[Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
El miembro 'Zöe' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Golpe tras golpe la espada de Sonyia estaba consiguiendo quebrar la coraza del insecto, en uno de ellos el filo se adentró en la carne y el animal lanzó un chillido al tiempo que un olor a carne quemada inundaba la cueva. La caballero dragón giró la espada dentro de la herida e hizo palanca sobre el interior del exoesqueleto, la armadura empezó a resquebrajarse, la grieta se ensanchó y pedazos de quitina cayeron al suelo. La fisura quiso detenerse en el lomo del animal, pero un rayo impactó sobre esta y la herida se expandió por el medio de la espalda hasta llegar a la cola, la electricidad siguió golpeando sobre el enemigo hasta que gran parte de la coraza se desprendió.
El scorpion gigante presa del pánico y el dolor arremetió contra todas sus atacantes, el aumento de velocidad tomó por sorpresa a Sonyia que llegó tarde a parar el golpe de la enorme pinza.
La venenosa cola seguía buscando ensartarme, el espacio de maniobra era reducido y lograba esquivar los golpes de milagro. Con el ultimo quiebro la cola del escorpión quedó clavada y lo vi claro, era la oportunidad perfecta para arrancarle aquella arma mortal. Pero el insecto, usando la fuerza de todo su cuerpo sacó el aguijón de la roca y los escombros cayeron sobre mi espalda haciendo que perdiera estabilidad hasta colisionar contra el suelo.
Aquel error me costaría la vida, ya podía ver aquel veneno inyectándose en mi cuerpo, sin embargo el golpe definitivo no se produjo. Zöe había logrado inmovilizar al alacrán, esta era posiblemente nuestra única oportunidad de acabar con él. Me puse en pie y con rapidez busque el lateral del animal, agache la cabeza y eche a correr para embestirlo. Mi cornamenta se coló entre las patas del bicho. rugí hacia el suelo invocando el aire para darme un impulso extra que me ayudara a girar al scorpion gigante.
El enemigo incapaz de defenderse se encontraba con el abdomen al descubierto y la cola sepultada y partida bajo su propio peso. Sonyia no había perdido el tiempo, la mujer estaba colocada bajo la cabeza del insecto cortando y tratando de incrustar su espada hasta la empuñadura.
El scorpion gigante presa del pánico y el dolor arremetió contra todas sus atacantes, el aumento de velocidad tomó por sorpresa a Sonyia que llegó tarde a parar el golpe de la enorme pinza.
La venenosa cola seguía buscando ensartarme, el espacio de maniobra era reducido y lograba esquivar los golpes de milagro. Con el ultimo quiebro la cola del escorpión quedó clavada y lo vi claro, era la oportunidad perfecta para arrancarle aquella arma mortal. Pero el insecto, usando la fuerza de todo su cuerpo sacó el aguijón de la roca y los escombros cayeron sobre mi espalda haciendo que perdiera estabilidad hasta colisionar contra el suelo.
Aquel error me costaría la vida, ya podía ver aquel veneno inyectándose en mi cuerpo, sin embargo el golpe definitivo no se produjo. Zöe había logrado inmovilizar al alacrán, esta era posiblemente nuestra única oportunidad de acabar con él. Me puse en pie y con rapidez busque el lateral del animal, agache la cabeza y eche a correr para embestirlo. Mi cornamenta se coló entre las patas del bicho. rugí hacia el suelo invocando el aire para darme un impulso extra que me ayudara a girar al scorpion gigante.
El enemigo incapaz de defenderse se encontraba con el abdomen al descubierto y la cola sepultada y partida bajo su propio peso. Sonyia no había perdido el tiempo, la mujer estaba colocada bajo la cabeza del insecto cortando y tratando de incrustar su espada hasta la empuñadura.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
La situación era compleja, no solo por el espacio reducido, sino porque además la coraza del escorpión repelía la mayoría de los ataques. En cambio sus enormes pinzas podían atravesarnos con facilidad, y su cola con tan solo rozarnos podía hacernos un corte e inyectar veneno en nuestros torrentes sanguíneos. Agitaba sus extremidades, mientras giraba en círculos hacía un lado o hacía otro dependiendo de en quien se concentraba para atacar.
Las hermanas dragón saltaban, atacaban y esquivaban con agilidad, destreza que yo no podía imitar, ya que mi físico era demasiado pesado. Cada golpe que el artrópodo lanzaba, era recibido y resistido por mi cuerpo que internamente estaba hecho de puro metal. Reivy supo aprovechar la ventaja que le ofrecí al inmovilizar al escorpión, usó los cuernos de su forma dragón para poder hacer palanca y darlo vuelta.
Aun así el monstruo no iba a dejarse vencer, agitaba las patas en todas direcciones, complicando así el poder acercarse a él para rematarlo. Si bien su cola estaba inutilizable, sus pinzas estaban libres, golpeó las paredes y varías de las piedras que por los múltiples temblores ya estaban flojas comenzaron a caer.
Rodee por el piso para evitar que una enorme roca me aplastara, pero quedé expuesta así al ataque de una de las pinzas del artrópodo. Me cubrí con ambos brazos, pero el golpe se detuvo a pocos centímetros de mi cuerpo, una carta con la figura de espadas había salido de mi bolsillo y flotaba ahora frente a mí, impidiendo que la tenaza del monstruo avanzara.
[ANALIZANDO] [ERROR] Mi sistema no podía analizarlo.
El brillo que emanaba de la carta aumentó y como si de una explosión se tratara, hizo que la luz se expandiera y la pinza del escorpión fue expulsada hacía atrás, redirigiendo el ataque hacía el abdomen indefenso del monstruo. Luego de eso la carta dejó de brillar y cayó al piso, la agarre con curiosidad, pero luego de un análisis rápido llegue a la conclusión de que solo era una carta común.
----------------------------------------
Uso el Objeto Máster "Naipe de Espadas": Te permitirá convocar las espadas brillantes que han mantenido cautivas a la primera Alice en el bosque de los sueños, creando una barrera que logrará reflejar cualquier ataque enemigo de regreso a su oponente. Usala con sabiduría, pues al terminar el naipe no será más una carta común y corriente.
Y si bien Wyn dice que refleja cualquier ataque, tiraré la runa para que sea Máster Ger quien decida lo que sucede.
Las hermanas dragón saltaban, atacaban y esquivaban con agilidad, destreza que yo no podía imitar, ya que mi físico era demasiado pesado. Cada golpe que el artrópodo lanzaba, era recibido y resistido por mi cuerpo que internamente estaba hecho de puro metal. Reivy supo aprovechar la ventaja que le ofrecí al inmovilizar al escorpión, usó los cuernos de su forma dragón para poder hacer palanca y darlo vuelta.
Aun así el monstruo no iba a dejarse vencer, agitaba las patas en todas direcciones, complicando así el poder acercarse a él para rematarlo. Si bien su cola estaba inutilizable, sus pinzas estaban libres, golpeó las paredes y varías de las piedras que por los múltiples temblores ya estaban flojas comenzaron a caer.
Rodee por el piso para evitar que una enorme roca me aplastara, pero quedé expuesta así al ataque de una de las pinzas del artrópodo. Me cubrí con ambos brazos, pero el golpe se detuvo a pocos centímetros de mi cuerpo, una carta con la figura de espadas había salido de mi bolsillo y flotaba ahora frente a mí, impidiendo que la tenaza del monstruo avanzara.
[ANALIZANDO] [ERROR] Mi sistema no podía analizarlo.
El brillo que emanaba de la carta aumentó y como si de una explosión se tratara, hizo que la luz se expandiera y la pinza del escorpión fue expulsada hacía atrás, redirigiendo el ataque hacía el abdomen indefenso del monstruo. Luego de eso la carta dejó de brillar y cayó al piso, la agarre con curiosidad, pero luego de un análisis rápido llegue a la conclusión de que solo era una carta común.
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Uso el Objeto Máster "Naipe de Espadas": Te permitirá convocar las espadas brillantes que han mantenido cautivas a la primera Alice en el bosque de los sueños, creando una barrera que logrará reflejar cualquier ataque enemigo de regreso a su oponente. Usala con sabiduría, pues al terminar el naipe no será más una carta común y corriente.
