responsabilidad, y también el recuperar a mis acompañantes, ninguno de los orgánicos tenía porqué ponerse en riesgo.
Enrede la soga alrededor de mi cintura, me puse de espaldas al agujero y me deje caer hacia atrás, controlando la velocidad de mi caída al sujetar o soltar la cuerda que me sostenía. Mientras apoyaba los pies en la roca, buscando apoyo para que no fueran solo mis brazos los que trabajaran. Repetí el movimiento hasta que solo mi cabeza sobresalía por el borde.
-Necesitare la antorcha – Les dije a las dragonas mientras extendía la mano libre – No estoy segura de que mi visión nocturna funcione correctamente – En sí, mis ojos captaban con mayor facilidad a los cuerpos vivos ya que producían calor, pero al estar rodeada de piedra la efectividad de mi visión se reducía.
Una vez que tuve todo, continué bajando hasta que la parte de arriba del despeñadero era solo una larga línea de luz.
[ANALIZANDO] lo que resultó verdaderamente repentino fue que tropezara y cayera por una de las grietas del peñasco. Más importante que eso, mis robots no volvieron a aparecer, era lógico suponer que habían caído junto con B4-ST-14N.
-No es prudente que la sujetes mientras subo ¿Si? – Le dije a Fiona aun desde abajo, mi peso era más elevado que el que parecía, y no quería lastimar las manos de la humana. Me agarré y subí de modo lento pero constante hasta llegar arriba [ANALIZANDO] – Todos los orgánicos parecen estar a salvo. Iré en busca de mis compañeros – Deje que las dragonas se saludaran y dieran rienda suelta a todas las conductas esperables luego de un momento tan tenso como el que acababan de vivir.
Me acerqué al agujero por donde B4-ST-14N había caído, era tan profundo que no podía ver el fondo con claridad [ANALIZANDO]… [ANALIZANDO] La conclusión a la que llegaba mi sistema es que no resultaba conveniente el descender. Pero no quería dejar a SEPA-IV, ATAC y AMA allí abajo, se sentía…. Contradictorio, sí, eso era. Ayude a Lavey mientras desataba y subía la cuerda que habíamos utilizado para trepar hasta allí.
-Probablemente la parte del escrito que habla de un monstruo sean solo interpretaciones de antiguos viajeros que no podían entender lo que veían – Dije con tono neutral – No creo que exista tal cosa como un monstruo. Y aunque hubiese existido, no podría haber vivido tantos años – La fecha de cuando databan las ruinas de ese sitio no eran exactas, pero si habían pertenecido a los primeros humanos que habían cruzado el portal, tenían que tener muchísimo tiempo.
Pase la soga alrededor de una saliente, y realice un fuerte nudo, tome la punta y me acerqué al borde.
-No deben bajar hasta que yo me asegure que no hay peligro ¿Si? Deben hacerme caso en esto – No sabía qué tipo de gesto tenía que hacer con ese tipo de discurso, así que fruncí el ceño, luego solo una ceja y levanté la otra – Me haré cargo de esta parte ¿Correcto? – El lograr agarrar a B4-ST-14N era mi responsabilidad, y también el recuperar a mis acompañantes, ninguno de los orgánicos tenía porqué ponerse en riesgo.
Enrede la soga alrededor de mi cintura, me puse de espaldas al agujero y me deje caer hacia atrás, controlando la velocidad de mi caída al sujetar o soltar la cuerda que me sostenía. Mientras apoyaba los pies en la roca, buscando apoyo para que no fueran solo mis brazos los que trabajaran. Repetí el movimiento hasta que solo mi cabeza sobresalía por el borde.
-Necesitare la antorcha – Les dije a las dragonas mientras extendía la mano libre – No estoy segura de que mi visión nocturna funcione correctamente – En sí, mis ojos captaban con mayor facilidad a los cuerpos vivos ya que producían calor, pero al estar rodeada de piedra la efectividad de mi visión se reducía.
Una vez que tuve todo, continué bajando hasta que la parte de arriba del despeñadero era solo una larga línea de luz.
Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Zöe fue la primera en descender a la oscura caverna por donde había caído B4-ST-14N. Adentrarse en oscuras cavernas es poco menos que algo temerario. Y la luz que portaba la antorcha de la biocibernética no le permitiría ver mucho más allá de cinco pasos. La caverna era fría, aunque muy seca, por encontrarse en aquel desierto. Por su parte, Reivy, Sonyia y Lavey permanecían aún arriba. Por su parte, Fiona, muy temerosa, había bajado con ella, más que nada para comprobar la integridad de su compañero y propinarle una merecida colleja.
-¡Agh! ¡Cielos santos! – exclamó Fiona horrorizada cuando vio los cuerpos de ambos caballos desmembrados en el suelo, con las tripas fuera, y también descabezados. No habían transcurrido más que quince minutos desde que cayeron por el agujero… Y algo ya les había hincado el diente. – ¡Bastián! ¡Bastián! – comenzó a llamar la estafadora. Y es que no había ni rastro de su compañero, sí de un hilo de sangre que se adentraba ligeramente adentro… Y al final, la cabeza de Bastían. - ¡¡¡BASTIÁN!!! ¡Tenemos que salir de aquí! – gritó la del bombín tirando del brazo de Zöe.
Sí, al lado de la cabeza también estaba bien visible la estatua de Proserpina, con la letra “P” bien grande en un bloque en el suelo. Fiona se acercó y la tomó. – Mira, ¿esa es una de las letras que buscáis? Pues larguémonos con ella. Odio este lugar. – preguntó Fiona acerándose a ella rápido y tomándola sin necesidad de realizar ninguna prueba. Bastaba con encontrar a la diosa.
Tan pronto como Zöe acercara la antorcha a la mano de Proserpina, los ojos de la estatua se iluminarían y un enorme estruendo amenazaría con derrumbar la estancia. Luego se escuchó el agua correr, rumbo al pueblo. ¡Habían encontrado a Proserpina! Por lo que el agua que fluía hacia el pueblo llenaría la fuente. Eran libres para recuperar la letra “R”, de la estatua de Ceres.
La única letra que les faltaba reunir era la “S”. La de Diana. ¿Y por qué una “S”?...
Pues por el enorme Scorpio Gigantae que surgiría del suelo, interponiéndose entre Zöe, Fiona y la salida. Era del tamaño de un ser humano. Y ese aguijón no tenía buena pinta, y si uno pequeño podía ser mortal, no hablemos ya de uno de aquel tamaño. La criatura comenzó a moverse en círculos, y del suelo surgieron, además, pequeños escorpiones. Fiona comenzó a chillar y a ponerse detrás de Zöe muy asustada, mientras aquella criatura amenazaba con atacarlas.
-¡Ay, ma-madre! ¡Es un alacrán gigante! – dijo acongojada, contemplando absorta aquella impresionante criatura. - ¿Qué clase de programación tenías tú para venir aquí, Bastián?
Huir era una opción poco factible con el escorpión de por medio… ¿Les saldría bien la jugada? Reivy y compañía tenían que ayudar como fuera.
Ambas: Sé que no sois muy combativas pero… Algo de pelea tenía que haber. Os dije que sería difícil. Ahora paso a explicaros las normas del combate:
El Scorpio Gigantae es una criatura de nivel 5 que tiene 1-habilidades de veneno con su portentoso aguijón, 2-Habilidades de fuerza física con sus pinzas, 3-Gran resistencia en su caparazón a los golpes físicos. Por el contrario, no es más rápido que un humano, aunque sí tiene una gran aceleración cuando lanza los ataques, por lo que son difíciles de esquivar.
He querido hacer el encuentro lo más aleatorio posible, así que he tirado una runa.
• Runa mala: El Scorpio (5) está en plenitud de facultades. Fiona (3) se aterroriza, consigue huir por donde entrasteis y no os ayuda en combate.
• Runa media: El Scorpio está en plenitud de facultades, pero Fiona controla el pánico y os ayudará.
• Runa buena: Una roca se desprende por los temblores sobre el Scorpio y se rompe parcialmente su caparazón. Si recibe un golpe de calidad de runa buena, se rompe al completo.
Reivy controlará a Sonyia y Zöe a Fiona. Tenéis 2 turnos (yo no postearé) y tenéis que:
-Atacar al escorpión: Si queréis luchar, tenéis que quitarle al menos 8 puntos de vida. Cada runa buena o normal le quita 1 punto de vida (mientras tenga la coraza). Si le rompéis la coraza, cada runa media o buena le quitará 2 puntos de vida. Las runas malas no quitan nada. La única manera de romperle la coraza es 1- mediante el uso de objetos o habilidades que especifiquen que rompan la armadura pesada, 2- mediante una runa muy buena, o 3- si yo obtengo una runa buena, en la primera runa buena que obtengáis.
-Huir. Si tratáis de huir, la runa que tiréis será para tratar de escapar. A la primera no lo conseguiréis. Una runa mala os deja fuera de combate. Por cada personaje que esté participando, tendréis que tirar runa.
Las runas malas "no os perjudicarán". Al final tendréis que o matarlo, o escapar. Si no lo matáis, ambas recibiréis una maldición, y una de manera aleatoria quedará muy herida y excluida del resto del mastereado. Y si tratáis de huir y no lo conseguís, quedáis fuera ambas.
Reivy tira dos runas (por ella y Sonyia), Zöe también dos (si Fiona no huye).
El drop si lo matáis es una pieza de armadura de calidad superior encantada (sólo para una de las dos).
Os doy dos turnos para encargaros de la criatura (es decir, yo no postearé el próximo turno).
-¡Agh! ¡Cielos santos! – exclamó Fiona horrorizada cuando vio los cuerpos de ambos caballos desmembrados en el suelo, con las tripas fuera, y también descabezados. No habían transcurrido más que quince minutos desde que cayeron por el agujero… Y algo ya les había hincado el diente. – ¡Bastián! ¡Bastián! – comenzó a llamar la estafadora. Y es que no había ni rastro de su compañero, sí de un hilo de sangre que se adentraba ligeramente adentro… Y al final, la cabeza de Bastían. - ¡¡¡BASTIÁN!!! ¡Tenemos que salir de aquí! – gritó la del bombín tirando del brazo de Zöe.
Sí, al lado de la cabeza también estaba bien visible la estatua de Proserpina, con la letra “P” bien grande en un bloque en el suelo. Fiona se acercó y la tomó. – Mira, ¿esa es una de las letras que buscáis? Pues larguémonos con ella. Odio este lugar. – preguntó Fiona acerándose a ella rápido y tomándola sin necesidad de realizar ninguna prueba. Bastaba con encontrar a la diosa.
Tan pronto como Zöe acercara la antorcha a la mano de Proserpina, los ojos de la estatua se iluminarían y un enorme estruendo amenazaría con derrumbar la estancia. Luego se escuchó el agua correr, rumbo al pueblo. ¡Habían encontrado a Proserpina! Por lo que el agua que fluía hacia el pueblo llenaría la fuente. Eran libres para recuperar la letra “R”, de la estatua de Ceres.
La única letra que les faltaba reunir era la “S”. La de Diana. ¿Y por qué una “S”?...
Pues por el enorme Scorpio Gigantae que surgiría del suelo, interponiéndose entre Zöe, Fiona y la salida. Era del tamaño de un ser humano. Y ese aguijón no tenía buena pinta, y si uno pequeño podía ser mortal, no hablemos ya de uno de aquel tamaño. La criatura comenzó a moverse en círculos, y del suelo surgieron, además, pequeños escorpiones. Fiona comenzó a chillar y a ponerse detrás de Zöe muy asustada, mientras aquella criatura amenazaba con atacarlas.
- Escorpión:
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-¡Ay, ma-madre! ¡Es un alacrán gigante! – dijo acongojada, contemplando absorta aquella impresionante criatura. - ¿Qué clase de programación tenías tú para venir aquí, Bastián?
Huir era una opción poco factible con el escorpión de por medio… ¿Les saldría bien la jugada? Reivy y compañía tenían que ayudar como fuera.
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Ambas: Sé que no sois muy combativas pero… Algo de pelea tenía que haber. Os dije que sería difícil. Ahora paso a explicaros las normas del combate:
El Scorpio Gigantae es una criatura de nivel 5 que tiene 1-habilidades de veneno con su portentoso aguijón, 2-Habilidades de fuerza física con sus pinzas, 3-Gran resistencia en su caparazón a los golpes físicos. Por el contrario, no es más rápido que un humano, aunque sí tiene una gran aceleración cuando lanza los ataques, por lo que son difíciles de esquivar.