Y si bien Wyn dice que refleja cualquier ataque, tiraré la runa para que sea Máster Ger quien decida lo que sucede.
Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
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Tyr
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Parecía complicado. No, casi imposible, que después de la huida de Fiona hubiera conseguido acabar con el animal. Pero Reivy y Zöe lo habían conseguido. El escorpión gigante, con el último golpe causado por la luz de la carta de Zöe, sufrió una fuerte explosión en el lomo a causa de las heridas y entre chillidos, comenzó a perecer. En chorro de agua verde y ácida salpicó a los presentes, cubriéndolos por completo de un líquido verde y viscoso, que empaparía el suelo en sustitución de la sangre.
Un fuerte temblor sonó de nuevo en la zona. ¿Otro artrópodo? No. Era el sonido de una piedra cayéndose. Fiona, desde fuera, dio la noticia.
-Esto… ¿Estáis bien? Si es así… ¡Tenemos el cubo con la letra “S”! – gritó desde el exterior por el pequeño agujero mientras les tiraba de nuevo la cuerda para que las chicas subieran. - ¿Falta alguna?
Sí. Faltaba la “P”. Pero Reivy, al introducir la antorcha sobre la estatua de Proserpina, conseguiría el nuevo bloque bajo los pies de ésta con la famosa “P”. Sumada a la “Q” que ya tenían, y a la “R”, que obtendrían de las termas, una vez llegado al pueblo al completar la tarea que Ceres les había encomendado. Y la “S”, que les acababa de dar Diana por cazar al Scorpión.
¿Un breve resumen de lo vivido hasta el momento? Llegaron a unas ruinas con una arquitectura irreconocible, en burra, de la mano de un brujo. Localizaron un puzzle misterioso con cuatro urnas en las que se podían introducir cuatro bloques vinculados a cuatro estatuas. Vieron que el pueblo estaba totalmente desolado y sin vida. Rescataron a su hermana de la mano de los bandidos en un cañón próximo. Luego, habían descendido a los infiernos para rescatar a Proserpina.
En cuanto a lo que quedaba por hacer en esa cueva, B4-ST-14N estaba destruido. Pero lo había hecho por su propia desdicha y niegue a colaborar. Zöe tomaría su chip de procesado, el cual le permitiría obtener una nueva función para su programación. Concretamente, aquella en la que B4-ST-14N era más efectivo
-¿A qué esperáis? ¿A que venga otro bicho de esos? – clamaba la siempre nerviosa Fiona. - ¡Tenemos las letras! ¡Vayamos a por el tesoro! – Pidió la del bombín, quien ya que habían llegado hasta allí, quería recuperar su dinero.
La solución y el orden en el que debían introducirse las letras en las urnas para abrir la puerta estaba justo en el mural donde se encontraban las vasijas.
* * * * * * * * *
Ambas: ¡Habéis derrotado al escorpión y obtenido todas las letras! No esperaba que lo hicierais. Ahora pasamos a un turno de transición. Lo que tendréis que hacer es volver al pueblo, tomar las letras que os faltan y colocarlas sobre la pared de acuerdo con la pista del muro que obtuvisteis en el primer turno. ¿Estáis preparadas para saber de dónde ha salido este misterioso pueblo?
Zöe obtiene una nueva función en su programa gracias al chip de B4-ST-14N:
SAT (Sistema de Alerta Temprana): Esta es una habilidad un poco especial que tendrás que utilizar con tu intuición. Cuando se te presente un enemigo de “dudosa moralidad” (que os vaya a atacar, robar o asaltar, al estilo de B4-ST-14N), si activas el modo SAT, Zöe emite un rayo que paraliza al objetivo durante dos turnos. Lo que te permitirá evitar eso que tan poco te gusta (combatir) en este nuestro mundo tan hostil. Pero esta habilidad sólo puede utilizarse con personajes que Zöe crea hostiles y que aún no la hayan atacado, como un modo de alerta defensiva. Nunca de manera ofensiva.
Una única vez por tema.
Reivy, la protagonista del combate, aún no obtiene nada específico. Pero soy consciente de que los mayores golpes al escorpión y la mayor fortuna ha sido tuya. De momento recuperas tus aeros del cadáver de Bastián, que ya te he sumado al perfil.
Un fuerte temblor sonó de nuevo en la zona. ¿Otro artrópodo? No. Era el sonido de una piedra cayéndose. Fiona, desde fuera, dio la noticia.
-Esto… ¿Estáis bien? Si es así… ¡Tenemos el cubo con la letra “S”! – gritó desde el exterior por el pequeño agujero mientras les tiraba de nuevo la cuerda para que las chicas subieran. - ¿Falta alguna?
Sí. Faltaba la “P”. Pero Reivy, al introducir la antorcha sobre la estatua de Proserpina, conseguiría el nuevo bloque bajo los pies de ésta con la famosa “P”. Sumada a la “Q” que ya tenían, y a la “R”, que obtendrían de las termas, una vez llegado al pueblo al completar la tarea que Ceres les había encomendado. Y la “S”, que les acababa de dar Diana por cazar al Scorpión.
¿Un breve resumen de lo vivido hasta el momento? Llegaron a unas ruinas con una arquitectura irreconocible, en burra, de la mano de un brujo. Localizaron un puzzle misterioso con cuatro urnas en las que se podían introducir cuatro bloques vinculados a cuatro estatuas. Vieron que el pueblo estaba totalmente desolado y sin vida. Rescataron a su hermana de la mano de los bandidos en un cañón próximo. Luego, habían descendido a los infiernos para rescatar a Proserpina.
En cuanto a lo que quedaba por hacer en esa cueva, B4-ST-14N estaba destruido. Pero lo había hecho por su propia desdicha y niegue a colaborar. Zöe tomaría su chip de procesado, el cual le permitiría obtener una nueva función para su programación. Concretamente, aquella en la que B4-ST-14N era más efectivo
-¿A qué esperáis? ¿A que venga otro bicho de esos? – clamaba la siempre nerviosa Fiona. - ¡Tenemos las letras! ¡Vayamos a por el tesoro! – Pidió la del bombín, quien ya que habían llegado hasta allí, quería recuperar su dinero.
La solución y el orden en el que debían introducirse las letras en las urnas para abrir la puerta estaba justo en el mural donde se encontraban las vasijas.
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Ambas: ¡Habéis derrotado al escorpión y obtenido todas las letras! No esperaba que lo hicierais. Ahora pasamos a un turno de transición. Lo que tendréis que hacer es volver al pueblo, tomar las letras que os faltan y colocarlas sobre la pared de acuerdo con la pista del muro que obtuvisteis en el primer turno. ¿Estáis preparadas para saber de dónde ha salido este misterioso pueblo?
Zöe obtiene una nueva función en su programa gracias al chip de B4-ST-14N:
SAT (Sistema de Alerta Temprana): Esta es una habilidad un poco especial que tendrás que utilizar con tu intuición. Cuando se te presente un enemigo de “dudosa moralidad” (que os vaya a atacar, robar o asaltar, al estilo de B4-ST-14N), si activas el modo SAT, Zöe emite un rayo que paraliza al objetivo durante dos turnos. Lo que te permitirá evitar eso que tan poco te gusta (combatir) en este nuestro mundo tan hostil. Pero esta habilidad sólo puede utilizarse con personajes que Zöe crea hostiles y que aún no la hayan atacado, como un modo de alerta defensiva. Nunca de manera ofensiva.
Una única vez por tema.
Reivy, la protagonista del combate, aún no obtiene nada específico. Pero soy consciente de que los mayores golpes al escorpión y la mayor fortuna ha sido tuya. De momento recuperas tus aeros del cadáver de Bastián, que ya te he sumado al perfil.
Ger
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Lavey tomó la S que Diana acababa de obsequiarles y miro de mala gana a Fiona, lo único que hizo la mujer fue correr como una loca y volver cuando la situación se calmó, aunque era cierto que gracias a ella Sonyia no había sufrido daños y era por aquella única razón que la joven dragona no estaba vociferando contra la estafadora.