He querido hacer el encuentro lo más aleatorio posible, así que he tirado una runa.
• Runa mala: El Scorpio (5) está en plenitud de facultades. Fiona (3) se aterroriza, consigue huir por donde entrasteis y no os ayuda en combate.
• Runa media: El Scorpio está en plenitud de facultades, pero Fiona controla el pánico y os ayudará.
• Runa buena: Una roca se desprende por los temblores sobre el Scorpio y se rompe parcialmente su caparazón. Si recibe un golpe de calidad de runa buena, se rompe al completo.
Reivy controlará a Sonyia y Zöe a Fiona. Tenéis 2 turnos (yo no postearé) y tenéis que:
-Atacar al escorpión: Si queréis luchar, tenéis que quitarle al menos 8 puntos de vida. Cada runa buena o normal le quita 1 punto de vida (mientras tenga la coraza). Si le rompéis la coraza, cada runa media o buena le quitará 2 puntos de vida. Las runas malas no quitan nada. La única manera de romperle la coraza es 1- mediante el uso de objetos o habilidades que especifiquen que rompan la armadura pesada, 2- mediante una runa muy buena, o 3- si yo obtengo una runa buena, en la primera runa buena que obtengáis.
-Huir. Si tratáis de huir, la runa que tiréis será para tratar de escapar. A la primera no lo conseguiréis. Una runa mala os deja fuera de combate. Por cada personaje que esté participando, tendréis que tirar runa.
Las runas malas "no os perjudicarán". Al final tendréis que o matarlo, o escapar. Si no lo matáis, ambas recibiréis una maldición, y una de manera aleatoria quedará muy herida y excluida del resto del mastereado. Y si tratáis de huir y no lo conseguís, quedáis fuera ambas.
Reivy tira dos runas (por ella y Sonyia), Zöe también dos (si Fiona no huye).
El drop si lo matáis es una pieza de armadura de calidad superior encantada (sólo para una de las dos).
Os doy dos turnos para encargaros de la criatura (es decir, yo no postearé el próximo turno).
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
El miembro 'Ger' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
-Así que... tu hija ¿eh? -Decía Sonyia mirando por el borde del pozo. -Y de fuego, casi parece un regalo de los celestiales. -Continuaba mi hermana haciendo referencia al elemento mágico de la familia, que era el mismo que poseía la joven Lavey.
Mientras Zöe y Fiona descendían por la cuerda yo había puesto al día a mi hermana mayor con un resumen muy rápido y escueto, quería contarle tantas cosas, deseaba que me contara tantas cosas. Las únicas noticias que recibía de ellos era por medio de las cartas de mis abuelos y aun así a ellos tampoco les decían mucho, con lo que las noticias solían ser siempre: "Toda la familia esta bien, tus hermanos y hermanas son cada vez más sabios y fuertes..."
Del fondo del agujero salieron gritos y crujidos acompañados de un pequeño temblor de tierra.
-¿Que esta pasando? ¡Zöe! ¡¿Va todo bien!? -Grité poniendo las mano al rededor de mis labios y asomándome al agujero. -¡Zoo! -A los gritos se sumó Lavey que miraba por el hueco arrodillada en el borde. -Deberíamos bajar.
Un nuevo temblor hizo perder el equilibrio a la niña y acabó con medio cuerpo dentro del agujero. -¡Lavey! -No se ni como lo hice, pero antes de que me diera cuenta mi mano estaba agarrando el cinturón de mi hija.
De la mochila de la cría salio volando un farol de aceite, Lavey estiró los brazos tratando de recuperarlo en el aire, pero se le resbaló de los dedos y segundos después se pudo escuchar como rompía contra el suelo, aquel sonido podría haber sido la cabeza de la niña.
-Lección numero 45. -Pronuncie agitada y sentada en el suelo con el cuerpo de Vey encima. -No asomarse a agujeros profundos.
Lavey quería replicar un par de cosas, como por ejemplo que había sido ella la primera en asomarse, pero se guardo sus pensamientos y asintió con la cabeza.