En el interior de la cueva mi hermana se dedicaba a limpiar la espada y su cuerpo de aquella guarrada verde, mi cuerpo volvía a ser humano e imitaba a Sonyia sacándome como buenamente podía aquel moco verde.-Los niños no se lo van a creer cuando les cuente todo esto. -Decía Sonyia con cortos jadeos al tiempo que me entregaba la espada. -¿Niños? ¿Te casaste, hermana?
Pregunte sorprendida y compungida por la noticia. ¿Cuantos de mis hermanos habían formado su propia familia? ¿Cuantos sobrinos desconocidos tenia? porqué mis abuelos no dijeron nada en sus cartas. De repente la victoria contra el escorpión gigante se me volvió insulsa. Mi hermana consciente de su error comenzó a reír con nerviosismo.
-S-si, hace diez años con un dragón fuego. -Como no. Después de lo que pasó conmigo mi madre querría fortalecer la sangre de la familia y asegurarse de que no hubieran más errores. -Tengo dos niñas y un niño. Amm... nuestro hermano Parcal ya va por el quinto. -Comentó en un vano intento por sentirse menos culpable.
-Cla-claro, es normal. -Respondí alterada al caer en la cuenta que tenia siete sobrinos y que no conocía a ninguno. -Sois los más grandes de la familia, ya iba siendo hora.
Trate de bromear, pero solo conseguí soltar una risa histérica. Nadie me recordaba, nadie en mi familia quería saber o recordar mi existencia, los hijos de mis hermanos y hermanas ni siquiera saben que tienen una tía que se llamada Reivy.
-Seguro que son unas criaturas hermosas. -Había dejado de mirar a Sonyia y ella ya no me miraba ami, estaba parada delante de la cuerda y comenzaba a trepar por ella.
-Zöe. -Llamé a la cibernetica levantando la mano y colocando en mi rostro una mascara de curiosidad y triunfo. -Eso ultimo que hiciste ¿Que fue? -La realidad era demasiado doloroso, no quería, no podia admitirla. Vivir en aquel mundo, en aquel sufrimiento constante al saber que toda tu familia seguía adelante anulando tu existencia, no estaba dispuesta a aceptar ese peso sobre mi espalda. -¿Quien lo diría? -Le dije a Zöe con una sonrisa. -Hemos conseguido todas las piezas, volvamos a por la ultima y veamos que tesoros nos esperan.
El aceite vertido en el suelo fue apagándose, para cuando coloque la antorcha en la mano de la estatua el bloque se soltó. -Ten, si quieres puedes llevarla tu. -La sonrisa no se borraba de mi cara, pero no era una sonrisa real, extendí la mano con el cubo dejando que mi amiga lo cogiera.
La única luz que quedaba en la caverna era la de la antorcha, trate de sacarla para iluminar el regreso hacia la cuerda y comprobando que era seguro ascendí por ella.
La primera en recibirme fue Lavey quien con una sonrisa genuina mostró que tenia el bloque de Diana, Fiona (como toda buena interesada) nos apremiaba para que fuéramos a completar el puzzle, Sonyia por otro lado se había quedado apartada y con la mirada en el suelo. Cuando la mujer de ojos metálicos salio al exterior recogimos la cuerda y bajamos al cañón, deshicimos nuestros pasos, recuperamos las burras y caminamos hasta las termas.
El agua caía de la estatua de Ceres, su ánfora se desbordaba y el liquido llenaba la fuente y los canales que hacían las veces de ríos con la desembocaban en la terma donde se encontraba la letra R. El cubo salió sin esfuerzo de su agujero y en poco menos de cinco minutos ya estábamos de vuelta en el punto de partida, la hoguera estaba apagada y el mural con el águila nos esperaba estoica.
La ansiedad y la emoción por destapar el misterio y los tesoros de aquellos que abitaron el lugar pudieron con Lavey. Fue corriendo hasta la pared donde reposaban las urnas y colocó la S bajo su homologa. La siguiente por lógica tenia que ser la P, una vez colocadas proseguí con la Q y la R, cada una en su respectiva urna.
_____
Off: No se si la antorcha se puede sacar de la estatua después de conseguir la letra P pero al principio dijiste que aquella antorcha podía volverse algo más si salvamos a Prosperina (Mi mente de gamer ve en la antorcha la siguiente nota: "objeto clave" XD) y en la cueva no se ve un pimiento asi que me pareció razonable llevárnosla de vuelta.
En el interior de la cueva mi hermana se dedicaba a limpiar la espada y su cuerpo de aquella guarrada verde, mi cuerpo volvía a ser humano e imitaba a Sonyia sacándome como buenamente podía aquel moco verde.-Los niños no se lo van a creer cuando les cuente todo esto. -Decía Sonyia con cortos jadeos al tiempo que me entregaba la espada. -¿Niños? ¿Te casaste, hermana?
Pregunte sorprendida y compungida por la noticia. ¿Cuantos de mis hermanos habían formado su propia familia? ¿Cuantos sobrinos desconocidos tenia? porqué mis abuelos no dijeron nada en sus cartas. De repente la victoria contra el escorpión gigante se me volvió insulsa. Mi hermana consciente de su error comenzó a reír con nerviosismo.
-S-si, hace diez años con un dragón fuego. -Como no. Después de lo que pasó conmigo mi madre querría fortalecer la sangre de la familia y asegurarse de que no hubieran más errores. -Tengo dos niñas y un niño. Amm... nuestro hermano Parcal ya va por el quinto. -Comentó en un vano intento por sentirse menos culpable.
-Cla-claro, es normal. -Respondí alterada al caer en la cuenta que tenia siete sobrinos y que no conocía a ninguno. -Sois los más grandes de la familia, ya iba siendo hora.
Trate de bromear, pero solo conseguí soltar una risa histérica. Nadie me recordaba, nadie en mi familia quería saber o recordar mi existencia, los hijos de mis hermanos y hermanas ni siquiera saben que tienen una tía que se llamada Reivy.
-Seguro que son unas criaturas hermosas. -Había dejado de mirar a Sonyia y ella ya no me miraba ami, estaba parada delante de la cuerda y comenzaba a trepar por ella.
-Zöe. -Llamé a la cibernetica levantando la mano y colocando en mi rostro una mascara de curiosidad y triunfo. -Eso ultimo que hiciste ¿Que fue? -La realidad era demasiado doloroso, no quería, no podia admitirla. Vivir en aquel mundo, en aquel sufrimiento constante al saber que toda tu familia seguía adelante anulando tu existencia, no estaba dispuesta a aceptar ese peso sobre mi espalda. -¿Quien lo diría? -Le dije a Zöe con una sonrisa. -Hemos conseguido todas las piezas, volvamos a por la ultima y veamos que tesoros nos esperan.
El aceite vertido en el suelo fue apagándose, para cuando coloque la antorcha en la mano de la estatua el bloque se soltó. -Ten, si quieres puedes llevarla tu. -La sonrisa no se borraba de mi cara, pero no era una sonrisa real, extendí la mano con el cubo dejando que mi amiga lo cogiera.
La única luz que quedaba en la caverna era la de la antorcha, trate de sacarla para iluminar el regreso hacia la cuerda y comprobando que era seguro ascendí por ella.
La primera en recibirme fue Lavey quien con una sonrisa genuina mostró que tenia el bloque de Diana, Fiona (como toda buena interesada) nos apremiaba para que fuéramos a completar el puzzle, Sonyia por otro lado se había quedado apartada y con la mirada en el suelo. Cuando la mujer de ojos metálicos salio al exterior recogimos la cuerda y bajamos al cañón, deshicimos nuestros pasos, recuperamos las burras y caminamos hasta las termas.
El agua caía de la estatua de Ceres, su ánfora se desbordaba y el liquido llenaba la fuente y los canales que hacían las veces de ríos con la desembocaban en la terma donde se encontraba la letra R. El cubo salió sin esfuerzo de su agujero y en poco menos de cinco minutos ya estábamos de vuelta en el punto de partida, la hoguera estaba apagada y el mural con el águila nos esperaba estoica.
La ansiedad y la emoción por destapar el misterio y los tesoros de aquellos que abitaron el lugar pudieron con Lavey. Fue corriendo hasta la pared donde reposaban las urnas y colocó la S bajo su homologa. La siguiente por lógica tenia que ser la P, una vez colocadas proseguí con la Q y la R, cada una en su respectiva urna.
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Off: No se si la antorcha se puede sacar de la estatua después de conseguir la letra P pero al principio dijiste que aquella antorcha podía volverse algo más si salvamos a Prosperina (Mi mente de gamer ve en la antorcha la siguiente nota: "objeto clave" XD) y en la cueva no se ve un pimiento asi que me pareció razonable llevárnosla de vuelta.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Cerré los ojos cuando la viscosidad verde saltó para todos lados, quedé completamente sucia, pero no me importaba, seguía sosteniendo la carta. La sacudí para quitarle los restos de sangre [ESCANEANDO] no parecía tener nada en particular, era solo una carta común y corriente. Mientras yo continuaba con mi análisis, Reivy hablaba con su hermana sobre la familia, aparentemente necesitaban intercambiar mucha información antes de poder estar al día.
Aunque, por motivos que mi sistema no lograba entender, su charla se cortó bruscamente y Reivy se acercó a mí.
-No lo sé, quizás estuve llevando un objeto mágico todo este tiempo y no lo había notado – Todo lo relacionado con magia era muy difícil de entender para mi sistema, no seguían ningún tipo de regla lógica – Pienso que ciertos requisitos tenían que cumplirse para que el objeto actuara – Asentí ante el comentario de las letras – De acuerdo – Tomé la pieza que me ofrecía y me pare junto a la cuerda, esperando a que las dos dragonas subieran antes de hacerlo yo.
Mis tres acompañantes se acercaron con mi morral, se metieron adentro sin que les dijera nada y esperaron a que los cargara. Arriba estaba Lavey y Fiona, que no hubiesen tenido que correr el mismo riesgo que nosotras era algo bueno. Caminé detrás de las orgánicas mientras miraba con atención una pequeña pieza que había encontrado entre los restos de B4-ST-14N, era normal para mí el buscar partes de bios que pudiera utilizar luego en reparaciones, pero por lo general eran restos inservibles… En cambio esto…
Recorrimos nuevamente todos los sitios por los que habíamos pasado, el cañón, la arena, la fuente y finalmente el mural. Se suponía que allí terminaría todo, Fiona podría tener su dinero, Reivy ya estaba con su hermana, y yo regresaría a mis deberes en Lunargenta. Puse la pieza que la dragona me había dado y di paso hacia atrás, esperando a que algún tipo de mecanismo se activara.
Sé que es cortito pero creo que para un cierre está bien ^^ Muchas gracias por la Habilidad Ger
Aunque, por motivos que mi sistema no lograba entender, su charla se cortó bruscamente y Reivy se acercó a mí.
-No lo sé, quizás estuve llevando un objeto mágico todo este tiempo y no lo había notado – Todo lo relacionado con magia era muy difícil de entender para mi sistema, no seguían ningún tipo de regla lógica – Pienso que ciertos requisitos tenían que cumplirse para que el objeto actuara – Asentí ante el comentario de las letras – De acuerdo – Tomé la pieza que me ofrecía y me pare junto a la cuerda, esperando a que las dos dragonas subieran antes de hacerlo yo.
Mis tres acompañantes se acercaron con mi morral, se metieron adentro sin que les dijera nada y esperaron a que los cargara. Arriba estaba Lavey y Fiona, que no hubiesen tenido que correr el mismo riesgo que nosotras era algo bueno. Caminé detrás de las orgánicas mientras miraba con atención una pequeña pieza que había encontrado entre los restos de B4-ST-14N, era normal para mí el buscar partes de bios que pudiera utilizar luego en reparaciones, pero por lo general eran restos inservibles… En cambio esto…
Recorrimos nuevamente todos los sitios por los que habíamos pasado, el cañón, la arena, la fuente y finalmente el mural. Se suponía que allí terminaría todo, Fiona podría tener su dinero, Reivy ya estaba con su hermana, y yo regresaría a mis deberes en Lunargenta. Puse la pieza que la dragona me había dado y di paso hacia atrás, esperando a que algún tipo de mecanismo se activara.
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Sé que es cortito pero creo que para un cierre está bien ^^ Muchas gracias por la Habilidad Ger
Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Las cinco protagonistas tenían todas las letras. Y ahora, todo cuanto les quedaba era colocarlas sobre aquellos jarrones viejos y poco cuidados. Así lo hicieron, con cuidado y orden. Primero la S, luego la P, luego la Q y, por último, la R. Formando las cuatro letras clave: SPQR. Una vez hecho, la pared del templo comenzó a abrirse a un lado. A la vista de la enorme capa de polvo que se había levantado, era como si hubieran pasado siglos desde que no se abría.
Frente a ellos, tenían un templo cerrado y una estatua enorme. “En honor a Saturno. Dios del tiempo. Padre de dioses y hombres.”. Leería como siempre Lavey. Al fondo, tras la estatua, había una enorme caja. La caja era dorada y parecía contener un gran tesoro, del que Fiona no tardó en advertir astutamente.
-¡Mirad aquella caja! ¡Ahí tiene que haber oro para siete vidas! – Fiona corrió la primera. Los tacones de sus botas resonaron en todo el templo sobre el mármol. El interior había permanecido imperecedero al paso del tiempo. Incluso parecía nuevo y recién estrenado.
Fiona trató de empujar y empujar. Pero no consiguió moverlo. Cuando el resto de jóvenes trataran de abrir aquella caja, entre todas, comenzarían a ver cómo aquello empezaba a abrirse ligeramente. Y un enorme brillo parecía haber en el interior. ¡Un tesoro dorado! Del mismo color que los rayos de un sol en su ocaso, justo frente a ellas, reflejando sobre la estatua iluminada cuando volvían la vista hacia la puerta de piedra abierta por la que habían accedido al interior.
Si es que lo intentaban, una voz detendría a las jóvenes su intento de abrir la caja. Era un anciano. Acababa de entrar por la puerta.
-¡Deteneos! – exclamó la voz. Aunque a contraluz no se distinguía la figura del hombre, se trataba claramente de Scarabus. - ¡Habéis abierto el templo del tiempo! ¡Por Júpiter! ¡Por fin! Creí… Creí que nunca nadie lograría hacerlo. – exclamó el viejo hechicero. Fiona y Sonyia no lo conocían, pero para el resto de chicas, había sido su guía. – Después de tantos años que lo construimos… Puedo… Puedo volver a mi mundo. Regresar con mis amigos. Regresar con mi familia. – El hombre exhaló aire. Relajado. Como si se hubiera quitado un peso de encima.
El aura que transmitía el llamado templo del tiempo era de paz y tranquilidad. Una sensación relajante que, en ningún caso, parecía poder verse interrumpida. Sobre el techo del mismo se reflejaba un mar de estrellas. Como si fuera un observatorio biocibernético. Que se movían sin cesar con algún tipo de magia.
De todos modos, tras la irrupción del anciano. Esta química se rompería y un aura oscura salió entonces de la estatua de Saturno. La figura estaba formada por numerosos cuervos en forma de sombra y se materializó en forma fémina justo delante del arca que emitía un brillo dorado en su interior. La figura de la mujer, cuyo rostro estaba cubierto por una máscara de plumas azules y oscuras, parecía reflexiva. Un traje negro, también de plumas, y un colgante con forma de reloj, completaban su indumentaria. Apoyaba sus manos en el arca. A la que miraba.
Todas tenían la sensación de haber visto en más de una ocasión. Quizás lo hicieron, sólo que nunca fueron conscientes de ello. Definitivamente, no la conocían de nada por más que intentasen recordarla. Quizás en alguna pesadilla profunda. Aquella mujer nunca aparecía para nada bueno. Pero aún así, se permitió hablarles. Seria. Sin dejar de mirar al arca.