Un cráneo moreno coronado con un bombón salió por el agujero, era Fiona y nos miraba a todas con la cara pálida, los ojos desorbitados y el terror pintado en sus labios temblorosos.
-¿Que sucede ahí abajo? ¿Donde esta Zöe? -La humana salió del hueco tambaleándose y en cuanto estuvo erguida comenzó a correr. -¡¿Donde vas?! ¡Vuelve, Fionaa! -Daba igual las veces que gritara su nombre la estafadora no se giró ni una sola vez. -Esta claro que esta pasando algo muy feo ahí abajo. Vey tu quédate arriba, vigila por si Fiona regresa, no sabemos si puede traer a más gente y hacernos otra encerrona. -De nuevo la joven abrió la boca queriendo decir algo, pero aquello no llegó a ningún lado. -No. Se que quieres ir y comenzar a disparar a diestro y siniestro, pero necesitamos que te quedes aquí arriba la cuerda es nuestro medio de salida. Sonyia tu...
-A no. -Dijo tajante la mayor de las dragonas. -Ni se te ocurra decirme que me quede arriba cuidando a tu prole, hermanita.
-Jamas se me ocurriría algo así. -Con una sonrisa desenfunde mi espada y se la pasé a la morena. -Toma. Se que no es la espada de la familia, pero es mejor que dar puñetazos.
Sonyia miro el filo, sopeso el arma y la enfundó con una sonrisa. -Veamos que es lo que hay abajo. -Dijo mi hermana mayor con fuerzas renovadas metiéndose por el agujero. -Te veo a la vuelta lagartija. -Le dije a mi hija con una sonrisa mientras desaparecía por el pozo.
El descenso fue tan rápido como nuestras manos nos permitieron, claro que podría haber sido más rápido, pero entonces nos abríamos abrasado los dedos y las palmas. Sin embargo en cuanto la oscuridad se trago la luz y la caverna se ensanchó me solté de la cuerda cambiando de forma en la caída, abrí las alas frenando la más que asegurada conversión a papilla de dragón y deje el cuerpo en suspensión a varios metros del suelo, la electricidad que recorría mi cuerpo iluminaba las inmediaciones. Una llama azul bailoteaba por la caverna y con ella un trió... no, un cuarteto de robots, bajo mis pies un gigantesco escorpión y frente a él ya estaba mi hermana en posición de ataque.
-Tan impulsiva como siempre. -Comentó Sonyia sin dejar de mirar a su atacante. -Ven aquí bichejo. -La caballero dragón golpeó la punta de la espada contra el suelo llamando la atención del insecto y mientras prendía en llamas el arma esquivó una de las pinzas. -Vas a estar precioso sin patas.
Sonyia enarbolaba la espada como si hubiera sido suya desde el día de su creación, movía los brazos con una soltura impecable acompasados por un sin fin de vueltas y saltos, la coordinación entre pies y manos no tenia parangón, no se podía esperar menos de una mujer que llevaba casi 100 años ejerciendo como caballero dragón. Los cortes, tajos y punzadas flamígeras trataban por todos los medios de romper el caparazón de la bestias, el escorpión por su parte no cejaba en su intento de despedazar a su cena. Arremetía con las pinzas intentando partir en dos a Sonyia al tiempo que movía la cola queriendo aguijonear a su presa voladora.
La energía eléctrica se condensaba en mis cuernos lista para ser lanzada, buscaba algún hueco alguna fisura o pliegue en la coraza del insecto, pero no parecía tener ninguna aun así tenia que intentarlo. Apunte hacia la unión de la cola y lance un rayo con la esperanza de quebrarla o inutilizarla.
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Off: Habilidad racial Transformacion en dragon (Reivy) Maestria filo elemental fuego (Sonyia) El Scorpion gigante utiliza ataque de pinza.
Mientras Zöe y Fiona descendían por la cuerda yo había puesto al día a mi hermana mayor con un resumen muy rápido y escueto, quería contarle tantas cosas, deseaba que me contara tantas cosas. Las únicas noticias que recibía de ellos era por medio de las cartas de mis abuelos y aun así a ellos tampoco les decían mucho, con lo que las noticias solían ser siempre: "Toda la familia esta bien, tus hermanos y hermanas son cada vez más sabios y fuertes..."