-Habéis llegado a mi cámara de los secretos. – Dijo tranquila, acariciando el arca. Mirándola, como si fuera un hijo recién nacido. – Bien. Enhorabuena. Es el más preciado de mis tesoros.
Pero Scarabus parecía enfurecido con la aparición de la mujer. Tomó su báculo en posesión de ataque, como si pretendiera lanzar algún hechizo
-¡Tú…! – exclamó Scarabus. - ¡No! ¡No os dirijáis a ella! ¡Os maldecirá como lo hizo conmigo! – pidió el tipo, apoyándose sobre su bastón para poder dar unos pasos hacia ella. Al menos a traspasar la estatua de Saturno. La mujer la miró. – Ella… Ella es la principal causante de los males de este mundo.
-¿De todos? No. Sólo de una parte. – se defendió. Levantando por primera vez la vista, para observar al tipo. – Y también de muchas cosas buenas. Pero algunos olvidáis de eso.
-¿Buenas? ¡MIENTES! – gritó el hombre. Generando una bola de fuego y atacando a la bruja. Sin importarle que las chicas estuvieran en medio. De todos modos, ésta desapareció nada más salir de su bastón, volviendo contra el viejo y golpeándole con fuerza, tirándolo contra el suelo.
-Por favor, qué patético… - dijo tranquila. La mujer cuervo aparentemente no había hecho ni un solo amago de moverse. Luego alzó la cabeza en un acto reflejo. Fijándose en dos: Reivy y Zöe. Ignorando al resto. – Os lo puse difícil. Pero habéis conseguido derrotar al escorpión y reunir las piezas. Creía que no lo lograríais. Y esperáis vuestra recompensa, supongo. Una pregunta, ¿esperabais algo épico aquí dentro? ¿Quizás un dragón dormido? ¿Un jinete oscuro? Espero no haberos decepcionado. Os lo habéis ganado, desde luego. Pedid. Pedid lo que queráis, está aquí dentro. – invitó la mujer. – Y no sólo eso. Sino que os daré la clave para salvar el mundo, al menos en lo que a mí respecta. Estoy cansada. Y quiero irme. Esa es la gran y única verdad.
Scarabus intentó levantarse como buenamente pudo, al otro lado de la sala. Tras el golpe que se había llevado. Era un anciano dolorido. Otro golpe más, y estaría, seguramente, muerto.
-¡No la abráis! ¡Korán! ¡No puedes hacerlo! – exclamó el viejo. Pronunciando el nombre que, a su juicio, tenía aquella mujer. – Escuchadme, jóvenes. Soy Maximus Scarabus, legionario de la Legio XIII Victrix de Roma, en misión en Egipto y tengo más de dos mil años. – Señaló a Korán. - ¡Esta bruja! Adopta la forma de los cuervos y desaparece. Mi legión la persiguió con curiosidad. Pero algo se abrió y terminamos aquí, en esta estepa. – el hombre señaló todo a su alrededor. - ¡Nosotros construimos este pueblo! Tratamos de encontrarla. Pero ella no. Se había traído aquí su Gran Pirámide. Mató a todos los de mi pueblo, y me maldijo a mí a vivir por siempre… Alejándome de mi familia. De mis seres queridos. Hasta que alguien abriera este templo y me dejara abrir esa caja que tenéis entre manos. – el hombre su puso de rodillas. – Por favor, no lo tiréis todo por la borda ahora, detenedla. ¡Permitid que sea yo quien la abra!
Korán lo miró. Con pesadumbre. Haciendo ligeras negaciones con la cabeza.
-Sí, no miente. De hecho, afirmarlo sería como llamarme mentirosa a mí misma. – cuestionó con retórica. - Escuchad. Vosotras sois más inteligentes que ese anciano. Os estoy ofreciendo algo. Y no, no os pongo tentación alguna. Vosotras decidís. No os voy a pedir que renunciéis a tesoros inimaginables por satisfacer los deseos de un anciano maldito. - Miró primero a Reivy. Luego a Zöe. Por último, al sol, que ya se escondía bajo las montañas. En los últimos rayos. – Haced lo que queráis. Pero hacedlo rápido. Este es el fin.
* * * * * * * * * *Aquí no hay nada. Aquí no hay nadie. Nada escucháis. Sólo cuervos. Cuervos graznando. A lo lejos.
Frente a ellos, tenían un templo cerrado y una estatua enorme. “En honor a Saturno. Dios del tiempo. Padre de dioses y hombres.”. Leería como siempre Lavey. Al fondo, tras la estatua, había una enorme caja. La caja era dorada y parecía contener un gran tesoro, del que Fiona no tardó en advertir astutamente.
-¡Mirad aquella caja! ¡Ahí tiene que haber oro para siete vidas! – Fiona corrió la primera. Los tacones de sus botas resonaron en todo el templo sobre el mármol. El interior había permanecido imperecedero al paso del tiempo. Incluso parecía nuevo y recién estrenado.
Fiona trató de empujar y empujar. Pero no consiguió moverlo. Cuando el resto de jóvenes trataran de abrir aquella caja, entre todas, comenzarían a ver cómo aquello empezaba a abrirse ligeramente. Y un enorme brillo parecía haber en el interior. ¡Un tesoro dorado! Del mismo color que los rayos de un sol en su ocaso, justo frente a ellas, reflejando sobre la estatua iluminada cuando volvían la vista hacia la puerta de piedra abierta por la que habían accedido al interior.
Si es que lo intentaban, una voz detendría a las jóvenes su intento de abrir la caja. Era un anciano. Acababa de entrar por la puerta.
-¡Deteneos! – exclamó la voz. Aunque a contraluz no se distinguía la figura del hombre, se trataba claramente de Scarabus. - ¡Habéis abierto el templo del tiempo! ¡Por Júpiter! ¡Por fin! Creí… Creí que nunca nadie lograría hacerlo. – exclamó el viejo hechicero. Fiona y Sonyia no lo conocían, pero para el resto de chicas, había sido su guía. – Después de tantos años que lo construimos… Puedo… Puedo volver a mi mundo. Regresar con mis amigos. Regresar con mi familia. – El hombre exhaló aire. Relajado. Como si se hubiera quitado un peso de encima.
El aura que transmitía el llamado templo del tiempo era de paz y tranquilidad. Una sensación relajante que, en ningún caso, parecía poder verse interrumpida. Sobre el techo del mismo se reflejaba un mar de estrellas. Como si fuera un observatorio biocibernético. Que se movían sin cesar con algún tipo de magia.
De todos modos, tras la irrupción del anciano. Esta química se rompería y un aura oscura salió entonces de la estatua de Saturno. La figura estaba formada por numerosos cuervos en forma de sombra y se materializó en forma fémina justo delante del arca que emitía un brillo dorado en su interior. La figura de la mujer, cuyo rostro estaba cubierto por una máscara de plumas azules y oscuras, parecía reflexiva. Un traje negro, también de plumas, y un colgante con forma de reloj, completaban su indumentaria. Apoyaba sus manos en el arca. A la que miraba.
- Korán:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Todas tenían la sensación de haber visto en más de una ocasión. Quizás lo hicieron, sólo que nunca fueron conscientes de ello. Definitivamente, no la conocían de nada por más que intentasen recordarla. Quizás en alguna pesadilla profunda. Aquella mujer nunca aparecía para nada bueno. Pero aún así, se permitió hablarles. Seria. Sin dejar de mirar al arca.
-Habéis llegado a mi cámara de los secretos. – Dijo tranquila, acariciando el arca. Mirándola, como si fuera un hijo recién nacido. – Bien. Enhorabuena. Es el más preciado de mis tesoros.
Pero Scarabus parecía enfurecido con la aparición de la mujer. Tomó su báculo en posesión de ataque, como si pretendiera lanzar algún hechizo
-¡Tú…! – exclamó Scarabus. - ¡No! ¡No os dirijáis a ella! ¡Os maldecirá como lo hizo conmigo! – pidió el tipo, apoyándose sobre su bastón para poder dar unos pasos hacia ella. Al menos a traspasar la estatua de Saturno. La mujer la miró. – Ella… Ella es la principal causante de los males de este mundo.