Del fondo del agujero salieron gritos y crujidos acompañados de un pequeño temblor de tierra.
-¿Que esta pasando? ¡Zöe! ¡¿Va todo bien!? -Grité poniendo las mano al rededor de mis labios y asomándome al agujero. -¡Zoo! -A los gritos se sumó Lavey que miraba por el hueco arrodillada en el borde. -Deberíamos bajar.
Un nuevo temblor hizo perder el equilibrio a la niña y acabó con medio cuerpo dentro del agujero. -¡Lavey! -No se ni como lo hice, pero antes de que me diera cuenta mi mano estaba agarrando el cinturón de mi hija.
De la mochila de la cría salio volando un farol de aceite, Lavey estiró los brazos tratando de recuperarlo en el aire, pero se le resbaló de los dedos y segundos después se pudo escuchar como rompía contra el suelo, aquel sonido podría haber sido la cabeza de la niña.
-Lección numero 45. -Pronuncie agitada y sentada en el suelo con el cuerpo de Vey encima. -No asomarse a agujeros profundos.
Lavey quería replicar un par de cosas, como por ejemplo que había sido ella la primera en asomarse, pero se guardo sus pensamientos y asintió con la cabeza.
Un cráneo moreno coronado con un bombón salió por el agujero, era Fiona y nos miraba a todas con la cara pálida, los ojos desorbitados y el terror pintado en sus labios temblorosos.
-¿Que sucede ahí abajo? ¿Donde esta Zöe? -La humana salió del hueco tambaleándose y en cuanto estuvo erguida comenzó a correr. -¡¿Donde vas?! ¡Vuelve, Fionaa! -Daba igual las veces que gritara su nombre la estafadora no se giró ni una sola vez. -Esta claro que esta pasando algo muy feo ahí abajo. Vey tu quédate arriba, vigila por si Fiona regresa, no sabemos si puede traer a más gente y hacernos otra encerrona. -De nuevo la joven abrió la boca queriendo decir algo, pero aquello no llegó a ningún lado. -No. Se que quieres ir y comenzar a disparar a diestro y siniestro, pero necesitamos que te quedes aquí arriba la cuerda es nuestro medio de salida. Sonyia tu...
-A no. -Dijo tajante la mayor de las dragonas. -Ni se te ocurra decirme que me quede arriba cuidando a tu prole, hermanita.
-Jamas se me ocurriría algo así. -Con una sonrisa desenfunde mi espada y se la pasé a la morena. -Toma. Se que no es la espada de la familia, pero es mejor que dar puñetazos.
Sonyia miro el filo, sopeso el arma y la enfundó con una sonrisa. -Veamos que es lo que hay abajo. -Dijo mi hermana mayor con fuerzas renovadas metiéndose por el agujero. -Te veo a la vuelta lagartija. -Le dije a mi hija con una sonrisa mientras desaparecía por el pozo.
El descenso fue tan rápido como nuestras manos nos permitieron, claro que podría haber sido más rápido, pero entonces nos abríamos abrasado los dedos y las palmas. Sin embargo en cuanto la oscuridad se trago la luz y la caverna se ensanchó me solté de la cuerda cambiando de forma en la caída, abrí las alas frenando la más que asegurada conversión a papilla de dragón y deje el cuerpo en suspensión a varios metros del suelo, la electricidad que recorría mi cuerpo iluminaba las inmediaciones. Una llama azul bailoteaba por la caverna y con ella un trió... no, un cuarteto de robots, bajo mis pies un gigantesco escorpión y frente a él ya estaba mi hermana en posición de ataque.
-Tan impulsiva como siempre. -Comentó Sonyia sin dejar de mirar a su atacante. -Ven aquí bichejo. -La caballero dragón golpeó la punta de la espada contra el suelo llamando la atención del insecto y mientras prendía en llamas el arma esquivó una de las pinzas. -Vas a estar precioso sin patas.