-¿De todos? No. Sólo de una parte. – se defendió. Levantando por primera vez la vista, para observar al tipo. – Y también de muchas cosas buenas. Pero algunos olvidáis de eso.
-¿Buenas? ¡MIENTES! – gritó el hombre. Generando una bola de fuego y atacando a la bruja. Sin importarle que las chicas estuvieran en medio. De todos modos, ésta desapareció nada más salir de su bastón, volviendo contra el viejo y golpeándole con fuerza, tirándolo contra el suelo.
-Por favor, qué patético… - dijo tranquila. La mujer cuervo aparentemente no había hecho ni un solo amago de moverse. Luego alzó la cabeza en un acto reflejo. Fijándose en dos: Reivy y Zöe. Ignorando al resto. – Os lo puse difícil. Pero habéis conseguido derrotar al escorpión y reunir las piezas. Creía que no lo lograríais. Y esperáis vuestra recompensa, supongo. Una pregunta, ¿esperabais algo épico aquí dentro? ¿Quizás un dragón dormido? ¿Un jinete oscuro? Espero no haberos decepcionado. Os lo habéis ganado, desde luego. Pedid. Pedid lo que queráis, está aquí dentro. – invitó la mujer. – Y no sólo eso. Sino que os daré la clave para salvar el mundo, al menos en lo que a mí respecta. Estoy cansada. Y quiero irme. Esa es la gran y única verdad.
Scarabus intentó levantarse como buenamente pudo, al otro lado de la sala. Tras el golpe que se había llevado. Era un anciano dolorido. Otro golpe más, y estaría, seguramente, muerto.
-¡No la abráis! ¡Korán! ¡No puedes hacerlo! – exclamó el viejo. Pronunciando el nombre que, a su juicio, tenía aquella mujer. – Escuchadme, jóvenes. Soy Maximus Scarabus, legionario de la Legio XIII Victrix de Roma, en misión en Egipto y tengo más de dos mil años. – Señaló a Korán. - ¡Esta bruja! Adopta la forma de los cuervos y desaparece. Mi legión la persiguió con curiosidad. Pero algo se abrió y terminamos aquí, en esta estepa. – el hombre señaló todo a su alrededor. - ¡Nosotros construimos este pueblo! Tratamos de encontrarla. Pero ella no. Se había traído aquí su Gran Pirámide. Mató a todos los de mi pueblo, y me maldijo a mí a vivir por siempre… Alejándome de mi familia. De mis seres queridos. Hasta que alguien abriera este templo y me dejara abrir esa caja que tenéis entre manos. – el hombre su puso de rodillas. – Por favor, no lo tiréis todo por la borda ahora, detenedla. ¡Permitid que sea yo quien la abra!
Korán lo miró. Con pesadumbre. Haciendo ligeras negaciones con la cabeza.
-Sí, no miente. De hecho, afirmarlo sería como llamarme mentirosa a mí misma. – cuestionó con retórica. - Escuchad. Vosotras sois más inteligentes que ese anciano. Os estoy ofreciendo algo. Y no, no os pongo tentación alguna. Vosotras decidís. No os voy a pedir que renunciéis a tesoros inimaginables por satisfacer los deseos de un anciano maldito. - Miró primero a Reivy. Luego a Zöe. Por último, al sol, que ya se escondía bajo las montañas. En los últimos rayos. – Haced lo que queráis. Pero hacedlo rápido. Este es el fin.
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Ger
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Lo lógico hubiera sido esperar que el interior de la sala estuviera igual de derruida que el exterior, pero no fue así, de alguna manera se había mantenido intacta al paso del tiempo y nuestra recompensa espera al fondo. Una enorme arca de oro puro, solo con el contenedor ya tendría la vida resulta, pero las cosas nunca son tan sencillas. El guía entró a la estancia y todo cambió, aprecio una mujer con aires de diosa que prometía riquezas inimaginables y la salvación del mundo. La idea de encontrarse antes una deidad cogía fuerza al ver su comportamiento y la fuerza nula que hizo para destrozar al legionario. Koran, ella era la dueña de la pirámide que trajo la epidemia a los dragones, por ella Lavey y muchos más niños se quedaron sin familias, no sabia que contendría aquel arcón, pero desde luego no iba a abrirlo. Di un paso hacia atrás alejándome del tesoro, miré a los ojos de la mujer y luego al hombre que trataba de levantarse.
-No se que te traes entre manos Koran, pero la ultima vez que alguien abrió algo tuyo murió mucha gente. -Desenfunde la espada y continué caminando hacia atrás. -El tesoro que me aguarda en ese cofre me traerá más penurias que alegrías. -Al llegar junto al romano cambie mi voz a una más taciturna. -Scarabus, gracias por todo lo que has hecho. -Antes de que el anciano pudiera reaccionar clave la espada en su pecho. -Tu pueblo murió hace dos mil años y el mio aun respira. No arriesgare a mi gente por tu deseo. -Dejé la espada hundida en el corazón del viejo hasta que dejo de latir. Luego la saqué y camine hasta quedar enfrente de la mujer emplumada. -Muy bien Koran. Dame la clave para salvar al mundo.
No tenia claro si esa clave haría referencia a los males que la diosa cuervo desató o desataría en un futuro o si por el contrario seria la clave para todo mal en el mundo. No sabia porque, pero una parte de mi se compadecía de aquella mujer. Si estaba cansada y quería irse ¿Porque no lo hacia? que la retenía.
-No se que te traes entre manos Koran, pero la ultima vez que alguien abrió algo tuyo murió mucha gente. -Desenfunde la espada y continué caminando hacia atrás. -El tesoro que me aguarda en ese cofre me traerá más penurias que alegrías. -Al llegar junto al romano cambie mi voz a una más taciturna. -Scarabus, gracias por todo lo que has hecho. -Antes de que el anciano pudiera reaccionar clave la espada en su pecho. -Tu pueblo murió hace dos mil años y el mio aun respira. No arriesgare a mi gente por tu deseo. -Dejé la espada hundida en el corazón del viejo hasta que dejo de latir. Luego la saqué y camine hasta quedar enfrente de la mujer emplumada. -Muy bien Koran. Dame la clave para salvar al mundo.
No tenia claro si esa clave haría referencia a los males que la diosa cuervo desató o desataría en un futuro o si por el contrario seria la clave para todo mal en el mundo. No sabia porque, pero una parte de mi se compadecía de aquella mujer. Si estaba cansada y quería irse ¿Porque no lo hacia? que la retenía.
Reivy Abadder
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
Lo que todos los orgánicos esperaban encontrar dentro de la sala era muy diferente a lo que de hecho encontraron. El rostro de Lavey pasó de una alegre ansiedad a un gesto de desconcierto y finalmente a cierto resquemor. Nuevamente me paré junto a ella, y rodee sus hombros con un brazo, mi prioridad siempre era el mantener a salvo a aquellos que tenían desventaja o estaban en situación de debilidad.
Una entidad que no dejó en claro su identidad, pero evidentemente había estado siguiendo nuestras acciones durante toda esa jornada, se materializo ante nosotros [ANALIZANDO] [ERROR] [ERROR]… Mi sistema no lograba identificarla, siquiera podía decir si se trataba de un Ser Vivo.
Mire con gesto neutro como se desarrollaba la discusión entre esa Mujer y Scarabus, sentí la tensión en los hombros de Lavey cuando el hombre fue rechazado con un simple gesto. Luego de semejante exhibición de poder resultaba más evidente que no necesitaban de mi ayuda para defenderse.
-No esperaba nada, y tampoco entiendo qué es la decepción – Incline la cabeza al escuchar lo de la clave para salvar al mundo – Tal cosa no existe, la humanidad simplemente sigue el curso natural de existencia y extinción que le corresponde ¿Correcto? –
Pero Reivy no podía ver que la lógica en esa línea de pensamiento era falaz, tal como había demostrado durante todo el viaje, no lograba razonar con normalidad. Cuando atravesó a Scarabus con su espada Lavey cerró los ojos, ya había presenciado muchas muertes, pero ver como su madre realizaba tal acción con absoluta frialdad resultaba impactante para ella.
-Reivy… Eso no era necesario, podrías haberlo tomado prisionero, o reducirlo de alguna otra manera – Una fuerte punzada en mi cabeza era la represaría de mi sistema por no haber hecho nada para impedir la muerte del hechicero – Esta mujer no tiene nada para ofrecerme – [ANALIZANDO] - Tampoco es un ser vivo, por lo que no tengo porque obedecerla- [ANALIZANDO] - Sus intenciones son confusas, no deberías confiar en ella –
Agarré la mano de Lavey y la lleve conmigo. Mi prioridad ahora era ponerla a salvo.
-Esto no es correcto – Dije con absoluta seguridad y me retire de la sala arrastrando a la niña, que quería quedarse con su madre, pero por las diferencias de fuerzas no podía soltarse.
Una entidad que no dejó en claro su identidad, pero evidentemente había estado siguiendo nuestras acciones durante toda esa jornada, se materializo ante nosotros [ANALIZANDO] [ERROR] [ERROR]… Mi sistema no lograba identificarla, siquiera podía decir si se trataba de un Ser Vivo.
Mire con gesto neutro como se desarrollaba la discusión entre esa Mujer y Scarabus, sentí la tensión en los hombros de Lavey cuando el hombre fue rechazado con un simple gesto. Luego de semejante exhibición de poder resultaba más evidente que no necesitaban de mi ayuda para defenderse.
“Una pregunta, ¿esperabais algo épico aquí dentro? ¿Quizás un dragón dormido? ¿Un jinete oscuro?”
-No esperaba nada, y tampoco entiendo qué es la decepción – Incline la cabeza al escuchar lo de la clave para salvar al mundo – Tal cosa no existe, la humanidad simplemente sigue el curso natural de existencia y extinción que le corresponde ¿Correcto? –
Pero Reivy no podía ver que la lógica en esa línea de pensamiento era falaz, tal como había demostrado durante todo el viaje, no lograba razonar con normalidad. Cuando atravesó a Scarabus con su espada Lavey cerró los ojos, ya había presenciado muchas muertes, pero ver como su madre realizaba tal acción con absoluta frialdad resultaba impactante para ella.
-Reivy… Eso no era necesario, podrías haberlo tomado prisionero, o reducirlo de alguna otra manera – Una fuerte punzada en mi cabeza era la represaría de mi sistema por no haber hecho nada para impedir la muerte del hechicero – Esta mujer no tiene nada para ofrecerme – [ANALIZANDO] - Tampoco es un ser vivo, por lo que no tengo porque obedecerla- [ANALIZANDO] - Sus intenciones son confusas, no deberías confiar en ella –
Agarré la mano de Lavey y la lleve conmigo. Mi prioridad ahora era ponerla a salvo.
-Esto no es correcto – Dije con absoluta seguridad y me retire de la sala arrastrando a la niña, que quería quedarse con su madre, pero por las diferencias de fuerzas no podía soltarse.
Zöe
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Re: [Mastereado] Águilas esteparias [Reivy & Zöe]
No era una historia cualquiera. Tampoco era una historia de un antiguo pueblo perteneciente a una civilización perdida en la Gran Estepa de Dundarak. No. Aquella, era la historia de Scarabus. Él, las llevó hasta allí. Él les descubrió los misterios de aquel pueblo. Y él murió a manos de Reivy Abadder. Quizás un sino demasiado infeliz para lo que merecía. Fue apuñalado en el pecho. Koran suspiró.
Tras esto, el hombre se deshizo, convirtiéndose en arena, que rápidamente se disipó entre las brisas de viento que aquella misteriosa bruja, o deidad, quién sabe, había generado. Koran vio como Zöe recriminaba a Reivy su actuación y ella sonrió. A Koran, en cierto modo, le agradaban los conflictos personales. Pero discutir delante de aquella divinidad era algo propio de necios más que de gente con cabeza.
La cibernética se llevó a Lavey, que era la niña que había acompañado a Reivy durante toda su aventura, y la que había sido tocada por Scarabus con la bendición de poder leer los textos antiguos. Una opción coherente con su manera de pensar y que haría cualquiera ante el desequilibrio mental que parecía tener la principal protagonista de la historia: Reivy Abadder.
La puerta se cerró por arte de magia en cuanto Zöe abandonó la sala. Quedando únicamente Sonyia, que había intentado ir tras Lavey y Zöe, y la propia Reivy.
-Hoy no la volverás a ver. – aclaró Koran. Mirando con sus pupilas blancas a la mujer que quería presentarse como la heroína del mundo. –[color=#ccff00] Has matado a un inocente. Maldito, pero inocente. Tienes ansias de poder... Exactamente igual que el resto./color] – Koran esbozó una sonrisa. - Está bien, te explicaré cómo salvar el mundo.
Conforme Zöe abandonó la estancia. Hizo un gesto con la mano y la puerta se cerró. Chasqueó los dedos y varias antorchas a su alrededor se encendieron. Sólo Reivy y Sonyia permanecieron allí.
Las paredes interiores del templo se convirtieron en cielo y estrellas. Koran comenzó a caminar pausadamente alrededor del arca a medio abrir. Acariciando la antiquísima piedra del arca, que estaba grabada con sumo cuidado y detalle.
-Dundarak, Lunargenta, Beltrexus… - citó. - Por las calles del mundo siempre corre fuego y sangre. Algunos creen que ese es el precio de la libertad. – Se detuvo frente a Reivy. Con el arca entre ambas. – Durante milenios, la gente siempre ha luchado por la libertad. Y el precio a pagar ha sido muy grande para ellos. Lo he visto en este y en otros planetas. – Acarició la mejilla de Reivy con condescendencia. – Los imperios suben y caen. La gente vive y muere. Pero siempre alguien domina, es dominado hasta que... ¡Algo lo derrota! ¿No te parece intrigante? - sonrió. - La respuesta está aquí dentro.
Koran abrió el sarcófago y sacó un objeto. Introdujo ambos brazos en el interior y sacó del mismo una especie de objeto que emitía una luz brillante.
-¿Ves esto? – Koran lo tomó en su mano. Estaba un poco confusa de qué se trataba. Emitía una luz cegadora. – Es difícil explicar qué es. En este mundo, lo llamo Tyr. – resumió. - Digamos que lo ha tenido gente importante, a lo largo de la historia. Y aquel que lo ha tenido siempre ha… sido visto con buenos ojos por parte del destino. Dejémoslo ahí. – Miró el polvo en el que se había disuelto Scarabus. – Su pueblo lo tuvo. Hasta que lo robaron. Se lo repartieron muchos bárbaros, por lo que opté por robarlo yo misma y cruzar el mar con él. Estuvo un tiempo perdido, hasta que un hombre llamado Hernán Cortés lo robó de una esplendorosa ciudad y lo devolvió al viejo continente. – Hizo una pausa, luego continuó explicando. – Fue objeto de deseo y posesión de un señor bajito con un bicornio, y años más tarde, de otro con un curioso bigotito… - rememoró la mujer. – Fue rodando por varios sitios, hasta que los biocibernéticos lo robaron y lo trajeron a Aerandir. Después, estuvo en manos de brujos, humanos, elfos… hasta llegar a la Torre de la Logia. Aunque en este mundo, pocos descubrieron su poder, más allá de su llamativo brillo.
Reivy pudo observar el brillo del misterioso objeto con todo su esplendor. Al que Koran hacía referencia.
-El Capitán Trastámara, vino de otro planeta en su búsqueda. Lo robó de la torre de la Logia y… ¿sabes qué pasó después? – No hizo falta recordar a Reivy lo que había pasado con la peste de Dundarak. – Acabó en manos de vampiros, por culpa del Capitán Werner. ¿Qué crees que buscaban Frendel y Querostraza incendiando la ciudad? Unos espías que llaman los informantes, lo robaron y lo escondieron en la Cueva de la Cascada.