Sonyia enarbolaba la espada como si hubiera sido suya desde el día de su creación, movía los brazos con una soltura impecable acompasados por un sin fin de vueltas y saltos, la coordinación entre pies y manos no tenia parangón, no se podía esperar menos de una mujer que llevaba casi 100 años ejerciendo como caballero dragón. Los cortes, tajos y punzadas flamígeras trataban por todos los medios de romper el caparazón de la bestias, el escorpión por su parte no cejaba en su intento de despedazar a su cena. Arremetía con las pinzas intentando partir en dos a Sonyia al tiempo que movía la cola queriendo aguijonear a su presa voladora.
La energía eléctrica se condensaba en mis cuernos lista para ser lanzada, buscaba algún hueco alguna fisura o pliegue en la coraza del insecto, pero no parecía tener ninguna aun así tenia que intentarlo. Apunte hacia la unión de la cola y lance un rayo con la esperanza de quebrarla o inutilizarla.
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Off: Habilidad racial Transformacion en dragon (Reivy) Maestria filo elemental fuego (Sonyia) El Scorpion gigante utiliza ataque de pinza.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Pise primera el fondo del precipicio, luego extendí las manos hacia Fiona para ayudarla a bajar, mientras descendíamos le había repetido varias veces que no era necesario que se pusiera en peligro. Pero la Humana había desestimado mis consejos, asegurando que estaría bien y que tenía que darle una lección a su ex-compañero.
No tardamos en encontrar los cuerpos de los caballos, y un poco más allá los restos de B4-ST-14N. Fiona se alteró mucho con el descubrimiento, sus reacciones sorprendidas confirmaban que ella no estaba acostumbrada a ese tipo de actividades.
-Puedes subir ahora – Dije en tono neutral, ya que el Bio estaba evidentemente fuera de funcionamiento no tenía más motivos para seguir en este lugar. Además, por el modo en que estabas los cuerpos descuartizados, parecían haber algún tipo de depredador o carroñero merodeando –Es peligroso que sigas aquí… - Mi advertencia fue interrumpida por un fuerte estruendo, sumado al temblor producido por un canal de agua subterránea – Si, estamos bien – Le respondí a Reivy, y me moví justo a tiempo antes de que la lámpara de Lavey cayera sobre mi cabeza.
De pequeños agujeros en el piso salieron cientos de escorpiones pequeños, pero más preocupante que eso era el artrópodo gigante que se asomó por una de las aberturas, cortando la posibilidad de escape para Fiona y para mí. Sin embargo, así como los alacranes salieron de su escondite, mis tres acompañantes también lo hicieron, al parecer se habían escondido para no ser destruidos como les había pasado a los caballos y a B4-ST-14N.
La respuesta de la Humana fue la más adecuada, si se hubiese quedado conmigo me hubiese visto obligada a ponerme como escudo para evitar que le hicieran daño. Escuché que Reivy y Lavey preguntaban inquietas qué era lo que sucedía, sin apartar la vista del inmenso artrópodo les contesté.
-Es un escorpión gigante, no deben bajar ¿Correcto? – A pesar de mi advertencia a los segundos pude escuchar como las dragonas discutían por cuál de ellas iba a bajar. Tenía que apurarme entonces – SEPA-IV, AMA, ATAC, Modalidad de Ataque – De inmediato mis acompañantes cambiaron su actitud habitualmente alegre por una más sería.
SEPA-IV aprovechó el aceite que había quedado desperdigado por el piso y lo prendió fuego con su soplete, de esa manera no solo podíamos ver mejor, sino que además ahuyentaba a los pequeños escorpiones que habían por el piso. AMA retorcía con sus manos a todos los que lograba alcanzar mientras que ATAC se entretenía persiguiéndolos y tirándoles con sus clavos.
Eso mantendría ocupado a los más pequeños.
Pronto apareció Reivy en su forma de dragón, seguida de su hermana sin transformarse, y no tardaron ni un instante en comenzar a atacar al artrópodo más grande. El arácnido se movía a una velocidad impresionante para su tamaño, lanzaba golpes con sus pinzas y su cola, intentando quitarse de arriba a las dos dragonas.
Corrí hasta ponerme a su lado e intenté penetrar la caparazón con mis herramientas, pero era demasiado duro, todos mis golpes revotaban. El monstruo se dio la vuelta y me golpeó de lado, logrando que retrocediera hasta dar contra una de las paredes de la cueva.
-¡Hay que darlo vuelta! – Si bien era grande, su composición general era como la de cualquier escorpión [ANALIZANDO] siguiendo esa lógica, la parte de arriba estaba protegida por un exoesqueleto, pero la de abajo se encontraba desprotegida. Levanté mi mano y disparé un rayo hacía el Ser, con la esperanza de poder debilitarlo – Intenten girarlo ahora – Les grite a las hermanas dragón.
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Uso el Objeto Master "Collar corazón de Alice":Ojo de gato: Dispara un pequeño rayo desde la palma de la mano de Zöe que le permitirá dañar a un enemigo, reduciendo en un 25% los atributos enemigos durante un turno, aturdiendoles y permitiendole escapar.
No tardamos en encontrar los cuerpos de los caballos, y un poco más allá los restos de B4-ST-14N. Fiona se alteró mucho con el descubrimiento, sus reacciones sorprendidas confirmaban que ella no estaba acostumbrada a ese tipo de actividades.
-Puedes subir ahora – Dije en tono neutral, ya que el Bio estaba evidentemente fuera de funcionamiento no tenía más motivos para seguir en este lugar. Además, por el modo en que estabas los cuerpos descuartizados, parecían haber algún tipo de depredador o carroñero merodeando –Es peligroso que sigas aquí… - Mi advertencia fue interrumpida por un fuerte estruendo, sumado al temblor producido por un canal de agua subterránea – Si, estamos bien – Le respondí a Reivy, y me moví justo a tiempo antes de que la lámpara de Lavey cayera sobre mi cabeza.
De pequeños agujeros en el piso salieron cientos de escorpiones pequeños, pero más preocupante que eso era el artrópodo gigante que se asomó por una de las aberturas, cortando la posibilidad de escape para Fiona y para mí. Sin embargo, así como los alacranes salieron de su escondite, mis tres acompañantes también lo hicieron, al parecer se habían escondido para no ser destruidos como les había pasado a los caballos y a B4-ST-14N.
La respuesta de la Humana fue la más adecuada, si se hubiese quedado conmigo me hubiese visto obligada a ponerme como escudo para evitar que le hicieran daño. Escuché que Reivy y Lavey preguntaban inquietas qué era lo que sucedía, sin apartar la vista del inmenso artrópodo les contesté.
-Es un escorpión gigante, no deben bajar ¿Correcto? – A pesar de mi advertencia a los segundos pude escuchar como las dragonas discutían por cuál de ellas iba a bajar. Tenía que apurarme entonces – SEPA-IV, AMA, ATAC, Modalidad de Ataque – De inmediato mis acompañantes cambiaron su actitud habitualmente alegre por una más sería.
SEPA-IV aprovechó el aceite que había quedado desperdigado por el piso y lo prendió fuego con su soplete, de esa manera no solo podíamos ver mejor, sino que además ahuyentaba a los pequeños escorpiones que habían por el piso. AMA retorcía con sus manos a todos los que lograba alcanzar mientras que ATAC se entretenía persiguiéndolos y tirándoles con sus clavos.
Eso mantendría ocupado a los más pequeños.
Pronto apareció Reivy en su forma de dragón, seguida de su hermana sin transformarse, y no tardaron ni un instante en comenzar a atacar al artrópodo más grande. El arácnido se movía a una velocidad impresionante para su tamaño, lanzaba golpes con sus pinzas y su cola, intentando quitarse de arriba a las dos dragonas.
Corrí hasta ponerme a su lado e intenté penetrar la caparazón con mis herramientas, pero era demasiado duro, todos mis golpes revotaban. El monstruo se dio la vuelta y me golpeó de lado, logrando que retrocediera hasta dar contra una de las paredes de la cueva.
-¡Hay que darlo vuelta! – Si bien era grande, su composición general era como la de cualquier escorpión [ANALIZANDO] siguiendo esa lógica, la parte de arriba estaba protegida por un exoesqueleto, pero la de abajo se encontraba desprotegida. Levanté mi mano y disparé un rayo hacía el Ser, con la esperanza de poder debilitarlo – Intenten girarlo ahora – Les grite a las hermanas dragón.
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Zöe
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