Koran le enseñó, en su propia mano. No vaciló. Apenas se veía qué era, pues la luz impedía distinguir nada.
-Tómalo, Reivy. Acarícialo y siente su poder en tu interior.
En cuanto la dragona lo tomó. Se disolvió en polvo y roció por completo a la dragona.
-Era una ilusión. Por supuesto. ¿Esperabas que lo tenía yo? ¡Qué inocente! Ese polvo simulará durante un tiempo, los efectos del Tyr. – rió. Volvió a agacharse y tomó del arca una llave. Esta no brillaba. – Esto te abrirá la puerta a su acceso, en la Cascada. La Logia va a por él. Y ese tal... Rigobert. No parece alguien que deba poseerlo.
Koran suspiró. Se dio la vuelta, dispuesta a desaparecer.
-Consíguelo y entrégaselo a los Centinelas. Es lo único que os va a salvar de los Jinetes Oscuros… Ni siquiera los centinelas podrán hacer nada sin él.
Y, dicho esto, Koran se desvaneció. Para no volver. Nunca más.
Misión completada:
Reivy: Obtienes la llave de la Puerta a la Cascada del Dragón y obtienes la Bendición del Polvo de Tyr por 5 temas: Bajo los efectos de este polvo, eres inmune a todo tipo de maldiciones, heridas o enfermedades, hasta que consigas (o no) el famoso objeto, que tiene un efecto similar. Y toda runa que tengas que tirar en los próximos cinco temas, será de fortuna muy buena. Incluido el próximo Mega Evento de Sandorái.
Zöe: Ya te he dado tu recompensa material anteriormente.
Ambas obtenéis además, 20 puntos de experiencia y 300 aeros. Que ya han sido sumados a vuestro perfil.
Y disculpad la tardanza. He tenido mucho trabajo estos meses.
Tras esto, el hombre se deshizo, convirtiéndose en arena, que rápidamente se disipó entre las brisas de viento que aquella misteriosa bruja, o deidad, quién sabe, había generado. Koran vio como Zöe recriminaba a Reivy su actuación y ella sonrió. A Koran, en cierto modo, le agradaban los conflictos personales. Pero discutir delante de aquella divinidad era algo propio de necios más que de gente con cabeza.
La cibernética se llevó a Lavey, que era la niña que había acompañado a Reivy durante toda su aventura, y la que había sido tocada por Scarabus con la bendición de poder leer los textos antiguos. Una opción coherente con su manera de pensar y que haría cualquiera ante el desequilibrio mental que parecía tener la principal protagonista de la historia: Reivy Abadder.
La puerta se cerró por arte de magia en cuanto Zöe abandonó la sala. Quedando únicamente Sonyia, que había intentado ir tras Lavey y Zöe, y la propia Reivy.
-Hoy no la volverás a ver. – aclaró Koran. Mirando con sus pupilas blancas a la mujer que quería presentarse como la heroína del mundo. –[color=#ccff00] Has matado a un inocente. Maldito, pero inocente. Tienes ansias de poder... Exactamente igual que el resto./color] – Koran esbozó una sonrisa. - Está bien, te explicaré cómo salvar el mundo.
Conforme Zöe abandonó la estancia. Hizo un gesto con la mano y la puerta se cerró. Chasqueó los dedos y varias antorchas a su alrededor se encendieron. Sólo Reivy y Sonyia permanecieron allí.
Las paredes interiores del templo se convirtieron en cielo y estrellas. Koran comenzó a caminar pausadamente alrededor del arca a medio abrir. Acariciando la antiquísima piedra del arca, que estaba grabada con sumo cuidado y detalle.
-Dundarak, Lunargenta, Beltrexus… - citó. - Por las calles del mundo siempre corre fuego y sangre. Algunos creen que ese es el precio de la libertad. – Se detuvo frente a Reivy. Con el arca entre ambas. – Durante milenios, la gente siempre ha luchado por la libertad. Y el precio a pagar ha sido muy grande para ellos. Lo he visto en este y en otros planetas. – Acarició la mejilla de Reivy con condescendencia. – Los imperios suben y caen. La gente vive y muere. Pero siempre alguien domina, es dominado hasta que... ¡Algo lo derrota! ¿No te parece intrigante? - sonrió. - La respuesta está aquí dentro.
Koran abrió el sarcófago y sacó un objeto. Introdujo ambos brazos en el interior y sacó del mismo una especie de objeto que emitía una luz brillante.
-¿Ves esto? – Koran lo tomó en su mano. Estaba un poco confusa de qué se trataba. Emitía una luz cegadora. – Es difícil explicar qué es. En este mundo, lo llamo Tyr. – resumió. - Digamos que lo ha tenido gente importante, a lo largo de la historia. Y aquel que lo ha tenido siempre ha… sido visto con buenos ojos por parte del destino. Dejémoslo ahí. – Miró el polvo en el que se había disuelto Scarabus. – Su pueblo lo tuvo. Hasta que lo robaron. Se lo repartieron muchos bárbaros, por lo que opté por robarlo yo misma y cruzar el mar con él. Estuvo un tiempo perdido, hasta que un hombre llamado Hernán Cortés lo robó de una esplendorosa ciudad y lo devolvió al viejo continente. – Hizo una pausa, luego continuó explicando. – Fue objeto de deseo y posesión de un señor bajito con un bicornio, y años más tarde, de otro con un curioso bigotito… - rememoró la mujer. – Fue rodando por varios sitios, hasta que los biocibernéticos lo robaron y lo trajeron a Aerandir. Después, estuvo en manos de brujos, humanos, elfos… hasta llegar a la Torre de la Logia. Aunque en este mundo, pocos descubrieron su poder, más allá de su llamativo brillo.
Reivy pudo observar el brillo del misterioso objeto con todo su esplendor. Al que Koran hacía referencia.
-El Capitán Trastámara, vino de otro planeta en su búsqueda. Lo robó de la torre de la Logia y… ¿sabes qué pasó después? – No hizo falta recordar a Reivy lo que había pasado con la peste de Dundarak. – Acabó en manos de vampiros, por culpa del Capitán Werner. ¿Qué crees que buscaban Frendel y Querostraza incendiando la ciudad? Unos espías que llaman los informantes, lo robaron y lo escondieron en la Cueva de la Cascada.
Koran le enseñó, en su propia mano. No vaciló. Apenas se veía qué era, pues la luz impedía distinguir nada.
- Tyr:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Tómalo, Reivy. Acarícialo y siente su poder en tu interior.
En cuanto la dragona lo tomó. Se disolvió en polvo y roció por completo a la dragona.
-Era una ilusión. Por supuesto. ¿Esperabas que lo tenía yo? ¡Qué inocente! Ese polvo simulará durante un tiempo, los efectos del Tyr. – rió. Volvió a agacharse y tomó del arca una llave. Esta no brillaba. – Esto te abrirá la puerta a su acceso, en la Cascada. La Logia va a por él. Y ese tal... Rigobert. No parece alguien que deba poseerlo.
Koran suspiró. Se dio la vuelta, dispuesta a desaparecer.
-Consíguelo y entrégaselo a los Centinelas. Es lo único que os va a salvar de los Jinetes Oscuros… Ni siquiera los centinelas podrán hacer nada sin él.
Y, dicho esto, Koran se desvaneció. Para no volver. Nunca más.
* * * * * * * *
Misión completada:
Reivy: Obtienes la llave de la Puerta a la Cascada del Dragón y obtienes la Bendición del Polvo de Tyr por 5 temas: Bajo los efectos de este polvo, eres inmune a todo tipo de maldiciones, heridas o enfermedades, hasta que consigas (o no) el famoso objeto, que tiene un efecto similar. Y toda runa que tengas que tirar en los próximos cinco temas, será de fortuna muy buena. Incluido el próximo Mega Evento de Sandorái.
Zöe: Ya te he dado tu recompensa material anteriormente.
Ambas obtenéis además, 20 puntos de experiencia y 300 aeros. Que ya han sido sumados a vuestro perfil.
Y disculpad la tardanza. He tenido mucho trabajo estos meses.
Ger
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